«Insertar título del tema aquí» [Libre]
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–¡Hey, elfo, ¿quieres una biusapuerta portable?! –preguntó un npc de una de las múltiples tiendas repartidas en la calle. Cuando volteé a mirarlo, me señaló los colgantes exhibidos en su vitrina. En vez de gemas o algo típico para un colgante, los suyos tenían puertas redondas, versiones en miniatura de la de mi casa, pero de diferentes colores y con una textura gelatinosa.
Fue desconcertante, al igual que el resto del festival que se celebraba a mi alrededor.
–Deme dos –pedí.
Tras la compra, seguí andando por el pueblo en busca de Mellea. Mientras tanto, guiándome por lo que sugería el nombre de las biusapuertas, me atreví a llevar una a mi boca y chuparla. Mis ojos se iluminaron. Sabía a chocolate, justo el sabor en el que pensé. Finalmente comprendí por qué había bastantes personas alrededor chupando sus colgantes.
–¡Hey, elfo, ¿quieres jugar a encontrar el tesoro tras la puerta?!
Miré al otro npc que me llamó. Era un chico usando un disfraz de puerta, y un par de niños y un gato estaban a su alrededor chupando ese disfraz.
–¿De qué va el juego?
Luego de escuchar las instrucciones, acepté jugar. En una mesita había tres pequeñas cajas, cada una con una puerta idéntica a la mía. Solo debía abrir una de ellas y, si era de las dos que estaban vacías, debía entregar un aero como castigo, pero, si tenía suerte y era la caja que contenía otra minipuerta en su interior, ganaba una tokenpuerta.
Por supuesto, Tyr seguía siendo mi perra y me bendijo con buena suerte.
Una vez con la tokenpuerta en mis manos, la chupé. Y escupí al instante, asqueado por el sabor a madera.
–No, idiota, las tokenpuertas no son para eso –espetó el chicopuerta–. Son para canjearlas.
Alcé una ceja.
–Al llegar la medianoche –prosiguió–, subastarán productopuertas limitadas, incluso la maravillosa gran biusapuerta original, algunas copias versión coleccionista y la edición de lujo. Y las monedas que necesitas para comprar serán las tokenpuertas.
–Ya veo –murmuré con los ojos entornados, deduciendo para qué Mellea pidió prestada mi puerta–. ¿Sabes dónde está esa biusapuerta original?
–«Maravillosa gran biusapuerta original» –corrigió enseguida–. Y no lo sé, probablemente la señorita Mellea sí lo sepa. Después de todo, ella es la que organizó el festival de la puerta.
–¿Sabe dónde está Mellea? –le preguntó, con tono monocorde, un niño cuya presencia no noté hasta ese momento.
–No, tampoco. Pero sí sé que mi traje adoptará el sabor que se quiera, así que ¿por qué no me das unas chupaditas?
Continué con la búsqueda, deteniéndome cada tanto para participar en los juegos. Luego de un rato, escuché de una competición cuya recompensa para el ganador era una enorme suma de tokenpuertas. «Concurso de belleza Miss Puerta», se llamaba.
–Parece interesante –dije mientras reflexionaba profundamente sobre lo que debía hacer. Había muchas buenas opciones para recuperar mi puerta, así que, por supuesto, escogí intentar con la más ridícula.
Fue desconcertante, al igual que el resto del festival que se celebraba a mi alrededor.
–Deme dos –pedí.
Tras la compra, seguí andando por el pueblo en busca de Mellea. Mientras tanto, guiándome por lo que sugería el nombre de las biusapuertas, me atreví a llevar una a mi boca y chuparla. Mis ojos se iluminaron. Sabía a chocolate, justo el sabor en el que pensé. Finalmente comprendí por qué había bastantes personas alrededor chupando sus colgantes.
–¡Hey, elfo, ¿quieres jugar a encontrar el tesoro tras la puerta?!
Miré al otro npc que me llamó. Era un chico usando un disfraz de puerta, y un par de niños y un gato estaban a su alrededor chupando ese disfraz.
–¿De qué va el juego?
Luego de escuchar las instrucciones, acepté jugar. En una mesita había tres pequeñas cajas, cada una con una puerta idéntica a la mía. Solo debía abrir una de ellas y, si era de las dos que estaban vacías, debía entregar un aero como castigo, pero, si tenía suerte y era la caja que contenía otra minipuerta en su interior, ganaba una tokenpuerta.
Por supuesto, Tyr seguía siendo mi perra y me bendijo con buena suerte.
Una vez con la tokenpuerta en mis manos, la chupé. Y escupí al instante, asqueado por el sabor a madera.
–No, idiota, las tokenpuertas no son para eso –espetó el chicopuerta–. Son para canjearlas.
Alcé una ceja.
–Al llegar la medianoche –prosiguió–, subastarán productopuertas limitadas, incluso la maravillosa gran biusapuerta original, algunas copias versión coleccionista y la edición de lujo. Y las monedas que necesitas para comprar serán las tokenpuertas.
–Ya veo –murmuré con los ojos entornados, deduciendo para qué Mellea pidió prestada mi puerta–. ¿Sabes dónde está esa biusapuerta original?
–«Maravillosa gran biusapuerta original» –corrigió enseguida–. Y no lo sé, probablemente la señorita Mellea sí lo sepa. Después de todo, ella es la que organizó el festival de la puerta.
–¿Sabe dónde está Mellea? –le preguntó, con tono monocorde, un niño cuya presencia no noté hasta ese momento.
–No, tampoco. Pero sí sé que mi traje adoptará el sabor que se quiera, así que ¿por qué no me das unas chupaditas?
Continué con la búsqueda, deteniéndome cada tanto para participar en los juegos. Luego de un rato, escuché de una competición cuya recompensa para el ganador era una enorme suma de tokenpuertas. «Concurso de belleza Miss Puerta», se llamaba.
–Parece interesante –dije mientras reflexionaba profundamente sobre lo que debía hacer. Había muchas buenas opciones para recuperar mi puerta, así que, por supuesto, escogí intentar con la más ridícula.
Rauko
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Re: «Insertar título del tema aquí» [Libre]
-¿Como me reconocieron Mellea y Sienna tan fácilmente?, ¿Acaso es tan notorio que Hazel además de ser la mitad de mi apellido es solo Zelas escrito con una h de mas?, ¿Y por que están todos chupando puertas?- Pregunto súbitamente al notar las cosas que ocurrían a su alrededor, gente disfrazada de puertas, otros consiguiendo mini puertas para canjearlas por mas puertas, personas lamiendo puertas en conjunto, otras acaparándose muchas puertas para si mismas y el rubio se sentía al borde del colapso mental por culpa de los últimos acontecimientos.
-No pienses mucho, solo lame la puerta bzzzzzzZelas- inquirió una voz ancestral que había escuchado hace poco tiempo, y ahora se posaba al lado de un individuo disfrazado de puerta, las pupilas de Hazel se dilataron enormemente y su pulso se acelero al ver una copia calcada de el mismo, pero con un aire mas siniestro, Brian, el ser creado de Ian robando el cuerpo de Braver hace muchos siglos atrás estaba enfrente de el.
-No es posible, te vi morir- Exclamo Hazel/Zelas visiblemente afectado.
-Oh, en efecto morí... pero sobreviví- dijo el Brian sonriendo muy malamente(?)
-Me asegurare que eso no vuelva a pasar- Zelas/Hazel empuño su nueva Zumba nana alfa, la cual era ridículamente grande.
-Hey tranquilo solo te ofrecí una Biusapuerta, no tienes que ponerte violento- el chico puerta, visiblemente afectado intentaba bajarle el peso a la situación.
-Que... agh!- el rubio se sujetaba la cabeza visiblemente adolorido y confundido.
El chico puerta aprovecho para salir del lugar mientras Hazel atormentado por su propia mente, descendía cada vez mas a una aparente locura, cuando otra voz, una un poco mas afable llamo su atención.
-Wow esa si que es una espada ridículamente grande-
-¿Disculpa?-
-Te disculpo, hombre que loco tu cabello, ¡OH POR DIOS ZELAS TUS OREJAS!-
-¿Qué?-
-Qué de qué, Zelas que rayos hiciste con tus orejas, ni pareces elfo, ¿estas pasando por una fase?-
-¿Te conozco?, deja de llamarme Zelas por favor-
-Hombre hieres mis sentimientos, en serio, bueno como debo llamar al señorito entonces-
-Ehm... Hazel-
-Ya, enserio, como debo llamarte, ¿con la mitad de tu apellido? o solo le pongo una h a tu nombre-
-Ugh... ya me duele la cabeza de nuevo-
-Y después preguntan porque solo vestía de amarillo, viejo soy Eve-
-No lo eres-
-Sabes, deberías ser mas considerado con quien te salvo la vida-
-Te ves muy diferente a como te recuerdo y eso que no fue hace mucho tiempo atrás-
-Como que no eres el mas indicado para decir eso... Hazel-
La chica tenia razón, el también había cambiado bastante, salvo por el hecho que todo el mundo parecía reconocerle a el, ella en cambio pasaba completamente desapercibida, su actitud por otro lado le hacia reconocer a la misma Eve Valtanders que había conocido en Beltrexus. El rubio posiciono la espada en su espalda cuando Eve le hizo una propuso algo para ponerse al día.
-¿Quieres lamer una puerta conmigo?... Hazel- pregunto Eve en un tono bastante sugerente.
-Bzzzzzi- respondió el rubio mientras sacudía su cabeza para quitarse las ganas de zumbar y acompañaba a la joven para aliviar ese impulso casi animal de querer lamer una puerta(?).
-No pienses mucho, solo lame la puerta bzzzzzzZelas- inquirió una voz ancestral que había escuchado hace poco tiempo, y ahora se posaba al lado de un individuo disfrazado de puerta, las pupilas de Hazel se dilataron enormemente y su pulso se acelero al ver una copia calcada de el mismo, pero con un aire mas siniestro, Brian, el ser creado de Ian robando el cuerpo de Braver hace muchos siglos atrás estaba enfrente de el.
-No es posible, te vi morir- Exclamo Hazel/Zelas visiblemente afectado.
-Oh, en efecto morí... pero sobreviví- dijo el Brian sonriendo muy malamente(?)
-Me asegurare que eso no vuelva a pasar- Zelas/Hazel empuño su nueva Zumba nana alfa, la cual era ridículamente grande.
-Hey tranquilo solo te ofrecí una Biusapuerta, no tienes que ponerte violento- el chico puerta, visiblemente afectado intentaba bajarle el peso a la situación.
-Que... agh!- el rubio se sujetaba la cabeza visiblemente adolorido y confundido.
El chico puerta aprovecho para salir del lugar mientras Hazel atormentado por su propia mente, descendía cada vez mas a una aparente locura, cuando otra voz, una un poco mas afable llamo su atención.
-Wow esa si que es una espada ridículamente grande-
-¿Disculpa?-
-Te disculpo, hombre que loco tu cabello, ¡OH POR DIOS ZELAS TUS OREJAS!-
-¿Qué?-
-Qué de qué, Zelas que rayos hiciste con tus orejas, ni pareces elfo, ¿estas pasando por una fase?-
-¿Te conozco?, deja de llamarme Zelas por favor-
-Hombre hieres mis sentimientos, en serio, bueno como debo llamar al señorito entonces-
-Ehm... Hazel-
-Ya, enserio, como debo llamarte, ¿con la mitad de tu apellido? o solo le pongo una h a tu nombre-
-Ugh... ya me duele la cabeza de nuevo-
-Y después preguntan porque solo vestía de amarillo, viejo soy Eve-
-No lo eres-
-Sabes, deberías ser mas considerado con quien te salvo la vida-
-Te ves muy diferente a como te recuerdo y eso que no fue hace mucho tiempo atrás-
-Como que no eres el mas indicado para decir eso... Hazel-
La chica tenia razón, el también había cambiado bastante, salvo por el hecho que todo el mundo parecía reconocerle a el, ella en cambio pasaba completamente desapercibida, su actitud por otro lado le hacia reconocer a la misma Eve Valtanders que había conocido en Beltrexus. El rubio posiciono la espada en su espalda cuando Eve le hizo una propuso algo para ponerse al día.
-¿Quieres lamer una puerta conmigo?... Hazel- pregunto Eve en un tono bastante sugerente.
-Bzzzzzi- respondió el rubio mientras sacudía su cabeza para quitarse las ganas de zumbar y acompañaba a la joven para aliviar ese impulso casi animal de querer lamer una puerta(?).
- Eve Valtanders.... por si aun no adivinan como se ve(?):
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Zelas Hazelmere
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Re: «Insertar título del tema aquí» [Libre]
... Había perdido la cuenta de cuantas veces se había repetido aquel verso en mi cabeza. Las palabras de aquella dama resonaban una y otra vez como un eco constante y sereno, pero letal y severo ante la realidad de los hechos que me encadenaban a mis penas.
Ja, que ironía... Y pensar que en un principio, cuando emitieron sus labios aquella tonada, no me pareció más que un montón de sandeces adornadas con términos cultos y lindos. Jamás pude haber previsto que terminaría por hallar sentido en aquella poesía, mucho menos en las circunstancias que me habían llevado a finalmente entender a lo que se refería.
Me frustraba tener que admitirlo pero... ella tenía razón, la maldita escamosa tenía razón.
Había pasado un tiempo desde la última vez que había tenido la oportunidad de ver a Erwin por más que un par de minutos. El recién ascendido capitán había estado hasta la coronilla con sus nuevas obligaciones como líder de su tropa. Entrenamientos, papeleos, cronogramas, asignaciones, reuniones. Si bien, el Smith era muy bueno en el manejo de su tiempo y se había esforzado en no perderme de vista, por alguna razón, su ausencia se había vuelto muy evidente para mí y... ¡eso era una mierda! ¿No se suponía que debía estar satisfecho por finalmente librarme de su constante acoso? Era lo que quería y ahora que lo tenía... no estaba feliz. ¿Por qué? ¿Por qué me molestaba tanto que el guardia no estuviera? ¿Por qué perdía tanto el tiempo contemplando la flecha de aquella brújula ir de aquí para allá? ¿Por qué seguía pensando en sus tontas palabras para mí a mitad de aquel bosque después de habernos enfrentado a...?
...
Lo último que había podido saber del humano era que estaría ocupado toda aquella semana planificando y dirigiendo la seguridad de un evento que se celebraría en las cercanías de la ciudad o algo así... Un festejo sumamente raro que yo seguramente detestaría, según él. Malnacido... ¿¡cómo se atrevía a asumir que despreciaría algo sin darme la oportunidad...!?
Como sea, el punto era que, aquella mañana, no tenía ninguna esperanza de escapar de la monotonía de mi trabajo, pues Erwin estaría ocupado... o eso fue lo que pensé.
El repentino sonido de la puerta me sacó de mi frustración y, no precisamente del mejor ánimo, me dirigí a atender el llamado.
—¿Y tú qué demonios quie...? —gruñí irritado mientras abría la puerta, paralizándome en el acto al ver a la figura que se hallaba tras de ella—. ¿E-E-E-Erwin...? —tartamudeé incrédulo.
—Buen día, Raymond —contestó de inmediato el muy sonriente humano.
—¿Q-Qué haces aquí...? —le observé confuso, notando que el humano no estaba usando su usual armadura plateada perfectamente pulida, en cambio, lucía sus casuales ropas civiles. ¿Pero qué significaba...?—. ¿No se supone que debías estar de guardia en la celebración?
—Pues... Respecto a eso... —adquirió un deje melancólico el Smith, soltando un suspiro cabizbajo—... Mis subordinados tomaron la decisión de repartirse mis asignaturas entre ellos para cubrir cada vacante y darme así la oportunidad de tener un descanso —declaró algo avergonzado—. Intenté oponerme, pero ellos simplemente optaron por echarme de la sala y no darme alternativa —continuó—. Así que estoy libre... —añadió luego. Parpadeé confuso; solo él podía hacer ver el tomar un descanso como algo tan negativo—. Espero no haber venido en mal momento, quería saber si querías acompañarme a visitar la feria —con un respiro, el humano recuperó la serenidad—. ¿Hay algún problema con eso...? —preguntó.
Me demoré más de lo necesario en procesar toda la información, antes de finalmente lograr espabilar y coordinar una respuesta coherente.
—N-N-No, para nada —me apresuré en decir—. ¿Y a ti desde cuando te importa mi opinión, imbécil? —le reproché, en vista de que era su tendencia solo arrastrarme al lugar en contra de mi voluntad—. A-Andando —ordené raudo.
—¡Genial! —el soldado volvió a adquirir un gesto jovial en su rostro—. No creí que querrías asistir —rió antes de ponerse en marcha.
Pues, aparentemente, me había equivocado... y ahora nos dirigíamos rumbo a aquel festejo...
¿Cómo se llamaba otra vez...?
OFF:
- Palabras de Ensoñador para Ray expresadas en [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] tema.
- Por si tampoco adivinan como se ve Erwin: [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] (?).
Raymond Lorde
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Re: «Insertar título del tema aquí» [Libre]
Era una elfa tranquila y pacifica. Había pocas cosas que la enf… molest…. Alter…
Vale, puede que pasara por una mala época por la maldición, pero se consideraba más tranquila que cualquier otro en sus circunstancias. Pero el estúpido festival haciendo estúpidos sonidos en la habitación/cuchitril de taberna que había alquilado la estaba poniendo de los nervios, una necesitaba un sueño tranquilo y reparador para conservar su belleza.
Que usara mascara era irrelevante, lo que contaba era que ella se considerara bella, por supuesto, una necesitaba siempre una opinión experta.
Y puede que toda esa reflexión fuera para aclarar que la reacción que tuvo al ir a averiguar a qué diablos venia todo ese escandalo estaba justificada.
-Chúpame para saborear lo que más te gusta.- dijo un tipo vestido de puerta que sin duda había esperado toda su vida para decir esa frase. Ni treinta segundos llevaba fuera de la taberna y ya tenía que aguantar eso. Era demasiado temprano. O no había bebido lo suficiente, no estaba segura de que hora era. -Nononono espera…- era curioso como el sonido de una espada siendo lentamente desenvainada trascendía idiomas y culturas, por más socialmente inepto que uno fuera. -¡Es un disfraz de biusapuerta! No quería… ¡sabe bien!- no era el único con… motivos puertiles, aunque si que parecía ser el único a la vista con esa pinta.
-¿Qué diablos es todo esto?- preguntó con un tono de voz que intentaba ser calmado.
-¡Es el puertival!- esta vez se limitó a alzar una ceja y bajar la mirada hacia su espada, sin moverla. -¿Hay juegos y atracciones con puertas? Ya sabes, ¿el festival puertil del año? Todo el mundo juega para conseguir tokenpuertas.- Si no tuviera tantas puertas ante sus ojos, pensaría que el idiota la estaba vacilando. Vale, iba a picar.
-¿Qué es una tokenpuerta?-
-Son puertas que pueden ser intercambiadas por bienes y servicios.- respondió el tipo disfrazado de puerta, como si ella fuera la idiota en esa situación. En vez de hacer algo que habría requerido la intervención de la guardia, prefirió dejar a ese tipo atrás e ir a ver si algo en el festival la animaba.
-Señorita señorita, ¿quiere jugar al tiro a la puerta?- le dijo un adolescente desde un tenderete, con planchas de madera con puertas colgadas y una cesta de pelotas en las manos.
Vale, puede que pasara por una mala época por la maldición, pero se consideraba más tranquila que cualquier otro en sus circunstancias. Pero el estúpido festival haciendo estúpidos sonidos en la habitación/cuchitril de taberna que había alquilado la estaba poniendo de los nervios, una necesitaba un sueño tranquilo y reparador para conservar su belleza.
Que usara mascara era irrelevante, lo que contaba era que ella se considerara bella, por supuesto, una necesitaba siempre una opinión experta.
Y puede que toda esa reflexión fuera para aclarar que la reacción que tuvo al ir a averiguar a qué diablos venia todo ese escandalo estaba justificada.
-Chúpame para saborear lo que más te gusta.- dijo un tipo vestido de puerta que sin duda había esperado toda su vida para decir esa frase. Ni treinta segundos llevaba fuera de la taberna y ya tenía que aguantar eso. Era demasiado temprano. O no había bebido lo suficiente, no estaba segura de que hora era. -Nononono espera…- era curioso como el sonido de una espada siendo lentamente desenvainada trascendía idiomas y culturas, por más socialmente inepto que uno fuera. -¡Es un disfraz de biusapuerta! No quería… ¡sabe bien!- no era el único con… motivos puertiles, aunque si que parecía ser el único a la vista con esa pinta.
-¿Qué diablos es todo esto?- preguntó con un tono de voz que intentaba ser calmado.
-¡Es el puertival!- esta vez se limitó a alzar una ceja y bajar la mirada hacia su espada, sin moverla. -¿Hay juegos y atracciones con puertas? Ya sabes, ¿el festival puertil del año? Todo el mundo juega para conseguir tokenpuertas.- Si no tuviera tantas puertas ante sus ojos, pensaría que el idiota la estaba vacilando. Vale, iba a picar.
-¿Qué es una tokenpuerta?-
-Son puertas que pueden ser intercambiadas por bienes y servicios.- respondió el tipo disfrazado de puerta, como si ella fuera la idiota en esa situación. En vez de hacer algo que habría requerido la intervención de la guardia, prefirió dejar a ese tipo atrás e ir a ver si algo en el festival la animaba.
-Señorita señorita, ¿quiere jugar al tiro a la puerta?- le dijo un adolescente desde un tenderete, con planchas de madera con puertas colgadas y una cesta de pelotas en las manos.
Valyria
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Re: «Insertar título del tema aquí» [Libre]
Volví rápidamente a casa, que seguía con un agujero circular en la entrada. Busqué a la persona que necesitaba y la encontré en mi habitación.
–Hay un concurso de belleza femenina puertil en el pueblo –dije apruptamente al entrar, sorprendiendo a Xana y a Hyro–, y si quiero gozar de la recompensa, necesito que participes.
–¿Eh? –soltó la elfa, anonadada. Luego se inspeccionó el cuerpo, observando su silueta, y también se acarició el rostro con la yema de los dedos. Una pequeña sonrisa se asomó en sus labios–. ¿Tan hermosa me ves como para…?
–Le estoy hablando a Hyro –le interrumpí.
–¿Ah? –exclamaron ambos.
–Aunque no nos vendría mal tu participación, Xana. Mejor tres que dos.
–Espera –intervino el brujo–, ¿no se supone que únicamente participan mujeres en un concurso de belleza femenina?
–Ni que los hombres no pudieran tener belleza femenina –respondí, divertido por su absurda pregunta.
–Ajá –contestó con los ojos entrecerrados–. Sí, mira, ahm… –Hizo una mueca–. De todas maneras, no pienso participar si debo usar vestido y maquillarme. A diferencia de Xana, o de ti, conmigo no encajarían esas cosas.
De pronto Xana alzó ambas cejas y chasqueó los dedos. Se acercó al brujo, sonriéndole taimadamente.
–Hyro, ¿eres un hombre de palabra? –le preguntó ella.
–Por supuesto –aseveró él sin ocultar el recelo en su voz, y tragó saliva al ver ensancharse la sonrisa de la elfa.
–¿Recuerdas aquel Samhain del Día de la Cosecha de hace dos años, donde esta elfa frente a ti les ganó en una maravillosa apuesta y la recompensa sería que cada uno de ustedes obedecería una orden mía?
Diez minutos después volvimos al pueblo. Fuimos a la cabaña de Mellea, pero ella no estaba ahí, lo cual fue irrelevante para poder entrar y examinar sus ropas sin su permiso. Por desgracia, no había nada de mi talla. Por suerte, sí había convenientemente algo para Hyro. La elfa y yo lo obligamos a vestirlo, y ella se encargó de maquillarlo después. Terminado el trabajo, nos dirigimos a la posada de Sienna, esperando que ella sí tuviera algo ideal para mí, mientras Hyro nos seguía a regañadientes.
Pero en el camino encontré a alguien mejor.
–Valyria –murmuré al verla. Ni tuve que pensarlo para decidir acercarme a ella–. Valy –la saludé con una sonrisa amistosa–, cuánto tiempo sin vernos. ¿Qué tal? ¿Todo bien? ¿Todo correcto? Y yo que me alegro –agregué sin darle tiempo para responder mis preguntas–. Oye, ¿no te apetece ayudarme a verme di-vi-na? Necesito participar en el concurso de belleza Miss Puerta y sé que tú, y solo tú, podría ayudarme. Oh, y puedo compartir las tokenpuertas que gane contigo; solo necesito lo necesario para recuperar la puerta de mi casa.
–Hay un concurso de belleza femenina puertil en el pueblo –dije apruptamente al entrar, sorprendiendo a Xana y a Hyro–, y si quiero gozar de la recompensa, necesito que participes.
–¿Eh? –soltó la elfa, anonadada. Luego se inspeccionó el cuerpo, observando su silueta, y también se acarició el rostro con la yema de los dedos. Una pequeña sonrisa se asomó en sus labios–. ¿Tan hermosa me ves como para…?
–Le estoy hablando a Hyro –le interrumpí.
–¿Ah? –exclamaron ambos.
–Aunque no nos vendría mal tu participación, Xana. Mejor tres que dos.
–Espera –intervino el brujo–, ¿no se supone que únicamente participan mujeres en un concurso de belleza femenina?
–Ni que los hombres no pudieran tener belleza femenina –respondí, divertido por su absurda pregunta.
–Ajá –contestó con los ojos entrecerrados–. Sí, mira, ahm… –Hizo una mueca–. De todas maneras, no pienso participar si debo usar vestido y maquillarme. A diferencia de Xana, o de ti, conmigo no encajarían esas cosas.
De pronto Xana alzó ambas cejas y chasqueó los dedos. Se acercó al brujo, sonriéndole taimadamente.
–Hyro, ¿eres un hombre de palabra? –le preguntó ella.
–Por supuesto –aseveró él sin ocultar el recelo en su voz, y tragó saliva al ver ensancharse la sonrisa de la elfa.
–¿Recuerdas aquel Samhain del Día de la Cosecha de hace dos años, donde esta elfa frente a ti les ganó en una maravillosa apuesta y la recompensa sería que cada uno de ustedes obedecería una orden mía?
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Diez minutos después volvimos al pueblo. Fuimos a la cabaña de Mellea, pero ella no estaba ahí, lo cual fue irrelevante para poder entrar y examinar sus ropas sin su permiso. Por desgracia, no había nada de mi talla. Por suerte, sí había convenientemente algo para Hyro. La elfa y yo lo obligamos a vestirlo, y ella se encargó de maquillarlo después. Terminado el trabajo, nos dirigimos a la posada de Sienna, esperando que ella sí tuviera algo ideal para mí, mientras Hyro nos seguía a regañadientes.
Pero en el camino encontré a alguien mejor.
–Valyria –murmuré al verla. Ni tuve que pensarlo para decidir acercarme a ella–. Valy –la saludé con una sonrisa amistosa–, cuánto tiempo sin vernos. ¿Qué tal? ¿Todo bien? ¿Todo correcto? Y yo que me alegro –agregué sin darle tiempo para responder mis preguntas–. Oye, ¿no te apetece ayudarme a verme di-vi-na? Necesito participar en el concurso de belleza Miss Puerta y sé que tú, y solo tú, podría ayudarme. Oh, y puedo compartir las tokenpuertas que gane contigo; solo necesito lo necesario para recuperar la puerta de mi casa.
(☞°∀°)☞ OFFROL ☜(°∀°☜)
Por si tampoco adivinan cómo se ve Xana:
- X:
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Rauko
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Re: «Insertar título del tema aquí» [Libre]
Hazelas estaba extasiado, se encontraba tirado en un montón de heno junto a una chica linda y lamiendo una puerta, todo aquello le parecía un sueño, era demasiado bueno para ser verdad y por desgracia, estaba a punto de comprobar que aquello si era demasiado bueno para ser cierto.
-Entonces...- comento la joven Eve mientras se llevaba un dedo a los labios.
-Emfomfes fe- exclamo el joven Hazelmere con una parte de la puerta en su mandíbula.
-Hay un concurso, al parecer las mujeres mas bellas participaran por la biusapuerta original- Eve comenzó a bajar lentamente su dedo hacia su busto.
-y?- pregunto dejando de morder la puerta y siguiendo con la vista el dedo de Eve.
-Pensaba inscribirme... Mis ojos están acá arriba- dijo mientras volvía a mover su dedo, ahora en dirección a sus ojos.
-Yo ya hice mi elección, pero buena suerte de seguro ganas, digo, veo motivos de sobra para que ganes- dijo sin apartar la vista de los motivos de sobra que tenia Eve para ganar el concurso.
-Eres un hombre decidido Hazelas, te concedo eso, aunque tenga un buen físico, puede que los jueces tengan otros gustos... Así que quiero que me ayudes a ganar- dijo mientras se acercaba un lado de la puerta para lamerlo.
-No necesitas mi ayuda para eso, además ya probé la biusapuerta original... Fue maravilloso pero no se diferencia mucho de estos- Zelas volvió a morder la biusapuerta.
-Estaría bastante agradecida si me ayudas... Hazel- pronuncio su nombre de una forma un tanto lujuriosa a la vez que su lengua recorría la punta de la biusapuerta de forma lasciva.
-Reconozco una estafa cuando la veo... Cuenta conmigo- sentencio mientras lamia el otro extremo de la puerta.
Ambos se miraron de manera lujuriosa y conforme se iban acercando al centro de la puerta con sus lenguas, el rubio no-elfo decidió tomar la iniciativa tomando la mano de la joven la cual soltó una leve risita, acto seguido Eve se levanto de golpe separando sus labios y su lengua de la puerta justo cuando estaba por encontrarse con los de Zelas, y aprovecho que este la sujetaba de la mano para levantarlo también a el.
-Esto es excelente, ahora debemos buscarte un vestido-
-Espera, pensé que querías hacer trampa-
-Claro que quiero hacer trampa, por eso tu también participaras-
-No lo creo-
Eve apretó su cuerpo junto al del no-elfo -Vamos, no quieres que me sienta agradecida hacia tu persona- dijo lo ultimo acercando su rostro al de Hazel lo suficiente como para sentir el aire salir de sus narices, dejando a Zelas en un predicamento en el cual no sabia a cual de sus 2 cabezas darle la razón(?).
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La puerta de la posada se abrió de par en par al momento que una sonriente Eve y un decepcionado y timado Hazel entraban en la posada/taberna de Sienna, ya que el rubio supuso que si alguien tendría un vestido sexy, sin duda seria Sienna, la mala cara de Zelas se vio reemplazada rápidamente por una estruendosa risa al ver Hyro usando un vestido y maquillajes paupérrimos.
Por motivos de la trama, Zelas y Eve se acercaron a donde estaban Rauko, Xana, Hyro y otra elfa a la cual no conocía, así que Hazel después de reír un poco mas, se detuvo para recuperar el aliento y luego reír otro rato mas.
-Vale no crees que fue suficiente-
-JAJAJAJAJA Con Hyro nunca es suficiente JAJAJAJAJA-
-Solo para eso me trajiste?-
-Si... Digo no, empezare con las presentaciones, eso que esta ahí es Hyro, esa elfa no se quien es, la otra elfa es Xana, y el si-elfo es Rauko, dueño de la biusapuerta original, todos ustedes, esta de acá es Eve, quiere la puerta de Rauko-
-Esa puerta es nuestra!-
-Matalo Xana, matalo!-
-Tranquilos, ella solo quiere lo que todos quieren... Lamer esa puerta-
-Ya entiendo lo que quieres hacer-
-Entiendo, mientras mas seamos mas opciones tenemos de obtener la puerta-
-Esperen yo no propuse nada, eso ni se acerca a lo que tenia en mente-
-Si, seamos aliados por un bien comun, solo quiero lamer esa puerta, no me interesa quedármela-
-Pero..
-Aliados!-
-Y que Zelas use vestido!-
-Si que Hazel se ponga un vestido!-
-Si! que el como sea que se llame use vestido!-
De esa forma improvisada nacía el frente unido para recuperar la Biusapuerta original, que definitivamente no era una excusa para meter a todos los participantes en vestidos(?).
-Entonces...- comento la joven Eve mientras se llevaba un dedo a los labios.
-Emfomfes fe- exclamo el joven Hazelmere con una parte de la puerta en su mandíbula.
-Hay un concurso, al parecer las mujeres mas bellas participaran por la biusapuerta original- Eve comenzó a bajar lentamente su dedo hacia su busto.
-y?- pregunto dejando de morder la puerta y siguiendo con la vista el dedo de Eve.
-Pensaba inscribirme... Mis ojos están acá arriba- dijo mientras volvía a mover su dedo, ahora en dirección a sus ojos.
-Yo ya hice mi elección, pero buena suerte de seguro ganas, digo, veo motivos de sobra para que ganes- dijo sin apartar la vista de los motivos de sobra que tenia Eve para ganar el concurso.
-Eres un hombre decidido Hazelas, te concedo eso, aunque tenga un buen físico, puede que los jueces tengan otros gustos... Así que quiero que me ayudes a ganar- dijo mientras se acercaba un lado de la puerta para lamerlo.
-No necesitas mi ayuda para eso, además ya probé la biusapuerta original... Fue maravilloso pero no se diferencia mucho de estos- Zelas volvió a morder la biusapuerta.
-Estaría bastante agradecida si me ayudas... Hazel- pronuncio su nombre de una forma un tanto lujuriosa a la vez que su lengua recorría la punta de la biusapuerta de forma lasciva.
-Reconozco una estafa cuando la veo... Cuenta conmigo- sentencio mientras lamia el otro extremo de la puerta.
Ambos se miraron de manera lujuriosa y conforme se iban acercando al centro de la puerta con sus lenguas, el rubio no-elfo decidió tomar la iniciativa tomando la mano de la joven la cual soltó una leve risita, acto seguido Eve se levanto de golpe separando sus labios y su lengua de la puerta justo cuando estaba por encontrarse con los de Zelas, y aprovecho que este la sujetaba de la mano para levantarlo también a el.
-Esto es excelente, ahora debemos buscarte un vestido-
-Espera, pensé que querías hacer trampa-
-Claro que quiero hacer trampa, por eso tu también participaras-
-No lo creo-
Eve apretó su cuerpo junto al del no-elfo -Vamos, no quieres que me sienta agradecida hacia tu persona- dijo lo ultimo acercando su rostro al de Hazel lo suficiente como para sentir el aire salir de sus narices, dejando a Zelas en un predicamento en el cual no sabia a cual de sus 2 cabezas darle la razón(?).
-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
La puerta de la posada se abrió de par en par al momento que una sonriente Eve y un decepcionado y timado Hazel entraban en la posada/taberna de Sienna, ya que el rubio supuso que si alguien tendría un vestido sexy, sin duda seria Sienna, la mala cara de Zelas se vio reemplazada rápidamente por una estruendosa risa al ver Hyro usando un vestido y maquillajes paupérrimos.
Por motivos de la trama, Zelas y Eve se acercaron a donde estaban Rauko, Xana, Hyro y otra elfa a la cual no conocía, así que Hazel después de reír un poco mas, se detuvo para recuperar el aliento y luego reír otro rato mas.
-Vale no crees que fue suficiente-
-JAJAJAJAJA Con Hyro nunca es suficiente JAJAJAJAJA-
-Solo para eso me trajiste?-
-Si... Digo no, empezare con las presentaciones, eso que esta ahí es Hyro, esa elfa no se quien es, la otra elfa es Xana, y el si-elfo es Rauko, dueño de la biusapuerta original, todos ustedes, esta de acá es Eve, quiere la puerta de Rauko-
-Esa puerta es nuestra!-
-Matalo Xana, matalo!-
-Tranquilos, ella solo quiere lo que todos quieren... Lamer esa puerta-
-Ya entiendo lo que quieres hacer-
-Entiendo, mientras mas seamos mas opciones tenemos de obtener la puerta-
-Esperen yo no propuse nada, eso ni se acerca a lo que tenia en mente-
-Si, seamos aliados por un bien comun, solo quiero lamer esa puerta, no me interesa quedármela-
-Pero..
-Aliados!-
-Y que Zelas use vestido!-
-Si que Hazel se ponga un vestido!-
-Si! que el como sea que se llame use vestido!-
De esa forma improvisada nacía el frente unido para recuperar la Biusapuerta original, que definitivamente no era una excusa para meter a todos los participantes en vestidos(?).
Zelas Hazelmere
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Re: «Insertar título del tema aquí» [Libre]
—¿¡Puerti... qué!? —exclamé extrañado, tras finalmente sacarle a Erwin el nombre de la celebración a la que nos dirigíamos—. ¿Q-Qu...? ¿P-Pero... cómo demonios...? ¿Quién... fue el genio al que se le ocurrió un nombre y un motivo tan estúpido para celebrar? —demandé irritado una explicación que remotamente pudiera explicar los absurdos niveles de idiotez que envolvían todo el asunto del tonto festejo.
—Sabía que reaccionarías así... —murmuró Erwin con rostro agotado, viniendo venir la flecha mucho antes de que saliera del carcaj—. La verdad no tengo idea, Raymond. Me he preguntado lo mismo desde que iniciamos con los preparativos en el cuartel —confesó el Smith después de liberar un pesado suspiro—. Creo haber oído que se trataba de una tradición de orígenes élficos o algo así... —se rascó entonces la nuca con algo de vergüenza.
Aquello era el colmo. En definitiva, los elfos ya no encontraban qué más sacarse del culo.
—Creo que prefiero no saber más... —anuncié, por el bien de mi sanidad—. Ahora, ¿podrías hablarme más sobre el milagro que te hizo salir de una vez por todas de esa horrible cueva que hacen llamar cuartel? —ofrecí una nueva ruta para la conversación—. Santísimo Odín... Sigo sin entender como puedes sobrevivir tanto tiempo encerrado ahí, mucho menos disfrutar la estadía —añadí mis quejas posteriormente.
—P-P-Pues... —tartamudeó. La vergüenza del soldado solo parecía ir en aumento—. Podría decirse que yo... tal vez... —comenzó a decir, y no necesité oír el final para saber que la había cagado en grande—. ¿Estuviera acaparando toda la organización del festival a espaldas de mi escuadrón...? —finalizó aquella oración dedicándome una patética sonrisa culpable.
—Viejo, que deshonra... —solté con desagrado.
—¡No lo hice con malas intenciones, lo juro! —se apresuró en excusarse—. Era mi primera labor importante como capitán, solo quería asegurarme de que todo saliera bien. Además, disfruto mucho de mi trabajo, ¿de acuerdo?
—¡Ja! Entonces solo eres un controlador... y un adicto —contesté mordaz—. ¡Mucho mejor! —no perdí la oportunidad de mofarme de él. Ni siquiera le permití defenderse, pues, en el instante en que hizo ademán de refutar lo obvio, le interrumpí antes que pudiera hablar—. Capitán de una tropa, entrenamiento de novatos, vigilante de escuderos, doble jornada de vigía, organizador de archivos... —para probar mi punto, comencé a citar cada una de las asignaciones —la mayoría autoimpuestas— que figuraban en la larga lista del soldado...
—¡Muy bien, muy bien! ¡Lo he entendido! —lloriqueó un Erwin derrotado. Sonreí triunfal—. Quizás si tengo un pequeño problema de adicción... —cedió. ¿Pequeño? Estaba siendo demasiado generoso—. Supongo que le debo un mejor agradecimiento y una disculpa a mis compañeros... —reconoció el Smith con una risilla. Blanqueé los ojos, era un imbécil...
—Hey, ¿eso de allá no es...? —pregunté, al visualizar algo peculiar en la distancia.
—Así es, ¡al fin hemos llegado! —contestó el soldado con entusiasmo—. Me alegra ver que todo parece estar bajo control... —añadió luego con cierto deje de melancolía en su semblante.
Un par de pasos más me permitieron tener una mejor visión de la imagen que observaba: El... —no sé como decir esto sin sentirme tan imbécil— Puertival... se mostraba como una celebración bastante colorida. Podía ver una larga calle decorada con cintas y banderines de diversos y brillantes colores, terminando en lo que parecía ser una especie de telón rojo que ocultaba lo que presumía era un escenario. Varias carpas en las que situaban varios vendedores y un par de atracciones y juegos con... bueno, un motivo de puertas bastante ridículo, pero en suficiente armonía para hacerlo, de cierto modo, tolerable o algo así. Podía oírse música que ambientaba el lugar con un tono alegre y divertido, apenas llegabas al inmenso arco que marcaba la entrada al festival, a través de una inmensa puerta de colores. Debo confesar que... me lo pensé dos veces antes de cruzar la susodicha entrada, temía que estuviera encantada o algo así, y terminara entonces en uno de esos horribles disfraces de puerta que había visto a varias personas lucir. Un par de burlas de Erwin fueron suficiente para darme la motivación que necesitaba y entrar de una vez por todas. Por suerte, no hubo encantamiento alguno ni disfraz que me dejara en ridículo... otra vez.
—¿Ves? No fue tan difícil —rió el guardia, mientras cruzaba tranquilamente la entrada.
—Grr... No te rías, ¡solo estoy siendo precavido! —gruñí, conteniendo las ganas de freír su intento de cerebro con una descarga eléctrica.
—Paranoico, querrás decir... —refutó el guardia con una sonrisa mordaz, contribuyendo a mi ira—. No seas llorón, Raymond. ¡Ya estamos aquí! ¿Qué opinas? —preguntó con entusiasmo el guardia, tras descartar mi cólera con una burla.
—Esta es la mayor muestra de estupidez a gran escala que he visto antes... Y créeme que he visto muchas —dicté tras cruzarme de brazos—. ¡Elfos tenían que ser! —añadí tras un bufido.
—¿Eso crees? —contestó Erwin curioso—. Yo pienso que se ve divertido, ¡deberíamos probar alguno de los juegos! —ofreció luego con alegría—. Quizás no lo recuerdes pero, cuando éramos niños, ¡siempre solíamos pasarlo en grande asistiendo a todo tipo de festejos como este! —explicó, recuperando entonces mi atención con ese último dato—. La Feria del Invierno, el Ostara, el día de los difuntos, ¡incluso mamá nos llevó una vez al Bragiväl en Lunargenta! —el Smith pareció recibir una oleada de energía al empezar a hablar de nuestra niñez; aquello funcionó también conmigo, al parecer, pues comencé a sentirme algo... menos irritado—. Por eso quise invitarte hoy a que vinieras conmigo al Puertival, ¡para recordar viejos tiempos! —confesó el soldado riendo nerviosamente, con lo que parecía ser un ligero tono rojizo en su rostro—. En fin, como tu anfitrión, te permitiré elegir el primer juego o atracción que visitemos. ¿A dónde quieres ir? —con aquella rápida sucesión, Erwin descartó su anterior oración antes que mi sistema tuviera tiempo alguno de procesarla.
—Eh... Pues... —aquello me tomó por sorpresa. Parecían haber varios lugares interesantes para visitar, solo debía escoger uno, ¿no?—. Mmm... ¿Qué te parece ese? —señalé entonces a un puesto que exhibía lo que asumía eran caramelos con forma de puerta.
—Piensas demasiado con el estómago para ser un biocibernético, ¿sabias? —el humano no perdió oportunidad de burlarse de mi elección, tras dejar escapar una risilla maliciosa.
—¡Calla y camina, soldado! —le ordené furioso, tornando su risa en una sonora carcajada.
—Sabía que reaccionarías así... —murmuró Erwin con rostro agotado, viniendo venir la flecha mucho antes de que saliera del carcaj—. La verdad no tengo idea, Raymond. Me he preguntado lo mismo desde que iniciamos con los preparativos en el cuartel —confesó el Smith después de liberar un pesado suspiro—. Creo haber oído que se trataba de una tradición de orígenes élficos o algo así... —se rascó entonces la nuca con algo de vergüenza.
Aquello era el colmo. En definitiva, los elfos ya no encontraban qué más sacarse del culo.
—Creo que prefiero no saber más... —anuncié, por el bien de mi sanidad—. Ahora, ¿podrías hablarme más sobre el milagro que te hizo salir de una vez por todas de esa horrible cueva que hacen llamar cuartel? —ofrecí una nueva ruta para la conversación—. Santísimo Odín... Sigo sin entender como puedes sobrevivir tanto tiempo encerrado ahí, mucho menos disfrutar la estadía —añadí mis quejas posteriormente.
—P-P-Pues... —tartamudeó. La vergüenza del soldado solo parecía ir en aumento—. Podría decirse que yo... tal vez... —comenzó a decir, y no necesité oír el final para saber que la había cagado en grande—. ¿Estuviera acaparando toda la organización del festival a espaldas de mi escuadrón...? —finalizó aquella oración dedicándome una patética sonrisa culpable.
—Viejo, que deshonra... —solté con desagrado.
—¡No lo hice con malas intenciones, lo juro! —se apresuró en excusarse—. Era mi primera labor importante como capitán, solo quería asegurarme de que todo saliera bien. Además, disfruto mucho de mi trabajo, ¿de acuerdo?
—¡Ja! Entonces solo eres un controlador... y un adicto —contesté mordaz—. ¡Mucho mejor! —no perdí la oportunidad de mofarme de él. Ni siquiera le permití defenderse, pues, en el instante en que hizo ademán de refutar lo obvio, le interrumpí antes que pudiera hablar—. Capitán de una tropa, entrenamiento de novatos, vigilante de escuderos, doble jornada de vigía, organizador de archivos... —para probar mi punto, comencé a citar cada una de las asignaciones —la mayoría autoimpuestas— que figuraban en la larga lista del soldado...
—¡Muy bien, muy bien! ¡Lo he entendido! —lloriqueó un Erwin derrotado. Sonreí triunfal—. Quizás si tengo un pequeño problema de adicción... —cedió. ¿Pequeño? Estaba siendo demasiado generoso—. Supongo que le debo un mejor agradecimiento y una disculpa a mis compañeros... —reconoció el Smith con una risilla. Blanqueé los ojos, era un imbécil...
—Hey, ¿eso de allá no es...? —pregunté, al visualizar algo peculiar en la distancia.
—Así es, ¡al fin hemos llegado! —contestó el soldado con entusiasmo—. Me alegra ver que todo parece estar bajo control... —añadió luego con cierto deje de melancolía en su semblante.
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Un par de pasos más me permitieron tener una mejor visión de la imagen que observaba: El... —no sé como decir esto sin sentirme tan imbécil— Puertival... se mostraba como una celebración bastante colorida. Podía ver una larga calle decorada con cintas y banderines de diversos y brillantes colores, terminando en lo que parecía ser una especie de telón rojo que ocultaba lo que presumía era un escenario. Varias carpas en las que situaban varios vendedores y un par de atracciones y juegos con... bueno, un motivo de puertas bastante ridículo, pero en suficiente armonía para hacerlo, de cierto modo, tolerable o algo así. Podía oírse música que ambientaba el lugar con un tono alegre y divertido, apenas llegabas al inmenso arco que marcaba la entrada al festival, a través de una inmensa puerta de colores. Debo confesar que... me lo pensé dos veces antes de cruzar la susodicha entrada, temía que estuviera encantada o algo así, y terminara entonces en uno de esos horribles disfraces de puerta que había visto a varias personas lucir. Un par de burlas de Erwin fueron suficiente para darme la motivación que necesitaba y entrar de una vez por todas. Por suerte, no hubo encantamiento alguno ni disfraz que me dejara en ridículo... otra vez.
—¿Ves? No fue tan difícil —rió el guardia, mientras cruzaba tranquilamente la entrada.
—Grr... No te rías, ¡solo estoy siendo precavido! —gruñí, conteniendo las ganas de freír su intento de cerebro con una descarga eléctrica.
—Paranoico, querrás decir... —refutó el guardia con una sonrisa mordaz, contribuyendo a mi ira—. No seas llorón, Raymond. ¡Ya estamos aquí! ¿Qué opinas? —preguntó con entusiasmo el guardia, tras descartar mi cólera con una burla.
—Esta es la mayor muestra de estupidez a gran escala que he visto antes... Y créeme que he visto muchas —dicté tras cruzarme de brazos—. ¡Elfos tenían que ser! —añadí tras un bufido.
—¿Eso crees? —contestó Erwin curioso—. Yo pienso que se ve divertido, ¡deberíamos probar alguno de los juegos! —ofreció luego con alegría—. Quizás no lo recuerdes pero, cuando éramos niños, ¡siempre solíamos pasarlo en grande asistiendo a todo tipo de festejos como este! —explicó, recuperando entonces mi atención con ese último dato—. La Feria del Invierno, el Ostara, el día de los difuntos, ¡incluso mamá nos llevó una vez al Bragiväl en Lunargenta! —el Smith pareció recibir una oleada de energía al empezar a hablar de nuestra niñez; aquello funcionó también conmigo, al parecer, pues comencé a sentirme algo... menos irritado—. Por eso quise invitarte hoy a que vinieras conmigo al Puertival, ¡para recordar viejos tiempos! —confesó el soldado riendo nerviosamente, con lo que parecía ser un ligero tono rojizo en su rostro—. En fin, como tu anfitrión, te permitiré elegir el primer juego o atracción que visitemos. ¿A dónde quieres ir? —con aquella rápida sucesión, Erwin descartó su anterior oración antes que mi sistema tuviera tiempo alguno de procesarla.
—Eh... Pues... —aquello me tomó por sorpresa. Parecían haber varios lugares interesantes para visitar, solo debía escoger uno, ¿no?—. Mmm... ¿Qué te parece ese? —señalé entonces a un puesto que exhibía lo que asumía eran caramelos con forma de puerta.
—Piensas demasiado con el estómago para ser un biocibernético, ¿sabias? —el humano no perdió oportunidad de burlarse de mi elección, tras dejar escapar una risilla maliciosa.
—¡Calla y camina, soldado! —le ordené furioso, tornando su risa en una sonora carcajada.
Raymond Lorde
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Re: «Insertar título del tema aquí» [Libre]
Cierto era que el lanzamiento de pelotitas no era su método de combate favorito, pero tenia muy buena puntería y más fuerza que la mayoría de pringados que jugaban a ese juego, parecía ser. O al menos eso sacaba del cada vez más nervioso tendero, que no paraba de pasar la mirada de ella a las puertas en la pared. Había intentado hacia la mitad de su escabechina decir que no contaba si las puertas no caían al suelo, así que ahora había más bien pocas aun colgando. Estaba apunto de pedirle con una sonrisa maligna que repusiera las dianas cuando vio a Rauko. Bueno, más bien al revés, pero daba igual, las dianas vivirían un día más.
-Rauky.- empezó ella. -Bien, v…, s… ¿Qué? – con ambos hablando al mismo tiempo, y Rauko que no dejaba espacio para respirar, necesito unos segundos para procesar el discurso. Miss Puerta. Esa parte era, sorprendentemente, la fácil, con lo raro que el festival, encajaba perfectamente que alguien intentara colar un concurso de belleza.
Puede que no se lo hubiera tomado muy bien si le hubiera pedido que participara en un concurso donde estaba segura al 90% que tendría que participar ligera de ropa, mínimo. Pero no se lo había pedido, y de alguna manera… eso la molestaba también. No, no la estaba llamando fea, seguro, Rauko era un tipo excéntrico pero…honesto a su manera. Y le había dado un anillo, eran casi prometidos, y con hadas como testimonios, era tan oficial como uno podía pedir.
Bueno vale, no, pero el detalle valía por algo, así qué pensaría que el elfo consideraría sus dotes de elegancia y maquillaje superiores a su encandilante belleza. -Espera, ¿Qué le pasó a tu puerta?-
Ah, espera, era curtidora, por eso le pedía ayuda, para el vestido. Si, cobraba un poco más de sentido.
Por supuesto que iba a ayudar a Rauko a arrasar lo que seguramente era un concurso únicamente femenino, mitad por diversión, mitad por encarnar la anarquía de cierto perro flamígero ante la idea en sí.
-Vamos a ver, aquí hay mucho trabajo.- resultaba que no solo debía encargarse de Rauko, sino de otras dos personas. Al menos la chica, Xana sabia manejarse. Asintió en su dirección y se centró en el par de desastres. -No se como decíroslo, pero no podéis llevar escote y poneros cosas en el pecho para que parezca que tengáis ah… personalidad. No si el vestido no es muy ceñido al menos. Puedo ajustarlo si hace falta, para que no luzcais como una morcilla. Pero daros prisa, hay que hacer el vestido, y escoger zapatos, y enseñaros a andar elegantemente en tacones, y el maquillaje, y los complementos…- ¿ser la hermana pequeña había provocado que tuviera una competitividad demasiado desbocada? ¿Nadaban los peces? ¿Iba a ganar esa estúpida puerta aunque tuviera que enterrar al resto de concursantes, no necesariamente muertos? Había preguntas que solo podían responderse con un rotundo sí. Aunque primero probaría con los gatos, adorables y esponjosos agentes del caos que eran, había algo llamado proporcionalidad, y cavar tumbas era sorprendentemente agotador.
Y mientras soñaba con gatos encapuchados asaltando a la competencia, vino otra persona, un conocido de Rauko, que sin duda no tardaría en ser arrastrado al torbellino. -Valyria, encantada.- ya estaba examinando a los dos nuevos con ojo crítico, planteando si el trabajo extra valdría otra oportunidad. Otra buena oportunidad…
Treinta segundos, y ni siquiera tuvo que decir nada, eso fue lo que tardaron el resto en Arrastrarlos a su ambicioso sueño febril. Aunque la verdad, no tenia claro porque dos personas tenían tres nombres. Es decir, uno tendría dos, ¿pero cuál de ambos era Hazel, Zelas o Eve?
-Rauky.- empezó ella. -Bien, v…, s… ¿Qué? – con ambos hablando al mismo tiempo, y Rauko que no dejaba espacio para respirar, necesito unos segundos para procesar el discurso. Miss Puerta. Esa parte era, sorprendentemente, la fácil, con lo raro que el festival, encajaba perfectamente que alguien intentara colar un concurso de belleza.
Puede que no se lo hubiera tomado muy bien si le hubiera pedido que participara en un concurso donde estaba segura al 90% que tendría que participar ligera de ropa, mínimo. Pero no se lo había pedido, y de alguna manera… eso la molestaba también. No, no la estaba llamando fea, seguro, Rauko era un tipo excéntrico pero…honesto a su manera. Y le había dado un anillo, eran casi prometidos, y con hadas como testimonios, era tan oficial como uno podía pedir.
Bueno vale, no, pero el detalle valía por algo, así qué pensaría que el elfo consideraría sus dotes de elegancia y maquillaje superiores a su encandilante belleza. -Espera, ¿Qué le pasó a tu puerta?-
Ah, espera, era curtidora, por eso le pedía ayuda, para el vestido. Si, cobraba un poco más de sentido.
Por supuesto que iba a ayudar a Rauko a arrasar lo que seguramente era un concurso únicamente femenino, mitad por diversión, mitad por encarnar la anarquía de cierto perro flamígero ante la idea en sí.
-Vamos a ver, aquí hay mucho trabajo.- resultaba que no solo debía encargarse de Rauko, sino de otras dos personas. Al menos la chica, Xana sabia manejarse. Asintió en su dirección y se centró en el par de desastres. -No se como decíroslo, pero no podéis llevar escote y poneros cosas en el pecho para que parezca que tengáis ah… personalidad. No si el vestido no es muy ceñido al menos. Puedo ajustarlo si hace falta, para que no luzcais como una morcilla. Pero daros prisa, hay que hacer el vestido, y escoger zapatos, y enseñaros a andar elegantemente en tacones, y el maquillaje, y los complementos…- ¿ser la hermana pequeña había provocado que tuviera una competitividad demasiado desbocada? ¿Nadaban los peces? ¿Iba a ganar esa estúpida puerta aunque tuviera que enterrar al resto de concursantes, no necesariamente muertos? Había preguntas que solo podían responderse con un rotundo sí. Aunque primero probaría con los gatos, adorables y esponjosos agentes del caos que eran, había algo llamado proporcionalidad, y cavar tumbas era sorprendentemente agotador.
Y mientras soñaba con gatos encapuchados asaltando a la competencia, vino otra persona, un conocido de Rauko, que sin duda no tardaría en ser arrastrado al torbellino. -Valyria, encantada.- ya estaba examinando a los dos nuevos con ojo crítico, planteando si el trabajo extra valdría otra oportunidad. Otra buena oportunidad…
Treinta segundos, y ni siquiera tuvo que decir nada, eso fue lo que tardaron el resto en Arrastrarlos a su ambicioso sueño febril. Aunque la verdad, no tenia claro porque dos personas tenían tres nombres. Es decir, uno tendría dos, ¿pero cuál de ambos era Hazel, Zelas o Eve?
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Re: «Insertar título del tema aquí» [Libre]
–Hace poco la convertí por accidente en una biusapuerta –empecé a explicarle a Valy–. Luego una conocida, Mellea, me la pidió prestada, y no supe más de ella hasta hoy, que descubrí el puertival y que mi puerta será subastada. Y no quiero que subasten mi puerta; me gusta que esté en la entrada de mi linda casa, ya sabes, haciendo cosas de puertas.
–Yo podría conseguirte otra puerta –propuso Hyro mientras se acercaba, con sus brazos cruzados bajo su falso busto para que este no resbalara de su sitio–, una puerta mejor. –Saludó a la elfa con una leve inclinación, aún sin poder ocultar su incomodidad.
–No quiero una puerta de oro y bronce, Hyro –repliqué, fingiendo estar exageradamente indignado–. Quiero mi puerta. Después de todo lo que hemos vivido juntos, es irremplazable.
–Hmm… Vale, tú te lo pierdes. –Se encogió de hombros.
Xana, mientras tanto, ni siquiera fue consciente de que no había saludado. Sospechó que Valyria seguía oblivionada, algo que ocupó la mente de Xana, entristeciéndole, aunque se esforzara en no aparentarlo. Cuando Valyria la miró y asintió con la cabeza, Xana logró reaccionar para imitar el gesto, preguntándose después a qué cuestión respondió exactamente.
Los hombros de Hyro descendieron levemente cuando Valyria empezó a criticar su aspecto. Cuando se mencionó lo que debíamos tener y aprender para lograr nuestro propósito, sus cejas se arquearon. Me dirigió una mirada, y no supe si había una súplica desesperada en ella o la promesa de una venganza de alguien afligido. Tal vez ambas, y las dos me parecían igual de exageradas.
De pronto apareció Zelas acompañado por una chica, lo que precedió a una conversación en la que me hice demasiado consciente de que yo no tenía control absoluto sobre la mente de Xana y la de Hyro, y pensar eso me pareció extraño. Ellos eran personas que no me necesitaban para existir, así que ¿por qué ahora eso era raro para mí? Sacudiendo la cabeza deseché esos pensamientos innecesarios para esta historia.
–Muy bien, Zelas, Hazel, bienvenidos al equipo Chupapuertas Esmeraldas –dije con una sonrisa felina.
–Ese nombre es horrible –señaló Hyro.
–Hey, respeta el nombre de Eve.
–¿Qué?
–¿Qué?
–Equipo –intervino Xana–, observen.
Seguimos la dirección de su mirada. No encontré nada raro.
–Y decían que yo me veía ridículo –comentó Hyro con una sonrisa burlesca, viendo a un sujeto vestido de sirvienta con una peluca azul y un arma claramente falsa.
–Que el mundo se prepare –canturreó este mientras caminaba por la calle, sonriendo con suficiencia–. ¡Hoy será el día en que me convertiré en la Miss Puerta definitiva!
Pocos segundos después, vimos a lo que, sin lugar a dudas, sería un gran contrincante en el concurso de belleza.
–Cuak cuak –dijo el pato, solemne, mientras recorría el mismo camino tomado por el peli azul–. Cuak cuak, cuak –se despidió, andando con elegancia.
–¿Alguien más tiene el presentimiento de que no será lo más ridículo que encontremos en el concurso? –preguntó el brujo, divertido.
–Yo podría conseguirte otra puerta –propuso Hyro mientras se acercaba, con sus brazos cruzados bajo su falso busto para que este no resbalara de su sitio–, una puerta mejor. –Saludó a la elfa con una leve inclinación, aún sin poder ocultar su incomodidad.
–No quiero una puerta de oro y bronce, Hyro –repliqué, fingiendo estar exageradamente indignado–. Quiero mi puerta. Después de todo lo que hemos vivido juntos, es irremplazable.
–Hmm… Vale, tú te lo pierdes. –Se encogió de hombros.
Xana, mientras tanto, ni siquiera fue consciente de que no había saludado. Sospechó que Valyria seguía oblivionada, algo que ocupó la mente de Xana, entristeciéndole, aunque se esforzara en no aparentarlo. Cuando Valyria la miró y asintió con la cabeza, Xana logró reaccionar para imitar el gesto, preguntándose después a qué cuestión respondió exactamente.
Los hombros de Hyro descendieron levemente cuando Valyria empezó a criticar su aspecto. Cuando se mencionó lo que debíamos tener y aprender para lograr nuestro propósito, sus cejas se arquearon. Me dirigió una mirada, y no supe si había una súplica desesperada en ella o la promesa de una venganza de alguien afligido. Tal vez ambas, y las dos me parecían igual de exageradas.
De pronto apareció Zelas acompañado por una chica, lo que precedió a una conversación en la que me hice demasiado consciente de que yo no tenía control absoluto sobre la mente de Xana y la de Hyro, y pensar eso me pareció extraño. Ellos eran personas que no me necesitaban para existir, así que ¿por qué ahora eso era raro para mí? Sacudiendo la cabeza deseché esos pensamientos innecesarios para esta historia.
–Muy bien, Zelas, Hazel, bienvenidos al equipo Chupapuertas Esmeraldas –dije con una sonrisa felina.
–Ese nombre es horrible –señaló Hyro.
–Hey, respeta el nombre de Eve.
–¿Qué?
–¿Qué?
–Equipo –intervino Xana–, observen.
Seguimos la dirección de su mirada. No encontré nada raro.
–Y decían que yo me veía ridículo –comentó Hyro con una sonrisa burlesca, viendo a un sujeto vestido de sirvienta con una peluca azul y un arma claramente falsa.
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–Que el mundo se prepare –canturreó este mientras caminaba por la calle, sonriendo con suficiencia–. ¡Hoy será el día en que me convertiré en la Miss Puerta definitiva!
Pocos segundos después, vimos a lo que, sin lugar a dudas, sería un gran contrincante en el concurso de belleza.
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–Cuak cuak –dijo el pato, solemne, mientras recorría el mismo camino tomado por el peli azul–. Cuak cuak, cuak –se despidió, andando con elegancia.
–¿Alguien más tiene el presentimiento de que no será lo más ridículo que encontremos en el concurso? –preguntó el brujo, divertido.
Rauko
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Re: «Insertar título del tema aquí» [Libre]
-Mucho gusto Valyria- dijo el rubio mientras hacia un gesto con su mano a señal de saludo, Eve por su parte hacia una leve reverencia en torno al grupo ya que era la primera vez que les veía, para su mala suerte Sienna apareció justo en el momento preciso en el que clamaban por ponerle en un vestido.
-He escuchado que quieren poner a este rubiecito en un vestido- dijo con los ojos similares a los de un gato que encuentra algo con lo que jugar. Esbozo una tenebrosa sonrisa la cual se sincronizo a la tenebrosa sonrisa que emitía Eve a su vez.
El ambiente se aliviano un poco al ver a la competencia, aunque debía reconocer que el pato le asustaba un poco, ya que era el que tenia mas posibilidades de ganar, entonces, Sienna le tomo por un brazo y Eve le sujeto el otro mientras le arrastraban a una habitación. Zelas sin muchas ganas se dejaba arrastrar junto a su espada estúpidamente grande, entonces vio algo gracioso.-Hey, mi amigo de allá, el que tiene sombrero, no ha parado de observarte, además que es algo tímido, quizás deberías darle una oportunidad- exclamo antes de ser encerrado en lo que después se entero era la habitación de Sienna.
-Esperen, antes de empezar debo decir algo.... este no es mi primer trio(?)-
-Ya desvístelo-
-Cuidado con esa cosa ridículamente grande-
-Auch, podrías ser un poco mas gentil-
-Vamos que si quieres ser bella debes ver estrellas-
-Si le ponemos esto podemos tirarle el cabello-
-No espera, mi cabello no, no podría soportarlo de nuevo-
-Vamos Zelas pon de tu parte, será solo la puntita-
-Puede que te duela un poco al principio pero después te acostumbraras-
Desde adentro de la habitación se empezaron a escuchar un par de sonidos que llamaron la atención, un par de golpes sordos y uno que otro quejido.
-Bueno creo que con eso esta listo-
-Quien diría?, quizá podamos tener una oportunidad, por cierto tienes un vestido que me puedas facilitar a mi?-
-Claro que si, la gente siempre deja cosas en la posada-
-Genial, yo desvisto a Eve-
-jajaja no lo creo, ya puedes esperar afuera con los demás-
Acto seguido, patearon a Hazel hacia afuera el cual estuvo a punto de caer sino fuera por la ayuda del individuo con el que había hablado antes.
-Wow eso estuvo cerca, gracias-
-De nada, oye es cierto lo que dijiste de tu amigo, parece evitar mirar hacia a acá-
-Oh, si Hyro tiende a ponerse nervioso, tengo una idea, tu actúa normal y yo hablo con el, si te devuelve la mirada por unos segundos, seguro que se engancha de ti-
-jijiji que nervios-
Acto seguido Hazelas llego al grupo con un poco de dificultad al caminar, ya que aun no se acostumbraba a los tacones. -Bueno, al menos me veo mejor que Hyro-
-Ustedes también deberían ir a ponerse sus vestidos, ese pato será difícil de vencer- exclamo al momento que recordó lo que tenia que decirle a Hyro.
-Por cierto Hyro, esa persona de allá piensa que te ves bien en ese vestido-
-¿Qué rayos?- dijo el brujo volteándose para ver a una persona que actuaba completamente normal.
Zelas aguanto la risa ante la situación, entonces su atención se desvió rápidamente al ver como de la habitación de al lado salía Eve mucho mejor vestida de lo que el se encontraba.
-¿Por qué la mayoría sigue sin vestido?, apresúrense que el pato ya nos lleva media competencia de ventaja- exclamo al momento que decidía ir por algo de beber.
-He escuchado que quieren poner a este rubiecito en un vestido- dijo con los ojos similares a los de un gato que encuentra algo con lo que jugar. Esbozo una tenebrosa sonrisa la cual se sincronizo a la tenebrosa sonrisa que emitía Eve a su vez.
El ambiente se aliviano un poco al ver a la competencia, aunque debía reconocer que el pato le asustaba un poco, ya que era el que tenia mas posibilidades de ganar, entonces, Sienna le tomo por un brazo y Eve le sujeto el otro mientras le arrastraban a una habitación. Zelas sin muchas ganas se dejaba arrastrar junto a su espada estúpidamente grande, entonces vio algo gracioso.-Hey, mi amigo de allá, el que tiene sombrero, no ha parado de observarte, además que es algo tímido, quizás deberías darle una oportunidad- exclamo antes de ser encerrado en lo que después se entero era la habitación de Sienna.
-Esperen, antes de empezar debo decir algo.... este no es mi primer trio(?)-
-Ya desvístelo-
-Cuidado con esa cosa ridículamente grande-
-Auch, podrías ser un poco mas gentil-
-Vamos que si quieres ser bella debes ver estrellas-
-Si le ponemos esto podemos tirarle el cabello-
-No espera, mi cabello no, no podría soportarlo de nuevo-
-Vamos Zelas pon de tu parte, será solo la puntita-
-Puede que te duela un poco al principio pero después te acostumbraras-
Desde adentro de la habitación se empezaron a escuchar un par de sonidos que llamaron la atención, un par de golpes sordos y uno que otro quejido.
-Bueno creo que con eso esta listo-
-Quien diría?, quizá podamos tener una oportunidad, por cierto tienes un vestido que me puedas facilitar a mi?-
-Claro que si, la gente siempre deja cosas en la posada-
-Genial, yo desvisto a Eve-
-jajaja no lo creo, ya puedes esperar afuera con los demás-
Acto seguido, patearon a Hazel hacia afuera el cual estuvo a punto de caer sino fuera por la ayuda del individuo con el que había hablado antes.
-Wow eso estuvo cerca, gracias-
-De nada, oye es cierto lo que dijiste de tu amigo, parece evitar mirar hacia a acá-
-Oh, si Hyro tiende a ponerse nervioso, tengo una idea, tu actúa normal y yo hablo con el, si te devuelve la mirada por unos segundos, seguro que se engancha de ti-
-jijiji que nervios-
Acto seguido Hazelas llego al grupo con un poco de dificultad al caminar, ya que aun no se acostumbraba a los tacones. -Bueno, al menos me veo mejor que Hyro-
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-Ustedes también deberían ir a ponerse sus vestidos, ese pato será difícil de vencer- exclamo al momento que recordó lo que tenia que decirle a Hyro.
-Por cierto Hyro, esa persona de allá piensa que te ves bien en ese vestido-
-¿Qué rayos?- dijo el brujo volteándose para ver a una persona que actuaba completamente normal.
- persona actuando completamente normal:
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Zelas aguanto la risa ante la situación, entonces su atención se desvió rápidamente al ver como de la habitación de al lado salía Eve mucho mejor vestida de lo que el se encontraba.
- Eve modo Miss Biusapuerta:
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-¿Por qué la mayoría sigue sin vestido?, apresúrense que el pato ya nos lleva media competencia de ventaja- exclamo al momento que decidía ir por algo de beber.
Zelas Hazelmere
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Re: «Insertar título del tema aquí» [Libre]
—No estuvo nada mal... —comentó el guardia, una vez finalizó con aquel caramelo en forma de puerta que tenía entre manos.
Tras ser recibidos por uno de esos idiotas disfrazados de puerta, Erwin decidió comprar un par de aquellos raros puerti-dulces que se exhibían sobre aquel mesón. No le tomó demasiado tiempo solicitar una bolsa para ambos, llena con uno de cada espécimen, dejando encantado al puerti-idiota disfrazado y con una estúpida sonrisa satisfactoria.
—Me gustó la Puerti-sorpresa Explosiva. —añadí—. Pienso que el nombre es estúpido, pero le doy puntos extra por... creatividad.
—Siempre tan crítico, ¿no? Supongo entonces que puedes hacerlo mucho mejor, señor experto. —contestó burlesco el Smith.
—¡Ja! Con una mano atada a la espalda.
—Como tú digas... —rió el soldado—. ¿Qué tal si vamos ahora a alguno de los juegos? Vi un par bastante entretenidos cuando planificábamos el evento. Además, estoy bastante seguro de que podré derrotarte en todos ellos.
—¿Tú? ¿Derrotarme a mí? Buen chiste, Smith.
—Doscientos veintitrés frente a doscientos dieciocho, es el recuento oficial de nuestras victorias frente al otro, ¡jamás lo olvidaría!
—¿Y está a favor de...? —pregunté malicioso, sonriendo de igual manera cuando su silencio puso en evidencia la respuesta—. Lo sabía.
—¡No te confíes! Estoy más que listo para darle la vuelta a la competencia esta vez, Max.
—Mucha palabrería y poca acción, ¡ya elige el primer juego en que voy a aplastarte! —le reté.
Era curioso como aquello se sentía tan... familiar. La celebración, la música, los juegos, la compañía del humano, todo me generaba una extraña sensación que, si bien comenzaba oprimiendo mi pecho como un fuerte nudo de nostalgia, a la vez me causaba cierta... alegría. A pesar de mi incapacidad de traer a memoria los recuerdos de aquella época, me sentía auténticamente como un infante, jugando y haciendo el tonto en una feria. Aquel espíritu competitivo no era algo usual en mí, pero aquellas palabras habían salido de mi boca por su propia cuenta, mucho antes de tener la oportunidad de pensarlas con claridad; ni siquiera se sentía como si alguien más las hubiera dicho por mí, aquello era... natural.
—¿Tanta prisa por morder el polvo? No pienso tener ninguna piedad contigo. —aseguró el soldado, antes de echarle un vistazo a los juegos—. ¡Muy bien! ¡Comencemos con...!
Un grito se hizo oír entre el constante murmullo de la multitud, uno que supo captar nuestra atención, dirigiéndose a Erwin por su título en un desesperado llamado. No tardamos en hallar la fuente: una señorita de cabello corto y armadura, quien se dirigía a toda prisa hacia nosotros. Aunque yo no pude reconocerle, Erwin, por supuesto, sabía de quién se trataba.
—¿Grace? —murmuró el Smith, en cuanto pudo visualizar a la mujer que se aproximaba.
—¡Capitán Smith! ¡Capitán Smith! Le hemos estado buscando desde hace horas... —habló la muchacha entre jadeos, preocupando al soldado con su última declaración.
—¿Qué sucede, Grace? ¿Ha ocurrido algo malo en el punto de control? No me digas que...
—Afirmativo, capitán. Tuvimos un par de percances y... la situación se nos fue de las manos. Le necesitamos ahora mismo, señor.
Aunque, hasta ese momento, había guardado silencio y me había mantenido aislado de la conversación, no había dejado de prestar atención en ningún momento. Mi piel se erizó con un escalofrío, desde la primera palabra que salió de la boca de aquella señorita, pues sabía bien lo que su presencia en aquel lugar significaba: Erwin tenía que partir, de nuevo.
Tragué saliva y me crucé de brazos, intentando ocultar la magnitud del impacto que aquello había tenido en mí. La alegría de antaño había desaparecido, había muerto estrangulada por el nudo que quedaba en mi pecho.
No podía dejar que nadie viera aquello, no podía dejar que Erwin viera aquello, no cuando sus ojos manifestaron aquel deje de tristeza al regresar a mirarme. Su mirada divagaba entre la soldado y yo, indecisos, incapaces de elegir entre la amistad y su labor. No necesitaba verle demasiado para saber lo que pasaba por su mente. Me sorprendía lo mucho que le conocía, al punto de saber que, lo que el Smith deseaba hacer, no era lo que él consideraba correcto, y él siempre quería hacer lo correcto... solo necesitaba de un empujón. Podía hacer eso, ¿no? Tragué saliva una vez más, intentando hacer salir las palabras de mi garganta.
—Supongo entonces que tendrás que esperar a la próxima feria para que te humille ante todos, ¿no, Nathaniel? Jajaja... —logré finalmente decir, inclusive esbozar una sonrisa. Intenté aproximarme restándole importancia al asunto con una broma, pero desistí al quedarme claro que no fue la mejor decisión—. Está bien, Erwin... Ve, no te preocupes por mí.
—P-Pero... Raymond... —intentó protestar el soldado, más no pudo dar con las palabras—. Yo... Lo siento mucho. —se disculpó.
Negué con la cabeza, indicándole que no había una razón por la cual debía hacerlo. El soldado se limitó a asentir, aún con algo de tristeza, antes de adquirir determinación en su rostro y partir junto a su subordinada.
Le observé marcharse, le observé perderse entre la multitud, volviendo a sentirme frío una vez su imagen desapareció de mi vista.
Haber aceptado asistir a aquel lugar había sido una pésima idea. Si bien, había pensado que distraerme un rato en compañía del humano me ayudaría a lidiar con aquella pesadez que no me abandonaba, al final, lo único que había conseguido había sido hacerle peor. El soldado era un imbécil, aquello era su maldita culpa. Jamás debí haber abandonado mi taller, no tenía nada que hacer en aquel horrible lugar, ya era hora de regresar a casa de una vez por...
—¡P-A-O! ¡Por-Amor-a Odín! Que mis ojos no me engañen... —sin embargo, una vez empecé a volver sobre mis pasos, una nueva voz intervino—. No-puede-ser, ¡no lo puedo creer!
Me giré de inmediato, en busca del sujeto a quien pertenecía aquella voz tan femenina. Solo pude verle por apenas un segundo, antes de que este empezara a darme vueltas... ¿analizándome? El tipo era bastante alto y tenía la piel bronceada, con un maquillaje exagerado y rizos dorados que evidentemente pertenecían a una peluca, sin mencionar que usaba un vestido ajustado, y de verdad ajustado. ¿Quién diablos era ese... payaso?
—¿Pero qué rayos significa est...?
—¡No digas nada, cari! No hay absolutamente nada que decir... Créeme, sé identificar una reina cuando la veo, y tú eres FA-BU-LO-SA.
—¿Q-Q-Q-Qu...? ¿¡QUÉ!?
—Esa figura, esa barba, ese porte, ese rostro que dice: "finjo ser un chico malo, pero en el fondo soy un adorable gatito", ¡es perfecto! —el sujeto me estaba mareando con la velocidad a la que se desplazaba a mi alrededor, midiendo con una cinta mi espalda, mis brazos, mis pies... hasta que se detuvo a medir cierta área que activó un reflejo defensivo de inmediato, impidiéndole continuar—. ¡Ay!, no hay razón para ser tímido, cari. Tu amiga Paul-La está aquí para ayudarte a convertirte en toda una diosa del Valhalla y arrases con el Miss Puerta.
—¿¡E-E-El Miss qué...!?
—¡Andando! ¡Debemos conseguirte un vestido de tu talla antes que empiece la ceremonia!
—¡No, no! ¡Espera, espera! ¡Suéltame ahora! ¡Yo no he accedido a participar en nadaaaaa!
Y fue así como aquel sujeto me cargó como si fuera un simple saco de patatas. ¿¡Por qué todo el mundo parecía capaz de cargarme así!? Se suponía que estaba hecho de metal... Fue entonces cuanto entendí que aquel sujeto era una de esas personas, aquellas con las cuales la lógica y la razón no parecían funcionar en lo absoluto a su alrededor...
Aquel iba a ser un día muy largo, ¿no...?
Tras ser recibidos por uno de esos idiotas disfrazados de puerta, Erwin decidió comprar un par de aquellos raros puerti-dulces que se exhibían sobre aquel mesón. No le tomó demasiado tiempo solicitar una bolsa para ambos, llena con uno de cada espécimen, dejando encantado al puerti-idiota disfrazado y con una estúpida sonrisa satisfactoria.
—Me gustó la Puerti-sorpresa Explosiva. —añadí—. Pienso que el nombre es estúpido, pero le doy puntos extra por... creatividad.
—Siempre tan crítico, ¿no? Supongo entonces que puedes hacerlo mucho mejor, señor experto. —contestó burlesco el Smith.
—¡Ja! Con una mano atada a la espalda.
—Como tú digas... —rió el soldado—. ¿Qué tal si vamos ahora a alguno de los juegos? Vi un par bastante entretenidos cuando planificábamos el evento. Además, estoy bastante seguro de que podré derrotarte en todos ellos.
—¿Tú? ¿Derrotarme a mí? Buen chiste, Smith.
—Doscientos veintitrés frente a doscientos dieciocho, es el recuento oficial de nuestras victorias frente al otro, ¡jamás lo olvidaría!
—¿Y está a favor de...? —pregunté malicioso, sonriendo de igual manera cuando su silencio puso en evidencia la respuesta—. Lo sabía.
—¡No te confíes! Estoy más que listo para darle la vuelta a la competencia esta vez, Max.
—Mucha palabrería y poca acción, ¡ya elige el primer juego en que voy a aplastarte! —le reté.
Era curioso como aquello se sentía tan... familiar. La celebración, la música, los juegos, la compañía del humano, todo me generaba una extraña sensación que, si bien comenzaba oprimiendo mi pecho como un fuerte nudo de nostalgia, a la vez me causaba cierta... alegría. A pesar de mi incapacidad de traer a memoria los recuerdos de aquella época, me sentía auténticamente como un infante, jugando y haciendo el tonto en una feria. Aquel espíritu competitivo no era algo usual en mí, pero aquellas palabras habían salido de mi boca por su propia cuenta, mucho antes de tener la oportunidad de pensarlas con claridad; ni siquiera se sentía como si alguien más las hubiera dicho por mí, aquello era... natural.
—¿Tanta prisa por morder el polvo? No pienso tener ninguna piedad contigo. —aseguró el soldado, antes de echarle un vistazo a los juegos—. ¡Muy bien! ¡Comencemos con...!
Un grito se hizo oír entre el constante murmullo de la multitud, uno que supo captar nuestra atención, dirigiéndose a Erwin por su título en un desesperado llamado. No tardamos en hallar la fuente: una señorita de cabello corto y armadura, quien se dirigía a toda prisa hacia nosotros. Aunque yo no pude reconocerle, Erwin, por supuesto, sabía de quién se trataba.
—¿Grace? —murmuró el Smith, en cuanto pudo visualizar a la mujer que se aproximaba.
—¡Capitán Smith! ¡Capitán Smith! Le hemos estado buscando desde hace horas... —habló la muchacha entre jadeos, preocupando al soldado con su última declaración.
—¿Qué sucede, Grace? ¿Ha ocurrido algo malo en el punto de control? No me digas que...
—Afirmativo, capitán. Tuvimos un par de percances y... la situación se nos fue de las manos. Le necesitamos ahora mismo, señor.
Aunque, hasta ese momento, había guardado silencio y me había mantenido aislado de la conversación, no había dejado de prestar atención en ningún momento. Mi piel se erizó con un escalofrío, desde la primera palabra que salió de la boca de aquella señorita, pues sabía bien lo que su presencia en aquel lugar significaba: Erwin tenía que partir, de nuevo.
Tragué saliva y me crucé de brazos, intentando ocultar la magnitud del impacto que aquello había tenido en mí. La alegría de antaño había desaparecido, había muerto estrangulada por el nudo que quedaba en mi pecho.
No podía dejar que nadie viera aquello, no podía dejar que Erwin viera aquello, no cuando sus ojos manifestaron aquel deje de tristeza al regresar a mirarme. Su mirada divagaba entre la soldado y yo, indecisos, incapaces de elegir entre la amistad y su labor. No necesitaba verle demasiado para saber lo que pasaba por su mente. Me sorprendía lo mucho que le conocía, al punto de saber que, lo que el Smith deseaba hacer, no era lo que él consideraba correcto, y él siempre quería hacer lo correcto... solo necesitaba de un empujón. Podía hacer eso, ¿no? Tragué saliva una vez más, intentando hacer salir las palabras de mi garganta.
—Supongo entonces que tendrás que esperar a la próxima feria para que te humille ante todos, ¿no, Nathaniel? Jajaja... —logré finalmente decir, inclusive esbozar una sonrisa. Intenté aproximarme restándole importancia al asunto con una broma, pero desistí al quedarme claro que no fue la mejor decisión—. Está bien, Erwin... Ve, no te preocupes por mí.
—P-Pero... Raymond... —intentó protestar el soldado, más no pudo dar con las palabras—. Yo... Lo siento mucho. —se disculpó.
Negué con la cabeza, indicándole que no había una razón por la cual debía hacerlo. El soldado se limitó a asentir, aún con algo de tristeza, antes de adquirir determinación en su rostro y partir junto a su subordinada.
Le observé marcharse, le observé perderse entre la multitud, volviendo a sentirme frío una vez su imagen desapareció de mi vista.
Haber aceptado asistir a aquel lugar había sido una pésima idea. Si bien, había pensado que distraerme un rato en compañía del humano me ayudaría a lidiar con aquella pesadez que no me abandonaba, al final, lo único que había conseguido había sido hacerle peor. El soldado era un imbécil, aquello era su maldita culpa. Jamás debí haber abandonado mi taller, no tenía nada que hacer en aquel horrible lugar, ya era hora de regresar a casa de una vez por...
—¡P-A-O! ¡Por-Amor-a Odín! Que mis ojos no me engañen... —sin embargo, una vez empecé a volver sobre mis pasos, una nueva voz intervino—. No-puede-ser, ¡no lo puedo creer!
Me giré de inmediato, en busca del sujeto a quien pertenecía aquella voz tan femenina. Solo pude verle por apenas un segundo, antes de que este empezara a darme vueltas... ¿analizándome? El tipo era bastante alto y tenía la piel bronceada, con un maquillaje exagerado y rizos dorados que evidentemente pertenecían a una peluca, sin mencionar que usaba un vestido ajustado, y de verdad ajustado. ¿Quién diablos era ese... payaso?
—¿Pero qué rayos significa est...?
—¡No digas nada, cari! No hay absolutamente nada que decir... Créeme, sé identificar una reina cuando la veo, y tú eres FA-BU-LO-SA.
—¿Q-Q-Q-Qu...? ¿¡QUÉ!?
—Esa figura, esa barba, ese porte, ese rostro que dice: "finjo ser un chico malo, pero en el fondo soy un adorable gatito", ¡es perfecto! —el sujeto me estaba mareando con la velocidad a la que se desplazaba a mi alrededor, midiendo con una cinta mi espalda, mis brazos, mis pies... hasta que se detuvo a medir cierta área que activó un reflejo defensivo de inmediato, impidiéndole continuar—. ¡Ay!, no hay razón para ser tímido, cari. Tu amiga Paul-La está aquí para ayudarte a convertirte en toda una diosa del Valhalla y arrases con el Miss Puerta.
—¿¡E-E-El Miss qué...!?
—¡Andando! ¡Debemos conseguirte un vestido de tu talla antes que empiece la ceremonia!
—¡No, no! ¡Espera, espera! ¡Suéltame ahora! ¡Yo no he accedido a participar en nadaaaaa!
Y fue así como aquel sujeto me cargó como si fuera un simple saco de patatas. ¿¡Por qué todo el mundo parecía capaz de cargarme así!? Se suponía que estaba hecho de metal... Fue entonces cuanto entendí que aquel sujeto era una de esas personas, aquellas con las cuales la lógica y la razón no parecían funcionar en lo absoluto a su alrededor...
Aquel iba a ser un día muy largo, ¿no...?
Raymond Lorde
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Re: «Insertar título del tema aquí» [Libre]
No entendía como uno convertía una puerta normal en una biusapuerta accidentalmente, pero sinceramente, cosas más raras habían pasado, así que tampoco le dio muchas vueltas. -Y…¿le dejas tu puerta a alguien? ¿Y si te roban o algo?- Daba igual, entendía el hecho de haberle cogido a algo, aunque nunca le hubiera pasado con una puerta. Uno no sabía lo que tenía hasta que lo perdía o algo.
En cualquier caso, mientras el grupo discutía, pudo empezar a ver a diversas personas recorriendo la calle, sin duda participantes del concurso también. Es decir, era un hombre disfrazado de sirvienta en público, eso solo pasaría si alguien había tenido la misma idea que Rauko o peor, estaban en uno de los sueños del elfo. Bueno, no pasaba nada, si eso era lo peor que la competencia iba a ofrecer, estaría chupado.
Y entonces vio al pato.
El porte, la elegancia, la fina ropa, de calidad y peor, no hecha por ella, y el sombrerito para rematar el aspecto de nobilidad. Miró a su atajo de peone…. Colaboradores. Ahora que Zelas tenía vestido, había mejorado, pero los hombres seguían sin llegar siquiera a las patas membranosas del pato -Eso va a ser un problema…- ¿Habría alguna norma prohibiendo a animales participar? Con la suerte que tenía, seguro que no. Apuntó al pato temporalmente como su nuevo némesis y considero seriamente su secuestro y/o estofado. Conocía un sitio que no hacía muchas preguntas, estaba segura de que podría darles una pierna humana paras meter a la olla y ni pestañearían, mucho menos con un pato.
Pero los trucos sucios eran para cuando estabas perdiendo, y aun tenia la esperanza de poder hacer algo con esos hombres. -Bien, tacones, venga, todo el mundo que se ponga unos. ¡Tendréis zapatos preparados de vuestra talla preparados al menos!- ¿Tenía ella? En su habitación, pero si tenía que ir y volver, perdería demasiado tiempo, puede que luego, primero se encargaría que una de las chicas les enseñara como hacerlo y mientras tanto les arreglaría los vestidos. Tenía que ajustarlos para que quedaran mejor, y hacer un mejor trabajo rellenando el escote de lo que habían hecho hasta ahora. Y aún tenía que maquillarlos y asaltar a un joyero. Metafóricamente seguramente. Se desperezó, intentando quitarse el sueño que le entraba con solo pensar todo lo que tendría que hacer y busco hilo y aguja. -Hydro, tu primero, ven. Vamos a ganar esto…-
En cualquier caso, mientras el grupo discutía, pudo empezar a ver a diversas personas recorriendo la calle, sin duda participantes del concurso también. Es decir, era un hombre disfrazado de sirvienta en público, eso solo pasaría si alguien había tenido la misma idea que Rauko o peor, estaban en uno de los sueños del elfo. Bueno, no pasaba nada, si eso era lo peor que la competencia iba a ofrecer, estaría chupado.
Y entonces vio al pato.
El porte, la elegancia, la fina ropa, de calidad y peor, no hecha por ella, y el sombrerito para rematar el aspecto de nobilidad. Miró a su atajo de peone…. Colaboradores. Ahora que Zelas tenía vestido, había mejorado, pero los hombres seguían sin llegar siquiera a las patas membranosas del pato -Eso va a ser un problema…- ¿Habría alguna norma prohibiendo a animales participar? Con la suerte que tenía, seguro que no. Apuntó al pato temporalmente como su nuevo némesis y considero seriamente su secuestro y/o estofado. Conocía un sitio que no hacía muchas preguntas, estaba segura de que podría darles una pierna humana paras meter a la olla y ni pestañearían, mucho menos con un pato.
Pero los trucos sucios eran para cuando estabas perdiendo, y aun tenia la esperanza de poder hacer algo con esos hombres. -Bien, tacones, venga, todo el mundo que se ponga unos. ¡Tendréis zapatos preparados de vuestra talla preparados al menos!- ¿Tenía ella? En su habitación, pero si tenía que ir y volver, perdería demasiado tiempo, puede que luego, primero se encargaría que una de las chicas les enseñara como hacerlo y mientras tanto les arreglaría los vestidos. Tenía que ajustarlos para que quedaran mejor, y hacer un mejor trabajo rellenando el escote de lo que habían hecho hasta ahora. Y aún tenía que maquillarlos y asaltar a un joyero. Metafóricamente seguramente. Se desperezó, intentando quitarse el sueño que le entraba con solo pensar todo lo que tendría que hacer y busco hilo y aguja. -Hydro, tu primero, ven. Vamos a ganar esto…-
Valyria
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Re: «Insertar título del tema aquí» [Libre]
–Descuida –contesté a Valy–, no hay nada valioso en casa que puedan robarme ahora. Lo valioso para mí lo llevo conmigo, excepto por la puerta, o está protegido con un sofisticado sistema de seguridad de magia arcana tan efectiva que desde que la activé sigo sin saber cómo demonios deshacerla para poder recuperar mis pertenencias.
–Mis instintos de supervivencia, que no sabía que tenía, me están advirtiendo de la presencia del enemigo –murmuró Hydro para sí, con los ojos entrecerrados. Antes de poder mirar a su alrededor para identificar el peligro, Zelas apareció, atrapando nuestra atención con su espectacular nueva apariencia. De no ser por el pato, podría haber apostado sin dudar en su victoria.
–Te ves bastante bien –tuvo que admitir Xana–, pero no te confíes. No nos quedaremos atrás, ¿cierto, compañeros? –añadió, con una sonrisa de suficiencia que se desvaneció al verme estornudar mocos resplandecientes que estallaron al tocar el suelo.
–¡Lo sabía, también puedo concentrar éter en mis fluidos! –confirmé, emocionado por las nuevas posibilidades que se mostraban ante mí.
–Zelas –dijo Xana seriamente, mirando a los ojos del no-elfo y dejando caer una mano en el hombro de este–, eres nuestra única esperanza. –Entonces vio a Eve, que ahora parecía literalmente una muñeca. Volvió la mirada al no-elfo–. Como decía, eres nuestra mayor esperanza –susurró.
Y para empeorar la humillación de Hydro, Zelas le hizo mirar a un sujeto raro que no tuvo la decencia de depilarse las piernas. Uno de los párpados del brujo tembló.
–Valyria, estoy en tus capaces manos. No esperemos más y vámonos –instó–. No quiero estar cerca de ese tipo que tiene pinta de ser una versión mal hecha de un secuestrador de princesas. Rauko, haz lo que sueles hacer en tu taller.
–Muy bien, momento de usar el poder de la elipsis.
–Listo –dije, por fin frente al lugar donde nos inscribiríamos en el concurso, con unas treinta personas… Quise decir, con unos treinta posibles contrincantes delante de nosotros en una larga fila donde éramos los últimos porque intentar llegar temprano usando tacones fue más complicado de lo esperado–. ¿Y ahora?
–Ay, por la santa elfa sacerdotisa que amamantó al Bebé Barbudo –masculló Hydro, dando media vuelta–. Ahí está de nuevo.
El Piernas Peludas apareció en escena. Creí que se uniría a la fila, pero no fue así. Nos ignoró y siguió caminando hacia adelante, hacia el chico elegante y andrógino que anotaba en un cuaderno los nombres de los participantes. Este se levantó de su asiento para darle la mano a Piernas Peludas.
–Tu admirador parece importante –comentó Xana.
–No me interesa –replicó Hydro.
–Te está señalando –informé.
–Maldita sea –gruñó–. A este paso deberé darle un puñetazo si sigue acosándome.
Pronto el chico se acercó a nosotros.
–Uno de los cuatro Abre Puertas –comenzó, con tono mesurado–, Lady beard, le ha otorgado a usted, y solo a usted, un pase especial, el último que él podía dar esta vez.
El brujo, aun de espaldas, supo con disgusto que le hablaban a él. Suspiró, pero sus hombros siguieron tensos.
–¿A qué te refieres? –le preguntó.
–Puedo inscribirlo de inmediato en el concurso, si así lo desea.
–¿Y si prefiero negarme a aceptar esa invitación?
–Se arriesga a la posibilidad de que los cupos se llenen y usted quede fuera.
–Hyro Boden acepta –intervine, y procedí a deletrear su nombre. El chico lo anotó enseguida, ignorando la mirada severa que el brujo me lanzó.
–Bien. Señor Hydro, lo llevaré con el resto de concursantes.
–Espera, ¿qué tan probable es que nosotros también podamos inscribirnos? –quiso saber Xana.
–¿Y por qué todos me llaman Hydro ahora? –se quejó el brujo.
El chico, antes de responder, le echó una ojeada al resto, a cada hombre, animal, planta, fae, máquina, criatura incorpórea, entidad ilusoria, botella antropomorfa llena con un elemento alquímico desconocido, figura invisible, bestia arácnida, conjurador capaz de defecar miniconjuradores capaces de defecar gallinas asesinas, cereza con patas, pelusa de ombligo, muñeca sexual, puerta con falda y estatua realista que conformaba la fila.
–Por medios normales, es poco probable; hay demasiados delante de ustedes y pocos cupos.
Dicho eso, sacó de un bolsillo uno de esos pequeños sacos sin fondo y, exhibiendo más fuerza de la que se esperaría, echó dentro al brujo. Hizo una reverencia y se fue, habiendo demostrado que también era una de esas personas.
–Vale, reunión de emergencia del equipo Chupapuertas Esmeraldas –anuncié, girándome hacia mis compañeros–. No es que no tenga esperanzas en Hyro, pero… Bueno, no tengo esperanzas en él. Así que… ¿algún plan para no quedarnos fuera del concurso?
–Mis instintos de supervivencia, que no sabía que tenía, me están advirtiendo de la presencia del enemigo –murmuró Hydro para sí, con los ojos entrecerrados. Antes de poder mirar a su alrededor para identificar el peligro, Zelas apareció, atrapando nuestra atención con su espectacular nueva apariencia. De no ser por el pato, podría haber apostado sin dudar en su victoria.
–Te ves bastante bien –tuvo que admitir Xana–, pero no te confíes. No nos quedaremos atrás, ¿cierto, compañeros? –añadió, con una sonrisa de suficiencia que se desvaneció al verme estornudar mocos resplandecientes que estallaron al tocar el suelo.
–¡Lo sabía, también puedo concentrar éter en mis fluidos! –confirmé, emocionado por las nuevas posibilidades que se mostraban ante mí.
–Zelas –dijo Xana seriamente, mirando a los ojos del no-elfo y dejando caer una mano en el hombro de este–, eres nuestra única esperanza. –Entonces vio a Eve, que ahora parecía literalmente una muñeca. Volvió la mirada al no-elfo–. Como decía, eres nuestra mayor esperanza –susurró.
Y para empeorar la humillación de Hydro, Zelas le hizo mirar a un sujeto raro que no tuvo la decencia de depilarse las piernas. Uno de los párpados del brujo tembló.
–Valyria, estoy en tus capaces manos. No esperemos más y vámonos –instó–. No quiero estar cerca de ese tipo que tiene pinta de ser una versión mal hecha de un secuestrador de princesas. Rauko, haz lo que sueles hacer en tu taller.
–Muy bien, momento de usar el poder de la elipsis.
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–Listo –dije, por fin frente al lugar donde nos inscribiríamos en el concurso, con unas treinta personas… Quise decir, con unos treinta posibles contrincantes delante de nosotros en una larga fila donde éramos los últimos porque intentar llegar temprano usando tacones fue más complicado de lo esperado–. ¿Y ahora?
–Ay, por la santa elfa sacerdotisa que amamantó al Bebé Barbudo –masculló Hydro, dando media vuelta–. Ahí está de nuevo.
El Piernas Peludas apareció en escena. Creí que se uniría a la fila, pero no fue así. Nos ignoró y siguió caminando hacia adelante, hacia el chico elegante y andrógino que anotaba en un cuaderno los nombres de los participantes. Este se levantó de su asiento para darle la mano a Piernas Peludas.
–Tu admirador parece importante –comentó Xana.
–No me interesa –replicó Hydro.
–Te está señalando –informé.
–Maldita sea –gruñó–. A este paso deberé darle un puñetazo si sigue acosándome.
Pronto el chico se acercó a nosotros.
–Uno de los cuatro Abre Puertas –comenzó, con tono mesurado–, Lady beard, le ha otorgado a usted, y solo a usted, un pase especial, el último que él podía dar esta vez.
El brujo, aun de espaldas, supo con disgusto que le hablaban a él. Suspiró, pero sus hombros siguieron tensos.
–¿A qué te refieres? –le preguntó.
–Puedo inscribirlo de inmediato en el concurso, si así lo desea.
–¿Y si prefiero negarme a aceptar esa invitación?
–Se arriesga a la posibilidad de que los cupos se llenen y usted quede fuera.
–Hyro Boden acepta –intervine, y procedí a deletrear su nombre. El chico lo anotó enseguida, ignorando la mirada severa que el brujo me lanzó.
–Bien. Señor Hydro, lo llevaré con el resto de concursantes.
–Espera, ¿qué tan probable es que nosotros también podamos inscribirnos? –quiso saber Xana.
–¿Y por qué todos me llaman Hydro ahora? –se quejó el brujo.
El chico, antes de responder, le echó una ojeada al resto, a cada hombre, animal, planta, fae, máquina, criatura incorpórea, entidad ilusoria, botella antropomorfa llena con un elemento alquímico desconocido, figura invisible, bestia arácnida, conjurador capaz de defecar miniconjuradores capaces de defecar gallinas asesinas, cereza con patas, pelusa de ombligo, muñeca sexual, puerta con falda y estatua realista que conformaba la fila.
–Por medios normales, es poco probable; hay demasiados delante de ustedes y pocos cupos.
Dicho eso, sacó de un bolsillo uno de esos pequeños sacos sin fondo y, exhibiendo más fuerza de la que se esperaría, echó dentro al brujo. Hizo una reverencia y se fue, habiendo demostrado que también era una de esas personas.
–Vale, reunión de emergencia del equipo Chupapuertas Esmeraldas –anuncié, girándome hacia mis compañeros–. No es que no tenga esperanzas en Hyro, pero… Bueno, no tengo esperanzas en él. Así que… ¿algún plan para no quedarnos fuera del concurso?
(☞°∀°)☞ OFFROL ☜(°∀°☜)
- Rauko trapito y desafortunadamente poco maid:
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Rauko
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-Lo se, es como si todo este festival fuera una excusa para lucirnos usando vestidos- replico Hazelas ante las palabras de Xana, casi todos lucían de maravilla en sus respectivos vestidos, sin embargo, nadie se asomaba ni por si acaso al pato y su vestido.
Un elipsis y un Hydro secuestrado mas tarde, Rauko los reunía a todos en un intento de planear algo para entrar en la competencia, en aquel circulo de ideas Eve quedo frente a Hazelas quien no podía despegar la mirada de su escote.
-Zelas, mis ojos están acá arriba- señalo molesta.
-Lo se, pero ya hice mi elección- respondió sin importarle.
-Zelas, concéntrate!- inquirió intentando volver a enfocarse en el predicamento que se encontraban
-Lo estoy- respondió otra vez, sin importarle.
-Rauko tiene razón, no podemos confiar en Hydro- exclamo cubriéndose el escote con sus brazos.
-Necesitamos encontrar una forma de cortar la fila e inscribirnos- señalo Xana al momento que ayudaba a Eve a cubrir su escote, poniendo sus brazos frente a los mismos para que Hazelas dejara de verlos.
-De acuerdo ya entendí, en cuanto a nuestro predicamento, la solución es simple... Luchamos!- dijo levantando su puño.
El rubio llevo una de sus manos a su espalda para empuñar su espada cuando noto como su agarre sostenía con firmeza a la nada misma, porque no llevaba su espada en la espalda, estiro su brazo y espero a que su truco diera resultado, sin embargo, no pasaba nada.
-Rauko, tu vestido me distrae... Quítatelo(?)- exclamo el rubio, buscando una excusa del porque su habilidad no funcionaba.
-¿Estas bien?, Rauko a tu amigo ya se le zafo un tornillo.... No se te ocurra desvestirte ahora!- dijo sin dejar de cubrir el escote de Eve y preparándose por si debía cubrir a Rauko.
-Usualmente cuando hace eso comienzan a volar espadas... Cuando estira el brazo digo, no cuando se desviste Rauko... ¿Ha pasado eso alguna vez? - pregunto Eve mirando alrededor en caso que una ridículamente grande espada apareciera volando y preparándose para cubrir a Rauko en caso de emergencia.
-Que raro... Ya vengo- señalo Hazelas al momento que salía del circulo y se dirigía a buscar su espada ya que su habilidad no estaba funcionando.
Otro elipsis mas tarde.
----------------------------------------------------------------------
Zelas volvió cargando su espada gigante en la espalda.
-Muy bien ya estoy...-
-Lindo vestido-
Para vista de los demás Hazelas había quedado inmóvil con la frase a medio terminar y mirando a la nada, para Zelas los demás habían quedado congelados mientras Brian aparecía frente a el.
El entorno se difuminaba para dar paso a un lugar oscuro, remanentes de un campo de batalla que ahora solo existía en sus memorias, para el resto de los mortales, cientos, si es que no miles de años habían pasado desde la batalla de los guerreros de la puerta, ya olvidados hace mucho tiempo, para Zelas en cambio, aquello solo había sucedido hace un par de semanas.
-Entonces has elegido la muerte.... Otra vez(?)- exclamo el rubio.
-Linda, no puedes matarme, soy como una cucaracha, yo no muero, me multiplico, tengo a los dioses de mi lado perra!- replico el Brian extendiendo sus brazos hacia los lados, invitándolo a pelear.
-¿Sabes que es lo peor de esto?, Rauko probablemente esta desnudo en medio de este festival y me lo estoy perdiendo... Te hare pagar cada segundo que este atrapado en este lugar - vocifero a la vez que empuñaba su espada gigante.
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Mientras tanto los demás veían como Zelas quedaba inmóvil, emitiendo un leve zumbido y escurriendo un poco de saliva.
-Es oficial, estamos perdidos, chicas, depende de nosotras recuperar esa puerta- dijo Xana mirando a Valyria y Eve.
-Tenemos que inscribirnos cueste lo que cueste.... Despejemos el camino- exclamo la morena.
Acto seguido sujeto al inconsciente Hazelas desde una pata y del brazo que sujetaba firmemente la espada gigante, al momento que comenzaba a golpear a la gente de la fila usando al rubio con vestido de arma contundente, con suerte disminuirían a la competencia y lograrían hacerse con un cupo en la competencia.
Un elipsis y un Hydro secuestrado mas tarde, Rauko los reunía a todos en un intento de planear algo para entrar en la competencia, en aquel circulo de ideas Eve quedo frente a Hazelas quien no podía despegar la mirada de su escote.
-Zelas, mis ojos están acá arriba- señalo molesta.
-Lo se, pero ya hice mi elección- respondió sin importarle.
-Zelas, concéntrate!- inquirió intentando volver a enfocarse en el predicamento que se encontraban
-Lo estoy- respondió otra vez, sin importarle.
-Rauko tiene razón, no podemos confiar en Hydro- exclamo cubriéndose el escote con sus brazos.
-Necesitamos encontrar una forma de cortar la fila e inscribirnos- señalo Xana al momento que ayudaba a Eve a cubrir su escote, poniendo sus brazos frente a los mismos para que Hazelas dejara de verlos.
-De acuerdo ya entendí, en cuanto a nuestro predicamento, la solución es simple... Luchamos!- dijo levantando su puño.
El rubio llevo una de sus manos a su espalda para empuñar su espada cuando noto como su agarre sostenía con firmeza a la nada misma, porque no llevaba su espada en la espalda, estiro su brazo y espero a que su truco diera resultado, sin embargo, no pasaba nada.
-Rauko, tu vestido me distrae... Quítatelo(?)- exclamo el rubio, buscando una excusa del porque su habilidad no funcionaba.
-¿Estas bien?, Rauko a tu amigo ya se le zafo un tornillo.... No se te ocurra desvestirte ahora!- dijo sin dejar de cubrir el escote de Eve y preparándose por si debía cubrir a Rauko.
-Usualmente cuando hace eso comienzan a volar espadas... Cuando estira el brazo digo, no cuando se desviste Rauko... ¿Ha pasado eso alguna vez? - pregunto Eve mirando alrededor en caso que una ridículamente grande espada apareciera volando y preparándose para cubrir a Rauko en caso de emergencia.
-Que raro... Ya vengo- señalo Hazelas al momento que salía del circulo y se dirigía a buscar su espada ya que su habilidad no estaba funcionando.
Otro elipsis mas tarde.
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Zelas volvió cargando su espada gigante en la espalda.
-Muy bien ya estoy...-
-Lindo vestido-
Para vista de los demás Hazelas había quedado inmóvil con la frase a medio terminar y mirando a la nada, para Zelas los demás habían quedado congelados mientras Brian aparecía frente a el.
- Brian:
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:O no quiero presumir, pero participe en el mejor mastereado de todos los tiempos(?)
El entorno se difuminaba para dar paso a un lugar oscuro, remanentes de un campo de batalla que ahora solo existía en sus memorias, para el resto de los mortales, cientos, si es que no miles de años habían pasado desde la batalla de los guerreros de la puerta, ya olvidados hace mucho tiempo, para Zelas en cambio, aquello solo había sucedido hace un par de semanas.
-Entonces has elegido la muerte.... Otra vez(?)- exclamo el rubio.
-Linda, no puedes matarme, soy como una cucaracha, yo no muero, me multiplico, tengo a los dioses de mi lado perra!- replico el Brian extendiendo sus brazos hacia los lados, invitándolo a pelear.
-¿Sabes que es lo peor de esto?, Rauko probablemente esta desnudo en medio de este festival y me lo estoy perdiendo... Te hare pagar cada segundo que este atrapado en este lugar - vocifero a la vez que empuñaba su espada gigante.
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Mientras tanto los demás veían como Zelas quedaba inmóvil, emitiendo un leve zumbido y escurriendo un poco de saliva.
-Es oficial, estamos perdidos, chicas, depende de nosotras recuperar esa puerta- dijo Xana mirando a Valyria y Eve.
-Tenemos que inscribirnos cueste lo que cueste.... Despejemos el camino- exclamo la morena.
Acto seguido sujeto al inconsciente Hazelas desde una pata y del brazo que sujetaba firmemente la espada gigante, al momento que comenzaba a golpear a la gente de la fila usando al rubio con vestido de arma contundente, con suerte disminuirían a la competencia y lograrían hacerse con un cupo en la competencia.
Zelas Hazelmere
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No estaba enfadada. En absoluto. Es decir, solo había gastado un montón de tiempo en enseñar a esos hombres como andar con tacones para luego tardar como el triple de lo necesario en llegar a la fila, y ver su inversión arruinada cuando Hydro fue secuestrado… le pareció raro que nadie hiciera algo al respecto, pero puede que fuera algo habitual.
Así que puede, solo puede, que estuviera acariciando maliciosamente su fuego embotellado cuando Xana pidió que encontraran una manera de saltarse la fila. Si el pato estuviera allí haciendo cola, no habría tenido la voluntad de guardar la preciosa botellita y pensar en una alternativa menos violenta.
Se estrujo el cerebro mientas Zelas iba a buscar noseque, no había prestado atención, la verdad. ¿Eso…? Pero seguía siendo bastante violento. ¿Lo otro? Pero había prometido a la guardia no hacerlo más después del…incidente, daba igual que no hubiera tenido la culpa. Y empezar a disparar flechas para saltarse una cola le sentaba un poco mal. El soborno era una alternativa, pero una no se hacia rica usando su propio dinero, y el grupo no parecía estar andando en aeros si Rauko se preocupaba tanto por una puerta, por más especial que fuera.
Que Zelas volviera y al maldito le diera un aneurisma fue la gota que colmo el vaso. -Supongo…que tienes razón…- y tendría que volver a su taller a agenciarse un vestido, ajustarlo…bueno, seguramente tenia uno que le fuera bien, sin duda, pero los complementos, las joyas, el maquillaje…. Y la cola, la maldita cola…. todo por una puerta que ni siquiera era suya -Mardykhor.- Se limitó a decir, luz estallando de su mano derecha, agrandándose hasta formar… un gato con alas, pero uno tan grande como un caballo, un poco más, de hecho. A pesar de su tamaño, la Miauticora despertó unos cuantos Awwws de entre los que hacían cola…al menos hasta que rugió y la gente vio esos dientes como agujas, algunos más grandes que un antebrazo.
No era violento, y podría llevarla a su taller en un pis pas, todo el mundo salía ganando. Ah, pero el de las inscripciones estaba recogiendo sus cosas para salir por patas, de eso nada. -Mardy, ¡atrapa!- y tras un ronroneo que sonó como algunos de esos cacharros que usaban los ingenieros, su adorable Miauticora salió disparada. Si no avanzaban hacia las inscripciones, las inscripciones avanzarían hasta ellas…o algo así.
-Oh, te prometí un paseo en mantícora, ¿cierto Rauko?- dijo, girándose al caos y gritos que estaba provocando para mirar al elfo con su mejor sonrisa. -Tadaa.-
Así que puede, solo puede, que estuviera acariciando maliciosamente su fuego embotellado cuando Xana pidió que encontraran una manera de saltarse la fila. Si el pato estuviera allí haciendo cola, no habría tenido la voluntad de guardar la preciosa botellita y pensar en una alternativa menos violenta.
Se estrujo el cerebro mientas Zelas iba a buscar noseque, no había prestado atención, la verdad. ¿Eso…? Pero seguía siendo bastante violento. ¿Lo otro? Pero había prometido a la guardia no hacerlo más después del…incidente, daba igual que no hubiera tenido la culpa. Y empezar a disparar flechas para saltarse una cola le sentaba un poco mal. El soborno era una alternativa, pero una no se hacia rica usando su propio dinero, y el grupo no parecía estar andando en aeros si Rauko se preocupaba tanto por una puerta, por más especial que fuera.
Que Zelas volviera y al maldito le diera un aneurisma fue la gota que colmo el vaso. -Supongo…que tienes razón…- y tendría que volver a su taller a agenciarse un vestido, ajustarlo…bueno, seguramente tenia uno que le fuera bien, sin duda, pero los complementos, las joyas, el maquillaje…. Y la cola, la maldita cola…. todo por una puerta que ni siquiera era suya -Mardykhor.- Se limitó a decir, luz estallando de su mano derecha, agrandándose hasta formar… un gato con alas, pero uno tan grande como un caballo, un poco más, de hecho. A pesar de su tamaño, la Miauticora despertó unos cuantos Awwws de entre los que hacían cola…al menos hasta que rugió y la gente vio esos dientes como agujas, algunos más grandes que un antebrazo.
No era violento, y podría llevarla a su taller en un pis pas, todo el mundo salía ganando. Ah, pero el de las inscripciones estaba recogiendo sus cosas para salir por patas, de eso nada. -Mardy, ¡atrapa!- y tras un ronroneo que sonó como algunos de esos cacharros que usaban los ingenieros, su adorable Miauticora salió disparada. Si no avanzaban hacia las inscripciones, las inscripciones avanzarían hasta ellas…o algo así.
-Oh, te prometí un paseo en mantícora, ¿cierto Rauko?- dijo, girándose al caos y gritos que estaba provocando para mirar al elfo con su mejor sonrisa. -Tadaa.-
Valyria
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Re: «Insertar título del tema aquí» [Libre]
–¿Desvestirme? –pregunté como si aquello fuera algo impensable–. Con lo difícil que fue poder entrar en este hermoso vestido que tan bien se ciñe a mi figura, perderíamos mucho tiempo –expliqué. Al escucharme, me pregunté entonces cuánto tiempo me pasaría usando el vestido aun después del puertival antes de aburrirme o que me obligaran a quitármelo–. Ah, no, no han volado espadas en ningún momento en que me haya desvestido –respondí a Eve.
Entonces Zelas se fue.
Pero volvió.
Y después su mente se fue.
–Siempre supe que debimos haber girado a la derecha –me lamenté, aunque esa frase poco tenía que ver con algo. Por suerte, mis compañeras no tardaron en resolver el problema importante con un muy astuto plan–. Ah, vaya… –murmuré mientras observaba el caos que generaron con lo que terminó siendo un plan muy sencillo–, supongo que no era necesario pensarlo demasiado –reconocí. Si aquello funcionaba, yo no iba a quejarme; mi biusapuerta lo valía.
Valy, entonces, dijo algo que hizo que se me iluminaran los ojos. Miré la mantícora, fascinado, luego a su invocadora.
–Definitivamente te mereces todos los anillos que quieras –le dije.
–¿Qué? –preguntó Xana al instante.
Sin detenerme a pensar si era buena idea o no, di un salto potenciado, giré en el aire en una voltereta accidentalmente reveladora gracias al diseño de mi vestido, y aterricé sobre la mantícora. El animal se sacudió y me lanzó lejos, haciéndome caer sobre un desafortunado tipo con mala suerte.
–¡Ay, mis nalgas! –gemí. Sin embargo, afortunadamente tuve suerte. Me quité de encima del sujeto en cuanto descubrí que él era la persona que necesitábamos–. Ah, hola, ¿qué tal? Mi nombre es Rauko, sin apellido… –y procedí a decirle los nombres de mis compañeras, ignorando que el pobre chico estaba aturdido.
–No me simpatizan –declaró el chico, por fin recuperado y ya habiendo anotado nuestros nombres en su lista–, pero me ahorraron el trabajo de lidiar con criaturas extrañas. –Miró la invocación de Valy–. Bueno, casi todas –murmuró–. Así que por hoy no escupiré en sus bebidas. –Empezó a caminar y nos hizo un gesto para que lo siguiéramos.
Pronto llegamos al edificio donde los concursantes estaban reunidos, pronto porque el lugar quedaba a unos pocos metros y por algún motivo no me había percatado. No obstante, al finalmente ver quiénes serían todos nuestros oponentes, supe que el pato no era la mayor amenaza… Bueno, sí lo era, pero quise decir algo impactante, aunque fuera mentira.
–Vaya, para ser un concurso de belleza femenina, creí que habría más mujeres –comentó Xana, ojeando el lugar–. No veo a Hydro. ¿Dónde está?
–Pronto comenzará el concurso –interrumpió con calma el chico de las inscripciones–. El primer desafío es sencillo, tal vez el único sencillo. Caminar por la pasarela, tal vez quitarse algo de ropa en el camino si son traviesas, y al final decir alguna frase de presentación, siempre elegantes y sabrosas. Ya saben, deben enamorar al público con una primera impresión, especialmente a los jueces, que cuando las vean quieran abrirlas y lamerlas como las biusapuertas que ustedes quieren ser. –Se inclinó hacia nosotros y nos susurró–: No ignoren a la jueza ardilla; no habla mucho, pero su voto es muy importante.
–Entiendo –asentí, montado sobre la mantícora. El chico dirigió una mirada ceñuda a mi montura y luego a mí. Ladeé la cabeza, confuso. Él abrió la boca, pero entonces optó por mantenerse callado.
–No importa –suspiró–. Vayan a donde el resto de concursantes. Yo debo seguir trabajando, si es que no hacen explotar este lugar con más de sus cosas raras.
El chico joven de poca edad se reunió con un trío de personajes dispares ubicados frente a la pasarela, en el puesto de los jueces.
Un hombre con un ajustado disfraz de abeja subió al escenario, dio la bienvenida a todos los espectadores, dio un discurso que a nadie pareció importarle, y bajó cuando fue interrumpido por los músicos.
Los otros concursantes formaron una fila, preparándose para subir a la pasarela. A mi pesar, bajé de la hermosa mantícora y di un paso hacia ellos. Casi me torcí el tobillo por pisar mal, pero reanudé la caminata como si no hubiera pasado nada.
–Será sencillo –mentí.
Entonces Zelas se fue.
Pero volvió.
Y después su mente se fue.
–Siempre supe que debimos haber girado a la derecha –me lamenté, aunque esa frase poco tenía que ver con algo. Por suerte, mis compañeras no tardaron en resolver el problema importante con un muy astuto plan–. Ah, vaya… –murmuré mientras observaba el caos que generaron con lo que terminó siendo un plan muy sencillo–, supongo que no era necesario pensarlo demasiado –reconocí. Si aquello funcionaba, yo no iba a quejarme; mi biusapuerta lo valía.
Valy, entonces, dijo algo que hizo que se me iluminaran los ojos. Miré la mantícora, fascinado, luego a su invocadora.
–Definitivamente te mereces todos los anillos que quieras –le dije.
–¿Qué? –preguntó Xana al instante.
Sin detenerme a pensar si era buena idea o no, di un salto potenciado, giré en el aire en una voltereta accidentalmente reveladora gracias al diseño de mi vestido, y aterricé sobre la mantícora. El animal se sacudió y me lanzó lejos, haciéndome caer sobre un desafortunado tipo con mala suerte.
–¡Ay, mis nalgas! –gemí. Sin embargo, afortunadamente tuve suerte. Me quité de encima del sujeto en cuanto descubrí que él era la persona que necesitábamos–. Ah, hola, ¿qué tal? Mi nombre es Rauko, sin apellido… –y procedí a decirle los nombres de mis compañeras, ignorando que el pobre chico estaba aturdido.
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–No me simpatizan –declaró el chico, por fin recuperado y ya habiendo anotado nuestros nombres en su lista–, pero me ahorraron el trabajo de lidiar con criaturas extrañas. –Miró la invocación de Valy–. Bueno, casi todas –murmuró–. Así que por hoy no escupiré en sus bebidas. –Empezó a caminar y nos hizo un gesto para que lo siguiéramos.
Pronto llegamos al edificio donde los concursantes estaban reunidos, pronto porque el lugar quedaba a unos pocos metros y por algún motivo no me había percatado. No obstante, al finalmente ver quiénes serían todos nuestros oponentes, supe que el pato no era la mayor amenaza… Bueno, sí lo era, pero quise decir algo impactante, aunque fuera mentira.
- Resto de concursantes:
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–Vaya, para ser un concurso de belleza femenina, creí que habría más mujeres –comentó Xana, ojeando el lugar–. No veo a Hydro. ¿Dónde está?
–Pronto comenzará el concurso –interrumpió con calma el chico de las inscripciones–. El primer desafío es sencillo, tal vez el único sencillo. Caminar por la pasarela, tal vez quitarse algo de ropa en el camino si son traviesas, y al final decir alguna frase de presentación, siempre elegantes y sabrosas. Ya saben, deben enamorar al público con una primera impresión, especialmente a los jueces, que cuando las vean quieran abrirlas y lamerlas como las biusapuertas que ustedes quieren ser. –Se inclinó hacia nosotros y nos susurró–: No ignoren a la jueza ardilla; no habla mucho, pero su voto es muy importante.
–Entiendo –asentí, montado sobre la mantícora. El chico dirigió una mirada ceñuda a mi montura y luego a mí. Ladeé la cabeza, confuso. Él abrió la boca, pero entonces optó por mantenerse callado.
–No importa –suspiró–. Vayan a donde el resto de concursantes. Yo debo seguir trabajando, si es que no hacen explotar este lugar con más de sus cosas raras.
El chico joven de poca edad se reunió con un trío de personajes dispares ubicados frente a la pasarela, en el puesto de los jueces.
- Jueces:
- [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Un hombre con un ajustado disfraz de abeja subió al escenario, dio la bienvenida a todos los espectadores, dio un discurso que a nadie pareció importarle, y bajó cuando fue interrumpido por los músicos.
Los otros concursantes formaron una fila, preparándose para subir a la pasarela. A mi pesar, bajé de la hermosa mantícora y di un paso hacia ellos. Casi me torcí el tobillo por pisar mal, pero reanudé la caminata como si no hubiera pasado nada.
–Será sencillo –mentí.
Rauko
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Las espadas chocaban y el sonido del metal colisionando llenaba el lugar la lucha entre Zelas y Brian no daba paso a ningún error, era una lucha completamente igualada y eso no era solamente porque los 2 tenían la misma apariencia.
-Esto se esta alargando demasiado-
-Mi siguiente ataque será letal.... Como patada de monja-
Aquello ultimo no tenia mucho sentido, sin embargo, el Brian lanzo una seguidilla de ataques encadenados que obligaron al no-elfo a esquivar con todo lo que tenia, viéndose forzado en algunos ataques a clavar su espada en el piso y literalmente saltar por su vida en algunas ocasiones. Molesto y sin ganas de permitir que el Brian siguiera saliéndose con la suya, Hazelas lanzo su espada al aire, para acto seguido saltar detrás de su espada y aprovechando el peso de la misma, girar al momento que la sujetaba y la blandía en un ataque aéreo que fue bloqueado por el arma del Brian.
-Oh vamos esa era una idea genial-
-Pobre ejecución, tienes una cara de estúpido insoportable-
-¿Te has dado cuenta que tenemos la misma cara verdad?-
El no elfo se echo a reír mientras que el Brian lanzaba otra seguidilla de ataques.
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Luego de golpear a unos cuantos concursantes con el cuerpo inconsciente de Zelas y una elipsis manticoresca mas tarde el grupo finalmente había logrado su objetivo inicial, ahora venia el otro gran desafío el cual era modelar, para la mayoría no habría problema, sin embargo tener que andar cargando al inconsciente Hazelas no le hacia ninguna gracia a Eve.
-¿Qué haremos con él?- señalo Xana al rubio
-Y si lo tiramos y ya- respondió Eve ya cansada
-Bueno tampoco podíamos esperar mucho de el- dijo encogiéndose de hombros
-Genial- comento con entusiasmo preparándose.
-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Hazel había comenzado a notar un patrón en los ataques del Brian, decidido a terminar esta batalla de una vez por todas, comenzó a moverse erráticamente potenciando sus piernas con breves explosiones de éter que brotaban desde sus pies,(1) acercándose de golpe hacia el Brian preparándose para asestar un corte lateral hacia un lado de su enemigo, pero cambiando bruscamente de dirección usando como pivote su propio cuerpo, cortándole desde el lado opuesto al que planeaba inicialmente, separando el torso del Brian de sus piernas.
-Quédate muerto, tengo una puerta que lamer-
-Nadie muere realmente.... Solo..-
-Si si, lo que digas ya muere de una vez-
Exclamo el no-elfo aplastando la cabeza de su enemigo con la parte plana de su espada e impidiéndole seguir expresando lo que sea que el Brian quería expresar.
-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Eve se había preparado y luego de tomar a Hazelas por un brazo y una pata, giro con fuerza para lanzarlo por sobre los demás concursantes con espada y todo el conjunto, el cuerpo inconsciente del rubio reboto por sobre la pasarela, cuando estaba por dar un ultimo rebote recupero la conciencia empuñando su enorme espada y blandiéndola para terminar en una pose que de no haber sido por todo lo anterior descrito habría sido genial.
Aun así logro un par de aplausos de los jueces y algunos asistentes que aun no entendían bien cual era la intencion del rubio con extensiones, el cual confundido por la situación salió de la pasarela, arrastrando su ridículamente grande espada y dañando la pasarela en el proceso.
-¿En que momento avanzamos tanto?, siento como si hubiera pasado mucho tiempo- exclamo el rubio a sus compañeros, tenia ganas de una biusapuerta, pero primero necesitaba saber cuanto tiempo había pasado y que rayos había pasado con ese raro enfrentamiento con alguien a quien ya había derrotado.
off: habilidades usadas: (1) Vuelo Fulgido
Estado anormal: Memorias Residuales: Durante los siguientes temas en los que participes al menos una vez por tema deberás librar una breve lucha contra 1 de las 4 entidades que te acompañan (Brian, Ian, Braver, La Abeja). Cada vez que lo hagas, la entidad involucrada desaparecerá permanentemente.
Entidades restantes 3/4
-Esto se esta alargando demasiado-
-Mi siguiente ataque será letal.... Como patada de monja-
Aquello ultimo no tenia mucho sentido, sin embargo, el Brian lanzo una seguidilla de ataques encadenados que obligaron al no-elfo a esquivar con todo lo que tenia, viéndose forzado en algunos ataques a clavar su espada en el piso y literalmente saltar por su vida en algunas ocasiones. Molesto y sin ganas de permitir que el Brian siguiera saliéndose con la suya, Hazelas lanzo su espada al aire, para acto seguido saltar detrás de su espada y aprovechando el peso de la misma, girar al momento que la sujetaba y la blandía en un ataque aéreo que fue bloqueado por el arma del Brian.
-Oh vamos esa era una idea genial-
-Pobre ejecución, tienes una cara de estúpido insoportable-
-¿Te has dado cuenta que tenemos la misma cara verdad?-
El no elfo se echo a reír mientras que el Brian lanzaba otra seguidilla de ataques.
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Luego de golpear a unos cuantos concursantes con el cuerpo inconsciente de Zelas y una elipsis manticoresca mas tarde el grupo finalmente había logrado su objetivo inicial, ahora venia el otro gran desafío el cual era modelar, para la mayoría no habría problema, sin embargo tener que andar cargando al inconsciente Hazelas no le hacia ninguna gracia a Eve.
-¿Qué haremos con él?- señalo Xana al rubio
-Y si lo tiramos y ya- respondió Eve ya cansada
-Bueno tampoco podíamos esperar mucho de el- dijo encogiéndose de hombros
-Genial- comento con entusiasmo preparándose.
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Hazel había comenzado a notar un patrón en los ataques del Brian, decidido a terminar esta batalla de una vez por todas, comenzó a moverse erráticamente potenciando sus piernas con breves explosiones de éter que brotaban desde sus pies,(1) acercándose de golpe hacia el Brian preparándose para asestar un corte lateral hacia un lado de su enemigo, pero cambiando bruscamente de dirección usando como pivote su propio cuerpo, cortándole desde el lado opuesto al que planeaba inicialmente, separando el torso del Brian de sus piernas.
-Quédate muerto, tengo una puerta que lamer-
-Nadie muere realmente.... Solo..-
-Si si, lo que digas ya muere de una vez-
Exclamo el no-elfo aplastando la cabeza de su enemigo con la parte plana de su espada e impidiéndole seguir expresando lo que sea que el Brian quería expresar.
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Eve se había preparado y luego de tomar a Hazelas por un brazo y una pata, giro con fuerza para lanzarlo por sobre los demás concursantes con espada y todo el conjunto, el cuerpo inconsciente del rubio reboto por sobre la pasarela, cuando estaba por dar un ultimo rebote recupero la conciencia empuñando su enorme espada y blandiéndola para terminar en una pose que de no haber sido por todo lo anterior descrito habría sido genial.
Aun así logro un par de aplausos de los jueces y algunos asistentes que aun no entendían bien cual era la intencion del rubio con extensiones, el cual confundido por la situación salió de la pasarela, arrastrando su ridículamente grande espada y dañando la pasarela en el proceso.
-¿En que momento avanzamos tanto?, siento como si hubiera pasado mucho tiempo- exclamo el rubio a sus compañeros, tenia ganas de una biusapuerta, pero primero necesitaba saber cuanto tiempo había pasado y que rayos había pasado con ese raro enfrentamiento con alguien a quien ya había derrotado.
off: habilidades usadas: (1) Vuelo Fulgido
Estado anormal: Memorias Residuales: Durante los siguientes temas en los que participes al menos una vez por tema deberás librar una breve lucha contra 1 de las 4 entidades que te acompañan (
Entidades restantes 3/4
Zelas Hazelmere
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Re: «Insertar título del tema aquí» [Libre]
Solo se fue un momento. Ida y vuelta. Era solo un suspiro en Miautiora, principalmente porque las leyes sobre vuelo manticoril estaban aun en su infancia en tierras humanas. Y porque su taller pillaba cerca sinceramente. Y que había entrado por la ventana en vez de por la puerta. Pero si les dejaba el concurso en sus manos en la vida iban a cosneguir esa estupida puerta, y ahora ya habia ivnertido demasiado tiempo como para perder ante un ave. O ante nadie en realidad, pero especialmente el pajarraco.
-¿Qué opinas Mardy? Inocente, Hada, o Golfa? Tengo el látigo tirado por algún lado.- ya había pensado los vestidos que escogería durante el camino, pues por supuesto que se los sabia, pero estaba entre tres aun.
El felino de tamaño inusual soltó un maullido. Puede que, porque estaba sufriendo para aguantarse en la ventana, con solo la cabeza cabiéndole dentro y teniendo que aguantarse con las garras en la pared. Desde luego no iba a pagar eso, diría que anda sabia de la gigantesca mantícora de luz al casero. No podía demostrar nada.
-Cierto. Asaetar pervertidos es un trabajo muy duro, fuera este último.- Pero el sabio felino extradimensional no compartió más sabiduría con ella, y no quería entretenerse demasiado y quitarle el paseo a Rauko, así que recogió ambos vestidos candidatos, los complementos y salió volando de vuelta.
Y ya que necesitaba un momento para cambiarse, dejo que el resto del grupo tomara protagonismo examinando a los jueces, ojeando a la competencia, etc etc. Mientras tanto, se acercó a Xana. -Hey pss pss, ¿cuál uso?- preguntó, enseñando de incognito los vestidos. Una nunca sabia cuando aparecería un pato con las medidas adecuadas para el vestido y desde luego no iba a dejar que se lo robaran. Y ahora que empezaba el discurso, parecía ser el momento ideal de escabullirse y cambiarse.
-¿Qué opinas Mardy? Inocente, Hada, o Golfa? Tengo el látigo tirado por algún lado.- ya había pensado los vestidos que escogería durante el camino, pues por supuesto que se los sabia, pero estaba entre tres aun.
El felino de tamaño inusual soltó un maullido. Puede que, porque estaba sufriendo para aguantarse en la ventana, con solo la cabeza cabiéndole dentro y teniendo que aguantarse con las garras en la pared. Desde luego no iba a pagar eso, diría que anda sabia de la gigantesca mantícora de luz al casero. No podía demostrar nada.
-Cierto. Asaetar pervertidos es un trabajo muy duro, fuera este último.- Pero el sabio felino extradimensional no compartió más sabiduría con ella, y no quería entretenerse demasiado y quitarle el paseo a Rauko, así que recogió ambos vestidos candidatos, los complementos y salió volando de vuelta.
Y ya que necesitaba un momento para cambiarse, dejo que el resto del grupo tomara protagonismo examinando a los jueces, ojeando a la competencia, etc etc. Mientras tanto, se acercó a Xana. -Hey pss pss, ¿cuál uso?- preguntó, enseñando de incognito los vestidos. Una nunca sabia cuando aparecería un pato con las medidas adecuadas para el vestido y desde luego no iba a dejar que se lo robaran. Y ahora que empezaba el discurso, parecía ser el momento ideal de escabullirse y cambiarse.
- Opción 1:Little Red Valy With a Hood:
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- Opción 2: Star Guardian Valy:
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Valyria
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Lady Düster, también conocida como Lady Düster, manteniendo inescrutable su rostro cubierto, o hecho, de sombras, estudió a cada uno de los jóvenes participantes, aplaudiendo cada tanto por cortesía. Horrendo, es la palabra que sentía adecuada para lo que veía. Incluso el favorito del público, un rubio de ojos esmeraldas, carecía de la gracia digna de una verdadera Miss Puerta. ¿Por quinta vez consecutiva debían elegir, por descarte, al pato como ganador?, se preguntaba con pesar, hasta que la vio a ella: alguien diferente, de belleza sobrenatural, con un sombrío brillo que trascendía la muerte, a pesar del espantoso traje de mariposa estelar que esta vestía.
Sonrió, verdaderamente cautivada.
Moviendo una mano con parsimonia, con los dedos índice y pulgar agarró a una de las pequeñas ardillas sirvientas de su compañero y la acercó a su rostro. La oscuridad devoró al roedor, dejándonos una pregunta importante: ¿estos tres párrafos serán relevantes para la trama o solo están para rellenar? Sin duda alguna, pues sí.
• • • • • Momentos antes • • • • •
–Hmm… –dijo Xana mientras sopesaba las dos opciones. Sin embargo, no duró mucho dándole vueltas al asunto, pues finalmente reparó en que se había preocupado más por la apariencia de sus compañeros que de ella misma. Seguía con su burda vestimenta habitual, y ni siquiera llevaba calzado. Por fin pensó que debía elegir algo pronto o rezar porque a los jueces les pudiera mucho eso de ver pies desnudos–. Sí –dijo de pronto, saliendo de su ensimismamiento al recordar lo que Valyria le pidió–. Este –sentenció obligándose a elegir al instante, aparentando seguridad al señalar el vestido mariposa–. Por algún motivo, siento que alas como estas ahora van muy bien contigo. No sé cómo describirlo. Es… algo mágico –fue su improvisado intento de explicación, que terminó con Xana enseñándole un pulgar arriba y una sonrisa.
Una vez que la oblivionada fue a cambiarse, Xana miró en derredor, buscando cómo cambiarse también. Hizo una mueca de frustración al no tener ninguna idea, que se acrecentó cuando llegó el momento de ir a la pasarela.
–Oh, vaya, un Zelas volador –observé, pensativo–. Xana, ha…
–No pienso lanzarte –me interrumpió, prediciendo mi sugerencia–. Prefiero evitar que se enteren de que tú tampoco llevas bragas.
–Subaru, estarás orgulloso de mí –proclamó el sujeto peliazul con traje de mucama, y caminó por la pasarela, blandiendo su arma contra enemigos imaginarios y, cada tanto, sacudía su trasero.
Xana arrugó la nariz en claro disgusto, y se alivió al ver que otros participantes optaban por dar un espectáculo poco similar, aunque igual de estrafalarios. Luego vino la confusión. Los espectadores estaban maravillados, embelesados o eufóricos; alababan a cada concursante, tratándolos como ídolos de la belleza, pero, para sorpresa de Xana, no había lujuria en ellos.
Xana, que hasta unos días atrás fue aborrecida por su apariencia sin importar sus buenas acciones, tuvo sentimientos encontrados al contemplar aquella escena que le era incongruente. Allí, sin importar lo que hiciera, sería vista como una obra de arte digna de admiración. Sería considerada lo mejor que salió de las entrañas de la diosa Imbar (después de Zelas, por supuesto).
–¿Eso es lo que debo hacer? –pregunté entonces–. ¿Movimientos aleatorios? –Fruncí el ceño por la incomprensión–. ¿Esto qué demonios tiene que ver con lo que Valy intentó enseñarnos?
Fue entonces cuando un par de ideas condujeron a Xana a tomar una decisión e intentar ignorar sus dudas.
–Rauko –empezó, manteniendo una respiración profunda pero sonora–, haremos lo que Valy te enseñó, pero siendo más espectaculares y… «coquetos». –Asintió para sí misma–. Iré primero, así que mírame y aprende.
Abrió y cerró los puños un par de veces, tragó saliva y subió a la pasarela. Irguió su espalda, alzó su mentón y marchó, cada paso contoneando sus caderas. La atención que capturaba no duraba mucho, sin embargo. Su labio inferior tembló por un instante. Sudor empezó a cubrir sus manos.
Y tuvo otra idea. Creó dos pequeñas estrellas azules y las hizo orbitar a su alrededor, dibujando con sus estelas trazos de luz que desprendían polvo estelar.[1] Luego, ahora serpenteando sobre la pasarela, bailó. Movimientos suaves y gráciles, giros y pequeños saltos. Una danza que fue interrumpida con el truco mágico de cambiar de lugar con una de las esferas etéreas, pero esta vez dejando atrás parte de su ropa y todo rastro de suciedad, dejando descubiertos sus brazos, piernas y los laterales del torso y las caderas, además de quedar más reluciente que pato asado.[2]
Finalmente, el público alabó al nuevo ídolo femenino. Los locos podían entenderse entre ellos, supuse. Y Xana, reanudando el baile, contuvo una sonrisa, empezando a disfrutar, aunque con algo de vergüenza, de aquel momento donde nadie la despreciaba, donde nadie la aborrecía, sintiéndose una diosa inalcanzable, esperando que yo, más que nadie, la contemplara. Luego se giró y con un gesto me invitó a subir, a ser el elfo que sí podría brillar como ella y alcanzarla.
–Vale, entiendo –musité–. Debo teletransportarme –fue la mediocre conclusión que saqué en aquel momento respecto al acto. Por desgracia, aún no había ido a la Torre Infinita a buscar la runa de teleportación, así que subí a la pasarela intentando pensar un plan E.
Comencé como Xana, empleando lo practicado con Valy y añadiendo lo de mover las caderas. Por algún motivo, por solo eso recibí algunos aplausos, aunque caminaba aún con algo de torpeza. Por desgracia, de entre los jueces solamente el hombre-león tenía la mirada puesta en mí, y no tranquilizaba el aparente instinto asesino en sus ojos.
Supe que no iba a recuperar mi biusapuerta de ese modo, así que me arriesgué. Decidí usar un truco que Kendovlah me sugirió hacer mientras estuve durmiendo en su choza.
Canalicé mi éter en cierto punto de mi cuerpo. Como resultado, un fuerte resplandor nació en aquel lugar, y fue más notable cuando lo expuse levantando un poco mi falda.
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• • • • • Interludio • • • • •
Gado, el imbatible hombre-león, abrió los ojos ampliamente, necesitando observar cada instante y guardarlos en su memoria. Fue como ver la creación del cosmos, observar algo que prepondera por sobre todos los placeres de la carne y del espíritu, insuperable incluso para la divinidad. El peliblanco, con el fulgor censurando su entrepierna, fue más magnífico que toda representación del nacimiento del Dragón de Luz.
Quizás, por esta vez, finalmente la lechuga inmóvil y el pato elegante la tendrían difícil.
__________________________________
–Vale, se sintió más raro de lo que esperé –comenté tras volver de la pasarela–. Ah, Zelas, ya despertaste –noté con agrado–. Pues no lo sé, diría que han transcurrido poco más de unos diez minutos –contesté a su pregunta–, pero siento que pasaron exactamente ciento once días desde que te dormiste.
–Da igual –intervino Xana, aún custodiada por dos orbes de luz–. Somos el éxito, dormidos o sin bragas –declaró entusiasmada–. Yo más que ustedes dos, por supuesto, pero no se quedan muy atrás.
(☞°∀°)☞ OFFROL ☜(°∀°☜)
[1] Habi de Xana: Luceros duales.
[2] Habi de Xana: Permuta sidérea, pero versión Deus Ex Ecchi.
[2] Habi de Xana: Permuta sidérea, pero versión Deus Ex Ecchi.
Rauko
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-Si se ha sentido como si hubiera pasado mucho tiempo... Bueno creo que tenemos esta ronda asegurada, pero si no llegamos a ganar, siempre tenemos la prueba del traje de baño- se excuso el rubio mientras intentaba despabilar, ya habían desfilado casi todos, Eve salió a la pasarela, sacudió bien las caderas mientras caminaba y por algún motivo realizo una voltereta hacia atrás que hizo que sus calla-guaguas rebotaran bastante, volvió de la pasarela arreglándose el vestido y de paso cerrando la mandíbula de Zelas que estaba abierta ante tanto rebote.
-¿Qué?, no eres el único que puede hacer una voltereta- exclamo acomodándose una bubi(?).
-Brrrrrrrr- replico el no-elfo observando con evidente lujuria.
-Zelas calmate!- dijo la elfa al momento de darle un zape al rubio.
Entonces todos notaron que aun faltaba Valy para presentarse -Rauko tenemos que comprar tiempo o el pato se llevara esta competencia- exclamo Hazelas al momento que tomaba a Rauko y salía de vuelta hacia la pasarela, entonces se dio cuenta que no tenia idea de lo que harían y la gente los miraba, -Nose que vamos a hacer... y la gente nos esta mirando- le confeso a su amigo cuando el pato y el tipo musculoso con peluca los increparon.
-Piensan que dejaremos que se roben la atención, por el amor que le tengo a Subaru, no lo permitiré!-
-Cuak!-
-¿Qué?-
-Dije que yo tampoco lo permitiré!-
-Puede hablar!-
-Puede hablar!-
-Puede hablar!-
-Si puedo hablar y ahora los desafiamos a un duelo de baile!!-
Nada tenia sentido, aun faltaban participantes por presentarse y el pato podía hablar, los 3 jueces levantaron su pulgar en señal de aprobación y comenzó a sonar la música, el tipo de cabello azul y el pato bailaban en perfecta sincronía, mientras que el elfo y el no-elfo tenían dificultades para seguir el ritmo, o al menos así parecía hasta que la música cambio de golpe, Rauko y Zelas observaron como Xana y Eve presionaban a los músicos para cambiar el ritmo y de paso hacerles señas para que hicieran algo, el rubio miro al peliblanco y asintió -Podemos hacerlo- y entonces lo hicieron, fue tan asombroso y espectacular que mejor pongo un video(?) además que hizo que el pato y el peliazul no pudieran hacer mas y dejaron que el no-elfo y el elfo se tomaran la pista de baile, lo cual haría que la entrada de Valyria fuera el doble de espectacular.
-¿Qué?, no eres el único que puede hacer una voltereta- exclamo acomodándose una bubi(?).
-Brrrrrrrr- replico el no-elfo observando con evidente lujuria.
-Zelas calmate!- dijo la elfa al momento de darle un zape al rubio.
Entonces todos notaron que aun faltaba Valy para presentarse -Rauko tenemos que comprar tiempo o el pato se llevara esta competencia- exclamo Hazelas al momento que tomaba a Rauko y salía de vuelta hacia la pasarela, entonces se dio cuenta que no tenia idea de lo que harían y la gente los miraba, -Nose que vamos a hacer... y la gente nos esta mirando- le confeso a su amigo cuando el pato y el tipo musculoso con peluca los increparon.
-Piensan que dejaremos que se roben la atención, por el amor que le tengo a Subaru, no lo permitiré!-
-Cuak!-
-¿Qué?-
-Dije que yo tampoco lo permitiré!-
-Puede hablar!-
-Puede hablar!-
-Puede hablar!-
-Si puedo hablar y ahora los desafiamos a un duelo de baile!!-
Nada tenia sentido, aun faltaban participantes por presentarse y el pato podía hablar, los 3 jueces levantaron su pulgar en señal de aprobación y comenzó a sonar la música, el tipo de cabello azul y el pato bailaban en perfecta sincronía, mientras que el elfo y el no-elfo tenían dificultades para seguir el ritmo, o al menos así parecía hasta que la música cambio de golpe, Rauko y Zelas observaron como Xana y Eve presionaban a los músicos para cambiar el ritmo y de paso hacerles señas para que hicieran algo, el rubio miro al peliblanco y asintió -Podemos hacerlo- y entonces lo hicieron, fue tan asombroso y espectacular que mejor pongo un video(?) además que hizo que el pato y el peliazul no pudieran hacer mas y dejaron que el no-elfo y el elfo se tomaran la pista de baile, lo cual haría que la entrada de Valyria fuera el doble de espectacular.
- El baile tan asombroso y espectacular que para describirlo mejor pongo un video(?):
Zelas Hazelmere
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Los motivos sonaban raros en su cabeza, todo fuera dicho. Pero se fiaba, así que iba a escoger el vestido con alas. O puede, pensó en retrospectiva, mientras miraba a su alrededor buscando algún sitio en el que cambiarse, que a Xana le gustara mucho la idea de ella en ese vestido. Ah, como hacer eso…. Empezó por ponerle las manos en los hombros y mirarla a los ojos.
-Xana. Eres un cielo. Encantadora. Y te quiero mucho. Pero Rauko ya lo hizo raro dándome un anillo, lo nuestro no es posible. Era un anillo muy bonito y posiblemente mágico.- y se fue, para no estropear más la relación y sin causar absolutamente ningún malentendido.
Encontrar un lugar donde cambiarse era fácil. Encontrar un lugar donde cambiarse sin enseñar sus vergüenzas fue un poco más difícil, incluso con la mantícora obligando al resto a mantener una respetuosa distancia. Al final, como siempre, la solución era magia.
Si, puede que usar gatos faericos como palo de cortina fuera un uso banal e impropio de sus poderes ancestrales. Pero estaba bastante segura de que sus ancestros nunca habían tenido que cambiarse de ropa por culpa de un concurso de belleza, ¿así que quien era la más sabia ahora huh?
En cualquier caso, mientras se cambiaba, algunos ya habían desfilado, y por algún motivo, la competición había degenerado en un… concurso de baile. No iba a quejarse, sinceramente, pero se le hacia raro. Así que allí estaba, volando en mantícora, buscando un buen momento para saltar desde los cielos al escenario, con su corte de angelicales felinos.
Nunca encontró el momento, la verdad, así que espero hasta que ese par de zoquetes sin bragas que tenia por compañeros de delito acabaran para saltar, adelantándose al contra baile del pato y el otro.
Y si, el tipo musculoso y con peluca era “el otro”, pues no era relevante. Básicamente porque al aterrizar, totalmente grácil, por supuesto, pero algo más rápido de lo que le gustaría porque sus gatos eran vagos y ni intentaron agarrarla….
No había una manera elegante de decir que le dio una patada al pato para apartarlo del escenario. Una patada suave eso sí, tampoco era un monstruo. Se había decidido por una danza de espadas, con seda translucida en las manos, para dejar trazas de color. Y absolutamente no había escogido este tipo de danza de espadas para ocultar que bailar bailar no bailaba muy bien, pero luchar sabia, no señor.
Había sido una excusa para vengarse del pato, sinceramente.
-Xana. Eres un cielo. Encantadora. Y te quiero mucho. Pero Rauko ya lo hizo raro dándome un anillo, lo nuestro no es posible. Era un anillo muy bonito y posiblemente mágico.- y se fue, para no estropear más la relación y sin causar absolutamente ningún malentendido.
Encontrar un lugar donde cambiarse era fácil. Encontrar un lugar donde cambiarse sin enseñar sus vergüenzas fue un poco más difícil, incluso con la mantícora obligando al resto a mantener una respetuosa distancia. Al final, como siempre, la solución era magia.
Si, puede que usar gatos faericos como palo de cortina fuera un uso banal e impropio de sus poderes ancestrales. Pero estaba bastante segura de que sus ancestros nunca habían tenido que cambiarse de ropa por culpa de un concurso de belleza, ¿así que quien era la más sabia ahora huh?
En cualquier caso, mientras se cambiaba, algunos ya habían desfilado, y por algún motivo, la competición había degenerado en un… concurso de baile. No iba a quejarse, sinceramente, pero se le hacia raro. Así que allí estaba, volando en mantícora, buscando un buen momento para saltar desde los cielos al escenario, con su corte de angelicales felinos.
Nunca encontró el momento, la verdad, así que espero hasta que ese par de zoquetes sin bragas que tenia por compañeros de delito acabaran para saltar, adelantándose al contra baile del pato y el otro.
Y si, el tipo musculoso y con peluca era “el otro”, pues no era relevante. Básicamente porque al aterrizar, totalmente grácil, por supuesto, pero algo más rápido de lo que le gustaría porque sus gatos eran vagos y ni intentaron agarrarla….
No había una manera elegante de decir que le dio una patada al pato para apartarlo del escenario. Una patada suave eso sí, tampoco era un monstruo. Se había decidido por una danza de espadas, con seda translucida en las manos, para dejar trazas de color. Y absolutamente no había escogido este tipo de danza de espadas para ocultar que bailar bailar no bailaba muy bien, pero luchar sabia, no señor.
Había sido una excusa para vengarse del pato, sinceramente.
Valyria
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Re: «Insertar título del tema aquí» [Libre]
Nuestro equipo fue el éxito. Algunos miembros más que otros, ciertamente, pero brillamos más que el resto de concursantes, en varios sentidos. Por desgracia, aún faltaba Valy, así que Zelas tuvo un plan para ganarle tiempo.
Asentí con la cabeza y me dejé arrastrar por él de vuelta a la pasarela, sin importar si era permitido regresar aún. Esperé que me informara de su plan, y entonces descubrí que el plan era como la inocencia de Nousis: no había, no existía.
Aunque estábamos parados como imbéciles, tal fue nuestro éxito anterior que el peliazul y el pato se nos acercaron viéndonos como una clara e ineludible amenaza para sus planes. El sujeto nos amenazó y el pato le secundó, aunque Zelas no le entendió al ave por algún motivo desconocido. «¿Desde cuándo entenderle a las aves es tan complicado?», me pregunté.
El pato, sin más opción, se resignó a abandonar el patoñol para hablar en el idioma común, sorprendiendo tanto al no-elfo como a Eve y a Xana. Arrugué la nariz extrañado por la reacción de mis compañeros. «Lo que faltaba, ahora resulta que soy el único que sabe hablar con pájaros», lamenté.
Y llegó el momento del duelo. Pato y peliazul empezaron a bailar. Fruncí el ceño. Aquello era malo. Bailar aquella música no era lo mío. Pensé en repetir el truco de la trompa de luz, pero concluí que no serviría para eso. Hice lo que pude imitando al no-elfo, pero él bailaba peor de lo que Xana cocinaba.
Hablando de Xana, ella, que durante un rato no pudo dejar de darle vueltas al hecho de que le regalé un anillo a Valyria, salió de sus cavilaciones al observarnos. Entonces redescubrió la vergüenza ajena. No tuvo más remedio que buscar una forma de evitarme hacer el ridículo, más de lo que yo hacía normalmente.
Junto con Eve pidieron a los músicos, con amabilidad y luego con algo más de fiereza ante un primer rechazo, que cambiaran la canción por otra.
Los músicos, entonces, hicieron su magia. Lo nuevo que sonó era raro, pero a Zelas y a mí nos servía: sí supimos cómo bailar eso a la perfección.
Ahora, ¿por qué sabíamos bailar con esa extraña música? Pues hay una maravillosa historia que lo explica: hace tres años, cuando… Al Oblivion con la explicación, a nadie le interesa.
–Ellas no lo saben aún –comentó a sus compañeros un apuesto hombre calvo, de cuerpo escultural y de suculento color chocolate que se encontraba en el público, deleitándose con nuestro baile–, pero ellas van a ser mis esposas –aseguró.
De pronto Valyria cayó del cielo en una gran entrada que culminó con una inesperada patada al pobre pato. El ave cayó fuera del escenario y enseguida fue capturado por un grupo de ardillas, las cuales le cubrieron la cabeza con una bolsa negra y se lo llevaron a algún lugar desconocido.
–Chiiick –anunció la jueza ardilla, lo que acalló a todos. Siendo el centro de atención, le hizo unas señas a la jueza de sombras y al león, quieres respondieron asintiendo–. ¡Chiiick!
–Es su última oportunidad para impresionarnos –dijo la mujer sombra, con voz clara y elegante–. The time has come for you to lipsync for your life.
Una carcajada sonó de alguien que pareció haber esperado con ansias ese momento.
–¡Lo dijo, lo dijo! –celebró aquel sujeto.
Otra canción empezó. Los concursantes bailaron estrepitosamente, cada quien a su modo, mientras movían sus labios como para fingir que eran ellos los que cantaban.
Miré a Valyria y a Zelas, me encogí de hombros y me uní a la locura.
Asentí con la cabeza y me dejé arrastrar por él de vuelta a la pasarela, sin importar si era permitido regresar aún. Esperé que me informara de su plan, y entonces descubrí que el plan era como la inocencia de Nousis: no había, no existía.
Aunque estábamos parados como imbéciles, tal fue nuestro éxito anterior que el peliazul y el pato se nos acercaron viéndonos como una clara e ineludible amenaza para sus planes. El sujeto nos amenazó y el pato le secundó, aunque Zelas no le entendió al ave por algún motivo desconocido. «¿Desde cuándo entenderle a las aves es tan complicado?», me pregunté.
El pato, sin más opción, se resignó a abandonar el patoñol para hablar en el idioma común, sorprendiendo tanto al no-elfo como a Eve y a Xana. Arrugué la nariz extrañado por la reacción de mis compañeros. «Lo que faltaba, ahora resulta que soy el único que sabe hablar con pájaros», lamenté.
Y llegó el momento del duelo. Pato y peliazul empezaron a bailar. Fruncí el ceño. Aquello era malo. Bailar aquella música no era lo mío. Pensé en repetir el truco de la trompa de luz, pero concluí que no serviría para eso. Hice lo que pude imitando al no-elfo, pero él bailaba peor de lo que Xana cocinaba.
Hablando de Xana, ella, que durante un rato no pudo dejar de darle vueltas al hecho de que le regalé un anillo a Valyria, salió de sus cavilaciones al observarnos. Entonces redescubrió la vergüenza ajena. No tuvo más remedio que buscar una forma de evitarme hacer el ridículo, más de lo que yo hacía normalmente.
Junto con Eve pidieron a los músicos, con amabilidad y luego con algo más de fiereza ante un primer rechazo, que cambiaran la canción por otra.
Los músicos, entonces, hicieron su magia. Lo nuevo que sonó era raro, pero a Zelas y a mí nos servía: sí supimos cómo bailar eso a la perfección.
Ahora, ¿por qué sabíamos bailar con esa extraña música? Pues hay una maravillosa historia que lo explica: hace tres años, cuando… Al Oblivion con la explicación, a nadie le interesa.
–Ellas no lo saben aún –comentó a sus compañeros un apuesto hombre calvo, de cuerpo escultural y de suculento color chocolate que se encontraba en el público, deleitándose con nuestro baile–, pero ellas van a ser mis esposas –aseguró.
De pronto Valyria cayó del cielo en una gran entrada que culminó con una inesperada patada al pobre pato. El ave cayó fuera del escenario y enseguida fue capturado por un grupo de ardillas, las cuales le cubrieron la cabeza con una bolsa negra y se lo llevaron a algún lugar desconocido.
–Chiiick –anunció la jueza ardilla, lo que acalló a todos. Siendo el centro de atención, le hizo unas señas a la jueza de sombras y al león, quieres respondieron asintiendo–. ¡Chiiick!
–Es su última oportunidad para impresionarnos –dijo la mujer sombra, con voz clara y elegante–. The time has come for you to lipsync for your life.
Una carcajada sonó de alguien que pareció haber esperado con ansias ese momento.
–¡Lo dijo, lo dijo! –celebró aquel sujeto.
Otra canción empezó. Los concursantes bailaron estrepitosamente, cada quien a su modo, mientras movían sus labios como para fingir que eran ellos los que cantaban.
Miré a Valyria y a Zelas, me encogí de hombros y me uní a la locura.
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Lady Düster: Sabía que era la chica mariposa la que debía ganar. No me era necesario la tercera prueba para reafirmar mi conclusión. No obstante, la jueza ardilla no aceptaría saltarnos las pruebas, así que me permití disfrutar de la actuación de mi niña mariposa.__________________________________
Bailé y fingí cantar, sin preocuparme mucho en sincronizarme con Zelas, pues parecía que debíamos solo dejarnos llevar por el momento. Así que eso hice, sin ataduras.__________________________________
Jueza ardilla: Chiiick, chick, ¡Chiiiiick!__________________________________
Otros participantes no pudieron seguir el ritmo por mucho tiempo: uno no dejaba de resbalar y tropezar, otro levantó a alguien más para intentar un paso de baile y no terminaron bien, mientras que la lechuga solo estaba inmóvil. De alguna manera me las arreglé para ser mejor que ellos.__________________________________
Xana: Cuando estaba viendo aquello… Dioses, no saben cuánta vergüenza sentí por Rauko. Me estaba poniendo muy nerviosa. Él siempre fue ridículo, pero esto ya era demasiado. ¡El público estaba riéndose! Así que decidí intervenir, salvarlo de que se inmortalizara en lo ridículo.__________________________________
Repentinamente se generaron centenares de partículas de luz a nuestro alrededor y estallaron una tras otra.[1] Como si no fueran suficiente, un par de esferas de energía aparecieron y colisionaron entre ellas para desencadenar una gran explosión espectacular que me sacó volando del escenario.[2] (☞°∀°)☞ OFFROL ☜(°∀°☜)
[1] Habi de Xana: Polvo estelar (+20).
[2] Habi de Xana: Idilio de estrellas (+10), usado para salvar a Rauko de seguir haciendo el ridículo (+10).
[2] Habi de Xana: Idilio de estrellas (+10), usado para salvar a Rauko de seguir haciendo el ridículo (+10).
Rauko
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Re: «Insertar título del tema aquí» [Libre]
Había llegado el momento de hacer lipsync por su vida, Hazel jamás pensó que quedaría en las ultimas 3 de esa competencia.
Hazelina Sour Mash Sofia Chaquita Banana Obama: -Jamás pensé quedar en las ultimas 3 de esta competencia, pero ya que estamos acá, chica lúcete-
Hazelina Sour Mash Sofia Chaquita Banana Obama y Raulingona Shawarma Prost LaCroix hicieron lo que pudieron pero aquello al parecer no fue suficiente.
Lady Düster: -Hazelina Sour Mash Sofia Chaquita Banana Obama, Raulingona Shawarma Prost LaCroix, su lipsync podra haber salvado la vida de Aerith, pero me temo que no han logrado salvarse a si mismas, nunca lo olviden son el exito, si algun dia quedan atrapados en una torre maldita recuerden estas palabras "Eleganza Extravanza, Acido Desoxirribonucleico, Papas Fritas, Tenkaichi Budokai 3", Muy bien mis Reinas ahora... Sashay Away-
Justo al momento que Lady Düster pronunciaba esas palabras, Hazelina y Raulingona eran rodeados por un montos de esferas bioluminiscentes que estallaron violentamente haciendo que Raulinga saliera volando por los aires, Hazelina por otro lado se elevo un poco pero por el peso de su ridículamente grande espada, fue mas complicado que saliera volando, eso al menos hasta que Eve lo pateo en el aire terminando el trabajo.
Ahora le tocaba a Valyria intentar salvar esa competencia, antes de que Xana fuera coronada con el titulo de Miss Biusapuerta MCCLXXIV.
Hazelina Sour Mash Sofia Chaquita Banana Obama: -Jamás pensé quedar en las ultimas 3 de esta competencia, pero ya que estamos acá, chica lúcete-
Hazelina Sour Mash Sofia Chaquita Banana Obama y Raulingona Shawarma Prost LaCroix hicieron lo que pudieron pero aquello al parecer no fue suficiente.
Lady Düster: -Hazelina Sour Mash Sofia Chaquita Banana Obama, Raulingona Shawarma Prost LaCroix, su lipsync podra haber salvado la vida de Aerith, pero me temo que no han logrado salvarse a si mismas, nunca lo olviden son el exito, si algun dia quedan atrapados en una torre maldita recuerden estas palabras "Eleganza Extravanza, Acido Desoxirribonucleico, Papas Fritas, Tenkaichi Budokai 3", Muy bien mis Reinas ahora... Sashay Away-
Justo al momento que Lady Düster pronunciaba esas palabras, Hazelina y Raulingona eran rodeados por un montos de esferas bioluminiscentes que estallaron violentamente haciendo que Raulinga saliera volando por los aires, Hazelina por otro lado se elevo un poco pero por el peso de su ridículamente grande espada, fue mas complicado que saliera volando, eso al menos hasta que Eve lo pateo en el aire terminando el trabajo.
Ahora le tocaba a Valyria intentar salvar esa competencia, antes de que Xana fuera coronada con el titulo de Miss Biusapuerta MCCLXXIV.
Zelas Hazelmere
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Re: «Insertar título del tema aquí» [Libre]
Ese par habían sido eliminados. Creía. Ciertamente así lucia, pero las palabras habían sido…confusas.
Sinceramente, lo que le extrañaba era que hubieran durado tanto, ciertamente los había subestimado.
Así que allí estaba ella, en medio, se habría girado, si la ardlla no hubiera empezado a hablar ardillo.
¿Por qué estaba allí aguantando eso? Podía comprarle una puerta a Rauko, seguro. ¿Cuánto podía costar una puerta, 200 aeros? Si se lo montaba bien, ni siquiera tenia que saber que no era la misma puerta… Y la ardilla seguía hablando.
-Hey, solo porque soy una elfa no significa que te entienda. Es decir, lo hago, pero es pura casualidad…espera.- solo entonces su cerebro proceso lo que la ardilla estaba diciendo… y que esos pobres desgraciados, los internos del concurso, estaban cambiando el escenario.
Pilares, cuerdas, una pared con salientes para escalar, hasta un maldito circulo en llamas. -Eh, espera, yo he visto esto antes, en ninja wa…- un maldito gong de todas la cosas interrumpió sus quejas sobre infracciones de copyright. -Ninja war…- otra vez. Busco al interno que estaba dándole al gong, sus miradas se cruzaron, y abrió su boca, lentamente, mientras su archienemigo levantaba a su vez el palo hacia el disco. -Vale… pero no veo como eso sigue siendo un concurso de belleza.-
-¡Chiick!-
-¡Sashay no es una palabra en ningún idioma, y mucho menos una amenaza!- Pero daba igual, haría el estúpido circuito en el estúpido ves…bueno no, el vestido era muy bonito…pero no muy cómodo para hacer piruetas. Subió a la plataforma, quejándose todo el rato, e intentando encontrar un sentido al orden de las pruebas.
La verdad…lucia un poquito peligroso…
-Ale, atízale al gong.- le dijo a su archienemigo y salió disparada.
Una plancha donde había troncos a los lados, haciendo de péndulos, facilísimo. Luego, escalar una pared, de la cual se saltó como la mitad pegando un salto, pues por algo tenía botas mágicas y era mucho más fácil que escalar un árbol mientras un pájaro te picoteaba para que no volvieras a sus hijos tu desayuno. Luego ir de cuerda en cuerda. Chupado, menos la última, donde tenias que apuntar muy bien para pasar por dentro del circulo de fuego. Y finalmente, aterrizar como pudieras en el primer pilar sin estamparte y correr de pilar en pilar sin caerte y mancharte de barro.
En serio, ¿de dónde había salido el barro?
-¡Chupado!- dijo triunfante alzando el puño. Y entonces se dio cuenta que las puntas de su pelo estaban en llamas. -Oh mierda mierda…- ahora tocaba soplar su melena, cual tarta de cumpleaños.
Sinceramente, lo que le extrañaba era que hubieran durado tanto, ciertamente los había subestimado.
Así que allí estaba ella, en medio, se habría girado, si la ardlla no hubiera empezado a hablar ardillo.
¿Por qué estaba allí aguantando eso? Podía comprarle una puerta a Rauko, seguro. ¿Cuánto podía costar una puerta, 200 aeros? Si se lo montaba bien, ni siquiera tenia que saber que no era la misma puerta… Y la ardilla seguía hablando.
-Hey, solo porque soy una elfa no significa que te entienda. Es decir, lo hago, pero es pura casualidad…espera.- solo entonces su cerebro proceso lo que la ardilla estaba diciendo… y que esos pobres desgraciados, los internos del concurso, estaban cambiando el escenario.
Pilares, cuerdas, una pared con salientes para escalar, hasta un maldito circulo en llamas. -Eh, espera, yo he visto esto antes, en ninja wa…- un maldito gong de todas la cosas interrumpió sus quejas sobre infracciones de copyright. -Ninja war…- otra vez. Busco al interno que estaba dándole al gong, sus miradas se cruzaron, y abrió su boca, lentamente, mientras su archienemigo levantaba a su vez el palo hacia el disco. -Vale… pero no veo como eso sigue siendo un concurso de belleza.-
-¡Chiick!-
-¡Sashay no es una palabra en ningún idioma, y mucho menos una amenaza!- Pero daba igual, haría el estúpido circuito en el estúpido ves…bueno no, el vestido era muy bonito…pero no muy cómodo para hacer piruetas. Subió a la plataforma, quejándose todo el rato, e intentando encontrar un sentido al orden de las pruebas.
La verdad…lucia un poquito peligroso…
-Ale, atízale al gong.- le dijo a su archienemigo y salió disparada.
Una plancha donde había troncos a los lados, haciendo de péndulos, facilísimo. Luego, escalar una pared, de la cual se saltó como la mitad pegando un salto, pues por algo tenía botas mágicas y era mucho más fácil que escalar un árbol mientras un pájaro te picoteaba para que no volvieras a sus hijos tu desayuno. Luego ir de cuerda en cuerda. Chupado, menos la última, donde tenias que apuntar muy bien para pasar por dentro del circulo de fuego. Y finalmente, aterrizar como pudieras en el primer pilar sin estamparte y correr de pilar en pilar sin caerte y mancharte de barro.
En serio, ¿de dónde había salido el barro?
-¡Chupado!- dijo triunfante alzando el puño. Y entonces se dio cuenta que las puntas de su pelo estaban en llamas. -Oh mierda mierda…- ahora tocaba soplar su melena, cual tarta de cumpleaños.
Valyria
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Re: «Insertar título del tema aquí» [Libre]
Fuimos el fracaso. Aunque era mi mejor momento, un infeliz sin alma me había mandado a volar. Algunos desafortunados amortiguaron mi caída con sus cuerpos, quedando aturdidos pero sonriendo embobados. Xana, tan buena como siempre, acudió a mi ayuda. Y me abofeteó, arrancándome un quejido.
–Veo que estás bien –dijo–. Entonces volveré. Voy a ganar este concurso –aseguró con suficiencia.
Regresó al escenario. El lugar fue modificado para la siguiente prueba. El último desafío, como era de esperarse de un concurso de belleza femenina, involucraba demostrar las habilidades acrobáticas.
El público se emocionó aún más cuando Valyria fue superando los obstáculos sin apenas esfuerzo. Y se horrorizaron cuando vieron las puntas del cabello de esta incendiarse. Luego, viendo que sobreviviría, le aplaudieron.
Finalmente, Xana decidió avanzar. Dio un paso y se detuvo. Pensó que superar la primera parte era sencillo. Lo segundo le costaría un poco más, pues no estaba acostumbrada a andar por la vida dando saltitos ni escalando. Pero lo de las cuerdas… Xana sabía que eso ya era demasiado para ella.
–¡Vamos, Xana! –grité para animarla–. ¡Sin miedo al éxito!
Me miró. Me mostró un pulgar arriba y una sonrisa con la que fracasó en ocultar lo nerviosa que estaba.
–No dejes que la lechuga te gane –añadí.
Xana se volteó y descubrió que la lechuga de silueta femenina seguía en el escenario, inmóvil como siempre, pero sin haber dejado de estar fresca.
De pronto Xana alzó las cejas: tuvo una idea. Miró al frente y disparó dos esferas de energía.[1] Las hizo avanzar estas a través del circuito. Una estalló impactada por un tronco. Xana chasqueó la lengua y luego mantuvo el ceño fruncido, concentrada en manejar su estrella restante. Mientras el público observaba sin comprender del todo lo que sucedía, la esfera avanzó sin problemas en el resto del camino. Cuando atravesó el aro de fuego y se situó a un lado de Valy, destelló para intercambiar instantáneamente lugares con Xana.[2]
–Taráaan –canturreó ella tras aparecer en la meta, con manos alzadas y una sonrisa nerviosa volviendo a sus labios.
Los aplausos estaban tardando en llegar, así que decidí ser el primero en aplaudir, pero poco ayudó a que el resto se uniera.
Los jueces empezaron a cuchichear entre ellos. Lady Düster pareció disgustarse, o eso parecía indicar su aura de oscuridad que se tornó inestable. El hombre-león, cuyo nombre ya no recuerdo, gruñó poco después y en un arrebato de ira golpeó la mesa del jurado, con tal fuerza que se dislocó las manos, haciéndole maullar adolorido. Al instante varias ardillas se abalanzaron hacia él, especialmente a su cara para devorarle su único ojo y más. Lady Dúster reaccionó antes de pudieran atacarla y expandió su oscuridad en una explosión que cubrió todo el lugar.
Tras unos segundos en el negro absoluto y con chillidos de ardillas en agonía, toda la oscuridad se contrajo de vuelta. Pero entonces ya no había ni una mujer ni un león, sino la silueta negra de una única ardilla, cuyo ojo derecho, su único ojo, era un fulgurante orbe de luz.
–Ya hemos llegado a una sentencia unánime –anunció el roedor, sonando con la imponente voz del león (al cual jamás escuchamos hablar antes pero igual supe que era su voz), aunque con el tono refinado de Lady Düster–. Debemos admitirlo, no nos la han puesto difícil. La verdad es que ha sido un espectáculo… peculiar, pero magnífico. Todos los que han llegado hasta aquí merecen reconocimiento, especialmente nosotros. Pero solo un concursante ha demostrado ser digno, alguien que sabe que lo que se necesita para ser una biusa-puerta es no moverse por sí solo, pues ninguna puerta lo hace; que debe ser naturalmente comestible y saludable, como toda biusa; y tener apariencia femenina, ya que esto es, como ya saben, un concurso de belleza «femenina». Y me sorprende que ni Lady Düster ni Gado aprendamos eso.
» Por otro lado, soy una ardilla. Y ¿cómo podría considerarme ardilla si no aborreciera a las lechugas? Por ese motivo, al igual que en los concursos anteriores, Lettuce Candau queda descalificada, por lechuga. Así que, por descarte, la persona que será coronada como Miss Biusapuerta MCCLXXIV es, nada más y nada menos, que… [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo].
Luego de la coronación, dieron inicio a una música animada y las personas se dedicaron en disfrutar bailando, algunas con mucho más entusiasmo que otras, y el que nos quería como esposas bailaba sin apartar la mirada de nosotros.
Durante la celebración, finalmente apareció Hydro. Se acercó cojeando por algún motivo desconocido e inimaginable, y su rostro no reflejaba un buen ánimo; al contrario, reflejaba un mal ánimo.
–Tengo noticias sobre tu puerta –me dijo, sin mirar a nada en específico. Luego, preocupándome, me lanzó una bolsa de aeros.
–¿Y esto? –pregunté al atraparla, temiendo la respuesta.
–Te lo ha enviado Mellea, como compensación.
Tragué saliva.
–Pues –prosiguió–, verás… hace un rato hubo un incidente. Todos los guardias acudieron, pero fue demasiado tarde: los criminales ya se habían escapado con tu biusapuerta.
Mi corazón se aceleró siendo el escenario de una violencia danza de furia, tristeza y decepción, dando nacimiento a opuestos deseos de venganza y de resignarme a llorar en casa. Entonces recordé que podía fabricar otra biusapuerta para sustituir la anterior, que realmente no eran tan especial.
–¿Saben? –dije–, ahora que lo pienso bien, creo que lo mejor es simplemente comprar otra puerta y darle mi toque. La anterior no es tan especial, la verdad –agregué colocando mis manos en mis caderas. Sonreí despreocupadamente.
Hydro fijó su mirada en mí, con un tic nervioso en un ojo y con las venas en su frente haciéndose más pronunciadas.
–No te enojes, Hydro –le aconsejé–, que igual esto nos sirvió para pasar un buen rato, ¿no?
Dicho eso, Hyro creó un portal que me tragó al instante, enviándome hacia mi castigo.
–Veo que estás bien –dijo–. Entonces volveré. Voy a ganar este concurso –aseguró con suficiencia.
Regresó al escenario. El lugar fue modificado para la siguiente prueba. El último desafío, como era de esperarse de un concurso de belleza femenina, involucraba demostrar las habilidades acrobáticas.
El público se emocionó aún más cuando Valyria fue superando los obstáculos sin apenas esfuerzo. Y se horrorizaron cuando vieron las puntas del cabello de esta incendiarse. Luego, viendo que sobreviviría, le aplaudieron.
Finalmente, Xana decidió avanzar. Dio un paso y se detuvo. Pensó que superar la primera parte era sencillo. Lo segundo le costaría un poco más, pues no estaba acostumbrada a andar por la vida dando saltitos ni escalando. Pero lo de las cuerdas… Xana sabía que eso ya era demasiado para ella.
–¡Vamos, Xana! –grité para animarla–. ¡Sin miedo al éxito!
Me miró. Me mostró un pulgar arriba y una sonrisa con la que fracasó en ocultar lo nerviosa que estaba.
–No dejes que la lechuga te gane –añadí.
Xana se volteó y descubrió que la lechuga de silueta femenina seguía en el escenario, inmóvil como siempre, pero sin haber dejado de estar fresca.
De pronto Xana alzó las cejas: tuvo una idea. Miró al frente y disparó dos esferas de energía.[1] Las hizo avanzar estas a través del circuito. Una estalló impactada por un tronco. Xana chasqueó la lengua y luego mantuvo el ceño fruncido, concentrada en manejar su estrella restante. Mientras el público observaba sin comprender del todo lo que sucedía, la esfera avanzó sin problemas en el resto del camino. Cuando atravesó el aro de fuego y se situó a un lado de Valy, destelló para intercambiar instantáneamente lugares con Xana.[2]
–Taráaan –canturreó ella tras aparecer en la meta, con manos alzadas y una sonrisa nerviosa volviendo a sus labios.
Los aplausos estaban tardando en llegar, así que decidí ser el primero en aplaudir, pero poco ayudó a que el resto se uniera.
Los jueces empezaron a cuchichear entre ellos. Lady Düster pareció disgustarse, o eso parecía indicar su aura de oscuridad que se tornó inestable. El hombre-león, cuyo nombre ya no recuerdo, gruñó poco después y en un arrebato de ira golpeó la mesa del jurado, con tal fuerza que se dislocó las manos, haciéndole maullar adolorido. Al instante varias ardillas se abalanzaron hacia él, especialmente a su cara para devorarle su único ojo y más. Lady Dúster reaccionó antes de pudieran atacarla y expandió su oscuridad en una explosión que cubrió todo el lugar.
Tras unos segundos en el negro absoluto y con chillidos de ardillas en agonía, toda la oscuridad se contrajo de vuelta. Pero entonces ya no había ni una mujer ni un león, sino la silueta negra de una única ardilla, cuyo ojo derecho, su único ojo, era un fulgurante orbe de luz.
–Ya hemos llegado a una sentencia unánime –anunció el roedor, sonando con la imponente voz del león (al cual jamás escuchamos hablar antes pero igual supe que era su voz), aunque con el tono refinado de Lady Düster–. Debemos admitirlo, no nos la han puesto difícil. La verdad es que ha sido un espectáculo… peculiar, pero magnífico. Todos los que han llegado hasta aquí merecen reconocimiento, especialmente nosotros. Pero solo un concursante ha demostrado ser digno, alguien que sabe que lo que se necesita para ser una biusa-puerta es no moverse por sí solo, pues ninguna puerta lo hace; que debe ser naturalmente comestible y saludable, como toda biusa; y tener apariencia femenina, ya que esto es, como ya saben, un concurso de belleza «femenina». Y me sorprende que ni Lady Düster ni Gado aprendamos eso.
» Por otro lado, soy una ardilla. Y ¿cómo podría considerarme ardilla si no aborreciera a las lechugas? Por ese motivo, al igual que en los concursos anteriores, Lettuce Candau queda descalificada, por lechuga. Así que, por descarte, la persona que será coronada como Miss Biusapuerta MCCLXXIV es, nada más y nada menos, que… [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo].
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Luego de la coronación, dieron inicio a una música animada y las personas se dedicaron en disfrutar bailando, algunas con mucho más entusiasmo que otras, y el que nos quería como esposas bailaba sin apartar la mirada de nosotros.
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- [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Durante la celebración, finalmente apareció Hydro. Se acercó cojeando por algún motivo desconocido e inimaginable, y su rostro no reflejaba un buen ánimo; al contrario, reflejaba un mal ánimo.
–Tengo noticias sobre tu puerta –me dijo, sin mirar a nada en específico. Luego, preocupándome, me lanzó una bolsa de aeros.
–¿Y esto? –pregunté al atraparla, temiendo la respuesta.
–Te lo ha enviado Mellea, como compensación.
Tragué saliva.
–Pues –prosiguió–, verás… hace un rato hubo un incidente. Todos los guardias acudieron, pero fue demasiado tarde: los criminales ya se habían escapado con tu biusapuerta.
Mi corazón se aceleró siendo el escenario de una violencia danza de furia, tristeza y decepción, dando nacimiento a opuestos deseos de venganza y de resignarme a llorar en casa. Entonces recordé que podía fabricar otra biusapuerta para sustituir la anterior, que realmente no eran tan especial.
–¿Saben? –dije–, ahora que lo pienso bien, creo que lo mejor es simplemente comprar otra puerta y darle mi toque. La anterior no es tan especial, la verdad –agregué colocando mis manos en mis caderas. Sonreí despreocupadamente.
Hydro fijó su mirada en mí, con un tic nervioso en un ojo y con las venas en su frente haciéndose más pronunciadas.
–No te enojes, Hydro –le aconsejé–, que igual esto nos sirvió para pasar un buen rato, ¿no?
Dicho eso, Hyro creó un portal que me tragó al instante, enviándome hacia mi castigo.
(☞°∀°)☞ OFFROL ☜(°∀°☜)
[x] Xana repitió habis =)
Rauko
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