Complicaciones a bordo [Libre][2/3]

No me había dado cuenta lo poco que había estado en tierra de brujos; si no fuese por aquella bruja impertinente que me preguntó cuándo fue la última vez que estuve compartiendo con los de mi raza o estando cerca de mis tierras no me hubiese fijado en aquella realidad. ¿Será porque desde pequeña no fuí criada como una bruja con todas las de la ley? Tal vez porque no tuve la oportunidad de tener una vida de bruja normal con papás brujos y con una educación adecuada. De hecho ahora que lo pienso mis habilidades las fuí desarrollando torpemente y solo por mera supervivencia y por experiencias particulares, pero ¿qué hubiese pasado si hubiese estudiado en un colegio y luego ido a la universidad Hekshold? ¿En el colegio hay niños lindos? Aww no, pero seguro son todos unos niñas y no se han enfrentado a la realidad de la vida. ¿Estoy siendo muy dura? Bueno... lo más probable es que sean más educada la gente y más estudiosa ¿Será que …? Bueno creo que soy muy pequeña para la universidad pero si paso un tiempo en el colegio ¿sería una pérdida de tiempo? ¿aprendería algo nuevo? Tal vez no comparto tanto con brujos por el hecho de que no fuí criada por unos y ahora es que me vengo a dar cuenta que a lo mejor eso me enoja un poco. ¡Uy no, la vida es demasiado complicada! ¡Qué drama!

-Pelusa, nos vamos… vamos a iniciar una nueva aventura para encarar cositas del pasado y aprender de ello- le dije a mi aion y este me devolvió una mirada.

-Aw, esta bien, iremos a pasear y a seguir huyendo de tonterías pero más cerca; además me da curiosidad ver qué estudian los brujos de mi edad-

Pelusa asintió complacido por descubrir mi mentira y me ayudó a empacar.

Había conseguido convencer a una chica llamada Tara, que solía estar en el gremio de ladrones conmigo, a que me dejara abordar en uno de sus viajes con la condición de que le hiciera comida mágica a ella y a su novio. ¡Uyy que tiempos aquellos en los que me hacía la rebelde ladrona incomprendida!

…

Me subí al barco con Pelusa y fue muy extraño, se notaba que la mayoría de ellos se conocían; no eran muchos pero sí llevaban grandes cajas y barriles; Tara se había dedicado a la importación y exportación de variedades, desde pociones extravagantes hasta pequeñas flores que en Lunargenta salían como monte pero en la isla no. Tenía entendido que en esa embarcación solo se transportaban materiales, y de vez en cuando uno que otro tripulante con la condición que fuera útil en el viaje, ya sea cargando cajas, limpiando, apoyando en la navegación o cocinando como era mi caso, y me tocó esforzarme mucho para que me permitieran montar a Pelusa en su tamaño original.

Los primeros días fueron complicados y muy serios, todos tenían un montón de tareas que realizar y todo era muy sistematizado, sin embargo esa noche al parecer ya los tripulantes estaban libres de su trabajo fuerte y empezó una especie de ritual extraño.

Bebidas por todos lados, cantos divertidos, gente apostando, luchando, de todos, eso parecía un gallinero… pero al menos todos se estaban divirtiendo.

-Oye pareces muy callado… ¿No vas a ir a emborracharte o a clavarte dagas en los dedos para demostrar quién es más rápido pinchando entre los dedos?- pregunté mientras estiraba un poco la falda de mi vestido para luego acariciar a mi aion.

Ya habían pasado tres días desde que subí al barco mercante que se dirigía a la Isla Tortuga, mi destino era llegar a Hekshold.

En el puerto había podido convencer al capitán para dejarme entrar y tener un camarote exclusivo para mí. Solo fue necesario mirarlo fijamente a los ojos mientras la oscuridad de la madrugada cubría mi espalda para saber que su ritmo cardiaco aumentaba y su respuesta seria la que deseaba oír (1).

No tenía tiempo para esperar esas embarcaciones que trasladaban a los magos y demás visitantes de la isla, por lo que tuve que arreglármelas para ponerme en altamar.

Si bien todos a bordo de la embarcación tenían que realizar labores propias del barco, incluso aquellos que no pertenecían a la tripulación. Conseguí persuadir al personal para que no me molestaran en mi camarote, resaltando que dentro estaba realizando estudios de suma importancia y que el turbar mi labor podría ser una gran ofensa para mi persona.

Nadie se atrevió a molestarme y prácticamente se reservaban a dirigirme la palabra en la sala común para asegurarse de que mi estadía fuera lo mas cómoda posible en un barco con esas características.

No obstante, la noche del cuarto día, al salir de mi habitación el ruido de una fiesta me invitó a acercarme al comedor donde la tripulación se encontraba danzando y embriagándose, no se que celebraban, pero sin duda tenían un alboroto bien armado. Todo un espectáculo desagradable.

Mientras contemplaba la escena con cierta repulsión, viendo como prácticamente todos perdían el control y se dejaban llevar por el alcohol y la música improvisada por una banda conformada por marineros. Escuché como una voz que no encajaba en esa habitación me habló.

Miré de reojo bajo mi hombro y vi como una pequeña niña estaba a mi lado junto a un animal de lo más peculiar, un aion. Al inicio la ignoré, pero pasados unos segundos mientras continuaba mirando el espectáculo que se estaba dando, sentía como ella aún me estaba observando.

- Soy callado porque no merece la pena gastar saliva con esta muchedumbre desenfrenada. Y no, no bebo ¿acaso no sabes que el alcohol se va a tu sangre? Es un sabor desagradable. – le digo mientras hago una mueca muy sutil que denota asco.
…
- Además, las dagas no son para jugar. ¿Acaso no te enseñaron eso tus padres? – y casi por reflejo poso mi mano sobre la funda donde se encuentra mi daga escondida dentro de mi vestimenta, la daga del Crepúsculo.

La verdad éramos pocos los que no estábamos gritando como locos celebrando o jugando, y por esa razón fue que le hablé al chico. Inicialmente no me había fijado en lo sexy que es mostrando su cuerpo, pero ya más cerca no pude evitar notarlo. Mis mejillas se calentaron un poco, pero su seriedad y su exceso de “soy superior” me creó una leve repulsión; aunque con el tema del sabor del alcohol tenía razón, yo tampoco entendía como la gente disfrutaba de beber esas cosas tan amargas.

Todo estaba relativamente bien hasta que se le ocurrió mencionar a mis padres, ¿en serio? ¿parece que necesito padres y que no puedo cuidarme sola? Respiré profundo y se me ocurrió sacarle un poco la piedra al chico burlándome… En mi cabeza había dos posibles resultados a eso, que se relaje y se ría o que se enoje y le salgan arrugas. ¿Se vería sexy con la cara arrugada? Bueno tenía que aprovecharme un poco de él antes de que se pusiera más amargado.

-Blehblehbleh lis digis ni sin piri jigir- dije burlándome un poco y tratando de entre risas tocar su abdomen ¿why not?

-Y no, mis padres no me dijeron nada de eso… Murieron cuando yo estaba bebé- dije con toda naturalidad tomando un poquito de distancia física.

-A ver señor adulto responsable… ¿Qué sueles hacer para divertirte? Upss creo que toqué un punto débil jaaja, mejor voy a empezar preguntando ¿Te diviertes? ¿Te has divertido alguna vez?- dije queriendo molestar -Por cierto un placer, él es Pelusa y yo me llamo Magazubi- dije extendiendo mi mano para estrecharla con él y esperando que entendiera que Pelusa es mi compañero -Tu nombre es… ?¿-.

En eso llegó un hombre bastante grande, peludo y fuerte moviendo en el aire un vaso enorme -¡Vengan a divertirse!-

Me quedé unos segundos viendo el vaso, presentía que algo malo iba a suceder… Y efectivamente… El hombre empezó a derramar todo por todos lados llegando a llenar mi cabello y mi vestido de ese fuerte olor.

-¡Vale! Suficiente- dije para luego saltar y quitarle al hombre aquel vaso -Sí, sí nos vamos a divertir… Gracias, yo me quedo con esto- dije para quitarle la posible amenaza y luego colocar aquel vaso a mi lado; con lo que no contaba es que mi aion quisiera probar aquella bebida.

Mhm… Seguro la pequeña no había entendido que me refería al sabor de la sangre con alcohol y no el de la bebida en sí… Un pequeño juego de palabras que me causaba gracia internamente.

Es evidente que no tienes padres, se nota en tu falta de modales. -Dije mientras con mi tono serio y parco característico de mi personalidad la miraba, dándole a entender que no me causaba gracia sus burlas, aunque tampoco molestia. Y que no estaba permitido tocarme.

Y si te consuela… no te sientas especial, no eres la única sin padres, pero es obvio que necesitas ir a la escuela.

No me interesaba responder a su interrogante sobre mis intereses. Una niña ignorante no entendería mis ambiciones, además, ¿por qué estaba una niña tan pequeña en un lugar como ese? ¿era parte de la tripulación? No lo creo… su vestimenta no encajaba. Y mucho menos el hecho de su enorme mascota que apenas entraba por las puertas.

Cuando empecé a decirle mi nombre, solo por mera cortesía

Zag…

Un bruto enorme se acercó y derramó su jarra sobre ella, llenándole de su bebida todo el vestido y cabellera. Por suerte para él, el liquido no llegó a tocarme, estoy seguro que no le hubiese agradado las consecuencias si eso hubiese ocurrido.

Pasados unos instantes en un silencio un tanto incomodo vi como la adolescente le quitaba la bebida del marinero torpe.

Aproveché para sentarme en una butaca mientras miraba tal espectáculo.

¡¿Cómo te atreves pequeña mocosa?!¡Te lanzaré por la proa y serás comida para los peces!

Y procedió el grandulón a abalanzarse sobre la niña.

¡Me las pagarás! - Continuaba gritando eufórico y borracho

Admito que en ningún momento se me ocurrió entrometerme en su riña, pero algo no terminaba de encajar en dicha escena, así que seguí con atención lo que estaba sucediendo…

Hijo de tu grandísima … ¿Qué diablos le pasa a este idiota? ¿En serio quiere poner a prueba mi calma? ¿No le hacen cositas ricas y anda de mal humor? Breath, no podía rebajarme a sus tonterías tenía que demostrar que era mucho más madura que ese creído. Aaaaaaah pero quería meterle un montón de palazos por lo que me decía aaaaaaah ¡lo odio!

…

Traté de enfocar mi atención en nuestro nuevo interlocutor para no perder los estribos con el idiota Zag pero las cosas se complicaron un poco. Luego de quitarle el trago al hombre este empezó a ponerse histérico. ¿Por qué? ¿No quería que nos divirtamos con él? Aww pensé que me estaba ofreciendo bebida, y a parte necesitaba evitar que siguiera haciendo desastre. No se me había pasado por la cabeza que podría ser mala idea hasta que el hombre se abalanzó sobre mí. Con su peso y velocidad fue fácil hacerme a un lado y jalar un poco su enorme brazo para hacerle un derribo y lanzarselo sin querer queriendo al idiota agrandado. (1)

-¡Pelusa vámonos, no nos juntemos con esta chusma!- le dije a mi aion.

Mi aion miró feo a Zag y bailó de un lado a otro mientras en mi cabeza sonaba el: chusma chusma prrr; después me dí cuenta de que mi bebé no estaba haciendo referencia a eso sino que de verdad estaba mareado.

-¡Pelusa!- dije preocupada y tratando de hacerlo reaccionar -¡¡Pelusa!!-

Me acerqué a ver el enorme vaso de alcohol que ahora se encontraba vacío y volví a ver a mi aion. Suspiré.

-Tú, adulto despreciable, ¿cómo curo a Pelusa? ¿cómo se deja de estar borracho?- me crucé de brazos y le pregunté a Zag a ver si sabía o si sería el inútil de siempre. Lo siento, este tipo me saca de quicio.

…

En eso el barco cambió de rumbo de repente haciendo que mi bebé perdiera el equilibrio y se acostara en la superficie del barco. Volteé a ver qué ocurría y al parecer ¿hubo cambio de planes?

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Off

(1) Nivel 5 - Derribo [2 usos] [Aikido] Soy capaz de interceptar ataques de mis oponentes para derribarlos con su propia fuerza.
(Queda 1 uso)

Admito que me sorprendió la llave que realizó la niña. Para ser tan escuálida logró apartarse a la montaña de carne que se lanzó sobre ella con una gracia peculiar. El detalle, es que la mocosa decidió arrojar al marinero sobre mí ¿lo habrá hecho adrede? Ja.

Apenas tuve tiempo para reaccionar, y el grandulón terminó estampándose sobre la butaca donde me sentaba haciéndola pedazos. Yo, por mi parte terminé en el suelo, aunque ileso.

Al levantarme, reconozco que tuve intención de acabar con el imbécil que yacía en el suelo desmayado por el impacto y todo el alcohol que había bebido. Sin embargo, analicé velozmente las consecuencias si perdía los estribos… debía pasar desapercibido en ese viaje… así que decidí que la mejor reacción era ignorar el inconveniente.

Sabia que seguir con Magazubi me traería problemas. Era impulsiva y errática, pero algo me indicaba que eso no iba a suceder.

Con la seriedad y cinismo que me caracteriza le respondí a sus quejidos.

Tranquila, tu enorme bestia no morirá, o no debería -levantado mi ceja mientras decía la última frase-

Además…- Dije mientras señalaba a Pelusa, quien estaba vomitando en un rincón el piso- Eso seguramente calmará a tu bestia, aunque no entiendo como semejante criatura no tolera una jarra de aguamiel de baja calidad.

En ese instante...Todo el barco se estremeció y varios tripulantes que bailaban se cayeron al suelo.

Resulta que, con tanto alboroto no nos percatamos que afuera estaba cayendo una tormenta que con el paso de los minutos se hacia más amenazante. Los relámpagos iluminaban el cielo, mientras las olas salvajes sacudían el barco con gran agresividad. Aun quedaba varias horas de noche, y según mis cálculos debíamos estar próximo a la costa, sin embargo, con este clima seria toda una proeza llegar en una pieza.

Para asegurarme de que estábamos en buenas manos, decidí salir e ir a la estación de mando junto al capitán.

Mientras abandonaba el comedor, donde todos parecían no percatarse de la situación y seguían festejando sin saber que afuera la muerte arremetía contra el barco. Al pasar al lado de Magazubi, quien atendía al aion que se había caído sobre el suelo cuando se viró con agresividad la dirección del barco, comenté de forma directa y tajante.

Quédate aquí y no hagas ninguna tontería…

Tenia que salir a la cubierta del barco, donde la lluvia agitaba todo, varias sogas de las velas se habían desprendido causando que algunas bigas de madera se cayeran y limitaran el paso. Igualmente, barriles y cajas de mercancía se arrastraban por el suelo convirtiéndose en obstáculos para poder alcanzar la proa donde se encontraba el timón... y el capitán.

Me preocupaba que mi bebé se pudiera sentir mal o hacer una de las suyas después de haber bebido; no creo que Pelusa estuviera acostumbrado a tomar, o al menos no que yo sepa.

Las respuestas tajantes y poco constructivas de Zag no eran de ayuda como esperaba, pero al menos mi bebé realmente se iba a sentir mejor después de vomitar la bebida. Arrugué un poco la cara por el desagradable olor pero al final Pelusa era como mi sangre, por lo que mi repulsión se fue muy rápido y me ocupé de buscar algunas cosas para calmarlo. Fui por mucha agua para mi cosito que estaba en el suelo ya.

No tenía muy claro por qué habíamos cambiado de rumbo pero las cosas empezaron a ponerse extrañas cuando el barco hizo movimientos bruscos que hacían que muchos perdieran el equilibrio, incluyéndome. Aquello no podía ser buena señal, y hacía que mi bebé vomitara más y más.

-Vamos gordito, bótalo todo- le dije a Pelusa pidiéndole que vomitara todo todo.

Después de que Pelusa soltara gran parte de lo que tenía en el estómago lo hice tomar agua, mucha agua; por más que estaba renuente no podía dejar que se me deshidratara el niño.

Segundos después pasó el chico de lis digis ni sin piri jigir y me dijo que no haga alguna tontería ¿Quién diablos se creía él que era? ¿Mi papá? ¿Alguien más maduro? ¡Si te da por meterte con una niña es porque no tienes pantalones para meterte con alguien más grande!

Awww, ¿saben ese sentimiento de querer decirle todo a una persona pero saben que no va a valer la pena? Así me sentía. A ese idiota creído le hacía falta una buena paliza; lástima que no salió más lastimado de lo del señor con la bebida.

-Espera aquí mi vidito prichioso- le dije a mi aion que no parecía tener ganas de moverse más de lo que ya el barco lo hacía tambalear en el suelo.

Me dirigí con paso firme a seguir a Zag por chisme… Bueno realmente no era tan paso firme, con el movimiento del barco me tambaleaba de un lado a otro, por suerte con telekinesis pude ayudarme a mantenerme de pie y evitar colisionar de forma estrepitosa contra algunos barriles y cajas.

El capitán a lo lejos se veía con una expresión fría y calculadora tratando de mantener el control de barco. En cuanto Zag y yo nos acercamos Tara con una expresión fuerte en el rostro nos comentó que no nos preocupáramos, y así mismo salió a la cocina a decir con voz de autoridad a los tripulantes para que dejaran de jugar y que era momento de trabajar.

No es como si no me preocupara, pero sentía que ir a acompañar a Zag y acosar al capitán no sería de mucha ayuda, así que me devolví a la cocina.

…
-Lo sabía… sabía que iban tras especies raras, sino no se hubiesen metido por la tormenta-

-¿Espera qué? ¿Podrías explicarme?- pregunté.

-Aquí en la embarcación hay cosas de gran valor, pero para un aventurero es tentador entrar al peligro por sus ambiciones-

-¿Estás diciendo que entramos aquí a propósito?-

-Sí, pero el capitán sólo se dejó llevar; al final la esperanza es un estimulante mucho más potente que la suerte-

-No seas dramático, no creo que el novio de Tara se dejara llevar así-

El hombre no contestó, solo hizo una mueca sin saber nada a ciencia cierta y se fue a apoyar a sus compañeros en las tareas para tratar de mantener el arco en buenas condiciones, mientras yo seguía confundida con lo que estaba pasando.

Salí corriendo a donde estaba Tara y le pregunté -¿En qué puedo ayudar?-

Ya cuando llevaba unos cuantos metros recorridos, volteé y vi a la niña saliendo del comedor. Sabía que no me haría caso cuando le indiqué que no se moviera, pero era lógico que dado su naturaleza imprudente me seguiría. Admito que de camino logré ver como se desplazaba entra los obstáculos de la cubierta con una gracia particular, prácticamente no tuvo inconvenientes en alcanzar mi posición, mientras que yo había tenido varios momentos donde casi caigo por la borda o terminaba golpeado por la mercancía... ¿Quién es esta niña? ¿había usado algún truco o habilidad?...

Llegué, bueno, “llegamos”, aunque no nos dirigimos la palabra durante el camino, a la cabina del capitán, a los pocos pasos para llegar logré ver por la ventana circular de la puerta impermeable al hombre bestia quien se encontraba maniobrando drásticamente el timón ante la tormenta que arrecia. Por su parte, su novia, se encontraba intranquila e incluso podría decir molesta, sin embargo, era un comportamiento llamativo, uno podría pensar que era dado la situación, pero había algo que no encajaba. Mientras caminaba erráticamente detrás del capitán, hacia comentarios a su pareja encarándole algo que no llegue a entender. Él por su parte se notaba ansioso ante las quejas, y hasta podría decir que sudaba, aunque su pelaje no permitía saber…

Tara, la pareja del capitán, a los pocos segundos, salió de la cabina y se topó con nosotros, diciéndonos que no teníamos de que preocuparnos y antes de que pudiéramos hacer comentario alguno se dirigió a la cocina para ponerse manos a la obra y tratar de hacer que los borrachos de la tripulación trabajaran para controlar el barco.

Entramos a la cabina…

Saludos capitán… -Y el hombre bestia se volteó a vernos, y tras unos segundos que podrían ser interpretados como petición para hablar comenté- Esta tormenta no estaba en los planes, incluso tenía entendido que la ruta que transitábamos era tranquila y en unas pocas horas, bajo mis cálculos, ya deberíamos estar en tierra… ¿está todo en orden?

El capitán titubeó antes de responder y lanzó una mirada fugaz a su alrededor – S si si, todo está bajó control mi lord, no tienes nada de que preocuparse son cosas que pasan, tuvimos que desviarnos un poco de la ruta marítima pero no hay de que preocuparse, esta tormenta no es motivo de miedo.

Apenas al terminar de hablar un trueno muy cercano tapaba su última palabra y obligaba a arrugar su hocico.

No entendía la situación, algo no encajaba. Si bien el recibimiento luego del capitán era cortés, aparentando tener todo bajo control y que no debía preocuparme, preferí asegurarme que ocurría y tratar de parecer ingenuo mientras ofrecía mi ayuda.

Magazubi no estaba muy interesada en los que allí sucedía. Por lo que tomó la iniciativa y se dirigió al comedor nuevamente, asumo yo para revisar a su aion o para conversar con Tara.

Bueno… entiendo que no es digno de un pasajero como usted trabajar en estas circunstancias, pero si desea puede ayudarme con la brújula que se encuentra en la mesa detrás…

Me ubiqué sobre la brújula y ante mi estaban algunos mapas con rutas y marcas llamativas.

¿Sabe leer eso que tiene al frente?

Si, he leído varios libros de cartografía y marítima en mi adolescencia, no soy un experto, pero creo que puedo orientarme un poco incluso en esta tormenta.

Al revisar el material me percaté que el desvío era mas notorio de lo pensado -gira a estribor unos 45º…- comenté mientras pensaba que nos aproximábamos a un grupo de islotes y cayos ubicados a varios kilómetros de nuestro destino en la Isla Tortuga. Era un lugar, que según recordaba era un sitio de monstruos marinos y tormentas mortales, frecuentado por piratas y bandidos que aprovechaban estas condiciones para no ser perseguido por la justicia, hacer trueques de tesoros y riquezas robadas, y esconder sus tesoros en estas islas deshabitadas. ¿cuál sería la intención de este desvío?

Mantenga el rumbo, iré al comedor a ver si puedo ayudar a su pareja. Dudo que tus hombres estén en pleno de condiciones para atender las necesidades de esta emergencia…

Tenia que saber que sucedía sin llamar la atención. Igualmente, mantenerme con vida y a flote era mi principal objetivo, así que me propuse buscar a la capataz para ayudar en lo que pudiera.

Llegué tras unos minutos al comedor donde Magazubi conversaba con Tara.

Tara parecía estar preocupada pero al mismo tiempo muy animada, daba gritos de un lado a otro motivando a la tripulación a que elevara las velas, soltar unas cuerdas, proteger el cargamento y demás tareas. La seguí hasta cubierta en dónde todos parecían tener designada una parte de lo que la joven decía; por mi parte yo estaba impresionada por la pasión y el orden que ejercía esta mujer sobre su tripulación; al parecer estaban acostumbrados; incluso varios tripulantes felices por la bebida igualmente realizaban sus tareas con una naturalidad impresionante.

Mientras veía aquel espectáculo cual orquesta musical yo me emparamaba por la tormenta y no sabía en qué apoyar… peor aún sentía que si entraba en aquella dinámica era probable que dañara la canción. Me abracé y froté mis brazos tratando de no parecer un pollito mojado tratando de entender la dinámica y admirando la situación. Había tenido aventuras en el mar con el pirata más tierno del universo, pero esto era diferente, el cielo quería tumbarnos.

-Ayuda en lo que puedas, no te preocupes- comentó Tara.

Estiré por unos segundos mis manitos a mi lado sintiendo el flujo de mi éter listo para ser usado, pero la verdad no tenía idea de en qué apoyar, habían demasiadas actividades y todas se veían muy complejas. Bueno me iba a tocar ver si con mi telekinesis podría cuidar el cargamento.

Salí corriendo a pesar del frío y la tormenta y estaba dispuesta a apoyar a un hombre que cargaba barriles, sin embargo me detuve en seco al escuchar un estruendo. Me volteé y ví a Tara inconsciente estampada contra un mástil.

Me devolví a toda velocidad a dónde se encontraba mi antigua compañera y de mi bolso saqué una botellita y unas cuantas hierbas e hice un mezcla rápida para darle de beber a la chica y hacerla despertar.(1)

Mientras la joven asimilaba la poción aproveche de combinar unas cuantas hierbas para colocarlas sobre la parte de atrás de su cabeza, en donde había sido la parte fuerte del impacto, eso haría que la herida se volviera leve y que pronto pudiera despertarse y seguir orquestando a la tripulación.(2)

¿Quién había sido el idiota que imposibilitó a su capitana? Volteé y ahí estaba una mujer parada y no estaba demasiado contenta con que yo me pusiera a ayudar a Tara. (3)

mujer:

musica:

-¡No nos desviaremos de la tormenta! Si mis coordenadas están correctas en este punto deberíamos ser capaces de ver y capturar un Ihhrashi- gritó con fuerza y convicción.

Estuve a punto de reírme por la barbaridad que decía la loca, pero su seguridad era un tanto aterradora ¿En serio cree que aquí hay un animal tan majestuoso como ese?

Dejé de preguntarme cosas absurdas al ver que me apuntaba por meterme en su camino.

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(1) Despertar: [Técnica] Improvisas una mezcla capaz de despertar a alguien inconsciente o dormido. Disminuye hemorragias, pero no sana las heridas.
(2) Primeros auxilios: [Técnica] Aplicas una mezcla de hierbas sobre una herida, bajando un nivel de gravedad (de moderada a leve, de grave a moderada, sanándola si es leve).
** Para usar ambas técnicas gasto mi kit alquimista regular.
Kit Alquimista Regular: [Limitado, Requiere ser Alquimista, 2 Usos] Set de viales con fórmulas secretas diversas que permiten llevar a cabo una Técnica de Alquimia a nivel Avanzado o inferior.

(3) La nueva participante es una mujer bestia antílope, es muy estudiosa sobre especies “míticas”, y tiene como arma principal una ballesta con maldición necrótica. (#00ccff)
Maldición necrótica: [Encantamiento de Arma] Las heridas realizadas por esta arma o sus proyectiles se sanan a la mitad de efectividad por efectos mágicos o alquímicos (se requieren 2 pociones, por ejemplo).
De resto tiene un cuchillo normal y el látigo.

El animal místico realmente no está ahí… y no lo veremos pero ajá xD link bestiario: [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]

Cuando llegué a la cocina ya todos estaban manos a la obra. Contrario a lo que esperaba, la tripulación consiguió dirigirse a sus puestos en cubierta y empezar a preparar el barco para enfrentar la tormenta y a su vez proteger la mercancía que transportaban. Parecía incluso que el alcohol no había tenido efecto. Supongo que Tara tenía la capacidad de dirigir con mucho liderazgo a su personal. El único que parecía incapacitado por el alcohol era Pelusa que seguía durmiendo tras vomitar en el comedor.

Yo decidí apartarme, Magazubi por su parte corría de un lado a otro tratando de echar una mano, pero creo que lo más inteligente era no estorbar. Tara por su parte continuaba gritando órdenes, por lo que llegue a entender su intención era volver el rumbo a la Isla Tortuga, no sé si el capitán, su pareja, estaría del todo de acuerdo con rectificar la trayectoria ya iniciada, pero sin duda era lo más sensato. Además, dudo que el capitán se atreviera a cuestionar a su novia que parecía de carácter fuerte.

Debíamos primero asegurarnos de que no nos hundiremos, luego podría empezar averiguar porque nos habíamos desviado hacia aguas tan peligrosas.

Mientras miraba el horizonte y presenciaba como las olas continuaban haciendo una danza de ira y estruendo. Un golpe seco hizo que me girara. Ahí una mujer bestia había noqueado a Tara con un golpe en la nuca con la parte trasera de la empuñadura de un cuchillo.

Todos se alarmaron. Admito que estimo la velocidad de Magazubi para priorizar la condición de Tara y correr para atenderla.

¡¿Qué coño?! – dijo el marinero con el que habíamos tenido un altercado previamente.

¡¿Por qué atacaste a nuestra líder?! ¿Cuáles son tus intenciones? Bueno da igual, pagarás. Gritó colérico mientras tomaba carrera para taclear a la mujer.

A lo que en un instante la mujer desenrolló un látigo que cargaba y con un movimiento veloz golpeó al bravucón que corría hacia ella. Fue un chasquido estruendoso, incluso competía con el ruido de la tormenta. El hombre cayó pasmado al suelo sin emitir ruido, inmóvil ante ese fugaz movimiento. Ignorante de lo que le había sucedido… los látigos son el único objeto creado por el hombre capaz de romper la velocidad del sonido, al final el sonido es aire en vibración, lo que hace que el estallido sea tan estruendoso dado la onda de choque… (1)

Todo los que estaban exaltados se paralizaron, e incluso la mujer no se inmutaba por lo que había sucedido, miraba a Magazubi como culpándola por atender a Tara.

Hey, Hey. No es necesario alterarse. Entiendo que buscas un… ¿Ihhrashi? ¿Acaso eso no son solo mitos y están ya extintos? – Dije procurando calmar la tensa situación, y admito un poco intrigado por la misión de esta mujer.

Reconozco que la había visto en el barco. Al igual que yo, parecía ser un tripulante VIP, asumo que había usado el dinero como motivador para su aceptación en la embarcación. Y ya me estaba dando una idea de porque nos habíamos desviado previamente.

Creo que todo se puede resolver conversando, no es necesario perder los modales. Mi nombre es Zagreus, Zagreus Markov. Me dirijo a Hekshold, aunque admito no disponer del dominio del ether -dije mientras con mis manos en mi espalda miraba a Magazubi, mi hipótesis era que ella si podía…- Entiendo que este desvío es por tu empresa. Asumo que tus historias hablan de esta localización llena de tormentas, monstruos y piratas. Y necesitabas de una embarcación robusta dispuesta a traerte corriendo los riesgos evidentes de esta travesía… Y ahora, que la lógica y la amenaza nos enseñan que lo racional sería virar y volver a nuestro rumbo, escapando de la tormenta. Te molestas y pretendes continuar así tengas que recurrir a la fuerza para tomar tú el control… ¿o me equivoco? – Comenté de forma parca y segura.

Je… al parecer si hay gente con cerebro en este barco…

Me presento, mi nombre es Oryx Dammah (2), soy experta en las bestias mitológicas. Llevo estudiándolas más de 20 años, he tenido mis triunfos, sin embargo, desde mis inicios he estado en la búsqueda de esta criatura marina. Mi intención es capturar un Ihhrashi, en antaño estas criaturas eran domesticadas y podían verse con facilidad, pero la información que tenemos de ellas hoy en días es prácticamente nula. Y por ello el que sean protagonistas de incontables leyendas… Mi intención es poder estudiarla en profundidad. Traer al Ihhrashi a mi laboratorio. Ser famosa y pasar a la historia como la responsable de todo el conocimiento sobre tal magnífica criatura.

Mmmm, entiendo tu interés pero discrepo en tus métodos, velo por mi seguridad y mis propios objetivos, así que lamento que en esta ocasión no puedas continuar con tu búsqueda… Mantendremos el rumbo a la Isla Tortuga. –Dije de forma tajante mientras en mis manos detrás de mi espalda desenvainaba mi Daga del Crepúsculo y en la otra mano empezaba a solidificar la sangre que salía de los poros de mi palma mientras se materializaba en forma de daga (3) sin que ella sospechara. Al fin y al cabo ella tenía un arsenal de armas y había mostrado su capacidad para manejarlas. Y dudo que si bien se tratara de una estudiosa fuera permitir con facilidad el desviarse de su objetivo, y menos estando “cerca”.

Nadie quiere hacer una lluvia de sangre innecesaria… ¿o sí? – dije arrojando una media sonrisa

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(1): Hoy por hoy hay más objetos creados que superan la velocidad del sonido, pero históricamente el primero, y único dentro del contexto medieval de Aerandir, es el látigo

(2): Nombre de especie de antílope.

(3) Nivel 0: Pacto carmesí [Mágica] – Activa (2 usos) Duración= 2 turnos

Debido a la sangromancia de Zagreus, el vampiro puede extraer cantidades de su sangre por los pómulos de su piel sin perjudicarse y a partir de ella crear armas de sangre a una mano.

Zagreus solo puede crear un arma por activación. Igualmente, puede emplear un uso de la habilidad para cambiar el tipo de arma de sangre creada.

Al inicio mis músculos se habían puesto tensos ante la posible amenaza, sin embargo llegó Zag y salvó el momento de la forma más inesperada posible, siendo diplomático o … un bufón intentando distraer la atención de la chica; aún no lo descifrada pero sea lo que sea lo hacía bien. Aproveche el tiempo de su largo discurso en plena pelea, para atender lo más rápido que podía a Tara quien pronto despertaría. Lo más impresionante de todo no era que ya Tara en menos de lo que canta un gallo ya iba a estar disponible para ponerle control a la situación, sino que la loca al parecer dejó la acción para hablar elegantemente con el chico; ¿en serio? Por un momento sentí que estaba en un libro de ficción de esos malísimos en donde el malo se lanza unos discursos explicando su plan; pero bueno… supongo que de algo tuvieron que inspirarse los autores. Suspiré y detuve a Tara que a pesar de haber despertado aún no era conveniente que mostrara que estaba lista para mandar a la loca por la borda.

Me acerqué un poco al oído de Tara y le comenté -Aguarda un poco a que el efecto esté completo para que tengas todas tus fuerzas, al parecer la lengua de aquel hombre mantiene a la loca ocupada-

Volteé a ver cómo seguían las cosas con la mujer y me dí cuenta del arma que se estaba formando detrás de la espalda dil chico; no pude evitar esbozar una sonrisa, debo admitir que se veía lindo, sexy y poderoso teniendo un arma bajo la manga pero ajá es un idiota y punto. En fin, si el chico sacó eso era porque las cosas ni iban tan bien.

-Pensé que nos estábamos entendiendo- dijo la mujer dispuesta a darle un fuerte latigazo a Zag.

Cerré un poco los ojos imaginando el dolor de aquel impacto…

Vale este tonto seguro va a ser una imprudenciada de él, o bueno em tiene más sentido que la haga yo… Hablé para mí misma para decirle rápido a Tara -recuperate bien y sácanos de esta tormenta-

Salí corriendo al campo de batalla y me lancé en el suelo en busca de agarrar las piernas de la muchacha para tumbarla. En mi cabeza la escena se veía más épica like yo deslizándome con las rodillas y tumbandola de un solo movimiento pero obviamente eso no sucedió fue cero efectivo mi movimiento. Enseguida la solté y me alejé rápido.

-Ups, lo siento, estaba bromeando… es que me caes muy bien y quería abrazarte- dije nerviosa y tratando de diluir la tensión. Solo a mí se me ocurría ir a atacarla cuando esta usa su látigo, una de las pocas armas de las que no me puedo defender efectivamente con mi telekinesis.

-Hay que detenerla, no matarla- le susurré a Zagreus en plan regaño y/o advertencia.


-¡¡¡TRIPULANTES!!! A SUS PUESTOS… DEJEN DE SER MIRONES Y DEJEMOS QUE SAQUEN LA BASURA… NOSOTROS SALGAMOS DE ESTA PESADILLA- ordenó Tara.

Por más que se estaban haciendo varios esfuerzos para salir de la tormenta el rumbo del barco parecía seguir desviado, y era algo notorio; algo no estaba bien en el timón.

Frunciendo el ceño vi como Maga corría ante Oryx y por poco sale ilesa, ¿acaso busca suicidarse? La joven volvió hacia mí y me dijo que no la matara, que debía capturarla…

No te puedo prometer nada… es más, lo tomaré como una sugerencia.

Volví la mirada hacia la mujer antílope y haciendo una reverencia un tanto cínica mostrando entonces las armas que llevaba escondido en mi espalda (a) dije - Parece ser que el camino de la diplomacia no será.

Llevaba ya minutos estudiando el panorama, debía formular un plan, mi sangromancia aun es limitada y no puedo darme el lujo de estirar las peleas a combates largos, aunque ya sentía como la adrenalina se hacía presente. Además, había visto como esta mujer era diestra con las armas y como había acabado con la imprudencia del marinero anteriormente.

Algunos marineros ignorando la orden de Tara, quien aún estaba recuperándose, empezaron a correr hacia Oryx con intención de capturarla por la fuerza. Sin embargo, ella desenfundó su ballesta y con gran certeza disparó. Los hombres cayeron al suelo donde su sangre se diluía en los pisos mojados por la tormenta. La escena bastó para que el resto de marineros recularan y se quedaran impotentes antes la mujer armada, prefiriendo retomar su rol en el barco para lidiar con la tormenta.

Necesito que me cubras, su ballesta me limita a larga distancia y su látigo tendría ventaja contra mi en combate a media distancia… Sin embargo, si logro acercarme lo suficiente podre combatirla con mis dagas. – le dije a Maga mientras el alboroto se calmaba y Oryx buscaba con su mirada a Tara quien había empezado a dirigirse a la cabina del capitán, era muy probable que Oryx no estuviese sola…

Desaté mi poder vampírico (1), mis colmillos se hicieron más evidentes y la oscuridad empezaba a arroparme. Haciendo que mi aspecto se tornara mas aterrador, necesitaba una manera de recortar distancia y con la cantidad de luz limitada en la cubierta podría valerme de mi habilidad potenciada para acerarme. Los marineros estaban despavoridos mientras trataban de concentrarse en sus tareas del barco al ver mi verdadera naturaleza, pero estoy seguro que entendían que era la única opción para tal situación .

Aproveché el momento para correr hacia la mujer, sin embargo, un ataque frontal tendría el mismo desenlace que los marineros, así que fui desplazándome entre algunas cajas que me servían de protección ante los disparos de la mujer. Ayudándome de la oscuridad para ocultarme y desplazarme con gran velocidad logré acercarme.

Era una ballesta compuesta, ese estilo de arma puede almacenar 6 flechas, ya había gastado 3 en marineros y dos tratando de acertarme. La última, a diferencia de las anteriores, preparó su ballesta y la apuntó a Tara... disparó. No sé qué ocurrió con ese virote, no volteé, pero aproveché la oportunidad de quedarse sin munición para atacar.

Salté con mis dos dagas empuñadas en un ataque aéreo (b). Ya el rango era muy corto así que Oryx optó por defenderse con su cuchillo. Ella reaccionó a tiempo y desvió mis armas, cambié el agarra de mi daga del crepúsculo en mi mano izquierda, la misma me servía para desviar los ataques de su cuchillo, mientras que con mi otra mano con el arma de sangre rápidamente intentaba apuñalar los espacios abiertos que me dejaba.

Oryx se defendía a cada ataque, por lo que preferí tomar una posición más agresiva y tratar que la velocidad de dos dagas le ganara (c). Sentía como poco a poco realizaba cortes, ella apenas lograba resistir el aluvión de puñaladas que intentaba encajar.

Ella con una patada me apartó, era evidente que no era humana, había logrado quitarme la daga del crepúsculo y ahora estaba a varios metros de mi. Sin perder la compostura me levanté de nuevo y procuré acercarme, debía evitar que utilizara el látigo y ella parecía darse cuenta de ese detalle, cada vez más trataba de tomar distancia.

Poco a poco las cortadas si bien eran superficiales le estaban pasando factura…

Por ultima vez me lancé sobre ella, con mi daga de sangre que ahora empuñaba con las dos manos buscando clavársela directamente en el torso. Ella por el ímpetu y su cansancio cedió y se cayó al suelo mientras con ambas manos intentaba de apartar mi daga de sangre de su pecho. Esta riña de fuerza duró unos segundos mientras forcejeaba conmigo intentando apartarme. La sangre de sus manos que agarraban el filo de la daga se camuflaban con el propio material del arma.

Eres un idiota, no entiendes nada -decía mientras se quejaba, sollozaba y respiraba de forma agitada- te mataremos a ti y a todos en este barco para encontrar a la bestia.

Ya me cansé de jugar. Dije serio ante su amenaza.

Y transformé mi daga en una espada corta a partir de la sangre (2). El cuchillo que ahora era una espada atravesó su pecho en un instante, era evidente que no sabía mi capacidad y la sorpresa quedó plasmada en su rostro al ver como sonreía yo empleando mi habilidad sangrienta. Si bien no atravesé ningún órgano vital, y con atención podría sobrevivir. Oryx estaba fuera de combate. La lluvia seguía cayendo, y solo podía centrarme ahora en resolver la situación del barco. Debía tomarme unos instantes para recomponerme ¿Qué sería de Tara y Maga? Me había centrado en totalidad en mi pelea.