La primera noche [Privado] [+18] [CERRADO]
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La primera noche [Privado] [+18] [CERRADO]
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Aquel beso fue inesperado, pero mi instinto reacción con rapidez levantando mi cuerpo y buscando el rostro de la bruja con las manos, evitando que se alejara de mis labios, el contacto apenas duró unos segundos. Nahir se alejó con una pregunta entre los labios que no fue contestada con palabras, cerré la distancia entre nosotras devolviéndole el beso que ella había iniciado.
Para mi sorpresa, Nahir no esperó una invitación, se fue caminando y contoneando las caderas mientras que yo me quedaba junto a la mesa, parpadee y comencé a seguirla hacia los dormitorios, subía la escalera observando la espalda de la morena cuando esta se giró, yo levanté la vista y antes de poder decir nada volvió a besarme, sus labios quedaron a escasos centímetros de los míos cuando se separó, esta vez, en lugar de devolverle el gesto sonreí con picardía. Las palabras que dijo, el tono que utilizó... sensual y al mismo tiempo delicado, decidido, pero pausado. Una caricia plagada de pasión e intenciones, un tacto tímido y tentador que encendía mi cuerpo.
Subí el ultimo escalón y rodee la cintura de la morena con el brazo, pasamos la habitación donde estaban Lavey, Zöe y Sophi y entramos a la siguiente que tenía la puerta abierta.
-Veamos si la bruja es capaz de domar al dragón. -Dije atrayendo su cuerpo al mío y cerrando la puerta. -O si el dragón acaba comiéndose al caballero.
La cama no quedaba lejos de la puerta, de hecho apenas parecía una cama era más bien un catre. Quería lanzarme a por aquella criatura de ojos claro y arrancarle la ropa, pero en lugar de eso comencé a sacarle el cinturón que ceñía su vestido. Preferí esperar un tiempo prudencial hasta estar segura de que el ritmo de la mujer era el mismo que yo deseaba.
Aquel beso fue inesperado, pero mi instinto reacción con rapidez levantando mi cuerpo y buscando el rostro de la bruja con las manos, evitando que se alejara de mis labios, el contacto apenas duró unos segundos. Nahir se alejó con una pregunta entre los labios que no fue contestada con palabras, cerré la distancia entre nosotras devolviéndole el beso que ella había iniciado.
Para mi sorpresa, Nahir no esperó una invitación, se fue caminando y contoneando las caderas mientras que yo me quedaba junto a la mesa, parpadee y comencé a seguirla hacia los dormitorios, subía la escalera observando la espalda de la morena cuando esta se giró, yo levanté la vista y antes de poder decir nada volvió a besarme, sus labios quedaron a escasos centímetros de los míos cuando se separó, esta vez, en lugar de devolverle el gesto sonreí con picardía. Las palabras que dijo, el tono que utilizó... sensual y al mismo tiempo delicado, decidido, pero pausado. Una caricia plagada de pasión e intenciones, un tacto tímido y tentador que encendía mi cuerpo.
Subí el ultimo escalón y rodee la cintura de la morena con el brazo, pasamos la habitación donde estaban Lavey, Zöe y Sophi y entramos a la siguiente que tenía la puerta abierta.
-Veamos si la bruja es capaz de domar al dragón. -Dije atrayendo su cuerpo al mío y cerrando la puerta. -O si el dragón acaba comiéndose al caballero.
La cama no quedaba lejos de la puerta, de hecho apenas parecía una cama era más bien un catre. Quería lanzarme a por aquella criatura de ojos claro y arrancarle la ropa, pero en lugar de eso comencé a sacarle el cinturón que ceñía su vestido. Preferí esperar un tiempo prudencial hasta estar segura de que el ritmo de la mujer era el mismo que yo deseaba.
Última edición por Reivy Abadder el Jue Jul 18 2019, 12:33, editado 1 vez
Reivy Abadder
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Re: La primera noche [Privado] [+18] [CERRADO]
Se mordió el labio inferior al notar que la dragona la rodeaba, notando un cosquilleo que recorría toda su espalda hasta llegar a la cabeza. Se pegó a ella en un acto reflejo, como si su cuerpo reclamase estar más cerca de ella.
Las palabras de la dragona arrancaron una sonrisa en los labios de la bruja. Aquello disminuyó un poco sus nervios porque, aunque lo estuviese disimulando muy bien, estaba nerviosa. Pero el deseo se apoderaba de todo su ser.
Al entrar en la habitación la bruja no podía pensar en nada que no fuese Reivy. Sus tiernos labios, sus manos traviesas, su miraba de deseo… todo en ella era pasión. Y aunque fuese solo por unas horas, Nahir lo quería todo.
La dragona empezó a desabrochar su cinturón. Miró sus manos, parecían hábiles desnudando, recorrió sus brazos y hombros, su cuello y su cara. Alzó ambas manos para quitarle el chaleco que dejó caer sobre el suelo. La miro a los ojos dando un paso atrás.
Quería hablar, decirle que no tenía ninguna experiencia, pero su cuerpo parecía actuar solo, seguro y decidido. La morena empezó a desnudarse mirando a la dragona, quería saber dónde se posaban sus ojos, quería saber que era lo que deseaba.
Las palabras de la dragona arrancaron una sonrisa en los labios de la bruja. Aquello disminuyó un poco sus nervios porque, aunque lo estuviese disimulando muy bien, estaba nerviosa. Pero el deseo se apoderaba de todo su ser.
Al entrar en la habitación la bruja no podía pensar en nada que no fuese Reivy. Sus tiernos labios, sus manos traviesas, su miraba de deseo… todo en ella era pasión. Y aunque fuese solo por unas horas, Nahir lo quería todo.
La dragona empezó a desabrochar su cinturón. Miró sus manos, parecían hábiles desnudando, recorrió sus brazos y hombros, su cuello y su cara. Alzó ambas manos para quitarle el chaleco que dejó caer sobre el suelo. La miro a los ojos dando un paso atrás.
Quería hablar, decirle que no tenía ninguna experiencia, pero su cuerpo parecía actuar solo, seguro y decidido. La morena empezó a desnudarse mirando a la dragona, quería saber dónde se posaban sus ojos, quería saber que era lo que deseaba.
Nahir
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Re: La primera noche [Privado] [+18] [CERRADO]
Miré de reojo sus manos mientras estas trepaban sinuosas por mis brazos, cuando llegaron a los hombros el cinturón que ajustaba la prenda de la bruja estaba en el suelo. Cerré los ojos hinchando el pecho al sentir las caricias de la morena por mi cuello y los abrí con un suspiro extasiado cuando se paró en mi rostro. Lo primero que vi fue su mirada clara, había retrocedido, ahora tenía mejor perspectiva de su cuerpo, el pulso se me aceleró y con él la respiración. Pasaba mi lengua por los dientes y los labios, la mordía aguantando el deseo de atrapar a la bruja entre mis brazos, quería seguir mirando, deleitándome en su cuerpo. Apreté la mandíbula cuando los oscuros pechos de Nahir aparecieron de entre las prendas, respingones y firmes. Tragué con fuerza al descubrir la curva de su cintura y me quede sin aire cuando toda su ropa termino en el suelo. Ya no soportaba más aquella tortura. Alcé la vista agresiva y apasionada, la clave en sus ojos y busque aquel contacto que hizo que mis pulmones recuperaran el aire. La atraje por la cintura hasta que nuestros cuerpo se tocaron, la quería cerca, muy cerca, apretaba a Nahir contra mi cuerpo dejando que ella me quitara la ropa mientras le mordía el cuello. La ayude a quitarme los pantalones mientras descendía por su clavícula entre besos y jadeos.
Rodee el cuerpo de la mujer por los hombros, bajando por la espalda, siguiendo con los dedos su columna y sus costillas hasta llegar a su glúteos, mis manos se quedaron allí y apretaron la carne para subir su cuerpo al mío y llevarla a la cama.
Rodee el cuerpo de la mujer por los hombros, bajando por la espalda, siguiendo con los dedos su columna y sus costillas hasta llegar a su glúteos, mis manos se quedaron allí y apretaron la carne para subir su cuerpo al mío y llevarla a la cama.
Reivy Abadder
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Re: La primera noche [Privado] [+18] [CERRADO]
Estar totalmente desnuda no le causaba la vergüenza que siempre había imaginado que sentiría, al contrario, estaba muy cómoda. Los ojos de la dragona recorrían su cuerpo, le gustaba que la mirase. Su cuerpo parecía quemar ahí donde Reivy posaba los ojos. La bruja sintió perder el equilibrio cuando se topó con aquellos ojos azules, desafiantes. El contracto de su mano acercándola le hizo estremecerse.
Quería sentir el contacto de su piel desnuda contra el de ella, así que Nahir empezó a desnudar a Reivy, al principio parecía ir más despacio, acariciando su piel tras cada hallazgo que le proporcionaba cada prenda, pero entonces la dragona le mordió el cuello. Sus pezones se erizaron y tubo que hacer un gran esfuerzo por ahogar un gemido. Sus manos vacilaron al llegar al pantalón, era como si toda su atención estuviese puesta en aquellos besos que iban descendiendo por su cuerpo. Agradeció que la dragona la ayudase.
Mientras Reivy acariciaba su espalda la morena colocó los brazos en torno a su cuello, enredando los dedos en su cabello. Cuando sus manos llegaron a su culo y lo agarraron con firmeza avanzó los escasos centímetros que separaba sus labios para besarla. Tenía hambre de ella. Sin darse cuenta había apretando un poco los dedos de su cabeza, tirando un poco de su pelo.
Reivy las llevó a la cama. Nahir se quedó sentada sobre ella, con las piernas enlazadas por su cintura. Sus besos ahora recorrían su mandíbula, sacó la lengua y lamió detrás de su oreja, antes de darle un leve mordisco en el principio del cuello. Dejó una de las manos en la nuca de la dragona mientras que la otra se fue deslizando por su cuerpo hasta llegar al pecho. Acarició con el dorso del dedo indice toda la silueta de uno de sus pechos, los besos y los mordiscos habían desaparecido, después subió para acariciar su pezón, sintió un fuerte calor en su entrepierna cuando lo hizo. Le dio un leve empujón para que la dragona quedase tumbada en la cama, la miró a los ojos mientras se mordía el labio inferior, como pidiendo permiso. Se agachó sobre ella y empezó a besar sus pechos mientras los acariciaba. Se tomó su tiempo hasta que su lengua se topó con su pezón, entonces paró. Alzó la mirada buscando los ojos de la dragona antes de empezar a pasar la punta de la lengua con cuidado.
Quería sentir el contacto de su piel desnuda contra el de ella, así que Nahir empezó a desnudar a Reivy, al principio parecía ir más despacio, acariciando su piel tras cada hallazgo que le proporcionaba cada prenda, pero entonces la dragona le mordió el cuello. Sus pezones se erizaron y tubo que hacer un gran esfuerzo por ahogar un gemido. Sus manos vacilaron al llegar al pantalón, era como si toda su atención estuviese puesta en aquellos besos que iban descendiendo por su cuerpo. Agradeció que la dragona la ayudase.
Mientras Reivy acariciaba su espalda la morena colocó los brazos en torno a su cuello, enredando los dedos en su cabello. Cuando sus manos llegaron a su culo y lo agarraron con firmeza avanzó los escasos centímetros que separaba sus labios para besarla. Tenía hambre de ella. Sin darse cuenta había apretando un poco los dedos de su cabeza, tirando un poco de su pelo.
Reivy las llevó a la cama. Nahir se quedó sentada sobre ella, con las piernas enlazadas por su cintura. Sus besos ahora recorrían su mandíbula, sacó la lengua y lamió detrás de su oreja, antes de darle un leve mordisco en el principio del cuello. Dejó una de las manos en la nuca de la dragona mientras que la otra se fue deslizando por su cuerpo hasta llegar al pecho. Acarició con el dorso del dedo indice toda la silueta de uno de sus pechos, los besos y los mordiscos habían desaparecido, después subió para acariciar su pezón, sintió un fuerte calor en su entrepierna cuando lo hizo. Le dio un leve empujón para que la dragona quedase tumbada en la cama, la miró a los ojos mientras se mordía el labio inferior, como pidiendo permiso. Se agachó sobre ella y empezó a besar sus pechos mientras los acariciaba. Se tomó su tiempo hasta que su lengua se topó con su pezón, entonces paró. Alzó la mirada buscando los ojos de la dragona antes de empezar a pasar la punta de la lengua con cuidado.
Nahir
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Re: La primera noche [Privado] [+18] [CERRADO]
El tirón en el pelo me hizo sonreír con lujuria en medio de los besos de Nahir, aquello fue como si me gritara que la llevara a la cama, y eso hice. Me deje caer hasta quedar sentada cuando mis rodillas se toparon con el borde del lecho, entreabrí las piernas haciendo que parte del peso de la mujer recayera sobre mis brazos y las manos que agarraban sus carnes. Mis dedos se movían uno detrás de otro, encaminándose hacia el centro de la obertura, parándose y acariciando la oscura piel entre jadeo y jadeo o apretándola con cada gemido ahogado. En el momento en que Nahir clavó sus dientes los gemidos dejaron de estar ahogados y sin darme cuenta había comenzado a subir y bajar el cuerpo de la bruja a un ritmo lento y pausado, los músculos bajo la piel de mis brazos se tensaban con cada movimiento, tenía los ojos clavados en el rostro excitado y curioso de la morena.
La sutil caricia género alivio en mi cuerpo, el vello de mi antebrazo se erizaba cada vez que Nahir deslizaba sus dedos por mis senos. Podía haberme quedado sentada cuando sentí el empujón, pero no quise, en su lugar me deje caer sobre la cama y subí los pies al borde, no necesite mirar para sentir la humedad de la bruja sobre mi intimidad. Conocía el significado de aquellos labios mordidos, deje su trasero y comencé a subir las manos por su cintura pasando rápidamente una de ellas por el pecho de la morena y dejándolo atrás para recorrer el cuello y enmarañar mis dedos en la nuca de la bruja, diciéndole sin palabras que no dejara de hacer lo que acababa de comenzar.
Por otra parte, mi mano libre se quedó remoloneando en el ombligo moreno que tenía sobre mí, subiendo por el centro como si mis dedos pasearan por su piel, hasta encontrar un monte donde el pulgar pudiera entretenerse. Aunque aquello no duró demasiado, aquel dedo conocía y deseaba divertirse en un lugar sureño. Mientras mi mano bajaba por la línea alba, Nahir clavó sus ojos en los míos, analizando la situación, esperando el momento para comenzar a lamerme. Yo solo sonreí retando a la bruja que no desviara la mirada mientras una mano apretaba su nuca y la otra encontraba un jugoso y redondeado premio, aquella esfera era la que mi pulgar estaba deseando y en cuanto la encontró comenzó a darle vueltas.
La sutil caricia género alivio en mi cuerpo, el vello de mi antebrazo se erizaba cada vez que Nahir deslizaba sus dedos por mis senos. Podía haberme quedado sentada cuando sentí el empujón, pero no quise, en su lugar me deje caer sobre la cama y subí los pies al borde, no necesite mirar para sentir la humedad de la bruja sobre mi intimidad. Conocía el significado de aquellos labios mordidos, deje su trasero y comencé a subir las manos por su cintura pasando rápidamente una de ellas por el pecho de la morena y dejándolo atrás para recorrer el cuello y enmarañar mis dedos en la nuca de la bruja, diciéndole sin palabras que no dejara de hacer lo que acababa de comenzar.
Por otra parte, mi mano libre se quedó remoloneando en el ombligo moreno que tenía sobre mí, subiendo por el centro como si mis dedos pasearan por su piel, hasta encontrar un monte donde el pulgar pudiera entretenerse. Aunque aquello no duró demasiado, aquel dedo conocía y deseaba divertirse en un lugar sureño. Mientras mi mano bajaba por la línea alba, Nahir clavó sus ojos en los míos, analizando la situación, esperando el momento para comenzar a lamerme. Yo solo sonreí retando a la bruja que no desviara la mirada mientras una mano apretaba su nuca y la otra encontraba un jugoso y redondeado premio, aquella esfera era la que mi pulgar estaba deseando y en cuanto la encontró comenzó a darle vueltas.
Reivy Abadder
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Re: La primera noche [Privado] [+18] [CERRADO]
Apremiada por la mano de su nuca que le dirigía, la morena empezó a devorar los pechos de la dragona mientras los rodeaba con las manos y los apretaba ligeramente para dejarlos más juntos.
Paró en seco, con la cara entre sus pecho, abrió los ojos y buscó la mirada de Reivy. Su pulgar había dado con su perla, la estaba acariciando. La bruja parpadeó un par de veces, apretando los labios, su ceño se frunció. En su expresión se podía ver una mezcla entre timidez y placer. Sus labios se separaron en un intento de coger aire, lo había estado reteniendo sin darse cuenta. Su respiración empezó a acelerarse, su pecho subía y bajaba cada vez de manera más visible. Apretó los ojos y dejó caer un leve gemido. Se sentía muy mojada, como si su cuerpo estuviese listo para todo lo que la dragona quisiera hacerle.
No quería moverse, no quería dejar de sentir aquello, era increíble, pero quería hacérselo a ella.
Imitando los movimientos de la de ojos claros, la mano de Nahir fue deslizándose por su cuerpo, pasando por su cintura acarició sus oblicuos hasta llegar a la cadera, ahí su mano se coló rápidamente hasta el monte de venus. Pasó la mano por la entrada de su feminidad, estaba muy mojada, acarició aquella zona un poco mientras se relamía. Los traviesos dedos de la dragona la desconcentraban, haciendo que apretase de vez en cuando las nalgas abriendo más las piernas para ella. Sus dedos fueron subiendo hasta encontrar su hinchada perla. Colocó el dedo corazón encima y empezó a moverlo de arriba abajo, lentamente.
Quería besarla.
Levantó la cabeza buscando sus labios pero justo cuando estos empezaban a rozarse la bruja dejó escapar otro gemido. Sentía que se iba a derretir en sus manos.
Paró en seco, con la cara entre sus pecho, abrió los ojos y buscó la mirada de Reivy. Su pulgar había dado con su perla, la estaba acariciando. La bruja parpadeó un par de veces, apretando los labios, su ceño se frunció. En su expresión se podía ver una mezcla entre timidez y placer. Sus labios se separaron en un intento de coger aire, lo había estado reteniendo sin darse cuenta. Su respiración empezó a acelerarse, su pecho subía y bajaba cada vez de manera más visible. Apretó los ojos y dejó caer un leve gemido. Se sentía muy mojada, como si su cuerpo estuviese listo para todo lo que la dragona quisiera hacerle.
No quería moverse, no quería dejar de sentir aquello, era increíble, pero quería hacérselo a ella.
Imitando los movimientos de la de ojos claros, la mano de Nahir fue deslizándose por su cuerpo, pasando por su cintura acarició sus oblicuos hasta llegar a la cadera, ahí su mano se coló rápidamente hasta el monte de venus. Pasó la mano por la entrada de su feminidad, estaba muy mojada, acarició aquella zona un poco mientras se relamía. Los traviesos dedos de la dragona la desconcentraban, haciendo que apretase de vez en cuando las nalgas abriendo más las piernas para ella. Sus dedos fueron subiendo hasta encontrar su hinchada perla. Colocó el dedo corazón encima y empezó a moverlo de arriba abajo, lentamente.
Quería besarla.
Levantó la cabeza buscando sus labios pero justo cuando estos empezaban a rozarse la bruja dejó escapar otro gemido. Sentía que se iba a derretir en sus manos.
Nahir
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Re: La primera noche [Privado] [+18] [CERRADO]
Solté el pelo de Nahir con una sonrisa cariñosa al ver la timidez en su rostro, en sus ojos brillaba la esencia del placer, del disfrute ajeno y propio. Apoyé la mano en la cama y volví a enderezarme hasta quedar sentada con la bruja a horcajadas sobre mis piernas, sin dejar de hacer círculos con el pulgar y dando espacio para que ella explorara mi intimidad. Mis gemidos no tardaron en unirse y competir con los de Nahir, nuestras voces se ahogaban entre besos que se habían vuelto esenciales para seguir viviendo, la mano que apoyaba en la cama ahora estaba sobre la espalda morena y tenía la imperiosa necesidad de juntar nuestros pechos mientras volvía a morder su cuello.
Mis caderas se movían al ritmo que Nahir marcaba con sus dedos y las de ella... dejé de mover el dedo y apreté aquel botón hacia dentro, aguante la presión unos segundos mientras el resto de mis dedos se colocaban sobre su entrada tanteando el terreno, con tan solo un par de roces tenía la información suficiente para saber que podía entrar. Deje de hacer presión con el pulgar, use los dos dedos más largos y acoplando la mano exploré con decisión el interior al mismo tiempo que apretaba los dientes en el cuello de la morena.
Nunca hubiera esperado encontrarme con aquella resistencia teniendo en cuenta el comportamiento de la bruja, si lo hubiera sabido... aquella entrada había sido demasiado brusca para una primera vez, no lo estaba viendo pero un sutil aroma a sangre llegó a mis fosas nasales. De inmediato deje de morder su cuello, me quedé con el brazo inmóvil procurando no hacerle más daño, esperando a que se acostumbrara, deslizando la otra mano por su espalda hasta pasar por el hombro y el cuello acariciando su mejilla y buscando su mirada sin dejar de acariciar su moflete.
La pasión y la lujuria seguían ahí, pero estaban en segundo plano, ahora mis ojos miraban los suyos con tranquilidad y compresión, mis labios besaban los suyos con cariño y ternura.
-Pronto el dolor será solo una molestia. -Le dije en un susurro juntando mi frente con la suya. -Márcame el ritmo cuando estés lista Nahir. -Proseguí besándola de nueva. -Hare lo posible por aliviarte.
Mis caderas se movían al ritmo que Nahir marcaba con sus dedos y las de ella... dejé de mover el dedo y apreté aquel botón hacia dentro, aguante la presión unos segundos mientras el resto de mis dedos se colocaban sobre su entrada tanteando el terreno, con tan solo un par de roces tenía la información suficiente para saber que podía entrar. Deje de hacer presión con el pulgar, use los dos dedos más largos y acoplando la mano exploré con decisión el interior al mismo tiempo que apretaba los dientes en el cuello de la morena.
Nunca hubiera esperado encontrarme con aquella resistencia teniendo en cuenta el comportamiento de la bruja, si lo hubiera sabido... aquella entrada había sido demasiado brusca para una primera vez, no lo estaba viendo pero un sutil aroma a sangre llegó a mis fosas nasales. De inmediato deje de morder su cuello, me quedé con el brazo inmóvil procurando no hacerle más daño, esperando a que se acostumbrara, deslizando la otra mano por su espalda hasta pasar por el hombro y el cuello acariciando su mejilla y buscando su mirada sin dejar de acariciar su moflete.
La pasión y la lujuria seguían ahí, pero estaban en segundo plano, ahora mis ojos miraban los suyos con tranquilidad y compresión, mis labios besaban los suyos con cariño y ternura.
-Pronto el dolor será solo una molestia. -Le dije en un susurro juntando mi frente con la suya. -Márcame el ritmo cuando estés lista Nahir. -Proseguí besándola de nueva. -Hare lo posible por aliviarte.
Reivy Abadder
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Re: La primera noche [Privado] [+18] [CERRADO]
Era una sensación extraña, como si un rayo el hubiese alcanzado y la electricidad corriese por todo su cuerpo. Apretada las piernas en torno a la dragona y arqueaba la espalda, moviendo las caderas al ritmo de su dedo. Hubo un momento incluso en que se le taponaron los oídos, su amante estaba presionando la zona, aquello le gustaba mucho, apretó las paredes de su feminidad mientras abría la boca alzando la cabeza, como si fuese a soltar un enorme gemido, pero en vez de eso cerró la boca y apretó los dientes, para dejar escapar un suspiro unos segundos después.
Susurró su nombre, su voz parecía carecer de fuerza, entrecortada y débil, pero era más bien causado por el inminente placer que amenazaba con explotar.
La presión desapareció, la morena bajó el rostro para encontrarse con el de la dragona. Alzó ambas manos y las colocó en su cuello, de manera en que sus dedos cogían parte de la nuca. Pasó uno de los pulgares por su labio inferior cuando esta se movió con decisión para morder su cuello.
La bruja cerró los ojos, frunciendo un poco el ceño. Una leve sensación de molestia mezclada con las ganas de que continuase llegaron a su feminidad. Podía sentir los dedos de su amante dentro de ella.
Las caricias suavizaron su rostro, abriendo poco a poco los ojos buscando los de ella.
-L-lo siento...- susurró antes de que la dragona le besara. Se sintió extrañamente culpable en aquel momento.
Sus palabras la reconfortaron. La escuchaba y devolvía sus besos mientras asentía levemente con la cabeza. Dejó una de las manos en su cuello y la otra la fue deslizando entre el cuerpo de ambas hasta llegar a su entrepierna. Acarició su perla mientras continuaba bajando hasta llegar a la mano de la dragona. Colocó su mano entorno a la de ella y empezó a moverla con cuidado. Sacó los dedos de la dragona casi por completo, dejando apenas la punta de estos dentro, para después volver a introducirlos, pero esta vez no hasta el fondo. Repitió esta acción unas cuantas veces hasta que dejó de sentir aquella molestia que había sentido en un principio. La intensidad con la que movía la mano de la dragona cada vez era más intensa, ahora se encontraba buscando su propio placer utilizando los dedos de su amante.
Mientras, había dejado de besar a la centinela, la miraba a los ojos con un poco de timidez, de vez en cuando su gesto se contraía. Pudo notarse cuando la bruja empezaba a sentirse cómoda con la nueva situación, ya no solo por la intensidad que iba en aumento, también por los gemidos que estaba dejando escapar.
Poco a poco fue soltando la mano de la dragona para colocarla sobre su propia perla, acariciándola como lo había hecho la dragona un rato antes. Aquello provocó una avalancha de placer en la bruja que derivó en un gran gemido. Buscó sus labios para lamerlos con ansia.
Susurró su nombre, su voz parecía carecer de fuerza, entrecortada y débil, pero era más bien causado por el inminente placer que amenazaba con explotar.
La presión desapareció, la morena bajó el rostro para encontrarse con el de la dragona. Alzó ambas manos y las colocó en su cuello, de manera en que sus dedos cogían parte de la nuca. Pasó uno de los pulgares por su labio inferior cuando esta se movió con decisión para morder su cuello.
La bruja cerró los ojos, frunciendo un poco el ceño. Una leve sensación de molestia mezclada con las ganas de que continuase llegaron a su feminidad. Podía sentir los dedos de su amante dentro de ella.
Las caricias suavizaron su rostro, abriendo poco a poco los ojos buscando los de ella.
-L-lo siento...- susurró antes de que la dragona le besara. Se sintió extrañamente culpable en aquel momento.
Sus palabras la reconfortaron. La escuchaba y devolvía sus besos mientras asentía levemente con la cabeza. Dejó una de las manos en su cuello y la otra la fue deslizando entre el cuerpo de ambas hasta llegar a su entrepierna. Acarició su perla mientras continuaba bajando hasta llegar a la mano de la dragona. Colocó su mano entorno a la de ella y empezó a moverla con cuidado. Sacó los dedos de la dragona casi por completo, dejando apenas la punta de estos dentro, para después volver a introducirlos, pero esta vez no hasta el fondo. Repitió esta acción unas cuantas veces hasta que dejó de sentir aquella molestia que había sentido en un principio. La intensidad con la que movía la mano de la dragona cada vez era más intensa, ahora se encontraba buscando su propio placer utilizando los dedos de su amante.
Mientras, había dejado de besar a la centinela, la miraba a los ojos con un poco de timidez, de vez en cuando su gesto se contraía. Pudo notarse cuando la bruja empezaba a sentirse cómoda con la nueva situación, ya no solo por la intensidad que iba en aumento, también por los gemidos que estaba dejando escapar.
Poco a poco fue soltando la mano de la dragona para colocarla sobre su propia perla, acariciándola como lo había hecho la dragona un rato antes. Aquello provocó una avalancha de placer en la bruja que derivó en un gran gemido. Buscó sus labios para lamerlos con ansia.
Nahir
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Re: La primera noche [Privado] [+18] [CERRADO]
Sutil, lento, calmado y paciente, así es como debería haber empezado y así es como era ahora el vaivén que experimentaba la bruja. La mano que tenía libre se movía ligera por las costillas de la mujer, rozándolas en una sutil caricia que bailaba desde la cintura hasta la espalda. Descendieron también mis besos, atrás se quedaron los labios de Nahir al igual que su cuello y la clavícula, al encontrar el pecho oscuro los besos se transformaron en sutiles mordiscos y mi lengua exploraba el reciente descubrimiento hasta dar con la excitada cúspide, rodeándola unas cuantas veces antes de encerrarla entre los dientes con una ligera presión, Liberando placer y animando a la morena a subir el ritmo mientras la punta de mi lengua hacía de las suya, se movía lento de arriba abajo y sin avisar comenzaba a oscilar de lado a lado a mayor velocidad.
La guía sobre mi mano se minimizaba con el paso del tiempo, alcé la cabeza buscando los iris de Nahir y estiré la espalda al tiempo que ella gemía y sin poder, ni querer evitarlo, comenzó a lamer mis labios. Deseaba más de ella, necesitaba más de ella, mis caderas se movían al mismo ritmo que mi muñeca haciendo que la continuación del movimiento subiera y bajara el cuerpo de la bruja. Sentía el placer sobre mis dedos, la contracción que les exigía no abandonar su lugar y la relajación posterior para que retrocedieran y volvieran a entrar con ímpetu. Cada vez era más rápido y cada vez estaba más tiempo dentro, deje de salir y comencé a moverme en el interior de su feminidad, pulsado con rapidez sobre el cielo interno.
Entre besos, jadeos y gemidos mis ojos se clavaban en los ajenos buscando el momento de la culminación, deseosos de ver el goce que la mujer estaba a punto de experimentar. Quería seguir mirándola pero no pude.
Mi brazo rodeó su cintura y sin romper el intimo contacto giré a la bruja dejándola tendida en la cama, busqué su mano, la besé y lamí cada separación entre sus dedos, aparté la mano de su perla cada vez más hinchada y chupé el dedo que momentos antes la estuvo tocando, lo limpié entre jadeos, con los ojos cerrados, disfrutando del sabor. Me separé y miré aquellos orbes excitados mientras relamía mis labios, bajé la vista hacia la rosada esfera y me mordí el labio inferior antes de recortar la distancia que la separaba de mi lengua.
La guía sobre mi mano se minimizaba con el paso del tiempo, alcé la cabeza buscando los iris de Nahir y estiré la espalda al tiempo que ella gemía y sin poder, ni querer evitarlo, comenzó a lamer mis labios. Deseaba más de ella, necesitaba más de ella, mis caderas se movían al mismo ritmo que mi muñeca haciendo que la continuación del movimiento subiera y bajara el cuerpo de la bruja. Sentía el placer sobre mis dedos, la contracción que les exigía no abandonar su lugar y la relajación posterior para que retrocedieran y volvieran a entrar con ímpetu. Cada vez era más rápido y cada vez estaba más tiempo dentro, deje de salir y comencé a moverme en el interior de su feminidad, pulsado con rapidez sobre el cielo interno.
Entre besos, jadeos y gemidos mis ojos se clavaban en los ajenos buscando el momento de la culminación, deseosos de ver el goce que la mujer estaba a punto de experimentar. Quería seguir mirándola pero no pude.
Mi brazo rodeó su cintura y sin romper el intimo contacto giré a la bruja dejándola tendida en la cama, busqué su mano, la besé y lamí cada separación entre sus dedos, aparté la mano de su perla cada vez más hinchada y chupé el dedo que momentos antes la estuvo tocando, lo limpié entre jadeos, con los ojos cerrados, disfrutando del sabor. Me separé y miré aquellos orbes excitados mientras relamía mis labios, bajé la vista hacia la rosada esfera y me mordí el labio inferior antes de recortar la distancia que la separaba de mi lengua.
Reivy Abadder
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Re: La primera noche [Privado] [+18] [CERRADO]
Se topó con sus ojos, y aunque los había mirado en muchas ocasiones, aquella vez parecían totalmente distintos. Su vista se distrajo cuando se lamió los labios, aquello hizo que se estremeciese. Sacó la punta de la lengua y la pasó por encima de la de ella.
Cambió el ritmo, ahora se movía dentro, rápido e intenso. Los ojos de la bruja se cerraron con fuerza, apretó los dientes y apoyó la frente en la cabeza de su amante. Sentía que perdía el control de su propio cuerpo con cada nuevo movimiento de la morena. Todos los músculos de su cuerpo se habían tensado, su corazón latía a una velocidad desorbitada. Su boca se abrió lo suficiente como para que se pudiese escapar un corto pero intenso gemido. Aquello le estaba gustando mucho, tanto que sentía que no iba a aguantar mucho más. Ni siquiera se dio cuenta de cuando la rodeó para tumbarla en la cama.
Siguió el recorrido de su lengua con atención, aquello causaba más humedad en su entrepierna, si es que era posible. Quería moverse, pero parecía hipnotizada con los movimientos de la dragona. Había descubierto que le encantaba que la mirase, que mirase sus pechos, sus piernas, su espalda, su trasero, que la mirase de aquella forma en que nadie la había mirado antes. Que la besara, que la devorase, sus caricias y mordiscos. Le encantaba aquella sensación de complicidad.
-Re-reivy…- gimoteó con la voz entrecortada, cuando la morena acercó la boca a ella.
Llevó una de las manos a la cabeza de la dragona, enredando los dedos en su cabello. Su respiración se aceleró aún más, respiraba por la boca de manera audible. Su pecho se movía violentamente de arriba abajo, como si su corazón fuese a estallar de un momento a otro. Su otra mano la había dejado sobre la cama, clavando las uñas.
Sentía su húmeda lengua, cada movimiento que hacía encima de su feminidad hacía que su cuerpo se contrajera. No podía mas, y entonces llegó al clímax. Apretó los dedos de los pies, alzó la cabeza y aguantó a respiración, intentando que aquel instante durase para siempre. Después su cuerpo se relajó, dejando espalar el aire por la boca en su suspiro. Se tomó un par de segundos para poder recuperar el aliento antes de apoyar ambas manos en la cama para levantarse ligeramente y acercarse a la dragona. Buscó su boca para pasar el pulgar por sus labios, estaban mojados, se lamió el dedo mirándola a los ojos.
- ¿Qué quieres que te haga? – preguntó si apartar la mirada antes de colocar una de las manos en su nuca y atraerla hacía ella y besarla.
Cambió el ritmo, ahora se movía dentro, rápido e intenso. Los ojos de la bruja se cerraron con fuerza, apretó los dientes y apoyó la frente en la cabeza de su amante. Sentía que perdía el control de su propio cuerpo con cada nuevo movimiento de la morena. Todos los músculos de su cuerpo se habían tensado, su corazón latía a una velocidad desorbitada. Su boca se abrió lo suficiente como para que se pudiese escapar un corto pero intenso gemido. Aquello le estaba gustando mucho, tanto que sentía que no iba a aguantar mucho más. Ni siquiera se dio cuenta de cuando la rodeó para tumbarla en la cama.
Siguió el recorrido de su lengua con atención, aquello causaba más humedad en su entrepierna, si es que era posible. Quería moverse, pero parecía hipnotizada con los movimientos de la dragona. Había descubierto que le encantaba que la mirase, que mirase sus pechos, sus piernas, su espalda, su trasero, que la mirase de aquella forma en que nadie la había mirado antes. Que la besara, que la devorase, sus caricias y mordiscos. Le encantaba aquella sensación de complicidad.
-Re-reivy…- gimoteó con la voz entrecortada, cuando la morena acercó la boca a ella.
Llevó una de las manos a la cabeza de la dragona, enredando los dedos en su cabello. Su respiración se aceleró aún más, respiraba por la boca de manera audible. Su pecho se movía violentamente de arriba abajo, como si su corazón fuese a estallar de un momento a otro. Su otra mano la había dejado sobre la cama, clavando las uñas.
Sentía su húmeda lengua, cada movimiento que hacía encima de su feminidad hacía que su cuerpo se contrajera. No podía mas, y entonces llegó al clímax. Apretó los dedos de los pies, alzó la cabeza y aguantó a respiración, intentando que aquel instante durase para siempre. Después su cuerpo se relajó, dejando espalar el aire por la boca en su suspiro. Se tomó un par de segundos para poder recuperar el aliento antes de apoyar ambas manos en la cama para levantarse ligeramente y acercarse a la dragona. Buscó su boca para pasar el pulgar por sus labios, estaban mojados, se lamió el dedo mirándola a los ojos.
- ¿Qué quieres que te haga? – preguntó si apartar la mirada antes de colocar una de las manos en su nuca y atraerla hacía ella y besarla.
Nahir
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Re: La primera noche [Privado] [+18] [CERRADO]
Mis músculos se tensaron con los de ella, la mano sobre mi pelo se cerró demandante y yo accedí a su exigencia de buen gusto. Mientras una parte de ella me apretaba con fuerza, otra es encogía y palpitaba con el roce mi lengua, al contrario que el resto del cuerpo de la bruja, que se estiraba sobre las sabanas. Seguí lamiendo, pero cada vez con menos prisa, con más pausas, extendiendo el placer de la bruja hasta que todo su cuerpo se relajó y su mano reclamó mi boca. Me quedé en el sitio, mirándola desde abajo, subiendo las comisuras de mis labios en una sutil y placida sonrisa al ver como Nahir jugaba con su dedo.
-Mmm. -Apoyé las dos manos alrededor de las caderas de la bruja y levanté el cuerpo siguiendo el camino que ella marcaba. -Pensaba que a estas alturas ya lo sabias. -Susurre con una sonrisa divertida al separarme de sus labios. -Pero veo que tus padres no te explicaron esta parte. -Siguiendo la broma y devolviendo el beso fui haciendo presión sobre el cuerpo de la bruja hasta terminar tumbada sobre ella. -Veras, cuando dos mujeres se quieren... -Levanté los ojos divertida, mirando los de Nahir besé la parte más cercana que tuviera de ella y me coloqué a su lado apoyando el codo en la cama y mi cabeza en la mano. -Ven, sube.
Busqué con las manos la cintura de la morena, bajé hasta dar de nuevo con sus nalgas y fui moviéndola para que se sentara sobre mis caderas. Levanté las rodillas dándole a Nahir un lugar donde descansar su espalda.
-No mires, no te hará falta. -Proseguí tranquila, deslizando mis dedos hacia su obligo hasta dar con sus manos. -Aunque quieras no podrás ver lo que pasa desde esa posición. -Sonreí, entrelacé una mano a la de ella y la conduje por detrás de su espalda hasta mi intimidad. -Siéntelo, usa el tacto para averiguar lo que sucede. Mira mis ojos, mi rostro y el resto de mi cuerpo para saber lo que provocas. -Bajo el monte de venus se había formado una laguna, todo aquello era el efecto que Nahir había causado en mi cuerpo con su propia excitación. -Experimenta y juzga por ti mi misma, preguntante que necesito, que deseo. ¿Estoy bien así? ¿Me hace falta más o menos? Tienta y explora cada lugar, los cuerpos hablan sin decir palabra, te exigen lo que quieren y te recompensan cuando haces lo que desean.
-Mmm. -Apoyé las dos manos alrededor de las caderas de la bruja y levanté el cuerpo siguiendo el camino que ella marcaba. -Pensaba que a estas alturas ya lo sabias. -Susurre con una sonrisa divertida al separarme de sus labios. -Pero veo que tus padres no te explicaron esta parte. -Siguiendo la broma y devolviendo el beso fui haciendo presión sobre el cuerpo de la bruja hasta terminar tumbada sobre ella. -Veras, cuando dos mujeres se quieren... -Levanté los ojos divertida, mirando los de Nahir besé la parte más cercana que tuviera de ella y me coloqué a su lado apoyando el codo en la cama y mi cabeza en la mano. -Ven, sube.
Busqué con las manos la cintura de la morena, bajé hasta dar de nuevo con sus nalgas y fui moviéndola para que se sentara sobre mis caderas. Levanté las rodillas dándole a Nahir un lugar donde descansar su espalda.
-No mires, no te hará falta. -Proseguí tranquila, deslizando mis dedos hacia su obligo hasta dar con sus manos. -Aunque quieras no podrás ver lo que pasa desde esa posición. -Sonreí, entrelacé una mano a la de ella y la conduje por detrás de su espalda hasta mi intimidad. -Siéntelo, usa el tacto para averiguar lo que sucede. Mira mis ojos, mi rostro y el resto de mi cuerpo para saber lo que provocas. -Bajo el monte de venus se había formado una laguna, todo aquello era el efecto que Nahir había causado en mi cuerpo con su propia excitación. -Experimenta y juzga por ti mi misma, preguntante que necesito, que deseo. ¿Estoy bien así? ¿Me hace falta más o menos? Tienta y explora cada lugar, los cuerpos hablan sin decir palabra, te exigen lo que quieren y te recompensan cuando haces lo que desean.
Reivy Abadder
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Re: La primera noche [Privado] [+18] [CERRADO]
Sonrió de lado, picarona, al ver lo bien que se lo estaba pasando su amante explicándole las cosas entre beso y beso. Nahir esperaba más bien una orden directa, pero aquello estaba bien, aunque le estaban entrado ganas de jugar.
Se dejó hacer, escuchando con atención. Sus manos se movían traviesas por todo su cuerpo mientras la morena se tumbaba sobre ella. Agarró su trasero con ganas, clavando un poco los dedos, apretando su cuerpo un más contra el suyo. Notar sus pechos contra su cuerpo le estaba haciendo humedecerse de nuevo. Se relamió, impaciente por poder volver a recorrer su cuerpo con la lengua.
Se movió obedeciendo las indicaciones de la dragona. Colocó las piernas a cada lado de ella, quedado sentada encima, le encantaban las vistas de la morena desde ahí. Fue a girar la cabeza para mirar el resto de su cuerpo, pero, leyéndole el pensamiento, Reivy le dijo que no lo hiciese, y obedeció de nuevo. Se quedó callada, siguiendo con la mirada sus manos y dejándose hacer. Sus dedos acariciaban la feminidad de la morena guiados por su propia mano, estaba muy mojada. Sus dedos recorrieron cada rincón mientras escuchaba a la dragona.
- Vaya… pareces toda una experta…- susurró picarona, con tono divertido.
Usó la mano que tenía libre para coger la de Reivy y colocarla encima de uno de sus pechos. Mientras su otra mano acariciaba la entrada de su feminidad, humedeciendo sus dedos para que estos estuviesen lubricados para posteriormente introducírselos. Lo hizo muy poco a poco, hasta el final, hasta que notó resistencia. Se quedó dentro unos instantes mientras la miraba a los ojos, sin moverse. Se mordió el labio inferior preguntándose como sabría la dragona. Sacó los dedos casi por completo para después volver a introducirlos, repitiendo esta acción una y otra vez. La velocidad iba variando según el movimiento de las caderas de la dragona
Se dejó hacer, escuchando con atención. Sus manos se movían traviesas por todo su cuerpo mientras la morena se tumbaba sobre ella. Agarró su trasero con ganas, clavando un poco los dedos, apretando su cuerpo un más contra el suyo. Notar sus pechos contra su cuerpo le estaba haciendo humedecerse de nuevo. Se relamió, impaciente por poder volver a recorrer su cuerpo con la lengua.
Se movió obedeciendo las indicaciones de la dragona. Colocó las piernas a cada lado de ella, quedado sentada encima, le encantaban las vistas de la morena desde ahí. Fue a girar la cabeza para mirar el resto de su cuerpo, pero, leyéndole el pensamiento, Reivy le dijo que no lo hiciese, y obedeció de nuevo. Se quedó callada, siguiendo con la mirada sus manos y dejándose hacer. Sus dedos acariciaban la feminidad de la morena guiados por su propia mano, estaba muy mojada. Sus dedos recorrieron cada rincón mientras escuchaba a la dragona.
- Vaya… pareces toda una experta…- susurró picarona, con tono divertido.
Usó la mano que tenía libre para coger la de Reivy y colocarla encima de uno de sus pechos. Mientras su otra mano acariciaba la entrada de su feminidad, humedeciendo sus dedos para que estos estuviesen lubricados para posteriormente introducírselos. Lo hizo muy poco a poco, hasta el final, hasta que notó resistencia. Se quedó dentro unos instantes mientras la miraba a los ojos, sin moverse. Se mordió el labio inferior preguntándose como sabría la dragona. Sacó los dedos casi por completo para después volver a introducirlos, repitiendo esta acción una y otra vez. La velocidad iba variando según el movimiento de las caderas de la dragona
Nahir
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Re: La primera noche [Privado] [+18] [CERRADO]
-Bueno... -Interrumpí la frase al sentir una corriente eléctrica que recorría toda mi columna. -No me consideraría una experta, pero... Mmm. -Corté otra vez el dialogo reteniendo un gemido. -Se unas cuantas cosas.
Los dedos de la joven bruja se movían con soltura, en su rostro había una cara que mezclaba la diversión con la picardía y la lujuria, estaba claro que le estaba gustando ver como perdía el habla por momentos. Decidí dejar la charla para otro momento y sonreí a Nahir con arrogancia y superioridad, sabía que quería y no se lo daría.
-¿Quieres algo? -Pregunté juguetona haciéndome la loca mientras mis manos masajeaban sus pechos. Levanté la espalda con intención de besarla y en el último momento desvié mis labios hacia su oído. -¿Quieres esto? Aah... -Dejé que la pregunta coincidiera con los dedos de la bruja entrando hasta el fundo y gemí en un quedo susurro. -Dame más y serán tuyos.
Me separé de ella unos centímetros buscando sus ojos, la miraba desafiante sonriendo de medio lado y relamiéndome antes de besarla. Mientras que nuestros labios estuvieron juntos mis dedos pellizcaban sus pezones y enredaba la lengua con la suya.
Dejé caer la espalda sobre la cama y recorrí su cuerpo la vista y las manos, cada vez que la bruja empuja yo empujaba contra ella, hundiendo más sus dedos y ahogando un gemido. Podía hacerlos más altos, podía chillarlos, pero no quería. Podía leer en el rostro de la morena la excitación que le provocaba todo aquello y sentir como se iba humedeciendo de nuevo, la tentaba a usar más fuerza a mover la muñeca y la cadera al ritmo de la mía. Le sonreía con superioridad al contraer las paredes que la rodeaban, haciéndola saber que aquellos espasmos eran voluntarios, que los creaba con la única intención de provocar su deseo.
Volví a gemir, esta vez sin retenerlo, subí las caderas justo cuando sus dedos bajaban, cerré los ojos y mordí mis labios. Saqué la mano de uno de los pechos de Nahir y lo baje buscando de nuevo su perla, con la palma y los dedos sobre el inicio de su muslo y el pulgar dando vueltas sobre aquella joya.
Los dedos de la joven bruja se movían con soltura, en su rostro había una cara que mezclaba la diversión con la picardía y la lujuria, estaba claro que le estaba gustando ver como perdía el habla por momentos. Decidí dejar la charla para otro momento y sonreí a Nahir con arrogancia y superioridad, sabía que quería y no se lo daría.
-¿Quieres algo? -Pregunté juguetona haciéndome la loca mientras mis manos masajeaban sus pechos. Levanté la espalda con intención de besarla y en el último momento desvié mis labios hacia su oído. -¿Quieres esto? Aah... -Dejé que la pregunta coincidiera con los dedos de la bruja entrando hasta el fundo y gemí en un quedo susurro. -Dame más y serán tuyos.
Me separé de ella unos centímetros buscando sus ojos, la miraba desafiante sonriendo de medio lado y relamiéndome antes de besarla. Mientras que nuestros labios estuvieron juntos mis dedos pellizcaban sus pezones y enredaba la lengua con la suya.
Dejé caer la espalda sobre la cama y recorrí su cuerpo la vista y las manos, cada vez que la bruja empuja yo empujaba contra ella, hundiendo más sus dedos y ahogando un gemido. Podía hacerlos más altos, podía chillarlos, pero no quería. Podía leer en el rostro de la morena la excitación que le provocaba todo aquello y sentir como se iba humedeciendo de nuevo, la tentaba a usar más fuerza a mover la muñeca y la cadera al ritmo de la mía. Le sonreía con superioridad al contraer las paredes que la rodeaban, haciéndola saber que aquellos espasmos eran voluntarios, que los creaba con la única intención de provocar su deseo.
Volví a gemir, esta vez sin retenerlo, subí las caderas justo cuando sus dedos bajaban, cerré los ojos y mordí mis labios. Saqué la mano de uno de los pechos de Nahir y lo baje buscando de nuevo su perla, con la palma y los dedos sobre el inicio de su muslo y el pulgar dando vueltas sobre aquella joya.
Reivy Abadder
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Re: La primera noche [Privado] [+18] [CERRADO]
Disfrutaba mirándola, cada gesto, sonrisa y palabra. Le gustaba que le hablase de aquel modo, se ponía irresistiblemente apetecible.
Se quedó con un beso colgado cuando la dragona le susurró al oído, al parecer ella también quería jugar. Lamió el lóbulo de su oreja antes de que volviese a separarse de ella. Miró sus labios antes de entrelazarse con aquella lengua tan juguetona. Al notar que sus dedos pellizcaban sus pezones la bruja mordió con cuidado el labio de ella, rompiendo el beso.
Cada vez que la dragona gemía la bruja abría la boca, como si aquellos gemidos fuesen también suyos. No hacía falta pasar la mano por su feminidad para saber que estaba excitada de nuevo, incluso había empezado a mojar la parte que estaba en contacto con Reivy con aquella zona.
Su mano se aventuró de nuevo en su feminidad, pero Nahir no quería aquello, bueno, si lo quería, pero ahora era ella la que ponía el ritmo y las reglas. Apoyó las manos en las rodillas de la dragona y salió de encima de ella, separó aún más sus piernas y se colocó entre ellas. Enredó un brazo en torno a sus caderas y empezó a besar sus muslos. Sus besos fueron descendiendo hasta llegar al foco de su calor. Acercó los labios a su perla, le dio un pequeño e inocente beso antes de empezar de nuevo con las arremetidas. De vez en cuando acercaba sus labios a su perla, rozándolos, pero nada más.
Deseaba que la dragona se lo tuviese que pedir.
La mano de la dragona se enterró en su cabello, dirigiendo su cabeza para hacerle saber qué es lo que quería. La bruja apartó la mano con delicadeza, lamiendo la punta de su dedo índice.
- ¿Qué es lo que quieres? – preguntó segura y sensual.
- Lo mismo que tu…
La bruja no dijo nada más, se limitó a sonreír. Si, lo estaba deseando. Colocó nuevamente la cabeza entre sus piernas y lamió con cuidado la perla de la mujer. Podía sentir como su cuerpo se estremecía con cada contacto. Empezó a hacer movimientos circulares con la lengua, al ritmo que fue notando que la gustaba más a la dragona según el movimiento de sus caderas y la contracción de sus músculos. . Podía sentir su placer, su humedad. Bajó un poco más la lengua y lamió la entrada de su feminidad, metiendo un poco la lengua.
Jamás se hubiese imaginado que pudiese excitarse tanto escuchando los gemidos de otra persona.
Se quedó con un beso colgado cuando la dragona le susurró al oído, al parecer ella también quería jugar. Lamió el lóbulo de su oreja antes de que volviese a separarse de ella. Miró sus labios antes de entrelazarse con aquella lengua tan juguetona. Al notar que sus dedos pellizcaban sus pezones la bruja mordió con cuidado el labio de ella, rompiendo el beso.
Cada vez que la dragona gemía la bruja abría la boca, como si aquellos gemidos fuesen también suyos. No hacía falta pasar la mano por su feminidad para saber que estaba excitada de nuevo, incluso había empezado a mojar la parte que estaba en contacto con Reivy con aquella zona.
Su mano se aventuró de nuevo en su feminidad, pero Nahir no quería aquello, bueno, si lo quería, pero ahora era ella la que ponía el ritmo y las reglas. Apoyó las manos en las rodillas de la dragona y salió de encima de ella, separó aún más sus piernas y se colocó entre ellas. Enredó un brazo en torno a sus caderas y empezó a besar sus muslos. Sus besos fueron descendiendo hasta llegar al foco de su calor. Acercó los labios a su perla, le dio un pequeño e inocente beso antes de empezar de nuevo con las arremetidas. De vez en cuando acercaba sus labios a su perla, rozándolos, pero nada más.
Deseaba que la dragona se lo tuviese que pedir.
La mano de la dragona se enterró en su cabello, dirigiendo su cabeza para hacerle saber qué es lo que quería. La bruja apartó la mano con delicadeza, lamiendo la punta de su dedo índice.
- ¿Qué es lo que quieres? – preguntó segura y sensual.
- Lo mismo que tu…
La bruja no dijo nada más, se limitó a sonreír. Si, lo estaba deseando. Colocó nuevamente la cabeza entre sus piernas y lamió con cuidado la perla de la mujer. Podía sentir como su cuerpo se estremecía con cada contacto. Empezó a hacer movimientos circulares con la lengua, al ritmo que fue notando que la gustaba más a la dragona según el movimiento de sus caderas y la contracción de sus músculos. . Podía sentir su placer, su humedad. Bajó un poco más la lengua y lamió la entrada de su feminidad, metiendo un poco la lengua.
Jamás se hubiese imaginado que pudiese excitarse tanto escuchando los gemidos de otra persona.
Nahir
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Re: La primera noche [Privado] [+18] [CERRADO]
Solté un gruñido al sentir que Nahir se deshacía de mi mano, estaba claro lo que quería. Mis gestos se lo decían y mi cuerpo se lo gritaba, aun así accedí a su negación silenciosa y dejé que soltara el agarre que tenía sobre su pelo. No pude evitar sonreír al sentir su lengua en mi dedo, y... cedí, le dije aquello que la morena quería oír, en este juego hay que saber cuándo soltar la cuerda para no transformar el deseo en frustración.
Se lo di, se lo estaba ganando, deje de contenerme y cambie los gemidos por su nombre entrecortado, con una mano apretaba las sabanas y con la otra la cabellera de la bruja, cada vez que hacia presión en su nuca ella paraba y levantaba la miranda, esperando una orden "Muerde", una exigencia "Continua" o una súplica "Por favor, Nahir".
Mis manos apenas alcanzaba el cuerpo de la bruja, los dedos se movían inquietos por la cama, me urgía aliviar mi necesidad de tocarla.
-Nahir... ven, gírate. -La morena paró de nuevo al escucharme, pero esta vez me miró sin comprender. -Date la vuelta. -Puntualice mientras recobraba el aire y hacia un circulo con la mano. -Dame la espalda y ponte de rodillas. -Me apoyé sobre uno de mis codos y señalé con la mano el espacio que había entre mis brazos y las costillas. Sonreí complacida al ver que accedía. -Mmm si, así. -Con la mano aparté la larga melena que le caía por la espalda y comencé a besar su columna mientras hacía presión con los dedos para que se fuera inclinando hacia abajo. -Déjate llevar, continua con lo de antes... si puedes.
Terminé la frase besando una de sus oscuras nalgas al tiempo que abría la boca y clavaba los colmillos en la carne presionando lo justo para que sintiera el bocado pero sin provocar dolor, tan solo una leve y placentera molestia. Ahora mis manos llegaban a sus pechos y podía jugar con uno de ellos mientras la otra se adentraba de nuevo en el húmedo placer de la bruja. Mis dedos encontraron más pronto que tarde la esfera que coronaba sus labios, deje tranquilo su pecho para buscar apoyo y morder la otra nalga de la bruja.
Los jadeos, gemidos y su nombre se repetían cada vez con más frecuencia e intensidad, me costaba concentrarme y por momentos mis dedos dejaban de acariciarla o de explorar su interior, pero también sentía como Nahir perdía el ritmo con mis caricias y aprovechaba el momento para proporcionarle más placer.
Se lo di, se lo estaba ganando, deje de contenerme y cambie los gemidos por su nombre entrecortado, con una mano apretaba las sabanas y con la otra la cabellera de la bruja, cada vez que hacia presión en su nuca ella paraba y levantaba la miranda, esperando una orden "Muerde", una exigencia "Continua" o una súplica "Por favor, Nahir".
Mis manos apenas alcanzaba el cuerpo de la bruja, los dedos se movían inquietos por la cama, me urgía aliviar mi necesidad de tocarla.
-Nahir... ven, gírate. -La morena paró de nuevo al escucharme, pero esta vez me miró sin comprender. -Date la vuelta. -Puntualice mientras recobraba el aire y hacia un circulo con la mano. -Dame la espalda y ponte de rodillas. -Me apoyé sobre uno de mis codos y señalé con la mano el espacio que había entre mis brazos y las costillas. Sonreí complacida al ver que accedía. -Mmm si, así. -Con la mano aparté la larga melena que le caía por la espalda y comencé a besar su columna mientras hacía presión con los dedos para que se fuera inclinando hacia abajo. -Déjate llevar, continua con lo de antes... si puedes.
Terminé la frase besando una de sus oscuras nalgas al tiempo que abría la boca y clavaba los colmillos en la carne presionando lo justo para que sintiera el bocado pero sin provocar dolor, tan solo una leve y placentera molestia. Ahora mis manos llegaban a sus pechos y podía jugar con uno de ellos mientras la otra se adentraba de nuevo en el húmedo placer de la bruja. Mis dedos encontraron más pronto que tarde la esfera que coronaba sus labios, deje tranquilo su pecho para buscar apoyo y morder la otra nalga de la bruja.
Los jadeos, gemidos y su nombre se repetían cada vez con más frecuencia e intensidad, me costaba concentrarme y por momentos mis dedos dejaban de acariciarla o de explorar su interior, pero también sentía como Nahir perdía el ritmo con mis caricias y aprovechaba el momento para proporcionarle más placer.
Reivy Abadder
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Re: La primera noche [Privado] [+18] [CERRADO]
Su petición le hizo levantar la cabeza, asintió tímida haciendo lo que le pedía. No terminaba de comprender que es lo que quería hace, pero se colocó como la dragona le estaba indicando.
Los besos de la espalda reactivaron de nuevo aquel cosquilleo que anteriormente había recorrido su cuerpo. Bajó un poco la cabeza, empezando besar sus muslos, cada beso más cerca de su feminidad.
Soltó un leve gemido cuando sintió el mordisco, con el que apretó las carnes de su amante. Aquello parecía haberla activado de nuevo, ya que acto seguido empezó a besar su feminidad y a recorrerla con la lengua. Colocó las manos alrededor de sus nalgas, asegurándose de que su amante no cerrase las piernas, pero lo suficientemente cerca como para que sus dedos pudiesen acariciar aquella zona tan húmeda.
Pero la dragona no se quedó atrás.
Tenía que ir parando de vez en cuando, la dragona no le dejaba concentrarse. Se estremecía con cada uno de los movimientos de ella y su cuerpo se paralizaba.
-Re-reivy… yo no…- gimoteaba intentando no parar, aunque cada vez le costaba más.
Las piernas le temblaban, arqueó la espalda subiendo ligeramente el trasero. Sentía que iba a explotar de un momento a otro. Se colocó mejor en la cama para poder entrar mejor en ella mientras intentaba lamer su perla. No tardaría mucho en terminar y quería que Reivy también lo hiciese.
Los besos de la espalda reactivaron de nuevo aquel cosquilleo que anteriormente había recorrido su cuerpo. Bajó un poco la cabeza, empezando besar sus muslos, cada beso más cerca de su feminidad.
Soltó un leve gemido cuando sintió el mordisco, con el que apretó las carnes de su amante. Aquello parecía haberla activado de nuevo, ya que acto seguido empezó a besar su feminidad y a recorrerla con la lengua. Colocó las manos alrededor de sus nalgas, asegurándose de que su amante no cerrase las piernas, pero lo suficientemente cerca como para que sus dedos pudiesen acariciar aquella zona tan húmeda.
Pero la dragona no se quedó atrás.
Tenía que ir parando de vez en cuando, la dragona no le dejaba concentrarse. Se estremecía con cada uno de los movimientos de ella y su cuerpo se paralizaba.
-Re-reivy… yo no…- gimoteaba intentando no parar, aunque cada vez le costaba más.
Las piernas le temblaban, arqueó la espalda subiendo ligeramente el trasero. Sentía que iba a explotar de un momento a otro. Se colocó mejor en la cama para poder entrar mejor en ella mientras intentaba lamer su perla. No tardaría mucho en terminar y quería que Reivy también lo hiciese.
Nahir
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Re: La primera noche [Privado] [+18] [CERRADO]
Me costaba seguir el ritmo con cada nuevo movimiento de la bruja, intentaba retenerlo pero no podía, la cabeza se me iba y las órdenes que les daba a mis dedos se perdían por el camino, lo único que lograba mantener era la posición de mi mano sobre la intimidad de Nahir.
Mis brazos se quedaron paralizados mientras jadeaba con la frente pegada a la piel oscura que tenía delante, lancé la cabeza hacia atrás emitiendo un largo gemido al tiempo que mi interior se encogía y apretaba los dedos de Nahir. La mano donde recaía el peso de mi cuerpo se deslizó por las sabanas dejando que mi espalda cayera a la cama, mi pecho subía y bajaba frenético tratando de recuperar la respiración, con el paso de los segundos conseguí abrir los ojos y levantar la cabeza para ver entre las piernas de la morena, como esta seguía entre las mías, su lengua seguía lamiendo y aquello me provocaba alivio y de vez en cuando un ramalazo de remanente placer.
Había logrado mantenerme en el interior de la bruja y notaba su néctar recorrer la palma de mi mano, sonreí de medio lado y moví los dedos mientras obligaba a la morena a arquear más la espalda con la mano libre, cosa que pareció gustarle, porque en ese instante dejé de sentir su lengua y poco después volví a escuchar el placer en sus labios.
Me quede allí hasta sentir como se calmaba, después, abandoné el lugar y mientras relamía mis dedos me moví por la cama hasta apoyar la espalda contra el cabecero.
-Si ya lo dice el dicho. -Comenté con una sonrisa cariñosa, animando a Nahir a que se recostara sobre mí. -Las más tímidas son las más fogosas. -Reposé la cabeza junto a la de la bruja. Mi mano derecha acariciaba su pelo y la izquierda su muslo. -Estoy deseando ver lo que harás cuando estés más sueltas en la materia.
Mis brazos se quedaron paralizados mientras jadeaba con la frente pegada a la piel oscura que tenía delante, lancé la cabeza hacia atrás emitiendo un largo gemido al tiempo que mi interior se encogía y apretaba los dedos de Nahir. La mano donde recaía el peso de mi cuerpo se deslizó por las sabanas dejando que mi espalda cayera a la cama, mi pecho subía y bajaba frenético tratando de recuperar la respiración, con el paso de los segundos conseguí abrir los ojos y levantar la cabeza para ver entre las piernas de la morena, como esta seguía entre las mías, su lengua seguía lamiendo y aquello me provocaba alivio y de vez en cuando un ramalazo de remanente placer.
Había logrado mantenerme en el interior de la bruja y notaba su néctar recorrer la palma de mi mano, sonreí de medio lado y moví los dedos mientras obligaba a la morena a arquear más la espalda con la mano libre, cosa que pareció gustarle, porque en ese instante dejé de sentir su lengua y poco después volví a escuchar el placer en sus labios.
Me quede allí hasta sentir como se calmaba, después, abandoné el lugar y mientras relamía mis dedos me moví por la cama hasta apoyar la espalda contra el cabecero.
-Si ya lo dice el dicho. -Comenté con una sonrisa cariñosa, animando a Nahir a que se recostara sobre mí. -Las más tímidas son las más fogosas. -Reposé la cabeza junto a la de la bruja. Mi mano derecha acariciaba su pelo y la izquierda su muslo. -Estoy deseando ver lo que harás cuando estés más sueltas en la materia.
Reivy Abadder
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Re: La primera noche [Privado] [+18] [CERRADO]
El latido de su corazón retumbaba en su cabeza como un tambor, su respiración parecía tambalear todo su cuerpo, los oídos se le habían taponado, pero sobre todas aquellas cosas su cuerpo había entrado en un estado de relajación máxima. Aun podía sentir más sensible de lo normal su zona intima, pero poco a poco todo su cuerpo se estaba recomponiendo.
Prácticamente se arrastró por las sabanas hasta llegar a la altura de la dragona, sentía que sus brazos y piernas aun temblaban, tumbándose a su lado. Se recortó sobre la mujer, apoyando la cabeza en su hombro. Sonrió tímidamente ante el comentario de ella, incluso podría haber dicho que se sonrojó un poco, pero ya no sentía aquella vergüenza ante Reivy, al contrario, estaba muy a gusto.
Desde ahí podía apreciar el movimiento de su pecho, también acelerado por el ejercicio. Su olor, jamás se había percatado de su olor hasta aquel momento, incluso nunca hubiese imaginado que pensaría que le gustaría el de alguien como le estaba pasando en aquel momento. Su cuerpo era tal y como se lo había imaginado, tremendamente suave, era como si dejar de tocarle le supusiese un esfuerzo enorme.
Alargó la mano que le quedaba más libre para recorrer con delicadeza el costado de la silueta de la dragona, desde las costillas hasta las caderas. Miraba el recorrer de su dedo y el contraste del color de su piel con el de su amante. No pudo evitar sonreír al notar su mano pasando por su cabello, era algo que le encantaba, por otro lado le estaba acariciando el muslo, momentos antes aquello hubiese sido un detonante para saltar sobre sus brazos, pero ahora le estaba sumiendo en un trance más que placentero. Poco a poco fue cerrando los ojos, no se había dado cuenta pero estaba agotada, hasta que se quedó totalmente dormida.
Prácticamente se arrastró por las sabanas hasta llegar a la altura de la dragona, sentía que sus brazos y piernas aun temblaban, tumbándose a su lado. Se recortó sobre la mujer, apoyando la cabeza en su hombro. Sonrió tímidamente ante el comentario de ella, incluso podría haber dicho que se sonrojó un poco, pero ya no sentía aquella vergüenza ante Reivy, al contrario, estaba muy a gusto.
Desde ahí podía apreciar el movimiento de su pecho, también acelerado por el ejercicio. Su olor, jamás se había percatado de su olor hasta aquel momento, incluso nunca hubiese imaginado que pensaría que le gustaría el de alguien como le estaba pasando en aquel momento. Su cuerpo era tal y como se lo había imaginado, tremendamente suave, era como si dejar de tocarle le supusiese un esfuerzo enorme.
Alargó la mano que le quedaba más libre para recorrer con delicadeza el costado de la silueta de la dragona, desde las costillas hasta las caderas. Miraba el recorrer de su dedo y el contraste del color de su piel con el de su amante. No pudo evitar sonreír al notar su mano pasando por su cabello, era algo que le encantaba, por otro lado le estaba acariciando el muslo, momentos antes aquello hubiese sido un detonante para saltar sobre sus brazos, pero ahora le estaba sumiendo en un trance más que placentero. Poco a poco fue cerrando los ojos, no se había dado cuenta pero estaba agotada, hasta que se quedó totalmente dormida.
Nahir
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Re: La primera noche [Privado] [+18] [CERRADO]
Fui acomodando el cuerpo lentamente sobre la cama a medida que el cansancio cerraba mis parpados y el sueño ralentizaba mis caricias sobre la bruja, lo último que vi aquella noche fue el rostro relajado de Nahir sobre mi hombro.
A la mañana siguiente la luz del exterior se coló furtiva por la ventana, en algún momento de la noche me había movido dormida y ahora me encontraba de lado, dándole la espalda a la puerta de la habitación y rodeando el cuerpo de la bruja cobijándola entre mis brazos y con una pierna enredada entre las suyas.
El sol incidía en mis ojos y un insistente sonido golpeaba la puerta, los golpes pararon y las bisagras chirriaron un instante.
-Mmm... -Mascullé abrazando más a Nahir al tiempo que escondía mi cara contra ella para escapar del sol. -...mmm. -Repetí más cómoda a la vez que la puerta se cerraba de golpe. -¿Eh? -Desde la cama se podía escuchar una risa aniñada detrás de la puerta. -¿Qué quieres lagartija? -Pregunté sin mover la cabeza de su cómodo lugar.
-¿Que dices?
Mi hija volvió abrir la puerta y asomó la cabeza con una sonrisa que gritaba "Estoy viendo algo que no debería y tú no puedes hacer nada para evitarlo"
-¿Que, que quieres Vey? -Esta vez repetí la frase girando la cabeza desganada para ver la rubia.
-Nada, que Zöe ya sea... actualizado o algo así dice ella. -Mi única respuesta fue volver a acomodarme contra la bruja. -Vienes o...
-¡Que sí! -Dije irritada mientras Lavey cerraba la puerta con una carcajada. -Niñas... será mejor que vayamos a desayunar. -Tras decir aquello volví a acomodarme en la cama y besé a la bruja. No tenía nada que ver la actitud que tenía con la frase dicha anteriormente -Buenos días, Morena.
A la mañana siguiente la luz del exterior se coló furtiva por la ventana, en algún momento de la noche me había movido dormida y ahora me encontraba de lado, dándole la espalda a la puerta de la habitación y rodeando el cuerpo de la bruja cobijándola entre mis brazos y con una pierna enredada entre las suyas.
El sol incidía en mis ojos y un insistente sonido golpeaba la puerta, los golpes pararon y las bisagras chirriaron un instante.
-Mmm... -Mascullé abrazando más a Nahir al tiempo que escondía mi cara contra ella para escapar del sol. -...mmm. -Repetí más cómoda a la vez que la puerta se cerraba de golpe. -¿Eh? -Desde la cama se podía escuchar una risa aniñada detrás de la puerta. -¿Qué quieres lagartija? -Pregunté sin mover la cabeza de su cómodo lugar.
-¿Que dices?
Mi hija volvió abrir la puerta y asomó la cabeza con una sonrisa que gritaba "Estoy viendo algo que no debería y tú no puedes hacer nada para evitarlo"
-¿Que, que quieres Vey? -Esta vez repetí la frase girando la cabeza desganada para ver la rubia.
-Nada, que Zöe ya sea... actualizado o algo así dice ella. -Mi única respuesta fue volver a acomodarme contra la bruja. -Vienes o...
-¡Que sí! -Dije irritada mientras Lavey cerraba la puerta con una carcajada. -Niñas... será mejor que vayamos a desayunar. -Tras decir aquello volví a acomodarme en la cama y besé a la bruja. No tenía nada que ver la actitud que tenía con la frase dicha anteriormente -Buenos días, Morena.
Reivy Abadder
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Re: La primera noche [Privado] [+18] [CERRADO]
Los rayos de sol empezaron a despertarla, fue entonces cuando se acordó de donde estaba. Sonrió al notar que la dragona le estaba abrazando desde atrás. Giró entre sus brazos y apoyó la frente contra su cuerpo, huyendo del sol. Estaba muy a gusto, el día podía esperar unos minutos más.
Los golpes en la puerta hicieron que la bruja pegase un bote. ¿Quién podría ser? La dragona la abrazó aún más. Seguro que era alguien que se había equivocado. Enterró la cara en su pecho disfrutando de lo poco que le quedaba de estar con ella.
¿Lagartija? ¿Así no era como llamaba Reivy a su hija?
Nahir se había puesto roja como un tomate, se apretó todo lo que pudo contra el cuerpo de la dragona, como escondiéndose. Cuando la niña cerró la puerta definitivamente Nahir empezó a levantar la cabeza muy poco a poco, para encontrarse con un beso de su amante. La bruja se lo devolvió encantada, alargando un poco el cuerpo para poder besarle mejor.
- Buenos días… - ronroneó acariciando su espalda.
Entonces se acordó de que no había avisado a los de carro, seguramente se habrían ido sin ella. Ahora debería buscar otro medio de trasporte que la llevase hacía el norte.
- Claro, será mejor que nos levantemos…- decía, aunque su cuerpo no lo ponía en práctica.
Sus manos recorrían su cuerpo y sus labios besaban su piel. Como atesorando aquellos últimos momentos. Se separó un poco de ella para mirarle a los ojos.
- Yo me saltaré el desayuno, debería darme prisa si quiero volver a encontrar un carro. – se sentó en la cama, buscando su ropa. Estaba en el suelo.
Se levantó y acercó a la cama la ropa de ambas para que pudiesen vestirse. Intentaba no mirar a Reivy mientras lo hacía, si no sabía que se lanzaría de nuevo a sus brazos.
Se estaba acabando de colocar el cinturón cuando se volvió hacía ella. Quería decirle mil cosas, pero no encontraba las palabras. Esperó a que ella también terminase de vestirse para colocarse frente a ella y colocar los brazos en torno a su cuello.
- Espero que volvamos a vernos pronto…- sabía lo que la mujer pensaba de las relaciones y todo aquello, por lo que no quería decir algo que pudiese ser mal interpretado y, por lo tanto, que le molestase.
Se inclinó para darle un beso en la mejilla antes de irse, no sin volver la cabeza a medio camino para verla por última vez.
Los golpes en la puerta hicieron que la bruja pegase un bote. ¿Quién podría ser? La dragona la abrazó aún más. Seguro que era alguien que se había equivocado. Enterró la cara en su pecho disfrutando de lo poco que le quedaba de estar con ella.
¿Lagartija? ¿Así no era como llamaba Reivy a su hija?
Nahir se había puesto roja como un tomate, se apretó todo lo que pudo contra el cuerpo de la dragona, como escondiéndose. Cuando la niña cerró la puerta definitivamente Nahir empezó a levantar la cabeza muy poco a poco, para encontrarse con un beso de su amante. La bruja se lo devolvió encantada, alargando un poco el cuerpo para poder besarle mejor.
- Buenos días… - ronroneó acariciando su espalda.
Entonces se acordó de que no había avisado a los de carro, seguramente se habrían ido sin ella. Ahora debería buscar otro medio de trasporte que la llevase hacía el norte.
- Claro, será mejor que nos levantemos…- decía, aunque su cuerpo no lo ponía en práctica.
Sus manos recorrían su cuerpo y sus labios besaban su piel. Como atesorando aquellos últimos momentos. Se separó un poco de ella para mirarle a los ojos.
- Yo me saltaré el desayuno, debería darme prisa si quiero volver a encontrar un carro. – se sentó en la cama, buscando su ropa. Estaba en el suelo.
Se levantó y acercó a la cama la ropa de ambas para que pudiesen vestirse. Intentaba no mirar a Reivy mientras lo hacía, si no sabía que se lanzaría de nuevo a sus brazos.
Se estaba acabando de colocar el cinturón cuando se volvió hacía ella. Quería decirle mil cosas, pero no encontraba las palabras. Esperó a que ella también terminase de vestirse para colocarse frente a ella y colocar los brazos en torno a su cuello.
- Espero que volvamos a vernos pronto…- sabía lo que la mujer pensaba de las relaciones y todo aquello, por lo que no quería decir algo que pudiese ser mal interpretado y, por lo tanto, que le molestase.
Se inclinó para darle un beso en la mejilla antes de irse, no sin volver la cabeza a medio camino para verla por última vez.
Nahir
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