Plaga. Conocimiento. Laberinto. [Trabajo] [CERRADO]
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Plaga. Conocimiento. Laberinto. [Trabajo] [CERRADO]
De vuelta en Beltrexus, esta vez por trabajo. La forja no había tenido muchos clientes y decidió encontrar trabajo cerca del hogar. Después de todo no quería alejarse mucho de Hekshold como forma de motivarse para entrar. Estaba tardando demasiado.
Consultó en la lista de empleos que tenía el posadero habitual, muchos bandidos pero quería algo más fuera de lo común, después de todo estaba en la ciudad donde reinaba la magia. Y justamente uno dentro de la ciudad le llamo la atención. -Bien, tomare este. Gracias-. Dijo al posadero tomando el cartel y tras un trago salió bastante de buen humor. Una visita probablemente a uno de sus lugares preferidos que curiosamente no visitaba desde que venía con su madre; la biblioteca de Beltrexus.
El edificio era enorme, aunque no era tan inmenso como la academia, infundía el respeto bien merecido gracias al conocimiento que albergaba. La idea de unos demonios arañando libres e impidiendo el acceso a dicho conocimiento sin duda era una ofensa para el brujo y el trabajo visto desde ese punto de vista era algo inaudito e imperdonable.
Su llegada al edificio fue a una hora antes del cierre. Quería asegurarse de tener tiempo para recibir los detalles y no tener que preocuparse por más libros maltratados, aunque se le hacía curioso que no hubiesen llamado a la academia o a la guardia para encargarse del asunto. Fue recibido por la bibliotecaria y el dueño de la biblioteca. La primera una mujer de unos sesenta años aproximadamente. Vestía prendas formales, un vestido completo de negro con bordados dorados en la cintura, mangas y cuello. Además llevaba bien recogida su larga melena blanca. Por otra parte el dueño vestía pantalones café y una camisa blanca.
-Kendovlah. Vengo por el trabajo-. Afirmó el túnica naranja al llegar al mostrador. -Necesitaré los detalles, aunque me parece curioso que la academia no se halla encargado de esto ya-.
-Ah esos brujos están muy ocupados manteniendo la seguridad de su propia biblioteca, se niegan a compartir lectura prohibida con nosotros afirmando que hay demasiados magos y poca seguridad en nuestras instalaciones-. El dueño tomo una pausa y abrió la puerta a un costado del mostrador y que dividía el vestíbulo de una inmensa fila de estanterías llenas de libros. Contaba con tres pisos superiores igual de apilados aunque se podían ver desde abajo ya que los pisos de arriba solo bordeaban el primero llegando hasta el techo del edificio.
-Como decía la nota, estamos desesperados. Todos los días nos encargamos de ordenar y hasta tenemos eruditos contratados en otra habitación que trabajan día y noche para reparar el daño causado por estos demonios, pero ninguno cuenta con habilidad de combate así que pedimos ayuda por todos los medios posibles. Solo unos pocos se interesan por nuestros queridos libros-. Hizo una pausa para recuperar aliento dejando notar la tristeza en su tono. -Los eruditos afirman que se escuchan arañazos y libros cayendo desde lo más alto, pero ninguno ha tenido las agallas para entrar cuando cerramos la instalación y estas criaturas solo hacen su alboroto estando en soledad-. Apretó su puño con cierto coraje y miró a Kendovlah.
-Entiendo, la situación es grave. No se sabe si los demonios son hostiles con las personas-. Dijo pero entonces la bibliotecaria lo interrumpió. -Oh no se confíe, mi señor. Lo son, uno de los eruditos se armo de valor pero terminó gravemente herido en el hospital hace unos días-. Fue interrumpida por el dueño y una mirada severa de su parte pero Kendovlah fue más rápido. -No se preocupe, responderé en nombre de Hekshold y de un camarada herido-. Dijo prendiendo una bola de fuego en su mano a lo que ambos asintieron y accedieron. -Bien, pero sería prudente esperar alguien más que lo ayude en esta tarea. Algunas noches se escuchan más demonios que de costumbre y durante el día no podemos ver por donde vienen. Es casi como si aparecieran de la nada-. La preocupación y el miedo en el hombre era notorios. Kendovlah por su parte asintió y medito. Esperar por alguien sería problemático si se requería acción inmediata pero por otra parte y teniendo eruditos trabajando el daño no sería tan grave para cuando llegara la segunda persona. Lo mejor sería empezar ya sin duda...
Consultó en la lista de empleos que tenía el posadero habitual, muchos bandidos pero quería algo más fuera de lo común, después de todo estaba en la ciudad donde reinaba la magia. Y justamente uno dentro de la ciudad le llamo la atención. -Bien, tomare este. Gracias-. Dijo al posadero tomando el cartel y tras un trago salió bastante de buen humor. Una visita probablemente a uno de sus lugares preferidos que curiosamente no visitaba desde que venía con su madre; la biblioteca de Beltrexus.
El edificio era enorme, aunque no era tan inmenso como la academia, infundía el respeto bien merecido gracias al conocimiento que albergaba. La idea de unos demonios arañando libres e impidiendo el acceso a dicho conocimiento sin duda era una ofensa para el brujo y el trabajo visto desde ese punto de vista era algo inaudito e imperdonable.
Su llegada al edificio fue a una hora antes del cierre. Quería asegurarse de tener tiempo para recibir los detalles y no tener que preocuparse por más libros maltratados, aunque se le hacía curioso que no hubiesen llamado a la academia o a la guardia para encargarse del asunto. Fue recibido por la bibliotecaria y el dueño de la biblioteca. La primera una mujer de unos sesenta años aproximadamente. Vestía prendas formales, un vestido completo de negro con bordados dorados en la cintura, mangas y cuello. Además llevaba bien recogida su larga melena blanca. Por otra parte el dueño vestía pantalones café y una camisa blanca.
-Kendovlah. Vengo por el trabajo-. Afirmó el túnica naranja al llegar al mostrador. -Necesitaré los detalles, aunque me parece curioso que la academia no se halla encargado de esto ya-.
-Ah esos brujos están muy ocupados manteniendo la seguridad de su propia biblioteca, se niegan a compartir lectura prohibida con nosotros afirmando que hay demasiados magos y poca seguridad en nuestras instalaciones-. El dueño tomo una pausa y abrió la puerta a un costado del mostrador y que dividía el vestíbulo de una inmensa fila de estanterías llenas de libros. Contaba con tres pisos superiores igual de apilados aunque se podían ver desde abajo ya que los pisos de arriba solo bordeaban el primero llegando hasta el techo del edificio.
-Como decía la nota, estamos desesperados. Todos los días nos encargamos de ordenar y hasta tenemos eruditos contratados en otra habitación que trabajan día y noche para reparar el daño causado por estos demonios, pero ninguno cuenta con habilidad de combate así que pedimos ayuda por todos los medios posibles. Solo unos pocos se interesan por nuestros queridos libros-. Hizo una pausa para recuperar aliento dejando notar la tristeza en su tono. -Los eruditos afirman que se escuchan arañazos y libros cayendo desde lo más alto, pero ninguno ha tenido las agallas para entrar cuando cerramos la instalación y estas criaturas solo hacen su alboroto estando en soledad-. Apretó su puño con cierto coraje y miró a Kendovlah.
-Entiendo, la situación es grave. No se sabe si los demonios son hostiles con las personas-. Dijo pero entonces la bibliotecaria lo interrumpió. -Oh no se confíe, mi señor. Lo son, uno de los eruditos se armo de valor pero terminó gravemente herido en el hospital hace unos días-. Fue interrumpida por el dueño y una mirada severa de su parte pero Kendovlah fue más rápido. -No se preocupe, responderé en nombre de Hekshold y de un camarada herido-. Dijo prendiendo una bola de fuego en su mano a lo que ambos asintieron y accedieron. -Bien, pero sería prudente esperar alguien más que lo ayude en esta tarea. Algunas noches se escuchan más demonios que de costumbre y durante el día no podemos ver por donde vienen. Es casi como si aparecieran de la nada-. La preocupación y el miedo en el hombre era notorios. Kendovlah por su parte asintió y medito. Esperar por alguien sería problemático si se requería acción inmediata pero por otra parte y teniendo eruditos trabajando el daño no sería tan grave para cuando llegara la segunda persona. Lo mejor sería empezar ya sin duda...
Kendovlah
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Re: Plaga. Conocimiento. Laberinto. [Trabajo] [CERRADO]
Kendovlah me había mandado una carta dándome una ubicación en Beltrexus, no le di mucha importancia si el brujo me necesitaba tenia que ayudarlo, después se devuelven los favores. Emprendí mi hacia Beltrexus después de haber vuelto de Sacresticville.
Cuando llegue al lugar parecía ser una biblioteca era inmensa, al entrar me di cuenta de que estaba Kendovlah y un par de bibliotecarios al parecer, un hombre y una mujer.-Eh Kendo que pasa-.Le dije en un tono confianzudo.-Que vamos a matar ahora?.Solté una leve carcajada ya que me emocionaba el echo de luchar contra demonios, como decía en el trabajo aun que no sabia si eran demonios etéreos o de carne y hueso.
Me acerque a mi amigo brujo y a los bibliotecarios para que me dieran mas información sobre el tema y idear un plan para poder cazar a los demonios.
Cuando llegue al lugar parecía ser una biblioteca era inmensa, al entrar me di cuenta de que estaba Kendovlah y un par de bibliotecarios al parecer, un hombre y una mujer.-Eh Kendo que pasa-.Le dije en un tono confianzudo.-Que vamos a matar ahora?.Solté una leve carcajada ya que me emocionaba el echo de luchar contra demonios, como decía en el trabajo aun que no sabia si eran demonios etéreos o de carne y hueso.
Me acerque a mi amigo brujo y a los bibliotecarios para que me dieran mas información sobre el tema y idear un plan para poder cazar a los demonios.
Amethin
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Re: Plaga. Conocimiento. Laberinto. [Trabajo] [CERRADO]
Con la incertidumbre casi se había olvidado de la carta que había enviado a Amethin. Tanto así que casi piensa que el lobo le va a salir hasta en la sopa, pero tras recordarlo fue un alivio. Ciertamente no sabía por dónde empezar, la situación era algo de cuidado ya que primero necesitaban detectar a la amenaza para enfrentarla.
-Aún no sabemos a qué tipo de demonio nos enfrentamos, nadie ha visto nada-. Pensó unos minutos mientras respondía al lobo. -Al parecer están jugando al gato y al ratón-. Dijo mientras miraba a los dueños de la biblioteca. –Será mejor hacerlos pensar que esta noche la biblioteca se quedará vacía-. Añadió. –Entiendo que los eruditos tengan trabajo que hacer, pero también está el caso de que no sabemos si estos seres se volverán agresivos en cuanto sean descubiertos-.
El tiempo que había transcurrido mientras Kendovlah esperaba a Amethin había sido el suficiente para que la noche llegase. Sin embargo, los demonios aún no se presentaban en la biblioteca pues es como decía la nota. Y a pesar de que nadie se había ido a la cama ya había pasado la hora de atención al público y un grito agónico proveniente de la sala de los estudiosos recopiladores advirtió al grupo de que algo había ocurrido.
Llegaron a la escena y lo primero que pudieron ver fue como una especie de tentáculo negro salía del suelo, ahora ensangrentado y atravesando al estudioso quien parecía haber muerto en combate o haciendo la cosa que más le gustaba. Leer… Kendovlah miró hacía un lado. Con esa imagen le era difícil dejar la tentación por tomar un libro y hojearlo, aun sabiendo que la amenaza era real.
El tentáculo desapareció y el erudito cayó sobre el escritorio. La bibliotecaria gritó espantada y salió corriendo a pedir ayuda, por su parte el resto de eruditos también lo hicieron.
Un pequeño papel se dejó caer sobre el piso y Kendovlah lo tomo, mostrándoselo a Amethin y el dueño de la biblioteca. El papel estaba arañado pero se podía leer claramente lo siguiente El túnica naranja frunció el ceño indignado.
-Ya saben que alguien tomo el trabajo. Saquen el cadáver y dejen el resto a nosotros-.
(…)
La biblioteca por fin quedo sola a excepción de Kendovlah y Amethin quienes ahora estaban en la fuente del conocimiento como le gustaba llamarlo al brujo. El centro de la biblioteca. Nuestro amigo mago miraba los libros mientras pensaba que podía estar pasando. Era lógico que algo estaba buscando algo y quería el lugar para el mismo, solo que no lo había dejado bien en claro hasta ahora.
-Eso era magia de conjuración-. Curiosamente hablaba en voz alta para Amethin, no muchas veces se podía darse ese lujo estando en una biblioteca y el mismo hubiese fulminado con la mirada a quien lo hiciese mientras estaba leyendo. –No me cabe la menor duda, quizás las criaturas también lo sean. Tendremos que buscar libros prohíbidos-. Dijo el mago algo incrédulo, pero no había otro motivo. –Antes de que llegaras los dueños no dieron toda la información, como si ocultaran algo y el enemigo lo sabe-.
Entonces agarró un libro que le pareció de lo más sospechoso. La cubierta no tenía título, solo la imagen dibujada de un diablillo con alas. Tomo el libro y le paso una mano por la portada, pero entonces algo paso volando al lado del brujo y le arrebato el libro de las manos. -¡Dioses!-.
Al voltearse para ver al pequeño ladrón pudo ver que era lo mismo que había visto en la portada del libro, un diablillo alado que se ponía a revolotear con el libro en mano y usando la otra para tirar el resto como si estuviese buscando*. –Criatura del mal si no te gusta el resto no lo destruyas-. Vocifero furioso mientras desenvainaba su espada. No quería prender fuego, por curioso que fuese ahí no quería hacerlo.
----
Off: * Primera complicación del trabajo.
-Aún no sabemos a qué tipo de demonio nos enfrentamos, nadie ha visto nada-. Pensó unos minutos mientras respondía al lobo. -Al parecer están jugando al gato y al ratón-. Dijo mientras miraba a los dueños de la biblioteca. –Será mejor hacerlos pensar que esta noche la biblioteca se quedará vacía-. Añadió. –Entiendo que los eruditos tengan trabajo que hacer, pero también está el caso de que no sabemos si estos seres se volverán agresivos en cuanto sean descubiertos-.
El tiempo que había transcurrido mientras Kendovlah esperaba a Amethin había sido el suficiente para que la noche llegase. Sin embargo, los demonios aún no se presentaban en la biblioteca pues es como decía la nota.
Llegaron a la escena y lo primero que pudieron ver fue como una especie de tentáculo negro salía del suelo, ahora ensangrentado y atravesando al estudioso quien parecía haber muerto en combate o haciendo la cosa que más le gustaba. Leer… Kendovlah miró hacía un lado. Con esa imagen le era difícil dejar la tentación por tomar un libro y hojearlo, aun sabiendo que la amenaza era real.
El tentáculo desapareció y el erudito cayó sobre el escritorio. La bibliotecaria gritó espantada y salió corriendo a pedir ayuda, por su parte el resto de eruditos también lo hicieron.
Un pequeño papel se dejó caer sobre el piso y Kendovlah lo tomo, mostrándoselo a Amethin y el dueño de la biblioteca. El papel estaba arañado pero se podía leer claramente lo siguiente
-Ya saben que alguien tomo el trabajo. Saquen el cadáver y dejen el resto a nosotros-.
(…)
La biblioteca por fin quedo sola a excepción de Kendovlah y Amethin quienes ahora estaban en la fuente del conocimiento como le gustaba llamarlo al brujo. El centro de la biblioteca. Nuestro amigo mago miraba los libros mientras pensaba que podía estar pasando. Era lógico que algo estaba buscando algo y quería el lugar para el mismo, solo que no lo había dejado bien en claro hasta ahora.
-Eso era magia de conjuración-. Curiosamente hablaba en voz alta para Amethin, no muchas veces se podía darse ese lujo estando en una biblioteca y el mismo hubiese fulminado con la mirada a quien lo hiciese mientras estaba leyendo. –No me cabe la menor duda, quizás las criaturas también lo sean. Tendremos que buscar libros prohíbidos-. Dijo el mago algo incrédulo, pero no había otro motivo. –Antes de que llegaras los dueños no dieron toda la información, como si ocultaran algo y el enemigo lo sabe-.
Entonces agarró un libro que le pareció de lo más sospechoso. La cubierta no tenía título, solo la imagen dibujada de un diablillo con alas. Tomo el libro y le paso una mano por la portada, pero entonces algo paso volando al lado del brujo y le arrebato el libro de las manos. -¡Dioses!-.
Al voltearse para ver al pequeño ladrón pudo ver que era lo mismo que había visto en la portada del libro, un diablillo alado que se ponía a revolotear con el libro en mano y usando la otra para tirar el resto como si estuviese buscando*. –Criatura del mal si no te gusta el resto no lo destruyas-. Vocifero furioso mientras desenvainaba su espada. No quería prender fuego, por curioso que fuese ahí no quería hacerlo.
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Off: * Primera complicación del trabajo.
Última edición por Kendovlah el Lun Ago 26, 2019 2:27 am, editado 2 veces
Kendovlah
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Re: Plaga. Conocimiento. Laberinto. [Trabajo] [CERRADO]
Mire al brujo discutiendo con una pequeña criatura que parecía hacerle burlas destruyendo un libro, ignorando lo que había pasado con el otro brujo y el tentaculo.-Ah... creo que vamos a tener que lidiar con varios tipos de demonio-. Suspire mientras me preparaba para saltar al primer balcón sobresaliente del centro de la biblioteca, salte y el pequeño demonio alado siguió subiendo no lo suficientemente rápido por suerte, mis movimientos eran lentos y toscos pero alcanzaba la altura necesaria en un momento, al llegar al tercer piso di mi último salto alcanzando la pierna del demonio, lo tome y trate de bajar al primer piso donde estaba el brujo.-Eh brujo mira lo que tengo, es un regalo para ti-. Le dije mientras entre carcajadas le arrancaba las alas al pequeño.
-Como siempre le sacas información a todo no podía matarlo-. No podía darme el placer de desmembrar a la criatura por partes, el pequeño diablillo no paraba de retorcerse entre mi mano no sabía si era por dolor o porque solamente quería escapar.-no creo que hable nuestro idioma-. Dije mirando a mi compañero brujo.
Para mi todo se resolvía con buscar por toda la librería buscando y exterminando demonios pero no creo que fuera tan fácil exterminar esta plaga ya que es magia de invocación, había una personas o algo invocando esas cosas.-Vamos diablillo dile algo a tu amigo el brujo-. Dije mientras levantaba al demonio poniéndolo al nivel de los ojos de mi compañero.
-Como siempre le sacas información a todo no podía matarlo-. No podía darme el placer de desmembrar a la criatura por partes, el pequeño diablillo no paraba de retorcerse entre mi mano no sabía si era por dolor o porque solamente quería escapar.-no creo que hable nuestro idioma-. Dije mirando a mi compañero brujo.
Para mi todo se resolvía con buscar por toda la librería buscando y exterminando demonios pero no creo que fuera tan fácil exterminar esta plaga ya que es magia de invocación, había una personas o algo invocando esas cosas.-Vamos diablillo dile algo a tu amigo el brujo-. Dije mientras levantaba al demonio poniéndolo al nivel de los ojos de mi compañero.
Amethin
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Re: Plaga. Conocimiento. Laberinto. [Trabajo] [CERRADO]
Lo que Amethin no comprendía era la dificultad del trabajo en sí. No podía sacarle información a una criatura invocada y menos si esta estaba siendo vigilada celosamente por su conjurador, cosa que se dejo comprobar con avidez. La criatura en los brazos del lobo desapareció dejando en su lugar una pequeña nube grisácea que se esfumo casi tan rápida como su predecesor.
El libro en cuestión quedo flotando en el aíre pero antes de que alguno pudiese reaccionar otro diablillo apareció en el lugar del primero, llevándose el libro y lanzándolo a tiempo para que otra invocación similar lo atrapase. Habían dos ya y un tercero esfumado. La mente de Kendovlah sugirió un enemigo con habilidades superiores. Poder controlar dos invocaciones al mismo tiempo tan seguidas y tras haber usado tanta magia en apenas instantes. La idea era descabellada, pero su mente escéptica aún no daba en el blanco.
El primer diablillo en aparecer entonces comenzó a rebuscar los libros de varias estanterías mientras revisaba rápidamente sus hojas, arañándolas y tirándolas al suelo. El túnica naranja se fijo que era un patrón de acción habitual, casi como para distraer, pero su mente se enfoco en el que sostenía el libro. Este salió volando por una ventanilla y desapareció en el minuto que sus mentes volvieron a fijarse en él.
Kendovlah tuvo la idea de tomar un libro al azar como lo había hecho anteriormente. Comenzó a hojearlo mientras miraba de reojo al diablillo. -Hmm este parece interesante-. Dijo captando la atención de la criatura quien no dudo en embestir en dirección al brujo.
Una sonrisa se dibujo en el rostro de este y miró al lobo en lo alto. Arrojó el libro con todas sus fuerzas mientras preparaba una bola de fuego en una mano. -¡Atrapa el libro, quiero comprobar algo!-. Dijo pero justo entonces la conjuración desaparece y una vez más Kendovlah maldice su suerte.
-Veamos... Un tentáculo y tres diablillos-. Pensativo comenzó a subir las escaleras mirando por la ventanilla donde había escapado el segundo diablillo. Había un patrón que se cumplía, arañar y rebuscar los libros. Robo de libros y asesinato, era un patrón nuevo.
Volvió con Amethin y miro de reojo el desastre que se había armado en la parte baja y por donde el lobo había saltado. -Tendremos que investigar el edificio por separado. Los conjuradores nos están observando en alguna parte de este. Te dejo el ático, yo revisaré las bodegas de abajo, ¿qué te parece?-.
El libro en cuestión quedo flotando en el aíre pero antes de que alguno pudiese reaccionar otro diablillo apareció en el lugar del primero, llevándose el libro y lanzándolo a tiempo para que otra invocación similar lo atrapase. Habían dos ya y un tercero esfumado. La mente de Kendovlah sugirió un enemigo con habilidades superiores. Poder controlar dos invocaciones al mismo tiempo tan seguidas y tras haber usado tanta magia en apenas instantes. La idea era descabellada, pero su mente escéptica aún no daba en el blanco.
El primer diablillo en aparecer entonces comenzó a rebuscar los libros de varias estanterías mientras revisaba rápidamente sus hojas, arañándolas y tirándolas al suelo. El túnica naranja se fijo que era un patrón de acción habitual, casi como para distraer, pero su mente se enfoco en el que sostenía el libro. Este salió volando por una ventanilla y desapareció en el minuto que sus mentes volvieron a fijarse en él.
Kendovlah tuvo la idea de tomar un libro al azar como lo había hecho anteriormente. Comenzó a hojearlo mientras miraba de reojo al diablillo. -Hmm este parece interesante-. Dijo captando la atención de la criatura quien no dudo en embestir en dirección al brujo.
Una sonrisa se dibujo en el rostro de este y miró al lobo en lo alto. Arrojó el libro con todas sus fuerzas mientras preparaba una bola de fuego en una mano. -¡Atrapa el libro, quiero comprobar algo!-. Dijo pero justo entonces la conjuración desaparece y una vez más Kendovlah maldice su suerte.
-Veamos... Un tentáculo y tres diablillos-. Pensativo comenzó a subir las escaleras mirando por la ventanilla donde había escapado el segundo diablillo. Había un patrón que se cumplía, arañar y rebuscar los libros. Robo de libros y asesinato, era un patrón nuevo.
Volvió con Amethin y miro de reojo el desastre que se había armado en la parte baja y por donde el lobo había saltado. -Tendremos que investigar el edificio por separado. Los conjuradores nos están observando en alguna parte de este. Te dejo el ático, yo revisaré las bodegas de abajo, ¿qué te parece?-.
Kendovlah
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Re: Plaga. Conocimiento. Laberinto. [Trabajo] [CERRADO]
El lobo miró al brujo refunfuñando sobre lo que había pasado nunca había visto una "conjuración de demonios" el conocimiento de Amethin se había abierto un poco respecto a brujos, pero de todas formas una invocación era difícil de controlar incluso para su casteador ya que los demonios son controlados por sus nombres y no con hechizos.-Vale iré al ático-.
Pensaba en destripar y despedazar a los conjuradores una vez los encontrara, no sabia si seria facil o no lo unico que sabia es que la rabia se apoderaba de mi ser, volviendome totalmente irracional.-Malditos brujos-.Gruñí mientras subía las escaleras de la biblioteca dirigiéndome hacia el ático.
Al llegar al ático me dije en que estaba todo muy bien ordenado al tal punto de parecer otra sección de la biblioteca pero esta estaba llena de muebles y libros en cada estante y rincón del lugar, no veía nada raro.-TENGO QUE calmarme-. Entre gruñidos suspiré, no podía dejar que la rabia me controlara en estos momentos, sería un problema más. Mire nuevamente a mi alrededor tratando de buscar algo respecto a los conjuradores.
Pensaba en destripar y despedazar a los conjuradores una vez los encontrara, no sabia si seria facil o no lo unico que sabia es que la rabia se apoderaba de mi ser, volviendome totalmente irracional.-Malditos brujos-.Gruñí mientras subía las escaleras de la biblioteca dirigiéndome hacia el ático.
Al llegar al ático me dije en que estaba todo muy bien ordenado al tal punto de parecer otra sección de la biblioteca pero esta estaba llena de muebles y libros en cada estante y rincón del lugar, no veía nada raro.-TENGO QUE calmarme-. Entre gruñidos suspiré, no podía dejar que la rabia me controlara en estos momentos, sería un problema más. Mire nuevamente a mi alrededor tratando de buscar algo respecto a los conjuradores.
Amethin
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Re: Plaga. Conocimiento. Laberinto. [Trabajo] [CERRADO]
Kendovlah vio al lobo marcharse. Ya lo había visto perder el control una vez mientras al brujo se le revolvía el estómago con solo recordarlo. Aquella sensación de que tenían trabajo sin terminar con una carnicería que tan solo servía como fachada le hacía volverse aún más meticuloso y pensativo, casi sintiéndose vacío por dentro con el recuerdo. Empero, ahora tenían otros asuntos de los que ocuparse y tanto el lobo como el brujo estaban conscientes de aquello.
Dio un examen fugaz con la vista a los libros que había arañado uno de los diablillos y la portada de uno le llamo la atención. Esta tenía dibujada la runa perteneciente a la escuela de la ilusión. Al ser una escuela que le causaba curiosidad decidió tomarlo y comenzó a hojear las páginas descubriendo que no todas quedaron dañadas y había información que se podía recopilar. Eso explicaba el trabajo de los eruditos en la biblioteca, concluyó. Por otro lado, pensó en las palabras del dueño. Era una ciudad de magos, entendía en parte porque la academia no había acudido. La biblioteca ocultaba mucho conocimiento a la academia, conocimiento que no debería estar ahí quizás. Entonces era eso, una pelea constante por el conocimiento. Le parecía estúpido, más bien un tema político que la academia debió haber sentenciado con mano dura.
Una página le llamó la atención y comenzó a subir las escaleras por el camino que había tomado el lobo. Pensó que sería información crucial para ambos. Habían compartido suficiente como para que el lobo comprendiera la importancia de la información y abrir su mente a la magia. Tras llegar con Amethin le puso la mano en el hombro y habló: -Mira esto, lo que no querían compartir con nosotros-. Dijo Kendovlah mostrando la página de interés al lobo y que citaba:
El resto de la página se había perdido entre arañazos. Descuido tal vez, pero aquello podía o no darles una idea de lo que estaban enfrentando. Aunque no explicaba como el erudito había muerto, el túnica naranja estaba seguro de que eso si había sido conjuración.
Espero a que su compañero terminase de leer y se guardo el libro en uno de sus bolsillos. Tras esto comenzó a sentir un mareo leve. No lo sabía pero Amethin también pudo sentirlo. Ambos pudieron ver como unas raíces aparecían del suelo atrapando ambos píes con firmeza tal que al intentar escapar caerían o tambalearían sin poder despegar los píes mucho del suelo. **
Kendovlah trato de zafarse levantando su píe izquierdo, pero su cuerpo cedió y apoyándose con las manos al caer logró evitar un golpe directo y duro contra el suelo. Al pasar la sorpresa sus ojos vieron sus pies aún atados por las raíces y trato de moverlos para soltarse, pero el nudo se tensó aún más. Era inútil. -¡Maldición, no puede ser!-. Esbozó una mueca de rabia y trato de calmarse. Al cabo de unos minutos las raíces desaparecieron y por fin podían moverse a voluntad.
Se levantó y sacudió su túnica con ambas manos. Al terminar su acción ambos pudieron ver como la sombra de una persona corría a gran velocidad escaleras abajo, perdiéndose de vez en cuanto entre las estanterías de libros y tirando algunas en su camino. Kendovlah corrió enfurecido, parte de él había colmado su paciencia con tanto misterio y se moría de ganas por golpear algo. Sin embargo llegando a la planta principal el enemigo había desaparecido casi sin dejar rastro. -¡Ilusionistas del demonio, me las van a pagar cada una y el doble!-. Gritó e intento calmarse. En aquel momento ya no sabía si ir arriba o abajo. Solo quería golpear, golpear y maldecir pero sabía que aquello no serviría de nada. Estaban jugando con el elementalista como si fuese un niño que recién empezaba a comprender el uso de la magia.
---
Off:
Habilidades usadas por el enemigo:
* Del turno anterior: idea palpable para la convocación de los diablillos.
** De este turno: raíces ilusorias.
Ambas son habilidades pre aprobadas.
Dio un examen fugaz con la vista a los libros que había arañado uno de los diablillos y la portada de uno le llamo la atención. Esta tenía dibujada la runa perteneciente a la escuela de la ilusión. Al ser una escuela que le causaba curiosidad decidió tomarlo y comenzó a hojear las páginas descubriendo que no todas quedaron dañadas y había información que se podía recopilar. Eso explicaba el trabajo de los eruditos en la biblioteca, concluyó. Por otro lado, pensó en las palabras del dueño. Era una ciudad de magos, entendía en parte porque la academia no había acudido. La biblioteca ocultaba mucho conocimiento a la academia, conocimiento que no debería estar ahí quizás. Entonces era eso, una pelea constante por el conocimiento. Le parecía estúpido, más bien un tema político que la academia debió haber sentenciado con mano dura.
Una página le llamó la atención y comenzó a subir las escaleras por el camino que había tomado el lobo. Pensó que sería información crucial para ambos. Habían compartido suficiente como para que el lobo comprendiera la importancia de la información y abrir su mente a la magia. Tras llegar con Amethin le puso la mano en el hombro y habló: -Mira esto, lo que no querían compartir con nosotros-. Dijo Kendovlah mostrando la página de interés al lobo y que citaba:
El ilusionismo puede ser una de las escuelas que muestra sus frutos con más prontitud. A niveles altos el mago con el debido entrenamiento y devoción puede conjurar ilusiones tangibles. Ya no solo hace creer a los demás ver cosas, sino que estas ilusiones pueden ser ideas palpables que pueden incluso llegar a interactuar de formas que podría cualquier ser real. Estas pueden desaparecer a voluntad y la forma de enfrentarlas...*
El resto de la página se había perdido entre arañazos. Descuido tal vez, pero aquello podía o no darles una idea de lo que estaban enfrentando. Aunque no explicaba como el erudito había muerto, el túnica naranja estaba seguro de que eso si había sido conjuración.
Espero a que su compañero terminase de leer y se guardo el libro en uno de sus bolsillos. Tras esto comenzó a sentir un mareo leve. No lo sabía pero Amethin también pudo sentirlo. Ambos pudieron ver como unas raíces aparecían del suelo atrapando ambos píes con firmeza tal que al intentar escapar caerían o tambalearían sin poder despegar los píes mucho del suelo. **
Kendovlah trato de zafarse levantando su píe izquierdo, pero su cuerpo cedió y apoyándose con las manos al caer logró evitar un golpe directo y duro contra el suelo. Al pasar la sorpresa sus ojos vieron sus pies aún atados por las raíces y trato de moverlos para soltarse, pero el nudo se tensó aún más. Era inútil. -¡Maldición, no puede ser!-. Esbozó una mueca de rabia y trato de calmarse. Al cabo de unos minutos las raíces desaparecieron y por fin podían moverse a voluntad.
Se levantó y sacudió su túnica con ambas manos. Al terminar su acción ambos pudieron ver como la sombra de una persona corría a gran velocidad escaleras abajo, perdiéndose de vez en cuanto entre las estanterías de libros y tirando algunas en su camino. Kendovlah corrió enfurecido, parte de él había colmado su paciencia con tanto misterio y se moría de ganas por golpear algo. Sin embargo llegando a la planta principal el enemigo había desaparecido casi sin dejar rastro. -¡Ilusionistas del demonio, me las van a pagar cada una y el doble!-. Gritó e intento calmarse. En aquel momento ya no sabía si ir arriba o abajo. Solo quería golpear, golpear y maldecir pero sabía que aquello no serviría de nada. Estaban jugando con el elementalista como si fuese un niño que recién empezaba a comprender el uso de la magia.
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Off:
Habilidades usadas por el enemigo:
* Del turno anterior: idea palpable para la convocación de los diablillos.
** De este turno: raíces ilusorias.
Ambas son habilidades pre aprobadas.
Kendovlah
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Re: Plaga. Conocimiento. Laberinto. [Trabajo] [CERRADO]
TEMA CERRADO POR ABANDONO
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