Los Perdidos [Privado - Eilydh]
Página 1 de 1. • Comparte
Los Perdidos [Privado - Eilydh]
“Acantilado de la Muerte” Que nombre mas hermoso. El lugar donde los magos hacían sus rituales, el lugar donde las cenizas de los muertos y las hachas eran enviadas al mar y a Thor, el lugar donde las vírgenes eran lanzadas a las aguas para complacer a los dioses. No es un mal lugar para visitar a mi parecer y esta vez en solitario, además de que no me quedaba tan lejos de las tierras humanas y a decir verdad venir aquí en el barco que habíamos robado y tener que hacer una parada mientras las aguas se calmaran fue la mejor idea que tuve. Demasiados robos, asesinatos y saqueos habían hecho que la atención se pusiera sobre mi cabeza y la de mis hombres, isa que tuve que marchar hacia las islas cercanas con tal de buscar un escondite y estaría por este lugar hasta una semana o algo mas, quien sabe. Este lugar era sagrado y lo notaba con cada paso que daba, el aire que se respiraba aquí era diferente de todo lo que había respirado estos días y por lo tanto no era un mal lugar.
Pero no estaba en este acantilado buscando “la paz sagrada” como lo harían los amariconados hombres de la zona, no, yo buscaba lo que había escuchado en los rumores ¿Elfos desterrados que también eran nómadas? Me interesaban, quizás pudiera enfrentarme algunos y probar que tan fuerte eran, quizás podría violar algunas elfas y expandir mi legado sangriento con mestizos, quien sabe. Lo primero era encontrar el lugar donde estos supuestos elfos se escondían y no era fácil. Según escuche estaban escondidos entre las grandes rocas de las zonas alta de los acantilados y por lo tanto… Tenia que cruzar una zona de altas piedras, de camino inestable y poco mas que insectos y ratas como compañeros… Pero los dioses harían que mi esfuerzo fuera recompensado. Siempre lo hacían, pues yo era hijo de los dioses.
Pero no estaba en este acantilado buscando “la paz sagrada” como lo harían los amariconados hombres de la zona, no, yo buscaba lo que había escuchado en los rumores ¿Elfos desterrados que también eran nómadas? Me interesaban, quizás pudiera enfrentarme algunos y probar que tan fuerte eran, quizás podría violar algunas elfas y expandir mi legado sangriento con mestizos, quien sabe. Lo primero era encontrar el lugar donde estos supuestos elfos se escondían y no era fácil. Según escuche estaban escondidos entre las grandes rocas de las zonas alta de los acantilados y por lo tanto… Tenia que cruzar una zona de altas piedras, de camino inestable y poco mas que insectos y ratas como compañeros… Pero los dioses harían que mi esfuerzo fuera recompensado. Siempre lo hacían, pues yo era hijo de los dioses.
Finn Devlin
Experto
Experto
Cantidad de envíos : : 68
Nivel de PJ : : 0
Re: Los Perdidos [Privado - Eilydh]
Las montañas pedregosas que formaban el acantilado de la muerte habían pasado a formar parte de la rutina diaria de Eilydh. Las mañanas se habían unido misteriosamente a las tardes y auguraban noches a la par que amanecia haciendo todos y cada uno de los días eternos.
Aún no recuerda como llegó a aquel lugar. Malherida en el camino, con dos sicarios siguiendole los talones y la sangre fría de continuar por el mero hecho de probar que nunca estuvo equivocada.
Las leyenda de los Elfos nómadas no eran un secreto en Sandorai. Su parte real unida a la ficción era otra cosa y el halo de misterio que rodeaba al emplazamiento debió ser advertencia suficiente para todo aquel que quisiese aferrarse a la idea de unirse a ellos. Como si el mero hecho de tomar control de su propia vida los hiciese degenerados. Eilydh no supo de lugar mejor para empezar a formarse. Como he explicado, el camino no fue fácil. La chica había sido capturada varias veces por los sicarios de recompensa de su padre y su llegada al acantilado por los pelos había sido más producto de su ingenio y destreza con su daga que de su fuerza.
Pero de aquello hacía ya casi 3 ciclos, y los elfos nómadas, aunque bárbaros no daban la espalda a otros elfos lo suficientemente locos como para aventurarse a escapar de la seguiridad de Sandorai y unirse a ellos. Así que Eilydh había sido adoptada a regañadientes por la comunidad. lo que significaba que había sido involucrada en todo tipo de técnicas para mejorar sus reflejos y su manejo de la daga. La chica seguía siendo menuda y aunque sus brazos y cuerpo se habían tornado fibroso con el esfuerzo diario, había aprendido que la velocidad y perspicacia siempre estaba a su favor. Tambien había ganado alguna que otra cicatriz en el camino, pero quizás fue justo aquello lo que hizo que los elfos nómadas la sintiesen poco a poco parte de la comunidad.
Aquella mañana en particular la vista de barcos forasteros agitó un poco el emplazamiento de los elfos. No esque no estuviesen acostumbrados a que miles de personas visitasen la zona. La mayoria para sacrificar a virgenes o a cualquier otra cosa que pensasen pudiesen alegrar a sus dioses. El emplazamiento de la comunidad estaba los suficientemente escondido como para no preocuparse por aquello. Sin embargo aquellos barcos no parecian barcos elegantes, por lo que no tenian nada que ofrecer a los dioses lo suficientmente valioso. Aquello si era problema.
Emmet había sido el patriarca de aquella comunidad desde la muerte de Elarian. Sus hijos , de edades similares a Eilydh se habian ofrecido a ayudarla con la lucha cuerpo a cuerpo y finalmente convertido en un apoyo para la chica. No porque le cayesen particularmente bien, sino porque la trataban como una igual, independientemente de su apariencia.
-.Xander dijo Emmet a su hijo mayor- . estos barcos anden perdidos, o intenten como el año pasado sobornarnos para poner nuestro emplazamiento en sus mapas. Ya sabes nuestra opinion acerca de este tema- dijo mirandolo a los ojos- así nada nos impide el ser educados con nuestros invitados
La comunidad no era muy grande, no más de 50 personas incluyendo niños que eran adiestrados en la lucha y el arco desde pequeño, hombres y mujeres todos igualmente aptos para la lucha y sin embargo con una disposición pacifica. Eilydh había sido adoptada por una de las familias matriarcales del lugar, y la noche anterior había sido su ceremonia de adaptación dejando atrás todo rastro de su pasado civilizado en Sandorai y adoptando los colores azules de pintadas en la cara y los ropajes [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
La llegada de visitantes la tomó por sorpresa. La repentina intranquilidad de Emmet aún más.
Aún no recuerda como llegó a aquel lugar. Malherida en el camino, con dos sicarios siguiendole los talones y la sangre fría de continuar por el mero hecho de probar que nunca estuvo equivocada.
Las leyenda de los Elfos nómadas no eran un secreto en Sandorai. Su parte real unida a la ficción era otra cosa y el halo de misterio que rodeaba al emplazamiento debió ser advertencia suficiente para todo aquel que quisiese aferrarse a la idea de unirse a ellos. Como si el mero hecho de tomar control de su propia vida los hiciese degenerados. Eilydh no supo de lugar mejor para empezar a formarse. Como he explicado, el camino no fue fácil. La chica había sido capturada varias veces por los sicarios de recompensa de su padre y su llegada al acantilado por los pelos había sido más producto de su ingenio y destreza con su daga que de su fuerza.
Pero de aquello hacía ya casi 3 ciclos, y los elfos nómadas, aunque bárbaros no daban la espalda a otros elfos lo suficientemente locos como para aventurarse a escapar de la seguiridad de Sandorai y unirse a ellos. Así que Eilydh había sido adoptada a regañadientes por la comunidad. lo que significaba que había sido involucrada en todo tipo de técnicas para mejorar sus reflejos y su manejo de la daga. La chica seguía siendo menuda y aunque sus brazos y cuerpo se habían tornado fibroso con el esfuerzo diario, había aprendido que la velocidad y perspicacia siempre estaba a su favor. Tambien había ganado alguna que otra cicatriz en el camino, pero quizás fue justo aquello lo que hizo que los elfos nómadas la sintiesen poco a poco parte de la comunidad.
Aquella mañana en particular la vista de barcos forasteros agitó un poco el emplazamiento de los elfos. No esque no estuviesen acostumbrados a que miles de personas visitasen la zona. La mayoria para sacrificar a virgenes o a cualquier otra cosa que pensasen pudiesen alegrar a sus dioses. El emplazamiento de la comunidad estaba los suficientemente escondido como para no preocuparse por aquello. Sin embargo aquellos barcos no parecian barcos elegantes, por lo que no tenian nada que ofrecer a los dioses lo suficientmente valioso. Aquello si era problema.
Emmet había sido el patriarca de aquella comunidad desde la muerte de Elarian. Sus hijos , de edades similares a Eilydh se habian ofrecido a ayudarla con la lucha cuerpo a cuerpo y finalmente convertido en un apoyo para la chica. No porque le cayesen particularmente bien, sino porque la trataban como una igual, independientemente de su apariencia.
-.Xander dijo Emmet a su hijo mayor- . estos barcos anden perdidos, o intenten como el año pasado sobornarnos para poner nuestro emplazamiento en sus mapas. Ya sabes nuestra opinion acerca de este tema- dijo mirandolo a los ojos- así nada nos impide el ser educados con nuestros invitados
La comunidad no era muy grande, no más de 50 personas incluyendo niños que eran adiestrados en la lucha y el arco desde pequeño, hombres y mujeres todos igualmente aptos para la lucha y sin embargo con una disposición pacifica. Eilydh había sido adoptada por una de las familias matriarcales del lugar, y la noche anterior había sido su ceremonia de adaptación dejando atrás todo rastro de su pasado civilizado en Sandorai y adoptando los colores azules de pintadas en la cara y los ropajes [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
La llegada de visitantes la tomó por sorpresa. La repentina intranquilidad de Emmet aún más.
Eilydh
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 394
Nivel de PJ : : 2
Re: Los Perdidos [Privado - Eilydh]
- Cancion que cantan.:
- ¿Entonces las elfas pueden tener mestizos? Según mi padre estas son tan buenas en el sexo que puedes estar horas con una. - Las palabras de uno de mis hombres sacó una carcajada en el grupo de quince hombres que eramos los bandidos conocidos en tierras humanas como los “Ahorcados” aunque no sabían que eran mas parecidos a los vasallos y guerreros que iba a tener cuando el Clan Devlin volviera a las andadas ¿Que si yo era su único miembro vivo? Mi clan era olvidado, como muchos de estos hombres y muchos de los que aquí vienen. - Tengan mas cuidado con las piedras que con las elfas ahora. - Otro hombre alzó la voz, pelirrojo y con una barba prominente que se encontraba a mi espalda a la derecha, nos encontrábamos subiendo un camino que a nuestra derecha no había mas que rocas grandes que nos servían de apoyo y a la izquierda había árboles muertos y caídos, ramas rotas y huesos, tanto humanos como animales.
Pero yo estaba mas animado que todos los hombres, podía escuchar como el ánimo estaba alto y mas lo estaba yo con la idea de saquear una villa de elfos, robarnos sus cosas y matar a sangre nueva o a unas “buenas” ser tratados como buenos invitados con buena cortesia, quien sabe lo que nos esperaba ¡Pero si algo quería era luchar! ¡Luchar y llevarme a algún elfo conmigo! Siempre era conveniente tener un emisario que hablase otras lenguas, que fuera de otra raza, aunque este fuera obtenidos por las malas. Mi voz se alzó de entre las piedras una vez fui el primero en dejarlas atrás para ver un camino hecho en la roca que iba ascendiendo y bajando levemente, con escalones antiguos y algo me decía que estábamos cerca. A mi voz empezaron unirse otras y antes de darnos cuenta ya estábamos todos entonando y cantando la misma canción.
“Mi madre me dijo
Algún día compraría
Galera con buenos remos
Navegando a orillas lejanas
Pónganse de pie en la proa
Noble barca yo dirijo
Con curso constante hacia el puerto.
Hew muchos enemigos, hew muchos enemigos.”
Algún día compraría
Galera con buenos remos
Navegando a orillas lejanas
Pónganse de pie en la proa
Noble barca yo dirijo
Con curso constante hacia el puerto.
Hew muchos enemigos, hew muchos enemigos.”
Y la canción se repetía una y otra vez, las voces inundaron el ambiente mientras las espadas y las hachas se preparaba para lo que venía… ¿Serian usadas y bañadas en rojo? Solo Odin lo sabe.
Finn Devlin
Experto
Experto
Cantidad de envíos : : 68
Nivel de PJ : : 0
Re: Los Perdidos [Privado - Eilydh]
Habían recibido tres visitas desde que Eilydh formaba parte de aquel improvisado campamento. Las dos primeras no habían sido dignas de mención alguna, pues estaban más interesados en la idea de mortalidad que los dioses prometían que en las dagas y puños que los recibieron. De aquellas Eilydh aprendió que el mar en tempestad puede contenerse en una jarra, si tan solo sabes cómo hacer para que el agua no acabe derramándose. O lo haga.
La tercera fue sutil en palabras, y aunque los objetivos no eran del todo dañino para la comunidad, Emmet fue preciso en explicar a Eilydh y a todos los elfos que aún se entrenaban que la paciencia es el mejor aliado en la lucha.
En definitiva, una cuarta visita no les vendría mal. Y era la primera vez que Eilydh llevaba la pintura azul y era considerada un igual, y aquello excitaba y atemorizaba a partes iguales a la chica. Aunque obviamente eso no lo dijo.
-Ya sabéis qué hacer, criaturas- dijo el patriarca mientras señalaba algunas de las tiendas que estaban empezando a ser acomodadas para los visitantes. Y daba ordenes de cómo montar y decorar el gazebo principal donde poner su improvisado trono de madera tallada.- El vino y la cerveza son inmensamente importantes. Nadie hace amigos sobrio- añadió señalando las tinajas de una de las tiendas. Y le guiño el ojo a una de las elfas que ayudaba a transportarla mientras esta le respondió con una media sonrisa.
Eilydh formo parte en los preparativos a regañadientes. Xander se había tomado la libertad de vigilarla exhaustivamente y parecía tener un deje de protección hacia ella que recordaba a la chica a cierto personaje que dejó en el bosque de Sandorai, y que no la agraciaba excesivamente.
-A pesar de todo esto[/i]- dijo el chico susurrando mientras ordenaban sillas donde los elfos se sentarían para recibir a los invitados- Ten tú daga a mano- añadió acercándose más de lo que la elfa percibió como adecuado y aproximandole una daga afilada lo suficientemente escondida entre ropajes como para camuflarla.
-Mejor que pongas tú, tu daga en buena mano - le dijo Eilydh con gesto de enfado que indicaba que no tenía intención de aceptar aquello y deberle algo a aquel chico. Sabia que deber favores era la perdición de una dama.Y aunque ella hacía tiempo que dejo de serlo, aún podía acogerse a aquella regla.
El chico guardó su arma, entre molesto y apesadumbrado, como un niño al que niegan un juguete. Y se volvió a otra de las elfas que aceptó el arma con una sonrisa suculenta a la que Xander ignoró.
El precipicio de las rocas era la primera defensa hasta la localización de su emplazamiento. Eilydh calculó mentalmente y espero que cualquiera que fuese la cantidad de personas que les buscaban, aquella trampa conseguiría acabar con los menos habilidosos y fuertes, pues había que tener aquellas dos habilidades para trepar a través de las rocas cortantes y evitar las falsas arriesgando caerse al vacío.
El siguiente obstáculo era más sutil. La nada.. Terminar de trepar y encontrarse con la niebla opaca que ocultaba todo a tu alrededor dejándote solo con tus pensamientos y sin saber que camino seguir no era la mejor recompensa a trepar por un abismo de rocas al vacío, pero probaba la fuerza mental de todos aquellos que viniesen a buscarlos. También debería acabar con dos o tres..
Si superaban aquello quizás fuesen algo más valiosos para la comunidad y no merecían ser perdidos.
La tercera fue sutil en palabras, y aunque los objetivos no eran del todo dañino para la comunidad, Emmet fue preciso en explicar a Eilydh y a todos los elfos que aún se entrenaban que la paciencia es el mejor aliado en la lucha.
En definitiva, una cuarta visita no les vendría mal. Y era la primera vez que Eilydh llevaba la pintura azul y era considerada un igual, y aquello excitaba y atemorizaba a partes iguales a la chica. Aunque obviamente eso no lo dijo.
-Ya sabéis qué hacer, criaturas- dijo el patriarca mientras señalaba algunas de las tiendas que estaban empezando a ser acomodadas para los visitantes. Y daba ordenes de cómo montar y decorar el gazebo principal donde poner su improvisado trono de madera tallada.- El vino y la cerveza son inmensamente importantes. Nadie hace amigos sobrio- añadió señalando las tinajas de una de las tiendas. Y le guiño el ojo a una de las elfas que ayudaba a transportarla mientras esta le respondió con una media sonrisa.
Eilydh formo parte en los preparativos a regañadientes. Xander se había tomado la libertad de vigilarla exhaustivamente y parecía tener un deje de protección hacia ella que recordaba a la chica a cierto personaje que dejó en el bosque de Sandorai, y que no la agraciaba excesivamente.
-A pesar de todo esto[/i]- dijo el chico susurrando mientras ordenaban sillas donde los elfos se sentarían para recibir a los invitados- Ten tú daga a mano- añadió acercándose más de lo que la elfa percibió como adecuado y aproximandole una daga afilada lo suficientemente escondida entre ropajes como para camuflarla.
-Mejor que pongas tú, tu daga en buena mano - le dijo Eilydh con gesto de enfado que indicaba que no tenía intención de aceptar aquello y deberle algo a aquel chico. Sabia que deber favores era la perdición de una dama.Y aunque ella hacía tiempo que dejo de serlo, aún podía acogerse a aquella regla.
El chico guardó su arma, entre molesto y apesadumbrado, como un niño al que niegan un juguete. Y se volvió a otra de las elfas que aceptó el arma con una sonrisa suculenta a la que Xander ignoró.
El precipicio de las rocas era la primera defensa hasta la localización de su emplazamiento. Eilydh calculó mentalmente y espero que cualquiera que fuese la cantidad de personas que les buscaban, aquella trampa conseguiría acabar con los menos habilidosos y fuertes, pues había que tener aquellas dos habilidades para trepar a través de las rocas cortantes y evitar las falsas arriesgando caerse al vacío.
El siguiente obstáculo era más sutil. La nada.. Terminar de trepar y encontrarse con la niebla opaca que ocultaba todo a tu alrededor dejándote solo con tus pensamientos y sin saber que camino seguir no era la mejor recompensa a trepar por un abismo de rocas al vacío, pero probaba la fuerza mental de todos aquellos que viniesen a buscarlos. También debería acabar con dos o tres..
Si superaban aquello quizás fuesen algo más valiosos para la comunidad y no merecían ser perdidos.
Eilydh
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 394
Nivel de PJ : : 2
Re: Los Perdidos [Privado - Eilydh]
No fue demasiado satisfactorio ver que después de subir las rocas falsas y las cortantes lo que encontrábamos no era mas que niebla. Aunque no era tampoco una mal bienvenida. No habíamos perdido ningún hombre, también porque eramos un grupo pequeño de quince hombres y que no hacíamos mas que cuidarnos los unos a los otros, dos fueron a caer en las rocas y fueron rescatados, ahora solamente teníamos que permanecer juntos y eso hicimos mientras la canción continuaba cantándose sin descanso. La niebla nos dio la bienvenida mientras yo encabezaba el grupo y podía notar el aliento de mis compañeros a mi espalda, todos juntos para no perderse, escudo con escudo para ser conducidos por el mismo ruido de la madera chocar contra la madera amiga. - Yo esperaba que los elfos nos asaran y nos comieran luego de matarnos en una trampa con flechas ¿Acaso no saben que estamos aquí? - Preguntó uno de los hombres mirando hacia los lados en busca de alguna silueta o algo parecido.
- Oh Ignus, saben que estamos aquí y por eso no nos hacen nada… De momento. - Fueron mis palabras mientras la caminata continuaba sin descanso entre la grisácea niebla. Se notaba la humedad por la cercanía al mar y el frío de la brisa marina surcar cada parte de mi rostro, hasta que la niebla término y lo que me mostró fue un campamento, cabañas de un lugar a otro, podía ver una treintena de personas reunidas y los que no parecían estar reunidos estaban preparando las cosas como si de una celebración se tratase. - Os dije que ellos saben que estamos aquí… Aunque quizás si tengan pensando comernos. - Fruncí el ceño lentamente dando la señal con una mano de que las armas fueran enfundadas, de momento. No parecía ser un lugar tan hostil como habíamos escuchado, pero no todo se podía saber a base de rumores y no todos los rumores eran verdaderos. Caminaba hacia aquel campamento con mis quince hombres a la espalda y notaba como los afilados ojos de los habitantes del lugar se clavaban en mi… Sin saber si esa era buena o mala señal.
- Oh Ignus, saben que estamos aquí y por eso no nos hacen nada… De momento. - Fueron mis palabras mientras la caminata continuaba sin descanso entre la grisácea niebla. Se notaba la humedad por la cercanía al mar y el frío de la brisa marina surcar cada parte de mi rostro, hasta que la niebla término y lo que me mostró fue un campamento, cabañas de un lugar a otro, podía ver una treintena de personas reunidas y los que no parecían estar reunidos estaban preparando las cosas como si de una celebración se tratase. - Os dije que ellos saben que estamos aquí… Aunque quizás si tengan pensando comernos. - Fruncí el ceño lentamente dando la señal con una mano de que las armas fueran enfundadas, de momento. No parecía ser un lugar tan hostil como habíamos escuchado, pero no todo se podía saber a base de rumores y no todos los rumores eran verdaderos. Caminaba hacia aquel campamento con mis quince hombres a la espalda y notaba como los afilados ojos de los habitantes del lugar se clavaban en mi… Sin saber si esa era buena o mala señal.
- Aspecto de los hombres de Finn:
Finn Devlin
Experto
Experto
Cantidad de envíos : : 68
Nivel de PJ : : 0
Re: Los Perdidos [Privado - Eilydh]
Emmet estaba sentado en su trono de madera tallada. A su lado, su nueva compañera que hacia las veces de madre de la comunidad le daba la mano con ceño fruncido e impasible.
A su alrededor, como si de un juicio se tratase los elfos habían dispuesto sillas y se habían acomodado en forma de U alrededor de los recién llegados. Eilydh apenas había tenido tiempo de sentarse cuando los cristales de Varysar se iluminaron con la luz que traspasaba la niebla indicando que sus invitados habían llegado.
-Bienvenidos, visitantes- dijo Emmet levantándose de su asiento y abriendo las manos, confiado.- Espero que nuestras defensas no os hayan molestado demasiado- añadió.- y al mismo tiempo, enhorabuena por demostrar vuestra valía. Cualquier muerte durante el proceso es lamentablemente necesaria pues todos los que habéis decidido honrarnos con vuestra presencia, sois merecedores de nuestra hospitalidad- dijo el hombre.
-Ja... vienen con juguetitos.- escuchó Eilydh que Xanter susurraba a otro de los hijos de Emmet mientras le daba un codazo y su hermano disimulaba una carcajada. Xander notó que Eilydh también lo había escuchado y se giró a guiñarle un ojo. La elfa lo ignoró de manera cortante.
-Como veis ya hemos dispuesto cabañas para que os sintáis como en casa, que mínimo tras una subida tan exasperante y cansada.- continuo Emmet- Como sabéis, somos una comunidad bastante tolerante. Aceptamos visitas- y dedicó una sonrisa significativa a su hijo- Incluso si alguno tiene la osadía lo suficientemente grande como para querer quedarse entre nosotros y aprender, puede que consideremos aceptarlo.
Avanzó hacia el centro de la improvisada estancia, resguardado por 10 elfos de aspecto fuerte y tozudos no muy lejos de él.
-Pero como sabéis también... - dijo - esto no es un supermercado.Ni una isla del tesoro- su gesto cambio a serio, casi enfadado- Ni una cantina de mujeres y armas. Así que nuestra hospitalidad tiene fecha de caducidad. 3 días. Con sus noches. Podéis disfrutar de esta oferta y uníos a nosotros durante el tiempo que os ofrecemos, disfrutar de la compañía de mis hijos.. e hijas- dijo sonriendo- o marchar ahora, cansados, débiles, mojados, con hambre y sedientos.- Añadió de nuevo con su voz de barítono y volviendo a su asiento.
Eilydh observó a los hombres. Sus armaduras, sus lanzas y sus caras de asombro y de no entender qué pasaba. No era común en la comunidad élfica llevar barbas. pero la mayoría de aquellos hombres lucían barbas pobladas con los cabellos iguales de largo y decorados con trenzas. Eilydh cruzó la mirada con uno de ellos y se ruborizó por un segundo al estar embelesada contemplando la rareza de sus ropajes.
Tenía que enfocarse en su papel. Xander no dejaba de mirarla, esperando a algún error o muestra de flaqueza. Volvió a posar sus ojos gélidos al frente, como todos los demás que la rodeaban.
Debían pertenecer a una misma organización
Eilydh
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 394
Nivel de PJ : : 2
Re: Los Perdidos [Privado - Eilydh]
Y como bien pude adivinar nos estaban esperando, pero con mas buenas intenciones de lo que uno podría imaginar. Pensaba que iban a dar batalla, ser agresivos y tratar de matarnos, estábamos mas que preparados para dar combate ignorando el cansancio y el hambre, pero en lugar de eso estos elfos se mostraron mas tolerantes y bienvenidos de nuestra presencia que cualquiera otra persona en años. Era una buena oferta para que iba a negar, habían preparado las casas y quedarnos tres días no era una mala idea claro, pero si esto era un trato seguramente que nuestra presencia sería útil por alguna razón, algo me decía que estos elfos no aceptaban a sus invitados por tener caridad de sus dioses o algo parecido ¿Verdad? Eran también hombres y mujeres desterrados, como yo y mis hombres, sabía que las palabras dulces eran el engaño de los tontos, que no eran para nada confiables y por ello esboce una sutil sonrisa que casi no podría ser distinguida por mi poblada barba.
- Todo eso me parece perfecto, si es cierto que estamos cansados, hambrientos y sedientos, pero esa sed puede cambiar a rojo de un momento a otro. - Era una clara advertencia e hice un gesto con la mano para que mis hombres se acercaran, sin dejar de mantener la guardia en alto y mire al que parecía ser el líder de todo este campamento de ¿refugiados? - Pero deja las palabras bonitas de una vez, si nos quedamos ¿Que quieres que hagamos a cambio en esos tres días? Porque si algo sé de antemano es que todo tiene un precio, nadie ofrece comida y el calor de sus hijas por nada ¿Que quieres de nosotros exactamente? Señor… Orejas largas. - Claro no conocía su nombre y el tampoco conocía el mio, así que tenia que buscar un apodo acorde, no habíamos hecho mas que llegar y no me gustaba como todo parecía tan cuento de hadas. ¿Que escondían exactamente? No era tan tonto como para aceptar la caridad desinteresada, pues esa era la peor de las mentiras y también la causa de muchas muertes.
- Todo eso me parece perfecto, si es cierto que estamos cansados, hambrientos y sedientos, pero esa sed puede cambiar a rojo de un momento a otro. - Era una clara advertencia e hice un gesto con la mano para que mis hombres se acercaran, sin dejar de mantener la guardia en alto y mire al que parecía ser el líder de todo este campamento de ¿refugiados? - Pero deja las palabras bonitas de una vez, si nos quedamos ¿Que quieres que hagamos a cambio en esos tres días? Porque si algo sé de antemano es que todo tiene un precio, nadie ofrece comida y el calor de sus hijas por nada ¿Que quieres de nosotros exactamente? Señor… Orejas largas. - Claro no conocía su nombre y el tampoco conocía el mio, así que tenia que buscar un apodo acorde, no habíamos hecho mas que llegar y no me gustaba como todo parecía tan cuento de hadas. ¿Que escondían exactamente? No era tan tonto como para aceptar la caridad desinteresada, pues esa era la peor de las mentiras y también la causa de muchas muertes.
Finn Devlin
Experto
Experto
Cantidad de envíos : : 68
Nivel de PJ : : 0
Re: Los Perdidos [Privado - Eilydh]
-Es que no ha quedado claro, amigo barbudo?- dijo Emmet divertido. Un tic nervioso pareció apoderarse de una de su ceja y le costó varios minutos calmarse- Estoy ofreciendos aprender de nosotros. Estoy comprando vuestra libertad por tres días para que nosotros también aprendamos de ustedes... o es que crees que hemos llegado a ser la leyenda que somos sin aprender de los demás?- El elfo agarró con fuerza el reposabrazos de su trono y su mujer le hizo un gesto tranquilizador por un momento.
Eilydh tragó saliva. La tensión podía cortarse con cada respiración que la chica emitía y a su lado Xander había dejado de enfocar sus ojos en ella para mirar con gesto de asco al hombre que había insultado a su padre. Eilydh sabía que aquel hombre barbudo se acababa de ganar un enemigo.
-Quizás no me he explicado bien.- volvió a alzarse en pie.- Si os interesa una guerra fría con 50 hombres y mujeres entrenados desde niños para matar, adelante. Me pregunto cuánto tiempo durareis cansados como estás del camino. Si queréis, sin embargo aprender a ser verdaderos guerreros sin la necesidad de escudo y lanza- dijo señalando a todos los presentes elfos ninguno de los cuales necesitaba aquellos utensilios en la pelea- Entonces, sois bienvenidos.
Volvió a sentarse en su trono y uno de los elfos de su alrededor le pasó una copa de vino. El elfo se acercó al hombre barbudo que se había dirigido a Emmet y le tendió otra copa.
-No tengo todo el día para que te decidas- alzó la copa y esperó.
Eylidh deseó que ella hubiese tenido aquella oportunidad cuando llegó.
Eilydh tragó saliva. La tensión podía cortarse con cada respiración que la chica emitía y a su lado Xander había dejado de enfocar sus ojos en ella para mirar con gesto de asco al hombre que había insultado a su padre. Eilydh sabía que aquel hombre barbudo se acababa de ganar un enemigo.
-Quizás no me he explicado bien.- volvió a alzarse en pie.- Si os interesa una guerra fría con 50 hombres y mujeres entrenados desde niños para matar, adelante. Me pregunto cuánto tiempo durareis cansados como estás del camino. Si queréis, sin embargo aprender a ser verdaderos guerreros sin la necesidad de escudo y lanza- dijo señalando a todos los presentes elfos ninguno de los cuales necesitaba aquellos utensilios en la pelea- Entonces, sois bienvenidos.
Volvió a sentarse en su trono y uno de los elfos de su alrededor le pasó una copa de vino. El elfo se acercó al hombre barbudo que se había dirigido a Emmet y le tendió otra copa.
-No tengo todo el día para que te decidas- alzó la copa y esperó.
Eylidh deseó que ella hubiese tenido aquella oportunidad cuando llegó.
Eilydh
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 394
Nivel de PJ : : 2
Re: Los Perdidos [Privado - Eilydh]
¿Aprender? ¿Aprender a ser verdaderos guerreros? Una risa se apoderó de mi en esos momento y no pude evitar soltar una carcajada mientras el resto de los hombres que me acompañaban también se tomaron aquello de buena gana, prontamente las carcajadas humanas llenaron el ambiente hasta que hice una señal con la mano, alzándola con la palma extendida para que de nuevo el silencio se hiciera presente. - Verdaderos guerreros… Si, seguro que necesitamos eso. - Dijo uno de mis hombres con un susurro, escuche, pero sabía que no necesitamos que nos enseñaran a pelear, que nos enseñaran como matar y como ser guerreros cuando ya lo eramos. - Esta bien, nos quedaremos tres días y aprenderemos de ustedes, igual que ustedes orejas puntiagudas podéis aprender de nosotros. - Tome la copa que el elfo me había tendido y la miré durante unos segundos, olisquee por si era algún tipo de veneno y entonces alce la copa también. - ¡Skol! - Y no había nada mas que decir, tres días de descanso no nos vendrían nada mal.
¿Ahora que? Supongo que tendrán un banquete preparado, una fiesta para invitados, también seguramente vino a montones, me tome el contenido de la copa de un trago manchando mi rubia barba con vino y luego alce la voz. - ¿No tienen jodida cerveza fría aquí? El vino no es mi agrado… - Dije a alguno de esos elfos que parecían llevar copas de un lugar a otro, pero poco mas se podía hacer. Primero era tener una buena comida,esperar que mis hombres no se pusieran demasiado borrachos, quizás disfrutar de alguna elfa para luego secuestrarla… Quizás, de buena voluntad, pero eso sería al final de estos tres días ¿Ahora? Supongo que ahora quedaba disfrutar de estos orejas puntiagudas que querían aprender de nosotros. Aunque estaba seguro que nuestra presencia no era del todo bienvenida y eso era bueno, la confianza no traía nada bueno.
¿Ahora que? Supongo que tendrán un banquete preparado, una fiesta para invitados, también seguramente vino a montones, me tome el contenido de la copa de un trago manchando mi rubia barba con vino y luego alce la voz. - ¿No tienen jodida cerveza fría aquí? El vino no es mi agrado… - Dije a alguno de esos elfos que parecían llevar copas de un lugar a otro, pero poco mas se podía hacer. Primero era tener una buena comida,esperar que mis hombres no se pusieran demasiado borrachos, quizás disfrutar de alguna elfa para luego secuestrarla… Quizás, de buena voluntad, pero eso sería al final de estos tres días ¿Ahora? Supongo que ahora quedaba disfrutar de estos orejas puntiagudas que querían aprender de nosotros. Aunque estaba seguro que nuestra presencia no era del todo bienvenida y eso era bueno, la confianza no traía nada bueno.
Finn Devlin
Experto
Experto
Cantidad de envíos : : 68
Nivel de PJ : : 0
Re: Los Perdidos [Privado - Eilydh]
Emmet alzó la copa a la par que su recién estrenado amigo y bebió del contenido a la par que él. La mujer lo siguió e hizo el mismo gesto para después levantarse junto a él.
-Maara Tulda- dijo Emmet tras beber dándoles la bienvenida. Hizo señales y los demás elfos bebieron de sus copas a la vez y repitieron sus palabras con gesto más relajado.
Eilydh suspiró. Tenía tres días exacto. Y los ojos de Xander de nuevo en la coronilla.
Varias de las elfas de su fila se levantaron a la par y se acercaron a los guerreros portando sus mejores sonrisas y varias jarras de cerveza. Eilydh había aprendido a leer sus rostros impasibles de nariz hacia arriba y sumisos en sus labios, así que comprendió a la perfección aquella sonrisa ensayada miles de veces. Ella misma debía acercarse a uno de los soldados y regalarle su compañía durante el banquete. De hecho aquello era una parte muy importante de su función en aquel momento. Pero ella no había llegado allí para ser vendida como moneda de cambio, así que se excusó ayudando a montar las mesas del festín.
-Pero que haces, corderito?- le susurró de nuevo Xander aprovechando que él también movía las mesas- Quieres que te maten? Porque así es como te matan.- añadió.
Eiydh le contestó con la misma sonrisa que había visto componer a las demás elfas y agarró una de las jarras de vino para disponerse a servir a los invitados mientras se acomodaban.
-Mi nombre es Emmeton Lindae- Escuchó como el lider se presentaba al que parecía ser el mandamás de los barbudos mientras este se sentaba al lado de el, custodiado por otros elfos- Pero todos me llaman Emmet.- Bebió de nuevo de su copa dorada- No me extraña que hayas oido nuestras historia, y que sin duda la curiosidad os haya traido hasta aquí- dijo usando un eufemismo para las ideas que sabía que los guerreros habían venido a hacer- pero... para quién trabajáis? Nuestros últimos visitantes decían venir de la corte del rey y...
-Cerveza, señor?- dijo Eilydh interrumpiendo por un momento la conversación y esperando una señal del hombre barbudo para verter el contenido en su jarra opaca.
Emmet le hizo un gesto a Eilydh que la invitó acercarse.
-Esta Eilly tan considerada... Es nuestra última adquisición sabes?- dijo Emmet al barbudo.-
Eilydh tragó saliva. Asqueada del uso de palabras del hombre pero sin dejar de sonreir, sumida en su papel.
Cuéntale a nuestro invitado cuánto has aprendido y siéntate al lado de Xander quieres? Ya tenemos cencargados del reparto de comida y bebida- -el viejo sonrió haciendo un gesto a la chica- Deberías haber visto las habilidades tan.. precarias de la chica. Su padre tiene dinero... montones. dijo riendo- Pero no consideraba adecuado que Eilly aprendiese a pelear.. por eso de ser mujer sabes-dijo poniendo los ojos en blanco- Pero con nuestra ayuda su destreza con las armas cortas se han incrementado tanto... Xander.. mi propio hijo ha estado entrenándola. Ella también ha aportado por supuesto. No tenemos noticias de Sandorai con tanta frecuencia y cuando traen información siempre es agradecido.
Eilydh se sentó junto a Xander enfrente del hombre con el que Emmet hablaba.
-Cerveza, señor...- dijo de nuevo Eilydh acercándole la jarra.
Xander la miró de manera inquisitiva.
-Nuestro amigo barbudo aún no nos ha dicho su nombre- dijo Xander en un gesto de desagrado camuflado con amabilidad que Eilydh conocía muy bien.- Yo soy Xander, primogénito de Emmet, futuro señor de los elfos nómadas.-
Eilydh
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 394
Nivel de PJ : : 2
Re: Los Perdidos [Privado - Eilydh]
Mientras mis hombres parecían disfrutar de la compañía de las elfas con falsas sonrisas y cerveza, que seguramente alguna acabaría en la cama de mas de uno, yo tenia otra labor mas importante y era hablar con aquel que parecía ser el líder de estos elfos. Me fui acercando hasta estar sentado junto aquel líder elfico, porque seguro que entre dos líderes se tenían que hablar de cosas mas interesantes que armas y costumbres. - ¿Trabajar? Nosotros no trabajamos para nadie, se podría decir que somos como vosotros… Un grupo libre, por si quieres verlo de esa forma. - Una manera sutil de decir que no eramos mas que bandidos, asesinos, violadores, que se habían juntado para ahora ser un grupo de hombres que se cuiden entre si y compartan intereses comunes. Aunque lo cierto es que todos estos catorce hombres sin contarme eran básicamente mis guerreros auto declarados.
- ¡Cerveza por fin! ¡Veo que si tenían la delicia de los salones, claro que quiero! - Deje que la elfa que se había acercado, rubia, de aspecto mas aguerrido que las otras que se encontraban en el lugar, sirviera la cerveza en mi jarra pues había dejado al copa de vino atrás. Lo que me contaba Emmet de la “última adquisición” no era mas que maravillas para mis oídos, esta tal Eilly tenia un padre con mucho dinero y ademas parecía haber sido denegada por ser mujer y querer aprender pelear, estas costumbres tan estúpidas. Una vez la jarra de cerveza estuvo llena le di un trago largo, manchándome de espuma y luego preste atención de las palabras de este tal Xander. - No creo que debas dar por sentado que serás el futuro señor, nunca se sabe que podría pasar ¿Verdad? - Mire de reojo a Emmet, porque los líderes eran ambiciosos… Sin importar si era tu hijo el que te queria quitar del poder.
- Mi nombre es Finn y supongo que no esta mal decir que la quiero… - Mi mano libre señaló a Eilly, que se encontraba de frente. - A ella. - Claro muchos podrían pensar que era para ser la compañía de esta noche, como eran las otras elfas, pero tras mis palabras podía verse que no era únicamente eso lo que buscaba. - En mi cultura existen las “Escuderas”, mujeres que luchan al lado de los hombres y también tenemos a las Valquirias… ¡Por Odin! Si tienes mas mujeres como ella que sepan luchar seguro pueden ser de utilidad… ¿Sabes empuñar algo mas que el asa de una jarra? Porque… Puedo enseñarte, las mujeres son mas listas que un hombre y mas fieras a veces… Solamente que algunas sociedades de mierda no lo ven ¿Que dices, Eilly? - No solamente por como era físicamente, lo notaba con cada gesto y esa sonrisa falsa, esta elfa tenia el espíritu de un indomable guerrero dentro de si ¿Porque estaría desperdiciando su tiempo aquí? Y me estaba dirigiendo a ella directamente, sin pedir permiso a su “jefe” o alguien mas, era la elfa la que tenia que tomar la decisión y nadie mas.Estaba de buen humor... A ver cuanto me duraba.
- ¡Cerveza por fin! ¡Veo que si tenían la delicia de los salones, claro que quiero! - Deje que la elfa que se había acercado, rubia, de aspecto mas aguerrido que las otras que se encontraban en el lugar, sirviera la cerveza en mi jarra pues había dejado al copa de vino atrás. Lo que me contaba Emmet de la “última adquisición” no era mas que maravillas para mis oídos, esta tal Eilly tenia un padre con mucho dinero y ademas parecía haber sido denegada por ser mujer y querer aprender pelear, estas costumbres tan estúpidas. Una vez la jarra de cerveza estuvo llena le di un trago largo, manchándome de espuma y luego preste atención de las palabras de este tal Xander. - No creo que debas dar por sentado que serás el futuro señor, nunca se sabe que podría pasar ¿Verdad? - Mire de reojo a Emmet, porque los líderes eran ambiciosos… Sin importar si era tu hijo el que te queria quitar del poder.
- Mi nombre es Finn y supongo que no esta mal decir que la quiero… - Mi mano libre señaló a Eilly, que se encontraba de frente. - A ella. - Claro muchos podrían pensar que era para ser la compañía de esta noche, como eran las otras elfas, pero tras mis palabras podía verse que no era únicamente eso lo que buscaba. - En mi cultura existen las “Escuderas”, mujeres que luchan al lado de los hombres y también tenemos a las Valquirias… ¡Por Odin! Si tienes mas mujeres como ella que sepan luchar seguro pueden ser de utilidad… ¿Sabes empuñar algo mas que el asa de una jarra? Porque… Puedo enseñarte, las mujeres son mas listas que un hombre y mas fieras a veces… Solamente que algunas sociedades de mierda no lo ven ¿Que dices, Eilly? - No solamente por como era físicamente, lo notaba con cada gesto y esa sonrisa falsa, esta elfa tenia el espíritu de un indomable guerrero dentro de si ¿Porque estaría desperdiciando su tiempo aquí? Y me estaba dirigiendo a ella directamente, sin pedir permiso a su “jefe” o alguien mas, era la elfa la que tenia que tomar la decisión y nadie mas.Estaba de buen humor... A ver cuanto me duraba.
Finn Devlin
Experto
Experto
Cantidad de envíos : : 68
Nivel de PJ : : 0
Re: Los Perdidos [Privado - Eilydh]
Eilydh respiró aliviada al ver como el hombre bebía de su jarra tras verter la cerveza. Esperó que no notase muchos los sabores de nuez moscada y canela que tuvo que verter en aquella jarra. El antidoto al veneno de las demás jarras era más dificil de camuflar que propio veneno, y Eilydh quería que aquel hombre siguiese vivo más de tres días. Al menos si quería escapar de aquella secta.
Una pena que no pudiese salvar al resto de sus compañeros. Si seguían bebiendo a aquel ritmo el veneno de serpiente arbórea haría efecto más rápido de lo que habían calculado y las elfas tendrían que fingir algun ataque al corazón de muchos durante la primera noche. Nada que no fuese coherente con las historias que se contaban sobre las de su clase.
Estaba distraÍda asegurándose de que nadie agarraba la copa que le estaba sirviendo a aquel bardo, sin apenas prestar atención a las conversaciones de los hombres, al fin y al cabo nunca decían nada que pudiese interesarle, pero notó como la mano de Xanter formaba un puño bajo la mesa. Y notó su sonrisa maquiavelica e irónica posarse en su cara cuando el hombre señaló su segunda posición después de su padre. Camufló una carcajada bebiendo un poco de vino. Xanter se dio cuenta y reaccionó a la par que ella misma cuando Finn desveló lo que quería.
Eilydh tragó saliva clavando sus ojos de hielo en los del hombre. Cuestionándose por un momento su decisión de haberle salvado la vida. Sin saber muy bien si confiar o no en aquello que el hombre estaba diciendo. Era fácil unir dos mas dos. Y a Eilydh no le habían lavado el cerebro lo suficientemente aún como para ocultar que no encajaba allí. Su padre era rico y podía ver las cartas que el humano le iba a hacer escribir pidiendo dinero a su padre por su cuerpo.Por otro lado aquel hombre era la única manera de salir de aquella comunidad.
No me malinterpreteis. Los elfos habían enseñado mucho a Eilydh, pero todo tenía un precio y unirte a ellos era dejar atrás cada palmo de individualidad de tu mente y convertirte en una colmena, donde si no eras el jefe o sus hijos no tenías ni podías opinar. Independientemente de tu genero. La mayoría aceptaba aquello. Y los que no no vivían para contarlo.
Justo de eso se alimentaba la leyenda.
-Qué...- empezó a decir Eilydh.
-JA!- Dijo Xander respondiendo por ella antes de que la chica pudiese decir nada- Escuchas esto, padre? Este ... - lo miro de arriba a abajo- hombre viene a nuestra casa y no le es suficiente con comer y beber, y que sus subditos duerman al calor de nuestras elfas.. también quiere a una de nuestras mejores guerreras... Te imaginas que es real?- dijo volviendo a reir a carcajadas cómo si aquello fuese una broma.-Xander llevó la mano a la muñeca de Eylidh y la rodeó como una pulsera.
Eilydh la apartó con gesto serio y fiereza. Como si acabase de ser contagiada de una enfermedad.
Emmet aplacó a su hijo con un gesto de su mano. Eilydh bebió el contenido de su copa de un trago intentando aplacar su ira. Quizás se arrepintiese cuando el licor hiciese efectos, pero necesitaba serenarse.
- Ay.. chico-dijo- Como buen lider sabes que lo que nos hace eso mismo son nuestros seguidores- Si fuese por ahí permitiendo que mis pert...- vigiló el gesto de Eilydh- compañeros se marchasen... no tendría a nadie a mi alrededor. Por lo que me temo que no.- bebió de su jarra.
- Qué...- empezó a decir Eilydh. Pero de nuevo la cortaron
-Nos ha costado mucho entrenarla- dijo Xander casi hablando para si mismo- pero desafiando con la mirada a Finn No te creas que la cabeza pensadora de esta chica es fácil de hacer entrar en razón. Los primeros dos días fueron los peores. Ahora que es una maquina de matar quieres llevartela.. que gracioso..Por encima de mis....- miró a su padre- agallas- dijo finalmente.. Además
Eilydh vació el contenido de su tercera copa.
-Además ya tenemos planes para la chica..[/color]- agarró la mano de su esposa de la misma manera que Xander había hecho con Eilydh.
Aquello era demasiado. Eilydh puso su copa con un fuerte estruendo en la mesa.
-Tenéis planes para mi?- dijo furiosa sin importarle que se dirigiese a Emmet- Y cuáles son esos planes? Matarme si decido que no quiero acostarme con tu hijo o... quizás env...-
-No hay nada más que hablar por esta noche Eilly.- cortó Emmet alzándose de la mesa y llamando a dos de los elfos.- Creo que has tenido mucho que beber y.. sinceramente estas indispuesta.
Ambos elfos agarraron a la chica por la espalda invitandola a levantarse. Eilydh obedeció por un momento pero una vez en pie giró su mano y lanzó un puñetazo a uno de los elfos que lo recibió en un ojo. Otro elfo apareció de la nada y la agarró por la cintura evitando así que la chica siguiese lanzando patadas. Una de las cuales alcanzó la ingle de uno de los elfos que se sumió en dolor inmediado y fue reemplazado por otro.
- No dejes que te engañen, humano.- dijo la chica dirigiendose a Finn antes de ser apartada por 5 hombres entre forcejeos.
-Jajaja... esta Eilly.. sin duda tomó demasiado.. ves como no sería una buena inversión de tu tiempo?--Dijo Emmet.- Espero que encuentres agradable la compañía de otra de mis hijas al menos por ahora...Apuremos otra jarra de cerveza antes de terminar el festín... ella estará mejor en la mañana.- Emmet le dirigio una mirada a su hijo.Mientras una de las elfas se sentaba al lado de Finn y le servia cerveza en su jarra mientras se tomaba la libertad de trenzarle el pelo.
Xander se levantó excusándose caminando por el camino donde acababan de desaparecer los 5 elfos llevando a Eilydh.
Una pena que no pudiese salvar al resto de sus compañeros. Si seguían bebiendo a aquel ritmo el veneno de serpiente arbórea haría efecto más rápido de lo que habían calculado y las elfas tendrían que fingir algun ataque al corazón de muchos durante la primera noche. Nada que no fuese coherente con las historias que se contaban sobre las de su clase.
Estaba distraÍda asegurándose de que nadie agarraba la copa que le estaba sirviendo a aquel bardo, sin apenas prestar atención a las conversaciones de los hombres, al fin y al cabo nunca decían nada que pudiese interesarle, pero notó como la mano de Xanter formaba un puño bajo la mesa. Y notó su sonrisa maquiavelica e irónica posarse en su cara cuando el hombre señaló su segunda posición después de su padre. Camufló una carcajada bebiendo un poco de vino. Xanter se dio cuenta y reaccionó a la par que ella misma cuando Finn desveló lo que quería.
Eilydh tragó saliva clavando sus ojos de hielo en los del hombre. Cuestionándose por un momento su decisión de haberle salvado la vida. Sin saber muy bien si confiar o no en aquello que el hombre estaba diciendo. Era fácil unir dos mas dos. Y a Eilydh no le habían lavado el cerebro lo suficientemente aún como para ocultar que no encajaba allí. Su padre era rico y podía ver las cartas que el humano le iba a hacer escribir pidiendo dinero a su padre por su cuerpo.Por otro lado aquel hombre era la única manera de salir de aquella comunidad.
No me malinterpreteis. Los elfos habían enseñado mucho a Eilydh, pero todo tenía un precio y unirte a ellos era dejar atrás cada palmo de individualidad de tu mente y convertirte en una colmena, donde si no eras el jefe o sus hijos no tenías ni podías opinar. Independientemente de tu genero. La mayoría aceptaba aquello. Y los que no no vivían para contarlo.
Justo de eso se alimentaba la leyenda.
-Qué...- empezó a decir Eilydh.
-JA!- Dijo Xander respondiendo por ella antes de que la chica pudiese decir nada- Escuchas esto, padre? Este ... - lo miro de arriba a abajo- hombre viene a nuestra casa y no le es suficiente con comer y beber, y que sus subditos duerman al calor de nuestras elfas.. también quiere a una de nuestras mejores guerreras... Te imaginas que es real?- dijo volviendo a reir a carcajadas cómo si aquello fuese una broma.-Xander llevó la mano a la muñeca de Eylidh y la rodeó como una pulsera.
Eilydh la apartó con gesto serio y fiereza. Como si acabase de ser contagiada de una enfermedad.
Emmet aplacó a su hijo con un gesto de su mano. Eilydh bebió el contenido de su copa de un trago intentando aplacar su ira. Quizás se arrepintiese cuando el licor hiciese efectos, pero necesitaba serenarse.
- Ay.. chico-dijo- Como buen lider sabes que lo que nos hace eso mismo son nuestros seguidores- Si fuese por ahí permitiendo que mis pert...- vigiló el gesto de Eilydh- compañeros se marchasen... no tendría a nadie a mi alrededor. Por lo que me temo que no.- bebió de su jarra.
- Qué...- empezó a decir Eilydh. Pero de nuevo la cortaron
-Nos ha costado mucho entrenarla- dijo Xander casi hablando para si mismo- pero desafiando con la mirada a Finn No te creas que la cabeza pensadora de esta chica es fácil de hacer entrar en razón. Los primeros dos días fueron los peores. Ahora que es una maquina de matar quieres llevartela.. que gracioso..Por encima de mis....- miró a su padre- agallas- dijo finalmente.. Además
Eilydh vació el contenido de su tercera copa.
-Además ya tenemos planes para la chica..[/color]- agarró la mano de su esposa de la misma manera que Xander había hecho con Eilydh.
Aquello era demasiado. Eilydh puso su copa con un fuerte estruendo en la mesa.
-Tenéis planes para mi?- dijo furiosa sin importarle que se dirigiese a Emmet- Y cuáles son esos planes? Matarme si decido que no quiero acostarme con tu hijo o... quizás env...-
-No hay nada más que hablar por esta noche Eilly.- cortó Emmet alzándose de la mesa y llamando a dos de los elfos.- Creo que has tenido mucho que beber y.. sinceramente estas indispuesta.
Ambos elfos agarraron a la chica por la espalda invitandola a levantarse. Eilydh obedeció por un momento pero una vez en pie giró su mano y lanzó un puñetazo a uno de los elfos que lo recibió en un ojo. Otro elfo apareció de la nada y la agarró por la cintura evitando así que la chica siguiese lanzando patadas. Una de las cuales alcanzó la ingle de uno de los elfos que se sumió en dolor inmediado y fue reemplazado por otro.
- No dejes que te engañen, humano.- dijo la chica dirigiendose a Finn antes de ser apartada por 5 hombres entre forcejeos.
-Jajaja... esta Eilly.. sin duda tomó demasiado.. ves como no sería una buena inversión de tu tiempo?--Dijo Emmet.- Espero que encuentres agradable la compañía de otra de mis hijas al menos por ahora...Apuremos otra jarra de cerveza antes de terminar el festín... ella estará mejor en la mañana.- Emmet le dirigio una mirada a su hijo.Mientras una de las elfas se sentaba al lado de Finn y le servia cerveza en su jarra mientras se tomaba la libertad de trenzarle el pelo.
Xander se levantó excusándose caminando por el camino donde acababan de desaparecer los 5 elfos llevando a Eilydh.
Eilydh
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 394
Nivel de PJ : : 2
Re: Los Perdidos [Privado - Eilydh]
Sabía que ser desconfiado era lo mejor en este mundo, porque estaba desentrañando la verdad bajo toda esta fachada de bondad falsa. Primero estaba este Xander que pensaba que por ser el hijo del líder iba a salir de rositas con todas las cosas que hiciera en su vida, que poca consideración tenia por la vida y que poca vida le quedaba por delante con esa actitud, por otro lado estaba Emmet, este era un problema a decir verdad y no quería enfrentarme a alguien tan controlador, sabía que si hacia algo contra este alocado líder no acabaría con vida después de tres días… Pero lo que mas me gusto fue ver la fiereza con la que la elfa de guerrera personalidad se libró de dos elfos y luego intentó librarse de los otros cinco, suspire dejando la cerveza a un lado y esbozando una sonrisa dentada mientras escuchaba a mis hombres celebrar los actos de violencia que Eilly había propiciado a los dos elfos que ahora se dolían en el suelo. - Creo que sois vosotros los que no entendéis, cuando quiero algo lo quiero sin importarme el costo ¿No comprenden, orejas largas? - Tome del hombro a la elfa que se había sentado a mi lado y la eche hacia un lado con cuidado mientras me ponía de pie.
- ¿Emmet, verdad? Tu nombre es tan mierda que no me acuerdo si era ese o no, como sea, quiero a esa Eilly y me importa poco lo que tu opines. - Di un golpe en la mesa con el puño cerrado a la vez que lanzaba una mirada a mis hombres, si íbamos a morir que fuera en combate y tomando lo que queríamos fuera como fuese. - ¡Hagamos esto a nuestra manera, a la manera humana! ¿Sabes que? Puedo ordenar que mis hombres empiecen a matar a todos aquí y seguramente acabase perdiendo ¡Pero vería a los dioses en el Valhalla y bebería con ellos orgulloso! No me importa morir. - Me lleve una mano a la barba para empezar a acariciarla, tomar mi cerveza que me había servido Eilly para beberla de un trago y luego mire a Emmet de reojo para decir.
- Trae de nuevo a Eilly, es mía, además… ¿Quieres ahorrarte muertes? Yo también, peleare por esa elfa entonces, tu hijo el estúpido, Xander… Un mano a mano ahora y el que sobreviva se queda con la elfa ¿Que dices? Si pierdo nos pueden echar, si gano me quedo con lo que quiero ¿Tenemos trato, orejas largas? - Tome la empuñadura de mi espada que se encontraba a mi cintura y la empecé a desenvainar lentamente para dar constancia de que no estaba de bromas, mis hombres también estaban tomando sus armas ¿Se pensaba que andaba con bromas? No me importaba morir, por lo tanto no tenia miedo a nada. - ¿Tenemos trato o te corto la cabeza ahora para sentenciar mi muerte, pero acabar con tu locura? - Dije de mala gana, soltando una risa burlesca y esperando la resolución a este problema.
- ¿Emmet, verdad? Tu nombre es tan mierda que no me acuerdo si era ese o no, como sea, quiero a esa Eilly y me importa poco lo que tu opines. - Di un golpe en la mesa con el puño cerrado a la vez que lanzaba una mirada a mis hombres, si íbamos a morir que fuera en combate y tomando lo que queríamos fuera como fuese. - ¡Hagamos esto a nuestra manera, a la manera humana! ¿Sabes que? Puedo ordenar que mis hombres empiecen a matar a todos aquí y seguramente acabase perdiendo ¡Pero vería a los dioses en el Valhalla y bebería con ellos orgulloso! No me importa morir. - Me lleve una mano a la barba para empezar a acariciarla, tomar mi cerveza que me había servido Eilly para beberla de un trago y luego mire a Emmet de reojo para decir.
- Trae de nuevo a Eilly, es mía, además… ¿Quieres ahorrarte muertes? Yo también, peleare por esa elfa entonces, tu hijo el estúpido, Xander… Un mano a mano ahora y el que sobreviva se queda con la elfa ¿Que dices? Si pierdo nos pueden echar, si gano me quedo con lo que quiero ¿Tenemos trato, orejas largas? - Tome la empuñadura de mi espada que se encontraba a mi cintura y la empecé a desenvainar lentamente para dar constancia de que no estaba de bromas, mis hombres también estaban tomando sus armas ¿Se pensaba que andaba con bromas? No me importaba morir, por lo tanto no tenia miedo a nada. - ¿Tenemos trato o te corto la cabeza ahora para sentenciar mi muerte, pero acabar con tu locura? - Dije de mala gana, soltando una risa burlesca y esperando la resolución a este problema.
Finn Devlin
Experto
Experto
Cantidad de envíos : : 68
Nivel de PJ : : 0
Re: Los Perdidos [Privado - Eilydh]
La expresión de Emmet era un poema. Aquel bandido había desafiado su autoridad y no solo aquello lo había hecho delante de todos los presentes. No tenía que preocuparse mucho por sus seguidores. Habían pasado la velada bebiendo cerveza, muchos no tardarían demasiado en sentir los sintomas del veneno y entonces solo tendría que lidiar con aquel señor que se hacía llamar lider. A decir verdad si no tuviese una actitud tan desafiante quizás hubiese sido una buena adquisición para su museo particular: La cabeza de Finn. Si... se vería bien frente aquellos dos sicarios que trajo la chica consigo.
Emmet hizo un gesto impasivo con su mano y alentó a los elfos que se habían levantado a defender a su lider a sentarse.
-Digamos que esa elfa estúpida fuese lo bastante valiosa como para hacer que mi hijo se enfrentase a ti.- dijo el anciano levantándose. - Cuando mi hijo descuartice tu cabeza y te saque los ojos voy a hacer que mire como te corta esa barba y te va a adornar con flores, como simple prostitutas. Hubo una exclamación de risa contenida por la multitud elfa.
Hizo de nuevo un gesto y su hijo apareció agarrando a una desmejorada Eilydh. Sangraba por la nariz y tenía un corte en la mejilla, además de la ropa rota y dejaba ver moratones viejos bajo ella. Tras de ella los elfos que la habían custodiado no estaban mucho mejor. Señales de uñas sobre sus mejillas y un ojo morado en uno de ellos.
-Xander... hijo mio. Este hombre a deshornado a nuestra comunidad y tentado a su suerte. Te doy mi permiso para luchar por nuestro honor..- Emmet se volvió hacia Finn de nuevo-Pero... nada de espadas. Aquí peleamos con las manos. Como guerreros- dijo el elfo. -A no ser que seas lo suficientemente asustadizo como para respaldarte tras ella. Entonces no mereces a la elfa y.. bueno. Nos desharemos de ella para limar asperezas.
Eilydh emitió un gruñido y forcejeó de nuevo con los elfos que la mantenían prisionera. En aquel momento le deseó a Emmet una larga y dolorosa muerte y se juró que sería ella la que empuñase la daga.
-Un placer, como siempre- dijo Xander.
El elfo hizo una señal y las mesas se retiraron convirtiendo la pelea en un espectáculo. La multitud se hizo a un lado dejando un improvisado ring sobre la tierra justo en frente del trono carvado donde Emmet tomó asiento. La mujer de Emmet lo siguió dedicando una leve mirada a Eilydh. La elfa atisbó un gesto de tristeza en el rostro de la mujer mayor por un segundo antes de volverse hacia su marido y dejar que le agarrase la muñeca como había hecho durante la cena.
Xander se deshizo de las armas que portaba y se recogió su melena larga en una cola para estar más libre en el movimiento. Se acercó a Eilydh antes de empezar y le dedicó una mirada complaciente.
-Deséame suerte, corderito - dijo con una sonrisa irónica mostrando un pequeño arañazo en uno de sus brazos .Eilydh le escupió en la cara como respuesta.- Espero que estés contenta con lo que has conseguido.... Espero que cuando te tenga en mi cama esta noche merezca la pena todo este esfuerzo..- dijo cansado y se volvió a Finn.
- Y espero que tu sepas pelear con las manos y tengas la hombría para por lo menos entretenerme un rato-
Emmet hizo un gesto impasivo con su mano y alentó a los elfos que se habían levantado a defender a su lider a sentarse.
-Digamos que esa elfa estúpida fuese lo bastante valiosa como para hacer que mi hijo se enfrentase a ti.- dijo el anciano levantándose. - Cuando mi hijo descuartice tu cabeza y te saque los ojos voy a hacer que mire como te corta esa barba y te va a adornar con flores, como simple prostitutas. Hubo una exclamación de risa contenida por la multitud elfa.
Hizo de nuevo un gesto y su hijo apareció agarrando a una desmejorada Eilydh. Sangraba por la nariz y tenía un corte en la mejilla, además de la ropa rota y dejaba ver moratones viejos bajo ella. Tras de ella los elfos que la habían custodiado no estaban mucho mejor. Señales de uñas sobre sus mejillas y un ojo morado en uno de ellos.
-Xander... hijo mio. Este hombre a deshornado a nuestra comunidad y tentado a su suerte. Te doy mi permiso para luchar por nuestro honor..- Emmet se volvió hacia Finn de nuevo-Pero... nada de espadas. Aquí peleamos con las manos. Como guerreros- dijo el elfo. -A no ser que seas lo suficientemente asustadizo como para respaldarte tras ella. Entonces no mereces a la elfa y.. bueno. Nos desharemos de ella para limar asperezas.
Eilydh emitió un gruñido y forcejeó de nuevo con los elfos que la mantenían prisionera. En aquel momento le deseó a Emmet una larga y dolorosa muerte y se juró que sería ella la que empuñase la daga.
-Un placer, como siempre- dijo Xander.
El elfo hizo una señal y las mesas se retiraron convirtiendo la pelea en un espectáculo. La multitud se hizo a un lado dejando un improvisado ring sobre la tierra justo en frente del trono carvado donde Emmet tomó asiento. La mujer de Emmet lo siguió dedicando una leve mirada a Eilydh. La elfa atisbó un gesto de tristeza en el rostro de la mujer mayor por un segundo antes de volverse hacia su marido y dejar que le agarrase la muñeca como había hecho durante la cena.
Xander se deshizo de las armas que portaba y se recogió su melena larga en una cola para estar más libre en el movimiento. Se acercó a Eilydh antes de empezar y le dedicó una mirada complaciente.
-Deséame suerte, corderito - dijo con una sonrisa irónica mostrando un pequeño arañazo en uno de sus brazos .Eilydh le escupió en la cara como respuesta.- Espero que estés contenta con lo que has conseguido.... Espero que cuando te tenga en mi cama esta noche merezca la pena todo este esfuerzo..- dijo cansado y se volvió a Finn.
- Y espero que tu sepas pelear con las manos y tengas la hombría para por lo menos entretenerme un rato-
Eilydh
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 394
Nivel de PJ : : 2
Re: Los Perdidos [Privado - Eilydh]
¿Con las manos? Bien no iba a tener problema con eso. Seguro que después de todo esto solo tenia dos opciones, o terminaba muerto y como había dicho este elfo estúpido o terminaba marchándome de la isla… Seguramente sin mis hombres, notaba que el efecto dulzón que tenia en el paladar no era de la cerveza ¿Antídoto? ¿Medicina? Seguramente aquella elfa, Eilly, se había esforzado por mantenerme con vida ¿Porque? No lo sabia, solo sabia que yo sería el único que terminaría con vida este día, mis hombres pasarían al Valhalla y no me importaba… Total, puedo tener mas soldados cuando quiera y cuando vuelva a las tierras humanas de nuevo, de hecho, estos no eran todos los hombres de los Ahorcados. Mientras las mesas se apartaban, los elfos se apelotonaban en un ring improvisado y ese tal Xander no hacia mas que soltar palabras necias que llegaban a mis oídos sordos, empecé a dejar las armas que portaba en el suelo y tiradas a un lado, solamente mi espada y poco mas. - Lo mismo puedo decir de ti cara de prostituta ¿Preparado para ver a tus dioses vegetales? Porque me voy a llevar tu cabeza también. - Apreté los puños con fuerza y no hizo falta sonar ninguna campana, el combate dio comienzo.
No era un debilucho ni mucho menos, tenia la fuerza suficiente como para levantar una pesada hacha de dos manos y blandir esta con agilidad, seguro que eso era lo bastante para demostrar que mis puñetazos eran duros, no tenia un estilo de combate fijado, pero tampoco me hacía falta… Era hora de atacar con todo. - ¡Odin esta viendo! ¡El padre de todo me tiene en su mira! ¡Por Odin! ¡Por Odin! - Me di golpes en el pecho mientras repetía este canto y mis hombres lo repetían tras de mi. Entonces me lance hacia Xander. Era rápido tenia que admitirlo, intenté golpearle unas dos veces en su rostro y este los esquivó con suma facilidad, de hecho me conectó dos puñetazos bajos en el costado que me hicieron retroceder y luego una patada en la rodilla que me hizo tener que hincar una rodilla en el suelo. Pero era resistente y eso no iba a ser suficiente para detenerme, venia… Aquí venia, pude ver como su puño derecho viajaba hacia mi rostro y recibí el golpe en la mejilla escupiendo sangre por el mismo puñetazo recibido. Recibí varios puñetazos mas mientras me levantaba y notaba como algunos de mis huesos se resentían, también una patada que me hizo girar mi cuerpo y rodar para levantarme de espaldas...
Entonces me gire para mirarlo y gritar como un loco, como un animal salvaje, la adrenalina empezaba a llenarme y la sangre corría por el corte que tenia en mi labio. Mi turno. Me levante frenéticamente para realizar una carga tomando la cintura de Xander y haciendo que cayera al suelo conmigo encima, intentó apartarse echándose hacia atrás pero yo esta había empezado golpear. Un puñetazo en el pecho, luego otro y luego otro y así hasta que consiguió apartarse de encima con obvios dolores en el pecho y vientre debido a la cantidad de puñetazos que le di, intentó golpearme de nuevo con una patada mientras me levantaba y lo consigo de hecho, me golpeo en el vientre echándome hacia atrás y se acerco… Ese fue su ultimo error, acercarse. Lo tome de su muñeca para tirar de este y hacer que su cuerpo diera un tirón hacia delante a la vez que con mi otro puño golpee con fuerza en su rodilla haciendo que esta vez fuera el quien estaba en el suelo.
- ¡No puedes matarme! ¡No puedes! ¡No verás a tus dioses! ¡No verás a nadie… No te dejare! - Rodee hacia un lado levantándome rápidamente para conectarle una fuerte patada en toda la cabeza a Xander haciendo que su cuello se doblara de manera anormal, no estaba muerto por poco y me gire para tomarlo de un brazo y estirarlo. - Mira Emmet, mira… ¡Mira lo que pasa por enfadar a Finn! - Grité al tiempo que daba un pisotón en el brazo de Xander y lo doblaba anormalmente, el sonido de los huesos rompiéndose y los músculos desgarrándose inundo el ambiente.
Di dos pasos hacia atrás dejando que Xander, que todavía estaba vivo y sangrando se intentara poner de pie, escupí sangre y un diente hacia un lado al tiempo que me acercaba y le conectaba un rodillazo en todo su rostro, sangre por su nariz rota y sin dejar que cayera al suelo lo tomé por su cabellera y luego le sostuve el rostro con mis manos. Suplicaba ¡El muy desgraciado suplicaba como una prostituta! No pude mas que empezar a reír con fuertes carcajadas, claro mi estado no era el mejor tampoco, seguro que tenia yo también algún hueso roto, pero esto lo iba a disfrutar. - Eilly ¡Esto es por ti preciosa! ¡Odin acepta este sacrificio, te regalo dos ojos para que puedas probarlos! - Y lo siguiente fue… Horrible. Mis dos pulgares se clavaron en sus cuencas con tanta presión que los ojos de Xander exploraron en mis manos y la sangre no paraba de salir por ellos, sus gritos de dolor inundaron todo y cuando ya no hubo gritos, solté su cabeza dejando caer el cuerpo inerte sobre el suelo para lamer mi pulgar con una cruel y victoriosa sonrisa.
- Ahora…. - Escupí hacia un lado y echar barro sobre el cadáver de Xander con mi pie. - Necesito a mi elfa ¡Y no puedes impedirlo! ¡Ni eso ni que me quede los tres días! Estaba en el trato ¿Verdad? ¡Y su cabeza, la cabeza de este imbécil sin ojos en una pica para mi! - Arrogante como yo solo, quería a Eilly y también quedarme los días acordados ¿Porque? Quería acabar con Emmet, lo tenia claro… Pero quizás yo no, pero ella… Eilly seguro que si.
No era un debilucho ni mucho menos, tenia la fuerza suficiente como para levantar una pesada hacha de dos manos y blandir esta con agilidad, seguro que eso era lo bastante para demostrar que mis puñetazos eran duros, no tenia un estilo de combate fijado, pero tampoco me hacía falta… Era hora de atacar con todo. - ¡Odin esta viendo! ¡El padre de todo me tiene en su mira! ¡Por Odin! ¡Por Odin! - Me di golpes en el pecho mientras repetía este canto y mis hombres lo repetían tras de mi. Entonces me lance hacia Xander. Era rápido tenia que admitirlo, intenté golpearle unas dos veces en su rostro y este los esquivó con suma facilidad, de hecho me conectó dos puñetazos bajos en el costado que me hicieron retroceder y luego una patada en la rodilla que me hizo tener que hincar una rodilla en el suelo. Pero era resistente y eso no iba a ser suficiente para detenerme, venia… Aquí venia, pude ver como su puño derecho viajaba hacia mi rostro y recibí el golpe en la mejilla escupiendo sangre por el mismo puñetazo recibido. Recibí varios puñetazos mas mientras me levantaba y notaba como algunos de mis huesos se resentían, también una patada que me hizo girar mi cuerpo y rodar para levantarme de espaldas...
Entonces me gire para mirarlo y gritar como un loco, como un animal salvaje, la adrenalina empezaba a llenarme y la sangre corría por el corte que tenia en mi labio. Mi turno. Me levante frenéticamente para realizar una carga tomando la cintura de Xander y haciendo que cayera al suelo conmigo encima, intentó apartarse echándose hacia atrás pero yo esta había empezado golpear. Un puñetazo en el pecho, luego otro y luego otro y así hasta que consiguió apartarse de encima con obvios dolores en el pecho y vientre debido a la cantidad de puñetazos que le di, intentó golpearme de nuevo con una patada mientras me levantaba y lo consigo de hecho, me golpeo en el vientre echándome hacia atrás y se acerco… Ese fue su ultimo error, acercarse. Lo tome de su muñeca para tirar de este y hacer que su cuerpo diera un tirón hacia delante a la vez que con mi otro puño golpee con fuerza en su rodilla haciendo que esta vez fuera el quien estaba en el suelo.
- ¡No puedes matarme! ¡No puedes! ¡No verás a tus dioses! ¡No verás a nadie… No te dejare! - Rodee hacia un lado levantándome rápidamente para conectarle una fuerte patada en toda la cabeza a Xander haciendo que su cuello se doblara de manera anormal, no estaba muerto por poco y me gire para tomarlo de un brazo y estirarlo. - Mira Emmet, mira… ¡Mira lo que pasa por enfadar a Finn! - Grité al tiempo que daba un pisotón en el brazo de Xander y lo doblaba anormalmente, el sonido de los huesos rompiéndose y los músculos desgarrándose inundo el ambiente.
Di dos pasos hacia atrás dejando que Xander, que todavía estaba vivo y sangrando se intentara poner de pie, escupí sangre y un diente hacia un lado al tiempo que me acercaba y le conectaba un rodillazo en todo su rostro, sangre por su nariz rota y sin dejar que cayera al suelo lo tomé por su cabellera y luego le sostuve el rostro con mis manos. Suplicaba ¡El muy desgraciado suplicaba como una prostituta! No pude mas que empezar a reír con fuertes carcajadas, claro mi estado no era el mejor tampoco, seguro que tenia yo también algún hueso roto, pero esto lo iba a disfrutar. - Eilly ¡Esto es por ti preciosa! ¡Odin acepta este sacrificio, te regalo dos ojos para que puedas probarlos! - Y lo siguiente fue… Horrible. Mis dos pulgares se clavaron en sus cuencas con tanta presión que los ojos de Xander exploraron en mis manos y la sangre no paraba de salir por ellos, sus gritos de dolor inundaron todo y cuando ya no hubo gritos, solté su cabeza dejando caer el cuerpo inerte sobre el suelo para lamer mi pulgar con una cruel y victoriosa sonrisa.
- Ahora…. - Escupí hacia un lado y echar barro sobre el cadáver de Xander con mi pie. - Necesito a mi elfa ¡Y no puedes impedirlo! ¡Ni eso ni que me quede los tres días! Estaba en el trato ¿Verdad? ¡Y su cabeza, la cabeza de este imbécil sin ojos en una pica para mi! - Arrogante como yo solo, quería a Eilly y también quedarme los días acordados ¿Porque? Quería acabar con Emmet, lo tenia claro… Pero quizás yo no, pero ella… Eilly seguro que si.
Finn Devlin
Experto
Experto
Cantidad de envíos : : 68
Nivel de PJ : : 0
Re: Los Perdidos [Privado - Eilydh]
Eilly no pudo decir que no disfrutó la pelea. Cada patada, cada movimiento certero de Finn sobre la tierra. Los cuerpos de los hombres eran como un baile, y Finn lo dirigía, concediendo pausas, dejándo espacios dIctando que pasos venían antes que el siguiente y sobre todo dejandose el sudor de la frente porque aquel sádico no se saliese con la suya.
La elfa no tuvo más remedio que verter su confianza en aquel bárbaro y se encontró animando a unos Dioses que no conocían y no eran los suyos propios uniendo su voz casi en un susurro a la de los humanos. Y tan solo aprendió a ver cuando la sangre de los ojos de Xanter se esparcieron por los dedos de Finn empapando sus manos en el contenido viscoso.Se obligó a mirar porque aquella victoria, aquel acto sin fundamento era la primera lucha que no peleaba por ella misma y que dejaba que alguien más lidiase por ella.
Estaba segura que tendría consecuencias. Y como bien había dicho antes ahora debía un favor a Finn. Pero estaba segura que de haber tenido que elegir prefería deberle algo a aquel desconocido.
Ni ella ni Finn se dieron cuenta pero las elfas de la comunidad habían empezado su propia pelea cuerpo a cuerpo. Emmet había hecho un leve movimiento de sus manos al ver que su hijo no había resultado ser tan buen luchador como esperaba y las elfas se habían alzado frente a los invitados, ya ebrios y medio envenenados y a cada estocada de Finn a Xander un cuchillo cortaba los cuellos de los guerreros. Al final de la pelea cuando Finn se alzó vencedor de la batalla con su cara manchada de sangre y el cadaver de Xander en el suelo, Solo quedaban 4 guerreros vivos aún aclamando a su lider.
Emmet se sentó en su trono, como si sus piernas le pesasesn y aún le costase creer lo que había pasado. Su mujer, al lado lloraba con lágrimas empañando su cara pero lo suficientemente bien entrenada como para no mostrar emoción alguna en el rostro. Aquello era sin duda lo que más atemorizó a Eilydh.
Emmet se levantó y los elfos que retenían a Eilydh la dejaron libre. La chica corrió hasta encontrarse con Finn sin saber muy bien que decir ni que hacer. La rabia la inundaba y al joven humano le recorría la misma emoción en su cara. Podría haber luchado allí junto a el en aquel mismo instante, pero estaba malherido, y no creía que pudiese sobrevivir una lucha cuerpo a cuerpo con 49 elfos. Así que pensó un momento.
-Tomad vuestras cosas y marchaos ahora mismo- Sentencio Emme gritando- Y llevate a esa estúpida elfa. Espero que cuando esta noche se esté resistiendo a tu lecho te acuerdes del porqué no debes matar a nadie por una mujer- Dijo Emmet e hizo un gesto a sus elfos para que dejasen a los guerreros salir de aquel lugar.
Los guerreros de Finn esperaban ordenes de su jefe, y el color pálido de estos y los continuos brotes de vómito indicaban que ellos tampoco estaban en mejor estado que su líder.
Eilydh contuvo la respiración por un instante manteniendo la cabeza fría. Miró a Finn aún adivinando sus pensamientos y alzó una mano hasta su cara limpiando con suavidad un poco de sangre que le caía en una mejilla, cerca del labio superior entretejiendose con su barba.
-Nos vamos- le dijo mirándolo fijamente intentando explicarle que no por mucho tiempo. Qué solo el suficiente.Qué cualquier momento era bueno para la guerra pero que siempre era mejor elegir el adecuado y que en aquel momento sus Dioses les habían beneficiado con el don de hacerlo Pero sobre todo que le estaba eternamente agradecida.
Agarró la espada y el escudo de Finn del suelo y le tiró de la manga convenciendolo, pues tras semanas allí sabía el mejor sitio por el que salir y en el que esperar.
Disfruta mientras puedas..- pensó la chica mientras daba la espalda a los elfos seguida de aquellos guerreros a través de las cumbres de aquellas montañas.
La elfa no tuvo más remedio que verter su confianza en aquel bárbaro y se encontró animando a unos Dioses que no conocían y no eran los suyos propios uniendo su voz casi en un susurro a la de los humanos. Y tan solo aprendió a ver cuando la sangre de los ojos de Xanter se esparcieron por los dedos de Finn empapando sus manos en el contenido viscoso.Se obligó a mirar porque aquella victoria, aquel acto sin fundamento era la primera lucha que no peleaba por ella misma y que dejaba que alguien más lidiase por ella.
Estaba segura que tendría consecuencias. Y como bien había dicho antes ahora debía un favor a Finn. Pero estaba segura que de haber tenido que elegir prefería deberle algo a aquel desconocido.
Ni ella ni Finn se dieron cuenta pero las elfas de la comunidad habían empezado su propia pelea cuerpo a cuerpo. Emmet había hecho un leve movimiento de sus manos al ver que su hijo no había resultado ser tan buen luchador como esperaba y las elfas se habían alzado frente a los invitados, ya ebrios y medio envenenados y a cada estocada de Finn a Xander un cuchillo cortaba los cuellos de los guerreros. Al final de la pelea cuando Finn se alzó vencedor de la batalla con su cara manchada de sangre y el cadaver de Xander en el suelo, Solo quedaban 4 guerreros vivos aún aclamando a su lider.
Emmet se sentó en su trono, como si sus piernas le pesasesn y aún le costase creer lo que había pasado. Su mujer, al lado lloraba con lágrimas empañando su cara pero lo suficientemente bien entrenada como para no mostrar emoción alguna en el rostro. Aquello era sin duda lo que más atemorizó a Eilydh.
Emmet se levantó y los elfos que retenían a Eilydh la dejaron libre. La chica corrió hasta encontrarse con Finn sin saber muy bien que decir ni que hacer. La rabia la inundaba y al joven humano le recorría la misma emoción en su cara. Podría haber luchado allí junto a el en aquel mismo instante, pero estaba malherido, y no creía que pudiese sobrevivir una lucha cuerpo a cuerpo con 49 elfos. Así que pensó un momento.
-Tomad vuestras cosas y marchaos ahora mismo- Sentencio Emme gritando- Y llevate a esa estúpida elfa. Espero que cuando esta noche se esté resistiendo a tu lecho te acuerdes del porqué no debes matar a nadie por una mujer- Dijo Emmet e hizo un gesto a sus elfos para que dejasen a los guerreros salir de aquel lugar.
Los guerreros de Finn esperaban ordenes de su jefe, y el color pálido de estos y los continuos brotes de vómito indicaban que ellos tampoco estaban en mejor estado que su líder.
Eilydh contuvo la respiración por un instante manteniendo la cabeza fría. Miró a Finn aún adivinando sus pensamientos y alzó una mano hasta su cara limpiando con suavidad un poco de sangre que le caía en una mejilla, cerca del labio superior entretejiendose con su barba.
-Nos vamos- le dijo mirándolo fijamente intentando explicarle que no por mucho tiempo. Qué solo el suficiente.Qué cualquier momento era bueno para la guerra pero que siempre era mejor elegir el adecuado y que en aquel momento sus Dioses les habían beneficiado con el don de hacerlo Pero sobre todo que le estaba eternamente agradecida.
Agarró la espada y el escudo de Finn del suelo y le tiró de la manga convenciendolo, pues tras semanas allí sabía el mejor sitio por el que salir y en el que esperar.
Disfruta mientras puedas..- pensó la chica mientras daba la espalda a los elfos seguida de aquellos guerreros a través de las cumbres de aquellas montañas.
Eilydh
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 394
Nivel de PJ : : 2
Re: Los Perdidos [Privado - Eilydh]
La victoria era mía y a pesar de que había perdido a varios hombres, cuatro valientes todavía quedaban en pie, cuatro valientes y una nueva en este grupo de bandidos… Al menos por hoy, Eilly tenia el alma de una escudera, lo se, lo demostraría. Hice un gesto a mis hombres para que tomaran las cosas con la que había venido y ademas que tomarán también las armas de sus compañeros para que nos las tomarán los elfos junto con alguna que otra pertenencia que pudiera hacer que los recordemos. Mire a Eilly mientras estaba me tiraba de la manga y empece a caminar detrás de ella sin dejar que la risa se me escapara de entre los dientes. Seguramente la elfa sabia por donde teniamos que ir, pero mis cuatro hombres no les quedaba mucho tiempo en el mundo de los mortales. - Escucha… ¡Escucha! Mis hombres están mas cerca de los dioses que de este mundo, quiero ir a un lugar donde darles un buen descanso. ¿Sabes donde puede ser? Luego tendremos que hablar tu y yo. - Deje que la elfa me guiara y ayude a los hombres que tenia todavía con vida a moverse, sin importarme lo herido que estuviera mi cuerpo en estos momentos.
Eran atisbos de compañerismo que solo mostraba a hermanos de batalla, aquellos que se merecían el respeto que ellos me habían dado. - Finn… Le contaré a los dioses de tus logros, les pediré que te ayuden para que acabes con esos hijos de fruta…- Asentí a las palabras de Ignus, que todavía seguía con vida y respondí. - Os vengaré, no os preocupeis, vendré aquí y pondré la cabeza de Emmet en una pica, quemaré su cuerpo para los dioses y violare a sus elfas ¡Ya lo veréis! ¡Ahora os toca disfrutar con los dioses! - Escupí hacia un lado y cuando llegamos a la zona donde íbamos a estar mas tranquilos esta vez deje que mis hombres reposaran, dejando sus cuerpos sobre las piedras y dejando que sintiera el aire mundo por última vez.
Escupí hacia un lado colocándome en una roca y mirando mis manos manchadas de sangre por un segundo, entonces alce la mirada buscando a la elfa rubia por unos segundos y cuando la encontré era momento de hablar. - Si crees que te he salvado porque quiero acostarme contigo y disfrutar de ese cuerpo estas equivocada... Un poco, tendríamos que combatir y nada me asegura de que pueda ganarte, para yacer en el lecho de una guerrera debes vencerla en combate, a no ser que la guerrera sea quien me quiera violar. - Empecé diciendo y dejando escapar una burlesca risa antes de estirar lentamente mi cuerpo haciendo que los huesos crujieron y la tensión se me liberase. - Necesitaremos una hoguera y pasar el resto del día aquí, para mañana te puedo llevar a mi barco y sacarte de esta isla, los dos queremos a ese cabrón muerto, pero ahora no… Ahora no estamos preparados ¿Te acuerdas lo que te dije en el banquete? - Escupí de nuevo saliva con sangre y note la pesadez de la sed en mi garganta, además del cansancio acumulado por el combate. Yo también necesitaba descansar, pero ahora no, era momento de hablar con aquella que había salvado.
Eran atisbos de compañerismo que solo mostraba a hermanos de batalla, aquellos que se merecían el respeto que ellos me habían dado. - Finn… Le contaré a los dioses de tus logros, les pediré que te ayuden para que acabes con esos hijos de fruta…- Asentí a las palabras de Ignus, que todavía seguía con vida y respondí. - Os vengaré, no os preocupeis, vendré aquí y pondré la cabeza de Emmet en una pica, quemaré su cuerpo para los dioses y violare a sus elfas ¡Ya lo veréis! ¡Ahora os toca disfrutar con los dioses! - Escupí hacia un lado y cuando llegamos a la zona donde íbamos a estar mas tranquilos esta vez deje que mis hombres reposaran, dejando sus cuerpos sobre las piedras y dejando que sintiera el aire mundo por última vez.
Escupí hacia un lado colocándome en una roca y mirando mis manos manchadas de sangre por un segundo, entonces alce la mirada buscando a la elfa rubia por unos segundos y cuando la encontré era momento de hablar. - Si crees que te he salvado porque quiero acostarme contigo y disfrutar de ese cuerpo estas equivocada... Un poco, tendríamos que combatir y nada me asegura de que pueda ganarte, para yacer en el lecho de una guerrera debes vencerla en combate, a no ser que la guerrera sea quien me quiera violar. - Empecé diciendo y dejando escapar una burlesca risa antes de estirar lentamente mi cuerpo haciendo que los huesos crujieron y la tensión se me liberase. - Necesitaremos una hoguera y pasar el resto del día aquí, para mañana te puedo llevar a mi barco y sacarte de esta isla, los dos queremos a ese cabrón muerto, pero ahora no… Ahora no estamos preparados ¿Te acuerdas lo que te dije en el banquete? - Escupí de nuevo saliva con sangre y note la pesadez de la sed en mi garganta, además del cansancio acumulado por el combate. Yo también necesitaba descansar, pero ahora no, era momento de hablar con aquella que había salvado.
Finn Devlin
Experto
Experto
Cantidad de envíos : : 68
Nivel de PJ : : 0
Re: Los Perdidos [Privado - Eilydh]
Eilydh contempló la desesperación en los ojos de aquel guerrero cuando le pidió que lo guiase hasta algún sitio que llamar tierra santa. No le costó trabajo encontrar el lugar indicado, y la chica le dejó espacio para que cavase las tumbas y los recostase en ellas hasta que el último hálito de vida escapó de ellos.
Se apartó un poco más de los hombres cuando finalmente murieron. Eilydh no sabía de las costumbres humanas para enterrar a sus muertos. Y en su mente pronuncio unas palabras en elfico que las dedicó al aire entre aquellas montañas. Mientras pedía a sus dioses que recogiesen aquellas almas herejes pero nobles.
Finn aún tardó un poco y Eilydh se adecentó un poco el cabello y limpió sus marcas azules de su cara. Ya no las necesitaba y para ella habían sido marcas de esclava. Había pagado un precio alto por todo lo que había aprendido con los elfos, pero al menos no había sido en vano.
El aire entre aquel malecón le desordenaba los cabellos y la voz de Finn la sacó de su ensimismamiento. Sabía que sus palabras eran el producto de la tensión de la lucha, y aunque le debiese su libertad por el momento, la elfa seguía siendo una dama, así que seria se llevó la mano al muslo derecho y sacó su daga antes de que Finn supiese que estaba haciendo.
La alzó en alto y la acercó al cuello de Finn con el rostro a dos palmos de el suyo y su mirada gélida en los ojos de él.
-Seguramente no vuelva a tener esta ventaja en..- pensó un poco- algún tiempo- dijo, agarrando firmemente la daga en el cuello del chico.- No se con que tipo de mujeres te has topado en tu vida...Así que me voy a tomar la modestia de recordarte que esta elfa elige quién duerme en su lecho. Y cuando eso pasa por supuesto el desmejorado aspecto de quién elijo no es una excusa- se enrojeció un momento- Si fuese eso lo que yo decidiese.- sonrió por un segundo. Aquella advertencia debía protegerla al menos por aquella noche.
Se quedó un segundo sin hablar y le apartó la daga del cuello.
-Pensé dejar bien claro eso.- añadió a modo de disculpa pero aún con la mirada fija en la daga que volvió a colocarla en su muslo.
Se hizo un silencio incómodo entre ambos que Eilydh aprovechó para ir a buscar leña. Cuando tuvo la suficiente la amontonó en un montículo y encendió una pequeña llamarada entre la ladera de dos montañas que hacían de cueva para protegerlos. La idea de volver a matar a Emmet le ardía en la cabeza y la manera de luchar de Finn.. sus pasos coordinados y libres. Aquello no era ensayado. Vivía en él. Eilydh lo necesitaba.
El humano le explicó sus planes a la chica. Su barco les serviría de escondite, al menos por ahora. No estaba segura que los elfos nómadas esperasen que Finn y sus seguidores sobreviviesen la bajada, así que el barco en el muelle no llamaría mucho la atención. Quizás bajasen a investigarlo pero tardarían un poco en reponerse. Como mínimo 3 semanas, como dictaba la tradición elfa tras una muerte.
Eilydh se dirigió a Finn de nuevo.
-Necesito curarte- dijo Los efectos del vino se le estaban pasando y se sentía menos valiente.- Sino no sobrevivirás la bajada.Mis poderes son limitados- añadió,- pero sanarán tus heridas lo suficientemente como para que no sangres y te duelan menos los huesos.
Agarró un poco de agua del arroyo cercano y le indicó a Finn que expusiese cualquier sitio donde tenía una herida. Se lavó las manos dandole espacio al hombre para que decidiese que heridas eran dignas de curación y cuales prefería guardarlas para si.
Empezó por algunas del brazo. Se sentó cerca de él intentando adecentar su vestido hecho jirones por Xander y echó su cabello a un lado mientras se concentraba en lo que hacía. Cerró los ojos.
-Deberías tan solo sentir un cosquilleo- abrió un ojo intimidada por la situación esperando por un momento encontrar al hombre riéndose de su cara de concentración, pero se mostró impasible. Continuo con las heridas. una por una hasta que las sanó.
Mientras el chico se volvía a adecentar Eilydh le habló distraída.
-Quiero que me enseñes.- dijo como si hubiese estado manteniendo esa conversación durante mucho tiempo- Quiero luchar como tú. No quiero volver a temer a nadie que es más alto más fuerte o más habilidoso que yo.- añadió.- A cambio sanaré todas las heridas que pueda hacerte en mi aprendizaje y cuando esté lista mataré a Emmet como tú lo hiciste con Xander-
Se apartó un poco más de los hombres cuando finalmente murieron. Eilydh no sabía de las costumbres humanas para enterrar a sus muertos. Y en su mente pronuncio unas palabras en elfico que las dedicó al aire entre aquellas montañas. Mientras pedía a sus dioses que recogiesen aquellas almas herejes pero nobles.
Finn aún tardó un poco y Eilydh se adecentó un poco el cabello y limpió sus marcas azules de su cara. Ya no las necesitaba y para ella habían sido marcas de esclava. Había pagado un precio alto por todo lo que había aprendido con los elfos, pero al menos no había sido en vano.
El aire entre aquel malecón le desordenaba los cabellos y la voz de Finn la sacó de su ensimismamiento. Sabía que sus palabras eran el producto de la tensión de la lucha, y aunque le debiese su libertad por el momento, la elfa seguía siendo una dama, así que seria se llevó la mano al muslo derecho y sacó su daga antes de que Finn supiese que estaba haciendo.
La alzó en alto y la acercó al cuello de Finn con el rostro a dos palmos de el suyo y su mirada gélida en los ojos de él.
-Seguramente no vuelva a tener esta ventaja en..- pensó un poco- algún tiempo- dijo, agarrando firmemente la daga en el cuello del chico.- No se con que tipo de mujeres te has topado en tu vida...Así que me voy a tomar la modestia de recordarte que esta elfa elige quién duerme en su lecho. Y cuando eso pasa por supuesto el desmejorado aspecto de quién elijo no es una excusa- se enrojeció un momento- Si fuese eso lo que yo decidiese.- sonrió por un segundo. Aquella advertencia debía protegerla al menos por aquella noche.
Se quedó un segundo sin hablar y le apartó la daga del cuello.
-Pensé dejar bien claro eso.- añadió a modo de disculpa pero aún con la mirada fija en la daga que volvió a colocarla en su muslo.
Se hizo un silencio incómodo entre ambos que Eilydh aprovechó para ir a buscar leña. Cuando tuvo la suficiente la amontonó en un montículo y encendió una pequeña llamarada entre la ladera de dos montañas que hacían de cueva para protegerlos. La idea de volver a matar a Emmet le ardía en la cabeza y la manera de luchar de Finn.. sus pasos coordinados y libres. Aquello no era ensayado. Vivía en él. Eilydh lo necesitaba.
El humano le explicó sus planes a la chica. Su barco les serviría de escondite, al menos por ahora. No estaba segura que los elfos nómadas esperasen que Finn y sus seguidores sobreviviesen la bajada, así que el barco en el muelle no llamaría mucho la atención. Quizás bajasen a investigarlo pero tardarían un poco en reponerse. Como mínimo 3 semanas, como dictaba la tradición elfa tras una muerte.
Eilydh se dirigió a Finn de nuevo.
-Necesito curarte- dijo Los efectos del vino se le estaban pasando y se sentía menos valiente.- Sino no sobrevivirás la bajada.Mis poderes son limitados- añadió,- pero sanarán tus heridas lo suficientemente como para que no sangres y te duelan menos los huesos.
Agarró un poco de agua del arroyo cercano y le indicó a Finn que expusiese cualquier sitio donde tenía una herida. Se lavó las manos dandole espacio al hombre para que decidiese que heridas eran dignas de curación y cuales prefería guardarlas para si.
Empezó por algunas del brazo. Se sentó cerca de él intentando adecentar su vestido hecho jirones por Xander y echó su cabello a un lado mientras se concentraba en lo que hacía. Cerró los ojos.
-Deberías tan solo sentir un cosquilleo- abrió un ojo intimidada por la situación esperando por un momento encontrar al hombre riéndose de su cara de concentración, pero se mostró impasible. Continuo con las heridas. una por una hasta que las sanó.
Mientras el chico se volvía a adecentar Eilydh le habló distraída.
-Quiero que me enseñes.- dijo como si hubiese estado manteniendo esa conversación durante mucho tiempo- Quiero luchar como tú. No quiero volver a temer a nadie que es más alto más fuerte o más habilidoso que yo.- añadió.- A cambio sanaré todas las heridas que pueda hacerte en mi aprendizaje y cuando esté lista mataré a Emmet como tú lo hiciste con Xander-
Eilydh
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 394
Nivel de PJ : : 2
Re: Los Perdidos [Privado - Eilydh]
Una daga al cuello y una advertencia, sin duda Eilly era una mujer de mi tipo. Pero eso me lo guardaba para mi ¿O no? Tampoco es como si negara que las mujeres que mas me gustaban eran las fieras guerreras capaz de darme una paliza, quizás era un tanto masoquista y no me había dado cuenta hasta ahora. Que de revelaciones en un solo día. No dije ninguna palabra sobre las heridas y que tenia que sanarme sino que acepte de buen grado aquello, después de todo si yo me quedaba con las heridas tardarían semanas o días en curarse del todo y nada me aseguraba que no se pudieran infectar, ser un bandido no era nada bueno cuando no podías acercarte a una ciudad sin una buena coartada ni visitar a algún medico con el dinero suficiente para pagarle antes de morir. Me quite la ropa de pieles para dejarla a un lado y mostrar mi pecho desnudo, tenia varios tatuajes, entre ellos runas que cubrían todo mi brazo derecho y una inmensa serpiente rúnica que surcaba mi espalda.
- Sabia que tenias el espíritu de una valquiria cuando te vi, no solamente su belleza. - Dije dejando escapar un suspiro, las heridas sanaban, pero el cansancio aún persistía e iba a necesitar una noche de descanso para mi antes de continuar. - No es una mala oferta… Pero entonces estarás en deuda conmigo dos veces, una por salvarte y otra por entrenarte. - Esboce una arrogante sonrisa por unos segundos y deje que la brisa fría de las montañas se rozara contra mi cuerpo antes de sentir el calor de la hoguera cercana. - Esta bien… Te enseñare tanto en cuerpo a cuerpo como con una espada, pero no te prometo que vaya a ser suave, si te corto mas de lo normal o si te dejo medio muerta es tu culpa por ser débil. - Mis palabras sonaron con un tono de voz animado, hacía tiempo que no entrenaba con nadie y quizás necesitaba algo mas que batalla tras batalla, entrenar también podría ser beneficioso para mi.
- Pero ahora necesito descanso y además quiero que me cuentes ¿Eres una princesa o algo así? Entonces me pregunto como pudiste acabar de esclava de esa secta de locos… Ah y quiero toda la información que sepas de ese lugar, volveré con mas hombres y estoy seguro de que quieres venir conmigo cuando acabe con todos. - El fuego de la hoguera se veía reflejado en mi mirada como si estuviera ardiendo por dentro de la rabia, que ciertamente era como estaba. - A cambio yo te contaré lo que quieras de mi, poco realmente porque mi vida es una mierda. - No era un bárbaro estúpido aunque mi físico hiciera creer lo contrario, era listo, astuto y sabía que la información era el poder mas valioso que uno podía obtener.
- Sabia que tenias el espíritu de una valquiria cuando te vi, no solamente su belleza. - Dije dejando escapar un suspiro, las heridas sanaban, pero el cansancio aún persistía e iba a necesitar una noche de descanso para mi antes de continuar. - No es una mala oferta… Pero entonces estarás en deuda conmigo dos veces, una por salvarte y otra por entrenarte. - Esboce una arrogante sonrisa por unos segundos y deje que la brisa fría de las montañas se rozara contra mi cuerpo antes de sentir el calor de la hoguera cercana. - Esta bien… Te enseñare tanto en cuerpo a cuerpo como con una espada, pero no te prometo que vaya a ser suave, si te corto mas de lo normal o si te dejo medio muerta es tu culpa por ser débil. - Mis palabras sonaron con un tono de voz animado, hacía tiempo que no entrenaba con nadie y quizás necesitaba algo mas que batalla tras batalla, entrenar también podría ser beneficioso para mi.
- Pero ahora necesito descanso y además quiero que me cuentes ¿Eres una princesa o algo así? Entonces me pregunto como pudiste acabar de esclava de esa secta de locos… Ah y quiero toda la información que sepas de ese lugar, volveré con mas hombres y estoy seguro de que quieres venir conmigo cuando acabe con todos. - El fuego de la hoguera se veía reflejado en mi mirada como si estuviera ardiendo por dentro de la rabia, que ciertamente era como estaba. - A cambio yo te contaré lo que quieras de mi, poco realmente porque mi vida es una mierda. - No era un bárbaro estúpido aunque mi físico hiciera creer lo contrario, era listo, astuto y sabía que la información era el poder mas valioso que uno podía obtener.
Finn Devlin
Experto
Experto
Cantidad de envíos : : 68
Nivel de PJ : : 0
Re: Los Perdidos [Privado - Eilydh]
El torso desnudo de Finn entretuvo a la chica más de lo estrictamente necesario. Había pasado semanas viendo a hombres fuertes sin camisa, así que aquello había dejado de sonrojarla como al principio, pero a diferencia de los elfos, que se curaban con rapidez, el cuerpo humano de Finn era una madeja de cicatrices, adornado de los tatuajes que lo cubrían como si fuese un tapiz. Eilydh pasó sus dedos curiosa por una de las runas antes de darse cuenta de lo que hacía . Ella tenía un único tatuaje pero el trazo de aquellas liíneas eran más toscas que las del suyo, más llenas de vida por ello, como si hubiese tenido que ganarse cada uno de los trazos.y paró finalmente escuchando lo que el hombre le decía sobre las peleas.
-Si vas a entrenarme tienes que empezar a contar de manera apropiada- dijo jugueteando con una piedra del suelo mientras sonreía divertida mientras elevaba dos dedos al aire señalando las dos veces que el hombre decía que le debía- Yo soy la única razón por la que no has muerto al beber cerveza- bajó uno de los dedos- Y acabo de curarte heridas que si muy bien no te hubiesen matado, te hubiesen dejado hecho añicos durante semanas- Bajó el segundo dedo indicando que ambas de sus deudas estaban saldadas.
Aunque técnicamente sabía que aquello no equivalía con el hecho de que aquel extraño acababa de matar a un hombre por ella. Pero por supuesto aquello no iba a decirselo.
-Con respecto a la lucha... - dijo la chica- No te prometo que voy a ser igual de fuerte que tus compañeros- dijo sincera- Pero soy habilidosa, no me rindo con facilidad y no me asusta el dolor- dijo mirándolo.- Además.. curo rápido -dijo señalando las heridas de sus mejillas que Xander le había hecho y que no eran más que cicatrices rosadas que curtían su rostro.
Finn parecio interesarse por su pasado. Eilydh no sabía cuánto podía confiar en él, y aquella pregunta le trajo memorias oscuras de dos hombres en el bosque de Sandorai la primera semana que la chica escapó.
-Una princesa... demonios, Finn. no pensé que creyeses en los cuentos de hadas -Se burló la chica, acomodándose sobre su pequeño bolso como posicionándose para irse a dormir. El fuego se reflejaba en los ojos del hombre y aquello le recordó a otra cueva y a otra situación.
Jugueteó con un mechón de su cabello mientras decidía qué contar y qué no.
-Mi padre.. se dedica a estafar a hombres de negocios. - Empezó- Técnicamente es un recaudador de impuestos para el jefe de nuestra tribu en Sandorai. Así que lo que hace está técnicamente recogido por la ley. Pero eso no hace que estafe todo lo que pudiese y más.- continuó- No debería quejarme, pues eso me ha dado de comer y vestido durante...- Eilydh se sonrojó. La edad era un poco tabú para las damas elfas, y evidentemente la chica no aparentaba la edad que tenía así que lo dejó en el aire.- El caso... La historia de mi apellido es enormemente conocido por participar en las guerras illicas, no se si has oido hablar de ellas- añadió sin saber muy bien lo que el chico conocía y lo que no- Y mis ancestros estaban hechos para la lucha... hasta que se acomodaron en el poder. Mis hermanos fueron instruidos en el arte de la guerra, pero nunca supieron apreciarlo y buscaron la facilidad del dinero. Yo intenté copiar todo lo que ellos aprendían pero mi destino estaba basado en que yo tengo útero.- dijo.
Se llevó la mano a su vientre plano, como para materializar todos los sentidos que no había dicho pero que aquello simbolizaba.
-Digamos que no soy una elfa fácil de tratar- sonrió. Mi padre pensó que el matrimonio sería una buena salida para mí. O al menos que sería la mejor forma de someterme a la ley elfa y que yo fuese problema de alguien máspuso los ojos en blanco- Como ves no es la primera vez que intentan amarrar este alma libre- bromeó- estoy empezando a pensar que estoy maldita.
Rió mientras seguía jugueteando con sus cabellos desinteresadas tumbada cabeza contra cabeza del chico.
-Escapé. Y aquello no gustó a mi padre.De hecho lo enfureció.- No dijo hasta que punto lo enfureció. No habló de los sicarios ni del precio que tenía su cabeza, ni de aquella noche en el bosque donde los sicarios habían tomado más de lo que su padre nunca hubiese entregado de su hija- Digamos que valgo mi peso en oro- hizo un gesto que Finn no pudo ver pues ambos miraban al cielo- Pensé que los elfos nómadas eran mi salvación, al fin y al cabo las leyendas hablan de sus habilidades de lucha y su caracteristica libertad. Lo que no dicen es el precio. Emmet es un sadico enamorado del poder y el control. Y si las leyendas no cuentan su emplazamiento es porque no dejan visitantes vivos. Solo me hizo falta 4 horas para darme cuenta de mi error. Pero para entonces ya sabían quién era mi clan - Se llevó una mano a la marca de su muñeca violacea- Y los beneficios de tenerme cerca. como aliada o.. como rehén.
Paró el movimiento de sus dedos en su pelo cuando se dió cuenta que acababa de enredar uno en los cabellos del chico. Deshizo el pequeño nudo antes de que el hombre se diese cuenta.
- Y tú... - dijo aprovechando que no tenía que mirarlo a los ojos para preguntarle aquello- Quién te ha roto el corazón tanto como para que estés tan enfadado con el mundo?- dijo bromeando.- Tampoco me disgustaría saber quién te hizo este tatuaje dijo reclinándose un poco hacia el chico y señalando una de las runas de su brazo.
Eilydh temía haber mandado a dormir al chico con el sonido acompasado de su voz. La respuesta a sus preguntas podía esperar si el chico necesitaba descansar. Pero debía apuntárselas en la mente. Alguien le dijo una vez que en la vida no había que quedarse con ganas de nada. Y en aquel momento sus ganas estaban puestas en resolver el misterio de los trazos de aquella tinta.
-Si vas a entrenarme tienes que empezar a contar de manera apropiada- dijo jugueteando con una piedra del suelo mientras sonreía divertida mientras elevaba dos dedos al aire señalando las dos veces que el hombre decía que le debía- Yo soy la única razón por la que no has muerto al beber cerveza- bajó uno de los dedos- Y acabo de curarte heridas que si muy bien no te hubiesen matado, te hubiesen dejado hecho añicos durante semanas- Bajó el segundo dedo indicando que ambas de sus deudas estaban saldadas.
Aunque técnicamente sabía que aquello no equivalía con el hecho de que aquel extraño acababa de matar a un hombre por ella. Pero por supuesto aquello no iba a decirselo.
-Con respecto a la lucha... - dijo la chica- No te prometo que voy a ser igual de fuerte que tus compañeros- dijo sincera- Pero soy habilidosa, no me rindo con facilidad y no me asusta el dolor- dijo mirándolo.- Además.. curo rápido -dijo señalando las heridas de sus mejillas que Xander le había hecho y que no eran más que cicatrices rosadas que curtían su rostro.
Finn parecio interesarse por su pasado. Eilydh no sabía cuánto podía confiar en él, y aquella pregunta le trajo memorias oscuras de dos hombres en el bosque de Sandorai la primera semana que la chica escapó.
-Una princesa... demonios, Finn. no pensé que creyeses en los cuentos de hadas -Se burló la chica, acomodándose sobre su pequeño bolso como posicionándose para irse a dormir. El fuego se reflejaba en los ojos del hombre y aquello le recordó a otra cueva y a otra situación.
Jugueteó con un mechón de su cabello mientras decidía qué contar y qué no.
-Mi padre.. se dedica a estafar a hombres de negocios. - Empezó- Técnicamente es un recaudador de impuestos para el jefe de nuestra tribu en Sandorai. Así que lo que hace está técnicamente recogido por la ley. Pero eso no hace que estafe todo lo que pudiese y más.- continuó- No debería quejarme, pues eso me ha dado de comer y vestido durante...- Eilydh se sonrojó. La edad era un poco tabú para las damas elfas, y evidentemente la chica no aparentaba la edad que tenía así que lo dejó en el aire.- El caso... La historia de mi apellido es enormemente conocido por participar en las guerras illicas, no se si has oido hablar de ellas- añadió sin saber muy bien lo que el chico conocía y lo que no- Y mis ancestros estaban hechos para la lucha... hasta que se acomodaron en el poder. Mis hermanos fueron instruidos en el arte de la guerra, pero nunca supieron apreciarlo y buscaron la facilidad del dinero. Yo intenté copiar todo lo que ellos aprendían pero mi destino estaba basado en que yo tengo útero.- dijo.
Se llevó la mano a su vientre plano, como para materializar todos los sentidos que no había dicho pero que aquello simbolizaba.
-Digamos que no soy una elfa fácil de tratar- sonrió. Mi padre pensó que el matrimonio sería una buena salida para mí. O al menos que sería la mejor forma de someterme a la ley elfa y que yo fuese problema de alguien máspuso los ojos en blanco- Como ves no es la primera vez que intentan amarrar este alma libre- bromeó- estoy empezando a pensar que estoy maldita.
Rió mientras seguía jugueteando con sus cabellos desinteresadas tumbada cabeza contra cabeza del chico.
-Escapé. Y aquello no gustó a mi padre.De hecho lo enfureció.- No dijo hasta que punto lo enfureció. No habló de los sicarios ni del precio que tenía su cabeza, ni de aquella noche en el bosque donde los sicarios habían tomado más de lo que su padre nunca hubiese entregado de su hija- Digamos que valgo mi peso en oro- hizo un gesto que Finn no pudo ver pues ambos miraban al cielo- Pensé que los elfos nómadas eran mi salvación, al fin y al cabo las leyendas hablan de sus habilidades de lucha y su caracteristica libertad. Lo que no dicen es el precio. Emmet es un sadico enamorado del poder y el control. Y si las leyendas no cuentan su emplazamiento es porque no dejan visitantes vivos. Solo me hizo falta 4 horas para darme cuenta de mi error. Pero para entonces ya sabían quién era mi clan - Se llevó una mano a la marca de su muñeca violacea- Y los beneficios de tenerme cerca. como aliada o.. como rehén.
Paró el movimiento de sus dedos en su pelo cuando se dió cuenta que acababa de enredar uno en los cabellos del chico. Deshizo el pequeño nudo antes de que el hombre se diese cuenta.
- Y tú... - dijo aprovechando que no tenía que mirarlo a los ojos para preguntarle aquello- Quién te ha roto el corazón tanto como para que estés tan enfadado con el mundo?- dijo bromeando.- Tampoco me disgustaría saber quién te hizo este tatuaje dijo reclinándose un poco hacia el chico y señalando una de las runas de su brazo.
Eilydh temía haber mandado a dormir al chico con el sonido acompasado de su voz. La respuesta a sus preguntas podía esperar si el chico necesitaba descansar. Pero debía apuntárselas en la mente. Alguien le dijo una vez que en la vida no había que quedarse con ganas de nada. Y en aquel momento sus ganas estaban puestas en resolver el misterio de los trazos de aquella tinta.
Eilydh
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 394
Nivel de PJ : : 2
Re: Los Perdidos [Privado - Eilydh]
- Hasta los cuentos de hadas tienen cosas de verdad y de mentira ¿No? - Con una ceja levemente arqueada y mas calmado al notar como las heridas que tenia mi cuerpo se iban curando por la sanadora magia de Eilly, me dedique a escuchar su historia al tiempo que también pensaba que yo le debía dos cosas a ella… Y me pregunto que pediría a cambio. La historia de Eilly empezaba con su padre, un recaudador de impuestos para algunos y para mi no era mas que un verdugo de mercancías y dinero, por ponerlo de una manera bonita, lo que mas me interesó de esa primera parte del relato fue quizás escuchar que los ancestros de la elfa lucharon en el pasado y eran un clan de guerreros que se habían acomodado, como muchos otros antes que ellos y como muchos otros que vendrían después, ademas de que desperdiciaban el valor de las mujeres relegándolas, eso si que estaba mal, las mujeres debían luchar con los hombres y morir en la misma gloria que ellos para luego ser las valquirias de Freya.
Me eche contra la fría roca para mirar el cielo cambiante, las nubes que iban de un lugar a otro, pronto sería la noche y las estrellas ya empezaban a dejarse ver en el firmamento, pero la historia de Eilly estaba mas interesante que las mismas estrellas. - Un padre enfurecido, una sociedad estúpida, si, sin duda es una historia que encaja con la mente cerrada de los elfos que he escuchado hablar. - Dije en un suspiro, dejando escapar una pequeña risa al recordar todas las cosas que me habían contando sobre los elfos y que ahora se hacían verdad, aunque Eilly era una excepción a esos rumores. - Tu no estas maldita, solamente no tienes el alma de una dama, eres una guerrera, una valquiria, estoy seguro de que acabaras degollando a mas personas que yo en toda mi existencia ¡Y luego nos veremos en los salones junto a Odin! Bueno… Al menos yo si. - Hice una pequeña pausa y sopesaba que contar y que no.
- No me han roto el corazón, pero yo he arrancado muchos… Veras, yo pertenezco a un clan, un clan expulsado por los humanos y soy su único miembro, pero eso acabara, reuniré hombres entre las escorias de la sociedad y los volveré soldados y en un futuro seré lo bastante poderoso como para que me tengan en cuenta… Pero son planes a futuro y por el momento digamos que soy un “bandido mas.” - Por ponerlo de cierta forma era la mejor manera de ocultar todas mis cartas y dejaba cerrada la posibilidad a preguntas que fueran algo mas allá de mi vida, no tenia mucho que contar tampoco. - Un tatuador en una aldea humana en la frontera junto a los licántropos me hizo los tatuajes, un viejo amigo, aunque yo me he hecho algún que otro retoque… Si te vuelves una guerrera te puedo hacer uno. - Los tatuajes mostraban tu fuerza, tus ganas de luchar, eran el modo de decirle al mundo que estabas listo para lo que fuera y el símbolo de una prueba superada.
- Pienso que no has yacido con ningún hombre ni mujer y por los dioses, Xander no se merecía ese honor, así que no me importa tener que entrenarte para que patees las bolas a quien intente tomarte. - Cerré los ojos lentamente dejando que la oscuridad fuera lo único que pudiera ver durante unos segundos y luego abrirlos para ver las estrellas mientras sentía el calor de la hoguera cercana. - Pero me cobraría las deudas algún día elfa y espero estés dispuesta a pagarlas, como yo estaré dispuesto a pagar las mías contigo. - Aunque no iba a tener una vida tan larga como la de un elfo, esperaba que pudiera cumplir esas deudas antes de que la muerte me llegara, con suerte, en la batalla.
Me eche contra la fría roca para mirar el cielo cambiante, las nubes que iban de un lugar a otro, pronto sería la noche y las estrellas ya empezaban a dejarse ver en el firmamento, pero la historia de Eilly estaba mas interesante que las mismas estrellas. - Un padre enfurecido, una sociedad estúpida, si, sin duda es una historia que encaja con la mente cerrada de los elfos que he escuchado hablar. - Dije en un suspiro, dejando escapar una pequeña risa al recordar todas las cosas que me habían contando sobre los elfos y que ahora se hacían verdad, aunque Eilly era una excepción a esos rumores. - Tu no estas maldita, solamente no tienes el alma de una dama, eres una guerrera, una valquiria, estoy seguro de que acabaras degollando a mas personas que yo en toda mi existencia ¡Y luego nos veremos en los salones junto a Odin! Bueno… Al menos yo si. - Hice una pequeña pausa y sopesaba que contar y que no.
- No me han roto el corazón, pero yo he arrancado muchos… Veras, yo pertenezco a un clan, un clan expulsado por los humanos y soy su único miembro, pero eso acabara, reuniré hombres entre las escorias de la sociedad y los volveré soldados y en un futuro seré lo bastante poderoso como para que me tengan en cuenta… Pero son planes a futuro y por el momento digamos que soy un “bandido mas.” - Por ponerlo de cierta forma era la mejor manera de ocultar todas mis cartas y dejaba cerrada la posibilidad a preguntas que fueran algo mas allá de mi vida, no tenia mucho que contar tampoco. - Un tatuador en una aldea humana en la frontera junto a los licántropos me hizo los tatuajes, un viejo amigo, aunque yo me he hecho algún que otro retoque… Si te vuelves una guerrera te puedo hacer uno. - Los tatuajes mostraban tu fuerza, tus ganas de luchar, eran el modo de decirle al mundo que estabas listo para lo que fuera y el símbolo de una prueba superada.
- Pienso que no has yacido con ningún hombre ni mujer y por los dioses, Xander no se merecía ese honor, así que no me importa tener que entrenarte para que patees las bolas a quien intente tomarte. - Cerré los ojos lentamente dejando que la oscuridad fuera lo único que pudiera ver durante unos segundos y luego abrirlos para ver las estrellas mientras sentía el calor de la hoguera cercana. - Pero me cobraría las deudas algún día elfa y espero estés dispuesta a pagarlas, como yo estaré dispuesto a pagar las mías contigo. - Aunque no iba a tener una vida tan larga como la de un elfo, esperaba que pudiera cumplir esas deudas antes de que la muerte me llegara, con suerte, en la batalla.
Finn Devlin
Experto
Experto
Cantidad de envíos : : 68
Nivel de PJ : : 0
Re: Los Perdidos [Privado - Eilydh]
Los comentarios de Finn tras su historia le sacaron una sonrisa y Eilydh se alegró que la oscuridad fuese lo bastante tupida como para no focalizarla. En el tiempo que había conocido al chico, menos de 24 horas, se había dado cuenta que aunque su aspecto no invitaba a conocer más de detrás de aquellos ojos fieros, tras ellos había una profunda fe a sus dioses, y un respeto enorme hacia sus caidos. Casi se atrevió a pensar que los Dioses mismos daban una invitación a morir para reunirse con ellos. Aquello era algo peligroso, pues eliminaba de la mesa el miedo a morir y los hacia temerarios. Conservó ese pensamiento para más tarde y lo unió a la típica desconfianza que la caracterizaba mientras escuchaba su historia.
Finn decía que no le habían roto el corazón; pero a verdad entre sus palabras se contradecían. La noción humana de corazón roto quizás no fuese la adecuada para la pregunta que ella hizo. El corazón de Finn se había roto en mil pedazos cada vez que pensaba y hablaba de su clan perdido y de las esperanzas que había depositado en ellos. Aquello también era amor pues estaba cargado de ilusiones, ideas románticas de victoria y deseo de libertad para el resurgir para aquel clan, y sus acciones estaban guiadas por aquella temeridad que lo caracterizaba. Amor loco. El peor y más noble amor.
Pero Eilydh . no iba a ser quien le dijese aquello, además dudaba que el concepto humano de amor pudiese albergar los matices del élfico: Los elfos amaban sus bosques porque les daban vida, amaban su trabajo porque le proporcionaba sustento, amaban los actos desafortunados que les hiciesen reaccionar y ser persona, y podían romper su corazón si alguno de aquellos amores fallaba. Era la mente misma la que los elfos entregaban en el concepto amor humano pues la leyenda decía que al poseer la mente de alguien todas las acciones que saliesen del corazón de la persona también eran poseídas.
Filosofías elficas... y como hacer doctrina de matices.
Aun así Eilydh entendio bien el dolor por su clan que Finn albergaba y conmesuró la inmensidad de las acciones que el chico debía llevar a cabo para satisfacer sus deseos. No eran ninguna para no sopesar con importancia. Tenia un camino arduo y largo frente a él. Pero era concienzudo. Eilydh no tenía duda que lo vería liderando un clan próspero.
La idea de los tatuajes le hizo quererlos aún más.En su cultura tatuar la piel era mancillar el alma y dañarla y no solo se aplicaba a la persona que lo hacía sino a su herencia elfica, de ahí el tatuaje que Eilydh poseía recorriendole la espalda. Pero fue su descripción de las valquirias lo que suscitó más la atención de la elfa. Y el uso de la palabra degollar, como si supiese que durante las primeras semanas de su exilio la elfa había degollado a un hombre y escondido su cadáver en un claro de un bosque cercano a lobos, para así atraerlos y que se comiesen sus restos.
Aquello aún le traía pesadillas, pero fue necesario. Tan necesario... Hizo un puño con su mano tan apretado que se clavó las uñas. Quizás y si que quisiese ser una valquiria. Quién sabe.
El chico hizo hipótesis con quien y quien no había yacido Eilydh. El hombre se olvidó que la elfa seguramente le doblaba la edad y que había conocido a muchos hombres en su vida. Algunos más valiosos que otros, otros más dignos que algunos, y estaba en lo cierto en que Xander no se merecía el calor de su cuerpo.Pero no le contradijo en su suposición aquello no era nada de su incumbencia y por el manejo de aquel tema y su labia, estaba seguro que el humano era un experto.
No supo exactamente cuando se quedó dormida, solo que soñó con el mar y el viento del acantilado alborotando sus cabellos, y con una noche oscura donde las estrellas se posicionaban formando runas que ya había visto antes en algún lugar.
La calurosa mañana la despertó cuando el sol hacía tiempo que había salido. Se alegró que las llamas estuviesen ya extinguidas y aún así estaba empapada en sudor. Miró a su acompañante. Dormía aún. Decidió no despertarlo pues el sueño era reparador y aquel hombre necesitaba curar sus heridas. Además necesitaba intimidad para asearse. Rebuscó en la única bolsa que habían tomado cuando se fueron y encontró un vestido de seda rojo que de poco le iba a servir para andar por el bosque, así que decidió que cortaría los jirones del suyo eliminando las mangas y acortandolo y se hizo un cinturón de unas ramas de nogal cercano.
Se aproximó al arroyo cercano y aprovechó unos espesos matorrales para desvestirse y lavar el vestido con algunas violetas cercanas. Lo dejó secar en la roca y decidió que el arroyo era lo bastante hondo como para cubrirle hasta el ombligo, así que se sumergió.
La frescura del agua en movimiento la inundó y mantuvo sus hombros en el agua acuclillada mientras se quitaba las trenzas del cabello. Hacía tiempo que no cantaba y llevaba dos horas con una estúpida canción de niños en su cabeza. Estaba lo suficientemente lejos de Finn como para despertarlo así que dejó que las palabras de la canción finalmente la envolviesen.
No fue hasta que sus dedos se arrugaron y vio que su ropa estaba seca que decidió terminar con su baño y vestirse. Encontró algunas moras salvajes por el camino y decidió que era el momento de despertar a su compañero. Les quedaba una larga caminata al la costa.
Escurrió el agua que quedaba en sus cabellos, solo unas gotas en la cara de Finn para despertarlo.
-El desayuno está servido- dijo, posicionando las moras silvestres en una roca cercana, mientras pensaba cual era el camino más sensato que seguir ladera abajo.
Finn decía que no le habían roto el corazón; pero a verdad entre sus palabras se contradecían. La noción humana de corazón roto quizás no fuese la adecuada para la pregunta que ella hizo. El corazón de Finn se había roto en mil pedazos cada vez que pensaba y hablaba de su clan perdido y de las esperanzas que había depositado en ellos. Aquello también era amor pues estaba cargado de ilusiones, ideas románticas de victoria y deseo de libertad para el resurgir para aquel clan, y sus acciones estaban guiadas por aquella temeridad que lo caracterizaba. Amor loco. El peor y más noble amor.
Pero Eilydh . no iba a ser quien le dijese aquello, además dudaba que el concepto humano de amor pudiese albergar los matices del élfico: Los elfos amaban sus bosques porque les daban vida, amaban su trabajo porque le proporcionaba sustento, amaban los actos desafortunados que les hiciesen reaccionar y ser persona, y podían romper su corazón si alguno de aquellos amores fallaba. Era la mente misma la que los elfos entregaban en el concepto amor humano pues la leyenda decía que al poseer la mente de alguien todas las acciones que saliesen del corazón de la persona también eran poseídas.
Filosofías elficas... y como hacer doctrina de matices.
Aun así Eilydh entendio bien el dolor por su clan que Finn albergaba y conmesuró la inmensidad de las acciones que el chico debía llevar a cabo para satisfacer sus deseos. No eran ninguna para no sopesar con importancia. Tenia un camino arduo y largo frente a él. Pero era concienzudo. Eilydh no tenía duda que lo vería liderando un clan próspero.
La idea de los tatuajes le hizo quererlos aún más.En su cultura tatuar la piel era mancillar el alma y dañarla y no solo se aplicaba a la persona que lo hacía sino a su herencia elfica, de ahí el tatuaje que Eilydh poseía recorriendole la espalda. Pero fue su descripción de las valquirias lo que suscitó más la atención de la elfa. Y el uso de la palabra degollar, como si supiese que durante las primeras semanas de su exilio la elfa había degollado a un hombre y escondido su cadáver en un claro de un bosque cercano a lobos, para así atraerlos y que se comiesen sus restos.
Aquello aún le traía pesadillas, pero fue necesario. Tan necesario... Hizo un puño con su mano tan apretado que se clavó las uñas. Quizás y si que quisiese ser una valquiria. Quién sabe.
El chico hizo hipótesis con quien y quien no había yacido Eilydh. El hombre se olvidó que la elfa seguramente le doblaba la edad y que había conocido a muchos hombres en su vida. Algunos más valiosos que otros, otros más dignos que algunos, y estaba en lo cierto en que Xander no se merecía el calor de su cuerpo.Pero no le contradijo en su suposición aquello no era nada de su incumbencia y por el manejo de aquel tema y su labia, estaba seguro que el humano era un experto.
No supo exactamente cuando se quedó dormida, solo que soñó con el mar y el viento del acantilado alborotando sus cabellos, y con una noche oscura donde las estrellas se posicionaban formando runas que ya había visto antes en algún lugar.
La calurosa mañana la despertó cuando el sol hacía tiempo que había salido. Se alegró que las llamas estuviesen ya extinguidas y aún así estaba empapada en sudor. Miró a su acompañante. Dormía aún. Decidió no despertarlo pues el sueño era reparador y aquel hombre necesitaba curar sus heridas. Además necesitaba intimidad para asearse. Rebuscó en la única bolsa que habían tomado cuando se fueron y encontró un vestido de seda rojo que de poco le iba a servir para andar por el bosque, así que decidió que cortaría los jirones del suyo eliminando las mangas y acortandolo y se hizo un cinturón de unas ramas de nogal cercano.
Se aproximó al arroyo cercano y aprovechó unos espesos matorrales para desvestirse y lavar el vestido con algunas violetas cercanas. Lo dejó secar en la roca y decidió que el arroyo era lo bastante hondo como para cubrirle hasta el ombligo, así que se sumergió.
La frescura del agua en movimiento la inundó y mantuvo sus hombros en el agua acuclillada mientras se quitaba las trenzas del cabello. Hacía tiempo que no cantaba y llevaba dos horas con una estúpida canción de niños en su cabeza. Estaba lo suficientemente lejos de Finn como para despertarlo así que dejó que las palabras de la canción finalmente la envolviesen.
No fue hasta que sus dedos se arrugaron y vio que su ropa estaba seca que decidió terminar con su baño y vestirse. Encontró algunas moras salvajes por el camino y decidió que era el momento de despertar a su compañero. Les quedaba una larga caminata al la costa.
Escurrió el agua que quedaba en sus cabellos, solo unas gotas en la cara de Finn para despertarlo.
-El desayuno está servido- dijo, posicionando las moras silvestres en una roca cercana, mientras pensaba cual era el camino más sensato que seguir ladera abajo.
Eilydh
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 394
Nivel de PJ : : 2
Re: Los Perdidos [Privado - Eilydh]
Y en algún punto de la noche termine por quedarme dormido. Mi cuerpo me dio las gracias por tal descanso, sentía como las heridas de mi cuerpo sanaban a un ritmo mayor del que un humano corriente podría sanar y todo gracias a la extraña magia que poseia la elfa rubia que yacía dormida a mi lado. Quizás pude levantarme mas temprano, con los primeros rayos del sol de la mañana surcando las montañas que nos habían ocultado, pero preferí seguir durmiendo por el apacible y sangriento sueño que tenia. Batallas tras batalla mi cuerpo se teñía con la sangre de mis enemigos, no solamente batallas de miles de hombres, sino de uno contra uno, cabezas en estacas, mi hacha cubierta del rojo carmesí y mis azules ojos mas brillantes que cualquier otra estrella. De un momento pasaba del campo de batalla a estar junto a los dioses o quizás ellos estaban junto a mi, realmente no lo sabía, la lanza de Odin yacía en mis manos y una montaña de cuerpos a mis pies.
Todo el sueño podría parecer muy macabro, pero a mi me encantaba. Entonces abrí los ojos al sentir la humedad de las gotas de agua sobre mi rostro y también la voz de Eilly, que auguraba un desayuno al parecer. Me levante con cierta pesadez por el sueño y mire las moras silvestres. - Pensaba que iba a ser algo de carne, un conejo o algo así. - Me acerque para tomar una de las moras y darle un bocado, no sabían mal claro, pero no era la comida que esperaba para desayuno. - Aun así no están mal, desayunamos y larguémonos. - No tardamos mucho en desayunar tampoco, ya no tenia heridas en mi cuerpo después de aquel sueño tan reparador.
Una vez estuvimos preparados esta vez fui yo el que hizo de guía para bajar, sabia donde estaba mi barco y donde lo había dejado, lo cierto es que el barco que usaba era tan sencillo que podría ser manejado por dos personas con facilidad así como con un grupo de mas de diez, era impresionante como se había diseñado y no era para menos. Solo restaba bajar y marcharíamos de esta sucia isla… De momento.
Todo el sueño podría parecer muy macabro, pero a mi me encantaba. Entonces abrí los ojos al sentir la humedad de las gotas de agua sobre mi rostro y también la voz de Eilly, que auguraba un desayuno al parecer. Me levante con cierta pesadez por el sueño y mire las moras silvestres. - Pensaba que iba a ser algo de carne, un conejo o algo así. - Me acerque para tomar una de las moras y darle un bocado, no sabían mal claro, pero no era la comida que esperaba para desayuno. - Aun así no están mal, desayunamos y larguémonos. - No tardamos mucho en desayunar tampoco, ya no tenia heridas en mi cuerpo después de aquel sueño tan reparador.
Una vez estuvimos preparados esta vez fui yo el que hizo de guía para bajar, sabia donde estaba mi barco y donde lo había dejado, lo cierto es que el barco que usaba era tan sencillo que podría ser manejado por dos personas con facilidad así como con un grupo de mas de diez, era impresionante como se había diseñado y no era para menos. Solo restaba bajar y marcharíamos de esta sucia isla… De momento.
Finn Devlin
Experto
Experto
Cantidad de envíos : : 68
Nivel de PJ : : 0
Temas similares
» Fue un elfo [Privado, Eilydh]
» El comienzo [Privado][Eilydh]
» Tendiendo Puentes [Privado] [Eilydh]
» Ser un elfo [Privado con Eilydh] [Cerrado]
» Tesoros y Recuerdos [Privado - Eilydh - Finalizado]
» El comienzo [Privado][Eilydh]
» Tendiendo Puentes [Privado] [Eilydh]
» Ser un elfo [Privado con Eilydh] [Cerrado]
» Tesoros y Recuerdos [Privado - Eilydh - Finalizado]
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Ayer a las 23:14 por Iori Li
» Laboratorio Harker [Alquimia+Ingeniería]
Ayer a las 19:13 por Zelas Hazelmere
» Pócimas y Tragos: La Guerra de la Calle Burbuja [Interpretativo] [Libre]
Ayer a las 16:18 por Mina Harker
» El vampiro contraataca [Evento Sacrestic]
Ayer a las 05:53 por Lukas
» El retorno del vampiro [Evento Sacrestic]
Ayer a las 00:33 por Vincent Calhoun
» La Procesión de los Skógargandr [Evento Samhain (Halloween)]
Mar Nov 19 2024, 22:49 por Eltrant Tale
» Entre Sombras y Acero [LIBRE][NOCHE]
Mar Nov 19 2024, 22:42 por Cohen
» [Zona de culto] Altar de las Runas de los Baldíos
Lun Nov 18 2024, 12:29 por Tyr
» Susurros desde el pasado | Amice H.
Lun Nov 18 2024, 04:12 por Amice M. Hidalgo
» [Zona de culto] Iglesia del único Dios
Sáb Nov 16 2024, 21:38 por Tyr
» Enjoy the Silence 4.0 {Élite]
Miér Nov 13 2024, 20:01 por Nana
» Vampiros, Gomejos, piernas para qué las tengo. [Privado]
Mar Nov 12 2024, 04:51 por Tyr
» Derecho Aerandiano [Libre]
Dom Nov 10 2024, 13:36 por Tyr
» Propaganda Peligrosa - Priv. Zagreus - (Trabajo / Noche)
Vie Nov 08 2024, 18:40 por Lukas
» Lamentos de un corazón congelado [Libre 3/3]
Vie Nov 08 2024, 01:19 por Tyr