Renacimiento: nuevos lazos [libre]
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Renacimiento: nuevos lazos [libre]
Me senté derecha contra la pared, por algún motivo que desconozco estaba tirada en el suelo como si fuese una de esas muñecas rotas. Me miré las manos, pero algo me decía que ya no sería capaz ver el paso del tiempo a través de ellas. Al menos no tenía rastros de sangre ni lastimaduras, eso era positivo. Moví las piernas tentativamente y miré por debajo de los andrajos que tenía puestos, mi sonrisa reflotó. Todo estaba en su lugar y como lo recordaba. Podía no saber mi identidad, o mi historia, o por qué estaba allí, o por qué sentía que todo estaba bien, pero sabía muy bien quién era. 8R33 alias BREE.
Abrí y cerré mis puños, sintiendo mi fuerza, ejercitando mis dedos. Exploradora. Sentía que ser exploradora no era parte de mi historia, sino parte de mí. Yo era otra cosa. ¿Me importaba saberlo? Lo sopesé durante unos instantes y la respuesta fue clara: no. Miré a los alrededores, con la escasa luz que había sólo pude distinguir maquinaria obsoleta, algunas chatarras… algún que otro hueso que parecía de origen humano y lo que parecían montañas y montañas de basura. Sabía que estaba en alguna especie de depósito, aunque probablemente esas instalaciones habían sido diseñadas con otro fin. Algo me decía que no me importaba… que no debía importarme. Me daba cuenta que sabía…cosas.Y estaba llena de estas ¿cómo llamarlas? ¿intuiciones? ¿corazonadas? Me encogí de hombros, no importaba realmente. Quería salir de allí y ver más seres vivos. Ese lugar era deprimente. Un cementerio tenía más vida. Irónico ¿no?
Reí ante mi chiste interno y me puse en pie con ayuda de la pared. Era raro, sentía que estaba en un cuerpo que no era el mío. Quería un espejo ASAP. ¿asap? sacudí mi cabeza y di algunos pasos de bebé hacia la puerta que estaba del otro lado de la habitación. Con una idea en mente y una firme convicción caminé hacia una pared con un sensor. Fruncí los labios y me mordí el labio superior. Sentía que de ahora en más habrían varias lagunas mentales y cosas inexplicables en mi vida. ¿Dejaría que me afecte?. Puse mi mano sobre el sensor pero no pasó nada. Mi cabeza se giró para un lado, estaba segura de que debía escuchar alguna especie de pitido y que se abriría, pero no, cero, nada. ¿Dejaría que me afecte? me repetí la misma pregunta. La respuesta: no.
Confiaría en mis instintos y mi instinto me decía que me diera la vuelta y buscara otra salida. Volví sobre mis pasos y me dirigí a una pequeña oficina a lo largo de la pared en la que me había despertado. Estaba ligeramente mareada, pero estaba funcionando de forma óptima. Probablemente había “dormido” demasiado. Sí, estaba siendo irónica. Vamos… todo a mi alrededor gritaba ¡Viejo! Sólo esperaba no salir a la luz del día para ver mi rostro lleno de arrugas y sacos. Oh, pero lo demás estaba bien. Bueno, otro peso menos. La oficina tenía varios tableros llenos de botones y algunas descripciones en un idioma que conocía pero... había algo en mi que hacía no querer leerlas, una molestia, una discordancia. La pared del frente era una ventana hacia otra sala que era usada como depósito. Podía sentir que allí había algo para mí. Entrecerré los ojos y vi series y números… Piensa Bree –¡Claro!- series y números, como el de mi muñeca.
Fue inquietante escuchar mi voz; el sonido se escapó en todas direcciones y sonaba… distinto. No era la voz que debía ir con mi ser. Dejé esos detalles de lado y obviamente me dirigí hacia la puerta que daba a esta otra sala, por suerte esta sí tenía un pestillo, pero estaba atrancada. Dejé escapar un suspiro. -¿Qué manía de cerrar todo?- murmuré, apoyándome en una silla de metal, ciertamente no sentía que estuviese avanzando nada y comenzaba a sentirme frustrada. Bajé la vista y se me ocurrió usar la silla como herramienta. Ojee el vidrio y la silla repetidas veces. Sería mejor con una bomb… esa distorsión de nuevo. Me llevé las manos a la cabeza y revolví mi pelo. Como no vi nada que pudiera usar para cubrir mis brazos, usé lo que quedaba de mi prenda superior para amortiguar el golpe. Me dirigí al centro mismo del vidrio, subí al tablero intentando no tocar partes que podrían parecer peligrosas y…-Tres…dos… uno ¡…!-
…
Me sobé la cabeza. Ciertamente no esperaba que el vidrio cediese tan fácilmente. La silla, los restos del vidrio y yo, caímos dos metros hasta el suelo. No tenía más que algunas lascas pegadas, pero no estaba muy preocupada, sabía que no habían daños ¿cómo? Sólo lo sabía. Lo que no te mata, te fortalece. Sonreí. Había hecho un buen trabajo. Quizás un ligero exceso de fuerza, pero un buen trabajo. Miré la oficina desde ese lado, como desafiándola a que intentase algo más. Asentí una vez con la cabeza y fui a buscar lo mío. ¿Qué era? No tenía idea, pero me llamaba, y si me llamaba, era mío. Instintos ¿recuerdan?
-8R…37, 36, 35, 34, 32… No, mentiras. ¡Aquí estas! 8R33-
Se trataba de una caja considerablemente grande. Fruncí los labios al ver otro sensor, pero ese parecia vivo. Me mordí el labio superior, mientras ponía tentativamente mi mano y la caja se abría con un ‘tsssshhh’. Fue sorprendente en varios sentidos: uno ¡vaya! No estaba loca, dos suponía que las cosas no serían tan mágicas de ahora en más, la forma en la que la 'distorsión' se “movía” en mi cabeza dejaba en claro que probablemente no debía esperar mucho más de esta nueva vida y tres, estaba avanzando, finalmente estaba avanzando.
Comencé a revisar los contenidos de la caja: ropa… ropa extraña, primitiva. Pero ropa al fin. Me cambié, algo me decía que eso era la correcto. Un bolso con unos implementos que reconocí como míos, mi cuaderno de bitácoras….¿mi qué? de nuevo ese idioma y la distorsión. Le faltaban algunas páginas. Lo metí al bolso. Una cantimplora del mismo tipo que mi ropa, vacía. Mapas de la instalación donde me encontraba con varias rutas de salida, reconocía mi propio puño y letra ¿un plan de escape? Sonreí, mi yo anterior era genial.
Finalmente había un objeto más, una pantalla. Delgada, plana. Unas imágenes y sonidos comenzaron a aparecer cuando la toqué. Un video. -Hola bebé puse los ojos en blanco. Cinco minutos de mensajes de autocompasión, información de una familia con la que ya no podía contar porque probablemente estaba muerta o en un lugar inaccesible. Y un mensaje final: -Espero que en tu corazón encuentres la forma de perdonarme. Debí saberlo, debí darme cuenta. Has hecho más de lo que cualquiera hubiese esperado de ti. Esta es una nueva vida en la que puedes hacer lo que quieras. Es una nueva historia. Un nuevo comienzo, otra oportunidad. Sólo queremos que seas feliz y cumplas tus sueños- por algún motivo sentía resentimiento hacia esa persona, antes de que terminara el mensaje, la puerta tras esa persona se abrió, entraron un par de siluetas y se escuchó un chasquido. La pantalla se apagó y el aparato, caliente entre mis manos, se prendió fuego. -¡Caramba!- exclamé dejándolo caer y apagando los remanentes de las llamas con mi pie.
Aproveché la última llamita para quemar los mapas. Nunca se era demasiado precavido. En el tercer intento pude salir –con mucho trabajo- a la superficie. La vista me dejó sin aliento. La vida a mi alrededor rebosaba. -Vaya- susurré viendo el sol ocultarse entre los árboles. Me quedé allí parada, como una atolondrada hasta que escuché algo inconfundible: mi estómago pidiendo comida.
Abrí y cerré mis puños, sintiendo mi fuerza, ejercitando mis dedos. Exploradora. Sentía que ser exploradora no era parte de mi historia, sino parte de mí. Yo era otra cosa. ¿Me importaba saberlo? Lo sopesé durante unos instantes y la respuesta fue clara: no. Miré a los alrededores, con la escasa luz que había sólo pude distinguir maquinaria obsoleta, algunas chatarras… algún que otro hueso que parecía de origen humano y lo que parecían montañas y montañas de basura. Sabía que estaba en alguna especie de depósito, aunque probablemente esas instalaciones habían sido diseñadas con otro fin. Algo me decía que no me importaba… que no debía importarme. Me daba cuenta que sabía…cosas.Y estaba llena de estas ¿cómo llamarlas? ¿intuiciones? ¿corazonadas? Me encogí de hombros, no importaba realmente. Quería salir de allí y ver más seres vivos. Ese lugar era deprimente. Un cementerio tenía más vida. Irónico ¿no?
Reí ante mi chiste interno y me puse en pie con ayuda de la pared. Era raro, sentía que estaba en un cuerpo que no era el mío. Quería un espejo ASAP. ¿asap? sacudí mi cabeza y di algunos pasos de bebé hacia la puerta que estaba del otro lado de la habitación. Con una idea en mente y una firme convicción caminé hacia una pared con un sensor. Fruncí los labios y me mordí el labio superior. Sentía que de ahora en más habrían varias lagunas mentales y cosas inexplicables en mi vida. ¿Dejaría que me afecte?. Puse mi mano sobre el sensor pero no pasó nada. Mi cabeza se giró para un lado, estaba segura de que debía escuchar alguna especie de pitido y que se abriría, pero no, cero, nada. ¿Dejaría que me afecte? me repetí la misma pregunta. La respuesta: no.
Confiaría en mis instintos y mi instinto me decía que me diera la vuelta y buscara otra salida. Volví sobre mis pasos y me dirigí a una pequeña oficina a lo largo de la pared en la que me había despertado. Estaba ligeramente mareada, pero estaba funcionando de forma óptima. Probablemente había “dormido” demasiado. Sí, estaba siendo irónica. Vamos… todo a mi alrededor gritaba ¡Viejo! Sólo esperaba no salir a la luz del día para ver mi rostro lleno de arrugas y sacos. Oh, pero lo demás estaba bien. Bueno, otro peso menos. La oficina tenía varios tableros llenos de botones y algunas descripciones en un idioma que conocía pero... había algo en mi que hacía no querer leerlas, una molestia, una discordancia. La pared del frente era una ventana hacia otra sala que era usada como depósito. Podía sentir que allí había algo para mí. Entrecerré los ojos y vi series y números… Piensa Bree –¡Claro!- series y números, como el de mi muñeca.
Fue inquietante escuchar mi voz; el sonido se escapó en todas direcciones y sonaba… distinto. No era la voz que debía ir con mi ser. Dejé esos detalles de lado y obviamente me dirigí hacia la puerta que daba a esta otra sala, por suerte esta sí tenía un pestillo, pero estaba atrancada. Dejé escapar un suspiro. -¿Qué manía de cerrar todo?- murmuré, apoyándome en una silla de metal, ciertamente no sentía que estuviese avanzando nada y comenzaba a sentirme frustrada. Bajé la vista y se me ocurrió usar la silla como herramienta. Ojee el vidrio y la silla repetidas veces. Sería mejor con una bomb… esa distorsión de nuevo. Me llevé las manos a la cabeza y revolví mi pelo. Como no vi nada que pudiera usar para cubrir mis brazos, usé lo que quedaba de mi prenda superior para amortiguar el golpe. Me dirigí al centro mismo del vidrio, subí al tablero intentando no tocar partes que podrían parecer peligrosas y…-Tres…dos… uno ¡…!-
…
Me sobé la cabeza. Ciertamente no esperaba que el vidrio cediese tan fácilmente. La silla, los restos del vidrio y yo, caímos dos metros hasta el suelo. No tenía más que algunas lascas pegadas, pero no estaba muy preocupada, sabía que no habían daños ¿cómo? Sólo lo sabía. Lo que no te mata, te fortalece. Sonreí. Había hecho un buen trabajo. Quizás un ligero exceso de fuerza, pero un buen trabajo. Miré la oficina desde ese lado, como desafiándola a que intentase algo más. Asentí una vez con la cabeza y fui a buscar lo mío. ¿Qué era? No tenía idea, pero me llamaba, y si me llamaba, era mío. Instintos ¿recuerdan?
-8R…37, 36, 35, 34, 32… No, mentiras. ¡Aquí estas! 8R33-
Se trataba de una caja considerablemente grande. Fruncí los labios al ver otro sensor, pero ese parecia vivo. Me mordí el labio superior, mientras ponía tentativamente mi mano y la caja se abría con un ‘tsssshhh’. Fue sorprendente en varios sentidos: uno ¡vaya! No estaba loca, dos suponía que las cosas no serían tan mágicas de ahora en más, la forma en la que la 'distorsión' se “movía” en mi cabeza dejaba en claro que probablemente no debía esperar mucho más de esta nueva vida y tres, estaba avanzando, finalmente estaba avanzando.
Comencé a revisar los contenidos de la caja: ropa… ropa extraña, primitiva. Pero ropa al fin. Me cambié, algo me decía que eso era la correcto. Un bolso con unos implementos que reconocí como míos, mi cuaderno de bitácoras….¿mi qué? de nuevo ese idioma y la distorsión. Le faltaban algunas páginas. Lo metí al bolso. Una cantimplora del mismo tipo que mi ropa, vacía. Mapas de la instalación donde me encontraba con varias rutas de salida, reconocía mi propio puño y letra ¿un plan de escape? Sonreí, mi yo anterior era genial.
Finalmente había un objeto más, una pantalla. Delgada, plana. Unas imágenes y sonidos comenzaron a aparecer cuando la toqué. Un video. -Hola bebé puse los ojos en blanco. Cinco minutos de mensajes de autocompasión, información de una familia con la que ya no podía contar porque probablemente estaba muerta o en un lugar inaccesible. Y un mensaje final: -Espero que en tu corazón encuentres la forma de perdonarme. Debí saberlo, debí darme cuenta. Has hecho más de lo que cualquiera hubiese esperado de ti. Esta es una nueva vida en la que puedes hacer lo que quieras. Es una nueva historia. Un nuevo comienzo, otra oportunidad. Sólo queremos que seas feliz y cumplas tus sueños- por algún motivo sentía resentimiento hacia esa persona, antes de que terminara el mensaje, la puerta tras esa persona se abrió, entraron un par de siluetas y se escuchó un chasquido. La pantalla se apagó y el aparato, caliente entre mis manos, se prendió fuego. -¡Caramba!- exclamé dejándolo caer y apagando los remanentes de las llamas con mi pie.
Aproveché la última llamita para quemar los mapas. Nunca se era demasiado precavido. En el tercer intento pude salir –con mucho trabajo- a la superficie. La vista me dejó sin aliento. La vida a mi alrededor rebosaba. -Vaya- susurré viendo el sol ocultarse entre los árboles. Me quedé allí parada, como una atolondrada hasta que escuché algo inconfundible: mi estómago pidiendo comida.
8R33
Neófito
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Re: Renacimiento: nuevos lazos [libre]
Los hermanos avanzan nuevamente a través del campo de Verisar, dirigiéndose de Lunargenta a un punto todavía sin definir… y es que pese a sus edades siguen siendo aventureros, un amante del camino no encuentra trabajo en casa.
Luego de convivir con sus hermanos gorriones en la esfera durante algunas semanas, los pequeños más activos de Aerandir salen a buscarse el pan y no hay mejor sitio para eso que la región humana.
Es el centro de la economía mundial por decirlo de algún modo, se puede hacer de todo. Además, todos los caminos conducen a Lunargenta como bien se suele decir, es natural que si vas en sentido contrario igual puedas pillar algo.
No es por ser regionalista claro, sería algo tonto argumentar eso teniendo en cuenta la cantidad de territorios que ambos niños han recorrido. Al final se pueden encontrar tareas en cualquier lugar que tenga gente, pero es imposible negar los niveles de afluencia.
Comienza a volverse tarde pero eso no es algo que preocupe demasiado a los enanos, otra mancha para el tigre y todo eso. Claro que a Maquiavelo si le hubiera gustado pillar una de las ciudades grandes primero por comodidad.
Otra noche a la intemperie “suspira”.
¡Yei!
El optimismo del chiquillo rubio es alentador sin duda, clara inocencia de la edad. Curiosamente el inventor termina encogiéndose de hombros y aceptando el incomodo destino gracias a su pariente por elección, su rara actitud siempre resulta contagiosa.
Luego de dejar de pasar una caravana comercial bastante larga, Chim decide entrar al bosque. No es buena idea acampar cerca del camino pues siempre hay gente idiota con ganas de molestar a los demás.
Es en esa particular fase de exploración cuando el par vislumbra algo, una señorita de aspecto curioso que tiene toda la pinta de estar fuera de su elemento… tiene grabada la palabra “turista” en la frente.
Si bien el inventor trata de rodear para no tener que gastar tiempo explicando cosas, cuando se da cuenta ya su hermanito está al lado de la mujer y agitando la mano derecha a modo de saludo animado.
Un día de estos saludara a un oso “niega con la cabeza”.
Ya sin poder escapar discretamente, Chim se acerca también. Puede ser un tanto arisco pero jamás maleducado. primero las presentaciones, luego la educada patada en el trasero para que cada quien agarre por su lado.
Buenas… “mira bien el cielo” noches, lamento la interrupción “sujeta al brujito de los hombros con algo de juego intrínseco” es especial jejeje.
“Canel sonríe de manera boba”.
Luego de convivir con sus hermanos gorriones en la esfera durante algunas semanas, los pequeños más activos de Aerandir salen a buscarse el pan y no hay mejor sitio para eso que la región humana.
Es el centro de la economía mundial por decirlo de algún modo, se puede hacer de todo. Además, todos los caminos conducen a Lunargenta como bien se suele decir, es natural que si vas en sentido contrario igual puedas pillar algo.
No es por ser regionalista claro, sería algo tonto argumentar eso teniendo en cuenta la cantidad de territorios que ambos niños han recorrido. Al final se pueden encontrar tareas en cualquier lugar que tenga gente, pero es imposible negar los niveles de afluencia.
Comienza a volverse tarde pero eso no es algo que preocupe demasiado a los enanos, otra mancha para el tigre y todo eso. Claro que a Maquiavelo si le hubiera gustado pillar una de las ciudades grandes primero por comodidad.
Otra noche a la intemperie “suspira”.
¡Yei!
El optimismo del chiquillo rubio es alentador sin duda, clara inocencia de la edad. Curiosamente el inventor termina encogiéndose de hombros y aceptando el incomodo destino gracias a su pariente por elección, su rara actitud siempre resulta contagiosa.
Luego de dejar de pasar una caravana comercial bastante larga, Chim decide entrar al bosque. No es buena idea acampar cerca del camino pues siempre hay gente idiota con ganas de molestar a los demás.
Es en esa particular fase de exploración cuando el par vislumbra algo, una señorita de aspecto curioso que tiene toda la pinta de estar fuera de su elemento… tiene grabada la palabra “turista” en la frente.
Si bien el inventor trata de rodear para no tener que gastar tiempo explicando cosas, cuando se da cuenta ya su hermanito está al lado de la mujer y agitando la mano derecha a modo de saludo animado.
Un día de estos saludara a un oso “niega con la cabeza”.
Ya sin poder escapar discretamente, Chim se acerca también. Puede ser un tanto arisco pero jamás maleducado. primero las presentaciones, luego la educada patada en el trasero para que cada quien agarre por su lado.
Buenas… “mira bien el cielo” noches, lamento la interrupción “sujeta al brujito de los hombros con algo de juego intrínseco” es especial jejeje.
“Canel sonríe de manera boba”.
Invitado
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Re: Renacimiento: nuevos lazos [libre]
El atardecer comenzaba y no necesitaba ojos para saberlo, ya los rayos del sol no acariciaban mi piel entre los árboles. Caminaba desde temprano por los senderos rumbo a Lunargenta aquel día, Derek me esperaba allí, quería pedirle un importante favor por lo que acordamos esta reunión para mañana, aun me faltaba poco, pero tenía la esperanza de no necesitar acampar en el camino. O de esa manera lo tuve premeditado.
Quizás la mochila de mayor tamaño que preparé para el viaje a la ciudad atrajo mi desgracia, un hombre de mayor tamaño choco contra mi haciéndome perder el equilibro, como resultado caí para atrás inevitablemente.
- Uhhh, disculpa niña.. jeje- su voz burlona sonaba carrasposa y de tonos extremadamente grabes, muy lejos ya estaba de la gloriosa juventud, y col la suerte que manejaba últimamente, como no desconfiar; no tenía ánimos de ningún enfrentamiento en este momento pero lo mataría si era necesario. Aun así podía darle el derecho de la duda, quizás no se trataba más que de un simple accidente, ir por senderos de ripio descalza era más fácil para los no videntes, mientras no tocara el césped seguía en el camino y ya conocía bastante esta ruta, podría no haberlo notado, o él llegar desde el bosque, existían demasiadas posibilidades que abogaban por una simple casualidad.
- No, discúlpeme usted por no verlo... - todo parecía normal, me acomode la capucha y mis cabellos bajo está cubriendo bien mi rostro. Trate de levantarme, pero era tan grande mi bolso que no lograría ponerme en pie con la carga a mi espalda, la fuerza no era uno de mis talentos. "Mejor lo hago de la manera clásica, no le mostrare a este tipo que soy una bruja tan despreocupada mente", los brujos no éramos muy queridos por la sociedad, y yo más que nadie trataba de ser precavida con ello.
- Necesitas ayuda? - entonces se acercó.
- No, está bien... no se preocupe y continúe por favor. - no quise sonar descortés, pero mientras más pronto retomara mi camino mejor me sentiría al respecto.
Me quite la mochila para luego ponerme de pie rápidamente; Solo poniéndome en cuclillas era más fácil cargar con el peso de unas maderas que llevaba en el interior del mismo. Me disponía a luchar contra el peso cuando escuche algo en la hierba moverse rápidamente hacia mí.
Todo paso muy rápido.
El hombre no estaba solo... no, aquel golpe, mi caída, nada fue un accidente, estaba con otro y ambos empezaron a correr con mi mochila hacia el interior del bosque "Que idiota!! Y yo caí en la trampa perfectamente!!!!! Claaaro que esperaban que me quite la mochila... Como pude ser tan torpeeee!" Enojarme conmigo era una forma de flagelo por lo inocente e idiota que resultaba a veces.
Me recupere de inmediato e inicié la carrera, los escuchaba claramente antes de que me vieran y empezaran a correr a velocidad: cada zancada sobre la pastura, rompiendo ramas a su paso y riéndose de mi a voz fuerte de su hazaña bien lograda, me gritaban entretenidos como si no hubiera nada que yo pudiera hacer, había corrido tras ellos de inmediato pero eran bastante rápidos como para notar lo mucho que se alejaban de mí. Moví mis dedos abriendo completamente la mano de un solo golpe para activar mi telequinesis tratando de percibir cada molécula de hidrógeno en el ambiente. Ese era mi mejor truco para hacer algo muy parecido a observar todo a mí alrededor a mayor distancia. La humedad no era lo suficientemente fuerte como para que distinguiera detalles precisos, pero podía notar los árboles y diferentes bultos, la idea era comenzar con una lluvia de piedras que los amedrentara hasta que se rindan pero más adelante habían unas personas, no necesitaba otros heridos en esto, peor aún, así en movimiento no podría apuntar bien como para arriesgarme a lanzarles objetos. "Diablos!!!"
No estaban en el camino directo, pero si mucho más cerca de una intersección con los maleantes, entonces pensé en pedirles ayuda.
- Deténganlos!!!! Por favooorrrr!!!! - grite desesperada - Me robaron! Auxilio!
Mis gritos también alarmaron a los hombres, pues al notar a las otras personas su velocidad disminuyo un instante.
- Una madre y sus niños?
- Ni te molestes hermano... Sigamos!
Quizás la mochila de mayor tamaño que preparé para el viaje a la ciudad atrajo mi desgracia, un hombre de mayor tamaño choco contra mi haciéndome perder el equilibro, como resultado caí para atrás inevitablemente.
- Uhhh, disculpa niña.. jeje- su voz burlona sonaba carrasposa y de tonos extremadamente grabes, muy lejos ya estaba de la gloriosa juventud, y col la suerte que manejaba últimamente, como no desconfiar; no tenía ánimos de ningún enfrentamiento en este momento pero lo mataría si era necesario. Aun así podía darle el derecho de la duda, quizás no se trataba más que de un simple accidente, ir por senderos de ripio descalza era más fácil para los no videntes, mientras no tocara el césped seguía en el camino y ya conocía bastante esta ruta, podría no haberlo notado, o él llegar desde el bosque, existían demasiadas posibilidades que abogaban por una simple casualidad.
- No, discúlpeme usted por no verlo... - todo parecía normal, me acomode la capucha y mis cabellos bajo está cubriendo bien mi rostro. Trate de levantarme, pero era tan grande mi bolso que no lograría ponerme en pie con la carga a mi espalda, la fuerza no era uno de mis talentos. "Mejor lo hago de la manera clásica, no le mostrare a este tipo que soy una bruja tan despreocupada mente", los brujos no éramos muy queridos por la sociedad, y yo más que nadie trataba de ser precavida con ello.
- Necesitas ayuda? - entonces se acercó.
- No, está bien... no se preocupe y continúe por favor. - no quise sonar descortés, pero mientras más pronto retomara mi camino mejor me sentiría al respecto.
Me quite la mochila para luego ponerme de pie rápidamente; Solo poniéndome en cuclillas era más fácil cargar con el peso de unas maderas que llevaba en el interior del mismo. Me disponía a luchar contra el peso cuando escuche algo en la hierba moverse rápidamente hacia mí.
Todo paso muy rápido.
El hombre no estaba solo... no, aquel golpe, mi caída, nada fue un accidente, estaba con otro y ambos empezaron a correr con mi mochila hacia el interior del bosque "Que idiota!! Y yo caí en la trampa perfectamente!!!!! Claaaro que esperaban que me quite la mochila... Como pude ser tan torpeeee!" Enojarme conmigo era una forma de flagelo por lo inocente e idiota que resultaba a veces.
Me recupere de inmediato e inicié la carrera, los escuchaba claramente antes de que me vieran y empezaran a correr a velocidad: cada zancada sobre la pastura, rompiendo ramas a su paso y riéndose de mi a voz fuerte de su hazaña bien lograda, me gritaban entretenidos como si no hubiera nada que yo pudiera hacer, había corrido tras ellos de inmediato pero eran bastante rápidos como para notar lo mucho que se alejaban de mí. Moví mis dedos abriendo completamente la mano de un solo golpe para activar mi telequinesis tratando de percibir cada molécula de hidrógeno en el ambiente. Ese era mi mejor truco para hacer algo muy parecido a observar todo a mí alrededor a mayor distancia. La humedad no era lo suficientemente fuerte como para que distinguiera detalles precisos, pero podía notar los árboles y diferentes bultos, la idea era comenzar con una lluvia de piedras que los amedrentara hasta que se rindan pero más adelante habían unas personas, no necesitaba otros heridos en esto, peor aún, así en movimiento no podría apuntar bien como para arriesgarme a lanzarles objetos. "Diablos!!!"
No estaban en el camino directo, pero si mucho más cerca de una intersección con los maleantes, entonces pensé en pedirles ayuda.
- Deténganlos!!!! Por favooorrrr!!!! - grite desesperada - Me robaron! Auxilio!
Mis gritos también alarmaron a los hombres, pues al notar a las otras personas su velocidad disminuyo un instante.
- Una madre y sus niños?
- Ni te molestes hermano... Sigamos!
Merida DunBroch
Honorable
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Re: Renacimiento: nuevos lazos [libre]
No tuve mucho tiempo para pensar en mis siguientes pasos, pues pronto esa inminente sensación de soledad que comenzaba a crecer en mis entrañas se extinguió de forma abrupta con una aparición. Fue como si dos espíritus se materializaran frente a mí, estuve a punto de tomar la cruz celta que colgaba de mi cuello para exorcizar a los dos demonios. Pero los demonios no sonríen de una forma tan inocente, ni tienen esos ojos tan transparentes, ni saludan con pequeñas manos llenas de encanto. Llené mis cachetes con el aire que se me había atorado en el estómago y finalmente dejé que explotaran dejando ver una gran sonrisa al gracioso niño del tambor.
- Buenas noches- respondí al segundo niño. Este otro parecía algo mayor que el primero, en sus ojos no había tanta inocencia. Aunque esos fueron los pocos rasgos que pude obtener, dado que la luz se desvanecía rápidamente. -¿interrupción? ¡Qué va! Estaba pensando en buscar algo para comer. ¿Alguna idea?- pregunté con cierta picardía, los niños siempre lo sabían todo. - Claro que es especial- agregué, con cierta melosidad en mi voz. Por alguna razón ese par de ojos me atrajeron desde el primer momento. Levanté tentativamente una mano para acariciarle la cabeza… a ambos. Los adultos no podemos mostrar sesgos. -¿Cómo se llaman? Yo soy Bree y…-
- ¡¡¡¡DETÉNGANLOS!!!! ¡¡¡¡POR FAVOOORRRR!!!! ¡ME ROBARON! ¡AUXILIO!
Me mordí el labio superior, los gritos de una mujer sonaban desesperados. Miré alrededor y vi dos figuras corriendo en el mismo claro en donde nos encontrábamos. Sin pensarlo me lancé al encuentro de uno que parecía cargar con un bulto a sus espaldas. Evidentemente era el más lento de los dos. A media carrera un pensamiento fugaz me hizo pensar en el par de niños y mi comida, pero ya era demasiado tarde. Mi cuerpo se había movido por sí mismo y cuando me di cuenta iba rasante por el suelo, con las piernas por delante para hacerle una tijera al desprevenido ladrón. Nuestras piernas hicieron contacto en lo que pareció una escena en cámara lenta y de pronto estábamos rodando por la tierra, pasto y raíces. Cuando nos detuvimos estaba desorientada, pero aproveché el momento para sentarme sobre él y darle un par de puñetazos en la cara cerciorándome que estuviese inconsciente. Un satisfactorio ‘crack’ me hizo pensar que cuando despertase la nariz rota haría reflexionar al ladrón.
Me aparté del cuerpo inerte, buscando el bolso, sin éxito. Mis ojos fueron directo hacia un movimiento en mi vista periférica. El otro malandro tenía el saco -¡Rayos! ¿cuándo?- definitivamente había subestimado a mis oponentes. Al ver el titubeo del ladrón puse las manos en alto -Negociemos- sonreí. En realidad no tenía un ápice de fuerzas para sonreír, me sentía cansada, mi cuerpo estaba trabajando con dificultad, si tuviera que enfrentarme a este, no sabría decir que tan bien parada saldría. Pero siempre era bueno mostrar un frente fuerte, hacer dudar a tus enemigos.
- Buenas noches- respondí al segundo niño. Este otro parecía algo mayor que el primero, en sus ojos no había tanta inocencia. Aunque esos fueron los pocos rasgos que pude obtener, dado que la luz se desvanecía rápidamente. -¿interrupción? ¡Qué va! Estaba pensando en buscar algo para comer. ¿Alguna idea?- pregunté con cierta picardía, los niños siempre lo sabían todo. - Claro que es especial- agregué, con cierta melosidad en mi voz. Por alguna razón ese par de ojos me atrajeron desde el primer momento. Levanté tentativamente una mano para acariciarle la cabeza… a ambos. Los adultos no podemos mostrar sesgos. -¿Cómo se llaman? Yo soy Bree y…-
- ¡¡¡¡DETÉNGANLOS!!!! ¡¡¡¡POR FAVOOORRRR!!!! ¡ME ROBARON! ¡AUXILIO!
Me mordí el labio superior, los gritos de una mujer sonaban desesperados. Miré alrededor y vi dos figuras corriendo en el mismo claro en donde nos encontrábamos. Sin pensarlo me lancé al encuentro de uno que parecía cargar con un bulto a sus espaldas. Evidentemente era el más lento de los dos. A media carrera un pensamiento fugaz me hizo pensar en el par de niños y mi comida, pero ya era demasiado tarde. Mi cuerpo se había movido por sí mismo y cuando me di cuenta iba rasante por el suelo, con las piernas por delante para hacerle una tijera al desprevenido ladrón. Nuestras piernas hicieron contacto en lo que pareció una escena en cámara lenta y de pronto estábamos rodando por la tierra, pasto y raíces. Cuando nos detuvimos estaba desorientada, pero aproveché el momento para sentarme sobre él y darle un par de puñetazos en la cara cerciorándome que estuviese inconsciente. Un satisfactorio ‘crack’ me hizo pensar que cuando despertase la nariz rota haría reflexionar al ladrón.
Me aparté del cuerpo inerte, buscando el bolso, sin éxito. Mis ojos fueron directo hacia un movimiento en mi vista periférica. El otro malandro tenía el saco -¡Rayos! ¿cuándo?- definitivamente había subestimado a mis oponentes. Al ver el titubeo del ladrón puse las manos en alto -Negociemos- sonreí. En realidad no tenía un ápice de fuerzas para sonreír, me sentía cansada, mi cuerpo estaba trabajando con dificultad, si tuviera que enfrentarme a este, no sabría decir que tan bien parada saldría. Pero siempre era bueno mostrar un frente fuerte, hacer dudar a tus enemigos.
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Neófito
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Re: Renacimiento: nuevos lazos [libre]
Seguía corriendo a toda velocidad tras ellos y por más que gritara, los maleantes no hacían reparo ni en mis gritos desesperados ni en las personas que había allí, estaban confiados en haberse salido con la suya.
"Hijos de su buena madre! Tengo que entregarle esas cosas de Derek! Me va a matar si las pierdo!!! Voy a tener que usar magia..."
Levanté las manos dispuesta, no podía permitir que se fueran lejos con mis cosas pues no tenia la aptitud física para correr mucho mas, ya estaba moviendo los dedos cuando un sorpresivo ataque arrebato contra ellos y me detuvo en mi intento de inmediato bajando los brazos. La mujer a la que le había gritado reaccionó contra el que llevaba mi mochila como una experta luchadora; no deje de correr hasta que estuve bastante cerca de ellos. Algo raro pasaba con la muchacha, la humedad en el ambiente se pegaba a su cuerpo con mayor facilidad como si fuera estática o algo similar, podía percibir cada limite en su cuerpo, sus facciones, sus rasgos, todo; no tenía sentido para un humano clásico, en definitiva no era una humana normal, pero me estaba ayudando. Quien era yo para juzgarla.
"Más vale ser precavida" pensé guardando mi distancia de todos ellos.
Paralizo sin problemas a su contrincante, tenía una fuerza y control bastante abrumadoras, tanto yo como el otro sujeto quedamos algo anonadados al verla, los dos no nos movíamos.
- ehh...
No sabía que decir, pero sentí cuando los pies ajenos tuvieron la intención de volver a darse a la fuga. No lo pensé demasiado, giré mi cuerpo hacia quien se llevaba mis cosas y levanté el brazo para hacer un efecto latigazo con el dedo índice y mayor usando así mi telequinesis.
Aquel hombre corría desesperado y asustado, mirando hacia atrás de vez en vez asegurándose que no lo estuviéramos siguiendo. Fue en una de esas volteadas de cabeza que no notó cuando un tronco de gran tamaño se alzó por encima de sus hombros, su rostro ladeado impacto en seco contra el gran pedazo de madera dándole a la altura de la sien, se escucho un estruendo fuerte y pronto cayó inconsciente al suelo.
- Yei! - apreté los puños en señal de celebración cortando así el control mágico y dejando caer el tronco al piso, entonces corrí rápidamente hasta él para recuperar mi mochila. "Derek no me matara Q_Q" Gire la cabeza hacia mi heroína ya mas confiada y descuidada por distraída, había olvidado que debía tener precaución y guardar distancia - Mil gracias!
"Hijos de su buena madre! Tengo que entregarle esas cosas de Derek! Me va a matar si las pierdo!!! Voy a tener que usar magia..."
Levanté las manos dispuesta, no podía permitir que se fueran lejos con mis cosas pues no tenia la aptitud física para correr mucho mas, ya estaba moviendo los dedos cuando un sorpresivo ataque arrebato contra ellos y me detuvo en mi intento de inmediato bajando los brazos. La mujer a la que le había gritado reaccionó contra el que llevaba mi mochila como una experta luchadora; no deje de correr hasta que estuve bastante cerca de ellos. Algo raro pasaba con la muchacha, la humedad en el ambiente se pegaba a su cuerpo con mayor facilidad como si fuera estática o algo similar, podía percibir cada limite en su cuerpo, sus facciones, sus rasgos, todo; no tenía sentido para un humano clásico, en definitiva no era una humana normal, pero me estaba ayudando. Quien era yo para juzgarla.
"Más vale ser precavida" pensé guardando mi distancia de todos ellos.
Paralizo sin problemas a su contrincante, tenía una fuerza y control bastante abrumadoras, tanto yo como el otro sujeto quedamos algo anonadados al verla, los dos no nos movíamos.
- ehh...
No sabía que decir, pero sentí cuando los pies ajenos tuvieron la intención de volver a darse a la fuga. No lo pensé demasiado, giré mi cuerpo hacia quien se llevaba mis cosas y levanté el brazo para hacer un efecto latigazo con el dedo índice y mayor usando así mi telequinesis.
Aquel hombre corría desesperado y asustado, mirando hacia atrás de vez en vez asegurándose que no lo estuviéramos siguiendo. Fue en una de esas volteadas de cabeza que no notó cuando un tronco de gran tamaño se alzó por encima de sus hombros, su rostro ladeado impacto en seco contra el gran pedazo de madera dándole a la altura de la sien, se escucho un estruendo fuerte y pronto cayó inconsciente al suelo.
- Yei! - apreté los puños en señal de celebración cortando así el control mágico y dejando caer el tronco al piso, entonces corrí rápidamente hasta él para recuperar mi mochila. "Derek no me matara Q_Q" Gire la cabeza hacia mi heroína ya mas confiada y descuidada por distraída, había olvidado que debía tener precaución y guardar distancia - Mil gracias!
Merida DunBroch
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Re: Renacimiento: nuevos lazos [libre]
Trillado o no, esto de no tener recuerdos me tenía ligeramente fuera de foco. Probablemente porque aún no tenía otras cosas en las que ocupar mi mente más que el desconcertante presente. Ahora que la misteriosa damisela en apuros había aparecido y parecía tener todo bajo control, mi deber cívico había llegado a su conclusión. Casi que podría asegurar que fue cuanto menos misteriosa la forma en la que los hechos de desenlazaron. Es decir, podría jurar que de alguna forma la joven controló un objeto para golpear al ladrón que cobardemente se daba a la fuga. Me pellizqué el labio inferior con mis dedos índice y pulgar sopesando la situación. - Ajá- musité como si hubiese descubierto la cura contra la estupidez cuando en realidad sólo había decidido que realmente no me importaba.
Viendo que la chica recuperaba sus petates recordé mi hambre y consecuentemente, los niños. No pude evitar fruncir el entrecejo ante mi pena al ver que me habían abandonado. “Ahí se esfumaron dos buenas razones para una noche despreocupada”. Suspiré algo perdida, ya era entrada la noche y comenzaba a pensar que demasiada libertad estaba siendo contraproducente. Sentí que se me iluminaba el rostro cuando escuché a la joven agradeciéndome, una idea comenzaba a formarse en mi mente. - Tch tch tch- hice sonar mi lengua contra el paladar mientras negaba con la cabeza y me volvía para sonreírle a la desconocida. Mi sonrisa se petrificó al verle el rostro y mis labios se contrajeron como si estuviesen teniendo un ataque de epilepsia. Di un par de pasos en su dirección, mis ojos podían estar engañándome.
Pero al acercarme mi estómago solamente se contrajo. Esa cosita pequeña y flacucha había sido mancillada y rearmada como si fuese un pedazo de carne. Cerré mi boca cuando sentí que el aire fresco de la noche me golpeaba el rostro. Me aclaré la garganta tratando de no ser tan evidente. Fuera como fuera, teniendo la historia que tuviera, y la rodeara todo el misterio que la rodeara… ¡ahora era mi única esperanza para encontrar donde comer! - Sólo cumplía con uno de los deberes de un buen ciudadano… De todas formas, veo que tienes todo bajo control. Soy Bree por cierto y con esta pequeña situación se me perdieron mis dos potenciales guías locales. ¿Alguna idea de un buen sitio para comer y encontrar un trabajo decente?- sabía que la estaba bombardeando a preguntas, pero por algún motivo sentí la necesidad de no dejar pasar mi segunda oportunidad de la noche.
¿Quería encontrar un trabajo? No estaba segura, pero necesitaba dinero para poder manejarme ¿cierto? Tenía que volver a incorporarme a la sociedad, conocer personas. Aprovechar esa “segunda oportunidad”. Y por todo lo más sagrado que podría haber sobre estas tierras, pretendía pegarme a esta jovencita como si mi vida dependiese de ello. Uno de los ladrones comenzó a moverse, evidentemente estaban volviendo en sí. Me acerqué a él -¿Qué se hace con esto?- me pregunté en voz alta. Si la joven no me diera ninguna idea particular, pensaba darle una patada en la cabeza para que continuara en el mundo de los sueños. No quería tener que tratar con problemas de ladrones gratuitamente.
Viendo que la chica recuperaba sus petates recordé mi hambre y consecuentemente, los niños. No pude evitar fruncir el entrecejo ante mi pena al ver que me habían abandonado. “Ahí se esfumaron dos buenas razones para una noche despreocupada”. Suspiré algo perdida, ya era entrada la noche y comenzaba a pensar que demasiada libertad estaba siendo contraproducente. Sentí que se me iluminaba el rostro cuando escuché a la joven agradeciéndome, una idea comenzaba a formarse en mi mente. - Tch tch tch- hice sonar mi lengua contra el paladar mientras negaba con la cabeza y me volvía para sonreírle a la desconocida. Mi sonrisa se petrificó al verle el rostro y mis labios se contrajeron como si estuviesen teniendo un ataque de epilepsia. Di un par de pasos en su dirección, mis ojos podían estar engañándome.
Pero al acercarme mi estómago solamente se contrajo. Esa cosita pequeña y flacucha había sido mancillada y rearmada como si fuese un pedazo de carne. Cerré mi boca cuando sentí que el aire fresco de la noche me golpeaba el rostro. Me aclaré la garganta tratando de no ser tan evidente. Fuera como fuera, teniendo la historia que tuviera, y la rodeara todo el misterio que la rodeara… ¡ahora era mi única esperanza para encontrar donde comer! - Sólo cumplía con uno de los deberes de un buen ciudadano… De todas formas, veo que tienes todo bajo control. Soy Bree por cierto y con esta pequeña situación se me perdieron mis dos potenciales guías locales. ¿Alguna idea de un buen sitio para comer y encontrar un trabajo decente?- sabía que la estaba bombardeando a preguntas, pero por algún motivo sentí la necesidad de no dejar pasar mi segunda oportunidad de la noche.
¿Quería encontrar un trabajo? No estaba segura, pero necesitaba dinero para poder manejarme ¿cierto? Tenía que volver a incorporarme a la sociedad, conocer personas. Aprovechar esa “segunda oportunidad”. Y por todo lo más sagrado que podría haber sobre estas tierras, pretendía pegarme a esta jovencita como si mi vida dependiese de ello. Uno de los ladrones comenzó a moverse, evidentemente estaban volviendo en sí. Me acerqué a él -¿Qué se hace con esto?- me pregunté en voz alta. Si la joven no me diera ninguna idea particular, pensaba darle una patada en la cabeza para que continuara en el mundo de los sueños. No quería tener que tratar con problemas de ladrones gratuitamente.
Off Perdón por la tardanza y lo escueto T-T no quise avanzar mas porque no queria ponernos en la situación de "si tal cosa o si tal otra" por lo que te doy carta blanca para el siguiente post. No sentí apropiado pasar a la acción en mi segundo post @o@ Gomenasai -.-
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Re: Renacimiento: nuevos lazos [libre]
- Lunargenta no está muy lejos, si quieres me acompañas hasta allá, pero nos tomara unos buenos pasos. - era mi destino después de todo, Derek se preocuparía si llegaba al pueblo demasiado tarde y todo parecía decirme que efectivamente, estaba en problemas: el fresco golpeando mi piel con la brisa helada, la humedad en el ambiente que acrecentaba a cada instante junto con el descenso de temperatura constante, no, definitivamente, no eran buenas señales. “si, algo me dirá”.
- Es muy loco eso que dices de "buen ciudadano"- atisbe a decirle sin levantar la voz demasiado, no sabía que significaban realmente esas palabras "buen ciudadano", "mal ciudadano" era un contrapuesto a lo que se coincidiera maldad? Pero cuál era la pauta o la fórmula para determinar a uno bueno o a uno malo? Ciudadano se refería a ciudad? Por lugares grandes como Lunargenta?" recodaba términos que Derek solía usar "pero entonces las personas en los pueblos no eran buenos o malos, o ellos también eran ciudadanos, y todos los lugares grandes contaban como ciudad?" era muy curioso y complejo el concepto "ayudar es parte de ser bueno?, detener a los ladrones es ser bueno? Golpear a un desconocido sin conocer el contexto es algo bueno? la justicia por mano propia es buena? los justicieros son buenos? no golpear a otros por ayudar a alguien más es ser malo? Si yo lo golpeaba era buena ciudadana? si el me golpeaba era buen ciudadano?" mil y una incógnitas abordaban mi cabeza en lo que me acercaba al sujeto tirado en el suelo.
- Si, parece que va a despertarse... - levanté la manga de mis prendas exhibiendo la pequeña ballesta de muñeca, unté un veneno en la punta alistándola y me disponía a matarlo con un solo dardo en el cuello, allí donde la carótida latía con toda intensidad, pero los dilemas morales sacudían mi cabeza y a la vez también la voz de Derek que me decía que no podía alimentarme de otros humanos, que eso no era comida. "Sería una buena ciudadana si lo mato? Derek dijo que no era correcto comerse a los otros, pero matarlos?" no estaba segura, pero algo si era lógico, si no me lo podía comer, no tenía sentido quitarle su preciada vida. Baje el brazo sin disparar y cubriendo la ballesta de nuevo. - Dejémoslo tirado... Que luego se levanta y se va a su casa seguro.
- Soy Mérida… un gusto también – intenté sonreír para parecer agradable y me acordé de mi rostro poco amigable… - Demonios, el hechizo – cubrí mi cara de inmediato con ambas manos tapando las marcas de mi cicatriz – lamento que hayas tenido que ver eso – al bajar mis manos, la pantalla ilusoria ya se encontraba allí, dibujándome unos bellos ojos color verde, típicos y poco llamativos.
No espere su respuesta, estaba incomoda por lo que acomode la mochila en mi espalda y volví a caminar hacia el norte. Quizás no podía ver, pero estaba acostumbrada a este bosque como a todos los bosques de los alrededores de Lunargenta, además con la humedad de la noche, mi telequinesis molecular era más factible por lo que podía percibir el entorno con mayor comodidad.
- Es muy loco eso que dices de "buen ciudadano"- atisbe a decirle sin levantar la voz demasiado, no sabía que significaban realmente esas palabras "buen ciudadano", "mal ciudadano" era un contrapuesto a lo que se coincidiera maldad? Pero cuál era la pauta o la fórmula para determinar a uno bueno o a uno malo? Ciudadano se refería a ciudad? Por lugares grandes como Lunargenta?" recodaba términos que Derek solía usar "pero entonces las personas en los pueblos no eran buenos o malos, o ellos también eran ciudadanos, y todos los lugares grandes contaban como ciudad?" era muy curioso y complejo el concepto "ayudar es parte de ser bueno?, detener a los ladrones es ser bueno? Golpear a un desconocido sin conocer el contexto es algo bueno? la justicia por mano propia es buena? los justicieros son buenos? no golpear a otros por ayudar a alguien más es ser malo? Si yo lo golpeaba era buena ciudadana? si el me golpeaba era buen ciudadano?" mil y una incógnitas abordaban mi cabeza en lo que me acercaba al sujeto tirado en el suelo.
- Si, parece que va a despertarse... - levanté la manga de mis prendas exhibiendo la pequeña ballesta de muñeca, unté un veneno en la punta alistándola y me disponía a matarlo con un solo dardo en el cuello, allí donde la carótida latía con toda intensidad, pero los dilemas morales sacudían mi cabeza y a la vez también la voz de Derek que me decía que no podía alimentarme de otros humanos, que eso no era comida. "Sería una buena ciudadana si lo mato? Derek dijo que no era correcto comerse a los otros, pero matarlos?" no estaba segura, pero algo si era lógico, si no me lo podía comer, no tenía sentido quitarle su preciada vida. Baje el brazo sin disparar y cubriendo la ballesta de nuevo. - Dejémoslo tirado... Que luego se levanta y se va a su casa seguro.
- Soy Mérida… un gusto también – intenté sonreír para parecer agradable y me acordé de mi rostro poco amigable… - Demonios, el hechizo – cubrí mi cara de inmediato con ambas manos tapando las marcas de mi cicatriz – lamento que hayas tenido que ver eso – al bajar mis manos, la pantalla ilusoria ya se encontraba allí, dibujándome unos bellos ojos color verde, típicos y poco llamativos.
No espere su respuesta, estaba incomoda por lo que acomode la mochila en mi espalda y volví a caminar hacia el norte. Quizás no podía ver, pero estaba acostumbrada a este bosque como a todos los bosques de los alrededores de Lunargenta, además con la humedad de la noche, mi telequinesis molecular era más factible por lo que podía percibir el entorno con mayor comodidad.
Merida DunBroch
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Re: Renacimiento: nuevos lazos [libre]
-Lunargenta- dejé que el nombre rodara por mi lengua, probando su sabor -me gusta- musité con una sonrisa burlona, sonaba fuerte, delicioso y lunar, casi místico. ¿Unos buenos pasos? Bue’ tampoco era como que tuviese demasiado para hacer, mi permanente cara de feliz cumpleaños se mantuvo mientras escuchaba a la joven ¿tal vez debería de compartir mis chistes internos? Nha, aún no teníamos esa confianza. -¿sí?- fue la única respuesta que atisbé a decir ante lo de buen ciudadano. Me llevé los dedos pulgar e índice al mentón ¿tal vez era un trato de mi personalidad? Meh. Cajita mental guardado para futuro análisis.
Sentí que mis ojos se abrieron como platos cuando algo tan pequeñito y que parecía tan vulnerable sacó tan de la nada esa arma y estuvo a punto de matar al tipo. Esto… ¿cómo describirlo? Por un momento se me puso la piel de gallina en la espalda. -Badass- la palabra salió de entre mis labios como un leve suspiro, suave. Dudo que ella la llegase a escuchar “¿Badass?” negué con la cabeza. Me cachetee las mejillas un par de veces con ambas manos y asentí con la cabeza con el ceño fruncido. Yo no lo dejaría tirado… ¿Qué no había alguna fuerza que se ocupase del rufián? ¿qué pasaba con esta realidad? Recordando los no-ojos, expresé mi asentimiento con una sola palabra. -sí
-Mérida- le devolvía la sonrisa cuando se tapó el rostro y se disculpó “¿Ah? ¿qué? ¿por qué…? ¡Oh! Mmm…” Estaba en un estado de pensamiento profundo. Al parecer mi siestita de quién sabe cuánto tiempo había enlentecido mis procesos, sobre todo los sociales. ¿Cómo explicarle que no me incomodaba? Tenía la sensación de haber visto más cicatrices como esas en mi vida. Pero no podía poner mi dedo sobre ello. La ‘distorsión’ se volvió a mover en mi cabeza, pero rápidamente almacené todo ese desarrollo en otra cajita en mi cabeza. Cuando no hubo más movimiento en mi cabeza, supe que había hecho lo correcto y sonreí, le estaba empezando a agarrar la mano al asunto. Cuando quise acordar, la chica ya había echado a andar así que tuve que apurar el paso para alcanzarla, pero al inclinarme para hablarle y ver su rostro…
-¡Má!! Mamama ¡gia! – me atoré con mi propia saliva y comencé a toser, sin dar crédito a mis ojos. Sin poder contenerme apunté con mi dedo índice a Mérida -¡Bruja!- y cuando la palabra salió despedida de mi boca, me la tapé con las dos manos, dándome cuenta de que tenía un gusto más natural en mi corazón que lo que mi cerebro había dado crédito. Momento estúpido aparte, puse mis brazos a ambos lados de mi cuerpo y me aclaré la garganta. -Lo siento, fue muy inmaduro de mi parte. Me dejé llevar, me está costando bastante adaptarme a - hice una pausa, buscando las palabras adecuadas, tampoco le iba a contar la no-existente historia de mi vida hasta no estar segura de que esa arma no estaría apuntando a mi cuello mientras durmiera- esta zona. Estuve…confinada mucho tiempo y es un poco abrumadora la realidad-.
Me encogí de hombros y eché mis brazos tras la nuca mientras miraba las estrellas a través de los árboles. Era una noche grata, el aire nocturno siempre había sido uno de mis favoritos. - Eres buena en todo esto ¿cómo lo haces?- le pregunté, en un intento por hacer conversación. No me mal entiendan, no tengo nada en contra del silencio, es sólo que esta chica de vibrantes cabellos me tenía desconcertada, ella, y todo lo demás. Era como si estuviese viviendo en una especie de extraño sueño, pero por raro que pareciera, sabía que era más real que el cuscús con manteca, o caballos comiendo arroz, o… bueno, se entiende la idea.
Digamos que no era sencillo para mí continuar en el camino, por las irregularidades del suelo, por las ramas de los árboles ocasionales, por los sonidos extraños que nos rodeaban, pero ella se movía como una sombra que era parte del paisaje. Si mi amor propio fuese un poquito más pequeño, me sentiría ofendida por la diferencia en habilidad. Sobre todo porque se suponía que yo era buena en este tipo de cosas. “¿qué?”. Me detuve al alcanzar una bifurcación en el camino. Miré a ambos lados y luego a mi compañera de viaje. Estaba por volver a abrir mi boca, cuando escuché unos gritos de auxilio a la distancia y el inconfundible olor a humo. -O no- intercambié mi vista entre la brujita y la dirección de los gritos. Tenía que apurarme a tomar mi decisión. - Tengo que ir ¿estarás bien?– susurré - lo siento- dije, poniendo una mano suave y apenas por un momento sobre su hombro, a modo de despedida de modo de no hacer nada excesivo. Con eso, salí corriendo con todo lo que tenía.
Sentí que mis ojos se abrieron como platos cuando algo tan pequeñito y que parecía tan vulnerable sacó tan de la nada esa arma y estuvo a punto de matar al tipo. Esto… ¿cómo describirlo? Por un momento se me puso la piel de gallina en la espalda. -Badass- la palabra salió de entre mis labios como un leve suspiro, suave. Dudo que ella la llegase a escuchar “¿Badass?” negué con la cabeza. Me cachetee las mejillas un par de veces con ambas manos y asentí con la cabeza con el ceño fruncido. Yo no lo dejaría tirado… ¿Qué no había alguna fuerza que se ocupase del rufián? ¿qué pasaba con esta realidad? Recordando los no-ojos, expresé mi asentimiento con una sola palabra. -sí
-Mérida- le devolvía la sonrisa cuando se tapó el rostro y se disculpó “¿Ah? ¿qué? ¿por qué…? ¡Oh! Mmm…” Estaba en un estado de pensamiento profundo. Al parecer mi siestita de quién sabe cuánto tiempo había enlentecido mis procesos, sobre todo los sociales. ¿Cómo explicarle que no me incomodaba? Tenía la sensación de haber visto más cicatrices como esas en mi vida. Pero no podía poner mi dedo sobre ello. La ‘distorsión’ se volvió a mover en mi cabeza, pero rápidamente almacené todo ese desarrollo en otra cajita en mi cabeza. Cuando no hubo más movimiento en mi cabeza, supe que había hecho lo correcto y sonreí, le estaba empezando a agarrar la mano al asunto. Cuando quise acordar, la chica ya había echado a andar así que tuve que apurar el paso para alcanzarla, pero al inclinarme para hablarle y ver su rostro…
-¡Má!! Mamama ¡gia! – me atoré con mi propia saliva y comencé a toser, sin dar crédito a mis ojos. Sin poder contenerme apunté con mi dedo índice a Mérida -¡Bruja!- y cuando la palabra salió despedida de mi boca, me la tapé con las dos manos, dándome cuenta de que tenía un gusto más natural en mi corazón que lo que mi cerebro había dado crédito. Momento estúpido aparte, puse mis brazos a ambos lados de mi cuerpo y me aclaré la garganta. -Lo siento, fue muy inmaduro de mi parte. Me dejé llevar, me está costando bastante adaptarme a - hice una pausa, buscando las palabras adecuadas, tampoco le iba a contar la no-existente historia de mi vida hasta no estar segura de que esa arma no estaría apuntando a mi cuello mientras durmiera- esta zona. Estuve…confinada mucho tiempo y es un poco abrumadora la realidad-.
Me encogí de hombros y eché mis brazos tras la nuca mientras miraba las estrellas a través de los árboles. Era una noche grata, el aire nocturno siempre había sido uno de mis favoritos. - Eres buena en todo esto ¿cómo lo haces?- le pregunté, en un intento por hacer conversación. No me mal entiendan, no tengo nada en contra del silencio, es sólo que esta chica de vibrantes cabellos me tenía desconcertada, ella, y todo lo demás. Era como si estuviese viviendo en una especie de extraño sueño, pero por raro que pareciera, sabía que era más real que el cuscús con manteca, o caballos comiendo arroz, o… bueno, se entiende la idea.
Digamos que no era sencillo para mí continuar en el camino, por las irregularidades del suelo, por las ramas de los árboles ocasionales, por los sonidos extraños que nos rodeaban, pero ella se movía como una sombra que era parte del paisaje. Si mi amor propio fuese un poquito más pequeño, me sentiría ofendida por la diferencia en habilidad. Sobre todo porque se suponía que yo era buena en este tipo de cosas. “¿qué?”. Me detuve al alcanzar una bifurcación en el camino. Miré a ambos lados y luego a mi compañera de viaje. Estaba por volver a abrir mi boca, cuando escuché unos gritos de auxilio a la distancia y el inconfundible olor a humo. -O no- intercambié mi vista entre la brujita y la dirección de los gritos. Tenía que apurarme a tomar mi decisión. - Tengo que ir ¿estarás bien?– susurré - lo siento- dije, poniendo una mano suave y apenas por un momento sobre su hombro, a modo de despedida de modo de no hacer nada excesivo. Con eso, salí corriendo con todo lo que tenía.
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Re: Renacimiento: nuevos lazos [libre]
Me sobresalte cuando me acuso de bruja actuando raro. Quizás era la primera vez que veía magia, si estuvo retraída tanto como afirmó tendría lógica que le sorprendiera algo así.
Pero aun así algo no estaba bien.
- No se explicar cómo lo hago- levanté las manos y con la telequinesis normal levanté varias piedras a nuestro alrededor para bajarlas luego. - solo sale y ya.
Yo, no era una persona que pudiera catalogar de extraño o raro a las demás criaturas ya que no tenía un concepto claro y específico de lo que se trataba un ser normal, pero algo no andaba bien con esta chica. Su actuar era diferente a los demás humanos con los que me cruce, no escuchaba su respiración por más cerca que estuviera y cuando intentaba leer su cuerpo a través de la humedad y el sonido, no encontraba siquiera un pulso, aunque esto solía ocurrir en personas débiles, pulso imperceptible, pero tampoco podía explicar que la humedad se pegaba a ella y condensaba, eso pasaba en todos pero la epidermis normal reaccionaba de otra manera, usar la telekinesis para mover y detectar el hidrógeno a su alrededor, era como una clara imagen vista con un par de ojos, extremadamente clara. Una carcasa de un materia de moléculas tan comprimidas que permitían la conductividad como si nada.
Quería tocarla para saber si su cuerpo producía calor, para sentir la vibración de su pulso, para escuchar mejor los débiles supuestos latidos, necesitaba respuestas y me invadió una inexorable curiosidad.
El viento del este arrastró consigo aromas muy familiares.
- Algo se incendia... - alcance a decir mientras ella me habló alarmada y liego salió corriendo.
No lo entendía en absoluto. "Alguna amistad cercana en peligro?" no era mi problema. Ella eligió su rumbo y yo tenía que culminar el mío. Me encogí de hombros y me dispuse a seguir caminando cuando un paso en falso me dejo dubitativa... "ella me ayudó antes, debería.. " una vez más las palabras de Derek explicándome las reglas del mundo de los demás "debería devolverle el favor" no estaba convencida del todo "mejor si, o arrastrare esa cuenta pendiente en mi libreta".
Seguí el rumbo de ella a mi tiempo y sin correr, no era mi estilo enfrentar nada de frente.
Pero aun así algo no estaba bien.
- No se explicar cómo lo hago- levanté las manos y con la telequinesis normal levanté varias piedras a nuestro alrededor para bajarlas luego. - solo sale y ya.
Yo, no era una persona que pudiera catalogar de extraño o raro a las demás criaturas ya que no tenía un concepto claro y específico de lo que se trataba un ser normal, pero algo no andaba bien con esta chica. Su actuar era diferente a los demás humanos con los que me cruce, no escuchaba su respiración por más cerca que estuviera y cuando intentaba leer su cuerpo a través de la humedad y el sonido, no encontraba siquiera un pulso, aunque esto solía ocurrir en personas débiles, pulso imperceptible, pero tampoco podía explicar que la humedad se pegaba a ella y condensaba, eso pasaba en todos pero la epidermis normal reaccionaba de otra manera, usar la telekinesis para mover y detectar el hidrógeno a su alrededor, era como una clara imagen vista con un par de ojos, extremadamente clara. Una carcasa de un materia de moléculas tan comprimidas que permitían la conductividad como si nada.
Quería tocarla para saber si su cuerpo producía calor, para sentir la vibración de su pulso, para escuchar mejor los débiles supuestos latidos, necesitaba respuestas y me invadió una inexorable curiosidad.
El viento del este arrastró consigo aromas muy familiares.
- Algo se incendia... - alcance a decir mientras ella me habló alarmada y liego salió corriendo.
No lo entendía en absoluto. "Alguna amistad cercana en peligro?" no era mi problema. Ella eligió su rumbo y yo tenía que culminar el mío. Me encogí de hombros y me dispuse a seguir caminando cuando un paso en falso me dejo dubitativa... "ella me ayudó antes, debería.. " una vez más las palabras de Derek explicándome las reglas del mundo de los demás "debería devolverle el favor" no estaba convencida del todo "mejor si, o arrastrare esa cuenta pendiente en mi libreta".
Seguí el rumbo de ella a mi tiempo y sin correr, no era mi estilo enfrentar nada de frente.
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Re: Renacimiento: nuevos lazos [libre]
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