[MEGAEVENTO: GUERRA] El pastor de kags
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[MEGAEVENTO: GUERRA] El pastor de kags
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A diferencia de Lord Roiland, su joven sobrino, que llegaría a la treintena, mantenía una estrecha relación con los pueblos nórgedos, que también habían sufrido un cambio de líder hace poco más de un año. La Sheik (jeque) Bashira IV, más conocida como la Justa. Había devuelto la alianza a esta particular raza de humanos moradores del desierto.
-Pese a haber tenido rencillas en el pasado... – Decía la jeque Nórgeda a su grupo de hombres y mujeres aquella soleada mañana, de frente a los muros occidentales de Lunargenta que desembocaría en una guerra colosal. – No quiero que ningún guerrero olvide que los pueblos nórgedos defendemos la soberanía humana sobre Lunargenta. – Recordaba. Y es que la joven había tenido problemas para mantener a su grupo unido de cara a la batalla. Las políticas pro-Lunargenta que llevaba aplicando la ahora reina no eran muy bien recibidas por algunos de los partidarios del difunto Shalam. – Los shirenek (vampiros) son un enemigo par todos.
Bashira perdió su mirada en las colinas. Desde allí no se alcanzaban a ver los barcos que, venidos desde Beltrexus, invadían el puerto. Pero había sido informada de que Siegfried invadía la costa. Y, por otra parte, los ejércitos de Dundarak atacaban por el Norte. – Somos menos, pero por ello nuestra irrupción debe ser más estrambótica. Nadie nos aguarda. Como víboras en la arena, debemos morder a nuestro enemigo en su punto más débil. – Entrecerró los ojos - Es el momento. – dio la orden mientras su espada señalaba el lugar de su próximo objetivo: La ciudad de Lunargenta.
El relativamente pequeño ejército de los nórgedos era algo que preocupaba a Bashira. Los nórgedos eran una facción relativamente pequeña. Aunque si bien era cierto que Bashira no contaba con muchos hombres, había pedido adiestrar una manada de más de cien kags, a los que había dejado sin comer durante más de una semana. Aquello, que podría considerarse como tortura. La idea era que los kags saciaran su hambre ahora: Que comieran vampiros. Atacar a animales, con animales.
Los nórgedos habían abierto un potente trabajo de excavación un túnel subterráneo relativamente grande por medio de un grangusano. Por él, accederían una manada de kags hambrientos. Deseosos de arrancar y devorar las tripas de todos aquellos.
-Bien, los que estéis preparados, abrid las jaulas, y guiad a la manada de kags por los túneles. Despejad las calles. Después de varios minutos, accederemos el grueso del ejército por el mismo a auxiliar. – pidió la jeque nórgeda, cubierta por un pañuelo negro de guerra que tapaba su cara. Momento en el que bajó su espada.
Aquella indicación servía para que un nórgedo sin más atavío que un turbante y un pantalón corto abriera una jaula con más de 20 kags hambrientos tras una semana sin comer. Hakir, el maestro de los kags, como lo llamaban en Dalmasca, guió a los canes hacia el túnel abierto por el grangusano. Él tenía la habilidad de entender a sus animales y estos lo sabían bien.
-¡Proteged a Hakir! Si muere, los kags se descontrolarán. – ordenó la reina nórgeda a una pequeña guarnición de cinco hombres.
Ellos correrían hacia el lugar de destino. Pero como era de esperar, si algo podía salir mal, saldría mal. Y antes de que Hakir se introdujera en el túnel. Una flecha procedente de los vampiros de la muralla atravesó al maestro de los kags y lo dejó muerto en el suelo en el acto.
Ante la desesperación en medio de la batalla. Sólo quedaba que alguien consiguiera llevar a los kags, a través del túnel, hasta la ciudad. Allí, ellos harían el resto.
* * * * * * * * * * * * *
Primera ronda de la misión:
Duración: Dos turnos.
Objetivo: Describir la muerte de Hakir y guiar a la manada de kags a la ciudad a través de un túnel subterráneo.
Uno de vosotros (quien prefiera) irá detrás, el otro delante. El objetivo es mantener a la manada no demasiado separada. Para ello, tendréis que sobrellevar el clásico “juego de la cuerda”. Durante dos turnos tendréis que tirar runas a cada post. Vuestro deber será que las runas se parezcan lo más posible (lo ideal es que sean iguales), de este modo, la manada no retrocederá ni se adelantará demasiado. Si se rompe, quedaréis divididos para la segunda ronda y sin duda dificultaréis la misión.
Ejemplo: Turno 1: Primero tira Schott y obtiene runa muy buena, y Sango runa media. Distancia = 2. Salváis el turno.
Turno 2: Schott Runa muy mala, como Sango obtuvo media, la distancia vuelve a ser 2 y la manada se mantiene. Por último, Sango obtiene runa buena. Distancia = 3. No salváis el turno, y la manada se rompe.
Condiciones de permanencia de la manada: < = 2 en todas las runas durante dos turnos.
Ger
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Re: [MEGAEVENTO: GUERRA] El pastor de kags
Sango no entendía muy bien como alguien con tan poco cerebro como Mahus podía haber sobrevivido tanto tiempo, por el campamento corría el rumor que Mahus era un Dios antiguo que había perdido su sitio en el panteón y por eso vivía tantísimo tiempo. Sin embargo, para Ben, un Dios no podía ser tan tonto, aunque quizá por eso había perdido su sitio en el panteón...
Ben estaba arrodillado a su lado, el pobre hombre se había caído de un barril y se había golpeado la base de la espalda con una roca del suelo. Estaba arengando a sus compañeros y decía algo de meterles un palo por donde la espalda pierde el nombre a todos y cada uno de los shirinek (palabra desconocida para Sango pero que supuso que significaba vampiro), en un momento de euforia, se desplomó contra el suelo. Sólo Sango estaba allí ayudando al hombre que cuando no gritaba de dolor se reía como un loco. Era una persona extraña, tenía la piel negra y un pelo negro y frondoso le cubría la cabeza, le faltaban la mitad de los dientes y vestía unos pantalones de cuero. En el torso llevaba unos enganches de cuero de los que colgaban dos cuchillos. Iba siempre descalzo y tenía cicatrices y cortes por todas partes. Sango le ayudó a levantarse mientras Mahus buscaba algo en uno de sus bolsillos. Resultó ser un frasco de cristal cuyo contenido se llevó rápidamente a la boca.
- Con esto estaré bien, gracias amigo. Aah, eres el que ayudó con la línea de suminsitros, ¿qué tal ese viejo zorro de Taralak? Bueno, bueno, no nos entretengamos, ayúdame a levantarme, ¿quieres?- Sango le cogió por los hombros y le levantó, le sacaba casi una cabeza, pero se alegraba de tenerle de aliado, si todo lo que decían era verdad sería un gran compañero. Sin tiempo para contestarle, un hombre apareció.
- Necesitamos gente para acompañar al grupo de kags, los zapadores han completado el túnel, vamos a joder a esos vampiros, ¿quién viene?- Preguntó.
- ¡Nosotros!- Se apresuró a decir Mahus, que arrastró a Sango del brazo. El dolor de aquel hombre había desaparecido y tenía una vitalidad y un vigor casi increíble hacía tan solo unos instantes. El hombre les indicó que fueran a la vanguardia del ejército y eso hicieron. Caminaron sin decirse mucho, se intercambiaron nombres, aunque Sango ya supiera el suyo, y alguna que otra informalidad como las compañías que había tenido la noche anterior aquel hombre. Era un tipo peculiar.
Al llegar al frente, a lo lejos se veían las murallas de Lunargenta, a un lado del puesto de avanzada estaban los kags y los cuidadores, al otro la Reina y sus protectores, esta daba órdenes. Mahus y Sango se reportaron y fueron con los kags. Ben se paró delante de una de ellas, nunca las había visto. Eran bestias temibles y había que tratarlas con cuidado y no molestarlas demasiado, o eso le habían dicho. Allí había un hombre que llevaba una especie de palo con unas tiras de tela o cuero en los extremos. Se paseaba de un lado a otro con el palo y las bestias parecían ponerse más nerviosas a su paso. La reina seguía gritando cosas y Sango se preparó. Le habían asignado a uno de los flancos tenía que vigilar que no se desbandara la man...
- ¡CUIDADO!- gritó alguien desde algún lugar. Sango miró hacia atrás, apartando la vista de los kags y vio que caían flechas corrió en direcció a uno de los parapetos de madera que había colocados, justo delante de él, el pastor con la vara se detuvo en seco, cayó y rodó hacia un lado tirando la vara, Sango se tiró al suelo a su lado, pero había un flecha que le atravesaba el cuello de lado a lado. El hombre seguía consciente, pero se apagaba y Sango negó con la cabeza mirándole a los ojos. Una flecha cayó muy cerca de su posición y se acurrucó junto al cuerpo del hombre. Cuando todo pasó, Ben cogió el palo y arrastró al hombre hacia una posición segura.
- Joder, joder, ¿qué hacemos ahora?- Preguntó Mahus al ver el cuerpo. Era la primera vez que le veía preocupado. Sango seguía aferrado al palo. Alguien gritaba que tenían que empezar ya. - Vale, vale, joder... alguien tiene que ir en cabeza y servir de cebo, otro detrás vigilando para que no se desbande la manada... Abrimos las jaulas y que sean los que los putos Dioses quieran, ¿vale? ¿Quién va delante?
- Yo.- respondió Sango.- Si tenemos suerte y los colamos, sé guiarme por allí dentro, me crié en Lunargenta... Bueno, que los Dioses nos guarden.- Saludó a sus compañeros y fue a colocarse en posición.
Fueron los peores momentos que había pasado en toda su vida, aquella espera lo estaba matando de los nervios y no pudo aguantarse y vomitó todo lo que había comido aquel día. Instantes después aun seguía teniendo arcadas pero no salía nada, lo había echado todo. Sacudió el palo para indicar que estaba listo. Después comprobó que llevaba el hacha. Fue en esos instantes cuando se dio cuenta de lo que estaba a punto de pasar
- ¿Qué coño he hecho? ¿Por qué coño tuve que ofrecerme? Por todos los Dioses, si me queréis, protegedme con todas vuestras fuerzas- Gritaba al mundo y le hicieron la señal de que habían abierto las jaulas, lo que no se esperaba Sango es que fueran a salir tan rápido. Casi sin tiempo para reaccionar agitó el palo y echó a correr en dirección al túnel, que lo encontraba en un principio por culpa de los nervios. En mitad de la carrera tropezó y cayó al suelo, rodó y rapidamente se puso en pie, tenía a un grupo de kags a menos de setenta pasos y reemprendió la carrera.
- ¡Que os jodan putos comesangre, que os jodan!- gritaba mientras corría en dirección al túnel.
Ben estaba arrodillado a su lado, el pobre hombre se había caído de un barril y se había golpeado la base de la espalda con una roca del suelo. Estaba arengando a sus compañeros y decía algo de meterles un palo por donde la espalda pierde el nombre a todos y cada uno de los shirinek (palabra desconocida para Sango pero que supuso que significaba vampiro), en un momento de euforia, se desplomó contra el suelo. Sólo Sango estaba allí ayudando al hombre que cuando no gritaba de dolor se reía como un loco. Era una persona extraña, tenía la piel negra y un pelo negro y frondoso le cubría la cabeza, le faltaban la mitad de los dientes y vestía unos pantalones de cuero. En el torso llevaba unos enganches de cuero de los que colgaban dos cuchillos. Iba siempre descalzo y tenía cicatrices y cortes por todas partes. Sango le ayudó a levantarse mientras Mahus buscaba algo en uno de sus bolsillos. Resultó ser un frasco de cristal cuyo contenido se llevó rápidamente a la boca.
- Con esto estaré bien, gracias amigo. Aah, eres el que ayudó con la línea de suminsitros, ¿qué tal ese viejo zorro de Taralak? Bueno, bueno, no nos entretengamos, ayúdame a levantarme, ¿quieres?- Sango le cogió por los hombros y le levantó, le sacaba casi una cabeza, pero se alegraba de tenerle de aliado, si todo lo que decían era verdad sería un gran compañero. Sin tiempo para contestarle, un hombre apareció.
- Necesitamos gente para acompañar al grupo de kags, los zapadores han completado el túnel, vamos a joder a esos vampiros, ¿quién viene?- Preguntó.
- ¡Nosotros!- Se apresuró a decir Mahus, que arrastró a Sango del brazo. El dolor de aquel hombre había desaparecido y tenía una vitalidad y un vigor casi increíble hacía tan solo unos instantes. El hombre les indicó que fueran a la vanguardia del ejército y eso hicieron. Caminaron sin decirse mucho, se intercambiaron nombres, aunque Sango ya supiera el suyo, y alguna que otra informalidad como las compañías que había tenido la noche anterior aquel hombre. Era un tipo peculiar.
Al llegar al frente, a lo lejos se veían las murallas de Lunargenta, a un lado del puesto de avanzada estaban los kags y los cuidadores, al otro la Reina y sus protectores, esta daba órdenes. Mahus y Sango se reportaron y fueron con los kags. Ben se paró delante de una de ellas, nunca las había visto. Eran bestias temibles y había que tratarlas con cuidado y no molestarlas demasiado, o eso le habían dicho. Allí había un hombre que llevaba una especie de palo con unas tiras de tela o cuero en los extremos. Se paseaba de un lado a otro con el palo y las bestias parecían ponerse más nerviosas a su paso. La reina seguía gritando cosas y Sango se preparó. Le habían asignado a uno de los flancos tenía que vigilar que no se desbandara la man...
- ¡CUIDADO!- gritó alguien desde algún lugar. Sango miró hacia atrás, apartando la vista de los kags y vio que caían flechas corrió en direcció a uno de los parapetos de madera que había colocados, justo delante de él, el pastor con la vara se detuvo en seco, cayó y rodó hacia un lado tirando la vara, Sango se tiró al suelo a su lado, pero había un flecha que le atravesaba el cuello de lado a lado. El hombre seguía consciente, pero se apagaba y Sango negó con la cabeza mirándole a los ojos. Una flecha cayó muy cerca de su posición y se acurrucó junto al cuerpo del hombre. Cuando todo pasó, Ben cogió el palo y arrastró al hombre hacia una posición segura.
- Joder, joder, ¿qué hacemos ahora?- Preguntó Mahus al ver el cuerpo. Era la primera vez que le veía preocupado. Sango seguía aferrado al palo. Alguien gritaba que tenían que empezar ya. - Vale, vale, joder... alguien tiene que ir en cabeza y servir de cebo, otro detrás vigilando para que no se desbande la manada... Abrimos las jaulas y que sean los que los putos Dioses quieran, ¿vale? ¿Quién va delante?
- Yo.- respondió Sango.- Si tenemos suerte y los colamos, sé guiarme por allí dentro, me crié en Lunargenta... Bueno, que los Dioses nos guarden.- Saludó a sus compañeros y fue a colocarse en posición.
Fueron los peores momentos que había pasado en toda su vida, aquella espera lo estaba matando de los nervios y no pudo aguantarse y vomitó todo lo que había comido aquel día. Instantes después aun seguía teniendo arcadas pero no salía nada, lo había echado todo. Sacudió el palo para indicar que estaba listo. Después comprobó que llevaba el hacha. Fue en esos instantes cuando se dio cuenta de lo que estaba a punto de pasar
- ¿Qué coño he hecho? ¿Por qué coño tuve que ofrecerme? Por todos los Dioses, si me queréis, protegedme con todas vuestras fuerzas- Gritaba al mundo y le hicieron la señal de que habían abierto las jaulas, lo que no se esperaba Sango es que fueran a salir tan rápido. Casi sin tiempo para reaccionar agitó el palo y echó a correr en dirección al túnel, que lo encontraba en un principio por culpa de los nervios. En mitad de la carrera tropezó y cayó al suelo, rodó y rapidamente se puso en pie, tenía a un grupo de kags a menos de setenta pasos y reemprendió la carrera.
- ¡Que os jodan putos comesangre, que os jodan!- gritaba mientras corría en dirección al túnel.
Sango
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Re: [MEGAEVENTO: GUERRA] El pastor de kags
El miembro 'Sango' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses
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Re: [MEGAEVENTO: GUERRA] El pastor de kags
Escuché atento las palabras de la jeque, se le notaba fuerte y decidida, creo que sería una buena líder, miré a los hombres a mí alrededor, no era un ejército demasiado numeroso, pero según coreaba un nórgedo detrás de mí un hombre de las arenas vale por tres, me pregunto por cuantos vampiros contaba.
Aclamé como los demás las palabras de ánimo de Bashira, era algo estupendo que los humanos hayan dejado de un lado sus diferencias, nada une más a dos bandos que un enemigo común.
A mí me habían asignado como enlace entre las tropas de la guardia y los nórgedo, algunos lo habrían considerado un mal puesto, yo no lo veía así, no había podido participar en los primeros compases de la guerra, me daba mucha rabia mucho se había logrado ya, pero más aún quedaba por hacer, demostraría a los altos mandos que yo estaría a la altura.
Debía obedecer sus órdenes y ayudar en todo lo posible al asalto por este flanco, no voy a negar que estaba nervioso, había dejado mi armadura pesada en el cuartel, esperaba no arrepentirme, los nórguedos iban ligeros, así que yo también debería hacerlo, no tenía mucha experiencia con ellos, pero se les veía fuertes duros y decididos, era un honor contra con ellos.
La jeque finalizó su discurso y aclamé de nuevo golpeando el escudo, la acción iba a empezar.
Bashira ordenó proteger al maestro de bestias, un tipo duro capaz de amaestrar a los temibles kags, nunca había visto uno tan de cerca, y no era una buena experiencia, había leído que eran inmunes a los ataques por su espalda acorazada y que sus mandíbulas podían partir a un hombre en dos, esperaba no tener que llegar a eso y que se saciasen de sobra con los malditos vampiros.
-Si señora- asentí haciendo el saludo militar y corriendo junto al pastor que ya se dirigía al túnel, alguien tras de nosotros gritó a cubierto, los vampiros estaban lanzando una nueva andanada de flechas sobre nuestras posiciones, rápidamente saqué el escudo y corrí para cubrir al pastor, pero fue demasiado tarde antes de que consiguiese acercarme una flecha bien dirigida lo tumbó.
-¡No, mierda no!- maldije.
Un tipo corrió a tratar de socorrer al pastor.
-Sácale de ahí, poneos a cubierto- grité corriendo hacia la zona, un par de flechas rebotaron sonoramente en el escudo que me cubría la cabeza.
Corrí y cubrí a la parea que estaban atendiendo al pastor, miré de reojo, no tenía buena pinta, alguien gritó que el plan debía continuar, tenían razón.
El tipo que estaba atendiendo al pastor se ofreció voluntario para ir de cebo, menudas pelotas tenía el tío.
-Bien voy a abrir las jaulas- le indiqué, corrí como alma que llevan los demonios a las jaulas de los kags, que se abalanzaron sedientos de sangre en cuanto me acerqué, madre mía, si esto salía bien no me gustaría ser un vampiro.
-Está atascada- gritó un tipo –Espera voy- desenfundé la pala, y con un fuerte golpe de palanca reventé el candado de la gran jaula e hice una señal a pobre diablo que iría en cabeza.
-¡Ya está colega, CORRE, CORRE por tu vida, CORRE!- le grité.
Yo iría en retaguardia, la verdad no envidiaba al tipo en cabeza, pero esta posición tampoco era un paseo, un mal paso y los kags se dispersarían y podrían darse la vuelta y atacar contra nosotros, tenía el escudo sí, pero esos bichos…, uf, no iba a ser fácil.
Corrí azuzándolos dentro del túnel tratando de seguir el ritmo al valiente en vanguardia, valiente o loco, o puede que ambas, de todas formas íbamos a necesitar ambas cualidades si queríamos que este plan funcionase.
Aclamé como los demás las palabras de ánimo de Bashira, era algo estupendo que los humanos hayan dejado de un lado sus diferencias, nada une más a dos bandos que un enemigo común.
A mí me habían asignado como enlace entre las tropas de la guardia y los nórgedo, algunos lo habrían considerado un mal puesto, yo no lo veía así, no había podido participar en los primeros compases de la guerra, me daba mucha rabia mucho se había logrado ya, pero más aún quedaba por hacer, demostraría a los altos mandos que yo estaría a la altura.
Debía obedecer sus órdenes y ayudar en todo lo posible al asalto por este flanco, no voy a negar que estaba nervioso, había dejado mi armadura pesada en el cuartel, esperaba no arrepentirme, los nórguedos iban ligeros, así que yo también debería hacerlo, no tenía mucha experiencia con ellos, pero se les veía fuertes duros y decididos, era un honor contra con ellos.
La jeque finalizó su discurso y aclamé de nuevo golpeando el escudo, la acción iba a empezar.
Bashira ordenó proteger al maestro de bestias, un tipo duro capaz de amaestrar a los temibles kags, nunca había visto uno tan de cerca, y no era una buena experiencia, había leído que eran inmunes a los ataques por su espalda acorazada y que sus mandíbulas podían partir a un hombre en dos, esperaba no tener que llegar a eso y que se saciasen de sobra con los malditos vampiros.
-Si señora- asentí haciendo el saludo militar y corriendo junto al pastor que ya se dirigía al túnel, alguien tras de nosotros gritó a cubierto, los vampiros estaban lanzando una nueva andanada de flechas sobre nuestras posiciones, rápidamente saqué el escudo y corrí para cubrir al pastor, pero fue demasiado tarde antes de que consiguiese acercarme una flecha bien dirigida lo tumbó.
-¡No, mierda no!- maldije.
Un tipo corrió a tratar de socorrer al pastor.
-Sácale de ahí, poneos a cubierto- grité corriendo hacia la zona, un par de flechas rebotaron sonoramente en el escudo que me cubría la cabeza.
Corrí y cubrí a la parea que estaban atendiendo al pastor, miré de reojo, no tenía buena pinta, alguien gritó que el plan debía continuar, tenían razón.
El tipo que estaba atendiendo al pastor se ofreció voluntario para ir de cebo, menudas pelotas tenía el tío.
-Bien voy a abrir las jaulas- le indiqué, corrí como alma que llevan los demonios a las jaulas de los kags, que se abalanzaron sedientos de sangre en cuanto me acerqué, madre mía, si esto salía bien no me gustaría ser un vampiro.
-Está atascada- gritó un tipo –Espera voy- desenfundé la pala, y con un fuerte golpe de palanca reventé el candado de la gran jaula e hice una señal a pobre diablo que iría en cabeza.
-¡Ya está colega, CORRE, CORRE por tu vida, CORRE!- le grité.
Yo iría en retaguardia, la verdad no envidiaba al tipo en cabeza, pero esta posición tampoco era un paseo, un mal paso y los kags se dispersarían y podrían darse la vuelta y atacar contra nosotros, tenía el escudo sí, pero esos bichos…, uf, no iba a ser fácil.
Corrí azuzándolos dentro del túnel tratando de seguir el ritmo al valiente en vanguardia, valiente o loco, o puede que ambas, de todas formas íbamos a necesitar ambas cualidades si queríamos que este plan funcionase.
Schott
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Re: [MEGAEVENTO: GUERRA] El pastor de kags
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Tyr
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Re: [MEGAEVENTO: GUERRA] El pastor de kags
Sango seguía corriendo, los kags se lo tomaban con calma o eso parecía. De vez en cuando lanzaba miradas hacia atrás para ver si le seguían y le agradaba comprobar que así era. Estaba más que claro que si quisieran comerle ya lo habrían hecho, no obstante prefería no arriesgarse a bajar el ritmo. El túnel estaba a la vista y aún había gente saliendo con cubos y carretas "¡¿qué cojones?!" pensó mientras por la sorpresa del momento aminoró el paso.
- ¡¡Salid de ahí, idiotas!!- Gritó mientras corría.
- ¡Joder, que vienen ya! ¡Salid de ahí, joder!- Alcanzó a oir de la gente que salía del túnel.- ¡Ten cuidado pastor, ha habido un derrumbe en el tramo central del túnel. El camino se estrecha, igual pueden pasar de uno en uno!- Ben escuchó aquello y tenía pocos segundos para decidir qué hacer. Arriesgarse a pasar por el túnel bajo riesgo de quedar sepultado o de que los kags se quedaran atascados o quitarse el problema de delante y avanzar hacia Lunargenta. Era una decisión que debía tomar ya: lanzarse al túnel o dar un rodeo. En menos de un latido después de que el hombre le gritara, Sango giró hacia el oeste.
- ¡Quitad la mayor tierra posible, no tendréis mucho tiempo!- Gritó y corrió hacia el oeste. Entonces uno de los kags se puso casi a su altura y se lanzó a por él. Sango de manera instintiva se lanzó al suelo y rodó. El kag al fallar, tropezó y cayó al suelo, seguramente se habrá roto algo, ¡que le jodan! Casi sin tiempo para mirar atrás se levantó y siguió corriendo. Cuando dio unas cuarenta o cincuenta zancadas más giró bruscamente hacia el norte. Echó la mirada atrás y el que venía en cabeza llevaba la boca abierta y aceleraba el paso. Sango pretendía hacer un círculo para darles algo de tiempo a los zapadores, pero su resistencia menguaba y decidió volver a hacer un quiebro para dirigirse directamente al túnel. Con ese último movimiento, Ben pudo ver la cola de la manada y cómo todos seguían al líder, "son como ovejas... ovejas asesinas". Se giró (aun corría hacia atrás) sacudió el palo y empezó a pegar voces para volver a captar la atención de las bestias. Cuando se giró no volvió la vista atrás y se dirigió al túnel. Habrían pasado uno o dos minutos, era todo lo que podía hacer por ganar tiempo, entonces, se metió en el túnel que iniciaba cuesta abajo.
Era lo suficientemente amplio como para que los kags fueran de dos en dos, en cuanto a la altura... bueno, dejaba mucho que desear. Se veían los refuerzos hechos con troncos de madera y el ambiente estaba cargado de un fuerte olor a "humanidad" y humedad. Ben no se detuvo ni siquiera cuando llegó al derrumbe en donde el túnel se estrechaba de manera considerable y en el que varios hombres y mujeres se afanaban por retirar la tierra y esparcerla por el suelo. Sango no miró atrás, siguió corriendo. Al final del túnel se volvía a estrechar pero podía ver una luz al final. El tramo final era cuesta arriba y lo subió no sin problemas. Cuando pudo salir el aire le abofeteó la cara era fresco pero el olor era el de una letrina y de hecho, como se dio cuenta, estaba en una especie de letrina o de fosa séptica común. Salió como pudo y se escondió detrás de un árbol que había por allí a esperar a los kags. Ben resoplaba con dificultad le dolía uno de los costados y cuando se iba a sentar escuchó un ruido de algún lugar. Se puso en guardia y sacó el hacha pero aún tenía dificultades para respirar de manera pausada.
- Que los Dioses me guarden.- Soltó en voz baja y resoplando.
- ¡¡Salid de ahí, idiotas!!- Gritó mientras corría.
- ¡Joder, que vienen ya! ¡Salid de ahí, joder!- Alcanzó a oir de la gente que salía del túnel.- ¡Ten cuidado pastor, ha habido un derrumbe en el tramo central del túnel. El camino se estrecha, igual pueden pasar de uno en uno!- Ben escuchó aquello y tenía pocos segundos para decidir qué hacer. Arriesgarse a pasar por el túnel bajo riesgo de quedar sepultado o de que los kags se quedaran atascados o quitarse el problema de delante y avanzar hacia Lunargenta. Era una decisión que debía tomar ya: lanzarse al túnel o dar un rodeo. En menos de un latido después de que el hombre le gritara, Sango giró hacia el oeste.
- ¡Quitad la mayor tierra posible, no tendréis mucho tiempo!- Gritó y corrió hacia el oeste. Entonces uno de los kags se puso casi a su altura y se lanzó a por él. Sango de manera instintiva se lanzó al suelo y rodó. El kag al fallar, tropezó y cayó al suelo, seguramente se habrá roto algo, ¡que le jodan! Casi sin tiempo para mirar atrás se levantó y siguió corriendo. Cuando dio unas cuarenta o cincuenta zancadas más giró bruscamente hacia el norte. Echó la mirada atrás y el que venía en cabeza llevaba la boca abierta y aceleraba el paso. Sango pretendía hacer un círculo para darles algo de tiempo a los zapadores, pero su resistencia menguaba y decidió volver a hacer un quiebro para dirigirse directamente al túnel. Con ese último movimiento, Ben pudo ver la cola de la manada y cómo todos seguían al líder, "son como ovejas... ovejas asesinas". Se giró (aun corría hacia atrás) sacudió el palo y empezó a pegar voces para volver a captar la atención de las bestias. Cuando se giró no volvió la vista atrás y se dirigió al túnel. Habrían pasado uno o dos minutos, era todo lo que podía hacer por ganar tiempo, entonces, se metió en el túnel que iniciaba cuesta abajo.
Era lo suficientemente amplio como para que los kags fueran de dos en dos, en cuanto a la altura... bueno, dejaba mucho que desear. Se veían los refuerzos hechos con troncos de madera y el ambiente estaba cargado de un fuerte olor a "humanidad" y humedad. Ben no se detuvo ni siquiera cuando llegó al derrumbe en donde el túnel se estrechaba de manera considerable y en el que varios hombres y mujeres se afanaban por retirar la tierra y esparcerla por el suelo. Sango no miró atrás, siguió corriendo. Al final del túnel se volvía a estrechar pero podía ver una luz al final. El tramo final era cuesta arriba y lo subió no sin problemas. Cuando pudo salir el aire le abofeteó la cara era fresco pero el olor era el de una letrina y de hecho, como se dio cuenta, estaba en una especie de letrina o de fosa séptica común. Salió como pudo y se escondió detrás de un árbol que había por allí a esperar a los kags. Ben resoplaba con dificultad le dolía uno de los costados y cuando se iba a sentar escuchó un ruido de algún lugar. Se puso en guardia y sacó el hacha pero aún tenía dificultades para respirar de manera pausada.
- Que los Dioses me guarden.- Soltó en voz baja y resoplando.
Sango
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Re: [MEGAEVENTO: GUERRA] El pastor de kags
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Re: [MEGAEVENTO: GUERRA] El pastor de kags
Corríamos sin parar, la boca del túnel ya estaba a la vista, pero me horrorizó comprobar que aún seguía saliendo gente ¿Qué demonios estaba pasando?¿estaba el tunel despeado?, pero yo tampoco tenía mucho tiempo para preguntas mientras trataba de evitar que estos malditos bichos me arrancasen las piernas.
Yo iba en retaguardia, dando un buen escudazo en la cara al kag que se le ocurriera dar la vuelta, de momento parecía que todo iba bien, pero entonces el convoy que formábamos se dobló y tomo rumbo al norte.
-¿Qué? Nonono ¡que el túnel esta por allí!- grité, aunque no se me oía por el gentío, decenas de flechas seguían cayendo sobre nosotros, vi sorprendido como rebotaban en el lomo de los kags que ni siquiera se inmutaban, si caían sobre mi bien distinto sería el resultado.
Logré recuperar a un par que se habían dispersado y que continuasen siguiendo la manada, una especie de jauría de la muerte en la que cada vez estaba más cómodo detrás, el tipo que iba delante, el de la entrepierna de acero había dado otro quiebro, no sé qué estaba tramando, pero de momento seguíamos vivos, que no era poco.
Finalmente nos metimos en el túnel, comprobé asombrado el corte de la excavación según íbamos avanzando, yo tenía experiencia en minería, pero nunca había visto nada igual, las paredes redondeadas formando un tubo, es como si lo hubiese hecho alguna clase de, no sé, animal gigante, nah, prefería no pensarlo, bastante tenía con lo mío, vi también los refuerzos del túnel colocados bastante apresuradamente en mi opinión, pero al menos dejaban un espacio de un par de kags para avanzar.
-Vamos chicos seguid así, pronto probareis deliciosa carne de vampiro- grité a los kags.
-¿Pero a que sabe la carne de vampiro?- me preguntó otro de los nórguedos que nos acompañaba.
-Puff..pues no sé, supongo que estará muy seca, egg, ¿a lo cecina?, ni idea- sonreí.
El túnel era bastante largo, no olvidemos que debía atravesar las formidables murallas de Lunargenta, y estaba imbuido en un olor a cerrado y trabajadores, me traía muchos recuerdos.
Llegamos de pronto a un especie de derrumbe, el camino se estrechaba notablemente y aun había nórguedos tratando de retirar piedras y tierra.
-Salid de aquí, esto ya está, corred- les insté según iba pasando.
Logramos pasar de una pieza el estrechamiento, aunque tenía la espalda hecha polvo de correr encorvado, quien me mandaría a mí meterme en estos líos.
Forzando la vista por encima de la nutrida manada que levantaba un gran nube de polvo pude ver algunos destellos de luz, lo que significaba que la salida estaba cerca.
-Ahh…el sol por fin- clamó un nórgedo.
-Me temo que no tendremos tanta suerte esta nublado, los vampiros no tendrán ningún problema- me lamenté.
-Malditos, magia negra, seguro- maldijo el nórgedo.
Por fin se veía el final del túnel, era un momento crítico, no podíamos fastidiarla, pero algo salió mal, varios gritos provenían de la parte delantera del grupo.
-¡La manada se ha roto!, ¡la manada se ha roto!- gritaban.
La salida del túnel debía de ser un caos, traté de acercarme pero un maldito kag se dio la vuelta y se abalanzó sobre mí aplastándome contra la pared del túnel mientras su mandíbulas trataban de atravesar sin éxito el escudo.
-¿Alguien ve la vanguardia?- gritaban detrás, mierda, yo había tratado de seguir el ritmo, pero con tanto polvo y estrechamiento no veía nada, ¿nos habíamos retrasado?¿había un tapón?, no sé, pero la situación no pintaba nada bien.
De un golpe logre separarme del kag al que perdí de vista, trate de buscar con la mirada al tipo que iba en cabeza, pero sin éxito, la cosa no pintaba nada bien.
Yo iba en retaguardia, dando un buen escudazo en la cara al kag que se le ocurriera dar la vuelta, de momento parecía que todo iba bien, pero entonces el convoy que formábamos se dobló y tomo rumbo al norte.
-¿Qué? Nonono ¡que el túnel esta por allí!- grité, aunque no se me oía por el gentío, decenas de flechas seguían cayendo sobre nosotros, vi sorprendido como rebotaban en el lomo de los kags que ni siquiera se inmutaban, si caían sobre mi bien distinto sería el resultado.
Logré recuperar a un par que se habían dispersado y que continuasen siguiendo la manada, una especie de jauría de la muerte en la que cada vez estaba más cómodo detrás, el tipo que iba delante, el de la entrepierna de acero había dado otro quiebro, no sé qué estaba tramando, pero de momento seguíamos vivos, que no era poco.
Finalmente nos metimos en el túnel, comprobé asombrado el corte de la excavación según íbamos avanzando, yo tenía experiencia en minería, pero nunca había visto nada igual, las paredes redondeadas formando un tubo, es como si lo hubiese hecho alguna clase de, no sé, animal gigante, nah, prefería no pensarlo, bastante tenía con lo mío, vi también los refuerzos del túnel colocados bastante apresuradamente en mi opinión, pero al menos dejaban un espacio de un par de kags para avanzar.
-Vamos chicos seguid así, pronto probareis deliciosa carne de vampiro- grité a los kags.
-¿Pero a que sabe la carne de vampiro?- me preguntó otro de los nórguedos que nos acompañaba.
-Puff..pues no sé, supongo que estará muy seca, egg, ¿a lo cecina?, ni idea- sonreí.
El túnel era bastante largo, no olvidemos que debía atravesar las formidables murallas de Lunargenta, y estaba imbuido en un olor a cerrado y trabajadores, me traía muchos recuerdos.
Llegamos de pronto a un especie de derrumbe, el camino se estrechaba notablemente y aun había nórguedos tratando de retirar piedras y tierra.
-Salid de aquí, esto ya está, corred- les insté según iba pasando.
Logramos pasar de una pieza el estrechamiento, aunque tenía la espalda hecha polvo de correr encorvado, quien me mandaría a mí meterme en estos líos.
Forzando la vista por encima de la nutrida manada que levantaba un gran nube de polvo pude ver algunos destellos de luz, lo que significaba que la salida estaba cerca.
-Ahh…el sol por fin- clamó un nórgedo.
-Me temo que no tendremos tanta suerte esta nublado, los vampiros no tendrán ningún problema- me lamenté.
-Malditos, magia negra, seguro- maldijo el nórgedo.
Por fin se veía el final del túnel, era un momento crítico, no podíamos fastidiarla, pero algo salió mal, varios gritos provenían de la parte delantera del grupo.
-¡La manada se ha roto!, ¡la manada se ha roto!- gritaban.
La salida del túnel debía de ser un caos, traté de acercarme pero un maldito kag se dio la vuelta y se abalanzó sobre mí aplastándome contra la pared del túnel mientras su mandíbulas trataban de atravesar sin éxito el escudo.
-¿Alguien ve la vanguardia?- gritaban detrás, mierda, yo había tratado de seguir el ritmo, pero con tanto polvo y estrechamiento no veía nada, ¿nos habíamos retrasado?¿había un tapón?, no sé, pero la situación no pintaba nada bien.
De un golpe logre separarme del kag al que perdí de vista, trate de buscar con la mirada al tipo que iba en cabeza, pero sin éxito, la cosa no pintaba nada bien.
Schott
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Re: [MEGAEVENTO: GUERRA] El pastor de kags
El miembro 'Schott' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses
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Tyr
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Re: [MEGAEVENTO: GUERRA] El pastor de kags
La diligencia de la manada a través del túnel fue un completo despropósito. Schott y Sango no lograron, desde la parte posterior y la anterior, mantener el avance del pelotón. Si ya los kags de por sí eran criaturas rebeldes, se ponían todavía más nerviosos con los túneles tambaleándose por su pésimo y apresurado diseño de urgencia y todo el jaleo que se escuchaba arriba.
Tal fue así que la manada terminó por partirse. Pero al menos lograron salir fuera. Eso sí, una vez arriba los kags iban a darse un festín del bueno. A falta de un líder que los guiase tras haberse partido ésta, comenzaron a mordisquear todo lo que podían. Uno incluso intentó echar el diente a Schott, aunque éste se protegió con su escudo.
Al otro lado de la muralla. Todo era un caos. - ¡Los kags están descontrolados! ¡Poneos a salvo! – clamaba un nórgedo. Y es que no sólo se alimentaban de vampiros, que también, sino de cualquier inocente que pillaran. Había sido una idea nefasta por parte de Bashira el llevar una manada de kags hambrientos sin supervisión alguna. A falta del pastor. No había un plan alternativo. Pero al menos los animales estaban en la ciudad y, a su manera, estaban ayudando.
Otros ejemplares huirían por la ciudad calles arriba y se esconderían hasta que pasase todo el combate. Tampoco eran tan estúpidos como parecían a simple vista.
En cuanto Bashira atravesó el túnel. No pudo evitar sentirse decepcionada por el desenlace, a la vez que se arrepentía de haber traído a aquellas criaturas. Los nórgedos eran pocos, pero liberar a aquellos animales hambrientos, definitivamente, no había sido una buena idea.
-Schott, Sango. Tratad de poner a salvo a toda la gente que podáis. – ordenó la sheik nórgeda mientras esquivaba el intento de mordedura de uno de ellos mientras con su alfanje atravesó en su punto débil: El lomo detrás del caparazón.
Básicamente, la misión de Schott y Sango ahora sería tratar de poner un poco de cordura en aquella ciudad y salvar al mayor número de habitantes posibles. Y lo más próximo que tenían eran aquellos… ¿mercaderes? Que intentaban, liderados por un hombre lagarto, y tres lacayos, arrastrar un par de carromatos.
Misión fracasada: Vuestros esfuerzos no han sido suficientes para mantener a la manada unida. Éste hecho continuará afectando al evento, concretamente a los eventos de las calles, que están ahora infestadas de kags hambrientos atacando todo lo que ven a su paso. Sea humano o vampiro. Los kags formarán manada dentro de la ciudad y erradicarlos será una tarea a realizar una vez acabe la guerra.
No olvido que lo habéis intentado. Y por ello, os dejo permanecer en el evento. El rol os ha llevado a encontraros con los ladrones Lazid Rajeesh, Matthew Owens, Rumpel, y Orome Vanadóttir, que vienen [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] (aún por finalizar, pero que parece que va por el buen camino). En la siguiente fase, irán por ahí los tiros.
Por el momento:
-Ganáis 15 puntos de experiencia.
-Ganáis 10 puntos de influencia con el gremio de la Guardia de Lunargenta. (Si Sango quiere acceder, podrá hacerlo de inmediato por su servicio).
Tal fue así que la manada terminó por partirse. Pero al menos lograron salir fuera. Eso sí, una vez arriba los kags iban a darse un festín del bueno. A falta de un líder que los guiase tras haberse partido ésta, comenzaron a mordisquear todo lo que podían. Uno incluso intentó echar el diente a Schott, aunque éste se protegió con su escudo.
Al otro lado de la muralla. Todo era un caos. - ¡Los kags están descontrolados! ¡Poneos a salvo! – clamaba un nórgedo. Y es que no sólo se alimentaban de vampiros, que también, sino de cualquier inocente que pillaran. Había sido una idea nefasta por parte de Bashira el llevar una manada de kags hambrientos sin supervisión alguna. A falta del pastor. No había un plan alternativo. Pero al menos los animales estaban en la ciudad y, a su manera, estaban ayudando.
Otros ejemplares huirían por la ciudad calles arriba y se esconderían hasta que pasase todo el combate. Tampoco eran tan estúpidos como parecían a simple vista.
En cuanto Bashira atravesó el túnel. No pudo evitar sentirse decepcionada por el desenlace, a la vez que se arrepentía de haber traído a aquellas criaturas. Los nórgedos eran pocos, pero liberar a aquellos animales hambrientos, definitivamente, no había sido una buena idea.
-Schott, Sango. Tratad de poner a salvo a toda la gente que podáis. – ordenó la sheik nórgeda mientras esquivaba el intento de mordedura de uno de ellos mientras con su alfanje atravesó en su punto débil: El lomo detrás del caparazón.
Básicamente, la misión de Schott y Sango ahora sería tratar de poner un poco de cordura en aquella ciudad y salvar al mayor número de habitantes posibles. Y lo más próximo que tenían eran aquellos… ¿mercaderes? Que intentaban, liderados por un hombre lagarto, y tres lacayos, arrastrar un par de carromatos.
* * * * * * * * * *
Misión fracasada: Vuestros esfuerzos no han sido suficientes para mantener a la manada unida. Éste hecho continuará afectando al evento, concretamente a los eventos de las calles, que están ahora infestadas de kags hambrientos atacando todo lo que ven a su paso. Sea humano o vampiro. Los kags formarán manada dentro de la ciudad y erradicarlos será una tarea a realizar una vez acabe la guerra.
No olvido que lo habéis intentado. Y por ello, os dejo permanecer en el evento. El rol os ha llevado a encontraros con los ladrones Lazid Rajeesh, Matthew Owens, Rumpel, y Orome Vanadóttir, que vienen [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] (aún por finalizar, pero que parece que va por el buen camino). En la siguiente fase, irán por ahí los tiros.
Por el momento:
-Ganáis 15 puntos de experiencia.
-Ganáis 10 puntos de influencia con el gremio de la Guardia de Lunargenta. (Si Sango quiere acceder, podrá hacerlo de inmediato por su servicio).
Ger
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