Un encuentro inesperado [Privado/Sajin W] [CERRADO]

Los ojos del dragón brillaron de un color marrón oscuro, entre la oscuridad y el brillo de la tormenta eléctrica que se posaba encima de la cueva donde se había refugiado. La cueva era un poco más profundo de lo que se creía, si proseguías adentrarse mucho más allá de la entrada ¿No puedo echarlo a patadas? , al parecer no es un crió, su cuerpo no es de un soldado, a lo mejor nunca había tenido que pelear en su miserable vida. El dragón no hizo nada al crió, pasaba un poco de su presencia.


Bajo el arma con sutileza, apoyando la misma en una de las paredes de la cueva al lado de él. Se sentó en el suelo donde no había gotas de agua por la cueva o que estuviera embarrada, mantuvo una distancia con el elfo. Sajin bostezo un par de veces por el cansancio y sueño que cargaba encima hace días por no encontrar un lugar donde descansar tranquilamente.


Ber auf laufunum, porque será que los elfo son tan extraño cuando apodan a sus crías, ante de decir eso prefiero llamarte Mierda, es más fácil de recordar – Ronroneado sajin expreso aquellas palabras, mientras acomodaba su espalda en una posición cómoda con su la pared.

Sajin observo que el cuerpo del Elfo había estado un poco tenso desde hace minutos, tomando detalles de su zapatos pudo hacerse la idea de que venía corriendo desde hace mucho, se notaba el desgaste de la suela de sus zapatos. Aun así lo noto sudoroso, podría incluso estar un poco deshidratado, seguramente era perseguido por aquellos lobos que había escuchado anteriormente.

Me imagino, mierda, que estabas escapando de los lobos que acechan esta zona frecuentemente, ¿No?, si es de ser así, de donde coño has salido tú. – Diciéndolo con una voz más serena pero una seriedad e tensión en el ambiente.

Tras escuchar no atentamente sus palabras, viendo su torpe actuar, me abunda una rabia profunda que no suelo controlarme, menos después de haber pasado la mañana perseguido por unos lobos humanoides, pero dada las circunstancias, me puede ser útil mantener una paz con él y utilizar su presencia a mi favor en caso de que vuelvan los licántropos, pero si fuese otro el caso, ni siquiera hubiese dejado que hablará por segunda vez, una flecha en lo hondo de la tráquea calla muy bien a todo ser vivo.

- "Viendo que buscas facilidad para referirte a mi, te recomiendo decirme "Ber", son tres simples letras. Y ahora qué ya sabes mi nombre, podrías dignarte al decirme el tuyo. Y con respecto a lo de las bestias peludas, sí, tuve que escapar de ellos, y mi origen es más incierto que tu presencia en esta cueva." -

Mi indiferencia y seriedad, apenas manteniendo un ojo en su semblante, me da a mi que tornara un poco álgida la conversación, siendo que siempre he sido malo entablando diálogos. Sumergido en lo hondo de mi cólera por perturbar mi paz, dejaré que él emite esos sonidos que llama palabras, cerrando los ojos para seguir meditando dejando que su voz y movimientos me los describa mis oídos.

Beneficio el mío de haber tenido horas de descanso antes de que este humano apareciera, porque mi paciencia es efímera, pero necesaria en esta situación. Además, viendo los aires de superioridad de este sujeto, no creo que exponer mi temperamento en un lugar tan poco amplio para moverse sea una buen idea.

Sin duda alguna, esperaré más paciente que nunca a ver cómo se comporta, pero sin mostrar gran interés por su presencia. Además que la naturaleza está de mi lado, la madre naturaleza me acompaña y me protege. Si me hallo en la necesidad de combatir, tendré que valerme de los factores de la cueva para entrar en ventaja ante él. Aunque cierto es, viendo que yace sentado con la espalda contenida en el muro, creo que será una noche de tensa conversación más que de estrepitoso combate.

"Debí haberle metido la flecha en la garganta apenas tuve oportunidad."

Viendo el tirano y despreciable actuar de venderme a los licántropos, increíblemente convenciendolos de que me atacarán; provocó algo en mi interior, que solamente había sintiendo una vez en mi vida "El día que asesinaron a mi padre." La ira empezó a recorrer mis venas de manera incontrolable y llenando mi corazón de adrenalina, de odio, desprecio.

Al levantarme, en un giro arrastrando un pie, movi parte del lodo que se había generado por las lluvias, el cual me dio la única y mejor idea que tenía para safarme de aquel problema; ahora no había mucho hacia donde correr.

Dejando que los lobos se acercaran a media distancia, tenso mi arco con 3 flechas cargadas en forma de abanico horizontal y en el momento más oportuno doy un golpe con el pie y todas mis fuerzas en furia al charco de fango que tenía delante, así levantando una pantalla lodosa. Justamente antes de soltar las flechas, por un segundo, un pequeño rayo de luz pasó por encima de mi vista, que provenía de la parte alta de la cueva "El tragaluz" y ahí supe que mi plan estaba completo. Disparé, y dichas flechas empujaron parte del fango levantado cubriendo los ojos de los lobos y las flechas impactando ineficientemente en el hombro o pectoral de cada uno de los perseguidores, pero causando el suficiente daño como para que no lograrán sacarse el barro de los ojos rápidamente, pero fue perfecto. Me giré para partir en carrera de escalada por las rocas y salir de la cueva por lo alto, hacia donde se ubicaba el tragaluz, que era lo suficientemente ancho como para pasar con mi delgado cuerpo, pero sin percatarme uno de los licántropos cegado por el barro siguió corriendo en mi dirección tirando golpes con sus garras y consiguió darme en la cara. El impacto logró cortar en vertical desde mi ceja hasta el pómulo izquierdo. Sin caer completamente al piso, comencé a huir, pesar del dolor en el ojo.

Culpa del agua y el corte en mi cara, la subida por las rocas estaba siendo muy torpe, hasta que logré sujetarme del borde de la apertura y salir de aquel lugar. Me subí al árbol más cercano que había al lado de la cueva y entremedio de saltos, impactando fuertemente con las ramas, huí del lugar, mi destino ahora tenía una nueva marca y un rostro, nunca hubo nombre, pero quedará en mi recuerdo. - "Me vengaré y cuando suceda, tus huesos serán el juguete de los licántropos." -

Mis pensamiento hervían en mi interior mientras me alejaba imaginando frente a mi, las posibilidades de algún día darle caza al repudiable humano, hasta que hice una pausa sintiendo ardor en mi cara debido al sudor, pero palpando lentamente, entre pequeños quejidos, me percate que no fue grave el daño, si no superficial.