El Campo de Alquimistas +18 [Desafío]
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El Campo de Alquimistas +18 [Desafío]
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La historia del campo de alquimistas que Menelwie contó a los niños del refugio de Baslodia no era, en su mayoría, otro cuento más. Existía de verdad, aunque Menelwie no lo sabía ni tenía ningún modo de saberlo.
El campo de alquimistas estaba en un rincón escondido del bosque de Migdar. Había que protegerlo bien. Los mejores científicos, al menos los que habían sobrevivido a la epidemia, vivían y trabajaban en las tiendas de aquel lugar. En temas de seguridad y camuflaje, no había que escatimar en gastos. El campo de alquimistas no estaba rodeado por ninguna cerca, sino por los propios árboles, secos como esparto, de Migdar. No era el ambiente más agradable para trabajar. El juego más famoso entre los alquimistas se llamaba: "Mejores Lugares que el Secarral". Los jugadores tenían que decir los lugares que habían trabajado, siempre que sean mejor que el campo de alquimistas de Migdar. El primero que se quedase callado, perdía. Las apuestas eran igual de seguras como deprimentes. Wanda acababa de subir la apuesta a media cesta de garbanzos, Útyr y Ojack se retiraron del juego y Manthil igualó la apuesta de Wanda con otra cesta, ésta contenía más hongos que arroz. La comida escaseaba; la poca que quedaba era repugnante.
El sótano de una taberna de Vulwulfar- Manthil dedicó una sonrisa socarrona a Wanda - No teníamos mesas, usábamos los toneles vacíos-.
-¿Has estado alguna vez en Ulmer? Lo lobos no dejaron una tienda de tienda, un tres ollas oxidadas y una hoguera. Teníamos que taparnos la nariz para no notar el apestoso olor de los perros mojados. No te ofendas Scör. – dijo guiñándole el ojo a un hombre perro que preparaba una poción verde en la hoguera. Wanda tenía el mal presentimiento de que aquello era su comida.
-¡Subamos el nivel! Dundarak, el lugar donde hace tanto frío que el color de piel natural de los elfos allí arriba es el morado y no el blanco. Era la galería de un viejo pintor, me contrato para que le hiciese pinturas de nuevos colores. Una habitación sin ventanas, decenas de cubos de tripas apestosas con su huésped de moscas y mosquitos, especies de olores intensos, agua de Dundarak, lo que viene a ser hielo de color amarillo para nosotros, y otras tantas cosas más que el tiempo me hice olvidar-.
-¡Quieto, todavía no he terminado!- gritó Wanda en el momento en el que Manthil alargaba los brazos para hacerse con la apuesta de la mesa- Sacrestic Ville, siendo concretos, la ciénaga que tienen por bosque los vampiros. Imagina todo lo que viviste en el cubil del pintor extendido a todo el bosque. Los vampiros dejan los restos de sus almuerzos tirados por todo el bosque. ¡Qué asco!-
-¿Y eso es peor que Migdar?-
-Muchísimo peor. Los vampiros se están comiendo sus bosques, Migdar fue quemado por los brujos. ¿Qué preferirías morir quemado o comido?-
-Sí es por ti, comido. No necesito pensármelo- Manthil levantó las manos y dejó que Wanda se llevase el premio gordo.
Terminado “Mejores lugares que el secarral”, la mujer cierva tenía una sonrisa de oreja a oreja. En la mano derecha sostenía dos cestas llena de comida en mal estado, su premio, lo que allí se consideraba un lujo y una moneda de intercambio y apuestas, y con la mano izquierda se rascaba la cabeza, justo debajo del nacimiento de sus pequeños cuernos. Siempre, desde que era pequeñita, tenía la costumbre de rascarse la cabeza cuando tenía una mala impresión, como los ancianos cuando decían que les dolía la cadera días antes de una tormenta. Esa comparación no era la más acertada, Wanda era la alquimista más joven, guapa y atrevida del campo de alquimistas. La mayoría eran elfos cuyas edades no tenían menos de tres cifras o ancianos brujos con la mitad de años que los elfos pero el triple de ancianos. Habían unos pocos humanos, algún que otro dragón y solo dos hombres bestias: Scör, un viejo perro de mal carácter, y ella, la joven cierva. Se sentía fuera de lugar, aquel no era su sitio. Sí, era buena en su trabajo, quizás de las mejores. No había nada que conociese las plantas mejor que ella. Sin embargo, allí, quien no la retrataba por su edad lo hacía por su raza.
El único que no era un tremendo estúpido con ella era Manthil. Su aspecto era la del típico elfo: guapo, esbelto, larga melena morena, finos ojos azules y edad incalculable. Era encantador. Insistió, por activa y por pasiva, a acompañar a Wanda a su tienda y ayudarle a guardar la comida a buen recaudo. En el campo de alquimistas, todas las pertenencias tenían que estar bien escondidas; todo se usaba para fabricar una nueva poción que curase la epidemia o para las apuestas de los juegos.
-Olvídate de los baúles, si entrase un ladrón a tu tienda sería el primer lugar dónde buscaría-.
-¿Y si lo escondo entre los libros?-
-Mal; ¿sabes cuántos brujos matarían por leer un libro nuevo? Esos ignorantes creen que uno de nuestros guarda la receta de la cura entre sus apuntes-.
-¿Y bajo de la cama?-
-La cama es un buen escondite, pero se me ocurre otra función que darle…-
Entraron a la tienda de Wanda besándose con la pasión de dos adolescentes. Otro de los grandes entretenimientos del campo de alquimistas, mayor que los juegos, era el sexo. Wanda sabía aprovechar muy bien el suyo. Tenía una extraña relación con Manthil. Tanto en el juego como en la cama eran rivales, competían por ver quién era mejor que el otro, quien hacía que el otro gritase más, quien tenía los arañazos más profundos en la espalda… Entre todos sus compañeros del campo de alquimistas, Manthil era el único que le entendía. Entre todos sus compañeros del campo de alquimistas, jamás hubiera esperado que fuera Manthil quien la mataría.
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Dentro de la cabaña de Wanda no había nadie. Había desaparecido. Nadie se preguntó la razón. A veces, la gente desaparecía. Deprimidos, tristes y cansados de probar nuevos ingredientes para la cura; iban al bosque con una gruesa cuerda y un pequeño taburete. Dieron por hecho que Wanda se suicidó. La noticia fue recibida sin una pizca de tristeza. Una boca menos que alimentar, más comida para el resto del campo de alquimistas.
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* Bienhallado/a al campo de alquimistas: Estás en el bosque de Migdar, no me importa cómo has llegado hasta aquí, por mi parte no seré estricta con tu cronología. Has oído historias sobre el Campo de Alquimistas y deseas encontrarlo. No será fácil, como bien has visto, está bien escondido y bien protegido. Una vez llegues, te enteras de la desaparición de Wanda. Es fácil sospechar de Manthil. ¡Adelante! Utiliza tu ingenio para hacer que Manthil confiese el asesinato de Wanda. El cadáver está desaparecido.
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Última edición por Sigel el Miér Nov 01 2017, 09:55, editado 1 vez
Sigel
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Re: El Campo de Alquimistas +18 [Desafío]
-Dicen que están buscando ya una cura...- Dijo una elfa de cabello rizado y platinado con una voz desanimada. -¡El rey es un capullo, huyó en vez de ayudarnos!- Se quejaba un viejo aldeano que vendía sus últimas cosechas en el mercado casi putrefactas, después de la pandemia a los agricultores les era más costoso y difícil mantener sus cultivos.
-Algunos dicen que están buscando la cura con el agua de infestada de los bosques...- Mencionó firmemente una joven que no dejaba de jugar con su cabello durante la charla.
-Pero si fuera así, estarían todos muertos ya... ¡nadie sobreviviría a Midgar, menos con la peste rondando!...- Les aclaró a todos una señora pelirroja y regordeta que vendía artilugios de madera para el hogar.
El mercado se encontraba demasiado tranquilo, los pueblerinos temían de salir, solo alguno que otro venía rápidamente a comprar lo necesario. Algunos llegaban a envolver el dinero en telas como un método de protección que a mi parecer era estúpido. Y yo... pues solo venía a conseguir dinero, había quedado más que confirmado que de los árboles y los seres del bosque no sacaría dinero, así que no tenía más remedio que meterme entre las razas supuestamente inteligentes del reino, aún a riesgo de contagiarme
Era todo tan aburrido, estaba a punto de irme cuando escuche las habladurías de un viejo que vendía pan y verduras con otras mujeres alrededor de una mesa carcomida, no tenían mucho que hacer, con suerte vendieron a dos clientes, nunca había visto tanta paz en el lugar.
Traté de pasar desapercibida a unos metros detrás de ellos para seguir escuchando lo que decían de la supuesta cura de la peste, ¿qué tanta fortuna podría sacarle a algo como eso?
-Todas esas cosas no tienen nada que ver con nosotros...- musitó la elfa-Yo me conformo con poder vender lo que coseche ayer, que está allí tirado pudriéndose con el resto de mis verduras, ¡maldita seas la peste!- le respondió el gruñón del viejo.
Había escuchado lo que necesitaba y me puse en pie hacia el bosque de los elfos, comenzaría allí la heroica búsqueda para encontrar la cura y así llenarme de dinero...es decir, para ayudar a los pobres enfermos.
Pase varios días recorriendo el bosque, largas horas nocturnas buscando el lugar, hurgando en cada rincón de Sandorai. Pero era en vano, solo me encontraba con árboles, animales, y elfos en extraños rituales que preferí no interrumpir. Pero no había rastro alguno del dichoso grupo de investigadores y no voy a mentir, pensé en rendirme muchas veces, sin embargo la recompensa era demasiado tentadora y pese la circunstancia actual de los reinos tampoco tendría en un futuro inmediato muchos más momentos de conseguir una oportunidad así.
A pesar de mi terquedad estaba a punto de rendirme de forma definitiva cuando mis sensibles oídos detectaron un sonido diferente no muy lejos de donde me encontraba. Me acerque en sigilo, enfocando toda mi destreza en hacer el menor ruido posible para poder ver de quien se trataba, pues el sonido de sus pisadas ya lo delataban como un "quién". Un muchacho moreno, al estar más cerca noté que era un elfo en realidad, caminaba agitado y nervioso por entre los árboles carbonizados y melazas quebradizas.
Sin ninguna otra pista a la vista, decidí probar suerte y seguirlo. El sospechoso sujeto me dirigió inconscientemente hasta un campamento, pero me detuve a una distancia prudente del lugar, no era la mejor opción el intentar entrar ahora, no sabía si este era el sitio que buscaba, pero si era, seguramente estaría bien vigilado. Decidí resguardarme y observar para recaudar algo más de información antes de hacer mi próximo movimiento.
Al amanecer, las personas anidadas en el campamento lentamente comenzaron a iniciar sus actividades. Decidí acercarme con cuidado a través de los árboles secos con mucho cuidado, tenía que ser prudente y cuidar a donde me movía y que pisaba, ya que el terreno seco no era mi aliado en este momento. En la lejanía, un pequeño grupo de personas charlaban desanimados cabizbajos. No ayudaba que algunos también estuvieran alterados. Quizás tenían información relevante, por lo que concentré mi mirada en ellos, intentando escuchar lo que tenían que decir.
-Pero Útyr, no tiene sentido que Wanda se suicidara, simplemente no es algo que ella haría- mencionó lamentado uno de los sujetos.
-La última vez que la vimos estaba normal, fue a su tienda con la ración y se despidió para comer sola como hacía siempre- le contestó su compañero algo confuso -Le acompañó Manthil...- finalizó con un chasquido de lengua y prosiguió a retirarse hacia el joven elfo.
Así que, el muchacho no fue a una simple caminata bajo la luna, vamos a divertirnos con esta situación...
Esperaba, tranquila observando, sobre todo que hacía el elfo, se mostraba calmado pero a la vez no interactuaba mucho con los demás, no podía saber si así era su personalidad o ¿acaso querrá evitarlos?. ¡Vamos! no confiaría mi salud a unos idiotas como estos “pseudos-investigadores” que no pueden notar lo evidente, ni siquiera por que han intentado hablar con él y este se pone de lo más nervioso sin mencionar el nombre de ella alegando que solo le había ayudado con su saco de comida, sólo un tonto le creìa tal disparate.
Caía la noche y rumores sobre la chica, ¿cómo era que se llamaba?... a sí, Wendy, que era alegre, sensual y competitiva, actitud retadora compartida con el elfo Manthil, o eso decían sus compañeros que parecìa que lamentaban mucho por no ver más esas “curvas de carne” que perder a una compañera, algunos hombres sí que daban asco.
Pobre Wendy, al menos murió de una forma que ya muchos vividores quisieran, tal vez “el martillo había clavado demasiado profundo”, o esa era la idea que tenía hasta el momento, una chica alegre que acababa de ganar raciones preciadas de comida, ¿tendrìa motivos para suicidarse?, no lo creo.
O quizás la pasión no era la culpable, si no, el hambre, con la escasez podría ser que matara por un maloliente saco de garbanzos. Ahora con mis ideas aclaradas podría chantajear al elfo.
Espere hasta ver que todos se metieran a sus carpas para dormir, cuando habían apagado sus fogatas y escuchaba el eco de los ronquidos me acerque a la tienda donde dormía el elfo; al entrar cuidadosamente lo primero que vi era su cuerpo tumbado en posición fetal, se veía como un bebé indefenso y sería fácil robarle su caramelo.
Lo rodee boca abajo, quedando mi boca cerca de su nariz y proseguí dándole una áspera lamida por su mejilla para despertarle, le tape su boca con mi diestra y con la otra mano saqué mis garras para acorralando su entrepierna, cuando abrió sus ojos me apoyé sobre su estómago bruscamente y apreté sus testículos suavemente...
–Tan sólo grita por ayuda y arrojaré tu cuerpo con el de tu querida amiguita...–, le miré fijamente a los ojos y sonreí con picardía –Sé lo que hiciste, ¿no podías soportar esa impotencia al perder contra ella verdad?, no podías dejar las cosas así… pero tampoco te podías resistir a esa suave figura que tenías frente a tí, con esos ojos observando y provocandote, exigiendote más, incitando a demostrar hasta dónde podías llegar… y eso fue lo que hiciste ¿verdad querido Manthil?, se que ella lo disfruto hasta el último aliento...– reí –Tú y yo podemos ser buenos amigos y nadie lo sabrá...–
Uso de habilidad: Visión Nocturna
Eva
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Re: El Campo de Alquimistas +18 [Desafío]
-¿Eres una especie de animadora macabra?- la risa del elfo tenía el mismo tono que la de la chica gata- Sí, sí que lo eres. No me imagino otro motivo por el cual alguien quiera quedarse con mi polla de recuerdo – con la mano derecha acarició con ternura la mejilla de la chica; era suave, aterciopelada – Me gusta cómo suena lo de buenos amigos, pero yo tengo un trato mejor. Déjame decírtelo a ver qué te parece: esta noche la pasamos los dos juntos como buenos “amigos” que somos. Gritarás o maullarás de placer, lo que sea qué hagan los de tu raza. Será una buena noche, para los dos. Mañana me despertaré con la polla tiesa y nuevas arañazos en la espalda, tú estarás acurrada a mi lado, me miras con tus brillantes ojos y desearás que volvamos a ser tan buenos “amigos” como lo fuimos durante la noche –.
La cara la chica estaba viendo era muy diferente a la que Wanda vio una vez. El elfo, se había quitado su máscara habitual. Con la gata, no tenía motivos para ocultar quién era de verdad: un ocioso que utilizaba a las mujeres más vulnerables para propios fines. El tono de voz de Manthil también era diferente al habitual, más risueño, más tramposo y, sobre todo, más taimado.
-De nada sirve que te diga, aquí y ahora, que maté a Wanda. ¿Verdad que no? No tienes testigos y nadie te creerá si dices que el mejor amigo de la cierva, un ciervo originario de estos bosques, es un asesino. Quédate conmigo. Me he quedado sin “amiga”, el lugar de Wanda está libre. Quédate y te haré rica- la caricia en la mejilla se volvió un amenazante roce- En algo te equivocaste preciosa, no maté a la cierva porque siempre me ganase en los juegos, lo hice porque ella descubrió la fórmula de la medicina contra la pandemia. ¿Te imaginas cuantos aeros puede valer? Serías la gata más rica de toda Aerandir-.
Ese canalla embustero le había matado, tapado con una gruesa manta infectada de pulgas y tirado en medio de bosque como si fuera un mueble viejo. ¿Cómo se hubo atrevido? Hubiera dado todo por él, le quería de verdad. Debería haber hecho caso al viejo Scör, en temas de amor Wanda era una niña pequeña, inocente y desconfiada. Eso estaba a punto de cambiar. Escupió la pastilla que hubo tragado antes de que Manthil le clavase el cuchillo por la espalda. ¡Funcionó, seguía viva! Hizo la pastilla, tiempo atrás, en caso de que alguien quisiera matarle, en el Campo de Alquimistas, no se podía confiar en nadie. El efecto de la medicina era muy simple, por unas horas, fingía que el corazón dejaba de latir. A vista de todos, estaría muerta. Fue un éxito rotundo. Jamás imaginó que utilizaría la pastilla con Manthil; pero así fue.
Casi llorando tras haber descubierto que su amor era una farsa, se quitó de encima la pulgosa manta y se levantó del suelo. Estaba desnuda y sucia de sangre. En su espalda tenía se podía ver el tajo, poco profundo, con el que Manthil intentó matarla y, en cierto sentido, la mató de verdad. Tenía un aspecto horrible, nunca necesitó una ducha con tanta urgencia como en aquel momento. Odio estar tan sucia, pero más odiaba a Manthil por lo que había hecho.
Le costaba respirar, caminaba mientras inspiraba y exhalaba como lo haría una mujer dando a luz. Se sentía de la misma manera como se sentiría una persona después de haber muerto. Era horrible. Tenía los brazos y las piernas entumecidas; no fue excusa para quedarse parada sin hacer nada. A paso lento y seguro, se dirigió hacia el Campo de Alquimistas, concretamente hacia la tienda de Manthil.
Abrió las cortinas de la puerta; sus peores temores se hicieron realidad. Manthil estaba con otra chica. ¿Le engañaba o se la había buscado después de haberla matado? Las dos opciones eran espantosas.
-Tú,- no lo pudo resistir más, las lágrimas salieron por sus ojos como si fueran dos pequeños ríos- eres una persona horrible-.
* Eva: ¡Sorpresa Wanda está viva! ¿Conoces la historia de Romeo y Julieta? La pastilla que se tomó Wanda es similar a la medicina con la Julieta fingió su muerte. Ahora, estás en la tienda de Manthil y la situación se ha complicado. Wanda cree que eres la amante del elfo e intentará matarte, a ti y a Manthil. El elfo, por su parte, te ha propuesto un trato muy difícil de rechazar: “Muchos aeros y un atractivo elfo como amante”. Es hora de poner en práctica la moral de tu personaje. Tienes que tomar una decisión, elegir un bando: Puedes intentar explicar a Wanda que es un error, que tu intención es la de vengar su “muerte” o puedes aceptar el trato de Manthil y, esta vez, matar a Wanda de verdad.
La cara la chica estaba viendo era muy diferente a la que Wanda vio una vez. El elfo, se había quitado su máscara habitual. Con la gata, no tenía motivos para ocultar quién era de verdad: un ocioso que utilizaba a las mujeres más vulnerables para propios fines. El tono de voz de Manthil también era diferente al habitual, más risueño, más tramposo y, sobre todo, más taimado.
-De nada sirve que te diga, aquí y ahora, que maté a Wanda. ¿Verdad que no? No tienes testigos y nadie te creerá si dices que el mejor amigo de la cierva, un ciervo originario de estos bosques, es un asesino. Quédate conmigo. Me he quedado sin “amiga”, el lugar de Wanda está libre. Quédate y te haré rica- la caricia en la mejilla se volvió un amenazante roce- En algo te equivocaste preciosa, no maté a la cierva porque siempre me ganase en los juegos, lo hice porque ella descubrió la fórmula de la medicina contra la pandemia. ¿Te imaginas cuantos aeros puede valer? Serías la gata más rica de toda Aerandir-.
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Ese canalla embustero le había matado, tapado con una gruesa manta infectada de pulgas y tirado en medio de bosque como si fuera un mueble viejo. ¿Cómo se hubo atrevido? Hubiera dado todo por él, le quería de verdad. Debería haber hecho caso al viejo Scör, en temas de amor Wanda era una niña pequeña, inocente y desconfiada. Eso estaba a punto de cambiar. Escupió la pastilla que hubo tragado antes de que Manthil le clavase el cuchillo por la espalda. ¡Funcionó, seguía viva! Hizo la pastilla, tiempo atrás, en caso de que alguien quisiera matarle, en el Campo de Alquimistas, no se podía confiar en nadie. El efecto de la medicina era muy simple, por unas horas, fingía que el corazón dejaba de latir. A vista de todos, estaría muerta. Fue un éxito rotundo. Jamás imaginó que utilizaría la pastilla con Manthil; pero así fue.
Casi llorando tras haber descubierto que su amor era una farsa, se quitó de encima la pulgosa manta y se levantó del suelo. Estaba desnuda y sucia de sangre. En su espalda tenía se podía ver el tajo, poco profundo, con el que Manthil intentó matarla y, en cierto sentido, la mató de verdad. Tenía un aspecto horrible, nunca necesitó una ducha con tanta urgencia como en aquel momento. Odio estar tan sucia, pero más odiaba a Manthil por lo que había hecho.
Le costaba respirar, caminaba mientras inspiraba y exhalaba como lo haría una mujer dando a luz. Se sentía de la misma manera como se sentiría una persona después de haber muerto. Era horrible. Tenía los brazos y las piernas entumecidas; no fue excusa para quedarse parada sin hacer nada. A paso lento y seguro, se dirigió hacia el Campo de Alquimistas, concretamente hacia la tienda de Manthil.
Abrió las cortinas de la puerta; sus peores temores se hicieron realidad. Manthil estaba con otra chica. ¿Le engañaba o se la había buscado después de haberla matado? Las dos opciones eran espantosas.
-Tú,- no lo pudo resistir más, las lágrimas salieron por sus ojos como si fueran dos pequeños ríos- eres una persona horrible-.
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* Eva: ¡Sorpresa Wanda está viva! ¿Conoces la historia de Romeo y Julieta? La pastilla que se tomó Wanda es similar a la medicina con la Julieta fingió su muerte. Ahora, estás en la tienda de Manthil y la situación se ha complicado. Wanda cree que eres la amante del elfo e intentará matarte, a ti y a Manthil. El elfo, por su parte, te ha propuesto un trato muy difícil de rechazar: “Muchos aeros y un atractivo elfo como amante”. Es hora de poner en práctica la moral de tu personaje. Tienes que tomar una decisión, elegir un bando: Puedes intentar explicar a Wanda que es un error, que tu intención es la de vengar su “muerte” o puedes aceptar el trato de Manthil y, esta vez, matar a Wanda de verdad.
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Re: El Campo de Alquimistas +18 [Desafío]
Cada oración, cada palabra disminuía mi líbido, le miraba con repugnancia y el pobre imbécil había logrado lo contrario de lo que pretendía, yo no venía aquí por sexo, no me había tomado todo este tiempo solo para que un elfo pito chico tenga la satisfacción de metermela. Solo quería la dichosa cura, pero tenía que pensarlo bien... aunque no tenía mucho que asimilar, ¿qué clase de ignorante confiaría en un extraño que acaba de asesinar a su mejor amiga y amante? solo un ser de escaso razonamiento, pero… si era verdad lo que decía, era muy tentador, tengo que jugar mis cartas bien y ponerlas firmemente en la mesa.
–Tu propuesta es muy tentadora, pero.. ¿Por qué tendría que confiar en alguien tan materialista que mató a su mejor amiga obteniendo el mérito y recompensas futuras que le acreditaban a ella?– sin dejar de recorrer su entrepierna, con mi otra mano repetí su caricia en su rostro recorriendo de la mejilla a la sien dejando mi ìndice a escasos centímetros de su cuenca derecha y me incliné un poco para susurrarle al oído –… Que tal si mis uñas estén ancladas a tus ojos...reí con sarcasmo sin dejar de sonar amenazante–tu “viril” sería una muy pequeña recompensa a comparación de lo que deseo, no pretendas jugar así conmigo elfo, puedo obtener lo que quiero, desmembrandote ahora mismo...–
Antes de que pudiese seguir, mi corazón se aceleró y mi cuerpo se erizó de la nuca a mi cola al escuchar las cortinas de la tienda abrirse y una respiración agitada a mis espaldas. No podía creerlo, estaba sorprendida y alegre por lo que presenciaba, el cuerpo débil y ensangrentado de la cierva nos miraba entre lágrimas. El plan del elfo se había ido directo a la mierda.
–Creo que… ahora sí hay motivos para que confieses...– me levanté del suelo y tomé su cuello con una sola mano presionando sobre su piel. Inhalé profundamente para aclarar lo que tenía que hacer, no debía actuar a lo estúpido y sin razonar… primero tenía que corroborar si ella tenía la cura, si es así, matar a los dos es muy provocativo, una ya está dada por muerta y si esos idiotas del campamento no sospecharon del elfo en estos días, fingir un suicidio por desdicha y dolor sería demasiado sencillo y yo me quedaría con todo, mi oportunidad estaba servida en bandeja de plata.
–¡Vamos!– levanté la voz, –Di lo que acabas de decirme– sorpresa imbécil pensé y apreté su cuello con fuerza–di que la “mataste” por la cura para beneficiarte… ¡dilo!– giré mi cabeza hacia ella, tenía que saber la verdad antes de que alguien en el campamento se acercara, –Vaya juguete sexual tenías...– tomé al elfo por su cabellera forzandolo a retroceder su cabeza contra su voluntad, no fingiría ser buena persona frente Wendy, no me serviría de nada hacerme amiga de la “muertita”. –Querida, tómalo como una venganza involuntaria de mi parte...– me burlaba de ambos e inicié a desgarrar su garganta con mi ìndice, los gritos de dolor me excitaba y a medida que lo hacía hundía mi garra con más ímpetu, me deleité con la sangre que escurría de mi mano y con mi pie azoté rostro contra el suelo, la chica agonizante… inclusive me daba lástima terminar con ella en ese estado deplorable.
Me acerqué a ella impidiendo que pudiese alejarse de mí o llamar por auxilio; rodee su boca con la sangre que tenía sobre mi palma y apreté sus mejillas, coloqué mi boca lo suficientemente cerca de la suya, insinuando que comería esos carnosos pero agrietados labios, rodeé su cintura con mi diestra, ciñendo su piel con mi garra advirtiendo así que no hiciera ningún movimiento.
–Iré directo a lo que quiero, sin rodeos, sin juegos… claro si no quieres morir de verdad y terminar como tu “fiel amante”, harás caso a lo que te diga...– respire profundamente –No querida, no me acostaría con un cerdo como este inútil, para nada, lo único que quiero, es dinero… ¿y qué me puede generar dinero en estos momentos?, vamos chica, seguro lo sabes, eres inteligente, así es, la cura. Solamente estoy aquí por la milagrosa cura, y según él, te mató para obtenerla… ¿qué puede ser peor que ser traicionada por tu mejor amigo por algo tan materialista; Qué una hermosa chica-gata te pida algo de la cura “amablemente”? no lo creo. Dame esa receta, dame la cura, dame lo que deseo y tú volverás con estos idiotas que no se preocuparon por ti… o te alejarás de aquí para ser libre y dejarás todo esto atrás, ¿qué dices bonita?, dame la cura y podrás vivir... en tu estado tan débil, no pienses provocarme o alimentaras los bichos de este seco bosque... consideralo...– jugué con mi garra recorriendo la piel de su abdomen, hasta que recordé aclararle –¡Ah! y lo olvidaba, nada de trucos ciervita, no te atrevas a engañarme o regresare por ti, así como encontré este sitio tan escondido, olfatearé tu hedor hasta encontrarte. – finalicé respirando sobre su cuello, aunque mi mente estaba dominando lo que decía, mis sentidos me ayudaban a estar en alerta, cualquier indicio de que vinieran los del campamento aquí y estaría preparada… para correr...
Eva
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Re: El Campo de Alquimistas +18 [Desafío]
La palabra “amante”, dicha con la voz de la felina, hizo que se le erizara el bello de los brazos. Realmente, por cualquier cosa que dijera, pareciese que Wanda estuviera a punto de romper a llorar. Cerraba y abría los puños como si estuviera apretando una masa de pan para quitarse todo el nerviosismo que tenía. No era suficiente. En las horas que tenía que tenía un día, sus sentimientos habían pasado del amor que sentía por Manthil, al odio cuando la quiso matar y, ahora, sentía de nuevo amor y tristeza por el cadáver del elfo. No importaba lo que dijera la felina, todo verdades, Manthil fue el único sustento que Wanda tuvo en el Campo de Alquimistas. Aunque fuera mentira, era su amigo. Sin él, no hubiera tenido las fuerzas necesarias para seguir trabajando en un lugar tan angosto como lo era el Secarral. No dejó de sentirse triste al verle muerto, le quería; amaba sus mentiras.
Las palabras de la felina le recordaban lo idiota que era. ¿Cómo podía seguir queriendo a una persona tan cruel? Era una buena pregunta, pero mejor era la que se hizo después: ¿Qué hubiera hecho si la felina nunca hubiera aparecido? Wanda, en un principio, creyó que se vengaría de Manthil, lo mataría; ahora se daba cuenta que no sería así. Lo más probable es que no se hubiera atrevido y se hubiera echado a llorar a sus pies. La chica gata tenía razón, le había hecho un gran favor.
Abrió los puños de las manos y ablandó la tensión que acumuló en los brazos. Pensó en saltar y darle un abrazo a la chica. Estuvo a punto de hacerlo cuando ella dijo que quería algo a cambio por hacerle el favor de matar a Manthil. Usó sus garras, sus labios, sus afiladas palabras y, sobre todo, su sensualidad para amenazarla. La gata era como Manthil, solo la quería por la cura…. Wanda se sintió terriblemente sola.
Cuando la felina terminó de hablar, la cierva se armó de valor y le dio un abrazo seco y sin vida. Necesitaba sentir el contacto físico de alguien para no volverse loca. Acercó los labios a la oreja de la felina y le dijo, despacio y claro, tres palabras que le dolieron como tres puñaladas al corazón:
-Eres como él-.
Hubo un silencio en el que Wanda aprovecho para respirar de forma más tranquila y pausada.
-Eres igual que Manthil. Harías buena pareja. Dime, ¿debo matarte como tú le has matado? – suspiró - Al menos tú no me has mentido, no has hecho que me enamoré de ti para luego robar mis experimentos. – le besó en la mejilla como besaría a la imagen de Manthil que amaba- No te voy a dar nada. Puedes matarme si quieres, te animó a hacerlo. Gracias a ti, te lo agradezco mucho, no me queda nada por lo que seguir viviendo. Lo último que tengo que hacer es expandir al cura por todo Aerandir, será mi legado, luego me suicidaré. Yo tampoco te voy a mentir. Cuando me vuelvas a buscar yo ya estaré muerta-.
Dejó de abrazar a la chica y se apartó unos metros de ella. La vio de hito en hito, quiso sonreír, pero lo que salió fue una horrible mueca que distaba de ser una sonrisa.
-No tienes nada con lo que amenazarme. Puedes matarme ya, si es lo que quieres -.
* Eva: Normalmente, estos desafíos se terminan en dos turnos, sin embargo contigo, a sabiendas de lo mucho que te gustan las decisiones difíciles, voy a hacer una excepción. La elección ahora es muy clara: debes elegir si matar a Wanda o dejarla con vida. Si la dejas con vida, ella ya te ha dicho lo que va a hacer: llevar la cura por todo Aerandir y luego suicidarse. Si la matas, la cura desaparecerá para siempre. Hay más opciones, una tercera que se me ocurre es hablar con Wanda, hacerte amiga de ella, salvarle la vida y hacerle partícipe de tus malvados planes de hacerte rica. Hay otras tantas… El resumen es: Haz algo con Wanda, ignorar, matar, intentar salvar… ¡Algo!
Las palabras de la felina le recordaban lo idiota que era. ¿Cómo podía seguir queriendo a una persona tan cruel? Era una buena pregunta, pero mejor era la que se hizo después: ¿Qué hubiera hecho si la felina nunca hubiera aparecido? Wanda, en un principio, creyó que se vengaría de Manthil, lo mataría; ahora se daba cuenta que no sería así. Lo más probable es que no se hubiera atrevido y se hubiera echado a llorar a sus pies. La chica gata tenía razón, le había hecho un gran favor.
Abrió los puños de las manos y ablandó la tensión que acumuló en los brazos. Pensó en saltar y darle un abrazo a la chica. Estuvo a punto de hacerlo cuando ella dijo que quería algo a cambio por hacerle el favor de matar a Manthil. Usó sus garras, sus labios, sus afiladas palabras y, sobre todo, su sensualidad para amenazarla. La gata era como Manthil, solo la quería por la cura…. Wanda se sintió terriblemente sola.
Cuando la felina terminó de hablar, la cierva se armó de valor y le dio un abrazo seco y sin vida. Necesitaba sentir el contacto físico de alguien para no volverse loca. Acercó los labios a la oreja de la felina y le dijo, despacio y claro, tres palabras que le dolieron como tres puñaladas al corazón:
-Eres como él-.
Hubo un silencio en el que Wanda aprovecho para respirar de forma más tranquila y pausada.
-Eres igual que Manthil. Harías buena pareja. Dime, ¿debo matarte como tú le has matado? – suspiró - Al menos tú no me has mentido, no has hecho que me enamoré de ti para luego robar mis experimentos. – le besó en la mejilla como besaría a la imagen de Manthil que amaba- No te voy a dar nada. Puedes matarme si quieres, te animó a hacerlo. Gracias a ti, te lo agradezco mucho, no me queda nada por lo que seguir viviendo. Lo último que tengo que hacer es expandir al cura por todo Aerandir, será mi legado, luego me suicidaré. Yo tampoco te voy a mentir. Cuando me vuelvas a buscar yo ya estaré muerta-.
Dejó de abrazar a la chica y se apartó unos metros de ella. La vio de hito en hito, quiso sonreír, pero lo que salió fue una horrible mueca que distaba de ser una sonrisa.
-No tienes nada con lo que amenazarme. Puedes matarme ya, si es lo que quieres -.
_____________________
* Eva: Normalmente, estos desafíos se terminan en dos turnos, sin embargo contigo, a sabiendas de lo mucho que te gustan las decisiones difíciles, voy a hacer una excepción. La elección ahora es muy clara: debes elegir si matar a Wanda o dejarla con vida. Si la dejas con vida, ella ya te ha dicho lo que va a hacer: llevar la cura por todo Aerandir y luego suicidarse. Si la matas, la cura desaparecerá para siempre. Hay más opciones, una tercera que se me ocurre es hablar con Wanda, hacerte amiga de ella, salvarle la vida y hacerle partícipe de tus malvados planes de hacerte rica. Hay otras tantas… El resumen es: Haz algo con Wanda, ignorar, matar, intentar salvar… ¡Algo!
Sigel
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Re: El Campo de Alquimistas +18 [Desafío]
–Lo que quiero...– no sabía detener mis impulsos, es una característica que no niego y no intento controlar en muchas ocasiones, como en este momento. Al sentir el peso muerto de la chica sobre mí no sabía qué pensar ni que hacer, ¿era esa su manera de obedecerme?, quería alejarla jalando de su larga cabellera, estaba a segundos de hacerlo, pero sin saber el porqué, tal vez la lástima dejé que terminara de hablar.
Su patético discurso, el beso en la mejilla y sobre todo, lo peor de todo, lo que más asco me provocó fue comparara con esa “basura”, se iba a arrepentir de ello, pero también me encargaría de que lo disfrutara al máximo, le haría sentir que estaba viva. No deje que se alejará de mí por mucho tiempo, de la manera más violenta que pude, sin lastimarla… la empuje contra el suelo y me deslicé sobre su cuerpo, examiné su cuello con mi boca hasta llegar a morder sus labios suavemente y reí, no era una risa sarcástica como siempre lo hacía, esta vez era más una linda advertencia de que nos divertiremos esta noche.
–Te daré una razón por la que vivir, será mi venganza por compararme con ese inútil...– olvidaba que el cuerpo de Manthil seguía ahí, a poca distancia de nosotras, pero con lo que le haré hasta ella olvidará este gracioso y grotesco detalle.
- +18:
- Le besé sellando sus labios para impedir cualquier palabra que quisiese decir, cualquier negación. Terminé por desgarrar su ropa, liberándola de las costuras de su falda y corset. A medida que nuestras lenguas jugaban mi respiración se aceleraba, yo proseguí con acariciar sus pechos con mi diestra y con mi otra mano acariciaba detrás de su nuca.
Seguí así la noche, entre improvisaciones y alguna que otra travesura que provocaba excitación en ambas, algo que ella no podía negar, los gemidos le habían delatado, estaba segura que lo había disfrutado.
Espere dentro de la tienda, antes del amanecer, para cargar el cuerpo del elfo y arrojarlo a los alrededores del bosque, justo como lo había hecho con la cierva, al parecer los “pseudo-investigadores” tenían el sueño pesado, ni gritos, ni gemidos, nada los había despertado.
Regresé a la tienda, para ver si la cierva seguía dormida, tenía aún la falsa esperanza de que tal vez me otorgaría la cura, si no… ya vería qué hacer con ella, tal vez un nuevo juguete sexual. Me incliné para verla detenidamente, seguía muy dormida, pero eso me importaba un carajo, no quería hacer más enemigos por ahora. Moví su cuerpo un poco con mi pie esperando a que se despertara, lo intenté de nuevo pero más fuerte y le dije.
–Es tu decisión… ¿quieres regresar con estos payasos o iniciar de nuevo lejos de este campamento?–le había dado una oportunidad, esperaba que si era inteligente la tomaría.
Eva
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Re: El Campo de Alquimistas +18 [Desafío]
Pese a que seguía estando sucia de sangre y de sudor, sobre todo sudor; Wanda despertó sonriendo. Nunca antes, se había sentido tan contenta en el campo de alquimistas. Después de todo lo que había sufrido, de incluso haber sido asesinada, había conseguido tener una amiga. ¿Solo eso? La gata le demostró que era más que una amiga, un motivo para vivir, para divertirse. No tenía nada que ver con el amor, la noche anterior, mientras las chicas disfrutaban de sus cuerpos, el cadáver del elfo que había amado estaba a un lado de la tienda echado como si fuera un montón de basura. En una palabra, lo que hicieron fue: disfrutar, vivir. La sonrisa con la que Wanda despertó estaba repleta de vida.
Se hizo la dormida durante un largo momento, era parte del juego, la continuación del que iniciaron aquella noche. La gata, pareció comprender la propuesta que Wanda le hizo y, con el pie, le dio pequeños toques a la cabeza para que le prestase atención.
La pregunta no le sorprendió, después de lo las chicas empezaron, estaba claro que ninguna de las dos se quedaría en aquel espantoso lugar. Wanda tenía sus pociones, no olvidaba su recién descubrimiento de una posible cura, podía ganar suficientes aeros con ellas para vivir en los lugares más adinerados por el resto de sus vidas. Se compraría una mansión, tendría un montón de sirvientes a su disposición, un amplio jardín y, un último detalle, una puerta trasera siempre abierta a las visitas de la gata.
Wanda se mordió el labio inferior. Con Manthil el sexo era bueno; ella tomaba el papel de cierva sumisa y el elfo de dominador. Él hacía y ella se dejaba hacer; bueno, simple y efectivo. Sin embargo, con su nueva era excelente. Wanda seguía siendo la cierva sumisa, la gata, dominante y llena de vida, era el amor, el deseo y la pasión encargados en un mismo cuerpo. Cuando sus lenguas se rozaban, por instinto, la cierva cerraba los ojos y se dejaba llevar por los mismos movimientos que ella hacía. Diferente a cómo eran los besos de Manthil, él besaba y Wanda se dejaba besar. Los arañazos y los azotes eran todavía mejores. Wanda se había despertado con los pechos enrojecidos, le dolían (anoche le hacían más daño), pero quería, deseaba, que le doliesen más. ¿Ella se sentiría igual? ¿Quería más o se olvidaría de ella para siempre? La respuesta fue el mismo pie con el que su amiga le llamó la atención, éste era un recordatorio de todo lo que habían hecho y, un preámbulo, de lo que volverían a hacer.
-No tengas tantas prisas por irte- Wanda se puso de rodillas, al nivel de la chica gata- Nadie nos obliga a que nos vayamos tan pronto- con la sonrisa, esperó a que fuera ella quien le besase primero.
* Eva: ¡Felicidades! Has salvado a Wanda y, en un futuro, la cura se podrá expandir por toda Aerandir. Moraleja de la historia: El sexo es la solución a todos tus problemas 7u7
Recompensas:
* +2 ptos de experiencia en función de la calidad del texto.
* +3 ptos de experiencia en función de la originalidad del usuario.
* 5 ptos totales de experiencia
Los puntos han sido sumados directamente a tu perfil.
Recompensa Extra: Wanda es demasiado lista para convertirse en un juguete sexual. No es excusa para que no la vuelvas a ver. Te recomiendo estar atenta a los temas que abra en un futuro.
Objeto: Poción de amor y poción de muerte.
Se hizo la dormida durante un largo momento, era parte del juego, la continuación del que iniciaron aquella noche. La gata, pareció comprender la propuesta que Wanda le hizo y, con el pie, le dio pequeños toques a la cabeza para que le prestase atención.
La pregunta no le sorprendió, después de lo las chicas empezaron, estaba claro que ninguna de las dos se quedaría en aquel espantoso lugar. Wanda tenía sus pociones, no olvidaba su recién descubrimiento de una posible cura, podía ganar suficientes aeros con ellas para vivir en los lugares más adinerados por el resto de sus vidas. Se compraría una mansión, tendría un montón de sirvientes a su disposición, un amplio jardín y, un último detalle, una puerta trasera siempre abierta a las visitas de la gata.
Wanda se mordió el labio inferior. Con Manthil el sexo era bueno; ella tomaba el papel de cierva sumisa y el elfo de dominador. Él hacía y ella se dejaba hacer; bueno, simple y efectivo. Sin embargo, con su nueva era excelente. Wanda seguía siendo la cierva sumisa, la gata, dominante y llena de vida, era el amor, el deseo y la pasión encargados en un mismo cuerpo. Cuando sus lenguas se rozaban, por instinto, la cierva cerraba los ojos y se dejaba llevar por los mismos movimientos que ella hacía. Diferente a cómo eran los besos de Manthil, él besaba y Wanda se dejaba besar. Los arañazos y los azotes eran todavía mejores. Wanda se había despertado con los pechos enrojecidos, le dolían (anoche le hacían más daño), pero quería, deseaba, que le doliesen más. ¿Ella se sentiría igual? ¿Quería más o se olvidaría de ella para siempre? La respuesta fue el mismo pie con el que su amiga le llamó la atención, éste era un recordatorio de todo lo que habían hecho y, un preámbulo, de lo que volverían a hacer.
-No tengas tantas prisas por irte- Wanda se puso de rodillas, al nivel de la chica gata- Nadie nos obliga a que nos vayamos tan pronto- con la sonrisa, esperó a que fuera ella quien le besase primero.
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* Eva: ¡Felicidades! Has salvado a Wanda y, en un futuro, la cura se podrá expandir por toda Aerandir. Moraleja de la historia: El sexo es la solución a todos tus problemas 7u7
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Recompensa Extra: Wanda es demasiado lista para convertirse en un juguete sexual. No es excusa para que no la vuelvas a ver. Te recomiendo estar atenta a los temas que abra en un futuro.
Objeto: Poción de amor y poción de muerte.
- Poción de amor y poción de muerte:
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Poción de muerte: Ya has visto los efectos de esta poción, es la misma que utilizó Wanda para fingir su muerto. Al beberla, parecerás que hayas muerto. Durante tres turnos, tus constantes vitales se quedarán a cero, nada puede determinar que seguís vivas. Puedes utilizarla sobre ti misma o sobre otra persona.
En la poción, hay dos dosis. Podrás utilizar este beneficio en dos temas diferentes.
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Poción de amor: No es algo original, pero estoy segura que te va a gustar. Obviamente, a quien se le hagas beber la poción, se enamorará perdidamente de la primera persona (sea hombre o mujer) que vea durante los siguientes tres turnos. Puedes utilizarla sobre ti misma o sobre otra persona.
En la poción solamente hay una dosis. La podrás utilizar en un único tema.
Sigel
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