Jardín de árboles [Trabajo]
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Jardín de árboles [Trabajo]
Una petición desde un pueblecito humano en Verisar llegaba a Corona del sol. Una elfa asentada en la aldea limítrofe de Barataria hacía llegar un mensaje pidiendo la ayuda de alguno de los nuestros para resolver una disputa en aquellas tierras. Lo que se comenzó como una simple disputa vecinal había escalado en intensidad y complejidad y ahora se enfrentaba a la justicia de la sala consistorial de Barataria. Los ancianos decidieron que tal tarea sería optima para mejorar mis habilidades diplomáticas y por tanto fuí enviado a responder aquella petición de ayuda.
El camino hasta aquel poblado dejado de las manos de los dioses fue tranquilo e incluso ameno, pues el camino resultaba mas transitado de lo que a priori podría parecer y ello me brindó compañía durante el recorrido. Cuando Barataria se aparecía ante mí pude ver un pueblo de poca envergadura incluso para los estándares humanos.
Barataria era un poblado de construcción bastante pobre, con casas de adobe y techo de paja en su mayoría. la mayoría de estas viviendas disponían de pequeñas parcelas agrícolas dedicadas a autoconsumo, que además parecía sustentar una economía interna muy basada en el trueque. Además, los escasos transeúntes me miraban con una mezcla de desconfianza y curiosidad, denotando que no solían pasar forasteros por aquel pueblo escondido en el valle y alejado de la carretera principal por al menos dos leguas.
Me alojé en la única posada del lugar. La posada Ínsula se encontraba en el centro de Barataria y desde la ventana de mi habitación asignada pude ver una parcela con una Estrella de Nirn y una gran cantidad de árboles concentrados es un único punto denotando un gran trabajo de silvicultura. Pedí a un chiquillo que pasaba cerca de La ínsula que fuese a llamar a una elfa de nombre Averni Wealhmar.
En poco tiempo la mujer, aún joven, llegaba a la posada y se dirigía directamente hacia mi. un saludo escuesto bastó y subimos a la habitación para tomar nota de todo el conflicto pues según lo dicho en la petición que llegaba a Corona del sol, sería yo quien hablaría en representación de Averni. Dos días mas tarde me encontraba en la sala consistorial con casi todo el pueblo allí espectante y con el alcalde y el alguacil haciendo las veces de jueces. A otro lado se encontraba el humano con quien mi congénere tenía su disputa. se encontraba esperando a su representante y sinceramente sentía curiosidad por quien podría acudir en defensa de aquel paleto.
El camino hasta aquel poblado dejado de las manos de los dioses fue tranquilo e incluso ameno, pues el camino resultaba mas transitado de lo que a priori podría parecer y ello me brindó compañía durante el recorrido. Cuando Barataria se aparecía ante mí pude ver un pueblo de poca envergadura incluso para los estándares humanos.
Barataria era un poblado de construcción bastante pobre, con casas de adobe y techo de paja en su mayoría. la mayoría de estas viviendas disponían de pequeñas parcelas agrícolas dedicadas a autoconsumo, que además parecía sustentar una economía interna muy basada en el trueque. Además, los escasos transeúntes me miraban con una mezcla de desconfianza y curiosidad, denotando que no solían pasar forasteros por aquel pueblo escondido en el valle y alejado de la carretera principal por al menos dos leguas.
Me alojé en la única posada del lugar. La posada Ínsula se encontraba en el centro de Barataria y desde la ventana de mi habitación asignada pude ver una parcela con una Estrella de Nirn y una gran cantidad de árboles concentrados es un único punto denotando un gran trabajo de silvicultura. Pedí a un chiquillo que pasaba cerca de La ínsula que fuese a llamar a una elfa de nombre Averni Wealhmar.
En poco tiempo la mujer, aún joven, llegaba a la posada y se dirigía directamente hacia mi. un saludo escuesto bastó y subimos a la habitación para tomar nota de todo el conflicto pues según lo dicho en la petición que llegaba a Corona del sol, sería yo quien hablaría en representación de Averni. Dos días mas tarde me encontraba en la sala consistorial con casi todo el pueblo allí espectante y con el alcalde y el alguacil haciendo las veces de jueces. A otro lado se encontraba el humano con quien mi congénere tenía su disputa. se encontraba esperando a su representante y sinceramente sentía curiosidad por quien podría acudir en defensa de aquel paleto.
Eleandris
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Re: Jardín de árboles [Trabajo]
Mina y Tina viajan por todo Aerandir buscando lo que no se les había perdido. Una de ellas tiene un hogar dónde regresar, pero allí le esperaba una vida que no quería vivir. Es por eso que se mantenía alejada lo más posible y evadía continuamente sus responsabilidades. La otra era una bruja sinvergüenza cuya vida de aristócrata le aburría sobremanera.
Por aquellos tiempos, sus ansias de aventuras las llevaron a la península de Verisar, no tenían un rumbo fijo, llegarían donde sus pies las llevaran. Ya fuese una gran ciudad con muchos lugares que recorrer o un pueblucho de una calle. Tal como pintaba la cosa, lo más seguro es que esa noche encontrarían lo segundo.
-¿También van a Barataria?- preguntó la mujer zarigüeya a Tina. Llevaban caminando con ella ya varias horas, así que ya era íntima amiga de la chicadreja. -¿Es el próximo pueblo? Porque de ser así, sí, vamos a Barataria- respondió Mina antes, ya cansada de caminar -No hay fuerza en este mundo que me haga dormir al pie del camino otra noche- avisó con determinación. A diferencia de Tina, Mina detestaba acampar. Pasar la noche fuera de una edificación sólida y mínimamente calefaccionada significaba para la bruja dormir a la intemperie. -Bueno, no es la gran cosa. Barataria es un pueblo chiquito y sin mucho que ver. Es bastante aburrido- reconoció la zarigüeya. -¿Entonces para qué vas allí?- preguntó Tina con curiosidad. -Soy abogada y voy a defender el caso de un viejo amigo- comenzó -Resulta que, por andar de envidioso, perjudicó el huerto de su vecina, quien resultó ser una elfa que le ha llenado toda la casa de árboles mágicos que no se pueden talar.- continuó y no pudo evitar reír un poco. -¡Merecido lo tiene! Son las consecuencias de sus actos. Pero bueno, la verdad es que a la elfa se le ha ido la mano, este castigo ya pasó de ser un escarmiento. Ella con facilidad podría recuperar su huerto, pero no ha quitado los árboles del predio de mi amigo y ni él ni su familia pueden entrar a su casa, ni cultivar sus tierras, así que el asunto ha escalado a tal punto que mi amigo necesita asesoría legal, por eso me ha llamado así que yo...- contaba, pero mientras hablaba, una roca cayó del cielo y le dio de lleno en la cabeza a la zarigüeya, quien puso los ojos en blanco y se desencajó hasta caer al suelo.
Mientras Mina y Tina miraban con los ojos despepitados a la mujer bestia tirada en el piso inconsciente, un águila volaba hacia el este y la piedra se alejaba lentamente.
-¿Está muerta?- preguntó Tina -Ay, no sé- respondió Mina, agachada junto al cuerpo que no se movía para nada, observándolo. Del lugar del impacto corría un delgado hilo de sangre. La bruja estiró el índice y punzó a la mujer zarigüeya, que no reaccionó. Repitió el gesto varias veces, pero nada. -Hmmm... creo que sí, Tinita, creo que se murió- dijo ella, llegando a la conclusión más obvia. Ambas suspiraron. -Bueeeno... nada que hacer- comentó Mina, sacudiéndose las manos al levantarse. -Mira qué tiene en la mochila- le dijo a Tina, quien obedeció sin chistar.
La ilusionista arrastró el cuerpo hacia un lado del camino, adentrándosehasta donde le dejó la flojera lo más que pudo en el bosque y luego de dejar a la mujer zarigüeya en ropa interior, escondió el cuerpo debajo de las raíces de un árbol y lo tapó con un montón de hojas caídas. -¿Está bien robarle a un muerto?- quiso saber Tina, sintiéndose un poquito mal por lo que estaban haciendo. -Ay, cómo crees. Si están muertos no es robo, es reubicación de bienes- explicó Mina, tranquilizando a su amiguita. -Además, creo que son de la misma talla y mira, apenas y le cayó una sangre- añadió y le pasó la capa de la difunta a la chicadreja, que le quedó perfecta.
Antes del anochecer llegaron a Barataria, y tal como dijo la difunta abogada, era de estos pueblitos donde el tiempo pasa a una velocidad distinta: lento.
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Complicación #1: Desaparición de la defensora oficial de Simon Merten.
Por aquellos tiempos, sus ansias de aventuras las llevaron a la península de Verisar, no tenían un rumbo fijo, llegarían donde sus pies las llevaran. Ya fuese una gran ciudad con muchos lugares que recorrer o un pueblucho de una calle. Tal como pintaba la cosa, lo más seguro es que esa noche encontrarían lo segundo.
-¿También van a Barataria?- preguntó la mujer zarigüeya a Tina. Llevaban caminando con ella ya varias horas, así que ya era íntima amiga de la chicadreja. -¿Es el próximo pueblo? Porque de ser así, sí, vamos a Barataria- respondió Mina antes, ya cansada de caminar -No hay fuerza en este mundo que me haga dormir al pie del camino otra noche- avisó con determinación. A diferencia de Tina, Mina detestaba acampar. Pasar la noche fuera de una edificación sólida y mínimamente calefaccionada significaba para la bruja dormir a la intemperie. -Bueno, no es la gran cosa. Barataria es un pueblo chiquito y sin mucho que ver. Es bastante aburrido- reconoció la zarigüeya. -¿Entonces para qué vas allí?- preguntó Tina con curiosidad. -Soy abogada y voy a defender el caso de un viejo amigo- comenzó -Resulta que, por andar de envidioso, perjudicó el huerto de su vecina, quien resultó ser una elfa que le ha llenado toda la casa de árboles mágicos que no se pueden talar.- continuó y no pudo evitar reír un poco. -¡Merecido lo tiene! Son las consecuencias de sus actos. Pero bueno, la verdad es que a la elfa se le ha ido la mano, este castigo ya pasó de ser un escarmiento. Ella con facilidad podría recuperar su huerto, pero no ha quitado los árboles del predio de mi amigo y ni él ni su familia pueden entrar a su casa, ni cultivar sus tierras, así que el asunto ha escalado a tal punto que mi amigo necesita asesoría legal, por eso me ha llamado así que yo...- contaba, pero mientras hablaba, una roca cayó del cielo y le dio de lleno en la cabeza a la zarigüeya, quien puso los ojos en blanco y se desencajó hasta caer al suelo.
Mientras Mina y Tina miraban con los ojos despepitados a la mujer bestia tirada en el piso inconsciente, un águila volaba hacia el este y la piedra se alejaba lentamente.
-¿Está muerta?- preguntó Tina -Ay, no sé- respondió Mina, agachada junto al cuerpo que no se movía para nada, observándolo. Del lugar del impacto corría un delgado hilo de sangre. La bruja estiró el índice y punzó a la mujer zarigüeya, que no reaccionó. Repitió el gesto varias veces, pero nada. -Hmmm... creo que sí, Tinita, creo que se murió- dijo ella, llegando a la conclusión más obvia. Ambas suspiraron. -Bueeeno... nada que hacer- comentó Mina, sacudiéndose las manos al levantarse. -Mira qué tiene en la mochila- le dijo a Tina, quien obedeció sin chistar.
La ilusionista arrastró el cuerpo hacia un lado del camino, adentrándose
Antes del anochecer llegaron a Barataria, y tal como dijo la difunta abogada, era de estos pueblitos donde el tiempo pasa a una velocidad distinta: lento.
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Complicación #1: Desaparición de la defensora oficial de Simon Merten.
Mina Harker
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Re: Jardín de árboles [Trabajo]
Aquella espera se me hacía eterna. Todos, o al menos la inmensa mayoría de los que participaríamos en aquel pleito habíamos sido puntuales para comenzar con la resolución de aquel tema lo más rápido posible, pues la época de cosechas se acercaba y el sustento de aquel hombre parecía haberse esfumado. Mi relato, el cual sería realmente el relato de la mujer a quien representaba estaba preparado, pactado y ensayado con ella. La había puesto a prueba buscando el límite de sus nervios y todo había ido bien hasta ahora pero quien hablaría por el humano no aparecía.
- Bien una vez más, mientras llega el representante de vuestro vecino. El bosque que ahora cubre su finca es solo una respuesta al daño que habéis recibido. En vuestra parcela no crece nada mientras que en la de él sólo crecen arboles, muchos de ellos frutales. Quien no tendrá sustento este invierno sois vos y no lo tendréis hasta que la sal no sea purgada de la tierra de vuestra parcela. Aquí la única víctima sois vos, no él. ¿Entendido? -
Comentábamos los puntos sobre los que construiríamos nuestra defensa y ataque a su testimonio en el largo rato de espera en aquella sala consistorial. Los murmullos de la gente eran variados aunque se podía llegar a percibir que estaban divididos en dos bandos, y los que no lo estaban solo lanzaban murmullos de desprecio tanto a Averni como a mi persona en una irrefrenable envidia hacia el porte élfico que al parecer hacía las delicias de algunos hombres casados del pueblo y de algunas muchachas jóvenes que habían desplazado la atención de quien las cortejara días atrás.
Cuando la espera se hizo intolerable se reprendió al humano de cuyo nombre no puedo acordarme por la ausencia de su representante y se instó a reunirnos a la mañana siguiente a la misma hora. Solo los dioses sabrían que pasaría entonces, mientras tanto tomé el pergamino y la pluma y marché a la propiedad de Averni. Desde allí me dispuse a hacer una lista de los tipos de árboles que provocaban el problema en la parcela vecina, incluyendo el árbol de Nirn que lucía esplendoroso por encima del resto como el faro sobre el mar de hojas que le rodeaban a menor altura. Comprobé de primera mano como el intento de tala de uno de esos árboles suponía que en tan solo unas horas el árbol talado hubiera recuperado la altura que había perdido por el filo del hacha formando un anillo en la escisión anterior fortaleciendo esa sección del tronco.
Ciertamente el talar un árbol y que se encontrara recuperado en menos de una tarde podría llegar a suponer un problema a largo plazo pero lejos de pensar en los quebraderos de cabeza que daría aquel bosque interminable yo buscaba ventajas, como la disponibilidad casi eterna de madera para construcción o leña, el frescor que aportaban en verano o la protección que proporcionaban a los elementos, siendo aquella vivienda la mas protegida contra los elementos de la zona, e irónicamente, la única que no se podía usar por el ciprés que crecía a escasos centímetros de la puerta del hogar.
- Bien una vez más, mientras llega el representante de vuestro vecino. El bosque que ahora cubre su finca es solo una respuesta al daño que habéis recibido. En vuestra parcela no crece nada mientras que en la de él sólo crecen arboles, muchos de ellos frutales. Quien no tendrá sustento este invierno sois vos y no lo tendréis hasta que la sal no sea purgada de la tierra de vuestra parcela. Aquí la única víctima sois vos, no él. ¿Entendido? -
Comentábamos los puntos sobre los que construiríamos nuestra defensa y ataque a su testimonio en el largo rato de espera en aquella sala consistorial. Los murmullos de la gente eran variados aunque se podía llegar a percibir que estaban divididos en dos bandos, y los que no lo estaban solo lanzaban murmullos de desprecio tanto a Averni como a mi persona en una irrefrenable envidia hacia el porte élfico que al parecer hacía las delicias de algunos hombres casados del pueblo y de algunas muchachas jóvenes que habían desplazado la atención de quien las cortejara días atrás.
Cuando la espera se hizo intolerable se reprendió al humano de cuyo nombre no puedo acordarme por la ausencia de su representante y se instó a reunirnos a la mañana siguiente a la misma hora. Solo los dioses sabrían que pasaría entonces, mientras tanto tomé el pergamino y la pluma y marché a la propiedad de Averni. Desde allí me dispuse a hacer una lista de los tipos de árboles que provocaban el problema en la parcela vecina, incluyendo el árbol de Nirn que lucía esplendoroso por encima del resto como el faro sobre el mar de hojas que le rodeaban a menor altura. Comprobé de primera mano como el intento de tala de uno de esos árboles suponía que en tan solo unas horas el árbol talado hubiera recuperado la altura que había perdido por el filo del hacha formando un anillo en la escisión anterior fortaleciendo esa sección del tronco.
Ciertamente el talar un árbol y que se encontrara recuperado en menos de una tarde podría llegar a suponer un problema a largo plazo pero lejos de pensar en los quebraderos de cabeza que daría aquel bosque interminable yo buscaba ventajas, como la disponibilidad casi eterna de madera para construcción o leña, el frescor que aportaban en verano o la protección que proporcionaban a los elementos, siendo aquella vivienda la mas protegida contra los elementos de la zona, e irónicamente, la única que no se podía usar por el ciprés que crecía a escasos centímetros de la puerta del hogar.
Eleandris
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Re: Jardín de árboles [Trabajo]
En la única posada de Barataria servían, para sorpresa de ambas, la mejor cerveza de mantequilla que habían probado en su vida. Y ellas conocían de cervezas de mantequilla. A Mina no le había llamado la atención ese brebaje en su juventud, pero era la bebida favorita de Tina, así que una noche -y por mera curiosidad- la probó y le encantó. Donde quiera que llegaban, pedían una y llevaban detallado registro de dónde encontrar las mejores. Algún día lo publicarían. Así que, eso, Barataria, el lugar más insospechado, tenía la mejor hasta el momento. Ambas comentaban aquello y disfrutaban del descubrimiento; al parecer llegar allí no había sido una pérdida de tiempo y las camas para pasar la noche eran baratas. Mina y Tina estaban felices, contentas y satisfechas cuando fueron a dormir, creyendo que por fin tendrían unos días tranquilos.
Y como siempre, ¡estaban tan equivocadas!
Temprano por la mañana, unos fuertes golpes a la puerta sacaron de sus dulces sueños al par de mujeres. Adormilada, Tina fue a abrir -¿Aló? ¿Quién es?- preguntó bajo el sopor del sueño mientras abría. -¡Marcel pero qué haces dormida! ¡Te estamos esperando en la sala consistorial! ¿Oye qué te pasó? ¡Estás muy cambiada! ¿Qué te hiciste en el peluche?- exclamó un hombre completamente desconocido para la chicadreja -¿Ahhh? ¿Marcel?- Tina estaba muy confundida.
-No hay tiempo, vámonos, me cuentas después- dijo el hombre, quien había entrado a la habitación, tomado la capa nueva de Tina y ahora arrastraba a la chicadreja quien, incapaz aún de conectar una neurona con otra, siguió mansamente al tipo. -La audiencia debió comenzar hace una hora, Marcel, los años no han sido amables contigo, ¿eh? No solo olvidadiza, hasta impuntual te has vuelto- le riñó. -¿Y tú quién eres?- preguntó ahora la chica, caminar le estaba sirviendo para despabilar. El hombre suspiró -Oye, yo sé que los años tampoco han sido buenos conmigo, pero no como para que no me reconozcas. Soy Simon. Simon Merten. Has venido a ayudarme con el problema de la elfa...- respondió él, dejándola aún más confundida.
Mientras tanto, en la habitación de la posada, Mina estiró la mano y no sintió a Tina junto a ella. Eso la hizo despertar de un salto. -¿Tina?- llamó, buscando con la mirada por toda la habitación. Rápidamente se vistió y bajó a toda velocidad hasta la taberna -Ehh... sí buenas, disculpe- llamó la atención de la posadera -¿Ha visto a mi socia? Chiquita, como de esta estatura, peluda...- indicó. La mujer la miró con la boca torcida unos instantes y luego su expresión se relajó. -¡Ahhhh sí! ¡La abogada de Merten! Él ha venido y se la ha llevado, hace poco. Se fueron a la sala consistorial para la audiencia. Medio pueblo está allá, pero como mí no me interesan esas cosas y cuando terminen alguien va a venir a celebrar, mejor me quedo y preparo las viandas- contó a Mina, quien no podría estar menos interesada en lo que a la señora le gustara. -¿Cómo así que la abogada? ¿Qué Merten?-
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Complicación #1.1: Simon Merten se lleva a Tina, creyendo que es su amiga y defensora.
Y como siempre, ¡estaban tan equivocadas!
Temprano por la mañana, unos fuertes golpes a la puerta sacaron de sus dulces sueños al par de mujeres. Adormilada, Tina fue a abrir -¿Aló? ¿Quién es?- preguntó bajo el sopor del sueño mientras abría. -¡Marcel pero qué haces dormida! ¡Te estamos esperando en la sala consistorial! ¿Oye qué te pasó? ¡Estás muy cambiada! ¿Qué te hiciste en el peluche?- exclamó un hombre completamente desconocido para la chicadreja -¿Ahhh? ¿Marcel?- Tina estaba muy confundida.
-No hay tiempo, vámonos, me cuentas después- dijo el hombre, quien había entrado a la habitación, tomado la capa nueva de Tina y ahora arrastraba a la chicadreja quien, incapaz aún de conectar una neurona con otra, siguió mansamente al tipo. -La audiencia debió comenzar hace una hora, Marcel, los años no han sido amables contigo, ¿eh? No solo olvidadiza, hasta impuntual te has vuelto- le riñó. -¿Y tú quién eres?- preguntó ahora la chica, caminar le estaba sirviendo para despabilar. El hombre suspiró -Oye, yo sé que los años tampoco han sido buenos conmigo, pero no como para que no me reconozcas. Soy Simon. Simon Merten. Has venido a ayudarme con el problema de la elfa...- respondió él, dejándola aún más confundida.
Mientras tanto, en la habitación de la posada, Mina estiró la mano y no sintió a Tina junto a ella. Eso la hizo despertar de un salto. -¿Tina?- llamó, buscando con la mirada por toda la habitación. Rápidamente se vistió y bajó a toda velocidad hasta la taberna -Ehh... sí buenas, disculpe- llamó la atención de la posadera -¿Ha visto a mi socia? Chiquita, como de esta estatura, peluda...- indicó. La mujer la miró con la boca torcida unos instantes y luego su expresión se relajó. -¡Ahhhh sí! ¡La abogada de Merten! Él ha venido y se la ha llevado, hace poco. Se fueron a la sala consistorial para la audiencia. Medio pueblo está allá, pero como mí no me interesan esas cosas y cuando terminen alguien va a venir a celebrar, mejor me quedo y preparo las viandas- contó a Mina, quien no podría estar menos interesada en lo que a la señora le gustara. -¿Cómo así que la abogada? ¿Qué Merten?-
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Complicación #1.1: Simon Merten se lleva a Tina, creyendo que es su amiga y defensora.
Mina Harker
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Re: Jardín de árboles [Trabajo]
Aquella mañana la espectación del populacho había crecido. La voz se había corrido y ya todo el mundo sabía por que se había aplazado una vez aquella vista, la cual parecía continuar por el mismo camino. Cuando el sol se filtraba por los ventanales dibujando una sombra fina de los cuatro soportes que mantenían en su lugar los mismos cristales que conformaban la ventana, quien hacía las veces de juez envió a Merten a buscar a su representante.
No tardó en llegar con una muchacha que ya conocía de otro viaje por tierras humanas y la persecución de cierto mudster. Cuando Tina llegó a su lugar en la bancada junto a Merten le brindé un gesto con la cabeza a modo de saludo. me sorprendía que ella fuese quien representara al humano, y asumí que Mina estaría cerca, aunque no la encontré en la sala en un primer vistazo.
Porfin comenzó la vista y tras presentar el caso, aquel hombre me dió el turno de palabra.
- Muchas gracias señor alcalde. Gentes de Barataria.- Me volví hacia todos los espectadores del lugar. - Averni lleva entre vosotros varios meses y hoy estamos en este juicio por un agravio doble hacia ella. Cuando el señor Merten vertió la sal en la finca de su vecina lo hizo desde la envidia. Es algo conocido pues el mismo admitió no solo cometer el acto sino el motivo por el que lo hizo, y ahora intenta manchar el honor de mi representada al ver su terreno cubierto por árboles. -
Hice una pausa para observar la reacción del alcalde y quienes presentaran el veredicto al final del juicio pues deseaba llevarlos como al ganado por la senda correcta.
- Donde Merten ve una maldición muchos otros ven posibilidades. La naturaleza de estos arboles rebosa éter. He podido ver con mis propios ojos la magia que rezuman y como crecen tras ser talados y no puedo mas que ver una fuente de madera para construir, o para hacer leña durante el invierno. Recolectar savia, recolectar frutos. el invierno será más cálido y el verano mas fresco. La lluvia o el granizo no provocarán daños en la vivienda. -
Había sido una larga lista de beneficios derivados de aquel bosque, ahora tocaba exponer la situación de mi compañera lo mas oscura que supiese.
- Mientras tanto, Averni dispone de un yermo. La sal ha esterilizado la tierra y ninguna técnica o magia puede resolver ese problema mas que el tiempo, un tiempo del que no disponemos pues ella no podrá cultivar. cuando granice no habrá nada que proteja sus ventanas, los vendavales azotarán sus contraventanas hasta arrancarlas de sus bisagras. No habrá alimento que cultivar durante décadas y cuando llueva su parcela se convertirá en un barrizal que extenderá la sal y afectará a otras fincas vecinas y todo ello provocado por la envidia de un solo hombre. Merten no solo ha asesinado el estilo de vida de Averni, sino que amenaza con destruir el de otros vecinos pues lo hecho ya está fuera de control. ¿Vais a tolerar que Merten os arrebate de forma cruel y egoísta vuestro sustento sólo por que lo considera mas bello que el propio? Y cuando eso ocurra ¿Toleraréis que además intente lacrar vuestra honradez? -
Los escasos susurros que acompañaban ocasionalmente mi intervención se convirtieron en un murmullo hacia el final de la misma, estallando en un jaleo tras involucrar al final a todos los vecinos de Barataria. tal fue así que el alcalde tuvo que llamar al orden repetidamente antes de poder darle el turno a Tina, a la cual dirigí la mirada directamente a los ojos. tenia curiosidad por dónde saldría la chicadreja y como le daba la vuelta a la situación.
"Buena suerte" le susurré
No tardó en llegar con una muchacha que ya conocía de otro viaje por tierras humanas y la persecución de cierto mudster. Cuando Tina llegó a su lugar en la bancada junto a Merten le brindé un gesto con la cabeza a modo de saludo. me sorprendía que ella fuese quien representara al humano, y asumí que Mina estaría cerca, aunque no la encontré en la sala en un primer vistazo.
Porfin comenzó la vista y tras presentar el caso, aquel hombre me dió el turno de palabra.
- Muchas gracias señor alcalde. Gentes de Barataria.- Me volví hacia todos los espectadores del lugar. - Averni lleva entre vosotros varios meses y hoy estamos en este juicio por un agravio doble hacia ella. Cuando el señor Merten vertió la sal en la finca de su vecina lo hizo desde la envidia. Es algo conocido pues el mismo admitió no solo cometer el acto sino el motivo por el que lo hizo, y ahora intenta manchar el honor de mi representada al ver su terreno cubierto por árboles. -
Hice una pausa para observar la reacción del alcalde y quienes presentaran el veredicto al final del juicio pues deseaba llevarlos como al ganado por la senda correcta.
- Donde Merten ve una maldición muchos otros ven posibilidades. La naturaleza de estos arboles rebosa éter. He podido ver con mis propios ojos la magia que rezuman y como crecen tras ser talados y no puedo mas que ver una fuente de madera para construir, o para hacer leña durante el invierno. Recolectar savia, recolectar frutos. el invierno será más cálido y el verano mas fresco. La lluvia o el granizo no provocarán daños en la vivienda. -
Había sido una larga lista de beneficios derivados de aquel bosque, ahora tocaba exponer la situación de mi compañera lo mas oscura que supiese.
- Mientras tanto, Averni dispone de un yermo. La sal ha esterilizado la tierra y ninguna técnica o magia puede resolver ese problema mas que el tiempo, un tiempo del que no disponemos pues ella no podrá cultivar. cuando granice no habrá nada que proteja sus ventanas, los vendavales azotarán sus contraventanas hasta arrancarlas de sus bisagras. No habrá alimento que cultivar durante décadas y cuando llueva su parcela se convertirá en un barrizal que extenderá la sal y afectará a otras fincas vecinas y todo ello provocado por la envidia de un solo hombre. Merten no solo ha asesinado el estilo de vida de Averni, sino que amenaza con destruir el de otros vecinos pues lo hecho ya está fuera de control. ¿Vais a tolerar que Merten os arrebate de forma cruel y egoísta vuestro sustento sólo por que lo considera mas bello que el propio? Y cuando eso ocurra ¿Toleraréis que además intente lacrar vuestra honradez? -
Los escasos susurros que acompañaban ocasionalmente mi intervención se convirtieron en un murmullo hacia el final de la misma, estallando en un jaleo tras involucrar al final a todos los vecinos de Barataria. tal fue así que el alcalde tuvo que llamar al orden repetidamente antes de poder darle el turno a Tina, a la cual dirigí la mirada directamente a los ojos. tenia curiosidad por dónde saldría la chicadreja y como le daba la vuelta a la situación.
"Buena suerte" le susurré
Eleandris
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Re: Jardín de árboles [Trabajo]
-¡P-pero que yo no soy! ¡Hombre! ¡Te has equivocado de especie! ¡Yo soy comadreja, no zarigüeya!- exclamaba Tina infructuosamente, pues el tal Merten, en su desesperación, no la escuchaba y llevaba a rastras hacia aquel podio del que la chicadreja no entendía nada. Y cuál sería su sorpresa al ver a Eleandris en la mesa paralela a la suya. Una vez Merten la plantó en el lugar, se sentó a su lado y puso cara de angustia y congoja.
La pobre chica bestia quedó allí, mirando a todos lados, sin saber de qué iba la cosa, mientras el alcaide la reñía por no haber aparecido a tiempo. -Yo nunca llego tarde, simplemente los demás llegan muy temprano- respondió ella, imitando a Mina, que siempre decía eso cuando se retrasaba. La cara de espanto y ofensa del Alcaide hizo que Merten se llevara las manos a la cara, vaya abogaducha que se había conseguido.
Por fin, la audiencia comenzó y fue el elfo quien dio el primer argumento, exponiendo el caso de su representada. Tina escuchó atentamente, con mucho interés. Aquel chisme no se lo iba a perder por ningún motivo. -¿Que hiciste qué?- exclamó al enterarse que el señor que tenía al lado le arruinó la tierra a su vecina. -¿Cómo así que le echaste sal? ¿Pero en qué estabas pensando?- le riñó. -No puedo creer lo que estoy escuchando, Simon, yo no te tenía como una persona que hiciera ese tipo de cosas, qué decepción- dijo al final, suspirando hondo.
-Oh. Y además, tienes el descaro de reclamarle porque te infestó de árboles la casa. ¿También malagradecido, Simon? Mientras que tú le dejaste el campo muerto, ella hizo fértil el tuyo y te quejas- añadió, echando sal a la herida. El hombre miraba horrorizado cómo su defensora se ponía del lado de la elfa -¿Pero qué dices Marcel? ¡Estás aquí para ayudarme! ¡No para hundirme más!- respondió él, jalándola para susurrarle eso, muy, pero muy enojado.
-Ay verdad, que yo soy tu defensora- recordó la chicadreja, quien a estas alturas se había metido tanto en el chisme, que asumió el rol impuesto.
Se puso de pie y se acomodó la ropa -Muy elocuente y conmovedor su discurso, defensor Eleandris- comenzó la muchacha. -Pero está dejando de lado el hecho que la represalia de su defendida fue tomar la justicia por su propia mano. Mi defendido aceptó su error, se arrepiente y está dispuesto a enmendar los daños causados. ¿Cierto que sí Simon?- indicó y preguntó a su nuevo mejor amigo de la infancia, quien asintió vigorosamente. -La dama Averni pudo ir con la justicia, así como está haciendo mi defendido, pero no. Ella se sintió con más autoridad que el presente Alcalde y actuó fuera de los límites de lo legalmente establecido. Si ella lo hace y se sale con la suya, ¿qué mensaje estaremos enviando a la comunidad? ¿Es esto lo que usted desea Señor Alcalde Su Majestad? ¿Desea que sus pobladores hagan justicia, sea como la interprete cada uno, por su cuenta? ¡No! ¡Hay leyes establecidas para mantener el orden! Defensor Eleandris, lo que usted defiende es el caos, la anarquía, el desorden y la infracción de la ley. Mi defensor actuó mal, es cierto, es un envidioso y ese será su estigma, pero la reacción de su defendida no fue mejor que lo que él hizo.- dijo, adoptando una postura firme. -¡Hay que cortar de raíz las malas conductas!- chiste intencionado -No continuar con una interminable cadena de ataques a unos y otros que solo llevarán a la ruina a este pueblo y se debe partir con que la dama Averni retire el hechizo del terreno de Simon Merten en señal de buena fe para así iniciar con los trabajos en su terreno y recuperar la viabilidad de su tierra.- propuso y sonrió.
Mina, en el fondo del salón, estaba boquiabierta con la labia de su amiguita. Jamás la había escuchado hilar tantas palabras juntas -que no fuesen sandeces- ni argumentos tan elaborados y coherentes. La bruja aplaudió emocionada.
La pobre chica bestia quedó allí, mirando a todos lados, sin saber de qué iba la cosa, mientras el alcaide la reñía por no haber aparecido a tiempo. -Yo nunca llego tarde, simplemente los demás llegan muy temprano- respondió ella, imitando a Mina, que siempre decía eso cuando se retrasaba. La cara de espanto y ofensa del Alcaide hizo que Merten se llevara las manos a la cara, vaya abogaducha que se había conseguido.
Por fin, la audiencia comenzó y fue el elfo quien dio el primer argumento, exponiendo el caso de su representada. Tina escuchó atentamente, con mucho interés. Aquel chisme no se lo iba a perder por ningún motivo. -¿Que hiciste qué?- exclamó al enterarse que el señor que tenía al lado le arruinó la tierra a su vecina. -¿Cómo así que le echaste sal? ¿Pero en qué estabas pensando?- le riñó. -No puedo creer lo que estoy escuchando, Simon, yo no te tenía como una persona que hiciera ese tipo de cosas, qué decepción- dijo al final, suspirando hondo.
-Oh. Y además, tienes el descaro de reclamarle porque te infestó de árboles la casa. ¿También malagradecido, Simon? Mientras que tú le dejaste el campo muerto, ella hizo fértil el tuyo y te quejas- añadió, echando sal a la herida. El hombre miraba horrorizado cómo su defensora se ponía del lado de la elfa -¿Pero qué dices Marcel? ¡Estás aquí para ayudarme! ¡No para hundirme más!- respondió él, jalándola para susurrarle eso, muy, pero muy enojado.
-Ay verdad, que yo soy tu defensora- recordó la chicadreja, quien a estas alturas se había metido tanto en el chisme, que asumió el rol impuesto.
Se puso de pie y se acomodó la ropa -Muy elocuente y conmovedor su discurso, defensor Eleandris- comenzó la muchacha. -Pero está dejando de lado el hecho que la represalia de su defendida fue tomar la justicia por su propia mano. Mi defendido aceptó su error, se arrepiente y está dispuesto a enmendar los daños causados. ¿Cierto que sí Simon?- indicó y preguntó a su nuevo mejor amigo de la infancia, quien asintió vigorosamente. -La dama Averni pudo ir con la justicia, así como está haciendo mi defendido, pero no. Ella se sintió con más autoridad que el presente Alcalde y actuó fuera de los límites de lo legalmente establecido. Si ella lo hace y se sale con la suya, ¿qué mensaje estaremos enviando a la comunidad? ¿Es esto lo que usted desea Señor Alcalde Su Majestad? ¿Desea que sus pobladores hagan justicia, sea como la interprete cada uno, por su cuenta? ¡No! ¡Hay leyes establecidas para mantener el orden! Defensor Eleandris, lo que usted defiende es el caos, la anarquía, el desorden y la infracción de la ley. Mi defensor actuó mal, es cierto, es un envidioso y ese será su estigma, pero la reacción de su defendida no fue mejor que lo que él hizo.- dijo, adoptando una postura firme. -¡Hay que cortar de raíz las malas conductas!- chiste intencionado -No continuar con una interminable cadena de ataques a unos y otros que solo llevarán a la ruina a este pueblo y se debe partir con que la dama Averni retire el hechizo del terreno de Simon Merten en señal de buena fe para así iniciar con los trabajos en su terreno y recuperar la viabilidad de su tierra.- propuso y sonrió.
Mina, en el fondo del salón, estaba boquiabierta con la labia de su amiguita. Jamás la había escuchado hilar tantas palabras juntas -que no fuesen sandeces- ni argumentos tan elaborados y coherentes. La bruja aplaudió emocionada.
Mina Harker
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Re: Jardín de árboles [Trabajo]
El alcalde no hizo mucho por ocultar el enfado al tomar como insulto la respuesta de Tina al toque de atención, que también alentó ciertos murmullos entre los allí presentes. Tras ello la chicadreja hizo una intervención que podría llegar a ser bastante convincente pues al final de la misma los murmullos se hicieron mas ruidosos e incluso algunos se atrevieron a aplaudir. El alcalde tuvo que llamar al orden varias veces antes de dar paso a un segundo y último alegato permitiéndome así responder a Tina.
- Elocuente y conmovedor sin duda. Habéis enarbolado altas palabras en esta cámara Tina e incluso el supuesto deseo del señor Merten de enmendar el agravio, algo que me creería en otras circunstancias y no en las actuales. Cualquier granjero sabe lo irreparable del daño en la parcela de Averni y de que dicho mal no trae consigo nada positivo pues esa tierra no vale ni para barbecho. -
Algunos murmullos de aprobación de dejaron oír.
- También nombráis a la justicia olvidando que el denunciante aquí es vuestro representado, no la mía por lo que se deduce que no solo le bastó arrasar la parcela de Averni sino que al verse mínimamente agraviado decidió usar este sistema como arma arrojadiza y hacer aún más daño. Lo que hizo Averni tal vez fuese precipitado pero sus acciones repercuten positivamente en la comunidad, las de Merten repercuten de forma negativa a esta misma comunidad. ¿Cómo podría llamarse justicia a una sentencia contra mi representada después de haber sido atacada personal y sistemáticamente? -
De nuevo el alcalde debió llamar al orden y esta vez incluso tuvieron que echar a dos individuos que se gritaban defendiendo cada un las posturas contrarias.
- Además, no solo se estan juzgando las acciones de ambos en esta cámara. Los dioses ya han dado su veredicto y han bendecido la nueva foresta con árbol de Nirn. Un árbol proveniente de los bosques sagrados de Sandorai crece fuerte y sano, bendiciendo a Barataria con su sombra y su dulce fruto. ¿Quién somos nosotros para ignorar la voluntad de los dioses e imponer la propia? No. Merten corroído por la envidia atentó contra la propiedad de una vecina sin importar si podrá o no sobrevivir. Cuando se tubo que hacer responsable de sus propias acciones insultó a la misma vecina para librarse de sus malas artes y hundirla aún mas en la miseria y además, en su ignorancia, pretende anteponer su voluntad a la de los propios dioses.-
Me dirigí esta vez directamente al alcalde. - Hay una solución. Merten deberá construir su hogar en otra parcela y trabajar la tierra con un único lote de semillas de Averni, Además deberán viajar ambos al templo de Ímbar en Sandorai y realizar los ritos pertinentes para la recuperación de las tierras de mi representada y la actual parcela de Merten mantenerse en sus estado actual, reformando la vivienda como una capilla compartida a Imbar y Frey. de esta forma los dioses serán respetados y complacidos. Averni resultará recuperada de la envidia de merten y este ultimo podrá continuar con su vida diaria con parte de aquello que él anhelaba del jardin de su vecina. -
Con la intervención hecha y la propuesta sobre la mesa sentía curiosidad por como respondería Tina.
- Elocuente y conmovedor sin duda. Habéis enarbolado altas palabras en esta cámara Tina e incluso el supuesto deseo del señor Merten de enmendar el agravio, algo que me creería en otras circunstancias y no en las actuales. Cualquier granjero sabe lo irreparable del daño en la parcela de Averni y de que dicho mal no trae consigo nada positivo pues esa tierra no vale ni para barbecho. -
Algunos murmullos de aprobación de dejaron oír.
- También nombráis a la justicia olvidando que el denunciante aquí es vuestro representado, no la mía por lo que se deduce que no solo le bastó arrasar la parcela de Averni sino que al verse mínimamente agraviado decidió usar este sistema como arma arrojadiza y hacer aún más daño. Lo que hizo Averni tal vez fuese precipitado pero sus acciones repercuten positivamente en la comunidad, las de Merten repercuten de forma negativa a esta misma comunidad. ¿Cómo podría llamarse justicia a una sentencia contra mi representada después de haber sido atacada personal y sistemáticamente? -
De nuevo el alcalde debió llamar al orden y esta vez incluso tuvieron que echar a dos individuos que se gritaban defendiendo cada un las posturas contrarias.
- Además, no solo se estan juzgando las acciones de ambos en esta cámara. Los dioses ya han dado su veredicto y han bendecido la nueva foresta con árbol de Nirn. Un árbol proveniente de los bosques sagrados de Sandorai crece fuerte y sano, bendiciendo a Barataria con su sombra y su dulce fruto. ¿Quién somos nosotros para ignorar la voluntad de los dioses e imponer la propia? No. Merten corroído por la envidia atentó contra la propiedad de una vecina sin importar si podrá o no sobrevivir. Cuando se tubo que hacer responsable de sus propias acciones insultó a la misma vecina para librarse de sus malas artes y hundirla aún mas en la miseria y además, en su ignorancia, pretende anteponer su voluntad a la de los propios dioses.-
Me dirigí esta vez directamente al alcalde. - Hay una solución. Merten deberá construir su hogar en otra parcela y trabajar la tierra con un único lote de semillas de Averni, Además deberán viajar ambos al templo de Ímbar en Sandorai y realizar los ritos pertinentes para la recuperación de las tierras de mi representada y la actual parcela de Merten mantenerse en sus estado actual, reformando la vivienda como una capilla compartida a Imbar y Frey. de esta forma los dioses serán respetados y complacidos. Averni resultará recuperada de la envidia de merten y este ultimo podrá continuar con su vida diaria con parte de aquello que él anhelaba del jardin de su vecina. -
Con la intervención hecha y la propuesta sobre la mesa sentía curiosidad por como respondería Tina.
Eleandris
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Re: Jardín de árboles [Trabajo]
-¿Tina?- se preguntó Simon. Después de que el defensor de Averni llamara así a Marcel, el hombre no pudo prestar más atención al caso. Se quedó viendo a la mujer bestia que estaba a su lado y fue en ese momento que cayó en cuenta del terrible error que había cometido. Aquella no era su amiga de la juventud, ni siquiera eran de la misma especie. Sentía cómo la ansiedad se apoderaba de él porque todo quedaría inválido si los demás se enteraban de aquella suplantación de identidad.
-Vaya propuesta que hace, defensor Eleandris, pe..- comenzó a decir Tina -¡RECESO!- interrumpió Simon con un grito que hizo sobresaltar a la chicadreja a su lado -N-necesito un receso pa-para dialogar con mi defensora de lo que propone el defensor de Averni- dijo el hombre que miró suplicante al Alcaide. Este asintió y permitió un receso de media hora.
Simon sacó a la chicadreja del salón y la apartó de la gente porque necesitaba privacidad para hablar con su defensora. Mina, que estaba atrás pero pendiente de todo los siguió, oculta tras ilusiones que la hacían invisible. -¿Vas a considerar esa propuesta? ¿En serio Simon? ¡Si ya tengo el caso ganado!- se quejó Tina, convencidísima de su papel de abogada. -¿De qué estás hablando? ¡Tú no eres mi abogada! ¡No tengo ni idea de quién eres!- exclamó el hombre desesperado. -¿Qué? ¿Cómo que no?- respondió la chicadreja confundida. -Hace como una hora me decías que sí, que era tu abogada y yo te decía que no, que no lo era, pero tú erre que erre con que sí. ¡Y ahora me dices que no lo soy! ¡Decídete! Porque yo aquí estoy defendiéndote como lo pediste. ¡Qué malagradecido eres Simon!- replicó la pequeña mujer bestia.
Simon se agarraba la cara y jalaba los pelos de la barba de desesperación. -¿Qué voy a hacer?- sollozó -Van a invalidar todo. Me voy a quedar sin casa y yo...- se lamentaba el hombre. -Y tú te vas a quedar callado y aceptarás el trato de Averni- respondió Mina, deshaciendo las ilusiones y apareciendo mágicamente junto a Tina, quién se emocionó mucho de ver a su amiga y le abrazó una pierna. -Basta ya de estupideces- sentenció la bruja con firmeza. Simon se puso a llorar -Es que yo no creo en los dioses élficos, señorita- decía entre llanto -Voy a agraviar a mi dios, al único y verdadero Dios de cuyo hijo, nuestro salvador, esperamos la llegada- explico, sorbiendo mocos.
Mina resopló -Avísale a tu dios que es por resarcir un daño que has hecho, no creo que se enoje por eso. Resuelves tu problema vecinal rapidito y de ahí acordamos el pago por nuestros servicios- aclaró la ilusionista, muy pragmática. -¿Pago? Yo no tengo nada con qué pagarles, esto era un favor que me hacía mi amiga, Marcel. Por cierto, ¿dónde está ella?- respondió el hombre, calmándose un poco. Mina y Tina se miraron y se encogieron los hombros al mismo tiempo.
Terminado el tiempo del receso, Simon regresó, ahora con dos abogadas. -Su Señoría- intervino Mina -Hemos conversado con nuestro cliente y aceptamos la propuesta hecha- informó, muy profesional. La bruja miró de soslayo a Eleandris y le sonrió.
-Vaya propuesta que hace, defensor Eleandris, pe..- comenzó a decir Tina -¡RECESO!- interrumpió Simon con un grito que hizo sobresaltar a la chicadreja a su lado -N-necesito un receso pa-para dialogar con mi defensora de lo que propone el defensor de Averni- dijo el hombre que miró suplicante al Alcaide. Este asintió y permitió un receso de media hora.
Simon sacó a la chicadreja del salón y la apartó de la gente porque necesitaba privacidad para hablar con su defensora. Mina, que estaba atrás pero pendiente de todo los siguió, oculta tras ilusiones que la hacían invisible. -¿Vas a considerar esa propuesta? ¿En serio Simon? ¡Si ya tengo el caso ganado!- se quejó Tina, convencidísima de su papel de abogada. -¿De qué estás hablando? ¡Tú no eres mi abogada! ¡No tengo ni idea de quién eres!- exclamó el hombre desesperado. -¿Qué? ¿Cómo que no?- respondió la chicadreja confundida. -Hace como una hora me decías que sí, que era tu abogada y yo te decía que no, que no lo era, pero tú erre que erre con que sí. ¡Y ahora me dices que no lo soy! ¡Decídete! Porque yo aquí estoy defendiéndote como lo pediste. ¡Qué malagradecido eres Simon!- replicó la pequeña mujer bestia.
Simon se agarraba la cara y jalaba los pelos de la barba de desesperación. -¿Qué voy a hacer?- sollozó -Van a invalidar todo. Me voy a quedar sin casa y yo...- se lamentaba el hombre. -Y tú te vas a quedar callado y aceptarás el trato de Averni- respondió Mina, deshaciendo las ilusiones y apareciendo mágicamente junto a Tina, quién se emocionó mucho de ver a su amiga y le abrazó una pierna. -Basta ya de estupideces- sentenció la bruja con firmeza. Simon se puso a llorar -Es que yo no creo en los dioses élficos, señorita- decía entre llanto -Voy a agraviar a mi dios, al único y verdadero Dios de cuyo hijo, nuestro salvador, esperamos la llegada- explico, sorbiendo mocos.
Mina resopló -Avísale a tu dios que es por resarcir un daño que has hecho, no creo que se enoje por eso. Resuelves tu problema vecinal rapidito y de ahí acordamos el pago por nuestros servicios- aclaró la ilusionista, muy pragmática. -¿Pago? Yo no tengo nada con qué pagarles, esto era un favor que me hacía mi amiga, Marcel. Por cierto, ¿dónde está ella?- respondió el hombre, calmándose un poco. Mina y Tina se miraron y se encogieron los hombros al mismo tiempo.
Terminado el tiempo del receso, Simon regresó, ahora con dos abogadas. -Su Señoría- intervino Mina -Hemos conversado con nuestro cliente y aceptamos la propuesta hecha- informó, muy profesional. La bruja miró de soslayo a Eleandris y le sonrió.
Mina Harker
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Re: Jardín de árboles [Trabajo]
Con la aceptación del trato el alcalde solo determinó que partirían a la mañana siguiente al igual que así comenzarían las construcciones del nuevo hogar de Simon cuando la parcela hubiese sido decidida. Devolví la sonrisa a Mina. Una vez en casa de Averni la mujer se sentía feliz con el resultado del juicio, aunque no le gustaba tanto tener que viajar con Merten. Ambos preparamos las viandas para el viaje. Por suerte se encontraba una pequeña capilla a la diosa a solo unos días de viaje y parecía que el tiempo acompañaría para la travesía.
Para cuando amaneció Averni y yo nos encontrábamos junto al camino, ella sobre su caballo y yo a su lado y la mochila cargada a la espalda. En cuanto apareció el resto del grupo me acerqué a saludar. - Buenos días Mina, Tina. Parece que nos encontramos de nuevo ¿Cómo os tratan los caminos? - sonreí a ambas chicas e hice una leve reverencia mas enfocada hacia la bruja. - Merten, espero que tengáis preparado todo lo necesario para el viaje. A nuestro regreso tendrás bastante trabajo por delante. -
Los bosques manaban un olor primaveral que si bien era fuerte, tambien era agradable y el sol calentaba lo suficiente sin llegar a hostigar. Anar parecía haber bendecido aquel día, y casi así lo habría parecido el resto del viaje cuando llegaron el tercer día a una posada de camino. El edificio se encontraba rodeado de una empalizada que ahora transmitía mas lástima que otra cosa. En el interior un hombre, humano pasaba un trapo grisáceo por las jarras de madera que limpiaba en completo silencio. Las escasas mesas y sillas mostraban un uso prolongado y falta de mantenimiento al igual que la empalizada exterior. La mujer que cocinaba podía entreverse junto al fogón tambien con un semblante mustio y de quienes servían las aun mas escasas mesas ocupadas el chico tenía signos de haber sido golpeado recientemente y la chica trataba de evitar una mesa especifica en la que siete hombres eran la fuente de la mayoria del ruido del lugar.
Al poco de llegar nosotros, el hombre de menos estatura en aquel grupo de maleantes se acercó a la barra.
- Bueno Alfred, El jefe aún no ha cobrado el diezmo. sería una lástima que nos marcháramos ¿no? esos muros de fuera no parecen muy resistentes. -
- Apenas junto aeros para reponer lo que vosotros gastáis ¿Como se supone que voy a pagar a nadie? -
- No me cuentes tu vida viejo. Si no me das el pago ahora mismo vamos a tener que romper nuestro trato. -
La sonrisa siniestra del hombrecillo daba poco lugar a dudas de lo que ocurriría si no se cobraba el pago. Mientras esa conversación sucedía otros tres hombres se acercaron a nuestra mesa directos a Mina y Averni. uno de ellos puso sus manos directamente en los hombros de Mina, la cual pudo oler su halitosis incluso antes de que el desgraciado pudiera articular palabra.
- Guapa ¿vas a estar mucho por aquí? - se lanzó otro directamente a Averni, la cual simplemente le apartó el rostro.
- Chicos nos marchamos. ¡Ahora mismo! -
El bajito dio la orden y aunque al primer momento el grupo entero se quejó no tardaron demasiado en obedecer. El pobre posadero rompió a llorar en cuanto aquellos "guardianes" cerraron la puerta al salir, lamentándose por su negocio y su familia. El pobre chico amoratado en un intento por animar a su padre o quizá solo por ingenuidad optaba por reparar el mundo y enfrentarse a aquellos hombres.
- Será mejor marcharnos cuanto antes. - comenté en voz alta, tanto para mis compañeros como para aquella familia. La chica mas joven se decidió a explicarnos la historia. El camino lo tendrían cortado a ambos lados de la posada para asegurarse que no huían. esos hombres volverían y arrasarían con todo sin compasión alguna. no les importaba abusar de su fuerza y número cuando querían. Miré a Mina directamente.
- ¿Ideas? parece que solo tenemos tres días. -
Para cuando amaneció Averni y yo nos encontrábamos junto al camino, ella sobre su caballo y yo a su lado y la mochila cargada a la espalda. En cuanto apareció el resto del grupo me acerqué a saludar. - Buenos días Mina, Tina. Parece que nos encontramos de nuevo ¿Cómo os tratan los caminos? - sonreí a ambas chicas e hice una leve reverencia mas enfocada hacia la bruja. - Merten, espero que tengáis preparado todo lo necesario para el viaje. A nuestro regreso tendrás bastante trabajo por delante. -
Los bosques manaban un olor primaveral que si bien era fuerte, tambien era agradable y el sol calentaba lo suficiente sin llegar a hostigar. Anar parecía haber bendecido aquel día, y casi así lo habría parecido el resto del viaje cuando llegaron el tercer día a una posada de camino. El edificio se encontraba rodeado de una empalizada que ahora transmitía mas lástima que otra cosa. En el interior un hombre, humano pasaba un trapo grisáceo por las jarras de madera que limpiaba en completo silencio. Las escasas mesas y sillas mostraban un uso prolongado y falta de mantenimiento al igual que la empalizada exterior. La mujer que cocinaba podía entreverse junto al fogón tambien con un semblante mustio y de quienes servían las aun mas escasas mesas ocupadas el chico tenía signos de haber sido golpeado recientemente y la chica trataba de evitar una mesa especifica en la que siete hombres eran la fuente de la mayoria del ruido del lugar.
Al poco de llegar nosotros, el hombre de menos estatura en aquel grupo de maleantes se acercó a la barra.
- Bueno Alfred, El jefe aún no ha cobrado el diezmo. sería una lástima que nos marcháramos ¿no? esos muros de fuera no parecen muy resistentes. -
- Apenas junto aeros para reponer lo que vosotros gastáis ¿Como se supone que voy a pagar a nadie? -
- No me cuentes tu vida viejo. Si no me das el pago ahora mismo vamos a tener que romper nuestro trato. -
La sonrisa siniestra del hombrecillo daba poco lugar a dudas de lo que ocurriría si no se cobraba el pago. Mientras esa conversación sucedía otros tres hombres se acercaron a nuestra mesa directos a Mina y Averni. uno de ellos puso sus manos directamente en los hombros de Mina, la cual pudo oler su halitosis incluso antes de que el desgraciado pudiera articular palabra.
- Guapa ¿vas a estar mucho por aquí? - se lanzó otro directamente a Averni, la cual simplemente le apartó el rostro.
- Chicos nos marchamos. ¡Ahora mismo! -
El bajito dio la orden y aunque al primer momento el grupo entero se quejó no tardaron demasiado en obedecer. El pobre posadero rompió a llorar en cuanto aquellos "guardianes" cerraron la puerta al salir, lamentándose por su negocio y su familia. El pobre chico amoratado en un intento por animar a su padre o quizá solo por ingenuidad optaba por reparar el mundo y enfrentarse a aquellos hombres.
- Será mejor marcharnos cuanto antes. - comenté en voz alta, tanto para mis compañeros como para aquella familia. La chica mas joven se decidió a explicarnos la historia. El camino lo tendrían cortado a ambos lados de la posada para asegurarse que no huían. esos hombres volverían y arrasarían con todo sin compasión alguna. no les importaba abusar de su fuerza y número cuando querían. Miré a Mina directamente.
- ¿Ideas? parece que solo tenemos tres días. -
- Información offrol:
- - Planteada segunda complicación del trabajo: Enfrentar a los bandidos o encontrar la forma de huir. Los bandidos tendrán bloqueados ambos lados del camino y vigilados los bosques circundantes.
- habría suficientes materiales de construcción para hacer algunos trabajos menores o colocar trampas, pero no ambas cosas a menos que se consigan más.
- La familia dicen que son aproximadamente 15 bandidos.
- El edificio solo puede ser atacado por el Norte, Este y Sur ya que su lado oeste está adosado a una pared de roca natural. La posada dispone además de la propia posada un establo, una parcela de cultivo y un pequeño redil con cabras y gallinas
Eleandris
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Re: Jardín de árboles [Trabajo]
Muy temprano -demasiado- tenían que partir a ese condenado peregrinaje. Tina estaba emocionadísima porque era la primera vez que haría algo así. Mina, quien ya había tenido que hacer un par en su vida, no estaba tan entusiasmada. Afortunadamente Merten tenía carreta y una mula, porque ella no iba a hacer ese paseo a pie.
-Buenos días Eleandris- le saludó la bruja coqueta -Y yo que pensaba que jamás te volvería a ver- comentó. Tina, apenas tuvo en frente al elfo, frunció el ceño y un fuerte rugido sonó en su pancita -Yo tampoco esperaba verte de nuevo- dijo la chicadreja, poniendo ambas manos sobre su barriga. La bestial, ni bien reconocía al elfo, sintió un mal sabor de boca. Literalmente.
Los saludos quedaron en eso, pues el tiempo apremiaba y entre más pronto salieran, mejor. Había que aprovechar que el día estaba bonito, caluroso, pero muy bonito. Merten manejaba la carreta con Mina iba junto a él. Tina iba sentada en el borde trasero, de espaldas a ellos. -¿Hiciste las paces con tu dios?- quiso saber ella, recordando la conversación que tuvieron el día anterior. El hombre asintió. -Obré mal- reconoció -Debo enmendar mi error y si ello implica acompañar a Averni al santuario de sus dioses, lo haré. Aprovecharé para rezar a mi Dios y pedir perdón por mis actos, estoy muy arrepentido y ya sabes, Dios no está en los edificios sino dentro de quienes creen en él- dijo, esbozando una sonrisa que lucía cálida.
Mina miró un poco sorprendida al hombre. Ella no tenía un sistema de creencias fuerte. Le habían enseñado a honrar a los espíritus de sus ancestros y a los grandes dragones que crearon la vida en Aerandir. Aquel dios que Simon honraba lo habían traído los terranos por lo que le era ajeno aunque, como todo lo traído por ellos, le causaba curiosidad. -A ver, cuéntame más de ese dios tuyo- le pidió al hombre. Atrás, Tina no escuchaba la conversación, iba en silencio. La pancita le hacía ruidos extraños -*burp*- un pequeño eructo se le escapó de la boca. -Ay no...- se lamentó y acto seguido, un rosario de eructos que aumentaban en tamaño y volumen irrumpieron1.
Averni había resultado ser de una compañía muy grata. La elfa y la bruja, para sorpresa de todos, congeniaron; sus sentidos del humor eran bastante compatibles, además, atendía a la pobre Tina que cada que abría la boca, era para que se le saliera un eructo. Así que los tres días de viaje fueron amenos para ellas, pero eso no quitaba que Mina necesitaba pronto un largo baño de tina. O tinaja, lo que fuera, mientras el agua estuviera caliente y contara con jabón. Llegaron a una solitaria posada en el camino, dentro, los dueños y unos extraños clientes. -Eh... no, clientes no son- confirmó Mina cuando los vio bien -Matones de poca monta, más bien- añadió, escupiendo las palabras con asco. Abusivos y despreciables, como todos los de su calaña.
Cuando la hija terminó de contarles la triste historia, a la bruja se le terminaron de sumar las razones para acabar con esa pandilla. Primero, dañaban el rubro; si se roba, es a quienes tienen de sobra, no a quienes les falta. Mina tenía honor. Segundo, a ella nadie le impide el libre paso y tránsito por las vías de Aerandir, es un derecho. Tercero, ningún marrano que no se la sacude después de mear le pone las manos encima.
-Pues la idea ahora es que nos des un plan de acción, cariño- le respondió al elfo. -Yo iría con Tina a degollarlos ahora mismo, pero si tienes algo mejor, ambas estamos dispuestas- dijo.
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1Maldición "El mal del puerco" este es el último tema en que Tina lo sufre.
-Buenos días Eleandris- le saludó la bruja coqueta -Y yo que pensaba que jamás te volvería a ver- comentó. Tina, apenas tuvo en frente al elfo, frunció el ceño y un fuerte rugido sonó en su pancita -Yo tampoco esperaba verte de nuevo- dijo la chicadreja, poniendo ambas manos sobre su barriga. La bestial, ni bien reconocía al elfo, sintió un mal sabor de boca. Literalmente.
Los saludos quedaron en eso, pues el tiempo apremiaba y entre más pronto salieran, mejor. Había que aprovechar que el día estaba bonito, caluroso, pero muy bonito. Merten manejaba la carreta con Mina iba junto a él. Tina iba sentada en el borde trasero, de espaldas a ellos. -¿Hiciste las paces con tu dios?- quiso saber ella, recordando la conversación que tuvieron el día anterior. El hombre asintió. -Obré mal- reconoció -Debo enmendar mi error y si ello implica acompañar a Averni al santuario de sus dioses, lo haré. Aprovecharé para rezar a mi Dios y pedir perdón por mis actos, estoy muy arrepentido y ya sabes, Dios no está en los edificios sino dentro de quienes creen en él- dijo, esbozando una sonrisa que lucía cálida.
Mina miró un poco sorprendida al hombre. Ella no tenía un sistema de creencias fuerte. Le habían enseñado a honrar a los espíritus de sus ancestros y a los grandes dragones que crearon la vida en Aerandir. Aquel dios que Simon honraba lo habían traído los terranos por lo que le era ajeno aunque, como todo lo traído por ellos, le causaba curiosidad. -A ver, cuéntame más de ese dios tuyo- le pidió al hombre. Atrás, Tina no escuchaba la conversación, iba en silencio. La pancita le hacía ruidos extraños -*burp*- un pequeño eructo se le escapó de la boca. -Ay no...- se lamentó y acto seguido, un rosario de eructos que aumentaban en tamaño y volumen irrumpieron1.
Averni había resultado ser de una compañía muy grata. La elfa y la bruja, para sorpresa de todos, congeniaron; sus sentidos del humor eran bastante compatibles, además, atendía a la pobre Tina que cada que abría la boca, era para que se le saliera un eructo. Así que los tres días de viaje fueron amenos para ellas, pero eso no quitaba que Mina necesitaba pronto un largo baño de tina. O tinaja, lo que fuera, mientras el agua estuviera caliente y contara con jabón. Llegaron a una solitaria posada en el camino, dentro, los dueños y unos extraños clientes. -Eh... no, clientes no son- confirmó Mina cuando los vio bien -Matones de poca monta, más bien- añadió, escupiendo las palabras con asco. Abusivos y despreciables, como todos los de su calaña.
Cuando la hija terminó de contarles la triste historia, a la bruja se le terminaron de sumar las razones para acabar con esa pandilla. Primero, dañaban el rubro; si se roba, es a quienes tienen de sobra, no a quienes les falta. Mina tenía honor. Segundo, a ella nadie le impide el libre paso y tránsito por las vías de Aerandir, es un derecho. Tercero, ningún marrano que no se la sacude después de mear le pone las manos encima.
-Pues la idea ahora es que nos des un plan de acción, cariño- le respondió al elfo. -Yo iría con Tina a degollarlos ahora mismo, pero si tienes algo mejor, ambas estamos dispuestas- dijo.
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1Maldición "El mal del puerco" este es el último tema en que Tina lo sufre.
Mina Harker
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Re: Jardín de árboles [Trabajo]
El miembro 'Mina Harker' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses
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Re: Jardín de árboles [Trabajo]
Aquellos que vagan por los caminos están destinados a reencontrarse, o al menos eso me había enseñado mi ya anciano padre por lo que no comprendí el motivo por el que la pareja de féminas no contaran con encontrarnos de nuevo, aunque si parecía que Mina estaba coqueta. No obstante tras el episodio de la posada esas ideas quedaron relegadas a un rincón. No esperaba que la bruja se ofreciera a si misma y a su compañera para plantar cara a aquellos vándalos.
Querían un plan y esperaban que trazara uno. Dado el grupo que nos encontrábamos allí un simple enfrentamiento directo no sería mas que un suicidio. y en ello me encontraba pensando cuando el hijo de aquel hombre tuvo una idea: Reforzar el muro.
Al parecer disponían de materiales suficientes como para reparar la empalizada que rodeaba la construcción por lo que un muro más resistente nos daría cierta ventaja. Y entonces todo cobró forma en mi mente. - Escuchadme todos. - Alcé la voz mientras levantaba de mi asiento. - Si reforzamos la empalizada podemos obligarlos a pasar justo por donde nosotros queramos. Construyamos en ese camino algunas trampas que mermen sus fuerzas aprovechando que nadie mejor que vosotros conocéis éste lugar y los alrededores. Dediquemos la mañana a construir y por las tardes puedo entrenaros en combate. Ellos no esperan que se les plante cara y eso debemos usar en nuestro favor. - [1]
los tres días transcurrieron con los trabajos de refuerzo y construcción de trampas. Hacía tiempo que no me trenzaba el pelo pero por comodidad y dada la situación así lo hice, e igual recomendé a los otros tres varones. el entrenamiento lo realicé con la clemencia suficiente como para no lesionar a nadie pero la dureza que merecía pues sus vidas estaban en juego y despojados de toda ropa salvo los calzones los golpes de las varas se marcaban rojos en nuestros torsos. Solo la calma de la noche parecía traer algo de paz al lugar, falsa paz quizá pues antes de la tormenta siempre hay quietud.
En alguna ocasión dedicaba a Mina un gesto y una sonrisa cada vez que su mirada y la mía se cruzaban entre trabajo y entreno hasta la víspera del plazo que indicaron los rufianes, momento en el cual los reuní a todos en la mesa.
- Mañana es el momento de la verdad. Ellos no esperan resistencia pues creen teneros doblegados y eso será su perdición. Las mujeres os mantendréis ocultas dentro de la posada, todas salvo Tina que estará oculta junto a nosotros. Tina, tu harás que te persigan y los atraerás a las trampas que hemos colocado. una vez salten todas las trampas vuelve dentro y ayuda a Mina en lo que necesite. Elanor. te mantendrás escondida hasta que el combate empiece y desde la ventana del piso superior dispararás las flechas que hemos fabricado. Mina, necesito que refuerces la puerta y emplees tus conjuros para apoyar al combate desde la distancia, igual que Elanor y Averni, vos os encargareis de sanar las heridas que ellas sufran. Nosotros aguantaremos la embestida y cubriremos la puerta para que no puedan entrar. Ellos cuentan con que solo nosotros lucharemos, que vosotras aparezcais cuando el combate inicie los confundirá y el hecho de que estéis dentro os protegerá de las flechas que ellos disparen. Si todos nos ceñimos a nuestro papel la victoria estará asegurada. -
La hija de Elanor no estaba contenta por no tener un cometido específico pero Averni supo de momento como encauzar la frustración de la chiquilla pidiendole una ayuda que realmente no necesitaba pero mantendría a la chiquilla ocupada durante el estrés de la batalla.
Finalmente y cuando la luz de Anar bañaba por completo la campiña un grupo de hasta treinta maleantes se amontonaban al otro lado del camino y de entre ellos un hombre corpulento como pocos se ponía al frente. - ¡Paga el tributo con oro o con tu vida. tu decides viejo! -
Querían un plan y esperaban que trazara uno. Dado el grupo que nos encontrábamos allí un simple enfrentamiento directo no sería mas que un suicidio. y en ello me encontraba pensando cuando el hijo de aquel hombre tuvo una idea: Reforzar el muro.
Al parecer disponían de materiales suficientes como para reparar la empalizada que rodeaba la construcción por lo que un muro más resistente nos daría cierta ventaja. Y entonces todo cobró forma en mi mente. - Escuchadme todos. - Alcé la voz mientras levantaba de mi asiento. - Si reforzamos la empalizada podemos obligarlos a pasar justo por donde nosotros queramos. Construyamos en ese camino algunas trampas que mermen sus fuerzas aprovechando que nadie mejor que vosotros conocéis éste lugar y los alrededores. Dediquemos la mañana a construir y por las tardes puedo entrenaros en combate. Ellos no esperan que se les plante cara y eso debemos usar en nuestro favor. - [1]
los tres días transcurrieron con los trabajos de refuerzo y construcción de trampas. Hacía tiempo que no me trenzaba el pelo pero por comodidad y dada la situación así lo hice, e igual recomendé a los otros tres varones. el entrenamiento lo realicé con la clemencia suficiente como para no lesionar a nadie pero la dureza que merecía pues sus vidas estaban en juego y despojados de toda ropa salvo los calzones los golpes de las varas se marcaban rojos en nuestros torsos. Solo la calma de la noche parecía traer algo de paz al lugar, falsa paz quizá pues antes de la tormenta siempre hay quietud.
En alguna ocasión dedicaba a Mina un gesto y una sonrisa cada vez que su mirada y la mía se cruzaban entre trabajo y entreno hasta la víspera del plazo que indicaron los rufianes, momento en el cual los reuní a todos en la mesa.
- Mañana es el momento de la verdad. Ellos no esperan resistencia pues creen teneros doblegados y eso será su perdición. Las mujeres os mantendréis ocultas dentro de la posada, todas salvo Tina que estará oculta junto a nosotros. Tina, tu harás que te persigan y los atraerás a las trampas que hemos colocado. una vez salten todas las trampas vuelve dentro y ayuda a Mina en lo que necesite. Elanor. te mantendrás escondida hasta que el combate empiece y desde la ventana del piso superior dispararás las flechas que hemos fabricado. Mina, necesito que refuerces la puerta y emplees tus conjuros para apoyar al combate desde la distancia, igual que Elanor y Averni, vos os encargareis de sanar las heridas que ellas sufran. Nosotros aguantaremos la embestida y cubriremos la puerta para que no puedan entrar. Ellos cuentan con que solo nosotros lucharemos, que vosotras aparezcais cuando el combate inicie los confundirá y el hecho de que estéis dentro os protegerá de las flechas que ellos disparen. Si todos nos ceñimos a nuestro papel la victoria estará asegurada. -
La hija de Elanor no estaba contenta por no tener un cometido específico pero Averni supo de momento como encauzar la frustración de la chiquilla pidiendole una ayuda que realmente no necesitaba pero mantendría a la chiquilla ocupada durante el estrés de la batalla.
Finalmente y cuando la luz de Anar bañaba por completo la campiña un grupo de hasta treinta maleantes se amontonaban al otro lado del camino y de entre ellos un hombre corpulento como pocos se ponía al frente. - ¡Paga el tributo con oro o con tu vida. tu decides viejo! -
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- [1] rasgo aplicable: Rasgo Inicial 2: Mi vínculo con el éter puede sentirse por cualquier raza e incluso inspira o reconforta a los de corazón puro
Eleandris
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Re: Jardín de árboles [Trabajo]
Había sido buena idea dejar a Eleandris planificar la estrategia de defensa. -Oh, tranquilo, esta empalizada va a ser la mejor reforzada de la región- le aseguró la bruja al elfo. Mina y Tina se miraron con complicidad y sonrieron con malicia.
Mina era una ingeniera de nivel avanzado y poseía conocimientos de técnicas de construcción de defensas para edificios1; diseñar algunas que tuviesen activación automática para que hicieran de trampas le hacía mucha ilusión. En esos tres días tuvo que improvisar bastante, pero con ayuda de su leal secuaz las tuvo listas a tiempo.
No contenta con ello, confeccionó una poción con la que envenenar2 las armas de los hombres y las flechas de Elanor. -Tengan cuidado de no cortarse a si mismos- advirtió mientras empapaba las armas con el brebaje.
Llegado el día, Eleandris dio las indicaciones finales. Estaba todo bien, sí... excepto la parte en que ellas se quedaban dentro. -¿Peeerrrdón?-
-Momento. Para ahí. ¿Vas a dejarme adentro?- preguntó, incrédula. -¡Pero es que te has vuelto loco!- exclamó y se largó a reír. -O sea, a mí, la bruja ilusionista, telequinética, maestra en artes marciales... ¿Pretendes que espere sentadita cómo los viriles y masculinos héroes nos rescatan a las damiselas en apuros? Ah... querido... por estas cosas es que ya no seguimos viéndonos... Pues no. No me voy a quedar dentro, que además hay un paleto al que le voy a cortar las manos- le aclaró. Iba a avanzar, pero una idea se le cruzó por la cabeza -Es más- dijo, alzando el dedo -Ustedes deberían esconderse- dijo.
La cara se le iluminó a la ilusionista -Ele, si te escondes en la copa de un árbol y disparas flechas desde ahí, serías de gran ayuda porque junto con las de Elanor, no sabrán de dónde vienen, ni cuáles son flechas reales o falsas. ¡Entonces huirán de todas!- dijo, alegremente. -Además, que si me ven sola, creerán que tienen la ventaja y si están confiados, bajan la guardia. Muy diferente sería si ven una tropilla de hombres- añadió, torciendo la boca y mirándolo con algo de desprecio.
Amanecía y los matones habían llegado ya, pero Mina no iba a ceder -Yo no me voy a quedar esperando- aseguró la bruja y, contoneando su metro cincuenta, salió a enfrentarse al subnormal superdesarrollado.
-Yo que tú, cuidaría muy bien mis palabras. No tienes ni idea de a lo que te estás enfrentando- amenazó con su mejor cara de matona. Las carcajadas de la treintena de imbéciles no se hizo esperar. Evidentemente, al verla sola, se creyeron con ventaja. Mina sonrió satisfecha y chasqueó los dedos. De inmediato, una manada de Tinas salvajes emergió de la tierra y atacó, sin piedad alguna; mordiscos que arrancaban trozos de piel y garras que eran armas letales, en el cuerpo escurridizo de pequeñas comadrejas que ellos no lograban atrapar... porque no existían. Tina era el arma que la bruja eligió para atacar la mente de los tipejos3, que se revolcaban y gritaban desesperados.
-Ahora sí, Ele querido, es tu turno- dijo ella muy confiada y fue a tomar el lugar que le habían asignado.
_____________________
1Uso de la técnica de Ingeniería nivel principiante Maquinaria Bélica "El ingeniero diseña un arma para sitiar o defender edificios, supervisa la construcción e instalación, e instruye a los artilleros"
2Creación del veneno Filo Venenoso "Envenena un arma o sus proyectiles para que, cuando causen heridas, inhiban la coagulación. Esto disminuye la efectividad de cualquier intento por sanar la herida a la mitad"
3Uso de la habilidad de nivel 1 El dolor está en tu cabeza [Mágica, Ilusiones, 2 usos] "Creo la ilusión de tener un arma, es de éter, o sea, de mentiritas, pero para ti es completamente real; si llegara a cortarte, en el caso de una espada, vas a sentir el dolor correspondiente a la herida que creerás que te causé. Duración: 2 Turnos."
Tirada del 7 de septiembre
Mina era una ingeniera de nivel avanzado y poseía conocimientos de técnicas de construcción de defensas para edificios1; diseñar algunas que tuviesen activación automática para que hicieran de trampas le hacía mucha ilusión. En esos tres días tuvo que improvisar bastante, pero con ayuda de su leal secuaz las tuvo listas a tiempo.
No contenta con ello, confeccionó una poción con la que envenenar2 las armas de los hombres y las flechas de Elanor. -Tengan cuidado de no cortarse a si mismos- advirtió mientras empapaba las armas con el brebaje.
Llegado el día, Eleandris dio las indicaciones finales. Estaba todo bien, sí... excepto la parte en que ellas se quedaban dentro. -¿Peeerrrdón?-
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-Momento. Para ahí. ¿Vas a dejarme adentro?- preguntó, incrédula. -¡Pero es que te has vuelto loco!- exclamó y se largó a reír. -O sea, a mí, la bruja ilusionista, telequinética, maestra en artes marciales... ¿Pretendes que espere sentadita cómo los viriles y masculinos héroes nos rescatan a las damiselas en apuros? Ah... querido... por estas cosas es que ya no seguimos viéndonos... Pues no. No me voy a quedar dentro, que además hay un paleto al que le voy a cortar las manos- le aclaró. Iba a avanzar, pero una idea se le cruzó por la cabeza -Es más- dijo, alzando el dedo -Ustedes deberían esconderse- dijo.
La cara se le iluminó a la ilusionista -Ele, si te escondes en la copa de un árbol y disparas flechas desde ahí, serías de gran ayuda porque junto con las de Elanor, no sabrán de dónde vienen, ni cuáles son flechas reales o falsas. ¡Entonces huirán de todas!- dijo, alegremente. -Además, que si me ven sola, creerán que tienen la ventaja y si están confiados, bajan la guardia. Muy diferente sería si ven una tropilla de hombres- añadió, torciendo la boca y mirándolo con algo de desprecio.
Amanecía y los matones habían llegado ya, pero Mina no iba a ceder -Yo no me voy a quedar esperando- aseguró la bruja y, contoneando su metro cincuenta, salió a enfrentarse al subnormal superdesarrollado.
-Yo que tú, cuidaría muy bien mis palabras. No tienes ni idea de a lo que te estás enfrentando- amenazó con su mejor cara de matona. Las carcajadas de la treintena de imbéciles no se hizo esperar. Evidentemente, al verla sola, se creyeron con ventaja. Mina sonrió satisfecha y chasqueó los dedos. De inmediato, una manada de Tinas salvajes emergió de la tierra y atacó, sin piedad alguna; mordiscos que arrancaban trozos de piel y garras que eran armas letales, en el cuerpo escurridizo de pequeñas comadrejas que ellos no lograban atrapar... porque no existían. Tina era el arma que la bruja eligió para atacar la mente de los tipejos3, que se revolcaban y gritaban desesperados.
-Ahora sí, Ele querido, es tu turno- dijo ella muy confiada y fue a tomar el lugar que le habían asignado.
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1Uso de la técnica de Ingeniería nivel principiante Maquinaria Bélica "El ingeniero diseña un arma para sitiar o defender edificios, supervisa la construcción e instalación, e instruye a los artilleros"
2Creación del veneno Filo Venenoso "Envenena un arma o sus proyectiles para que, cuando causen heridas, inhiban la coagulación. Esto disminuye la efectividad de cualquier intento por sanar la herida a la mitad"
3Uso de la habilidad de nivel 1 El dolor está en tu cabeza [Mágica, Ilusiones, 2 usos] "Creo la ilusión de tener un arma, es de éter, o sea, de mentiritas, pero para ti es completamente real; si llegara a cortarte, en el caso de una espada, vas a sentir el dolor correspondiente a la herida que creerás que te causé. Duración: 2 Turnos."
Tirada del 7 de septiembre
Mina Harker
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Re: Jardín de árboles [Trabajo]
El miembro 'Mina Harker' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses
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Tyr
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Re: Jardín de árboles [Trabajo]
La sangre me hirvió en el momento en que la bruja me trató con semejante soberbia y esa pizca de desprecio que apareció en su mirada. En otras condiciones habría estado dispuesto a hablarlo y llegar a un término medio pero no iba a pasar por alto semejante trato, de ella ni de nadie. Ya tendría unas palabras con ellas una vez reanudáramos el viaje.
Después de la actuación absurda que mandaba al garete el factor sorpresa de la mejor baza de que disponíamos la bruja me obligaba ahora a tomar una decisión bastante complicada y en apenas instantes. ¿Debía abandonar la seguridad de los muros y cargar aprovechando las alucinaciones provocadas por Mina mientras duraran o aguantar dentro hasta que el hechizo se disipara, revelando que había mas "sorpresas" escondidas.
Si salíamos aun podríamos retirarnos a tiempo y aprovechar las trampas. - ¡Cargad! - Exclamé y yo mismo lideré la carrera fuera de los muros, ejecutando a los que se encontraban en el suelo gritando por un dolor falso. Aún así la diferencia numérica era bastante palpable en nuestra contra por lo que aunque algunos murieran en aquella primera "embestida" pronto tuvimos que defendernos del resto que hacían un esfuerzo por defenderse de todo cuanto les atacaba, tanto las Tinas ficticias como los que ahora si les atacábamos con armas reales.
Con un grupo de soldados experimentados la situación se habría solventado infinitamente mas sencillo, pero allí el único soldado era yo, y ni hablar de la experiencia en combate. Merten y el posadero lanzaban algún golpe tímido buscando algún hueco por donde herir a los bandidos. el joven vástago del segundo, fruto de la inexperiencia, inmadurez y adrenalina se precipitó demasiado resultando herido de gravedad en el muslo.
- ¡Mina, sácalo de aquí. Los demás volvemos al perímetro. Ahora! -
Recé por que el joven muchacho llegara a tiempo hasta las manos de Averni mientras cubría la retirada hasta la empalizada, donde las trampas y la estrechez anularían la superioridad numérica del enemigo.
Después de la actuación absurda que mandaba al garete el factor sorpresa de la mejor baza de que disponíamos la bruja me obligaba ahora a tomar una decisión bastante complicada y en apenas instantes. ¿Debía abandonar la seguridad de los muros y cargar aprovechando las alucinaciones provocadas por Mina mientras duraran o aguantar dentro hasta que el hechizo se disipara, revelando que había mas "sorpresas" escondidas.
Si salíamos aun podríamos retirarnos a tiempo y aprovechar las trampas. - ¡Cargad! - Exclamé y yo mismo lideré la carrera fuera de los muros, ejecutando a los que se encontraban en el suelo gritando por un dolor falso. Aún así la diferencia numérica era bastante palpable en nuestra contra por lo que aunque algunos murieran en aquella primera "embestida" pronto tuvimos que defendernos del resto que hacían un esfuerzo por defenderse de todo cuanto les atacaba, tanto las Tinas ficticias como los que ahora si les atacábamos con armas reales.
Con un grupo de soldados experimentados la situación se habría solventado infinitamente mas sencillo, pero allí el único soldado era yo, y ni hablar de la experiencia en combate. Merten y el posadero lanzaban algún golpe tímido buscando algún hueco por donde herir a los bandidos. el joven vástago del segundo, fruto de la inexperiencia, inmadurez y adrenalina se precipitó demasiado resultando herido de gravedad en el muslo.
- ¡Mina, sácalo de aquí. Los demás volvemos al perímetro. Ahora! -
Recé por que el joven muchacho llegara a tiempo hasta las manos de Averni mientras cubría la retirada hasta la empalizada, donde las trampas y la estrechez anularían la superioridad numérica del enemigo.
- offrol:
- Lanzo el D13 para el evento del aniversario y además lanzo runas para determinar la suerte del hijo del posadero
Eleandris
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Re: Jardín de árboles [Trabajo]
El miembro 'Eleandris' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses
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Tyr
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Re: Jardín de árboles [Trabajo]
La bruja se regodeaba al ver el al grupo de paletos revolcarse y colapsar ante el dolor que las Tinas les causaban. Ellas eran falsa, las heridas también, pero el dolor era muy, muy real. Algunos llegaban a colapsar, con horribles espasmos en todo el cuerpo y botando espuma por la boca, mientras creían que una chicadreja salvaje les arrancaban las tripas con sus filosas garras. -Eso les enseñará- dijo para si, victoriosa.
Pero esas Tinas no lograrían acabar con todos ellos; aunque sí, alguno habrá muerto a causa de la impresión -los débiles de mente y/o corazón seguramente lo harían- pero la mayoría se daría cuenta que todo era falso una vez desapareciera el hechizo. O no, porque Eleandris ordenó la carga y aunque ella pensó en dejarle el trabajo a los gallardos caballeros, más le pudieron las ganas de sacar a jugar a sus gorgonas.
Desenvainó sus dagas electrificadas1 y arremetió. Ella atacaba a matar, sin dudar de si ella era quién para ejecutarlos; por supuesto que lo era y esos no eran más que despojos humanos sin valor alguno. Muertos por lo menos servían de comida para los carroñeros.
Hábilmente, aprovechó el caos y la confusión de las Tinas salvajes para finiquitar a varios, Eleandris, Merten, el posadero y su hijo también. Lo malo era que de todos ellos, el único que sabía lo que hacía era el elfo y por eso, el más inexperto y a la vez más ávido de lucha, salió bastante perjudicado.
-¡Mina, sácalo de aquí. Los demás volvemos al perímetro. Ahora!- gritó el elfo a la bruja. -¿Por qué insistes en decirme lo que tengo que hacer? ¡A mí ningún elfo nariz parada me viene a mandar!- exclamó ella, clavando sus dagas en los riñones de un pobre desgraciado que murió electrocutado. -¡Mina! ¡El niño!- le riñó Tina, corriendo hacia el hijo del posadero, quien había caído en un charco de su propia sangre, agarrándose la pierna y gritando de dolor. -Anda, el niño- repitió ella.
Corrió tras la chicadreja -la real-, quien espantó a los que se iban sobre el muchacho mientras la bruja lo levantaba usando la telequinesis para mover la tierra bajo de él. Entró a tropicones a la posada. Averni ya había llegado al primer piso y aunque Mina tenía el dolor controlado, la pierna sangraba profusamente. La elfa concentró todo su poder de curación para que la herida cicatrizara lo antes posible y cortar la pérdida de sangre.
Afuera, las últimas Tinas desaparecían tras haberle dado tiempo a los demás hombres de regresar a resguardo. Las trampas se activaban una a una y se podía escuchar los quejidos y gemidos de los hombres que caían uno a uno en ellas.
-Mi muchacho...- sollozó Elora sobre el pálido cuerpo de su hijo, quien a pesar de los esfuerzos de la elfa, no pudo soportar perder tanto líquido vital. Mina y Tina, manchadas de pies a cabeza de sangre, se tomaron las manos y cerraron los ojos, acongojadas.
_________________________
1Dagas "Colmillo de la Gorgona" [Normal] con el encantamiento Arma de Electricidad
Tirada del 12 de septiembre.
Pero esas Tinas no lograrían acabar con todos ellos; aunque sí, alguno habrá muerto a causa de la impresión -los débiles de mente y/o corazón seguramente lo harían- pero la mayoría se daría cuenta que todo era falso una vez desapareciera el hechizo. O no, porque Eleandris ordenó la carga y aunque ella pensó en dejarle el trabajo a los gallardos caballeros, más le pudieron las ganas de sacar a jugar a sus gorgonas.
Desenvainó sus dagas electrificadas1 y arremetió. Ella atacaba a matar, sin dudar de si ella era quién para ejecutarlos; por supuesto que lo era y esos no eran más que despojos humanos sin valor alguno. Muertos por lo menos servían de comida para los carroñeros.
Hábilmente, aprovechó el caos y la confusión de las Tinas salvajes para finiquitar a varios, Eleandris, Merten, el posadero y su hijo también. Lo malo era que de todos ellos, el único que sabía lo que hacía era el elfo y por eso, el más inexperto y a la vez más ávido de lucha, salió bastante perjudicado.
-¡Mina, sácalo de aquí. Los demás volvemos al perímetro. Ahora!- gritó el elfo a la bruja. -¿Por qué insistes en decirme lo que tengo que hacer? ¡A mí ningún elfo nariz parada me viene a mandar!- exclamó ella, clavando sus dagas en los riñones de un pobre desgraciado que murió electrocutado. -¡Mina! ¡El niño!- le riñó Tina, corriendo hacia el hijo del posadero, quien había caído en un charco de su propia sangre, agarrándose la pierna y gritando de dolor. -Anda, el niño- repitió ella.
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Corrió tras la chicadreja -la real-, quien espantó a los que se iban sobre el muchacho mientras la bruja lo levantaba usando la telequinesis para mover la tierra bajo de él. Entró a tropicones a la posada. Averni ya había llegado al primer piso y aunque Mina tenía el dolor controlado, la pierna sangraba profusamente. La elfa concentró todo su poder de curación para que la herida cicatrizara lo antes posible y cortar la pérdida de sangre.
Afuera, las últimas Tinas desaparecían tras haberle dado tiempo a los demás hombres de regresar a resguardo. Las trampas se activaban una a una y se podía escuchar los quejidos y gemidos de los hombres que caían uno a uno en ellas.
-Mi muchacho...- sollozó Elora sobre el pálido cuerpo de su hijo, quien a pesar de los esfuerzos de la elfa, no pudo soportar perder tanto líquido vital. Mina y Tina, manchadas de pies a cabeza de sangre, se tomaron las manos y cerraron los ojos, acongojadas.
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Tirada del 12 de septiembre.
Mina Harker
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Re: Jardín de árboles [Trabajo]
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Re: Jardín de árboles [Trabajo]
La bruja parecía empecinarse en un pique absurdo conmigo que no hacía mas que tambalear aún mas no solo las opciones de victoria, sino también las de supervivencia. Por suerte Tina tuvo la lucidez para hacer que su compañera de viajes pusiera de nuevo los pies en la tierra y reconociera la urgencia de la situación del muchacho. En medio de la confusión logramos volver a los muros y los bandidos, ahora libres de la `pesadilla que la bruja les había hecho pasar cargaban llenos de ira contra nosotros.
Las trampas saltaron y funcionaron a la perfección y el muro resistió el golpe de la casi docena de hombres que habían quedado aún con espíritu guerrero. Merten y el posadero dudaron ante la avalancha que les venía encima, mas el segundo temiendo por la vida de su hijo, y aunque las trampas diezmaron e hirieron a otros muchos aún tenían que luchar unos momentos mas. Recité una corta plegaria a Anar regenerando el ímpetu de aquellos hombres para frenar la carga enemiga [1] en el estrechamiento del muro exterior que protegía el perímetro de la posada.
Anulada la superioridad numérica por las trampas y la propia estrechez el combate igualaba al fin sus condiciones y tras unos largos minutos mas de lucha pudimos rechazar el ataque. Tan pronto los bandidos emprendieron la retirada el posadero volvió corriendo a la posada en busca de su vástago, Merten comenzó a llorar sacando así de su cuerpo todo el miedo que había soportado durante la lucha y yo me dediqué a dar muerte a los pocos moribundos que habían quedado ensartados en las trampas o simplemente tirados en el suelo esperando el ultimo latido de su corazón.
Para cuando volví al interior de la posada la imagen era desgarradora. El joven hombrecito yacía muerto en los brazos de su madre. Su padre y hermana abrazaban a la mujer apoyándose entre ellos junto a sollozos y gemidos. Averni a un lado, impotente, trataba las heridas de un Merten que ahora en silencio solo acompañaba a la familia en su luto. Cuando tracé el plan en mi mente contaba con que esto podría haber ocurrido de igual forma, pues no en vano Merten, el posadero y yo mismo presentábamos varios cortes y contusiones.
- Mina, por favor acompáñame fuera. Necesito hablar contigo. - Le pedí en un tono sosegado que no perturbara al resto de los allí presentes y me dirigí a un lado del edificio donde con una pala comencé a cavar la tumba del aquel chico a los pies del cerezo que allí crecía esperando que, aunque fuese con algo de demora la bruja finalmente accediera a encontrarse con él ahí fuera.
Necesitaba cavar ese hoyo para canalizar la agresividad que ardía ahora mismo dentro de mí pues no podía dejar de preguntarme, aunque este resultado estuviera previsto en mi plan original, si de haberse la bruja ceñido a su parte , si el niño hubiera sobrevivido.- Necesito que me expliques por qué. - comencé en cuanto sentí a la bruja aproximarse, y mi tono se mantuvo sereno todo el sermón, aunque no falto de aspereza. - Por qué me pediste un plan de acción si luego ibas a hacer lo que te diera la gana. Por qué si yo en ningún momento cuestioné ni falté respeto a tu trabajo con el refuerzo de los muros y la construcción de trampas, cuestionaste e insultaste mi estrategia, por que seguiste sembrando disensión durante el propio combate. ¿acaso has sido incapaz de ver que eras la piedra angular de toda la operación. mientras que con tus habilidades mágicas podías cubrirnos desde cualquier parte, nosotros necesitábamos estar en primera línea de combate para ser útiles. Que actuaras antes de tiempo nos condicionó a salir de los muros y arriesgarnos a ser machacados. Desde la altura que dan las ventanas de la posada te necesitaba para avisarnos si alguien lograba encontrar un hueco y atacarnos por la espalda. Nuestro seguro de vida eras tú. Y tu soberbia le ha costado la vida al mas joven. ¿Puedes asegurar acaso que de haber seguido mis indicaciones en lo referente a mi área profesional, el resultado habría sido el mismo? Dejé luchar al crío para tenerlo vigilado y no mandara al traste todo el plan y me ha fallado la persona en quien más confiaba. Dime Mina, ¿Cómo vas a explicarle a esa familia que ha muerto por culpa de la soberbia, la altanería, y el desprecio hacia los demás de los que sólo los brujos sois capaces de hacer alarde? No te despegues de Tina. Tienes mucho que aprender de la chicadreja si es que quieres convertirte en una buena persona algún día. -
Todo el sermón lo realicé sin parar de cavar, sin alzarle la voz (Incluso hasta en tono paternal en algunos fragmentos) y sin volverme ni dirigirle ni una triste mirada a la mujer. Para mí, en aquel momento ella no era digna de respeto ni piedad por mi persona. No obstante y muy en el fondo de mi corazón esperaba una respuesta de la bruja, una respuesta que apaciguara la frustración que ahora sentía y me demostrara que había un buen motivo para el comportamiento de Mina, y que había un corazón en aquel pecho
Las trampas saltaron y funcionaron a la perfección y el muro resistió el golpe de la casi docena de hombres que habían quedado aún con espíritu guerrero. Merten y el posadero dudaron ante la avalancha que les venía encima, mas el segundo temiendo por la vida de su hijo, y aunque las trampas diezmaron e hirieron a otros muchos aún tenían que luchar unos momentos mas. Recité una corta plegaria a Anar regenerando el ímpetu de aquellos hombres para frenar la carga enemiga [1] en el estrechamiento del muro exterior que protegía el perímetro de la posada.
Anulada la superioridad numérica por las trampas y la propia estrechez el combate igualaba al fin sus condiciones y tras unos largos minutos mas de lucha pudimos rechazar el ataque. Tan pronto los bandidos emprendieron la retirada el posadero volvió corriendo a la posada en busca de su vástago, Merten comenzó a llorar sacando así de su cuerpo todo el miedo que había soportado durante la lucha y yo me dediqué a dar muerte a los pocos moribundos que habían quedado ensartados en las trampas o simplemente tirados en el suelo esperando el ultimo latido de su corazón.
Para cuando volví al interior de la posada la imagen era desgarradora. El joven hombrecito yacía muerto en los brazos de su madre. Su padre y hermana abrazaban a la mujer apoyándose entre ellos junto a sollozos y gemidos. Averni a un lado, impotente, trataba las heridas de un Merten que ahora en silencio solo acompañaba a la familia en su luto. Cuando tracé el plan en mi mente contaba con que esto podría haber ocurrido de igual forma, pues no en vano Merten, el posadero y yo mismo presentábamos varios cortes y contusiones.
- Mina, por favor acompáñame fuera. Necesito hablar contigo. - Le pedí en un tono sosegado que no perturbara al resto de los allí presentes y me dirigí a un lado del edificio donde con una pala comencé a cavar la tumba del aquel chico a los pies del cerezo que allí crecía esperando que, aunque fuese con algo de demora la bruja finalmente accediera a encontrarse con él ahí fuera.
Necesitaba cavar ese hoyo para canalizar la agresividad que ardía ahora mismo dentro de mí pues no podía dejar de preguntarme, aunque este resultado estuviera previsto en mi plan original, si de haberse la bruja ceñido a su parte , si el niño hubiera sobrevivido.- Necesito que me expliques por qué. - comencé en cuanto sentí a la bruja aproximarse, y mi tono se mantuvo sereno todo el sermón, aunque no falto de aspereza. - Por qué me pediste un plan de acción si luego ibas a hacer lo que te diera la gana. Por qué si yo en ningún momento cuestioné ni falté respeto a tu trabajo con el refuerzo de los muros y la construcción de trampas, cuestionaste e insultaste mi estrategia, por que seguiste sembrando disensión durante el propio combate. ¿acaso has sido incapaz de ver que eras la piedra angular de toda la operación. mientras que con tus habilidades mágicas podías cubrirnos desde cualquier parte, nosotros necesitábamos estar en primera línea de combate para ser útiles. Que actuaras antes de tiempo nos condicionó a salir de los muros y arriesgarnos a ser machacados. Desde la altura que dan las ventanas de la posada te necesitaba para avisarnos si alguien lograba encontrar un hueco y atacarnos por la espalda. Nuestro seguro de vida eras tú. Y tu soberbia le ha costado la vida al mas joven. ¿Puedes asegurar acaso que de haber seguido mis indicaciones en lo referente a mi área profesional, el resultado habría sido el mismo? Dejé luchar al crío para tenerlo vigilado y no mandara al traste todo el plan y me ha fallado la persona en quien más confiaba. Dime Mina, ¿Cómo vas a explicarle a esa familia que ha muerto por culpa de la soberbia, la altanería, y el desprecio hacia los demás de los que sólo los brujos sois capaces de hacer alarde? No te despegues de Tina. Tienes mucho que aprender de la chicadreja si es que quieres convertirte en una buena persona algún día. -
Todo el sermón lo realicé sin parar de cavar, sin alzarle la voz (Incluso hasta en tono paternal en algunos fragmentos) y sin volverme ni dirigirle ni una triste mirada a la mujer. Para mí, en aquel momento ella no era digna de respeto ni piedad por mi persona. No obstante y muy en el fondo de mi corazón esperaba una respuesta de la bruja, una respuesta que apaciguara la frustración que ahora sentía y me demostrara que había un buen motivo para el comportamiento de Mina, y que había un corazón en aquel pecho
- Habilidades:
- [1] Luz de combate: [Mágico. 2 usos] Una corriente de luz pura recorre al hechicero y hasta dos aliados más evitando que sean asustados o acobardados.
- Dados:
- Lanzo un D13 in extremis antes de que Reike madrugue y me cierre el chiringuito
Eleandris
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Re: Jardín de árboles [Trabajo]
El miembro 'Eleandris' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses
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Re: Jardín de árboles [Trabajo]
Mina lamentaba la situación. El muchacho tenía toda una vida por delante para hacer, deshacer, equivocarse, rectificar camino, embriagarse... y allí estaba, con todo ello truncado. La familia lloraba desconsoladamente y la bruja no pudo evitar verse a si misma en la hermana del muchacho, cuando ella misma lloraba sobre los cuerpos de sus hermanos mayores, asesinados por elfos de una facción radical.
Estrechó a Tina contra ella, buscando algo de contención. No hablaron, pues no tenían nada que decir. Eleandris salió de la estancia y le pidió hablar. Ya se imaginaba lo que querría el elfo y tenía cero ganas de lidiar con él.
Averni terminó de sanar las heridas de Merten -Gracias- dijo él, tomando las manos de la elfa -Dios te bendiga, Averni- añadió, mirándola con agradecimiento. Se levanto y fue junto a la desgarrada familia, se arrodilló junto a ellos y les habló, con voz calma -Su hijo es un muchacho valiente- comenzó -Luchó con coraje y sin miedo, defendiendo a su mayor tesoro; dio su vida por el amor que siente por ustedes. Él está en el Paraíso, junto Dios y los ángeles, esperando por ustedes. La vida es eterna y aquí estamos un ratico nada más. Allá él no siente dolor, ni hambre, ni sufre necesidades. Allí no hay maldad, solo el Amor de nuestro Señor- dijo, intentando consolarlos. -Él los acompaña, es ahora su ángel de la guardia. Su espíritu dejó el cuerpo, pero su alma buena y generosa permanecerá por siempre con ustedes y allá, en la Eternidad, donde todos los hijos de Dios llegaremos eventualmente. El chico solamente se adelantó, porque así lo quiso Dios.- finalizó, entregando esas palabras que él creía ciegamente; algo que él llamaba Fé.
Mina lo escuchó y, de alguna manera, imaginar que eso fuese real le dio un poco de tranquilidad. Alegría, incluso. Esa tal Eternidad sonaba como un sitio mucho mejor que Aerandir. Sintió un nudo en la garganta. ¿Sus hermanos estarían allá también?
Tomó aire y salió de la estancia para ir con Eleandris. Lo encontró cavando lo que parecía ser la tumba del chico. Efectivamente, se mandó un discurso acusándola. Cada palabra que el elfo decía le hacía hervir más la sangre y el fuego de la furia se prendió en la bruja como el aliento de un dragón. -¿Me culpas de la muerte del chico?- exclamó sarcástica. Soltó una risa irónica y luego miró con odio al peliblanco. -No... lo que haces es evadir la culpa que tú sientes porque fuiste tú quien llevó a un niño a la muerte- respondió ella apretando las muelas de la rabia que sentía. -Tú y nadie más que tú lo puso en medio de una batalla desigual que de no ser por mí jamás hubiésemos ganado- afirmó -Fueron mis ilusiones, mis trampas, las que acabaron con esa manada de palurdos, no tu plan ingenuo. Confié en ti para pensar en algo decente porque creía que eras capaz de armar algo, que eras algún tipo de estratega militar. Pero no. No eres más que un engreído, un vanidoso que se cree muy inteligente y capaz, pero no eres más que un malagradecido cobarde que no acepta que se equivocó, que no se hace responsable de sus errores. ¿Para qué tenías que llevarlo y a los demás a pelear? ¿Por qué los expusiste y pusiste en riesgo sus vidas? ¡Confiamos en ti! ¿Vigilarlo en batalla? ¡Mira cómo lo bien que lo vigilaste! ¡Mira cómo lo bien que lo cuidaste! ¡Haberlo dejado dentro, con su madre y hermana, allí estaría vigilado! Te dije que te escondieras, que todos lo hicieran. Teníamos mis ilusiones, mi telequinesis, trampas, armas envenenadas, ¿y tu plan magnífico era que entre 4 enfrentaran a 30? ¿¡ERES IMBÉCIL!?- exclamó con amargura y los ojos llenos de lágrimas.
-¡Ustedes los elfos son todos un mojón con brillantina! ¡TÚ! ¡Tú mataste a ese niño por tu vanidad, así como los tuyos mataron a mis hermanos por lo mismo! ¡Creen que son los elegidos de sus dioses ausentes y los demás no merecemos nada! ¿Soberbia? ¿Altanería? ¿¡Desprecio!? ¡Eso solo sienten los elfos por todas las demás razas! Y jamás intentes decirme lo contrario, porque yo viví en carne propia el odio que sienten por nosotros. Merecerían mi venganza, tengo todo el derecho de cobrarme la vida de mis hermanos mayores, pero no, YO no. ¡YO NO SOY COMO TÚ NI COMO LOS TUYOS!- gritó al final y, con un gesto de la mano, la pala que Eleandris sostenía en sus manos salió volando y se clavó en el grueso tronco de un árbol cercano.
Miró al elfo con odio de pies a cabeza, con el rostro empapado de lágrimas. Tina, que había escuchado todo, corrió junto a su amiga y dedicó una mirada de desprecio al elfo -Si crees que tengo cosas buenas que enseñar, escucha esto: pusimos todas nuestras vidas en tus manos, incluso Mina- dijo con seriedad. La chicadreja tomó de la mano a Mina -Vámonos- le dijo con suavidad, jalándola con delicadeza.
La bestial llevó a la bruja al bosque y se sentaron en un árbol caído. Tina le acariciaba el cabello, consolándola. Al poco rato, llegó Merten y se sentó al otro lado de la ilusionista. -No fue tu culpa- le dijo -No lo fue que el muchacho muriera, ni que tus hermanos también- dijo -Tampoco lo es de Eleandris. Son los designios de Dios- añadió. -Y toda su obra es perfecta. No debemos cuestionarla, solo aceptarla, porque todo lo que viene de Él es bueno- dijo. Mina lo miró con rabia -Por favor Simon, si me respetas un poco, no vengas con esa perorata conmigo. No la necesito. Sé que no fue mi culpa y sé que no era algo que ése elfo quisiera. Sé que el destino existe y que esta simplemente es una mala jugada. Nosotros matamos a 30 hombres, despreciables y asquerosos que nadie echará de menos, pero hombres al fin y al cabo. Eran hijos de alguien. Debe ser una suerte de equilibrio, qué se yo... Lo que no le quita lo doloroso- dijo, respirando hondo para calmarse y secándose la cara con el dorso de las manos.
Se levantó, ya sin llorar pero con un semblante sombrío -Tenemos que terminar esto, aún queda un trecho para llegar al dichoso santuario para que pagues tu deuda con Averni- dijo, finalmente, y se encaminó hacia la posada.
Estrechó a Tina contra ella, buscando algo de contención. No hablaron, pues no tenían nada que decir. Eleandris salió de la estancia y le pidió hablar. Ya se imaginaba lo que querría el elfo y tenía cero ganas de lidiar con él.
Averni terminó de sanar las heridas de Merten -Gracias- dijo él, tomando las manos de la elfa -Dios te bendiga, Averni- añadió, mirándola con agradecimiento. Se levanto y fue junto a la desgarrada familia, se arrodilló junto a ellos y les habló, con voz calma -Su hijo es un muchacho valiente- comenzó -Luchó con coraje y sin miedo, defendiendo a su mayor tesoro; dio su vida por el amor que siente por ustedes. Él está en el Paraíso, junto Dios y los ángeles, esperando por ustedes. La vida es eterna y aquí estamos un ratico nada más. Allá él no siente dolor, ni hambre, ni sufre necesidades. Allí no hay maldad, solo el Amor de nuestro Señor- dijo, intentando consolarlos. -Él los acompaña, es ahora su ángel de la guardia. Su espíritu dejó el cuerpo, pero su alma buena y generosa permanecerá por siempre con ustedes y allá, en la Eternidad, donde todos los hijos de Dios llegaremos eventualmente. El chico solamente se adelantó, porque así lo quiso Dios.- finalizó, entregando esas palabras que él creía ciegamente; algo que él llamaba Fé.
Mina lo escuchó y, de alguna manera, imaginar que eso fuese real le dio un poco de tranquilidad. Alegría, incluso. Esa tal Eternidad sonaba como un sitio mucho mejor que Aerandir. Sintió un nudo en la garganta. ¿Sus hermanos estarían allá también?
Tomó aire y salió de la estancia para ir con Eleandris. Lo encontró cavando lo que parecía ser la tumba del chico. Efectivamente, se mandó un discurso acusándola. Cada palabra que el elfo decía le hacía hervir más la sangre y el fuego de la furia se prendió en la bruja como el aliento de un dragón. -¿Me culpas de la muerte del chico?- exclamó sarcástica. Soltó una risa irónica y luego miró con odio al peliblanco. -No... lo que haces es evadir la culpa que tú sientes porque fuiste tú quien llevó a un niño a la muerte- respondió ella apretando las muelas de la rabia que sentía. -Tú y nadie más que tú lo puso en medio de una batalla desigual que de no ser por mí jamás hubiésemos ganado- afirmó -Fueron mis ilusiones, mis trampas, las que acabaron con esa manada de palurdos, no tu plan ingenuo. Confié en ti para pensar en algo decente porque creía que eras capaz de armar algo, que eras algún tipo de estratega militar. Pero no. No eres más que un engreído, un vanidoso que se cree muy inteligente y capaz, pero no eres más que un malagradecido cobarde que no acepta que se equivocó, que no se hace responsable de sus errores. ¿Para qué tenías que llevarlo y a los demás a pelear? ¿Por qué los expusiste y pusiste en riesgo sus vidas? ¡Confiamos en ti! ¿Vigilarlo en batalla? ¡Mira cómo lo bien que lo vigilaste! ¡Mira cómo lo bien que lo cuidaste! ¡Haberlo dejado dentro, con su madre y hermana, allí estaría vigilado! Te dije que te escondieras, que todos lo hicieran. Teníamos mis ilusiones, mi telequinesis, trampas, armas envenenadas, ¿y tu plan magnífico era que entre 4 enfrentaran a 30? ¿¡ERES IMBÉCIL!?- exclamó con amargura y los ojos llenos de lágrimas.
-¡Ustedes los elfos son todos un mojón con brillantina! ¡TÚ! ¡Tú mataste a ese niño por tu vanidad, así como los tuyos mataron a mis hermanos por lo mismo! ¡Creen que son los elegidos de sus dioses ausentes y los demás no merecemos nada! ¿Soberbia? ¿Altanería? ¿¡Desprecio!? ¡Eso solo sienten los elfos por todas las demás razas! Y jamás intentes decirme lo contrario, porque yo viví en carne propia el odio que sienten por nosotros. Merecerían mi venganza, tengo todo el derecho de cobrarme la vida de mis hermanos mayores, pero no, YO no. ¡YO NO SOY COMO TÚ NI COMO LOS TUYOS!- gritó al final y, con un gesto de la mano, la pala que Eleandris sostenía en sus manos salió volando y se clavó en el grueso tronco de un árbol cercano.
Miró al elfo con odio de pies a cabeza, con el rostro empapado de lágrimas. Tina, que había escuchado todo, corrió junto a su amiga y dedicó una mirada de desprecio al elfo -Si crees que tengo cosas buenas que enseñar, escucha esto: pusimos todas nuestras vidas en tus manos, incluso Mina- dijo con seriedad. La chicadreja tomó de la mano a Mina -Vámonos- le dijo con suavidad, jalándola con delicadeza.
La bestial llevó a la bruja al bosque y se sentaron en un árbol caído. Tina le acariciaba el cabello, consolándola. Al poco rato, llegó Merten y se sentó al otro lado de la ilusionista. -No fue tu culpa- le dijo -No lo fue que el muchacho muriera, ni que tus hermanos también- dijo -Tampoco lo es de Eleandris. Son los designios de Dios- añadió. -Y toda su obra es perfecta. No debemos cuestionarla, solo aceptarla, porque todo lo que viene de Él es bueno- dijo. Mina lo miró con rabia -Por favor Simon, si me respetas un poco, no vengas con esa perorata conmigo. No la necesito. Sé que no fue mi culpa y sé que no era algo que ése elfo quisiera. Sé que el destino existe y que esta simplemente es una mala jugada. Nosotros matamos a 30 hombres, despreciables y asquerosos que nadie echará de menos, pero hombres al fin y al cabo. Eran hijos de alguien. Debe ser una suerte de equilibrio, qué se yo... Lo que no le quita lo doloroso- dijo, respirando hondo para calmarse y secándose la cara con el dorso de las manos.
Se levantó, ya sin llorar pero con un semblante sombrío -Tenemos que terminar esto, aún queda un trecho para llegar al dichoso santuario para que pagues tu deuda con Averni- dijo, finalmente, y se encaminó hacia la posada.
Mina Harker
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Re: Jardín de árboles [Trabajo]
Escuché impasible como la réplica de la bruja iba ascendiendo en tono e intensidad a medida que avanzaba. Los fuertes sentimientos que inundaban a la mujer eran ahora escupidos como bilis con desprecio y odio a partes iguales. Me vi forzado a dejar de cavar y volverme a observar a mi compañera incapaz de confiar en que no me atacara sin mas. Acabó su alegato empleando el éter para arrebatarme la pala de las manos quedando hincada en el árbol cercano.
Como era de esperar Tina apoyó a su amiga, no obstante tampoco dijo nada mas que la verdad. Era cierto que todos pusieron su vida en el plan que yo trazara, pero eso no excluía el hecho de que todo podría haber salido mejor, que, viéndolo con perspectiva fría el resultado no era para nada negativo, pero no era perfecto.
- ¿Se puede saber a que viene tanta bulla? allí dentro hay una familia despidiendo a un ser querido. Deberíais ser mas considerados al respecto. -
- Disculpadme Averni. De todas formas ya hemos terminado. -
Salí de la zanja para arrancar la pala de la madera verde y continuar con el trabajo hasta que el hueco fuese lo suficientemente profundo para albergar el cuerpo del joven. Una vez eso estuvo echo aguardé al momento apropiado para comenzar con el funeral del muchacho al que, tanto por parte de sus familiares como mía y de quien mas quiso añadir sus ritos, dando al joven una despedida con respetos de todas las religiones que allí confluyeron.
Estaba deseando salir de allí tan pronto se pudiera y de hecho el camino fue tranquilo hasta el destino, tal vez por haber eliminado a los bandoleros de la zona o quizá por el aura que transmitíamos. No dirigí la palabra a Mina en todo el trayecto y me mantuve seco y cortante con cualquier otro que decidiera dirigirme la palabra. Nunca fue algo brusco o descortés, simplemente quería que la conversación fuese escueta y directa.
El santuario de Imbar era algo precioso. Un gran árbol de Nirn presidía una pequeña arboleda tupida pero cálida y acogedora. Los rayos de sol se filtraban por entre las ramas de los retoños del árbol de Nirn principal. Aquella colorida arboleda despedía un olor dulzón y fresco como si esa zona estuviese en constante temporada estival. Una pasarela de madera ascendía por una grieta amplia horadada por el agua de una corriente de agua que generaba un estanque amplio y cristalino al fondo de la misma. La madera cubierta de musgo estaba húmeda pero resistente y por algún motivo, jamás deslizaba su superficie,
Como era de esperar Tina apoyó a su amiga, no obstante tampoco dijo nada mas que la verdad. Era cierto que todos pusieron su vida en el plan que yo trazara, pero eso no excluía el hecho de que todo podría haber salido mejor, que, viéndolo con perspectiva fría el resultado no era para nada negativo, pero no era perfecto.
- ¿Se puede saber a que viene tanta bulla? allí dentro hay una familia despidiendo a un ser querido. Deberíais ser mas considerados al respecto. -
- Disculpadme Averni. De todas formas ya hemos terminado. -
Salí de la zanja para arrancar la pala de la madera verde y continuar con el trabajo hasta que el hueco fuese lo suficientemente profundo para albergar el cuerpo del joven. Una vez eso estuvo echo aguardé al momento apropiado para comenzar con el funeral del muchacho al que, tanto por parte de sus familiares como mía y de quien mas quiso añadir sus ritos, dando al joven una despedida con respetos de todas las religiones que allí confluyeron.
Estaba deseando salir de allí tan pronto se pudiera y de hecho el camino fue tranquilo hasta el destino, tal vez por haber eliminado a los bandoleros de la zona o quizá por el aura que transmitíamos. No dirigí la palabra a Mina en todo el trayecto y me mantuve seco y cortante con cualquier otro que decidiera dirigirme la palabra. Nunca fue algo brusco o descortés, simplemente quería que la conversación fuese escueta y directa.
El santuario de Imbar era algo precioso. Un gran árbol de Nirn presidía una pequeña arboleda tupida pero cálida y acogedora. Los rayos de sol se filtraban por entre las ramas de los retoños del árbol de Nirn principal. Aquella colorida arboleda despedía un olor dulzón y fresco como si esa zona estuviese en constante temporada estival. Una pasarela de madera ascendía por una grieta amplia horadada por el agua de una corriente de agua que generaba un estanque amplio y cristalino al fondo de la misma. La madera cubierta de musgo estaba húmeda pero resistente y por algún motivo, jamás deslizaba su superficie,
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Aquella pasarela culminaba en la base de ese gran árbol principal bajo cuyas raíces un pórtico de piedra daba paso al interior de la tierra. A ambos lados de la entrada dos obeliscos de mármol rosado mostraban inscripciones en élfico antiguo mostrando así los largos años que aquel santuario había permanecido allí inalterable. Frutas de Nirn maduras, tanto en las ramas de los arboles como en el suelo eran una constante en toda la arboleda. Las hojas del árbol mostraban un color por cada lado de la misma teniendo un lado de un verde brillante y dorado por el contrario alfombrando la tierra entre los arboles con dichos colores. La corteza lisa de los troncos mostraban los sietes colores del arcoíris como si un artista los empleara como lienzo derivando poco a poco en un tono blanco marfil en sus ramas.
Era sencillo encontrar una gran cantidad de aves volando por entre los árboles, así como otros animales que tomaban aquel lugar como un lugar seguro. Ciervos, corzos, zorros, jabalíes y otros animales que hacían allí su vida sin desconfiar de los extraños que se adentraban por el sendero.
Dos braseros iluminaban una pequeña antesala, simple y sin mas decoración que un escrito tal como adornaban los obeliscos de la entrada. Avancé hasta ese muro notando como el éter confluía en el lugar, coloqué una mano sobre las letras grabadas en plata y me dispuse a leer.
Era sencillo encontrar una gran cantidad de aves volando por entre los árboles, así como otros animales que tomaban aquel lugar como un lugar seguro. Ciervos, corzos, zorros, jabalíes y otros animales que hacían allí su vida sin desconfiar de los extraños que se adentraban por el sendero.
Dos braseros iluminaban una pequeña antesala, simple y sin mas decoración que un escrito tal como adornaban los obeliscos de la entrada. Avancé hasta ese muro notando como el éter confluía en el lugar, coloqué una mano sobre las letras grabadas en plata y me dispuse a leer.
Ni lo puedes ver, ni vives sin él
Lomos y cabeza tiene
y aunque vestida no esté
muy largas faldas tiene
Da al cielo resplandores cuando deja de llover
abanico de colores que nunca puedes coger
en la ventana es dama
y en el balcón es señora
en la mesa cortesana
y en el campo labradora
el cielo y la tierra va a juntar
la ola y la nube va a enredar
Vayas donde vayas siempre lo verás
y por mucho que andes nunca lo alcanzarás
Lomos y cabeza tiene
y aunque vestida no esté
muy largas faldas tiene
Da al cielo resplandores cuando deja de llover
abanico de colores que nunca puedes coger
en la ventana es dama
y en el balcón es señora
en la mesa cortesana
y en el campo labradora
el cielo y la tierra va a juntar
la ola y la nube va a enredar
Vayas donde vayas siempre lo verás
y por mucho que andes nunca lo alcanzarás
Tras recitar aquel poema la plata de las letras se iluminó y dos hojas de una misma puerta de mármol cercenaba por el centro aquel poema y daba paso al verdadero templo de Imbar.
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Eleandris
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Re: Jardín de árboles [Trabajo]
Después de aquel confrontamiento, Mina cambió de actitud y se mantuvo en silencio. Tenían que enterrar al muchacho. Todos ayudaron a la familia; Mina y Averni se encargaron de envolver al chico en una gran sábana blanca que usaron de mortaja, ungiéndolo en aceites de los que la elfa llevaba como ofrenda. -Este es un uso apropiado- comentó Averni -Sé que nuestros dioses recibirán la ofrenda, la ponga allí o aquí, solo que aquí es donde debe estar- añadió mientras preparaban el cuerpo.
Posaron al chico sobre una larga tabla de madera que los hombres cargaron hasta el agujero que había cavado Eleandris y, con ayuda de la telequinesis de Mina, descendieron el cuerpo con cuidado. Todos quedaron en silencio, solo se escuchaban los desgarradores sollozos de la madre. La bruja también lloraba, en silencio, abrumada por todas las emociones que sentía. Tina apretaba la mano de su amiga.
-El Señor es mi pastor; nada me falta. En verdes praderas me hace descansar, a las aguas tranquilas me conduce, me da nuevas fuerzas y me lleva por caminos rectos, haciendo honor a su nombre- dijo Simon, rompiendo el silencio. -Aunque pase por el más oscuro de los valles, no temeré peligro alguno, porque tú, Señor, estás conmigo; tu vara y tu bastón me inspiran confianza- continuó. -Al paraíso te lleven los ángeles. A tu llegada te reciban los mártires, y te introduzcan en la santa ciudad. Que el coro de los ángeles te reciba. Y junto a Dios nuestro Señor, tengas el descanso eterno. Porque todo lo que vive está destinado a la muerte pero nuestros cuerpos, al morir, no perecen, sino que se transforman y adquieren una vida mejor. Te pedimos humildemente, Señor, que el alma de tu hijo sea llevada por los ángeles a tu morada, Santo Padre. Si ha pecado contra ti en esta vida, que tu amor lo purifique y perdone. Por Cristo nuestro Señor... Amén- finalizó.
El grupo de peregrinos no se quedó mucho más tiempo y reanudaron su viaje. No hicieron más paradas de las estrictamente necesarias y por fin llegaron al templo. -Estos lugares son mágicos- dijo Tina, deslumbrada por la belleza del lugar. -Sí...- respondió Simon, igual de maravillado. No creía en lo mismo que los elfos, pero sí reconocía su enorme capacidad de creación. Además, sabía que lo que ellos llamaban Imbar, era para él Dios; deidades diferentes que significaban lo mismo.
Los elfos encabezaron la comitiva, adentrándose en el templo, dirigiendo las ofrendas a sus lugares. -¿Y ahora? ¿Qué hacemos?- le preguntó Tina a Mina -Qué se yo... sigamos a Averni y ya- resolvió la bruja, pragmática.
Posaron al chico sobre una larga tabla de madera que los hombres cargaron hasta el agujero que había cavado Eleandris y, con ayuda de la telequinesis de Mina, descendieron el cuerpo con cuidado. Todos quedaron en silencio, solo se escuchaban los desgarradores sollozos de la madre. La bruja también lloraba, en silencio, abrumada por todas las emociones que sentía. Tina apretaba la mano de su amiga.
-El Señor es mi pastor; nada me falta. En verdes praderas me hace descansar, a las aguas tranquilas me conduce, me da nuevas fuerzas y me lleva por caminos rectos, haciendo honor a su nombre- dijo Simon, rompiendo el silencio. -Aunque pase por el más oscuro de los valles, no temeré peligro alguno, porque tú, Señor, estás conmigo; tu vara y tu bastón me inspiran confianza- continuó. -Al paraíso te lleven los ángeles. A tu llegada te reciban los mártires, y te introduzcan en la santa ciudad. Que el coro de los ángeles te reciba. Y junto a Dios nuestro Señor, tengas el descanso eterno. Porque todo lo que vive está destinado a la muerte pero nuestros cuerpos, al morir, no perecen, sino que se transforman y adquieren una vida mejor. Te pedimos humildemente, Señor, que el alma de tu hijo sea llevada por los ángeles a tu morada, Santo Padre. Si ha pecado contra ti en esta vida, que tu amor lo purifique y perdone. Por Cristo nuestro Señor... Amén- finalizó.
El grupo de peregrinos no se quedó mucho más tiempo y reanudaron su viaje. No hicieron más paradas de las estrictamente necesarias y por fin llegaron al templo. -Estos lugares son mágicos- dijo Tina, deslumbrada por la belleza del lugar. -Sí...- respondió Simon, igual de maravillado. No creía en lo mismo que los elfos, pero sí reconocía su enorme capacidad de creación. Además, sabía que lo que ellos llamaban Imbar, era para él Dios; deidades diferentes que significaban lo mismo.
Los elfos encabezaron la comitiva, adentrándose en el templo, dirigiendo las ofrendas a sus lugares. -¿Y ahora? ¿Qué hacemos?- le preguntó Tina a Mina -Qué se yo... sigamos a Averni y ya- resolvió la bruja, pragmática.
Mina Harker
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Re: Jardín de árboles [Trabajo]
El sonido del agua que transcurría por el angosto cauce natural llenaba la estancia con un sonido relajante al tiempo que regaba al templo de un agua cristalina que mostraba sin dificultad el lecho rocoso que hacía las veces de hogar para pequeños peces anaranjados. Otros animales hacían también acto de presencia en aquel santuario a la naturaleza, esbeltos y majestuosos todos ellos, conviviendo presa y predador en perfecta armonía.
Conocía la arquitectura grácil de los templos dedicados al Triunvirato y aún así aquella estampa seguía maravillándome y dejándome sin aliento en un despliegue de belleza que integraba lo natural y lo artificial en una simbiosis perfecta. Los muros mostraban frescos con escenas de las enseñanzas y los motivos de Ímbar tales como la creación del árbol de Nein como el inicio de las estaciones y otros mitos. Al fondo un altar de piedra tallado hace sabe los dioses cuanto se encontraba solitario cerca del manantial del que fluía aquel agua pura, Una tela fina que aquejaba el paso del tiempo lo cubría, y sobre él un cáliz de madera noble y algunos platos de latón.
Junto con Averni recolecte del mismo templo algunos materiales que se requerían para el ritual y cuando todo estuvo preparado llamé a Merten para el ritual. Los canticos y rezos los recité en élfico pues si bien era necesario que los allí presentes bebiéramos de aquel manantial utilizando el cáliz de madera, permitir que Mina estuviera en el templo ya me parecía suficiente insulto a los dioses y el pueblo elfo y por tanto no deseaba que la bruja pudiera comprender lo que los salmos contenían.
- Ímbar escuchará nuestras plegarias. Si las intenciones y los corazones de Merten y Averni son puros nuestras palabras serán atendidas por la diosa. Volvamos a Barataria, aquí hemos terminado. - Tras esto procedí a dejar el altar tal y como lo habíamos encontrado y preparar el viaje a Barataria dispuesto a ayudar en la consagración del nuevo altar a Imbar en el poblado humano y ayudar a merten en la construcción de su nueva vivienda, tal y como había prometido en el juicio
Conocía la arquitectura grácil de los templos dedicados al Triunvirato y aún así aquella estampa seguía maravillándome y dejándome sin aliento en un despliegue de belleza que integraba lo natural y lo artificial en una simbiosis perfecta. Los muros mostraban frescos con escenas de las enseñanzas y los motivos de Ímbar tales como la creación del árbol de Nein como el inicio de las estaciones y otros mitos. Al fondo un altar de piedra tallado hace sabe los dioses cuanto se encontraba solitario cerca del manantial del que fluía aquel agua pura, Una tela fina que aquejaba el paso del tiempo lo cubría, y sobre él un cáliz de madera noble y algunos platos de latón.
Junto con Averni recolecte del mismo templo algunos materiales que se requerían para el ritual y cuando todo estuvo preparado llamé a Merten para el ritual. Los canticos y rezos los recité en élfico pues si bien era necesario que los allí presentes bebiéramos de aquel manantial utilizando el cáliz de madera, permitir que Mina estuviera en el templo ya me parecía suficiente insulto a los dioses y el pueblo elfo y por tanto no deseaba que la bruja pudiera comprender lo que los salmos contenían.
- Ímbar escuchará nuestras plegarias. Si las intenciones y los corazones de Merten y Averni son puros nuestras palabras serán atendidas por la diosa. Volvamos a Barataria, aquí hemos terminado. - Tras esto procedí a dejar el altar tal y como lo habíamos encontrado y preparar el viaje a Barataria dispuesto a ayudar en la consagración del nuevo altar a Imbar en el poblado humano y ayudar a merten en la construcción de su nueva vivienda, tal y como había prometido en el juicio
Eleandris
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Re: Jardín de árboles [Trabajo]
Viendo aquella belleza natural, Mina no pudo evitar pensar que los elfos en realidad no habían perdido la guerra contra los brujos cuando fueron expulsados de las Illidenses. En comparación con las tierras continentales donde se habían asentado, aquel archipiélago quedaba relegado a arenal. -Y aún así viven con tanto odio y rencor- suspiró la bruja. Pero bueno, los elfos eran orgullosos y ególatras, quizás lo que no pueden perdonar es que, creyéndose una raza superior, fuesen vencidos.
El viaje de regreso a Barataria fue bastante más rápido, pues Mina no pensaba pasar más tiempo del necesario con aquel elfo indeseable. Las ruedas de la carreta giraban a toda velocidad impulsadas por la telequinesis de la bruja. Lo que era un viaje de 3 días, concluyó en uno y medio, eso sí, llegó media carreta y Merten sentía que las tripas se le habían desencajado de su lugar.
-¿Nos vamos a ir luego?- quiso saber la chicadreja mientras entraban a la posada -No, qué va... necesito una tinaja con mucha agua caliente y jabón- respondió la bruja. Tina sonrió aliviada -Qué bueno porque yo tengo un hambre que me como una vaca- comentó la muchacha encaminándose a la tasca.
-¡Es ella! ¡Ella! ¡Ahí está!- gritó una mujer bestia señalando a Tina apenas la chicadreja cruzó las puertas de vaivén. La bestial volteó para buscar a quien señalaban y, no habiendo nadie detrás de ella, se señaló el pecho -¿Yo? ¿Qué si yo soy yo? Pues sí... estoy casi segura de serlo- respondió, tan confundida como cándida e inocente.
La mujer en cuestión se le hizo muy conocida pero no recordaba de dónde. Estaba con el peluche todo sucio, cubierta de hojas y palitos, además de andar con retazos cubriendo sus partes pudendas. Parecía enojada. A medida que se le acercaba a Tina, la chicadreja lo confirmaba. -¡Tú y tu amiga bruja me robaron!- exclamó furiosa cuando llegó frente a ella. -¿Nosotras? ¿De qué hablas? ¡Hace mucho que no le robamos nada a nad...ie...- la muchacha comenzó muy indignada a defenderse, pero cuando le echó un mejor vistazo a la mugrosa, reconoció a la mujer zarigüeya que habían dejado en el camino. -¿Tú eres la famosa Marcel?- inquirió Tina con asombro -¿No que te habías muerto?- añadió confundida. -¿Muerto? ¿Yo? ¡Pero si estoy tremendamente viva! ¡Quítate mi abrigo! ¡Ratera!- le increpó muy enojada. -¡Pagarán por haberme hecho esto!- exclamó a gritos.
El viaje de regreso a Barataria fue bastante más rápido, pues Mina no pensaba pasar más tiempo del necesario con aquel elfo indeseable. Las ruedas de la carreta giraban a toda velocidad impulsadas por la telequinesis de la bruja. Lo que era un viaje de 3 días, concluyó en uno y medio, eso sí, llegó media carreta y Merten sentía que las tripas se le habían desencajado de su lugar.
-¿Nos vamos a ir luego?- quiso saber la chicadreja mientras entraban a la posada -No, qué va... necesito una tinaja con mucha agua caliente y jabón- respondió la bruja. Tina sonrió aliviada -Qué bueno porque yo tengo un hambre que me como una vaca- comentó la muchacha encaminándose a la tasca.
-¡Es ella! ¡Ella! ¡Ahí está!- gritó una mujer bestia señalando a Tina apenas la chicadreja cruzó las puertas de vaivén. La bestial volteó para buscar a quien señalaban y, no habiendo nadie detrás de ella, se señaló el pecho -¿Yo? ¿Qué si yo soy yo? Pues sí... estoy casi segura de serlo- respondió, tan confundida como cándida e inocente.
La mujer en cuestión se le hizo muy conocida pero no recordaba de dónde. Estaba con el peluche todo sucio, cubierta de hojas y palitos, además de andar con retazos cubriendo sus partes pudendas. Parecía enojada. A medida que se le acercaba a Tina, la chicadreja lo confirmaba. -¡Tú y tu amiga bruja me robaron!- exclamó furiosa cuando llegó frente a ella. -¿Nosotras? ¿De qué hablas? ¡Hace mucho que no le robamos nada a nad...ie...- la muchacha comenzó muy indignada a defenderse, pero cuando le echó un mejor vistazo a la mugrosa, reconoció a la mujer zarigüeya que habían dejado en el camino. -¿Tú eres la famosa Marcel?- inquirió Tina con asombro -¿No que te habías muerto?- añadió confundida. -¿Muerto? ¿Yo? ¡Pero si estoy tremendamente viva! ¡Quítate mi abrigo! ¡Ratera!- le increpó muy enojada. -¡Pagarán por haberme hecho esto!- exclamó a gritos.
Mina Harker
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