[Misión Gremio de Ladrones] Rebelión desde las sombras
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[Misión Gremio de Ladrones] Rebelión desde las sombras
Refugio de Lazid
La ventana de la pequeña “oficina” que había improvisado el lagarto se abrió por un instante y apenas lo suficiente para que se asomara el atisbo de un ojo reptiliano -¿Es en serio? ¡Tiene que ser una broma!- Se escuchaban dentro las quejas de Lazid -Es mi cabeza la que está en juego ¿Recuerdas?- Sonó un duro golpe a una mesa de madera -Te pido a los más hábiles y me traes a un par de niños, una de ellos parece no estar muy cuerda y el otro...- Se asomó de nuevo por la ventana -¡¡Ni siquiera sé quién es el otro!!- Proseguían las quejas constantes mientras el interlocutor del lagarto intentaba calmarlo aunque su voz suave y calmada no llegaba a entenderse fuera del pequeño local en donde se encontraba el par de ladronzuelos.
El tono agitado del lagarto comenzaba a escucharse más calmado progresivamente -Pues al menos me servirían para dejarlos como carnada y escapar si la cosa se pone fea- Dijo con una risa burlesca antes de asomarse al fin a la puerta y darle la cara al par de niños -Oh pero que veo, si son mis chicos más talentosos- Dijo en un tono tan falso que hasta resultaba gracioso, más aún porque lo habían escuchado claramente decir lo contrario hacía menos de un par de minutos -Tengo una labor para ustedes, y es algo que no le confiaría a nadie más; confío plenamente en ustedes y sé que son los indicados- Dijo aumentando cada vez más el nivel de los elogios hasta el punto donde incluso parecía que decía la verdad.
Señaló en primer lugar al joven Maquiavelo -Tú...- Chasqueó los dedos un par de veces intentando recordar el nombre hasta que su asistente se acercó para susurrarle al oído -Chiman- Dijo finalmente causando que su asistente se acercara a susurrarle de nuevo -Sí, sí, Chimar, eso fue lo que dije- Respondió de mala gana antes de volver a dirigirse al niño -Serás el Líder Supremo de la Tropa Defensiva; estarás a cargo de tu tropa asignada y les darás órdenes para que no haya ningún intruso indeseado- Caminó lentamente hacia la pequeña elfa -Y tú, niña rara... Serás la Tropa Defensiva, harás lo que él te diga- Le dijo señalando a Chimar -Ahí está tu tropa, hagan su trabajo y serán bien recompensados- Le dijo al niño señalando ahora a la elfa.
Entre los ladrones
Con todas las entradas cerradas y bien custodiadas, los ladrones se encontraban prácticamente atrapados, tenían ya un par de días sin que se les permitiera salir de la base, tan solo los encargados de buscar suministros tenían permitido salir y eran estrictamente requisados el entrar y salir; muchos se entretenían jugando cartas o algunos otros juegos de mesa y la mayoría terminaban peleándose entre ellos aunque eran rápidamente separados por los otros; el gremio de ladrones siempre había sido muy unido, solo se tenían los unos a los otros y por eso se apoyaban como una familia.
Sin embargo para los nuevos, en ocasiones resultaba difícil integrarse y ganarse la confianza del resto, este era el caso de un misterioso enmascarado que se había mantenido en silencio y alejado de todos, no había más que mirar hacia todos lados y dibujar en pequeños pergaminos que luego guardaba sin mostrar a nadie; algunos se acercaban a hablarle pero no obtenían respuesta alguna, por lo que comenzaba a correr un rumor diciendo que el sujeto era mudo, él junto al otro novato del que solo sabían que se llamaba Nerum formaban las más nuevas adquisiciones del gremio.
∞ Dado que esta vez somos pocos, he preferido juntar ambas tramas en una sola.
∞ Finalmente han vuelto a la base del gremio, todos a salvo y seguros, o al menos casi todos.
∞ No saben a qué se debe, pero algo asusta al lagarto, y si lo asusta tanto seguro es algo malo, deberán estar atentos.
∞ Chimar e Iliaki conforman el último bastión de defensa para mantener seguro al lagarto.
∞ Nerum por su parte se encuentra junto a los novatos, muy cerca del misterioso enmascarado, esperando un nuevo momento para demostrar su valía.
La ventana de la pequeña “oficina” que había improvisado el lagarto se abrió por un instante y apenas lo suficiente para que se asomara el atisbo de un ojo reptiliano -¿Es en serio? ¡Tiene que ser una broma!- Se escuchaban dentro las quejas de Lazid -Es mi cabeza la que está en juego ¿Recuerdas?- Sonó un duro golpe a una mesa de madera -Te pido a los más hábiles y me traes a un par de niños, una de ellos parece no estar muy cuerda y el otro...- Se asomó de nuevo por la ventana -¡¡Ni siquiera sé quién es el otro!!- Proseguían las quejas constantes mientras el interlocutor del lagarto intentaba calmarlo aunque su voz suave y calmada no llegaba a entenderse fuera del pequeño local en donde se encontraba el par de ladronzuelos.
El tono agitado del lagarto comenzaba a escucharse más calmado progresivamente -Pues al menos me servirían para dejarlos como carnada y escapar si la cosa se pone fea- Dijo con una risa burlesca antes de asomarse al fin a la puerta y darle la cara al par de niños -Oh pero que veo, si son mis chicos más talentosos- Dijo en un tono tan falso que hasta resultaba gracioso, más aún porque lo habían escuchado claramente decir lo contrario hacía menos de un par de minutos -Tengo una labor para ustedes, y es algo que no le confiaría a nadie más; confío plenamente en ustedes y sé que son los indicados- Dijo aumentando cada vez más el nivel de los elogios hasta el punto donde incluso parecía que decía la verdad.
Señaló en primer lugar al joven Maquiavelo -Tú...- Chasqueó los dedos un par de veces intentando recordar el nombre hasta que su asistente se acercó para susurrarle al oído -Chiman- Dijo finalmente causando que su asistente se acercara a susurrarle de nuevo -Sí, sí, Chimar, eso fue lo que dije- Respondió de mala gana antes de volver a dirigirse al niño -Serás el Líder Supremo de la Tropa Defensiva; estarás a cargo de tu tropa asignada y les darás órdenes para que no haya ningún intruso indeseado- Caminó lentamente hacia la pequeña elfa -Y tú, niña rara... Serás la Tropa Defensiva, harás lo que él te diga- Le dijo señalando a Chimar -Ahí está tu tropa, hagan su trabajo y serán bien recompensados- Le dijo al niño señalando ahora a la elfa.
Entre los ladrones
Con todas las entradas cerradas y bien custodiadas, los ladrones se encontraban prácticamente atrapados, tenían ya un par de días sin que se les permitiera salir de la base, tan solo los encargados de buscar suministros tenían permitido salir y eran estrictamente requisados el entrar y salir; muchos se entretenían jugando cartas o algunos otros juegos de mesa y la mayoría terminaban peleándose entre ellos aunque eran rápidamente separados por los otros; el gremio de ladrones siempre había sido muy unido, solo se tenían los unos a los otros y por eso se apoyaban como una familia.
Sin embargo para los nuevos, en ocasiones resultaba difícil integrarse y ganarse la confianza del resto, este era el caso de un misterioso enmascarado que se había mantenido en silencio y alejado de todos, no había más que mirar hacia todos lados y dibujar en pequeños pergaminos que luego guardaba sin mostrar a nadie; algunos se acercaban a hablarle pero no obtenían respuesta alguna, por lo que comenzaba a correr un rumor diciendo que el sujeto era mudo, él junto al otro novato del que solo sabían que se llamaba Nerum formaban las más nuevas adquisiciones del gremio.
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∞ Dado que esta vez somos pocos, he preferido juntar ambas tramas en una sola.
∞ Finalmente han vuelto a la base del gremio, todos a salvo y seguros, o al menos casi todos.
∞ No saben a qué se debe, pero algo asusta al lagarto, y si lo asusta tanto seguro es algo malo, deberán estar atentos.
∞ Chimar e Iliaki conforman el último bastión de defensa para mantener seguro al lagarto.
∞ Nerum por su parte se encuentra junto a los novatos, muy cerca del misterioso enmascarado, esperando un nuevo momento para demostrar su valía.
Ansur
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Re: [Misión Gremio de Ladrones] Rebelión desde las sombras
Algo extraño se está cocinando en el refugio criminal, la paranoia del lagarto alcanza cotas altas. No se debe ser un genio para llegar a dicha conclusión, todas las medidas de seguridad y contramedidas implementadas hablan por sí solas. Todo parece indicar que un acontecimiento importante se acerca… una forma agradable de decir que su trasero peligra otra vez.
Siempre es bueno que confíen en tus habilidades…
Dice con ironía al escuchar claramente los quejidos de Lazid, es difícil ganarse la confianza de ese personaje. Ya debería conocer la habilidad de Maquiavelo por sus anteriores misiones… no hay gloria entre ladrones. Varios resoplidos después la puerta se abre con un lagarto muy cambiado, su intento insulta la inteligencia básica humana.
Claro…
El líder utiliza su lengua para adular un poco, menudo personaje. El niño le mira con la ceja derecha arqueada, decide hacerse el tonto para no caer en debate. Las instrucciones son dispensadas poco después, en palabras simples ambos pequeños ahora constituyen la última línea de defensa. El enemigo continua siendo desconocido al igual que todo lo demás, típico.
Y… ¿contra quién luchamos?
No cabe duda de que el líder ladrón vuelve a tener problemas, es un milagro haya logrado sobrevivir tanto con una situación rara tras otra. Algunos individuos nacen con suerte, poseen más vidas que un gato. Es posible que Chimar se cuente entre esos afortunados, siempre sale bien parado de sus aventuras… la mayoría de veces al menos.
Mientras tanto la base se encuentra en alerta general, nadie entra ni sale con excepción de los abastecedores. Los ladrones sin trabajo se aburren con facilidad pero afortunadamente conocen múltiples formas de pasar el rato, tampoco se puede decir que sean muy dedicados al trabajo duro, les gusta mucho el ocio.
Otra vez en el juego jeje.
Menciona a su compañera Iliaki, ya llevan varias situaciones demenciales compartidas. Ejércitos de muertos, allanamientos de morada y un cumpleaños, prácticamente son hermanos Gorriones. Ahora tienen otra misión por delante, una que promete acción y buena remuneración monetaria, ¿Qué más puede pedir un niño?
Quien decida atacar debe ser muy habilidoso o estar algo demente, tienen varias decenas de pillos atrincherados en este momento. Para superar la defensa sería necesario sacrificar mucha gente adelante, solo una facción enemiga tiene esa potencia de fuego. También puede ocurrir un intento más discreto, especialistas infiltrados y ese tipo de cosas.
Que “buena” forma de gastar un dio productivo.
Siempre es bueno que confíen en tus habilidades…
Dice con ironía al escuchar claramente los quejidos de Lazid, es difícil ganarse la confianza de ese personaje. Ya debería conocer la habilidad de Maquiavelo por sus anteriores misiones… no hay gloria entre ladrones. Varios resoplidos después la puerta se abre con un lagarto muy cambiado, su intento insulta la inteligencia básica humana.
Claro…
El líder utiliza su lengua para adular un poco, menudo personaje. El niño le mira con la ceja derecha arqueada, decide hacerse el tonto para no caer en debate. Las instrucciones son dispensadas poco después, en palabras simples ambos pequeños ahora constituyen la última línea de defensa. El enemigo continua siendo desconocido al igual que todo lo demás, típico.
Y… ¿contra quién luchamos?
No cabe duda de que el líder ladrón vuelve a tener problemas, es un milagro haya logrado sobrevivir tanto con una situación rara tras otra. Algunos individuos nacen con suerte, poseen más vidas que un gato. Es posible que Chimar se cuente entre esos afortunados, siempre sale bien parado de sus aventuras… la mayoría de veces al menos.
Mientras tanto la base se encuentra en alerta general, nadie entra ni sale con excepción de los abastecedores. Los ladrones sin trabajo se aburren con facilidad pero afortunadamente conocen múltiples formas de pasar el rato, tampoco se puede decir que sean muy dedicados al trabajo duro, les gusta mucho el ocio.
Otra vez en el juego jeje.
Menciona a su compañera Iliaki, ya llevan varias situaciones demenciales compartidas. Ejércitos de muertos, allanamientos de morada y un cumpleaños, prácticamente son hermanos Gorriones. Ahora tienen otra misión por delante, una que promete acción y buena remuneración monetaria, ¿Qué más puede pedir un niño?
Quien decida atacar debe ser muy habilidoso o estar algo demente, tienen varias decenas de pillos atrincherados en este momento. Para superar la defensa sería necesario sacrificar mucha gente adelante, solo una facción enemiga tiene esa potencia de fuego. También puede ocurrir un intento más discreto, especialistas infiltrados y ese tipo de cosas.
Que “buena” forma de gastar un dio productivo.
Invitado
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Re: [Misión Gremio de Ladrones] Rebelión desde las sombras
Lazid se encuentra inquieto. Muuuuy inquieto. Por razones que su enorme cabezota no deja entrever, nos ha dejado a todos encerrados un buen rato. No es tan malo para mí, las catacumbas se han vuelto mi mejor dormitorio, pero ¿En verdad era necesario retenernos aquí? De la que me hubiera librado…
Hace unos días, como suelen serlo durante las mañanas, dejé las catacumbas para conseguir un buen desayuno, vale decir que lo que intenté esta vez fue cazar cangrejos al puerto. Después de atrapar a un par de quisquillosos y de convencer al maestro carpintero de que dejase usar su pequeña estufa de leña, regresé aquí a tomar la siesta.
¡Oh, sorpresa, cuando llegué me taparon la boca y me arrojaron al fondo como a un saco de papas! Bueno fue ver que no fui a la única que trataron así, continuando uno tras otro cual llegaban todos los miembros del gremio. Aún no me explico cómo es que Chimar logró cruzar la entrada por cuenta propia sin que lo molestaran de esta forma. Suertudo.
Hace un par de horas que por fin ha parecido que Lazid se dignaría a darnos una respuesta coherente, era de extrañar que estuviese ahí sin dar explicación alguna, solamente nervioso y moviendo su gran cola sin cesar, una y otra vez mientras daba rondas periódicas a las catacumbas.
Nos ha puesto a esperar, y a esperar, y a esperar… Jo, si de verdad se piensa que a través de unos trozos de madera semi-podrida que hacen de puerta no se escapa ningún sonido, se equivoca grandemente como es su boca.
Mientras esperaban, la chica escuchaba las maldiciones que echaba tan abundantes cual era el agua en el mar. Impaciente y más desesperada que nada, comenzó a arrojar pequeños guijarros al suelo, hasta que por fin se escuchó que mencionaban a los dos que se dedicaban a echar raíces delante de la puerta.
Oyendo las magníficas palabras de sus personas, Iliaki miró a su compañero y ladeó un poco su cabeza para indicar que hablaría de aquel hombre bestia del interior.
- ¿Cómo ves a ese lagartijo? Todavía que le salvamos su enorme trasero – decía mientras apoyaba su hombro a la pared. De pronto la puerta se abrió, dejando pasar a los dos chicos
Las lisonjas de Lazid, por supuesto, no se hicieron esperar.
- Será mejor que tengas una buena excusa para mantenernos aquí, ayer he perdido mis clases de equitación a las siete en los jardines del palacio real – saludó sarcásticamente la ladronzuela. Lazid continuó con sus palabras hasta designar a cada uno una tarea.
Confundida al escuchar aquello, Iliaki abrió los ojos como platos, intentando procesar aquello que, por lo menos en su enredada cabeza, no tenía sentido.
- ¡Pe- pero si soy mayor que este enano! ¿Por qué tengo que ser yo la Tropa? – reclamaba molesta la elfina, quien, al verse ignorada, cruzó los brazos y dejó escapar un resoplido que logró mover los mechones que caían sobre su frente. – Siempre me toca el trabajo sucio… Pero oye ¿De quién o qué debemos defender?
Al salir de la oficina, la elfilla lanzó una corta mirada de resentimiento a Chimar.
- Te odio ¿Por qué te dieron el alto cargo? – decía arrastrando palabras hasta quedar pensativa de forma repentina – Más bien ¿Por qué necesitaría de nosotros para una tarea así? ¿De qué se esconderá… o de quién?
Intrigada por la situación, comenzó a caminar por uno los pasillos hasta dar con el sitio en el que solía dormir, recogiendo algunos guijarros más para lanzar. Dando un vistazo más a su sitio, observó un pequeño frasco con unos extraños animalillos que en misiones anteriores la habían hecho delirar casi al punto del sueño. Los tomó junto a un par de manzanas y, guardándolos en el bolsillo, volvió a la posición de antes.
- ¿Qué se traerá entre patas? – decía dirigiéndose de nuevo a su compañero, lanzándole una de las frutas de su bolsillo. – Bah, por mí que se saque los mocos él solo, pero sinceramente, el que se haya tomado la molestia de hacer todo esto me da una mala sensación.
Hace unos días, como suelen serlo durante las mañanas, dejé las catacumbas para conseguir un buen desayuno, vale decir que lo que intenté esta vez fue cazar cangrejos al puerto. Después de atrapar a un par de quisquillosos y de convencer al maestro carpintero de que dejase usar su pequeña estufa de leña, regresé aquí a tomar la siesta.
¡Oh, sorpresa, cuando llegué me taparon la boca y me arrojaron al fondo como a un saco de papas! Bueno fue ver que no fui a la única que trataron así, continuando uno tras otro cual llegaban todos los miembros del gremio. Aún no me explico cómo es que Chimar logró cruzar la entrada por cuenta propia sin que lo molestaran de esta forma. Suertudo.
Hace un par de horas que por fin ha parecido que Lazid se dignaría a darnos una respuesta coherente, era de extrañar que estuviese ahí sin dar explicación alguna, solamente nervioso y moviendo su gran cola sin cesar, una y otra vez mientras daba rondas periódicas a las catacumbas.
Nos ha puesto a esperar, y a esperar, y a esperar… Jo, si de verdad se piensa que a través de unos trozos de madera semi-podrida que hacen de puerta no se escapa ningún sonido, se equivoca grandemente como es su boca.
Mientras esperaban, la chica escuchaba las maldiciones que echaba tan abundantes cual era el agua en el mar. Impaciente y más desesperada que nada, comenzó a arrojar pequeños guijarros al suelo, hasta que por fin se escuchó que mencionaban a los dos que se dedicaban a echar raíces delante de la puerta.
Oyendo las magníficas palabras de sus personas, Iliaki miró a su compañero y ladeó un poco su cabeza para indicar que hablaría de aquel hombre bestia del interior.
- ¿Cómo ves a ese lagartijo? Todavía que le salvamos su enorme trasero – decía mientras apoyaba su hombro a la pared. De pronto la puerta se abrió, dejando pasar a los dos chicos
Las lisonjas de Lazid, por supuesto, no se hicieron esperar.
- Será mejor que tengas una buena excusa para mantenernos aquí, ayer he perdido mis clases de equitación a las siete en los jardines del palacio real – saludó sarcásticamente la ladronzuela. Lazid continuó con sus palabras hasta designar a cada uno una tarea.
Confundida al escuchar aquello, Iliaki abrió los ojos como platos, intentando procesar aquello que, por lo menos en su enredada cabeza, no tenía sentido.
- ¡Pe- pero si soy mayor que este enano! ¿Por qué tengo que ser yo la Tropa? – reclamaba molesta la elfina, quien, al verse ignorada, cruzó los brazos y dejó escapar un resoplido que logró mover los mechones que caían sobre su frente. – Siempre me toca el trabajo sucio… Pero oye ¿De quién o qué debemos defender?
Al salir de la oficina, la elfilla lanzó una corta mirada de resentimiento a Chimar.
- Te odio ¿Por qué te dieron el alto cargo? – decía arrastrando palabras hasta quedar pensativa de forma repentina – Más bien ¿Por qué necesitaría de nosotros para una tarea así? ¿De qué se esconderá… o de quién?
Intrigada por la situación, comenzó a caminar por uno los pasillos hasta dar con el sitio en el que solía dormir, recogiendo algunos guijarros más para lanzar. Dando un vistazo más a su sitio, observó un pequeño frasco con unos extraños animalillos que en misiones anteriores la habían hecho delirar casi al punto del sueño. Los tomó junto a un par de manzanas y, guardándolos en el bolsillo, volvió a la posición de antes.
- ¿Qué se traerá entre patas? – decía dirigiéndose de nuevo a su compañero, lanzándole una de las frutas de su bolsillo. – Bah, por mí que se saque los mocos él solo, pero sinceramente, el que se haya tomado la molestia de hacer todo esto me da una mala sensación.
Iliaki
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Re: [Misión Gremio de Ladrones] Rebelión desde las sombras
Y ahí estaba yo, atrapado como una rata de cloaca, en ni más ni menos que las cloacas de la gran ciudad, al parecer el secreto gremio de los ladrones se encontraba en lo que venía siendo el laberinto del subsuelo, los pasillos del desperdicio, los secretos del agua turbia. “Como sea.” Ahí estaba yo, descansando de la aventura lo cual realmente no tenia otra opción, analizando la situación de los primeros días mayoría habían llegado a la conclusión de que algo amenazaba a Lazid y este aria sus locuras nuevamente.
-“¿Maldito reptil que hiciste ahora?”- Pensando para mis adentros estaba mas que aburrido de esta situación claustrofobica, encerrado por la paranoia de la lagartija, nadie entraba ni salía del lugar hasta nuevo aviso, lo cual al principio no fue problema, pero claro los días pasan. Terminando por que todo fuera tan monótono, unos cuanto se aburrían al punto que incluso contar las gotas que caían en un rincón, peleas entre miembros ya no eran divertidas y el estado de animo de la tropa iba de mal en peor.
-Oye chaval, ¿juegas a las cartas?, estoy seguro que puedo vaciarte los bolsillos en un par de partidas- Comento alegremente uno de los miembros, el cual parecía querer incluir a los nuevos para parar algunas de las peleas, de lo cual sinceramente hacia un terrible trabajo.
-¡No!, en primera no quiero jugar a las cartas y en segunda cuando se supone que vamos a salir de aquí, quiero respirar el aire fresco no jugar a las cartitas entre la porquería y lo digo porque literalmente estamos en las cloacas de la ciudad desde hace días- Enfadado por la gran espera, quería que Lazid nos diera respuestas de una buena vez por este encierro sin precedentes o por lo menos que siquiera diera la cara para poder aporrearla.
-Calma hombre, no eres el único enfadado, ¿porque no hablas con el un rato?- Señalando con la mirada, el hombre de las cartas apunta al otro lado de la habitación en donde se hallaba el otro novato del gremio, un hombre tranquilo de mediana edad el cual presumían que era mudo, pues en todo este tiempo este no había dicho ni pio y solo se limitaba a garabatear en su pergamino del cual no dejaba que ningún ojo se posase, misterioso tras su máscara era un neutral entre todos, no hacia mal, no hacia bien, el solo… estaba ahí.
-Bien iré a hablar con el lagarto- Levantándome del suelo tuerzo la espalda para estirar los músculos a la vez que empiezo a caminar en dirección a la sala de Lazid, lo cual al momento de estar frente a la puerta los guardias impiden mi paso señalando con gestos que vuelva a mi lugar, ”parece que después de todo no será tan fácil”
-“¿Maldito reptil que hiciste ahora?”- Pensando para mis adentros estaba mas que aburrido de esta situación claustrofobica, encerrado por la paranoia de la lagartija, nadie entraba ni salía del lugar hasta nuevo aviso, lo cual al principio no fue problema, pero claro los días pasan. Terminando por que todo fuera tan monótono, unos cuanto se aburrían al punto que incluso contar las gotas que caían en un rincón, peleas entre miembros ya no eran divertidas y el estado de animo de la tropa iba de mal en peor.
-Oye chaval, ¿juegas a las cartas?, estoy seguro que puedo vaciarte los bolsillos en un par de partidas- Comento alegremente uno de los miembros, el cual parecía querer incluir a los nuevos para parar algunas de las peleas, de lo cual sinceramente hacia un terrible trabajo.
-¡No!, en primera no quiero jugar a las cartas y en segunda cuando se supone que vamos a salir de aquí, quiero respirar el aire fresco no jugar a las cartitas entre la porquería y lo digo porque literalmente estamos en las cloacas de la ciudad desde hace días- Enfadado por la gran espera, quería que Lazid nos diera respuestas de una buena vez por este encierro sin precedentes o por lo menos que siquiera diera la cara para poder aporrearla.
-Calma hombre, no eres el único enfadado, ¿porque no hablas con el un rato?- Señalando con la mirada, el hombre de las cartas apunta al otro lado de la habitación en donde se hallaba el otro novato del gremio, un hombre tranquilo de mediana edad el cual presumían que era mudo, pues en todo este tiempo este no había dicho ni pio y solo se limitaba a garabatear en su pergamino del cual no dejaba que ningún ojo se posase, misterioso tras su máscara era un neutral entre todos, no hacia mal, no hacia bien, el solo… estaba ahí.
-Bien iré a hablar con el lagarto- Levantándome del suelo tuerzo la espalda para estirar los músculos a la vez que empiezo a caminar en dirección a la sala de Lazid, lo cual al momento de estar frente a la puerta los guardias impiden mi paso señalando con gestos que vuelva a mi lugar, ”parece que después de todo no será tan fácil”
Nerum
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Re: [Misión Gremio de Ladrones] Rebelión desde las sombras
Después de haberle salvado la vida a mi papi y a el lagarto con ayuda del chico misterioso de la mascara había sucedido algo muy extraño; este ser que jamás había visto en el gremio amenazó a Lazid para que este le pagara algo en dos semanas. Y justo habían pasado las semanas dadas.
Lazid y yo nos habíamos desentendido de aquello, fue una especie de acto irresponsable en donde tanto él como yo preferimos no hablar de eso, sólo esperaba que tuviese lo necesario para mantener al gremio seguro y que no lo comprometiera en cosas muy peligrosas. Pero en cuanto uno de los integrantes del gremio se presentó en mi taller sin ánimos de comprarme nada supe que el lagarto se encontraba en problemas, y si aún no lo estaba… pronto lo estaría.
Por lo general pasaba mucho tiempo en las catacumbas, en las instalaciones del gremio; ya me había acostumbrado a rondar por esos lugares, sin embargo estaba muy emocionada esos días porque alguien había ido a mi taller a pedirme un hechizo mágico. Aquello me dio esperanza he hizo que me quedara unas semanas en mi taller esperando que otra personita llegara a aprovechar el combo del 50% de descuento.
Sonó la campanita de mi taller, salí del cuarto de trabajo y me preparé para darle una cálida bienvenida a mi siguiente cliente y me encontré con la sorpresa de que este no tenía intenciones de comprarme nada.
Resultaba ser que era necesario que todos los miembros del gremio de ladrones se encontraran dentro de la base. Unos para proteger a nuestro líder y los demás para evitar el contacto con la amenaza.
Escoltada y con muchos protocolos me dirigí a la base. Se encontraba repleta de ladrones, unos más feos que otros; era un paisaje muy híbrido, habían algunos que parecían tener un estilo muy sigiloso, otros que se veían intimidantes y otros muy astutos. Creo que jamás había visto a todos los del gremio reunidos. No conocía realmente a nadie pero me parecía interesante compartir técnicas con otros ladrones; consideraba que esta seria una muy buena oportunidad para crear alianzas y conseguir contactos por si necesitaba ayuda en alguna situación.
Camine a través de unos pasillos para seguir observando quién podría serme de utilidad. Creí ver de reojo a alguien conocido y luego lo vi.
Ahí estaba, tan calmado y tranquilo como la primera vez. Inmediatamente me alteré y estaba por formar un escándalo, gritar como loca y alertar a todos sobre la amenaza inminente que se encontraba en el gremio; pero Pelusa me calmó, su hocico me acarició la mano lentamente y comprendí que necesitaba mantener la calma y trabajar con sigilo y cuidado.
Respiré profundo y fingí que todo estaba bien. Me acerqué lentamente a donde se encontraba el enmascarado y me quedé mirándolo como para que se diera cuenta de quién soy. Voltee a los lados para asegurarme de que nadie estaba observando y espere unos cuantos segundos silenciosos frente al hombre.
En un momento pequeño de despiste de los demás aproveché de halar al enmascarado por sus ropas para alejarlo de las personas y poder tener una pequeña charla que definiría si creaba un caos en el gremio o mantenía la discreción.
-Hola…- hice una breve pausa -¿Qué haces aquí? ¿Ya se le acabó el tiempo al lagarto?- pregunté un poco nerviosa -¿Estas seguro de que quieres enfrentarte a todos los ladrones de Aerandir?- le pregunté aún más bajito.
Lazid y yo nos habíamos desentendido de aquello, fue una especie de acto irresponsable en donde tanto él como yo preferimos no hablar de eso, sólo esperaba que tuviese lo necesario para mantener al gremio seguro y que no lo comprometiera en cosas muy peligrosas. Pero en cuanto uno de los integrantes del gremio se presentó en mi taller sin ánimos de comprarme nada supe que el lagarto se encontraba en problemas, y si aún no lo estaba… pronto lo estaría.
Por lo general pasaba mucho tiempo en las catacumbas, en las instalaciones del gremio; ya me había acostumbrado a rondar por esos lugares, sin embargo estaba muy emocionada esos días porque alguien había ido a mi taller a pedirme un hechizo mágico. Aquello me dio esperanza he hizo que me quedara unas semanas en mi taller esperando que otra personita llegara a aprovechar el combo del 50% de descuento.
Sonó la campanita de mi taller, salí del cuarto de trabajo y me preparé para darle una cálida bienvenida a mi siguiente cliente y me encontré con la sorpresa de que este no tenía intenciones de comprarme nada.
Resultaba ser que era necesario que todos los miembros del gremio de ladrones se encontraran dentro de la base. Unos para proteger a nuestro líder y los demás para evitar el contacto con la amenaza.
Escoltada y con muchos protocolos me dirigí a la base. Se encontraba repleta de ladrones, unos más feos que otros; era un paisaje muy híbrido, habían algunos que parecían tener un estilo muy sigiloso, otros que se veían intimidantes y otros muy astutos. Creo que jamás había visto a todos los del gremio reunidos. No conocía realmente a nadie pero me parecía interesante compartir técnicas con otros ladrones; consideraba que esta seria una muy buena oportunidad para crear alianzas y conseguir contactos por si necesitaba ayuda en alguna situación.
Camine a través de unos pasillos para seguir observando quién podría serme de utilidad. Creí ver de reojo a alguien conocido y luego lo vi.
Ahí estaba, tan calmado y tranquilo como la primera vez. Inmediatamente me alteré y estaba por formar un escándalo, gritar como loca y alertar a todos sobre la amenaza inminente que se encontraba en el gremio; pero Pelusa me calmó, su hocico me acarició la mano lentamente y comprendí que necesitaba mantener la calma y trabajar con sigilo y cuidado.
Respiré profundo y fingí que todo estaba bien. Me acerqué lentamente a donde se encontraba el enmascarado y me quedé mirándolo como para que se diera cuenta de quién soy. Voltee a los lados para asegurarme de que nadie estaba observando y espere unos cuantos segundos silenciosos frente al hombre.
En un momento pequeño de despiste de los demás aproveché de halar al enmascarado por sus ropas para alejarlo de las personas y poder tener una pequeña charla que definiría si creaba un caos en el gremio o mantenía la discreción.
-Hola…- hice una breve pausa -¿Qué haces aquí? ¿Ya se le acabó el tiempo al lagarto?- pregunté un poco nerviosa -¿Estas seguro de que quieres enfrentarte a todos los ladrones de Aerandir?- le pregunté aún más bajito.
Magazubi
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Re: [Misión Gremio de Ladrones] Rebelión desde las sombras
Refugio de Lazid
Claramente Lazid no estaba satisfecho con los guardianes del día, y es que durante todos los días previos sus guardianes habían sido los más capaces de todos, ahora en cambio solo disponía de un par de mocosos que a duras penas podrían salvarse ellos mismos; cosa que se notaba a leguas en el rostro y las miradas de preocupación que lanzaba el lagarto cada vez que recordaba que aquellos eran sus salvadores -Luchan contra alguien sin moral ni principios- Dijo el lagarto describiendo al enemigo -Un vil traidor que no dudaría en vender a sus amigos para salvarse a sí mismo- Continuó en una serie de características en las que parecía definirse a sí mismo -A diferencia de mí que soy un líder justo, a él solo le interesa el dinero- Se cruzó de brazos pensativo -Manténganse alerta, puede venir de cualquier lado- Advirtió -Aunque todo esté cerrado, vendrá- Miró hacia todos lados solo para asegurarse de que no hubiera llegado ya y se dio media vuelta para meterse al pequeño rincón que medianamente le servía de oficina.
El asistente que se había mantenido a un lado les dedicó una sonrisa cargada de cierta picardía -No se preocupen, no pasará nada- Susurró al par de pequeños ladrones rodeando la boca con sus manos para evitar ser escuchado por alguien más -El jefe ha estado extraño desde que regresó de Dundarak, tal vez los no-muertos le causaron algún trauma- Intentó calmar a los niños para que no se atemorizaran antes de tiempo, pues por la forma como lo describía Lazid parecía como si se enfrentaran a la élite de los asesinos de Aerandir.
Tras aquellas palabras el misterioso sujeto siguió a Lazid a donde se encontraba refugiado dejando a la tropa defensiva y su valiente líder afuera, custodiando con vehemencia el lugar y dispuestos a dar su vida para salvar a su amado lagartijo; el ambiente a su alrededor lucía tranquilo, de hecho, demasiado tranquilo; un par de sujetos con capuchas que hacían imposible ver sus rostros o identificarlos del cualquier modo se movían entre los pequeños tumultos de ladronzuelos diciéndoles algo que Chimar o Iliaki no alcanzarían a escuchar, pero que sin duda hacía que todos los que escuchaban aquellas palabras dirigieran una mirada curiosa hacia donde se encontraba el lagarto.
Entre los ladrones
Nerum por su parte vería cortado su camino hacia la sala de Lazid por un par de sujetos encargado de custodiar el acceso al líder de los ladrones, curiosamente el lagarto no estaba enterado de aquellos vigilantes, lo que ya comenzaba a ser bastante extraño, sin embargo lo más curioso sucedería cuando uno de los sujetos encapuchados tropezó al joven brujo dejando caer una serie de pequeñas pero curiosas notas donde, antes que las recogiera a toda prisa, el joven pirómano podría ver una serie de instrucciones con horarios específicos y en donde incluso algunos ya habían sido tachados, lo que fuera que iba a suceder ya había comenzado sin que se dieran cuenta.
Mientras tanto, el enmascarado acabó siendo arrastrado lejos por la simpática jovencita -Ah, eres tú- Respondió el enmascarado ante la pregunta de Magazubi -El tiempo del lagarto se acabó hace más de lo que cree- Dijo de manera críptica y difícil de comprender para cualquiera que no hubiese escuchado ya la advertencia que el lagarto había recibido en tierra de dragones -No necesito enfrentarme a todos- Dijo con una voz que parecía declararse victoriosa antes de hacer sus jugadas -Y tú, si eres astuta, elegirás el bando correcto- Señaló hacia los pequeños grupos de ladrones en los que algunos miraban en su dirección y levantaban la mano derecha en un gesto de aprobación, definitivamente el enmascarado no estaba solo.
Finalmente el enmascarado levantó su mano izquierda y un encapuchado que se había mantenido a lo lejos levantó sus brazos a los lados para enviar una fuerte corriente de aire que apagó casi todas las antorchas que iluminaban la base -Quédate a un lado, pequeña, esto se va a poner feo- Efectivamente se pondría muy feo; un grito y luego otro comenzaron a escucharse entre los presentes, al parecer alguien aprovechaba la casi nula iluminación para deshacerse de algunos ladrones, pero si todos los presentes eran ladrones ¿Era un ataque desde dentro?
∞ Si son detallistas, Chimar e Iliaki notarán que algo raro se está preparando entre los presentes, las miradas hacia su posición resultan preocupantes, pueden acercarse a investigar o mantenerse en su posición.
∞ Nerum, puedes tratar de quedarte con una de las notas que se le caen al sujeto que te tropieza, será tu decisión pero tal vez te pueda resultar útil.
∞ Magazubi, parece que le has agradado al enmascarado, por lo que no te atacará si eliges estar de su lado, aunque eso implicaría traicionar a tu gremio.
∞ Con la ausencia de luz comienza a generarse caos y descontrol; pueden refugiarse para ponerse a salvo, salir a ayudar o lo que deseen, tienen total libertad de acción en esta ronda.
Claramente Lazid no estaba satisfecho con los guardianes del día, y es que durante todos los días previos sus guardianes habían sido los más capaces de todos, ahora en cambio solo disponía de un par de mocosos que a duras penas podrían salvarse ellos mismos; cosa que se notaba a leguas en el rostro y las miradas de preocupación que lanzaba el lagarto cada vez que recordaba que aquellos eran sus salvadores -Luchan contra alguien sin moral ni principios- Dijo el lagarto describiendo al enemigo -Un vil traidor que no dudaría en vender a sus amigos para salvarse a sí mismo- Continuó en una serie de características en las que parecía definirse a sí mismo -A diferencia de mí que soy un líder justo, a él solo le interesa el dinero- Se cruzó de brazos pensativo -Manténganse alerta, puede venir de cualquier lado- Advirtió -Aunque todo esté cerrado, vendrá- Miró hacia todos lados solo para asegurarse de que no hubiera llegado ya y se dio media vuelta para meterse al pequeño rincón que medianamente le servía de oficina.
El asistente que se había mantenido a un lado les dedicó una sonrisa cargada de cierta picardía -No se preocupen, no pasará nada- Susurró al par de pequeños ladrones rodeando la boca con sus manos para evitar ser escuchado por alguien más -El jefe ha estado extraño desde que regresó de Dundarak, tal vez los no-muertos le causaron algún trauma- Intentó calmar a los niños para que no se atemorizaran antes de tiempo, pues por la forma como lo describía Lazid parecía como si se enfrentaran a la élite de los asesinos de Aerandir.
Tras aquellas palabras el misterioso sujeto siguió a Lazid a donde se encontraba refugiado dejando a la tropa defensiva y su valiente líder afuera, custodiando con vehemencia el lugar y dispuestos a dar su vida para salvar a su amado lagartijo; el ambiente a su alrededor lucía tranquilo, de hecho, demasiado tranquilo; un par de sujetos con capuchas que hacían imposible ver sus rostros o identificarlos del cualquier modo se movían entre los pequeños tumultos de ladronzuelos diciéndoles algo que Chimar o Iliaki no alcanzarían a escuchar, pero que sin duda hacía que todos los que escuchaban aquellas palabras dirigieran una mirada curiosa hacia donde se encontraba el lagarto.
Entre los ladrones
Nerum por su parte vería cortado su camino hacia la sala de Lazid por un par de sujetos encargado de custodiar el acceso al líder de los ladrones, curiosamente el lagarto no estaba enterado de aquellos vigilantes, lo que ya comenzaba a ser bastante extraño, sin embargo lo más curioso sucedería cuando uno de los sujetos encapuchados tropezó al joven brujo dejando caer una serie de pequeñas pero curiosas notas donde, antes que las recogiera a toda prisa, el joven pirómano podría ver una serie de instrucciones con horarios específicos y en donde incluso algunos ya habían sido tachados, lo que fuera que iba a suceder ya había comenzado sin que se dieran cuenta.
Mientras tanto, el enmascarado acabó siendo arrastrado lejos por la simpática jovencita -Ah, eres tú- Respondió el enmascarado ante la pregunta de Magazubi -El tiempo del lagarto se acabó hace más de lo que cree- Dijo de manera críptica y difícil de comprender para cualquiera que no hubiese escuchado ya la advertencia que el lagarto había recibido en tierra de dragones -No necesito enfrentarme a todos- Dijo con una voz que parecía declararse victoriosa antes de hacer sus jugadas -Y tú, si eres astuta, elegirás el bando correcto- Señaló hacia los pequeños grupos de ladrones en los que algunos miraban en su dirección y levantaban la mano derecha en un gesto de aprobación, definitivamente el enmascarado no estaba solo.
Finalmente el enmascarado levantó su mano izquierda y un encapuchado que se había mantenido a lo lejos levantó sus brazos a los lados para enviar una fuerte corriente de aire que apagó casi todas las antorchas que iluminaban la base -Quédate a un lado, pequeña, esto se va a poner feo- Efectivamente se pondría muy feo; un grito y luego otro comenzaron a escucharse entre los presentes, al parecer alguien aprovechaba la casi nula iluminación para deshacerse de algunos ladrones, pero si todos los presentes eran ladrones ¿Era un ataque desde dentro?
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∞ Si son detallistas, Chimar e Iliaki notarán que algo raro se está preparando entre los presentes, las miradas hacia su posición resultan preocupantes, pueden acercarse a investigar o mantenerse en su posición.
∞ Nerum, puedes tratar de quedarte con una de las notas que se le caen al sujeto que te tropieza, será tu decisión pero tal vez te pueda resultar útil.
∞ Magazubi, parece que le has agradado al enmascarado, por lo que no te atacará si eliges estar de su lado, aunque eso implicaría traicionar a tu gremio.
∞ Con la ausencia de luz comienza a generarse caos y descontrol; pueden refugiarse para ponerse a salvo, salir a ayudar o lo que deseen, tienen total libertad de acción en esta ronda.
Ansur
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Re: [Misión Gremio de Ladrones] Rebelión desde las sombras
El lagarto responde varias preguntas en una forma confusa, muchas palabras y pocos detalles. En primer lugar parece que se está describiendo el mismo o a cualquier integrante del gremio, son ladrones después de todo. La segunda acotación es clara y preocupante, recibirán una visita desagradable por más que se preparen.
Sin duda “excelente”.
En segundo plano aparece uno de los acompañantes de Lazid e intenta subir el ánimo a ambos enanos, su iniciativa es de agradecer. Pese a todo algo le dice a Maquiavelo que no es simple paranoia y enfrentara una situación difícil, tantas aventuras vividas dan una especie de sexto sentido al personaje.
¿No es obvio?, es porque soy más genial jeje.
Menciona por el comentario de Iliaki, nunca viene mal jugar con tus colegas. La realidad detrás del ascenso tiene un trasfondo menos místico… seguramente lo vio primero. La elfa parte a buscar equipo mientras su compañero designado permanece en el mismo sitio, siempre sal de casa con todo encima dice el dicho.
Entre la multitud de ladrones algo comienza a gestarse, el pequeño inventor puede percibirlo. Muchas miradas específicas y murmullos secretos. Si ya tienen el enemigo en casa la situación puede ponerse muy fea, minar desde adentro es una táctica que rara vez falla, no se puede decir que exista una lealtad inquebrantable entre criminales.
Iliaki, esta alerta, algo huele mal.
Decide permanecer cerca de su objetivo, si avanza será más difícil volver. Alguien debe estar encargándose de la seguridad abajo… ¿verdad?, por algo tienen a toda la organización atrincherada. No se puede atacar una institución tan fuerte desde adentro en forma masiva, eso sería…
O rayos.
Cuando las antorchas se apagas Chimar llega una molesta conclusión, tal vez subestimo la determinación enemiga. Los gritos se hacen presentes poco después, está ocurriendo una matanza allá abajo. Como los enemigos pueden ver sin iluminación solo despierta aún más desconfianza, las cosas se ven mal.
¡Que el lagarto no salga!
Grita mientras le da un golpe seco a la puerta cerrada, si se queda adentro vivirá. El jovencito prepara su ballesta para defenderse pero con tan pocas luces solo puede atacar a quemarropa, deben establecer un embudo. Todo lo que se acerque con intenciones hostiles recibirá un virote, por muy impreciso que sea.
Virote… ¡eso me da una idea!
Intenta distinguir algo inflamable a la distancia, cuando lo logra establece la trayectoria correcta. Con todo listo dispara un virote incendiario, la flecha surca el espacio y perfora cierta pieza de madera. Una vez ocurre el impacto se libera la carga de combustible, poco después la chispa característica enciende el fuego, luz instantánea.
¡Qué bueno soy!
Sin duda “excelente”.
En segundo plano aparece uno de los acompañantes de Lazid e intenta subir el ánimo a ambos enanos, su iniciativa es de agradecer. Pese a todo algo le dice a Maquiavelo que no es simple paranoia y enfrentara una situación difícil, tantas aventuras vividas dan una especie de sexto sentido al personaje.
¿No es obvio?, es porque soy más genial jeje.
Menciona por el comentario de Iliaki, nunca viene mal jugar con tus colegas. La realidad detrás del ascenso tiene un trasfondo menos místico… seguramente lo vio primero. La elfa parte a buscar equipo mientras su compañero designado permanece en el mismo sitio, siempre sal de casa con todo encima dice el dicho.
Entre la multitud de ladrones algo comienza a gestarse, el pequeño inventor puede percibirlo. Muchas miradas específicas y murmullos secretos. Si ya tienen el enemigo en casa la situación puede ponerse muy fea, minar desde adentro es una táctica que rara vez falla, no se puede decir que exista una lealtad inquebrantable entre criminales.
Iliaki, esta alerta, algo huele mal.
Decide permanecer cerca de su objetivo, si avanza será más difícil volver. Alguien debe estar encargándose de la seguridad abajo… ¿verdad?, por algo tienen a toda la organización atrincherada. No se puede atacar una institución tan fuerte desde adentro en forma masiva, eso sería…
O rayos.
Cuando las antorchas se apagas Chimar llega una molesta conclusión, tal vez subestimo la determinación enemiga. Los gritos se hacen presentes poco después, está ocurriendo una matanza allá abajo. Como los enemigos pueden ver sin iluminación solo despierta aún más desconfianza, las cosas se ven mal.
¡Que el lagarto no salga!
Grita mientras le da un golpe seco a la puerta cerrada, si se queda adentro vivirá. El jovencito prepara su ballesta para defenderse pero con tan pocas luces solo puede atacar a quemarropa, deben establecer un embudo. Todo lo que se acerque con intenciones hostiles recibirá un virote, por muy impreciso que sea.
Virote… ¡eso me da una idea!
Intenta distinguir algo inflamable a la distancia, cuando lo logra establece la trayectoria correcta. Con todo listo dispara un virote incendiario, la flecha surca el espacio y perfora cierta pieza de madera. Una vez ocurre el impacto se libera la carga de combustible, poco después la chispa característica enciende el fuego, luz instantánea.
¡Qué bueno soy!
Chimar usa la habilidad de Lvl 2 (Virotes inferno)
- Off:
- Chicos lamento la tardanza, juraba que no me tocaba, si ven que me tardo mándenme un mp.
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Re: [Misión Gremio de Ladrones] Rebelión desde las sombras
- ¿Oler mal? ¡Pues no he sido yo! – responde instintivamente la elfilla.
Sin embargo, parece que Chim, por lo menos esta vez, se refiere a algo más. En el transcurso, las sombras proyectadas en las paredes por las vagas luces del exterior comienzan a tomar vida, agitándose en pos de formar a un monstruo mayor sediento de sangre.
No logro reconocer nada, y un intento mayor de agudizar los detalles borrosos logra distraerme de mi tarea más importante: Terminar de comer la manzana. En vez de ello, mi barbilla ha pegado contra el fruto, lanzándolo en todo su peso al suelo. Rueda, rueda por los pasillos, rueda, rueda, hasta las anclas de las sombras.
- La virgen de la papaya… - susurró suavemente, observando cómo el fruto detenía su prolongado trayecto debajo de la túnica de uno de los encerrados. Sin más remedio inmediato, inclinó su cuerpo en busca del bocadillo cuando escuchó los pasos apresurados de su compañero.
¿Qué hace? ¿Por qué de pronto reaccionó al alboroto de los Ladrones? ¡Llevan así un buen rato! Y suelen volverse insoportables hasta para ellos mismos cuando el aburrimiento los abruma.
- ¡Chim! ¡Chimar! ¿A dónde te diriges? ¿No sería más prudente que…? Oh, caray - y antes de haber terminado sus palabras, el fuego comenzaba ya a propagarse por uno de los tablones de madera, dando el chispazo mental suficiente a la elfina para comprender dos cosas.
Bien, ahora comprendo dos cosas: La primera cosa es que no pasará misión en la que Chimar no queme algo, y la segunda cosa de dos cosas es que, definitivamente, si hay un momento preciso para huir, es ahora.
Y así, dio un par de pasos hacia atrás hasta toparse de nuevo con el recodo que separaba al espacio que albergaba el emergente motín del pasillo que conectaba a la pseudo-oficina de Lazid. Poniendo sus brazos sobre la pared, intentó pasar lo más inadvertidamente posible hasta quedar frente a la puerta de donde había salido ante.
Manteniendo sus ojos fijos en la muchedumbre, dio un par de suaves golpecitos al podrido tablón que fungía de puerta y masculló unas cuantas palabras por la rendija.
- ¡Lazid! ¡Eh, Lazid! No quiero asustarte, pero ya vienen… - decía con la boca pegada al borde. – Puedes estar seguro ahí dentro, pero si quieres moverte, es ahora o nunca, Chimar se está ocupando de quienes sean que estén armando problemas… ¿Lazid? ¡Eh, lagartijo! ¿Me oyes?
Sin recibir respuesta alguna (o por lo menos no alguna que fuese de importancia a los oídos de la ladronzuela), se separó de la puerta con el corazón a punto de salírsele por el pecho. Fuese lo que fuese que estuviera ocurriendo, su instinto le aseguraba que tendría que prepararse.
¿Una roca? ¿Un guijarro? Jamás ¡Tres babosas y de las que pican! ¿Traumas en Dundarak? ¿Problemas sin resolver? Han llamado a la gente correcta.
Y, tensando su tirachinas, apuntó sus proyectiles rocosos más afilados a lo que pudiese ser un peligro. A donde ponía el ojo, ponía la piedra… Eso, hasta que sus pupilas se comenzaron a dilatar, dejando entrar una inmensa cantidad de luz que momentos anteriores ella hubiera podido jurar que no existía en la estancia.
Una picazón había comenzado en su antebrazo, logrando que pequeños espasmos de irrealidad consiguieran doblegarla de rodillas en el suelo. Simplemente, la imagen que se construía en su cabeza era repulsiva, llena de frío y caos. Las ruinas de lo que apenas se reconocerían como las catacumbas constituían el lecho de muerte una débil ave de plumaje rojizo. [1]
El color de sus plumas se avivó cada vez más, hasta alzar el vuelo a una de las pocas vigas de madera que aún se mantenían de pie en ese escenario, devorando cada trozo del mismo hasta devolverla a la lucidez.
- ¡Oh, rayos! ¿Qué habré comido? Momento ¿Qué es esto? Jo, jo, jo...– dijo al tiempo que notaba que de su mano emana un plasma azul, indicando que estaba lista para (casi) cualquier cosa que se plantara enfrente.
[1]Offrol - Maldición: Vestigios del futuro.
Sin embargo, parece que Chim, por lo menos esta vez, se refiere a algo más. En el transcurso, las sombras proyectadas en las paredes por las vagas luces del exterior comienzan a tomar vida, agitándose en pos de formar a un monstruo mayor sediento de sangre.
No logro reconocer nada, y un intento mayor de agudizar los detalles borrosos logra distraerme de mi tarea más importante: Terminar de comer la manzana. En vez de ello, mi barbilla ha pegado contra el fruto, lanzándolo en todo su peso al suelo. Rueda, rueda por los pasillos, rueda, rueda, hasta las anclas de las sombras.
- La virgen de la papaya… - susurró suavemente, observando cómo el fruto detenía su prolongado trayecto debajo de la túnica de uno de los encerrados. Sin más remedio inmediato, inclinó su cuerpo en busca del bocadillo cuando escuchó los pasos apresurados de su compañero.
¿Qué hace? ¿Por qué de pronto reaccionó al alboroto de los Ladrones? ¡Llevan así un buen rato! Y suelen volverse insoportables hasta para ellos mismos cuando el aburrimiento los abruma.
- ¡Chim! ¡Chimar! ¿A dónde te diriges? ¿No sería más prudente que…? Oh, caray - y antes de haber terminado sus palabras, el fuego comenzaba ya a propagarse por uno de los tablones de madera, dando el chispazo mental suficiente a la elfina para comprender dos cosas.
Bien, ahora comprendo dos cosas: La primera cosa es que no pasará misión en la que Chimar no queme algo, y la segunda cosa de dos cosas es que, definitivamente, si hay un momento preciso para huir, es ahora.
Y así, dio un par de pasos hacia atrás hasta toparse de nuevo con el recodo que separaba al espacio que albergaba el emergente motín del pasillo que conectaba a la pseudo-oficina de Lazid. Poniendo sus brazos sobre la pared, intentó pasar lo más inadvertidamente posible hasta quedar frente a la puerta de donde había salido ante.
Manteniendo sus ojos fijos en la muchedumbre, dio un par de suaves golpecitos al podrido tablón que fungía de puerta y masculló unas cuantas palabras por la rendija.
- ¡Lazid! ¡Eh, Lazid! No quiero asustarte, pero ya vienen… - decía con la boca pegada al borde. – Puedes estar seguro ahí dentro, pero si quieres moverte, es ahora o nunca, Chimar se está ocupando de quienes sean que estén armando problemas… ¿Lazid? ¡Eh, lagartijo! ¿Me oyes?
Sin recibir respuesta alguna (o por lo menos no alguna que fuese de importancia a los oídos de la ladronzuela), se separó de la puerta con el corazón a punto de salírsele por el pecho. Fuese lo que fuese que estuviera ocurriendo, su instinto le aseguraba que tendría que prepararse.
¿Una roca? ¿Un guijarro? Jamás ¡Tres babosas y de las que pican! ¿Traumas en Dundarak? ¿Problemas sin resolver? Han llamado a la gente correcta.
Y, tensando su tirachinas, apuntó sus proyectiles rocosos más afilados a lo que pudiese ser un peligro. A donde ponía el ojo, ponía la piedra… Eso, hasta que sus pupilas se comenzaron a dilatar, dejando entrar una inmensa cantidad de luz que momentos anteriores ella hubiera podido jurar que no existía en la estancia.
Una picazón había comenzado en su antebrazo, logrando que pequeños espasmos de irrealidad consiguieran doblegarla de rodillas en el suelo. Simplemente, la imagen que se construía en su cabeza era repulsiva, llena de frío y caos. Las ruinas de lo que apenas se reconocerían como las catacumbas constituían el lecho de muerte una débil ave de plumaje rojizo. [1]
El color de sus plumas se avivó cada vez más, hasta alzar el vuelo a una de las pocas vigas de madera que aún se mantenían de pie en ese escenario, devorando cada trozo del mismo hasta devolverla a la lucidez.
- ¡Oh, rayos! ¿Qué habré comido? Momento ¿Qué es esto? Jo, jo, jo...– dijo al tiempo que notaba que de su mano emana un plasma azul, indicando que estaba lista para (casi) cualquier cosa que se plantara enfrente.
[1]Offrol - Maldición: Vestigios del futuro.
- V:
- Una vez más: Perdón por el retraso... xD
Iliaki
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Re: [Misión Gremio de Ladrones] Rebelión desde las sombras
Logré comunicarme con el enmascarado, al parecer algo grande iba a suceder y para mi sorpresa estaba todo muy bien organizado. Había subestimado al señor misterioso, aunque al enterarme de que era más inteligente que la media sonreí complacida, me agradaba la gente preparada, sin embargo aún me preguntaba a qué era lo que tenía que enfrentar el gremio ahorita.
Según tenía entendido sólo los ladrones del gremio podrían estar en la base. No se me hacía muy extraño que alguno de los que estuviera ahí no perteneciera al grupo, pero al parecer eran muchos los que estaban apoyando el misterioso plan del enmascarado ¿serían traidores todos? ¿quién era el bueno en esa historia? ¿qué bando iba a tomar?
Tenía pensado tomarme un chocolatico caliente con el enmascarado, que me contara su plan maestro y luego decidir racionalmente qué posición tomaría entre todo ese desastre; pero como era de esperarse nada de eso sucedió, simplemente hubo una rara señal que le dieron a él y todo comenzó. Las llamas que alumbraban el lugar se apagaron en un soplido, la oscuridad reinó el lugar y los gritos no tardaron en llegar. Yo me pegué rápidamente a la pared y me acosté en el piso boca arriba haciéndome la muertica. Las ventajas de ser chiquita me permitían sentirme segura ahí, hasta que por mala suerte mi collar, aquel dije de unión que hace algún tiempo mi papi me había dado, empezó a brillar en tono azulado intensó. Todo se veía absolutamente negro a excepción de aquel punto azul que provenía de mi collar. Rápidamente traté de taparlo con mis manos pero aquel azul pasaba entre mis dedos dejándome en evidencia.(1)
Sin pensarlo mucho traté de quitarme el collar o meterlo debajo de mi camisa, pero era inevitable, la luz seguía brillando, luego pasó a titilar como si se estuviese quedando sin energía y poco a poco la luz fue cesando. Eso duró unos cuantos segundos, pero para mi fue una eternidad de peligro en donde sólo podía sudar frío para que no me encontraran.
Cuando por fin la oscuridad volvió a ponerse empezó a oler a quemado y cortos destellos de luz pasaron a iluminar ciertas escenas que ocurrían alrededor, el fuego no se encontraba muy lejos de nosotros pero al menos permitía ver a luz tenue las escenas. No sabía si era mejor ver o no ver, así que me tape los ojos con las manos y de vez en cuando abrí mis dedos para ver e informarme. Pretendía quedarme neutra ante el espectáculo.
Según tenía entendido sólo los ladrones del gremio podrían estar en la base. No se me hacía muy extraño que alguno de los que estuviera ahí no perteneciera al grupo, pero al parecer eran muchos los que estaban apoyando el misterioso plan del enmascarado ¿serían traidores todos? ¿quién era el bueno en esa historia? ¿qué bando iba a tomar?
Tenía pensado tomarme un chocolatico caliente con el enmascarado, que me contara su plan maestro y luego decidir racionalmente qué posición tomaría entre todo ese desastre; pero como era de esperarse nada de eso sucedió, simplemente hubo una rara señal que le dieron a él y todo comenzó. Las llamas que alumbraban el lugar se apagaron en un soplido, la oscuridad reinó el lugar y los gritos no tardaron en llegar. Yo me pegué rápidamente a la pared y me acosté en el piso boca arriba haciéndome la muertica. Las ventajas de ser chiquita me permitían sentirme segura ahí, hasta que por mala suerte mi collar, aquel dije de unión que hace algún tiempo mi papi me había dado, empezó a brillar en tono azulado intensó. Todo se veía absolutamente negro a excepción de aquel punto azul que provenía de mi collar. Rápidamente traté de taparlo con mis manos pero aquel azul pasaba entre mis dedos dejándome en evidencia.(1)
Sin pensarlo mucho traté de quitarme el collar o meterlo debajo de mi camisa, pero era inevitable, la luz seguía brillando, luego pasó a titilar como si se estuviese quedando sin energía y poco a poco la luz fue cesando. Eso duró unos cuantos segundos, pero para mi fue una eternidad de peligro en donde sólo podía sudar frío para que no me encontraran.
Cuando por fin la oscuridad volvió a ponerse empezó a oler a quemado y cortos destellos de luz pasaron a iluminar ciertas escenas que ocurrían alrededor, el fuego no se encontraba muy lejos de nosotros pero al menos permitía ver a luz tenue las escenas. No sabía si era mejor ver o no ver, así que me tape los ojos con las manos y de vez en cuando abrí mis dedos para ver e informarme. Pretendía quedarme neutra ante el espectáculo.
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OffRol
(1) Mi collar titila en azul porque Bio está en peligro y se apaga porque Bio muere.
Elen mató a Bio en otro tema.
OffRol
(1) Mi collar titila en azul porque Bio está en peligro y se apaga porque Bio muere.
Elen mató a Bio en otro tema.
Magazubi
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Re: [Misión Gremio de Ladrones] Rebelión desde las sombras
“Parece que después de todo no será tan fácil”, sabía que Lazid solía protegerse demasiado cuando se trataba de su propia integridad, pero aquello del encierro era excesivo, en cualquier momento todos perderían la cabeza por quedarse tanto tiempo encerrados, sin embargo no podía salirme de aquí sin algún motivo, eran hasta cierto punto mis camaradas y no pensaba freírlos sin sentido. Por ahora solo me quedaba regresar a mi lugar en aquel maloliente lugar, nada que hacer, nada que ver, y nada que...
-Oye, fíjate por donde caminas.- Dijo un hombre encapuchado el cual se estrelló contra mí mientras estaba absorto en mis pensamientos, dejando caer de entre sus cosas varias notas que llevaba encima las cuales parecían ser una lista de algo.
-Sí, claro, claro.- Dije de forma apresuraba mientras recogía una de las notas a la par que el hombre las recorría con prisa y mirándola de reojo efectivamente era una lista con algunas cosas ya señaladas. –¿Esto es una lista de materiales?, ¿Eres de los que pueden salir?, ¿puedes dejarme salir a un pequeño paseo?- Mencionaba atento por la respuesta del hombre, ignorante al contenido real del papel.
-No, no y no, vamos chico dame eso de una buena vez.- Dijo el hombre a la par que intentaba quitarme la nota.
-Espera, ¿Por qué las prisas?- Poniendo la mano estirada como obstáculo a los arrebatos empiezo a leer lo que contenía esta “son horarios de acontecimientos, y no de los buenos”, apartando de un empujón al hombre, lo miro fijamente mientras pregunto. -¿Eres un traidor?-
En ese momento, el movimiento había empezado, una ráfaga de viento apaga mayoría de las antorchas, se escucha gritos y se huele el olor a oxido propio de la sangre, referente a que algunos acababan de ser abatidos. Mientras en esos momentos el hombre encapuchado intenta quitarme por la fuerza aquella nota de los eventos.
-¿He, que se supone que estás haciendo?- Apartándolo del camino al encapuchado con un poco de fuego, los papeles que llevaba empezaba a arder de un momento a otro intentándolos apagar en aquel momento, “listo, distracción asegurada”. Moviéndome lo más rápido que podía en la oscuridad predominante, me dirijo a la puerta que llevaba a la lagartija, esta era mi oportunidad de estar más adentro de la organización y no pensaba quedarme fuera.
OffRol: perdón por la tardanza.
Nerum
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Re: [Misión Gremio de Ladrones] Rebelión desde las sombras
El brujo pirómano había dado con algo importante aunque no lo notaría hasta que ya fuera muy tarde, las luces se fueron y el caos se desencadenó por todos lados; los gritos que se apagaban repentinamente daban a entender que tomar prisioneros no era una opción de los atacantes, los estaban eliminando lentamente pero ¿Quiénes eran? ¿Y cuántos?
Pronto la batalla por los papeles se tornó innecesaria y el hombre con una siniestra sonrisa simplemente se alejó al tiempo que las luces menguaban e iniciaban los gritos; aunque la oscuridad no tomaría el control por mucho tiempo, pues un virote consiguió iniciar un pequeño incendio que pronto sirvió para iluminar al menos una parte del lugar, una parte donde se podría ver la figura de uno de los ladrones, uno de esos a los que nadie recordaba a menos que pasara algo como verlo con una daga en el cuello bajo la mano de un misterioso enmascarado, el mismo que había colaborado para el rescate del lagarto en Dundarak y ahora parecía estar del bando contrario.
Si bien, habían planeado una ejecución masiva a oscuras, el hábil sujeto no pensaba desaprovechar la teatralidad del momento usando la improvisada luz del fuego como si se tratara de una parte más del plan -¿Quién es tu líder?- Preguntó el sujeto con una voz que se escuchaba más tétrica de lo normal debido a su máscara -¿Quién... es... tu... líder?- Preguntó de nuevo de manera más detenida y apretando a la vez el cuello de su víctima ante la mirada atónita de todos los que habían girado colocándolo como el centro de atención -La-Lazid, es el jefe- La respuesta nerviosa vino acompañada de un fino corte en la garganta que desparramó un mar de sangre sobre el pecho del hombre hasta llegar al piso.
Con claro desprecio el enmascarado arrojó el cuerpo al piso y levantó su daga ensangrentada al tiempo que gritaba a viva voz -¿Alguien más piensa que el lagarto está a cargo?- Aquello era a todas luces una clara amenaza y no una simple pregunta, estaban intentando tomar el poder y para ello habían seleccionado blancos específicos, los que consideraban que podían ser más leales a Lazid o que podrían causar problemas; Nerum apenas había entrado al grupo así que de momento no era parte de los objetivos, a Iliaki difícilmente la tomarían en serio, pero el pequeño Chimar se había ganado una fama en poco tiempo y lo consideraban de cuidado, más aún después de haber sido el de más rápida reacción frente al ataque; un par de sujetos comenzarían a rodearlo lentamente esperando el momento indicado para eliminarlo.
Mientras tanto la pequeña Magazubi era harina de otro costal, pues la consideraban tanto o más insignificante que la misma Iliaki, pero había logrado ciertas hazañas inquietantes, por lo que le darían la oportunidad de unirse al bando de los atacantes si así lo deseaba, y si no, la matarían como al resto, y no sería difícil encontrarla ya que parecía un faro indicando su ubicación con el extraño collar.
La elfina se había acercado a la puerta donde estaba Lazid y le había advertido sin obtener respuesta, o al menos no una respuesta inmediata pues luego de casi impactarle un par de veces a Nerum con sus proyectiles errantes, la voz alterada del lagarto comenzó a escucharse dentro -¿Pero qué haces? Idiota, no, no, ni lo intentes- Algunos golpes se dejaron escuchar antes que Lazid hablara de nuevo -A que no te esperabas que te golpeara con un... ¿Qué cojones es esto?- Un nuevo golpe más fuerte que los anteriores puso fin a la aparente disputa.
La puerta se abrió y un Lazid bien armado con una espada en una mano y un cucharón de sopa en la otra mano salió a enfrentar el desafío, claramente consciente de lo que estaba pasando -¿Pero qué carajos pasa aquí?- Su voz desafiante cambió al ver la figura de aquel enigmático enmascarado y comenzó a retroceder lentamente, quien quisiera hacerle algo debería pasar primero a través de la fuerte barrera protectora que formaban Iliaki y Nerum.
∞ El enemigo se ha mostrado, tal parece que su intención es tomar el poder del gremio y deshacerse del lagarto.
∞ Aunque Lazid no es el único en peligro, pues Chimar también ha sido marcado como un objetivo peligroso y un par de sujetos intentarán quitarlo del medio.
∞ Magazubi ha llamado la atención de un hombre bestia que intentará capturarla, deberás describir al personaje como deseer y decidir si escapas o te dejas capturar para acercarte al enmascarado.
∞ Nerum e Iliaki han quedado atrapados entre el lagarto y sus captores, dos sujetos de casi dos metros cada uno intentarán deshacerse de ustedes para atrapar a Lazid, pueden describirlos como deseen.
Pronto la batalla por los papeles se tornó innecesaria y el hombre con una siniestra sonrisa simplemente se alejó al tiempo que las luces menguaban e iniciaban los gritos; aunque la oscuridad no tomaría el control por mucho tiempo, pues un virote consiguió iniciar un pequeño incendio que pronto sirvió para iluminar al menos una parte del lugar, una parte donde se podría ver la figura de uno de los ladrones, uno de esos a los que nadie recordaba a menos que pasara algo como verlo con una daga en el cuello bajo la mano de un misterioso enmascarado, el mismo que había colaborado para el rescate del lagarto en Dundarak y ahora parecía estar del bando contrario.
Si bien, habían planeado una ejecución masiva a oscuras, el hábil sujeto no pensaba desaprovechar la teatralidad del momento usando la improvisada luz del fuego como si se tratara de una parte más del plan -¿Quién es tu líder?- Preguntó el sujeto con una voz que se escuchaba más tétrica de lo normal debido a su máscara -¿Quién... es... tu... líder?- Preguntó de nuevo de manera más detenida y apretando a la vez el cuello de su víctima ante la mirada atónita de todos los que habían girado colocándolo como el centro de atención -La-Lazid, es el jefe- La respuesta nerviosa vino acompañada de un fino corte en la garganta que desparramó un mar de sangre sobre el pecho del hombre hasta llegar al piso.
- Meck:
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Con claro desprecio el enmascarado arrojó el cuerpo al piso y levantó su daga ensangrentada al tiempo que gritaba a viva voz -¿Alguien más piensa que el lagarto está a cargo?- Aquello era a todas luces una clara amenaza y no una simple pregunta, estaban intentando tomar el poder y para ello habían seleccionado blancos específicos, los que consideraban que podían ser más leales a Lazid o que podrían causar problemas; Nerum apenas había entrado al grupo así que de momento no era parte de los objetivos, a Iliaki difícilmente la tomarían en serio, pero el pequeño Chimar se había ganado una fama en poco tiempo y lo consideraban de cuidado, más aún después de haber sido el de más rápida reacción frente al ataque; un par de sujetos comenzarían a rodearlo lentamente esperando el momento indicado para eliminarlo.
Mientras tanto la pequeña Magazubi era harina de otro costal, pues la consideraban tanto o más insignificante que la misma Iliaki, pero había logrado ciertas hazañas inquietantes, por lo que le darían la oportunidad de unirse al bando de los atacantes si así lo deseaba, y si no, la matarían como al resto, y no sería difícil encontrarla ya que parecía un faro indicando su ubicación con el extraño collar.
La elfina se había acercado a la puerta donde estaba Lazid y le había advertido sin obtener respuesta, o al menos no una respuesta inmediata pues luego de casi impactarle un par de veces a Nerum con sus proyectiles errantes, la voz alterada del lagarto comenzó a escucharse dentro -¿Pero qué haces? Idiota, no, no, ni lo intentes- Algunos golpes se dejaron escuchar antes que Lazid hablara de nuevo -A que no te esperabas que te golpeara con un... ¿Qué cojones es esto?- Un nuevo golpe más fuerte que los anteriores puso fin a la aparente disputa.
La puerta se abrió y un Lazid bien armado con una espada en una mano y un cucharón de sopa en la otra mano salió a enfrentar el desafío, claramente consciente de lo que estaba pasando -¿Pero qué carajos pasa aquí?- Su voz desafiante cambió al ver la figura de aquel enigmático enmascarado y comenzó a retroceder lentamente, quien quisiera hacerle algo debería pasar primero a través de la fuerte barrera protectora que formaban Iliaki y Nerum.
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∞ El enemigo se ha mostrado, tal parece que su intención es tomar el poder del gremio y deshacerse del lagarto.
∞ Aunque Lazid no es el único en peligro, pues Chimar también ha sido marcado como un objetivo peligroso y un par de sujetos intentarán quitarlo del medio.
∞ Magazubi ha llamado la atención de un hombre bestia que intentará capturarla, deberás describir al personaje como deseer y decidir si escapas o te dejas capturar para acercarte al enmascarado.
∞ Nerum e Iliaki han quedado atrapados entre el lagarto y sus captores, dos sujetos de casi dos metros cada uno intentarán deshacerse de ustedes para atrapar a Lazid, pueden describirlos como deseen.
Ansur
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Re: [Misión Gremio de Ladrones] Rebelión desde las sombras
El fuego hace su trabajo, ahora se puede ver mejor… no es una antorcha mágica pero algo es algo. Tristemente la situación está lejos de resolverse, en breve se puede observar la cabeza del problema. Un sujeto enmascarado bastante conocido da las órdenes, es claro que planea tomar el control y eliminar cualquier resistencia.
Justo cuando crees que será un día aburrido…
El número de efectivos enemigos es abrumador, medio gremio debe haberse vendido. Si salen de esta necesitaran tomar contramedidas… pero primero lo primero. En situaciones desventajosas lo mejor es eliminar al líder, por ahora dicho curso está fuera de la ecuación pero Maquiavelo lo tendrá presente.
De momento los conocidos del niño reaccionan con variedad, Iliaki parece estar alucinando más de lo normal, el brujo que colaboro en la ciudad dragón le prende fuego a alguien y Maga se hace la muerta… no es precisamente un ejército pero son los únicos confiables, deben mantener la línea.
Lazid sale de su refugio para detallar la situación directamente, pronto se retracta. Claramente su mano es mala, encerrar a todo el gremio solo consiguió darle ventajas al enemigo. De momento la última línea de defensa se ve frágil aunque no se debe subestimar nada en esta vida, son individuos peculiares.
Chimar centra su atención en otra cosa, dos enemigos lo rodean. Sonríe con malicia, se necesita más para hacerlo caer. Cuando el primero toma la posición más cercana recibe un virote entre ceja y ceja, nadie toma en serio la ballesta del enano hasta que dispara, típico error de gente grande sin cerebro.
Un segundo enemigo aprovecha el tiempo de recarga para arremeter, desgraciadamente para el su objetivo sabe cómo moverse. Haciendo gala de una agilidad envidiable el joven inventor esquiva y se sube a la espalda de su atacante, cuando ve la oportunidad desenfunda una espada corta y lo atraviesa.
Los frijoles nunca aprenden.
Salta estilizadamente mientras el cuerpo muerto cae como un tronco, menudo desperdicio de tamaño. Comprar un arma blanca corta fue lo mejor que pudo hacer el enano, ahora tiene la capacidad de responder mientras su ballesta esta indispuesta. No es fanático de las armas directas pero reconoce su utilidad, se deben hacer sacrificios por la integridad.
El característico sonido le indica al joven ladrón que su juguete esta listo, sin vacilar apunta al frente, puede soportar más rondas. En este momento resulta obvio que no lucha solo por Lazid, su trasero también está en riesgo. Un cambio de guardia siempre trae consigo cambio de gente… eso en términos ladrones significa “sacar la basura” o “eliminar personal”.
Alguien tendrá que esforzarse más.
Justo cuando crees que será un día aburrido…
El número de efectivos enemigos es abrumador, medio gremio debe haberse vendido. Si salen de esta necesitaran tomar contramedidas… pero primero lo primero. En situaciones desventajosas lo mejor es eliminar al líder, por ahora dicho curso está fuera de la ecuación pero Maquiavelo lo tendrá presente.
De momento los conocidos del niño reaccionan con variedad, Iliaki parece estar alucinando más de lo normal, el brujo que colaboro en la ciudad dragón le prende fuego a alguien y Maga se hace la muerta… no es precisamente un ejército pero son los únicos confiables, deben mantener la línea.
Lazid sale de su refugio para detallar la situación directamente, pronto se retracta. Claramente su mano es mala, encerrar a todo el gremio solo consiguió darle ventajas al enemigo. De momento la última línea de defensa se ve frágil aunque no se debe subestimar nada en esta vida, son individuos peculiares.
Chimar centra su atención en otra cosa, dos enemigos lo rodean. Sonríe con malicia, se necesita más para hacerlo caer. Cuando el primero toma la posición más cercana recibe un virote entre ceja y ceja, nadie toma en serio la ballesta del enano hasta que dispara, típico error de gente grande sin cerebro.
Un segundo enemigo aprovecha el tiempo de recarga para arremeter, desgraciadamente para el su objetivo sabe cómo moverse. Haciendo gala de una agilidad envidiable el joven inventor esquiva y se sube a la espalda de su atacante, cuando ve la oportunidad desenfunda una espada corta y lo atraviesa.
Los frijoles nunca aprenden.
Salta estilizadamente mientras el cuerpo muerto cae como un tronco, menudo desperdicio de tamaño. Comprar un arma blanca corta fue lo mejor que pudo hacer el enano, ahora tiene la capacidad de responder mientras su ballesta esta indispuesta. No es fanático de las armas directas pero reconoce su utilidad, se deben hacer sacrificios por la integridad.
El característico sonido le indica al joven ladrón que su juguete esta listo, sin vacilar apunta al frente, puede soportar más rondas. En este momento resulta obvio que no lucha solo por Lazid, su trasero también está en riesgo. Un cambio de guardia siempre trae consigo cambio de gente… eso en términos ladrones significa “sacar la basura” o “eliminar personal”.
Alguien tendrá que esforzarse más.
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Re: [Misión Gremio de Ladrones] Rebelión desde las sombras
Titilante, la luz del virote apenas llena la oscuridad de las catacumbas, impuesta más por el corazón de las personas que de la propia ausencia de luz. No es que Lazid sea el mejor, pero tampoco es que se pueda confiar en una persona que de pronto amenaza con destruir nuestras vidas, y el lagartijo es el único que ha prometido sacar de sus celdas a los antiguos líderes.
Desde aquella vez en que fue nuestra primera incursión, el gremio comenzó a crecer de poco en poco, con varias disconformidades, eso sí, pero uniendo a aquellos a los que eran llamados los olvidados. Desde Dundarak no dejo de pensar ¿Qué buscan los otros? ¿Qué busca este encapuchado?
La elfina, junto con el brujo, fueron rodeados de pronto por un par de hombres cuyos brazos parecían otro par de piernas pegados a sus hombros. El silencio se propagó por un momento en la multitud encerrada, logrando que Iliaki pudiese escuchar su respiración.
Realmente no eran muchos los que se habían alzado en contra del lagarto, pero eran pocos los que estaban pelearían en su contra, una proporción de uno a uno en la que los que estaban en desacuerdo con Meck guardaban sus palabras con la esperanza de guardar sus vidas, pero su silencio había condenado a los pocos dispuestos a luchar.
- Flamitas, si morimos hoy, fue un gusto haberte conocido – dijo con voz temblorosa la chica. Luego, dirigiendo la mirada a sus espaldas, habló a Lazid – No sé si esto ayude, pero es algo. Sinceramente, me da un poco de yuyu la oscuridad, así que…
Moviendo un poco sus manos y disminuyendo el ritmo de su respiración, un flujo de energía azulada emergió de su cuerpo, envolviendo lentamente al lagarto [1]. Al terminar, la chica, más sorprendida que calmada, exclamó:
- ¡Caray, yo quería empujarte al otro lado del pasillo! - dijo confundida.
- ¡No creo que hubiera sido de ayuda, de cualquier forma! – replicó un tanto molesto Lazid.
Uno de los hombres, sin comprender lo que había pasado, tomó su espada enfurecido, puesto a quitar de su camino a la enclenque mocosa.
- Escucha, muchacha, puedes hacerte a un lado… – dijo sacando impaciente la hoja de su funda - … o terminar con los intestinos de fuera. Para mí sería más interesante la segunda, puesto que tu imprudencia le ha dado la reputación de guardería al gremio.
Desbordando la satisfacción en sus pútridos dientes, soltó un golpe que fue inmediatamente esquivado por la elfina agachándose, dejando que la espada se clavase en la pared. Sin detenerse, el gorilón soltaba un espadazo tras otro, obteniendo la misma suerte que con el primero. Impaciente, comenzó a soltar puñetazos a la par de su espada. Sin embargo, la oscuridad no era el punto fuerte de la chica, provocando que uno de los golpes lograra lanzarla al suelo.
Iliaki, al verse atrapada, miró al brujo, desplazando su mirada luego al resto del recinto.
¿Qué es lo que buscamos? ¿Es mi lecho de muerte un motín debajo de las calles de la ciudad? Jamás había visto tanto miedo así, esto nunca sucedió ¡Era impensable!, cuando Ámbar y Gabret estaban con nosotros ¿Tienen que ver algo ellos con esto? Y si no ¿Por qué sucede así? ¡¿Qué buscan?!
El ladrón, acercándose lentamente a la cabeza de la chica, sonrió. Por fin podría asestar un último golpe. Iliaki, movida por el instinto, dio un sorpresivo brinco, derrapando debajo de la entrepierna del hombre hasta quedar en sus espaldas.
- Ahora sí, esto debe funcionar – susurró de forma casi inaudible mientras acomodaba una de las babosas en el resorte de su Lanzarrocas [2]. Con el tiempo encima, apuntó a la nuca de su enemigo y lanzó el proyectil. - ¡Bombalacuaca!
Desde aquella vez en que fue nuestra primera incursión, el gremio comenzó a crecer de poco en poco, con varias disconformidades, eso sí, pero uniendo a aquellos a los que eran llamados los olvidados. Desde Dundarak no dejo de pensar ¿Qué buscan los otros? ¿Qué busca este encapuchado?
La elfina, junto con el brujo, fueron rodeados de pronto por un par de hombres cuyos brazos parecían otro par de piernas pegados a sus hombros. El silencio se propagó por un momento en la multitud encerrada, logrando que Iliaki pudiese escuchar su respiración.
Realmente no eran muchos los que se habían alzado en contra del lagarto, pero eran pocos los que estaban pelearían en su contra, una proporción de uno a uno en la que los que estaban en desacuerdo con Meck guardaban sus palabras con la esperanza de guardar sus vidas, pero su silencio había condenado a los pocos dispuestos a luchar.
- Flamitas, si morimos hoy, fue un gusto haberte conocido – dijo con voz temblorosa la chica. Luego, dirigiendo la mirada a sus espaldas, habló a Lazid – No sé si esto ayude, pero es algo. Sinceramente, me da un poco de yuyu la oscuridad, así que…
Moviendo un poco sus manos y disminuyendo el ritmo de su respiración, un flujo de energía azulada emergió de su cuerpo, envolviendo lentamente al lagarto [1]. Al terminar, la chica, más sorprendida que calmada, exclamó:
- ¡Caray, yo quería empujarte al otro lado del pasillo! - dijo confundida.
- ¡No creo que hubiera sido de ayuda, de cualquier forma! – replicó un tanto molesto Lazid.
Uno de los hombres, sin comprender lo que había pasado, tomó su espada enfurecido, puesto a quitar de su camino a la enclenque mocosa.
- Escucha, muchacha, puedes hacerte a un lado… – dijo sacando impaciente la hoja de su funda - … o terminar con los intestinos de fuera. Para mí sería más interesante la segunda, puesto que tu imprudencia le ha dado la reputación de guardería al gremio.
Desbordando la satisfacción en sus pútridos dientes, soltó un golpe que fue inmediatamente esquivado por la elfina agachándose, dejando que la espada se clavase en la pared. Sin detenerse, el gorilón soltaba un espadazo tras otro, obteniendo la misma suerte que con el primero. Impaciente, comenzó a soltar puñetazos a la par de su espada. Sin embargo, la oscuridad no era el punto fuerte de la chica, provocando que uno de los golpes lograra lanzarla al suelo.
Iliaki, al verse atrapada, miró al brujo, desplazando su mirada luego al resto del recinto.
¿Qué es lo que buscamos? ¿Es mi lecho de muerte un motín debajo de las calles de la ciudad? Jamás había visto tanto miedo así, esto nunca sucedió ¡Era impensable!, cuando Ámbar y Gabret estaban con nosotros ¿Tienen que ver algo ellos con esto? Y si no ¿Por qué sucede así? ¡¿Qué buscan?!
El ladrón, acercándose lentamente a la cabeza de la chica, sonrió. Por fin podría asestar un último golpe. Iliaki, movida por el instinto, dio un sorpresivo brinco, derrapando debajo de la entrepierna del hombre hasta quedar en sus espaldas.
- Ahora sí, esto debe funcionar – susurró de forma casi inaudible mientras acomodaba una de las babosas en el resorte de su Lanzarrocas [2]. Con el tiempo encima, apuntó a la nuca de su enemigo y lanzó el proyectil. - ¡Bombalacuaca!
- OFF v:
Offrol
[1] Hab lvl 1: Quantum
[2] Usada: Munición babosa mística
Iliaki
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Re: [Misión Gremio de Ladrones] Rebelión desde las sombras
Rápido, discreto y eficaz, las tres cualidades de un ladrón que se debían tener por obligación si es que a alguien se le ocurría entrar en este negocio de lo más turbio. Lo cual, haciendo caso de estas, camino apresurado por el pasillo mientras me preparo para quemar todo lo que vea para preguntar después.
¿Y porque después?, bueno, la opción de avanzar a lo desconocido en la oscuridad no era siempre la mejor de todas en un gremio que principalmente se dedicaban a las emboscadas en este tipo de situaciones y por otra parte regresar a la habitación anterior no era siquiera algo a consideración.
-¡Lazid!, ¿Dónde estás lagartija repulsiva he venido a salvarte?- Con un tono fuerte al hablar, grito en busca de nuestro respetado líder, para que este se avivara en caso de estar escondido.
-¿¡Lazid?!, ¡Por lo menos grita fuerte si te mataron para no recorrer el camino dos veces!- Apresurándome en todos los sentidos, debía asegurarme de que si existía una posibilidad de que Lazid estuviera vivo, viviera por lo menos hasta mi acenso de puesto.
-Por última vez Lazid donde es…- Callándome al instante de percibir enemigos, esconderme ya no era opción frente a esos gorilas de personas, que miraban en mi dirección con un rostro enfadado que parecieran llevar desde niños. –Si…, este…, yo iba por esta dirección.- Señalando el camino contrario a la vez que daba media vuelta, Lazid no sonaba tan importante en ese momento y total posiblemente ya estaba muerto en un rincón.
-¿Y adonde crees que vas?- dijo uno de los gigantes a la vez que el otro se dirigía en sentido contrario a una pequeña cabaña de mugres junto con la mocosa del lodo y ¡Lazid! “Bien, sigue vivo” preparando el ataque el gorila terminaría arrodillado frente a mí.
-No te distraigas pequeñín.- menciono, antes de asestar un golpe contra mi cráneo. Aturdido y mareado por el puñetazo, me incorporo desorbitado a la par que el gorila esperaba que yo diera mi mejor golpe.
-Solo dame un momento.- Cerrando un puño frente a mi boca, mantengo la calma para no vomitar, “un mago no está hecho para este tipo de agresiones” me decía a mí mismo a la par que tomaba una posición improvisada de combate.
Pisando fuerte el suelo y dando poder al ataque, me preparo para lo que viene mientras aquel hombre se queda erguido en su sitio con expresión burlesca “hora de quitarte la sonrisa del rostro.” Lanzando la carga al mismo tiempo que abro la mano, lo que venía aparentando ser un puñetazo, termino siendo algo de fuego en los ojos. Gritando de dolor a la vez que se tiraba al piso termino por dejarlo de lado mientras avanzo por el pasillo, después de todo un mago no está hecho para este tipo de agresiones.
¿Y porque después?, bueno, la opción de avanzar a lo desconocido en la oscuridad no era siempre la mejor de todas en un gremio que principalmente se dedicaban a las emboscadas en este tipo de situaciones y por otra parte regresar a la habitación anterior no era siquiera algo a consideración.
-¡Lazid!, ¿Dónde estás lagartija repulsiva he venido a salvarte?- Con un tono fuerte al hablar, grito en busca de nuestro respetado líder, para que este se avivara en caso de estar escondido.
-¿¡Lazid?!, ¡Por lo menos grita fuerte si te mataron para no recorrer el camino dos veces!- Apresurándome en todos los sentidos, debía asegurarme de que si existía una posibilidad de que Lazid estuviera vivo, viviera por lo menos hasta mi acenso de puesto.
-Por última vez Lazid donde es…- Callándome al instante de percibir enemigos, esconderme ya no era opción frente a esos gorilas de personas, que miraban en mi dirección con un rostro enfadado que parecieran llevar desde niños. –Si…, este…, yo iba por esta dirección.- Señalando el camino contrario a la vez que daba media vuelta, Lazid no sonaba tan importante en ese momento y total posiblemente ya estaba muerto en un rincón.
-¿Y adonde crees que vas?- dijo uno de los gigantes a la vez que el otro se dirigía en sentido contrario a una pequeña cabaña de mugres junto con la mocosa del lodo y ¡Lazid! “Bien, sigue vivo” preparando el ataque el gorila terminaría arrodillado frente a mí.
-No te distraigas pequeñín.- menciono, antes de asestar un golpe contra mi cráneo. Aturdido y mareado por el puñetazo, me incorporo desorbitado a la par que el gorila esperaba que yo diera mi mejor golpe.
-Solo dame un momento.- Cerrando un puño frente a mi boca, mantengo la calma para no vomitar, “un mago no está hecho para este tipo de agresiones” me decía a mí mismo a la par que tomaba una posición improvisada de combate.
Pisando fuerte el suelo y dando poder al ataque, me preparo para lo que viene mientras aquel hombre se queda erguido en su sitio con expresión burlesca “hora de quitarte la sonrisa del rostro.” Lanzando la carga al mismo tiempo que abro la mano, lo que venía aparentando ser un puñetazo, termino siendo algo de fuego en los ojos. Gritando de dolor a la vez que se tiraba al piso termino por dejarlo de lado mientras avanzo por el pasillo, después de todo un mago no está hecho para este tipo de agresiones.
Nerum
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Re: [Misión Gremio de Ladrones] Rebelión desde las sombras
Acostada en el piso, sana y salva de toda la situación, me empecé a preocupar de nuevo porque después de haberse apagado mi collar, empezó a brillar de nuevo como si se tratasen de mis propios latidos irradiando luz. Habían intervalos de tiempo en donde solo se apagaba, y había otros momentos en donde titilaba de forma preocupante. Claramente eso significaba que mi papi estaba en peligro, y en uno muy grave, nunca me había titilado así el collar, pero lamentablemente no podría ayudarlo desde donde me encontraba.
Mi mente dejó a un lado el tema de mi papá para ubicarse en los acontecimientos que estaban al frente. El enmascarado que me había ayudado a salvar al lagarto en Dundarak se encontraba dando un discurso tétrico en donde el espectáculo principal era matar a todo el que pensara que el líder podría ser Lazid. Aparté mi vista para evitar las nauseas y me quedé tranquilita en el suelo para no ponerme en peligro.
Me encontraba en una posición neutra, tenía que mantener la postura y tomar buenas decisiones, porque no sería nada bueno quedar en el bando perdedor, pero prefería no elegir un bando hasta que alguien no se proclamara como ganador.
Pasaban varios cooperantes del enmascarado verificando que había gente muerta y corroborando que los únicos vivos que quedaran fuesen personas que apoyaban su causa. Y yo me hice la muerta. Para algunos estaba realmente muerta pero hubo un imbécil que se le ocurrió tocarme el cuello para verificar mis latidos, respiración y temperatura. -¿Por qué simplemente no me vio y ya?- pensé mientras recordaba que él estuvo verificando cada cadáver con mucho recelo.
Aguanté la respiración, y traté de bajar la temperatura de mi cuerpo con el dominio básico que poseía de los elementos; pensé que sería suficiente, pero al recibir un jalón por las piernas supe que mi técnica ya no funcionaba.
Fui arrastrada por el piso y llevada a una esquina en donde un joven muy peculiar mi haría la misma pregunta que el enmascarado hizo en su espectáculo.
-¿Quién es tu líder?- preguntó muy lentamente mientras de su piel salían unas cuantas espinas de forma aterradora.
-¿No me dejas escoger el líder después de que sepa que bando va a ganar?- le pregunté haciéndole ojitos tiernos intentando que me dejara decidir luego.
Repitió su pregunta aún mas lento y ahora llevando su mano a mi cuello y no precisamente para ver mi temperatura.
-Estoy con ustedes, estoy con ustedes- contesté sin vacilar y pensando en todo lo que implicaba haber contestado aquello. Por mi cabeza pasaron escenas de traición y poco honor por venderme; pero luego pensé en que no necesariamente me estaba vendiendo, sólo había decidido derrocar a Lazid, al fin y al cabo, él era la persona que menos características tenía de líder en todo el gremio.
El joven me miró con un poco de desconfianza pero me soltó el cuello.
-Si, si… estoy con ustedes… puedo demostrarte mi lealtad si quieres- ¿qué estoy diciendooooo? -¿Puedo ayudarlos en algo?- pregunté con un nudo en la garganta.
Mi mente dejó a un lado el tema de mi papá para ubicarse en los acontecimientos que estaban al frente. El enmascarado que me había ayudado a salvar al lagarto en Dundarak se encontraba dando un discurso tétrico en donde el espectáculo principal era matar a todo el que pensara que el líder podría ser Lazid. Aparté mi vista para evitar las nauseas y me quedé tranquilita en el suelo para no ponerme en peligro.
Me encontraba en una posición neutra, tenía que mantener la postura y tomar buenas decisiones, porque no sería nada bueno quedar en el bando perdedor, pero prefería no elegir un bando hasta que alguien no se proclamara como ganador.
Pasaban varios cooperantes del enmascarado verificando que había gente muerta y corroborando que los únicos vivos que quedaran fuesen personas que apoyaban su causa. Y yo me hice la muerta. Para algunos estaba realmente muerta pero hubo un imbécil que se le ocurrió tocarme el cuello para verificar mis latidos, respiración y temperatura. -¿Por qué simplemente no me vio y ya?- pensé mientras recordaba que él estuvo verificando cada cadáver con mucho recelo.
Aguanté la respiración, y traté de bajar la temperatura de mi cuerpo con el dominio básico que poseía de los elementos; pensé que sería suficiente, pero al recibir un jalón por las piernas supe que mi técnica ya no funcionaba.
Fui arrastrada por el piso y llevada a una esquina en donde un joven muy peculiar mi haría la misma pregunta que el enmascarado hizo en su espectáculo.
-¿Quién es tu líder?- preguntó muy lentamente mientras de su piel salían unas cuantas espinas de forma aterradora.
-¿No me dejas escoger el líder después de que sepa que bando va a ganar?- le pregunté haciéndole ojitos tiernos intentando que me dejara decidir luego.
Repitió su pregunta aún mas lento y ahora llevando su mano a mi cuello y no precisamente para ver mi temperatura.
-Estoy con ustedes, estoy con ustedes- contesté sin vacilar y pensando en todo lo que implicaba haber contestado aquello. Por mi cabeza pasaron escenas de traición y poco honor por venderme; pero luego pensé en que no necesariamente me estaba vendiendo, sólo había decidido derrocar a Lazid, al fin y al cabo, él era la persona que menos características tenía de líder en todo el gremio.
El joven me miró con un poco de desconfianza pero me soltó el cuello.
-Si, si… estoy con ustedes… puedo demostrarte mi lealtad si quieres- ¿qué estoy diciendooooo? -¿Puedo ayudarlos en algo?- pregunté con un nudo en la garganta.
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Magazubi
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Re: [Misión Gremio de Ladrones] Rebelión desde las sombras
Me cuesta creer lo fácil que ha sido esto, creí que habría más resistencia de parte del temido gremio de ladrones- Dijo el enmascarado a toda voz aunque su expresión de confianza comenzó a cambiar cuando el primero de sus hombres cayó a manos de un simple niño y seguido de ese cae otro incluso más grande que el primero, definitivamente el mocoso será un problema si lo siguen subestimando -Basta de juegos- Levantó su mano izquierda y una bola de fuego salió desde algún punto tras él en dirección al niño humano.
El proyectil de fuego había sido más una advertencia que un intento de acertar, pero luego otros tres más pequeños lanzados en sucesión dibujaron una línea de fuego en el aire en dirección al chico que ahora se enfrentaba a un enemigo que luchaba a distancia y a traición, se trataba del mismo brujo que antes había apagado las antorchas con una corriente de aire, lo que podría darle a Chimar una idea de que se enfrentaba a un bi-elemental, uno que comenzaba a lanzar proyectiles de fuego seguidos en dirección al pequeño gorrión.
La elfina por su parte consiguió lanzar una mágica bendición a Lazid que ahora tendría, aunque no lo supiera, una especie de armadura mágica que le podría resultar de utilidad; sin embargo Iliaki tendría que enfrentar sola al grandulón que la había tomado por objetivo, era un hombre grande y fuerte que siempre la había mirado mal desde que llegó, por lo que ahora tener la oportunidad de matarla era un placer más que un simple trabajo -Quédate quieta enana- La incapacidad para atraparla le irritaba muchísimo y sus ataques eran cada vez más imprecisos hasta que la elfina finalmente fue enviada al piso de un golpe -Te tengo- Dijo orgulloso el sujeto pero la chica se le metió bajo las piernas hasta salirle detrás, sintió el golpe de algo baboso en el cuello pero no le prestó atención y para cuando lo notara ya andaría contando ovejas voladoras de colores a causa de la babosa -¿Pero qué carajos me...?- Serían sus últimas palabras antes de quedarse parado con la mirada perdida en el horizonte.
Nerum por su parte no estaba ni cerca de encontrarse a salvo, pues otro sujeto había ido directamente hacia él; aunque tras una serie de ágiles movimientos acabó por dejar al sujeto sin cejas, o sin un solo pelo en la cara y con un fuerte olor a quemado; aunque eso no estaría ni cerca de detenerlo, ahora se encontraba más furioso; se levantó instantes después para perseguir al joven que había terminado muy cerca de Lazid y la elfina; el trío parecía poder defenderse, más aún cuando llegó el encargado de la seguridad, ese que había seleccionado al par de niños como los guardianes de Lazid y quien le había sugerido encerrarlos a todos -Al fin llegas, ven y ayúdanos a salir de esta o no te pagaré este mes- El lagarto se mostraba confiado aunque aquel sujeto no parecía tener la intención de obedecerlo, tal vez diera esa impresión por la espada que había sacado y con la que ahora se acercaba al lagarto desde un lado mientras al otro lado tenían a un grandulón mareado y otro sin cejas.
Aquí estoy para servirle, líder absoluto- Dijo el sujeto aunque si mirada no estaba dirigida hacia Lazid sino hacia Meck, ahora todo comenzaba a tener sentido -Vil y asqueroso traidor- Dijo Lazid al tiempo que escupía al piso con desprecio -¡Juro que los voy a freír a todos!- La amenaza del lagarto no tardó en hacerse realidad pues uno de los proyectiles que el brujo le había lanzado a Chimar acabó por impactar contra la espalda de Lazid en donde un colorido brillo hizo que el proyectil rebotara y le impactara al pecho del mismo al que Nerum había quemado y lo mandó al piso con el cuerpo en llamas, una casualidad que el lagarto no tardó en aprovechar aunque sin saber que se trataba de la protección que le había dado la elfina -Y ese es solo el primero- Señaló aunque el atacante sabía que era solo esa misteriosa y conveniente suerte del lagarto -Eres demasiado ingenuo, Lazid, el gremio necesita un mejor líder- Justificó su decisión con aquellas palabras y no parecía ser el único dispuesto a unirse a las filas de los amotinados, pues una pequeña también se sumaría luego.
La pequeña Magazubi se había estado haciendo la muerta hasta que fue tomada por uno de los esbirros de Meck quien no le tuvo piedad alguna, aunque al final la chica aceptó unirse al bando de los atacantes -No tan fácil pequeñita- Entrecerró los ojos el sujeto y le arrojó una daga a los pies -Las audiciones están abiertas, debes ganarte tu puesto, mata al enano y serás una de nosotros- Ahora la niña se encontraba en un gran aprieto, pues debía demostrar que no mentía mediante un acto que seguramente no querría hacer en contra de alguien que dadas las circunstancias podría pensar que realmente ella se había cambiado de bando, porque no lo había hecho de verdad ¿O sí?
∞ Han derrotado a algunos, pero lo peor apenas comienza.
∞ Chimar debe enfrentar una nueva amenaza, una que ataca a distancia con fuego, aunque no destaca precisamente por su puntería.
∞ Magazubi recibió la tarea de eliminar su amigo, ahora tendrá que ingeniarse una manera de seguir guardando las apariencias para acercarse a Meck, pues si decide no atacar a Chimar, será ella a quien ataque el propio Meck
∞ Nerum e Iliaki Deben defender al lagarto, o más bien a sí mismos mientras el lagarto se esconde tras ellos.
El proyectil de fuego había sido más una advertencia que un intento de acertar, pero luego otros tres más pequeños lanzados en sucesión dibujaron una línea de fuego en el aire en dirección al chico que ahora se enfrentaba a un enemigo que luchaba a distancia y a traición, se trataba del mismo brujo que antes había apagado las antorchas con una corriente de aire, lo que podría darle a Chimar una idea de que se enfrentaba a un bi-elemental, uno que comenzaba a lanzar proyectiles de fuego seguidos en dirección al pequeño gorrión.
La elfina por su parte consiguió lanzar una mágica bendición a Lazid que ahora tendría, aunque no lo supiera, una especie de armadura mágica que le podría resultar de utilidad; sin embargo Iliaki tendría que enfrentar sola al grandulón que la había tomado por objetivo, era un hombre grande y fuerte que siempre la había mirado mal desde que llegó, por lo que ahora tener la oportunidad de matarla era un placer más que un simple trabajo -Quédate quieta enana- La incapacidad para atraparla le irritaba muchísimo y sus ataques eran cada vez más imprecisos hasta que la elfina finalmente fue enviada al piso de un golpe -Te tengo- Dijo orgulloso el sujeto pero la chica se le metió bajo las piernas hasta salirle detrás, sintió el golpe de algo baboso en el cuello pero no le prestó atención y para cuando lo notara ya andaría contando ovejas voladoras de colores a causa de la babosa -¿Pero qué carajos me...?- Serían sus últimas palabras antes de quedarse parado con la mirada perdida en el horizonte.
Nerum por su parte no estaba ni cerca de encontrarse a salvo, pues otro sujeto había ido directamente hacia él; aunque tras una serie de ágiles movimientos acabó por dejar al sujeto sin cejas, o sin un solo pelo en la cara y con un fuerte olor a quemado; aunque eso no estaría ni cerca de detenerlo, ahora se encontraba más furioso; se levantó instantes después para perseguir al joven que había terminado muy cerca de Lazid y la elfina; el trío parecía poder defenderse, más aún cuando llegó el encargado de la seguridad, ese que había seleccionado al par de niños como los guardianes de Lazid y quien le había sugerido encerrarlos a todos -Al fin llegas, ven y ayúdanos a salir de esta o no te pagaré este mes- El lagarto se mostraba confiado aunque aquel sujeto no parecía tener la intención de obedecerlo, tal vez diera esa impresión por la espada que había sacado y con la que ahora se acercaba al lagarto desde un lado mientras al otro lado tenían a un grandulón mareado y otro sin cejas.
Aquí estoy para servirle, líder absoluto- Dijo el sujeto aunque si mirada no estaba dirigida hacia Lazid sino hacia Meck, ahora todo comenzaba a tener sentido -Vil y asqueroso traidor- Dijo Lazid al tiempo que escupía al piso con desprecio -¡Juro que los voy a freír a todos!- La amenaza del lagarto no tardó en hacerse realidad pues uno de los proyectiles que el brujo le había lanzado a Chimar acabó por impactar contra la espalda de Lazid en donde un colorido brillo hizo que el proyectil rebotara y le impactara al pecho del mismo al que Nerum había quemado y lo mandó al piso con el cuerpo en llamas, una casualidad que el lagarto no tardó en aprovechar aunque sin saber que se trataba de la protección que le había dado la elfina -Y ese es solo el primero- Señaló aunque el atacante sabía que era solo esa misteriosa y conveniente suerte del lagarto -Eres demasiado ingenuo, Lazid, el gremio necesita un mejor líder- Justificó su decisión con aquellas palabras y no parecía ser el único dispuesto a unirse a las filas de los amotinados, pues una pequeña también se sumaría luego.
La pequeña Magazubi se había estado haciendo la muerta hasta que fue tomada por uno de los esbirros de Meck quien no le tuvo piedad alguna, aunque al final la chica aceptó unirse al bando de los atacantes -No tan fácil pequeñita- Entrecerró los ojos el sujeto y le arrojó una daga a los pies -Las audiciones están abiertas, debes ganarte tu puesto, mata al enano y serás una de nosotros- Ahora la niña se encontraba en un gran aprieto, pues debía demostrar que no mentía mediante un acto que seguramente no querría hacer en contra de alguien que dadas las circunstancias podría pensar que realmente ella se había cambiado de bando, porque no lo había hecho de verdad ¿O sí?
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∞ Han derrotado a algunos, pero lo peor apenas comienza.
∞ Chimar debe enfrentar una nueva amenaza, una que ataca a distancia con fuego, aunque no destaca precisamente por su puntería.
∞ Magazubi recibió la tarea de eliminar su amigo, ahora tendrá que ingeniarse una manera de seguir guardando las apariencias para acercarse a Meck, pues si decide no atacar a Chimar, será ella a quien ataque el propio Meck
∞ Nerum e Iliaki Deben defender al lagarto, o más bien a sí mismos mientras el lagarto se esconde tras ellos.
Ansur
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Re: [Misión Gremio de Ladrones] Rebelión desde las sombras
Los enemigos comienzan a caer pero su número continua fuerte… alguien debe ejecutar al encargado de la seguridad. La batalla se centraliza en un solo frente, los individuos más talentosos combaten mientras el resto del gremio observa a la distancia, claramente no existe honor entre ladrones.
Eventualmente los hostiles comprenden que despachar al enano directamente es suicidio, le dejan el trabajo sucio a un hechicero. El primer proyectil falla por una distancia bastante grande, los siguientes se acercan aunque terminan impactando en sitios extraños… alguien necesita clases de puntería urgentemente.
Atacas a un ballestero con un mago… "menudo cerebro".
Claramente las flechas pueden eliminar hechiceros con mucha facilidad, si el guerrero a distancia es habilidoso tiene la capacidad para sobrellevar peligros en su elemento. Maquiavelo invade una cobertura y cuando no escucha más proyectiles se dispone a apuntar, tristemente el enemigo también lo ve.
Sé un buen cadáver y falla otra vez.
Decide tomar el riesgo y disparar, su virote vuela directo al blanco. Por desgracia una bola de fuego peligrosamente precisa termina saliendo de la víctima, en menos de lo que canta un gallo Chimar se encuentra tirado con una herida fea. No pierde el conocimiento pero duele bastante, se arrastra de nuevo a la cobertura e intenta pensar con claridad.
Que “sollozo” mala suerte.
Saca del porta objetos un modesto frasco, retira la tapa y aplica un poco de su contenido blanco en el daño. Su rostro cambia inmediatamente del dolor a la tranquilidad, funciona como anillo al dedo. La soluciono cicatriza y restablece hasta cierto punto, también posee propiedades analgésicas. Es la primera vez que la usa en batalla, claramente fue buena idea crearla.
Es la última vez que juego con fuego…
El brazo izquierdo esta lastimado, puedo moverlo sin dolor pero no tiene las mismas capacidades que antes. Si sale de esta necesitara varios días de reposo o pagar a un sanador elfo, claro que eso todavía no es apuesta segura. Se limpia un par de lágrimas y observa desde su cobertura al enemigo, para demostrar fortaleza dispara un proyectil al líder, está muy lejos pero al menos debería cabrearlo.
¡Tendrás que esforzarte más señor siniestro!
Con algo de tranquilidad observa a sus compañeros en lucha, su estilo es “original” pero logran resistir. Una pregunta se forma en la mente del inventor, ¿Cuánto más podrán aguantar?, el numero enemigo es abrumador y no vendrán refuerzos esta vez. La única salida posible es matar al encapuchado, eso debería ocasionar una retirada enemiga.
Eventualmente los hostiles comprenden que despachar al enano directamente es suicidio, le dejan el trabajo sucio a un hechicero. El primer proyectil falla por una distancia bastante grande, los siguientes se acercan aunque terminan impactando en sitios extraños… alguien necesita clases de puntería urgentemente.
Atacas a un ballestero con un mago… "menudo cerebro".
Claramente las flechas pueden eliminar hechiceros con mucha facilidad, si el guerrero a distancia es habilidoso tiene la capacidad para sobrellevar peligros en su elemento. Maquiavelo invade una cobertura y cuando no escucha más proyectiles se dispone a apuntar, tristemente el enemigo también lo ve.
Sé un buen cadáver y falla otra vez.
Decide tomar el riesgo y disparar, su virote vuela directo al blanco. Por desgracia una bola de fuego peligrosamente precisa termina saliendo de la víctima, en menos de lo que canta un gallo Chimar se encuentra tirado con una herida fea. No pierde el conocimiento pero duele bastante, se arrastra de nuevo a la cobertura e intenta pensar con claridad.
Que “sollozo” mala suerte.
Saca del porta objetos un modesto frasco, retira la tapa y aplica un poco de su contenido blanco en el daño. Su rostro cambia inmediatamente del dolor a la tranquilidad, funciona como anillo al dedo. La soluciono cicatriza y restablece hasta cierto punto, también posee propiedades analgésicas. Es la primera vez que la usa en batalla, claramente fue buena idea crearla.
Es la última vez que juego con fuego…
El brazo izquierdo esta lastimado, puedo moverlo sin dolor pero no tiene las mismas capacidades que antes. Si sale de esta necesitara varios días de reposo o pagar a un sanador elfo, claro que eso todavía no es apuesta segura. Se limpia un par de lágrimas y observa desde su cobertura al enemigo, para demostrar fortaleza dispara un proyectil al líder, está muy lejos pero al menos debería cabrearlo.
¡Tendrás que esforzarte más señor siniestro!
Con algo de tranquilidad observa a sus compañeros en lucha, su estilo es “original” pero logran resistir. Una pregunta se forma en la mente del inventor, ¿Cuánto más podrán aguantar?, el numero enemigo es abrumador y no vendrán refuerzos esta vez. La única salida posible es matar al encapuchado, eso debería ocasionar una retirada enemiga.
Chimar usa la habilidad de Lvl 3 (Solución cicatrizante)
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Re: [Misión Gremio de Ladrones] Rebelión desde las sombras
- Aquí empieza lo bueno v:
La revolución en el subsuelo se ha armado. No existe más que “ellos” y “nosotros”, pero el ansia de vivir hace que nosotros seamos los extraños, incapaces de escoger algo mejor que les garantice la supervivencia. ¡No los culpo! Es la ley de las calles: la Ley del Más Fuerte. Estúpido ¿No? Los eruditos dicen que es lo que diferencia al vagabundo del señor. Pero, je, de verdad ¿Quién aboga por nosotros?
Nadie.
Este montón de calaña es a lo que llamo familia, aquí está la gente que amo, a la que conozco desde que llegué para pelearme por un lugar seco en dónde dormir. Ja, ja, de eso ya de hacer tiempo. ¿Pero este sujeto? ¿De dónde se cree que ha llegado para querer moldear todo a su antojo?
Así, se han revelado poco a poco los hilos que movieron a todos hasta esta trampa: El que siempre dormía en la entrada de allá, un par de hombres bestia, un montón más de grandullones en su mayoría humanos, el asistente de Lazid (¿Lazid tenía asistente, en primer lugar?).
Uno de los rebeldes dio el grito de ataque. Uno tras otro, comenzaban a arremeter en contra de la débil barrera de defensores que los separaba del lagarto. Sin más luz que la que apenas alcanzaba a filtrarse del exterior y de las débiles llamas que aún sobrevivían, unas cuantas palabras llenaron los oídos de la elfina:
- … el gremio necesita un mejor líder – sentenciaron los labios del traidor insurrecto.
Como si el aire enmudeciera su miedo y como si el polvo hubiera nublado la vista, Iliaki quedó abrumada, dejando caer de su puño la roca que preparaba al suelo. Nuevas órdenes eran dadas a la brujita Magazubi, poniéndola en una inevitable encrucijada. Al escuchar aquellos mandatos, un nudo comenzó a amarrar su garganta.
Salieron poco a poco, de las penumbras, o desatados por el miedo que escogieron en menos de cinco minutos el bando en el que estarían. Incluida ella… ¡No puedo aceptarlo, si hacía unas semanas que estábamos jugando juntos en medio de una fiesta de cumpleaños!
La confusión se había vuelto un aliado para la ladronzuela, quien aprovechaba las penumbras para poner fortísimas rocas en los ojos y nucas de los incautos que se acercaban a terminar con la vida de Lazid. Con aquél había compartido un trozo de pan, contra ese otro habían callado para evitar que un tercero fuese capturado por la guardia.
¡De verdad, no tiene por qué ser así!
- … mata al enano y serás una de nosotros…
¡No!
- ¡¡¡AAAAAAALTOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!! – terminó por gritar la chica, aturdiendo a todo aquel que tuviese los suficientes oídos para aguantar tan estremecedor ruido.
Golpe tras golpe, corriendo y saltando para evitar ser alcanzada, la oscuridad comenzó a ser iluminada por un tenue brillo azul al tiempo que una lluvia de filosas rocas caía sobre los ofensores.
Furiosa, Iliaki caminó rápidamente y dando tumbos hacia el líder de la insurrección, concentrando un gran filamento de energía en su mano izquierda.
- ¡Aléjate, mocosa! – interfería uno de sus guardaespaldas.
- ¡Vete al diablo, zopenco! – replicaba con descaro la elfina, descargando el haz de luz sobre el encapuchado. [1] - ¡Tú, escúchame! ¿Quién te crees para venir aquí y deshacer familias como si nada, ah?
Algunos guardaban silencio, otros gruñían aún sumergidos en ira, pero nadie se atrevió a acercarse a interrumpir el cuestionamiento y los reclamos que comenzaba a encabezar la elfina como si de una madre reprendiendo se tratase. Y dando un par de pasos para acercarse más a Meck, continuó:
- Esos dos de ahí, a los que tu gente pone a luchar – dijo señalando a Chimar y a Magazubi - ¡Hace unos días compartíamos un banquete, prácticamente han sido como mis hermanos! ¿Y tú vienes a decir que estamos “de juego”? ¿Qué tienes por la cabeza, pan con queso?
Luego, caminando un poco para luego dirigirse a la cueva de ladrones, reprendió:
- ¿A este es al que quieren por líder, a alguien que nos divide así como así? Solamente porque no tienen a nadie mejor qué seguir ¿No es así? – luego, mirando al lagarto, prosiguió – Lo sé, Lazid no ha sido lo que perfectamente buscábamos…
- ¿A qué te refieres? – preguntó confundido el lagartijo, quien fue ignorado ante su duda.
- Pero ha sido el único que ha querido guiarnos. ¿Acaso nadie recuerda al bueno de Gabret y a la amable Ámbar? ¿Los antiguos líderes que nos llevaban? ¡De cuántas nos salvaron, y nosotros no hemos podido hacer lo mismo por ellos! Pero el único que ha querido unirnos para traerlos de vuelta ha sido Lazid, y aunque no lo hemos logrado, seguimos aquí, tal como ellos lo hubieran querido... - dijo con un gesto de agradecimiento, como recordando las migas del pasado en la que ellos velaban por los Olvidados.
– Yo crecí aquí, como la mayoría. Hemos dormido juntos, nos hemos protegido de los soldados, el pueblo de Lunargenta nos escupe y nos desprecia ¿Pero quién necesita a esos acomodaditos si nos tenemos nosotros? “Ah, ñiñiñi me ha robado mi cartera” ¡No aguantan nada! – parodiaba la chica a los nobles y cortesanos con voz chillona, moviendo sus pies de puntillas hasta lograr arrancar un par de risas ahogadas entre los oyentes.
- Y luego, viene él como si no hubiese existido el pasado para intentar ponernos entre nosotros a destruirnos ¿Qué te hemos hecho? ¡No nos tenemos más que a nosotros, las Catacumbas son nuestro hogar! – y así, relajando sus hombros y alzando los brazos, giró de nuevo a Meck hasta quedar frente suyo para lanzar la pregunta final - ¿Quién eres y qué quieres? ¿Por qué nos haces esto? ¿Te parece grato venir como si nada a hacerte importante porque sí?
Un silencio sepulcral cobijó el salón. Las goteras resonaban, las respiraciones se contenían y algunos instrumentos musicales en la superficie de las calles de la ciudad seguidos de danzas y cantos lograban hacer llegar sus ecos hasta el lugar más recóndito de la ciudad.
Mientras los de arriba celebraban, los de abajo luchaban por no derrumbarse, por hacer que su voz aún sonara entre la tempestad del Olvido.
Offrol:
[1] Hab. lvl 0: Lente Convergente
- Nota Frutis Lupis:
- No sé si me haya pasado, si deba tirar runas, si le eché mucha crema a mis tacos o qué carajos. Si hay algún problema, no duden en mandarme MP. ¿O tú qué opinas, Invitado?
Iliaki
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Re: [Misión Gremio de Ladrones] Rebelión desde las sombras
Aquello era un fin del camino, rodeados en un pasillo de alcantarilla, con un lado del todo desconocido y el otro lleno del óxido de la sangre, las opciones bajaban en picada ¿y cuál era la respuesta correcta?, ¿huir?, ¿rendirse?, ¿pelear?. Ja, ridículo, no debiera ser una duda a estas alturas, el objetivo era claro desde un comienzo y no había importancia en que fuera uno u otro el que tuviera que morir.
Más sin embargo la elfina comienza a hablar, la familia, los momentos, los amigos y la gente de confianza, que tierno, mas sin embargo sabíamos que era inútil, pues no era una pelea entre amigos contra lo que nos enfrentamos, era una toma de poder y estaba por terminar. Muerte por doquier ya había sido proclamada y retractarse en ese momento era solo una tontería que solo un cobarde usaría. “no hay vuelta atrás”
-¿Un líder mejor y quién será ese líder, tú?- Las palabras eran directas y la intención era clara, aquel enmascarado sabía lo que hacía desde un principio y aun así decidió continuar, matando al inocente y derrocando al gobernador él se hacía del poder a gran velocidad mientras que el resto hacían todo el trabajo. Nuevamente, ja.
-Debo admitir que este acontecimiento ya lo esperaba, después de todo, encontrar este lugar fue abrir un cofre del tesoro y solo encontrar arena en su interior, ¡un chiste!, una broma sin gracia alguna.- El gremio de ladrones se había conocido por ser un grupo discreto en su momento, eficiente y directo, era encomendado de grandes misiones y no solo en salvar a su líder capturado otra vez.
-Fue divertido mientras duro, pero el éxito del gremio solo se verá reflejado en su líder y sus compañeros, de hacer grande esta organización Lazid debe desaparecer aun a pena de todos-
-¿Y crees que solo así voy a aceptarte?, crees que soy tan tonto para meter a uno de los perros de Lazid a la organización ¿no?- En aquel momento el enmascarado parecía ciertamente alterad listo para apuntar la ejecución de los presentes sin detenerse a pensar en un momento.
-Tranquilo, no me burlo de ti- Realmente si lo hacía, pues su idea era poco original y el hecho de que la derrocada a Lazid la hiciera el, era porque yo acababa de llegar y no tuve tiempo alguno.
-Solo menciono que en lo que llegan el resto aquí, los fieles al lagarto pudieron matarte cuando ellos acabaron con tus guardaespaldas, debido a la coincidencia- Y así se hiso, levantando la mano a la altura del pecho chasqueo los dedos y el fuego se hace.
A condiciones favorables, fuego más ardiente, pues gracias al descuido del que quemo al otro la zona ya estaba caliente y oxígeno al frente y oxigeno atrás, en un pequeño pasillo daban una sensación de confianza al momento en que las flechas apuntaban en varias direcciones.
Y así mismo, con un segundo chasquido, las flechas obedecieron, disparándose fuertemente contra el ex asistente de Lazid, rematando al chamuscado guardaespaldas y finalmente quemando al mareado de la sanguijuela, los gritos cesaban a la par de un molesto olor a carne quemada invadía el pequeño pasillo y todo volvía a oscurecerse lentamente.(1)
-Sencillo ¿no?, aunque debo decirte que ya estaban debilitados de todas formas, pobres sujetos, igual y uno vive si lo llevas con los elfos- Mirando desilusionado, se supone que debieron ser carbón y no solo quemarse hasta morir.
-Joven enmascarado, te ofrezco mis servicios para que la historia no te recuerde como el hombre que mato Lazid con ayuda de una pequeña elfina- Moviendo la mano como una reverencia, quería dar a entender que lo apoyaría en su conquista siempre y cuando este aceptara mis demandas, las cuales desde segunda vista eran ponerlo a él como un líder mejor que Lazid y olvidar lo acontecido.
-Después de todo creo que te hace falta un nuevo guardaespaldas- Le sonreí en burla a los quemados, a lo cual solo faltaba que llegara a aceptar y asegurare su victoria una vez me encargue de ello.
Habilidad Lvl 0 Lanza de fuego escarlata
Más sin embargo la elfina comienza a hablar, la familia, los momentos, los amigos y la gente de confianza, que tierno, mas sin embargo sabíamos que era inútil, pues no era una pelea entre amigos contra lo que nos enfrentamos, era una toma de poder y estaba por terminar. Muerte por doquier ya había sido proclamada y retractarse en ese momento era solo una tontería que solo un cobarde usaría. “no hay vuelta atrás”
-¿Un líder mejor y quién será ese líder, tú?- Las palabras eran directas y la intención era clara, aquel enmascarado sabía lo que hacía desde un principio y aun así decidió continuar, matando al inocente y derrocando al gobernador él se hacía del poder a gran velocidad mientras que el resto hacían todo el trabajo. Nuevamente, ja.
-Debo admitir que este acontecimiento ya lo esperaba, después de todo, encontrar este lugar fue abrir un cofre del tesoro y solo encontrar arena en su interior, ¡un chiste!, una broma sin gracia alguna.- El gremio de ladrones se había conocido por ser un grupo discreto en su momento, eficiente y directo, era encomendado de grandes misiones y no solo en salvar a su líder capturado otra vez.
-Fue divertido mientras duro, pero el éxito del gremio solo se verá reflejado en su líder y sus compañeros, de hacer grande esta organización Lazid debe desaparecer aun a pena de todos-
-¿Y crees que solo así voy a aceptarte?, crees que soy tan tonto para meter a uno de los perros de Lazid a la organización ¿no?- En aquel momento el enmascarado parecía ciertamente alterad listo para apuntar la ejecución de los presentes sin detenerse a pensar en un momento.
-Tranquilo, no me burlo de ti- Realmente si lo hacía, pues su idea era poco original y el hecho de que la derrocada a Lazid la hiciera el, era porque yo acababa de llegar y no tuve tiempo alguno.
-Solo menciono que en lo que llegan el resto aquí, los fieles al lagarto pudieron matarte cuando ellos acabaron con tus guardaespaldas, debido a la coincidencia- Y así se hiso, levantando la mano a la altura del pecho chasqueo los dedos y el fuego se hace.
A condiciones favorables, fuego más ardiente, pues gracias al descuido del que quemo al otro la zona ya estaba caliente y oxígeno al frente y oxigeno atrás, en un pequeño pasillo daban una sensación de confianza al momento en que las flechas apuntaban en varias direcciones.
Y así mismo, con un segundo chasquido, las flechas obedecieron, disparándose fuertemente contra el ex asistente de Lazid, rematando al chamuscado guardaespaldas y finalmente quemando al mareado de la sanguijuela, los gritos cesaban a la par de un molesto olor a carne quemada invadía el pequeño pasillo y todo volvía a oscurecerse lentamente.(1)
-Sencillo ¿no?, aunque debo decirte que ya estaban debilitados de todas formas, pobres sujetos, igual y uno vive si lo llevas con los elfos- Mirando desilusionado, se supone que debieron ser carbón y no solo quemarse hasta morir.
-Joven enmascarado, te ofrezco mis servicios para que la historia no te recuerde como el hombre que mato Lazid con ayuda de una pequeña elfina- Moviendo la mano como una reverencia, quería dar a entender que lo apoyaría en su conquista siempre y cuando este aceptara mis demandas, las cuales desde segunda vista eran ponerlo a él como un líder mejor que Lazid y olvidar lo acontecido.
-Después de todo creo que te hace falta un nuevo guardaespaldas- Le sonreí en burla a los quemados, a lo cual solo faltaba que llegara a aceptar y asegurare su victoria una vez me encargue de ello.
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Nerum
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Re: [Misión Gremio de Ladrones] Rebelión desde las sombras
El miembro 'Nerum' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses
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Tyr
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Re: [Misión Gremio de Ladrones] Rebelión desde las sombras
Las cosas se estaban empezando a complicar; resultaba ser que ahora para mostrar mi lealtad hacía el enmascarado debía matar a un enano… -¿Se refería a Chimar?- pensé mientras trataba de buscar cómo salirme de aquel lio sin lastimar a nadie. La presión social aumentaba y recibí en mis pies una daga por parte del erizo. Voltee a ver a Chimar y lo observé detenidamente mientras se deshacía de otros que intentaban aquello que yo tenía que hacer. Suspiré un poco preocupada por aquella “pequeña tarea” que me habían encomendado.
-¿Estas seguro que quieres que mate a ese enano? ¿No te provoca que mate a otro? En las catacumbas hay muchos enanos, y son más valiosos que él…- dije -piénsalo… podríamos traficar niños y te harías millonario- hice un leve guiño con mi ojo izquierdo, tomé la daga y esperé su respuesta.
Su cara de seriedad me hizo entender que hablaba en serio con respecto a matar a Chimar. Me guardé el cuchillo en la bota con cuidado para no lastimarme y salí corriendo en dirección a mi compañero de gremio. Corrí como toda niña correría tras un dulce, mientras hacía un grito de guerra improvisado, como para que todos observaran el espectáculo y Chimar se diese cuenta de que iba corriendo a por él.
Estiré mis brazos como si lo fuera a abrazar y a lanzarme sobre él, para hacerlo caer y luego intentar una escena dramática de muerte fingida; no estaba muy segura de cuál sería la reacción de él, pero por eso le avisé en un susurro que por favor se hiciera el muerto.
Seguido de eso trate de agarrarlo por el cuello como si lo estuviera ahorcando y en eso un grito de una voz conocida inundo el lugar; se trataba de Iliaki que se dispuso a hacer un discurso muy inspirador y realmente lindo. Mi atención pasó totalmente a la voz de la chica que infundía su opinión ante todos. Por unos momentos esperé que aquel discurso diera frutos y todo se calmará, pero habían muchas ganas de revolución en el ambiente como para poder calmarlo con un discurso sentimental.
Le devolví al niño su espacio personal y saqué de mi bota el cuchillo, quería mantenerme preparada y alerta por si ocurría un ataque inesperado. Las cosas no tenían aspecto de querer mejorar y otra persona resultó quemada.
El olor a fuego me estaba empezando a molestar, estábamos en un lugar muy encerrado como para ese tipo de ataques y cualquier otro que fuese muy contaminador. Sólo esperaba no marearme por el olor antes de que este acontecimiento terminase.
No estaba muy segura si la gente me veía del bando de Lazid o del enmascarado, al fin y al cabo sí intenté “matar al niño”; lo único que sabía es que no iba a dejar que le hicieran daño a Chimar, este con cualquiera de los dos, así sea fingiendo su muerte para que escape o algo similar.
-¿Estas seguro que quieres que mate a ese enano? ¿No te provoca que mate a otro? En las catacumbas hay muchos enanos, y son más valiosos que él…- dije -piénsalo… podríamos traficar niños y te harías millonario- hice un leve guiño con mi ojo izquierdo, tomé la daga y esperé su respuesta.
Su cara de seriedad me hizo entender que hablaba en serio con respecto a matar a Chimar. Me guardé el cuchillo en la bota con cuidado para no lastimarme y salí corriendo en dirección a mi compañero de gremio. Corrí como toda niña correría tras un dulce, mientras hacía un grito de guerra improvisado, como para que todos observaran el espectáculo y Chimar se diese cuenta de que iba corriendo a por él.
Estiré mis brazos como si lo fuera a abrazar y a lanzarme sobre él, para hacerlo caer y luego intentar una escena dramática de muerte fingida; no estaba muy segura de cuál sería la reacción de él, pero por eso le avisé en un susurro que por favor se hiciera el muerto.
Seguido de eso trate de agarrarlo por el cuello como si lo estuviera ahorcando y en eso un grito de una voz conocida inundo el lugar; se trataba de Iliaki que se dispuso a hacer un discurso muy inspirador y realmente lindo. Mi atención pasó totalmente a la voz de la chica que infundía su opinión ante todos. Por unos momentos esperé que aquel discurso diera frutos y todo se calmará, pero habían muchas ganas de revolución en el ambiente como para poder calmarlo con un discurso sentimental.
Le devolví al niño su espacio personal y saqué de mi bota el cuchillo, quería mantenerme preparada y alerta por si ocurría un ataque inesperado. Las cosas no tenían aspecto de querer mejorar y otra persona resultó quemada.
El olor a fuego me estaba empezando a molestar, estábamos en un lugar muy encerrado como para ese tipo de ataques y cualquier otro que fuese muy contaminador. Sólo esperaba no marearme por el olor antes de que este acontecimiento terminase.
No estaba muy segura si la gente me veía del bando de Lazid o del enmascarado, al fin y al cabo sí intenté “matar al niño”; lo único que sabía es que no iba a dejar que le hicieran daño a Chimar, este con cualquiera de los dos, así sea fingiendo su muerte para que escape o algo similar.
Magazubi
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Re: [Misión Gremio de Ladrones] Rebelión desde las sombras
Chimar se había enfrascado en una batalla más difícil de lo que parecía al principio hasta que de pronto Magazubi en su versión más salvaje apareció corriendo y gritando como una loca para finalmente lanzarse sobre el niño inventor dejándole poco tiempo para reaccionar; pero la pequeña bruja no era la única que había cambiado de bando, otros más se sumaban a las filas del enmascarado aceptando la transición forzada, algunos por temor a ser asesinados y otros porque realmente consideraban que era el tipo de líder que el gremio debía tener.
De entre esas almas confundidas emergió el brujo que astutamente y a su extraña manera intentaba negociar con el líder de los atacantes, tal vez su intención era buena, pero desconocer las capacidades de Meck podría resultar en un grave error; el brujo procedió no solo a eliminar al antiguo asistente de Lazid sin mucho problema, sino que además se postuló a sí mismo como uno más entre las filas de Meck.
El caos parecía reinar sobre el orden y las esperanzas menguaban rápidamente hasta que casi de la nada, aquella pequeña elfina emergió para motivar a los presentes a luchar por lo que con tanto esfuerzo habían construido; un par de sujetos intentaron avanzar para callarla pero bastó con una señal del encapuchado para que se detuvieran, el descuido le costó ser golpeado por un halo de luz que lo hizo retroceder un par de pasos pero nada más que eso; parecía darle poca importancia a lo que la chica tuviera que decir pero de alguna manera pensaba usarla para matar junto a ella toda esperanza, los sentimientos importaban poco frente a la decisión de vivir o morir, una lección que en algún momento la chiquilla debería aprender, pero no esa noche.
Pues no queda otra, estás con nosotros- Dijo Meck volviendo su atención al brujo después que se había distraído en la conversación de la niña -Ahora también deberás mostrar tu lealtad- Señaló a la niña que instantes atrás había dado el emotivo discurso -Mátala- Dijo sin un ápice de remordimiento, aunque para su desgracia no notaría que el discurso de la pequeña no había sido lanzado al vacío, y efectivamente el juego comenzaba a cambiar, si bien el poder era determinante sobre los números, claramente estos también jugaban un papel importante, algunos de los que se habían pasado al bando del enmascarado se detuvieron, otros que por miedo se habían mantenido en silencio aceptando la derrota ahora se levantaban dispuestos a luchar -Dejen que mate a la niña, luego mátenlo- Susurró el enmascarado en voz baja a un par de sus secuaces que discretamente se apartaron a los lados con el fin de rodear a Nerum por dos frentes y eliminarlo una vez que terminara su trabajo.
Meck retrocedió lentamente cansado de lidiar con aquella partida de niños aspirantes a ladrones de verdad ¿A eso se habían reducido? -Ustedes dos, atrapen al lagarto- Dijo el líder de la rebelión a los dos ladrones más cercanos pero para su sorpresa estos ya no se movieron, solo se quedaron parados en tono desafiante y no serían los únicos, pronto otros de los que antes se habían acobardado ahora se levantaban dispuestos a luchar por su hogar, como lo había definido la pequeña elfina -¿Pero qué creen que hacen? ¿No me oyeron?- Avanzó y golpeó con fuerza a uno de ellos mientras señalaba a un tercero -Tú, hazlo, ve por el lagarto- Ordenó de nuevo pero sus palabras se perderían en la nada mientras el antes golpeado se levantaba con la mirada llena de orgullo.
Lentamente más ladrones se sumaban a la resistencia que había iniciado Iliaki -Si tanto anhelan morir, dejaré que este lugar sea su tumba- Tras aquellas palabras Meck se dio media vuelta para marcharse y aparecieron sus secuaces; el brujo que antes luchaba contra Chimar lanzó un ataque que si no lo evitaban lastimaría tanto al niño como a la pequeña bruja; otros dos avanzaron discretamente para acorralar a Nerum, aunque antes esperarían a que acabara con la molesta elfina; sin embargo los otros secuaces comenzaron a ser neutralizados por los otros ladrones, ahora que conocían al enemigo podían al menos defenderse, aunque nadie podía siquiera tocar al hábil Meck, quien a ratos parecía ser capaz de hacerse uno con las sombras para evadir los ataques de quienes intentaban golpearlo; haría falta una muy buena estrategia para derrotarlo y acabar con aquella insurrección.
∞ El conmovedor discurso de Iliaki ha dado un giro a los acontecimientos, ahora ya no estarán solos, incluso son más que los atacantes, con una buena estrategia podrán asegurar la victoria.
∞ Chimar sigue siendo el objetivo del brujo de fuego que tan solo aguarda esperando para quemarlo junto a la mini bruja.
∞ Magazubi, ha sido un buen intento pero Meck no es fácil de engañar, enviará al brujo a acabar con ambos, puedes trabajar en conjunto con tu compañero o seguir actuando para confundir
∞ Nerum Te han pedido acabar con Iliaki, debes actuar en consecuencia de la decisión que has tomado, dar marcha atrás hará que los dos secuaces te ataquen antes.
∞ Iliaki Notarás que Lazid no está, ha aprovechado la conmoción para irse, aunque eso será lo de menos, debes lidiar con lo que intente tu compañero.
De entre esas almas confundidas emergió el brujo que astutamente y a su extraña manera intentaba negociar con el líder de los atacantes, tal vez su intención era buena, pero desconocer las capacidades de Meck podría resultar en un grave error; el brujo procedió no solo a eliminar al antiguo asistente de Lazid sin mucho problema, sino que además se postuló a sí mismo como uno más entre las filas de Meck.
El caos parecía reinar sobre el orden y las esperanzas menguaban rápidamente hasta que casi de la nada, aquella pequeña elfina emergió para motivar a los presentes a luchar por lo que con tanto esfuerzo habían construido; un par de sujetos intentaron avanzar para callarla pero bastó con una señal del encapuchado para que se detuvieran, el descuido le costó ser golpeado por un halo de luz que lo hizo retroceder un par de pasos pero nada más que eso; parecía darle poca importancia a lo que la chica tuviera que decir pero de alguna manera pensaba usarla para matar junto a ella toda esperanza, los sentimientos importaban poco frente a la decisión de vivir o morir, una lección que en algún momento la chiquilla debería aprender, pero no esa noche.
Pues no queda otra, estás con nosotros- Dijo Meck volviendo su atención al brujo después que se había distraído en la conversación de la niña -Ahora también deberás mostrar tu lealtad- Señaló a la niña que instantes atrás había dado el emotivo discurso -Mátala- Dijo sin un ápice de remordimiento, aunque para su desgracia no notaría que el discurso de la pequeña no había sido lanzado al vacío, y efectivamente el juego comenzaba a cambiar, si bien el poder era determinante sobre los números, claramente estos también jugaban un papel importante, algunos de los que se habían pasado al bando del enmascarado se detuvieron, otros que por miedo se habían mantenido en silencio aceptando la derrota ahora se levantaban dispuestos a luchar -Dejen que mate a la niña, luego mátenlo- Susurró el enmascarado en voz baja a un par de sus secuaces que discretamente se apartaron a los lados con el fin de rodear a Nerum por dos frentes y eliminarlo una vez que terminara su trabajo.
Meck retrocedió lentamente cansado de lidiar con aquella partida de niños aspirantes a ladrones de verdad ¿A eso se habían reducido? -Ustedes dos, atrapen al lagarto- Dijo el líder de la rebelión a los dos ladrones más cercanos pero para su sorpresa estos ya no se movieron, solo se quedaron parados en tono desafiante y no serían los únicos, pronto otros de los que antes se habían acobardado ahora se levantaban dispuestos a luchar por su hogar, como lo había definido la pequeña elfina -¿Pero qué creen que hacen? ¿No me oyeron?- Avanzó y golpeó con fuerza a uno de ellos mientras señalaba a un tercero -Tú, hazlo, ve por el lagarto- Ordenó de nuevo pero sus palabras se perderían en la nada mientras el antes golpeado se levantaba con la mirada llena de orgullo.
Lentamente más ladrones se sumaban a la resistencia que había iniciado Iliaki -Si tanto anhelan morir, dejaré que este lugar sea su tumba- Tras aquellas palabras Meck se dio media vuelta para marcharse y aparecieron sus secuaces; el brujo que antes luchaba contra Chimar lanzó un ataque que si no lo evitaban lastimaría tanto al niño como a la pequeña bruja; otros dos avanzaron discretamente para acorralar a Nerum, aunque antes esperarían a que acabara con la molesta elfina; sin embargo los otros secuaces comenzaron a ser neutralizados por los otros ladrones, ahora que conocían al enemigo podían al menos defenderse, aunque nadie podía siquiera tocar al hábil Meck, quien a ratos parecía ser capaz de hacerse uno con las sombras para evadir los ataques de quienes intentaban golpearlo; haría falta una muy buena estrategia para derrotarlo y acabar con aquella insurrección.
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∞ El conmovedor discurso de Iliaki ha dado un giro a los acontecimientos, ahora ya no estarán solos, incluso son más que los atacantes, con una buena estrategia podrán asegurar la victoria.
∞ Chimar sigue siendo el objetivo del brujo de fuego que tan solo aguarda esperando para quemarlo junto a la mini bruja.
∞ Magazubi, ha sido un buen intento pero Meck no es fácil de engañar, enviará al brujo a acabar con ambos, puedes trabajar en conjunto con tu compañero o seguir actuando para confundir
∞ Nerum Te han pedido acabar con Iliaki, debes actuar en consecuencia de la decisión que has tomado, dar marcha atrás hará que los dos secuaces te ataquen antes.
∞ Iliaki Notarás que Lazid no está, ha aprovechado la conmoción para irse, aunque eso será lo de menos, debes lidiar con lo que intente tu compañero.
Ansur
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Re: [Misión Gremio de Ladrones] Rebelión desde las sombras
El efecto del narcótico externo hace que Chimar recupere su pleno funcionamiento, tristemente aún son superados en número. Mientas Iliaki vocifera un discurso motivador cierto objetivo se lanza en carga, hablamos de Magazubi. El niño inventor arquea una ceja, no sabe muy bien lo que pretende su compañera.
Pero que rayos…
Termina siendo derribado, la sorpresa puede ser muy perjudicial. Luego es sujetado del cuello, menudos acontecimientos. Es difícil para el entender lo que ocurre aunque la misma bruja aclara todo poco después, es un truco. Maquiavelo trata de hacerse el muerto pero sabe que la pobre escena no puede convencer a nadie… tener un cerebro grande a veces resulta aburrido.
Un olor característico llama su atención, alguien acaba de ser cocinado. Resulta bastante bizarro que la carne humana cocida huela tan bien… la naturaleza puede ser espeluznante a veces. El pequeño científico permanece en el suelo fingiendo su muerte aunque sigue recibiendo señales externas, abre los ojos ocasionalmente para no perderse nada.
Para variar la elfa hace algo bien, su discurso despierta un extraño sentido de patriotismo criminal. En un giro inesperado los defensores ganan número, ahora pueden sobrellevar la marea hostil mucho mejor. No será tan fácil vencer al gremio, el plan del enmascarado comienza a desmoronarse rápido.
Entre lealtades y traiciones se pasan los minutos, muchos se cambian de bando… algunos personajes sorprenden con sus decisiones. El tablero cambia favorablemente para los mocosos, ahora deben mantenerlo de esa forma si quieren conservar su integridad. Ya la lucha no se ve tan desesperada pero el desenlace continua incierto.
El hechicero enemigo sigue vivo… algunas personas no aceptan su muerte. Chimar se pone de pie cuando nota que el truco de Maga no surte efecto, tendrá que seguir luchando. Por desgracia todo el numerito teatral le hace perder la iniciativa, debe pensar rápido si no quiere recibir otro ataque o endosarle uno a su contemporánea.
La magia es rápida, tiene un tiempo de reacción envidiable. Por suerte la mente del chico listo también, Giaco no crio a un niño lento. El pequeño saca una esfera metálica y la arroja al proyectil ardiente, una estrategia improvisada nacida de la imaginación… por suerte resulta jodidamente efectiva.
La bomba hidráulica reacciona ante el fuego y realiza su proceso con normalidad, el artilugio explota en el aire liberando su onda expansiva. No hace daño pero extingue la bola de fuego enemiga, un problema menos aunque el truco no funcionara de nuevo, es necesario neutralizar a ese sujeto.
Maga, debemos eliminar al señor fuego.
Dice mientras apunta su ballesta, luego dispara. Si el virote no se lo carga su compañera tendrá que hacer algo, un extraño concepto en sí mismo. No parece la clase de niña capaz de asesinar… técnicamente los chicos corrientes no asesinan gente. Sea como sea siempre se puede aprender algo nuevo, especialmente cuanto el trasero peligra.
Pero que rayos…
Termina siendo derribado, la sorpresa puede ser muy perjudicial. Luego es sujetado del cuello, menudos acontecimientos. Es difícil para el entender lo que ocurre aunque la misma bruja aclara todo poco después, es un truco. Maquiavelo trata de hacerse el muerto pero sabe que la pobre escena no puede convencer a nadie… tener un cerebro grande a veces resulta aburrido.
Un olor característico llama su atención, alguien acaba de ser cocinado. Resulta bastante bizarro que la carne humana cocida huela tan bien… la naturaleza puede ser espeluznante a veces. El pequeño científico permanece en el suelo fingiendo su muerte aunque sigue recibiendo señales externas, abre los ojos ocasionalmente para no perderse nada.
Para variar la elfa hace algo bien, su discurso despierta un extraño sentido de patriotismo criminal. En un giro inesperado los defensores ganan número, ahora pueden sobrellevar la marea hostil mucho mejor. No será tan fácil vencer al gremio, el plan del enmascarado comienza a desmoronarse rápido.
Entre lealtades y traiciones se pasan los minutos, muchos se cambian de bando… algunos personajes sorprenden con sus decisiones. El tablero cambia favorablemente para los mocosos, ahora deben mantenerlo de esa forma si quieren conservar su integridad. Ya la lucha no se ve tan desesperada pero el desenlace continua incierto.
El hechicero enemigo sigue vivo… algunas personas no aceptan su muerte. Chimar se pone de pie cuando nota que el truco de Maga no surte efecto, tendrá que seguir luchando. Por desgracia todo el numerito teatral le hace perder la iniciativa, debe pensar rápido si no quiere recibir otro ataque o endosarle uno a su contemporánea.
La magia es rápida, tiene un tiempo de reacción envidiable. Por suerte la mente del chico listo también, Giaco no crio a un niño lento. El pequeño saca una esfera metálica y la arroja al proyectil ardiente, una estrategia improvisada nacida de la imaginación… por suerte resulta jodidamente efectiva.
La bomba hidráulica reacciona ante el fuego y realiza su proceso con normalidad, el artilugio explota en el aire liberando su onda expansiva. No hace daño pero extingue la bola de fuego enemiga, un problema menos aunque el truco no funcionara de nuevo, es necesario neutralizar a ese sujeto.
Maga, debemos eliminar al señor fuego.
Dice mientras apunta su ballesta, luego dispara. Si el virote no se lo carga su compañera tendrá que hacer algo, un extraño concepto en sí mismo. No parece la clase de niña capaz de asesinar… técnicamente los chicos corrientes no asesinan gente. Sea como sea siempre se puede aprender algo nuevo, especialmente cuanto el trasero peligra.
Chimar usa la habilidad de Lvl 1 (Bomba Hidráulica)
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Re: [Misión Gremio de Ladrones] Rebelión desde las sombras
“Perfecto, la he cagado” Mirando con desprecio al hombre enmascarado, el plan no funciono como debiera ni en lo más mínimo, pues que los infantes no muriera era una de las razones por las cuales entraba a este trabajo tan turbio, sin embargo este fue claro y no era necesario repetir la misión, erguido junto a sus guardias que apenas llegaban no parecía dejarlo fácil, aquel enmascarado jugó con una buena mano, “mátala”.
-Lo lamento Iliaki.- Digo con una cara sin expresión motivada por un bombardeo de decisiones las cuales costarían por lo menos una vida. Volteando sobre los talones, miro finalmente a la elfina y me dispongo a sacar aquel cuchillo largo de cocina que guarde tanto tiempo con recelo.
-Espero me perdones, pero se acabó, los caminos tienden a llegar a su fin aun en pleno comienzo.- Y prendiendo la mano en llamas la metálica arma del verdugo se empieza a calentar, no quería que el cuchillo sellara la hemorragia al atravesar, quería que este hirviera los líquidos y tejidos para dar una muerte rápida pues esta era la última apuesta.
-¿Lista?- Preguntando con cansancio en el rostro, mis objetivos estaban claros y no tenía por qué dudar.
Mientras tanto, al otro lado del pasillo no lo estaban pasando mejor, tanto el niño de los techos como la otra niña desconocida jugarían un rato con el bi-elemental a la vez que la lagartija estaba desapareciendo y el enmascarado se largaba entre las sombras dispuesto a todo.
“¿Lista?” la pregunta se resonó un momento, con el cuchillo ya lo suficientemente caliente, mire a la elfina sin reaccionar a sus acciones. Levantando el arma en una buena posición, solo me desconecte mentalmente mientras esperaba que el dolor fuera a pasar una vez esto terminara.
-Maldita sea.- Girando sobre los talones descargo fuertemente el cuchillo en la garganta de uno de los hombres de Meck que se había acercado demasiado. –¡Me niego!- Gritando a la par que el arma traspasaba de un lado a otro de la carne ardiente, empezaba a comprender por qué hacía esto. Pero no todo iba bien, siquiera antes de dar la media vuelta una navaja ya se encontraba incrustada a mi espalda y posterior mente a mi costado.
Gritando por el dolor retrocedo incapaz de atacar a la vez que el guardia se acerca a terminar el trabajo, más la suerte me acompañaba pues resultante de la batalla entre bandos que se estaba armando una flecha perdida termina tirando abajo a aquel hombre.
-Bien, esa fue la señal, hora de largarnos Iliaki, ese demente nos aplastara a todos.- Extendiendo la mano con dificultad, quería demostrar que no sucedía nada y que no estuvo en un real peligro o por lo menos no mayor al actual.
-No hay tiempo, sígueme.- Ignorando lo que fuera a decir me encamino a por los otros mocosos, actuar rápido era prioritario frente a un demente con un plan y yo por mi parte debía sacar a la guardería lo más pronto posible, no más revoluciones, no más conquistas, renuncio y sobre todo ese enmascarado tendrá que pagar esto.
Finalmente, me dirigía en camino con los desconocidos Chimar y Magazubi, era tiempo de irnos del lugar o por lo menos ir a uno con más personas, ahí tal vez encontremos algún aliado o encontremos la clave de la victoria.
offrol: un cambio de turnos temporal en acuerdo con Iliaki para responder acorde a la acción
-Lo lamento Iliaki.- Digo con una cara sin expresión motivada por un bombardeo de decisiones las cuales costarían por lo menos una vida. Volteando sobre los talones, miro finalmente a la elfina y me dispongo a sacar aquel cuchillo largo de cocina que guarde tanto tiempo con recelo.
-Espero me perdones, pero se acabó, los caminos tienden a llegar a su fin aun en pleno comienzo.- Y prendiendo la mano en llamas la metálica arma del verdugo se empieza a calentar, no quería que el cuchillo sellara la hemorragia al atravesar, quería que este hirviera los líquidos y tejidos para dar una muerte rápida pues esta era la última apuesta.
-¿Lista?- Preguntando con cansancio en el rostro, mis objetivos estaban claros y no tenía por qué dudar.
Mientras tanto, al otro lado del pasillo no lo estaban pasando mejor, tanto el niño de los techos como la otra niña desconocida jugarían un rato con el bi-elemental a la vez que la lagartija estaba desapareciendo y el enmascarado se largaba entre las sombras dispuesto a todo.
“¿Lista?” la pregunta se resonó un momento, con el cuchillo ya lo suficientemente caliente, mire a la elfina sin reaccionar a sus acciones. Levantando el arma en una buena posición, solo me desconecte mentalmente mientras esperaba que el dolor fuera a pasar una vez esto terminara.
-Maldita sea.- Girando sobre los talones descargo fuertemente el cuchillo en la garganta de uno de los hombres de Meck que se había acercado demasiado. –¡Me niego!- Gritando a la par que el arma traspasaba de un lado a otro de la carne ardiente, empezaba a comprender por qué hacía esto. Pero no todo iba bien, siquiera antes de dar la media vuelta una navaja ya se encontraba incrustada a mi espalda y posterior mente a mi costado.
Gritando por el dolor retrocedo incapaz de atacar a la vez que el guardia se acerca a terminar el trabajo, más la suerte me acompañaba pues resultante de la batalla entre bandos que se estaba armando una flecha perdida termina tirando abajo a aquel hombre.
-Bien, esa fue la señal, hora de largarnos Iliaki, ese demente nos aplastara a todos.- Extendiendo la mano con dificultad, quería demostrar que no sucedía nada y que no estuvo en un real peligro o por lo menos no mayor al actual.
-No hay tiempo, sígueme.- Ignorando lo que fuera a decir me encamino a por los otros mocosos, actuar rápido era prioritario frente a un demente con un plan y yo por mi parte debía sacar a la guardería lo más pronto posible, no más revoluciones, no más conquistas, renuncio y sobre todo ese enmascarado tendrá que pagar esto.
Finalmente, me dirigía en camino con los desconocidos Chimar y Magazubi, era tiempo de irnos del lugar o por lo menos ir a uno con más personas, ahí tal vez encontremos algún aliado o encontremos la clave de la victoria.
offrol: un cambio de turnos temporal en acuerdo con Iliaki para responder acorde a la acción
Nerum
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Re: [Misión Gremio de Ladrones] Rebelión desde las sombras
Poco a poco los ladrones se comenzaron a movilizar. Una idea, cuando se arraiga en el colectivo, puede a llegar a ser tan peligrosa como la más grandes de las armas. Y es entre las ideas que dos chocaron, poniendo entonces en una balanza la vida de la ladronzuela.
Impresionada de que las cosas tomaran ese rubro, en su mirada se vio reflejado el destello que emana la decepción y el castigo de pavor, al ver que quien se había ofrecido para la traición era el Brujo de Fuego.
Así que... este es el fin, así termina. Imposible ser amigo de todos ¿Eh? Bueno, tuve una buena vida, dentro de lo que cabe. El encapuchado ha perdido piezas, y Lazid... ¿Dónde está Lazid? Ha escapado. Maldito lagarto, mi alma le jalará las patas cuando se vaya a dormir. Pero ¿Qué puedo esperar? Viva la escoria que fue mi hogar.
Razones e ideogías excusaban aquel acto. Sin más respuesta que la actitud orgullosa que su raza irrigaba en sus venas sin ella saberlo, se puso de rodillas, colocó las manos sobre la rectitud de la espalda y cerró los ojos. Una pregunta dejó eco en su cabeza.
- ¿Eh? - respondió entreabriendo los ojos. El instinto del vivo hizo que los abriera sin remedio, haciendo que mirara fijamente las manos que protagonizarían su desdicha, para luego observar el rostro del mago. - Lista... - dijo finalmente inclinando su cabeza, abriendo sus labios para la última palabra que le podrían otorgar. - Gracias.
No existía pensamiento alguno en su mente, y sus ojos proyectaban por primera vez la frialdad de su color, esperando la hora del deceso que nunca llegó.
- ¿Qué? ¿Pero qué narices? - exclamó observando al brujo. Un alivio recorrió instantáneamente cada vena de su cuerpo, sin poder evitar que una sonrisa escapase. Tomando la mano, se reincorporó para entonces observar detenidamente el escenario.
Fuego y agua eran partícipes del caos en la oscuridad. En las penumbras, los diestros oídos de la chica notaron pasos alejarse.
Era, pues, el encapuchado, que dejaba atrás a la guerrilla con un posible plan entre manos. La mala espina que ello implicaba provocó un escalofrío en la nuca de la elfilla, quien no dudó en hacer notar la huída.
- ¡Eh, que se va! - vociferó la chica. - ¡Se está escapando, se está escapando!
Comenzaban a correr algunos que antes se habían identificado como partidarios del insurrecto, dejando atrás toda la pelea. No fueron muchas más las cosas que se pensaron cuando la elfilla comenzó a tirar piedras con su madero, dando a cuanto pobre infeliz se le cruzara entre pedrada y pedrada.
¿Y ahora qué hacemos? Si pudiera ver algo más allá de dos dedos incluso podría disparar justo en la frente de ese sujeto ¡Pero apenas si veo la punta de mi nariz! Puaff, esto apesta...
- ¡Hay que atraparlo! - exclamó mientras comenzaba a correr en dirección de los pasos que se oían alejar entre los laberínticos pasillos de las cloacas. Sin saber a dónde disparaba más que guiada por los ruidos en las partes más oscuras, sin embargo, no podía contra la agilidad que implicaba enfrentar a un vampiro en su medio. Algunos huecos de luz entre pasillos revelaban que los que habían huido del recinto culminaban su retirada hacia la superficie, dejado que grandes haces del Sol penetraran el lugar.
¿Qué había que ellos no podían ver?
Impresionada de que las cosas tomaran ese rubro, en su mirada se vio reflejado el destello que emana la decepción y el castigo de pavor, al ver que quien se había ofrecido para la traición era el Brujo de Fuego.
Así que... este es el fin, así termina. Imposible ser amigo de todos ¿Eh? Bueno, tuve una buena vida, dentro de lo que cabe. El encapuchado ha perdido piezas, y Lazid... ¿Dónde está Lazid? Ha escapado. Maldito lagarto, mi alma le jalará las patas cuando se vaya a dormir. Pero ¿Qué puedo esperar? Viva la escoria que fue mi hogar.
Razones e ideogías excusaban aquel acto. Sin más respuesta que la actitud orgullosa que su raza irrigaba en sus venas sin ella saberlo, se puso de rodillas, colocó las manos sobre la rectitud de la espalda y cerró los ojos. Una pregunta dejó eco en su cabeza.
- ¿Eh? - respondió entreabriendo los ojos. El instinto del vivo hizo que los abriera sin remedio, haciendo que mirara fijamente las manos que protagonizarían su desdicha, para luego observar el rostro del mago. - Lista... - dijo finalmente inclinando su cabeza, abriendo sus labios para la última palabra que le podrían otorgar. - Gracias.
No existía pensamiento alguno en su mente, y sus ojos proyectaban por primera vez la frialdad de su color, esperando la hora del deceso que nunca llegó.
- ¿Qué? ¿Pero qué narices? - exclamó observando al brujo. Un alivio recorrió instantáneamente cada vena de su cuerpo, sin poder evitar que una sonrisa escapase. Tomando la mano, se reincorporó para entonces observar detenidamente el escenario.
Fuego y agua eran partícipes del caos en la oscuridad. En las penumbras, los diestros oídos de la chica notaron pasos alejarse.
Era, pues, el encapuchado, que dejaba atrás a la guerrilla con un posible plan entre manos. La mala espina que ello implicaba provocó un escalofrío en la nuca de la elfilla, quien no dudó en hacer notar la huída.
- ¡Eh, que se va! - vociferó la chica. - ¡Se está escapando, se está escapando!
Comenzaban a correr algunos que antes se habían identificado como partidarios del insurrecto, dejando atrás toda la pelea. No fueron muchas más las cosas que se pensaron cuando la elfilla comenzó a tirar piedras con su madero, dando a cuanto pobre infeliz se le cruzara entre pedrada y pedrada.
¿Y ahora qué hacemos? Si pudiera ver algo más allá de dos dedos incluso podría disparar justo en la frente de ese sujeto ¡Pero apenas si veo la punta de mi nariz! Puaff, esto apesta...
- ¡Hay que atraparlo! - exclamó mientras comenzaba a correr en dirección de los pasos que se oían alejar entre los laberínticos pasillos de las cloacas. Sin saber a dónde disparaba más que guiada por los ruidos en las partes más oscuras, sin embargo, no podía contra la agilidad que implicaba enfrentar a un vampiro en su medio. Algunos huecos de luz entre pasillos revelaban que los que habían huido del recinto culminaban su retirada hacia la superficie, dejado que grandes haces del Sol penetraran el lugar.
¿Qué había que ellos no podían ver?
Iliaki
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