Taller de Ari [Ingeniería]

Hoy había amanecido con ganas de experimentar, crear cosas extrañas y muy divertidas. Se suponía que había aceptado aquella operación tan dolorosamente indescriptible para darle sabor a mi vida; pero aún sentía que mi cuerpo me pedía hacer cositas más disruptivas, así que me puse manos a la obra. Tenía en la mente el diseño de un yelmo loquísimo que quería hacer; sin embargo quería empezar con un desarrollo más sencillo para calentar motores.

Lo primero que quería crear era algo que me sirviese en situaciones de conflicto. Últimamente me había visto involucrada en situaciones extrañas y me parecía útil crear algo para disuadir estas situaciones. Para ello reuní polvo de acero, algunos alambres y palos, aluminio, carbón y azúcar. Dentro de una esfera agregué los ingredientes y así quedaría lista mi bomba luminosa.

Desesperada por pasar a la creación que más estaba esperando, reuní todos los materiales necesarios sobre la mesa y empecé a juntar piezas. No quería que pesara mucho por lo tanto utilicé materiales ligeros… pero sí necesitaba dos cosas de esa creación: primero que fuese efectivo contra efectos mentales y para ello debía asegurarme de seguir las instrucciones, notas y dibujos que había dejado en mi cuaderno de estudios; y segundo necesitaba que fuese lindo y divertido.

Tenía muchas ideas en la cabeza por realizar… pero para ser sincera el yelmo me tomó más tiempo del esperado.

Sin prisa pero sin pausa seguía con la misión de tener un yelmo súper lindo, y me sentí satisfecha después de unos 3 días puliendo la idea del diseño y asegurándome de colocar ciertos materiales en posiciones clave para que cumpliera una función.

Al terminar el yelmo no pude evitar obsesionarme un poco con él. Al inicio me daba un poco de pena usarlo, pero después me pareció divertido pasear por los pueblos con el yelmo puesto.

Luego de dos semanas que se me bajó un poquito la obsesión decidí que era momento de hacer más artilugios divertidos y útiles para todo tipo de situaciones.

En esta oportunidad empecé haciendo una pistola de cuerda, que me tomó como 2 días para terminar; y por último repliqué el catalejo que le había acomodado a Nero, ya que tener uno para mí me parecía una oportunidad interesante.