Ostara, Las manzanas de Idunn (Pascua) [Evento Social]
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Ostara, Las manzanas de Idunn (Pascua) [Evento Social]
Ostara, Las manzanas de Idunn (Pascua)
Nuh Griffith reunió un conjunto de pruebas que demostraban que la Diosa Idunn había sido raptada. Ésta sería la segunda vez que desparecía si es que se consideraba como verídica las viejas leyendas que los trovadores transmitían en forma de canción. Griffith llevó sus pruebas a los altos mandos de Lunargenta, pero apenas consiguió enseñárselas a los guardias de la entrada de los castillos.
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen] | —¡Han raptado a Idunn! —Griffith daba su palabra — Miren, fíjense bien: el brote de esta maceta era el más verde que había visto en mi vida. Todo mi huerto lo era. Puse mi mejor empeño y esto es lo que quedó de él: un tallo pocho y sin ojos. Los elfos de Sandorai habrían envidiado mi plantación de no ser por ese hijo de una loba de Loki. Les juro que le vi. Hacía tratos con un gigante disfrazado de águila. El gigante quería matar a Loki y éste, para que lo dejase en paz, le entregó a la bella Idunn. ¿Ustedes también lo han visto? Digan que sí. La respuesta que el viejo chiflado de Griffith recibía era una negativa y un golpe en las narices con las puertas. —¡Largo de aquí! —Vociferaban los guardias como si estuvieran perdonando la vida a Griffith, como si poseyesen la voz del gigante que aceptó el trato de Loki. |
Los guardias hicieron ademán de desenvainar las espadas. Griffith tomó sus pruebas y se alejó de la entrada del castillo. Continuó su camino, en una mano arrastraba la correa del viejo perro y con la otra se abrazaba a la maceta con la planta marchita.
De Lunargenta a Baslodia y de Baslodia a Vulwulfar. El viejo chiflado narró la historia del secuestro de Idunn a todo aquel quien tuviera la desgracia que toparse con él.
—Si el hijo de una loba de Loki no hubiera entregado a Idunn tendría la mejor plantación de toda Aerandir. Miren mi perrito, nació apenas tres días y morirá de viejo dentro de dos. Miradme a mí. Los Dioses serán los primeros en morir. Son más ancianos que ustedes y que yo juntos. No podrán sobrevivir sin las manzanas doradas de Idunn. Espero que Loki también muera y que su agonía sea eterna.
La historia de Griffith era una actualización de un antiguo poema. En él se relataba cómo Loki había entregado a un gigante disfrazado a Idunn para que no lo matase. La Diosa concedía la fertilidad e inmortalidad a los Dioses del Valhalla por medio de una caja sin fondo repleta de manzanas doradas. Como ésta había desaparecido, los Dioses fueron envejeciendo. Algunos bardos añadían una buena dosis de drama al decir que muchos de los Dioses fallecieron y se convirtieron en estrellas. La majadería de Griffith iba un paso más allá de la leyenda. Acusaba a Loki de ser el causante de que su cachorro hubiera envejecido en cuestión de días y que toda su plantación se hubiera marchitado de repente. Claro está, todo aquello podían ser falsas invenciones de un lunático.
Nuh Griffith llegó a Vulwulfar durante la celebración del Ostara. La fiesta se organizaba a las afueras de la ciudad, en un placentero valle. El viejo chiflado fue hasta allí. Pensó que sería la oportunidad perfecta para contar lo que creía haber visto. Alguien tendría que hacerle caso. ¡Alguien, quién fuese!
Observó con desprecio a un grupo de doncellas repartían manzanas en sus cestas de mimbre. ¡Desagradecidas! ¡Ingratas! Bramaban sus ojos. ¿Cómo se atrevían a burlarse de Idunn con aquella sátira mal dibujada?
Recitó sus profecías una vez más. Idunn ha sido raptada. ¡A tiempo están de poder rescatarla! Pasó por el grupo de desagradecidas doncellas, por un grupo de niños que intercambiaban huevos de gallinas pintados (como los niños de nuestra actualidad intercambiarían cromos) y por unos hombres que bebían cerveza en una mesa. Nadie pareció interesarle las majaderías del viejo.
Griffith dejó caer al suelo la correa del perro (el animal no iría a ninguna parte puesto que estaba más muerto que vivo) y la maceta con la planta marchita. Levantó los brazos y dijo que se rendía.
—De acuerdo, ustedes han ganado. Pero que sepan una cosa que yo les voy a decir: por no prestarme atención, vuestras armas ennegrecerán y vuestros cuerpos se marchitarán.
En ese mismo momento, las manzanas que portaban las doncellas se tiñeron de podredumbre, la cerveza de los hombres se convirtió en una densa agua pantanosa y de los huevos de gallina de los niños emergieron un puñado de pequeñas arañas.
Nuh Griffith: viejo, chiflado y brujo.
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Una breve aclaración para los usuarios más nuevos: estos eventos globales son de ámbito social. Tienen como objetivo conocer a nuevos personajes con los que no hayas coincidido y disfrutar de la temática vikinga de nuestro foro. Por lo general, estos eventos suelen estar asociados a una festividad real. El Ostara está relacionada con La Pascua.
Para dar un punto de novedad al evento, he creído que sería una buena idea combinarlo con una leyenda nórdica (de mis favoritas, además): las manzanas de Idunn. Como se explica en el tema. Idunn concedía juventud, fertilidad e inmortalidad a los Dioses. ¿Qué sucederá si desaparece? Lo que va a suceder en este evento. Espero que os guste.
Información:
* Libre partición. Todos los usuarios con la ficha de personaje aprobada pueden participar.
* El Ostara finalizará el 26 de mayo de 2019. Puedo dejar una prologa de 3 días si alguno desea participar y no le va a dar tiempo.
* Como objetivo principal deberéis disfrutar de la temática del Ostara, Las manzanas de Idunn. Todos los presentes sufriréis la maldición de Griffith (solo por este tema, no se alargará más). Envejeceréis a ritmo acelerado, vosotros y todos los que os rodea: animales, plantas, insectos…. El chiflado ha creado un mundo de podredumbre, lo que se imagina que ocurriría si Idunn llegase a desaparecer.
* Opcional: para sanar la tierra podrida deberéis representar en una obra de teatro el secuestro de Idunn por parte del águila gigante, rescatarla y entregar las manzanas doradas a los Dioses. La obra de teatro no lo podrá hacer solo un usuario, sino que deberéis haceros en grupos de tres, cada uno con un papel diferente. Me imagino a Mefisto de Loki, Gerrit del gigante y Jeannie de Idunn. Debo decir: aunque tres usuarios se hayan unido y hayan hecho este teatro, otro grupo de tres lo podrá repetir sin ningún problema.
* Tenéis total libertad de turnos. No tendréis que esperar a otro usuario para postear. Aun así, os pido, que postéis con lógica.
* Si has conocido a cualquiera de mis personajes y crees que puede resultar divertido interactuar con ellos, puedes hacerlo. Lo único que te pido es que lo hagas con lógica. Es decir, si ves que un usuario se ha adelantado y ha cogido a Hont (por ejemplo) y se lo ha llevado a bailar, no se lo arrebates y digas que Hont está haciendo otra cosa totalmente diferente. De hacerlo, lo consideraré metarol y será penalizado.
Recompensas:
* +5 ptos de experiencia
* 50 aeros
* Objeto del evento.
* Aquellos que realicen el objetivo opcional tendrán una recompensa adicional.
* Dependiendo de vuestras acciones, también podréis sufrir una maldición. Hay usuarios que toman las maldiciones como recompensas.
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Re: Ostara, Las manzanas de Idunn (Pascua) [Evento Social]
No era la primera vez que Valeria visitaba Vulwufar; tampoco era la primera vez que disfrutaba de la festividad del Ostara lejos de las Islas; pero sí era la primera vez que visitaba la villa durante la celebración de aquel festival, así que no dudó en acercarse al lugar de los festejos para saciar su curiosidad.
El ambiente era alegre, como era habitual en ese tipo de ocasiones, y especialmente, cuando ya se percibía la llegada de la primavera. A la música, las conversaciones animadas, las risas y los juegos, había que añadir la explosión de color y el aroma de las flores, que se mezclaba con el de la comida. A la bruja le gustaban las plantas, así que caminaba sonriente en medio de la decoración floral. Pasó junto a un puesto de abalorios y, por puro espíritu festivo, compró una graciosa cola de conejo que se colgó del cuello. Con una sonrisa y una inclinación de cabeza, aceptó una hermosa manzana de una muchacha que las iba repartiendo y le dio un buen mordisco. Estaba dulce y jugosa.
No conocía a nadie por allí, así que caminaba sola, saboreando su manzana con una sonrisa en medio de la algarabía. Cuando iba por su tercer bocado, se fijó en un niño de unos diez u once años que, sonriente, le entregaba un huevo decorado a una niña más pequeña y por poco se atraganta.
—Ander —murmuró casi sin aliento.
Los niños, que caminaban absortos en su propia alegría, estuvieron a punto de chocarse con ella, pues se había quedado de piedra en el sitio. Cuando el chiquillo la miró para disculparse, Valeria se fijó en que tenía los ojos verdes. «Los de Ander eran color avellana», recordó y se apartó para dejarles pasar. Por la forma en que la miró el muchacho, supo que la impresión aún debía vérsele en la cara. Se dio cuenta también de que había estado conteniendo el aliento y soltó el aire de los pulmones mientras sacudía un poco la cabeza para obligarse a volver en sí. «Olvida a los muertos, Valeria», se dijo, «tú lo que necesitas son unos cuantos bailes y un buen revolcón».
Recordando la manzana que aún tenía en la mano, le dio un mordisco distraído mientras emprendía la marcha de nuevo, pero el extraño sabor hizo que terminara de volver a la realidad. Escupió el bocado y miró la manzana. Se había vuelto de un color pardo y estaba toda arrugada. ¿Quizá había estado perdida en sus recuerdos más tiempo del que había pensado? Aún así, no tenía demasiado sentido que la manzana se hubiese puesto así en tan poco tiempo, pero estaba en medio de una fiesta, así que no le apetecía darle demasiadas vueltas a la cabeza. Se deshizo del resto de la fruta y dejó correr el tema. «¿En qué estaba? Ah, sí: un buen baile y unos cuantos revolcones».
«Veamos...», se dijo mientras giraba sobre sí misma para observar los alrededores. «¿Dónde encuentro yo un buen mozo por aquí?». Con una expresión traviesa en el rostro y un contoneo cadencioso que hacía bailar la falda de su vestido verde, Valeria caminó en dirección a la música. Ocupada como estaba en escudriñar la fauna local en busca de la presa adecuada, ni siquiera se percató de que las flores a su alrededor comenzaban a verse algo mustias.
El ambiente era alegre, como era habitual en ese tipo de ocasiones, y especialmente, cuando ya se percibía la llegada de la primavera. A la música, las conversaciones animadas, las risas y los juegos, había que añadir la explosión de color y el aroma de las flores, que se mezclaba con el de la comida. A la bruja le gustaban las plantas, así que caminaba sonriente en medio de la decoración floral. Pasó junto a un puesto de abalorios y, por puro espíritu festivo, compró una graciosa cola de conejo que se colgó del cuello. Con una sonrisa y una inclinación de cabeza, aceptó una hermosa manzana de una muchacha que las iba repartiendo y le dio un buen mordisco. Estaba dulce y jugosa.
No conocía a nadie por allí, así que caminaba sola, saboreando su manzana con una sonrisa en medio de la algarabía. Cuando iba por su tercer bocado, se fijó en un niño de unos diez u once años que, sonriente, le entregaba un huevo decorado a una niña más pequeña y por poco se atraganta.
—Ander —murmuró casi sin aliento.
Los niños, que caminaban absortos en su propia alegría, estuvieron a punto de chocarse con ella, pues se había quedado de piedra en el sitio. Cuando el chiquillo la miró para disculparse, Valeria se fijó en que tenía los ojos verdes. «Los de Ander eran color avellana», recordó y se apartó para dejarles pasar. Por la forma en que la miró el muchacho, supo que la impresión aún debía vérsele en la cara. Se dio cuenta también de que había estado conteniendo el aliento y soltó el aire de los pulmones mientras sacudía un poco la cabeza para obligarse a volver en sí. «Olvida a los muertos, Valeria», se dijo, «tú lo que necesitas son unos cuantos bailes y un buen revolcón».
Recordando la manzana que aún tenía en la mano, le dio un mordisco distraído mientras emprendía la marcha de nuevo, pero el extraño sabor hizo que terminara de volver a la realidad. Escupió el bocado y miró la manzana. Se había vuelto de un color pardo y estaba toda arrugada. ¿Quizá había estado perdida en sus recuerdos más tiempo del que había pensado? Aún así, no tenía demasiado sentido que la manzana se hubiese puesto así en tan poco tiempo, pero estaba en medio de una fiesta, así que no le apetecía darle demasiadas vueltas a la cabeza. Se deshizo del resto de la fruta y dejó correr el tema. «¿En qué estaba? Ah, sí: un buen baile y unos cuantos revolcones».
«Veamos...», se dijo mientras giraba sobre sí misma para observar los alrededores. «¿Dónde encuentro yo un buen mozo por aquí?». Con una expresión traviesa en el rostro y un contoneo cadencioso que hacía bailar la falda de su vestido verde, Valeria caminó en dirección a la música. Ocupada como estaba en escudriñar la fauna local en busca de la presa adecuada, ni siquiera se percató de que las flores a su alrededor comenzaban a verse algo mustias.
Reike
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Re: Ostara, Las manzanas de Idunn (Pascua) [Evento Social]
La primavera llegaba una vez más y este años la celebración de Ostara nos pilló en Vulwulfar, pero esta ocasión estaba sola en medio de la fiesta. Lavey había decido quedarse cazando en el bosque, decía que necesitaba entrenar sus nuevas técnicas y probar sus trampas experimentales.
Recuerdo que el año pasado la gente le dio gran importancia las ofrendas de las gallinas, todo el mundo andaba con huevos pintados por la calle, desde simples elaboraciones de infantes hasta intrincadas pinturas que parecían una copia exacta del paisaje.
En cada localidad festejaban el cambio de estación de una forma distinta, en esta preferían dejar los huevos en segundo lugar y darle más importancia a Idunn y sus manzanas. Por estas fechas los lugareños se olvidaban del precio de los productos y de las ganancias que conseguirían y, en lugar de venderlos los regalaban haciendo acopio de sus dioses y se escudaban diciendo que eran ofrendas.
Y eso mismo era lo que tenia entre mis manos, una jugosa ofrenda con forma de manzana roja, brillante, que estallaba en la boca con cada bocado. Aunque no era eso lo que buscaba llevarme a la boca esta noche.
Las ocasiones en las que podía estar sin mi hija revoloteando al rededor eran escasas y no pensaba desaprovecharlas, ella se había ido a cazar y yo haría lo mismo.
Esta noche no abrían, garras, escamas y cuernos... bueno al menos no por mi parte, esta noche mis armas serian un pelo limpio y suelto, acompañado de una camisa sin mangas y de cuello abierto, que, junto con un chaleco azul dejaban ver lo justo como para provocar al personal sin alterarlo en demasía. Los pantalones eran algo holgados con un cinturón ancho y sencillo, a medida que la tela bajaba se iba ajustaban hasta llegar al tobillo donde se unían a unas sandalias de cuero trenzado que se anudaban a la mitad del gemelo.
De camino a la pista de baile conseguí levantar varias miradas y un par de manzanas más, por desgracias aquellas frutas no tenían punto de comparación a la primera, parecía que este año la cosecha no había sido productiva, cuando me ofrecieron la cuarta manzana tuve que negarme pues tenia una pinta horrible.
Por suerte en la pista de baile los hombres y mujeres desprendían alegría, juventud y hermosura. De entre toda aquella hermosura captó mi atención una falda esmeralda coronada por un rostro que sonreía sin tapujos, acompañado por una astuta mirada amarilla y una melena negra recogida que ensalzaba su cuello.
-Tengo antojo de fresas. -Dije pragmática colocándome al lado de Reike, observando desinteresada a los bailarines. -¿Crees que esta noche conseguiré alguna?
_______
Off: Interactuo con Reike
Recuerdo que el año pasado la gente le dio gran importancia las ofrendas de las gallinas, todo el mundo andaba con huevos pintados por la calle, desde simples elaboraciones de infantes hasta intrincadas pinturas que parecían una copia exacta del paisaje.
En cada localidad festejaban el cambio de estación de una forma distinta, en esta preferían dejar los huevos en segundo lugar y darle más importancia a Idunn y sus manzanas. Por estas fechas los lugareños se olvidaban del precio de los productos y de las ganancias que conseguirían y, en lugar de venderlos los regalaban haciendo acopio de sus dioses y se escudaban diciendo que eran ofrendas.
Y eso mismo era lo que tenia entre mis manos, una jugosa ofrenda con forma de manzana roja, brillante, que estallaba en la boca con cada bocado. Aunque no era eso lo que buscaba llevarme a la boca esta noche.
Las ocasiones en las que podía estar sin mi hija revoloteando al rededor eran escasas y no pensaba desaprovecharlas, ella se había ido a cazar y yo haría lo mismo.
Esta noche no abrían, garras, escamas y cuernos... bueno al menos no por mi parte, esta noche mis armas serian un pelo limpio y suelto, acompañado de una camisa sin mangas y de cuello abierto, que, junto con un chaleco azul dejaban ver lo justo como para provocar al personal sin alterarlo en demasía. Los pantalones eran algo holgados con un cinturón ancho y sencillo, a medida que la tela bajaba se iba ajustaban hasta llegar al tobillo donde se unían a unas sandalias de cuero trenzado que se anudaban a la mitad del gemelo.
De camino a la pista de baile conseguí levantar varias miradas y un par de manzanas más, por desgracias aquellas frutas no tenían punto de comparación a la primera, parecía que este año la cosecha no había sido productiva, cuando me ofrecieron la cuarta manzana tuve que negarme pues tenia una pinta horrible.
Por suerte en la pista de baile los hombres y mujeres desprendían alegría, juventud y hermosura. De entre toda aquella hermosura captó mi atención una falda esmeralda coronada por un rostro que sonreía sin tapujos, acompañado por una astuta mirada amarilla y una melena negra recogida que ensalzaba su cuello.
-Tengo antojo de fresas. -Dije pragmática colocándome al lado de Reike, observando desinteresada a los bailarines. -¿Crees que esta noche conseguiré alguna?
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Reivy Abadder
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Re: Ostara, Las manzanas de Idunn (Pascua) [Evento Social]
Y de nuevo la bruja se vio metida en un carro que la llevaría a la cuidad de Vuwulfar. No hacía mucho que había visitado aquella cuidad por temas de trabajo y había terminado siendo uno de los días más peculiares que había vivido desde que había salido de las islas.
Había reunido algunos aeros, así que su intención era seguir ruta y moverse hacia el norte. Aún no había visitado ni Baslodia ni Roilkat, siempre podía hacerlo en otra ocasión. Había escuchado que en la cuidad pesquera se celebraba una festividad llena de flores, baile y comida, así que Nahir no pensó en nada mejor para despedirse de Lunargenta.
Al llegar a la cuidad le asaltó el dulce aroma de las flores que decoraban toda la cuidad. Las risas reinaban por todos los rincones, tan solo acalladas por una música muy alegre que parecía sonar desde todas direcciones.
Se dejó guiar por la muchedumbre, casi todo el mundo se dirigía en una sola dirección, así que supuso que era donde es estaría celebrando el festejo. Había una mujer con una cesta de mimbre andando en dirección contraria, esta les iba entregando manzanas a la gente a medida que se topaba con ellos. Cuando llegó a la altura de Nahir la joven le ofreció una hermosa pieza de color rojo intenso. La bruja, agradecida, le propino un gran mordisco. Estaba buenísima. A la morena le encantaban todas las frutas, por lo que solía comer mucha, pero aquella manzana tenía un sabor especial, hacía tiempo que no comía algo así.
Con la fruta en las manos, la bruja miraba a la gente que la rodeaba, el ambiente era magnifico. Al llegar a la zona que parecía la principal pudo distinguir una zona de baile, había mucha gente pasándoselo bien. Un poco más lejos de ahí había un grupo de niños sentados en el suelo, frente a ellos había unos cuencos de barro en los que había pintura, o algo similar, ya que con aquellos colores estaban pintando huevos, para después intercambiárselos. La bruja se acercó al corrillo de niños.
- ¿Me enseñáis? - pregunto con una enorme sonrisa.
Los niños la miraron y se movieron hacia los lados, haciéndole un sitio frente a las pinturas. La morena fue a terminarse la manzana antes de pringarse las manos de pintura cuando se percató de que esta estaba negra. Se quedó unos instantes mirando la fruta, no le había dado tiempo a que esta se oxidase, aunque cabía la posibilidad de que estuviese dañada en el interior y no se hubiese dado cuenta. Y sin darle mucha más importancia, la bruja se colocó entre los niños para empezar a pintar los huevos.
No tardó mucho en pillarle el tranquillo, en algunos pintó distintos motivos florales, en otros dibujó un pollito como si este estuviese rompiendo el cascaron, en otros simplemente se dedicó a hacer cenefas y mándalas. No se había dado cuenta de cuanto rato había estado pintando huevos, así como tampoco se había dado cuenta de que se había manchado un poco la frente y las mejillas de pintura.
Ya estaba acabando su último huevo cuando notó algo extraño. Juraría que este se había movido. Extrañada, la joven miró a los niños, estos seguirán pintando y haciendo sus trueques, entonces el huevo de su mano se rompió y de él salieron miles de arañas diminutas. La bruja soltó el huevo al instante. Las arañas corrían por su mano, llegando al antebrazo. Nahir se levantó de golpe y sacudió el brazo para liberarse de los insectos. Alguno de los niños empezó a gritar, moviéndose de un lado a otro. La bruja se acercó a ellos y les colocó la mano en el hombro, haciendo que les cayese agua por todo el brazo, haciendo así que todos los insectos se cayesen.
Con aquello dio la sesión de arte por terminada y se aproximó a la zona de baile.
Se adentró entre la gente que estaba bailando y cuando encontró un hueco empezó a bailar, dejándose llevar por el ruido de la gente y por la música.
Le dolían un poco las rodillas, pero seguramente era por haber estado tanto rato agachada.
Había reunido algunos aeros, así que su intención era seguir ruta y moverse hacia el norte. Aún no había visitado ni Baslodia ni Roilkat, siempre podía hacerlo en otra ocasión. Había escuchado que en la cuidad pesquera se celebraba una festividad llena de flores, baile y comida, así que Nahir no pensó en nada mejor para despedirse de Lunargenta.
Al llegar a la cuidad le asaltó el dulce aroma de las flores que decoraban toda la cuidad. Las risas reinaban por todos los rincones, tan solo acalladas por una música muy alegre que parecía sonar desde todas direcciones.
Se dejó guiar por la muchedumbre, casi todo el mundo se dirigía en una sola dirección, así que supuso que era donde es estaría celebrando el festejo. Había una mujer con una cesta de mimbre andando en dirección contraria, esta les iba entregando manzanas a la gente a medida que se topaba con ellos. Cuando llegó a la altura de Nahir la joven le ofreció una hermosa pieza de color rojo intenso. La bruja, agradecida, le propino un gran mordisco. Estaba buenísima. A la morena le encantaban todas las frutas, por lo que solía comer mucha, pero aquella manzana tenía un sabor especial, hacía tiempo que no comía algo así.
Con la fruta en las manos, la bruja miraba a la gente que la rodeaba, el ambiente era magnifico. Al llegar a la zona que parecía la principal pudo distinguir una zona de baile, había mucha gente pasándoselo bien. Un poco más lejos de ahí había un grupo de niños sentados en el suelo, frente a ellos había unos cuencos de barro en los que había pintura, o algo similar, ya que con aquellos colores estaban pintando huevos, para después intercambiárselos. La bruja se acercó al corrillo de niños.
- ¿Me enseñáis? - pregunto con una enorme sonrisa.
Los niños la miraron y se movieron hacia los lados, haciéndole un sitio frente a las pinturas. La morena fue a terminarse la manzana antes de pringarse las manos de pintura cuando se percató de que esta estaba negra. Se quedó unos instantes mirando la fruta, no le había dado tiempo a que esta se oxidase, aunque cabía la posibilidad de que estuviese dañada en el interior y no se hubiese dado cuenta. Y sin darle mucha más importancia, la bruja se colocó entre los niños para empezar a pintar los huevos.
No tardó mucho en pillarle el tranquillo, en algunos pintó distintos motivos florales, en otros dibujó un pollito como si este estuviese rompiendo el cascaron, en otros simplemente se dedicó a hacer cenefas y mándalas. No se había dado cuenta de cuanto rato había estado pintando huevos, así como tampoco se había dado cuenta de que se había manchado un poco la frente y las mejillas de pintura.
Ya estaba acabando su último huevo cuando notó algo extraño. Juraría que este se había movido. Extrañada, la joven miró a los niños, estos seguirán pintando y haciendo sus trueques, entonces el huevo de su mano se rompió y de él salieron miles de arañas diminutas. La bruja soltó el huevo al instante. Las arañas corrían por su mano, llegando al antebrazo. Nahir se levantó de golpe y sacudió el brazo para liberarse de los insectos. Alguno de los niños empezó a gritar, moviéndose de un lado a otro. La bruja se acercó a ellos y les colocó la mano en el hombro, haciendo que les cayese agua por todo el brazo, haciendo así que todos los insectos se cayesen.
Con aquello dio la sesión de arte por terminada y se aproximó a la zona de baile.
Se adentró entre la gente que estaba bailando y cuando encontró un hueco empezó a bailar, dejándose llevar por el ruido de la gente y por la música.
Le dolían un poco las rodillas, pero seguramente era por haber estado tanto rato agachada.
Nahir
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Re: Ostara, Las manzanas de Idunn (Pascua) [Evento Social]
La primavera se acercaba, y dejaba atrás un largo y duro invierno. Quizás era sensación de la bruja, pero las temperaturas en aquel invierno habían sido algo más bajas de lo normal. Tuvo un golpe de suerte al ser contratada por el virrey de Ciudad Lagarto como su asesina personal, tenía comida caliente y una cama cómoda todos los días, y pudo pasar el duro invierno entre más comodidades de las que estaba acostumbrada.
Caminaba por las afueras de Vulwufar, donde la se había establecido la festividad del Ostara de aquella localidad. Parecía ser algo diferente; representaban el mito de Iddun y sus manzanas. Sabía que el resto de las ciudades en aquellas fechas festejarían sus celebraciones, y quería verlas, sobretodo para apartarse al menos un día de la ciudad sin ley.
El sol iba cayendo poco a poco, pero sus rayos aún calentaban la tierra. Se acercaba el atardecer, y por ende; la noche, y seguramente con ella, el típico atracón de bebidas y comidas de ese tipo de festividades.
Helena se acercó a un pozo que había por la zona, necesitaba hidratarse, ya que el camino la había dejado un poco hastiada. Dicho pozo estaba decorado con motivo del Ostara; muchas flores en el suelo lo rodeaban, las cuales daban un olor bastante agradable, otras tanto más estéticas se enredaban en su estructura. Al lado del pozo había unos puestos que, aprovechando la ocasión, vendían artículos relacionados con la festividad. Sin duda, a los humanos no se les escapaba ninguna oportunidad para poder aumentar, aunque fuese de forma mínima, su patrimonio.
Sacó agua del pozo al mismo tiempo que notaba cómo alguien le llamaba la atención por detrás, tirando de sus ropajes. Se volteó con el cubo entre sus brazos. Pudo ver un extraño anciano sujetando la correa de un perro con aspecto decrépito con una mano con la otra sujetando una maceta que contenía una planta marchita.
Enarcó una ceja, acompañando dicha expresión con un rostro extrañado.
-...-Iba a decir algo, pero de pronto, aquel anciano se le adelantó
—¡Han raptado a Idunn! —-Se acercó en demasía a Helena, acortando el espacio personal que les separaba y casi echándole el aliento encima—¡Tiene que hacer algo, señorita! —-La miró a los ojos intensamente
Ahora sí que se le confirmaba a Helena algo que aquel viejo aparentaba: estaba chiflado. Helena apretó los dientes y soltó un grito a escasos centímetros del rostro ajeno.
-¡DÉJAME EN PAZ, VIEJO!
La bruja no era conocida por su paciencia, y menos aún cuando invadían su espacio personal y le estiraban de los ropajes.
Al ver la falta de recepción por parte de la rubia, el anciano decidió marcharse. La Rhodes suspiró y murmuró entre dientes.
-...El mundo está lleno de pirados
Un poco más tarde y ya habiendo más que saciado su sed, la bruja optó por seguir allí un poco más, observando la celebración desde una perspectiva externa sin llegar a integrarse del todo. No le iban mucho los bailes, y menos aún que la rozaran o la tocaran de forma tan descarada. Seguramente si alguien osaba hacerle algo así, acabaría con la nariz rota.
Las doncellas que repartían manzanas le habían ofrecido una, la cual aceptó amablemente y empezó a darle pequeños bocados. Se acercó a una especie de poste del cual colgaba una tira de diferentes trapos de colores que adornaban el lugar. Se apoyó en él y siguió observando a la gente que por allí pasaba y festejaba. La noche llegó, y la gente pareció acudir allí en masa. La música y los bailes seguían animando la fiesta, y la gente parecía disfrutar.
Dos bocados le quedaban a su manzana. Estaba realmente deliciosa, sin duda hacían honor a aquella a la que querían imitar. La propia Iddun se sentiría orgullosa de aquellas frutas tan exquisitas.
En el siguiente bocado, pudo notar como en su boca se gestaba un sabor amargo, agrio, tan horrible y desagradable, que le hizo arrugar todo el rostro y escupir al instante aquel trozo. Extrañada, miró la manzana. Lo que era una fruta madura y deliciosa se había convertido en un trozo de manzana pasado y con un aspecto horrible; muy marchito e incluso juraría haber visto un gusano.
De la misma impresión, dejó caer la manzana al suelo y sintió una sensación bastante desagradable, a la vez que confusa. La manzana estaba bien antes... ¿No? ¿A qué se debía aquello? Acto seguido, bajó la mirada y pudo ver como la podredumbre de la manzana se extendía por el césped y las flores a paso lento, marchitando poco a poco todo lo que tocaba.
Dio un par de pasos hacia atrás, y al ver que aquello no paraba, decidió marcharse de allí. Quizás era una especie de ilusión, o falta de sueño. Empezó a caminar entre la gente a paso ligero, incluso apartando a quien se cruzaba por su camino de forma brusca, lo cual soltó más de algún gesto de desagrado ajeno y algún pequeño insulto. Pero, al estar tan consternada no se percató que cuanto más caminaba, más se acercaba la zona de baile.
Caminaba por las afueras de Vulwufar, donde la se había establecido la festividad del Ostara de aquella localidad. Parecía ser algo diferente; representaban el mito de Iddun y sus manzanas. Sabía que el resto de las ciudades en aquellas fechas festejarían sus celebraciones, y quería verlas, sobretodo para apartarse al menos un día de la ciudad sin ley.
El sol iba cayendo poco a poco, pero sus rayos aún calentaban la tierra. Se acercaba el atardecer, y por ende; la noche, y seguramente con ella, el típico atracón de bebidas y comidas de ese tipo de festividades.
Helena se acercó a un pozo que había por la zona, necesitaba hidratarse, ya que el camino la había dejado un poco hastiada. Dicho pozo estaba decorado con motivo del Ostara; muchas flores en el suelo lo rodeaban, las cuales daban un olor bastante agradable, otras tanto más estéticas se enredaban en su estructura. Al lado del pozo había unos puestos que, aprovechando la ocasión, vendían artículos relacionados con la festividad. Sin duda, a los humanos no se les escapaba ninguna oportunidad para poder aumentar, aunque fuese de forma mínima, su patrimonio.
Sacó agua del pozo al mismo tiempo que notaba cómo alguien le llamaba la atención por detrás, tirando de sus ropajes. Se volteó con el cubo entre sus brazos. Pudo ver un extraño anciano sujetando la correa de un perro con aspecto decrépito con una mano con la otra sujetando una maceta que contenía una planta marchita.
Enarcó una ceja, acompañando dicha expresión con un rostro extrañado.
-...-Iba a decir algo, pero de pronto, aquel anciano se le adelantó
—¡Han raptado a Idunn! —-Se acercó en demasía a Helena, acortando el espacio personal que les separaba y casi echándole el aliento encima—¡Tiene que hacer algo, señorita! —-La miró a los ojos intensamente
Ahora sí que se le confirmaba a Helena algo que aquel viejo aparentaba: estaba chiflado. Helena apretó los dientes y soltó un grito a escasos centímetros del rostro ajeno.
-¡DÉJAME EN PAZ, VIEJO!
La bruja no era conocida por su paciencia, y menos aún cuando invadían su espacio personal y le estiraban de los ropajes.
Al ver la falta de recepción por parte de la rubia, el anciano decidió marcharse. La Rhodes suspiró y murmuró entre dientes.
-...El mundo está lleno de pirados
----------------------------------------------------------------------
Un poco más tarde y ya habiendo más que saciado su sed, la bruja optó por seguir allí un poco más, observando la celebración desde una perspectiva externa sin llegar a integrarse del todo. No le iban mucho los bailes, y menos aún que la rozaran o la tocaran de forma tan descarada. Seguramente si alguien osaba hacerle algo así, acabaría con la nariz rota.
Las doncellas que repartían manzanas le habían ofrecido una, la cual aceptó amablemente y empezó a darle pequeños bocados. Se acercó a una especie de poste del cual colgaba una tira de diferentes trapos de colores que adornaban el lugar. Se apoyó en él y siguió observando a la gente que por allí pasaba y festejaba. La noche llegó, y la gente pareció acudir allí en masa. La música y los bailes seguían animando la fiesta, y la gente parecía disfrutar.
Dos bocados le quedaban a su manzana. Estaba realmente deliciosa, sin duda hacían honor a aquella a la que querían imitar. La propia Iddun se sentiría orgullosa de aquellas frutas tan exquisitas.
En el siguiente bocado, pudo notar como en su boca se gestaba un sabor amargo, agrio, tan horrible y desagradable, que le hizo arrugar todo el rostro y escupir al instante aquel trozo. Extrañada, miró la manzana. Lo que era una fruta madura y deliciosa se había convertido en un trozo de manzana pasado y con un aspecto horrible; muy marchito e incluso juraría haber visto un gusano.
De la misma impresión, dejó caer la manzana al suelo y sintió una sensación bastante desagradable, a la vez que confusa. La manzana estaba bien antes... ¿No? ¿A qué se debía aquello? Acto seguido, bajó la mirada y pudo ver como la podredumbre de la manzana se extendía por el césped y las flores a paso lento, marchitando poco a poco todo lo que tocaba.
Dio un par de pasos hacia atrás, y al ver que aquello no paraba, decidió marcharse de allí. Quizás era una especie de ilusión, o falta de sueño. Empezó a caminar entre la gente a paso ligero, incluso apartando a quien se cruzaba por su camino de forma brusca, lo cual soltó más de algún gesto de desagrado ajeno y algún pequeño insulto. Pero, al estar tan consternada no se percató que cuanto más caminaba, más se acercaba la zona de baile.
Helena Rhodes
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Re: Ostara, Las manzanas de Idunn (Pascua) [Evento Social]
Una cosa no se le puede negar los exteriores, tienen muchas festividades. En bosque negro hay pocas… pocas que involucren a todos los clanes sin el único objetivo de probar la fuerza combativa claro.
En esta particular tradición, se pintan muchos huevos y se intercambian. Parece un evento infantil debido al montón de niños que corretean por todos lados cargando los hijos de la gallina, claro que Kosir está en el sitio más por la promesa de alimentos, licor y mujeres gratis.
Se queda mirando a los mocosos hacer su cosas y no puede evitar sonreír, recuerda por algunos instantes su propia infancia. Claro que en lugar de huevos el corría como espadas de madera, rumbo a darse golpes con sus amiguitos por la fortaleza del clan.
Niega con la cabeza para que los pensamientos nostálgicos vuelvan al velo negro, no desea recordar rostros de casa ahora mismo. Luego de ver como son las cosas afuera comienza a cuestionar mucho la senda de su gente.
Suspira, cada tanto termina en la misma temática mental. El peor enemigo de una persona sin importar nada es su propia cabeza, tiene el poder de convertir al mejor guerrero en un manojo de llanto inservible.
Esta vez Kosir viene acompañado, no es algo que pase a menudo vale destacar. Desde el trabajo en la ciudad permaneció junto a Uriel por curiosidad, fue hace poco y en cierto modo no tenía nada más que hacer.
Ya le queda patente que el niño es raro, especialmente por sus hábitos nocturnos y su negativa a comer o beber pero… las cosas son extrañas fuera de bosque negro, quizás tenga una fobia rara como esa gente a la que no le cae bien la leche de vaca.
El pequeño personaje rompió a correr cuando vio a los niños jugar, en gran medida por la sugerencia del bárbaro. Aunque Uriel es un chico muy entretenido… se debe ventilar su personalidad hiperactiva cada cierto tiempo para que no sature.
Ahora en solitario, Kosir tiene tiempo de llenar el estómago con licor. No le cabe duda de que su colega aparecerá en el momento menos oportuno pero accedió a tales situaciones cuando hizo equipo con él.
El breve, el pelirrojo pilla algo que llama su atención. Cerveza y borrachos, una combinación que viene desde tiempos ancestrales. No es la bebida preferida del muchacho pero sus reservas de hidromiel ritual andan bajas y no quiere acabar la ultima cantimplora sin antes tener una recarga cocinándose.
Sin vacilar toma una jarra mandándose el contenido adentro, todos los demás imitan la acción aunque terminan escupiendo asqueados. El único en acabar todo resulta ser Kosir y es que pese al sabor horrendo no es la primera vez que toma algo similar.
Raro, no sabía que afuera adoraran a la diosa de la putrefacción con su bebida sagrada también.
En esta particular tradición, se pintan muchos huevos y se intercambian. Parece un evento infantil debido al montón de niños que corretean por todos lados cargando los hijos de la gallina, claro que Kosir está en el sitio más por la promesa de alimentos, licor y mujeres gratis.
Se queda mirando a los mocosos hacer su cosas y no puede evitar sonreír, recuerda por algunos instantes su propia infancia. Claro que en lugar de huevos el corría como espadas de madera, rumbo a darse golpes con sus amiguitos por la fortaleza del clan.
Niega con la cabeza para que los pensamientos nostálgicos vuelvan al velo negro, no desea recordar rostros de casa ahora mismo. Luego de ver como son las cosas afuera comienza a cuestionar mucho la senda de su gente.
Suspira, cada tanto termina en la misma temática mental. El peor enemigo de una persona sin importar nada es su propia cabeza, tiene el poder de convertir al mejor guerrero en un manojo de llanto inservible.
Esta vez Kosir viene acompañado, no es algo que pase a menudo vale destacar. Desde el trabajo en la ciudad permaneció junto a Uriel por curiosidad, fue hace poco y en cierto modo no tenía nada más que hacer.
Ya le queda patente que el niño es raro, especialmente por sus hábitos nocturnos y su negativa a comer o beber pero… las cosas son extrañas fuera de bosque negro, quizás tenga una fobia rara como esa gente a la que no le cae bien la leche de vaca.
El pequeño personaje rompió a correr cuando vio a los niños jugar, en gran medida por la sugerencia del bárbaro. Aunque Uriel es un chico muy entretenido… se debe ventilar su personalidad hiperactiva cada cierto tiempo para que no sature.
Ahora en solitario, Kosir tiene tiempo de llenar el estómago con licor. No le cabe duda de que su colega aparecerá en el momento menos oportuno pero accedió a tales situaciones cuando hizo equipo con él.
El breve, el pelirrojo pilla algo que llama su atención. Cerveza y borrachos, una combinación que viene desde tiempos ancestrales. No es la bebida preferida del muchacho pero sus reservas de hidromiel ritual andan bajas y no quiere acabar la ultima cantimplora sin antes tener una recarga cocinándose.
Sin vacilar toma una jarra mandándose el contenido adentro, todos los demás imitan la acción aunque terminan escupiendo asqueados. El único en acabar todo resulta ser Kosir y es que pese al sabor horrendo no es la primera vez que toma algo similar.
Raro, no sabía que afuera adoraran a la diosa de la putrefacción con su bebida sagrada también.
Kosir
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Re: Ostara, Las manzanas de Idunn (Pascua) [Evento Social]
"¡Ah! Que bonito huevo tiene ¿Me lo cambias?"
Dijo la pequeña humana que no debía superar los 7 o 6 años de edad, estaba agazapada con otros niños de distintas razas, riendo e intercambiando sus colorido huevitos de pascua. La pequeña estaba encandilada por los patrones azulados-verdoso de un huevo que su amiguito, quien por sus rasgos debía ser un niño-bestia gato.
"¡Claro! Pero tienes que darme el tuyo que es dorado y blanco."
"¡Para ti! ¿Hmm?"
Negociando, la niña y el niño-gato cambiaron sus huevos, transacción que Uriel observó atentamente ¡Ostara! El vampirito había oído hablar de ella pero jamás había participado en esta, su maestro rechazaba festividades y no había muchos otros vampiros niño con los que jugar e intercambiar huevos de pascua en su facción.
El infante, movido por una misión que su maestro le otorgó, estaba ne Vulwurfar ¡Pero quien iba a decir que justo coincidiría con Ostara! Había ido con Kosir, su compañero de misión y un aliado que era realmente del agrado del infante, quien hará unos minutos habrá ido por separado a hacer los dioses sabrán qué, estando solo, Uriel jugueteo por las ciudad animadamente hasta que se halló de frente con esa escena ¡Que curioso! El vampirito sentía entre una mezcla de curiosidad y envidia que le impedía acercase demasiado al grupo de niños ¿Que se sentía al intercambiar huevos de esa forma?
"¡El niño de ahí! ¿¡Porque nos miras!? ¡Ah! Nunca te había visto ¿Quien eres? ¿Quieres cambiar huevos con nosotros? ¡Entonces puedes unirtenos...."
"No tengo nada que intercambiar....."
"¿Nada? ¡Jo! ¡Bueno! ¡Entonces ayudamos a jugar! Queremos jugar a las escondidas después del intercambio pero no somos suficientes personas para que sea divertido..."
"¡Si, si! Si solo somos 2 será aburrido ¡Unetenos! ¡Ya sé! Si juegas con nosotros te damos uno de nuestros huevos"
"¡¿Que? ¡JOOOO! ¡Bueno, vale! Pero solo porque sino sería aburrido."
Uriel asintió suavemente, contrastando su usual alegre e hiperactiva forma de ser. Haciendo espacio para el vampirito, los niños siguen intercambiando huevos y hablando con su recién conocido amiguito, al vampìrito apenas le tomaron 15 minutos antes de que se abriese completamente al par de infantes hasta que algo increíble sucedió:
"¡WUAAAH! ¡UN BICHO! ¡NO! "
Gritando, la pequeña niña, cuyo nombre ahora Uriel conocía, Lisa, luchaba para despegarse un gran y asqueroso cienpies que emergió de su preciado huevo azul-verdoso, racionando, el vampirito tomó el cienpies y lo lanzó lejos del trío. Teo, el niño gato, abrazó enseguida a la niña un poco asustado también ¡Eso si que fue inesperado! Uriel, quien no estaba realmente asustado, miró el huevo roto en el suelo mientras ignoraba los llantos de los asustados niños, ese huevo estaba podrido por dentro.
"Que diablos....."
Uri
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Re: Ostara, Las manzanas de Idunn (Pascua) [Evento Social]
Había niños por todas partes.
- Perra vida y perra suerte la mía en mi vida de medio perro... - Maldije por lo bajo mientras paseaba algo encobrado, murmurando cual viejo.
Sabía de antes de esa tonta tradición de recoger los huevos que anteriormente habían dejado otros. Puse los ojos en blanco mientras iba andando y escuchaba la risa "melodiosa" de los mocosos alrededor. Los familiares, de fondo, mirando alegres a sus niños. Yo solté un suspiro. Que harto estaba de todo ese teatro de mierda.
Tras un par de pasos más había conseguido alejarme un poco del meollo y, al menos, ahora todo ese jaleo de niñatos y risitas había pasado a un par de amperios menos. Di un suspiro, algo menos reacio y algo más triste. Me hubiera gustado que Luna viera esto.
Me detuve un momento con ese funesto pensamiento y lo aparte de mi con dos golpes que me di con el dorso de la mano sobre la cabeza.
- Deja eso... - Me susurré en silenció. Luego retome el caminar hasta que algo se hundió bajo mi pie, notando un pequeño crugir. Miré despacio para abajo solo para encontrar un huevo, pocho, justo debajo de mi bota.
- PUTOS HUEVOS DE LOS MALDITOS COJONES.
Maldije alto y claro, asustando un par de pájaros de las cercanías.
Luego, para mi sorpresa oí el grito de una niña pequeña.
Salí corriendo antes de darme cuenta siquiera que diablos estaba haciendo, metiéndome entre unos arbustos solo para encontrar de donde venia el grito. Pasados unos segundos de pura carrera, encontré un grupo de niños, que miraban asustados un bicho mientras un pequeño, al cual reconocí, lo sostenía. No había peligro.
Recuperé el aliento lo más elegantemente posible mientras miraba al cielo y luego al niño.
- Hola Uri.
Me incorpore y salude con un gesto a los niños, que me miraban reacios. Luego miré de nuevo al mocoso conocido.
- He de decir que no te hacia recogiendo huevos...
- Perra vida y perra suerte la mía en mi vida de medio perro... - Maldije por lo bajo mientras paseaba algo encobrado, murmurando cual viejo.
Sabía de antes de esa tonta tradición de recoger los huevos que anteriormente habían dejado otros. Puse los ojos en blanco mientras iba andando y escuchaba la risa "melodiosa" de los mocosos alrededor. Los familiares, de fondo, mirando alegres a sus niños. Yo solté un suspiro. Que harto estaba de todo ese teatro de mierda.
Tras un par de pasos más había conseguido alejarme un poco del meollo y, al menos, ahora todo ese jaleo de niñatos y risitas había pasado a un par de amperios menos. Di un suspiro, algo menos reacio y algo más triste. Me hubiera gustado que Luna viera esto.
Me detuve un momento con ese funesto pensamiento y lo aparte de mi con dos golpes que me di con el dorso de la mano sobre la cabeza.
- Deja eso... - Me susurré en silenció. Luego retome el caminar hasta que algo se hundió bajo mi pie, notando un pequeño crugir. Miré despacio para abajo solo para encontrar un huevo, pocho, justo debajo de mi bota.
- PUTOS HUEVOS DE LOS MALDITOS COJONES.
Maldije alto y claro, asustando un par de pájaros de las cercanías.
Luego, para mi sorpresa oí el grito de una niña pequeña.
Salí corriendo antes de darme cuenta siquiera que diablos estaba haciendo, metiéndome entre unos arbustos solo para encontrar de donde venia el grito. Pasados unos segundos de pura carrera, encontré un grupo de niños, que miraban asustados un bicho mientras un pequeño, al cual reconocí, lo sostenía. No había peligro.
Recuperé el aliento lo más elegantemente posible mientras miraba al cielo y luego al niño.
- Hola Uri.
Me incorpore y salude con un gesto a los niños, que me miraban reacios. Luego miré de nuevo al mocoso conocido.
- He de decir que no te hacia recogiendo huevos...
Kaladar
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Re: Ostara, Las manzanas de Idunn (Pascua) [Evento Social]
A medida que se acercaba a la zona de baile, la música se oía más clara y apetecía más moverse con ella. Podía palparse la alegría de los jóvenes, bailando sin preocupaciones en aquel día de celebración. Las risas, los gritos animados, las palmas le hacían la competencia a los músicos, que ponían todo su empeño en sacarle brillo a la noche.
Valeria caminaba alrededor de los danzantes dando palmas y pequeños saltitos al ritmo de la música y buscando alguna presa que llamara su atención pero casi todo lo que veía estaba claramente comprometido. ¿Dónde se habían metido los hombres libres? Sí, había visto unos cuantos por el camino, bebiendo en pequeños grupos, pero ella lo que buscaba era un rapaz atlético, que le aguantase un número indeterminado de bailes y lo que viniera después.
Cuando estaba ya por rendirse a la evidencia de que las muchachas locales le habían ganado la partida aquella noche, oyó a su lado una voz conocida que hizo que un agradable cosquilleo le subiera por la espalda y la nuca. Una sonrisa pícara ya había asomado a su rostro antes incluso de que le diera tiempo a volverse hacia Reivy.
—Mmmm, ¿quién sabe? —le dijo, clavando los ojos en los suyos—. La noche es joven y ya casi es temporada. —Luego dirigió una breve mirada a los bailarines antes de volver a posarla en aquellos ojos azules— Te diré algo —añadió con un guiño, como si acabara de ocurrírsele—, si me sacas a bailar, tal vez te acompañe luego a ver si encontramos algunas.
Pero ni siquiera esperó a que la sacara, sino que, con una carcajada, tomó su mano y la arrastró directamente a la pista. Después de todo, ¿quién necesitaba hombres?
Como si fuera una buena chica, le dedicó algunas preguntas y frases corteses mientras brincaban alegremente por entre los demás danzantes: “¿Cómo has testado?”, “¿Qué tal la niña?, “Veo que la carpintería aún te mantiene en forma”… Pero, sobre todo, reía y disfrutaba, como los demás, de la sensación de libertad que producía moverse al compás de una tonada, y otra, y otra. Con esa tercera empezó a notar que le faltaba el aire. «Qué raro», pensó, «¿Será que hace mucho que no me muevo con tanta energía». Le indicó a Reivy que necesitaba un momento para recuperar el aliento y, cuando se echaron a un lado de la pista, una mujer rubia que venía a toda velocidad, chocó bruscamente contra ellas.
—¡Anda, mira! —dijo con desparpajo, negándose a que los malos modales le arruinaran la noche—, ¡otra que necesita soltarse la melena. Con la alarmante escasez de zagales que se observa hoy por aquí!
Acto seguido y después de dirigirle a Reivy una mirada traviesa y cargada de intención, se tomó su personal venganza agarrando con su mano zurda la diestra de la recién llegada y la zurda de Reivy con su propia diestra. Si la imponente dragona le seguía el juego, aquella desconocida no tendría forma de zafarse del siguiente baile.
Valeria caminaba alrededor de los danzantes dando palmas y pequeños saltitos al ritmo de la música y buscando alguna presa que llamara su atención pero casi todo lo que veía estaba claramente comprometido. ¿Dónde se habían metido los hombres libres? Sí, había visto unos cuantos por el camino, bebiendo en pequeños grupos, pero ella lo que buscaba era un rapaz atlético, que le aguantase un número indeterminado de bailes y lo que viniera después.
Cuando estaba ya por rendirse a la evidencia de que las muchachas locales le habían ganado la partida aquella noche, oyó a su lado una voz conocida que hizo que un agradable cosquilleo le subiera por la espalda y la nuca. Una sonrisa pícara ya había asomado a su rostro antes incluso de que le diera tiempo a volverse hacia Reivy.
—Mmmm, ¿quién sabe? —le dijo, clavando los ojos en los suyos—. La noche es joven y ya casi es temporada. —Luego dirigió una breve mirada a los bailarines antes de volver a posarla en aquellos ojos azules— Te diré algo —añadió con un guiño, como si acabara de ocurrírsele—, si me sacas a bailar, tal vez te acompañe luego a ver si encontramos algunas.
Pero ni siquiera esperó a que la sacara, sino que, con una carcajada, tomó su mano y la arrastró directamente a la pista. Después de todo, ¿quién necesitaba hombres?
Como si fuera una buena chica, le dedicó algunas preguntas y frases corteses mientras brincaban alegremente por entre los demás danzantes: “¿Cómo has testado?”, “¿Qué tal la niña?, “Veo que la carpintería aún te mantiene en forma”… Pero, sobre todo, reía y disfrutaba, como los demás, de la sensación de libertad que producía moverse al compás de una tonada, y otra, y otra. Con esa tercera empezó a notar que le faltaba el aire. «Qué raro», pensó, «¿Será que hace mucho que no me muevo con tanta energía». Le indicó a Reivy que necesitaba un momento para recuperar el aliento y, cuando se echaron a un lado de la pista, una mujer rubia que venía a toda velocidad, chocó bruscamente contra ellas.
—¡Anda, mira! —dijo con desparpajo, negándose a que los malos modales le arruinaran la noche—, ¡otra que necesita soltarse la melena. Con la alarmante escasez de zagales que se observa hoy por aquí!
Acto seguido y después de dirigirle a Reivy una mirada traviesa y cargada de intención, se tomó su personal venganza agarrando con su mano zurda la diestra de la recién llegada y la zurda de Reivy con su propia diestra. Si la imponente dragona le seguía el juego, aquella desconocida no tendría forma de zafarse del siguiente baile.
- Interactúo con:
- Reivy y secuestro a Helena
Reike
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Re: Ostara, Las manzanas de Idunn (Pascua) [Evento Social]
Con los ojos prácticamente cerrados y moviéndose al compás de la música, la bruja se dejó llevar por un largo rato. Podía notar una gran sensación de pesadez en sus piernas y brazos, como si hiciese años que no bailaba. ¿No había pasado tanto tiempo, no?
Con la respiración acelerada se alejó un poco de la zona de baile. No hacía tanto tiempo que había abandonado las islas, pero estaba claro que ya no estaba tan en forma. Necesitaba un descanso. Se acercó a una mesa en la que supuso que habría algo de agua, pero en su lugar las jarras de cerveza y botellas de vino eran las protagonistas. Estaba sedienta, así que se llevó a los labios una de las jarras de cerveza. Tras darle un largo sorbo no pudo evitar hacer una mueca de desagrado, siempre había considerado aquella bebida demasiado amarga. Pero al menos estaba fresquita. Estaba con la mano que le quedaba libre apoyada en la mesa, sorprendiéndose a ella misma del tiempo que estaba necesitando para recuperarse. Miraba a la gente que continuaba bailando, aquella noche estaba rebosante de risas. Entonces, entre la multitud, pudo ver una cara conocida. Era Reivy. La bruja esbozó una sonrisa ya casi dando el primer paso para salir a su encuentro, cuando se percató de que iba cogida de la mano de otra mujer de cabellos negros. Se quedó parada, notando como sus mejillas se calentaban un poco, haciendo que se pusiera roja como un tomate. No quería molestarlas, seguramente estarías…ocupadas.
Empezó a caminar hasta que se topó con una pareja, que al parecer, por lo que había escuchado al acercarse, les había pasado algo parecido con los huevos.
-Quizás es una plaga…- incluso a ella le parecía extraño, ya que nunca había visto salir insectos de huevos. El grupo constaba de un niño más pequeño y un hombre alto, más que ella, claro. -O que no se han conservado a buena temperatura. – añadió antes de presentarse. –Soy Nahir…- dijo con una enorme sonrisa.
Con la respiración acelerada se alejó un poco de la zona de baile. No hacía tanto tiempo que había abandonado las islas, pero estaba claro que ya no estaba tan en forma. Necesitaba un descanso. Se acercó a una mesa en la que supuso que habría algo de agua, pero en su lugar las jarras de cerveza y botellas de vino eran las protagonistas. Estaba sedienta, así que se llevó a los labios una de las jarras de cerveza. Tras darle un largo sorbo no pudo evitar hacer una mueca de desagrado, siempre había considerado aquella bebida demasiado amarga. Pero al menos estaba fresquita. Estaba con la mano que le quedaba libre apoyada en la mesa, sorprendiéndose a ella misma del tiempo que estaba necesitando para recuperarse. Miraba a la gente que continuaba bailando, aquella noche estaba rebosante de risas. Entonces, entre la multitud, pudo ver una cara conocida. Era Reivy. La bruja esbozó una sonrisa ya casi dando el primer paso para salir a su encuentro, cuando se percató de que iba cogida de la mano de otra mujer de cabellos negros. Se quedó parada, notando como sus mejillas se calentaban un poco, haciendo que se pusiera roja como un tomate. No quería molestarlas, seguramente estarías…ocupadas.
Empezó a caminar hasta que se topó con una pareja, que al parecer, por lo que había escuchado al acercarse, les había pasado algo parecido con los huevos.
-Quizás es una plaga…- incluso a ella le parecía extraño, ya que nunca había visto salir insectos de huevos. El grupo constaba de un niño más pequeño y un hombre alto, más que ella, claro. -O que no se han conservado a buena temperatura. – añadió antes de presentarse. –Soy Nahir…- dijo con una enorme sonrisa.
Interacción con Uri y Kaladar
Nahir
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Re: Ostara, Las manzanas de Idunn (Pascua) [Evento Social]
El juego acababa de comenzar y parecía que esta vez no tenia la batuta, me hubiera encantado sacar a bailar a Reike, de hecho era el plan, pero antes de que pudiera abrir la boca ella ya me tenia dando vueltas en la pista. Podría haberme negado, hacerme la difícil e incluso ofenderme por no ser la que lideraba la conquista, pero entonces no tendría la misma gracia y para que negarlo, me gustaba ver como la morena tomaba la iniciativa.
Mantener una conversación en medio de un baile podía ser muy fructífera cuando la música era lenta, sin embargo el ritmo rápido de las canciones que sonaban en la pista animaban a danzar siguiendo un patrón de movimientos acelerados y saltarines, que provocaban que las palabras se salieran de mi boca a ráfagas hasta soltar todo el aire o entre cortadas por el movimiento de los pasos.
Todo aquello entrañaba un riesgo y el resultado quedó patente cuando paré en seco en medio del baile, con la mano tapándome la boca y una mueca de dolor. -No ez graciozo Rei. -Le respondí a la mujer que tenia enfrente y que intentaba aguantarse la risa. Después de aquello no tardamos mucho en salir de la pista, la morena necesitaba recuperar el aliento y yo mi dignidad.
-¿Helena? -La moza que acababa de chocar contra mi pareja de baile no era otra que la bruja conocida como Limona. -Cuanto tiempo. La ultima vez que nos vimos aun nevaba. -La mirada que me lanzo Reike era clara y yo estaba dispuesta a seguirle el juego. Aunque juraría que esas patas de gallo no estaban ahí la ultima vez que mire la cara de la morena. -Veo que tu pelo sigue tan brillante como el sol. -Mentira, pues ahora la melena leonada de la bruja parecía quebradiza. -El lugar idóneo para encontrar mozo es en la pista y cuantas más mejor. -Dije mirando a ambas mujeres al tiempo que abría camino hacia la zona de baile. -No tengo problemas en compartir, pero sera complejo encontrar un hombre que aguante el trote de tres mujeres...
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Off: Interacción con Helena y Reike.
Mantener una conversación en medio de un baile podía ser muy fructífera cuando la música era lenta, sin embargo el ritmo rápido de las canciones que sonaban en la pista animaban a danzar siguiendo un patrón de movimientos acelerados y saltarines, que provocaban que las palabras se salieran de mi boca a ráfagas hasta soltar todo el aire o entre cortadas por el movimiento de los pasos.
Todo aquello entrañaba un riesgo y el resultado quedó patente cuando paré en seco en medio del baile, con la mano tapándome la boca y una mueca de dolor. -No ez graciozo Rei. -Le respondí a la mujer que tenia enfrente y que intentaba aguantarse la risa. Después de aquello no tardamos mucho en salir de la pista, la morena necesitaba recuperar el aliento y yo mi dignidad.
-¿Helena? -La moza que acababa de chocar contra mi pareja de baile no era otra que la bruja conocida como Limona. -Cuanto tiempo. La ultima vez que nos vimos aun nevaba. -La mirada que me lanzo Reike era clara y yo estaba dispuesta a seguirle el juego. Aunque juraría que esas patas de gallo no estaban ahí la ultima vez que mire la cara de la morena. -Veo que tu pelo sigue tan brillante como el sol. -Mentira, pues ahora la melena leonada de la bruja parecía quebradiza. -El lugar idóneo para encontrar mozo es en la pista y cuantas más mejor. -Dije mirando a ambas mujeres al tiempo que abría camino hacia la zona de baile. -No tengo problemas en compartir, pero sera complejo encontrar un hombre que aguante el trote de tres mujeres...
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Off: Interacción con Helena y Reike.
Reivy Abadder
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Re: Ostara, Las manzanas de Idunn (Pascua) [Evento Social]
–¿Por qué huevos, Demian? –pregunta Artyhom mientras entran al evento.
–Algo con las gallinas y la vida –responde éste, encogiéndose de hombros.
Aquella explicación no cobraba mucho sentido para Artyhom. Las personas no ponen huevos y las gallinas no son símbolo de vida, no al menos hasta donde el autómata conocía. Si pudiese suspirar, lo habría hecho.
–¿Y las manzanas? –quiso saber más. Al final para eso asistían, supuestamente, a ese tipo de eventos.
–Para comer... son ricas –fue la sincera respuesta del brujo. La verdad es que no tenía la menor idea.
Siguieron así su rumbo y, como ya parecía ser costumbre, acabaron por encontrar a algunos conocidos en el camino. Demian nunca había sido muy sociable y, sin embargo, con el tiempo había llegado a conocer a varias personas, las suficientes como para pillarse una o dos en cada uno de estos eventos festivos. Al final se encontró a tres, dos de ellos aún unos niños.
–Uri... Kosir... Kaladar –saludó con su particularidad efusividad. O falta de ella.
Su apariencia distaba mucho de la aparición imponente que había tenido en el bosque hace un tiempo. Se le veía con ropas sencillas, raídas, algo sucio, sin llegar a parecer un mendigo. En palabras simples, parecía alguien del pueblo, una persona común y corriente, como las otras cientas que iban y venían. Por supuesto, toda esa apariencia era una ilusión, producto de su magia, y la realidad es que portaba una armadura encantada y armas mágicas.
–Un gusto verles nuevamente, y estoy seguro que es un gusto también para mi señor Demian –dijo Artyhom haciendo una profunda reverencia.
Demian, en tanto, se disponía a dar una mordida a una manzana. ¿Cómo la había obtenido? para el lector no resultará difícil adivinar que el chico usó algo de su magia y que la tomó sin dejar ni aviso ni dinero. Robar cosas pequeñas se había convertido en un hábito tan automático como respirar.
No llegó a hacerlo.
La manzana acabó rondando en el suelo, siendo evidente que se encontraba totalmente podrida, malholiente, llena de insectos. Demian se rascó la cabeza preguntándose a sí mismo cómo había cometido un error tan tonto de robar la peor manzana del montón. Le bastó girar la cabeza para darse cuenta que todas las frutas desde donde la había sacado se encontraban en similar estado.
–¿Por qué venderían algo así? –preguntó algo molesto.
Su voz sonó más grave que de costumbre.
Demian
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Re: Ostara, Las manzanas de Idunn (Pascua) [Evento Social]
Basta con decir que los demás comensales miran a Kosir como si estuviera loco… nada raro sin duda. Es claro que no tienen los mismos dioses que en bosque negro y la aproximación del pelirrojo fue mero error.
Dejando la jarra en la mesa, el joven guerrero pasa entonces a poner su atención en otra cosa. Varios gritos tienen lugar alrededor, gatillados por sucesos extraños que parecen sacados de una odha para enseñar a los mocosos a honrar sus tradiciones.
Manzanas podridas al instante, huevos llenos de insectos, cerveza ritual demasiado fermentada… tiene toda las señales de un castigo divino, solo falta que se abra otro portal y una nueva tanda de niñas sea devorada por explosiones de luz.
Es imposible aburrirse aquí “pone rostro irónico”.
Poco después el salvaje empieza a buscar un elemento más conocido, siente la necesidad de ver si Uriel está bien. No por algo tan débil o tonto como la preocupación… solo quiere encontrar a alguien que le ayude a entender mejor todo esto.
Varios gritos le llevan hasta el chico quien sorprendentemente no está solo, tiene toda una multitud alrededor. Niños pequeños, dos aventureros y el joven chamán Demian. Sin duda estas festividades atraen a todo el mundo.
Parece que alguien molesto a un dios caprichoso…
Aunque bosque negro tiene una cultura muy pintoresca, no es habitual ver manifestaciones tan tangibles de divinidad o magia. En la tierra de Kosir se conocen muchas entidades sobrenaturales pero rara vez actúan visiblemente.
Snoth turen Demian, niño chamán.
Por suerte la situación no parece haberse descontrolado demasiado todavía, la “maldición” actual es algo cosmético en comparación a otras situaciones antes apreciadas por el tribal aunque resulta difícil saber si seguirá ese curso.
¿Todas las festividades afuera son tan… movidas?
En este punto Kosir comienza a ver los eventos sociales exteriores como pruebas de supervivencia, donde sus participantes son testeados bajo condiciones extrañas a punto de quiebre para ser mejores… un poco como en casa pero con más gente desarmada.
Una mueca pensativa se forma en el rostro del chico brumoso, busca formas posibles de solventar la situación actual. Los dioses suelen seguir una línea muy básica en lo que respecta al perdón de las transgresiones.
¿Qué debemos matar para calmar a los dioses?
Dejando la jarra en la mesa, el joven guerrero pasa entonces a poner su atención en otra cosa. Varios gritos tienen lugar alrededor, gatillados por sucesos extraños que parecen sacados de una odha para enseñar a los mocosos a honrar sus tradiciones.
Manzanas podridas al instante, huevos llenos de insectos, cerveza ritual demasiado fermentada… tiene toda las señales de un castigo divino, solo falta que se abra otro portal y una nueva tanda de niñas sea devorada por explosiones de luz.
Es imposible aburrirse aquí “pone rostro irónico”.
Poco después el salvaje empieza a buscar un elemento más conocido, siente la necesidad de ver si Uriel está bien. No por algo tan débil o tonto como la preocupación… solo quiere encontrar a alguien que le ayude a entender mejor todo esto.
Varios gritos le llevan hasta el chico quien sorprendentemente no está solo, tiene toda una multitud alrededor. Niños pequeños, dos aventureros y el joven chamán Demian. Sin duda estas festividades atraen a todo el mundo.
Parece que alguien molesto a un dios caprichoso…
Aunque bosque negro tiene una cultura muy pintoresca, no es habitual ver manifestaciones tan tangibles de divinidad o magia. En la tierra de Kosir se conocen muchas entidades sobrenaturales pero rara vez actúan visiblemente.
Snoth turen Demian, niño chamán.
Por suerte la situación no parece haberse descontrolado demasiado todavía, la “maldición” actual es algo cosmético en comparación a otras situaciones antes apreciadas por el tribal aunque resulta difícil saber si seguirá ese curso.
¿Todas las festividades afuera son tan… movidas?
En este punto Kosir comienza a ver los eventos sociales exteriores como pruebas de supervivencia, donde sus participantes son testeados bajo condiciones extrañas a punto de quiebre para ser mejores… un poco como en casa pero con más gente desarmada.
Una mueca pensativa se forma en el rostro del chico brumoso, busca formas posibles de solventar la situación actual. Los dioses suelen seguir una línea muy básica en lo que respecta al perdón de las transgresiones.
¿Qué debemos matar para calmar a los dioses?
- Off:
- Interactuó con Demian y Uriel.
Entro en el rango de contacto de Kaladar y Nahir.
Kosir
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Re: Ostara, Las manzanas de Idunn (Pascua) [Evento Social]
Sin querer, pero tampoco sin hacer mucho ademán de evitarlo, la bruja acabó chocándose de bruces contra una mujer morena. Esta, a diferencia de los demás, no se había apartado, lanzándole algún improperio o una mala mirada. La rubia, lejos de pedir disculpa, lanzó una mirada de desdén a aquella mujer e hizo un intento de seguir su camino, en vano, ya que esta la agarró sin darle opción a escapar, al menos sin usar ningún método bruto o brusco, que era lo que Helena haría en la mayoría de casos. La diferencia aquí era que no se esperaba la reacción por parte de la morena y su acompañante, la cual vagamente venía a sonarle.
-Me suenas, pero no sé de qué-Contestó la rubia a la otra mujer que había aparecido, siendo ya llevaba por la primera hacia la pista de baile.
Tras hacer varios intentos sutiles por zafarse del agarre de la primera morena, vio que era necesario un poco más de rudeza y brusquedad. Si no había captado el mensaje las primeras veces, habría que soltárselo de una forma que dejase a las claras que la dejaran en paz.
Sin más, dio un espasmo brusco con su mano derecha, acabando así con el agarre que la primera mujer ejercía sobre ella. Acto seguido empujó con poca delicadeza a aquella que le había agarrado sin previo aviso. Se separó un poco de ambas y les mantuvo la vista un par de milésimas de segundo, lo suficiente para indicarles con ese simple cruce de miradas que no se volviese a repetir lo que había pasado. Por un momento, se acordó de Gali, tenía que reprimir esa sensación de ira que iba esparciéndose por su interior. Respiró profundo, cerró los ojos y espiró todo el aire que había en sus pulmones, intentando así calmarse.
-...Dejadme...-Apretó la mandíbula. Creía que había sido suficiente, y estaba bastante orgullosa de haberse controlado. Pero... La morena de ojos azules dijo una última frase que echó todo ese esfuerzo abajo-¿¡UN HOMBRE!?-Vociferó-¿TENGO PINTA DE ESTAR TAN DESESPERADA COMO PARA QUERER A UN HOMBRE? DEJADME EN PAZ, PAR DE VIEJAS LOCAS-Apretó los puños. Sabía que con esas voces, muy probablemente llamaría la atención de todos a su alrededor. Incluso la música llegó a pararse. Acto seguido, suspiró, calmando así su propia tensión-...Genial
De pronto, diversos gritos se escucharon por todo el lugar. La comida se estaba pudriendo, algunas personas envejecían a ritmo muy acelerado, la tierra empezaba a marchitarse, y las flores morían. Lo de antes no había sido un sueño, una visión o algo fortuito, algo estaba pasando.
-¿¡POR QUÉ TENGO ARRUGAS!?-Decía una de las hermosas jóvenes que antes repartían manzanas a todos los que llegaban al festival
-Yo... Me siento más cansado...-Dijo un chico que estaba justo al lado de Helena, con su respectiva pareja de baile
Muchos más gritos de sorpresa y comentarios sobre lo ocurrido se sucedían, uno tras de otro, y nadie le encontraba una explicación. ¿Sería obra de los mismísimos dioses? ¿Acaso habrían hecho algo que les haya disgustado?
Helena entonces se recogió un poco el pelo por un lado y se lo observó, ya que su longitud así lo permitía. Su brillo radiante y su color dorado se veía empobrecido por un cabello desgastado y, en algunas zonas, incluso cano.
-...Mierda, yo también-Se susurró a sí misma
Intentó buscarle algún tipo de explicación. Los dioses no andarían maldiciendo a la gente así porque sí, una explicación debería de haber para aquella especie de... ¿Maldición? En ese momento, lejos de la muchedumbre, y observante de todo lo que acontecía en aquel festival, pudo ver al viejo loco de antes. No podía ser coincidencia que hablara de que Idunn había desaparecido y que justamente todo aquello de la podredumbre ocurriese. Ese tipo tendría algo que ver, o algo sabía al menos. Sin más, se empezó a abrir paso entre la gente de nuevo, esta vez estaban más centrados en aquella maldición repentina que en celebrar el propio festival, y no era para menos.
Con el ceño totalmente fruncido y con pisadas fuertes y amenazantes, la Rhodes se dirigió hacia el anciano, el cual, al verla llegar, abrió los ojos como platos. Debido a su edad, le sería imposible escapar, así que únicamente le quedó sujetar con fuerza la maceta que portaba y la correa del cánido que le acompañaba, el cual estaba tirado en el suelo y moribundo, poco o nada podría hacer por defender a su dueño en esas condiciones.
La bruja lo agarró por el cuello de la camisa, haciéndole así tirar la maceta y soltar la correa del perro, que como era de esperar se quedó tirado en el suelo, como si la cosa no fuera con él.
-¡ESTO ES COSA TUYA!-Pegó su frente a la de él y su nariz también, mirando por un instante aquellos ojos cansados y dejados, totalmente en contraste con los de Helena, los cuales parecían brillar de furia y energía-¡YA TE ESTÁS EXPLICANDO!
—¡Está bien, está bien! —-Dijo, temeroso—D-deja que te explique —
Helena despegó su rostro del anciano, dejando más espacio entre ambos y adoptando una actitud menos agresiva, aunque aún lo tenía agarrado. No le quitaba el ojo de encima, mientras le dedicaba una mirada juzgadora.
—Tienes que representar una obra teatral —-Soltó, como si nada
-¡ME TOMAS EL PELO!-Adoptó de nuevo aquella actitud tan agresiva-¿TENGO CARA DE IDIOTA?-Su mano derecha dejó de agarrar al viejo, para así poder sacar de su brazalete su daga oculta de un simple movimiento de muñeca y ponerla en el cuello del pobre hombre, el cual, atemorizado, cerró los ojos.
Helena notó que algo no andaba bien en su arma, había salido a la perfección sí, pero la hoja estaba con muescas, totalmente ennegrecida y... ¿Podrida? Ahora, esa arma apenas cortaría la mantequilla. La bruja entonces abrió los ojos por completo, en señal de total sorpresa. El anciano también abrió sus ojos, pero se seguía mostrando temeroso.
—...S-si no contentáis a la diosa, la maldición no podrá ser revertida —
La Rhodes volvió a esconder la hoja. Resignada, soltó por completo al viejo.
-...-Se cruzó de brazos, mientras miraba al anciano con desdén-...¿Y qué obra tengo que representar?
—El secuestro de Idunn —-Dijo mientras se encorvaba para recoger la maceta caída y la correa del perro—Pero no puedes hacerlo sola —
-No sé si creerte-Examinó de arriba a abajo la pinta harapienta del anciano
—Es tu mejor opción —-Sonrió. Helena encogió el rostro con un gesto claramente de asco tras ver esa sonrisa carente de dientes y con bastante suciedad en la boca por lo general—Si no quieres convertirte en una vieja loca, como yo —-Sentenció, con cierto sarcasmo socarrón en sus últimas palabras.
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Off: Interactúo con Reike y Reivy
-Me suenas, pero no sé de qué-Contestó la rubia a la otra mujer que había aparecido, siendo ya llevaba por la primera hacia la pista de baile.
Tras hacer varios intentos sutiles por zafarse del agarre de la primera morena, vio que era necesario un poco más de rudeza y brusquedad. Si no había captado el mensaje las primeras veces, habría que soltárselo de una forma que dejase a las claras que la dejaran en paz.
Sin más, dio un espasmo brusco con su mano derecha, acabando así con el agarre que la primera mujer ejercía sobre ella. Acto seguido empujó con poca delicadeza a aquella que le había agarrado sin previo aviso. Se separó un poco de ambas y les mantuvo la vista un par de milésimas de segundo, lo suficiente para indicarles con ese simple cruce de miradas que no se volviese a repetir lo que había pasado. Por un momento, se acordó de Gali, tenía que reprimir esa sensación de ira que iba esparciéndose por su interior. Respiró profundo, cerró los ojos y espiró todo el aire que había en sus pulmones, intentando así calmarse.
-...Dejadme...-Apretó la mandíbula. Creía que había sido suficiente, y estaba bastante orgullosa de haberse controlado. Pero... La morena de ojos azules dijo una última frase que echó todo ese esfuerzo abajo-¿¡UN HOMBRE!?-Vociferó-¿TENGO PINTA DE ESTAR TAN DESESPERADA COMO PARA QUERER A UN HOMBRE? DEJADME EN PAZ, PAR DE VIEJAS LOCAS-Apretó los puños. Sabía que con esas voces, muy probablemente llamaría la atención de todos a su alrededor. Incluso la música llegó a pararse. Acto seguido, suspiró, calmando así su propia tensión-...Genial
De pronto, diversos gritos se escucharon por todo el lugar. La comida se estaba pudriendo, algunas personas envejecían a ritmo muy acelerado, la tierra empezaba a marchitarse, y las flores morían. Lo de antes no había sido un sueño, una visión o algo fortuito, algo estaba pasando.
-¿¡POR QUÉ TENGO ARRUGAS!?-Decía una de las hermosas jóvenes que antes repartían manzanas a todos los que llegaban al festival
-Yo... Me siento más cansado...-Dijo un chico que estaba justo al lado de Helena, con su respectiva pareja de baile
Muchos más gritos de sorpresa y comentarios sobre lo ocurrido se sucedían, uno tras de otro, y nadie le encontraba una explicación. ¿Sería obra de los mismísimos dioses? ¿Acaso habrían hecho algo que les haya disgustado?
Helena entonces se recogió un poco el pelo por un lado y se lo observó, ya que su longitud así lo permitía. Su brillo radiante y su color dorado se veía empobrecido por un cabello desgastado y, en algunas zonas, incluso cano.
-...Mierda, yo también-Se susurró a sí misma
Intentó buscarle algún tipo de explicación. Los dioses no andarían maldiciendo a la gente así porque sí, una explicación debería de haber para aquella especie de... ¿Maldición? En ese momento, lejos de la muchedumbre, y observante de todo lo que acontecía en aquel festival, pudo ver al viejo loco de antes. No podía ser coincidencia que hablara de que Idunn había desaparecido y que justamente todo aquello de la podredumbre ocurriese. Ese tipo tendría algo que ver, o algo sabía al menos. Sin más, se empezó a abrir paso entre la gente de nuevo, esta vez estaban más centrados en aquella maldición repentina que en celebrar el propio festival, y no era para menos.
Con el ceño totalmente fruncido y con pisadas fuertes y amenazantes, la Rhodes se dirigió hacia el anciano, el cual, al verla llegar, abrió los ojos como platos. Debido a su edad, le sería imposible escapar, así que únicamente le quedó sujetar con fuerza la maceta que portaba y la correa del cánido que le acompañaba, el cual estaba tirado en el suelo y moribundo, poco o nada podría hacer por defender a su dueño en esas condiciones.
La bruja lo agarró por el cuello de la camisa, haciéndole así tirar la maceta y soltar la correa del perro, que como era de esperar se quedó tirado en el suelo, como si la cosa no fuera con él.
-¡ESTO ES COSA TUYA!-Pegó su frente a la de él y su nariz también, mirando por un instante aquellos ojos cansados y dejados, totalmente en contraste con los de Helena, los cuales parecían brillar de furia y energía-¡YA TE ESTÁS EXPLICANDO!
—¡Está bien, está bien! —-Dijo, temeroso—D-deja que te explique —
Helena despegó su rostro del anciano, dejando más espacio entre ambos y adoptando una actitud menos agresiva, aunque aún lo tenía agarrado. No le quitaba el ojo de encima, mientras le dedicaba una mirada juzgadora.
—Tienes que representar una obra teatral —-Soltó, como si nada
-¡ME TOMAS EL PELO!-Adoptó de nuevo aquella actitud tan agresiva-¿TENGO CARA DE IDIOTA?-Su mano derecha dejó de agarrar al viejo, para así poder sacar de su brazalete su daga oculta de un simple movimiento de muñeca y ponerla en el cuello del pobre hombre, el cual, atemorizado, cerró los ojos.
Helena notó que algo no andaba bien en su arma, había salido a la perfección sí, pero la hoja estaba con muescas, totalmente ennegrecida y... ¿Podrida? Ahora, esa arma apenas cortaría la mantequilla. La bruja entonces abrió los ojos por completo, en señal de total sorpresa. El anciano también abrió sus ojos, pero se seguía mostrando temeroso.
—...S-si no contentáis a la diosa, la maldición no podrá ser revertida —
La Rhodes volvió a esconder la hoja. Resignada, soltó por completo al viejo.
-...-Se cruzó de brazos, mientras miraba al anciano con desdén-...¿Y qué obra tengo que representar?
—El secuestro de Idunn —-Dijo mientras se encorvaba para recoger la maceta caída y la correa del perro—Pero no puedes hacerlo sola —
-No sé si creerte-Examinó de arriba a abajo la pinta harapienta del anciano
—Es tu mejor opción —-Sonrió. Helena encogió el rostro con un gesto claramente de asco tras ver esa sonrisa carente de dientes y con bastante suciedad en la boca por lo general—Si no quieres convertirte en una vieja loca, como yo —-Sentenció, con cierto sarcasmo socarrón en sus últimas palabras.
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Helena Rhodes
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Re: Ostara, Las manzanas de Idunn (Pascua) [Evento Social]
«Un hombre, una mujer, un lobo… lo que gustes, bonita, pero falta te hace relajarte un poco», pensaba Valeria mientras se levantaba del suelo tras el empujón de la rubia. Dirigió una mirada a Reivy que pretendía resumir lo que tenía en la cabeza en aquel momento, ya que la dragona parecía haber reconocido a esa canosa que tenía el cinismo de llamarlas viejas (lo de locas era lo de menos). Se llevó una sorpresa al darse cuenta de que el rostro de la mujer había perdido el brillo juvenil de hacía apenas un par de bailes.
Fue entonces cuando oyó los gritos a su alrededor. Los jóvenes danzantes ya no se veían ni tan jóvenes ni tan vigorosos, las flores que decoraban los alrededores estaban secas, las manzanas de las cestas, podridas, hasta los músicos habían dejado de tocar y se miraban las manos con asombro. Horrorizada, Valeria se llevó las suyas a los pechos. ¿Era su imaginación o estaban menos firmes? ¿Qué mierda estaba pasando?
Se dio cuenta en aquel momento de que la gruñona de los empujones buscaba algo con la mirada y salía disparada hacia un lugar más allá de la multitud. Parecía saber algo, así que la siguió. No fue difícil, pues la rubia iba apartando de en medio a cualquiera que se cruzase en su camino. Y así fue que llegaron hasta el viejo. ¿No era aquél loco que andaba soltando estupideces acerca de Idunn? Valeria lo había oído en la distancia y no le había dedicado ni un momento de su atención. «Gran error», se dijo al presenciar el intercambio que tenía lugar ante sus ojos.
Por qué los dioses concedían tan gran poder a las mentes más débiles era algo que la bruja nunca lograría entender, pero daba la impresión de que la locura de aquel viejo había causado la maldición que ahora les afectaba.
—Está bien, sabio —interrumpió sin levantar la voz—, si creéis que una representación apaciguará a la diosa, eso haremos. —Lo cierto era que Valeria tenía tantas ganas de retorcerle el pescuezo a ese viejo desdentado como la tipa de los gritos, pero a los locos y a los borrachos no convenía llevarles la contraria.
— Tú estarías estupenda como Idunn —dijo a la enfurruñada con una amplia sonrisa que no llegó a extenderse hasta sus ojos—, en todas las ilustraciones que he visto de ella, aparece rubia como el sol. —«Y el papel es tan sencillo que no tendrás muchas ocasiones de arruinarlo con el mal genio que te gastas»— También nos hará falta un héroe —añadió buscando a Reivy con la mirada. La sonrisa que dedicó a la dragona fue mucho más sincera— No hay tiempo que perder —«Sólo faltaría que se nos muriese el viejo antes de levantar la maldición».
Sin pararse a comprobar si las damas la seguían, echó a andar hacia la tarima de los músicos, palpándose de tanto en tanto los senos con cierta inquietud. Con un gesto impaciente, lanzó al aire los instrumentos que descansaban sobre las distraídas manos de los intérpretes. Estos, se apresuraron a rescatar sus herramientas dejando su rincón libre para la toma.
Valeria pisó el entarimado con decisión, pues no era la primera vez que se dirigía a una multitud. Durante su infancia, le había tocado, en más de una ocasión, distraer a paseantes incautos mientras sus compañeros les aligeraban del peso de sus bolsas. La misión de aquella noche era intentar que no cundiera el pánico, especialmente entre los que habían presenciado el altercado con el viejo y ya temían la llegada del fin del mundo.
—¡Señoras, señores, damas, caballeros, niñas y niños! —declamó con voz alta y clara y una sonrisa despreocupada en el rostro—. Algunos ya lo han oído: ¡han raptado a Idunn!… y a sus manzanas —añadió tras una pausa, cargando de doble intención esa última frase. Algunos en primera línea rieron nerviosamente. «Bueno, por algo se empieza»— Pero no se preocupen, esta misma noche volverá con los suyos, para que los dioses —dijo, acompañando sus palabras con un amplio gesto de ambos brazos que abarcaba a todos los presentes— recuperen la juventud perdida.
Mientras hablaba, iba haciendo ostentosos gestos con las manos que mandaban por los aires cualquier objeto que entrase en su campo de visión. Estaban en Verisar, después de todo, por lo que la mayor parte de los presentes debían de ser humanos. Tal vez, si creían que estaban ante un grupo de actores de las Islas, se autoconvencerían de que lo que estaban viviendo no era más que una ilusión. Si algo había aprendido Valeria en la vida era que la gente creía lo que quería creer, y a nadie le gustaba creer que se hacía viejo, ¿cierto?.
—Nuestra historia comienza —continuó— con un gigante disfrazado —acompañó sus palabras con una reverencia y un gesto de las manos, señalándose a sí misma, lo que arrancó algunas risas más entre el tembloroso público— que codiciaba a una hermosa diosa —señaló a la rubia con un elegante giro de muñeca— y con un viajero —otro giro de muñeca para señalar a la dragona— que pretendía salvar la vida.
Fue entonces cuando oyó los gritos a su alrededor. Los jóvenes danzantes ya no se veían ni tan jóvenes ni tan vigorosos, las flores que decoraban los alrededores estaban secas, las manzanas de las cestas, podridas, hasta los músicos habían dejado de tocar y se miraban las manos con asombro. Horrorizada, Valeria se llevó las suyas a los pechos. ¿Era su imaginación o estaban menos firmes? ¿Qué mierda estaba pasando?
Se dio cuenta en aquel momento de que la gruñona de los empujones buscaba algo con la mirada y salía disparada hacia un lugar más allá de la multitud. Parecía saber algo, así que la siguió. No fue difícil, pues la rubia iba apartando de en medio a cualquiera que se cruzase en su camino. Y así fue que llegaron hasta el viejo. ¿No era aquél loco que andaba soltando estupideces acerca de Idunn? Valeria lo había oído en la distancia y no le había dedicado ni un momento de su atención. «Gran error», se dijo al presenciar el intercambio que tenía lugar ante sus ojos.
Por qué los dioses concedían tan gran poder a las mentes más débiles era algo que la bruja nunca lograría entender, pero daba la impresión de que la locura de aquel viejo había causado la maldición que ahora les afectaba.
—Está bien, sabio —interrumpió sin levantar la voz—, si creéis que una representación apaciguará a la diosa, eso haremos. —Lo cierto era que Valeria tenía tantas ganas de retorcerle el pescuezo a ese viejo desdentado como la tipa de los gritos, pero a los locos y a los borrachos no convenía llevarles la contraria.
— Tú estarías estupenda como Idunn —dijo a la enfurruñada con una amplia sonrisa que no llegó a extenderse hasta sus ojos—, en todas las ilustraciones que he visto de ella, aparece rubia como el sol. —«Y el papel es tan sencillo que no tendrás muchas ocasiones de arruinarlo con el mal genio que te gastas»— También nos hará falta un héroe —añadió buscando a Reivy con la mirada. La sonrisa que dedicó a la dragona fue mucho más sincera— No hay tiempo que perder —«Sólo faltaría que se nos muriese el viejo antes de levantar la maldición».
Sin pararse a comprobar si las damas la seguían, echó a andar hacia la tarima de los músicos, palpándose de tanto en tanto los senos con cierta inquietud. Con un gesto impaciente, lanzó al aire los instrumentos que descansaban sobre las distraídas manos de los intérpretes. Estos, se apresuraron a rescatar sus herramientas dejando su rincón libre para la toma.
Valeria pisó el entarimado con decisión, pues no era la primera vez que se dirigía a una multitud. Durante su infancia, le había tocado, en más de una ocasión, distraer a paseantes incautos mientras sus compañeros les aligeraban del peso de sus bolsas. La misión de aquella noche era intentar que no cundiera el pánico, especialmente entre los que habían presenciado el altercado con el viejo y ya temían la llegada del fin del mundo.
—¡Señoras, señores, damas, caballeros, niñas y niños! —declamó con voz alta y clara y una sonrisa despreocupada en el rostro—. Algunos ya lo han oído: ¡han raptado a Idunn!… y a sus manzanas —añadió tras una pausa, cargando de doble intención esa última frase. Algunos en primera línea rieron nerviosamente. «Bueno, por algo se empieza»— Pero no se preocupen, esta misma noche volverá con los suyos, para que los dioses —dijo, acompañando sus palabras con un amplio gesto de ambos brazos que abarcaba a todos los presentes— recuperen la juventud perdida.
Mientras hablaba, iba haciendo ostentosos gestos con las manos que mandaban por los aires cualquier objeto que entrase en su campo de visión. Estaban en Verisar, después de todo, por lo que la mayor parte de los presentes debían de ser humanos. Tal vez, si creían que estaban ante un grupo de actores de las Islas, se autoconvencerían de que lo que estaban viviendo no era más que una ilusión. Si algo había aprendido Valeria en la vida era que la gente creía lo que quería creer, y a nadie le gustaba creer que se hacía viejo, ¿cierto?.
—Nuestra historia comienza —continuó— con un gigante disfrazado —acompañó sus palabras con una reverencia y un gesto de las manos, señalándose a sí misma, lo que arrancó algunas risas más entre el tembloroso público— que codiciaba a una hermosa diosa —señaló a la rubia con un elegante giro de muñeca— y con un viajero —otro giro de muñeca para señalar a la dragona— que pretendía salvar la vida.
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Reike
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Re: Ostara, Las manzanas de Idunn (Pascua) [Evento Social]
Bueno... sabia que Limona era una agria, pero no sabia que también fuera una rancia, aunque a lo mejor todo aquello era porque sus gustos iban en otra dirección y le molestaba que intuyeran otra cosa. Una dirección que llevaba a un camino por el cual yo caminaba alegremente y por el que estaría encantada de cruzarme con ella. Quien sabe, igual bajo las sabanas es una mujer totalmente diferente. No obstante aquel pensamiento cayó en saco roto y no porque la rubia me tachara de vieja loca o porque tirara al suelo a Reike, si no por todo lo que estaba sucediendo alrededor. Le tendí la mano a la morena para ayudarla a levantarse acompañando el gesto con una mueca en el rostro en respuesta a la de la mujer.
Helena salió corriendo, Reike la siguió y yo perseguí a las dos. La rubia era como un ariete, embestía y apartaba todo a su paso sin importar lo que se pusiera de por medio.
La carrera no fue demasiado larga, pero cuando la mujer encontró al viejo chiflado a mi me faltaba el aire y me temblaban las manos, al mirarlas ahogue un grito. Eran puro pellejo, tenia la piel llena de manchas y a través de ellas se marcaban las venas y los tendones, no quería mirar, pero lo hice; levanté el brazo y con hondo pesar vi como el triceps estaba descolgado y se movía como si fuera un vela al sacudir el brazo.
-¿Y yo que hice ahora? -Exclame horrorizada sujetándome el colgajo del brazo. -Ni siquiera son mis dioses. -Ahora no eran dos si no tres mujeres las que miraban con odio asesino a aquel chalado vejestorio. -No pienso dejar que un tarado mental me robe mi juventud y mi hermosura. -Haciendo de tripas corazón y ahogando una lagrima asentí a la moza de ojos amarillos y avejentados, aceptando así mi papel.
Al subir a la tarima de los músicos caí en la cuenta que era la segunda vez que improvisaba un espectáculo ambulante. Primero tuve que impedir que un dragón provocara el pánico y ahora toca impedir que un loco mate a todo el mundo de viejo. Empiezo a dudar sobre eso de "una vez al año no hace daño." Aparté aquel pensamiento cuando Reike presentó mi papel e incline mi cuerpo hacia el publico en una cordial reverencial sonriendo con el orgullo y la picardia del dios estafador.
-Andaba yo, -Al levantar la cabeza adopté una postura dramaturga que destilaba soberbia. -Loki, tranquilo por el bosque con mi hermano. Era un día corriente de cacería, pero alguna cosa le pasaba al horno donde cocinábamos el venado reciente matado. -Cada poco tiempo daba algún paso por el escenario, invitando a la multitud a seguirme con los ojos. -Por más que el bueno de Thor prendiera los leños la carne no se asaba, -Exclame con indignación. -entonces de entre los arboles surgió un águila, que, burlándose de nosotros admitió sin tapujos ser ella la causante de que pasáramos hambre. -Hice una pausa afligida y a continuación señalé al publico. -Y vosotros os preguntareis ¿Que tiene esto que ver con el rapto de la bella Idunn? ¡PUES TODO! Aquella rapaz colocó en mi corazón la semilla de la ira.-De nuevo hice una pausa dramática con la que recuperé el aliento. -¡El bellaco animal me había humillado! y fue aquel sentimiento el que impulsó mi cuerpo e hizo que de un salto quedara colgado de las garras del ave. -En ese momento camine con fuerte pisadas hacia Reike y dejé que la morena me atrapara. -Pero tarde comprendí -Proseguí con la voz tremola y miedosa. -que aquel animal tenia las de ganar, pues no hacia más que ascender amenazando con soltarme. -Tras una mirada furibunda al publico alcé la vista y proseguí el relato mirando a los ojos de la morena. -Sin embargo el águila fue benévola y me prometió dejarme ir con la condición de llevar ante ella a nuestra querida Idunn y sus manzanas. -Suspiré y cerrando los ojos con resignación me solté de los brazos del águila. -¿Que podía hacer yo? No me quedó más remedio que acceder, pues mi vida estaba en juego. -Di un paso atrás dejando que la atención se centrar en la rubia y la morena. -Y así comenzó el rapto. Debéis creerme pues fui yo quien sacó a la diosa de Asgard.
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Off: Interacción con el dúo de brujas pirujas y representación teatral.
Helena salió corriendo, Reike la siguió y yo perseguí a las dos. La rubia era como un ariete, embestía y apartaba todo a su paso sin importar lo que se pusiera de por medio.
La carrera no fue demasiado larga, pero cuando la mujer encontró al viejo chiflado a mi me faltaba el aire y me temblaban las manos, al mirarlas ahogue un grito. Eran puro pellejo, tenia la piel llena de manchas y a través de ellas se marcaban las venas y los tendones, no quería mirar, pero lo hice; levanté el brazo y con hondo pesar vi como el triceps estaba descolgado y se movía como si fuera un vela al sacudir el brazo.
-¿Y yo que hice ahora? -Exclame horrorizada sujetándome el colgajo del brazo. -Ni siquiera son mis dioses. -Ahora no eran dos si no tres mujeres las que miraban con odio asesino a aquel chalado vejestorio. -No pienso dejar que un tarado mental me robe mi juventud y mi hermosura. -Haciendo de tripas corazón y ahogando una lagrima asentí a la moza de ojos amarillos y avejentados, aceptando así mi papel.
Al subir a la tarima de los músicos caí en la cuenta que era la segunda vez que improvisaba un espectáculo ambulante. Primero tuve que impedir que un dragón provocara el pánico y ahora toca impedir que un loco mate a todo el mundo de viejo. Empiezo a dudar sobre eso de "una vez al año no hace daño." Aparté aquel pensamiento cuando Reike presentó mi papel e incline mi cuerpo hacia el publico en una cordial reverencial sonriendo con el orgullo y la picardia del dios estafador.
-Andaba yo, -Al levantar la cabeza adopté una postura dramaturga que destilaba soberbia. -Loki, tranquilo por el bosque con mi hermano. Era un día corriente de cacería, pero alguna cosa le pasaba al horno donde cocinábamos el venado reciente matado. -Cada poco tiempo daba algún paso por el escenario, invitando a la multitud a seguirme con los ojos. -Por más que el bueno de Thor prendiera los leños la carne no se asaba, -Exclame con indignación. -entonces de entre los arboles surgió un águila, que, burlándose de nosotros admitió sin tapujos ser ella la causante de que pasáramos hambre. -Hice una pausa afligida y a continuación señalé al publico. -Y vosotros os preguntareis ¿Que tiene esto que ver con el rapto de la bella Idunn? ¡PUES TODO! Aquella rapaz colocó en mi corazón la semilla de la ira.-De nuevo hice una pausa dramática con la que recuperé el aliento. -¡El bellaco animal me había humillado! y fue aquel sentimiento el que impulsó mi cuerpo e hizo que de un salto quedara colgado de las garras del ave. -En ese momento camine con fuerte pisadas hacia Reike y dejé que la morena me atrapara. -Pero tarde comprendí -Proseguí con la voz tremola y miedosa. -que aquel animal tenia las de ganar, pues no hacia más que ascender amenazando con soltarme. -Tras una mirada furibunda al publico alcé la vista y proseguí el relato mirando a los ojos de la morena. -Sin embargo el águila fue benévola y me prometió dejarme ir con la condición de llevar ante ella a nuestra querida Idunn y sus manzanas. -Suspiré y cerrando los ojos con resignación me solté de los brazos del águila. -¿Que podía hacer yo? No me quedó más remedio que acceder, pues mi vida estaba en juego. -Di un paso atrás dejando que la atención se centrar en la rubia y la morena. -Y así comenzó el rapto. Debéis creerme pues fui yo quien sacó a la diosa de Asgard.
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Off: Interacción con el dúo de brujas pirujas y representación teatral.
Reivy Abadder
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Re: Ostara, Las manzanas de Idunn (Pascua) [Evento Social]
Uriel observó en silencio a los niño llorar ¿Un insecto era para tanto? ¡Ni que fuera venenoso! Eso sí que sería una buena razón para asustarse. Sintiendo una profunda indiferencia hacía el llano pero aún así comportándose amablemente, pues no perdería la oportunidad de hacer nuevos amigos, acarició sus cabezas y con una amplia sonrisa les dijo;
"¡Esta bien, esta bien! Ya lo ahuyenté fufufu"
"¿N-No está? P-Pero..."
"¡Está bien, dije! ¿Sabes? ¡Soy bastante fuerte! Un bichito o dos no son problema~"
Uriel interrumpió al lloroso niño sin dejarle acabar su frase mientras golpeaba su pecho arrogantemente ¡No le interesaba la opinión del otro niño! Si dijo que ya se encargó, es que lo hizo. De formas altiva, el niño esbozó una confianzuda sonrisa infantil los niños quienes seguían sollozando levemente, observaron silenciosamente a Uriel. El vampirito se disponía a decirles algo, pero la conocida voz de un hombre le hizo girarse con una amplia y emocionada sonrisa;
"¡Señor Kaladar! Qué coincidencia jeje ¡Ah! ¿Es raro? ¡A pesar de que es divertido! ¿Hmm? ¿Tal vez quiere uno? ¡Ah! Que conste que no se lo entregaré a nadie los míos. "
Incluso bajo semejante situación, el vampirito no olvidó lo que los otros dos pequeños le habían prometido un huevo de cada uno a cambio de jugar con ellos. Con una mirada expectante, el infante se volvió al par de niños, había escuchado la voz de una mujer ¡E incluso la de Demian! Pero poco podía importarle! En esos momentos quería lo que le prometieron ¡Si algo odiaba era que seres inferiores no cumplieran sus palabras hacia sus superiores!
"¿Puedo tener los huevos de vuestra promesa? ¡Ah! Cierto, creo que deberíais ir con vuestros....¿Padres? ¿Parientes?Es peligroso que niño de vuestra edad camines por la calle solos~ ¡Pueden haber vampiros maaaaaalooooos! "
Arrodillándose para quedar a su misma altura, Uriel les recordó que aún cargaban con más huevos. Tal vez porque tras ese pequeño trauma ya no querían ver un huevo ni en pintura, o porque de alguna forma notaron que Uriel no era normal, sin dudarlo, los niños le entregaron todos sus huevos a Uriel quien los recibió con una amplia sonrisita alegre e inocente. En cuanto los infantes escucharon la palabra "vampiro" y"peligroso", los niños rompieron a llorar y sin dudarlo salieron corriendo lejos del lugar, en dirección a sus padres. Satisfecho con su reacción, Uriel miró los huevos en sus brazos con una brillante mirada y una sonrisita juguetona ¡Finalmente tenía huevos! ¿Para que los querría? Nada del otro mundo, sencillamente quería sentirse parte de la festividad desde que muy rara vez se le presentaban esas oportunidades para disfrutar de festividades humanas.
"¡Tanto tiempo, Demian! ¡Ah! ¡También está tu linda marioneta! Hola~~ ¿Estuvo bien? ¿Hmm? ¡Ah! Encantado señorita ¡Soy Uriel! Uri esta bien~"
Con gran felicidad y efusividad mostró cuán feliz le ponía la presencia del brujo ¡Las cosas siempre eran mejores cuando habían otros de su misma edad! No solo eso, Demian le causó una profunda impresión de admiración por su fuerza y control con la magia ¡Incluso ahora atesora su consejo! Aunque aún le cuesta manejar su puñal tal y como le aconsejó el brujo, había progresos moderados. Aunque tal vez no tan alegremente, le regaló una feliz expresión a la recién conocida mujer quien dio su opinión sobre el huevo que contenía el ciempiés.
"¡Ah! ¡Señor Kosir, Señor Kosir! ¡Mire, me dieron huevos! ¡Para usted!"
Sacando de entre el montón en sus brazos un huevo rojo con líneas doradas, el vampirito se lo tendió al bárbaro con una amplia sonrisa, tal vez la relación entre kosir y Uriel no involucra una amistad como tal pero eso no quitaba que el infante enfrentara varias situaciones peligrosas al lado del humano y que este se ganara el cariño y respeto del vampiro con su fuerza y honor de guerrero ¡Le tenía el suficiente aprecio como para regalarle uno de sus preciosos huevos de pascua!
En cuanto le tendió la pequeña figura ovalada, esta comenzó a agrietarse como si de barro seco se tratase, esbozando un rostro confundido, le vampirito atestiguó el momento en que el huevo comenzó a resquebrajarse y convertirse en polvo mientras pequeñas arañas salían de este, Uriel, sorprendido, dejó caer el distorsionado óvalo por instinto, espachurrándose contra el suelo y dejando salir un gran número de bichos.
"¿Que diablos?....¡Ah!"
Confuso, el vampirito miró por unos segundos la arenosa figura de lo que quedaba del huevo que quería obsequiarle al humano. Pero entonces, como si una idea pasase por su cabeza, el infante miró los huevos en sus brazos y sin dudarlo, los dejó caer al suelo para que se rompieran; Tal y como esperó, un sinnúmero de bichos asquerosos salieron de los restos junto a un desastroso aroma putrefacto ¿Uno de los huevos tenía un feto? ¡Olía realmente mal! Alejándose con asqueo, el niño dijo ligeramente molesto;
"Parece que no solo son las manzanas y el alcohol...."
Uri
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Re: Ostara, Las manzanas de Idunn (Pascua) [Evento Social]
- Genial... - dije al ver toda la gente estar cerca de Uri. - Que de parientes.
Miré a todo el mundo con una forzada sonrisa mientras caminaba alrededor. Los niños ya se habia ido.
- Conozco a los dos menores... - Dije señalando a los niños. - Acabamos de conocer a un tercero algo más maduro... - Pasé el dedo señalado hacia el mocoso con cicatrices. Ese olía a humano. - Y a ti... - Me giré a la chica que quedaba. - A ti no te conozco... Pero me encantaría hacerlo.
Le dediqué una picara sonrisa mientras la miraba de arriba abajo, solo para luego hacer una mueca al notar el olor del huevo.
- Aunque no te mentiré, preferiría conoceros en otras circunstancias. ¿Que cojones pasa?
- Parece que no solo son las manzanas y el alcohol....- Dijo el vampiro.
- Parece que alguien molesto a un dios caprichoso… - Añadió el humano.
Yo alcé los brazos con los ojos en blanco.
- Podríamos, por una jodida vez, tener una fiesta NORMAL. ¿Quiero decir, tan malo seria de verdad que no hubiera, dioses, demonios, bestias, ladrones, bandidos o algo cada vez que se celebra algún festejo? - Dije dirigido a nadie en concreto mientras caminaba alrededor.
Si parabas un poco de atención, estaba claro que ese efecto era más... Peligroso de lo que dejaba intuir.
Alzando la vista, comprobé que los arboles estaban empezando a mudar de hojas... Y muy sutilmente crecían, como el hormigueo de los pies, lento pero constante.
Me miré las manos para comprobar como, casi de forma imperceptible, el pelo crecía y se estaban formando manchas que antes no estaban. Por suerte para mi, el metabolismo de un lobo era bastante longevo. Más preocupados debían estar los otros.
- Maravilloso...
- ¿Qué debemos matar para calmar a los dioses?
- ¿Ves? - dije señalandolo. - Siempre asesinatos. ¿No se cansaran?
Di un suspiro largo. De verdad que hubiera pagado por una buena jarra de cerveza en ese momento. Aunque...
Miré de reojo a la susodicha Nadir. Ademas de buenas vistas, otorgaba tambien una pequeña y modesta bolsita que podía contener algo que tomar.
Quizás seria interesante seguir, ni que fuera por una rato, con la pintoresca compañía.
Miré a todo el mundo con una forzada sonrisa mientras caminaba alrededor. Los niños ya se habia ido.
- Conozco a los dos menores... - Dije señalando a los niños. - Acabamos de conocer a un tercero algo más maduro... - Pasé el dedo señalado hacia el mocoso con cicatrices. Ese olía a humano. - Y a ti... - Me giré a la chica que quedaba. - A ti no te conozco... Pero me encantaría hacerlo.
Le dediqué una picara sonrisa mientras la miraba de arriba abajo, solo para luego hacer una mueca al notar el olor del huevo.
- Aunque no te mentiré, preferiría conoceros en otras circunstancias. ¿Que cojones pasa?
- Parece que no solo son las manzanas y el alcohol....- Dijo el vampiro.
- Parece que alguien molesto a un dios caprichoso… - Añadió el humano.
Yo alcé los brazos con los ojos en blanco.
- Podríamos, por una jodida vez, tener una fiesta NORMAL. ¿Quiero decir, tan malo seria de verdad que no hubiera, dioses, demonios, bestias, ladrones, bandidos o algo cada vez que se celebra algún festejo? - Dije dirigido a nadie en concreto mientras caminaba alrededor.
Si parabas un poco de atención, estaba claro que ese efecto era más... Peligroso de lo que dejaba intuir.
Alzando la vista, comprobé que los arboles estaban empezando a mudar de hojas... Y muy sutilmente crecían, como el hormigueo de los pies, lento pero constante.
Me miré las manos para comprobar como, casi de forma imperceptible, el pelo crecía y se estaban formando manchas que antes no estaban. Por suerte para mi, el metabolismo de un lobo era bastante longevo. Más preocupados debían estar los otros.
- Maravilloso...
- ¿Qué debemos matar para calmar a los dioses?
- ¿Ves? - dije señalandolo. - Siempre asesinatos. ¿No se cansaran?
Di un suspiro largo. De verdad que hubiera pagado por una buena jarra de cerveza en ese momento. Aunque...
Miré de reojo a la susodicha Nadir. Ademas de buenas vistas, otorgaba tambien una pequeña y modesta bolsita que podía contener algo que tomar.
Quizás seria interesante seguir, ni que fuera por una rato, con la pintoresca compañía.
- Interacciones:
- He interactuado con Uri, Kosir, Nahir y Demian. Que hermoso grupito hacemos.
Kaladar
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Re: Ostara, Las manzanas de Idunn (Pascua) [Evento Social]
¡Canas! Un enemigo mortal. Sabía que ya tenía varias, que arrancaba meticulosamente siempre que las veía; pero aquel día en concreto no dejaba de encontrar más y más. Se mordió el labio, francamente un poco preocupada. Aquello no era normal. Pero en cuanto se fijó un poco más, vio que no era sólo eso: la piel en sus manos era menos tersa, y notaba unas patas de gallo más marcadas en los ojos.
Cuando al fin encontró un barreño de agua y pudo mirarse, constató la veracidad de sus sospechas. ¡Estaba envejeciendo! ¿Qué locura era aquella? Y no era sólo ella. La cerveza de la que se alimentaba la fiesta se había pasado; los enseres se hallaban podridos, las cestas comenzaban a romperse, varios perros y gatos callejeros se sentaban en rincones, esperando la muerte. Era como si el tiempo hubiera avanzado de un plumazo, para todo y todos en el Ostara.
Se mantuvo atenta a lo que ocurría, y escuchó decir que aquello tenía solución. Inmediatamente se sintió más tranquila. ¿Y qué solución era esta? Nada menos que una representación teatral. Y, con esto, aquel envejecimiento pasó a ser de un motivo de preocupación, a una excusa para la diversión.
Thaiss supo inmediatamente que ella participaría en una obra como la que se requería. Pues, ¿qué arte hay que sea más romántico que el teatro? Y jamás había tenido ocasión de participar en una obra, digamos, profesional, delante de un, digamos, público interesado. No dejaría pasar esa oportunidad. Ahora, todo lo que necesitaba eran otros dos actores tan profesionales, capaces y motivados como ella misma.
Y no tuvo que buscar mucho. Paseando por el Ostara, con aquella bella bruja que debía ser Eyre agarrada de su brazo, Thaiss vio a Matthew Owens o, como ella gustaba de llamarlo, Giorgio Buchón. Sonrió al verlo, y se acercó directa a él.
- ¡Mi querido virrey! - Llegó abierta de brazos, como para darle un abrazo amigable, pero se mantuvo a una distancia prudente -. ¡En buena hora os encuentro, fiel amigo! No sé si estáis enterados, pero parece que sufrimos una maldición. Ah, ¡a tí también te atacan las canas! Pero sólo nos hacen más atractivos, ¿no te parece? - Miró a la bruja, sonriendo -. Es bueno saber que envejeceremos bien. Y así, de golpe, me siento mucho más sabia.
Cerca de donde estaban había una banda de músicos que habían dejado de tocar al constatar su envejecimiento. Thaiss dejó a Matthew y fue corriendo hacia ellos.
- Una buena obra de teatro va acompañada de música. Para calmar a los dioses, necesitamos vuestra ayuda. Vamos a representar el rapto de Idunn. ¿Podéis tocar para nosotros? Si no lo hacéis, es posible que quedéis malditos para siempre. Empezaremos con una música ominosa...
Los músicos se miraron los unos a los otros. Quizás no los había convencido del todo, pero no importaba. Thaiss los dejó y subió sobre un barril, algo que le costó un poco más de lo habitual, para referirse a todos los que se encontraban cerca.
- ¡Damas y caballeros! ¡Apártense, hagan el favor! La representación va a comenzar. De allí - señaló un poste -, a allí, hagan espacio, pues será nuestro escenario. Sé que hoy se están representando más obras como ésta, pero les aseguro, ¡esta es la representación que no se quieren perder! - Miró a los músicos y les hizo unos gestos para indicarles que comenzaran a tocar algo. "Ominoso" vocalizó, como recordatorio - Y es que hoy nos acompaña uno de los mayores actores conocidos en Aerandir, del que sin duda habrán escuchado hablar. Lo conocerán como el Virrey de Ciudad Lagarto, ¡Matthew Owens! - Comenzó a aplaudir, para indicarle al público que hiciera lo mismo - ¡Querido Virrey, por favor saluda a tu público! - Thaiss había señalado la zona de escenario de tal forma que Matthew y Eyre ya se encontraban dentro de la misma. Dejó que se dirigiera al público si así lo deseaba, antes de continuar con la presentación -. ¿Y quién es esta bella mujer que lo acompaña? No es otra que la famosa Eyre, mujer de caracter y talento, para la magia así como para el escenario. ¡Otro aplauso para ella! - Dejó que pasara un tiempo, hasta finalmente señalarse a sí misma -. Y yo soy una humilde servidora de la que no habrán oído hablar. Cleotilde Limona de Etesía. Ahora, hagan silencio, y dejemos que la música y la palabra nos transporten.
No esperó aplauso alguno para sí misma. Bajó del barril de un salto y se encaminó a Matthew con una sonrisa de oreja a oreja. Alrededor de ellos tres ya se había formado un corrillo curioso, y los músicos comenzaron a tocar.
Cuando al fin encontró un barreño de agua y pudo mirarse, constató la veracidad de sus sospechas. ¡Estaba envejeciendo! ¿Qué locura era aquella? Y no era sólo ella. La cerveza de la que se alimentaba la fiesta se había pasado; los enseres se hallaban podridos, las cestas comenzaban a romperse, varios perros y gatos callejeros se sentaban en rincones, esperando la muerte. Era como si el tiempo hubiera avanzado de un plumazo, para todo y todos en el Ostara.
Se mantuvo atenta a lo que ocurría, y escuchó decir que aquello tenía solución. Inmediatamente se sintió más tranquila. ¿Y qué solución era esta? Nada menos que una representación teatral. Y, con esto, aquel envejecimiento pasó a ser de un motivo de preocupación, a una excusa para la diversión.
Thaiss supo inmediatamente que ella participaría en una obra como la que se requería. Pues, ¿qué arte hay que sea más romántico que el teatro? Y jamás había tenido ocasión de participar en una obra, digamos, profesional, delante de un, digamos, público interesado. No dejaría pasar esa oportunidad. Ahora, todo lo que necesitaba eran otros dos actores tan profesionales, capaces y motivados como ella misma.
Y no tuvo que buscar mucho. Paseando por el Ostara, con aquella bella bruja que debía ser Eyre agarrada de su brazo, Thaiss vio a Matthew Owens o, como ella gustaba de llamarlo, Giorgio Buchón. Sonrió al verlo, y se acercó directa a él.
- ¡Mi querido virrey! - Llegó abierta de brazos, como para darle un abrazo amigable, pero se mantuvo a una distancia prudente -. ¡En buena hora os encuentro, fiel amigo! No sé si estáis enterados, pero parece que sufrimos una maldición. Ah, ¡a tí también te atacan las canas! Pero sólo nos hacen más atractivos, ¿no te parece? - Miró a la bruja, sonriendo -. Es bueno saber que envejeceremos bien. Y así, de golpe, me siento mucho más sabia.
Cerca de donde estaban había una banda de músicos que habían dejado de tocar al constatar su envejecimiento. Thaiss dejó a Matthew y fue corriendo hacia ellos.
- Una buena obra de teatro va acompañada de música. Para calmar a los dioses, necesitamos vuestra ayuda. Vamos a representar el rapto de Idunn. ¿Podéis tocar para nosotros? Si no lo hacéis, es posible que quedéis malditos para siempre. Empezaremos con una música ominosa...
Los músicos se miraron los unos a los otros. Quizás no los había convencido del todo, pero no importaba. Thaiss los dejó y subió sobre un barril, algo que le costó un poco más de lo habitual, para referirse a todos los que se encontraban cerca.
- ¡Damas y caballeros! ¡Apártense, hagan el favor! La representación va a comenzar. De allí - señaló un poste -, a allí, hagan espacio, pues será nuestro escenario. Sé que hoy se están representando más obras como ésta, pero les aseguro, ¡esta es la representación que no se quieren perder! - Miró a los músicos y les hizo unos gestos para indicarles que comenzaran a tocar algo. "Ominoso" vocalizó, como recordatorio - Y es que hoy nos acompaña uno de los mayores actores conocidos en Aerandir, del que sin duda habrán escuchado hablar. Lo conocerán como el Virrey de Ciudad Lagarto, ¡Matthew Owens! - Comenzó a aplaudir, para indicarle al público que hiciera lo mismo - ¡Querido Virrey, por favor saluda a tu público! - Thaiss había señalado la zona de escenario de tal forma que Matthew y Eyre ya se encontraban dentro de la misma. Dejó que se dirigiera al público si así lo deseaba, antes de continuar con la presentación -. ¿Y quién es esta bella mujer que lo acompaña? No es otra que la famosa Eyre, mujer de caracter y talento, para la magia así como para el escenario. ¡Otro aplauso para ella! - Dejó que pasara un tiempo, hasta finalmente señalarse a sí misma -. Y yo soy una humilde servidora de la que no habrán oído hablar. Cleotilde Limona de Etesía. Ahora, hagan silencio, y dejemos que la música y la palabra nos transporten.
No esperó aplauso alguno para sí misma. Bajó del barril de un salto y se encaminó a Matthew con una sonrisa de oreja a oreja. Alrededor de ellos tres ya se había formado un corrillo curioso, y los músicos comenzaron a tocar.
Thaiss
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Re: Ostara, Las manzanas de Idunn (Pascua) [Evento Social]
Si los mayores miedos de Matthew Owens tuvieran que ser resumidos a una sola palabra seguramente esa sería: Rutina. Aunque Ciudad Lagarto era un sitio siempre cambiante y con mucha diversión ilegal a disposición de todo el mundo, pasar allí demasiados meses no era bueno para el ánimo del estafador. Cualquier excusa hubiese sido buena para poder emprender un nuevo viaje, en este caso El Ostara.
Cuando Eyre había bajado para desayunar como todas las mañanas, Matthew ya estaba supervisando los preparativos para el viaje. La Hechicera no opuso demasiada resistencia, Owens estaba seguro que ella también se aburría un poco de estar siempre en un ambiente tan tranquilo.
En esta oportunidad se trasladaron en un bonito carro, con ropas cómodas pero nuevas, y dinero en los bolsillos listo para gastarlo en cualquier tipo de tontería que se ofreciera en el festival… Aunque al llegar la perspectiva no era tan alentadora. “Tantos viejos juntos, que deprimente” pensó el Humano al ver el tipo de gente que asistía al lugar, arrugando ligeramente la nariz mientras le daba una mano a Eyre para ayudarla a bajar del carro.
-Esos zapatos te hacen ver más estilizada – Dijo Matt al notar de repente que la Hechicera perdía poco a poco sus rasgos aniñados para adquirir un estilo mucho más adulto y refinado – Dame un respiro, no podré resistir hasta que regresemos a casa si te ves tan hermosa – Le ofreció a la joven un brazo y comenzaron a caminar por el lugar.
Tardaron un poco en notar los cambios, al ser una Hechicera tan joven, el envejecimiento en Eyre fue menos notorio, y Matt no podía verse a sí mismo. Se acercaron primero a los puestos, pero todo parecía estar pasado, luego fueron a donde estaba la gente bailando, cuando estaban a pocos metros Owens dio vuelta en redondo, mascullando alguna excusa rápida, había visto que estaban Helena y Reike, no quería que se cruzaran las tres mujeres.
Pronto resultó evidente para todos que algo extraño estaba pasando, el pasto bajo sus pies estaba amarillo y quebradizo, los árboles parecían inclinarse como con cansancio, los animales desaparecían o se tiraban al piso a dormir. “Vaya desastre de festividad, la próxima vez organizaré algo en mi hogar” estaba a punto de proponerle a Eyre que se fueran cuando una horrible voz llamo su atención.
-Thaiss – Dijo en un tono seco que denotaba cualquier cosa menos amistad - ¿Canas? – Chillo espantado - ¿Dónde? – Apoyó ambas manos en su cabeza y agarró varios mechones para intentar verlas ¡Y allí estaban! – Oh por… ¡Son canas! – Arrancó una y se la mostró a Eyre con un gesto de absoluto espanto - ¡Mira esto! ¡Es espantoso! – Se tapó la cara con exagerado dramatismo, y mirando por entre los dedos le contestó a Thaiss – No hay nada en este mundo que pudiera hacerte ver más atractiva. Pero escucha ¿Esto es producto de una maldición? ¿Cómo lo deshacemos? –
Como siempre, Thaiss se movía a su ritmo, rápidamente se puso a organizar todo para que pudieran representar la obra. En cualquier otro momento Matthew hubiese estado encantado de ser el centro de atención, pero ahora que sabía que su belleza perfecta se estaba desvaneciendo no se sentía tan seguro.
-Voy a convertirme en un horrible anciano – Seguía repitiendo en tono quejumbroso el Virrey, el poder ver con sus propios ojos el paso del tiempo sobre su cuerpo era lo más parecido a una pesadilla, observó sus manos, parecían ser más frágiles y arrugadas – Un viejo espantoso y sin dientes – Estaba tan ocupado auto compadeciéndose que no escuchó el discurso de Thaiss hasta que llegó a la parte en la que lo presentaba “Necesito cubrirme con algo, algo, algo, algo” le quitó una máscara a uno de los espectadores y se la puso cuando las miradas se giraron hacía él - Será un honor representar esta pieza del teatro clásico ante tan maravilloso público – Dijo el Virrey saludando y lanzando besos al público. Luego se hizo a un lado y aplaudió cuando llegó el turno de Eyre para presentarse.
La primera parte del acto le correspondía a Loki/Thaiss, por lo que Matthew se hizo a un lado para darle pie a que comenzara.
Cuando Eyre había bajado para desayunar como todas las mañanas, Matthew ya estaba supervisando los preparativos para el viaje. La Hechicera no opuso demasiada resistencia, Owens estaba seguro que ella también se aburría un poco de estar siempre en un ambiente tan tranquilo.
En esta oportunidad se trasladaron en un bonito carro, con ropas cómodas pero nuevas, y dinero en los bolsillos listo para gastarlo en cualquier tipo de tontería que se ofreciera en el festival… Aunque al llegar la perspectiva no era tan alentadora. “Tantos viejos juntos, que deprimente” pensó el Humano al ver el tipo de gente que asistía al lugar, arrugando ligeramente la nariz mientras le daba una mano a Eyre para ayudarla a bajar del carro.
-Esos zapatos te hacen ver más estilizada – Dijo Matt al notar de repente que la Hechicera perdía poco a poco sus rasgos aniñados para adquirir un estilo mucho más adulto y refinado – Dame un respiro, no podré resistir hasta que regresemos a casa si te ves tan hermosa – Le ofreció a la joven un brazo y comenzaron a caminar por el lugar.
Tardaron un poco en notar los cambios, al ser una Hechicera tan joven, el envejecimiento en Eyre fue menos notorio, y Matt no podía verse a sí mismo. Se acercaron primero a los puestos, pero todo parecía estar pasado, luego fueron a donde estaba la gente bailando, cuando estaban a pocos metros Owens dio vuelta en redondo, mascullando alguna excusa rápida, había visto que estaban Helena y Reike, no quería que se cruzaran las tres mujeres.
Pronto resultó evidente para todos que algo extraño estaba pasando, el pasto bajo sus pies estaba amarillo y quebradizo, los árboles parecían inclinarse como con cansancio, los animales desaparecían o se tiraban al piso a dormir. “Vaya desastre de festividad, la próxima vez organizaré algo en mi hogar” estaba a punto de proponerle a Eyre que se fueran cuando una horrible voz llamo su atención.
-Thaiss – Dijo en un tono seco que denotaba cualquier cosa menos amistad - ¿Canas? – Chillo espantado - ¿Dónde? – Apoyó ambas manos en su cabeza y agarró varios mechones para intentar verlas ¡Y allí estaban! – Oh por… ¡Son canas! – Arrancó una y se la mostró a Eyre con un gesto de absoluto espanto - ¡Mira esto! ¡Es espantoso! – Se tapó la cara con exagerado dramatismo, y mirando por entre los dedos le contestó a Thaiss – No hay nada en este mundo que pudiera hacerte ver más atractiva. Pero escucha ¿Esto es producto de una maldición? ¿Cómo lo deshacemos? –
Como siempre, Thaiss se movía a su ritmo, rápidamente se puso a organizar todo para que pudieran representar la obra. En cualquier otro momento Matthew hubiese estado encantado de ser el centro de atención, pero ahora que sabía que su belleza perfecta se estaba desvaneciendo no se sentía tan seguro.
-Voy a convertirme en un horrible anciano – Seguía repitiendo en tono quejumbroso el Virrey, el poder ver con sus propios ojos el paso del tiempo sobre su cuerpo era lo más parecido a una pesadilla, observó sus manos, parecían ser más frágiles y arrugadas – Un viejo espantoso y sin dientes – Estaba tan ocupado auto compadeciéndose que no escuchó el discurso de Thaiss hasta que llegó a la parte en la que lo presentaba “Necesito cubrirme con algo, algo, algo, algo” le quitó una máscara a uno de los espectadores y se la puso cuando las miradas se giraron hacía él - Será un honor representar esta pieza del teatro clásico ante tan maravilloso público – Dijo el Virrey saludando y lanzando besos al público. Luego se hizo a un lado y aplaudió cuando llegó el turno de Eyre para presentarse.
- Mascara:
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La primera parte del acto le correspondía a Loki/Thaiss, por lo que Matthew se hizo a un lado para darle pie a que comenzara.
Matthew Owens
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Re: Ostara, Las manzanas de Idunn (Pascua) [Evento Social]
Eyre tomó la mano de Matthew y bajó del carro con una torpeza que no era propia de ella. Parecía que el techo del mismo estaba más cerca de su cabeza, como si se hubiera achicado unos centímetros... o como si ella hubiera crecido un poco. No le dio mucha importancia, pues toda su atención recayó en el festival. Era la segunda vez que pisaba la ciudad de Vulwulfar, siendo la primera aquella ya lejana ocasión en que ella y el humano se habían visto por primera vez. Y no sabía si se debía al largo tiempo que había pasado, pero... juraba que antes aquel era un sitio mucho más alegre y pintoresco.
-Shhh, Matt, ¡estamos en público! -Le reprendió con los pómulos colorados y una pequeña sonrisa que fue incapaz de disimular, acostumbrada ya a los comentarios indecentes del mayor. Él también la notaba distinta, y la joven no tardó en comenzar a sospechar que los cambios no estaban solo en su imaginación cuando, al bajar la mirada, se percató de que la tela antes holgada de su camisa ahora se tensaba en la zona del pecho ante un busto que ciertamente antes no estaba ahí, o al menos no con esa prominencia. Su sonrojo aumentó y alzó la mirada hacia su compañero con el ceño fruncido y los labios entreabiertos... solo para constatar que ella no era la única en sufrir los efectos de un crecimiento acelerado.
La piel antes tersa del moreno se ceñía en torno a sus ojos con pequeñas arrugas y tanto su barba como su cabello comenzaban a exhibir tonos blanquecinos. No era un cambio desagradable, por un instante sintió alivio al ver que Matthew maduraría muy, pero muy bien... sin embargo, ¡ese no era el asunto! Tenían frente a sus narices un gran problema: ¿¡Por qué todo a su alrededor comenzaba a envejecer!?
-Umh, esto no pinta bien. Se ve como una... -“Maldición”, iba a decir, justo en el instante en que una mujer se les acercó con una actitud tan avasallante que la joven bruja no pudo hacer más que mirarla con la boca cerrada y los ojos bien abiertos, primero a ella y luego al mayor, como intentando constatar si realmente se conocían, hasta que la pelinegra soltó las palabras que confirmaban lo que ella misma estaba pensando- Sí, tiene pinta de ser una maldición generaliz... -pero la mujer la dejó con las palabras en la boca yéndose tan rápido como había venido y Eyre, tras suspirar, alzó la mirada hacia Matthew al tiempo en que le daba un par de palmadas en el brazo al que se sujetaba- Tranquilo, probablemente es reversible. Estoy segura de que leí en un libro que...
Pero parecía que aquel sería un día en que no podría terminar ni una sola de sus frases. La música comenzó a sonar y Thaiss, como la había llamado Matthew, de pronto los señaló desde lo alto de un barril- ¿Actores? -El corazón de la ahora joven mujer dio un vuelco y tan pronto como se percató de lo que estaba pasando comenzó a tironear del brazo ajeno, pero Matt estaba demasiado ocupado quejándose por su apariencia como para notar que sólo ellos dos seguían parados en medio del sitio que la pelinegra acababa de despejar- ¿¡Q-Qué!? ¡Yo no soy ninguna...! -Pero cuando volteó a mirar a su compañero, vio que se había puesto una máscara... y que no tenía problemas en participar de aquella locura. Normal, viniendo de él, ¿¡pero por qué ella tenía que verse envuelta en eso!? -Ugh... -No había forma de escapar, ya la muchedumbre los había atrapado en una ronda imposible de atravesar y la extraña mujer del barril ya estaba comenzando a interpretar su parte de la obra. Eyre agachó la cabeza y se tapó el rostro con una mano, entre avergonzada y resignada, preguntándose si realmente un disparate como aquel podría revertir la maldición.
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Re: Ostara, Las manzanas de Idunn (Pascua) [Evento Social]
Aquella maldición solo acabaría con un elaborado trabajo en equipo, digno de un arte tan antiguo y elegante como la representación teatral. Nunca en su vida, Helena se habría imaginado que llegaría a representar una obra, pero allí estaba, de pie en la tarima donde antes se encontraban los músicos, junto a las dos mujeres morenas con las que se había encontrado fortuitamente. La bruja estaba cruzada de brazos, viendo como una de ellas daba comienzo a la actuación.
Se encontraba ciertamente incómoda, ya que su trabajo se basaba en el sigilo y la ocultación, y en ese momento casi todas las miradas del lugar residían en las tres mujeres. Para ocultar su incomodidad, la Rhodes adoptó un mohín en sus labios que le denotaban una seriedad y compostura que se hacía respetar.
Si quería volver a la normalidad, debía de actuar como Idunn. Por suerte, cuando era joven se leyó un libro que estaba lleno de mitos populares pertenecientes a todas las razas, por lo que si tenía suerte y su memoria se aliaba con ella, podría acordarse de qué hacer y hacia donde dirigir la obra.
Era su turno, con el corazón en un puño, dio un pasó hacia adelante, mientras que se mentalizaba a gran velocidad que debía hacerlo; debía de representar la obra para salvar el pellejo, era lo único que le importaba, y no sería la primera vez en su vida que representaría un papel lejos de su personalidad. Llenó sus pulmones de aire e hizo una corta reverencia al público. Acto seguido levantó la cabeza adoptando una pose cordial y femenina.
-Yo, Idunn-Se llevó una mano al pecho para así señalarse-Andaba por Asgard, como un día más y normal, pues siempre me maravillaba el pasear por un lugar tan mágico y especial, a la altura de los mismos dioses.-Abrió los brazos, ayudando así a indicar la grandeza de sus palabras-Por designios del destino, me encontré con mi buen amigo Loki, el cual me dio una excelente noticia, pues aseguraba haber encontrado unas manzanas mejores que las que yo poseía, y no había dudado un segundo en pensar en mi persona para así obtenerlas y ayudar a los dioses-Dejó un silencio corto pero expectante, al mismo tiempo que se preparaba para dar una corta explicación-Porque no sé si lo sabrán, mortales, pero mis manzanas tienen la peculiaridad de dar la vida eterna, y gracias a ellas los dioses nunca envejecen-Se la veía bastante convencida de su propia explicación, al mismo tiempo que la acompañaba con un tono místico y profundo-Pues bien, mi gran amigo Loki-Se acercó a Reivy y le pasó su brazo por debajo para así agarrárselo-Me llevó de paseo por el bosque, para así dar con el lugar que había encontrado, donde me esperaban aquellas manzanas especiales-Caminó junto a la morena como si realmente todo lo que dijese estuviera ocurriendo-Dijo que llevase mis manzanas para compararlas con las que él había encontrado, ¡Una idea fantástica, sin duda!-Exclamó, haciéndose la inocente y la ingenua-Pero...-Se soltó suavemente de Reivy y la instó a que se separara de ella. Un tono triste y melancólico se apoderó de ella-¡El maldito gañán me traicionó! ¡A mí, a su amiga!-Su tono cambió a uno mucho más enérgico, aunque se hacía la afligida ante semejante situación narrada-¡El mendrugo no había pensado de que si yo y mis manzanas desaparecíamos, LOS DIOSES MORIRÍAN!-Se agitó con ese último comentario-Y por ende, ¡Toda la existencia!-Aclaró, cruzándose de brazos y mirando con recelo y desdén hacia Reivy. Acto seguido, suspiró, resignada. Bajó los brazos y destensó los hombros-Y allí quedé yo, en el bosque a merced de aquel que había embaucado a Loki para hacer que me entregara, junto a mis manzanas...-Miró de reojo a la otra morena, quedando dispuesta para ser raptada.
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Interactuo con Reivy y Reike
Se encontraba ciertamente incómoda, ya que su trabajo se basaba en el sigilo y la ocultación, y en ese momento casi todas las miradas del lugar residían en las tres mujeres. Para ocultar su incomodidad, la Rhodes adoptó un mohín en sus labios que le denotaban una seriedad y compostura que se hacía respetar.
Si quería volver a la normalidad, debía de actuar como Idunn. Por suerte, cuando era joven se leyó un libro que estaba lleno de mitos populares pertenecientes a todas las razas, por lo que si tenía suerte y su memoria se aliaba con ella, podría acordarse de qué hacer y hacia donde dirigir la obra.
Era su turno, con el corazón en un puño, dio un pasó hacia adelante, mientras que se mentalizaba a gran velocidad que debía hacerlo; debía de representar la obra para salvar el pellejo, era lo único que le importaba, y no sería la primera vez en su vida que representaría un papel lejos de su personalidad. Llenó sus pulmones de aire e hizo una corta reverencia al público. Acto seguido levantó la cabeza adoptando una pose cordial y femenina.
-Yo, Idunn-Se llevó una mano al pecho para así señalarse-Andaba por Asgard, como un día más y normal, pues siempre me maravillaba el pasear por un lugar tan mágico y especial, a la altura de los mismos dioses.-Abrió los brazos, ayudando así a indicar la grandeza de sus palabras-Por designios del destino, me encontré con mi buen amigo Loki, el cual me dio una excelente noticia, pues aseguraba haber encontrado unas manzanas mejores que las que yo poseía, y no había dudado un segundo en pensar en mi persona para así obtenerlas y ayudar a los dioses-Dejó un silencio corto pero expectante, al mismo tiempo que se preparaba para dar una corta explicación-Porque no sé si lo sabrán, mortales, pero mis manzanas tienen la peculiaridad de dar la vida eterna, y gracias a ellas los dioses nunca envejecen-Se la veía bastante convencida de su propia explicación, al mismo tiempo que la acompañaba con un tono místico y profundo-Pues bien, mi gran amigo Loki-Se acercó a Reivy y le pasó su brazo por debajo para así agarrárselo-Me llevó de paseo por el bosque, para así dar con el lugar que había encontrado, donde me esperaban aquellas manzanas especiales-Caminó junto a la morena como si realmente todo lo que dijese estuviera ocurriendo-Dijo que llevase mis manzanas para compararlas con las que él había encontrado, ¡Una idea fantástica, sin duda!-Exclamó, haciéndose la inocente y la ingenua-Pero...-Se soltó suavemente de Reivy y la instó a que se separara de ella. Un tono triste y melancólico se apoderó de ella-¡El maldito gañán me traicionó! ¡A mí, a su amiga!-Su tono cambió a uno mucho más enérgico, aunque se hacía la afligida ante semejante situación narrada-¡El mendrugo no había pensado de que si yo y mis manzanas desaparecíamos, LOS DIOSES MORIRÍAN!-Se agitó con ese último comentario-Y por ende, ¡Toda la existencia!-Aclaró, cruzándose de brazos y mirando con recelo y desdén hacia Reivy. Acto seguido, suspiró, resignada. Bajó los brazos y destensó los hombros-Y allí quedé yo, en el bosque a merced de aquel que había embaucado a Loki para hacer que me entregara, junto a mis manzanas...-Miró de reojo a la otra morena, quedando dispuesta para ser raptada.
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Helena Rhodes
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Re: Ostara, Las manzanas de Idunn (Pascua) [Evento Social]
Comenzaba la obra, y Thaiss estuvo encantada de constatar que tanto Eyre como Matt estaban dispuestos a participar... si bien forzosamente. Se desplazó alegremente hasta el centro del escenario; denotaba altanería y confianza en sí misma. Se señaló con un gesto afectado, levantando la cabeza con orgullo y una media sonrisa altanera.
- No requiero presentación, damas y caballeros; sin duda todos conocéis a Loki. El más inteligente de los Aesir, capaz de transformarse, engañar y divertir - Thaiss dedicó a su público una sonrisa encantadora, muy similar a la que usaba en su día a día cuando mentía -. Me encuentro hoy... ¡Ah! Hambriento después de días de marcha. No será pronto cuando al fin volvamos a Asgard. Pero por esta noche hay que descansar y llenar la barriga, y para eso hemos tenido suerte: hemos cazado un buey, y en este mismo instante se hierve en este cazo.
Pero al mirar hacia delante... ¡Vaya! No tenía un cazo. Miró a su alrededor, y vio a un soldado que llevaba puesto su yelmo; corrió a él y se lo sacó de la cabeza, y con él en las manos volvió corriendo a su sitio en medio del escenario.
- Este cazo - repitió, dejando el yelmo frente a ella, y arrodillándose frente a él. Rapidamente colocó dentro del mismo unas telas -. Pero pareciera que lleva horas hirviendo, y la carne sigue cruda. ¿Qué clase de buey es este, cuya carne es tan correosa que se niega a ser consumida?
Thaiss miró dentro del cazo, sacó las telas e hizo ademan de probarlas; pero por el gesto que hizo quedó claro que aquellas no estaban listas para el consumo. Se levantó, indignada. Su voz se alzó de manera exagerada: claramente ella era una víctima, que soportaba heroicamente aquel mal golpe del destino.
- ¡Me temo que antes salga el sol que podamos cenar! Y aún nos espera mañana una larga caminata de retorno a Asgard. ¿A qué se debe esto? - Puso los brazos en jarras. Su mirada se desplazó por el público, hasta finalmente llegar a Matthew y su máscara de pájaro -. Y es más, ¿quién es este que nos observa y se ríe de nuestras dificultades? ¿Qué quieres, amigo o enemigo?
-Tus intentos son en vano, torpe intento de dios - Dijo Matt totalmente metido en el personaje, mirando con altivez y una sonrisa burlona a Loki - Ni aunque esperes cinco días con sus noches lograrás que esa carne esté lista, pues es mi voluntad la que prevalece - Se acercó lentamente y se agachó un poco para quedar a centímetros de la cara de Thaiss - ¿Qué harás al respecto? - Hizo un dramático giro y empezó a hablar para el público - Si es que aún te interesa, te diré que todo tiene un precio, hay solo una forma en la que podrías convencerme de cambiar de opinión - Gira la cabeza solo lo suficiente para mirar de reojo a Loki - Quizás si me invitas amablemente a compartir tu mesa pueda reconsiderar mi actitud.
- ¡Ah, qué osadía, qué extorsión! ¡Qué palabras reveladoras de un caracter pérfido! - Se quejó Thaiss, ofendida, en un aparte en el que miraba directamente al público: transmitía así los pensamientos de su personaje, no sus palabras. - ¡Amablemente he de invitar al mismo que me impide comer! Pero bien, tengo hambre, y hay en mí suficiente magnanimidad para compartir mesa con este villano - Volvió a mirar a Matt, al que sonrió como si su anterior ira no existiera. - De haber sabido que nos rondabas como pájaro de mal agüero, oh, poderoso águila, te habría invitado directamente a sentarte con nosotros. Será un honor compartir mi guiso con el legítimo amo de estas tierras. Con tu beneplácito, pronto podremos comer la carne de este buey que hemos cazado.
Y, con un gesto de la mano, lo invitó a sentarse junto a ella.
Off: El diálogo y las acciones de Matt en este post han sido escritas por él. Esto lo seguiremos haciendo entre los tres personajes a lo largo de la representación a fin de acortarla y dar lugar a un diálogo más fluido.
- No requiero presentación, damas y caballeros; sin duda todos conocéis a Loki. El más inteligente de los Aesir, capaz de transformarse, engañar y divertir - Thaiss dedicó a su público una sonrisa encantadora, muy similar a la que usaba en su día a día cuando mentía -. Me encuentro hoy... ¡Ah! Hambriento después de días de marcha. No será pronto cuando al fin volvamos a Asgard. Pero por esta noche hay que descansar y llenar la barriga, y para eso hemos tenido suerte: hemos cazado un buey, y en este mismo instante se hierve en este cazo.
Pero al mirar hacia delante... ¡Vaya! No tenía un cazo. Miró a su alrededor, y vio a un soldado que llevaba puesto su yelmo; corrió a él y se lo sacó de la cabeza, y con él en las manos volvió corriendo a su sitio en medio del escenario.
- Este cazo - repitió, dejando el yelmo frente a ella, y arrodillándose frente a él. Rapidamente colocó dentro del mismo unas telas -. Pero pareciera que lleva horas hirviendo, y la carne sigue cruda. ¿Qué clase de buey es este, cuya carne es tan correosa que se niega a ser consumida?
Thaiss miró dentro del cazo, sacó las telas e hizo ademan de probarlas; pero por el gesto que hizo quedó claro que aquellas no estaban listas para el consumo. Se levantó, indignada. Su voz se alzó de manera exagerada: claramente ella era una víctima, que soportaba heroicamente aquel mal golpe del destino.
- ¡Me temo que antes salga el sol que podamos cenar! Y aún nos espera mañana una larga caminata de retorno a Asgard. ¿A qué se debe esto? - Puso los brazos en jarras. Su mirada se desplazó por el público, hasta finalmente llegar a Matthew y su máscara de pájaro -. Y es más, ¿quién es este que nos observa y se ríe de nuestras dificultades? ¿Qué quieres, amigo o enemigo?
-Tus intentos son en vano, torpe intento de dios - Dijo Matt totalmente metido en el personaje, mirando con altivez y una sonrisa burlona a Loki - Ni aunque esperes cinco días con sus noches lograrás que esa carne esté lista, pues es mi voluntad la que prevalece - Se acercó lentamente y se agachó un poco para quedar a centímetros de la cara de Thaiss - ¿Qué harás al respecto? - Hizo un dramático giro y empezó a hablar para el público - Si es que aún te interesa, te diré que todo tiene un precio, hay solo una forma en la que podrías convencerme de cambiar de opinión - Gira la cabeza solo lo suficiente para mirar de reojo a Loki - Quizás si me invitas amablemente a compartir tu mesa pueda reconsiderar mi actitud.
- ¡Ah, qué osadía, qué extorsión! ¡Qué palabras reveladoras de un caracter pérfido! - Se quejó Thaiss, ofendida, en un aparte en el que miraba directamente al público: transmitía así los pensamientos de su personaje, no sus palabras. - ¡Amablemente he de invitar al mismo que me impide comer! Pero bien, tengo hambre, y hay en mí suficiente magnanimidad para compartir mesa con este villano - Volvió a mirar a Matt, al que sonrió como si su anterior ira no existiera. - De haber sabido que nos rondabas como pájaro de mal agüero, oh, poderoso águila, te habría invitado directamente a sentarte con nosotros. Será un honor compartir mi guiso con el legítimo amo de estas tierras. Con tu beneplácito, pronto podremos comer la carne de este buey que hemos cazado.
Y, con un gesto de la mano, lo invitó a sentarse junto a ella.
Off: El diálogo y las acciones de Matt en este post han sido escritas por él. Esto lo seguiremos haciendo entre los tres personajes a lo largo de la representación a fin de acortarla y dar lugar a un diálogo más fluido.
Thaiss
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Re: Ostara, Las manzanas de Idunn (Pascua) [Evento Social]
–¿Marioneta? –comenzó a decir Demian ante el comentario de Uri, mientras levantaba una ceja, pero algo lo detuvo.
No se trataba de algo externo, sino que fue su propia voz la que lo detuvo. El estilo calmo con que usualmente hablaba le hacía sonar un poco más grave que otros chicos de su edad, pero esto era distinto, la voz que salió de su boca era profunda, como la de alguien mucho mayor. No tardó en caer en cuenta que era más alto y que sus pantalones ni siquiera le llegaban hasta los tobillos.
–¿Qué demonios? –comentó confundido.
–¿Es esto una ilusión, Demian? –quiso saber el autómata cuando sus sensores le comenzaron a informar que de pronto Demian era mucho más alto.
–No... –contestó con dudas, tratando de asegurarse de que el Éter no estaba actuando de maneras extrañas a su alrededor.
Demian se llevó una mano a la cara y notó que de pronto había una considerable cantidad de vellos formando un bigote y una barba incipiente.
Los ojos del chico comenzaron a moverse rápidamente explorando el entorno, tratando de encontrar lo que fuera que estuviera causando aquello, pues era evidente que algún tipo de magia estaba siendo utilizada en el lugar. No tuvo mucho éxito, pero hubo una figura que destacó por sobre las otras.
Se trataba de un anciano, un sujeto de cabello ceniciento mal cuidado, andar inclinado, piel arrugada en maneras que parecían imposibles y ojos cansados. Lo que hizo que su atención se fuera hacia él fue que se dirigía directamente hacia ellos.
–¿Tienes algo que ver c-con esto, anciano? –quiso saber el chico, preguntando de manera directa, casi grosera.
–No, no soy yo el que lo hace... –contestó con voz picaresca, al menos para un anciano–, pero creo que conozco una manera de solucionarlo.
Demian se acercó al anciano con curiosidad. Era claro que no tenía control sobre lo que estaba ocurriendo, por lo que una posibilidad de solución sonaba realmente interesante.
–La mejor manera de calmar una maldición es logrando el favor de los dioses –dijo el anciano calmadamente.
Demian hizo rodar sus ojos. Aquello parecía una pérdida de tiempo, un comentario de un anciano religioso que cree que todo se soluciona encendiendo una vela a alguna figura mística y cerrando intensamente tus ojos.
–¿No tienes algo mejor que eso? –contestó la voz profunda de Demian.
–Una obra de teatro, de hecho –continuó.
A continuación, el anciano comenzó a relatar un episodio de la mitología, uno que involucraba al menos tres dioses, un secuestro de parte de un águila gigante y unas manzanas doradas.
–Rayos... –comentó entre dientes–, ¿lo l-lo hacemos? –preguntó finalmente a los chicos con que conversaba antes de la llegada del anciano.
Algo le decía que iba a ser un largo día.
Demian
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Re: Ostara, Las manzanas de Idunn (Pascua) [Evento Social]
Una de las pasiones secretas de Matthew eran el teatro, cuando aún vivía en Lunargenta disfrutaba de pasar sus noches libres en pequeños bares donde se presentaban bardos y grupos de actores itinerantes. En más de una oportunidad había imaginado la posibilidad de dedicarse a eso, pero era un estilo de vida muy sacrificado, y daba pocos beneficios monetarios.
Si bien lo que estaban haciendo era una representación burda y totalmente improvisada, la emoción que Owens sentía era autentica, y estaba totalmente concentrado, intentando imbuir a su personaje para que resultara más realista. Para empezar, se suponía que era un águila, así que su andar era entre orgulloso y presumido, una actitud que no le costaba mucho asumir, la verdad sea dicha.
Mientras Thaiss terminaba de decir sus primeros diálogos, el estafador se encontraba a un lado del “escenario”, acuclillado y expectante, sonriendo con malicia cuando Loki hacía el intento de cocinar y no obtenía resultado alguno. Cuando finalmente apareció en escena y le planteó sus exigencias a Thaiss, el público parecía estar emocionado con la presentación, habían dejado de hablar entre ellos y prestaban atención a lo que pasaba.
-¡Sabia decisión! No conseguirás nada si provocas mi ira. Podremos disfrutar juntos de esta maravillosa comida y luego seguirás tu camino – Matthew se acercó al supuesto cazo y de un brusco manotazo se lo quitó a Thaiss, empujándola luego con innecesaria fuerza – Buen provecho – El águila sonrió burlona y se dio la vuelta, no le daría ni un solo bocado a Loki – Comienzo a creer que los rumores sobre tu inteligencia son infundados-
- ¡Oh! - Tras ser empujada, Thaiss se levantó de golpe en actitud ofensiva, pero poco a poco bajó los brazos, como si se rindiera, y finalmente comenzó a caminar alejándose de Matthew -. Debería haber sabido por tu aspecto orondo y entrado en carnes que no te contentarías con compartir la comida. Tu naturaleza egoista se desvela a cada momento que pasa. Estás habituado a la injusticia -. Volvió a llegar junto al mismo guardia al que ya le había quitado el yelmo y esta vez le arrancó la lanza de las manos, no sin antes guiñarle un ojo. Al instante se volteó hacia Matthew, y con la punta roma de la lanza lo golpeó con fuerza en el vientre -. ¡Pero las injusticias no pueden permitirse para siempre! ¡Largo y deja lo que no es tuyo!-
“¿Entrado en carnes?” Matthew abrió grandes los ojos y sintió la acuciante necesidad de restregarle la cara por el seco pasto a Thaiss, pero no podía dejarse llevar por la ira… “Momento, sí que puedo” el golpe en el vientre no había sido tan doloroso como la insinuación del falso Loki de que estaba gordo. Owens agarró la lanza, tiró de ella para hacer caer a la muchacha y arrastrarla por el piso, si lo soltaba sería peor para ella, ya que tendría la posibilidad de poder atravesarla directamente con el filo del arma.
Las personas aplaudían, sorprendidas por el nivel de realismo de la coreografía.
-Te advertí que no me hicieras enfadar, Estúpido Intento de Dios – Mantuvo la distancia y agregó – Ahora mi furia debe ser aplacada, y solo hay una cosa que deseo por encima de todo. Tráeme a Idunn, tráela ante mí y de esa manera te perdonare por el infame agravio en el que has caído al intentar asesinarme –
- ¡Poderoso águila, pudiendo volar alto, decides reducir tu altura con tal de hacerme daño! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! - Thaiss gritó varias veces de manera teatral mientras era arrastrada por el suelo - ¡Mas no sé cuánto podré resistir! ¡Sea, pérfido ser! Perdóname la vida. Déjame ir; y a cambio prometo traerte a Idunn tal como me pides –
-Sea pues, será mejor que cumplas tu palabra, Dios de los Embusteros – Matt arrojó lejos la lanza, solo por si a Thaiss se le ocurría agregar nuevas escenas de golpes a la obra, y ambos se retiraron del “escenario” para que la atención se dirigiera ahora hacía Idunn.
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Off: La parte de Thaiss ha sido escrita por ella y puesta aquí con su permiso.
Si bien lo que estaban haciendo era una representación burda y totalmente improvisada, la emoción que Owens sentía era autentica, y estaba totalmente concentrado, intentando imbuir a su personaje para que resultara más realista. Para empezar, se suponía que era un águila, así que su andar era entre orgulloso y presumido, una actitud que no le costaba mucho asumir, la verdad sea dicha.
Mientras Thaiss terminaba de decir sus primeros diálogos, el estafador se encontraba a un lado del “escenario”, acuclillado y expectante, sonriendo con malicia cuando Loki hacía el intento de cocinar y no obtenía resultado alguno. Cuando finalmente apareció en escena y le planteó sus exigencias a Thaiss, el público parecía estar emocionado con la presentación, habían dejado de hablar entre ellos y prestaban atención a lo que pasaba.
-¡Sabia decisión! No conseguirás nada si provocas mi ira. Podremos disfrutar juntos de esta maravillosa comida y luego seguirás tu camino – Matthew se acercó al supuesto cazo y de un brusco manotazo se lo quitó a Thaiss, empujándola luego con innecesaria fuerza – Buen provecho – El águila sonrió burlona y se dio la vuelta, no le daría ni un solo bocado a Loki – Comienzo a creer que los rumores sobre tu inteligencia son infundados-
- ¡Oh! - Tras ser empujada, Thaiss se levantó de golpe en actitud ofensiva, pero poco a poco bajó los brazos, como si se rindiera, y finalmente comenzó a caminar alejándose de Matthew -. Debería haber sabido por tu aspecto orondo y entrado en carnes que no te contentarías con compartir la comida. Tu naturaleza egoista se desvela a cada momento que pasa. Estás habituado a la injusticia -. Volvió a llegar junto al mismo guardia al que ya le había quitado el yelmo y esta vez le arrancó la lanza de las manos, no sin antes guiñarle un ojo. Al instante se volteó hacia Matthew, y con la punta roma de la lanza lo golpeó con fuerza en el vientre -. ¡Pero las injusticias no pueden permitirse para siempre! ¡Largo y deja lo que no es tuyo!-
“¿Entrado en carnes?” Matthew abrió grandes los ojos y sintió la acuciante necesidad de restregarle la cara por el seco pasto a Thaiss, pero no podía dejarse llevar por la ira… “Momento, sí que puedo” el golpe en el vientre no había sido tan doloroso como la insinuación del falso Loki de que estaba gordo. Owens agarró la lanza, tiró de ella para hacer caer a la muchacha y arrastrarla por el piso, si lo soltaba sería peor para ella, ya que tendría la posibilidad de poder atravesarla directamente con el filo del arma.
Las personas aplaudían, sorprendidas por el nivel de realismo de la coreografía.
-Te advertí que no me hicieras enfadar, Estúpido Intento de Dios – Mantuvo la distancia y agregó – Ahora mi furia debe ser aplacada, y solo hay una cosa que deseo por encima de todo. Tráeme a Idunn, tráela ante mí y de esa manera te perdonare por el infame agravio en el que has caído al intentar asesinarme –
- ¡Poderoso águila, pudiendo volar alto, decides reducir tu altura con tal de hacerme daño! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! - Thaiss gritó varias veces de manera teatral mientras era arrastrada por el suelo - ¡Mas no sé cuánto podré resistir! ¡Sea, pérfido ser! Perdóname la vida. Déjame ir; y a cambio prometo traerte a Idunn tal como me pides –
-Sea pues, será mejor que cumplas tu palabra, Dios de los Embusteros – Matt arrojó lejos la lanza, solo por si a Thaiss se le ocurría agregar nuevas escenas de golpes a la obra, y ambos se retiraron del “escenario” para que la atención se dirigiera ahora hacía Idunn.
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Off: La parte de Thaiss ha sido escrita por ella y puesta aquí con su permiso.
Última edición por Matthew Owens el Lun Mayo 13 2019, 16:33, editado 1 vez
Matthew Owens
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