La cueva de la desolación [Privado]
Página 1 de 1. • Comparte
La cueva de la desolación [Privado]
Tras su estancia en tierras norteñas, Cohen decidió volver a las Tierras del Oeste bordeando la costa. Su destino era Arenasnegras, el pequeño pueblo costero dónde Lysa Borlem parecía residir. Esta vampiresa era su única pista para llegar a descubrir qué se ocultaba bajo el nombre de El Ojo Carmesí.
Poco antes del amanecer, el vampiro llegó hasta una conocida cueva costera, la Cueva de la Desolación. Un nombre pintoresco, sin duda. En su interior, una gran cámara de entrada daba pie a tres galerías, de las cuales, una de ellas daba hacia su entrada marina, lo suficientemente ancha como para que una pequeña barca entrase en ella.
Las leyendas decían que aquella cueva había sido refugio de piratas, que escondían grandes tesoros… incluso que molestos piskies se ocultaban en su interior. Pero el vampiro no llegó a creer ninguna de aquellas historias. Por lo que sabía, la cueva se encontraba en un lugar muy apartado, en el extremo norte de una larga playa de arenas negras. Un lugar sin habitantes en varios kilómetros alrededor. Un lugar solitario y tranquilo dónde pasar la jornada diurna, pasando desapercibida y en tranquila soledad.
Se adentró en el interior de uno de los túneles y tras buscar un lugar apartado de cualquier fuente de luz solar, se dispuso a dormir. Estaba cansado tras las últimas jornadas y su cansancio era más que evidente.
Colocó su bolsa de viaje en su cabeza y tras tenderse en la superficie más lisa que encontró, se quedó profundamente dormido esperando la próxima llegada del Ocaso.
Poco antes del amanecer, el vampiro llegó hasta una conocida cueva costera, la Cueva de la Desolación. Un nombre pintoresco, sin duda. En su interior, una gran cámara de entrada daba pie a tres galerías, de las cuales, una de ellas daba hacia su entrada marina, lo suficientemente ancha como para que una pequeña barca entrase en ella.
Las leyendas decían que aquella cueva había sido refugio de piratas, que escondían grandes tesoros… incluso que molestos piskies se ocultaban en su interior. Pero el vampiro no llegó a creer ninguna de aquellas historias. Por lo que sabía, la cueva se encontraba en un lugar muy apartado, en el extremo norte de una larga playa de arenas negras. Un lugar sin habitantes en varios kilómetros alrededor. Un lugar solitario y tranquilo dónde pasar la jornada diurna, pasando desapercibida y en tranquila soledad.
Se adentró en el interior de uno de los túneles y tras buscar un lugar apartado de cualquier fuente de luz solar, se dispuso a dormir. Estaba cansado tras las últimas jornadas y su cansancio era más que evidente.
Colocó su bolsa de viaje en su cabeza y tras tenderse en la superficie más lisa que encontró, se quedó profundamente dormido esperando la próxima llegada del Ocaso.
Cohen
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 756
Nivel de PJ : : 5
Re: La cueva de la desolación [Privado]
La cueva de la desolación
Cuevas
—¡Entra ya, pedazo de basura maloliente caminante!—exclamé dando un empujón al sujeto. Conmigo venía uno de los tripulantes para ayudarme con éste. Hoy me encontraba sobrio, ya que necesitaba tener mi mente clara para este tipo de expediciones donde daría un ultimátum a una mercancía obsoleta y grosera.
Nos adentramos en el terreno firme desde hacía un par de horas y llegamos a este lugar, al que sugerí como el indicado para mi cometido. Traíamos con nosotros también, un pequeño fardo con algunas herramientas que serían útiles para dar el final digno a mi prisionero. El muy cabro, horas atrás, se había atrevido a enfrentarme en cuanto le quité las cadenas. Hirió a uno de mis hombres y tuve que tener mucho cuidado de no matarle pero así, consiguió hacerme una herida sangrante con el filo de un puñal en el cuello y que con ciertos movimientos, el corte se había y sangraba. Ya con la caminata tenía la camisa manchada de sangre.
Amice, estaba más que acostumbrada a esto. Hacía un buen tiempo que había terminado con una infección y si fuera poco, un vampiro recién convertido casi habría drenado toda mi sangre. Ella, con sus habilidades médicas, había logrado salvarme de una situación un tanto complicada, pero no aprendía de los peligros. Siempre estaba decidido a ser temerario y enfrentar lo que fuese por más que tuviera las de perder. Primero mi orgullo y mi honor, ante todo.
—Por favor, haré lo que sea—suplicaba una vez más y puse los ojos en blanco.
—Ya no me sirves. Cierra esa boca o te arrancaré la lengua con mis manos. ¿Quieres ver idiota?—espeté y di una patada al sujeto en la parte baja de su espalda. Cayó de bruces. Mi compañero, tripulante, iba atrás. Ambos llevábamos un cuchillo y una espada de armas por las dudas.
Las armas que llevan sólo es por tema de rol, no tengo pensado usar sistema de combate xD
Lamento mi demora, es que llevo días caóticos en mi trabajo!
Thomas J. Hidalgo
Experto
Experto
Cantidad de envíos : : 69
Nivel de PJ : : 0
Re: La cueva de la desolación [Privado]
Una serie de voces despertó a Cohen. Por un instante, el vampiro pensó que algunos desconocidos habían llegado hasta él, pero al abrir los ojos y no ver a nadie a su alrededor, comprendió que aquellas voces, aunque sonaran fuertes, no eran cercanas.
Le bastó otros segundos más para comprender que las voces procedían del interior de la cueva. El sistema de angostos túneles filtraba la voz por las numerosas galerías de las cavernas, en un eco fuerte y constante, que daba la sensación de que los sonidos eran mucho más cercanos de lo que lo eran en realidad.
Aún así, el vampiro estaba inquieto, pues no era la primera vez que le ocurría. Sin duda, las jornadas diurnas eran su mayor debilidad, ya que quedaba atrapado hasta el ocaso en el lugar que hubiese elegido para pasar el día.
Relativamente tranquilo, pues la cueva era lo suficientemente grande como para pasar desapercibido y muy oscura en algunos tramos dónde apenas llegaba la luz del sol para camuflarse en la oscuridad, la curiosidad del vampiro era elevada y pronto se decidió a investigar que era lo que sucedía en la cueva.
Por esa razón, caminó sigilosamente por uno de los túneles en la que creía que era la dirección de la voz. Apenas podía distinguir las palabras, pero cuándo estuvo lo suficientemente cerca cómo para comenzar a comprenderlas, escuchó claramente la amenaza.
—Ya no me sirves. Cierra esa boca o te arrancaré la lengua con mis manos. ¿Quieres ver idiota?
Sin duda, dos personas. Una parecía tener una posición de superioridad sobre la otra, que parecía que su integridad estaba en severo peligro.
¿Debería inmiscuirse en los asuntos ajenos o debía continuar pasando desapercibido dejando que aquellas personas solucionaran sus propios problemas? Al fin y al cabo, al vampiro no le importaba demasiado aquello.
Dispuesto a retirarse y volviéndose para adentrarse de nuevo en la cueva, golpeó accidentalmente una pequeña piedra con uno de sus pies. La misma terminó cayendo por una leve pendiente, chocando contra una pared de roca y ocasionando un sutil ruido a través de aquellas cavernas, posiblemente delatando su presencia a esas otras personas.
Le bastó otros segundos más para comprender que las voces procedían del interior de la cueva. El sistema de angostos túneles filtraba la voz por las numerosas galerías de las cavernas, en un eco fuerte y constante, que daba la sensación de que los sonidos eran mucho más cercanos de lo que lo eran en realidad.
Aún así, el vampiro estaba inquieto, pues no era la primera vez que le ocurría. Sin duda, las jornadas diurnas eran su mayor debilidad, ya que quedaba atrapado hasta el ocaso en el lugar que hubiese elegido para pasar el día.
Relativamente tranquilo, pues la cueva era lo suficientemente grande como para pasar desapercibido y muy oscura en algunos tramos dónde apenas llegaba la luz del sol para camuflarse en la oscuridad, la curiosidad del vampiro era elevada y pronto se decidió a investigar que era lo que sucedía en la cueva.
Por esa razón, caminó sigilosamente por uno de los túneles en la que creía que era la dirección de la voz. Apenas podía distinguir las palabras, pero cuándo estuvo lo suficientemente cerca cómo para comenzar a comprenderlas, escuchó claramente la amenaza.
—Ya no me sirves. Cierra esa boca o te arrancaré la lengua con mis manos. ¿Quieres ver idiota?
Sin duda, dos personas. Una parecía tener una posición de superioridad sobre la otra, que parecía que su integridad estaba en severo peligro.
¿Debería inmiscuirse en los asuntos ajenos o debía continuar pasando desapercibido dejando que aquellas personas solucionaran sus propios problemas? Al fin y al cabo, al vampiro no le importaba demasiado aquello.
Dispuesto a retirarse y volviéndose para adentrarse de nuevo en la cueva, golpeó accidentalmente una pequeña piedra con uno de sus pies. La misma terminó cayendo por una leve pendiente, chocando contra una pared de roca y ocasionando un sutil ruido a través de aquellas cavernas, posiblemente delatando su presencia a esas otras personas.
Cohen
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 756
Nivel de PJ : : 5
Re: La cueva de la desolación [Privado]
La cueva de la desolación
Cuevas
Me detuve y empujé al prisionero hast que cayó de rodillas. Pilo, se adelantó y lo amenazó.
—Desátale—exigí y rápidamente, aquel tomó su navaja y cortó las sogas. Vi cómo forcejeó e intentó levantarse pero le propiné una patada que lo dejó bastante atontado. Justo oí también, el ruido de una piedra rodar por las cercanías. pero no de dónde había tumbado al prisionero.
Me volteé alzando la luz de la lámpara de aceite para alumbrar el túnel.
—Venga rata inmunda, ¿no quieres disfrutar de la fiesta también?... Te aseguro que serás destripada lentamente—tiré al aire con cierta desconfianza, pero miré con una sonrisa ladina al sujeto que teníamos delante. Sólo pensaba que podría tratarse de algún animal allí y no que hubiese otro sujeto. Nada a la vista.
Volví la atención.
—Puede que haya otros... "comerciantes" que hayan visto este lugar como un buen punto también para esconder alguna mercancía, Capitán—esa conjetura sacó un gruñido de mi garganta, de disgusto. Poca gracia me hacía que otros pisaran los terrenos que yo usaba para los fines de la mercancía de mi barco. También debía admitir que no podía ser capaz de controlarlo todo porque no era ningún Dios, aunque tratase de pretenderlo. Sólo podía llegar a aspirar a ser el Capitán de todos los mares de este mundo, el Rey, que pronto tendría un nuevo descendiente y que lucharía hasta la última gota de sangre del enemigo, porque no sería la mía la que se derramase... para que nadie se atreviera a desafiarme.
Suspiré y saqué mi petaca de alcohol. Bien que quería mi mente clara, pero ya estábamos en destino y el sujeto no suponía peligro alguno. Lo teníamos acorralado desatado pero le sería imposible escapar.
—Esto te ganas por hijo de tu puta madre—siseé entre dientes, con la amargura en hablar así de su progenitora, pues lo mismo es decían de mí y la maldita verdad es que tenían razón. Dolía condenadamente pero no había manera de cambiar ese pasado. Ella intentó darnos todo en un mundo mísero entre los suburbios de Lunargenta.
Estos tipos de pensamientos ameritaban un buen trago así que bebí varios sorbos como si de agua se tratara y me acerqué, carraspeando la garganta mientras el alcohol descendía hasta mi estómago, para posterior, ejercer su efecto y así, llevar al gozo la tortura que haría a este malnacido.
—¿Quieres? Mira que no soy así de bueno siempre. ¡Bebe!—primero pregunté pero luego lo obligué, tirando su cabeza hacia atrás y metiendo el pico de la botella por su boca a prepo. Hice que todo el licor desendiera por su garganta, sin importarme los espasmos que hizo cuando comenzó a ahogarse.
Finalmente lo solté, entre sus toses violentas y con dificultad para respirar.
—Muy bien. Has acabado con mi petaca de alcohol, pedazo de basura maloliente—gruñí y limpié el pico en mi camiseta con una ligera mueca de asco—Actúas como si no hubieses bebido nunca y lástima que no lo disfrutaste porque ese era tu último trago—
Aquel, se recuperó un poco y apoyó la espalda contra la pared rocosa, jadeando bastante aún. Tenía su nariz rota y había roto varios de sus dientes con la patada que le había dado. Escupía sangre con saliva y algo del ron que le había hecho beber. Miré a Pilo que comprendió que quería que se apartara y me puse delante del prisionero.
—Bueno,esto no será rápido ni fácil, sino que será lento y angustioso y tanto que creo que morirás del dolor antes que desangrado. ¿Qué te parece?—Pilo miró con cierta desconfianza hacia la cueva, sosteniendo la lámpara de aceite él ahora y divisó la silueta de una sombra, a la que se quedó mirando con extrañeza, pero no podía ubicar a nadie. Podría jurar que la había visto moverse un poco.
Thomas J. Hidalgo
Experto
Experto
Cantidad de envíos : : 69
Nivel de PJ : : 0
Re: La cueva de la desolación [Privado]
A pesar del ruido ocasionado, sólo la voz de una de aquellas personas llegó hasta su posición de forma nítida. Por el tono de voz, el vampiro intuyó que aquellas personas eran problemáticas y aunque el instinto de conservación le decía que se ocultase y se alejase entre las galerías buscando un lugar seguro, Cohen decidió continuar acercándose. Quizás seguro de su habilidad de pasar desapercibido.
Al llegar hasta el final de una galería, pudo contemplar la escena en cuestión. Tres hombres. Sin duda, dos en un bando y el tercero en discordia. Uno de ellos parecía llevar la voz cantante. Él otro, un lacayo a sus órdenes.
Aprovechando la semioscuridad de la penumbra de la galería y su vista vampírica [1], podía contemplar desde la distancia todo lo que ocurría, lamentándose sobre el pobre destino que le aguardaba al prisionero.
Dado que se trataba sólo de dos personas y no había señales de nadie más allí, el vampiro se adentró en la cámara de piedra dónde estas personas se encontraban, acercándose sigilosamente en dirección a estas personas.
Cuándo los hombres, cuya única fuente de luz era un débil haz de sol que se filtraba en la cueva a través de un orificio del techo y una lámpara de aceite, se percataron de su presencia, dio un paso adelante.
―Veo que están discutiendo sus propios asuntos…― dijo el vampiro, manteniendo la distancia, parando brevemente por la tortura por la que el principal quería hacer pasar al prisionero― Pero… tengo curiosidad por saber qué ocurre. ¿Alguien puede explicarme lo que pasa?
Las intenciones del vampiro eran aún difusas, pues cabía varias opciones. La primera de ellas era evidente: si ese hombre iba a morir, prefería revelar su identidad vampírica a aquellos extraños y alimentarse de su sangre. Al fin y al cabo, una vez muerto, el líquido carmesí que recorría su cuerpo no iba a servirle ya de mucho.
Por otro lado, tenía sus habilidades de la voz y algunos productos alquímicos en la bolsa de viaje que colgaba de su espalda. Por lo que, ante la menor señal de desafío, el vampiro no dudaría en utilizarlas.
Manteniendo una distancia prudencial y sediento de la sangre del prisionero, esperó por su respuesta.
―¿De qué se le acusa exactamente a ese pobre diablo?
[1] Alusión a mi habilidad racial de vista vampírica que me permite ver en la oscuridad con total nitidez.
Al llegar hasta el final de una galería, pudo contemplar la escena en cuestión. Tres hombres. Sin duda, dos en un bando y el tercero en discordia. Uno de ellos parecía llevar la voz cantante. Él otro, un lacayo a sus órdenes.
Aprovechando la semioscuridad de la penumbra de la galería y su vista vampírica [1], podía contemplar desde la distancia todo lo que ocurría, lamentándose sobre el pobre destino que le aguardaba al prisionero.
Dado que se trataba sólo de dos personas y no había señales de nadie más allí, el vampiro se adentró en la cámara de piedra dónde estas personas se encontraban, acercándose sigilosamente en dirección a estas personas.
Cuándo los hombres, cuya única fuente de luz era un débil haz de sol que se filtraba en la cueva a través de un orificio del techo y una lámpara de aceite, se percataron de su presencia, dio un paso adelante.
―Veo que están discutiendo sus propios asuntos…― dijo el vampiro, manteniendo la distancia, parando brevemente por la tortura por la que el principal quería hacer pasar al prisionero― Pero… tengo curiosidad por saber qué ocurre. ¿Alguien puede explicarme lo que pasa?
Las intenciones del vampiro eran aún difusas, pues cabía varias opciones. La primera de ellas era evidente: si ese hombre iba a morir, prefería revelar su identidad vampírica a aquellos extraños y alimentarse de su sangre. Al fin y al cabo, una vez muerto, el líquido carmesí que recorría su cuerpo no iba a servirle ya de mucho.
Por otro lado, tenía sus habilidades de la voz y algunos productos alquímicos en la bolsa de viaje que colgaba de su espalda. Por lo que, ante la menor señal de desafío, el vampiro no dudaría en utilizarlas.
Manteniendo una distancia prudencial y sediento de la sangre del prisionero, esperó por su respuesta.
―¿De qué se le acusa exactamente a ese pobre diablo?
_______________________________________
[1] Alusión a mi habilidad racial de vista vampírica que me permite ver en la oscuridad con total nitidez.
Cohen
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 756
Nivel de PJ : : 5
Re: La cueva de la desolación [Privado]
La cueva de la desolación
Cuevas
―Bueno... la curiosidad no es un pecado―gruñí mirando con fastidio a quien irrumpía en esta tortura―Te saldrán las tripas por la boca si sigues aquí y creéme que no te será agradable el espectáculo―dije pero aquel parecía tener cara de que no vivía a modo legal después de todo, ¿sino qué haría aquí?―Sin embargo yo siento curiosidad de si eres un comerciante o algo por lo que estás aquí, en las entrañas de la tierra―Palpé la petaca de alcohol, vacía e hice una mueca―llegaste tarde, mi prisionero se acabó todo el licor―
El pobre miserable estaba con la mirada algo atontada por el alcohol que había llegado a su estómago de golpe y comenzaba a surtir efecto. Oh sí... yo si bebía de alcohol, era del bueno y no cualquier baratija. Mi dinero era bien invertido porque lo barato, muchas veces solía salir bastante caro. No, no, el capitán Hidalgo sabía usar su dinero.
―Causaba varios problemas en la ciudad donde estaba y faltó el respecto a mi hermana, así que por eso mismo, además de ser un completo inútil que no sabe trapear, morirá... y también por intentar matarnos―contesté al final.
Thomas J. Hidalgo
Experto
Experto
Cantidad de envíos : : 69
Nivel de PJ : : 0
Re: La cueva de la desolación [Privado]
A medida de que se acercaba, el vampiro pudo ver con una mayor precisión las dos figuras que rodeaban al hombre que era prisionero.
La poca delicadeza con la que trataban al torturado hombre le dejó claro a Cohen que se trataba de piratas que habían tenido algún tipo de mal altercado.
Cuándo el líder del dúo se dirigió a él justo antes de dar un nuevo alarde de violencia extrema, Cohen sonrió, ya que estaba acostumbrado a espectáculos dantescos cómo ese.
―Estoy muy lejos de ser un comerciante… sólo debo refugiarme durante el día, dada mi naturaleza…
Tras escuchar los argumentos de peso del pirata sobre el prisionero, Cohen se aventuró a realizar una propuesta.
―Verá… tengo una sed de sangre increíble… ¿le importa si muerdo a su prisionero? Al fin y al cabo, todo parece indicar que va a asesinarle y desperdiciar esa cantidad de sangre…
Cohen tenía las habilidades mágicas suficientes cómo para convencerles, pero siempre utilizaba la magia cómo último recurso. Al fin y al cabo, él era solo un testigo molesto de un asesinato que estaba a punto de ocurrir… Si se ofrecía cómo cómplice, pues…
― ¿Me concede el permiso? Veo que ha estado bebiendo, pero aún así, creo que valdrá la pena… A cambio, puedo ofrecerle mi ayuda en lo que desee, si puedo serle de utilidad…
La poca delicadeza con la que trataban al torturado hombre le dejó claro a Cohen que se trataba de piratas que habían tenido algún tipo de mal altercado.
Cuándo el líder del dúo se dirigió a él justo antes de dar un nuevo alarde de violencia extrema, Cohen sonrió, ya que estaba acostumbrado a espectáculos dantescos cómo ese.
―Estoy muy lejos de ser un comerciante… sólo debo refugiarme durante el día, dada mi naturaleza…
Tras escuchar los argumentos de peso del pirata sobre el prisionero, Cohen se aventuró a realizar una propuesta.
―Verá… tengo una sed de sangre increíble… ¿le importa si muerdo a su prisionero? Al fin y al cabo, todo parece indicar que va a asesinarle y desperdiciar esa cantidad de sangre…
Cohen tenía las habilidades mágicas suficientes cómo para convencerles, pero siempre utilizaba la magia cómo último recurso. Al fin y al cabo, él era solo un testigo molesto de un asesinato que estaba a punto de ocurrir… Si se ofrecía cómo cómplice, pues…
― ¿Me concede el permiso? Veo que ha estado bebiendo, pero aún así, creo que valdrá la pena… A cambio, puedo ofrecerle mi ayuda en lo que desee, si puedo serle de utilidad…
Cohen
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 756
Nivel de PJ : : 5
Re: La cueva de la desolación [Privado]
La cueva de la desolación
Cuevas
No pude evitar fulminarlo con la mirada cuando dejó a entender que era vampiro. La manera en que de niño usaban mi sangre para alimentar a estos seres hacía que me repugnaran. Pero tampoco hice que mi semblante mostrara demasiada hostilidad en su contra porque así mismo había tratado con éstos también para comerciar o hacer algún trato -pirata-."Chupasangre" evité mascullar entre dientes.
―Oh... bien... espero que hayas tomado tu cena―murmuré, consciente que podía tener un oído bastante agudo así como los otros sentidos. Conocía de lo que eran capaces, cómo se movían y demás. Hace un tiempo uno casi me había drenado por completo, un prisionero justamente y que gracias a Amice pude tomar otro aliento de vida porque es muy desgraciado había sido recién convertido. Lo había encontrado aparentemente muerto en la celda y confiado, fui a verificar. Sediento, se aferró a mi brazo con sus afilados colmillos y no mejoró lo que había sido esa noche, por una infección, una de tantas pero que no me había cuidado porque me había enfadado con mi esposa y hermana.
Sí, era muy caprichoso, orgulloso y un cúmulo de ira caminante.
Bueno, por lo que respondió, me alegré que hubiésemos traído al prisionero. Me hice a un lado e indiqué al otro que hiciese lo mismo. El prisionero se tambaleó hacia adelante y apoyó las manos en la tierra. Luego miró al que tenía delante.
―Por favor... no.. conviérteme―pidió dep pronto y me miró de ojo con una leve sonrisa malvada. Lo miré sin ocultar mi sorpresa pero eso lo dejaría a elección del vampiro que teníamos delante.
―Ya que lo pides tan amable... todo tuyo... No sé porqué... es una especie de pequeña debilidad el que sean amables... es que consiguen las cosas más fáciles... a veces―confesé y dependiendo de quién. Sólo que me sorprendía que un vampiro de la nada cuando podría habernos devorado así sin más, lo hubiese hecho―Claro... puede que algunas preguntas queme pueda responder y con eso.. bastará... a no ser que necesite algo si o sí―en verdad me intrigada y dejaba algo confundido la acción pero estaba alerta, siempre, por si había alguna trampilla.
Desconfianza era sinónimo de Thomas también, como orgullo, alcohólico y malhumorado. Mujeriego también, claro está.
Thomas J. Hidalgo
Experto
Experto
Cantidad de envíos : : 69
Nivel de PJ : : 0
Re: La cueva de la desolación [Privado]
Cuándo aquel pobre desgraciado que había resultado prisionero le pidió a Cohen que lo convirtiese, el vampiro no pudo sentir más asco. La conversión era un vínculo muy especial y el vampiro no deseaba, por ahora, tener un neófito… y mucho menos, un completo extraño.
Así que cuándo el pirata le dio vía libre para alimentarse, Cohen sujetó la cabeza del individuo, arrodillado ante él, para levantarle y dejar su cuello a la altura de su boca.
La mordida fue rápida, introduciendo en su arteria su par de colmillos, probando la sangre caliente que corría por sus venas. Su sabor no era especialmente sabroso, pero al menos, sería capaz de saciar su sed.
El cuerpo del prisionero pasó de tensarse a la erótica relajación del mordisco. Al morder, los vampiros liberaban unas enzimas especiales que hacían que para su víctima, la alimentación de su propia sangre fuera un acto de lo más placentero…
Una vez saciada su sed, mientras se recogía los restos de sangre que caía de las comisuras de sus labios con una de sus manos, dejó caer a aquel hombre, ahora ligeramente debilitado, al suelo.
―Muchas gracias. La verdad era que necesitaba alimentarme… pero bueno, le han quedado fuerzas suficientes para que pueda seguir un rato más con el interrogatorio…
Y era en esa parte especialmente en la que el vampiro podría ser realmente útil. Cohen podía utilizar la magia de su voz para hacer creer a cualquier persona lo que fuese…
―Puedo serte útil ―le dijo, mirando al líder de aquel grupo de piratas, mientras de nuevo, daba un paso atrás, poniendo algo de distancia entre ellos― Verá… tengo el especial don de convencer a cualquier persona de cualquier cosa… ¿quieres sonsacar algo a este desgraciado? Te ofrezco mis servicios. Cualquier pregunta, cualquier tema, cualquier asunto que quieras saber de él… yo puedo hacer que hable con absoluta sinceridad… ¿qué te parece? Eso también le atañe a tu otro acompañante, si lo deseas… salvo que tengas completamente claro que es de fiar... algo de lo que uno nunca puede estar del todo seguro... ¿no crees?
El segundo hombre le miró, dejando ver un rostro ligeramente enfadado, respondiendo Cohen con una muda sonrisa.
Así que cuándo el pirata le dio vía libre para alimentarse, Cohen sujetó la cabeza del individuo, arrodillado ante él, para levantarle y dejar su cuello a la altura de su boca.
La mordida fue rápida, introduciendo en su arteria su par de colmillos, probando la sangre caliente que corría por sus venas. Su sabor no era especialmente sabroso, pero al menos, sería capaz de saciar su sed.
El cuerpo del prisionero pasó de tensarse a la erótica relajación del mordisco. Al morder, los vampiros liberaban unas enzimas especiales que hacían que para su víctima, la alimentación de su propia sangre fuera un acto de lo más placentero…
Una vez saciada su sed, mientras se recogía los restos de sangre que caía de las comisuras de sus labios con una de sus manos, dejó caer a aquel hombre, ahora ligeramente debilitado, al suelo.
―Muchas gracias. La verdad era que necesitaba alimentarme… pero bueno, le han quedado fuerzas suficientes para que pueda seguir un rato más con el interrogatorio…
Y era en esa parte especialmente en la que el vampiro podría ser realmente útil. Cohen podía utilizar la magia de su voz para hacer creer a cualquier persona lo que fuese…
―Puedo serte útil ―le dijo, mirando al líder de aquel grupo de piratas, mientras de nuevo, daba un paso atrás, poniendo algo de distancia entre ellos― Verá… tengo el especial don de convencer a cualquier persona de cualquier cosa… ¿quieres sonsacar algo a este desgraciado? Te ofrezco mis servicios. Cualquier pregunta, cualquier tema, cualquier asunto que quieras saber de él… yo puedo hacer que hable con absoluta sinceridad… ¿qué te parece? Eso también le atañe a tu otro acompañante, si lo deseas… salvo que tengas completamente claro que es de fiar... algo de lo que uno nunca puede estar del todo seguro... ¿no crees?
El segundo hombre le miró, dejando ver un rostro ligeramente enfadado, respondiendo Cohen con una muda sonrisa.
Cohen
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 756
Nivel de PJ : : 5
Re: La cueva de la desolación [Privado]
La cueva de la desolación
Cuevas
Solté un leve gruñido cuando él fue a tomar a mi prisionero para alimentarse y me quedé observándolo, resistiéndome a apartar la vista. Me causaba una sensación de repugnancia igual y todo se debía al mismo hecho de lo que me habían hecho de niño así que no ocultaba mi cara de pocos amigos.
―Bien―gruñí al ver cómo caía aquel, por la debilidad que tendría al haber perdido tanta sangre de golpe. Lo vi tiritar. El vampiro habría bebido del licor en la sangre de él pero de sobra sabía que no tendría mucho efecto―Sí, eso tenía entendido―reafirmé cuando mencionó que podía hacer hablar a quien quisiera y miré de reojo al tripulante que me acompañaba. Vi que no le hacía ninguna gracia y me quedé un momento pensando en lo que pasaría a continuación, los pros y contras
Podría ser algún tipo de estrategia de descubrir lo que el supuesto sujeto leal a mí hacía, que no tenía duda de ello y podría aniquilarlo. Pero si lo aniquilaba, el vampiro tendría vía libre para atacarme, aunque de por sí lo hubiese hecho sin problemas estando él o no. O podría descubrir los planes y saber si tenían alguna relación con los sueños que llevaba teniendo desde hacía un buen tiempo imposibilitando mi buen descanso.
―Bien... pero este ya no me interesa sino... él―
―Capitán Hidalgo, le juro que le soy leal―dijo el hombre y se arrodilló. Miró fulminando con la mirada al vampiro pero esbocé media sonrisa.
―Tu miedo delata a que algo has tramado....―dije con calma, lamentando no tener buenos sujetos en mi tripulación y por ello mismo, era bastante receloso con el cuidado de mi querida Amice y de mi hermana y el muchacho, su hijo. Ahora, también, mi hija de unos casi 3 años de edad y que me la impuso una... mujer que trabajaba en la noche en uno de los burdeles de Lunargenta. Ella se deshizo de la pequeña al saber que yo estaba aquí y hasta entonces yo no estaba interesado de su existencia. No podía ser de otra manera porque los tiempos coincidían bien―¡Pero antes..!― ninguno me conocía tan bien como Amice o mi hermana, ellas sí sabrían lo que podría estar planeando en estos momentos.
Saqué mi espada y me dirigí a prisionero en tanto, el que tenía a mi espalda y que se la di a propósito, sacó una daga oculta en su bota y miró con advertencia al vampiro, para ver si decía algo. Claro, esto yo lo sabía aunque no lo veía. No tenía problemas en los rasguños y cortes que pudiesen sangrar, pero tenía margen suficiente para girarme en cuanto oyera o viniese el ataque para poder derribar al hombre.
―Señor... le imploro...!―dijo el otro pero se levantó con cautela aferrando del mango la daga.
Sin más, hundí rápidamente la espada en el pecho del prisionero que soltó un grito ahogado y retiré la espada. Me tomaba un par de segundos más de los que podría ser, sólo para saber qué sucedía.
Thomas J. Hidalgo
Experto
Experto
Cantidad de envíos : : 69
Nivel de PJ : : 0
Re: La cueva de la desolación [Privado]
El líder pirata no tardó en acceder a su oferta. Claramente, vivía en un mundo de sospechas y traición, por lo que cuándo dirigió su interés hacia el otro de sus acompañantes, la sonrisa se dibujó en los labios del vampiro.
Cohen clavó su mirada en el acompañante del pirata, moviéndose alrededor de él, fijando su vista en todo momento en su cuerpo. Tardó unos segundos en reaccionar, sacando una daga que ocultaba en una de sus botas y cuándo alzó el arma hacia él, hizo un gesto de desaprobación.
―¡Vaya! Iba a darte la posibilidad de que fueses sincero con él sin necesidad de usar la magia de mi voz… pero visto lo visto…
Cohen relajó su cuerpo, dejando que todo rastro de tensión desapareciera y tras cerrar los ojos un par de segundos, al volverlos abrir, se encontró algunos cambios.
Para empezar, el líder pirata había procedido a acabar con la vida de aquel desgraciado, hincando en su pecho, su afilada espada. El olor de la sangre corporal llegó hasta él… Por otro, el segundo de sus hombres había dado un par de pasos en su dirección, aunque aún a una distancia prudencial.
Entonces, dejó salir su voz tranquila, serena, incluso dulce de sus labios.
―Querido amigo, confías en mí… Por esa razón, vas a soltar esa daga y vas a dejarla caer sobre la arena. Luego, vas a sentarte en el suelo y vas a contarle a tu líder toda la verdad respecto a las preguntas que él te formule, pues… es tu mejor amigo, tu máximo aliado, y debes decirle siempre la verdad… No temas, pues él será misericordioso si le has traicionado en algún momento… No tengas miedo. Él te aprecia y te tratará siempre bien. [1]
En cuanto terminó de hablar, el pirata soltó la daga, dejándola caer sobre la arena. Ahora, se sentó sobre la misma, dejando su arma a su espalda y miraba en dirección a su líder, quizás esperando las preguntas prometidas.
―Es todo suyo.
[1] Uso de mi habilidad Luz De Gas [Mágica, 1 uso de 2 turnos]:
Cohen utiliza un tono de voz tranquilo y sereno, centrando su atención en una o dos personas, motivando que éstas den por ciertas sus palabras, pudiendo incluso inducirlas a recordar hechos que éstas han vivido de forma diferente a la real. Primer Turno.
Cohen clavó su mirada en el acompañante del pirata, moviéndose alrededor de él, fijando su vista en todo momento en su cuerpo. Tardó unos segundos en reaccionar, sacando una daga que ocultaba en una de sus botas y cuándo alzó el arma hacia él, hizo un gesto de desaprobación.
―¡Vaya! Iba a darte la posibilidad de que fueses sincero con él sin necesidad de usar la magia de mi voz… pero visto lo visto…
Cohen relajó su cuerpo, dejando que todo rastro de tensión desapareciera y tras cerrar los ojos un par de segundos, al volverlos abrir, se encontró algunos cambios.
Para empezar, el líder pirata había procedido a acabar con la vida de aquel desgraciado, hincando en su pecho, su afilada espada. El olor de la sangre corporal llegó hasta él… Por otro, el segundo de sus hombres había dado un par de pasos en su dirección, aunque aún a una distancia prudencial.
Entonces, dejó salir su voz tranquila, serena, incluso dulce de sus labios.
―Querido amigo, confías en mí… Por esa razón, vas a soltar esa daga y vas a dejarla caer sobre la arena. Luego, vas a sentarte en el suelo y vas a contarle a tu líder toda la verdad respecto a las preguntas que él te formule, pues… es tu mejor amigo, tu máximo aliado, y debes decirle siempre la verdad… No temas, pues él será misericordioso si le has traicionado en algún momento… No tengas miedo. Él te aprecia y te tratará siempre bien. [1]
En cuanto terminó de hablar, el pirata soltó la daga, dejándola caer sobre la arena. Ahora, se sentó sobre la misma, dejando su arma a su espalda y miraba en dirección a su líder, quizás esperando las preguntas prometidas.
―Es todo suyo.
______________________________________________
[1] Uso de mi habilidad Luz De Gas [Mágica, 1 uso de 2 turnos]:
Cohen utiliza un tono de voz tranquilo y sereno, centrando su atención en una o dos personas, motivando que éstas den por ciertas sus palabras, pudiendo incluso inducirlas a recordar hechos que éstas han vivido de forma diferente a la real. Primer Turno.
Cohen
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 756
Nivel de PJ : : 5
Re: La cueva de la desolación [Privado]
La cueva de la desolación
Cuevas
Me giré cuando oí al vampiro porque el ataque nunca llegó. Fruncí el entrecejo cuando los miré y allí estaba... con el poder de la palabra del vampiro había quedado totalmente sometido. Inhalé aire para mantenerme frío. Me agradaba saber la verdad pero mi problema yací en el autocontrol de no aniquilar a otro más de mi tripulación por confirmar mi sospecha. Debería darle una lección en cuanto volviésemos al barco pero debería andarme con cuidado por si intentaba hacer algo en mi contra y no me apetecía andar sólo por allí. Si no me servía de ayuda sí lo sería si lo usaba para empujarlo para proteger mi propia vida. No por egoísmo o cobardía porque si debía morir, quería que fuese una causa que realmente valiera y no por caer en la cueva donde había un vampiro, del que no podía ser capaz de confiar por más que me mostraba... ¿amigable? por su... proceder amable.
Ese era otro motivo, por lo mismo que había pensado antes en mi paranoia. También el vampiro podía buscar el modo de librarme de este sujeto que posiblemente pensara en armar algún motín o traicionarme y luego, venir a por mí y sacarme alguna información... ¿Quién sabe si era socio de algún otro pirata y estaba aquí para tenderme una trampa? Sí, mi mente era muy retorcida pero la experiencia es lo que me había formado de esta manera.
―El miedo tiene mucho poder y gracias a ti veo que mis sospechas pueden confirmarse aquí mismo―le dije con una media sonrisa al vampiro―Llámame Thomas. Creo que no nos hemos presentado...―no me importaba los riesgos que me llevara a decir mi nombre. Mi apellido acarreaba consigo sangre y traición debido a los accionares de mi padre pero nunca me dejaba pisotear por eso sino al contrario. Amaba el desafío. En Lunargenta, todo el que oía el apellido "Hidalgo" sentía aborrecimiento porque mi padre había traicionado a la realeza. No conocía demasiado detalles pero gracias a él, habíamos caído en desgracia y nuestra madre, convertido en una puta que murió por protegernos y tratar de darnos un pedazo de pan a mí y a mis hermanos―Soy el Capitán del barco... mercante... de Lunargenta. Capitán Hidalgo―mi mirada pasó a ensombrecerse con un dejo de desafío y en busca de reconocer algún signo de ofensa o algo, que intentara usar en mi contra.
―¿Planeas tú o alguien más intentar tomar mi puesto de capitán? ¿Quiénes están implicados?―
―Sí, pero los demás tienen miedo de volverse contra su capitán―respondió haciendo que cerrara mi puño y empuñara con fuerza mi arma. No podía matarlo ahora por lo mismo que había pensado antes. Endurecí mi semblante y solté un suspiro lento, apenas imperceptible buscando controlar mi rabia más no podía hacer lo mismo por el semblante donde no ocultaba nada esta vez.
―Creo que es todo lo que necesito saber...―miré al vampiro―ya me encargaré de él cuando estemos de regreso. Servirá de lección para los demás. Mi tripulante empalideció al oírme y saber lo que había hecho.
―Yo... yo lo siento―miró con odio al vampiro―Tú me obligaste a decirlo.... yo yo jamás querría ser capitán de un barco. ¡Tú tienes un poder capaz de obligar mentalmente a decir mentiras! ¡No le crea!―me miró y enarqué las cejas. Había visto lo suficiente pero también alguna vez me pregunté si los mismos obligaban a hacerte decir cosas que no quería... o imponerte recuerdos, según algunas habladurías. No tenía certeza del todo pero sí de lo que veía.
Thomas J. Hidalgo
Experto
Experto
Cantidad de envíos : : 69
Nivel de PJ : : 0
Re: La cueva de la desolación [Privado]
La verdad era que a Cohen le inquietaba aquel hombre. Sentía cómo su cuerpo estaba tenso, pero aún así, sabía que tenía una clara ventaja sobre él: la capacidad de manejar su voluntad a su pleno deseo, por lo que de actuar, el vampiro sabría cómo contratacar.
Sin embargo, el humano decidió presentarse como el Capitán Thomas Hidalgo, nombre que no recordaba haber escuchado jamás. De hecho, cuándo su conversora le convirtió en vampiro dos años antes, había jugado tanto con su mente que apenas lograba recordar nada de su vida antes de los últimos años. ¡Ni siquiera sabía hasta hace poco su propio nombre de pila!
―Soy Nikolas Cohen ―se presentó el vampiro, de forma corta y efectiva, mientras se disponía a observar el proceder del pirata.
La verdad era que su pregunta era sencilla. Cohen siempre había imaginado la vida pirata cómo una vida de aventuras, peligros, traiciones y tesoros escondidos. Por lo que el hecho de que aquel hombre le preguntara sólo por cuestiones de lealtad le daba a entender al vampiro que el pirata era desconfiado por naturaleza.
Cuándo las palabras del subalterno se volvieron contra él, el vampiro se sintió terriblemente ofendido durante unos segundos, antes de que su idea maliciosa apareciera en su mente.
―Puedo hacer lo que dices… de hecho, voy a hacerlo contigo. Cuándo vuelvas al barco y escuches malas palabras de cualquier otro marinero dirigidas al Capitán Hidalgo, sentirás un fuerte deseo de lealtad y le informarás de cada palabra que esos marineros pronuncien, ya que no hay persona a la que admires más que a él. El respeto que sientes hacia él es indudable y tu obediencia a su persona y sus seres queridos será máxima, porque los aprecias cómo si de tu misma familia se tratasen... [2]
El vampiro se puso en pie y dio un par de pasos hacia el Capitán Hidalgo que había observado la escena…
―Sin duda, no podrá dudar de su lealtad a partir de este momento. Le será totalmente fiel de ahora en adelante. He sembrado esa idea en la cabeza y pronto la habrá asimilado como propia. Este maldito creerá en todo momento que le debe todo, Capitán. Utilice sabiamente el poder que le he concebido.
Una vez terminada su intervención, se preguntó si aquel hombre tendría algunos contactos comerciales en la cercana Sacrestic Ville.
― Soy alquimista en Sacrestic Ville. ¿Tiene alguna relación comercial con alguien de la ciudad? Si le interesa provisiones de alquimia de algún tipo, siempre podría facilitárselas a un buen precio.
La verdad era que tras haber tenido problemas con el Gremio de Alquimistas de la ciudad de los vampiros, su economía no era especialmente brillante en esos momentos. Quizás un acuerdo comercial con aquel pirata podría ser beneficioso para ambos.
[2] Uso de mi habilidad Luz De Gas [Mágica, 1 uso de 2 turnos]:
Cohen utiliza un tono de voz tranquilo y sereno, centrando su atención en una o dos personas, motivando que éstas den por ciertas sus palabras, pudiendo incluso inducirlas a recordar hechos que éstas han vivido de forma diferente a la real. Segundo Turno.
Sin embargo, el humano decidió presentarse como el Capitán Thomas Hidalgo, nombre que no recordaba haber escuchado jamás. De hecho, cuándo su conversora le convirtió en vampiro dos años antes, había jugado tanto con su mente que apenas lograba recordar nada de su vida antes de los últimos años. ¡Ni siquiera sabía hasta hace poco su propio nombre de pila!
―Soy Nikolas Cohen ―se presentó el vampiro, de forma corta y efectiva, mientras se disponía a observar el proceder del pirata.
La verdad era que su pregunta era sencilla. Cohen siempre había imaginado la vida pirata cómo una vida de aventuras, peligros, traiciones y tesoros escondidos. Por lo que el hecho de que aquel hombre le preguntara sólo por cuestiones de lealtad le daba a entender al vampiro que el pirata era desconfiado por naturaleza.
Cuándo las palabras del subalterno se volvieron contra él, el vampiro se sintió terriblemente ofendido durante unos segundos, antes de que su idea maliciosa apareciera en su mente.
―Puedo hacer lo que dices… de hecho, voy a hacerlo contigo. Cuándo vuelvas al barco y escuches malas palabras de cualquier otro marinero dirigidas al Capitán Hidalgo, sentirás un fuerte deseo de lealtad y le informarás de cada palabra que esos marineros pronuncien, ya que no hay persona a la que admires más que a él. El respeto que sientes hacia él es indudable y tu obediencia a su persona y sus seres queridos será máxima, porque los aprecias cómo si de tu misma familia se tratasen... [2]
El vampiro se puso en pie y dio un par de pasos hacia el Capitán Hidalgo que había observado la escena…
―Sin duda, no podrá dudar de su lealtad a partir de este momento. Le será totalmente fiel de ahora en adelante. He sembrado esa idea en la cabeza y pronto la habrá asimilado como propia. Este maldito creerá en todo momento que le debe todo, Capitán. Utilice sabiamente el poder que le he concebido.
Una vez terminada su intervención, se preguntó si aquel hombre tendría algunos contactos comerciales en la cercana Sacrestic Ville.
― Soy alquimista en Sacrestic Ville. ¿Tiene alguna relación comercial con alguien de la ciudad? Si le interesa provisiones de alquimia de algún tipo, siempre podría facilitárselas a un buen precio.
La verdad era que tras haber tenido problemas con el Gremio de Alquimistas de la ciudad de los vampiros, su economía no era especialmente brillante en esos momentos. Quizás un acuerdo comercial con aquel pirata podría ser beneficioso para ambos.
___________________________________________
[2] Uso de mi habilidad Luz De Gas [Mágica, 1 uso de 2 turnos]:
Cohen utiliza un tono de voz tranquilo y sereno, centrando su atención en una o dos personas, motivando que éstas den por ciertas sus palabras, pudiendo incluso inducirlas a recordar hechos que éstas han vivido de forma diferente a la real. Segundo Turno.
Cohen
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 756
Nivel de PJ : : 5
Re: La cueva de la desolación [Privado]
La cueva de la desolación
Cuevas
―Bien Nikolás―algo de él hizo que me cayese bien, pero por experiencia de sobra no sería capaz de bajar la guardia. Con las únicas personas a las que confiaba algo, era a mi esposa, hermana o mi sobrino, pero nadie más―Me apetece encontrarme contigo nuevamente. Puedes preguntar por el nombre de mi barco en los muelles cualquier cosa, o si lo llegas a ver. Viajo a todas las tierras para vender productos de toda clase―
Miré a mi tripulante. Podía ver la vergüenza en él pero el vampiro evitaba su muerte porque por coacción, podría revelarme los secretos que sucedían ante mí,
―Me has sido de mucha más ayuda y creo que soy yo quien te debe algún favor a ti, más allá de la sangre que hayas podido beber. ¿Requieres alguna presa para alimentar tu sed?... En cuanto nos veamos nuevamente, tendré una preparada para ti... Hay muchos malhechores dando vueltas por todos lados, incluso al lado de uno―[/b]miré a mi tripulante y luego al prisionero muerto.
―Me interesa―estuve a punto de decir que a mi esposa Amice le serviría de mucho una tienda así, para sus productos para la medicina pero me contuve. No solía revelar demasiada información personal de mi para evitar los flancos de puntos débiles. Demasiado pasaban ellas también cuando yo, de manera descarada, decía cual era mi apellido y la relación que ellas llevaban conmigo, o el muchacho. "Hidalgo" era la invitación directa para meternos en problemas y a mi no me importaba porque les hacía frente. Sólo que no querría que las encontrasen sola―Me... ha venido bien conocerte. Todos los días uno no sabe con qué se encontrará pero lo raro, es hallar verdades ocultas por más torturas que se realice―señalé a mi tripulante, a quien había planeado matar de una manera demasiado lenta, tanto que fuese una clara advertencia a cada posible traidor en mi navío.
―Es momento de que nos marchemos... ―miré al hombre, que esperó titubeante, hasta que se adelantó. Por efectiva que fuese la coacción del vampiro, no me arriesgaría a dar la espalda y al vampiro, lo tendría a mi lado, pero jamás iría delante de él. ¿Quién sabe si no había satisfecho su sed y me atacase también? Siempre y cuando me acompañara fuera de esa cueva donde habría una empinada hasta la arena y de allí, el bote que nos llevaría hasta el barco.
Thomas J. Hidalgo
Experto
Experto
Cantidad de envíos : : 69
Nivel de PJ : : 0
Re: La cueva de la desolación [Privado]
La verdad era que aquel encuentro casual le había terminado satisfaciendo. Sin duda, muchos de los comerciantes de Sacrestic Ville, sobre todo los humanos que habían invadido la ciudad junto con los soldados de Lunargenta eran bastante reacios a hacer negocios con piratas. Por lo que si lograba llegar a algún acuerdo con él, podría ser su proveedor alquímico en la costa Oeste, algo que sería beneficioso económicamente para los dos.
―Puedes encontrarme en La Flor Inerte. Es una tienda a la entrada del Jardín Botánico de Sacrestic Ville.
Obvió la información de que el jardín botánico era de su propiedad, ya que era una información que facilitaba sólo aquellos que eran dignos de su confianza.
―Ten un buen viaje y vigila tu espalda. Creo que estás rodeado de enemigos…
Cohen se dirigió de nuevo al interior de las galerías de la cueva, buscando de nuevo el lugar dónde había dejado sus posesiones. Descansaría hasta el ocaso y luego, se dirigiría al sur en dirección a la aldea de Arenanegra. Allí, debía encontrar a Lysa Borlem y preguntarle todas sus dudas sobre el Ojo Carmesí y la existencia de su falsa lápida en el mausoleo del cementerio de Sacrestic.
―Puedes encontrarme en La Flor Inerte. Es una tienda a la entrada del Jardín Botánico de Sacrestic Ville.
Obvió la información de que el jardín botánico era de su propiedad, ya que era una información que facilitaba sólo aquellos que eran dignos de su confianza.
―Ten un buen viaje y vigila tu espalda. Creo que estás rodeado de enemigos…
Cohen se dirigió de nuevo al interior de las galerías de la cueva, buscando de nuevo el lugar dónde había dejado sus posesiones. Descansaría hasta el ocaso y luego, se dirigiría al sur en dirección a la aldea de Arenanegra. Allí, debía encontrar a Lysa Borlem y preguntarle todas sus dudas sobre el Ojo Carmesí y la existencia de su falsa lápida en el mausoleo del cementerio de Sacrestic.
Cohen
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 756
Nivel de PJ : : 5
Re: La cueva de la desolación [Privado]
La cueva de la desolación
Cuevas
―De acuerdo. Iré allí entonces junto a mi... esposa―casi decía su nombre, pero como siempre, prefería resguardar la seguridad de ella ante todo así como la de mi hermana y su hijo. Y bueno... la reciente aparición de la pequeña niña que una puta me encajó en mi barco antes de que zarpáramos y que fue de pronto, cuando Amice dijo estar embarazada. Oh si, una gran locura con dos infantes de pronto a bordo... No era tanto un problema porque en el barco habíamos criado al mocoso de mi sobrino después de todo. Ante una simple mirada mía, siempre supo cuando algo estaba mal o bien aunque su madre no hubiese estado de acuerdo en que le daba miedo.
Ahora el chico me tenía respeto o eso quería creer y era mi ayudante en todo, tanto como para la tripulación como un ayudante de cámara también. Todo a fin de enseñarle lo mejor para que pudiese tener el mando si yo lo requería y por ende, era tanta mi exigencia hacia él.
―Es mejor que tengan cuidado de mi―gruñí mirando al sujeto que creí que tenía una buena lealtad hacia mí, pero ahora era bajo coacción de un vampiro. No era real pero me sería bastante útil―Y lo de los enemigos es pan de cada día hoy. ¿Quién no los tiene? Viven con uno mismo incluso y hay que cuidarse hasta de lo que uno bebe o come... y en el peor de los casos, el contacto de las cosas. he oído de varios venenos que son mediante contacto y creo que si los tienes, los compraré cuando vaya a ver tu tienda―dije sin mirarlo y tras darle una última mirada cuando estaba por bajar de la cueva con aquel sujeto a mi vista, ya que no quería que me empujara a propósito, me despedí. Ni un adiós, ni nada porque no era mi estilo.
Thomas J. Hidalgo
Experto
Experto
Cantidad de envíos : : 69
Nivel de PJ : : 0
Temas similares
» [Cerrado]Princesa de Duendes[Cueva-Bosque][Interpretativo Libre 3/3]
» Con o sin ti [Privado]
» Génesis [Privado - Zöe]
» Quid pro quo [Privado] [3/3]
» El Arca De Noé [Privado]
» Con o sin ti [Privado]
» Génesis [Privado - Zöe]
» Quid pro quo [Privado] [3/3]
» El Arca De Noé [Privado]
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Hoy a las 14:43 por Eilydh
» Días de tormenta + 18 [Privado]
Ayer a las 23:14 por Iori Li
» Laboratorio Harker [Alquimia+Ingeniería]
Ayer a las 19:13 por Zelas Hazelmere
» Pócimas y Tragos: La Guerra de la Calle Burbuja [Interpretativo] [Libre]
Ayer a las 16:18 por Mina Harker
» El vampiro contraataca [Evento Sacrestic]
Ayer a las 05:53 por Lukas
» La Procesión de los Skógargandr [Evento Samhain (Halloween)]
Mar Nov 19 2024, 22:49 por Eltrant Tale
» Entre Sombras y Acero [LIBRE][NOCHE]
Mar Nov 19 2024, 22:42 por Cohen
» [Zona de culto] Altar de las Runas de los Baldíos
Lun Nov 18 2024, 12:29 por Tyr
» Susurros desde el pasado | Amice H.
Lun Nov 18 2024, 04:12 por Amice M. Hidalgo
» [Zona de culto] Iglesia del único Dios
Sáb Nov 16 2024, 21:38 por Tyr
» Enjoy the Silence 4.0 {Élite]
Miér Nov 13 2024, 20:01 por Nana
» Vampiros, Gomejos, piernas para qué las tengo. [Privado]
Mar Nov 12 2024, 04:51 por Tyr
» Derecho Aerandiano [Libre]
Dom Nov 10 2024, 13:36 por Tyr
» Propaganda Peligrosa - Priv. Zagreus - (Trabajo / Noche)
Vie Nov 08 2024, 18:40 por Lukas
» Lamentos de un corazón congelado [Libre 3/3]
Vie Nov 08 2024, 01:19 por Tyr