Compras para una niña [Tema libre 4/4] [Tema Cerrado]
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Re: Compras para una niña [Tema libre 4/4] [Tema Cerrado]
El joven de ojos luminosos había decidido que era mejor irse del refugió, como única respuesta asentí, nadie estaba obligado a quedarse. Sin embargo a Ircan y Reivy les había llamado la atención semejante actitud, me quede observando la puerta de salida mientras analizaba los últimos acontecimientos ¿Sabría cual era el camino de regreso? Si era tan nuevo en la ciudad quizás sería algo complicado el guiarse en los pequeños callejones.
Observé en silencio toda la discusión sobre cuernos, no entendía porque a Ircan le resultaba tan bochornoso, pero parecía ser el único que se sentía así, quizás para su gente la cornamenta tenía un significado más profundo o religioso.
-Puedo enseñarte, aunque al ser tan pocos los Bio- cibernéticos que estamos activos no creo que pueda ser un gran negocio – De hecho yo no lo hacía por el dinero, sino simplemente porque me habían construido con ese propósito – Pero si la curiosidad es lo que te motiva entonces probablemente podría resultar más beneficioso para ti.
Por un motivo o por otro todos los presentes necesitaban regresar al mercado, yo tampoco podía permanecer más tiempo en ese sitio, en parte porque lo necesitaban, pero también porque había algo que tenía que hacer en la esfera.
-Si les parece, puedo guiar a Ircan por los sitios donde se encuentran los vendedores que necesita, conozco además los precios que se están utilizando actualmente en la ciudad – Me seguía pareciendo interesante el modo en que los orgánicos ponían tanta atención y esmero en su vestimenta, muchas veces incluso dejando de lado la practicidad. Lavey estaba encantada con la idea de tener ropa nueva, yo mire lo que llevaba puesto, era exactamente lo mismo que llevaba desde siempre.
-Luego debería regresar con los niños, ya que debo cuidarlos – Chimar se había negado rotundamente a que pusiera mis manos en cualquiera de los aparatos de la Esfera, su orgullo le impedía el aceptar mi ayuda. Pero tampoco me había dado ninguna orden precisa con respeto a qué hacer como miembro de Los Gorriones. El resto de los pequeños no se habían mostrado tan reticentes a mi presencia, y rápidamente me habían encargado diferentes tareas como jugar con ellos, peinarlos, dejar que se durmieran en mis piernas, entre otras.
Abrí la puerta para que nos dirigiéramos por fin al mercado, antes de salir una idea surgió en mi sistema ¿Y si volvían a reconocerme?
-Esperen un momento por favor – Fui hasta uno de los muebles, abrí una de las puertas de abajo y saque una capa con capucha, la puse sobre mis hombros y tape mi cabeza con ella – Creo que así será más seguro ¿Correcto? – Entonces si cerré la puerta del refugio y casi al instante se escucharon sonidos de pies adentro, los niños habían regresado.
Observé en silencio toda la discusión sobre cuernos, no entendía porque a Ircan le resultaba tan bochornoso, pero parecía ser el único que se sentía así, quizás para su gente la cornamenta tenía un significado más profundo o religioso.
-Puedo enseñarte, aunque al ser tan pocos los Bio- cibernéticos que estamos activos no creo que pueda ser un gran negocio – De hecho yo no lo hacía por el dinero, sino simplemente porque me habían construido con ese propósito – Pero si la curiosidad es lo que te motiva entonces probablemente podría resultar más beneficioso para ti.
Por un motivo o por otro todos los presentes necesitaban regresar al mercado, yo tampoco podía permanecer más tiempo en ese sitio, en parte porque lo necesitaban, pero también porque había algo que tenía que hacer en la esfera.
-Si les parece, puedo guiar a Ircan por los sitios donde se encuentran los vendedores que necesita, conozco además los precios que se están utilizando actualmente en la ciudad – Me seguía pareciendo interesante el modo en que los orgánicos ponían tanta atención y esmero en su vestimenta, muchas veces incluso dejando de lado la practicidad. Lavey estaba encantada con la idea de tener ropa nueva, yo mire lo que llevaba puesto, era exactamente lo mismo que llevaba desde siempre.
-Luego debería regresar con los niños, ya que debo cuidarlos – Chimar se había negado rotundamente a que pusiera mis manos en cualquiera de los aparatos de la Esfera, su orgullo le impedía el aceptar mi ayuda. Pero tampoco me había dado ninguna orden precisa con respeto a qué hacer como miembro de Los Gorriones. El resto de los pequeños no se habían mostrado tan reticentes a mi presencia, y rápidamente me habían encargado diferentes tareas como jugar con ellos, peinarlos, dejar que se durmieran en mis piernas, entre otras.
Abrí la puerta para que nos dirigiéramos por fin al mercado, antes de salir una idea surgió en mi sistema ¿Y si volvían a reconocerme?
-Esperen un momento por favor – Fui hasta uno de los muebles, abrí una de las puertas de abajo y saque una capa con capucha, la puse sobre mis hombros y tape mi cabeza con ella – Creo que así será más seguro ¿Correcto? – Entonces si cerré la puerta del refugio y casi al instante se escucharon sonidos de pies adentro, los niños habían regresado.
Zöe
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Re: Compras para una niña [Tema libre 4/4] [Tema Cerrado]
Camine por los callejones, y cada vez que tomaba un camino, había otros 3, y luego de tomar un callejón, otros 3 y así sucesivamente. Estaba perdido, sin poder salir, lo único que se me había ocurrido era seguir a los sujetos que conocí hasta una posible salida del laberinto en el que estaba, o seguir a un guardia, aunque no era la mejor idea así que preferí no hacerlo. Camine por donde vine, pero había tomado tantos callejones que también me perdí de donde vine, no sabia ni donde estaba parado. La gente me miraba fijamente, como si fuera un enemigo. Tome caminos al azar, pero no había caso. Así que lo único que se me ocurrió es preguntarle a alguien.
Vi a un sujeto caminando por esas calles, sucio y con la ropa rota. De todas formas no iba a juzgarlo sin conocerlo, así que me acerque y le pregunte.
- Disculpe - Dije tocándole el hombro de atrás. - ¿Sabe como salir de aquí?, Me refiero a los callejones. - Se dio vuelta, me miro de arriba a abajo, y respondió.
- Piérdete niño, aunque ya lo estas. - Dijo entre risas, no había caso, no iba a preguntar 2 veces así que omití al sujeto
- Gracias... - Le dije yéndome, luego de tratar de adivinar callejones, mire a mi derecha e izquierda... y encontré a lo lejos una casa "abandonada", igual que la de antes, no era coincidencia, había vuelto. Escuche como abrieron la puerta, así que lo único que se me ocurrió era seguirlos, sin que se den cuenta. Aunque dudo que pueda pasar desapercibido, de todas maneras si me veían, les iba a contar mi problema, claramente estaba perdido.
Vi a un sujeto caminando por esas calles, sucio y con la ropa rota. De todas formas no iba a juzgarlo sin conocerlo, así que me acerque y le pregunte.
- Disculpe - Dije tocándole el hombro de atrás. - ¿Sabe como salir de aquí?, Me refiero a los callejones. - Se dio vuelta, me miro de arriba a abajo, y respondió.
- Piérdete niño, aunque ya lo estas. - Dijo entre risas, no había caso, no iba a preguntar 2 veces así que omití al sujeto
- Gracias... - Le dije yéndome, luego de tratar de adivinar callejones, mire a mi derecha e izquierda... y encontré a lo lejos una casa "abandonada", igual que la de antes, no era coincidencia, había vuelto. Escuche como abrieron la puerta, así que lo único que se me ocurrió era seguirlos, sin que se den cuenta. Aunque dudo que pueda pasar desapercibido, de todas maneras si me veían, les iba a contar mi problema, claramente estaba perdido.
Rakan'Drag
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Re: Compras para una niña [Tema libre 4/4] [Tema Cerrado]
Cuando Toro levantó la mirada, no fue del todo consciente de que la pequeña le siguió quedando cara a cara. La niña sonrió satisfecha antes de soltarse.
-¿Tienes cuernos? - el bóvido comenzó a escudriñar los rubios cabellos de la pequeña intentando encontrarlos. -No los veo.
Yo, por mi parte, comprendí la pequeña pista que había dejado Lavey, no era la primera vez que veía a un dragón; en este caso dragona. Estudie detenidamente a Reivy, ¿Sería ella también una dragona? Sería lógico pensar que si, aunque habían comentado que no eran familia.
-Si Zöe, es pura curiosidad y por gusto por aprender. Nunca sabe cuando uno puede necesitar algún conocimiento concreto.-miré a la robot disimulando mis dudas con una sonrisa. -Me parece bien tu oferta. Me ahorraría varias horas de camino, como mínimo.
Al parecer ya teníamos un plan, uno al que no estaba acostumbrado; ir de compras. Normalmente era yo quien estaba en el mostrador, ahora vería todo desde la perspectiva contraria.
-Bueno si os lleváis a la guía supongo que deberemos compartir camino. Vamos Toro, veamos la ropa que han cogido para la pequeña. - miré a la pequeña totalmente emocionada por algo tan banal. Sonreí al recordar como no hace mucho tiempo yo también era participe de esa felicidad que ignoraba al resto del mundo.
-¡Si! ¡Vamos! -se dio dos palmadas en los muslos. -Me aburre estar parado.
Salimos de aquella improvisada guarida, que al momento en que su puerta se cerró pude oír unos pequeños pasos entrar en la casa, por entradas desconocidas.
"Así que Zöe ha esquivado la pregunta de las otras salidas de una forma consciente..." me rasqué el mentón mientras reflexionaba sobre la verdadera sinceridad de los biocibérneticos, aquella raza tan desconocida para mi.
Conforme caminábamos, de nuevo hasta la "escena del crimen" cosa que podía no acabar muy bien, pude notar como alguien nos seguía. Puede que fueran mis imaginaciones, pero.... ¿quién iba a querer seguir a una niña, una mujer, una robot, un hombre bestia y a un muchacho? Sin duda eramos un grupo variopinto y muy llamativo, ¿pero tanto como para seguirnos?
"¿Es posible que ese mercader ya haya movido sus hilos clandestinos?" pensé mientras acariciaba de forma distraída la empuñadura de mi daga.
-¿Tienes cuernos? - el bóvido comenzó a escudriñar los rubios cabellos de la pequeña intentando encontrarlos. -No los veo.
Yo, por mi parte, comprendí la pequeña pista que había dejado Lavey, no era la primera vez que veía a un dragón; en este caso dragona. Estudie detenidamente a Reivy, ¿Sería ella también una dragona? Sería lógico pensar que si, aunque habían comentado que no eran familia.
-Si Zöe, es pura curiosidad y por gusto por aprender. Nunca sabe cuando uno puede necesitar algún conocimiento concreto.-miré a la robot disimulando mis dudas con una sonrisa. -Me parece bien tu oferta. Me ahorraría varias horas de camino, como mínimo.
Al parecer ya teníamos un plan, uno al que no estaba acostumbrado; ir de compras. Normalmente era yo quien estaba en el mostrador, ahora vería todo desde la perspectiva contraria.
-Bueno si os lleváis a la guía supongo que deberemos compartir camino. Vamos Toro, veamos la ropa que han cogido para la pequeña. - miré a la pequeña totalmente emocionada por algo tan banal. Sonreí al recordar como no hace mucho tiempo yo también era participe de esa felicidad que ignoraba al resto del mundo.
-¡Si! ¡Vamos! -se dio dos palmadas en los muslos. -Me aburre estar parado.
Salimos de aquella improvisada guarida, que al momento en que su puerta se cerró pude oír unos pequeños pasos entrar en la casa, por entradas desconocidas.
"Así que Zöe ha esquivado la pregunta de las otras salidas de una forma consciente..." me rasqué el mentón mientras reflexionaba sobre la verdadera sinceridad de los biocibérneticos, aquella raza tan desconocida para mi.
Conforme caminábamos, de nuevo hasta la "escena del crimen" cosa que podía no acabar muy bien, pude notar como alguien nos seguía. Puede que fueran mis imaginaciones, pero.... ¿quién iba a querer seguir a una niña, una mujer, una robot, un hombre bestia y a un muchacho? Sin duda eramos un grupo variopinto y muy llamativo, ¿pero tanto como para seguirnos?
"¿Es posible que ese mercader ya haya movido sus hilos clandestinos?" pensé mientras acariciaba de forma distraída la empuñadura de mi daga.
Ircan
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Re: Compras para una niña [Tema libre 4/4] [Tema Cerrado]
Al salir de la casa y volver a escuchar los pasitos de los niños, Lavey se giró con cara de "Lo sabia." Pero centrada en su ropa nueva decidio dejar a los huerfanos en paz y seguir a Zöe por los callejones. Al llegar de vuelta al mercado entramos en la tienda de sastrería, ahora si, la niña entró conmigo. No di ninguna indicación al grupo que caminaba conmigo, así que eran libres de entrar o quedarse fuera de la tienda.
Una vez dentro, la pequeña fue directo al montón de ropa que la dependienta tenía aparta junto al mostrador. Con ojo agudo y juicioso Lavey escogió los más bonitos, y por supuesto los más caros. Los niños portaban la peculiar capacidad de saber elegir siempre el objeto mas caro, asi pues, con el bolsillo más vacío, una bolsa llena de ropa y una niña feliz salimos de vuelta a la calle.
Si hubiera sido un dia normal, donde lo normal sería comprar, comer en algún sitio y volver a casa, el dia habría sido redondo... pero no. La mañana ya empezó mal, una niña perdida, una trifulca con un mercader, una escapada fortuita y ahora esto. Por en medio del grupo se coló a empujones, un hombre y haciendo una actuación digna de un teatro comenzó a gritar, a la vez que tiraba una pequeña bolsa de cuero negro al suelo. -Socorro! A mi la guardia! estos despojos humanos tratan de robarme! Auxilio.
El hombre nos miraba con una sonrisa maliciosa, dejando claro que sabía perfectamente lo que estaba haciendo. La multitud no tardó en darse la vuelta hacia nosotros y a voz en grito comenzaron a llamar a la guardia del mercado.
-Hijo de... este malnacido nos quiere meter al calabozo. -A través del gentio se comenzaban a escuchar, los pasos enérgicos de los guardias y por arriba de las cabezas se veían las puntas de las picas. Podía contar cinco. -Ya te voy a encontrar una dia de estos, cuando estés solo en una taberna de mala muerto. Veremos quien llama entonces a la guardia. Muchachos, si queremos salir de esta de una sola pieza sugiero que empecemos a correr.
No estaba en posición de que Lavey viera como empezamos una palea sangrienta, era consciente que podriamos con ellos sin dificultad, solo tenia que transformarme y con la ayuda del resto en un santiamén estarían despachados. Pero entonces nosotros estaríamos marcados por defendernos de un crimen que no cometimos. Levante a Lavey del suelo con un movimiento rápido y empece a correr empujando a la gente que tenia mas cerca y que me impedía el paso.
-Zöe sacanos de aqui. Metenos por los callejones esos que conoces, hay que despistar a estos zopencos.
Una vez dentro, la pequeña fue directo al montón de ropa que la dependienta tenía aparta junto al mostrador. Con ojo agudo y juicioso Lavey escogió los más bonitos, y por supuesto los más caros. Los niños portaban la peculiar capacidad de saber elegir siempre el objeto mas caro, asi pues, con el bolsillo más vacío, una bolsa llena de ropa y una niña feliz salimos de vuelta a la calle.
Si hubiera sido un dia normal, donde lo normal sería comprar, comer en algún sitio y volver a casa, el dia habría sido redondo... pero no. La mañana ya empezó mal, una niña perdida, una trifulca con un mercader, una escapada fortuita y ahora esto. Por en medio del grupo se coló a empujones, un hombre y haciendo una actuación digna de un teatro comenzó a gritar, a la vez que tiraba una pequeña bolsa de cuero negro al suelo. -Socorro! A mi la guardia! estos despojos humanos tratan de robarme! Auxilio.
El hombre nos miraba con una sonrisa maliciosa, dejando claro que sabía perfectamente lo que estaba haciendo. La multitud no tardó en darse la vuelta hacia nosotros y a voz en grito comenzaron a llamar a la guardia del mercado.
-Hijo de... este malnacido nos quiere meter al calabozo. -A través del gentio se comenzaban a escuchar, los pasos enérgicos de los guardias y por arriba de las cabezas se veían las puntas de las picas. Podía contar cinco. -Ya te voy a encontrar una dia de estos, cuando estés solo en una taberna de mala muerto. Veremos quien llama entonces a la guardia. Muchachos, si queremos salir de esta de una sola pieza sugiero que empecemos a correr.
No estaba en posición de que Lavey viera como empezamos una palea sangrienta, era consciente que podriamos con ellos sin dificultad, solo tenia que transformarme y con la ayuda del resto en un santiamén estarían despachados. Pero entonces nosotros estaríamos marcados por defendernos de un crimen que no cometimos. Levante a Lavey del suelo con un movimiento rápido y empece a correr empujando a la gente que tenia mas cerca y que me impedía el paso.
-Zöe sacanos de aqui. Metenos por los callejones esos que conoces, hay que despistar a estos zopencos.
Reivy Abadder
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Re: Compras para una niña [Tema libre 4/4] [Tema Cerrado]
Era imposible que me perdiera, así también como era imposible que no me diera cuenta que el joven Rakan´Drago nos seguía, no dije nada porque los motivos por los cuales los orgánicos decidían hacer las cosas eran un completo misterio para mi, si deseaba seguirnos desde lejos no haría nada para impedirlo. Llegamos nuevamente al mercado y esta vez fue más rápido ya que no estaba eligiendo el camino más largo ni tenía la necesidad de despistar a nadie.
Reivy y Lavey entraron al negocio donde originalmente estaban comprando ropa, yo preferí quedarme afuera.
-El primero de los negocios está a pocos metros, deberíamos visitarlo – Le dije a Ircan y a Toro con mi habitual gesto neutro – Será más eficiente de esta manera – Me dirigí hacía un negocio que estaba al doblar la esquina – Ese es – El viento amenazo con arrancarme la capucha que cubría mi “llamativo” modo de ver – Esperaré a Reivy y a Lavey para avisarles que están aquí.
Me quedé parada frente al negocio sin mover un solo músculo hasta que vi a las dos mujeres salir.
-Debo avisarles que Ircan y Toro están en otra tienda y que Rakan nos sigue a cierta distancia prudencial… - Nuestro dialogo se vio interrumpido por la presencia de un nuevo conflicto, un hombre se acercó y tiro al piso su bolsa mientras comenzaba a gritar que queríamos robarle – Incorrecto, entre mis funciones no se encuentra el robo – Me agache y recogí la bolsa que se le había caído – Esto es suyo, Señor.
El objeto volvió a caerse cuando Reivy paso corriendo a mi lado, y arrastrándome con ella en consecuencia. No sabía porque escapábamos si nosotros no habíamos hecho nada, pero la mujer acababa de darme una orden y por lo tanto tenía que cumplirla.
-Entendido [BUSCANDO RUTAS ALTERNATIVAS] – Mi sistema calculaba las alternativas – No podemos volver a ir con los Gorriones, no me está permitido interrumpir con el normal funcionamiento del grupo – Doblamos en una esquina y la calle tenía una bajada abrupta por lo que mis botas resbalaban en el piso lleno de barro.
[ERROR] Mi sistema fallaba [SIN RESULTADOS] no podía llegar a ninguna solución satisfactoria, ahora dependería del resto de los integrantes del grupo para poder salir del apuro.
Reivy y Lavey entraron al negocio donde originalmente estaban comprando ropa, yo preferí quedarme afuera.
-El primero de los negocios está a pocos metros, deberíamos visitarlo – Le dije a Ircan y a Toro con mi habitual gesto neutro – Será más eficiente de esta manera – Me dirigí hacía un negocio que estaba al doblar la esquina – Ese es – El viento amenazo con arrancarme la capucha que cubría mi “llamativo” modo de ver – Esperaré a Reivy y a Lavey para avisarles que están aquí.
Me quedé parada frente al negocio sin mover un solo músculo hasta que vi a las dos mujeres salir.
-Debo avisarles que Ircan y Toro están en otra tienda y que Rakan nos sigue a cierta distancia prudencial… - Nuestro dialogo se vio interrumpido por la presencia de un nuevo conflicto, un hombre se acercó y tiro al piso su bolsa mientras comenzaba a gritar que queríamos robarle – Incorrecto, entre mis funciones no se encuentra el robo – Me agache y recogí la bolsa que se le había caído – Esto es suyo, Señor.
El objeto volvió a caerse cuando Reivy paso corriendo a mi lado, y arrastrándome con ella en consecuencia. No sabía porque escapábamos si nosotros no habíamos hecho nada, pero la mujer acababa de darme una orden y por lo tanto tenía que cumplirla.
-Entendido [BUSCANDO RUTAS ALTERNATIVAS] – Mi sistema calculaba las alternativas – No podemos volver a ir con los Gorriones, no me está permitido interrumpir con el normal funcionamiento del grupo – Doblamos en una esquina y la calle tenía una bajada abrupta por lo que mis botas resbalaban en el piso lleno de barro.
[ERROR] Mi sistema fallaba [SIN RESULTADOS] no podía llegar a ninguna solución satisfactoria, ahora dependería del resto de los integrantes del grupo para poder salir del apuro.
Zöe
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Re: Compras para una niña [Tema libre 4/4] [Tema Cerrado]
¡Al fin!, podía irme para el norte... pero cuando mire el grupo de nuevo, vi problemas otra vez. Reivy agarrando a Zoe y escapando para unos callejones. Seguidos por unos sujetos... No podía irme sin mas, dejándolos solos, quizá necesitan mi ayuda. Quizá por eso justo me di cuenta que tenían problemas, los dragones ancestrales quieren que los ayude. Ellos son importantes.
Fui corriendo pero en vez de ir con ellos, fui detrás de ellos, corriendo a los sujetos, era raro, Zoe y los demás corriendo delante de los sujetos, los sujetos corriendo delante de mi, y yo detrás de ellos. Como si de una cadena se tratara. Iba esquivando a la gente sin empujarla, esa gente no tenia nada que ver. Justo cuando ellos se meten en un callejón, me detuve. ¿Donde estaban Ircan y Toro?. Tenia que buscarlos y pedirles ayuda. Los demás se habían encerrado en un callejón.
Corrí hasta la tienda donde estaba Ircan y Toro y les dije - Rápido, los demás necesitan nuestra ayuda. ¡Siganme!. - Y sin voltear me fui corriendo hasta el callejón donde estaba Zoe. Encerrando a los sujetos.
- Los llevaremos ante la justicia - Dije mientras sacaba mi espada y la daba vueltas sobre mi brazo. No tenia idea por que me hacia el capo con la espada, si de todas maneras no sabia usarla del todo. Pero hacer esas maniobras es sinónimo de saber usarla muy bien. Quizá si les infundíamos miedo, ellos no se resistirían.
Fui corriendo pero en vez de ir con ellos, fui detrás de ellos, corriendo a los sujetos, era raro, Zoe y los demás corriendo delante de los sujetos, los sujetos corriendo delante de mi, y yo detrás de ellos. Como si de una cadena se tratara. Iba esquivando a la gente sin empujarla, esa gente no tenia nada que ver. Justo cuando ellos se meten en un callejón, me detuve. ¿Donde estaban Ircan y Toro?. Tenia que buscarlos y pedirles ayuda. Los demás se habían encerrado en un callejón.
Corrí hasta la tienda donde estaba Ircan y Toro y les dije - Rápido, los demás necesitan nuestra ayuda. ¡Siganme!. - Y sin voltear me fui corriendo hasta el callejón donde estaba Zoe. Encerrando a los sujetos.
- Los llevaremos ante la justicia - Dije mientras sacaba mi espada y la daba vueltas sobre mi brazo. No tenia idea por que me hacia el capo con la espada, si de todas maneras no sabia usarla del todo. Pero hacer esas maniobras es sinónimo de saber usarla muy bien. Quizá si les infundíamos miedo, ellos no se resistirían.
Rakan'Drag
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Re: Compras para una niña [Tema libre 4/4] [Tema Cerrado]
Al llegar de nuevo a la polémica plaza del principio, Reivy y Lavey no tardaron en entrar en la tienda para realizar las compras que habían acordado, seguramente se dieron tanta prisa para no hacernos esperar mucho. Zöe, supongo que siendo fiel a su nivel de eficiencia que su maquinaría le exigía, nos guío a un negocio cercano que al parecer realizaba negocios de metal, la robot seguramente había visto lógico rentabilizar al máximo el tiempo disponible. Algo que veía bien.
Al entrar en la tienda, lo primero que vi fueron estantes con algunas muestras de minerales, pero lo que más llamaba la atención eran muebles abarrotados de pergaminos, y algunos sacos apilados contra las paredes. Al fondo, tras un enorme escritorio, un hombre ataviado con unas grandes gafas, examinaba, lo que identifique como un pedrusco, usando unas pequeñas pinzas.
-¡Ejem! - tosí para hacer notar nuestra llegada.
-¿Qué se os ofrece?- nos preguntó sin levantar en ningún momento la vista de su trabajo.
-¿Aquí os encargáis del comerció de metales?- era una pregunta algo obvia, pero por algún lado había que empezar.
-No... Vendemos gallinas... ¿No lo ves?- al menos la pregunta la hizo fijarse en mi, lo que provocó que arqueara una ceja. -No vendo golosinas chico...
-¡No quiero golosinas!
-¿Golosinas? ¿Dónde? - Toro se hizo visible para el dependiente, cuya reacción fue ahora un profundo trago de saliva.
-No hay golosinas. Quiero hierro, arsénico, plata, cobre, madera... todo lo que se le pueda ocurrir vinculado con la herrería.
-Muy bien... - el hombre se crugío los dedos y los entrelazó apoyándose en la mesa. -¿Cuánto necesitas? ¿Un par de sacos?
-Carromatos o barcos. - el hombre me miró extrañado. -Que los lleven a Ulmer...
-Ni loco, no me interesa. Busca a otro tonto.- hizo un ademán con la mano para que me largara.
-¿¡Por qué!? -me acerqué al escritorio y golpeé su superficie con ambos puños. Toro se movió detrás de mi, siendo el principal foco de atención para el mercader.
-Ulmer tras la epidemia se ha convertido en una tumba económica, los envíos son saqueados en las propias puertas y el muelle.
-¡Ya no! ¡Me encargué personalmente de ese problema! Ya es seguro, sobretodo por mar.
-¿Tu? - el hombre estuvo apunto de soltar una carcajada.
-¿Acaso estas dudando del jefe? - detrás de mi Toro le dirigió una mirada asesina y una especie de advertencia que hizo que el mercader se atragantará con su propia risa antes de que esta saliera.
En aquel momento, llegó el sonido de un estridente desde la calle, gritos y gente corriendo.
-Muy bien... muy bien... Si tu lo dices...- el mercader intentó recuperar su tono normal de voz. -Aún así necesitaré ciertas garantías. Y dinero para pagar una escolta, porque... Vamos seamos serios no he llegado hasta aquí por fiarme ciegamente de la gente.
-Muy bien, -rebusqué en la bolsa de monedas que me había dado Tom y dejé unas cuantas monedas en el mostrador.
-Esto no bastara para pagar escoltas...
-Nosotros haremos de escoltas. ¿O tienes algún inconveniente? - le preguntó Toro sin esconder en ningún momento su agresividad.
-Vale... Tenemos un trato.- el mercader casi vuelve a atragantarse. - Estaros en el puerto mañana al amanecer. No tenía planeado ningún viaje, así que puedo partir enseguida. Ahora si me disculpáis...- volvió a coger las gafas y comenzó a estudiar de nuevo aquella piedra.
-Perfecto. Hasta mañana.
Al salir a la calle, pude ver como en el fondo, en una de las salidas de la plaza, desaparecía un grupo de guardias. Antes de que pudiera plantearme qué estaba ocurrido, Rakan apareció ante nosotros apresurándonos para salvar al resto. El chico, no se detuvo a esperar nuestra reacción y salió disparado en la misma dirección que los guardias.
-¿Qué hacemos jefe? -Toro daba pequeños saltitos impaciente por entrar en acción, las palabras de Rakan le habían motivado.
Miré por la plaza buscando alguna idea que me permitiera ejercer un plan util. No sabía cuantos eran nuestros enemigos y tampoco quería ser responsable de un enfrentamiento directo con la guardia, pero mucho menos quería dejar a los recién conocidos a su suerte, yo era también responsable de su mala situación. Encontré un carro, sin vigilar y con dos hermosos caballos preparados para tirar de él.
-Vamos a ayudarles. ¡Ven! ¡Me apetece conducir!
-¿Conducir?- Toro me miró extrañado, pero al ver a donde me dirigía esbozó una sonrisa de oreja. -¡Eres el mejor jefe!
Toro se subió de un salto y yo tomé las riendas.
-¡Arre! -espoleé a los caballos y estos con un relincho comenzaron la carrera.
Seguí el camino que había tomado Rakan, y no tardé ver a las mujeres al final de la calle, básicamente porque eran las únicas que se abrían paso a empujones, lo que provocaba que la muchedumbre se abriera para ellas y para los guardias que les perseguían. La robot cayó y rodó calle abajo unos pocos metros. De esa forma los guardias las atraparían. Rakan por su parte alzó la espada al cielo y entonó un grito de guerra, como si estuviera al mando de todo un ejercito y cargó contra los guardias.
-Vamos a salvarles antes de que la cosa se ponga peor. - volví a espolear a los caballos y aquellos que no se habían apartado ante las mujeres, los guardias y Rakan ahora lo hacían tirándose encima de los tenderetes, entre los callejones... todo valía para salvarse de mi alocada persecución.
El sonido de los cascos y los gritos de sorpresa y miedo de la gente comenzaron a dominar la calle.
-¡Eh tu! ¡El rarito de los dragones! -le grito Toro a Rakan. -¡Sube a bordo! -le ordenó, y garantizó que su orden se cumpliera. Toro cogió a Rakan de uno de sus brazos, cuando pasamos por su lado y lo subió de un tirón al carro. - ¡Bienvenido grumete! -y soltó tal carcajada que se sobrepuso a todo el sonido que había.
Los guardias se percataron de lo que estaba ocurriendo y, para evitar ser aplastados, imitaron al resto de la gente, lanzándose a cualquier sitio que pudiera ponerles a cubierto.
Cuando estábamos cerca del grupo de Reivy y las demás tiré de las riendas para detener a los caballos. Estos obedecieron, aunque sus cascos y el impulso de la carreta nos hicieron resbalaran bastantes metros, sobrepasando a nuestro objetivo.
-¡Rápido! ¡Subid! ¡Tenemos que salir de aquí!
-¡Jefe! ¡Déjame repartir tortas! ¡Por favor!
-¡Solo si se acercan! ¡Y ni se te ocurra matar a nadie!
-Siempre me das diversión a medias. ¡Pero peor es nada! -y volvió a soltar otra carcajada que retumbó en las paredes de las casas.
Al entrar en la tienda, lo primero que vi fueron estantes con algunas muestras de minerales, pero lo que más llamaba la atención eran muebles abarrotados de pergaminos, y algunos sacos apilados contra las paredes. Al fondo, tras un enorme escritorio, un hombre ataviado con unas grandes gafas, examinaba, lo que identifique como un pedrusco, usando unas pequeñas pinzas.
-¡Ejem! - tosí para hacer notar nuestra llegada.
-¿Qué se os ofrece?- nos preguntó sin levantar en ningún momento la vista de su trabajo.
-¿Aquí os encargáis del comerció de metales?- era una pregunta algo obvia, pero por algún lado había que empezar.
-No... Vendemos gallinas... ¿No lo ves?- al menos la pregunta la hizo fijarse en mi, lo que provocó que arqueara una ceja. -No vendo golosinas chico...
-¡No quiero golosinas!
-¿Golosinas? ¿Dónde? - Toro se hizo visible para el dependiente, cuya reacción fue ahora un profundo trago de saliva.
-No hay golosinas. Quiero hierro, arsénico, plata, cobre, madera... todo lo que se le pueda ocurrir vinculado con la herrería.
-Muy bien... - el hombre se crugío los dedos y los entrelazó apoyándose en la mesa. -¿Cuánto necesitas? ¿Un par de sacos?
-Carromatos o barcos. - el hombre me miró extrañado. -Que los lleven a Ulmer...
-Ni loco, no me interesa. Busca a otro tonto.- hizo un ademán con la mano para que me largara.
-¿¡Por qué!? -me acerqué al escritorio y golpeé su superficie con ambos puños. Toro se movió detrás de mi, siendo el principal foco de atención para el mercader.
-Ulmer tras la epidemia se ha convertido en una tumba económica, los envíos son saqueados en las propias puertas y el muelle.
-¡Ya no! ¡Me encargué personalmente de ese problema! Ya es seguro, sobretodo por mar.
-¿Tu? - el hombre estuvo apunto de soltar una carcajada.
-¿Acaso estas dudando del jefe? - detrás de mi Toro le dirigió una mirada asesina y una especie de advertencia que hizo que el mercader se atragantará con su propia risa antes de que esta saliera.
En aquel momento, llegó el sonido de un estridente desde la calle, gritos y gente corriendo.
-Muy bien... muy bien... Si tu lo dices...- el mercader intentó recuperar su tono normal de voz. -Aún así necesitaré ciertas garantías. Y dinero para pagar una escolta, porque... Vamos seamos serios no he llegado hasta aquí por fiarme ciegamente de la gente.
-Muy bien, -rebusqué en la bolsa de monedas que me había dado Tom y dejé unas cuantas monedas en el mostrador.
-Esto no bastara para pagar escoltas...
-Nosotros haremos de escoltas. ¿O tienes algún inconveniente? - le preguntó Toro sin esconder en ningún momento su agresividad.
-Vale... Tenemos un trato.- el mercader casi vuelve a atragantarse. - Estaros en el puerto mañana al amanecer. No tenía planeado ningún viaje, así que puedo partir enseguida. Ahora si me disculpáis...- volvió a coger las gafas y comenzó a estudiar de nuevo aquella piedra.
-Perfecto. Hasta mañana.
Al salir a la calle, pude ver como en el fondo, en una de las salidas de la plaza, desaparecía un grupo de guardias. Antes de que pudiera plantearme qué estaba ocurrido, Rakan apareció ante nosotros apresurándonos para salvar al resto. El chico, no se detuvo a esperar nuestra reacción y salió disparado en la misma dirección que los guardias.
-¿Qué hacemos jefe? -Toro daba pequeños saltitos impaciente por entrar en acción, las palabras de Rakan le habían motivado.
Miré por la plaza buscando alguna idea que me permitiera ejercer un plan util. No sabía cuantos eran nuestros enemigos y tampoco quería ser responsable de un enfrentamiento directo con la guardia, pero mucho menos quería dejar a los recién conocidos a su suerte, yo era también responsable de su mala situación. Encontré un carro, sin vigilar y con dos hermosos caballos preparados para tirar de él.
-Vamos a ayudarles. ¡Ven! ¡Me apetece conducir!
-¿Conducir?- Toro me miró extrañado, pero al ver a donde me dirigía esbozó una sonrisa de oreja. -¡Eres el mejor jefe!
Toro se subió de un salto y yo tomé las riendas.
-¡Arre! -espoleé a los caballos y estos con un relincho comenzaron la carrera.
Seguí el camino que había tomado Rakan, y no tardé ver a las mujeres al final de la calle, básicamente porque eran las únicas que se abrían paso a empujones, lo que provocaba que la muchedumbre se abriera para ellas y para los guardias que les perseguían. La robot cayó y rodó calle abajo unos pocos metros. De esa forma los guardias las atraparían. Rakan por su parte alzó la espada al cielo y entonó un grito de guerra, como si estuviera al mando de todo un ejercito y cargó contra los guardias.
-Vamos a salvarles antes de que la cosa se ponga peor. - volví a espolear a los caballos y aquellos que no se habían apartado ante las mujeres, los guardias y Rakan ahora lo hacían tirándose encima de los tenderetes, entre los callejones... todo valía para salvarse de mi alocada persecución.
El sonido de los cascos y los gritos de sorpresa y miedo de la gente comenzaron a dominar la calle.
-¡Eh tu! ¡El rarito de los dragones! -le grito Toro a Rakan. -¡Sube a bordo! -le ordenó, y garantizó que su orden se cumpliera. Toro cogió a Rakan de uno de sus brazos, cuando pasamos por su lado y lo subió de un tirón al carro. - ¡Bienvenido grumete! -y soltó tal carcajada que se sobrepuso a todo el sonido que había.
Los guardias se percataron de lo que estaba ocurriendo y, para evitar ser aplastados, imitaron al resto de la gente, lanzándose a cualquier sitio que pudiera ponerles a cubierto.
Cuando estábamos cerca del grupo de Reivy y las demás tiré de las riendas para detener a los caballos. Estos obedecieron, aunque sus cascos y el impulso de la carreta nos hicieron resbalaran bastantes metros, sobrepasando a nuestro objetivo.
-¡Rápido! ¡Subid! ¡Tenemos que salir de aquí!
-¡Jefe! ¡Déjame repartir tortas! ¡Por favor!
-¡Solo si se acercan! ¡Y ni se te ocurra matar a nadie!
-Siempre me das diversión a medias. ¡Pero peor es nada! -y volvió a soltar otra carcajada que retumbó en las paredes de las casas.
Ircan
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Re: Compras para una niña [Tema libre 4/4] [Tema Cerrado]
Sin comerlo ni beberlo el grupo entero había terminado en una persecución desenfrenada. Lo que en un principio iba a ser una simple salida de compras, se convirtió en una encerrona en un callejón oscuro. -Rakan! ellos son la ley, nos han tendido una trampa.
Le decía a voz en grito al muchacho de ojos brillantes, mientras veía como un carro desbocado aparecía por su espalda. Por suerte, el conductor y el copiloto eran aliados, aliados, que no tardaron ni un segundo en coger en volandas al muchacho y subirlo a la carreta. Poco falto para que se llevaran a Zöe por delante y gracias a que estaban frenando pude apartar de la trayectoria mi cuerpo y el de Lavey.
-Os debemos una. ¿De donde sacasteis eso?
La pregunta en estos momentos era innecesaria y fuera de lugar, pero mi mente la soltó antes de que pudiera pensar lo que estaba diciendo. Lavey por otro lado, en lugar de estar asustada perecía divertirse, y comprendiendo que tocaba escapar salto con rapidez al vehículo con un -Cuernitooos. -La jovencita se acomodo en un rincón del carro y espero sentada sobre un pequeño montón de paja, mientras veia con una sonrisa a Toro. -Vamos Perro, sube. -El animalito huesudo obedeció casi al instante y haciendo uso de músculos y ligamentos inexistentes salto arriba de la niña.
Por otro lado, en el transcursos de esos acontecimientos, yo me acerque a Zöe y la ayude a ponerse en pie. -Vamos compañera, tenemos que salir de aquí.
Para mi sorpresa, la Bio resulto ser mas pesada de lo que su delgadez aparente sugería. Los guardias estaban cada vez mas cercas y con las picas en posición de ataque, gritaban que nos detuviéramos y bajáramos del carro. Por supuesto, nosotros hicimos caso omiso a sus gritos y exigencias, y al terminar de ayudar a Zöe, subí al carromato sentándome en el borde y dejando colgar mis piernas de rodilla para abajo.
-Ircan, arrea los caballos y sácanos de aquí antes de que Toro comience hacer estropicio. -Los soldados ya estaban casi encima de Toro cuando una carcajada esporádica salio de mis pulmones, probablemente como resultado de la descabellada escena. -Vamos Toro! ya tendrás tiempo de pelearte con otros mañana, estos no merecen ni que les des un puñetazo.
Le decía a voz en grito al muchacho de ojos brillantes, mientras veía como un carro desbocado aparecía por su espalda. Por suerte, el conductor y el copiloto eran aliados, aliados, que no tardaron ni un segundo en coger en volandas al muchacho y subirlo a la carreta. Poco falto para que se llevaran a Zöe por delante y gracias a que estaban frenando pude apartar de la trayectoria mi cuerpo y el de Lavey.
-Os debemos una. ¿De donde sacasteis eso?
La pregunta en estos momentos era innecesaria y fuera de lugar, pero mi mente la soltó antes de que pudiera pensar lo que estaba diciendo. Lavey por otro lado, en lugar de estar asustada perecía divertirse, y comprendiendo que tocaba escapar salto con rapidez al vehículo con un -Cuernitooos. -La jovencita se acomodo en un rincón del carro y espero sentada sobre un pequeño montón de paja, mientras veia con una sonrisa a Toro. -Vamos Perro, sube. -El animalito huesudo obedeció casi al instante y haciendo uso de músculos y ligamentos inexistentes salto arriba de la niña.
Por otro lado, en el transcursos de esos acontecimientos, yo me acerque a Zöe y la ayude a ponerse en pie. -Vamos compañera, tenemos que salir de aquí.
Para mi sorpresa, la Bio resulto ser mas pesada de lo que su delgadez aparente sugería. Los guardias estaban cada vez mas cercas y con las picas en posición de ataque, gritaban que nos detuviéramos y bajáramos del carro. Por supuesto, nosotros hicimos caso omiso a sus gritos y exigencias, y al terminar de ayudar a Zöe, subí al carromato sentándome en el borde y dejando colgar mis piernas de rodilla para abajo.
-Ircan, arrea los caballos y sácanos de aquí antes de que Toro comience hacer estropicio. -Los soldados ya estaban casi encima de Toro cuando una carcajada esporádica salio de mis pulmones, probablemente como resultado de la descabellada escena. -Vamos Toro! ya tendrás tiempo de pelearte con otros mañana, estos no merecen ni que les des un puñetazo.
Reivy Abadder
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Re: Compras para una niña [Tema libre 4/4] [Tema Cerrado]
Dado el final predecible de nuestra huida parecía que lo más probable era que tuviéramos que acompañar a la guardia de la ciudad, mi sistema no me permitía resistirme sí ellos decían que debía acompañarlos, y si no fuera porque Reivy había tirado de mí, probablemente no me hubiese movido de donde estaba. Pero dos ordenes hechas por orgánicos en el mismo momento me daba la libertad de decidir la opción que me pareciera más conveniente.
El joven Rakan parecía bastante decidido a salvarnos, aunque por su modo de pararse y de sostener la espada no estaba segura de que tuviera las habilidades necesarias para lograrlo.
-Sí se puede llevar ante la justicia a un guardia, las leyes humanas contemplan la posibilidad de que un servidor público haga mal ejercicio de su profesión... - Mi explicación se vio interrumpida por la llegada de Ircan y Toro en un carro a toda velocidad - Eso es peligroso - Comenté mientras me apartaba para evitar que me atropellaran, cayendo al piso en el intento.
Al parecer habían logrado hablar con el comerciante, tal vez el carromato era de ellos. Agarre la mano de Reivy y me puse en pie, todos se estaban subiendo, dispuestos a marcharse, y era una buena idea.
-[Todos los orgánicos están a salvo] - Podría quedarme y detener los guardias [INCORRECTO] sí hacía eso los demás eran capaces de regresar con el carro para ayudarme, tenían un alto sentido de la justicia - Sigan adelante, huír es la opción correcta - Le di una palmada en la grupa al caballo para que salieran corriendo lo más rápido posible y luego busque en los alrededores.
[BUSCANDO] ... [ENCONTRADO]
Junto a una de las puertas del edificio había una tabla que tapaba un agujero no demasiado grande, eso probablemente llevaría a las alcantarillas y de allí a la base de los Gorriones. No podía hacer que extraños entren ahí, Chimar había sido muy claro al respecto, pero sí estaba yo sola no debería haber problema.
Metí mi cuerpo primero, dejando los brazos al final para así poder acomodar de nuevo la tabla antes de desaparecer por completo. Existía la posibilidad de que los guardias intentaran abrirla, pero de todas maneras no había forma de que pudieran pasar por un túnel tan estrecho.
Eso sería todo, había una alta probabilidad de que los orgánicos lograran escapar del peligro, mi peso en el carro solo hubiese aumentado el porcentaje de probabilidades de que los atraparan. Termine de resbalar hasta el final del túnel, para luego dirigirme a la base y contarle a los niños como había sido mi tarde.
El joven Rakan parecía bastante decidido a salvarnos, aunque por su modo de pararse y de sostener la espada no estaba segura de que tuviera las habilidades necesarias para lograrlo.
-Sí se puede llevar ante la justicia a un guardia, las leyes humanas contemplan la posibilidad de que un servidor público haga mal ejercicio de su profesión... - Mi explicación se vio interrumpida por la llegada de Ircan y Toro en un carro a toda velocidad - Eso es peligroso - Comenté mientras me apartaba para evitar que me atropellaran, cayendo al piso en el intento.
Al parecer habían logrado hablar con el comerciante, tal vez el carromato era de ellos. Agarre la mano de Reivy y me puse en pie, todos se estaban subiendo, dispuestos a marcharse, y era una buena idea.
-[Todos los orgánicos están a salvo] - Podría quedarme y detener los guardias [INCORRECTO] sí hacía eso los demás eran capaces de regresar con el carro para ayudarme, tenían un alto sentido de la justicia - Sigan adelante, huír es la opción correcta - Le di una palmada en la grupa al caballo para que salieran corriendo lo más rápido posible y luego busque en los alrededores.
[BUSCANDO] ... [ENCONTRADO]
Junto a una de las puertas del edificio había una tabla que tapaba un agujero no demasiado grande, eso probablemente llevaría a las alcantarillas y de allí a la base de los Gorriones. No podía hacer que extraños entren ahí, Chimar había sido muy claro al respecto, pero sí estaba yo sola no debería haber problema.
Metí mi cuerpo primero, dejando los brazos al final para así poder acomodar de nuevo la tabla antes de desaparecer por completo. Existía la posibilidad de que los guardias intentaran abrirla, pero de todas maneras no había forma de que pudieran pasar por un túnel tan estrecho.
Eso sería todo, había una alta probabilidad de que los orgánicos lograran escapar del peligro, mi peso en el carro solo hubiese aumentado el porcentaje de probabilidades de que los atraparan. Termine de resbalar hasta el final del túnel, para luego dirigirme a la base y contarle a los niños como había sido mi tarde.
Zöe
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Re: Compras para una niña [Tema libre 4/4] [Tema Cerrado]
El carro seguía andando, no falto mucho para que la bio se bajase, mire mis opciones las cuales no eran muchas, tenia que encontrar la entrada principal o algún camino que me dejara irme hacia el norte, el caballo iba rápido, la gente esquivaba y se tiraba lejos del caballo. Lo que menos quería era herir a un inocente mire mis alrededores mientras el caballo corría y vi mi primera opción, tirarme del caballo, me golpearía un poco, nada grave. - Acá esta mi salida, un gusto, que los dragones ancestrales los ayuden. - Me tire del caballo ni bien dije esas palabras, rodé un par de metros hasta golpearme la espalda con una pared que daba a un callejón, quede un poco dolorido, me toque la espalda mientras miraba si estaban detrás de mi, pero los guardias no habían pedido refuerzos, y eran solo algunos lo que los seguían, así que pasaron de mi, volvía a los callejones, lo único que podía pensar era en " Por favor otro laberinto no." Y, es que en serio, era un maldito laberinto estos callejones.
Mire hacia mi derecha, donde estaba el callejón, y mi izquierda, la gente mirándome como si hubiera venido de otro mundo... Pero poco me importo, me fui aprovechando la oportunidad que tenia, antes de que otros aparezcan. Me metí por los callejones tratando de ir mas hacia la derecha. Guiándome por los sonidos de la gente... - Compre un jasjuiwja - Si... si, estoy cerca pensaba. Tenia que seguir. Los sonidos se hacían mas intensos - ¡Oferta, oferta!. las casnjdi de orposus -
Hasta que me acerque lo suficiente para escuchar a toda la gente gritando ofertas, mercaderes vendiendo. "Al fin" pensé, ya me iba. Salí del callejón y me acerque a la entrada. Habia 2 guardias y tenia que hacer que se fueran de ahí, así que me saque la capa y la use como capucha, empece a correr y me acerque a ellos con voz cansada. - Ah....Ahí señores... Por... Allá, se escapan... - Los guardias echaron a correr al ver a otros guardias corriendo en la misma dirección, sabia que los demás iban a escapar, así que no me preocupe mas. Me fui por la entrada principal directo hacia Dundarak.
Tenia el presentimiento de que en un futuro, los dragones ancestrales tenían un plan para nosotros 4. Siempre tienen un plan para todos, quizá me pusieron en su camino, o quizá ellos me pusieron en el suyo. Lo único que podía decir, es que estaba agradecido. Los dragones ancestrales nunca me abandonan.
Mire hacia mi derecha, donde estaba el callejón, y mi izquierda, la gente mirándome como si hubiera venido de otro mundo... Pero poco me importo, me fui aprovechando la oportunidad que tenia, antes de que otros aparezcan. Me metí por los callejones tratando de ir mas hacia la derecha. Guiándome por los sonidos de la gente... - Compre un jasjuiwja - Si... si, estoy cerca pensaba. Tenia que seguir. Los sonidos se hacían mas intensos - ¡Oferta, oferta!. las casnjdi de orposus -
Hasta que me acerque lo suficiente para escuchar a toda la gente gritando ofertas, mercaderes vendiendo. "Al fin" pensé, ya me iba. Salí del callejón y me acerque a la entrada. Habia 2 guardias y tenia que hacer que se fueran de ahí, así que me saque la capa y la use como capucha, empece a correr y me acerque a ellos con voz cansada. - Ah....Ahí señores... Por... Allá, se escapan... - Los guardias echaron a correr al ver a otros guardias corriendo en la misma dirección, sabia que los demás iban a escapar, así que no me preocupe mas. Me fui por la entrada principal directo hacia Dundarak.
Tenia el presentimiento de que en un futuro, los dragones ancestrales tenían un plan para nosotros 4. Siempre tienen un plan para todos, quizá me pusieron en su camino, o quizá ellos me pusieron en el suyo. Lo único que podía decir, es que estaba agradecido. Los dragones ancestrales nunca me abandonan.
Rakan'Drag
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Re: Compras para una niña [Tema libre 4/4] [Tema Cerrado]
Nuestra temeraria entrada fue recogida con cierta alegría por nuestros acompañantes, y supuestos futuros pasajeros. Pero, parece ser, que el vehículo no era del agrado de todos. La que con más alegría recibió nuestra llegada fue la pequeña Lavey, que con un brinco, al grito de "Cuernitos" y una sonrisa de oreja a oreja, se subió al carro colocándose al lado de Toro, arrastrando con ella al perro huesudo de Zöe.
-Siéntate aquí y cógete fuerte. Es la primera vez que el jefe conduce un carro.- el hombre bestia esbozó una amplia sonrisa tierna y le dio unos suaves golpecitos a la cabeza de la niña.
Sin embargo, la biocibérnetica no parecía estar del todo de acuerdo con ese plan de fuga. Y sin saber muy bien si era por alguna extraña manía de Zöe o por llevar un acto de heroicidad, nos dijo que nos marcháramos, momento en el cual el perro huesudo se bajó del carro para seguir a su dueña. Y, en un acto que sorprendió a todos, dándole una fuerte palmada a uno de los caballos consiguió que estos arrancaran en estampida haciendo que me fuera imposible seguir el mandato de Reivy. Así que me tuve que centrar en controlar las riendas para intentar no atropellar a nadie y que el carro no volcara al tomar las curvas.
Pero por lo visto, Zöe no era la única incomoda con la idea de ir en carro. El de ojos brillantes, con una "elegante" despedida se lanzó del carro en marcha rodando por un par de metros.
-¡Genial! ¡Nuestro héroe de brillante armadura se acaba de lanzar de cabeza a los adoquines! - miré con furia hacía atrás.- ¡Ahora somos un cebo perfecto! ¡Maldita sea!
Los guardias ahora sólo se centraban en nosotros, algunos incluso habían comenzado a perseguirnos a caballo.
-¡Mierda! ¡Mierda! ¡Mierda!
-¡Jefe! - Toro le tapó los oídos a la niña que parecía ser la única que disfrutaba de todo aquello.
-Oh... Por los dioses... - como si no tuviera otras cosas en las que pensar más allá de cuidar mi vocabulario.
El carro se dirigía a un puente, uno que llevaba al puerto, de tener suerte...
-¡Toro! ¡Necesito una pantalla de humo! - sólo necesitábamos unos segundos fuera de la vista de los guardias.
No hizo falta confirmación, Toro se levantó y usando su enorme mandoble comenzó a derribar tenderetes de la calle creando un gran revoltijo de telas y productos.
-¡Vamos a imitar héroe de brillante armadura y vamos a saltar! - les indiqué al resto. -¡En cuanto saltemos nos esconderemos debajo del puente y dejaremos que sigan a la carreta! - grité para hacerme oír por encima del ruido que estaba creando Toro. -¡Toro! ¡Tu protege a la niña cuando saltemos! - me puse de pie tomando aún las riendas y di un ultimo, pero fuerte, latigazo para que los caballos siguieran corriendo lo más lejos posible de nosotros. -¡Ahora! - y salté al vació.
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Puedes utilizar a Toro para el salto con Lavey o no jajaja lo dejo a tu elección, así como el hecho de saltar. Por mi no hay problema en hacer un turno más para definir mejor la "huida" de Reivy e Ircan.
-Siéntate aquí y cógete fuerte. Es la primera vez que el jefe conduce un carro.- el hombre bestia esbozó una amplia sonrisa tierna y le dio unos suaves golpecitos a la cabeza de la niña.
Sin embargo, la biocibérnetica no parecía estar del todo de acuerdo con ese plan de fuga. Y sin saber muy bien si era por alguna extraña manía de Zöe o por llevar un acto de heroicidad, nos dijo que nos marcháramos, momento en el cual el perro huesudo se bajó del carro para seguir a su dueña. Y, en un acto que sorprendió a todos, dándole una fuerte palmada a uno de los caballos consiguió que estos arrancaran en estampida haciendo que me fuera imposible seguir el mandato de Reivy. Así que me tuve que centrar en controlar las riendas para intentar no atropellar a nadie y que el carro no volcara al tomar las curvas.
Pero por lo visto, Zöe no era la única incomoda con la idea de ir en carro. El de ojos brillantes, con una "elegante" despedida se lanzó del carro en marcha rodando por un par de metros.
-¡Genial! ¡Nuestro héroe de brillante armadura se acaba de lanzar de cabeza a los adoquines! - miré con furia hacía atrás.- ¡Ahora somos un cebo perfecto! ¡Maldita sea!
Los guardias ahora sólo se centraban en nosotros, algunos incluso habían comenzado a perseguirnos a caballo.
-¡Mierda! ¡Mierda! ¡Mierda!
-¡Jefe! - Toro le tapó los oídos a la niña que parecía ser la única que disfrutaba de todo aquello.
-Oh... Por los dioses... - como si no tuviera otras cosas en las que pensar más allá de cuidar mi vocabulario.
El carro se dirigía a un puente, uno que llevaba al puerto, de tener suerte...
-¡Toro! ¡Necesito una pantalla de humo! - sólo necesitábamos unos segundos fuera de la vista de los guardias.
No hizo falta confirmación, Toro se levantó y usando su enorme mandoble comenzó a derribar tenderetes de la calle creando un gran revoltijo de telas y productos.
-¡Vamos a imitar héroe de brillante armadura y vamos a saltar! - les indiqué al resto. -¡En cuanto saltemos nos esconderemos debajo del puente y dejaremos que sigan a la carreta! - grité para hacerme oír por encima del ruido que estaba creando Toro. -¡Toro! ¡Tu protege a la niña cuando saltemos! - me puse de pie tomando aún las riendas y di un ultimo, pero fuerte, latigazo para que los caballos siguieran corriendo lo más lejos posible de nosotros. -¡Ahora! - y salté al vació.
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Puedes utilizar a Toro para el salto con Lavey o no jajaja lo dejo a tu elección, así como el hecho de saltar. Por mi no hay problema en hacer un turno más para definir mejor la "huida" de Reivy e Ircan.
Ircan
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Re: Compras para una niña [Tema libre 4/4] [Tema Cerrado]
Caótica, desordenada, incierta e improvisada... esos eran algunos de los adjetivos que mi cabeza daba a la estampida huida que estábamos haciendo. Por si aquello no fuera poco Zöe decidió desaparecer, literalmente se la trago la tierra, todo estaba sucediendo tan deprisa que la pobre Lavey no tubo ni tiempo de despedirse de Perro cuando este salto de sus brazos para seguir a su ama. Y como si hiciera un salto mortal de cabeza a una alberca, el hidalgo caballero salto a los adoquines.
-Pa´verse mataó. -Grite sorprendía asomándome por el carromato, justo a tiempo para ver como Rakan se perdía por las callejas de la ciudad. -Con un poco de suerte, Ircan, los guardias se separaran e irán a buscar a los otros dos... O puede que no. -Dije al ver los jinetes "protectores del débil" al tiempo que recuperaba mi posición en la carreta.
-¡¡Mierda, culo, caca, pedo, pis!! -Lavey se ria a la vez que gritaba una sarta de insultos infantiles. -Mierda-mierda, pedo, pis-pis, culo... jajajajaja.
-Genial, ahora va estar una semana entera con eso en la cabeza. -Rode los ojos y al mismo tiempo los puse en blanco. Entre ruido de los caballos y las ruedas, el de los adoquines volando por los aires y los gritos de la niña, apenas podía oír a Ircan. Pero entre los gestos que hacia y las palabras que me llegaban lo entendí. -Me parece una buena idea.
La pequeña que parecía tener mejor oído que yo había escuchado a la perfección el plan, y mientras Toro hacia su distracción Lavey ya se había puesto de pie sobre su montón de paja. Ircan aun no había terminado de decir "ahora" y Lavey ya se estaba tirando del carro en dirección a la nada. -Cacaaaaaa jajajaja. -Grito la niña entre risas presa de la euforia.
-Que demonios... Jefe!-La cara del bobino estaba atónita ante el salto de la niña, sin embargo, en apenas unos mili-segundos cambio a una de total diversión y entre risas salto tras la niña. -Toro al rescate.
Pronuncio con una sonrisa, el armario de 6 puertas al atrapar a la niña en el aire. Por suerte para Lavey, el peso del hombre-bestia le permitió bajar mas deprisa que la niña a través del aire, sino fuera por el la joven ahora seria puré de dragón. Tanto Ircan como yo bajamos por detrás de ellos dejando encima del puente el sonido de los caballos cruzando los adoquines rotos.
La suerte estaba de nuestra parte pues el pequeño rio que cruzaba el puente estaba compuesto de una fina capa de hielo que el enorme cuerpo de toro se encargo de romper.
-¿Estáis todos bien? -El agua apenas cubría lo suficiente para que llegara a la cintura, pero gracias a eso el golpe se amortiguo, estábamos mojados, pero estábamos vivos. -Sera mejor que nos larguemos de aquí antes de que alcancen al carro.
Dos o tres brazadas bastaron para poner los pies sobre tierra firme, donde toro y Lavey nos esperaban con sonrisas divertidas y las manos extendidas para ayudarnos a salir del agua.
-Otra vez! -Ante ese grito mande callar a la niña con un "Shhh" -Otra veez Shhh. -En esta ocasión lo dijo susurrando y con una risa pilla.
-Pa´verse mataó. -Grite sorprendía asomándome por el carromato, justo a tiempo para ver como Rakan se perdía por las callejas de la ciudad. -Con un poco de suerte, Ircan, los guardias se separaran e irán a buscar a los otros dos... O puede que no. -Dije al ver los jinetes "protectores del débil" al tiempo que recuperaba mi posición en la carreta.
-¡¡Mierda, culo, caca, pedo, pis!! -Lavey se ria a la vez que gritaba una sarta de insultos infantiles. -Mierda-mierda, pedo, pis-pis, culo... jajajajaja.
-Genial, ahora va estar una semana entera con eso en la cabeza. -Rode los ojos y al mismo tiempo los puse en blanco. Entre ruido de los caballos y las ruedas, el de los adoquines volando por los aires y los gritos de la niña, apenas podía oír a Ircan. Pero entre los gestos que hacia y las palabras que me llegaban lo entendí. -Me parece una buena idea.
La pequeña que parecía tener mejor oído que yo había escuchado a la perfección el plan, y mientras Toro hacia su distracción Lavey ya se había puesto de pie sobre su montón de paja. Ircan aun no había terminado de decir "ahora" y Lavey ya se estaba tirando del carro en dirección a la nada. -Cacaaaaaa jajajaja. -Grito la niña entre risas presa de la euforia.
-Que demonios... Jefe!-La cara del bobino estaba atónita ante el salto de la niña, sin embargo, en apenas unos mili-segundos cambio a una de total diversión y entre risas salto tras la niña. -Toro al rescate.
Pronuncio con una sonrisa, el armario de 6 puertas al atrapar a la niña en el aire. Por suerte para Lavey, el peso del hombre-bestia le permitió bajar mas deprisa que la niña a través del aire, sino fuera por el la joven ahora seria puré de dragón. Tanto Ircan como yo bajamos por detrás de ellos dejando encima del puente el sonido de los caballos cruzando los adoquines rotos.
La suerte estaba de nuestra parte pues el pequeño rio que cruzaba el puente estaba compuesto de una fina capa de hielo que el enorme cuerpo de toro se encargo de romper.
-¿Estáis todos bien? -El agua apenas cubría lo suficiente para que llegara a la cintura, pero gracias a eso el golpe se amortiguo, estábamos mojados, pero estábamos vivos. -Sera mejor que nos larguemos de aquí antes de que alcancen al carro.
Dos o tres brazadas bastaron para poner los pies sobre tierra firme, donde toro y Lavey nos esperaban con sonrisas divertidas y las manos extendidas para ayudarnos a salir del agua.
-Otra vez! -Ante ese grito mande callar a la niña con un "Shhh" -Otra veez Shhh. -En esta ocasión lo dijo susurrando y con una risa pilla.
Reivy Abadder
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Re: Compras para una niña [Tema libre 4/4] [Tema Cerrado]
Salí del castillo directo hacia el norte, apenas se veían unos guardias y unos gritos de fondo, todo normal. Era hora de atravesar bosques y un largo camino hacia Dundarak. Esperaba que los otros estuvieran bien, no podía dejar de pensar en como estaban. Pero en el fondo sabia que estaban perfectamente bien. Con una sonrisa en la cara, me aleje del castillo, como si nada hubiera pasado. Mi plan era ir a buscar a mi familia al norte, y pasar tiempo con mi padre, el tiempo que no pude pasar de chico, y con mis hermanos. Estaba yendo a mostrarles que mis ojos no eran una maldición , que todo estaba bien. De todas formas lo único que sabia es que hoy había hecho nuevas amistades luego de años. Una robot, un toro, un adolescente, una niña y una mujer. Que amistades mas extrañas, que grupo inusual. De todas maneras todos me habían caído bien, y eso es suficiente. Mientras marchaba hacia el norte y pensaba en el día, escuchaba a los pájaros cantar... y me preparaba para el frió del norte, aunque como era un dragón de fuego, no lo sufría. Sabia que era un comienzo, un paso del regreso de los dragones ancestrales, y debíamos prepararnos para su llegada. Algún día el huevo de Jade va a eclosionar, y el dragón de tierra volverá, trayendo a sus compañeros. Mi destino solo los dragones ancestrales lo saben, y estoy en su plan, lo se.
Rakan'Drag
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Re: Compras para una niña [Tema libre 4/4] [Tema Cerrado]
Todo había seguido según lo planeado, bueno... casi. En mis planes no había entrado el factor de caer a un río congelado. Menos mal que la dura piel de Toro1 rompió la capa de hielo. Aún así, eso nos dejaba con un nuevo problema... el riesgo a congelarnos.
-¡Mira lo que has hecho Jefe! - Toro señaló a Lavey preocupado. -Ahora no para de decir tacos...
-Brruuu.... Ahora mismo... - mi cuerpo temblaba por el frió del agua aumentado por el efecto del frío aire invernal. -...creo que ese es... bruuuu.... el menor de nuestros problemas.... bruuuu.
En caso de que la guardia descubriera que habíamos saltado, tardarían en bajar del puente, por lo que teníamos la oportunidad de buscar un refugió que nos escondiera de los guardias y nos permitiera entrar en calor.
-Brruuu.... vamos...-
Caminé lentamente, a causa del frío, con la intención de buscar alguna cabaña de pesca vacía. No tardamos en encontrar una, al parecer la pandemia también había tenido sus efectos en Lunargenta, el lugar mostraba síntomas de haber sido abandonado hacía meses. No hizo falta que le dijera nada a Toro para que este se encargará de abrir la puerta de un empujón, ante el que la madera cedió sin apenas resistencia.
Por mi parte me apresuré a lo que parecía ser un hueco para hacer fuego y saqué, con mis manos temblorosas, el pedernal que llevaba conmigo y algo de forraje seco.
-Enciendete...- el temblor de las manos me impedía usar correctamente el pedernal. De repente me sobrevino un pequeño estornudo. -Mier...- me quede con la palabra en la boca ante la inquisidora mirada de Toro. -quiero decir.... jopelines...
Después de varios intentos conseguí que brotara la chispa necesaria para prendiera y Toro se aseguro de alimentarlo con la leña que sacó rompiendo el pequeño mobiliario del lugar. Aún así era un fuego muy débil.
-Bueno... bruuu.. - intenté reprimir un escalofrió sin éxito. -De algo servirá...- me giré a nuestros acompañantes. -Tras esta pequeña aventura.... aisss.... supongo que se separan nuestros destinos... - el castañetear de mis dientes me impedía hablar con normalidad. -Aunque si queréis.... Toro y yo hemos conseguido un barco que... nos llevará a Ulmer, al norte de aquí... - alargué las manos para intentar que alguna parte de mi cuerpo se calentara cuanto antes. -Sino... ha sido un placer.... y espero que nos volvamos a encontrar... - le dediqué una sonrisa sincera estropeada por mis temblores y la rigidez del frío.
__________________________________________________________________________________________________________-¡Mira lo que has hecho Jefe! - Toro señaló a Lavey preocupado. -Ahora no para de decir tacos...
-Brruuu.... Ahora mismo... - mi cuerpo temblaba por el frió del agua aumentado por el efecto del frío aire invernal. -...creo que ese es... bruuuu.... el menor de nuestros problemas.... bruuuu.
En caso de que la guardia descubriera que habíamos saltado, tardarían en bajar del puente, por lo que teníamos la oportunidad de buscar un refugió que nos escondiera de los guardias y nos permitiera entrar en calor.
-Brruuu.... vamos...-
Caminé lentamente, a causa del frío, con la intención de buscar alguna cabaña de pesca vacía. No tardamos en encontrar una, al parecer la pandemia también había tenido sus efectos en Lunargenta, el lugar mostraba síntomas de haber sido abandonado hacía meses. No hizo falta que le dijera nada a Toro para que este se encargará de abrir la puerta de un empujón, ante el que la madera cedió sin apenas resistencia.
Por mi parte me apresuré a lo que parecía ser un hueco para hacer fuego y saqué, con mis manos temblorosas, el pedernal que llevaba conmigo y algo de forraje seco.
-Enciendete...- el temblor de las manos me impedía usar correctamente el pedernal. De repente me sobrevino un pequeño estornudo. -Mier...- me quede con la palabra en la boca ante la inquisidora mirada de Toro. -quiero decir.... jopelines...
Después de varios intentos conseguí que brotara la chispa necesaria para prendiera y Toro se aseguro de alimentarlo con la leña que sacó rompiendo el pequeño mobiliario del lugar. Aún así era un fuego muy débil.
-Bueno... bruuu.. - intenté reprimir un escalofrió sin éxito. -De algo servirá...- me giré a nuestros acompañantes. -Tras esta pequeña aventura.... aisss.... supongo que se separan nuestros destinos... - el castañetear de mis dientes me impedía hablar con normalidad. -Aunque si queréis.... Toro y yo hemos conseguido un barco que... nos llevará a Ulmer, al norte de aquí... - alargué las manos para intentar que alguna parte de mi cuerpo se calentara cuanto antes. -Sino... ha sido un placer.... y espero que nos volvamos a encontrar... - le dediqué una sonrisa sincera estropeada por mis temblores y la rigidez del frío.
1: Habilidad de Toro: "Piel resistente (rasgo)"
Ircan
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Re: Compras para una niña [Tema libre 4/4] [Tema Cerrado]
Caminábamos siguiendo la orilla del rió, unos con mas frió que otros. Lavey caminaba como si nada al lado de Toro, su temperatura corporal siempre elevada ahora había descendido unos cuantos grados, aun así, seguía estando en una graduación alta dadas las circunstancias. Por otro lado yo estaba igual que Ircan, tiritando de frió y a la espera de un agradable fuego.
Por suerte para los cuatro o mejor dijos para los dos, una casa de pescadores nos dio la bienvenida luego de que toro destrozara la puerta.
-Toro te sigo diciendo que si tengo cuernos y a de mas estoy muy calentita, toca mi mano y veras.
La niña seguía a toro por todos lados y levantaba las manos para que el grandullón las tocara, yo por mi parte estaba plantada delante del hogar esperando a que el fuego prendiera y con la mano delante de la boca tapando una sonrisa al escuchar el "jopelines".
-Agradezco tu oferta Ircan, pero en estos momentos nosotras vamos al sur, pero si en algún momento pasamos por Ulmer os haremos una visita. -Las dos nos quedamos en aquella cabaña por un rato mas, charlando amenamente mientras se terminaba de secar la ropa.- Bueno muchachos, espero que nos veamos pronto. Que tengáis una buena travesía y que los vientos os sean favorable.
-Adiós Ircan. Hasta luego Torito jiji.
Nuestro día empezó con unas tranquilas compras, seguidas de una alocada persecución para terminar a la hora de comer metidas en un rió gélido. ¿Cuantas cosas mas haríamos antes de terminar el día?
__________
Off: Tema terminado.
Por suerte para los cuatro o mejor dijos para los dos, una casa de pescadores nos dio la bienvenida luego de que toro destrozara la puerta.
-Toro te sigo diciendo que si tengo cuernos y a de mas estoy muy calentita, toca mi mano y veras.
La niña seguía a toro por todos lados y levantaba las manos para que el grandullón las tocara, yo por mi parte estaba plantada delante del hogar esperando a que el fuego prendiera y con la mano delante de la boca tapando una sonrisa al escuchar el "jopelines".
-Agradezco tu oferta Ircan, pero en estos momentos nosotras vamos al sur, pero si en algún momento pasamos por Ulmer os haremos una visita. -Las dos nos quedamos en aquella cabaña por un rato mas, charlando amenamente mientras se terminaba de secar la ropa.- Bueno muchachos, espero que nos veamos pronto. Que tengáis una buena travesía y que los vientos os sean favorable.
-Adiós Ircan. Hasta luego Torito jiji.
Nuestro día empezó con unas tranquilas compras, seguidas de una alocada persecución para terminar a la hora de comer metidas en un rió gélido. ¿Cuantas cosas mas haríamos antes de terminar el día?
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Off: Tema terminado.
Reivy Abadder
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