Tanteando nuevos terrenos [CERRADO]
Página 1 de 2. • Comparte
Página 1 de 2. • 1, 2
Tanteando nuevos terrenos [CERRADO]
Salir de las tierras del norte estaba comenzando a pasar factura a Astrid. Nunca pensó que realmente su curiosidad por los nuevos caminos fuera de las montañas le traerían tantos problemas. Su elegante vestido rojo era una mezcla de colores que poco a poco lo habían destrozado por completo. El bajo, de color marrón por el barro, estaba resquebrajado y seguramente se tuviera que parar a arreglarlo cuando tuviera un poco de tiempo libre para ella. La falda y el cuerpo del vestido tenían una mezcla de colores entre el rojo de la tela y los tonos verdosos y marrones por las numerosas caídas de la joven dragona al intentar aterrizar en los pequeños huecos del bosque. El cabello estaba recogido en una trenza algo despeinada al igual que el resto del cabello y con alguna que otra hoja sobre la cabeza. Ya entendía porqué a veces su padre le decía que se quedase en el clan y siguiera la dinastía de su apellido. Pero la curiosidad mató al dragón.
Por suerte esa frase no se la tomaban tan literalmente. -Debo de encontrar algún sitio para poder descansar- Se dijo a si misma en un leve murmuro y siguió caminando entre el frondoso bosque que casi no dejaba pasar los rayos de sol por las amplias copas de los árboles. Un paisaje que ella nunca había contemplado y le ocasionaba una mezcla de sentimientos enorme: Desde una armonía y paz interior hasta un miedo por lo desconocido y por la sensación de estar atrapada allí si algo sucedía. A paso firme avanzó hasta que cayó la noche. Lo peor de aquellos viajes era no tener una compañía en las noches que la tranquilizara para no pensar en todos los peligros que, claramente, recorrían los lugares que rodeaban a la morena. Con poco esfuerzo logró hacer una pequeña hoguera y sentarse junto a ella para tener un punto fijo en el que mirar y reflexionar sobre su arduo viaje hacia tierras desconocidas.
Una ráfaga de aire apagó el fuego sin que Astrid pudiera hacer nada y maldijo golpeando el suelo. Pero al ver que seguía el lugar iluminado la hizo preguntarse dónde se había metido hasta que alzó la mirada y observó las luciernagas volando por encima de ella. La dejó boquiabierta y rápidamente su rostro esbozó una amplia sonrisa. -Son hermosas... ¿qué serán?- Preguntó al aire y alzó la mano hacia la luz que veía sobre ella como si quisiera alcanzarlas pero no alcanzó ninguna. De repente se dio cuenta de todo lo que le podría pasar en aquel lugar y recordó las palabras de su madre cada vez que de pequeña se alejaba demasiado de las cabañas del clan. Se giró sobre sus propios pasos y se sentó junto a la espada larga que le regaló su padre y volvió a encender el fuego para tener un foco de luz más amplio y estar alerta ante cualquier peligro que pudiera aparecer a su alrededor.
-Bueno, no sé qué dirección tomar, no sé a dónde me voy y lo peor de todo es que no sé volver a casa. No tienes marcha atrás Astrid, tu sola te lo buscaste- Hablaba sola para no entrar en la locura de la soledad. Llevaba bastante tiempo sola en lugares que no conocía. Lo cual hizo que tuviera muchos problemas a lo largo de su viaje. Estaba tan metida dentro de su auto regaño que no vio a una especie de "bicho" agarraba su bolsa, en la cual solo había dos tiras más de la comida que cazó y que sería la cena de esa noche. -¡Oye devuelveme eso!- Gritó enfadada, cogió la espada y salió corriendo detrás del bicho. Corriendo llegó al camino principal de tierra donde atrapó la bolsa logrando quitársela al ladronzuelo, acabó de rodillas en el suelo aunque con su cena en las manos, pero de lo que no se fijó en que justo cuando alzó la mirada del bolso se dio cuenta de que no estaba sola en ese camino.
Por suerte esa frase no se la tomaban tan literalmente. -Debo de encontrar algún sitio para poder descansar- Se dijo a si misma en un leve murmuro y siguió caminando entre el frondoso bosque que casi no dejaba pasar los rayos de sol por las amplias copas de los árboles. Un paisaje que ella nunca había contemplado y le ocasionaba una mezcla de sentimientos enorme: Desde una armonía y paz interior hasta un miedo por lo desconocido y por la sensación de estar atrapada allí si algo sucedía. A paso firme avanzó hasta que cayó la noche. Lo peor de aquellos viajes era no tener una compañía en las noches que la tranquilizara para no pensar en todos los peligros que, claramente, recorrían los lugares que rodeaban a la morena. Con poco esfuerzo logró hacer una pequeña hoguera y sentarse junto a ella para tener un punto fijo en el que mirar y reflexionar sobre su arduo viaje hacia tierras desconocidas.
Una ráfaga de aire apagó el fuego sin que Astrid pudiera hacer nada y maldijo golpeando el suelo. Pero al ver que seguía el lugar iluminado la hizo preguntarse dónde se había metido hasta que alzó la mirada y observó las luciernagas volando por encima de ella. La dejó boquiabierta y rápidamente su rostro esbozó una amplia sonrisa. -Son hermosas... ¿qué serán?- Preguntó al aire y alzó la mano hacia la luz que veía sobre ella como si quisiera alcanzarlas pero no alcanzó ninguna. De repente se dio cuenta de todo lo que le podría pasar en aquel lugar y recordó las palabras de su madre cada vez que de pequeña se alejaba demasiado de las cabañas del clan. Se giró sobre sus propios pasos y se sentó junto a la espada larga que le regaló su padre y volvió a encender el fuego para tener un foco de luz más amplio y estar alerta ante cualquier peligro que pudiera aparecer a su alrededor.
-Bueno, no sé qué dirección tomar, no sé a dónde me voy y lo peor de todo es que no sé volver a casa. No tienes marcha atrás Astrid, tu sola te lo buscaste- Hablaba sola para no entrar en la locura de la soledad. Llevaba bastante tiempo sola en lugares que no conocía. Lo cual hizo que tuviera muchos problemas a lo largo de su viaje. Estaba tan metida dentro de su auto regaño que no vio a una especie de "bicho" agarraba su bolsa, en la cual solo había dos tiras más de la comida que cazó y que sería la cena de esa noche. -¡Oye devuelveme eso!- Gritó enfadada, cogió la espada y salió corriendo detrás del bicho. Corriendo llegó al camino principal de tierra donde atrapó la bolsa logrando quitársela al ladronzuelo, acabó de rodillas en el suelo aunque con su cena en las manos, pero de lo que no se fijó en que justo cuando alzó la mirada del bolso se dio cuenta de que no estaba sola en ese camino.
Última edición por Astrid Leggiend el Lun 25 Dic 2017, 14:41, editado 5 veces
Astrid Leggiend
Experto
Experto
Cantidad de envíos : : 84
Nivel de PJ : : 0
Un encuentro inesperado
-¡¿Que clase de estafa es esta?!- se decia asi mismo mientras le daba mil vueltas a un trozo de tela arrugado, tan sucio como si un minero se secase la frente con el luego de un arduo dia de trabajo. Segun indicaba el mapa, deberia haber cruzado un puente hace media hora pero lo unico que encontraba a su alrededor era una espesa maleza interminable la cual tenia una humedad muy molesta que se asentaba sobre su piel como una nueva capa. Cada movimiento que realizaba consumia mucha de su energia, tenia los hombros adoloridos por el roce del cuero de su chaleco y estaba desesperado por encontrar un lugar para descansar cuando a lo lejos diviso un claro en lo profundo del bosque. Se abrio paso con unos cuantos movimientos bruscos y con un par de zancadas arribo a lo que parecia una plaza abandonada en medio de la nada. Se sento un momento para tomar aire y observar sus alrededores.
Seria demasiado apresurado concluir que en ese lugar alguna vez existio un pueblo o como mucho un asentamiento ya que dada la ubicacion casi imposible establecer un flujo de suministros, sin embargo, existian ciertos rasgos que hacian sentir a Apo como si estuviera en casa. Quiza fuera porque el es un hombre-bestia y esta acostumbrado a estas zonas pero aun sentia que habia algo inusual en los alrededores. Apo se acerco a un riachuelo que pasaba al lado de la plaza y que probablemente era la fuente de la humedad que tenia la maleza. Por este corria agua cristalina por lo que aprovecho para llenar una pequeña botella que habia creado con una especie de piel impermeable y a la vez limpiar su botas las cuales estaban llenas hasta el tope de barro asi que las trato con suma delicadeza y removio todo rastro de suciedad. Asihizo con cada objeto de su equipamiento: su chaleco, sus pantalones y sus Tomahawks.
Una vez recogido todo y listo para partir sin rumbo alguno, Apocks se percato de un detalle que habia pasado por alto todo el tiempo que estuvo alli. Justo en el medio del claro, casi escondido se podian observer vestigios de lo que alguna vez fue un camino, solo se podian apreciar dos lineas palidas por donde alguna vez transitaron carretas. Al menos habia conseguido una direccion, o eso creia... En el medio del sendero, justo al lado de un tocon estaba una placa de madera tirada en el suelo, tenia forma de flecha aunque seria dificil decir si alguna vez apunto a algun lado. Era facil notar que tenia algo inscrito en ella pero estaba cubierto por lodo seco, tan adherido a esta que parecia ser parte de la madera, pero nada que un escupitajo no pueda solucionar. Justo cuando saco aquel trozo de tela inservible para limpiar la tabla, escucho un grito que provenia del fondo de un lado del sendero. Apo solo giro su cabeza para observar una mujer que estaba de rodillas a su lado. Tenia un hermoso vestido que se posaba en el suelo a su alrededor con delicadeza, una delicadez que se vio interrumpida por una reluciente espada que tenia en su regazo junto a un pequeño bolso. Pasaron segundos que parecieron una eternidad debido a este repentino encuentro, sin embargo, Apo decidio a romper el hielo dio le dirigio la palabra: -¿Necesitas ayuda?
Seria demasiado apresurado concluir que en ese lugar alguna vez existio un pueblo o como mucho un asentamiento ya que dada la ubicacion casi imposible establecer un flujo de suministros, sin embargo, existian ciertos rasgos que hacian sentir a Apo como si estuviera en casa. Quiza fuera porque el es un hombre-bestia y esta acostumbrado a estas zonas pero aun sentia que habia algo inusual en los alrededores. Apo se acerco a un riachuelo que pasaba al lado de la plaza y que probablemente era la fuente de la humedad que tenia la maleza. Por este corria agua cristalina por lo que aprovecho para llenar una pequeña botella que habia creado con una especie de piel impermeable y a la vez limpiar su botas las cuales estaban llenas hasta el tope de barro asi que las trato con suma delicadeza y removio todo rastro de suciedad. Asihizo con cada objeto de su equipamiento: su chaleco, sus pantalones y sus Tomahawks.
Una vez recogido todo y listo para partir sin rumbo alguno, Apocks se percato de un detalle que habia pasado por alto todo el tiempo que estuvo alli. Justo en el medio del claro, casi escondido se podian observer vestigios de lo que alguna vez fue un camino, solo se podian apreciar dos lineas palidas por donde alguna vez transitaron carretas. Al menos habia conseguido una direccion, o eso creia... En el medio del sendero, justo al lado de un tocon estaba una placa de madera tirada en el suelo, tenia forma de flecha aunque seria dificil decir si alguna vez apunto a algun lado. Era facil notar que tenia algo inscrito en ella pero estaba cubierto por lodo seco, tan adherido a esta que parecia ser parte de la madera, pero nada que un escupitajo no pueda solucionar. Justo cuando saco aquel trozo de tela inservible para limpiar la tabla, escucho un grito que provenia del fondo de un lado del sendero. Apo solo giro su cabeza para observar una mujer que estaba de rodillas a su lado. Tenia un hermoso vestido que se posaba en el suelo a su alrededor con delicadeza, una delicadez que se vio interrumpida por una reluciente espada que tenia en su regazo junto a un pequeño bolso. Pasaron segundos que parecieron una eternidad debido a este repentino encuentro, sin embargo, Apo decidio a romper el hielo dio le dirigio la palabra: -¿Necesitas ayuda?
Apocks
Aprendiz
Aprendiz
Cantidad de envíos : : 13
Nivel de PJ : : 0
Re: Tanteando nuevos terrenos [CERRADO]
“¡Mierda!” Fue lo que pensó nada mas caer al suelo de rodillas. Sabía que después de aquella caída se había hecho mínimo algo de sangre y que le estarían doliendo todo el día siguiente. Miró la sombra que se había parado delante de ella y mientras pensaba en todos los bichos infernales que se había encontrado por el camino fue alzando la mirada hasta toparse con un hombre-bestia bastante más alto que ella. Su primer pensamiento hubiera sido el de correr si sus piernas no se hubieran quedado paralizadas al pensar en que sería la posible cena de aquel ser delante suya. En pocos segundos entre los dos se formó un silencio que congelaba hasta al dragón de fuego más ardiente, iba a abrir la boca para decir algo hasta que oyó las palabras que rompieron el silencio salir de los labios del contrario. Aquellas palabras la hicieron relajarse un poco y lentamente sus piernas dejaron de tensarse por el miedo que se había apoderado en tan poco tiempo de ella.
La pregunta de que si necesitaba ayuda hizo eco en la cabeza hueca que ahora era Astrid. Se levantó rápidamente del suelo limpiando el polvo de su vestido. Sabía que no podía limpiarlo mucho pero intentaba destensar su mente. -Uhm.. Eh... No, bueno sí, o tal vez no- Decía bajo casi en un susurro mirando a su alrededor y luego fijó su mirada en la bolsa que aquel bicho le quería robar. Para ella todo animal o ser que no conociera o nunca había visto era lo que ella llamaba “bicho”. Suspiró aliviada y, algo más calmada, sus ojos color chocolate se fijaron en los ojos del contrario. En las primeras impresiones Astrid siempre miraba a los ojos. Su madre siempre le dijo que los ojos eran las ventanas al alma. -Un bicho me cogió la bolsa donde tengo algo de comida... Si no hubiera cogido al animal seguro que hoy me hubiera quedado sin cenar...- Explicó calmada y ahora su rostro se tornó un poco de curiosidad por el contrario. Nunca había visto un hombre-bestia, siempre había oído las historias de sus ancianos en la clan del físico de las demás razas que existían en el mundo.
Aunque había estado bastante tiempo andando por los “nuevos lugares” nunca había entablado conversación con nadie que no fuera humano. Sin cortarse, Astrid comenzó a caminar alrededor del contrario mirando cada detalle de su cuerpo. -Woah... Perdón por mi curiosidad pero nunca había visto a alguien así... Tan... De cerca...- Dejó la bolsa junto a su espada en el suelo y miró con más curiosidad los ojos del contrario. Al mirar con tanto detalle se percató de la cicatriz que portaba y pensó en preguntar sin cortarse un poco, pero su “madurez” hizo que diera un paso hacia atrás y se echase el cabello a un lado algo nerviosa e hizo un ademán con la cabeza en señal de disculpas. Odiaba ser tan curiosa y mostrarse con demasiada confianza desde el principio. Muchas veces esa manía suya de ser tan confianza le había costado mucho y las diversas heridas que tenía por su cuerpo eran recordatorios de que fuera más cuidadosa de con quien se juntaba. -Me llamo Astrid- Se presentó volviendo a hablar casi en un pequeño susurro.
Estando metida en la presentación con el hombre-bestia no se percató de que el “bicho”, un mapache para la gente que conocía la naturaleza del animal, volvió a acercarse a la bolsa de comida de Astrid y de un hábil movimiento se volvió a llevar la bolsa. -¡No! ¡Mierda!- Comenzó a correr en dirección hacia delante pasando junto al contrario dándole un leve golpe con el hombro al pasar bastante cerca, pero cuando quiso darse cuenta el mapache ya no estaba. -Muy bien Astrid, no tienes cena y estás sola en un bosque que no conoces, maldita sea y para qué me fui de la montaña- Refunfuñó negando olvidándose de que no estaba sola en el camino.
La pregunta de que si necesitaba ayuda hizo eco en la cabeza hueca que ahora era Astrid. Se levantó rápidamente del suelo limpiando el polvo de su vestido. Sabía que no podía limpiarlo mucho pero intentaba destensar su mente. -Uhm.. Eh... No, bueno sí, o tal vez no- Decía bajo casi en un susurro mirando a su alrededor y luego fijó su mirada en la bolsa que aquel bicho le quería robar. Para ella todo animal o ser que no conociera o nunca había visto era lo que ella llamaba “bicho”. Suspiró aliviada y, algo más calmada, sus ojos color chocolate se fijaron en los ojos del contrario. En las primeras impresiones Astrid siempre miraba a los ojos. Su madre siempre le dijo que los ojos eran las ventanas al alma. -Un bicho me cogió la bolsa donde tengo algo de comida... Si no hubiera cogido al animal seguro que hoy me hubiera quedado sin cenar...- Explicó calmada y ahora su rostro se tornó un poco de curiosidad por el contrario. Nunca había visto un hombre-bestia, siempre había oído las historias de sus ancianos en la clan del físico de las demás razas que existían en el mundo.
Aunque había estado bastante tiempo andando por los “nuevos lugares” nunca había entablado conversación con nadie que no fuera humano. Sin cortarse, Astrid comenzó a caminar alrededor del contrario mirando cada detalle de su cuerpo. -Woah... Perdón por mi curiosidad pero nunca había visto a alguien así... Tan... De cerca...- Dejó la bolsa junto a su espada en el suelo y miró con más curiosidad los ojos del contrario. Al mirar con tanto detalle se percató de la cicatriz que portaba y pensó en preguntar sin cortarse un poco, pero su “madurez” hizo que diera un paso hacia atrás y se echase el cabello a un lado algo nerviosa e hizo un ademán con la cabeza en señal de disculpas. Odiaba ser tan curiosa y mostrarse con demasiada confianza desde el principio. Muchas veces esa manía suya de ser tan confianza le había costado mucho y las diversas heridas que tenía por su cuerpo eran recordatorios de que fuera más cuidadosa de con quien se juntaba. -Me llamo Astrid- Se presentó volviendo a hablar casi en un pequeño susurro.
Estando metida en la presentación con el hombre-bestia no se percató de que el “bicho”, un mapache para la gente que conocía la naturaleza del animal, volvió a acercarse a la bolsa de comida de Astrid y de un hábil movimiento se volvió a llevar la bolsa. -¡No! ¡Mierda!- Comenzó a correr en dirección hacia delante pasando junto al contrario dándole un leve golpe con el hombro al pasar bastante cerca, pero cuando quiso darse cuenta el mapache ya no estaba. -Muy bien Astrid, no tienes cena y estás sola en un bosque que no conoces, maldita sea y para qué me fui de la montaña- Refunfuñó negando olvidándose de que no estaba sola en el camino.
Astrid Leggiend
Experto
Experto
Cantidad de envíos : : 84
Nivel de PJ : : 0
Re: Tanteando nuevos terrenos [CERRADO]
-Nadie se cruza en tu camino por casualidad y tu no entras en la vida de nadie sin ninguna razon-. Era una frase muy popular en el lugar donde crecio Apo, ya se habia vuelto como una bendicion que le recitaban a los viajeros, era como desearle buena suerte.
Una de las mayores lecciones de vida que le habian enseñado a Apocks fue que no todos los humanos son iguales, cada uno tiene su forma de ser, su propia personalidad y por cada hombre malo existen diez hombres justos. Esto fue lo primero que le vino a la mente cuando vio a aquella mujer arrodillada a su lado. No pudo evitar pensar en su tragedia y de los causantes, sin embargo, encontrase con una humana en medio de las entrañas del bosque, en un lugar que ni el mas avido de los exploradores podria encontrar a no ser que fuera por coincidencia le parecia raro. A pesar de estar perdido, Apo sabia que estaba en los bosques del este y el encuentro con aquella dama solo le generaban dos posbilidades en su cabeza: Que fuera una humana proveniente de Lunargenta que se perdio en los bosques o que fuera una licantropo ya que estos suelen ser solitarios ademas de estar en los Reinos del Este, siendo esta ultima la mas probable.
-No me fio ni un poco- me dije a mi mismo mientras aquella desconocida me clavaba una mirada profunda con sus ojos color caoba que extrañamente hacian juego con el barro que tenia en su vestido. Escuche atentamente aquella explicacion de como un "bicho" habia intentado robar su bolso, sin embargo, luego de unos segundos la chica empezo empezo a rondarme, examinando cada uno de mis detalles como si de un especimen raro me tratara. -Quizas sea la primera vez que ve a alguien como yo- pense. No puedo creer con cuanto confianza se me acerca pero aun asi no siento ningun tipo de hostilidad. -¿Con que Astrid, eh? Soy Apocks- dije con una voz nerviosa pero grave, tan grave que hasta yo mismo me impresione. Ella ya habia dado el primer paso al decirme su nombre. El nombre es la identidad de una persona, es su portada, su retrato... O almenos eso dicen por ahi, que cuando te dan un nombre te estan abriendo las puertas a una nueva amistad.
Mientras ella estaba concentrada observandome, pude notar como lentamente se acercaba aquello que ella denominaba "bicho", preparandose para un segundo ataque furtivo. Por un momento me aisle de todo lo que sucedia a mi alrededor para concentrarme en el mapache que se preparaba para darse a la fuga con el bolso de la joven. El animal paso rapidamente a mi lado sin embargo con un agil movimiento logre agarrarle la cola al mismo tiempo que Astrid pasaba fugazmente, golpeandome en el hombro y haciendome girar un cuarto de vuelta. Pude escuchar como estaba enojada consigo misma por lo sucedido, penso que se le habia escapado la cena pero lo que en realidad sucedio fue que no se percato que yo habia capturado al "bicho". -Es mi momento para lucirme- dijo mi voz interior seguido de una risa interna que casi me hace saltar. -¡Ejem, ejem!- dije carraspeando -Creo que esto te pertenece- señale el bolso mientras lo levantaba a la altura de mi cara -Junto con todo su contenido- agregue con ironia porque sabia que habia puesto el mapache muerto adentro con las demas cosas.
-¿Que haces en un lugar tan remoto?- le pregunte luego de entregarle el bolso con una sorpresa adentro. -Bueno, creo que no es un misterio... Eres una licantropo, ¿me equivoco?-. Quizas fue demasiado apresurado preguntarle o quizas le estaba realizando demasiadas preguntas pero no pierdo nada con arriesgarme, ya me estaba empezando a caer bien aquella chica y la curiosidad me esta matando. Me sente en el piso a seguir tratando de quitarle el barro a aquella tabla de madera que estaba seguro indicaba una direccion. Luego de aplicarle un poco de fuerza, poco a poco fui revelando las tres palabras que estaban escritas alli. -Cola de Jormungand- dije en voz baja luego de voltear a ver por donde seguia el sendero.
Una de las mayores lecciones de vida que le habian enseñado a Apocks fue que no todos los humanos son iguales, cada uno tiene su forma de ser, su propia personalidad y por cada hombre malo existen diez hombres justos. Esto fue lo primero que le vino a la mente cuando vio a aquella mujer arrodillada a su lado. No pudo evitar pensar en su tragedia y de los causantes, sin embargo, encontrase con una humana en medio de las entrañas del bosque, en un lugar que ni el mas avido de los exploradores podria encontrar a no ser que fuera por coincidencia le parecia raro. A pesar de estar perdido, Apo sabia que estaba en los bosques del este y el encuentro con aquella dama solo le generaban dos posbilidades en su cabeza: Que fuera una humana proveniente de Lunargenta que se perdio en los bosques o que fuera una licantropo ya que estos suelen ser solitarios ademas de estar en los Reinos del Este, siendo esta ultima la mas probable.
-
-No me fio ni un poco- me dije a mi mismo mientras aquella desconocida me clavaba una mirada profunda con sus ojos color caoba que extrañamente hacian juego con el barro que tenia en su vestido. Escuche atentamente aquella explicacion de como un "bicho" habia intentado robar su bolso, sin embargo, luego de unos segundos la chica empezo empezo a rondarme, examinando cada uno de mis detalles como si de un especimen raro me tratara. -Quizas sea la primera vez que ve a alguien como yo- pense. No puedo creer con cuanto confianza se me acerca pero aun asi no siento ningun tipo de hostilidad. -¿Con que Astrid, eh? Soy Apocks- dije con una voz nerviosa pero grave, tan grave que hasta yo mismo me impresione. Ella ya habia dado el primer paso al decirme su nombre. El nombre es la identidad de una persona, es su portada, su retrato... O almenos eso dicen por ahi, que cuando te dan un nombre te estan abriendo las puertas a una nueva amistad.
Mientras ella estaba concentrada observandome, pude notar como lentamente se acercaba aquello que ella denominaba "bicho", preparandose para un segundo ataque furtivo. Por un momento me aisle de todo lo que sucedia a mi alrededor para concentrarme en el mapache que se preparaba para darse a la fuga con el bolso de la joven. El animal paso rapidamente a mi lado sin embargo con un agil movimiento logre agarrarle la cola al mismo tiempo que Astrid pasaba fugazmente, golpeandome en el hombro y haciendome girar un cuarto de vuelta. Pude escuchar como estaba enojada consigo misma por lo sucedido, penso que se le habia escapado la cena pero lo que en realidad sucedio fue que no se percato que yo habia capturado al "bicho". -Es mi momento para lucirme- dijo mi voz interior seguido de una risa interna que casi me hace saltar. -¡Ejem, ejem!- dije carraspeando -Creo que esto te pertenece- señale el bolso mientras lo levantaba a la altura de mi cara -Junto con todo su contenido- agregue con ironia porque sabia que habia puesto el mapache muerto adentro con las demas cosas.
-
-¿Que haces en un lugar tan remoto?- le pregunte luego de entregarle el bolso con una sorpresa adentro. -Bueno, creo que no es un misterio... Eres una licantropo, ¿me equivoco?-. Quizas fue demasiado apresurado preguntarle o quizas le estaba realizando demasiadas preguntas pero no pierdo nada con arriesgarme, ya me estaba empezando a caer bien aquella chica y la curiosidad me esta matando. Me sente en el piso a seguir tratando de quitarle el barro a aquella tabla de madera que estaba seguro indicaba una direccion. Luego de aplicarle un poco de fuerza, poco a poco fui revelando las tres palabras que estaban escritas alli. -Cola de Jormungand- dije en voz baja luego de voltear a ver por donde seguia el sendero.
Apocks
Aprendiz
Aprendiz
Cantidad de envíos : : 13
Nivel de PJ : : 0
Re: Tanteando nuevos terrenos [CERRADO]
Astrid cerró los ojos lentamente pensando en que esa noche no tendría cena y seguramente no podría dormir por estar tan tensa. En un par de segundos recordó aquel día que salió fuera de su aldea. La brisa que rondaba por el hueco entre los árboles movía suavemente sus cabellos y provocaba en ella un viejo recuerdo que la dejó en aquella posición con los ojos cerrados. Su padre la agarró de la muñeca y la jaló de vuelta hacia la aldea de los Leggiend's. Cuando se giró levemente para ver el camino por donde había ido corriendo. Sus pequeños ojos chocolate vieron a lo lejos una sombra que jugaba entre los arbustos. La curiosidad de Astrid a esa edad era muy pequeña y no se paró a pensar en qué sería aquello que parecía divertirse a las afueras de su aldea. Ante aquel recuerdo la castaña abrió los ojos mirando el camino que se alzaba delante de ella y por unos meros segundos se sintió desorientada sin saber dónde estaba. Hasta que la voz del contrario la hizo girarse.
“Ejem, ejem” Fue lo que recobró el sentido a la cabeza de Astrid. No debía pensar en el pasado estando en un lugar desconocido, por la noche y delante de un completo desconocido. Bueno, ahora era un mero conocido ya que se habían presentado. “Apocks, extraño nombre, tendré que apuntar más cosas de lo que pensaba” pensó para sus adentros mientras su mirada se posaba en la bolsa que tenía el contrario. Rápidamente hiló las cosas en esa cabecita que siempre andaba en las nubes. -¡Mi bolsa!- Gritó emocionada de saber que no se había quedado sin cenar. Su cuerpo cuando tenía hambre le causaba grandes dolores y no sabia cazar en aquel bosque. -Muchas gracias Apocks, es lo poco que quedaba de carne que conseguí hace poco... Si se lo hubiera llevado el bicho me hubiera quedado sin comida mucho tiempo- Explicó mientras cogía el bolso. Al cogerlo notó que pesaba más de lo que recordaba. Al abrirlo y mirar dentro vio al “bicho” que le había robado, muerto en la bolsa y miró a Apocks sorprendida.
-Gracias, supongo que ahora tengo carne para varios días- Dijo sonriendo levemente y al verlo sentarse ella hizo lo mismo tranquilamente mirándole. Las preguntas que le hizo fueron bastante directas pero no era de extrañar, ella también hubiera preguntado de aquella manera si no se hubiera interesado más por las curiosidades de la nueva que había conocido que por la situación en la que se encontraba. -Bueno, no soy un licántropo, o creo que no, tampoco soy completamente una humana... Tampoco alguien como tú... Simplemente soy una norteña que vivió encerrada en su aldea durante muchos años y que quiso salir por simple curiosidad a buscar... ¿Aventuras? Sí, podría decirse que busco aventuras- Comentó mientras miraba hacia el cielo oculto por las copas de los árboles. No quería decir que era descendiente de los dragones. Seguramente se asustara y se fuera corriendo o en el peor de los casos que la atacara como el último que se acercó a hablar con ella. Al recordar aquello su cuerpo se estremeció y se pasó la mano por el hombro izquierdo al recordar el dolor que fue aquello.
Observó las luciernagas aún alrededor de ellos e iluminando un poco la oscuridad del bosque. -Navego sin rumbo... Sin conocimiento y sin nadie que me ayude a conocer los peligros de... -Bajó la mirada suspirando- … bueno, de todos los peligros que desconozco y que a veces me busco por ser demasiado curiosa...- Confesó mientras pasaba las manos por su vestido para limpiarse un poco el barro y las hojas que se habían quedado en la falda de su vestido. -Puede sonar raro pero... ¿me acompañarías en esta noche? El bicho que cogiste... Nos puede servir de cena para los dos, intenté hacer un campamento un poco más hacia allí- Alzó la mano hacia enfrente de ellos lentamente. -Y se quedó en intento claro... Desde pequeña las cabañas de mi aldea ya estaban construidas y los fuegos se encargaban los adultos, por lo que realmente solo sé blandir esta espada. Si debo pasar una prueba de supervivencia no lo lograría. Aún me pregunto cómo hice para salir estos meses fuera de casa- Dijo alzando una ceja con semblante extrañado. Ella misma se había extrañado realmente de que estuviera en ese momento con todos los miembros de su cuerpo.
“Ejem, ejem” Fue lo que recobró el sentido a la cabeza de Astrid. No debía pensar en el pasado estando en un lugar desconocido, por la noche y delante de un completo desconocido. Bueno, ahora era un mero conocido ya que se habían presentado. “Apocks, extraño nombre, tendré que apuntar más cosas de lo que pensaba” pensó para sus adentros mientras su mirada se posaba en la bolsa que tenía el contrario. Rápidamente hiló las cosas en esa cabecita que siempre andaba en las nubes. -¡Mi bolsa!- Gritó emocionada de saber que no se había quedado sin cenar. Su cuerpo cuando tenía hambre le causaba grandes dolores y no sabia cazar en aquel bosque. -Muchas gracias Apocks, es lo poco que quedaba de carne que conseguí hace poco... Si se lo hubiera llevado el bicho me hubiera quedado sin comida mucho tiempo- Explicó mientras cogía el bolso. Al cogerlo notó que pesaba más de lo que recordaba. Al abrirlo y mirar dentro vio al “bicho” que le había robado, muerto en la bolsa y miró a Apocks sorprendida.
-Gracias, supongo que ahora tengo carne para varios días- Dijo sonriendo levemente y al verlo sentarse ella hizo lo mismo tranquilamente mirándole. Las preguntas que le hizo fueron bastante directas pero no era de extrañar, ella también hubiera preguntado de aquella manera si no se hubiera interesado más por las curiosidades de la nueva que había conocido que por la situación en la que se encontraba. -Bueno, no soy un licántropo, o creo que no, tampoco soy completamente una humana... Tampoco alguien como tú... Simplemente soy una norteña que vivió encerrada en su aldea durante muchos años y que quiso salir por simple curiosidad a buscar... ¿Aventuras? Sí, podría decirse que busco aventuras- Comentó mientras miraba hacia el cielo oculto por las copas de los árboles. No quería decir que era descendiente de los dragones. Seguramente se asustara y se fuera corriendo o en el peor de los casos que la atacara como el último que se acercó a hablar con ella. Al recordar aquello su cuerpo se estremeció y se pasó la mano por el hombro izquierdo al recordar el dolor que fue aquello.
Observó las luciernagas aún alrededor de ellos e iluminando un poco la oscuridad del bosque. -Navego sin rumbo... Sin conocimiento y sin nadie que me ayude a conocer los peligros de... -Bajó la mirada suspirando- … bueno, de todos los peligros que desconozco y que a veces me busco por ser demasiado curiosa...- Confesó mientras pasaba las manos por su vestido para limpiarse un poco el barro y las hojas que se habían quedado en la falda de su vestido. -Puede sonar raro pero... ¿me acompañarías en esta noche? El bicho que cogiste... Nos puede servir de cena para los dos, intenté hacer un campamento un poco más hacia allí- Alzó la mano hacia enfrente de ellos lentamente. -Y se quedó en intento claro... Desde pequeña las cabañas de mi aldea ya estaban construidas y los fuegos se encargaban los adultos, por lo que realmente solo sé blandir esta espada. Si debo pasar una prueba de supervivencia no lo lograría. Aún me pregunto cómo hice para salir estos meses fuera de casa- Dijo alzando una ceja con semblante extrañado. Ella misma se había extrañado realmente de que estuviera en ese momento con todos los miembros de su cuerpo.
Astrid Leggiend
Experto
Experto
Cantidad de envíos : : 84
Nivel de PJ : : 0
Esperando el amanecer
Recuerdo que mientras la mayoria de los niños jugaban, yo me quedaba junto a mi maestro esperando alguna actividad, algun trabajo que le dejaran para ayudarlo inmediatamente. Minutos despues me encontraba a las afueras de la aldea. Estabamos frente a un bosque y lo que tenia ante mis ojos lo recuerdo claramente. Era blanco, con rayas negras horizontales, su olor me brindaba calma porque sentia que estaba en mi ambiente natural. Siempre me tocaba cortar pedazos de forma vertical sobre un tocon pero esta vez talaria mi propio arbol, asi que los movimientos eran un poco diferente. Observe a mi maestro como me observaba desde atras, fingiendo un movimiento que empezaba desde su costado con el hacha erguida y terminaba enfrente suyo con el filo del hacha a la altura del estomago y el filo totalmente horizontal. Luego de unas cuantas repeticiones decidi intentarlo. Me coloque frente a mi objetivo el cual estaba inerte, como desprevenido, como esperando algun movimiento a su alrededor hasta que decidi cortarlo. Era mi primer arbol, el primero de muchos... un Abedul.
-
*Chop* *Chop* *Chop*. De un movimiento suave pero certero, Apocks blandia su hacha contra la fragil madera de aquel "intento de arbol" que habia encontrado en las cercanias. Era largo y el tronco tenia entre dos o tres pulgadas de ancho, se asemejaba bastante al bambu. Luego de recolectar cerca de cinco pedazos de madera para usarlos como leña, decidio que era suficiente y se encamino rumbo al campamento con Astrid, tomando otro camino para recoger algo de yesca. Seria facil perderse de no ser por las luciernagas que como faro guia, le mostraban el camino indicado.
Todo el camino devuelta estuvo pensando en por que aquella "norteña" no le daba una respuesta concisa sobre su raza, -¿Podria ser una Vampiro?- pensamientos como este le rondaban a Apo y hacian eco en su cabeza, sin embargo, si se tratase de tal amenaza es posible que ya se hubiese dado una pelea, cosa que no ha ocurrido. Sin percatarse, la oscuridad se estaba apoderando de cada rincon a su alrededor mientras las luciernagas desaparecian una a una como si de estrellas en un amanecer se tratase, asi que se dio prisa y de un par de saltos llego al campamento donde se hallaba Astrid, exaltado y un poco exhausto y con los pies llenos de barro.
-
-Sobre lo de hace rato... pasare la noche contigo- dije mientras solte los pequeños troncos de madera que cargaba con los brazos y trate de colocarlos en forma circular con el pie, amontonandolos unos sobre otros, aunque en realidad estaba matando tiempo para poder pensar en un tema de conversacion. -Me has dicho que sabes usar esa espada, creo que me vendria bien una mano mientras enciendo el fuego- dije sonriendo a la vez que mire al mapache en su bolso tratando de insinuarle que me ayudara a prepararlo.
-Pondre un poco de yesca abajo de la leña y...- dije en voz baja mientras sacaba un trozo de pedernal que traia en la bota y la frote con mi Tomahawk... -¡Fuego!- exclame.
Tarde un buen rato en acomodar el "campamento" que habia montado Astrid. No pude ni identificar cual era la base de la tienda, tan solo veia una manta colgada sobre una rama. -Que desastre, ja- susurre mientras contenia la risa. Ya devuelta, me sente enfrente de ella con la fogata de por medio. -¿Tienes lista la comida?- le pregunte mientras me quitaba las botas para limpiarlas. Me pregunto de donde vendra mi obsesion por las botas... -Ya que estamos en confianza, soy Apocks Donsberger, vengo del sur de Sacrestic Ville y voy de camino a Dundarak, o eso creo. La verdad es que no se que voy a buscar alla, quizas nuevas aventuras.- le dije con una cara seria mientras tiraba pequeñas ramitas de madera que habian a mi alrededor dentro de la fogata. Cogi mis botas y las junte para tratar de usarlas como almohada. -Si tienes sueño, alla monte tu tienda- señale orgullosamente como si de una mansion se tratase. -Yo dormire aca afuera- termine mientras me recostaba en el piso viendo las luciernagas y escuchando atentamente a lo que Astrid me respondia.
-
*Chop* *Chop* *Chop*. De un movimiento suave pero certero, Apocks blandia su hacha contra la fragil madera de aquel "intento de arbol" que habia encontrado en las cercanias. Era largo y el tronco tenia entre dos o tres pulgadas de ancho, se asemejaba bastante al bambu. Luego de recolectar cerca de cinco pedazos de madera para usarlos como leña, decidio que era suficiente y se encamino rumbo al campamento con Astrid, tomando otro camino para recoger algo de yesca. Seria facil perderse de no ser por las luciernagas que como faro guia, le mostraban el camino indicado.
Todo el camino devuelta estuvo pensando en por que aquella "norteña" no le daba una respuesta concisa sobre su raza, -¿Podria ser una Vampiro?- pensamientos como este le rondaban a Apo y hacian eco en su cabeza, sin embargo, si se tratase de tal amenaza es posible que ya se hubiese dado una pelea, cosa que no ha ocurrido. Sin percatarse, la oscuridad se estaba apoderando de cada rincon a su alrededor mientras las luciernagas desaparecian una a una como si de estrellas en un amanecer se tratase, asi que se dio prisa y de un par de saltos llego al campamento donde se hallaba Astrid, exaltado y un poco exhausto y con los pies llenos de barro.
-
-Sobre lo de hace rato... pasare la noche contigo- dije mientras solte los pequeños troncos de madera que cargaba con los brazos y trate de colocarlos en forma circular con el pie, amontonandolos unos sobre otros, aunque en realidad estaba matando tiempo para poder pensar en un tema de conversacion. -Me has dicho que sabes usar esa espada, creo que me vendria bien una mano mientras enciendo el fuego- dije sonriendo a la vez que mire al mapache en su bolso tratando de insinuarle que me ayudara a prepararlo.
-Pondre un poco de yesca abajo de la leña y...- dije en voz baja mientras sacaba un trozo de pedernal que traia en la bota y la frote con mi Tomahawk... -¡Fuego!- exclame.
Tarde un buen rato en acomodar el "campamento" que habia montado Astrid. No pude ni identificar cual era la base de la tienda, tan solo veia una manta colgada sobre una rama. -Que desastre, ja- susurre mientras contenia la risa. Ya devuelta, me sente enfrente de ella con la fogata de por medio. -¿Tienes lista la comida?- le pregunte mientras me quitaba las botas para limpiarlas. Me pregunto de donde vendra mi obsesion por las botas... -Ya que estamos en confianza, soy Apocks Donsberger, vengo del sur de Sacrestic Ville y voy de camino a Dundarak, o eso creo. La verdad es que no se que voy a buscar alla, quizas nuevas aventuras.- le dije con una cara seria mientras tiraba pequeñas ramitas de madera que habian a mi alrededor dentro de la fogata. Cogi mis botas y las junte para tratar de usarlas como almohada. -Si tienes sueño, alla monte tu tienda- señale orgullosamente como si de una mansion se tratase. -Yo dormire aca afuera- termine mientras me recostaba en el piso viendo las luciernagas y escuchando atentamente a lo que Astrid me respondia.
Apocks
Aprendiz
Aprendiz
Cantidad de envíos : : 13
Nivel de PJ : : 0
Re: Tanteando nuevos terrenos [CERRADO]
Alzó la mirada hacia Apocks cuando volvió con varios troncos de algún árbol cercano e intentó hacer el fuego con su tomahawk. Ella lo hubiera encendido de un fácil movimiento como era suspirar delante del fuego, pero no quería desvelarse delante de él. No aún. Ella se entretuvo como pudo con su espada en despellejar al “bicho” y cortar los trozos de carne para repartirse entre ella y Apocks. Esa noche iba a comer bien y agradecía haberse topado por casualidad con él. Se giró para preparar y mejorar la “tienda” que había construido con la manta que portaba y una rama de un árbol. Astrid y valerse por si misma en un lugar desconocido eran incompatibles. Se acercó al fuego con la carne y la echó con cuidado al fuego para que empezara a cocinarse. -La comida está comenzando a hacerse... Gracias por arreglar la tienda, no soy la mejor en supervivencia- Se acomodó frente al fuego y se sentó el contrario delante de ella, con la fogata entre medias de ambos. Las llamas que se alzaban y daban un marco de fuego alrededor del contrario hizo que Astrid se quedase en silencio un par de minutos mientras el contrario se presentaba con más detalles.
No había entendido nada de lo que había dicho, los nombres que le proporcionó le sonaban a un idioma completamente extraño para ella. No sabía ni dónde estaba, menos sabía sobre los nombres de lo que parecían ciudades o pueblos. -¿Dundarak? Nunca oí ese nombre... ¿Es un lugar bonito?- Preguntó curiosa mientras se acurrucaba un poco en el sitio donde estaba sentada y sus ojos se centraban en las llamas que se removían delante de ella y cocinaban la carne que había puesto encima de los troncos que daban vida al fuego. Esbozó una pequeña sonrisa al imaginarse a ella en una aventura. Era una experiencia con la que siempre soñó, con la que siempre fantaseaba cada noche. Se frotó los ojos con algo de sueño pero también el hambre la mantenía de pie.
Alzó la mirada otra vez hacia la tienda que había arreglado y soltó una pequeña carcajada al acordarse lo que ella había liado para montar aquello. Lo miró con una sonrisa y luego miró la comida que casi estaba hecha. -Ya que te has presentado completamente haré lo mismo yo, es lo mínimo que podría hacer- Dijo mientras se acomodaba y tras soltar un pequeño bostezo mientras se tapaba la boca con la mano. -Astrid Leggiend es mi nombre completo... vengo del norte, de una pequeña aldea que desde que tengo memoria siempre ha estado ahí de mi familia... Tengo dos hermanos que son unos locos y muchas veces me sacaban de quicio con sus travesuras, pero como la única figura femenina en la familia debía comportarme como madre y como hermana- Al decir aquello último su rostro se apagó un poco dejando escapar un triste suspiro.
Negó levemente y alzó la mirada de nuevo hacia los ojos de Apocks. -Pero conforme crecían se convirtieron en hombres de bien y pueden vivir con mi padre sin mi ayuda... Por ello estoy aquí, recorriendo el mundo que desconozco y que cada día me sorprende más...- Iba a colocar la mano sobre el fuego para sacar el trozo de carne pero se acordó de que eso no era normal para una persona “normal” y apartó la mano rápidamente como si se hubiera “quemado” -Pero que tonta soy, se me olvidó que el fuego quema- Dijo riendo levemente y luego cogió la espada y con la punta pinchó uno de los trozos y lo sacó del fuego. Cogió con la otra mano un trozo de manta que tenía dentro de la bolsa y tras colocar el trozo en la tela se levantó dejando la espada a un lado y se fue junto al contrario colocando el trozo de carne junto a ambos -No me parece justo que te quedes aquí fuera durmiendo- Se sentó a su lado e hizo lo mismo con otro trozo de carne. Se recostó un poco también en el suelo.
Miró hacia arriba y vio las luciernagas volviendo a quedarse asombrada de aquel bonito espectáculo. -¿Alguna vez habías visto algo tan bonito?- Preguntó con un tono asombrado mientras levantaba lentamente el brazo hacia las luciernagas como si pudiera alcanzarlas. A lo mejor para Apocks aquellos bichos antorcha era algo normal pero para la joven dragona era un espectáculo hermoso y que llenaba el oscuro cielo que provocaba las grandes y frondosas copas de los árboles que casi no dejaba entrar la luz de la luna por la noche o los rayos del sol por la mañana. Se giró un poco para mirar a Apocks y bajó lentamente la mano para dejar ambas sobre su abdomen notando como la tela del vestido un poco estropeada. -¿Qué eres Apocks?- Preguntó cortando el silencio que se había provocado mientras Astrid lo miraba. Fue una pregunta bastante directa pero la extraña raza del contrario la tenía completamente curiosa y quería saber de todo sobre aquello.
No había entendido nada de lo que había dicho, los nombres que le proporcionó le sonaban a un idioma completamente extraño para ella. No sabía ni dónde estaba, menos sabía sobre los nombres de lo que parecían ciudades o pueblos. -¿Dundarak? Nunca oí ese nombre... ¿Es un lugar bonito?- Preguntó curiosa mientras se acurrucaba un poco en el sitio donde estaba sentada y sus ojos se centraban en las llamas que se removían delante de ella y cocinaban la carne que había puesto encima de los troncos que daban vida al fuego. Esbozó una pequeña sonrisa al imaginarse a ella en una aventura. Era una experiencia con la que siempre soñó, con la que siempre fantaseaba cada noche. Se frotó los ojos con algo de sueño pero también el hambre la mantenía de pie.
Alzó la mirada otra vez hacia la tienda que había arreglado y soltó una pequeña carcajada al acordarse lo que ella había liado para montar aquello. Lo miró con una sonrisa y luego miró la comida que casi estaba hecha. -Ya que te has presentado completamente haré lo mismo yo, es lo mínimo que podría hacer- Dijo mientras se acomodaba y tras soltar un pequeño bostezo mientras se tapaba la boca con la mano. -Astrid Leggiend es mi nombre completo... vengo del norte, de una pequeña aldea que desde que tengo memoria siempre ha estado ahí de mi familia... Tengo dos hermanos que son unos locos y muchas veces me sacaban de quicio con sus travesuras, pero como la única figura femenina en la familia debía comportarme como madre y como hermana- Al decir aquello último su rostro se apagó un poco dejando escapar un triste suspiro.
Negó levemente y alzó la mirada de nuevo hacia los ojos de Apocks. -Pero conforme crecían se convirtieron en hombres de bien y pueden vivir con mi padre sin mi ayuda... Por ello estoy aquí, recorriendo el mundo que desconozco y que cada día me sorprende más...- Iba a colocar la mano sobre el fuego para sacar el trozo de carne pero se acordó de que eso no era normal para una persona “normal” y apartó la mano rápidamente como si se hubiera “quemado” -Pero que tonta soy, se me olvidó que el fuego quema- Dijo riendo levemente y luego cogió la espada y con la punta pinchó uno de los trozos y lo sacó del fuego. Cogió con la otra mano un trozo de manta que tenía dentro de la bolsa y tras colocar el trozo en la tela se levantó dejando la espada a un lado y se fue junto al contrario colocando el trozo de carne junto a ambos -No me parece justo que te quedes aquí fuera durmiendo- Se sentó a su lado e hizo lo mismo con otro trozo de carne. Se recostó un poco también en el suelo.
Miró hacia arriba y vio las luciernagas volviendo a quedarse asombrada de aquel bonito espectáculo. -¿Alguna vez habías visto algo tan bonito?- Preguntó con un tono asombrado mientras levantaba lentamente el brazo hacia las luciernagas como si pudiera alcanzarlas. A lo mejor para Apocks aquellos bichos antorcha era algo normal pero para la joven dragona era un espectáculo hermoso y que llenaba el oscuro cielo que provocaba las grandes y frondosas copas de los árboles que casi no dejaba entrar la luz de la luna por la noche o los rayos del sol por la mañana. Se giró un poco para mirar a Apocks y bajó lentamente la mano para dejar ambas sobre su abdomen notando como la tela del vestido un poco estropeada. -¿Qué eres Apocks?- Preguntó cortando el silencio que se había provocado mientras Astrid lo miraba. Fue una pregunta bastante directa pero la extraña raza del contrario la tenía completamente curiosa y quería saber de todo sobre aquello.
Astrid Leggiend
Experto
Experto
Cantidad de envíos : : 84
Nivel de PJ : : 0
Re: Tanteando nuevos terrenos [CERRADO]
Off-rol:Este post lo hago en futuro, es decir, en el futuro donde ya me he curado. Tal y como he pactado con máster Sigel.
_______________________________________________________________________________________________________
El ocaso se acercaba. Miré, achinando los ojos, como los últimos rayos del sol desaparecían en el horizonte. Y como un cazador que esperaba a su presa, el lobo de mi interior se revolvió buscando salir, provocándome con ella una insufrible jaqueca a la que no conseguía acostumbrarme.*
Me produjo cierta nostalgia el hecho de volver a caminar por aquellos verdes bosques. Habían pasado meses desde que los había abandonado en una situación muy poco favorable. Me había visto forzado a dejar atrás lo poco que había conseguido en mi vida.
"¿Cómo estará Tom? ¿Habrá sobrevivido?" me asaltó aquella pregunta recordando al hombre fornido que se había encargado de mi en Ulmer. "Pase lo que pase, pronto lo averiguaré."
Me quedaban aún algunos días de viaje y aún estaba recuperándome de los efectos de la enfermedad, de la que por fin me había librado, al igual que gran parte de Aerandir. Por todo ello decidí que era momento de tomar un descanso, Ulmer no se iba a mover de donde estaba.
Me aparté a un lado del camino y comencé a sacar algunas de mis provisiones, en el viaje de vuelta las cosas me habían ido bastante bien, por fin el ayudar a la gente daba beneficios en forma de alimentos. Monté un improvisado campamento y me permití relajarme apoyando mi cuerpo contra un árbol cercano.
-¡Au! - exclamé al notar como la funda de la espada me oprimía la columna vertebral, consecuencias de llevarla ceñida a la espalda. -Estaré tonto...- me quité la espada de la espalda y la deje en el suelo. -Un momento.
Quedé en silencio y miré detenidamente el camino. Pisadas. Me levanté y me acerqué al hallazgo. Las pisadas pertenecían a dos personas y se salían del camino.
"¿Un grupo de asaltantes? ¿Suelen emboscar a la gente aqui?" fue lo primero que se me vino a la cabeza.
Volví a por la espada y volví a ceñirmela a la espalda. La desenfundé y comencé a seguir el rastro.
En verdad, no pensé mucho en aquella situación. Después de tanto tiempo, se me había quedado la manía de ir con la boca tapada con una venda, lo que me daba un aire de asaltante, algo de lo que no era consciente en aquellos momentos.
Me tuve que sobreponer, con grandes esfuerzos, a mi jaqueca para poder seguir correctamente el rastro. Este no me llevó muy lejos. En seguida encontré un pequeño claro en el que brillaba un fuerte fuego. Me acerqué más y vi como una mujer yacía junto a un hombre con rasgos felinos. Vi como la mujer hablaba ensimismada mientras alzaba la mano como queriendo atrapar las luciérnagas que rondaban por el bosque.
"Mmm... creo que me he metido donde no me llaman..." pensé al instante ruborizándome por completo. Obviamente pensé que había irrumpido en la cita romántica de dos jóvenes enamorados.
Intenté recular intentando hacer el menor ruido posible. No obstante, a mi lobo interno le encanta jugar. Ataco de nuevo con violencia, lo que me hizo perder la concentración y pisar, por error, una rama que crujió bajo mi peso y que me hizo tropezar para caer al suelo, armando un verdadero escándolo.
"Mierda" maldije mientras oía como la pareja se ponía rápidamente en guardia, mientras exigía saber quien andaba espiándoles. "¿Que hago? ¿Huyo o respondo?"
La pareja se había puesto en pie y el hombre bestia esgrimió una peligrosa hacha.
-¡Tranquilos! ¡Vengo en son de paz! - grité intentando que las cosas no se desmadraran demasiado -Al ver un rastro que se alejaba tanto del camino, pensé que había bandidos en los alrededores y vine a investigar.- expliqué mientras alzaba ambas manos para indicarles que no era una amenaza. -Siento haber interrumpido vuestra cita...- me disculpé desviando la mirada completamente rojo de vergüenza.
_______________________________________________________________________________________________________
*: Menciono los efectos de mi habilidad de nivel 0 "Un solo ser" que me da una penalización de -5 en destreza, sabiduría e inteligencia durante la noche y que se manifiesta como si fuera un fuerte dolor de cabeza.
_______________________________________________________________________________________________________
El ocaso se acercaba. Miré, achinando los ojos, como los últimos rayos del sol desaparecían en el horizonte. Y como un cazador que esperaba a su presa, el lobo de mi interior se revolvió buscando salir, provocándome con ella una insufrible jaqueca a la que no conseguía acostumbrarme.*
Me produjo cierta nostalgia el hecho de volver a caminar por aquellos verdes bosques. Habían pasado meses desde que los había abandonado en una situación muy poco favorable. Me había visto forzado a dejar atrás lo poco que había conseguido en mi vida.
"¿Cómo estará Tom? ¿Habrá sobrevivido?" me asaltó aquella pregunta recordando al hombre fornido que se había encargado de mi en Ulmer. "Pase lo que pase, pronto lo averiguaré."
Me quedaban aún algunos días de viaje y aún estaba recuperándome de los efectos de la enfermedad, de la que por fin me había librado, al igual que gran parte de Aerandir. Por todo ello decidí que era momento de tomar un descanso, Ulmer no se iba a mover de donde estaba.
Me aparté a un lado del camino y comencé a sacar algunas de mis provisiones, en el viaje de vuelta las cosas me habían ido bastante bien, por fin el ayudar a la gente daba beneficios en forma de alimentos. Monté un improvisado campamento y me permití relajarme apoyando mi cuerpo contra un árbol cercano.
-¡Au! - exclamé al notar como la funda de la espada me oprimía la columna vertebral, consecuencias de llevarla ceñida a la espalda. -Estaré tonto...- me quité la espada de la espalda y la deje en el suelo. -Un momento.
Quedé en silencio y miré detenidamente el camino. Pisadas. Me levanté y me acerqué al hallazgo. Las pisadas pertenecían a dos personas y se salían del camino.
"¿Un grupo de asaltantes? ¿Suelen emboscar a la gente aqui?" fue lo primero que se me vino a la cabeza.
Volví a por la espada y volví a ceñirmela a la espalda. La desenfundé y comencé a seguir el rastro.
En verdad, no pensé mucho en aquella situación. Después de tanto tiempo, se me había quedado la manía de ir con la boca tapada con una venda, lo que me daba un aire de asaltante, algo de lo que no era consciente en aquellos momentos.
Me tuve que sobreponer, con grandes esfuerzos, a mi jaqueca para poder seguir correctamente el rastro. Este no me llevó muy lejos. En seguida encontré un pequeño claro en el que brillaba un fuerte fuego. Me acerqué más y vi como una mujer yacía junto a un hombre con rasgos felinos. Vi como la mujer hablaba ensimismada mientras alzaba la mano como queriendo atrapar las luciérnagas que rondaban por el bosque.
"Mmm... creo que me he metido donde no me llaman..." pensé al instante ruborizándome por completo. Obviamente pensé que había irrumpido en la cita romántica de dos jóvenes enamorados.
Intenté recular intentando hacer el menor ruido posible. No obstante, a mi lobo interno le encanta jugar. Ataco de nuevo con violencia, lo que me hizo perder la concentración y pisar, por error, una rama que crujió bajo mi peso y que me hizo tropezar para caer al suelo, armando un verdadero escándolo.
"Mierda" maldije mientras oía como la pareja se ponía rápidamente en guardia, mientras exigía saber quien andaba espiándoles. "¿Que hago? ¿Huyo o respondo?"
La pareja se había puesto en pie y el hombre bestia esgrimió una peligrosa hacha.
-¡Tranquilos! ¡Vengo en son de paz! - grité intentando que las cosas no se desmadraran demasiado -Al ver un rastro que se alejaba tanto del camino, pensé que había bandidos en los alrededores y vine a investigar.- expliqué mientras alzaba ambas manos para indicarles que no era una amenaza. -Siento haber interrumpido vuestra cita...- me disculpé desviando la mirada completamente rojo de vergüenza.
_______________________________________________________________________________________________________
*: Menciono los efectos de mi habilidad de nivel 0 "Un solo ser" que me da una penalización de -5 en destreza, sabiduría e inteligencia durante la noche y que se manifiesta como si fuera un fuerte dolor de cabeza.
Ircan
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 466
Nivel de PJ : : 4
Un invitado inesperado
A pesar de que ya había visto diversas ilustraciones de los barcos que surcaban los océanos, lo mas cercano que he visualizado en la realidad son las canoas que utilizan los humanos para surcar el Rio Tymer. -En realidad, no conozco Dundarak, pero he escuchado que tienen un puerto que conecta con Lunargenta y Beltrexus. Me gusta la idea de subirme a un barco, nunca antes lo he hecho.- dije mientras miraba hacia arriba, fingiendo observar el cielo cuando en realidad solo veía las copas de los arboles. Dicen que es un lugar agitado, cajas van y vienen, el dinero apesta al pasar por tantas manos. Dinero sucio, literalmente...
Astrid Leggiend me dijo que se llamaba. Tambien que viene del norte, mas me pregunto que tan al norte. La mayoria de los que habitan esa zona siempre cargan abrigos gigantes hechos de piel debido al frio, no puedo imaginarme usando uno de esos... Que incomodo. Sin embargo me gustaba su actitud, el haber decidido irse a buscar aventuras en lugar de vivir comoda con sus hermanos. Era interesante escuchar su historia, iba a preguntarle mas sobre esta pero ese pequeño detalle... Aun no puedo sacarmelo de la cabeza. La mire fijamente a los ojos justo despues de que intentara agarrar aquel trozo de carne con sus propias manos, osea, es sentido comun el temerle al fuego. Sin embargo, no me atrevi a decirle nada al ver como me traia la cena. A pesar de que hace poco habia comido, en ese momento sentia un hambre fatal que me estaba consumiendo por dentro y ya no podia esperar para degustar aquella carne que Astrid estaba cocinando.
Siempre me ha fastidiado que me hablen cuando como, por eso ni recuerdo la pregunta que me hizo en aquel momento, sobre si habia visto algo, asi que simplemente la mire a los ojos y segui comiendo como si nadia hubiese pasado. Cuando me encontre satisfecho simplemente me volvi a recostar en el suelo, usando mis botas como almohada. Hubo un silencio eterno, de esos incomodos en el que escuchas cada detalle de tu alrededor como los riachuelos, los grillos o las brasas, el ambiente se habia preparado para aquella pregunta, lo que me extraño es que lo dijo de una manera directa, sin rodeos y sin miedo.
-Si te refieres a los orígenes de mi raza, pues no lo se.- Quizás aparentaba que decía una mentira, pero la verdad es que no tenia ni idea. -No es algo que nos enseñen cuando somos pequeños en nuestra aldea. Quizá Deonis lo sepa, ella es la líder de nuestro reino. Es muy sabia, aunque no me gusta el camino que toma.- dije mientras recordaba lo que me enseñaron sobre ella, que escuchaba a los espíritus y demás... - La verdad nunca me he interesado en conocer nuestros orígenes- agregue mientras me revolcaba en el suelo tratando de encontrar una posición que me fuera cómoda. -Sin embargo, quiero preguntarte algo... Hace rato, trataste de agarrar la comida que estaba en la fogata con tus manos, acaso...- interrumpí mi frase y me alerte por un inusual sonido.
-Silencio- le susurre a Astrid. Empece a mover mi oreja para adivinar de donde venia el sonido. -Cracks- escuche, en ese momento deslicé mi mano por el mango de mi Tomahawk y me levante con una media vuelta, de esas que hacen los gatos cuando los arrojas boca arriba y caen de pie. -Maldita sea, deje mi otra hacha en el piso- dije en voz baja mientras me colocaba en posición de combate.
-¡¿Quien anda ahi?!- grite con una voz fuerte tratando de intimidar a aquella persona. Vi como se acercaba con las manos arriba y nos explicaba la razón de su aparición. -Es una deducción lógica el pensar que hay bandidos en los alrededores- le dije, sin embargo no pude evitar sentirme incomodo cuando pensó que estaba en una cita con Astrid. -No es una cita- dije mientras me sentaba. -Simplemente coincidimos por el camino. ¿Carne?- le ofrecí algo de comida para cambiar el tema rápidamente, aunque quizás fue una acto de mucha confianza para alguien que apenas acababa de conocer.
-Tienes pinta de venir de muy lejos- le dije cuando los tres estábamos alrededor de la fogata. -¿Alguna novedad?-
Astrid Leggiend me dijo que se llamaba. Tambien que viene del norte, mas me pregunto que tan al norte. La mayoria de los que habitan esa zona siempre cargan abrigos gigantes hechos de piel debido al frio, no puedo imaginarme usando uno de esos... Que incomodo. Sin embargo me gustaba su actitud, el haber decidido irse a buscar aventuras en lugar de vivir comoda con sus hermanos. Era interesante escuchar su historia, iba a preguntarle mas sobre esta pero ese pequeño detalle... Aun no puedo sacarmelo de la cabeza. La mire fijamente a los ojos justo despues de que intentara agarrar aquel trozo de carne con sus propias manos, osea, es sentido comun el temerle al fuego. Sin embargo, no me atrevi a decirle nada al ver como me traia la cena. A pesar de que hace poco habia comido, en ese momento sentia un hambre fatal que me estaba consumiendo por dentro y ya no podia esperar para degustar aquella carne que Astrid estaba cocinando.
Siempre me ha fastidiado que me hablen cuando como, por eso ni recuerdo la pregunta que me hizo en aquel momento, sobre si habia visto algo, asi que simplemente la mire a los ojos y segui comiendo como si nadia hubiese pasado. Cuando me encontre satisfecho simplemente me volvi a recostar en el suelo, usando mis botas como almohada. Hubo un silencio eterno, de esos incomodos en el que escuchas cada detalle de tu alrededor como los riachuelos, los grillos o las brasas, el ambiente se habia preparado para aquella pregunta, lo que me extraño es que lo dijo de una manera directa, sin rodeos y sin miedo.
-Si te refieres a los orígenes de mi raza, pues no lo se.- Quizás aparentaba que decía una mentira, pero la verdad es que no tenia ni idea. -No es algo que nos enseñen cuando somos pequeños en nuestra aldea. Quizá Deonis lo sepa, ella es la líder de nuestro reino. Es muy sabia, aunque no me gusta el camino que toma.- dije mientras recordaba lo que me enseñaron sobre ella, que escuchaba a los espíritus y demás... - La verdad nunca me he interesado en conocer nuestros orígenes- agregue mientras me revolcaba en el suelo tratando de encontrar una posición que me fuera cómoda. -Sin embargo, quiero preguntarte algo... Hace rato, trataste de agarrar la comida que estaba en la fogata con tus manos, acaso...- interrumpí mi frase y me alerte por un inusual sonido.
-Silencio- le susurre a Astrid. Empece a mover mi oreja para adivinar de donde venia el sonido. -Cracks- escuche, en ese momento deslicé mi mano por el mango de mi Tomahawk y me levante con una media vuelta, de esas que hacen los gatos cuando los arrojas boca arriba y caen de pie. -Maldita sea, deje mi otra hacha en el piso- dije en voz baja mientras me colocaba en posición de combate.
-¡¿Quien anda ahi?!- grite con una voz fuerte tratando de intimidar a aquella persona. Vi como se acercaba con las manos arriba y nos explicaba la razón de su aparición. -Es una deducción lógica el pensar que hay bandidos en los alrededores- le dije, sin embargo no pude evitar sentirme incomodo cuando pensó que estaba en una cita con Astrid. -No es una cita- dije mientras me sentaba. -Simplemente coincidimos por el camino. ¿Carne?- le ofrecí algo de comida para cambiar el tema rápidamente, aunque quizás fue una acto de mucha confianza para alguien que apenas acababa de conocer.
-Tienes pinta de venir de muy lejos- le dije cuando los tres estábamos alrededor de la fogata. -¿Alguna novedad?-
Apocks
Aprendiz
Aprendiz
Cantidad de envíos : : 13
Nivel de PJ : : 0
Re: Tanteando nuevos terrenos [CERRADO]
En su cabeza se imaginó grandes barcos surcando las feroces aguas mientras los que se encontraban en ellos se movían de un lado a otro casi perdiendo el equilibrio, o así le había explicado su padre los viajes en barco. No sabía si siempre sería así de grave los viajes en barco pero de solo pensar que si ella se montase en uno de esos acabaría tirada en el piso mareada. Con la imagen del barco moviéndose y las olas más altas que éste provocó que Astrid se marease un poco ella sola. Agradeció que ya estaba en el suelo y solo con cerrar los ojos ya se recuperaba un poco. Estaba en mitad de un bosque, no en el mar.
Escuchó atenta la explicación de Apocks y se reincorporó un poco pensativa. -En nuestra tribu se recuerda de dónde venimos... Las grandes leyendas se cuentan de generación en generación... Mis abuelos se las contaban a mis padres, mis padres a mis hermanos y a mi y si en un futuro muy muy lejano yo tuviera descendencia se lo contaría- Explicó sonriendo levemente siguiendo una luciernaga que pasaba por delante de ella. -Los líderes de mi tribu siempre son los ancianos o los hombres que hacen grandes hazañas por la tribu- Cuando le dijo que le quería preguntar algo, Astrid, se volvió a girar quedándose tumbada en el suelo y ante la explicación sobre acercar sus manos al fuego su cuerpo entero se tensó. “Oh mierda...” Pensó para si misma y en su cabeza intentó explicar alguna excusa pero el sonido que rompió la frase de Apocks hizo que se pusiera en alerta. -¿Qué ha sido eso?- Susurró mirando a Apocks mientras cogía una piedra y él su tomahawk.
Se había dejado la espada al otro lado del fuego. Se acordó de la frase de su padre de que nunca dejara su arma demasiado lejos por si algún peligro aparecía de repente. “Tuve que haber prestado más atención a los consejos de mi padre” Pensó suspirando y dio un pequeño paso hacia atrás. Miró atentamente por donde Apocks había gritado. Alzó la piedra y entre los arbustos salió una persona con las manos en alto y luego miró a Apocks mientras hablaban sobre una “cita”. Para el vocabulario de Astrid aquella palabra no tenía un significado coherente, las personas que se enamoraban iban directamente al matrimonio o eran matrimonios concertados para unir a dos familias dentro de la tribu.
-¿Bandidos? ¿Hay bandidos por aquí?- Preguntó y se fue casi de un salto a su bolsa sacando un trozo de papel. -Esa vieja me engañó... Dijo que este lugar era seguro- Murmuró arrugando el papel y lo tiró a la hoguera. El papel mientras se quemaba dejaba ver un mapa bastante rudimentario de los bosques. -Bueno, si no eres tú un bandido, ni nosotros somos bandidos... Puedes quedarte a comer algo, del “bicho” que cazó Apocks va a sobrar bastante solo para nosotros dos- Se sentó junto a su espada, esta vez por si algo así ocurría de repente y luego miró a ambos individuos delante de ella. -Yo soy Astrid... y una pregunta... ¿Qué es una cita?- Preguntó mirando sobre todo a Apocks para que le respondiera la duda de vocabulario. Se colocó bien el vestido y se echó el cabello hacia un lado.
Se quedó unos segundos pensativa ante qué podía ser el significado de “cita”. Dejó delante de ella la espada y luego miró al fuego. Se percató de que antes de que aquella persona irrumpiera, Apocks casi le pregunta sobre el accidente de coger la carne del fuego. Al pensar que su verdadero ser pudiera salir a la luz la ponía algo tensa. No es que se sintiera mal con ser dragón, sino que no quería estar sola en aquel viaje y las últimas personas que se acercaron a ella y vieron su verdadero ser salieron corriendo asustados y uno casi la mata. Al recordar el suceso pasó la palma de la mano sobre su muslo por encima del vestido.
Se mordió inconscientemente el labio al pensar que ellos pudieran pensar lo mismo que los otros dos la hacía sentir que seguramente en la mañana se quedaría sola de nuevo o algo peor, que la atacaran al pensar que podría hacer daño.
Escuchó atenta la explicación de Apocks y se reincorporó un poco pensativa. -En nuestra tribu se recuerda de dónde venimos... Las grandes leyendas se cuentan de generación en generación... Mis abuelos se las contaban a mis padres, mis padres a mis hermanos y a mi y si en un futuro muy muy lejano yo tuviera descendencia se lo contaría- Explicó sonriendo levemente siguiendo una luciernaga que pasaba por delante de ella. -Los líderes de mi tribu siempre son los ancianos o los hombres que hacen grandes hazañas por la tribu- Cuando le dijo que le quería preguntar algo, Astrid, se volvió a girar quedándose tumbada en el suelo y ante la explicación sobre acercar sus manos al fuego su cuerpo entero se tensó. “Oh mierda...” Pensó para si misma y en su cabeza intentó explicar alguna excusa pero el sonido que rompió la frase de Apocks hizo que se pusiera en alerta. -¿Qué ha sido eso?- Susurró mirando a Apocks mientras cogía una piedra y él su tomahawk.
Se había dejado la espada al otro lado del fuego. Se acordó de la frase de su padre de que nunca dejara su arma demasiado lejos por si algún peligro aparecía de repente. “Tuve que haber prestado más atención a los consejos de mi padre” Pensó suspirando y dio un pequeño paso hacia atrás. Miró atentamente por donde Apocks había gritado. Alzó la piedra y entre los arbustos salió una persona con las manos en alto y luego miró a Apocks mientras hablaban sobre una “cita”. Para el vocabulario de Astrid aquella palabra no tenía un significado coherente, las personas que se enamoraban iban directamente al matrimonio o eran matrimonios concertados para unir a dos familias dentro de la tribu.
-¿Bandidos? ¿Hay bandidos por aquí?- Preguntó y se fue casi de un salto a su bolsa sacando un trozo de papel. -Esa vieja me engañó... Dijo que este lugar era seguro- Murmuró arrugando el papel y lo tiró a la hoguera. El papel mientras se quemaba dejaba ver un mapa bastante rudimentario de los bosques. -Bueno, si no eres tú un bandido, ni nosotros somos bandidos... Puedes quedarte a comer algo, del “bicho” que cazó Apocks va a sobrar bastante solo para nosotros dos- Se sentó junto a su espada, esta vez por si algo así ocurría de repente y luego miró a ambos individuos delante de ella. -Yo soy Astrid... y una pregunta... ¿Qué es una cita?- Preguntó mirando sobre todo a Apocks para que le respondiera la duda de vocabulario. Se colocó bien el vestido y se echó el cabello hacia un lado.
Se quedó unos segundos pensativa ante qué podía ser el significado de “cita”. Dejó delante de ella la espada y luego miró al fuego. Se percató de que antes de que aquella persona irrumpiera, Apocks casi le pregunta sobre el accidente de coger la carne del fuego. Al pensar que su verdadero ser pudiera salir a la luz la ponía algo tensa. No es que se sintiera mal con ser dragón, sino que no quería estar sola en aquel viaje y las últimas personas que se acercaron a ella y vieron su verdadero ser salieron corriendo asustados y uno casi la mata. Al recordar el suceso pasó la palma de la mano sobre su muslo por encima del vestido.
Se mordió inconscientemente el labio al pensar que ellos pudieran pensar lo mismo que los otros dos la hacía sentir que seguramente en la mañana se quedaría sola de nuevo o algo peor, que la atacaran al pensar que podría hacer daño.
- OFF:
- Siento la tardanza, me fui de vacaciones a mitad de la sierra y justo cuando llegué el Wi-Fi se había roto xD
Astrid Leggiend
Experto
Experto
Cantidad de envíos : : 84
Nivel de PJ : : 0
Re: Tanteando nuevos terrenos [CERRADO]
Las reacciones de ambos fueron un poco dispares, y gracias a los dioses, bastante tranquilas.
-Si bueno, no está de más ser preca...
La chica me cortó alarmada, preguntando si había bandidos, y diciendo no se que de una vieja que la había engañado; para luego lanzar al fuego lo que parecía ser un mapa.
-¿Por qué quemas el mapa? - pregunté mirándola un poco perplejo sin entender mi bien porque lanzaban un mapa a la hoguera para alimentar las llamas.
Luego vino la respuesta, de una forma que indicaba algo de nerviosismo o incomodidad, por porte del hombre-besia. Asi pues no entendía otro motivo por el cual un hombre y una mujer durmieran juntos mirando las estrellas.
"¿Tendrán una profunda amistad" pensé estudiando a ambos detenidamente con la mirada.
-Bueno, siento haberme precipitado en mi deducción. - me disculpe con sinceridad, no quería empezar con mal pie estando sólo en un bosque. -¡Oh! Sí, muchas gracias. - accedí y agradecí con una sonrisa el ofrecimiento mientras me sentaba al rededor de la hoguera. -Por cierto, me llamo Ircan. Un placer conoceros.
Tomé el trozo de carne que me ofrecían y le di un mordisco antes de responder a mis curiosos acompañantes. Tanto mi estomago como el lobo de mi interior necesitaban calmarse con algo de comida.
-Bueno, de bastante lejos, me he cruzado el maldito mundo. Pero la mitad del tiempo he estado inconsciente. -pegué otro mordisco a la carne antes de proseguir. -Bueno, novedades... supongo que los efectos de la pandemia seguirán haciendo sus estragos durante un tiempo. La gente tardará en volver a la normalidad, bueno en verdad, todos nosotros. -añadí quedando con un aspecto sombrío al decir el "nosotros" debido a las experiencias que había vivido.
Por suerte la inocente, a la par que sorprendente, pregunta de la chica me salvo de seguir contando mis males.
-Una cita es... -enuncié mientras intentaba elegir bien las palabras. -Es cuando dos personas pues se reúnen a solas para hacer cosas intimas o pasar un momento intimo. -miré a mis compañero y me encogí de hombros. No se me daba muy bien aquello, puesto que nunca había tenido una. -Supongo que es una de las fases del cortejo, ponerse cariñoso con el otro.
Rápidamente pegué otro mordisco al trozo de carne para evitar seguir hablando y meter más la pata.
-¿Y voshotrhos? ¿Que os trhae por ahquí? -pregunté mientras tragaba lo que tenía en la boca.
-Si bueno, no está de más ser preca...
La chica me cortó alarmada, preguntando si había bandidos, y diciendo no se que de una vieja que la había engañado; para luego lanzar al fuego lo que parecía ser un mapa.
-¿Por qué quemas el mapa? - pregunté mirándola un poco perplejo sin entender mi bien porque lanzaban un mapa a la hoguera para alimentar las llamas.
Luego vino la respuesta, de una forma que indicaba algo de nerviosismo o incomodidad, por porte del hombre-besia. Asi pues no entendía otro motivo por el cual un hombre y una mujer durmieran juntos mirando las estrellas.
"¿Tendrán una profunda amistad" pensé estudiando a ambos detenidamente con la mirada.
-Bueno, siento haberme precipitado en mi deducción. - me disculpe con sinceridad, no quería empezar con mal pie estando sólo en un bosque. -¡Oh! Sí, muchas gracias. - accedí y agradecí con una sonrisa el ofrecimiento mientras me sentaba al rededor de la hoguera. -Por cierto, me llamo Ircan. Un placer conoceros.
Tomé el trozo de carne que me ofrecían y le di un mordisco antes de responder a mis curiosos acompañantes. Tanto mi estomago como el lobo de mi interior necesitaban calmarse con algo de comida.
-Bueno, de bastante lejos, me he cruzado el maldito mundo. Pero la mitad del tiempo he estado inconsciente. -pegué otro mordisco a la carne antes de proseguir. -Bueno, novedades... supongo que los efectos de la pandemia seguirán haciendo sus estragos durante un tiempo. La gente tardará en volver a la normalidad, bueno en verdad, todos nosotros. -añadí quedando con un aspecto sombrío al decir el "nosotros" debido a las experiencias que había vivido.
Por suerte la inocente, a la par que sorprendente, pregunta de la chica me salvo de seguir contando mis males.
-Una cita es... -enuncié mientras intentaba elegir bien las palabras. -Es cuando dos personas pues se reúnen a solas para hacer cosas intimas o pasar un momento intimo. -miré a mis compañero y me encogí de hombros. No se me daba muy bien aquello, puesto que nunca había tenido una. -Supongo que es una de las fases del cortejo, ponerse cariñoso con el otro.
Rápidamente pegué otro mordisco al trozo de carne para evitar seguir hablando y meter más la pata.
-¿Y voshotrhos? ¿Que os trhae por ahquí? -pregunté mientras tragaba lo que tenía en la boca.
Ircan
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 466
Nivel de PJ : : 4
Historia
Todo aparentaba que el hombre venia en son de paz ya que acepto a sentarse con nosotros a conversar. Me estire para coger mi otra hacha sin moverme del lugar en donde estaba sentado. -¡¿Era ese mi mapa?!- exclame cuando vi que Astrid lanzaba aquel trozo de tela muy parecido al que había comprado. -En fin, no servia para nada.- añadí para que no se sintiera culpable.
-Soy Apo, el placer es mio.- respondí amablemente a su introducción. No pude evitar la curiosidad cuando dijo que recorrió medio mundo inconsciente. -¿Acaso recorriste el mundo totalmente embriagado?- dije en tono de broma. -Ah si, la pandemia, espero estés mejor, por suerte yo no resulte afectado, siempre ando rondando los bosques evitando un poco a la gente.- le dije.
-Básicamente eso es una cita- añadí señalando a Ircan. -Y no estamos teniendo una, simplemente nos encontramos por casualidad, como te acaba de pasar con nosotros.- Di un buen mordisco a mi comida que ya se estaba enfriando. -Pues yo voy de camino a Dundarak, pero me perdí. Compre aquel mapa pero al parecer me estafaron y termine aquí, en lo que parece alguna vez hubo un poblado.- dije mientras miraba el camino. -Creo que por allí se llega...- añadí pensativo.
-Mi viaje no salio como había planeado, ahora tengo dos posibles acompañantes para mañana- Pense. Estoy acostumbrado a estar solo y al mirarlo a ambos ya siento que no pertenezco al grupo. Esto parece un cuento, el joven humano aventurero que viene en busca de la princesa raptada por la bestia. -Ja!- No pude evitar soltar una risa y vi como los dos se me quedaron mirando atontados. -Disculpen, me estaba acordando de algo- trate de disimular. -Partiré mañana a primera hora- dije mientras señalaba la tienda -Si quieren pueden usar aquella tienda que arme-. Si, use plural ya que la gente no esta acostumbrada a compartir espacios con los de mi tipo, aunque quizá parezca descortés
Me volví a recostar en la grama, un poco húmeda por cierto a pesar de que la fogata llevaba rato encendida. Me cruce de brazos mirando hacia arriba, esperando a ver si Astrid revelaba un poco mas de su historia.
-Soy Apo, el placer es mio.- respondí amablemente a su introducción. No pude evitar la curiosidad cuando dijo que recorrió medio mundo inconsciente. -¿Acaso recorriste el mundo totalmente embriagado?- dije en tono de broma. -Ah si, la pandemia, espero estés mejor, por suerte yo no resulte afectado, siempre ando rondando los bosques evitando un poco a la gente.- le dije.
-Básicamente eso es una cita- añadí señalando a Ircan. -Y no estamos teniendo una, simplemente nos encontramos por casualidad, como te acaba de pasar con nosotros.- Di un buen mordisco a mi comida que ya se estaba enfriando. -Pues yo voy de camino a Dundarak, pero me perdí. Compre aquel mapa pero al parecer me estafaron y termine aquí, en lo que parece alguna vez hubo un poblado.- dije mientras miraba el camino. -Creo que por allí se llega...- añadí pensativo.
-Mi viaje no salio como había planeado, ahora tengo dos posibles acompañantes para mañana- Pense. Estoy acostumbrado a estar solo y al mirarlo a ambos ya siento que no pertenezco al grupo. Esto parece un cuento, el joven humano aventurero que viene en busca de la princesa raptada por la bestia. -Ja!- No pude evitar soltar una risa y vi como los dos se me quedaron mirando atontados. -Disculpen, me estaba acordando de algo- trate de disimular. -Partiré mañana a primera hora- dije mientras señalaba la tienda -Si quieren pueden usar aquella tienda que arme-. Si, use plural ya que la gente no esta acostumbrada a compartir espacios con los de mi tipo, aunque quizá parezca descortés
Me volví a recostar en la grama, un poco húmeda por cierto a pesar de que la fogata llevaba rato encendida. Me cruce de brazos mirando hacia arriba, esperando a ver si Astrid revelaba un poco mas de su historia.
Apocks
Aprendiz
Aprendiz
Cantidad de envíos : : 13
Nivel de PJ : : 0
Re: Tanteando nuevos terrenos [CERRADO]
Meditando en la definición de lo que era una cita, Astrid se le subieron los colores al saber que Ircan había pensado eso de ella y de Apocks. Negó rápidamente y puso su atención en la hoguera que seguía manteniendo el ambiente cálido. Ajena a la conversación que estaban teniendo ambos sobre el rumbo que tomaban, la joven dragona se iba de nuevo a su mundo de pensamientos ¿A dónde iría ella ahora? ¿Volvería a ir sin rumbo sola? Esperaba que alguno de los presentes le ofreciera acompañarle y por lo menos podría entablar conversación mientras recorría mundo. Soltó un leve suspiro cerrando los ojos. Alzó las rodillas para rodearlas con sus brazos y apoyar la cabeza en ellas mientras su pequeña cabeza no paraba de rondar aquella idea de seguir sola o por la fortuna de los ancestros alguno de los hombres que estaban delante de ella le pediría que fuera su acompañante. Abrió los ojos posando su vista en los troncos que se consumían lentamente.
Ante la risa de Apocks, que no se esperaba, hizo que diera un pequeño brinco en el sitio con el corazón casi saliendo de su boca ¿A qué había venido eso? Se llevó la mano al pecho para calmarse un poco. “Partirá” Pensó cuando Apocks habló después de aquello y bajó la mirada cabizbaja haciendo una pequeña mueca triste con los labios durante unos segundos. -Creo que iré a descansar... Demasiadas emociones en un solo día... Gracias- Tardó en decir aquello último ya que lo usó como despedida para ambos. Sus sospechas se hacían realidad, solo estaban de paso. Miró a Ircan y luego a Apocks y realizó un pequeño gesto con la cabeza para ambos agradecida y, tras coger su espada, se encaminó lentamente hacia la tienda que había arreglado Apocks. Seguro que si hubiera dormido en la que ella montón se hubiera acabado cayendo seguramente. Dejó la espada a un lado y moviendo un poco la tela de la tienda se ocultó dentro.
Se quitó la tiara y la dejó junto a la espada. Lentamente se fue tumbando y se acurrucó a un lado de la tienda por si alguno más fuera a dormir aquella noche. De repente su corazón se aceleró al recordar el incidente con sus compañeros anteriores. Se mordió el labio mientras sus ojos se llenaban de lágrimas y caían lentamente por su rostro hasta la base de su brazo que usaba como almohada. Pero el sueño fue mucho más fuerte que el propio miedo de la dragona y en poco se quedó dormida con algún rastro de las lágrimas en sus mejillas. Abrió los ojos de golpe ¿dónde estaba? ¿seguía en la cabaña? Salió fuera rápidamente pero no encontró a nadie. Ni siquiera estaba la fogata que habían hecho ¿un sueño? ¿o una pesadilla? Negó cerrando los ojos y, con un suave suspiro, su cuerpo comenzó a emitir calor. -¿Qué me está pasando?- Se preguntó mientras miraba sus manos comenzar a arder. Dio un pequeño brinco y del propio susto su forma de dragón salió a la luz.
En ese momento, sin que ella se hubiera dado cuenta aparecieron varias personas delante de ella. Varios ciudadanos que conoció en lugares de paso durante su viaje y a sus recientes compañeros de “acampada”. Abrió la boca para gritar sus nombres pero solo salieron rugidos que asustaron a la muchedumbre. En cuanto los terceros lanzaron un ataque hacia ella, Astrid, despertó de la pesadilla. Se encontraba en la tienda, de nuevo, pero esta vez tenía el cabello alborotado y sudaba un poco. Su corazón palpitaba con tanta fuerza que creía que se le iba a salir del pecho. Al no saber si era de nuevo un sueño, se mordió un poco el dedo índice y al ver que sangraba y le dolía supo que estaba en el mundo real. No supo cuánto había dormido o si estaba sola o seguía acompañada, la pesadilla la había desorientado un poco. Se acercó al trozo de tela que la ocultaba dentro de la tienda y lentamente lo deslizó para descubrir el exterior y ver si sus peores pensamientos se habían hecho realidad.
Ante la risa de Apocks, que no se esperaba, hizo que diera un pequeño brinco en el sitio con el corazón casi saliendo de su boca ¿A qué había venido eso? Se llevó la mano al pecho para calmarse un poco. “Partirá” Pensó cuando Apocks habló después de aquello y bajó la mirada cabizbaja haciendo una pequeña mueca triste con los labios durante unos segundos. -Creo que iré a descansar... Demasiadas emociones en un solo día... Gracias- Tardó en decir aquello último ya que lo usó como despedida para ambos. Sus sospechas se hacían realidad, solo estaban de paso. Miró a Ircan y luego a Apocks y realizó un pequeño gesto con la cabeza para ambos agradecida y, tras coger su espada, se encaminó lentamente hacia la tienda que había arreglado Apocks. Seguro que si hubiera dormido en la que ella montón se hubiera acabado cayendo seguramente. Dejó la espada a un lado y moviendo un poco la tela de la tienda se ocultó dentro.
Se quitó la tiara y la dejó junto a la espada. Lentamente se fue tumbando y se acurrucó a un lado de la tienda por si alguno más fuera a dormir aquella noche. De repente su corazón se aceleró al recordar el incidente con sus compañeros anteriores. Se mordió el labio mientras sus ojos se llenaban de lágrimas y caían lentamente por su rostro hasta la base de su brazo que usaba como almohada. Pero el sueño fue mucho más fuerte que el propio miedo de la dragona y en poco se quedó dormida con algún rastro de las lágrimas en sus mejillas. Abrió los ojos de golpe ¿dónde estaba? ¿seguía en la cabaña? Salió fuera rápidamente pero no encontró a nadie. Ni siquiera estaba la fogata que habían hecho ¿un sueño? ¿o una pesadilla? Negó cerrando los ojos y, con un suave suspiro, su cuerpo comenzó a emitir calor. -¿Qué me está pasando?- Se preguntó mientras miraba sus manos comenzar a arder. Dio un pequeño brinco y del propio susto su forma de dragón salió a la luz.
En ese momento, sin que ella se hubiera dado cuenta aparecieron varias personas delante de ella. Varios ciudadanos que conoció en lugares de paso durante su viaje y a sus recientes compañeros de “acampada”. Abrió la boca para gritar sus nombres pero solo salieron rugidos que asustaron a la muchedumbre. En cuanto los terceros lanzaron un ataque hacia ella, Astrid, despertó de la pesadilla. Se encontraba en la tienda, de nuevo, pero esta vez tenía el cabello alborotado y sudaba un poco. Su corazón palpitaba con tanta fuerza que creía que se le iba a salir del pecho. Al no saber si era de nuevo un sueño, se mordió un poco el dedo índice y al ver que sangraba y le dolía supo que estaba en el mundo real. No supo cuánto había dormido o si estaba sola o seguía acompañada, la pesadilla la había desorientado un poco. Se acercó al trozo de tela que la ocultaba dentro de la tienda y lentamente lo deslizó para descubrir el exterior y ver si sus peores pensamientos se habían hecho realidad.
Astrid Leggiend
Experto
Experto
Cantidad de envíos : : 84
Nivel de PJ : : 0
Re: Tanteando nuevos terrenos [CERRADO]
Mis compañeros no estaban muy conversadores, sobretodo la mujer, supuse que su viaje hasta allí les había consumido más energías de las que disponían. La mujer fue la primera en retirarse, parecía incluso que se sentía mal, pero antes de que pudiera preguntarle ésta ya se había metido en la cabaña, añuedandose por tanto de la misma. Vi como Apocks también se recostaba en el suelo, y me pareció ver ciertos signos de cansancio.
-Descansa. Yo haré la primera guardia.- le dije y antes de que replicará añadí. -Si vas a partir a primera hora de la mañana, creo que no deberías hacer el primer turno.
El hombre bestia asintió y me dejó la primera guardia.
Alimenté el fuego con algunas ramitas que había cercanas para entretenerme, mientras en el improvisado campamento reinaba el silencio, que sólo era interrumpido por el crepitar de las llamas.
"¿Cuanto ha pasado desde que llegue por primera vez a estos bosques?" me pregunté mientras observaba el oscuro y boscoso escenario que se abría ante mi. "Parece que fue ayer, pero han pasado tantas cosas...."
Removí el juego con un palo para que no se ahogara, mientras volvía a resistir un ataque del lobo que habitaba en mi interior.
"Vamos... están dormidos, ¡vamos a comérnoslos" rugió el lobo saliendo desde mi interior buscando tomar el control.
Me llevé la mano a la cabeza sintiendo el punzado dolor mental que me producían aquellas acometidas.
"Eres... muy pesado..." respondí irritado conteniendolo, todas las noches era igual, disfrutaba atormentándome.
"Algún día caerás..."
"No será hoy..." y sentí como me daba un respiro, pero no sería una paz duradera.
De repente escuche como algo se movía violentamente dentro de la tienda donde había entrado Astrid. Me levanté sigiloso y me acerqué poco a poco a comprobar. Cuando estaba a algunos metros, Astrid asomó curiosa y con un semblante bastante preocupado. Vi como la chica suspiraba al verme como si eso le hubiera quitado un peso de encima.
Sin embargo, escuché otro sonido a nuestras espaldas.
"¿Bandidos?" pensé de inmediato mientras miraba a Astrid cruzando mis labios con un dedo para indicarle silencio.
Astrid me miró con los ojos completamente abiertos sin comprender. Yo llevé lentamente la mano a mi espada que colgaba a mi espalda. La chica me miró de nuevo. ¿Que había en sus ojos? ¿Miedo? Sabía que aquella situación podría mal interpretarse, pero en aquel momento había cosas más importantes. Volví a escuchar otro sonido, me giré rápidamente y ahí estaba el reflejo de una hoja, producido por la luz del fuego, entre los arbustos.
-!Apocks, despierta!- grité al momento. -¡A las armas!
Me agaché presintiendo que iba a ser el objetivo del primer ataqué, y menos mal, pues una flecha paso al momento por el lugar dónde había estado mi pecho.
________________________________________________________________________________________________________
Off:
Bueno aquí traigo algo de acción, espero que os parezca bien, si no me decís y modificó ^^. También decirme alguno de los dos si veis inapropiado la interactuación con vuestros personajes y algún que otro manejo, en el caso de Apokcs no he visto para preguntarte. E intentado seguir con lo que ya habíais puesto.
Como veis nos vamos a enfrentar a un grupo de bandidos, creo que estaría bien un numero de 4-5. Yo suelo usar las runas para determinar mi suerte en el combate, así que si queréis uniros a la practica jajaja
-Descansa. Yo haré la primera guardia.- le dije y antes de que replicará añadí. -Si vas a partir a primera hora de la mañana, creo que no deberías hacer el primer turno.
El hombre bestia asintió y me dejó la primera guardia.
Alimenté el fuego con algunas ramitas que había cercanas para entretenerme, mientras en el improvisado campamento reinaba el silencio, que sólo era interrumpido por el crepitar de las llamas.
"¿Cuanto ha pasado desde que llegue por primera vez a estos bosques?" me pregunté mientras observaba el oscuro y boscoso escenario que se abría ante mi. "Parece que fue ayer, pero han pasado tantas cosas...."
Removí el juego con un palo para que no se ahogara, mientras volvía a resistir un ataque del lobo que habitaba en mi interior.
"Vamos... están dormidos, ¡vamos a comérnoslos" rugió el lobo saliendo desde mi interior buscando tomar el control.
Me llevé la mano a la cabeza sintiendo el punzado dolor mental que me producían aquellas acometidas.
"Eres... muy pesado..." respondí irritado conteniendolo, todas las noches era igual, disfrutaba atormentándome.
"Algún día caerás..."
"No será hoy..." y sentí como me daba un respiro, pero no sería una paz duradera.
De repente escuche como algo se movía violentamente dentro de la tienda donde había entrado Astrid. Me levanté sigiloso y me acerqué poco a poco a comprobar. Cuando estaba a algunos metros, Astrid asomó curiosa y con un semblante bastante preocupado. Vi como la chica suspiraba al verme como si eso le hubiera quitado un peso de encima.
Sin embargo, escuché otro sonido a nuestras espaldas.
"¿Bandidos?" pensé de inmediato mientras miraba a Astrid cruzando mis labios con un dedo para indicarle silencio.
Astrid me miró con los ojos completamente abiertos sin comprender. Yo llevé lentamente la mano a mi espada que colgaba a mi espalda. La chica me miró de nuevo. ¿Que había en sus ojos? ¿Miedo? Sabía que aquella situación podría mal interpretarse, pero en aquel momento había cosas más importantes. Volví a escuchar otro sonido, me giré rápidamente y ahí estaba el reflejo de una hoja, producido por la luz del fuego, entre los arbustos.
-!Apocks, despierta!- grité al momento. -¡A las armas!
Me agaché presintiendo que iba a ser el objetivo del primer ataqué, y menos mal, pues una flecha paso al momento por el lugar dónde había estado mi pecho.
________________________________________________________________________________________________________
Off:
Bueno aquí traigo algo de acción, espero que os parezca bien, si no me decís y modificó ^^. También decirme alguno de los dos si veis inapropiado la interactuación con vuestros personajes y algún que otro manejo, en el caso de Apokcs no he visto para preguntarte. E intentado seguir con lo que ya habíais puesto.
Como veis nos vamos a enfrentar a un grupo de bandidos, creo que estaría bien un numero de 4-5. Yo suelo usar las runas para determinar mi suerte en el combate, así que si queréis uniros a la practica jajaja
Última edición por Ircan el Miér 27 Sep 2017, 18:34, editado 1 vez
Ircan
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 466
Nivel de PJ : : 4
Re: Tanteando nuevos terrenos [CERRADO]
El miembro 'Ircan' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses
'Runas' :
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Resultados :
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
'Runas' :
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Resultados :
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Tyr
Master
Master
Cantidad de envíos : : 2234
Nivel de PJ : : 0
Identidades Reveladas
A pesar que la tierra estaba un poco húmeda y de que la hierba me hacia picar la espalda, ya me sentía cómodo en la posición en que me había recostado. Note como en el ambiente se estaba creando un silencio incomodo que lentamente se iba extendiendo como la peste. Sinceramente ya estaba algo cansado así que no era mi trabajo romper el silencio que ya no era mio, si no de aquellos dos extraños. Dada mi condición de Hombre-Bestia, imagine que Ircan estaba esperando el momento adecuado para cortejar a Astrid, pues este ya se había cerciorado de que no manteníamos relación alguna, sin embargo fue ella la que dio el primer paso en una dirección que no era la que esperaba. Se fue a la tienda. Pense que dormiría afuera conmigo pero veo que se siente mas confiada en aquel lugar.
La verdad no era necesario de que aquel hombre montara guardia, mucho menos que me cuidara. Confió en mis instintos y estos nunca me han fallado a lo largo de mi vida. Es como un sexto sentido, casi podría decir que mis orejas poseen vida propia si no estuvieran pegadas a mi cabeza. Recuerdo una vez que me tendieron una emboscada en pleno bosque cerca de mi aldea. Estaba caminando como rutina habitual cuando instantáneamente se me erizo la piel tal cual como puerco espín a la defensiva, solo para darme cuenta que eran los pequeños de casa tratando de jugarme una mala broma.
Cuando me tocara hacer guardia a mi simplemente me alejaría un poco y me recostaría de nuevo en el piso. No tengo intención de cuidar a nada ni a nadie, sin embargo ante cualquier situación en la que corriera riesgo mi vida, inevitablemente los demás se darían cuenta y entraríamos en acción.
Mi oreja se sacudió cuando noto que el humano se levantaba de su asiento y se dirigía a la tienda. -Sabia que irías- susurre. Me despreocupe viendo las luciérnagas y pensamientos sobre lo infinito del universo inundaron mi mente por un momento, hasta que la calma que había en el ambiente, tan densa que podías sentir el peso de esta recaer sobre ti, fue cortada por aquel grito de Ircan.
Rápidamente me di media vuelta en el piso y permanecí recostado en este, tratando de localizar mis hachas cuando vi que una flecha había caído justo a un lado de la fogata. Casualmente al dirigir mi mirada hacia aquel proyectil, pude ver como el filo de mi hacha resplandecía, casi podía notar que me gritaba que fuera a recogerla. Mire hacia la tienda y que Ircan ya había desenvainado su espada. No pude ver rastro de Astrid así que imagine aun seguía en la tienda. Sin esperar un segundo mas, y aprovechando el agarre que tenia en mis pies, ya que no tenia las botas puestas, di un par de zancadas con mi cuerpo casi en posición horizontal y alcance mi hacha rápidamente solo para darme cuenta que estábamos rodeados.
De una sola ojeada pude detectar a dos hombres tras la hilera de arboles frente a la hoguera y a otro mas en las cercanías de la tienda. ¡Ircan, a tu derecha! grite con fuerzas mientras señalaba una zona con una maleza densa. -Donde diablos esta mi otra hacha!- gritaba en mi mente. Eche un corto vistazo a mi alrededor y lo único que podía tener como ventaja era la fogata. Cuando devolví la vista al frente note como un hombre encapuchado salia de los arbustos corriendo hacia mi con la espada levantada a la altura de su pecho.
Con un movimiento impecable, parecido a una danza, le di una patada a la hoguera, tratando de arrojarle las brasas encima, lo cual no tuvo efecto si se buscaba incendiar al adversario, sin embargo lo pude distraer lo suficiente como para bloquear su ataque con el mango de mi hacha e infligirle un corte en el antebrazo. Le di una patada para alejarlo cuando sentí un intenso dolor en mi pies. Vi como tenia la carne al rojo vivo debido a la quemadura por la fogata. Mientras aquel hombre se levantaba del piso vi como su compañero salio en su ayuda de los arbustos. Supe que mis posibilidades se habían reducido. Dos espadas contra un hacha.
No pude evitar escuchar el sonido de dos armas chocando a mi derecha. Podían ser Ircan o Astrid luchando contra alguien mas. Tenia en mente que aun faltaba por lo menos un bandido, ya que ninguno de los presentes cargaba algún arco, ni tenían un carcaj a sus espaldas. Mis adversarios empezaron a rodearme para tratar de atacarme desde ambos flancos.
-Estoy jodido- pensé. -Les propongo algo- dije tratando de ocultar mi nerviosismo. -Si me permiten buscar mi otra hacha, esto seria un combate justo, si es verdad lo que he escuchado sobre los humanos y su honor, aceptaran sin lugar a dudas-.
Lo que acababa de decir no me lo creía ni yo mismo. Tan solo estaba tratando de crear tiempo para ver si recibía ayuda de mis compañeros, esa misma ayuda que no pensé brindarles durante la guardia...
Uno de los hombres trato de decirme algo pero fue interrumpido por un grito agudo proveniente de la tienda. Todos volteamos a ver y quizás mis ojos me engañaban por la adrenalina del momento, pero juro que vi a Astrid con su espada en manos lista para combatir, solo que su piel tenia un color extraño.
__________________________________________________________________________
Off:
Como dijo el sabio Ircan, si no les parece la interacción con sus personajes, lo podemos arreglar. Use mi habilidad de Objetivo marcado para "localizar" por lo menos a tres bandidos.
La verdad no era necesario de que aquel hombre montara guardia, mucho menos que me cuidara. Confió en mis instintos y estos nunca me han fallado a lo largo de mi vida. Es como un sexto sentido, casi podría decir que mis orejas poseen vida propia si no estuvieran pegadas a mi cabeza. Recuerdo una vez que me tendieron una emboscada en pleno bosque cerca de mi aldea. Estaba caminando como rutina habitual cuando instantáneamente se me erizo la piel tal cual como puerco espín a la defensiva, solo para darme cuenta que eran los pequeños de casa tratando de jugarme una mala broma.
Cuando me tocara hacer guardia a mi simplemente me alejaría un poco y me recostaría de nuevo en el piso. No tengo intención de cuidar a nada ni a nadie, sin embargo ante cualquier situación en la que corriera riesgo mi vida, inevitablemente los demás se darían cuenta y entraríamos en acción.
Mi oreja se sacudió cuando noto que el humano se levantaba de su asiento y se dirigía a la tienda. -Sabia que irías- susurre. Me despreocupe viendo las luciérnagas y pensamientos sobre lo infinito del universo inundaron mi mente por un momento, hasta que la calma que había en el ambiente, tan densa que podías sentir el peso de esta recaer sobre ti, fue cortada por aquel grito de Ircan.
Rápidamente me di media vuelta en el piso y permanecí recostado en este, tratando de localizar mis hachas cuando vi que una flecha había caído justo a un lado de la fogata. Casualmente al dirigir mi mirada hacia aquel proyectil, pude ver como el filo de mi hacha resplandecía, casi podía notar que me gritaba que fuera a recogerla. Mire hacia la tienda y que Ircan ya había desenvainado su espada. No pude ver rastro de Astrid así que imagine aun seguía en la tienda. Sin esperar un segundo mas, y aprovechando el agarre que tenia en mis pies, ya que no tenia las botas puestas, di un par de zancadas con mi cuerpo casi en posición horizontal y alcance mi hacha rápidamente solo para darme cuenta que estábamos rodeados.
De una sola ojeada pude detectar a dos hombres tras la hilera de arboles frente a la hoguera y a otro mas en las cercanías de la tienda. ¡Ircan, a tu derecha! grite con fuerzas mientras señalaba una zona con una maleza densa. -Donde diablos esta mi otra hacha!- gritaba en mi mente. Eche un corto vistazo a mi alrededor y lo único que podía tener como ventaja era la fogata. Cuando devolví la vista al frente note como un hombre encapuchado salia de los arbustos corriendo hacia mi con la espada levantada a la altura de su pecho.
Con un movimiento impecable, parecido a una danza, le di una patada a la hoguera, tratando de arrojarle las brasas encima, lo cual no tuvo efecto si se buscaba incendiar al adversario, sin embargo lo pude distraer lo suficiente como para bloquear su ataque con el mango de mi hacha e infligirle un corte en el antebrazo. Le di una patada para alejarlo cuando sentí un intenso dolor en mi pies. Vi como tenia la carne al rojo vivo debido a la quemadura por la fogata. Mientras aquel hombre se levantaba del piso vi como su compañero salio en su ayuda de los arbustos. Supe que mis posibilidades se habían reducido. Dos espadas contra un hacha.
No pude evitar escuchar el sonido de dos armas chocando a mi derecha. Podían ser Ircan o Astrid luchando contra alguien mas. Tenia en mente que aun faltaba por lo menos un bandido, ya que ninguno de los presentes cargaba algún arco, ni tenían un carcaj a sus espaldas. Mis adversarios empezaron a rodearme para tratar de atacarme desde ambos flancos.
-Estoy jodido- pensé. -Les propongo algo- dije tratando de ocultar mi nerviosismo. -Si me permiten buscar mi otra hacha, esto seria un combate justo, si es verdad lo que he escuchado sobre los humanos y su honor, aceptaran sin lugar a dudas-.
Lo que acababa de decir no me lo creía ni yo mismo. Tan solo estaba tratando de crear tiempo para ver si recibía ayuda de mis compañeros, esa misma ayuda que no pensé brindarles durante la guardia...
Uno de los hombres trato de decirme algo pero fue interrumpido por un grito agudo proveniente de la tienda. Todos volteamos a ver y quizás mis ojos me engañaban por la adrenalina del momento, pero juro que vi a Astrid con su espada en manos lista para combatir, solo que su piel tenia un color extraño.
__________________________________________________________________________
Off:
Como dijo el sabio Ircan, si no les parece la interacción con sus personajes, lo podemos arreglar. Use mi habilidad de Objetivo marcado para "localizar" por lo menos a tres bandidos.
Apocks
Aprendiz
Aprendiz
Cantidad de envíos : : 13
Nivel de PJ : : 0
Identidades Reveladas
El miembro 'Apocks' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses
'Runas' :
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Resultados :
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
'Runas' :
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Resultados :
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Tyr
Master
Master
Cantidad de envíos : : 2234
Nivel de PJ : : 0
Re: Tanteando nuevos terrenos [CERRADO]
Su corazón se fue calmando poco a poco al comprobar que ambos estaban justo donde quería, no en el mal sentido de obligarles a retener su viaje por ella, pero algo en su interior decía que aquella reunión improvisada entre tres desconocidos iba a alargarse más. Suspiró un tanto aliviada pero aún así sentida una pequeña punzada aún en el pecho ¿miedo? ¿dolor? ¿pena? ¿rabia? ¿felicidad? No podía encontrar muy bien alguna palabra para expresar aquello, pero no estaba conforme a la situación. Bajó un poco la vista para otear junto a la hoguera a Apocks que seguía tumbado en el suelo. En el fondo pensaba que quien debería de haber dormido en la tienda hubiera sido él, ya que quien arregló lo que Astrid convirtió en un desastre, fue él. Observó un poco a su alrededor casi en segundos para informarse cuánto había dormido, pero suponía que no mucho. Volvió a suspirar tras coger aire y miró a Ircan, el cual la miró a ella y le señaló que mantuviera silencio. No le gustó aquello ya que siempre significaba que algo no andaba bien.
Ante el grito de Ircan hacia Apocks solo pudo ahogar un grito tapándose con rapidez la boca para no emitir más ruido, aunque ya era en vano. Se volvió a meter en la tienda y miró a todos lados nerviosa, no podía pensar con claridad, la cabeza le estaba dando vueltas sin haber empezado el asunto. Cogió aire y cerró los ojos para calmarse. El sonido de las armas chocar entre sí la advirtió de que sus compañeros de “acampada” estaban en peligro. Cogió su espada y apretó el mango con determinación. Tenía que hacerlo, aunque era buena con el manejo de la espada, tal y como la había entrenado su padre durante muchísimos años, sabía que por el cansancio de la pesadilla haría más daño que dar una solución al conflicto con aquellos bandidos. Salió con determinación de la tienda y miró por un par de segundos a sus compañeros. Ircan agachado evitando una flecha que casi le daba completamente en el pecho y Apocks luchando contra dos, y como era normal de los bandidos siempre en ventaja de condiciones. Con lo que seguramente no contaban sería conque ellos contaban con ella.
Sus labios comenzaron a temblar un poco y su piel se iba volviendo escamosa al pasar de los segundos. Observó la herida de Apocks y se acordó de lo que ella tanto intentó ocultar desde una principio. -No huyáis de mi- Fue lo último que dijo mirando a Apocks, ya que era quien se había percatado de que había salido de la tienda. Lo primero que cambió por completo en ella fueron sus ojos que cambiaron a la apariencia de los ojos de un reptil y de un grito desgarrador y en varios segundos el cuerpo de la joven Astrid se fue transformando en un dragón negro azabache como la noche. Sus alas, cresta y cola mezclaban escamas de color rojizo que parecían tener brillo propio. Con tres metros de largo logró colocarse delante de Ircan cubriéndolo como mejor pudo con su ala por si algún proyectil más iba directo hacia él, mientras que el resto de su cuerpo tomaba una postura erguida y amenazante. El grito desgarrador de Astrid se había convertido en un potente rugido que sacudió los arbustos cercanos a ella.
Era muy consciente de que aquello se podía volver en su contra, aún tenía secuelas, cicatrices de cuando otros intentaron matarla. Ya no había vuelta atrás ¿sería esa la manera que tuvo su sueño de presenciar el futuro? No le quedaba tiempo, tenía que acabar con aquello antes de que alguno de sus compañeros saliera más herido. Con un paso firme pisó lo que quedaba de la hoguera y con la poca luz que daban las pequeñas brasas y las luciérnagas que surcaban sus cabezas, ajenas al combate que se estaba procesando bajo ellas, la atención se la llevó la luz que comenzaba a emitir de las fauces de Astrid. Una luz de color rojizo comenzaba a emanar desde las mismas entrañas de su cuerpo escamoso y poco a poco se iba haciendo más potente. Quien tuviera un mínimo de conocimiento sobre los de su raza, quien se hubiera parado a leer sobre ellos, sabría que Astrid estaba preparando su fuego interior para hacer arder a aquellos bandidos.
Ante el grito de Ircan hacia Apocks solo pudo ahogar un grito tapándose con rapidez la boca para no emitir más ruido, aunque ya era en vano. Se volvió a meter en la tienda y miró a todos lados nerviosa, no podía pensar con claridad, la cabeza le estaba dando vueltas sin haber empezado el asunto. Cogió aire y cerró los ojos para calmarse. El sonido de las armas chocar entre sí la advirtió de que sus compañeros de “acampada” estaban en peligro. Cogió su espada y apretó el mango con determinación. Tenía que hacerlo, aunque era buena con el manejo de la espada, tal y como la había entrenado su padre durante muchísimos años, sabía que por el cansancio de la pesadilla haría más daño que dar una solución al conflicto con aquellos bandidos. Salió con determinación de la tienda y miró por un par de segundos a sus compañeros. Ircan agachado evitando una flecha que casi le daba completamente en el pecho y Apocks luchando contra dos, y como era normal de los bandidos siempre en ventaja de condiciones. Con lo que seguramente no contaban sería conque ellos contaban con ella.
Sus labios comenzaron a temblar un poco y su piel se iba volviendo escamosa al pasar de los segundos. Observó la herida de Apocks y se acordó de lo que ella tanto intentó ocultar desde una principio. -No huyáis de mi- Fue lo último que dijo mirando a Apocks, ya que era quien se había percatado de que había salido de la tienda. Lo primero que cambió por completo en ella fueron sus ojos que cambiaron a la apariencia de los ojos de un reptil y de un grito desgarrador y en varios segundos el cuerpo de la joven Astrid se fue transformando en un dragón negro azabache como la noche. Sus alas, cresta y cola mezclaban escamas de color rojizo que parecían tener brillo propio. Con tres metros de largo logró colocarse delante de Ircan cubriéndolo como mejor pudo con su ala por si algún proyectil más iba directo hacia él, mientras que el resto de su cuerpo tomaba una postura erguida y amenazante. El grito desgarrador de Astrid se había convertido en un potente rugido que sacudió los arbustos cercanos a ella.
Era muy consciente de que aquello se podía volver en su contra, aún tenía secuelas, cicatrices de cuando otros intentaron matarla. Ya no había vuelta atrás ¿sería esa la manera que tuvo su sueño de presenciar el futuro? No le quedaba tiempo, tenía que acabar con aquello antes de que alguno de sus compañeros saliera más herido. Con un paso firme pisó lo que quedaba de la hoguera y con la poca luz que daban las pequeñas brasas y las luciérnagas que surcaban sus cabezas, ajenas al combate que se estaba procesando bajo ellas, la atención se la llevó la luz que comenzaba a emitir de las fauces de Astrid. Una luz de color rojizo comenzaba a emanar desde las mismas entrañas de su cuerpo escamoso y poco a poco se iba haciendo más potente. Quien tuviera un mínimo de conocimiento sobre los de su raza, quien se hubiera parado a leer sobre ellos, sabría que Astrid estaba preparando su fuego interior para hacer arder a aquellos bandidos.
-------------------------------------------------------------
off: Pues sin más dilación pondré las runas, de lo de salga de aquí abajo dependerá la suerte de la pobre Astrid
off2: He usado mi habilidad racial "Transformación Dragón" [Permite alternar entre la forma de dragón y de humano. Como dragón miden hasta 4 metros (de nariz a punta de la cola). El proceso tarda unos segundos en completarse y consume energía.] Astrid mide 3 metros. Además, está preparando la maestría "Aliento Elemental {Fuego}" [Permite la generación de un elemento a elección (Agua, Aire, Fuego o Tierra) desde las entrañas.] para su siguiente turno.
Última edición por Astrid Leggiend el Lun 25 Dic 2017, 14:43, editado 1 vez
Astrid Leggiend
Experto
Experto
Cantidad de envíos : : 84
Nivel de PJ : : 0
Re: Tanteando nuevos terrenos [CERRADO]
El miembro 'Astrid Leggiend' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses
'Runas' :
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Resultados :
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
'Runas' :
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Resultados :
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Tyr
Master
Master
Cantidad de envíos : : 2234
Nivel de PJ : : 0
Re: Tanteando nuevos terrenos [CERRADO]
¡Ircan, a tu derecha!
El aviso llegó tarde, pero justo a tiempo para evitar males mayores. Conformé me levantaba espié con el rabillo del ojo. Un trozo de metal, con reflejos rojizos, avanzaba hacía mi cuello. Dí un paso atrás, más por sorpresa que por intención, y sentí como una fina ráfaga de aire rozaba mi cuello. Pero la acometida no termino ahí, la replica no tardo en llegar, aunque a un perfil más bajo. Ahora sí conseguí saltar hacía atrás. Aún así, mis cálculos no fueron muy precisos, pues enseguida noté como el vientre comenzaba arderme de dolor antes de que un viscoso liquido comenzara a recorrer mi piel. Me llevé la mano al viente instintivamente, sintiendo el tacto caliente de aquel liquido que surgía de mi. Miré mi vientre para ver aquella fina linea sangrante y escuché un grito de miedo.
De repente mi mundo se apagó, zarandeé mi cabeza confundido. Fue así como vi, con gran asombro, como una especie de manto escamoso se arremolinaba a mi alrededor. Investigué aquel manto hasta que acabé descubriendo a un ser desconocido a mi lado.
"¡Un dragón!" exclamó mi pensamiento, pues mi voz se había quedado sin habla.
Intenté moverme pero mis pies se habían quedado sellados al suelo, mis manos se habían quedado petrificadas e incluso mis pulmones olvidaron por unos segundos respirar, sólo podía mirar a la asombrosa criatura de escamas negras que tenía delante.
"¿Será todo esto un sueño?" Fue lo único decente que mi cerebro pudo articular.
No obstante, pese a mi momento de parálisis y de sentirme como en un mundo de fantasía, el combate seguía su curso. El metal contra metal seguía sonando como una grotesca melodía, que era acompañada de gritos y maldiciones. Pronto el dragón nos trajo la penumbra al destrozar la hoguera, pero la oscuridad no duró mucho. El brillo en las fauces de la criatura adelantó al hálito de fuego que segundos después sería expulsado para iluminar todo el bosque. Los gritos de dolor y miedo surgieron enseguida, pero yo sólo pude mirar pasmado aquel fuego mientras sentía como mis mejillas ardían por el calor cercano.
"'¿Te vas a quedar ahí parado?" rugió el lobo en mi interior volviendo a la carga. Lleve la mano a mi cabeza, aquel dolor me liberó. "Hazte a un lado, ¡tengo hambre!"
-¡N...n...no! - cerré los ojos con fuerza y apreté los dientes. No podía permitirme caer. Aún no sabía si el dragón era amigo o enemigo, así que no era el mejor momento para meter a más bestias en la fiesta.
-¡Matar al dragón! - gritó uno de los bandidos con una voz ronca- ¡Disparadle! ¡Coserlos a flechazos!
"Arqueros..." recordé de improvisto aquella flecha que había esquivado al inició del combate.
Miré al bosque intentando descubrirlos entre la maleza gracias a la iluminación que nos había aportado el draconico. Di un lento suspiro y achine los ojos concentrándome, ¡pero no tenía mucho tiempo! Distinguí tres arqueros que ya habían cargado sus arcos. Corrí hacía el más cercano pero era demasiado tarde. Las flechas salieron de sus arcos.
_______________________________________________________________________________________________________
Off: Muy buenos posts ^^. Astrid malvada me has creado el deseo de subirme y gritar Dracaris!! jajajajajaja pero me he portado bien ^^, aunque me has dado un susto de muerte D:
Bueno pues aquí dejo una nueva dificultad para animaros, ¡una descarga de flechas! Viendo vuestras runas seguro que no os suponen ningún problema, ya que son runas normales así que podéis salir perfectamente airosos aunque con alguna dificultad. Pero bueno ya veré como lo resolvéis ;..;. Yo al haber usado ya mi runa mala en este post, de ahi mi herida en el vientre, que no es grave sólo molesta. Lanzó una runa para determinar lo que me va a hacer una de las tres flechas que se han lanzado, si va a por mi o pasan de mi los arqueros ahora lo vemos
Runa muy mala: La flecha me provoca una herida grave que me incapacitará para el resto del combate.
Runa mala: La flecha me provoca una herida no demasiado grave.
Runa normal: La flecha sólo me roza.
Runa buena: Esquivo la flecha.
Runa muy buena: El arquero ha pasado de mi y os dispara a vosotros.
El aviso llegó tarde, pero justo a tiempo para evitar males mayores. Conformé me levantaba espié con el rabillo del ojo. Un trozo de metal, con reflejos rojizos, avanzaba hacía mi cuello. Dí un paso atrás, más por sorpresa que por intención, y sentí como una fina ráfaga de aire rozaba mi cuello. Pero la acometida no termino ahí, la replica no tardo en llegar, aunque a un perfil más bajo. Ahora sí conseguí saltar hacía atrás. Aún así, mis cálculos no fueron muy precisos, pues enseguida noté como el vientre comenzaba arderme de dolor antes de que un viscoso liquido comenzara a recorrer mi piel. Me llevé la mano al viente instintivamente, sintiendo el tacto caliente de aquel liquido que surgía de mi. Miré mi vientre para ver aquella fina linea sangrante y escuché un grito de miedo.
De repente mi mundo se apagó, zarandeé mi cabeza confundido. Fue así como vi, con gran asombro, como una especie de manto escamoso se arremolinaba a mi alrededor. Investigué aquel manto hasta que acabé descubriendo a un ser desconocido a mi lado.
"¡Un dragón!" exclamó mi pensamiento, pues mi voz se había quedado sin habla.
Intenté moverme pero mis pies se habían quedado sellados al suelo, mis manos se habían quedado petrificadas e incluso mis pulmones olvidaron por unos segundos respirar, sólo podía mirar a la asombrosa criatura de escamas negras que tenía delante.
"¿Será todo esto un sueño?" Fue lo único decente que mi cerebro pudo articular.
No obstante, pese a mi momento de parálisis y de sentirme como en un mundo de fantasía, el combate seguía su curso. El metal contra metal seguía sonando como una grotesca melodía, que era acompañada de gritos y maldiciones. Pronto el dragón nos trajo la penumbra al destrozar la hoguera, pero la oscuridad no duró mucho. El brillo en las fauces de la criatura adelantó al hálito de fuego que segundos después sería expulsado para iluminar todo el bosque. Los gritos de dolor y miedo surgieron enseguida, pero yo sólo pude mirar pasmado aquel fuego mientras sentía como mis mejillas ardían por el calor cercano.
"'¿Te vas a quedar ahí parado?" rugió el lobo en mi interior volviendo a la carga. Lleve la mano a mi cabeza, aquel dolor me liberó. "Hazte a un lado, ¡tengo hambre!"
-¡N...n...no! - cerré los ojos con fuerza y apreté los dientes. No podía permitirme caer. Aún no sabía si el dragón era amigo o enemigo, así que no era el mejor momento para meter a más bestias en la fiesta.
-¡Matar al dragón! - gritó uno de los bandidos con una voz ronca- ¡Disparadle! ¡Coserlos a flechazos!
"Arqueros..." recordé de improvisto aquella flecha que había esquivado al inició del combate.
Miré al bosque intentando descubrirlos entre la maleza gracias a la iluminación que nos había aportado el draconico. Di un lento suspiro y achine los ojos concentrándome, ¡pero no tenía mucho tiempo! Distinguí tres arqueros que ya habían cargado sus arcos. Corrí hacía el más cercano pero era demasiado tarde. Las flechas salieron de sus arcos.
_______________________________________________________________________________________________________
Off: Muy buenos posts ^^. Astrid malvada me has creado el deseo de subirme y gritar Dracaris!! jajajajajaja pero me he portado bien ^^, aunque me has dado un susto de muerte D:
Bueno pues aquí dejo una nueva dificultad para animaros, ¡una descarga de flechas! Viendo vuestras runas seguro que no os suponen ningún problema, ya que son runas normales así que podéis salir perfectamente airosos aunque con alguna dificultad. Pero bueno ya veré como lo resolvéis ;..;. Yo al haber usado ya mi runa mala en este post, de ahi mi herida en el vientre, que no es grave sólo molesta. Lanzó una runa para determinar lo que me va a hacer una de las tres flechas que se han lanzado, si va a por mi o pasan de mi los arqueros ahora lo vemos
Runa muy mala: La flecha me provoca una herida grave que me incapacitará para el resto del combate.
Runa mala: La flecha me provoca una herida no demasiado grave.
Runa normal: La flecha sólo me roza.
Runa buena: Esquivo la flecha.
Runa muy buena: El arquero ha pasado de mi y os dispara a vosotros.
Ircan
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 466
Nivel de PJ : : 4
Re: Tanteando nuevos terrenos [CERRADO]
El miembro 'Ircan' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses
'Runas' :
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Resultados :
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
'Runas' :
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Resultados :
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Tyr
Master
Master
Cantidad de envíos : : 2234
Nivel de PJ : : 0
Re: Tanteando nuevos terrenos [CERRADO]
Es bien sabido que los de raza dragón abundan entre nosotros, sin embargo es raro ver a uno en acción. Casi nunca muestran su forma verdadera a menos que su vida corra peligro o este dando un show de grandeza. Conozco a la mayoría de los animales y bichos ya que me dedicaba a cazarlos para practicar mi oficio pero nunca me había topado con un dragón, al menos hasta ahora...
Ya de por si me encontraba en graves problemas por mi desventaja pero ahora que se había revelado la verdadera naturaleza de Astrid, no se si significara otro problema mas con el que lidiar. La mire fijamente a los ojos cuando y note como todo su cuerpo mutaba a una forma diferente. Segundos después solo note como una masa negra había rodeado el cuerpo de Ircan. Sinceramente no tenia ni idea de lo que estaba ocurriendo y la poca luz que había apenas iluminaba parte del cuerpo de aquella bestia. Mis orejas son algo sensibles al sonido, típico atributo de cazador, así que con el rugido de Astrid no pude evitar tambalear y caer aturdido al suelo.
Cuando me recupere solo alcanze a ver como aquello de una zancada apago la hoguera que se encontraba a escazos metros. Quede totalmente cegado y aun mis ojos se estaban adaptando a la penumbra cuando note por el rabillo del ojo que un manto anaranjado recorria parte del bosque.
Un dragon!- Pense al instante. Era una criatura magnifica y majestuosa. Me sentí demasiado afortunado no solo por ver a un dragón, si no por estar tan cerca como para tocarlo. Estire mi brazo para acariciar aquella piel escamosa cuando escuche las distintas amenazas hacia Astrid.
-Joder, cuantos son?- dije cuando escuche como el hierro de las flechas cortaban el aire.
Yo estaba tirado en el piso así que instintivamente empece a arrastrarme hacia atrás. Mi corazón comenzó a palpitar fuertemente ya que corría peligro al no lograr localizar ninguna flecha debido a la oscuridad. Caían como gotas pesadas de lluvia alrededor mio. Logre ponerme de pie para aprovechar el intervalo en el que recargaban sus flechas y tensaban el arco. Entre las sombras pude distinguir como Ircan combatía ferozmente contra uno de los arqueros mientras los otros dos seguían enfocados en Astrid.
Todo estaba pasando tan rápido que olvide totalmente a los otros dos sujetos con los que me estaba enfrentando. Cuando voltee note como uno de ellos corría con todas sus fuerzas dispuesto a cortarme en dos si le fuera posible. Ya estaba demasiado cerca, no importaba hacia que lugar me moviera, igual me iba a causar una herida profunda. Ya me encontraba dispuesto a recibir aquel tajo cuando algo negro me envolvió. Aquella piel escamosa sin duda era el de la dragona que me acaba de salvar el cuello.
Comenze a tocarle la piel como si estuviera degustandola con las manos. Estaba humeda, caliente y tenia el color del atardecer. Simplemente me deje llevar mientras aquella voz me susurro algo que me calmo.
___________________________________________________
OFF: Llevo sin luz desde el Lunes... Y como soy de Venezuela, solucionar ese problema es algo complicado (vivo en un edificio). Escribo esto desde mi trabajo así que pido disculpas si la respuesta es algo pobre.
Ya de por si me encontraba en graves problemas por mi desventaja pero ahora que se había revelado la verdadera naturaleza de Astrid, no se si significara otro problema mas con el que lidiar. La mire fijamente a los ojos cuando y note como todo su cuerpo mutaba a una forma diferente. Segundos después solo note como una masa negra había rodeado el cuerpo de Ircan. Sinceramente no tenia ni idea de lo que estaba ocurriendo y la poca luz que había apenas iluminaba parte del cuerpo de aquella bestia. Mis orejas son algo sensibles al sonido, típico atributo de cazador, así que con el rugido de Astrid no pude evitar tambalear y caer aturdido al suelo.
Cuando me recupere solo alcanze a ver como aquello de una zancada apago la hoguera que se encontraba a escazos metros. Quede totalmente cegado y aun mis ojos se estaban adaptando a la penumbra cuando note por el rabillo del ojo que un manto anaranjado recorria parte del bosque.
Un dragon!- Pense al instante. Era una criatura magnifica y majestuosa. Me sentí demasiado afortunado no solo por ver a un dragón, si no por estar tan cerca como para tocarlo. Estire mi brazo para acariciar aquella piel escamosa cuando escuche las distintas amenazas hacia Astrid.
-Joder, cuantos son?- dije cuando escuche como el hierro de las flechas cortaban el aire.
Yo estaba tirado en el piso así que instintivamente empece a arrastrarme hacia atrás. Mi corazón comenzó a palpitar fuertemente ya que corría peligro al no lograr localizar ninguna flecha debido a la oscuridad. Caían como gotas pesadas de lluvia alrededor mio. Logre ponerme de pie para aprovechar el intervalo en el que recargaban sus flechas y tensaban el arco. Entre las sombras pude distinguir como Ircan combatía ferozmente contra uno de los arqueros mientras los otros dos seguían enfocados en Astrid.
Todo estaba pasando tan rápido que olvide totalmente a los otros dos sujetos con los que me estaba enfrentando. Cuando voltee note como uno de ellos corría con todas sus fuerzas dispuesto a cortarme en dos si le fuera posible. Ya estaba demasiado cerca, no importaba hacia que lugar me moviera, igual me iba a causar una herida profunda. Ya me encontraba dispuesto a recibir aquel tajo cuando algo negro me envolvió. Aquella piel escamosa sin duda era el de la dragona que me acaba de salvar el cuello.
Comenze a tocarle la piel como si estuviera degustandola con las manos. Estaba humeda, caliente y tenia el color del atardecer. Simplemente me deje llevar mientras aquella voz me susurro algo que me calmo.
___________________________________________________
OFF: Llevo sin luz desde el Lunes... Y como soy de Venezuela, solucionar ese problema es algo complicado (vivo en un edificio). Escribo esto desde mi trabajo así que pido disculpas si la respuesta es algo pobre.
Apocks
Aprendiz
Aprendiz
Cantidad de envíos : : 13
Nivel de PJ : : 0
Re: Tanteando nuevos terrenos [CERRADO]
En cu
Off: Siento si es corta, llevo toda la semana un poco mala y la cabeza la tengo que me va a explotar xDUu juro que en la siguiente será mejor <3
Runa muy mala: Dan todas las flechas en las alas, lo que le provoca a Astrid un gran dolor
Runa mala: Dan varias flechas en las alas pero puede seguir en combate
Runa normal: Dan varias flechas en su cuerpo pero no se clavan muy profundo y de un zarandeo logra quitárselas.
Runa buena: Da una flecha en lo que sería el “hombro” de su forma dragón casi superficial
Runa muy buena: No da ninguna flecha
anto de sus fauces comenzó a salir humo, Astrid las abrió y dejó salir una llamarada de fuego alrededor del campamento, lo que hizo que se crease un círculo de fuego entorno a ellos que hizo todo iluminarse. Logró alcanzar a un arquero que salió rodando para intentar apagar el fuego que lo había alcanzado pero su carcaj y arco se quemaban en el fuego. Mientras miraba cómo gritaba por el fuego notó que alguien acariciaba su piel y al voltearse observó a Apocks. Aquello la sorprendió pero agradeció aquella respuesta al ver su forma dragón. Por lo menos no la iba a matar. Gracias a que miró hacia él observó que uno de los que intentó atacar a Apocks estaba cargando contra él. Volteó completamente su cuerpo levantándose un poco del suelo y colocándose entre ambos para ser ella quien fuera el escudo de su compañero. Con un potente rugido y el temblor de las patas de Astrid al dar golpes en el suelo descolocó al atacante y solo llegó a pasarle muy cerca el arma mientras caía al suelo. Miró de reojo a Apocks como en señal de que lo atacase ahora que estaba “indefenso” y luego sus ojos buscaron a su otro compañero. Ircan.
Lo vio con una herida en el vientre y como una flecha pasaba bastante cerca de él. No pudo predecir los gritos de los bandidos y el siguiente ataque que harían. No estaba segura de lo que iba a hacer, pero estaba dispuesta a cualquier cosa. Se alzó del suelo batiendo sus alas con cuidado de no dar a sus compañeros y logró colocarse de manera que, al volver a posarse en el suelo, usaba las alas como escudo contra las flechas para que sus compañeros no siguieran siendo el blanco de los arqueros. Gracias a la más abundante iluminación en ese momento pudo distinguir cuántos eran. Pero el círculo alrededor del campamento era un arma de doble filo, ya no podían verles bien desde fuera, pero no podrían salir Ircan y Apocks a no ser que intentara apagarlo después de todo aquello o posiblemente pudieran aprovechar los arqueros para usar el fuego contra ellos. No, para eso los había cubierto con sus alas que, aunque el estaba relacionada con el fuego y pudiera no causarle mucho daño, las flechas seguramente pudieran hacerle más daño de lo que pensaba. Nada a ciencia cierta que Astrid pensaba era bueno para ellos. Salir de una emboscada donde te superaban en grupos no era algo de lo cual puedes salir bien parado.
Notó entonces en ese momento como algo la atacaba por detrás y sentía un fuerte dolor en la cola. Ladeó el rostro para mirar hacia atrás y vio una flecha clavada entre sus escamas, notaba su sangre brotar de la herida y zarandeó un poco la cola consiguiendo partir la flecha contra el suelo y levantó un poco de tierra por los golpes que daba. Echó el cuerpo un poco hacia atrás, sin dejar de servir de cubierta con sus alas a sus compañeros y alzando el pecho y el rostro volvió a rugir con más fuerza para intentar provocar temor a los asaltantes y se fueran sin que más personas salieran heridas. Pero una segunda orden de matar al dragón la sorprendió oyendo los silbidos de las flechas al ser disparadas y no dudaba que alguna iba a dar en un blanco. En ese momento, la más expuesta era ella. “Mierda...” Pensó para sus adentro mientras mantenía la posición esperando su destino.
______________________________________________________________________Lo vio con una herida en el vientre y como una flecha pasaba bastante cerca de él. No pudo predecir los gritos de los bandidos y el siguiente ataque que harían. No estaba segura de lo que iba a hacer, pero estaba dispuesta a cualquier cosa. Se alzó del suelo batiendo sus alas con cuidado de no dar a sus compañeros y logró colocarse de manera que, al volver a posarse en el suelo, usaba las alas como escudo contra las flechas para que sus compañeros no siguieran siendo el blanco de los arqueros. Gracias a la más abundante iluminación en ese momento pudo distinguir cuántos eran. Pero el círculo alrededor del campamento era un arma de doble filo, ya no podían verles bien desde fuera, pero no podrían salir Ircan y Apocks a no ser que intentara apagarlo después de todo aquello o posiblemente pudieran aprovechar los arqueros para usar el fuego contra ellos. No, para eso los había cubierto con sus alas que, aunque el estaba relacionada con el fuego y pudiera no causarle mucho daño, las flechas seguramente pudieran hacerle más daño de lo que pensaba. Nada a ciencia cierta que Astrid pensaba era bueno para ellos. Salir de una emboscada donde te superaban en grupos no era algo de lo cual puedes salir bien parado.
Notó entonces en ese momento como algo la atacaba por detrás y sentía un fuerte dolor en la cola. Ladeó el rostro para mirar hacia atrás y vio una flecha clavada entre sus escamas, notaba su sangre brotar de la herida y zarandeó un poco la cola consiguiendo partir la flecha contra el suelo y levantó un poco de tierra por los golpes que daba. Echó el cuerpo un poco hacia atrás, sin dejar de servir de cubierta con sus alas a sus compañeros y alzando el pecho y el rostro volvió a rugir con más fuerza para intentar provocar temor a los asaltantes y se fueran sin que más personas salieran heridas. Pero una segunda orden de matar al dragón la sorprendió oyendo los silbidos de las flechas al ser disparadas y no dudaba que alguna iba a dar en un blanco. En ese momento, la más expuesta era ella. “Mierda...” Pensó para sus adentro mientras mantenía la posición esperando su destino.
Off: Siento si es corta, llevo toda la semana un poco mala y la cabeza la tengo que me va a explotar xDUu juro que en la siguiente será mejor <3
Runa muy mala: Dan todas las flechas en las alas, lo que le provoca a Astrid un gran dolor
Runa mala: Dan varias flechas en las alas pero puede seguir en combate
Runa normal: Dan varias flechas en su cuerpo pero no se clavan muy profundo y de un zarandeo logra quitárselas.
Runa buena: Da una flecha en lo que sería el “hombro” de su forma dragón casi superficial
Runa muy buena: No da ninguna flecha
Astrid Leggiend
Experto
Experto
Cantidad de envíos : : 84
Nivel de PJ : : 0
Re: Tanteando nuevos terrenos [CERRADO]
El miembro 'Astrid Leggiend' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses
'Runas' :
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Resultados :
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
'Runas' :
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Resultados :
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Tyr
Master
Master
Cantidad de envíos : : 2234
Nivel de PJ : : 0
Re: Tanteando nuevos terrenos [CERRADO]
El arquero cayó inmóvil a mi lado cuando el acero de mi espada le libero de la vida. Miré a mi alrededor para estudiar mejor la situación de mis compañeros. Otro fogonazo de Astrid me reveló que la situación era más seria de lo que pensaba, el grupo que nos atacaba era muy numeroso.
"Esto no es un simple asalto..." pensé mientras Astrid volvía a cubrirme con sus alas. Escuché el silbido de las flechas y los alaridos del dragón. "¡La van a matar!"
La dragona era un animal impresionante, pero no era más alta que un lobo huargo, puede que si que fuera más larga, pero sus escamas seguramente tendrían un limite a la hora de rechazar flechas. Miré hacia el bosque intentando contar cuantos eran nuestro enemigos. Conté unas doce personas más, seis arqueros y seis hombres que vinieron a por nosotros amenazándonos con varios tipos de armas, vi que no todos eran humanos, habían algunos hombres bestia entre ellos.
"¿Que está ocurriendo aquí?" me llevé la mano a la herida del vientre que comenzaba a mancharme toda la ropa. El dolor que me producía no era más que un leve y molesto escozor, algo insignificante ante los problemas que se cernían sobre nosotros.
-¡Debemos huir! ¡No podemos ganar está batalla!- vi como un enemigo se acercaba por la espalda de Astrid y me apresuré para defender a mi compañera.
Mi espada chocó contra el acero de su hacha desviando el golpe de él a la espalda de Astrid, que estaba ocupada recibiendo una descarga de flechas. Aproveché el momento de confusión de mi contrincante al encontrarse conmigo y le pegué un empujón. Tropezó con la cola de Astrid y cayo rodando por el suelo.
-¡Apocks! ¡Astrid! ¡Debemos irnos! ¡Retirada! - les exhorte desesperado. Si no nos íbamos seguramente nos matarían.
Una flecha paso silbando a pocos centímetros de mi cabeza y no me permitió notar como el enemigo que había tumbado se volvía a acercar a mi. Pude desviar su espada de nuevo, pero no puede hacer lo mismo con el puñetazo que me dio en la cara y que me tiró al suelo.
-¿¡También eres un apestoso dragón, desgraciado!? ¿¡También eres el responsable del mal que sufre Aerandir por culpa de los putos dragones!? - me gritó mi contrincante escupiendo las palabras.
"Así que todo esto es un pésimo ajuste de cuentas..." intenté reincorporarme y miré al hombre de reojo. "Culpan a los dragones de la enfermedad y quieren vengarse, puede que hayan estado siguiendo a Astrid todo este tiempo"
Me levanté todo lo rápido que pude y me puse en posición de defensa cogiendo mi espada con las dos manos y mirando a mi contrincante.
"Tiene gracia que peleen contra un ex enfermo." pensé algo contrariado, pues si alguien podía sentir sentimientos de venganza era yo, y para nada todo aquello había sido culpa de los dragones. Pero el pueblo es ignorante y siempre busca el pretexto más fácil y pragmático.
-Dejad que nos vayamos, esa dragona no tiene ninguna culpa de la enfermedad. - le pedí al hombre, no quería derramar más sangre, el lobo de mi interior comenzaba a embestir las puertas de mi interior totalmente celoso de su ausencia de diversión. No sabía cuanto más podía controlar a la bestia.
-No pasareis de esta noche. ¡Malditos lagartos! - gritó el hombre mientras se abalanzaba sobre mi con el hacha en ristre.
Nuestras armas y cuerpos danzaron en un bals de muerte, esquivábamos y dábamos golpes a la par. La cosa estaba igualada pues estaba ya cansado y comenzaba a sentirme algo mareado por el dolor del vientre, a parte de los efectos que tenía en mi la Luna y por ende el lobo que quería salir a jugar. Jugándome el todo por el todo me lancé contra mi enemigo en un ataque suicida.
________________________________________________________________________________________________________
-Runa muy mala: Soy derrotado y caigo prisionero de los bandidos. Me separo del grupo en el caso de que el resto escape.
-Runa mala: Soy derrotado pero no caigo prisionero, solo que me va a llevar más tiempo escapar. Me uniré al grupo después.
-Runa normal: No me derrotan, pero si que me retraso en la huida. Sigo al grupo a una distancia corta.
-Runa buena: Consigo zafarme de mi contrincante y escapo junto al grupo.
-Runa muy buena: Mato a mi contrincante y escapo junto al grupo.
En el caso de que salga una runa muy mala o mala no dudéis en escapar, tengo mis propios medios para salir bien parado de la siguiente, tengo un as en la manga
"Esto no es un simple asalto..." pensé mientras Astrid volvía a cubrirme con sus alas. Escuché el silbido de las flechas y los alaridos del dragón. "¡La van a matar!"
La dragona era un animal impresionante, pero no era más alta que un lobo huargo, puede que si que fuera más larga, pero sus escamas seguramente tendrían un limite a la hora de rechazar flechas. Miré hacia el bosque intentando contar cuantos eran nuestro enemigos. Conté unas doce personas más, seis arqueros y seis hombres que vinieron a por nosotros amenazándonos con varios tipos de armas, vi que no todos eran humanos, habían algunos hombres bestia entre ellos.
"¿Que está ocurriendo aquí?" me llevé la mano a la herida del vientre que comenzaba a mancharme toda la ropa. El dolor que me producía no era más que un leve y molesto escozor, algo insignificante ante los problemas que se cernían sobre nosotros.
-¡Debemos huir! ¡No podemos ganar está batalla!- vi como un enemigo se acercaba por la espalda de Astrid y me apresuré para defender a mi compañera.
Mi espada chocó contra el acero de su hacha desviando el golpe de él a la espalda de Astrid, que estaba ocupada recibiendo una descarga de flechas. Aproveché el momento de confusión de mi contrincante al encontrarse conmigo y le pegué un empujón. Tropezó con la cola de Astrid y cayo rodando por el suelo.
-¡Apocks! ¡Astrid! ¡Debemos irnos! ¡Retirada! - les exhorte desesperado. Si no nos íbamos seguramente nos matarían.
Una flecha paso silbando a pocos centímetros de mi cabeza y no me permitió notar como el enemigo que había tumbado se volvía a acercar a mi. Pude desviar su espada de nuevo, pero no puede hacer lo mismo con el puñetazo que me dio en la cara y que me tiró al suelo.
-¿¡También eres un apestoso dragón, desgraciado!? ¿¡También eres el responsable del mal que sufre Aerandir por culpa de los putos dragones!? - me gritó mi contrincante escupiendo las palabras.
"Así que todo esto es un pésimo ajuste de cuentas..." intenté reincorporarme y miré al hombre de reojo. "Culpan a los dragones de la enfermedad y quieren vengarse, puede que hayan estado siguiendo a Astrid todo este tiempo"
Me levanté todo lo rápido que pude y me puse en posición de defensa cogiendo mi espada con las dos manos y mirando a mi contrincante.
"Tiene gracia que peleen contra un ex enfermo." pensé algo contrariado, pues si alguien podía sentir sentimientos de venganza era yo, y para nada todo aquello había sido culpa de los dragones. Pero el pueblo es ignorante y siempre busca el pretexto más fácil y pragmático.
-Dejad que nos vayamos, esa dragona no tiene ninguna culpa de la enfermedad. - le pedí al hombre, no quería derramar más sangre, el lobo de mi interior comenzaba a embestir las puertas de mi interior totalmente celoso de su ausencia de diversión. No sabía cuanto más podía controlar a la bestia.
-No pasareis de esta noche. ¡Malditos lagartos! - gritó el hombre mientras se abalanzaba sobre mi con el hacha en ristre.
Nuestras armas y cuerpos danzaron en un bals de muerte, esquivábamos y dábamos golpes a la par. La cosa estaba igualada pues estaba ya cansado y comenzaba a sentirme algo mareado por el dolor del vientre, a parte de los efectos que tenía en mi la Luna y por ende el lobo que quería salir a jugar. Jugándome el todo por el todo me lancé contra mi enemigo en un ataque suicida.
________________________________________________________________________________________________________
-Runa muy mala: Soy derrotado y caigo prisionero de los bandidos. Me separo del grupo en el caso de que el resto escape.
-Runa mala: Soy derrotado pero no caigo prisionero, solo que me va a llevar más tiempo escapar. Me uniré al grupo después.
-Runa normal: No me derrotan, pero si que me retraso en la huida. Sigo al grupo a una distancia corta.
-Runa buena: Consigo zafarme de mi contrincante y escapo junto al grupo.
-Runa muy buena: Mato a mi contrincante y escapo junto al grupo.
En el caso de que salga una runa muy mala o mala no dudéis en escapar, tengo mis propios medios para salir bien parado de la siguiente, tengo un as en la manga
Ircan
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 466
Nivel de PJ : : 4
Página 1 de 2. • 1, 2
Temas similares
» Nuevos conocidos [Libre] [Interpretativo] [Cerrado]
» Nuevos aires, nuevos comienzos [Privado]
» Nuevos moderadores en Aerandir
» Renacimiento: nuevos lazos [libre]
» [Libre] Los nuevos pasos de un borracho ursino.
» Nuevos aires, nuevos comienzos [Privado]
» Nuevos moderadores en Aerandir
» Renacimiento: nuevos lazos [libre]
» [Libre] Los nuevos pasos de un borracho ursino.
Página 1 de 2.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Hoy a las 16:35 por Cohen
» El retorno del vampiro [Evento Sacrestic]
Hoy a las 16:14 por Ingela
» El vampiro contraataca [Evento Sacrestic]
Hoy a las 15:55 por Aylizz Wendell
» Entre Sombras y Acero [LIBRE][NOCHE]
Hoy a las 15:16 por Seraphine Valaryon
» Días de tormenta + 18 [Privado]
Hoy a las 11:30 por Iori Li
» Laboratorio Harker [Alquimia+Ingeniería]
Ayer a las 14:13 por Zelas Hazelmere
» Pócimas y Tragos: La Guerra de la Calle Burbuja [Interpretativo] [Libre]
Ayer a las 11:18 por Mina Harker
» La Procesión de los Skógargandr [Evento Samhain (Halloween)]
Mar 19 Nov 2024, 17:49 por Eltrant Tale
» [Zona de culto] Altar de las Runas de los Baldíos
Lun 18 Nov 2024, 07:29 por Tyr
» Susurros desde el pasado | Amice H.
Dom 17 Nov 2024, 23:12 por Amice M. Hidalgo
» [Zona de culto] Iglesia del único Dios
Sáb 16 Nov 2024, 16:38 por Tyr
» Enjoy the Silence 4.0 {Élite]
Miér 13 Nov 2024, 15:01 por Nana
» Vampiros, Gomejos, piernas para qué las tengo. [Privado]
Lun 11 Nov 2024, 23:51 por Tyr
» Derecho Aerandiano [Libre]
Dom 10 Nov 2024, 08:36 por Tyr
» Propaganda Peligrosa - Priv. Zagreus - (Trabajo / Noche)
Vie 08 Nov 2024, 13:40 por Lukas