Luna, no me dejes sola [Solitario]
Página 1 de 1. • Comparte
Luna, no me dejes sola [Solitario]
Podría dejar Lunargenta y empezar de nuevo, pero no, no puede. Tiene que ser fuerte y seguir adelante. Por su madre, por su padre y por Alward.
Necesitaba llorar un océano para mantenerse a flote.
Durante toda su vida le han dicho que es voluble, como el agua. Ahora no es la hija de nadie, la hermana de nadie, no hay un beso fugaz en las escapadas por la madrugada. A veces, hay tardes que se queda mirando el horizonte desde las vallas que limitan el Rancho de Cid hasta que el último rayo de sol se deja ver, deseando volver atrás el tiempo. Cuando la tarde deja paso al crepúsculo, sabe que es el momento de volver dentro de la casa y cenar. Un día más, un día menos.
-Hace tiempo que no sonríes.-Dijo Cid. Su plato estaba prácticamente acabado, a falta de un pequeño trozo de pan que no iba a dudar en usar para rebañar hasta la última gota.
El plato de Luna, sin embargo, estaba entero; una sopa sencilla, su trozo de pan correspondiente y fruta.
Miró al hombre sin decir nada, luego devolvió la atención a su comida y al fin agarró la cuchara para comenzar a cenar.
-Lo que yo decía.-Asintió, reafirmándose.-¿Qué te ocurre?
-Claro que sonrío.-Rebatió a Cid.
-No.-Negó con la cabeza, convencido.-O, al menos, no sabes cómo hacerlo. ¿Acaso lo has olvidado? Mira, es fácil, yo te lo recuerdo. Ensancha tus labios, achina los ojos y que se te alcen esos pómulos...-Mientras hablaba, iba haciendo todo lo que decía hasta conseguir su característica sonrisa afable con una pizca de picardía escondida. Tenía el rostro algo arrugado, debido al trabajo en el campo durante tantos años. Era granjero, y estaba orgulloso de ello.
Luna esbozó una sonrisa. Cid se dio por satisfecho. Ella entonces continuó cenando hasta que él se levantó de la mesa. Entonces, habló de nuevo.
-He estado pensando últimamente en mi hermano.
El hombre le lanzó una mirada compasiva y preocupada.
-He... estado pensando en todos esos momentos que no compartí con él, en todo lo que me perdí...-Suspiró-Tenía muchos secretos, y sé que no formaba parte de su vida porque, en parte, lo hacía para mantenerme alejada de todo... pero, aún así, siento como si nunca lo hubiera conocido.-Su voz se desgarró un poco.-N-no me siento bien cada vez que pienso en él... y no sé si debería sentirme así.
Cid inhaló profundamente y luego soltó el aire como si le pesara en los pulmones. Acto seguido, recogió los platos, ya que aparentemente Luna había casi terminado y no puso objeción cuando se lo quitó de en medio.
-Voy a por una cosa.-Dijo yéndose a otra habitación.
La casa no era muy grande, pero sí lo suficiente para albergarlos a ellos dos y tener un par de habitaciones extras aparte del dormitorio de Cid y la cocina-comedor. Luna siempre dormía en la buhardilla, ya que Cid le había habilitado el lugar para que contuviera lo básico para que una persona tuviera intimidad y su lugar de descanso.
El rubio regresó con algo entre sus manos: un libro, sin nada especial en la portada; solo forraje de piel marrón simple. El granjero lo dejó en la mesa, frente a la Sevna.
-¿Qué es?-Miró extrañada a Cid.
-Si quieres conocer a tu hermano, debes de empezar por saber quién era.-Dio un par de toquecitos en el libro con un dedo índice, señalándolo.-Este libro es una copia de otro que él siempre llevaba encima: El Cuento de los Stellazios
-¿Un cuento me va a ayudar a conocer a mi hermano?-Preguntó, reticente.
-Narra las historias y aventuras de antiguos héroes de una edad olvidada.-Se sentó a su vera acercando una silla.-Este libro habla sobre lealtad, justicia, valor, compañerismo, sobre buscar el bien en el mundo, hacer de este un sitio mejor, y todo con abnegación.-Comentó, con la total atención de Luna.-Ese era el propósito de tu hermano.
-Idealista.-Reveló una sutil mueca de duda.-...pero noble.
-Se encontró en sus viajes con un grupo un poco extraño. Eran ocultistas, sectarios y ruines. Estaban envenenando la sociedad por tal de imponer sus ideales. Inició una especie de cruzada contra ellos y... lo mataron por eso.
Luna soltó un suspiro lleno de tristeza. Oficialmente, a Alward se le daba por muerto en una misión de la Guardia de carácter secreta, pero por lo que Cid había contado, nada tenía que ver con eso. Sentía cierta rabia y decepción por la Guardia de Lunargenta, además de que esa ira se le incrementaba cuando pensaba en los desalmados que mataron a su hermano.
Cid le apoyó una mano sobre el hombro, tratando de reconfortarla, pero no serviría de mucho.
-Esos mismos sectarios mataron a tus padres, y quemaron tu aldea. Por eso tu hermano te puso bajo mi cuidado, aquí, apartada de todo.
Luna asintió, con un puño apretado sobre su rodilla. La otra mano, la dirigió hacia la mesa para apoyarla suavemente en el libro.
-Este mundo...-Dijo con la voz quebrada, que remató en apenas en hilillo:-...es muy cruel.-Cabizbaja, empezaron a brotarle lágrimas de sus ojos mientras sollozaba.
Alward Sevna
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 719
Nivel de PJ : : 5
Re: Luna, no me dejes sola [Solitario]
Durante los días venideros, Luna no pudo quitarse de la cabeza la conversación que tuvo con Cid acerca de su hermano. A la joven Sevna no le quedaba nada en su vida; ni familia, ni amigos ni mucho menos un futuro de persona normal, ni siquiera se casaría con nadie. Acabaría sus días en soledad cuidando de la granja que la ha acogido durante los últimos años.
Era un pensamiento deprimente, y no quería resignarse a él.
Por eso era que no podía quitarse de la cabeza la conversación con Cid, ni tampoco el libro que le dio, el cual lo terminó de leer hacía apenas unas horas. No solo se trataba de un cuento, ni siquiera se reducía a una sola historia. Aquel libro recogía multitud de historias de diferentes personajes y eventos ocurridos en un mismo punto lejano de la historia del mundo. Todas aquellas historias convergían en un evento mucho mayor que definió el transcurso del propio mundo. Le resultaba fascinante, e incluso podría servirle de inspiración para su propia vida.
Una tarde, antes de recoger a las ovejas para meterlas a todas en su cobijo para pasar la noche, Luna halló a Raven Mars, conocido de Cid y antiguo maestro de Alward, afilando una de sus espadas sentado a los pies de un árbol que entraba dentro de los límites que marcaban las vallas de la granja.
-También usas dos espadas.-Dijo Luna al acercarse.
Raven, sin parar en su quehacer, levantó levemente la mirada y gruñó una afirmación para luego volver a fijar sus ojos en la hoja que estaba trabajando. La otra reposaba guardada en su vaina a su lado en la hierba.
Luna frunció el ceño, molesta ante la indiferencia del hombre.
-¿Sigues necesitándolas?-Volvió a preguntar, encorvando un poco su tronco hacia adelante para mostrarse más amigable e inocente.
-Aunque sea demasiado viejo para irme de aventuras, sé defenderme, y puedo hacer numerosos trabajos.-Dijo con una voz desidiosa, casi como molesto.
Cid le había contado que Raven pasó muchos años siendo mercenario, al igual que Alward. Ahora, debido a su edad que rondaba los cincuenta años, su vigor y fuerza no son lo que eran, por lo que se retiró para vivir una vida más tranquila. Aunque, por lo que estaba viendo, de nuevo volvió a usar sus armas para entrar al mundo laboral de las espadas de alquiler. Seguramente se trataran de trabajos menores y sin importancia.
-¿Podrías entrenarme?-Soltó sin ningún tipo de filtro.
Raven paró de afilar la piedra y se paralizó por un momento. Acto seguido, con su característico semblante serio, miró a Luna sin mostrar más emoción alguna.
-¿Para qué?
-¿Tan malo es que aprenda a saber defenderme?
-No eres la primera que trata de engañarme.-Respondió con rotundidad.-Nadie quiere aprender a usar la espada porque sí, tiene que haber un motivo. Y ese motivo casi nunca es bueno.-Dijo eso último en un sutil susurro.-Además de que es probable que mueras en la primera estocada real que des.
-En eso se basa el aprendizaje.-Se cruzó de brazos, con el ceño fruncido.
-¿Qué sabrá una granjera como tú?-Refunfuñó.-Usar una espada no es como usar un esquilador de ovejas, niña.
-¿De qué estás hablando? Me infravaloras sin saber de lo que soy capaz.-Dijo molesta.
-Aquellos más capaces que tú y que yo han perecido en vano, persiguiendo una vida que no perdona a nadie. Si sabes retirarte a tiempo, como yo, quizás vivas lo suficiente para darte cuenta que merece la pena vivir más que morir.
-¿De qué sirve vivir si tu vida es monótona, aburrida y te invade la soledad?
Raven no respondió a eso, y ahí Luna vio una oportunidad para engrandecerse.
-Quiero aprender a luchar para aportar algo a mi vida más que cuidar de ovejas y ver pasar los días sin ninguna emoción más que llevarme la sorpresa de si lloverá o no.-Dijo con un tono desesperado.-Quiero continuar el legado de mi hermano, y hacer de este mundo, un lugar mejor.
Raven siguió sin responder. Miró de nuevo a su espada, pocos segundos después volvió a centrar su atención en Luna. Soltó un suspiro resignado, nada convencido de la conversación que estaban teniendo.
-¿Matando?-Preguntó con interés.
-Defendiendo a aquellos que no pueden hacerlo por sí mismos, y luchando por un mundo más justo, bueno. "La Oscuridad jamás volverá a reinar sobre la tierra si yo estoy de guardia".
Raven abrió los ojos como platos durante apenas un segundo, luego mostró una mueca de desagrado.
-¿Has estado leyendo ese maldito libro?
Luna sonrió y asintió con la cabeza. Raven, por su parte, revoleó los ojos. Acto seguido, el hombre se puso de rodillas y agarró la espada que descansaba en su vaina, la cual todavía no había afilado. Se la entregó a Luna y esta la agarró con ambas manos con cierta dificultad debido a su inesperado peso.
-Desenváinala.-Ordenó.
Luna le hizo caso y dejó la vaina en el suelo. Raven le indicó que agarrase el arma por la empuñadura.
-Intenta darme un tajo lateral.-Hizo el movimiento con uno de sus brazos como si él empuñara la espada.-No te preocupes por mí, me defenderé. No pienso morir hoy.
Como pudo, Luna alzó la espada hacia uno de los laterales e intentó imprimir un golpe contra Raven, pero nada más estar el arma en el punto álgido de su trayectoria, el peso hizo que tuviera una resistencia inesperada en el aire por parte de la joven y esta cayera hacia atrás bocarriba, soltando la espada en el proceso. Arriba, en el cielo crepuscular, se empezaba a avistar la luna llena como una espectadora de lujo del espectáculo tan lamentable que la joven Sevna estaba dando.
-¿No tienes algo que pese menos?
A Raven le hizo gracia ese comentario, y con una sonrisa sutil en la comisura de sus labios le respondió.
-¿Qué te parecen unas dagas?
Alward Sevna
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 719
Nivel de PJ : : 5
Re: Luna, no me dejes sola [Solitario]
Luna, durante las últimas semanas, se ha acostumbrado a hacer aquello que llamaban parkour. Para ello se pone ropajes cómodos como unos pantalones sencillos de trabajo y una camisa blanca que también la usa para realizar las tareas más arduas de la granja. Además, usa unas botas de viaje desgastadas que ya poseía de mucho antes de mudarse allí. El pelo se lo recoge con una coleta larga.
Normalmente se entrena entre las vigas transversales de madera que sostienen en el interior la estructura del tejado. Era una suerte de circuito que venía bien a la joven Sevna para pulir esas habilidades que Raven había visto en ellas. Como era de cuerpo delgado y pesaba poco, el estilo de combate que mejor le vendría sería uno basado en la pura agilidad y versatilidad de movimientos.
Hasta ahora, nunca ha podido llegar a completar el circuito. Aunque justo en ese momento le estaba saliendo mejor d elo esperado y llegando incluso más lejos que antes. Una sola viga más, un solo salto más, y lo habría completado. Se detuvo lo preciso para darse cuenta de aquello y pensar su último salto en el justo lapso de un segundo. Cuando ejecutó el salto, dio un ligero traspiés, calculó mal y se quedó a la mitad en pleno vuelo, cayendo así sin poder remediarlo en un baño de agua caliente.
Cid, frente a ella, la miraba con los brazos en jarras y suspirando.
-Vaya...-Se lamentó-Adiós a mi baño.
-L-lo siento...-Dijo doliéndose del trasero.
Raven apareció por las puertas del establo y se quedó fijo durante unos pocos segundos mirando la escena. Luna, avergonzada, apartó la mirada y se puso en pie lo más rápido que pudo, saliéndose del baño.
-Justo quería verte.-Le dijo a Cid, haciéndole entrega de una bolsa de monedas.-Aquí tienes.
-Gracias.-Asintió con una sonrisa amable.
-¿Qué es?-Preguntó sin quitarle ojo a la bolsa de monedas.
-Lo que cuesta mantenernos a ti y a mí viviendo aquí.
-¿L-lo pagas tú...?-Preguntó, sorprendida.
-Sí.-Respondió sin muchos más rodeos.
-Gracias a Raven vivimos los tres una vida sin muchas penurias-Dijo soltando una risa campechana.
Era extraño, y en parte Luna se sentía culpable por ello, pues las veces que había visto a Raven por la granja eran muy pocas, puesto que se suponía que se pasaba la mayor parte de los días de un mes realizando diversos trabajos como mercenario. Lo que no se esperaba es que ella fuese la causa.
-G-gracias.-Dijo incómoda.
Raven no respondió, sino que se la quedó mirando con un gesto serio. Tras eso, alzó la vista para mirar las vigas que cruzaban el techo.
-No lo has completado.-Soltó sin esperar otra cosa que lo sacara de su conclusión.
-¿Lo repito?
-No.-Respondió secamente.-Se hace tarde. Descansa hasta mañana.-Sin más, salió del establo.
-¿Esta noche te quedarás aquí?-Preguntó alzando la voz para que Raven se pudiera enterar. No recibió respuesta alguna y se encogió de brazos.-Lo tomaré como un "sí".-Miró a Luna y le dio un leve toque en el hombro.-Venga, vamos a cenar. Ya me daré mi baño después.-Sonrió afable.
Normalmente se entrena entre las vigas transversales de madera que sostienen en el interior la estructura del tejado. Era una suerte de circuito que venía bien a la joven Sevna para pulir esas habilidades que Raven había visto en ellas. Como era de cuerpo delgado y pesaba poco, el estilo de combate que mejor le vendría sería uno basado en la pura agilidad y versatilidad de movimientos.
Hasta ahora, nunca ha podido llegar a completar el circuito. Aunque justo en ese momento le estaba saliendo mejor d elo esperado y llegando incluso más lejos que antes. Una sola viga más, un solo salto más, y lo habría completado. Se detuvo lo preciso para darse cuenta de aquello y pensar su último salto en el justo lapso de un segundo. Cuando ejecutó el salto, dio un ligero traspiés, calculó mal y se quedó a la mitad en pleno vuelo, cayendo así sin poder remediarlo en un baño de agua caliente.
Cid, frente a ella, la miraba con los brazos en jarras y suspirando.
-Vaya...-Se lamentó-Adiós a mi baño.
-L-lo siento...-Dijo doliéndose del trasero.
Raven apareció por las puertas del establo y se quedó fijo durante unos pocos segundos mirando la escena. Luna, avergonzada, apartó la mirada y se puso en pie lo más rápido que pudo, saliéndose del baño.
-Justo quería verte.-Le dijo a Cid, haciéndole entrega de una bolsa de monedas.-Aquí tienes.
-Gracias.-Asintió con una sonrisa amable.
-¿Qué es?-Preguntó sin quitarle ojo a la bolsa de monedas.
-Lo que cuesta mantenernos a ti y a mí viviendo aquí.
-¿L-lo pagas tú...?-Preguntó, sorprendida.
-Sí.-Respondió sin muchos más rodeos.
-Gracias a Raven vivimos los tres una vida sin muchas penurias-Dijo soltando una risa campechana.
Era extraño, y en parte Luna se sentía culpable por ello, pues las veces que había visto a Raven por la granja eran muy pocas, puesto que se suponía que se pasaba la mayor parte de los días de un mes realizando diversos trabajos como mercenario. Lo que no se esperaba es que ella fuese la causa.
-G-gracias.-Dijo incómoda.
Raven no respondió, sino que se la quedó mirando con un gesto serio. Tras eso, alzó la vista para mirar las vigas que cruzaban el techo.
-No lo has completado.-Soltó sin esperar otra cosa que lo sacara de su conclusión.
-¿Lo repito?
-No.-Respondió secamente.-Se hace tarde. Descansa hasta mañana.-Sin más, salió del establo.
-¿Esta noche te quedarás aquí?-Preguntó alzando la voz para que Raven se pudiera enterar. No recibió respuesta alguna y se encogió de brazos.-Lo tomaré como un "sí".-Miró a Luna y le dio un leve toque en el hombro.-Venga, vamos a cenar. Ya me daré mi baño después.-Sonrió afable.
Alward Sevna
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 719
Nivel de PJ : : 5
Re: Luna, no me dejes sola [Solitario]
Luna y Cid se dirigieron hacia la casa mientras el sol se ocultaba lentamente en el horizonte. La granja estaba sumida en una tranquilidad reconfortante, interrumpida únicamente por el sonido suave de los grillos y el viento susurrante que acariciaba los campos.
Mientras cenaban, Luna no podía evitar sentir curiosidad por el comportamiento de Raven. Su presencia en la granja era escasa, y siempre parecía mantener una distancia fría y reservada. Sin embargo, en aquel momento, algo en su mirada sugería un rastro de preocupación o incluso de cuidado.
-¿Crees que Raven esté preocupado por algo?-Preguntó Luna a Cid, intentando disimular su interés con un tono casual.
Cid tomó un sorbo de su bebida antes de responder, pensativo.
-Raven es un hombre reservado, pero cuando se trata de protegerte, muestra una preocupación genuina. No es fácil ganarse su confianza, pero cuando lo haces, es leal hasta el final. Tal vez haya visto en ti algo especial, algo que despierte su interés y deseo de protegerte.
Luna reflexionó sobre las palabras de Cid mientras saboreaba el guiso caliente. La idea de que alguien como Raven pudiera ver algo en ella que valiera la pena despertó su determinación y anhelo de descubrir su propio potencial.
Mientras saboreaban el delicioso guiso, Luna decidió compartir sus pensamientos con Cid.
-Cid, ¿crees que Raven ve algo más en mí? Algo que lo motive a enseñarme y protegerme de esta manera.
Cid asintió, mirando fijamente a Luna con una expresión seria.
-Luna, Raven es un hombre marcado por su pasado y su lealtad a tu hermano, Alward. Él ve en ti un reflejo de Alward y su potencial. Parece que lo has decidido a asegurarse de que el legado de tu hermano no muera en vano y de que tú, como su hermana, continúes con su misión.
Luna sintió un nudo en la garganta al recordar a su hermano Alward. Su muerte había sido un duro golpe, y había jurado honrar su memoria de alguna manera.
-Entonces, Raven me está preparando para ser más que una granjera. Quiere que me convierta en una guerrera capaz de proteger a los débiles y luchar por un mundo mejor, al igual que Alward lo hizo. También me ha hablado de los "Stellazios", ¿sabes algo más sobre ellos? El libro que me diste tampoco es que me aclare mucho al respecto... al menos de momento.
Cid asintió y se inclinó hacia adelante, compartiendo su conocimiento.
-Los "Stellazios" fueron una antigua orden de guerreros conocidos por su destreza y valentía. Se dice que poseían un poder ancestral y se dedicaban a proteger a los inocentes. Alward fue uno de ellos y buscó seguir ese legado. Raven sabía de esa historia y del cometido de tu hermano, y ha asumido la responsabilidad de enseñarte todo lo que puedas aprender.
Los ojos de Luna se iluminaron con determinación mientras escuchaba las palabras de Cid. Ella estaba dispuesta a aceptar el desafío y cumplir con el legado de Alward.
-Me esforzaré al máximo para honrar a Alward y convertirme en una guerrera digna de los "Stellazios". Aprenderé todo lo que pueda de Raven y lucharé por proteger a los inocentes y hacer justicia en su nombre.
Cid sonrió, orgulloso de la determinación de Luna.
-Estoy seguro de que Alward estaría orgulloso de ti, Luna. Y Raven también ve en ti ese potencial. Sigue adelante con tu entrenamiento y no te rindas. Estoy aquí para apoyarte en todo lo que necesites.
Con el apoyo de Cid y su compromiso con el legado de Alward, Luna se sentía más motivada que nunca. Sabía que el camino no sería fácil, pero estaba dispuesta a enfrentar cualquier desafío y convertirse en la guerrera de la que su hermano estaría orgulloso.
Mientras cenaban, Luna no podía evitar sentir curiosidad por el comportamiento de Raven. Su presencia en la granja era escasa, y siempre parecía mantener una distancia fría y reservada. Sin embargo, en aquel momento, algo en su mirada sugería un rastro de preocupación o incluso de cuidado.
-¿Crees que Raven esté preocupado por algo?-Preguntó Luna a Cid, intentando disimular su interés con un tono casual.
Cid tomó un sorbo de su bebida antes de responder, pensativo.
-Raven es un hombre reservado, pero cuando se trata de protegerte, muestra una preocupación genuina. No es fácil ganarse su confianza, pero cuando lo haces, es leal hasta el final. Tal vez haya visto en ti algo especial, algo que despierte su interés y deseo de protegerte.
Luna reflexionó sobre las palabras de Cid mientras saboreaba el guiso caliente. La idea de que alguien como Raven pudiera ver algo en ella que valiera la pena despertó su determinación y anhelo de descubrir su propio potencial.
Mientras saboreaban el delicioso guiso, Luna decidió compartir sus pensamientos con Cid.
-Cid, ¿crees que Raven ve algo más en mí? Algo que lo motive a enseñarme y protegerme de esta manera.
Cid asintió, mirando fijamente a Luna con una expresión seria.
-Luna, Raven es un hombre marcado por su pasado y su lealtad a tu hermano, Alward. Él ve en ti un reflejo de Alward y su potencial. Parece que lo has decidido a asegurarse de que el legado de tu hermano no muera en vano y de que tú, como su hermana, continúes con su misión.
Luna sintió un nudo en la garganta al recordar a su hermano Alward. Su muerte había sido un duro golpe, y había jurado honrar su memoria de alguna manera.
-Entonces, Raven me está preparando para ser más que una granjera. Quiere que me convierta en una guerrera capaz de proteger a los débiles y luchar por un mundo mejor, al igual que Alward lo hizo. También me ha hablado de los "Stellazios", ¿sabes algo más sobre ellos? El libro que me diste tampoco es que me aclare mucho al respecto... al menos de momento.
Cid asintió y se inclinó hacia adelante, compartiendo su conocimiento.
-Los "Stellazios" fueron una antigua orden de guerreros conocidos por su destreza y valentía. Se dice que poseían un poder ancestral y se dedicaban a proteger a los inocentes. Alward fue uno de ellos y buscó seguir ese legado. Raven sabía de esa historia y del cometido de tu hermano, y ha asumido la responsabilidad de enseñarte todo lo que puedas aprender.
Los ojos de Luna se iluminaron con determinación mientras escuchaba las palabras de Cid. Ella estaba dispuesta a aceptar el desafío y cumplir con el legado de Alward.
-Me esforzaré al máximo para honrar a Alward y convertirme en una guerrera digna de los "Stellazios". Aprenderé todo lo que pueda de Raven y lucharé por proteger a los inocentes y hacer justicia en su nombre.
Cid sonrió, orgulloso de la determinación de Luna.
-Estoy seguro de que Alward estaría orgulloso de ti, Luna. Y Raven también ve en ti ese potencial. Sigue adelante con tu entrenamiento y no te rindas. Estoy aquí para apoyarte en todo lo que necesites.
Con el apoyo de Cid y su compromiso con el legado de Alward, Luna se sentía más motivada que nunca. Sabía que el camino no sería fácil, pero estaba dispuesta a enfrentar cualquier desafío y convertirse en la guerrera de la que su hermano estaría orgulloso.
Alward Sevna
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 719
Nivel de PJ : : 5
Re: Luna, no me dejes sola [Solitario]
Luna, mientras escuchaba atentamente la historia fragmentada de los Stellazios que Cid conocía, sintió una conexión profunda con su legado. Aquellos guerreros valientes que surgieron de las estrellas para proteger a los habitantes de Aerandir despertaron en ella una chispa de determinación y propósito. Comprendió que su entrenamiento con Raven iba más allá de aprender a luchar y ser ágil; estaba preparándola para seguir el legado de los Stellazios y convertirse en una defensora de los débiles.
Con el corazón lleno de inspiración y el anhelo de honrar a su hermano Alward, Luna decidió emprender un peregrinaje en busca de las tumbas de los antiguos Stellazios después de meses de entrenamiento con Raven Mars. Sabía que encontrar esas tumbas no solo le brindaría la paz interior y el cierre que tanto anhelaba, sino que también sería una oportunidad para descubrir más sobre su propio potencial. Aunque las tumbas y los templos de los antiguos héroes estuvieran perdidos en la historia, Luna sabía que había pistas y secretos ocultos en los recuerdos dispersos de las gentes que poblaban Aerandir. Decidió que su viaje no solo sería en busca de las tumbas físicas, sino también de conocimiento y sabiduría perdida.
Luna se preparó para su viaje con determinación y cautela. Para evitar ser reconocida por aquellos que causaron la muerte de su hermano, decidió ocultar su identidad usando una máscara de hierro y una capucha que la cubrían por completo. Estaba decidida a pasar desapercibida y a enfrentarse a sus miedos sin revelar su verdadero rostro.
Ataviada con una máscara de hierro y una capucha para mantener en secreto su identidad de los enemigos de su hermano, durante su peregrinaje, Luna encontró rastros dispersos y señales enigmáticas que la guiaban hacia las tumbas sagradas. La Sevna se adentró en bibliotecas olvidadas y se reunió con ancianos sabios que guardaban fragmentos de historias sobre los Stellazios. Recopiló canciones y leyendas que hablaban de sus hazañas en los pueblos más remotos, y poco a poco fue uniendo los hilos de información dispersa.
A medida que avanzaba, Luna descubría que las tumbas de los Stellazios estaban diseminadas por todo Aerandir, ocultas en lugares olvidados y protegidas por el velo del tiempo. Sin embargo, con cada relato que escuchaba y cada pista que encontraba, trazaba un mapa en su búsqueda.
Guiada por su intuición y el eco de los rumores, se aventuró en terrenos desconocidos y peligrosos. A veces, tenía que enfrentarse a criaturas oscuras y superar pruebas que pondrían a prueba su coraje y habilidades. Sin embargo, su determinación nunca flaqueaba, ya que sabía que este viaje era más que encontrar las tumbas; era un camino hacia la autorrealización y la conexión con su propio potencial.
Con el corazón lleno de inspiración y el anhelo de honrar a su hermano Alward, Luna decidió emprender un peregrinaje en busca de las tumbas de los antiguos Stellazios después de meses de entrenamiento con Raven Mars. Sabía que encontrar esas tumbas no solo le brindaría la paz interior y el cierre que tanto anhelaba, sino que también sería una oportunidad para descubrir más sobre su propio potencial. Aunque las tumbas y los templos de los antiguos héroes estuvieran perdidos en la historia, Luna sabía que había pistas y secretos ocultos en los recuerdos dispersos de las gentes que poblaban Aerandir. Decidió que su viaje no solo sería en busca de las tumbas físicas, sino también de conocimiento y sabiduría perdida.
Luna se preparó para su viaje con determinación y cautela. Para evitar ser reconocida por aquellos que causaron la muerte de su hermano, decidió ocultar su identidad usando una máscara de hierro y una capucha que la cubrían por completo. Estaba decidida a pasar desapercibida y a enfrentarse a sus miedos sin revelar su verdadero rostro.
Ataviada con una máscara de hierro y una capucha para mantener en secreto su identidad de los enemigos de su hermano, durante su peregrinaje, Luna encontró rastros dispersos y señales enigmáticas que la guiaban hacia las tumbas sagradas. La Sevna se adentró en bibliotecas olvidadas y se reunió con ancianos sabios que guardaban fragmentos de historias sobre los Stellazios. Recopiló canciones y leyendas que hablaban de sus hazañas en los pueblos más remotos, y poco a poco fue uniendo los hilos de información dispersa.
A medida que avanzaba, Luna descubría que las tumbas de los Stellazios estaban diseminadas por todo Aerandir, ocultas en lugares olvidados y protegidas por el velo del tiempo. Sin embargo, con cada relato que escuchaba y cada pista que encontraba, trazaba un mapa en su búsqueda.
Guiada por su intuición y el eco de los rumores, se aventuró en terrenos desconocidos y peligrosos. A veces, tenía que enfrentarse a criaturas oscuras y superar pruebas que pondrían a prueba su coraje y habilidades. Sin embargo, su determinación nunca flaqueaba, ya que sabía que este viaje era más que encontrar las tumbas; era un camino hacia la autorrealización y la conexión con su propio potencial.
Alward Sevna
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 719
Nivel de PJ : : 5
Temas similares
» Eclipse de Luna. [Solitario]
» [Libre] Luz de luna
» Deseo de venganza a la luz de la luna [4/4]
» Caminos de luz de luna [libre][4/4][Cerrado]
» Bajo la Luna de Sangre [Reikeaños]
» [Libre] Luz de luna
» Deseo de venganza a la luz de la luna [4/4]
» Caminos de luz de luna [libre][4/4][Cerrado]
» Bajo la Luna de Sangre [Reikeaños]
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Hoy a las 18:40 por Lukas
» La Procesión de los Skógargandr [Evento Samhain (Halloween)]
Hoy a las 18:15 por Eberus
» Derecho Aerandiano [Libre]
Hoy a las 02:17 por Tyr
» Lamentos de un corazón congelado [Libre 3/3]
Hoy a las 01:19 por Tyr
» 89. Una compañía hacia el caos [Privado]
Ayer a las 20:51 por Aylizz Wendell
» El retorno del vampiro [Evento Sacrestic]
Ayer a las 18:38 por Merié Stiffen
» Clementina Chonkffuz [SOLITARIO]
Ayer a las 16:48 por Mina Harker
» El vampiro contraataca [Evento Sacrestic]
Ayer a las 13:24 por Tyr
» [Zona de Culto]Santuario del dragón de Mjulnr
Mar Nov 05 2024, 21:21 por Tyr
» Pócimas y Tragos: La Guerra de la Calle Burbuja [Interpretativo] [Libre]
Mar Nov 05 2024, 17:01 por Seraphine Valaryon
» [Zona de culto] Iglesia del único Dios
Mar Nov 05 2024, 14:32 por Tyr
» [Zona de Culto] Oráculo de Fenrir
Mar Nov 05 2024, 03:02 por Tyr
» Solas, corazón del pueblo [Evento Sacrestic] [Noche] [Libre]
Dom Nov 03 2024, 17:02 por Zagreus
» Ecos De Guerra [Evento Sacrestic] [Noche]
Sáb Nov 02 2024, 23:21 por Sein Isånd
» De héroes olvidados y Rubíes Azules [Interpretativo] [Libre] [4/4] [Noche]
Miér Oct 30 2024, 21:54 por Eltrant Tale