Éxodo forzoso {Arean, Kaladar, Nami} [Noche] [CERRADO]
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Éxodo forzoso {Arean, Kaladar, Nami} [Noche] [CERRADO]
Estaba anocheciendo cuando el carro en el que viajaba de polizón se detuvo súbitamente en aquél camino tortuoso que atravesaba el bosque. El joven zorro pensó por un segundo que quizás alguna rueda se habría quedado atascada en un charco de fango, y por eso el carro había parado en seco... pero al segundo siguiente oyó unas voces que venían del exterior.
-¡Tu! ¿Qué llevas allí?- preguntó una voz ronca en el exterior. Otras voces farfullaban, y entonces supo que era una emboscada. Aquella maniobra era propia de los bandidos, y de hecho, la puerta del carro se abrió, dejando entrar una ráfaga de aire fría del exterior. Unos hombres comenzaron a sacar la carga tras la que Byron se escondía.
Ya estaba tramando un plan de escape, cuando oyó la voz del conductor discutir con uno de los bandidos. Se armó un gran revuelo, y los hombres que estaban sacando la carga la dejaron caer a sus pies, y dieron la vuelta para ayudar a su compañero.
Byron se sintió mal por el conductor, pero era el momento idóneo para escapar de aquél lugar.
Bajó con un salto en sigilo, y corrió, sin mirar hacia atrás.
-¡¡Eh, ahí había un tío!!- gritó uno de ellos, a lo lejos.
-¡¡Se escapa!!- gritó otro.
Arean, más conocido como "Byron el Bardo", había escapado de aquella emboscada, escondiéndose entre las raíces de un manglar, como una rata acorralada. Agachado y cansado suspiró. Todo el temor de aquél encuentro, y su posible inminente muerte, se esfumó de pronto, y una inesperada carcajada brotó de sus labios, mientras se dejaba caer contra una pared de tierra.
-¡Tu! ¿Qué llevas allí?- preguntó una voz ronca en el exterior. Otras voces farfullaban, y entonces supo que era una emboscada. Aquella maniobra era propia de los bandidos, y de hecho, la puerta del carro se abrió, dejando entrar una ráfaga de aire fría del exterior. Unos hombres comenzaron a sacar la carga tras la que Byron se escondía.
Ya estaba tramando un plan de escape, cuando oyó la voz del conductor discutir con uno de los bandidos. Se armó un gran revuelo, y los hombres que estaban sacando la carga la dejaron caer a sus pies, y dieron la vuelta para ayudar a su compañero.
Byron se sintió mal por el conductor, pero era el momento idóneo para escapar de aquél lugar.
Bajó con un salto en sigilo, y corrió, sin mirar hacia atrás.
-¡¡Eh, ahí había un tío!!- gritó uno de ellos, a lo lejos.
-¡¡Se escapa!!- gritó otro.
Arean, más conocido como "Byron el Bardo", había escapado de aquella emboscada, escondiéndose entre las raíces de un manglar, como una rata acorralada. Agachado y cansado suspiró. Todo el temor de aquél encuentro, y su posible inminente muerte, se esfumó de pronto, y una inesperada carcajada brotó de sus labios, mientras se dejaba caer contra una pared de tierra.
Última edición por Arean Tikari el Vie Mayo 17 2019, 18:13, editado 4 veces
Arean Tikari
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Re: Éxodo forzoso {Arean, Kaladar, Nami} [Noche] [CERRADO]
Miré el mapa de nuevo. Sin lugar a dudas, tratar de intuir en esa mierda de papel con una enorme mancha verde que representaba el bosque donde estábamos, no era la mejor estrategia a seguir.
- Hmmm ... - Murmuré mirando a lo que creía que era el este. Luego volví a mirar el mapa.
La mancha verde se veía... Muy verde.
- Vaya mierda de mapa.
Sin más, tiré el papel al suelo y me puse a caminar sin esperanza de encontrar nada. Había oído cosas del pantano cercano. Nada especialmente glamuroso, pero todas con cosas mágicas involucradas.
Un paseo más por comprobar un sueño imposible no me haría mal.
A medida que avanzaba, la noche caía y el poco camino que dejaban entrever los arboles y los monolitos que los antiguos habitantes habían construido se hacia, cada vez, más precario y menor. Di un suspiro mientras avanzaba.
En caso de atacarme algún animal, al menos podría matarlo y asarlo. No seria muy sabroso, pero peor sería nada.
Y sin previo aviso, una risa corto el aire, haciendo que me enderezara y sacara rápidamente el Rapier que llevaba en el cinturón. Apuntando hacia donde creía que venia la voz, que sin duda era de hombre. Me asomé sutilmente entre los arboles solo para ver dos piernas moverse a los pies de uno de los arboles de la zona. Yo avance procurando no hacer ruido, aun con el estoque alzado, recordando como Bruna me había criticado por anteriormente llamarlo Sable.
Me asomé, poniéndome a la vista del hombre, que acabo resultando ser un hombre-bestia.
No me fije tanto en su reacción al ser acorralado como en sus pertenencias. Quedaba claro que era otro vagabundo como el que ahora empuñaba el arma. Yo di un suspiro. Esperaba algo de botín que tomar. Me fije en el arco. Demasiado refinado como para venderlo rápidamente en un tomador de objetos de poca reputación, pero quizá lo bastante interesante como para poder quitárselo y venderlo en algún carpintero.
Por el momento no dije nada tras el examen. Le miré a los ojos, manteniendo todavía el rapier en alto.
- Sobresaltar a los viandantes en mitad del bosque con una siniestra risa podría hacer que esa bonita cola tuya se convirtiera en bufanda. - Explique con una media sonrisa mientras bajaba poco a poco el estoque.
Si bien era cazador, quizá podría convencerlo de conseguir comida.
- Hmmm ... - Murmuré mirando a lo que creía que era el este. Luego volví a mirar el mapa.
La mancha verde se veía... Muy verde.
- Vaya mierda de mapa.
Sin más, tiré el papel al suelo y me puse a caminar sin esperanza de encontrar nada. Había oído cosas del pantano cercano. Nada especialmente glamuroso, pero todas con cosas mágicas involucradas.
Un paseo más por comprobar un sueño imposible no me haría mal.
A medida que avanzaba, la noche caía y el poco camino que dejaban entrever los arboles y los monolitos que los antiguos habitantes habían construido se hacia, cada vez, más precario y menor. Di un suspiro mientras avanzaba.
En caso de atacarme algún animal, al menos podría matarlo y asarlo. No seria muy sabroso, pero peor sería nada.
Y sin previo aviso, una risa corto el aire, haciendo que me enderezara y sacara rápidamente el Rapier que llevaba en el cinturón. Apuntando hacia donde creía que venia la voz, que sin duda era de hombre. Me asomé sutilmente entre los arboles solo para ver dos piernas moverse a los pies de uno de los arboles de la zona. Yo avance procurando no hacer ruido, aun con el estoque alzado, recordando como Bruna me había criticado por anteriormente llamarlo Sable.
Me asomé, poniéndome a la vista del hombre, que acabo resultando ser un hombre-bestia.
No me fije tanto en su reacción al ser acorralado como en sus pertenencias. Quedaba claro que era otro vagabundo como el que ahora empuñaba el arma. Yo di un suspiro. Esperaba algo de botín que tomar. Me fije en el arco. Demasiado refinado como para venderlo rápidamente en un tomador de objetos de poca reputación, pero quizá lo bastante interesante como para poder quitárselo y venderlo en algún carpintero.
Por el momento no dije nada tras el examen. Le miré a los ojos, manteniendo todavía el rapier en alto.
- Sobresaltar a los viandantes en mitad del bosque con una siniestra risa podría hacer que esa bonita cola tuya se convirtiera en bufanda. - Explique con una media sonrisa mientras bajaba poco a poco el estoque.
Si bien era cazador, quizá podría convencerlo de conseguir comida.
Kaladar
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Re: Éxodo forzoso {Arean, Kaladar, Nami} [Noche] [CERRADO]
Byron mantuvo el aliento al oír que alguien se acercaba, y su corazón se detuvo al ver a aquél hombre asomarse. No podía pegarse más a la pared, y aquél hombre estaba tapando la entrada. Sin embargo, pese a todo pronóstico, la graciosa amenaza que le hizo ese gentil desconocido, calmó los ánimos del zorro. No parecía tan amenazador tras oír su voz, cargada de personalidad.
Intentó salir de su escondite y cuando estuvo fuera, levantó los brazos en señal de rendición. Su cola se encogió entre sus piernas en señal de nerviosismo y miedo, igual que sus orejas se inclinaron hacia atrás.
-Soy inofensivo, caballero, pese a mi ridícula risa. Sin embargo... -dijo el joven, señalando hacia el este con la cabeza.
-...vengo huyendo de allí, de un grupo de bandidos que han saqueado el carro en el que... viajaba-
Suspiró con resignación y dijo.
-Si quiere acabar con mi vida, no pondré resistencia, pero son como cinco tipos armados y si seguimos aquí expuestos, tal vez acabe usted con mi misma fortuna-
Intentó salir de su escondite y cuando estuvo fuera, levantó los brazos en señal de rendición. Su cola se encogió entre sus piernas en señal de nerviosismo y miedo, igual que sus orejas se inclinaron hacia atrás.
-Soy inofensivo, caballero, pese a mi ridícula risa. Sin embargo... -dijo el joven, señalando hacia el este con la cabeza.
-...vengo huyendo de allí, de un grupo de bandidos que han saqueado el carro en el que... viajaba-
Suspiró con resignación y dijo.
-Si quiere acabar con mi vida, no pondré resistencia, pero son como cinco tipos armados y si seguimos aquí expuestos, tal vez acabe usted con mi misma fortuna-
Arean Tikari
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Re: Éxodo forzoso {Arean, Kaladar, Nami} [Noche] [CERRADO]
Miré a los ojos a ese vagabundo.
Estaba claro, por las marcas en el suelo, que se había dejado caer ahí y que estaba huyendo, sin duda. Ahora bien, a juzgar por sus ropas, no parecía el típico mercader que dispone de un carro. Menos aun si va con un arco. Los mercaderes suelen preferir guardaespaldas o algún tipo de arma de corto alance en caso de tener que usarla en las cercanías.
Aun así, no dude en darle una sonrisa. Si bien quería mentir, era mejor que confiar a ciegas en un desconocido. Tenia más cabeza que mucho estúpido que había conocido en otras ocasiones.
- Echemos un vistazo pues.
Guarde el estoque en su funda y me encaminé en la dirección que decía el zorro. Me detuve un instante a girarme y a mirarle a los ojos.
- Si vuelves a llamarme "caballero" te empalare.
Y luego retome la marcha con una sonrisa.
No fuimos por sitios obvios, valga la redundancia. Dimos un rodeo y esperamos que pasaran para poder sondear el terreno. Escondidos entre unos arbustos, me puse a mirar lo que era el carro. No se podían intuir las provisiones desde ahí. Había uno o dos hombres alrededor del carro, probablemente esperando a su compañero que había ido en busca del zorro. Miré la escena calmado. Si bien estaba claro que no era el carro del zorro, podríamos usarlos para salir del bosque y, quien sabe, quizás ganar dinero en el proceso.
- Espera aquí. - Dije mientras salía del arbusto y me ponía a la vista de los hombres.
El zorro no se si dijo algo mientras los arbustos se movían y yo me acercaba a paso sereno, Rapier en funda, hacia el carro. Mis botas sonaban a cada paso del camino.
- ¡Alto! - Dijo uno de ellos. - ¿Quien eres?
- Naver, el nuevo. - Dije por mi parte. - Solo pasaba por aquí de parte de los de enfrente a comprobar como ibais...
Me la había jugado un poco. Si había más en el grupo, colaría como mentira como para poder estar a su lado sin problemas... Sino, quizás no traía la misma suerte.
Estaba claro, por las marcas en el suelo, que se había dejado caer ahí y que estaba huyendo, sin duda. Ahora bien, a juzgar por sus ropas, no parecía el típico mercader que dispone de un carro. Menos aun si va con un arco. Los mercaderes suelen preferir guardaespaldas o algún tipo de arma de corto alance en caso de tener que usarla en las cercanías.
Aun así, no dude en darle una sonrisa. Si bien quería mentir, era mejor que confiar a ciegas en un desconocido. Tenia más cabeza que mucho estúpido que había conocido en otras ocasiones.
- Echemos un vistazo pues.
Guarde el estoque en su funda y me encaminé en la dirección que decía el zorro. Me detuve un instante a girarme y a mirarle a los ojos.
- Si vuelves a llamarme "caballero" te empalare.
Y luego retome la marcha con una sonrisa.
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No fuimos por sitios obvios, valga la redundancia. Dimos un rodeo y esperamos que pasaran para poder sondear el terreno. Escondidos entre unos arbustos, me puse a mirar lo que era el carro. No se podían intuir las provisiones desde ahí. Había uno o dos hombres alrededor del carro, probablemente esperando a su compañero que había ido en busca del zorro. Miré la escena calmado. Si bien estaba claro que no era el carro del zorro, podríamos usarlos para salir del bosque y, quien sabe, quizás ganar dinero en el proceso.
- Espera aquí. - Dije mientras salía del arbusto y me ponía a la vista de los hombres.
El zorro no se si dijo algo mientras los arbustos se movían y yo me acercaba a paso sereno, Rapier en funda, hacia el carro. Mis botas sonaban a cada paso del camino.
- ¡Alto! - Dijo uno de ellos. - ¿Quien eres?
- Naver, el nuevo. - Dije por mi parte. - Solo pasaba por aquí de parte de los de enfrente a comprobar como ibais...
Me la había jugado un poco. Si había más en el grupo, colaría como mentira como para poder estar a su lado sin problemas... Sino, quizás no traía la misma suerte.
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- RUNAS:
- Pues ya que estamos, te enseño mi especialidad: Tirar runas malas.
Kaladar a dejado el destino al azar y va a tirar runas. Depende de la suerte que estas le den, la cosa ira en una dirección... U otra. Cualquiera que se añada tras esto, tendrá que adaptarse a la suerte de Kaladar.
Mala o muy mala: No hay nadie adelante. No se lo tragan. Me atacan. Me dañan.
Neutral: Hay un grupo adelante, pero no se acaban de fiar.
Buena o genial: se lo tragan de lleno. Kaladar puede pasear por ahí sin problemas.
Kaladar
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Re: Éxodo forzoso {Arean, Kaladar, Nami} [Noche] [CERRADO]
El miembro 'Kaladar' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses
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Re: Éxodo forzoso {Arean, Kaladar, Nami} [Noche] [CERRADO]
Después de una larga noche en una rama de un árbol, me despierto con unos gritos que venían de alguna parte cerca de donde estaba. Cuando me dirijo para comprobar el terreno, oigo otro grito, pero esta vez más fuerte.
-¡¡Eh, ahí había un tío!!
-¡¡Se escapa!!
Al oír tales grito, acelero el ritmo para ver si alguien estaba en peligro. Saltando de rama en rama, llego al lugar de las voces, y veo como un hombre-bestia huía de algo.
- Otro zorro como yo. ¿ De qué o quién estará huyendo ?
Después de esconderse, veo como otro hombre se va acercando a su posición. Ya por simple curiosidad, dejé que se acercara más al zorro hasta que se encontraron. Era un hombre con una casaca y un Rapier alzado. No podía oír bien lo que decían, pero el zorro estaba muy nervioso.
Cuando terminaron de hablar, el hombre guardó el arma y se pusieron en marcha. Los sigo sigilosamente:
"Se que soy muy cotilla y espero no meterme en problemas como siempre, pero creo que voy a seguirlos"
Después de seguirlos, y de dar una vuelta tonta, llegamos al camino donde había unos bandidos. Solo deje de ver por un segundo, al par de exploradores que seguía, que uno de ellos esta en medio del camino.
- A este le van a pelar. Esta loco.
Creía que le harían algo, pero parece ser que es uno de ellos. No le sacaré el ojo de encima a este.
-¡¡Eh, ahí había un tío!!
-¡¡Se escapa!!
Al oír tales grito, acelero el ritmo para ver si alguien estaba en peligro. Saltando de rama en rama, llego al lugar de las voces, y veo como un hombre-bestia huía de algo.
- Otro zorro como yo. ¿ De qué o quién estará huyendo ?
Después de esconderse, veo como otro hombre se va acercando a su posición. Ya por simple curiosidad, dejé que se acercara más al zorro hasta que se encontraron. Era un hombre con una casaca y un Rapier alzado. No podía oír bien lo que decían, pero el zorro estaba muy nervioso.
Cuando terminaron de hablar, el hombre guardó el arma y se pusieron en marcha. Los sigo sigilosamente:
"Se que soy muy cotilla y espero no meterme en problemas como siempre, pero creo que voy a seguirlos"
Después de seguirlos, y de dar una vuelta tonta, llegamos al camino donde había unos bandidos. Solo deje de ver por un segundo, al par de exploradores que seguía, que uno de ellos esta en medio del camino.
- A este le van a pelar. Esta loco.
Creía que le harían algo, pero parece ser que es uno de ellos. No le sacaré el ojo de encima a este.
Nami
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Re: Éxodo forzoso {Arean, Kaladar, Nami} [Noche] [CERRADO]
El desconocido confió en mi, y fuimos bordeando la zona, evitando las zonas visibles, hasta que vimos el carro, en mitad del camino. Habían dos bandidos patrullando la zona, y el hombre de pelo oscuro y yo nos escondimos tras un arbusto. Él estaba observando la escena, cuando de pronto dijo:
-Espera aquí- y se levantó. Yo, en voz baja, dije: -¡No, espera...!- pero ya era demasiado tarde. El desconocido, al que le había tomado cariño, había sido descubierto por uno de los bandidos, que dijo:
-¡Alto! ¿Quién eres?- yo me llevé las manos a la cabeza, pero no podía parar de mirar. Mi compañero se acercó y le dijo algo al bandido. Yo me esperé cualquier cosa y saqué una flecha de mi carcaj, poniendo tensión en la cuerda, pero sin disparar, por si la cosa se ponía fea.
Pero, contra todo pronóstico, parecía que el desconocido conocía a los bandidos, pues éstos se relajaron al verle.
"Pedazo de capullo... me la ha jugado"
Pensé por un momento que me había tendido una trampa, y que los dos bandidos se girarían en cualquier momento en mi dirección, pero acto seguido dejé de sopesar esa idea. No sabía porqué, pero confiaba en aquél hombre y dejé de pensar que era una trampa para pensar que se estaba echando un farol con los bandidos.
Saqué tres flechas más del carcaj y las coloqué en mi axila, para tenerlas más a mano y disparar mejor en caso de que mi compañero solicitase mi ayuda, y estuve atento a cada movimiento, cubriendo la retaguardia.
-Espera aquí- y se levantó. Yo, en voz baja, dije: -¡No, espera...!- pero ya era demasiado tarde. El desconocido, al que le había tomado cariño, había sido descubierto por uno de los bandidos, que dijo:
-¡Alto! ¿Quién eres?- yo me llevé las manos a la cabeza, pero no podía parar de mirar. Mi compañero se acercó y le dijo algo al bandido. Yo me esperé cualquier cosa y saqué una flecha de mi carcaj, poniendo tensión en la cuerda, pero sin disparar, por si la cosa se ponía fea.
Pero, contra todo pronóstico, parecía que el desconocido conocía a los bandidos, pues éstos se relajaron al verle.
"Pedazo de capullo... me la ha jugado"
Pensé por un momento que me había tendido una trampa, y que los dos bandidos se girarían en cualquier momento en mi dirección, pero acto seguido dejé de sopesar esa idea. No sabía porqué, pero confiaba en aquél hombre y dejé de pensar que era una trampa para pensar que se estaba echando un farol con los bandidos.
Saqué tres flechas más del carcaj y las coloqué en mi axila, para tenerlas más a mano y disparar mejor en caso de que mi compañero solicitase mi ayuda, y estuve atento a cada movimiento, cubriendo la retaguardia.
Arean Tikari
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Re: Éxodo forzoso {Arean, Kaladar, Nami} [Noche] [CERRADO]
Completamente ajeno de las amenazas de mi alrededor, estaba bastante tranquilo. Esos dos imbéciles que custodiaban el carro ni siquiera se pusieron a preguntar nada tal como me oyeron decir que era de su grupo. Bajaron las armas y me miraron tranquilamente, detallandome la situación. Uno de ellos, el que hablaba, era humano. El otro tenia aspectos de hombre bestia. Parecido al arquero que perseguían. Yo ojeé el carro sin mirar al otro a los ojos. Me fije en un cadáver en el suelo mientras el hombre hablaba y el otro chico, algo más joven, aun ponía la atención en el camino por donde imaginaba que había huido mi nuevo compañero de viaje.
- Un carro solitario pasaba por aquí. El mercader no fue un problema, pero parece ser que había un polizón ahí metido. Si dejamos que huya nos delatara y perderemos el factor sorpresa por la zona. Ya es el tercero que cae este més... No queremos perder la mina.
- Ya veo... - Dije mirando el carro. - Pues venga, vamos a pillar a ese cabron. No conozco muy bien la zona todavia, asi que mejor me quedo con el carro, ya me enseñaras como coño moverme por aquí otro día. Me quedo con... Eh, tu. - Le grité al joven. - ¿Como te llamas?
- Rata. - Dijo el chaval mirándome. Estaba claro que le sacaba años, pero eso solo me ayudaría a camelarmelo.
- Pues Rata, como sabes tu más que yo, mejor me quedo contigo. Que vaya el a ayudarlos, que seguro que son tan tontos que no saben ni por donde miran.
Ambos rieron a la broma, Rata incluso pareció inflarse un poco ante el orgullo. Probablemente se metían mucho con el por ser el joven. Yo espere con media sonrisa. El primero de los bandidos que me habia hablado, que llevaba una maza de madera me miró.
- No te falta razón... Quédate con Rata, el te ira contando las cosas mientras yo voy a ayudar a esos subnormales.
- Sin problema.
El hombre hizo una señal a Rata y tras eso se metió en el bosque. Yo me puse al lado del joven.
- ¿Vaya vida la nuestra eh? - Dijo el joven.
- Si... - Dije mirando el sitio por donde se había ido el hombre mientras apoyaba la mano en el Rapier. El hombre ya se había perdido en la espesura. - Lastima que se acabe tan pronto siempre.
Rata me miró enarcando una ceja un instante más tarde de lo que debería haber entendido que eso era una señal de peligro. Yo le sorneí mientras desenvainaba el estoque en un hermoso arco mientras atravesaba su corazón aun con la sonrisa grabada en el rostro.
- Has elegido una mala vida, mocoso. Una lastima.
Y sacando el estoque de su pecho con otro arco, el chaval dio dos pasos atrás con una mueca de absoluto horror y cayó hacia atrás, muerto. Yo le miré un instante y me fije en sus ropas. Hice una pequeña evaluación. Su voz era estridente... Y habían dicho que habían saqueado otros carros junto con este.
- Hmmm ... ¡Eh! - Grité a los arbustos. - Deja de acechar de una jodida vez, zorro de mierda. Este no es tu carro y desde luego me importa poco, pero quizá podamos sacar algo de beneficio de todo esto. Así que mueve el culo y ven aquí.
- Un carro solitario pasaba por aquí. El mercader no fue un problema, pero parece ser que había un polizón ahí metido. Si dejamos que huya nos delatara y perderemos el factor sorpresa por la zona. Ya es el tercero que cae este més... No queremos perder la mina.
- Ya veo... - Dije mirando el carro. - Pues venga, vamos a pillar a ese cabron. No conozco muy bien la zona todavia, asi que mejor me quedo con el carro, ya me enseñaras como coño moverme por aquí otro día. Me quedo con... Eh, tu. - Le grité al joven. - ¿Como te llamas?
- Rata. - Dijo el chaval mirándome. Estaba claro que le sacaba años, pero eso solo me ayudaría a camelarmelo.
- Pues Rata, como sabes tu más que yo, mejor me quedo contigo. Que vaya el a ayudarlos, que seguro que son tan tontos que no saben ni por donde miran.
Ambos rieron a la broma, Rata incluso pareció inflarse un poco ante el orgullo. Probablemente se metían mucho con el por ser el joven. Yo espere con media sonrisa. El primero de los bandidos que me habia hablado, que llevaba una maza de madera me miró.
- No te falta razón... Quédate con Rata, el te ira contando las cosas mientras yo voy a ayudar a esos subnormales.
- Sin problema.
El hombre hizo una señal a Rata y tras eso se metió en el bosque. Yo me puse al lado del joven.
- ¿Vaya vida la nuestra eh? - Dijo el joven.
- Si... - Dije mirando el sitio por donde se había ido el hombre mientras apoyaba la mano en el Rapier. El hombre ya se había perdido en la espesura. - Lastima que se acabe tan pronto siempre.
Rata me miró enarcando una ceja un instante más tarde de lo que debería haber entendido que eso era una señal de peligro. Yo le sorneí mientras desenvainaba el estoque en un hermoso arco mientras atravesaba su corazón aun con la sonrisa grabada en el rostro.
- Has elegido una mala vida, mocoso. Una lastima.
Y sacando el estoque de su pecho con otro arco, el chaval dio dos pasos atrás con una mueca de absoluto horror y cayó hacia atrás, muerto. Yo le miré un instante y me fije en sus ropas. Hice una pequeña evaluación. Su voz era estridente... Y habían dicho que habían saqueado otros carros junto con este.
- Hmmm ... ¡Eh! - Grité a los arbustos. - Deja de acechar de una jodida vez, zorro de mierda. Este no es tu carro y desde luego me importa poco, pero quizá podamos sacar algo de beneficio de todo esto. Así que mueve el culo y ven aquí.
Kaladar
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Re: Éxodo forzoso {Arean, Kaladar, Nami} [Noche] [CERRADO]
Seguía observando los movimientos de aquel hombre, hasta estar convencida del todo que era un bandido. Bajé del árbol sigilosamente y evitando al zorro, crucé al otro lado del camino para colocarme a las espaldas del hombre. Cuando me coloqué en una buena posición, poco a poco iba sacando la Katana que mi padre me regaló de pequeña. Estaba muy convencida de que ese hombre formaba parte de los bandidos.
"A la que se queden solos saltaré a por ellos"
Estaba esperando la ocasión perfecta para asaltarles, solo debía esperar el momento. Cada segundo que pasaba, me daba más motivos para creer que era uno de ellos.
- No te falta razón... Quédate con Rata, el te ira contando las cosas mientras yo voy a ayudar a esos subnormales.
Ese parecía ser el momento oportuno. Poco a poco y sigilosamente, me iba moviendo a través de la maleza. Cuando estaba a unos pocos pasos, vi como la hoja del Rapier de aquel hombre, salia por la espalda del chaval. En ese momento retrocedí rápidamente para esconderme antes de que me viera. Después de esa acción, ya no sabía si pensar que era un bandido, o un hombre cualquiera.
- Hmmm ... ¡Eh! Deja de acechar de una jodida vez, zorro de mierda. Este no es tu carro y desde luego me importa poco, pero quizá podamos sacar algo de beneficio de todo esto. Así que mueve el culo y ven aquí.
No sabía si se dirigía a mi, pero mis impulsos me llevaron a plantarme ante él. Aún tenia mi katana en la mano. Yo estaba frente a él, con la cabeza baja y pensando en que estaba en problemas... otra vez.
"A la que se queden solos saltaré a por ellos"
Estaba esperando la ocasión perfecta para asaltarles, solo debía esperar el momento. Cada segundo que pasaba, me daba más motivos para creer que era uno de ellos.
- No te falta razón... Quédate con Rata, el te ira contando las cosas mientras yo voy a ayudar a esos subnormales.
Ese parecía ser el momento oportuno. Poco a poco y sigilosamente, me iba moviendo a través de la maleza. Cuando estaba a unos pocos pasos, vi como la hoja del Rapier de aquel hombre, salia por la espalda del chaval. En ese momento retrocedí rápidamente para esconderme antes de que me viera. Después de esa acción, ya no sabía si pensar que era un bandido, o un hombre cualquiera.
- Hmmm ... ¡Eh! Deja de acechar de una jodida vez, zorro de mierda. Este no es tu carro y desde luego me importa poco, pero quizá podamos sacar algo de beneficio de todo esto. Así que mueve el culo y ven aquí.
No sabía si se dirigía a mi, pero mis impulsos me llevaron a plantarme ante él. Aún tenia mi katana en la mano. Yo estaba frente a él, con la cabeza baja y pensando en que estaba en problemas... otra vez.
Nami
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Re: Éxodo forzoso {Arean, Kaladar, Nami} [Noche] [CERRADO]
Todo aquello sucedió demasiado rápido. Cuando los bandidos se pusieron a hablar con mi compañero, y él se quedó a solas con el más joven de ellos, suspiré, pues sabía que no le pasaría nada. Pero nada más mi cuerpo se relajó y suspiré, vi como mi acompañante atravesaba a aquél chiquillo. Mis ojos se pusieron como platos.
- Hmmm ... ¡Eh! Deja de acechar de una jodida vez, zorro de mierda. Este no es tu carro y desde luego me importa poco, pero quizá podamos sacar algo de beneficio de todo esto. Así que mueve el culo y ven aquí.
Y aquello iba a hacer, sin mediar palabra, obedecer, ¿cómo no? Mi compañero me estaba demostrando que podía confiar en él.
Pero aún no había acabado de digerir aquello cuando vi a una joven de mi especie acecharle con una katana. Supuse que formaba parte del grupo de bandidos que estaba batiendo el bosque en mi búsqueda.
-Ey, ¡cuidado!- dije, mientras me acercaba a ellos, con una flecha en tensión.
-Ni se te ocurra tocarle un pelo- dije a la joven con un rugido amenazante.
- Hmmm ... ¡Eh! Deja de acechar de una jodida vez, zorro de mierda. Este no es tu carro y desde luego me importa poco, pero quizá podamos sacar algo de beneficio de todo esto. Así que mueve el culo y ven aquí.
Y aquello iba a hacer, sin mediar palabra, obedecer, ¿cómo no? Mi compañero me estaba demostrando que podía confiar en él.
Pero aún no había acabado de digerir aquello cuando vi a una joven de mi especie acecharle con una katana. Supuse que formaba parte del grupo de bandidos que estaba batiendo el bosque en mi búsqueda.
-Ey, ¡cuidado!- dije, mientras me acercaba a ellos, con una flecha en tensión.
-Ni se te ocurra tocarle un pelo- dije a la joven con un rugido amenazante.
Arean Tikari
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Re: Éxodo forzoso {Arean, Kaladar, Nami} [Noche] [CERRADO]
Vi aparecer a mi compañero mientras limpiaba la ropera. Pero la sorpresa no acabo ahí cuando vi como éste se tensaba de nuevo y se ponía en posición mientras apuntaba a mi espalda.
Me giré despacio para ver una especie de sueño erótico personal: una mujer vestía, con heterocromia ocular, espada oriental en mano mirándome con ojos curiosos y molestos.
Parpadeé un par de veces tratando de mostrarme tan impasible cómo pude, pues más o menos podía intuir que, la zorra en cuestión, había entendido mi amenaza hacia ella, así como lo había echo el arquero. Sonreí despacio mientras guardaba el arma.
- Relaja el arco, bardo. - dije acercándome despacio a la chica, que seguía con la espada fuera. - El aviso era por ambos.
Era mentira, por supuesto. No tenía ni idea de quién era la zorra ni que hacía ahi.
- Cualquier caballero notaría la presencia de una fuerte y hermosa guerrera si está le mira demasiado.
Estaba improvisando, pero bien tenía que calmar el ambiente o el plan que acababa de improvisar se iría a la porra.
- ¿Te interesaría prestarnos esa habilidad tuya con la espada? Quizás puedas ayudarnos con una idea ... Un tanto descabellada que tengo. Por el momento... ¿Que tal unas presentaciones?
Abrí los brazos ligeramente, levantando las cejas mientras pasaba la mirada de uno a otro.
- Por mi parte, soy Kaladar. Aventurero, eskal, cuentacuentos, pícaro, poeta y amante mayormente no deseado.
Dije todo eso con una sonrisa, esperando a que esos dos hicieran lo mismo.
Me giré despacio para ver una especie de sueño erótico personal: una mujer vestía, con heterocromia ocular, espada oriental en mano mirándome con ojos curiosos y molestos.
Parpadeé un par de veces tratando de mostrarme tan impasible cómo pude, pues más o menos podía intuir que, la zorra en cuestión, había entendido mi amenaza hacia ella, así como lo había echo el arquero. Sonreí despacio mientras guardaba el arma.
- Relaja el arco, bardo. - dije acercándome despacio a la chica, que seguía con la espada fuera. - El aviso era por ambos.
Era mentira, por supuesto. No tenía ni idea de quién era la zorra ni que hacía ahi.
- Cualquier caballero notaría la presencia de una fuerte y hermosa guerrera si está le mira demasiado.
Estaba improvisando, pero bien tenía que calmar el ambiente o el plan que acababa de improvisar se iría a la porra.
- ¿Te interesaría prestarnos esa habilidad tuya con la espada? Quizás puedas ayudarnos con una idea ... Un tanto descabellada que tengo. Por el momento... ¿Que tal unas presentaciones?
Abrí los brazos ligeramente, levantando las cejas mientras pasaba la mirada de uno a otro.
- Por mi parte, soy Kaladar. Aventurero, eskal, cuentacuentos, pícaro, poeta y amante mayormente no deseado.
Dije todo eso con una sonrisa, esperando a que esos dos hicieran lo mismo.
Kaladar
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Re: Éxodo forzoso {Arean, Kaladar, Nami} [Noche] [CERRADO]
Quedé parada por unos instantes, porque no me esperaba esta reacción por parte de "Kaladar", con el nombre el cual se había presentado. Levanté ligeramente la Katana, apuntándole al cuello, pero manteniendo las distancias.
- Así que eres "Sir Kaladar" - dije con un tono burlesco - ¿Cómo puedo saber que dices la verdad?
Pese al haberse cargado al chaval, empezaba a confiar en él, pero sin perderle de vista. En cuanto al otro zorro, decidí moverme despacio, sin hacer movimientos bruscos, para ponerme en un punto muerto entre él y yo, mientras le decía:
- Chico, baja ese arco. No soy uno de ellos, solo os estaba siguiendo por curiosidad. Yo estaba echando una cabezadita en una rama hasta que escuche unos gritos.
Con esas palabras tenía la esperanza de que se tranquilizara y me diera un respiro.
- Supongo que es mi turno para presentarme. Soy Nami. Aventurera y exiliada. Y .... ¿ Qué ? ¡¿Amante no deseado ?!
Rápidamente guarde el arma, me senté delante de Kaladar y le dije muy emocionada:
- Cuéntame tus fracasos amorosos.
- Así que eres "Sir Kaladar" - dije con un tono burlesco - ¿Cómo puedo saber que dices la verdad?
Pese al haberse cargado al chaval, empezaba a confiar en él, pero sin perderle de vista. En cuanto al otro zorro, decidí moverme despacio, sin hacer movimientos bruscos, para ponerme en un punto muerto entre él y yo, mientras le decía:
- Chico, baja ese arco. No soy uno de ellos, solo os estaba siguiendo por curiosidad. Yo estaba echando una cabezadita en una rama hasta que escuche unos gritos.
Con esas palabras tenía la esperanza de que se tranquilizara y me diera un respiro.
- Supongo que es mi turno para presentarme. Soy Nami. Aventurera y exiliada. Y .... ¿ Qué ? ¡¿Amante no deseado ?!
Rápidamente guarde el arma, me senté delante de Kaladar y le dije muy emocionada:
- Cuéntame tus fracasos amorosos.
Nami
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Re: Éxodo forzoso {Arean, Kaladar, Nami} [Noche] [CERRADO]
Tras llegar empuñando mi arco a dónde se encontraba mi compañero, éste decidió enfrentarse a la situación intentando que nos calmásemos. Me resultó muy inteligente por su parte, nadie quiere derramar sangre de manera innecesaria. Acto seguido éste intentó seducir a la joven con sus lisonjas, y después, se presentó como Kaladar, el aventurero.
Tras la intervención de Kaladar, la joven le apuntó al cuello con su espada, por lo que me puse tenso, pero me relajé en cuanto afirmó no formar parte del grupo de bandidos, si no una aventurera exiliada llamada Nami.
Tras ésto, se enfundó su arma y se sentó frente a Kaladar para escuchar sus escarceos amorosos. Yo no cabía en mí mismo del asombro y me pregunté si era el único al que aquella situación le parecía un tanto... peculiar. Suspiré y destensé el arco para ponerlo en mi espalda y colocar las flechas en el carcaj.
-Yo me llamo Arean Tikari, pero en la escuela de bardos fui bendecido con el apodo de "Byron", en honor a un antiguo poeta, y podríamos decir que soy cazador, juglar y trotamundos- Hice una reverencia para ayudar a romper el hielo de la situación.
Pese a la jocosidad del momento, miré el carro y no pude evitar decir:
-Compañeros, ¿qué os parece si escuchamos el plan de Kaladar en cuanto a la carga del carro y los bandidos, y después escuchamos sus historias en una taberna?... en un entorno menos hostil- dije, mostrando preocupación por el hombre que se acababa de ir y mirando al joven cadáver del suelo con angustia.
Tras la intervención de Kaladar, la joven le apuntó al cuello con su espada, por lo que me puse tenso, pero me relajé en cuanto afirmó no formar parte del grupo de bandidos, si no una aventurera exiliada llamada Nami.
Tras ésto, se enfundó su arma y se sentó frente a Kaladar para escuchar sus escarceos amorosos. Yo no cabía en mí mismo del asombro y me pregunté si era el único al que aquella situación le parecía un tanto... peculiar. Suspiré y destensé el arco para ponerlo en mi espalda y colocar las flechas en el carcaj.
-Yo me llamo Arean Tikari, pero en la escuela de bardos fui bendecido con el apodo de "Byron", en honor a un antiguo poeta, y podríamos decir que soy cazador, juglar y trotamundos- Hice una reverencia para ayudar a romper el hielo de la situación.
Pese a la jocosidad del momento, miré el carro y no pude evitar decir:
-Compañeros, ¿qué os parece si escuchamos el plan de Kaladar en cuanto a la carga del carro y los bandidos, y después escuchamos sus historias en una taberna?... en un entorno menos hostil- dije, mostrando preocupación por el hombre que se acababa de ir y mirando al joven cadáver del suelo con angustia.
Arean Tikari
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Re: Éxodo forzoso {Arean, Kaladar, Nami} [Noche] [CERRADO]
- Oh, bueno... - Dije ante la posición que tomo la zorra tras las presentaciónes. - Habría algunas cosas a comentar... Una vez enamore a una duquesa, que acabo por convertir al duque en un poderoso aliado antes de asesinarlo abruptamente con un tenedor clavado en el ojo. Otra vez enamore a la hija del alcalde de un pequeño pueblo que acabo por hacer que todo el pueblo me persiguiera. Y la más reciente... Bueno, una prostituta me traicionó y vendió a veinte chicas jóvenes a un esclavista, pero le raje la cara, arrancándole la oreja y marcándola... Si alguna vez la veis, la reconoceréis.
Mientras decía eso ultimo, hice un gesto con los dedos desde la comisura de los labios hasta la oreja, interpretando el corte aplicado.
- Compañeros, - Dijo el zorro, que acabo por resultar llamarse Byron- ¿Qué os parece si escuchamos el plan de Kaladar en cuanto a la carga del carro y los bandidos, y después escuchamos sus historias en una taberna?... en un entorno menos hostil...
- No es mala idea, mi peludo amigo. - Le di la razón. - Por el momento, no es gran cosa, pero propongo robar lo robado, como buenos y poderosos caballeros (Y bellas damas) que somos.
Me subí al carro por la parte delantera, señalando el interior y el cadáver.
- El muerto tiene tu complexión, bardo. Ponte su ropa. Podemos ir con ellos haciéndonos pasar por ellos. Recuerda responder al nombre de Rata.
Miré a Nami, que aun estaba mirándome.
- A ti, hermosa, es difícil ignorarte, asi que sera mejor que por el momento te escondas. Ponte dentro del carro, oculta, y esconde ese cadáver de ahí, seguramente tienes más fuerza que ninguno de nosotros dos juntos. Si todo va bien, nos llevaran directos al campamento y mi nuevo amigo el subnormal que ha ido con los otros dirá que formo parte de vosotros. Tu me darás apoyo diciendo que te acuerdas de mi del anterior golpe. Nadie hará preguntas. Una vez estemos ahí...
Abrí los brazos a lado y lado, dejando claro que teníamos el control de la situación.
- ...Nos encargaremos de llevarnos todo lo que tengan y, de paso, quiza podríamos evitar que lo hagan nunca más.
Mientras decía eso ultimo, hice un gesto con los dedos desde la comisura de los labios hasta la oreja, interpretando el corte aplicado.
- Compañeros, - Dijo el zorro, que acabo por resultar llamarse Byron- ¿Qué os parece si escuchamos el plan de Kaladar en cuanto a la carga del carro y los bandidos, y después escuchamos sus historias en una taberna?... en un entorno menos hostil...
- No es mala idea, mi peludo amigo. - Le di la razón. - Por el momento, no es gran cosa, pero propongo robar lo robado, como buenos y poderosos caballeros (Y bellas damas) que somos.
Me subí al carro por la parte delantera, señalando el interior y el cadáver.
- El muerto tiene tu complexión, bardo. Ponte su ropa. Podemos ir con ellos haciéndonos pasar por ellos. Recuerda responder al nombre de Rata.
Miré a Nami, que aun estaba mirándome.
- A ti, hermosa, es difícil ignorarte, asi que sera mejor que por el momento te escondas. Ponte dentro del carro, oculta, y esconde ese cadáver de ahí, seguramente tienes más fuerza que ninguno de nosotros dos juntos. Si todo va bien, nos llevaran directos al campamento y mi nuevo amigo el subnormal que ha ido con los otros dirá que formo parte de vosotros. Tu me darás apoyo diciendo que te acuerdas de mi del anterior golpe. Nadie hará preguntas. Una vez estemos ahí...
Abrí los brazos a lado y lado, dejando claro que teníamos el control de la situación.
- ...Nos encargaremos de llevarnos todo lo que tengan y, de paso, quiza podríamos evitar que lo hagan nunca más.
Kaladar
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Re: Éxodo forzoso {Arean, Kaladar, Nami} [Noche] [CERRADO]
Kaladar empezó a contarme sus increíbles historias amorosas, todas un fracaso...
- Oh, bueno... Habría algunas cosas a comentar... Una vez enamore a una duquesa, que acabo por convertir al duque en un poderoso aliado antes de asesinarlo abruptamente con un tenedor clavado en el ojo.
Me puse la mano al ojo, como si pudiera sentir el mismo dolor.
- Otra vez enamore a la hija del alcalde de un pequeño pueblo que acabo por hacer que todo el pueblo me persiguiera.
Hice el gesto de reírme, pero pude taparme con las manos, evitando que se me escapara una risita.
- Y la más reciente... Bueno, una prostituta me traicionó y vendió a veinte chicas jóvenes a un esclavista, pero le raje la cara, arrancándole la oreja y marcándola... Si alguna vez la veis, la reconoceréis.
Con esto ya no pude aguantarme más y me tire hacia atrás, tumbada en el suelo, con las manos en la barriga, riéndome sin parar, hasta se me escapo alguna lagrima de lo mucho que me reía.
- Compañeros, - Dijo Byron- ¿Qué os parece si escuchamos el plan de Kaladar en cuanto a la carga del carro y los bandidos, y después escuchamos sus historias en una taberna?... en un entorno menos hostil...
- No es mala idea, mi peludo amigo. - Le respondió Kaladar. - Por el momento, no es gran cosa, pero propongo robar lo robado, como buenos y poderosos caballeros (Y bellas damas) que somos.
Tras usos segundos riendo, me reincorporé y escuché los planes que tenían mis nuevos acompañantes. Por mi parte:
-A ti, hermosa, es difícil ignorarte, así que sera mejor que por el momento te escondas. Ponte dentro del carro, oculta, y esconde ese cadáver de ahí, seguramente tienes más fuerza que ninguno de nosotros dos juntos. Si todo va bien, nos llevaran directos al campamento y mi nuevo amigo el subnormal que ha ido con los otros dirá que formo parte de vosotros. Tu me darás apoyo diciendo que te acuerdas de mi del anterior golpe. Nadie hará preguntas.
Como me dijo Kaladar, cogí el cadáver del carro y lo escondí en los matorrales que había cerca del camino. Acto seguido, entré en el carro y me tapé con unos trapos que había dentro, esperando a que nos pusiéramos en marcha. Sólo tenía que aprenderme una cosa, que recuerdo a Kaladar de un anterior golpe.
"Me lo he pasado muy bien con sus historias, pero no se si fiarme del todo de su plan. Y si esos dos forman parte del grupo... Que remedio, siempre me meto en problemas y salgo de ellos, por uno más no pasará nada"
- Oh, bueno... Habría algunas cosas a comentar... Una vez enamore a una duquesa, que acabo por convertir al duque en un poderoso aliado antes de asesinarlo abruptamente con un tenedor clavado en el ojo.
Me puse la mano al ojo, como si pudiera sentir el mismo dolor.
- Otra vez enamore a la hija del alcalde de un pequeño pueblo que acabo por hacer que todo el pueblo me persiguiera.
Hice el gesto de reírme, pero pude taparme con las manos, evitando que se me escapara una risita.
- Y la más reciente... Bueno, una prostituta me traicionó y vendió a veinte chicas jóvenes a un esclavista, pero le raje la cara, arrancándole la oreja y marcándola... Si alguna vez la veis, la reconoceréis.
Con esto ya no pude aguantarme más y me tire hacia atrás, tumbada en el suelo, con las manos en la barriga, riéndome sin parar, hasta se me escapo alguna lagrima de lo mucho que me reía.
- Compañeros, - Dijo Byron- ¿Qué os parece si escuchamos el plan de Kaladar en cuanto a la carga del carro y los bandidos, y después escuchamos sus historias en una taberna?... en un entorno menos hostil...
- No es mala idea, mi peludo amigo. - Le respondió Kaladar. - Por el momento, no es gran cosa, pero propongo robar lo robado, como buenos y poderosos caballeros (Y bellas damas) que somos.
Tras usos segundos riendo, me reincorporé y escuché los planes que tenían mis nuevos acompañantes. Por mi parte:
-A ti, hermosa, es difícil ignorarte, así que sera mejor que por el momento te escondas. Ponte dentro del carro, oculta, y esconde ese cadáver de ahí, seguramente tienes más fuerza que ninguno de nosotros dos juntos. Si todo va bien, nos llevaran directos al campamento y mi nuevo amigo el subnormal que ha ido con los otros dirá que formo parte de vosotros. Tu me darás apoyo diciendo que te acuerdas de mi del anterior golpe. Nadie hará preguntas.
Como me dijo Kaladar, cogí el cadáver del carro y lo escondí en los matorrales que había cerca del camino. Acto seguido, entré en el carro y me tapé con unos trapos que había dentro, esperando a que nos pusiéramos en marcha. Sólo tenía que aprenderme una cosa, que recuerdo a Kaladar de un anterior golpe.
"Me lo he pasado muy bien con sus historias, pero no se si fiarme del todo de su plan. Y si esos dos forman parte del grupo... Que remedio, siempre me meto en problemas y salgo de ellos, por uno más no pasará nada"
Nami
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Re: Éxodo forzoso {Arean, Kaladar, Nami} [Noche] [CERRADO]
Cuando interrumpí de manera amistosa la interesante conversación que estaban teniendo mis compañeros, Kaladar habló de su ingenioso plan. Se subió al carro y dijo:
- El muerto tiene tu complexión, bardo. Ponte su ropa. Podemos ir con ellos haciéndonos pasar por ellos. Recuerda responder al nombre de Rata.
-Oído cocina- dije, haciendo un jocoso saludo militar a mi camarada. Fui a donde Nami había dejado el cadáver y aproveché que estaba en un arbusto para desnudarme tras él, cubriendo mis vergüenzas. Aunque sabía que nadie me estaba mirando, no pude evitar sonrojarme. Era la primera aventura que corría en compañía de alguien, y me sentía vigorizado, exaltado y eufórico.
Me vestí con la camisola de algodón de aquél bandido, cubriendo la herida donde el estoque había hecho mella con la correa de mi carcaj. Me quité mis pantalones y los dejé en el interior del carcaj, tapados por las flechas. Por último, me puse los pantalones de lona del chico, pero como nuestras botas eran casi idénticas, me dejé mis botas puestas.
"Me llamo Rata. Me llamo Rata" pensé, mientras me terminaba de vestir.
-Vaya vida la nuestra, ¿eh? Vaya vida la nuestra. Vaya vida la nuestra...- fui repitiendo, hasta adoptar el tono de voz del chaval, gracias a mis estudios en la escuela de bardos, había aprendido a interpretar roles de otras personas y a fingir distintos tonos de voz. Me peiné hacia atrás como el cadáver que había a mis pies, y cubrí parcialmente mi cara con barro, para que no se me reconociese.
A continuación, comprobé que Nami se encontraba en el interior del carro, sonreí al ver que se había tapado con algo y no se le detectaba, y fui corriendo a donde se encontraba Kaladar, dispuesto a tomar posición en aquella misión.
- El muerto tiene tu complexión, bardo. Ponte su ropa. Podemos ir con ellos haciéndonos pasar por ellos. Recuerda responder al nombre de Rata.
-Oído cocina- dije, haciendo un jocoso saludo militar a mi camarada. Fui a donde Nami había dejado el cadáver y aproveché que estaba en un arbusto para desnudarme tras él, cubriendo mis vergüenzas. Aunque sabía que nadie me estaba mirando, no pude evitar sonrojarme. Era la primera aventura que corría en compañía de alguien, y me sentía vigorizado, exaltado y eufórico.
Me vestí con la camisola de algodón de aquél bandido, cubriendo la herida donde el estoque había hecho mella con la correa de mi carcaj. Me quité mis pantalones y los dejé en el interior del carcaj, tapados por las flechas. Por último, me puse los pantalones de lona del chico, pero como nuestras botas eran casi idénticas, me dejé mis botas puestas.
"Me llamo Rata. Me llamo Rata" pensé, mientras me terminaba de vestir.
-Vaya vida la nuestra, ¿eh? Vaya vida la nuestra. Vaya vida la nuestra...- fui repitiendo, hasta adoptar el tono de voz del chaval, gracias a mis estudios en la escuela de bardos, había aprendido a interpretar roles de otras personas y a fingir distintos tonos de voz. Me peiné hacia atrás como el cadáver que había a mis pies, y cubrí parcialmente mi cara con barro, para que no se me reconociese.
A continuación, comprobé que Nami se encontraba en el interior del carro, sonreí al ver que se había tapado con algo y no se le detectaba, y fui corriendo a donde se encontraba Kaladar, dispuesto a tomar posición en aquella misión.
Arean Tikari
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Re: Éxodo forzoso {Arean, Kaladar, Nami} [Noche] [CERRADO]
Miré el culo de Nami mientras esta se subía al carro. Cuando me giré, vi a Byron, embutido en el traje del fiambre. Lo miré de arriba a abajo y asentí.
- Me has convencido tanto que casi te vuelvo a atravesar el pecho. - Dije con una sonrisa. - De todas formas, para no decir nada inadecuado, tratemos de no hablar demasiado. No queremos destacar.
Me puse apoyado en el carro a la espera que llegaran los otros bandidos de antes. Tras pasar varios minutos de silencio, se pudo empezar a ver entre las malezas y los arbustos como aparecían tres figuras algo fustradas.
- ¿Y bien? - Dije preguntandole al de antes.
- Nada, parece que ese cabron ha escapado... Maldito zorro... - Luego se giró a Byron. - Sin ofender, Rata.
- Vah, que más dara... - Dije con un gesto de quitarle importancia. - Teniendo en cuenta como ha salido corriendo, se lo comeran los lobos esta misma noche. Y nadie va a creer a un solo loco.
Los otros dos bandidos se miraron, para luego mirarme a mi. Luego hablaron mirandome, pero sus palabras iban más dirigidas al primer bandido.
- ¿Quien es este, Virgil?
- Uno nuevo. Si, yo tampoco me acordaba de su cara.
Ambos parecieron relajarse, luego me saludaron con un gesto que correspondí con un cabezazo. Me fije que uno de ellos llevaba dos mazas a una mano, una para cada brazo. El otro en cambio llevaba una especie de alabarda de hoja larga. Seria mejor acabar con ellos por sorpresa, parecían ser buenos combatientes. El susodicho Virgil, que había dejado a solas a Rata, llevaba una ballesta a la espalda. Supuse que ese sería más difícil de sorprender.
- En fin... - Dije poniéndome detrás del carro. - Vamos de vuelta, que al menos nos hemos quedado el carro... Si no os importa, llevadme vosotros, que aun me pierdo por esta mierda de bosque. Ademas, Rata me estaba poniendo al día de como van las cosas por aquí y que vosotros sois unos cabrones duros de pelar...
Los dos hombretones se rieron a carcajadas. Virgil sonrió un poco.
- Vaya, parece que por fin empiezas a aprender tu lugar, Rata. Hoy quizás te demos algo más de carne para comer.
Yo sonreí al brabucón de la alabarda, que era el que había hablado. A ese iba a matarlo.
Tras un breve rato de viaje en el que giramos en un par de caminos de hierba y troncos ligeramente marcados por rozaduras, llegamos a lo que parecía ser el campamento.
Eran un grupo de diez aproximadamente, sin tener en cuenta los tres que viajaban con nosotros en ese momento. Cuatro tiendas de campaña y un par de carros detrás de la fogata, al fondo. Parecía un posible botín a tener en cuenta. Para mi desgracia, no podría llevármelo todo yo solo, por lo que tendría que seguir cuidando de la pareja de zorros que estaba usando en ese momento.
- Ya estamos aqui. - Dijo Virgil desde el carro.
- Traeme vino Skullfar. - Grito el macero desde el carro.
Skullfar se acercó con ojos entrecerrados.
- ¿Quien coño es el que te acompaña, Rata?
Todos se giraron. Yo levanté una ceja.
- ¿Tan jodidamente borracho estabas que no recuerdas decirme que fuera a por estos desgraciados?
- Joder... es posible. - Dijo Skullfar riéndose de la broma. - ¿Quien coño eres?
- Naver. El me miendo en el puto suelo. Me tenéis hoy hasta las pelotas con esa pregunta. - Dije riendo.
Virgil me miró de medio lado. No sonreía tanto. Habría que vigilar con el. Podía llegar a enterarse de que pasaba algo.
Yo me incorporé y me ofrecí a llevar el carro atrás. Tal como lo deje atrás, me asomé y susurre a la zorra.
- No salgas hasta que te diga o oigas ruidos de pelea.
Y tras eso me fui con el resto a la hoguera.
-Y bien... - Dijo Skulldar- ¿Como ha ido?
- Me has convencido tanto que casi te vuelvo a atravesar el pecho. - Dije con una sonrisa. - De todas formas, para no decir nada inadecuado, tratemos de no hablar demasiado. No queremos destacar.
Me puse apoyado en el carro a la espera que llegaran los otros bandidos de antes. Tras pasar varios minutos de silencio, se pudo empezar a ver entre las malezas y los arbustos como aparecían tres figuras algo fustradas.
- ¿Y bien? - Dije preguntandole al de antes.
- Nada, parece que ese cabron ha escapado... Maldito zorro... - Luego se giró a Byron. - Sin ofender, Rata.
- Vah, que más dara... - Dije con un gesto de quitarle importancia. - Teniendo en cuenta como ha salido corriendo, se lo comeran los lobos esta misma noche. Y nadie va a creer a un solo loco.
Los otros dos bandidos se miraron, para luego mirarme a mi. Luego hablaron mirandome, pero sus palabras iban más dirigidas al primer bandido.
- ¿Quien es este, Virgil?
- Uno nuevo. Si, yo tampoco me acordaba de su cara.
Ambos parecieron relajarse, luego me saludaron con un gesto que correspondí con un cabezazo. Me fije que uno de ellos llevaba dos mazas a una mano, una para cada brazo. El otro en cambio llevaba una especie de alabarda de hoja larga. Seria mejor acabar con ellos por sorpresa, parecían ser buenos combatientes. El susodicho Virgil, que había dejado a solas a Rata, llevaba una ballesta a la espalda. Supuse que ese sería más difícil de sorprender.
- En fin... - Dije poniéndome detrás del carro. - Vamos de vuelta, que al menos nos hemos quedado el carro... Si no os importa, llevadme vosotros, que aun me pierdo por esta mierda de bosque. Ademas, Rata me estaba poniendo al día de como van las cosas por aquí y que vosotros sois unos cabrones duros de pelar...
Los dos hombretones se rieron a carcajadas. Virgil sonrió un poco.
- Vaya, parece que por fin empiezas a aprender tu lugar, Rata. Hoy quizás te demos algo más de carne para comer.
Yo sonreí al brabucón de la alabarda, que era el que había hablado. A ese iba a matarlo.
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Tras un breve rato de viaje en el que giramos en un par de caminos de hierba y troncos ligeramente marcados por rozaduras, llegamos a lo que parecía ser el campamento.
Eran un grupo de diez aproximadamente, sin tener en cuenta los tres que viajaban con nosotros en ese momento. Cuatro tiendas de campaña y un par de carros detrás de la fogata, al fondo. Parecía un posible botín a tener en cuenta. Para mi desgracia, no podría llevármelo todo yo solo, por lo que tendría que seguir cuidando de la pareja de zorros que estaba usando en ese momento.
- Ya estamos aqui. - Dijo Virgil desde el carro.
- Traeme vino Skullfar. - Grito el macero desde el carro.
Skullfar se acercó con ojos entrecerrados.
- ¿Quien coño es el que te acompaña, Rata?
Todos se giraron. Yo levanté una ceja.
- ¿Tan jodidamente borracho estabas que no recuerdas decirme que fuera a por estos desgraciados?
- Joder... es posible. - Dijo Skullfar riéndose de la broma. - ¿Quien coño eres?
- Naver. El me miendo en el puto suelo. Me tenéis hoy hasta las pelotas con esa pregunta. - Dije riendo.
Virgil me miró de medio lado. No sonreía tanto. Habría que vigilar con el. Podía llegar a enterarse de que pasaba algo.
Yo me incorporé y me ofrecí a llevar el carro atrás. Tal como lo deje atrás, me asomé y susurre a la zorra.
- No salgas hasta que te diga o oigas ruidos de pelea.
Y tras eso me fui con el resto a la hoguera.
-Y bien... - Dijo Skulldar- ¿Como ha ido?
Kaladar
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Re: Éxodo forzoso {Arean, Kaladar, Nami} [Noche] [CERRADO]
Desde que me tapé con los trapos, solo hacia que oir voces. Al principio eran las de Kaladar y Byron, y después las de los bandidos.
Tenia los pelos de la cola en punta, preocupada y nerviosa por si me descubrían. Los segundos pasaban como horas, todo parecía eterno. Hasta que kaladar dijo:
- En fin... Vamos de vuelta, que al menos nos hemos quedado el carro... Si no os importa, llevadme vosotros, que aun me pierdo por esta mierda de bosque. Ademas, Rata me estaba poniendo al día de como van las cosas por aquí y que vosotros sois unos cabrones duros de pelar...
Fue un duro viaje, no paraba de moverme por los baches y curvas bruscas, temía por si en algún momento el viento me destapaba o por si en algún bache me movía demasiado y me descubrían. Pero al final todo fue bastante bien. Nos paramos a saber donde. Había mucho ruido, puse atención y escuche bastantes voces diferentes. Podía distinguir entre unas 10 personas diferentes.
Unos segundos más tarde, oí unos pasos que se dirigían hacia mi. Coloqué mi mano en la katana por si tenia que actuar. El carro empezó a moverse. Yo seguía alerta. Cuando paró una presencia se acercó a mi:
- No salgas hasta que te diga o oigas ruidos de pelea.
Por suerte era Kaladar que me contaba lo que parecía ser un plan.
En ese momento me coloqué en posición para atacar en cualquier momento. Con la mano en la katana y oculta en los trapos. Esperando a que la acción me llamase.
Nami
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Re: Éxodo forzoso {Arean, Kaladar, Nami} [Noche] [CERRADO]
Cuando estuve listo con mi disfraz y me acerqué a Kaladar, éste me dio su visto bueno y me dijo que intentase no hablar demasiado, por lo que afirmé, dándole la razón. Esperé en silencio junto a mi compañero, hasta que llegaron tres bandidos.
Estaban frustrados porque no habían conseguido encontrarme. Kaladar intentó calmar sus ánimos diciendo que seguramente me habrían devorado los lobos y centró su atención en el carro.
Por un momento dudaron de si Kaladar era uno de ellos, pero luego respondieron con normalidad al ver la naturalidad de mi compañero. Me sorprendió que fuese tan buen actor. Me fijé en la ballesta de Virgil. Era bonita. Probablemente podría robársela en cuanto acabásemos con ellos.
Estaba perdido, pensando cómo desarrollar la ofensiva cuando oí que Kaladar se dirigía a mi, diciéndole a los bandidos que "Rata" le había enseñado lo necesario.
- Vaya, parece que por fin empiezas a aprender tu lugar, Rata. Hoy quizás te demos algo más de carne para comer.- dijo uno de los bandidos, que portaba una alabarda. Yo sonreí con incomodidad. Pobre Rata, le trataban fatal.
Nos subimos al carro y nos pusimos en marcha. Estaba tenso por si descubrían a Nami. Después de un rato, llegamos al campento. Era un lugar hermoso, con tiendas de lona y hogueras. No parecía la típica base de bandidos, que solían ser mugrosas y desordenadas.
El carro paró, y uno de los bandidos le pidió vino a un tal Skullfar. Éste, un hombre rudo, de voz grave como el aguardiente, y con bigote poblado se acercó, preguntándome:
- ¿Quien coño es el que te acompaña, Rata?
La vista de todos los bandidos se posó en Kaladar, y estuve a punto de hablar para salvar la situación cuando él mismo se defendió con soltura, de manera viperina, aunque me fijé en que Virgil, el de la ballesta, le miraba de soslayo.
Tras presentarse de nuevo como Naver, Kaladar se ofreció a llevar el carro a otra parte, y yo le seguí. Al bajar del carro, le susurró algo a Nami y luego fuimos a reunirnos con el resto en la hoguera. El hombre del bigote nos preguntó qué tal había ido, a lo que yo contesté, cogiendo una jarra que me ofrecieron:
-Acabamos con el tipo del carro y cuando fuimos a vaciar la carga, un jodido niñato-bestia salió del carro como un cobarde. Lo siguieron pero nos quedamos vigilando el carro Naver y yo- hice una pausa dramática mientras escupía, como había visto hacer a Rata mientras lo espiábamos- ... conté a Naver cómo os las gastáis por aquí, el rollo que os lleváis con la carne, y estuvo fanfarroneando un rato, hasta que los demás volvieron sin éxito de buscar al zorro,... y aquí estamos- dije, cruzándome de brazos y echándome hacia atrás.
Los demás bebieron mientras escuchaban mi historia. Levantaban las cejas mientras se miraban los unos a los otros. Yo me empecé a asustar, planeando una vía de escape improvisada, o un punto que nos diese ventaja en la batalla, pero entonces Skullfar, el hombre rudo del bigote alargó el brazo y me puso la mano en el hombro.
-Niño, estás aprendiendo mucho, y eres demasiado listo para tu bien- dijo, con una amplia sonrisa.
-Me recuerdas a mi con tu edad- dijo, y le dio un trago a su jarra. Los demás miraban el fuego en silencio, y yo no pude evitar mirar a Skullfar con pena. Quizás no se merecía el destino que les esperaba. Miré a Kaladar de soslayo, como intentando decirle con la mirada que quizás debíamos esperar a la noche, cuando todos estuviesen durmiendo, y simplemente robarles... Para evitar una masacre innecesaria.
Estaban frustrados porque no habían conseguido encontrarme. Kaladar intentó calmar sus ánimos diciendo que seguramente me habrían devorado los lobos y centró su atención en el carro.
Por un momento dudaron de si Kaladar era uno de ellos, pero luego respondieron con normalidad al ver la naturalidad de mi compañero. Me sorprendió que fuese tan buen actor. Me fijé en la ballesta de Virgil. Era bonita. Probablemente podría robársela en cuanto acabásemos con ellos.
Estaba perdido, pensando cómo desarrollar la ofensiva cuando oí que Kaladar se dirigía a mi, diciéndole a los bandidos que "Rata" le había enseñado lo necesario.
- Vaya, parece que por fin empiezas a aprender tu lugar, Rata. Hoy quizás te demos algo más de carne para comer.- dijo uno de los bandidos, que portaba una alabarda. Yo sonreí con incomodidad. Pobre Rata, le trataban fatal.
Nos subimos al carro y nos pusimos en marcha. Estaba tenso por si descubrían a Nami. Después de un rato, llegamos al campento. Era un lugar hermoso, con tiendas de lona y hogueras. No parecía la típica base de bandidos, que solían ser mugrosas y desordenadas.
El carro paró, y uno de los bandidos le pidió vino a un tal Skullfar. Éste, un hombre rudo, de voz grave como el aguardiente, y con bigote poblado se acercó, preguntándome:
- ¿Quien coño es el que te acompaña, Rata?
La vista de todos los bandidos se posó en Kaladar, y estuve a punto de hablar para salvar la situación cuando él mismo se defendió con soltura, de manera viperina, aunque me fijé en que Virgil, el de la ballesta, le miraba de soslayo.
Tras presentarse de nuevo como Naver, Kaladar se ofreció a llevar el carro a otra parte, y yo le seguí. Al bajar del carro, le susurró algo a Nami y luego fuimos a reunirnos con el resto en la hoguera. El hombre del bigote nos preguntó qué tal había ido, a lo que yo contesté, cogiendo una jarra que me ofrecieron:
-Acabamos con el tipo del carro y cuando fuimos a vaciar la carga, un jodido niñato-bestia salió del carro como un cobarde. Lo siguieron pero nos quedamos vigilando el carro Naver y yo- hice una pausa dramática mientras escupía, como había visto hacer a Rata mientras lo espiábamos- ... conté a Naver cómo os las gastáis por aquí, el rollo que os lleváis con la carne, y estuvo fanfarroneando un rato, hasta que los demás volvieron sin éxito de buscar al zorro,... y aquí estamos- dije, cruzándome de brazos y echándome hacia atrás.
Los demás bebieron mientras escuchaban mi historia. Levantaban las cejas mientras se miraban los unos a los otros. Yo me empecé a asustar, planeando una vía de escape improvisada, o un punto que nos diese ventaja en la batalla, pero entonces Skullfar, el hombre rudo del bigote alargó el brazo y me puso la mano en el hombro.
-Niño, estás aprendiendo mucho, y eres demasiado listo para tu bien- dijo, con una amplia sonrisa.
-Me recuerdas a mi con tu edad- dijo, y le dio un trago a su jarra. Los demás miraban el fuego en silencio, y yo no pude evitar mirar a Skullfar con pena. Quizás no se merecía el destino que les esperaba. Miré a Kaladar de soslayo, como intentando decirle con la mirada que quizás debíamos esperar a la noche, cuando todos estuviesen durmiendo, y simplemente robarles... Para evitar una masacre innecesaria.
Arean Tikari
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Re: Éxodo forzoso {Arean, Kaladar, Nami} [Noche] [CERRADO]
Agarré la jarra que me ofrecía el único elfo del grupo. Le faltaba un ojo.
Podía notar la mirada de Byron en la nuca. Lo calme con una sonrisa y una mirada sosegada.
"Si si... Esperaremos a que duerman".
Me giré hacia Skullvar, aun con una sonrisa mientras lo miraba por encima del fuego.
- ¿Cuando crees que pasara el próximo? - Dije interesado. - Quiero poder hacer algo antes de que empiecen a decir que Rata hace mejor que yo.
El viejo se rió, así como el resto de los bandidos.
- No te preocupes muchacho, tengo intención de asaltar otro carro en una semana. Este traerá comida.
Los bandidos se miraron felices. Yo simplemente sonreí educadamente. No me interesaba. Demasiado tiempo, demasiado poco interés. Lo mejor seria irse sin preocuparse de nada y de nadie...
Tendido en el suelo mirando la luna, espere plácidamente hasta que solo quedaron despiertos dos o tres. Entre ellos, el de la alabarda y el elfo.
Me levanté despacio y le di una patada suave en el hombro a Byron, para avisarle de que la cosa iba a empezar. Me fui hacia los carros.
- ¿Donde vas? - Dijo el elfo.
- A mear, follapinos. - Dije para que me oyera. El de la alabarda rio suavemente.
Me asomé al carro y sacudi las mantas que cubrían el cuerpo de Nami, esperanzado de poder tocar alguna parte ilegitima.
- Ves en silencio. Es hora de empezar la fiesta.
Me acerqué despacio hacia el hombre más apartado, procurando moverme entre las sombras y con el menor ruido posible. Deslicé el estoque con cuidado fuera de su vaina... Y cargue.
OFF ROL:
Empieza lo bueno, vamos con las RUNAS.
Podía notar la mirada de Byron en la nuca. Lo calme con una sonrisa y una mirada sosegada.
"Si si... Esperaremos a que duerman".
Me giré hacia Skullvar, aun con una sonrisa mientras lo miraba por encima del fuego.
- ¿Cuando crees que pasara el próximo? - Dije interesado. - Quiero poder hacer algo antes de que empiecen a decir que Rata hace mejor que yo.
El viejo se rió, así como el resto de los bandidos.
- No te preocupes muchacho, tengo intención de asaltar otro carro en una semana. Este traerá comida.
Los bandidos se miraron felices. Yo simplemente sonreí educadamente. No me interesaba. Demasiado tiempo, demasiado poco interés. Lo mejor seria irse sin preocuparse de nada y de nadie...
* * * * * * *
Tendido en el suelo mirando la luna, espere plácidamente hasta que solo quedaron despiertos dos o tres. Entre ellos, el de la alabarda y el elfo.
Me levanté despacio y le di una patada suave en el hombro a Byron, para avisarle de que la cosa iba a empezar. Me fui hacia los carros.
- ¿Donde vas? - Dijo el elfo.
- A mear, follapinos. - Dije para que me oyera. El de la alabarda rio suavemente.
Me asomé al carro y sacudi las mantas que cubrían el cuerpo de Nami, esperanzado de poder tocar alguna parte ilegitima.
- Ves en silencio. Es hora de empezar la fiesta.
Me acerqué despacio hacia el hombre más apartado, procurando moverme entre las sombras y con el menor ruido posible. Deslicé el estoque con cuidado fuera de su vaina... Y cargue.
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OFF ROL:
Empieza lo bueno, vamos con las RUNAS.
- RUNAS:
Runa Horrible: Fallo y todo el campamento es alertado. Preparaos!
Runa mala: Todo el campamento es alertado... PEEEERO al menos uno muere!
Runa neutral: El muere, el ruido despierta a algunos. Tendréis que ayudarme a esconder el cadáver o eliminar a los testigos.
Runa buena: Muere y solo hace un poco de ruido mientras yo me escondo. Nadie se despierta hasta que los otros dos den la alarma.
Runa Epica: Filo de la noche soy, y donde me llaman voy. Muere en el más absoluto silencio y yo simplemente escondo el cadaver con sigilo. Nadie ha visto nada de nada...
Kaladar
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Re: Éxodo forzoso {Arean, Kaladar, Nami} [Noche] [CERRADO]
El miembro 'Kaladar' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses
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Tyr
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Re: Éxodo forzoso {Arean, Kaladar, Nami} [Noche] [CERRADO]
Voces, voces y más voces. Solo oía gente hablar y gritar. Ya no podía aguantar más mi postura. Así que decidí salir del carro. Me asomé poco a poco para ver si había alguien cerca, pero por surte estaban todos pendientes de Kaladar y Byron.
Busqué que había dentro del carro: comida, ropa y otras mercancías. Surte la mía de que había un par de alfombras enrolladas, que utilicé para simular mi cuerpo al taparlas con los trapos que usaba. Iba a salir del carro, cuando me sonaron las tripas.
"Ahora que lo pienso, no he comido nada desde que me he despertado"
Así que cogí un saco de 2 kilos de pan, salí del carro y me subí a un árbol para observar el panorama. Nadie se dio cuenta.
Todos estaban festejando alrededor de la hoguera mientras yo comía mi pan.
Cayó la noche, y todos empezaron a dormirse. Uno de los hombres se colocó a los pies del árbol donde estaba yo esperando. Cuando quedaron dos o tres despiertos, Kaladar se levantó dirección a los carros.
- ¿Donde vas? - Dijo un elfo.
- A mear, follapinos.- Respondió Kaladar
Cuando kaladar se acercó al carro, sacudió las alfombras que había dejado en mi lugar y les susurró:
- Ves en silencio. Es hora de empezar la fiesta.
Por fin empezaría la acción. Así que deje el pan que había sobrado a un lado, me puse de pie en la rama, con la mano en la Katana preparada para desenvainarla, esperando a alguna señal. Kaladar, se acercó despacio hacia el hombre que yo tenía debajo. Deslizó el estoque con cuidado fuera de su vaina... Y cargó. Tuvo tanta mala suerte que al hacer el último paso, se tropezó con una raíz que salía del suelo y falló.
Rápidamente, y para que el hombre no alertase a los otros, salté desde la rama para clavarle la katana en vertical por su cabeza.
OFF ROL:
Busqué que había dentro del carro: comida, ropa y otras mercancías. Surte la mía de que había un par de alfombras enrolladas, que utilicé para simular mi cuerpo al taparlas con los trapos que usaba. Iba a salir del carro, cuando me sonaron las tripas.
"Ahora que lo pienso, no he comido nada desde que me he despertado"
Así que cogí un saco de 2 kilos de pan, salí del carro y me subí a un árbol para observar el panorama. Nadie se dio cuenta.
Todos estaban festejando alrededor de la hoguera mientras yo comía mi pan.
Cayó la noche, y todos empezaron a dormirse. Uno de los hombres se colocó a los pies del árbol donde estaba yo esperando. Cuando quedaron dos o tres despiertos, Kaladar se levantó dirección a los carros.
- ¿Donde vas? - Dijo un elfo.
- A mear, follapinos.- Respondió Kaladar
Cuando kaladar se acercó al carro, sacudió las alfombras que había dejado en mi lugar y les susurró:
- Ves en silencio. Es hora de empezar la fiesta.
Por fin empezaría la acción. Así que deje el pan que había sobrado a un lado, me puse de pie en la rama, con la mano en la Katana preparada para desenvainarla, esperando a alguna señal. Kaladar, se acercó despacio hacia el hombre que yo tenía debajo. Deslizó el estoque con cuidado fuera de su vaina... Y cargó. Tuvo tanta mala suerte que al hacer el último paso, se tropezó con una raíz que salía del suelo y falló.
Rápidamente, y para que el hombre no alertase a los otros, salté desde la rama para clavarle la katana en vertical por su cabeza.
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- Runas:
Runa Mala Fallo y el hombre da la alarma a todos
Runa Neutral Fallo con el filo pero lo dejo inconsciente con la empuñadura ( puede desperar )
Runa Buena Le atravieso entero, lo mato y evito que de la alarma.
Nami
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Re: Éxodo forzoso {Arean, Kaladar, Nami} [Noche] [CERRADO]
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Tyr
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Re: Éxodo forzoso {Arean, Kaladar, Nami} [Noche] [CERRADO]
Después de la agradable charla que mantuvimos con los bandidos alrededor de la hoguera, mis carrillos estaban algo sonrojados, por el calor del fuego y del vino. Empecé a sentirme somnoliento y cuando todos se acostaron, vi la oportunidad de descansar un poco de aquél día tan agotador. Al rato de quedarme dormido, noté que Kaladar me daba una patadita en el hombro y suspiré.
Uno de los bandidos le preguntó dónde iba y Kaladar dijo de manera jocosa que tenía que ir al baño.
Me levanté pesadamente y acompañé a Kaladar, haciendo un gesto torpe al elfo, dando a entender que yo también tenía que orinar, sin embargo recordé el plan y cuando el elfo dejó de mirar, guardé el carcaj y el arco como pude entre mis ropas, tratando de disimular. Cuando nos acercamos al carro donde se escondía Nami, Kaladar dijo:
- Ves en silencio. Es hora de empezar la fiesta.- ella no se movió, por lo que me pareció extraño. Un escalofrío me subió por la nuca y de pronto supe que algo malo iba a pasar. Kaladar se acercó a un hombre y, lo que yo pensé que sería un inocente puñetazo para dejarle inconsciente, se convirtió en un intento de apuñalamiento terrible, al tropezar con una raíz.
-¡No...!- traté de decir, horrorizado mientras corría hacia allí, pero antes de terminar mi frase, me sobresalté al ver a Nami caer desde el cielo, como una maldición, clavando su katana en el suelo que pasó rozando el brazo del hombre.
El bandido se quedó mirándonos por unos instantes, y de repente empezó a gritar como un troglodita. Miré a mis compañeros alucinado, preguntándome como habíamos tenido tan mala suerte.
Con rabia, le pegué un cabezazo que me dolió horriblemente y le dejó inconsciente, pero noté algo húmedo caer por mi frente.
"A ver si así te callas..." musité, con la frente condolida.
Me quedé apardalado durante unos instantes, con la vista borrosa.
Sin embargo, al ver otras cabezas asomándose en la zona donde se encontraban los sacos de dormir, la ansiedad se apoderó de mi y no pude más que, torpemente, sacar el arco y tres flechas de mi carcaj y cargarlas, tensando la cuerda lo máximo posible para tratar de acertar en los hombres que se acababan de levantar y miraban en nuestra dirección.
Uno de los bandidos le preguntó dónde iba y Kaladar dijo de manera jocosa que tenía que ir al baño.
Me levanté pesadamente y acompañé a Kaladar, haciendo un gesto torpe al elfo, dando a entender que yo también tenía que orinar, sin embargo recordé el plan y cuando el elfo dejó de mirar, guardé el carcaj y el arco como pude entre mis ropas, tratando de disimular. Cuando nos acercamos al carro donde se escondía Nami, Kaladar dijo:
- Ves en silencio. Es hora de empezar la fiesta.- ella no se movió, por lo que me pareció extraño. Un escalofrío me subió por la nuca y de pronto supe que algo malo iba a pasar. Kaladar se acercó a un hombre y, lo que yo pensé que sería un inocente puñetazo para dejarle inconsciente, se convirtió en un intento de apuñalamiento terrible, al tropezar con una raíz.
-¡No...!- traté de decir, horrorizado mientras corría hacia allí, pero antes de terminar mi frase, me sobresalté al ver a Nami caer desde el cielo, como una maldición, clavando su katana en el suelo que pasó rozando el brazo del hombre.
El bandido se quedó mirándonos por unos instantes, y de repente empezó a gritar como un troglodita. Miré a mis compañeros alucinado, preguntándome como habíamos tenido tan mala suerte.
Con rabia, le pegué un cabezazo que me dolió horriblemente y le dejó inconsciente, pero noté algo húmedo caer por mi frente.
"A ver si así te callas..." musité, con la frente condolida.
Me quedé apardalado durante unos instantes, con la vista borrosa.
Sin embargo, al ver otras cabezas asomándose en la zona donde se encontraban los sacos de dormir, la ansiedad se apoderó de mi y no pude más que, torpemente, sacar el arco y tres flechas de mi carcaj y cargarlas, tensando la cuerda lo máximo posible para tratar de acertar en los hombres que se acababan de levantar y miraban en nuestra dirección.
Arean Tikari
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Re: Éxodo forzoso {Arean, Kaladar, Nami} [Noche] [CERRADO]
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Tyr
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