Encuentro en la posada [Libre]

Nero comenzaba a despertar de su siesta de poder, o al menos así le gustaba llamarlas, lo que sucedía en realidad era que se desmayaba de lo borracho que estaba y quedaba tirado en cualquier lugar, siempre despertaba en algún lugar diferente, nunca se enteraba como había llegado a ese lugar.

Se llevo la mano a la cabeza, le dolía, su centro de gravedad estaba alterado, al parecer seguía un poco ebrio, aquello era bueno, significaba que podía seguir adelante con muchas cosas, cosas que debía ahogar en alcohol antes que volvieran a el, se levanto y perdió el equilibrio, para su suerte el muro de aquel callejón le servía de muleta en lo que recuperaba su sentido de la orientación, avanzo apoyado de la pared hasta que de la nada la pared cedió, haciéndole caer estrepitosamente, aquello donde se había apoyado no era una pared, era una puerta la cual parecía ser la respuesta de todos sus problemas en aquel minuto.

Una posada escondida en los callejones de Lunargenta se convertía en el lugar donde ahora se sumergiría de nuevo en el en el sopor al cual ya estaba acostumbrado a vivir, con dificultad se acerco al primer mesón que encontró, -Tráigame una botella de su alcohol mas fuerte y mas barato- exclamo, mientras se acomodaba en la silla, esperando.

-No puedes tener resaca si nunca dejas de estar ebrio- replico Nero con una sonrisa, cuando noto el gesto de amabilidad que el hombre que estaba sentado frente al el, cordialmente rechazo la oferta de lo que el había llamado "el cuerpo de cristo", para Nero en cambio solo era la mitad de un pan.

-Gracias, pero no gracias, desconozco la raza de los hombres-pan de los que hablas, pero se que el alcohol y el pan no se llevan bien- se explico al momento que le traían una botella con una etiqueta que solo tenia "X" en el trozo de etiqueta, sin dudarlo Nero se empino un buen sorbo de aquel desconocido brebaje, tenia un sabor fuerte, amargo, desconocido. Arcadas amenazaron con hacerle devolver lo que había ingerido pero el dragón se controlo, el vomito se asomo a su garganta, pero Nero, incapaz de desperdiciar su bebida simplemente se lo trago y lo ahogo con otro sorbo, haciendo que su cuerpo aceptara aquel extraño y probablemente peligroso brebaje.

-Y.. ¿Qué te trae a la ciudad mas pecaminosa de Aerandir?- pregunto el joven dragón intentando hacer como si no hubiera pasado nada, aun con leves espasmos debido a lo que había ingerido, la voz le sonaba un poco quebradiza y los ojos le habían quedado lagrimosos por las arcadas, a su alrededor, el mundo seguía con normalidad, los borrachos eran el pan de cada dia.

-Necesitas a-ampliar tu horizonte cu-culinario- exclamo haciendo esfuerzo por no vomitar, no quería arruinar la poca comida que podía permitirse el hombre, el mismo sabia por experiencia propia lo que es pasar hambre y tener que comer lo mismo una y otra vez. Observo cada una de las mesas que había a su alrededor la mayoría tenia pocas cosas para comer, salvo por una mesa en una esquina que parecía tener trozos de carne en abundancia, debía planear con cuidado su siguiente movimiento, aquello podía salir muy bien o muy mal.

Escucho los motivos del hombre, sintió un poco de lastima por el y los motivos que le traían a este lugar -Yo ni siquiera recuerdo como llegue acá- exclamo con una sonrisa, para luego beber otro sorbo de aquel extraño liquido, su cuerpo tembló por completo al momento de ingerir aquella sustancia, a la vez que le daba la confianza necesaria para llevar a cabo su plan. -Buen hombre cuyo nombre desconozco, ho-o-oy la comida corre por mi cuenta- dijo al momento de desenrollar una cadena con cuchillas que llevaba atada a la cintura, se acomodo y dio un pisotón en el frio suelo de piedra, aquella acción, prácticamente insignificante, hizo que sin aviso alguno un muro emergiera bajo la mesa que tenia carne en abundancia(1), volteando la mesa y cerrando el camino de quien estaba en ese lugar, Nero rápidamente lanzo su cadena al momento que varias personas se abalanzaban sobre los trozos de carne, la cadena se alcanzo a clavar en un trozo de carne y Nero activo la runa en la empuñadura del arma y esta se retrajo, convirtiéndose en una espada(2), la cual traía consigo un trozo de carne en la punta.

-Si no-no puedes comprarlo, lo cazas- exclamo cortando el trozo de carne y ofreciéndole la mitad al hombre con quien compartía la mesa, -el cuerpo de... Algo?- exclamo al momento que aprovechaba de comer mientras la gente se seguía peleando por la comida que estaba en el piso, la carne sabia mucho mejor que el licor que estaba bebiendo y miro la botella de reojo considerando si arruinar el momento, no, mejor dejaría el licor para después, se centro en comer mientras aun tuvieran tiempo, escuchando como la persona atrapada en la esquina golpeaba el muro, maldiciendo a quien fuera responsable de la situación.

off:
1_ stone
2_ arma cambiante

Se encogió de hombros al notar como el hombre al otro lado de la mesa rechazaba su regalo, probablemente estaba en una dieta o algo parecido, como bien rezaba el dicho, a caballo regalado es porque piedras trae(?), Nero no era de rogar así que se llevo la otra mitad de carne a la boca sin dudarlo, oh rica y deliciosa carne calentita, ideal para una noche donde la lluvia comenzaba a hacerse presente.

-No-no me parefe efo esf lo que esf- respondió con la boca aun llena, viéndose forzado a beber de aquel extraño licor, no le agradaba la idea de mezclar la carne con esa porquería de bebida, pero era mejor que ahogarse con un pedazo de carne, -En efecto, es lo que es, sin embargo, también es cazar mi comida, no veo nada de malo en ello- señalo con un aire que intentaba ser solemne, pero solo lo hacia ver mas borracho de lo que estaba.

-Esa espada que traes, ¿te ha tocado asesinar a alguien con ella?, al final del día todos somos iguales, solo somos personas intentando sobrevivir con lo que nos toco- exclamo dándole un profundo sorbo a la botella, que ahora entraba a su cuerpo como si de agua se tratara, fijando la vista en el hombre que se encontraba al lado opuesto de la mesa, de pronto aquel lugar se comenzaba a llenar de una palpable tensión, mientras aquellos dos hombres conversaban, otros intentaban picar la piedra que había aprisionado a la victima en el rincón, quien seguía maldiciendo a mas no poder.

Nero alzo una ceja al escuchar las palabras del soldado, se sorprendió mas al escuchar y al ver como actuaria después, esbozo una sonrisa y bebió alegremente, no entendía bien que estaba sucediendo ni porque el hombre frente a el había actuado de esa forma, pero estaba seguro de algo, no se iría de allí hasta terminar su trago.

-Al parecer el vino que te dieron estaba mejor que lo que sea que estoy tomando, porque no te sientas y sigues bebiendo un poco mas, lo que es yo no tengo idea de lo que estas hablando- exclamo, era obvio que no compartían el mismo compas moral, la forma en la que simplemente había hecho oídos sordos a su pregunta revelaba la hipocresía del hombre, ante el cual la moral parecía funcionar solo si no se le aplicaba a el mismo. El muro de piedra comenzaba a mermarse ante los golpes de los hombres que intentaban liberar al prisionero de la esquina y el dragón miraba al hombre de pie en el lado contrario de la mesa, cual seria el siguiente movimiento a seguir, Nero lo sabia muy bien.

Un buen sorbo al contenido de esa botella que amenazaba con vaciarse ahora que el liquido pasaba como agua en la garganta del dragón, se acomodo en el respaldo de la silla y observo al hombre para ver como planeaba proceder ahora que la gente comenzaba a posar sus miradas en ellos.

-Nadie puede- exclamo con una sonrisa algo nostálgica, termino de beber su extraño licor justo al momento que la prisión de piedra  terminaba de ceder, las acciones del hombre en uniforme frente a el le habían sorprendido, si bien eran un poco contradictorias, jamás se le paso por la cabeza que desistiría de aquella acción que intentaba realizar.

-Malditos pordioseros!, ¿Quién de ustedes se atrevió a semejante ofensa hacia mi persona? - exclamo el hombre libre por fin, las miradas de los demás presentes rápidamente se posaron en Nero y su compañero comensal, el hombre que hasta hace unos momentos había sido aprisionado en la esquina, se acerco furibundo a la mesa donde el dragón seguía actuando como si no estuviera sucediendo nada del otro mundo, sin importar lo que pudieran señalar los demás, el no había hecho nada.

-Tú!, todos te señalan como el responsable, ¿Qué tienes que decir en tu defensa?- señalo el hombre apuntando a Nero con el dedo.
-Yo no fui- Exclamo sin siquiera establecer contacto visual.
-Y se supone que eso es prueba suficiente?-
-Miradas contra palabras, tú eliges a quien creerle-
-Eso es absurdo-
-Palabras valientes de alguien que quedo atrapado en una esquina-
-Insolente!-

Tanto el hombre aprisionado como los que le acompañaban estaban a punto de abalanzarse sobre Nero cuando este se levanto de golpe y los apunto con su botella vacía -Ya que todo se ha reducido a esto solo tengo una cosa que decir, que son los excesos, sino, los resquemores del alma, si he de vivir que sea sin timón y en el delirio- acto seguido y para sorpresa de todos, procedió a golpearse el mismo en la cabeza con la botella la cual quebró en el proceso y cayo aparentemente desmayado al piso.

Una mueca de extrañeza recorrió a todos los presentes y el hombre sin posibilidad de hacer algo al respecto puesto que el borracho le había quitado incluso eso exclamo con vehemencia -Esto es ridículo, no tiene sentido en lo absoluto!- entonces procedió a darse un par de vueltas a la vez que intentaba buscar alguna respuesta ante lo que había sucedido, al no encontrar ninguna y sentirse prisionero ahora de las miradas de todos los presentes en la taberna, decidió salir junto a sus hombres a la vez que gritaba acerca de lo absurdo y ridículo que era todo eso.

-Ya se ha ido?- pregunto Nero aun con los ojos cerrados, un par de miradas se posaron en el cuando al fin decidió abrir los ojos y levantarse al notar que sus acusadores ya no estaban en la taberna, se sacudió el vidrio del cabello y se sentó como si nada ante la mirada atónita de algunos comensales.

-Se supone que deberías estar noqueado- señalo el tabernero.
-En serio pensaron que una botella me dejaría así?, vaya que necesito sacarle mas provecho a ese truco, tráiganme otra botella de estas por favor!-

Exclamo el borracho sonriendo a la vez que la situación desataba un par de carcajadas en la taberna aquella escena sin duda le había ganado un par de simpatizantes, el hombre a quien había acompañado esa noche aun seguía de pie al lado de el, al parecer también había causado un impacto en aquella persona, le palmeo el hombro para darle a entender que no debía preocuparse y se acerco al tablón de anuncios en uno de los muros, prestando mucha atención en la parte de personas cuya cabeza tenia recompensa.

-No me digas que eres un criminal- dijo el tabernero quien traía la botella de aquel extraño licor, sin embargo, no parecía dispuesto a entregarle la botella a Nero aun.
-No en esta ciudad, salud!- respondió el borracho al notar que ni su rostro ni su nombre estaban en el tablón.... De momento. Le quito la botella de las manos al tabernero y procedió a seguir bebiendo de lo que ahora parecía ser un néctar divino sabia que vendrían por el en cualquier momento así que debía aprovechar cada momento disponible.