Ataque Fallido en Tempestad [Privado][Noche]
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Ataque Fallido en Tempestad [Privado][Noche]
Sin dudas, Tempestad era un lugar estratégico de suma importancia. Situada al sur de la Comarca de Urd, desde aquella pequeña fortaleza podía divisarse gran parte de la zona norte de los bosques del Oeste. Uno de los accesos principales a esa aislada comarca pasaba cerca de Tempestad, por lo que quién controlaba aquel castillo, vigilaba esa ruta al detalle.
La fortaleza constaba con un edificio de piedra, al que se accedía a través de un puente levadizo. A su alrededor, un amplio patio de armas amurallado, con un par de edificios menores a su lado, dónde los guardias solían descansar. El recinto contaba con dos entradas, una a cada lado de la fortaleza. Aunque el aspecto exterior del conjunto de edificaciones parecía bastante decepcionante, su interior estaba bien conservado.
Antiguo nido de vampiros, bajo el suelo, se ocultaba una planta subterránea, con un amplio salón iluminado por las velas, con varias celdas a los lados, dónde antaño se encerraba a los prisioneros que servían de improvisado festín.
Desde la guerra contra los humanos, la fortaleza había caído en manos de los de Verisar, siendo la base humana más importante al norte de Sacrestic Ville. Pero eso debía cambiar y pronto.
Al caer el sol, el primer grupo, formado por 10 vampiros, se reunió a escasos metros de la entrada trasera de Tempestad. La noche era oscura y poco apacible: un viento frío hacía de aquella fortaleza un lugar siempre húmedo e incómodo. La lluvia, especialmente presente en esa época del año, era bastante abundante y muchos días, la densa niebla inundaba la región. Sin duda, quién hubiera elegido el nombre de Tempestad para aquel lugar, había acertado sin duda.
Habían estudiado las distintas guardias que se llevaban a cabo en el recinto amurallado durante varias noches. El momento más idóneo para atacar era a mitad de la madrugada, pero si querían tomar el recinto en una única noche, el ataque debía comenzar poco después del ocaso.
- Los guardias pronto comenzarán a cenar. Es el mejor momento para infiltrarnos – explicó Reliak, el Negro- Los cabrones están bastante organizados: cenan en dos turnos para no dejar desprotegidas las dos puertas. Siempre hay guardias rodeando las murallas... Joder, incluso se rumorea que tienen soldados sordos para que no escuchen nuestra voz...
- Las puertas fueron reforzadas y están cerradas a cal y canto- añadió Cohen cuándo Reliak le miró- Pero lo peor es que han instalado un sistema de campanas alrededor de ellas. Si usamos los poderes de nuestra voz para inducirles para que nos dejen entrar, al abrir el portón, sonarán, por lo que nuestra presencia quedará descubierta enseguida. En ese momento subirán el puente levadizo y la fortaleza se blindará.
- Por lo que debemos ser sigilosos. Si no somos descubiertos, hay que entrar en la fortaleza lo antes posible.
- Y si nos descubren y levantan el puente, matad inmediatamente a todos los guardias que podáis. El otro grupo estará entrando por el otro extremo. Con suerte, al amanecer, Tempestad será nuestra.
La fortaleza constaba con un edificio de piedra, al que se accedía a través de un puente levadizo. A su alrededor, un amplio patio de armas amurallado, con un par de edificios menores a su lado, dónde los guardias solían descansar. El recinto contaba con dos entradas, una a cada lado de la fortaleza. Aunque el aspecto exterior del conjunto de edificaciones parecía bastante decepcionante, su interior estaba bien conservado.
Antiguo nido de vampiros, bajo el suelo, se ocultaba una planta subterránea, con un amplio salón iluminado por las velas, con varias celdas a los lados, dónde antaño se encerraba a los prisioneros que servían de improvisado festín.
Desde la guerra contra los humanos, la fortaleza había caído en manos de los de Verisar, siendo la base humana más importante al norte de Sacrestic Ville. Pero eso debía cambiar y pronto.
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Al caer el sol, el primer grupo, formado por 10 vampiros, se reunió a escasos metros de la entrada trasera de Tempestad. La noche era oscura y poco apacible: un viento frío hacía de aquella fortaleza un lugar siempre húmedo e incómodo. La lluvia, especialmente presente en esa época del año, era bastante abundante y muchos días, la densa niebla inundaba la región. Sin duda, quién hubiera elegido el nombre de Tempestad para aquel lugar, había acertado sin duda.
Habían estudiado las distintas guardias que se llevaban a cabo en el recinto amurallado durante varias noches. El momento más idóneo para atacar era a mitad de la madrugada, pero si querían tomar el recinto en una única noche, el ataque debía comenzar poco después del ocaso.
- Los guardias pronto comenzarán a cenar. Es el mejor momento para infiltrarnos – explicó Reliak, el Negro- Los cabrones están bastante organizados: cenan en dos turnos para no dejar desprotegidas las dos puertas. Siempre hay guardias rodeando las murallas... Joder, incluso se rumorea que tienen soldados sordos para que no escuchen nuestra voz...
- Las puertas fueron reforzadas y están cerradas a cal y canto- añadió Cohen cuándo Reliak le miró- Pero lo peor es que han instalado un sistema de campanas alrededor de ellas. Si usamos los poderes de nuestra voz para inducirles para que nos dejen entrar, al abrir el portón, sonarán, por lo que nuestra presencia quedará descubierta enseguida. En ese momento subirán el puente levadizo y la fortaleza se blindará.
- Por lo que debemos ser sigilosos. Si no somos descubiertos, hay que entrar en la fortaleza lo antes posible.
- Y si nos descubren y levantan el puente, matad inmediatamente a todos los guardias que podáis. El otro grupo estará entrando por el otro extremo. Con suerte, al amanecer, Tempestad será nuestra.
Última edición por Cohen el Lun Abr 18 2022, 19:16, editado 1 vez
Cohen
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Re: Ataque Fallido en Tempestad [Privado][Noche]
Meses atrás: Sacrestic Ville
Hace poco había regresado después de perderme por tantos años en este mundo sombrío. Lo había perdido todo, dinero, mujeres, colegas, hasta la confianza que me caracterizaba y era tan atractiva para las personas. Mis secuaces sufrieron bastante, todo por culpa de mis acciones osadas, las cuales nos metieron en problemas con gente poderosa; humanos enfermos que fantaseaban ante el placer de verme afligido. Siempre era lo mismo y las mismas historias: Los vampiros somos los villanos de Aerandir, sin importar de quién se trate o qué tan bondadosos somos porque, a decir verdad, vivimos del caos. Nos alimentamos de la sangre de los demás y pagamos los errores de varias décadas atrás. Ni siquiera fue nuestra decisión convertirnos, al menos no fue en mi caso, ni la razón de la mayoría de las personas. Simplemente somos sanguijuelas porque así lo quiso el destino. En resumen, éramos nada más ni nada menos que unos monstruos sedientos por el terror. Nada cambiaría eso ni nadie, incluso aún sí nos empezáramos a comportar de forma respetuosa y cuidadosa como ellos quieren. De todas formas, hagamos lo que hagamos, nos van a cazar y capturar para asesinarnos por ser criaturas del mal.
Sin embargo, esta vez era diferente. Había vuelto con la ambición de venganza y con una fuerza indomable que nadie podría detener. Escuché de muchos grupos que se habían formado con la intención de atrapar chupasangres como si tuviéramos un precio. Los humanos ahora se estaban tornando más violentos en sus andanzas. Mientras caminaba, uno de los jóvenes me reconoció al verme deambulando por las calles Sacrestic. -¿Paul?-Preguntó con cierta curiosidad, ya que todos me habían dado por muerto. Este lugar siempre ha sido mi casa y, desde que he causado estragos, algunas personas saben quién soy yo como si se tratara de un vecino más. El muchacho se veía preocupado, pero emocionado al verme. No le respondí, sino que más bien le dirigí una sonrisa ladina de esas que eran sólo mías. -Eres tú. Qué alivio. Los humanos están invadiendo los Reinos del Oeste.-
-¿Aquí?-Pregunté alarmado. Me alisté en caso de alguna emboscada.
-No, no. Aquí estamos a salvo. Me refiero a la Comarca de Urd. Se dice que han formado una fortaleza implacable. He oído que hay un grupo de vampiros que planea retomar ese área.-
Grupo de vampiros, humanos despiadados, la nueva generación de los de mi especie. No sonaba nada mal. Quería unirme a esta revolución y aprovechar para hacer conexiones. Pronto mi idea de formar un clan criminal que protegiera vampiros y aquellos exiliados de las tierras Aerandianas se volvería realidad.
_____________________________________
Me hallé caminando por el sur de la Comarca de Urd luego de haber partido de mi querida ciudad. Llevé una capa conmigo para combatir el álgido clima que había en la zona, sumando la cantidad de gotas que caían del cielo. Si todo salía bien, esta sería mi primera aparición en una batalla luego de un año. El inmenso edificio se podía divisar desde la distancia, incluso cuando los árboles del bosque eran extremadamente gigantes.
Recordé que el pequeño había mencionado que se reunirían por la puerta trasera, no obstante, no tenía ni idea cuál era la entrada frontal ni los atajos, ni siquiera de si me iban a ver algunos humanos e iban a acabar conmigo en el instante. Esa fortaleza se veía impetuosa como para distinguir las diferentes secciones que conforman este. En la distancia, logré ver un grupo de gente que estaba conversando con una seriedad inigualable. Dudé en presentarme, ya que habían ciertas probabilidades de que se tratara de una división enviada por los de la Península de Verisar. Sin más preámbulo, me acerqué con cautela, aprovechándome de la neblina para pasar desapercibido.
Al llegar, oí un poco de sus palabras. Infiltración, murallas, soldados sordos, hasta que escuché la palabra mágica: Poderes de Nuestra Voz. Sólo algunos conocen de esta habilidad otorgada a los hijos de Habakuk. Me llené de emoción al escucharles tan convencidos para luchar y dar todo por sobrevivir. Hace mucho no veía a una generación tan organizada y ambiciosa de supremacía como ellos. Quizá todos serían unos buenos miembros de mi clan en algún futuro.
-Un saludo, amigos míos.-Salí de mi escondite y me acerqué de una forma danzante con mis manos atrás. -Me gustaría unirme a vuestro plan.-Comenté, mientras seguía desplazándome por la zona, pasando y observando a cada uno de los hombres que se encontraban allí. -Por cierto, me llamo Paul, un gusto conoceros.-
-Estoy a vuestras ordenes.-
Sin embargo, esta vez era diferente. Había vuelto con la ambición de venganza y con una fuerza indomable que nadie podría detener. Escuché de muchos grupos que se habían formado con la intención de atrapar chupasangres como si tuviéramos un precio. Los humanos ahora se estaban tornando más violentos en sus andanzas. Mientras caminaba, uno de los jóvenes me reconoció al verme deambulando por las calles Sacrestic. -¿Paul?-Preguntó con cierta curiosidad, ya que todos me habían dado por muerto. Este lugar siempre ha sido mi casa y, desde que he causado estragos, algunas personas saben quién soy yo como si se tratara de un vecino más. El muchacho se veía preocupado, pero emocionado al verme. No le respondí, sino que más bien le dirigí una sonrisa ladina de esas que eran sólo mías. -Eres tú. Qué alivio. Los humanos están invadiendo los Reinos del Oeste.-
-¿Aquí?-Pregunté alarmado. Me alisté en caso de alguna emboscada.
-No, no. Aquí estamos a salvo. Me refiero a la Comarca de Urd. Se dice que han formado una fortaleza implacable. He oído que hay un grupo de vampiros que planea retomar ese área.-
Grupo de vampiros, humanos despiadados, la nueva generación de los de mi especie. No sonaba nada mal. Quería unirme a esta revolución y aprovechar para hacer conexiones. Pronto mi idea de formar un clan criminal que protegiera vampiros y aquellos exiliados de las tierras Aerandianas se volvería realidad.
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Me hallé caminando por el sur de la Comarca de Urd luego de haber partido de mi querida ciudad. Llevé una capa conmigo para combatir el álgido clima que había en la zona, sumando la cantidad de gotas que caían del cielo. Si todo salía bien, esta sería mi primera aparición en una batalla luego de un año. El inmenso edificio se podía divisar desde la distancia, incluso cuando los árboles del bosque eran extremadamente gigantes.
Recordé que el pequeño había mencionado que se reunirían por la puerta trasera, no obstante, no tenía ni idea cuál era la entrada frontal ni los atajos, ni siquiera de si me iban a ver algunos humanos e iban a acabar conmigo en el instante. Esa fortaleza se veía impetuosa como para distinguir las diferentes secciones que conforman este. En la distancia, logré ver un grupo de gente que estaba conversando con una seriedad inigualable. Dudé en presentarme, ya que habían ciertas probabilidades de que se tratara de una división enviada por los de la Península de Verisar. Sin más preámbulo, me acerqué con cautela, aprovechándome de la neblina para pasar desapercibido.
Al llegar, oí un poco de sus palabras. Infiltración, murallas, soldados sordos, hasta que escuché la palabra mágica: Poderes de Nuestra Voz. Sólo algunos conocen de esta habilidad otorgada a los hijos de Habakuk. Me llené de emoción al escucharles tan convencidos para luchar y dar todo por sobrevivir. Hace mucho no veía a una generación tan organizada y ambiciosa de supremacía como ellos. Quizá todos serían unos buenos miembros de mi clan en algún futuro.
-Un saludo, amigos míos.-Salí de mi escondite y me acerqué de una forma danzante con mis manos atrás. -Me gustaría unirme a vuestro plan.-Comenté, mientras seguía desplazándome por la zona, pasando y observando a cada uno de los hombres que se encontraban allí. -Por cierto, me llamo Paul, un gusto conoceros.-
-Estoy a vuestras ordenes.-
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Re: Ataque Fallido en Tempestad [Privado][Noche]
Reliak el Negro continuaba su explicación, cuando fue interrumpido por un hombre que salió de las sombras. Durante unos segundos, esa súbita aparición les sorprendió a todos los presentes, así que cuando el desconocido hombre se ofreció a ayudarles, nadie parecía oponerse a ello.
- Pareces silencioso… Estoy seguro de que nos vendrá bien tu colaboración. Si eres tan ágil cómo para trepar el muro sin ser advertido, puede que hasta te hagamos Señor de Tempestad...
El resto del grupo rió aquel comentario, en bajo tono, para no llamar la atención al otro lado del muro. Pero Cohen se mantuvo en silencio, observando cómo aquel desconocido, que decía llamarse Paul, parecía mirarles a todos, con detalle.
- Ya seréis diez. Yo ahora rodearé la fortaleza para entrar por el otro extremo con el segundo grupo, cuándo vuestra presencia ya haya sido advertida. Prepararos para el ataque.
Tras esas palabras de motivación, Reliak hizo un gesto con la cabeza a Cohen, incitándole a separarse del resto del grupo, que ya comenzaban a emparejarse, tal y cómo habían acordado previamente.
- Vigila de cerca a nuestra reciente incorporación. No sabemos a qué atenernos- le contestó Reliak y Cohen movió su cabeza en gesto de aceptación, para proceder a cambiar el tema de la conversación- ¿Crees que podrás hacerlo?
- Claro. No te preocupes. En caso de que la alarma suene, ese puente levadizo no va a levantarse sin que yo haya entrado en la fortaleza. El patio de armas, en cambio, es cosa vuestra.
- ¡Cuidado con los guardias sordos!- le dijo, antes de desaparecer, rumbo al otro lado de la fortaleza.
El resto del grupo había comenzado a organizarse. Cohen se acercó de nuevo a ellos y comprobó cómo el nuevo miembro del grupo parecía haber hecho buenas migas. Parecía tener cierto carisma y encanto, facilidad en el trato social. Al notar su presencia de nuevo, todos callaron. Cohen miró a la nueva adquisición del grupo para decir:
- Paul, tú serás mi pareja. Veremos de qué eres capaz- les dije, en voz susurrante, aunque en tono divertido- ¿estos cabrones te han dado detalles sobre lo que pretendemos hacer?
- Pareces silencioso… Estoy seguro de que nos vendrá bien tu colaboración. Si eres tan ágil cómo para trepar el muro sin ser advertido, puede que hasta te hagamos Señor de Tempestad...
El resto del grupo rió aquel comentario, en bajo tono, para no llamar la atención al otro lado del muro. Pero Cohen se mantuvo en silencio, observando cómo aquel desconocido, que decía llamarse Paul, parecía mirarles a todos, con detalle.
- Ya seréis diez. Yo ahora rodearé la fortaleza para entrar por el otro extremo con el segundo grupo, cuándo vuestra presencia ya haya sido advertida. Prepararos para el ataque.
Tras esas palabras de motivación, Reliak hizo un gesto con la cabeza a Cohen, incitándole a separarse del resto del grupo, que ya comenzaban a emparejarse, tal y cómo habían acordado previamente.
- Vigila de cerca a nuestra reciente incorporación. No sabemos a qué atenernos- le contestó Reliak y Cohen movió su cabeza en gesto de aceptación, para proceder a cambiar el tema de la conversación- ¿Crees que podrás hacerlo?
- Claro. No te preocupes. En caso de que la alarma suene, ese puente levadizo no va a levantarse sin que yo haya entrado en la fortaleza. El patio de armas, en cambio, es cosa vuestra.
- ¡Cuidado con los guardias sordos!- le dijo, antes de desaparecer, rumbo al otro lado de la fortaleza.
El resto del grupo había comenzado a organizarse. Cohen se acercó de nuevo a ellos y comprobó cómo el nuevo miembro del grupo parecía haber hecho buenas migas. Parecía tener cierto carisma y encanto, facilidad en el trato social. Al notar su presencia de nuevo, todos callaron. Cohen miró a la nueva adquisición del grupo para decir:
- Paul, tú serás mi pareja. Veremos de qué eres capaz- les dije, en voz susurrante, aunque en tono divertido- ¿estos cabrones te han dado detalles sobre lo que pretendemos hacer?
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Re: Ataque Fallido en Tempestad [Privado][Noche]
Las risas resonaban por la zona, aunque eran suficientemente silenciosas como para que no nos escucharan. "Señor de Tempestad" no se escuchaba nada mal, es decir, quizá hubiera sido genial que me llamaran así en mis años de piratería; esa época cuando zarpaba con la tripulación de Abadón en busca de estragos, tesoros, dinero, y claramente mujeres hermosas para después transformarlas en vampiros y rogarles que se unan a nuestra locura. Algunos me observaban con sonrisas burlonas, otros expresaban miedo desde sus ojos, mientras que los más fuertes parecían analizarme sin alguna reacción o sin demostrar ni una pizca de sorpresa. Esos eran los que me preocupaban ya que conozco esa mirada tan juzgona.
Entre ellos, allí estaba un hombre con un aspecto simpático de ojos claros y penetrantes que, a simple vista, parecía ser uno de los más reservados del grupo. Además de esto, también podía indagar que era fuerte, quizá el más fuerte del grupo, pero no trataba presumir al respecto ya que el tipo que explicaba, y el que anteriormente hizo el comentario humoroso, era el capitán por así decirlo. Sin más preámbulo, el mandamás dio las ordenes para cada uno de los presentes. Él comunicó que planeaba rodear la fortaleza, y luego, en un acto barbárico y valiente, entraría para empezar a dominar la zona aún sin que los humanos se den cuenta. No sabíamos aún a qué nos enfrentábamos, pero teníamos una idea de cuántos eran, qué tan fuertes eran, y probablemente a qué hora lograríamos capturar esa base llena de mortales. Una batalla iba a ser más que inevitable, por lo tanto no contuve la adrenalina con tan sólo pensar en desenvainar mi espada y decapitar unos cuantos ciudadanos de Lunargenta.
Me crucé de brazos, viendo a los chupasangres ir de un lado a otro, saludarse entre sí, alistarse para la batalla, y finalmente los divisé alistándose para llevar a cabo su misión. En lo que a mí respecta, aún no me habían dado una orden pero esperé pacientemente mientras que el Negro conversaba con el tipo que anteriormente mencioné; ese mismo sujeto que me daba una vibra muy peculiar. Si aquel hombre estaba en mi equipo, eso en sí ya sería mucha suerte porque no había duda de que él poseía un aire vigoroso.
El individuo se acercó a mí de forma amigable e hizo un comentario desafiante que me llamó bastante la atención. De ninguna manera lo tomé de modo ofensivo, si no que más bien me pareció curiosa la confianza que él emanaba. Esas eran las características principales de un guerrero o de todos los seres vivos fuertes que he enfrentado en lo largo de mis cien años. Solté una carcajada y luego afirmé con la cabeza sin decir nada al respecto, aunque con un semblante alegre. No quería empezar a alardear de mis capacidades, pero tampoco iba a subestimar mi poder vampírico. Después de esto, él no tardó en referirse a los otros, insultándoles y mostrando confusión de cuál era nuestro objetivo.
-Lamentablemente no, amigo mío. Acabo de oír que vamos a infiltrarnos en la fortaleza y es posible que usemos nuestras voces para lograrlo, pero no sé exactamente en qué momento.-Hablé pensante, mientras que con una mano acariciaba mi mentón y la otra se encontraba en mi cintura, exactamente al lado de mi espada para estar listo en caso de que aparezcan algunos oponentes. -Pero estoy listo para lo que acontezca.-No dejé de contemplar esa base tan grandiosamente construida.
-Por cierto, ¿cómo te llamas, hermano?-
Entre ellos, allí estaba un hombre con un aspecto simpático de ojos claros y penetrantes que, a simple vista, parecía ser uno de los más reservados del grupo. Además de esto, también podía indagar que era fuerte, quizá el más fuerte del grupo, pero no trataba presumir al respecto ya que el tipo que explicaba, y el que anteriormente hizo el comentario humoroso, era el capitán por así decirlo. Sin más preámbulo, el mandamás dio las ordenes para cada uno de los presentes. Él comunicó que planeaba rodear la fortaleza, y luego, en un acto barbárico y valiente, entraría para empezar a dominar la zona aún sin que los humanos se den cuenta. No sabíamos aún a qué nos enfrentábamos, pero teníamos una idea de cuántos eran, qué tan fuertes eran, y probablemente a qué hora lograríamos capturar esa base llena de mortales. Una batalla iba a ser más que inevitable, por lo tanto no contuve la adrenalina con tan sólo pensar en desenvainar mi espada y decapitar unos cuantos ciudadanos de Lunargenta.
Me crucé de brazos, viendo a los chupasangres ir de un lado a otro, saludarse entre sí, alistarse para la batalla, y finalmente los divisé alistándose para llevar a cabo su misión. En lo que a mí respecta, aún no me habían dado una orden pero esperé pacientemente mientras que el Negro conversaba con el tipo que anteriormente mencioné; ese mismo sujeto que me daba una vibra muy peculiar. Si aquel hombre estaba en mi equipo, eso en sí ya sería mucha suerte porque no había duda de que él poseía un aire vigoroso.
El individuo se acercó a mí de forma amigable e hizo un comentario desafiante que me llamó bastante la atención. De ninguna manera lo tomé de modo ofensivo, si no que más bien me pareció curiosa la confianza que él emanaba. Esas eran las características principales de un guerrero o de todos los seres vivos fuertes que he enfrentado en lo largo de mis cien años. Solté una carcajada y luego afirmé con la cabeza sin decir nada al respecto, aunque con un semblante alegre. No quería empezar a alardear de mis capacidades, pero tampoco iba a subestimar mi poder vampírico. Después de esto, él no tardó en referirse a los otros, insultándoles y mostrando confusión de cuál era nuestro objetivo.
-Lamentablemente no, amigo mío. Acabo de oír que vamos a infiltrarnos en la fortaleza y es posible que usemos nuestras voces para lograrlo, pero no sé exactamente en qué momento.-Hablé pensante, mientras que con una mano acariciaba mi mentón y la otra se encontraba en mi cintura, exactamente al lado de mi espada para estar listo en caso de que aparezcan algunos oponentes. -Pero estoy listo para lo que acontezca.-No dejé de contemplar esa base tan grandiosamente construida.
-Por cierto, ¿cómo te llamas, hermano?-
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Re: Ataque Fallido en Tempestad [Privado][Noche]
Cohen escuchó las palabras de Paul mientras veía cómo se iban formando las parejas. Algunas eran realmente previsibles. Otras formadas por auténtico descarte.
- Soy Cohen- le dijo, sin mirarle directamente a los ojos, mientras hacía el gesto a los demás para que se desplegaran según lo planeado, para luego añadir, ya mirándole directamente- Nuestro líder, Reliak el Negro y yo fuimos convertidos por la misma vampiresa, Zana. Sospechamos que ella está prisionera en la mazmorra de la fortaleza. Que era la excusa tonta que necesitábamos para sacar a los putos humanos de la Comarca de Urd de una vez por todas…
Le hizo a su nuevo conocido un gesto con la cabeza para que éste le siguiera hasta la posición que debían de tener al principio del ataque a la fortaleza.
- El plan es sencillo. Tú y yo nos infiltraremos los primeros. Luego, nos seguirán los demás poco más tarde, una vez hallamos conseguido una posición más avanzada en el interior. Nuestro objetivo es entrar en la fortaleza antes de que suban el puente levadizo. Los vampiros de este lado tenemos la orden de ser lo más sigilosos posible.
Llegaron hasta el punto dónde debían de partir. Era el más cercano a la fortaleza desde el lado oeste. El resto de parejas quedaron todas a su derecha.
- Cuándo nuestra presencia sea descubierta y centren su atención en el lado oeste del patio de armas, el grupo contrario atacará el lado este. Para entonces, tú y yo deberíamos de estar dentro… Si suben el puente antes de que lo crucemos, debemos hacer las mayores bajas posibles antes de retirarnos.
La luz se hacía cada vez más tenue y el ocaso estaba llegando a su fin.
- Cómo te has unido en el último momento, tendrás el privilegio de acompañarme en esta misión suicida… Cuándo saltes de la muralla al patio de armas, ten cuidado: hay un sistema de cuerdas, conectadas entre sí, que activan unas campanas alrededor del recinto. No las toques y salvaremos nuestros huevos...
En ese momento, el último rastro de la luz solar desapareció en el horizonte, dejando que la noche se apoderara de todo.
Cuándo Cohen estaba decidido a emprender una sigilosa carrera hacia la fortaleza, las campanas del interior de la misma comenzaron a sonar. De alguna manera, la presencia de los asaltantes había sido percibida. Enfadado, hizo un gesto a los demás para que se disiparan lo antes posible. El ataque a la fortaleza quedaba así cancelado. Zana tendría que esperar.
- Soy Cohen- le dijo, sin mirarle directamente a los ojos, mientras hacía el gesto a los demás para que se desplegaran según lo planeado, para luego añadir, ya mirándole directamente- Nuestro líder, Reliak el Negro y yo fuimos convertidos por la misma vampiresa, Zana. Sospechamos que ella está prisionera en la mazmorra de la fortaleza. Que era la excusa tonta que necesitábamos para sacar a los putos humanos de la Comarca de Urd de una vez por todas…
Le hizo a su nuevo conocido un gesto con la cabeza para que éste le siguiera hasta la posición que debían de tener al principio del ataque a la fortaleza.
- El plan es sencillo. Tú y yo nos infiltraremos los primeros. Luego, nos seguirán los demás poco más tarde, una vez hallamos conseguido una posición más avanzada en el interior. Nuestro objetivo es entrar en la fortaleza antes de que suban el puente levadizo. Los vampiros de este lado tenemos la orden de ser lo más sigilosos posible.
Llegaron hasta el punto dónde debían de partir. Era el más cercano a la fortaleza desde el lado oeste. El resto de parejas quedaron todas a su derecha.
- Cuándo nuestra presencia sea descubierta y centren su atención en el lado oeste del patio de armas, el grupo contrario atacará el lado este. Para entonces, tú y yo deberíamos de estar dentro… Si suben el puente antes de que lo crucemos, debemos hacer las mayores bajas posibles antes de retirarnos.
La luz se hacía cada vez más tenue y el ocaso estaba llegando a su fin.
- Cómo te has unido en el último momento, tendrás el privilegio de acompañarme en esta misión suicida… Cuándo saltes de la muralla al patio de armas, ten cuidado: hay un sistema de cuerdas, conectadas entre sí, que activan unas campanas alrededor del recinto. No las toques y salvaremos nuestros huevos...
En ese momento, el último rastro de la luz solar desapareció en el horizonte, dejando que la noche se apoderara de todo.
Cuándo Cohen estaba decidido a emprender una sigilosa carrera hacia la fortaleza, las campanas del interior de la misma comenzaron a sonar. De alguna manera, la presencia de los asaltantes había sido percibida. Enfadado, hizo un gesto a los demás para que se disiparan lo antes posible. El ataque a la fortaleza quedaba así cancelado. Zana tendría que esperar.
Última edición por Cohen el Lun Abr 18 2022, 19:21, editado 1 vez
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