[Desafío] Fantasmas en la casa

- ¡Ya te dije que escuché a alguien en el cobertizo! -Exclamó el Sr. Madsen, cansado de que su esposa no le creyese.

-Seguramente fue tu imaginación.

- ¡Sé lo que digo mujer! -Hizo una pausa dramática-. Esta casa está encantada. Seguramente hay espíritus rondando por todo el lugar.

La Sra. Madsen soltó una sonora carcajada, tratando de dar crédito a las palabras que su esposo acababa de pronunciar. En los 25 años que tenían de casados jamás tuvieron un problema así en su hogar, pero desde hacía un tiempo su marido se encontraba completamente consumido por la paranoia, asegurando escuchar pisadas y movimientos por distintos lugares de la casa.

Ella había hecho de todo para disipar las teorías locas de su esposo sin conseguir ningún resultado exitoso, ya que solo terminaba empeorando las cosas, recibiendo múltiples quejas del hombre, quien la acusaba de no confiar en él.

Buscando llegar a un acuerdo diplomático, la dama optó por permitir que su esposo contratase a alguien, que se encargase de inspeccionar la casa y así demostrar que todo eran ideas suyas.

Fue así como terminaron colgando un cartel en el que solicitaban ayuda para una cacería de fantasmas. Sí, yo sé que suena bastante descabellado, pero no hubo poder alguno en la tierra que hiciera desistir al Sr. Madsen de aquella teoría.

Los primeros días (y como era de esperarse) no recibieron ninguna respuesta a su solicitud, muy a pesar del hombre de la casa, quien ya estaba harto de que su mujer lo tildase de loco, cuando él sabía perfectamente que algo ocurría en su hogar.

Finalmente, y luego de una tortuosa espera, un alma caritativa había llegado para cumplir con la tarea, para alivio del caballero. Seguramente esa persona debía estar muy necesitada de aeros, como para aceptar tan ridículo trabajo, pero en este punto sería insensato juzgar, pues quién sabe lo que se encontraría en ese lugar.

Aunque dudo seriamente que se encontrase con una experiencia sobrenatural, solo que eso ya correría por cuenta del inesperado héroe.

Un extraño niño había acudido al auxilio de los Madsen, presentándose en la puerta de la entrada, ofreciendo sus servicios para acabar con aquello que aquejaba a la propiedad de la pareja.

La Sra. Madsen no parecía muy conforme con la situación, pero aun así dio su consentimiento para que el jovencito comenzara con su investigación.

Tras una serie de explicaciones breves sobre los acontecimientos, el Sr. Madsen le encomendó la tarea de inspeccionar el recinto por su propia cuenta. No lo iba a negar, él estaba cansado de recorrer la casa sin encontrar nada y prefería que el pequeño se llevase el regaño de su esposa, antes que él.

Al ser una criatura ‘‘especial’’ el pequeño Zero ya tenía un gran detalle sobre a qué deberían atribuirse los supuesto avistamientos sobrenaturales, pues es obvio que una casa vieja tendrá un sinfín de desperfectos. Claro que con lo que no contaría sería con el sonido que se escucharía en el ático de la propiedad.

Con pasos sigilosos una figura masculina trataría de escabullirse para llegar a la planta baja. Se suponía que ese día el marido de su novia saldría de cacería, pero para su mala suerte el desgraciado había permanecido en casa desde temprano.

Ya habían pasado varios meses desde sus encuentros con la Sra. Madsen, inclusive había llegado a memorizar cada centímetro del inmueble, después de tantas veces que se vio en la necesidad de esconderse. La situación no era muy agradable, aunque aquellos encuentros valían completamente la pena.

Lo que Patrick no se imaginó fue encontrarse con la pequeña figura de un niño a quien no había visto antes.

- ¿Quién eres? -Preguntó el caballero con cierto temor-. ¿Ya se han ido?

Habló echando leves vistazos en todas direcciones, temiendo seriamente por su integridad. Nunca antes le habían descubierto, no podía ser que ahora su vida pendiese en las manos de ese extraño jovencito, y para colmo no estaba seguro de que el Sr. Madsen siguiese por los alrededores, pues de ser así ya podría considerarse jodido.

Eventualmente los sensores del pequeño robot detectan algo, un personaje adicional. Por un momento su mente digital barajea la opción de que se trate de una entidad paranormal… con cierta euforia vale destacar. Por alguna razón el tema despierta su curiosidad, le hace olvidar la lógica momentáneamente.

Cuando descubre la fuente forma un rostro de confusión involuntario, cierta respuesta casi humana ante la realidad. Tal parece que el “elemento fantasmal” no es más que un humano corriente, Zero no esperaba ese desenlace. Se debe preguntar cuando algo no se entiende… un proceso arcaico que sirve a cualquiera.

¿Eres un ladrón?

Ahora es el otro sujeto quien genera una expresión peculiar, curioso sujeto. Es la única conclusión a la que puede llegar Z9-42 sin más información, en su mente no existen más motivos para allanar una casa ajena. Viéndose en una situación comprometedora la persona descubierta elabora una respuesta.

¡Claro que no!, soy… “amigo” de la señora Madsen.

Y… ¿porque no usas la puerta principal?

La joven unidad es muy lista pero aún le cuesta pillar referencias disfrazadas, su interlocutor tendrá que hablar de manera más clara si quiere hacerse entender. El “chico” se mantiene observando al sujeto mientras espera una respuesta, a pesar de ser inexpresivo su cara es un poema ahora.

Veras… somos muy buenos “amigos”… ¿entiendes pequeño?

… no.

El adulto se lleva la palma derecha hasta su frente, ahora entiende que existen niños más rápidos que otros. Su frustración palpable hace que Zero esboce una media sonrisa inocente, cierto intento por calmar a la parte sensible. Finalmente la otra persona emite algo lo suficientemente claro, inicia con un tono alto pero pronto le modifica.

¡Soy el amante de la señora Madsen!

Ese concepto es tan extraño que el “niño” se ve obligado a buscarlo en la base de datos, pronto encuentra varias referencias pertinentes. Cuando una pareja se encuentra casada y existe un tercer individuo en la relación se le puede considerar amante, no es algo moralmente aceptado pero suele pasar mucho.

¿Sabes que es algo malo?

Depende de la perspectiva niño.

Haciendo uso de su prodigiosa mente Z9-42 elabora varios esquemas de predicciones, básicamente recurre a su capacidad para seleccionar el siguiente paso a tomar. Si la situación se revela existe un 99% de posibilidades de que todo termine en una pelea sin cuartel, no parece algo agradable… es momento de usar la persuasión hostil.

Puedes irte pero si vuelves “sujeta una pala de metal y la dobla completamente” una de tus extremidades quedara así, ¿entendido?

Cual de… olvídalo, claro que entiendo… ¡me voy para no volver!

El personaje se retira con una velocidad bastante elevada, todo indica que habla enserio. La máquina deja la pala en su estado normal y vuelve con la pareja, tiempo de dar un reporte. Decide obviar todo lo comprometedor, por suerte tiene la capacidad para mentir muy bien… aun no comprende realmente lo sucedido pero algo le dice que su camino es aceptable, tales temas merecen un estudio más profundo. De momento recuerda una escena similar, un niño encuentra a su padre besando una mujer que no es su madre. Como todo recuerdo fantasma los detalles escasean pero al parecer llegaron a un acuerdo igual para evitar malos momentos.

Termine mi búsqueda, no hay nada, la casa necesita más mantenimiento… me pareció ver una figura masculina “mira discreta aunque directamente a la Sra. Madsen”  pero era solo una sombra, me deshice de la fuente óptica así que no debería volver a aparecer.

Patrick no había corrido con tanta suerte como creyó. Un niño, un simple y extraño niño había avispado sus planes de huida, poniendo en peligro su pellejo, pues no sabía qué podría suceder si al enano se le ocurría gritar.

Definitivamente aquel intercambio de palabras no había resultado de la manera en que esperó. Finalmente terminó revelando que no se trataba de un ladrón, bueno, al menos no de esa clase de ladrón; a lo que el niño no dudó en recordarle que lo que hacía no era precisamente aceptado en la sociedad.

Un sinfín de posibilidades pasaron por la mente de Patrick en ese momento, desde las más buenas hasta las más malas, y ciertamente no deseaba quedarse a ver lo que sucedería con alguna de sus partes si volvía a esa casa.

No. La señora Madsen sería muy sexy y buena en la cama, pero no valía que le torciesen alguno de sus huesos. Mas valía proteger su integridad física, por lo que no dudó en acceder a las demandas de aquel extraño infante, corriendo como si no hubiese un mañana.

Los dueños de la casa no tardaron en regresar, recibiendo los detalles acerca del trabajo que el pequeño había realizado en la supuesta ‘‘cacería de fantasmas’’. Aunque posiblemente la Sra. Madsen hubiese preferido no saber nada del asunto, luego de que Z9-42 le hiciera alusión a su pequeño secretillo.

-Aquí tienes, muchacho -el Sr. Madsen le entregó una pequeña bolsa de aeros-. Hoy mismo me pondré a hacer las reparaciones correspondientes. Es un alivio saber que no hay nada de que preocuparnos, ¿verdad, querida?

- ¿Ah? Sí, sí, gracias por tu ayuda, jovencito.

Justo cuando el niño robot estuviese por emprender su retirada, después de una estancia con leche, galletas y obsequios de parte de la pareja, el Sr. Madsen le detendría para entregarle una extraña prenda de vestir.

-Mira lo que encontré en el ático -dijo con una sonrisa-. Perteneció a mi padre y al padre de mi padre…

La historia continuó durante un sinfín de generaciones, hasta que por fin dejaron que el jovencito se marchara con una jugosa cantidad de aeros y una extraña capa, que haría mucho más que solo cubrirle del frío.