El Inicio De La Justicia [Trama][Libre][Interpretativo][CERRADO]
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El Inicio De La Justicia [Trama][Libre][Interpretativo][CERRADO]
El inicio De La Justicia [Trama]
¨Primero actuar antes de hablar... Los hechos dejan marca, mientras que las palabras se las lleva el viento. ¿Cómo quieres que se haga justicia, si no la haces por ti mismo?.
Las frases nunca dichas...¨
_________________________________________________________________________________________________________
Base Xromec, Dragones De Fuego.
- Base Xromec (Su tamaño no es tan grande, pero tampoco bajo):
- [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
-¡Señor!, ¡Señor!... Tengo una noticia que le interesará. Creo que se la debe comunicar al jefe del clan.-Vemos a un tipo con una armadura, y una lanza del tamaño de su cuerpo, con bastante sudor en su frente, viéndose que su rostro brilla ante la situación. Por otro lado, hay un hombre sentado en un trono, y su cara no puede notarse... Sólo sabemos que su nombre es ¨Vink¨. En la escena, hay varios soldados respaldando al capitán de la base, con una seriedad tremenda. El frío entra por las diminutas ventanas, pero no afectan a ninguno de los presentes, como si estuviesen acostumbrados.
Vink toma su copa con agua dentro de ésta, y sin tanta importancia, la bebe con aburrimiento. Con un gesto arrogante, le pide que hable al reciente novato. -Encontramos un cuerpo sin vida en Runas de los Baldios... Era nada más ni nada menos que uno de nuestros hermanos. Lo mataron, y creo que ya sabemos quién fue.-El muchacho se quedó callado, esperando una palabra de su mayor, pero al ver que no musitó nada, con nervios dio la hipótesis siguiente. -Es Sakun Fairsteur... El hijo de nuestro amo. Ha vuelto y parece que no está jugando. ¿Qué debemos hacer al respecto?.-Preguntó de manera curiosa, jugando con sus dedos.
El dirigente se levantó de su cómodo asiento, y con un golpe a la mesa, alarmó a todo el mundo. -Nada... No es necesario. Mira, iniciante. Samun, Jamón o lo que sea, no es fuerte. Vamos... Ha perdido con gente sumamente estúpida, y apenas ha ganado sus combates de suerte. No se desvíen en la verdadera misión... Debemos atrapar a Demian. Recordemos que es necesario acabar contra nuestras competiciones, y ese niño... Ese niñito nos está quitando la reputación. Quiero agarrarlo del cuello y hundirle mis garras en la garganta.-Comentó éste, notando que su rostro se enrojeció bastante, y de muchísima ira.
El joven, para desviar el tema, hizo otra cuestión. -Bueno... Yo lo decía porque derrotó a la bruja malvada y su dragón... Con una bruja llamada Keira, un perro bastante ágil y una peliblanca que no recuerdo.-Susurró con miedo, aunque afortunadamente Vink no alcanzó a escuchar. Después de tan acalorada discusión, las personas se retiraron y todo volvió a la normalidad, viendo que cada uno regresó a sus puestos. La base no era tan grande, pero tenía varios pasillos, y el centro de entrenamiento, que era un patio extensivo. La entrada estaba cubierta por un muro enorme, y en éstos, yacen dos grandes guardias con sus machetes, junto con un dragón cautivo, el cual desatarán en emergencias. Algunos de los pertenecientes saben convertirse en lagartos, aunque otros no son muy experimentados para ello.
La llanura nevada se encuentra en su peor estado, con montañas y montañas de nieve, gracias al clima tan helado. Las fogatas suelen congelarse rápidamente, y los que no tengan bastante resistencia en contra del frío, seguramente morirían. Después de tantas especulaciones y descripciones, vemos a un robusto hombre con unas maletas, manteniendo su mirada seria, colocando sus mochilas en el pequeño bosque nevado. Detrás de él, viene un tigre blanco, que se siente augusto con el clima. Los dos se posicionan en el suelo, y hacen un leve descanso, después de caminar demasiado. La noche comienza a cubrir los cielos, y la luna aparece, con un resplandor bastante tranquilizante. Las estrellas comienzan a trasladarse por el firmamento, haciendo figuras agradables. La oscuridad estuvo acompañándoles, dando a entender que mañana iba a ser el día del golpe... En donde combatiría contra sus rivales.
Sakun tenía la esperanza en que aparecieran algunos guerreros, los cuales le pudiesen ayudar...
--------------------------------------------------------Vink toma su copa con agua dentro de ésta, y sin tanta importancia, la bebe con aburrimiento. Con un gesto arrogante, le pide que hable al reciente novato. -Encontramos un cuerpo sin vida en Runas de los Baldios... Era nada más ni nada menos que uno de nuestros hermanos. Lo mataron, y creo que ya sabemos quién fue.-El muchacho se quedó callado, esperando una palabra de su mayor, pero al ver que no musitó nada, con nervios dio la hipótesis siguiente. -Es Sakun Fairsteur... El hijo de nuestro amo. Ha vuelto y parece que no está jugando. ¿Qué debemos hacer al respecto?.-Preguntó de manera curiosa, jugando con sus dedos.
El dirigente se levantó de su cómodo asiento, y con un golpe a la mesa, alarmó a todo el mundo. -Nada... No es necesario. Mira, iniciante. Samun, Jamón o lo que sea, no es fuerte. Vamos... Ha perdido con gente sumamente estúpida, y apenas ha ganado sus combates de suerte. No se desvíen en la verdadera misión... Debemos atrapar a Demian. Recordemos que es necesario acabar contra nuestras competiciones, y ese niño... Ese niñito nos está quitando la reputación. Quiero agarrarlo del cuello y hundirle mis garras en la garganta.-Comentó éste, notando que su rostro se enrojeció bastante, y de muchísima ira.
El joven, para desviar el tema, hizo otra cuestión. -Bueno... Yo lo decía porque derrotó a la bruja malvada y su dragón... Con una bruja llamada Keira, un perro bastante ágil y una peliblanca que no recuerdo.-Susurró con miedo, aunque afortunadamente Vink no alcanzó a escuchar. Después de tan acalorada discusión, las personas se retiraron y todo volvió a la normalidad, viendo que cada uno regresó a sus puestos. La base no era tan grande, pero tenía varios pasillos, y el centro de entrenamiento, que era un patio extensivo. La entrada estaba cubierta por un muro enorme, y en éstos, yacen dos grandes guardias con sus machetes, junto con un dragón cautivo, el cual desatarán en emergencias. Algunos de los pertenecientes saben convertirse en lagartos, aunque otros no son muy experimentados para ello.
La llanura nevada se encuentra en su peor estado, con montañas y montañas de nieve, gracias al clima tan helado. Las fogatas suelen congelarse rápidamente, y los que no tengan bastante resistencia en contra del frío, seguramente morirían. Después de tantas especulaciones y descripciones, vemos a un robusto hombre con unas maletas, manteniendo su mirada seria, colocando sus mochilas en el pequeño bosque nevado. Detrás de él, viene un tigre blanco, que se siente augusto con el clima. Los dos se posicionan en el suelo, y hacen un leve descanso, después de caminar demasiado. La noche comienza a cubrir los cielos, y la luna aparece, con un resplandor bastante tranquilizante. Las estrellas comienzan a trasladarse por el firmamento, haciendo figuras agradables. La oscuridad estuvo acompañándoles, dando a entender que mañana iba a ser el día del golpe... En donde combatiría contra sus rivales.
Sakun tenía la esperanza en que aparecieran algunos guerreros, los cuales le pudiesen ayudar...
Off: Bueno, como ven, es la trama de Sakun, y haré todo lo posible para que sea emocionante.
Va a ser libre, así que cualquiera puede entrar. El que lo haga, debe postear cómo llegó a La Llanura. Está en su decisión si quieren encontrarme hoy, o encontrarme el día del ataque.
Si quieren tener una excusa, pueden decir que vieron mi carta en el tablón de bardo. Saludos.
Última edición por Sakun el Mar Ago 11 2015, 19:09, editado 1 vez
Sakun
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Re: El Inicio De La Justicia [Trama][Libre][Interpretativo][CERRADO]
Inhaló...
El mundo era agitado por tremendas atrocidades, contaminada por individuos crueles y despiadados, o peores. ¿Qué hacer contra estos monstruos? ¿Cuál era la mejor manera de solucionar este enorme problema? Definitivamente estos personajes merecían algún tipo de castigo, pero debían ser presentados ante un jurado imparcial que pueda sentenciarlos, en el marco de lo posible, de manera objetiva. Sin embargo, ¿quiénes fungirían como jueces? Aquéllos que tenían los recursos suficientes para hacerlo, solían ser etiquetados como débiles y cobardes, o manipulables, mientras que los que eran de corazón recto, no eran capaces de cumplir tal hazaña.
Y ése era sólo el problema a largo plazo, a corto plazo estaba la cuestión de cómo capturarlos y llevarlos ante dicho jurado. Le gustaría que fuese con palabras, algún tipo de diálogo que pudiera hacerles ver los crímenes que han cometido y acepten el precio de sus pecados. No obstante, ¿qué le garantizaba que aceptarían, cómo hacer que se muevan de su estricta convicción? Peor, ¿cómo defenderse ante una posible represalia? Estos sujetos no parecían ser razonables, aniquilarían a cualquier mensajero que se parara a su puerta. Y en caso de aplicar resistencia, se desencadenaría una serie de acciones y reacciones sin fin, un preludio a una nueva guerra, más sangre se derramaría, inocentes se verían involucrados. Una cadena de odio interminable.
Exhaló...
Abrió los ojos y se puso del pie, divisando el frío paisaje que se podía presencia a la orilla del lago congelado. Era un agradable lugar donde se podía meditar. Relativamente seguro, pero suficientemente gélido para mantener su mente sosegada. Mas ya estaba por oscurecer, era hora de ir a la cama para descansar, llegar a una conclusión, ejecutar un plan de acción. "Definitivamente no me quedaré de brazos cruzados". Simplemente no podía tolerar que existiera gente así sin ningún tipo de castigo. ¡No era posible este nivel de impunidad!
En su camino de regreso a casa, sus oídos lograron captar las palabras al aire de unos caballeros que salían de una taberna. Hablaban de un caballero que, al parecer, planeaba un ataque contra uno de los clanes más maléficos del reino del norte, sino es que el peor de todos. ¿Podría ser éste un regalo de la fortuna? ¿Una grácil caridad? Una buena coincidencia, sin duda. No le agradaba la idea de formar parte de un grupo de asalto, mas, y más, lo veía como una oportunidad para entregar un mensaje sin la necesidad de presentarse indefenso. Quizá... existía una manera de hacer las paces sin tener que recurrir a la violencia. Algún tipo de trato. Ideas que llevaría consigo a la cama. Dormiría bien, a sabiendas de que mañana no estará solo.
Un ejército yacía a las puertas del colosal castillo, cuartel general de los dragones de fuego. Athos encabezaba las filas, con un pergamino en las manos. El líder, con su apropiada escolta, se presentaba en la cima de las puertas que se mantenían sólidamente cerradas. Mas la altura no fue un obstáculo, ni los recios vientos. Athos extendió el pergamino y comenzó a leer las peticiones de paz. Mejor dicho, trató de hacerlo. A cada oración que pronunciaba, se escuchaban risas de burla, insultos de odio y blasfemias arrogantes. Komar trataba de mantener la compostura, pero no logró mantenerse en quietud. Su locura se disparó, perdiendo el control y comenzando a arrasar todo a su alrededor en su forma de dragón. En un parpadeo, un frenético combate se había desenvuelto, y al segundo parpadeo, ya la nieve se había tornado magenta y los gritos de dolor hacían eco en las montañas. Las negociaciones habían fallado, el caos estaba desatado. Todo por culpa de Athos.
"No seré presa de la desesperación". Se dijo a sí mismo, al despertar de la pesadilla. Ya era hora, no había tiempo que perder. Tomó una mochila ligera, donde llevaba los objetos que esperaba pudieran servirle en la hipotética batalla. Su prenda habitual de monje le ayudaría a resistir cualquier aire helado que pudiera brotar; naturalmente no tenía inconveniente por las bajas temperaturas, al contrario, las recibía con agrado. Partió, pues, decidido hacia la Llanura Nevada, en donde esperaba encontrar aquel joven guerrero, y quizá más compañía si la fortuna decidía sonreírle aún más. Fue un sendero que recorrió con la calma necesaria para poder ir eligiendo las palabras adecuadas. "Sólo espero no llegar demasiado tarde". El Sol aún no salía, y dudaba que el enfrentamiento se ejecutara aún en la noche.
El mundo era agitado por tremendas atrocidades, contaminada por individuos crueles y despiadados, o peores. ¿Qué hacer contra estos monstruos? ¿Cuál era la mejor manera de solucionar este enorme problema? Definitivamente estos personajes merecían algún tipo de castigo, pero debían ser presentados ante un jurado imparcial que pueda sentenciarlos, en el marco de lo posible, de manera objetiva. Sin embargo, ¿quiénes fungirían como jueces? Aquéllos que tenían los recursos suficientes para hacerlo, solían ser etiquetados como débiles y cobardes, o manipulables, mientras que los que eran de corazón recto, no eran capaces de cumplir tal hazaña.
Y ése era sólo el problema a largo plazo, a corto plazo estaba la cuestión de cómo capturarlos y llevarlos ante dicho jurado. Le gustaría que fuese con palabras, algún tipo de diálogo que pudiera hacerles ver los crímenes que han cometido y acepten el precio de sus pecados. No obstante, ¿qué le garantizaba que aceptarían, cómo hacer que se muevan de su estricta convicción? Peor, ¿cómo defenderse ante una posible represalia? Estos sujetos no parecían ser razonables, aniquilarían a cualquier mensajero que se parara a su puerta. Y en caso de aplicar resistencia, se desencadenaría una serie de acciones y reacciones sin fin, un preludio a una nueva guerra, más sangre se derramaría, inocentes se verían involucrados. Una cadena de odio interminable.
Exhaló...
Abrió los ojos y se puso del pie, divisando el frío paisaje que se podía presencia a la orilla del lago congelado. Era un agradable lugar donde se podía meditar. Relativamente seguro, pero suficientemente gélido para mantener su mente sosegada. Mas ya estaba por oscurecer, era hora de ir a la cama para descansar, llegar a una conclusión, ejecutar un plan de acción. "Definitivamente no me quedaré de brazos cruzados". Simplemente no podía tolerar que existiera gente así sin ningún tipo de castigo. ¡No era posible este nivel de impunidad!
En su camino de regreso a casa, sus oídos lograron captar las palabras al aire de unos caballeros que salían de una taberna. Hablaban de un caballero que, al parecer, planeaba un ataque contra uno de los clanes más maléficos del reino del norte, sino es que el peor de todos. ¿Podría ser éste un regalo de la fortuna? ¿Una grácil caridad? Una buena coincidencia, sin duda. No le agradaba la idea de formar parte de un grupo de asalto, mas, y más, lo veía como una oportunidad para entregar un mensaje sin la necesidad de presentarse indefenso. Quizá... existía una manera de hacer las paces sin tener que recurrir a la violencia. Algún tipo de trato. Ideas que llevaría consigo a la cama. Dormiría bien, a sabiendas de que mañana no estará solo.
Un ejército yacía a las puertas del colosal castillo, cuartel general de los dragones de fuego. Athos encabezaba las filas, con un pergamino en las manos. El líder, con su apropiada escolta, se presentaba en la cima de las puertas que se mantenían sólidamente cerradas. Mas la altura no fue un obstáculo, ni los recios vientos. Athos extendió el pergamino y comenzó a leer las peticiones de paz. Mejor dicho, trató de hacerlo. A cada oración que pronunciaba, se escuchaban risas de burla, insultos de odio y blasfemias arrogantes. Komar trataba de mantener la compostura, pero no logró mantenerse en quietud. Su locura se disparó, perdiendo el control y comenzando a arrasar todo a su alrededor en su forma de dragón. En un parpadeo, un frenético combate se había desenvuelto, y al segundo parpadeo, ya la nieve se había tornado magenta y los gritos de dolor hacían eco en las montañas. Las negociaciones habían fallado, el caos estaba desatado. Todo por culpa de Athos.
"No seré presa de la desesperación". Se dijo a sí mismo, al despertar de la pesadilla. Ya era hora, no había tiempo que perder. Tomó una mochila ligera, donde llevaba los objetos que esperaba pudieran servirle en la hipotética batalla. Su prenda habitual de monje le ayudaría a resistir cualquier aire helado que pudiera brotar; naturalmente no tenía inconveniente por las bajas temperaturas, al contrario, las recibía con agrado. Partió, pues, decidido hacia la Llanura Nevada, en donde esperaba encontrar aquel joven guerrero, y quizá más compañía si la fortuna decidía sonreírle aún más. Fue un sendero que recorrió con la calma necesaria para poder ir eligiendo las palabras adecuadas. "Sólo espero no llegar demasiado tarde". El Sol aún no salía, y dudaba que el enfrentamiento se ejecutara aún en la noche.
Athos
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Re: El Inicio De La Justicia [Trama][Libre][Interpretativo][CERRADO]
El canto de las primeras aves anunciaba la cercanía de la salida del sol, mientras el movimiento en la ciudad apenas comenzaba. Los guardias de la puerta trataban de mantenerse en movimiento, llevaban de turno gran parte de la noche y esa hora era la más helada del día.
Alguno levantó la ceja ante la presencia de un niño dejando la ciudad tan temprano, pero no le dieron mayor importancia. No era raro que menores tuvieran que trabajar en las granjas cercanas para apoyar en el sustento de sus hogares.
Demian no iba, por supuesto, a trabajar en ninguna granja. Había recibido una advertencia de que un grupo de bandidos de la raza de los dragones estaba detrás de su cabeza. ¿Los motivos? Era difícil saberlo con certeza, pero había decidido no involucrar en esto a los otros gorriones. Había dejado una nota en la Ratonera explicando lo sucedido y pidiendo que no le siguieran y había partida en silencio.
Quien fuera que quisiera matarlo no iba a tenerlo tan fácil.
Lo primero que hizo fue buscar entre las caravanas que viajaban fuera de la ciudad alguna que fuera hacia el norte y finalmente dio con una. Era un grupo de mercaderes que llevaban vino y telas al helado rincón del mundo, esperando además adquirir productos de allá a bajo precio para venderlos a la vuelta con recargo elevado.
Al principio no le hicieron caso, pero ante su insistencia accedieron a llevarlo, a cambio de que se encargara de hacer las tareas menores. Lo cierto es que de menores tenían muy poco, pero ciertamente eran las cosas que nadie quería hacer. Desde limpiar a los animales, recolectar madera para el fuego, levantar las tiendas de campaña, reparar alguna carreta que se averiara en el camino, lavar la ropa de todos cuando pasaban por algún río... siempre tenía algo que hacer, pero al menos podía viajar más rápido que por sus propios medios y no tenía que preocuparse por seguir el camino correcto.
Se hizo llamar Eric.
Aprovechó el recorrido para algo más. Cada vez que se detenían en una zona de bosque se aseguraba de recorrer las cercanías en busca de flores y hongos. No cualquiera, por cierto, el chico se aseguraba de aprovisionarse de plantas venenosas, en especial la flor Osaris. Si iba a requerir de combatir era necesario aprovisionarse. Cada vez que obtenía muestras las molía en un mortero, dejaba secar el producto para extraer la esencia y mezclaba eso con una pequeña cantidad de aceite para conservar sus propiedades, acumulando los resultados en pequeños frasquitos.
Tan ocupado estaba con sus tareas que el viaje se le hizo muy corto.
Ya en las llanuras nevadas se desapareció un día del campamento. Buscaron a Eric una hora, pero finalmente siguieron su camino. Al final sólo era el niño que habían dejado unirse por lástima, no era uno de ellos.
El frío era intenso, pero no era la primera vez que visitaba esas tierras y de alguna manera ya se iba acostumbrando a ello, además de que se había asegurado de usar una camisa gruesa, y un gorro y manto hechos de lana. Las dagas quedaban convenientemente ocultas por el grueso de la ropa.
Se comenzó a acercar a lo que parecía una fortaleza, pero guardando la distancia. Necesitaba saber un poco más antes de intentar cualquier cosa.
Demian
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Re: El Inicio De La Justicia [Trama][Libre][Interpretativo][CERRADO]
La helada brisa acarició las mejillas rojas de la chica que, helada por el frío, aun abrigada con la mayor cantidad de capas que había llevado nunca, seguía helada, como odiaba ese tiempo helado. Era la primera vez en su vida que usaba pantalones, pantalones muy tupidos, para más inri, y un buen número de camisas y chaquetas para, finalmente, cubrirse toda ella con una gruesa capa que le tapaba incluso los pies.
Fire, a su lado, iba abrigada también. Hacía ya varias semanas había leido en el tablón del bardo, el periódico oficial de Lunargenta, que Sakun, el Dragón con quien se había enfrentado contra la Bruja de ébano, buscaba ayuda contra unos dragones de agua, No es que ella hubiera ido a luchar, ni mucho menos, pensaba simplemente informarle de que había visto caer a uno de esos dragones en una isla y luego se iría a encontrar trabajo en alguna de las tabernas de Dundarak.
Por desgracia, no solo era que Keira no supiese desenvolverse en ambientes tan fríos, la chica era de sangre caliente, que se le iba a hacer, si no que, para colmo, le era imposible orientarse por el día en ese lugar, estúpidos desiertos helados... no se derretirían no...
- Fire, alza el vuelo, a ver si ves algo.- pidió notando su propio aliento caliente golpear sus mejillas heladas al chocar contra la tela que le cubría la boca.
El ave, aunque enfurruñada, alzo el vuelo mientras Keira seguía el camino de su pájaro. Que obediente, bajó en cuanto vislumbró algo. Algo alejada de donde estaba la chica, rodeada por una especie de lago congelado, una enorme fortaleza que daba la impresión de ser de hielo se elevaba, y, para colmo, parecía que era lo único que había cerca donde poder preguntar:
- Genial, ahora me saldrá un loco de la nada, y, encima, más frío. Quien demonios me mandará ser legal, llego a saberlo y me quedo en la playa, ¿es que no hay un puñetero rincón tranquilo en todo Aerandir?- protestó mientras seguía avanzando para bajar esa cumbre y poder acercarse a la construcción.
Fire, a su lado, iba abrigada también. Hacía ya varias semanas había leido en el tablón del bardo, el periódico oficial de Lunargenta, que Sakun, el Dragón con quien se había enfrentado contra la Bruja de ébano, buscaba ayuda contra unos dragones de agua, No es que ella hubiera ido a luchar, ni mucho menos, pensaba simplemente informarle de que había visto caer a uno de esos dragones en una isla y luego se iría a encontrar trabajo en alguna de las tabernas de Dundarak.
Por desgracia, no solo era que Keira no supiese desenvolverse en ambientes tan fríos, la chica era de sangre caliente, que se le iba a hacer, si no que, para colmo, le era imposible orientarse por el día en ese lugar, estúpidos desiertos helados... no se derretirían no...
- Fire, alza el vuelo, a ver si ves algo.- pidió notando su propio aliento caliente golpear sus mejillas heladas al chocar contra la tela que le cubría la boca.
El ave, aunque enfurruñada, alzo el vuelo mientras Keira seguía el camino de su pájaro. Que obediente, bajó en cuanto vislumbró algo. Algo alejada de donde estaba la chica, rodeada por una especie de lago congelado, una enorme fortaleza que daba la impresión de ser de hielo se elevaba, y, para colmo, parecía que era lo único que había cerca donde poder preguntar:
- Genial, ahora me saldrá un loco de la nada, y, encima, más frío. Quien demonios me mandará ser legal, llego a saberlo y me quedo en la playa, ¿es que no hay un puñetero rincón tranquilo en todo Aerandir?- protestó mientras seguía avanzando para bajar esa cumbre y poder acercarse a la construcción.
Keira Brabery
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Re: El Inicio De La Justicia [Trama][Libre][Interpretativo][CERRADO]
Ya estaba llegando la hora de la justicia, el momento de la verdad, el día definitivo en el cual, la sangre correría por el asfalto, o más bien, el gélido suelo. La luna comenzaba a bailar por el firmamento, como si estuviese indecisa en quedarse o dejar que el sol tome las llanuras, aunque no haría mucha diferencia... Las bruscas brisas seguirían allí, congelando absolutamente todo a su paso, desde los pobres cadáveres amontonados fuera de la base, donde habían niños descuartizados, familias degolladas, y algunos que otros animales decapitados. Todos fueron asesinados por el simple hecho de querer, de sentirse los más poderosos, a pesar de que no era así. Desde la lejanía, se escuchaba una fuente de agua, era justo dentro del castillo, donde se encontraban varios soldados armados, atentos de que nadie se infiltrara... Ellos sabían que en cualquier momento serían atacados. El viento pasaba con lentitud, creando tornados por cada metro recorrido. Por otro lado, aunque era un horario de dormir, unos tipos se encontraban entrenando con sus objetos, también tratando de convertirse en dragones. Los patios se encontraban invadidos por varios guardias, y los arqueros estaban posicionados en puntos estratégicos para encargarse de que no llegase nadie.
-Oigan, ustedes se van a encargar de asegurarse de que la zona esté despejada. Quiero que den una vuelta por los alrededores para que no haya ninguna invasión, ¿entendido?.-Dijo un teniente de la división de seguridad, pidiéndoles que revisaran cada parte. Los cinco experimentados hombres no hicieron ninguna objeción, para luego salir en busca de cualquier guerrero que quiera matarlos. Se aseguraron de llevar sus katanas, esperando no tener que usarlas, pero si debían, no tendrían otra cosa más que hacer. Finalmente, la gran esfera blanquecina del cielo comenzó a desaparecer, dirigiéndose exageradamente hacia la izquierda, viéndose que aparecía el otro círculo envuelto en llamas, viéndose que ya comenzaba la mañana, el día de la guerra.
Los guardias decidieron dividirse, yendo por caminos distintos. Todos estaban seguros de sus dones y el conocimiento de sus habilidades, así que no sería fácil derrotarlos. Mientras tanto, Sakun había acabo de despertar, abriendo forzosamente sus ojos, luego de haber sentido lamidas de su mascota en la mejilla. Al levantarse, sus huesos tronaron de forma horrorosa. Su tristeza fue tremenda, después de notar que nadie estaba allí... Luego de tan exhausta caminata por el tablón de bardo, solamente para reclutar aliados. Después de resignarse, escogiendo en invadir el lugar completamente solo, apareció un hombre de los árboles... Su cabello largo y castaño, sus brazos algo tonificados y su mirada con sed de luchar. -Señor Sakun, he leído su carta con sumo interés, y no he aguantado en venir aquí, junto a usted, para ayudarle con su causa. Disculpe por la inesperada sorpresa... Puede llamarme Jon, el púgil.
El dragón se sorprendió ante ésto, y estuvo a punto de decir una palabra, quizá para agradecer la llegada... Pero otra persona salió desde las sombras... Una cintura completamente perfecta y un cuerpo bastante moldeado. Su cabello rubio era agradable, y el color de sus ojos lo resaltaba. Se encontró con nada más ni nada menos que una dama, bastante decidida a pelear junto a su criterio. -Usted debe ser el señor que puso aquella carta, ¿no?. Mi nombre es Taki, un gusto.-
Ahora quedó más que impactado, sin absolutamente nada qué pronunciar. Su tigre comenzó a rugir, pero al notar las señas de su amo, indicando que no lo haga, éste simplemente se acercó a ellos para olerlos, y tener su olor muy presente. Ya eran los suficientes para cometer un impacto dentro del lugar, pero aún faltaba alguien... Y esa persona estaba camuflada, es más, llevaba más que todos allí, pero no hizo tanto ruido como los otros... Su capucha no dejaba verle el rostro. Éste hombre no fue capaz ni de presentarse, pero todos sabían que estaba de su lado.
El equipo ya se estaba completando, ahora eran cuestión de segundos para colarse en la base, y así, apoyar a la libertad y la justicia, con actos.
Por otro lado, dos del quinto grupo de guardias, se encontraría un tipo con ojos rasgados (Athos). Ellos no durarían en sacar sus espadas y colocarlas en frente de ellos, dispuestos a cortar las extremidades posibles. -No es bonita hora para pasear por aquí... Jej. Pero muy tarde, ¡Debilucho!.-El tipo corrió para atacarlo, iniciando un conflicto. El otro lo estaría respaldando.
El otro dúo se toparía con justo el niño que buscaban (Demian), y sonreirían de manera jactanciosa, tronándose los dedos y sacando sus hachas, dispuesto a terminar con la vida del ojiazul. -Justo a quien necesitábamos... ¡Saludos, asesino!. Vamos a ver qué tan ¨Tenebroso¨ eres...-Con suma velocidad, usaron sus movimientos ágiles para ir hacia él, preparando el filo de sus armas.
El último del equipo de soldados escucharía unos ruidos hacia otra dirección y al colocar sus ojos en donde provenían los sonidos, pillaría a una dama con el cabello castaño y su ave (Keira). No tardaría soltar una carcajada grave, para luego sacar su arco y hacerse desde la distancia, llamando la atención de la muchacha. -¡Querida!, mal momento para caminar por aquí... Ahora perderás la vida... Tú y el águila ese.-La observó con suma concentración, y esperó varios segundos para disparar.
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Off: Como ven, cada uno está en problemas. Tendrán que combatir y acabar con sus rivales, o buscar una forma de evadirlos... Tienen una infinidad de opciones.
PD: Los tipos son fuertes, pero ustedes podrán derrotarlos.
-Oigan, ustedes se van a encargar de asegurarse de que la zona esté despejada. Quiero que den una vuelta por los alrededores para que no haya ninguna invasión, ¿entendido?.-Dijo un teniente de la división de seguridad, pidiéndoles que revisaran cada parte. Los cinco experimentados hombres no hicieron ninguna objeción, para luego salir en busca de cualquier guerrero que quiera matarlos. Se aseguraron de llevar sus katanas, esperando no tener que usarlas, pero si debían, no tendrían otra cosa más que hacer. Finalmente, la gran esfera blanquecina del cielo comenzó a desaparecer, dirigiéndose exageradamente hacia la izquierda, viéndose que aparecía el otro círculo envuelto en llamas, viéndose que ya comenzaba la mañana, el día de la guerra.
Los guardias decidieron dividirse, yendo por caminos distintos. Todos estaban seguros de sus dones y el conocimiento de sus habilidades, así que no sería fácil derrotarlos. Mientras tanto, Sakun había acabo de despertar, abriendo forzosamente sus ojos, luego de haber sentido lamidas de su mascota en la mejilla. Al levantarse, sus huesos tronaron de forma horrorosa. Su tristeza fue tremenda, después de notar que nadie estaba allí... Luego de tan exhausta caminata por el tablón de bardo, solamente para reclutar aliados. Después de resignarse, escogiendo en invadir el lugar completamente solo, apareció un hombre de los árboles... Su cabello largo y castaño, sus brazos algo tonificados y su mirada con sed de luchar. -Señor Sakun, he leído su carta con sumo interés, y no he aguantado en venir aquí, junto a usted, para ayudarle con su causa. Disculpe por la inesperada sorpresa... Puede llamarme Jon, el púgil.
- Jon:
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El dragón se sorprendió ante ésto, y estuvo a punto de decir una palabra, quizá para agradecer la llegada... Pero otra persona salió desde las sombras... Una cintura completamente perfecta y un cuerpo bastante moldeado. Su cabello rubio era agradable, y el color de sus ojos lo resaltaba. Se encontró con nada más ni nada menos que una dama, bastante decidida a pelear junto a su criterio. -Usted debe ser el señor que puso aquella carta, ¿no?. Mi nombre es Taki, un gusto.-
- Taki:
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Ahora quedó más que impactado, sin absolutamente nada qué pronunciar. Su tigre comenzó a rugir, pero al notar las señas de su amo, indicando que no lo haga, éste simplemente se acercó a ellos para olerlos, y tener su olor muy presente. Ya eran los suficientes para cometer un impacto dentro del lugar, pero aún faltaba alguien... Y esa persona estaba camuflada, es más, llevaba más que todos allí, pero no hizo tanto ruido como los otros... Su capucha no dejaba verle el rostro. Éste hombre no fue capaz ni de presentarse, pero todos sabían que estaba de su lado.
- Apodado como ¨Mysterio¨:
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El equipo ya se estaba completando, ahora eran cuestión de segundos para colarse en la base, y así, apoyar a la libertad y la justicia, con actos.
Por otro lado, dos del quinto grupo de guardias, se encontraría un tipo con ojos rasgados (Athos). Ellos no durarían en sacar sus espadas y colocarlas en frente de ellos, dispuestos a cortar las extremidades posibles. -No es bonita hora para pasear por aquí... Jej. Pero muy tarde, ¡Debilucho!.-El tipo corrió para atacarlo, iniciando un conflicto. El otro lo estaría respaldando.
El otro dúo se toparía con justo el niño que buscaban (Demian), y sonreirían de manera jactanciosa, tronándose los dedos y sacando sus hachas, dispuesto a terminar con la vida del ojiazul. -Justo a quien necesitábamos... ¡Saludos, asesino!. Vamos a ver qué tan ¨Tenebroso¨ eres...-Con suma velocidad, usaron sus movimientos ágiles para ir hacia él, preparando el filo de sus armas.
El último del equipo de soldados escucharía unos ruidos hacia otra dirección y al colocar sus ojos en donde provenían los sonidos, pillaría a una dama con el cabello castaño y su ave (Keira). No tardaría soltar una carcajada grave, para luego sacar su arco y hacerse desde la distancia, llamando la atención de la muchacha. -¡Querida!, mal momento para caminar por aquí... Ahora perderás la vida... Tú y el águila ese.-La observó con suma concentración, y esperó varios segundos para disparar.
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Off: Como ven, cada uno está en problemas. Tendrán que combatir y acabar con sus rivales, o buscar una forma de evadirlos... Tienen una infinidad de opciones.
PD: Los tipos son fuertes, pero ustedes podrán derrotarlos.
Sakun
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Re: El Inicio De La Justicia [Trama][Libre][Interpretativo][CERRADO]
El viento helado golpeando su rostro estaba lejos de ser un castigo, era más una caricia que prometía paz en su interior. Mas no era una resistencia que poseía de manera innata, no del todo. Su respiración era profunda y muy fuerte, provocando así que el aire se calentará un poco más en su pecho. Sus músculos los llevaba ligeramente tensos, produciendo calor interno. De no tomar esas medidas, podría terminar dañado por las bajas temperaturas. En cualquier caso, confiaba en su vestimenta y en su propia naturaleza para mantenerse a salvo. Difícilmente se vería presa del frío.
Pero conforme iba acercándose al punto de reunión, más específicamente al cuartel, la brisa iba disminuyendo su violencia. Casi podía dejar abajo su guardia. Casi. Delante de Athos, se presentaron dos hombres armados con un rostro desafiante, empleando un tono altanero—. ¡Hola! —Exclamó desde lejos el dragón, tratando de lucir inofensivo. "Aunque ya me consideran un debilucho. Creo que es una ventaja". Quizá sería más fácil hablarles si lo subestiman.
—A mí me parece una buena hora. —Comentó inocente, percatándose en el último instante que uno de los guardias se aproximaba a él con claras intensiones ofensivas. Athos tuvo que reaccionar, de la manera más defensiva posible, no queriendo responder con un contraataque. De alguna forma estaba desventaja, y no porque su oponente estuviese armado, era lo de menos; lo verdaderamente preocupante era el terreno, pues dificultaba los movimientos rápidos al no tener una superficie sólida. Cualquier intento debería ser inmediato, pues entre más se prolongara el encuentro, más riesgo corría.
El punto crítico era la sincronización. No podía esquivar de manera anticipada, pues delataría sus intenciones y su oponente cambiaría de trayectoria. No hacía falta mencionar qué pasaría si se demoraba en responder. La primera embestida se ejecutó de manera horizontal, una forma de ataque bastante molesta, pues le obligaba a retroceder. "Imposible de avanzar con la nieve". Tal vez si lo intentaba tendría éxito, mas prefería jugar con un plan seguro, esperando un momento más adecuado. El segundo asalto fue una estocada recia y directa al pecho, era el momento de actuar.
Athos dio un medio paso hacia en diagonal hacia la derecha, tratando de acercarse a su enemigo. Estiró su mano y logró sujetar la muñeca del espadachín, usándola como agarradera para impulsarse hacia adelante. Ya estando en una posición más cómoda, lo empujó, poniendo su pie detrás para hacerle caer, al mismo tiempo que se apoderaba de la hoja, sólo para lanzarla lejos.
—Por favor, caballeros, no son mis intenciones pelear. —Habló con dureza, retrocediendo un poco y elevando sus manos. Pero esto fue ignorado.
—¡Qué torpe! —Exclamaría el segundo soldado, burlándose de su compañero—. ¿Cómo pudiste dejar que te hiciera eso? —Negaba con la cabeza sin dejar de reír.
El caído se reincorporó casi de inmediato, pasando a una posición de ataque con sus puños bien cerrados y una mirada furiosa.
—Estoy seguro que podemos dialogar esta situación. No es necesario... —Trataba de apaciguar el escenario, pero parecía estar obteniendo resultados opuestos al notar la rabia ascendente de su rival.
—¡Cállate, escoria! Hoy morirás.
"¿Al menos me está escuchando?" Se sentía raro. Era como si sus palabras las cogiera el viento y se las llevara lejos de los guardias, quienes parecían no considerar lo que Komar decía, quien tenía la esperanza de poder enmendar las cosas de alguna manera. "No pueden ser tan cerrados de mente".
El guardia desarmado se abalanzó hacia Athos lanzando potentes puñetazos a diestra y siniestra. Logró evadir los primeros, pero estaba claro que no lograría hacer esa maniobra por mucho tiempo. Tuvo que bloquear algunos, absorbiendo las sólidas arremetidas. Incapaz de mantener la guardia, optó por contestar con su propio ataque. Lanzó un puñetazo al rostro, volviendo a repetir después la acción para someterlo al suelo, poniendo su rodilla en el cuello.
—¡Escucha! No quiero pelear. Podemos llegar a un acuerdo. —Sujetaba con fuerza una de sus muñecas, mientras que la otra mano estaba atrapada debajo de la pierna.
—¡Nosotros no negociamos! —El segundo soldado se arrimó, blandiendo su espada con ferocidad, intentando atravesar al dragón, quien nunca había perdido de vista a este individuo, precisamente esperaba que intentara algo. A tiempo, se salió del alcance del filo, desafortunadamente dejando al hombre en la nieve expuesto para recibir la estocada. No pareció ser una herida profunda, pero definitivamente no combatiría.
—Lo lamento. —Suspiró decepcionado Athos, sintiendo un poco de culpa por lo sucedido, rápidamente desechando el sentimiento. Intentaría ayudarlo, aunque primero a ocuparse de la amenaza inmediata, quien continuó con su ofensiva contra Komar. Utilizó un estilo de combate distinto, muy poco ortodoxo, agitando la espada a una gran velocidad. El dragón no pudo utilizar la misma técnica, no podría aproximarse como antes lo había hecho para desamar. Peor aún, el terreno no le favorecía en esta situación. "Debí conservar la espada". Terminó retrocediendo tanto que llegó hasta un árbol, y por un instante fue presa de la hoja que cortó superficialmente el muslo izquierdo de Athos.
Empleó el tronco como escudo, yendo detrás de éste para evitar recibir una estocada más significativa. Con este nuevo escenario, logró estar en una posición en la que sorprendió al enemigo y desamarlo, repeliéndolo con un rodillazo—. ¿Ya podemos hablar como personas civilizadas? —Esta vez conservó el arma, caminando hacia el lesionado quien luchaba para presionar su herida—. Creo que puedo ayudarte. —Con cuidado, preparó su mochila para buscar lo necesario para tratar las cortadas.
Antes de que pudiera hacer más, el soldado sujetó a Athos del cuello—. ¡Mátalo ahora! —Avisó a su compañero para aprovechar la oportunidad. En ese instante, la fe de Komar se dobló. "Están locos". Y en una reacción instintiva, sabiendo lo que venía hacia él, levantó la espada para recibir a su oponente. Efectivamente, el hombre resultó atravesado, y lo sintió al ver la sangre volando por un lado y percibir una nueva carga de peso.
Soltó la espada, dejándola clavada en el pobre guardia. Rotó sobre su propio eje para liberarse del agarre, viendo por un instante con desprecio al malherido, eventualmente enfocándolo con compasión—. Sólo... —Suspiró—. Otra oportunidad. —Se acercó al sujeto, arrancando un pedazo de ropa de su compañero para que sirviera como una venda improvisada—. Estarás bien. No puedo decir lo mismo de tu amigo. Disculpa. Mucho cuidado. —Se retiró, viéndolos durante los primeros metros hasta que simplemente se alejó lo suficiente para no preocuparse de ellos.
Una lástima, eso pudo haber salido mejor pero por varias razones acabó muy mal. Revisó su herida, no siendo tan preocupante. Puso nieve sobre ésta, un poco de tela y siguió su camino. Esperaba poder encontrar a alguien más pronto. "Amigo o enemigo". Tal vez sería buena idea retirarse si la situación continúa complicándose.
Pero conforme iba acercándose al punto de reunión, más específicamente al cuartel, la brisa iba disminuyendo su violencia. Casi podía dejar abajo su guardia. Casi. Delante de Athos, se presentaron dos hombres armados con un rostro desafiante, empleando un tono altanero—. ¡Hola! —Exclamó desde lejos el dragón, tratando de lucir inofensivo. "Aunque ya me consideran un debilucho. Creo que es una ventaja". Quizá sería más fácil hablarles si lo subestiman.
—A mí me parece una buena hora. —Comentó inocente, percatándose en el último instante que uno de los guardias se aproximaba a él con claras intensiones ofensivas. Athos tuvo que reaccionar, de la manera más defensiva posible, no queriendo responder con un contraataque. De alguna forma estaba desventaja, y no porque su oponente estuviese armado, era lo de menos; lo verdaderamente preocupante era el terreno, pues dificultaba los movimientos rápidos al no tener una superficie sólida. Cualquier intento debería ser inmediato, pues entre más se prolongara el encuentro, más riesgo corría.
El punto crítico era la sincronización. No podía esquivar de manera anticipada, pues delataría sus intenciones y su oponente cambiaría de trayectoria. No hacía falta mencionar qué pasaría si se demoraba en responder. La primera embestida se ejecutó de manera horizontal, una forma de ataque bastante molesta, pues le obligaba a retroceder. "Imposible de avanzar con la nieve". Tal vez si lo intentaba tendría éxito, mas prefería jugar con un plan seguro, esperando un momento más adecuado. El segundo asalto fue una estocada recia y directa al pecho, era el momento de actuar.
Athos dio un medio paso hacia en diagonal hacia la derecha, tratando de acercarse a su enemigo. Estiró su mano y logró sujetar la muñeca del espadachín, usándola como agarradera para impulsarse hacia adelante. Ya estando en una posición más cómoda, lo empujó, poniendo su pie detrás para hacerle caer, al mismo tiempo que se apoderaba de la hoja, sólo para lanzarla lejos.
—Por favor, caballeros, no son mis intenciones pelear. —Habló con dureza, retrocediendo un poco y elevando sus manos. Pero esto fue ignorado.
—¡Qué torpe! —Exclamaría el segundo soldado, burlándose de su compañero—. ¿Cómo pudiste dejar que te hiciera eso? —Negaba con la cabeza sin dejar de reír.
El caído se reincorporó casi de inmediato, pasando a una posición de ataque con sus puños bien cerrados y una mirada furiosa.
—Estoy seguro que podemos dialogar esta situación. No es necesario... —Trataba de apaciguar el escenario, pero parecía estar obteniendo resultados opuestos al notar la rabia ascendente de su rival.
—¡Cállate, escoria! Hoy morirás.
"¿Al menos me está escuchando?" Se sentía raro. Era como si sus palabras las cogiera el viento y se las llevara lejos de los guardias, quienes parecían no considerar lo que Komar decía, quien tenía la esperanza de poder enmendar las cosas de alguna manera. "No pueden ser tan cerrados de mente".
El guardia desarmado se abalanzó hacia Athos lanzando potentes puñetazos a diestra y siniestra. Logró evadir los primeros, pero estaba claro que no lograría hacer esa maniobra por mucho tiempo. Tuvo que bloquear algunos, absorbiendo las sólidas arremetidas. Incapaz de mantener la guardia, optó por contestar con su propio ataque. Lanzó un puñetazo al rostro, volviendo a repetir después la acción para someterlo al suelo, poniendo su rodilla en el cuello.
—¡Escucha! No quiero pelear. Podemos llegar a un acuerdo. —Sujetaba con fuerza una de sus muñecas, mientras que la otra mano estaba atrapada debajo de la pierna.
—¡Nosotros no negociamos! —El segundo soldado se arrimó, blandiendo su espada con ferocidad, intentando atravesar al dragón, quien nunca había perdido de vista a este individuo, precisamente esperaba que intentara algo. A tiempo, se salió del alcance del filo, desafortunadamente dejando al hombre en la nieve expuesto para recibir la estocada. No pareció ser una herida profunda, pero definitivamente no combatiría.
—Lo lamento. —Suspiró decepcionado Athos, sintiendo un poco de culpa por lo sucedido, rápidamente desechando el sentimiento. Intentaría ayudarlo, aunque primero a ocuparse de la amenaza inmediata, quien continuó con su ofensiva contra Komar. Utilizó un estilo de combate distinto, muy poco ortodoxo, agitando la espada a una gran velocidad. El dragón no pudo utilizar la misma técnica, no podría aproximarse como antes lo había hecho para desamar. Peor aún, el terreno no le favorecía en esta situación. "Debí conservar la espada". Terminó retrocediendo tanto que llegó hasta un árbol, y por un instante fue presa de la hoja que cortó superficialmente el muslo izquierdo de Athos.
Empleó el tronco como escudo, yendo detrás de éste para evitar recibir una estocada más significativa. Con este nuevo escenario, logró estar en una posición en la que sorprendió al enemigo y desamarlo, repeliéndolo con un rodillazo—. ¿Ya podemos hablar como personas civilizadas? —Esta vez conservó el arma, caminando hacia el lesionado quien luchaba para presionar su herida—. Creo que puedo ayudarte. —Con cuidado, preparó su mochila para buscar lo necesario para tratar las cortadas.
Antes de que pudiera hacer más, el soldado sujetó a Athos del cuello—. ¡Mátalo ahora! —Avisó a su compañero para aprovechar la oportunidad. En ese instante, la fe de Komar se dobló. "Están locos". Y en una reacción instintiva, sabiendo lo que venía hacia él, levantó la espada para recibir a su oponente. Efectivamente, el hombre resultó atravesado, y lo sintió al ver la sangre volando por un lado y percibir una nueva carga de peso.
Soltó la espada, dejándola clavada en el pobre guardia. Rotó sobre su propio eje para liberarse del agarre, viendo por un instante con desprecio al malherido, eventualmente enfocándolo con compasión—. Sólo... —Suspiró—. Otra oportunidad. —Se acercó al sujeto, arrancando un pedazo de ropa de su compañero para que sirviera como una venda improvisada—. Estarás bien. No puedo decir lo mismo de tu amigo. Disculpa. Mucho cuidado. —Se retiró, viéndolos durante los primeros metros hasta que simplemente se alejó lo suficiente para no preocuparse de ellos.
Una lástima, eso pudo haber salido mejor pero por varias razones acabó muy mal. Revisó su herida, no siendo tan preocupante. Puso nieve sobre ésta, un poco de tela y siguió su camino. Esperaba poder encontrar a alguien más pronto. "Amigo o enemigo". Tal vez sería buena idea retirarse si la situación continúa complicándose.
Athos
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Re: El Inicio De La Justicia [Trama][Libre][Interpretativo][CERRADO]
El frío hacía incómodo moverse, entrando hasta los huesos mientras avanzaba con precaución por esos parajes que parecían deseosos de devorarlo hasta convertirlo en parte del escenario, un blanco montículo que pronto podría ser olvidado.
Casi deseaba algo de acción sólo para entrar en calor, para tener un motivo para salir de ese estado de aburrimiento mezclado con frío que no hacía sino hacerle cuestionarse la decisión de haber viajado tan lejos. Al menos en Lunargenta tendría la ventaja.
Eventualmente la respuesta a ese estado de semi-letargo llegó en manos de dos guardias que salieron desafiantes a su paso. Era claro que su intención era acabar con él, aunque Demian se preguntaba cómo habían hecho para encontrarle tan fácil, después de todo era un experto en sigilo e infiltración, pero de momento no tenía tiempo para buscar explicaciones, ya habría ocasión para ello al acabar con la lucha.
—¿Asesino?, ¿tenebroso? —les contestó con una ceja levantada— me confunden con otro, seguro.
Ellos no parecieron muy convencidos con aquellas palabras y parecía que pretendían llevar el diálogo a un tono más afilado. No sabía bien por qué lo consideraban en tales términos, considerando que hace ya unos meses se dedicaba de manera casi exclusiva al robo de cosas pequeñas, nada que pudiera llamar la atención de una organización como esa.
Uno de ellos se lanzó con su katana en alto, dispuesto a cortarle la cabeza. Debió realizar un movimiento rápido, pero logró esquivar la agresión. No sería tan fácil acabar con él.
Miró desafiante, pretendiendo ir a atacar al que estaba más a su izquierda, pero al dar el primer paso lo envolvió una nube de polvo ilusorio y pareció como si desapareciera en el aire. El guardia al que había mirado se protegió de manera instintiva, esperando un ataque, mientras el otro avanzaba hacia su compañero. No alcanzaría a llegar.
Siempre había cierto placer en ese momento, satisfacción de la labor cumplida o quizás el hecho de la superioridad que implicaba. La daga entrando en la carne enemiga se sentía tan frágil cuando los pillaba por sorpresa.
El de la derecha caía de rodillas, con su zona lumbar atravesada por una daga negra, y copiosa sangre tiñendo la nieve.
Ya igualadas las cosas miró desafiante nuevamente al de la izquierda, que ahora era el único en combate.
—Yo quería solucionar las cosas por las buenas, pero que conste que ustedes han insistido.
Se lanzó de frente y era finalmente el momento de probar sus entrenamientos recientes en el uso de la daga para el combate uno a uno, aunque claro, no iba a jugar limpio así sin más. Levantó un poco de nieve con telekinesis y la arrojó sobre el rostro del tipo justo cuando se preparaba para dar un corte con su arma. Lo esquivó con algo de dificultad, para luego descargar su daga contra el muslo del guardia. Se alejó unos pasos.
Contaba ya con una considerable ventaja al haberlo herido, pero no podía cantar victoria aún. Debía ser cuidadoso. Se arrojó nuevamente a la carga, pero ahora el sujeto logró repelerlo con un golpe de su brazo que no se esperaba. Su daga detuvo el corte, aunque la mano le quedó adormecida por el impacto.
El momento decisivo vendría cuando el sujeto intentó nuevamente darle un golpe definitivo, pero ahora falló por los extraños movimientos que parecía llevar a cabo el niño, como si estuviera borroso en el aire. Era el efecto de sus ilusiones.
Finalmente Demian demostraría que destacaba por su enorme agilidad y velocidad, clavando la daga en pleno vientre para alejarse de inmediato, dejando que un intestino se asomara por la herida.
Se sentó en la nieve a descansar, mientras el guardia agonizaba en el suelo a escasos metros. Al menos había entrado en calor, ya no sentía el penetrante frío calar hasta sus huesos.
Hizo una reverencia a los muertos cuando ya ambos dejaron de moverse, tal como siempre lo hacía al acabar con la vida de alguien, según las instrucciones de su maestro, repitiendo unas palabras en su honor para desearles un descanso eterno.
Se preguntó nuevamente si había sido lo más sensato viajar hasta allí.
Demian
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Re: El Inicio De La Justicia [Trama][Libre][Interpretativo][CERRADO]
Mientras comenzaba a bajar la montaña por una ladera que la ocultaba de la fortaleza esa, por que ya se sabe que más vale prevenir que curar, Fire volaba en vuelo bajo observando la zona mientras Keira comenzaba a sentirse incomoda con tantas capas, iba abrigada sin duda, pero nunca había estado tan incomoda en toda su vida.
Cansada de estar tan apretada entre tantas capas de ropa, se detuvo, cansada, y comenzó a quitarse ropa hasta quedarse con el abrigo suficiente para poder moverse con comodidad aunque tuviera algo más de frío, a su alrededor, una pila de prendas gruesas estaban esparcidas, ¿tenía que recogerlas? ¿y cómo se las llevaría? ni en broma, las dejaría escondidas en algún lado y ya las volvería a recoger. Empezó a tomar las prendas, pero se le dificultaba con los guantes, así que se los quitó y volvió a empezar cuando el grito de Fire desde las alturas la advirtió de una nueva presencia.
Dejando caer las cosas la tensai se giró a mirar al recién llegado que, apuntándola con un arco, amenazó su vida y la de Fire. La flecha que lanzó el arquero se acercaba con rapidez, y la bailarina intentaba encender sus llamas con dificultad a causa del frió del ambiente, pero cuando la saeta ya estaba casi sobre ella logró encenderla, por fin, y quemarla antes de que le diese. ¿A qué venía todo eso?
- Oh, vaya, una maga de fuego, en mitad de la nieve, curiosa combinación.- dijo el tipo antes de volver a cargar una flecha.
Keira no iba a permitir que siguiera atacándola a ella y a su águila con esas saetas, aunque tuviera dificultades para usar el fuego en un ambiente tan helado, seguía pudiendo quemar la madera. La joven comenzó a correr para dificultarle el blanco al tirador y al tiempo se calentó las manos frotándolas, cuando estuvieron caliente comprobó que podía encenderlas con bastante facilidad, y que, el tipo, molesto por no lograr apuntar, lanzaba flechas que nada lograban, ya le quedaban pocas.
- ¡Fire!- dijo Keira sin alterarse.
El águila bajó hacia el arquero y comenzó a arañarle la cara mientras Keira se acercaba con presteza, prendiendo el arco justo por donde las manos del hombre lo sostenía, obligándolo a soltar el arma con un quejido. Con la misma rapidez con la que se había acercado, tomó el arco y se alejó al tiempo que Fire hacía otro tanto. Aprovechando que el hombre intentaba recuperar la visión tapándose la cara, magullada a más no poder por la garras de su ave, Keira partió el arco y suspiro extendiendo el brazo para que Fire se acercase.
El asaltante, por fin algo recuperado, alzó la cara ensangrentada con un ojo cerrado, una de las garras de Fire debía haber acertado en su objetivo, pues una enorme marca, que parecía profunda, surcaba el ojo izquierdo del hombre, que con furia sacó unas dagas y comenzó a correr hacia Keira. La joven respondió de igual modo, sacó sus propias dagas y corrió en dirección al hombre, que, muy probablemente, fuera más fuerte que ella, pero no más veloz.
Sus dagas chocaron entre si, provocando el chasquido del metal, Fire gritaba en las alturas observando la escena, desde esa posición, ambos rivales sabían que poco podían lograr, con un salto hacia atrás se separaron, era una lucha de fuerza contra rapidez, Keira debía lograr que sus movimientos no fueran predecibles, de lo contrario no acabarían nunca. Dando un paso hacia atrás, notó una de las prendas de ropa y llegó una idea a su cabeza, el hombre estaba ciego de un ojo, ¿por qué no cegarle los dos? Volvió a atacar, haciendo que volviesen a chocar los filos, arrastrando con ella la prenda de ropa. Desde esa posición, sosteniendo con fuerza las dagas y el peso del hombre que dejaba caer para aumentar la fuerza, giró con dificultad, doblando la espalda dolorosamente y alzando la prenda con una patada.
- ¡Fire!- llamó una vez más con voz dolorida. El ave, corrió a recoger la prenda en e aire y a una señal de la joven, la dejó caer sobre la cabeza del hombre.
Al intentar sacudirse la prenda, soltó un poco la fuerza de las dagas e inició unos ataques ciegos, uno de ellos cortó la ropa de la chica, que agradeció llevar tantas capas de ropa, otro, más certero logró traspasar las capas y dar un corte en su cintura, cuando la prenda ya resbalaba, fue demasiado tarde. Keira había logrado situarse tras el hombre y le perforaba la columna, respirando con dificultad, ahogándose por culpa del aire frío y el esfuerzo, al menos algo debía admitir, ya no tenía frío.
- La herida, no es mortal.- dijo al hombre que, tirado en el suelo, comenzaba a perder sangre.- pero no volverás a andar, y tu ojo, posiblemente se quede ciego. Lo siento, pero tu atacaste primero, tuve que defenderme- dijo alejándose y tirándole un par de capas de ropa al tipo para que no muriera de frío, ya daría explicaciones a quienes tuviera que dárselas al volver sin toda la ropa.
Rompiendo una de las telas, envolvió su cintura, alzando las prendas que ya llevaba, para hacer una venda, no creía que eso fuera a dejar herida, pero si lo hacía, debería ir en busca de algún elfo al volver, a quitarse todas las marcas.
Se alejó alzando el brazo para que su águila bajase a descansar, y se miró las manos, llenas de sangre, así que también podía herir sin el fuego... se puso los guantes y comenzó a acelerar el descenso, no era normal tanta vigilancia por nada, algo debía haber allí que quisieran proteger. Avanzó un buen tramo hasta que, algo alejado, vio a alguien, parecía una persona, ¿volverían a atacarla? No sabía si podría volver a luchar tan pronto, su fuego fallaba con el frío, necesitaba calentar antes y sus brazos dolían por la fuerza que había empleado, nunca imaginó que fuera tan difícil provocar tanto daño, siempre había oído que era fácil matar o herir, a ella le costaba bastante, más que por el hecho de provocar una muerte o una herida, por el esfuerzo físico que eso requería.
Cansada de estar tan apretada entre tantas capas de ropa, se detuvo, cansada, y comenzó a quitarse ropa hasta quedarse con el abrigo suficiente para poder moverse con comodidad aunque tuviera algo más de frío, a su alrededor, una pila de prendas gruesas estaban esparcidas, ¿tenía que recogerlas? ¿y cómo se las llevaría? ni en broma, las dejaría escondidas en algún lado y ya las volvería a recoger. Empezó a tomar las prendas, pero se le dificultaba con los guantes, así que se los quitó y volvió a empezar cuando el grito de Fire desde las alturas la advirtió de una nueva presencia.
Dejando caer las cosas la tensai se giró a mirar al recién llegado que, apuntándola con un arco, amenazó su vida y la de Fire. La flecha que lanzó el arquero se acercaba con rapidez, y la bailarina intentaba encender sus llamas con dificultad a causa del frió del ambiente, pero cuando la saeta ya estaba casi sobre ella logró encenderla, por fin, y quemarla antes de que le diese. ¿A qué venía todo eso?
- Oh, vaya, una maga de fuego, en mitad de la nieve, curiosa combinación.- dijo el tipo antes de volver a cargar una flecha.
Keira no iba a permitir que siguiera atacándola a ella y a su águila con esas saetas, aunque tuviera dificultades para usar el fuego en un ambiente tan helado, seguía pudiendo quemar la madera. La joven comenzó a correr para dificultarle el blanco al tirador y al tiempo se calentó las manos frotándolas, cuando estuvieron caliente comprobó que podía encenderlas con bastante facilidad, y que, el tipo, molesto por no lograr apuntar, lanzaba flechas que nada lograban, ya le quedaban pocas.
- ¡Fire!- dijo Keira sin alterarse.
El águila bajó hacia el arquero y comenzó a arañarle la cara mientras Keira se acercaba con presteza, prendiendo el arco justo por donde las manos del hombre lo sostenía, obligándolo a soltar el arma con un quejido. Con la misma rapidez con la que se había acercado, tomó el arco y se alejó al tiempo que Fire hacía otro tanto. Aprovechando que el hombre intentaba recuperar la visión tapándose la cara, magullada a más no poder por la garras de su ave, Keira partió el arco y suspiro extendiendo el brazo para que Fire se acercase.
El asaltante, por fin algo recuperado, alzó la cara ensangrentada con un ojo cerrado, una de las garras de Fire debía haber acertado en su objetivo, pues una enorme marca, que parecía profunda, surcaba el ojo izquierdo del hombre, que con furia sacó unas dagas y comenzó a correr hacia Keira. La joven respondió de igual modo, sacó sus propias dagas y corrió en dirección al hombre, que, muy probablemente, fuera más fuerte que ella, pero no más veloz.
Sus dagas chocaron entre si, provocando el chasquido del metal, Fire gritaba en las alturas observando la escena, desde esa posición, ambos rivales sabían que poco podían lograr, con un salto hacia atrás se separaron, era una lucha de fuerza contra rapidez, Keira debía lograr que sus movimientos no fueran predecibles, de lo contrario no acabarían nunca. Dando un paso hacia atrás, notó una de las prendas de ropa y llegó una idea a su cabeza, el hombre estaba ciego de un ojo, ¿por qué no cegarle los dos? Volvió a atacar, haciendo que volviesen a chocar los filos, arrastrando con ella la prenda de ropa. Desde esa posición, sosteniendo con fuerza las dagas y el peso del hombre que dejaba caer para aumentar la fuerza, giró con dificultad, doblando la espalda dolorosamente y alzando la prenda con una patada.
- ¡Fire!- llamó una vez más con voz dolorida. El ave, corrió a recoger la prenda en e aire y a una señal de la joven, la dejó caer sobre la cabeza del hombre.
Al intentar sacudirse la prenda, soltó un poco la fuerza de las dagas e inició unos ataques ciegos, uno de ellos cortó la ropa de la chica, que agradeció llevar tantas capas de ropa, otro, más certero logró traspasar las capas y dar un corte en su cintura, cuando la prenda ya resbalaba, fue demasiado tarde. Keira había logrado situarse tras el hombre y le perforaba la columna, respirando con dificultad, ahogándose por culpa del aire frío y el esfuerzo, al menos algo debía admitir, ya no tenía frío.
- La herida, no es mortal.- dijo al hombre que, tirado en el suelo, comenzaba a perder sangre.- pero no volverás a andar, y tu ojo, posiblemente se quede ciego. Lo siento, pero tu atacaste primero, tuve que defenderme- dijo alejándose y tirándole un par de capas de ropa al tipo para que no muriera de frío, ya daría explicaciones a quienes tuviera que dárselas al volver sin toda la ropa.
Rompiendo una de las telas, envolvió su cintura, alzando las prendas que ya llevaba, para hacer una venda, no creía que eso fuera a dejar herida, pero si lo hacía, debería ir en busca de algún elfo al volver, a quitarse todas las marcas.
Se alejó alzando el brazo para que su águila bajase a descansar, y se miró las manos, llenas de sangre, así que también podía herir sin el fuego... se puso los guantes y comenzó a acelerar el descenso, no era normal tanta vigilancia por nada, algo debía haber allí que quisieran proteger. Avanzó un buen tramo hasta que, algo alejado, vio a alguien, parecía una persona, ¿volverían a atacarla? No sabía si podría volver a luchar tan pronto, su fuego fallaba con el frío, necesitaba calentar antes y sus brazos dolían por la fuerza que había empleado, nunca imaginó que fuera tan difícil provocar tanto daño, siempre había oído que era fácil matar o herir, a ella le costaba bastante, más que por el hecho de provocar una muerte o una herida, por el esfuerzo físico que eso requería.
Keira Brabery
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Re: El Inicio De La Justicia [Trama][Libre][Interpretativo][CERRADO]
Las heladas brisas no dejaban de crearse en la mitad de los presentes, viéndose tan fuertes como desde el principio. Era normal, y todo tenía una explicación correcta... Se trataba de la presencia del dragón de aire, que creaba ese clima tan irresistible. La hora se acercaba, y los cuatro estaban completamente cerca, mirándose uno a otro, para reconocerse entre si, antes de invadir el lugar, con sus poderes. Cada uno se encontraba seguro de sus armas, de su alma de guerrero, de la fuerza que llevan desde el interior. Por otro lado, en los ojos del Sakun, aquellos que se encuentran tornados en un color grisáceo, se podía sentir una llamarada, el fuego de una venganza que estaba ahí durante varios años. Su padre había sido el culpable de todo lo sucedido, y eso no lo olvidaría nunca... Es más, eso es lo que lo mantiene en pie. La sangre de sus venas se hacía menos espesa, y era más fácil que recorriera por absolutamente todo su cuerpo. Sus mejillas se encontraban enrojecidas, y no por pena, si no por las ganas incontrolables de ir a luchar contra la maldad.
Después de varios minutos, se escucharon algunos ruidos desde la lejanía. Todos lo oyeron, e incluso, Zarpitas señaló los lugares donde vinieron los sonidos, eran tres zonas, exactamente. El dragón comenzó a hacer uso de sus poderes como jefe y el estratega de la misión. Aclaró rápidamente su voz y se encargó de mirar a cada uno, con los brazos cruzados. Sus brazos incrementaron su musculatura, al igual que su pecho se infló bastante, viéndose más fornido que antes. -Necesito que cada uno se dirija a allí. Son tres, así que no será difícil. Confío en que regresen vivos, falta poco para el momento de la verdad... Manténganse con energías, porque las necesitarán cuando estemos dentro. ¿Entendido?.-Musitó Sakun con seguridad. El trío no tardó en hacerle caso, desapareciendo de la escena, usando su tremenda velocidad para escapar del momento.
El moreno, al estar solo de nuevo, dio unos pasos hacia adelante, hasta ver un lugar despejado de arboles, donde obviamente se veía a lo lejos la base, envuelta en paredes sólidas con un color azulado, aunque también estaba pintada de carmesí, referente a la sangre de los inocentes que fueron asesinados. El tigre estaba listo... Él también tenía un trabajo, y era que cuando iniciara el ataque, rugiría con muchísima fuerza, así los confundiría. La nieve no dejaba de caer, y se posicionaba en el asfalto de forma amontonada, como si creara otra especie de montañas. Sakun estaba respirando de manera agitada, porque estaba nervioso. Él no sabía cómo acabaría la rebelión, y si lograría trasmitir lo que él quiere. Era cuestión de tiempo para que todo el equipo se forme allí, en La Llanura Nevada, justo en las puertas de la base, donde planearon verse.
Entretanto, Taki se dirigía donde se escucharon los ruidos. Su sorpresa sería grande, al ver un tipo (Athos) que trataba de ayudar a uno de los pertenecientes al clan de los Xromec. Frunció el ceño de manera sorprendente y corrió hacia él. -¡No lo ayudes!, ¿Qué te pasa?.-Le dijo, y sin más preámbulo se acercó para ver bien al hombre. Tenía los ojos rasgados, al igual que Sakun. -En fin... Un gusto conocerte, mi nombre es Taki. Creo que estás aquí para ayudar al tipo que colocó la carta en el tablón de bardo. Cuando quieras, sígueme, yo voy hacia allí.-Le dijo, algo amable.
Mientras tanto, Mysterio se encontró con un niño (Demian)... No digo absolutamente nada, sólo se acercó de manera siniestra, levantando su mano lentamente, notándose aquellos dedos huesudos y blancos. Lo señaló con decisión, y su ojo rojo brilló a través de su sombrío rostro... Un hilo de voz salió de su boca, escuchándose una gutural horrible. -¡Tú!... Debes venir conmigo...-.
Por otro lado, Jon se cautivó con la hermosura de una muchacha de cabellos castaños, que se encontraba a metros suyos. Él, apenas sonrió de manera coqueta. Se acercó con seguridad y de manera caballerosa, tomó su mano e hizo que ella girara, en torno a su cuerpo. Luego, la rodeó con un brazo y le susurró algo en el oído. -He de decir que usted es perfecta... Además de vencer a sus enemigos, también es hermosa.-Sin más preámbulo, le soltó y dio una venia, en signo de respeto. -Mi nombre es Jon, y creo que usted está buscando al hombre del Tablón de Bardo... ¿Puede venir conmigo, por favor?.-.
_________________________________________Después de varios minutos, se escucharon algunos ruidos desde la lejanía. Todos lo oyeron, e incluso, Zarpitas señaló los lugares donde vinieron los sonidos, eran tres zonas, exactamente. El dragón comenzó a hacer uso de sus poderes como jefe y el estratega de la misión. Aclaró rápidamente su voz y se encargó de mirar a cada uno, con los brazos cruzados. Sus brazos incrementaron su musculatura, al igual que su pecho se infló bastante, viéndose más fornido que antes. -Necesito que cada uno se dirija a allí. Son tres, así que no será difícil. Confío en que regresen vivos, falta poco para el momento de la verdad... Manténganse con energías, porque las necesitarán cuando estemos dentro. ¿Entendido?.-Musitó Sakun con seguridad. El trío no tardó en hacerle caso, desapareciendo de la escena, usando su tremenda velocidad para escapar del momento.
El moreno, al estar solo de nuevo, dio unos pasos hacia adelante, hasta ver un lugar despejado de arboles, donde obviamente se veía a lo lejos la base, envuelta en paredes sólidas con un color azulado, aunque también estaba pintada de carmesí, referente a la sangre de los inocentes que fueron asesinados. El tigre estaba listo... Él también tenía un trabajo, y era que cuando iniciara el ataque, rugiría con muchísima fuerza, así los confundiría. La nieve no dejaba de caer, y se posicionaba en el asfalto de forma amontonada, como si creara otra especie de montañas. Sakun estaba respirando de manera agitada, porque estaba nervioso. Él no sabía cómo acabaría la rebelión, y si lograría trasmitir lo que él quiere. Era cuestión de tiempo para que todo el equipo se forme allí, en La Llanura Nevada, justo en las puertas de la base, donde planearon verse.
Entretanto, Taki se dirigía donde se escucharon los ruidos. Su sorpresa sería grande, al ver un tipo (Athos) que trataba de ayudar a uno de los pertenecientes al clan de los Xromec. Frunció el ceño de manera sorprendente y corrió hacia él. -¡No lo ayudes!, ¿Qué te pasa?.-Le dijo, y sin más preámbulo se acercó para ver bien al hombre. Tenía los ojos rasgados, al igual que Sakun. -En fin... Un gusto conocerte, mi nombre es Taki. Creo que estás aquí para ayudar al tipo que colocó la carta en el tablón de bardo. Cuando quieras, sígueme, yo voy hacia allí.-Le dijo, algo amable.
Mientras tanto, Mysterio se encontró con un niño (Demian)... No digo absolutamente nada, sólo se acercó de manera siniestra, levantando su mano lentamente, notándose aquellos dedos huesudos y blancos. Lo señaló con decisión, y su ojo rojo brilló a través de su sombrío rostro... Un hilo de voz salió de su boca, escuchándose una gutural horrible. -¡Tú!... Debes venir conmigo...-.
Por otro lado, Jon se cautivó con la hermosura de una muchacha de cabellos castaños, que se encontraba a metros suyos. Él, apenas sonrió de manera coqueta. Se acercó con seguridad y de manera caballerosa, tomó su mano e hizo que ella girara, en torno a su cuerpo. Luego, la rodeó con un brazo y le susurró algo en el oído. -He de decir que usted es perfecta... Además de vencer a sus enemigos, también es hermosa.-Sin más preámbulo, le soltó y dio una venia, en signo de respeto. -Mi nombre es Jon, y creo que usted está buscando al hombre del Tablón de Bardo... ¿Puede venir conmigo, por favor?.-.
Off:Los PNJs se encargarán de llevarlos con Sakun... Pueden usarlos para lo que deseen, incluso si quieren narrar una circunstancia en el camino, pueden hacerlo.
Sakun
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Re: El Inicio De La Justicia [Trama][Libre][Interpretativo][CERRADO]
Una voz femenina le tomó por sorpresa, provocando que rápidamente enfocara en la dirección correcta, el origen de esas palabras suaves en medio de esa ventisca. Demoró en comprender lo que le había dicho, pero últimadamente lo asimiló—. ¿Por qué no? —No hacía falta que respondiera, podía imaginarse su respuesta. Era un enemigo y a los enemigos no se les auxilia. Creía que era una idea equivocada, aunque estuviera justificada. A fin de cuentas era una persona que merecía tanto respeto como cualquiera otra vida, y que a pesar de las diferencias no debía ser abandonado. En cualquier caso, movido un poco por la rabia y la idea de justicia castigadora, le dejó a su suerte con un poco de apoyo. Era algo pasado.
—Saludos, señorita. —No era necesario verla con detenimiento para darse cuenta que era una guerra. Las garras la delataban. Aunque ese atuendo sacrificaba mucha protección, aún si aseguraba buena velocidad. Aquello era cuestión de estilos, cada quien tenía el derecho de ponerse o quitarse armadura. Él no era precisamente el combatiente más protegido de todos. Dejando eso de lado, ¿no tenía frío? Ágil o no, es importante mantener la temperatura corporal a un grado saludable, de lo contrario uno puede caer en la hipotermia—. Soy Athos. Y su inducción es correcta.
—Qué fortuito este encuentro, comenzaba a creer que estaba solo por aquí. —Flexionó ligeramente el cuello, arrepintiéndose parcialmente de sus palabras—. Por así decirlo. Sin aliados, quise decir. —Con cierta torpeza recuperó la idea que quiso transmitir en un principio—. Y, ¿cuántos somos?
—Además del que nos convocó, otros tres nos reunimos más adelante y al poco tiempo escuchamos tres conflictos al rededor. Te encontré a ti, y suponiendo que haya dos más, seríamos siete en total.
"Qué miseria de número". No quería decirlo, definitivamente ni lo diría y tampoco era un pensamiento propio, pero sí que no parecía que destacaran por el número. Estaban por enfrentarse contra un clan de asesinos, más vale que el líder tuviera un plan sólido que les brindara alguna especie de ventaja, de lo contrario, caerían con facilidad—. Todo un ejército, ¿hmm? —No lo notó por andar concentrado en el camino que comenzaba a tornarse un poco más tormentoso —muy extraño—, pero la dama sonrió.
—¿Y piensan luchar directamente?
—¡Por supuesto! Esas escorias pagarán por todo lo que han hecho.
Ahí estaba de nuevo esa palabra. 'Escoria'. Veía a la mujer a su lado y casi podía imaginar al soldado de ahí atrás. No eran tan diferentes, después de todo. Sólo peleaban por razones distintas. Si tan sólo todos pudieran concentrarse más en las similitudes—. ¿Y cómo pagarán? —Realmente no había contestado su pregunta—. ¿Asesinarás asesinos? Ojo por ojo, ¿hmm? ¿Ya pensaste en las consecuencias de eso? ¿No serías tú una asesina, no tendrías que pagar igual que ellos pagaron?
La chica sonrió nerviosa, sin perder su postura femenina. Quizá no entendía completamente lo que le estaba diciendo el dragón—. Estamos sirviendo a la justicia, nuestra causa es noble. Ellos mataron vidas inocentes y nadie hace algo al respecto. ¿Crees que es justa esa situación? —Se escuchaba muy decidida, ¿y quién podría cuestionar tal lógica?
—¿Y tus acciones son nobles? Matar es matar, sin importar el contexto. Estarás cometiendo el mismo crimen que ellos.
Se paró en seco, poniendo una mirada algo furiosa—. ¡No soy igual que ellos! —Lo señaló con energía—. Yo defiendo a los débiles. Hago lo que nadie más se atrevería a hacer. Represento a esas almas que no pueden responder debido a su carencia de fortaleza. Y estoy dispuesta a darlo todo por ellos que no pueden. —El ímpetu se veía en sus ojos y la decisión de su corazón se reflejaba en sus palabras. Tenía exactamente el semblante de alguien que moriría joven.
—Definitivamente su justificación es honorable. Le admiro por eso. Sin embargo, ¿no cree que esas personas que usted representa merecen una justicia mejor. ¿Qué significa que los asesinos sean asesinados? ¿No es acaso una lucha infinita entre la violencia y la violencia? Como apagar fuego con fuego. No tiene mucho sentido. Creo que es mejor aplicar procedimientos justos.
Pudo notar que una sonrisa se formaba en esos labios—. Pacifistas como tú evitan la verdadera paz. —Aceleró el paso, mostrando toda su juventud.
¿Qué tan equivocada podría estar esa niña? ¿Y con cuánta verdad hablaba? No estaba loca, muchos individuos compartían su visión, ¿pero en qué momento la humanidad había perdido la capacidad de perdonar?
Eventualmente llegaron al punto de encuentro, donde un caballero fornido era acompañado por tigre igual de potente. Comenzaba a imaginarse la típica situación donde la calidad supera a la cantidad. Si los demás compañeros poseían cualidades de guerreros verdaderos, tendrían una genuina oportunidad ofensivamente. Y eso al mismo tiempo le desalentaba. Ninguno estaría de acuerdo con él. A fin de cuentas debería pelear a su lado.
—Saludos, señorita. —No era necesario verla con detenimiento para darse cuenta que era una guerra. Las garras la delataban. Aunque ese atuendo sacrificaba mucha protección, aún si aseguraba buena velocidad. Aquello era cuestión de estilos, cada quien tenía el derecho de ponerse o quitarse armadura. Él no era precisamente el combatiente más protegido de todos. Dejando eso de lado, ¿no tenía frío? Ágil o no, es importante mantener la temperatura corporal a un grado saludable, de lo contrario uno puede caer en la hipotermia—. Soy Athos. Y su inducción es correcta.
—Qué fortuito este encuentro, comenzaba a creer que estaba solo por aquí. —Flexionó ligeramente el cuello, arrepintiéndose parcialmente de sus palabras—. Por así decirlo. Sin aliados, quise decir. —Con cierta torpeza recuperó la idea que quiso transmitir en un principio—. Y, ¿cuántos somos?
—Además del que nos convocó, otros tres nos reunimos más adelante y al poco tiempo escuchamos tres conflictos al rededor. Te encontré a ti, y suponiendo que haya dos más, seríamos siete en total.
"Qué miseria de número". No quería decirlo, definitivamente ni lo diría y tampoco era un pensamiento propio, pero sí que no parecía que destacaran por el número. Estaban por enfrentarse contra un clan de asesinos, más vale que el líder tuviera un plan sólido que les brindara alguna especie de ventaja, de lo contrario, caerían con facilidad—. Todo un ejército, ¿hmm? —No lo notó por andar concentrado en el camino que comenzaba a tornarse un poco más tormentoso —muy extraño—, pero la dama sonrió.
—¿Y piensan luchar directamente?
—¡Por supuesto! Esas escorias pagarán por todo lo que han hecho.
Ahí estaba de nuevo esa palabra. 'Escoria'. Veía a la mujer a su lado y casi podía imaginar al soldado de ahí atrás. No eran tan diferentes, después de todo. Sólo peleaban por razones distintas. Si tan sólo todos pudieran concentrarse más en las similitudes—. ¿Y cómo pagarán? —Realmente no había contestado su pregunta—. ¿Asesinarás asesinos? Ojo por ojo, ¿hmm? ¿Ya pensaste en las consecuencias de eso? ¿No serías tú una asesina, no tendrías que pagar igual que ellos pagaron?
La chica sonrió nerviosa, sin perder su postura femenina. Quizá no entendía completamente lo que le estaba diciendo el dragón—. Estamos sirviendo a la justicia, nuestra causa es noble. Ellos mataron vidas inocentes y nadie hace algo al respecto. ¿Crees que es justa esa situación? —Se escuchaba muy decidida, ¿y quién podría cuestionar tal lógica?
—¿Y tus acciones son nobles? Matar es matar, sin importar el contexto. Estarás cometiendo el mismo crimen que ellos.
Se paró en seco, poniendo una mirada algo furiosa—. ¡No soy igual que ellos! —Lo señaló con energía—. Yo defiendo a los débiles. Hago lo que nadie más se atrevería a hacer. Represento a esas almas que no pueden responder debido a su carencia de fortaleza. Y estoy dispuesta a darlo todo por ellos que no pueden. —El ímpetu se veía en sus ojos y la decisión de su corazón se reflejaba en sus palabras. Tenía exactamente el semblante de alguien que moriría joven.
—Definitivamente su justificación es honorable. Le admiro por eso. Sin embargo, ¿no cree que esas personas que usted representa merecen una justicia mejor. ¿Qué significa que los asesinos sean asesinados? ¿No es acaso una lucha infinita entre la violencia y la violencia? Como apagar fuego con fuego. No tiene mucho sentido. Creo que es mejor aplicar procedimientos justos.
Pudo notar que una sonrisa se formaba en esos labios—. Pacifistas como tú evitan la verdadera paz. —Aceleró el paso, mostrando toda su juventud.
¿Qué tan equivocada podría estar esa niña? ¿Y con cuánta verdad hablaba? No estaba loca, muchos individuos compartían su visión, ¿pero en qué momento la humanidad había perdido la capacidad de perdonar?
Eventualmente llegaron al punto de encuentro, donde un caballero fornido era acompañado por tigre igual de potente. Comenzaba a imaginarse la típica situación donde la calidad supera a la cantidad. Si los demás compañeros poseían cualidades de guerreros verdaderos, tendrían una genuina oportunidad ofensivamente. Y eso al mismo tiempo le desalentaba. Ninguno estaría de acuerdo con él. A fin de cuentas debería pelear a su lado.
Athos
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Re: El Inicio De La Justicia [Trama][Libre][Interpretativo][CERRADO]
No había acabado de hacer su gesto de reverencia y respeto a los muertos cuando sintió los pasos de alguien acercarse. Ya no tenía sentido alguno usar su magia para esconderse, era seguro que le habían visto, así que debía seguir el juego.
La voz gutural que vino a continuación era todo menos lo que podía considerarse un recibimiento cálido. Debía ser un loco si le hacía caso, pues toda lógica, medianamente razonable, apuntaba a o bien echar a correr o bien acabar con él tal como con los otros dos. La segunda opción parecía la más razonable.
Pero lo siguió.
De momento iba a jugar el juego, no sabía realmente por qué, quizás por mera curiosidad, por saber de qué iba todo aquello y por qué tanta gente de pronto parecía tener un interés en su persona. No era más que un crío que robaba bolsillos para sobrevivir... bueno, eso y el aprendiz de uno de los asesinos más importantes en existencia, pero eso último había sido en lo que parecía mucho tiempo atrás.
—No eres de los que habla mucho, ¿no? —le dijo. No obtuvo respuesta.
Eso se volvía realmente incómodo, no sólo por el hecho de que caminar en ese horrible clima no tenía de por sí demasiado atractivo, sino porque el mismo era pésimo iniciando conversaciones. Estos elementos combinados generaban una enorme barrera entre ambos.
—No vas a matarme, al parecer, o ya lo habrías hecho, pero eso no significa que deba confiar en ti.
Nuevamente el silencio fue la única respuesta, lo que iba volviéndose más y más molesto. Comenzó a analizarlo. Su actitud, su vestimenta, todo en él parecía estar asociado, con grandes letras, al combate y, más específicamente, al asesinato. Claro, alguien como Demian sabía que la discreción era más importante que la intimidación para esos menesteres, pero sabía que debía tener al menos un mínimo de cuidado con aquel sujeto.
Fue más allá en su pensamiento. Decidió que no podía arriesgarse a jugar sólo en sus términos, de lo contrario podría acabar expuesto a una trampa o situación imposible de afrontar, así que decidió que era momento de actuar.
En primer lugar desprendió el escalpelo que llevaba siempre convenientemente escondido en su muñequera y preparado con veneno, el que hizo levitar detrás suyo. A continuación se aseguró de que sus manos fueran completamente visibles al sujeto, sin exagerar, sólo quería dejar en claro que no estaba en ese momento presentando ninguna amenaza.
El escalpelo, en tanto, había levitado hasta ubicarse detrás del cuello del misterioso sujeto, apuntando su filo directamente a su piel. Según calculaba, el ataque podía no ser suficiente para matarlo, pero le daría una enorme ventaja si él intentaba pelear a pesar de tener el cuello abierto.
Se preparó para dar el golpe de gracia, pero no llegaría a hacerlo.
De pronto se vio en la presencia de otras personas, personas que no conocía de modo alguno, pero que no mostraban hostilidad hacia el sujeto de las vendas. Había sido muy lento, ya estaba en desventaja y, si le mataba, pronto tendría a los otros tras su cuello. Era mejor esperar y ver de qué se trataba todo aquello.
El escalpelo volvió discretamente hasta su muñequera. Por el momento no iba a matar a nadie.
Levantó su mano en señal de saludo, aunque su cara era más bien neutra.
Demian
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Re: El Inicio De La Justicia [Trama][Libre][Interpretativo][CERRADO]
Una mano tiró de la de la joven haciéndola girar sobre si misma, un hombre rubio, con melena y una espada al cinto la miraba con una sonrisa que intentaba ser encantadora, pero que poco sorprendió a Keira y, a continuación, le rodeo la cintura con una mano. Keira frunció el ceño entrecerrando los ojos, ¿qué se pensaba que hacía? Keira con su tacón iba a alejarse dándole un pisotón en la bota con su tacón, cuando, tras presentarse, nombró al "hombre del tablón del bardo" Sakun.
Girando para deshacerse del enganche del hombre rubio, llamó a Fire, que había alzado el vuelo en cuanto Keira se hubo girado y, cuando el ave estuvo colocada en su brazo, asintió:
- Así es, busco al hombre del tablón del bardo, tengo noticias para él. Yo soy Keira, y mejor si no me toca.- contestó mientras avanzaba en la misma dirección que el hombre.
Andando con calma, ignorando los intentos de charla del hombre, que, aunque con elegancia, no dejaba de resultar pesado. Si no fuera a llevarla con Sakun, se habría llevado una quemadura en el culo. Avanzaban hacia un lugar que Keira desconocía, ni siquiera entendía como el tipo podía distinguir la forma de llegar, tanto frío... horrible todo. Mientras avanzaban entre la nieve, el sonido de unas pisadas y unas voces se escucharon delante.
El hombre, previsor, estiró a la tensai escondiéndola tras un montículo de nieve, alguien había ido a recoger al herido. O eso parecía, pues, al asomarse sobre el montículo, Keira observó como la vida del herido era arrebatada sin compasión alguna. En cuanto esos hombres se hubieron marchado Jon la instó para acelerar el ritmo, con la misma educación que había usado anteriormente para presentarse.
Con rapidez, volvieron a iniciar una marcha en silencio, a medida que avanzaban Fire empezó a volar en altura y anunció su llegada con un agudo chillido, allí ya había bastante gente reunida, entre ellos, un niño, y una mujer más, tal vez sería mejor escuchar y, después dar la información.
La situación resultaba tan extraña que Keira sentía unas tremendas ganas de dar media vuelta y volver por donde había venido, pero algo le decía que ya no había posibilidad de hacer eso, es más, parecía que se acababa de meter en un buen lío, solo esperaba que no implicase más quemaduras.
Girando para deshacerse del enganche del hombre rubio, llamó a Fire, que había alzado el vuelo en cuanto Keira se hubo girado y, cuando el ave estuvo colocada en su brazo, asintió:
- Así es, busco al hombre del tablón del bardo, tengo noticias para él. Yo soy Keira, y mejor si no me toca.- contestó mientras avanzaba en la misma dirección que el hombre.
Andando con calma, ignorando los intentos de charla del hombre, que, aunque con elegancia, no dejaba de resultar pesado. Si no fuera a llevarla con Sakun, se habría llevado una quemadura en el culo. Avanzaban hacia un lugar que Keira desconocía, ni siquiera entendía como el tipo podía distinguir la forma de llegar, tanto frío... horrible todo. Mientras avanzaban entre la nieve, el sonido de unas pisadas y unas voces se escucharon delante.
El hombre, previsor, estiró a la tensai escondiéndola tras un montículo de nieve, alguien había ido a recoger al herido. O eso parecía, pues, al asomarse sobre el montículo, Keira observó como la vida del herido era arrebatada sin compasión alguna. En cuanto esos hombres se hubieron marchado Jon la instó para acelerar el ritmo, con la misma educación que había usado anteriormente para presentarse.
Con rapidez, volvieron a iniciar una marcha en silencio, a medida que avanzaban Fire empezó a volar en altura y anunció su llegada con un agudo chillido, allí ya había bastante gente reunida, entre ellos, un niño, y una mujer más, tal vez sería mejor escuchar y, después dar la información.
La situación resultaba tan extraña que Keira sentía unas tremendas ganas de dar media vuelta y volver por donde había venido, pero algo le decía que ya no había posibilidad de hacer eso, es más, parecía que se acababa de meter en un buen lío, solo esperaba que no implicase más quemaduras.
Keira Brabery
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Re: El Inicio De La Justicia [Trama][Libre][Interpretativo][CERRADO]
Nadie era capaz de decir una frase, ni siquiera una simple palabra. Todos estaban expectantes en los que se encontraban a su alrededor. Era tanto el frío, que incluso se alcanzaba hasta a escuchar. Los siete tipos que se encontraban allí, no hacían más que mirarse entre si, desconfiándose de ellos mismos, como si el rival estuviera entre ellos. ¿Cuál era la alianza?, no se veía en lo más mínimo. El dragón era único en ser capaz de confiar en ellos, aunque más en su propia mascota. Todos estaban allí por algo, y se cumpliría ese día. Aunque fueran pocos, no era un impedimento grande para seguir luchando por la verdad, por la realidad de las cosas. La nieve comenzó a expandirse mucho más, haciendo que ahora llegue hasta a sus rodillas. Aunque el clima pareciera muy helado, no era impedimento para que se apagara una llama, ese fragmento de fuego que se encontraba en el interior de Sakun, que reclamaba justicia. ¿Cómo lo haría?, derramando sangre. Su clan había sido exterminado completamente, y eso lo tenía bastante enojado. Era una base del clan completo llamado Xromec, contra un equipo de guerreros, que estaban dispuestos a usar sus talentos para lo que sea.
El héroe pegó un suspiro de decepción, algo triste dado que pensaba en un gran grupo de valientes hombres; Eso no fue un impedimento para seguir con su idea. El tigre ya se estaba alistando, preparando sus garras para lo que viniese. Sakun, por otro lado, ya estaba a punto de dar las ordenes necesarias para infiltrarse en aquel castillo. Los muros se veían bastante sólidos, a pesar de fueran hechos con agua congelada. Tampoco se podría abrir un agujero por el suelo, dado que la inmensa acumulación de solidez blanquecina, no dejaría lograrlo. ¿Cuál era la única forma?, entrar por la puerta principal. Todo parecía estar inclinado en la suerte, puesto que eran pocos contra una multitud de enemigos.
Desde lejos se escuchaban unos pasos en unisono. El moreno se giró con lentitud, y lo que vio, lo dejó bastante sorprendido. Desde la distancia, se acercaban unos soldados en caballos, con sus armas a la altura de sus hombros. El galopar de los animales eran imperatorios. Todos venían muy organizados, y al estar bastante cerca del grupo de Sakun, hicieron una venia respetuosa, para después apartarse y dejar paso a una silueta gigantesca. Un hombre con botas inmensas, una armadura hecha de pobre cuero, y una espada no tan forjada, pero se podía ver que haría mucho daño. Se podría decir que era una armada pobre, pero al menos se les notaba las ganas de luchar. La humildad en ellos, se le caracterizaba demasiado.
El tipo colocó su casco en la parte de su cintura, sostenida por el brazo musculoso que llevaba. Su rostro se vio liberado, y era un señor de avanzada edad, de piel oscura, pero con el cabello rizado y un gran bigote crespo. Su voz se hizo gutural en un segundo, cuando comenzó a hablar. Saludos, señor Sakun. Me place conocerle y ver a un grandullón muchacho, con las ganas de combatir... Eso me encanta. He leído su carta en el tablón de bardo, y no me confunda, porque no voy a trabajar para usted. Sólo me dio una idea.-Dijo, pausando por un momento para tragar saliva.
-También planeaba un día para invadir la base. Lo iba a hacer por mi parte, pero al ver su petición, no encontré otro mejor momento que ayudarle. Nosotros también tenemos un motivo para defender nuestro clandestino reino... Hemos sufrido muchas muertes causadas por ellos...-Todos quedaron en un absoluto silencio, dándole la palabra a Sakun, que se encontraba aún sorprendido, pero logró volver a tierra.
Bueno, me parece muy bien. Es el momento de usar nuestros dones. Cada uno tiene su creencia, sea religiosa o no. Así que si tienen un dios, como yo, pueden rezar por él. Pero si no tienen uno, simplemente pueden confiar en ustedes mismos. Entonces... Ahora que han hecho su aparición, dejaré que se relacionen un poco. Recordemos algo... Todos estamos aquí por una razón, y es acabar con esa construcción, arrasando con los defensores a su paso. ¿De acuerdo?.-Musitó con cierta seguridad. Todos no tuvieron otra opción que asentar con la cabeza.
------------------------------------------------------------------------------El héroe pegó un suspiro de decepción, algo triste dado que pensaba en un gran grupo de valientes hombres; Eso no fue un impedimento para seguir con su idea. El tigre ya se estaba alistando, preparando sus garras para lo que viniese. Sakun, por otro lado, ya estaba a punto de dar las ordenes necesarias para infiltrarse en aquel castillo. Los muros se veían bastante sólidos, a pesar de fueran hechos con agua congelada. Tampoco se podría abrir un agujero por el suelo, dado que la inmensa acumulación de solidez blanquecina, no dejaría lograrlo. ¿Cuál era la única forma?, entrar por la puerta principal. Todo parecía estar inclinado en la suerte, puesto que eran pocos contra una multitud de enemigos.
Desde lejos se escuchaban unos pasos en unisono. El moreno se giró con lentitud, y lo que vio, lo dejó bastante sorprendido. Desde la distancia, se acercaban unos soldados en caballos, con sus armas a la altura de sus hombros. El galopar de los animales eran imperatorios. Todos venían muy organizados, y al estar bastante cerca del grupo de Sakun, hicieron una venia respetuosa, para después apartarse y dejar paso a una silueta gigantesca. Un hombre con botas inmensas, una armadura hecha de pobre cuero, y una espada no tan forjada, pero se podía ver que haría mucho daño. Se podría decir que era una armada pobre, pero al menos se les notaba las ganas de luchar. La humildad en ellos, se le caracterizaba demasiado.
El tipo colocó su casco en la parte de su cintura, sostenida por el brazo musculoso que llevaba. Su rostro se vio liberado, y era un señor de avanzada edad, de piel oscura, pero con el cabello rizado y un gran bigote crespo. Su voz se hizo gutural en un segundo, cuando comenzó a hablar. Saludos, señor Sakun. Me place conocerle y ver a un grandullón muchacho, con las ganas de combatir... Eso me encanta. He leído su carta en el tablón de bardo, y no me confunda, porque no voy a trabajar para usted. Sólo me dio una idea.-Dijo, pausando por un momento para tragar saliva.
-También planeaba un día para invadir la base. Lo iba a hacer por mi parte, pero al ver su petición, no encontré otro mejor momento que ayudarle. Nosotros también tenemos un motivo para defender nuestro clandestino reino... Hemos sufrido muchas muertes causadas por ellos...-Todos quedaron en un absoluto silencio, dándole la palabra a Sakun, que se encontraba aún sorprendido, pero logró volver a tierra.
Bueno, me parece muy bien. Es el momento de usar nuestros dones. Cada uno tiene su creencia, sea religiosa o no. Así que si tienen un dios, como yo, pueden rezar por él. Pero si no tienen uno, simplemente pueden confiar en ustedes mismos. Entonces... Ahora que han hecho su aparición, dejaré que se relacionen un poco. Recordemos algo... Todos estamos aquí por una razón, y es acabar con esa construcción, arrasando con los defensores a su paso. ¿De acuerdo?.-Musitó con cierta seguridad. Todos no tuvieron otra opción que asentar con la cabeza.
Off: Tienen movimiento libre,
Sakun
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Re: El Inicio De La Justicia [Trama][Libre][Interpretativo][CERRADO]
Justo como Taki había mencionado, eran siete los individuos que se encontraban reunidos, más un tigre. Y la variedad del grupo era interesante. Al principio podía dar la apariencia de ser un escuadrón de ataque bastante normal: Un joven de gran musculatura al frente, un encapuchado siniestro, un guardián felino... Pero poco a poco se iba deformando, empezando con la presencia de las dos damas, que aunque de corazón guerrero, no daban esa primera impresión de combate. Luego estaba el propio Athos, que lucía tan calmado que no parecía estar dispuesto a pelea, más parecía ir a predicar. Y por último un niño con ojos de adulto. Tampoco podía olvidar el ave que sobrevolaba, la cual definitivamente no pertenecía a ese terreno por naturaleza, debía estar acompañando a alguien.
Un grupo bastante pequeño en verdad, insuficiente para dirigir un asalto directo contra una fortaleza, y también inadecuado para infiltrarse. Entonces, ¿qué rumbo tomaría? Tal vez los dioses tenían esto en consideración, pues entraron en juego un número interesante de hombres con equipo improvisado. Parecía un ejército formado por personas ordinarias, pero con un deseo indomable de justicia y libertad. Exactamente el tipo de personas que mueren en combate al estar en primera línea. Instantáneamente Athos sintió la necesidad de protegerlos, incluso aún más que al pequeño o a las dos damiselas.
Hubo un instante de quietud, el cual aprovechó para poder aclarar sus intenciones. ¿Terminaría siendo un pacifista empedernido, o de hecho tomaría parte en el ataque? Sin importar el objetivo, debía preparar un plan de acción. ¿Cómo haría lo que sea que haría?
Se aproximó a quien parecía ser el convocador de esta reunión (Sakun), viendo rápidamente y con curiosidad al tigre antes de enfocar directamente al hombre—. Saludos, caballero. Muy singular el batallón que ha logrado reunir aquí. Espero que sepa muy bien por qué quiere hacer lo que está a punto de hacer. Y también que conozca las consecuencias de este acto. —Se encogió ligeramente de hombros, haciendo notar que no quería hablarle de eso—. Soy Athos, si es que debe haber alguna introducción. —Parecía la clase de persona que conocía a los que le rodeaban.
—No sé si usted lo note, pero no me gusta la violencia. Siempre prefiero evitarla. Pero no significa que no esté dispuesto a hacer lo necesario con tal de proteger lo que considero justo. Y conozco a nuestro enemigo, el tipo de enemigo que exige de uno hacer siempre lo necesario. Sin embargo, ¿no ha considerado tomar otras alternativas más allá de la confrontación sanguinaria? No sé hasta qué punto es posible llegar a un acuerdo o encontrar la manera de reducir los heridos. —Por no querer decir difuntos—. Combate uno a uno, una partida de ajedrez, o incluso una especie de artimaña. —Dijo lo último con cierto desagrado—. A fin de cuentas, a pesar de ser asesinos, no dejan de ser seres vivos con consciencia y sentimientos. Y después de lo que estamos a punto de hacer, no seremos tan diferentes a ellos. —Lo miró con paciencia, tratando de transmitir la misma simpatía que Komar sentía hacia los criminales.
—De hecho, seremos tan iguales a ellos que habrá individuos dispuestos a juzgarnos por nuestras acciones cometidas el día de hoy, si es que sobrevivimos. —Juntó sus manos en una señal de comprensión y paz—. No le hablo para hacerle dudar, ni para hacerle retroceder, sino para asegurarme que tomará la mejor decisión. Manténgase firme a su deseo de justicia y escuche muy bien a su corazón. Si actúa con la verdad, jamás se arrepentirá. —Parecía un muchacho lleno de vida, sería una lástima que pasara el resto de sus años lamentándose.
Quizá todo dependería de su respuesta. ¿Se quedaría, ayudaría, pelearía, observaría, tomaría su propia iniciativa? De algo estaba seguro, no abandonaría.
Un grupo bastante pequeño en verdad, insuficiente para dirigir un asalto directo contra una fortaleza, y también inadecuado para infiltrarse. Entonces, ¿qué rumbo tomaría? Tal vez los dioses tenían esto en consideración, pues entraron en juego un número interesante de hombres con equipo improvisado. Parecía un ejército formado por personas ordinarias, pero con un deseo indomable de justicia y libertad. Exactamente el tipo de personas que mueren en combate al estar en primera línea. Instantáneamente Athos sintió la necesidad de protegerlos, incluso aún más que al pequeño o a las dos damiselas.
Hubo un instante de quietud, el cual aprovechó para poder aclarar sus intenciones. ¿Terminaría siendo un pacifista empedernido, o de hecho tomaría parte en el ataque? Sin importar el objetivo, debía preparar un plan de acción. ¿Cómo haría lo que sea que haría?
Se aproximó a quien parecía ser el convocador de esta reunión (Sakun), viendo rápidamente y con curiosidad al tigre antes de enfocar directamente al hombre—. Saludos, caballero. Muy singular el batallón que ha logrado reunir aquí. Espero que sepa muy bien por qué quiere hacer lo que está a punto de hacer. Y también que conozca las consecuencias de este acto. —Se encogió ligeramente de hombros, haciendo notar que no quería hablarle de eso—. Soy Athos, si es que debe haber alguna introducción. —Parecía la clase de persona que conocía a los que le rodeaban.
—No sé si usted lo note, pero no me gusta la violencia. Siempre prefiero evitarla. Pero no significa que no esté dispuesto a hacer lo necesario con tal de proteger lo que considero justo. Y conozco a nuestro enemigo, el tipo de enemigo que exige de uno hacer siempre lo necesario. Sin embargo, ¿no ha considerado tomar otras alternativas más allá de la confrontación sanguinaria? No sé hasta qué punto es posible llegar a un acuerdo o encontrar la manera de reducir los heridos. —Por no querer decir difuntos—. Combate uno a uno, una partida de ajedrez, o incluso una especie de artimaña. —Dijo lo último con cierto desagrado—. A fin de cuentas, a pesar de ser asesinos, no dejan de ser seres vivos con consciencia y sentimientos. Y después de lo que estamos a punto de hacer, no seremos tan diferentes a ellos. —Lo miró con paciencia, tratando de transmitir la misma simpatía que Komar sentía hacia los criminales.
—De hecho, seremos tan iguales a ellos que habrá individuos dispuestos a juzgarnos por nuestras acciones cometidas el día de hoy, si es que sobrevivimos. —Juntó sus manos en una señal de comprensión y paz—. No le hablo para hacerle dudar, ni para hacerle retroceder, sino para asegurarme que tomará la mejor decisión. Manténgase firme a su deseo de justicia y escuche muy bien a su corazón. Si actúa con la verdad, jamás se arrepentirá. —Parecía un muchacho lleno de vida, sería una lástima que pasara el resto de sus años lamentándose.
Quizá todo dependería de su respuesta. ¿Se quedaría, ayudaría, pelearía, observaría, tomaría su propia iniciativa? De algo estaba seguro, no abandonaría.
Athos
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Re: El Inicio De La Justicia [Trama][Libre][Interpretativo][CERRADO]
Demian miró con desconfianza a los presentes, estudiando sus movimientos como un gato ante algo nuevo frente a lo que no tiene una respuesta clara. Había allí un grupo de personas, todas las cuales compartían algo en común, al parecer, el haber leído un aviso sobre alguna justicia a realizar contra un grupo de asesinos.
La vida daba muchas vueltas, según podía constatar el joven brujo, y había acabado envuelto en una lucha contra un grupo que más tenía en común consigo mismo que los compañeros ahora a su lado.
No sabía exactamente cómo se había visto envuelto en todo aquello, él no había leído tal aviso ni venía a ello, sino que estaba tratando de librarse de una persecución sufrida a manos de ese grupo de asesinos. Miró la fortaleza, estudiándola, luego al grupo, aún en silencio y con ojos que reflejaban con su aire ausente que había intensa actividad en esa joven cabeza.
Un sujeto con rasgos faciales que a Demian se le antojaron extraños hablaba en términos curiosamente pacifistas para lo que parecía sería un combate sangriento. Demian se dio media vuelta y avanzó un par de pasos, alejándose del grupo.
—No he venido aquí por aviso alguno —dijo girándose— . No se por qué, pero esos sujetos me han atacado y sólo trato de seguir con vida.
Dio una última mirada a los sujetos que parecían dispuestos a arriesgar su vida por una causa justa. En algunos había duda, en otros convicción, pero todos parecían tener el corazón acelerado y la sangre caliente por lo que estaba por venir.
Demian, por otro lado, se veía sereno, distante. Había un mundo de diferencia entre aquellos aventureros y el joven asesino.
—Lo que sea que pase allí, no es lugar para un niño, ¿no? —agregó finalmente y estas fueron sus últimas palabras.
Se alejó caminando, abrazando sus propios brazos para soportar el frío clima, mientras buscaba algún lugar que pudiera ofrecerle refugio.
Demian
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Re: El Inicio De La Justicia [Trama][Libre][Interpretativo][CERRADO]
Era un grupo variopinto, sin duda, y aun lo fue más cuando una especie de ejercito llegó a su lado, Keira levantó una ceja escuchando las explicaciones, ¿qué era eso? ¿Se había metido en medio de una maldita guerra? Cruzó los brazos delante del pecho, el otro tipo de ojos rasgados parecía dispuesto, el niño, como era lógico, desertó, la guerra no es lugar para un niño.
Keira por su parte, prefería no participar, pero el camino había sido largo, y solo pensar en volver sin conseguir nada le parecía una inutilidad, tenía a Fire a su lado, y, tal vez pudiera conseguir no estar en el frente.
- En un principio yo había venido a decirte que encontré un dragón de agua dormitando en una isla, pero de ese ya no hay que preocuparse, se lo cargaron unos bestias a base de catapultazos. Por otra parte, estoy dispuesta a ayudar, pero tengo dos condiciones, una, no estaré en el frente, no soy una guerrera, soy una artista, si es necesario puedo colarme ahí dentro con relativa facilidad, pero ni se te ocurra creer que voy a ponerme delante de un ejercito para que me muelan a palos, y, la otra, como me quede alguna herida permanente os persigo a todos hasta que solo queden vuestras cenizas.- finalizó dándose media vuelta.
Andó un poco para alejarse, ella ya había dicho todo lo que debía, si los otros aceptaban sus condiciones o no, era cosas suya, si se rechazaba se marcharía de allí sin remordimiento alguno, ella había ofrecido su ayuda, pero ya que iba a arriesgarse, sería bajo sus condiciones.
Sacó una piedra y comenzó a afilar sus dagas mientras su águila saltaba sobre la nieve, soltó un amago de sonrisa al ver como Fire jugueteaba, el ave estaba bien amaestrada y podía traspasar con facilidad la muralla y guiar a Keira hasta algún hueco por el que se pudiera meter. Al final parecía que ella era de las más ágiles del grupo, todos parecían grandes moles listas para soportar golpes, menos ella y, le daba la impresión, la otra mujer, la rubia, ella también daba la impresión de ser ágil, aunque posiblemente resistiera los golpes mejor que Keira.
Sin prestar atención a los demás, comenzó a calentar sus manos para, después, poder usar con facilidad su magia, si no tenían idea de dejarla infiltrarse y aun así la hacían entrar en ese lugar. Daría media vuelta sin preocuparle nada, ella no pensaba salir malparada por una guerra que no era la suya, pero ya que Sakun la había ayudado contra la dama de ébano, ella al menos, debía proponerle una forma de colaboración.
Keira por su parte, prefería no participar, pero el camino había sido largo, y solo pensar en volver sin conseguir nada le parecía una inutilidad, tenía a Fire a su lado, y, tal vez pudiera conseguir no estar en el frente.
- En un principio yo había venido a decirte que encontré un dragón de agua dormitando en una isla, pero de ese ya no hay que preocuparse, se lo cargaron unos bestias a base de catapultazos. Por otra parte, estoy dispuesta a ayudar, pero tengo dos condiciones, una, no estaré en el frente, no soy una guerrera, soy una artista, si es necesario puedo colarme ahí dentro con relativa facilidad, pero ni se te ocurra creer que voy a ponerme delante de un ejercito para que me muelan a palos, y, la otra, como me quede alguna herida permanente os persigo a todos hasta que solo queden vuestras cenizas.- finalizó dándose media vuelta.
Andó un poco para alejarse, ella ya había dicho todo lo que debía, si los otros aceptaban sus condiciones o no, era cosas suya, si se rechazaba se marcharía de allí sin remordimiento alguno, ella había ofrecido su ayuda, pero ya que iba a arriesgarse, sería bajo sus condiciones.
Sacó una piedra y comenzó a afilar sus dagas mientras su águila saltaba sobre la nieve, soltó un amago de sonrisa al ver como Fire jugueteaba, el ave estaba bien amaestrada y podía traspasar con facilidad la muralla y guiar a Keira hasta algún hueco por el que se pudiera meter. Al final parecía que ella era de las más ágiles del grupo, todos parecían grandes moles listas para soportar golpes, menos ella y, le daba la impresión, la otra mujer, la rubia, ella también daba la impresión de ser ágil, aunque posiblemente resistiera los golpes mejor que Keira.
Sin prestar atención a los demás, comenzó a calentar sus manos para, después, poder usar con facilidad su magia, si no tenían idea de dejarla infiltrarse y aun así la hacían entrar en ese lugar. Daría media vuelta sin preocuparle nada, ella no pensaba salir malparada por una guerra que no era la suya, pero ya que Sakun la había ayudado contra la dama de ébano, ella al menos, debía proponerle una forma de colaboración.
Keira Brabery
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Re: El Inicio De La Justicia [Trama][Libre][Interpretativo][CERRADO]
Después de que pasaran varios minutos, y la mayoría de las personas estuvieran listas para luchar contra lo que sea, se acercó el hombre de ojos rasgados, bastante similares a los del dirigente de aquella guerra, esa batalla que estaba a punto de comenzar. Su actitud era tranquila, y de manera compasiva, le dio varios criterios para que no hiciera lo incorrecto. El guerrero, simplemente quedó con su mirada perdida entre las esferas de nieve que aún caían desde el cielo. No estaba decidido en responder, pero luego, las llamas que llevaba en su interior, hicieron que él voltease y colocara su mano en el hombro del pacifista, para recitarle unas palabras, las que lo llevaban a hacer eso.
-Puede que no tenga una excusa perfecta para usar el acero, o sí la tenga.-Fue lo primero que dijo. -Ellos, hace varios años atrás, asesinaron a mi familia, cuando estábamos en un tratado de paz, ese mismo que vengaré hoy. Viví engañado durante toda mi vida, y hoy simplemente no puedo estrechar la mano con ese clan. ¿Que mi madre haya sido decapitada por ellos?, eso me da más ganas de lograr lo de hoy. Todos están aquí, y no sólo por mi situación, si no por la de todos, porque tristemente, cada uno de los que ves han perdido a sus seres queridos. ¡Y aunque yo cambie de parecer, todo este ejército no lo hará!. Estoy seguro de todo, y de las muertes que ocasionará esto, pero...-Tragó un poco de saliva, alistándose para soltar la última frase hacia él.
-Yo no estoy aquí por paz... Yo estoy aquí por justicia. No importa si tienes razón, de todas formas he decidido algo, y es muy tarde para cambiarlo.-Apartó la mano del cuerpo de él, y el moreno simplemente dio otros pasos más adelante. Ya se acercaba la hora, todos respiraban de manera agitaba, no iba a ser fácil.
En el momento en que íbamos a iniciar, el niño (Demian), tuvo que irse de allí, perdiendo a uno de los guerreros. Por otro lado, la castaña (Keira), dio sus condiciones para aceptar su ayuda en el lugar... Ni siquiera el héroe pronunció algo, solamente asintió con la cabeza. Después de ésto, todos estaban ahora pendientes de Zarpitas, que a pesar de no ser el más grande de todos los que se encontraban en la escena, iba a ser el grito de la justicia.
-¡Atentos!.-
Toda la llanura nevada se sacudió, incluso la base, que desde dentro todos se sorprendieron y pegaron un salto de nervios. -¡Hay un tigre fuera de la bas... ¡¿QUÉ DIABLOS?!. ¡ESCUCHEN TODOS, LISTOS!. ¡NOS VAN A DERROCAR!, ¡HAY UN BATALLÓN FUERA!.-Todos se alarmaron en el castillo, y varios tomaron sus arcos para disparar desde lo más alto de las construcciones, esperando en herir a alguien.
Era el instante para separarse, así que Sakun se iría por el frente, junto con una parte de la división. Se encargarían del ataque frontal, que sería el más peligroso de todos. ¿Por qué él se encargaría de eso?, fácil, puede transformarse en un dragón si todo va mal. -¡Keira!, te encargas de la derecha. ¡Te ayudará Jon y Mysterio!. ¡Tendrás una parte del ejército, así que úsalos con cuidado!. ¡Mantén tu vida!.-
Luego, giró su cabeza para ver al tipo de cabello morocho. -¡Tú!, ¡Te encargarás de la izquierda!. ¡Te ayudará Taki y el capitán de las divisiones!. ¡También tendrás una parte del equipo!. ¡Trata de tenerlos con vida!.-
Finalmente, al dar las indicaciones necesarias, repartiéndose todo el trabajo, el héroe infló todo su pecho, preparándose para musitar lo más importante.
-¡Los tres caminos darán a un mismo lugar, así que cuando nos volvamos a ver, nos encontraremos dentro de la base!. ¡No lo olviden, confío en que todos sobrevivan!.
______________________________________________
Off: Ha iniciado, nada más que decir.
PD: Athos encontrará una muralla muy grande, tendrá que buscar la forma de entrar. La muralla es muy sólida y es imposible de romper. Cuando lo haga, podrá relatar todo dentro de la base, incluso luchar contra soldados si es necesario.
PD: Keira podrá entrar sin ningún problema, sólo que verá una especie de laguna repleta de bestias feroces. ésta es muy grande, pero tendrá que buscar la forma de pasar a través de ésta. Cuando lo haga, podrá relatar la base sin ningún problema, aunque también tendrá que luchar contra soldados si es necesario.
-Puede que no tenga una excusa perfecta para usar el acero, o sí la tenga.-Fue lo primero que dijo. -Ellos, hace varios años atrás, asesinaron a mi familia, cuando estábamos en un tratado de paz, ese mismo que vengaré hoy. Viví engañado durante toda mi vida, y hoy simplemente no puedo estrechar la mano con ese clan. ¿Que mi madre haya sido decapitada por ellos?, eso me da más ganas de lograr lo de hoy. Todos están aquí, y no sólo por mi situación, si no por la de todos, porque tristemente, cada uno de los que ves han perdido a sus seres queridos. ¡Y aunque yo cambie de parecer, todo este ejército no lo hará!. Estoy seguro de todo, y de las muertes que ocasionará esto, pero...-Tragó un poco de saliva, alistándose para soltar la última frase hacia él.
-Yo no estoy aquí por paz... Yo estoy aquí por justicia. No importa si tienes razón, de todas formas he decidido algo, y es muy tarde para cambiarlo.-Apartó la mano del cuerpo de él, y el moreno simplemente dio otros pasos más adelante. Ya se acercaba la hora, todos respiraban de manera agitaba, no iba a ser fácil.
En el momento en que íbamos a iniciar, el niño (Demian), tuvo que irse de allí, perdiendo a uno de los guerreros. Por otro lado, la castaña (Keira), dio sus condiciones para aceptar su ayuda en el lugar... Ni siquiera el héroe pronunció algo, solamente asintió con la cabeza. Después de ésto, todos estaban ahora pendientes de Zarpitas, que a pesar de no ser el más grande de todos los que se encontraban en la escena, iba a ser el grito de la justicia.
-¡Atentos!.-
¡¡GRWAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAR!!
Toda la llanura nevada se sacudió, incluso la base, que desde dentro todos se sorprendieron y pegaron un salto de nervios. -¡Hay un tigre fuera de la bas... ¡¿QUÉ DIABLOS?!. ¡ESCUCHEN TODOS, LISTOS!. ¡NOS VAN A DERROCAR!, ¡HAY UN BATALLÓN FUERA!.-Todos se alarmaron en el castillo, y varios tomaron sus arcos para disparar desde lo más alto de las construcciones, esperando en herir a alguien.
Era el instante para separarse, así que Sakun se iría por el frente, junto con una parte de la división. Se encargarían del ataque frontal, que sería el más peligroso de todos. ¿Por qué él se encargaría de eso?, fácil, puede transformarse en un dragón si todo va mal. -¡Keira!, te encargas de la derecha. ¡Te ayudará Jon y Mysterio!. ¡Tendrás una parte del ejército, así que úsalos con cuidado!. ¡Mantén tu vida!.-
Luego, giró su cabeza para ver al tipo de cabello morocho. -¡Tú!, ¡Te encargarás de la izquierda!. ¡Te ayudará Taki y el capitán de las divisiones!. ¡También tendrás una parte del equipo!. ¡Trata de tenerlos con vida!.-
Finalmente, al dar las indicaciones necesarias, repartiéndose todo el trabajo, el héroe infló todo su pecho, preparándose para musitar lo más importante.
-¡Los tres caminos darán a un mismo lugar, así que cuando nos volvamos a ver, nos encontraremos dentro de la base!. ¡No lo olviden, confío en que todos sobrevivan!.
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Off: Ha iniciado, nada más que decir.
PD: Athos encontrará una muralla muy grande, tendrá que buscar la forma de entrar. La muralla es muy sólida y es imposible de romper. Cuando lo haga, podrá relatar todo dentro de la base, incluso luchar contra soldados si es necesario.
PD: Keira podrá entrar sin ningún problema, sólo que verá una especie de laguna repleta de bestias feroces. ésta es muy grande, pero tendrá que buscar la forma de pasar a través de ésta. Cuando lo haga, podrá relatar la base sin ningún problema, aunque también tendrá que luchar contra soldados si es necesario.
*Tienen el derecho de usar los PNJ que les he entregado.*
Sakun
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Re: El Inicio De La Justicia [Trama][Libre][Interpretativo][CERRADO]
—Venganza y justicia no son lo mismo. —Lanzó con sutileza esas últimas palabras, sólo con la fuerza necesaria para que el viento las arrastre en un susurro. Ya no tenía más que decirle y evidentemente ya no había algo más que escuchar. La decisión estaba tomada, sólo podía esperar por la mejor de las situaciones. Confiaba que al final, el feroz joven calmara su ira lo suficiente para actuar con verdadera justicia y no cegado por la sangre o envenenado con odio, o incluso tristeza.
Sakun comenzó a dar las órdenes, administrando el pequeño gran ejército que tenía de frente. Se hicieron tres divisiones. "Me pregunto si hubieran sido cuatro con el niño presente". La que Athos dirigía se encargaría de avanzar por el flanco izquierdo, teniendo como primer obstáculo un imponente muro. De alguna manera, con ayuda de la audaz Taki y el fiero capitán lograrían acceder a la fortaleza con el menor caos posible.
Suavemente, Komar señaló hacia la estructura, comandando la unidad a moverse, separándose de los demás. El dragón no deseaba presentarse como un líder, no quería ese tipo de presión y tampoco deseaba que los demás sintieran que debían obedecer. Al contrario, prefería que todos cooperaran de igual manera, que se sintieran genuinamente parte de un equipo y no tanto de un batallón.
—¿Y cuál es el plan? —Se le acercó Taki, con curiosidad, haciendo una excelente pregunta. ¿Cómo cruzar ese muro? Ya tenía un par de ideas circulando su mente, quizá poco creativas pero últimadamente eficaces, seguramente alguien más podría pensar en algo mejor. "Y hablando de eso..."
Se detuvo, girando hacia la muchedumbre, volviendo a pensar en la fragilidad de la dama y la temeridad de los hombres. Podía imaginar situaciones tan simples que provocaría la muerte de cualquiera de ellos. De alguna forma, se sentiría más cómodo hacerlo por su cuenta, pero también sabía que no sería capaz de tener éxito sin el apoyo de todos. La unión haría la fuerza.
—Me gustaría decirles algo. —Se arrimó al capitán, siendo seguido por la chica.
—El tiempo apremia, señor. —Replicó con sobriedad. También podía sentir la mirada escéptica de la señorita.
—Seré breve. —Aseguró con velocidad. Dio un paso lateral, para poder enfocar mejor a todos—. Estamos por enfrentar a un enemigo despiadado, protagonistas de crueles crímenes. —Su volumen podía ser elevado, aunque su tonalidad no dejaba ese estilo compasivo—. No dudarán en matarnos, porque perdieron su humanidad hace mucho. Sin embargo, nosotros no somos como ellos, puesto que aún poseemos un corazón noble. —Golpeó con pasión su pecho, mostrando un rostro bastante serio, pero sobre todo, decidido—. Lo más importante para nosotros debe ser cuidarnos y protegernos, el resto no importa. Y les juro que mi prioridad será protegerlos, porque prefiero que un gran hombre viva a que diez horribles individuos mueran. Todos juntos superaremos esta amenaza, no como un ejército sanguinario, sino como una potencia solidaria.
Podía y quería decirles muchas cosas adicionales, mas el capitán tenía razón, no se podían dar el lujo de desperdiciar los minutos. Por eso fue lo más conciso posible—. Ahora, crucemos ese muro. —Podía transformarse en dragón e intentar derrumbarlo o usar su cuerpo como escalera, pero prefería mantener ese recurso en secreto, por ahora—. Mi idea, capitán, es impulsar a la damisela para que alcance la cima y fijé cuerdas que todos usaremos para subir.
El sujeto acarició su barbilla, analizando la táctica y quizá algo más—. Me parece bien, pero no es buena idea dejarla subir sola. Podía haber enemigos esperando.
—Pardiez. —Athos había estado pensando ya varios minutos en ese plan, y nunca se le ocurrió considerar ese aspecto, mientras que al experimentado guerrero sólo le tomó un segundo para llegar a esa gran verdad—. Tiene razón. En ese caso, primero iré yo y luego ella.
—Suena mejor. Sin embargo, ¿podrá llegar hasta allá? —Inquirió desconfiado.
—Con el impulso suficiente, creo que lo lograré. —Afirmó segura la joven.
—¿Qué hay de usted? —Dudaba también de Komar.
—¡Una pirámide! —Exclamó repentinamente uno de los soldados, quien se fue acercando a los tres—. Podemos formar entre todos una escalera humana para que se haga un salto desde un punto más elevado.
—Eso funcionará. —Se animó Taki, sonriendo.
Con todos de acuerdo, y con una rápida propagación de información, se fueron colocando en su lugar para formar una modesta pero firme plataforma hecha de personas. Y como estaba programado, Athos iría primero. Correr sobre la nieve directamente sería ciertamente complicado, así que colocaron capas y prendas sobrantes para crear una superficie menos endeble, idea de otro de los soldados. Aceleró a toda potencia sobre el piso improvisado, apoyándose luego sobre las espaldas de los soldados para saltar sin perder velocidad, en la cima le esperaba el más fornido de todos, quien le daría el último empujón para alcanzar la máxima altura con la fuerza de sus manos y brazos. Ya en el aire, empleó el consejo que Taki le había dado hace un momento, girando hacia adelante en el aire para tener mejor control y no perder velocidad.
A penas logró llegar, teniendo que subir sus piernas para tocar el borde. Por poco tuvo que emplear sus manos para sujetarse, eso hubiera dolido un poco. Rápidamente se concentró a su alrededor para detectar a los oponentes que tenía. Eran cinco guardias los que estaban esperando allí, ocultos detrás de la pared o acostados sobre el hielo. No tardaron mucho para abalanzarse sobre el infiltrado.
De alguna manera, el terreno le favorecía, pues la muralla era estrecha y sólo debía preocuparse por dos lados. Recibió al primero con una ráfaga de puñetazos a la cara, no llevaban mucha potencia pero la constancia de golpes y velocidad compensaba. Realmente, la idea de esa serie de ataques no era noquear, sino aturdir el tiempo suficiente para ir hacia el siguiente rival. El segundo sujeto que se le acercó fue repelido con una fugaz patada a las costillas, no estaba fuera de combate, pero al menos le costaría reanudar. No esperó a que un tercero fuera a él, fue el propio Athos quien tomó la iniciativa para atacar, embistiendo a uno de sus rivales con sus dos puños simultáneamente, uno dirigido al rostro y el otro al plexo solar.
En ese instante, se percató que no había elegido bien su último movimiento, pues había quedado justo al lado de un guardia, y no dudo en aprovechar la apertura para propinar un sablazo ascendente a Komar. El dragón hizo todo lo posible por alejarse de la embestida, mas no logró evadirla del todo, recibió un largo corte con la punta de la espada desde la cintura hasta el hombro. Su ropa al partirse en dos reveló el daño sobre la piel, cubriéndose paulatinamente de sangre. Para empeorar su situación, el quinto enemigo ya se le acercaba corriendo con sable en mano. No sería sencillo, pero con la destreza suficiente podría superarlos.
Antes de que algo más sucediera, Taki aterrizó con bastante facilidad. A diferencia de Athos, ella había brincado mucho más, no teniendo la necesidad de forzar su llegada de alguna manera, al contrario, rodó para reducir el impacto de la caída. Y no perdió el tiempo, ni siquiera pareció necesitar evaluar la situación con detenimiento, de inmediato clavó sus filosas garras en el estómago del sujeto que lastimó al pelinegro.
Aún debía preocuparse por los que estaban recuperándose y, más importante, por el que aún no había recibido ningún tipo de daño, pero sin la preocupación de tener a un espadachín justo enfrente, respondería con más comodidad. Dio un paso a la izquierda, usando una táctica similar como la que empleó antes contra los enemigos que halló antes de llegar. Lejos del filo, agarró con ambas manos las muñecas de su oponente y lo jaló, al mismo tiempo que levantaba la rodilla, resultando en un fuerte impacto, tan recio que el adversario soltó el arma debido al dolor.
Para cuando volteó, la rubia ya había matado a otro de los guardias—. No se apresure, señorita. —Quería que no los matara con tanta simpleza, creía que merecían al menos unas últimas palabras o, por qué no, un juicio formal a posteriori. "O noquearlos". Definitivamente, no asesinarlos así. La dama no prestó atención y continuó con su danza, yendo por la tercera víctima. Athos corrió hacia ella, tomándola del hombro con dos propósitos; en primer lugar, para frenarla y posteriormente para usarla como punto de apoyo y saltar hacia adelante con una vigorosa patada que chocaría contra el rostro de un guardia, dejándolo sin conocimiento.
—No mate. —Le advirtió con severidad, y quizá le diría algo más, mas Taki lo empujó a un lado, teniendo campo libre para penetrar el corazón del penúltimo rival en pie. De alguna forma, se podía decir que había salvado la vida de Komar.
—Cuando tú dudes, yo no lo haré. —Alegó enérgica, sin ningún tipo de fragilidad en sus ojos. Estaba decidida a actuar con toda la violencia necesaria.
—Por favor. —Puso su mano sobre su hombro, pues le había dado la espalda para acabar con el último que quedaba—. Él está acabado, no hay necesidad de darle la pena máxima. Permítale redimirse o tómelo como prisionero si prefiere, pero no...
—¿Pena máxima? —Susurró con un grado siniestro—. No. Estoy siendo misericordiosa. Les estoy haciendo un favor al matarlos rápido. Estos infelices merecen algo peor que sólo morir. —Puso su pie sobre la nuca del soldado, pisándolo para impedir que se reincorporara—. ¿Por qué los proteges? —Giró con sumo enfado hacia Athos—. Mira lo que te hicieron. Tú lo dijiste, son unos monstruos capaces de todo. No merecen vivir. —Volvió la vista al pobre tipo en el suelo, poniendo más presión sobre el cuello—. Estos animales me quitaron todo lo que amo. Decapitaron a mi padre. —Lo pateó—. Ahorcaron a mi madre. —Le dio un taconazo—. Quemaron a mi hermano. —Bajó su cuerpo, empleando su rodilla para golpear el occipital—. Se llevaron a mi hermana. —Presionó con sus dedos la yugular—. ¡Me... me...! —Su voz parecía quebrarse, no así sus movimientos. Levantó sus garras, listas para encajarlas.
Athos la detuvo, agarrándola de la muñeca para que no pudiera continuar—. Si continúa este sendero de sangre terminará igual o peor que ellos. Ciertamente no repetiría las mismas acciones, pero su corazón, señorita, su corazón se contaminaría con el peor de los pecados. No deje que estos hombres sigan arruinando su vida. No pierda la pureza en su alma. —Al sentir que la mano de su compañera no seguía tensa, la dejó ir.
Taki fue descendiendo su arma con un debilidad, al igual que baja la mirada con un dejo de tristeza—. Hace mucho que perdí la inocencia, no hablemos de pureza. Mi cuerpo pasó por el infierno y no lo ha abandonado.
Se puso de cuclillas para estar a la misma altura que ella, mirándola a los ojos con su infinita paciencia—. El mundo físico puede ser cruel, pero es también efímero. Su familia sigue viva en sus pensamientos y le aseguro que aún guarda inocencia pura dentro de sí misma. No deje que eso muera, no lo remplace con odio, no se pierda del camino correcto. Honre la memoria de sus seres queridos, busque ser mejor espiritualmente y alcanzará una verdadera alegría, una que no puede ser alcanzada por medios materiales. Salga de ese infierno, haga verdadera justicia.
Quizá estaba demasiado triste para reanudar la masacre o probablemente las palabras de Athos habían logrado un efecto genuino sobre Taki; fuera lo que fuera, se alejó del inconsciente guardia y siguió con el plan de sujetar las cuerdas a la muralla para que el capitán y sus camaradas pudieran subir.
—¿Lo ve? En lugar de mandar a otros al suelo, puede usar sus habilidades para hacer ascender. —Dijo con cierta candidez. Me parecía una terrible analogía, y Taki compartía mi opinión, puesto que le fulminó con la mirada. Ese Athos no siempre elegía las mejores palabras para expresarse.
Pronto todos estarían reunidos, listos para comenzar el verdadero asalto.
Sakun comenzó a dar las órdenes, administrando el pequeño gran ejército que tenía de frente. Se hicieron tres divisiones. "Me pregunto si hubieran sido cuatro con el niño presente". La que Athos dirigía se encargaría de avanzar por el flanco izquierdo, teniendo como primer obstáculo un imponente muro. De alguna manera, con ayuda de la audaz Taki y el fiero capitán lograrían acceder a la fortaleza con el menor caos posible.
Suavemente, Komar señaló hacia la estructura, comandando la unidad a moverse, separándose de los demás. El dragón no deseaba presentarse como un líder, no quería ese tipo de presión y tampoco deseaba que los demás sintieran que debían obedecer. Al contrario, prefería que todos cooperaran de igual manera, que se sintieran genuinamente parte de un equipo y no tanto de un batallón.
—¿Y cuál es el plan? —Se le acercó Taki, con curiosidad, haciendo una excelente pregunta. ¿Cómo cruzar ese muro? Ya tenía un par de ideas circulando su mente, quizá poco creativas pero últimadamente eficaces, seguramente alguien más podría pensar en algo mejor. "Y hablando de eso..."
Se detuvo, girando hacia la muchedumbre, volviendo a pensar en la fragilidad de la dama y la temeridad de los hombres. Podía imaginar situaciones tan simples que provocaría la muerte de cualquiera de ellos. De alguna forma, se sentiría más cómodo hacerlo por su cuenta, pero también sabía que no sería capaz de tener éxito sin el apoyo de todos. La unión haría la fuerza.
—Me gustaría decirles algo. —Se arrimó al capitán, siendo seguido por la chica.
—El tiempo apremia, señor. —Replicó con sobriedad. También podía sentir la mirada escéptica de la señorita.
—Seré breve. —Aseguró con velocidad. Dio un paso lateral, para poder enfocar mejor a todos—. Estamos por enfrentar a un enemigo despiadado, protagonistas de crueles crímenes. —Su volumen podía ser elevado, aunque su tonalidad no dejaba ese estilo compasivo—. No dudarán en matarnos, porque perdieron su humanidad hace mucho. Sin embargo, nosotros no somos como ellos, puesto que aún poseemos un corazón noble. —Golpeó con pasión su pecho, mostrando un rostro bastante serio, pero sobre todo, decidido—. Lo más importante para nosotros debe ser cuidarnos y protegernos, el resto no importa. Y les juro que mi prioridad será protegerlos, porque prefiero que un gran hombre viva a que diez horribles individuos mueran. Todos juntos superaremos esta amenaza, no como un ejército sanguinario, sino como una potencia solidaria.
Podía y quería decirles muchas cosas adicionales, mas el capitán tenía razón, no se podían dar el lujo de desperdiciar los minutos. Por eso fue lo más conciso posible—. Ahora, crucemos ese muro. —Podía transformarse en dragón e intentar derrumbarlo o usar su cuerpo como escalera, pero prefería mantener ese recurso en secreto, por ahora—. Mi idea, capitán, es impulsar a la damisela para que alcance la cima y fijé cuerdas que todos usaremos para subir.
El sujeto acarició su barbilla, analizando la táctica y quizá algo más—. Me parece bien, pero no es buena idea dejarla subir sola. Podía haber enemigos esperando.
—Pardiez. —Athos había estado pensando ya varios minutos en ese plan, y nunca se le ocurrió considerar ese aspecto, mientras que al experimentado guerrero sólo le tomó un segundo para llegar a esa gran verdad—. Tiene razón. En ese caso, primero iré yo y luego ella.
—Suena mejor. Sin embargo, ¿podrá llegar hasta allá? —Inquirió desconfiado.
—Con el impulso suficiente, creo que lo lograré. —Afirmó segura la joven.
—¿Qué hay de usted? —Dudaba también de Komar.
—¡Una pirámide! —Exclamó repentinamente uno de los soldados, quien se fue acercando a los tres—. Podemos formar entre todos una escalera humana para que se haga un salto desde un punto más elevado.
—Eso funcionará. —Se animó Taki, sonriendo.
Con todos de acuerdo, y con una rápida propagación de información, se fueron colocando en su lugar para formar una modesta pero firme plataforma hecha de personas. Y como estaba programado, Athos iría primero. Correr sobre la nieve directamente sería ciertamente complicado, así que colocaron capas y prendas sobrantes para crear una superficie menos endeble, idea de otro de los soldados. Aceleró a toda potencia sobre el piso improvisado, apoyándose luego sobre las espaldas de los soldados para saltar sin perder velocidad, en la cima le esperaba el más fornido de todos, quien le daría el último empujón para alcanzar la máxima altura con la fuerza de sus manos y brazos. Ya en el aire, empleó el consejo que Taki le había dado hace un momento, girando hacia adelante en el aire para tener mejor control y no perder velocidad.
A penas logró llegar, teniendo que subir sus piernas para tocar el borde. Por poco tuvo que emplear sus manos para sujetarse, eso hubiera dolido un poco. Rápidamente se concentró a su alrededor para detectar a los oponentes que tenía. Eran cinco guardias los que estaban esperando allí, ocultos detrás de la pared o acostados sobre el hielo. No tardaron mucho para abalanzarse sobre el infiltrado.
De alguna manera, el terreno le favorecía, pues la muralla era estrecha y sólo debía preocuparse por dos lados. Recibió al primero con una ráfaga de puñetazos a la cara, no llevaban mucha potencia pero la constancia de golpes y velocidad compensaba. Realmente, la idea de esa serie de ataques no era noquear, sino aturdir el tiempo suficiente para ir hacia el siguiente rival. El segundo sujeto que se le acercó fue repelido con una fugaz patada a las costillas, no estaba fuera de combate, pero al menos le costaría reanudar. No esperó a que un tercero fuera a él, fue el propio Athos quien tomó la iniciativa para atacar, embistiendo a uno de sus rivales con sus dos puños simultáneamente, uno dirigido al rostro y el otro al plexo solar.
En ese instante, se percató que no había elegido bien su último movimiento, pues había quedado justo al lado de un guardia, y no dudo en aprovechar la apertura para propinar un sablazo ascendente a Komar. El dragón hizo todo lo posible por alejarse de la embestida, mas no logró evadirla del todo, recibió un largo corte con la punta de la espada desde la cintura hasta el hombro. Su ropa al partirse en dos reveló el daño sobre la piel, cubriéndose paulatinamente de sangre. Para empeorar su situación, el quinto enemigo ya se le acercaba corriendo con sable en mano. No sería sencillo, pero con la destreza suficiente podría superarlos.
Antes de que algo más sucediera, Taki aterrizó con bastante facilidad. A diferencia de Athos, ella había brincado mucho más, no teniendo la necesidad de forzar su llegada de alguna manera, al contrario, rodó para reducir el impacto de la caída. Y no perdió el tiempo, ni siquiera pareció necesitar evaluar la situación con detenimiento, de inmediato clavó sus filosas garras en el estómago del sujeto que lastimó al pelinegro.
Aún debía preocuparse por los que estaban recuperándose y, más importante, por el que aún no había recibido ningún tipo de daño, pero sin la preocupación de tener a un espadachín justo enfrente, respondería con más comodidad. Dio un paso a la izquierda, usando una táctica similar como la que empleó antes contra los enemigos que halló antes de llegar. Lejos del filo, agarró con ambas manos las muñecas de su oponente y lo jaló, al mismo tiempo que levantaba la rodilla, resultando en un fuerte impacto, tan recio que el adversario soltó el arma debido al dolor.
Para cuando volteó, la rubia ya había matado a otro de los guardias—. No se apresure, señorita. —Quería que no los matara con tanta simpleza, creía que merecían al menos unas últimas palabras o, por qué no, un juicio formal a posteriori. "O noquearlos". Definitivamente, no asesinarlos así. La dama no prestó atención y continuó con su danza, yendo por la tercera víctima. Athos corrió hacia ella, tomándola del hombro con dos propósitos; en primer lugar, para frenarla y posteriormente para usarla como punto de apoyo y saltar hacia adelante con una vigorosa patada que chocaría contra el rostro de un guardia, dejándolo sin conocimiento.
—No mate. —Le advirtió con severidad, y quizá le diría algo más, mas Taki lo empujó a un lado, teniendo campo libre para penetrar el corazón del penúltimo rival en pie. De alguna forma, se podía decir que había salvado la vida de Komar.
—Cuando tú dudes, yo no lo haré. —Alegó enérgica, sin ningún tipo de fragilidad en sus ojos. Estaba decidida a actuar con toda la violencia necesaria.
—Por favor. —Puso su mano sobre su hombro, pues le había dado la espalda para acabar con el último que quedaba—. Él está acabado, no hay necesidad de darle la pena máxima. Permítale redimirse o tómelo como prisionero si prefiere, pero no...
—¿Pena máxima? —Susurró con un grado siniestro—. No. Estoy siendo misericordiosa. Les estoy haciendo un favor al matarlos rápido. Estos infelices merecen algo peor que sólo morir. —Puso su pie sobre la nuca del soldado, pisándolo para impedir que se reincorporara—. ¿Por qué los proteges? —Giró con sumo enfado hacia Athos—. Mira lo que te hicieron. Tú lo dijiste, son unos monstruos capaces de todo. No merecen vivir. —Volvió la vista al pobre tipo en el suelo, poniendo más presión sobre el cuello—. Estos animales me quitaron todo lo que amo. Decapitaron a mi padre. —Lo pateó—. Ahorcaron a mi madre. —Le dio un taconazo—. Quemaron a mi hermano. —Bajó su cuerpo, empleando su rodilla para golpear el occipital—. Se llevaron a mi hermana. —Presionó con sus dedos la yugular—. ¡Me... me...! —Su voz parecía quebrarse, no así sus movimientos. Levantó sus garras, listas para encajarlas.
Athos la detuvo, agarrándola de la muñeca para que no pudiera continuar—. Si continúa este sendero de sangre terminará igual o peor que ellos. Ciertamente no repetiría las mismas acciones, pero su corazón, señorita, su corazón se contaminaría con el peor de los pecados. No deje que estos hombres sigan arruinando su vida. No pierda la pureza en su alma. —Al sentir que la mano de su compañera no seguía tensa, la dejó ir.
Taki fue descendiendo su arma con un debilidad, al igual que baja la mirada con un dejo de tristeza—. Hace mucho que perdí la inocencia, no hablemos de pureza. Mi cuerpo pasó por el infierno y no lo ha abandonado.
Se puso de cuclillas para estar a la misma altura que ella, mirándola a los ojos con su infinita paciencia—. El mundo físico puede ser cruel, pero es también efímero. Su familia sigue viva en sus pensamientos y le aseguro que aún guarda inocencia pura dentro de sí misma. No deje que eso muera, no lo remplace con odio, no se pierda del camino correcto. Honre la memoria de sus seres queridos, busque ser mejor espiritualmente y alcanzará una verdadera alegría, una que no puede ser alcanzada por medios materiales. Salga de ese infierno, haga verdadera justicia.
Quizá estaba demasiado triste para reanudar la masacre o probablemente las palabras de Athos habían logrado un efecto genuino sobre Taki; fuera lo que fuera, se alejó del inconsciente guardia y siguió con el plan de sujetar las cuerdas a la muralla para que el capitán y sus camaradas pudieran subir.
—¿Lo ve? En lugar de mandar a otros al suelo, puede usar sus habilidades para hacer ascender. —Dijo con cierta candidez. Me parecía una terrible analogía, y Taki compartía mi opinión, puesto que le fulminó con la mirada. Ese Athos no siempre elegía las mejores palabras para expresarse.
Pronto todos estarían reunidos, listos para comenzar el verdadero asalto.
Athos
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Re: El Inicio De La Justicia [Trama][Libre][Interpretativo][CERRADO]
Había iniciado, al parecer le habían hecho caso, hasta cierto punto, debían estar bromeando si pensaban que ella era capaz de dirigir un ejercito, nunca había obedecido ordenes, mucho menos sería capaz de darlas, era un espíritu libre, sin más.
Con un suspiro, sin organización alguna, mientras los demás iniciaban su marcha, ella hizo una señal y con un “Venga, vamos” de lo más soso, empezó a andar hacia el camino indicado. “Que remedio” pensó mientras andaba. A su lado los dos tipos, el rubio galán y el silencioso, se movían, uno revoloteando, el otro con aspecto serio, y tras ellos tres, una pequeña división del ejercito.
Lo cierto es que el grupo más variopinto no podía ser, e imponer, imponían poco. A paso de marcha llegaron hasta un lago, era amplio y de aguas encharcadas, a partes limpia, a partes grises, eso no daba buena espina, y parecía que debían cruzarla o rodearla para poder entrar.
Keira detuvo el paso alzando una mano, el lago era enorme, rodearlo quedaba totalmente descartado, tardarían horas, horas que no tenían, teniendo en cuenta que Sakun se había decidido a lanzarse de cabeza al frente.
Fire, simplemente lanzando una mirada a su dueña, inició el vuelo, sobrevoló el lago a una considerable altura, y un tremendo monstruo saltó desde ella haciendo que fire tuviera que alzar aun más el vuelo, asustada.
La águila volvió con rapidez a los brazos de su dueña, con su corazoncito latiendo a mil por hora y piado con fuerza. La tensai calmó a su ave con caricias mientras pensaba, estaba claro que no sería fácil.
Pero, al final, de algún modo debían pasar los soldados. Se acercó algo más a la orilla y lo vio, un camino de piedra cubierto por el hielo, tal vez si se movían por ahí sin hacer ruido…
- A ver, quienes no sean silenciosos que den media vuelta, yo no me juego el cuello, así que torpes, inútiles y ruidosos, fuera. – habló haciéndose oír en el silencio. Todos se miraron entre si, pero ninguno dio media vuelta- ¿Todos sois silenciosos? Vale, haré como que me lo creo, eso si, hay monstruos, si se os comen, os comerán a vosotros.
Dicho eso, inició su camino pisando el hielo con cuidado, ella era ligera, al menos. Iban ya por el centro del lago cuando uno de los soldados se resbaló y cayó al agua. Intentaron subirlo, pero eso solo logró que hicieran ruido y advirtieran a más de una criatura. “Idiotas” pensó Keira mientras comenzaba a correr, seguida por los demás.
Afortunadamente lograron llegar al otro lado del lago sin pérdida alguna, pero no se libraron de los vigías, dos soldados los vieron llegar, y ni cortos ni perezosos fueron contra el diminuto ejército mientras un tercero iba a dar la voz de alarma.
“Mierda” pensó la tensai mientras corría tras el que intentaba advertir a la base. Al ir de cara con las dagas fuera, los soldados que iban directos al ataque se centraron en ella, sin embargo, poca oportunidad tenían, pues Misterio y Jon la cubrieron acabando con rapidez con ambos atacantes. Dándole tiempo a la bailarina para alcanzar al otro justo antes de que soplase por un cuerno. Le dio en el cuello con el mango de su daga y lo dejó allí, tirado, si moría, que fuera de frío.
Terminados los problemas, alzó el brazo para que Fire volviera con ella, había desaparecido de su lado durante la huida de los monstruos, y los había estado guiando. Cuando Fire se posó sobre el brazo extendido, la joven miró al frente. Estaban dentro.
Con un suspiro, sin organización alguna, mientras los demás iniciaban su marcha, ella hizo una señal y con un “Venga, vamos” de lo más soso, empezó a andar hacia el camino indicado. “Que remedio” pensó mientras andaba. A su lado los dos tipos, el rubio galán y el silencioso, se movían, uno revoloteando, el otro con aspecto serio, y tras ellos tres, una pequeña división del ejercito.
Lo cierto es que el grupo más variopinto no podía ser, e imponer, imponían poco. A paso de marcha llegaron hasta un lago, era amplio y de aguas encharcadas, a partes limpia, a partes grises, eso no daba buena espina, y parecía que debían cruzarla o rodearla para poder entrar.
Keira detuvo el paso alzando una mano, el lago era enorme, rodearlo quedaba totalmente descartado, tardarían horas, horas que no tenían, teniendo en cuenta que Sakun se había decidido a lanzarse de cabeza al frente.
Fire, simplemente lanzando una mirada a su dueña, inició el vuelo, sobrevoló el lago a una considerable altura, y un tremendo monstruo saltó desde ella haciendo que fire tuviera que alzar aun más el vuelo, asustada.
La águila volvió con rapidez a los brazos de su dueña, con su corazoncito latiendo a mil por hora y piado con fuerza. La tensai calmó a su ave con caricias mientras pensaba, estaba claro que no sería fácil.
Pero, al final, de algún modo debían pasar los soldados. Se acercó algo más a la orilla y lo vio, un camino de piedra cubierto por el hielo, tal vez si se movían por ahí sin hacer ruido…
- A ver, quienes no sean silenciosos que den media vuelta, yo no me juego el cuello, así que torpes, inútiles y ruidosos, fuera. – habló haciéndose oír en el silencio. Todos se miraron entre si, pero ninguno dio media vuelta- ¿Todos sois silenciosos? Vale, haré como que me lo creo, eso si, hay monstruos, si se os comen, os comerán a vosotros.
Dicho eso, inició su camino pisando el hielo con cuidado, ella era ligera, al menos. Iban ya por el centro del lago cuando uno de los soldados se resbaló y cayó al agua. Intentaron subirlo, pero eso solo logró que hicieran ruido y advirtieran a más de una criatura. “Idiotas” pensó Keira mientras comenzaba a correr, seguida por los demás.
Afortunadamente lograron llegar al otro lado del lago sin pérdida alguna, pero no se libraron de los vigías, dos soldados los vieron llegar, y ni cortos ni perezosos fueron contra el diminuto ejército mientras un tercero iba a dar la voz de alarma.
“Mierda” pensó la tensai mientras corría tras el que intentaba advertir a la base. Al ir de cara con las dagas fuera, los soldados que iban directos al ataque se centraron en ella, sin embargo, poca oportunidad tenían, pues Misterio y Jon la cubrieron acabando con rapidez con ambos atacantes. Dándole tiempo a la bailarina para alcanzar al otro justo antes de que soplase por un cuerno. Le dio en el cuello con el mango de su daga y lo dejó allí, tirado, si moría, que fuera de frío.
Terminados los problemas, alzó el brazo para que Fire volviera con ella, había desaparecido de su lado durante la huida de los monstruos, y los había estado guiando. Cuando Fire se posó sobre el brazo extendido, la joven miró al frente. Estaban dentro.
Keira Brabery
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Re: El Inicio De La Justicia [Trama][Libre][Interpretativo][CERRADO]
Cuartel Dragones de agua - Estado actual
-¡Se han infiltrado, señor!. ¿Qué haremos al respecto?.-Musitó uno de los presentes, con su cuerpo completamente nervioso, tratando de contener sus miedos, pero era bastante imposible. Su cuerpo temblaba exageradamente, y sería algo de lo que se arrepentiría. Su pierna fue cortada. Soltó un quejido desgarrador, cayendo lentamente al suelo, en shock de la velocidad en la que perdió ésta. -Mira, muchacho. No estoy jugando, ni tampoco me gusta verte tan "asustado". ¡Somos el clan Xromec, nunca podrán acabar con nosotros!. Por cierto, a nadie se le ocurra contarle lo que sucede al jefe supremo... Su debilidad me entristece tanto que decidiré luchar solo, pero cada uno sabe que no quiero eso, así que llénense de valor y terminen con cada uno de ellos, o prefiero yo matarlos a todos ustedes. ¿Entendieron?.-Vink se encontraba enojado, pero más histérico. Después, dirigió su mirada en el chico que estaba en el suelo, agonizando y gritando del dolor. El capitán colocó el pie en la cabeza del chico. -Y tú... Salúdame a mi papá.-Le aplastó la cabeza, sin más preámbulo. Los pocos guardias que se encontraban allí, quedaron con las bocas abiertas, atónitos ante la escena.
Como una estampida, comenzaron a bajar soldados en orden, dirigiéndose a cada zona de la base, para tratar de proteger de cualquier ataque. Algunos tomaron sus arcos, y se hicieron justo en la mitad, con su arma templada, lanzando flechas al equipo que atacaría al frente, refiriéndonos a Sakun con el equipo del centro. Las explosiones se escuchaban por doquier, y los gritos ya eran una costumbre, como el canto de las aves, en pleno bosque. Grandes porciones de nieve se esparcían en cada dirección, cubriendo la puerta principal con mucho celo. -¡Acepten la derrota, no podrán traspasar el muro!.-Gritó uno de los rivales, luego de lanzar un filoso objeto, que se enterró limpiamente en el tobillo de un participante. Se oyó el sufrimiento del joven, que empezó a arrastrarse por el pavimento, para comenzar a hundirse en las montañas álgidas. Dos hombres lograron levantarle, y en un acto conmovedor, prestaron sus hombros. -¡Alguien debe derribar la puerta!.-El dragón hizo un llamado, para luego sentir una mano tibia en su espalda, que le propinaba palmadas. -Yo me encargo, colega.-Apareció un hombre con una capucha, viéndose una insignia en el pecho, que representaba el apoyo de alguna organización de magos.
-Explozie De Furie.-La cerca se hizo trizas, con cada fragmento de madera dispersándose desordenadamente. Los caudillos se alarmaron, y ahora lanzaban saetas con más constancia, al punto que el piso se llenó de elementos filosos. Actualmente ya estaban dentro del castillo, sólo que justo en el patio, los cuales tenían unos pilares gigantes, que sostenían el piso de arriba, donde les disparaban con frecuencia... Estaban precisamente en la trampa. -¿Qué harás al respecto, ahora que serán lentamente asesinados?.-No tuvieron otra opción que mirarse entre sí, con el sudor plasmado en sus frentes. Ya faltaban unos segundos para que ellos recargasen, y lanzaran otra ráfaga. Lo más peligroso de todo, era la cercanía en que podrían accionar sus arcos, y a decir verdad, les sería muy fácil asesinar a cualquiera del pequeño ejército. El guerrero entró en un trance, y al agarrarse la cabeza, pensando en su siguiente movimiento, oyó la voz de dos mujeres, las cuales tenían unos sofisticados ojos grises, fríos como los de un licántropo. -No se preocupe, tenemos una idea.-En un santiamén, sus cuerpos fueron convertidos en los de un lobo. Acto seguido, otros pertenecientes al grupo empezaron a transformarse. La mayoría se apartaron, dejando espacio para la manada.
-Oh, ya entiendo. Destruirán los pilares, empujándolos. Qué lógico. ¡Todos atrás, dejen espacio a las criaturas!.-Ordenó el brujo, que antiguamente explotó la puerta principal. Los mamíferos corrieron hacia las columnas y comenzaron a estrellar su hocico en ésta, embistiéndolas con mucha brusquedad, al punto que las piezas se agrietaban, derrumbando lentamente la construcción. Un temblor se originó por todo el cuartel, y cada uno de los habitantes lo sentiría, incluso Athos y Keira. Las circunstancias dieron sus resultados, viéndose el rostro del dragón, que sonreía con satisfacción. Todo salió a la perfección.
La caída fue estruendosa, y los soldados quedaron inconsciente por el impacto tan alto. Pero su destino era la mala suerte, así que los edificios los aplastaron, acabando con sus vidas. -Hecho... Ya podemos avanzar.-Dijo la dama del anterior plan, para luego, ayudarse cada uno, colándose por el orificio que quedó. Pasaron por un largo pasillo, hasta encontrarse en una expansiva sala, donde todos se verían los rostros. Lo preocupante, era que nadie llegaba aún. La locura inició, y la multitud empezó a quejarse, hasta que fueron calmados por el héroe.
-Ya llegarán... Tan sólo esperen. Todos son fuertes, y lograrán pasar.-
-¿Seguro...?-Vink apareció, con sus pies colocados en una cuerda delgada, haciendo gala de su equilibrio sobrenatural. -¡Cuánto tiempo, sobrino!. Tu padre me ha estado preguntando durante muchos años sobre ti. ¿Sabes lo que le he respondido?.-
-V...Vink... ¿Qué diablos haces aquí?. ¡No me digas así, no eres de mi familia, no después de acabar con todo mi clan!.-Respondió Sakun, con muchísima furia, preparándose para atacarlo.
-¡Silencio!, es de mala educación interrumpir a los mayores. Le respondí que me encargaría de asesinarte. Pero antes de eso, tus amigos serán los que terminarán engullidos y descuartizados...-Detrás de él, varios dragones emergieron, con distintos colores, pero el mismo elemento. -Así es... Por los que ves ahora mismo. Por cierto, ¿Ellos podrían combatir contra el salvajismo de un feroz dragón?. ¡No lo creo!.-Soltó una carcajada maliciosa, estremeciendo a cada uno del equipo.
Los lagartos se ordenaron, cambiando posiciones, dirigidos hacia diferentes posiciones. dos de los monstruos, descendieron al grupo del hombre de ojos rasgados, (Athos) apareciendo épicamente, encontrándose con el grupo de ellos. se hicieron justo en frente de ellos, y desde sus entrañas, comenzaron a preparar un ataque, a punto de escupir agua a velocidades sorprendentes, que serían capaces de desintegrar a cualquiera.
Por otro lado, dos de los dragones se dirigieron hacia la chica de cabellos castaños (Keira), con las mismas intenciones. Sólo que éstos usarían sus garras para cercenar a cada uno del grupo... ¿Lograrían sobrevivir?.
Off: ¿los dioses están con ustedes?, ¡Rueguen por ello!.
PD: Tendrán que lanzar la voluntad de los dioses. Pero antes que ello, pueden narrar un combate contra los dragones, e incluso pueden vencerlos, sólo que las runas serán los resultados de aquella batalla. ¿Con cuántas personas lograrán sobrevivir?, ¿Qué tan buena o mala es suerte?.
PD 2: Como sabrán, dos dragones no son tan fáciles de derrotar, así que exista lógica Para que no me metan en problemas con los masters (?).
Sakun
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Re: El Inicio De La Justicia [Trama][Libre][Interpretativo][CERRADO]
—Despliéguense. Quiero al menos a un hombre en cada posición. Toda zona que conquistemos será protegida de inmediato. No permitiremos ningún tipo de contraataque. —El Capitán comenzó a lanzar órdenes a sus soldados, quienes aceptaron la encomienda de inmediato con tal rapidez y decisión que reflejaban genuinamente la confianza que tenían a la voz de mando. Verdaderamente esos hombres darían todo porque esta misión tuviera éxito.
Mientras tanto, Athos examinaba al único superviviente enemigo. Estaba sólo inconsciente, sin ninguna herida importante, y probablemente se recuperaría en unos minutos—. Por favor, no pierdan de vista a este individuo. —Pidió sumiso el dragón, preguntándose cuál sería la mejor manera de mantenerlo a salvo sin que intente algo violento.
—¿Amigo tuyo? —Diría uno de los soldados con escepticismo.
—Ojalá. —Se escuchó hablar a Taki por lo bajo.
—Puede considerarlo como un prisionero de guerra. Irá a juicio. Y espero que a todos se les dé la misma oportunidad. —Replicó de inmediato, seguro de sus palabras.
—¿Ahora somos mártires?
—Yo digo que sin prisioneros. Ninguno merece vivir.
—Es lo que digo yo. —Comentó la rubia con una sonrisa después de los dos guardias.
—No entraremos en discusiones morales. Estamos en medio de una batalla, donde las palabras no valen, sólo las acciones. —Se introdujo el Capitán al diálogo—. Cuiden a este bastardo, pero tampoco duden en matarlo si es necesario. No pondré en riesgo la vida de mis hombres sólo porque tú tienes un complejo de pacifista.
—Todos somos iguales. Merecemos un trato justo. —Respondió muy tranquilo, pasando a preparar la cuerda para poder bajar de la muralla, quedando el debate en nada. Komar comprendía la posición del Capitán, y la respetaba, mas no podía aceptarla como correcta. Cierto que era un peligro, pero precisamente porque era difícil sentía que era el camino benevolente. La paz requería de sacrificios y de un esfuerzo tremendo, mayor que el que exige el camino del caos.
Pocos se quedaron vigilando la muralla, los demás descendieron, ingresando totalmente a la fortaleza. Estaba todo sereno, escuchando sólo el viento de montaña y las pisadas en la nieve que se había escurrido dentro del castillo.
—Formen un perímetro. Llegamos hasta aquí sólo porque nos lo permitieron. Pero no seremos presa fácil. Les costará doblegarnos. —El Capitán podría no ser un genio en penetrar estructuras, aunque parecía tener todo resuelto en el aspecto táctico. No le costaba tomar decisiones posicionales.
—Señorita Taki, ¿cree poder...? —Athos estaba por sugerir un movimiento, mas fue interrumpido por un abrupto sismo. No era tan potente como un terremoto ordinario, se sentía más como una avalancha. "Imposible". No habían las condiciones necesarias para que cualquiera de esos dos fenómenos se dieran a cabo, esto debía tener un origen distinto. ¿Pero qué pudo haber causado tal alboroto? Nadie parecía tener respuesta a ello, y ya que no parecía haber un cambio en el ambiente, reanudaron, con cierta incertidumbre, sus acciones.
—¿Decías?
—Estaba por sugerir explorar la zona, pero algo me dice que es mejor movernos juntos. —No se producía un ruido de esa magnitud sin crear consecuencias. Hasta no estar cierto de qué había pasado, entraría en un estado defensivo.
—Mis centinelas reportan el derrumbe de la puerta principal. —Informó el Capitán, valiéndose del mensaje que sus compañeros le habían brindado desde arriba. Tal parece que sus obligaciones no sólo eran defender, sino mantener comunicadas las líneas. Sin duda el Capitán tenía mucha experiencia en esto.
—Si eso está resuelto, iré a echar un vistazo. —Aceleró la dama, moviéndose con gracia y velocidad por las paredes, precavidamente entrando por cada orificio posible.
—Llevarán escolta en caso de ser necesario, pero recuerda que están supervisando, no entablen combate por sí solos. —Advirtió acertadamente.
—Por supuesto. —Pasó Athos a adelantarse al frente, con tres compañeros siguiéndole. Otros tres corrieron, tratando de alcanzar a Taki.
El dragón Fère a penas había avanzado algunos metros cuando la aparición de dos dragones los tomó por sorpresa, causando un escándalo tremendo. Algunos muros se derrumbaron y las pisadas de las bestias llegaron con brusquedad^. No perdieron tiempo en equilibrarse o elegir un objetivo específico, tan pronto como aterrizaron escupieron una ráfaga de agua tan extensa que prácticamente habían creado un río de violencia^.
—¡Dispérsense! —Había exclamado en cuanto divisó la entrada de los reptiles, a sabiendas que eran capaces de realizar ataques a larga distancia. Todos habían buscado refugio.
Cuando el agua había cesado de transcurrir, soldados abandonaron su albergue para comenzar a lanzar sus lanzas a discreción hacia las escamas de las bestias. Ninguna parecía hacer un daño sustancial, sólo rebotaban sin más. Atraídos por esto, una de las criaturas lanzó una zarpada con su enorme garra hacia sus agresores^.
Para ese instante, Athos estaba listo para hacer frente a sus rivales, ya no como un humano, sino como iguales. Con uno de los dragones distraídos, Komar pudo haberse centrado en sólo uno de ellos, el que no estaba ocupado regresando el ataque. No actuó de esa forma. Se abalanzó sobre el que estaba montando la ofensiva contra los soldados, deteniéndolo en el acto. Su decisión le dejó vulnerable para recibir una embestida del segundo monstruo. Aunque en masa era significativamente más voluminoso, Athos fue lanzado con fuerza contra la superficie debido al impacto.
Estaba por recibir un ataque elemental simultáneo por ambos enemigos, pero en el último instante Taki llegó con un salto, clavando sus garras en el ojo del rival, quien gruñó enfurecido, agitándose por el dolor y buscando darle una arremetida a la mujer^. La intervención le dio a Athos el tiempo suficiente para responder con su propia bola de fuego, protegiéndose así y provocando una capa de vapor en el lugar.
Cubiertos por el humo, el Capitán con un puñado de hombres entraron en la escena con cuerdas para sujetar las patas del dragón de agua herido, tratando al mismo tiempo de clavar sus hojas en sus extremidades inferiores. No pudiendo soportar la falta de visión, el segundo reptil extendió sus alas y las agitó para dispersar la neblina, sólo para darse cuenta que su compañero ascendía contra su voluntad. Komar no se había dormido en sus laureles, esta vez aprovechó la mejor oportunidad. Sujetó al débil y desesperado monstruo para hacerlo ascender junto con él gracias a sus poderosas alas. Se elevaron cincuenta metros sobre el suelo, para luego caer con gran velocidad sobre el enemigo que observaba perplejo^.
El impacto creó un estruendo impresionante, levantando nieve y escombro. Aunque era perfectamente posible para los tres haber sobrevivido, difícilmente saldrían ilesos. De la zafra, Komar se levantó despacio, adolorido; antes de preocuparse por sí mismo, echó un vistazo alrededor, tratando de familiarizarse con la nueva atmósfera, buscando heridos, contando a todos. "Espero que todos estén bien".
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^ = Punto crítico. Este suceso puede ocasionar daños o bajas dependiendo del resultado de la runa.
Mientras tanto, Athos examinaba al único superviviente enemigo. Estaba sólo inconsciente, sin ninguna herida importante, y probablemente se recuperaría en unos minutos—. Por favor, no pierdan de vista a este individuo. —Pidió sumiso el dragón, preguntándose cuál sería la mejor manera de mantenerlo a salvo sin que intente algo violento.
—¿Amigo tuyo? —Diría uno de los soldados con escepticismo.
—Ojalá. —Se escuchó hablar a Taki por lo bajo.
—Puede considerarlo como un prisionero de guerra. Irá a juicio. Y espero que a todos se les dé la misma oportunidad. —Replicó de inmediato, seguro de sus palabras.
—¿Ahora somos mártires?
—Yo digo que sin prisioneros. Ninguno merece vivir.
—Es lo que digo yo. —Comentó la rubia con una sonrisa después de los dos guardias.
—No entraremos en discusiones morales. Estamos en medio de una batalla, donde las palabras no valen, sólo las acciones. —Se introdujo el Capitán al diálogo—. Cuiden a este bastardo, pero tampoco duden en matarlo si es necesario. No pondré en riesgo la vida de mis hombres sólo porque tú tienes un complejo de pacifista.
—Todos somos iguales. Merecemos un trato justo. —Respondió muy tranquilo, pasando a preparar la cuerda para poder bajar de la muralla, quedando el debate en nada. Komar comprendía la posición del Capitán, y la respetaba, mas no podía aceptarla como correcta. Cierto que era un peligro, pero precisamente porque era difícil sentía que era el camino benevolente. La paz requería de sacrificios y de un esfuerzo tremendo, mayor que el que exige el camino del caos.
Pocos se quedaron vigilando la muralla, los demás descendieron, ingresando totalmente a la fortaleza. Estaba todo sereno, escuchando sólo el viento de montaña y las pisadas en la nieve que se había escurrido dentro del castillo.
—Formen un perímetro. Llegamos hasta aquí sólo porque nos lo permitieron. Pero no seremos presa fácil. Les costará doblegarnos. —El Capitán podría no ser un genio en penetrar estructuras, aunque parecía tener todo resuelto en el aspecto táctico. No le costaba tomar decisiones posicionales.
—Señorita Taki, ¿cree poder...? —Athos estaba por sugerir un movimiento, mas fue interrumpido por un abrupto sismo. No era tan potente como un terremoto ordinario, se sentía más como una avalancha. "Imposible". No habían las condiciones necesarias para que cualquiera de esos dos fenómenos se dieran a cabo, esto debía tener un origen distinto. ¿Pero qué pudo haber causado tal alboroto? Nadie parecía tener respuesta a ello, y ya que no parecía haber un cambio en el ambiente, reanudaron, con cierta incertidumbre, sus acciones.
—¿Decías?
—Estaba por sugerir explorar la zona, pero algo me dice que es mejor movernos juntos. —No se producía un ruido de esa magnitud sin crear consecuencias. Hasta no estar cierto de qué había pasado, entraría en un estado defensivo.
—Mis centinelas reportan el derrumbe de la puerta principal. —Informó el Capitán, valiéndose del mensaje que sus compañeros le habían brindado desde arriba. Tal parece que sus obligaciones no sólo eran defender, sino mantener comunicadas las líneas. Sin duda el Capitán tenía mucha experiencia en esto.
—Si eso está resuelto, iré a echar un vistazo. —Aceleró la dama, moviéndose con gracia y velocidad por las paredes, precavidamente entrando por cada orificio posible.
—Llevarán escolta en caso de ser necesario, pero recuerda que están supervisando, no entablen combate por sí solos. —Advirtió acertadamente.
—Por supuesto. —Pasó Athos a adelantarse al frente, con tres compañeros siguiéndole. Otros tres corrieron, tratando de alcanzar a Taki.
El dragón Fère a penas había avanzado algunos metros cuando la aparición de dos dragones los tomó por sorpresa, causando un escándalo tremendo. Algunos muros se derrumbaron y las pisadas de las bestias llegaron con brusquedad^. No perdieron tiempo en equilibrarse o elegir un objetivo específico, tan pronto como aterrizaron escupieron una ráfaga de agua tan extensa que prácticamente habían creado un río de violencia^.
—¡Dispérsense! —Había exclamado en cuanto divisó la entrada de los reptiles, a sabiendas que eran capaces de realizar ataques a larga distancia. Todos habían buscado refugio.
Cuando el agua había cesado de transcurrir, soldados abandonaron su albergue para comenzar a lanzar sus lanzas a discreción hacia las escamas de las bestias. Ninguna parecía hacer un daño sustancial, sólo rebotaban sin más. Atraídos por esto, una de las criaturas lanzó una zarpada con su enorme garra hacia sus agresores^.
Para ese instante, Athos estaba listo para hacer frente a sus rivales, ya no como un humano, sino como iguales. Con uno de los dragones distraídos, Komar pudo haberse centrado en sólo uno de ellos, el que no estaba ocupado regresando el ataque. No actuó de esa forma. Se abalanzó sobre el que estaba montando la ofensiva contra los soldados, deteniéndolo en el acto. Su decisión le dejó vulnerable para recibir una embestida del segundo monstruo. Aunque en masa era significativamente más voluminoso, Athos fue lanzado con fuerza contra la superficie debido al impacto.
Estaba por recibir un ataque elemental simultáneo por ambos enemigos, pero en el último instante Taki llegó con un salto, clavando sus garras en el ojo del rival, quien gruñó enfurecido, agitándose por el dolor y buscando darle una arremetida a la mujer^. La intervención le dio a Athos el tiempo suficiente para responder con su propia bola de fuego, protegiéndose así y provocando una capa de vapor en el lugar.
Cubiertos por el humo, el Capitán con un puñado de hombres entraron en la escena con cuerdas para sujetar las patas del dragón de agua herido, tratando al mismo tiempo de clavar sus hojas en sus extremidades inferiores. No pudiendo soportar la falta de visión, el segundo reptil extendió sus alas y las agitó para dispersar la neblina, sólo para darse cuenta que su compañero ascendía contra su voluntad. Komar no se había dormido en sus laureles, esta vez aprovechó la mejor oportunidad. Sujetó al débil y desesperado monstruo para hacerlo ascender junto con él gracias a sus poderosas alas. Se elevaron cincuenta metros sobre el suelo, para luego caer con gran velocidad sobre el enemigo que observaba perplejo^.
El impacto creó un estruendo impresionante, levantando nieve y escombro. Aunque era perfectamente posible para los tres haber sobrevivido, difícilmente saldrían ilesos. De la zafra, Komar se levantó despacio, adolorido; antes de preocuparse por sí mismo, echó un vistazo alrededor, tratando de familiarizarse con la nueva atmósfera, buscando heridos, contando a todos. "Espero que todos estén bien".
_____
^ = Punto crítico. Este suceso puede ocasionar daños o bajas dependiendo del resultado de la runa.
Última edición por Athos el Lun Ago 03 2015, 01:21, editado 1 vez
Athos
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Re: El Inicio De La Justicia [Trama][Libre][Interpretativo][CERRADO]
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Re: El Inicio De La Justicia [Trama][Libre][Interpretativo][CERRADO]
A lo lejos comenzaron a escucharse sonidos de batalla, ¿ya les habían descubierto? Es que había que ser idiota para meterse de lleno en una base de dragones sin mantener el sigilo. Miró a lo lejos, donde parecía que uno de los grupos tenía problemas, un dragón estaba frete a ellos y parecía furioso.
Keira suspiró, odiaba los dragones de agua, ya se había enfrentado a uno, y no fue plato de buen gusto, ni siquiera lo había vencido, había escapado por una puerta a espaldas de este mientras un ejercito se encargaba de hacerlo trizas. Esperaba que no sospechasen de que ella había tenido que ver con la desaparición de uno de los suyos, o estaba perdida "Quién coñ* me manda meterme en estos fregados?" Se preguntaba en silencio mientras pensaba que hacer. Ellos estaban libres, sin más instrucciones, y no tenían nada que hacer, tal vez podía mandar a un pequeño grupo a internarse en la base mientras el resto se dirigía a prestar socorro contra el otro dragón.
- Jon, ¿puedes dirigirlos hasta allí?- pidió señalando hacia el sonido de batalla- Misterio, tu ven conmigo, entraremos en....
No logró acabar la frase, dos tremendos lagartos de color azulado se interpuso en el camino rugiendo, y expulsando su aliento vaporoso con aroma pútrido a los que se encontraban en su frente. La bestia los observó con atención, abriendo sus grandes alas. Muchos parecían atemorizados, el silencio se había instaurado entre los participantes del pequeño ejercito.
Los dragones parecían tener algún problema en los ojos y en la nariz, uno era ciego... el otro no podía oler, mientras permanecieran en silencio tal vez pudieran esquivarlos, el olfato estaba claro que lo tenía bien, porque apuntaba a los soldados y a la tensai con su boca dentada. Si se dispersaban, el olor también lo estaría y complicaría el ataque del reptil. El otro lagarto, en cambio, daba la impresión de ver a la perfección.
Haciendo señas, dividió a los que allí restaban en varios bandos, que se movieron en silencio total hacia los lados del dragón, debían atacar desde los lados, y confundirlo, su ceguera era una gran ventaja para los allí reunidos. Sin embargo, un resbaló en el suelo helado, dándose un golpe al caer, ahí comenzó el caos.
Un nuevo rugido, casi un grito, salió de la garganta del dragón que lanzó un chorro de agua caliente, ardiendo, contra el chico, ya importaba poco mantener el silencio.
- ¡Atacad!- gritó Jon
Los gritos de batalla comenzaron a resonar, "adiós sigilo" pensó Keira mientras se movía hacia el bicho, que lanzaba ataques a diestro y siniestro, confuso por el alboroto, los ataques con espadas, el vapor el sonido, todo se mezclaba creando un ambiente de lucha, temor y malestar.
La batalla se encarnizaba a cada segundo, los ataques daban la impresión de iniciar su efecto, pero los del dragón lo surtían desde el momento cero, Keira había logrado entrar en calor, y aunque el fuego no era lo mejor para combatir el agua, tal vez pudiera servir de algo. Se lanzó hacia el bicho desde la espalda y se sostuvo de las espinas que sobresalían, usando su magia para quemarlo.
El dragón comenzó a dar bandazos y antes de cada ataque sintíó el burujeo en el cuerpo del animal, pudiendo advertir a los soldados, pero al final, fue lanzada contra una roca, aunque había conseguido penetrar en las escamas del dragón que tenía dos marcas de quemaduras en el lomo.
Notó que el lagarto se giraba y reaccionó con rapidez, ocultándose tras la roca justo a tiempo. sin embargo el agua le llegó a tocar las puntas del pelo "genial, ahora me tocará cortarlas" pensó mirándolas con desgana. Sin embargo ahora sabían como saber hacia donde irían los ataques.
Keira salió del escondrijo tiempo de ver como Misterio y Jon atacaban con rapidez y certeza, a las quemaduras que la bruja le había hecho al bicho.
El otro dragón, en cambio, se enfrentaba con únicamente sus garras a un equipo más reducido que parecía llevarlo mejor. La bailarina, viendo que los dos hombres ya pronto acabarían con el que lanzaba agua, fue en pos del otro grupo, que ya habían provocado varias heridas serias en el lagarto. Ambos dragones daban la impresión de estar agotados, tal vez fuera su oportunidad. Se situó frente al dragón que usaba las garras y cuando este se acercó y abrió la boca, como si advirtiera su intención de desgarrarla, lanzó una serie de llamaradas directas a la boca que le quemarían por dentro.
Finalmente, tras dos peleas encarnizadas, los dragones cayeron al suelo, la tensai no sabía si estaban muertos, o simplemente cansados, pero si eso había sido el inicio, miedo le daba pensar como seguiría la situación.
Keira suspiró, odiaba los dragones de agua, ya se había enfrentado a uno, y no fue plato de buen gusto, ni siquiera lo había vencido, había escapado por una puerta a espaldas de este mientras un ejercito se encargaba de hacerlo trizas. Esperaba que no sospechasen de que ella había tenido que ver con la desaparición de uno de los suyos, o estaba perdida "Quién coñ* me manda meterme en estos fregados?" Se preguntaba en silencio mientras pensaba que hacer. Ellos estaban libres, sin más instrucciones, y no tenían nada que hacer, tal vez podía mandar a un pequeño grupo a internarse en la base mientras el resto se dirigía a prestar socorro contra el otro dragón.
- Jon, ¿puedes dirigirlos hasta allí?- pidió señalando hacia el sonido de batalla- Misterio, tu ven conmigo, entraremos en....
No logró acabar la frase, dos tremendos lagartos de color azulado se interpuso en el camino rugiendo, y expulsando su aliento vaporoso con aroma pútrido a los que se encontraban en su frente. La bestia los observó con atención, abriendo sus grandes alas. Muchos parecían atemorizados, el silencio se había instaurado entre los participantes del pequeño ejercito.
Los dragones parecían tener algún problema en los ojos y en la nariz, uno era ciego... el otro no podía oler, mientras permanecieran en silencio tal vez pudieran esquivarlos, el olfato estaba claro que lo tenía bien, porque apuntaba a los soldados y a la tensai con su boca dentada. Si se dispersaban, el olor también lo estaría y complicaría el ataque del reptil. El otro lagarto, en cambio, daba la impresión de ver a la perfección.
Haciendo señas, dividió a los que allí restaban en varios bandos, que se movieron en silencio total hacia los lados del dragón, debían atacar desde los lados, y confundirlo, su ceguera era una gran ventaja para los allí reunidos. Sin embargo, un resbaló en el suelo helado, dándose un golpe al caer, ahí comenzó el caos.
Un nuevo rugido, casi un grito, salió de la garganta del dragón que lanzó un chorro de agua caliente, ardiendo, contra el chico, ya importaba poco mantener el silencio.
- ¡Atacad!- gritó Jon
Los gritos de batalla comenzaron a resonar, "adiós sigilo" pensó Keira mientras se movía hacia el bicho, que lanzaba ataques a diestro y siniestro, confuso por el alboroto, los ataques con espadas, el vapor el sonido, todo se mezclaba creando un ambiente de lucha, temor y malestar.
La batalla se encarnizaba a cada segundo, los ataques daban la impresión de iniciar su efecto, pero los del dragón lo surtían desde el momento cero, Keira había logrado entrar en calor, y aunque el fuego no era lo mejor para combatir el agua, tal vez pudiera servir de algo. Se lanzó hacia el bicho desde la espalda y se sostuvo de las espinas que sobresalían, usando su magia para quemarlo.
El dragón comenzó a dar bandazos y antes de cada ataque sintíó el burujeo en el cuerpo del animal, pudiendo advertir a los soldados, pero al final, fue lanzada contra una roca, aunque había conseguido penetrar en las escamas del dragón que tenía dos marcas de quemaduras en el lomo.
Notó que el lagarto se giraba y reaccionó con rapidez, ocultándose tras la roca justo a tiempo. sin embargo el agua le llegó a tocar las puntas del pelo "genial, ahora me tocará cortarlas" pensó mirándolas con desgana. Sin embargo ahora sabían como saber hacia donde irían los ataques.
Keira salió del escondrijo tiempo de ver como Misterio y Jon atacaban con rapidez y certeza, a las quemaduras que la bruja le había hecho al bicho.
El otro dragón, en cambio, se enfrentaba con únicamente sus garras a un equipo más reducido que parecía llevarlo mejor. La bailarina, viendo que los dos hombres ya pronto acabarían con el que lanzaba agua, fue en pos del otro grupo, que ya habían provocado varias heridas serias en el lagarto. Ambos dragones daban la impresión de estar agotados, tal vez fuera su oportunidad. Se situó frente al dragón que usaba las garras y cuando este se acercó y abrió la boca, como si advirtiera su intención de desgarrarla, lanzó una serie de llamaradas directas a la boca que le quemarían por dentro.
Finalmente, tras dos peleas encarnizadas, los dragones cayeron al suelo, la tensai no sabía si estaban muertos, o simplemente cansados, pero si eso había sido el inicio, miedo le daba pensar como seguiría la situación.
Última edición por Keira Brabery el Miér Ago 05 2015, 14:12, editado 2 veces
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Re: El Inicio De La Justicia [Trama][Libre][Interpretativo][CERRADO]
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Re: El Inicio De La Justicia [Trama][Libre][Interpretativo][CERRADO]
En lo que canta un gallo, se encontraban acorralados por dos gigantes dragones, que amenazaban con acabarlos con sus poderes. Por otro lado, Vink parecía contento, cruzado de brazos, mirando la escena, atento como si se tratara de una historia. El frío era el peor clima que podría tener ese ejército, y ahora sería más difícil... Enfrentar ese elemento en plena zona como ésta, se convertiría en un gran reto. Varios retrocedieron, por el miedo que emitían aquellos feroces monstruos. Pocos se animaban a agarrar bien sus armas, pero la mayoría prefería pensar en escapar. Sakun seguía atónito, pero mucho más enojado que sorprendido, su cuerpo estaba tensionado, y sus respiraciones agresivas daban a entender su estado de ánimo. Caminó hacia adelante, provocando que una ventisca se forme justo detrás de él. Un lagarto rugió con fuerza, tratando de retrocederle, pero el guerrero no se movía, ni siquiera tenía reacciones en sus gestos. Sus cejas estaban tan fruncidas que su rostro se deformaba. -¡Van a ver cómo...!-Habló, pero fue interrumpido, sintiendo una mano en su abdomen, la cual le indicaba que no avanzase. -No. Usted debe ahorrar su energía. El jefe de la base sigue vivo, y por lo tanto, sería estúpido que gastes tu poder.-Respondió un hombre atractivo, de ojos claros, cabello oscuro. Llevaba una vestimenta elegante, a pesar donde se encontraba. Al hacerse justo en la mitad de los dragones, estiró sus brazos.
-Es mejor cuando dos brujos trabajan juntos...-Apareció otro tipo, el que antiguamente explotó las puertas. Con decisión, se hizo al lado de Lark, el nombre de aquel valiente luchador que llegó primero. -Ya te esperaba, Pound. ¿Listo?.-Le dedicó una sonrisa. Después, llegaron las dos licántropas, junto a un humano. El nombre de las mamíferos era Aalis y Aldith. El mortal se llamaba Didacus, un gran combatiente reconocido en Lunargenta. También ha asesinado bestias enormes. -Nosotros pelearemos con los otros.-Musitaron las chicas en unisono. Vink comenzó a saltar de escombros en escombros, para sacudir su trono y sentarse en éste. Me impacta que mi sobrino tenga amigos muy dispuestos a morir.-Sacó tranquilamente su botella de vino, y comenzó a beber, con su mano en el mentón, anhelando la batalla.
El duelo inicio, y cuando uno de los monstruos alados soltó una ráfaga de agua, la cual se convirtió en hielo rápidamente y se estampó contra lo que restaba del cuartel, los magos lograron esquivar, cuando terminaron con trozos de carámbanos incrustados en su cuerpo. Se llenaron de valor, y juntos iniciaron a crear un ataque, uniendo sus cuerpos. Se escucharon palabras dichas en otro idioma, el cual correspondía a los dos. El dragón iba a preparar su segundo escupitajo, pero fue sorprendido con un dolor muscular, haciéndolo rugir del dolor. Acto seguido, la madera donde éste se encontraba de pie, estalló en llamas. Pudieron herirlo. -¡Ja, perfecto!.-Siseó alegremente. En ese instante, el ser maligno subió hasta las alturas, con sus mejillas completamente infladas. El ejército disparaba de sus arcos en contra de la amenaza, pero eran poco efectivas. Expulsó un gran fragmento de cataratas, que quedó medio helada y destruyó en un maremoto a los pocos edificios levantando en el castillo. Pocos lograron esquivar, otros fueron arrasados por el líquido. Lark usó su vara y la lanzó justo a un orificio que tenía el lagarto bajo su cuello, justo en el inicio de su pecho. -¡Courbatures!.-El arma se enterró en la herida de la bestia. El objeto brillo, y de éste, salió un aura oscuro. Al decir ésto, el guapetón le dio una señal a su compañero. Pound se percató, para luego estirar sus manos, logrando que la vara explote en fuego.
El monstruo se quejó de dolor, aunque siguió volando. Descendió. Los espectadores estaban incrédulos de la resistencia. Volvió a contraatacar el ser. Entretanto, el humano se encontraba hiriendo a el otro lagarto, junto a las lobas que de vez en cuando mordían, pero los tres salían lastimados... Era mucho para ellos, no eran capaces de derrotarlo. -¡Debemos idear un plan!.-Gritó una de las mamíferos. Didacus estaba sangrando, y tenía pocas oportunidades para seguir. Las circunstancias iban de mal en peor, aunque Pound, el brujo con más experiencia, se encontraba pensando. El quinteto se agrupó, viéndose entre sí. Sakun estaba a punto en decidir sobre transformarse en su otro lado. Vink reía a carcajadas.
-Tengo un plan, pero... Es muy arriesgado. Lark es Nigromante, por lo tanto creará una aurora maligna que le gastará la energía. Lo que deberán hacer es simple, dar vueltas alrededor de los enemigos, así se esparcirá. Yo me encargaré de lo siguiente. ¿Entendido?.-Todos aceptaron la idea y comenzaron con iniciarla. El atractivo brujo estiró sus manos, y prosiguió con emanar auras oscuras, las cuales se amontaban donde los rivales. El mago comenzó a sudar, teniendo una hemorragia nasal muy peligrosa. Se estaba excediendo. Por otro lado, las lobas se movían con la rapidez que tenían, iban tan veloz, que creaban una especie de tornado. Sus patas comenzaban a pelarse, sangrando el suelo. El humo de nigromancia empezó a extenderse hasta que los escamosos quedaron encerrados en éste. El dúo se preparó, a punto de usar sus últimos alientos, creando desde sus entrañas, agua. Ahora era el momento. -Y...Ya, es su turno, señor.-Dijo Didacus, viendo el acto, mientras hacía masajes en su estómago.
-
Pound pronunció ferozmente, y sin más preámbulo, cayó desmayado. Se oyó un gran estruendo, y el estallido se originó contra los dragones, que empezaron a desintregrarse. La vehemencia pudieron verla todos, incluso el jefe de la base, que frunció el ceño con odio. Nadie podía creerlo... Los vencieron. Eran los héroes del día.
Aalis, Aldith, Didacus, Lark y Pound quedaron rendidos en el suelo, respirando de modo agitado, con sus rostros mirando al cielo. Apenas la nieve les caía en sus narices. Un grito eufórico se oyó, alabando a los grandes hombres. El teniente empezó a balbucear y mascullar de la rabia. El dragón por fin sonrió de forma genuina.
-¡No!. Maldita sea.-Vink saltó de su trono y se alejó del lugar, corriendo apresuradamente.
-¡Señor, es hora de que usted vaya!. Es su turno de ganar.-Vociferó uno de los soldados del ejército. Sakun no dudo en perseguirlo, pero antes de separarse, se hizo justo en el trono, el cual pateó con fuerza.
-¡Gracias a todos!. Lo hemos logrado. Cumplieron con su parte, eso me hace muy feliz. Es mi hora de triunfar, de sellar con broche de oro... ¡Son los mejores!. Nunca lo olvidaré. ¡Por la justicia!.-En unisono, absolutamente todos repitieron la última frase, levantando un puño hacia el cielo, incluso el quinteto que habían ganado.
Se acercaba el final.
_________________________________________________________________________
La zona quedó destrozada, sobrevivieron varios, aunque los heridos quedaron enterrados bajo los escombros de la construcción. La paz reinó por tan solo unos segundos, que parecieron eternos para todos. Algunos que otros se encargaron de recolectar los cuerpos vivos, o muertos. Cada uno estaba con problemas graves. Todo terminó, era muy probable. No se lograron reunir, y sin embargo cumplieron con su misión. La multitud oiría una armadura, con pasos metálicos. Nadie tendría la explicación correcta. También se escucharon alaridos de guerra. Desde la distancia, por los pocos pasillos intactos, se acercarían una infinidad de soldados, dispuestos a seguir con la lucha. Detrás de todos, se vería a uno de los dos manos derecha de Vink. Su semblante no podía verse, no obstante, su casco daba mucho qué entender.
Cuando menos pensaron, los aceros chocaron, dando la bienvenida al final. Agard soltó unas palabras para el hombre de ojos rasgados.
-¡Tengamos un duelo uno a uno!. Sé honorable, muchacho.-
Nadie podría oponerse, todos estaban ocupados. En pocas palabras, el joven (Athos) estaba obligado a dirigirse contra el caballero, o rendirse.
El combate final comenzaría. ¿Athos sería capaz de dar sus últimos alientos para ganar?.
______________________________________________________________________________________
El destino para la mujer tampoco sería muy bueno, porque sin que algún hombre se diese cuenta, sería raptada por un ser, quién se la llevaba a rastras hacia el desierto nevado, donde no se encontraba nadie, solamente ella y aquel extraño ente. Cuando Keira levantara su vista, se encontraría con otra dama, cruzada de brazos, y un semblante serio. No tenía otra opción que enfrentarse a la rubia, si quería salir con vida. Infortunadamente, la señorita también era mano derecha de Vink, sólo que no prefería actuar desde las sombras. Si vemos su árbol genealógico, es la hermana de Sakun, por parte de padre. Por lo tanto, sería poderosa y ágil. Se le conoce por asesinar muchos brujos, es una adicta en ello.
¿Keira vengaría su raza y cumpliría con su último trabajo?, está por verse.
-Es mejor cuando dos brujos trabajan juntos...-Apareció otro tipo, el que antiguamente explotó las puertas. Con decisión, se hizo al lado de Lark, el nombre de aquel valiente luchador que llegó primero. -Ya te esperaba, Pound. ¿Listo?.-Le dedicó una sonrisa. Después, llegaron las dos licántropas, junto a un humano. El nombre de las mamíferos era Aalis y Aldith. El mortal se llamaba Didacus, un gran combatiente reconocido en Lunargenta. También ha asesinado bestias enormes. -Nosotros pelearemos con los otros.-Musitaron las chicas en unisono. Vink comenzó a saltar de escombros en escombros, para sacudir su trono y sentarse en éste. Me impacta que mi sobrino tenga amigos muy dispuestos a morir.-Sacó tranquilamente su botella de vino, y comenzó a beber, con su mano en el mentón, anhelando la batalla.
El duelo inicio, y cuando uno de los monstruos alados soltó una ráfaga de agua, la cual se convirtió en hielo rápidamente y se estampó contra lo que restaba del cuartel, los magos lograron esquivar, cuando terminaron con trozos de carámbanos incrustados en su cuerpo. Se llenaron de valor, y juntos iniciaron a crear un ataque, uniendo sus cuerpos. Se escucharon palabras dichas en otro idioma, el cual correspondía a los dos. El dragón iba a preparar su segundo escupitajo, pero fue sorprendido con un dolor muscular, haciéndolo rugir del dolor. Acto seguido, la madera donde éste se encontraba de pie, estalló en llamas. Pudieron herirlo. -¡Ja, perfecto!.-Siseó alegremente. En ese instante, el ser maligno subió hasta las alturas, con sus mejillas completamente infladas. El ejército disparaba de sus arcos en contra de la amenaza, pero eran poco efectivas. Expulsó un gran fragmento de cataratas, que quedó medio helada y destruyó en un maremoto a los pocos edificios levantando en el castillo. Pocos lograron esquivar, otros fueron arrasados por el líquido. Lark usó su vara y la lanzó justo a un orificio que tenía el lagarto bajo su cuello, justo en el inicio de su pecho. -¡Courbatures!.-El arma se enterró en la herida de la bestia. El objeto brillo, y de éste, salió un aura oscuro. Al decir ésto, el guapetón le dio una señal a su compañero. Pound se percató, para luego estirar sus manos, logrando que la vara explote en fuego.
El monstruo se quejó de dolor, aunque siguió volando. Descendió. Los espectadores estaban incrédulos de la resistencia. Volvió a contraatacar el ser. Entretanto, el humano se encontraba hiriendo a el otro lagarto, junto a las lobas que de vez en cuando mordían, pero los tres salían lastimados... Era mucho para ellos, no eran capaces de derrotarlo. -¡Debemos idear un plan!.-Gritó una de las mamíferos. Didacus estaba sangrando, y tenía pocas oportunidades para seguir. Las circunstancias iban de mal en peor, aunque Pound, el brujo con más experiencia, se encontraba pensando. El quinteto se agrupó, viéndose entre sí. Sakun estaba a punto en decidir sobre transformarse en su otro lado. Vink reía a carcajadas.
-Tengo un plan, pero... Es muy arriesgado. Lark es Nigromante, por lo tanto creará una aurora maligna que le gastará la energía. Lo que deberán hacer es simple, dar vueltas alrededor de los enemigos, así se esparcirá. Yo me encargaré de lo siguiente. ¿Entendido?.-Todos aceptaron la idea y comenzaron con iniciarla. El atractivo brujo estiró sus manos, y prosiguió con emanar auras oscuras, las cuales se amontaban donde los rivales. El mago comenzó a sudar, teniendo una hemorragia nasal muy peligrosa. Se estaba excediendo. Por otro lado, las lobas se movían con la rapidez que tenían, iban tan veloz, que creaban una especie de tornado. Sus patas comenzaban a pelarse, sangrando el suelo. El humo de nigromancia empezó a extenderse hasta que los escamosos quedaron encerrados en éste. El dúo se preparó, a punto de usar sus últimos alientos, creando desde sus entrañas, agua. Ahora era el momento. -Y...Ya, es su turno, señor.-Dijo Didacus, viendo el acto, mientras hacía masajes en su estómago.
-
¡Detonarea finală!
-Pound pronunció ferozmente, y sin más preámbulo, cayó desmayado. Se oyó un gran estruendo, y el estallido se originó contra los dragones, que empezaron a desintregrarse. La vehemencia pudieron verla todos, incluso el jefe de la base, que frunció el ceño con odio. Nadie podía creerlo... Los vencieron. Eran los héroes del día.
Aalis, Aldith, Didacus, Lark y Pound quedaron rendidos en el suelo, respirando de modo agitado, con sus rostros mirando al cielo. Apenas la nieve les caía en sus narices. Un grito eufórico se oyó, alabando a los grandes hombres. El teniente empezó a balbucear y mascullar de la rabia. El dragón por fin sonrió de forma genuina.
-¡No!. Maldita sea.-Vink saltó de su trono y se alejó del lugar, corriendo apresuradamente.
-¡Señor, es hora de que usted vaya!. Es su turno de ganar.-Vociferó uno de los soldados del ejército. Sakun no dudo en perseguirlo, pero antes de separarse, se hizo justo en el trono, el cual pateó con fuerza.
-¡Gracias a todos!. Lo hemos logrado. Cumplieron con su parte, eso me hace muy feliz. Es mi hora de triunfar, de sellar con broche de oro... ¡Son los mejores!. Nunca lo olvidaré. ¡Por la justicia!.-En unisono, absolutamente todos repitieron la última frase, levantando un puño hacia el cielo, incluso el quinteto que habían ganado.
Se acercaba el final.
_________________________________________________________________________
Athos
La zona quedó destrozada, sobrevivieron varios, aunque los heridos quedaron enterrados bajo los escombros de la construcción. La paz reinó por tan solo unos segundos, que parecieron eternos para todos. Algunos que otros se encargaron de recolectar los cuerpos vivos, o muertos. Cada uno estaba con problemas graves. Todo terminó, era muy probable. No se lograron reunir, y sin embargo cumplieron con su misión. La multitud oiría una armadura, con pasos metálicos. Nadie tendría la explicación correcta. También se escucharon alaridos de guerra. Desde la distancia, por los pocos pasillos intactos, se acercarían una infinidad de soldados, dispuestos a seguir con la lucha. Detrás de todos, se vería a uno de los dos manos derecha de Vink. Su semblante no podía verse, no obstante, su casco daba mucho qué entender.
- Agard (Mano derecha):
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Cuando menos pensaron, los aceros chocaron, dando la bienvenida al final. Agard soltó unas palabras para el hombre de ojos rasgados.
-¡Tengamos un duelo uno a uno!. Sé honorable, muchacho.-
Nadie podría oponerse, todos estaban ocupados. En pocas palabras, el joven (Athos) estaba obligado a dirigirse contra el caballero, o rendirse.
El combate final comenzaría. ¿Athos sería capaz de dar sus últimos alientos para ganar?.
______________________________________________________________________________________
Keira
El destino para la mujer tampoco sería muy bueno, porque sin que algún hombre se diese cuenta, sería raptada por un ser, quién se la llevaba a rastras hacia el desierto nevado, donde no se encontraba nadie, solamente ella y aquel extraño ente. Cuando Keira levantara su vista, se encontraría con otra dama, cruzada de brazos, y un semblante serio. No tenía otra opción que enfrentarse a la rubia, si quería salir con vida. Infortunadamente, la señorita también era mano derecha de Vink, sólo que no prefería actuar desde las sombras. Si vemos su árbol genealógico, es la hermana de Sakun, por parte de padre. Por lo tanto, sería poderosa y ágil. Se le conoce por asesinar muchos brujos, es una adicta en ello.
- Juni (Mano derecha):
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¿Keira vengaría su raza y cumpliría con su último trabajo?, está por verse.
____________________________________
Off: Así es, tienen a guerreros a su altura. ¡Suerte!. Ya vamos a terminar.
PD Athos: Tu rival no se convierte en dragón, pero es muy fuerte. Es un humano con una gran maestría en los objetos filosos. Tiene buena dificultad. No podrás derrotarlo cuerpo a cuerpo. Y antes de iniciar, dos elfos te curarán las heridas, serán del grupo.
PD Keira: Tu enemiga es ágil, es muy veloz y es calculadora. Cuidado, le encanta lanzar dardos, tiene muchísimos, posee buena puntería. No podrás derrotarla a distancia. Tienes una ventaja, y es que ella un poco más herida que tú, ya que viene de otra batalla.
Cuando en el próximo post acaben con sus oponentes, no tendrán que seguir peleando XD.
Sakun
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