El elfo y el brujo [Libre/Noche][3/4][Cerrado]

Eleandris durante sus viajes había conocido a un numero significativo de personas que con el paso del tiempo llegaron incluso a ser allegados para el elfo. Y aunque tenía obligaciones en su aldea éstos viajes se seguían sucediendo pues aquella zona reducida junto al árbol madre se le hacía pequeño. Además, los guardias hasta agradecían el tiempo que Eleandris estaba fuera, pues ello significaba unas jornadas de descanso hasta el regreso del estricto instructor.

Si bien la mayoría de viajes seguían pistas de leyendas o rumores de los peligros cercanos a Corona del Sol este era algo distinto. Como cada año desde que acaeció el terrible final de un querido compañero de viajes Eleandris viajaba hacia el lago con una vela en el zurrón.

Por los bosques circundantes recolectaba algunas hojas, hierbas, ramas y flores con las que fabricaba una balsa que hacía las veces de farolillo y en el interior de ésta colocaba la vela. Cuando el sol estaba alto en el cielo encendía una hoguera en el mismo punto del bosque y cuando las montañas daban una vez mas la bienvenida al sol el elfo tomaba cenizas y algunas ascuas junto al farolillo y se dirigía al lago. Aún habiendo notado la presencia del brujo bajo la cascada continuó con su fúnebre ritual y utilizando esa ascua encendía la vela. luego espolvoreaba la ceniza sobre el resto de la artesanía con los ultimos minutos del arrebol lo empujaba suavemente hacia el interior del lago hasta que la titilante llama engullera la embarcación en la oscuridad de la noche.

Eleandris quedó observando el punto donde la luz del farol se había apagado a causa de su inevitable naufragio, completamente absorto y casi dejandose arrullar por la cascada cuando las palabras del hombre le trajo de nuevo a la realidad. - No sabemos valorar estos momentos de calma sin haber vivido la peor de las tormentas. Guardad esta sensación en vuestra mente con el usurero guarda el oro y podreis capear la mas hostil de las tormentas. -

Hubiese estado mas cómodo si quien estuviese en la cascada hubiera sido otro elfo o incluso un humano, pero en aquel momento si el brujo podía ofrecerle algo de conversación no le iba a hacer ascos. Es curioso como nuestro estado de animo ayuda a que aceptemos ciertas cosas que rechazaríamos en circunstancias distintas.

La pregunta era obvia, y el primer impulso era el de contestar al brujo con algo condescendiente o arrogante, pero ello no llevaría nada más que a conflicto, y por el momento aquel joven aún se mantenía bajo el agua de la cascada, aunque aún no sabia si era por la calma del momento o por que sobrevaloraba las sus propias capacidades. Quizá sería una información que se revelara pronto, pero por ahora dejaría que la calma siguiese fluyendo pues tampoco había razones por las que matarle, y menos aquel día.

- Habéis podido verlo por vos mismo, no hay mucho mas que aclarar. ¿Son acaso esos rumores lo que traen a un brujo tan lejos del archipiélago? estáis muy lejos de vuestra gente y a juzgar por vuestras ropas no parecéis ningún diplomático. ¿Qué os trae, pues, a estos bosques? -

Eleandris había escuchado también ciertos rumores, pero los rumores pocas veces llevaban algo de verdad y no le sonaba haber escuchado nada alarmante por la zona. Nada al menos que no pudiera achacarse a la mala visión de los ancianos y la tamaña imaginación de los granjeros y pastores que nada conocían mas allá de las lindes de su propio burgo.

No obstante aquél día tenia una mala sensación, o al menos algo extraño. Algo perturbaba la serenidad de Eleandris desde la noche anterior. Algo que no sabía identificar le obligaba a permanecer en un nivel de alerta superior al habitual y hacía que sus dedos añoraran el áspero tacto del asta de su lanza. ¿Sería la presencia del brujo la causa o abría algo mas oculto en las sombras?

Aquel brujo ocultaba algo pues su respuesta era demasiado genérica, no obstante ¿por que razón iba a sincerarse con Eleandris en primera instancia? bastante era que no habían intentado derramar la sangre del otro en el mismo instante en que se vieron. Usar la magia para secarse le parecía algo innecesario, o tal vez como una prueba de poder ante el elfo.

Eleandris se disponía a responder cuando el quejido de un bebé rasgó el aire por sobre el trinar de los pájaros del bosque marcando así la salida a la carrera del joven brujo dirigiéndose en dirección al origen del llanto pretendiendo solucionar un problema que presuponía y lanzándose a la aventura a la cual me vi arrastrado siguiéndole por el bosque lanza en mano.

Llegados al claro donde aún ardía la hoguera del improvisado campamento ciertamente el brujo había encontrado un problema. La mujer, pálida, yacía a merced de cualquiera con el cuello ensangrentado y aún húmedo, su vástago llorando y para colmo una manada de lobos se vería atraída en breves. pero no se veía ni rastro del asaltante, si es que solo era uno.

- La mujer está débil pero creo que aún puedo mantenerla con vida. La herida es reciente por lo que su atacante aún debería estar cerca y los lobos serán solo cuestión de tiempo. No puedo hacerme cargo de esto yo solo, voy a necesitar que me cubráis mientras la estabilizo ¿puedo contar con vos? -

Sin pensarlo dos veces y esperando que aquel brujo supiese dejar las diferencias entre nuestros pueblos a un lado pasé directamente a imponer las manos sobre la mujer y recitar el hechizo rezando por que aún no fuese demasiado tarde para salvar aquellas vidas pues ¿Qué iba a hacer el con el bebé si su madre moría?¿Sería esta situación el mal presentimiento que había sentido durante todo el día? todo parecía apuntar a que si

Eleandris se focalizó completamente en su rezo sin responder al brujo hasta que éste hubiese acabado. Las manos del elfo se envolvieron con un aura lo suficientemente tenue como para no dañar la vista pero lo suficientemente brillante como para proyectar parte de su luz sobre el suelo y al medida que el rezo avanzaba el cuerpo de la mujer empezaba también a iluminarse sutilmente haciéndola aún mas nívea de lo que ya estaba a la par que aceleraba la cicatrización de la herida hasta cerrarla por completo, dando así fin al conjuro.

- He cerrado la herida pero aún está muy débil. yo cargaré con ella pero vos tendréis que calmar y acarrear a la criatura, yo no puedo llevarlos a ambos. Os sigo hasta ese asentamiento que decís. -

Comprobó una vez más a la víctima buscándole un pulso que fue incapaz de notar y un aliento que de no ser por el frío de la noche tampoco hubiera encontrado y luego se la echó sobre los hombros. Sujetando a la madre con la mano izquierda inició el camino hacia el poblado de indicaba su ahora compañero brujo y con la derecha fuertemente sujeta llevaba su lanza lista para propinar una buena punzada a cualquier bestia o maleante que se le acercara lo suficiente.

También agudizó los sentidos lo mas que pudo pues nada les garantizaba no solo que los lobos no les atacaran sino que aquel supuesto vampiro no estuviera acechándolos a ellos.

Con el devenir de los acontecimientos Eleandris estaba aun mas seguro de que no haber aniquilado al brujo cuando aún estaba indefenso bajo la cascada había sido probablemente la decisión mas sabia de esa semana por lo que tomó la decisión de confiar en él. Cargar por aquel bosque con la muchacha al hombro no solo era bastante incómodo de por sí, sino que no le permitía moverse sin dejar rastro ni moverse entre los distintos desniveles y obstáculos con la agilidad habitual adquirida con los años y daba gracias a los dioses por que esa situación no se estuviese dando en la frondosa foresta de su tierra natal.

un hormigueo frío se le clavaba en la nuca según avanzaban entre los árboles y sus raíces pero no le dio demasiada importancia pues se lo achacaba a los lobos, y si bien él era una presa fácil confiaba en el fuego del brujo conocedor del factor repelente que tiene este elemento sobre los animales. Finalmente encontraron un grupo que no sabía que estaban haciendo allí pero que le venían como anillo al dedo. Mas gente significaba mas seguridad, y mas seguridad significaba poder dejar a la mujer en el suelo para poder descansar.

La conversación se vio interrumpida por la advertencia del brujo, y hubiera preferido mil veces al resto de la manada que debería acompañar al lobo de lomo recientemente calcinado. El elfo se irguió instando al grupo que se habían encontrado con llevarse a la mujer y a su criatura de vuelta al asentamiento y sin esperar respuesta de ellos se volvió hacia donde señalaba su compañero empuñando la lanza con ambas manos.

- Tu hedor no es bienvenido aquí, bestia.- Escupió. - No acabarás lo que empezaste con ella y no te alimentarás de nadie mas hoy. Márchate si aprecias lo más mínimo la miseria de tu maldita vida. -

La maldición atentaba directamente contra el ciclo natural de las cosas y no levantaba en el elfo nada mas que asco y furia. ¿replicaría aquella criatura o atacaría? ¿Cuál sería la reacción del brujo? con un poco de suerte no se mancillaría aquel bosque con mas sangre aquella noche

el elfo dudaba que sus palabras hubieran sido tan determinantes como para que el vampiro se marchara y lo achacaba mas al número de personas que se habían reunido cuando el maldito fue descubierto no obstante el vampiro huyó y Eleandris se hallaba contento con ese resultado. No tanto el brujo que salió en busca de aquel ser como si le llevaran los demonios.

De nuevo me hallaba corriendo detrás del brujo hasta llegar de nuevo al lago donde al parecer su compañero había perdido la pista de su presa y, con un poco de suerte desistiría.

- ¿vos queréis acabar igual que esa mujer? no deberíais sobrevalorar vuestras capacidades ni infravalorar las de aquel vampiro, y por sobre todo, la respuesta no es siempre destruir. ¿acaso no sabéis lo que es un vampiro? -.

una quizás corta reprimenda pero a todas luces necesaria bajo el criterio del elfo, el cual se sentía mínimamente decepcionado por las ganas del brujo de entablar combate y sinceramente no era capaz de entender cual era la necesidad. Entendía el deseo de que no se vieran dañadas otras personas pero ello no legitimaba el quitarle la vida a cada maldito con el que uno se cruzara pues se planteaban muchas incógnitas y....¿quien sabe si fue transformado en contra de su voluntad? ¿y si quizás la sangre animal no cubre su necesidad?

dedicó un pequeño lapso de tiempo para pensar en todo esto y deliberar sobre cual sería el siguiente paso óptimo. - Puedo ayudarte a rastrearlo  por el bosque pero no para destruirlo. No a menos que represente una verdadera amenaza. Si por el contrario es una víctima de su propia condición no contéis conmigo para combatirlo. Si prometéis que hablaréis yo os ayudaré a buscarlo, y si resulta ser una amenaza también os ayudaré a combatirlo, si no lo es, lo dejaréis ir. ¿estamos de acuerdo? -.

El elfo no podía hacer más. si el brujo declinaba la oferta, sus caminos se separarían ahí

la respuesta de aquel brujo no le terminaba de convencer. Eleandris aún dudaba que su interlocutor tuviese del todo claro la amenaza que representaba el vampiro, pero él también había sido joven y aún con esas todavía tendía un poco a sobrevalorar sus propias capacidades. No obstante el hecho de que planteara la posibilidad de ayudar al maldito le agradaba y sorprendía a partes iguales pues no hubiera esperado una reacción similar del brujo.

- hay trato.- Dijo el elfo aceptando el apretón de manos ofrecido por el contrario. - Me llamo Eleandris. Si vamos a trabajar juntos me parece justo que al menos nos conozcamos mínimamente.-.

Por suerte no había muchos refugios naturales en la zona y contaban con una ventaja que el vampiro no: Ellos podían moverse a la luz del día. Rastrear al maldito no sería sencillo debido a la orografía del terreno en el que se movían pero tenían parte de la noche y todo el día para encontrar el refugio de su "presa"

-Rastreémosle esta noche hasta el alba. Si para entonces no le hemos encontrado descansemos hasta el medio día y continuemos hasta el anochecer. aunque sea mas complicado seguir el rastro por la noche cuanto mas tiempo pase mas se enfriará y nuestras posibilidades de encontrarle serán cada vez menores.-

Era cierto que no se me daba mal las técnicas de rastreo pues a fin de cuentas y con todos mis viajes no me quedaba mas remedio que cazar pues las raciones de viaje no eran infinitas. Y además aquella noche la luna brillaba lo suficiente como para infiltrarse entre las ramas de los árboles permitiéndome tener una visión clara del suelo que pisaba.

- Hemos estado corriendo por lo que comenzar a rastrearle desde aquí sería una auténtica pérdida de tiempo, pero ha llovido recientemente y el suelo está ablandado. Volveremos sobre nuestros pasos hasta encontrar su rastro otra vez y nos plantearemos en que cuevas buscar si llegamos a perderlo. -

Era el plan que más óptimo me parecía pues habíamos comenzado la persecución desde el mismo punto por lo que nuestros rastros y el del vampiro se encontrarían en algún punto y además, cuanto más avanzáramos mas cuevas descartaríamos pues aunque no eran demasiadas las que podían ofrecer refugio si se hallaban alejadas unas de otras, y el tiempo corría en nuestra contra.

Tal como preveía nos habíamos desviado incluso mas atrás de lo que esperaba e incluso me preguntaba como el brujo había logrado avanzar por ese terreno sin llegar a caer.
- En este punto el vampiro se desvió y siguió en aquella dirección.- señalé y miré hacia el cielo tratando de ubicar el punto cardinal pero el bosque era demasiado denso y no me daba ninguna pista que pudiera emplear para orientarme. - A partir de ahora tendremos que movernos con mas cuidado. Sin puntos de referencia no sabremos nuestra posición relativa y será sencillo perdernos.-

El rastreo se llevaba casi toda mi atención pues en algunos parches donde el terreno era mas duro los rastros dejaban de ser huellas palpables a otras señales mas sutiles como una rama partida recientemente en un arbusto o una piedra movida de su lugar razón por la cual avanzábamos mas lentos en esos terrenos. No obstante la búsqueda de ese vampiro nos llevó toda la noche y al despuntar el alba dimos con una estrecha abertura en la roca que daba paso a una caverna que parecía profundizar mucho en las entrañas de la tierra.

Tal y como había pactado con el brujo y dado que seguir un rastro en la piedra desnuda es imposible acampé en el exterior. No le pude garantizar a Zeon que fuese la única salida de esa gruta pero que dado mi nivel de cansancio yo correría el riesgo de que se escapara por otro lado. necesitaba descansar. Ya al caer la tarde y tras haber dormido hasta bien entrada la tarde busqué por el bosque cercano al campamento materiales para fabricar tres antorchas que si bien distaban de ser mi mejor creación nos permitirían tener algo de luz dentro de aquel lugar.

Preparados ya por fin y con el sol de nuevo escondiéndose tras el horizonte nos adentramos en la oscuridad y las rocas.