El canto encantador - Tema libre 3/3 [Noche] [Cerrado]
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El canto encantador - Tema libre 3/3 [Noche] [Cerrado]
De pronto me desperté, y me sentía adolorido de haber dormido tanto tiempo. Estaba... ¿En la costa? Debería empezar a dejar esos malos hábitos de dormir en el agua, a veces terminaba llevándome la marea hacia sitios indeseados. Mientras comenzaba a quitarme la arena, me espabilé y terminé de despertarme, aquellos días como pirata me habían enseñado a siempre estar alerta. Ojeé un momento la zona y me di cuenta de donde estaba, Cala de la Luna. Por suerte no era el peor lugar de Aerandir donde podía terminar, aunque tenía años sin pasar por ahí. Sabía exactamente donde podía pasar la noche.
Caminé unos minutos, hasta que vi, cerca del Bar Ancla, dos hombres lanzando maldiciones y demás gritos al mar, mientras aventaban rocas y cualquier cosa que tuvieran cerca. No le presté mucha atención, borrachos quizás, hasta que uno de ellos, un brujo supongo, empezó a mover su látigo prendido en fuego.
— ¡Las mataré a todas si no regresan a Gert! — El brujo alzó su birra y la lanzó al aire, y de un latigazo encendió todo el líquido en fuego, que posteriormente cayó al mar y se apagó.
No, no, deja de gastar tus energías Jarla, la única forma de sacar a esas putas del mar es metiéndonos y sacarlas por los pelos. —Decía el que estaba a su lado. —No, ni loco me meto en el agua con esos bichos raros. — Le respondía el brujo.
La verdad, me dio mucha curiosidad qué les pasaba, dudo que fuesen unos típicos borrachos. Primero, borracho no le teme a nada, y segundo, acaba de prender en fuego su bebida, tampoco harían eso.
Así que me acerqué y los aborde con unas preguntas: — ¿Qué sucede aquí? ¿Cuál es la sucedura? — No, parece que aún no estaba totalmente despierto. Pero daba igual, eran piratas, gente de mar, habrán entendido.
Hace tres días navegábamos camino a Cala de la Luna, nuestro camarada Gert no dejaba de mirar el mar y de decir tonterías sobre una mujer a la que amaba. — Terminaba de decir el brujo. — Hace cinco horas, mi primo fue secuestrado por una sirena, lo vimos, que lo vimos, lo vivimos, un canto agudo y casi celestial lo atrajo hacia la costa en donde una sirena lo sumergió. — Así siguió su historia el otro hombre. — Tenemos un día para encontrarlo antes de zarpar, nuestra jefa lo quiere, y vivo, si no, nos castigará, y los castigos de Kiara no son muy bonitos. — Así terminaba el relato el brujo.
Me sentí bastante intrigado. ¿Una sirena? ¿Será posible que existan? Quiero decir, había escuchado cantos como esos en los mares, e incontables historias, pero jamás había visto una, puede ser que esta sea la oportunidad de averiguarlo. Kiara habían dicho, supongo que su capitán es la legendaria Kiara Saufham, es uno de los pocos piratas respetables que navega los mares, ganarme su favor no estaría mal viendo mi situación. Los ayudaría claro está, en esa situación, ¿Quién no aceptaría ayuda?
Díganme sus nombres, los ayudaré a encontrar aquella dichosa sirena, pero tendrán que presentarme ante su jefa, ¿trato?
Un momento de silencio mientras analizaban mis palabras, ninguno de los titubeó y aceptaron mi propuesta.
Mi nombre es Jarla Tamed — Dijo el brujo.
El mío es Richard Tar — Dijo el otro hombre.
Yo me llamo Tobias Pharra, por el momento vengan al Bar Ancla, necesito un trago, y tengo un par de preguntas más.
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Off rol: Toda la información referente a los npc's mencionados se encuentra aquí: [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
Caminé unos minutos, hasta que vi, cerca del Bar Ancla, dos hombres lanzando maldiciones y demás gritos al mar, mientras aventaban rocas y cualquier cosa que tuvieran cerca. No le presté mucha atención, borrachos quizás, hasta que uno de ellos, un brujo supongo, empezó a mover su látigo prendido en fuego.
— ¡Las mataré a todas si no regresan a Gert! — El brujo alzó su birra y la lanzó al aire, y de un latigazo encendió todo el líquido en fuego, que posteriormente cayó al mar y se apagó.
No, no, deja de gastar tus energías Jarla, la única forma de sacar a esas putas del mar es metiéndonos y sacarlas por los pelos. —Decía el que estaba a su lado. —No, ni loco me meto en el agua con esos bichos raros. — Le respondía el brujo.
La verdad, me dio mucha curiosidad qué les pasaba, dudo que fuesen unos típicos borrachos. Primero, borracho no le teme a nada, y segundo, acaba de prender en fuego su bebida, tampoco harían eso.
Así que me acerqué y los aborde con unas preguntas: — ¿Qué sucede aquí? ¿Cuál es la sucedura? — No, parece que aún no estaba totalmente despierto. Pero daba igual, eran piratas, gente de mar, habrán entendido.
Hace tres días navegábamos camino a Cala de la Luna, nuestro camarada Gert no dejaba de mirar el mar y de decir tonterías sobre una mujer a la que amaba. — Terminaba de decir el brujo. — Hace cinco horas, mi primo fue secuestrado por una sirena, lo vimos, que lo vimos, lo vivimos, un canto agudo y casi celestial lo atrajo hacia la costa en donde una sirena lo sumergió. — Así siguió su historia el otro hombre. — Tenemos un día para encontrarlo antes de zarpar, nuestra jefa lo quiere, y vivo, si no, nos castigará, y los castigos de Kiara no son muy bonitos. — Así terminaba el relato el brujo.
Me sentí bastante intrigado. ¿Una sirena? ¿Será posible que existan? Quiero decir, había escuchado cantos como esos en los mares, e incontables historias, pero jamás había visto una, puede ser que esta sea la oportunidad de averiguarlo. Kiara habían dicho, supongo que su capitán es la legendaria Kiara Saufham, es uno de los pocos piratas respetables que navega los mares, ganarme su favor no estaría mal viendo mi situación. Los ayudaría claro está, en esa situación, ¿Quién no aceptaría ayuda?
Díganme sus nombres, los ayudaré a encontrar aquella dichosa sirena, pero tendrán que presentarme ante su jefa, ¿trato?
Un momento de silencio mientras analizaban mis palabras, ninguno de los titubeó y aceptaron mi propuesta.
Mi nombre es Jarla Tamed — Dijo el brujo.
El mío es Richard Tar — Dijo el otro hombre.
Yo me llamo Tobias Pharra, por el momento vengan al Bar Ancla, necesito un trago, y tengo un par de preguntas más.
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Última edición por Tobias Pharra el Miér 13 Nov 2019 - 21:00, editado 4 veces
Tobias Pharra
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Re: El canto encantador - Tema libre 3/3 [Noche] [Cerrado]
Así fuimos caminando por un camino de arena y piedras que terminaba en la entrada del bien hablado bar. Con una puerta bastante grande y una estructura inclinada, antes de llegar a la entrada del lugar oía ciertos susurros venir de mis acompañantes, no le di mucha importancia. Cuando conseguimos entrar después de un pequeño crujir de la puerta comenzó a oírse una animada sonata de bar, que al fondo se podía ver tocada por un par de piratas.
Aún adentro se escuchaban las olas del mar, se podía respirar el olor de la playa, en el ambiente se olía el ron que todos bebían y además se sentía cierta calidez de taberna. Como era de esperarse, ya luego de tantos años, nadie me conocía por estos sitios, así que solo me senté en una mesa un poco alejada, e hice un ademán invitando a mis colegas.
El brujo comenzó a mirarme un poco confundido — Oye, sé que aceptamos tu ayuda, ¿pero en serio crees poder ayudarnos? Digo, ¿sabes algo de sirenas o qué? Además, antes creía que era por la luz de la luna, pero viejo, eres azul, ¿qué coño te pasó? — Se cruzó de brazos y frunció el ceño cuál interrogatorio se tratase.
Me acomodé un poco en la silla y extendí mis brazos sobre el espaldar, estiré los pies, y antes de responderle alguna cosa, pedí tres vasos de ron. — Realmente nunca he visto una sirena, pero te aseguro que si existen, será difícil sacarla del mar, y ahí es donde entro yo y mi piel azul, verás, tengo ciertas habilidades especiales en el mar, que por razones obvias no puedo mostrarles ahora. — Luego de que llegaron los vasos de ron, los invité a tomar mientras yo daba el primer sorbo.
Sí, sí, lo que digas piel azul, no te creo un carajo, no tenemos tiempo que perder. — Dijo Richard, y luego de compartir un par de miradas con Jarla. — ¿Cómo se supone entonces que lo encontrarás? — Me preguntó el brujo sin hacer caso a lo que decía Richard.
Dejé de apoyarme en la silla de esa manera tan relajada, me acerqué a la mesa y puse los brazos sobre ella, me incliné un poco y les dije — Primero, mi nombre es Tobias Pharra, ya les había dicho, y no me gusta nada repetir las cosas. Por último, es sencillo, solo díganme donde vieron por última vez a su compañero, y me lanzaré a las aguas y lo sacaré.
Otra guerra de miradas entre Jarla y Richard, se veía como el brujo lo fulminaba con ataques por el costado y el pobre hombre casi que no podía mirarlo a la cara por la ferocidad de su ofensiva, hasta que por fin, Jarla dio la puñalada maestra, y Richard hizo un gesto para terminar esa tonta discusión y estar de acuerdo con su compañero. — Bueno, creo que no nos queda otra que aceptar tu oferta Tobias, de todas maneras, estamos en apuros y no creo que llegue nada del cielo a salvarnos de esta. La última vez que vimos a Gert fue cerca de la gran roca, casi donde termina la playa, ahí las aguas no son tan profundas. — Parecía que con sus palabras terminaba la desconfianza del brujo.
¡Bien, entonces ahí iremos a cazar sirenas! — Dije en voz alta mientras me levantaba bastante animado.
- Música:
Aún adentro se escuchaban las olas del mar, se podía respirar el olor de la playa, en el ambiente se olía el ron que todos bebían y además se sentía cierta calidez de taberna. Como era de esperarse, ya luego de tantos años, nadie me conocía por estos sitios, así que solo me senté en una mesa un poco alejada, e hice un ademán invitando a mis colegas.
El brujo comenzó a mirarme un poco confundido — Oye, sé que aceptamos tu ayuda, ¿pero en serio crees poder ayudarnos? Digo, ¿sabes algo de sirenas o qué? Además, antes creía que era por la luz de la luna, pero viejo, eres azul, ¿qué coño te pasó? — Se cruzó de brazos y frunció el ceño cuál interrogatorio se tratase.
Me acomodé un poco en la silla y extendí mis brazos sobre el espaldar, estiré los pies, y antes de responderle alguna cosa, pedí tres vasos de ron. — Realmente nunca he visto una sirena, pero te aseguro que si existen, será difícil sacarla del mar, y ahí es donde entro yo y mi piel azul, verás, tengo ciertas habilidades especiales en el mar, que por razones obvias no puedo mostrarles ahora. — Luego de que llegaron los vasos de ron, los invité a tomar mientras yo daba el primer sorbo.
Sí, sí, lo que digas piel azul, no te creo un carajo, no tenemos tiempo que perder. — Dijo Richard, y luego de compartir un par de miradas con Jarla. — ¿Cómo se supone entonces que lo encontrarás? — Me preguntó el brujo sin hacer caso a lo que decía Richard.
Dejé de apoyarme en la silla de esa manera tan relajada, me acerqué a la mesa y puse los brazos sobre ella, me incliné un poco y les dije — Primero, mi nombre es Tobias Pharra, ya les había dicho, y no me gusta nada repetir las cosas. Por último, es sencillo, solo díganme donde vieron por última vez a su compañero, y me lanzaré a las aguas y lo sacaré.
Otra guerra de miradas entre Jarla y Richard, se veía como el brujo lo fulminaba con ataques por el costado y el pobre hombre casi que no podía mirarlo a la cara por la ferocidad de su ofensiva, hasta que por fin, Jarla dio la puñalada maestra, y Richard hizo un gesto para terminar esa tonta discusión y estar de acuerdo con su compañero. — Bueno, creo que no nos queda otra que aceptar tu oferta Tobias, de todas maneras, estamos en apuros y no creo que llegue nada del cielo a salvarnos de esta. La última vez que vimos a Gert fue cerca de la gran roca, casi donde termina la playa, ahí las aguas no son tan profundas. — Parecía que con sus palabras terminaba la desconfianza del brujo.
¡Bien, entonces ahí iremos a cazar sirenas! — Dije en voz alta mientras me levantaba bastante animado.
Tobias Pharra
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Re: El canto encantador - Tema libre 3/3 [Noche] [Cerrado]
[Pescar: Sacar del agua peces o animales útiles al hombre. Sacar del agua alguna otra cosa]
Nos encontrábamos en ese momento junto a la costa en la zona del Archipiélago Ilidense llamado “Cala de la luna”. Y era precisamente la inmensa luna lo único que nos iluminaba, no necesitábamos de antorchas ya que ambas podíamos ver en la oscuridad [ANALIZANDO] aunque tampoco requeríamos de comida humana y sin embargo...
-No logro comprender la necesidad de está actividad - Habían pasado ya cuarenta y tres minutos, parecía ser un tiempo prudencial para preguntar el motivo que nos llevaba a estar sobre esa piedra en mitad de la noche e intentando sacar peces del agua.
-No hay ninguna necesidad en lo absoluto - Respondió Sophitia sin darse vuelta para mirarme.
-... - [ANALIZANDO] - Es entonces una actividad que carece de sentido lógico ¿Correcto? -
-Así es - Mientras pescaba, la Vampiro masticaba una espiga, lo cual resultaba aún más confuso ya que no había campos de siembra en las cercanías - Sí te sirve pensarlo así, pescar me relaja -
-¿Te sentías tensa por algún motivo? - Sí un orgánico sentía algún tipo de malestar físico o emocional era mi deber el intentar ayudarlo para que pueda regresar a un estado de salud equilibrado.
-Nada que puedas entender - Su tono era [ANALIZANDO] ¿Cortante? Sí, eso parecía ser. Cuando utilizaba oraciones como esa significaba que no podía realizar más preguntas que hicieran referencia a se tema.
-Entiendo - Hice una pausa y agregué - No estamos lo suficientemente alejadas del puerto, es poco probable que los peces se aventuren hasta una zona donde suele haber actividad humana -
-No te preocupes por eso, tampoco tenía pensado pescar nada -
-... Entiendo -
Nuestras interacciones solían ser... Complejas. Sophitia hacía una gran cantidad de gestos y acciones que mi sistema era incapaz de interpretar, pero además sus respuestas eran también muy dispersas, y ante mi falta de entendimiento su solución siempre era el enojarse o dejar de hablarme. Aún así, continuaba siguiéndome [ANALIZANDO] su comportamiento no tenía ninguna lógica.
-¿Viste eso? -
Algo se había movido bajo el agua, aunque podíamos ver en la oscuridad, el poder diferenciar un objeto en medio de la marea excedía nuestras capacidades.
-Era como... Un pez... Pero mucho más grande -
[CAMBIANDO VISIÓN A MODO ESCANEO] Quizás solo era algún animal marino, pero era mejor estar seguras.
_________________________________________
*Habilidad de lvl 1 Función de escaneo: (Rasgo) Los ojos de Zöe pueden cambiar de una visión común a una de rayos X lo que le permite poder ver a través de diferentes materiales. Tiene a su vez una modalidad nocturna que le permite detectar cualquier tipo de cuerpo que irradie calor.
Nos encontrábamos en ese momento junto a la costa en la zona del Archipiélago Ilidense llamado “Cala de la luna”. Y era precisamente la inmensa luna lo único que nos iluminaba, no necesitábamos de antorchas ya que ambas podíamos ver en la oscuridad [ANALIZANDO] aunque tampoco requeríamos de comida humana y sin embargo...
-No logro comprender la necesidad de está actividad - Habían pasado ya cuarenta y tres minutos, parecía ser un tiempo prudencial para preguntar el motivo que nos llevaba a estar sobre esa piedra en mitad de la noche e intentando sacar peces del agua.
-No hay ninguna necesidad en lo absoluto - Respondió Sophitia sin darse vuelta para mirarme.
-... - [ANALIZANDO] - Es entonces una actividad que carece de sentido lógico ¿Correcto? -
-Así es - Mientras pescaba, la Vampiro masticaba una espiga, lo cual resultaba aún más confuso ya que no había campos de siembra en las cercanías - Sí te sirve pensarlo así, pescar me relaja -
-¿Te sentías tensa por algún motivo? - Sí un orgánico sentía algún tipo de malestar físico o emocional era mi deber el intentar ayudarlo para que pueda regresar a un estado de salud equilibrado.
-Nada que puedas entender - Su tono era [ANALIZANDO] ¿Cortante? Sí, eso parecía ser. Cuando utilizaba oraciones como esa significaba que no podía realizar más preguntas que hicieran referencia a se tema.
-Entiendo - Hice una pausa y agregué - No estamos lo suficientemente alejadas del puerto, es poco probable que los peces se aventuren hasta una zona donde suele haber actividad humana -
-No te preocupes por eso, tampoco tenía pensado pescar nada -
-... Entiendo -
Nuestras interacciones solían ser... Complejas. Sophitia hacía una gran cantidad de gestos y acciones que mi sistema era incapaz de interpretar, pero además sus respuestas eran también muy dispersas, y ante mi falta de entendimiento su solución siempre era el enojarse o dejar de hablarme. Aún así, continuaba siguiéndome [ANALIZANDO] su comportamiento no tenía ninguna lógica.
-¿Viste eso? -
Algo se había movido bajo el agua, aunque podíamos ver en la oscuridad, el poder diferenciar un objeto en medio de la marea excedía nuestras capacidades.
-Era como... Un pez... Pero mucho más grande -
[CAMBIANDO VISIÓN A MODO ESCANEO] Quizás solo era algún animal marino, pero era mejor estar seguras.
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*Habilidad de lvl 1 Función de escaneo: (Rasgo) Los ojos de Zöe pueden cambiar de una visión común a una de rayos X lo que le permite poder ver a través de diferentes materiales. Tiene a su vez una modalidad nocturna que le permite detectar cualquier tipo de cuerpo que irradie calor.
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Re: El canto encantador - Tema libre 3/3 [Noche] [Cerrado]
Con más noche acosaba el hastío del anciano, remembrante en sus orgullosos recuerdos carentes de valor ante la insubordinación de aquel grupo de estudiantes y profesores que le confinaron a tan desdichado destino.
Cimbreando, de un lado para otro, no lograba conciliar el anhelado sueño de ninguna de las maneras, aquello le irritaba de tal forma que tenía que recurrir a la elaboración de unas hierbas místicas ya mezcladas para situarlas en el interior de una pipa e inhalar, de esa manera lograba a veces conciliar el sueño, si es que Tsong lograba soñar, pues la pesadilla de la vida no concluía ni en sus mejores sueños, donde también agonizante sufría alguna esporádica taquicardia ofreciendo un espantoso espectáculo a los roedores y arácnidos de su lúgubre cabaña.
Al fin, tras unos minutos de angustia, el hechicero apagó la llama de la vela del candelero con la palma de su mano, muy lentamente, sin inmutarse, como si el fuego le reconfortara.
A la mañana siguiente, un sobre yacía en el interior de su guarida, alguien lo lanzó entre la rendija inferior de la puerta de madera.
-Jejeje, que enternecedor, un admirador secreto a estas alturas de mi vida - el anciano miró con sus ojos el sobre, con sus pupilas inmaculadas como la nieve, para atraerlo hacia él con el poder de la telequinesis, alzó su mano y el sobre fue agarrado con pasmosa elegancia.
El anciano se dedicó a abrir el sobre para contemplar lo siguiente:
“ Cala de la luna, un buen lugar para relajarse, mercado increíble, bailarinas desnudas, hombres de oficio, tabernas de ensueño, Al ancla, primera cerveza gratis para forasteros “
El viejo soltó una leve carcajada a la par que comprendió que debía abandonar su rutinaria costumbre para seguir con su truncada epopeya personal.
Envuelto en un mar de dudas, las dudas le envolvieron a surcar el mar en busca de nuevas aventuras que pudiera proporcionarle sabiduría sobre donde comenzar a buscar su encaprichado grimorio del éter perdido, donde se dice que el arte de reanimar aquello que ya no vive es posible, entre otros enigmas.
El viaje en aquel barco no había sido de los peores para Tsong, las aguas no causaron problemas y los marineros no eran simples aficionados a excepción de un par de grumetes que no daban pie con bola, para disgustos de sus superiores no paraban de vomitar.
Una vez en tierra firme y tras las indagaciones pertinentes, después de cruzar el famoso mercado de la isla, el anciano encontró la taberna denominado “Ancla”.
Sus ropajes llamaban la atención de los presentes, pero pronto volvían a sus asuntos, nada más entrar a la tasca, se dirigió al tabernero.
De pronto, el bullicio se rompió, el responsable de aquello,a ojos de Tsong un individuo de pelo largo con una tez de color aguamarina que bramó unas palabras que repiquetearon como un colibrí acicalando su pico en la mente del hechicero "Cazar sirenas".
-Sirenas - mencionó Tsong con atisbos de estupefacción.
- De esas no me quedan amigo....pero tenemos tritones, más crujientes - respondió el tabernero con sarcasmo mientras limpiaba restos de marisco en la barra y miraba con cierto desdén al recién llegado.
Tsong se dirigió al grupo donde hablaban de sirenas con las manos entrelazadas en la espalda, al aproximarse dibujó una sonrisa no muy forzada en su demacrado rostro, arrimó su cabeza a la mesa.
- Bienaventurados los desventurados aventureros de ventura incierta, he aquí pues un humilde servidor de aspecto frágil, pero de indudable reputación, escribiré sobre vuestras hazañas en la mar y los bardos cantarán vuestras contiendas victoriosas con pasión - decía el brujo con los parpados cerrados.
Entonces abrió los párpados lentamente mostrando sus pupilas blanquecinas, aunque bien sabría Tsong que aquellos trucos de patibulario no impresionarían a bravos aparentes mercenarios curtidos en la inescrutable abundancia del infinito de los océanos, en caso de que se trataran de valientes marineros, esperaba no haberse entrometido en una encrucijada formada por los menesteres del exceso del alcohol.
Cimbreando, de un lado para otro, no lograba conciliar el anhelado sueño de ninguna de las maneras, aquello le irritaba de tal forma que tenía que recurrir a la elaboración de unas hierbas místicas ya mezcladas para situarlas en el interior de una pipa e inhalar, de esa manera lograba a veces conciliar el sueño, si es que Tsong lograba soñar, pues la pesadilla de la vida no concluía ni en sus mejores sueños, donde también agonizante sufría alguna esporádica taquicardia ofreciendo un espantoso espectáculo a los roedores y arácnidos de su lúgubre cabaña.
Al fin, tras unos minutos de angustia, el hechicero apagó la llama de la vela del candelero con la palma de su mano, muy lentamente, sin inmutarse, como si el fuego le reconfortara.
A la mañana siguiente, un sobre yacía en el interior de su guarida, alguien lo lanzó entre la rendija inferior de la puerta de madera.
-Jejeje, que enternecedor, un admirador secreto a estas alturas de mi vida - el anciano miró con sus ojos el sobre, con sus pupilas inmaculadas como la nieve, para atraerlo hacia él con el poder de la telequinesis, alzó su mano y el sobre fue agarrado con pasmosa elegancia.
El anciano se dedicó a abrir el sobre para contemplar lo siguiente:
“ Cala de la luna, un buen lugar para relajarse, mercado increíble, bailarinas desnudas, hombres de oficio, tabernas de ensueño, Al ancla, primera cerveza gratis para forasteros “
El viejo soltó una leve carcajada a la par que comprendió que debía abandonar su rutinaria costumbre para seguir con su truncada epopeya personal.
Envuelto en un mar de dudas, las dudas le envolvieron a surcar el mar en busca de nuevas aventuras que pudiera proporcionarle sabiduría sobre donde comenzar a buscar su encaprichado grimorio del éter perdido, donde se dice que el arte de reanimar aquello que ya no vive es posible, entre otros enigmas.
El viaje en aquel barco no había sido de los peores para Tsong, las aguas no causaron problemas y los marineros no eran simples aficionados a excepción de un par de grumetes que no daban pie con bola, para disgustos de sus superiores no paraban de vomitar.
Una vez en tierra firme y tras las indagaciones pertinentes, después de cruzar el famoso mercado de la isla, el anciano encontró la taberna denominado “Ancla”.
Sus ropajes llamaban la atención de los presentes, pero pronto volvían a sus asuntos, nada más entrar a la tasca, se dirigió al tabernero.
De pronto, el bullicio se rompió, el responsable de aquello,a ojos de Tsong un individuo de pelo largo con una tez de color aguamarina que bramó unas palabras que repiquetearon como un colibrí acicalando su pico en la mente del hechicero "Cazar sirenas".
-Sirenas - mencionó Tsong con atisbos de estupefacción.
- De esas no me quedan amigo....pero tenemos tritones, más crujientes - respondió el tabernero con sarcasmo mientras limpiaba restos de marisco en la barra y miraba con cierto desdén al recién llegado.
Tsong se dirigió al grupo donde hablaban de sirenas con las manos entrelazadas en la espalda, al aproximarse dibujó una sonrisa no muy forzada en su demacrado rostro, arrimó su cabeza a la mesa.
- Bienaventurados los desventurados aventureros de ventura incierta, he aquí pues un humilde servidor de aspecto frágil, pero de indudable reputación, escribiré sobre vuestras hazañas en la mar y los bardos cantarán vuestras contiendas victoriosas con pasión - decía el brujo con los parpados cerrados.
Entonces abrió los párpados lentamente mostrando sus pupilas blanquecinas, aunque bien sabría Tsong que aquellos trucos de patibulario no impresionarían a bravos aparentes mercenarios curtidos en la inescrutable abundancia del infinito de los océanos, en caso de que se trataran de valientes marineros, esperaba no haberse entrometido en una encrucijada formada por los menesteres del exceso del alcohol.
Tsong Qui-La
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Re: El canto encantador - Tema libre 3/3 [Noche] [Cerrado]
Marchamos rumbo a la gran roca en busca de aquel marinero, cuando una voz frágil y lenta nos abordó. Volteamos a ver. Un hombre de tez pálida y cabellos largos nos hablaba, parecía un señor en sus últimos días. Nos ofrecía relatar nuestra historia.
Me giré a mis acompañantes, de un lado estaba Richard sin entender muy bien que nos quería decir aquel anciano y del otro Jarla... Admiro su entusiasmo... — ¡Muy bien! Si de verdad queremos acabar con los mitos de las sirenas, ¿qué mejor que un trovador? — El brujo extendió su mano hacia el anciano para ayudarlo a caminar. — Nos dirigimos a la antigua roca, ahí vimos una sirena hace poco. — Si bien Jarla tenía razón, quien nos ayude a escribir sobre las sirenas no vendría mal, pero algo no me convencía, el señor caminaba con soltura y no parecía tener ningún problema pese a su edad. «¿Qué clase de trucos se guardará?»
De camino por la playa la luna nos daba la visibilidad suficiente como para saber la ruta, desde la playa ya podíamos ver la gran roca, aunque todos le decían así, no era la gran cosa, medía quizás 6 metros, la caída era considerable y las olas chocaban con gran fuerza, haciendo que las aguas saltaran por todos lados. No tardamos el subir a la roca por la rampa de arena y tierra que estaba al lado, aunque empinado era, a ninguno nos costó.
Mientras caminábamos en la roca vimos un par de mujeres casi en la punta de esta, hice una seña para que paráramos. — Esperen... Hay dos mujeres, pescando, o algo así. — En realidad parecían discutir o algo. — El peor lugar para pescar, tsk. — Criticaba Richard. — Quizás solo buscan oír el mar y ver la luna. — Le decía Jarla.
Nos fuimos acercando lentamente. — ¿Qué más da? No creo que nos amenacen por acompañarlas.
— ¿Viste eso? — Dijo la mujer de cabellos rojos. «¿Nos habrá visto?». La otra se asomó al mar.
Cuando estuvimos cerca de ellas dije. — ¿No les importa si las acompañamos un rato? Estamos en la búsqueda de un pez muy peculiar y tenemos algo de prisa.
Me giré a mis acompañantes, de un lado estaba Richard sin entender muy bien que nos quería decir aquel anciano y del otro Jarla... Admiro su entusiasmo... — ¡Muy bien! Si de verdad queremos acabar con los mitos de las sirenas, ¿qué mejor que un trovador? — El brujo extendió su mano hacia el anciano para ayudarlo a caminar. — Nos dirigimos a la antigua roca, ahí vimos una sirena hace poco. — Si bien Jarla tenía razón, quien nos ayude a escribir sobre las sirenas no vendría mal, pero algo no me convencía, el señor caminaba con soltura y no parecía tener ningún problema pese a su edad. «¿Qué clase de trucos se guardará?»
De camino por la playa la luna nos daba la visibilidad suficiente como para saber la ruta, desde la playa ya podíamos ver la gran roca, aunque todos le decían así, no era la gran cosa, medía quizás 6 metros, la caída era considerable y las olas chocaban con gran fuerza, haciendo que las aguas saltaran por todos lados. No tardamos el subir a la roca por la rampa de arena y tierra que estaba al lado, aunque empinado era, a ninguno nos costó.
Mientras caminábamos en la roca vimos un par de mujeres casi en la punta de esta, hice una seña para que paráramos. — Esperen... Hay dos mujeres, pescando, o algo así. — En realidad parecían discutir o algo. — El peor lugar para pescar, tsk. — Criticaba Richard. — Quizás solo buscan oír el mar y ver la luna. — Le decía Jarla.
Nos fuimos acercando lentamente. — ¿Qué más da? No creo que nos amenacen por acompañarlas.
— ¿Viste eso? — Dijo la mujer de cabellos rojos. «¿Nos habrá visto?». La otra se asomó al mar.
Cuando estuvimos cerca de ellas dije. — ¿No les importa si las acompañamos un rato? Estamos en la búsqueda de un pez muy peculiar y tenemos algo de prisa.
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Re: El canto encantador - Tema libre 3/3 [Noche] [Cerrado]
Repentinamente la roca estaba llena de personas [ANALIZANDO] cuatro orgánicos más se acercaban al sitio donde estábamos, parecía poco probable que fuera casualidad. Tres de ellos aparentemente eran humanos, el cuarto tenía apariencia humana pero su tono de piel daban a entender que podía tratarse de alguna mezcla con otra raza.
-Claro, es una piedra libre- Respondió Sophi con tono [ANALIZANDO] no podía definir qué tipo de tono era ese.
-No creo que haya ningún problema con que todos estemos aquí ¿Sí? - Agregué una sonrisa mecánica con dos segundos de retraso - Mi nombre es Zöe -
-¿Para qué te presentas? Son un montón de extraños - La Vampiro suspiró - Como sea.... Soy Sophitia -
Sí antes era poco probable que pudiera pescar algo, con toda esa gente allí hablando era totalmente imposible que lo lograra, así que Sophi dejó la caña a un lado y escupió la espiga. El sonido de las olas golpeando contra el fondo del precipicio evitaba que se generara un silencio de esos que los orgánicos llamaban “incómodos”, término que jamás había entendido, semejante adjetivo en algo inanimado era la respuesta de los orgánicos ante emociones que no podían describir.
-¿Un pez particular? ¿De qué manera un pez podría ser particular? - Mi escaner no había revelado nada extraño
- Nos pareció ver algo que se movía en el agua, pero fue sólo un segundo - Agregó Sophi - Pasé muchos años navegando y puedo asegurar que esa cosa era demasiado grande para ser un pez común y corriente -
Nuevamente miramos por el costado, pero en apariencia todo era normal.
-¿Van a intentar pescarlo? - [ANALIZANDO] No parecían haber muchas posibilidades de que lograran agarrar a un ser semejante solo con una caña, y por lo que se veía no traían nada más grande como una red.
-O directamente van a entrar al agua - Concluyó la Vampiro - No hay nada como agarrarlos con tus propias manos - Sonrió de medio lado mientras hacía el gesto de tomar algo y apretarlo fuerte con los dedos.
-No parece sensato el arrojarse a aguas tan turbulentas... Y sí lo hacen no podré seguirlos -
-Cierto... Pesas demasiado, te irías hasta el fondo ¿No es así? -
Asentí ante el comentario de Sophi.
-Nadar con mi peso extra me resulta imposible -
-Claro, es una piedra libre- Respondió Sophi con tono [ANALIZANDO] no podía definir qué tipo de tono era ese.
-No creo que haya ningún problema con que todos estemos aquí ¿Sí? - Agregué una sonrisa mecánica con dos segundos de retraso - Mi nombre es Zöe -
-¿Para qué te presentas? Son un montón de extraños - La Vampiro suspiró - Como sea.... Soy Sophitia -
Sí antes era poco probable que pudiera pescar algo, con toda esa gente allí hablando era totalmente imposible que lo lograra, así que Sophi dejó la caña a un lado y escupió la espiga. El sonido de las olas golpeando contra el fondo del precipicio evitaba que se generara un silencio de esos que los orgánicos llamaban “incómodos”, término que jamás había entendido, semejante adjetivo en algo inanimado era la respuesta de los orgánicos ante emociones que no podían describir.
-¿Un pez particular? ¿De qué manera un pez podría ser particular? - Mi escaner no había revelado nada extraño
- Nos pareció ver algo que se movía en el agua, pero fue sólo un segundo - Agregó Sophi - Pasé muchos años navegando y puedo asegurar que esa cosa era demasiado grande para ser un pez común y corriente -
Nuevamente miramos por el costado, pero en apariencia todo era normal.
-¿Van a intentar pescarlo? - [ANALIZANDO] No parecían haber muchas posibilidades de que lograran agarrar a un ser semejante solo con una caña, y por lo que se veía no traían nada más grande como una red.
-O directamente van a entrar al agua - Concluyó la Vampiro - No hay nada como agarrarlos con tus propias manos - Sonrió de medio lado mientras hacía el gesto de tomar algo y apretarlo fuerte con los dedos.
-No parece sensato el arrojarse a aguas tan turbulentas... Y sí lo hacen no podré seguirlos -
-Cierto... Pesas demasiado, te irías hasta el fondo ¿No es así? -
Asentí ante el comentario de Sophi.
-Nadar con mi peso extra me resulta imposible -
Zöe
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Re: El canto encantador - Tema libre 3/3 [Noche] [Cerrado]
Tras aquellas palabras, Tsong logró quedarse ensimismado con la presencia de los bucaneros, que ya en la cercanía pudo soslayar su ignorancia respecto a la identidad de sus futuros acompañantes, las bandanas con aquellas gabardinas, las armas de filo cortante, hebillas del tamaño ornamental,le ofrecían la impresión de dedicarse al bandidaje, aunque a uno de ellos le pareciera un soldado de la marina más que un filibustero, otro gozaba de una tez aguamarina que se tornaba reluciente al centelleante parpadeo de las llamas de las antorchas clavadas, como si no fuera humano como si se tratara de una piel serpentina, las barbas frondosas del otro tampoco pasarían desapercibido con aquel aspecto desaliñado, sin embargo a pesar de dichas conjeturas que albergaba el hechicero, algo en su fuero interno sabía que no debería encabritar a dichos individuos pero la iniciativa de aceptarlo como compañero sin tan si quiera presentarse o saber cuales eran sus nombres le resultó bastante ingenuo a la par que próspero para sus menesteres.
Al salir de la tasca el bullicio cobraba menos protagonismo para dar paso a los vaivenes del océano, el olor de la brisa marina, la humedad penetrando en los poros de los cuerpos, la sensación pesada de la presión atmosférica desconcertaron por unos instantes los avances del brujo elemental tensai despistándose con el panorama que le acontecía, pues hacia mucho tiempo que no salía de su cabaña absorto en su macabro pesar. Tsong pudo contemplar la gélida majestuosidad de la luna custodiando las aguas, vigía de la superficie marina, hacedora de reflejos astronómicos, dirigente de crímenes pasionales, la infatigable testigo de inconmensurables encuentros destinados a la creación, silenciosa observadora de los últimos alientos de vida.Su embrujo repercutía en el brujo, sus ojos se enardecían en un dibujo blanco cristalino bastante enigmático, también perturbador.
Aquel estado fue interrumpido por el choque vigoroso de las olas contra las imperecederas rocas que se asomaban alrededor de la costa sin discriminación.Entonces Tsong se quedó algo distante, que no tardó en ponerse detrás de los aparentes corsarios, el cual uno de ellos fue afable y mostró su contento, el cual pensó que el místico y anciano hechicero era un trovador.
-Bien hallado soy pues hehe, nada como la bravura de un solidario corsario tendiendo la mano a un viejo desconocido, pero me temo que declino su oferta, aún puedo arreglármelas -Tsong le devolvió la palabra con su tono característico al hablar, casi serpentino pues le enfoca énfasis desmesurado en el siseo, robusto y seco, sin mostrar un ápice de fragilidad pues otra cosa no, pero en la academia de magia le enseñaron a recitar conjuros de los más singulares y hasta se conmocionaba cuando veía a algunos magos de viento romper vidrieras con alaridos mágicos, maestros de maestros con avanzada edad y sosteniendo su endeble figura con cayados.
Al seguir los pasos de los filibusteros, el interior de los zapatos de Tsong se lleno de una incómoda arenilla que fastidiaba sus andanzas, sobre todo al subir aquella cuesta que otorgaba unas vistas idóneas para los asuntos de los presentes, la captación de las legendarias sirenas que contaban las leyendas que aparecían en remotas ocasiones.
Tsong se preguntaba los motivos por los que las andaban buscando aquellos seres denominados “sirenas”, dadas las circunstancias tampoco sabría si le darían unas respuestas sinceras tratándose a priori de vulgares pero refinados supuestos hombres de alta mar, la dudas reconcomían su perturbada mente, desde experimentación, simple temeridad, divertimento, cuestiones mercantiles ya que la carne de sirena podría ser un suculento manjar, explotación sexual para clientes sofisticados, o quizá el custodio de algún tesoro cuyo valor no tenga parangón en toda la cala, si, Tsong se decantó por la idea del botín pues la mezquindad de los corsarios era bien conocida por lo que cuentan los textos antiguos, pero Tsong consideraba diferentes a estos muchachos, sobre todo aquel que no aparentaba ser un humano corriente, llego a pensar el hechicero que probablemente anduviera buscando a su madre que pudiera ser nada más y nada menos que una sirena.
Más tarde, los muchachos llamaron la atención de Tsong al vislumbrar una pareja de personas, o eso parecían comentar, sopesaban la idea de que estaban pescando y lo afirmaron, el brujo no pudo más que comprobar si realmente había alguien en el lugar a pesar de la oscuridad de la noche, los reflejos de la luna facilitaban la visualización.
Una vez se acercaron, el chico azul tenía razón, Tsong se quedó atónito al descubrir que efectivamente estaban pescando por la caña que aquella chica depositó en la superficie de la roca, el chico de tez azulada tenía un poder intuitivo curioso o una vista envidiable en la oscuridad, o tal vez ambas, pensaba el brujo.
Sophitia y Zoe, sus nombres brotaron de sus respectivos labios con total convicción a oídos del brujo tensai, por fín había descubierto a unas personas que mostraban indicios de modales y educación, o tal vez, cierto grado de confianza en base a su impoluta naturaleza e intachable conducta o bien un desatino fruto de una frugal inocencia.
El viejo recogiendo ligeramente los bajos de su manchada túnica y entrelanzando sus manos sobre su espalda, se inclinó levemente con la cabeza, en pos de saludar a aquellas muchachas bajo la atenta mirada de la noctámbula luna, cuyo reflejo impactaría en la solemne protuberancia en la parte de la cabeza sin pelo del anciano que brillaría con leve intensidad durante aquel gesto de cortesía.
-Me llaman “Torkuash, el trovador”, hehehe, cuidado, si añoráis la fama o la fortuna, mil ramas en la cuna, si añoráis el oro y el poder, un loro y buen beber, si añoráis el fuego y la muerte.....hehehe, sin ruego no hay suerte- dijo el anciano con energía, tratando de engatusar y animar a los presentes tratando de fingir su verdadera identidad, aunque el brujo, también disfrutaba con la verborrea, parecía regocijarse en sus propias mentiras cuál árbol entierra sus raíces en la tierra para ser más fuerte.
Al salir de la tasca el bullicio cobraba menos protagonismo para dar paso a los vaivenes del océano, el olor de la brisa marina, la humedad penetrando en los poros de los cuerpos, la sensación pesada de la presión atmosférica desconcertaron por unos instantes los avances del brujo elemental tensai despistándose con el panorama que le acontecía, pues hacia mucho tiempo que no salía de su cabaña absorto en su macabro pesar. Tsong pudo contemplar la gélida majestuosidad de la luna custodiando las aguas, vigía de la superficie marina, hacedora de reflejos astronómicos, dirigente de crímenes pasionales, la infatigable testigo de inconmensurables encuentros destinados a la creación, silenciosa observadora de los últimos alientos de vida.Su embrujo repercutía en el brujo, sus ojos se enardecían en un dibujo blanco cristalino bastante enigmático, también perturbador.
Aquel estado fue interrumpido por el choque vigoroso de las olas contra las imperecederas rocas que se asomaban alrededor de la costa sin discriminación.Entonces Tsong se quedó algo distante, que no tardó en ponerse detrás de los aparentes corsarios, el cual uno de ellos fue afable y mostró su contento, el cual pensó que el místico y anciano hechicero era un trovador.
-Bien hallado soy pues hehe, nada como la bravura de un solidario corsario tendiendo la mano a un viejo desconocido, pero me temo que declino su oferta, aún puedo arreglármelas -Tsong le devolvió la palabra con su tono característico al hablar, casi serpentino pues le enfoca énfasis desmesurado en el siseo, robusto y seco, sin mostrar un ápice de fragilidad pues otra cosa no, pero en la academia de magia le enseñaron a recitar conjuros de los más singulares y hasta se conmocionaba cuando veía a algunos magos de viento romper vidrieras con alaridos mágicos, maestros de maestros con avanzada edad y sosteniendo su endeble figura con cayados.
Al seguir los pasos de los filibusteros, el interior de los zapatos de Tsong se lleno de una incómoda arenilla que fastidiaba sus andanzas, sobre todo al subir aquella cuesta que otorgaba unas vistas idóneas para los asuntos de los presentes, la captación de las legendarias sirenas que contaban las leyendas que aparecían en remotas ocasiones.
Tsong se preguntaba los motivos por los que las andaban buscando aquellos seres denominados “sirenas”, dadas las circunstancias tampoco sabría si le darían unas respuestas sinceras tratándose a priori de vulgares pero refinados supuestos hombres de alta mar, la dudas reconcomían su perturbada mente, desde experimentación, simple temeridad, divertimento, cuestiones mercantiles ya que la carne de sirena podría ser un suculento manjar, explotación sexual para clientes sofisticados, o quizá el custodio de algún tesoro cuyo valor no tenga parangón en toda la cala, si, Tsong se decantó por la idea del botín pues la mezquindad de los corsarios era bien conocida por lo que cuentan los textos antiguos, pero Tsong consideraba diferentes a estos muchachos, sobre todo aquel que no aparentaba ser un humano corriente, llego a pensar el hechicero que probablemente anduviera buscando a su madre que pudiera ser nada más y nada menos que una sirena.
Más tarde, los muchachos llamaron la atención de Tsong al vislumbrar una pareja de personas, o eso parecían comentar, sopesaban la idea de que estaban pescando y lo afirmaron, el brujo no pudo más que comprobar si realmente había alguien en el lugar a pesar de la oscuridad de la noche, los reflejos de la luna facilitaban la visualización.
Una vez se acercaron, el chico azul tenía razón, Tsong se quedó atónito al descubrir que efectivamente estaban pescando por la caña que aquella chica depositó en la superficie de la roca, el chico de tez azulada tenía un poder intuitivo curioso o una vista envidiable en la oscuridad, o tal vez ambas, pensaba el brujo.
Sophitia y Zoe, sus nombres brotaron de sus respectivos labios con total convicción a oídos del brujo tensai, por fín había descubierto a unas personas que mostraban indicios de modales y educación, o tal vez, cierto grado de confianza en base a su impoluta naturaleza e intachable conducta o bien un desatino fruto de una frugal inocencia.
El viejo recogiendo ligeramente los bajos de su manchada túnica y entrelanzando sus manos sobre su espalda, se inclinó levemente con la cabeza, en pos de saludar a aquellas muchachas bajo la atenta mirada de la noctámbula luna, cuyo reflejo impactaría en la solemne protuberancia en la parte de la cabeza sin pelo del anciano que brillaría con leve intensidad durante aquel gesto de cortesía.
-Me llaman “Torkuash, el trovador”, hehehe, cuidado, si añoráis la fama o la fortuna, mil ramas en la cuna, si añoráis el oro y el poder, un loro y buen beber, si añoráis el fuego y la muerte.....hehehe, sin ruego no hay suerte- dijo el anciano con energía, tratando de engatusar y animar a los presentes tratando de fingir su verdadera identidad, aunque el brujo, también disfrutaba con la verborrea, parecía regocijarse en sus propias mentiras cuál árbol entierra sus raíces en la tierra para ser más fuerte.
Tsong Qui-La
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Re: El canto encantador - Tema libre 3/3 [Noche] [Cerrado]
Las vueltas que da la vida, o como solían decir algunos piratas las cosas que trae la marea. Pasé de un día cualquiera a estar en la costa de Cala de la Luna y ahora a estar en medio de... «Zöe, Sophitia, Richard, Jarla y Torkuash.» Pensé mientras miraba a cada uno. En la búsqueda de un animal mágico secuestra piratas.
Nunca fui de juzgar a la gente, pero este dúo de mujeres era algo extraño. Mientras que, aquel señor era un poco tétrico y Jarla... —Oh Dios, soy tan descortés, mi nombre es Jarla Tamed, mi compañero aquí es Richard Tar. Nuestro amigo azul de allá es Tobias Pharra. — Con tanto afán de contar todo lo posible. Miré a Jarla juzgándolo unos segundos, para ser un pirata, era demasiado hablador, ciertamente no hubo tiempo de presentarse ni nada. Pero habían asuntos pendientes.
— Tienes razón Sophitia, no hay nada como ir y pescarlo de frente. — Yo sí que no me refería a pescarlos con las manos, según la pelirroja había pasado mucho tiempo navegando. Me acerqué a ella y me senté a un lado. — Aquello que está allá, se está moviendo a contramarea. — Señalé al agua. — No debe ser muy grande, está nadando en aguas poco profundas. — Las olas chocaban con bastante intensidad contra la roca. — Pero debe ser muy fuerte, está desafiando a la marea.
Me volteé un momento a los demás piratas, Richard estaba viendo el agua también. — Eh, je... Tobias, aquí hay como algo raro. — Hacía señas para que fuera con él. — Míralo, ahí. — Me levanté rápido y miré. Un extraño remolino de agua se formaba. — Eso antes no estaba ahí. — Era genuinamente extraño que hubiese un remolino ahí.
Jarla se alejó un momento del anciano. — Calma Richie, tengo entendido que las sirenas posan en rocas con la mitad de su cuerpo humano, para que los marineros crean que son mujeres en peligro o algo. — Antes de que nos diese tiempo de analizar las palabras de Jarla. Desde el mar se escuchaba un canto, varias voces al unísono en una melodía dulce, aguda y suave, que parecía tentar a cualquiera que la oiga. Aunque también daba algo de melancolía.
Aquel remolino parecía hacerse más grande mientras la canción se volvía más sonora y más encantadora se apoderaba de todo el sonido del lugar, si alguien decía algo, era imposible de oír. Embelesados por la belleza del coro de voces que esculpía en nuestras mentes la atractiva idea de lanzarse al agua. Aquel deseo se encarnaba cada vez más.
Había oído muchas historias de sirenas, sobre como su canto atraía a todos al agua, sobre que era solo un embrujo, hecho solo para llevarte a ellas para mantenerte cautivo. Se decía también, que el propósito de las sirenas era secuestrar hombres para tener sexo y seguir reproduciéndose, ellas solo podían parir hembras y esa era su forma de aparearse, se supone que ningún animal marino era capaz de embarazar una sirena.
Esos vagos pensamientos se iban difumando poco a poco, mientras la única idea de ir al mar se adueñaba de mi mente. Parecía que mis músculos se movían solos hacia ahí. Pero todo eso se apagó en el momento que se escuchó un gran chapoteo. Luego de despertar del conjuro, estaba un poco desorientado, miré a mis lados y Jarla no estaba. No hacia falta ser muy listo para saber que había sido él quién saltó.
————
Off rol: Se supone que durante unos minutos los hombres caímos en el canto de las sirenas y estuvimos con ganas de lanzarnos al mar (claro si Tsong decide unirse, si no puede sacarse algún argumento de por qué no pasó). Zöe y Sophitia no fueron afectadas por ser mujer.
Puedes usar a los npc's con total libertad si quieren, aunque Jarla está metido en el agua con las sirenas.
Nunca fui de juzgar a la gente, pero este dúo de mujeres era algo extraño. Mientras que, aquel señor era un poco tétrico y Jarla... —Oh Dios, soy tan descortés, mi nombre es Jarla Tamed, mi compañero aquí es Richard Tar. Nuestro amigo azul de allá es Tobias Pharra. — Con tanto afán de contar todo lo posible. Miré a Jarla juzgándolo unos segundos, para ser un pirata, era demasiado hablador, ciertamente no hubo tiempo de presentarse ni nada. Pero habían asuntos pendientes.
— Tienes razón Sophitia, no hay nada como ir y pescarlo de frente. — Yo sí que no me refería a pescarlos con las manos, según la pelirroja había pasado mucho tiempo navegando. Me acerqué a ella y me senté a un lado. — Aquello que está allá, se está moviendo a contramarea. — Señalé al agua. — No debe ser muy grande, está nadando en aguas poco profundas. — Las olas chocaban con bastante intensidad contra la roca. — Pero debe ser muy fuerte, está desafiando a la marea.
Me volteé un momento a los demás piratas, Richard estaba viendo el agua también. — Eh, je... Tobias, aquí hay como algo raro. — Hacía señas para que fuera con él. — Míralo, ahí. — Me levanté rápido y miré. Un extraño remolino de agua se formaba. — Eso antes no estaba ahí. — Era genuinamente extraño que hubiese un remolino ahí.
Jarla se alejó un momento del anciano. — Calma Richie, tengo entendido que las sirenas posan en rocas con la mitad de su cuerpo humano, para que los marineros crean que son mujeres en peligro o algo. — Antes de que nos diese tiempo de analizar las palabras de Jarla. Desde el mar se escuchaba un canto, varias voces al unísono en una melodía dulce, aguda y suave, que parecía tentar a cualquiera que la oiga. Aunque también daba algo de melancolía.
Aquel remolino parecía hacerse más grande mientras la canción se volvía más sonora y más encantadora se apoderaba de todo el sonido del lugar, si alguien decía algo, era imposible de oír. Embelesados por la belleza del coro de voces que esculpía en nuestras mentes la atractiva idea de lanzarse al agua. Aquel deseo se encarnaba cada vez más.
Había oído muchas historias de sirenas, sobre como su canto atraía a todos al agua, sobre que era solo un embrujo, hecho solo para llevarte a ellas para mantenerte cautivo. Se decía también, que el propósito de las sirenas era secuestrar hombres para tener sexo y seguir reproduciéndose, ellas solo podían parir hembras y esa era su forma de aparearse, se supone que ningún animal marino era capaz de embarazar una sirena.
Esos vagos pensamientos se iban difumando poco a poco, mientras la única idea de ir al mar se adueñaba de mi mente. Parecía que mis músculos se movían solos hacia ahí. Pero todo eso se apagó en el momento que se escuchó un gran chapoteo. Luego de despertar del conjuro, estaba un poco desorientado, miré a mis lados y Jarla no estaba. No hacia falta ser muy listo para saber que había sido él quién saltó.
————
Off rol: Se supone que durante unos minutos los hombres caímos en el canto de las sirenas y estuvimos con ganas de lanzarnos al mar (claro si Tsong decide unirse, si no puede sacarse algún argumento de por qué no pasó). Zöe y Sophitia no fueron afectadas por ser mujer.
Puedes usar a los npc's con total libertad si quieren, aunque Jarla está metido en el agua con las sirenas.
Tobias Pharra
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Re: El canto encantador - Tema libre 3/3 [Noche] [Cerrado]
Un trovador [ANALIZANDO] pocas veces me cruzaba con orgánicos que practicaran esa profesión, sí entender a los seres vivos en general era difícil, con los juglares estaban en la categoría más compleja. Rápidamente se comprobó lo que suponía, la ¿Presentación? Sí, eso parecía ser, que había realizado era completamente imposible de analizar para mi sistema.
-¿Añorar? ¿Loro y buen beber? - [ANALIZANDO] - No, yo no deseo nada ¿Correcto? Cualquier tipo de anhelo es automáticamente bloqueado por mi sistema - Tampoco estaba segura de sí me había pedido esa explicación, pero no estaba de más.
-Supongo que depende de lo que consideres “grande” - Respondió la Vampiro mientras se cubría los ojos de la luz de la luna para ver mejor - Pero sin duda debe tener una buena cantidad de energía para nadar así en contra de la corriente - Asintió y le dio la razón a Tobias.
Nos acercamos para poder ver lo que señalaba Richard Tar, claramente eso no era un efecto marítimo natural, algo debía estar provocándolo.
-Creo que sería prudente que se alejaran del mar ¿Sí? - Apenas había terminado la oración cuando un chillido ensordecedor comenzó a sonar en el ambiente.
-¿Que mierda es eso? - Grito Sophitia mientras se tapaba los oídos.
[ANALIZANDO] [ERROR] No lograba identificar el origen del sonido, tampoco si era algún tipo de idioma gutural. Mis oídos no eran tan sensibles como los de la vampiro, pero aún así comenzaba a resultar molesto, miré a los demás... Tobias y Richard no parecían molestos por el sonido, en realidad, estaban como ¿obnubilados? Sí, eso parecía ser.
El más extraño era Jarla, quien lentamente se acercaba al borde de la piedra, y cuando creía que iba a detenerse, dio un salto hacía el agua.
-Sophi, sostén a los demás - Le ordené mientras me acercaba al marinero de piel azulada, la Vampiro asintió y sin rechistar fue a por Richard, al ser solo dos no podíamos hacernos cargo también de Torkuash.
Los sujetamos con fuerza, impidiendo así que se acercaran demasiado a los bordes, aunque por suerte el sonido se detuvo antes de que la situación se complicara aún más. Cuando dejaron de intentar arrojarse al mar, los soltamos...
-¿Qué haremos con el que se tiró? - Preguntó Sophi mientras se rascaba la cabeza - Antes de que lo propongas: No, no te dejaré que te tires - Me dijo, a sabiendas de que mi sistema me obligaba a realizar ese tipo de acciones.
-No sería prudente, tampoco podría ser de gran ayuda -
-Entonces iré yo - Se encogió de hombros y empezó a quitarse las botas con apuro - Esperemos que siga respirando para cuando llegue -
-¿Añorar? ¿Loro y buen beber? - [ANALIZANDO] - No, yo no deseo nada ¿Correcto? Cualquier tipo de anhelo es automáticamente bloqueado por mi sistema - Tampoco estaba segura de sí me había pedido esa explicación, pero no estaba de más.
-Supongo que depende de lo que consideres “grande” - Respondió la Vampiro mientras se cubría los ojos de la luz de la luna para ver mejor - Pero sin duda debe tener una buena cantidad de energía para nadar así en contra de la corriente - Asintió y le dio la razón a Tobias.
Nos acercamos para poder ver lo que señalaba Richard Tar, claramente eso no era un efecto marítimo natural, algo debía estar provocándolo.
-Creo que sería prudente que se alejaran del mar ¿Sí? - Apenas había terminado la oración cuando un chillido ensordecedor comenzó a sonar en el ambiente.
-¿Que mierda es eso? - Grito Sophitia mientras se tapaba los oídos.
[ANALIZANDO] [ERROR] No lograba identificar el origen del sonido, tampoco si era algún tipo de idioma gutural. Mis oídos no eran tan sensibles como los de la vampiro, pero aún así comenzaba a resultar molesto, miré a los demás... Tobias y Richard no parecían molestos por el sonido, en realidad, estaban como ¿obnubilados? Sí, eso parecía ser.
El más extraño era Jarla, quien lentamente se acercaba al borde de la piedra, y cuando creía que iba a detenerse, dio un salto hacía el agua.
-Sophi, sostén a los demás - Le ordené mientras me acercaba al marinero de piel azulada, la Vampiro asintió y sin rechistar fue a por Richard, al ser solo dos no podíamos hacernos cargo también de Torkuash.
Los sujetamos con fuerza, impidiendo así que se acercaran demasiado a los bordes, aunque por suerte el sonido se detuvo antes de que la situación se complicara aún más. Cuando dejaron de intentar arrojarse al mar, los soltamos...
-¿Qué haremos con el que se tiró? - Preguntó Sophi mientras se rascaba la cabeza - Antes de que lo propongas: No, no te dejaré que te tires - Me dijo, a sabiendas de que mi sistema me obligaba a realizar ese tipo de acciones.
-No sería prudente, tampoco podría ser de gran ayuda -
-Entonces iré yo - Se encogió de hombros y empezó a quitarse las botas con apuro - Esperemos que siga respirando para cuando llegue -
Zöe
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Re: El canto encantador - Tema libre 3/3 [Noche] [Cerrado]
Aquellas muchachas que creyeron que Tsong era un trovador no pudieron más que alimentar el indómito ego del brujo creando una carcajada en su interior al creerse que su nombre auténtico era el de Torkuash, pues aquel nombre lo tomó prestado de su víctima más reciente, un solitario viajero recolector de piedras preciosas para mercadearlas al mejor postor, Torkuash fue golpeado bruscamente con una piedra del tamaño de un puño hasta perder la conciencia para que el hechicero Tsong pudiera acabar con el último aliento de vida ahogándolo con sus propias y vejestorias manos.
Le llamó la atención una de las respuestas de las chicas, parecía que no deseaba nada, dando una razón ilógica para la mentalidad del brujo que no era capaz de comprender el sistema al que hacía referencia, las dudas lo asolaron por unos instantes, barajeaba varias posibilidades Tsong, un sistema astrónomico en el cual los astros podrían dilucidar su destino, una ácida metáfora al sistema actual social e idiosincrático, algún tipo de aflicción mental ocasionada por un trauma que forjó una irrompible barrera sensorial la cual recurría como sistema de defensa, o simplemente la enajenación mental de una vida truncada desde sus comicios por alguna deficiencia, al final, el brujo la dedicó una de sus sonrisas forzadas ofreciéndosela como una respuesta gesticulada acompañada de una leve inclinación de cabeza, dando por concluido el posible inicio de cualquier tipo de palabra, ante la perplejidad acaecida por el brujo.
Las presentaciones de los aparentes filibusteros tomaron notoriedad, Jarla, Richard y Tobias, nombres que no había escuchado en ninguno de sus viajes, aunque el de Richard tuvo la ligera sensación de haberlo oído en alguna parte. El viejo no pudo más inclinarse y sonreír, tratando de mostrar serenidad y amabilidad.
De pronto unos sonidos que parecían proceder de las aguas mermaron la percepción de Tsong, hasta el punto de dejarse llevar por dichos cánticos hasta la extenuación, fue entonces cuando el brujo se orientó hacia el mar y pudo vislumbrar una especie de remolino que curiosamente atraía más y más la atención del anciano, tanto que comenzó a deslizarse bruscamente por ladera hasta zambulirse en las aguas fría que lograron despertarlo apenas de aquel estado de ensoñación.El agua poblaba sus ligeros ropajes creado un peso más notorio a cada movimiento, su cabello mojado se apelmazaba en su nuca, el agua salada que tragaba inconscientemente lo escupía como podía.
Le llamó la atención una de las respuestas de las chicas, parecía que no deseaba nada, dando una razón ilógica para la mentalidad del brujo que no era capaz de comprender el sistema al que hacía referencia, las dudas lo asolaron por unos instantes, barajeaba varias posibilidades Tsong, un sistema astrónomico en el cual los astros podrían dilucidar su destino, una ácida metáfora al sistema actual social e idiosincrático, algún tipo de aflicción mental ocasionada por un trauma que forjó una irrompible barrera sensorial la cual recurría como sistema de defensa, o simplemente la enajenación mental de una vida truncada desde sus comicios por alguna deficiencia, al final, el brujo la dedicó una de sus sonrisas forzadas ofreciéndosela como una respuesta gesticulada acompañada de una leve inclinación de cabeza, dando por concluido el posible inicio de cualquier tipo de palabra, ante la perplejidad acaecida por el brujo.
Las presentaciones de los aparentes filibusteros tomaron notoriedad, Jarla, Richard y Tobias, nombres que no había escuchado en ninguno de sus viajes, aunque el de Richard tuvo la ligera sensación de haberlo oído en alguna parte. El viejo no pudo más inclinarse y sonreír, tratando de mostrar serenidad y amabilidad.
De pronto unos sonidos que parecían proceder de las aguas mermaron la percepción de Tsong, hasta el punto de dejarse llevar por dichos cánticos hasta la extenuación, fue entonces cuando el brujo se orientó hacia el mar y pudo vislumbrar una especie de remolino que curiosamente atraía más y más la atención del anciano, tanto que comenzó a deslizarse bruscamente por ladera hasta zambulirse en las aguas fría que lograron despertarlo apenas de aquel estado de ensoñación.El agua poblaba sus ligeros ropajes creado un peso más notorio a cada movimiento, su cabello mojado se apelmazaba en su nuca, el agua salada que tragaba inconscientemente lo escupía como podía.
Tsong Qui-La
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Re: El canto encantador - Tema libre 3/3 [Noche] [Cerrado]
Todo eso fue muy extraño, las sirenas parecían tener alguna técnica para embrujar a la gente, cautivándolas y llevándolas hasta el mar, y Jarla fue quién cayó en eso. Luego del sonido de la tensión del agua rompiéndose por el cuerpo del brujo entrando en ella. Traté de ir a su rescate, cuando me moví, me di cuenta de que la mujer peliblanca estaba sosteniéndome.
Entonces quité una de las manos que me estaba sosteniendo, hice un ademán, y caminé hacia adelante. Sophitia estaba preparándose para lanzarse a buscar a Jarla. Richard mientras tanto, estaba un poco alterado, incluso shockeado, se le veía sudar y temblar. — Tranquilo, Richard. Ya lo buscaremos. — Por otra parte...
«¿Dónde está Torkuash?». Me acerqué a la orilla, miré. Ahí estaba, parecía moverse y escupir el agua, quizá no sabía nadar. — Sophitia, ve por Torkuash, al menos está visible. Yo iré a por Jarla. — Luego de quitarme la chaqueta y dejar el sable en la roca, salté, en el aire comencé a convertirme en dragón para entrar en el agua con algo de gracia al caer. Controlé las aguas para alzar un poco a Torkuash y que no se ahogase. Además traté de deshacer eso remolinos, pero esa difícil, demasiado.
No había rastros de Jarla, al menos en la superficie, me sumergí, aunque fuese un dragón marino, mis sentidos en el agua se veían algo nublados, tardé en darme cuenta de donde estaba Jarla, siendo arrastrado al mar por una sirena. «Mierda, si que existen.» Nadé hacía él, mi intención era seguirlo por los momento, esperando que eventualmente encontráramos a Gert. Pero tenía un pequeño presentimiento de que algo iba mal. así que me volteé un momento.
Hacia el anciano se dirigía una sirena, y como sería de esperarse, una venía a por mí. Pero no con las mismas intenciones, tenía una especie de daga de piedra, y nadada agresiva hacia mí, con su cola escamosa, mientras alzaba las manos para hacer su ataque. Solo que... Esta sirena parecía más pez que de las que se hablaban, sí se veía como una mujer, pero con una piel azul y branquias a los lados. Aunque eso no era importante, debía lidiar con la inminente batalla.
Entonces quité una de las manos que me estaba sosteniendo, hice un ademán, y caminé hacia adelante. Sophitia estaba preparándose para lanzarse a buscar a Jarla. Richard mientras tanto, estaba un poco alterado, incluso shockeado, se le veía sudar y temblar. — Tranquilo, Richard. Ya lo buscaremos. — Por otra parte...
«¿Dónde está Torkuash?». Me acerqué a la orilla, miré. Ahí estaba, parecía moverse y escupir el agua, quizá no sabía nadar. — Sophitia, ve por Torkuash, al menos está visible. Yo iré a por Jarla. — Luego de quitarme la chaqueta y dejar el sable en la roca, salté, en el aire comencé a convertirme en dragón para entrar en el agua con algo de gracia al caer. Controlé las aguas para alzar un poco a Torkuash y que no se ahogase. Además traté de deshacer eso remolinos, pero esa difícil, demasiado.
No había rastros de Jarla, al menos en la superficie, me sumergí, aunque fuese un dragón marino, mis sentidos en el agua se veían algo nublados, tardé en darme cuenta de donde estaba Jarla, siendo arrastrado al mar por una sirena. «Mierda, si que existen.» Nadé hacía él, mi intención era seguirlo por los momento, esperando que eventualmente encontráramos a Gert. Pero tenía un pequeño presentimiento de que algo iba mal. así que me volteé un momento.
Hacia el anciano se dirigía una sirena, y como sería de esperarse, una venía a por mí. Pero no con las mismas intenciones, tenía una especie de daga de piedra, y nadada agresiva hacia mí, con su cola escamosa, mientras alzaba las manos para hacer su ataque. Solo que... Esta sirena parecía más pez que de las que se hablaban, sí se veía como una mujer, pero con una piel azul y branquias a los lados. Aunque eso no era importante, debía lidiar con la inminente batalla.
- Sirena:
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Tobias Pharra
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Re: El canto encantador - Tema libre 3/3 [Noche] [Cerrado]
Sophi me había comentado, de forma muy general y sin dar detalles, que había pasado mucho tiempo en el mar, decía que comerciando, y hacía un gesto que mi sistema no lograba interpretar. Por lo tanto, era lógico pensar que no tendría problema alguno en lanzarse al agua, incluso aunque fuera en una marea tan particular como la que veíamos en ese momento.
Ya sin las botas, la Vampiro asintió ante la orden de Tobias y se lanzó al agua justo detrás de él. Yo solo podía mirar desde la orilla, me había quedado a solas con Richard, quien aún parecía muy conmocionado por la situación [ANALIZANDO] Tenía que asegurarme que al menos él se mantuviera a salvo, así que apoyé una mano en su hombro y sonreí.
-Tranquilo, todo estará bien ¿Sí? -
---------------------------
La caída de Sophitia no fue tan espectacular como la de Tobias, con su transformación en dragón y todo lo demás, pero fue perfecto en cuanto a su despliegue, ya que cayó bastante cerca del trovador y sin lastimarse en el proceso. Lo primero que sintió fue la fuerte corriente que peleaba por arrastrarla, marearla y arrojarla contra las piedras, pero la Vampiro no se iba a dejar ganar de modo tan sencillo, sí el mar quería cobrarse una víctima, tendría que ponerselo mucho más difícil que eso.
Finalmente asomó la cabeza por la superficie del agua, miró a los lados para ubicar dónde estaba el sujeto al que se suponía que tenía que salvar. La marea la había arrastrado unos cuantos metros, pero vio a Torkuash luego de buscarlo unos segundos, así que empezó a tirar brazadas para acercarse.
-Tranquilizate Vejete - Gritó Sophi - ¡Ya llego! - Cuando estuvo al lado pasó un brazo por debajo de sus axilas - Agarrate a mi - Era un poco brusca en sus modos, pero estaba intentando seriamente el evitar que ese hombre se ahogue.
Apenas se habían movido un poco en dirección a la orilla cuando una cabeza salió justo en frente de ellos. A simple vista parecía ser una muchacha, o al menos eso habría supuesto si no fuera porque tenía la piel entre azulada-verdosa, branquias y escamas.
-¡Que me parta un rayo! ¡Sí existen! - Exclamó Sophi, sin poder creer lo que veían sus ojos. La Sirena gruñó de forma aguda y mostró los dientes - Mierda, agarrate de mi espalda - Necesitaba tener las dos manos libres sí pretendía pelear con esa cosa.
No tenía apoyo para los pies, así que era muy complicado el poder poner la fuerza suficiente en sus puños como para que los golpes fueran efectivos.* Aún así la Vampira lo intentó, dejó que la sirena le clavara su daga, pero se movió para que la herida no fuera en un punto vital, y cuando la tuvo cerca le dió un golpe en las costillas, asegurándose de hundir bien los nudillos.
La sirena gritó y giró la cola para devolverle el golpe a Sophi.
____________________________________________
*Habilidad de nivel 0 "Maestría en combate desarmado"(Rasgo): Domina la utilización del propio cuerpo como si de un arma se tratara, en especial piernas y puños, ya sea los mismos desnudos o con implementos tales como manoplas, guantes especiales, etc. La efectividad en el combate aumenta según el nivel del personaje.
Ya sin las botas, la Vampiro asintió ante la orden de Tobias y se lanzó al agua justo detrás de él. Yo solo podía mirar desde la orilla, me había quedado a solas con Richard, quien aún parecía muy conmocionado por la situación [ANALIZANDO] Tenía que asegurarme que al menos él se mantuviera a salvo, así que apoyé una mano en su hombro y sonreí.
-Tranquilo, todo estará bien ¿Sí? -
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La caída de Sophitia no fue tan espectacular como la de Tobias, con su transformación en dragón y todo lo demás, pero fue perfecto en cuanto a su despliegue, ya que cayó bastante cerca del trovador y sin lastimarse en el proceso. Lo primero que sintió fue la fuerte corriente que peleaba por arrastrarla, marearla y arrojarla contra las piedras, pero la Vampiro no se iba a dejar ganar de modo tan sencillo, sí el mar quería cobrarse una víctima, tendría que ponerselo mucho más difícil que eso.
Finalmente asomó la cabeza por la superficie del agua, miró a los lados para ubicar dónde estaba el sujeto al que se suponía que tenía que salvar. La marea la había arrastrado unos cuantos metros, pero vio a Torkuash luego de buscarlo unos segundos, así que empezó a tirar brazadas para acercarse.
-Tranquilizate Vejete - Gritó Sophi - ¡Ya llego! - Cuando estuvo al lado pasó un brazo por debajo de sus axilas - Agarrate a mi - Era un poco brusca en sus modos, pero estaba intentando seriamente el evitar que ese hombre se ahogue.
Apenas se habían movido un poco en dirección a la orilla cuando una cabeza salió justo en frente de ellos. A simple vista parecía ser una muchacha, o al menos eso habría supuesto si no fuera porque tenía la piel entre azulada-verdosa, branquias y escamas.
-¡Que me parta un rayo! ¡Sí existen! - Exclamó Sophi, sin poder creer lo que veían sus ojos. La Sirena gruñó de forma aguda y mostró los dientes - Mierda, agarrate de mi espalda - Necesitaba tener las dos manos libres sí pretendía pelear con esa cosa.
No tenía apoyo para los pies, así que era muy complicado el poder poner la fuerza suficiente en sus puños como para que los golpes fueran efectivos.* Aún así la Vampira lo intentó, dejó que la sirena le clavara su daga, pero se movió para que la herida no fuera en un punto vital, y cuando la tuvo cerca le dió un golpe en las costillas, asegurándose de hundir bien los nudillos.
La sirena gritó y giró la cola para devolverle el golpe a Sophi.
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*Habilidad de nivel 0 "Maestría en combate desarmado"(Rasgo): Domina la utilización del propio cuerpo como si de un arma se tratara, en especial piernas y puños, ya sea los mismos desnudos o con implementos tales como manoplas, guantes especiales, etc. La efectividad en el combate aumenta según el nivel del personaje.
Zöe
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Re: El canto encantador - Tema libre 3/3 [Noche] [Cerrado]
Me saltaré el turno de Tsong, porque no ha dado ninguna señal de vida y quiero terminar este tema rápido.
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El peligro estaba tan cerca, que los momentos para pensar las acciones cada vez se hacía más corto, en este tipo de situaciones un pequeño error podría dejar mal parado, con una herida o incluso muerto al pirata. Pero gracias a su actitud camorrera en muchos casos y años de experiencia en casos como estos. No sería demasiado difícil planear una táctica para acabar con la sirena.
A pesar de eso, poco le gustaba la idea de tener que enfrentarse a una, o sentirse en la necesidad de defender, normalmente su aspecto era suficiente para frenar ofensa alguna de cualquier animal marino relativamente inteligente. Poco se fiaba de la valentía de la sirena. Por otra parte, tampoco le hacia gracia alguna la pequeña amenaza que suponía una criatura como esa.
Así entonces se preparó para mover las aguas en contra de la sirena para que no alcanzara a tocarlo, y cuando ese pequeño empuje la movió, volvió a mover las aguas para traerla hacia él. Cuando aquel animal no logró escaparse de la fuerza de las mareas y terminó cediendo ante ellas, acercándose involuntariamente al dragón, este le confirió un golpe con su cola, dejándola inconsciente, o así lo creía.
Poco a poco nadó más al fondo, en ese momento incluso se le olvidó que estaba acompañado de otras personas. Dirigiéndose también a por las demás sirenas que se llevaban a Jarla. Las siguió poco a poco sin que se dieran cuenta realmente, quizá estaban concentradas en su tarea, o Tobias era muy bueno siendo sigiloso. Cuando llegaron al punto donde no solo dejaron a Jarla, si no que se acomodaron un poco. El marinero dejó su posición actual y se fue a un mejor sitio, donde podía ver a demás hombres postrados en una roca marina.
Siendo custodiados por las sirenas, había al menos tres. De los cuales, solamente uno podría ser un pirata, por sus ropas, el resto, más bien serían pescadores o incautos que pasaban por la orilla. De cualquier manera, se preparó para su ataque, lo único que hizo fue serpentear hasta el lugar y con una fuerte corriente dispersar a las sirenas, con cierta destreza logró tomar al brujo y a Gert. Pero cada acción acarrea consecuencias, aunque ahora ambos estuviesen agarrados por el cuerpo serpentino de Tobias. Un grupo de sirenas iracundas perseguían al dragón.
Lo único que podía hacer en una situación así, por irónico que pareciese, era huir a la tierra. Esta sería de las pocas veces donde Tobias estaría encantado de estar en tierra y no tener que pelear. Mientras trataba de alejarse de estas esperaba que Sophi y el resto no estuvieran en mayores problemas que él.
————
Off rol: Puedes usar a los npc's involucrados como quieras.
Tobias Pharra
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Re: El canto encantador - Tema libre 3/3 [Noche] [Cerrado]
Sophi no pudo hacer nada para evitar el coletazo de la sirena, le dio de lleno en el costado del cuerpo, y estaba segura que había escuchado algo crujiendo en su interior. Apretó los dientes y levantó la guardia lo mejor que pudo, considerando que no hacía pie y que tenía al anciano agarrado en la espalda. Cuando la sirena terminó de dar el giro con el que se había impulsado para golpear a la Vampiro, se impulsó hacia adelante y clavó sus afilados dientes en uno de los brazos con los que Sophitia intentaba cubrirse.
-Pero que... ¡Suéltame monstruo espantoso! - Con la mano libre le dio uno, dos, tres puñetazos en medio de la cabeza hasta que la sirena quedó inconsciente - ¿Ves como sí tendrías que haberme soltado? - La despegó de su brazo y la empujo, la Mujer-Pez se hundió en las profundidades del mar - Ahora será mejor que vayamos a la costa.
No había ni rastros de Tobias Pharra, pero lo habían visto transformarse antes de que se sumergiera en el agua, por lo que lo más lógico era que estuviera bajo el agua, rescatando a sus amigos. La piedra donde el Dragón había encontrado al resto de las víctimas estaba muy lejos de dónde Sophitia nadaba a contracorriente intentando llegar a la costa sin perder al anciano.
Cuando finalmente llegó a tocar la arena fue un enorme alivio, era muy pesado el llevar a alguien cuando no ayudaba en lo más mínimo. Con dificultad lo agarró de abajo de las axilas y lo arrastró hasta dejarlo recostado en el piso de la playa, luego la Vampiro se dejó caer e intentó recuperar el aliento.
A los pocos minutos llegó Zöe
------------------------------------
[ANALIZANDO] Los signos vitales de Sophi y de Torkuash parecían estar estables, así que no era necesario correr. Aún así, Richard se apuró en llegar junto a ellos, probablemente estaba preocupado por el bienestar de sus tres compañeros.
-¿Dónde están Jarla, Tobias y Gert? -
-No lo sé, en cuanto caí en el agua ya no los vi más - La Vampiro seguía recostada en la arena, aunque su respiración había vuelto a la normalidad - ¿Vieron lo que hizo? Se transformó en un maldito dragón antes de tocar el agua -
-Mmm, supongo que eso explica el color ¿Correcto? -
-Sí, supongo que eso debía ser -
Me acerqué a Torkuash y acomodé su cabeza de costado para evitar que tragara agua o su propia lengua. Luego miré hacía el mar y allí podía nortarse a la distancia la figura de Tobias aun transformado, llevaba dos cuerpos, probablemente sus compañeros, y justo detrás de ellos...
-¿Las sirenas lo siguen? - Preguntó Sophi, parada al lado mío intentando ver también - De todos modos, no podrían venir a la playa ¿O no? -
Como respuesta sólo consiguió que Richard se encogiera de hombros y yo la mirara con gesto neutro.
-Pero que... ¡Suéltame monstruo espantoso! - Con la mano libre le dio uno, dos, tres puñetazos en medio de la cabeza hasta que la sirena quedó inconsciente - ¿Ves como sí tendrías que haberme soltado? - La despegó de su brazo y la empujo, la Mujer-Pez se hundió en las profundidades del mar - Ahora será mejor que vayamos a la costa.
No había ni rastros de Tobias Pharra, pero lo habían visto transformarse antes de que se sumergiera en el agua, por lo que lo más lógico era que estuviera bajo el agua, rescatando a sus amigos. La piedra donde el Dragón había encontrado al resto de las víctimas estaba muy lejos de dónde Sophitia nadaba a contracorriente intentando llegar a la costa sin perder al anciano.
Cuando finalmente llegó a tocar la arena fue un enorme alivio, era muy pesado el llevar a alguien cuando no ayudaba en lo más mínimo. Con dificultad lo agarró de abajo de las axilas y lo arrastró hasta dejarlo recostado en el piso de la playa, luego la Vampiro se dejó caer e intentó recuperar el aliento.
A los pocos minutos llegó Zöe
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[ANALIZANDO] Los signos vitales de Sophi y de Torkuash parecían estar estables, así que no era necesario correr. Aún así, Richard se apuró en llegar junto a ellos, probablemente estaba preocupado por el bienestar de sus tres compañeros.
-¿Dónde están Jarla, Tobias y Gert? -
-No lo sé, en cuanto caí en el agua ya no los vi más - La Vampiro seguía recostada en la arena, aunque su respiración había vuelto a la normalidad - ¿Vieron lo que hizo? Se transformó en un maldito dragón antes de tocar el agua -
-Mmm, supongo que eso explica el color ¿Correcto? -
-Sí, supongo que eso debía ser -
Me acerqué a Torkuash y acomodé su cabeza de costado para evitar que tragara agua o su propia lengua. Luego miré hacía el mar y allí podía nortarse a la distancia la figura de Tobias aun transformado, llevaba dos cuerpos, probablemente sus compañeros, y justo detrás de ellos...
-¿Las sirenas lo siguen? - Preguntó Sophi, parada al lado mío intentando ver también - De todos modos, no podrían venir a la playa ¿O no? -
Como respuesta sólo consiguió que Richard se encogiera de hombros y yo la mirara con gesto neutro.
Zöe
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Re: El canto encantador - Tema libre 3/3 [Noche] [Cerrado]
Cuando estaba a punto de llegar a la costa, había algo que no preví, el peso de estos dos me hacía demasiado lento para llegar antes que las sirenas. Me di cuenta de eso cuando una de ellas me rasguñó la cola, y tratando de tomar a los marineros, la jalo. Los solté a ambos, pero mi nueva intención era llevarlos hasta la costa con una ola.
El éter se manifestó, moviendo las aguas hacia arriba poco a poco, nos arrastró a todos hasta la playa, donde la arena se medio entre mis escamas, y ya cuando no tendría sentido seguir en mi forma dragón, volví a mi estado natural. Me puse de pie, estaba algo cansado por el uso del éter y cuando miré al rededor, Jarla y Gert estaban bien. La sirena por otra carne, estaba inmóvil en la arena, seguramente no podía vivir fuera del agua.
Traté de asistir a los piratas, el brujo despertó pronto. Pero Gert, quien tenía algunos arrecifes pegados a la piel y algas por toda la ropa, tardó varios minutos en despertar, luego de intentos de hacerlo reaccionar, volvió en sí. — Argh... ¿Qué? — Jarla pronto se acercó. — Por fin despiertas cabrón, te estuvimos buscando todo el día. ¿Por qué te irías con una sirena? ¿Tienen algo especial?
Parpadeó varias veces se alteró. Movía su cabeza y brazos en muchas direcciones. — No, no la puedo dejar sola. — Trató de ponerse en pie, pero cayó entre las arenas. — Llévenme con mi amada, por favor. — Arqueé la ceja, acaso el embrujo de las sirenas era tan fuerte que el marinero creía estar enamorado de una.
Haciendo memoria recordé que comentaron que Gert estuvo días en el barco hablando sobre su dichosa amada, mirando al mar. A lo largo de mi vida escuché relaciones extrañas, hombres perros con personas, dragones con enanos, elfos con brujos. Una más rara que otra. Pero pensar que sería posible que un hombre esté genuinamente enamorado de un animal marino, sonaba incluso ridículo. Ahora ese marinero estaba inconsciente en la orilla de la playa.
Zöe, Sophi y Richard, se encontraban a unos metros. Llevé al desmayado Gert hasta ellos. — Vean que pueden hacer con él, estoy hecho mierda. — Dije amablemente y me eché en la arena, esperando a que despertara para saber qué demonios sucedía.
El éter se manifestó, moviendo las aguas hacia arriba poco a poco, nos arrastró a todos hasta la playa, donde la arena se medio entre mis escamas, y ya cuando no tendría sentido seguir en mi forma dragón, volví a mi estado natural. Me puse de pie, estaba algo cansado por el uso del éter y cuando miré al rededor, Jarla y Gert estaban bien. La sirena por otra carne, estaba inmóvil en la arena, seguramente no podía vivir fuera del agua.
Traté de asistir a los piratas, el brujo despertó pronto. Pero Gert, quien tenía algunos arrecifes pegados a la piel y algas por toda la ropa, tardó varios minutos en despertar, luego de intentos de hacerlo reaccionar, volvió en sí. — Argh... ¿Qué? — Jarla pronto se acercó. — Por fin despiertas cabrón, te estuvimos buscando todo el día. ¿Por qué te irías con una sirena? ¿Tienen algo especial?
Parpadeó varias veces se alteró. Movía su cabeza y brazos en muchas direcciones. — No, no la puedo dejar sola. — Trató de ponerse en pie, pero cayó entre las arenas. — Llévenme con mi amada, por favor. — Arqueé la ceja, acaso el embrujo de las sirenas era tan fuerte que el marinero creía estar enamorado de una.
Haciendo memoria recordé que comentaron que Gert estuvo días en el barco hablando sobre su dichosa amada, mirando al mar. A lo largo de mi vida escuché relaciones extrañas, hombres perros con personas, dragones con enanos, elfos con brujos. Una más rara que otra. Pero pensar que sería posible que un hombre esté genuinamente enamorado de un animal marino, sonaba incluso ridículo. Ahora ese marinero estaba inconsciente en la orilla de la playa.
Zöe, Sophi y Richard, se encontraban a unos metros. Llevé al desmayado Gert hasta ellos. — Vean que pueden hacer con él, estoy hecho mierda. — Dije amablemente y me eché en la arena, esperando a que despertara para saber qué demonios sucedía.
Tobias Pharra
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Re: El canto encantador - Tema libre 3/3 [Noche] [Cerrado]
Ayude a Tobias mientras acomodaba a sus compañeros en la arena, revisé sus signos vitales para asegurarme que estuvieran estables. El que había caído hacía pocos minutos estaba bien, pero el otro presentaba signos de haber estado bajo el agua durante un largo tiempo ¿Cómo había logrado sobrevivir? Sí las sirenas no los querían como alimento ¿Para que los necesitaban? ¿Sería por cuestiones de reproducción?
El orgánico llamado Gert parecía confirmar está última teoría, estaba completamente convencido de que las sirenas, no quedaba claro si todas ellas o una en particular, eran el amor de su vida.
-No podemos hacer eso - Intenté explicarle - Llevarte allí solo perjudicaría tu salud e incluso podrías morir - Y mi sistema no me permitiría realizar ninguna acción que pusiera en peligro a un orgánico.
-Seguro iban a comérselo, miren estos dientes - Sophitia se encontraba junto al cuerpo de la sirena que se había quedado atorada en la playa. Se había agachado a la altura de la cabeza de la mujer-pez y le levantaba el labio superior para que pudiéramos ver a lo que se refería - Y les aseguro que muerden fuerte - Una herida en su brazo lo confirmaba.
-¿Necesitas que te cure eso? -
-Nah, ya le pondré algo yo sola... - Lo que no quería decir en voz alta es que cuando comiera seguramente se sentiría mejor y la herida dejaría de ser tan seria.
En respuesta a lo dicho por Tobias asentí.
-De acuerdo, buscaré el modo de ayudarlo - Lo más sencillo parecía ser alejarlo del mar, quizás sí no estaba cerca de las sirenas ya no se sentiría tan tentado - Sophi ¿Podrías cargar a Torkuash con el brazo herido? -
-Seguro, el vejete no pesa casi nada - Le hizo un gesto a Richard - Ven, acomodalo en mi espalda - Luego se giró y se agachó un poco para que le fuera más sencillo apoyarlo.
-Yo llevaré a Gert. Sí llega a despertar quizás quiera volver al océano, tendré que evitarlo así sea a la fuerza - Claramente no lo lastimaría, pero sí me aseguraría que no pudiera moverse. Fui hasta el pirata y lo levanté en brazos sin esfuerzo - Deberíamos regresar al pueblo ¿Correcto? -
Jarla parecía estar [ANALIZANDO] dentro de los esperable bien, luego miré a Tobias.
-¿Podrás caminar solo? Sí no es así, vendremos a buscarte en cuanto dejemos a tus amigos en la posada más cercana ¿Sí? - Richard a lo mucho podría hacerse cargo de uno, pero no podía cargar con los dos piratas a la vez.
El orgánico llamado Gert parecía confirmar está última teoría, estaba completamente convencido de que las sirenas, no quedaba claro si todas ellas o una en particular, eran el amor de su vida.
-No podemos hacer eso - Intenté explicarle - Llevarte allí solo perjudicaría tu salud e incluso podrías morir - Y mi sistema no me permitiría realizar ninguna acción que pusiera en peligro a un orgánico.
-Seguro iban a comérselo, miren estos dientes - Sophitia se encontraba junto al cuerpo de la sirena que se había quedado atorada en la playa. Se había agachado a la altura de la cabeza de la mujer-pez y le levantaba el labio superior para que pudiéramos ver a lo que se refería - Y les aseguro que muerden fuerte - Una herida en su brazo lo confirmaba.
-¿Necesitas que te cure eso? -
-Nah, ya le pondré algo yo sola... - Lo que no quería decir en voz alta es que cuando comiera seguramente se sentiría mejor y la herida dejaría de ser tan seria.
En respuesta a lo dicho por Tobias asentí.
-De acuerdo, buscaré el modo de ayudarlo - Lo más sencillo parecía ser alejarlo del mar, quizás sí no estaba cerca de las sirenas ya no se sentiría tan tentado - Sophi ¿Podrías cargar a Torkuash con el brazo herido? -
-Seguro, el vejete no pesa casi nada - Le hizo un gesto a Richard - Ven, acomodalo en mi espalda - Luego se giró y se agachó un poco para que le fuera más sencillo apoyarlo.
-Yo llevaré a Gert. Sí llega a despertar quizás quiera volver al océano, tendré que evitarlo así sea a la fuerza - Claramente no lo lastimaría, pero sí me aseguraría que no pudiera moverse. Fui hasta el pirata y lo levanté en brazos sin esfuerzo - Deberíamos regresar al pueblo ¿Correcto? -
Jarla parecía estar [ANALIZANDO] dentro de los esperable bien, luego miré a Tobias.
-¿Podrás caminar solo? Sí no es así, vendremos a buscarte en cuanto dejemos a tus amigos en la posada más cercana ¿Sí? - Richard a lo mucho podría hacerse cargo de uno, pero no podía cargar con los dos piratas a la vez.
Zöe
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Re: El canto encantador - Tema libre 3/3 [Noche] [Cerrado]
La luz de la luna levemente iluminaba la costa de la playa, dejando brillar las olas del mar que chocaban sutilmente en la arena. Ahí mismo se posaba el cuerpo inmóvil y sin vida de la sirena que había sido abatida por la ola. Zöe, Sohpi y los demás estaban ya en marcha a la taberna más cercana, posiblemente para pasar lo que quedaba de noche.
Me acerqué al cadáver, mi intención era devolverlo al mar, pero cuando fui a arrastrarlo, me tomó la mano, mi primer pensamiento fue el de defenderme, terminar con la sirena antes de que esta me atacase, pero estaba tan cansado ya que, no me dio tiempo hasta que habló. — ¿Se lo han llevado? — Dijo con una voz fría y triste.
Hablaba como era de esperarse de Gert, «Quizás aquel disparate del amor de sirena- No, no, ¿cómo se me puede ocurrir algo así?». Traté de disimular mi cara de sorpresa y ponerme un poco serio. — ¿De quién hablas? — la presión que hacía en mi mano disminuyó, y dejo de sostenerla. — Del amor de mi vida, Gert... — suspiró, dejando salir la amargura y melancolía de sus próximas palabras. — Los dioses me hicieron quererle, solo para hacerme sufrir más.
— Tarde o temprano, todo vuelve al mar. — Le dije tratando de encontrar una forma de apaciguar su dolor. Esta soltó una pequeña lágrima y volvió al agua, nadando y alejándose. Podría ser que hayamos acabado con un romance que trascendía las barreras de los mundos.
Richard paró en seco unos segundos. — Por allá está nuestro barco Zöe, tenemos que zarpar al amanecer. — Comenzó a guiarlos hasta allá. — Muchas gracias por tu ayuda. — Trató de sonreír amablemente. El brujo volteó. — Ahí viene Tobias. — Luego de esta pequeña y extraña aventura pocas palabras quedaban por decir, quizá las sirenas seguirían siendo un misterio. Aún así tendríamos que vernos con Kiara,
Me acerqué al cadáver, mi intención era devolverlo al mar, pero cuando fui a arrastrarlo, me tomó la mano, mi primer pensamiento fue el de defenderme, terminar con la sirena antes de que esta me atacase, pero estaba tan cansado ya que, no me dio tiempo hasta que habló. — ¿Se lo han llevado? — Dijo con una voz fría y triste.
Hablaba como era de esperarse de Gert, «Quizás aquel disparate del amor de sirena- No, no, ¿cómo se me puede ocurrir algo así?». Traté de disimular mi cara de sorpresa y ponerme un poco serio. — ¿De quién hablas? — la presión que hacía en mi mano disminuyó, y dejo de sostenerla. — Del amor de mi vida, Gert... — suspiró, dejando salir la amargura y melancolía de sus próximas palabras. — Los dioses me hicieron quererle, solo para hacerme sufrir más.
— Tarde o temprano, todo vuelve al mar. — Le dije tratando de encontrar una forma de apaciguar su dolor. Esta soltó una pequeña lágrima y volvió al agua, nadando y alejándose. Podría ser que hayamos acabado con un romance que trascendía las barreras de los mundos.
[...]
Richard paró en seco unos segundos. — Por allá está nuestro barco Zöe, tenemos que zarpar al amanecer. — Comenzó a guiarlos hasta allá. — Muchas gracias por tu ayuda. — Trató de sonreír amablemente. El brujo volteó. — Ahí viene Tobias. — Luego de esta pequeña y extraña aventura pocas palabras quedaban por decir, quizá las sirenas seguirían siendo un misterio. Aún así tendríamos que vernos con Kiara,
Tobias Pharra
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Re: El canto encantador - Tema libre 3/3 [Noche] [Cerrado]
Con los dos hombres desmayados caminamos por la playa, Tobias se quedó más atrás, aparentemente quería echar el cuerpo de la sirena al mar, una acción curiosa considerando que esos seres habían intentado matarlo. Los orgánicos tenían respuestas muy variadas, podían estar en un momento peleando a muerte con sus enemigos, y minutos más tarde presentarle sus respetos. La variabilidad de acción era lo que más me dificultaba el poder entenderlos.
-¿Entonces debemos llevarlos al Barco? -
-Esperen ¿Me van a decir que este vejete trabaja en el barco también? No creo que pueda aguantar ni una jornada en alta mar - Tenía entendido que los largos viajes en mar eran bastante agotadores para los orgánicos, muchos morían producto de la intoxicación y las infecciones.
-¿Eh? No, no, a ese lo encontramos en la taberna, no viene con nosotros - Haciendo algo de memoria agregó - Estaba en el Bar Ancla.
-Lo conozco, no está lejos -
-Entiendo. Entonces iremos primero allí a dejar a Torkuash el Trovador, y luego iremos todos juntos al barco ¿Correcto? - Los caminos eran parecidos, así que no había porque separarse.
Pronto se nos sumó Tobias [ANALIZANDO] el color de su piel complejizaba el poder decir sí se sentía bien, pero sus movimientos parecían ligeros y fluidos, no había porqué suponer que tuviera nada serio.
-¿Ya te habías encontrado con sirenas en el pasado? - Le pregunté en cuanto estuvo de nuevo con el grupo - Viví durante un tiempo en el norte, pero nunca había visto a un dragón marino- Sí dragones que tuvieran afinidad con el agua, pero no que vivieran literalmente en el mar.
-Al verte pensé en... Muchos bicharracos espantosos que hemos visto estando en alta mar - Sophi sonrió de medio lado y se detuvo un segundo para acomodar la carga que llevaba sobre la espalda - Quizás alguna vez nos cruzamos sin saberlo, jajaja -
A lo lejos ya podía verse el bar donde dejarían al trovador.
-¿Entonces debemos llevarlos al Barco? -
-Esperen ¿Me van a decir que este vejete trabaja en el barco también? No creo que pueda aguantar ni una jornada en alta mar - Tenía entendido que los largos viajes en mar eran bastante agotadores para los orgánicos, muchos morían producto de la intoxicación y las infecciones.
-¿Eh? No, no, a ese lo encontramos en la taberna, no viene con nosotros - Haciendo algo de memoria agregó - Estaba en el Bar Ancla.
-Lo conozco, no está lejos -
-Entiendo. Entonces iremos primero allí a dejar a Torkuash el Trovador, y luego iremos todos juntos al barco ¿Correcto? - Los caminos eran parecidos, así que no había porque separarse.
Pronto se nos sumó Tobias [ANALIZANDO] el color de su piel complejizaba el poder decir sí se sentía bien, pero sus movimientos parecían ligeros y fluidos, no había porqué suponer que tuviera nada serio.
-¿Ya te habías encontrado con sirenas en el pasado? - Le pregunté en cuanto estuvo de nuevo con el grupo - Viví durante un tiempo en el norte, pero nunca había visto a un dragón marino- Sí dragones que tuvieran afinidad con el agua, pero no que vivieran literalmente en el mar.
-Al verte pensé en... Muchos bicharracos espantosos que hemos visto estando en alta mar - Sophi sonrió de medio lado y se detuvo un segundo para acomodar la carga que llevaba sobre la espalda - Quizás alguna vez nos cruzamos sin saberlo, jajaja -
A lo lejos ya podía verse el bar donde dejarían al trovador.
Zöe
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Re: El canto encantador - Tema libre 3/3 [Noche] [Cerrado]
Rápidamente me incorporé al grupo. Zöe preguntó acerca de antiguas experiencias con sirenas. — La verdad... Ni creía que existieran. Pensándolo bien, había demasiadas historias de esas cosas para que no fuesen ciertas. — Seguía caminando escuchando las palabras de la mujer. Antes de responder, atendí las palabras de Sophitia. — Vengo de un grupo de dragones, que se han ido adaptando al mar, la afinidad con el elemento es nuestra prioridad... Puede ser, pero en el mar no solo habitan dragones.
No tardamos en llegar al bar ancla, donde dejaríamos a Torkuash, como era de esperarse por lo avanzada que estaba la noche, había cierta emoción dentro del bar y el viejo no parecía despertar. — Será mejor que lo dejes aquí afuera, ni sé quién es. Tampoco importa. — La ayuda que le prestaba a la tripulación de Kiara era lo único relevante a este punto. Entre las costas y el mar se hablaban las historias de tan imponente capitana. Ayudarla y ganarme su favor podría ser tremendamente beneficioso para mi causa.
Antes de dirigirnos hacia su barco, me picó la curiosidad, quién era Zöe y quién era Sophitia. La mujer peliblanca tenía un aspecto un poco peculiar y su ''condición'' era algo que me intrigaba, mientras que la rubia había hablado de pasar algunas temporadas en alta mar. — Ya saben algo de mí. ¿Qué hay con ustedes? — Nuestros pasos siguieron marcándose en la arena para luego irse desapareciendo poco a poco con la brisa.
La capitana entrecerró los ojos para lograr ver más lejos, unos instantes después, lo volvió a intentar pero con algo de furia. Aún seguía sin ver algo. Suspiró — ¿Ahonde se habrán metido? — La señorita no solía apreciar lo poco útiles que eran estos marineros en situaciones a las que no están acostumbrados, aún así, cada uno de ellos era una parte importante en su barco, y mientras acatasen las órdenes y cumplieran con sus tareas le era más que suficiente. — Supongo que podemos esperar un par de horas más, igual les tocará preparar el barco para zarpar. — Se encogió de hombros, y se preguntó a sí misma un poco exhausta. — ¿Cómo puedes perder a tu primo de esa manera?
A su lado, Arlon Abet contemplaba la playa, rígido, este no se esforzó absolutamente nada para ver unas cuantas siluetas caminar entre el velo de la luz lunar. Las cuales obviamente se dirigían al Esmeralta. — Ahí vienen, acompañados. — La capitana se asomó rápidamente, pero no logró distinguir nada. — A veces envidio tus dones. — Ladeó la cabeza. — Tendremos visitas entonces... Espero que sean agradables...
No tardamos en llegar al bar ancla, donde dejaríamos a Torkuash, como era de esperarse por lo avanzada que estaba la noche, había cierta emoción dentro del bar y el viejo no parecía despertar. — Será mejor que lo dejes aquí afuera, ni sé quién es. Tampoco importa. — La ayuda que le prestaba a la tripulación de Kiara era lo único relevante a este punto. Entre las costas y el mar se hablaban las historias de tan imponente capitana. Ayudarla y ganarme su favor podría ser tremendamente beneficioso para mi causa.
Antes de dirigirnos hacia su barco, me picó la curiosidad, quién era Zöe y quién era Sophitia. La mujer peliblanca tenía un aspecto un poco peculiar y su ''condición'' era algo que me intrigaba, mientras que la rubia había hablado de pasar algunas temporadas en alta mar. — Ya saben algo de mí. ¿Qué hay con ustedes? — Nuestros pasos siguieron marcándose en la arena para luego irse desapareciendo poco a poco con la brisa.
[...]
La capitana entrecerró los ojos para lograr ver más lejos, unos instantes después, lo volvió a intentar pero con algo de furia. Aún seguía sin ver algo. Suspiró — ¿Ahonde se habrán metido? — La señorita no solía apreciar lo poco útiles que eran estos marineros en situaciones a las que no están acostumbrados, aún así, cada uno de ellos era una parte importante en su barco, y mientras acatasen las órdenes y cumplieran con sus tareas le era más que suficiente. — Supongo que podemos esperar un par de horas más, igual les tocará preparar el barco para zarpar. — Se encogió de hombros, y se preguntó a sí misma un poco exhausta. — ¿Cómo puedes perder a tu primo de esa manera?
A su lado, Arlon Abet contemplaba la playa, rígido, este no se esforzó absolutamente nada para ver unas cuantas siluetas caminar entre el velo de la luz lunar. Las cuales obviamente se dirigían al Esmeralta. — Ahí vienen, acompañados. — La capitana se asomó rápidamente, pero no logró distinguir nada. — A veces envidio tus dones. — Ladeó la cabeza. — Tendremos visitas entonces... Espero que sean agradables...
Tobias Pharra
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Re: El canto encantador - Tema libre 3/3 [Noche] [Cerrado]
Al abrir la puerta del establecimiento una botella pasó volando por arriba de nuestras cabezas, estrellándose sobre el suelo unos metros más atrás [ANALIZANDO] El alboroto era el esperable, pero no el recomendable para dejar a una persona inconsciente, así que aceptamos la propuesta de Tobias de dejarlo apoyado en uno de los bancos que había del lado de afuera.
-Espero que no tenga mucho dinero... O que no lo eche mucho en falta por la mañana - Dijo la Vampiro sonriendo de medio lado.
-Pasaré luego de dejar a este otro orgánico, sólo para asegurarme que nada le haya pasado ¿Correcto? - Sophi asintió porque sabía que discutir con Zöe, y los mandatos de su sistema, era completamente inútil.
Noté que Tobias nos observaba mientras caminábamos, pero a menos que hiciera una pregunta directa no podría saber qué era lo que necesitaba.
-¿Qué hay con nosotras? - Miré a Sophi para que me explicara la pregunta, era demasiado general como para poder contestar, no sabía exactamente a qué se refería.
-Quiere saber más cosas sobre nosotras - Me aclaró la Vampiro - No hay mucho que decir. Ella es Zöe, eso ya lo sabes, es una Bio-cibernética que se la pasa preocupada de que todos nosotros estemos bien - Lo decía como en un tono cansino - Y yo sólo soy una pirata que la acompaña - Se encogió de hombros.
-Hay bastantes inexactitudes en esas afirmaciones -
Pero estábamos llegando al barco, era momento de entregar al último orgánico para poder regresar a la posada.
-¿Crees que podrás cargarlo? - Le dije a Tobias, ya que era de contextura más fuerte que el resto - Deberíamos regresar para verificar que Torkuash está bien -
Sophi hizo una especie de saludo con la mano y luego dio la media vuelta.
-Me alegro que no les haya pasado nada serio - Sonreí de modo mecánico - Eso es algo bueno ¿Sí? - Le pasé a su compañero - Espero nos reencontremos pronto -
-Espero que no tenga mucho dinero... O que no lo eche mucho en falta por la mañana - Dijo la Vampiro sonriendo de medio lado.
-Pasaré luego de dejar a este otro orgánico, sólo para asegurarme que nada le haya pasado ¿Correcto? - Sophi asintió porque sabía que discutir con Zöe, y los mandatos de su sistema, era completamente inútil.
Noté que Tobias nos observaba mientras caminábamos, pero a menos que hiciera una pregunta directa no podría saber qué era lo que necesitaba.
-¿Qué hay con nosotras? - Miré a Sophi para que me explicara la pregunta, era demasiado general como para poder contestar, no sabía exactamente a qué se refería.
-Quiere saber más cosas sobre nosotras - Me aclaró la Vampiro - No hay mucho que decir. Ella es Zöe, eso ya lo sabes, es una Bio-cibernética que se la pasa preocupada de que todos nosotros estemos bien - Lo decía como en un tono cansino - Y yo sólo soy una pirata que la acompaña - Se encogió de hombros.
-Hay bastantes inexactitudes en esas afirmaciones -
Pero estábamos llegando al barco, era momento de entregar al último orgánico para poder regresar a la posada.
-¿Crees que podrás cargarlo? - Le dije a Tobias, ya que era de contextura más fuerte que el resto - Deberíamos regresar para verificar que Torkuash está bien -
Sophi hizo una especie de saludo con la mano y luego dio la media vuelta.
-Me alegro que no les haya pasado nada serio - Sonreí de modo mecánico - Eso es algo bueno ¿Sí? - Le pasé a su compañero - Espero nos reencontremos pronto -
Zöe
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Re: El canto encantador - Tema libre 3/3 [Noche] [Cerrado]
El comportamiento de Zöe era extraño y muy peculiar, no me sorprendió cuando Sophitia explicó lo que era, pero ¿una pirata acompañaría a una bio así sin más? Supongo que había algo más entre esas dos. Y sí, habían cosas que no se terminaban de explicar. — Por supuesto. — Tomé a Gert, la mujer metálica hacía ver las cosas fáciles o yo estaba muy cansado para llevar a alguien con la facilidad que hubiese hecho en otras circunstancias.
Las dos mujeres se alejaron, volviendo al bar, realmente Zöe estaba preocupada por el bien del anciano. Alguien que apenas y conocía, llegué a pensar que yo sería una persona un poco cruel o desalmada, pero descarté esa opción al pensar en que podrían ser designios de su sistema.
Cuando estuvimos en frente del navío, Jarla silbó, en un código algo distintivo. Pronto se asomó un gato, con los brazos cruzados y mirada templada. Unos instantes después la capitana salió, de un brinco se poso en los barandales del filo del barco. Saludó con un ademán, y se acomodó el sombrero. — ¡Ajoy! Marineros, espero que traigan buenas noticias... — Luego de saludar con emoción pasó a hablar con un tono serio y sombrío. — De lo contrario, se las verán conmigo.
Una gota de sudor bajaba por la frente de ambos marineros al oír las palabras de Kiara. Así que tenía que ser yo quien diese la cara y háblase por ellos. — Soy Tobias Pharra, he ayudado a tu tripulación a encontrar a su marinero. — En cuanto los ojos de Kiara se posaron en mí, sentí la presión de su posición como líder y la fiereza de su carácter. Sin despegar la mirada de mí, ordenó a los demás a volver a sus tareas en el barco.
Se inclinó un poco sosteniéndose con una de las cuerdas del navío para no caer. — Muy bien, gracias por tu ayuda capitán, si algún día volvemos a vernos, te aseguro que saldaré mi deuda. — El simple hecho de reconocerme como un capitán hacia de mi sonrisa se alargara de la emoción, ser un amigo de Kiara sería muy útil. Entregué a Gert a los demás piratas y seguí mi rumbo, alejándome del barco.
Las dos mujeres se alejaron, volviendo al bar, realmente Zöe estaba preocupada por el bien del anciano. Alguien que apenas y conocía, llegué a pensar que yo sería una persona un poco cruel o desalmada, pero descarté esa opción al pensar en que podrían ser designios de su sistema.
Cuando estuvimos en frente del navío, Jarla silbó, en un código algo distintivo. Pronto se asomó un gato, con los brazos cruzados y mirada templada. Unos instantes después la capitana salió, de un brinco se poso en los barandales del filo del barco. Saludó con un ademán, y se acomodó el sombrero. — ¡Ajoy! Marineros, espero que traigan buenas noticias... — Luego de saludar con emoción pasó a hablar con un tono serio y sombrío. — De lo contrario, se las verán conmigo.
Una gota de sudor bajaba por la frente de ambos marineros al oír las palabras de Kiara. Así que tenía que ser yo quien diese la cara y háblase por ellos. — Soy Tobias Pharra, he ayudado a tu tripulación a encontrar a su marinero. — En cuanto los ojos de Kiara se posaron en mí, sentí la presión de su posición como líder y la fiereza de su carácter. Sin despegar la mirada de mí, ordenó a los demás a volver a sus tareas en el barco.
Se inclinó un poco sosteniéndose con una de las cuerdas del navío para no caer. — Muy bien, gracias por tu ayuda capitán, si algún día volvemos a vernos, te aseguro que saldaré mi deuda. — El simple hecho de reconocerme como un capitán hacia de mi sonrisa se alargara de la emoción, ser un amigo de Kiara sería muy útil. Entregué a Gert a los demás piratas y seguí mi rumbo, alejándome del barco.
Tobias Pharra
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