Re: La Subasta Oscura [Noche] [Libre] [Cerrado]

**Zelas Hazelmere** Sáb 10 Sep - 21:23

La mayoría de los objetos ya se habían vendido, incluidos los del rubio por lo que era momento de ir a reclamar los objetos tras bastidores. -Prepárate ahora comienza la verdadera misión, recuerda que las prioridades son destruir los viales y liberar al rajang- tanto Percival como Zelas estaban al tanto de lo que tenían que hacer aquello se iba a volver un caos.

Cuando llegaron a la zona de las entregas se toparon con un variopinto grupo de individuos lo cual desconcertó un poco al par -Supuse que entregarían las cosas de manera individual- comento el rubio cuando percibió de nueva cuenta la mirada de alguien, cuando se volteo, el aristocrático y su guardaespaldas envuelto en aquella completa armadura se encontraban en la entrada del salón, mirándoles fijamente.

-Percival!, que encantadora manera de desperdiciar aeros, con razón tu familia se ha hundido en la miseria-
-Ya decía yo que aquella voz desagradable se me hacia familiar, seguirás ocultándote tras esa mascara o será que finalmente revelaras tu asqueroso rostro Sylas-

El aristócrata esbozo una mueca de desagrado detrás de su mascara, pero no dudo en quitársela, puesto que quería que el ultimo de los De Rolo viera su rostro antes de morir. Con una sonrisa que denotaba la soberbia Sylas Briarwood acompañado de V se postro frente a Percival y Zelas. -De verdad pensaste que podrías arrebatarme los viales sin que yo no hiciera algo al respecto- exclamo mientras hacia una seña a V quien desenvainando una de sus espadas se lanzo inmediatamente al ataque, dando una rápida y potente estocada la cual fue interceptada por la enorme espada de Zelas quien alcanzo a blandir su espada a tiempo a la vez que una barrera de hexágonos se formaba frente a el(1), sin embargo, la fuerza era tal que la barrera se rompió haciendo que ambos atravesaran el muro y terminaran en el salón donde se albergaban los objetos.

Mientras el caos comenzaba a desarrollarse en el lugar, con todos traicionándose para arrebatarse los objetos y la seguridad del lugar intentando recuperar el control, solo 2 hombres yacían inmóviles e impasibles ante lo que ocurría, Percival y Sylas estaban esperando que el otro hiciera el movimiento debido para contratacar con todo lo que pudieran, la historia de odio entre ambos se remontaba a muchos años atrás, pero de aquello se hablaría probablemente en otra ocasión.

-Esta noche vera caer finalmente a la casa De Rolo-
-Tan delirante como siempre Sylas, espero no haberte matado antes de que veas como dejo escapar a tu rajang-
-Oh Percival, ¿Quién es el delirante ahora?-

Luego de aquel breve intercambio, ambos se entablaron en un duelo donde lo que mas llamaba la atención era el fuerte ruido que producían sus bastones a la hora de chocar, como si pudieran prever el movimiento del otro, lograban interrumpir cualquier acción que el otro intentara desarrollar.

En la otra habitación el sonido de los metales chocando había espantado a la mayoría de los trabajadores, -Esas calaveras en tu armadura... No representaran algo en especifico ¿verdad?- pregunto el rubio mientras blandía su gigantesca espada solo para ver como era desviada por el guerrero que ni siquiera dejaba salir un sonido para expresar siquiera si le había costado aquello, viendo como no podría reaccionar a tiempo Zelas soltó su espada y salto ágilmente hacia atrás, cuando vio como el guerrero acortaba rápidamente la distancia para cortarle, el rubio recibió un impulso extra desatando unas explosiones de eter que salieron de sus pies(2) con lo cual cambio su flujo de movimiento para saltar por sobre el guerrero y haciendo una seña con su mano, hacer que su espada volviera a sus manos(3) recuperándola a tiempo para bloquear otro golpe de la espada del guerrero. -Veo que eres de esos que no hablan, no me sorprende viniendo de un elfo estirado- comento el no-elfo mientras aterrizaba a unos pocos metros de distancia, empujado por el golpe del guerrero quien se había quedado inmóvil por unos momentos.

-Vamos que el casco lo hace obvio- señalo mientras miraba a su alrededor en busca de los viales, la ubicación de el rajang estaba mas que clara puesto que era la única creatura enjaulada, mas los viales de seguro serian un poco mas complicados de encontrar, Zelas comenzó a acumular éter en su cuerpo preparándose para el ataque con el que planeaba acabar rápido todo eso.

OFF: habilidades y cosas usadas:
1_Aros de eter cristalizados con encantamiento de fortaleza inamovible(fallido)
2_Vuelo fulgido
3_Retorno

**Tyr** Sáb 10 Sep - 21:23

El miembro 'Zelas Hazelmere' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses

'Rol' :
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Itzamaray Mar 13 Sep - 22:33

Cuando aquella mano rodeó su cuello lentamente, ella no se movió, pero al mirarlo a los ojos y sentir paulatinamente una presión firme y fuerte, no intentó alejarse ni huir, quizá la costumbre familiar le había normalizado las acciones de ésta índole. Claro que el temor, no era algo que pudiera evitar, pero sabía perfectamente que no se libraría aún si pusiera todas sus fuerzas, y no la ayudaría nadie. Lo miró mientras su respiración se dificulta gradualmente y dejó escapar unos gemidos bajos, que dejaban claro su falta de aire latente, sus ojos se enrojecen levemente pero, justo cuando pensaba que cerraría aquella mano aplastando su cuello, la soltó de prisa. Ella lo miró extrañada, pero no dijo nada, siempre había preferido hablar poco o nada, y sin falta, no emitía ningún ruido cuando una situación era tensa. Mientras ella trataba de recomponerse, recuperando el ritmo de su respiración con una de sus manos acariciando y aliviando su cuello, el silencio se había roto muy pronto, y con la frase que él profirió no pudo evitar que un brillo surgiera en sus ojos.

Había una enorme diferencia entre morir a manos de alguien y morir por cumplir un deber, y lo entendió como una prueba. Tal vez, si lograba demostrar que tenía coraje, podría servirle. No de una forma tan abismal como amo esclava, sino de una forma menos impersonal. Obedeció, y tomó asiento, igual que antes lo hizo apenas en la orilla, aún rodeaba su cuello con las manos dando un ligero masaje, y quizá aún atravesaban en su mente dudas, sobre si ésto no saldría de la peor manera, sólo para mirar a su alrededor y aterrizar los pensamientos en que seguramente habría cosas peores si la entregaba o vendía a otros.

Pasaron unos minutos, durante el curso de las subastas siguientes y permaneció en su sitio, sólo que ya no lo miraba, estaba atenta a los presentes, y sus conflictos, todos los sucesos escalaban en cuestión de segundos. Había demasiada tensión, el poder en manos de seres infames les hace perder completamente el juicio, asesinando por una simple cuestión de orgullo en algunos casos y otros por necesidad de poseer.

Al cabo de un rato se acercaron a su “amo”, y ella tan solo giró un poco el rostro para escuchar, aunque se sobresaltó al tener que ser registrada, entendió después la razón. Y al retirarse el hombre, miró a Zagreus, como si quisiera leer su expresión, pero no le resultaba muy sencillo. Pasó unos segundos repasando sus ideas antes de hablar, al final le preguntó en tono bajo e inclinándose hacia él: -¿Hay algún objeto especial que haya venido a comprar, mi señor?...-

Se detuvo a observar el movimiento de varios asistentes, el evento estaba en la última etapa de subastas, así que la parte en donde ellos se encontraban se vaciaba rápidamente. Y entonces continuó: -No ha adquirido u ofertado, aparentemente incluso antes de que llegase yo a sus manos. Sólo quiero entender de qué forma podría demostrar mi utilidad, si usted me permite en algún momento entonces permanecer a su servicio de otra manera que no fuese esclavizada, haré esta noche o los días por venir, todo lo que esté en mi poder para ayudarle.- Esperaba que le dijera la verdad, pues le resultaba extraño que estando él sólo, era obvio que no estaba sirviendo a nadie ahí como guardia o por el estilo, no hubiera estado activo en la subasta. Después de aquel momento de tensión al estar bajo el yugo de su mano, parecía quedar claras las posiciones de poder entre ambos, ella estaba consciente de que si intentara algo en contra de Zagreus, sería una sentencia de muerte así que pacientemente esperó una respuesta o indicación. Se puso de pie, quedando costado a costado con una distancia corta, con sus manos al frente de su pelvis, entrelazadas, una posición avispada, así en caso que Zagreus deseara moverse a la sección de registro o cualquier otra situación ella estuviera lista, pues también estaba consciente del alboroto que se escuchaba de metales chocando o discusiones en los pasillos.

**Tyr** Mar 13 Sep - 22:33

El miembro 'Itzamaray' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses

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**Zagreus** Miér 14 Sep - 18:14

Itzamaray nuevamente se dirigió a mí, esta vez de una forma más respetuosa. La joven preguntaba sobre mis intenciones de compra en la subasta, cuestionó el por qué no había ofertado nada de los artículos subastados, y ciertamente tenía razón. Si bien ante el comentario de la joven, por mi cabeza la idea de haber hecho un amago de oferta apareció. Con ello hubiese disipado las dudas de mi rol en la subasta, pero mi mente se enfocaba en la misión encomendada por Corvo, por lo que no me percaté que para los ojos del observador mi presencia era llamativa e incluso cuestionable en aquel evento. Mentalmente agradecí que el resto de espectadores estaban concentrados en los objetos ofertados, por lo que no caí en la paranoia sobre la posible sospecha.

Ciertamente, mi intención no es conseguir un objeto ofertando – dije en voz baja. – pero confío plenamente en que podré tener alguno, ya sea por otro medio – señalé con picardía. No era necesario cubrir la verdad, sencillamente le dije lo suficiente para responder sus preguntas. Apenas conocía a la maga, por lo que revelar el plan o ser explícito con mis objetivos podría traerme inconvenientes, quien sabe si aquella esclava me delatase con la intención de ser salvada por ofrecer mi cabeza.

La subasta finalizaba y por ello nos acercamos al sitio tras el escenario que habían señalado los organizadores del evento para exigir los objetos comprados. La fila era larga, y si bien mi tarea era distinta, ya que se trataba de realizar un registro de mi nueva “adquisición”, todos nos encontrábamos en la misma sala, yo esperando a ser llamado por el sujeto encargado de la venta de personas y el resto de compradores entrando a una estancia próxima donde eran atendidos para hacer entrega de su compra.

Un estrepitoso ruido empezó a salir del galpón, algunos aristócratas salían corriendo pasando por nuestro lado, huyendo despavoridos de lo que ahí pasaba. Sonreí, la idea de que se abriera una brecha para poder hacerme con objetos me resultaba reconfortante.

Me aproximé a Itzma, le quité sus cadenas y entregué con disimulo mi daga del crepúsculo - Si quieres vivir esta es tu oportunidad de serme útil… - sabía que quedarme desarmado podría parecer una tontería, y más si le entregaba un arma a quien podría apuñalarme por la espalda en búsqueda de su libertad. Era una prueba, y en el caso de fallar estaba prevenido con mi habilidad para reaccionar.

Saqué de mi vestimenta una pequeña bolsa de cuero que dentro traía un frasco con líquido verde brillante (1). Le entregué el frasco a la joven que ahora ya no llevaba cadenas. – Entraremos, estoy seguro de que todo será un caos, pero necesito que con esto rocíes la mayor cantidad de objetos que puedas y los cargues a la salida, no debería ser tan difícil – dije asumiendo a la lógica de que aquella estancia tendría algún acceso a la calle. Admitiendo que, si bien maquinaba un nuevo plan, el mismo debería ser sobre la marcha de la improvisación. – Eso, - dije señalando con la mirada mi navaja en sus manos, - es para que no dejes que nadie te mate, luego me la devolverás.

Me adelanté y entré al galpón de gran tamaño repleto de los objetos subastados, no obstante, varios de los artefactos importantes no estaban ahí, ya que en mi escaneo rápido no divisé al Rajang enjaulado. Ahí guardias y bandidos luchaban par hacerse con objetos, sangre y fuego empezaban a pintar las paredes de aquel cuarto caótico. Incluso aristócratas peleaban con bastones a muerte.

Todo el bullicio se veía opacado por los estruendos de un cuarto contiguo que era testigo de una batalla más potente. Muchos huían mientras muchos otros eran asesinados. Yo sonreía, Corvo estaría contento con el resultado de aquella subasta, y ahora que tenía la oportunidad de hacerme con algunos artefactos mi euforia aumentaba. Caminé sorteando algunos obstáculos, procurando analizar a la multitud, quienes estaban peleando, quienes estaban intentando robar algún que otro objeto, quienes corrían para huir e incluso la guardia de la subasta con el emblema de la familia Christie que intentaba mantener el control y proteger la mercancía por la fuerza.

Me percaté que el sujeto de armadura y el rubio llamado Cosme no se encontraban allí, sin embargo, sus jefes a quienes se supone debían proteger se batían en duelo en el centro de la estancia, dejándome claro que seguramente sus guardias serían los que chocaban aceros en aquel cuarto con la pared destruida. ¿Serían ellos los responsables de aquel estrago?

Me alejé de Itzma que ahora debía arreglárselas sola. Sabía que seguramente los objetos de más valor se encontraban en aquel cuarto donde Cosme y el guardia silencioso peleaban. Mientras me aproximaba me topé con Reginald quien blandía erráticamente la lanza que había comprado perteneciente a un famoso linaje de elfos.

Tú, la nueva mascota de Olena, seguro vienes a robar. No sé como engatusaste a la anciana, pero yo no me creo tus artimañas…

Sonreí mientras de mi mano líquido rojo giraba en forma de torbellino hasta compactarse en un objeto sólido (2). El hombre sudaba y su monóculo se había caído ante el miedo que le generaba ser espectador de mi habilidad sanguínea. Ya no había tiempo para fingir, y sin grilletes que me detuvieran el destino de aquel sujeto amanerado ya estaba decidido.

Me darás esa lanza y tranquilo, no es una negociación, mentiría si te dijera que si me la entregas te dejaría marchar libremente.

El hombre se abalanzó con la lanza con intención de atravesarme, pero con un movimiento veloz elevé mi pierna y pisé la lanza en la embestida. Ya con la guardia baja de Reginald realicé un giro y atravesé su espalda con mi katana de sangre. Si bien mis habilidades de combate no estarían a la par de aquel guardia cubierto completo de metal, un noble soberbio y petulante que subestimaba sus propias habilidades de combate no era rival para mí.

La muerte de Reginald - Defensa de lanza :

Tomé la lanza y rematé con la misma al hombre que se retorcía y tosía sangre en el suelo. Una muerte en honor a quien de verdad fuese el dueño de aquella arma legendaria. Continuaba mi camino, ahora tenía la lanza conmigo, por lo que deshice mi pacto de la espada. No revelar mi habilidad era mi mejor estrategia, esperaba no volver a utilizar mi sangromancia, pero a donde me dirigía quizás me vería obligado.

Atravesé los escombros de una pared derruida, adentro mi sospecha se confirmó, Cosme Fulanito y el guardia de armadura siniestra peleaban con sus espadas. Preferí apartarme y hacer uso de las esquinas oscuras de aquella habitación repleta de cajas y objetos. Ahí estaba lo realmente importante de la subasta. No debía ser visto o verme envuelto en aquella batalla, debía concentrarme en los objetos. Y precisamente los viales que casi se vendían en un millón de aeros parecían ser mi principal objetivo, Corvo seguro estaría satisfecho con semejante adquisición.

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Off:

(1): Volarcina: [Elixir, Limitado, 2 usos] Esencia a base de raíz de volarce. Al rociar abundantemente con ella un objeto, disminuirá su peso a la mitad, facilitando su transporte. El efecto dura hasta dos rondas.

(2): Nivel 0: Pacto carmesí [Mágica] – Activa (2 usos) Duración= 2 turnos
Debido a la sangromancia de Zagreus, el vampiro puede extraer cantidades de su sangre por los pómulos de su piel sin perjudicarse y a partir de ella crear armas de sangre a una mano.

Katana de sangre:

**Zelas Hazelmere** Vie 16 Sep - 18:14

El guardaespaldas de la armadura vio como su espada estaba picada debido al intercambio de golpes y no dudo en descartarla para empuñar su lanza justo a tiempo para interceptar el implacable ataque del rubio, Zelas quien había acumulado una gran cantidad de éter en su cuerpo solo para potenciarse y realizar aquel ataque implacable(1) lo que el rubio no esperaba fue que el tipo de armadura desviara ágilmente los primeros 4 golpes consecutivos antes de interrumpir su ataque, golpeándole con la lanza en múltiples ocasiones hiriéndole en diferentes lugares antes de que el rubio lograra posicionar su espada para bloquear un potente golpe que le mando a volar escuchando nuevamente el sonido peculiar que ocurría cuando su barrera de hexágonos era vulnerada(2).

Zelas cayo sobre una mesa que contenía una variedad de objetos, algunos incluso eran los que había vendido, así que no dudo en tomar una de ellas antes de proseguir con la batalla, sin embargo, cuando vio lo que había tomado que no era mas que una especie de servilleta con una extraña runa, maldijo a su suerte y arrugo el mismo en su mano(3) notando rápidamente un cambio en su cuerpo -¿Qué rayos?- comento antes de notar como el guardaespaldas se acercaba tranquilamente, era obvio que Zelas no representaba una amenaza para el, fue entonces que se vio obligado a esquivar una estocada(4) de parte del rubio que había adquirido cierta velocidad que ni siquiera el parecía controlar porque sin quererlo cruzo casi toda la habitación y choco contra otra mesa con objetos, quedando cerca de la jaula del Rajang.
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En la otra habitación los aristocráticos seguían luchando con ferocidad antes de que Percival flaqueara en uno de sus movimientos, rompiendo el balance de la batalla y dándole a Sylas la ventaja quien conecto una serie de golpes antes de mandar a volar a Percival.

-Percival, cuando entenderás que un ser insignificante como tu jamás podrá detenerme-
-Cofcofcof, Sylas! esta noche te matare aunque sea lo ultimo que haga-
-En eso tienes razón Percival, esta será tu ultima noche-

Sylas entonces sujeto el pomo de su bastón y lo giro para develar una espada oculta, Percival en cambio se levanto para seguir luchando con su bastón, ambos habían vuelto a la refriega personal que tenían, sin embargo, Sylas comenzó a realizar daños leves en Percival poco a poco hasta que se fue haciendo mas evidente por su ropa completamente ensangrentada.

-Percival, esto se termina acá- exclamo Sylas antes de prepararse para dar el golpe de gracia a un moribundo Percival que yacía con una rodilla en el piso y apoyado en su bastón notaba como lentamente su vida se iba apagando, Sylas confiado le pateo el rostro y apunto con su espada el pecho de Percival, sonriendo ampliamente antes de ser sacudido por un un leve sismo que remeció toda la edificación, -¿acaso ellos?- la duda se Sylas se volvió realidad cuando un poderoso rayo atravesó las habitaciones.
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Zelas había caído en la mejor mesa de todas, los pequeños y limitados viales de la droga berseker para su suerte y por el bien de la misión, sin querer había roto 3 de los 4 viales los cuales no dudo en esparcir en el piso para que se perdieran, el ultimo en cambio lo tomo para cambiar un poco el rumbo de las cosas, con su espada rompió la jaula del adormecido Rajang y destapando el vial con su boca vertió el contenido del vial dentro de la pequeña creatura -Hora de despertar, necesito apoyo para lidiar con ese bastarde- exclamo justo a tiempo para ser sacado de la jaula por el tipo de la armadura.

-Eres un estúpido Zelas-
-Así que ahora hablas... Oye ¿Cómo sabes mi nombre?-
-Eso no importa, tu ve como lidiaras con esto-
-Espera, ¿Quién rayos eres?-
-Por ahora... V, ahora si que la Dark Order se encargara de ti... Acabas de arruinar otra oportunidad.-
-¿Qué?-

V entonces se alejo y procedió a salir rompiendo la ventana que se encontraba mas cerca, dejando al rubio desconcertado, sin embargo, no tuvo mucho tiempo para pensar debido a un poderoso rugido que casi lo deja sordo, cuando Zelas se volteo vio como el rajang cambiaba el color de su pelaje a uno amarillo y un aura eléctrica comenzaba a emerger de su cuerpo, -oh mierda- exclamo el rubio justo antes de lanzarse al piso para esquivar el aliento elemental del rajang.

OFF: habilidades y cosas usadas
1_Link: realiza 7 potentes cortes consecutivos desde diferentes ángulos siendo el ultimo un corte ascendente. El ultimo golpe puede dar paso inmediato al uso de otra habilidad.(interrumpido)
2_Aros de eter cristalizado con fortaleza inamovible(vulnerado)
3_uso de la runa de levitasis
4_ Stinger: Intensifica su éter y lo usa para propulsarse hacia cualquier dirección y recorrer algunos metros en línea recta a la vez que propicia una brutal estocada.

PD: la edificación probablemente no pase del siguiente turno... Sorry.

Itzamaray Mar 20 Sep - 3:11

Aquella respuesta despertó una tremenda curiosidad acerca de la identidad de Zagreus, una curiosidad motivada, y sus labios dibujaron una tenue sonrisa. La situación lucía diferente ahora, si bien el peligro estaba latente en ese lugar, la idea de que quizá hiciera por primera vez algo relevante, causó una excitación que aceleró sus latidos. Siguió de cerca a Zagreus, hasta llegar a donde se realizaban los registros, y estaban aquellos que adquirieron ciertos objetos, queriendo ser atendidos siempre primero que los demás. Pero no era más que prisa por hacer sus trámites e irse, lo cuál se volvió imperativo pues una nueva ola de caos se asomó en una sección aledaña, de donde huyeron algunos asistentes.

Ella de inmediato perdió el interés en el entorno, pues su “propietario” hizo lo impensado, liberarla y armarla. No era precisamente diestra con armas, pero sí sabía cómo usar una de ese tamaño. Y lo miró fijamente mientras le daba instrucciones. Se quedó quieta unos instantes, en los cuales asimiló la información, no tuvo un sólo momento de duda, quizá su necesidad de sentir alguna aceptación por parte de su acompañante. O simplemente fuese la influencia del miedo y el reconocimiento de su situación vulnerable ante él. Pero ahora tenía que pensar de prisa cómo llevarlo a cabo. No tuvo demasiado tiempo para sopesar todo, ya que Zagreos le abandonó pronto para seguramente hacerse de algún objetivo mayor.

Exhaló y se movió muy despacio hacia el rincón, observó los objetos y a los asistentes, no había forma de tomar nada en ese momento, así entonces tuvo que controlar lentamente su respiración y observar la entrada conjurando con un poema silencioso en los labios. Su destreza con el éter aún no era suficiente para que surtiera efecto de forma rápida, pero incluso demorando, sí podría invocar una figura. Su imaginación se fue mezclando con el éter, hasta que desde el área contraria donde reposaban los objetos, surgía con un sigilo atemorizante, una [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] deforme con una estatura que cubría el salón... era tal su apariencia intimidante que algunos señores salieron de ahí, las mujeres gritaban pero el sonido que siguió a éste pavor era un conjunto de gritos, espadas desenvainadas y un temblor tal, que al momento de hacer el la ilusión pareciera aún más intimidante cuando conjuró movimientos como si persiguiera a los señores adinerados que salieron presas del miedo. Consiguiendo que sus guardias perdieran el rumbo y le persiguieran. Los administrativos estaban alterados y trataban de tomar los papeles en medio de un severo caos, unos cuantos guardias tomaron los objetos de sus amos, y ella aprovechaba este hecho, no sabía si le prestaban atención aunque lo dudaba. Tenía que hacerlo ahora o lo que fuera que realmente causaba este alboroto, podría empeorar y arrastrarla también. Observó los objetos y se acercó a donde no había mucho movimiento, encontró una pequeña torre de libros visiblemente antiguos pero finos, con símbolos que estaba segura nunca haber visto en los propios libros de la familia, pero era curioso un [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] repetido en todos los dorsos. Sin más titubeos, roció una porción y terminó de esparcirlo con los dedos, a la vez observaba los objetos próximos, entre ellos una caja pequeña con el mismo símbolo de los libros... En ese momento una fuerte sacudida una vez más, algunas antorchas fueron cayendo al suelo, oscureciendo el ambiente un poco, sin embargo un suave brillo llamó su atención, era una caja de cristal, cuyo interior contenía un enorme y ostentoso [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] de oro y un par de [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] con los mismos acabados, todos decorados con piedras preciosas, en ellos se detuvo. Su padre se dedicaba a la joyería con fines mágicos, y había visto demasiadas veces sus trabajos, no le cabía duda alguna de que ésos eran parte de sus creaciones, las cuales compraban brujos bastante poderosos quienes imbuyen de un poder adecuado a sus necesidades. Rompió la caja, y su mano sufrió un par de rasguños, se colocó las joyas encima para hacer fácil su traslado. Al momento que había cerrado ese collar, y bajó las manos, su cabello fue sujetado con fuerza y usado para levantarla.

-Una esclava sin dueño, ¿ te haz escapado o acaso ya lo asesinaron?- Una risa desagradable resonó en su oído derecho, sus manos se aferraban a la muñeca de su atacante, tratando de reducir el dolor y no arrancar su cuero del cráneo, y entonces permitió que su instinto de supervivencia tomase poder de su cuerpo, enrosco sus piernas al cuerpo del hombre pegando su espalda y glúteos en el estómago del tipo, y una de sus manos se deslizó desde aquella muñeca hasta su cadera, donde había enganchado la daga la cual retiró de la funda y clavó con todas las fuerzas que pudo usar, en su rostro, debido a su posición el filo se deslizó en el ojo derecho del agresor, quien tuvo que soltarla de golpe, gritando de dolor al momento que la daga se deslizó hacia afuera, pues la joven no soltó la daga, ni sus piernas. Al perder equilibrio ambos cayeron de espaldas, sólo que ella parcialmente sobre él, en separando sus piernas ahora sí, se quiso incorporar pronto, pero le tomó del brazo y no se lo permitía, forcejeaban, sin embargo él estaba en plena faena de detener el sangrado y soportar el dolor, lo que facilitó liberarse la joven y asustada a la vez que enojada, comenzó a clavar esa daga en su estómago, primero dos veces con una mano y después varias con ambas sujetando la empuñadura, hasta que los gemidos o gritos cesaron. Se detuvo, y entonces volvió a ser consciente de su situación, mirando desesperada alrededor, pero cada cual estaba demasiado ocupado entrando en pánico, peleando, robando o escondiéndose. Bastante agitada se forzó a ponerse de pie, y continuó recolectando.

Su cara estaba parcialmente empapada en sangre, tanto como cuello pecho y brazos, pero no se entretuvo. Encontró mientras acomodaba cada cosa en la capa del difunto agresor, que decidió ahora arrebatarle, una caja alargada y pequeña, la abrió y se encontró con una serie de piezas rúnicas, junto a una rosa de color negro, y recordó haberla visto en la subasta, así que la tomó. En aquel saco improvisado cargaba muchos artículos de tamaños medianos o pequeños, y los grandes o pesados serían menos pero al usar la poción era claro que llevaba más de lo que en verdad podría cargar si pesaran su totalidad real. Sólo hasta que levantó la bolsa haciendo un gran esfuerzo, para darse cuenta de que no era tan necesario, comprendió la naturaleza de aquel líquido. Había avanzado de prisa hacia el pasillo que daba al salón principal, sin embargo tomó otra dirección, por su puesto que debería haber otra salida que no sea frente a todos los amos y guardias, vándalos y traficantes. Justo en dirección contraria, era el origen del ruido, no deseaba correr para no llamar así la atención, se movía ágil pero despacio, perdiendo el equilibrio cada cierto tanto, pues el edificio parecía vibrar mientras polvo y pequeñas partes de la piedra que daba forma al edificio, caían a lo largo de los pasillos y habitaciones, ignoró sus alrededores, pues su mirada estaba fija en los pasillos que recorría, no observando así el nuevo peligro al acecho, que se desataba en donde sin ella saber, se encontraban las piezas más importantes del evento.

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OFF:
Terror [nivel 0]: (Hab. Mágica/2 usos/1 turno duracion)Concentro el éter para crear criaturas o escenarios a la vista de sus objetivos, el objetivo será crear el mayor terror que cause un shock o huida. La eficacia puede verse mermada o anulada de acuerdo a los rasgos y/o habilidades mágicas o mentales que pueda tener uno o mas de los objetivos.

**Zagreus** Dom 25 Sep - 1:38

Mientras me desplazaba entre cajas y mesones observaba con detenimiento el combate entre el elfo y el guerrero de armadura. Mi intención seguía siendo acercarme a los elixires que se ubicaban del otro lado de la habitación junto a la jaula de la cría de rajang, debía seguir desapercibido de aquella pelea.

El elfo blandía su espada con soltura, como si esta no pesara lo que aparentaba, si bien uno podría asumir que el tamaño de aquella columna de acero seguramente la haría difícil de manejar, el rubio se desenvolvía con naturalidad y gran velocidad. Su habilidad en combate era sorprendente, sin embargo, nada tenía que hacer contra el sujeto de armadura. El monstruo de plata respondía a todos los ataques de manera efectiva y ya fuese con espadas o con su lanza, sus embestidas sacudían el viento y amenazaban la vida de Cosme Fulanito.

Agradecía no haber participado contra el sujeto de armadura, su habilidad en batalla estaba fuera del alcance de los mortales, ¿Quién era aquella bestia? La pelea continuaba, el elfo erráticamente huía con gran velocidad, parecía desesperado, y en un desplazamiento final cayó en la mesa a la cual me dirigía. Ahí, Cosme hizo una estupidez que involucraba los frascos de elixires.

El hombre de armadura sacó al elfo de la jaula del Rajang. No entendía bien qué estaba ocurriendo, solo alcanzaba a ver la espalda del sujeto de armadura, daba la impresión de que ya Cosme estaba acabado, pero al parecer en una jugada desesperada, algo había hecho el rubio que hizo que el sujeto de armadura hablara.

Zelas… - comenté en voz baja tras escuchar la conversación de aquellos dos, al parecer el nombre de aquel sujeto no era el que me había indicado en la subasta, estaba enojado por la mentira, pero en parte entendía su cautela en aquel escenario. El hombre de armadura se presentó como V y habló de una tal Dark Order, nunca había oído ese nombre y la curiosidad me llamaba poderosamente la atención, el hecho de tener miembros con tal capacidad me resultaba inquietante.

La conversación se detuvo cuando la pared tras aquellas dos figuras se iluminó, de la jaula la cría de Rajang se abría paso brillando con gran poder alumbrando la estancia con su pelaje dorado… característico del modo furia…

El Rajang abrió sus fauces y un rayo fulminante de energía eléctrica vino en mi dirección. - ¡Zelas eres un idiota! – grité cuando entendí todo lo que había hecho el rubio. Apenas tuve tiempo para lanzarme y dar una voltereta para apartarme del rayo. Aun tenía conmigo la lanza Aiglos, pero mi plan de pasar desapercibido ya no sería útil, mi posición estaba al descubierto y enfrente teníamos una amenaza mayor.

El rayo del rajang destruyó parte de la pared de la habitación, eliminando cualquier obstáculo al frente de la descarga. Una nube de polvo caía mientras el rayo seguían saliendo del primate infante por varios segundos. Un rajang adulto habría acabado con el edificio, aspecto que agradecía que se tratara de una cría que apenas conocía su potencial. No obstante, por efectos al parecer del elixir que le dio Zelas, el poder del mono eléctrico no tenía mucho que envidiar de un adulto. No sería fácil lidiar con aquella bestia desatada.

Cuando me levanté de mi posición, el rajang hizo contacto visual conmigo e inicio una embestida directa hacia mí, eran criaturas sumamente agresivas, pero la ira de aquella bestia era potenciada por la droga que había tomado. Agarré la lanza y la apunté en su dirección esperando la tacleada. El mono me empujó con fuerza haciendo que mi espalda chocara con fuera en los escombros de la pared destruida segundos antes. El impactó me sacó el aire y sentí como alguna costilla se fracturaba. El rajang no tenía más de 1 metro y medio de estatura, pero era una bestia fuerte. Mi lanza no logró penetrar su piel, en modo furia es bien sabido que es prácticamente invencible.

La bestia viendo que aún seguía con vida, iracunda saltó hacia mí, agarré la lanza y empecé desde mi posición en el suelo a empuñar con fuerza la lanza para hacer distancia con los grandes colmillos del mono mientras algunos rayos golpeaban el piso alrededor de aquella lucha por sobrevivir.

¡¡Zelas, golpea la cola del mono!! – grité. Había leído mucho sobre aquellas grandes bestias. Los Rajang son animales muy resistentes, y en modo furia son prácticamente imbatibles, no obstante, tienen algunas debilidades. El agua y en especial el hielo son sumamente efectivos, igualmente, las armas contundentes eran más eficaces que las de corte o penetración. Sin embargo, viendo mi repertorio y el del resto de personajes en aquella habitación, esas cualidades no podrían ser aprovechadas. Solo quedaba confiar en un mito que decía que la única forma de aplacar la ira de un rajang en modo furia era atacar la pequeña cola de estos, un acto difícil y que en la práctica parecía más bien una broma.

En los microsegundos de adrenalina pensaba como reaccionar, mis habilidades de combate estaban limitadas y más aún con la herida sufrida. Mis armas de sangre no tenían ningún dote elemental y con mi control actual no era capaz de evocar armas grandes como un martillo gigante o un hachaespada. En mi bolsa de objetos, no tenía nada para lidiar con la ira del primate berserker, quizás podría atender mis heridas, pero era imposible disponer de un espacio para acceder a mis pociones.

¡Zelas! – seguía gritando mientras continuaba intentando mantener la mordedura del rajang lejos de mí, la punta no lograba atravesar su piel y por la fuerza del mono mis manos empezaban a sangrar por la fricción que generaba empujar contra la bestia intentando apuñalarlo. Si se tratase de una lanza normal ya estaría muerto, los elfos tenían armas legendarias dignas de su historia.

**Zelas Hazelmere** Dom 25 Sep - 23:25

-Eh? y de donde saliste tú? y por que todos me llaman idiota hoy eh?- exclamo el rubio mientras se levantaba por haber esquivado el rayo elemental, el aristócrata al cual le había brindado información antes logro pasar desapercibido en la habitación mientras el luchaba contra V, ahora que el Rajang tenia su atención puesta en el, Zelas podía reunir rápidamente los objetos que había vendido antes. -Eso, distráelo mientras reúno mis cosas- diría al tomar una pequeña bolsa y comenzar a reunir sus objetos y porque no algunos otros mas aprovechando la distracción.

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Una flecha clavada en el corazón hizo que Sylas abriera los ojos con evidente sorpresa, frente a el un malherido Percival sonreía mientras revelaba el dispositivo oculto en su bastón, una flecha conciliada para utilizarla en el momento preciso, una sola oportunidad la cual el ultimo descendiente de la casa De Rolo no titubearía en utilizar incluso si aquello le costaba su vida.

-Tú... Maldito-
-Ya muere de una vez-

Con aquel ataque sorpresa las cosas se habían nivelado ahora ambos habrían de morir, Percival con una sonrisa llena de odio finalmente se relajo, esperando que su muerte llegara antes que el edificio se derrumbara.

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El aristócrata que anteriormente se había identificado como Zagreus seguía gritándole a Zelas por ayuda, y es que tener que lidiar con Rajang no era algo fácil, pero el hombre había logrado mantener su terreno bastante bien, cuando el hombre parecía no poder aguantar mas, Zelas se acerco a la bestia por el costado y le propino una potente estocada en la cola(1) el modo furia de Rajang se acabo casi instantáneamente lo cual corroboro uno de los rumores que había escuchado, la bestia cayo a un lado evidentemente aturdida y no representando una amenaza por el momento.

-Mirate, no nos conocemos, pero bien que me llamas por ayuda... Me debes pero no te cobrare ahora- señalo mientras observaba en busca de Percival, con la creatura aturdida solo quedaba darle el golpe final, -No hay manera de que ese animal pueda tener una vida normal, y antes de que alguien la vuelva a utilizar como un arma, será mejor que acabemos con su vida- señalo mientras se preparaba para darle el golpe de gracia, al no haber objeciones un corte limpio en el cuello y aquella situación había terminado.

-Bueno yo que tu me voy luego.. no creo que esto vaya a durar mucho- señalo al sentir como otro temblor sacudía la edificación, Zelas entonces volvió a la habitación donde había dejado a Percival y le vio en el piso lleno de cortes frente a su rival ya muerto por una simple flecha.

-Percival sigues vivo?-
-Lo lograste?-
-Las pociones fueron destruidas y el Rajang ya no podrá ser utilizado como arma-
-Bien.. ahora acaba conmigo antes que esto me aplaste-
-Tan fatalista que eres-
-Tu tampoco te ves tan bien-
-Ya pero yo vivo de esto-

El rubio se acerco al malherido Percival y realizando una plegaria procedió a curar sus heridas(2) mientras otro temblor sacudía la edificación -Eh... Zelas.. Esto no durara mucho- el rubio no le preso atención y siguió curando intentando cerrar la mayor cantidad de heridas posibles, -Zelas!- grito finalmente cuando la estructura parecía ceder, ante lo cual el rubio busco en su bolsillo y lanzo una piedrita por una de las ventanas rotas, un pestañeo y un brillo mágico después y ambos estaban afuera del edificio que comenzaba a a derrumbarse(3), -Ya vez, vivo de esto- dijo mientras se encogía de hombros ante la incredulidad de Percival.

-Tú?... Como?-
-Tengo muchos recursos-
-Vaya... Bueno, habrá que hacer mucho papeleo pero supongo que estará bien-
-Bien, primero debemos salir de aquí... ¿Algún lugar que conozca al que quieras ir?-
-En los bosques de Verisar tenemos un conocido en común, será un buen lugar para llenar el informe-
-Copiado-

El rubio saco una pequeña llave y la fusiono con su espada cortando el aire frente a el y abriendo un portal(4), Percival ya asimilando que había mucho que desconocía sobre Zelas simplemente esbozo una sonrisa antes de que su rostro cambiara a una mueca de preocupación, rápidamente empujo a Zelas a través del portal y el rubio incrédulo lo ultimo que alcanzo a ver fue como V atravesaba su lanza en el pecho de Percival... Y después el silencio, los bosques de Verisar y un impotente Zelas que sintió como una vieja herida volvía a abrirse -Mierda, mierda, mierda, MIERDA!!! AAAAAAAAAHHHHH- el rubio gritaba y sollozaba mientras golpeaba el piso con todas sus fuerzas, la Dark Order volvía a recordarle que no era capaz de salvar a nadie.

OFF: habilidades y cosas usadas
1_ Stinger
2_Imposicion de manos
3_runa de teletransportación
4_Llave Tetradimensional

Itzamaray Mar 27 Sep - 2:25

Durante el camino tuvo que desviarse varias veces, las paredes o el suelo iban cediendo ante los temblores, dentro de uno de los cuartos, donde había entrado al intentar salir de ahí, había una joven llorando desesperada. Se detuvo un momento, quería irse pero no podía dejarla así, sin siquiera intentar darle una oportunidad de huir. La chica no paraba de llorar y gritar que tenía miedo, así que dejó sus cosas a un lado e hizo el intento de hacerla calmar. Le tomó de los hombros, que ya se comenzaban a llenar de polvo, y la sacudió ligeramente. -Tranquilízate. Si.. si quieres salir ven conmigo. Pero tienes que dejar de llorar.-

La joven, lucía como parte de la servidumbre del lugar, con ropas viejas y algo sucias, pero ahora que ella levantaba la mirada vió lo demacrada y lastimada que tenía la piel. La mujer la miró directo a los ojos, pero quedaba claro por su expresión que el pánico no se iría pronto de ella. -Tengo que irme, así que si quieres hacer el intento de escapar de aquí, vamos juntas, debes saber cómo salir..- Itzamaray se dio vuelta y tomó sus objetos, cargando ese saco improvisado, y cuando se acercó al umbral de la puerta se percató de que la mujer sí venía, sollozando sin parar, detrás de ella. -Es ahí. A la derecha.- Avanzaron en el pasillo y entonces tomaron la dirección que la mujer indicaba y bajaron unas escaleras algo angostas y muy cerca de estar verticales. Éstas escaleras les llevaron a lo que parecía un almacén, bastante oscuro, con ninguna puerta a la vista. Con algo de torpeza la sirvienta avanzó hacia una alacena, junto a la cual había un espejo viejo y alto. Se sorprendió, pero supuso que si éste lugar era sede de eventos tan turbios, necesitaba entradas o salidas secretas. Al mover a un lado aquel espejo, una puerta fue abierta por la empleada del lugar, que se detuvo un momento para secar sus lágrimas un poco, y en ese momento un fuerte temblor seguido de ruidos de algo chocando contra el suelo sobre ellas, las apremiaron a adentrarse.

El túnel era húmedo, tenía un hedor terrible que no sabría describir, pero no tenía un abanico de opciones a estas alturas. La mujer por ratos se sumergía en su llanto, deteniendo el paso, pues también era un espacio reducido, y sólo iba empeorando sus crisis conforme los derrumbes se hacían cada vez más presentes incluso en ese fragmento del pasadizo. Aunque demoraron bastante, lograron recorrer un largo tramo, hasta que dejaron de sentir las fuertes sacudidas.

Hasta este punto, ella no había pensado en Zagreus. Se detuvo en seco y parecía que estaba a punto de volver su paso. Pero entró en razón ¿no estaría bloqueado el paso ahora? Además, él era un hombre que aparentemente sería capaz de defenderse y salir de ahí ¿verdad? Si le pasara algo... ¿que iba a hacer? Estaba sola, casi desnuda, sin sus pertenencias... aunque en todo caso podría vender todo esto. Cerró fuertemente los ojos, se dijo a sí misma que tenía que continuar... Afuera vería la forma de encontrarlo. O él a ella.

Su camino parecía cada vez más difícil, su cansancio no daría más tregua pronto. En unas ocasiones las dos tropezaron entre sí, pues no había mucha visión, se percataron de haber llegado al final del pasadizo, cuando ya a su alrededor, sólo había paredes, un camino de retorno y una escalera. La escalera aparentemente era de madera, pero húmeda y astillada. Primero subió la chica, pero tenía tanto miedo que no lograba desenganchar el seguro simple, una tabla entre dos aros de hierro. Además que la oscuridad no le ayudaba, tuvo que atarse al torso el bulto de objetos que llevaba consigo, para poder sostener la escalera, a tientas colocó sus manos y se mantuvo firme. Por fin, unos tenues rayos de luz de luna iluminaron el área, favoreciendo su visión, pero junto a ésta luz, llegaron algunos gritos a lo lejos, ruidos de caos que habían dejado atrás. La mujer salió, y así Itzamaray subió difícilmente, y salió del túnel. Sólo para encontrarse con la mujer llorando de nuevo desconsolada, mirando hacia el edificio que estaba derrumbándose por partes. Había incendios, dentro y fuera de él, personas peleando, caballos relinchando y gente gritando como loca.

-¿Qué haré? No tengo un trabajo ahora... Mi familia necesita el dinero... ¡Mis hijos!- Gritó presa por completo del miedo, y sin que la bruja pudiera decir nada, esa mujer emprendió la huida. Corría hacia un lado del edificio, pero ella ya no le dió importancia. Necesitaba encontrar a Zagreus. Pero fué ahí que se dió cuenta, que ya no avanzaría mucho más, con sus fuerzas menguadas y el peso de los artículos ya cada vez más sólidos halando su cuerpo hacia el suelo. Con un enorme esfuerzo, arrastró sus pies hacia adentrarse a un espacio de árboles y arbustos frondosos, pues el pasadizo llegaba tan lejos que estaba demasiado cerca del bosque. Cuando se adentro unos metros, dejó caer el montón de artículos, dejando también caer su cuerpo de rodillas. Estaba agitada y aprovechó el conjunto de arbustos, y colocó las cosas ahí. Respiraba de forma agitada y su cuerpo parecía pesarle el doble, llevaba dos días capturada sin alimento, su vida había cambiado en cuestión de semanas, fue vendida, amenazada, atacada, tuvo que asesinar... Sentía desesperación en el pecho. El frío la abrazaba lentamente, y ante ello su cuerpo ya temblaba, y ella intentaba darse calor frotando con las manos sus brazos, sus manos se ensucian con la sangre que aún cubría algunas partes de sus brazos, y sentía como se iba secando desde su rostro hasta parte torso y pecho. Si bien no tenía la certeza de que Zagreus la fuese a ayudar, al menos podría hacer que llegara a ella si mantenía bajo su poder los objetos. Aspiró el aire con fuerza sólo para dejarlo salir en un grito: -¡MARKOOOOOV! ¡MARKOOOV!... -

Cuando ya no tuvo aliento para una sola palabra más, se permitió ahogarse en llanto, acunando el cuerpo sobre el montón de objetos envueltos. A cada minuto se encontraba más pálida, y luchaba contra esa sensación de quedarse por poco inconsciente, pues su llanto se volvió silencioso y su respiración bajaba de ritmo. Después de todo era prácticamente una niña, en un entorno para el que no estaba lista, había sobrepasado su límite en ese momento.

**Zagreus** Jue 29 Sep - 0:11

Ya no podía contener al rajang, mis músculos tensados mostraban su fatiga y algunos de las descargas del pelaje de la bestia impactaban en mí causando un dolor punzante. En eso, Zelas apareció detrás del primate y conecto un fuerte golpe cargado en la retaguardia del rajang, haciendo que en el acto el monstruo cayera a un lado aturdido en el suelo, volviendo su pelaje a su tono marrón que reflejaba que ya no estaba en su modo furia.

Me levanté con dificultad, las heridas que tenía no supondrían un peligro, pero promovían un dolor intenso. Zelas realizó un comentario sarcástico de aquella situación, a lo que no pude contenerme para responder.

Pfff, en primer lugar, tú fuiste quien liberó aquella bestia y para colmo lo potenció con una droga, aquel sujeto V tenía razón, al parecer eres un idiota. *Cof Cof* – tosí un poco de sangre por mis heridas internas, interrumpiendo mi comentario. Tras recobrar la postura y limpiarme, continué observando las consecuencias de la imprudencia del elfo, el edificio se empezaba a derrumbar. - mírate, te patearon el trasero y aún te crees victorioso…por tu culpa esto se va a caer. - señalé mientras buscaba a V con la mirada, al parecer había desaparecido de aquel sitio.

Zelas no se detuvo en mi respuesta que ponía las cosas en tablas, procedió a definir el destino del mono que se encontraba inconsciente. No me negué a sus intenciones, el elfo tenía razón, y con determinación Zelas terminó con la vida del rajang. Miraba indignado, no por la muerte, sino por el capricho de los que organizaban aquella subasta. Al menos la misma se caía a pedazos de modo literal y seguramente eso supondría un duro golpe a la aristocracia oscura.

Quería conversar con Zelas sobre la supuesta Dark Order, al final parecía que el propósito de aquel sujeto de armadura se centraba más en el elfo que en la subasta en sí. No obstante, apenas traté de realizar la pregunta al elfo, Zelas salió con gran velocidad de aquella estancia que se desmoronaba. Ya tendría que buscar por mis medios satisfacer mi inquietud de aquel grupo, quizás Corvo sabría algo al respecto.

Saqué de uno de los bolsillos dentro de mi capa un pequeño frasco de poción roja (1) para tomar y atender mis heridas. Mientras el efecto se hacía más notorio y volvía a recuperar mi movilidad habitual, me dispuse a pasear entre las mesas para recoger algunos objetos, ya tenía la lanza conmigo, pero podría cargar algunas cosas más.

Estaba distraído recolectando artefactos cuando el grito de mi apellido me sacó de mi misión, se trataba de la esclava que ahora era parte de mis posesiones. Al girar me percaté de que el derrumbamiento del techo era inminente y tendría apenas unos segundos para salir. Me apresuré y dejé la mayoría de los objetos que cargaba conmigo, el impacto y las llamas seguramente destruirían la mayoría de las cosas que quedaran de aquella subasta.

Salí a duras penas del lugar por una de las muchas aperturas que daban a la parte trasera del edificio. El grito provino de lo que parecía ser un pequeño bosque a la distancia, una excentricidad de aquella zona dentro de las murallas, seguramente uno de los remanentes de cuando la ciudad no era tan lúgubre.

Apenas escapé, la estructura cedió cayendo formando una nube de polvo tras un sonido ensordecedor, acallando los gritos de varios que se quedaron dentro. Al salir me topé con varios heridos y vi el cadáver del jefe de Zelas en el suelo, me causaba curiosidad el hecho de que el aristocrático estuviese muerto fuera del edificio tras haber salido de aquel desastre, asesinado solo, sin su guardaespaldas…

Con paso rápido me acerqué a los árboles, la noche no afectaba mi visión, así que no tendría problemas para ubicar lo que buscaba. A los pocos metros, entre los arbustos, vi el cuerpo descubierto de Itza acurrucada sobre una bolsa de objetos.

Al ver que había conseguido cumplir su misión y no había huido de mí me alegré, sin embargo, mi sonrisa se hizo evidente cuando vi su cuerpo manchado en sangre. Disfrutaba tener la razón, y el ver que aquella frágil adolescente había sido capaz de poner su vida en juego por mí, confirmaba que mis hipótesis eran correctas, la pequeña maga podría ser útil, podría sobrevivir.

Me acerqué a la pequeña mientras me sacaba mi capa negra con placas metálicas, le coloqué la prenda sobre su cuerpo como si fuese una manta para calentar el cuerpo semidesnudo de la pequeña.

Veo que sigues viva. – señalé con tono sombrío resaltando lo evidente para sacarla de su ensoñación. – y tienes varios objetos contigo, - dije mientras analizaba el bulto de artefactos.

Coloqué una rodilla en el suelo para descansar, al final de cuentas, si bien la poción hacía efecto el dolor seguía incomodando y el cansancio era evidente.

Necesito que me devuelvas mi daga, te felicito, el usarla y que estés aquí significa que hay otra persona que no podrá contarlo. Al final, si quieres vivir… - dije dejando una pausa para que mis palabras penetraran en su psique. – Debo entregar todos estos objetos, si quieres puedes quedarte con los que desees, eso sí, debo ir solo.

Pero eso no significa que ya eres libre – dije con una media sonrisa malévola. – pasaste una prueba, pero quiero seguir planteando el que hacer contigo, ahora solo me supondrías una carga… Así que te propongo algo.

Me levanté nuevamente y alcé mi mirada para ver el cielo nocturno a fin de determinar cuantas horas de oscuridad me quedaban por delante.

Debo aprovechar lo que queda de noche para empezar mi camino a Lunargenta. Como te comenté es un trabajo en solitario, te recomiendo que busques un sitio para descansar y comer. Si en realidad quieres probarme que puedes ser útil y demostrar que el dejarte vivir supone un acierto, nos veremos en un año exacto en Sacrestic Ville, en el oeste. Buscarás la Posada de la Luna llegada la noche y pedirás un Doble D negativo, ahí te aseguro, estaré esperando…

Me coloqué en cuclillas para acercarme al rostro de ella para continuar mi propuesta.

Pero… si no apareces de manera puntual para entonces, espero que estés muerta, porque si no es el caso y me entero de que vives, créeme que hincaré mis dientes en tu frágil garganta y disfrutaré hasta la última gota de tu sangre. (2) – sentencié en una amenaza que exponía mi verdadera naturaleza, el delatar mi maldición debía ser muestra de la confianza que le otorgaba a Itzma, y al mismo tiempo una advertencia de que mis palabras tenías suficiente basamento para ser considerada ciertas.

Considéralo Itzamaray, te guste o no sigues siendo mía… - dije mientras me levantaba y solicitaba mi prenda. – debo marcharme, si quieres vende algo de lo que conseguiste para poder vivir. Ya nos veremos, o no…

Por cierto – señalé mientras me acomodaba nuevamente mis ropas – ten cuidado en Sacrestic, hay muchos vampiros y créeme, la mayoría no tenemos buenas intenciones, nunca confíes en nadie, y mucho menos si tienen una cara bonita. – finalicé con mi narcisismo característico mientras me disponía a cargar con la bolsa de objetos de la maga junto a los que yo traía conmigo.

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Off
(1) Poción de Salud [Elixir, Limitado, 1 Uso] Sana hasta 2 heridas moderadas o leves en pocos segundos.
(2) Presencia Vampírica: [Mágica] Puedo alterar la percepción de los demás sobre mí, haciéndoles verme más aterrador o atractivo, sin que sepan por qué.

Itzamaray Jue 29 Sep - 23:48

Pasaron los minutos, mientras su ritmo respiratorio se iba regulando, y sentía una necesidad inmensa de dormir, dormir hasta que pasarán noches y días descansando de todo esto. Sus lágrimas ya se habían secado y no podía continuar con ello, sólo estaba quieta y en silencio. -No vendrá... No recordará siquiera que existes... Seguirás sola y morirás pronto...- No se percató de la cercanía de alguien, hasta que por el rabillo del ojo vió una figura, pero no se movió sino hasta que la capa cubrió su cuerpo, y aspiró fuertemente el aroma de la misma, intentaba grabar ese aroma en su mente y entonces vió entre la penumbra, ese cabello platino y los brillantes ojos de Zagreus. Le recordaba a los ojos dibujados en libros, de los búhos. Sonrió débilmente. Muy lentamente se incorporó para mantenerse sentada, aún envuelta en la capa, que acercó de nuevo a su nariz.

Se limitó a escucharlo y dejar que tomase las cosas ella sólo se quedaría con las joyas, con ellas podría pagarse lo que necesite para continuar, pero su expresión ya era completamente diferente, estaba en calma y el brillo de sus ojos era intenso al mirarlo. Tan solo bajó la mirada cuando le recordó el tener que matar a alguien para salir de ahí, pero una parte racional de ella le hacía comprender que a veces, asesinar en defensa, era necesario. Aunque no restaba gravedad a la acción, pues era la primera vez que hacía eso, y no quiso contemplar la idea de que podría pasar de nuevo en el futuro.

Tomó la daga de su cintura, y la desató de su ropa interior, entregándola ahora a él. Asintió con la cabeza lentamente ante esa afirmación, pues sí, ella quería vivir.

-Entiendo. - Estaba por tomar una actitud resignada ante la idea de que él se apartaría, pero las palabras con las que Zagreus continuó, le dieron un golpe de entusiasmo, incluso a pesar de que para otras personas habría sido un golpe a su moral. Lo escuchó con toda atención, y asintió despacio ante la cita que tendrían en el lapso de un año. Eso significa, claramente, que deberá sobrevivir y avanzar sola ese tiempo.

Contuvo la respiración, sus ojos se abrieron ampliamente mientras su mirada y la de él se sostenían mutuamente de frente, su cuerpo sintió una ola recorrer desde el pecho hasta los pies, y no sabría explicarlo, pero era muy cercano al miedo. Y en aquellas últimas palabras, entendió con claridad, que no estaba bajo el poder de cualquier humano, si no de una raza que desconocía, aunque sabía de su peligro y presencia. -Haré... Haré lo que dice, estaré ahí.- Procedió a entregar la capa, y se puso de pie. Aunque aún sentía algo de frío, ya estaba pensando en cómo salir librada de este desastre aprovechándose de sus estragos en la población. En su pecho sentía la melancolía creciente.

-Conoceré mejor el mundo y comprenderé mi poder. Seré útil.- Dió un par de pasos y aunque sabía que no iba a ser correspondida, su infantilidad la superó en su necesidad de afecto o un poco de esperanza. Se abrazó suavemente al torso del vampiro. Y levantó el rostro para poder verlo a los ojos. Su rostro era duro. -Tal vez después deje de ser sólo una esclava.- Separó su cuerpo, y con cansancio mezclado con las ansias de llegar a un lugar de descanso, se dió media vuelta y con calma fué caminando hacia las ruinas del edificio para rodearlas y acercarse a los alrededores...

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