La caza tras el descanso [Libre] [Cerrado]
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Re: La caza tras el descanso [Libre] [Cerrado]
Para ser sincera todo paso rápido primero Lilja se transformo y se lanzo a un acto suicida, Frith parecía desesperado por no poder ayudarla Yen y yo podíamos aver ido de a ayudarla pero tampoco podíamos dejar a Frith peleando solo, asi que nos dimos una mirada rápida para luego darle mi hacha a mi hermano despues transformarme{1} tomando forma de un lobo gris, cuando estuve en forma de lobo corrí por la misma dirección en la que Lilja había corrido entre los vampiros, empece a morder a todos los que se metían en mi camino hasta llegar a un lado de aquella criatura de pelaje anaranjado. Mientras Yen se quedaba con Frith evitando que los terminaran matando a ellos dos también ya que en generar todo en lo que estábamos metidos era un acto suicida - Ya puedes calmarte un poco y concentrarte en evitar que a nosotros nos maten, luego iremos con ellas dos - dijo Yen con una media sonrisa mientras seguía matando a los vampiros que se lanzaban sobre ellos dos. No podía evitar gruñirle también al vampiro mostrando los dientes, en ese momento ignoraba por completo el dolor de la pierna ya que no era lo mas importante para mi, no por ese momento. - Al parecer quieren jugar, pues juguemos, ya me aburrí de ser mero espectador - Dijo el vampiro esta vez con tono serio mientras se erguía para mirarnos a las dos desde arriba. Me llenó de rabia cuando el vampiro se empezaba a mostrar superior a nosotras no me aguante mas ya que no me gustaba que me vieran asi, antes de lanzarme sobre el esta vez mi apariencia cambio al de un lobo bípedo,{2} ya siendo de su tamaño me lance sobre el gruñéndole. El vampiro bloque mi embestida para luego darme un golpe en el estomago por lo cual solté un gruñido y respondí a este con un golpe en el pecho haciéndolo tambalear.
- Off-rol:
- Uso de: {1}Habilidad Racial: Transformación de lobo {2}Especialización: Lobo bípedo
Zukura Kito
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Re: La caza tras el descanso [Libre] [Cerrado]
Frith se giró, con una expresión seria en el rostro, hacia yen. Aunque las intenciones de Yen fueran mantener un poco el humor para que la situación no fuera tan tensa, a Frith no le había hecho la más mínima gracia que bromeara sobre aquello. Su hermana había tomado una decisión osada, una decisión que él consideraba estúpida. Y ahora tenía el miedo de que pudieran acabar con ella. Ya estaba imaginando el final de su hermana, y la vida que tendría sin ella. Yen lo distrajo de aquel pensamiento, al continuar hablando.
— Si, si —dijo finalmente—. Tienes razón. Perdona.
Se sintió mucho más calmado y empuño sus espadas con fuerza. Quería con todas sus fuerzas convertirse, acompañar a su hermana y a Zukura, y también a Yen si hubiera optado por convertirse, en una pelea entre licántropos en su estado puro, contra aquel vampiro arrogante. Pero no podía. Si trata de convertirse, se quedaría en un rincón inutilizado hasta que la conversión terminara. Una conversión que probablemente duraría hasta que la pelea ya hubiera terminado. Eso si un vampiro no decidía aprovechar la situación para acercarse al vulnerable Frith y acabar con el rápidamente. Le habrían dado muerta de la forma más fácil posible. Y Frith se sentía mal por aquello, por no poder dejarse llevar por la bestia que habitaba en su interior. Era una lucha constante contra su propia naturaleza.
Uno de los vampiros secuaces se acercó a él, sonriente y jadeante. Parecía sumido en el éxtasis, como si acabara de probar alguna droga muy potente, pensó Frith. El vampiro parecía fuera de sí, miraba a todas partes, pero fijaba de repente sus ojos en los de Frith. Comenzaba a mover sus articulaciones violentamente, tratando de golpear al licántropo. Después trato de subirse encima de él, morderlo repetidas veces, aunque no pudo hacerlo. Frith lo golpeo varias veces con sus espadas, causándole múltiples heridas. Aunque no parecía sentir ninguna de esas heridas. Otro vampiro se sumó a la pelea, y entre los dos encerraron a Frith en un rincón de la gran sala. Podía enfrentarse a uno de aquellos. ¿Pero a dos? Necesitaba a Yen con urgencia.
Lilja era ahora una loba enorme, con un pelaje rojizo intenso, de un color muy vivo. Sus colmillos golpeteaban entre ellos repetidamente. Se comportaba de manera violenta, agresiva. Se había lanzado contra el vampiro y lo había intentado tomar por sorpresa, pero este llevaba ya un rato esperándola. Su primer golpe lanzo a Lilja por los aires, haciendo que cayera y se arrastrara por el suelo. Se puso en pie rápidamente y volvió a correr hacia el vampiro, con las fauces abiertas dispuesta a destrozarlo por completo.
— Si, si —dijo finalmente—. Tienes razón. Perdona.
Se sintió mucho más calmado y empuño sus espadas con fuerza. Quería con todas sus fuerzas convertirse, acompañar a su hermana y a Zukura, y también a Yen si hubiera optado por convertirse, en una pelea entre licántropos en su estado puro, contra aquel vampiro arrogante. Pero no podía. Si trata de convertirse, se quedaría en un rincón inutilizado hasta que la conversión terminara. Una conversión que probablemente duraría hasta que la pelea ya hubiera terminado. Eso si un vampiro no decidía aprovechar la situación para acercarse al vulnerable Frith y acabar con el rápidamente. Le habrían dado muerta de la forma más fácil posible. Y Frith se sentía mal por aquello, por no poder dejarse llevar por la bestia que habitaba en su interior. Era una lucha constante contra su propia naturaleza.
Uno de los vampiros secuaces se acercó a él, sonriente y jadeante. Parecía sumido en el éxtasis, como si acabara de probar alguna droga muy potente, pensó Frith. El vampiro parecía fuera de sí, miraba a todas partes, pero fijaba de repente sus ojos en los de Frith. Comenzaba a mover sus articulaciones violentamente, tratando de golpear al licántropo. Después trato de subirse encima de él, morderlo repetidas veces, aunque no pudo hacerlo. Frith lo golpeo varias veces con sus espadas, causándole múltiples heridas. Aunque no parecía sentir ninguna de esas heridas. Otro vampiro se sumó a la pelea, y entre los dos encerraron a Frith en un rincón de la gran sala. Podía enfrentarse a uno de aquellos. ¿Pero a dos? Necesitaba a Yen con urgencia.
* * *
Lilja era ahora una loba enorme, con un pelaje rojizo intenso, de un color muy vivo. Sus colmillos golpeteaban entre ellos repetidamente. Se comportaba de manera violenta, agresiva. Se había lanzado contra el vampiro y lo había intentado tomar por sorpresa, pero este llevaba ya un rato esperándola. Su primer golpe lanzo a Lilja por los aires, haciendo que cayera y se arrastrara por el suelo. Se puso en pie rápidamente y volvió a correr hacia el vampiro, con las fauces abiertas dispuesta a destrozarlo por completo.
Friðþjófur Rögnvaldsson
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Re: La caza tras el descanso [Libre] [Cerrado]
Yen: Los vampiros comenzaban a acorralarlos cada vez mas, sin contar que actuaban cada vez mas extraño, como si probaran la sangre por primera vez, Yen retrocedía mientras los parita a la mitad con la espada o les cortaba las cabezas con mi hacha, pero lo peor de todo era que parecían no llegar a su fin los secuaces, ni siquiera el cuando venia aqui por un trabajo habían tantos, lo cual a mi hermano lo parecía muy extraño, aunque dejo sus pensamientos de lado cuando había perdido de vista al pelirrojo Yen volteo a ver a todos lados hasta que logro verle acorralado por unos vampiros, trato como pudo de llegar a donde estaba el antes de que le asentaran un golpe que no pudiera esquivar y atravesó a uno de los dos vampiros con la espada, para luego evitar los ataques de los que le perseguían. Cada vez estaban mas rodeados como si a cada segundo se crearan mas vampiros, fue alli donde logro entender un poco o al menos tenia una teoría de donde salían tantos secuaces. - Creo que ya se por que no se acaban estos vampiros, creo que no son del todo reales, si lo que creo es verdad hay que matar al jefe cuanto antes y estos deberían desaparecer - dijo Yen mientras le despegaba el hacha de la frente a un cadáver - ¿Listo para ayudar a las chicas? - pregunto mi hermano mientras esquina a un tajo que casi lo dejaba sin hombro derecho. Cuando atravesó el pecho del vampiro, volteo a ver la pelea de nosotras, aun no le habíamos echo mucho daño, tomo aire y luego miro a Frith y luego volteo a la oscuridad tratando de distinguir a mas vampiros que se acercaban pero, no se movía nada mas en la sala, a mi hermano no le daba buena espina aquello asi que se acercó a Frith sin quitar la vista de la parte oscura de la sala - Al parecer se quedo ya sin secuaces, es hora de planear que aremos nosotros como ayudaremos a las chicas - dijo mientras empezaba a pensar en una idea.
Zukura: El vampiro me había tomado del cuello cuando me había acercado para atacarle y me lanzo unos metros atrás al igual como había echo con Lilja, me levante y volví a correr de nuevo contra el para luego envestirlo y tirarlo al suelo cayendo sobre el para luego empezar a golpearlo con mis garras, aunque antes de poder atravesarle con mis garras me agarro las muñecas y comenzó a apretarlas mientras rodábamos en el piso haciendo que el quedara sobre mi, mie tras el seguía apretando y sonriendo yo empezaba a dejar de sentir mis dedos y la muñeca sentía que reventaría pero no me quedaría alli sin hacer nada, moví mis manos para ver aun respondían y tome las muñecas también del vampiro. - ¿Quieres que apriete mas? Con gusto - dijo el vampiro apretando mas mis muñecas. Yo solo podía responder con gruñidos ante aquellos apretones, que aunque ami me lastimaban estaba claro que para el vampiro era solo un juego infantil. Como pude tome las muñecas del vampiros y las apreté para luego como pude darle un rodillazo en la parte baja del estómago, al sentir como el vampiro aflojaba un tome sus brazos y di la vuelta de nuevo para quedar sobre el, esta vez con mi pata derecha en su garganta y lla izquierda sobre el estomago para luego empezar a jalar con fuerza los brazos y presionando la garganta con mi pata, de alguna forma algo deforme mostré una sonrisa al vampiro el cual tenia cara de suplica yo solo seguí mas, desquitarme por haberse empeñado con Lilja y Yen, por habernos echo venir hasta allí para entrar en su entretenimiento, y tal vez por tantas personas mas que habrá matado por las misma razones de la pelirroja y mi hermano. Cuando atravesé la garganta con mi pata de tanta presión que ejercí, el cuerpo dejo de forcejear y se quedo inmóvil, lo solté para luego tomar del una de sus piernas y jalarlo hacia la trampilla ya estaba cansada y arta de aquel lugar, al estar a la orilla de la trampilla en la cual Yen y yo habíamos caído al entrar lance alli el cuerpo para luego destranformarme volviendo a la normalidad, mi di un rápido vistazo y me di cuenta que el hechizo de pudor aun funcionaba, con una sonrisa en el rostro me deje caer de espaldas en el suelo, la pierna de la herida me palpitaba tanto que si hubiera tenido algo ala mano me hubiera cortado la pierna, también estaba toda bañada en sudor, todo el cuerpo me palpitaba y me sentía tan pesada como una piedra. - Cr-creo que ya - dije con la voz ronca mientras trataba de sentarme pero seme hacia imposible ya que mi cuerpo esta exhausto. Yen se acerco corriendo a donde estaba yo y me ayudo a sentarme, yo le dirigí una sonrisa como si nada hubiera pasado, suspiro y me ayudo a levantarme pasando mi brazo por su hombro - Creo que ya es hora de irnos de aquí - dijo mi hermano ayudándome a salir del salón.
Zukura: El vampiro me había tomado del cuello cuando me había acercado para atacarle y me lanzo unos metros atrás al igual como había echo con Lilja, me levante y volví a correr de nuevo contra el para luego envestirlo y tirarlo al suelo cayendo sobre el para luego empezar a golpearlo con mis garras, aunque antes de poder atravesarle con mis garras me agarro las muñecas y comenzó a apretarlas mientras rodábamos en el piso haciendo que el quedara sobre mi, mie tras el seguía apretando y sonriendo yo empezaba a dejar de sentir mis dedos y la muñeca sentía que reventaría pero no me quedaría alli sin hacer nada, moví mis manos para ver aun respondían y tome las muñecas también del vampiro. - ¿Quieres que apriete mas? Con gusto - dijo el vampiro apretando mas mis muñecas. Yo solo podía responder con gruñidos ante aquellos apretones, que aunque ami me lastimaban estaba claro que para el vampiro era solo un juego infantil. Como pude tome las muñecas del vampiros y las apreté para luego como pude darle un rodillazo en la parte baja del estómago, al sentir como el vampiro aflojaba un tome sus brazos y di la vuelta de nuevo para quedar sobre el, esta vez con mi pata derecha en su garganta y lla izquierda sobre el estomago para luego empezar a jalar con fuerza los brazos y presionando la garganta con mi pata, de alguna forma algo deforme mostré una sonrisa al vampiro el cual tenia cara de suplica yo solo seguí mas, desquitarme por haberse empeñado con Lilja y Yen, por habernos echo venir hasta allí para entrar en su entretenimiento, y tal vez por tantas personas mas que habrá matado por las misma razones de la pelirroja y mi hermano. Cuando atravesé la garganta con mi pata de tanta presión que ejercí, el cuerpo dejo de forcejear y se quedo inmóvil, lo solté para luego tomar del una de sus piernas y jalarlo hacia la trampilla ya estaba cansada y arta de aquel lugar, al estar a la orilla de la trampilla en la cual Yen y yo habíamos caído al entrar lance alli el cuerpo para luego destranformarme volviendo a la normalidad, mi di un rápido vistazo y me di cuenta que el hechizo de pudor aun funcionaba, con una sonrisa en el rostro me deje caer de espaldas en el suelo, la pierna de la herida me palpitaba tanto que si hubiera tenido algo ala mano me hubiera cortado la pierna, también estaba toda bañada en sudor, todo el cuerpo me palpitaba y me sentía tan pesada como una piedra. - Cr-creo que ya - dije con la voz ronca mientras trataba de sentarme pero seme hacia imposible ya que mi cuerpo esta exhausto. Yen se acerco corriendo a donde estaba yo y me ayudo a sentarme, yo le dirigí una sonrisa como si nada hubiera pasado, suspiro y me ayudo a levantarme pasando mi brazo por su hombro - Creo que ya es hora de irnos de aquí - dijo mi hermano ayudándome a salir del salón.
Zukura Kito
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Re: La caza tras el descanso [Libre] [Cerrado]
Todo pareció suceder tan deprisa que apenas fui consciente de que todo había acabado en el momento en el que Zukura había dado fin a la vida del vampiro. Del jefe de los vampiros. Me había quedado mirando estupefacta o la escena, la pelea, hasta que esta había terminado. No podía creer que hubiera durado tanto, ni que hubiera sido tan difícil. En varias ocasiones habíamos estado a punto de ser acorralados y haber podido morir. Aparte todos aquellos pensamientos de mi cabeza, no tenia sentido que continuara pensando eso. Habíamos sobrevivido. Mi hermana estaba bien, Zukura y yen también lo estaban, todo había salido tal y como debía salir.
— Uf —no tuve energía para decir nada mas. Todavía continuaba jadeando. Mi hermana todavía continuaba lejos de nosotros.
Ella no había revertido su transformación todavía, el lobo se había apoderado de ella y ahora vagaba por la sala iracunda, rabiosa. Su odio para con los vampiros era demasiado grande como para que se hubiera podido esfumar tan rápidamente. Y aun así, habíamos terminado ya, por lo que no había mucho mas que hacer. Debía calmar de alguna manera a mi hermana. La loba giraba su cabeza violentamente, buscando nuevas presas. Buscaba a los vampiros, pero no encontraba ninguno a su alrededor. Olfateaba casualmente la sangre que había rebañada por la superficie, y luego buscaba confundida a aquel a quien debía pertenecer. Pero la mayoría de los cuerpos de los vampiros parecían haberse esfumado. Y los que todavía yacían en el suelo, estaban tan carentes de vida que no le interesaban lo mas mínimo. Ella quería matar, desgarrar, dejar escapar la furia de su loba. Pero ya no había con que. Me acerque cautelosamente allá, a paso lento y pausado.
— Lilja —dije suavemente—. Soy yo.
Giro la mirada hacia mi. Veía en sus ojos la furia, el odio de una bestia que no razonaba. Tal vez para mi era evidente que yo fuera su hermano, pero para aquella loba yo no era mas que un individuo que se estaba cercando demasiado a su área de control. Me cerque un poco mas con cuidado. De repente en sus ojos deje de ver aquella mirada furibunda. Ahora era mucho mas calmada, de hecho era una mirada confundida. Parecía estar tratando de comprender la situación. Volvió a mirar a su alrededor y pareció ir entendiendo lo que estaba sucediendo. De repente escuche como dejaba escapar un sonido canino. Se alejo rápidamente hasta un rincón lejano de la sala, alejándose en la penumbra. Escuche sus gritos, que no fueron muchos pero si bastante sonoros. Fui corriendo hasta aquel rincón de la penumbra y la encontré allí. No era ya aquella loba que me había mirado tan iracunda como confundida, era mi hermana, tan solo Lilja. Durante la reversión de su transformación había deshecho por completo su atuendo por lo que ahora se encontraba completamente desnuda. Rápidamente me quite la capa y la rodee con ella. La ayude a levantarse en silencio y caminamos lentamente volviendo hacia los otros dos hermanos.
— Vámonos de aquí. Ya hemos hecho todo lo que teníamos que hacer —dije. Mire a Zukura. Yen y yo habíamos hecho mucho, como todos allí, pero no habíamos luchado ni por asomo tal y como nuestras hermanas lo habían hecho. Imaginaba que seguramente yen también habría pensado lo mismo.
Mi hermana se sostenía a mi rodeándome el brazo derecho con los suyos. Estaba cargando con todos peso, pero habría cargado doce veces con su peso si con ello hubiera podido ayudar a mi hermana. Podría decirse que en aquel momento comenzaba a sentirme liberado. Liberado de todas las deudas que mi hermana hubiera llegado a acabar teniendo con aquellos vampiros, vampiros que ya no estaban allí, que no volverían a molestar. Mire con una sonrisa a Yen, posiblemente también el sentiría un alivio y una paz hacia si mismo al haberse deshecho de todos aquellos problemas. Esperaba que aquello realmente los huebra hecho ser conscientes de que no debían entrar nunca mas en aquella clase de negocios turbios.
Caminamos despacio por la casa, siguiendo el mismo camino exactamente que habíamos hecho hasta llegar hasta allí. Muchas de las puertas que antes se habían cerrado tras nuestro paso, ahora estaban abiertas, por lo que no habíamos contado con ningún imprevisto. Continuamos avanzando hasta que poco a poco pudimos ver como la luz de la luna comenzaba a adentrarse por algunas ventanas. Un poco mas allá, ya estaba la puerta de la misma cocina por la que habíamos entrado. La luz lunar bañaba todo el patio mas allá. Ya estábamos en la salida. Una vez salimos de la casa, me gire hacia atrás y volví a echar un vistazo a aquella ruinosa, antigua casa.
— Estamos bien —dije, casi sin terminar de creerlo. En cierto modo dije aquello para poder reafirmármelo—. Es curioso. He sido mercenario, con los peligros que eso conlleva. —Calle un momento y me moví, acomodando a mi hermana para poder sostenerla mejor—. Pero francamente, nunca había pensado que podrían complicarme tanto la vida los vampiros. Larguémonos de aquí ya, no quiero volver a pisar jamas este horrible lugar.
Donde iríamos? Todavía no lo tenia muy claro. La casa de Lilja ahora estaba completamente destruida, por lo que no podríamos volver allí. El hogar donde habíamos vivido durante nuestros primeros años de vida en Lunargenta, ahora era poco mas que escombros. No nos quedaba otra opción, y al final lo que tanto yo como mi hermana llevábamos tanto tiempo tardando en decidir, se cumpliría mucho antes de lo pensado. De repente se marco ese destino en mi cabeza, ese lugar al que siempre había querido y temido ir. Ulmer. El lugar donde mi madre había marchado tras abandonarnos, el mismo lugar donde los de nuestra especie parecían vivir en paz. Donde iríamos sino? En cuanto mi hermana se encontrara un poco mejor, le anunciaría mi decisión, y esperaba que la compartiera.
— Uf —no tuve energía para decir nada mas. Todavía continuaba jadeando. Mi hermana todavía continuaba lejos de nosotros.
Ella no había revertido su transformación todavía, el lobo se había apoderado de ella y ahora vagaba por la sala iracunda, rabiosa. Su odio para con los vampiros era demasiado grande como para que se hubiera podido esfumar tan rápidamente. Y aun así, habíamos terminado ya, por lo que no había mucho mas que hacer. Debía calmar de alguna manera a mi hermana. La loba giraba su cabeza violentamente, buscando nuevas presas. Buscaba a los vampiros, pero no encontraba ninguno a su alrededor. Olfateaba casualmente la sangre que había rebañada por la superficie, y luego buscaba confundida a aquel a quien debía pertenecer. Pero la mayoría de los cuerpos de los vampiros parecían haberse esfumado. Y los que todavía yacían en el suelo, estaban tan carentes de vida que no le interesaban lo mas mínimo. Ella quería matar, desgarrar, dejar escapar la furia de su loba. Pero ya no había con que. Me acerque cautelosamente allá, a paso lento y pausado.
— Lilja —dije suavemente—. Soy yo.
Giro la mirada hacia mi. Veía en sus ojos la furia, el odio de una bestia que no razonaba. Tal vez para mi era evidente que yo fuera su hermano, pero para aquella loba yo no era mas que un individuo que se estaba cercando demasiado a su área de control. Me cerque un poco mas con cuidado. De repente en sus ojos deje de ver aquella mirada furibunda. Ahora era mucho mas calmada, de hecho era una mirada confundida. Parecía estar tratando de comprender la situación. Volvió a mirar a su alrededor y pareció ir entendiendo lo que estaba sucediendo. De repente escuche como dejaba escapar un sonido canino. Se alejo rápidamente hasta un rincón lejano de la sala, alejándose en la penumbra. Escuche sus gritos, que no fueron muchos pero si bastante sonoros. Fui corriendo hasta aquel rincón de la penumbra y la encontré allí. No era ya aquella loba que me había mirado tan iracunda como confundida, era mi hermana, tan solo Lilja. Durante la reversión de su transformación había deshecho por completo su atuendo por lo que ahora se encontraba completamente desnuda. Rápidamente me quite la capa y la rodee con ella. La ayude a levantarse en silencio y caminamos lentamente volviendo hacia los otros dos hermanos.
— Vámonos de aquí. Ya hemos hecho todo lo que teníamos que hacer —dije. Mire a Zukura. Yen y yo habíamos hecho mucho, como todos allí, pero no habíamos luchado ni por asomo tal y como nuestras hermanas lo habían hecho. Imaginaba que seguramente yen también habría pensado lo mismo.
Mi hermana se sostenía a mi rodeándome el brazo derecho con los suyos. Estaba cargando con todos peso, pero habría cargado doce veces con su peso si con ello hubiera podido ayudar a mi hermana. Podría decirse que en aquel momento comenzaba a sentirme liberado. Liberado de todas las deudas que mi hermana hubiera llegado a acabar teniendo con aquellos vampiros, vampiros que ya no estaban allí, que no volverían a molestar. Mire con una sonrisa a Yen, posiblemente también el sentiría un alivio y una paz hacia si mismo al haberse deshecho de todos aquellos problemas. Esperaba que aquello realmente los huebra hecho ser conscientes de que no debían entrar nunca mas en aquella clase de negocios turbios.
Caminamos despacio por la casa, siguiendo el mismo camino exactamente que habíamos hecho hasta llegar hasta allí. Muchas de las puertas que antes se habían cerrado tras nuestro paso, ahora estaban abiertas, por lo que no habíamos contado con ningún imprevisto. Continuamos avanzando hasta que poco a poco pudimos ver como la luz de la luna comenzaba a adentrarse por algunas ventanas. Un poco mas allá, ya estaba la puerta de la misma cocina por la que habíamos entrado. La luz lunar bañaba todo el patio mas allá. Ya estábamos en la salida. Una vez salimos de la casa, me gire hacia atrás y volví a echar un vistazo a aquella ruinosa, antigua casa.
— Estamos bien —dije, casi sin terminar de creerlo. En cierto modo dije aquello para poder reafirmármelo—. Es curioso. He sido mercenario, con los peligros que eso conlleva. —Calle un momento y me moví, acomodando a mi hermana para poder sostenerla mejor—. Pero francamente, nunca había pensado que podrían complicarme tanto la vida los vampiros. Larguémonos de aquí ya, no quiero volver a pisar jamas este horrible lugar.
Donde iríamos? Todavía no lo tenia muy claro. La casa de Lilja ahora estaba completamente destruida, por lo que no podríamos volver allí. El hogar donde habíamos vivido durante nuestros primeros años de vida en Lunargenta, ahora era poco mas que escombros. No nos quedaba otra opción, y al final lo que tanto yo como mi hermana llevábamos tanto tiempo tardando en decidir, se cumpliría mucho antes de lo pensado. De repente se marco ese destino en mi cabeza, ese lugar al que siempre había querido y temido ir. Ulmer. El lugar donde mi madre había marchado tras abandonarnos, el mismo lugar donde los de nuestra especie parecían vivir en paz. Donde iríamos sino? En cuanto mi hermana se encontrara un poco mejor, le anunciaría mi decisión, y esperaba que la compartiera.
Friðþjófur Rögnvaldsson
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Re: La caza tras el descanso [Libre] [Cerrado]
Por fin todo había acabado, ya no habían vampiros que nos molestaran ni nos dieran caza, ahora cada quien podía seguir con su vida, ese pensamiento me hacia olvidar parcialmente todo lo que había pasado, aunque para mi desgracia el dolor sin importar que no lo lograba ignorar, tenia ganas de arrancarme la pierna para aliviar el dolor que sentía, cada vez que afincaba mi pierna no podía contener un quejido, sobretodo cuando bajamos las escaleras. Cuando por fin habíamos salido de aquella mansión nos encontramos con una hermosa noche aunque fría pero muy linda, las estrellas llenaban el cielo, ¿Quien diría que dentro de la mansión fuera un mundo tan horrible en comparación con el exterior? Como fuera tome aire para bajar las escaleritas que estaban a los pies de la puerta para luego caminar por el jardín con ayuda de mi hermano para llegar al portón por el que habíamos entrado horas antes, cuando salimos ya mi cuerpo no daba para mas, al parecer Yen lo había sentido ya que me levanto en brazos para recorrer lo que había desde el otro lado del muro hasta donde los caballos nos esperaban amarrados, cuando nos vieron se pusieron nerviosos yo supuse que había sido por el olor a sangre que los cuatros teníamos encima pero luego de unas caricias se calmaron, con ayuda de Yen me logre subir al caballo para que luego ver como mi hermano soltaba nuestro caballo para luego guiarlo por el sendero que nos hacia volver al camino hacia Lunargenta.
- Tengo ganas de dormir por días sin ser interrumpida - dije mientras me acomodaba sobre el caballo sintiendo el dolor en la pierna herida.
Voltee para ver a los hermanos pelirrojos, y hacerles una seña de despedida - Espero nos podamos encontrar de nuevo, pero sin los vampiros - dije lo suficientemente fuerte para que me escucharan.
Supuse que tomaríamos caminos diferentes nosotros obviamente nos dirigiríamos a una posada para descansar y curarnos lo mejor posibles las heridas antes de tomar rumbo al este de regreso a casa, sin contar que aun me faltaba convencer a mi hermano para que fuera con migo y que se quedara al menos por los dias de invierno los cuales de seguro no les faltaría mucho para quedar sobre nosotros, mientras pensaba en todo eso no pude evitar echarme hacia adelante y recostarme en el lomo del caballo dejando mis brazos y piernas colgados a los lados del animal como si de un sacó de papas se tratara.
- Cuidado y te caes del caballo - dijo Yen mientras guiaba al animal por el camino.
- Estoy muerta me duele cada musculo, hasta me duelen lugares que no sabia que me podían doler - dije con un tono cansada y bajo apenas si se podía entender lo que decía.
- Ya llegaremos a una posada en la cual dormirás todo lo que quiera ademas yo también estoy cansado - dijo el mientras seguíamos avanzando.
- Yo estoy mas cansada que tu - proteste con un tono de voz que apenas yo si pude oír.
Luego de eso ya había gastado toda mis energías y de inmediato me quede dormida sobre el caballo el cual el vaivén de sus movimientos era irresistible para una necesaria siesta.
- Descansa hermanita - dijo mientras salíamos de la oscura vereda.
Nos encontrábamos en el camino que llevaba hacia Lunargenta, tomamos rumbo por el camino esperando que no fuera muy tarde para poder encontrar un lugar donde pasar la noche para luego volver a casa.
- Tengo ganas de dormir por días sin ser interrumpida - dije mientras me acomodaba sobre el caballo sintiendo el dolor en la pierna herida.
Voltee para ver a los hermanos pelirrojos, y hacerles una seña de despedida - Espero nos podamos encontrar de nuevo, pero sin los vampiros - dije lo suficientemente fuerte para que me escucharan.
Supuse que tomaríamos caminos diferentes nosotros obviamente nos dirigiríamos a una posada para descansar y curarnos lo mejor posibles las heridas antes de tomar rumbo al este de regreso a casa, sin contar que aun me faltaba convencer a mi hermano para que fuera con migo y que se quedara al menos por los dias de invierno los cuales de seguro no les faltaría mucho para quedar sobre nosotros, mientras pensaba en todo eso no pude evitar echarme hacia adelante y recostarme en el lomo del caballo dejando mis brazos y piernas colgados a los lados del animal como si de un sacó de papas se tratara.
- Cuidado y te caes del caballo - dijo Yen mientras guiaba al animal por el camino.
- Estoy muerta me duele cada musculo, hasta me duelen lugares que no sabia que me podían doler - dije con un tono cansada y bajo apenas si se podía entender lo que decía.
- Ya llegaremos a una posada en la cual dormirás todo lo que quiera ademas yo también estoy cansado - dijo el mientras seguíamos avanzando.
- Yo estoy mas cansada que tu - proteste con un tono de voz que apenas yo si pude oír.
Luego de eso ya había gastado toda mis energías y de inmediato me quede dormida sobre el caballo el cual el vaivén de sus movimientos era irresistible para una necesaria siesta.
- Descansa hermanita - dijo mientras salíamos de la oscura vereda.
Nos encontrábamos en el camino que llevaba hacia Lunargenta, tomamos rumbo por el camino esperando que no fuera muy tarde para poder encontrar un lugar donde pasar la noche para luego volver a casa.
Zukura Kito
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