Conocimientos enterrados [Privado]
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Conocimientos enterrados [Privado]
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Taliesin se despertó cuando aún era de día. Al abrir los ojos, comprobó la siempre segura presencia de Zöe, que Sophitia seguía durmiendo y, para su sorpresa, que Valeria también seguía allí. Aunque no lo había pensado conscientemente, casi había dado por sentado que la bruja preferiría dormir en la Academia, a la que se dirigía, en lugar de acompañarlos en una logística tan incómoda.
Había dormido tumbado en el suelo, usando su propia capa como mínimo colchón y su bolsa como almohada; la dudosa suerte de cama hecha de paja, en realidad lo más cómodo de la cabaña, se la habían dejado a Reike. Al enderezarse pudo comprobar que, tal como era de esperar, le dolían varias articulaciones. Se estiró en silencio y hecho esto le dedicó una sonrisa de buenos días a Zöe. Apoyado contra el muro, se dispuso a esperar a que el resto se despertaran.
- Buenos días - saludó a Valeria y Sophitia cuando se levantaron -. ¿Qué tal habéis dormido?
Era una pregunta educada, más que otra cosa. La respuesta estaba bastante clara dadas las condiciones.
El resto de horas antes de la puesta de sol estaban prohibidas para Sophitia y Taliesin, pero podían ser útiles para investigar entre los refugiados. Con esto en mente, no se esperó a que otra persona lo propusiera y lo hizo él.
- Normalmente nos gusta ir con Zöe porque notamos cosas que ella no nota - "socialmente", quería decir -, pero no hay de qué preocuparse si está con Valeria...
Miró a Reike al decir esto y le dedicó una sonrisa. Parecía menos pálida que la noche anterior; descansar probablemente había ayudado. Si comía algo en el campo de refugiados, seguro que terminaría de reponerse.
- Si es que no es mucho pedir que nos acompañes unas horas más. Agradeceríamos mucho tu ayuda. Mientras tanto, Sophitia y yo nos quedaremos aquí hasta que se ponga el sol. Seguro que nos será fácil encontraros después.
Estaba bastante seguro de que a la pirata aquella no le parecería buena idea. Pero debía admitir que ir a buscar pistas entre los refugiados antes de que cayera la noche era lo más razonable. Le daba, además, una salida fácil a Reike para que no tuviera que estar atrapada en aquella pequeña cabaña durante las siguientes horas.
Taliesin se despertó cuando aún era de día. Al abrir los ojos, comprobó la siempre segura presencia de Zöe, que Sophitia seguía durmiendo y, para su sorpresa, que Valeria también seguía allí. Aunque no lo había pensado conscientemente, casi había dado por sentado que la bruja preferiría dormir en la Academia, a la que se dirigía, en lugar de acompañarlos en una logística tan incómoda.
Había dormido tumbado en el suelo, usando su propia capa como mínimo colchón y su bolsa como almohada; la dudosa suerte de cama hecha de paja, en realidad lo más cómodo de la cabaña, se la habían dejado a Reike. Al enderezarse pudo comprobar que, tal como era de esperar, le dolían varias articulaciones. Se estiró en silencio y hecho esto le dedicó una sonrisa de buenos días a Zöe. Apoyado contra el muro, se dispuso a esperar a que el resto se despertaran.
- Buenos días - saludó a Valeria y Sophitia cuando se levantaron -. ¿Qué tal habéis dormido?
Era una pregunta educada, más que otra cosa. La respuesta estaba bastante clara dadas las condiciones.
El resto de horas antes de la puesta de sol estaban prohibidas para Sophitia y Taliesin, pero podían ser útiles para investigar entre los refugiados. Con esto en mente, no se esperó a que otra persona lo propusiera y lo hizo él.
- Normalmente nos gusta ir con Zöe porque notamos cosas que ella no nota - "socialmente", quería decir -, pero no hay de qué preocuparse si está con Valeria...
Miró a Reike al decir esto y le dedicó una sonrisa. Parecía menos pálida que la noche anterior; descansar probablemente había ayudado. Si comía algo en el campo de refugiados, seguro que terminaría de reponerse.
- Si es que no es mucho pedir que nos acompañes unas horas más. Agradeceríamos mucho tu ayuda. Mientras tanto, Sophitia y yo nos quedaremos aquí hasta que se ponga el sol. Seguro que nos será fácil encontraros después.
Estaba bastante seguro de que a la pirata aquella no le parecería buena idea. Pero debía admitir que ir a buscar pistas entre los refugiados antes de que cayera la noche era lo más razonable. Le daba, además, una salida fácil a Reike para que no tuviera que estar atrapada en aquella pequeña cabaña durante las siguientes horas.
Taliesin Skatha
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Re: Conocimientos enterrados [Privado]
Valeria despertó con un cosquilleo en la nariz seguido de un estornudo. Estaba oscuro dentro del cobertizo, pero se colaba algo de luz por entre las tablas de madera que tenía enfrente. «Aún es de día», se dijo.
Se incorporó en el lecho y empezó a estirar los brazos, el cuello y la espalda, mientras pensaba que empezaba a hacerse mayor para pasar la noche (el día) sobre un montón de paja. Sentía la ropa pegada al cuerpo, cosa que le desagradaba. Necesitaba un baño, una sesión de ejercicios y otra de meditación. De hecho, tenía necesidades algo más urgentes, pero la voz de Taliesin a su espalda interrumpió el recuento. Su pregunta le arrancó una carcajada; divertida, con un leve toque irónico.
—Como una quinceañera —respondió volviendo la espalda a la pared para mirar a los demás. Lo cierto es que vio poco más que unos manchurrones oscuros que se movían, pero les sonrió igualmente— ¿Vosotros? —preguntó al tiempo que se pasaba las manos por el pelo para adecentarlo un poco y sacudirse la hierba seca.
Tenía la boca algo pastosa. Llevó una mano a la cadera, donde no estaba su bolsa. Miró alrededor tratando de recordar dónde la había dejado y, cuando la localizó, hizo un gesto con la mano, como si invitase a alguien a acerarse, y la bolsa llegó hasta donde estaba ella(1). Sacó la cantimplora, a la que le quedaba apenas un trago. No era suficiente, pero sabía dónde llenarla.
Para su sorpresa, pues se había olvidado completamente de ella, descubrió que aún llevaba consigo la manzana que se había guardado en el bolso antes de su encuentro con la biocibernética. Sin duda, su estómago la recibiría con agrado. Por pura costumbre, fue a ofrecer un poco a los demás, pero antes de terminar la frase, se dio cuenta de con quién estaba hablando y ella misma se interrumpió y se la llevó a la boca sin más comentarios.
—Claro, sin problema —contestó a la petición del vampiro y se puso de pie, agradeciendo internamente la oportunidad de salir de allí en busca de un buen arbusto—. No os costará mucho encontrar el sitio, no. Sólo volved al camino y pronto llegaréis al pueblo. Desde allí, como a medio camino en dirección al castillo, cerca de una arboleda, encontraréis el campamento. Está todo lleno de cachibaches con lucecitas y ruiditos raros; no tiene pérdida. —Caminó hasta la puerta, con cuidado de no tropezar con nada ni con nadie y la abrió lo justo para poder atravesarla sin que entrara demasiada luz— ¿Vamos? —preguntó finalmente a Zöe antes de cruzar el umbral.
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(1) Habilidad racial: Telequinesis.
Se incorporó en el lecho y empezó a estirar los brazos, el cuello y la espalda, mientras pensaba que empezaba a hacerse mayor para pasar la noche (el día) sobre un montón de paja. Sentía la ropa pegada al cuerpo, cosa que le desagradaba. Necesitaba un baño, una sesión de ejercicios y otra de meditación. De hecho, tenía necesidades algo más urgentes, pero la voz de Taliesin a su espalda interrumpió el recuento. Su pregunta le arrancó una carcajada; divertida, con un leve toque irónico.
—Como una quinceañera —respondió volviendo la espalda a la pared para mirar a los demás. Lo cierto es que vio poco más que unos manchurrones oscuros que se movían, pero les sonrió igualmente— ¿Vosotros? —preguntó al tiempo que se pasaba las manos por el pelo para adecentarlo un poco y sacudirse la hierba seca.
Tenía la boca algo pastosa. Llevó una mano a la cadera, donde no estaba su bolsa. Miró alrededor tratando de recordar dónde la había dejado y, cuando la localizó, hizo un gesto con la mano, como si invitase a alguien a acerarse, y la bolsa llegó hasta donde estaba ella(1). Sacó la cantimplora, a la que le quedaba apenas un trago. No era suficiente, pero sabía dónde llenarla.
Para su sorpresa, pues se había olvidado completamente de ella, descubrió que aún llevaba consigo la manzana que se había guardado en el bolso antes de su encuentro con la biocibernética. Sin duda, su estómago la recibiría con agrado. Por pura costumbre, fue a ofrecer un poco a los demás, pero antes de terminar la frase, se dio cuenta de con quién estaba hablando y ella misma se interrumpió y se la llevó a la boca sin más comentarios.
—Claro, sin problema —contestó a la petición del vampiro y se puso de pie, agradeciendo internamente la oportunidad de salir de allí en busca de un buen arbusto—. No os costará mucho encontrar el sitio, no. Sólo volved al camino y pronto llegaréis al pueblo. Desde allí, como a medio camino en dirección al castillo, cerca de una arboleda, encontraréis el campamento. Está todo lleno de cachibaches con lucecitas y ruiditos raros; no tiene pérdida. —Caminó hasta la puerta, con cuidado de no tropezar con nada ni con nadie y la abrió lo justo para poder atravesarla sin que entrara demasiada luz— ¿Vamos? —preguntó finalmente a Zöe antes de cruzar el umbral.
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(1) Habilidad racial: Telequinesis.
Reike
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Re: Conocimientos enterrados [Privado]
Nada se acercó al improvisado refugio mientras los dos vampiros y la hechicera dormían, solo algunos seres no-humanos, como mi cuerpo apenas emitía señales de vida cuando estaba en modo de reposo, algunos animales me confundían con algo inerte y se acercaban. Yo los analizaba en silencio, las creaciones de la naturaleza nunca dejaban de sorprenderme, tan complejas pero a la vez tan sencillas, probablemente mis mejores inventos jamás llegarían a un estado tal de perfección.
Detecté movimientos adentro, era Taliesin que ya había despertado. Las dos mujeres tardaron algo más en abrir los ojos.
-Buenos días a todos, espero hayan descansado bien ¿Si? – Pensé en ir a buscar algo para que Valeria desayunara, y además ofrecerle algo de sangre a los dos vampiros. Pero la Hechicera sacó una manzana y en cuanto a la sangre [ANALIZANDO] “Tienes que ser más reservada para ofrecerla” no quería que Sophi se enojara nuevamente.
-¿Qué puedo decir? Sigue siendo mejor que intentar dormir en la cofa jaja – La vampiro estiraba los brazos y la espalda, sonriendo de medio lado.
Los planes de Taliesin parecían ser los más lógicos, quedarnos todos allí sentados a la espera de que el sol baje sería una pérdida de tiempo. Me puse de pie y agarré mis cosas, noté que Sophitia estaba muy callada, por lo general hacía exclamaciones más escandalosas cuando el plan a seguir involucraba el que me aleje de ella.
-¿Estás pensando tonterías de nuevo? – Le pregunte con gesto inexpresivo, pero mi pregunta pareció ofender a la vampiro.
-¡Tu estas preguntando tonterías! – Exclamó en tono demasiado elevado – Vete de una vez, los alcanzaremos luego – Se cruzó de brazos, apoyó el hombro en la pared y miró para otro lado.
Nuevamente no comprendía qué era lo que pasaba por la mente de Sophitia, pero la orden había sido clara, así que comencé a alejarme del lugar. Regresé sobre nuestros pasos de la noche anterior hasta llegar al camino, la tierra aún estaba húmeda por la lluvia que nos había agarrado en mitad del viaje. Las marcas de ruedas delataba el paso de varios carros, al ser una vía que llevaba al castillo, era bastante utilizada.
-Me pregunto qué tan avanzados estarán con sus investigaciones – Comenté cuando Reike se acercó – Y si debería reportar algo como esto a la Base de los Bios – O si estarían al tanto de la existencia de ese campamento, mi sistema no llegaba a una conclusión al respecto – Se supone que nuestra tecnología no debe caer en manos de los orgánicos. Ustedes son muy ¿Destructivos? Sí, eso es. Siempre parecen muy ansiosos por matarse entre si –
Al mismo tiempo, en la Base no habían querido ayudarme, este tipo de comunidades reducidas y alejadas podían ser mi última esperanza para conseguir algo de ayuda con el problema que aquejaba a mi sistema. [ANALIZANDO] ¿Qué era lo correcto? ¿Qué debería hacer? Aún no había podido llegar a la respuesta apropiada.
-Evaluaré el nivel de tecnología que manejan, y en base a eso decidiré los pasos a seguir – [NOTA] Había algo que tenía que decirle a Valeria – Me disculpo por no haber dicho de manera clara la raza de Taliesin y Sophitia, y también me disculpo por los posibles problemas que eso te haya ocasionado –
Mientras tanto, en el cobertizo.
-Reike estaba algo pálida ayer cuando salimos de la casa de Ada ¿No? – La vampiro se sonrió y la punta de los colmillos se asomaron ligeramente – Que feo eso de que comas y no convides jajaja – No parecía de verdad enojada, simplemente molestaba a Taliesin para pasar el rato -¿Qué sabor tenía la bruja? Dioses, lo bien que me vendría un trago ahora mismo – Se cruzó de brazos y siguió mirando por una rendija que había entre dos tablas, a la espera de que el sol desapareciera de una buena vez - Seguro que eres del tipo que convence a las muchachas con su cara bonita - Agregó, con una media sonrisa burlona.
Detecté movimientos adentro, era Taliesin que ya había despertado. Las dos mujeres tardaron algo más en abrir los ojos.
-Buenos días a todos, espero hayan descansado bien ¿Si? – Pensé en ir a buscar algo para que Valeria desayunara, y además ofrecerle algo de sangre a los dos vampiros. Pero la Hechicera sacó una manzana y en cuanto a la sangre [ANALIZANDO] “Tienes que ser más reservada para ofrecerla” no quería que Sophi se enojara nuevamente.
-¿Qué puedo decir? Sigue siendo mejor que intentar dormir en la cofa jaja – La vampiro estiraba los brazos y la espalda, sonriendo de medio lado.
Los planes de Taliesin parecían ser los más lógicos, quedarnos todos allí sentados a la espera de que el sol baje sería una pérdida de tiempo. Me puse de pie y agarré mis cosas, noté que Sophitia estaba muy callada, por lo general hacía exclamaciones más escandalosas cuando el plan a seguir involucraba el que me aleje de ella.
-¿Estás pensando tonterías de nuevo? – Le pregunte con gesto inexpresivo, pero mi pregunta pareció ofender a la vampiro.
-¡Tu estas preguntando tonterías! – Exclamó en tono demasiado elevado – Vete de una vez, los alcanzaremos luego – Se cruzó de brazos, apoyó el hombro en la pared y miró para otro lado.
Nuevamente no comprendía qué era lo que pasaba por la mente de Sophitia, pero la orden había sido clara, así que comencé a alejarme del lugar. Regresé sobre nuestros pasos de la noche anterior hasta llegar al camino, la tierra aún estaba húmeda por la lluvia que nos había agarrado en mitad del viaje. Las marcas de ruedas delataba el paso de varios carros, al ser una vía que llevaba al castillo, era bastante utilizada.
-Me pregunto qué tan avanzados estarán con sus investigaciones – Comenté cuando Reike se acercó – Y si debería reportar algo como esto a la Base de los Bios – O si estarían al tanto de la existencia de ese campamento, mi sistema no llegaba a una conclusión al respecto – Se supone que nuestra tecnología no debe caer en manos de los orgánicos. Ustedes son muy ¿Destructivos? Sí, eso es. Siempre parecen muy ansiosos por matarse entre si –
Al mismo tiempo, en la Base no habían querido ayudarme, este tipo de comunidades reducidas y alejadas podían ser mi última esperanza para conseguir algo de ayuda con el problema que aquejaba a mi sistema. [ANALIZANDO] ¿Qué era lo correcto? ¿Qué debería hacer? Aún no había podido llegar a la respuesta apropiada.
-Evaluaré el nivel de tecnología que manejan, y en base a eso decidiré los pasos a seguir – [NOTA] Había algo que tenía que decirle a Valeria – Me disculpo por no haber dicho de manera clara la raza de Taliesin y Sophitia, y también me disculpo por los posibles problemas que eso te haya ocasionado –
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Mientras tanto, en el cobertizo.
-Reike estaba algo pálida ayer cuando salimos de la casa de Ada ¿No? – La vampiro se sonrió y la punta de los colmillos se asomaron ligeramente – Que feo eso de que comas y no convides jajaja – No parecía de verdad enojada, simplemente molestaba a Taliesin para pasar el rato -¿Qué sabor tenía la bruja? Dioses, lo bien que me vendría un trago ahora mismo – Se cruzó de brazos y siguió mirando por una rendija que había entre dos tablas, a la espera de que el sol desapareciera de una buena vez - Seguro que eres del tipo que convence a las muchachas con su cara bonita - Agregó, con una media sonrisa burlona.
Zöe
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Re: Conocimientos enterrados [Privado]
Sophitia no se opuso a la idea de dejar que Valeria y Zöe se adelantaran; esto sorprendió al vampiro, más habituado a la actitud recelosa y franca de la pirata, pero no dijo nada al respecto. Más tarde, cuando la biocibernética abandonó la cabaña, pudo ver que Sophitia detenía a Reike agarrándola del brazo. Dado lo pequeño del habitáculo, pudo escuchar algunas palabras.
"...así que cuídala por mí..."
En cuanto quedaron solos, Sophitia aprovechó el silencio para hacer notar que no le había pasado desapercibido lo de Reike. A Taliesin le gustaba aquella forma franca y desinhibida en que la pirata soltaba lo que tenía en mente, y por ello se rio ante los comentarios.
- Se hace lo que se puede. Y sin duda mejor por mi cara bonita que teniendo que matar a alguien. Aunque el sabor de la sangre de uno es algo bastante privado, ¿no? - Añadió, medio en broma y medio en serio, pero en todo caso dispuesto a esquivar la pregunta.
Aún faltaba un buen rato para que se pusiera el sol, y no había mucho que pudieran hacer en aquel pequeño espacio. Taliesin comenzó a caminar de un lado a otro para estirarse, pero apenas avanzaba unos pasos en cualquier dirección tenía que volver a girarse. Esperar a la llegada de la noche era siempre un ejercicio de paciencia.
- ¿Cuál es el peor lugar en el que has tenido que esperar a que se ponga el sol? - Preguntó, iniciando un pequeño juego comparativo con Sophitia.
Pero en realidad su mente estaba en cosas más importantes. Apenas completaron una ronda de lugares incómodos, peligrosos o desafortunados en los que habían tenido que esperar, Taliesin cambió bruscamente de tema.
- Lo que pasó ayer noche - inició -, entre Zöe y tú, bajo la tormenta. Sabes que en parte la razón por la que no entiende nada es porque ni siquiera sabe quién eres. ¿Cuándo vas a decírselo? Cada día la conoces más, pero no estás dejando que ella te conozca a tí.
"...así que cuídala por mí..."
En cuanto quedaron solos, Sophitia aprovechó el silencio para hacer notar que no le había pasado desapercibido lo de Reike. A Taliesin le gustaba aquella forma franca y desinhibida en que la pirata soltaba lo que tenía en mente, y por ello se rio ante los comentarios.
- Se hace lo que se puede. Y sin duda mejor por mi cara bonita que teniendo que matar a alguien. Aunque el sabor de la sangre de uno es algo bastante privado, ¿no? - Añadió, medio en broma y medio en serio, pero en todo caso dispuesto a esquivar la pregunta.
Aún faltaba un buen rato para que se pusiera el sol, y no había mucho que pudieran hacer en aquel pequeño espacio. Taliesin comenzó a caminar de un lado a otro para estirarse, pero apenas avanzaba unos pasos en cualquier dirección tenía que volver a girarse. Esperar a la llegada de la noche era siempre un ejercicio de paciencia.
- ¿Cuál es el peor lugar en el que has tenido que esperar a que se ponga el sol? - Preguntó, iniciando un pequeño juego comparativo con Sophitia.
Pero en realidad su mente estaba en cosas más importantes. Apenas completaron una ronda de lugares incómodos, peligrosos o desafortunados en los que habían tenido que esperar, Taliesin cambió bruscamente de tema.
- Lo que pasó ayer noche - inició -, entre Zöe y tú, bajo la tormenta. Sabes que en parte la razón por la que no entiende nada es porque ni siquiera sabe quién eres. ¿Cuándo vas a decírselo? Cada día la conoces más, pero no estás dejando que ella te conozca a tí.
Taliesin Skatha
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Re: Conocimientos enterrados [Privado]
Valeria permaneció en silencio un momento, mirando a los ojos a la vampiro. No intentó desasirse de su agarre, pues no lo percibió como un signo de amenaza, sino de preocupación. Aquello la intrigaba. Ya había notado que Sophi se comportaba de manera muy emocional con Zöe. «Demasiado emocional para alguien que conoces de sólo unos días», pensó. «¿Qué es lo que no estás contando?», preguntaban sus ojos a la vampiro. Con el rostro serio y tras un instante de silencio, la bruja hizo un gesto de asentimiento y salió del cobertizo tan pronto como Sophi soltó su brazo.
Zöe había seguido sus instrucciones al pie de la letra y le llevaba un trecho de ventaja, así que tuvo que apresurarse para alcanzarla. Cuando llegó, ya se había terminado la manzana y deshecho del corazón.
—Pues, no sabría qué decirte —respondió a las preocupaciones de la biocibernética—. Lo cierto es que todo lo que he visto hasta ahora parece bastante inocente. Se ven ansiosos de ayudar y facilitarles la vida a los campesinos. Aunque la mitad de sus cachibaches hacen ruido y sueltan un montón de vapor.
La bruja podía entender la utilidad de algunos de sus inventos en cualquier otro rincón de Aerandir, pero no tenía muy claro para qué los había invitado Rutherford a las islas. La mayoría de las cosas que se les ocurrían, se podían hacer muy fácilmente con magia, y sin tanto estruendo. Aunque debía reconocer que, de vez en cuando, se les ocurría alguna cosa ingeniosa.
—De todas formas, todos en el grupo de los refugiados son bastante jóvenes —añadió pensativa—. No sé por qué.
La disculpa de Zöe, salida de ninguna parte, hizo que se sintiera algo incómoda. Inconscientemente, se llevó la mano al cuello, al lugar donde le había mordido Taliesin. Apenas sentía una leve molestia.
—Lo hecho, hecho está —dijo, sin tener del todo claro si se lo decía a la biocibernética o a sí misma—. Esperame aquí un momento, ¿quieres? —añadió, cambiando de tema, y se apartó del camino, metiéndose entre unos arbustos.
Mucho más aliviada, invitó a su compañera a seguir la marcha y no tardaron mucho en salir de entre los árboles, a una zona de cultivo en una amplia ladera. En lo alto del monte, se divisaba el castillo que alojaba la prestigiosa academia de brujos. Justo antes de entrar en el pueblo, Valeria se acercó a una fuente para lavarse la cara, llenar su odre y beber hasta saciarse. Le hubiera gustado acercarse a pedirle algo de comer a doña Asunta, pero le parecía más educado llegar al campamento antes de que cayera la noche. Además, no tenía ninguna prisa por ver la cara con la que la viuda miraba sus botas cuando pretendiese entrar en la casa; mejor esperar a que se quedase dormida.
Dejaron el pueblo atrás, subiendo por la colina, pero antes de que tuvieran a la vista el campamento, se toparon con una muchacha que parecía muy concentrada haciendo mediciones en el terreno y apuntando resultados en unos rollos de papel que llevaba consigo.
—Buenas tardes, Isona —saludó Valeria al reconocer a la joven—, ¿qué andas planeando ahora?
—Oh, hola, señorita Reike —respondió Isona alegremente cuando vio a la bruja—. Estaba buscando el mejor lugar para aprovechar el viento, para tener más energía en el campamento.
La muchacha hablaba deprisa, se notaba que a ella no le faltaba la energía. Valeria estaba a punto de preguntarle a qué se refería, cuando la mirada de la joven fue a posarse en Zöe y, ahogando un grito, dejó caer los papeles que llevaba en la mano. Con un gesto de su mano, la bruja los mantuvo flotando en el aire, mientras Isona se acercaba a Zöe con la emoción pintada en cada centímetro de su rostro.
—¡Eres una biocibernética! Yo me llamo Isona Kamir, ¡soy una gran admiradora de tu raza! —La joven tomó las manos de Zöe y siguió hablando como si no necesitase pararse a respirar— ¿Puedo ver esos conectores más de cerca? ¿Has venido para visitar el campamento?, ¿te quedarás a cenar? Porfavorporfavorporavor, me encantaría que te quedaras.
—De hecho —respondió Valeria, aprovechando una breve pausa—, esperábamos que pudieseis ayudarla con algo.
—¡Claro! —exclamó Isona ilusionada—. Será un honor ayudarla en los que sea, señorita biocibernética.
Y, sin dar tiempo a posibles cambios de opinión, la muchacha se agarró a uno de los brazos de Zöe y la fue guiando, camino del campamento, sin perder de vista los agujeros de su cabeza. Al otro lado de la biocibernética, Valeria iba apartando pedruscos de su camino para evitar que tropezase y se ocupaba de que los papeles que Isona había olvidado no se quedasen atrás.
Zöe había seguido sus instrucciones al pie de la letra y le llevaba un trecho de ventaja, así que tuvo que apresurarse para alcanzarla. Cuando llegó, ya se había terminado la manzana y deshecho del corazón.
—Pues, no sabría qué decirte —respondió a las preocupaciones de la biocibernética—. Lo cierto es que todo lo que he visto hasta ahora parece bastante inocente. Se ven ansiosos de ayudar y facilitarles la vida a los campesinos. Aunque la mitad de sus cachibaches hacen ruido y sueltan un montón de vapor.
La bruja podía entender la utilidad de algunos de sus inventos en cualquier otro rincón de Aerandir, pero no tenía muy claro para qué los había invitado Rutherford a las islas. La mayoría de las cosas que se les ocurrían, se podían hacer muy fácilmente con magia, y sin tanto estruendo. Aunque debía reconocer que, de vez en cuando, se les ocurría alguna cosa ingeniosa.
—De todas formas, todos en el grupo de los refugiados son bastante jóvenes —añadió pensativa—. No sé por qué.
La disculpa de Zöe, salida de ninguna parte, hizo que se sintiera algo incómoda. Inconscientemente, se llevó la mano al cuello, al lugar donde le había mordido Taliesin. Apenas sentía una leve molestia.
—Lo hecho, hecho está —dijo, sin tener del todo claro si se lo decía a la biocibernética o a sí misma—. Esperame aquí un momento, ¿quieres? —añadió, cambiando de tema, y se apartó del camino, metiéndose entre unos arbustos.
Mucho más aliviada, invitó a su compañera a seguir la marcha y no tardaron mucho en salir de entre los árboles, a una zona de cultivo en una amplia ladera. En lo alto del monte, se divisaba el castillo que alojaba la prestigiosa academia de brujos. Justo antes de entrar en el pueblo, Valeria se acercó a una fuente para lavarse la cara, llenar su odre y beber hasta saciarse. Le hubiera gustado acercarse a pedirle algo de comer a doña Asunta, pero le parecía más educado llegar al campamento antes de que cayera la noche. Además, no tenía ninguna prisa por ver la cara con la que la viuda miraba sus botas cuando pretendiese entrar en la casa; mejor esperar a que se quedase dormida.
Dejaron el pueblo atrás, subiendo por la colina, pero antes de que tuvieran a la vista el campamento, se toparon con una muchacha que parecía muy concentrada haciendo mediciones en el terreno y apuntando resultados en unos rollos de papel que llevaba consigo.
—Buenas tardes, Isona —saludó Valeria al reconocer a la joven—, ¿qué andas planeando ahora?
—Oh, hola, señorita Reike —respondió Isona alegremente cuando vio a la bruja—. Estaba buscando el mejor lugar para aprovechar el viento, para tener más energía en el campamento.
La muchacha hablaba deprisa, se notaba que a ella no le faltaba la energía. Valeria estaba a punto de preguntarle a qué se refería, cuando la mirada de la joven fue a posarse en Zöe y, ahogando un grito, dejó caer los papeles que llevaba en la mano. Con un gesto de su mano, la bruja los mantuvo flotando en el aire, mientras Isona se acercaba a Zöe con la emoción pintada en cada centímetro de su rostro.
—¡Eres una biocibernética! Yo me llamo Isona Kamir, ¡soy una gran admiradora de tu raza! —La joven tomó las manos de Zöe y siguió hablando como si no necesitase pararse a respirar— ¿Puedo ver esos conectores más de cerca? ¿Has venido para visitar el campamento?, ¿te quedarás a cenar? Porfavorporfavorporavor, me encantaría que te quedaras.
—De hecho —respondió Valeria, aprovechando una breve pausa—, esperábamos que pudieseis ayudarla con algo.
—¡Claro! —exclamó Isona ilusionada—. Será un honor ayudarla en los que sea, señorita biocibernética.
Y, sin dar tiempo a posibles cambios de opinión, la muchacha se agarró a uno de los brazos de Zöe y la fue guiando, camino del campamento, sin perder de vista los agujeros de su cabeza. Al otro lado de la biocibernética, Valeria iba apartando pedruscos de su camino para evitar que tropezase y se ocupaba de que los papeles que Isona había olvidado no se quedasen atrás.
Reike
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Re: Conocimientos enterrados [Privado]
La vampiro apoyó la espalda contra una de las paredes y se cruzó de brazos, pensando en la respuesta. Había vivido bastantes años como vampiro, así que sus aventuras por los reinos de Aerandir habían sido muchas y muy variadas.
-Creo que… Dentro de un barril con restos de pescado en el fondo – Arrugó la nariz al recordar lo mal que la había pasado – Me entretuve bebiendo con unos amigos en el muelle y para cuando me di cuenta ya me estaba empezando a quemar ¡Dolía como el demonio! Miré alrededor y lo único que encontré fue ese barril. Me tiré adentro y le puse la tapa… Y entonces me di cuenta que no estaba del todo vacío… Puaj – Sacó la lengua, haciendo gesto de arcada – No solo me pasé el día entero oliendo eso, sino que además me preocupaba que alguien abriera el barril para buscar algo… Jajaja se hubiese llevado una buena sorpresa, encontrarse con un vampiro prendiéndose fuego -
La asertividad de Taliesin en todo lo referido a emociones humanas era escalofriante para una persona tan poco preparada como Sophi, en una cuestión que necesitaran de ser prácticos o que requirieran de habilidad manual, la vampiro era la ideal. Pero cuando se sumergían en asuntos que involucraran emociones la situación se tornaba peliaguda, Skatha lo sabía y aun así acababa de meter el dedo justo en medio de la herida.
-Pfff, ya lo sé, ya lo sé – Apartó la mirada, la ponía muy incómoda estar en un sitio tan pequeño, era como estar acorralada – Pero todavía no estoy lista. Si se lo digo ahora seguro solo me dirá algo como “Entiendo” – Dijo la palabra imitando el tono monocorde de Zöe – Y seguirá como si nada hubiese sucedido… - Suspiró – Eso sería muy doloroso, no quiero sentir algo así – Apretó los labios y miró de nuevo por la rendija – Quizás si espero un poco más, pueda recordar algo –
Escuché en silencio la explicación de Reike [ANALIZANDO] tenía sentido, siendo orgánicos con tan poco acceso a la tecnología, sus primeros pasos debían ser apenas unos tímidos intentos por lograr avances en cualquier dirección.
-Tardarán un tiempo en lograr que sus máquinas sean eficientes y además prácticas para su uso diario – [RECUPERANDO ARCHIVO] – Durante mis primeros años fuera del depósito también me quedé en un pueblo de campesinos y los ayudaba con mis inventos para que sus tareas diarias no fueran tan trabajosas – Y aunque mi sistema me decía que solo había pasado un par de años desde entonces, por algún motivo la sensación que tenía es que se trataba de mucho más tiempo [ERROR]
Antes de que llegáramos a la parte de la ciudad donde estaban los refugiados, nos topamos con una joven haciendo anotaciones. Reconocí lo que estaba intentando hacer, pero no tenía motivo alguno para intervenir en la conversación, aparentemente habían logrado adaptar algunos artefactos para que pudieran utilizar energía producida por el viento. Era un sistema rudimentario, pero ingenioso al fin.
La repentina alegría de la joven fue totalmente inesperada, correspondí al saludo, tomando sus manos y moviéndolas arriba y abajo cuatro veces.
-Gracias, yo también admiro a los orgánicos ¿Correcto? – Sonreí de modo mecánico – Sí. Si. Si – Respondí a cada una de las preguntas en orden – Me quedaré porque ustedes son el motivo por el que vinimos – No podía explicar más, la joven llamada Isona apenas hacía pausas entre oración y oración.
Por suerte Reike si fue capaz de interrumpirla y explicarle un poco sobre la situación, asentí ante las palabras de la hechicera.
-Requiero una revisación completa y son los únicos orgánicos que tienen el nivel de conocimiento suficiente como para hacerlo – Le expliqué en tono neutro, Isona me observaba con [ANALIZANDO] mi sistema no lograba interpretar bien qué significaba esa mirada, parecía ser emoción o entusiasmo, pero no entendía qué podía producirlo – Agradezco la ayuda –
Me dejé guiar por la joven hasta el campamento, tal como había dicho Reike el sitio estaba lleno de aparatos muy curiosos, las personas trabajaban o bien solas, o en grupos en distintos tipos de máquinas. Algunas cosas hacían ruidos y convulsionaban, otras no arrancaban y producían ira en sus creadores [ANALIZANDO] Había mucho potencial en todas esas cosas, solo necesitaban algo más de práctica.
¿Pero sería correcto incentivarlos?
Mientras mi sistema evaluaba todos los experimentos, las personas del campamento habían comenzado a acercarse, todos con la misma mirada que Isona.
-Es una Bio –
-Mira esas entradas en su cabeza –
-¡Tiene otra de forma distinta en la nuca! –
Estaba acostumbrada a llamar la atención de los orgánicos, aunque esta vez parecía ser distinto, no tenían miedo, sino más bien curiosidad. Isona se puso en medio y empezó a apartar a la gente.
-¡Apartense! ¿No ven que apenas acaba de llegar? – Le pegó en la mano a otro humano que estaba intentando tocar las partes metálicas de mi cabeza – Compórtense. Además… - Se agarró nuevamente a mi brazo – Yo la vi primera -
-Creo que… Dentro de un barril con restos de pescado en el fondo – Arrugó la nariz al recordar lo mal que la había pasado – Me entretuve bebiendo con unos amigos en el muelle y para cuando me di cuenta ya me estaba empezando a quemar ¡Dolía como el demonio! Miré alrededor y lo único que encontré fue ese barril. Me tiré adentro y le puse la tapa… Y entonces me di cuenta que no estaba del todo vacío… Puaj – Sacó la lengua, haciendo gesto de arcada – No solo me pasé el día entero oliendo eso, sino que además me preocupaba que alguien abriera el barril para buscar algo… Jajaja se hubiese llevado una buena sorpresa, encontrarse con un vampiro prendiéndose fuego -
La asertividad de Taliesin en todo lo referido a emociones humanas era escalofriante para una persona tan poco preparada como Sophi, en una cuestión que necesitaran de ser prácticos o que requirieran de habilidad manual, la vampiro era la ideal. Pero cuando se sumergían en asuntos que involucraran emociones la situación se tornaba peliaguda, Skatha lo sabía y aun así acababa de meter el dedo justo en medio de la herida.
-Pfff, ya lo sé, ya lo sé – Apartó la mirada, la ponía muy incómoda estar en un sitio tan pequeño, era como estar acorralada – Pero todavía no estoy lista. Si se lo digo ahora seguro solo me dirá algo como “Entiendo” – Dijo la palabra imitando el tono monocorde de Zöe – Y seguirá como si nada hubiese sucedido… - Suspiró – Eso sería muy doloroso, no quiero sentir algo así – Apretó los labios y miró de nuevo por la rendija – Quizás si espero un poco más, pueda recordar algo –
------------------------------------------
Escuché en silencio la explicación de Reike [ANALIZANDO] tenía sentido, siendo orgánicos con tan poco acceso a la tecnología, sus primeros pasos debían ser apenas unos tímidos intentos por lograr avances en cualquier dirección.
-Tardarán un tiempo en lograr que sus máquinas sean eficientes y además prácticas para su uso diario – [RECUPERANDO ARCHIVO] – Durante mis primeros años fuera del depósito también me quedé en un pueblo de campesinos y los ayudaba con mis inventos para que sus tareas diarias no fueran tan trabajosas – Y aunque mi sistema me decía que solo había pasado un par de años desde entonces, por algún motivo la sensación que tenía es que se trataba de mucho más tiempo [ERROR]
Antes de que llegáramos a la parte de la ciudad donde estaban los refugiados, nos topamos con una joven haciendo anotaciones. Reconocí lo que estaba intentando hacer, pero no tenía motivo alguno para intervenir en la conversación, aparentemente habían logrado adaptar algunos artefactos para que pudieran utilizar energía producida por el viento. Era un sistema rudimentario, pero ingenioso al fin.
La repentina alegría de la joven fue totalmente inesperada, correspondí al saludo, tomando sus manos y moviéndolas arriba y abajo cuatro veces.
-Gracias, yo también admiro a los orgánicos ¿Correcto? – Sonreí de modo mecánico – Sí. Si. Si – Respondí a cada una de las preguntas en orden – Me quedaré porque ustedes son el motivo por el que vinimos – No podía explicar más, la joven llamada Isona apenas hacía pausas entre oración y oración.
Por suerte Reike si fue capaz de interrumpirla y explicarle un poco sobre la situación, asentí ante las palabras de la hechicera.
-Requiero una revisación completa y son los únicos orgánicos que tienen el nivel de conocimiento suficiente como para hacerlo – Le expliqué en tono neutro, Isona me observaba con [ANALIZANDO] mi sistema no lograba interpretar bien qué significaba esa mirada, parecía ser emoción o entusiasmo, pero no entendía qué podía producirlo – Agradezco la ayuda –
Me dejé guiar por la joven hasta el campamento, tal como había dicho Reike el sitio estaba lleno de aparatos muy curiosos, las personas trabajaban o bien solas, o en grupos en distintos tipos de máquinas. Algunas cosas hacían ruidos y convulsionaban, otras no arrancaban y producían ira en sus creadores [ANALIZANDO] Había mucho potencial en todas esas cosas, solo necesitaban algo más de práctica.
¿Pero sería correcto incentivarlos?
Mientras mi sistema evaluaba todos los experimentos, las personas del campamento habían comenzado a acercarse, todos con la misma mirada que Isona.
-Es una Bio –
-Mira esas entradas en su cabeza –
-¡Tiene otra de forma distinta en la nuca! –
Estaba acostumbrada a llamar la atención de los orgánicos, aunque esta vez parecía ser distinto, no tenían miedo, sino más bien curiosidad. Isona se puso en medio y empezó a apartar a la gente.
-¡Apartense! ¿No ven que apenas acaba de llegar? – Le pegó en la mano a otro humano que estaba intentando tocar las partes metálicas de mi cabeza – Compórtense. Además… - Se agarró nuevamente a mi brazo – Yo la vi primera -
Zöe
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Re: Conocimientos enterrados [Privado]
Taliesin tenía mucho que decir a aquel comentario de la pirata. Pero la mayoría sería tan doloroso para Sophitia como aquel hipotético "Entiendo" que Zöe podría soltar. El vampiro tuvo que morderse la lengua y quedarse en silencio hasta que estuvo seguro de poder controlar exactamente lo que decía.
- No creo que te dijera simplemente eso. Encontrarte también es importante para ella. Pero está bien; si crees que es mejor así, no te insistiré más. Sólo... deja que ella te conozca. Es importante que te des cuenta de que si ella aún no te entiende es porque sabe mucho menos que tú. En esa situación, recae en ti tener paciencia. Y no, al contrario, enfadarte por ello.
Era el mejor acercamiento que podía hacer al asunto sin ser más hiriente. Comprendía que Sophitia no quería hablar de ello, pero no podía evitar sentir que la pirata se equivocaba en su forma de abordar el asunto. Y él era amigo de Zöe por encima de todo; le molestaba estarle ocultando información que, él pensaba, era importante y debería haber sido desvelada desde el primer día.
A veces Taliesin tenía la sensación de que al anochecer el tiempo se alargaba de la misma manera que se alargaban las sombras. El sol ya estaba bajo, pero aún había luz y tuvieron que esperar lo que pareció una eternidad. Cuando al fin se atenuó lo suficiente, los dos vampiros salieron al exterior e inhalaron una buena bocanada de aire fresco. Aún había aldo de luz, a un nivel molesto aunque no hiriente, pero Taliesin prefería soportar la incomodidad que seguir esperando dentro de la diminuta cabaña.
Siguieron el camino que había indicado Reike. Ciertamente, no tenía pérdida alguna. Desde una pequeña colina pudieron ver la totalidad del campamento. Varias luces y hogueras ya se habían encendido ante la llegada de la noche, pero aún hervía con actividad. Y es que su población, lejos de mantenerse quieta y a la espera, parecía dedicada a la construcción de diferentes tipos de maquinaria que Taliesin jamás había visto, y cuya finalidad no lograba averiguar.
- ¿Qué será eso? - Le preguntó a Sophitia señalando uno de los primeros inventos que discernieron, un cachibache con engranajes y resortes en cuyo interior se adivinaban unas cuchillas.
Pero la misma pregunta podría haberla hecho treinta veces con todo lo que vio según se acercaron al lugar. Parecía que había tantos inventos siendo construidos como otros siendo destruidos, abiertos y con sus piezas al aire; probablemente maquinarias que ya no eran necesarias o que no habían funcionado como se esperaba, y cuyos componentes se estaban reutilizando en algo más funcional.
- No creo que te dijera simplemente eso. Encontrarte también es importante para ella. Pero está bien; si crees que es mejor así, no te insistiré más. Sólo... deja que ella te conozca. Es importante que te des cuenta de que si ella aún no te entiende es porque sabe mucho menos que tú. En esa situación, recae en ti tener paciencia. Y no, al contrario, enfadarte por ello.
Era el mejor acercamiento que podía hacer al asunto sin ser más hiriente. Comprendía que Sophitia no quería hablar de ello, pero no podía evitar sentir que la pirata se equivocaba en su forma de abordar el asunto. Y él era amigo de Zöe por encima de todo; le molestaba estarle ocultando información que, él pensaba, era importante y debería haber sido desvelada desde el primer día.
A veces Taliesin tenía la sensación de que al anochecer el tiempo se alargaba de la misma manera que se alargaban las sombras. El sol ya estaba bajo, pero aún había luz y tuvieron que esperar lo que pareció una eternidad. Cuando al fin se atenuó lo suficiente, los dos vampiros salieron al exterior e inhalaron una buena bocanada de aire fresco. Aún había aldo de luz, a un nivel molesto aunque no hiriente, pero Taliesin prefería soportar la incomodidad que seguir esperando dentro de la diminuta cabaña.
Siguieron el camino que había indicado Reike. Ciertamente, no tenía pérdida alguna. Desde una pequeña colina pudieron ver la totalidad del campamento. Varias luces y hogueras ya se habían encendido ante la llegada de la noche, pero aún hervía con actividad. Y es que su población, lejos de mantenerse quieta y a la espera, parecía dedicada a la construcción de diferentes tipos de maquinaria que Taliesin jamás había visto, y cuya finalidad no lograba averiguar.
- ¿Qué será eso? - Le preguntó a Sophitia señalando uno de los primeros inventos que discernieron, un cachibache con engranajes y resortes en cuyo interior se adivinaban unas cuchillas.
Pero la misma pregunta podría haberla hecho treinta veces con todo lo que vio según se acercaron al lugar. Parecía que había tantos inventos siendo construidos como otros siendo destruidos, abiertos y con sus piezas al aire; probablemente maquinarias que ya no eran necesarias o que no habían funcionado como se esperaba, y cuyos componentes se estaban reutilizando en algo más funcional.
Taliesin Skatha
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Re: Conocimientos enterrados [Privado]
Valeria observaba el revuelo que se había montado en el campamento al correrse la voz de la llegada de la biocibernética. Algunos de los muchachos que la conocían, la saludaron con la mano, pero la mayor parte de ellos estaban mucho más interesados en Zöe, como era de esperar.
Sin dejar de vigilar el desarrollo de los acontecimientos, pero, al mismo tiempo, dándoles tiempo y espacio para contemplar a la recién llegada, se acercó a una de las fogatas donde se estaba cocinando la cena. Después del paseo y tras haberse hidratado convenientemente por el camino, su estómago, animado por los aromas del campamento, le pedía sustento. Aceptó agradecida una escudilla con unas salchichas y un par de tubérculos y regresó, degustándolos, al tiempo que Isona despejaba la zona de curiosos.
—Debería avisarte de que no estamos solas —le explicó a la joven en cuanto llegó a su lado—. Unos amigos de Zöe llegarán de un momento a otro. —El sol ya estaba prácticamente oculto cuando llegaron al campamento, por lo que los vampiros debían estar a punto de salir y no era una caminata muy larga.
La joven, pensando quizá que se trataría de más biocibernéticos, se apresuró a movilizar a un grupo de sus compatriotas, con el objetivo de que los visitantes recibiesen una acogedora bienvenida. Para cuando la bruja terminó con su humilde desayuno (nada que ver con los guisos de doña Asunta, por desgracia), los refugiados habían acomodado un corro de asientos bajo una carpa, para que los visitantes pudiesen reunirse confortablemente con los lugareños.
Sólo entonces, Valeria confirmó que no se trataba de más biocibernéticos, para decepción general. Aún así, cualquier amigo de su nueva mejor amiga, Zöe la biocibernética, sería bien recibido entre su comunidad, por lo que a los dos vampiros no les faltaron palabras de bienvenida ni ofrecimientos de comida. En cuanto fueron avistados observando la maquinaria del campamento, un corro de jóvenes se acercó a ellos, encantados de explicarles todas y cada una de las funciones de cualquier aparato en el que pareciesen interesados y guiándolos poco a poco a las cercanías de la tienda de Isona, donde la joven había dispuesto que se reuniría el grupo.
—Bienvenidos —murmuró la bruja, divertida, cuando los tuvo lo bastante cerca. Los curiosos se habían apartado un poco, formando un amplio arco a su alrededor, a la espera de que la biocibernética expusiera su caso.
Sin dejar de vigilar el desarrollo de los acontecimientos, pero, al mismo tiempo, dándoles tiempo y espacio para contemplar a la recién llegada, se acercó a una de las fogatas donde se estaba cocinando la cena. Después del paseo y tras haberse hidratado convenientemente por el camino, su estómago, animado por los aromas del campamento, le pedía sustento. Aceptó agradecida una escudilla con unas salchichas y un par de tubérculos y regresó, degustándolos, al tiempo que Isona despejaba la zona de curiosos.
—Debería avisarte de que no estamos solas —le explicó a la joven en cuanto llegó a su lado—. Unos amigos de Zöe llegarán de un momento a otro. —El sol ya estaba prácticamente oculto cuando llegaron al campamento, por lo que los vampiros debían estar a punto de salir y no era una caminata muy larga.
La joven, pensando quizá que se trataría de más biocibernéticos, se apresuró a movilizar a un grupo de sus compatriotas, con el objetivo de que los visitantes recibiesen una acogedora bienvenida. Para cuando la bruja terminó con su humilde desayuno (nada que ver con los guisos de doña Asunta, por desgracia), los refugiados habían acomodado un corro de asientos bajo una carpa, para que los visitantes pudiesen reunirse confortablemente con los lugareños.
Sólo entonces, Valeria confirmó que no se trataba de más biocibernéticos, para decepción general. Aún así, cualquier amigo de su nueva mejor amiga, Zöe la biocibernética, sería bien recibido entre su comunidad, por lo que a los dos vampiros no les faltaron palabras de bienvenida ni ofrecimientos de comida. En cuanto fueron avistados observando la maquinaria del campamento, un corro de jóvenes se acercó a ellos, encantados de explicarles todas y cada una de las funciones de cualquier aparato en el que pareciesen interesados y guiándolos poco a poco a las cercanías de la tienda de Isona, donde la joven había dispuesto que se reuniría el grupo.
—Bienvenidos —murmuró la bruja, divertida, cuando los tuvo lo bastante cerca. Los curiosos se habían apartado un poco, formando un amplio arco a su alrededor, a la espera de que la biocibernética expusiera su caso.
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