Cuestión de mirmidones [Interpretativo] [Libre] [Cerrado]

Era un día como cualquier otro, la gente iba de un lado a otro y todos seguían su rutina. A diferencia de los demás Krawler estaba recostado en la pared fuera de una taberna con aire sombrío. "Que cómodo se esta aquí. Son pocas las veces que puedo aprovechar un momento como este para descansar despierto".

Decidió ladear la cabeza sin razón aparente, simplemente para ver que había a su alrededor, sabia que seria mas y mas gente yendo y viniendo, pero alguna que otra vez veía a alguna bella damisela o algún trozo de carne que llevaban algunos ayudantes de carnicero para poder comerciar. Se percató de que había un niño que estaba allí, quieto, demasiado quieto según pensaba el. Al principio no le dio demasiada atención, pero le comenzó a resultar extraño cuando después de 20 minutos a volver a ladear la cabeza lo vio ahí, exactamente en el mismo sitio y en la misma posición que antes.

"¿Estará bien ese niño?, nadie de los que ha pasado por aquí ha intentado hablar con el, a veces la gente me resulta extraña. Iré a hablar con el, después de todo si tienes alguna duda sobre algo, intentas resolverla, es lo mas sensato".

Se acerco al joven, no parecía tener mas de 10 o 12 años. Se inclino un poco para estar a su altura. Puso la mano en su hombro y dijo - Oye pequeño, estas bien? te pasa algo? - cuando toco su hombro se dio cuenta de que estaba frió, y.. duro, había algo raro en ese niño. No podía percibir ningún olor de su cuerpo, y no podía escuchar sus latidos, por un momento se alarmó pensando que podría ser un vampiro, un perteneciente a la raza enemiga de los licántropos, pero mantuvo la calma al darse cuenta de que era de día, por lo cual ningún vampiro se mostraría a la luz del sol. Habiendo pensado esto miro al niño fijamente esperando su respuesta.

La mujer bestia se deslizaba por la ciudad cubierta con una capa, ocultando su rostro en la medida de lo posible con una capucha. La capa la había robado, junto con los pantalones que llevaba puestos, de la azotea de un pobre incauto que había tendido la ropa para que se secara. Los ropajes anteriores de Kali habían acabado en muy malas condiciones tras el viaje campo a través que había realizado la pantera. Dejó sus ropas viejas a cambio de las nuevas, que aunque sucias aún podían tener algo de utilidad. No es que disfrutara tener que recurrir al hurto, pero no podía perder más tiempo.

El motivo de la capa era evitar que le reconocieran. Había visto un cartel de "Se busca para interrogar" con un burdo dibujo de su cara en el tablón de la entrada a la ciudad. No era un retrato particularmente fidedigno... pero la mujer bestia se imaginaba que no habrían muchas panteras en Lunargenta. A pesar de que en el cartel no se ofrecía recompensa, se agradecía información. Por lo tanto, Kali prefería evitar de momento llamar la atención y provocar algún encuentro con la guardia. En el mejor de los casos los soldados retrasarían su misión y en el peor... bueno, sabía que la vida de una mujer bestia valía poco para los humanos.

Por suerte para ella, el bullicio de las calles le permitía pasar bastante desapercibida. Aún así, no creía que el cartel hubiera sido visto por el gran público, así que las posibilidades de que la reconocieran eran escasas. También dudaba que alguien se molestara en denunciarla, especialmente si no iban a obtener nada a cambio.

¿A dónde se dirigía la pantera? Con paso presuroso Kali se deslizaba por los barrios bajos de la ciudad hacia la zona burguesa. Tenía asuntos que resolver en aquella zona de la ciudad, si es que lograba primero encontrar el caserón que buscaba. Su señora le había encomendado una misión y pensaba llevarla a cabo aunque tuviera que ir preguntando puerta por puerta. Sintió un pequeño nudo en el estómago al recordar a su señora pero desechó rápidamente aquellos pensamientos. Aquella debilidad.

En su camino se detuvo frente a una taberna, el lugar perfecto para tomar algo sin que le hicieran preguntas. Era una calle concurrida no obstante, no parecía que su capricho le fuera a resultar barato. Pero desde que había pasado hambre no pensaba negarse el lujo de comer si le apetecía. Había conseguido algunos aeros en las afueras de la ciudad y no le preocupaba gastarlos.

Se quedó un momento en la calle, contando sus aeros y calculando mentalmente cuántas chuletas podría permitirse con las monedas que tenía. En esos momentos la calle parecía ajetreada, entre la fauna local la pantera creyó ver a un muchacho pidiendo y a un humano barbudo, que confundió con un vagabundo. No les dio mayor importancia.

Parece que el niño estaba vivo después de todo pues se digno a mostrar signos vitales ante el llamado de atención de Kawler.

- Me llamo Krawler. A decir verdad tu pregunta me deja un tanto extrañado - "Como se sueña? Ni siquiera se como explicar eso. Uno simplemente duerme y pasan cosas. Recuerdo haber soñado persiguiendo una presa realmente digna de perseguir, era enorme, peluda y bastante rellena, aun así si ritmo era digno de varios de nuestra especie, me emocione tanto que me transforme en lobo y la perseguí disfrutando cada paso, cada bocanada de aire para seguir a esa delicia, ya estaba a punto de alcanzarla cuando entonces me despertaron, era hora de ir a cazar".

Krawler pensó que a lo mejor el niño se refería a que no podía recordad sus sueños cuando despertaba, "realmente es algo frustrante", a lo mejor por nunca recordar sus sueños el pobre llego a pensar que el no los tenía. O a lo mejor se refería a tener una meta en la vida, a lo mejor el quiere tener algo pero no sabe como, ni el que.

- Niño, si quieres tener un sueño primero tienes que saber que es aquello que te gusta, algo por lo que darías lo que fuera, algo con lo que con solo pensar en ello te emocionas, si encuentras ese algo y realmente estas decidido a dar lo que sea por ello, entonces y solo entonces, tendrás un sueño. Pero aun eres muy joven, confía en mi, aun no necesitas tener un sueño así de grande... o a lo mejor si, jeje - dicho esto Krawler se quedo mirando al niño con una sonrisa después de haber aportado su pensamiento.

Escuchó la conversación por casualidad. Estaba contando monedas cuando las voces le distrajeron. No es que hablaran particularmente alto, pero la felina tenía un buen oído. No le interesaba particularmente aquel diálogo entre ambos personajes, pero alcanzó a escuchar el nombre de uno de ellos. El tal Krawler.

No le hubiera dado mayor importancia de no ser por la llegada de aquel par de guardias. No era nada fuera de lo común, estaban haciendo una ronda. Se acercaban en aquella dirección. No la habían visto, pero Kali no iba a quedarse esperando a que pasaran a su lado. Tenía que camuflarse de alguna forma entre la multitud. Fue entonces cuando se le ocurrió una idea.

Miró por primera vez al muchacho y al hombre con atención. Ahora que se fijaba, el niño parecía ir demasiado bien vestido y limpio como para ser pobre. El hombre por su parte portaba una barba y su cabello largo le daba un aire algo salvaje. Ambos personajes parecían ser más de lo que aparentaban. La pantera volvió a guardar sus monedas y se dirigió a ambos con paso firme.

-¡Krawler! Vaya, cuánto tiempo.- Saludó al hombre, colocando después su zarpa sobre su hombro con suavidad, a modo de saludo. Esperaba ganar algo de tiempo en lo que duraba la confusión. Suponía que el hombre intentaría hacer memoria y averiguar de qué conocía a la pantera. O quizás haría como que la conocía por cortesía, creyendo que realmente la conocía de algo pero se había olvidado. Kali simplemente buscaba su compañía y conversación para pasar desapercibida ante la guardia. - ¿Cómo te va? Ah, perdón, ¿interrumpo una conversación? -Preguntó a continuación, pasando su mirada felina de uno a otro. De momento la treta parecía funcionar, los guardias pasaron de largo sin mirar mucho en su dirección.

Kali volvió a centrarse en sus interlocutores. El chico era el que más extraño le resultaba de los dos, había algo casi "aséptico" en él.

La expresión del niño era la misma que tenia antes y después de haberle dado una respuesta. Tal vez esa no era la respuesta que este buscaba. La duda invadía a Krawler.

El chico estaba por responderle cuando se percato su atencion del niño fue ligeramente desviada hacia otra parte, no parecía el tipo de niño que no prestara atencion a alguien con quien estuviese hablando, por su vestimenta y carácter a primera vista parecía que tuviese unos modales muy refinado. Extrañado por la desviación de atencion Krawler no tardo mucho en averiguar que era la fuente de la distracción del pequeño. Sintió que alguien posaba su mano en su hombro, o algo que debería ser una mano.

- ¡Krawler! Vaya, cuánto tiempo.-

"Pero que c.. quien es ella?" - una mujer pantera se presentaba ante Krawler, quien estaba arrodillado de una pierna para estar a la altura del pequeño. "Su cara no me suena de nada".

- ¿Cómo te va? Ah, perdón, ¿interrumpo una conversación? -

Antes de que si quiera Krawler pudiera decir algo Zero había respondido a la señorita haciéndole la misma pregunta que a el, le dio su nombre y pregunto por el de ella. Como la atencion de la conversación se traslado hacia la recién llegada Krawler decidió también decir algo. Aun con gesto extrañado por pensar si la conocía de algo, se levantó, la miro a los ojos y dijo con gesto confundido - Acaso intente cazarte? -

La guardia siguió su camino, la pantera procuró no prestarles mucha atención. Durante unos segundos pensó que uno de los guardias la había reconocido, que sospechaba. Sin embargo, los soldados siguieron su camino sin detenerse. Fuera como fuese, la pantera pudo respirar tranquila de nuevo. Podría haber esperado a que la guardia pasara de largo y haberse limitado a seguir su camino, sin embargo, el niño se había dirigido a ella.

-Hola, pelón.- Saludó la pantera con alegría, enseñando sus colmillos al sonreír. Aunque luego su cara se tornó en un gesto de estupefacción ante la pregunta del chico. ¿Qué se necesitaba para soñar? La mujer bestia no era una criatura particularmente sesuda. -¿Es algún tipo de acertijo? -Preguntó tras un breve momento de cavilación, mirando al muchacho, luego al tal Krawler, y finalmente al muchacho de nuevo. Entonces se limitó a encogerse de hombros. -No sé, chico, ¿una cama? nunca me había parado a pensar en ello...- Respondió con simpleza. No estaba ella para pensar en cuestiones metafísicas.- ¿No vas a la escuela? Igual podrías preguntarle a tu maestro.-

-Mi nombre es Kali, chavalín.- Saludó la pantera. -Y no hace falta ser tan estirados ¿eh? Nunca nadie me había llamado señorita.- Rió levemente. -¿Eres el hijo de algún noble? -Preguntó la pantera posando brevemente su mirada una vez más en el hombre lobo. Ahora que estaba más cerca de él reconocía el olor. Era un licántropo. La pantera bufó internamente, los hombres lobo eran como los hombres bestia en cierto sentido, pero podían pasar desapercibidos entre humanos y demás criaturas humanoides. En su opinión, al hacerlo actuaban de forma cobarde y renegaban de su verdadera naturaleza.

Encima aquel licántropo la insultaba, o así se lo tomó Kali. "Intentar cazarme. ¡A mí!" Se dijo mentalmente. "Como si un chucho como tú pudiera darme caza.". Sin embargo, se limitó a responder con una sonrisa fría.

-Si hubieras intentado darme caza, probablemente no estaríamos teniendo esta conversación. ¿No crees?- Casi sonaba a amenaza. Sin embargo rió ligeramente y le dio un golpecito amistoso en el hombro, para quitarle hierro al asunto. Aún esperaba poder mantener la farsa un poco más.

La mujer pantera había respondido a Krawler su tono sonaba un tanto desafiante pero el no sentía que lo dijera con ánimos de entablar un enfrentamiento, así que Krawler se lo tomó de la mejor de las formas. Le devolvió en golpe en el hombro y dijo con una sonrisa - jaja, me ceas bien -.

El chico por su parte había respondido a la pregunta de Kali. "Conque mercaderes" pensó Krawler, "tampoco es eso realmente me importe, pero en cualquier caso, es algo mas que se de este niño". Acto seguido el niño dijo que dormiría y allí mismo se desplomó. No era raro que Krawler no se esperara eso, realmente es un niño muy particular.

Ahora la pregunta que rondaba su cabeza era, debería llevarlo a un medico o algo para que lo vea o debería buscar a sus padres. "El chico dijo que su padres eran mercaderes, seguramente los guardas después de llevar un tiempo haciendo estas vueltas día tras día deben de conocer a la gente, creo que lo mejor será llevarlo ante un guardia y explicarle la situación para que pueda ayudarlo". - Llevaré al niño con los guardias, a ver si ellos pueden hacer algo. Querrás acompañarme? -

El hombre se había tomado a bien el comentario, y la pantera por su parte no le guardó rencor. Sonrió ante la amistosa palmada en el hombro. ¿Igual se había precipitado en juzgarle?

La mujer bestia nunca puso en duda las palabras de Zero. Es decir, ¿por qué iba a pensar que el chico podría estar inventando la profesión de sus padres? Quizás alguien más perspicaz hubiera notado la leve pausa antes de contestar, el pequeño titubeo. Sin embargo, la pantera no se había percatado y tampoco estaba interesada por la vida del joven. Inicialmente sólo se había acercado a ambos para tratar de evitar a los guardias.

El chico hacía preguntas muy extrañas. ¿Cómo podría ser eso de soñar consciente?

-¿Eh? No creo, muchacho... Al menos no conozco a nadie que pueda. Bueno, conocí a una mujer oso que caminaba mientras dormía... pero no sé si es lo mismo. Ni siquiera sé si así se puede soñar.- Kali se rascó la barbilla con aire pensativo. Lo cierto es que la pantera era la persona menos indicada para responder aquel tipo de cuestiones. Algunos humanos solían decir que uno de sus dioses era quién hacía que las criaturas soñaran. Y por lo que a Kali respectaba bien podía ser cierto.

-Espera... ¿qué?- Pero antes de que pudiera reaccionar ante las palabras del muchacho. Zero cayó al suelo como un muñeco. -Por todos los dioses...- Maldijo la pantera preocupada y sorprendida por lo sucedido. -¡Dioses! ¿No está muerto no? - Le preguntó al lobo en un susurro mientras se aseguraba de que tenía constantes vitales. La mujer bestia suspiró aliviada.

-¡No se preocupen! -Añadió acto seguido a aquellos que se habían detenido a mirar, para evitar llamar más la atención. Si veían una multitud congregada seguramente la guardia se acercaría a curiosear.- El chico padece de desmayos, enseguida se le pasa.- Trató de apaciguar a la gente curiosa aunque igual parecía algo sospechosa, tanto por su apariencia como por la capa que llevaba. A continuación se volvió hacia Krawler. -No estoy segura de que la guardia pueda ayudarnos.- Le respondió sintiendo que de alguna forma se había metido ella sola en la boca del lobo. Especialmente si Krawler insistía ir con la guardia. - Lo mejor sería llevarle a un sanador. Y de prisa.- Intentó sonar como que sabía lo que hacía. Con seguridad, para evitar réplica. La verdad es que estaba preocupada, pero mentiría si dijera que no le impulsaba también el hecho de evitar un encontronazo con la guardia.

La mujer cogió el cuerpo del niño en sus brazos y miró a Krawler esperando que él supiera donde encontrar al sanador más cercano.

La multitud se acercaba mirando a niño tirado en el suelo con impresión, impresión... impresionante era lo poco que le importaba a Krawler, pues su mente tenia otras preocupaciones que las posibles sospechas de los ciudadanos. "Mas o menos dentro de 1 hora sera la hora de comer, debería ir pensando que podre comer, un jabalí no estaría mal, y porque no, una manzana que no todo en la vida es carne".

La mujer-pantera supo controlar a la multitud de forma audaz. - Eres buena - dijo. Ella pareció desechar la idea de llevar a niño con los guardias, no entendía porque, pero la sugerencia de llevarlo a un sanador tampoco era mala, lo importante era ver que le pasaba al chico. "Estará realmente dormido, eso sería algo muy divertido ahora que lo pienso".

Krawler se averiguar donde podría encontrar a un sanador, o un médico. Decidió acercarse a un señora un tanto mayor que estaba vendiendo manzanas.

- Hola humilde ancianita -
- Hola joven, ¿quieres comprar alguna manzana? -
- Realmente no es eso a lo que vengo, me gustaría saber si usted conoce la ubicación de algún sanador o medico en esta ciudad. -
- Podría decírtelo, si me compras alguna manzana. -
- Deme 3 -
- Perfecto, serán 6 monedas de cobre.
- No tengo dinero. - Krawler busco en su bolsa y saco un trozo de carne - Quiere una pierna de jabalí como trueque?
- Carne!?. DAME!!!

Tomó la pata como si temiese que el fuese a retractarse de su oferta, le dio las manzanas y le dijo. - Hay un sanador por allí, en dirección contraría a la a la ronda que hacen los guardias, veras un cartel que dice Hemerd, entra allí y pregunta por el, está a 5 minutos caminando.-

- Gracias humilde anciana - Volvió junto a Kali y le indicó el camino, esperando su respuesta antes de emprender la caminata. "A mitad de camino le ofreceré una manzana, a ver si le gustan".

El muchacho seguía inconsciente y no parecía que fuera a despertar pronto. Krawler por su parte, haciendo gala de un increíble pasotismo, se acercó a un puesto de manzanas. Kali se quedó desconcertada durante un instante ante la actitud del lobo, sin entender sus intenciones. No era momento para ir de compras.

-¿Tienes un antojo?- Se medio burló la pantera cuando recuperó la compostura. Pero entonces se dio cuenta de que el hombre estaba pidiendo direcciones. -Ah.- Susurró para sí misma. La anciana parecía un hueso duro de roer, sin embargo el lobo la convenció con una pata de jabalí. La mujer bestia salivó, tenía buena pinta. Miró casi con pena como la pata acababa en manos de aquella señora amante de la carne. O que no tenía suficiente como para permitirse comer carne a menudo. Sea como fuera, al menos tenían la información.

Y justo a tiempo además, a lo lejos la guardia continuaba la ronda de vigilancia, esta vez regresaban en dirección al variopinto grupo.

-Buen trabajo, amigo.- Le felicitó la mujer bestia con sinceridad aunque con tono algo condescendiente. -Pongámonos en marcha cuanto antes.- Apremió Kali. Dicho esto la joven pantera comenzó a andar a ritmo ligero, en la dirección señalada. Tampoco era cuestión de echar a correr con un niño en brazos, no quería llamar la atención... más de lo que ya lo habían hecho.

Cinco minutos caminando no daban para mucho. Kali se dedicó a mirar los carteles de los diferentes escaparates, buscando de forma futil algo en las letras que le diera una pista de cuál podía ser el del sanador. No sabía leer pero tampoco quería quedar en evidencia, que supieran de su ignorancia. Imaginaba de todas formas que desde que Krawler descubriera el cartel con aquel nombre "Hemerd", le avisaría. El objetivo de la mayoría de los negocios se hacía evidente en sus escaparates, uno de los puestos vendía pescado, otro que hacía arreglos florales, había una barbería... Pero la mujer bestia no lograba localizar la tienda del sanador.

Kali llevaba 2 minutos mirando a todos los puestos que había y aun no se había dado cuenta que el de Hemerd está detrás de ella. "¿Acaso la situación pudo con ella?" - pensó Krawler - "será mejor que se lo diga, luce un poco agobiada". Pero antes de que Krawler pudiera decirle ella se le acercó y le dejó al niño. - Ten, luego vuelvo - y se fue corriendo detrás de alguna de las tiendas donde la gente vendía sus mercancías. "¿Que le pasará?".

Kawler giro la cabeza y vio a 2 hombres vestidos de armadura y con una lanza cada uno en su mano derecha. Ambos se pararon delante de el y le dijeron:

- Joven ha visto a esta mujer? - el guardia le extendió a Krawler un cartel de se busca con la cara de Kali -
- Quien es ella? -
- Es una testigo en un caso que tenemos, la has visto? -

Krawler no entendía porque ser una testigo haría que ella se ocultase, a menos que los guardas realmente buscasen algo más que a una simple testigo. "De momento será mejor no sacar conclusiones precipitadas".

- No la he visto, disculpen mi falta de ayuda -
- No se preocupe, seguiremos buscando. Por cierto, que hace un niño desmayado en sus brazos?
- Por algún motivo el cayó al suelo y me dijeron que en la tienda del sanador Hemerd me podrían ayudar a que despierte y saber que le pasó -
- De acuerdo, siga así - los guardias se disponían a irse pero antes de marchar uno de ellos se giro y dijo - eh joven, tenga cuidado con el viejo Hemerd, ese tipo esta chiflado -
- Gracias, lo tendré en cuenta -

Cuando los guardias se perdieron al seguir con su patrullage Kali salio de su escondite. Krawler la miró y le dijo - Que fue todo eso? -

Nota: Las acciones de Kali que fueron realizadas en este post fueron acordadas previamente con el usuario.

Por fortuna pudo ver que los guardias se acercaban cuando aún estaban a una distancia considerable. No estaba segura de que fueran a por ella, pero estaba claro que avanzaban en esa dirección. Y la mujer bestia prefirió pecar de precavida. Aprovechando que gracias a la capa y al ir algo encorvada por el peso no destacaba tanto entre la multitud, y aún no la habían localizado, la pantera se acercó a Krawler.

-Ten, ahora vuelvo. - Le sonrió y rápidamente, es escabulló por una callejuela lateral. No se marchó muy lejos, se encaramó a la pared lateral y se subió a una azotea. La azotea en cuestión parecía casi un trastero, contenía varias cajas vacías y mercancía, pero la pantera no se fijó demasiado. Y se agazapó tras unas cajas vacías, cerca de la calle en la que se encontraba Krawler y el muchacho. Agudizó el oído, necesitaba saber cuándo pasaría la guardia de largo. La casa no era particularmente alta, así que los ruidos de la calle llegaban con claridad.

Ciertamente no esperaba en aquella conversación oír la voz de Krawler. De todos los transeúntes, la guardia justo había ido a dar con uno que la conocía. Aunque lo cierto es que en realidad había sido una suerte. Porque el hombre no solo no la delató, sino que la cubrió. Tendría que agradecérselo luego.

Entonces giró las orejas a causa de un sonido, luego la cabeza entera. Era una niña. Por todos los dioses. La pantera echó ambas orejas hacia atrás y sonrió lo más de la forma más inofensiva que pudo. Luego se llevó un dedo a los labios. Tuvo suerte de que la niña estuviera más impresionada que otra cosa y no se moviera ni un ápice. Abajo los guardias parecía que seguían su camino.

Kali esperó unos minutos para asegurarse que la guardia se había ido. Y un par de ellos más, por si acaso. Por suerte no habían insistido en ayudar. Lo más probable es que tuvieran prisa por encontrarla. La niña por su parte seguía mirándola con asombro, pero no parecía que fuese a hacer nada. Así pues la pantera asomó finalmente la cabeza para comprobar que la calle estuviera despejada. Se despidió de la niña con un gesto y descendió con suavidad por el mismo lateral por el que había subido, cerca de donde se encontraban el muchacho y el licántropo.

-Vaya.- Suspiró.- Gracias, hombre, te debo una.- La mujer bestia palmeó el hombro de Krawler.

-Puedo contártelo, pero mejor no aquí... Primero llevemos al chavalín con el sanador. - La pantera esperaba de esta forma apartarse finalmente de la calle.

La niña sorprendida:

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Off-roll: Quiero llevar a cabo una pequeña trama con la guardia y si pudiera ser me gustaría evitar encontronazos directos con miembros de la misma. Es decir, necesito que la guardia no sepa con seguridad que ella está en la ciudad. Pueden estar a punto de pillarnos pero a Kali concretamente que no la "vean" o atrapen todavía.

Kali le prometió a Krawler una explicación, pero le dijo que sería mejor en un sitio más discreto. No intentó rebuscar en su ello, pues entendía que si se escondió le sería más cómodo si solo el pudiese escuchar. - De acuerdo - Dispuestos a entrar a la tienda Krawler estaba a punto de dar un paso cuando sintió que algo se movía, miró hacia abajo y vio al niño que habría los ojos con una sonrisa. Les dijo a ambos la fantástica aventura que había tenido en su sueño. Krawler le dedicó una sonrisa. - jaja, suena bastante interesante pequeño, a decir verdad no paso nada interesante, por suerte, jeje - Bajó al niño y le palmeo un poco los hombros para quitar tierra, que por cierto no tenía, pero el lo hacia por costumbre. - y se dice inconsciente, no descinconsciente, descinconsciente no existe jaja - "los niños de hoy en día".

Aparentemente la situación del niño se había solucionado, parecía estar bien y mejor que eso, recordó su sueño. Cerrado este tema Krawler decidió centrarse en otro distinto. Dirigió su mirada hacia Kali.

- Me esta entrando hambre, voy al bosque a cazar algo, si no recuerdo mal vi algún que otro ciervo por ahí, porque no vienes conmigo, disfrutamos de un poco de carne juntos y de paso me explicas tu situación -

El muchacho se despertó de golpe, sobresaltando ligeramente a la pantera. Por todos los dioses, aquel muchacho era muy extraño. ¿Realmente se había quedado dormido a propósito? "Nah, no puede ser". Kali desechó la idea. Nadie puede simplemente decidir dormir y... ¡pam! caer redondo...

-Hey, pelón. ¿Cómo estás? - Preguntó la pantera alegremente, a modo de saludo. Sonrió al escuchar la descabellada historia, el chico parecía emocionado incluso. -Naves voladoras ¿eh? Cuánta imaginación.- La pantera esbozó una sonrisa, enseñando los colmillos aunque desdeñando un poco la ficción. ¿De dónde habría sacado el chico aquellas ideas extrañas? Seguramente de un libro. Jamás entendería por qué la gente se pasaba horas detrás de las páginas de un libro.  -¿Te imaginas? No me subiría en una de esas naves por todo el oro del mundo. Yo le dejaría el cielo a los pájaros y los dragones. En cualquier caso, espero que ganaras la batalla, mocoso. - La pantera revolvió el cabello del chico.

Krawler le cubrió las espaldas una vez más, ocultándole al muchacho lo que había sucedido en realidad. Omitiendo el hecho de que la guardia le estaba buscando. Era mejor que le muchacho no supiera nada de aquello, era solo un niño después de todo. El lobo, por su parte, le caía mejor por momentos.

-Reconozco que la oferta es muy tentadora, amigo.- Le respondió la mujer pantera con una sonrisa, aunque añadió en tono más grave. -Pero ¿qué hacemos con el chaval? ¿no deberíamos llevarlo con su familia? Igual le da por desmayarse de nuevo de camino a su casa y se encuentra con algo peor que nosotros...- Lo último lo añadió en voz baja. Para Kali el crío humano era ante todo un niño y, por lo tanto, prefería mantenerlo lejos de ciertos asuntos. Luego se dirigió al joven Zero de nuevo.- Oye, chico, ¿esto de las siestas espontáneas te pasa mucho?-

La idea de ir de caza le atraía bastante. Aunque temía no estar a la altura de las expectativas, sus intentos de cazar habían acabado en fracaso la mayoría de las veces a decir verdad. Y no quería quedar en ridículo. Aunque quizás Krawler pudiera enseñarle una cosa o dos. Por otra parte, no podían dejar al niño a su suerte. ¿No?

Después de la tormenta viene la calma. Después de haber pasado por esa situación peliaguda el trío singular estaba pasando un momento curioso y a la vez cargado de tranquilidad, toda esta situación mundana y curiosa hacia reír a Krawler, realmente tenía un sentido del humor muy peculiar. - Jajaja, pero que niño más curioso, me caes bien pequeño, sabes, si tus padres no tienen inconveniente puedes venir a cazar con nosotros, puedo mostrarte 1 o 2 trucos, quieres venir? - El niño abrió los ojos y mostró una gran sonrisa, le alegraba escuchar eso, le respondió afirmativamente asintiendo con la cabeza.

Kali no parecía del todo contenta con la propuesta de Krawler, el lo noto en su expresión, se acerco a ella y le dijo al oído para que Zero no lo escuche - no te preocupes, lo tengo todo controlado - le sonrió y le guiño un ojo en señal de que confiase en el.

- Bien pequeño, vamos al bosque donde las presas esperan a ser cazadas... realmente no es así, pero no pueden negar que suena bastante bien - Krawler se agachó para tomar al niño y llevárselo a los hombros - ven aquí - una vez puesto a Zero en sus hombros comenzó a caminar - vamos allá - miró a Kali esperando que lo siguiera en dirección a las afuera, hacia donde está el bosque.

Nota: Las acciones de Zero que fueron realizadas en este post fueron acordadas previamente con el usuario.

Si se hubiera parado a pensarlo, ir a cazar en aquel momento suponía desviarse de sus planes. Pero en cualquier caso, todo lo que había sucedido hasta entonces había sido un contratiempo. Un contratiempo enorme en sí mismo. Posiblemente le convenía alejarse de la zona. En la medida de lo posible. Particularmente, si se tenía en cuenta que había un par de guardias que estaban al tanto de su presencia por la zona. Kali dejó escapar un suspiro al recordar lo cerca que había estado.

-Sería más fácil, pero más aburrido ¿no? - La mujer pantera se cruzó de brazos, cambiando el peso de su cuerpo de un pie a otro mientras observaba a sus compañeros conversar. El chico parecía ir de cacería con ellos, Kali no las tenía todas consigo. Es decir, si habían dejado al niño el día libre, ¿por qué no estaba con sus amigos? No le cuadraba. Aunque no era su problema, se recordó. Tenía que perder la costumbre de ir buscando mocosos humanos que socorrer.

Se resignó cuando Krawler le dijo que lo tenía todo bajo control y asintió con la cabeza. Aunque el licántropo le caía bien, no sabía hasta qué punto confiar en él en ese sentido. Es decir, le había salvado el culo pero también parecía un hombre bastante despreocupado...

Kali se entretuvo un poco, mirando una vez última vez hacia atrás, antes de comenzar a andar tras ellos. Quería asegurarse de que realmente había perdido a los guardias. Se cubrió con la capucha de la capa, que había resbalado de su rostro con tanto movimiento. Se apresuró para ponerse a la altura de Krawler, que llevaba al chico en sus hombros.

-Igual podríamos ir abriendo boca con una de esas manzanas que intercambiaste antes, ¿eh, Krawler? Niño, ¿tienes hambre?- Comentó casualmente la pantera, mientras andaba junto a ellos. Ella hubiera preferido aquella apetitosa pata que el licántropo intercambió. Pero se encontraba algo hambrienta... y aún tenían que cazar el almuerzo.