Fundación de Ciudad Lagarto [3º Parte] [Trama canon][Cerrado]
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Fundación de Ciudad Lagarto [3º Parte] [Trama canon][Cerrado]
Las tareas de un Virrey no estaban muy detalladas en ningún lado. Pero, como era de esperarse, en Ciudad Lagarto el asunto era mucho más caótico. Matt había entendido rápidamente que sus obligaciones serían: “Aquellas que Lazid decidiera, en el momento en que Lazid así lo decidiera, y que dejarían de serlo cuando a Lazid ya no le interesaran”. Claro que siempre podía negarse, pero como a Owens le encantaba y consideraba fundamental el que su cabeza continuara pegada a su cuello, prefería aceptar los mandatos del Hombre-Lagarto sin rechistar.
Eso claro, si lograba encontrarlo. Matthew casi nunca pasaba cerca de la carpa en la que el Rey vivía, o como a él le gustaba decirle: El Castillo. Se suponía que estuviera allí junto con el resto de los Consejeros, un grupo de ladrones, ebrios y asesinos, pero lo habitual es que mandara a algún mensajero con una excusa poco creíble.
-¿A qué te refieres con “Asuntos oficiales”? – Dijo el Hombre-Lagarto con ambas palmas apoyadas sobre un mapa, la mesa de la sala de conferencias había sido hecha a los tamaños y gustos de Lazid, por lo que todo el resto del Consejo tenía que agacharse para señalar cosas en los planos - ¿Qué mierda podría ser más oficial que una reunión con el Rey?-
El pobre chico que Matt había enviado para que hiciera de mensajero estaba tirado en el piso con un feo golpe en la mandíbula.
-No lo sé, no me dijo nada más ¡Lo juro! – Se defendía el joven mientras se cubría la cabeza para evitar que lo siguieran golpeando.
-Bah, sáquenlo de aquí – Era evidente que Matthew había agarrado al primer tonto que se le había cruzado, no lograría sacarle ningún dato relevante – Maldito estafador bueno para nada… - Murmuraba Lazid - ¿A qué esperan? ¡Vayan a buscarlo!
-¡¡Que empiece el primer acto!! – Anunciaba Matthew desde su silla en el improvisado palco.
El espectáculo era caricaturesco. En un escenario hecho en base a tablas alineadas y clavadas a los apuros, unas cortinas oscuras estaban colgadas en el fondo, tapando el resto de los materiales de la “escenografía” y a los “actores”. El público era básicamente Matt, sentado en un enorme sillón de cuero rojo que originalmente debía estar hecho para interiores, pero el Virrey había decidido que ahora lo quería afuera, y así se había hecho.
Junto a él habían varias de las prostitutas del burdel, todas exageradamente maquilladas y con vestidos que dejaban muy poco a la imaginación, usaban grandes abrigos de piel que probablemente alguna vez habían pertenecido a damas de familias con clase, ahora cubrían los voluptuosos cuerpos de unas mujeres de la vida.
En el escenario habían varios bandidos en un estado de ebriedad bastante notable, uno de ellos estaba pintado de verde, era el más bajo de todos, y se tambaleaba por el escenario mientras repetía unas líneas sin sentido. Junto a él habían varios ladrones más, uno con ropa de mujer y una peluca de pelo blanco, otro vestido de hechicero con cintas rojas en las manos que emulaban ser fuego y otros tantos que hacían de relleno.
Empujaban unas cajas atadas a una mula, unas maderas en el fondo mal pintadas hacían de edificios, y colgando por arriba de ellos había un hombre pintado de oscuro que hacía de dragón. Habían bebido tanto que eran incapaces de decir sus diálogos, de hecho, algunos directamente se tiraban a dormir en el fondo, otros hablaban sentados en el piso y uno se olvidó que los arbustos del escenario eran falsos y se puso a mear en ellos.
-Ahora viene mi parte favorita – Le dijo Matt a una de las mujeres que estaba junto a él, con una sonrisa de oreja a oreja.
Justo en ese momento entró en escena un enano con una barba y bigote falsos, el pelo arreglado hacía atrás, y un traje perfectamente prolijo.
-¡No temáis! ¡Ya he llegado yo! ¡Matthew Owens! – El verdadero Matt se puso de pie y aplaudió de modo efusivo al enano, riendo a carcajadas a la vez - ¡Sé por dónde podremos escapar! ¡Síganme y… Argh! – El hombre que hacía de dragón colgante se había mareado producto del movimiento y había terminado vomitando sobre el actor que hacía de Matthew.
-¡¡¡JAJAJA!!! – El Virrey se reía a carcajadas, le dolía el estómago de tanto reírse así que tuvo que sentarse para recuperar el aire – Maravilloso, sublime jajaja, pasen al segundo acto, jajaja -
Eso claro, si lograba encontrarlo. Matthew casi nunca pasaba cerca de la carpa en la que el Rey vivía, o como a él le gustaba decirle: El Castillo. Se suponía que estuviera allí junto con el resto de los Consejeros, un grupo de ladrones, ebrios y asesinos, pero lo habitual es que mandara a algún mensajero con una excusa poco creíble.
-¿A qué te refieres con “Asuntos oficiales”? – Dijo el Hombre-Lagarto con ambas palmas apoyadas sobre un mapa, la mesa de la sala de conferencias había sido hecha a los tamaños y gustos de Lazid, por lo que todo el resto del Consejo tenía que agacharse para señalar cosas en los planos - ¿Qué mierda podría ser más oficial que una reunión con el Rey?-
El pobre chico que Matt había enviado para que hiciera de mensajero estaba tirado en el piso con un feo golpe en la mandíbula.
-No lo sé, no me dijo nada más ¡Lo juro! – Se defendía el joven mientras se cubría la cabeza para evitar que lo siguieran golpeando.
-Bah, sáquenlo de aquí – Era evidente que Matthew había agarrado al primer tonto que se le había cruzado, no lograría sacarle ningún dato relevante – Maldito estafador bueno para nada… - Murmuraba Lazid - ¿A qué esperan? ¡Vayan a buscarlo!
------A muchas carpas de distancia------
-¡¡Que empiece el primer acto!! – Anunciaba Matthew desde su silla en el improvisado palco.
El espectáculo era caricaturesco. En un escenario hecho en base a tablas alineadas y clavadas a los apuros, unas cortinas oscuras estaban colgadas en el fondo, tapando el resto de los materiales de la “escenografía” y a los “actores”. El público era básicamente Matt, sentado en un enorme sillón de cuero rojo que originalmente debía estar hecho para interiores, pero el Virrey había decidido que ahora lo quería afuera, y así se había hecho.
Junto a él habían varias de las prostitutas del burdel, todas exageradamente maquilladas y con vestidos que dejaban muy poco a la imaginación, usaban grandes abrigos de piel que probablemente alguna vez habían pertenecido a damas de familias con clase, ahora cubrían los voluptuosos cuerpos de unas mujeres de la vida.
En el escenario habían varios bandidos en un estado de ebriedad bastante notable, uno de ellos estaba pintado de verde, era el más bajo de todos, y se tambaleaba por el escenario mientras repetía unas líneas sin sentido. Junto a él habían varios ladrones más, uno con ropa de mujer y una peluca de pelo blanco, otro vestido de hechicero con cintas rojas en las manos que emulaban ser fuego y otros tantos que hacían de relleno.
Empujaban unas cajas atadas a una mula, unas maderas en el fondo mal pintadas hacían de edificios, y colgando por arriba de ellos había un hombre pintado de oscuro que hacía de dragón. Habían bebido tanto que eran incapaces de decir sus diálogos, de hecho, algunos directamente se tiraban a dormir en el fondo, otros hablaban sentados en el piso y uno se olvidó que los arbustos del escenario eran falsos y se puso a mear en ellos.
-Ahora viene mi parte favorita – Le dijo Matt a una de las mujeres que estaba junto a él, con una sonrisa de oreja a oreja.
Justo en ese momento entró en escena un enano con una barba y bigote falsos, el pelo arreglado hacía atrás, y un traje perfectamente prolijo.
-¡No temáis! ¡Ya he llegado yo! ¡Matthew Owens! – El verdadero Matt se puso de pie y aplaudió de modo efusivo al enano, riendo a carcajadas a la vez - ¡Sé por dónde podremos escapar! ¡Síganme y… Argh! – El hombre que hacía de dragón colgante se había mareado producto del movimiento y había terminado vomitando sobre el actor que hacía de Matthew.
-¡¡¡JAJAJA!!! – El Virrey se reía a carcajadas, le dolía el estómago de tanto reírse así que tuvo que sentarse para recuperar el aire – Maravilloso, sublime jajaja, pasen al segundo acto, jajaja -
Última edición por Matthew Owens el Miér Ene 23 2019, 14:07, editado 1 vez
Matthew Owens
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Re: Fundación de Ciudad Lagarto [3º Parte] [Trama canon][Cerrado]
Thaiss observaba el pequeño espectáculo de pie junto a la última fila de asientos. Le encantaba el arte, por supuesto: la música, el teatro, los juglares... incluso los dibujos de niños hechos con tiza en el suelo le parecían muy bien. Y aunque por lo general no sabía mucho cómo distinguir si un espectáculo era "bueno" o era "malo", era difícil negar que el que estaba viendo ahora mismo tenía muy pocos méritos. Aun así aplaudió con convencimiento, según le pareció adecuado, en momentos aleatorios en medio de una frase sin sentido, o cuando caía un chorro de vómito especialmente llamativo.
- El virrey y su doble son como dos gotas de agua - comentaba en voz alta -. De hecho, creo que nos están engañando a todos: el que está en el escenario debe ser el actor, y el que está abajo debe ser el real, y no lo contrario.
Estos comentarios se los dedicaba a una mujer que se encontraba sentada a su lado. La mujer llevaba uno de aquellos preciosos abrigos de señora pudiente que tan bien vendrían para pasar una noche de frío, pero que ahora mismo parecían innecesarios. ¿Acaso se había equivocado de ciudad? Este lugar no se parecía a lo que le habían vendido en Lunargenta, cuando había escuchado por primera vez la grandiosa gesta de los ladrones: una historia de emoción, traiciones, asesinatos y mucho oro. Y también de un tal Lazid y un Matthew Owens y otros tantos ladrones ahora famosos.
Qué error para un ladrón. Ser famoso.
- ¿Sabías que su nombre real no es Matthew Owens? - Siguiendo el hilo de sus pensamientos, continuó hablándole a la mujer, ya que ella no había respondido. Thaiss se quedó mirándola muy fijamente hasta que ella le devolvió la mirada. Se hacía la molesta ante aquella desconocida que le hablaba, pero la ladrona supo ver un brillo de curiosidad en sus ojos, así que asintió exageradamente, abrió mucho los ojos y siguió hablando -. Lo sé porque nos criamos en el mismo barrio de Lunargenta. De pequeños todos nos burlábamos de él porque una vez se cayó a la pocilga y como tenía miedo al agua apestó hasta que su madre se cansó y lo tiró al pozo. ¿Has visto la cara que pone cuando le acercas un vaso de agua? Intenta disimular, pero el miedo sigue allí. Pruébalo un día. Pero con disimulo. Esta historia es un trauma para él, por eso ahora va tan exageradamente prolijo y correcto. No se lo digas a nadie, entre tú y yo. Se enfadaría mucho. Aunque más se enfadaría si te digo su nombre real. Bueno, dile que dije hola.
Dicho esto se dio la vuelta y se alejó del escenario, sin dejar su nombre ni nada por el estilo. No había nada como el anonimato, y muy poca gente en aquel campamento sabía quién era ella. A su alrededor se asomaba tímidamente el inicio de una ciudad, pero aún le faltaba todo lo que le da carisma a un lugar. No había callejones oscuros en los que esconderse. No había mansiones grandilocuentes en las que fijarse. No había nada que pareciera una panadería o una tienda de golosinas. Lo único que veía era carpas y grupos de hombres armando revuelo, diciendo cosas como "¿Dónde está el virrey?".
- Yo sé dónde está- indicó muy solicitamente, con una bonita sonrisa y un pestañeo inocente -. ¿Lo buscáis para algo?
- Bien. Sí. Dime - El hombre tenía tanta prisa que no era muy coherente - ¿Dónde está?
- Está ocupado -. De golpe toda su proactividad y sus aparentes ganas de ayudar se habían esfumado -; así que si no es importante... No sé...
- Ya vale con lo de "asuntos oficiales". ¡Lazid lo espera y Lazid tiene poca paciencia! ¿Dónde está?
Thaiss hizo como que dudaba durante unos largos segundos y finalmente señaló hacia donde se encontraba el escenario.
- Pero no digáis que os lo dije yo. Se estaba riendo diciendo que había dejado a ese estúpido Lazid plantado, y que ver un espectáculo de borrachos era más divertido que acudir a reuniones. Así que imagino que no estará muy contento de veros.
- El virrey y su doble son como dos gotas de agua - comentaba en voz alta -. De hecho, creo que nos están engañando a todos: el que está en el escenario debe ser el actor, y el que está abajo debe ser el real, y no lo contrario.
Estos comentarios se los dedicaba a una mujer que se encontraba sentada a su lado. La mujer llevaba uno de aquellos preciosos abrigos de señora pudiente que tan bien vendrían para pasar una noche de frío, pero que ahora mismo parecían innecesarios. ¿Acaso se había equivocado de ciudad? Este lugar no se parecía a lo que le habían vendido en Lunargenta, cuando había escuchado por primera vez la grandiosa gesta de los ladrones: una historia de emoción, traiciones, asesinatos y mucho oro. Y también de un tal Lazid y un Matthew Owens y otros tantos ladrones ahora famosos.
Qué error para un ladrón. Ser famoso.
- ¿Sabías que su nombre real no es Matthew Owens? - Siguiendo el hilo de sus pensamientos, continuó hablándole a la mujer, ya que ella no había respondido. Thaiss se quedó mirándola muy fijamente hasta que ella le devolvió la mirada. Se hacía la molesta ante aquella desconocida que le hablaba, pero la ladrona supo ver un brillo de curiosidad en sus ojos, así que asintió exageradamente, abrió mucho los ojos y siguió hablando -. Lo sé porque nos criamos en el mismo barrio de Lunargenta. De pequeños todos nos burlábamos de él porque una vez se cayó a la pocilga y como tenía miedo al agua apestó hasta que su madre se cansó y lo tiró al pozo. ¿Has visto la cara que pone cuando le acercas un vaso de agua? Intenta disimular, pero el miedo sigue allí. Pruébalo un día. Pero con disimulo. Esta historia es un trauma para él, por eso ahora va tan exageradamente prolijo y correcto. No se lo digas a nadie, entre tú y yo. Se enfadaría mucho. Aunque más se enfadaría si te digo su nombre real. Bueno, dile que dije hola.
Dicho esto se dio la vuelta y se alejó del escenario, sin dejar su nombre ni nada por el estilo. No había nada como el anonimato, y muy poca gente en aquel campamento sabía quién era ella. A su alrededor se asomaba tímidamente el inicio de una ciudad, pero aún le faltaba todo lo que le da carisma a un lugar. No había callejones oscuros en los que esconderse. No había mansiones grandilocuentes en las que fijarse. No había nada que pareciera una panadería o una tienda de golosinas. Lo único que veía era carpas y grupos de hombres armando revuelo, diciendo cosas como "¿Dónde está el virrey?".
- Yo sé dónde está- indicó muy solicitamente, con una bonita sonrisa y un pestañeo inocente -. ¿Lo buscáis para algo?
- Bien. Sí. Dime - El hombre tenía tanta prisa que no era muy coherente - ¿Dónde está?
- Está ocupado -. De golpe toda su proactividad y sus aparentes ganas de ayudar se habían esfumado -; así que si no es importante... No sé...
- Ya vale con lo de "asuntos oficiales". ¡Lazid lo espera y Lazid tiene poca paciencia! ¿Dónde está?
Thaiss hizo como que dudaba durante unos largos segundos y finalmente señaló hacia donde se encontraba el escenario.
- Pero no digáis que os lo dije yo. Se estaba riendo diciendo que había dejado a ese estúpido Lazid plantado, y que ver un espectáculo de borrachos era más divertido que acudir a reuniones. Así que imagino que no estará muy contento de veros.
Thaiss
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Re: Fundación de Ciudad Lagarto [3º Parte] [Trama canon][Cerrado]
Dejó el arrugado papel sobre la mesa al tiempo en que se llevaba una pata a la sien y reía por lo bajo. A la lumbre de la vela releyó por tercera vez el contenido de la misiva, que en cada ocasión se le antojaba más y más gracioso. Matthew Owens era traicionero, desdeñable y odioso... pero sabía cómo hacer reír al arisco zorro.
Alzó los brazos y se estiró haciendo crujir cada una de sus vértebras antes de volver a recargar la mejilla contra una de sus patas observando, ensimismado, el pequeño y acogedor salón de su recién adquirido hogar. Llevaba apenas un mes allí, pero sentía que ese lugar le pertenecía desde siempre. Por fin, tras derramar sangre, sudor y lágrimas -ajenos, claro- había cumplido el sueño de tener su propia casa, con su pequeña cama, su estantería de escasos libros y su escritorio con pluma y tinta.
Pero si algo saben los de su calaña, es que uno no puede estar demasiado tiempo alejado de los problemas. La vida pacífica era preciosa, mas un depredador como él no soportaba vivir sin emociones fuertes; por eso se había alejado del cálido y reconfortante amor de la dragona y, por eso, decidía aceptar la invitación de ir a tomar un poco de aire fresco en las tierras del humano. Al fin y al cabo, su adorado hogar no se movería de donde estaba.
-Me lo tomaré como unas vacaciones... de las vacaciones. -Se dijo a sí mismo mientras hundía la pluma en el tintero.
Despreciable humano,
Seré más breve que tú, ya que mi tiempo sí que tiene valor.
¿Cómo está tu trasero? Espero que tus promiscuos amigos hayan, al menos, dejado cicatrizar la herida. En fin, no me importa mucho, así que iré al grano: Has ganado mi interés y, como te aprecio -no de la manera en que crees, degenerado- iré a echarle un ojo a ese sitio, esperando, claro, que no se trate de una ciudad repleta de maricones.
No lo es, ¿verdad? Más te vale que no lo sea.
Estaré allí para la próxima luna creciente, más o menos. Te conviene recibirme con bombo y platillo si esperas que me quede más de dos días.
Mantente vivo hasta entonces,
Zatch.
P.D.: Por cierto, ¿cómo demonios has averiguado dónde vivo?
P.D. 2: Pensabas que no sabía leer, ¿verdad? Hijo de puta.
Sacudió la carta un par de veces para secar la tinta, la enrolló y la ató a la pata de la paloma que habían enviado. Bastó dejarla ir para verla volar por donde había llegado. Luego se puso a alistar sus pocas pertenencias para salir al día siguiente: sacó la armadura de cuero, metió en un morral sus pociones, trampas y menjunjes, limpió las dagas y alimentó al Gabhar hasta saciarlo.
Al amanecer, se enfundó en su capa y partió hacia el Sur.
____________________
Zatch habría sonreído de no haber estado sintiendo cómo un dolor de los mil demonios le trepaba por el brazo. Había llegado medio día antes de lo esperado y la luna creciente aguardaba en el horizonte a que la estrella mayor se pusiera; suponía que, pese a lo temprano de su llegada, Matthew ya estaría esperándolo con todos los preparativos listos. Pero lo que deseaba en ese instante no era el recibimiento que había exigido en su carta. Lo que realmente necesitaba era alguien dispuesto a ocuparse de esa bola amorfa de vendas y sangre que, se suponía, era su pata izquierda.
La última parada del viaje había resultado en una aventura fallida y un dedo menos. Sin la atención médica oportuna, el zorro temía que la herida comenzara a infectarse y estaba convencido de que poco a poco podía sentir la extremidad cada vez más hinchada y afiebrada. Por ello, cuando llegó a Ciudad Lagarto, antes incluso de buscar al humano se encargó de encontrar a alguien capaz de impedir que su bello cuerpo se engangrenara. Bastó mencionar que era amigo de Matthew Owens -y golpear a un par de tipos con la pata sana- para que lo condujeran a una carpa donde, aseguraban, recibiría el mejor de los cuidados.
___________________
Una hora después, el zorro salía de la tienda con un gesto apacible en el rostro. Sus vendajes habían sido cambiados, un fantástico ungüento anestesiaba la herida y la amable y dulce bruja que acababa de curarlo había soltado descuidadamente información de lo más jugosa. Además de sanar su cuerpo, ella y otras jovencitas acababan de sanarle el alma con su maravillosa compañía. Matthew Owens no era ningún estúpido: sabía exactamente cómo convertir ese deprimente paraje en el sitio más acogedor.
Luego de atar a su Gabhar bajo la sombra de uno de los pocos árboles que sobrevivían en aquel lodazal, se dirigió a paso tranquilo hacia el pequeño teatro que se asomaba por detrás de las tiendas. El espectáculo le arrancó un gruñido de disgusto; no solo resultaba visualmente desagradable, sino que, tras su largo viaje a través de bosques y campos, su olfato se había desacostumbrado a tolerar la pestilencia de los humanos. Subió las escalinatas con el ceño fruncido y, llevándose un dedo al hocico y guiñando un ojo para indicar a las mujeres que hicieran silencio, se posicionó tras la silla donde el humano se retorcía a carcajadas. “¿Este imbécil no se da cuenta de lo fácil que sería matarlo ahora?”, se preguntó mientras negaba con la cabeza. Pero, aunque merecía la muerte por no haber preparado su bienvenida, se conformaría con una pequeña represalia.
Ante las miradas curiosas y escépticas de las muchachas, el zorro tomó impulso y pateó con todas sus fuerzas una de las patas del asiento, que se desprendió y golpeó en el medio de la frente a uno de los “actores” del escenario. La silla cedió ante el peso del hombre y Zatch, sonriente, lo observó desde arriba mientras los espectadores rompían en carcajadas.
-Así que olvidaste que venía, ¿eh?
Zatch
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Re: Fundación de Ciudad Lagarto [3º Parte] [Trama canon][Cerrado]
El segundo acto fue aún más desordenado que el primero. El actor que hacía de Matthew se había ido a cambiar de ropa, habían descolgado al que hacía de dragón porque luego de vomitar se había quedado inconsciente así que ya no servía para el papel. Se suponía que tenían que hacer la parte en la que se encontraban con los Kags, representados por bandidos caminando en cuatro patas, pero el ladrón que hacía de Oromë se había empezado a agarrar a los golpes con el que hacía de Lazid ya que había puesto en duda su masculinidad.
Mientras todo esto pasaba el verdadero Matt disfrutaba comiendo las galletas que Jeannie le había regalado, o al menos lo hacía cuando podía parar de reírse el tiempo suficiente como para no ahogarse. Las muchachas que estaban a su lado se reían también, pero cuando una intentó tomar unas de las galletas se ganó un golpe en la mano.
-¡Eh! Consíguete las tuyas – Luego continuó viendo el espectáculo, riendo entre dientes cada vez que alguno de los actores se caía del escenario o arrojándoles cosas cuando no podían terminar una línea.
Owens siquiera se percató de que un zorro se acercaba desde su espalda y por lo mismo no pudo hacer nada para evitar la caída cuando Zatch rompió la pata de su sillón. Cayó hacía el costado y rodó un par de veces hasta que pudo apoyar correctamente los pies y detenderse para ver quien había sido el culpable.
-¡¡Zatch!! – El gesto del estafador paso de la seriedad a una encantadora sonrisa en cuestión de segundos, aunque el zorro seguramente notaría que de alguna manera una daga había llegado a la mano de Matthew, la cual rápidamente desapareció entre los pliegues de su ropa - ¿Viniste por mí? ¡Oh cielos! No sé si mi corazón está listo aún -
Matthew no veía al Hombre-Bestia desde antes de que la Guerra de Lunargenta explotara, en cierto modo era un alivio ver que se encontraba bien. El estafador tenía los parámetros sociales tan desvirtuados que no podía definir con exactitud qué era una amistad o qué características tenía que tener alguien para considerarlo su amigo. De lo que si estaba seguro es que el zorro era una compañía agradable, y que se reía mucho cuando estaba cerca.
-Claro que no me olvidé – Respondió Owens mientras se paraba derecho y acomodaba su bonita ropa – Hasta donde sé, aún falta para la próxima luna creciente – Se acercó al zorro y pasó un brazo por arriba de sus hombros, bajando el tono de voz – Ahora dime… ¿De verdad sabias leer? –
Se esperaba que la pregunta fuera respondida con algún golpe o comentario ofensivo, así que se alejó un paso. Los “actores” aún seguían en el escenario, pero al no estar el Virrey mirando, pronto todo se desvirtuó y comenzaron a pelearse.
-Ven, tenemos que ponernos al día, tengo miles de cosas para contarte – Matt le hizo un gesto para que lo siguiera, pero no habían caminado demasiado cuando vieron a unos sujetos acercándose y señalar a Owens – Oh, oh, seguramente a esos los envió Lazid- El estafador hizo un gesto de desagrado – El plan es deshacernos de ellos de modo no agresivo – Le susurro a Zatch, confiaba en que él sabría qué hacer, o al menos podría seguirle la corriente – ¡Buenos días caballeros!- Los saludó con su habitual sonrisa encantadora.
-Nada de “buenos días”, te vienes con nosotros Matt – Luego de eso miraron al zorro – A ti no te necesitamos, vete –
-Disculpa – Dijo por fin, saliendo desde atrás de una de las carpas – He visto lo que has hecho, soy del periódico “Ocurrencias Públicas” ¿Podría hacerte algunas preguntas? – Antes de que la joven le confirmara nada ya había sacado el anotador nuevamente y estaba lista para comenzar.
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Mientras todo esto pasaba el verdadero Matt disfrutaba comiendo las galletas que Jeannie le había regalado, o al menos lo hacía cuando podía parar de reírse el tiempo suficiente como para no ahogarse. Las muchachas que estaban a su lado se reían también, pero cuando una intentó tomar unas de las galletas se ganó un golpe en la mano.
-¡Eh! Consíguete las tuyas – Luego continuó viendo el espectáculo, riendo entre dientes cada vez que alguno de los actores se caía del escenario o arrojándoles cosas cuando no podían terminar una línea.
Owens siquiera se percató de que un zorro se acercaba desde su espalda y por lo mismo no pudo hacer nada para evitar la caída cuando Zatch rompió la pata de su sillón. Cayó hacía el costado y rodó un par de veces hasta que pudo apoyar correctamente los pies y detenderse para ver quien había sido el culpable.
-¡¡Zatch!! – El gesto del estafador paso de la seriedad a una encantadora sonrisa en cuestión de segundos, aunque el zorro seguramente notaría que de alguna manera una daga había llegado a la mano de Matthew, la cual rápidamente desapareció entre los pliegues de su ropa - ¿Viniste por mí? ¡Oh cielos! No sé si mi corazón está listo aún -
Matthew no veía al Hombre-Bestia desde antes de que la Guerra de Lunargenta explotara, en cierto modo era un alivio ver que se encontraba bien. El estafador tenía los parámetros sociales tan desvirtuados que no podía definir con exactitud qué era una amistad o qué características tenía que tener alguien para considerarlo su amigo. De lo que si estaba seguro es que el zorro era una compañía agradable, y que se reía mucho cuando estaba cerca.
-Claro que no me olvidé – Respondió Owens mientras se paraba derecho y acomodaba su bonita ropa – Hasta donde sé, aún falta para la próxima luna creciente – Se acercó al zorro y pasó un brazo por arriba de sus hombros, bajando el tono de voz – Ahora dime… ¿De verdad sabias leer? –
Se esperaba que la pregunta fuera respondida con algún golpe o comentario ofensivo, así que se alejó un paso. Los “actores” aún seguían en el escenario, pero al no estar el Virrey mirando, pronto todo se desvirtuó y comenzaron a pelearse.
-Ven, tenemos que ponernos al día, tengo miles de cosas para contarte – Matt le hizo un gesto para que lo siguiera, pero no habían caminado demasiado cuando vieron a unos sujetos acercándose y señalar a Owens – Oh, oh, seguramente a esos los envió Lazid- El estafador hizo un gesto de desagrado – El plan es deshacernos de ellos de modo no agresivo – Le susurro a Zatch, confiaba en que él sabría qué hacer, o al menos podría seguirle la corriente – ¡Buenos días caballeros!- Los saludó con su habitual sonrisa encantadora.
-Nada de “buenos días”, te vienes con nosotros Matt – Luego de eso miraron al zorro – A ti no te necesitamos, vete –
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Aunque ninguno de los presentes lo había notado, una joven observaba con atención toda la escena, llevaba un anotador en su mano el cual ya tenía una buena cantidad de palabras garabateadas. Sonrió con astucia cuando vio a la muchacha enviar a los guardias directamente hacía donde estaba el Virrey, cerró su cuadernos y lo guardo en un bolsillo interno de la chaqueta. Con mucho cuidado se fue moviendo por entre las carpas, siguiendo a la chica que había causado el alboroto, la mente naturalmente curiosa de Pipa Wright no dejaba de hacerse preguntas ¿Quién era ella? ¿Era solo una oportunista? ¿Qué estaba planeando? ¿Tenía algo contra el Virrey? -Disculpa – Dijo por fin, saliendo desde atrás de una de las carpas – He visto lo que has hecho, soy del periódico “Ocurrencias Públicas” ¿Podría hacerte algunas preguntas? – Antes de que la joven le confirmara nada ya había sacado el anotador nuevamente y estaba lista para comenzar.
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Re: Fundación de Ciudad Lagarto [3º Parte] [Trama canon][Cerrado]
Thaiss volvió hacia el escenario siguiendo a los hombres. Parecían enfadados, así que pensó que podría ser divertido ver la interacción que tendrían con Matthew Owens. Al menos ella no tenía nada mejor que hacer en aquel momento que ver los resultados de sus propias acciones. Ya estaba cerca del escenario, a una distancia prudente pero desde la que podía observar los acontecimientos, cuando una mujer se le acercó inesperadamente.
- ¡Ocurrencias Públicas! ¡Es mi periódico favorito! - se exclamó Thaiss, muy convencida y entusiasmada -. ¿No puede ser que tu seas la famosa...?
- Pipa. Pipa Wright - respondió cuando Thaiss no siguió la frase. Estaba un poco sorprendida: no solía pasar que la reconocieran de aquella manera, pero en el fondo le gustaba haberse encontrado con alguien que apreciara su periodismo.
- Eso era. Me encantaría poder ayudarte, pregúntame todo lo que quieras. Yo también tengo preguntas. ¿De verdad ocurrió lo que explicaste en tu último artículo sobre el hombre ese que había hecho eso? ¿Cómo conseguiste que lo admitiera? ¿Tuviste que contratar a un mercenario para que lo torturara como he escuchado por ahí? ¿Es cierto que tienes el record de escritura de palabras por minuto? ¿Qué te inspiró para hacerte reportera cuando eras pequeña? ¿De qué irá tu próximo artículo? ¿Cuál será el siguiente gallo ganador en las peleas de gallos de Lunargenta?
Pipa podría haber tardado horas en sortear todas las preguntas que le estaba haciendo aquella mujer. Por mucho que le gustara que leyeran su periódico, ella estaba allí para encontrar nuevos titulares y hacer un especial sobre Ciudad Lagarto: el paraíso de los ladrones. ¡No tenía tiempo que perder con cualquier otra cosa! Y menos con preguntas tan poco interesantes.
- El artículo irá sobre Ciudad Lagarto - atajó, volviendo a lo que le interesaba y preparando su cuaderno y lápiz. Antes de que Thaiss pudiera preguntarle cualquier otra cosa, comenzó a preguntar ella -. ¿Cuánto tiempo llevas aquí? ¿Qué opinas de Ciudad Lagarto? ¿Has oído hablar de cualquier historia que merezca ser investigada? ¿Qué puedes decirme de Matthew Owens, el virrey?
La pregunta más importante era la última, pero todas las demás eran también necesarias para ir entrando al tema. Pipa comenzó a escribir inmediatamente, moviendo el lápiz con velocidad y tomando apuntes tanto de lo que respondía Thaiss, como de su forma de responder, como de lo que estaba pasando a su alrededor en ese mismo momento. Ella también tenía un oído puesto en lo que ocurría en el escenario.
- Ciudad Lagarto es una idea preciosa, en teoría. Se supone que esto va a ser un paraíso en tierra, un lugar sin ley pero con ley en el que todos seremos felices. Al mismo tiempo, ¿no es interesante cómo de golpe ha bajado el nivel de criminalidad de Lunargenta sólo porque todos los ladrones y asesinos han venido aquí? Pero apuesto lo que quieras a que no durará mucho y poco a poco volveran a la gran ciudad. He oído que en realidad es una estratagema: Lazid ha sido contratado únicamente para juntar a todos los ladrones en el mismo sitio. La idea es que, ahora que los tienen aquí, los bios destruirán esta zona del mapa y, con ello, desaparecerán todos estos problemas. El virrey, por su parte, no está al tanto de esto y va por su cuenta. Es un hombre horrible. Deberías ir con cuidado: aquí todas las mujeres terminan en su harén. ¡Incluso mi hermana pequeña, de a penas catorce años!
- ¿Así que tienes algo personal contra él? - Quiso confirmar Pipa. ¡Sus sospechas habían sido correctas!
- Sólo me duele que no haya perdona a mi hermana, después de que él y yo nos conozcamos desde hace tanto tiempo. Antes éramos amigos, más o menos; o lo más cercano a "amigos" que tenía él. Siempre fue un chico um, digamos, "diferente"; ya sabes, no se juntaba mucho con nadie más. Debería haber sido zapatero, como sus padres, pero algo fue mal en el camino. "Matthew Owens" es un nombre falso, una nueva identidad inventada. ¿Qué te parece eso como exclusiva? Muy poca gente lo sabe.
Los ojos de Pipa brillaron ante la posibilidad de romper una exclusiva sobre el nuevo virrey de Ciudad Lagarto. Aquella mujer decía cosas un poco extrañas, sin duda, y algunas de ellas tendría que confirmar que eran verdad antes de publicarlas. Pero si había conocido a Matthew Owens cuando eran pequeños, parecía una fuente fiable en cuanto a su nombre real. Identidad Secreta Desvelada: El Virrey de Ciudad Lagarto, Nada Mas Que Un Niño Incomprendido. De Zapatero A Virrey De Ciudad Lagarto: Como Un Cambio De Nombre Creo Al Ladron Mas Famoso Del Momento. Matthew Owens: Un Nombre Famoso, Un Nombre Falso. Su mente imaginaba un posible titular tras el otro.
- ¿Y cómo dices que se llama en realidad...?
- ¡Ocurrencias Públicas! ¡Es mi periódico favorito! - se exclamó Thaiss, muy convencida y entusiasmada -. ¿No puede ser que tu seas la famosa...?
- Pipa. Pipa Wright - respondió cuando Thaiss no siguió la frase. Estaba un poco sorprendida: no solía pasar que la reconocieran de aquella manera, pero en el fondo le gustaba haberse encontrado con alguien que apreciara su periodismo.
- Eso era. Me encantaría poder ayudarte, pregúntame todo lo que quieras. Yo también tengo preguntas. ¿De verdad ocurrió lo que explicaste en tu último artículo sobre el hombre ese que había hecho eso? ¿Cómo conseguiste que lo admitiera? ¿Tuviste que contratar a un mercenario para que lo torturara como he escuchado por ahí? ¿Es cierto que tienes el record de escritura de palabras por minuto? ¿Qué te inspiró para hacerte reportera cuando eras pequeña? ¿De qué irá tu próximo artículo? ¿Cuál será el siguiente gallo ganador en las peleas de gallos de Lunargenta?
Pipa podría haber tardado horas en sortear todas las preguntas que le estaba haciendo aquella mujer. Por mucho que le gustara que leyeran su periódico, ella estaba allí para encontrar nuevos titulares y hacer un especial sobre Ciudad Lagarto: el paraíso de los ladrones. ¡No tenía tiempo que perder con cualquier otra cosa! Y menos con preguntas tan poco interesantes.
- El artículo irá sobre Ciudad Lagarto - atajó, volviendo a lo que le interesaba y preparando su cuaderno y lápiz. Antes de que Thaiss pudiera preguntarle cualquier otra cosa, comenzó a preguntar ella -. ¿Cuánto tiempo llevas aquí? ¿Qué opinas de Ciudad Lagarto? ¿Has oído hablar de cualquier historia que merezca ser investigada? ¿Qué puedes decirme de Matthew Owens, el virrey?
La pregunta más importante era la última, pero todas las demás eran también necesarias para ir entrando al tema. Pipa comenzó a escribir inmediatamente, moviendo el lápiz con velocidad y tomando apuntes tanto de lo que respondía Thaiss, como de su forma de responder, como de lo que estaba pasando a su alrededor en ese mismo momento. Ella también tenía un oído puesto en lo que ocurría en el escenario.
- Ciudad Lagarto es una idea preciosa, en teoría. Se supone que esto va a ser un paraíso en tierra, un lugar sin ley pero con ley en el que todos seremos felices. Al mismo tiempo, ¿no es interesante cómo de golpe ha bajado el nivel de criminalidad de Lunargenta sólo porque todos los ladrones y asesinos han venido aquí? Pero apuesto lo que quieras a que no durará mucho y poco a poco volveran a la gran ciudad. He oído que en realidad es una estratagema: Lazid ha sido contratado únicamente para juntar a todos los ladrones en el mismo sitio. La idea es que, ahora que los tienen aquí, los bios destruirán esta zona del mapa y, con ello, desaparecerán todos estos problemas. El virrey, por su parte, no está al tanto de esto y va por su cuenta. Es un hombre horrible. Deberías ir con cuidado: aquí todas las mujeres terminan en su harén. ¡Incluso mi hermana pequeña, de a penas catorce años!
- ¿Así que tienes algo personal contra él? - Quiso confirmar Pipa. ¡Sus sospechas habían sido correctas!
- Sólo me duele que no haya perdona a mi hermana, después de que él y yo nos conozcamos desde hace tanto tiempo. Antes éramos amigos, más o menos; o lo más cercano a "amigos" que tenía él. Siempre fue un chico um, digamos, "diferente"; ya sabes, no se juntaba mucho con nadie más. Debería haber sido zapatero, como sus padres, pero algo fue mal en el camino. "Matthew Owens" es un nombre falso, una nueva identidad inventada. ¿Qué te parece eso como exclusiva? Muy poca gente lo sabe.
Los ojos de Pipa brillaron ante la posibilidad de romper una exclusiva sobre el nuevo virrey de Ciudad Lagarto. Aquella mujer decía cosas un poco extrañas, sin duda, y algunas de ellas tendría que confirmar que eran verdad antes de publicarlas. Pero si había conocido a Matthew Owens cuando eran pequeños, parecía una fuente fiable en cuanto a su nombre real. Identidad Secreta Desvelada: El Virrey de Ciudad Lagarto, Nada Mas Que Un Niño Incomprendido. De Zapatero A Virrey De Ciudad Lagarto: Como Un Cambio De Nombre Creo Al Ladron Mas Famoso Del Momento. Matthew Owens: Un Nombre Famoso, Un Nombre Falso. Su mente imaginaba un posible titular tras el otro.
- ¿Y cómo dices que se llama en realidad...?
Thaiss
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Re: Fundación de Ciudad Lagarto [3º Parte] [Trama canon][Cerrado]
Durante un brevísimo instante, en la sonrisa del zorro pudo verse el atisbo de una alegría sincera. Él, al igual que su socio, no tenía muy en claro cuáles eran las normas establecidas de la amistad. Sabía que una asociación de esa índole consistía, a grandes rasgos, en el tácito acuerdo de que ninguno sorprendería al otro clavándole una daga por la espalda... ni literal ni figurativamente; y que ambos disfrutaban, aunque se abstuvieran de decirlo en voz alta, de su mutua compañía. En cuanto a todos los otros aspectos... simplemente estaba improvisando.
Como si no hubiera sido él el causante de la caída, se agachó frente al otro y le tendió la pata sana para ayudarlo a incorporarse, fingiendo nunca haber visto el brillo de una daga entre los pliegues de la ropa. Aunque tensó los músculos cuando el humano se acercó más de la cuenta, luego, ante la insolente pregunta, intentó propinarle un codazo entre las costillas y bufó al ser esquivado. -Tu caligrafía de mierda fue difícil de descifrar, ciertamente, pero sé leer, de seguro mejor que tú. -Respondió mientras, indignado, se peinaba el pelaje de los hombros como si Matthew lo hubiese ensuciado con solo apoyarse en él.
La conversación comenzaba a tomar un rumbo interesante, la excusa de ponerse al día era perfecta para dejar caer, como quien no quería la cosa, todo lo que la joven bruja le había contado. No podía esperar a ver la cara de Matthew Owens cuando se enterara que conocía varios de sus trapitos sucios. Por ello, la interrupción suscitó en el zorro una mueca de disgusto... que pronto derivó en la más absoluta estupefacción.
-¿Lazid? ¿¡Lazid!? -Gritó con todos los pelos erizados al tiempo en que ponía la pata sana en el medio del rostro de uno de los tipejos y lo empujaba con fuerza- ¿¡Ese hijo de puta está aquí!? ¿¡DÓNDE!?
El imbécil restante entrecerró los ojos y, como si la ira del zorro no fuera respuesta suficiente, osó preguntar:
-¿Para qué quieres saberlo?
-Para arrancarle las bolas de un tirón y hacer que se atragante con ellas. Y lo mismo te pasará a ti, amigo -se acercó al hombre tanto que sus bigotes le rozaron la cara- si no me dices dónde puedo encontrarlo en-este-preciso-instante.
El tembloroso dedo índice apuntó al Sur del campamento y hacia allá fue Zatch casi corriendo, olvidando por completo a su anfitrión y a todo lo que no fuera el escamoso y desdeñable recuerdo del rostro de Lazid. Tan enceguecido estaba por su furia, que no le importó pasar justo entre dos mujeres que charlaban en medio del camino, de su camino, y apartarlas de un manotazo.
-¡Auch! ¡Oye! -Chilló una de ellas cuando, al empujarla, accidentalmente dejó caer su libreta al lodo. Zatch paró pero, lejos de agacharse a recogerla, la pisoteó un poco antes de seguir andando.
Zatch
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Re: Fundación de Ciudad Lagarto [3º Parte] [Trama canon][Cerrado]
En líneas generales Matthew intentaba mantener una buena relación con Lazid y con todos sus matones “¿Para qué buscarse más problemas de los que ya tengo?”, pensaba el estafador, a sabiendas de que ya había una larga lista de gente que quería asesinarlo en esa ciudad. Por eso mismo cuando vio que los guardias se acercaban se mostró amable con ellos, mientras su mente maquinaba como podría salir de esa situación sin la necesidad de ir a escuchar como el Rey se quejaba por su falta de compromiso durante más de una hora.
Owens pensaba que con la llegada de Zatch tenía un aliado más, alguien que entendía sobre sus modos y sus ritmos de juegos. Cuando vio que el zorro se desencajaba y arremetía contra los guardias Matthew se lo quedó mirando con la boca abierta.
Cuando logró reaccionar ya el zorro estaba dando los primeros pasos en dirección al castillo de Lazid.
-Ey, ey, ey, espera, detengámonos a pensar solo un segundo – No había caso, Zatch parecía estar completamente ido, siquiera hacía un gesto de haber escuchado que Matt lo llamaba – Zatch escúchame, de verdad que hacerle eso a las bolas de Lazid es una pésima idea – “Y hasta físicamente poco probable” agregó internamente Matt, de haber estado el zorro de mejor humor hubiese compartido el chiste con él – Él es el Rey aquí, no lo digo en sentido figurado, ES literalmente el Rey ¿Entiendes? Te colgara en la plaza pública en construcción más cercana –
En su furia Zatch empujo a un par de mujeres que estaban hablando, tirando la libreta de una de ellas. Owens estaba preocupado por la situación, pero no lo suficiente como para no ser educado, por lo que se detuvo y recogió el cuaderno para devolvérselo a la joven.
-Sepa disculpar los modales de mi amigo, hoy no es un buen día para él y… - Se detuvo de inmediato cuando vio la cara de la muchacha que la acompañaba. La piel generalmente morena de Matt se puso pálida y abrió mucho los ojos - … - Abrió la boca pero no pudo articular palabras, pronto reaccionó “No puede ser ella, tampoco se parece tanto ¡Habla imbécil!” – Y seguro no quiso ser tan descortés, se lo aseguro – Miro nuevamente de reojo a la muchacha, repitiéndose a sí mismo que era imposible que fuera la misma – Ahora si me disculpan –
Hizo una pequeña reverencia y volvió con Zatch, pero miro por arriba de su hombro mientras se alejaba. Toda una ola de recuerdos se abalanzaban sobre Matthew y por unos segundos pareció ser demasiado como para poder aguantarlo. Era un pésimo momento para que los problemas del pasado decidieran aparecerse, y mucho más si eran en la forma de ese Ser Desesperante e Irritante.
-Zatch, debes detenerte – Lo agarró con fuerza del brazo y le habló por primera vez en tono serio – Si sigues avanzando vas directo al suicidio ¿Es eso lo que quieres? ¿Pasaste por tantos problemas solo para llegar y dejarte asesinar? Vamos, espero algo un poco más elaborado del día de tu muerte – Lo soltó porque retenerlo a la fuerza tampoco era una opción, si el zorro en verdad quería seguir adelante Matthew no podría detenerlo – No sé qué te hizo Lazid, pero conociéndolo no debió ser nada agradable. Aun así, es preferible que te calmes y vengas conmigo. Pensemos el cómo fastidiarlo juntos ¿De acuerdo? –
El Hombre- bestia era un valioso recurso para Matthew, en la medida de lo posible prefería no perderlo, mucho menos si era por una tonta pelea del pasado. Owens se hizo a un lado y le señalo en la dirección contraria.
-Por allí queda mi carpa ¿Vienes? -
Owens pensaba que con la llegada de Zatch tenía un aliado más, alguien que entendía sobre sus modos y sus ritmos de juegos. Cuando vio que el zorro se desencajaba y arremetía contra los guardias Matthew se lo quedó mirando con la boca abierta.
Cuando logró reaccionar ya el zorro estaba dando los primeros pasos en dirección al castillo de Lazid.
-Ey, ey, ey, espera, detengámonos a pensar solo un segundo – No había caso, Zatch parecía estar completamente ido, siquiera hacía un gesto de haber escuchado que Matt lo llamaba – Zatch escúchame, de verdad que hacerle eso a las bolas de Lazid es una pésima idea – “Y hasta físicamente poco probable” agregó internamente Matt, de haber estado el zorro de mejor humor hubiese compartido el chiste con él – Él es el Rey aquí, no lo digo en sentido figurado, ES literalmente el Rey ¿Entiendes? Te colgara en la plaza pública en construcción más cercana –
En su furia Zatch empujo a un par de mujeres que estaban hablando, tirando la libreta de una de ellas. Owens estaba preocupado por la situación, pero no lo suficiente como para no ser educado, por lo que se detuvo y recogió el cuaderno para devolvérselo a la joven.
-Sepa disculpar los modales de mi amigo, hoy no es un buen día para él y… - Se detuvo de inmediato cuando vio la cara de la muchacha que la acompañaba. La piel generalmente morena de Matt se puso pálida y abrió mucho los ojos - … - Abrió la boca pero no pudo articular palabras, pronto reaccionó “No puede ser ella, tampoco se parece tanto ¡Habla imbécil!” – Y seguro no quiso ser tan descortés, se lo aseguro – Miro nuevamente de reojo a la muchacha, repitiéndose a sí mismo que era imposible que fuera la misma – Ahora si me disculpan –
Hizo una pequeña reverencia y volvió con Zatch, pero miro por arriba de su hombro mientras se alejaba. Toda una ola de recuerdos se abalanzaban sobre Matthew y por unos segundos pareció ser demasiado como para poder aguantarlo. Era un pésimo momento para que los problemas del pasado decidieran aparecerse, y mucho más si eran en la forma de ese Ser Desesperante e Irritante.
-Zatch, debes detenerte – Lo agarró con fuerza del brazo y le habló por primera vez en tono serio – Si sigues avanzando vas directo al suicidio ¿Es eso lo que quieres? ¿Pasaste por tantos problemas solo para llegar y dejarte asesinar? Vamos, espero algo un poco más elaborado del día de tu muerte – Lo soltó porque retenerlo a la fuerza tampoco era una opción, si el zorro en verdad quería seguir adelante Matthew no podría detenerlo – No sé qué te hizo Lazid, pero conociéndolo no debió ser nada agradable. Aun así, es preferible que te calmes y vengas conmigo. Pensemos el cómo fastidiarlo juntos ¿De acuerdo? –
El Hombre- bestia era un valioso recurso para Matthew, en la medida de lo posible prefería no perderlo, mucho menos si era por una tonta pelea del pasado. Owens se hizo a un lado y le señalo en la dirección contraria.
-Por allí queda mi carpa ¿Vienes? -
Matthew Owens
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Re: Fundación de Ciudad Lagarto [3º Parte] [Trama canon][Cerrado]
- Qué maleducado, ¿verdad? - comentó Thaiss, al mismo tiempo que apoyaba un codo sobre la otra mano y hacía cero amago de ir a ayudar a recoger el cuadernillo.
Pipa no estaba contenta. Acababa de tener algunas de sus mejores ideas y allí estaban, ¡manchadas de barro! Aún podría haber salvado la libreta si el hombre no la hubiera pisoteado inmediatamente después.
- ¡El que tiene que pedir disculpas es él! - Se exclamó Pipa, muy indignada, cuando Matthew pidió perdón en nombre del hombre bestia. Mal, Pipa, ¡mal! Debería haber aprovechado la oportunidad para coger al virrey de la oreja y preguntarle su versión de la historia, pero estaba demasiado ocupada no dejándose pisotear por aquellos maleducados.
- Sí, discúlpalo - dijo Thaiss, dándole la razón -. Son sus costumbres locales, no podemos cuestionarlas.
Le dedicó una sonrisa, un parpadeo inocente y un saludo con los dedos a Matthew cuando él la miró, por un instante atascado con la boca un poco abierta. Pero el momento pasó muy rápido y al segundo siguiente Thaiss y Pipa volvían a estar solas.
- ¿Ves? Se ha sorprendido de verme aquí; no le dije que venía. ¿Sigues teniendo el nombre apuntado?
Pipa hizo lo que pudo por limpiar su valiosísima libreta, aún cubierta de barro, aunque aquello significó mancharse las mangas en el intento.
- Sí, lo tengo - frunció el ceño. Se acordaría de esa.
- Mira, me siento fatal por esto. Te iba a pedir unos aeros por algo más de información, pero te lo daré gratis. No te quedes con esta imagen de los ladrones: sí, se matan los unos a los otros, no tienen ley, ponen a todas sus mujeres en un burdel y a las que no consiguen convencerlas les dan codazos y les tiran libretas al suelo, y su comida es horrible... pero en el fondo son buena gente. O al menos te acostumbras a su forma de ser mala gente. Es muy predecible. ¿Ves que yo esté llevando una libreta? No, porque ya sé que las tiran al suelo. Les frustra eso de no saber leer.
Pipa, aún de malhumor, volvió a prepararse para seguir escribiendo. Sus lectores se merecían la historia completa, independientemente de lo difícil que fuera conseguirla.
- El que te acaba de empujar es Zatch - sabía el nombre únicamente porque Matthew lo había llamado al pasar -, pero se lo conoce como "Patita Rota", o simplemente "Pati". Se llama así porque... bueno, ya lo viste: tiene una patita malherida. Pero siempre la tiene, porque siempre se apaña para que salte una trampa, o se le incendie la cocina, o se la pise un caballo, lo típico. Si alguna vez necesitas matar a un competidor o robar pruebas incriminantes para una exclusiva, él te hará un muy buen precio. Lo más probable es que no consiga lo que le pediste... Pero lo importante es que lo habrá intentado.
Pasó un rato más hablando de Ciudad Lagarto y, en suma, contándole cómo todo era en teoría maravilloso pero dando ejemplos prácticos de cómo no era así. Finalmente le recomendó que fuera a la carpa de Lazid a escuchar desde fuera las conversaciones que se mantenían en el interior. ¡Eso la convencería de que este era un proyecto sano y fuerte! Las escucharía con facilidad, le dijo, porque los ladrones gritaban mucho cuando se peleaba... Y siempre se peleaban.
Finalmente, Thaiss se excusó diciendo estar agotada de tanta entrevista y escapó de las manos de Pipa. Ya había hecho suficiente en aquel frente por el momento. Y tenía alguien con quien reencontrarse.
Pipa no estaba contenta. Acababa de tener algunas de sus mejores ideas y allí estaban, ¡manchadas de barro! Aún podría haber salvado la libreta si el hombre no la hubiera pisoteado inmediatamente después.
- ¡El que tiene que pedir disculpas es él! - Se exclamó Pipa, muy indignada, cuando Matthew pidió perdón en nombre del hombre bestia. Mal, Pipa, ¡mal! Debería haber aprovechado la oportunidad para coger al virrey de la oreja y preguntarle su versión de la historia, pero estaba demasiado ocupada no dejándose pisotear por aquellos maleducados.
- Sí, discúlpalo - dijo Thaiss, dándole la razón -. Son sus costumbres locales, no podemos cuestionarlas.
Le dedicó una sonrisa, un parpadeo inocente y un saludo con los dedos a Matthew cuando él la miró, por un instante atascado con la boca un poco abierta. Pero el momento pasó muy rápido y al segundo siguiente Thaiss y Pipa volvían a estar solas.
- ¿Ves? Se ha sorprendido de verme aquí; no le dije que venía. ¿Sigues teniendo el nombre apuntado?
Pipa hizo lo que pudo por limpiar su valiosísima libreta, aún cubierta de barro, aunque aquello significó mancharse las mangas en el intento.
- Sí, lo tengo - frunció el ceño. Se acordaría de esa.
- Mira, me siento fatal por esto. Te iba a pedir unos aeros por algo más de información, pero te lo daré gratis. No te quedes con esta imagen de los ladrones: sí, se matan los unos a los otros, no tienen ley, ponen a todas sus mujeres en un burdel y a las que no consiguen convencerlas les dan codazos y les tiran libretas al suelo, y su comida es horrible... pero en el fondo son buena gente. O al menos te acostumbras a su forma de ser mala gente. Es muy predecible. ¿Ves que yo esté llevando una libreta? No, porque ya sé que las tiran al suelo. Les frustra eso de no saber leer.
Pipa, aún de malhumor, volvió a prepararse para seguir escribiendo. Sus lectores se merecían la historia completa, independientemente de lo difícil que fuera conseguirla.
- El que te acaba de empujar es Zatch - sabía el nombre únicamente porque Matthew lo había llamado al pasar -, pero se lo conoce como "Patita Rota", o simplemente "Pati". Se llama así porque... bueno, ya lo viste: tiene una patita malherida. Pero siempre la tiene, porque siempre se apaña para que salte una trampa, o se le incendie la cocina, o se la pise un caballo, lo típico. Si alguna vez necesitas matar a un competidor o robar pruebas incriminantes para una exclusiva, él te hará un muy buen precio. Lo más probable es que no consiga lo que le pediste... Pero lo importante es que lo habrá intentado.
Pasó un rato más hablando de Ciudad Lagarto y, en suma, contándole cómo todo era en teoría maravilloso pero dando ejemplos prácticos de cómo no era así. Finalmente le recomendó que fuera a la carpa de Lazid a escuchar desde fuera las conversaciones que se mantenían en el interior. ¡Eso la convencería de que este era un proyecto sano y fuerte! Las escucharía con facilidad, le dijo, porque los ladrones gritaban mucho cuando se peleaba... Y siempre se peleaban.
Finalmente, Thaiss se excusó diciendo estar agotada de tanta entrevista y escapó de las manos de Pipa. Ya había hecho suficiente en aquel frente por el momento. Y tenía alguien con quien reencontrarse.
Thaiss
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Re: Fundación de Ciudad Lagarto [3º Parte] [Trama canon][Cerrado]
Zatch se percató de la presencia de Matthew única y exclusivamente cuando éste lo agarró del brazo y frenó su iracundo avance. Los ojos del zorro destellaron con una clara advertencia en un principio, pero la labia del humano poco a poco lo convenció de tomarse un momento para respirar profundo y pensar en lo que estaba haciendo. Tenía razón: la ira lo estaba cegando. Era una pésima idea simplemente irrumpir en el territorio de Lazid, quien, con lo cobarde y rastrero que era, probablemente estaría rodeado de decenas de guardaespaldas. Por mucho que deseara tomar ese pequeño cuello entre sus garras y partirlo en dos en ese preciso instante, estaba olvidándose de los principios básicos del buen asesino: No llegar anunciando tus intenciones a los gritos. Mente fría, Zatch, mente fría.
-...Tienes razón. -Accedió, pero su expresión denotaba que aún no se calmaba del todo. Tenía la mandíbula apretada, los ojos entrecerrados y se acariciaba con fuerza el brazo que el humano acababa de soltarle- ¿Así que tú también vas a conspirar contra él? -Comenzó a caminar junto al otro. Era de esperarse que, en una tierra gobernada por gente como ellos, la mano derecha del Rey estuviera en su contra. De hecho, eso también ocurría en los reinados “legítimos”. Que el humano admitiera con semejante liviandad su postura le recordaba la razón por la que le caía bien.
-Fue por ese reptil asqueroso que terminé en la prisión de los bios. -Gruñó por lo bajo mientras, ceñudo, miraba hacia otro lado con obvio desdén. Nunca hablaba al respecto pero, a fin de cuentas, era ahí donde él y el humano se habían visto por primera vez y suponía que éste recordaba en qué estado penoso estaba entonces. Luego de aquello había tardado meses en curarse, alcanzar su peso ideal y recuperar la belleza de su pelaje, por no hablar de que aún tenía pesadillas en que se despertaba dentro de esa celda blanca bañada de luz artificial. Lazid había estado a punto de arruinarle la vida.
Al llegar a la carpa, la mueca del zorro se relajó. Era donde la simpática bruja lo había atendido. Miró alrededor, pero no pudo encontrarla entre las jóvenes que se paseaban por ahí, algunas semidesnudas, otras acarreando agua, y unas pocas simplemente charlando. Al zorro no parecían llamarle la atención; al entrar, fue directamente a sentarse sobre la mullida cama circular en el fondo de la habitación.
-Así que... -Cruzó las piernas y clavó su inquisitiva mirada en el humano- ¿Qué método usaremos? ¿Secuestro? ¿Envenenamiento? ¿Cuántos guardaespaldas tiene? ¿Ya intentaste matarlo alguna vez?
Zatch
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Re: Fundación de Ciudad Lagarto [3º Parte] [Trama canon][Cerrado]
Matthew volvió a respirar tranquilo cuando vio que el zorro se calmaba, o más bien, que detenía su avance, porque lo cierto era que el enojo aún era patente en todo su cuerpo. Cuando Zatch mencionó lo de conspirar con tanta tranquilidad fue Owens el que se puso tenso, miro hacia todos lados nervioso y se acercó aún más a su amigo, preocupado porque bajara el tono.
-Mal sitio para hablar, cuando salgo de mi carpa todos los ojos y oídos parecen estar expectantes – En parte por eso nunca hacía nada importante cuando estaba fuera del prostíbulo. Solo en parte, lo cierto es que se reía mucho haciendo tonterías que exasperaban a Lazid – Yo no dije conspirar, esa es una palabra muy fea. He dicho “fastidiar”, que no es lo mismo – El estafador hablaba en murmullos, mientras apuraba el paso.
Se detuvo un segundo cuando Zatch le contó que había sido culpa del lagarto el que hubiese terminado en la cárcel de los Bios, lo cierto es que nunca habían tenido tiempo para poder hablar con calma sobre eso, ni sobre nada. Ahora que contaba con ese nuevo dato Matthew podía entender porque el zorro estaba tan empecinado en matar al Rey.
Cuando llegaron por fin al prostíbulo Matt también se relajó un poco, cerró las cortinas detrás de él y se dejó caer sobre la cama. Siguió hablando con los ojos cerrados, mientras intentaba que la tensión de los últimos cinco minutos abandonara su cuerpo.
-¿Si lo hubiese intentado crees que estaría aquí hablando contigo? Dejemos en claro algo: Jamás pensé en conspirar contra Lazid – Era cierto, Owens no tenía ni un mínimo de interés en ser Rey - ¿Sabes todo el trabajo que conlleva tener ese puesto? Sin contar las dificultades para conseguirlo – Negó con la cabeza y suspiro - ¿Por qué querría hacer algo que requiere de tanto esfuerzo? Aquí tengo todo lo que quiero – Dijo señalando todo a su alrededor – Así que no tengo ningún tipo de plan –
No estaba mencionando el motivo más importante: Eyre.
Una cosa era ponerse en riesgo él solo, y si la situación fuera otra quizás hubiese intentado tomar el trono por simple diversión ¿Qué era lo peor que podría pasarle? ¿Terminar muerto? Hacía ya muchos años que Matt había superado ese miedo. Pero estando la Hechicera con él la cosa cambiaba, si algo salía mal ella se vería directamente perjudicada.
-Jamás tuve la ambición por el poder que otros tienen – Se encogió de hombros y se sentó, acercándose un poco más al zorro – Ahora bien, sabiendo que por su culpa terminaste en la Cárcel de los Bios, la cuestión cambia bastante. Me parece que vale la pena pensarlo al menos –
Volvió a sonreír como lo hacía habitualmente, poco a poco los nervios que había pasado ante el abrupto cambio de su amigo y la aparición de esa chica tan parecida a Aquella Chica, se le estaban pasando.
-Por lo pronto bebamos algo ¿Te parece? Tengo que tomar una medicina y se me empieza a antojar algo dulce – Se acercó a la cortina y asomo la cabeza, le murmuro algo a una de las chicas, la cual asintió y se alejó rápidamente – Seguro lo traerán en unos minutos – Viendo al zorro en la cama sonrió con picardía – La de veces que te imagine en ese mismo lugar, Mi Querido Zatch. Aunque en mis sueños no planeábamos un regicidio jajaja –
Volvió a sentarse junto al asesino y se cruzó de piernas de un modo muy femenino.
-¿Tienes algo en mente? – Preguntó jugando con la ambigüedad de la oración – Puedo decirte que la tienda de Lazid está muy bien custodiada, no solo porque está el Rey, sino porque es donde está el tesoro que robamos, que es lo que mantiene a esta ciudad en movimiento – Aun estaban comenzando, por lo que no tenían tratados comerciales con otros pueblos, ni campos con plantaciones, ni ganado, toda la entrada de dinero venía del robo y de esa montaña de oro que habían sacado de Lunargenta.
-Mal sitio para hablar, cuando salgo de mi carpa todos los ojos y oídos parecen estar expectantes – En parte por eso nunca hacía nada importante cuando estaba fuera del prostíbulo. Solo en parte, lo cierto es que se reía mucho haciendo tonterías que exasperaban a Lazid – Yo no dije conspirar, esa es una palabra muy fea. He dicho “fastidiar”, que no es lo mismo – El estafador hablaba en murmullos, mientras apuraba el paso.
Se detuvo un segundo cuando Zatch le contó que había sido culpa del lagarto el que hubiese terminado en la cárcel de los Bios, lo cierto es que nunca habían tenido tiempo para poder hablar con calma sobre eso, ni sobre nada. Ahora que contaba con ese nuevo dato Matthew podía entender porque el zorro estaba tan empecinado en matar al Rey.
Cuando llegaron por fin al prostíbulo Matt también se relajó un poco, cerró las cortinas detrás de él y se dejó caer sobre la cama. Siguió hablando con los ojos cerrados, mientras intentaba que la tensión de los últimos cinco minutos abandonara su cuerpo.
-¿Si lo hubiese intentado crees que estaría aquí hablando contigo? Dejemos en claro algo: Jamás pensé en conspirar contra Lazid – Era cierto, Owens no tenía ni un mínimo de interés en ser Rey - ¿Sabes todo el trabajo que conlleva tener ese puesto? Sin contar las dificultades para conseguirlo – Negó con la cabeza y suspiro - ¿Por qué querría hacer algo que requiere de tanto esfuerzo? Aquí tengo todo lo que quiero – Dijo señalando todo a su alrededor – Así que no tengo ningún tipo de plan –
No estaba mencionando el motivo más importante: Eyre.
Una cosa era ponerse en riesgo él solo, y si la situación fuera otra quizás hubiese intentado tomar el trono por simple diversión ¿Qué era lo peor que podría pasarle? ¿Terminar muerto? Hacía ya muchos años que Matt había superado ese miedo. Pero estando la Hechicera con él la cosa cambiaba, si algo salía mal ella se vería directamente perjudicada.
-Jamás tuve la ambición por el poder que otros tienen – Se encogió de hombros y se sentó, acercándose un poco más al zorro – Ahora bien, sabiendo que por su culpa terminaste en la Cárcel de los Bios, la cuestión cambia bastante. Me parece que vale la pena pensarlo al menos –
Volvió a sonreír como lo hacía habitualmente, poco a poco los nervios que había pasado ante el abrupto cambio de su amigo y la aparición de esa chica tan parecida a Aquella Chica, se le estaban pasando.
-Por lo pronto bebamos algo ¿Te parece? Tengo que tomar una medicina y se me empieza a antojar algo dulce – Se acercó a la cortina y asomo la cabeza, le murmuro algo a una de las chicas, la cual asintió y se alejó rápidamente – Seguro lo traerán en unos minutos – Viendo al zorro en la cama sonrió con picardía – La de veces que te imagine en ese mismo lugar, Mi Querido Zatch. Aunque en mis sueños no planeábamos un regicidio jajaja –
Volvió a sentarse junto al asesino y se cruzó de piernas de un modo muy femenino.
-¿Tienes algo en mente? – Preguntó jugando con la ambigüedad de la oración – Puedo decirte que la tienda de Lazid está muy bien custodiada, no solo porque está el Rey, sino porque es donde está el tesoro que robamos, que es lo que mantiene a esta ciudad en movimiento – Aun estaban comenzando, por lo que no tenían tratados comerciales con otros pueblos, ni campos con plantaciones, ni ganado, toda la entrada de dinero venía del robo y de esa montaña de oro que habían sacado de Lunargenta.
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Re: Fundación de Ciudad Lagarto [3º Parte] [Trama canon][Cerrado]
- ¡Hola! - Saludó Thaiss irrumpiendo en la carpa sin que nadie la invitara. - Vengo a las pruebas de reparto para la obra de teatro.
Varias mujeres se giraron hacia ella con diversas caras de sorpresa o extrañeza. Un hombre había intentando detener su avance al interior de la carpa, pero no había tenido mucho éxito y Thaiss se había colado muy felizmente, que no sigilosamente. El hombre intentó pasar para atraparla pero una de las mujeres, que estaba medio desnuda, le lanzó un zapato por no haber pedido permiso.
- ¡Hola! - Volvió a saludar, específicamente a una mujer que se había levantado de golpe - ¿Eres Matthew Owens?
- Em... No - la habían pillado tan por sorpresa que no supo sino responder sinceramente a una pregunta que no tenía sentido -. Matthew Owens es un hombre.
- Ah, pero me han dicho que es muy afeminado. Su forma de agitar la mano - hizo un gesto -, de mover las caderas y de cruzar las piernas pudorosamente. Así.
Se sentó en la silla más cercana y lo imitó. Algunas chicas se rieron, porque a la sorpresa e incomprensión de qué hacía allí aquella muchacha se añadía el hecho de que... sí, el virrey realmente se sentaba así.
- Si sabes cómo se siente el virrey, ya sabes que no soy yo - contraatacó la misma mujer. Tras pensarlo un poco mejor, se había sentido un poco estúpida por la obviedad que había dicho, y ahora tenía que compensar siendo brusca -. ¿Qué quieres?
- ¡Lo mismo que todas vosotras! Alcanzar la fama representando para las mejores audiencias. Interpretar a una joven ilusionada con un romance, a la heredera al trono y (quizás un día, sólo quizás, no me atrevo a desearlo con demasiada fuerza) a una criadora de cerdos. ¡Os he pillado a medio vestir! Debéis estar preparándoos para la representación de hoy -.Se quedó mirándolas muy fijamente, mientras que las mujeres se debatían entre la incomodidad, la risa y el enfado -. ¿Podéis llamar a Matthew? Estará muy interesado en lo que tengo que ofrecer.
Cuando mencionó a Matt, algunas de las mujeres miraron instintivamente hacia una de las cortinas de la habitación, delatando sin pensarlo la que debía ser la localización del Virrey.
- ¡Ah bueno, pues nada, realmente ya me iba, se me hace tarde para otra prueba para la obra de Lazid!
Y salió corriendo de allí. Al salir se despidió con un gesto de la mano del hombre que se había quedado a la entrada, expectante, y desapareció de su vista antes de que él pudiera decidir si quería aprehenderla o no. Una vez se hubo alejado lo suficiente, volvió hacia la carpa pero desde una dirección diferente, hasta llegar al lado en el que debía estar la habitación de Matthew. Sería increíblemente fácil colarse y darle una sorpresita al virrey, pero antes de eso paró a escuchar un poco lo que estaba sucediendo dentro.
- Yo creo que sería buena idea robar ese tesoro - le dijo a la carpa, participando en la conversación como si estuviera en la habitación.
Varias mujeres se giraron hacia ella con diversas caras de sorpresa o extrañeza. Un hombre había intentando detener su avance al interior de la carpa, pero no había tenido mucho éxito y Thaiss se había colado muy felizmente, que no sigilosamente. El hombre intentó pasar para atraparla pero una de las mujeres, que estaba medio desnuda, le lanzó un zapato por no haber pedido permiso.
- ¡Hola! - Volvió a saludar, específicamente a una mujer que se había levantado de golpe - ¿Eres Matthew Owens?
- Em... No - la habían pillado tan por sorpresa que no supo sino responder sinceramente a una pregunta que no tenía sentido -. Matthew Owens es un hombre.
- Ah, pero me han dicho que es muy afeminado. Su forma de agitar la mano - hizo un gesto -, de mover las caderas y de cruzar las piernas pudorosamente. Así.
Se sentó en la silla más cercana y lo imitó. Algunas chicas se rieron, porque a la sorpresa e incomprensión de qué hacía allí aquella muchacha se añadía el hecho de que... sí, el virrey realmente se sentaba así.
- Si sabes cómo se siente el virrey, ya sabes que no soy yo - contraatacó la misma mujer. Tras pensarlo un poco mejor, se había sentido un poco estúpida por la obviedad que había dicho, y ahora tenía que compensar siendo brusca -. ¿Qué quieres?
- ¡Lo mismo que todas vosotras! Alcanzar la fama representando para las mejores audiencias. Interpretar a una joven ilusionada con un romance, a la heredera al trono y (quizás un día, sólo quizás, no me atrevo a desearlo con demasiada fuerza) a una criadora de cerdos. ¡Os he pillado a medio vestir! Debéis estar preparándoos para la representación de hoy -.Se quedó mirándolas muy fijamente, mientras que las mujeres se debatían entre la incomodidad, la risa y el enfado -. ¿Podéis llamar a Matthew? Estará muy interesado en lo que tengo que ofrecer.
Cuando mencionó a Matt, algunas de las mujeres miraron instintivamente hacia una de las cortinas de la habitación, delatando sin pensarlo la que debía ser la localización del Virrey.
- ¡Ah bueno, pues nada, realmente ya me iba, se me hace tarde para otra prueba para la obra de Lazid!
Y salió corriendo de allí. Al salir se despidió con un gesto de la mano del hombre que se había quedado a la entrada, expectante, y desapareció de su vista antes de que él pudiera decidir si quería aprehenderla o no. Una vez se hubo alejado lo suficiente, volvió hacia la carpa pero desde una dirección diferente, hasta llegar al lado en el que debía estar la habitación de Matthew. Sería increíblemente fácil colarse y darle una sorpresita al virrey, pero antes de eso paró a escuchar un poco lo que estaba sucediendo dentro.
- Yo creo que sería buena idea robar ese tesoro - le dijo a la carpa, participando en la conversación como si estuviera en la habitación.
Thaiss
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Re: Fundación de Ciudad Lagarto [3º Parte] [Trama canon][Cerrado]
Cuando el humano se recostó en la cama, Zatch lo miró de reojo y disimuló una pequeña sonrisa. No había otra persona en todo Aerandir que, sabiendo junto a quién estaba, bajara la guardia de esa manera. Ingela lo hacía, sí, pero el zorro no se mentía a sí mismo; sabía que la dragona había confiado en él únicamente porque no tenía ni la más remota idea de con qué clase de persona estaba pasando el tiempo. Nadie era tan estúpido como para relajarse junto a un asesino. Relajó los hombros y, lentamente, exhaló vaciando los pulmones. Él también deseaba saber qué se sentía pasar más de cinco minutos sin temer recibir una puñalada por la espalda.
-Oh, qué aburrido. -Opinó al oír la aclaración del moreno y, tras pensarlo un momento, agregó: -No hace falta que tú seas el Rey si lo... “desplazamos”. Piénsalo, -levantó la pata sana con la palma hacia arriba y la movió en un ademán que le restaba importancia al asunto- cualquier tonto puede tomar ese lugar. Sería un tonto menos insoportable que Lazid, sin duda, y podrías aconsejarle lo que tú quisieras. De cara a los demás seguirías tal y como ahora, pero, tras bambalinas, podrías tomar las decisiones importantes. -Estiró sus bigotes entre el índice y el pulgar y los retorció al tiempo en que dejaba entrever todos sus colmillos en una sonrisa sardónica- Te librarías de ese dolor en el culo y yo sería muy feliz. ¿No quieres hacerme feliz? -Bromeó, guiñándole un ojo y descruzando las piernas.
Ante la mención de la medicina, entrecerró los ojos y puso una sobreactuada mueca de disgusto. -Ugh, ¿qué clase de enfermedad tienes? -Al verlo sentarse él se puso de pie, poniendo distancia entre ambos- ¿Una de “esas”? -Señaló con la mirada la entrepierna ajena y gruñó- ¡Qué asco! ¡Avísame antes de dejar que me siente en tu cama!
El humano continuó como si nada y Zatch, aunque había estado bromeando, tuvo reservas en volver a sentarse. Pronto la conversación regresó a lo importante, cosa que le sacó una nueva sonrisa.
-He pasado por lugares mejor custodiados que... -Pero, justo entonces, una voz femenina sonó a escasos centímetros de distancia, justo a sus espaldas, donde estaba la pared de tela de la tienda. Con todas las alarmas encendidas, el cuerpo del zorro actuó casi por si solo: en menos de un segundo desenvainó su daga, giró sobre sí mismo y abrió la pared de una sola tajada.
Tras ella, la joven de antes sonreía con naturalidad, pese a que, dando un paso adelante, Zatch detuvo la daga a escasos centímetros de su garganta.
-Y yo creo que has escuchado demasiado. -Sentenció.
-Oh, qué aburrido. -Opinó al oír la aclaración del moreno y, tras pensarlo un momento, agregó: -No hace falta que tú seas el Rey si lo... “desplazamos”. Piénsalo, -levantó la pata sana con la palma hacia arriba y la movió en un ademán que le restaba importancia al asunto- cualquier tonto puede tomar ese lugar. Sería un tonto menos insoportable que Lazid, sin duda, y podrías aconsejarle lo que tú quisieras. De cara a los demás seguirías tal y como ahora, pero, tras bambalinas, podrías tomar las decisiones importantes. -Estiró sus bigotes entre el índice y el pulgar y los retorció al tiempo en que dejaba entrever todos sus colmillos en una sonrisa sardónica- Te librarías de ese dolor en el culo y yo sería muy feliz. ¿No quieres hacerme feliz? -Bromeó, guiñándole un ojo y descruzando las piernas.
Ante la mención de la medicina, entrecerró los ojos y puso una sobreactuada mueca de disgusto. -Ugh, ¿qué clase de enfermedad tienes? -Al verlo sentarse él se puso de pie, poniendo distancia entre ambos- ¿Una de “esas”? -Señaló con la mirada la entrepierna ajena y gruñó- ¡Qué asco! ¡Avísame antes de dejar que me siente en tu cama!
El humano continuó como si nada y Zatch, aunque había estado bromeando, tuvo reservas en volver a sentarse. Pronto la conversación regresó a lo importante, cosa que le sacó una nueva sonrisa.
-He pasado por lugares mejor custodiados que... -Pero, justo entonces, una voz femenina sonó a escasos centímetros de distancia, justo a sus espaldas, donde estaba la pared de tela de la tienda. Con todas las alarmas encendidas, el cuerpo del zorro actuó casi por si solo: en menos de un segundo desenvainó su daga, giró sobre sí mismo y abrió la pared de una sola tajada.
Tras ella, la joven de antes sonreía con naturalidad, pese a que, dando un paso adelante, Zatch detuvo la daga a escasos centímetros de su garganta.
-Y yo creo que has escuchado demasiado. -Sentenció.
Zatch
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Re: Fundación de Ciudad Lagarto [3º Parte] [Trama canon][Cerrado]
Al estafador le gustaba como hablaba Zatch, era agradable por una vez ser el objeto de los intentos de engaño, que le dijeran palabras dulces con la intención de que hiciera cosas que originalmente no tenía pensado hacer. Matthew se sonrió y se dejó llevar “¿Por qué no?” una idea comenzó a formarse en la mente del humano, que tal vez si lo hacían juntos había alguna oportunidad, que poner a un enclenque en el puesto de Lazid podía tener muchas ventajas… “Oh, en verdad eres bueno, Zatchi”
-Claro que quiero hacerte feliz – Dijo en un tono amoroso - Hay pocas cosas que me importen más que tu felicidad. Una de ellas es el seguir vivo, de hecho, diría que el continuar respirando está entre mis prioridades – Fue acercando la mano lentamente hacia el zorro pero este se levantó antes de que pudiera llegar a tocarlo.
La reacción del Hombre-Bestia fue de lo más graciosa, sobre todo porque en verdad lo que tenía Matthew era bastante peor que lo que Zatch imaginaba. En los últimos días el estafador se había sentido más fuerte, y tenía la sensación de que poco a poco estaba recuperando hasta su color de piel normal. Todo era gracias a Eyre, ella le había dado de su sangre sin recriminarle nada, cada día que pasaba le debía más y más cosas a la joven hechicera.
-Lastimas mis sentimientos, Zatch. Solo porque viva en un prostíbulo no significa que tenga que sufrir de ese tipo de cuestiones – Matt escuchó algunas voces afuera y supuso que era porque traía las bebidas y su medicina, pero nadie entró – Puedo asegurarte que lo que tengo no es contagioso, aunque sí podría ser mortal. Y, como ya te dije, el estar vivo es una cualidad que valoro mucho –
Owens hizo amague de sacar su daga también, y de hecho ya la tenía en la mano cuando Zatch hizo un tajo en la pared y reveló quien era la espía. Se detuvo durante un segundo “¡Otra vez ella!”, la siguiente idea de Matthew fue el lanzar la daga de todos modos, pero el zorro estaba en medio del camino y le complicaba el ángulo de tiro.
Pero más importante que eso.
-¡¡Mi carpa!! – Dijo Matt fingiendo desconsuelo para cubrir así el enojo que sentía ante la presencia de la muchacha. Se acercó y agarró los bordes rotos de la tela – Iré a tu casa a hacer un agujero en la pared, a ver qué opinas de eso – Suspiró resignado, continuando con su papel de anfitrión indignado – Ya que la Señorita no sabe cuando dejar de entrometerse tendrá que aprender del modo difícil –
El estafador se puso en pie y regreso a sentarse en la cama.
-Yo creo que escuchó demasiado, si la dejamos ir saldrá corriendo a decírselo a Lazid- Matthew aun no sabía si la chica era quien él creía, pero ante la duda prefería que terminara muerta “Un problema menos” – Así que… ¿Lo haces tú o lo hago yo? – Preguntó con tranquilidad mientras jugaba con su daga – Aunque... Ahora que lo pienso, mi medicina está tardando bastante en llegar – Sonrió.
Era curioso, los colmillos de Matt parecían ser más filosos ahora.
-Claro que quiero hacerte feliz – Dijo en un tono amoroso - Hay pocas cosas que me importen más que tu felicidad. Una de ellas es el seguir vivo, de hecho, diría que el continuar respirando está entre mis prioridades – Fue acercando la mano lentamente hacia el zorro pero este se levantó antes de que pudiera llegar a tocarlo.
La reacción del Hombre-Bestia fue de lo más graciosa, sobre todo porque en verdad lo que tenía Matthew era bastante peor que lo que Zatch imaginaba. En los últimos días el estafador se había sentido más fuerte, y tenía la sensación de que poco a poco estaba recuperando hasta su color de piel normal. Todo era gracias a Eyre, ella le había dado de su sangre sin recriminarle nada, cada día que pasaba le debía más y más cosas a la joven hechicera.
-Lastimas mis sentimientos, Zatch. Solo porque viva en un prostíbulo no significa que tenga que sufrir de ese tipo de cuestiones – Matt escuchó algunas voces afuera y supuso que era porque traía las bebidas y su medicina, pero nadie entró – Puedo asegurarte que lo que tengo no es contagioso, aunque sí podría ser mortal. Y, como ya te dije, el estar vivo es una cualidad que valoro mucho –
Owens hizo amague de sacar su daga también, y de hecho ya la tenía en la mano cuando Zatch hizo un tajo en la pared y reveló quien era la espía. Se detuvo durante un segundo “¡Otra vez ella!”, la siguiente idea de Matthew fue el lanzar la daga de todos modos, pero el zorro estaba en medio del camino y le complicaba el ángulo de tiro.
Pero más importante que eso.
-¡¡Mi carpa!! – Dijo Matt fingiendo desconsuelo para cubrir así el enojo que sentía ante la presencia de la muchacha. Se acercó y agarró los bordes rotos de la tela – Iré a tu casa a hacer un agujero en la pared, a ver qué opinas de eso – Suspiró resignado, continuando con su papel de anfitrión indignado – Ya que la Señorita no sabe cuando dejar de entrometerse tendrá que aprender del modo difícil –
El estafador se puso en pie y regreso a sentarse en la cama.
-Yo creo que escuchó demasiado, si la dejamos ir saldrá corriendo a decírselo a Lazid- Matthew aun no sabía si la chica era quien él creía, pero ante la duda prefería que terminara muerta “Un problema menos” – Así que… ¿Lo haces tú o lo hago yo? – Preguntó con tranquilidad mientras jugaba con su daga – Aunque... Ahora que lo pienso, mi medicina está tardando bastante en llegar – Sonrió.
Era curioso, los colmillos de Matt parecían ser más filosos ahora.
Matthew Owens
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Re: Fundación de Ciudad Lagarto [3º Parte] [Trama canon][Cerrado]
- ¡¡Su carpa!! - se unió a Matt en el drama respecto a la tela rota, señalándola con ambas manos y después abanicándose con una de ellas -. Eso era innecesario. Tan innecesario. Era tan joven.
No podía hacer mayores aspavientos que aquellos, porque tenía una daga cerca de la cara y no se había molestado en apartarse o huir. Así que negó con la cabeza, muy decepcionada, y levantó ambas manos desarmadas como prueba de su inocencia.
- Yo no hice nada, yo estaba aquí hablando con la pobre carpa. Pensaba que éste era un lugar de Libertad, donde todo el mundo puede hablar con lo que quiera, esté vivo o no, y ejercer sus actos criminales en paz. Pero es cierto que he escuchado demasiado - asintió tristemente -. La gente habla tanto. Estoy cansada de escucharles todo el rato. Que si "Thaiss, hay un tesoro mal guardado en la carpa de Lazid" que si "Thaiss, deberíamos matar a Lazid"... ¿A tí no te pasa, Pati?
Lo siguiente que se debatió era quién debería matarla para evitar que el rey de los ladrones se enterara de lo que planeaban. Thaiss lo consideró, y concluyó que tenían razón en lo que decían. Asintió lentamente, con expresión pensativa.
- Imaginaos si llega a enterarse de lo que habla su querido Virrey. Pero lo de la medicina parece más importante. ¡Perdonen! - Llamó a su alrededor aunque no había nadie- ¿Quién tiene la medicina de Este Fauno? - Dicho aquello, se desentendió súbitamente del tema - ¿Qué tal si me invitáis a pasar? Podemos conversar alegremente sobre los viejos tiempos. Además, pensándolo un poco, ¿por qué le hablaría a la carpa si lo que realmente quisiera fuera hablarlo con Lazid? No sé, no acabo de verle el sentido.
Se mostró pensativa durante un momento más, pero en la comisura de los labios mantenía una sonrisita. Realmente le había encantado lo rápido que Zatch "Patita Rota" había reaccionado, porque en aquello adivinaba un temperamente impaciente... Y a los impacientes era a los que más disfrutaba molestando.
- Es una daga muy bonita - aportó alentadoramente, ya que Zatch se empeñaba tanto en enseñársela -. ¿Dónde la compraste?
No podía hacer mayores aspavientos que aquellos, porque tenía una daga cerca de la cara y no se había molestado en apartarse o huir. Así que negó con la cabeza, muy decepcionada, y levantó ambas manos desarmadas como prueba de su inocencia.
- Yo no hice nada, yo estaba aquí hablando con la pobre carpa. Pensaba que éste era un lugar de Libertad, donde todo el mundo puede hablar con lo que quiera, esté vivo o no, y ejercer sus actos criminales en paz. Pero es cierto que he escuchado demasiado - asintió tristemente -. La gente habla tanto. Estoy cansada de escucharles todo el rato. Que si "Thaiss, hay un tesoro mal guardado en la carpa de Lazid" que si "Thaiss, deberíamos matar a Lazid"... ¿A tí no te pasa, Pati?
Lo siguiente que se debatió era quién debería matarla para evitar que el rey de los ladrones se enterara de lo que planeaban. Thaiss lo consideró, y concluyó que tenían razón en lo que decían. Asintió lentamente, con expresión pensativa.
- Imaginaos si llega a enterarse de lo que habla su querido Virrey. Pero lo de la medicina parece más importante. ¡Perdonen! - Llamó a su alrededor aunque no había nadie- ¿Quién tiene la medicina de Este Fauno? - Dicho aquello, se desentendió súbitamente del tema - ¿Qué tal si me invitáis a pasar? Podemos conversar alegremente sobre los viejos tiempos. Además, pensándolo un poco, ¿por qué le hablaría a la carpa si lo que realmente quisiera fuera hablarlo con Lazid? No sé, no acabo de verle el sentido.
Se mostró pensativa durante un momento más, pero en la comisura de los labios mantenía una sonrisita. Realmente le había encantado lo rápido que Zatch "Patita Rota" había reaccionado, porque en aquello adivinaba un temperamente impaciente... Y a los impacientes era a los que más disfrutaba molestando.
- Es una daga muy bonita - aportó alentadoramente, ya que Zatch se empeñaba tanto en enseñársela -. ¿Dónde la compraste?
Thaiss
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Re: Fundación de Ciudad Lagarto [3º Parte] [Trama canon][Cerrado]
Los ojos del zorro se entornaron en una mueca de hastío cuando no solo la mujer, sino también Matthew, se lamentaron por el corte que acababa de hacer en la tela. Por bien que le cayera, a veces -muy frecuentemente- no podía evitar pensar que estaba rodeado de tontos. Sin embargo, luego la chica comenzó a hablar y su hastío se convirtió en enfado. ¿Pati? ¿Hablar “con lo que quiera”? ¿Qué demonios le ocurría? ¿Quién parloteaba así teniendo una daga a tres centímetros del cuello?
Llegó a la conclusión de que solo una demente sería capaz de reaccionar de esa manera. Una demente... o una muy buena actriz.
-Será mejor que entres. -Gruñó, omitiendo por completo la sarta de incoherencias que acababa de escuchar. Giró la daga con un ademán rápido para que el filo quedase del lado opuesto y utilizó esta misma pata para tomar a la mujer desde la parte posterior del cuello, apretando y empujándola para obligarla a entrar por el corte de la tela. -¡Andando! -Zatch no discriminaba entre hombres y mujeres ni tenía reparos en tratar con brusquedad a cualquiera que, según él, lo mereciese. Así que, una vez adentro, se puso de pie tras la joven y subió la pata desde la nuca hasta el cabello para, así, terminar sosteniéndola desde los rizos.
-Si hay algo peor que los soplones, son los soplones chiflados. -Miró a Matthew con el ceño fruncido; con la intromisión de la chica no había reparado en el sutil cambio del humano, pero ahora comenzaba a notarlo. Colmillos. La primera suposición se fue tan pronto como llegó: no podía ser un vampiro ya que acababan de caminar sin problemas en plena luz del día. ¿Una maldición, entonces? Había recorrido mucho mundo para saber que esas cosas podían pasar. ¿Con su “medicina” se refería a...?
-¿Te sientes bien, Matt? -Inquirió con un marcado tono de preocupación- ¿Qué te parece si tomas tu medicina mientras decidimos qué hacer -tiró un poco más del cabello de la mujer, buscando ladearle la cabeza para exponer su cuello- con esta chica?
Zatch
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Re: Fundación de Ciudad Lagarto [3º Parte] [Trama canon][Cerrado]
Con cada reacción, cada gesto y cada comentario idiota, Matt estaba más y más seguro que la chica que tenía en frente era quien él creía. Esta confirmación a sus sospechas generaba en el estafador sentimientos de todo tipo, y todos ellos estaban dentro de un espectro que iba desde “Sumamente desagradable” hasta “Repulsivamente intolerable”
-Tenemos muchas libertades ¡Rebozamos de libertad! La encuentras en cada esquina y en cada tienda de la ciudad – Owens extendió los brazos en un gesto teatral – Y como tenemos tanta libertad creo que matarte y tirar tu cuerpo en una zanja está dentro de mis derechos – Apoyó la mano en su pecho y puso un gesto de falsa congoja – Si de mí dependiera no lo haría, de verdad. Una joven tan bella y con tanto talento no debería terminar así – Pasó a un gesto de indiferencia y se encogió de hombros – Pero no tenemos más alternativa. Así que adiós, Thaiss, mejor suerte en la siguiente vida –
Si hubiese dependido del humano, la cuestión se habría terminado allí. Pero claro, había un tercer miembro en la sala, así que la cosa se podía complicar. Matt estaba cruzado de brazos y mirando hacia otro lado cuando escuchó a la joven decir “Este Fauno”. La sangre se le heló y miro a Thaiss mientras achicaba los ojos “No-te-atrevas-a-hacerlo” pensó el Virrey y era muy sincero en su amenaza.
-Oh genial, ahora la invitas a entrar – Rezongó el estafador – Claramente está loca, del único modo que puede ser útil es muerta… - Estuvo a punto de agregar “como objeto de experimento de los Bios”, pero Matt recordó la horrible experiencia de Zatch en la prisión y prefirió evitar el tema.
Precisamente en ese momento llegó una de las muchachas de Owens con una jarra de vino, dos copas y un frasco pequeño con la sangre que bebía a diario. La joven se quedó algo confusa al ver a Thaiss, le habían dicho que solo eran necesarias dos copas, pero al ver el agujero en la carpa rápidamente entendió. Matt hizo un gesto para que se retirara, no quería ponerse a dar explicaciones en ese momento.
-Si… Yo… - El tono de preocupación del zorro había tomado por sorpresa a Matthew, no se esperaba eso, ni siquiera aunque fuera fingido – Tuve un pequeño percance en Sacrestic Ville y… En fin, no es que importe demasiado – El humano se sentía incómodo dando detalles – Me hirieron de gravedad, si no recupero la sangre bebiéndola pues… - No era necesario dar más explicaciones, todos los presentes sabían lo que le pasaba a un cuerpo cuando perdía sangre – Pero, volviendo al asunto, sin duda el cuello de Thaiss se ve apetitoso, y mi garganta está un poco seca – Se acercó y pasó lentamente un dedo por encima de la yugular, sentir el suave palpitar de la sangre lo ponía ansioso – Pero hice una promesa “Nada de beber del cuello de otra mujer” , y por el bien de mi salud es mejor que lo cumpla –
Fue hacia la bandeja y se bebió el contenido del frasco de un solo trago.
-Con esto estaré bien. Por ahora – Volvió a sentarse en la cama, se cruzó de piernas y apoyó las manos en sus rodillas, en una pose muy coqueta – Bueno, si no vas a matarla entonces que sea cómplice -
-Tenemos muchas libertades ¡Rebozamos de libertad! La encuentras en cada esquina y en cada tienda de la ciudad – Owens extendió los brazos en un gesto teatral – Y como tenemos tanta libertad creo que matarte y tirar tu cuerpo en una zanja está dentro de mis derechos – Apoyó la mano en su pecho y puso un gesto de falsa congoja – Si de mí dependiera no lo haría, de verdad. Una joven tan bella y con tanto talento no debería terminar así – Pasó a un gesto de indiferencia y se encogió de hombros – Pero no tenemos más alternativa. Así que adiós, Thaiss, mejor suerte en la siguiente vida –
Si hubiese dependido del humano, la cuestión se habría terminado allí. Pero claro, había un tercer miembro en la sala, así que la cosa se podía complicar. Matt estaba cruzado de brazos y mirando hacia otro lado cuando escuchó a la joven decir “Este Fauno”. La sangre se le heló y miro a Thaiss mientras achicaba los ojos “No-te-atrevas-a-hacerlo” pensó el Virrey y era muy sincero en su amenaza.
-Oh genial, ahora la invitas a entrar – Rezongó el estafador – Claramente está loca, del único modo que puede ser útil es muerta… - Estuvo a punto de agregar “como objeto de experimento de los Bios”, pero Matt recordó la horrible experiencia de Zatch en la prisión y prefirió evitar el tema.
Precisamente en ese momento llegó una de las muchachas de Owens con una jarra de vino, dos copas y un frasco pequeño con la sangre que bebía a diario. La joven se quedó algo confusa al ver a Thaiss, le habían dicho que solo eran necesarias dos copas, pero al ver el agujero en la carpa rápidamente entendió. Matt hizo un gesto para que se retirara, no quería ponerse a dar explicaciones en ese momento.
-Si… Yo… - El tono de preocupación del zorro había tomado por sorpresa a Matthew, no se esperaba eso, ni siquiera aunque fuera fingido – Tuve un pequeño percance en Sacrestic Ville y… En fin, no es que importe demasiado – El humano se sentía incómodo dando detalles – Me hirieron de gravedad, si no recupero la sangre bebiéndola pues… - No era necesario dar más explicaciones, todos los presentes sabían lo que le pasaba a un cuerpo cuando perdía sangre – Pero, volviendo al asunto, sin duda el cuello de Thaiss se ve apetitoso, y mi garganta está un poco seca – Se acercó y pasó lentamente un dedo por encima de la yugular, sentir el suave palpitar de la sangre lo ponía ansioso – Pero hice una promesa “Nada de beber del cuello de otra mujer” , y por el bien de mi salud es mejor que lo cumpla –
Fue hacia la bandeja y se bebió el contenido del frasco de un solo trago.
-Con esto estaré bien. Por ahora – Volvió a sentarse en la cama, se cruzó de piernas y apoyó las manos en sus rodillas, en una pose muy coqueta – Bueno, si no vas a matarla entonces que sea cómplice -
Última edición por Matthew Owens el Dom Ene 06 2019, 00:57, editado 1 vez
Matthew Owens
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Re: Fundación de Ciudad Lagarto [3º Parte] [Trama canon][Cerrado]
- Me parece muy razonable - corroboró cuando hablaron de matarla y tirar su cuerpo en una zanja -. Pero está dentro de mis derechos organizar mi propio funeral antes de que me mates. Necesitaré papel, pluma y tinta para escribir las invitaciones. Ya lo tengo todo decidido, así que es cuestión de transmitir las indicaciones a una persona fiable. Estaba pensando organizar la representación teatral de la escena de mi muerte en mi funeral. Así que primero escribiré los diálogos y luego tendremos que seguir el guión palabra por palabra.
Pati la agarró de la nuca y, una vez estuvieron dentro, del pelo. ¿Ves, Thaiss? Por esto es importante llevarlo corto, para minimizar situaciones como aquella. O llevar un sombrero, eso también estaría bien. Su mirada se desplazó a la cola del zorro. ¿Cómo se protegería el hombre bestia de la gente que le tirara de allí? Se la imagino con un sombrero, y si bien aquello no ayudaría a protegerla, sí quedaría muy cuco.
- Qué caballeroso. Si no me hubieras agarrado del pelo y empujado al interior, no habría sabido cómo entrar.
La forzó a ladear la cabeza de manera incómoda, exponiendo su cuello. La sonrisa disminuyó y una ceja se arqueó, y sólo un segundo más tarde sus labios volvieron a fruncirse en un gesto pensativo y preocupado.
- Yo también odio a los soplones chiflados. Realmente no saben cuándo hablar y cuando callar - comentó, respondiendo a un comentario que Zatch había hecho anteriormente y que ya debería haber sido olvidado, e interrumpiendo el tierno momento en el que Zatch se preocupaba por Matt y esto le pillaba desprevenido al segundo. Esperó un poco más hasta que el virrey habló de hacerla cómplice, y entonces Thaiss miró hacia Pati con una sonrisita coqueta y casi tímida -. Ya que vamos a ser amigos, ¿me sueltas, porfis? No me importaría quedarme así todo el día, pero se me deshace el peinado y a tí te va a doler la patita buena de tanto mantenerla levantada.
Pestañeó un par de veces, transmitiendo falsa inocencia.
- Soy una cómplice maravillosa. Mucho mejor cómplice que soplona. Además, sé cocinar.
Pati la agarró de la nuca y, una vez estuvieron dentro, del pelo. ¿Ves, Thaiss? Por esto es importante llevarlo corto, para minimizar situaciones como aquella. O llevar un sombrero, eso también estaría bien. Su mirada se desplazó a la cola del zorro. ¿Cómo se protegería el hombre bestia de la gente que le tirara de allí? Se la imagino con un sombrero, y si bien aquello no ayudaría a protegerla, sí quedaría muy cuco.
- Qué caballeroso. Si no me hubieras agarrado del pelo y empujado al interior, no habría sabido cómo entrar.
La forzó a ladear la cabeza de manera incómoda, exponiendo su cuello. La sonrisa disminuyó y una ceja se arqueó, y sólo un segundo más tarde sus labios volvieron a fruncirse en un gesto pensativo y preocupado.
- Yo también odio a los soplones chiflados. Realmente no saben cuándo hablar y cuando callar - comentó, respondiendo a un comentario que Zatch había hecho anteriormente y que ya debería haber sido olvidado, e interrumpiendo el tierno momento en el que Zatch se preocupaba por Matt y esto le pillaba desprevenido al segundo. Esperó un poco más hasta que el virrey habló de hacerla cómplice, y entonces Thaiss miró hacia Pati con una sonrisita coqueta y casi tímida -. Ya que vamos a ser amigos, ¿me sueltas, porfis? No me importaría quedarme así todo el día, pero se me deshace el peinado y a tí te va a doler la patita buena de tanto mantenerla levantada.
Pestañeó un par de veces, transmitiendo falsa inocencia.
- Soy una cómplice maravillosa. Mucho mejor cómplice que soplona. Además, sé cocinar.
Thaiss
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Re: Fundación de Ciudad Lagarto [3º Parte] [Trama canon][Cerrado]
-¿Hacerla cómplice? -Arrugó la nariz en una mueca de disgusto. No veía la lógica en semejante cambio de opinión, ¿cómo alguien pasaba de ser una posible víctima a ser un posible cómplice? Si bien él no planeaba matarla, pues la chica no era problema suyo, había pensado que Matthew se ocuparía inmediatamente del asunto, y por eso mismo le echó una mirada cargada de confusión al verlo sentarse tan tranquilo.
-Aquí hay Crasgwar encerrado, pensó Zatch al tiempo en que, por fin, soltaba a la mujer sin molestarse en responder ni una sola de las irritantes palabras que acababa de decir. No tenía sentido retenerla más tiempo; si Matthew decía aquello, debía tener alguna buena razón, y el avispado zorro no tardó en atar conjeturas al respecto. Eso... o el humano simplemente era más tonto de lo que pensaba. No obstante, absteniéndose de verbalizar sus sospechas, guardó lentamente la daga y optó por acercarse a la mesa para servirse un poco de vino.
-Veo que acostumbras convertir en tu cómplice a cuanta mujer te rodee, Matthew. -Masculló. Aunque le daba la espalda a la recién llegada, sus grandes orejas apuntaban en su dirección; que no mirase a alguien no significaba que dejaba de estar en guardia. -Pero creo -continuó- que se te olvida enseñarles la importancia del silencio.
Sorbió el contenido de la copa y se volteó para observar a sus acompañantes. Matthew estaba en un extremo y él en el otro, de manera que la mujer quedaba en el medio, siendo el tajo de la pared su único medio de escape. La seriedad en las facciones del zorro evidenciaba que no estaba disfrutando de aquel encuentro. Esa mujer había oído claramente sus intenciones respecto al infame Lazid; si se le escapaba dicha información, su dedo amputado se convertiría rápidamente en la menor de sus preocupaciones.
-Esa bruja tan agradable que conocí más temprano... -retomó lo que iba diciendo, bajando la mirada hacia las vendas de su pata- ...es un gran ejemplo de lo que te digo. Es un encanto, sin duda, pero no sabe mantenerse callada. Solo por curiosidad, ¿realmente aprendiste algo útil en la escuela de los brujos?
Se relamió los labios para limpiar los rastros de vino. A Zatch no le importaba tanto el castigo que pudiera sufrir aquella jovencita como la importancia de probar su punto. Una compañía incapaz de guardar secretos era un lujo que hombres como ellos no podían darse. Dejó caer la mirada sobre Thaiss y le sonrió. Quizás no hacía falta matarla; a lo mejor simplemente podían cortarle la lengua.
Zatch
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Re: Fundación de Ciudad Lagarto [3º Parte] [Trama canon][Cerrado]
Matthew levantó las manos para hacerse el inocente ante las acusaciones de Zatch, miraba directamente hacia el zorro, al parecer, haciendo un esfuerzo por evitar el contacto visual con la muchacha que tan alegremente seguía hablando.
-¿Qué puedo decir? Son ellas las que no paran de acosarme – Sonrió de modo encantador – Ya ves que incluso cuando las amenazo insisten en quedarse – Se encogió de hombros – Por otro lado, no puedes hacer todo solo, si vas a tener que ir acompañado, al menos que la vista sea bella ¿Cierto? – Le guiño un ojo al zorro y se rio.
Owens no tenía la menor intención de hacerle daño a nadie “¿Cómo pasé de estar tranquilo mirando una obra de teatro a tener que soportar acusaciones y chantaje de un asesino y una ladrona?” pensaba el estafador, victimizándose. Le hizo gestos a Thaiss para que dejara de decir tonterías, aunque sabía que era en vano, la muchacha era incapaz de mantener la boca cerrada.
-¿Hace cuánto llegaste a la ciudad? – Le preguntó a la chica – Si vamos a incluirte en esto sería bueno tener algunos datos – Levantó una mano para detener el verborragico discurso de Thaiss antes de que empezara – ¿Podrías, por favor, intentar al menos aproximarte a la realidad? En verdad he tenido un día muy largo como para escuchar tu cháchara sin sentido. La conozco bien, no es gracioso, y siempre me produces un enorme dolor de cabeza –
Por el momento al menos, no tenía interés alguno en andar ocultándole información a Zatch, si pretendía colaborar con él en algo tan grande como derrocar a Lazid, más les valía el comenzar a confiar entre ellos. Que había chances de aun así ser traicionado, claramente, pero eso siempre era así “Esto es como una apuesta”, pensó Matt “Si ganas te llevas todo y si pierdes terminas en el cadalso”
En cuanto escuchó lo de “bruja agradable” cerró los ojos y comenzó a masajearse la frente.
-Así que la conociste… - Suspiró, de pronto se sentía muy cansado – Si, ya le dije varias veces que no hable con extraños, mucho menos con extraños que se ven tan sospechosos – Ya había recuperado el buen humor, levantó la mirada, sonrió y se encogió de hombros – Oh bueno ¿Y eso qué? Ella no sabe nada que pueda comprometerme o avergonzarme – Era sincero con Eyre la mayor parte del tiempo, pero habían ciertos detalles sobre el funcionamiento de Ciudad Lagarto que era mejor que no supiera, Matthew lo tenía claro, su relación con la joven era una parte de su vida, y ejercer como Virrey era otra por separado – Aprendí que los brujos son un montón de imbéciles sin sentido del humor ¿Eso cuenta? –
Dejó escapar una carcajada y luego miro con suspicacia a Zatch.
-¿Y tú no tienes un solo “punto débil”, Zatchi? ¿Nadie? – Era un farol, Matt no tenía datos concretos para poder asegurar que el zorro tuviera a alguien, pero tampoco para descartarlo, y utilizar el chantaje emocional era un juego que podían jugar de a dos – Solo bromeaba – Agregó y puso su sonrisa más inocente.
Luego se levantó y sirvió vino, pero le pasó la copa a Thaiss.
-Tengo una reputación de buen anfitrión que mantener –
Justo en ese momento se escuchó un escándalo en lo que sería la sala principal de la carpa, ruido de muebles cayendo al piso, vidrios rotos y mujeres escapando.
-¿Dónde está?- Repetían una y otra vez los visitantes indeseados.
-Esto de ser tan solicitado está comenzando a desagradarme – Owens suspiró y se dirigió a la habitación donde estaban los bandidos – Bueno, bueno, ya estoy aquí, caballeros, no era necesario el romper nada –
-No hubiese sido necesario romperlos si hubieses llegado a tiempo a la reunión – Dijo una mujer muy ruda que parecía ser la que guiaba al grupo, luego recorrió los rostros de quienes se encontraban en el lugar hasta detenerse en Thaiss – Tu… - Parecía ser que la joven ladrona se había hecho de muchos amigos en poco tiempo.
------------------------------------------------
-Lo que subraye es porque Matt usa su Habilidad para que suene más convincente.
-La última que aparece es Fiona, lo aclaro por si no recordaban su color XD
-¿Qué puedo decir? Son ellas las que no paran de acosarme – Sonrió de modo encantador – Ya ves que incluso cuando las amenazo insisten en quedarse – Se encogió de hombros – Por otro lado, no puedes hacer todo solo, si vas a tener que ir acompañado, al menos que la vista sea bella ¿Cierto? – Le guiño un ojo al zorro y se rio.
Owens no tenía la menor intención de hacerle daño a nadie “¿Cómo pasé de estar tranquilo mirando una obra de teatro a tener que soportar acusaciones y chantaje de un asesino y una ladrona?” pensaba el estafador, victimizándose. Le hizo gestos a Thaiss para que dejara de decir tonterías, aunque sabía que era en vano, la muchacha era incapaz de mantener la boca cerrada.
-¿Hace cuánto llegaste a la ciudad? – Le preguntó a la chica – Si vamos a incluirte en esto sería bueno tener algunos datos – Levantó una mano para detener el verborragico discurso de Thaiss antes de que empezara – ¿Podrías, por favor, intentar al menos aproximarte a la realidad? En verdad he tenido un día muy largo como para escuchar tu cháchara sin sentido. La conozco bien, no es gracioso, y siempre me produces un enorme dolor de cabeza –
Por el momento al menos, no tenía interés alguno en andar ocultándole información a Zatch, si pretendía colaborar con él en algo tan grande como derrocar a Lazid, más les valía el comenzar a confiar entre ellos. Que había chances de aun así ser traicionado, claramente, pero eso siempre era así “Esto es como una apuesta”, pensó Matt “Si ganas te llevas todo y si pierdes terminas en el cadalso”
En cuanto escuchó lo de “bruja agradable” cerró los ojos y comenzó a masajearse la frente.
-Así que la conociste… - Suspiró, de pronto se sentía muy cansado – Si, ya le dije varias veces que no hable con extraños, mucho menos con extraños que se ven tan sospechosos – Ya había recuperado el buen humor, levantó la mirada, sonrió y se encogió de hombros – Oh bueno ¿Y eso qué? Ella no sabe nada que pueda comprometerme o avergonzarme – Era sincero con Eyre la mayor parte del tiempo, pero habían ciertos detalles sobre el funcionamiento de Ciudad Lagarto que era mejor que no supiera, Matthew lo tenía claro, su relación con la joven era una parte de su vida, y ejercer como Virrey era otra por separado – Aprendí que los brujos son un montón de imbéciles sin sentido del humor ¿Eso cuenta? –
Dejó escapar una carcajada y luego miro con suspicacia a Zatch.
-¿Y tú no tienes un solo “punto débil”, Zatchi? ¿Nadie? – Era un farol, Matt no tenía datos concretos para poder asegurar que el zorro tuviera a alguien, pero tampoco para descartarlo, y utilizar el chantaje emocional era un juego que podían jugar de a dos – Solo bromeaba – Agregó y puso su sonrisa más inocente.
Luego se levantó y sirvió vino, pero le pasó la copa a Thaiss.
-Tengo una reputación de buen anfitrión que mantener –
Justo en ese momento se escuchó un escándalo en lo que sería la sala principal de la carpa, ruido de muebles cayendo al piso, vidrios rotos y mujeres escapando.
-¿Dónde está?- Repetían una y otra vez los visitantes indeseados.
-Esto de ser tan solicitado está comenzando a desagradarme – Owens suspiró y se dirigió a la habitación donde estaban los bandidos – Bueno, bueno, ya estoy aquí, caballeros, no era necesario el romper nada –
-No hubiese sido necesario romperlos si hubieses llegado a tiempo a la reunión – Dijo una mujer muy ruda que parecía ser la que guiaba al grupo, luego recorrió los rostros de quienes se encontraban en el lugar hasta detenerse en Thaiss – Tu… - Parecía ser que la joven ladrona se había hecho de muchos amigos en poco tiempo.
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-Lo que subraye es porque Matt usa su Habilidad para que suene más convincente.
-La última que aparece es Fiona, lo aclaro por si no recordaban su color XD
Matthew Owens
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Re: Fundación de Ciudad Lagarto [3º Parte] [Trama canon][Cerrado]
Bueno, claramente no estaba conquistado al zorro con sus encantos, y no era muy divertido que la ignoraran constantemente. Pero lejos de hacer algún comentario al respecto o ponerse en modo dramático, en los siguientes minutos Thaiss se mantuvo en un sorprendente nivel de silencio. De hecho, se desentendió de los dos hombres mientras se movía por la habitación y mantenía las manos ocupadas: tocándose el pelo, agitando los dedos y revolviendo las cosas del virrey, mientras murmuraba por lo bajo comentarios como: "ay, no ha cambiado nada, mismos intereses, mismos gustos". Parecía un poco decepcionada.
No pareció que prestara ninguna atención a todo lo que dijeron los dos hombres a continuación, y de hecho seguía murmurando cosas para sí misma mientras se escuchaban los primeros sonidos en la carpa principal. Matt salió de la habitación y Thaiss lo siguió poco más tarde, como si fuera por pura coincidencia que hubiera decidido ir a curiosear en esa dirección.
Pero tuvo que dejar de hacerse la desentendida cuando la señalaron directamente.
- ¿Yo? - respondió - ¿No querrás decir él?- Señaló a Zatch.
- ¡Sé quién quiero decir! - A la mujer del bombín le refulgieron los ojos de enfado - Y quiero decir tú. ¡Tú! ¡Me encuentro con mi hermana Pipa y resulta que alguien le ha metido las ideas más absurdas en la cabeza! Y no sólo absurdas, ¡peligrosas! Ya somos un imán para los problemas sin que tengan que venir a ayudarnos. Gracias a tí no sólo ha decidido quedarse más tiempo en Ciudad Lagarto para "investigar", sino que quiere publicar cosas que la pondrán en el punto de mira, ¡y a mí con ella! ¿Qué estás intentando? ¿Matarnos?
- ¿Qué estoy intentando? - consideró, filosófica - ¿Qué no estoy intentando? ¿Qué está intentando él? - Señaló a Matthew.
Nadie podría haber confiado en que aquella distracción funcionaría, pero al menos la mirada de la mujer abandonó a Thaiss durante un segundo y fue a posarse en el Virrey.
- ¿Tú? - Hubo un momento de duda en el que la ira dejó de refulgir en sus ojos; pero al segundo siguiente volvió con más fuerza - ¡Tú lo que quieres es darme dolores de cabeza! ¡Toda una ciudad movilizada en encontrar a alguien por una reunión! No tenemos nada mejor que hacer. Te vas a venir conmigo sin rechistar, ¡órdenes de Lazid!
Thaiss asintió seriamente; claramente aquella mujer tenía razón en lo que decía.
- ¿Y sabes lo que está intentando él? - Volvió a señalar a Zatch.
Dejó que pasara un instante, en el que la mujer volvió a mirarla a ella. No conocía a aquel hombre bestia, así que la pregunta la dejó un poco confusa y no llegó a responder nada.
- ¡Es el peor de todos! - Prosiguió Thaiss - Ha venido a imponer a toda mujer de Ciudad Lagarto un voto de silencio. Dice que toda buena mujer debe aprender a estar callada, ¡y antes tiró la libreta de Pipa al suelo y la pisoteó! Gran falta de respeto, gran afrenta a la libertad de prensa. Se rió de mí y de Pipa - Thaiss sacudió la cabeza y se lamentó de la poca falta de vergüenza de aquel hombre - . Y se niega a pedir perdón.
Los ojos de la mujer se desplazaron al zorro. Sin duda su hermana le había hablado de aquel episodio con un hombre bestia, porque el enfado volvió a ellos una tercera vez.
No pareció que prestara ninguna atención a todo lo que dijeron los dos hombres a continuación, y de hecho seguía murmurando cosas para sí misma mientras se escuchaban los primeros sonidos en la carpa principal. Matt salió de la habitación y Thaiss lo siguió poco más tarde, como si fuera por pura coincidencia que hubiera decidido ir a curiosear en esa dirección.
Pero tuvo que dejar de hacerse la desentendida cuando la señalaron directamente.
- ¿Yo? - respondió - ¿No querrás decir él?- Señaló a Zatch.
- ¡Sé quién quiero decir! - A la mujer del bombín le refulgieron los ojos de enfado - Y quiero decir tú. ¡Tú! ¡Me encuentro con mi hermana Pipa y resulta que alguien le ha metido las ideas más absurdas en la cabeza! Y no sólo absurdas, ¡peligrosas! Ya somos un imán para los problemas sin que tengan que venir a ayudarnos. Gracias a tí no sólo ha decidido quedarse más tiempo en Ciudad Lagarto para "investigar", sino que quiere publicar cosas que la pondrán en el punto de mira, ¡y a mí con ella! ¿Qué estás intentando? ¿Matarnos?
- ¿Qué estoy intentando? - consideró, filosófica - ¿Qué no estoy intentando? ¿Qué está intentando él? - Señaló a Matthew.
Nadie podría haber confiado en que aquella distracción funcionaría, pero al menos la mirada de la mujer abandonó a Thaiss durante un segundo y fue a posarse en el Virrey.
- ¿Tú? - Hubo un momento de duda en el que la ira dejó de refulgir en sus ojos; pero al segundo siguiente volvió con más fuerza - ¡Tú lo que quieres es darme dolores de cabeza! ¡Toda una ciudad movilizada en encontrar a alguien por una reunión! No tenemos nada mejor que hacer. Te vas a venir conmigo sin rechistar, ¡órdenes de Lazid!
Thaiss asintió seriamente; claramente aquella mujer tenía razón en lo que decía.
- ¿Y sabes lo que está intentando él? - Volvió a señalar a Zatch.
Dejó que pasara un instante, en el que la mujer volvió a mirarla a ella. No conocía a aquel hombre bestia, así que la pregunta la dejó un poco confusa y no llegó a responder nada.
- ¡Es el peor de todos! - Prosiguió Thaiss - Ha venido a imponer a toda mujer de Ciudad Lagarto un voto de silencio. Dice que toda buena mujer debe aprender a estar callada, ¡y antes tiró la libreta de Pipa al suelo y la pisoteó! Gran falta de respeto, gran afrenta a la libertad de prensa. Se rió de mí y de Pipa - Thaiss sacudió la cabeza y se lamentó de la poca falta de vergüenza de aquel hombre - . Y se niega a pedir perdón.
Los ojos de la mujer se desplazaron al zorro. Sin duda su hermana le había hablado de aquel episodio con un hombre bestia, porque el enfado volvió a ellos una tercera vez.
Thaiss
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Re: Fundación de Ciudad Lagarto [3º Parte] [Trama canon][Cerrado]
Aunque lo ocultara tras una sonrisa, Zatch sabía que el humano había picado ante sus provocativas palabras. Al menos demostraba ser consciente de los peligros de las lenguas flojas y admitía que su propia pareja, porque aquella brujita había dejado bien en claro ante el zorro qué clase de relación tenían, ignoraba los aspectos clave que podían poner su vida, y la de Matthew, en peligro. Al zorro no le quitaba la tranquilidad hacer enojar a su amigo para hacerse entender, y por ello no le sorprendió que, como un boomerang, la provocación retornara hacia él.
-Nadie. -Le respondió con una sonrisa sincera y abierta. Y es que no mentía: después de dejar atrás a Ingela, no quedaba absolutamente nadie en su vida por quién preocuparse. A veces, en raras ocasiones donde el silencio de la noche se le antojaba demasiado profundo, se sentía solo. Sin embargo casi toda su vida había sido así y, desde que se convirtiera en asesino, la soledad era su mejor aliada. No tenía que mentirle a nadie. Nadie corría peligro por él.
Nadie lo esperaba preocupado por si volvía o no a casa.
Dejó la copa de vino sobre la mesa y, dejando atrás la previa conversación, volvió a poner su atención sobre Thaiss. Tanto las palabras del moreno como las de ella, “mismos intereses, mismos gustos”, dejaban más que en claro que aquella relación era muy anterior a ese día. Le causaba curiosidad ver la actitud de Matthew hacia ella; no lo conocía mucho, pero jamás lo había visto comportarse con nadie de esa manera tan tensa y elusiva. Sabiendo esto, el rechazo que sentía por la chica fue rápidamente suplantado por interés. Si había alguien en todo Aerandir que pudiera poner al burlón de Matthew Owens así de nervioso, merecía al menos un poco de reconocimiento.
Iba a directamente preguntarles acerca de su relación cuando el alboroto en la sala principal llamó la atención de los tres. Zatch salió por último y se quedó detrás de los humanos, observando la situación con pasiva atención y echando una mirada ceñuda a Thaiss cuando fue señalado por ella.
No tenía idea de quiénes eran esas personas ni por qué aquella mujer le gritaba a Matthew con tanto enfado. Bueno, sí, podía imaginarse que el humano recibía muchos gritos y reclamos, tomando en cuenta su personalidad. Lo que nunca se imaginó era lo que pasaría a continuación: por culpa del palabrerío de la verborrágica humana, fue injustamente metido en medio de una pelea que no tenía nada que ver con él.
-¿¡Qué!? -Gruñó, agarrando a la mujer del hombro para voltearla hacia él y, así, dedicarle bien de cerca su mirada de indignación mientras alzaba la pata sana y se la ponía de lleno sobre la boca- ¡Eso es mentira! Esta loca no hace más que decir tonterías. ¡Deberías callarte y meterte en tus propios asuntos, tú...!
De pronto cerró la boca y pestañeó dos veces, anonadado. Acababa de darse cuenta de que estaba haciendo exactamente lo que ella había dicho, y no tuvo que mirar hacia el costado para saber que la otra mujer, la gritona, estaba observándolo boquiabierta y cada vez más enfurecida. Inmediatamente soltó a Thaiss y se giró hacia la otra dama, negando con la cabeza y haciendo ademanes con las patas para dar a entender su arrepentimiento.
-¡No! ¡Sé lo que parece, pero no! -Balbuceó- No quiero que todas las mujeres estén calladas. Solo algunas, como esta. ¡Quiero decir...! ¡No tengo nada contra las mujeres! Es decir, seguramente algunas están locas, como esta, ¡pero no todas! ¡sé que usted no! ¡ni Pipa, Pipa tampoco! -Ni siquiera sabía quién demonios era Pipa, pero parecía importante mencionarla en su masiva petición de disculpas. Aún así fue en vano: la mujer gritona atravesó la habitación hacia él y lo tomó de una oreja tan fuerte que el zorro no pudo más que gemir de dolor.
-¡Tú, misógino animal -le gritó dolorosamente cerca del tímpano- vas a ir a disculparte con mi hermana! ¡Y tú -señaló a Matthew con la mano libre- te vienes conmigo en este instante!
Así, arrastrándolo desde la oreja y dejando una estela de “¡ah, au, auch, ay!” tras ellos, la mujer del bombín se aseguró de que ambos, humano y bestia, la siguieran sin rechistar. Zatch, con los ojos llorosos, antes de salir de la tienda miró por última vez a Thaiss con el más puro y justificado enfado. ¡Se las pagaría! ¡Conseguiría que esa rara, demente e inesperadamente interesante y atractiva mujer se disculpara con él a toda costa!
Zatch
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Re: Fundación de Ciudad Lagarto [3º Parte] [Trama canon][Cerrado]
A Matthew le hubiese gustado hacerle señas a Fiona para que no intentara razonar con Thaiss, pero era demasiado tarde, apenas tuvo tiempo de levantar un dedo y abrir un poco la boca que ya ambas mujeres estaban lanzando acusaciones y preguntas al aire. El estafador hizo varias veces el intento por detenerlas, y cuando vio que la ladrona señalaba de modo directo a Zatch algo en su interior se paralizo, aunque por fuera no hizo gesto alguno.
-Fiona, Querida… -
-No me llames así – Dijo la mujer en un tono bajo y escalofriante.
-Señorita Fiona, comprendo que fue mi error, tendría que haber ido de inmediato, pero tiene que entender que habían ciertos asuntos que requerían de toda mi atención y… - Los matones que habían venido por órdenes de Lazid comenzaron a rodear a Owens – De acuerdo, está bien, ahora mismo me dirijo a la reunión ¿Felices? – Uno de ellos tuvo la mala idea de agarrar del brazo a Matt y el estafador le cortó los dedos en un abrir y cerrar de ojos con una de sus dagas invisibles– Soy el Virrey de esta ciudad – Dijo con un tono y una dignidad que casi nadie le había oído antes, el ambiente se tensó – Voy a hacer lo que dicen, pero tengan algo de respeto-
Todo el ambiente era una confusión, el ladrón al que Owens le había cortado los dedos gritaba y lloriqueaba mientras se cubría la mano. Fiona agarraba a Zatch de la oreja y se lo llevaba afuera, no sin antes volver a exigirle a Matt que fuera a ver al dichoso Lazid. La única que parecía estar saliendo indemne era Thaiss, claramente el estafador no iba a permitir que se quedara tan campante, había arruinado la fiesta de bienvenida para su amigo, y por su culpa tenía que ir a una aburrida reunión con el Rey.
-Aquí tenemos a otra infractora – Dijo el moreno mientras pasaba un brazo alrededor de la cintura de Thaiss – No solo jugó con tu hermana, vendiéndole noticias completamente descabelladas, sino que además entró a la habitación del Virrey con motivos, sospecho, nada decentes – Miro a su compañera de la infancia como si estuviera profundamente decepcionado – Las locuras que hacen algunos con tal de llamar la atención –
Luego le dio un empujón para que cayera en brazo de los guardias que había traído Fiona, o al menos los que continuaban sanos. Estando todos listos salieron finalmente de la carpa, la mujer del bombín llevaba a Zatch, dos matones llevaban a Thaiss, con Matthew vigilando desde atrás, aunque se hacía el desentendido como si no le interesara en lo más mínimo qué iba a ser de los prisioneros.
-Luego de que termines con ellos podrías llevarlos a las jaulas que tenemos cerca del cadalso, le preguntaré a Lazid qué quiere hacer con ellos – Obviamente no le diría nada al Hombre-Lagarto, ciertamente Matt sería bastante más feliz si viera a Thaiss muerta, pero no podía acusarla a ella sin dejar en evidencia a Zatch, y de ninguna manera quería que lastimaran al zorro.
Luego de decir esas palabras se separó del grupo, aunque como Fiona aun no confiaba en él, mandó a uno de los matones para que vigilara que no se “equivocara de camino”.
Finalmente llegó a la dichosa carpa donde estaba Lazid….
-Fiona, Querida… -
-No me llames así – Dijo la mujer en un tono bajo y escalofriante.
-Señorita Fiona, comprendo que fue mi error, tendría que haber ido de inmediato, pero tiene que entender que habían ciertos asuntos que requerían de toda mi atención y… - Los matones que habían venido por órdenes de Lazid comenzaron a rodear a Owens – De acuerdo, está bien, ahora mismo me dirijo a la reunión ¿Felices? – Uno de ellos tuvo la mala idea de agarrar del brazo a Matt y el estafador le cortó los dedos en un abrir y cerrar de ojos con una de sus dagas invisibles– Soy el Virrey de esta ciudad – Dijo con un tono y una dignidad que casi nadie le había oído antes, el ambiente se tensó – Voy a hacer lo que dicen, pero tengan algo de respeto-
Todo el ambiente era una confusión, el ladrón al que Owens le había cortado los dedos gritaba y lloriqueaba mientras se cubría la mano. Fiona agarraba a Zatch de la oreja y se lo llevaba afuera, no sin antes volver a exigirle a Matt que fuera a ver al dichoso Lazid. La única que parecía estar saliendo indemne era Thaiss, claramente el estafador no iba a permitir que se quedara tan campante, había arruinado la fiesta de bienvenida para su amigo, y por su culpa tenía que ir a una aburrida reunión con el Rey.
-Aquí tenemos a otra infractora – Dijo el moreno mientras pasaba un brazo alrededor de la cintura de Thaiss – No solo jugó con tu hermana, vendiéndole noticias completamente descabelladas, sino que además entró a la habitación del Virrey con motivos, sospecho, nada decentes – Miro a su compañera de la infancia como si estuviera profundamente decepcionado – Las locuras que hacen algunos con tal de llamar la atención –
Luego le dio un empujón para que cayera en brazo de los guardias que había traído Fiona, o al menos los que continuaban sanos. Estando todos listos salieron finalmente de la carpa, la mujer del bombín llevaba a Zatch, dos matones llevaban a Thaiss, con Matthew vigilando desde atrás, aunque se hacía el desentendido como si no le interesara en lo más mínimo qué iba a ser de los prisioneros.
-Luego de que termines con ellos podrías llevarlos a las jaulas que tenemos cerca del cadalso, le preguntaré a Lazid qué quiere hacer con ellos – Obviamente no le diría nada al Hombre-Lagarto, ciertamente Matt sería bastante más feliz si viera a Thaiss muerta, pero no podía acusarla a ella sin dejar en evidencia a Zatch, y de ninguna manera quería que lastimaran al zorro.
Luego de decir esas palabras se separó del grupo, aunque como Fiona aun no confiaba en él, mandó a uno de los matones para que vigilara que no se “equivocara de camino”.
Finalmente llegó a la dichosa carpa donde estaba Lazid….
*Y fue la hora más larga de su vida…*
Matthew Owens
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Re: Fundación de Ciudad Lagarto [3º Parte] [Trama canon][Cerrado]
- Yo no vendí ninguna noticia – corrigió Thaiss, quitándose el indeseado brazo de Matt de la cintura -. Soy una voluntaria de la información. La veracidad o no de la misma la comprobarás en la próxima publicación de Ocurrencias Públicas. Te va a encantar; hablamos mucho de ti.
Pero poco importaba lo que dijera; Matt, por motivos que Thaiss jamás llegaría a entender, era el Virrey de la ciudad, y como tal tenía potestad de llevarla prisionera. La ladrona consideró que aquello era hacer trampas, pero no protestó. Sonrió y tomó aquello como una oportunidad ideal para ver el interior del sistema penitenciario de la recién nacida Ciudad Lagarto. Lo único que no agradeció fue el empujoncito que le dio el humano.
- Querido, de veras. No me toques con tanta familiaridad. Nuestro romance hace mucho que llegó a su fin, por mucho que te esfuerces – y le dio la espalda para irse con los matones -. Hombres – le dijo a uno de ellos, que era un hombre -, te invitan a su carpa y luego te acusan de estar allí cuando os pillan. Todo porque no quiere que esa bruja se entere… Su “punto débil” la llama. ¿Tú la conoces?
Había muchas mujeres alrededor; seguro que aquel comentario llegaría a la bruja de la que habían hablado Zatch y Matt. El matón no respondió al intento de conversación de la ladrona y se la llevó cogida del brazo, con muy malos modales.
- ¡Dile a Pipa que venga a vernos al cadalso si quiere! – se dirigió a Fiona antes de que se alejara con Zatch agarrado de la oreja. – Le contaré más cositas.
Thaiss fue conducida directamente a las jaulas por uno de los matones, mientras que Zatch tenía un destino diferente: pedir perdón a Pipa por su actitud. De esta manera la ladrona perdió de vista al zorro, al menos de manera temporal.
Era muy revelador que, aun cuando faltaban tantas estructuras, edificios y servicios básicos en aquella ciudad, el cadalso ya estuviera erigido y operativo. Ya había sido estrenado y probablemente amortizado. Aún les faltaba tener una prisión decente, y en su lugar sólo había unas pocas jaulas de tamaño con capacidad para varias personas, en una localización de primera línea para no perder detalle de las ejecuciones.
Las jaulas tenían a unos pocos prisioneros, algunos simples borrachos a los que habían encerrado para que no armaran más revuelo, y otros verdaderos criminales incluso para los estándares de la ciudad de los ladrones. No había un sistema claro de diferenciación entre unos y otros, con lo que en ocasiones se ejecutaba al hombre equivocado (demasiado borracho para defenderse) y se dejaba ir al culpable.
- Hola, tenemos una reserva para esta noche – informó Thaiss cuando al llegar a su destino vio a un hombre que tenía las llaves de las jaulas expuestas en su cinto -. Es nuestra luna de miel. Mi esposo vendrá más tarde. Es fácil de reconocer, porque es un zorro. Figurativamente y literalmente.
- Sólo una de momento – aclaró el matón -, por parte del Virrey. Luego vendrá el otro.
Nadie le preguntó de qué se la acusaba y Thaiss decidió no dar la información. Con la mayor docilidad, entró a la jaula que le mandaron y se sentó a dejar que pasara el tiempo.
- Menuda luna de miel – comentó el carcelero, probablemente aburrido, desde el otro lado de las verjas.
- Oh, las he tenido peores.
Y procedió a entretener al guardia con anécdotas de sus anteriores lunas de miel.
Pero poco importaba lo que dijera; Matt, por motivos que Thaiss jamás llegaría a entender, era el Virrey de la ciudad, y como tal tenía potestad de llevarla prisionera. La ladrona consideró que aquello era hacer trampas, pero no protestó. Sonrió y tomó aquello como una oportunidad ideal para ver el interior del sistema penitenciario de la recién nacida Ciudad Lagarto. Lo único que no agradeció fue el empujoncito que le dio el humano.
- Querido, de veras. No me toques con tanta familiaridad. Nuestro romance hace mucho que llegó a su fin, por mucho que te esfuerces – y le dio la espalda para irse con los matones -. Hombres – le dijo a uno de ellos, que era un hombre -, te invitan a su carpa y luego te acusan de estar allí cuando os pillan. Todo porque no quiere que esa bruja se entere… Su “punto débil” la llama. ¿Tú la conoces?
Había muchas mujeres alrededor; seguro que aquel comentario llegaría a la bruja de la que habían hablado Zatch y Matt. El matón no respondió al intento de conversación de la ladrona y se la llevó cogida del brazo, con muy malos modales.
- ¡Dile a Pipa que venga a vernos al cadalso si quiere! – se dirigió a Fiona antes de que se alejara con Zatch agarrado de la oreja. – Le contaré más cositas.
Thaiss fue conducida directamente a las jaulas por uno de los matones, mientras que Zatch tenía un destino diferente: pedir perdón a Pipa por su actitud. De esta manera la ladrona perdió de vista al zorro, al menos de manera temporal.
Era muy revelador que, aun cuando faltaban tantas estructuras, edificios y servicios básicos en aquella ciudad, el cadalso ya estuviera erigido y operativo. Ya había sido estrenado y probablemente amortizado. Aún les faltaba tener una prisión decente, y en su lugar sólo había unas pocas jaulas de tamaño con capacidad para varias personas, en una localización de primera línea para no perder detalle de las ejecuciones.
Las jaulas tenían a unos pocos prisioneros, algunos simples borrachos a los que habían encerrado para que no armaran más revuelo, y otros verdaderos criminales incluso para los estándares de la ciudad de los ladrones. No había un sistema claro de diferenciación entre unos y otros, con lo que en ocasiones se ejecutaba al hombre equivocado (demasiado borracho para defenderse) y se dejaba ir al culpable.
- Hola, tenemos una reserva para esta noche – informó Thaiss cuando al llegar a su destino vio a un hombre que tenía las llaves de las jaulas expuestas en su cinto -. Es nuestra luna de miel. Mi esposo vendrá más tarde. Es fácil de reconocer, porque es un zorro. Figurativamente y literalmente.
- Sólo una de momento – aclaró el matón -, por parte del Virrey. Luego vendrá el otro.
Nadie le preguntó de qué se la acusaba y Thaiss decidió no dar la información. Con la mayor docilidad, entró a la jaula que le mandaron y se sentó a dejar que pasara el tiempo.
- Menuda luna de miel – comentó el carcelero, probablemente aburrido, desde el otro lado de las verjas.
- Oh, las he tenido peores.
Y procedió a entretener al guardia con anécdotas de sus anteriores lunas de miel.
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Re: Fundación de Ciudad Lagarto [3º Parte] [Trama canon][Cerrado]
-¡Ya te dije que lo siento! -Rezongó el zorro por enésima vez.
-No me parece que sea sincero.
Sentada sobre una caja, con el ceño fruncido y la libreta embarrada entre las manos, Pipa miraba al zorro con secreta diversión. Lo habría perdonado a la primera, pero la imagen del pobre muchacho masajeándose la oreja con su hermana justo detrás, obstaculizando su única vía de escape con los brazos cruzados, era simplemente maravillosa. No pasaban muchas cosas interesantes en el día a día como para desperdiciar semejante espectáculo.
-Perdón. Per-dón. No fue mi intención empujarte, ¿cuántas malditas veces debo decirlo?
-¡El lenguaje, bicho! -Intervino Fiona. Zatch bufó y escondió el rostro entre las patas.
-Eres peor que los biocibernéticos, ¿sabes? -Refunfuñó.
-¿Biocibernéticos? -La mueca de Pipa cambió de divertida a interesada. Estaban a muy escasa distancia de la prisión y su rápida mente de periodista supo de inmediato que no podía ser casualidad- ¿Has estado... allá? -Señaló con un cabeceo hacia la base de los bios. El zorro frunció el entrecejo y la miró con enfado. Iba a preguntarle que qué demonios le importaba, cuando una fantástica idea le iluminó los sesos:
-Te lo contaré si me dejan ir.
Media hora después caminaba campante por las lodosas callejuelas de la ciudad. No había sido tan terrible, después de todo. Pipa daba saltitos de emoción al ser una de las únicas civiles que tenía información de primera mano sobre la prisión de los biocibernéticos y Zatch acababa de encontrarle el gusto a ser protagonista de una historia casi de ficción. Por supuesto había adornado un poco los sucesos con una pizca de acción y otra de suspenso; no habría sido muy interesante decir que se había pasado meses simplemente sentado en un cubículo blanco hasta que la oportunidad de escapar llegara por pura casualidad.
Se dirigió a las jaulas con una sonrisa en el hocico preguntándose si acaso ya habían ahorcado a la lunática; esperaba que no, dado que aún le debía unas buenas disculpas. Afortunadamente, pronto la pudo ver sentada en su jaula conversando con el carcelero tan naturalmente que quedó bastante claro que el tipo era malísimo en su trabajo.
-Hola, vengo a ver a los presos. -Declaró sonriente y ante la mirada escéptica del matón, añadió: -No hay cosas mucho más interesantes para hacer en este lugar, ¿no?
El carcelero lo miró largo y tendido. Debía de tener las neuronas bastante chamuscadas tras tantas noches de alcohol y golpes en la cabeza. A último momento, cuando Zatch comenzaba a aburrirse, inquirió:
-¿Tú no eres el zorro? ¿El esposo de esta chica? -Zatch ahogó una risa y, en su lugar, puso cara de indignación.
-¿Zorro, yo? ¿¡Zorro!? Vaya, todos los humanos son iguales. No saben diferenciar a un zorro de un coyote. ¡Ignorantes! -Miró a Thaiss y le sonrió- Me temo que no soy esposo de nadie, ¡pero, fiu, qué envidia me da el tuyo!
-Oh, entonces... -masculló el lento sujeto.
-Nop. Lo siento. Coyote, no zorro. Solo vengo a mirar.
El tipo se encogió de hombros y volvió la vista al frente, probablemente acostumbrado a que las personas se acercaran a agredir o burlarse de los presos. Zatch, risueño, rodeó la jaula para pararse detrás de Thaiss y, apoyándose contra los barrotes, susurró en un canturreo:
-Si te disculpas conmigo te ayudo a saliiir.
Zatch
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Re: Fundación de Ciudad Lagarto [3º Parte] [Trama canon][Cerrado]
Matthew salió arrastrando los pies de la tienda de Lazid, más de la mitad de la charla se había borrado por completo de su mente, al principio siempre intentaba dialogar y dar su punto de vista, pero luego de un rato se cansaba de discutir con el Hombre-lagarto y simplemente asentía a todo lo que decía. El moreno no entendía cuál era la lógica de insistir toda la tarde para que vaya a una reunión donde sus opiniones no serían tomadas en cuenta.
Pero al recordar que Thaiss tenía que estar en ese momento encerrada en una jaula Matthew se sintió mejor. Levantó la frente, una sonrisa animada en el rostro y con paso alegre se dirigió hacia la zona en la que estaban los “presos”, era una manera de decir, el “sistema carcelario” de Ciudad Lagarto era menos que un chiste. Cualquiera podía entrar, por casi cualquier motivo, y no habían tiempos establecidos, sino que simplemente salían cuando a alguien se le antojara, y si a nadie le importaba, pues allí se morían.
Cuando el estafador llegó finalmente a la zona donde estaban las jaulas vio que Zatch ya estaba allí, se encontraba hablando animadamente con Thaiss. Matt puso un gesto de sospecha, no le gustaba nada que esos dos estuvieran cuchicheando a espaldas suyas “¿Qué se estarán diciendo?” pensaba Owens mientras se acercaba.
Sin embargo, cuando llegó junto a ellos puso una enorme sonrisa en su rostro, un gesto que la mayoría de quienes lo acompañaban habían aprendido a tomar como una mala señal.
-Oh, pero miren nada más - El guardia que estaba junto a las jaulas tardó varios segundos en identificar a Matt, pero cuando lo hizo abrió grandes los ojos y se fue de allí - Con que encontrándose a mis espaldas - Miró a Thaiss haciendo como si tuviera celos - ¿Intentas quedarte con mi Zatch? ¡Que descaro! - Apoyó una mano sobre su pecho y miró en otra dirección, indignado.
El resto de los prisioneros miraban la escena sin entender absolutamente nada, algunos ya habían presenciado las extrañas actuaciones de Matthew, pero para otros era algo completamente nuevo.
-Por culpa de ustedes dos tuve que pasar una hora espantosa, no se los dejare pasar - Miro al zorro - Te debo la bienvenida pero ahora ya no sé si te la daré - Matthew pateó una piedra jugando al papel del ofendido - Había preparado a un grupo de chicas hermosas y mucha bebida... - Levantó un poco la mirada para volver a fijarse en Thaiss - Pero ya veo que estarás ocupado -
El Virrey se encogió de hombros y les dio la espalda.
-Vengan a buscarme cuando hayan terminado, ya saben donde queda - Se detuvo y agregó - Y entren por la puerta por favor, no rompiendo mis paredes -
En secreto el moreno estaba muy contento de tener a Zatch en la ciudad, pero sería un juego peligroso, cualquier persona podía alertar a Lazid. No veía muchas opciones, o el zorro tendría que tener mucho cuidado por donde caminaba, o estar escondido en la tienda de Matt, donde los espías del Hombre-Lagarto no entraban.
Claro que Matthew no tenía idea de todo lo que Thaiss le había contado a Pipa, de haberlo sabido la habría mandado a ahorcar en ese preciso momento.
Pero al recordar que Thaiss tenía que estar en ese momento encerrada en una jaula Matthew se sintió mejor. Levantó la frente, una sonrisa animada en el rostro y con paso alegre se dirigió hacia la zona en la que estaban los “presos”, era una manera de decir, el “sistema carcelario” de Ciudad Lagarto era menos que un chiste. Cualquiera podía entrar, por casi cualquier motivo, y no habían tiempos establecidos, sino que simplemente salían cuando a alguien se le antojara, y si a nadie le importaba, pues allí se morían.
Cuando el estafador llegó finalmente a la zona donde estaban las jaulas vio que Zatch ya estaba allí, se encontraba hablando animadamente con Thaiss. Matt puso un gesto de sospecha, no le gustaba nada que esos dos estuvieran cuchicheando a espaldas suyas “¿Qué se estarán diciendo?” pensaba Owens mientras se acercaba.
Sin embargo, cuando llegó junto a ellos puso una enorme sonrisa en su rostro, un gesto que la mayoría de quienes lo acompañaban habían aprendido a tomar como una mala señal.
-Oh, pero miren nada más - El guardia que estaba junto a las jaulas tardó varios segundos en identificar a Matt, pero cuando lo hizo abrió grandes los ojos y se fue de allí - Con que encontrándose a mis espaldas - Miró a Thaiss haciendo como si tuviera celos - ¿Intentas quedarte con mi Zatch? ¡Que descaro! - Apoyó una mano sobre su pecho y miró en otra dirección, indignado.
El resto de los prisioneros miraban la escena sin entender absolutamente nada, algunos ya habían presenciado las extrañas actuaciones de Matthew, pero para otros era algo completamente nuevo.
-Por culpa de ustedes dos tuve que pasar una hora espantosa, no se los dejare pasar - Miro al zorro - Te debo la bienvenida pero ahora ya no sé si te la daré - Matthew pateó una piedra jugando al papel del ofendido - Había preparado a un grupo de chicas hermosas y mucha bebida... - Levantó un poco la mirada para volver a fijarse en Thaiss - Pero ya veo que estarás ocupado -
El Virrey se encogió de hombros y les dio la espalda.
-Vengan a buscarme cuando hayan terminado, ya saben donde queda - Se detuvo y agregó - Y entren por la puerta por favor, no rompiendo mis paredes -
En secreto el moreno estaba muy contento de tener a Zatch en la ciudad, pero sería un juego peligroso, cualquier persona podía alertar a Lazid. No veía muchas opciones, o el zorro tendría que tener mucho cuidado por donde caminaba, o estar escondido en la tienda de Matt, donde los espías del Hombre-Lagarto no entraban.
Claro que Matthew no tenía idea de todo lo que Thaiss le había contado a Pipa, de haberlo sabido la habría mandado a ahorcar en ese preciso momento.
Matthew Owens
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