Tu perspectiva y mis circunstancias[Privado][Cerrado]
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Tu perspectiva y mis circunstancias[Privado][Cerrado]
Habían pasado ocho días desde que abandonáramos la antigua base militar donde fui construida, no había logrado recaudar tanta información como había pensado que encontraría, pero sin embargo… Mire a Dag que caminaba junto a mí, por el momento de buen humor, si lo consideraba en perspectiva, parecía que habíamos conseguido mucho más que simples datos.
Ahora el vampiro parecía confiar más en mí, lo cual facilitaba todas las interacciones que consistían en convencerlo de no tomar decisiones desacertadas, pero al mismo tiempo se mostraba persistente con algunos asuntos que parecían inquietarlo. Respondía a todas sus dudas sin mayor dificultad, sin embargo, muchas veces se molestaba o no escuchaba mis respuestas, cortándome en seco si esta no lo satisfacía.
Estábamos por fin en los bosques del este, desde que nos habíamos conocido en aquella cueva cerca del rio Tymer, solo habíamos estado cerca de una civilización en aquella ocasión en que intentamos interactuar con los vampiros. Aquello no había salido bien y desde entonces no tuvimos más encuentros con otros poblados. Por el momento no teníamos algo como un destino, pero era evidente que la soledad no le hacía bien a Dag, ni a nadie con una condición como la suya, por lo que parecía lo más recomendable el buscar algún sitio donde pudiera asentarse.
Mire a mis acompañantes, ellos despertaban en mi una mayor inquietud, no podía entender qué era lo que les sucedía, desde que habíamos salido de la base militar sus modos de comportarse no eran los mismos. Cada uno a su manera habían demostrado conductas que no había registrado con anterioridad, mientras Dag descansaba durante el día me dedicaba a desarmarlos, en busca de alguna pieza averiada, pero no había encontrado ningún desperfecto.
-Detecto movimiento más adelante –El sol se había escondido hacía menos de una hora, por lo que era probable que los orgánicos apenas hubiesen terminado de acampar, podía sentirse el olor del humo de fogatas y a medida que nos acercábamos se escuchaban las voces de varias personas.
Al llegar nos encontramos con seis carromatos que servían a la vez de vivienda, estaban acomodados en un semicírculo para mayor seguridad y en el claro que quedaba libre en el medio habían varias familias realizando diferentes labores. Debían ser comerciantes ambulantes [Nómada: Dicho de un individuo, de una tribu, de un pueblo: Carente de un lugar estable para vivir y dedicado especialmente a la caza y al pastoreo] No parecieron sorprendidos por nuestra llegada [ANALIZANDO] habían más viajeros con ellos, probablemente por esa tendencia de los orgánicos a no querer viajar solos.
-Buenas noches – Por lo general no encontraba sentido alguno en mentir, pero sabía que los vampiros no eran bienvenidos en la mayoría de las comunidades, lo más sensato parecía ser obviar esa información por el momento – Somos viajeros en busca de un lugar donde pasar la noche ¿Si?
Llevaba una capa que cubría la parte de mi cabeza que tenía los puertos receptores de información, aunque la llegada de mis tres acompañantes a la escena no tardaría en delatarme como una Bio- cibernética.
Ahora el vampiro parecía confiar más en mí, lo cual facilitaba todas las interacciones que consistían en convencerlo de no tomar decisiones desacertadas, pero al mismo tiempo se mostraba persistente con algunos asuntos que parecían inquietarlo. Respondía a todas sus dudas sin mayor dificultad, sin embargo, muchas veces se molestaba o no escuchaba mis respuestas, cortándome en seco si esta no lo satisfacía.
Estábamos por fin en los bosques del este, desde que nos habíamos conocido en aquella cueva cerca del rio Tymer, solo habíamos estado cerca de una civilización en aquella ocasión en que intentamos interactuar con los vampiros. Aquello no había salido bien y desde entonces no tuvimos más encuentros con otros poblados. Por el momento no teníamos algo como un destino, pero era evidente que la soledad no le hacía bien a Dag, ni a nadie con una condición como la suya, por lo que parecía lo más recomendable el buscar algún sitio donde pudiera asentarse.
Mire a mis acompañantes, ellos despertaban en mi una mayor inquietud, no podía entender qué era lo que les sucedía, desde que habíamos salido de la base militar sus modos de comportarse no eran los mismos. Cada uno a su manera habían demostrado conductas que no había registrado con anterioridad, mientras Dag descansaba durante el día me dedicaba a desarmarlos, en busca de alguna pieza averiada, pero no había encontrado ningún desperfecto.
-Detecto movimiento más adelante –El sol se había escondido hacía menos de una hora, por lo que era probable que los orgánicos apenas hubiesen terminado de acampar, podía sentirse el olor del humo de fogatas y a medida que nos acercábamos se escuchaban las voces de varias personas.
Al llegar nos encontramos con seis carromatos que servían a la vez de vivienda, estaban acomodados en un semicírculo para mayor seguridad y en el claro que quedaba libre en el medio habían varias familias realizando diferentes labores. Debían ser comerciantes ambulantes [Nómada: Dicho de un individuo, de una tribu, de un pueblo: Carente de un lugar estable para vivir y dedicado especialmente a la caza y al pastoreo] No parecieron sorprendidos por nuestra llegada [ANALIZANDO] habían más viajeros con ellos, probablemente por esa tendencia de los orgánicos a no querer viajar solos.
-Buenas noches – Por lo general no encontraba sentido alguno en mentir, pero sabía que los vampiros no eran bienvenidos en la mayoría de las comunidades, lo más sensato parecía ser obviar esa información por el momento – Somos viajeros en busca de un lugar donde pasar la noche ¿Si?
Llevaba una capa que cubría la parte de mi cabeza que tenía los puertos receptores de información, aunque la llegada de mis tres acompañantes a la escena no tardaría en delatarme como una Bio- cibernética.
Última edición por Zöe el Miér Sep 19, 2018 3:31 pm, editado 1 vez
Zöe
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Re: Tu perspectiva y mis circunstancias[Privado][Cerrado]
Algunos pájaros comenzaban a cantar, pero el lo que sentía por dentro era un grito de desesperación y frustración. Avanzaba casi corriendo, con el aliento desbocado, el pecho ardiéndole por la herida que había recibido, y la cabeza dando vueltas constantemente en busca de un lugar seguro sin encontrarlo. Había sido una noche inesperadamente caótica: había bebido la sangre de un hombre drogado, sufrido halucinaciones, coincidido con otros cinco descocidos sin relación en medio del bosque, y finalmente sufrido el ataque de un Graphorn. Sólo había abandonado la compañía de aquel grupo dispar cuando comenzó a clarear, y ahora Taliesin se veía en una situación de vida o muerte si no encontraba dónde pasar la noche.
Tuvo que dar las gracias a los dioses cuando, al llegar a una pared vertical, encontró una grieta en el muro de roca. Se introdujo inmediatamente, y se desplazó por un pasaje angosto, avanzando de lado, hasta llegar al final del mismo. Allí no llegaría la luz del sol... pero tampoco la brisa. El aire era húmedo y parecía estar más y más viciado dado a la respiración agitada del vampiro. Tampoco había espacio para sentarse con comodidad, y la herida le ardía después de los raspones que se había hecho en el pecho al introducirse en la grieta. Sin poder comer ni descansar, con el sonido de un goteo incesante y la humedad de la roca, Taliesin controló su respiración y se preparó para pasar catorce horas de rigidez y agobio en uno de los días más penosos de su vida.
Para entretenerse se contaba historias a si mismo, a veces incluso en voz alta. Se ejercitaba en componer descripciones de los hombres a los que había conocido aquella noche, recitaba y componía poemas, y revivía los detalles de viejo recuerdos. Pudo encontrar un espacio en el que dormir durante unas horas, lo cual ayudó al paso del tiempo si bien al despertar le dolía cada músculo del cuerpo.
Cuando al fin sintió que la oscuridad se hacía más cerrada, comenzó a desplazarse a la entrada de la grieta. Esperó hasta que estuvo seguro de que el sol se había puesto y entonces salió disparado al exterior, tomando grandes bocanadas de aire y estirando su cuerpo dolorido. ¡Aquello había sido un verdadero suplicio! Un suplicio que sólo debían sufrir los vampiros.
¿Qué había hecho él para merecer algo así? Estaba realmente enfadado, adolorido, hambriento y tenía la camisa hecha trizas por el ataque del Graphorn. Pero lamentarse servía de poco, con lo que Taliesin procuró calmarse y comenzó a caminar sin rumbo.
Tardó poco más de media hora en topar con un camino, y tras seguirlo durante otros veinte minutos olió el humo de una hoguera. El aquel momento abandonó el camino para esconderse entre los árboles, desde donde estudió la caravana con la que se había topado. Por un lado quería ir y pedir ayuda, comprarles comida; pero por el otro lo que más ansiaba era que alguno de los viajeros se alejara por el motivo que fuera, para atacarlo, beber su sangre y reponer fuerzas.
Fue entonces cuando vio algo totalmente inesperado. De hecho se preguntó si estaba de nuevo sufriendo una halucinación. A la entrada de la caravana se acercaron dos personas y Taliesin reconoció inmediatamente a una de ellas.
- ¿Zöe? - llamó, saliendo de entre el abrigo que brindaban los árboles.
Sin duda era ella, aunque no reconocía al otro hombre. Taliesin dudó por un momento si la biocibernética le reconocería a él, dado su aspecto desaliñado y agotado, con la camisa rasgada, rastros de sangre en el pecho y tierra en la ropa y la cara.
Tuvo que dar las gracias a los dioses cuando, al llegar a una pared vertical, encontró una grieta en el muro de roca. Se introdujo inmediatamente, y se desplazó por un pasaje angosto, avanzando de lado, hasta llegar al final del mismo. Allí no llegaría la luz del sol... pero tampoco la brisa. El aire era húmedo y parecía estar más y más viciado dado a la respiración agitada del vampiro. Tampoco había espacio para sentarse con comodidad, y la herida le ardía después de los raspones que se había hecho en el pecho al introducirse en la grieta. Sin poder comer ni descansar, con el sonido de un goteo incesante y la humedad de la roca, Taliesin controló su respiración y se preparó para pasar catorce horas de rigidez y agobio en uno de los días más penosos de su vida.
Para entretenerse se contaba historias a si mismo, a veces incluso en voz alta. Se ejercitaba en componer descripciones de los hombres a los que había conocido aquella noche, recitaba y componía poemas, y revivía los detalles de viejo recuerdos. Pudo encontrar un espacio en el que dormir durante unas horas, lo cual ayudó al paso del tiempo si bien al despertar le dolía cada músculo del cuerpo.
Cuando al fin sintió que la oscuridad se hacía más cerrada, comenzó a desplazarse a la entrada de la grieta. Esperó hasta que estuvo seguro de que el sol se había puesto y entonces salió disparado al exterior, tomando grandes bocanadas de aire y estirando su cuerpo dolorido. ¡Aquello había sido un verdadero suplicio! Un suplicio que sólo debían sufrir los vampiros.
¿Qué había hecho él para merecer algo así? Estaba realmente enfadado, adolorido, hambriento y tenía la camisa hecha trizas por el ataque del Graphorn. Pero lamentarse servía de poco, con lo que Taliesin procuró calmarse y comenzó a caminar sin rumbo.
Tardó poco más de media hora en topar con un camino, y tras seguirlo durante otros veinte minutos olió el humo de una hoguera. El aquel momento abandonó el camino para esconderse entre los árboles, desde donde estudió la caravana con la que se había topado. Por un lado quería ir y pedir ayuda, comprarles comida; pero por el otro lo que más ansiaba era que alguno de los viajeros se alejara por el motivo que fuera, para atacarlo, beber su sangre y reponer fuerzas.
Fue entonces cuando vio algo totalmente inesperado. De hecho se preguntó si estaba de nuevo sufriendo una halucinación. A la entrada de la caravana se acercaron dos personas y Taliesin reconoció inmediatamente a una de ellas.
- ¿Zöe? - llamó, saliendo de entre el abrigo que brindaban los árboles.
Sin duda era ella, aunque no reconocía al otro hombre. Taliesin dudó por un momento si la biocibernética le reconocería a él, dado su aspecto desaliñado y agotado, con la camisa rasgada, rastros de sangre en el pecho y tierra en la ropa y la cara.
Taliesin Skatha
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Re: Tu perspectiva y mis circunstancias[Privado][Cerrado]
Inhalo profusamente el aire fresco y disfruto sus fragancias con una sonrisa en el rostro. Por fin hemos dejado atrás el insoportable frío del Norte y el ligero manto que llevo sobre los hombros es suficiente para otorgarme la calidez necesaria. Las sombras nos envuelven oscuras como el ébano; por suerte, gracias a la maldición que corre por mis venas, no tengo problemas para ver el entorno con detalle pese a ser noche de luna nueva, al igual que Zöe, quien camina a mi lado con la misma facilidad que yo.
No hemos hablado desde que salimos de la cueva donde pasamos el día; en ésta última semana intercambiamos cada vez menos palabras. Aunque ella es una compañía agradable, la única que ha soportado estar a mi lado por tanto tiempo, luego de ver a la Zöe de la pared siento que quien está aquí no es suficiente. Me gustaría verla reír como aquella, oír los matices de su voz, conocer todas sus facetas. Cuando por algún motivo me veo embargado por las emociones, cuando río, cuando lloro, cuando me enfado, la miro y busco en ella un ápice de empatía para solamente encontrarme con su tan ensayada sonrisa. Me irrita, ¿por qué no se esfuerza un poco más en ser como antes? ¡No lo entiendo! Aunque se lo he preguntado mil veces, aunque he intentado ayudarla, no parece tener intenciones de recordar. Al pensar en todo esto me cruzo de brazos y frunzo el ceño. Ya no tengo ganas de sonreír.
Las primeras palabras que dice Zöe luego de un buen rato me obligan a mirar al frente con los ojos bien abiertos. Mi corazón palpita con fuerza, la idea de una pronta interacción me pone súbitamente nervioso. ¿Mi camisa está limpia? Paso una mano por la tela y noto zonas endurecidas por la sangre de lo ocurrido en la fiesta con los otros vampiros, llevo usando esta misma ropa desde antes de conocer a mi compañera. Carraspeo y cierro más la capa en torno a mi cuerpo para ocultar mis vestimentas y mi arma justo cuando sorteamos los carromatos para darnos a conocer.
Varios pares de ojos se levantan para encontrarse con nosotros. Al menos tres familias se guarecen entre los carros; los hombres se tensan y nos miran de arriba a abajo antes de recobrar la tranquilidad. Probablemente de haber aparecido solo se habrían puesto más nerviosos, pero ver a una mujer cambia las cosas. Agacho la cabeza y saludo en voz baja; cuando vuelvo a alzarla noto que un par de chicas jóvenes me observan con fijeza antes de apartar las miradas y reír entre ellas. No oigo lo que cuchichean, mi atención recae directamente sobre sus tersos y jóvenes cuellos.
-Estamos hartos de comer conejos. -Sisea una voz en mi mente. Asiento, pues tiene razón, y acaricio con mi lengua las puntas de mis colmillos.
-Sean bienvenidos, viajeros, pueden sentarse junto a la fogata. ¿De dónde vienen? -Cuestiona amablemente uno de los hombres más viejos.
Busco la mirada de mi compañera antes de responder:
-Del Norte. Ha sido un largo viaje, gracias por...
Justo entonces, mis palabras son cortadas por la voz de un sujeto que aparece entre los árboles. Todos los hombres del campamento se ponen en guardia, nerviosos al darse cuenta de que no saben cuánto tiempo han sido observados por aquel extraño. ¿Ha llamado a la biocibernética por su nombre? Arrugo el entrecejo y trago saliva al notar la ira febril que me nace en el pecho. No me gusta que un hombre extraño se dirija así a mi compañera. Meto una mano bajo el manto que me cubre y desenvaino mi espada, dando un paso al frente para interponerme entre Zöe y el recién llegado, clavando mis ojos en él. Los hombres a mis espaldas se ponen en guardia y las mujeres se agrupan, desatendiendo sus tareas para evaluar la situación en estado de alerta.
Dag Thorlák
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Re: Tu perspectiva y mis circunstancias[Privado][Cerrado]
Era bueno que Dag se acostumbrara a interactuar con humanos, por lo que deje que le respondiera al anciano en mi lugar, focalizando en cambio mi atención en los integrantes de la caravana. Había un total de doce hombres con edades que variaban desde los cinco meses hasta los cincuenta, aproximadamente. Además, había catorce mujeres, algunas con pocos años de vida, otras pasando la adolescencia y las que debían ser las madres y abuelas de estas.
Me encontraba realizando este análisis cuando un hombre salió de entre los árboles, no tardé en reconocerlo como Taliesin, el vampiro que había conocido hace unos pocos meses.
Mi programa no me permite creer en las casualidades, una simple superstición que les permite a los orgánicos sentirse seguros y, en muchas ocasiones, desligarse de responsabilidades. No, el volver a encontrarme con Taliesin no era algún tipo de treta del destino, probablemente había algún tipo de causalidad en todo eso, solo que no poseía los suficientes datos como para analizarlo.
-Que gusto verte de nuevo, Taliesin – Le sonreí usando como referencia la imagen del vídeo, pero cuando pretendía acercarme Dag se puso en medio [ANALIZANDO] Por algún motivo considera que el otro vampiro es una amenaza, al igual que todo el resto del campamento – No debes preocuparte, Dag. Lo conozco, es una buena persona – Apoyo una mano en el brazo que sostiene la espada, instándolo a bajarla – No va a lastimarnos, puedes confiar en mi ¿Cierto?
Los demás hombres del campamento aún dudaban, ellos no me conocían y, por lo tanto, no podían fiarse de mi palabra tan fácilmente.
-No deben preocuparse, mi deber como bio- cibernética es cuidar a los orgánicos, no permitiría que alguien peligroso se acercara al campamento – No todos los presentes comprendían lo que quería decir, pero algunos de los adultos parecían haber escuchado algo sobre los de mi raza.
Finalmente bajaron la guardia y lentamente regresaron a sus actividades, aunque varios de ellos continuaban mirando con algo de desconfianza. Me acerqué entonces a Taliesin y estreche su mano, volviendo a sonreír.
-Dije que volveríamos a encontrarnos ¿Si? Es algo bueno el volver a verte – Noté que su camisa estaba rota y las manchas de sangre seca - ¿Estas herido? Si es así deberías tratar limpiar la zona antes de que empeore.
Un carraspeo interrumpió nuestra conversación.
-Mis hijos me explicaron cómo funcionan los de tu… especie – Dijo el anciano que nos había dado la bienvenida en un principio - Confío entonces en tu criterio para elegir compañeros de viaje – Asentí – Aclarado ese desagradable asunto, pónganse cómodos, tenemos todo lo que puedan necesitar… Por el precio correcto.
[ANALIZANDO] Claro, eran vendedores ambulantes, por lo que cualquier cosa que nos ofrecieran era en realidad parte de su mercancía.
-Parece justo – Si tomábamos sus cosas sin pagar sería como robar, así que metí la mano en mi morral, saque un puñado de monedas y se las entregue sin contarlas – Por favor ¿Podría darme ropa para ellos dos y los últimos animales que hayan cazado? – El dinero no me importaba, no tenía nada en qué gastarlo, por lo que si servía para ayudar a mis compañeros estaría bien usado.
Me encontraba realizando este análisis cuando un hombre salió de entre los árboles, no tardé en reconocerlo como Taliesin, el vampiro que había conocido hace unos pocos meses.
Mi programa no me permite creer en las casualidades, una simple superstición que les permite a los orgánicos sentirse seguros y, en muchas ocasiones, desligarse de responsabilidades. No, el volver a encontrarme con Taliesin no era algún tipo de treta del destino, probablemente había algún tipo de causalidad en todo eso, solo que no poseía los suficientes datos como para analizarlo.
-Que gusto verte de nuevo, Taliesin – Le sonreí usando como referencia la imagen del vídeo, pero cuando pretendía acercarme Dag se puso en medio [ANALIZANDO] Por algún motivo considera que el otro vampiro es una amenaza, al igual que todo el resto del campamento – No debes preocuparte, Dag. Lo conozco, es una buena persona – Apoyo una mano en el brazo que sostiene la espada, instándolo a bajarla – No va a lastimarnos, puedes confiar en mi ¿Cierto?
Los demás hombres del campamento aún dudaban, ellos no me conocían y, por lo tanto, no podían fiarse de mi palabra tan fácilmente.
-No deben preocuparse, mi deber como bio- cibernética es cuidar a los orgánicos, no permitiría que alguien peligroso se acercara al campamento – No todos los presentes comprendían lo que quería decir, pero algunos de los adultos parecían haber escuchado algo sobre los de mi raza.
Finalmente bajaron la guardia y lentamente regresaron a sus actividades, aunque varios de ellos continuaban mirando con algo de desconfianza. Me acerqué entonces a Taliesin y estreche su mano, volviendo a sonreír.
-Dije que volveríamos a encontrarnos ¿Si? Es algo bueno el volver a verte – Noté que su camisa estaba rota y las manchas de sangre seca - ¿Estas herido? Si es así deberías tratar limpiar la zona antes de que empeore.
Un carraspeo interrumpió nuestra conversación.
-Mis hijos me explicaron cómo funcionan los de tu… especie – Dijo el anciano que nos había dado la bienvenida en un principio - Confío entonces en tu criterio para elegir compañeros de viaje – Asentí – Aclarado ese desagradable asunto, pónganse cómodos, tenemos todo lo que puedan necesitar… Por el precio correcto.
[ANALIZANDO] Claro, eran vendedores ambulantes, por lo que cualquier cosa que nos ofrecieran era en realidad parte de su mercancía.
-Parece justo – Si tomábamos sus cosas sin pagar sería como robar, así que metí la mano en mi morral, saque un puñado de monedas y se las entregue sin contarlas – Por favor ¿Podría darme ropa para ellos dos y los últimos animales que hayan cazado? – El dinero no me importaba, no tenía nada en qué gastarlo, por lo que si servía para ayudar a mis compañeros estaría bien usado.
Zöe
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Re: Tu perspectiva y mis circunstancias[Privado][Cerrado]
En circunstancias habituales no habría dudado en alzar las manos y demostrar sus buenas intenciones con una gran sonrisa, pero aquel día la animosidad de los nómadas le llegó a lo más hondo. ¿En serio? ¿Tenía pinta de ser alguien peligroso con el aspecto que traía? Le molestó que dudaran de él por defecto cuando lo que necesitaba era conmiseración y un plato de sopa. Si bien era cierto que había planeado atacar a uno de ellos, no podían saberlo y no deberían asumirlo por defecto.
Y para rematar, el desconocido que iba con Zöe también se colocó delante de ella para protegerla. ¡Si hubiese querido hacerle daño no la habría llamado por su nombre! Pero como iba con la biocibernética, Taliesin debía asumir que eran amigos; procuró controlar su mala reacción y saludó al hombre con un gesto de la mano. A los nómadas, sin embargo, no les dedicó una segunda mirada.
- Un gusto sin duda - se concentró en Zöe: verla allí era una buena sorpresa y mejoraba de por sí el día que llevaba, además de que le gustó que se refiriera a él como "una buena persona" -. Un gusto muy inesperado, pero eso sólo lo hace mejor. Dag, ¿cierto? Yo soy Taliesin. Conozco a Zöe; no me acerco con malas intenciones.
Esta vez si levantó las manos para demostrar que no iba armado. Entre aquello y las palabras de la biocibernética, el grupo de mercaderes pareció quedar más o menos satisfecho y dejó de vigilarlo de aquella manera tan incómoda para el vampiro.
- Estoy bien; la herida ya está más o menos bajo control - le respondió a Zöe cuando preguntó por la sangre, acercándose más a ella y a su acompañante. Le estrechó la mano, y a continuación remató el saludo con un abrazo -.... No sabes lo que me alegro de verte. Esperaba que nos volvieramos a encontrar, aunque no en estas circunstancias. Qué buena coinci-
Un carraspeo le interrumpió a mitad de la frase, lo cual ya fue molesto de por sí. Y tras las palabras irrespetuosas del anciano, Taliesin se sintió como un hervidero de malhumor. No permitiría que aquel viejo se saliera con la suya vista su actitud.
- ¡Espera Zöe! Te agradezco si pagas por mí, pero aquí nada tiene precio hasta que lo regateas. Conductas humanas. ¿Me permites que me encargue?
Interceptó la bolsa antes de que cambiara de manos, y fue a negociar el precio con aquel hombre, que no dudaba en demostrar su desprecio al aspecto de Taliesin. A pesar de todo, el vampiro actuó con fría educación, y exigió ver las ropas y los animales antes de cerrar el precio. Al cabo de unos diez minutos volvió junto a Zöe y Dag.
- ¡"Desagradable asunto", me ha llamado! - explotó, finalmente demostrando lo ofendido que se encontraba, mientras le devolvía a la bio el resto del dinero - ¿Y qué demonios quiere decir con lo de "tu... especie"? Mira que llevo un mal día, pero ¡la falta de modales! Me saca de quicio. ¡No es como si fuera hecho un desastre por placer! En fin. Ahora traeran las ropas y los animales. Perdona, Dag, ni te he estrechado la mano antes. Un gusto conocerte - le ofreció ahora la mano al otro hombre para estrecharla -. ¿Hace mucho que os conocéis?
Y para rematar, el desconocido que iba con Zöe también se colocó delante de ella para protegerla. ¡Si hubiese querido hacerle daño no la habría llamado por su nombre! Pero como iba con la biocibernética, Taliesin debía asumir que eran amigos; procuró controlar su mala reacción y saludó al hombre con un gesto de la mano. A los nómadas, sin embargo, no les dedicó una segunda mirada.
- Un gusto sin duda - se concentró en Zöe: verla allí era una buena sorpresa y mejoraba de por sí el día que llevaba, además de que le gustó que se refiriera a él como "una buena persona" -. Un gusto muy inesperado, pero eso sólo lo hace mejor. Dag, ¿cierto? Yo soy Taliesin. Conozco a Zöe; no me acerco con malas intenciones.
Esta vez si levantó las manos para demostrar que no iba armado. Entre aquello y las palabras de la biocibernética, el grupo de mercaderes pareció quedar más o menos satisfecho y dejó de vigilarlo de aquella manera tan incómoda para el vampiro.
- Estoy bien; la herida ya está más o menos bajo control - le respondió a Zöe cuando preguntó por la sangre, acercándose más a ella y a su acompañante. Le estrechó la mano, y a continuación remató el saludo con un abrazo -.... No sabes lo que me alegro de verte. Esperaba que nos volvieramos a encontrar, aunque no en estas circunstancias. Qué buena coinci-
Un carraspeo le interrumpió a mitad de la frase, lo cual ya fue molesto de por sí. Y tras las palabras irrespetuosas del anciano, Taliesin se sintió como un hervidero de malhumor. No permitiría que aquel viejo se saliera con la suya vista su actitud.
- ¡Espera Zöe! Te agradezco si pagas por mí, pero aquí nada tiene precio hasta que lo regateas. Conductas humanas. ¿Me permites que me encargue?
Interceptó la bolsa antes de que cambiara de manos, y fue a negociar el precio con aquel hombre, que no dudaba en demostrar su desprecio al aspecto de Taliesin. A pesar de todo, el vampiro actuó con fría educación, y exigió ver las ropas y los animales antes de cerrar el precio. Al cabo de unos diez minutos volvió junto a Zöe y Dag.
- ¡"Desagradable asunto", me ha llamado! - explotó, finalmente demostrando lo ofendido que se encontraba, mientras le devolvía a la bio el resto del dinero - ¿Y qué demonios quiere decir con lo de "tu... especie"? Mira que llevo un mal día, pero ¡la falta de modales! Me saca de quicio. ¡No es como si fuera hecho un desastre por placer! En fin. Ahora traeran las ropas y los animales. Perdona, Dag, ni te he estrechado la mano antes. Un gusto conocerte - le ofreció ahora la mano al otro hombre para estrecharla -. ¿Hace mucho que os conocéis?
Taliesin Skatha
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Re: Tu perspectiva y mis circunstancias[Privado][Cerrado]
Aunque Zöe baja mi espada y aboga a favor del recién llegado, yo no soy capaz de apartar mi mirada de él, recorriéndolo de arriba a abajo en busca de cualquier defecto. ¿Puedo confiar en ella? Creo que sí. O al menos solía poder hacerlo. ¿Por qué, entonces, me resulta difícil creerle? Quizás para Zöe no es una amenaza, pero siento en mi fuero interno que, para mí, sí que lo es.
Si algo me ha enseñado la biocibernética durante este viaje, es que si soy incapaz de describir mis emociones con palabras, entonces no debo hacerles mucho caso. Los sentimientos que no puedo decir en voz alta suelen hacer daño a quienes me rodean. Inhalo profusamente y, no sin esfuerzo, regreso el arma a su vaina hasta que llegue el momento en que mi lengua pueda traducir mis pensamientos y darles un sentido. Aún así me rehúso a alejarme y apenas respondo con un gruñido a la presentación del desconocido. Entonces, observo con consternación la manera en que mi compañera se acerca al otro y unen sus cuerpos en un abrazo. ¿Por qué a mí Zöe no me abraza cada vez que nos vemos?
-Si los atraviesas ahora mismo con tu espada -susurra uno de mis amigos- puedes deshacerte de esta sensación de una sola estocada.
Es una gran idea, y es porque me doy cuenta de que lo es, que alejo mi mano de la empuñadura del arma. Siento un temblor en mi mismísima alma, quiero que nos vayamos de aquí, que nos vayamos ahora mismo. Entreabro los labios para decirle algo a mi compañera cuando un anciano se nos acerca, y entonces las cosas suceden muy rápido: la transacción se ve interrumpida por el que dice llamarse Taliesin. “Conductas humanas”, dice, y no sé por qué esa frase suscita en mí deseos de meterle una mano en el abdomen y sacarle de un solo tirón todas las tripas. Ambos hombres se alejan un momento, a estas alturas no sé ni me interesa por qué, y aprovecho el intervalo para acercarme a Zöe y tomarla firmemente de un brazo.
-No necesito ropa. Necesito irme. -Gruño junto a su oído, atrayéndola hacia mí con involuntaria violencia- ¡Necesitamos irnos! -Insisto. Quiero saltar, gritar, ponernos en movimiento, pero me contengo y solamente tironeo de ella para echarnos a andar con el mayor disimulo posible- No me agrada ese tipo. No quiero que te hable ni que te toque. ¡Estoy...! -Bajo mi áspero tono de voz ya no hay enojo, esta vez vibra en él una trémula mezcla de miedo e impotencia. De pronto, mi garganta se cierra y ya no puedo hacer que broten palabras de ella.
-Dilo, ¡sabes que lo tienes en la punta de la lengua!
Aprieto los párpados y suelto a Zöe con brusquedad; puedo sentir cómo mis pómulos se encienden con un ardiente sonrojo. Justo en ese momento el otro hombre regresa junto a nosotros y no puedo hacer más que apartar la mirada mientras suelta su insoportable cháchara. Mis muelas rechinan de tanto apretar la quijada.
Al final decido que lo mejor es alejarme de ellos, ignorando deliberadamente el apretón de manos ofrecido para ir a sentarme sobre una piedra que yace a varios metros de la fogata, más próxima a los mercaderes que a mi compañera. Allí, con el ceño fruncido, me dedico a observar el suelo frente a mí, fingiendo que no oigo perfectamente lo que ocurre entre los otros dos. Tras largos minutos, una mano se posa sobre mi hombro y llama mi atención. Es una de las jóvenes que me sonrió un rato atrás y me pregunta que qué me ocurre. Tras dudarlo un momento, comienzo a conversar con ella. Espero que Zöe esté mirándome y se ponga realmente celosa.
Oh, ahí está. Esa es la palabra que estaba buscando.
Dag Thorlák
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Re: Tu perspectiva y mis circunstancias[Privado][Cerrado]
Taliesin se mostraba tan amable como siempre, no parecía ser de los vampiros que perdía los estribos, y eso era bueno, quizás si se lograban llevar bien él y Dag podría enseñarle como vivir entre los humanos sin causar problemas. Correspondí al abrazo e iba a agregar algunas palabras pero el anciano mercader no nos permitió continuar [ANALIZANDO] Skatha parecía haber tomado el asunto como algo personal.
-Por supuesto, regatea si eso es lo que los humanos acostumbran hacer – Le di las monedas que no tenían valor alguno para mí, pero sabía que para los orgánicos eran algo de suma importancia.
Siento como Dag jala de mi brazo con fuerza, eso podría haber sido doloroso, pero mi sistema se encargó de desviar las señales. Miré primero la mano que me sostenía, y luego a mi compañero [ANALIZANDO] ceño fruncido, mandíbula trabada, músculos tensos [CONCLUSIÓN] él estaba en verdad muy enojado, aunque no entendía porque.
-Dag – Apoye mi mano sobre la suya – A mí no me importa lo que lleves puesto, pero si quieres volver a estar entre los orgánicos tendrás que ponerte ropas adecuadas – Mire su camisa, estaba sucia y rota en varios lugares, además de manchada con sangre seca, si alguno de los humanos del campamento llegaba a ver eso sospecharía de él – No tiene que caerte bien Taliesin, si no quieres hablar con él no voy a obligarte, pero debes comportarte o la gente del campamento va a desconfiar de nosotros – No había forma de razonar con Dag cuando estaba enojado, por lo que deje que se fuera a un lado, con la seguridad de que en pocos minutos recapacitaría y regresaría.
Mire a Taliesin e incline la cabeza.
-Me disculpo en nombre de Dag, él es algo temperamental, pero no es una mala persona – Las características de alguien bueno y alguien malo eran bastante variables entre las distintas especies, pero aun así podía decir con bastante certeza que mi compañero no tenía malas intenciones y que por lo tanto no era malvado – Nos conocemos desde hace veintisiete días, estamos trabajando para mejorar sus cambios de humor.
Hay varios tocones en el campamento, además de troncos cortados que servían a la vez de asiento, le señale uno a Skatha para que nos sentáramos, entre los orgánicos lo habitual era entablar conversaciones estando en una posición de reposo.
-Es una pena que las circunstancias para nuestro reencuentro no sean las mejores, pero espero que algo de ropa limpia, alimento y descanso pueda mejorar un poco la situación – Mire por arriba de mi hombro, Dag continuaba de mal humor, AMA había ido a consolarlo pero dudaba que fuera a servir de algo – Él también… - Baje la voz porque sabía que Taliesin no quería que esas cosas se sepan – es vampiro – Luego continué hablando en tono normal – Pero no parece estar adaptándose tan bien como tú, creo que necesita algo más de tiempo para poder integrarse adecuadamente.
No estaba segura de cuánto tiempo necesitaban los vampiros para habituarse, no encontraba datos precisos que pudieran darme un estimativo. Sabía que Dag había dejado de ser humano hace mucho tiempo, pero por algún motivo que no me había revelado aún, su contacto con la civilización había sido casi nulo.
ATAC y SEPA-IV se subieron a mis piernas, interesados en conocer a Taliesin, era bueno que interactuaran con diferente tipos de personas, quizás así podrían actuar mejor en situaciones sociales. Uno de los hijos del anciano se acercó a nosotros con la mercancía que habíamos comprado, agradecí con una inclinación de cabeza y mire el contenido. Habían dos camisas y dos pantalones sencillos para hombres, además habían varias gallinas que al parecer acababan de matar para nosotros.
-Parece que esta todo en orden ¿Si? –Separe dos de las prendas y se las ofrecí a Skatha – Por favor pruébatelas, seguro te sentara bien el estar prolijo – Agarre las otras dos y mire a Dag, parecía estar ocupado con una de las muchachas del campamento, al igual que con mis robots, toda interacción era buena para él, lo ayudaría a poder desenvolverse solo en situaciones sociales.
Sin embargo, no era buena idea dejarlo a solas con un orgánico, cuando el hambre tomaba el control de la mente de los vampiros no había forma alguna de detenerlos.
No confiaba en mi criterio, mire a Taliesin.
-¿Crees que debería acercarme? Podría ser peligroso -
-Por supuesto, regatea si eso es lo que los humanos acostumbran hacer – Le di las monedas que no tenían valor alguno para mí, pero sabía que para los orgánicos eran algo de suma importancia.
Siento como Dag jala de mi brazo con fuerza, eso podría haber sido doloroso, pero mi sistema se encargó de desviar las señales. Miré primero la mano que me sostenía, y luego a mi compañero [ANALIZANDO] ceño fruncido, mandíbula trabada, músculos tensos [CONCLUSIÓN] él estaba en verdad muy enojado, aunque no entendía porque.
-Dag – Apoye mi mano sobre la suya – A mí no me importa lo que lleves puesto, pero si quieres volver a estar entre los orgánicos tendrás que ponerte ropas adecuadas – Mire su camisa, estaba sucia y rota en varios lugares, además de manchada con sangre seca, si alguno de los humanos del campamento llegaba a ver eso sospecharía de él – No tiene que caerte bien Taliesin, si no quieres hablar con él no voy a obligarte, pero debes comportarte o la gente del campamento va a desconfiar de nosotros – No había forma de razonar con Dag cuando estaba enojado, por lo que deje que se fuera a un lado, con la seguridad de que en pocos minutos recapacitaría y regresaría.
Mire a Taliesin e incline la cabeza.
-Me disculpo en nombre de Dag, él es algo temperamental, pero no es una mala persona – Las características de alguien bueno y alguien malo eran bastante variables entre las distintas especies, pero aun así podía decir con bastante certeza que mi compañero no tenía malas intenciones y que por lo tanto no era malvado – Nos conocemos desde hace veintisiete días, estamos trabajando para mejorar sus cambios de humor.
Hay varios tocones en el campamento, además de troncos cortados que servían a la vez de asiento, le señale uno a Skatha para que nos sentáramos, entre los orgánicos lo habitual era entablar conversaciones estando en una posición de reposo.
-Es una pena que las circunstancias para nuestro reencuentro no sean las mejores, pero espero que algo de ropa limpia, alimento y descanso pueda mejorar un poco la situación – Mire por arriba de mi hombro, Dag continuaba de mal humor, AMA había ido a consolarlo pero dudaba que fuera a servir de algo – Él también… - Baje la voz porque sabía que Taliesin no quería que esas cosas se sepan – es vampiro – Luego continué hablando en tono normal – Pero no parece estar adaptándose tan bien como tú, creo que necesita algo más de tiempo para poder integrarse adecuadamente.
No estaba segura de cuánto tiempo necesitaban los vampiros para habituarse, no encontraba datos precisos que pudieran darme un estimativo. Sabía que Dag había dejado de ser humano hace mucho tiempo, pero por algún motivo que no me había revelado aún, su contacto con la civilización había sido casi nulo.
ATAC y SEPA-IV se subieron a mis piernas, interesados en conocer a Taliesin, era bueno que interactuaran con diferente tipos de personas, quizás así podrían actuar mejor en situaciones sociales. Uno de los hijos del anciano se acercó a nosotros con la mercancía que habíamos comprado, agradecí con una inclinación de cabeza y mire el contenido. Habían dos camisas y dos pantalones sencillos para hombres, además habían varias gallinas que al parecer acababan de matar para nosotros.
-Parece que esta todo en orden ¿Si? –Separe dos de las prendas y se las ofrecí a Skatha – Por favor pruébatelas, seguro te sentara bien el estar prolijo – Agarre las otras dos y mire a Dag, parecía estar ocupado con una de las muchachas del campamento, al igual que con mis robots, toda interacción era buena para él, lo ayudaría a poder desenvolverse solo en situaciones sociales.
Sin embargo, no era buena idea dejarlo a solas con un orgánico, cuando el hambre tomaba el control de la mente de los vampiros no había forma alguna de detenerlos.
No confiaba en mi criterio, mire a Taliesin.
-¿Crees que debería acercarme? Podría ser peligroso -
Zöe
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Re: Tu perspectiva y mis circunstancias[Privado][Cerrado]
¡Qué hombre más... raro! Se sintió más extrañado que ofendido cuando Dag le dio la espalda sin haber aceptando el apretón de manos, dejando a Taliesin plantado con el brazo extendido. Retiró la mano con cierta incomodidad, y por acto reflejo miró a su alrededor para comprobar cuántos habían sido testigos de aquella afrenta social. Muchos de los viajeros y mercaderes aún los observaban, algunos por suspicacia, otros por curiosidad o aburrimiento, y Taliesin no pudo evitar sentirse avergonzado a pesar de que no creía haber hecho nada malo. Se frotó las manos, cabizbajo, como si al hacerlo fuera a desprender la vergüenza.
- Temperamental o no, está enfadado conmigo. ¿He hecho algo para ofenderlo?
Se sentó siguiendo la invitación de Zöe, pero su mirada no se apartaba de Dag. Se sentía tentado a levantarse e ir a hablar con él para intentar aclarar lo que sin duda sería un malentendido, pero la animadversión que demostraba el otro hombre se sentía teñida de instinto asesino, y Taliesin estaba un poco intimidado.
Seguía mirando de esta manera hacia Dag, considerando lo que le decía Zöe, cuando la cibernética le reveló aquel secreto en voz queda: vampiro. Se sobresaltó, porque pesar del cuidado que había puesto la mujer, a Taliesin aquella palabra siempre le sonaba como un grito. La miró con los ojos muy grandes y tardó otro momento más en procesar lo que aquello significaba.
"Es peligroso" fue su primera reacción, porque para él aquél era un sinónimo de vampiro. "Pero está con Zöe" razonó; recordó cómo al conocerle, como condición antes de seguir hablando, la biocibernética le había preguntado si planeaba alimentarse de alguien. No podía imaginársela acompañando a un loco sediento de sangre. "No es una mala persona", había dicho Zöe, algo casi al nivel del "es una buena persona" con el que había descrito a Taliesin. Por mucho que le costara, Taliesin decidió darle el beneficio de la duda a Dag, y en ese momento se dio cuenta de que se había levantado de su asiento, como para huir. Carraspeó y volvió a sentarse
- Integrarse nunca es posible para nosotros, Zöe - admitió con voz cansada -. A no ser que uno se integre en la sociedad - y dijo la siguiente palabra tan bajo que pareció que sólo movía los labios - vampírica.
De adaptarse no quería ni comenzar a hablar. Adaptarse implicaba muchísimas consecuencias en las que no quería pensar en aquel momento, algunas de ellas por las que Taliesin ya había pasado.
Dos de los pequeños autómatas se acercaron a Taliesin, y el vampiro los miró con infinita curiosidad. Ellos también parecían interesados en interactuar y aquello le sacó una sonrisa.
- ¡Hola! - saludó a uno, y extendió un dedo hacia él, intentando escalar lo que sería un apretón de manos al tamaño del ser. Francamente esperaba tener más suerte que con Dag o empezaría a dolerle la autoestima -. ¿Viajas con Zöe?
El cambio de ropas llegó inmediatamente después, y Zöe interrumpió el pequeño juego que Taliesin había iniciado con los dos seres de metal - usando su índice y corazón como apoyos imitando dos piernas, y el pulgar y meñique como brazos, movía su mano como caminando entre los dos autómatas - al llamar la atención sobre las actividades de Dag.
"Peligroso". Aquella palabra otra vez. Talieisn hizo grandes esfuerzos por apartarla de su mente.
- No la está mirando como si fuera a hacer nada... de eso - concluyó, hablando despacio para considerar cada palabra -. Más bien es como si estuviera coqueteando... ¿Suele hacer eso? - preguntó de golpe, porque comenzaba a sospechar algo. Lo consideró un momento más - Quizás sí sería mejor si vas a buscarlo. Voy a cambiarme.
No sólo le daba a Dag otro momento para estar a solas con Zöe; también es que verdaderamente necesitaba limpiarse un poco y cambiarse las ropas.
- Temperamental o no, está enfadado conmigo. ¿He hecho algo para ofenderlo?
Se sentó siguiendo la invitación de Zöe, pero su mirada no se apartaba de Dag. Se sentía tentado a levantarse e ir a hablar con él para intentar aclarar lo que sin duda sería un malentendido, pero la animadversión que demostraba el otro hombre se sentía teñida de instinto asesino, y Taliesin estaba un poco intimidado.
Seguía mirando de esta manera hacia Dag, considerando lo que le decía Zöe, cuando la cibernética le reveló aquel secreto en voz queda: vampiro. Se sobresaltó, porque pesar del cuidado que había puesto la mujer, a Taliesin aquella palabra siempre le sonaba como un grito. La miró con los ojos muy grandes y tardó otro momento más en procesar lo que aquello significaba.
"Es peligroso" fue su primera reacción, porque para él aquél era un sinónimo de vampiro. "Pero está con Zöe" razonó; recordó cómo al conocerle, como condición antes de seguir hablando, la biocibernética le había preguntado si planeaba alimentarse de alguien. No podía imaginársela acompañando a un loco sediento de sangre. "No es una mala persona", había dicho Zöe, algo casi al nivel del "es una buena persona" con el que había descrito a Taliesin. Por mucho que le costara, Taliesin decidió darle el beneficio de la duda a Dag, y en ese momento se dio cuenta de que se había levantado de su asiento, como para huir. Carraspeó y volvió a sentarse
- Integrarse nunca es posible para nosotros, Zöe - admitió con voz cansada -. A no ser que uno se integre en la sociedad - y dijo la siguiente palabra tan bajo que pareció que sólo movía los labios - vampírica.
De adaptarse no quería ni comenzar a hablar. Adaptarse implicaba muchísimas consecuencias en las que no quería pensar en aquel momento, algunas de ellas por las que Taliesin ya había pasado.
Dos de los pequeños autómatas se acercaron a Taliesin, y el vampiro los miró con infinita curiosidad. Ellos también parecían interesados en interactuar y aquello le sacó una sonrisa.
- ¡Hola! - saludó a uno, y extendió un dedo hacia él, intentando escalar lo que sería un apretón de manos al tamaño del ser. Francamente esperaba tener más suerte que con Dag o empezaría a dolerle la autoestima -. ¿Viajas con Zöe?
El cambio de ropas llegó inmediatamente después, y Zöe interrumpió el pequeño juego que Taliesin había iniciado con los dos seres de metal - usando su índice y corazón como apoyos imitando dos piernas, y el pulgar y meñique como brazos, movía su mano como caminando entre los dos autómatas - al llamar la atención sobre las actividades de Dag.
"Peligroso". Aquella palabra otra vez. Talieisn hizo grandes esfuerzos por apartarla de su mente.
- No la está mirando como si fuera a hacer nada... de eso - concluyó, hablando despacio para considerar cada palabra -. Más bien es como si estuviera coqueteando... ¿Suele hacer eso? - preguntó de golpe, porque comenzaba a sospechar algo. Lo consideró un momento más - Quizás sí sería mejor si vas a buscarlo. Voy a cambiarme.
No sólo le daba a Dag otro momento para estar a solas con Zöe; también es que verdaderamente necesitaba limpiarse un poco y cambiarse las ropas.
Taliesin Skatha
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Re: Tu perspectiva y mis circunstancias[Privado][Cerrado]
-He oído que vienen del norte. Cuéntame cómo es. ¿Es verdad que hay una ciudad de dragones, que hay nieve por todas partes, y...?
La joven que sostiene mi mano hace muchas preguntas. Parece no importar lo que respondo; ella pronto retoma la palabra y sigue hablando sin parar. Yo asiento y detengo mi mirada en su rostro, cosa que le provoca un sonrojo cuando se percata. Es una mujer atractiva, pero algo en ella me provoca cierto rechazo. Sus ojos son negros como la obsidiana, sus labios son finos y su cabello es moreno, lustroso y ondulado. No se parece en nada a Dahlia ni a Iredia, pero cuando sonríe me recuerda un poco a la Zöe de la pared, la que sabía tener emociones.
Mientras la muchacha, quien me ha dicho que se llama Ayla, me habla sobre su familia y hace preguntas sobre la mía que no llegarán a ningún lado, miro de reojo para constatar si la biocibernética me está observando. Salvo por la llegada de su pequeña aberración amarilla, a la cual espanto con la mano para que se aleje, Zöe no parece estar prestándome la más mínima atención. Se ve demasiado ocupada hablando con el otro hombre. Estoy seguro de que mira a Taliesin de una forma distinta a cómo me mira a mí. Además, no le habla como a un niño. Es como si él fuera mejor que yo.
-Más importante que tú.
-Y mucho más bueno que tú.
Mi rostro se desfigura de enfado y Ayla me pregunta qué sucede; niego con la cabeza y me volteo para seguir pretendiendo que la escucho, aunque por dentro no puedo dejar de pensar en aquellos dos. Cuando la miro siento deseos de hacerle lo mismo que querría hacer con Zöe y con Taliesin: besarla, estrangularla, morderla, poseerla y enterrarle mi espada en las tripas. Al imaginar todo eso siento que mi cuerpo tiembla de ansiedad. Me giro por acto reflejo para volver a mirar en dirección a mi compañera y, al descubrirla mirándome también, vuelvo rápidamente a voltearme y la comisura izquierda de mi boca se sacude en una trémula sonrisa.
-¿Qué? ¿Acaso he dicho algo gracioso? -Inquiere la muchacha, devolviéndome la malinterpretada sonrisa y mirándome con expectación, inclinándose hacia mí en un gesto curioso y coqueto.
-¿Vamos a un lugar más tranquilo?
Los ojos de Ayla brillan y sus mejillas se tiñen de rojo cuando me pongo de pie y le tiendo la mano. Ahora que sé que Zöe me está mirando, quiero enseñarle cuán lejos puedo llegar con otra persona, quiero que le hierva la sangre y quiero meterme en su cabeza para que olvide a Taliesin. Tomo la mano de la morena y la guío unos pocos metros más allá del campamento, caminando lentamente entre los árboles antes de acorralarla contra un tronco, pegándome a ella y buscando sus labios.
La noche huele a bosque, a rocío, a humo y a sudor. Ayla es joven pero parece saber bien lo que hace; una de sus manos pasea disimuladamente desde mi pecho hasta la parte baja de mi vientre y sigue bajando. La beso con furia animal y presiono más y más su cuerpo con el mío. Acalorada, intenta separarse del ósculo para tomar aire y entonces hago un camino con mis labios por su mejilla, su mandíbula y su cuello, arrancándole suspiros que se mezclan con el crepitar de las fogatas cercanas.
Allí me detengo. Puedo sentir los latidos de su corazón tamborileando contra mi boca. Realmente tengo mucha hambre, los colmillos lastiman la frágil piel interna de mis labios, haciéndome sangrar. Abro las fauces. Muerdo. Tapo la boca ajena con una mano y sorbo desesperadamente.
¿Estará Zöe mirándome? No lo sé. Ya no me importa.
Dag Thorlák
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Re: Tu perspectiva y mis circunstancias[Privado][Cerrado]
Hice un gesto negativo en respuesta a la pregunta de Taliesin, en verdad no había hecho nada para ofender a Dag, simplemente tenía un carácter complicado de llevar, en gran medida debido a su enfermedad. Pero por experiencia sabía que así como podía caerle mal alguien, a los pocos minutos podían ser los mejores amigos, por lo que no había porque prestarle demasiada atención.
-En un primer momento llegamos a la misma conclusión, y lo intentamos, pero no salió como esperábamos. Los vampiros que encontramos mostraban una insana obsesión por los sacrificios de humanos y licántropos, mi sistema no me permite ver cómo le hacen daño a un orgánico sin intervenir – Cada vez que decía la palabra “vampiro” me aseguraba de bajar mucho la voz, no deseaba hacer sentir incomodo a Taliesin.
SEPA-IV miro con interés el dedo del vampiro, no conocían todos los gestos sociales existentes, pero habían aprendido los más básicos, y ese podían entenderlo. El pequeño robot rojo agarro el dedo con ambas manos y lo agito varias veces arriba y abajo en señal de saludo. ATAC solo tenía una mano funcional, así que la puso arriba de las del anterior y copio el movimiento.
-No tienen la capacidad de hablar, pero se hacen entender con gestos – Poner sistemas de sonido era en verdad muy complicado, y no tenía sentido gastar tanto esfuerzo en algo que nos les serviría para sus labores – Viajan conmigo desde hace sesenta y cuatro días, yo los construí.
Los robots habían encontrado fascinante lo que Taliesin hacía con los dedos, sin duda la inteligencia no era algo en lo que se destacaran, SEPA-IV comenzó a imitar el movimiento con su cuerpo y ATAC levanto su arma como si fuera una potencial amenaza, por lo que lo levante y lo volví a poner en el morral.
-Sé que le gusta la atención, sobre todo si es femenina – [ANALIAZANDO] – Quizás requiere de compañía femenina, tal vez por eso estaba de tan mal humor – Los orgánicos necesitaban cumplir con ciertos impulsos biológicos cada cierto periodo de tiempo, algunos más breves como las comidas, y otros que podían tener más espacio entre sí, como el sexo – Quizás solo lo vigile para asegurarme que no le haga daño.
Asentí y observe mientras Taliesin se retiraba para cambiarse, luego fui hacía donde Dag estaba hablando con la muchacha…. Pero ya no estaban más allí. Mire en dirección al bosque, aún podía escuchar sus pasos, agarre la ropa de recambio para mi compañero y me metí en la espesura, a cierta distancia para no llamar su atención.
Espere tras los árboles, no voy a intervenir a menos que este segura que la orgánica corre algún riesgo. Comienzan con los actos de apareamiento, ambos parecen estar de acuerdo [ANALIZANDO] tomando en cuenta los constantes cambios de humor que sufre Dag no puedo marcharme, tendré que esperar hasta que concluyan.
Una primera señal de advertencia surge desde mi sistema, la muchacha cambia su gesto, abre mucho los ojos y parece que va a gritar, pero el vampiro le tapa la boca. Puedo ver una gota de sangre cayendo por su cuello, es momento de detenerlo.
Me acerco desde la espalda de Dag para que no me vea y reaccione de forma violenta, debo reducirlo antes de que mate a la humana [CONCLUSIÓN] No hay tiempo para sutilezas, levanto el brazo y golpeo la cabeza del vampiro con toda mi fuerza, logrando que se desprenda de la muchacha y que caiga a un lado. Parecía estar tan abstraído en su tarea que no se percató de mi presencia, y si bien mi contextura física parece normal, bajo la piel hay metal.
-Dag Thorlak sabes perfectamente que mi programa no me permite dejarte lastimar a otros orgánicos ¿Correcto? Lo sabes bien y aun así te dejaste llevar por tu instinto – Mire a la chica, al ser separada de Dag había caído al piso, estaba pálida pero aún tenía pulso. Me quité la manta que llevaba de forma más bien decorativa y la tape, estábamos cerca del verano, pero con la pérdida de sangre seguramente tendría frío – Tal como querías, ahora tendremos que irnos del campamento, no hay manera de que acepten pasar la noche con un vampiro que no puede controlarse.
Fui hacia mi compañero y lo mire atentamente en silencio durante algunos segundos, necesitaba evaluar su estado de ánimo y su capacidad de volver a la normalidad ya que no podríamos seguir viajando si se encontraba en medio de un frenesí. Extendí la mano con la ropa limpia, ofreciéndosela para que se cambie.
-¿Era esto lo que deseabas hacer? ¿Matar a una joven humana? Debo persuadirte para que no vuelvas a intentarlo, al menos en mi presencia ¿Si? – La chica se movía, aún no había despertado pero por sus gestos podía entender que no se sentía bien – La llevaré con los suyos, no estarán contentos pero intentaré explicarles lo que paso. No dejaré que te lastimen, pero tampoco puedes lastimarlos, si tu deseo de destrucción es demasiado abrumador te pediré que descargues tu ira sobre mí y no sobre otros orgánicos ¿Si? – Le di la espalda mientras pensaba como sería el mejor modo para explicarle esto a las personas del campamento.
-En un primer momento llegamos a la misma conclusión, y lo intentamos, pero no salió como esperábamos. Los vampiros que encontramos mostraban una insana obsesión por los sacrificios de humanos y licántropos, mi sistema no me permite ver cómo le hacen daño a un orgánico sin intervenir – Cada vez que decía la palabra “vampiro” me aseguraba de bajar mucho la voz, no deseaba hacer sentir incomodo a Taliesin.
SEPA-IV miro con interés el dedo del vampiro, no conocían todos los gestos sociales existentes, pero habían aprendido los más básicos, y ese podían entenderlo. El pequeño robot rojo agarro el dedo con ambas manos y lo agito varias veces arriba y abajo en señal de saludo. ATAC solo tenía una mano funcional, así que la puso arriba de las del anterior y copio el movimiento.
-No tienen la capacidad de hablar, pero se hacen entender con gestos – Poner sistemas de sonido era en verdad muy complicado, y no tenía sentido gastar tanto esfuerzo en algo que nos les serviría para sus labores – Viajan conmigo desde hace sesenta y cuatro días, yo los construí.
Los robots habían encontrado fascinante lo que Taliesin hacía con los dedos, sin duda la inteligencia no era algo en lo que se destacaran, SEPA-IV comenzó a imitar el movimiento con su cuerpo y ATAC levanto su arma como si fuera una potencial amenaza, por lo que lo levante y lo volví a poner en el morral.
-Sé que le gusta la atención, sobre todo si es femenina – [ANALIAZANDO] – Quizás requiere de compañía femenina, tal vez por eso estaba de tan mal humor – Los orgánicos necesitaban cumplir con ciertos impulsos biológicos cada cierto periodo de tiempo, algunos más breves como las comidas, y otros que podían tener más espacio entre sí, como el sexo – Quizás solo lo vigile para asegurarme que no le haga daño.
Asentí y observe mientras Taliesin se retiraba para cambiarse, luego fui hacía donde Dag estaba hablando con la muchacha…. Pero ya no estaban más allí. Mire en dirección al bosque, aún podía escuchar sus pasos, agarre la ropa de recambio para mi compañero y me metí en la espesura, a cierta distancia para no llamar su atención.
Espere tras los árboles, no voy a intervenir a menos que este segura que la orgánica corre algún riesgo. Comienzan con los actos de apareamiento, ambos parecen estar de acuerdo [ANALIZANDO] tomando en cuenta los constantes cambios de humor que sufre Dag no puedo marcharme, tendré que esperar hasta que concluyan.
Una primera señal de advertencia surge desde mi sistema, la muchacha cambia su gesto, abre mucho los ojos y parece que va a gritar, pero el vampiro le tapa la boca. Puedo ver una gota de sangre cayendo por su cuello, es momento de detenerlo.
Me acerco desde la espalda de Dag para que no me vea y reaccione de forma violenta, debo reducirlo antes de que mate a la humana [CONCLUSIÓN] No hay tiempo para sutilezas, levanto el brazo y golpeo la cabeza del vampiro con toda mi fuerza, logrando que se desprenda de la muchacha y que caiga a un lado. Parecía estar tan abstraído en su tarea que no se percató de mi presencia, y si bien mi contextura física parece normal, bajo la piel hay metal.
-Dag Thorlak sabes perfectamente que mi programa no me permite dejarte lastimar a otros orgánicos ¿Correcto? Lo sabes bien y aun así te dejaste llevar por tu instinto – Mire a la chica, al ser separada de Dag había caído al piso, estaba pálida pero aún tenía pulso. Me quité la manta que llevaba de forma más bien decorativa y la tape, estábamos cerca del verano, pero con la pérdida de sangre seguramente tendría frío – Tal como querías, ahora tendremos que irnos del campamento, no hay manera de que acepten pasar la noche con un vampiro que no puede controlarse.
Fui hacia mi compañero y lo mire atentamente en silencio durante algunos segundos, necesitaba evaluar su estado de ánimo y su capacidad de volver a la normalidad ya que no podríamos seguir viajando si se encontraba en medio de un frenesí. Extendí la mano con la ropa limpia, ofreciéndosela para que se cambie.
-¿Era esto lo que deseabas hacer? ¿Matar a una joven humana? Debo persuadirte para que no vuelvas a intentarlo, al menos en mi presencia ¿Si? – La chica se movía, aún no había despertado pero por sus gestos podía entender que no se sentía bien – La llevaré con los suyos, no estarán contentos pero intentaré explicarles lo que paso. No dejaré que te lastimen, pero tampoco puedes lastimarlos, si tu deseo de destrucción es demasiado abrumador te pediré que descargues tu ira sobre mí y no sobre otros orgánicos ¿Si? – Le di la espalda mientras pensaba como sería el mejor modo para explicarle esto a las personas del campamento.
Zöe
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Re: Tu perspectiva y mis circunstancias[Privado][Cerrado]
- ¿Hay algún curso de agua por aquí cerca? - le preguntó a un pequeño grupo de nómadas, que se había reunido alrededor de un fuego.
Era, de hecho, una familia. El padre miró a Taliesin con suspicacia, y a continuación procedió a darle un trago a la botella que había dejado junto a sus pies. La mujer, sin embargo, se levantó y le dio unas rápidas indicaciones: "¿Ves esa tienda de allí con la colada en frente? La rodeas, y sigues un poco más en la misma dirección". Tenían al menos dos otros hijos, una niña algo mayor que Irina, que estaba terminando de cenar, y un joven de unos dieciséis, ocupado en tallar una figura de madera. La niña lo miraba fijamente, así que Taliesin la saludó con la mano; pero antes de que pudiera decir nada el padre carraspeó, dándole a entender que no quería interacción alguna entre sus hijos y el extraño. El vampiro dio las gracias y puso rumbo hacia la tienda que le habían indicado.
- ¿Dónde coño se ha metido Ayla? - escuchó decir al padre mientras se alejaba.
En poco llegó a un pequeño riachuelo. Dejó las ropas nuevas en una piedra seca y se acuclilló junto al agua. En cuanto metió las manos vio cómo toda una capa de suciedad y sangre seca comenzaba a desprenderse, y no pudo evitar pensar que era comprensible, después de todo, que Dag no hubiera querido estrecharle la mano. Frotó hasta que quedó satisfecho y se echó agua en la cara antes de sacarse la camisa. Al hacerlo pudo comprobar el mal estado en el que se encontraba, con las grandes marcas que había dejado el Graphorn y los restos de sangre y barro. La dio por perdida y cortó una tira de tela de la misma para lavarla y usarla como esponja.
Para cuando hubo terminado se sentía como un hombre nuevo. Había limpiado su herida, su pelo ya no se pegaba a su cráneo, y llevaba puesta la camisa y los pantalones que habían comprado, algo ásperos pero mucho más cómodos. A penas terminaba de ponerse las botas, cantando por lo bajo una canción, cuando la niña a la que había visto junto a la familia de nómadas asomó de tras la primera línea de árboles.
- ¡Hola! - saludó, algo sorprendido de verla allí - ¿No deberías estar con tu familia? Es tarde como para alejarte tu sola.
La niña, con sus grandes ojos verdes y su cabello castaño enmarañado, lo consideró durante unos largos segundos. Taliesin pensó que realmente casi había dejado de ser una niña, y por su forma de mirar más parecía una joven. Estaba en ese extraño punto intermedio entre dos categorías.
- Están ocupados buscando a mi hermana - se alzó de hombros -. Seguro que está con algún viajero. Como siempre.
Había un tono de desprecio en la forma en que decía eso, lo cual chocó a Taliesin. Como hijo único que habría deseado tener una relación de hermandad, esperaba que dos hermanas hablaran la una de la otra con respeto, sin juzgarse mutuamente.
- ¿Y no estás tú con un viajero ahora mismo?
- Sí, pero sólo estoy hablando. Ella lo que quiere es que se la lleven de aquí, porque no se atreve a irse sola. Yo, por mi parte - continuó dado que Taliesin dejó que pasaran unos segundos de silencio - sí me iré sola.
"Sola". Igual que estaba ahora. Un instinto recorrió al vampiro, una reacción no de hambre en el estómago, sino de penuria en alguna parte más honda de su ser. El dolor por la falta de sangre humana era muy diferente a la comparativamente simple molestia que sentía si pasaba unos días sin alimento; laceraba su espíritu, llegando a nublar su cordura cuando pasaba largos periodos en ayunas. Y nunca desaparecía, sólo se intensificaba con el tiempo.
"Sola". Nadie lo vería, nadie lo sabría. Sus ojos se desplazaron hacia el cuello de la pequeña; sería fácil romperlo, estaría muerta tan rápido que no llegaría a gritar. Era una presa muy fácil, y su familia tardaría en buscarla. Era perfecto.
- ¿Pasa algo?
Pero era solo una niña. Si se imaginaba a Irina en su lugar, simplemente no podía hacerlo. Y Zoe estaba allí. ¿Qué diría si se enteraba de que Taliesin había matado a una pequeña? Acababa de comprarle un cambio de ropas y comida, ¿así se lo iba a pagar? Sintió otro pulso de dolor lacerante en su interior, cerró los ojos y apretó la mandíbula con fuerza. Piensa en Irina.
- ¿Te duele algo? - la niña había comenzado a acercarse a él. "Por favor, que no venga más cerca".
- ¡¡Ayla!!
Reconoció la voz como la del padre de la niña. Dioses misericordiosos, gracias por aquella interrupción. La voz venía del campamento, y estaba cargada de enfado y preocupación. Al segungo siguiente la niña se fue corriendo, y Taliesin se puso en pie para seguirla de vuelta. Estaba avergonzado de si mismo por lo que había estado cerca de hacer. Jamás había matado a una niña, y había pensado que aquella era una barrera moral que estaba lejos de romper. Le preocupaba que no fuera así.
Estos pensamientos se interrumpieron en cuanto volvió a encontrarse en el grupo de tiendas y carromatos, al encontrarse directamente con una escena inesperada: algunos nómadas y viajeros se había acercado en un semicírculo, al otro lado del cual vio a Zöe junto a una muchacha semi desmayada.
Era, de hecho, una familia. El padre miró a Taliesin con suspicacia, y a continuación procedió a darle un trago a la botella que había dejado junto a sus pies. La mujer, sin embargo, se levantó y le dio unas rápidas indicaciones: "¿Ves esa tienda de allí con la colada en frente? La rodeas, y sigues un poco más en la misma dirección". Tenían al menos dos otros hijos, una niña algo mayor que Irina, que estaba terminando de cenar, y un joven de unos dieciséis, ocupado en tallar una figura de madera. La niña lo miraba fijamente, así que Taliesin la saludó con la mano; pero antes de que pudiera decir nada el padre carraspeó, dándole a entender que no quería interacción alguna entre sus hijos y el extraño. El vampiro dio las gracias y puso rumbo hacia la tienda que le habían indicado.
- ¿Dónde coño se ha metido Ayla? - escuchó decir al padre mientras se alejaba.
En poco llegó a un pequeño riachuelo. Dejó las ropas nuevas en una piedra seca y se acuclilló junto al agua. En cuanto metió las manos vio cómo toda una capa de suciedad y sangre seca comenzaba a desprenderse, y no pudo evitar pensar que era comprensible, después de todo, que Dag no hubiera querido estrecharle la mano. Frotó hasta que quedó satisfecho y se echó agua en la cara antes de sacarse la camisa. Al hacerlo pudo comprobar el mal estado en el que se encontraba, con las grandes marcas que había dejado el Graphorn y los restos de sangre y barro. La dio por perdida y cortó una tira de tela de la misma para lavarla y usarla como esponja.
Para cuando hubo terminado se sentía como un hombre nuevo. Había limpiado su herida, su pelo ya no se pegaba a su cráneo, y llevaba puesta la camisa y los pantalones que habían comprado, algo ásperos pero mucho más cómodos. A penas terminaba de ponerse las botas, cantando por lo bajo una canción, cuando la niña a la que había visto junto a la familia de nómadas asomó de tras la primera línea de árboles.
- ¡Hola! - saludó, algo sorprendido de verla allí - ¿No deberías estar con tu familia? Es tarde como para alejarte tu sola.
La niña, con sus grandes ojos verdes y su cabello castaño enmarañado, lo consideró durante unos largos segundos. Taliesin pensó que realmente casi había dejado de ser una niña, y por su forma de mirar más parecía una joven. Estaba en ese extraño punto intermedio entre dos categorías.
- Están ocupados buscando a mi hermana - se alzó de hombros -. Seguro que está con algún viajero. Como siempre.
Había un tono de desprecio en la forma en que decía eso, lo cual chocó a Taliesin. Como hijo único que habría deseado tener una relación de hermandad, esperaba que dos hermanas hablaran la una de la otra con respeto, sin juzgarse mutuamente.
- ¿Y no estás tú con un viajero ahora mismo?
- Sí, pero sólo estoy hablando. Ella lo que quiere es que se la lleven de aquí, porque no se atreve a irse sola. Yo, por mi parte - continuó dado que Taliesin dejó que pasaran unos segundos de silencio - sí me iré sola.
"Sola". Igual que estaba ahora. Un instinto recorrió al vampiro, una reacción no de hambre en el estómago, sino de penuria en alguna parte más honda de su ser. El dolor por la falta de sangre humana era muy diferente a la comparativamente simple molestia que sentía si pasaba unos días sin alimento; laceraba su espíritu, llegando a nublar su cordura cuando pasaba largos periodos en ayunas. Y nunca desaparecía, sólo se intensificaba con el tiempo.
"Sola". Nadie lo vería, nadie lo sabría. Sus ojos se desplazaron hacia el cuello de la pequeña; sería fácil romperlo, estaría muerta tan rápido que no llegaría a gritar. Era una presa muy fácil, y su familia tardaría en buscarla. Era perfecto.
- ¿Pasa algo?
Pero era solo una niña. Si se imaginaba a Irina en su lugar, simplemente no podía hacerlo. Y Zoe estaba allí. ¿Qué diría si se enteraba de que Taliesin había matado a una pequeña? Acababa de comprarle un cambio de ropas y comida, ¿así se lo iba a pagar? Sintió otro pulso de dolor lacerante en su interior, cerró los ojos y apretó la mandíbula con fuerza. Piensa en Irina.
- ¿Te duele algo? - la niña había comenzado a acercarse a él. "Por favor, que no venga más cerca".
- ¡¡Ayla!!
Reconoció la voz como la del padre de la niña. Dioses misericordiosos, gracias por aquella interrupción. La voz venía del campamento, y estaba cargada de enfado y preocupación. Al segungo siguiente la niña se fue corriendo, y Taliesin se puso en pie para seguirla de vuelta. Estaba avergonzado de si mismo por lo que había estado cerca de hacer. Jamás había matado a una niña, y había pensado que aquella era una barrera moral que estaba lejos de romper. Le preocupaba que no fuera así.
Estos pensamientos se interrumpieron en cuanto volvió a encontrarse en el grupo de tiendas y carromatos, al encontrarse directamente con una escena inesperada: algunos nómadas y viajeros se había acercado en un semicírculo, al otro lado del cual vio a Zöe junto a una muchacha semi desmayada.
Taliesin Skatha
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Re: Tu perspectiva y mis circunstancias[Privado][Cerrado]
Sé que si sigo bebiendo mataré a mi presa, pero mi estómago está tan vacío y siento tanta rabia que no me importa tomar su vida para satisfacerme, para sentirme un poco mejor. Siento cómo languidece entre mis brazos y su respiración es cada vez más débil, pero antes de sorber la última gota alguien me desprende de ella con un golpe seco en la cabeza.
Caigo al suelo boca abajo y siento cómo la tierra fría y húmeda me recibe en su colchón de hojarasca. ¿Qué acaba de pasar? Siento un pitido en los oídos y un hilo de sangre me hace cosquillas en la nuca. De haber sido humano el golpe me habría matado, pero ahora no me deja más que un par de segundos fuera de batalla y un potente dolor de cabeza como toda secuela. La ira corre por mis venas como ardiente veneno y me pongo de pie con los ojos abiertos de par en par, buscando a quien me ha impedido dar por concluida la cena. Primero veo a Ayla tendida a mis pies y luego, al alzar la mirada, mis ojos se topan con Zöe.
Mi compañera está hablando, hablándome a mí. Tardo en comprender que es ella quien me ha golpeado. Entrecierro los ojos y aprieto los dientes. Traición. Esa palabra llega a mí para quedarse y repetirse cada vez más alto mientras Zöe me habla. Ella piensa que soy una aberración, sabe que necesito alimentarme, sabe que no me gusta hacerlo y aún así ha venido a ponerme en evidencia. Traición. Zöe no me deja ser lo que soy. Traición. Tampoco puede hacer que sea lo que alguna vez fui. Traición. Zöe prefiere a Taliesin porque él es una buena persona, no como yo, que soy un maldito monstruo. Traición, ¡traición! ¡TRAICIÓN!
La afrenta acaba de llamar la atención de todo el campamento, que poco a poco se agrupa frente a nosotros, encerrándonos en un círculo de personas enfurecidas.Un hombre se aparta de la muchedumbre dando un paso al frente y cae de rodillas junto al cuerpo de Ayla. Con ojos inyectados en sangre me mira desde abajo; sabe lo que he hecho al ver que de mi mentón aún gotea la sangre de su primogénita. Y yo sé que es su hija por el odio en su mirada; es igual a la que tuve yo al saber que nunca volvería a ver a la mía. Me gusta ver eso en alguien más, me hace sentir acompañado, así que levanto un pie y piso con todas mis fuerzas la cabeza de la muchacha para que el hombre realmente pueda sentir lo que siento yo cada maldita noche de mi vida.
-¡NO! ¡AYLA, MI AYLA, NO!
El hombre se tapa el rostro con ambas manos, llora, gime y vomita a mis pies al ver lo que le he hecho a su hija. Mi atención para ese entonces ya está sobre la multitud, que da un paso hacia atrás, todos lívidos y boquiabiertos. Poso mi mirada largamente sobre Taliesin y esbozo una leve sonrisa. Quizás no soy tan bueno como él, pero seguramente me siento más satisfecho. Lo veo en su expresión; es tan infeliz como yo.
El padre de Ayla se levanta y se echa sobre mí en un intento por estrangularme con ambas manos. Está fuera de sí, llora y no sabe lo que hace; me resulta fácil quitármelo de encima con un rodillazo en el estómago y hacerlo caer al suelo. Desenvaino mi espada, dispuesto a acabar con su sufrimiento de un solo tajo, pero la gente grita y me insta a no hacerlo. Sus suspiros, su llanto y sus bramidos me ponen cada vez más nervioso. Busco la mirada de Zöe, pues eso es lo que siempre hago cuando tengo miedo, y al verla recuerdo por qué está pasando todo esto. ¡Todo ha sido su culpa! Suelto la espada y avanzo hacia ella tan rápido como puedo, tomándola por los hombros y apresándola firmemente contra el tronco de un árbol, sin ni un ápice de la delicadeza que había empleado en Ayla.
-Persuádeme, ¡PERSUÁDEME! -Exijo parafraseándola, zarandeándola con fuerza para infringirle el mayor dolor posible, aunque sé que ella no grita ni se queja ni llora ni sonríe cuando está conmigo- ¡Si me hubieras hecho caso! ¡Te dije que quería irme! -Siento que algo tibio acaricia mis mejillas. ¿Por qué estoy llorando? Mis manos liberan los hombros de la biocibernética para dirigirse a su cuello, tal como el padre de Ayla intentó hacer conmigo momentos atrás- Te odio. Eres fría e insensible. No puedes entenderme porque yo siento todo mientras que tú no sientes nada. -Aprieto con todas mis fuerzas. Es frustrante sentir metal bajo esa piel que se amorata bajo mis dedos. Con un cabeceo señalo a la multitud, específicamente a quien se encuentra asomado tras ésta, y gruño desde lo más profundo de mi garganta- Quizás no puedo matarte a ti. Pero a él sí. Persuádeme. Sonríe para mí.
Dag Thorlák
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Re: Tu perspectiva y mis circunstancias[Privado][Cerrado]
Me hubiese gustado poder tener un momento más para acomodar a la joven orgánica y que no resultara tan impactante la visión. Pero los humanos se percataron demasiado rápido de que no regresaba y salieron en su búsqueda, tampoco Dag había hecho demasiado por ocultarse [CONCLUSIÓN] Estábamos ante la peor perspectiva posible, rodeados por personas furiosas, con un vampiro sin dar signos de reacción alguna, con una chica desmayada.
Dag aplasta la cabeza de la joven, esta vez no llego a tiempo de salvarla, miro los restos del cráneo de Ayla desparramarse por la tierra, la misma tierra que va a absorber la sangre, siempre resulta fascinante pensar el perfecto funcionamiento de la naturaleza. Miro con mi habitual gesto neutro a mi compañero, ahora entiendo que si no lo detengo esa muchacha no será la única orgánica que muera esa noche.
-Dag Thorlak, debes detenerte ahora mismo, no deseo hacerte daño – Siempre supe que esta parte del vampiro existían, pero confiaba en que a medida que pasara el tiempo aprendería a controlarlo [ANALIZANDO] quizás no había pasado el suficiente – No tendríamos que haber venido, lo siento tanto – Dije mientras miraba los restos de la muchacha, ella no podía escucharme ya, pero quizás el padre si, aunque parecía estar muy ocupado lamentándose.
Cuando veo que suelta la espada se la señalo a Taliesin, instándolo a que la agarre para mantenerla lejos de las manos de Dag. De todos modos, con su fuerza y velocidad no le costaría nada el acabar con todos los humanos del campamento, lo sé, lo he visto pelear. Sin embargo, para mi tranquilidad, no va a por ellos, sino que se acerca a mí, yo lo espero y dejo que me agarre de los hombros sin oponer resistencia.
-Lo siento, lo siento, lo siento, Dag en verdad lo siento – Repito mientras me sigue sacudiendo, en verdad creo que tiene razón, si tan solo le hubiese hecho caso, si nos hubiésemos ido cuando me lo pidió… Ahora la muchacha estaría viva [ERROR] Había sido una falla en mis cálculos, tenía que ser más cuidadosa de ahora en más.
Me toma por el cuello, mis manos descansan a los lados sin hacer el menor gesto por detenerlo, es algo bueno el que decida hacerme daño a mí y no a los demás, me está sosteniendo con tanta fuerza que mis pies comienzan a separarse del piso [ERROR] puedo ver a la gente paralizada viendo la escena, a la Taliesin entre ellos, espero que no intervenga, no quiero que Dag y él se lastimen.
Aprieta con tanta fuerza mi garganta que me dificulta el hablar, escucho algunos crujidos, está rompiendo las piezas internas que componen mi cuello.
-Lo… Siento…. Dag…. – Mis lagrimales aún funcionaban como los de una humana, producto de la presión comenzaron a segregar lágrimas, aunque eso era insignificante a comparación del daño que estaba produciéndose dentro de mi cuello – No… hagas… mas…. Daño… - Mis tres acompañantes tiraban del dobladillo del pantalón de Dag, intentando hacer que me suelte – No… te… hagas más…. Daño…-
Podía decir que mi compañero era bueno, a pesar de todo lo que había pasado, y de los errores que había cometido, era él quien estaba llorando [ANALIZA….] Puedo entenderlo, puedo entender cómo se siente ¡Puedo entenderlo!
-Ya… Tranquilo… Todo estará bien – Extendí los brazos y los puse alrededor de los hombros de Dag, quería darle algún tipo de consuelo en este momento tan difícil, pero mis sistemas estaban fallando y parecía que iba a apagarme en cualquier momento – No te… Preocupes… No te dejare- [ERROR] podía sentir como mi visión se nublaba, eso estaba bien. ¡No! ¡No está nada bien! ¡Yo no quiero morir! [ERROR] No puedes morir, no estás viva ¡Si lo estoy! Y seguro Dag se sentiría muy triste si me voy, prometimos estar con él hasta que ya no nos necesitara ¡Y aún nos necesita! Continué abrazándolo, con la esperanza de que entendiera mis ¿Sentimientos?
Dag aplasta la cabeza de la joven, esta vez no llego a tiempo de salvarla, miro los restos del cráneo de Ayla desparramarse por la tierra, la misma tierra que va a absorber la sangre, siempre resulta fascinante pensar el perfecto funcionamiento de la naturaleza. Miro con mi habitual gesto neutro a mi compañero, ahora entiendo que si no lo detengo esa muchacha no será la única orgánica que muera esa noche.
-Dag Thorlak, debes detenerte ahora mismo, no deseo hacerte daño – Siempre supe que esta parte del vampiro existían, pero confiaba en que a medida que pasara el tiempo aprendería a controlarlo [ANALIZANDO] quizás no había pasado el suficiente – No tendríamos que haber venido, lo siento tanto – Dije mientras miraba los restos de la muchacha, ella no podía escucharme ya, pero quizás el padre si, aunque parecía estar muy ocupado lamentándose.
Cuando veo que suelta la espada se la señalo a Taliesin, instándolo a que la agarre para mantenerla lejos de las manos de Dag. De todos modos, con su fuerza y velocidad no le costaría nada el acabar con todos los humanos del campamento, lo sé, lo he visto pelear. Sin embargo, para mi tranquilidad, no va a por ellos, sino que se acerca a mí, yo lo espero y dejo que me agarre de los hombros sin oponer resistencia.
-Lo siento, lo siento, lo siento, Dag en verdad lo siento – Repito mientras me sigue sacudiendo, en verdad creo que tiene razón, si tan solo le hubiese hecho caso, si nos hubiésemos ido cuando me lo pidió… Ahora la muchacha estaría viva [ERROR] Había sido una falla en mis cálculos, tenía que ser más cuidadosa de ahora en más.
Me toma por el cuello, mis manos descansan a los lados sin hacer el menor gesto por detenerlo, es algo bueno el que decida hacerme daño a mí y no a los demás, me está sosteniendo con tanta fuerza que mis pies comienzan a separarse del piso [ERROR] puedo ver a la gente paralizada viendo la escena, a la Taliesin entre ellos, espero que no intervenga, no quiero que Dag y él se lastimen.
Aprieta con tanta fuerza mi garganta que me dificulta el hablar, escucho algunos crujidos, está rompiendo las piezas internas que componen mi cuello.
-Lo… Siento…. Dag…. – Mis lagrimales aún funcionaban como los de una humana, producto de la presión comenzaron a segregar lágrimas, aunque eso era insignificante a comparación del daño que estaba produciéndose dentro de mi cuello – No… hagas… mas…. Daño… - Mis tres acompañantes tiraban del dobladillo del pantalón de Dag, intentando hacer que me suelte – No… te… hagas más…. Daño…-
Podía decir que mi compañero era bueno, a pesar de todo lo que había pasado, y de los errores que había cometido, era él quien estaba llorando [ANALIZA….] Puedo entenderlo, puedo entender cómo se siente ¡Puedo entenderlo!
-Ya… Tranquilo… Todo estará bien – Extendí los brazos y los puse alrededor de los hombros de Dag, quería darle algún tipo de consuelo en este momento tan difícil, pero mis sistemas estaban fallando y parecía que iba a apagarme en cualquier momento – No te… Preocupes… No te dejare- [ERROR] podía sentir como mi visión se nublaba, eso estaba bien. ¡No! ¡No está nada bien! ¡Yo no quiero morir! [ERROR] No puedes morir, no estás viva ¡Si lo estoy! Y seguro Dag se sentiría muy triste si me voy, prometimos estar con él hasta que ya no nos necesitara ¡Y aún nos necesita! Continué abrazándolo, con la esperanza de que entendiera mis ¿Sentimientos?
Zöe
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Re: Tu perspectiva y mis circunstancias[Privado][Cerrado]
Llegó a tiempo para ver cómo Dag aplastaba el cráneo de la chica. De Ayla. Todos los que habían presenciado aquel acto sintieron una oleada de miedo; todos retrocedieron, todos lívidos ante aquel acto de sangre fría. Dag encontró a Taliesin entre la multitud y sonrió como si le estuviese dedicando aquel acto, como si disfrutara del impacto que provocaba. Taliesin se sintió asqueado. Aquello era cruel, innecesario, malvado. Pero no se sorprendió, porque había visto a otros vampiros realizar actos de similar crueldad. ¿Haría él algún día lo mismo? Quizás ese era el futuro de todos los vampiros: imponer su desdicha en todos los demás, asegurarse de que el mundo fuera tan infeliz como ellos. Quizás algún día él también sería como Dag.
La otra niña, la hermana pequeña de Ayla, también lo había visto todo y miraba fijamente hacia el cuerpo sin cabeza de su hermana, como si sus grandes ojos verdes fueran incapaces de enfocarse en otra cosa. Y él había estado a punto de matarla. El padre de Ayla no lo sabría nunca, pero la muerte de su mayor había salvado a la pequeña. ¿Habría sido aquél motivo de consuelo?
Entendió la reacción del padre. Él habría hecho lo mismo. La empatía hizo que se llenara de odio hacia Dag, odio compartido por toda la multitud que había presenciado aquello. Si mataba al padre de Ayla... el odio vencería al temor, los nómadas tomarían armas y la noche resultaría en una verdadera masacre. De la misma forma que nadie se atrevía a atacar aún, Taliesin tampoco se atrevía a hablar, por miedo a decir algo que terminara de provocar a Dag.
Parte de aquella tensión se relajó cuando el vampiro atacó a Zöe. Ella había traído a aquel demente, y en opinión de la multitud compartía la responsabilidad de lo que había pasado. Si moría, al menos parte de la deuda quedaría saldada. Ahora que el vampiro estaba ocupado, algunos nómadas corrieron a ayudar al padre de Ayla a levantarse, otros se llevaron a la niña pequeña, y finalmente los grupos armados se organizaron y desenvainaron las armas en posición defensiva. A su alrededor Taliesin escuchó llantos, maldiciones y plegarias para alejar el mal.
A él sin embargo sí le importaba lo que le pasara a Zöe. No podía permitir que Dag la matara. Se acercó despacio hacia ambos, recogiendo la espada de camino, y se controló para no actuar de manera brusca, no lanzarse a ayudar a la biocibernética aunque cada segundo la acercara más de la muerte. Los mecanismos del cuello de la biocibernética crujían. Los bramidos del padre de Ayla aún llenaban la noche. Zöe lloraba.
- Dag, es tu amiga - no pudo evitar que su tono se tiñera furia reprimida. No tenía claro si le estaba escuchando, pero intentó evitar dar órdenes o hablarle como a un niño -. Cree que eres una buena persona. ¿Qué estás haciendo?
Estaba muerto de miedo por dentro. ¿Tendría que usar aquella espada contra Dag? Ojalá lo conociera más. Ojalá conociera las palabras adecuadas para hacerlo parar.
- Tenemos que irnos, ya.
La otra niña, la hermana pequeña de Ayla, también lo había visto todo y miraba fijamente hacia el cuerpo sin cabeza de su hermana, como si sus grandes ojos verdes fueran incapaces de enfocarse en otra cosa. Y él había estado a punto de matarla. El padre de Ayla no lo sabría nunca, pero la muerte de su mayor había salvado a la pequeña. ¿Habría sido aquél motivo de consuelo?
Entendió la reacción del padre. Él habría hecho lo mismo. La empatía hizo que se llenara de odio hacia Dag, odio compartido por toda la multitud que había presenciado aquello. Si mataba al padre de Ayla... el odio vencería al temor, los nómadas tomarían armas y la noche resultaría en una verdadera masacre. De la misma forma que nadie se atrevía a atacar aún, Taliesin tampoco se atrevía a hablar, por miedo a decir algo que terminara de provocar a Dag.
Parte de aquella tensión se relajó cuando el vampiro atacó a Zöe. Ella había traído a aquel demente, y en opinión de la multitud compartía la responsabilidad de lo que había pasado. Si moría, al menos parte de la deuda quedaría saldada. Ahora que el vampiro estaba ocupado, algunos nómadas corrieron a ayudar al padre de Ayla a levantarse, otros se llevaron a la niña pequeña, y finalmente los grupos armados se organizaron y desenvainaron las armas en posición defensiva. A su alrededor Taliesin escuchó llantos, maldiciones y plegarias para alejar el mal.
A él sin embargo sí le importaba lo que le pasara a Zöe. No podía permitir que Dag la matara. Se acercó despacio hacia ambos, recogiendo la espada de camino, y se controló para no actuar de manera brusca, no lanzarse a ayudar a la biocibernética aunque cada segundo la acercara más de la muerte. Los mecanismos del cuello de la biocibernética crujían. Los bramidos del padre de Ayla aún llenaban la noche. Zöe lloraba.
- Dag, es tu amiga - no pudo evitar que su tono se tiñera furia reprimida. No tenía claro si le estaba escuchando, pero intentó evitar dar órdenes o hablarle como a un niño -. Cree que eres una buena persona. ¿Qué estás haciendo?
Estaba muerto de miedo por dentro. ¿Tendría que usar aquella espada contra Dag? Ojalá lo conociera más. Ojalá conociera las palabras adecuadas para hacerlo parar.
- Tenemos que irnos, ya.
Taliesin Skatha
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Re: Tu perspectiva y mis circunstancias[Privado][Cerrado]
Mis ojos están empañados. Entre nebulosas veo las facciones de Zöe, las muecas que hace, la manera en que sus labios se aprietan y sus mejillas palidecen y brillan, humedecidas por sus propias lágrimas. Lágrimas. Es la primera vez que veo a Zöe llorar. Mis manos tiemblan, no sé si debido a la fuerza con la que aprieto o al miedo que siento ante cada crujido que saco de ese cuello delgado y duro que poco a poco cede bajo mi furia.
-Lo siento... -Mientes. Tú no puedes sentir. -...No te hagas más daño... -¿A mí? Es a ti a quien estoy hiriendo. Estoy a punto de matarte. Deja de pensar que no importas. -...No te dejaré...
Ahora, además de mis manos, tiembla también la voz de Zöe, que suena rota y áspera como el último aullido de un lobo agonizante. Una aguda tristeza me sacude de pies a cabeza al verla así, tan débil, tan vulnerable ante el monstruo que soy, que siempre he sido, y me pregunto por qué estoy a un instante de terminar con esa existencia que me ha acompañado durante más tiempo que ninguna otra luego de mi transformación. Al fin he conseguido lo que quería: Zöe me mira directo a los ojos, susurra palabras de consuelo y acaricia suavemente mis hombros en un abrazo distinto a todos los que alguna vez me ha dado, más cálido, más sentido. Pero si la suelto... Si la suelto me repudiará por lo que he hecho. Si la suelto volverá con Taliesin. Si la suelto me dará la espalda. Prefiero que su última mirada sea para mí, toda para mí, y no permitir que nadie más...
-Dag, es tu amiga.
Abro los ojos de par en par al oír lo que creo que es una de las voces que resuena entre las paredes de mi cráneo. Es difícil escucharla; todos mis otros compañeros invisibles gritan y chillan y claman para que apriete con más fuerza, pues a ellos les gusta sentir cómo la vida se escurre entre nuestros... mis dedos. Pero ésta suena extrañamente cercana y se alza por sobre todas las demás con un tono teñido de urgencia que me obliga a prestarle atención.
-¿Qué estás haciendo?
La pregunta me descoloca, pestañeo dos veces y miro, boquiabierto, al frente, dejando de lado el torbellino de pensamientos por un instante. Allí Zöe se debate entre la vida y la muerte y soy yo el verdugo que decidirá su destino.
¿Qué demonios estoy haciendo?
Mis dedos se separan abruptamente, liberando a mi compañera para inmediatamente atraparla en un abrazo trémulo y urgido. Hundo la nariz en su cuello y aspiro el aroma de su cabello, ahora son otras las partes del cuerpo que crujen bajo el fuerte apretón de mis brazos. Me deshago en susurros que ruegan perdón hasta que la voz me insta a marcharnos. Sosteniendo aún a Zöe, me viro lentamente y observo el panorama que he creado a partir de mis desastrosas acciones. Taliesin está muy cerca, con mi espada en mano, y tras él los viajeros se acercan con hoces, machetes y antorchas dispuestos a vengar a esa chica que apenas recuerdo haber matado.
-¡Mátenlos! ¡Por nuestra Ayla! -Ruge el padre.
-¡Soy yo a quien quieren! -Libero a Zöe para dar un paso al frente con los brazos extendidos hacia los lados. Mi estómago se revuelve al mirar directamente el cuerpo de la muchacha y aparto la mirada, asqueado.
-¡Te dimos nuestra confianza y así nos pagas! -Llora una mujer, señalando a Zöe con un dedo acusatorio. Todos gritan y se abalanzan hacia nosotros. Miro a Taliesin y luego a mi espada. Sé que me lo merezco, pero no quiero recibir mi castigo; saberme culpable es martirio suficiente. Doy media vuelta y empujo a Zöe hacia el castaño, instándolos a apresurarse para partir.
Dag Thorlák
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Re: Tu perspectiva y mis circunstancias[Privado][Cerrado]
Puedo ver que Taliesin se acerca a nosotros, pero un pitido me ensordece por lo cual no puedo escuchar lo que dice, tampoco puedo ver con claridad su gesto, mi vista se va nublando paulatinamente. Sostengo el débil abrazo alrededor de los hombros de Dag tanto como puedo, pero finalmente siento que las fuerzas me abandonan y caen a un lado, inertes.
Mi cuello es liberado.
Es extraño, aunque no necesito respirar como lo hacen los orgánicos, abro la boca y dejo entrar una gran bocanada de aire, la cual me hace toser ya que mi garganta esta herida. El vampiro vuelve a agarrarme, pero esta vez para darme un abrazo y disculparse, en su tono puedo percibir un arrepentimiento sincero.
-Sabía que no lo harías, confío en ti – Le dije con un tono que no pude reconocer como el mío, miro a Taliesin y le sonrió, no sé porque lo hago, y siento que no tengo que pensarlo demasiado para hacerlo.
[ERROR] [ERROR] [ERROR] [ERROR]
Mi cabeza duele, escucho que Dag se interpone entre la gente enojada y yo [ERROR] los orgánicos corren riesgo, no puedo permitirlo, mi sistema no me permite mantenerme al margen [ANALIZAN…] No, piensa ¿Qué podemos hacer? Las personas gritando no me ayudan en lo más mínimo, si Señora, sé perfectamente que todo esto es culpa mía, gracias.
[ERROR][ERROR]
Cuando el vampiro me empuja una bola de cristal resbala de mi morral [ANALIZANDO] Esto podría ser útil, lo lanzó hacía el grupo de humanos enojados, haciendo que choque contra un árbol y se rompa. En el mismo instante que se rompe un torbellino de pétalos envuelve a todas las enojadas personas del campamento, no hacen daño alguno, pero dificultan la visibilidad y nos da una oportunidad de escapar.
-¡Vámonos!- Agarro la mano de Dag y la de Taliesin y empiezo a correr, estamos en plena noche y el separarnos podría generar más complicaciones. SEPA-IV parece percatarse del inconveniente, salta a mi pierna, trepa hasta mi hombro y genera una pequeña flama para que pueda ver por donde andamos – Hay que buscar donde refugiarnos.
Aún faltaban varias horas para que amaneciera, pero era verano, las noches eran muy cortas, por lo que parecía mejor el encontrar donde escondernos tanto de los humanos enojados como de la peligrosa luz solar [ERROR] El mensaje salía constantemente en mi pantalla, pero no tenía tiempo de revisar mi sistema para comprobar donde estaba el problema.
De pronto mi cuerpo se paraliza y caigo al piso [APAGANDO] ¡No! ¡No, no, no, no! Aún no quiero irme [REINICIANDO] ¡NO! Todas las funciones de mi cuerpo se apagan, y regreso a la oscuridad.
Mi cuello es liberado.
Es extraño, aunque no necesito respirar como lo hacen los orgánicos, abro la boca y dejo entrar una gran bocanada de aire, la cual me hace toser ya que mi garganta esta herida. El vampiro vuelve a agarrarme, pero esta vez para darme un abrazo y disculparse, en su tono puedo percibir un arrepentimiento sincero.
-Sabía que no lo harías, confío en ti – Le dije con un tono que no pude reconocer como el mío, miro a Taliesin y le sonrió, no sé porque lo hago, y siento que no tengo que pensarlo demasiado para hacerlo.
[ERROR] [ERROR] [ERROR] [ERROR]
Mi cabeza duele, escucho que Dag se interpone entre la gente enojada y yo [ERROR] los orgánicos corren riesgo, no puedo permitirlo, mi sistema no me permite mantenerme al margen [ANALIZAN…] No, piensa ¿Qué podemos hacer? Las personas gritando no me ayudan en lo más mínimo, si Señora, sé perfectamente que todo esto es culpa mía, gracias.
[ERROR][ERROR]
Cuando el vampiro me empuja una bola de cristal resbala de mi morral [ANALIZANDO] Esto podría ser útil, lo lanzó hacía el grupo de humanos enojados, haciendo que choque contra un árbol y se rompa. En el mismo instante que se rompe un torbellino de pétalos envuelve a todas las enojadas personas del campamento, no hacen daño alguno, pero dificultan la visibilidad y nos da una oportunidad de escapar.
-¡Vámonos!- Agarro la mano de Dag y la de Taliesin y empiezo a correr, estamos en plena noche y el separarnos podría generar más complicaciones. SEPA-IV parece percatarse del inconveniente, salta a mi pierna, trepa hasta mi hombro y genera una pequeña flama para que pueda ver por donde andamos – Hay que buscar donde refugiarnos.
Aún faltaban varias horas para que amaneciera, pero era verano, las noches eran muy cortas, por lo que parecía mejor el encontrar donde escondernos tanto de los humanos enojados como de la peligrosa luz solar [ERROR] El mensaje salía constantemente en mi pantalla, pero no tenía tiempo de revisar mi sistema para comprobar donde estaba el problema.
De pronto mi cuerpo se paraliza y caigo al piso [APAGANDO] ¡No! ¡No, no, no, no! Aún no quiero irme [REINICIANDO] ¡NO! Todas las funciones de mi cuerpo se apagan, y regreso a la oscuridad.
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*Uso de objeto Master "Bola de cristal": En el interior podréis observar unos pequeños arboles Karre'xha, mismos que han sido encantados con un pequeño hechizo. Cuando os encontréis en peligro podréis romper el cristal y en ese instante una fuerte ventisca de pétalos rosados aparecerá, permitiendo vuestro escape o sirviéndoos de escondite. Zöe
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Re: Tu perspectiva y mis circunstancias[Privado][Cerrado]
Dag soltó a Zoe y ambos se unieron en un abrazo. Taliesin seguía sin saber si sus palabras habían tenido algún efecto en aquel desenlace, pero se sintió inmensamente aliviado, olvidando por un momento la situación en la que estaban y el asesinato que acababa de ocurrir. En una pausa idílica y esperanzadora, Zoe sonrió hacia él y el vampiro le devolvió la sonrisa por acto reflejo. Pero cuando Taliesin bajó la espada y relajó su gesto, el resto de los presentes alzaron hoces y antorchas, y un rugido de ira se alzó ante aquella injusticia.
Fue tal explosión de odio que Taliesin la sintió de manera física. Aquella muchedumbre enfurecida clamaba por la muerte de los tres viajeros que habían traído la muerte al campamento, y demostraba un nivel de descontrol aún mayor que el de un vampiro hambriento. Skatha intentó razonar con los nómadas, pero ni él mismo llegó a escucharse; sobre su voz se impuso la del padre de Ayla, pidiendo venganza. Fue entonces cuando ocurrió algo inesperado: Dag se ofreció como único culpable y - Taliesin lo vio y se le quedó marcado - se volteó asqueado al ver el cuerpo destrozado de la joven. Como si no reconociera el acto que él mismo había perpetrado.
Lo siguiente pasó muy rápido. La multitud se abalanzaba hacia ellos y Taliesin se vio ante una decisión imposible: darle la espada a Dag, permitiendo que los defendiera cuando realmente eran ellos los culpables de la muerte de Ayla, o quedársela y resignarse a morir. Sintió el peso de la mirada del otro vampiro...
Y entonces un empujón de Dag a Zoe; una tormenta de pétalos rosados; un tirón de su mano; una última imagen del hermano de Ayla, armado con una ballesta, gritando: "¡Os vamos a dar caza como las bestias que sois!".
Sus piernas se movieron solas. Sentía el pánico dándole fuerzas y apretó la mano de Zoe sin pensarlo, como si aquello fuera a ayudarles a avanzar más rápido. Pero no llegaron muy lejos; de golpe el tirón que sintió fue en dirección contraria, parándole en seco. Zoe estaba en el suelo.
- ¡¡Mierda!! - dejó escapar la furia y el miedo en aquella palabra - Dag, ¡yo no sé usarla! - llamó, y le lanzó la espada. Se agachó y levantó a Zoe en volandas; no tenían tiempo para comprobar si estaba bien, si estaba viva, pero en sus brazos la sentía lánguida como un muñeco roto - ¡Apaga eso! - le ordenó al acompañante de Zoe. Ellos no necesitaban más luz que la de la luna para ver de noche - ¡Vamos, vamos, vamos!
Inmediatamente siguió corriendo. Sin el peso adicional que suponía Zoe, Dag era más rápido que él, con lo que era él quien decidía el camino. Habían salido corriendo en una dirección que a Taliesin le parecía aleatoria, pero realmente esperaba que no fuera así.
Al cabo de un tiempo Taliesin tuvo que pedirle a Dag que pararan. Estaba demasiado agotado: apenas había dormido el día anterior, y no había tenido oportunidad de alimentarse en el campamento, ni de sangre ni de la gallina que habían comprado.
- No puedo - admitió, y le hizo un gesto para que llevara él a Zoe un rato; le costaba hablar con la respiración entrecortada. - ¿Oyes... algo? ¿Y a... donde vamos? Si nos atrapan...
No quiso terminar ese pensamiento.
Fue tal explosión de odio que Taliesin la sintió de manera física. Aquella muchedumbre enfurecida clamaba por la muerte de los tres viajeros que habían traído la muerte al campamento, y demostraba un nivel de descontrol aún mayor que el de un vampiro hambriento. Skatha intentó razonar con los nómadas, pero ni él mismo llegó a escucharse; sobre su voz se impuso la del padre de Ayla, pidiendo venganza. Fue entonces cuando ocurrió algo inesperado: Dag se ofreció como único culpable y - Taliesin lo vio y se le quedó marcado - se volteó asqueado al ver el cuerpo destrozado de la joven. Como si no reconociera el acto que él mismo había perpetrado.
Lo siguiente pasó muy rápido. La multitud se abalanzaba hacia ellos y Taliesin se vio ante una decisión imposible: darle la espada a Dag, permitiendo que los defendiera cuando realmente eran ellos los culpables de la muerte de Ayla, o quedársela y resignarse a morir. Sintió el peso de la mirada del otro vampiro...
Y entonces un empujón de Dag a Zoe; una tormenta de pétalos rosados; un tirón de su mano; una última imagen del hermano de Ayla, armado con una ballesta, gritando: "¡Os vamos a dar caza como las bestias que sois!".
Sus piernas se movieron solas. Sentía el pánico dándole fuerzas y apretó la mano de Zoe sin pensarlo, como si aquello fuera a ayudarles a avanzar más rápido. Pero no llegaron muy lejos; de golpe el tirón que sintió fue en dirección contraria, parándole en seco. Zoe estaba en el suelo.
- ¡¡Mierda!! - dejó escapar la furia y el miedo en aquella palabra - Dag, ¡yo no sé usarla! - llamó, y le lanzó la espada. Se agachó y levantó a Zoe en volandas; no tenían tiempo para comprobar si estaba bien, si estaba viva, pero en sus brazos la sentía lánguida como un muñeco roto - ¡Apaga eso! - le ordenó al acompañante de Zoe. Ellos no necesitaban más luz que la de la luna para ver de noche - ¡Vamos, vamos, vamos!
Inmediatamente siguió corriendo. Sin el peso adicional que suponía Zoe, Dag era más rápido que él, con lo que era él quien decidía el camino. Habían salido corriendo en una dirección que a Taliesin le parecía aleatoria, pero realmente esperaba que no fuera así.
Al cabo de un tiempo Taliesin tuvo que pedirle a Dag que pararan. Estaba demasiado agotado: apenas había dormido el día anterior, y no había tenido oportunidad de alimentarse en el campamento, ni de sangre ni de la gallina que habían comprado.
- No puedo - admitió, y le hizo un gesto para que llevara él a Zoe un rato; le costaba hablar con la respiración entrecortada. - ¿Oyes... algo? ¿Y a... donde vamos? Si nos atrapan...
No quiso terminar ese pensamiento.
Taliesin Skatha
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Re: Tu perspectiva y mis circunstancias[Privado][Cerrado]
Una lluvia de pétalos nos separa de la muchedumbre enfurecida. Huelen bien y caen como ligeros copos de nieve, recostándose suavemente sobre el charco de sangre que aún se derrama desde el cuerpo de Ayla. ¿Magia? No es importante ahora; Zöe agarra nuestras manos y se echa a correr, reaccionando antes que nosotros. Nosotros. Esa palabra me hace sentir cosquillas desagradables en la boca del estómago.
La carrera es torpe y ninguno de los tres parece saber hacia dónde vamos; las saetas de las ballestas pasan silbando junto a nuestros oídos y se clavan en los troncos de los árboles. Avanzo presuroso con la mano de Zöe bien apretada en la mía hasta que un peso me obliga a frenar.
Un peso muerto.
Mientras Taliesin me grita y gesticula, para mí el tiempo se detiene por un instante. Nunca he visto a Zöe dormir y sé que es lo suficientemente inteligente como para no elegir un momento así para hacerlo. ¿Qué está pasando? Observo las marcas en su cuello y trago saliva. Está muerta, pienso, y un escalofrío retuerce mi columna vertebral. Cuando me inclino hacia ella, Taliesin ya la ha levantado. En cambio, recibo mi espada y la aprieto como desearía apretar a Zöe para obligarla a despertar. No es justo. Yo debería estar haciendo eso. Sin embargo, tiene razón. Está así porque la he tocado.
No voy a tocarla nunca más.
La marcha se reanuda; los sonidos cada vez más cercanos de nuestros perseguidores me instan a correr al frente. No sé hacia dónde ir; no conozco este bosque, pero procuro no reflejarlo en mi porte. Simplemente continúo hacia adelante hasta vernos acorralados; hemos llegado a los pies de un pequeño acantilado que corta la llanura con un paredón de piedra. Cuando me volteo para encarar hacia la izquierda, oigo a Taliesin y retengo la respiración al ver que me ofrece llevar a Zöe.
-No.
Gruño.
-No puedo.
Alzo la mano libre para alejar al otro y doy un paso atrás como si me estuviera ofreciendo tocar a una leprosa. Cuando lo hago, mi espalda se topa con una cortina de musgo, pero, detrás de ésta, no siento piedra alguna que me detenga. Volteo y meto la espada para descubrir una estrecha abertura en la rocosa superficie. A lo lejos, los aldeanos gritan como una jauría de perros rabiosos.
-No hay tiempo para seguir. -Aparto el velo de musgo con el filo de mi arma para dejar al otro pasar y cabeceo, presionándolo- Entra. ¡Sh! No hagas ruido.
Por último ingreso yo. La cueva se ensancha en el interior, pero aún así es húmeda, sofocante y demasiado pequeña para los tres. Intento sentarme lejos de Zöe, abrazo mis rodillas para ocupar menos espacio y clavo la mirada sobre mi bota izquierda, esa que está bañada con la sangre de Ayla e impregna la caverna con su olor.
-La he matado, ¿verdad? -Inquiero entre susurros, con la voz quebrada por un llanto que se niega a salir en presencia de este hombre- Me refiero a Zöe. -Aclaro. Veo necesario hacerlo. Ya he perdido la cuenta de todas las vidas que he arrancado.
Dag Thorlák
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Re: Tu perspectiva y mis circunstancias[Privado][Cerrado]
[REINICIANDO]… [ESPERE]… [REINICIANDO]
Un cosquilleo curioso comenzaba a recorrer todo mi cuerpo a medida que mi sistema volvía a activar las diferentes partes. Comenzaba por mis sentidos, primero el oído y pude escuchar a Taliesin preguntar a dónde íbamos, y que estábamos en peligro de ser capturados. Mi base de datos comenzó a mostrarme todo lo ocurrido en la última hora, los humanos habían descubierto la identidad de Dag, había asesinado a la hija de uno de ellos y ahora nos perseguían.
Había sufrido una caída total del sistema, por lo mismo no era sencillo volver a ponerlo en funcionamiento, debía revisar todos los programas uno por uno hasta asegurarse de que no hubiese ninguna falla. Escuché a Dag apresurando a Skatha para que entre en algún sitio, mi mano rosaba la piedra, al parecer el tacto estaba funcionando como correspondía. Sentía la tierra fría, algún tipo de vegetación, la humedad en las paredes…
“La he matado ¿Verdad?... Me refiero a Zöe” Incorrecto, los Bio- cibernéticos éramos más resistentes que los orgánicos. Pero los vampiros no tenían manera de comprobarlo, para su perspectiva no estaba respirando, aunque debían sentir mi pulso si se acercaban.
[ULTIMA FASE COMPLETADA] Abrí los ojos por fin y enfoque a mis dos compañeros, sin moverme durante los primeros segundos, luego levante mi mano, moví cada uno de los dedos para comprobar que funcionaban, repetí el mismo proceso con la otra mano y cuando estuve satisfecha me senté.
-Estoy… Bien- Toque las heridas en mi cuello, la piel se pondría morada a medida que pasara el tiempo y el tejido lastimado comenzara a mostrar las magulladuras. En realidad me preocupaba más la parte interior, había un daño aproximado de un treinta y cinco por ciento, podía seguir funcionando de esa manera, pero tarde o temprano tendría que detenerme para repararlo – No podrán descansar adecuadamente en este lugar.
Las dimensiones de la cueva eran demasiado pequeñas como para que tres personas pudieran acomodarse, si al menos pudiera salir, habría más espacio para los vampiros, pero no podía arriesgarme a que los humanos me vieran. Tendríamos que esperar hasta que pasaran de largo y luego buscar un nuevo refugio.
[DESCARGANDO MAPAS] Buscaría un sitio más espacioso mientras esperábamos.
-Mmmm… -No estaba segura de que la conversación tuviera que realizarse de esa manera, pero parecía faltar algo – Gracias por traerme hasta aquí. Y… lamento que no pudiéramos quedarnos en el campamento ¿Si? – Mi sistema aún estaba evaluando lo que había ocurrido, pero tenía claro que mi falta de entendimiento en relación a los sentimientos de los orgánicos había sido lo que causo tan inesperado desenlace.
Un cosquilleo curioso comenzaba a recorrer todo mi cuerpo a medida que mi sistema volvía a activar las diferentes partes. Comenzaba por mis sentidos, primero el oído y pude escuchar a Taliesin preguntar a dónde íbamos, y que estábamos en peligro de ser capturados. Mi base de datos comenzó a mostrarme todo lo ocurrido en la última hora, los humanos habían descubierto la identidad de Dag, había asesinado a la hija de uno de ellos y ahora nos perseguían.
Había sufrido una caída total del sistema, por lo mismo no era sencillo volver a ponerlo en funcionamiento, debía revisar todos los programas uno por uno hasta asegurarse de que no hubiese ninguna falla. Escuché a Dag apresurando a Skatha para que entre en algún sitio, mi mano rosaba la piedra, al parecer el tacto estaba funcionando como correspondía. Sentía la tierra fría, algún tipo de vegetación, la humedad en las paredes…
“La he matado ¿Verdad?... Me refiero a Zöe” Incorrecto, los Bio- cibernéticos éramos más resistentes que los orgánicos. Pero los vampiros no tenían manera de comprobarlo, para su perspectiva no estaba respirando, aunque debían sentir mi pulso si se acercaban.
[ULTIMA FASE COMPLETADA] Abrí los ojos por fin y enfoque a mis dos compañeros, sin moverme durante los primeros segundos, luego levante mi mano, moví cada uno de los dedos para comprobar que funcionaban, repetí el mismo proceso con la otra mano y cuando estuve satisfecha me senté.
-Estoy… Bien- Toque las heridas en mi cuello, la piel se pondría morada a medida que pasara el tiempo y el tejido lastimado comenzara a mostrar las magulladuras. En realidad me preocupaba más la parte interior, había un daño aproximado de un treinta y cinco por ciento, podía seguir funcionando de esa manera, pero tarde o temprano tendría que detenerme para repararlo – No podrán descansar adecuadamente en este lugar.
Las dimensiones de la cueva eran demasiado pequeñas como para que tres personas pudieran acomodarse, si al menos pudiera salir, habría más espacio para los vampiros, pero no podía arriesgarme a que los humanos me vieran. Tendríamos que esperar hasta que pasaran de largo y luego buscar un nuevo refugio.
[DESCARGANDO MAPAS] Buscaría un sitio más espacioso mientras esperábamos.
-Mmmm… -No estaba segura de que la conversación tuviera que realizarse de esa manera, pero parecía faltar algo – Gracias por traerme hasta aquí. Y… lamento que no pudiéramos quedarnos en el campamento ¿Si? – Mi sistema aún estaba evaluando lo que había ocurrido, pero tenía claro que mi falta de entendimiento en relación a los sentimientos de los orgánicos había sido lo que causo tan inesperado desenlace.
Zöe
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Re: Tu perspectiva y mis circunstancias[Privado][Cerrado]
Taliesin clavó una mirada interrogativa en Dag cuando se negó a llevar a Zöe. Su respiración acelerada apenas le permitía decir nada, con lo que en su lugar frunció el ceño con incomprensión. Y entonces lo comprendió. La verdadera pregunta en aquella situación era por qué Skatha sentía que podía confiar el cuerpo de la biocibernética a alguien que había intentado matarla.
"Por la forma en la que la abrazó en cuanto la soltó".
Pero comprendió los temores de Dag e inmediatamente volvió a afianzar a Zöe en sus brazos, retirando el cuerpo del alcance del otro vampiro.
- Vale, lo entiendo... Tranquilo...
Intentó tranquilizar a Dag para que pudieran retomar la huida, pero sus planes cambiaron inmediatamente cuando los dioses decidieron darles una oportunidad. Siguó las órdenes sin dudarlo un solo segundo y cruzó el musgo para esconderse. El espacio era reducido y estarían apretados, pero Taliesin no tenía nada de lo que quejarse. Dejó el cuerpo de Zöe en el suelo, junto a sí, de forma que él se sentó entre ella y Dag.
- No la has matado - aseguró con un tono apaciguador, aunque no tenía certeza alguna.
Para verificarlo se incorporó hacia Zöe y buscó su pulso en el cuello. Sí estaba viva. Como una confirmación inmediata, la biocibernética abrió los ojos, y mecánicamente estiró las manos para comprobar su propia movilidad. Visto esto, Taliesin se dejó caer de vuelta a su sitio con una risita de alivio.
- No la has matado - volvió a repetir, esta vez sonriendo -. Y parece que tenemos un rato para recuperarnos y ponernos al día.
El alivio era sólo parcial, porque después de todo seguían siendo perseguidos, sin posibilidad de supervivencia si llegaban a encontrarlos. La brutal muerte de Ayla seguía pesando en sus recuerdos y en la sangre de la bota de Dag, pero aún más que eso lo carcomía una terrible sensación de culpa. Trató de evitar los pensamientos que alimentaban este sentimiento, pero sin poder remediarlo volvía a pensar en la hermana de Ayla y lo cerca que había estado de dejar a esa familia sin sus dos hijas. Y veía al hermano de ambas, un joven armado de una ballesta y cargado de odio. Mientras pensaba en esto, Zöe dio las gracias y Taliesin negó con la cabeza.
- No hay nada que agradecer. Tampoco lo que ha pasado es culpa de nadie. Podemos luchar contra lo que somos, pero no siempre ganamos - añadió, en referencia tanto a la muerte de Ayla como a sus propios instintos -. Al final todo es la voluntad de los dioses.
Miró a Zöe. Le parecía que había algo diferente en ella... Pero no, su forma de hablar y moverse era la misma que la primera vez que la conoció en el Ostara. Lo raro, pensó, había sido su forma de comportarse antes, cuando comenzaron a correr.
- ¿Te sientes bien? - preguntó simplemente.
"Por la forma en la que la abrazó en cuanto la soltó".
Pero comprendió los temores de Dag e inmediatamente volvió a afianzar a Zöe en sus brazos, retirando el cuerpo del alcance del otro vampiro.
- Vale, lo entiendo... Tranquilo...
Intentó tranquilizar a Dag para que pudieran retomar la huida, pero sus planes cambiaron inmediatamente cuando los dioses decidieron darles una oportunidad. Siguó las órdenes sin dudarlo un solo segundo y cruzó el musgo para esconderse. El espacio era reducido y estarían apretados, pero Taliesin no tenía nada de lo que quejarse. Dejó el cuerpo de Zöe en el suelo, junto a sí, de forma que él se sentó entre ella y Dag.
- No la has matado - aseguró con un tono apaciguador, aunque no tenía certeza alguna.
Para verificarlo se incorporó hacia Zöe y buscó su pulso en el cuello. Sí estaba viva. Como una confirmación inmediata, la biocibernética abrió los ojos, y mecánicamente estiró las manos para comprobar su propia movilidad. Visto esto, Taliesin se dejó caer de vuelta a su sitio con una risita de alivio.
- No la has matado - volvió a repetir, esta vez sonriendo -. Y parece que tenemos un rato para recuperarnos y ponernos al día.
El alivio era sólo parcial, porque después de todo seguían siendo perseguidos, sin posibilidad de supervivencia si llegaban a encontrarlos. La brutal muerte de Ayla seguía pesando en sus recuerdos y en la sangre de la bota de Dag, pero aún más que eso lo carcomía una terrible sensación de culpa. Trató de evitar los pensamientos que alimentaban este sentimiento, pero sin poder remediarlo volvía a pensar en la hermana de Ayla y lo cerca que había estado de dejar a esa familia sin sus dos hijas. Y veía al hermano de ambas, un joven armado de una ballesta y cargado de odio. Mientras pensaba en esto, Zöe dio las gracias y Taliesin negó con la cabeza.
- No hay nada que agradecer. Tampoco lo que ha pasado es culpa de nadie. Podemos luchar contra lo que somos, pero no siempre ganamos - añadió, en referencia tanto a la muerte de Ayla como a sus propios instintos -. Al final todo es la voluntad de los dioses.
Miró a Zöe. Le parecía que había algo diferente en ella... Pero no, su forma de hablar y moverse era la misma que la primera vez que la conoció en el Ostara. Lo raro, pensó, había sido su forma de comportarse antes, cuando comenzaron a correr.
- ¿Te sientes bien? - preguntó simplemente.
Taliesin Skatha
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Re: Tu perspectiva y mis circunstancias[Privado][Cerrado]
Cierro los ojos y hundo el rostro entre mis rodillas, apartándome más para alejarme de Taliesin, tanto que mis costillas son punzadas por las salientes de la pared rocosa. Él dice que Zöe vive, pero su expresión de mortuoria relajación no da a entender lo mismo. Suspiro largamente, ahogando un quejido en mi garganta. Espero que Dahlia y mis niños, Einar y Lena, hayan dormido con la misma paz al morir. Ojalá hayan sido llevados suavemente por la vejez y no por un monstruo como yo. Me alegra saber que nunca podrán encontrarse conmigo, así, al menos ellos vivieron sus vidas recordándome como el hombre que alguna vez fui.
Taliesin se remueve a mi lado, ríe y vuelve a sentarse. Inmediatamente oigo la voz de Zöe, quebradiza, pero vivaz. Tardo unos segundos en reaccionar, temiendo en realidad estar oyendo una de las voces invisibles tomándome el pelo. Sin embargo, cuando abro los ojos y me enderezo, allí la veo. Sentada, tocándose el cuello, hablando como siempre. Como si nada hubiera pasado. Como si nunca nos hubiéramos mirado fijamente con lágrimas en los ojos.
Como si no recordara esa calidez que yo no podré olvidar jamás.
-¿Quieres verla de nuevo?
-Ya sabes lo que debes hacer.
Aprieto los párpados y vuelvo a esconder la cara entre mis piernas recogidas. ¡No! No debo mirarla, ni tocarla, ni pensar en ella. Mi corazón vuelve a galopar, mi sangre vuelve a hervir. Quisiera salir a tomar aire. Salir e irme muy lejos, hasta perderme, hasta llegar a una nueva cueva donde pueda conocer a una nueva Zöe, una que ría y que llore de verdad, una que no venga con otro hombre que habla de los dioses sin haberlos visto nunca en su vida.
-¿Voluntad de los dioses? -No puedo evitar gruñir- Tus dioses me han quitado a mi familia y me han convertido en esto. Y a ella le han confiscado sus sentimientos y la han convertido en... eso. -Cabeceo, señalando a Zöe con desdén- ¿Y a ti qué te hicieron? ¿Ah?
Apenas asomo un ojo para observarlo de arriba a abajo antes de negar con la cabeza y volver a ocultar el rostro. No me interesa oír la respuesta.
Los gritos y pasos que sonaban en la lontananza ahora acechan las lindes del acantilado. Nos buscan como sabuesos, guiados por su rabia y sus ansias de venganza; yo he matado a la muchacha casi sin dolor y ellos desean arrancarme la piel a tiras y degustar hasta mi último aullido de clemencia. Lo más fácil sería simplemente matarlos a todos. Y luego matar también a mis acompañantes para, de paso, sacarme de una vez por todas esta incomodidad que me tensa los músculos y me hace agachar la cabeza con un arrepentimiento que no estoy seguro de sentir realmente.
Un momento. ¿Matarlos? ¿Son esos pensamientos míos? ¿O son sugerencias de las voces que me acompañan? Cada vez es más difícil notar la diferencia. Niego con la cabeza, sin prestar atención al hombre que tengo a mi lado, y aprieto los dientes. ¿Matarlos? ¿Matar a Zöe? Apenas hace unos minutos he sentido alivio al verla volver a la vida. Entonces, ¿por qué?
-Basta... -Murmuro. La hojarasca cruje bajo numerosos pares de pies a pocos metros de distancia. Y las voces, mis voces, chillan a coro haciendo palpitar las paredes de mi cráneo, ellas, o yo, o todos nosotros, sisean y lentamente buscan apoderarse de mis músculos para obligarme a cumplir sus, ¿mis?, deseos.
-¡Basta! -Vocifero, levantándome tan abruptamente que golpeo mi cabeza contra el techo de la cueva- ¡Déjenme en paz! -Manoteo al aire y abofeteo a Taliesin en consecuencia, aunque apenas me doy cuenta y, para qué mentir, poco me importa. Necesito salir. Encorvado, intento pasar sobre él y Zöe para llegar a la salida, pero justo cuando estoy por salir, veo cómo en la cortina de musgo se proyectan las sombras de quienes nos buscan afuera. Cierro la boca, contengo la respiración y doy un paso atrás. Aún no han descubierto la cueva.
Dag Thorlák
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Re: Tu perspectiva y mis circunstancias[Privado][Cerrado]
Sabia que Taliesin tenía fuertes creencias en relación a los dioses, yo no podía pensar de la misma manera, pero respetaba todo aquello en lo que los orgánicos quisieran creer. Moví el cuello hacia un lado y el otro varias veces, en busca de alguna falla que pudiera complicar nuestra huida, me parecía escuchar un ruido metálico, como de algo suelto, revisar mi propio cuello no sería sencillo.
-No hay voluntad de ningún tipo en todo esto, simplemente las cosas suceden, aunque nuestras acciones suelen ser en gran medida las causantes – No sabía aún como se habían convertido en vampiros Taliesin y Dag, pero podía suponer que no había sido voluntario, el atacar a personas desprevenidas por la noche era un modus operandi bastante habitual en esa especie. Dag no parece interesado en continuar la charla, por lo que mire a Skatha y respondí – Si, me siento bien ahora, aunque algo extraño paso antes de que me apagara….
Era difícil describir exactamente que era lo que había sucedido, cada vez que intentaba analizarlo mi sistema se negaba [ERROR]… No importa cuantas veces se lo pidiera, siempre aparecía el mismo mensaje [ARCHIVO INCOMPATIBLE] Aun así quería hacer el intento de ponerlo en palabras.
-Durante unos pocos segundos creo poder afirmar que yo… Sentí – Me interrumpí un instante, la voz se me quebraba – Es decir, en el sentido mas humano de la palabra – Apoye ambas manos en mi vientre y las fui subiendo mientras hablaba hasta llegar a mi cuello – Fue como una sensación que comenzaba aquí abajo y subía por mi cuerpo hasta explotar en mi pecho, sin embargo, mis análisis confirman que nada físico sucedió – [ANALIZANDO] – Esas debieron ser emociones ¿Correcto?
Ahora no los miraba a ninguno de los dos, me di cuenta que estaba frunciendo el ceño, producto del esfuerzo que me había requerido el poder explicar un concepto tan abstracto. Dejo de hablar al escuchar las pisadas de nuestros perseguidores afuera, Dag se remueve en su sitio y conociéndolo puedo deducir que hará algo que pondrá en evidencia nuestro escondite.
¿Cómo llego a esa conclusión? Porque he viajado muchos días con él y pude recaudar mucha información sobre su modo de comportamiento [ERROR] No es solo eso, es un dato suelto que no parece tener relación con otros archivos, y sin embargo tiene mucha lógica para mi.
-Esto podría ser problemático – Susurro – La vida de los orgánicos es mi prioridad ¿Si? Quédense aquí, regresare cuando el riesgo sea menor ¿Correcto? – Mire a Taliesin ya que suponía que estaría mas atento a mis palabras. Me saque el morral, sería mejor dejar a mis robots para así ser más ligera, luego me puse en pie y salí corriendo de la cueva tan rápido como pude.
-¡¡Eh!! ¡¡Ahí hay uno de ellos!! – Gritó el primer humano que me vio, todas las luces de las antorchas apuntaron en mi dirección, y sin perder el tiempo comenzaron a correr detras de mi.
[DESCARGA COMPLETA] El bosque tenía muchos desniveles, y si bien no había luz, contaba con la ventaja de conocer el mapa y de tener un escáner incluido en mi visión. Si elegía la ruta correctamente, podría perderlos en poco tiempo y alejarlos además de los vampiros.
-No hay voluntad de ningún tipo en todo esto, simplemente las cosas suceden, aunque nuestras acciones suelen ser en gran medida las causantes – No sabía aún como se habían convertido en vampiros Taliesin y Dag, pero podía suponer que no había sido voluntario, el atacar a personas desprevenidas por la noche era un modus operandi bastante habitual en esa especie. Dag no parece interesado en continuar la charla, por lo que mire a Skatha y respondí – Si, me siento bien ahora, aunque algo extraño paso antes de que me apagara….
Era difícil describir exactamente que era lo que había sucedido, cada vez que intentaba analizarlo mi sistema se negaba [ERROR]… No importa cuantas veces se lo pidiera, siempre aparecía el mismo mensaje [ARCHIVO INCOMPATIBLE] Aun así quería hacer el intento de ponerlo en palabras.
-Durante unos pocos segundos creo poder afirmar que yo… Sentí – Me interrumpí un instante, la voz se me quebraba – Es decir, en el sentido mas humano de la palabra – Apoye ambas manos en mi vientre y las fui subiendo mientras hablaba hasta llegar a mi cuello – Fue como una sensación que comenzaba aquí abajo y subía por mi cuerpo hasta explotar en mi pecho, sin embargo, mis análisis confirman que nada físico sucedió – [ANALIZANDO] – Esas debieron ser emociones ¿Correcto?
Ahora no los miraba a ninguno de los dos, me di cuenta que estaba frunciendo el ceño, producto del esfuerzo que me había requerido el poder explicar un concepto tan abstracto. Dejo de hablar al escuchar las pisadas de nuestros perseguidores afuera, Dag se remueve en su sitio y conociéndolo puedo deducir que hará algo que pondrá en evidencia nuestro escondite.
¿Cómo llego a esa conclusión? Porque he viajado muchos días con él y pude recaudar mucha información sobre su modo de comportamiento [ERROR] No es solo eso, es un dato suelto que no parece tener relación con otros archivos, y sin embargo tiene mucha lógica para mi.
-Esto podría ser problemático – Susurro – La vida de los orgánicos es mi prioridad ¿Si? Quédense aquí, regresare cuando el riesgo sea menor ¿Correcto? – Mire a Taliesin ya que suponía que estaría mas atento a mis palabras. Me saque el morral, sería mejor dejar a mis robots para así ser más ligera, luego me puse en pie y salí corriendo de la cueva tan rápido como pude.
-¡¡Eh!! ¡¡Ahí hay uno de ellos!! – Gritó el primer humano que me vio, todas las luces de las antorchas apuntaron en mi dirección, y sin perder el tiempo comenzaron a correr detras de mi.
[DESCARGA COMPLETA] El bosque tenía muchos desniveles, y si bien no había luz, contaba con la ventaja de conocer el mapa y de tener un escáner incluido en mi visión. Si elegía la ruta correctamente, podría perderlos en poco tiempo y alejarlos además de los vampiros.
Zöe
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Re: Tu perspectiva y mis circunstancias[Privado][Cerrado]
Miró a Dag con los ojos como platos. Cuando él estaba intentando reconfortarlos a todos, incluido a sí mismo, el otro vampiro respondía con palabras incendiarias y provocadoras. Si no creía que la voluntad de los dioses se manifiesta en las acciones humanas, ¡pues bien! Taliesin tampoco lo creía de una manera tan literal como había sonado. Pero era innecesario referirse de aquella manera a Zöe, señalarla como si fuera un objeto, y encararse a él con aquel irreverente “¿Ah?”. Por primera vez, Skatha deseó dejar de comportarse y darle un puñetazo en la cara a aquel individuo.
- ¡Eres un desgraciado! – fue la respuesta que salió de sus labios torcidos en una mueca de desprecio.
Aquello no tenía sentido. Recordaba haberle visto actuar con celos, el alivio y el cariño que había habido en aquel abrazo cuando intentó matarla, el miedo en su voz al pensar que lo había conseguido; todo aquello parecía indicar que le importaba la biocibernética, y sin embargo… ¡eso!
- Zöe no es un “eso”, y tiene muchos más sentimientos de los que demuestras tú, puto psicópata. Estás loco; has perdido el control de ti mismo y a mí se me acaba la paciencia.
Y además parecía que no le estaba escuchando. Taliesin apretó un puño, ahogando un grito de rabia y el deseo de iniciar una pelea física. Sabía que aquel hombre no era importante; no tan importante como salir vivo de aquella, o incluso que… escuchar a Zöe respecto a aquel descubrimiento que había realizado sobre sí misma.
Intentó controlarse. Se tapó la cara con una mano, cerrando momentáneamente los ojos para ayudar a dejar su mente en blanco durante unos preciados segundos. Se le juntaban las emociones con el cansancio, y al darse cuenta razonó que probablemente estaba sobre reaccionando debido a la falta de sueño y alimento.
Pero las distracciones se agolpaban en su mente. Aquel hijo de puta había comido bien, recordó. Bien que habría bebido la sangre de Ayla antes de matarla. Y él en cambio manteniendo el control y sintiendo aquella hambre imbatible.
- Eso es muy interesante, Zöe – le molestó que, debido a su enfado, sus palabras no sonaban sinceras. Intentó corregirlo -. Recuerdo cómo sonreíste, y era diferente. Tu forma de hablar era diferente. Quizás podemos reconstruirlo, identificar qué sentiste exactamente.
Para él, la biocibernética sentía, a su forma, y era un ser tan completo psicológicamente como cualquier humano. Veía en ella personalidad, voluntad, reacciones que denotaban preocupación, fortaleza, amabilidad; pero nada muy potente, tal como el odio, envidia o desesperación. No sabía lo suficiente acerca de cómo funcionaba la biocibernética en su “programa”, pero le parecía razonable pensar que podrían comprenderlo mejor si analizaban aquel episodio.
Iba a hacer algún comentario al respecto cuando Dag inicio otro de sus episodios. “¡Otra vez!” pensó con impaciencia y desasosiego, ahogando a su parte más comprensiva, que se afanaba en compadecer a un hombre que había perdido el control sobre sí mismo. Recibió una manotada en la cara y sintió cómo el otro vampiro intentaba apartarlo para pasar a través del musgo. ¡Eso sí que no! Con cabezonería, se agarró a su pierna para volver a tirarlo hacia dentro de la cueva antes de que hiciera alguna tontería – algo que fue innecesario cuando el vampiro se detuvo por cuenta propia. El miedo y la tensión se palparon en el aire hasta que Zöe, con una frialdad encomiable, salió corriendo para despistar a los humanos.
Si hubiera tenido que elegir cómo quería que terminara la noche, sin duda aquella situación no habría estado entre las finalistas. Quedarse a solas con un vampiro loco estaba lejos de causarle regocijo, pero, cumpliendo la voluntad de Zöe, se afianzó a la pierna de Dag, determinado a no dejar que saliera corriendo tras la mujer en un acto suicida. En cuando escuchó a los cazadores ir en post de la biocibernética, tiró de la pierna al mismo tiempo que intentaba levantarse para hacer que el otro hombre cayera al suelo. ¡Y mejor si se golpeaba la cabeza en el proceso!
- ¡Contrólate! Por una puta vez contrólate – hablaba a media voz, con un gruñido ocupando su garganta -. Yo tampoco me alegro de estar contigo, ¿entiendes? Pero tenemos que salir vivos de aquí.
Zöe les había pedido que se quedaran allí, y eso iban a hacer. Aunque era consciente de que Dag sería capaz de quitárselo de encima y, además, estaba armado, no tenía intención de rendirse fácilmente. Pelearía lo que hiciera falta.
- ¡Salid! ¡Salid de allí! – la voz vino de fuera y dejó a Taliesin completamente helado. Había en ella una mezcla de odio y miedo -. ¡SALID DE ALLÍ, ESCORIA!
Los habían encontrado. Debían haberles oído hablar y debatirse. No todos los perseguidores habían salido en post de Zöe. Taliesin se mantuvo inmóvil, intentando percibir cuánta gente había fuera. No se escuchó nada más durante unos largos segundos.
- Sé que estáis allí. SALID.
La misma voz. Era un hombre joven. El hermano de Ayla, ¿era posible?
- ¡Eres un desgraciado! – fue la respuesta que salió de sus labios torcidos en una mueca de desprecio.
Aquello no tenía sentido. Recordaba haberle visto actuar con celos, el alivio y el cariño que había habido en aquel abrazo cuando intentó matarla, el miedo en su voz al pensar que lo había conseguido; todo aquello parecía indicar que le importaba la biocibernética, y sin embargo… ¡eso!
- Zöe no es un “eso”, y tiene muchos más sentimientos de los que demuestras tú, puto psicópata. Estás loco; has perdido el control de ti mismo y a mí se me acaba la paciencia.
Y además parecía que no le estaba escuchando. Taliesin apretó un puño, ahogando un grito de rabia y el deseo de iniciar una pelea física. Sabía que aquel hombre no era importante; no tan importante como salir vivo de aquella, o incluso que… escuchar a Zöe respecto a aquel descubrimiento que había realizado sobre sí misma.
Intentó controlarse. Se tapó la cara con una mano, cerrando momentáneamente los ojos para ayudar a dejar su mente en blanco durante unos preciados segundos. Se le juntaban las emociones con el cansancio, y al darse cuenta razonó que probablemente estaba sobre reaccionando debido a la falta de sueño y alimento.
Pero las distracciones se agolpaban en su mente. Aquel hijo de puta había comido bien, recordó. Bien que habría bebido la sangre de Ayla antes de matarla. Y él en cambio manteniendo el control y sintiendo aquella hambre imbatible.
- Eso es muy interesante, Zöe – le molestó que, debido a su enfado, sus palabras no sonaban sinceras. Intentó corregirlo -. Recuerdo cómo sonreíste, y era diferente. Tu forma de hablar era diferente. Quizás podemos reconstruirlo, identificar qué sentiste exactamente.
Para él, la biocibernética sentía, a su forma, y era un ser tan completo psicológicamente como cualquier humano. Veía en ella personalidad, voluntad, reacciones que denotaban preocupación, fortaleza, amabilidad; pero nada muy potente, tal como el odio, envidia o desesperación. No sabía lo suficiente acerca de cómo funcionaba la biocibernética en su “programa”, pero le parecía razonable pensar que podrían comprenderlo mejor si analizaban aquel episodio.
Iba a hacer algún comentario al respecto cuando Dag inicio otro de sus episodios. “¡Otra vez!” pensó con impaciencia y desasosiego, ahogando a su parte más comprensiva, que se afanaba en compadecer a un hombre que había perdido el control sobre sí mismo. Recibió una manotada en la cara y sintió cómo el otro vampiro intentaba apartarlo para pasar a través del musgo. ¡Eso sí que no! Con cabezonería, se agarró a su pierna para volver a tirarlo hacia dentro de la cueva antes de que hiciera alguna tontería – algo que fue innecesario cuando el vampiro se detuvo por cuenta propia. El miedo y la tensión se palparon en el aire hasta que Zöe, con una frialdad encomiable, salió corriendo para despistar a los humanos.
Si hubiera tenido que elegir cómo quería que terminara la noche, sin duda aquella situación no habría estado entre las finalistas. Quedarse a solas con un vampiro loco estaba lejos de causarle regocijo, pero, cumpliendo la voluntad de Zöe, se afianzó a la pierna de Dag, determinado a no dejar que saliera corriendo tras la mujer en un acto suicida. En cuando escuchó a los cazadores ir en post de la biocibernética, tiró de la pierna al mismo tiempo que intentaba levantarse para hacer que el otro hombre cayera al suelo. ¡Y mejor si se golpeaba la cabeza en el proceso!
- ¡Contrólate! Por una puta vez contrólate – hablaba a media voz, con un gruñido ocupando su garganta -. Yo tampoco me alegro de estar contigo, ¿entiendes? Pero tenemos que salir vivos de aquí.
Zöe les había pedido que se quedaran allí, y eso iban a hacer. Aunque era consciente de que Dag sería capaz de quitárselo de encima y, además, estaba armado, no tenía intención de rendirse fácilmente. Pelearía lo que hiciera falta.
- ¡Salid! ¡Salid de allí! – la voz vino de fuera y dejó a Taliesin completamente helado. Había en ella una mezcla de odio y miedo -. ¡SALID DE ALLÍ, ESCORIA!
Los habían encontrado. Debían haberles oído hablar y debatirse. No todos los perseguidores habían salido en post de Zöe. Taliesin se mantuvo inmóvil, intentando percibir cuánta gente había fuera. No se escuchó nada más durante unos largos segundos.
- Sé que estáis allí. SALID.
La misma voz. Era un hombre joven. El hermano de Ayla, ¿era posible?
Taliesin Skatha
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Re: Tu perspectiva y mis circunstancias[Privado][Cerrado]
Decidiendo enfrentarse a las monstruosas sombras que se proyectan en la cortina, Zöe sale de la cueva atrayendo la atención de los humanos. Boqueo con consternación pero de mi garganta no emerge ningún sonido; Taliesin me ha agarrado de la pierna y tira de mí para retenerme, impidiéndome seguirla. Pienso en asestarle una patada, pero no veo venir el tirón que me hace caer sentado al suelo, arrancándome un gemido producto del dolor y la sorpresa. Mi espada repiquetea contra la piedra inundando la cueva con un traqueteo metálico aún más estridente que la voz del irritado sujeto. No puedo evitar mirarlo con ojos saltones y cara de circunstancias cuando el grito proveniente de afuera anuncia que hemos sido descubiertos.
-¿Y cómo no? Con el barullo que ha hecho este imbécil...
Dicen que, cuando uno está a punto de morir, ve pasar su vida frente a sus ojos. Aprieto los párpados y espero visualizar la secuencia de una existencia bella en su monotonía y en su simpleza pero, en vez de eso, no consigo recordar más que retazos de ésta. Cuanto más lo intento, más me cuesta evocar la voz de mis niños, la calidez de las caricias de mi esposa, los rostros de mis hermanos y las nanas que me cantaba mi madre. Lo que recuerdo con pasmosa exactitud, eso sí, es el olor ferroso de la sangre y la excitación de las batallas recientes; recuerdo angustia, desesperación y tristeza, recuerdo sucesos que transforman mi mirada en un escaparate vidrioso y vacío que se protege bajo trémulos párpados ojerosos.
Si eso es todo lo que merezco experimentar en esta vida, entonces ya no quiero seguir viviendo.
Pronto llego a la conclusión de que lo mejor es entregarme. Pero... ¿por qué? Mi cuerpo se tensa y me obliga a permanecer sentado. Ahora soy yo quien sostiene a Taliesin con toda la firmeza que puedo, aunque esté temblando de pies a cabeza. Cientos de gritos y una fuerza aterradora se apoderan de mí, instándome a preservar mi existencia. Y también, muy en el fondo, el nebuloso recuerdo de una mano amiga ofreciéndome un bálsamo para mis tormentos en aquella cueva penumbrosa...
-No me dejes... por favor. -Las palabras brotan de mis labios en un susurro falto de aliento. Sin soltar al otro, me aprieto contra el fondo de la cueva intentando desaparecer, ser consumido por la roca, librarme de todo esto que he causado... ¡de lo cual él no tiene la culpa!- ¡¡Vete!! -Lo empujo pero mis manos vuelven a él al instante, ¿¡en qué estoy pensando!?- ¡No! ¡No me abandones! -Lo tomo por las muñecas, tironeo y las refriego contra mi mejilla izquierda- ¡Llévatelo! ¡Mátalo! -No sé por qué lo hago; llevo sus manos a mi cuello y lo insto a que me lo tome con fuerza- ¡Mátame! ¡No... no dejes...! ¡tú! ¡ellos no! -mi pecho se agita, estoy hiperventilando, ¿¡por qué no puedo parar!? Siento el rostro caliente y enrojecido, basta, paren esto, ¡párenme!
La cortina se abre. Con ojos desorbitados, el chico nos mira y apunta su ballesta. Niego con mi cabeza. No quiero hacerlo.
-¡¡HUYE!!
Dag Thorlák
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Re: Tu perspectiva y mis circunstancias[Privado][Cerrado]
Podía escuchar las pisadas y los gritos detrás de mi, los humanos se acercaban, lo único que me permitía mantener cierta distancia era su incapacidad para poder ver bien en la noche, cada vez que tropezaban con alguna raíz o un pozo yo lograba ampliar la brecha que nos separaba.
-¿Están todos?-
-Creo que es solo la Bio-
-Seguro va a esconderse en donde están los demás-
[ERROR] Nunca haría algo como eso, aunque era normal que los humanos comunes no supieran sobre como funcionaba mi sistema. Si había alguna posibilidad de salvar a los orgánicos sin ponerme en riesgo, podía optar por esa opción, pero si tenía que elegir entre ponerlos en peligro a ellos o a mi, mi única alternativa era arriesgarme.
No se trataba de bondad [inclinación a hacer el bien] ya que no podía sentir algo como eso, era en realidad un seguro, un modo practico de mis creadores para asegurarse de que nunca podría hacer nada que los perjudicara. [ERROR] Siempre podía encontrar alguna manera, no existía la lógica perfecta, ni el sistema perfecto, ahora esa conclusión era mas cercana a una certeza.
Sentí un virote pasar cerca mío, luego dos más que terminaron clavados en un árbol junto a mi. Tenía que encontrar el modo de perderlos pronto, no podía depender del azar para salvarme.
[VARIACIÓN DETECTADA] A doscientos metros el terreno descendía de modo abrupto, era una buena oportunidad para perderlos. Una antorcha golpeo contra mi espalda, pero no del lado del fuego, los orgánicos se estaban volviendo más impulsivos y por lo tanto menos inteligentes.
Cuando percibí el cambio en la inclinación de la superficie acomode mi peso, evitando así caer y rodar. Detrás de mi pude escuchar como muchos de los humanos se detenían, pero otros intentaban seguirme, y como consecuencia me llegaba el sonido del revoltijo de hojas y ramas mientras caían.
Logré llegar al final del barranco sin mayores inconvenientes, abajo había un arroyo que era apenas visible, el verano y la falta de lluvias habían hecho que sus aguas descendieran.
Tal vez al perderme de vista los orgánicos decidieran terminar con la búsqueda y regresar a su campamento, pero no era buena idea arriesgarse. Busque algún hueco junto al pequeño arroyo, bajo unas raíces, me senté en el piso lodoso e intentando ocupar el menor espacio posible simplemente espere en silencio. En la oscuridad del bosque seguramente mi presencia pasaría totalmente desapercibida.
-¿Están todos?-
-Creo que es solo la Bio-
-Seguro va a esconderse en donde están los demás-
[ERROR] Nunca haría algo como eso, aunque era normal que los humanos comunes no supieran sobre como funcionaba mi sistema. Si había alguna posibilidad de salvar a los orgánicos sin ponerme en riesgo, podía optar por esa opción, pero si tenía que elegir entre ponerlos en peligro a ellos o a mi, mi única alternativa era arriesgarme.
No se trataba de bondad [inclinación a hacer el bien] ya que no podía sentir algo como eso, era en realidad un seguro, un modo practico de mis creadores para asegurarse de que nunca podría hacer nada que los perjudicara. [ERROR] Siempre podía encontrar alguna manera, no existía la lógica perfecta, ni el sistema perfecto, ahora esa conclusión era mas cercana a una certeza.
Sentí un virote pasar cerca mío, luego dos más que terminaron clavados en un árbol junto a mi. Tenía que encontrar el modo de perderlos pronto, no podía depender del azar para salvarme.
[VARIACIÓN DETECTADA] A doscientos metros el terreno descendía de modo abrupto, era una buena oportunidad para perderlos. Una antorcha golpeo contra mi espalda, pero no del lado del fuego, los orgánicos se estaban volviendo más impulsivos y por lo tanto menos inteligentes.
Cuando percibí el cambio en la inclinación de la superficie acomode mi peso, evitando así caer y rodar. Detrás de mi pude escuchar como muchos de los humanos se detenían, pero otros intentaban seguirme, y como consecuencia me llegaba el sonido del revoltijo de hojas y ramas mientras caían.
Logré llegar al final del barranco sin mayores inconvenientes, abajo había un arroyo que era apenas visible, el verano y la falta de lluvias habían hecho que sus aguas descendieran.
Tal vez al perderme de vista los orgánicos decidieran terminar con la búsqueda y regresar a su campamento, pero no era buena idea arriesgarse. Busque algún hueco junto al pequeño arroyo, bajo unas raíces, me senté en el piso lodoso e intentando ocupar el menor espacio posible simplemente espere en silencio. En la oscuridad del bosque seguramente mi presencia pasaría totalmente desapercibida.
Zöe
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