Tradiciones guerreras de Aerandir
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Tradiciones guerreras de Aerandir
Tradiciones guerreras de Aerandir
En Aerandir, abundan los guerreros. Valientes, fuertes y atléticos, provistos de armaduras, expertos en armas y maestros en el arte de la guerra, protegen los intereses de sus pueblos, actúan como mercenarios o, simplemente, siguen sus propios caminos de aventuras y desafíos.
Hay muchas maneras de obtener formación de combate en Aerandir y, aunque cada individuo es un mundo en sí mismo, cada raza tiende a darle un énfasis distinto al arte de la guerra.
Hay muchas maneras de obtener formación de combate en Aerandir y, aunque cada individuo es un mundo en sí mismo, cada raza tiende a darle un énfasis distinto al arte de la guerra.
Bio-cibernéticos
Los bio-cibernéticos no poseen un ejército propiamente dicho, pero sí fuerzas del orden. Aún así, dada la extraordinaria resistencia de esta raza, a nadie puede extrañar que muchos acaben convertidos en guerreros pesados, especializados en la defensa y protección de los demás. Suelen ser disciplinados, actuar de forma colaborativa y decantarse por las tácticas de combate.
El cuerpo policial de la Base de los Bios, centro de operaciones de esta raza en Aerandir, lo componen los llamados Centinelas. Su preparación es rigurosa, con especial atención al seguimiento de protocolos bien estipulados, el cumplimiento de las leyes y, en general, bajo una estricta disciplina militar. Esto tiende a dar lugar a soldados disciplinados, especialistas en seguir órdenes y actuar en equipo, incluso si ello supone realizar un sacrificio para cumplir la misión. Sus tácticas y estrategias suelen ser muy superiores a las de otras razas.
Para mayor eficiencia, los Centinelas entrenan a sus aprendices en base a divisiones, cada una de las cuales se especializa en determinados tipos de misiones, lo cual no excluye posibles colaboraciones. Las divisiones conocidas son:
División de Investigación: La rama menos combativa. Sus agentes se entrenan para saber encontrar pistas y realizar deducciones para llegar al fondo de crímenes y misterios. A menudo, poseen sensores especiales para el rastreo y persecución. Sus armas se enfocan en neutralizar y capturar, no en matar. Algunos aprenden a hacerse pasar por humanos.
División de Vigilancia: Son la fuerza de élite para el cuidado de los puntos importantes, ya sea la protección de personas de interés, o bien lugares clave, como puertas de ciudades o castillos. Combinan una buena capacidad para detectar peligros con una sólida defensa. Suelen llevar corazas y favorecer la defensa sobre el ataque, parándose frente a cualquier amenaza.
División de Tácticas Especiales: Esta división se especializa en la infiltración y la eliminación de objetivos prioritarios. A diferencia de otros centinelas, aprenden a matar con eficacia, a irrumpir en infraestructuras y moverse con total sigilo.
División Anti-disturbios: Bajo la apariencia de entrenar para el control de disturbios internos, estos guerreros se especializan, de hecho, en las tácticas de guerra y el uso de armas. Combaten de manera ordenada y eficiente, siendo capaces de gran potencial ofensivo si se requiere.
División de Fabricantes: Se trata de una división de apoyo cuyos integrantes pueden o no tener entrenamiento en combate propiamente dicho. Sus principales funciones giran en torno a la sanación y reparación propia y de sus camaradas, así como diseñar y ensamblar miembros y artilugios destinados a la mejora de sus cuerpos y los de otros bio-cibernéticos. Algunos crean drones que programan para tareas específicas.
Los reclutas que logran superar el férreo entrenamiento de la Base pueden acabar enrolados en sus fuerzas policiales o seguir su propio camino dentro o fuera de ella. En cualquier caso, todos ellos han aprendido a guiarse por estrictos códigos de conducta, entre los que destacan:
–Matar únicamente cuando se ha descartado toda otra alternativa.
–No poner en riesgo a personas inocentes, a menos que sea estrictamente necesario para una misión mayor.
–Derecho a defenderse de manera proporcionada y justa.
–Mantener en perfecto estado todas sus armas y herramientas, siempre listas para su uso.
–No solucionar los problemas a las otras razas, a menos que amenacen la paz, evitando, en especial, intervenir con tecnología.
El cuerpo policial de la Base de los Bios, centro de operaciones de esta raza en Aerandir, lo componen los llamados Centinelas. Su preparación es rigurosa, con especial atención al seguimiento de protocolos bien estipulados, el cumplimiento de las leyes y, en general, bajo una estricta disciplina militar. Esto tiende a dar lugar a soldados disciplinados, especialistas en seguir órdenes y actuar en equipo, incluso si ello supone realizar un sacrificio para cumplir la misión. Sus tácticas y estrategias suelen ser muy superiores a las de otras razas.
Para mayor eficiencia, los Centinelas entrenan a sus aprendices en base a divisiones, cada una de las cuales se especializa en determinados tipos de misiones, lo cual no excluye posibles colaboraciones. Las divisiones conocidas son:
División de Investigación: La rama menos combativa. Sus agentes se entrenan para saber encontrar pistas y realizar deducciones para llegar al fondo de crímenes y misterios. A menudo, poseen sensores especiales para el rastreo y persecución. Sus armas se enfocan en neutralizar y capturar, no en matar. Algunos aprenden a hacerse pasar por humanos.
División de Vigilancia: Son la fuerza de élite para el cuidado de los puntos importantes, ya sea la protección de personas de interés, o bien lugares clave, como puertas de ciudades o castillos. Combinan una buena capacidad para detectar peligros con una sólida defensa. Suelen llevar corazas y favorecer la defensa sobre el ataque, parándose frente a cualquier amenaza.
División de Tácticas Especiales: Esta división se especializa en la infiltración y la eliminación de objetivos prioritarios. A diferencia de otros centinelas, aprenden a matar con eficacia, a irrumpir en infraestructuras y moverse con total sigilo.
División Anti-disturbios: Bajo la apariencia de entrenar para el control de disturbios internos, estos guerreros se especializan, de hecho, en las tácticas de guerra y el uso de armas. Combaten de manera ordenada y eficiente, siendo capaces de gran potencial ofensivo si se requiere.
División de Fabricantes: Se trata de una división de apoyo cuyos integrantes pueden o no tener entrenamiento en combate propiamente dicho. Sus principales funciones giran en torno a la sanación y reparación propia y de sus camaradas, así como diseñar y ensamblar miembros y artilugios destinados a la mejora de sus cuerpos y los de otros bio-cibernéticos. Algunos crean drones que programan para tareas específicas.
Los reclutas que logran superar el férreo entrenamiento de la Base pueden acabar enrolados en sus fuerzas policiales o seguir su propio camino dentro o fuera de ella. En cualquier caso, todos ellos han aprendido a guiarse por estrictos códigos de conducta, entre los que destacan:
–Matar únicamente cuando se ha descartado toda otra alternativa.
–No poner en riesgo a personas inocentes, a menos que sea estrictamente necesario para una misión mayor.
–Derecho a defenderse de manera proporcionada y justa.
–Mantener en perfecto estado todas sus armas y herramientas, siempre listas para su uso.
–No solucionar los problemas a las otras razas, a menos que amenacen la paz, evitando, en especial, intervenir con tecnología.
Brujos
En contra de la creencia popular, no todos los miembros de esta raza son capaces de realizar conjuros y, menos aún, de luchar con ellos. De este modo, los ejércitos brujos incluyen un buen número de soldados acompañando a sus magos.
Llamados a la guerra, los ejércitos illidenses tienden a organizarse en batallones. Comandando cada batallón es frecuente encontrar a un brujo elementalista, por ser este grupo el que mayor poder destructivo suele tener. El comandante tenderá a permanecer en una posición protegida por sus soldados, desde la que desatará la furia de los elementos o apoyará a sus tropas con soporte táctico.
Los soldados, por su parte, tienden a especializarse en el combate defensivo, protegiendo a los magos, hasta el punto de llegar a sacrificarse para salvarlos. También están particularmente preparados para mitigar o neutralizar hechizos enemigos y entrenan sus cuerpos para resistir el daño mágico y el poder de los elementos.
Llamados a la guerra, los ejércitos illidenses tienden a organizarse en batallones. Comandando cada batallón es frecuente encontrar a un brujo elementalista, por ser este grupo el que mayor poder destructivo suele tener. El comandante tenderá a permanecer en una posición protegida por sus soldados, desde la que desatará la furia de los elementos o apoyará a sus tropas con soporte táctico.
Los soldados, por su parte, tienden a especializarse en el combate defensivo, protegiendo a los magos, hasta el punto de llegar a sacrificarse para salvarlos. También están particularmente preparados para mitigar o neutralizar hechizos enemigos y entrenan sus cuerpos para resistir el daño mágico y el poder de los elementos.
Dragones
La potencia y fuerza bruta de la forma de dragón es innegable, y muy efectiva. Sin embargo, para ganar batallas se requiere también de una infantería capaz de mayores sutilezas. Los ejércitos de los dragones están compuestos de grupos móviles, entrenados en tácticas rápidas para actuar en tierra con la protección aérea de sus aliados.
Resultan también de gran importancia la disciplina y la coordinación, habida cuenta de que los soldados no pueden hablar cuando se encuentran en su forma de dragón. Por esto, se exige a todos los miembros del ejército conocer y respetar la cadena de mando, y la información se mueve en una y otra dirección para asegurar que cada pieza del tablero sepa qué se espera de ella en cada momento.
Por lo que se refiere a guerreros individuales, encontramos desde los luchadores más bestiales, que aprovechan su forma de dragón para avasallar a sus enemigos, hasta los que prefieren atacar a distancia, desde el aire, haciendo un uso más amplio de su magia elemental que de sus garras y dientes.
Mención especial merecen las fuerzas de infantería, guerreros que luchan en forma humana, con o sin ayuda de su magia elemental. Si bien la forma humana de los dragones no tiene ventajas particulares en combate, no debemos olvidar que esta raza es longeva. Esto, unido a una tradición milenaria de técnicas de combate, convierte a los guerreros dragones en temibles enemigos.
Dentro de la infantería de los Reinos del Norte, destaca la figura de los Caballeros Dragón. Estos guerreros se guían por un código de conducta basado en los principios de la Justicia, el Coraje, la Compasión, la Cortesía, la Honestidad, el Honor y la Lealtad. Se enfocan en la protección y servicio a su pueblo y tradiciones y, por encima de todo, consideran sagrada la forma de dragón, hasta el punto que tienen terminantemente prohibido ensuciarla derramando sangre hallándose transformados.
Para los Caballeros Dragón, el honor es un asunto tan fundamental, que viven exigiéndose a sí mismos el máximo cumplimiento de sus principios. Cuando un caballero ve mancillado su honor, solo queda un camino posible, la práctica del Suicidio Ritual, que se realiza siempre en presencia de otro Caballero que lo asiste en la tarea.
Es esta práctica la que otorga a los Caballeros Dragón una confianza incomparable ante su pueblo, la palabra del Caballero cuenta con la máxima garantía: su vida. Aun así, no todos los caballeros caídos en deshonor son capaces de realizar este Suicidio Ritual. Estos guerreros son rechazados por su pueblo, por considerarlos sucios. Sin embargo, en el resto de Aerandir se los considera mercenarios de altísima calidad y no tardarán en encontrar quien pague por sus servicios.
Resultan también de gran importancia la disciplina y la coordinación, habida cuenta de que los soldados no pueden hablar cuando se encuentran en su forma de dragón. Por esto, se exige a todos los miembros del ejército conocer y respetar la cadena de mando, y la información se mueve en una y otra dirección para asegurar que cada pieza del tablero sepa qué se espera de ella en cada momento.
Por lo que se refiere a guerreros individuales, encontramos desde los luchadores más bestiales, que aprovechan su forma de dragón para avasallar a sus enemigos, hasta los que prefieren atacar a distancia, desde el aire, haciendo un uso más amplio de su magia elemental que de sus garras y dientes.
Mención especial merecen las fuerzas de infantería, guerreros que luchan en forma humana, con o sin ayuda de su magia elemental. Si bien la forma humana de los dragones no tiene ventajas particulares en combate, no debemos olvidar que esta raza es longeva. Esto, unido a una tradición milenaria de técnicas de combate, convierte a los guerreros dragones en temibles enemigos.
Dentro de la infantería de los Reinos del Norte, destaca la figura de los Caballeros Dragón. Estos guerreros se guían por un código de conducta basado en los principios de la Justicia, el Coraje, la Compasión, la Cortesía, la Honestidad, el Honor y la Lealtad. Se enfocan en la protección y servicio a su pueblo y tradiciones y, por encima de todo, consideran sagrada la forma de dragón, hasta el punto que tienen terminantemente prohibido ensuciarla derramando sangre hallándose transformados.
Para los Caballeros Dragón, el honor es un asunto tan fundamental, que viven exigiéndose a sí mismos el máximo cumplimiento de sus principios. Cuando un caballero ve mancillado su honor, solo queda un camino posible, la práctica del Suicidio Ritual, que se realiza siempre en presencia de otro Caballero que lo asiste en la tarea.
Es esta práctica la que otorga a los Caballeros Dragón una confianza incomparable ante su pueblo, la palabra del Caballero cuenta con la máxima garantía: su vida. Aun así, no todos los caballeros caídos en deshonor son capaces de realizar este Suicidio Ritual. Estos guerreros son rechazados por su pueblo, por considerarlos sucios. Sin embargo, en el resto de Aerandir se los considera mercenarios de altísima calidad y no tardarán en encontrar quien pague por sus servicios.
Elfos
La guerra y, en especial, las masacres sufridas debido a ella, han marcado a los elfos, volviéndolos reclusivos y cautelosos, siempre atentos a proteger su hogar de posibles invasores. Así, el entrenamiento en el combate y el uso de armas no es algo extraño en Sandorai.
Cualquier joven elfo, independientemente de su familia o estatus, puede ser entrenado como soldado, que ellos llaman a menudo guardabosques, siempre que demuestre tener las capacidades físicas y mentales necesarias. Junto con las técnicas de combate propiamente dicho, los reclutas aprenden a aprovechar los bosques y ambiente natural a su favor, familiarizándose con la vida salvaje allí presente y sacando ventaja del terreno. Algunos, los que muestran afinidad por la magia natural, pueden usar estas habilidades como complemento a su entrenamiento.
El foco de sus guerreros suele ser defensivo, la protección de su pueblo y de su territorio, pero tienden a especializarse para la realización de cometidos distintos:
Acechadores: Su misión es recorrer los bosques en pequeños grupos, con el fin de detectar cualquier amenaza y reducirla antes de que cause daños. Son maestros del tiro con arco y es común que tengan habilidades de rastreo, sigilo y, en general, técnicas para aprovechar el medio natural a su favor.
Protectores de los Templos: Encargados de custodiar lugares sagrados, suelen fortalecer sus cuerpos para combatir con armadura y armas de cuerpo a cuerpo. Son pacientes, pero fieros luchadores si ven sus cargas amenazadas. Fuera de los bosques, pueden ser potentes luchadores de primera línea, sirviendo de escudo a sus camaradas.
Acróbatas de la Espada: Se los conoce así fuera de Sandorai por su increíble agilidad. Son la principal fuerza de infantería élfica y se especializan en un estilo de combate muy ágil y acrobático. Son capaces de confundir a sus enemigos en el campo de batalla por su dinamismo. Suelen llevar armadura ligera y una o dos espadas, pero no es extraño que prefieran otro arma de cuerpo a cuerpo, como la lanza.
Por supuesto, no faltan en sus filas quienes son capaces de utilizar la magia de Luz para fortalecer sus propios cuerpos y los de sus aliados, ni quienes castigan las acciones hostiles por la vía de la Purificación.
En conjunto, los ejércitos élficos cuentan con formaciones rápidas y ágiles, que combaten de forma elegante y muy versátil. Suelen preferir armas ligeras que manejan con gran soltura. Su estilo acrobático y veloz resulta particularmente útil a la hora de entrar y salir de una refriega, dejando vía libre a sus arqueros o magos.
Cualquier joven elfo, independientemente de su familia o estatus, puede ser entrenado como soldado, que ellos llaman a menudo guardabosques, siempre que demuestre tener las capacidades físicas y mentales necesarias. Junto con las técnicas de combate propiamente dicho, los reclutas aprenden a aprovechar los bosques y ambiente natural a su favor, familiarizándose con la vida salvaje allí presente y sacando ventaja del terreno. Algunos, los que muestran afinidad por la magia natural, pueden usar estas habilidades como complemento a su entrenamiento.
El foco de sus guerreros suele ser defensivo, la protección de su pueblo y de su territorio, pero tienden a especializarse para la realización de cometidos distintos:
Acechadores: Su misión es recorrer los bosques en pequeños grupos, con el fin de detectar cualquier amenaza y reducirla antes de que cause daños. Son maestros del tiro con arco y es común que tengan habilidades de rastreo, sigilo y, en general, técnicas para aprovechar el medio natural a su favor.
Protectores de los Templos: Encargados de custodiar lugares sagrados, suelen fortalecer sus cuerpos para combatir con armadura y armas de cuerpo a cuerpo. Son pacientes, pero fieros luchadores si ven sus cargas amenazadas. Fuera de los bosques, pueden ser potentes luchadores de primera línea, sirviendo de escudo a sus camaradas.
Acróbatas de la Espada: Se los conoce así fuera de Sandorai por su increíble agilidad. Son la principal fuerza de infantería élfica y se especializan en un estilo de combate muy ágil y acrobático. Son capaces de confundir a sus enemigos en el campo de batalla por su dinamismo. Suelen llevar armadura ligera y una o dos espadas, pero no es extraño que prefieran otro arma de cuerpo a cuerpo, como la lanza.
Por supuesto, no faltan en sus filas quienes son capaces de utilizar la magia de Luz para fortalecer sus propios cuerpos y los de sus aliados, ni quienes castigan las acciones hostiles por la vía de la Purificación.
En conjunto, los ejércitos élficos cuentan con formaciones rápidas y ágiles, que combaten de forma elegante y muy versátil. Suelen preferir armas ligeras que manejan con gran soltura. Su estilo acrobático y veloz resulta particularmente útil a la hora de entrar y salir de una refriega, dejando vía libre a sus arqueros o magos.
Hombres Bestia
Debido a la gran variedad de sus rasgos animales, las fuerzas bélicas de los hombres bestia no suelen seguir formaciones o tácticas comunes, sino que cada guerrero actúa en base a sus distintas capacidades. Aunque esto pueda parecer desordenado, la realidad es que resultan efectivos actuando en equipo, improvisando en el campo de batalla y sacando ventajas de sus diferencias.
Entre los guerreros de esta raza, podemos encontrar, desde aquellos que privilegian su lado humano, descartando sus rasgos animales como algo meramente estético, hasta los que se dejan llevar por sus instintos animales. Mientras los primeros se entrenan en el combate armado de la misma manera que lo haría cualquier humano, los últimos tienden a ser individuos solitarios y temperamentales, que luchan con gran brutalidad, pero poca disciplina.
En el punto intermedio, encontramos a aquellos guerreros que entrenan con la intención consciente de aprovechar al máximo sus rasgos animales, sin dejarse llevar por ellos. Estos son, generalmente, los que acaban convirtiéndose en miembros de élite de sus tribus y comunidades y los que son llamados a la guerra en tiempos de necesidad.
Resultaría imposible resumir aquí la variabilidad de tipos de combate que podemos encontrar entre estos guerreros, tal fue la amplitud de los experimentos realizados por los Terrestres. Nos contentaremos, por el contrario, con aportar unos pocos ejemplos:
Grandes Felinos: Privilegian el acecho mediante el sigilo, para lanzarse sobre sus enemigos como si fuesen presas a devorar. Aprovechan sus grandes garras para sujetar firmemente al enemigo y así poder rasgar o incluso morder. Son rápidos y efectivos, yendo directamente al cuello u otras zonas sensibles del cuerpo.
Osos: Lo contrario a la sutileza, poseen una enorme fuerza física y una sólida resistencia, que los vuelve máquinas imparables de batalla. Suelen abrumar a sus enemigos mediante su fuerza superior, aplastándolos o conmocionándolos e impidiéndoles usar todos sus trucos. A pesar de lo que pueda pensarse, son veloces al cargar contra un enemigo.
Aves de Rapiña: Aprovechando la ventaja de sus alas, estos guerreros pueden atacar desde las alturas para causar daños con sus afiladas garras. A menudo se valen del sigilo y buenas habilidades de rastreo para encontrar a una presa y caerle por sorpresa. En el campo de batalla suelen atacar de manera quirúrgica contra enemigos clave.
Mención especial merecen los guerreros Berserker. Esta tradición, que ha ido decreciendo entre los humanos con el paso de los años, fue adoptada abiertamente por los hombres bestia desde su llegada, convirtiéndola en algo propio, hasta el punto que, con la excepción de algunos humanos de zonas alejadas a las ciudades y de unos pocos licántropos, la mayoría de los guerreros berserker en Aerandir pertenecen a esta raza.
Este tipo de guerreros suele mostrar una gran falta de cuidado por su seguridad personal, luchando sin armadura e incluso con el torso desnudo. Su única defensa suele ser un escudo, que muchos destierran en favor de una segunda arma para atacar a dos manos.
Suelen lanzarse de manera frontal contra los enemigos, matando todo lo que se atraviesa en su camino. Su energía en combate es tal, que a menudo los enemigos se acobardan con solo verlos correr hacia ellos a pecho descubierto. Su estilo frenético de lucha hace que incluso sus aliados teman acercarse mucho, ya que a veces no distinguen amigos de enemigos.
Pero la característica estrella de estos temibles guerreros es su capacidad para entrar en una especie de trance en el momento de entablar combate. Un estado alterado de la conciencia que no solo los torna en desenfrenadas máquinas de matar, sino que puede aumentar su fuerza y velocidad e incluso otorgarles resistencias especiales que bordean lo sobrenatural. Hasta se ha visto a guerreros berserker romper hechizos o seguir combatiendo con una espada en el vientre.
Este trance lo logran, generalmente, mediante el uso de mezclas o hierbas estimulantes, pero algunos de ellos son capaces de entrar en él a voluntad, algo en lo que destacan los hombres bestia por su natural inclinación hacia el frenesí.
Entre los guerreros de esta raza, podemos encontrar, desde aquellos que privilegian su lado humano, descartando sus rasgos animales como algo meramente estético, hasta los que se dejan llevar por sus instintos animales. Mientras los primeros se entrenan en el combate armado de la misma manera que lo haría cualquier humano, los últimos tienden a ser individuos solitarios y temperamentales, que luchan con gran brutalidad, pero poca disciplina.
En el punto intermedio, encontramos a aquellos guerreros que entrenan con la intención consciente de aprovechar al máximo sus rasgos animales, sin dejarse llevar por ellos. Estos son, generalmente, los que acaban convirtiéndose en miembros de élite de sus tribus y comunidades y los que son llamados a la guerra en tiempos de necesidad.
Resultaría imposible resumir aquí la variabilidad de tipos de combate que podemos encontrar entre estos guerreros, tal fue la amplitud de los experimentos realizados por los Terrestres. Nos contentaremos, por el contrario, con aportar unos pocos ejemplos:
Grandes Felinos: Privilegian el acecho mediante el sigilo, para lanzarse sobre sus enemigos como si fuesen presas a devorar. Aprovechan sus grandes garras para sujetar firmemente al enemigo y así poder rasgar o incluso morder. Son rápidos y efectivos, yendo directamente al cuello u otras zonas sensibles del cuerpo.
Osos: Lo contrario a la sutileza, poseen una enorme fuerza física y una sólida resistencia, que los vuelve máquinas imparables de batalla. Suelen abrumar a sus enemigos mediante su fuerza superior, aplastándolos o conmocionándolos e impidiéndoles usar todos sus trucos. A pesar de lo que pueda pensarse, son veloces al cargar contra un enemigo.
Aves de Rapiña: Aprovechando la ventaja de sus alas, estos guerreros pueden atacar desde las alturas para causar daños con sus afiladas garras. A menudo se valen del sigilo y buenas habilidades de rastreo para encontrar a una presa y caerle por sorpresa. En el campo de batalla suelen atacar de manera quirúrgica contra enemigos clave.
Mención especial merecen los guerreros Berserker. Esta tradición, que ha ido decreciendo entre los humanos con el paso de los años, fue adoptada abiertamente por los hombres bestia desde su llegada, convirtiéndola en algo propio, hasta el punto que, con la excepción de algunos humanos de zonas alejadas a las ciudades y de unos pocos licántropos, la mayoría de los guerreros berserker en Aerandir pertenecen a esta raza.
Este tipo de guerreros suele mostrar una gran falta de cuidado por su seguridad personal, luchando sin armadura e incluso con el torso desnudo. Su única defensa suele ser un escudo, que muchos destierran en favor de una segunda arma para atacar a dos manos.
Suelen lanzarse de manera frontal contra los enemigos, matando todo lo que se atraviesa en su camino. Su energía en combate es tal, que a menudo los enemigos se acobardan con solo verlos correr hacia ellos a pecho descubierto. Su estilo frenético de lucha hace que incluso sus aliados teman acercarse mucho, ya que a veces no distinguen amigos de enemigos.
Pero la característica estrella de estos temibles guerreros es su capacidad para entrar en una especie de trance en el momento de entablar combate. Un estado alterado de la conciencia que no solo los torna en desenfrenadas máquinas de matar, sino que puede aumentar su fuerza y velocidad e incluso otorgarles resistencias especiales que bordean lo sobrenatural. Hasta se ha visto a guerreros berserker romper hechizos o seguir combatiendo con una espada en el vientre.
Este trance lo logran, generalmente, mediante el uso de mezclas o hierbas estimulantes, pero algunos de ellos son capaces de entrar en él a voluntad, algo en lo que destacan los hombres bestia por su natural inclinación hacia el frenesí.
Humanos
Sin duda, es en la gran ciudad de Lunargenta donde se encuentran los cuarteles mejor preparados para entrenar a sus militares. Los soldados humanos son la principal fuerza de combate de la raza, por lo que, entre los humanos, un buen guerrero suele tener prestigio y buenas recompensas.
Los ejércitos humanos son particularmente equilibrados, teniendo cuerpos de guerra especializados en distintas habilidades. Los hay ligeros, pesados, maestros de cada tipo de arma e, incluso, aquellos que dominan varios tipos de armas y estilos de combate.
Con frecuencia, los guerreros humanos cuentan con entrenamiento formal de buena calidad y conocimiento sobre la guerra. Tampoco es extraño, dada la característica versatilidad humana, encontrarnos con divisiones especializadas en la lucha contra enemigos concretos (vampiros, dragones…) o misiones específicas: protectores, soldados de primera línea, incursiones…
Además de sus propias fuerzas, los humanos cuentan también con la inestimable ayuda de los bio-cibernéticos. Sin embargo, lejos de acomodarse y permitir que sean éstos quienes se encarguen de las labores de defensa y protección, hay quienes se han dedicado a estudiarlos, para tratar de reproducir, aun de manera rudimentaria, algunos de sus prodigios tecnológicos.
Más allá de los ejércitos propiamente dichos, existe una orden de virtuosos guerreros que acepta únicamente humanos en sus filas. Son los Caballeros Iluminados, paladines de la Luz y defensores de las sagradas virtudes de la Valentía, la Lealtad, la Solidaridad, la Devoción, la Cortesía, la Justicia y la Humildad.
Son también los protectores de las Reliquias Sagradas que, tras las guerras Illidenses, los más poderosos sacerdotes y sacerdotisas élficos entregaron a los guerreros humanos que se alzaron para defender a su pueblo de las masacres perpetradas por los ejércitos brujos en su camino hacia Árbol Madre.
Cada una de estas Reliquias se entrega a la guarda y custodia de un único Caballero, que la protegerá hasta su muerte. Cuando un Caballero Iluminado cae en batalla, sus compañeros harán todo lo posible por recuperar su Reliquia que, con el tiempo, será entregada a un nuevo Caballero.
Los Caballeros Iluminados combaten con frecuencia en primera línea de batalla, portando pesadas armaduras y, a menudo, escudos. El coste de mantener su equipo lleva a que, con mucha frecuencia, sus miembros provengan de familias nobles. Así y todo, hace falta mucho más que dinero y un buen nombre para entrar en la orden.
Los aspirantes a ingresar en la orden, llamados escuderos, reciben un entrenamiento riguroso que pondrá a prueba no solo su cuerpo, sino su voluntad, resistencia y humildad. Al finalizar su entrenamiento, todavía deberán enfrentarse a la Prueba de los 7 Días, en la que habrán de demostrar que son dignos de recibir la Reliquia Sagrada (más información acerca de las Reliquias Sagradas en este hilo sobre la magia en Aerandir).
Aquellos que no logran pasar la difícil Prueba de los 7 días, son recibidos con los brazos abiertos como oficiales del ejército de Lunargenta, donde se valora mucho la calidad de su formación.
Los ejércitos humanos son particularmente equilibrados, teniendo cuerpos de guerra especializados en distintas habilidades. Los hay ligeros, pesados, maestros de cada tipo de arma e, incluso, aquellos que dominan varios tipos de armas y estilos de combate.
Con frecuencia, los guerreros humanos cuentan con entrenamiento formal de buena calidad y conocimiento sobre la guerra. Tampoco es extraño, dada la característica versatilidad humana, encontrarnos con divisiones especializadas en la lucha contra enemigos concretos (vampiros, dragones…) o misiones específicas: protectores, soldados de primera línea, incursiones…
Además de sus propias fuerzas, los humanos cuentan también con la inestimable ayuda de los bio-cibernéticos. Sin embargo, lejos de acomodarse y permitir que sean éstos quienes se encarguen de las labores de defensa y protección, hay quienes se han dedicado a estudiarlos, para tratar de reproducir, aun de manera rudimentaria, algunos de sus prodigios tecnológicos.
Más allá de los ejércitos propiamente dichos, existe una orden de virtuosos guerreros que acepta únicamente humanos en sus filas. Son los Caballeros Iluminados, paladines de la Luz y defensores de las sagradas virtudes de la Valentía, la Lealtad, la Solidaridad, la Devoción, la Cortesía, la Justicia y la Humildad.
Son también los protectores de las Reliquias Sagradas que, tras las guerras Illidenses, los más poderosos sacerdotes y sacerdotisas élficos entregaron a los guerreros humanos que se alzaron para defender a su pueblo de las masacres perpetradas por los ejércitos brujos en su camino hacia Árbol Madre.
Cada una de estas Reliquias se entrega a la guarda y custodia de un único Caballero, que la protegerá hasta su muerte. Cuando un Caballero Iluminado cae en batalla, sus compañeros harán todo lo posible por recuperar su Reliquia que, con el tiempo, será entregada a un nuevo Caballero.
Los Caballeros Iluminados combaten con frecuencia en primera línea de batalla, portando pesadas armaduras y, a menudo, escudos. El coste de mantener su equipo lleva a que, con mucha frecuencia, sus miembros provengan de familias nobles. Así y todo, hace falta mucho más que dinero y un buen nombre para entrar en la orden.
Los aspirantes a ingresar en la orden, llamados escuderos, reciben un entrenamiento riguroso que pondrá a prueba no solo su cuerpo, sino su voluntad, resistencia y humildad. Al finalizar su entrenamiento, todavía deberán enfrentarse a la Prueba de los 7 Días, en la que habrán de demostrar que son dignos de recibir la Reliquia Sagrada (más información acerca de las Reliquias Sagradas en este hilo sobre la magia en Aerandir).
Aquellos que no logran pasar la difícil Prueba de los 7 días, son recibidos con los brazos abiertos como oficiales del ejército de Lunargenta, donde se valora mucho la calidad de su formación.
Licántropos
Los licántropos tienden a ser individuos solitarios o agruparse en pequeñas manadas o clanes, de ahí que no cuenten con un ejército propiamente dicho. Acostumbrados a ocultarse en los bosques, sus guerreros tienden a acechar a sus enemigos y actuar mediante emboscadas y cacerías. Pero aunque una cacería conjunta requiere de cierta organización, estos combatientes tienden a favorecer las capacidades personales, más que las formaciones o las tácticas.
Mucho de lo que se ha dicho acerca de los hombres bestia es aplicable también a los licántropos, aunque éstos suelen estar más en contacto con su lado animal que los primeros. Tal vez sea porque, a diferencia de ellos, los licántropos sí son capaces de convertirse en lobos al completo y no se limitan a compartir algunos de sus rasgos. De hecho, muchos de estos individuos prefieren su forma animal y eligen vivir en los bosques a cuatro patas, alejados de la civilización.
Los guerreros licántropos tienden a preferir la forma de lobo a la hora de luchar, desatando las cualidades más temibles de estos animales. Hasta el más torpe de los miembros de esta raza, se convierte en un adversario formidable cuando deja atrás su piel humana y muestra las potentes fauces de su bestia interna.
Algunos han aprendido a controlar la transformación hasta el punto de, como los hombres bestia, ser capaces de aprovechar lo mejor de dos mundos, el humano y el animal. Y unos pocos, incluso aprenden a combatir con un arma entre las manos.
Como habitantes de los bosques, privilegian las tácticas de ocultación y acecho, aprovechando sus sentidos lobunos para encontrar a sus objetivos en la oscuridad. La noche es su campo de caza favorito, sobre todo, cuando hay luna.
Mucho de lo que se ha dicho acerca de los hombres bestia es aplicable también a los licántropos, aunque éstos suelen estar más en contacto con su lado animal que los primeros. Tal vez sea porque, a diferencia de ellos, los licántropos sí son capaces de convertirse en lobos al completo y no se limitan a compartir algunos de sus rasgos. De hecho, muchos de estos individuos prefieren su forma animal y eligen vivir en los bosques a cuatro patas, alejados de la civilización.
Los guerreros licántropos tienden a preferir la forma de lobo a la hora de luchar, desatando las cualidades más temibles de estos animales. Hasta el más torpe de los miembros de esta raza, se convierte en un adversario formidable cuando deja atrás su piel humana y muestra las potentes fauces de su bestia interna.
Algunos han aprendido a controlar la transformación hasta el punto de, como los hombres bestia, ser capaces de aprovechar lo mejor de dos mundos, el humano y el animal. Y unos pocos, incluso aprenden a combatir con un arma entre las manos.
Como habitantes de los bosques, privilegian las tácticas de ocultación y acecho, aprovechando sus sentidos lobunos para encontrar a sus objetivos en la oscuridad. La noche es su campo de caza favorito, sobre todo, cuando hay luna.
Vampiros
Los vampiros no tienen un ejército organizado, pues cada clan tiene sus propias reglas y líderes. A menudo, obtienen lo que desean mediante la seducción y el engaño, sin derramar más sangre que la que pueda escapar de su boca al alimentarse. Sin embargo, también hay quienes prefieren dejar salir sus instintos más violentos.
Especializados en la noche, los guerreros vampiro suelen ser sigilosos y muy móviles, cayendo sobre sus enemigos por sorpresa al anochecer y retirándose antes de que salga el sol. Son famosos por su brutalidad y crueldad, motivo por el que muchos huyen apenas los ven aparecer.
Estos guerreros hacen amplio uso de su fortaleza física y de la destreza que les otorga su familiaridad con las sombras. Prefieren las armas cortantes, por supuesto, y no faltan quienes, a la vista (u olor) de la sangre, ven aumentado su furor, llegando a emular el trance de batalla de los guerreros berserker.
No hay que pensar, sin embargo, que se trata de guerreros salvajes luchando por puro placer violento, pero sin autocontrol o táctica alguna. Quizá sea así entre los vampiros recientes, pero si algo caracteriza a aquellos que han sobrevivido durante años es el autocontrol, saber cuándo es el momento de dejarse ir y cuándo el de retirarse, pues de ello puede depender su supervivencia.
Incluso aquellos que dedican su vida a mejorar sus aptitudes físicas llegan a ser temibles contrincantes, pero también los hay que acompañan sus habilidades de combate con un cierto conocimiento de las artes oscuras, ya sea mediante el uso de la Voz, o aprovechando su maldición de Sangre para fortalecer sus cuerpos a costa de los de sus enemigos.
Especializados en la noche, los guerreros vampiro suelen ser sigilosos y muy móviles, cayendo sobre sus enemigos por sorpresa al anochecer y retirándose antes de que salga el sol. Son famosos por su brutalidad y crueldad, motivo por el que muchos huyen apenas los ven aparecer.
Estos guerreros hacen amplio uso de su fortaleza física y de la destreza que les otorga su familiaridad con las sombras. Prefieren las armas cortantes, por supuesto, y no faltan quienes, a la vista (u olor) de la sangre, ven aumentado su furor, llegando a emular el trance de batalla de los guerreros berserker.
No hay que pensar, sin embargo, que se trata de guerreros salvajes luchando por puro placer violento, pero sin autocontrol o táctica alguna. Quizá sea así entre los vampiros recientes, pero si algo caracteriza a aquellos que han sobrevivido durante años es el autocontrol, saber cuándo es el momento de dejarse ir y cuándo el de retirarse, pues de ello puede depender su supervivencia.
Incluso aquellos que dedican su vida a mejorar sus aptitudes físicas llegan a ser temibles contrincantes, pero también los hay que acompañan sus habilidades de combate con un cierto conocimiento de las artes oscuras, ya sea mediante el uso de la Voz, o aprovechando su maldición de Sangre para fortalecer sus cuerpos a costa de los de sus enemigos.
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