Galera, arena y enemigos. [Privado] [Finn Devlin] [Finalizado]
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Galera, arena y enemigos. [Privado] [Finn Devlin] [Finalizado]
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El aire olía a salitre. El mar había estado agonizando la noche anterior como si una tormenta seca se hubiese apoderado de las olas y tambaleado el barco que reposaba en la playa, desafiando la fuerza de los hombres que habían anclado aquella embarcación. Como resultado de aquello, la cubierta de aquel navío se fundía con las brumas bajas que se formaban en las olas, ya casi amansadas.
El remanso de paz que vaticina tormenta, el silencio entre la niebla y la paz entre el control humano del agua y la decisión de los dioses que dejaban que aquellas dos minúsculas sombras subiendo por unos laterales, estuviesen a punto de alzarse sobre el mar. Los dos viajeros venían cansados tras la bajada a través del acantilado de la muerte y a pesar de ello habían decidido que la orilla de aquella playa no era lugar seguro para hospedarse.
Los elfos nómadas de la comunidad del acantilado de la muerte tenían un ángulo de visión perfecto de aquellas orillas, y aunque aferrimos a costumbres marcadas por el luto, Eilydh no estaba muy segura de cuanto iba a dejar que aquellos dos forajidos. ella misma y el humano llamado Finn, se albergasen en tierras cercanas sin atacarles, o peor aún, vigilar todos sus movimientos.
Los jóvenes habían decidido poner rumbo hacia la primera porción de tierra más cercana, teniendo en cuenta que eran un número reducido de brazos para mover aquel navío. Lo suficientemente alejado como para darles ventaja sobre ellos en el tiempo que durase aquello que acababan de emprender.
Viajar en barco no era ninguna novedad para Eilydh y en su juventud había usado aquel metodo de transporte cuando la mercancía en los aranceles de su padre era demasiado pesada para ser transportada en carromatos. Aún así todos sabían que los elfos prefieren la seguridad de la tierra firme bajo sus pies y el tambalear constante de aquel buque requería toda la concentración que se albergaba en la chica para no enfocarse en cuanto la mareaba.
Aún así, Finn no la escuchó quejarse en todo el trayecto que duró el encontrar tierra donde al menos encallar. La chica obedeció las direcciones del humano en como mover según que artilugios para que el navío se moviese. Ella por su parte entendió la fuerza de los brazos del chico y cuando el barco tuvo la velocidad y dirección requeridas se dió un descanso y sentó a dejar que el olor a mar la envolviese, desordenando sus cabellos, hasta atisbar tierra.
El chico también pareció darse cuenta.
Eilydh miró atrás. No sabía exactamente cuánto habían estado navegando, seguramente unas 8 horas, y el acantilado de la muerte podía vislumbrarse a través de la bruma opaca. La situación perfecta para planificar todo lo que tenían en mente.
El único problema? Eilydh no sabía donde diablos habían encallado.
Última edición por Eilydh el Mar Jun 18, 2019 3:01 pm, editado 1 vez
Eilydh
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Re: Galera, arena y enemigos. [Privado] [Finn Devlin] [Finalizado]
Una vez el acantilado de la muerte quedaba a nuestras espaldas no quedaba mas que hacer lo que mas me gustaba en este mundo, además de combatir, tener sexo y beber cerveza fría de una taberna, era también el navegar. Esa embarcación era conocida por muchos como Dakkar, quizás los elfos no tuvieran constancia de este tipo de embarcaciones o quizás si, lo único que se necesitaba saber es que muchas veces solo hacía falta una o dos personas para hacerla funcionar. Quedarse mucho tiempo en este acantilado con unos elfos locos que seguramente estarían vigilandonos no era la mejor de las ideas, era momento de salir de este puñetero lugar. Di las indicaciones para que el barco empezara a salir de la orilla y una vez lo hizo solo tuve que usar el rudimentario timón para hacer fuerza.
El barco empezó a moverse al son de las olas, el olor a mar rodeaba todo y las gaviotas gritaban felices por ver un barco surcar las olas. El navío estaba diseñado de tal manera que pudiera parecer un dragón flotante, al menos esa era la idea cuando la proa tenia forma de cabeza de dragón y la vela estaba decorada con el dibujo de la cabeza de uno, de Nidhogg. Unas buenas horas en donde dejamos atrás el acantilado y marchamos al siguiente pedazo de tierra que pudiéramos encontrar a través de la niebla, el agua era cada vez mas baja y cuando la embarcación empezó a tocar la arena no hizo falta decir nada mas.
- Hemos tocado tierra ¿Donde piensas que estamos? - La niebla cada vez era menos, se disipaba con el pasar de los minutos y con el sol mañanero ascendiendo para posicionarse en la cumbre. Mis pies tocaron el agua y la arena mojada para seguir caminando hacia la orilla con una cuerda en la mano en donde arrastraba el barco hasta dejarlo bien encallado. - No parece que nadie nos venga a recibir, tu conoces mejor estos lugares seguro ¿Estamos en algún lugar que conozcas? Anda…. Cangrejos - Me acerque a uno de esos animales que andaban como retardador para ensartarlo con mi espada de una estocada y alzarlo para mirar el cuerpo de este algo mas de cerca. - Esto se puede comer, es un buen comienzo. - Ocho horas de mover los brazos para que el barco siguiera su rumbo cansaban a cualquiera y ahora tenia hambre de nuevo, unos cangrejos bien hechos serian una buena comida por el momento.
El barco empezó a moverse al son de las olas, el olor a mar rodeaba todo y las gaviotas gritaban felices por ver un barco surcar las olas. El navío estaba diseñado de tal manera que pudiera parecer un dragón flotante, al menos esa era la idea cuando la proa tenia forma de cabeza de dragón y la vela estaba decorada con el dibujo de la cabeza de uno, de Nidhogg. Unas buenas horas en donde dejamos atrás el acantilado y marchamos al siguiente pedazo de tierra que pudiéramos encontrar a través de la niebla, el agua era cada vez mas baja y cuando la embarcación empezó a tocar la arena no hizo falta decir nada mas.
- Hemos tocado tierra ¿Donde piensas que estamos? - La niebla cada vez era menos, se disipaba con el pasar de los minutos y con el sol mañanero ascendiendo para posicionarse en la cumbre. Mis pies tocaron el agua y la arena mojada para seguir caminando hacia la orilla con una cuerda en la mano en donde arrastraba el barco hasta dejarlo bien encallado. - No parece que nadie nos venga a recibir, tu conoces mejor estos lugares seguro ¿Estamos en algún lugar que conozcas? Anda…. Cangrejos - Me acerque a uno de esos animales que andaban como retardador para ensartarlo con mi espada de una estocada y alzarlo para mirar el cuerpo de este algo mas de cerca. - Esto se puede comer, es un buen comienzo. - Ocho horas de mover los brazos para que el barco siguiera su rumbo cansaban a cualquiera y ahora tenia hambre de nuevo, unos cangrejos bien hechos serian una buena comida por el momento.
Finn Devlin
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Re: Galera, arena y enemigos. [Privado] [Finn Devlin] [Finalizado]
El humor del humano parecía haber mejorado a medida que navegaban, Eilydh lo vio desenvolverse en el mar como si fuese a llamar aquello hogar en cualquier momento. Y después pisaron tierra firme.
La chica no podía decir que no estuviese contenta de pisar tierra firme, aunque la aridez de la arena oscura parecida a la luna que les había iluminado la noche anterior hacía que aquella tierra no fuese el mejor recibimiento
-Solo hay dos Islas cerca del acantilado de la muerte. - dijo, arrancando una de las pinzas del cangrejo que el chico había matado con su espada, recordando su estudio de mapas y corrientes.- Una es Beltrexus y la otra es Isla tortuga. No se ve lo suficientemente grande ni ocupada como para ser Beltrexus, y por nuestro bien espero que no estemos en Isla tortuga.- añadió.
Por todos era sabido que Isla tortuga era un remanso de piratas, mercenarios y contrabandistas. Eilydh se alegró que no hubiesen encallado en un lugar demasiado expuesto. Aunque con suerte la galera de Finn era robada y los piratas los recibían como uno de los suyos.
Curiosamente la Isla no estaba tan desierta como se habían pensado. No bastó mas que caminar algunos kilómetros hasta el centro de aquella superficie arida para encontrar lo que la chica podía describir solo como una aldea de estafadores. Había tenderetes mal montados con telas rasgadas exponiendo joyas de dudosa proveniencia, espadas que aún tenían sangre en sus hojas y objetos que Eilydh estaba segura estaban asociados a magia negra. Música de taberna se escuchaba tocada por algun borracho que vendía cerveza y gritaba de cuando en cuando a la multitud para animarlas.
Las improvisadas tienditas se disponían formando dos largas calles que a Eilydh solo le recordaron a bazares lejanos donde en cada esquina había al menos tres hombres apiñados jugando a juegos de dados, apuestas o simplemente disfrutando de los servicios de las otras únicas mujeres de la Isla: Prostitutas.
Eilydh se acercó a una de las tienditas fingiendo interés en una sortija y separándose un poco de Finn.
- Han visto algo tus enormes ojos de la elfa que hayan captado su atención?- dijo el regente de aquel tenderete. El hombre tenía una calva incipiente, sonreía con tan solo 3 dientes y parecía haraposo a pesar de que la mitad de las joyas que exponía en su tela tenían como mínimo el valor de tres embarcaciones del rey.
Eilydh sonrió.
-Nada capta mi atención estos días tanto como una cama seca y una comida caliente- dijo Eilydh distraída mientras el hombre se acercaba a ella con actitud inquisitiva, sopesándola.
- Ah.. si... Por desgracia y cómo puedes ver no hay posadas en Isla tortuga, pues la tierra está maldita, pero puedes encontrar bocado en muchos de estos negocios - Eilydh tardó un momento en identificar que se refería a las tiendas- También puedes cazar. Hay fauna autóctona.. Si eres fiera para enfrentarte a los caimanes de la costa, claro.- Se paró un poco y agarró uno de los mechones de cabello de Eilydh,-En cuanto a cama.. tengo una libre en mi barco..
El estómago de Eilydh se resintió y tuvo que hacer un esfuerzo enorme para no vomitar en la cara de aque tipo.
-Muchas gracias pero como ves, mi marido es un tipo bastante alto y a no ser que nos dejases tu cama de matrimonio.. no encontramos cama lo suficientemente grande ...- Dijo Eilydh, separándose del hombre y señalando a Finn mientras le saludaba de manera locuaz.
-Tendréis que quedaros en vuestro barco entonces- dijo el hombre considerablemente ofendido mientras se separaba de Eilydh de manera furiosa y cerraba las cajitas de joyas que había abierto hacía un momento sin percatarse que faltaban tres sets de pendientes y un collar.- Debéis buscar a Mamoa. Y espero que tengáis dinero para complacerlo. Una posción en nuestra costa no es fácil de comprar. - La miró de arriba a abajo de nuevo.- O quizás sí, dependiendo de lo que estés dispuesta a pagar.- El hombre dió por terminada la conversación y se preocupó de adecentar sus telas.
Eilydh se alejó aprovechando su giro de vuelta a donde se encontraba Finn para ocultar las joyas entre su pecho y su ropa.
-Si queremos estacionarnos aquí durante un tiempo es mejor empezar con buen pie... y buscar al tal Mamoa. Quizás también debamos apresurarnos.. de hecho...- le dijo mientras caminaba cerca de Finn de nuevo.
La chica no podía decir que no estuviese contenta de pisar tierra firme, aunque la aridez de la arena oscura parecida a la luna que les había iluminado la noche anterior hacía que aquella tierra no fuese el mejor recibimiento
-Solo hay dos Islas cerca del acantilado de la muerte. - dijo, arrancando una de las pinzas del cangrejo que el chico había matado con su espada, recordando su estudio de mapas y corrientes.- Una es Beltrexus y la otra es Isla tortuga. No se ve lo suficientemente grande ni ocupada como para ser Beltrexus, y por nuestro bien espero que no estemos en Isla tortuga.- añadió.
Por todos era sabido que Isla tortuga era un remanso de piratas, mercenarios y contrabandistas. Eilydh se alegró que no hubiesen encallado en un lugar demasiado expuesto. Aunque con suerte la galera de Finn era robada y los piratas los recibían como uno de los suyos.
Curiosamente la Isla no estaba tan desierta como se habían pensado. No bastó mas que caminar algunos kilómetros hasta el centro de aquella superficie arida para encontrar lo que la chica podía describir solo como una aldea de estafadores. Había tenderetes mal montados con telas rasgadas exponiendo joyas de dudosa proveniencia, espadas que aún tenían sangre en sus hojas y objetos que Eilydh estaba segura estaban asociados a magia negra. Música de taberna se escuchaba tocada por algun borracho que vendía cerveza y gritaba de cuando en cuando a la multitud para animarlas.
Las improvisadas tienditas se disponían formando dos largas calles que a Eilydh solo le recordaron a bazares lejanos donde en cada esquina había al menos tres hombres apiñados jugando a juegos de dados, apuestas o simplemente disfrutando de los servicios de las otras únicas mujeres de la Isla: Prostitutas.
Eilydh se acercó a una de las tienditas fingiendo interés en una sortija y separándose un poco de Finn.
- Han visto algo tus enormes ojos de la elfa que hayan captado su atención?- dijo el regente de aquel tenderete. El hombre tenía una calva incipiente, sonreía con tan solo 3 dientes y parecía haraposo a pesar de que la mitad de las joyas que exponía en su tela tenían como mínimo el valor de tres embarcaciones del rey.
Eilydh sonrió.
-Nada capta mi atención estos días tanto como una cama seca y una comida caliente- dijo Eilydh distraída mientras el hombre se acercaba a ella con actitud inquisitiva, sopesándola.
- Ah.. si... Por desgracia y cómo puedes ver no hay posadas en Isla tortuga, pues la tierra está maldita, pero puedes encontrar bocado en muchos de estos negocios - Eilydh tardó un momento en identificar que se refería a las tiendas- También puedes cazar. Hay fauna autóctona.. Si eres fiera para enfrentarte a los caimanes de la costa, claro.- Se paró un poco y agarró uno de los mechones de cabello de Eilydh,-En cuanto a cama.. tengo una libre en mi barco..
El estómago de Eilydh se resintió y tuvo que hacer un esfuerzo enorme para no vomitar en la cara de aque tipo.
-Muchas gracias pero como ves, mi marido es un tipo bastante alto y a no ser que nos dejases tu cama de matrimonio.. no encontramos cama lo suficientemente grande ...- Dijo Eilydh, separándose del hombre y señalando a Finn mientras le saludaba de manera locuaz.
-Tendréis que quedaros en vuestro barco entonces- dijo el hombre considerablemente ofendido mientras se separaba de Eilydh de manera furiosa y cerraba las cajitas de joyas que había abierto hacía un momento sin percatarse que faltaban tres sets de pendientes y un collar.- Debéis buscar a Mamoa. Y espero que tengáis dinero para complacerlo. Una posción en nuestra costa no es fácil de comprar. - La miró de arriba a abajo de nuevo.- O quizás sí, dependiendo de lo que estés dispuesta a pagar.- El hombre dió por terminada la conversación y se preocupó de adecentar sus telas.
Eilydh se alejó aprovechando su giro de vuelta a donde se encontraba Finn para ocultar las joyas entre su pecho y su ropa.
-Si queremos estacionarnos aquí durante un tiempo es mejor empezar con buen pie... y buscar al tal Mamoa. Quizás también debamos apresurarnos.. de hecho...- le dijo mientras caminaba cerca de Finn de nuevo.
Eilydh
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Re: Galera, arena y enemigos. [Privado] [Finn Devlin] [Finalizado]
¿Una isla donde estaba también la escoria de los mares? Sin duda un buen lugar. Podría ganarme a algunos para que vengan conmigo por las buenas formas con diálogo o simplemente matando algún líder para hacerme con sus hombres, la segunda era la opción mas fácil y por lo tanto la mas acertada. Hice otro tajo con mi espada para que el cangrejo acábese cortado en dos antes de volver a enfundarla de nuevo. - Me parece que estamos en Isla Tortuga y sinceramente me gusta mas este lugar que una ciudad llena de imbéciles “civilizados.” - Expuse mi mas sincera opinión mientras nos acercábamos a la zona de tiendas, de alcohol, tiendas mal colocadas donde se vendían objetos de extraña procedencia y seguramente algunos o el 99% de ellos era robado de las manos muertas de sus propietarios, incluso se podía ver una zona donde se vendían personas ¿Podría comprar algunas para que me ayuden con el barco? No era un mal plan.
Por extraño que parezca también mi físico llamaba la atención aquí, estos hombres eran mas de mar que de tierra y sus ropas eran ligeras, sus armas eran pequeñas y fáciles de manejar, era normal que un hombre con trenzas en la barba y ropa de pieles llamara la atención tanto de los ojos inquietos de los piratas como de las prostitutas que me veían como alguien exótico y para las putas eso era sinónimo de dinero. Mire de reojo hacia donde estaba Eilly para ver como me señalaba ¿Que estaba haciendo? Seguro que alguna tontería, si se metía en algún problema iba a ser todo suyo.
- ¿Mamoa? Eso suena a nombre de estofado, pero creo que no podemos empezar con mejor pie, vienen a por nosotros. - Y justamente no di un paso mas porque no era necesario, cinco hombres musculosos, con coletas y sus caras pintadas venían hacia nuestra posición, estos eran de piel morena y había dos que cargaban a algo así como un trono de madera y huesos en donde un hombre con una máscara de lo mas extraña estaba mirando en nuestra dirección. - ¡Bienvenidos a Isla Tortuga! ¡Mi nombre es Toki, emisario de Mamoa! Déjenme decirles que ya tenemos su barco y no podréis salir de aquí… No hasta que queramos. - Aun con esa máscara extraña pude percibir la burlesca sonrisa en ese hombre.
- Se acabo, los mato. - Tome la empuñadura de mi espada para empezar a desenfundarla mientras aquellos guardaespaldas me apuntaron a la vez con sus lanzas. - ¡No, no! Nada de muerte, tenéis que venir a ver a Mamoa… Esta interesado en vosotros, bueno, en este harapiento humano no. - Arquee una ceja con la espada ya desenvainada del todo y hice un movimiento ligero para cortar las puntas de las lanzas de madera de esos hombres, una palabra mas y seria carne lo siguiente que cortase.
Por extraño que parezca también mi físico llamaba la atención aquí, estos hombres eran mas de mar que de tierra y sus ropas eran ligeras, sus armas eran pequeñas y fáciles de manejar, era normal que un hombre con trenzas en la barba y ropa de pieles llamara la atención tanto de los ojos inquietos de los piratas como de las prostitutas que me veían como alguien exótico y para las putas eso era sinónimo de dinero. Mire de reojo hacia donde estaba Eilly para ver como me señalaba ¿Que estaba haciendo? Seguro que alguna tontería, si se metía en algún problema iba a ser todo suyo.
- ¿Mamoa? Eso suena a nombre de estofado, pero creo que no podemos empezar con mejor pie, vienen a por nosotros. - Y justamente no di un paso mas porque no era necesario, cinco hombres musculosos, con coletas y sus caras pintadas venían hacia nuestra posición, estos eran de piel morena y había dos que cargaban a algo así como un trono de madera y huesos en donde un hombre con una máscara de lo mas extraña estaba mirando en nuestra dirección. - ¡Bienvenidos a Isla Tortuga! ¡Mi nombre es Toki, emisario de Mamoa! Déjenme decirles que ya tenemos su barco y no podréis salir de aquí… No hasta que queramos. - Aun con esa máscara extraña pude percibir la burlesca sonrisa en ese hombre.
- Se acabo, los mato. - Tome la empuñadura de mi espada para empezar a desenfundarla mientras aquellos guardaespaldas me apuntaron a la vez con sus lanzas. - ¡No, no! Nada de muerte, tenéis que venir a ver a Mamoa… Esta interesado en vosotros, bueno, en este harapiento humano no. - Arquee una ceja con la espada ya desenvainada del todo y hice un movimiento ligero para cortar las puntas de las lanzas de madera de esos hombres, una palabra mas y seria carne lo siguiente que cortase.
- Toki:
Finn Devlin
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Re: Galera, arena y enemigos. [Privado] [Finn Devlin] [Finalizado]
La mirada de Finn parecía perderse en la muchedumbre y su hambre se reflejó en el uso de palabras ante el nombre del que parecía ser el mandamás de la Isla. Por suerte para Eilydh y antes de que el vendedor hubiese descubierto su hurto, los emisarios de Mamoa causaron el revuelo necesario para distraer de nuevo la atención de todos los presentes.
A decir verdad, no había pareja más dispar que una elfa y un hombre de aquel tamaño y aspecto entre la muchedumbre, embriagada y desconfiadas. Los emisarios hicieron sonar sus palabras como una sugerencia, pero no podían engañar a la chica. Aquello era una amenaza que luego fue aderezado por el mismo emisario alto y delgado que confirmaba que el barco de Finn ya le pertenecía.
Aquello no pareció sentar muy bien al hombre cuya paciencia, teniendo en cuenta que tenía el estómago vacío parecía estar pendiente de un hilo. Eilydh le agarró el brazo en señal tranquilizadora cuando el emisario les confirmó su interés en ellos en un intento de que el chico no descargase su rabia allí mismo y acabasen apresados en tierra pirata.
Nadie quiere morir en tierra pirata y acabar con los huesos colgando de navíos ladrones.Miró a Finn. Quizás él sí, pero ella no tenía aquello en su lista de tareas pendientes.
-Espero que ese interés venga cargado con una cena y una clausula sin armas, sino... me temo que tenemos que el hombre y yo tenemos cosas más importantes que hacer- dijo la chica intentando mostrar indiferencia observando las tiendas a su alrededor a pesar de que su corazón latía rápido.
Sabía que la clausula sin armas no iba a hacer mucha gracia a Finn, pero ya había visto al chico en acción y sabía que no necesitaba espada para matar a nadie. Además aquella clausula no incluía la daga que guardaba en uno de sus muslos.. y nadie nunca sospechaba de una indefensa elfa.
-Já!- dijo el emisario dandole unos codazos a uno de sus compañeros- Al parecer la señorita aún no se ha dado cuenta de que ya no estamos en Sandorai...- El revuelo de la gente que se formó alrededor pareció, sin embargo incomodar al hombre así que tras pensarlo unos segundos dijo- Tan solo por esa desfachatez tuya me aseguraré personalmente de que seais servidos con comida y cerveza- dijo.
-No hará falta cerveza- dijo la chica, esperando una reacción negativa de Finn a la que tendría tiempo de recurrir más tarde- Quizás nos necesitéis sobrios... para dialogar- añadió. Eilydh no podía exponerlos a ambos al liquido más fácil de envenenar de Aerandir. Además el alcohol le afectaba de manera negativa a la chica y no quería acabar como en el acantilado.
El camino al barco de Mamoa no fue largo, pero su navío estaba posicionado en un recodo natural entre dos montañas que lo hacían practicamente invisibles a los ojos desde cualquier punto que no fuese la entrada a aquel acantilado. Aunque el mar estaba en calma, la corriente contra las rocas hacía que su barco se meciese más que el de Finn y Eilydh se concentró en la respiración para no tambalearse.
Mamoa era alto y fuerte, con el cabello negro y brazos tan curtidos como los de Finn. Sin embargo, su cara no estaba cubierta de barba sino de tatuajes y piercings que le hacían parecer más un indígena que un guerrero. Los recibió en la cubierta principal, sentado frente al timón del barco y rodeado de al menos 100 otro piratas vestidos de la misma manera que los emisarios.
Una vez llegados hasta donde estaba el, el hombre se puso en pie y miró a Finn y a Eilydh con interés antes de decir.
-Si hubiese sabido que ibamos a tener visita, quizás me hubiese cambiado la camisa- Aquello provocó una carcajada general de los piratas a la que la chica no se unió. Parecía ser un tipo de broma interna más que una de la que él esperase risas.-Mis amigos ya me han hablado de las preferencias de la dama- dijo con una sonrisa de doble filo mientras señalaba una pequeña mesa con comida y bebida y se desarmaba dejando varios cuchillos, espadas y un sable en una mesa- Por supuesto.. yo soy un pirata, y mis exigencias y clausulas son otras...- señaló al resto de los piratas todos los cuales iban armados hasta los dientes en un intento de hacer entender a la chica que no pensaba hacer que ninguno se desarmara.
Se sentó en la mesa y comenzó .a comer, invitando a Eilydh y Finn a que hiciesen lo mismo. Eilydh hizo una nota mental de comer solo de aquello que el hombre hubiese tocado antes, aunque sabía que matar por envenenamiento no era el estilo de muerte de la que un pirata se enorgullecería, más sin motivo aparente por ella.
Pero al fin y al cabo, eran piratas.
- Un bonito barco, el tuyo..- dijo esta vez dirigiendose a Finn.- Me parece que no lo he visto encallar en mis tierras antes. De hecho no recuerdo haber dado permiso para ello- dijo el pirata sin saber que trozo de cangrejo agarrar y decidiéndose por uno menudo al final.- Cual fue mi sorpresa que me trajese a Isla tortuga a tal dispar pareja..- dijo llenándose la boca de vino- Desde luego como hombre alto y fuerte sabrás como yo que no abundamos en estos reinos- le dijo dirigiendose a Finn de nuevo- Y desde luego no junto a una delicada florecilla... - dijo- al menos no vestida- profirió una carcajada que fue secundada por todos los piratas del barco.
Eilydh se tornó rígida y apretó su mano en un puño debajo de la mesa.
A decir verdad, no había pareja más dispar que una elfa y un hombre de aquel tamaño y aspecto entre la muchedumbre, embriagada y desconfiadas. Los emisarios hicieron sonar sus palabras como una sugerencia, pero no podían engañar a la chica. Aquello era una amenaza que luego fue aderezado por el mismo emisario alto y delgado que confirmaba que el barco de Finn ya le pertenecía.
Aquello no pareció sentar muy bien al hombre cuya paciencia, teniendo en cuenta que tenía el estómago vacío parecía estar pendiente de un hilo. Eilydh le agarró el brazo en señal tranquilizadora cuando el emisario les confirmó su interés en ellos en un intento de que el chico no descargase su rabia allí mismo y acabasen apresados en tierra pirata.
Nadie quiere morir en tierra pirata y acabar con los huesos colgando de navíos ladrones.Miró a Finn. Quizás él sí, pero ella no tenía aquello en su lista de tareas pendientes.
-Espero que ese interés venga cargado con una cena y una clausula sin armas, sino... me temo que tenemos que el hombre y yo tenemos cosas más importantes que hacer- dijo la chica intentando mostrar indiferencia observando las tiendas a su alrededor a pesar de que su corazón latía rápido.
Sabía que la clausula sin armas no iba a hacer mucha gracia a Finn, pero ya había visto al chico en acción y sabía que no necesitaba espada para matar a nadie. Además aquella clausula no incluía la daga que guardaba en uno de sus muslos.. y nadie nunca sospechaba de una indefensa elfa.
-Já!- dijo el emisario dandole unos codazos a uno de sus compañeros- Al parecer la señorita aún no se ha dado cuenta de que ya no estamos en Sandorai...- El revuelo de la gente que se formó alrededor pareció, sin embargo incomodar al hombre así que tras pensarlo unos segundos dijo- Tan solo por esa desfachatez tuya me aseguraré personalmente de que seais servidos con comida y cerveza- dijo.
-No hará falta cerveza- dijo la chica, esperando una reacción negativa de Finn a la que tendría tiempo de recurrir más tarde- Quizás nos necesitéis sobrios... para dialogar- añadió. Eilydh no podía exponerlos a ambos al liquido más fácil de envenenar de Aerandir. Además el alcohol le afectaba de manera negativa a la chica y no quería acabar como en el acantilado.
El camino al barco de Mamoa no fue largo, pero su navío estaba posicionado en un recodo natural entre dos montañas que lo hacían practicamente invisibles a los ojos desde cualquier punto que no fuese la entrada a aquel acantilado. Aunque el mar estaba en calma, la corriente contra las rocas hacía que su barco se meciese más que el de Finn y Eilydh se concentró en la respiración para no tambalearse.
Mamoa era alto y fuerte, con el cabello negro y brazos tan curtidos como los de Finn. Sin embargo, su cara no estaba cubierta de barba sino de tatuajes y piercings que le hacían parecer más un indígena que un guerrero. Los recibió en la cubierta principal, sentado frente al timón del barco y rodeado de al menos 100 otro piratas vestidos de la misma manera que los emisarios.
Una vez llegados hasta donde estaba el, el hombre se puso en pie y miró a Finn y a Eilydh con interés antes de decir.
-Si hubiese sabido que ibamos a tener visita, quizás me hubiese cambiado la camisa- Aquello provocó una carcajada general de los piratas a la que la chica no se unió. Parecía ser un tipo de broma interna más que una de la que él esperase risas.-Mis amigos ya me han hablado de las preferencias de la dama- dijo con una sonrisa de doble filo mientras señalaba una pequeña mesa con comida y bebida y se desarmaba dejando varios cuchillos, espadas y un sable en una mesa- Por supuesto.. yo soy un pirata, y mis exigencias y clausulas son otras...- señaló al resto de los piratas todos los cuales iban armados hasta los dientes en un intento de hacer entender a la chica que no pensaba hacer que ninguno se desarmara.
Se sentó en la mesa y comenzó .a comer, invitando a Eilydh y Finn a que hiciesen lo mismo. Eilydh hizo una nota mental de comer solo de aquello que el hombre hubiese tocado antes, aunque sabía que matar por envenenamiento no era el estilo de muerte de la que un pirata se enorgullecería, más sin motivo aparente por ella.
Pero al fin y al cabo, eran piratas.
- Un bonito barco, el tuyo..- dijo esta vez dirigiendose a Finn.- Me parece que no lo he visto encallar en mis tierras antes. De hecho no recuerdo haber dado permiso para ello- dijo el pirata sin saber que trozo de cangrejo agarrar y decidiéndose por uno menudo al final.- Cual fue mi sorpresa que me trajese a Isla tortuga a tal dispar pareja..- dijo llenándose la boca de vino- Desde luego como hombre alto y fuerte sabrás como yo que no abundamos en estos reinos- le dijo dirigiendose a Finn de nuevo- Y desde luego no junto a una delicada florecilla... - dijo- al menos no vestida- profirió una carcajada que fue secundada por todos los piratas del barco.
Eilydh se tornó rígida y apretó su mano en un puño debajo de la mesa.
Eilydh
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Re: Galera, arena y enemigos. [Privado] [Finn Devlin] [Finalizado]
Con lo fácil que hubiese sido desgarrar sus gargantas en cuestión de segundos, con armas de madera no iban a ser rival para una espada de acero eso estaba mas que seguro, pero ahora no es como si pudiera hacer otra cosa, simplemente intente tranquilizarme haciendo que mis dientes chirriasen en un molesto ruido durante unos segundos mientras volvía a enfundar la espada y dejaba que Eily fuera la que se tomara las molestia de acordar las cosas. Pero si de algo estaba claro es que en esta tierra de nadie iba a derramar sangre y esta vez no seria la mía. Lo siguiente fue caminar hacia el barco de aquel tal Mamoa, el líder con nombre de estofado y es que estaba relacionando todo con la comida por el hambre que tenia encima, solamente había devorado unas bayas desde ayer y esa no era una buena comida para alguien como yo, necesitaba mas sustento, como buena carne de algún animal como el cerdo o un toro.
Llegamos a la cubierta de aquel inmenso barco para ser recibidos por cien hombres y ese tal Mamoa, la sorpresa fue en que no era un escuálido tipo como imaginaba sino que era musculoso, se le veía fuerte y además parecía ser alguien con el carisma suficiente como para tener a tantos hombres bajo su mando. Me mantuve impasible ante la presencia de tantas personas y es que entre que no me intimidaba nada este lugar y el hambre, ignoraba lo que era realmente los nervios y el miedo. Pero por fin algo de comida y haciendo caso omiso a las palabras que pudieran decir simplemente fui a la mesa y sin educación alguna empece a tomar la comida con las manos de manera salvaje.
- Esto era lo que necesitaba. - Me dije a mi mismo sin referirme a nadie en concreto mientras arrancaba una patada de pollo a la vez que Mamoa parecía arrancar la restante desde el otro extremo, no era tonto, sabia que tenia que comer la comida que estaba en su lado mas cercano, la mas lejana al mandamás era la mas peligrosa. - No me hace falta tener tu permiso para encallar ¿Verdad? Esta isla no es tuya, seguramente eres uno de los muchos cabecillas… Quizás el que mas manda este en otra parte, supongo que esta es tu “zona.” - Eran piratas, como todos no eran de atenerse a las normas y seguro que había mas de uno repartiéndose la isla para si.
- Intenta hacerle algo a esta florecilla y veras que es una planta carnívora, te arrancara las bolas antes de que puedas hacer algo. - Esta vez fui yo el único que lanzó una risa con sonora carcajada mientras el barco permanecía en silencio. - Pero… ¿Cuando nos devuelve el barco y nos deja marcharnos de aquí? Sin tener que cortarle la cabeza a nadie. - Tire el hueso que tenia en mi mano a un lado y tomé una copa de vino para mirarlo durante unos segundos y luego dejarlo a un lado, no me fiaba, asi que iba a seguir devorando cangrejos del mismo lugar que Mamoa.
Llegamos a la cubierta de aquel inmenso barco para ser recibidos por cien hombres y ese tal Mamoa, la sorpresa fue en que no era un escuálido tipo como imaginaba sino que era musculoso, se le veía fuerte y además parecía ser alguien con el carisma suficiente como para tener a tantos hombres bajo su mando. Me mantuve impasible ante la presencia de tantas personas y es que entre que no me intimidaba nada este lugar y el hambre, ignoraba lo que era realmente los nervios y el miedo. Pero por fin algo de comida y haciendo caso omiso a las palabras que pudieran decir simplemente fui a la mesa y sin educación alguna empece a tomar la comida con las manos de manera salvaje.
- Esto era lo que necesitaba. - Me dije a mi mismo sin referirme a nadie en concreto mientras arrancaba una patada de pollo a la vez que Mamoa parecía arrancar la restante desde el otro extremo, no era tonto, sabia que tenia que comer la comida que estaba en su lado mas cercano, la mas lejana al mandamás era la mas peligrosa. - No me hace falta tener tu permiso para encallar ¿Verdad? Esta isla no es tuya, seguramente eres uno de los muchos cabecillas… Quizás el que mas manda este en otra parte, supongo que esta es tu “zona.” - Eran piratas, como todos no eran de atenerse a las normas y seguro que había mas de uno repartiéndose la isla para si.
- Intenta hacerle algo a esta florecilla y veras que es una planta carnívora, te arrancara las bolas antes de que puedas hacer algo. - Esta vez fui yo el único que lanzó una risa con sonora carcajada mientras el barco permanecía en silencio. - Pero… ¿Cuando nos devuelve el barco y nos deja marcharnos de aquí? Sin tener que cortarle la cabeza a nadie. - Tire el hueso que tenia en mi mano a un lado y tomé una copa de vino para mirarlo durante unos segundos y luego dejarlo a un lado, no me fiaba, asi que iba a seguir devorando cangrejos del mismo lugar que Mamoa.
Finn Devlin
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Re: Galera, arena y enemigos. [Privado] [Finn Devlin] [Finalizado]
Eilydh se percató que su compañero no era estúpido, pues había comido solo de los alimentos cercanos al pirata. Mamoa parecía divertido ante la exaltación de su compañero. Eilydh agradeció el gesto de Finn protegiendola de cualquier intención de aquel pirata. Técnicamente el humano no tenía por qué defenderla. De hecho su vida hubiese sido más fácil si ella no hubiese aparecido en aquel festín en la mancomunidad. Quizás estaría muerto, sí... pero tendría menos problemas.
De todas maneras el termino florecilla en aquel contexto la había enfadado y escuchó de cerca el hilo de retailas que el pirata le lanzó a sus soldados mientras reían ante la exasperación de Finn.
-No pierdas tu temple, Finn. - dijo finalmente Eilydh mientras el chico bebía de la copa de vino. - Al fin y al cabo este agradable señor nos acaba de invitar a ambos a una deliciosa cena- sonrió de manera forzada mientras pensaba rápidamente. - Entonces un pirata... - dijo y se levantó de la silla paseándose lentamente por la cubierta cerca de la mesa que acababan de prepararles.
- Es la primera vez que ves a uno, chica?- dijo Mamoa que parecía estar divertiendose- Si es así sabrás que no nos andamos con juegos. Como se que no tenéis dinero para pagar vuestra estancia en esta isla, tendrémos que llegar a un acuerdo...- Miró a Finn un momento- No me importaría que te unieses a mis hombres, siempre nos hacen falta fuertudos como tu... En cuanto a la elfa..- el pirata se levantó posicionándose tras Eilydh mientras se aderezaba los cabellos.- Espero que hayas escuchado lo que dicen de las mujeres de tu clase...- dijo, acercándose y agarrando uno de los brazos de Eilydh.
La chica de nuevo sintió nauseas que nada tenían que ver con el va y ven del barco.
-Qué no has yacido con nadie hasta que lo has hecho con una elfa - Respondio Eilydh, usando todo su encanto- Que podemos hacer que tu última noche en el mundo de los vivos haga que la muerte sea un precio justo a pagar -añadió picarona- Todo cierto... y mucho más- se mordió el labio inferior como había visto hacer a las mujeres de la mancomunidad varias veces- .. no querías discutir esto delante de tus hombres... o eres de esos? - dijo, adecentando una de las cuentas de su sombrero de pirata mientras sonreía
El hombre se quedó mirándola por un momento.y la apresuró hasta la estancia principal dentro de su camarote.
-Por supuesto que no, si me acompañas estoy seguro que podemos llegar..a un- comenzó a decir el hombre.
-Quizás es más justo si Finn también viene- dijo Eilydh. dando a entender que aquello no era una sugerencia sino que no iba a moverse hasta que el humano la siguiese.
El pirata aceptó contrariado pero obnubilado por el movimiento de caderas de la chica y junto a Finn uno de sus hombres entró en la cámara de mapas, donde había una silla, un escritorio y algún que otro botín. La sala era amplia y tenía vistas a la cubierta donde los demás hombres habían comenzado a realizar sus tareas diarias antes la imposibilidad de seguir mirando. El seguidor del pirata se quedó de pie junto a Finn esperando las órdenes de su amo.
Una vez dentro Eilydh se sentó en la mesa del escritorio exponiendo algo más de sus piernas que lo que quizás hubiese hecho en cualquier otra situación arremangándose el vestido y dejando una de sus manos en su muslo derecho en un intento sutil de guardar su dignidad. El pirata dejó su gorro de capitán cerca de ella y llevó su mano a los cabellos de Eilydh, la chica volvió a hablar.
-Estoy segura que debes matar a muchos hombres con estos brazos tan.. fuertes y largos.- dijo la elfa conteniendo de nuevo la sensación de vomito- Y sin duda alguna los piratas también tenéis vuestra reputación... digo.. las mujeres no solo hablan de vestidos. También bueno.. también sabemos lo que nos gusta... dijo con voz melosa acercándose al oido del pirata.
Este pareció reaccionar a las palabras de la elfa y la estrechó más fuerte sobre su pecho.
- Olvida todo lo que te han dicho de cualquier pirata- dijo hinchándose de honor.- nunca has estado con alguien que cumpla tus expectativas tanto como yo...- miró a Finn al que ahora daba la espalda- ni siquiera él- dijo.
Eilydh le agarró la cara hasta situarse muy cerca de la del pirata conteniendo las nauseas, algo pálida pero sumida en su papel y en un movimiento cercano la giró para entrelazar sus manos en la cadera de este y acabar con su boca cerca de su oido.
-No debemos perder el tiempo entonces... - dijo la elfa
Varias cosas pasaron a la vez. Eilydh mordió la oreja como guinda final a su interpretación, algo que el propio pirata recibió con agrado hasta que sus dientes se cerraron en la piel hasta perforarla. Aquel gesto de dolor fue la distracción adecuada para que Eilydh sacase la daga que tenía en el muslo y reposaba bajo su mano y mientras seguía mordiendo la oreja ya con sangre en su boca, clavase la daga en el cuello del pirata, varias veces hasta perforar vasos sanguíneos.
Cuando la sangre la empapó lo suficiente como para asegurarse que el pirata se desangraría, Eilydh soltó la oreja y el hombre se llevó las manos al cuello, para caer primero en una rodilla y luego en la otra.
No estaba muy segura de que había pasado con el mandamás primero del pirata que había entrado con ellos en la sala, pero no le cabía duda que Finn no había dejado que diese la voz de alarma.
Se bajó de la mesa con rapidez y no pudo contener el vómito en una de las esquinas de la sala. La sangre de Mamoa le llenaba la cara las manos y el pecho pero no era aquello lo que había asqueado a la chica.
Pero a veces en situaciones desesperadas, las medidas también lo eran.
Agarró el sombrero de capitán y se lo tiró a Finn.
-Espero que disfrutes tu nueva embarcación, señor capitán- Le dijo, conocedora de la ley pirata.
De todas maneras el termino florecilla en aquel contexto la había enfadado y escuchó de cerca el hilo de retailas que el pirata le lanzó a sus soldados mientras reían ante la exasperación de Finn.
-No pierdas tu temple, Finn. - dijo finalmente Eilydh mientras el chico bebía de la copa de vino. - Al fin y al cabo este agradable señor nos acaba de invitar a ambos a una deliciosa cena- sonrió de manera forzada mientras pensaba rápidamente. - Entonces un pirata... - dijo y se levantó de la silla paseándose lentamente por la cubierta cerca de la mesa que acababan de prepararles.
- Es la primera vez que ves a uno, chica?- dijo Mamoa que parecía estar divertiendose- Si es así sabrás que no nos andamos con juegos. Como se que no tenéis dinero para pagar vuestra estancia en esta isla, tendrémos que llegar a un acuerdo...- Miró a Finn un momento- No me importaría que te unieses a mis hombres, siempre nos hacen falta fuertudos como tu... En cuanto a la elfa..- el pirata se levantó posicionándose tras Eilydh mientras se aderezaba los cabellos.- Espero que hayas escuchado lo que dicen de las mujeres de tu clase...- dijo, acercándose y agarrando uno de los brazos de Eilydh.
La chica de nuevo sintió nauseas que nada tenían que ver con el va y ven del barco.
-Qué no has yacido con nadie hasta que lo has hecho con una elfa - Respondio Eilydh, usando todo su encanto- Que podemos hacer que tu última noche en el mundo de los vivos haga que la muerte sea un precio justo a pagar -añadió picarona- Todo cierto... y mucho más- se mordió el labio inferior como había visto hacer a las mujeres de la mancomunidad varias veces- .. no querías discutir esto delante de tus hombres... o eres de esos? - dijo, adecentando una de las cuentas de su sombrero de pirata mientras sonreía
El hombre se quedó mirándola por un momento.y la apresuró hasta la estancia principal dentro de su camarote.
-Por supuesto que no, si me acompañas estoy seguro que podemos llegar..a un- comenzó a decir el hombre.
-Quizás es más justo si Finn también viene- dijo Eilydh. dando a entender que aquello no era una sugerencia sino que no iba a moverse hasta que el humano la siguiese.
El pirata aceptó contrariado pero obnubilado por el movimiento de caderas de la chica y junto a Finn uno de sus hombres entró en la cámara de mapas, donde había una silla, un escritorio y algún que otro botín. La sala era amplia y tenía vistas a la cubierta donde los demás hombres habían comenzado a realizar sus tareas diarias antes la imposibilidad de seguir mirando. El seguidor del pirata se quedó de pie junto a Finn esperando las órdenes de su amo.
Una vez dentro Eilydh se sentó en la mesa del escritorio exponiendo algo más de sus piernas que lo que quizás hubiese hecho en cualquier otra situación arremangándose el vestido y dejando una de sus manos en su muslo derecho en un intento sutil de guardar su dignidad. El pirata dejó su gorro de capitán cerca de ella y llevó su mano a los cabellos de Eilydh, la chica volvió a hablar.
-Estoy segura que debes matar a muchos hombres con estos brazos tan.. fuertes y largos.- dijo la elfa conteniendo de nuevo la sensación de vomito- Y sin duda alguna los piratas también tenéis vuestra reputación... digo.. las mujeres no solo hablan de vestidos. También bueno.. también sabemos lo que nos gusta... dijo con voz melosa acercándose al oido del pirata.
Este pareció reaccionar a las palabras de la elfa y la estrechó más fuerte sobre su pecho.
- Olvida todo lo que te han dicho de cualquier pirata- dijo hinchándose de honor.- nunca has estado con alguien que cumpla tus expectativas tanto como yo...- miró a Finn al que ahora daba la espalda- ni siquiera él- dijo.
Eilydh le agarró la cara hasta situarse muy cerca de la del pirata conteniendo las nauseas, algo pálida pero sumida en su papel y en un movimiento cercano la giró para entrelazar sus manos en la cadera de este y acabar con su boca cerca de su oido.
-No debemos perder el tiempo entonces... - dijo la elfa
Varias cosas pasaron a la vez. Eilydh mordió la oreja como guinda final a su interpretación, algo que el propio pirata recibió con agrado hasta que sus dientes se cerraron en la piel hasta perforarla. Aquel gesto de dolor fue la distracción adecuada para que Eilydh sacase la daga que tenía en el muslo y reposaba bajo su mano y mientras seguía mordiendo la oreja ya con sangre en su boca, clavase la daga en el cuello del pirata, varias veces hasta perforar vasos sanguíneos.
Cuando la sangre la empapó lo suficiente como para asegurarse que el pirata se desangraría, Eilydh soltó la oreja y el hombre se llevó las manos al cuello, para caer primero en una rodilla y luego en la otra.
No estaba muy segura de que había pasado con el mandamás primero del pirata que había entrado con ellos en la sala, pero no le cabía duda que Finn no había dejado que diese la voz de alarma.
Se bajó de la mesa con rapidez y no pudo contener el vómito en una de las esquinas de la sala. La sangre de Mamoa le llenaba la cara las manos y el pecho pero no era aquello lo que había asqueado a la chica.
Pero a veces en situaciones desesperadas, las medidas también lo eran.
Agarró el sombrero de capitán y se lo tiró a Finn.
-Espero que disfrutes tu nueva embarcación, señor capitán- Le dijo, conocedora de la ley pirata.
Eilydh
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Re: Galera, arena y enemigos. [Privado] [Finn Devlin] [Finalizado]
Mientras uno seguía con sus juegos y Eily parecía querer hacer las cosas a su ritmo yo simplemente comía y pensaba, pensaba que quizás podría usar a este tal Mamoa para otras cosas que no fueran tenerme atado mientras era capaz de violar a la elfa, si alguien tenia que violarla que mejor que fuera yo que la había salvado. Pero poco me interesaba eso ahora, otras cosas pasaban por mi mente… Quizás eso pudiera servir, si, seria interesante. Por alguna razón fui guiado hasta el camarote principal de Mamoa donde estaban Eily y un pirata mas que seguramente era un guardaespaldas para tener la situación bajo control, aunque el ya la tenia con esos cien hombres bajo su mando ¿A que tenia miedo? Lo único que podía hacer era mirar la escena mientras me posicionar algo mas cerca del pirata que tenia a mi lado ¿Porque? Muy simple, sabía hasta dónde iba a ir todo esto, había visto como las prostitutas contratadas por asesinos actuaron para dejar que sus objetivos creyeran que las tenían en el bote y solo me faltaba una señal.
La señal fue ese tirón de oreja que Eily le propuso al tipo y entonces rápidamente tomé de la cabeza al pirata que estaba a mi lado para girar la misma de manera sumamente violenta haciendo que el cuerpo inerte de este cayera el suelo y tome la espada que este tenia para posicionarla sobre mi hombro mientras me acercaba hasta el desangrando Mamoa que se mantenía de rodillas y tomaba el sombrero que la elfa me había dado. - Por mucho que me gustaría ser el capitán de esta panda de energúmenos creo que ese honor es para ti. - Y entonces el coloque el sombrero sobre la cabeza a Eily con un brusco movimiento, como siempre hacía. - Tu eres su capitana, tu has matado a su capitán ¿No? Yo no hice nada, pero déjame decir que si sigues así harás que te viole, me han puesto a tono esas cuchilladas tuyas. - Gruñí de manera provocativa antes de mirar a Mamoa con una sádica sonrisa.
Mamoa parecía intentar hablar, algo inútil teniendo en cuenta que si lo hacía se iba a desangrar mas todavía. - ¿Quieres hablar? Oh claro, quieres llamar a tus hombres, que estúpido de tu parte morir por querer el culo de la elfa, pero te lo advertí… Era una planta carnívora. - Moví la espada que tenia en mi mano derecha con un ligero movimiento haciendo que la cabeza de Mamoa se separarse de su cuello, el cuerpo cayó hacia atrás y tome la cabeza por su cabello mientras caminaba de nuevo hacia la cubierta. Patee la puerta para que los rayos del sol me cegaran un momento y entonces lance la cabeza hacia el suelo de la cubierta con todos los piratas sumamente sorprendidos.
- ¿Alguno mas quiere perder la cabeza por su nueva capitana? - Dije señalando con el pulgar a Eily. - Porque puede perderla literalmente. - Esboce una sádica sonrisa y movió la espada hacia un costado con un movimiento rápido para quitar la sangre que esta tenia en su filo, salpicando la madera. - ¿Sabes? Ahora tienes un ejército de cerca de cien hombres ¿Irás a por Emmet? Yo volveré a mi barco por el momento… O mejor, pregúntales donde esta mi barco. - Tire la espada de aquel pirata muerto hacia un lado para mirar de reojo hacia la rubia elfa y manteniendo la mirada en los piratas por si las moscas.
La señal fue ese tirón de oreja que Eily le propuso al tipo y entonces rápidamente tomé de la cabeza al pirata que estaba a mi lado para girar la misma de manera sumamente violenta haciendo que el cuerpo inerte de este cayera el suelo y tome la espada que este tenia para posicionarla sobre mi hombro mientras me acercaba hasta el desangrando Mamoa que se mantenía de rodillas y tomaba el sombrero que la elfa me había dado. - Por mucho que me gustaría ser el capitán de esta panda de energúmenos creo que ese honor es para ti. - Y entonces el coloque el sombrero sobre la cabeza a Eily con un brusco movimiento, como siempre hacía. - Tu eres su capitana, tu has matado a su capitán ¿No? Yo no hice nada, pero déjame decir que si sigues así harás que te viole, me han puesto a tono esas cuchilladas tuyas. - Gruñí de manera provocativa antes de mirar a Mamoa con una sádica sonrisa.
Mamoa parecía intentar hablar, algo inútil teniendo en cuenta que si lo hacía se iba a desangrar mas todavía. - ¿Quieres hablar? Oh claro, quieres llamar a tus hombres, que estúpido de tu parte morir por querer el culo de la elfa, pero te lo advertí… Era una planta carnívora. - Moví la espada que tenia en mi mano derecha con un ligero movimiento haciendo que la cabeza de Mamoa se separarse de su cuello, el cuerpo cayó hacia atrás y tome la cabeza por su cabello mientras caminaba de nuevo hacia la cubierta. Patee la puerta para que los rayos del sol me cegaran un momento y entonces lance la cabeza hacia el suelo de la cubierta con todos los piratas sumamente sorprendidos.
- ¿Alguno mas quiere perder la cabeza por su nueva capitana? - Dije señalando con el pulgar a Eily. - Porque puede perderla literalmente. - Esboce una sádica sonrisa y movió la espada hacia un costado con un movimiento rápido para quitar la sangre que esta tenia en su filo, salpicando la madera. - ¿Sabes? Ahora tienes un ejército de cerca de cien hombres ¿Irás a por Emmet? Yo volveré a mi barco por el momento… O mejor, pregúntales donde esta mi barco. - Tire la espada de aquel pirata muerto hacia un lado para mirar de reojo hacia la rubia elfa y manteniendo la mirada en los piratas por si las moscas.
Finn Devlin
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Re: Galera, arena y enemigos. [Privado] [Finn Devlin] [Finalizado]
Eilydh sintio como el Finn le pasaba el sombrero con brusquedad. Todo lo que veía bajo la máscara de dureza de Finn era aquello, dureza y aquello la interesaba aún más. Los elfos en general eran muy buenos en leer a las personas y los humanos eran una raza que se dejaba guiar por las emociones con facilidad, la prueba de ello era aquel pirata, sin embargo Finn se mantenía sumido en la fiereza no importaba cual fuese la situación.
Eilydh miró el sombrero con recelo mientras.
-Creo que ya habíamos aclarado que yo era la que decidía en ese tema.. así que mejor que pienses como te refieres al acto de yacer conmigo- dijo dirigiendole una mirada brusca a Finn, pero a la vez entendiendo lo que quería decir el hombre.
Se enrojeció por algún motivo.
- Yo no quiero ese cargo. Además..Crees que van aceptar que una mujer los lidere? No seas ingenuo- dijo, mientras el hombre la señalaba con un dedo pulgar mientras la pronunciaba lider. El resto de los hombres de la embarcación la miraron con recelo y empezaron a esbozar las armas con más resentimiento aún, casi actuando como la imagen mental que había imaginado Eilydh.
-Dios maldiga a quien sigue a mujeres- gritó uno de los piratas.. escupiendo en la cubierta y la chica vió como muchos de los hombres se bajaban del barco, furiosos por la repentina muerte del capitán y más indignados aún por el hecho de que ella los fuese a liderar.
La elfa agarró a Finn del brazo. El hombre parecía solo estar interesado en encontrar su barco en aquel momento y Eilydh estaba empezando a frustrarse por la cabezonería del chico.
-El capitán debe elegir bien a sus hombres- Dijo la chica alzando la voz- Y yo solo necesito un hombre al que liderar- dijo la chica, esta vez posando los ojos directamente en los de Finn dejando claro que se dirigía a él, y que aquello era el primer pago de los dos favores que le debía- Sin embargo... este navío necesita un hombre fuerte y conocedor del mar que lo guíe. Finn ha recorrido todos los mares de Aerandir en menos de un ciclo - se inventó la chica- Ha yacido con sirenas y vuelto vivo para contarlo. Ha matado a elfos con las manos desnudas y sabe invocar a Odin en plegarias guiadas por su espada- dijo la chica.- No imagino un hombre mejor para guiaros hasta la riqueza y ... hacia el ron.- bromeó.
-AYE- dijeron muchos de los piratas, alzando los sables apoyando la noción de la chica.- AYE, AYE!- repitieron más de los presentes haciendo ruido y esperando la respuesta del vikingo. Lo cierto es que la cantidad de piratas se había reducido considerablemente al ver a la chica al timón, pero aún quedaban al menos 30 hombres blandiendo sus espadas.
- Un lider no es nada sin una tropa que los siga...- le dijo la chica dirigiéndose a Finn esta vez y refiriéndose a la vez a su propuesta de tomar el timón de aquel barco y ser capitán y con ello aceptar el pago de su primer favor- Además, este navío está mas acomodado que el otro para tu tarea de entrenarme... y yo tengo muchas otros planes...- sonrió enigmática.
Deseó con todas sus ganas que el hombre se quedase allí.
No podía dejar marchar a Finn. No sabía nada de barcos. El chico era su puerta a aprender a pelear otra que dando dagazos... además no le gustaba sentirse curiosa por alguien a quien no podía leer.
Le pasó el sombrero, recelosa.
Eilydh miró el sombrero con recelo mientras.
-Creo que ya habíamos aclarado que yo era la que decidía en ese tema.. así que mejor que pienses como te refieres al acto de yacer conmigo- dijo dirigiendole una mirada brusca a Finn, pero a la vez entendiendo lo que quería decir el hombre.
Se enrojeció por algún motivo.
- Yo no quiero ese cargo. Además..Crees que van aceptar que una mujer los lidere? No seas ingenuo- dijo, mientras el hombre la señalaba con un dedo pulgar mientras la pronunciaba lider. El resto de los hombres de la embarcación la miraron con recelo y empezaron a esbozar las armas con más resentimiento aún, casi actuando como la imagen mental que había imaginado Eilydh.
-Dios maldiga a quien sigue a mujeres- gritó uno de los piratas.. escupiendo en la cubierta y la chica vió como muchos de los hombres se bajaban del barco, furiosos por la repentina muerte del capitán y más indignados aún por el hecho de que ella los fuese a liderar.
La elfa agarró a Finn del brazo. El hombre parecía solo estar interesado en encontrar su barco en aquel momento y Eilydh estaba empezando a frustrarse por la cabezonería del chico.
-El capitán debe elegir bien a sus hombres- Dijo la chica alzando la voz- Y yo solo necesito un hombre al que liderar- dijo la chica, esta vez posando los ojos directamente en los de Finn dejando claro que se dirigía a él, y que aquello era el primer pago de los dos favores que le debía- Sin embargo... este navío necesita un hombre fuerte y conocedor del mar que lo guíe. Finn ha recorrido todos los mares de Aerandir en menos de un ciclo - se inventó la chica- Ha yacido con sirenas y vuelto vivo para contarlo. Ha matado a elfos con las manos desnudas y sabe invocar a Odin en plegarias guiadas por su espada- dijo la chica.- No imagino un hombre mejor para guiaros hasta la riqueza y ... hacia el ron.- bromeó.
-AYE- dijeron muchos de los piratas, alzando los sables apoyando la noción de la chica.- AYE, AYE!- repitieron más de los presentes haciendo ruido y esperando la respuesta del vikingo. Lo cierto es que la cantidad de piratas se había reducido considerablemente al ver a la chica al timón, pero aún quedaban al menos 30 hombres blandiendo sus espadas.
- Un lider no es nada sin una tropa que los siga...- le dijo la chica dirigiéndose a Finn esta vez y refiriéndose a la vez a su propuesta de tomar el timón de aquel barco y ser capitán y con ello aceptar el pago de su primer favor- Además, este navío está mas acomodado que el otro para tu tarea de entrenarme... y yo tengo muchas otros planes...- sonrió enigmática.
Deseó con todas sus ganas que el hombre se quedase allí.
No podía dejar marchar a Finn. No sabía nada de barcos. El chico era su puerta a aprender a pelear otra que dando dagazos... además no le gustaba sentirse curiosa por alguien a quien no podía leer.
Le pasó el sombrero, recelosa.
Eilydh
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Re: Galera, arena y enemigos. [Privado] [Finn Devlin] [Finalizado]
¿Porque simplemente no me dejan ir a mi barco? No se suponía que yo fuera a comandar un barco como este, no, además esos treinta hombres que se habían quedado seguro que tampoco les importaba tener a una mujer liderandolos, pero las palabras de Eily, al menos eso que dijo de que necesitaba a un hombre que la liderase me hizo esbozar una pequeña sonrisa. Me quede mirando como el resto de los hombres no hacía otra cosa que apoyar esa moción para tenerme como capitán cuando a mi me interesaba poco, eran piratas, no eran los guerreros que estaba buscando ni mucho menos, no eran hombres que adorasen a los dioses como lo hacía yo o siquiera creyeran en ellos, eran nada mas que peones desechables. - Después de lo que he visto hoy tengo dudas sobre si te hace falta realmente un entrenamiento. - Proteste mientras tomaba el sombrero y lo partía en dos para tirarlo hacia un lado con rudeza. - No necesito un sombrero de mierda para que me digan que soy un capitán ¡Sacos de estiércol quiero a diez de vosotros yendo a por mi otro barco y atarlo con cuerdas a la popa de este, ahora! - Grite con claro mal humor en mi tono de voz.
Luego de aquello simplemente mire a Eily de reojo con el enfado en la mirada para girarme haciendo un leve gesto con el brazo. - El resto de estiércol que se ponga a preparar todo para mañana, mañana partiremos de esta isla así que quiero toda la comida, bebida y mujeres que podáis conseguir de este basurero. - No hablaba de buena gana, pero eran órdenes de un capitán y estaba seguro de que ninguno tenia ganas de luchar conmigo. Abrí la puerta para dirigirme hacia las escaleras que daban a la cubierta superior del barco, aquella donde estaba el timón del barco y el cual podía guiarlo a través de las olas, por el camino tome el cuerpo de Mamoa por un pie, era pesado hasta muerto, pero lo arrastre lo bastante como para sacarlo fuera.
- Supongo que Toki y los otros hombres no se quedaran quietos, mejor irnos mañana, pero antes quiero hacer un sacrificio a los dioses… ¡Ustedes dos, tomen dos lanzas y clavarlas en los brazos de este cadáver sin cabeza y traed el cráneo de una cabra! - Y después de unos minutos en donde hice caso omiso a Eily, porque prácticamente la ignoraba todo el rato, la cubierta superior terminó siendo un lugar ritual en donde termine por tener un trofeo: El cuerpo de Mamoa clavado en dos lanzas y un cráneo de cabra donde estaba antes su cabeza, empecé a lanzar plegarias y rezos en voz baja antes de mancharme el rostro con la sangre del cuerpo y entonces me gire para ver por primera vez a Eily.
- No me gusta lo que haces elfa, no es mi estilo, pero se que matarte no me conviene ahora… Así que te dejare medio muerta ¡En guardia! - Y me lance hacia ella, tome la empuñadura de mi espada con fuerza para cuando estuve a medio metro lance un barrido hacia sus muslos con fuerza, no me estaba conteniendo por nada y de hecho con el enfado estaba desatando lo necesario para entrenarla como debía entrenarse a todo guerrero, con sangre y acero.
Luego de aquello simplemente mire a Eily de reojo con el enfado en la mirada para girarme haciendo un leve gesto con el brazo. - El resto de estiércol que se ponga a preparar todo para mañana, mañana partiremos de esta isla así que quiero toda la comida, bebida y mujeres que podáis conseguir de este basurero. - No hablaba de buena gana, pero eran órdenes de un capitán y estaba seguro de que ninguno tenia ganas de luchar conmigo. Abrí la puerta para dirigirme hacia las escaleras que daban a la cubierta superior del barco, aquella donde estaba el timón del barco y el cual podía guiarlo a través de las olas, por el camino tome el cuerpo de Mamoa por un pie, era pesado hasta muerto, pero lo arrastre lo bastante como para sacarlo fuera.
- Supongo que Toki y los otros hombres no se quedaran quietos, mejor irnos mañana, pero antes quiero hacer un sacrificio a los dioses… ¡Ustedes dos, tomen dos lanzas y clavarlas en los brazos de este cadáver sin cabeza y traed el cráneo de una cabra! - Y después de unos minutos en donde hice caso omiso a Eily, porque prácticamente la ignoraba todo el rato, la cubierta superior terminó siendo un lugar ritual en donde termine por tener un trofeo: El cuerpo de Mamoa clavado en dos lanzas y un cráneo de cabra donde estaba antes su cabeza, empecé a lanzar plegarias y rezos en voz baja antes de mancharme el rostro con la sangre del cuerpo y entonces me gire para ver por primera vez a Eily.
- No me gusta lo que haces elfa, no es mi estilo, pero se que matarte no me conviene ahora… Así que te dejare medio muerta ¡En guardia! - Y me lance hacia ella, tome la empuñadura de mi espada con fuerza para cuando estuve a medio metro lance un barrido hacia sus muslos con fuerza, no me estaba conteniendo por nada y de hecho con el enfado estaba desatando lo necesario para entrenarla como debía entrenarse a todo guerrero, con sangre y acero.
Finn Devlin
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Re: Galera, arena y enemigos. [Privado] [Finn Devlin] [Finalizado]
La sonrisa en los labios de Finn fue la única respuesta que necesitó la elfa, pero también fue una advertencia. Finn no solia estar rodeado de mujeres por más de media hora. Una hora máximo, y la chica entendio su enfado como una pataleta al principio y supuso que era el precio que pagaba.
Le caía bien. Odiaba no entender los motivos por los que su mente siempre soñaba con el ardor de la guerra y supuso que tenerlo de su lado era mil veces mejor que tenerlo en contra, por ello lo dejó dar ordenes a los marineros que parecían dar gracias por tener algo que hacer. Lo vio entra en la cubierta principal y decidió que no queria tentar su suerte demasiado teniendo en cuenta que estaba enfadado. Lo dejó solo com su enfado y bajó al almacen a hacer un recuento de comida y bienes.
Varios barriles de cerveza. cebada. algunas manzanas. pescados y carnes que no olian particularmente bien.
-Cuantos hombres duerme aquí abajo, chico?--pregunto a un ninño de no mas de 13 años que se encargaba de limpiar el suelo.
-80 señorita... pero ahora supongo que menos.-dijo el chico.
-Supones bien, muchacho. Nuestro capitan es tremendamente perfeccionista- dijo posando una mano en su hombro- tu trabajo es que esos hombres tengan siempre una cama mullida donde dormir y esto este siempre listo, sino descansan bien no podrán realizar las actividades por la mañana y eso.. eso si es un problema. Tambien quiero reportes de la comida y lo que se gasta.
Una vez se hubo cercionado de que el chico la entendia, Eilydh subio a la cubierta. Finn seguía enfadado y aquello empezaba a molestarla, pero se dijo a si misma que en algún momento tendría que darse por vencido. Había colgado la cabeza del pirata en una estaca. La elfa torció el gesto ante aquella expresión barbarica pero no dijo nada, solo pensó que mejor esa que su cabeza.
Iba a preguntarle cuándo demonios iba a pasársele su enfado cuando el chico se le adelantó, La chica no entendió exactamente que era aquello que había hecho que no le gustaba, y aquello fue la gota que colmó el vaso. Además podía ver como 7 de los marineros venía seguido de prostitutas a través de la ladera, y aquello la puso incluso de peor humor.
Como leyendo sus pensamientos, el hombre se avalanzó sobre ella.Por desgracia los reflejos de la chica que no lo esperaba no fueron lo suficientemte rápidos como para parar la estocada que alcanzó sus muslos y rompió su vestido y la funda de su daga, haciendola volar por los aires.
La cabeza de Eilydh normalmente fría y serena se llenó de furia. Furia por su daga ahora en el suelo de la cubierta. Por Emmet y su padre que la pensaron mercancía. Por los mercenarios de la 4ta noche de su exilio que la tomaron como tal, pero sobre todo sintio furia hacia Finn, al que acababa de mostrar vulnerabilidad y había respondido atacandola.
Y aquello fue suficiente.
Eilydh saltó embistiendo al humano. Sabía que no era lo suficientemente pesada como para derrumbarlo, de hecho no dudaba que no iba a hacer siquiera que se moviese dos palmos, pero aprovechó el tiempo entre la estacada de este para agarrar la mano con la que empuñaba la espada.
-Debí suponer que no ibas a apostar por un entrenamiento justo- dijo haciendo un pulso evitando que el hombre moviese su brazo de nuevo. Sabía que no iba a aguantar mucho, y no tenía daga, así que agarró la mano de Finn poniendo fuerza en un punto exacto para debilitar la empuñadura de la espada, tan y como había aprendido en la mancomunidad. Aprovechoó la sensacioón electrica que el hombre debió sentir al presionar aquella zona entre el hueso y el nervio para pegar una patada a la espada y desarmarlo.
- Yo sin embargo, si que prefiero aprender de manera justa- Su corte en el muslo estaba cicatrizando y la chica embistió ahora hacia el humano lanzando un puñetazo desde abajo de su mandibula intentando que al menos perdiese alguno de sus dientes. O se cortase la lengua
Le caía bien. Odiaba no entender los motivos por los que su mente siempre soñaba con el ardor de la guerra y supuso que tenerlo de su lado era mil veces mejor que tenerlo en contra, por ello lo dejó dar ordenes a los marineros que parecían dar gracias por tener algo que hacer. Lo vio entra en la cubierta principal y decidió que no queria tentar su suerte demasiado teniendo en cuenta que estaba enfadado. Lo dejó solo com su enfado y bajó al almacen a hacer un recuento de comida y bienes.
Varios barriles de cerveza. cebada. algunas manzanas. pescados y carnes que no olian particularmente bien.
-Cuantos hombres duerme aquí abajo, chico?--pregunto a un ninño de no mas de 13 años que se encargaba de limpiar el suelo.
-80 señorita... pero ahora supongo que menos.-dijo el chico.
-Supones bien, muchacho. Nuestro capitan es tremendamente perfeccionista- dijo posando una mano en su hombro- tu trabajo es que esos hombres tengan siempre una cama mullida donde dormir y esto este siempre listo, sino descansan bien no podrán realizar las actividades por la mañana y eso.. eso si es un problema. Tambien quiero reportes de la comida y lo que se gasta.
Una vez se hubo cercionado de que el chico la entendia, Eilydh subio a la cubierta. Finn seguía enfadado y aquello empezaba a molestarla, pero se dijo a si misma que en algún momento tendría que darse por vencido. Había colgado la cabeza del pirata en una estaca. La elfa torció el gesto ante aquella expresión barbarica pero no dijo nada, solo pensó que mejor esa que su cabeza.
Iba a preguntarle cuándo demonios iba a pasársele su enfado cuando el chico se le adelantó, La chica no entendió exactamente que era aquello que había hecho que no le gustaba, y aquello fue la gota que colmó el vaso. Además podía ver como 7 de los marineros venía seguido de prostitutas a través de la ladera, y aquello la puso incluso de peor humor.
Como leyendo sus pensamientos, el hombre se avalanzó sobre ella.Por desgracia los reflejos de la chica que no lo esperaba no fueron lo suficientemte rápidos como para parar la estocada que alcanzó sus muslos y rompió su vestido y la funda de su daga, haciendola volar por los aires.
La cabeza de Eilydh normalmente fría y serena se llenó de furia. Furia por su daga ahora en el suelo de la cubierta. Por Emmet y su padre que la pensaron mercancía. Por los mercenarios de la 4ta noche de su exilio que la tomaron como tal, pero sobre todo sintio furia hacia Finn, al que acababa de mostrar vulnerabilidad y había respondido atacandola.
Y aquello fue suficiente.
Eilydh saltó embistiendo al humano. Sabía que no era lo suficientemente pesada como para derrumbarlo, de hecho no dudaba que no iba a hacer siquiera que se moviese dos palmos, pero aprovechó el tiempo entre la estacada de este para agarrar la mano con la que empuñaba la espada.
-Debí suponer que no ibas a apostar por un entrenamiento justo- dijo haciendo un pulso evitando que el hombre moviese su brazo de nuevo. Sabía que no iba a aguantar mucho, y no tenía daga, así que agarró la mano de Finn poniendo fuerza en un punto exacto para debilitar la empuñadura de la espada, tan y como había aprendido en la mancomunidad. Aprovechoó la sensacioón electrica que el hombre debió sentir al presionar aquella zona entre el hueso y el nervio para pegar una patada a la espada y desarmarlo.
- Yo sin embargo, si que prefiero aprender de manera justa- Su corte en el muslo estaba cicatrizando y la chica embistió ahora hacia el humano lanzando un puñetazo desde abajo de su mandibula intentando que al menos perdiese alguno de sus dientes. O se cortase la lengua
Eilydh
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Re: Galera, arena y enemigos. [Privado] [Finn Devlin] [Finalizado]
Vestido rasgado y desarmada, por la daga que había sido lanzada por los aires y ahora yacía en los suelos de madera de la cubierta, nunca dije que iba a dar un entrenamiento y eso estaba por demostrarlo. Pero Eily no era ninguna tonta que se dejara impresionar por eso, estaba seguro y no tardo en lanzarse al ataque, sabía muy bien de lo que era capaz de hacer con una espada como sin ellas, así que dudaba que la chica estuviera haciendo las cosas sin pensarlas antes y hay estaba su problema… Pensaba mucho. Sentí el escalofrío recorrer toda mi brazo cuando sentí aquel apretón en mi muñeca y claramente perdí el agarre de mi espada haciendo que cayera al suelo, el sonido del metal tocar contra la madera húmeda resonó en el lugar como un silbato que daba inicio al verdadero entrenamiento, cuando la vi acercarse de esa manera solamente tuve que dar unos dos pasos hacia atrás y echar la cabeza hacia atrás un poco mientras dejaba mi pierna derecha mas que preparada.
Su golpe paso por delante de mi como si nada y aprovechando la postura en la que se encontraba lance una patada hacia su costado desprotegido, en la zona del vientre y las costillas mas concretamente, la bota de cuero duro golpeó contra la blanda piel de la elfa con fuerza y seguro que ahora podría darse cuenta de que mis golpes no eran nada suaves, muchos me habían dicho que tenia la fuerza de un oso, yo solamente sabía que mis golpes eran duros y que con entrenamiento quizás podrían ser hasta mas duros. - ¡Yo no te pedí tener un barco con la basura de los mares! ¡Mi estilo no es este, estos son tus hombres, no los míos, no son guerreros… Son pura mierda! ¡Como lo has sido tu, vamos enfurecete, eso es! ¡Ven a matarme! - Hice un gesto con las manos para que se lanzará al combate, pero esta vez iba a ser yo quien llevara la ofensiva.
- No eres mas que una elfa que sabe usar un cuchillo de cocina, aprende a pelear o tendrás que aprender a dar buenas ma*** ¡Vamos princesita, no pienses, hazme sangrar de una vez! - La quería furiosa, era lo que esperaba conseguir con todas estas provocaciones, un guerrero de verdad luchaba enserio cuando la sangre le hervía de tal manera que solamente querías ver a tu oponente sangrando o muerto, quería conseguir eso en cada entrenamiento, aunque la elfa no lograra comprenderlo de momento. Que se enfadara y se enojara era el primer paso hacia el camino de la Valquiria.
Mi ofensiva fue realmente simple, eche mi cuerpo hacia delante rápidamente, todo rapido que pide mientras extendía mi brazo izquierdo para intentar agarrar uno de los brazos o el hombro de la elfa a la vez que el derecho lanzaba un puñetazo hacia donde pudiera dar, posiblemente su rostro o incluso en su pecho u hombros, iba con toda la ofensiva posible en este entrenamiento de sangre.
Su golpe paso por delante de mi como si nada y aprovechando la postura en la que se encontraba lance una patada hacia su costado desprotegido, en la zona del vientre y las costillas mas concretamente, la bota de cuero duro golpeó contra la blanda piel de la elfa con fuerza y seguro que ahora podría darse cuenta de que mis golpes no eran nada suaves, muchos me habían dicho que tenia la fuerza de un oso, yo solamente sabía que mis golpes eran duros y que con entrenamiento quizás podrían ser hasta mas duros. - ¡Yo no te pedí tener un barco con la basura de los mares! ¡Mi estilo no es este, estos son tus hombres, no los míos, no son guerreros… Son pura mierda! ¡Como lo has sido tu, vamos enfurecete, eso es! ¡Ven a matarme! - Hice un gesto con las manos para que se lanzará al combate, pero esta vez iba a ser yo quien llevara la ofensiva.
- No eres mas que una elfa que sabe usar un cuchillo de cocina, aprende a pelear o tendrás que aprender a dar buenas ma*** ¡Vamos princesita, no pienses, hazme sangrar de una vez! - La quería furiosa, era lo que esperaba conseguir con todas estas provocaciones, un guerrero de verdad luchaba enserio cuando la sangre le hervía de tal manera que solamente querías ver a tu oponente sangrando o muerto, quería conseguir eso en cada entrenamiento, aunque la elfa no lograra comprenderlo de momento. Que se enfadara y se enojara era el primer paso hacia el camino de la Valquiria.
Mi ofensiva fue realmente simple, eche mi cuerpo hacia delante rápidamente, todo rapido que pide mientras extendía mi brazo izquierdo para intentar agarrar uno de los brazos o el hombro de la elfa a la vez que el derecho lanzaba un puñetazo hacia donde pudiera dar, posiblemente su rostro o incluso en su pecho u hombros, iba con toda la ofensiva posible en este entrenamiento de sangre.
Finn Devlin
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Re: Galera, arena y enemigos. [Privado] [Finn Devlin] [Finalizado]
Al humano no debió de hacerle mucha gracia el perder la espada, pero era rápido y tenia la ventaja de la altura y la fuerza. Eilydh sopesó sus posibilidades antes de volver a embestir, pero fue demasiado tarde, el ataque de la elfa no llegó a herir al humano y la chica se dio de lleno con una patada en el estomago que la dejó por un momento sin respiración.
Pero no sin oidos.
La sangre le hervía en la sien. No entendía como Finn podía ser tan desagradecido. Vigiló sus brazos marcado con las heridas que ella misma le había curado y se odió por haber confiado en aquel hombre.Se levantó del suelo, aún recobrando la respiración. Había estado herida de varias maneras en su vida, pero aún sentia la furia dentro de ella por exponer su vulnerabildad. Las palabras del humano seguían golpeando en su cabeza. Es que acaso sabía bien donde hacerle daño? Cómo cada estocada que había recibido en el pasado, como cada vez que le habían dicho que no era buena para aquello. Justo como cada vez que ella misma había pensado que no era más que un objeto de deseo y posesión. Pero dolía extremadamente más porque venía de él, al que había dejado entrever sus miedos la noche anterior y que pensó quizás podía verla como una igual, una Valquiria.
Vio cómo Finn agarraba su hombro impidiendole avanzar y cómo embestía un puñetazo hacia la chica, que acertó en el otro hombro. Pero ya no oía. Solo leía sus labios y aquello la hizo sentir asco por ellos como cada vez que Xander la había llamado princesita. El era más alto y fuerte que ella, pero no más rápido, ni más ágil, así que la chica dejó de pensar y finalmente su mente se derrumbó, y sus ojos se llenaron de lágrimas que había acumulado mucho tiempo, demasiado y que ahora solo tenían un objetivo:
Ver la cabeza de Finn en una estaca.
Esquivó el siguiente puñetazo por primera vez y sin darle tiempo a que el chico reaccionase saltó sobre él, con la furia en sus ojos y rodeó su cintura con sus piernas apresándolo con un grito que salió de su estómago . Con sus manos agarró la cabeza del chico y por un momento dejó que este entreviese sus lágrimas de ira para finalmente golpearlo con su propia cabeza en la del hombre tan fuerte como pudo. Si no lograba que perdiese el equilibrio y lograr ventaja una vez en el suelo, al menos ella sería la que perdería la consciencia.
De una manera u otra, Eilydh acabaría con su ira.
Pero no sin oidos.
La sangre le hervía en la sien. No entendía como Finn podía ser tan desagradecido. Vigiló sus brazos marcado con las heridas que ella misma le había curado y se odió por haber confiado en aquel hombre.Se levantó del suelo, aún recobrando la respiración. Había estado herida de varias maneras en su vida, pero aún sentia la furia dentro de ella por exponer su vulnerabildad. Las palabras del humano seguían golpeando en su cabeza. Es que acaso sabía bien donde hacerle daño? Cómo cada estocada que había recibido en el pasado, como cada vez que le habían dicho que no era buena para aquello. Justo como cada vez que ella misma había pensado que no era más que un objeto de deseo y posesión. Pero dolía extremadamente más porque venía de él, al que había dejado entrever sus miedos la noche anterior y que pensó quizás podía verla como una igual, una Valquiria.
Vio cómo Finn agarraba su hombro impidiendole avanzar y cómo embestía un puñetazo hacia la chica, que acertó en el otro hombro. Pero ya no oía. Solo leía sus labios y aquello la hizo sentir asco por ellos como cada vez que Xander la había llamado princesita. El era más alto y fuerte que ella, pero no más rápido, ni más ágil, así que la chica dejó de pensar y finalmente su mente se derrumbó, y sus ojos se llenaron de lágrimas que había acumulado mucho tiempo, demasiado y que ahora solo tenían un objetivo:
Ver la cabeza de Finn en una estaca.
Esquivó el siguiente puñetazo por primera vez y sin darle tiempo a que el chico reaccionase saltó sobre él, con la furia en sus ojos y rodeó su cintura con sus piernas apresándolo con un grito que salió de su estómago . Con sus manos agarró la cabeza del chico y por un momento dejó que este entreviese sus lágrimas de ira para finalmente golpearlo con su propia cabeza en la del hombre tan fuerte como pudo. Si no lograba que perdiese el equilibrio y lograr ventaja una vez en el suelo, al menos ella sería la que perdería la consciencia.
De una manera u otra, Eilydh acabaría con su ira.
Eilydh
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Re: Galera, arena y enemigos. [Privado] [Finn Devlin] [Finalizado]
No pude mas que esbozar una ligera sonrisa al ver como me estaba contraatacando después de recibir aquel golpe en su hombro, seguro que le dolía todo lo que le había lanzado y por primera vez se estaba dejando llevar por todo lo que tenia guardado dentro, quizás podría matarme, pero me daba igual ¿Porque? Porque si alguien tenia que recibir todos los golpes que la elfa podía dar y tenia que dar seguramente no había mejor persona que yo, supongo que conocer sus miedos la noche anterior me había servido para ir pensando la forma de hacer que sucumbiera a la ira y la dejara salir. Cuando el siguiente puñetazo fue esquivado sentí como sus piernas rodearon mi cintura en un rápido movimiento, una llave que no vi avecinarse y que no esperaba por lo que esta vez si que me fue ella la que me pilló por sorpresa.
Las lágrimas que soltaba era de enfado, pero no era de enfado conmigo de eso estaba seguro, en parte seguro que eran con el mundo y por otra parte estaba seguro de que eran consigo misma y correspondí a ese cabezazo con uno por mi parte a la vez, las dos cabezas chocaron al unísono para que se escuchara un sonido sordo y seco, tropecé con una de las tablillas de madera haciendo que mi cuerpo cayera de espaldas contra la madera y entonces mi espalda se golpeó contra el suelo, pero no terminaba aquí, no le iba a dar esa ventaja de estar sobre mi.
Rápidamente como caí del suelo gire mi cuerpo usando la fuerza necesaria para colocar a Eily debajo y apreté el puño derecho para lanzar un puñetazo que iba directo hacia su rostro, si no se cruzaba de brazos o algo seguramente acabara con la nariz rota y el rostro desfigurado o eso quería hacerle pensar, el puñetazo tocó el suelo de madera rompiendo una tablilla en dos. - Lo has hecho bien, primera lección aprendida Eily, deja que toda esa ira salga de tu cuerpo, todo ese resentimiento, llora todo lo que necesites y haz tuyo todo ese ardor de tus venas. - Mi voz ya no estaba llena de palabras hirientes o venenosas, ahora eran palabras como las de un entrenador de soldados que halaga a uno por superar alguna dificultad, un tono mas familiar si quieren verlo así. - Y me puedes soltar la cintura si gustas, si quieres seguir dándote de puñetazo no tengo reparo alguno, puedo aguantar esos golpes de desahogos que me des. - Moví la mano que había golpeado la tabla de madera, tenia astillas clavadas en la piel y sangraba, pero nada que no se pudiera curar con el pasar de las horas realmente. ¿Que haría mi compañera elfa ahora? ¿Continuaría con la rabia a base de puñetazos o se daria que todo lo ocurrido no había sido mas que una treta para hacerla desahogarse de una buena vez? El primer paso para llenarte de sed de batalla era... Vaciar tu mente contaminada.
Las lágrimas que soltaba era de enfado, pero no era de enfado conmigo de eso estaba seguro, en parte seguro que eran con el mundo y por otra parte estaba seguro de que eran consigo misma y correspondí a ese cabezazo con uno por mi parte a la vez, las dos cabezas chocaron al unísono para que se escuchara un sonido sordo y seco, tropecé con una de las tablillas de madera haciendo que mi cuerpo cayera de espaldas contra la madera y entonces mi espalda se golpeó contra el suelo, pero no terminaba aquí, no le iba a dar esa ventaja de estar sobre mi.
Rápidamente como caí del suelo gire mi cuerpo usando la fuerza necesaria para colocar a Eily debajo y apreté el puño derecho para lanzar un puñetazo que iba directo hacia su rostro, si no se cruzaba de brazos o algo seguramente acabara con la nariz rota y el rostro desfigurado o eso quería hacerle pensar, el puñetazo tocó el suelo de madera rompiendo una tablilla en dos. - Lo has hecho bien, primera lección aprendida Eily, deja que toda esa ira salga de tu cuerpo, todo ese resentimiento, llora todo lo que necesites y haz tuyo todo ese ardor de tus venas. - Mi voz ya no estaba llena de palabras hirientes o venenosas, ahora eran palabras como las de un entrenador de soldados que halaga a uno por superar alguna dificultad, un tono mas familiar si quieren verlo así. - Y me puedes soltar la cintura si gustas, si quieres seguir dándote de puñetazo no tengo reparo alguno, puedo aguantar esos golpes de desahogos que me des. - Moví la mano que había golpeado la tabla de madera, tenia astillas clavadas en la piel y sangraba, pero nada que no se pudiera curar con el pasar de las horas realmente. ¿Que haría mi compañera elfa ahora? ¿Continuaría con la rabia a base de puñetazos o se daria que todo lo ocurrido no había sido mas que una treta para hacerla desahogarse de una buena vez? El primer paso para llenarte de sed de batalla era... Vaciar tu mente contaminada.
Finn Devlin
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Re: Galera, arena y enemigos. [Privado] [Finn Devlin] [Finalizado]
Le daba vueltas la cabeza. Finn había correspondido a su ataque y la chica pensó que había sido en vano hasta que la sensación de gravedad agitó su estómago por un momento. No estaba segura de si había hecho que le guerrero cayese o había sido la colisión de ambos cráneos lo que lo había hecho pero tuvo poco tiempo para pensar pues el golpe contra la cubierta acabó con el cuerpo del hombre sobre ella y dispuesto a estocar el siguiente puñetazo pero Eilydh reaccionó rápida cubriendose la cara y esperando el dolor que... nunca llegó.
De repente el sonido de su corazón latiendo era el único que se oia, como si todo aquel tiempo sus palabras mentales hubiesen sido la banda sonora a su cabeza. El chico había parado. Por qué? tardó en entender sus palabras un momento, y se dio cuenta de que había olvidado que aquello era una lección mientras algunas lágrimas aún caían por sus mejillas. Eilydh agarró la barba del chico aún con la adrenalina en el cuerpo y apretó la mandíbula sin decidirse a darle el puñetazo que tenía guardado en la otra mano.
La dejó caer, y el chico le recordó que aún estaba amarrada a su cintura. En otra ocasión aquello la habría hecho sonrojar, sin embargo, estaba furiosa porque Finn había conseguido enfurecerla. Estaba enojada que el chico se hubiese metido en su mente mucho antes de que ella hubiese atisbado la de él. Sin saber que quizás justo aquello era lo que él tenía en la mente.
Lo liberó de sus piernas finalmente justo a tiempo para la llegada de los invitados a la improvisada fiesta que Finn había decidido dar aquella noche. Varias de las prostitutas dieron un grito y risotadas al ver a la chica tumbada en el suelo de manera sospechosa.
Eilydh se levantó furiosa sin saber exactamente con quién. Sabía que aquello era lo que quería y que la haría más fuerte, pero no dejaba que nadie la viese llorar. Nunca por mucho dolor que tuviese.
-Yo nunca te pedí juegos mentales, humano- dijo sin más. Quizás se arrepentiría en menos de media hora, pero no tenia la habilidad para desconectar de aquella pelea tan rápido sobre todo porque ella estaba esperando solo moratones y cortes, nada más. Acababa de descubrir que abrirse de nuevo al humano podía ser peligroso, así que se puso su coraza..
Las prostitutas se acomodaron en la cubierta y dos de ellas se acercaron a Finn tras indicaciones de uno de los marineros. No se ofreció a curarle las heridas de la mano.
-Disfruta del placer de tu victoria- dijo Eilydh aún seria y sin mirar al chico- La próxima vez será la mia.- añadió.
Bajó a uno de los camarotes privados y cerró la puerta tras de si. Dió varios puñetazos a la almohada y ahogó en ella un grito derramando las últimas lágrimas que jamás se permitiría derramar. Sonrió, sintiéndose más fuerte que hacía una hora y comenzó a curar sus magulladuras
De repente el sonido de su corazón latiendo era el único que se oia, como si todo aquel tiempo sus palabras mentales hubiesen sido la banda sonora a su cabeza. El chico había parado. Por qué? tardó en entender sus palabras un momento, y se dio cuenta de que había olvidado que aquello era una lección mientras algunas lágrimas aún caían por sus mejillas. Eilydh agarró la barba del chico aún con la adrenalina en el cuerpo y apretó la mandíbula sin decidirse a darle el puñetazo que tenía guardado en la otra mano.
La dejó caer, y el chico le recordó que aún estaba amarrada a su cintura. En otra ocasión aquello la habría hecho sonrojar, sin embargo, estaba furiosa porque Finn había conseguido enfurecerla. Estaba enojada que el chico se hubiese metido en su mente mucho antes de que ella hubiese atisbado la de él. Sin saber que quizás justo aquello era lo que él tenía en la mente.
Lo liberó de sus piernas finalmente justo a tiempo para la llegada de los invitados a la improvisada fiesta que Finn había decidido dar aquella noche. Varias de las prostitutas dieron un grito y risotadas al ver a la chica tumbada en el suelo de manera sospechosa.
Eilydh se levantó furiosa sin saber exactamente con quién. Sabía que aquello era lo que quería y que la haría más fuerte, pero no dejaba que nadie la viese llorar. Nunca por mucho dolor que tuviese.
-Yo nunca te pedí juegos mentales, humano- dijo sin más. Quizás se arrepentiría en menos de media hora, pero no tenia la habilidad para desconectar de aquella pelea tan rápido sobre todo porque ella estaba esperando solo moratones y cortes, nada más. Acababa de descubrir que abrirse de nuevo al humano podía ser peligroso, así que se puso su coraza..
Las prostitutas se acomodaron en la cubierta y dos de ellas se acercaron a Finn tras indicaciones de uno de los marineros. No se ofreció a curarle las heridas de la mano.
-Disfruta del placer de tu victoria- dijo Eilydh aún seria y sin mirar al chico- La próxima vez será la mia.- añadió.
Bajó a uno de los camarotes privados y cerró la puerta tras de si. Dió varios puñetazos a la almohada y ahogó en ella un grito derramando las últimas lágrimas que jamás se permitiría derramar. Sonrió, sintiéndose más fuerte que hacía una hora y comenzó a curar sus magulladuras
Eilydh
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Re: Galera, arena y enemigos. [Privado] [Finn Devlin] [Finalizado]
Al menos comprendió dos cosas, la primera es que todo esto era una lección para ella misma y lo segundo es que los juegos mentales eran una de mis especialidades, quizás nadie se lo creyese al ver mi aspecto,pero detrás de toda esta fuerza, rudeza y barbarie estaba una mente que siempre pensaba como sacar provecho de cada situación. La escena fue cambiando cuando los piratas fueron llegando para celebrar la fiesta por el nuevo capitán, deje que Eily se marchara mientras yo tenia que atender otros asuntos como eran la comida o tomar un descanso con las prostitutas que me habían traído. Poco a poco la noche fue cayendo en el barco y toda la cubierta fue una fiesta de treinta hombres, por mi parte no podía hacer otra cosa que disfrutar de la reciente compañía femenina de manera mucho mas ruda que lo harían estos piratas y también tomando algo de comida a cada tanto, además de tener una jarra de cerveza en la mano.
Pero algo faltaba y ese algo era Eily, no podría estar del todo cómodo sabiendo que mi segunda al mando estaba de mal humor y no disfrutaba de esto, a todo el mundo le hacía falta disfrutar de las fiestas cuando sucedían. Aún tenia las heridas en la mano y nadie se había parado a sanarlas, porque tampoco es como si tuviéramos un medico a bordo, asi que marche dejando la fiesta atrás hacia los camarotes privados con una cerveza en la mano y entonces empecé a dar golpecitos en todas las puertas abriéndolas de una en una, hasta que. - Voy a entrar. - Dije en voz alta a la vez que daba una pequeña patada en la puerta que se abriese, pues mi otra mano estaba ocupada con un plato que tenia pollo y alguna que otra fruta suelta.
Entre con cuidado para dejar el plato a un lado y luego cerrar la puerta con la mano ahora libre, mirando hacia la elfa sin dejar de dar un sorbo a la cerveza que tenia en la mano, la mano herida. - Te traje comida, no creo que sea bueno que no comas nada y puedo compartir esa cerveza si quieres, además…. No me has curado la mano ¿Puedo sentarme? - Estaba medio borracho, se notaba por que mi cara estaba algo roja y es que mi palidez hacía que se destacase mas el enrojecimiento. - Y sinceramente no se porque creo que lo pasaré mejor contigo esta vez que con la compañía de esas putas y piratas, no son guerreras… Y se ríen de mis chistes y no sabes lo malos que son mis chistes. - Y ese era un buen punto de hecho porque nadie debería reírse, por otra lado ni yo mismo sabía que hacia allí ¿Efectos del alcohol? Quien sabe.
Pero algo faltaba y ese algo era Eily, no podría estar del todo cómodo sabiendo que mi segunda al mando estaba de mal humor y no disfrutaba de esto, a todo el mundo le hacía falta disfrutar de las fiestas cuando sucedían. Aún tenia las heridas en la mano y nadie se había parado a sanarlas, porque tampoco es como si tuviéramos un medico a bordo, asi que marche dejando la fiesta atrás hacia los camarotes privados con una cerveza en la mano y entonces empecé a dar golpecitos en todas las puertas abriéndolas de una en una, hasta que. - Voy a entrar. - Dije en voz alta a la vez que daba una pequeña patada en la puerta que se abriese, pues mi otra mano estaba ocupada con un plato que tenia pollo y alguna que otra fruta suelta.
Entre con cuidado para dejar el plato a un lado y luego cerrar la puerta con la mano ahora libre, mirando hacia la elfa sin dejar de dar un sorbo a la cerveza que tenia en la mano, la mano herida. - Te traje comida, no creo que sea bueno que no comas nada y puedo compartir esa cerveza si quieres, además…. No me has curado la mano ¿Puedo sentarme? - Estaba medio borracho, se notaba por que mi cara estaba algo roja y es que mi palidez hacía que se destacase mas el enrojecimiento. - Y sinceramente no se porque creo que lo pasaré mejor contigo esta vez que con la compañía de esas putas y piratas, no son guerreras… Y se ríen de mis chistes y no sabes lo malos que son mis chistes. - Y ese era un buen punto de hecho porque nadie debería reírse, por otra lado ni yo mismo sabía que hacia allí ¿Efectos del alcohol? Quien sabe.
Finn Devlin
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Re: Galera, arena y enemigos. [Privado] [Finn Devlin] [Finalizado]
Podía escuchar el sonido de a juerga desde el camarote. De cuando en cuando, además, su propia habitación había estado aderezada por los exaltados gemidos de las prostitutas. Eilydh decidió que era tiempo de explorar cuando escuchó una voz masculina que se acercaba demasiado a la del propio Finn.
Salió del camarote e inspeccionó la sala de mapas, evitando contacto con los marineros. Volvió a su camarote con el brazo lleno de mapas y llaves y se decidió a inspeccionarlos. Había que darle crédito a aquel tal Mamoa.. o a sus escribanos, sabían exactamente que documentar y cómo, evitando letras por si les robaban y tan solo realizando dibujos de todo lo que había acontecido al barco. Por ellos la chica pudo desentrañar que aquel barco tenía un constante ir y venir de cierta gruta, no muy lejos pero supuso que bien escondida. El dibujo que marcaba la ruta hizo que su corazón se parase por un momento. Tanto que decidió dejar de inspeccionarlos por un momento.
Aún no había terminado de curarse. Por alguna razón los moratones siempre tardaban en sanar más que las heridas abiertas y el de su estómago aún se veía verdoso entre sus costillas y su ombligo. Dibujó la forma de la herida con un dedo, obnuvilada mientras contemplaba su imagen en el espejo.
Su tranquilidad no duró mucho. Los gemidos de otras habitaciones habían ocultado el sonido sordo del capitan del barco abriendo puertas y su estrambótica entrada en el cuarto de la chica la sobresaltó y tardó varios segundos en acomodarse la camisola morada tapando su abdomen musculoso.
Puso los ojos en blanco y sonrió ante la visión de Finn. Olía a cerveza y perfume barato a partes por igual y traía un semblante perdido poco común en él.
Mencionó la comida que traía y la mano herida, ensangrentada y con una herida abierta.
-No creo que esa mano te haya molestado lo suficiente como para impedir que disfrutes- dijo irónica, señalando a la jarra de cerveza que cargaba en ella- Es eso o has ahogado el dolor con alcohol- añadió, indicándole que se sentase a su lado mientras ponía el plato de comida en una mesita cercana y le quitaba, no sin un forcejeo la jarra de cerveza al hombre, para poder observar su mano.
Lejos había quedado el enfado y la rabia, y la chica volvía a ser su propia tranquila y callada elfa. Un poco más cuidadosa con lo que dejaba escapar delante del chico por precaución de que supiese exactamente cómo usarlo en su contra, pero afable y cercana.
-Si se rien de tus chistes solo puede ser por dos razones- en realidad pensó una tercera, pero no se la dijo- Les pagas demasiado para lo que trabajan... o han bebido demasiado- dijo abriendo la mano del hombre y examinando la herida. La limpio concienzudamente y luego buscó algún punto de conexión con los bosques de Sandorai, y se topó con los ojos azules del hombre, que le recordaron a los arroyos frescos del bosque, el azul del cielo claro y tranquilo entre los bosques.
Aquello surtió efecto y la herida del hombre empezó a sanar poco a poco. Los ojos de Eilydh se aventuraron de nuevo a explorar los tatuajes del brazo de Finn, aprovechando el estado ebrio del hombre y levantando su manga para seguirlo con los dedos y los ojos, obnuvilada y de pronto se acordó.
-Mientras tú esparcías hijos por isla tortuga- dijo con una broma que llenó sin saber de donde provenía exactamente, con un poco de rencor- Yo encontré esto.
Agarró los mapas y se sentó en la cama, con las piernas acuclilladas y los mapas sobre ellas señalando las distintas rutas del barco y explicandole el sistema de dibujos de los piratas.
-Y esta gruta... este minúsculo punto de aquí..creo que es donde guardan sus tesoros, pues allí es donde se dirigen tras cada motín- dijo la chica señalando los cuadernos de bitácoras- Y supongo que es donde estará tu barco retenido- añadió.
Agarró la jarra de cerveza del hombre y dio un sorbo largo mientras se preguntaba como decir lo siguiente sin parecer paranóica y evitando decir demasiado, en su estado cauteloso tras la pelea.
- Y creo que tienen algo mio.- dijo señalando la estrella particularmente deforme y violácea poco común debido a la pulcritud del resto de los dibujos- Skye- dijo finalmente, refiriendose a su apellido.
Alargó su mano y la puso encima de la que acababa de curar del chico, bocaarriba enseñando su muñeca.
La cicatriz violacea en forma de estrella era casi un calco del dibujo en el mapa cuando ambas se comparaban.
-Ya sabemos donde nos embarcamos mañana- dijo. Bebió otro sorbo largo de cerveza y sus mejillas se encendieron.
Salió del camarote e inspeccionó la sala de mapas, evitando contacto con los marineros. Volvió a su camarote con el brazo lleno de mapas y llaves y se decidió a inspeccionarlos. Había que darle crédito a aquel tal Mamoa.. o a sus escribanos, sabían exactamente que documentar y cómo, evitando letras por si les robaban y tan solo realizando dibujos de todo lo que había acontecido al barco. Por ellos la chica pudo desentrañar que aquel barco tenía un constante ir y venir de cierta gruta, no muy lejos pero supuso que bien escondida. El dibujo que marcaba la ruta hizo que su corazón se parase por un momento. Tanto que decidió dejar de inspeccionarlos por un momento.
Aún no había terminado de curarse. Por alguna razón los moratones siempre tardaban en sanar más que las heridas abiertas y el de su estómago aún se veía verdoso entre sus costillas y su ombligo. Dibujó la forma de la herida con un dedo, obnuvilada mientras contemplaba su imagen en el espejo.
Su tranquilidad no duró mucho. Los gemidos de otras habitaciones habían ocultado el sonido sordo del capitan del barco abriendo puertas y su estrambótica entrada en el cuarto de la chica la sobresaltó y tardó varios segundos en acomodarse la camisola morada tapando su abdomen musculoso.
Puso los ojos en blanco y sonrió ante la visión de Finn. Olía a cerveza y perfume barato a partes por igual y traía un semblante perdido poco común en él.
Mencionó la comida que traía y la mano herida, ensangrentada y con una herida abierta.
-No creo que esa mano te haya molestado lo suficiente como para impedir que disfrutes- dijo irónica, señalando a la jarra de cerveza que cargaba en ella- Es eso o has ahogado el dolor con alcohol- añadió, indicándole que se sentase a su lado mientras ponía el plato de comida en una mesita cercana y le quitaba, no sin un forcejeo la jarra de cerveza al hombre, para poder observar su mano.
Lejos había quedado el enfado y la rabia, y la chica volvía a ser su propia tranquila y callada elfa. Un poco más cuidadosa con lo que dejaba escapar delante del chico por precaución de que supiese exactamente cómo usarlo en su contra, pero afable y cercana.
-Si se rien de tus chistes solo puede ser por dos razones- en realidad pensó una tercera, pero no se la dijo- Les pagas demasiado para lo que trabajan... o han bebido demasiado- dijo abriendo la mano del hombre y examinando la herida. La limpio concienzudamente y luego buscó algún punto de conexión con los bosques de Sandorai, y se topó con los ojos azules del hombre, que le recordaron a los arroyos frescos del bosque, el azul del cielo claro y tranquilo entre los bosques.
Aquello surtió efecto y la herida del hombre empezó a sanar poco a poco. Los ojos de Eilydh se aventuraron de nuevo a explorar los tatuajes del brazo de Finn, aprovechando el estado ebrio del hombre y levantando su manga para seguirlo con los dedos y los ojos, obnuvilada y de pronto se acordó.
-Mientras tú esparcías hijos por isla tortuga- dijo con una broma que llenó sin saber de donde provenía exactamente, con un poco de rencor- Yo encontré esto.
Agarró los mapas y se sentó en la cama, con las piernas acuclilladas y los mapas sobre ellas señalando las distintas rutas del barco y explicandole el sistema de dibujos de los piratas.
-Y esta gruta... este minúsculo punto de aquí..creo que es donde guardan sus tesoros, pues allí es donde se dirigen tras cada motín- dijo la chica señalando los cuadernos de bitácoras- Y supongo que es donde estará tu barco retenido- añadió.
Agarró la jarra de cerveza del hombre y dio un sorbo largo mientras se preguntaba como decir lo siguiente sin parecer paranóica y evitando decir demasiado, en su estado cauteloso tras la pelea.
- Y creo que tienen algo mio.- dijo señalando la estrella particularmente deforme y violácea poco común debido a la pulcritud del resto de los dibujos- Skye- dijo finalmente, refiriendose a su apellido.
Alargó su mano y la puso encima de la que acababa de curar del chico, bocaarriba enseñando su muñeca.
La cicatriz violacea en forma de estrella era casi un calco del dibujo en el mapa cuando ambas se comparaban.
-Ya sabemos donde nos embarcamos mañana- dijo. Bebió otro sorbo largo de cerveza y sus mejillas se encendieron.
Eilydh
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Re: Galera, arena y enemigos. [Privado] [Finn Devlin] [Finalizado]
No le faltaba razón en decir que había ahogado parte del dolor en la cerveza, no saben lo bien que sienta la cerveza para olvidarte del dolor de las heridas y también esta el hecho de que mi cuerpo no sentía el dolor como el resto de los humanos, por alguna razón, digamos que soy mas duro que otros y que también mi cabeza se nubla tan fácilmente con otros pensamientos que no deja para nada que el dolor termine siendo una de esas cosas que pasen por mi mente. Pero después de dejar la cerveza a un lado, noté como la herida de mi mano empezaba a sanar por la magia curativa de Eily, cierto era que sentir como las astillas caen, como la piel volvía a regenerarse era una sensación extraña que me generaba cierto picor en todo el brazo del que todavía no podía explicar, sabia que esta magia provenía de los dioses y que Eily podría tener los dotes curativos de la mismísima Freya, pero aún quedaba muchas cosas por demostrar. Note como su mirada se clavó en la mía, sabia lo que pensaba y el porque mis ojos azulados llamaban tanto la atención, nadie los tenia tan azules y brillantes como yo. No entre los humanos.
Aproveche que la herida se sanaba y que Eily parecía explicarme las cosas que había encontrado para también sentarme en la cama a su lado, poniendo la distancia suficiente como para tener los mapas entre los dos y los mire con curiosidad. Luego mire la muñeca donde tenia ese tatuaje con forma de estrella. - Eres demasiado lista y demasiado buena robando cosas ¿Lo sabes? Y esto… Supongo que no terminamos en esta isla al azar, los dioses tienen algo para nosotros dos. - Era la única explicación que daba, mañana dará las órdenes para marchar hacia donde los piratas tenían escondidos estos tesoros.
- Los piratas que se fueron y Toki también querrán ir hacia los tesoros, así que es mas que probable que nos espere una batalla en ese lugar nada mas llegar ¿Sangre y acero para mañana? Me parece un buen plan. - Me acerque lo bastante como para acortar la distancia entre los dos y tomar la jarra de cerveza, mi jarra de cerveza con una mano, pero sin dejar que ella misma soltara la jarra para dar un sorbo rápido y dejar que la espuma me llenara las trenzas de la barba. - Pero ahora toca disfrutar de todo esto que… Hemos conseguido ¿No te parece? - Arquee una ceja mientras clavaba la mirada en la suya, soltando la jarra de cerveza y acercando mi cuerpo al suyo lentamente, bien sabia que podría patearme en las bolas y echarme de la habitación, pero eso era algo que podría haber hecho desde el principio ¿Verdad? Ahora… Tenia otras intenciones en mente de como celebrar esta noche.
Aproveche que la herida se sanaba y que Eily parecía explicarme las cosas que había encontrado para también sentarme en la cama a su lado, poniendo la distancia suficiente como para tener los mapas entre los dos y los mire con curiosidad. Luego mire la muñeca donde tenia ese tatuaje con forma de estrella. - Eres demasiado lista y demasiado buena robando cosas ¿Lo sabes? Y esto… Supongo que no terminamos en esta isla al azar, los dioses tienen algo para nosotros dos. - Era la única explicación que daba, mañana dará las órdenes para marchar hacia donde los piratas tenían escondidos estos tesoros.
- Los piratas que se fueron y Toki también querrán ir hacia los tesoros, así que es mas que probable que nos espere una batalla en ese lugar nada mas llegar ¿Sangre y acero para mañana? Me parece un buen plan. - Me acerque lo bastante como para acortar la distancia entre los dos y tomar la jarra de cerveza, mi jarra de cerveza con una mano, pero sin dejar que ella misma soltara la jarra para dar un sorbo rápido y dejar que la espuma me llenara las trenzas de la barba. - Pero ahora toca disfrutar de todo esto que… Hemos conseguido ¿No te parece? - Arquee una ceja mientras clavaba la mirada en la suya, soltando la jarra de cerveza y acercando mi cuerpo al suyo lentamente, bien sabia que podría patearme en las bolas y echarme de la habitación, pero eso era algo que podría haber hecho desde el principio ¿Verdad? Ahora… Tenia otras intenciones en mente de como celebrar esta noche.
Finn Devlin
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Re: Galera, arena y enemigos. [Privado] [Finn Devlin] [Finalizado]
Los mapas y los cuadernos de bitácoras quedaron esparcidos sobre sus piernas. Finn parecía contento de tener una razón real para usar su espada y la idea de encontrar el botín que Mamoa había guardado en aquella gruta también llamaba la atención de la chica. No estaba muy segura que esperaba encontrar relacionado con los Skye en la gruta. Quizás el interés de Mamoa por Eilydh se basaba precisamente en aquello. Aunque dudaba mucho que alguien que no fuese elfo conociese el significado de aquella estrella. O si?
El corazón le latía rápido, Finn había estrechado la distancia que los separaba, hablaba de celebrar... La elfa quería celebrar tantas cosas. El hombre le quitó la jarra de cerveza y la espuma cayó por su barba. Aquelllo la hizo sonreir, Finn aprovechó la oportunidad de mover la jarra a la mesa cercana para acercarse más a la chica. Eilydh podía sentir el calor que desprendía el cuerpo fuerte del hombre, sus tatuajes bajo la capa de ropa. El parecía querer acercarse más.. estaba leyendo las señales mal?
No iba a negar que el chico la atraía. Mucho. Lo suficiente como para dejar que se acercase tanto a ella y para ansiar despojarlo de aquella camisa y acariciar su torso desnudo.
Las mejillas de Eilydh estaban encendidas. Llevó su dedo indice a los labios del muchacho dejando que cayesen hasta su barbilla y se mojasen en la cerveza que caía por su barba, como limpiandola y después se lo llevó a sus propios labios para saborear aquel rastro de cerveza.
Finn olía a cerveza, a mar y a... perfume barato.
Algo se rompió en su burbuja y de pronto se vio demasiado vulnerable. Carraspeó.
-Creo que esta cerveza se me ha subido a la cabeza...- dijo sonriendo y haciendo un esfuerzo sobre humano para apartarlo mientras el corazón aún le latía fuerte.- Siempre he preferido las fiestas privadas y con menos alcohol.. - dijo simplemente y lo ayudó a levantarse de la cama mientras le guiaba hacia la puerta- Además no te quiero demasiado cansado para mañana.. tenemos mucho que hacer- dijo burlona mientras le adecentaba la barba y reposaba su mano en ella por un momento.
El corazón le latía rápido, Finn había estrechado la distancia que los separaba, hablaba de celebrar... La elfa quería celebrar tantas cosas. El hombre le quitó la jarra de cerveza y la espuma cayó por su barba. Aquelllo la hizo sonreir, Finn aprovechó la oportunidad de mover la jarra a la mesa cercana para acercarse más a la chica. Eilydh podía sentir el calor que desprendía el cuerpo fuerte del hombre, sus tatuajes bajo la capa de ropa. El parecía querer acercarse más.. estaba leyendo las señales mal?
No iba a negar que el chico la atraía. Mucho. Lo suficiente como para dejar que se acercase tanto a ella y para ansiar despojarlo de aquella camisa y acariciar su torso desnudo.
Las mejillas de Eilydh estaban encendidas. Llevó su dedo indice a los labios del muchacho dejando que cayesen hasta su barbilla y se mojasen en la cerveza que caía por su barba, como limpiandola y después se lo llevó a sus propios labios para saborear aquel rastro de cerveza.
Finn olía a cerveza, a mar y a... perfume barato.
Algo se rompió en su burbuja y de pronto se vio demasiado vulnerable. Carraspeó.
-Creo que esta cerveza se me ha subido a la cabeza...- dijo sonriendo y haciendo un esfuerzo sobre humano para apartarlo mientras el corazón aún le latía fuerte.- Siempre he preferido las fiestas privadas y con menos alcohol.. - dijo simplemente y lo ayudó a levantarse de la cama mientras le guiaba hacia la puerta- Además no te quiero demasiado cansado para mañana.. tenemos mucho que hacer- dijo burlona mientras le adecentaba la barba y reposaba su mano en ella por un momento.
Eilydh
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Re: Galera, arena y enemigos. [Privado] [Finn Devlin] [Finalizado]
¿Veis? Dije que podía patearme las bolas y sacarme de su habitación, otra cosa es como me iba a patear las bolas si directamente que hubiese sido lo mejor o simplemente con un rechazo sutil. Lo cierto es que era mas fuerte, herido si, pero si usaba mi fuerza seguramente podría hacer que la elfa acabase en la cama y yo violándola, pero por alguna razón que se escapa y seguramente sea el respeto de tener a una guerrera a mi lado, no hice ninguna acción violenta y simplemente me deje llevar hasta la puerta. Sin nada mas que decir o que hacer realmente, deje la cerveza a medio tomar y la comida en la habitación de Eily y le eché una última mirada mientras esta parecía darse el gusto de tener unos segundos de pausa antes de que mis pasos fueran escuchados por el pasillo de los camarotes en busca de donde estaba el propio.
Se suponía que el camarote del capitán era el mas amplio y claramente lo era, estaba ubicado en la popa del barco justamente debajo de la cubierta superior y una vez llegue al mismo, luego de esquivar a borrachos que querían disfrutar de mas cervezas y prostitutas que querían mi compañía, me lance en la enorme cama que tenia para mi dejando que el sueño reparador me llegara. No supe exactamente cuando los rayos del sol de la mañana entraron por el enorme ventanal que tenia en la habitación, pero fueron lo bastante fuertes y molestos como para molestarme. Me lleve una mano a la cabeza para comprobar que tenia un poco de resaca y luego me senté en el borde de la cama, mirando a la nada durante varios segundos.
Estaba seguro de que la tripulación estaba mas cansada y de resaca que yo mismo, pero ya escuchaba pasos de los tripulantes yendo de un lugar a otro, quizás algunos eran realmente trabajadores, mas que otros seguro. Suspire mientras me levantaba de la cama con pesadez y estire mi cuerpo haciendo que mis huesos crujieron, acomode mis ropajes y mi espada a la cintura para entonces abrir la puerta del pasillo y empezar a caminar hacia la cubierta, era momento de ponerse en marcha pues hoy la sangre bañaba mi espada y eso ya estaba haciendo que mi sangre hirviera con impaciencia.
Se suponía que el camarote del capitán era el mas amplio y claramente lo era, estaba ubicado en la popa del barco justamente debajo de la cubierta superior y una vez llegue al mismo, luego de esquivar a borrachos que querían disfrutar de mas cervezas y prostitutas que querían mi compañía, me lance en la enorme cama que tenia para mi dejando que el sueño reparador me llegara. No supe exactamente cuando los rayos del sol de la mañana entraron por el enorme ventanal que tenia en la habitación, pero fueron lo bastante fuertes y molestos como para molestarme. Me lleve una mano a la cabeza para comprobar que tenia un poco de resaca y luego me senté en el borde de la cama, mirando a la nada durante varios segundos.
Estaba seguro de que la tripulación estaba mas cansada y de resaca que yo mismo, pero ya escuchaba pasos de los tripulantes yendo de un lugar a otro, quizás algunos eran realmente trabajadores, mas que otros seguro. Suspire mientras me levantaba de la cama con pesadez y estire mi cuerpo haciendo que mis huesos crujieron, acomode mis ropajes y mi espada a la cintura para entonces abrir la puerta del pasillo y empezar a caminar hacia la cubierta, era momento de ponerse en marcha pues hoy la sangre bañaba mi espada y eso ya estaba haciendo que mi sangre hirviera con impaciencia.
Finn Devlin
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