Una esfera para encontrarlos y arrastrarlos a las tinieblas [Libre] [4/4] [Cerrado]
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Una esfera para encontrarlos y arrastrarlos a las tinieblas [Libre] [4/4] [Cerrado]
Pronto la visión negra de la nada absoluta comienza a romperse y Zero empieza otra vez a recuperar consciencia… un concepto no demasiado definido en un bio. Su matriz de pensamiento ya no es tan interactiva como antes y ha tenido que dominar la lógica sin asistencia usada por las razas corrientes.
Sus constantes viajes no le han dado el tiempo para indagar por un artificiero capaz de repararle a profundidad, cada vez que encuentra otra pista de Exos olvida la urgencia de sus daños. Una maquina averiada es ineficiente, ignorar la autoreparación es lo más cercano que puede tener un ser artificial al pecado.
Poco a poco vuelve a controlar las extremidades y cuando posee suficiente energía reactiva los sentidos, la información llega en masa como es habitual por lo que resulta abrumado al no tener una velocidad de pensamiento superior como la de hace semanas. Pierde varios minutos en esa playa recuperando fuerzas como lo haría una criatura viviente hasta que tiene la suficiente confianza para sentarse.
La brisa marina resulta en cierto modo agradable, su olor a salitre despeja las vías mejoradas del “chico”, algunas gaviotas cantan en el cielo y un sol patente se manifiesta en lo alto. Busca datos en su memoria pero las pasadas horas parecen haberse comprometido, un fallo de memoria como se le conoce en lenguaje semi profesional.
Se voltea para ver bien el océano y pronto encuentra una imagen desconcertante, la playa no tiene problemas pero kilómetros mar adentro rugen manifestaciones climáticas hostiles. Un huracán monstruoso tiene residencia en los límites del paradisiaco destino, infranqueable y tan terrible que despierta admiración.
¿Hermoso no?, como todas las jaulas de oro.
Busca con premura al emisor de tales palabras, encuentra su fuente en un individuo de “varios años encima”. Dicho personaje solo mira el horizonte, denota experiencia y cierto grado de resignación por su realidad. Zero intenta determinar si es humano, su mirada es tan directa que pronto genera respuesta.
Lamento no haberte ayudado jovencito, llegue hace solo minutos y nunca me pierdo “señala al océano”
Z9-42 voltea por inercia justo a tiempo para detallar como dos trombas marinas se unen y forman una más grande, acontecimiento que el adulto aprovecha de dibujar en un libro bastante denso que reboza de segundas anotaciones, dibujos rápidos con buen detalle y una que otra corrección discreta a media página.
Siempre a la misma hora, fascinante lugar… vale, hora de que abandones el suelo.
Se levanta de la roca que usa como asiento y ofrece su mano al chico robot para luego ponerlo de pie sin mediar palabra. La acción tan rápida marea los sensores del pequeño artificial pero luego de negar con la cabeza un par de veces todo recupera sus parámetros, se sacude la tierra mientras intenta agradecer el gesto aunque otra intervención de su interlocutor lo interrumpe antes.
Parece que no le caes bien al bravucón del pueblo, ¿verdad pequeño?
Yo… “forma rostro interrogante aunque cuando recuerda sus vendajes solo se limita a asentir”
Es natural, los chicos listos como nosotros nunca caemos bien “le guiña el ojo derecho” ahora vamos que no eres el único en la playa, si tenemos suerte pillaremos a otra persona con vida.
Sus constantes viajes no le han dado el tiempo para indagar por un artificiero capaz de repararle a profundidad, cada vez que encuentra otra pista de Exos olvida la urgencia de sus daños. Una maquina averiada es ineficiente, ignorar la autoreparación es lo más cercano que puede tener un ser artificial al pecado.
Poco a poco vuelve a controlar las extremidades y cuando posee suficiente energía reactiva los sentidos, la información llega en masa como es habitual por lo que resulta abrumado al no tener una velocidad de pensamiento superior como la de hace semanas. Pierde varios minutos en esa playa recuperando fuerzas como lo haría una criatura viviente hasta que tiene la suficiente confianza para sentarse.
La brisa marina resulta en cierto modo agradable, su olor a salitre despeja las vías mejoradas del “chico”, algunas gaviotas cantan en el cielo y un sol patente se manifiesta en lo alto. Busca datos en su memoria pero las pasadas horas parecen haberse comprometido, un fallo de memoria como se le conoce en lenguaje semi profesional.
Se voltea para ver bien el océano y pronto encuentra una imagen desconcertante, la playa no tiene problemas pero kilómetros mar adentro rugen manifestaciones climáticas hostiles. Un huracán monstruoso tiene residencia en los límites del paradisiaco destino, infranqueable y tan terrible que despierta admiración.
¿Hermoso no?, como todas las jaulas de oro.
Busca con premura al emisor de tales palabras, encuentra su fuente en un individuo de “varios años encima”. Dicho personaje solo mira el horizonte, denota experiencia y cierto grado de resignación por su realidad. Zero intenta determinar si es humano, su mirada es tan directa que pronto genera respuesta.
Lamento no haberte ayudado jovencito, llegue hace solo minutos y nunca me pierdo “señala al océano”
Z9-42 voltea por inercia justo a tiempo para detallar como dos trombas marinas se unen y forman una más grande, acontecimiento que el adulto aprovecha de dibujar en un libro bastante denso que reboza de segundas anotaciones, dibujos rápidos con buen detalle y una que otra corrección discreta a media página.
Siempre a la misma hora, fascinante lugar… vale, hora de que abandones el suelo.
Se levanta de la roca que usa como asiento y ofrece su mano al chico robot para luego ponerlo de pie sin mediar palabra. La acción tan rápida marea los sensores del pequeño artificial pero luego de negar con la cabeza un par de veces todo recupera sus parámetros, se sacude la tierra mientras intenta agradecer el gesto aunque otra intervención de su interlocutor lo interrumpe antes.
Parece que no le caes bien al bravucón del pueblo, ¿verdad pequeño?
Yo… “forma rostro interrogante aunque cuando recuerda sus vendajes solo se limita a asentir”
Es natural, los chicos listos como nosotros nunca caemos bien “le guiña el ojo derecho” ahora vamos que no eres el único en la playa, si tenemos suerte pillaremos a otra persona con vida.
- Off:
- El inicio es simple, están en medio de una playa desconocida y comienzan a despertar. Naufragaron aunque lejos de una incomodidad molesta no tienen daño alguno “si quieren pueden poner uno para hacer juego pero es de su elección”.
Cuando intentan recordar cómo llegaron al lugar notan una pequeña amnesia de algunas horas, recuerdan subirse a un barco por voluntad propia “la razón de esto es a su libre elección” pero poco más.
Como detalles adicionales agrego que la isla está cerca del trayecto habitual entre Lunargenta y Beltrexus, la playa es lo suficientemente grande para revelar que la isla no es pequeña y fuera de la arena se encuentra el típico follaje isleño. Todos terminamos en un rango próximo así que la idea es encontrarnos en este turno.
- Nuestro “salvador”:
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Última edición por Z9-42 el Sáb Mayo 19 2018, 18:24, editado 1 vez
Z9-42
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Re: Una esfera para encontrarlos y arrastrarlos a las tinieblas [Libre] [4/4] [Cerrado]
Bajo mi cuerpo sentia particulas blandas y grumosas, mis piernas se mojaban de forma ritmica, el agua iba y venia. El aire olia a salitre, trataba de ponerme de pie y abrir los ojos, pero sentia un gran peso en mi cabeza, como si tuviera una piedra en la frente.
Los minutos pasaron y por fin recupere la conciencia al completo, me lleve la mano a la frente y con mirada borrosa pude ver pequeñas manchas de sangre en mis dedos. Incorpore el cuerpo que sentía muy pesado y quede sentada, ahora podía ver el paisaje a mi alrededor. Estábamos en una playa, varadas ante una manga de agua que quería drenar el mar, tumbada en mis piernas se encontraba Lavey y unos metros mas lejos Zöe. ¿Como habíamos terminado en aquella playa?
Mis ojos vuelven a mirar la mano ensangrentada y ahora llena de arena, el accidente me dejo un corte superficial por la frente con una carretera de sangre seca que bajaba por mi cara. La niña parecía estar sana pero inmóvil, con unas pequeñas sacudidas y dándole la vuelta al cuerpo la muchacha abrió los ojos, asustada y desorientada quiso ponerse de pie, angustiada solo consiguió marearse.
Intente por todos los medios recordar lo ocurrido. Subimos al barco que nos llevaría a la capital de las brujas, donde trataríamos de acceder a la academia para aprender un hechizo, estábamos las 3 en el borde del barco viendo alejarse el puerto de Lunargenta, y luego... luego. Una punzada recorrió mi cabeza bajando por la espina dorsal, me era imposible recordar nada más e intentarlo solo provocaba dolor.
-Ma... mama, Reivy. Donde estamos? -Por fin Lavey parecía estar centrada y se levantaba lentamente de mi cuerpo, imitándola también me puse de pie. -No lo se cielo. Pero no somos las únicas perdidas. -El mar vomitaba maderas y partes del barco a la playa, donde se podían ver diferentes cuerpos por el suelo y un par de siluetas erguidas no muy lejos de nosotras. -Encontraremos una manera de salir de aquí, aunque tengamos que rehacer el barco.
La posibilidad de salir volando por en medio del mar estaba descartada, aun no estaba del todo recuperada de mis heridas y no podía volar durante mucho tiempo. Y con la tromba de agua que se veía, era todavía mas peligroso salir a mar abierto.
Las dos nos acercamos hasta la cyborg y nos quedamos a su lado hasta que se incorporo. -¿Te encuentras bien Zöe? ¿Sabes como llegamos aquí?
Cuando las tres cobramos conciencia de que estábamos en un aprieto, nos pusimos andar hacia la pareja que veíamos a lo lejos, una mucho mas grande que la otra. Al estar a pocos metros de ellos enseguida me percate que la silueta mas pequeña era la de un niño. ¿Viajan juntos? ¿Son padre e hijo o serán como Lavey y yo? ¿Serán amigables o querrán atacarnos? Mientras cavilaba acorte la distancia que quedaba con la niña agarrada de mi mano.
-Buenos... o mejor dicho malos días. -Me rasque la frente sin recordar la herida y al tocar la brecha una mueca de dolor apareció en mi rostro, a la vez que pequeños pedazos de sangre seca se desprendía de mi piel. -¿Sois lugareños o también ibas a bordo del navío? ¿Visteis lo ocurrido? Ninguna de nosotras consigue recordar nada después de que zarpáramos del puerto.
Los minutos pasaron y por fin recupere la conciencia al completo, me lleve la mano a la frente y con mirada borrosa pude ver pequeñas manchas de sangre en mis dedos. Incorpore el cuerpo que sentía muy pesado y quede sentada, ahora podía ver el paisaje a mi alrededor. Estábamos en una playa, varadas ante una manga de agua que quería drenar el mar, tumbada en mis piernas se encontraba Lavey y unos metros mas lejos Zöe. ¿Como habíamos terminado en aquella playa?
Mis ojos vuelven a mirar la mano ensangrentada y ahora llena de arena, el accidente me dejo un corte superficial por la frente con una carretera de sangre seca que bajaba por mi cara. La niña parecía estar sana pero inmóvil, con unas pequeñas sacudidas y dándole la vuelta al cuerpo la muchacha abrió los ojos, asustada y desorientada quiso ponerse de pie, angustiada solo consiguió marearse.
Intente por todos los medios recordar lo ocurrido. Subimos al barco que nos llevaría a la capital de las brujas, donde trataríamos de acceder a la academia para aprender un hechizo, estábamos las 3 en el borde del barco viendo alejarse el puerto de Lunargenta, y luego... luego. Una punzada recorrió mi cabeza bajando por la espina dorsal, me era imposible recordar nada más e intentarlo solo provocaba dolor.
-Ma... mama, Reivy. Donde estamos? -Por fin Lavey parecía estar centrada y se levantaba lentamente de mi cuerpo, imitándola también me puse de pie. -No lo se cielo. Pero no somos las únicas perdidas. -El mar vomitaba maderas y partes del barco a la playa, donde se podían ver diferentes cuerpos por el suelo y un par de siluetas erguidas no muy lejos de nosotras. -Encontraremos una manera de salir de aquí, aunque tengamos que rehacer el barco.
La posibilidad de salir volando por en medio del mar estaba descartada, aun no estaba del todo recuperada de mis heridas y no podía volar durante mucho tiempo. Y con la tromba de agua que se veía, era todavía mas peligroso salir a mar abierto.
Las dos nos acercamos hasta la cyborg y nos quedamos a su lado hasta que se incorporo. -¿Te encuentras bien Zöe? ¿Sabes como llegamos aquí?
Cuando las tres cobramos conciencia de que estábamos en un aprieto, nos pusimos andar hacia la pareja que veíamos a lo lejos, una mucho mas grande que la otra. Al estar a pocos metros de ellos enseguida me percate que la silueta mas pequeña era la de un niño. ¿Viajan juntos? ¿Son padre e hijo o serán como Lavey y yo? ¿Serán amigables o querrán atacarnos? Mientras cavilaba acorte la distancia que quedaba con la niña agarrada de mi mano.
-Buenos... o mejor dicho malos días. -Me rasque la frente sin recordar la herida y al tocar la brecha una mueca de dolor apareció en mi rostro, a la vez que pequeños pedazos de sangre seca se desprendía de mi piel. -¿Sois lugareños o también ibas a bordo del navío? ¿Visteis lo ocurrido? Ninguna de nosotras consigue recordar nada después de que zarpáramos del puerto.
Reivy Abadder
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Re: Una esfera para encontrarlos y arrastrarlos a las tinieblas [Libre] [4/4] [Cerrado]
El plan parecía bueno, aún no había tenido la oportunidad de visitar la isla de los hechiceros, y mi estado actual podría necesitar de un ojo experto. Por más que Reivy insistiera en que era algo natural, yo sabía que no había nada “natural” en mis extrañas reacciones. Con el tiempo la dragona había terminado por acostumbrarse, pero el resto de los orgánicos que no estaban familiarizados con mi condición actual solían mostrarse bastante desconcertados.
El balanceo del barco resultaba extraño al principio, y a las dos dragonas les causaba mucha gracia cuando mi sistema intentaba compensarlo haciendo movimientos peculiares. [ERROR] [NO SE HAN ENCONTRADO MAS DATOS]
[ERROR] [ERROR]
Una imagen aparece en mi visión, estoy en una playa [RASTREANDO]… [INCONCLUSO] era una playa desconocida, mi sistema no logra identificarla. Giro la cabeza y veo a Reivy junto a Lavey, parecen estar desconcertadas, la mayor tiene un corte en la frente, hay que limpiar y cerrar la herida antes de que se infecte.
-No, no puedo discernir nuestra localización – Me senté en la arena y comencé un nuevo rastreo de la zona [ERROR] – Por más que lo intento mi sistema no logra llegar a una respuesta satisfactoria.
Más alejados de nosotros hay dos figuras, hago zoom para ver mejor, se tratan de un adulto y de un niño. Sigo a Reivy y Lavey hasta estar junto a ellos, mientras andamos hago una revisión de mi cuerpo y parece estar bien, el agua marina suele ser bastante corrosiva, pero por el momento estoy bien.
Le dejo las primeras interacciones a la dragona, a ella se le dan mejor ese tipo de cosas, mientras tanto analizo al hombre, parece un humano de mediana edad, por su modo de hablar uno podría suponer que vive en ese lugar, o que al menos no le resulta tan ajeno como a nosotros. El más pequeño en cambio…
-Eres un bio- cibernético – Le digo con absoluta seguridad, se podría decir que estaba “sorprendida”, aunque no podía sentir algo como eso, era más bien el encuentro con algo que resultaba imprevisto, los autómatas éramos muy pocos y las probabilidades de que nos cruzáramos eran muy bajas - ¿Puedes rastrear nuestra ubicación?
Parecía ser un bio creado con fines sociales, ya que su apariencia era mucho más humana que la mía, probablemente lo habían diseñado para que los humanos se sintieran cómodos y en confianza con él.
-Toma – Le dije a Reivy mientras le pasaba un trozo de tela de mi bolsa – Sería prudente el detenernos para poder cerrar esa herida como corresponde sino corres riesgo de que se infecte.
Ese era mi diagnostico, pero si la dragona no deseaba hacerme caso tampoco insistiría.
El balanceo del barco resultaba extraño al principio, y a las dos dragonas les causaba mucha gracia cuando mi sistema intentaba compensarlo haciendo movimientos peculiares. [ERROR] [NO SE HAN ENCONTRADO MAS DATOS]
[ERROR] [ERROR]
Una imagen aparece en mi visión, estoy en una playa [RASTREANDO]… [INCONCLUSO] era una playa desconocida, mi sistema no logra identificarla. Giro la cabeza y veo a Reivy junto a Lavey, parecen estar desconcertadas, la mayor tiene un corte en la frente, hay que limpiar y cerrar la herida antes de que se infecte.
-No, no puedo discernir nuestra localización – Me senté en la arena y comencé un nuevo rastreo de la zona [ERROR] – Por más que lo intento mi sistema no logra llegar a una respuesta satisfactoria.
Más alejados de nosotros hay dos figuras, hago zoom para ver mejor, se tratan de un adulto y de un niño. Sigo a Reivy y Lavey hasta estar junto a ellos, mientras andamos hago una revisión de mi cuerpo y parece estar bien, el agua marina suele ser bastante corrosiva, pero por el momento estoy bien.
Le dejo las primeras interacciones a la dragona, a ella se le dan mejor ese tipo de cosas, mientras tanto analizo al hombre, parece un humano de mediana edad, por su modo de hablar uno podría suponer que vive en ese lugar, o que al menos no le resulta tan ajeno como a nosotros. El más pequeño en cambio…
-Eres un bio- cibernético – Le digo con absoluta seguridad, se podría decir que estaba “sorprendida”, aunque no podía sentir algo como eso, era más bien el encuentro con algo que resultaba imprevisto, los autómatas éramos muy pocos y las probabilidades de que nos cruzáramos eran muy bajas - ¿Puedes rastrear nuestra ubicación?
Parecía ser un bio creado con fines sociales, ya que su apariencia era mucho más humana que la mía, probablemente lo habían diseñado para que los humanos se sintieran cómodos y en confianza con él.
-Toma – Le dije a Reivy mientras le pasaba un trozo de tela de mi bolsa – Sería prudente el detenernos para poder cerrar esa herida como corresponde sino corres riesgo de que se infecte.
Ese era mi diagnostico, pero si la dragona no deseaba hacerme caso tampoco insistiría.
Zöe
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Re: Una esfera para encontrarlos y arrastrarlos a las tinieblas [Libre] [4/4] [Cerrado]
Estaba empapada… ¿por qué? No me gusta mojarme, ¿por qué estaba mojada?... Todo estaba tan oscuro… Con dificultad conseguí abrir un ojo y la oscuridad que me rodeaba decreció, abrí el otro y por fin pude ver. Estaba tendida, de costado y todo lo que mis ojos podían ver era arena… y agua… agua que iba y venía y me seguía mojando.
Estaba en una playa. No me gustan las playas, ni el mar ni los barcos… pero había estado en un barco. Mientras los recuerdos venían a mi cabeza, intenté incorporarme para salir del agua y se me escapó un quejido ¡Rayos! Todo el cuerpo me dolía y me pesaba, pero por fin conseguí sentarme y con esfuerzo, me arrastré lejos del agua, hasta la arena seca.
Yo había estado en un barco, sí… por negocios no por placer. Bueno, un poco de placer sí que había también. Unas vacaciones pagadas son siempre placenteras, especialmente cuando no sólo te pagan los gastos, sino que también te pagan por ir a ellas… y más aún si el tipo al que tienes que acompañar en su escapada te resulta atractivo.
Recordaba haber subido al barco, muy contenta con mi hermoso vestido nuevo y mi equipaje comprado para la ocasión… y ya no recordaba más… ¿qué me había pasado? ¿por qué estaba ahora tirada en una playa, mojada y sucia de arena y con mi bello vestido convertido en una ruina? ¿Me había caído del barco? ¿o alguien me había arrojado al agua?
Les daba vueltas a estas ideas cuando el viento, además del rugir de las olas y los gritos de las aves marinas, me trajo el sonido de unas voces. No estaba sola en esa playa desconocida para mí; eso podía ser bueno, quizás las personas que oía podrían informarme donde estaba y darme una idea de lo que había pasado.
No me resultó fácil parrame, la pierna izquierda me dolía horrores y se negaba a sostenerme, ´pero una maldita pierna no me la iba a ganar y bregué hasta que estuve de pie. No me gustaba nada la idea de presentarme ante nadie con un aspecto tan desastrado, pero no tenía alternativa así que, con el máximo garbo y elegancia que pude reunir, teniendo en cuenta que cojeaba, comencé a caminar hacia las personas cuyas voces había escuchado y de las cuales ahora veía sus figuras a la distancia.
Estaba en una playa. No me gustan las playas, ni el mar ni los barcos… pero había estado en un barco. Mientras los recuerdos venían a mi cabeza, intenté incorporarme para salir del agua y se me escapó un quejido ¡Rayos! Todo el cuerpo me dolía y me pesaba, pero por fin conseguí sentarme y con esfuerzo, me arrastré lejos del agua, hasta la arena seca.
Yo había estado en un barco, sí… por negocios no por placer. Bueno, un poco de placer sí que había también. Unas vacaciones pagadas son siempre placenteras, especialmente cuando no sólo te pagan los gastos, sino que también te pagan por ir a ellas… y más aún si el tipo al que tienes que acompañar en su escapada te resulta atractivo.
Recordaba haber subido al barco, muy contenta con mi hermoso vestido nuevo y mi equipaje comprado para la ocasión… y ya no recordaba más… ¿qué me había pasado? ¿por qué estaba ahora tirada en una playa, mojada y sucia de arena y con mi bello vestido convertido en una ruina? ¿Me había caído del barco? ¿o alguien me había arrojado al agua?
Les daba vueltas a estas ideas cuando el viento, además del rugir de las olas y los gritos de las aves marinas, me trajo el sonido de unas voces. No estaba sola en esa playa desconocida para mí; eso podía ser bueno, quizás las personas que oía podrían informarme donde estaba y darme una idea de lo que había pasado.
No me resultó fácil parrame, la pierna izquierda me dolía horrores y se negaba a sostenerme, ´pero una maldita pierna no me la iba a ganar y bregué hasta que estuve de pie. No me gustaba nada la idea de presentarme ante nadie con un aspecto tan desastrado, pero no tenía alternativa así que, con el máximo garbo y elegancia que pude reunir, teniendo en cuenta que cojeaba, comencé a caminar hacia las personas cuyas voces había escuchado y de las cuales ahora veía sus figuras a la distancia.
Angélique Beauchat
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Re: Una esfera para encontrarlos y arrastrarlos a las tinieblas [Libre] [4/4] [Cerrado]
Eventualmente otros sobrevivientes fueron dando señales alrededor, curiosamente todas resultaron ser criaturas femeninas. Aerandir no tiene el déficit de género que sufre la tierra por lo que encontrarse tantos especímenes del sexo descrito en una aventura es extraño, un futuro elemento de estudio sin duda.
Los nuevos personajes muestran daños inherentes a la experiencia traumática que les dejo en una isla desconocida, ya Zero no puede refutar que su embarcación naufrago. Los viajes marinos en Aerandir son muy primitivos y sufren accidentes con frecuencia, seguramente la nave se encontró de frente con el extraño clima que rodea la isla por una mala maniobra de curso.
Como lo… “mira los apéndices robóticos de su semejante” claro, también lo eres.
Es la primera vez que descubren su verdadera identidad tan rápido, siempre se esfuerza bastante por mantenerla oculta. Bios de la segunda generación en adelante pueden detectar las señales que emite siempre y cuando no posean averías o mal funciones, es una sorpresa peculiar encontrarse con otro sintético.
Quién lo diría “le alborota el cabello a Z9-42” a mí me pareces bastante real.
La pequeña maquina mira con extrañeza el gesto, los adultos siempre buscan una oportunidad para despeinar al niño más cercano por alguna razón. Por suerte la nueva unidad no parece ser un agente sintético, son muy cerrados a su programación y no suelen fingir muy bien… sin importar la situación de ser el caso ya estarían combatiendo.
Nuestra ubicación es desconocida... no puedo enlazar con el satélite.
Mucha interferencia, la manifestación atmosférica altera señales con bastante eficiencia. Pocos minutos después todos los sobrevivientes están despiertos, funcionales y próximos por lo que parece ser un buen momento para oír explicaciones. Su “nativo anfitrión” deduce lo mismo, sin mayor demora dice lo que conoce.
Ya que todos están reunidos creo que es momento de ponerlos al corriente aunque primero las presentaciones. Gerard Giroud, explorador y escritor a sus servicios “hace una educada reverencia”
¿Eres el creador del anuario de Lunargenta?
Ciertamente, una de mis obras más populares e infames… aun no me dejan entrar en Baslodia por algunas referencias subidas de tono pero el público merece la versión completa. Es agradable que las nuevas generaciones aprecien una lectura nutrida sean de carne o metal.
“Se aclara la garganta” volviendo al punto inicial, bienvenidos a Barindur, hogar de la misteriosa organización conocida como “La Orden” y “es interrumpido por ruidos de tormenta” … será mejor discutir en un lugar más agradable, si tienen la amabilidad de seguirme.
Emprende la marcha para luego detener sus pasos entre las primeras plantas del follaje, allí se voltea y hace un gesto apresurado para que le sigan. Su comportamiento es peculiar pero Zero decide darle una oportunidad y avanza detrás, la caminata es en cierto modo rápida aunque cuidan de que el resto no se pierda.
A medio camino tiene lugar un evento aún más extraño que las trombas, comienza a llover pescado del cielo… literalmente. Caen como si fueran gotas de agua aún con vida sin preocuparse mucho donde aterrizar, un par termina golpeando al pequeño robot justo en la cabeza poniendo fin a la teoría de que existen especies marinas ligeras.
Tienen suerte, en mi primer día llovieron tortugas
Dos minutos y muchos pescados después llegan a una curiosa estructura, una “casa del árbol” creada con despojos similar a la que usa cualquier grupito de niños en la tierra pero mucho más grande. Demasiado tosca para ser elfica y a la vez suficientemente resistente para albergar una considerable cantidad de personas.
Con una agilidad impropia su guía sube e insta al resto a hacer lo mismo, cuando Z9-42 alcanza el interior no puede si no sentir euforia infantil… la estructura es en todos los sentidos “genial”. Giroud toma posición en una silla tallada bastante grande y rellenada con paja para hacerla cómoda, suspira y vuelve a dialogar.
Nada como el hogar, si hubiera sabido que tendría visitas las cosas estarían más ordenadas así que disculpen… ¿saben que es lo triste de que siempre llueva pescado?, que curiosamente odio el pescado "risa sincera" pero la fauna local lo ama y un hombre no puede contra la naturaleza.
Los nuevos personajes muestran daños inherentes a la experiencia traumática que les dejo en una isla desconocida, ya Zero no puede refutar que su embarcación naufrago. Los viajes marinos en Aerandir son muy primitivos y sufren accidentes con frecuencia, seguramente la nave se encontró de frente con el extraño clima que rodea la isla por una mala maniobra de curso.
Como lo… “mira los apéndices robóticos de su semejante” claro, también lo eres.
Es la primera vez que descubren su verdadera identidad tan rápido, siempre se esfuerza bastante por mantenerla oculta. Bios de la segunda generación en adelante pueden detectar las señales que emite siempre y cuando no posean averías o mal funciones, es una sorpresa peculiar encontrarse con otro sintético.
Quién lo diría “le alborota el cabello a Z9-42” a mí me pareces bastante real.
La pequeña maquina mira con extrañeza el gesto, los adultos siempre buscan una oportunidad para despeinar al niño más cercano por alguna razón. Por suerte la nueva unidad no parece ser un agente sintético, son muy cerrados a su programación y no suelen fingir muy bien… sin importar la situación de ser el caso ya estarían combatiendo.
Nuestra ubicación es desconocida... no puedo enlazar con el satélite.
Mucha interferencia, la manifestación atmosférica altera señales con bastante eficiencia. Pocos minutos después todos los sobrevivientes están despiertos, funcionales y próximos por lo que parece ser un buen momento para oír explicaciones. Su “nativo anfitrión” deduce lo mismo, sin mayor demora dice lo que conoce.
Ya que todos están reunidos creo que es momento de ponerlos al corriente aunque primero las presentaciones. Gerard Giroud, explorador y escritor a sus servicios “hace una educada reverencia”
¿Eres el creador del anuario de Lunargenta?
Ciertamente, una de mis obras más populares e infames… aun no me dejan entrar en Baslodia por algunas referencias subidas de tono pero el público merece la versión completa. Es agradable que las nuevas generaciones aprecien una lectura nutrida sean de carne o metal.
“Se aclara la garganta” volviendo al punto inicial, bienvenidos a Barindur, hogar de la misteriosa organización conocida como “La Orden” y “es interrumpido por ruidos de tormenta” … será mejor discutir en un lugar más agradable, si tienen la amabilidad de seguirme.
Emprende la marcha para luego detener sus pasos entre las primeras plantas del follaje, allí se voltea y hace un gesto apresurado para que le sigan. Su comportamiento es peculiar pero Zero decide darle una oportunidad y avanza detrás, la caminata es en cierto modo rápida aunque cuidan de que el resto no se pierda.
A medio camino tiene lugar un evento aún más extraño que las trombas, comienza a llover pescado del cielo… literalmente. Caen como si fueran gotas de agua aún con vida sin preocuparse mucho donde aterrizar, un par termina golpeando al pequeño robot justo en la cabeza poniendo fin a la teoría de que existen especies marinas ligeras.
Tienen suerte, en mi primer día llovieron tortugas
Dos minutos y muchos pescados después llegan a una curiosa estructura, una “casa del árbol” creada con despojos similar a la que usa cualquier grupito de niños en la tierra pero mucho más grande. Demasiado tosca para ser elfica y a la vez suficientemente resistente para albergar una considerable cantidad de personas.
Con una agilidad impropia su guía sube e insta al resto a hacer lo mismo, cuando Z9-42 alcanza el interior no puede si no sentir euforia infantil… la estructura es en todos los sentidos “genial”. Giroud toma posición en una silla tallada bastante grande y rellenada con paja para hacerla cómoda, suspira y vuelve a dialogar.
Nada como el hogar, si hubiera sabido que tendría visitas las cosas estarían más ordenadas así que disculpen… ¿saben que es lo triste de que siempre llueva pescado?, que curiosamente odio el pescado "risa sincera" pero la fauna local lo ama y un hombre no puede contra la naturaleza.
- Off:
Aquí les pongo un video para que se imaginen la casa del árbol jeje.
Z9-42
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Re: Una esfera para encontrarlos y arrastrarlos a las tinieblas [Libre] [4/4] [Cerrado]
Agarre agradecida la tela que Zöe me tendió, le di un par de vueltas sobre mi cabeza tapando la herida de la frente y con un pequeño nudo la deje fijada. Era cierto que lo ideal seria cerrarla y a lo mejor hasta necesitaba sutura, aunque sin poder verla eso fue tan solo una conjetura. Pero ahora mismo la prioridad era salir de la playa y encontrar un lugar seguro, ya habría tiempo mas adelante para curar la herida.
Por la playa caminaba un desconocido mas, que pronto se unió al grupo. Resulto ser una mujer gato con menos pelo del habitual pero no por ello menos bella, Necesito una novia, no puede ser sano para mi mente ir detrás de todo lo que se menea... aunque ir de picaflor por la vida tampoco es mala ida.
-Yo me llamo Reivy y esta pequeña de aquí es Lavey, gusto en conocerlos. -Que el anciano hubiera dicho su oficio me ponía en un compromiso, no podía simplemente decir mi nombre pero tampoco quería dar los motivos de mi viajes, así que me ceñí argumentando lo justo y necesario. -Actualmente viajo por el mundo siguiendo las rutas de un viejo mapa heredado. -Sonreí a la joven a modo de saludo y después de la extraña coincidencia de tener a dos Bioticos en el mismo lugar, puse en acción las piernas siguiendo al grupo hacia el interior de la isla.
-¿Pero que? -De la nada comenzaron a llover peces, sabia que las nubes podían traer pequeños animales como ranas en su interior. Pero los peces ya rayaba lo paranormal, ¿Seria por culpa del tifon que se nos viene encima? -Tor-Tortugas!?
Cuando vi caer el pez sobre la cabeza del pequeño robot, no pude evitar reírme. Me recordó a la escena que viví en el bosque de los elfos, junto a la bruja ciega. La hojarasca de la selva isleña desviaba algunos proyectiles, aun así, tenia que estar pendiente del sonido que hacia el viento para ir esquivándolos. Lo ultimo que quería era oler a pescado.
En poco tiempo llegamos a la casa del lugareño, ¡Y menuda casa! lo impresionante no es que estuviera en un árbol, sino que estuviera echo con pedazos de barcos. Lo cual me hacia pensar que nosotros no eramos los primeros en naufragar en la isla, lo que hacia la situación todavía mas rara y pero aun, peligrosa. Quizás este sujeto no es lo que aparenta ser.
-Te agradezco que nos dejes quedarnos en tu casa, una nunca sabe en que momento pueden empezar a llover tiburones. ¿Estas tormentas suelen amainar rápido?
Lavey, estaba extrañamente callada, parecía que la mujer-bestia llamaba su atención, porque cada tanto la miraba de reojo. Pero en lugar de acribillar a la mujer a preguntas se quedaba callada. Lo mismo pasaba con la casa de Gerard, de normal ya estaría dando saltos y correteando por todo el lugar. ¿Que le pasaba a la niña?
Por la playa caminaba un desconocido mas, que pronto se unió al grupo. Resulto ser una mujer gato con menos pelo del habitual pero no por ello menos bella, Necesito una novia, no puede ser sano para mi mente ir detrás de todo lo que se menea... aunque ir de picaflor por la vida tampoco es mala ida.
-Yo me llamo Reivy y esta pequeña de aquí es Lavey, gusto en conocerlos. -Que el anciano hubiera dicho su oficio me ponía en un compromiso, no podía simplemente decir mi nombre pero tampoco quería dar los motivos de mi viajes, así que me ceñí argumentando lo justo y necesario. -Actualmente viajo por el mundo siguiendo las rutas de un viejo mapa heredado. -Sonreí a la joven a modo de saludo y después de la extraña coincidencia de tener a dos Bioticos en el mismo lugar, puse en acción las piernas siguiendo al grupo hacia el interior de la isla.
-¿Pero que? -De la nada comenzaron a llover peces, sabia que las nubes podían traer pequeños animales como ranas en su interior. Pero los peces ya rayaba lo paranormal, ¿Seria por culpa del tifon que se nos viene encima? -Tor-Tortugas!?
Cuando vi caer el pez sobre la cabeza del pequeño robot, no pude evitar reírme. Me recordó a la escena que viví en el bosque de los elfos, junto a la bruja ciega. La hojarasca de la selva isleña desviaba algunos proyectiles, aun así, tenia que estar pendiente del sonido que hacia el viento para ir esquivándolos. Lo ultimo que quería era oler a pescado.
En poco tiempo llegamos a la casa del lugareño, ¡Y menuda casa! lo impresionante no es que estuviera en un árbol, sino que estuviera echo con pedazos de barcos. Lo cual me hacia pensar que nosotros no eramos los primeros en naufragar en la isla, lo que hacia la situación todavía mas rara y pero aun, peligrosa. Quizás este sujeto no es lo que aparenta ser.
-Te agradezco que nos dejes quedarnos en tu casa, una nunca sabe en que momento pueden empezar a llover tiburones. ¿Estas tormentas suelen amainar rápido?
Lavey, estaba extrañamente callada, parecía que la mujer-bestia llamaba su atención, porque cada tanto la miraba de reojo. Pero en lugar de acribillar a la mujer a preguntas se quedaba callada. Lo mismo pasaba con la casa de Gerard, de normal ya estaría dando saltos y correteando por todo el lugar. ¿Que le pasaba a la niña?
Reivy Abadder
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Re: Una esfera para encontrarlos y arrastrarlos a las tinieblas [Libre] [4/4] [Cerrado]
Si hubiese sido solo mi sistema el que no lograba conectarse podría suponer que se trataba de un problema interno, pero si el pequeño Bio tampoco podía enlazar con el satélite había posibilidades de que fuera algo premeditado. Encontrar algún dato sobre nuestro paradero era de suma importancia, no podíamos comenzar a planear un modo de regresar si no sabíamos desde donde partíamos.
Para el resto del grupo había resultado una sorpresa la verdadera identidad del niño, quizás había dado datos de mas, no lo sabía.
-Mi nombre es Zöe, reparo bio- cibernéticos – Y allí terminaba mi descripción, mientras todos se presentaban buscaba en mi base de datos el nombre de Gerard Giroud o Barindur, pero tampoco encontré referencias.
Deje de prestar atención a la charla cuando una mujer- bestia se acercó a nosotros, su paso era lento y poco seguro, mire su pierna izquierda y noté que estaba lastimada. El grupo quería avanzar, pero sería difícil el poder moverse por el medio de senderos tan escarpados con esa pierna así. Con movimientos mecánicos me pare del lado perjudicado y le señale mi hombro a la mujer.
-Si quieres puedes apoyarte en mí para que la acción de caminar no resulte tan dificultoso- Le dije en mi natural tono y gesto inexpresivo, pero luego de unos segundos recordé que los orgánicos solían ponerse nerviosos cuando no se ponía algún tipo de gesto a las oraciones, así que agregué una sonrisa – Puedes apoyar todo tu peso si quieres – La mire de arriba abajo calculando cuanto podía ser el total de su masa corporal – No creo que me resulte dificultoso el cargarte.
Nos internamos luego en la espesa selva tropical, la tormenta iba a precipitarse sobre nosotros en cualquier momento, por lo que no había mucho tiempo como para admirar la vista o buscar pistas de nuestro paradero. De pronto las primeras gotas comenzaron a caer [ERROR] en realidad lo que caían eran peces. Eso era… ¿Curioso? Si, algo fuera de lo común, pero no imposible.
-No es un fenómeno que suceda muy seguido pero hay registros de pueblos donde ha ocurrido – Dije mientras sacaba un pez aún vivo de mi hombro - Las trombas y los tornados absorben el agua de ríos y otros depósitos naturales, con todo su contenido, y llevan huevos, alevinos y hasta peces medianos a grandes distancias, incluso a cientos de kilómetros.
Cuando llegamos a la residencia analice detalladamente la subida y mire a la mujer- bestia.
-¿Te resultara dificultosa la subida? – Los gatos eran conocidos por su habilidad para trepar, pero una pierna herida podía causar mucho dolor, y el dolor solía impedir a los orgánicos el realizar incluso las tareas más sencillas. En cualquier caso, era parte de mi programación el ofrecer ayuda a los demás seres.
Cuando ya estábamos instalados arriba nuestro guía se mostró en líneas generales como suele hacerlo cualquier anfitrión.
-El desorden no es un problema, creo que nuestra dificultad más grande en este momento es que naufragamos y que no sabemos nuestra ubicación geográfica exacta – Le dije a Gerard Giroud con absoluta seriedad – Creo que deberíamos concentrarnos en estos dos aspectos antes que nada.
Para el resto del grupo había resultado una sorpresa la verdadera identidad del niño, quizás había dado datos de mas, no lo sabía.
-Mi nombre es Zöe, reparo bio- cibernéticos – Y allí terminaba mi descripción, mientras todos se presentaban buscaba en mi base de datos el nombre de Gerard Giroud o Barindur, pero tampoco encontré referencias.
Deje de prestar atención a la charla cuando una mujer- bestia se acercó a nosotros, su paso era lento y poco seguro, mire su pierna izquierda y noté que estaba lastimada. El grupo quería avanzar, pero sería difícil el poder moverse por el medio de senderos tan escarpados con esa pierna así. Con movimientos mecánicos me pare del lado perjudicado y le señale mi hombro a la mujer.
-Si quieres puedes apoyarte en mí para que la acción de caminar no resulte tan dificultoso- Le dije en mi natural tono y gesto inexpresivo, pero luego de unos segundos recordé que los orgánicos solían ponerse nerviosos cuando no se ponía algún tipo de gesto a las oraciones, así que agregué una sonrisa – Puedes apoyar todo tu peso si quieres – La mire de arriba abajo calculando cuanto podía ser el total de su masa corporal – No creo que me resulte dificultoso el cargarte.
Nos internamos luego en la espesa selva tropical, la tormenta iba a precipitarse sobre nosotros en cualquier momento, por lo que no había mucho tiempo como para admirar la vista o buscar pistas de nuestro paradero. De pronto las primeras gotas comenzaron a caer [ERROR] en realidad lo que caían eran peces. Eso era… ¿Curioso? Si, algo fuera de lo común, pero no imposible.
-No es un fenómeno que suceda muy seguido pero hay registros de pueblos donde ha ocurrido – Dije mientras sacaba un pez aún vivo de mi hombro - Las trombas y los tornados absorben el agua de ríos y otros depósitos naturales, con todo su contenido, y llevan huevos, alevinos y hasta peces medianos a grandes distancias, incluso a cientos de kilómetros.
Cuando llegamos a la residencia analice detalladamente la subida y mire a la mujer- bestia.
-¿Te resultara dificultosa la subida? – Los gatos eran conocidos por su habilidad para trepar, pero una pierna herida podía causar mucho dolor, y el dolor solía impedir a los orgánicos el realizar incluso las tareas más sencillas. En cualquier caso, era parte de mi programación el ofrecer ayuda a los demás seres.
Cuando ya estábamos instalados arriba nuestro guía se mostró en líneas generales como suele hacerlo cualquier anfitrión.
-El desorden no es un problema, creo que nuestra dificultad más grande en este momento es que naufragamos y que no sabemos nuestra ubicación geográfica exacta – Le dije a Gerard Giroud con absoluta seriedad – Creo que deberíamos concentrarnos en estos dos aspectos antes que nada.
Zöe
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Re: Una esfera para encontrarlos y arrastrarlos a las tinieblas [Libre] [4/4] [Cerrado]
Excepto por el varón adulto, el grupo al que llegué se veía casi tan desastrado como yo, por lo que no fue difícil deducir que también habían estado en el agua y habían sido arrastrados a la playa… ¿Habíamos sido víctimas de un naufragio? Era lo más probable. Aunque no reconocí a ninguno de ellos por haberlos visto en el barco, eso no significaba nada, había prestado muy poca atención a los otros pasajeros.
Nada más llegar noté dos cosas: que había una ronda de presentaciones y la mirada de la mujer más alta. De sobra conocía esa mirada, la había visto en muchos hombres y en más de una mujer y, aunque yo prefiero a los machos, nunca es bueno cerrar puertas, así que correspondí a su sonrisa de saludo con una llena de coquetería.
- Mi nombre es Angélique Beauchat – me presenté cuando llegó mi turno, pero no añadí nada más. No veía razón para informar a estos desconocidos de mis actividades, por más que el grupo me resultara interesante, con los dos primeros bióticos que veía en mi vida.
Caminar con mi pierna lastimada no era una idea que me sedujera, pero los ruidos de tormenta anunciaban que habría aún más agua, esta vez caída del cielo y esa perspectiva me seducía aún menos, así que cuando Giroud inició la marcha y nos invitó a seguirlo, hice de tripas corazón y me dispuse a cojear rumbo a donde quiera que estuviera su refugio. Sin embargo, no fue necesario que me sacrificara mucho porque mi buena estrella hizo su aparición en la forma de la biótica llamada Zöe, quien sin conocerme ni yo pedirla me ofreció su ayuda. Dando por hecho que no esperaba nada a cambio – y si me pedía algo después podía negarme aduciendo que yo no había solicitado su auxilio- acepté encantada, con una sonrisa y me apoyé en ella. Ni decirme tenía que apoyara todo mi peso, eso era exactamente lo que iba a hacer.
La marcha fue mucho más fácil con la ayuda de la peliblanca y resultó hasta divertida con la lluvia de peces que nos cayó encima. Demás está decir que prefería con mucho una lluvia de peces a una de agua, aunque hubiera sido mejor una lluvia de diamantes o pepitas de oro.
- ¿Una lluvia de tortugas? Eso debe haber sido doloroso- comenté.
No tardamos mucho en llegar a la morada de nuestro anfitrión: una casa en un árbol. En circunstancias normales, subirla hubiera sido pan comido, pero ahora…. Aunque la subiría como fuera, los peces podrían transformarse de pronto en gotas de agua y no quería mojarme más, ¡quería secarme! Zöe - ¡los dioses protejan y guarden a todas esas maravillosas criaturas que andan por ahí prodigando su ayuda al prójimo! – vino en mi rescate una vez más.
- Con la pierna lastimada será muy difícil- contesté, preparándome para ser nuevamente auxiliada.
Con la ayuda de la biótica no tardé en verme en el interior de la casa – rústica, pero amplia, abrigada y ¡seca!- y me instalé en el asiento más cómodo que pude encontrar.
- El desorden no importa, lo que importa es que está seca.
Zöe tenía razón en cuanto a los aspectos en que debíamos concentrarnos, pero ahora que estaba a salvo del agua y relativamente cómoda, mi curiosidad afloró.
- ¿Qué es eso de la Orden?- pregunté, recordando lo que había dicho antes de invitarnos a su casa.
Nada más llegar noté dos cosas: que había una ronda de presentaciones y la mirada de la mujer más alta. De sobra conocía esa mirada, la había visto en muchos hombres y en más de una mujer y, aunque yo prefiero a los machos, nunca es bueno cerrar puertas, así que correspondí a su sonrisa de saludo con una llena de coquetería.
- Mi nombre es Angélique Beauchat – me presenté cuando llegó mi turno, pero no añadí nada más. No veía razón para informar a estos desconocidos de mis actividades, por más que el grupo me resultara interesante, con los dos primeros bióticos que veía en mi vida.
Caminar con mi pierna lastimada no era una idea que me sedujera, pero los ruidos de tormenta anunciaban que habría aún más agua, esta vez caída del cielo y esa perspectiva me seducía aún menos, así que cuando Giroud inició la marcha y nos invitó a seguirlo, hice de tripas corazón y me dispuse a cojear rumbo a donde quiera que estuviera su refugio. Sin embargo, no fue necesario que me sacrificara mucho porque mi buena estrella hizo su aparición en la forma de la biótica llamada Zöe, quien sin conocerme ni yo pedirla me ofreció su ayuda. Dando por hecho que no esperaba nada a cambio – y si me pedía algo después podía negarme aduciendo que yo no había solicitado su auxilio- acepté encantada, con una sonrisa y me apoyé en ella. Ni decirme tenía que apoyara todo mi peso, eso era exactamente lo que iba a hacer.
La marcha fue mucho más fácil con la ayuda de la peliblanca y resultó hasta divertida con la lluvia de peces que nos cayó encima. Demás está decir que prefería con mucho una lluvia de peces a una de agua, aunque hubiera sido mejor una lluvia de diamantes o pepitas de oro.
- ¿Una lluvia de tortugas? Eso debe haber sido doloroso- comenté.
No tardamos mucho en llegar a la morada de nuestro anfitrión: una casa en un árbol. En circunstancias normales, subirla hubiera sido pan comido, pero ahora…. Aunque la subiría como fuera, los peces podrían transformarse de pronto en gotas de agua y no quería mojarme más, ¡quería secarme! Zöe - ¡los dioses protejan y guarden a todas esas maravillosas criaturas que andan por ahí prodigando su ayuda al prójimo! – vino en mi rescate una vez más.
- Con la pierna lastimada será muy difícil- contesté, preparándome para ser nuevamente auxiliada.
Con la ayuda de la biótica no tardé en verme en el interior de la casa – rústica, pero amplia, abrigada y ¡seca!- y me instalé en el asiento más cómodo que pude encontrar.
- El desorden no importa, lo que importa es que está seca.
Zöe tenía razón en cuanto a los aspectos en que debíamos concentrarnos, pero ahora que estaba a salvo del agua y relativamente cómoda, mi curiosidad afloró.
- ¿Qué es eso de la Orden?- pregunté, recordando lo que había dicho antes de invitarnos a su casa.
Angélique Beauchat
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Re: Una esfera para encontrarlos y arrastrarlos a las tinieblas [Libre] [4/4] [Cerrado]
El refugio es como mínimo peculiar y a pesar de una apariencia maciza cualquier ojo experto puede notar que lleva pocos meses edificado, quizás Zöe tenga la capacidad para llegar a esa misma conclusión. Como un sujeto con edad acumulada pudo crear algo semejante sería un buen punto para debatir si no hubiera mayores argumentos en espera.
Me llamo Zero.
Fue el único que no se presentó, suele obviar ese detalle con mucha facilidad casi siempre por perderse entra las circunstancias. La habilidad descrita por su semejante minutos atrás fue guardada a buen recaudo en su memoria, quizás pueda solicitarle una reparación personalizada cuando se encuentren en “aguas más conocidas”.
No manejo la ubicación exacta hermosa dama pero basado en mi conocimiento de las estrellas diría que la isla se encuentra cerca del trayecto directo entre Lunargenta y la capital de los brujos… más o menos.
La joven maquina medita dicha información con premura, es una ruta bastante transitada y resulta extraño que no existan registros de ninguna isla. Puede acceder a algunos detalles de su memoria personal que hacen referencia a climas peligrosos cerca del trayecto pero suelen ser evitados, claramente haber terminado involucrados directamente tiene que deberse a un error de curso.
Salir de este pequeño paraíso de pescados voladores es algo “complicado” como han podido deducir por el paisaje de la playa, llevo tres meses atrapado aquí y aunque necesitaba unas vacaciones no logro encontrar la forma de volver al mundo real.
Burlar una pared de trombas y vientos demenciales es bastante difícil sin tecnología avanzada, por desgracia de momento tendrán que permanecer en su lugar de naufragio a menos que quieran morir en un intento desesperado. Todos los problemas siempre tienen una solución aunque algunos remedios son más difíciles que otros.
No se preocupen por el pescado, esas horrendas cosas no suelen caer por más de treinta minutos dos veces al día.
Z9-42 permanece bastante callado inmerso en sus pensamientos, no puede evitar ver la mano de Exos metida en todo esto. Las señales son claras… eso o comienza a sufrir una obsesión por seguirlo durante mes y medio. Una maquina suele solucionar sus problemas pronto si no involucran una malfunción, una búsqueda prolongada es un caso especial.
La Orden, un tema complicado que pocas personas conocen en realidad. Fue una organización muy cerrada y poderosa en el pasado aunque eso no define su misterio, luego de un evento desconocido desaparecieron de un plumazo en el sentido más literal posible. Un día todos sus miembros estaban aquí y al otro se habían esfumado, llevo veinte años siguiendo su rastro y solo consigo referencias o cosas que dejaron atrás… incluso sus tumbas están vacías.
El pequeño robot recuerda ese nombre de los registros ostentados por Carol en la esfera de Chimar, aquella inteligencia tiene poca información referente pero parece concordar con lo expresado. Es uno de los grandes misterios que Aerandir se ha empeñado en borrar… quizás por miedo a repetir la historia.
¿Tienes alguna idea para salir de la isla?
Claramente, no puedes mantener a un explorador quieto. E recorrido los bordes de la isla pero su centro me sigue eludiendo, tiene como guardianes muchas figuras siniestras que decidí eludir para no terminar como sus "trofeos". Quizás ahora que tengo un grupo como respaldo pueda llegar mas lejos y encontrar algo útil… Aunque esa decisión esta en sus manos claro.
Me llamo Zero.
Fue el único que no se presentó, suele obviar ese detalle con mucha facilidad casi siempre por perderse entra las circunstancias. La habilidad descrita por su semejante minutos atrás fue guardada a buen recaudo en su memoria, quizás pueda solicitarle una reparación personalizada cuando se encuentren en “aguas más conocidas”.
No manejo la ubicación exacta hermosa dama pero basado en mi conocimiento de las estrellas diría que la isla se encuentra cerca del trayecto directo entre Lunargenta y la capital de los brujos… más o menos.
La joven maquina medita dicha información con premura, es una ruta bastante transitada y resulta extraño que no existan registros de ninguna isla. Puede acceder a algunos detalles de su memoria personal que hacen referencia a climas peligrosos cerca del trayecto pero suelen ser evitados, claramente haber terminado involucrados directamente tiene que deberse a un error de curso.
Salir de este pequeño paraíso de pescados voladores es algo “complicado” como han podido deducir por el paisaje de la playa, llevo tres meses atrapado aquí y aunque necesitaba unas vacaciones no logro encontrar la forma de volver al mundo real.
Burlar una pared de trombas y vientos demenciales es bastante difícil sin tecnología avanzada, por desgracia de momento tendrán que permanecer en su lugar de naufragio a menos que quieran morir en un intento desesperado. Todos los problemas siempre tienen una solución aunque algunos remedios son más difíciles que otros.
No se preocupen por el pescado, esas horrendas cosas no suelen caer por más de treinta minutos dos veces al día.
Z9-42 permanece bastante callado inmerso en sus pensamientos, no puede evitar ver la mano de Exos metida en todo esto. Las señales son claras… eso o comienza a sufrir una obsesión por seguirlo durante mes y medio. Una maquina suele solucionar sus problemas pronto si no involucran una malfunción, una búsqueda prolongada es un caso especial.
La Orden, un tema complicado que pocas personas conocen en realidad. Fue una organización muy cerrada y poderosa en el pasado aunque eso no define su misterio, luego de un evento desconocido desaparecieron de un plumazo en el sentido más literal posible. Un día todos sus miembros estaban aquí y al otro se habían esfumado, llevo veinte años siguiendo su rastro y solo consigo referencias o cosas que dejaron atrás… incluso sus tumbas están vacías.
El pequeño robot recuerda ese nombre de los registros ostentados por Carol en la esfera de Chimar, aquella inteligencia tiene poca información referente pero parece concordar con lo expresado. Es uno de los grandes misterios que Aerandir se ha empeñado en borrar… quizás por miedo a repetir la historia.
¿Tienes alguna idea para salir de la isla?
Claramente, no puedes mantener a un explorador quieto. E recorrido los bordes de la isla pero su centro me sigue eludiendo, tiene como guardianes muchas figuras siniestras que decidí eludir para no terminar como sus "trofeos". Quizás ahora que tengo un grupo como respaldo pueda llegar mas lejos y encontrar algo útil… Aunque esa decisión esta en sus manos claro.
Z9-42
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Re: Una esfera para encontrarlos y arrastrarlos a las tinieblas [Libre] [4/4] [Cerrado]
¿Eso era...? Si, sin lugar a dudas la mirada de Angélique desprendia coqueteo, una tendria que estar ciega para no darse cuenta. Si la situación y el lugar fueran otros, profundizar e indagaria para averiguar a qué puerto me llevaba la pícara gata. Por desgracia para mi no estaba en la plaza mayor del pueblo, sino en una isla desierta y desconocida rodeada por un tempestivo temporal.
-Si la solución a nuestro problema, está en el epicentro de la isla. Yo voto por ir. -Camine unos paso hasta encontrar una silla y me senté ella. Lavey por su parte decidió que el mejor asiento para ella era encima de mis piernas. -Un par de guardianes misteriosos, seran presa facil si vamos todos.
Ahora que tenía a la niña encima, podía sentir que su cuerpo tenía una temperatura normal. Y eso en ella era raro, su cuerpo siempre estaba varios grados por cima de la media, y el que ahora estuviera a la misma temperatura que mi cuerpo solo significaba una cosa, Lavey tenía frío... y ella nunca tenía frío. -Vey... ¿Te encuentras bien? -Le susurre a la joven, que me miró desde abajo para responderme. -Es solo que no me gusta este sitio. No quiero quedar atrapada aquí y que me caiga una tortuga en la cabeza.
Estaba claro que la niña tenía miedo, ahora la pregunta era ¿A que? pudiera ser que fuera claustrofóbica, pero la isla era muy grande... aunque claro, sabiendo que alomejor no se puede escapar de ella. Los más probable, fuera que tuviera miedo a los espacios cerrados, más que a los espacios pequeños. Abrace a la pequeña por la cintura para confrontarla y puse atencion al resto de conversaciones.
-Si este es el hogar de una extraña y misteriosa organización desaparecía. -Comencé a cavilar en voz alta. Tratando de desmantelar el misterio de la orden, con la escasa información que teníamos. -En donde por algún motivo no se puede acceder al centro de la isla... es bastante probable que los temporales extremos que rodean a la isla sea alguna clase de hechizo de protección o seguridad, para que no detecten la ubicación. Por no hablar de la extraña amnesia que padecemos todos al intentar recordar cómo llegamos. Todo ello añadido al hecho de que hay unos guardianes que protegen los límites centrales de las isla. Apostaría mi mano, a que la orden sigue viva y está aquí.
-Si la solución a nuestro problema, está en el epicentro de la isla. Yo voto por ir. -Camine unos paso hasta encontrar una silla y me senté ella. Lavey por su parte decidió que el mejor asiento para ella era encima de mis piernas. -Un par de guardianes misteriosos, seran presa facil si vamos todos.
Ahora que tenía a la niña encima, podía sentir que su cuerpo tenía una temperatura normal. Y eso en ella era raro, su cuerpo siempre estaba varios grados por cima de la media, y el que ahora estuviera a la misma temperatura que mi cuerpo solo significaba una cosa, Lavey tenía frío... y ella nunca tenía frío. -Vey... ¿Te encuentras bien? -Le susurre a la joven, que me miró desde abajo para responderme. -Es solo que no me gusta este sitio. No quiero quedar atrapada aquí y que me caiga una tortuga en la cabeza.
Estaba claro que la niña tenía miedo, ahora la pregunta era ¿A que? pudiera ser que fuera claustrofóbica, pero la isla era muy grande... aunque claro, sabiendo que alomejor no se puede escapar de ella. Los más probable, fuera que tuviera miedo a los espacios cerrados, más que a los espacios pequeños. Abrace a la pequeña por la cintura para confrontarla y puse atencion al resto de conversaciones.
-Si este es el hogar de una extraña y misteriosa organización desaparecía. -Comencé a cavilar en voz alta. Tratando de desmantelar el misterio de la orden, con la escasa información que teníamos. -En donde por algún motivo no se puede acceder al centro de la isla... es bastante probable que los temporales extremos que rodean a la isla sea alguna clase de hechizo de protección o seguridad, para que no detecten la ubicación. Por no hablar de la extraña amnesia que padecemos todos al intentar recordar cómo llegamos. Todo ello añadido al hecho de que hay unos guardianes que protegen los límites centrales de las isla. Apostaría mi mano, a que la orden sigue viva y está aquí.
Reivy Abadder
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Re: Una esfera para encontrarlos y arrastrarlos a las tinieblas [Libre] [4/4] [Cerrado]
No hay una distancia tan importante entre la isla de los brujos y las tierras humanas, sin contar con que era una ruta que los orgánicos realizaban desde hacía cientos de años, era poco probable el tener un accidente, aunque las posibilidades no eran cero. Las embarcaciones que poseían en esta época carecían de mucho de los implementos y adelantos que eran necesarios para evitar terminar en una situación así, pero quizás estaba encerrando mi razonamiento al descartar otras posibilidades.
-Quizás no fueron circunstancias naturales las que nos llevaron a naufragar – [ANALIZANDO] – No hay datos en mis registros de que hubiese habido una tormenta o alguna otra inclemencia del tiempo, pero tampoco encuentro datos de algún tipo de problema con piratas u otro tipo de bandidos.
Varias palabras de nuestro anfitrión llamaron mi atención, parecía estar olvidándose de incluir cierta información, como qué quería decir con “complicado” y “mundo real”, tampoco aclaraba qué intentos había hecho y como había logrado construir esa estructura. Miré a Zero en busca de alguna señal de que estuviera llegando a conclusiones parecidas a las mías, pero el semblante del joven bio era inescrutable.
-¿Qué métodos utilizo para intentar salir? ¿Tiene algún tipo de embarcación? ¿Fabrico alguna? ¿Tiene algún registro sobre cómo funcionan las mareas? – Le pregunte a Gerard Giroud mirándolo fijamente – Disculpe – Agregué una sonrisa mecánica para que de esa forma no se sintiera agredido con mi interrogatorio.
Miré el gesto protector de Reivy hacía Lavey, considerando los parámetros normales de su existencia y comparándolos con los actuales parecía lógico que se sintiera inquieta y algo asustada. Pero yo no podía hacer nada para ayudarla, no sabía cómo actuar o qué decir para que un orgánico se sintiera mejor, no entendía como podía dar un abrazo que fuera reconfortante o qué palabras decirle que resultaran un consuelo.
“Lo siento”, eso sería algo que podría haber dicho [ERROR] la niña no entendería una cosa así.
-Tampoco tengo muchos registros de esta Orden de la que hablan, no creo poder agregar más de lo que Gerard Giroud dijo pero ¿Qué sentido tendría el exiliarse en una isla desierta? ¿Qué tipo de planes podrían llevar adelante encerrados aquí? – Mi sistema continuaba analizando opciones mientras hablaba – Sería extraño que se tratara de algo mágico, Reivy, la isla de los hechiceros está cerca de aquí, se darían cuenta si hay una isla oculta en los alrededores a su territorio.
[ANALIZANDO] Si no se trataba de magia…
-Podría ser resultado de alguna tecnología, aunque la base de los bio- cibernéticos está muy lejos de aquí sé de otros autómatas que realizan acciones por fuera del circuito oficial – Todo lo sucedido con Hefesto vino de inmediato a mi mente y algo parecido a tristeza se hizo presente en mi sistema – Pero estoy de acuerdo, de no haber otra manera de salir deberíamos intentar llegar al centro de la isla.
-Quizás no fueron circunstancias naturales las que nos llevaron a naufragar – [ANALIZANDO] – No hay datos en mis registros de que hubiese habido una tormenta o alguna otra inclemencia del tiempo, pero tampoco encuentro datos de algún tipo de problema con piratas u otro tipo de bandidos.
Varias palabras de nuestro anfitrión llamaron mi atención, parecía estar olvidándose de incluir cierta información, como qué quería decir con “complicado” y “mundo real”, tampoco aclaraba qué intentos había hecho y como había logrado construir esa estructura. Miré a Zero en busca de alguna señal de que estuviera llegando a conclusiones parecidas a las mías, pero el semblante del joven bio era inescrutable.
-¿Qué métodos utilizo para intentar salir? ¿Tiene algún tipo de embarcación? ¿Fabrico alguna? ¿Tiene algún registro sobre cómo funcionan las mareas? – Le pregunte a Gerard Giroud mirándolo fijamente – Disculpe – Agregué una sonrisa mecánica para que de esa forma no se sintiera agredido con mi interrogatorio.
Miré el gesto protector de Reivy hacía Lavey, considerando los parámetros normales de su existencia y comparándolos con los actuales parecía lógico que se sintiera inquieta y algo asustada. Pero yo no podía hacer nada para ayudarla, no sabía cómo actuar o qué decir para que un orgánico se sintiera mejor, no entendía como podía dar un abrazo que fuera reconfortante o qué palabras decirle que resultaran un consuelo.
“Lo siento”, eso sería algo que podría haber dicho [ERROR] la niña no entendería una cosa así.
-Tampoco tengo muchos registros de esta Orden de la que hablan, no creo poder agregar más de lo que Gerard Giroud dijo pero ¿Qué sentido tendría el exiliarse en una isla desierta? ¿Qué tipo de planes podrían llevar adelante encerrados aquí? – Mi sistema continuaba analizando opciones mientras hablaba – Sería extraño que se tratara de algo mágico, Reivy, la isla de los hechiceros está cerca de aquí, se darían cuenta si hay una isla oculta en los alrededores a su territorio.
[ANALIZANDO] Si no se trataba de magia…
-Podría ser resultado de alguna tecnología, aunque la base de los bio- cibernéticos está muy lejos de aquí sé de otros autómatas que realizan acciones por fuera del circuito oficial – Todo lo sucedido con Hefesto vino de inmediato a mi mente y algo parecido a tristeza se hizo presente en mi sistema – Pero estoy de acuerdo, de no haber otra manera de salir deberíamos intentar llegar al centro de la isla.
- Lo subrayado :
- Esto es producto de la maldición de Zöe
Zöe
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Re: Una esfera para encontrarlos y arrastrarlos a las tinieblas [Libre] [4/4] [Cerrado]
Arrellanada tan cómodamente como pude y con mi ropa ya secándose, casi había comenzado a adormecerme cuando las frases “… llevo tres meses atrapado aquí y aunque necesitaba unas vacaciones no logro encontrar la forma de volver al mundo real…” me cayeron encima como un mazazo.
¡Maldición! Primer viaje en barco y naufragaba y terminaba atrapada en una isla en la que no había más gente que el grupo que se encontraba aquí. Avizoré largos días con compañía poco variada y una dieta monótona y me estremecí. Y es que, si caía pescado dos veces al día, no iba a morirme de hambre, pero de hastío claro que moriría si tenía que quedarme en esa isla siquiera una semana.
Abismada con la idea presté poca atención a lo que Giraud decía sobre la orden y a las preguntas y disquisiciones que hacían mis compañeros de desgracia. Lo que sí capté es que Reivy y Zöe estaban de acuerdo con nuestro anfitrión en que había que ir al centro de la isla y enfrentarnos a lo que fuera… ¡Maldición! Realmente no parecía que hubiera otra manera.
Consideré un momento mis opciones; con la pierna todavía adolorida no me tentaba la idea de una caminata y menos aún la de ir enfrentando guardias misteriosos. Por supuesto, podía argüir mi lesión, magnificándola un poco, para permaneces seca y segura en la casa mientras los otros se aventuraban. Pero, de alguna manera, marginarme y quedarme sola en aquel lugar no me parecía una buena idea ¿y si encontraban la forma de salir y se marchaban sin tomarse la molestia de volver por mí? Cierto que parecía que le gustaba a Reivy y que Zöe me había brindado ayuda, pero no las conocía y no estaba segura de poder confiar en ellas hasta ese punto.
Ni modo, tendría que unirme. De todas formas, posiblemente podía volver a contar con la ayuda de la biótica para el desplazamiento y en caso de lucha… no necesariamente tenía que unirme a ella. Llegado el momento vería que es lo que más me convenía hacer.
- Sí es la única manera de encontrar una salida, estoy de acuerdo en que debemos intentar llegar al centro de la isla – manifesté - ¿Partiremos ahora? – agregué, poniéndome de pie con notorio esfuerzo. Quería que les quedara claro el sacrificio que hacía por el bien común.
¡Maldición! Primer viaje en barco y naufragaba y terminaba atrapada en una isla en la que no había más gente que el grupo que se encontraba aquí. Avizoré largos días con compañía poco variada y una dieta monótona y me estremecí. Y es que, si caía pescado dos veces al día, no iba a morirme de hambre, pero de hastío claro que moriría si tenía que quedarme en esa isla siquiera una semana.
Abismada con la idea presté poca atención a lo que Giraud decía sobre la orden y a las preguntas y disquisiciones que hacían mis compañeros de desgracia. Lo que sí capté es que Reivy y Zöe estaban de acuerdo con nuestro anfitrión en que había que ir al centro de la isla y enfrentarnos a lo que fuera… ¡Maldición! Realmente no parecía que hubiera otra manera.
Consideré un momento mis opciones; con la pierna todavía adolorida no me tentaba la idea de una caminata y menos aún la de ir enfrentando guardias misteriosos. Por supuesto, podía argüir mi lesión, magnificándola un poco, para permaneces seca y segura en la casa mientras los otros se aventuraban. Pero, de alguna manera, marginarme y quedarme sola en aquel lugar no me parecía una buena idea ¿y si encontraban la forma de salir y se marchaban sin tomarse la molestia de volver por mí? Cierto que parecía que le gustaba a Reivy y que Zöe me había brindado ayuda, pero no las conocía y no estaba segura de poder confiar en ellas hasta ese punto.
Ni modo, tendría que unirme. De todas formas, posiblemente podía volver a contar con la ayuda de la biótica para el desplazamiento y en caso de lucha… no necesariamente tenía que unirme a ella. Llegado el momento vería que es lo que más me convenía hacer.
- Sí es la única manera de encontrar una salida, estoy de acuerdo en que debemos intentar llegar al centro de la isla – manifesté - ¿Partiremos ahora? – agregué, poniéndome de pie con notorio esfuerzo. Quería que les quedara claro el sacrificio que hacía por el bien común.
Angélique Beauchat
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Re: Una esfera para encontrarlos y arrastrarlos a las tinieblas [Libre] [4/4] [Cerrado]
Las preguntas afloran de inmediato y cada uno de los integrantes agrega algo de su propia personalidad a cada interrogante, ciertamente encontrarse en una isla misteriosa no estaba entre sus planes inmediatos. Giroud escucha atentamente como si estuviera acostumbrado a debatir en situaciones extremas, luego intenta responder a cada pregunta iniciando por algo importante.
Algo aprendí al crecer con cinco hermanos menores, cuando un niño se pone nervioso solo debes darle de comer.
Rebusca en lo que parecer ser una lacena y saca un enorme racimo de plátanos, sin perder tiempo le coloca en medio de la mesa a modo de ofrenda. Extrae dos de tamaño moderado para luego facilitarle uno a Zero con bastante confianza, una vez cubierto el “niño” más grande posa su atención en la pequeña.
Un alimento bastante curioso, dulce y abundante “pela la concha” como una galleta suave y “acerca con delicadeza esa fruta para que la niña pueda tomarla y espera el tiempo necesario, luego se retira”
Los dioses aprietan pero no ahorcan, de hambre no se puede morir en esta isla, por favor tomen lo que quieran.
Finiquita la acotación abriendo la lacena de par en par, eso revela muchas frutas distintas que se apilan en el lugar descrito. Z9-42 imita la acción del hombre y antes de darse cuenta ya esta ingiriendo el aperitivo, tan dulce como una manzana pero con el sabor en un grado más suave… perfecto.
Dudo que la orden siga existiendo… al menos de la misma forma, no eran la clase de organización que desaparece sin motivos.
Las preguntas de Zöe llegan en masa, el pequeño sintético incluso relaciona dicha reacción con un miedo profundo pero descarta su teoría cuando nota lo irrelevante del concepto. Gerard vuelve a escuchar atentamente antes de responder con adecuada calma e incluso asiente un par de veces para dar potestad a sus palabras.
Pues al segundo mes y luego de tomar… algo que ningún niño debería tomar “dice poniendo cara de reprimenda amistosa a los personajes más jóvenes” construí una balsa para adentrarme al océano “suspira” para resumir termine en el punto de partida por segunda vez, no se puede flanquear la tormenta.
Una cosa esta clara “mira por la ventana más grande” si es ciencia o magia es irrelevante, sigue siento bastante eficiente y nos mantiene aquí.
Intentando mantenerse discreto el joven sintético toma un par de plátanos adicionales y procede a ingerirlos, ahora puede considerarle un alimento bastante… necesario. No ve prudente aportar nada pues en este momento se encuentra sin mucha información y con las facultades limitadas, tendrá que probar utilidad más adelante.
Afortunadamente para usted joven dama se encuentra en presencia de un enfermero calificado “dice mientras rebusca cosas en otro gabinete” de joven aprendí varios oficios antes de decidirme “sonríe sinceramente al recordar el pasado” una chica me convenció de trabajar en el hospital de Lunargenta y aunque no pasamos del noviazgo los conocimientos terminaron calando… ¿qué puedo decir?, Las canas no se regalan, se ganan.
Saca algunos implementos médicos de manufactura humilde pero funcional, luego se acerca a la mujer felina y comienza una labor curativa sin magia. Sus palabras tienen verdad intrínseca, conoce de vendajes y anatomía pero lo que mas resalta es el pulso y su carácter… esto ultimo permite al sanitario avanzar pese a las protestas.
Ya está, se siente ajustado ahora pero te acostumbraras y permitirá un desplazamiento casi normal que es más importante “toma cierto bastón curioso que resulta ser un lucero del alba tallado y lo utiliza como tercera pierna” pueden tomar lo que quieran de mi hogar, será mejor prepararnos bien para la odisea que tenemos delante.
Algo aprendí al crecer con cinco hermanos menores, cuando un niño se pone nervioso solo debes darle de comer.
Rebusca en lo que parecer ser una lacena y saca un enorme racimo de plátanos, sin perder tiempo le coloca en medio de la mesa a modo de ofrenda. Extrae dos de tamaño moderado para luego facilitarle uno a Zero con bastante confianza, una vez cubierto el “niño” más grande posa su atención en la pequeña.
Un alimento bastante curioso, dulce y abundante “pela la concha” como una galleta suave y “acerca con delicadeza esa fruta para que la niña pueda tomarla y espera el tiempo necesario, luego se retira”
Los dioses aprietan pero no ahorcan, de hambre no se puede morir en esta isla, por favor tomen lo que quieran.
Finiquita la acotación abriendo la lacena de par en par, eso revela muchas frutas distintas que se apilan en el lugar descrito. Z9-42 imita la acción del hombre y antes de darse cuenta ya esta ingiriendo el aperitivo, tan dulce como una manzana pero con el sabor en un grado más suave… perfecto.
Dudo que la orden siga existiendo… al menos de la misma forma, no eran la clase de organización que desaparece sin motivos.
Las preguntas de Zöe llegan en masa, el pequeño sintético incluso relaciona dicha reacción con un miedo profundo pero descarta su teoría cuando nota lo irrelevante del concepto. Gerard vuelve a escuchar atentamente antes de responder con adecuada calma e incluso asiente un par de veces para dar potestad a sus palabras.
Pues al segundo mes y luego de tomar… algo que ningún niño debería tomar “dice poniendo cara de reprimenda amistosa a los personajes más jóvenes” construí una balsa para adentrarme al océano “suspira” para resumir termine en el punto de partida por segunda vez, no se puede flanquear la tormenta.
Una cosa esta clara “mira por la ventana más grande” si es ciencia o magia es irrelevante, sigue siento bastante eficiente y nos mantiene aquí.
Intentando mantenerse discreto el joven sintético toma un par de plátanos adicionales y procede a ingerirlos, ahora puede considerarle un alimento bastante… necesario. No ve prudente aportar nada pues en este momento se encuentra sin mucha información y con las facultades limitadas, tendrá que probar utilidad más adelante.
Afortunadamente para usted joven dama se encuentra en presencia de un enfermero calificado “dice mientras rebusca cosas en otro gabinete” de joven aprendí varios oficios antes de decidirme “sonríe sinceramente al recordar el pasado” una chica me convenció de trabajar en el hospital de Lunargenta y aunque no pasamos del noviazgo los conocimientos terminaron calando… ¿qué puedo decir?, Las canas no se regalan, se ganan.
Saca algunos implementos médicos de manufactura humilde pero funcional, luego se acerca a la mujer felina y comienza una labor curativa sin magia. Sus palabras tienen verdad intrínseca, conoce de vendajes y anatomía pero lo que mas resalta es el pulso y su carácter… esto ultimo permite al sanitario avanzar pese a las protestas.
Ya está, se siente ajustado ahora pero te acostumbraras y permitirá un desplazamiento casi normal que es más importante “toma cierto bastón curioso que resulta ser un lucero del alba tallado y lo utiliza como tercera pierna” pueden tomar lo que quieran de mi hogar, será mejor prepararnos bien para la odisea que tenemos delante.
Z9-42
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Re: Una esfera para encontrarlos y arrastrarlos a las tinieblas [Libre] [4/4] [Cerrado]
Lavey se quedo mirando fijamente al anciano, que se acercaba con sonrisa amplia y un plátano en la mano. La pequeña observo el objeto con curiosidad y al ver que el otro niño lo comía ella le imito. Para su sorpresa, el dueño del hogar tenia razón, estaba dulce y muy rico. Lavey sonrió al hombre y siguió comiendo, ahora mas calmada.
Por otro lado, los adultos hacían sus cosas aburridas. Dialogar, hablar sobre hipótesis y decidirse sobre el siguiente paso. Por mi parte, tome partido en la iniciativa del Gerard y me serví algunas piezas de fruta y algo de agua. -Si el viaje no es muy largo, deberíamos llevarnos los justo y necesario. Cuanta menos carga llevemos, menos nos cansaremos.
Miraba atenta como el hombre curaba a la mujer-bestia, estaba claro que lo suyo no era solo palabrería. Entendía del tema y trataba la pierna herida con soltura. Lo cual me hizo recordar mi propia herida. -¿Zöe. podrías cerrar el corte de mi frente? -A la vez que le preguntaba me levante de la silla, dejando que Lavey comiera tranquila su tercer plátano, y me senté en la siguiente que estuviera vacía para que la biotaca pudiera curarme tranquila.
Después de unos minutos y unos cuantos quejidos aguantados, fui a la alacena que el explorador nos abrió. De camino mire de reojo a Angélique, y es que era inevitable, cualquiera que estuviera atraído por el sexo contrario o por el suyo mismo iría de cabeza a fijarse en la estilizada figura de la muchacha. Y yo, que no suelo ocultar esa clase de sentimientos, no pude evitar soltar una fugaz sonrisa picara al pasar por su lado.
Una vez frente al armario, hice una rápida selección de alimentos duraderos, como algunas manzanas y un par de botellas de agua que metí en la mochila. Ni me moleste en buscar o preguntar por alguna arma, mi estilo de lucha era mucho mas "escamoso." Pero si que agarre una cuerda que posaba tranquila sobre el perchero cercano a la puerta.
-Cuando queráis podemos partir. Por mi parte ya lo tengo todo. -Sonreí amistosa al grupo, esperando al lado de la puerta. Dispuesta a liderar el grupo por detrás de Gerard. Lavey se levanto con un plátano en la boca y otro en la mano, para cuando me di cuenta casi no quedaba ninguno en la mesa. Tan glotona como siempre, por lo menos se le fue el susto. Antes de que la niña acudiera a mi lado se paro cerca de la gata. -Angélique, si todavía no esta bien puedes apoyarte en mi. -La niña le sonreía con inocencia, y aunque era bastante mas bajita que la mujer, si se le ponía la mano en la cabeza se la podría usar de bastón.
Por otro lado, los adultos hacían sus cosas aburridas. Dialogar, hablar sobre hipótesis y decidirse sobre el siguiente paso. Por mi parte, tome partido en la iniciativa del Gerard y me serví algunas piezas de fruta y algo de agua. -Si el viaje no es muy largo, deberíamos llevarnos los justo y necesario. Cuanta menos carga llevemos, menos nos cansaremos.
Miraba atenta como el hombre curaba a la mujer-bestia, estaba claro que lo suyo no era solo palabrería. Entendía del tema y trataba la pierna herida con soltura. Lo cual me hizo recordar mi propia herida. -¿Zöe. podrías cerrar el corte de mi frente? -A la vez que le preguntaba me levante de la silla, dejando que Lavey comiera tranquila su tercer plátano, y me senté en la siguiente que estuviera vacía para que la biotaca pudiera curarme tranquila.
Después de unos minutos y unos cuantos quejidos aguantados, fui a la alacena que el explorador nos abrió. De camino mire de reojo a Angélique, y es que era inevitable, cualquiera que estuviera atraído por el sexo contrario o por el suyo mismo iría de cabeza a fijarse en la estilizada figura de la muchacha. Y yo, que no suelo ocultar esa clase de sentimientos, no pude evitar soltar una fugaz sonrisa picara al pasar por su lado.
Una vez frente al armario, hice una rápida selección de alimentos duraderos, como algunas manzanas y un par de botellas de agua que metí en la mochila. Ni me moleste en buscar o preguntar por alguna arma, mi estilo de lucha era mucho mas "escamoso." Pero si que agarre una cuerda que posaba tranquila sobre el perchero cercano a la puerta.
-Cuando queráis podemos partir. Por mi parte ya lo tengo todo. -Sonreí amistosa al grupo, esperando al lado de la puerta. Dispuesta a liderar el grupo por detrás de Gerard. Lavey se levanto con un plátano en la boca y otro en la mano, para cuando me di cuenta casi no quedaba ninguno en la mesa. Tan glotona como siempre, por lo menos se le fue el susto. Antes de que la niña acudiera a mi lado se paro cerca de la gata. -Angélique, si todavía no esta bien puedes apoyarte en mi. -La niña le sonreía con inocencia, y aunque era bastante mas bajita que la mujer, si se le ponía la mano en la cabeza se la podría usar de bastón.
Reivy Abadder
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Re: Una esfera para encontrarlos y arrastrarlos a las tinieblas [Libre] [4/4] [Cerrado]
No tenía sentido, si en verdad Gerard había mantenido una línea “recta” entonces no había forma de que regresara a la isla, por lógica solo había dos opciones, que efectivamente hubiese magia involucrada, o que el orgánico no supiera absolutamente nada sobre navegación. De haber estado sola probablemente hubiese hecho el intento yo misma para asegurarme de que efectivamente era como el hombre decía. Pero tenía que pensar en lo que sería mejor para los seres orgánicos del grupo.
-Entonces no es seguro que sea la orden, pero tampoco podemos descartarlo ¿Correcto? –Vi la comida y aunque varios del grupo aceptaron yo no hice el menor intento por agarrar, no necesitaba comer, y me sorprendió ligeramente que Zero si lo necesitara. Aunque, pensando en que sus funciones parecían ser más bien sociales tenía sentido, el momento de la comida era de suma importancia para los orgánicos, y se sentían algo incómodos cuando no participaba de la ceremonia – Si, Reivy, sería lo mejor – Le respondí a la dragona en un tono neutro.
Cuando la mujer termino de acomodarse desplegué algunas de las herramientas de mis dedos, no necesitaba muchas ya que estaba trabajando con carne y no con metal. Primero abrí ligeramente la herida para limpiarla correctamente, Reivy hizo un gesto de dolor.
-Lo siento, no estoy acostumbrada a trabajar con seres que pueden sentir dolor, intentaré hacerlo con más cuidado ¿Correcto? – Moviendo con mucha delicadeza los dedos termine de limpiar y cerré la herida solo con unos pocos puntos – Sé que a los orgánicos les preocupa el aspecto físico, si no deseas que queden marcas tendrás que cuidar de que la herida no se infecte.
Dicho esto me aparte de Reivy, vi que Gerard había hecho lo propio con la mujer- bestia, así que no tendría que ayudarla a andar en lo que quedaba del trayecto. Miré las cosas que había a nuestra disposición, yo no sabía pelear, tenía algunos otros recursos pero llevar armas no me resultaría útil.
-Cargaré con algo de comida y agua, es mejor que los demás no lleven peso extra o se cansaran antes de lo previsto – Tome prestada una mochila, puse algunas provisiones y unas botellas de agua, luego la puse en mi espalda y ajuste un poco las correas – Confirmado, los preparativos finalizaron, deberíamos salir lo antes posible para aprovechar las horas de luz – Cuando llegara la noche probablemente solo Zero y yo podríamos ver algo en la oscuridad de la jungla.
-Entonces no es seguro que sea la orden, pero tampoco podemos descartarlo ¿Correcto? –Vi la comida y aunque varios del grupo aceptaron yo no hice el menor intento por agarrar, no necesitaba comer, y me sorprendió ligeramente que Zero si lo necesitara. Aunque, pensando en que sus funciones parecían ser más bien sociales tenía sentido, el momento de la comida era de suma importancia para los orgánicos, y se sentían algo incómodos cuando no participaba de la ceremonia – Si, Reivy, sería lo mejor – Le respondí a la dragona en un tono neutro.
Cuando la mujer termino de acomodarse desplegué algunas de las herramientas de mis dedos, no necesitaba muchas ya que estaba trabajando con carne y no con metal. Primero abrí ligeramente la herida para limpiarla correctamente, Reivy hizo un gesto de dolor.
-Lo siento, no estoy acostumbrada a trabajar con seres que pueden sentir dolor, intentaré hacerlo con más cuidado ¿Correcto? – Moviendo con mucha delicadeza los dedos termine de limpiar y cerré la herida solo con unos pocos puntos – Sé que a los orgánicos les preocupa el aspecto físico, si no deseas que queden marcas tendrás que cuidar de que la herida no se infecte.
Dicho esto me aparte de Reivy, vi que Gerard había hecho lo propio con la mujer- bestia, así que no tendría que ayudarla a andar en lo que quedaba del trayecto. Miré las cosas que había a nuestra disposición, yo no sabía pelear, tenía algunos otros recursos pero llevar armas no me resultaría útil.
-Cargaré con algo de comida y agua, es mejor que los demás no lleven peso extra o se cansaran antes de lo previsto – Tome prestada una mochila, puse algunas provisiones y unas botellas de agua, luego la puse en mi espalda y ajuste un poco las correas – Confirmado, los preparativos finalizaron, deberíamos salir lo antes posible para aprovechar las horas de luz – Cuando llegara la noche probablemente solo Zero y yo podríamos ver algo en la oscuridad de la jungla.
Zöe
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Re: Una esfera para encontrarlos y arrastrarlos a las tinieblas [Libre] [4/4] [Cerrado]
¡Vaya cosa! Maese Giraud estaba resultando una caja de sorpresas. Ni que decir tiene que no me opuse a que curara mi pierna, me dolía de veras – aunque ya no tanto como había hecho ver- y hubiera sido estúpido sufrir porque sí; después de todo, si era necesario podía simular mucho dolor, pierna curada o no.
- Un trabajo muy bueno- comenté, cuando Giroud terminó la curación – Tiene usted manos muy hábiles.
Al tiempo que hablaba, no pude evitar fantasear acerca de qué otras destrezas tendrían esas manos y qué otros talentos ocultos tendría nuestro anfitrión y creo que hasta una sonrosa traviesa asomó a mi rostro. Por el momento no había oportunidad para averiguarlo, pero quizás más adelante… aunque Giroud no era precisamente mi tipo y, por otra parte, la sonrisa de Reivy al pasar por mi lado me mostró que ese pececito estaba picando; tal vez una estancia algo prolongada en esa isla no resultaría tan aburrida después de todo.
Volvía a levantarme, un poco incómoda por el vendaje, pero casi sin dolor. Mi ánimo había mejorado, mi curiosidad había vuelto y me sentía mucho mejor dispuesta a la aventura que el viaje al centro de la isla suponía.
De las cosas que Giraud había puesto a nuestra disposición, tomé una pieza de fruta para comerla durante el caminó y bebí algo de agua, también tomé un bastón que me sirviera de apoyo si el camino se ponía difícil, después de todo mi pierna no estaba totalmente curada. Lo único que lamenté es que en la alacena no hubiera nada que pudiera servirme como “ropa de trabajo”, el vestido que llevaba no era muy práctico para una caminata por la jungla, pero tendría que servir.
Ya lista para emprender la marcha, me vi sorprendida por la oferta de ayuda de la pequeña rubia, ¡qué ternura! Claramente, no era lo bastante fuerte como para sostenerme, pero la gentileza de su oferta y su sonrisa inocente, me hicieron sentir una gran dulzura hacia ella.
- Gracias, señorita- dije con suavidad- Un poco de ayuda me vendría bien.
Dicho lo cual, apoyé mi mano sobre su cabeza sin cargar mi peso, mientras equilibraba la fruta que me iba a comer y el bastón en la otra y me dispuse a la marcha.
- Un trabajo muy bueno- comenté, cuando Giroud terminó la curación – Tiene usted manos muy hábiles.
Al tiempo que hablaba, no pude evitar fantasear acerca de qué otras destrezas tendrían esas manos y qué otros talentos ocultos tendría nuestro anfitrión y creo que hasta una sonrosa traviesa asomó a mi rostro. Por el momento no había oportunidad para averiguarlo, pero quizás más adelante… aunque Giroud no era precisamente mi tipo y, por otra parte, la sonrisa de Reivy al pasar por mi lado me mostró que ese pececito estaba picando; tal vez una estancia algo prolongada en esa isla no resultaría tan aburrida después de todo.
Volvía a levantarme, un poco incómoda por el vendaje, pero casi sin dolor. Mi ánimo había mejorado, mi curiosidad había vuelto y me sentía mucho mejor dispuesta a la aventura que el viaje al centro de la isla suponía.
De las cosas que Giraud había puesto a nuestra disposición, tomé una pieza de fruta para comerla durante el caminó y bebí algo de agua, también tomé un bastón que me sirviera de apoyo si el camino se ponía difícil, después de todo mi pierna no estaba totalmente curada. Lo único que lamenté es que en la alacena no hubiera nada que pudiera servirme como “ropa de trabajo”, el vestido que llevaba no era muy práctico para una caminata por la jungla, pero tendría que servir.
Ya lista para emprender la marcha, me vi sorprendida por la oferta de ayuda de la pequeña rubia, ¡qué ternura! Claramente, no era lo bastante fuerte como para sostenerme, pero la gentileza de su oferta y su sonrisa inocente, me hicieron sentir una gran dulzura hacia ella.
- Gracias, señorita- dije con suavidad- Un poco de ayuda me vendría bien.
Dicho lo cual, apoyé mi mano sobre su cabeza sin cargar mi peso, mientras equilibraba la fruta que me iba a comer y el bastón en la otra y me dispuse a la marcha.
Angélique Beauchat
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Re: Una esfera para encontrarlos y arrastrarlos a las tinieblas [Libre] [4/4] [Cerrado]
El grupo pronto esta listo para partir, Giraud tiene un gran talento para la preparación. Equipados y restablecidos su desplazamiento debería transcurrir sin problemas… siempre y cuando esas figuras misteriosas se mantengan al acecho sin interferir directamente en el avance programado, combatir no parece ser una habilidad manejada por todos en este caso.
¡Adelante! “salta desde la casa del árbol al suelo y rueda para no sufrir una lesión” dioses, esto era más fácil a los 16… “truena algunos huesos de la espalda”
Cuando todos bajan a tierra “de formas más seguras” el curioso sujeto vuelve a tomar su papel de guía, su desplazamiento se hace moderado para no cansar a los miembros vulnerables del grupo aunque logran mantener un ritmo aceptable. Sortear una jungla puede resultar difícil pero esta en particular parece despejarse cuando avanzas al interior.
Curiosos árboles.
Eres un niño bastante despabilado, sabia que lo notarias… extraño fenómeno que se volverá más claro en una media hora.
La vegetación alta parece alejarse del centro, como si una gran tormenta hubiera azotado el lugar con fuerza descomunal. Para alguien con los conocimientos de Z9-42 seria fácil endosarle el fenómeno a una gran explosión, por desgracia esa teoría carece de fundamento teniendo en cuenta las capacidades actuales de Aerandir.
Señor Gerard, ¿puedo preguntar… porque me trata de una forma tan agradable?
Trato de la misma forma a todo lo que mida menos que un bastón, vieja costumbre.
Si se refiere a mi edad “baja la mirada” ya debe saber que no soy un niño corriente.
“Lo despeina” como dije, a mi me pareces bastante real… si pareces un niño, piensas como un niño y actúas como un niño… pues eres uno a mi parecer. Somos lo que decidimos ser chico, recuérdalo que es importante.
Termina aquel dialogo guiñando el ojo a lo que su “joven” interlocutor responde con una sonrisa imprecisa, es la primera vez que alguien corriente no lo ve de forma extraña cuando ya sabe su verdadera identidad. Zero se mantiene en silencio un tiempo prolongado luego de eso, medita la corta conversación varias veces… no puede entender porque pero le produce “buenas sensaciones”.
Con paso ligero pero constante llegan lejos, media hora de caminata después notan un fenómeno más extraño que el de los peces. El trayecto se cubre de arena y la vegetación viva es suplantada por plantas muertas, luego quemadas. Antes de poder apreciar bien todo ya se encuentran caminando un páramo desértico que asciende y en la cumbre de aquella montaña de arena entienden porque su anfitrión decidió permanecer en la playa todo el tiempo.
Esto es…
Si, lamento traerlos a este panorama pero todo el camino transitable que lleva al interior posee la misma "decoración" “hace un gesto para que le cubran los ojos a la niña”
Allí en la colina detallan una gran cantidad de cadáveres crucificados o empalados que forman la más bizarra línea de advertencia jamás vista en vida por el niño robot, recorren todo el borde a modo de anuncio. Los cuerpos parecen llevar tiempo en ese estado y su carne quemada por el sol es testimonio viviente, a juzgar por lo que queda de su vestimenta fueron hombres y mujeres que llegaron a la isla en condiciones similares al grupo de Z9-42.
No he pasado de esta línea por obvias razones, ahora con un grupo espero encontrar algo en las arenas sin terminar decorando el desierto “da un paso y cruza la hilera de cadáveres dudoso todavía” claro que siempre podemos volver y… “Zero se le une del otro lado”
¡Adelante! “salta desde la casa del árbol al suelo y rueda para no sufrir una lesión” dioses, esto era más fácil a los 16… “truena algunos huesos de la espalda”
Cuando todos bajan a tierra “de formas más seguras” el curioso sujeto vuelve a tomar su papel de guía, su desplazamiento se hace moderado para no cansar a los miembros vulnerables del grupo aunque logran mantener un ritmo aceptable. Sortear una jungla puede resultar difícil pero esta en particular parece despejarse cuando avanzas al interior.
Curiosos árboles.
Eres un niño bastante despabilado, sabia que lo notarias… extraño fenómeno que se volverá más claro en una media hora.
La vegetación alta parece alejarse del centro, como si una gran tormenta hubiera azotado el lugar con fuerza descomunal. Para alguien con los conocimientos de Z9-42 seria fácil endosarle el fenómeno a una gran explosión, por desgracia esa teoría carece de fundamento teniendo en cuenta las capacidades actuales de Aerandir.
Señor Gerard, ¿puedo preguntar… porque me trata de una forma tan agradable?
Trato de la misma forma a todo lo que mida menos que un bastón, vieja costumbre.
Si se refiere a mi edad “baja la mirada” ya debe saber que no soy un niño corriente.
“Lo despeina” como dije, a mi me pareces bastante real… si pareces un niño, piensas como un niño y actúas como un niño… pues eres uno a mi parecer. Somos lo que decidimos ser chico, recuérdalo que es importante.
Termina aquel dialogo guiñando el ojo a lo que su “joven” interlocutor responde con una sonrisa imprecisa, es la primera vez que alguien corriente no lo ve de forma extraña cuando ya sabe su verdadera identidad. Zero se mantiene en silencio un tiempo prolongado luego de eso, medita la corta conversación varias veces… no puede entender porque pero le produce “buenas sensaciones”.
Con paso ligero pero constante llegan lejos, media hora de caminata después notan un fenómeno más extraño que el de los peces. El trayecto se cubre de arena y la vegetación viva es suplantada por plantas muertas, luego quemadas. Antes de poder apreciar bien todo ya se encuentran caminando un páramo desértico que asciende y en la cumbre de aquella montaña de arena entienden porque su anfitrión decidió permanecer en la playa todo el tiempo.
Esto es…
Si, lamento traerlos a este panorama pero todo el camino transitable que lleva al interior posee la misma "decoración" “hace un gesto para que le cubran los ojos a la niña”
Allí en la colina detallan una gran cantidad de cadáveres crucificados o empalados que forman la más bizarra línea de advertencia jamás vista en vida por el niño robot, recorren todo el borde a modo de anuncio. Los cuerpos parecen llevar tiempo en ese estado y su carne quemada por el sol es testimonio viviente, a juzgar por lo que queda de su vestimenta fueron hombres y mujeres que llegaron a la isla en condiciones similares al grupo de Z9-42.
No he pasado de esta línea por obvias razones, ahora con un grupo espero encontrar algo en las arenas sin terminar decorando el desierto “da un paso y cruza la hilera de cadáveres dudoso todavía” claro que siempre podemos volver y… “Zero se le une del otro lado”
- Cadáveres:
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Re: Una esfera para encontrarlos y arrastrarlos a las tinieblas [Libre] [4/4] [Cerrado]
La pequeña Lavey sonrió alegre al verse de utilidad para la dama. Por increíble que parezca, el tramo mas difícil ya lo habíamos cruzado. El grupo caminaba en fila india, solos o en parejas, como era el caso de Angélique y Lavey. La niña que ya volvía a su verborragica charla natural, no paraba de hablar con la mujer-bestia.
-Pues yo nunca había estado en una isla... bueno menos en la isla de la brujas, en esa si que he estado. Tu has estado en alguna? y tu pelo, parece muy sube. Te lo cepillas o te lames como los gatitos de la calle?...
En algún punto del trayecto la joven decidió que era momento de cerrar la boca y dejar a la mujer tranquila, ahora, la pregunta era ¿Porque? Se le habían acabado los temas de conversación o quizás era consciente de que las personas se cansan de que les hagan preguntas, tal vez pudiera ser que encontró algo mas entretenido que hablar.
Fueran cuales fueran sus razones para guardar silencio, lo cierto era que sin su charla el grupo se había quedado en silencio. Un silencio antinatural, porque ahora que la niña no hablaba uno se podía dar cuenta que el silencio era absoluto. Conforme avanzamos hacia el centro de la isla dejaron de oírse los animales e incluso el sonido que provocaba nuestro calzado se volvía incómodo cuando el eco nos devolvía el leve chapoteo de las botas contra el barro.
Lavey no estaba callada por aburrimiento, no, estaba en silencio porque sus instintos mas básicos detectaban una amenaza o peligro inminente. Peligro que los mas adultos no percibieron hasta que el paisaje comenzó a cambiar de manera drástica, dando paso aun desierto que casi parecía creado, como si un gigantesco dragón hubiera lanzado una bola de fuego descomunal y hubiera arrasado todo a su paso en muchos kilometros a la redonda.
-¿Que clase de mente desquiciada hizo esto? -Preguntaba al grupo en voz alta mientras acudía junto a Lavey para taparle la cara. -Cariño sera mejor que no veas esto. -Sin embargo la niña ya había visto al primer muerto. -Sera difícil caminar con los ojos tapados Vey, pero es lo mejor para ti. -Con una calma inusitada la jovencita quito mi mano de su rostro y miro impasible a la multitud y los innumerables cadáveres.
-No pasa nada Reivy, en mi pueblo fue mucho peor. No pusieron a la gente en palos, pero los quemaron pensando que así la enfermedad de la pirámide no se extendería, vi morir a mi madre mientras me arropaba para dormir. -La voz de la infante se tornaba mas dura conforme hablaba, sus pupilas se habían dilatado y casi no quedaba color en sus ojos, solo negro y blanco. -Y al día siguiente la vi quemarse en una pira comunal, junto al resto del pueblo. Tres días después le paso lo mismo a mi padre y mi hermano menor. -Lavey parpadeo lentamente, camino dejando que la mano de Angélique resbalara por su cabeza y su paleo y solo paro cuando hubo pasado de largo al anciano. -¿A que estáis esperando? hay que ponerse en marcha antes de que nos hagan lo mismo a nosotros.
Definitivamente a la rubia no le sentaría bien el viaje, la siempre avivada y dicharachera jovencita se había ido. La visión de aquellos muertos había abierto una vieja herida en la mente y corazón de la pequeña. Ahora tenia todavía mas razones para querer salir de aquel lugar y curar de nuevo su maltrecho palpitar. ¿Cuanto tiempo había estado sola aquella niña hasta que la encontré? Solo los dioses lo saben.
-Pues yo nunca había estado en una isla... bueno menos en la isla de la brujas, en esa si que he estado. Tu has estado en alguna? y tu pelo, parece muy sube. Te lo cepillas o te lames como los gatitos de la calle?...
En algún punto del trayecto la joven decidió que era momento de cerrar la boca y dejar a la mujer tranquila, ahora, la pregunta era ¿Porque? Se le habían acabado los temas de conversación o quizás era consciente de que las personas se cansan de que les hagan preguntas, tal vez pudiera ser que encontró algo mas entretenido que hablar.
Fueran cuales fueran sus razones para guardar silencio, lo cierto era que sin su charla el grupo se había quedado en silencio. Un silencio antinatural, porque ahora que la niña no hablaba uno se podía dar cuenta que el silencio era absoluto. Conforme avanzamos hacia el centro de la isla dejaron de oírse los animales e incluso el sonido que provocaba nuestro calzado se volvía incómodo cuando el eco nos devolvía el leve chapoteo de las botas contra el barro.
Lavey no estaba callada por aburrimiento, no, estaba en silencio porque sus instintos mas básicos detectaban una amenaza o peligro inminente. Peligro que los mas adultos no percibieron hasta que el paisaje comenzó a cambiar de manera drástica, dando paso aun desierto que casi parecía creado, como si un gigantesco dragón hubiera lanzado una bola de fuego descomunal y hubiera arrasado todo a su paso en muchos kilometros a la redonda.
-¿Que clase de mente desquiciada hizo esto? -Preguntaba al grupo en voz alta mientras acudía junto a Lavey para taparle la cara. -Cariño sera mejor que no veas esto. -Sin embargo la niña ya había visto al primer muerto. -Sera difícil caminar con los ojos tapados Vey, pero es lo mejor para ti. -Con una calma inusitada la jovencita quito mi mano de su rostro y miro impasible a la multitud y los innumerables cadáveres.
-No pasa nada Reivy, en mi pueblo fue mucho peor. No pusieron a la gente en palos, pero los quemaron pensando que así la enfermedad de la pirámide no se extendería, vi morir a mi madre mientras me arropaba para dormir. -La voz de la infante se tornaba mas dura conforme hablaba, sus pupilas se habían dilatado y casi no quedaba color en sus ojos, solo negro y blanco. -Y al día siguiente la vi quemarse en una pira comunal, junto al resto del pueblo. Tres días después le paso lo mismo a mi padre y mi hermano menor. -Lavey parpadeo lentamente, camino dejando que la mano de Angélique resbalara por su cabeza y su paleo y solo paro cuando hubo pasado de largo al anciano. -¿A que estáis esperando? hay que ponerse en marcha antes de que nos hagan lo mismo a nosotros.
Definitivamente a la rubia no le sentaría bien el viaje, la siempre avivada y dicharachera jovencita se había ido. La visión de aquellos muertos había abierto una vieja herida en la mente y corazón de la pequeña. Ahora tenia todavía mas razones para querer salir de aquel lugar y curar de nuevo su maltrecho palpitar. ¿Cuanto tiempo había estado sola aquella niña hasta que la encontré? Solo los dioses lo saben.
Reivy Abadder
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Re: Una esfera para encontrarlos y arrastrarlos a las tinieblas [Libre] [4/4] [Cerrado]
Comenzamos el viaje hacia el centro de la isla, al principio el camino resulto algo escabroso, la vegetación era muy tupida y si bien a mí no me molestaba que me golpeara en el cuerpo, intentaba correr las ramas para que no les pegaran a los demás. Noté al igual que Zero el extraño modo en que los árboles comenzaban a desaparecer a medida que nos acercábamos, varias explicaciones vinieron a mi mente.
-Explosión tal vez, o… ¿Algo que cayera del cielo?- En la tierra de los humanos tal vez, pero en Aerandir no deberían haber muchos artefactos que pudieran generar ese tipo de destrozo ¿Un meteorito pequeño? Tal vez, pero ¿De que tamaño tendría que ser para que hiciera ese nivel de daño pero no quedara registrado en ninguna de las crónicas de las razas inteligentes del continente? – No tenemos los suficientes datos para llegar a ninguna conclusión.
Pronto el paisaje cambio por completo, una zona desértica nos rodeaba, y los cadáveres estaban por todas partes. No tenía la habitual aversión que sentían los orgánicos por ese tipo de cosas, el trabajo para el que había sido creada consistía en parte el manipular cadáveres, así que me acerque a algunos de ellos para intentar averiguar más.
-Es curioso – Pase de uno en otro, revisando si tenían heridas, buscando señales de porque habían muerto [ERROR] de porque habían sido asesinados [ERROR] – No, esto no está bien – Di vuelta uno de los cuerpos y observe unas marcas en su espalda, luego me acerque a otro y miré sus muñecas, sus tobillos y su cuello – No murieron todos de la misma manera, ni tienen orígenes similares, me atrevería a decir que no todos murieron aquí, sino que fueron transportados una vez fallecidos…
Había cuerpos de varias razas distintas, algunos parecían haber muerto ahogados, otros lesionados por objetos contundentes, otros deshidratados, había una amplia gama de muertes ejemplificadas en ese grupo de cuerpos. Concentrada en estos descubrimientos no note el cambio en Lavey hasta que resulto demasiado evidente, no podía entender lo que habría sentido la niña al ver semejante cantidad de muerte y destrucción, aunque podía suponer que no había sido sencillo para ella.
-Puedo entender eso – Le dije a la niña con mi habitual gesto serio – No puedo comprender las emociones que debiste sentir, aunque si la situación, también tuve que ver perecer a los míos. Y sé que es algo que preferiría no volver a pasar, eso es… Algo similar a la tristeza ¿Correcto? – Le pregunte a Lavey.
Nuevamente nuestro guía nos daba la opción de decidir si seguir o regresar por donde habíamos venido, la disyuntiva no tenía sentido para mi ¿Por qué iríamos a volver por donde ya sabíamos que no había una salida? Yo podía sentarme y esperar durante cientos de años a que algún rescate llegara a la isla, pero los orgánicos que me rodeaban no tenían tanto tiempo, era necesario encontrar una solución más rápida.
Pase la línea de cadáveres y continué caminando.
-No tiene lógica alguna el quedarnos aquí, ni tampoco retroceder. Es evidente que la respuesta esta adelante – Mi sistema había llegado a la misma conclusión que los demás, teníamos que avanzar.
-Explosión tal vez, o… ¿Algo que cayera del cielo?- En la tierra de los humanos tal vez, pero en Aerandir no deberían haber muchos artefactos que pudieran generar ese tipo de destrozo ¿Un meteorito pequeño? Tal vez, pero ¿De que tamaño tendría que ser para que hiciera ese nivel de daño pero no quedara registrado en ninguna de las crónicas de las razas inteligentes del continente? – No tenemos los suficientes datos para llegar a ninguna conclusión.
Pronto el paisaje cambio por completo, una zona desértica nos rodeaba, y los cadáveres estaban por todas partes. No tenía la habitual aversión que sentían los orgánicos por ese tipo de cosas, el trabajo para el que había sido creada consistía en parte el manipular cadáveres, así que me acerque a algunos de ellos para intentar averiguar más.
-Es curioso – Pase de uno en otro, revisando si tenían heridas, buscando señales de porque habían muerto [ERROR] de porque habían sido asesinados [ERROR] – No, esto no está bien – Di vuelta uno de los cuerpos y observe unas marcas en su espalda, luego me acerque a otro y miré sus muñecas, sus tobillos y su cuello – No murieron todos de la misma manera, ni tienen orígenes similares, me atrevería a decir que no todos murieron aquí, sino que fueron transportados una vez fallecidos…
Había cuerpos de varias razas distintas, algunos parecían haber muerto ahogados, otros lesionados por objetos contundentes, otros deshidratados, había una amplia gama de muertes ejemplificadas en ese grupo de cuerpos. Concentrada en estos descubrimientos no note el cambio en Lavey hasta que resulto demasiado evidente, no podía entender lo que habría sentido la niña al ver semejante cantidad de muerte y destrucción, aunque podía suponer que no había sido sencillo para ella.
-Puedo entender eso – Le dije a la niña con mi habitual gesto serio – No puedo comprender las emociones que debiste sentir, aunque si la situación, también tuve que ver perecer a los míos. Y sé que es algo que preferiría no volver a pasar, eso es… Algo similar a la tristeza ¿Correcto? – Le pregunte a Lavey.
Nuevamente nuestro guía nos daba la opción de decidir si seguir o regresar por donde habíamos venido, la disyuntiva no tenía sentido para mi ¿Por qué iríamos a volver por donde ya sabíamos que no había una salida? Yo podía sentarme y esperar durante cientos de años a que algún rescate llegara a la isla, pero los orgánicos que me rodeaban no tenían tanto tiempo, era necesario encontrar una solución más rápida.
Pase la línea de cadáveres y continué caminando.
-No tiene lógica alguna el quedarnos aquí, ni tampoco retroceder. Es evidente que la respuesta esta adelante – Mi sistema había llegado a la misma conclusión que los demás, teníamos que avanzar.
Zöe
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Re: Una esfera para encontrarlos y arrastrarlos a las tinieblas [Libre] [4/4] [Cerrado]
Normalmente, hubiera bajado del árbol con un salto bastante más airoso que el de nuestro anfitrión, pero, aunque mi pierna se sentía mucho mejor, todavía no estaba como para realizar acrobacias, así que descendí como todos los demás.
- No he estado en ninguna isla, esta es la primera- y en lo que de mí dependiera, sería la última. El elogio a mi pelo me hizo sonreír ufana, la verdad es que mi pelaje era muy suave y bello - Me lo cepillo, lamerme sería algo incómodo.
La incesante charla de la chiquilla me había divertido al comienzo, pero ya me estaba empezando a aburrir cuando por fin se calló… y entonces deseé que hubiese continuado con su parloteo porque en torno nuestro el silencio era casi absoluto, sólo roto por el sonido de nuestros pasos. No se oía ningún animal, no se oía siquiera el susurro del viento entre los árboles. Y es que la vegetación, al comienzo incómodamente tupida, había raleado hasta desaparecer.
Mi experiencia en bosques y selvas era ínfima, soy una gata de ciudad, pero me daba cuenta de que aquello era muy raro, muy amenazador…. La sensación de peligro se multiplicó por mil cuando encontramos los cadáveres… gente de todo tipo, empalada o crucificada. Me detuve de golpe ante el macabro espectáculo, con los pelos de mi espalda erizados y las garras de mis manos afuera, lista para defenderme de un ataque, jurando para mis adentros que nunca jamás volvería a subirme a un barco, por bien que me pagaran.
Me gustan las aventuras, lo admito, pero del tipo que puede llevar a morir de aquellas maneras horrendas... no, definitivamente no. Por mí me hubiera dado la media vuelta y, patitas pa’ que las quiero, hubiera vuelto a la cabaña. Pero, como no podía ser de otra manera, mis compañeros opinaban de distinta manera.
Uno a uno pasaron al otro lado de la hilera de cadáveres y, ¡qué remedio!, también yo crucé. Volver sola a la casita del árbol hubiera sido una estupidez y yo puedo ser muchas cosas, pero estúpida no es una de ellas. Con todos mis sentidos alerta, continué la marcha hacia el centro de la isla. La suerte estaba echada.
- No he estado en ninguna isla, esta es la primera- y en lo que de mí dependiera, sería la última. El elogio a mi pelo me hizo sonreír ufana, la verdad es que mi pelaje era muy suave y bello - Me lo cepillo, lamerme sería algo incómodo.
La incesante charla de la chiquilla me había divertido al comienzo, pero ya me estaba empezando a aburrir cuando por fin se calló… y entonces deseé que hubiese continuado con su parloteo porque en torno nuestro el silencio era casi absoluto, sólo roto por el sonido de nuestros pasos. No se oía ningún animal, no se oía siquiera el susurro del viento entre los árboles. Y es que la vegetación, al comienzo incómodamente tupida, había raleado hasta desaparecer.
Mi experiencia en bosques y selvas era ínfima, soy una gata de ciudad, pero me daba cuenta de que aquello era muy raro, muy amenazador…. La sensación de peligro se multiplicó por mil cuando encontramos los cadáveres… gente de todo tipo, empalada o crucificada. Me detuve de golpe ante el macabro espectáculo, con los pelos de mi espalda erizados y las garras de mis manos afuera, lista para defenderme de un ataque, jurando para mis adentros que nunca jamás volvería a subirme a un barco, por bien que me pagaran.
Me gustan las aventuras, lo admito, pero del tipo que puede llevar a morir de aquellas maneras horrendas... no, definitivamente no. Por mí me hubiera dado la media vuelta y, patitas pa’ que las quiero, hubiera vuelto a la cabaña. Pero, como no podía ser de otra manera, mis compañeros opinaban de distinta manera.
Uno a uno pasaron al otro lado de la hilera de cadáveres y, ¡qué remedio!, también yo crucé. Volver sola a la casita del árbol hubiera sido una estupidez y yo puedo ser muchas cosas, pero estúpida no es una de ellas. Con todos mis sentidos alerta, continué la marcha hacia el centro de la isla. La suerte estaba echada.
Angélique Beauchat
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Re: Una esfera para encontrarlos y arrastrarlos a las tinieblas [Libre] [4/4] [Cerrado]
Gerald suspira resignado, todos deciden avanzar. No es una persona cobarde y sus numerosos escritos lo demuestran pero incluso el tiene reservas en cuanto a situaciones desventajosas. Al final decide seguir liderando al grupo a pesar de que su conocimiento de la zona se queda en el macabro borde exterior.
Y así nos adentramos al origen del tiempo, sigamos valientes compañeros.
Es claro que la niña más pequeña ha visto cosas desagradables en la terrible pandemia del continente, por desgracia Zero no tiene palabras para consolarla. En situaciones crudas suele recurrir a la lógica, algo que no genera demasiado apoyo. Su guía por otra parte aunque muy versado en el arte de la interacción decide guardar silencio con una expresión noble, los demás no lo saben pero tiene bien consiente que a veces los niños deben ser dejados con sus pensamientos hasta que los superen o tendrán problemas en la vida.
El paisaje desértico recrudece con cada paso, la arena golpea el rostro de los intrépidos sobrevivientes en su odisea al centro. Z9-42 subestimo las dimensiones del sitio, la isla parece tener un gran espacio disponible. En Aerandir existen muchas masas de tierra sin explorar, dicha información se puede apreciar mejor cuando tienes acceso a un satélite en órbita baja.
Prepararse para la odisea en casa de Giraud fue una de las decisiones mas acertadas que pudieron tomar, sus considerables reservas de agua son contramedidas perfectas para el calor y la brisa seca. Eventualmente dejan atrás los bordes frondosos y solo ven arena alrededor, la ubicación por medios normales comienza a resultar complicada.
Compañeros de metal, debo pedir humildemente que mantengan nuestro rumbo con sabias intervenciones. Dar vueltas en un desierto no es para nada agradable y soy lo suficientemente viejo para pedir ayuda… una de las bondades que vienen con tantos cumpleaños.
Va bien señor Gerald, a mantenido el rumbo en buena medida aunque recomiendo no seguir desviándonos al este para llegar con mayor rapidez.
Asiente con nobleza y corrige su rumbo, siguen un tiempo en la misma dirección hasta que algo detiene su avance. El sonido metálico de otra cosa moviéndose, Z9-42 le reconoce inmediatamente como el tintineo de una armadura pesada. Estudia su entorno pero a la primera no logra detectar nada, en un segundo vistazo ve una figura peligrosamente cerca del grupo.
Allí prácticamente al lado del equipo se manifiesta un sujeto de armadura reluciente, brilla con el sol y denota un peso destacable. No esta solo, de las dunas aparecen ocho individuos con equipamiento ligero pero que siguen el mismo estilo de su misterioso soldado. Sin mediar palabra este último se acerca con naturalidad y no hace caso a cualquier tipo de argumento, detiene sus pasos tan cerca de Zoé que puede admirar bien sus rasgos.
Algo extraño ocurre con las misteriosas tropas, como si su armadura no fuera lo suficientemente diferente también muestran facciones anormales. Son todos hombres de complexión media que ostentan en sus partes descubiertas grotescos rasgos, las venas del cuerpo están brotadas y tan rojas que se pueden confundir con tatuajes tribales. El apéndice más perturbador son los ojos, algunos completamente rojos, otros llenos de venas destrozadas que les dan una apariencia fiera y violenta.
El más cercano sonríe con sadismo al confirmar que su blanco directo es una máquina, luego mira a Zero y ensancha aun más la sonrisa al punto de que se pude apreciar una dentadura completa. Aquel ser voltea y repite la acción a sus tropas lo que genera una respuesta similar que de nada sirve para calmar el ambiente, da la espalda al grupo de sobrevivientes y cierra los ojos listo para soltar órdenes.
Traigan a las maquinas, crucifiquen al resto con rapidez pero mátenlos primero, que no se repita el salvajismo de ayer “se escucha el desenfundar de espadas”
Y así nos adentramos al origen del tiempo, sigamos valientes compañeros.
Es claro que la niña más pequeña ha visto cosas desagradables en la terrible pandemia del continente, por desgracia Zero no tiene palabras para consolarla. En situaciones crudas suele recurrir a la lógica, algo que no genera demasiado apoyo. Su guía por otra parte aunque muy versado en el arte de la interacción decide guardar silencio con una expresión noble, los demás no lo saben pero tiene bien consiente que a veces los niños deben ser dejados con sus pensamientos hasta que los superen o tendrán problemas en la vida.
El paisaje desértico recrudece con cada paso, la arena golpea el rostro de los intrépidos sobrevivientes en su odisea al centro. Z9-42 subestimo las dimensiones del sitio, la isla parece tener un gran espacio disponible. En Aerandir existen muchas masas de tierra sin explorar, dicha información se puede apreciar mejor cuando tienes acceso a un satélite en órbita baja.
Prepararse para la odisea en casa de Giraud fue una de las decisiones mas acertadas que pudieron tomar, sus considerables reservas de agua son contramedidas perfectas para el calor y la brisa seca. Eventualmente dejan atrás los bordes frondosos y solo ven arena alrededor, la ubicación por medios normales comienza a resultar complicada.
Compañeros de metal, debo pedir humildemente que mantengan nuestro rumbo con sabias intervenciones. Dar vueltas en un desierto no es para nada agradable y soy lo suficientemente viejo para pedir ayuda… una de las bondades que vienen con tantos cumpleaños.
Va bien señor Gerald, a mantenido el rumbo en buena medida aunque recomiendo no seguir desviándonos al este para llegar con mayor rapidez.
Asiente con nobleza y corrige su rumbo, siguen un tiempo en la misma dirección hasta que algo detiene su avance. El sonido metálico de otra cosa moviéndose, Z9-42 le reconoce inmediatamente como el tintineo de una armadura pesada. Estudia su entorno pero a la primera no logra detectar nada, en un segundo vistazo ve una figura peligrosamente cerca del grupo.
Allí prácticamente al lado del equipo se manifiesta un sujeto de armadura reluciente, brilla con el sol y denota un peso destacable. No esta solo, de las dunas aparecen ocho individuos con equipamiento ligero pero que siguen el mismo estilo de su misterioso soldado. Sin mediar palabra este último se acerca con naturalidad y no hace caso a cualquier tipo de argumento, detiene sus pasos tan cerca de Zoé que puede admirar bien sus rasgos.
Algo extraño ocurre con las misteriosas tropas, como si su armadura no fuera lo suficientemente diferente también muestran facciones anormales. Son todos hombres de complexión media que ostentan en sus partes descubiertas grotescos rasgos, las venas del cuerpo están brotadas y tan rojas que se pueden confundir con tatuajes tribales. El apéndice más perturbador son los ojos, algunos completamente rojos, otros llenos de venas destrozadas que les dan una apariencia fiera y violenta.
El más cercano sonríe con sadismo al confirmar que su blanco directo es una máquina, luego mira a Zero y ensancha aun más la sonrisa al punto de que se pude apreciar una dentadura completa. Aquel ser voltea y repite la acción a sus tropas lo que genera una respuesta similar que de nada sirve para calmar el ambiente, da la espalda al grupo de sobrevivientes y cierra los ojos listo para soltar órdenes.
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Re: Una esfera para encontrarlos y arrastrarlos a las tinieblas [Libre] [4/4] [Cerrado]
El calor se volvía sofocante, los rayos del sol reflejados sobre la arena cegaban la vista y quemaban la piel. Nadie dijo que esto seria fácil, pero tampoco esperaba encontrarme con un paisaje tan monocromático. No me hubiera resultado difícil manipular el viento para que la arena y el calor no entrara en la nariz y los ojos del grupo, pero eso hubiera requerido un gasto de energía que a la larga se volvería en cansancio, así pues, para disminuir el exceso de fatiga, decidí sacar un par de camisas de lino de la mochila. He improvise un tocado que tapaba gran parte de la cara y la cabeza, de ese modo minimizaba la entrada de arena y calor dejando solo una pequeña sección abierta para los ojos. Repetí el proceso con la camisa restante para envolver la cabeza de Lavey y las dos proseguimos la marcha.
La que peor llevaba el calor era la niña, la pobre tenia el calor corporal unos grados por encima a la media, debido a su alineación elemental, y el calor sofocante la estaba matando. No hacia mas que sudar y si no fuera por mi insistencia en no quitarse la ropa también tendría la piel quemada. Cada cierto tiempo le proporcionaba a Lavey unos tragos de agua, nadie sabia a ciencia cierta cuando terminaría el desierto. Es por esta razón que preferí ahorrar parte de mi agua aguantando mi sed, solo esperaba que el sufrimiento mereciera la pena.
No sabría decir si paso una o dos horas desde que nuestro guía pidió rectificaciones en la orientación del camino, el tiempo parecía no avanzar en mitad de la nada absoluta, las horas se hacían minutos y los minutos horas, la dunas parecían todas igual y el calor creaba espejismos en el suelo, cuando pensábamos que estábamos apunto de llegar a una duna esta desaprecia. Y fue justo en medio de unas dunas que un tipo raro de narices apareció de la nada, como si la tierra los hubiera escupido otros ocho surgieron a su espalda. Estaba claro que no venían a tomar el té de las cinco, agarrando el hombro de Lavey di un paso adelante dejando a la niña a mi espalda y en cuanto el merodeador se acerco a Zöe todo quedo claro, ya sabíamos quienes eran los causantes de los empalamientos.
Las transformaciones nunca son bonitas y quien diga lo contrario miente, ya sean dragones o licantropos, presenciar como un cuerpo se va deformando, ensanchando y creciendo, dejando de tener pelo o creciéndole mas de la cuenta... definitivamente una transformación no es algo agradable de ver. Pero estábamos en peligro y para que voy a engañarme, me gusta mas mi forma de dragón que la humana... aunque como humana se conoce mas gente.
La arena quemaba bajo mis manos, la ropa se rompía con rapidez con el crecimiento de mi cuerpo, las botas literalmente reventaron, en otras circunstancias me hubiera tomado mas tiempo pero ahora el tiempo no existía, el cambio fue rápido y dolorosos, lo que de normal se hacia en 30 o 40 segundos yo lo había hecho en 15. El grito desgarrador que salia de mis cuerdas vocales se convirtió rápidamente el un potente e intimidante rugido.
Se van a cagar, hoy no salen de aquí enteros. Mi pensamiento quedo traducido a un ensordecedor rugido de advertencia, advertencia a la que se hizo caso omiso pues los salvajes se acercaban al grupo con sonrisas sádicas y las armas en ristre. Con movimientos decididos avanzo hasta el hombre que es el líder y con un fuerte coletazo desplazo al sujeto un par de metros, apartándolo así de Zero y Zöe. Por mas grande que fuera mi cuerpo mi fuerza no residía en los músculos (aunque eso no significa que no sean fuertes.)
Lo bueno del metal es que se funde, y los rayos funde metal de maravilla. Los atacantes caminaban en formación de peineta para impedir nuestra huida lo que me facilito la selección de mi primer golpe, de esa forma me centre en el sujeto situado a uno de los extremos, lance una descarga usando mis cuernos y aunque parecía que fueran a ser dos rayos cuando estos salieron de la cornamenta se unieron en uno solo por delante de mi hocico y fue a parar directo al pecho del enemigo. El sujeto no tardo en gritar aunque su llanto fue aplacado por el trueno que apareció casi de forma inmediata luego de que atacara, el metal del pecho quedo totalmente fundido a la piel del deforme humanoide, el olor a carne no tardo en aparecer. Uno menos, quedan 8. El enemigo callo redondo al suelo, estaba inerte, no se movía. Y es que estaba claro, el corazón humano no estaba diseñado para aguantar ese tipo de sobrecargas eléctricas.
_____
Off: No tenia claro si el líder se había reunido con sus lacayos o si estaba aun con zoe y zero, así que me cure en salud y lo empuje para alejarlo de la zona. Igualmente el ataque en si es el que hago al otro sujeto. Esta es la primera batalla que tengo en este foro, así que si hago algo mal avisadme y corrijo. Es por eso mismo que deje al tipo tendido en el suelo y no muerto... porque aunque sea un npc, como no lo e creado yo no se que aguante tiene o cuanto duraría... pero que vamos, si te cae una rayo encima llevando una placa metálica en el cuerpo, te fríe el kokoro instantáneo. xD
Habilidad racial: Transformación en Dragón
La que peor llevaba el calor era la niña, la pobre tenia el calor corporal unos grados por encima a la media, debido a su alineación elemental, y el calor sofocante la estaba matando. No hacia mas que sudar y si no fuera por mi insistencia en no quitarse la ropa también tendría la piel quemada. Cada cierto tiempo le proporcionaba a Lavey unos tragos de agua, nadie sabia a ciencia cierta cuando terminaría el desierto. Es por esta razón que preferí ahorrar parte de mi agua aguantando mi sed, solo esperaba que el sufrimiento mereciera la pena.
No sabría decir si paso una o dos horas desde que nuestro guía pidió rectificaciones en la orientación del camino, el tiempo parecía no avanzar en mitad de la nada absoluta, las horas se hacían minutos y los minutos horas, la dunas parecían todas igual y el calor creaba espejismos en el suelo, cuando pensábamos que estábamos apunto de llegar a una duna esta desaprecia. Y fue justo en medio de unas dunas que un tipo raro de narices apareció de la nada, como si la tierra los hubiera escupido otros ocho surgieron a su espalda. Estaba claro que no venían a tomar el té de las cinco, agarrando el hombro de Lavey di un paso adelante dejando a la niña a mi espalda y en cuanto el merodeador se acerco a Zöe todo quedo claro, ya sabíamos quienes eran los causantes de los empalamientos.
Las transformaciones nunca son bonitas y quien diga lo contrario miente, ya sean dragones o licantropos, presenciar como un cuerpo se va deformando, ensanchando y creciendo, dejando de tener pelo o creciéndole mas de la cuenta... definitivamente una transformación no es algo agradable de ver. Pero estábamos en peligro y para que voy a engañarme, me gusta mas mi forma de dragón que la humana... aunque como humana se conoce mas gente.
La arena quemaba bajo mis manos, la ropa se rompía con rapidez con el crecimiento de mi cuerpo, las botas literalmente reventaron, en otras circunstancias me hubiera tomado mas tiempo pero ahora el tiempo no existía, el cambio fue rápido y dolorosos, lo que de normal se hacia en 30 o 40 segundos yo lo había hecho en 15. El grito desgarrador que salia de mis cuerdas vocales se convirtió rápidamente el un potente e intimidante rugido.
- Que vengan (si se atreven):
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Obiviamente con la estatura especifica del foro.
Se van a cagar, hoy no salen de aquí enteros. Mi pensamiento quedo traducido a un ensordecedor rugido de advertencia, advertencia a la que se hizo caso omiso pues los salvajes se acercaban al grupo con sonrisas sádicas y las armas en ristre. Con movimientos decididos avanzo hasta el hombre que es el líder y con un fuerte coletazo desplazo al sujeto un par de metros, apartándolo así de Zero y Zöe. Por mas grande que fuera mi cuerpo mi fuerza no residía en los músculos (aunque eso no significa que no sean fuertes.)
Lo bueno del metal es que se funde, y los rayos funde metal de maravilla. Los atacantes caminaban en formación de peineta para impedir nuestra huida lo que me facilito la selección de mi primer golpe, de esa forma me centre en el sujeto situado a uno de los extremos, lance una descarga usando mis cuernos y aunque parecía que fueran a ser dos rayos cuando estos salieron de la cornamenta se unieron en uno solo por delante de mi hocico y fue a parar directo al pecho del enemigo. El sujeto no tardo en gritar aunque su llanto fue aplacado por el trueno que apareció casi de forma inmediata luego de que atacara, el metal del pecho quedo totalmente fundido a la piel del deforme humanoide, el olor a carne no tardo en aparecer. Uno menos, quedan 8. El enemigo callo redondo al suelo, estaba inerte, no se movía. Y es que estaba claro, el corazón humano no estaba diseñado para aguantar ese tipo de sobrecargas eléctricas.
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Off: No tenia claro si el líder se había reunido con sus lacayos o si estaba aun con zoe y zero, así que me cure en salud y lo empuje para alejarlo de la zona. Igualmente el ataque en si es el que hago al otro sujeto. Esta es la primera batalla que tengo en este foro, así que si hago algo mal avisadme y corrijo. Es por eso mismo que deje al tipo tendido en el suelo y no muerto... porque aunque sea un npc, como no lo e creado yo no se que aguante tiene o cuanto duraría... pero que vamos, si te cae una rayo encima llevando una placa metálica en el cuerpo, te fríe el kokoro instantáneo. xD
Habilidad racial: Transformación en Dragón
Última edición por Reivy Abadder el Vie Abr 13 2018, 15:47, editado 1 vez
Reivy Abadder
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Re: Una esfera para encontrarlos y arrastrarlos a las tinieblas [Libre] [4/4] [Cerrado]
Las caminatas por el desierto resultaban sumamente agresivas para los orgánicos, mi cuerpo sentía el calor y la falta de agua al igual que ellos, pero no lo necesitaba con tanta urgencia como los seres vivos. En espacios de tiempo distanciados consumía apenas un sorbo, no porque mi parte biológica lo necesitara, sino para equilibrar mi sistema de enfriamiento que se encontraba en ese momento trabajando al máximo de sus capacidades.
Zero parecía tener un sistema más resistente, no sufrió grandes cambios físicos en relación a lo que había visto de él hasta el momento, en cambio Lavey se veía gravemente afectada. Luego de algunas horas me ofrecí a llevarla en la espalda, por una parte para que no se cansara caminando, pero además porque en contraste con ella, mi cuerpo estaba varios grados más frío. Podía sentir su mejilla caliente apoyada contra mi espalda.
De alguna manera un grupo de personas apareció frente a nosotros, de haber podido expresar sorpresa seguramente lo hubiese hecho, ya que mi sistema no detecto su presencia hasta que se materializaron frente a nosotros. Con cuidado baje a Lavey de mi espalda, sus intenciones no parecían amistosas.
-Reconsideren sus propósitos, no deseamos… - Vi que desenfundaban sus armas, no había posibilidad alguna de dialogo, la niña dragón ya había sido apartada por Reivy quien se preparo para la batalla al tomar su forma original. Yo no tenía armas propiamente dicho, pero tenía mis herramientas, desplegué de mis dedos una cuchilla y un destornillador, pero no podía atacarlos primero, así que esperé a que avanzaran hacía mi.
Uno de ellos se acercó por mi izquierda, para llevar armadura eran bastante rápidos, deje pasar el arma aunque llegó a golpearme con el costado del brazo. Retrocedí varios pasos, sin sentir el dolor, agarré el brazo con el que me había golpeado y le introduje el destornillador entre las articulaciones de la armadura, llegando a la carne que había debajo.
-¡¡Aaarrgh!! – Grito el hombre mientras tiraba hacía atrás el miembro para intentar zafarse, me agarré fuerte a él para impedírselo, retorciendo el arma para que el dolor lo embargara y le impidiera pensar con claridad. Alguien más me agarró desde la espalda, cerrando una llave alrededor de mis hombros para que no pudiera atacarlo con mis manos.
El hombre al que había atacado se acercó a mí con su espada en alto, levante las piernas y lo patee en medio del pecho para alejarlo, logrando que se cayera de espalda. Quien me sostenía había perdido el equilibrio también, caímos al piso y rápidamente clave una de las cuchillas en su cuello, sin darle oportunidad alguna de defenderse.
----------------------
Resumen: Uno muerto, otro con herida en el brazo y tirado en el piso.
Subrayado: Habilidad- Maestría en armas cortas
Zero parecía tener un sistema más resistente, no sufrió grandes cambios físicos en relación a lo que había visto de él hasta el momento, en cambio Lavey se veía gravemente afectada. Luego de algunas horas me ofrecí a llevarla en la espalda, por una parte para que no se cansara caminando, pero además porque en contraste con ella, mi cuerpo estaba varios grados más frío. Podía sentir su mejilla caliente apoyada contra mi espalda.
De alguna manera un grupo de personas apareció frente a nosotros, de haber podido expresar sorpresa seguramente lo hubiese hecho, ya que mi sistema no detecto su presencia hasta que se materializaron frente a nosotros. Con cuidado baje a Lavey de mi espalda, sus intenciones no parecían amistosas.
-Reconsideren sus propósitos, no deseamos… - Vi que desenfundaban sus armas, no había posibilidad alguna de dialogo, la niña dragón ya había sido apartada por Reivy quien se preparo para la batalla al tomar su forma original. Yo no tenía armas propiamente dicho, pero tenía mis herramientas, desplegué de mis dedos una cuchilla y un destornillador, pero no podía atacarlos primero, así que esperé a que avanzaran hacía mi.
Uno de ellos se acercó por mi izquierda, para llevar armadura eran bastante rápidos, deje pasar el arma aunque llegó a golpearme con el costado del brazo. Retrocedí varios pasos, sin sentir el dolor, agarré el brazo con el que me había golpeado y le introduje el destornillador entre las articulaciones de la armadura, llegando a la carne que había debajo.
-¡¡Aaarrgh!! – Grito el hombre mientras tiraba hacía atrás el miembro para intentar zafarse, me agarré fuerte a él para impedírselo, retorciendo el arma para que el dolor lo embargara y le impidiera pensar con claridad. Alguien más me agarró desde la espalda, cerrando una llave alrededor de mis hombros para que no pudiera atacarlo con mis manos.
El hombre al que había atacado se acercó a mí con su espada en alto, levante las piernas y lo patee en medio del pecho para alejarlo, logrando que se cayera de espalda. Quien me sostenía había perdido el equilibrio también, caímos al piso y rápidamente clave una de las cuchillas en su cuello, sin darle oportunidad alguna de defenderse.
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Resumen: Uno muerto, otro con herida en el brazo y tirado en el piso.
Subrayado: Habilidad- Maestría en armas cortas
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Re: Una esfera para encontrarlos y arrastrarlos a las tinieblas [Libre] [4/4] [Cerrado]
Lo que fuera selva se transformaba en desierto con cada paso que dábamos, desierto con arena y un calor sofocante, que no hacía más que aumentar a cada momento. Mi sedoso pelaje felino no me hacía ningún servicio en situaciones como esta y hasta eché de menos cuando mi padre me hacía rasurar para que pareciera más humana. Lo hubiera pasado aún peor si Zöe no hubiera tenido la previsión de llevar varias cantimploras con agua y la generosidad de darme cada vez que le pedía, por lo menos la sed pude mantenerla a raya.
Lo estábamos pasando mal, pero las cosas siempre pueden ir peor. De repente, como por arte de magia aparecieron nueve tipos con armas y armaduras y su jefe dio la orden de atrapar a los bióticos y matarnos y crucificarnos a los demás, ¡maldita sea su alma! Una rápida mirada me dejó muy claro que intentar seducir a alguno de esos engendros para salvar mi vida sería lo mismo que tratar de seducir a un bloque de piedra, un esfuerzo inútil. Tendría que pelear o huir.
La transformación de Reivy en dragón me dejó tan pasmada que casi me atrapa uno de los soldados, pero conseguí esquivarlo a tiempo. Por unos momentos, pensé que bastaría con esconderme tras la dragona para estar a salvo, pero enseguida me di cuenta de que estar a la espalda de un dragón que peleaba y no podía verme no era una idea de lo más brillante y, de todos modos, algunos de esos tipos venían por mí.
La huida no era una buena opción, así que tendría que pelear. No soy una combatiente, pero en más de una ocasión había tenido que pelear y defenderme, algunos recursos tenía, como mi daga Ágatha, la que saqué de entre mis ropas. No me fue difícil eludir sus intentos para atraparme, era mucho más ágil que ellos, pero no podía mantenerme mucho tiempo así sin cansarme con ese calor que hacía. Había dos de esos engendros tratando de agarrarme y uno de ellos estaba demasiado cerca, tanto que logré asestarle un rodillazo en la ingle que lo hizo doblarse en dos y, aprovechando la ocasión le sujeté la cabeza y le rebané el cuello con Ágatha. Apenas conseguí darme la vuelta cuando el otro se me venía ya encima; en una reacción casi automática, saqué mis garras y se las enterré en los ojos.
Lo estábamos pasando mal, pero las cosas siempre pueden ir peor. De repente, como por arte de magia aparecieron nueve tipos con armas y armaduras y su jefe dio la orden de atrapar a los bióticos y matarnos y crucificarnos a los demás, ¡maldita sea su alma! Una rápida mirada me dejó muy claro que intentar seducir a alguno de esos engendros para salvar mi vida sería lo mismo que tratar de seducir a un bloque de piedra, un esfuerzo inútil. Tendría que pelear o huir.
La transformación de Reivy en dragón me dejó tan pasmada que casi me atrapa uno de los soldados, pero conseguí esquivarlo a tiempo. Por unos momentos, pensé que bastaría con esconderme tras la dragona para estar a salvo, pero enseguida me di cuenta de que estar a la espalda de un dragón que peleaba y no podía verme no era una idea de lo más brillante y, de todos modos, algunos de esos tipos venían por mí.
La huida no era una buena opción, así que tendría que pelear. No soy una combatiente, pero en más de una ocasión había tenido que pelear y defenderme, algunos recursos tenía, como mi daga Ágatha, la que saqué de entre mis ropas. No me fue difícil eludir sus intentos para atraparme, era mucho más ágil que ellos, pero no podía mantenerme mucho tiempo así sin cansarme con ese calor que hacía. Había dos de esos engendros tratando de agarrarme y uno de ellos estaba demasiado cerca, tanto que logré asestarle un rodillazo en la ingle que lo hizo doblarse en dos y, aprovechando la ocasión le sujeté la cabeza y le rebané el cuello con Ágatha. Apenas conseguí darme la vuelta cuando el otro se me venía ya encima; en una reacción casi automática, saqué mis garras y se las enterré en los ojos.
Angélique Beauchat
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Re: Una esfera para encontrarlos y arrastrarlos a las tinieblas [Libre] [4/4] [Cerrado]
Pronto aquellos guerreros de armadura diferente entienden que algunas veces una apariencia frágil engaña, los defensores logran mantener su línea y contraatacan acordemente. Las integrantes femeninas hacen gala de sus variadas habilidades y no solo despiertan sorpresa en el enemigo.
Y por eso niño debes evitar molestar a una mujer.
Zero le dedica una mirada confusa al extraño comentario de Gerald, eventualmente se propone intervenir pero termina alejado de blancos próximos, eso sin mencionar que todos los hostiles parecen eludirle por alguna razón. Los laterales se ocupan de refriegas individuales así que el “pequeño” debe buscar por más tiempo una ventana para colaborar.
Reivy hace uso de su forma draconica para dispensar daño, su transformación acelerada resulta ser un espectáculo doloroso incluso en ojos de cualquier tercero pero eso no le impide reaccionar. Arroja al líder por los aires y luego ataca con potencia eléctrica al segundo objetivo más cercano logrando acabar con su vida de inmediato.
Al otro extremo una rodeada Zöe se defiende con artículos claramente diseñados para otros propósitos y tiene bastante éxito, la carne suele ser frágil ante todo tipo de metal punzante. Con destornilladores y otras herramientas hiere e incluso logra acabar con su ultimo blanco, dicho personaje por alguna razón no puede dejar de reír pese a estar ahogándose en su propia sangre.
En una gran muestra de agilidad su integrante felina realiza la típica “danza mortal” con cierta arma corta, logra rebanar el cuello de su atacante más cercano sin perder gracia en el proceso. Parece que los vendajes aplicados por su guía surtieron efecto, nadie podría decir que tiene comprometida una pierna.
Los muertos del bando contrario se acumulan pero en el rostro de sus compañeros no se ve ningún vestigio de miedo, odio… ni siquiera remordimiento vengativo. Sonríen con sadismo e incluso se puede decir que lo disfrutan, parecen llenarse de buenas sensaciones con cada muerte si es que eso tiene algún sentido.
Algo si puede notarse como reacción tangible de las bajas, su violencia y salvajismo irracional aumentan al extinguirse cada vida. Uno de los enemigos ilesos arroja la lanza que lleve encima rumbo al torso de la dragona mientras otro intenta subírsele para clavarle su espada en el pescuezo cual cuento de caballeros.
En instantes simultáneos cierto personaje herido por Zöe trata de limitar sus movimientos con una cadena de combate bastante resistente, es más fornido que el resto aunque su fuerza no se le puede endosar solo a ese aspecto. Lucha como un oso enfurecido e incluso aquella creación artificial debería tener problemas.
Segundos después Giraud saca su propia arma para quitarle un tercer enemigo a Reivy y le empuña con cierta destreza, su lucero del alba tiene una apariencia tribal aunque eso no limita las cualidades marciales poseídas. Luego de usar el mango para atontar al contrincante, estrella las púas en su brazo armado dejándole inutilizado.
Angélique logra disfrutar de cierta tranquilidad pero su anonimato en el combate no dura mucho, un guerrero de tez morena aparece y se burla del enemigo que sus amigos dejaron. Arroja la espada a un lado mientras enseña sus puños, llevan bandas de cuero con púas de madera y metal a modo nudillos.
El centurión dijo que te matáramos antes de la crucifixión “ríe maliciosamente” pero no dijo cómo, ¡a luchar insecto y que tu sangre me brinde gloria!
Todo se mueve más lento en la mente de Z9-42, es la parte menos dañada de su cuerpo. Gracias a esto logra detectar algo que los demás pasan por alto, el líder ha desaparecido. Puede haber huido pero no lo considera acertado, existen grandes posibilidades de que planee arremeter discretamente… es una “corazonada”. Mira para todos lados intentando encontrarle, ese ataque tiene que ser interceptado o podría acabar de golpe con el aliado objetivo.
Y por eso niño debes evitar molestar a una mujer.
Zero le dedica una mirada confusa al extraño comentario de Gerald, eventualmente se propone intervenir pero termina alejado de blancos próximos, eso sin mencionar que todos los hostiles parecen eludirle por alguna razón. Los laterales se ocupan de refriegas individuales así que el “pequeño” debe buscar por más tiempo una ventana para colaborar.
Reivy hace uso de su forma draconica para dispensar daño, su transformación acelerada resulta ser un espectáculo doloroso incluso en ojos de cualquier tercero pero eso no le impide reaccionar. Arroja al líder por los aires y luego ataca con potencia eléctrica al segundo objetivo más cercano logrando acabar con su vida de inmediato.
Al otro extremo una rodeada Zöe se defiende con artículos claramente diseñados para otros propósitos y tiene bastante éxito, la carne suele ser frágil ante todo tipo de metal punzante. Con destornilladores y otras herramientas hiere e incluso logra acabar con su ultimo blanco, dicho personaje por alguna razón no puede dejar de reír pese a estar ahogándose en su propia sangre.
En una gran muestra de agilidad su integrante felina realiza la típica “danza mortal” con cierta arma corta, logra rebanar el cuello de su atacante más cercano sin perder gracia en el proceso. Parece que los vendajes aplicados por su guía surtieron efecto, nadie podría decir que tiene comprometida una pierna.
Los muertos del bando contrario se acumulan pero en el rostro de sus compañeros no se ve ningún vestigio de miedo, odio… ni siquiera remordimiento vengativo. Sonríen con sadismo e incluso se puede decir que lo disfrutan, parecen llenarse de buenas sensaciones con cada muerte si es que eso tiene algún sentido.
Algo si puede notarse como reacción tangible de las bajas, su violencia y salvajismo irracional aumentan al extinguirse cada vida. Uno de los enemigos ilesos arroja la lanza que lleve encima rumbo al torso de la dragona mientras otro intenta subírsele para clavarle su espada en el pescuezo cual cuento de caballeros.
En instantes simultáneos cierto personaje herido por Zöe trata de limitar sus movimientos con una cadena de combate bastante resistente, es más fornido que el resto aunque su fuerza no se le puede endosar solo a ese aspecto. Lucha como un oso enfurecido e incluso aquella creación artificial debería tener problemas.
Segundos después Giraud saca su propia arma para quitarle un tercer enemigo a Reivy y le empuña con cierta destreza, su lucero del alba tiene una apariencia tribal aunque eso no limita las cualidades marciales poseídas. Luego de usar el mango para atontar al contrincante, estrella las púas en su brazo armado dejándole inutilizado.
Angélique logra disfrutar de cierta tranquilidad pero su anonimato en el combate no dura mucho, un guerrero de tez morena aparece y se burla del enemigo que sus amigos dejaron. Arroja la espada a un lado mientras enseña sus puños, llevan bandas de cuero con púas de madera y metal a modo nudillos.
El centurión dijo que te matáramos antes de la crucifixión “ríe maliciosamente” pero no dijo cómo, ¡a luchar insecto y que tu sangre me brinde gloria!
Todo se mueve más lento en la mente de Z9-42, es la parte menos dañada de su cuerpo. Gracias a esto logra detectar algo que los demás pasan por alto, el líder ha desaparecido. Puede haber huido pero no lo considera acertado, existen grandes posibilidades de que planee arremeter discretamente… es una “corazonada”. Mira para todos lados intentando encontrarle, ese ataque tiene que ser interceptado o podría acabar de golpe con el aliado objetivo.
Z9-42
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