Uno para todos y... [Ladrones - Ep. I] [Mastereado]

Las catacumbas de Lunargenta, tan sucias y desagradables como la última vez que había pisado el lugar...
Sí, eso era, degradables, esa era la palabra, lo que mejor definía esa parte olvidada de la ciudad para sus habitantes.
Túneles angostos, negocios nómadas y furtivos, e incluso pasadizos secretos por todo el subsuelo de la ciudad, el lugar idóneo para entrar y no volver a salir jamás.
Fennelsix deambulaba entre los callejones de piedra, si es que siquiera se podían denominar así, hurgándose aún con una garra los restos de su última víctima de entre los dientes.

Un cierto alboroto llamó la atención del Héroe de Roilkat, el cual se acercó hacia el origen de los sonidos, no muy difícil debido a la multitud congregada.
En aquel anfiteatro improvisado pudo ver claramente la escena: otro hombre-lagarto, visiblemente más enclenque, se dirigía a la masa, escoltado por dos guardaespaldas fornidos.
Todos sois bienvenidos aquí, decía el tal Lazid, pero a tan sólo unos pocos los consideraré parte de mi guardia personal. Tan sólo a aquellos que consigáis el collar de diamantes de la marquesa Zutana.

Ah, esa tal marquesa, sí, algo había oído hablar de ella.
Incluso en su propia tribu había oído hablar largo y tendido del tema. Ni siquiera debía de ser muy popular entre los humanos, pues la tachaban de tirana, que si oprimía a sus vasallos, y también que tenía un collar especial, que le permitía controlar el poder de los licántropos, lanzar fuego por la boca y resistir a cualquier veneno.
Sin duda alguna el collar de Zutana era un objetivo muy preciado para aquella banda de robaperas venidos a más, y una excusa más para demostrarle a los humanos su situación de inferioridad racial frente a la evolución.

Escamanegra se abrió camino entre el público de la cloaca, apartando a niños, adultos y animales por igual, sin miramientos, prácticamente a patada pura. Tenía que hacer una presentación impresionante.
Sus pies palmeados avanzaban por el frío y húmedo adoquín, levantando gotas de agua estancada a su paso, y una vez cerca de Lazid plantó su gran hacha enfrente de él, apoyándose con las garras sobre el mango.
Cuéntame para esssta misssión, tenemosss que hablar largo y tendido en cuanto la acabe, fueron las únicas palabras que le dirigió.
Acto seguido, alzó de nuevo su arma, y cargando con ella al hombro se acomodó contra una de las paredes, vigilando la estancia en busca de posibles nuevos compañeros para el encargo.

Habían llegado rumores entre la peor calaña de la ciudad, una especie de reunión en lo más bajo de Lunargenta se había formado, y a Runa le había picado la mera curiosidad de que se estaba tratando para que existiera tanto movimiento de golpe.Se había colado en la catatumbas entre la multitud que allí había decidido escuchar el discurso de un pequeño lagarto protegido  por dos hombres calvos más grandes que él.
El brillo de esas calvas le causaron bastante gracia a la ladrona.

Al parecer ese hombre lagarto estaba al mando de toda la frasca," Lazid, Lazid" Comenzaron a gritar sus fieles seguidores consumidos por la fe ciega,callando ante la el grito del bichejo, el cual explicaba que no sacaría a dos sujetos de la cárcel pero lo cometería con un objetivo.Al parecer fueron ladrones de buena fe como Runa y eso la entristeció, exigía el collar de una marquesa, Zutana, una mujer bastante conocida y llena de poder  de los alrededores.

Runa no conocía a los presos, aunque en cierta manera los ayudaría si por ella dependiera,pensó en lanzarse ante ello, ante la locura, nadie mejor que ella tenia la mayor de las destrezas para uno misión así.-¿Y si nos encarcelan?. Preguntó un hombre a lo lejos.

-Te encarcelaran sin no posees las habilidades adecuadas.Le contestó la chica a su estúpida pregunta.

Fue golpeada por una especie de hombre lagarto que caminaba erguido y fuerte hacia el líder, el ser inmutarse y queriendo aparentar rudeza planto su hacha y se apoyo en ella mientras comento una duda. Runa se hizo paso entre la gente, aun menos agresiva que esta criatura, y se acercó hacia donde se encontraban ambos, atizando un puñetazo en el rostro de aquel.-A ti no te han enseñado modales... Le miró agresiva .-Ten cuidado, insensato.

Apoyó su bastón en el suelo, y miró de frente al mini lagarto seria.-Yo soy tu ladrona. le sonrío levemente.- Dame el dinero suficiente como para tener un hogar digno, y yo te traeré el collar y más.

Un puño voló hacia la cara de Escamanegra. Venía de aquella muchacha.
Una humana, una sucia humana se había atrevido a ponerle un dedo encima.
A ti no te han enseñado modales... Ten cuidado, insensato.
Los ojos del hombre-lagarto se inyectaron en sangre, palpitando de rabia, y su fogosa mirada se clavó en el rostro de aquella sabandija.
¡VUELVE A MOVER ESSSASSS SSSUCIASSS MANOSSS DE CERDA Y SSSERÁ LO ÚLTIMO QUE HAGASSS!, bramó Fennelsix, cubriendo de babas la cara de la individua.
Tenía que contenerse. Debía contenerse. No podía hacer lo que deseaba, no rodeado de tanta gente, pero juraba para sus adentros que como tentase a su suerte una sola pulgada más iba a aplastar el cráneo de aquella estúpida mona pelada y pintar con sus tripas las paredes de las catacumbas.

Un virote voló cerca de un guardia, clavándose en un desvencijado candil e incrementando su llama.
Otro enano barbilampiño, este no tan pendenciero como la anterior, se había sumado al llamado de Lazid.
Algo de iluminación viene bien; este grupo necesita cerebro para triunfar y por eso estoy aquí.
Casi al mismo tiempo que el humano se acercó también una figura atlética y juguetona, más propia de un circo que de una reunión de criminales y forajidos.
¡Cuidado! ¡Abran paso, abran paso!
Genial, una elfa con tanta sesera como un gamo salvaje, justo lo que hacía falta en aquel festejo multicultural de sangres sucias y razas inferiores.
Je, ¡acá estoy! Todos me extrañaban, ¿a que sí?
Iliaki me llaman. ¿Algo que pueda hacer por ustedes?


Fennelsix apretó con fuerza el mango de su hacha para calmar la ira asesina que le invadía.
A los elfos podía tolerarlos, pero dos humanos en el grupo sería toda una prueba contra su ya escasa paciencia.
¡Basssta de cháchara inútil!, interrumpió el hombre-lagarto, ¡Al grano de una vez!
¿Dónde essstá la mansssión de esssa tal Marquesssa Zutana? El collar no ssse va a traer sssolo.
Habrá que trazar un plan. Por supuesto, cooperaría con ese grupo de inútiles solo si realmente era necesario, pero tenía que dar la apariencia de querer formar parte de la incursión, aunque fuese solo de manera muy superficial.

Aquel hombre lagarto la baboseo peor que un perro gigante, sus babas eran espeluznantes.-Dios mío, que asco... Susurro para si misma mientras una vocecilla entre el publico se presentaba candidato, era un niño que disparó a uno de los guardaespaldas en cuanto intentaron detenerle. Arquea sus cejas mirando a dicho niño y comenta:-Vaya carácter tienes... Asombrada de la frialdad de la criatura, quizás era una caja de sorpresas.

Cuando parecían que estaban todos los miembros presentes y Lazid iba a comenzar con el discurso del plan, volvió a surgir otra interrupción, esta vez por una elfa saltarina que al parecer estaba más llena de vida que el resto del gremio que habitaba allí

.Eran cuatro, un lagarto baboso,un niño posiblemente psicópata, una elfa de la felicidad y Runa, un imán para los problemas.El equipo perfecto.-Madre mía, no sé como saldrá esto...Puso su mano derecha en la cara dejando que resbalara por su rostro.

-Está en una finca,por supuesto Respondió Lazid el comentario de el hombre de su misma especie.-Al noroeste, en las afueras de Lunargenta,pero no penséis que será sencillo...El hombre parecía disfrutar con sus palabras.-Posee la suficiente vigilancia como para mataros, debéis demostrar que sois unos verdaderos ladrones. Parecía que ya se levantaba con intenciones de irse del lugar y dejarlos pensar como accederían.

-Quizás subterráneo, aunque corremos el riesgo de cruzarnos también con guardias.Comentó la ladrona delante de ellos.-Ese collar debe tenerlo en sus aposentos,posiblemente una cómoda.Esperó alguna otra idea por parte de los demás. Parecía haber más cantidad de dinero de lo que ella pensaba,cuanto más vigilancia , más poder echaban.

Paso turno a Runa.

Continuaba la discusión de como debían colarse en la mansión, sino se apresuraban cuanto antes, la guardia tomaría asuntos anticipadamente y aquellos dos ladrones estarían pasando las de Cain. Todo por no aprovechar el valioso tiempo que aun les quedaba.

-Hagamoslo desde los jardines.Comenzó a mirar con detenimiento a todos los presentes y trago saliva.-Alguien debería encargarse de los guardias, ya que todos es imposible poder acceder.La muchacha se sentó esperando una reacción, todos se hacían una pequeña idea de donde se encontraría el famoso collar, y de lo malo Runa siempre pensaba que si algo salía demasiado se debía improvisar.

Atrapó sus objetos mientras Lazid continuaba mirando desde la lejanía,todos parecían impacientes con la idea de la marquesa, también se notaba demasiado la tensión en el ambiente, no estaban acostumbrados a trabajar en grupo , y eso lo notaba cualquiera.-¿Y bien? Cargó con su bastón de nuevo.-¿Vamos?

Desde el fondo de las cloacas, entre la multitud que aun seguía al fondo, se escuchó una voz un poco hostil que criticaba fuerte hacia el grupo que se había presentado.-¿Enserio piensan robar en ningún lado?. La critica en ocasiones podría ser negra, chocante incluso molesta para alguien que se toma en serio su trabajo.

-   ¡Ya, tú ganas! ¡Pero no por eso te daré dinero, pilluelo! - Me gusta jugar, pero lamentablemente, en cuanto a resistencia creo que sí me muero. La humana y el lagarto se quedaron atrás, distantes también uno del otro, observando la improvisada competencia.

¡No soy un mensajero de larga distancia! A mitad de camino, puedo decir que dejé la carrera en la que nos había encarrerado el encarrerador. A partir de ahí, nos mantuvimos caminando a buen paso, dirigiéndonos a los terrenos paradisiacos de la ciudad, hacia los dominios de Zutana. Nos mantuvimos al margen del camino que seguían las carretas, por el cual cruzaba de vez en cuando algún campesino con sus animales. Entonces nos adentrábamos en algún escondite o seguíamos algún otro atajo, tratando de idear alguna cosa para cuando llegáramos.

Había pasado un buen tiempo cuando creí que nos habíamos perdido o algo así, pues no se veía señal alguna de la mansión, hasta que, doblando un recodo entre arbustos y escondida en una amplia llanura rodeada de árboles, se alzaba nuestro objetivo: La Mansión de la Marquesa. Sería digna de mi admiración de no ser porque... ¿Qué demonios? ¿Ahora veo sombras?
Juraría haber visto algo detrás nuestra. Bah, paranoias.

La fachada se alza pulcra, elegante. ¿Qué esperaban? ¿Una enorme puerta abierta? Una muralla con una altura de no más de dos metros y medio parece rodear todo el complejo. En la entrada se encuentran un par de guardias, que de cuando en cuando se resguardan en una caseta que reside en la entrada, pero no creo que nos dejen pasar cual fragantes margaritas por ese portón

-   Hay una torreta de vigilancia, creo que desde ahí avistan a los viajeros. ¿Nos habrán visto? - dice Iliaki, dudando un poco de si habían tomado las suficientes precauciones para pasar desapercibidos - Yo digo que toquemos y digamos que es el lechero.

Si pasamos por esas puertas, tendríamos el panorama listo. Oh, Madame, permitame saludarla, hace mucho que no conozco el goce de su presencia... pequeña señora hija de... ¡ARGGGGHHH!

Bueno, por lo que rumoreaban las pueblerinas, sí que tiene grandes jardines, pero las palabras se deforman de persona en persona. Desde nuestro escondite color verde se pueden reconocer las caballerizas por la derecha y las cocinas que conectan con la mansión por la izquierda. Un llano comunica a la entrada con la entrada de la mansión en la parte central, delimitado, si puedo ver bien, por unos arbustillos llenos de flores rosadas.

Supongo que los invernaderos y jardines se encuentran del otro lado del edificio. Pero qué habladurías las de las mujeres casadas, caray ¡No parece que se conecte nada por algún balcón hacia los sitios donde se resguardan las plantas!

-   Oigan... si quieren podemos pasar a saludar a los guardias de la entrada y darles besitos y abrazos, pero no creo que sea bueno pasar por ahí, además, desde aquí no se ve nada de la parte de atrás.

Iliaki, un poco mal en su postura y conociendo que su escondrijo de observación se hallaba entre la vegetación de una colina cercana, inclina un poco el pie para agarrar un mejor apoyo, haciendo crujir algunas de las hojas caídas de los árboles aledaños.

-  Jo jo, disculpen ustedes.

Allí se encontraban, en frente a la fuertemente custodiada entrada a la mansión.
Como ya habían descrito sus compañeros, una gran muralla rodeaba la finca, con altura más que de sobra para que no fuese factible el saltar por encima sin ayuda de unos cuantos utensilios.
Quizás trepando el muro por otro punto, pero parecía no disminuir durante todo su contorno.
Hay una torreta de vigilancia, creo que desde ahí avistan a los viajeros. ¿Nos habrán visto?, informó Orejas Puntiagudas.
Desde luego no parecía la mejor idea del mundo. Puede que el niño y la elfa lograsen urdir alguna treta para entrar a la mansión, pero la otra mona pelada y él por supuesto que no.
Escamanegra reflexionó durante un tiempo, atento a los cambios de guardia y la construcción, sin descubrimiento alguno.

Mientras, por el camino, a lo lejos, vio pasar a unas cuantas mujeres cargadas con lo que parecían ser cántaros de agua. Entonces cayó en la cuenta de algo muy elemental en lo que probablemente no habían pensado los demás tampoco.
Todo hogar necesita agua, y una ricachona como aquella tal Zutana no iba a mandar a sus criados a por ella al río, no, seguro que tenía un pozo en su terreno, y todo pozo da a su vez a una masa de agua mayor, a menudo lagos o desvíos del río.
Entonces presentó su idea el hombre-lagarto:
Esssa marquesssa debe de tener un pozo en sssu terreno.
Revisssemosss losss alrededoresss, puede que encontremosss alguna entrada por ahí, hay muchosss regatosss próximosss. Y tú, dijo señalando al humano, parecesss másss inteligente que losss demásss, asssí que debesss de tener algún método para trepar el pozo luego.
Bassstaría con essso: asssegurar una ruta de essscape y hacerlo todo de noche, para evitar riesssgosss.

El particular grupo dio un rodeo a la mansión con el objeto de encontrar alguna entrada viable para efectuar su asalto. Las refulgentes ideas de encontrar alguna vía acuática subterránea convenció a los ladrones, quienes, sin darse cuenta, tenían al ocaso sobre ellos, dejando el sol sus últimos rayos para observar el camino a seguir. Entre sus cortas andanzas, hallaron algo que llamó al a atención de sus avariciosas pupilas...

Pero miren qué hay por aquí...
-      ¡Hey, encontré algo! - La desembocadura de una corriente de agua ¡Esto se va a poner bueno! Pero después de todo, aunque lo hayamos encontrado ¿Cómo podremos pasar por ahí? Por lo menos, yo no daría mi buena disposición para realizar tan santa tarea como es la de ser buzo experimental. Si me ahogara, ¡Oh, qué dolor, qué dolor!

Comenzaré a hurgar un poco en esta pequeña salida ¿Habrá algo interesante?

-      Ugh, ¿Quién se mete? Yo no...

Intentaré trepar por los muros. Suele ser sencillo, pero este muro está hecho con ladrillos tan planos que se podrían usar como tabla para cortar vegetales. ¡Te has lucido, Zutana!

Dando vueltas, alguna sin sentido, otras alimentadas por la curiosidad y la pobre inspección que llevaba por las continuas distracciones, Iliaki tropieza con algo que se engancha a su pie, algo interesante que la hace aterrizar en el suelo con toda la cara. Al notar aquel obstáculo que impide su andar fluido, comienza a halar con el vano intento de zafarse, cuando algo en aquella cosa como raíz le pareció singular.

-    Esto... ¿Qué carajos es esto? - dice al levantarse, mientras jala con una fuerza mayor, al tiempo que algo se oía activar - ¡Encontré una cosa, no sé que sea, pero hace ruido!

Un intrigante ruido industrial continuaba emergiendo del suelo, provocando leves sismos que abrían progresivamente el suelo sobre el cual se apoyaban los élficos pies de Iliaki, provocando que...

-   ¡Santas Patatas! ¡¡¡Agárrenme que me les voy, no se queden mirando, zopencos!!! ¡¡¡Ahí te voy San Pedroooooooooooooooooooooo...!!!

¡Pero qué demonios! ¡El suelo se ha abierto! Juro a los dioses que existan que si sobrevivo a  ésta, ya no vuelvo a robar albaricoques a la vieja verdulera ¡Una curva, anda, que hay otra! Voy a vomitar el desayuno... diantres, ni siquiera desayuné. No ¡Ay!

Haciendo una maroma espectacular digna de un acto mortal (si lo hubiese hecho de forma consciente), nuestra elfina cae sobre algo suave, blando, asqueroso...

-     Agh ¿Qué es esto? Huele terrible ¿Y si lo pruebo? Mñmñmñ... ¡Asco! ¡Eyyyy, estoy bien! Una mano no estaría de más ¿Me van a ayudar o qué? ¡Hey! ¿Me oyen? ¿Alguno tiene agua de colonia o algo?

No sé que demonios es este sitio. Es oscuro, apenas si se notan las siluetas de los muros gracias a la poca luz que traga ese extraño túnel por el cual llegué a mi "paraíso personal". Se nota que nadie ha estado aquí por un buen tiempo. Quién sabe, a lo mejor hasta encierran aquí a la marquesa en sus lunas de pasión. Por lo pronto, esto de que esté oscuro es lo primero que me desagrada.

Parecía un juego de niños, se habían tomado a la carrera entrar a la mansión.Que podía esperar, dos ellos eran niños aunque en su  interior existieran ladrones en potencia, debía confiar en ellos. El trabajo era en equipo.-Estupendo... Los siguió hasta los muros de la mansión un poco obligada.

Notaba cierta presencia, no estaba segura si estaban siendo perseguidos, tras varios ruidos extraños y una cierta presión en la nuca, la empezaba poner nerviosa.¿Que haría? ,por ahora nada. Alarmar al resto del grupo por una simple sensación podría ser un error bastante serio
.Estaban discutiendo de como acceder a la mansión, al fin la chica se volvió a espabilar y junto los demás comenzó a examinar los muros con determinación.-¿Veis algo? seguía palpando el muro para encontrar cualquier grieta que mostrara vegetación. Eso significaría que la vegetación se comería las paredes y sería más fácil escalar.

Estupendo, no encontraban la manera. Y para colmo la elfa había tropezado dejando su rostro en la tierra.

La chica se levantó confusa aunque parecía haber logrado hacer click con algo.-¿Que era eso? mientras observó como el suelo se abría ante los pies de la elfa y se la tragaba.-¡Ostras! Reacciono alterada al ser consciente que  correría peligro.-¿Que hacéis? Atrapó un palo seco que estaba a su derecha y lo vendó velozmente.-No podemos dejarla sola, la mataran... Comenzó a golpear dos piedras hasta  hacer fuego y prendió la antorcha personalizada.-Os espero abajo. Se lanzó hacia el túnel desapareciendo en la oscuridad.

-No puedo creer que vaya a hacer esto... Avanzaba mientras el olor y la humedad se apoderaban.

Caminando voy, caminando voy, por un... un... con un demonio, ¡esto apesta! De haber sabido que hoy habría terminado oliendo a huevo chupado con azufre, me hubiera quedado durmiendo un rato más. Ni siquiera he comido ¿En qué estaba pensando? Hubiera sido mejor haber ido a pescar un par de trufas de canela del confitero ¡Pero qué más da! Necesito el dinero para largarme.

Sumida en sus pensamientos, sigue andando hasta la entrada recién abierta, sin darse mayor inmutación. Pero algo baboso estuvo destinado a otorgarle aquella ruptura de inmutación; sobre su hombro una masa gelatinosa cayó, escurriendo libremente por el antebrazo.

-    Agh, ¿Quién fue el chistoso? - digo volteando al techo, sin poder reconocer nada. Si me hubiera acostumbrado mejor a la oscuridad, de seguro habría encontrado más fácilmente al culpable, pero ¿era un alguien o un... algo? Brrr ¡Qué tontería! - Seguro fuiste tú, Chimichangas.
En el techo hay colgando una cosa tubular ¿Pero qué...? ¡Hey, espérenme!

Apresurando el paso para alcanzar a sus compañeros, Iliaki no se de cuenta que un particular anélido se había incrustado en su cuello, emponzoñando los ánimos de la joven intrusa.

- Vaya, vaya, ¡Pero si aquí se carga un tesoro! Emm... ¿Tendrá algún perfume guardado aquí?

Recorriendo la habitación, cualquiera puede notar a simple vista que susodicho collar no es una simple herencia de la que se quiera presumir, pero entonces ¿Qué tiene de especial el collar?

Pero de verdad, a esta mujer le tienen que dar un premio por la decoración del año, pero lo que sí no le perdono es que no deje en el centro de alguna mesilla un bol con frutas exóticas, como cualquier otro digno representante de la nobleza. Comenzando nuestra pequeña búsqueda encuentro sortijas, tiaras, brazaletes ¿Para qué quieren tanto? Yo con un pequeño vidrio azul de árbol me conformo.

-   Esta pobre mujer, cada que se mira al espejo, siempre la ha de espantar otra vieja de antiparras, papalina y peluquín. ¿Dónde esconderá su humilde collar? Eh... me siento un poco... cansada...

¡Ah, acá hay un collar! ¿Será este? Oculto en el gran escondite de un aparador de demostración, junto a algunos trofeos de equitación y algunos libros rancios, se presume detrás de un vidrio que, amablemente, me deja abrir para poder yo admirarlo.

La saliva de uno de esos animalillos había terminado por macular la sangre de la ladronzuela, como si una mezcla reclamo y castigo cósmico la hubiese alcanzado. En su lucha por permanecer con los ojos abiertos antes de salir de la habitación, extrañas visiones se manifestaban, dificultándole el paso.

Woah...
¿Es esta la vida real?
Ja, tiene que ser el paraíso... Hay luz por todas partes, un hermoso atardecer. Un par de personas corriendo ahí al fondo ¡Se ven muy felices! ¡Eh, por favor, espérenme! ¿Q-qué? No, no, no quiero d-dormir. Una isla flotante se desprende de la tierra para arrullarme en las alturas. No quiero irme de aquí ¡Es como ver la conexión del mundo entero!

-    Quiero ir contigo, pequeño trozo de mantequilla - Iliaki balbuceaba estupideces, y de no ser por el golpe de uno de sus compañeros para reanimarla, sus sueños se habrían vuelto eternos, o por lo menos, bastante prolongados.
-   ¡Ay! ¿Qué tengo en el cuello? - exclama mientras se arranca el animal, arrojándolo a la entrada, dando evidencia de que algunos peligros por ambos lados se aproximaban

-Chicos, creo que hay un par de problemas... - dice mientras señala con los dedos de ambos brazos cruzados a la entrada y a la marquesa que bajaba por las escaleras que comunicaban a la habitación. Atónita por los imprevistos visitantes, la marquesa lanza un grito despavorido.

-    ¡Zutana! ¡Ya llegó tu Fulana y Mengana! - grito mientras tenso mi Lanzarrocas Místico, listo para asestar la mediamente de la marquesa en tres, dos, uno... ¡Ándele!

Suerte lanzada:

Había logrado dar con la elfa problemática, parecía estar sana y salva. Aunque apestaba fuertemente y su ropa parecía estar pringosa y demasiado pegajosa, menos mal que la suerte la sonreía cuando Chimar, el niño de carácter también seguía a Runa para rescatar a la elfa feliz. Debían continuar.

Algo caía del techo, algo amarillento y pegajoso como Iliaki, Runa acercó la antorcha para lograr ver que era,así dando una visión de una especie de babosa solo que con peor imagen.No dejaban de caer del techo como atraías por dicha antorcha.-El fuego..La luz... Susurro para si misma pensando de que podría tratarse. Tan solo trataba de evitarlas, seguramente darían problemas, aunque solo fueran enfermedades.

Se le hacía bastante difícil de avanzar, entre las que debía de quitarse de encima ese especie de baba, era incomoda, avanzaba demasiado mal por el túnel.Al fin llegaron al final,tocó la pared, donde estaba un pequeña grieta por donde entraba la luz y la pared se movió hacia dentro ,dando lugar a una puerta.-Bien, ya tenemos pasadizo. Entró detrás de la elfa intrépida observando como era una pequeña sala llena de lujos excesivos.-¡Cuanta hambre debe pasar esta mujer! Comentó furiosa de una forma irónica. Esta mujer empezaba a caerle peor.

Agarró un tazo de madera que lo tenían de soporte para una de las mesitas y lo introdujo en la puerta anterior. Por si acaso, siempre había que pensar una táctica de escape , antes de que las cosas se pusieran feas. Empezó a revisar como los demás, Iliaki encontró un collar mientras Runa encontró otro, el suyo llevaba un pequeño grabado en una de las perlas. Un símbolo extraño y que nunca había visto en ninguno de los libros que ojeaba de pequeña.-Puede ser cualquiera... Estaban en un duda.¿Como lo resolverían?.

Iliaki empezaba a tambalearse y a decir incoherencias sin sentido, Runa no puede evitar darle un capón.-No nos metas en más problemas... El golpe hace reaccionar a la chica que se quita una de esas babosas de su cuello.¿Qué? Se asombra pues realmente no pintaba la cosa,mientras pudiera correr , todavía habría esperanza.


Un chillido interrumpió la sala. Era la Marquesa que había bajado por las escaleras, y había dado el grito de alarma.Ahora el lugar se llenaría de guardias, pelear contra todos sería un suicidio. Criaturas como la que tenía en el cuello Iliaki comenzaron a caer del techo, Runa rápidamente se las quitaba de encima,no quería acabar tan trastornada como hace un momento estaba la otra ladrona, pero no era fácil, por el suelo había más, a los pies de Chimar también había más, era una completa locura.

Dando saltos , haciendo de ella un expectáculo cómico para los ladrones, se puso al lado de la entrada.-Debemos irnos... Miro a sus dos compañeros.-Esto se va poner peor..

El miembro 'Runa Thorgil' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses

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