El Inquebrantable Vínculo [Trama] [Libre] [Interpretativo]
Página 1 de 2. • Comparte
Página 1 de 2. • 1, 2
El Inquebrantable Vínculo [Trama] [Libre] [Interpretativo]
El Inquebrantable Vínculo [Trama]
"Hay un vínculo que simplemente es inquebrantable. Es el de la familia, el de la fraternidad. A pesar del tiempo, de los problemas, de la muerte, siempre sigue ahí, como un lazo delgado que es indestructible."
___________________________________________________
- Base Xromec (Vista por un águila):
- [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
-¿Preparado, Sakun?.-Diría uno de los brujos reclutados, mientras que sus brazos estaban cruzados, sólo observando la inmensidad del lugar, cautivado por las montañas que cubrían varias cuevas o cabañas creadas ahí. La base apenas se asomaba, era vieja, pero de todas formas tenebrosa. Allí, justo dentro del lugar, contenía el tesoro más preciado para el muchacho, que con valentía, había aparecido, justamente en la La Cala de la Luna, observando el paisaje con inspiración. La división de brujos estaba sorprendida, nunca habían estado a punto de luchar, o más bien, de introducirse sigilosamente en un cuartel de dragones, quienes poseían cosas inimaginables. Todos estaban seguros que no iban por los objetos, si no por el honor, por la idea de que si logran destruir aquella construcción, regresarían a Beltrexus como héroes. Eran tan sólo doce, contando al dragón y a su mascota.
-No lo sé...-Murmuró el muchacho, para luego tomar la carta de su bolsa, en el mismo lugar donde guarda sus Aeros. Al acariciar el pergamino con sus dedos y sentir el olor del fuego, ese que recordaba desde su niñez cuando jugaba a ser el hombre más fuerte del mundo junto con sus hermanos en ese clan tan amigable, no tardó en empezar a desenvolverlo hasta dar con las letras plasmadas en él. Soltó un suspiro, pero era como si perdiera la respiración por un segundo. Su cuerpo se estremeció hasta que los músculos quedaron inmóviles y daban espasmos inconscientes. Apretó la hoja con el pulgar y su flequillo temblaba, sólo tratando de contener sus lagrimas. Las heridas que creía haber cerrado, lamentablemente volvían a abrirse, como si una espada cortara en el lugar de la cicatriz, lo extendiera e hiciera que un montón de sangre se derramara. -Aimer, Hika... Aquí estoy.-Su mentón apuntó hacia el frente, decidido en usar sus poderes.
-No lo sé...-Murmuró el muchacho, para luego tomar la carta de su bolsa, en el mismo lugar donde guarda sus Aeros. Al acariciar el pergamino con sus dedos y sentir el olor del fuego, ese que recordaba desde su niñez cuando jugaba a ser el hombre más fuerte del mundo junto con sus hermanos en ese clan tan amigable, no tardó en empezar a desenvolverlo hasta dar con las letras plasmadas en él. Soltó un suspiro, pero era como si perdiera la respiración por un segundo. Su cuerpo se estremeció hasta que los músculos quedaron inmóviles y daban espasmos inconscientes. Apretó la hoja con el pulgar y su flequillo temblaba, sólo tratando de contener sus lagrimas. Las heridas que creía haber cerrado, lamentablemente volvían a abrirse, como si una espada cortara en el lugar de la cicatriz, lo extendiera e hiciera que un montón de sangre se derramara. -Aimer, Hika... Aquí estoy.-Su mentón apuntó hacia el frente, decidido en usar sus poderes.
"Hermano. Nos place saber que estás vivo. Te estoy escribiendo desde las Islas Ilidenses. Sabrás exactamente dónde estoy si te diriges a Beltrexus. Así que, sin más qué decir, podrás hacer lo que quieras. ¿Quieres venir?, está bien, ven, ¿Quieres seguir con tu vida?, está bien, hazlo... Pero nunca olvides que a pesar de nuestra muerte, seguiremos siendo hermanos, y todos los recuerdos que hemos tenido alguna vez, como luchar contra gigantescos leones y creernos los héroes de nuestro gremio Fairsteur, nunca se desvanecerán.
La ejecución será pronto, pero obviamente no sabemos el día... Tristemente fuimos atrapados y lo único que sabemos es que nuestras cabezas serán cortadas... O si el mensaje llega tarde, ya habremos perecido.
¡Saludos!, Ah, ¡Y salúdame a la bruja de cabello blanco!, me encontré con ella en el Bosque de Sandorai, ese día que estabas inconsciente.
Adiós."
-¡Atención, todos!.-Gritó el muchacho, alistándose para entrar a la zona. -¡Esperaremos hasta que alguien se atreva a acompañarnos!. ¡Por el momento, esperaremos aquí!. ¿¡ENTENDIDO!?.-Preguntaría con fuerza, a lo que todos responderían con una alegría incomparable. Pronto sería la hora de la verdad.
Zarpitas silenció a todos con un rugido, como era de esperarse del felino más valiente de todo Aerandir.
Zarpitas silenció a todos con un rugido, como era de esperarse del felino más valiente de todo Aerandir.
Sakun
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 335
Nivel de PJ : : 1
Re: El Inquebrantable Vínculo [Trama] [Libre] [Interpretativo]
Existe una creencia antigua la cual dice que existe un hilo que nos conecta a las personas a las cuales estamos destinado a conocer. Me gusta creer que ese ‘‘hilo’’ en realidad son los lazos que se forman a lo largo del tiempo; vínculos que nos conectan con aquellos que han sido y que serán parte de nuestra vida. Eventualmente existen conexiones más fuertes que otras, pero todas ellas siempre terminan dejando algún tipo de enseñanza. Al meditar más a fondo ese ideal fui capaz de entender cuanto estamos dispuestos a ofrecer por aquellos a quienes amamos. Esa fue la razón que me llevó a ese extraño lugar en las Islas Illidenses. Mi padre había escuchado ciertos rumores sobre un singular acontecimiento, que se llevaría a cabo en la Cala de la Luna; por lo que se tomó la decisión de ir a investigar y ofrecer su ayuda si es que así era requerida, a pesar de no contar con todos los detalles de la situación.
Sin embargo un desafortunado incidente lo había dejado indispuesto para viajar, por lo que terminé ofreciéndome a tomar su lugar. Convencer a mi familia de permitirme afrontar ese riesgo fue una tarea casi imposible, y aunque al final terminé persuadiéndolos, me vi obligada a aceptar las condiciones de que Allen me alcanzaría poco después y que no me iría sin la espada que pertenecía a mi abuelo. Así fue como emprendí mi viaje, sin tener una idea clara de los posibles peligros que me aguardaban. La ‘‘base’’ —por llamarla de una manera— estaba asentada sobre un paisaje lóbrego y siniestro; si bien no esperaba encontrarme con un hermoso escenario de arcoíris, jamás sopesé la posibilidad de que la muerte asechara aquel recinto con tanta vehemencia.
Subí la capucha de mi capa azul y traté de mantener mi rostro oculto, en un esfuerzo por adoptar las posturas y los gestos de mi hermano gemelo y quizá de esa forma averiguar lo que estaba sucediendo sin sobresalir de entre los demás. Me abrí paso con sigilo entre una multitud de hombres, cuidando mis movimientos y manteniéndome alerta a todo lo que pasaba a mí alrededor. ¿Por qué estábamos aquí? ¿Quién los había reunido y cuantos más iban a sumarse? Eran las interrogantes que me había propuesto responder. No sabía cuánto tiempo pasaría hasta que alguien tomara interés en mi actitud reservada, no obstante esperaba que eso no ocurriera pronto. Me mantuve cerca de un pequeño grupo, agudizando mi oído para extraer el máximo de información de entre algunos retazos de conversación.
—Hasta ahora no he descubierto nada útil…
Susurré con desanimo, soltando un pequeño suspiro de resignación. No estaba segura de lo que ocurría; mi padre se había enterado del acontecimiento por una fuente cercana, sin embargo él tampoco estaba seguro del propósito de tal conglomeración. Faltaba demasiado para que Allen se reuniera conmigo y por lo que había logrado escuchar todos aguardaban el momento en que se nos diera alguna indicación. Lo único que esperaba era permanecer con vida el tiempo suficiente como para averiguar lo que estaba sucediendo y descubrir quién estaba detrás de todo esto.
Sin embargo un desafortunado incidente lo había dejado indispuesto para viajar, por lo que terminé ofreciéndome a tomar su lugar. Convencer a mi familia de permitirme afrontar ese riesgo fue una tarea casi imposible, y aunque al final terminé persuadiéndolos, me vi obligada a aceptar las condiciones de que Allen me alcanzaría poco después y que no me iría sin la espada que pertenecía a mi abuelo. Así fue como emprendí mi viaje, sin tener una idea clara de los posibles peligros que me aguardaban. La ‘‘base’’ —por llamarla de una manera— estaba asentada sobre un paisaje lóbrego y siniestro; si bien no esperaba encontrarme con un hermoso escenario de arcoíris, jamás sopesé la posibilidad de que la muerte asechara aquel recinto con tanta vehemencia.
Subí la capucha de mi capa azul y traté de mantener mi rostro oculto, en un esfuerzo por adoptar las posturas y los gestos de mi hermano gemelo y quizá de esa forma averiguar lo que estaba sucediendo sin sobresalir de entre los demás. Me abrí paso con sigilo entre una multitud de hombres, cuidando mis movimientos y manteniéndome alerta a todo lo que pasaba a mí alrededor. ¿Por qué estábamos aquí? ¿Quién los había reunido y cuantos más iban a sumarse? Eran las interrogantes que me había propuesto responder. No sabía cuánto tiempo pasaría hasta que alguien tomara interés en mi actitud reservada, no obstante esperaba que eso no ocurriera pronto. Me mantuve cerca de un pequeño grupo, agudizando mi oído para extraer el máximo de información de entre algunos retazos de conversación.
—Hasta ahora no he descubierto nada útil…
Susurré con desanimo, soltando un pequeño suspiro de resignación. No estaba segura de lo que ocurría; mi padre se había enterado del acontecimiento por una fuente cercana, sin embargo él tampoco estaba seguro del propósito de tal conglomeración. Faltaba demasiado para que Allen se reuniera conmigo y por lo que había logrado escuchar todos aguardaban el momento en que se nos diera alguna indicación. Lo único que esperaba era permanecer con vida el tiempo suficiente como para averiguar lo que estaba sucediendo y descubrir quién estaba detrás de todo esto.
Ashryn Elaynor
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 291
Nivel de PJ : : 2
Re: El Inquebrantable Vínculo [Trama] [Libre] [Interpretativo]
La multitud se veía inspirada, pero a la vez nerviosa. Probablemente era su primera vez, pero a pesar de ello, se llenaban del valor suficiente para luchar, para combatir en contra de lo que podría herirlos. El dragón nada más veía esperanza, poder y ganas. La juventud estaba en frente suyo, con armas y dispuestos a lo que sucediese. Él sabía que no era la primera vez en infiltrarse dentro de un castillo, pero de todas formas sentía miedo... Esa típica inseguridad de no poder salvar a sus hermanos, de verlos morir, así como alguna vez vio a sus familiares, viéndolos ahogarse en un montón de agua, como si la fe se les fuera por sus ojos extremadamente abiertos. Recordó ello, y además de que la intranquilidad empezó a recorrer profundamente en su cuerpo, ladeó su cabeza para los dos lados, sólo con intenciones de olvidarlo.
Los brujos se dirigieron a las playas, solamente para depositar sus objetos en la arena. Otros preferían caminar hasta el pasto para descansar y ver el sol justo en el centro, ese que prontamente radiaría sus rostros. -Todo depende de mí.-Susurró el muchacho, manteniendo su arma encajada en su cintura, mientras que la armadura estaba aferrada en su cuerpo. Cada uno fue a su dirección, todos con el objetivo de hablar, discutir, reírse, antes de ir a luchar. Zarpitas comenzó a moverse con libertad, hasta que su olfato captó a alguien diferente entre los presentes. No olía a un mago, era completamente diferente a eso. El animal se dirigió exactamente hasta el misterioso ser (Ashryn).
-Grrr... ¡Grwar!-Todos giraron para a observar a la enigmática criatura que se encontraba con una capa. Sakun fue el primero, así que acariciando la empuñadura de la espada, dio confiados pasos hasta la zona donde el tigre se encontraba. El morocho tenía conocimiento de su mascota, y sabía que si él gruñía, era por algo. -¿Quién eres?.-Preguntó el muchacho con curiosidad, esperando que ella o él se atreviera a responder.
Los brujos se dirigieron a las playas, solamente para depositar sus objetos en la arena. Otros preferían caminar hasta el pasto para descansar y ver el sol justo en el centro, ese que prontamente radiaría sus rostros. -Todo depende de mí.-Susurró el muchacho, manteniendo su arma encajada en su cintura, mientras que la armadura estaba aferrada en su cuerpo. Cada uno fue a su dirección, todos con el objetivo de hablar, discutir, reírse, antes de ir a luchar. Zarpitas comenzó a moverse con libertad, hasta que su olfato captó a alguien diferente entre los presentes. No olía a un mago, era completamente diferente a eso. El animal se dirigió exactamente hasta el misterioso ser (Ashryn).
-Grrr... ¡Grwar!-Todos giraron para a observar a la enigmática criatura que se encontraba con una capa. Sakun fue el primero, así que acariciando la empuñadura de la espada, dio confiados pasos hasta la zona donde el tigre se encontraba. El morocho tenía conocimiento de su mascota, y sabía que si él gruñía, era por algo. -¿Quién eres?.-Preguntó el muchacho con curiosidad, esperando que ella o él se atreviera a responder.
Sakun
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 335
Nivel de PJ : : 1
Re: El Inquebrantable Vínculo [Trama] [Libre] [Interpretativo]
Un pequeño bufido molesto escapó de mis labios. No había obtenido nada relevante en los minutos que llevaba en el lugar; al menos nadie había puesto especial atención en mi persona y eso me hizo sentir un tanto más segura. Tanteé la espada que estaba sujeta a mi cintura, acercándome unos cuantos pasos al grupo de hombres cuyas conversaciones había estado escuchando. Asumí el hecho de que mantenerme tan al margen de los demás podría hacerme ver bastante sospechosa, aunque siendo honesta estar en un lugar sin saber realmente el por qué era lo que más me intrigaba. Mantenía mi rostro oculto bajo mi capa y me limitaba a estar cerca de algunas personas, escuchándolas en silencio. Claro que jamás sopesé la posibilidad que mis acciones en lugar de ayudarme me harían parecer aún más misteriosa y eso se vio reflejado en el gruñido de cierta criatura.
De un momento a otro me volví blanco de todas las miradas y mascullé una pequeña maldición a mi suerte. Me giré para quedar de frente al felino, sin dejar de ocultar mi rostro con la capucha, observando cómo alguien se acercaba hacia mí con seguridad, preguntando mi identidad. No podía mentir, puesto que en realidad no tenía una idea clara de la razón para estar en este lugar y seguramente terminaría complicando las cosas si así lo hacía. Por otro lado, hasta ahora no había visto a ninguna otra chica entre la multitud y esa señal bastaba para alertarme. A pesar de que podría imitar la voz de mi gemelo —una afortunada habilidad que había pulido desde pequeña—, estaba consciente de que mi figura y mi estatura podían dar lugar a sospechas, y para ser honesta eso me frustraba un poco.
—Mi nombre es Ash Elaynor —hice una breve pausa, haciendo gala de mi habilidad para emular la voz de Allen—. Estoy aquí para ayudar.
¿Ayudar a qué? Ni siquiera yo lo sabía, pero la realidad así era. La falta de información me volvía completamente vulnerable y aunque estaba casi segura que la muerte me asechaba a cada instante, esperaba poder servir de alguna manera, tal y como mi padre lo hubiese hecho; y sobre todo deseaba entender el motivo que condujo a todas estas personas a reunirse en este lugar. Especialmente cuando sospechaba que faltaba poco para que comenzara un evento de gran magnitud.
De un momento a otro me volví blanco de todas las miradas y mascullé una pequeña maldición a mi suerte. Me giré para quedar de frente al felino, sin dejar de ocultar mi rostro con la capucha, observando cómo alguien se acercaba hacia mí con seguridad, preguntando mi identidad. No podía mentir, puesto que en realidad no tenía una idea clara de la razón para estar en este lugar y seguramente terminaría complicando las cosas si así lo hacía. Por otro lado, hasta ahora no había visto a ninguna otra chica entre la multitud y esa señal bastaba para alertarme. A pesar de que podría imitar la voz de mi gemelo —una afortunada habilidad que había pulido desde pequeña—, estaba consciente de que mi figura y mi estatura podían dar lugar a sospechas, y para ser honesta eso me frustraba un poco.
—Mi nombre es Ash Elaynor —hice una breve pausa, haciendo gala de mi habilidad para emular la voz de Allen—. Estoy aquí para ayudar.
¿Ayudar a qué? Ni siquiera yo lo sabía, pero la realidad así era. La falta de información me volvía completamente vulnerable y aunque estaba casi segura que la muerte me asechaba a cada instante, esperaba poder servir de alguna manera, tal y como mi padre lo hubiese hecho; y sobre todo deseaba entender el motivo que condujo a todas estas personas a reunirse en este lugar. Especialmente cuando sospechaba que faltaba poco para que comenzara un evento de gran magnitud.
Ashryn Elaynor
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 291
Nivel de PJ : : 2
Re: El Inquebrantable Vínculo [Trama] [Libre] [Interpretativo]
De repente, la escena que ocurría en la hora actual empezaba a ganarse los ojos curiosos y expectantes de los brujos. Como si fuesen estatuas de madera, se quedaban observando, olvidando sus anteriores tareas como afilar las espadas o practicar más magia. Todos, incluso el tigre, se quedaba gruñendo ante la figura de la muchacha, quien debajo de sus ropas, propagaba un olor tan delatador, que sólo una nariz sensible podría notarla. La incertidumbre empezó a apoderarse del lugar, y los murmullos no paraban de escucharse por el ambiente, similar a que alguien estuviese creando un plan para emboscar a la muchacha, aunque, eso no era del todo completamente seguro. ¿Acaso los hechiceros habían percibido el aura de otro ser?, ¿Habrá sido por el comportamiento fuera de lugar?. Era extraño, porque primeramente, los brujos suelen estar agrupados. La dama, por alguna razón, se ubicaba lejos de todos.
-Ash...-Repitió el muchacho, con seguridad, mientras que sus brazos se tensaban al tratar de pensar en alguna mujer que haya reclutado. Después de tanto esfuerzo, sólo pudo pegar un suspiro. Era obvio, ella no pertenecía al grupo que venía desde Beltrexus, por lo tanto, Elaynor estaba dispuesta a luchar junto con el dragón, todo por liberar a sus hermanos de las garras escamosas de su padre. Zarpitas, entretanto, dejó de rugir y asimiló el olor junto con los aliados. El alivio se esparció por el cuerpo del guerrero, ahora se sentía más apoyado que nunca, ahora lograba deleitarse de la relajante sensación de la sangre recorriendo por todas sus venas. Con tolerancia y amabilidad, el moreno extendió su mano hacia la nueva heroína, pero desgraciadamente un grupo de magos intervino en aquella topada.
-¡Es nuestra guerra!, ¡no aceptaremos a nadie aquí!.-Vociferó uno de los nigromantes presentes. Después, varios se levantaron, auxiliando el comentario dado. Las personas comenzaron a agitar sus armas en el cielo, manteniendo sus ceños fruncidos, haciendo que el felino entre en pánico y comience a soltar rugidos desde las entrañas. -¡Es mejor que te vayas!, ¡aquí saldrás herida y morirás!.-Se escuchó la voz de otro tipo, ésta vez de un anciano, algo terco pero musculoso. Cada uno se iba acercando, y al parecer, el sol, de manera metafórica, no quería presenciar la rebelión. El cielo no tardó en oscurecerse.
De repente, Sakun desenvainó su espada, enseñando el filo a todos los presentes. Sus posición estaba en defensa, y su rostro, que a pesar de ser cubierta por la cantidad de árboles que habían al rededor, se veía amenazador. Sus expresiones tampoco eran alentadoras, y cuando finalmente dio la cara a todos, espantando a la mayoría de brujos, volvió a guardar su arma. -¡Silencio!.-Gritó el muchacho, alzando las cuerdas vocales hasta los tímpanos del más grande.
-¡La justicia es para todos!.-Dios unos pasos más, y con su tonificado pecho, empujó a la mayoría hacia atrás, regalando facciones de desprecio. -¡Y el que quiera cambiar el mundo!...-Levantó sus puños, deseando que cualquiera viese el verdadero significado de "luchar".
-¡Lo hará, sin importar de quién sea el combate!. ¡Todo acero es recibido!, ¡toda pizca de valentía es respetada!.-Luego, para finalizar, colocó su mano en el hombro de la señorita.
-¡Toda acción audaz es nociva para el enemigo!.-
-Ash...-Repitió el muchacho, con seguridad, mientras que sus brazos se tensaban al tratar de pensar en alguna mujer que haya reclutado. Después de tanto esfuerzo, sólo pudo pegar un suspiro. Era obvio, ella no pertenecía al grupo que venía desde Beltrexus, por lo tanto, Elaynor estaba dispuesta a luchar junto con el dragón, todo por liberar a sus hermanos de las garras escamosas de su padre. Zarpitas, entretanto, dejó de rugir y asimiló el olor junto con los aliados. El alivio se esparció por el cuerpo del guerrero, ahora se sentía más apoyado que nunca, ahora lograba deleitarse de la relajante sensación de la sangre recorriendo por todas sus venas. Con tolerancia y amabilidad, el moreno extendió su mano hacia la nueva heroína, pero desgraciadamente un grupo de magos intervino en aquella topada.
-¡Es nuestra guerra!, ¡no aceptaremos a nadie aquí!.-Vociferó uno de los nigromantes presentes. Después, varios se levantaron, auxiliando el comentario dado. Las personas comenzaron a agitar sus armas en el cielo, manteniendo sus ceños fruncidos, haciendo que el felino entre en pánico y comience a soltar rugidos desde las entrañas. -¡Es mejor que te vayas!, ¡aquí saldrás herida y morirás!.-Se escuchó la voz de otro tipo, ésta vez de un anciano, algo terco pero musculoso. Cada uno se iba acercando, y al parecer, el sol, de manera metafórica, no quería presenciar la rebelión. El cielo no tardó en oscurecerse.
De repente, Sakun desenvainó su espada, enseñando el filo a todos los presentes. Sus posición estaba en defensa, y su rostro, que a pesar de ser cubierta por la cantidad de árboles que habían al rededor, se veía amenazador. Sus expresiones tampoco eran alentadoras, y cuando finalmente dio la cara a todos, espantando a la mayoría de brujos, volvió a guardar su arma. -¡Silencio!.-Gritó el muchacho, alzando las cuerdas vocales hasta los tímpanos del más grande.
-¡La justicia es para todos!.-Dios unos pasos más, y con su tonificado pecho, empujó a la mayoría hacia atrás, regalando facciones de desprecio. -¡Y el que quiera cambiar el mundo!...-Levantó sus puños, deseando que cualquiera viese el verdadero significado de "luchar".
-¡Lo hará, sin importar de quién sea el combate!. ¡Todo acero es recibido!, ¡toda pizca de valentía es respetada!.-Luego, para finalizar, colocó su mano en el hombro de la señorita.
-¡Toda acción audaz es nociva para el enemigo!.-
Sakun
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 335
Nivel de PJ : : 1
Re: El Inquebrantable Vínculo [Trama] [Libre] [Interpretativo]
Había estado meditando en las montañas de Dundarak durante ya varios años, silenciando las voces de rencor y los deseos de violencia. La nieve y el helado frío eran cadenas que atrapaban mi oscuridad y hacían sucumbir mi fuego caótico. Me sentía en paz. Sin embargo, no había sentido el ánimo de abandonar mi soledad hasta que esa brisa del sur tocó mis mejillas. Era como un llamado, un susurro de auxilio muy familiar. Mas no se trataba de una exclamación aterrada y derrotada, sino un grito de batalla que llamaba a invocar para luchar por la justicia.
Me sentía en armonía, completo y sano, así que no titubeé en responder a esa nostálgica sensación de justicia. Mas no sabía su localización exacto, sólo sabía que era hacia el sur. Quizá era irrelevante. Estragos y conflicto existía a lo largo y a lo ancho de esta tierra, aquello era un común denominador en todas partes. Era parte del equilibrio, la lucha constante del bien y el mal, mas no significaba que debiéramos permitir que eso durara para siempre, no de esta manera.
Casualmente había descendido de las montañas, a punto para prepararme para salir... Hacia el sur, suponía. Aunque estando ya en el norte, es difícil ir hacia otra dirección. Antes de que pudiera retirarme de la ciudad completamente, mi hermana se aproximó a mí con carta en mano.
—¿Ni un hola a tu hermana después de todo este tiempo? Tsk, tsk, tsk. —Negó con la cabeza, con una media sonrisa. A pesar de estar ciega, colocaba la dirección de sus ojos hacia mí, como si supiera exactamente dónde estaba. Claro que sabía dónde estaba.
—Lo siento... —Bajé la cabeza, un tanto apenado. Realmente no sentía que hubiese pasado tanto tiempo, y tampoco sabía dónde estaba. Con la urgencia de querer saber el origen de esa brisa, le había restado importancia al resto—. Hola. —Dije nervioso, lanzando un ademán a ella, rápidamente notando lo inútil que era hacerlo.
—Bobo. —Me sonrió—. Imagino que no bajaste porque te dio hambre. ¿Sentiste aquel extraño viento? Creo que se debe a esto. —Me entregó la carta y sin más se dio media vuelta, retirándose—. Diviértete.
—Gracias. —Musité perplejo, confundido. Quizá la duda se despejaría una vez que leyera la misiva.
Aquellas letras en papel me habían conducido hasta estas lejanas tierras, al otro extremo de Aerandir, nada menos. Sin duda era un soplo minúsculo el que me había atraído hasta la tierra de los Brujos. ¿Pero qué podía haber por estos lares sureños? La carta no entraba en detalles, sólo mencionaba un lugar. La Base Xromec. Y qué lugar. Tenebroso, rodeado de tinieblas, moribundo y lúgubre. Y sin embargo, se sentía vivo, respiraba maldad y secretismo. No era el tipo de construcción que albergara riquezas, sino desesperación y pecado.
Mas no todo era un desánimo para el alma, dos figuras ahí recuperaron de mi mente recuerdos que se sentían tan profundos como recientes. El felino recio de gran porte y el caballero que lucía comandar aquel grupo de hombres eran conocidos míos. Aunque nuestro pasado fue breve, en ese corto periodo de tiempo tanto se logró. ¿Acaso de nuevo conducía un asalto? De ser así, debía admitir que en esta ocasión estaba menos que preparado.
Me fui aproximando al gentío, que se veía agitado. Parecía que me había perdido el discurso previo al combate. Una lástima, no me gustaba involucrarme en temas que desconocía. Si luchaba, prefería saber por qué. Aunque al tratarse de Sakun, estaba seguro que todo esto estaría bien justificado.
Me mantuve pasivo y en silencio, observando desde atrás los movimientos de los demás. Entre querer obtener información y no querer retrasar el asunto, cuya importancia no debía carecer, me sentía indeciso si cerrar distancia o mantenerla.
Me sentía en armonía, completo y sano, así que no titubeé en responder a esa nostálgica sensación de justicia. Mas no sabía su localización exacto, sólo sabía que era hacia el sur. Quizá era irrelevante. Estragos y conflicto existía a lo largo y a lo ancho de esta tierra, aquello era un común denominador en todas partes. Era parte del equilibrio, la lucha constante del bien y el mal, mas no significaba que debiéramos permitir que eso durara para siempre, no de esta manera.
Casualmente había descendido de las montañas, a punto para prepararme para salir... Hacia el sur, suponía. Aunque estando ya en el norte, es difícil ir hacia otra dirección. Antes de que pudiera retirarme de la ciudad completamente, mi hermana se aproximó a mí con carta en mano.
—¿Ni un hola a tu hermana después de todo este tiempo? Tsk, tsk, tsk. —Negó con la cabeza, con una media sonrisa. A pesar de estar ciega, colocaba la dirección de sus ojos hacia mí, como si supiera exactamente dónde estaba. Claro que sabía dónde estaba.
—Lo siento... —Bajé la cabeza, un tanto apenado. Realmente no sentía que hubiese pasado tanto tiempo, y tampoco sabía dónde estaba. Con la urgencia de querer saber el origen de esa brisa, le había restado importancia al resto—. Hola. —Dije nervioso, lanzando un ademán a ella, rápidamente notando lo inútil que era hacerlo.
—Bobo. —Me sonrió—. Imagino que no bajaste porque te dio hambre. ¿Sentiste aquel extraño viento? Creo que se debe a esto. —Me entregó la carta y sin más se dio media vuelta, retirándose—. Diviértete.
—Gracias. —Musité perplejo, confundido. Quizá la duda se despejaría una vez que leyera la misiva.
Aquellas letras en papel me habían conducido hasta estas lejanas tierras, al otro extremo de Aerandir, nada menos. Sin duda era un soplo minúsculo el que me había atraído hasta la tierra de los Brujos. ¿Pero qué podía haber por estos lares sureños? La carta no entraba en detalles, sólo mencionaba un lugar. La Base Xromec. Y qué lugar. Tenebroso, rodeado de tinieblas, moribundo y lúgubre. Y sin embargo, se sentía vivo, respiraba maldad y secretismo. No era el tipo de construcción que albergara riquezas, sino desesperación y pecado.
Mas no todo era un desánimo para el alma, dos figuras ahí recuperaron de mi mente recuerdos que se sentían tan profundos como recientes. El felino recio de gran porte y el caballero que lucía comandar aquel grupo de hombres eran conocidos míos. Aunque nuestro pasado fue breve, en ese corto periodo de tiempo tanto se logró. ¿Acaso de nuevo conducía un asalto? De ser así, debía admitir que en esta ocasión estaba menos que preparado.
Me fui aproximando al gentío, que se veía agitado. Parecía que me había perdido el discurso previo al combate. Una lástima, no me gustaba involucrarme en temas que desconocía. Si luchaba, prefería saber por qué. Aunque al tratarse de Sakun, estaba seguro que todo esto estaría bien justificado.
Me mantuve pasivo y en silencio, observando desde atrás los movimientos de los demás. Entre querer obtener información y no querer retrasar el asunto, cuya importancia no debía carecer, me sentía indeciso si cerrar distancia o mantenerla.
Athos
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 353
Re: El Inquebrantable Vínculo [Trama] [Libre] [Interpretativo]
En aquel entonces la rubia no había salido del bosque, no había convivido con seres ajenos a su raza y ciertamente no tenía de en qué rayos se estaba metiendo. Para alguien tan sobreprotegida como la pequeña elfa era difícil entender las razones que tuvo su padre en aquel entonces para dejarla ir, así como así; seguramente el hombre había perdido la cabeza, o posiblemente era que no calculaba el peligro al cual la mandaba. Fuese como fuese, a la ojiazul le gustaba pensar que estaba en ese lugar porque él confiaba en ella lo suficiente como para encargarle esa misión; aunque para ser honestos en esos momentos comenzaba a replantearse la idea de abandonar todo y salir corriendo de regreso a su hogar; especialmente después de que todos los reunidos se opusieran a su presencia. Soltó un suspiro resignado y bajó la capucha de su capa, mirando al joven que la había descubierto con cierta preocupación.
Se debatía si debía irse o quedarse, después de todo ella era hábil con la espada, pero no lo suficiente como para no cometer alguna estupidez ante aquellos hombres que poco querían tratar con una mujer. Por otro lado, sus habilidades potenciando a sus aliados y sus conocimientos de sanadora serían de más ayuda que usar la espada de su padre. Estaba en una encrucijada y el tiempo no estaba de su lado para ayudarle a decidir; no obstante, la intervención del joven llamó la atención de ella y de todos los presentes al desenvainar su espada, ordenándoles que cerraran la boca. Al menos había uno entre ellos que parecía pensar con un poco de sensatez. La rubia sonrió, consciente de la decisión que acababa de tomar y que seguramente le acarrearía un montón de problemas, pero como descubriría en sus aventuras posteriores, ella tenía un don innato para meterse en líos y este solo era el comienzo.
—Puedo ayudarte —se acercó al joven—. Soy pequeña y posiblemente piensen que no soy muy fuerte, pero la sanación es mi especialidad y seguramente necesitaran un médico que se asegure de evitar que los manden al otro mundo.
Si, bueno, había omitido el detalle de que no siempre era muy buena defendiendo su propia espalda, pero esa información era algo que no podría decir en esos momentos y menos a los presentes. Después de todo, sin la ayuda del joven ahorita ella estaría de regreso a su casa y eso era algo que ni de chiste lograría perdonarse. Además…debía admitir que le gustaba el peligro y la adrenalina que esa situación le estaba generando.
Se debatía si debía irse o quedarse, después de todo ella era hábil con la espada, pero no lo suficiente como para no cometer alguna estupidez ante aquellos hombres que poco querían tratar con una mujer. Por otro lado, sus habilidades potenciando a sus aliados y sus conocimientos de sanadora serían de más ayuda que usar la espada de su padre. Estaba en una encrucijada y el tiempo no estaba de su lado para ayudarle a decidir; no obstante, la intervención del joven llamó la atención de ella y de todos los presentes al desenvainar su espada, ordenándoles que cerraran la boca. Al menos había uno entre ellos que parecía pensar con un poco de sensatez. La rubia sonrió, consciente de la decisión que acababa de tomar y que seguramente le acarrearía un montón de problemas, pero como descubriría en sus aventuras posteriores, ella tenía un don innato para meterse en líos y este solo era el comienzo.
—Puedo ayudarte —se acercó al joven—. Soy pequeña y posiblemente piensen que no soy muy fuerte, pero la sanación es mi especialidad y seguramente necesitaran un médico que se asegure de evitar que los manden al otro mundo.
Si, bueno, había omitido el detalle de que no siempre era muy buena defendiendo su propia espalda, pero esa información era algo que no podría decir en esos momentos y menos a los presentes. Después de todo, sin la ayuda del joven ahorita ella estaría de regreso a su casa y eso era algo que ni de chiste lograría perdonarse. Además…debía admitir que le gustaba el peligro y la adrenalina que esa situación le estaba generando.
Ashryn Elaynor
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 291
Nivel de PJ : : 2
Re: El Inquebrantable Vínculo [Trama] [Libre] [Interpretativo]
"La familia es lo único que debería importarte, son las únicas personas que no son tú por las cuales debes hacer grandes sacrificios, personas que no es necesario que les debas un favor para ayudarlas y sacarlas de un apuro, familia es familia, se cuida y se respeta."
Algo así es lo que me dice y repite mi tía Nadia cada que me manda a hacer un encargo y me cuesta tan siquiera levantarme. No es que sea floja es que sus encargos suelen ser muy elaborados, se aprovecha de mí, de mi juventud, de mi velocidad, de mi fuerza, sabe sacar provecho de las personas, también es buena persuadiendo, bueno, al fin y al cabo familia es.
Al despertarme lo primero que escucho es a mi tía Nadia gritandome, lo que seguro me despertó o al menos ayudó. Me senté un momento y recorrí mi cara con mis manos, presionandola; no estoy acostumbrada a estar en acción tan temprano, sabía que era temprano porque aún ni el sol estaba puesto y no era noche, porque esa la utiliza tía Nadia para descansar totalmente. Cuando me paré y di el primer paso para ir con ella, se escucharon pasos fuertes que parecían caminar hacia mi lugar
—¡SAYER, TE NECESITO A LA DE YA!—
Sus gritos de amor familiar, únicos.
—¡SAYER, POR FAVOR!— Gritó estando ya frente a mí. — Calmada, ¿por favor qué? ¿qué pasa?— Respondí.
A continuación me da una pequeña lista, son unos materiales que encargó un compañero suyo. No me quejaba de hacerle mandados a otra persona ajena totalmente a mí, él era muy amigo de mi tía y no me molestaba en lo absoluto, es buen hombre y nos ha ayudado en varias ocasiones, aparte no me haría mal salir y recorrer Aerandir.
Pero el mandado de hoy era algo no muy usual, requiere de un viaje algo largo y más para mí que no me encuentro en una zona que tenga a la mano muchos lugares. Hoy me tocaba ir hasta el Sur. Preparé mis cosas y metí todo en una pequeña bolsa que me gustaba, de los pocos bolsos que no me incomodan, es una mochila pero no es grande, es chica sin embargo le caben infinidades de objetos y puede utilizarse también como bolso cruzado, como es regalo de un viejo amigo brujo, era perfecto porque cuando me transformaba aún se quedaba en mí, no se dañaba en lo absoluto, se adaptaba a mí en cualquier estado.
Así que emprendí mi viaje, mientras caminaba pensaba en cosas que podía ver allá, cosas que se me podían presentar y cómo las sobrellevaría, lo que me estaba causando ansiedad. Decidí respirar profundo y me fui por el bosque, quería llegar rápido para tener algo de tiempo para mí, por si se me ocurría algo. Me transformé y empecé a correr, iba tan rápido y a la vez tan suave. Como si el área estuviese limpia, vacía, sin ningún árbol con el que pudiese chocar, sin ninguna roca o tronco atravesado me hiciera tropezar.
Parecía que había llegado a la zona, antes de estar totalmente expuesta me transformo para llegar bien al lugar indicado y lograr las comprar, pero, pude observar a un hombre del cual percibía un olor extraordinario, lo que obviamente llamó mi atención. Miro a mi alrededor y decido acercarme al joven. <¿Qué estoy haciendo?> Me detuve <¿Acaso solo llegaría con él y le diría "hey, hueles extraño"?> Negué con mi cabeza y vuelvo a buscar el lugar del encargo, entonces escucho ruidos, estaban lejos de mí pero yo lo escuchaba cerca, sentí algo en mí, algo que hacía ponerme alerta, volteé con el sujeto que había mirado anteriormente y noto que él lo siente también. Me dirijo nuevamente hacia él
—Hey, ¿está pasando algo por aquí?— Pregunté sin hacer ningún contacto físico, con voz fuerte y clara para que no me hiciera repetir.
Algo así es lo que me dice y repite mi tía Nadia cada que me manda a hacer un encargo y me cuesta tan siquiera levantarme. No es que sea floja es que sus encargos suelen ser muy elaborados, se aprovecha de mí, de mi juventud, de mi velocidad, de mi fuerza, sabe sacar provecho de las personas, también es buena persuadiendo, bueno, al fin y al cabo familia es.
Al despertarme lo primero que escucho es a mi tía Nadia gritandome, lo que seguro me despertó o al menos ayudó. Me senté un momento y recorrí mi cara con mis manos, presionandola; no estoy acostumbrada a estar en acción tan temprano, sabía que era temprano porque aún ni el sol estaba puesto y no era noche, porque esa la utiliza tía Nadia para descansar totalmente. Cuando me paré y di el primer paso para ir con ella, se escucharon pasos fuertes que parecían caminar hacia mi lugar
—¡SAYER, TE NECESITO A LA DE YA!—
Sus gritos de amor familiar, únicos.
—¡SAYER, POR FAVOR!— Gritó estando ya frente a mí. — Calmada, ¿por favor qué? ¿qué pasa?— Respondí.
A continuación me da una pequeña lista, son unos materiales que encargó un compañero suyo. No me quejaba de hacerle mandados a otra persona ajena totalmente a mí, él era muy amigo de mi tía y no me molestaba en lo absoluto, es buen hombre y nos ha ayudado en varias ocasiones, aparte no me haría mal salir y recorrer Aerandir.
Pero el mandado de hoy era algo no muy usual, requiere de un viaje algo largo y más para mí que no me encuentro en una zona que tenga a la mano muchos lugares. Hoy me tocaba ir hasta el Sur. Preparé mis cosas y metí todo en una pequeña bolsa que me gustaba, de los pocos bolsos que no me incomodan, es una mochila pero no es grande, es chica sin embargo le caben infinidades de objetos y puede utilizarse también como bolso cruzado, como es regalo de un viejo amigo brujo, era perfecto porque cuando me transformaba aún se quedaba en mí, no se dañaba en lo absoluto, se adaptaba a mí en cualquier estado.
Así que emprendí mi viaje, mientras caminaba pensaba en cosas que podía ver allá, cosas que se me podían presentar y cómo las sobrellevaría, lo que me estaba causando ansiedad. Decidí respirar profundo y me fui por el bosque, quería llegar rápido para tener algo de tiempo para mí, por si se me ocurría algo. Me transformé y empecé a correr, iba tan rápido y a la vez tan suave. Como si el área estuviese limpia, vacía, sin ningún árbol con el que pudiese chocar, sin ninguna roca o tronco atravesado me hiciera tropezar.
Parecía que había llegado a la zona, antes de estar totalmente expuesta me transformo para llegar bien al lugar indicado y lograr las comprar, pero, pude observar a un hombre del cual percibía un olor extraordinario, lo que obviamente llamó mi atención. Miro a mi alrededor y decido acercarme al joven. <¿Qué estoy haciendo?> Me detuve <¿Acaso solo llegaría con él y le diría "hey, hueles extraño"?> Negué con mi cabeza y vuelvo a buscar el lugar del encargo, entonces escucho ruidos, estaban lejos de mí pero yo lo escuchaba cerca, sentí algo en mí, algo que hacía ponerme alerta, volteé con el sujeto que había mirado anteriormente y noto que él lo siente también. Me dirijo nuevamente hacia él
—Hey, ¿está pasando algo por aquí?— Pregunté sin hacer ningún contacto físico, con voz fuerte y clara para que no me hiciera repetir.
Aizu
Aprendiz
Aprendiz
Cantidad de envíos : : 22
Re: El Inquebrantable Vínculo [Trama] [Libre] [Interpretativo]
El día empezó a oscurecerse, ya con las nubes cubriendo el radiante sol. Ahora sólo había penumbra, un clima gélido y el firmamento grisácea que acompañaba a los presentes. El mar aún se mantenía en movimiento, de un lado a otro, en un intento exasperado para cruzar más de la arena. En su potente paso, arrastraba los objetos de varios brujos que tenían sus cabañas construidas. Algunos debían sumergirse en el agua para recuperar estos, mientras que otros preferían resignarse en dejar que se vaya; al fin y al cabo, los magos creían en los dioses o el destino. "Todo pasa por algo" solía decir el popular anciano que murió en manos del clan Xromec, junto antes de poder ver a sus nietos crecer e ir a vengar su muerte. Estaban en la ubicación perfecta para iniciar una guerra, sin embargo tenían en cuenta que Sakun (Jefe de la multitud) no deseaba crear un escándalo. Él sabía perfectamente que si atacaban en un orden, sus hermanos serían asesinados rápidamente. Habían sido días de meditación, de entrenamiento, y de disposición para tener una idea que funcionara. La base estaba repleta de soldados, así que no sería fácil entrar agrediendo de una manera estúpida. Sólo quedaba una alternativa, y era esperar hasta que anochezca. Frente a la situación, se veía que no faltaba mucho. La luna comenzaba a trasladarse al centro.
-¡Señor!, Mithas ha detectado dos razas más. Están justo aquí, ¿qué hará al respecto? ¡Quizá quieran ayudarme como la elfa!-Vociferó, mientras que respiraba agresivamente para conseguir más aire. Tragó saliva de forma cuidadosa, tampoco el sujeto quería ahogarse. El dragón se quedó expectante, y después de haber escuchado las declaraciones de la elfa, procedió a seguir al muchacho. -Perfecto, será de mucha ayuda. ¿Podría venir conmigo?-Le preguntó a la muchacha, esperando que ella le siguiese.
Desde la lejanía, Sakun divisó dos siluetas extrañas. El brujo, temblando exageradamente, señaló a los tipos que se hallaban a varios metros. -Ellos son, según Mithas. También me dijo que uno de ellos era una bestia... ¡Vaya usted, si desea! A mí me da miedo...-Tartamudeó, para después escapar despavorido antes de que el lagarto dijese algo al respecto. Con seriedad, caminó lentamente hacia las presencias que se veían en la distancia. No se fijó si la de orejas puntiagudas le seguía, pero tampoco le iba a rogar de que lo hiciera; no obstante, ella debería hacerlo.
Al llegar, logró ver un rostro conocido: Era Athos, el pacifista que combatió en la guerra anterior. Avanzó con más tranquilidad, y a pesar de que no reconoció a la otra muchacha, tuvo la confianza de hablar de modo plural. Alzó la voz con intenciones de que los tres le oyeran. Sakun no tenía los típicos modales de preguntar nombres, él iba prácticamente al grano. No le interesaba cómo se llamaba, ni por qué estaba ahí, sólo asumía que el trío se hallaba en la isla para ir a luchar.
-¡Atención, los tres!-Gritó con fuerza. -No tengo mucho tiempo, debemos actuar ahora mismo. Les daré a escoger.-Aclaró su garganta.
-Alguien tendrá que disfrazarse de un soldado Xromec, el bando al que combatiremos. Se encargará de entrar sin problemas a la base.-
-El otro será una especie de espía. Entrará sigilosamente en el cuartel por la parte subterránea.-
-Y el último es el médico. Él o ella, no interesa, seguirá al espía para entrar al lugar.-
-Escojan ahora mismo. Después de que lo hagan, les explicaré la estrategia que tengo en mente.-
-¡Señor!, Mithas ha detectado dos razas más. Están justo aquí, ¿qué hará al respecto? ¡Quizá quieran ayudarme como la elfa!-Vociferó, mientras que respiraba agresivamente para conseguir más aire. Tragó saliva de forma cuidadosa, tampoco el sujeto quería ahogarse. El dragón se quedó expectante, y después de haber escuchado las declaraciones de la elfa, procedió a seguir al muchacho. -Perfecto, será de mucha ayuda. ¿Podría venir conmigo?-Le preguntó a la muchacha, esperando que ella le siguiese.
Desde la lejanía, Sakun divisó dos siluetas extrañas. El brujo, temblando exageradamente, señaló a los tipos que se hallaban a varios metros. -Ellos son, según Mithas. También me dijo que uno de ellos era una bestia... ¡Vaya usted, si desea! A mí me da miedo...-Tartamudeó, para después escapar despavorido antes de que el lagarto dijese algo al respecto. Con seriedad, caminó lentamente hacia las presencias que se veían en la distancia. No se fijó si la de orejas puntiagudas le seguía, pero tampoco le iba a rogar de que lo hiciera; no obstante, ella debería hacerlo.
Al llegar, logró ver un rostro conocido: Era Athos, el pacifista que combatió en la guerra anterior. Avanzó con más tranquilidad, y a pesar de que no reconoció a la otra muchacha, tuvo la confianza de hablar de modo plural. Alzó la voz con intenciones de que los tres le oyeran. Sakun no tenía los típicos modales de preguntar nombres, él iba prácticamente al grano. No le interesaba cómo se llamaba, ni por qué estaba ahí, sólo asumía que el trío se hallaba en la isla para ir a luchar.
-¡Atención, los tres!-Gritó con fuerza. -No tengo mucho tiempo, debemos actuar ahora mismo. Les daré a escoger.-Aclaró su garganta.
-Alguien tendrá que disfrazarse de un soldado Xromec, el bando al que combatiremos. Se encargará de entrar sin problemas a la base.-
-El otro será una especie de espía. Entrará sigilosamente en el cuartel por la parte subterránea.-
-Y el último es el médico. Él o ella, no interesa, seguirá al espía para entrar al lugar.-
-Escojan ahora mismo. Después de que lo hagan, les explicaré la estrategia que tengo en mente.-
Sakun
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 335
Nivel de PJ : : 1
Re: El Inquebrantable Vínculo [Trama] [Libre] [Interpretativo]
Me mantenía clavado al suelo, simplemente prestando atención a la vista, tratando de comprender la esencia del evento juzgando por la actitud de los presentes. No parecía tan diferente a aquella ocasión en Dundarak con los guerreros en espera confiando en Sakun como líder y el denso aire en el ambiente, aunque en esta ocasión había llegado sin confrontación, me pregunto cómo afectaba eso en la situación actual. Aquel día luchábamos por justicia, vigilantes llevando un castigo a malhechores. ¿Ahora sería algo similar, una continuación a tal misión?
Mis pensamientos fueron interrumpidos cuando una voz llena de juventud, aunque no necesariamente de calma, se aproximó a mí y me interrogó de la manera más curiosa. Claramente algo estaba pasando aquí, me preguntaba a qué se refería—. Siempre hay algo ocurriendo en todas partes, señorita. —Sólo estaba suponiendo su juventud debido a su tono de voz, mas desconocía su temple, así que traté de tornar mi vista a ella, mas no mi tronco.
—Mas no conozco los detalles. Si tuviera que apostar yo diría que un asalto a esa base está por llevarse a cabo. —Aunque eso era un tanto evidente, ¿no? Quizá no. Hice una pausa reflexionando sobre lo que diría a continuación, no podía darme el lujo de comprometer la misión de Sakun, ¿qué tal si se trataba de una enemiga? Asimismo, tampoco quería poner a una persona en una posición de grave peligro, sobre todo cuando desconocía del todo lo que estaba pasando.
—Pero lo que sea que esté pasando, le aseguro que algo terrible está por suceder. Y cuando el infierno se desate, asegúrese de estar del lado correcto de las llamas. —Este lugar no sería para los corazones débiles, y simplemente al verla reflejaba inexperiencia, aunque podía notar un fuego en sus orbes, un deseo de aventura y riesgo. Eso la volvía más peligrosa, para sí misma.
Para entonces Sakun ya nos había identificado y podía sentir su mirada sobre mí. Más importante, podía ver en sus ojos un deseo de justicia como en el pasado, una voluntad orientada a la benevolencia y las buenas intenciones. Aunque aún tendiera a decisiones violentas, la verdad es que eso no lo desacreditaba ni hacía menos su ímpetu de heroísmo.
Alzó su voz, transmitiéndonos dos opciones. Mis primeras impresiones fueron negativas, no me sentía en las mejores condiciones para desempeñar alguno de los papeles. Por un lado, el pretender ser alguien más iba en contra de mis principios, pues rechazaba la idea de tener que mentir u ocultar la verdad. Y por otro lado infiltrarse a hurtadillas requería de conocer la arquitectura, capacidades de sigilo y excelente orientación, técnicas que no sentía poseer en su totalidad.
No obstante, rápidamente un pensamiento me hizo inclinarme por una de las alternativas. En primer lugar, la señorita a mi lado, si decidía formar parte de esta operación, tendría una mayor dificultad que yo si trataba de hacerse pasar por un miembro de Xromec, tanto por su complexión como por su inexperiencia, supongo. Y en segundo lugar, había ideado una aproximación que nos permitiría apoyar el objetivo de Sakun y mantener la paz, dentro de lo que cabía.
—Con su permiso, señorita. —Comencé a alejarme de ella, no queriendo inducirla a esta batalla, pero tampoco rechazándola del todo, probablemente podría ser de gran ayuda para la operación, o la causa de nuestra perdición...
Caminé, a paso un tanto apresurado, por un lado de la formación. Podía sentir sus miradas curiosas, incrédulas y escépticas. Yo esperaba que algunos lograran reconocerme de aquella vez, pero también tenía las intenciones de que pudieran confiar en mí, tal y como Sakun y yo confiábamos en ellos. Cuando los momentos críticos se alzan, es menester tener un lazo genuino con tus aliados.
—Caballero Sakun. —Hice una sutil reverencia a modo de saludo. Tanto por la situación y por nuestro pasado, no era totalmente necesario una introducción formal. Curioso cómo sólo con una mirada nos podíamos transmitir tantas cosas.
—Yo me ofrezco para hacerme pasar como un soldado enemigo. Aunque no tengo experiencia militar real, he estudiado la milicia. —Mi maestro tenía una forma tan marcial de educar, siempre creyendo que el ejército, de manera correcta, reflejaba el orden más genuino y constituía una estructura sólida para la sociedad.
—Pero antes permítame exponerle lo que tengo en mente. —Si recuerda mi postura pacifista, sin duda no tendría problemas en entender mis intenciones—. Déjeme infiltrarme en las líneas de Xromec para conocer los corazones de nuestros enemigos. Podré identificar a aquellos cuyas mentes son tóxicas y a los que merecen ser perdonados. Trataré de convencerlos para abandonar su senderos de vilesa. Si todo sale bien, seré capaz de resolver la problemática mediante el diálogo, aunque seguramente el uso de la violencia terminará siendo inevitable...
Estos procesos de pacifismo requerían de muchísimo tiempo. Tenía a penas unos minutos para hacer el trabajo de toda una vida. No sería fácil y probablemente resultaría nada efectivo, mas debía intentarlo. Por el bien de todos.
Mis pensamientos fueron interrumpidos cuando una voz llena de juventud, aunque no necesariamente de calma, se aproximó a mí y me interrogó de la manera más curiosa. Claramente algo estaba pasando aquí, me preguntaba a qué se refería—. Siempre hay algo ocurriendo en todas partes, señorita. —Sólo estaba suponiendo su juventud debido a su tono de voz, mas desconocía su temple, así que traté de tornar mi vista a ella, mas no mi tronco.
—Mas no conozco los detalles. Si tuviera que apostar yo diría que un asalto a esa base está por llevarse a cabo. —Aunque eso era un tanto evidente, ¿no? Quizá no. Hice una pausa reflexionando sobre lo que diría a continuación, no podía darme el lujo de comprometer la misión de Sakun, ¿qué tal si se trataba de una enemiga? Asimismo, tampoco quería poner a una persona en una posición de grave peligro, sobre todo cuando desconocía del todo lo que estaba pasando.
—Pero lo que sea que esté pasando, le aseguro que algo terrible está por suceder. Y cuando el infierno se desate, asegúrese de estar del lado correcto de las llamas. —Este lugar no sería para los corazones débiles, y simplemente al verla reflejaba inexperiencia, aunque podía notar un fuego en sus orbes, un deseo de aventura y riesgo. Eso la volvía más peligrosa, para sí misma.
Para entonces Sakun ya nos había identificado y podía sentir su mirada sobre mí. Más importante, podía ver en sus ojos un deseo de justicia como en el pasado, una voluntad orientada a la benevolencia y las buenas intenciones. Aunque aún tendiera a decisiones violentas, la verdad es que eso no lo desacreditaba ni hacía menos su ímpetu de heroísmo.
Alzó su voz, transmitiéndonos dos opciones. Mis primeras impresiones fueron negativas, no me sentía en las mejores condiciones para desempeñar alguno de los papeles. Por un lado, el pretender ser alguien más iba en contra de mis principios, pues rechazaba la idea de tener que mentir u ocultar la verdad. Y por otro lado infiltrarse a hurtadillas requería de conocer la arquitectura, capacidades de sigilo y excelente orientación, técnicas que no sentía poseer en su totalidad.
No obstante, rápidamente un pensamiento me hizo inclinarme por una de las alternativas. En primer lugar, la señorita a mi lado, si decidía formar parte de esta operación, tendría una mayor dificultad que yo si trataba de hacerse pasar por un miembro de Xromec, tanto por su complexión como por su inexperiencia, supongo. Y en segundo lugar, había ideado una aproximación que nos permitiría apoyar el objetivo de Sakun y mantener la paz, dentro de lo que cabía.
—Con su permiso, señorita. —Comencé a alejarme de ella, no queriendo inducirla a esta batalla, pero tampoco rechazándola del todo, probablemente podría ser de gran ayuda para la operación, o la causa de nuestra perdición...
Caminé, a paso un tanto apresurado, por un lado de la formación. Podía sentir sus miradas curiosas, incrédulas y escépticas. Yo esperaba que algunos lograran reconocerme de aquella vez, pero también tenía las intenciones de que pudieran confiar en mí, tal y como Sakun y yo confiábamos en ellos. Cuando los momentos críticos se alzan, es menester tener un lazo genuino con tus aliados.
—Caballero Sakun. —Hice una sutil reverencia a modo de saludo. Tanto por la situación y por nuestro pasado, no era totalmente necesario una introducción formal. Curioso cómo sólo con una mirada nos podíamos transmitir tantas cosas.
—Yo me ofrezco para hacerme pasar como un soldado enemigo. Aunque no tengo experiencia militar real, he estudiado la milicia. —Mi maestro tenía una forma tan marcial de educar, siempre creyendo que el ejército, de manera correcta, reflejaba el orden más genuino y constituía una estructura sólida para la sociedad.
—Pero antes permítame exponerle lo que tengo en mente. —Si recuerda mi postura pacifista, sin duda no tendría problemas en entender mis intenciones—. Déjeme infiltrarme en las líneas de Xromec para conocer los corazones de nuestros enemigos. Podré identificar a aquellos cuyas mentes son tóxicas y a los que merecen ser perdonados. Trataré de convencerlos para abandonar su senderos de vilesa. Si todo sale bien, seré capaz de resolver la problemática mediante el diálogo, aunque seguramente el uso de la violencia terminará siendo inevitable...
Estos procesos de pacifismo requerían de muchísimo tiempo. Tenía a penas unos minutos para hacer el trabajo de toda una vida. No sería fácil y probablemente resultaría nada efectivo, mas debía intentarlo. Por el bien de todos.
Athos
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 353
Re: El Inquebrantable Vínculo [Trama] [Libre] [Interpretativo]
Ashy ya no tenía ni la más remota de en qué diablos se estaba metiendo, simplemente se había lanzado y por fortuna su ultimo ofrecimiento pareció tener un resultado favorable. Esperaba pacientemente la respuesta del joven, cuando otro hombre comenzó a hablar, anunciando la aparición de otras dos personas en el lugar. Definitivamente había algo extraño en aquel grupo, pues en lugar de apreciar la ayuda lucían bastante paranoicos con la sola mención de nuevos llegados. Asintió a lo que el joven le decía y no dudó en seguirlo, manteniéndose callada y concentrada en lo que podría hacer para ayudar. Lanzó una mirada reprobatoria el comportamiento del hombre, mientras que volvía a retomar su camino detrás del muchacho, dirigiéndose al lugar donde se encontraban los dos supuestos ‘‘intrusos’’.
Al estar más cerca pudo vislumbrar que se trataban de otro hombre y de una joven, a lo que Ashy no pudo hacer más que soltar un suspiro de alivio, pues ahora ya no se sentía la única fémina en ese selecto grupo que parecían no querer a las de su clase. Por otro lado, el otro hombre tenía facciones similares a las del joven al que seguía, cuyo nombre por fin le era revelado como Sakun. Menuda guerrera estaba hecha, no sabía ni a quien estaba obedeciendo. Un grito llamó la atención de los tres, seguido por una serie de instrucciones que tendrían que seguir, en las que se expresaban varios papeles fundamentales para la supuesta misión. El primero en elegir fue el hombre parecido a Sakun, quien se ofreció a ser el soldado espía. La ojiazul lo miró con cierta admiración, sería interesante poder arriesgar su vida de aquella manera sin dudarlo ni un solo segundo; aunque para ser honestos, no elogiaba aquella estrategia para la cual evidentemente no tenían tiempo.
—Yo iré con el espía —habló con seriedad—. O en este caso creo que será ‘‘la’’ espía.
No es como que tuviese mucha opción, pues desconocía las habilidades la otra joven y también si ella estaba de acuerdo con esa decisión, pero fuese como fuese tendrían que ir juntas, independientemente del papel que le tocara a cada una. Volvió a guardar silencio en espera de más instrucciones. No sabía que trabajo les esperaba, pero al parecer todo en ese lugar presagiaba el suicidio seguro.
Al estar más cerca pudo vislumbrar que se trataban de otro hombre y de una joven, a lo que Ashy no pudo hacer más que soltar un suspiro de alivio, pues ahora ya no se sentía la única fémina en ese selecto grupo que parecían no querer a las de su clase. Por otro lado, el otro hombre tenía facciones similares a las del joven al que seguía, cuyo nombre por fin le era revelado como Sakun. Menuda guerrera estaba hecha, no sabía ni a quien estaba obedeciendo. Un grito llamó la atención de los tres, seguido por una serie de instrucciones que tendrían que seguir, en las que se expresaban varios papeles fundamentales para la supuesta misión. El primero en elegir fue el hombre parecido a Sakun, quien se ofreció a ser el soldado espía. La ojiazul lo miró con cierta admiración, sería interesante poder arriesgar su vida de aquella manera sin dudarlo ni un solo segundo; aunque para ser honestos, no elogiaba aquella estrategia para la cual evidentemente no tenían tiempo.
—Yo iré con el espía —habló con seriedad—. O en este caso creo que será ‘‘la’’ espía.
No es como que tuviese mucha opción, pues desconocía las habilidades la otra joven y también si ella estaba de acuerdo con esa decisión, pero fuese como fuese tendrían que ir juntas, independientemente del papel que le tocara a cada una. Volvió a guardar silencio en espera de más instrucciones. No sabía que trabajo les esperaba, pero al parecer todo en ese lugar presagiaba el suicidio seguro.
Ashryn Elaynor
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 291
Nivel de PJ : : 2
Re: El Inquebrantable Vínculo [Trama] [Libre] [Interpretativo]
Al hombre al que le había preguntado qué era lo que estaba sucediendo, me respondió muy brevemente, como si estuviera limitando la verdad, sin duda yo haría lo mismo incluso hubiera añadido una mirada de pies a cabeza, muy evidente, para que se diera cuenta de que él ni su pregunta tenían lugar aquí. Soy una extraña que se atrevió a hablarle por el olor que desprendía, por qué esperar que me contará absolutamente todo lo que sucedía e iba a suceder. Su contestación seguía, demasiado dramática a mi parecer, tal vez no lo hacía a propósito y así estaba acostumbrado a hablar, sin embargo, poco a poco sentía más su fijación en mí, puede que sí tratase de intimidarme. Al terminar de hablar, una voz se escuchó y me hizo voltear instantáneamente hacia su origen.
Pude notar que era un hombre con rasgos faciales semejantes a los del chico de al lado, al igual que noté que fijó su mirada en él. El hombre, el cual todavía desconocía nombre, hablaba con voz imponente lo cual hacía que pusiese atención además de que nos estaba hablando a nosotros. Mencionó 3 roles que podíamos asumir para realizar una especie de misión, la cual le urgía mucho cumplir. Fue la segunda opción la que despertó mi emoción, un espía que tendría que infiltrarse al cuartel. Cuando acabó de aludir, el chico... "me está hartando no saber su nombre y llevar mucho rato con él, muy educado pero ni el nombre me dice" , el tontuelo, se alejó de mí de manera muy formal, lo que me hizo poner ojos en blanco un segundo. Se dirigió hacia el proclamador algo rápido, yo creo que nadie quería que le ganarán su opción. Sí, a pesar de tener un mandado que realizar, me iba a sumergir en esta ocupación, pienso que no me tomará todo el día.
Me fui detrás del tontuelo y por fin se reveló el nombre de alguien, Sakun, ese era el nombre del hombre que nos habló y propuso los roles que asumiríamos para la batalla; eso era lo que me daba a pensar el ejército presente detrás de nosotros. Tontuelo se comprometió a fingir ser el soldado enemigo. Era de esperarse, no tenía cuerpo para entrar cautelosamente, mientras que yo tenía la complexión y habilidad para asumir ese rol. Había una elfa al lado de Sakun quien dijo muy segura que iría con la espía, osea yo. No, no tenía poderes mentales, era la opción más probable que terminaría eligiendo, no tenía facha de doctora y si la tuviera, yo creo que no esperaba que me inclinara por esa opción.
Tragué saliva y di un paso en frente, para dar a conocer qué era la decisión que había tomado.
—Señor Sakun—Empecé a hablar dudosa, no sabía cómo era manera correcta de dirigirme a él, un hombre que parecía ser bastante fuerte y conocido.—Yo me ofrezco para ser la espía, estoy muy segura de mis habilidades y haré buen trabajo—La mayor parte de mi vida la había pasado escondida y huyendo de enemigos, sigo viva, activa, con buen condición y eso era gracias a mi don con la habilidad, a mis ejemplos que se me han presentado en mi camino para aprender ser sigilosa y saber cuándo atacar, gracias a que día con día he aprendido a dominar más mis sentidos y utilizarlos aún con forma humana y con buen resultado.
—Dígame la estrategia que tiene y yo la cumpliré.
Pude notar que era un hombre con rasgos faciales semejantes a los del chico de al lado, al igual que noté que fijó su mirada en él. El hombre, el cual todavía desconocía nombre, hablaba con voz imponente lo cual hacía que pusiese atención además de que nos estaba hablando a nosotros. Mencionó 3 roles que podíamos asumir para realizar una especie de misión, la cual le urgía mucho cumplir. Fue la segunda opción la que despertó mi emoción, un espía que tendría que infiltrarse al cuartel. Cuando acabó de aludir, el chico... "me está hartando no saber su nombre y llevar mucho rato con él, muy educado pero ni el nombre me dice" , el tontuelo, se alejó de mí de manera muy formal, lo que me hizo poner ojos en blanco un segundo. Se dirigió hacia el proclamador algo rápido, yo creo que nadie quería que le ganarán su opción. Sí, a pesar de tener un mandado que realizar, me iba a sumergir en esta ocupación, pienso que no me tomará todo el día.
Me fui detrás del tontuelo y por fin se reveló el nombre de alguien, Sakun, ese era el nombre del hombre que nos habló y propuso los roles que asumiríamos para la batalla; eso era lo que me daba a pensar el ejército presente detrás de nosotros. Tontuelo se comprometió a fingir ser el soldado enemigo. Era de esperarse, no tenía cuerpo para entrar cautelosamente, mientras que yo tenía la complexión y habilidad para asumir ese rol. Había una elfa al lado de Sakun quien dijo muy segura que iría con la espía, osea yo. No, no tenía poderes mentales, era la opción más probable que terminaría eligiendo, no tenía facha de doctora y si la tuviera, yo creo que no esperaba que me inclinara por esa opción.
Tragué saliva y di un paso en frente, para dar a conocer qué era la decisión que había tomado.
—Señor Sakun—Empecé a hablar dudosa, no sabía cómo era manera correcta de dirigirme a él, un hombre que parecía ser bastante fuerte y conocido.—Yo me ofrezco para ser la espía, estoy muy segura de mis habilidades y haré buen trabajo—La mayor parte de mi vida la había pasado escondida y huyendo de enemigos, sigo viva, activa, con buen condición y eso era gracias a mi don con la habilidad, a mis ejemplos que se me han presentado en mi camino para aprender ser sigilosa y saber cuándo atacar, gracias a que día con día he aprendido a dominar más mis sentidos y utilizarlos aún con forma humana y con buen resultado.
—Dígame la estrategia que tiene y yo la cumpliré.
Aizu
Aprendiz
Aprendiz
Cantidad de envíos : : 22
Re: El Inquebrantable Vínculo [Trama] [Libre] [Interpretativo]
Las decisiones no tardarían en ser dadas. Cada voz se levantó en un deseo de cumplir diferentes roles. Los brujos, a pesar de estar distanciados, observaban la escena con mucho cuidado. Algunos ya tenían sus divisiones hechas, y solamente era cuestión de tiempo para que el trío tomara con madurez sus papeles. El primero fue Athos, ya mentalmente preparado de su trabajo. Quería infiltrarse en el cuartel sin tener que usar atajos, sólo caminando hacia la puerta del frente. Él ya tenía una idea, y una misión también, como el pacifista que pretende ser. Aquel muchacho ya conocía a Sakun desde hace meses atrás, no siendo la primera vez en que los dos se involucran en problemas tan peligrosos como ese. Ya han saboreado la nieve de las llanuras, y lamentablemente han tenido que asesinar varios soldados para ser la justicia. El dragón confiaba en él, porque conocía el potencial que el muchacho tiene. -Perfecto, ent...-Antes de que el morocho pudiese terminar, su colega le pidió algo simple, aunque imposible de cumplir.
Athos deseaba salvar a las mentes débiles, o fuertes. Quería sacarlos de las guerras, de arriesgar sus vidas en combates estúpidos, de hacer Aerandir uno de los lugares más pacifistas del mundo. Eso era difícil, por no decir sobrehumano. Sin embargo, el sujeto poseía una seguridad intensa, quizá una que mucha gente podría envidiar. -Entiendo tu punto de vista, Athos.-Comentó en voz baja, ya cruzado de brazos. -Pero me temo que no será posible, y no tendrá sentido que lo hagas.-El lagarto frunció el ceño, junto con mi mirada perdiéndose en los mares. -Ya hablaré contigo después.-.
Al girar la cabeza, el musculoso oyó la siguiente petición. Provenía de Ashryn, la elfa que había demostrado valentía, solamente con aparecer en un lugar donde, actualmente, había un montón de brujos. Al joven le encantó esa actitud, y al escuchar que sería la médica, soltó un sonoro suspiro de alivio. -Perfecto-Murmuró con regocijo, casi a punto de sonreír. Los magos se veían notablemente enojados de pensar que ella se encargaría de curarlos. Sakun no aceptaba la intolerancia, y como siempre, la castigaba con peores cosas. -Tú guiarás a todo el equipo por el buen camino. Los brujos, la loba, y los humanos deberán respetarte. No eres cualquier persona, eres quien los llevará a la victoria.-.
El silencio se apoderó del lugar. Nadie fue capaz de hacer un comentario, ni siquiera el viento que segundos atrás, se hallaba soplando de un extremo a otro. El muchacho extendió su brazo, y le entregó el mapa. Por alguna razón, la elfa sería la única en entenderla. Estaba escrito en élfico, un regalo de un gran amigo que tenía. El único problema era que el pergamino se encontraba en mal estado, a punto de dañarse. -Suerte con ello-
La loba era la última, y obviamente, tendría que ser la espía. Ella se veía peligrosa; seguro no tendría ningún problema en descuartizar semi dragones. -Licántropos... Sé de qué son capaces.-Caminó alrededor de la dama, mientras que inspeccionaba cada parte de su cuerpo. Quería asegurarse de que esté en buen estado. -Vosotros sois feroces. Será un honor trabajar contigo, señorita.-.
-Te encargarás de cuidar a tus compañeros. Eres la única que podrá hacerlo. ¡PUEDEN COMENZAR!-
Sin más preámbulo, las dos mujeres serían llevadas a la entrada subterránea. En su división, habían montones de brujos, algunos humanos y la mascota del grandullón, Zarpitas. Por alguna razón, él confiaba en ellas.
________________________________________
Pasaron varios minutos, y ahora se veía Sakun dirigiéndose a Athos. Éste tenía unas cadenas en las manos, y un collar. El dragón caminaba con decisión; no obstante, no se veía tan alegre como se creía.
Al llegar, soltó los objetos al suelo e inhaló un buen fragmento de aire. Estaba entre decírselo o no, pero claramente iba a ser necesario para proseguir con la invasión. -Verás...-Pronunció con profundidad, ahora agarrando el collar y colocándolo en su cuello. -Como un soldado infiltrado, no lograrás mucho. Quizá entrar, y nada más. Ni siquiera ser capaz de hablar con el jefe de la base, sin embargo...-Tomó las cadenas y se las entregó al tipo.
-Si piensan que me atrapaste, todo será completamente diferente. Así que me arrastrarás hasta allá.-
Athos deseaba salvar a las mentes débiles, o fuertes. Quería sacarlos de las guerras, de arriesgar sus vidas en combates estúpidos, de hacer Aerandir uno de los lugares más pacifistas del mundo. Eso era difícil, por no decir sobrehumano. Sin embargo, el sujeto poseía una seguridad intensa, quizá una que mucha gente podría envidiar. -Entiendo tu punto de vista, Athos.-Comentó en voz baja, ya cruzado de brazos. -Pero me temo que no será posible, y no tendrá sentido que lo hagas.-El lagarto frunció el ceño, junto con mi mirada perdiéndose en los mares. -Ya hablaré contigo después.-.
Al girar la cabeza, el musculoso oyó la siguiente petición. Provenía de Ashryn, la elfa que había demostrado valentía, solamente con aparecer en un lugar donde, actualmente, había un montón de brujos. Al joven le encantó esa actitud, y al escuchar que sería la médica, soltó un sonoro suspiro de alivio. -Perfecto-Murmuró con regocijo, casi a punto de sonreír. Los magos se veían notablemente enojados de pensar que ella se encargaría de curarlos. Sakun no aceptaba la intolerancia, y como siempre, la castigaba con peores cosas. -Tú guiarás a todo el equipo por el buen camino. Los brujos, la loba, y los humanos deberán respetarte. No eres cualquier persona, eres quien los llevará a la victoria.-.
El silencio se apoderó del lugar. Nadie fue capaz de hacer un comentario, ni siquiera el viento que segundos atrás, se hallaba soplando de un extremo a otro. El muchacho extendió su brazo, y le entregó el mapa. Por alguna razón, la elfa sería la única en entenderla. Estaba escrito en élfico, un regalo de un gran amigo que tenía. El único problema era que el pergamino se encontraba en mal estado, a punto de dañarse. -Suerte con ello-
La loba era la última, y obviamente, tendría que ser la espía. Ella se veía peligrosa; seguro no tendría ningún problema en descuartizar semi dragones. -Licántropos... Sé de qué son capaces.-Caminó alrededor de la dama, mientras que inspeccionaba cada parte de su cuerpo. Quería asegurarse de que esté en buen estado. -Vosotros sois feroces. Será un honor trabajar contigo, señorita.-.
-Te encargarás de cuidar a tus compañeros. Eres la única que podrá hacerlo. ¡PUEDEN COMENZAR!-
Sin más preámbulo, las dos mujeres serían llevadas a la entrada subterránea. En su división, habían montones de brujos, algunos humanos y la mascota del grandullón, Zarpitas. Por alguna razón, él confiaba en ellas.
________________________________________
Pasaron varios minutos, y ahora se veía Sakun dirigiéndose a Athos. Éste tenía unas cadenas en las manos, y un collar. El dragón caminaba con decisión; no obstante, no se veía tan alegre como se creía.
Al llegar, soltó los objetos al suelo e inhaló un buen fragmento de aire. Estaba entre decírselo o no, pero claramente iba a ser necesario para proseguir con la invasión. -Verás...-Pronunció con profundidad, ahora agarrando el collar y colocándolo en su cuello. -Como un soldado infiltrado, no lograrás mucho. Quizá entrar, y nada más. Ni siquiera ser capaz de hablar con el jefe de la base, sin embargo...-Tomó las cadenas y se las entregó al tipo.
-Si piensan que me atrapaste, todo será completamente diferente. Así que me arrastrarás hasta allá.-
____________________________________
_______________________________________
______________________________________________
*Athos: Irás con Sakun a la base, sólo que mi personaje será prácticamente un esclavo. El uniforme para ti será entregado por una bruja, y por consiguiente, las puertas del cuartel serán abiertas. Sé libre de usar los PNJs que necesites.
*Ashryn: Se te ha entregado un mapa.
- Mapa:
- [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
-La línea azul indican el camino que debes recorrer.
-La línea roja es peligrosa. Indica zonas restringidas, así que no querrás desviarte O morirán todos por tu culpa
-La línea amarilla es el lugar a donde deseas llegar. No te pasará nada mientras camines por estas.
-La linea verde es un misterio. No se sabe nada de su significado.
PD: Hay puntos donde las lineas se encuentran. Cuando la linea roja intercepta la azul, significa que hay probabilidades de desviarte. En esas ocasiones, tendrás que tirar dados para ver si te desvías o no. Cualquier duda, MP.
*Aizu: De ti depende si tu división logra salir con vida o no. Tendrás que luchar con todo.
Sakun
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 335
Nivel de PJ : : 1
Re: El Inquebrantable Vínculo [Trama] [Libre] [Interpretativo]
Hubo un cambio. Al principio se veía satisfecho con mi iniciativa, era positivo que se contara con alguien para una tarea que sin duda poseía un peso importante, sin embargo noté que su semblante conmutó a uno más severo, entre desaprobando y cuestionando mi propuesta. Me prometió una charla posterior, suponía que para ver los detalles de mi parte. Por ahora sabía que debía vestirme con el uniforme.
Procedí a colocarme la nueva vestimenta, la que formaría parte de una mentira. Personificaría alguien que no soy, diría falsas palabras, actuaría de manera embustera, traicionaría la verdad a la que siempre me había estado apegando. Intentaba justificarlo, porque era por un bien mayor. Pero así es como se empieza, se peca de manera menor y cada vez se vuelve más sencillo faltar a la moral. ¿Qué tanto me afectaría?
Otro aspecto que estaba rondando en mi psiquis era lo que me había dicho Sakun momentos antes. ¿A qué se refería con que era imposible? ¿Acaso los enemigos a los que nos enfrentábamos eran tan viles que no aceptarían una forma alternativa de terminar el conflicto, ni siquiera considerarían una nueva perspectiva? ¿O quizá había algo más? ¿Se referirá a mi posición como soldado? ¿Qué podía hacer un individuo ante todo un ejército, sobre todo cuando ese individuo es un farsante? Estaría por descubrirlo.
Me reencuentro a Sakun, quien ya había pasado las órdenes. Estaba listo con mi uniforme. Lo veo cargando cadenas y de inmediato me lo imagino personificando a un prisionero que habría yo capturado. Eso era muy ingenioso. Aunque quizá debería ir preparando una treta para justifica la manera en la que lo haya atrapado.
—Sacaré el mayor provecho a esta oportunidad. Le aseguro que no pondré en riesgo la misión. —Tomé las cadenas, observándolas con perplejidad. Jamás había estado en una posición como ésta. Se sentía raro proyectar que tenía bajo mi custodia un prisionero, usualmente yo estaría del lado en donde se están siendo liberados, poniendo mi vida en riesgo con tal de proteger al débil. Y hablando de eso...
—Usted es un formidable guerrero, no me imagino saliendo ileso de un combate contra usted. Así que me lesionaré... Usted es diestro, ¿verdad? —Me golpeó en la quijada y en la frente con la zurda, igualando un golpe proviniendo por la mano derecha. Los impactos causan que mi boca sangre y un corte arriba de mi ceja. Deliberadamente había golpeado con la punta del nudillo para ocasionar tal daño. Dejo que la sangre fluya por un momento para después quitarla, impregnando mi rostro con un poco de sangre, en consecuencia también el uniforme—. Espero obtener un aire más creíble de esta manera. —Aunque no esperaba que el caballero dragón me imitara, quizá no sería una mala idea hacerlo.
Tiro de las cadenas, trayendo a mi pseudo-prisionero a mi lado, viéndolo fijamente, como cualquier captor cauteloso haría. Nos aproximamos a la puerta, en donde esperamos ser recibidos por el guardia de la entrada. A estas alturas, espero que el resto de nuestros compañeros lleven su tarea sin dificultades mayores, aunque seguro enfrentarán adversidades.
—¿Quién vive? —Oigo a un hombre gritar desde la torre.
—Soy yo. —Era aquí en donde utilizaría una táctica por cortesía de mi hermana. La verdad incompleta. Igualmente me parecía una atrocidad contra la verdad, pero al menos, como ella decía, no estaba hablando con mentiras, sólo ocultaba un poquito la verdad—. Traigo conmigo a Sakun, encadenado y vencido. Abridme para poder llevarlo a su destino. —Trataba de mantener un ritmo calmado, cuidando muy bien mis palabras.
Hubo un instante de silencio, sin respuesta, pero luego de unos segundos la compuerta se abre, dándonos acceso a la base. Avanzo con firmeza, amagando un tirón de cadena. No se supone que los prisioneros sea tratados bien, ¿verdad? Desde el instante en el que acceso, comienzo a observar los alrededores, buscando puntos de accesos para poder escapar o lugares estratégicos para obtener ventajas en ciertas circunstancias. Analizo también a los soldados, comparando sus uniformes con el mío, tratando de distinguir qué detalles revelan un mayor rango para poder regresar un saludo adecuado.
Mi paso es sólido y erguido, ignorando la sangre que corre por mi mejilla, casi cubriendo mi visión. Noto dos guardias acercarse a mí.
—El gran Sakun. —Escupe cerca de su bota—. Imbécil arrogante. Te vas a pudrir aquí.
—Orden, señores. —Trato de seguir en línea recta, evitando confrontación ahora mismo.
—¿Orden? —Inquirió con furia el segundo soldado—. Este sujeto no merece ni la mínima pizca de orden. Este asesino me quito a mi hermano.
No puedo evitar sentirme sorprendido, mas trato de reprimir esa sensación. Seguramente su hermano habría sido uno de los hombres en la guarida que una vez conquistamos. Trato de no pensar en eso y continúo tirando de la cadena.
—Bien, jala a ese perro. Que se revuelque en la tierra.
Cuanto odio para un sólo individuo...
Seguía inspeccionando el lugar, esta vez para intentar discernir dónde estaría el calabozo y la cámara principal, aún decidiéndome si llevarlo a un lugar o a otro. Mas mi camino es nuevamente interrumpido, esta vez por una figura femenina.
—¡Sakun! Qué gusto verte. —Genuinamente su voz es suave y se le puede notar una sonrisa en ella, pasando de largo de mí y directamente yendo hacia el dragón, dándole un rodillazo en el estómago—. Idiota. —Se cruza de brazos, volteando hacia mí—. Se lo merecía. Eso y más. ¿Lo llevarás ante el capitán? —Inquiere distraída mientras espero que el mitad lagarto se ponga de pie, lo ayudaría pero eso no parecía adecuado.
—Eso o directamente a una prisión. —Trato de ser evasivo.
—Pues tú sabes que los prisioneros deben ser registrados. —Se aproxima a mí, poniéndose muy cerca de mi rostro, e instintivamente me inclino hacia atrás, pero ella no cede su avance—. O el capitán se va a enojar. —Habla con quietud para luego pasar su lengua por mi cara, lamiendo la sangre de mi piel—. Ésa es mucha sangre, guapo. ¿Por qué tú no te limpias y yo me encargo de llevarlo?
Por un momento temí que no me reconociera, que comenzara a dudar de mí y consiguientemente revelara que era un impostor, después de todo la sangre podía servir un poco para ocultar mis rasgos. Pero muy por el contrario, terminó ofreciendo ayuda, probablemente para quedarse con la gloria de haberlo capturado o para golpearlo aún más. O para... Estaba dudando demasiado, no sabía qué responder. Por un lado me libraba de que me descubrieran, pero por otro me exponía a que esta mujer se exaltara.
—¿No tiene un puesto del cual ocuparse, compañera? —Trato de dirigir su atención a algo más, mientras me alejo de nuevo, tirando de Sakun para reanudar la marcha.
—No, compañero. —Vuelve a recortar distancia conmigo, poniendo su mano sobre la mía, tratando de tomar la cadena—. Estoy libre. Pero tú estás sangrando y seguramente muy cansado. Yo llevaré esta carga por ti.
—Gracias, pero no. —Nuevamente me alejo, tirando del prisionero, ahora con cierta dureza y prisa. Me daba un muy mal presentimiento esta dama.
—¿Ooh? Entonces les diré a todos la verdad.
Justo cuando creía haberla dejado atrás, pronuncia unas palabras que me hacen detenerme en seco. Mis sentidos se afinan y espero lo peor venir. Amigo Sakun, le he fallado, espero que esté listo para una batalla temprana.
—Les diré a todos que tú me enviaste esa carta de amor, Chang. Será humillante.
Me sentí liberado al saber que no se refería a que yo era un enemigo y también que me diera un hombre, significaba que me estaba confundiendo con alguien más. No obstante, aún me ponía nervioso. ¿Y si mentía? Tal vez sí estaba sospechando de mí e intentaba hacer que me delatara yo mismo. Debía ser evasivo— Eso es ridículo. —Dije sin mirar atrás.
—¿De verdad? ¡Oigan todos! —Exclamó repentinamente. Y de inmediato pude imaginar cómo se abalanzarían hacia acá. No me importaba la supuesta humillación que prometía, pero si tenía varios ojos sobre mí, al menos uno podía darse cuenta de la treta.
Me doy la vuelta hacia ella tan pronto como se me es posible, dándole la rienda de Sakun—. Qué escándalo. ¿Harías ese alboroto por una ridiculez? Haz lo que quieras.
—¡Sí! —Brinca de alegría—. Eres el mejor, Chang. —Yo ya le había dado la espalda, esperaba no tener que seguir lidiando con ella. Quién sabe, algo positivo podía salir de esto. Y aún estaba en posibilidad de seguirla en caso de que intentara algo absurdo—. Quizá yo también te amo. —Dijo con rapidez antes de encaminarse en la dirección que yo llevaba—. Andando, escoria. —Escucho las cadenas sonar con brusquedad.
Espero que dé algunos pasos para luego ver hacia atrás, parecían dirigirse hacia donde yo suponía era el salón principal, seguramente donde se hallaba el líder.
Procedí a colocarme la nueva vestimenta, la que formaría parte de una mentira. Personificaría alguien que no soy, diría falsas palabras, actuaría de manera embustera, traicionaría la verdad a la que siempre me había estado apegando. Intentaba justificarlo, porque era por un bien mayor. Pero así es como se empieza, se peca de manera menor y cada vez se vuelve más sencillo faltar a la moral. ¿Qué tanto me afectaría?
Otro aspecto que estaba rondando en mi psiquis era lo que me había dicho Sakun momentos antes. ¿A qué se refería con que era imposible? ¿Acaso los enemigos a los que nos enfrentábamos eran tan viles que no aceptarían una forma alternativa de terminar el conflicto, ni siquiera considerarían una nueva perspectiva? ¿O quizá había algo más? ¿Se referirá a mi posición como soldado? ¿Qué podía hacer un individuo ante todo un ejército, sobre todo cuando ese individuo es un farsante? Estaría por descubrirlo.
Me reencuentro a Sakun, quien ya había pasado las órdenes. Estaba listo con mi uniforme. Lo veo cargando cadenas y de inmediato me lo imagino personificando a un prisionero que habría yo capturado. Eso era muy ingenioso. Aunque quizá debería ir preparando una treta para justifica la manera en la que lo haya atrapado.
—Sacaré el mayor provecho a esta oportunidad. Le aseguro que no pondré en riesgo la misión. —Tomé las cadenas, observándolas con perplejidad. Jamás había estado en una posición como ésta. Se sentía raro proyectar que tenía bajo mi custodia un prisionero, usualmente yo estaría del lado en donde se están siendo liberados, poniendo mi vida en riesgo con tal de proteger al débil. Y hablando de eso...
—Usted es un formidable guerrero, no me imagino saliendo ileso de un combate contra usted. Así que me lesionaré... Usted es diestro, ¿verdad? —Me golpeó en la quijada y en la frente con la zurda, igualando un golpe proviniendo por la mano derecha. Los impactos causan que mi boca sangre y un corte arriba de mi ceja. Deliberadamente había golpeado con la punta del nudillo para ocasionar tal daño. Dejo que la sangre fluya por un momento para después quitarla, impregnando mi rostro con un poco de sangre, en consecuencia también el uniforme—. Espero obtener un aire más creíble de esta manera. —Aunque no esperaba que el caballero dragón me imitara, quizá no sería una mala idea hacerlo.
Tiro de las cadenas, trayendo a mi pseudo-prisionero a mi lado, viéndolo fijamente, como cualquier captor cauteloso haría. Nos aproximamos a la puerta, en donde esperamos ser recibidos por el guardia de la entrada. A estas alturas, espero que el resto de nuestros compañeros lleven su tarea sin dificultades mayores, aunque seguro enfrentarán adversidades.
—¿Quién vive? —Oigo a un hombre gritar desde la torre.
—Soy yo. —Era aquí en donde utilizaría una táctica por cortesía de mi hermana. La verdad incompleta. Igualmente me parecía una atrocidad contra la verdad, pero al menos, como ella decía, no estaba hablando con mentiras, sólo ocultaba un poquito la verdad—. Traigo conmigo a Sakun, encadenado y vencido. Abridme para poder llevarlo a su destino. —Trataba de mantener un ritmo calmado, cuidando muy bien mis palabras.
Hubo un instante de silencio, sin respuesta, pero luego de unos segundos la compuerta se abre, dándonos acceso a la base. Avanzo con firmeza, amagando un tirón de cadena. No se supone que los prisioneros sea tratados bien, ¿verdad? Desde el instante en el que acceso, comienzo a observar los alrededores, buscando puntos de accesos para poder escapar o lugares estratégicos para obtener ventajas en ciertas circunstancias. Analizo también a los soldados, comparando sus uniformes con el mío, tratando de distinguir qué detalles revelan un mayor rango para poder regresar un saludo adecuado.
Mi paso es sólido y erguido, ignorando la sangre que corre por mi mejilla, casi cubriendo mi visión. Noto dos guardias acercarse a mí.
—El gran Sakun. —Escupe cerca de su bota—. Imbécil arrogante. Te vas a pudrir aquí.
—Orden, señores. —Trato de seguir en línea recta, evitando confrontación ahora mismo.
—¿Orden? —Inquirió con furia el segundo soldado—. Este sujeto no merece ni la mínima pizca de orden. Este asesino me quito a mi hermano.
No puedo evitar sentirme sorprendido, mas trato de reprimir esa sensación. Seguramente su hermano habría sido uno de los hombres en la guarida que una vez conquistamos. Trato de no pensar en eso y continúo tirando de la cadena.
—Bien, jala a ese perro. Que se revuelque en la tierra.
Cuanto odio para un sólo individuo...
Seguía inspeccionando el lugar, esta vez para intentar discernir dónde estaría el calabozo y la cámara principal, aún decidiéndome si llevarlo a un lugar o a otro. Mas mi camino es nuevamente interrumpido, esta vez por una figura femenina.
—¡Sakun! Qué gusto verte. —Genuinamente su voz es suave y se le puede notar una sonrisa en ella, pasando de largo de mí y directamente yendo hacia el dragón, dándole un rodillazo en el estómago—. Idiota. —Se cruza de brazos, volteando hacia mí—. Se lo merecía. Eso y más. ¿Lo llevarás ante el capitán? —Inquiere distraída mientras espero que el mitad lagarto se ponga de pie, lo ayudaría pero eso no parecía adecuado.
—Eso o directamente a una prisión. —Trato de ser evasivo.
—Pues tú sabes que los prisioneros deben ser registrados. —Se aproxima a mí, poniéndose muy cerca de mi rostro, e instintivamente me inclino hacia atrás, pero ella no cede su avance—. O el capitán se va a enojar. —Habla con quietud para luego pasar su lengua por mi cara, lamiendo la sangre de mi piel—. Ésa es mucha sangre, guapo. ¿Por qué tú no te limpias y yo me encargo de llevarlo?
Por un momento temí que no me reconociera, que comenzara a dudar de mí y consiguientemente revelara que era un impostor, después de todo la sangre podía servir un poco para ocultar mis rasgos. Pero muy por el contrario, terminó ofreciendo ayuda, probablemente para quedarse con la gloria de haberlo capturado o para golpearlo aún más. O para... Estaba dudando demasiado, no sabía qué responder. Por un lado me libraba de que me descubrieran, pero por otro me exponía a que esta mujer se exaltara.
—¿No tiene un puesto del cual ocuparse, compañera? —Trato de dirigir su atención a algo más, mientras me alejo de nuevo, tirando de Sakun para reanudar la marcha.
—No, compañero. —Vuelve a recortar distancia conmigo, poniendo su mano sobre la mía, tratando de tomar la cadena—. Estoy libre. Pero tú estás sangrando y seguramente muy cansado. Yo llevaré esta carga por ti.
—Gracias, pero no. —Nuevamente me alejo, tirando del prisionero, ahora con cierta dureza y prisa. Me daba un muy mal presentimiento esta dama.
—¿Ooh? Entonces les diré a todos la verdad.
Justo cuando creía haberla dejado atrás, pronuncia unas palabras que me hacen detenerme en seco. Mis sentidos se afinan y espero lo peor venir. Amigo Sakun, le he fallado, espero que esté listo para una batalla temprana.
—Les diré a todos que tú me enviaste esa carta de amor, Chang. Será humillante.
Me sentí liberado al saber que no se refería a que yo era un enemigo y también que me diera un hombre, significaba que me estaba confundiendo con alguien más. No obstante, aún me ponía nervioso. ¿Y si mentía? Tal vez sí estaba sospechando de mí e intentaba hacer que me delatara yo mismo. Debía ser evasivo— Eso es ridículo. —Dije sin mirar atrás.
—¿De verdad? ¡Oigan todos! —Exclamó repentinamente. Y de inmediato pude imaginar cómo se abalanzarían hacia acá. No me importaba la supuesta humillación que prometía, pero si tenía varios ojos sobre mí, al menos uno podía darse cuenta de la treta.
Me doy la vuelta hacia ella tan pronto como se me es posible, dándole la rienda de Sakun—. Qué escándalo. ¿Harías ese alboroto por una ridiculez? Haz lo que quieras.
—¡Sí! —Brinca de alegría—. Eres el mejor, Chang. —Yo ya le había dado la espalda, esperaba no tener que seguir lidiando con ella. Quién sabe, algo positivo podía salir de esto. Y aún estaba en posibilidad de seguirla en caso de que intentara algo absurdo—. Quizá yo también te amo. —Dijo con rapidez antes de encaminarse en la dirección que yo llevaba—. Andando, escoria. —Escucho las cadenas sonar con brusquedad.
Espero que dé algunos pasos para luego ver hacia atrás, parecían dirigirse hacia donde yo suponía era el salón principal, seguramente donde se hallaba el líder.
Athos
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 353
Re: El Inquebrantable Vínculo [Trama] [Libre] [Interpretativo]
Todo parecía estar listo para comenzar con el proceso de infiltración y solo restaba escuchar los detalles finales, antes de ponerse en marcha. El joven, a quien Sakun llamó ‘‘Athos’’, parecía estar dispuesto a arriesgarlo todo sin importar el costo, cosa que la ojiazul reconoció como un rasgo bastante valeroso; aunque parecía que Sakun tenía una manera más sensata de pensar, por lo que le pidió paciencia, dándole instrucciones para ponerse de acuerdo con él después. El papel de la rubia pareció ser recibido de buena manera, cosa que la hizo sentir un poco más segura, al menos al inicio, pues al escuchar los detalles de su misión la idea de salir corriendo volvió a atravesarle la cabeza. Aun así, asintió con determinación y sin pronunciar palabra alguna, tomando en sus manos el extraño mapa que le fue confiado, tratándolo con sumo cuidado.
Su tarea era demasiado complicada para una joven inexperta como ella, pero estaba consciente de que nadie en ese lugar podría leer aquel trozo de papel sin romperlo en el intento, por lo que, sin duda alguna, eso era algo que solo ella podía hacer. Esperó el momento adecuado para avanzar junto a la otra joven, echando vistazos de vez en cuando a su guía, intentando descifrar cual sería el mejor camino a tomar, pues por lo que podía notar, había muchos senderos peligrosos y cualquier error sería solamente suyo. Tomó aire y comenzó a caminar, adentrándose por el camino que parecía más seguro. Se trataba de una especie de túnel oscuro, aunque no tan angosto, en donde la humedad parecía gobernar el ambiente. Las luces de las antorchas que llevaron varios de los brujos fueron suficientes para iluminar un poco el camino y su visión elfica era de gran ayuda a la hora de guiarlos.
Una especie de alerta se encendió en su cerebro, mirando en todas direcciones, esperando no llevarse ninguna sorpresa de alguna criatura o de algo peor, pues todo parecía sospechoso en aquella oscura y rocosa caverna. Por las paredes transitaban un montón de insectos y alimañas; el aroma a putrefacción se volvía más penetrante conforme avanzaban y cada vez parecía más difícil evitar sentirse sofocados ante el ambiente de humedad. Ashy trataba el mapa como si de una reliquia se tratase, buscando no dañarlo en un mal movimiento y leyéndolo constantemente, a fin de no perderse y así arriesgar la vida de todos aquellos que la seguían. Avanzaron alrededor de doscientos metros, antes de llegar a la primera bifurcación, donde tendría que elegir el siguiente camino a tomar, cosa que la hizo morderse el labio inferior con cierta preocupación.
—Debemos estar preparados para lo que sea que esté detrás de alguno de esos caminos —miro a la otra chica—. Ahora creo que lo mejor sería seguir avanzando...
Le hubiese gustado decir: ‘‘Confíen en mí, sé lo que hago…creo’’, pero esa palabra final era la que le impedía mostrar fingida seguridad, por lo que simplemente asumiría el riesgo sin darse cualidades que realmente no poseía. Solo esperaba estar haciendo lo correcto y no guiarlos a una muerte segura.
Su tarea era demasiado complicada para una joven inexperta como ella, pero estaba consciente de que nadie en ese lugar podría leer aquel trozo de papel sin romperlo en el intento, por lo que, sin duda alguna, eso era algo que solo ella podía hacer. Esperó el momento adecuado para avanzar junto a la otra joven, echando vistazos de vez en cuando a su guía, intentando descifrar cual sería el mejor camino a tomar, pues por lo que podía notar, había muchos senderos peligrosos y cualquier error sería solamente suyo. Tomó aire y comenzó a caminar, adentrándose por el camino que parecía más seguro. Se trataba de una especie de túnel oscuro, aunque no tan angosto, en donde la humedad parecía gobernar el ambiente. Las luces de las antorchas que llevaron varios de los brujos fueron suficientes para iluminar un poco el camino y su visión elfica era de gran ayuda a la hora de guiarlos.
Una especie de alerta se encendió en su cerebro, mirando en todas direcciones, esperando no llevarse ninguna sorpresa de alguna criatura o de algo peor, pues todo parecía sospechoso en aquella oscura y rocosa caverna. Por las paredes transitaban un montón de insectos y alimañas; el aroma a putrefacción se volvía más penetrante conforme avanzaban y cada vez parecía más difícil evitar sentirse sofocados ante el ambiente de humedad. Ashy trataba el mapa como si de una reliquia se tratase, buscando no dañarlo en un mal movimiento y leyéndolo constantemente, a fin de no perderse y así arriesgar la vida de todos aquellos que la seguían. Avanzaron alrededor de doscientos metros, antes de llegar a la primera bifurcación, donde tendría que elegir el siguiente camino a tomar, cosa que la hizo morderse el labio inferior con cierta preocupación.
—Debemos estar preparados para lo que sea que esté detrás de alguno de esos caminos —miro a la otra chica—. Ahora creo que lo mejor sería seguir avanzando...
Le hubiese gustado decir: ‘‘Confíen en mí, sé lo que hago…creo’’, pero esa palabra final era la que le impedía mostrar fingida seguridad, por lo que simplemente asumiría el riesgo sin darse cualidades que realmente no poseía. Solo esperaba estar haciendo lo correcto y no guiarlos a una muerte segura.
Ashryn Elaynor
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 291
Nivel de PJ : : 2
Re: El Inquebrantable Vínculo [Trama] [Libre] [Interpretativo]
Antes de comenzar la misión el señor Sakun optó por responder las peticiones pacifistas de Athos, yo creo que solo lo hacía por aprecio, ya que parecía que se conocían de aventuras anteriores. Le otorgó un mapa a la pequeña elfa cosa que hizo que muchos abrieran los ojos de admiración, una pequeña nos guiaría a todos, sinceramente yo no tenía problema alguno con ello, no es lo mío subestimar.
Parece que a mí también me iba a tocar unas palabras del señor Sakun, lo pensaba porque empezó a recorrerme completita con la mirada, con ojos llenos de deseo y pasión de que cumpla con el rol que me tocaba exitosamente pues éste esperaba que lo hiciera bien, no hacía falta decirlo. Cuando pasó junto a mí me dijo que sabía de lo que mi raza era capaz, parecía tener mucha experiencia con la vida así que en serio sabía de lo que éramos capaces lo que me motivó a mostrarle que todavía no lo ha visto todo.
Al finalizar esa pequeña "despedida", nos dirigieron a la elfa y a mí a la entrada subterránea, seguidas de brujos, algunos humanos y demás. La pequeña se veía un poco nerviosa, bueno, no lo demostraba mucho pero podía olerlo, podía sentir el calor que sus nervios le provocaban; ella solo se limitaba a tomar el mapa con total delicadeza pues no se encontraba en buenas condiciones estaba a un mal agarre de romperse lo que causaría nuestra pérdida tanto de ubicación como de la victoria. Entre más nos adentrábamos los olores aumentaban, no me causaba un mal olor ya que estaba muy acostumbrada a olores no muy higiénicos, tampoco me distraía de centrarme en un solo olor puesto que ya había dominado mi sentido de olfato de lo cual estaba muy orgullosa.
Llegó el momento, nos encontrábamos en medio de dos caminos, caminos completamente desconocidos, y tendremos que afrontar los obstáculos del camino que elijamos, no importa si esté la bestia más grande de Aerandir o un rosal.
La elfa soltó unas breves palabras de aliento, se podía notar duda en su frase pero no paró, era obvio que no quería mostrarse débil ante tantos seguidores.
Al caminar un poco más escuché unos sonidos muy extraños cosa que me puso a sacudir mi oreja, como un tic.
—¡SSHH! Paren, no hagan ruido, creo que escuché algo—.
Parece que a mí también me iba a tocar unas palabras del señor Sakun, lo pensaba porque empezó a recorrerme completita con la mirada, con ojos llenos de deseo y pasión de que cumpla con el rol que me tocaba exitosamente pues éste esperaba que lo hiciera bien, no hacía falta decirlo. Cuando pasó junto a mí me dijo que sabía de lo que mi raza era capaz, parecía tener mucha experiencia con la vida así que en serio sabía de lo que éramos capaces lo que me motivó a mostrarle que todavía no lo ha visto todo.
Al finalizar esa pequeña "despedida", nos dirigieron a la elfa y a mí a la entrada subterránea, seguidas de brujos, algunos humanos y demás. La pequeña se veía un poco nerviosa, bueno, no lo demostraba mucho pero podía olerlo, podía sentir el calor que sus nervios le provocaban; ella solo se limitaba a tomar el mapa con total delicadeza pues no se encontraba en buenas condiciones estaba a un mal agarre de romperse lo que causaría nuestra pérdida tanto de ubicación como de la victoria. Entre más nos adentrábamos los olores aumentaban, no me causaba un mal olor ya que estaba muy acostumbrada a olores no muy higiénicos, tampoco me distraía de centrarme en un solo olor puesto que ya había dominado mi sentido de olfato de lo cual estaba muy orgullosa.
Llegó el momento, nos encontrábamos en medio de dos caminos, caminos completamente desconocidos, y tendremos que afrontar los obstáculos del camino que elijamos, no importa si esté la bestia más grande de Aerandir o un rosal.
La elfa soltó unas breves palabras de aliento, se podía notar duda en su frase pero no paró, era obvio que no quería mostrarse débil ante tantos seguidores.
Al caminar un poco más escuché unos sonidos muy extraños cosa que me puso a sacudir mi oreja, como un tic.
—¡SSHH! Paren, no hagan ruido, creo que escuché algo—.
Aizu
Aprendiz
Aprendiz
Cantidad de envíos : : 22
Re: El Inquebrantable Vínculo [Trama] [Libre] [Interpretativo]
"Queridos hermanos del clan Xromec, me place anunciar la ejecución de Aimer y Hika, miembros del antiguo gremio Fairsteur. En consecuencia de su actos, serán ahogados en jaulas de acero, las cuales resistirán cualquier ataque o agresión. Como veréis, estas jaulas evitarán su transformación en dragones; así que no habrá nada de qué preocuparse. No podrán escapar, no podrán ser salvados, y no tendrán otra opción que ser asesinados por nuestro dios, ¡El gran dragón del agua!.
¡El fuego merece ser extinto!
- Capitán de la base, Kaage"
___________________________________________________
¡El fuego merece ser extinto!
- Capitán de la base, Kaage"
___________________________________________________
Athos y Sakun
- Puesta de Sol:
- [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
La compuerta finalmente se abrió para los intrusos. Algunos que otros murmullos se escuchaban de fondo, dado que nadie se esperaba tremenda sorpresa. Sakun había sido atrapado, y en manos de quien parecía ser "Chang", un soldado de rango bajo e insignificante. A pesar de los festejos, varios dudaban de aquellas extrañas facciones. -Ah... Llámame loco, pero no sé en qué momento se afeitó ese novato. Creo que es un impostor.-Susurró uno de los presentes, al tiempo que acariciaba su arco.
-Deberías dejar la envidia, Kanji. Es imposible que no sea Chang, aún se le ven los ojos rasgados.-
-Pero si todos tenemos los ojos rasg...-
-Si no te callas, te reportaré con el capitán Kaage. Acéptalo, el novato nos superó a todos.-
Los guardias no se hicieron esperar, y se acercaron a atacar al prisionero. Ciertas personas usaron sus puños, otros su boca, mientras que la mayoría se decidieron a observarlo furiosamente. Nadie le gustaba ver aquel rostro; esa mirada seria, como si fuese capaz de desencadenarse en cualquier momento. Era nada más y nada menos que el hijo del Gran Jefe, más conocido como el padre supremo del clan Xromec. La multitud lo sabía, era un sujeto al que temer. Darle un golpe era arriesgado, porque Sakun tiene fama de buscar venganza; típico de su raza.
-S...Saya...-Pronunció el morocho al ver a una mujer aparecer de la nada. Su voz en sí era suave, aunque su actitud definitivamente contrastaba lo anterior. La dama se decidió en atacar al preso, quien soltó un ligero alarido al ser golpeado en el estómago. Sus rodillazos eran vigorosos, es más, se dice que ha destruido cráneos con estos, sólo para después agarrar los huesos y crear brazaletes o collares. Era una dama infame.
Todo pareció derrumbarse por unos segundos. Ella amenazaba con contar "la verdad", haciendo que Sakun quedara perplejo ante estas palabras. No se atrevió a musitar algo, si no que más bien se mantuvo con la boca cerrada. ¿A qué se refería ella con la "verdad"? ¿Sabe que Athos no pertenece a los Xromec? Eso significaría que pronto tendrían que luchar.
Una carta de amor. Algo irrelevante; no obstante, se podría deducir que al verdadero "Chang" le hubiese importado aquel secreto. Al fin y al cabo, es cierto que, como buen guerrero, era una regla lo siguiente:
"Ningún valiente osará mandar cartas de amor a su prójimo -Pergamino No 135; Reglas sentimentales del clan Xromec."
Sin más preámbulo, luego de un intercambio incómodo de palabras, los forasteros lograron entrar al Pasillo Real. En este, las paredes carecían de luz, ni siquiera de una pizca de iluminación. Cada rincón estaba completamente oscuro, y más aún gracias a la puesta de sol. Saya, entretanto, no apartaba la mirada de los pelinegros. Aún se veía sonriente, quizá le alegraba ver al "Gran luchador" encadenado como un despreciable esclavo.
-¿Sabes qué, Chang?-Vociferó la mujer, desenfundando sus dagas y viendo a Athos de manera divertida. -Deberíamos entretenernos un poco. ¡Es aburrido ser sádica sin tener a un conejillo de indias!-El filo del arma viajó por el aire, cortando el viento en un movimiento veloz. Su mano se notaba rígida, dura y agresiva. Esta no tardó en incrustarse en el pecho de Sakun, justo a varios centímetros del corazón.
La sangre se empezó a derramar, aún cuando la daga estaba en lo más profundo del hombre. -¡Uhgh!-Gimió el grandullón, y trató de detenerla, pero sus manos también estaban amarradas. -Debí haberlo imaginado de ti,
Saya... Del mismo modo acabaste con mis hermanas. ¡Lo hiciste siendo una maldita niña!-Gritó con enojó, para solamente recibir una poderosa patada en el mentón.
-¡Silencio, escoria!-La carne crujió al segundo en que la señorita sacó el arma. -Es tu turno.
No lo mates, debemos llevarlo con Kaage.-Con decisión, señaló la espada del joven. -Úsala, novato. Quiero reírme un rato.-
El río de líquido carmesí aún bajaba por sus pectorales, sin embargo el prisionero no reaccionaba. Frunció el ceño, recordó a sus hermanos, e insultó a Athos. -¡Vamos, imbécil! Atácame...-El plan tenía que funcionar, a como de lugar. Si eso equivalía a su muerte, pues lo haría en buena causa. Aimer y Hika deben vivir.
-Atácame, Chang...-Repitió, ahora tratando de convencerlo. De alguna forma, quería que su compañero percibiera la diferencia. En ese preciso momento, Athos no debía ser el que actuara. En pocas palabras, Athos es el respetable hombre pacifista que no lo atacaría, mientras que Chang no. -E...Eres del clan Xromec, ¿no? Así que no debería ser difícil.-
-Al fin y al cabo, eres Chang...-Murmuró por lo abajo.
-Deberías dejar la envidia, Kanji. Es imposible que no sea Chang, aún se le ven los ojos rasgados.-
-Pero si todos tenemos los ojos rasg...-
-Si no te callas, te reportaré con el capitán Kaage. Acéptalo, el novato nos superó a todos.-
Los guardias no se hicieron esperar, y se acercaron a atacar al prisionero. Ciertas personas usaron sus puños, otros su boca, mientras que la mayoría se decidieron a observarlo furiosamente. Nadie le gustaba ver aquel rostro; esa mirada seria, como si fuese capaz de desencadenarse en cualquier momento. Era nada más y nada menos que el hijo del Gran Jefe, más conocido como el padre supremo del clan Xromec. La multitud lo sabía, era un sujeto al que temer. Darle un golpe era arriesgado, porque Sakun tiene fama de buscar venganza; típico de su raza.
-S...Saya...-Pronunció el morocho al ver a una mujer aparecer de la nada. Su voz en sí era suave, aunque su actitud definitivamente contrastaba lo anterior. La dama se decidió en atacar al preso, quien soltó un ligero alarido al ser golpeado en el estómago. Sus rodillazos eran vigorosos, es más, se dice que ha destruido cráneos con estos, sólo para después agarrar los huesos y crear brazaletes o collares. Era una dama infame.
Todo pareció derrumbarse por unos segundos. Ella amenazaba con contar "la verdad", haciendo que Sakun quedara perplejo ante estas palabras. No se atrevió a musitar algo, si no que más bien se mantuvo con la boca cerrada. ¿A qué se refería ella con la "verdad"? ¿Sabe que Athos no pertenece a los Xromec? Eso significaría que pronto tendrían que luchar.
Una carta de amor. Algo irrelevante; no obstante, se podría deducir que al verdadero "Chang" le hubiese importado aquel secreto. Al fin y al cabo, es cierto que, como buen guerrero, era una regla lo siguiente:
"Ningún valiente osará mandar cartas de amor a su prójimo -Pergamino No 135; Reglas sentimentales del clan Xromec."
Sin más preámbulo, luego de un intercambio incómodo de palabras, los forasteros lograron entrar al Pasillo Real. En este, las paredes carecían de luz, ni siquiera de una pizca de iluminación. Cada rincón estaba completamente oscuro, y más aún gracias a la puesta de sol. Saya, entretanto, no apartaba la mirada de los pelinegros. Aún se veía sonriente, quizá le alegraba ver al "Gran luchador" encadenado como un despreciable esclavo.
-¿Sabes qué, Chang?-Vociferó la mujer, desenfundando sus dagas y viendo a Athos de manera divertida. -Deberíamos entretenernos un poco. ¡Es aburrido ser sádica sin tener a un conejillo de indias!-El filo del arma viajó por el aire, cortando el viento en un movimiento veloz. Su mano se notaba rígida, dura y agresiva. Esta no tardó en incrustarse en el pecho de Sakun, justo a varios centímetros del corazón.
La sangre se empezó a derramar, aún cuando la daga estaba en lo más profundo del hombre. -¡Uhgh!-Gimió el grandullón, y trató de detenerla, pero sus manos también estaban amarradas. -Debí haberlo imaginado de ti,
Saya... Del mismo modo acabaste con mis hermanas. ¡Lo hiciste siendo una maldita niña!-Gritó con enojó, para solamente recibir una poderosa patada en el mentón.
-¡Silencio, escoria!-La carne crujió al segundo en que la señorita sacó el arma. -Es tu turno.
No lo mates, debemos llevarlo con Kaage.-Con decisión, señaló la espada del joven. -Úsala, novato. Quiero reírme un rato.-
El río de líquido carmesí aún bajaba por sus pectorales, sin embargo el prisionero no reaccionaba. Frunció el ceño, recordó a sus hermanos, e insultó a Athos. -¡Vamos, imbécil! Atácame...-El plan tenía que funcionar, a como de lugar. Si eso equivalía a su muerte, pues lo haría en buena causa. Aimer y Hika deben vivir.
-Atácame, Chang...-Repitió, ahora tratando de convencerlo. De alguna forma, quería que su compañero percibiera la diferencia. En ese preciso momento, Athos no debía ser el que actuara. En pocas palabras, Athos es el respetable hombre pacifista que no lo atacaría, mientras que Chang no. -E...Eres del clan Xromec, ¿no? Así que no debería ser difícil.-
-Al fin y al cabo, eres Chang...-Murmuró por lo abajo.
_________________________________________________________
Ashryn Aizu
-Llevamos minutos caminando. ¿En verdad sabes lo que estás haciendo?-Se quejó un brujo, aún cuando el sudor empapaba su rostro. La parte subterránea era como el infierno, teniendo en cuenta el clima típico de la Cala de La Luna, siempre llegando a grados infernales. Sin embargo, los olores tampoco ayudaban, más por la descomposición de los cadáveres; esos que enterraban en el subsuelo, y terminaban extrañamente en las catacumbas. Ninguno se atrevía a resolver aquel misterio, dado que mantenerse allí abajo era un verdadero peligro.
El techo parecía querer derrumbarse, de piedra en piedra, todas dirigidas en una misma dirección. También, en la velocidad del sonido, el aire se impregnaba de moléculas polvorientas, haciendo de la caverna un color grisáceo y tenebroso. Era un lugar prohibido, y con el fin de alertar turistas, los muros rocosos se veían cubiertos de sangre; una exageradamente rojiza y fresca. Unas gotas lograban formar palabras como "Largaos", mientras que otras simplemente se encargaban de pintar el pavimento de rojo. Era un enigma su proveniencia, así como también era incógnita su frescor. ¿Por qué la sangre se mantenía tan reciente? ¿Acaso hay una especie de maldición?
Una poderosa brisa se manifestó en frente de los guerreros, asimilándose más a un huracán potente. Este apagó cualquier vela, luminiscencia o resplandor de los brujos. La muchedumbre quedó a ciegas, envueltos en penumbra. Aizu no se había equivocado; lo que escuchó era nada más ni nada menos que una criatura impetuosa.
Los pasos de aquel ser eran lentos, aunque estruendosos. Por cada pisotón, la tierra temblaba excesivamente. La gente empezó a murmurar, incluso los niños no aguantaron sus llantos, alarmando aún más a la bestia. ¿Qué era lo que se avecinaba?
Al oír los sollozos, el engendro reafirmó sus creencias; se encontraba caminando en la dirección correcta. Sin más preámbulo, aceleró el paso, desplazándose aún con más velocidad. Sus brazos se columpiaban como un péndulo, y sus piernas no se coordinaban con perfección, pero esa suficiente para seguir a la división de la elfa.
-S...Se está acercando...-Pronunció un hombre por lo bajo, tartamudeando temerosamente.
-Shhh... Nos oirá...-
Avanzar ya era un problema. Pronto descubrirían que había una decisión que tomar, al menos antes de ser atrapados por aquel criatura abominable. Habrían dos caminos delante de Ashryn, y sólo los dioses la ayudarían a escoger la ruta segura.
-Rápido, elfa... El monstruo está cerc...-
-¡GRGJRJAH!-
________________________________________________________________El techo parecía querer derrumbarse, de piedra en piedra, todas dirigidas en una misma dirección. También, en la velocidad del sonido, el aire se impregnaba de moléculas polvorientas, haciendo de la caverna un color grisáceo y tenebroso. Era un lugar prohibido, y con el fin de alertar turistas, los muros rocosos se veían cubiertos de sangre; una exageradamente rojiza y fresca. Unas gotas lograban formar palabras como "Largaos", mientras que otras simplemente se encargaban de pintar el pavimento de rojo. Era un enigma su proveniencia, así como también era incógnita su frescor. ¿Por qué la sangre se mantenía tan reciente? ¿Acaso hay una especie de maldición?
Una poderosa brisa se manifestó en frente de los guerreros, asimilándose más a un huracán potente. Este apagó cualquier vela, luminiscencia o resplandor de los brujos. La muchedumbre quedó a ciegas, envueltos en penumbra. Aizu no se había equivocado; lo que escuchó era nada más ni nada menos que una criatura impetuosa.
- Entidad desconocida:
- [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Los pasos de aquel ser eran lentos, aunque estruendosos. Por cada pisotón, la tierra temblaba excesivamente. La gente empezó a murmurar, incluso los niños no aguantaron sus llantos, alarmando aún más a la bestia. ¿Qué era lo que se avecinaba?
Al oír los sollozos, el engendro reafirmó sus creencias; se encontraba caminando en la dirección correcta. Sin más preámbulo, aceleró el paso, desplazándose aún con más velocidad. Sus brazos se columpiaban como un péndulo, y sus piernas no se coordinaban con perfección, pero esa suficiente para seguir a la división de la elfa.
-S...Se está acercando...-Pronunció un hombre por lo bajo, tartamudeando temerosamente.
-Shhh... Nos oirá...-
Avanzar ya era un problema. Pronto descubrirían que había una decisión que tomar, al menos antes de ser atrapados por aquel criatura abominable. Habrían dos caminos delante de Ashryn, y sólo los dioses la ayudarían a escoger la ruta segura.
-Rápido, elfa... El monstruo está cerc...-
-¡GRGJRJAH!-
-Athos: Creo que quedó completamente claro, señor doctor pacifista
-Ashryn:
- Mapa Actual:
- [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Es hora de probar la voluntad de los dioses. La vida de los brujos depende de ti. Tirarás runas, y dependiendo del resultado, seguirás en el camino azúl, o probablemente te desviarás en el sendero rojo De la muerte
PD: Las consecuencias serán basadas en la suerte de tus runas.
-Aizu:
Dado que no hay ninguna especie de iluminación, también tendrás que tirar runas. Dependiendo del resultado, los dioses elegirán tu camino.
Cualquier pregunta, MP.
Sakun
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 335
Nivel de PJ : : 1
Re: El Inquebrantable Vínculo [Trama] [Libre] [Interpretativo]
Pero no podía dejarlo solo con esa mujer que emanaba todo menos confianza. Me quedaba claro que tenían un pasado turbulento, plagado de violencia y sangre. Quizá si conociera las heridas que se generaron el uno al otro podría tratar de desviar aquel odio que tendrían, mas la contundencia de Saya reflejaba total inflexibilidad, difícilmente lograría sacarla de ese círculo de odio. ¿Y los demás? Ella había sido la única que se le había acercado, los demás se mantenían a la distancia, mas todos sosteniendo la misma mirada de repugnancia. ¿Realmente estaba ayudando a un justiciero?
Regresé a con Saya y Sakun, sólo para encontrarme con una extraña propuesta por parte de la dama, quien se mostraba ante mí aún más sanguinaria de lo que había imaginado—. ¿Y qué hay del procedimiento? —Inquirí con cierta suavidad, pero tal parecía que había sido ignorado pues un veloz sable se dirigió al pecho del dragón, eludiendo el corazón por meros centímetros. No podía decir si lo tenía calculado o si había sido mera suerte, pero en cualquier caso demostraba que era una mujer peligrosa.
Quería ayudarlo, genuinamente deseaba levantarlo de ahí, ayudarlo, detener el sangrado, mas mi responsabilidad por mantener la treta me limitaba a quedarme firme y no hacer algo que delatara mi identidad. Amigo Sakun, deberá de soportar ese sufrimiento. Afortunadamente era un hombre fuerte, pero esta herida lo retrasaría ante una futura batalla.
La situación se complicaba aún más cuando la dama me demandaba hacer como ella y clavar un filo en mi propio camarada. Me había quedado estático, pensativo, simplemente sosteniendo la espada por lo bajo, observando al herido hombre. ¿Qué hacer? No podía poner su vida aún más en riesgo, pero también debía cuidar mi fachada, ¿pero cómo? Las demandas del dragón eran bastante obvias, quería que lo hiciera sangrar, abrirle una nueva herida. Sabía por qué lo decía, porque parecía que era la única manera de salir con la farsa intacta, mas siempre hay otra manera.
—La adrenalina está al máximo. La ira le nubla la mente. La desesperación le hace anhelar la muerte. El dolor ahora mismo no es un castigo. —Solté la espada al piso, dando un paso hacia adelante y empujándolo, lanzándolo al suelo—. Es un regalo que ansía. —Me puse a su lado, causando presión en la herida que había sido provocada, con mucha fuerza esperando causar dolor para que Saya creyese que lo torturaba, pero en realidad paraba el sangrado—. No le daré ese placer. Este hombre quiere la muerte, nosotros lo pondremos en la oscuridad más profunda, romperemos su espíritu y quebraremos su corazón. Sólo entonces, cuando sólo quede un caparazón vacío... —Lo sujeté del hombro, haciendo que se levantara, al mismo tiempo que trataba de frenar el flujo de sangre—. Destruiremos su cuerpo.
Había quedado con la mano llena de sangre, limpiándome en el uniforme que traía para tratar de deshacerme de ella, volteando hacia Saya—. Si quiere reír, busque un bufón. Yo soy un guerrero, no un verdugo o un torturador. —Pisé el sable en el suelo, elevándolo para atraparlo en el aire, devolviendo la espada a la funda.
—Aburrido. —Hizo un puchero, moviendo con fuerza su daga para causar un corte vertical a lo largo de su brazo en un movimiento fugaz—. Y yo que pensaba hacerte mi novio. —Sujetó la cadena de Sakun y continuó tirando de ella, arrastrando al prisionero. Tal parecía que íbamos a presenciar a Kaagen, finalmente lograría conocer el rostro de un objetivo más relevante. Mantendría la paciencia mientras tanto, siguiendo de cerca y con mucho cuidado.
Regresé a con Saya y Sakun, sólo para encontrarme con una extraña propuesta por parte de la dama, quien se mostraba ante mí aún más sanguinaria de lo que había imaginado—. ¿Y qué hay del procedimiento? —Inquirí con cierta suavidad, pero tal parecía que había sido ignorado pues un veloz sable se dirigió al pecho del dragón, eludiendo el corazón por meros centímetros. No podía decir si lo tenía calculado o si había sido mera suerte, pero en cualquier caso demostraba que era una mujer peligrosa.
Quería ayudarlo, genuinamente deseaba levantarlo de ahí, ayudarlo, detener el sangrado, mas mi responsabilidad por mantener la treta me limitaba a quedarme firme y no hacer algo que delatara mi identidad. Amigo Sakun, deberá de soportar ese sufrimiento. Afortunadamente era un hombre fuerte, pero esta herida lo retrasaría ante una futura batalla.
La situación se complicaba aún más cuando la dama me demandaba hacer como ella y clavar un filo en mi propio camarada. Me había quedado estático, pensativo, simplemente sosteniendo la espada por lo bajo, observando al herido hombre. ¿Qué hacer? No podía poner su vida aún más en riesgo, pero también debía cuidar mi fachada, ¿pero cómo? Las demandas del dragón eran bastante obvias, quería que lo hiciera sangrar, abrirle una nueva herida. Sabía por qué lo decía, porque parecía que era la única manera de salir con la farsa intacta, mas siempre hay otra manera.
—La adrenalina está al máximo. La ira le nubla la mente. La desesperación le hace anhelar la muerte. El dolor ahora mismo no es un castigo. —Solté la espada al piso, dando un paso hacia adelante y empujándolo, lanzándolo al suelo—. Es un regalo que ansía. —Me puse a su lado, causando presión en la herida que había sido provocada, con mucha fuerza esperando causar dolor para que Saya creyese que lo torturaba, pero en realidad paraba el sangrado—. No le daré ese placer. Este hombre quiere la muerte, nosotros lo pondremos en la oscuridad más profunda, romperemos su espíritu y quebraremos su corazón. Sólo entonces, cuando sólo quede un caparazón vacío... —Lo sujeté del hombro, haciendo que se levantara, al mismo tiempo que trataba de frenar el flujo de sangre—. Destruiremos su cuerpo.
Había quedado con la mano llena de sangre, limpiándome en el uniforme que traía para tratar de deshacerme de ella, volteando hacia Saya—. Si quiere reír, busque un bufón. Yo soy un guerrero, no un verdugo o un torturador. —Pisé el sable en el suelo, elevándolo para atraparlo en el aire, devolviendo la espada a la funda.
—Aburrido. —Hizo un puchero, moviendo con fuerza su daga para causar un corte vertical a lo largo de su brazo en un movimiento fugaz—. Y yo que pensaba hacerte mi novio. —Sujetó la cadena de Sakun y continuó tirando de ella, arrastrando al prisionero. Tal parecía que íbamos a presenciar a Kaagen, finalmente lograría conocer el rostro de un objetivo más relevante. Mantendría la paciencia mientras tanto, siguiendo de cerca y con mucho cuidado.
Athos
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 353
Re: El Inquebrantable Vínculo [Trama] [Libre] [Interpretativo]
Acató a las órdenes de la muchacha, manteniéndose en silencio durante un breve periodo de tiempo. La verdad es que nada en aquel sitio le daba buena espina, pero decirlo a viva voz solo conseguiría empeorar la situación, y eso no era lo que ella estaba buscando. Fulminó con la mirada a aquel que osó preguntarle si acaso sabía lo que hacía, tratando de demostrar que, en efecto, ella estaba capacitada para continuar con esa descabellada travesía. Aunque, la verdad, todo lo que deseaba era salir corriendo de ese siniestro lugar, especialmente por el ambiente de peligro impregnado en cada rincón. Todo pareció empeorar conforme avanzaron en su cruzada, notando como de las paredes comenzaba a surgir un preocupante rastro de sangre, que solo sirvió para espantarlos aún más.
Lo peor vino después, cuando una especie de ventisca se apoderó de los túneles, apagando todas las luces que iluminaban el tétrico camino. Ashy se apresuró a concentrar su magia en la palma de la mano, formando una pequeña estelita de luz que les permitiese ver dónde pisaban. Claro que no se esperaron ser sorprendidos por una criatura, cuyos pasos resonarían tanto en la penumbra, que casi parecía que las paredes sucumbirían ante ellos. La ojiazul escuchó las palabras temerosas de los brujos y se apresuró a hojear rápidamente el mapa, a fin de avanzar hasta un sitio seguro, especialmente cuando esa cosa escuchó las últimas palabras de uno de sus compañeros. Corrió tan rápido como sus fuerzas le permitieron, echando vistazos constantes al mapa, para evitar desviarse por senderos extraños.
No sabía cuánto tiempo tendrían antes de que, lo que sea que fuese esa cosa, acabará con todos los presentes, y en ese caso no habría ni una sola alma que no la culpase por ello. Los brujos solían ser una raza orgullosa con complejo de superioridad, quedaba claro que no tolerarían bajas y menos por descuido de una pequeña elfina. Como si ellos no se hubiesen equivocado nunca en su vida. Además, la rubia seguía las instrucciones del mapa, en un dado caso el mapa estaría mal, no ella; pero hacerles entender a ese grupo de neandertales no evolucionados sería una tarea en vano. Nunca comprendería a esa raza, seguramente tanta arrogancia terminaría por extinguirlos en algún punto histórico. En ese sentido podía sentirse aliviada de no compartir sangre con los brujos, aunque dudaba que los humanos fuesen mejores.
Con la respiración agitada por la carrera, Ashy se permitió volver a revisar el mapa para ver dónde se encontraban. La lucecita de su mano no era suficiente para iluminar todos los túneles, pero al menos podía brindarles seguridad a la hora de avanzar. Solo existía un pequeño inconveniente: no tenía idea de dónde rayos habían ido a parar, pero esperaba que fuese algún sitio seguro.
Lo peor vino después, cuando una especie de ventisca se apoderó de los túneles, apagando todas las luces que iluminaban el tétrico camino. Ashy se apresuró a concentrar su magia en la palma de la mano, formando una pequeña estelita de luz que les permitiese ver dónde pisaban. Claro que no se esperaron ser sorprendidos por una criatura, cuyos pasos resonarían tanto en la penumbra, que casi parecía que las paredes sucumbirían ante ellos. La ojiazul escuchó las palabras temerosas de los brujos y se apresuró a hojear rápidamente el mapa, a fin de avanzar hasta un sitio seguro, especialmente cuando esa cosa escuchó las últimas palabras de uno de sus compañeros. Corrió tan rápido como sus fuerzas le permitieron, echando vistazos constantes al mapa, para evitar desviarse por senderos extraños.
No sabía cuánto tiempo tendrían antes de que, lo que sea que fuese esa cosa, acabará con todos los presentes, y en ese caso no habría ni una sola alma que no la culpase por ello. Los brujos solían ser una raza orgullosa con complejo de superioridad, quedaba claro que no tolerarían bajas y menos por descuido de una pequeña elfina. Como si ellos no se hubiesen equivocado nunca en su vida. Además, la rubia seguía las instrucciones del mapa, en un dado caso el mapa estaría mal, no ella; pero hacerles entender a ese grupo de neandertales no evolucionados sería una tarea en vano. Nunca comprendería a esa raza, seguramente tanta arrogancia terminaría por extinguirlos en algún punto histórico. En ese sentido podía sentirse aliviada de no compartir sangre con los brujos, aunque dudaba que los humanos fuesen mejores.
Con la respiración agitada por la carrera, Ashy se permitió volver a revisar el mapa para ver dónde se encontraban. La lucecita de su mano no era suficiente para iluminar todos los túneles, pero al menos podía brindarles seguridad a la hora de avanzar. Solo existía un pequeño inconveniente: no tenía idea de dónde rayos habían ido a parar, pero esperaba que fuese algún sitio seguro.
Ashryn Elaynor
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 291
Nivel de PJ : : 2
Re: El Inquebrantable Vínculo [Trama] [Libre] [Interpretativo]
El miembro 'Ashryn Elaynor' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses
'Runas' :
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Resultados :
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
'Runas' :
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Resultados :
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Tyr
Master
Master
Cantidad de envíos : : 2234
Nivel de PJ : : 0
Re: El Inquebrantable Vínculo [Trama] [Libre] [Interpretativo]
Mis instintos no se equivocaban, sabía que algo estaba acechándonos, y aunque no lo fuera, en qué le afectaba a ese brujo guardar silencio por un segundo, <"¿Estás segura de lo que haces?” Idiota>. Después de compartir que había escuchado algo, una ráfaga apagó todo lo que nos iluminaba, me puse alerta pero sin dejar de avanzar, no podíamos parar y menos si algo venía detrás de nosotros. Pero al seguir con el camino rastros de sangre aparecían en él, no me dio miedo, solo hizo que empezara a imaginar más en qué nos estábamos adentrando.
La elfa prendió una luz en su mano para así estar al tanto de dónde estábamos pisando. De pronto el ruido violento de aquello que nos seguía se apoderó del pasillo, yo no estaba atrás para poder defender al compañero que había sido presa de esa bestia. No nos detuvimos, al contrario corrimos con todas nuestras fuerzas, yo me puse hasta atrás haciendo guardia a todos los brujos que llevábamos con nosotros, pues a pesar de su magia esos viejos no serían capaz de mucho. Solo veía a lo lejos a la elfa mirando al mapa y hacia enfrente repetidamente, estaba muy nerviosa y yo estaba muy segura que estaba pensando en si la culparán de todo si esto llega muy lejos en cuanto a muertes.
Mientras seguía corriendo notaba cada vez más como se iban cansando los viejos, a este paso acabarían muertos pero no gracias a la bestia. Empecé a planear transformarme así poder estar lista si el monstruo me alcanzaba podría atacarlo o poder cargar en mi lomo a quien lo necesitara. Nunca miré hacia atrás, me concentré mucho en avanzar y sobrevivir, así que decidí echarle un vistazo a lo que le estábamos huyendo; un segundo fue suficiente para que por impulso me transformara y tomara desprevenidamente a algunos de los brujos, lo que había visto no sería tan fácil de vencer, puesto que no parecía una bestia de carne y hueso, sino más un espectro mágico oscuro. Loba versus espectro oscuro, es igual a, loba muerta. Seguimos avanzando y más sangre había entre y alrededor de nosotros, ¿a dónde rayos íbamos a parar?
La elfa estaba enfrente todavía mirando el mapa, al parecer la presión de estar siendo perseguida por un engendro del mal era mucho para ella, se le notaba en toda su carita, no la culpo, a ella nunca le dijeron que esto podría pasar, solo se lo pintaron como estar al mando del mapa y dar órdenes, nada comparado con la travesía que llevamos. El camino se volvía cada vez más obscuro, lo que hacía que el miedo invadiera por completo el subterráneo. Yo nunca miraba atrás, así hacía sentir más seguros a las personas que llevaba sobre mí, así podrían concentrarse más si decidían pensar en un plan de supervivencia, algo que no estaría mal sugerir si no se los ocurría pronto.
Yo no pararé, ya que estoy comprometida a tener éxito en esta sacudida misión.
Aizu
Aprendiz
Aprendiz
Cantidad de envíos : : 22
Re: El Inquebrantable Vínculo [Trama] [Libre] [Interpretativo]
El miembro 'Aizu' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses
'Runas' :
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Resultados :
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
'Runas' :
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Resultados :
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Tyr
Master
Master
Cantidad de envíos : : 2234
Nivel de PJ : : 0
Re: El Inquebrantable Vínculo [Trama] [Libre] [Interpretativo]
La siguiente escena se basa en un lugar tétrico, donde la luz no alcanza a atravesar las paredes. De hecho, la noche simplemente aportaba a aquel tenebrosidad, logrando que las sombras pareciesen figuras monstruosas, quizá asociadas con espectros fantasmales, o los típicos engendros de los cuentos, esos que causan pesadillas a los niños. Sin embargo, bajo aquella oscuridad, se veía el cuerpo de un hombre recostado en el suelo. Gracias a su postura, se podría asumir que observaba al cielo, o más bien, al techo enladrillado. Aquel sujeto no tenía ninguna expresión, si no que se mantenía apreciando sus pocos minutos de vida, todo dentro de una celda bien vigilada.
Al lado de este tipo, (el cual no hemos revelado su rostro) estaba otra persona sentada y con su espalda contra el muro. También tenía la mirada perdida, como si la filosofía recudiese a la observación del espacio. No sentía miedo, ni siquiera incertidumbre; sólo determinación. Ya habían considerado la muerte, inclusive, la ausencia del temor era característico para aquel dúo. Eran hombres maduros, decididos, intrépidos, y completamente definidos. Nadie derrocaría sus actitudes, mucho menos un peligroso gremio como los "Xromec".
Unas cadenas se arrastraron por el suelo. Uno de ellos había movido una pierna, posiblemente con el motivo de estirarla y evitar un calambre. No sé, Aimer...-Se oyó la voz del individuo acostado, quien movió su mentón para ver a su querido hermano. -Ya ha llegado la noche, y aún... No se oye nada.-Afirmó con decepción, con un inmenso anhelo de que haya una señal; alguien respaldándolos desde la lejanía, no sé.
-Hika, es su decisión. Tal vez así es mejor...-Aimer, justo después de responder, extendió su dedo índice para que una mariposa se posicionara en esta. -Luchar se vuelve una costumbre, y no un deber...-Sus ojos siguieron al insecto, que teatralmente, voló en ligeros zigzagues hasta atravesar las barras de la celda. -Sakun ya no es un niño. Él sabrá lo que hace.-
-Pero es algo increíble....-
-¿Uhm?-
-No creo que nos dejaría morir... Somos la última señal de su pasado, al menos para él...-
_______________________________________________________Al lado de este tipo, (el cual no hemos revelado su rostro) estaba otra persona sentada y con su espalda contra el muro. También tenía la mirada perdida, como si la filosofía recudiese a la observación del espacio. No sentía miedo, ni siquiera incertidumbre; sólo determinación. Ya habían considerado la muerte, inclusive, la ausencia del temor era característico para aquel dúo. Eran hombres maduros, decididos, intrépidos, y completamente definidos. Nadie derrocaría sus actitudes, mucho menos un peligroso gremio como los "Xromec".
Unas cadenas se arrastraron por el suelo. Uno de ellos había movido una pierna, posiblemente con el motivo de estirarla y evitar un calambre. No sé, Aimer...-Se oyó la voz del individuo acostado, quien movió su mentón para ver a su querido hermano. -Ya ha llegado la noche, y aún... No se oye nada.-Afirmó con decepción, con un inmenso anhelo de que haya una señal; alguien respaldándolos desde la lejanía, no sé.
-Hika, es su decisión. Tal vez así es mejor...-Aimer, justo después de responder, extendió su dedo índice para que una mariposa se posicionara en esta. -Luchar se vuelve una costumbre, y no un deber...-Sus ojos siguieron al insecto, que teatralmente, voló en ligeros zigzagues hasta atravesar las barras de la celda. -Sakun ya no es un niño. Él sabrá lo que hace.-
-Pero es algo increíble....-
-¿Uhm?-
-No creo que nos dejaría morir... Somos la última señal de su pasado, al menos para él...-
- Nite:
- [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Athos
-Y entonces le dije "¿¡Qué quieres, estúpida!?" y ella me ignoró, Chang. ¿¡Puedes creerlo!?, ¡A mí nadie me ignora!.
-
El pasillo era exageradamente largo, y ya habían atravesado varios cuarteles. Fueron veinte cuatros, doce baños y tres salas de entrenamiento. Aún seguían caminando, mientras que Sakun se arrastraba por el suelo. No sabía qué era peor: El dolor de las rodillas, o las historias incoherentes de Saya. -Pero entiéndeme, o sea, yo no sabía que Margaret era sorda.
Pensé que me estaba ignorando por el hecho de ser "rango alto". ¿Qué piensas de eso?-Dejó de hablar por un momento, solamente para esperar un comentario de Athos.
El camino se seguía extendiendo, más y más, expadiéndose por cada paso que daban los tres. Nada indicaba su acercamiento, todo se veía tan repetitivo. Era la misma situación, Saya cotorreando, Sakun jadenado, y la madera rechinando por los pisotones de la muchacha. -Luego oí que estaba hablando mal de mí. ¿¡En serio!?, a ver, nunca le hecho algo a esa idiota.
¿Cuál es su motivo de hablar mal?, ¿acaso me he metido en su vida llena de mediocridad?-Su tono se transformó en uno más agresivo, casi escupiendo cada palabra de su boca. El morocho se esforzó por taparse los oídos, sin embargo sus manos aún se mantenían amarradas. -¡Opina algo al respecto, Chang!-Vociferó la mujer.
La puerta empezaba a divisarse desde la distancia, aunque una silueta cubría la mayor parte de esta. Sí, era una puerta grande, pero un hombre encapuchado se hallaba contemplándolos, en la lejanía del corredor. Su posición era realmente peculiar, con los brazos y las piernas cruzadas. Sus ojos eran intensamente rojos, similares a los de un vampiro. Él no era uno, pero sus rasgos se asemejaban a un chupasangre. Se trataba de un dragón poderoso del clan Xromec, el cual los esperaba con jactancia.
Saya no tardó en reconocerlo: "Invictus". La luchadora se detuvo por unos segundos, sin saber qué hacer o murmurar. Este personaje inspiraba terror, al menos para ella. De repente, gracias a las ventanas, la neblina comenzó a entrar en aquel pasillo, infestando todo el acto con una densa capa blanquecina. -¿Q...Qué mierda estás haciendo?... ¡A...Arrodíllate ahora!-Susurró con agresividad. Era obvio que ese sujeto era poderoso, cerca del nivel de Kaage.
Por otro lado, Sakun tragó saliva al verlo. Sus músculos se tensaron, y se denotaba un poco de sorpresa en su rostro. Intentó levantarse, pero sus rodillas no reaccionaban. -Cuidado con él, Athos...-Musitó por lo bajo, mientras que se obligaba a gatear. -Es un hombre muy ágil, fue uno de los pocos entrenados por mi padre. De hecho, Agard fue su hermano.-.
-¡Invictus!, qué extraño verte por aquí. Digo, eres un mercenario bien ocupado...-Soltó una nerviosa carcajada, posiblemente en un ánimo de humor. Según las reglas Xromec, los guardias de las bases no debían arrodillarse ante rangos superiores; bastaba con tener conversaciones típicas. No obstante, él aún no abría la boca. ¿Qué era lo que le molestaba?, ¿acaso había descubierto algo?
-Athos.-
-¿Athos?-
-Mierda...-
-Me imagino que aún recuerdas a Taki, ¿eh?-El hombre se levantó con facilidad, usando únicamente su dedo anular. -Gran mujer, una asesina indomable. Es triste que haya tenido un final tan... Cruel.-No tuvo otra intención más que revelar algo, una herida que tormentaría al lagarto de por vida. Taki, la compañera inseparable de Athos, justo cuando estaban invadiendo la base de La Llanura Nevada. Entretanto, Saya estaba increíblemente confundida. Todo era surreal, la coherencia de la situación eran como sus historias: ficticias.
Sin más preámbulo, el misterioso homicida desenvainó sus dagas, y se transportó velozmente hacia "Chang". Un corte, el sonido del acero, el viento rebanándose como pan tostado. La sangre voló por los aires, hasta caer en el suelo. El alboroto de la ubicación era impresionante. Cada corazón se ralentizó, al punto de dudar en la supervivencia de los presentes. Alguien había sido agredido, pero aún no se sabía quién. Primeramente, se descubrió que Sakun aún estaba intacto, el sudor seguía corriendo por su frente. Después, Athos se veía bien, nada ocurrió con él, incluso cuando el ataque se dirigía justamente a este joven. Sin embargo, Saya se desparramó en su mismo charco de sangre. Soltó un alarido que probablemente oiría el jefe de la base.
-Eres una estúpida. ¿Acabas de arriesgar tu vida por él? Este es tu maldito castigo-
-"El dolor ahora mismo no es un castigo"...-Habló por lo bajo, con su boca saboreando el suelo. La injuria fue crítica, más de lo que pensaba. Esta hubiese acabado con Athos si esa mujer no se hubiese impulsado a salvarle. Aún se desconocían los motivos, según las reglas Xromec, nunca se puede ir en contra de los superiores. Ella rompió la ley, aún con el deseo de ver a su colega aún vivo.
-Volveré por ti, Athos. Pagarás por lo que hiciste.-En un movimiento, saltó por la ventana y se esfumó del pasillo. Quedaron solos.
La señorita moriría, o quedaría viva después de todo, quién sabe. La voluntad de los dioses se encargaría del destino.
-
El pasillo era exageradamente largo, y ya habían atravesado varios cuarteles. Fueron veinte cuatros, doce baños y tres salas de entrenamiento. Aún seguían caminando, mientras que Sakun se arrastraba por el suelo. No sabía qué era peor: El dolor de las rodillas, o las historias incoherentes de Saya. -Pero entiéndeme, o sea, yo no sabía que Margaret era sorda.
Pensé que me estaba ignorando por el hecho de ser "rango alto". ¿Qué piensas de eso?-Dejó de hablar por un momento, solamente para esperar un comentario de Athos.
El camino se seguía extendiendo, más y más, expadiéndose por cada paso que daban los tres. Nada indicaba su acercamiento, todo se veía tan repetitivo. Era la misma situación, Saya cotorreando, Sakun jadenado, y la madera rechinando por los pisotones de la muchacha. -Luego oí que estaba hablando mal de mí. ¿¡En serio!?, a ver, nunca le hecho algo a esa idiota.
¿Cuál es su motivo de hablar mal?, ¿acaso me he metido en su vida llena de mediocridad?-Su tono se transformó en uno más agresivo, casi escupiendo cada palabra de su boca. El morocho se esforzó por taparse los oídos, sin embargo sus manos aún se mantenían amarradas. -¡Opina algo al respecto, Chang!-Vociferó la mujer.
La puerta empezaba a divisarse desde la distancia, aunque una silueta cubría la mayor parte de esta. Sí, era una puerta grande, pero un hombre encapuchado se hallaba contemplándolos, en la lejanía del corredor. Su posición era realmente peculiar, con los brazos y las piernas cruzadas. Sus ojos eran intensamente rojos, similares a los de un vampiro. Él no era uno, pero sus rasgos se asemejaban a un chupasangre. Se trataba de un dragón poderoso del clan Xromec, el cual los esperaba con jactancia.
Saya no tardó en reconocerlo: "Invictus". La luchadora se detuvo por unos segundos, sin saber qué hacer o murmurar. Este personaje inspiraba terror, al menos para ella. De repente, gracias a las ventanas, la neblina comenzó a entrar en aquel pasillo, infestando todo el acto con una densa capa blanquecina. -¿Q...Qué mierda estás haciendo?... ¡A...Arrodíllate ahora!-Susurró con agresividad. Era obvio que ese sujeto era poderoso, cerca del nivel de Kaage.
Por otro lado, Sakun tragó saliva al verlo. Sus músculos se tensaron, y se denotaba un poco de sorpresa en su rostro. Intentó levantarse, pero sus rodillas no reaccionaban. -Cuidado con él, Athos...-Musitó por lo bajo, mientras que se obligaba a gatear. -Es un hombre muy ágil, fue uno de los pocos entrenados por mi padre. De hecho, Agard fue su hermano.-.
-¡Invictus!, qué extraño verte por aquí. Digo, eres un mercenario bien ocupado...-Soltó una nerviosa carcajada, posiblemente en un ánimo de humor. Según las reglas Xromec, los guardias de las bases no debían arrodillarse ante rangos superiores; bastaba con tener conversaciones típicas. No obstante, él aún no abría la boca. ¿Qué era lo que le molestaba?, ¿acaso había descubierto algo?
-Athos.-
-¿Athos?-
-Mierda...-
-Me imagino que aún recuerdas a Taki, ¿eh?-El hombre se levantó con facilidad, usando únicamente su dedo anular. -Gran mujer, una asesina indomable. Es triste que haya tenido un final tan... Cruel.-No tuvo otra intención más que revelar algo, una herida que tormentaría al lagarto de por vida. Taki, la compañera inseparable de Athos, justo cuando estaban invadiendo la base de La Llanura Nevada. Entretanto, Saya estaba increíblemente confundida. Todo era surreal, la coherencia de la situación eran como sus historias: ficticias.
Sin más preámbulo, el misterioso homicida desenvainó sus dagas, y se transportó velozmente hacia "Chang". Un corte, el sonido del acero, el viento rebanándose como pan tostado. La sangre voló por los aires, hasta caer en el suelo. El alboroto de la ubicación era impresionante. Cada corazón se ralentizó, al punto de dudar en la supervivencia de los presentes. Alguien había sido agredido, pero aún no se sabía quién. Primeramente, se descubrió que Sakun aún estaba intacto, el sudor seguía corriendo por su frente. Después, Athos se veía bien, nada ocurrió con él, incluso cuando el ataque se dirigía justamente a este joven. Sin embargo, Saya se desparramó en su mismo charco de sangre. Soltó un alarido que probablemente oiría el jefe de la base.
-Eres una estúpida. ¿Acabas de arriesgar tu vida por él? Este es tu maldito castigo-
-"El dolor ahora mismo no es un castigo"...-Habló por lo bajo, con su boca saboreando el suelo. La injuria fue crítica, más de lo que pensaba. Esta hubiese acabado con Athos si esa mujer no se hubiese impulsado a salvarle. Aún se desconocían los motivos, según las reglas Xromec, nunca se puede ir en contra de los superiores. Ella rompió la ley, aún con el deseo de ver a su colega aún vivo.
-Volveré por ti, Athos. Pagarás por lo que hiciste.-En un movimiento, saltó por la ventana y se esfumó del pasillo. Quedaron solos.
La señorita moriría, o quedaría viva después de todo, quién sabe. La voluntad de los dioses se encargaría del destino.
___________________________________________
Aizu
Avanzar era el error más grande del mundo. El túnel subterráneo era prácticamente un desierto, con toda la arena concentrada en una angosta locación. La gente no lograría sobrevivir, al menos no en los próximos minutos. Deberían correr, o en el peor de los casos, toserían hasta morir. Unos aún seguían a la elfa, quien tenía el mapa y que a pesar de su mala suerte, los acercaba lentamente a la meta. Mientras tanto, otros, como Aizu, infortunadamente se perdieron en tanto desorden. Las voces se fueron, los niños se desvanecieron, ahora sólo quedaba una licántropa en medio de la nada. Las personas se habían ido, junto con Ashryn, dirigiéndose al final de la caverna. Había sido una tarea complicada, incluso para una señorita con un perfecto entendimiento del élfico.
La loba se quedó atrás, nadie más se encontraba con ella. Los dioses la odiaban, la detestaban, la repugnaban con todo su ser. Las runas no estaba con la joven, ni siquiera con la rubia que posee el pergamino. Pronto sabría que desplazarse era una pérdida de tiempo, o un desgastamiento de energías. Justo cuando el destino no podía ser más humillante, un estruendoso pisotón se propinó justo detrás de la señorita. Era nada más ni nada menos que la criatura anterior. La acorraló en un punto sin salida.
Su cuerpo ahora era visible. Era un monstruo con cuernos, muy parecido a un hobbit. Era inmenso, varios centímetros más grande que la propia mamífera. No pronunció nada, es más, se exhibía más como un animal peligroso, el que en cualquier momento la despedazaría. -Te daré tres opciones...-Rugió el hombre-toro, mientras que este alistaba sus puños. Era ahora o nunca, tendrá tres posibilidades, y era mejor que escogiese una razonable.
-Podrás tratar de escapar, algo que sinceramente no recomiendo.-Al removerse su capa, enseñó sus delgadas pero tonificadas piernas. Sería un ser veloz si se lo propusiera, posiblemente tan rápido como para igualar los galopados de un lobo.
-Podrás quedarte aquí y enfrentarme, una idea totalmente fuera de lo común.-Con arrogancia, lanzó un puñetazo al pavimento, creando una especie de temblor que no duró por mucho, pero fue inconcenciblemente potente. Romper un cráneo de un golpe era su pasatiempo.
-O puedes venir conmigo, y estarás viva.... Al menos hasta mañana.-
- Sen, el hombre-toro:
- [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
_______________________________________________________
Ashryn
Hay individuos que ignoran la importancia del clima, la hora del día para ser exactos. La noche había llegado a La Cala de Luna, y pese a estar tapados bajo el rocoso "cielo", aún se sentían las almas nocturnas en las catacumbas. La mayoría de brujos corrían despavoridos, sin pensar en dónde iban, sólo acompañando a la elfa, quien se supone que los llevaba a la victoria. Los segundos aún pasaban, pronto amanecería y los hermanos de Sakun serían ejecutados, justo en la mañana, cuando el sol es penetrante. Se acababan las oportunidades, la multitud estaba muriendo, uno por uno, tosiendo hasta la muerte. El polvo los ahogaba, los tornados hacían que se comieran bocanadas de arena, los brujos perdían las esperanzas conforme avanzaban. No podían detenerse, o cientos de personas perecerían junto con los ya difuntos.
Ashryn, la gran líder, la elfa con las agallas suficientes como para pisar tierra hostil. Ella se veía desorientada, avergonzada por la decisión que los dioses la impulsaron a ejecutar. La voluntad de lo supernatural no la respaldaba; era más como una carga que la de orejas puntiagudas debía soportar. Por culpa de un malo dictamen, muchachos se atragantaban con el ambiente del aire subterráneo. -¡La loba!-Mencionó uno de los magos, señalando a una figura que residía a varios metros. Esto sucedió cuando Aizu se extravió entre tanta violencia. -¡Se fue por el camino incorrecto, tenemos que devolvernos!-Volvió a gritar, ahora con más energía. En efecto, la muchacha tenía otro destino elegido por los dioses. No obstante, era una idea que acabaría hasta con los niños de la división. Regresarse es una tontería, luego quedarían atrapados bajo el implacable manto de la muerte.
-Señorita, no...-Un guerrero se hizo justo al lado de la capitana. -No es lo más inteligente.
Discúlpeme por mi crueldad. La loba deberá salir de allí.-Cada frase fue pronunciada en un elfico perfecto, y fluido. Se trataba de uno, era obvio por su acento singular; muy propio de los hijos de Sandorai. Este niño, en cambio de haberse presentado hace rato, prefirió esperar hasta el instante indicado para hablar con ella. Había cubierto sus orejas para pasar desapercibido como un brujo corriente. -Me llamo Ahdlas, un gusto.-Dio una reverencia, y desenvainó su espada en modo de respeto, cuidándola de cualquier contrincante.
Sin darse cuenta, ya en el segundo en que el polvo se disipaba, dos caminos volvieron a aparecer delante de los ojos de ella. Era el acto decisivo para esta historia. Los sacaría de aquel sufrimiento, pero tenía que escoger la zona indicada. Todos confiaban en la señorita, en la líder del grupo, en la valiente mujer. -Estoy olvidando mis hechizos, es hora de salir de aquí...-Se escuchó entre la gente, quien se junto para apreciar las dos áreas que dividían la sección.
-¡Wendigos!-Chilló un barbudo, al ver que extrañas entidades se acercaban, arrastrándose en el suelo como perros. Estos eran vertiginosos, también no tenía huesos. Sus pezuñas eran largas, y la bocas se veían ensangrentadas, con pedazos de órganos en la comisura. Sus colmillos estaban llenos de saliva, espuma triturada que caía desde el filo del "diente". Como si fuera poco, poseían espinas en la espalda. Su piel era carbonizada; quizá fueron quemados por aventureros anteriores.
[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
Varios desenvainaron sus espadas para decapitar estos animales. -¡Fogo!-Vociferó un brujo, creando fuego desde sus manos y lanzándolos como esferas hacia ellos. La iluminación volvió a la caverna, en forma de llamaradas. La sangre se regó, con la mayoría de muertos en el suelos. Explosiones se originaron de la nada, todo gracias al poder de los magos, quienes descuartizaban a esos enemigos a su paso.
Los engendros rugían de forma perturbadora.
-Confío en usted. Nos sacará de aquí-
Ashryn, la gran líder, la elfa con las agallas suficientes como para pisar tierra hostil. Ella se veía desorientada, avergonzada por la decisión que los dioses la impulsaron a ejecutar. La voluntad de lo supernatural no la respaldaba; era más como una carga que la de orejas puntiagudas debía soportar. Por culpa de un malo dictamen, muchachos se atragantaban con el ambiente del aire subterráneo. -¡La loba!-Mencionó uno de los magos, señalando a una figura que residía a varios metros. Esto sucedió cuando Aizu se extravió entre tanta violencia. -¡Se fue por el camino incorrecto, tenemos que devolvernos!-Volvió a gritar, ahora con más energía. En efecto, la muchacha tenía otro destino elegido por los dioses. No obstante, era una idea que acabaría hasta con los niños de la división. Regresarse es una tontería, luego quedarían atrapados bajo el implacable manto de la muerte.
-Señorita, no...-Un guerrero se hizo justo al lado de la capitana. -No es lo más inteligente.
Discúlpeme por mi crueldad. La loba deberá salir de allí.-Cada frase fue pronunciada en un elfico perfecto, y fluido. Se trataba de uno, era obvio por su acento singular; muy propio de los hijos de Sandorai. Este niño, en cambio de haberse presentado hace rato, prefirió esperar hasta el instante indicado para hablar con ella. Había cubierto sus orejas para pasar desapercibido como un brujo corriente. -Me llamo Ahdlas, un gusto.-Dio una reverencia, y desenvainó su espada en modo de respeto, cuidándola de cualquier contrincante.
- Ahdlas, el elfo apenado:
- [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Sin darse cuenta, ya en el segundo en que el polvo se disipaba, dos caminos volvieron a aparecer delante de los ojos de ella. Era el acto decisivo para esta historia. Los sacaría de aquel sufrimiento, pero tenía que escoger la zona indicada. Todos confiaban en la señorita, en la líder del grupo, en la valiente mujer. -Estoy olvidando mis hechizos, es hora de salir de aquí...-Se escuchó entre la gente, quien se junto para apreciar las dos áreas que dividían la sección.
-¡Wendigos!-Chilló un barbudo, al ver que extrañas entidades se acercaban, arrastrándose en el suelo como perros. Estos eran vertiginosos, también no tenía huesos. Sus pezuñas eran largas, y la bocas se veían ensangrentadas, con pedazos de órganos en la comisura. Sus colmillos estaban llenos de saliva, espuma triturada que caía desde el filo del "diente". Como si fuera poco, poseían espinas en la espalda. Su piel era carbonizada; quizá fueron quemados por aventureros anteriores.
[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
Varios desenvainaron sus espadas para decapitar estos animales. -¡Fogo!-Vociferó un brujo, creando fuego desde sus manos y lanzándolos como esferas hacia ellos. La iluminación volvió a la caverna, en forma de llamaradas. La sangre se regó, con la mayoría de muertos en el suelos. Explosiones se originaron de la nada, todo gracias al poder de los magos, quienes descuartizaban a esos enemigos a su paso.
Los engendros rugían de forma perturbadora.
-Confío en usted. Nos sacará de aquí-
____________________________________________________
Athos: -La vida de Saya está en tus manos. Si deseas, tendrás que buscar la forma de ayudarla, a pesar de que no seas un médico. Si la ayudas, los resultados se darán gracias a tus runas, las cuales siempre son un misterio.
-Más adelante, está la puerta que te llevará a la sala del gran jefe, Kaage. Recuerda, puedes decidir y hacer lo que seas.
PD: Sobra decirlo, pero puedes manejar el PNJ de Saya, y si quieres adelantarte, también el de Kaage.
Aizu: Escoger es cuestión tuya.
-Si deseas escapar, tendrás que tirar runas para su resultado. Los dioses siempre se encargan de eso.
-Si te enfrentas contra Sen, tendrás que narrar un combate contra el hombre-toro. De igual forma, debes tirar runas.
-En caso de que vayas con él, no es necesario tirar runas.
Ashryn:
- Mapa actual:
- [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
-El sendero rojo y el sendero verde están interceptándose entre sí. Tendrás que tirar runas, y dependiendo del resultado, saldrás del sendero rojo.
PD: A pesar de que el sendero verde es un misterio, es más seguro que el rojo.
Cualquier duda, MP.
Sakun
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 335
Nivel de PJ : : 1
Re: El Inquebrantable Vínculo [Trama] [Libre] [Interpretativo]
Era difícil no prestar atención a Saya. Aunque sus historias no me provocaban interés, sus palabras retumbaban en mi mente, asimilándolas y casi memorizándolas. Sentía que podía repetir todo lo que me había contado hasta ahora a detalle, comprendiendo incluso los detalles ocultos. Su tono era penetrante, pues proyectaba su voz con tal finura que inevitablemente mi corazón abrazaba lo que decía. Las voces ajenas me causaban indiferencia o irritación, mas la de ella traía una curiosa calma, a pesar de no hablar con calma. Habla recio, apasionada, pero tan agradable.
—Lo puedo creer. —Contestaba de manera corta, con cierta esperanza de que eso la invitara a no continuar sus cuentos, mas parecía causar lo contrario, lanzándome interrogantes, adentrando en los detalles que podía guardarse. ¿Cómo alguien que maldecía tanto podía sonar en mí tan tranquila? ¿Se debía a mi propia naturaleza? ¿O era algo más? Tal vez, pensaba yo, que era su sinceridad. Cierto que era impulsiva y ruidosa, pero era honesta, podía sentirlo, no se guardaba dudas, no poseía miedos, simplemente dejaba salir sus pensares. Eso podía ser.
—Me parece que tuvo una reacción premeditada, señorita Saya. Usted asumió que la ignoraba, pero la verdad es que realmente no había comunicación. Tal vez si hubiese puesto atención a la manera en que la veía o actuaba se hubiera dado cuenta, pero al final llegó a una conclusión errónea. Pero ahora ya lo sabe, ¿no? —Decía con tranquilidad, viendo alrededor y al mismo tiempo observando a Sakun, esperando que no se desmayara—. A veces, preguntar antes de atacar es mejor. —Asentía con la cabeza, realmente preguntar era muy sabio.
¿Pero me habrá ignorado? Porque siguió hablando casi de inmediato sin referenciar algo de lo que le había dicho, curiosamente volviendo a pedir mi perspectiva. ¿Tal vez era de las personas que hablaban y escuchaban sin dar gran retroalimentación? O sólo era una especie de formalidad—. Tal vez también la malinterpretó. Ella a usted y usted a ella. Se sorprendería de la cantidad de conflictos que hay debido a malentendidos. —Mantenía mis contestaciones breves, no queriendo adentrarme en conversaciones muy largas, prefería estar concentrado en la misión.
—Muchos tal veces de tu parte, Chang. ¿No tienes seguridad de algo? —Inquiría con fuerza, fulminándome con la mirada.
—Nada en esta vida es certero. Somos propensos a caer en ilusiones, sólo la incertidumbre puede conducir a la verdad. —Curiosa dualidad, pero muy cierta. Jamás se sabrá la verdad con suposiciones y prejuicios.
—Qué cosas tan raras dices. —Decía con un tono absurdo, alzando sus brazos dramáticamente—. Cuando seamos novios lo único que tienes que hacer es darme la razón, ¿entiendes? —Me señalaba bruscamente con el dedo, frunciendo el ceño. ¿Pero por qué seguía diciendo esas cosas? ¿Y qué manera era esa de expresarlo? Prefería no tomarla en serio antes de que se complicara la situación.
El ambiente tétrico provocaba titubeo en los pasos, causando desorientación. Era complicado mantener registro de los pasos que dábamos y lo que nos rodeaba, pero con cierta concentración lograba mantener mi norte. Mi sentido de la orientación debería compensar mi falta de memoria. Pero en cierto instante llegamos a un punto donde a la distancia se divisaba una figura, formidable y de ojos brillantes. Un curioso escalofrío recorría mi cuerpo, pero debía ser la temperatura, confiaba en que traer a Sakun como prisionero nos daría la oportunidad de avanzar hasta donde quisiéramos sin interrupciones.
Luego de unos pasos llegamos hasta su presencia, quedando de frente. Yo esperaba que al estar aquí se moviera o nos preguntara algo, pero simplemente las miradas se mantenían tensas. Estaba a punto de hablar cuando Saya haciéndome que me arrodillara. ¿Qué significa su repentino temor? ¿Y de dónde había venido esta niebla? Escuchaba después la advertencia de Sakun, quien con mucho atrevimiento decía mi nombre.
Según las palabras de la dama, entendía que este individuo, Invictus, era un mercenario muy peligroso, al menos lo suficiente para poner en jaque a una mujer que hasta ahora había sido muy dominante. Peor aún, lo que Invictus decía era amenazante, tal parecía que me conocía, que sabía lo de Dundarak. No podía dejar que ahora escapara o podría delatarnos y poner en riesgo a las chicas, y a nosotros.
Estuve por iniciar un combate, cuando mis sentidos me advirtieron de una hoja hacia mi dirección, haciéndome esquivarlo. Ignoraba si realmente estaba en peligro, puesto que hubo una intervención. ¿Por qué señorita? ¿Por qué lo había hecho? A mí nada me debía.
El cuerpo herido de Saya cayó debilitado, lanzándome por ella, sin despegar la vista del caballero quien con mucha audacia se retiraba—. Cobarde. Enfréntame y responde por tu crimen. —Fue lo único que se me ocurrió exclamar con tal de provocarlo para que se quedara, pero era listo, no tenía caso iniciar conflicto con nosotros si podía sólo activar la alarma. Estábamos en graves problemas—. Discúlpeme, amigo mío. Me ha descubierto a mí... —Aceptaba la culpa, de no ser por mi rostro conocido esto no hubiera sucedido. Debimos haber tomado otro camino.
—No morirá, señorita. Resista. —Atendí tan pronto como pude su herida, rompiendo con la espada un pedazo de prenda de mi uniforme, haciendo presión en el corte para detener el sangrado. Había mucha sangre, podía sentirla en mis manos, en mis rodillas, en mi rostro. A juzgar por la apariencia, esta problemática tenía que ser resuelta en los siguientes siete minutos—. Sakun, ¿cómo se encuentra? —Preguntaba sin voltear a verlo, concentrándome en la chica, pero también queriendo saber si ocupaba asistencia.
—¿Es tu amigo, Chang? ¿Athos también lo es? —Musitaba con la voz apagada, casi delirante.
—Yo soy Athos. —Contestaba en seco, sin perder el enfoque de la herida.
—Ya veo...
—No se duerma. Quédese conmigo. —Volteaba a los dados, tratando de identificar algo que pudiera ayudar. Quizá fuego para sellar la herida o agua limpia para limpiarla. Lo que sea. Algo debía ayudar.
—Lo puedo creer. —Contestaba de manera corta, con cierta esperanza de que eso la invitara a no continuar sus cuentos, mas parecía causar lo contrario, lanzándome interrogantes, adentrando en los detalles que podía guardarse. ¿Cómo alguien que maldecía tanto podía sonar en mí tan tranquila? ¿Se debía a mi propia naturaleza? ¿O era algo más? Tal vez, pensaba yo, que era su sinceridad. Cierto que era impulsiva y ruidosa, pero era honesta, podía sentirlo, no se guardaba dudas, no poseía miedos, simplemente dejaba salir sus pensares. Eso podía ser.
—Me parece que tuvo una reacción premeditada, señorita Saya. Usted asumió que la ignoraba, pero la verdad es que realmente no había comunicación. Tal vez si hubiese puesto atención a la manera en que la veía o actuaba se hubiera dado cuenta, pero al final llegó a una conclusión errónea. Pero ahora ya lo sabe, ¿no? —Decía con tranquilidad, viendo alrededor y al mismo tiempo observando a Sakun, esperando que no se desmayara—. A veces, preguntar antes de atacar es mejor. —Asentía con la cabeza, realmente preguntar era muy sabio.
¿Pero me habrá ignorado? Porque siguió hablando casi de inmediato sin referenciar algo de lo que le había dicho, curiosamente volviendo a pedir mi perspectiva. ¿Tal vez era de las personas que hablaban y escuchaban sin dar gran retroalimentación? O sólo era una especie de formalidad—. Tal vez también la malinterpretó. Ella a usted y usted a ella. Se sorprendería de la cantidad de conflictos que hay debido a malentendidos. —Mantenía mis contestaciones breves, no queriendo adentrarme en conversaciones muy largas, prefería estar concentrado en la misión.
—Muchos tal veces de tu parte, Chang. ¿No tienes seguridad de algo? —Inquiría con fuerza, fulminándome con la mirada.
—Nada en esta vida es certero. Somos propensos a caer en ilusiones, sólo la incertidumbre puede conducir a la verdad. —Curiosa dualidad, pero muy cierta. Jamás se sabrá la verdad con suposiciones y prejuicios.
—Qué cosas tan raras dices. —Decía con un tono absurdo, alzando sus brazos dramáticamente—. Cuando seamos novios lo único que tienes que hacer es darme la razón, ¿entiendes? —Me señalaba bruscamente con el dedo, frunciendo el ceño. ¿Pero por qué seguía diciendo esas cosas? ¿Y qué manera era esa de expresarlo? Prefería no tomarla en serio antes de que se complicara la situación.
El ambiente tétrico provocaba titubeo en los pasos, causando desorientación. Era complicado mantener registro de los pasos que dábamos y lo que nos rodeaba, pero con cierta concentración lograba mantener mi norte. Mi sentido de la orientación debería compensar mi falta de memoria. Pero en cierto instante llegamos a un punto donde a la distancia se divisaba una figura, formidable y de ojos brillantes. Un curioso escalofrío recorría mi cuerpo, pero debía ser la temperatura, confiaba en que traer a Sakun como prisionero nos daría la oportunidad de avanzar hasta donde quisiéramos sin interrupciones.
Luego de unos pasos llegamos hasta su presencia, quedando de frente. Yo esperaba que al estar aquí se moviera o nos preguntara algo, pero simplemente las miradas se mantenían tensas. Estaba a punto de hablar cuando Saya haciéndome que me arrodillara. ¿Qué significa su repentino temor? ¿Y de dónde había venido esta niebla? Escuchaba después la advertencia de Sakun, quien con mucho atrevimiento decía mi nombre.
Según las palabras de la dama, entendía que este individuo, Invictus, era un mercenario muy peligroso, al menos lo suficiente para poner en jaque a una mujer que hasta ahora había sido muy dominante. Peor aún, lo que Invictus decía era amenazante, tal parecía que me conocía, que sabía lo de Dundarak. No podía dejar que ahora escapara o podría delatarnos y poner en riesgo a las chicas, y a nosotros.
Estuve por iniciar un combate, cuando mis sentidos me advirtieron de una hoja hacia mi dirección, haciéndome esquivarlo. Ignoraba si realmente estaba en peligro, puesto que hubo una intervención. ¿Por qué señorita? ¿Por qué lo había hecho? A mí nada me debía.
El cuerpo herido de Saya cayó debilitado, lanzándome por ella, sin despegar la vista del caballero quien con mucha audacia se retiraba—. Cobarde. Enfréntame y responde por tu crimen. —Fue lo único que se me ocurrió exclamar con tal de provocarlo para que se quedara, pero era listo, no tenía caso iniciar conflicto con nosotros si podía sólo activar la alarma. Estábamos en graves problemas—. Discúlpeme, amigo mío. Me ha descubierto a mí... —Aceptaba la culpa, de no ser por mi rostro conocido esto no hubiera sucedido. Debimos haber tomado otro camino.
—No morirá, señorita. Resista. —Atendí tan pronto como pude su herida, rompiendo con la espada un pedazo de prenda de mi uniforme, haciendo presión en el corte para detener el sangrado. Había mucha sangre, podía sentirla en mis manos, en mis rodillas, en mi rostro. A juzgar por la apariencia, esta problemática tenía que ser resuelta en los siguientes siete minutos—. Sakun, ¿cómo se encuentra? —Preguntaba sin voltear a verlo, concentrándome en la chica, pero también queriendo saber si ocupaba asistencia.
—¿Es tu amigo, Chang? ¿Athos también lo es? —Musitaba con la voz apagada, casi delirante.
—Yo soy Athos. —Contestaba en seco, sin perder el enfoque de la herida.
—Ya veo...
—No se duerma. Quédese conmigo. —Volteaba a los dados, tratando de identificar algo que pudiera ayudar. Quizá fuego para sellar la herida o agua limpia para limpiarla. Lo que sea. Algo debía ayudar.
Athos
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 353
Re: El Inquebrantable Vínculo [Trama] [Libre] [Interpretativo]
El miembro 'Athos' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses
'Runas' :
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Resultados :
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
'Runas' :
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Resultados :
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Tyr
Master
Master
Cantidad de envíos : : 2234
Nivel de PJ : : 0
Página 1 de 2. • 1, 2
Temas similares
» El peldaño decisivo [Cerrado] [Trama] [Libre/Interpretativo]
» El Inicio De La Justicia [Trama][Libre][Interpretativo][CERRADO]
» Los recuerdos ilusos [interpretativo][Libre][Completo][Trama][Cerrado]
» Con las alas bien extendidas [Trama clan Cuervos de Plata - Parte 3][Interpretativo] [Libre] PAUSADO
» [Terminado]Piedra a Piedra. [Trama Clan Cuervos de Plata - Parte 1][Interpretativo-Libre]
» El Inicio De La Justicia [Trama][Libre][Interpretativo][CERRADO]
» Los recuerdos ilusos [interpretativo][Libre][Completo][Trama][Cerrado]
» Con las alas bien extendidas [Trama clan Cuervos de Plata - Parte 3][Interpretativo] [Libre] PAUSADO
» [Terminado]Piedra a Piedra. [Trama Clan Cuervos de Plata - Parte 1][Interpretativo-Libre]
Página 1 de 2.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Hoy a las 11:30 por Iori Li
» El retorno del vampiro [Evento Sacrestic]
Hoy a las 9:43 por Eilydh
» Laboratorio Harker [Alquimia+Ingeniería]
Ayer a las 14:13 por Zelas Hazelmere
» Pócimas y Tragos: La Guerra de la Calle Burbuja [Interpretativo] [Libre]
Ayer a las 11:18 por Mina Harker
» El vampiro contraataca [Evento Sacrestic]
Ayer a las 0:53 por Lukas
» La Procesión de los Skógargandr [Evento Samhain (Halloween)]
Mar 19 Nov - 17:49 por Eltrant Tale
» Entre Sombras y Acero [LIBRE][NOCHE]
Mar 19 Nov - 17:42 por Cohen
» [Zona de culto] Altar de las Runas de los Baldíos
Lun 18 Nov - 7:29 por Tyr
» Susurros desde el pasado | Amice H.
Dom 17 Nov - 23:12 por Amice M. Hidalgo
» [Zona de culto] Iglesia del único Dios
Sáb 16 Nov - 16:38 por Tyr
» Enjoy the Silence 4.0 {Élite]
Miér 13 Nov - 15:01 por Nana
» Vampiros, Gomejos, piernas para qué las tengo. [Privado]
Lun 11 Nov - 23:51 por Tyr
» Derecho Aerandiano [Libre]
Dom 10 Nov - 8:36 por Tyr
» Propaganda Peligrosa - Priv. Zagreus - (Trabajo / Noche)
Vie 8 Nov - 13:40 por Lukas
» Lamentos de un corazón congelado [Libre 3/3]
Jue 7 Nov - 20:19 por Tyr