Laboratorio personal de Reike (alquimia/arcanos)

—Escriba más deprisa —murmuraba Valeria en el camino a su habitación.

¡Qué profesora insufrible! No era suficiente con aburrirla hasta el punto de la ensoñación semi profética, también tenía que meterse con su caligrafía.

—No todo el mundo tiene el lujo de pasar la infancia haciendo dibujitos —continuó farfullando—. Algunos estábamos demasiado ocupados estafando nuestra siguiente comida.

Llegó a su cuarto y se dijo que sería mejor reorganizar su kit arcano mientras aún tuviera la clase fresca en su mente. Pero hablar de tintas y cálamos ahora mismo resultaría tan aburrido como la clase de la que acababa de salir, así que, en su lugar, contaré lo que soñó Valeria cuando volvió a quedarse dormida.

Sí, era una foca. Ni elefante, ni ballena asesina, pero ¿por qué olía a salmón quemado? Qué más daba. Valeria echó a caminar por aquella playa de aspecto nórdico que, como cualquier otra playa, estaba cubierta de arena, agua salada y runas dracónicas de colores psicodélicos que jugaban a perseguir las olas. Al ver a la bruja, corrieron a rodearla para exigir que jugara con ellas, pero Valeria se mareó intentando leer los nombres y acabó en el suelo.

No, en el suelo no, de vuelta en su cama, donde se juró a sí misma que jamás le contaría a nadie aquel sueño.


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OFF: Fabrico un Kit de Arcanos Superior (-150 aeros), después de desmantelar mi viejo Kit de Arcanos Regular (+20 aeros), lo que me supone un gasto de 130 aeros.

Hazel estaba al otro lado de la puerta, dubitativo, luego de pensárselo un rato saco la llave que guardaba en su bolsillo y intento ponerla en el orificio de la puerta, la llave ni siquiera entro en la ranura, por lo que esa era otra puerta en la cual no iba a funcionar, aquella acción inoportuna hizo que se abriera la puerta de la habitación a la cual quería entrar.

-Eeeehh.... Bueno ya que estamos-

Se dijo para si mismo al momento que entraba en la habitación, parte de su espada ridículamente grande choco con el marco de la puerta lo cual hizo mas obvia su entrada, puso sus manos al descubierto para demostrar que no tenia malas intenciones y elaboro rápidamente lo que esperaba conseguir.

-Eh buenas, viendo que la puerta estaba abierta decidí entrar antes de esperar a que me dejaran entrar, bueno a lo venia, me han dicho que puedes encantar cosas, últimamente me han mandado a volar o me han hecho perder mi centro de gravedad en las peleas, y escuche que había una magia que ayudaba a evitar que eso pasara, ya que por razones obvias no llevo armadura, me compre estos aros que se supone servían para reemplazar una armadura, pero creo que no funcionan, ¿puedes hacer algo al respecto?-

Exclamo al momento que se sacaba los aros y de paso sacaba una bolsita con los aeros que le quedaban.

OFF: Buenas Reikelinda, vengo a comprar el encantamiento de Fortaleza Inamovible, para encantar mis Aros de éter cristalizado, eso, por favor y gracias

PD: el disclaimer de siempre, no ando con vestido eso es por otro tema, se supone que acá ando con mis ropas "normales"(?)

Si algo le habían enseñado a Valeria el desastre acaecido en la Academia y su largo proceso de recuperación tras el maldito incidente en Villasauco era que un botiquín nunca estaba lo bastante cargado de medicamentos. Una nunca sabía cuándo iba a necesitar un reconstituyente. Por eso estaba cocinando aquella tarde. Unas hierbitas analgésicas por acá, unas hojitas antibióticas por allá, un toquecito de alcohol para conservar y listo.

Estaba repartiendo su preparado en tres cómodos viales monodosis cuando oyó un extraño rasquido en la puerta. No, no en la puerta, en la cerradura. ¿Tenía cerradura? Normalmente se fiaba de doña Asunta, pero quizá iba siendo hora de que le pidiera la llave. O de mudarse a un sitio un poco más grande, donde embotellar fuego no le dejase a una las sabanas oliendo a humo.

Imaginando que se trataría de Zero mostrándose excesivamente pudoroso de nuevo, abrió distraídamente la puerta, con el cazo de medicina aún en la mano. Pero no era el biocibernético, sino un hombre ridículamente pequeño para la espada que portaba. «Tal vez necesite un sitio con una puerta más grande», se dijo.

—Sí, encanto cosas —le respondió al hombre mientras sus ojos se desviaban hacia su espada. Escribir los glifos sobre algo tan grande iba a ser juego de niños. Para variar.

«No iba a tener tanta suerte, claro que no», pensó cuando el tipo dirigió su atención a aquellos minúsculos aros. Suspiró con resignado disimulo antes de tomar las joyas (y el dinero, por supuesto) en su mano.

—Algo puedo hacer, sí. Cuando acabe con esto, no habrá quien te mueva. Hasta te haré un precio especial —«Especialmente caro».


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OBJETOS A CREAR		CREACIÓN
Fortaleza Inamovible	[Encantamiento de Armadura o Escudo] la armadura encantada genera resistencia frente al empuje de los golpes. Esto hará que, aún frente lpea gos fuertes, el portador no sea derribado ni lanzado por los aires (no cambia la resistencia al daño).	120
Medicina Multipropósito	[Elixir, Consumible] Analgésico, antiséptico, antibiótico y desinfectante todo en uno en base a hierbas. Puede ayudar con varias enfermedades. Se fabrican 3 por el costo de producción.	30
TOTAL		150

OFF: Cobro el encantamiento al precio acordado de 200 aeros (gracias, Hazelindo), lo que, tras restar el coste de mi medicina multipropósito, me genera un beneficio de 50 aeros.

-Genial-

Exclamo al momento de recibir los aros de vuelta, ante sus ojos percibía un brillo diferente en los objetos, de seguro se manifestaría cuando fuera el momento adecuado, procedió a colocarse los aros, cuando recordó que necesitaría algo mas.

-Necesito otra cosa, veo que haces pócimas y esas cosas, en lo personal nunca las uso, debe ser por eso que siempre termino malherido y golpeado, así que necesito 2 cosas, una que me ayude a ignorar el dolor y el daño recibido y otra que me cure las posibles heridas que me genere a causa de la poción anterior-

Señalo al momento de buscar la otra bolsa con aeros y hacer un calculo rápido sobre lo que debía comprar en otra parte, una vez vio lo que tenia que apartar, se acerco a una mesa y dejo en ella 150 aeros amontonados en 3 pequeñas torres.

-Dispongo de 150 aeros para conseguir esas pociones, así que cualquier cosa dentro de ese rango estará bien, oh por cierto, ¿escuchaste hablar de la torre que apareció en Roilkat?, dicen que tiene un montón de cosas y que ira bastante gente a probar suerte, yo no tengo un taller o algo así, pero veo que ese lugar puede servir para hacer negocios con los aventureros que lleguen.... No lo se, solo dejo el dato-

Dijo mientras esperaba recibir lo que necesitaba y luego marcharse.

OFF: Una poción de salud y una poción de estoicismo, por favor y gracias

Como era de esperar, ejecutar los trazos rúnicos en esos diminutos aros requirió de toda su concentración y destreza caligráfica. Pero Valeria no se amilanó. No había pasado horas y horas practicando el endiablado arte de escribir para dejarse vencer por la letra pequeña.

Inclinada sobre a mesa de trabajo, contenía la respiración con cada giro del pincel por miedo a que le temblase el pulso. Cuando llegó el momento de cerrar el glifo, se sentía tan satisfecha consigo misma y con su trabajo, que casi estuvo tentada de hacerle un descuento al hombre. Solo casi.

—Aquí están —dijo después de comprobar la resistencia de las joyas—. Con esto no deberías tener problema de que te desequilibren si te golpean con... —desvió de nuevo la espada—, el martillo de Thor o algo.

Le tendió los aros y se recostó en la silla mientras observaba pacientemente cómo se los ponía el hombre. Con un encantamiento de ese valor, imaginó que querría comprobar el resultado antes de alejarse para siempre de sus aeros. Valeria echó un vistazo en torno a su habitación, calculando mentalmente qué podría lanzarle si le pedía una prueba. «Bueno, en última instancia, siempre podría lanzarle su propia espada», se dijo finalmente.

Entonces, el hombre recordó que quería otra cosa y Val se tensó ligeramente preguntándose que objeto minúsculo querría encantar otra vez. Oh, se trataba de pociones. Eso podía hacerlo casi sin pensar. Sonrió abiertamente al ver las tres torrecitas de monedas sobre su mesa.

—Claro —dijo mientras se guardaba las monedas—, tengo exactamente lo que necesitas.

Se puso manos a la obra, o a la mezcla, mientras escuchaba al tipo hablar algo de una torre extraña. ¿Tendría algo que ver con aquella antigua leyenda? A Valeria le costaba creer en ese tipo de habladurías, pero no hacía tanto que estaba convencida de que los biocibernéticos eran también un cuento extraño y ya se había topado con un buen puñado de ellos. Y menos aún que aquellos elfos oscuros habían estado a punto de matarla. Tal vez valía la pena investigar el asunto. Sobre todo, después de oír la palabra mágica: negocios.

—Así que Roilkat, ¿eh?

No podía haber muchos orejas picudas pirados en Roilkat, ¿cierto? Allí no había bosque. Asintió para sus adentros y añadió un puchero más al metafórico fogón. Tenía una receta que probar.


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OBJETOS A CREAR		MATERIALES	PRECIO DE VENTA
Poción de Estoicismo	[Elixir, Limitado, 2 Usos] Otorga inmunidad ante el dolor e ignorar limitaciones derivadas de heridas (mientras sea razonable). Dura 2 rondas.	30	50
Poción de Salud	[Elixir, Limitado, 1 Uso] Sana hasta 2 heridas moderadas o leves en pocos segundos.	70	100
Elixir Replicante	[Elixir, Limitado, 1 Uso] Emula los efectos del último Elixir de calidad Superior o inferior que hayas consumido este tema. Deben haber pasado al menos 2 turnos desde el consumo y no más de 24 horas on-rol.	150	--
TOTAL		250	150

OFF: Cobro a Hazel 150 por la poción de estoicismo y la de salud, con lo que quedo a pagar 100 de mi elixir.
(Gracias por el soplo)

-Buenos días.- dijo, abriendo la puerta de par en par. -Un tipo con demasiadas espadas me recomendó el lugar.- e hizo una pausa dramática, para dejar que su capa ondeara al viento, y para que la mujer pudiera ver su bonita mascara. -Ah, si, cierto, venia a por una poción de salud de las buenas.- y se acercó un poco, para susurrarle a su, en breves, cómplice.

-He oído que haces cosas arcanas, ¿si? Necesito un par de las que hacen un buen kaboom. ¿Sabes?- miró a lado y lado, pero no es como si la hubieran seguido o hubiera nadie más allí mirando el stock de la tienda. -Un pergamino de los que explotan. Y uno de los que hacen una barrera de fuego estaría bien. No es que vaya a hacer nada ilegal eh.- dijo, sonando aun más sospechosa y haciendo absolutamente nada para intentar aclarar sus puras intenciones. Por suerte, se dio cuenta, y realmente no quería tener que darle explicaciones a la guardia, así que elaboro.

-Hay una torre cer...bueno, cerca no está, pero voy a explorarla. Y a veces una chica necesita algo que explote bien fuerte para derrumbar un pasillo, créeme, ha pasado antes, y nunca es bonito, pero va de perlas contra indese….quiero decir, malvados no-muertos y demás molestias.- Perfecto, seguro que eso había calmado a la vendedora. Diez de diez.

Pero al menos tuvo la cortesia de ser buena chica y quedarse en un rincon apartado, cerca de la puerta por si acaso algo explotaba, pero alejado de las pociones e ingredientes sospechosos, porque una nunca sabia cuando estas cosas podian salir mal y liberar una nube de gases toxicos o congelarte la cara o cualqueir otra aberración alquimica. Es decir, no lo habia visto nunca, pero habia oido historias...

Spoiler:

Valeria volvió a sentarse cuando el hombre consiguió volver a atravesar la puerta a pesar de su espada exageradamente grande. Se recostó pensativa durante un rato. Sí, no perdía nada informándose sobre aquella torre, ¿cierto? Quizá mereciera la pena. Se levantó y oyó tintinear las monedas que había guardado en el bolsillo. Aquello le trajo a la mente los diminutos pendientes que había encantado para él. Se sentía particularmente orgullosa de aquel trabajo. Se detuvo. Sí, tal vez era buen momento, ¿por qué no?.

Se había resistido a ponerle la tinta encima a la daga que había recogido en Sandorai. Era una buena hoja, de una calidad excelente, y le preocupaba estropearla con torpes trazos. Pero si había sido capaz de grabar un glifo igualmente complejo en una pieza tan pequeña, no tenía nada que temerle a una daga. No era la primera vez que encantaba una, después de todo.

Estaba dándole los últimos retoques a su labor cuando la puerta se abrió de par en par. No supo qué pensar de la figura enmascarada que se recortaba bajo el dintel con la capa meciéndose ante la brisa que entraba por la ventana. ¿Estaba posando? Lo de la máscara era un poco rarito, pero el tejido de la capa era de una excelente calidad, así que compensaba un poco. Tal vez.

—Descuida, aquí no hacemos preguntas. Una chica tiene que hacer lo que tiene que hacer —comentó ante el aparente nerviosismo de la mujer. ¿Se habría puesto la máscara para que no se supiera que se estaba abasteciendo de tal material? Una personalidad conocida, quizá. Mejor sería tratarla bien, por si acaso—. Tengo exactamente lo que necesitas.

Comenzó por medir los ingredientes para la poción. Los tenía casi todos a mano, después del pedido de aquel hombre. Pero añadió un toque extra para potenciar los efectos. Mientras trabajaba, la joven (o eso parecía por la voz) continuó con sus explicaciones. Otra vez aquella torre. ¿Cómo era que ella no había oído los rumores hasta entonces? Bueno, con todo el ajetreo del Hekshold, tampoco había tenido mucho tiempo para escuchar chismorreos.

Una vez introducidos los ingredientes en la probeta, añadió el agente catalizador y la acercó al hornillo. Mientras se calentaba, abrió un cajón y, tras rebuscar en su interior, sacó dos pergaminos enrollados.

—Aquí están —dijo y le tendió uno a la enmascarada—. Éste generará una explosión suficiente para desmembrar a un puñado de malvados no-muertos, si están lo bastante juntos. Pero ten cuidado, solo tendrás unos segundos para apartarte una vez que lo abras. —Le tendió el segundo pergamino—. Y cualquiera que intente cruzar esta muralla de fuego acabará como lechón en día de feria.

Oyó el ligero tintineo que avisaba de que su poción estaba cercana al punto de ebullición y la apartó del hornillo. El color y el aroma eran los adecuados. Con cuidado, vertió el contenido en un recipiente más grande, para que se templara, y luego a una botella más pequeña, apta para transportar cómodamente. Se la tendió a su cliente.

—Y con esto, está todo. Serán 300 aeros. ¡Gracias y vuelve pronto!


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OBJETOS		COSTE MATERIALES
Poción de Salud Concentrada	[Elixir, Limitado, 1 Uso] Sana la herida más grave en pocos segundos.	120
Pergamino Explosivo	[Pergamino, Limitado, 1 Uso] 5 segundos luego de abrirse, este pergamino hará explosión, afectando un radio de un metro y causando daños moderados.	0*
Pergamino de Muralla de Fuego	[Pergamino, Limitado, 1 Uso] Al depositar este pergamino en el piso, una muralla hecha de llamas aparecerá desde allí. Tiene hasta 12 metros de largo y 3 de alto. Quien intente atravesarla sufrirá fuertes quemaduras.	0*
Marca Vampírica	[Encantamiento de Arma] Al causar una herida profunda con esta arma, sana una de tus heridas leves, o baja una de tus heridas moderadas a leve. Este efecto sólo puede ocurrir una vez cada treinta minutos.	120
TOTAL		240

OFF: *El pergamino explosivo y el pergamino de muralla de fuego salen de mi inventario. Le cobro 300 a Valyria por la poción de salud y los dos pergaminos. Con el beneficio, encanto mi daga épica, con lo que me quedan 60 aeros a embolsar.

Ingela había escuchado buenas referencias de aquella alquimista a quien pasaba a visitar aquella mañana, tan temprano que ni ella se creía que estuviera despierta. Pero lo estaba y deseaba adquirir unas pociones sin las que nadie debería salir de casa.

Eso de estar a cargo del elfo y el pequeño dragón habían despertado en Ingela un instinto de protección demasiado abrumador -y caro, caro, caro- que la estaba volviendo loca. No paraban las pesadillas en que ella era incapaz de proteger a Fëanor y a Thunderbolt, el estrés de cuidarlos en el viaje la estaba volviendo loca.

Llegó hasta la puerta del taller de la alquimista y tocó. Le habían dicho que ella no solía atender a extraños, pero como el no ya lo tenía, nada perdía con intentarlo. -¡Hola! Soy Ingela- saludó sonriente -Me han recomendado mucho tu taller, me han dicho que eres de las mejores alquimistas que hay en estos tiempos- contó, dándole vueltas al asunto -He venido porque quisiera unas pociones sanadoras...- comenzó a explicar -...y una de esas que hacen que las heridas no duelan- añadió, un poco avergonzada. -¿Cuál es el mejor precio que podrías darme por ellas?- preguntó, pues regatear era un arte que no manejaba muy bien, pero según tenía entendido, si no lo hacía estaría faltándole al respeto al vendedor.

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OFF: Vengo por una poción de estoicismo, salud diluida, salud y salud concentrada.

Tocaron a la puerta, todo un lujo después de los últimos raritos que se habían acercado por allí. Al abrir, le alegró comprobar que el tipo pequeño de la espada exageradamente grande no había hecho daños permanentes en el marco. Al otro lado del umbral, había una muchacha rubia de aspecto inocente, que dio su nombre propio con una sonrisa, reforzando su imagen de inocencia.

—Reike —correspondió Valeria en tono neutro.

A medida que la muchacha hablaba, sin embargo, su rostro comenzó a animarse con una sonrisa involuntaria. Llamada educada, presentación cortés y una conveniente dosis de adulación previa: esta chica sabía lo que hacía. «Incluso ese toquecito de rubor al final», se dijo. «Brillante. ¿Cuánto tiempo llevará dedicándose al negocio? Parece jovencita». ¿El acento de Dundarak sería genuino?

—Solo por el cumplido del principio, entregado con ese precioso acento del norte, creo que podré hacerte un pequeño descuento. —¿Por qué no? Una ejecución tan buena merecía una pequeña recompensa, después de todo. Y las ratas callejeras tenían que apoyarse unas a otras. Bueno, menos cuando iban detrás de la misma presa, claro—. 350 por todo. Tengo varias pociones que te serán útiles. Y descuida, después de tomar mi poción de estoicismo, te olvidarás del dolor duranteun bu en rato. Pero has de tener cuidado, cuando se acabe el efecto, volverá todo de golpe. Suerte que tendrás pociones de salud a mano.


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OBJETOS A CREAR		MATERIAL	ÉPICOS
Poción de Estoicismo	[Elixir, Limitado, 2 Usos] Otorga inmunidad ante el dolor e ignorar limitaciones derivadas de heridas (mientras sea razonable). Dura 2 rondas.	30	0
Poción de Salud Diluida	[Elixir, Limitado, 1 Uso] Sana las heridas leves en pocos segundos.	0*	0
Poción de Salud	[Elixir, Limitado, 1 Uso] Sana hasta 2 heridas moderadas o leves en pocos segundos.	70	0
Poción de Salud Concentrada	[Elixir, Limitado, 1 Uso] Sana la herida más grave en pocos segundos.	120	0
TOTAL		220	0

OFF:*La poción de salud diluida sale de mi inventario. Cobro a Ingela 350 por su pedido, lo que me da un beneficio de 130.

[Resumo las dos interacciones: Cobro 300 a Valyria por su pedido anterior y 350 a Ingela por el suyo y obtengo un beneficio de 190 sumando ambas ventas.]

La mujer que abrió la puerta lucía seria al principio, reforzando la idea de que no atendía público general. Pero su rostro se fue suavizando a medida que conversaban, calmando los nervios de la dragona.

-Muchísimo gusto, Reike- respondió -¡Muchas gracias! Todos a quienes pregunté, me enviaron contigo- comentó al recibir los frasquitos. Emocionada, los guardó y entregó los aeros, olvidando por completo esa cosa de regatear. -Aunque debo confesar que no quisiera tener que usar estas pociones- confió a Reike con un suspiro -Si tengo que hacerlo, definitivamente querría tener las más confiables- añadió, esbozando una sonrisa.

Al marcharse, se despidió de la bruja -Espero volver a hacer negocios contigo y que nos volvamos a ver- dijo, saliendo del taller.

Ryuu había escuchado de una alquimista y arcanista que contaba con varios productos interesantes y difíciles de conseguir. ¿Lo malo? Tuvo que viajar bastante para encontrarla, y los problemas no tardaron mucho en presentarse. Nada de lo que no pudiera encargarse, por supuesto, pero tantas peleas con bestias y bandidos aleatorios hicieron que el arquero se planteara un par de cosas. La falta de una armadura decente y la escasez de medicinas en sus manos, por ejemplo. De lo primero ya se ocuparía en algún otro momento, dependiendo del total de sus aeros tras encontrar a la bruja.

Por otro lado, las medicinas eran la razón por la que buscaba a esta mujer. Teniendo en cuenta sus últimas desventuras, el pájaro reconsideró la cantidad de pociones a adquirir.
Cuando estaba llegando al lugar indicado, le pareció ver una familiar criatura amarilla en la distancia, pero optó por ignorarla. Prefería mantenerse alejado de ella, o no podría quitarse al dragoncito de encima por un buen tiempo. Ryuu se acercó a la puerta una vez que la figura se alejó en el horizonte. Por un momento se quedó de pie, dudando de qué debería hacer a continuación.
-En cierta forma, ya se me hace extraño no seguir alguna indicación estrafalaria antes de comprar algo...- Tras perderse en sus pensamientos un segundo, decidió hacer lo más obvio y tocar la puerta.

Una vez que ésta se abrió, el pájaro saludó a la bruja.
-Buenas tardes, estoy buscando a... ¿Reike?- Hizo una pausa mientras confirmaba el nombre anotado en un pedacito de pergamino, y luego continuó. -Mi nombre es Ryuu, he escuchado que cuenta con algunos brebajes y objetos interesantes. Algo sobre éter cristalizado, si no me equivoco. Quisiera adquirirlo, junto con un par de pociones de salud diluidas y un jugo de visión nocturna, si es posible.- El arquero trataba de mantenerse centrado en la conversación, pero la curiosidad se veía claramente en sus ojos mientras observaba el lugar. Siempre le ocurría algo así cuando visitaba a un arcanista por primera vez, como si quisiera absorber todo el saber de aquellos más experimentados que él.

La botica del puerto no era la más exitosa de Beltrexus, pero cuando se trataba de encontrar ingredientes exóticos, era la primera en abastecerse de todo tipo de material importado. De haber esperado unos días, Valeria podía haberse hecho con lo que buscaba en algún otro establecimiento más céntrico y reputado, pero, al contrario que muchos arcanistas de la isla, a ella no se le caían los metafóricos anillos por acercarse a la zona obrera de la ciudad. Se había criado en la zona obrera de la ciudad. Aunque su calle olía más a polvo y menos a pescado. Por otro lado, quería partir pronto hacia el continente y el elixir que esperaba llevarse consigo requería un tiempo de elaboración.

Regresó a casa con los ingredientes que necesitaba, y unos cuantos más que servirían para reponer sus recientemente esquilmadas reservas. ¿Quién iba a decir que iba a presenciar tal afloración de clientes en tan corto espacio de tiempo? Y no podía echarle la culpa a aquella extraña maldición que se había traído de Sandorai. De aquello ya se había ocupado.

Apenas había terminado de desempacar todo cuando llamaron a la puerta. Dejó el último frasquito sobre la mesa de trabajo y se encaminó a la puerta. Fue una decisión afortunada, porque de haberlo llevado en la mano, probablemente se le habría caído al contemplar al ser que esperaba al otro lado del umbral. El ¿hombre? saludó con mucha educación y se detuvo a consultar un pedazo de pergamino, lo que le dio ocasión a Valeria a recomponerse discretamente. Con suerte, no se habría notado nada.

—Ya la ha encontrado —dijo—. ¿En qué puedo ayudarlo?

Escuchó el pedido y le pareció que el hombre estaba un tanto nervioso, ¿incómodo, quizá? Tal vez no había sido tan rápida a la hora de disimular como ella creía, pero ¿cómo iba a estar una preparada para semejante aparición? En fin, lo hecho hecho estaba. Invitó al tal Ryuu a entrar mientras preparaba su pedido, ya que no era algo que llevara mucho tiempo realizar. Cuando se despidió de él, se sentó por fin a preparar su propio elixir.


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OBJETOS A CREAR		MATERIAL	PRECIO DE VENTA
Éter cristalizado	[Joya] Siempre que no lleves una armadura, te permite utilizar un Encantamiento de Armadura sobre tus ropas normales (o falta de ellas).	40	60
Poción de Salud Diluida	[Elixir, Limitado, 1 Uso] Sana las heridas leves en pocos segundos.	30	50
Poción de Salud Diluida	[Elixir, Limitado, 1 Uso] Sana las heridas leves en pocos segundos.	30	50
Jugo de Visión Nocturna	[Elixir, Limitado, 2 Usos] Líquido oscuro y de sabor tostado. Te permite ver en la oscuridad durante 15 minutos.	0*	100
Elixir de Frigg	[Elixir, Limitado, 1 Uso] Entras en un estado de conciencia alterada. Durante hasta 5 minutos, una parte de tu Éter deja tu cuerpo y se mueve como una nube visible. No puede atravesar objetos sólidos, pero sí apretarse a través de rendijas. Puedes ver y oír a través de ella, pero pierdes los sentidos de tu cuerpo. Tras despertar, estarás somnoliento hasta tu siguiente turno.	100	--
TOTAL		200	260

OFF: * El jugo de visión nocturna sale de mi inventario. Cobro a Ryuu 260, 100 se van en los materiales y otros 100 en mi elixir de Frigg, por lo que me queda un beneficio de 60 aeros.

OBJETOS A CREAR		AEROS	ÉPICOS
Arma de [Elegir Fuego, Electricidad o Hielo]	[Encantamiento de Arma] El arma se rodeará de una capa del elemento elegido, el que aplicará un leve daño extra al impactar. Este efecto se activa o desactiva cuando el dueño toca la runa.	70	0
TOTAL		70	0

Aplico el encantamiento en su versión hielo a mis cuchillos arrojadizos. Hecho en este post:

https://aerandir.foroes.org/t13151-la-torre-infinita-desafio-grupal-de-supervivencia#115591

Offrol feo: Destino compra Poción de salud diluida, Poción de estoicismo y poción de resistencia mágica por 200 aeros y deja otros 100 de propina, que tal vez podrían justificar un masaje de pies, porque la caminata desde Lunargenta hasta Beltrexus... bueno, en fin, luego arreglo el offrol =)

Y llegó otro cliente. El taller había estado extrañamente activo aquella semana, empezaba a sospechar que algo raro ocurría. Sí, ya le habían contado lo de la torre, pero no podía ser que todos los aventureros de Aerandir hubieran decidido marcar hasta Beltrexus para abastecerse de pociones, ¿cierto?


El tipo le sonaba. Tardó un minuto, al que llamaremos varios latidos para no salirnos de época, en recordar de qué. Habría preferido no recordar (maldito chucho). En fin, él tampoco debía de tener mala memoria, si tenía que leer su nombre y, además, lo leía mal. Valeria trató de recordar el nombre del elfo, pero todo lo que le venía a la mente era que no paraba de hablar del destino, por alguna razón. En fin, los elfos siempre estaban con sus rollos espirituales.

--Las pociones no serán problema --dijo después de escuchar el pedido--. Para el masaje, prueba en el Barrio Rojo. No digas que vas de mi parte.

Probablemente no importara mucho si llegaba a mencionarla, ya que con toda seguridad diría el nombre mal. Pero si daba con la Gata Parda y Oli o Bhima lo reconocían, el tipo podría meterse en problemas.

Suspiró. Las pociones de salud y estoicismo habían sido de las más pedidas últimamente, así que no le quedaban. En fin, al menos tenía práctica preparándolas, no tardaría demasiado. La otra sí proporcionaría algo de estímulo, aunque con el tipo vigilando cada movimiento que hacía, aquello casi parecía una prueba de nivel.


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OBJETOS A CREAR		AEROS	ÉPICOS
Poción de Estoicismo	[Elixir, Limitado, 2 Usos] Otorga inmunidad ante el dolor e ignorar limitaciones derivadas de heridas (mientras sea razonable). Dura 2 rondas.	30	0
Poción de Salud Diluida	[Elixir, Limitado, 1 Uso] Sana las heridas leves en pocos segundos.	30	0
Poción de Resistencia Mágica	[Elixir, Limitado, 1 Uso] Líquido púrpura que, al beberse, hace que, durante esta ronda, el próximo efecto mágico usado en tu contra reduzca su efectividad a la mitad. No actúa sobre efectos ya recibidos.	70	0
TOTAL		130	0

OFF: Lo del masaje de pies no lo veo, pero si te empeñas en regalar aeros, no los voy a rechazar. Acepto 300 aeros por el pedido arriba indicado.

Había pasado un tiempo desde que recorría estos lugares, los aeros desaparecían ni bien llegaban pero el sabia que necesitaba hacerse de unas cuantas cosas si quería lograr sus objetivos, necesitaba armarse para ir a una guerra de la que probablemente no volvería, la ultima vez casi se quedo atascado en la puerta así que simplemente dejo su espada ridículamente grande tirada afuera y entro al taller, sabiendo que pocas personas podían levantarla e incluso si alguien se la quisiera llevar, bastaba con un leve gesto de manos para recuperarla. Golpeo leve mente la puerta una vez, seguido de 4 veces rápidas y luego dos mas antes de entrar.

-Reike mi gran amiga(?) ¿Cómo has estado?, me contaron que puedo conseguir un pergamino lanzallamas y tengo planeado hacer un asado en el que ese pergamino me viene de 10, así que vengo a comprarlo- exclamo mientras algo pasaba por la ventana y llamaba su atención -¿Por qué hay una vaca afuera de tu ventana?- pregunto extrañado, sin embargo, al parpadeo siguiente esta había desaparecido -Oh olvídalo, creo que debo seguir bajo la influencia de algo raro, mala mía jaja ¿Quieres un beso?, na es broma pero si quieres no es broma(?)- dijo volviendo la situación mas incomoda de lo que ya era después del asunto de la vaca, saco los aeros y como siempre pago por adelantado.

OFF: vengo por un Pergamino de Muralla de Fuego y un besito por favor y gracias

Leila despertó alterada en medio de la noche. No podía quitarse de la cabeza la idea de que algo muy concreto había interrumpido su sueño, pero no lograba recordar qué era. Inmóvil en la cama, se concentró en los sonidos a su alrededor, pero no percibió nada más allá de su propia respiración y el repiqueteo de la lluvia en la ventana. «Un trueno, quizá», se dijo y se giró en la cama dispuesta a dormirse de nuevo.

Un crujido en el suelo de madera hizo que su corazón perdiera un latido. ¿Había alguien más en la habitación?

Con movimientos lentos y deliberados, se incorporó en la cama y observó cuidadosamente la estancia al resplandor de las ascuas de la chimenea. Las sombras de la estancia se tragaron el silencio de la noche.

—¿Hay alguien ahí? —preguntó con voz trémula.

Por toda respuesta, Monna, su muñeca de porcelana, salió despedida desde el estante en que descansaba y se estrelló sonoramente contra la pared opuesta. Leila ahogó un grito, tratando de retomar el control de su respiración acelerada.

—¿A-abuelo?


—¡Oh, venga ya! —dijo Valeria lanzando lejos el folletín que estaba leyendo—. ¿De todas las posibilidades, lo primero que piensas es en el fantasma de tu abuelo? ¡Hasta yo puedo escribir mejor que eso!

Se recostó en su asiento mientras consideraba la posibilidad de escribir un cuento ella misma. Ridículo, apuntó una voz en su cabeza. Antes de que tuviera tiempo de mostrar su acuerdo, oyó un golpe seco en el exterior, como si un objeto ridículamente grande hubiera caído al suelo.

Agudizó el oído y volvió el rostro hacia la puerta, haciendo memoria de la disposición del pasillo, cuando oyó un suave golpe en su puerta. Cuatro golpes rápidos siguieron al primero y, al momento, escuchó dos más un poco más lentos. En el momento en que comenzaba a preguntarse si sus abuelos seguirían vivos, la puerta se abrió y un rostro vagamente familiar atravesó el umbral.

Un cuarto de hora después y tras comprobar que la tinta se había secado, enrolló el pergamino que acababan de encargarle mientras seguía rebuscando en su memoria el nombre del espadachín bajito que se había cruzado alguna que otra vez en su camino. Para cuando se levantó de la silla y le ofreció el objeto, había llegado a la conclusión de que, sencillamente, el nombre no estaba ahí.


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OFF: Marchando pergamino de Muralla de Fuego. Cobro 100, de los que 70 van para materiales.

He visto en tu ficha que aparentas veintipocos. A Reike le van un poco más mayores, así que no hay beso, pero te regalo el fragmento de folletín y el haberle hecho dudar brevemente de su salud mental. Besitos off rol.

Su arrogancia era una cosa. Su hambre de conocimientos, otra. Y si una le ganaba a la otra, definitivamente, sería su curiosidad. Por eso no sentía vergüenza alguna de visitar aquellos que pudieran enseñarle algo y pedírselo, especialmente si tenía que ver con alquimia o ingeniería, las ramas de estudio que había elegido.

Así que le dio una visita a Valeria Reike, Maestra en Alquimia. No la conocía más que de nombre, por lo que no tenía aprehensiones hacia ella, aunque como con todas las brujas fuertes, la sentía como competencia y quizás por eso actuaba levemente altanera. Mina era consciente de ese defecto, era algo en lo que estaba trabajando. Las mujeres no eran competencia, eran aliadas. ¡A quién quería engañar! ¡Todo el mundo era competencia para Mina! Si quería llegar a la cima del mundo, poseer las riquezas y los conocimientos que escondía Aerandir, tenía que ser la mejor, la más fuerte... ¡Pasar por arriba de todos sin importar las consecuencias! Excepto por Tina, la chicadreja era su amiguita, su aliada, su mejor amiga.

En fin, iba allí a aprender, no a medir fuerzas. Aunque no estaría mal hacerlo algún día.

-¿Valeria Reike? ¿Estás aquí?- llamó, asomando la cabeza en el taller de la bruja telequinética antes de entrar. -Soy Mina Harker, creo que estudiamos juntas en el Hekshold- comentó, mirando despreocupadamente los objetos que estaban dispuestos en el lugar. -Vengo porque me he enterado que conoces un par de secretos alquímicos que quisiera adquirir- informó. Fue sin rodeos porque tenía entendido que Reike era una mujer pragmática a la que no le gustaba ir con rodeos. -Puedo ofrecerte dinero o deberte un favor equivalente al conocimiento que me des, tú eliges- propuso y esbozó una enigmática sonrisa.