Calma, se va a estabilizar [Libre] [Noche] [Vigilado]
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El malestar se acrecentaba día tras día. Las consecuencias de la exploración a la ciudad de las bestias había resultado satisfactorias para los intereses de Oneca; sin embargo, la sintomatología causada por los efectos secundarios de la explosión de éter se tornaban desesperantes.
Sentía un decaimiento total, fatiga, vómitos y mareos, jaquecas constantes. Incluso mi control sobre la sangre se veía entorpecido. Tenía que atender mi malestar, si no era capaz de curarme pronto, todo apuntaba a una muerte lenta y dolorosa. No sabía que era, pero ningún libro de medicina que conocía tenía una respuesta a mi enfermedad. Por ello, tenía que buscar una atención “alternativa”.
Entre escéptico y desesperado, debatía si seguir los rumores de una aldea apartada de las grandes ciudades. Cerca del paso de Los Baldíos, a solo un par de días de D'Orlind Ûr, una curandera famosa vivió entre el bosque espeso, Melínoe.
Llegar había sido una completa proeza, no solo el malestar dificultaba el movilizarme, sino que la ubicación era apartada de los caminos principales. No obstante, la fama de la chamán le precedía, por lo que los viajeros y lugareños de la zona fuera del bosque daban indicaciones certeras para alcanzar mi destino
Antorchas alumbraban el camino por el bosque, escalones de piedra rodeados de musgo subían marcando el camino a la entrada. Allí una pequeña figura roja custodiaba una puerta llena de lianas y matorrales. Parecía una bestia amorfa y peluda, quizás no muy amenazante. Identificar una criatura o animal que lo definiera resultaba difícil ¿puercoespín?, ¿equidna?
Alto - Dijo el guardián analizándome con cautela. Tras su bienvenida escupió al suelo tres veces.- Yo Da Wae Ebolá, tu ver enfermo, tu querer ver a Tita Melínoe. - seguido de sus frases de lenguaje macarrónico de acento marcado, la pequeña bestia empezó a repetir fonemas ajenos a la lengua común del continente, algo parecido a un chasquido con la lengua con un eco como si se tratase de un ejercito de seres rojos.
Vengo a atender mi condición. - sentencié procurando parecer estable. Sentía como sudaba y mi apariencia quizás denotaba mi fiebre. - Solicito que me permitas ver a la curandera.
Tu seguir regla, NADA DE PELEAS. Ahora ven - la mirada de la criatura se tornó amenazante, parecía ser una condición que no podría ser debatible, en su morada las luchas y la sangre no estaban permitidas.
Siguiendo a la pequeña criatura roja avancé hacia la vivienda de la hechicera, mis necesidades eran más importantes que sus caprichos de "no pelear". No tenía pretensiones de luchar con nadie, y mucho menos en ese estado. El camino continuaba a una gran choza con adornos guindando los arboles cercanos. El musgo y la maleza habían invadido todo y un aura oscura rodeaba aquella viviendo acogedora.
_____________________Sentía un decaimiento total, fatiga, vómitos y mareos, jaquecas constantes. Incluso mi control sobre la sangre se veía entorpecido. Tenía que atender mi malestar, si no era capaz de curarme pronto, todo apuntaba a una muerte lenta y dolorosa. No sabía que era, pero ningún libro de medicina que conocía tenía una respuesta a mi enfermedad. Por ello, tenía que buscar una atención “alternativa”.
Entre escéptico y desesperado, debatía si seguir los rumores de una aldea apartada de las grandes ciudades. Cerca del paso de Los Baldíos, a solo un par de días de D'Orlind Ûr, una curandera famosa vivió entre el bosque espeso, Melínoe.
Llegar había sido una completa proeza, no solo el malestar dificultaba el movilizarme, sino que la ubicación era apartada de los caminos principales. No obstante, la fama de la chamán le precedía, por lo que los viajeros y lugareños de la zona fuera del bosque daban indicaciones certeras para alcanzar mi destino
Antorchas alumbraban el camino por el bosque, escalones de piedra rodeados de musgo subían marcando el camino a la entrada. Allí una pequeña figura roja custodiaba una puerta llena de lianas y matorrales. Parecía una bestia amorfa y peluda, quizás no muy amenazante. Identificar una criatura o animal que lo definiera resultaba difícil ¿puercoespín?, ¿equidna?
- Da Wae Ebolá:
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Alto - Dijo el guardián analizándome con cautela. Tras su bienvenida escupió al suelo tres veces.- Yo Da Wae Ebolá, tu ver enfermo, tu querer ver a Tita Melínoe. - seguido de sus frases de lenguaje macarrónico de acento marcado, la pequeña bestia empezó a repetir fonemas ajenos a la lengua común del continente, algo parecido a un chasquido con la lengua con un eco como si se tratase de un ejercito de seres rojos.
Vengo a atender mi condición. - sentencié procurando parecer estable. Sentía como sudaba y mi apariencia quizás denotaba mi fiebre. - Solicito que me permitas ver a la curandera.
Tu seguir regla, NADA DE PELEAS. Ahora ven - la mirada de la criatura se tornó amenazante, parecía ser una condición que no podría ser debatible, en su morada las luchas y la sangre no estaban permitidas.
Siguiendo a la pequeña criatura roja avancé hacia la vivienda de la hechicera, mis necesidades eran más importantes que sus caprichos de "no pelear". No tenía pretensiones de luchar con nadie, y mucho menos en ese estado. El camino continuaba a una gran choza con adornos guindando los arboles cercanos. El musgo y la maleza habían invadido todo y un aura oscura rodeaba aquella viviendo acogedora.
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Maldición= Miasma expansiva
Aunque pareces haberte recuperado por completo de la explosión de éter, una pequeña esquirla helada, aparentemente inofensiva, se ha alojado dentro de ti. La buena noticia es que, gracias a ella, en tu próximo tema, los hechizos relacionados con ilusiones, ofuscación o influencia mental en general no tendrán efecto sobre ti. La mala noticia es que la esquirla está continuamente alimentándose del éter a tu alrededor y, al no poder crecer indefinidamente dentro de tu cuerpo, acabará por estallar, liberando el éter acumulado en una miasma que se expandirá en un radio de tres metros a tu alrededor. Tú recibes una herida moderada por la explosión de la esquirla y quien se encuentre en el área expansiva (incluyéndote a ti) experimentará los efectos adversos que ya conoces (náuseas, dolor de cabeza y dificultad para respirar), entorpeciendo sus acciones durante las dos rondas siguientes. La explosión de la esquirla deberá producirse, como muy tarde, en la quinta ronda de tu próximo tema. Si se trata de un tema corto (como un Desafío) y no llega a detonarse, se detonará en el siguiente tema (deberás restar a las 5 rondas máximas el número de rondas que tuviera ese primer tema). El efecto positivo también se trasladaría al siguiente tema, pero desaparecerá una vez que se detone la esquirla. Si dos o más personajes infectados se encuentran juntos, la explosión de una esquirla detonará automáticamente las de los demás, aumentando proporcionalmente los efectos adversos de la miasma.
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Re: Calma, se va a estabilizar [Libre] [Noche] [Vigilado]
-Entonces... ¿Cómo fue de nuevo?- preguntaría el rubio mientras caminaba con dificultad, recibiendo apoyo por parte de Van y Eli.
-Te diste bien duro contra el muro- señalaría la mujer bestia.
-Eso, te atendimos como pudimos, pero no fue suficiente, así que enviamos unos cuervos mensajeros solicitando ayuda para Zelas Hazelmere y alguien nos indico que en este lugar podrían tratarte- añadiría el peli blanco, que también caminaba con dificultad, pero se encontraba en mejores condiciones que Zelas.
-Espera, ¿usaron mi nombre?, hay que irnos, debemos buscar otro lugar- diría el rubio mientras negaba con la cabeza.
-Vamos no seas miedoso, ¿acaso eres de los que evita ir al curandero hasta que no queda otra opción?- preguntaría Eli
-Tengo pocos enemigos, pero son terribles, y ustedes les indicaron donde encontrarme, ahora que no estoy en condiBLEEERRRG- el no-elfo se detendría para vomitar, al tiempo que los demás le soltaban.
-Ya ya, entraras allí y te curaras de lo que sea que tienes- le calmaría Eli mientras le daba unas palmaditas en el hombro.
-Es un lugar neutral, nos dijeron que no se permiten peleas allí, además con esto quedamos a mano- comentaría el peliblanco, dejando en claro que ya era momento de separar sus caminos.
-Si si, como digan, seguro ya se forraron con todos los cristales que me sacaron del cuerpo- Zelas terminaría de limpiarse la boca y se enderezaría a duras penas.
-Hey, no nos culpes, tu ya tienes donde curarte y nosotros un botín, nos estamos viendo en otra ocasión rompe muros- Eli le daría una nalgada y comenzaría a marcharse.
-Se raro, pero no te conviertas en un extraño, nos vemos- Van también haría un gesto de despedida y se marcharía con Eli.
Y así, Zelas quedaría solo frente a una extraña entrada, y a su encuentro, un pequeño... Cosa roja con una lanza, que viendo como estaban las cosas, probablemente le ganaría en un combate. -Alto- Zelas no estaba seguro si se refería a que él era alto o a que se detuviera, a pesar de no estar enfermo, acto seguido, el pequeño escupió 3 veces al suelo y Zelas replico el gesto escupiendo 3 veces también.
-Yo Da Wae Ebolá, tu ver enfermo, tu querer ver a Tita Melínoe.- diría el pequeñín.
-Yo Zelas, yo enfermo, si Tita Melínoe curar a yo, yo querer verla- respondería el rubio de la misma forma.
-¿Tu querer tomar pelo?- preguntaría el pequeño apuntándole con su lanza.
-Oh no, solo quería ser cortes- Zelas no terminaría de explicarse cuando la cosa pequeña se echaría a reír.
-Yo si tomar pelo jajaja, pero ahora tu seguir regla, NADA DE PELEAS, eso no tomándote pelo- diría serio.
-Tener sentido del humor, yo agrada eso, yo respetar regla- para mostrar que iba enserio, Zelas saco su orbe de su bolsillo y procedió a guardar la enorme espada que traía colgando de la espalda(1).
Da Wae Ebolá sonrió y procedió a guiarle por el camino hasta una choza, el pequeño le indico que entrara y al momento de hacerlo grande fue su sorpresa al ver un rostro familiar, el no-elfo se sentó frente a el como si nada -Vamos, algo de gracia tiene que causar que justo vinimos a parar acá- diría riendo mientras se sujetaba el abdomen.
OFF: cosas y habilidades usadas.
1_ Vaina infinita.
-Te diste bien duro contra el muro- señalaría la mujer bestia.
-Eso, te atendimos como pudimos, pero no fue suficiente, así que enviamos unos cuervos mensajeros solicitando ayuda para Zelas Hazelmere y alguien nos indico que en este lugar podrían tratarte- añadiría el peli blanco, que también caminaba con dificultad, pero se encontraba en mejores condiciones que Zelas.
-Espera, ¿usaron mi nombre?, hay que irnos, debemos buscar otro lugar- diría el rubio mientras negaba con la cabeza.
-Vamos no seas miedoso, ¿acaso eres de los que evita ir al curandero hasta que no queda otra opción?- preguntaría Eli
-Tengo pocos enemigos, pero son terribles, y ustedes les indicaron donde encontrarme, ahora que no estoy en condiBLEEERRRG- el no-elfo se detendría para vomitar, al tiempo que los demás le soltaban.
-Ya ya, entraras allí y te curaras de lo que sea que tienes- le calmaría Eli mientras le daba unas palmaditas en el hombro.
-Es un lugar neutral, nos dijeron que no se permiten peleas allí, además con esto quedamos a mano- comentaría el peliblanco, dejando en claro que ya era momento de separar sus caminos.
-Si si, como digan, seguro ya se forraron con todos los cristales que me sacaron del cuerpo- Zelas terminaría de limpiarse la boca y se enderezaría a duras penas.
-Hey, no nos culpes, tu ya tienes donde curarte y nosotros un botín, nos estamos viendo en otra ocasión rompe muros- Eli le daría una nalgada y comenzaría a marcharse.
-Se raro, pero no te conviertas en un extraño, nos vemos- Van también haría un gesto de despedida y se marcharía con Eli.
Y así, Zelas quedaría solo frente a una extraña entrada, y a su encuentro, un pequeño... Cosa roja con una lanza, que viendo como estaban las cosas, probablemente le ganaría en un combate. -Alto- Zelas no estaba seguro si se refería a que él era alto o a que se detuviera, a pesar de no estar enfermo, acto seguido, el pequeño escupió 3 veces al suelo y Zelas replico el gesto escupiendo 3 veces también.
-Yo Da Wae Ebolá, tu ver enfermo, tu querer ver a Tita Melínoe.- diría el pequeñín.
-Yo Zelas, yo enfermo, si Tita Melínoe curar a yo, yo querer verla- respondería el rubio de la misma forma.
-¿Tu querer tomar pelo?- preguntaría el pequeño apuntándole con su lanza.
-Oh no, solo quería ser cortes- Zelas no terminaría de explicarse cuando la cosa pequeña se echaría a reír.
-Yo si tomar pelo jajaja, pero ahora tu seguir regla, NADA DE PELEAS, eso no tomándote pelo- diría serio.
-Tener sentido del humor, yo agrada eso, yo respetar regla- para mostrar que iba enserio, Zelas saco su orbe de su bolsillo y procedió a guardar la enorme espada que traía colgando de la espalda(1).
Da Wae Ebolá sonrió y procedió a guiarle por el camino hasta una choza, el pequeño le indico que entrara y al momento de hacerlo grande fue su sorpresa al ver un rostro familiar, el no-elfo se sentó frente a el como si nada -Vamos, algo de gracia tiene que causar que justo vinimos a parar acá- diría riendo mientras se sujetaba el abdomen.
OFF: cosas y habilidades usadas.
1_ Vaina infinita.
- Maldición:
- Miasma expansiva Ronda 1/5
Aunque pareces haberte recuperado por completo de la explosión de éter, una pequeña esquirla helada, aparentemente inofensiva, se ha alojado dentro de ti. La buena noticia es que, gracias a ella, en tu próximo tema, los hechizos relacionados con ilusiones, ofuscación o influencia mental en general no tendrán efecto sobre ti. La mala noticia es que la esquirla está continuamente alimentándose del éter a tu alrededor y, al no poder crecer indefinidamente dentro de tu cuerpo, acabará por estallar, liberando el éter acumulado en una miasma que se expandirá en un radio de tres metros a tu alrededor. Tú recibes una herida moderada por la explosión de la esquirla y quien se encuentre en el área expansiva (incluyéndote a ti) experimentará los efectos adversos que ya conoces (náuseas, dolor de cabeza y dificultad para respirar), entorpeciendo sus acciones durante las dos rondas siguientes. La explosión de la esquirla deberá producirse, como muy tarde, en la quinta ronda de tu próximo tema. Si se trata de un tema corto (como un Desafío) y no llega a detonarse, se detonará en el siguiente tema (deberás restar a las 5 rondas máximas el número de rondas que tuviera ese primer tema). El efecto positivo también se trasladaría al siguiente tema, pero desaparecerá una vez que se detone la esquirla. Si dos o más personajes infectados se encuentran juntos, la explosión de una esquirla detonará automáticamente las de los demás, aumentando proporcionalmente los efectos adversos de la miasma.
Zelas Hazelmere
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Re: Calma, se va a estabilizar [Libre] [Noche] [Vigilado]
La gran tortuga azul se tambaleaba mientras caminaba. Llevaba un par de días sin entrenar, asi de débil se sentía, luego de encontrar los restos de la ciudad perdida no había obtenido nada más que malestar, mareos, vómitos, fiebre y fuertes dolores, ni una sola respuesta y muchos males, definitivamente no había sido el resultado esperado. –Maldita sea – dijo tratando de enfocar su visión, los árboles se veían borrosos, pero debía seguir caminando, debía encontrar la choza de Tita Melínoe.
Varios años atrás había estado cerca de ese lugar y había enfermado, una fiebre que casi lo había llevado a la muerte, se había desmayado en el camino y sus acompañantes lo habían subido, no tenía idea como, a una carroza por lo que le habían contado y lo habían llevado con Tita Melínoe, no recordaba mucho, pero si recordaba antorchas y una choza, una choza que le daba una vibra que le hacía sentir débil e indefenso.
Luego de mucho buscar llego a un camino iluminado por antorchas, subir por este era una tarea ardua, los dolores apenas y le dejaban caminar y había tenido que detenerse a vomitar ya en dos oportunidades desde que había encontrado las antorchas, pero sentía que estaba cerca. –No sé cómo pudieron arrastrarme en una carroza por este camino – dijo la tortuga al llegar al umbral, empezaba a recordar el camino, sentía que estaba cerca cuando encontró un ser pequeño y rojo que lo miraba fijamente sin pestañear, la tortuga se sentía incomoda delante de el quien escupió tres veces al piso.
- Yo Da Wae Ebolá, tu ver enfermo Lukas, tu querer ver a Tita Melínoe. – dijo mirándolo a los ojos, Lukas se sentía mareado. - ¿Cómo sabes mi nombre? – pregunto, el pequeño empezó a reír. –Yo recordar cuando tu estar mal. Tu ser traído muchas lunas atrás a ver a Tita Melínoe. – dijo como si fuera lo más común del mundo, Lukas no lo recordaba a él, pero si había estado aquí antes asi que solo asumió que en el camino de regreso no lo había visto. –Cierto, no te recuerdo, pero tiene sentido, necesito que Tita me ayude a sanar.
-Tu seguir regla. – dijo con seriedad, Lukas empezó a sentir el corazón acelerado cuando se acercó a él. –NADA DE PELEAS.
-Nada de peleas, créeme que no estoy en condiciones de enfrentarme a nadie – dijo Lukas con sinceridad. –Tu seguir – dijo el ser y empezó a correr, Lukas trato de seguirlo, pero apenas y podía caminar, a lo lejos se veía la choza de Tita Melínoe
OFF: Maldicion Miasma Explosiva turno 1/5: Aunque pareces haberte recuperado por completo de la explosión de éter, una pequeña esquirla helada, aparentemente inofensiva, se ha alojado dentro de ti. La buena noticia es que, gracias a ella, en tu próximo tema, los hechizos relacionados con ilusiones, ofuscación o influencia mental en general no tendrán efecto sobre ti. La mala noticia es que la esquirla está continuamente alimentándose del éter a tu alrededor y, al no poder crecer indefinidamente dentro de tu cuerpo, acabará por estallar, liberando el éter acumulado en una miasma que se expandirá en un radio de tres metros a tu alrededor. Tú recibes una herida moderada por la explosión de la esquirla y quien se encuentre en el área expansiva (incluyéndote a ti) experimentará los efectos adversos que ya conoces (náuseas, dolor de cabeza y dificultad para respirar), entorpeciendo sus acciones durante las dos rondas siguientes. La explosión de la esquirla deberá producirse, como muy tarde, en la quinta ronda de tu próximo tema. Si se trata de un tema corto (como un Desafío) y no llega a detonarse, se detonará en el siguiente tema (deberás restar a las 5 rondas máximas el número de rondas que tuviera ese primer tema). El efecto positivo también se trasladaría al siguiente tema, pero desaparecerá una vez que se detone la esquirla. Si dos o más personajes infectados se encuentran juntos, la explosión de una esquirla detonará automáticamente las de los demás, aumentando proporcionalmente los efectos adversos de la miasma.
Varios años atrás había estado cerca de ese lugar y había enfermado, una fiebre que casi lo había llevado a la muerte, se había desmayado en el camino y sus acompañantes lo habían subido, no tenía idea como, a una carroza por lo que le habían contado y lo habían llevado con Tita Melínoe, no recordaba mucho, pero si recordaba antorchas y una choza, una choza que le daba una vibra que le hacía sentir débil e indefenso.
Luego de mucho buscar llego a un camino iluminado por antorchas, subir por este era una tarea ardua, los dolores apenas y le dejaban caminar y había tenido que detenerse a vomitar ya en dos oportunidades desde que había encontrado las antorchas, pero sentía que estaba cerca. –No sé cómo pudieron arrastrarme en una carroza por este camino – dijo la tortuga al llegar al umbral, empezaba a recordar el camino, sentía que estaba cerca cuando encontró un ser pequeño y rojo que lo miraba fijamente sin pestañear, la tortuga se sentía incomoda delante de el quien escupió tres veces al piso.
- Yo Da Wae Ebolá, tu ver enfermo Lukas, tu querer ver a Tita Melínoe. – dijo mirándolo a los ojos, Lukas se sentía mareado. - ¿Cómo sabes mi nombre? – pregunto, el pequeño empezó a reír. –Yo recordar cuando tu estar mal. Tu ser traído muchas lunas atrás a ver a Tita Melínoe. – dijo como si fuera lo más común del mundo, Lukas no lo recordaba a él, pero si había estado aquí antes asi que solo asumió que en el camino de regreso no lo había visto. –Cierto, no te recuerdo, pero tiene sentido, necesito que Tita me ayude a sanar.
-Tu seguir regla. – dijo con seriedad, Lukas empezó a sentir el corazón acelerado cuando se acercó a él. –NADA DE PELEAS.
-Nada de peleas, créeme que no estoy en condiciones de enfrentarme a nadie – dijo Lukas con sinceridad. –Tu seguir – dijo el ser y empezó a correr, Lukas trato de seguirlo, pero apenas y podía caminar, a lo lejos se veía la choza de Tita Melínoe
OFF: Maldicion Miasma Explosiva turno 1/5: Aunque pareces haberte recuperado por completo de la explosión de éter, una pequeña esquirla helada, aparentemente inofensiva, se ha alojado dentro de ti. La buena noticia es que, gracias a ella, en tu próximo tema, los hechizos relacionados con ilusiones, ofuscación o influencia mental en general no tendrán efecto sobre ti. La mala noticia es que la esquirla está continuamente alimentándose del éter a tu alrededor y, al no poder crecer indefinidamente dentro de tu cuerpo, acabará por estallar, liberando el éter acumulado en una miasma que se expandirá en un radio de tres metros a tu alrededor. Tú recibes una herida moderada por la explosión de la esquirla y quien se encuentre en el área expansiva (incluyéndote a ti) experimentará los efectos adversos que ya conoces (náuseas, dolor de cabeza y dificultad para respirar), entorpeciendo sus acciones durante las dos rondas siguientes. La explosión de la esquirla deberá producirse, como muy tarde, en la quinta ronda de tu próximo tema. Si se trata de un tema corto (como un Desafío) y no llega a detonarse, se detonará en el siguiente tema (deberás restar a las 5 rondas máximas el número de rondas que tuviera ese primer tema). El efecto positivo también se trasladaría al siguiente tema, pero desaparecerá una vez que se detone la esquirla. Si dos o más personajes infectados se encuentran juntos, la explosión de una esquirla detonará automáticamente las de los demás, aumentando proporcionalmente los efectos adversos de la miasma.
Lukas
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Re: Calma, se va a estabilizar [Libre] [Noche] [Vigilado]
Los primeros días se antojaron como un malestar inespecífico que ambos Hugo y Caoimhe achacaron al hecho del cansancio acumulado tras las acciones en la ciudad que habían dejado atrás.Las horas pasaban, sin embargo y los efectos de cansancio, mareo y otros síntomas que puntualizaban poco a una enfermedad en particular parecían acrecentarse en un intento fructífero de agarrarse el mayor tiempo posible a los ánimos de ambos.
Caminaron en una primera estancia fuera de D'orlind, Caoimhe sumida en las adrenalina de toda la información que aquella aventura le había permitido obtener, apenas se dió cuenta de que su cansancio y signos de enfermedad también eran parejos en su acompañante, y que este, lejos de ignorar los efectos y signos de alarma que le mandaba su cuerpo, comenzó a crear una red de acciones acordes a lo que estaban viviendo.
Caoimhe estaba tan acostumbrada a ignorar las voces de sus necesidades físicas, que en parte se había convertido en un fantasma agarrándose a la esperanza de que aquello pasaría y de que por supuesto, no necesitaba a nadie que la ayudase. Nunca lo hacía.
Si que era cierto que un deje de opresión se había posado en la mitad de su mediastino y que a medida que alcanzaban poblaciones más habitadas, aquella sensación parecía hincharse obligándola a tomar a veces bocanadas de aire algo más generosa que su capacidad pulmonar basal. Pero todo aquello era normal ¿Cierto? Hacía exactamente 3 semanas que no consumía sangre alguna. Ni siquiera de animales. En cuanto se sintiese mejor saldría a cazar... quizás un conejo o dos gallinas... si se sentía con ánimos podría intentar cazar un cerdito. Esos siempre la hacían sobrellevar mejor la ausencia de humanidad en el resto de la sangre que consumía.
-Estoy seguro que acaba de morir- la voz pausada de Axel hizo eco en la habitación de aquel lugar lúgubre. Tan solo una vela iluminaba la estancia.
Hugo abrió los ojos en una expresión de miedo. Sus facciones también algo demacradas por la misma enfermedad que había atrapado a la chica. Se levantó de la silla de madera con el gesto pálido de alguien que viaja por primera vez en barco y se apoyó en el marco de la cama donde Caoimhe yacía. Inmobil.
-Ah no... espera- dijo Axel, agarrando a su enamorado- acaba de respirar de nuevo. -Sonrió al notar como Hugo, aún enfermo tenía la fuerza suficiente para poner los ojos en blanco entendiendo que el hombre tan solo estaba bromeando- No entiendo cómo la has dejado que llegue a este punto, gato. Deberías haberme avisado mucho, mucho antes. ¿Hasta cuándo vas a consentirle sus ideas imbéciles? Sí, es una vampiresa. Sí, puedo imaginar que no le guste mucho eso de robar la sangre ajena y tal... pero... ¿Qué más da? En este punto tan solo tenemos que forzarla.
-'Este punto' estaba controlado hasta que nos maldijeron en la expedición-dijo Hugo, molesto- Imagino que Cao tiene menos recursos para lidiar con esto que el resto de nosotros teniendo en cuenta..- Se pausó de pronto- Además..no es tan sencillo- dijo Hugo, su voz normalmente jovial algo reseca. El traqueteo del carromato donde se encontraban lo hizo tambalearse antes de alcanzar su silla de vuelta- ¿Acaso tú no tienes principios? ¿Ética? ¿Moral? ¿Qué somos cuando nos desprendemos de ellos? ¿Cuándo nos fuerzan a acomodar algo que no queremos por el mero hecho de... subsistir?- dijo Hugo, copiando muchas de las frases que Caoimhe le había repetido durante los años que llevaban juntos-
Axel calló por un segundo. La voz adormecida de la vampiresa acabó aquel pensamiento
-Nos convertimos en la ilusión de una libertad que no tenemos. Tan solo por sumirnos en algo que no hemos decidido. Un... golem de piedra que repite un ciclo que le han establecido.- Caoimhe sonrió con cariño a Hugo alzándose en la cama.
-Pues este golem va a MORIRSE sino se apresura a encontrar como ser anárquica de manera ergonómica. Y créeme, Keeva. Es mejor ser un golem de piedra que cadaver para alimentar setas.- añadió Axel perceptiblemente molesto con Hugo por alimentar las rarezas de la chica.
El carromato pausó al fin su camino y las tres figuras se tambalearon con aquella acción. El gesto de Hugo algo más relajado ahora que habían llegado.
Las tres figuras salieron al fin de la cápsula de madera que componía su medio de transporte. La chica hizo el amago de preguntar donde se encontraban. En su cabeza, tenía la certitud de que no iba a ser bienvenida durante algún tiempo en Lunargenta teniendo en cuenta las miradas de recelo que la mayoría de los hombres y hombres bestia que había ido encontrando en su paso fuera de Dorlind. No estaba segura qué había pasado exactamente, pero el odio generalizado era perceptible. No tenía tiempo para aquello, por supuesto.
Ahora estaba más preocupada en no desfallecer tras tres pasos fuera del carromato.
Axel tomó la delantera y se acercó al hombre pequeño y azul que custodiaba la puerta de entrada a la casa. Una mezcla de sonidos nasales inundó el espacio entre las dos figuras y Caoimhe y Hugo. Estos pasaron a hacerse chasquidos a la par que la conversación se convertía en un intercambio, el hombre bestia interrumpiendo aquí y allá la conversación de Axel, lo que denotaba de manera perceptible un sonido sordo en sus cuerdas vocales, ahogando el aire que había tomado para elaborar aquellos sonidos complejos.
Finalmente, la criatura rojiza se inclinó para mirar a Hugo y Caoimhe y la sorpresa e urgencia inundó su cara antes de decirle algo a Axel, de nuevo en su lengua materna. Acto seguido realizó dos movimientos en diagonal con su cara lo que pareció significar un asentimiento teniendo en cuenta la perceptible felicidad en Axel.
Este se acercó a ambos y les informó del curso de acciones.
-Cree que puede ayudaros.- dijo Axel confirmando la conversación que había mantenido con el hombre azul-... Al menos de manera parcial- añadió mirando a Caoimhe. La chica se movió a un lado su cabeza inundada por un dolor ensordecedor que la imposibilitó de cuestionarse cualquier otra posibilidad de actuación.-
Hugo comenzó a caminar y tras el la chica.
-Gatito,- dijo Axel siguiéndolos- No sois los únicos- dijo. El tigre entró en tensión- Y una de las reglas es que no se aceptan las peleas.- Hugo gruñó en una mezcla de risa y obviedad. Axel le agarró el brazo con seriedad- No estoy bromeando- dijo-
-Veré qué puedo hacer- dijo Hugo, sus últimas palabras más bien un balbuceo reprimiendo ganas de vomitar.
Axel se agarró a la chica ambos caminando tras los pasos del tal Da wae Ébola.
-Creo que había olvidado cuánto me benefician tus habilidades burocráticas en temas de índole vinculante- dijo la vampiresa- De hecho... no se cuándo decidí llevar a Hugo a todas partes en vez de a ti- añadió.
Hugo se giró herido por sus palabras e incrédulo
-Yo soy más guapo- dijo, su voz de nuevo a punto de ocultar el vómito. Los tres sonrieron mientras finalmente entraban en la casa.
La sala principal los acogió en una atmósfera relajada pero oscura. Apenas se podía vislumbrar el centro de aquella habitación. dejando las esquinas en total oscuridad. El echo del entorno externo parecía resonar de manera enaltecida en aquella habitación: Los sonidos propios de la noche inundando los oídos de los presentes. El vuelo de algún que otro pájaro sintiéndose cercano en una inmensidad que todos sabían, estaba contenida en cuatro paredes.
El suelo de la sala, que en un principio pareció una moqueta gruesa y almohadillada no era más que una composición de musgo y césped que silenciaba los pasos de aquellos que la pisaban. La puerta principal que comunicaba con aquella antesala en la casona que los había recibido indicaba que los dueños de aquella morada no eran muy altos, pues apenas si se elevaba un máximo de 1.60 del suelo. Al rededor de la hoja, un conjunto de runas curtidas en la madera indicaban 'protección, guardián y sabiduria' como un prólogo a la persona que se encontraba tras ella.
-Yo busco Tita Melinoe- La figura rojiza se giró por vez primera dirigiéndose a ellos pero también de alguna manera a la sala oscura a su alrededor. Caoimhe entendió entonces que no estaban solos y su estado despreocupado hasta entonces se tensó intentando adivinar las figuras que como ella habían venido a buscar la ayuda de aquella anciana. - Población espera aquí. No toque casa. No pelea. No cantan.- añadió
-Tsé... como si alguien se animase a cantar en este ambiente lúgubre- djo Hugo en un susurro.
-Te sorprendería saber la actitud de muchos hombres pájaro ante la ansiedad de lo desconocido. Creo que hay una especie autóctona en la llanura nevada que...
Caoimhe se deshizo del agarre de Axel en un intento de mermar el dolor de cabeza que se incrementaba con la voz de ambos. Se alejó de manera parcial de ambos perdiéndose en la oscuridad de la sala aún recelosa de aquellas figuras que podrían estar escondiéndose en la oscuridad y que, quizás como ella, se encontrasen en un momento de vulnerabilidad.
Caminaron en una primera estancia fuera de D'orlind, Caoimhe sumida en las adrenalina de toda la información que aquella aventura le había permitido obtener, apenas se dió cuenta de que su cansancio y signos de enfermedad también eran parejos en su acompañante, y que este, lejos de ignorar los efectos y signos de alarma que le mandaba su cuerpo, comenzó a crear una red de acciones acordes a lo que estaban viviendo.
Caoimhe estaba tan acostumbrada a ignorar las voces de sus necesidades físicas, que en parte se había convertido en un fantasma agarrándose a la esperanza de que aquello pasaría y de que por supuesto, no necesitaba a nadie que la ayudase. Nunca lo hacía.
Si que era cierto que un deje de opresión se había posado en la mitad de su mediastino y que a medida que alcanzaban poblaciones más habitadas, aquella sensación parecía hincharse obligándola a tomar a veces bocanadas de aire algo más generosa que su capacidad pulmonar basal. Pero todo aquello era normal ¿Cierto? Hacía exactamente 3 semanas que no consumía sangre alguna. Ni siquiera de animales. En cuanto se sintiese mejor saldría a cazar... quizás un conejo o dos gallinas... si se sentía con ánimos podría intentar cazar un cerdito. Esos siempre la hacían sobrellevar mejor la ausencia de humanidad en el resto de la sangre que consumía.
-Estoy seguro que acaba de morir- la voz pausada de Axel hizo eco en la habitación de aquel lugar lúgubre. Tan solo una vela iluminaba la estancia.
Hugo abrió los ojos en una expresión de miedo. Sus facciones también algo demacradas por la misma enfermedad que había atrapado a la chica. Se levantó de la silla de madera con el gesto pálido de alguien que viaja por primera vez en barco y se apoyó en el marco de la cama donde Caoimhe yacía. Inmobil.
-Ah no... espera- dijo Axel, agarrando a su enamorado- acaba de respirar de nuevo. -Sonrió al notar como Hugo, aún enfermo tenía la fuerza suficiente para poner los ojos en blanco entendiendo que el hombre tan solo estaba bromeando- No entiendo cómo la has dejado que llegue a este punto, gato. Deberías haberme avisado mucho, mucho antes. ¿Hasta cuándo vas a consentirle sus ideas imbéciles? Sí, es una vampiresa. Sí, puedo imaginar que no le guste mucho eso de robar la sangre ajena y tal... pero... ¿Qué más da? En este punto tan solo tenemos que forzarla.
-'Este punto' estaba controlado hasta que nos maldijeron en la expedición-dijo Hugo, molesto- Imagino que Cao tiene menos recursos para lidiar con esto que el resto de nosotros teniendo en cuenta..- Se pausó de pronto- Además..no es tan sencillo- dijo Hugo, su voz normalmente jovial algo reseca. El traqueteo del carromato donde se encontraban lo hizo tambalearse antes de alcanzar su silla de vuelta- ¿Acaso tú no tienes principios? ¿Ética? ¿Moral? ¿Qué somos cuando nos desprendemos de ellos? ¿Cuándo nos fuerzan a acomodar algo que no queremos por el mero hecho de... subsistir?- dijo Hugo, copiando muchas de las frases que Caoimhe le había repetido durante los años que llevaban juntos-
Axel calló por un segundo. La voz adormecida de la vampiresa acabó aquel pensamiento
-Nos convertimos en la ilusión de una libertad que no tenemos. Tan solo por sumirnos en algo que no hemos decidido. Un... golem de piedra que repite un ciclo que le han establecido.- Caoimhe sonrió con cariño a Hugo alzándose en la cama.
-Pues este golem va a MORIRSE sino se apresura a encontrar como ser anárquica de manera ergonómica. Y créeme, Keeva. Es mejor ser un golem de piedra que cadaver para alimentar setas.- añadió Axel perceptiblemente molesto con Hugo por alimentar las rarezas de la chica.
El carromato pausó al fin su camino y las tres figuras se tambalearon con aquella acción. El gesto de Hugo algo más relajado ahora que habían llegado.
Las tres figuras salieron al fin de la cápsula de madera que componía su medio de transporte. La chica hizo el amago de preguntar donde se encontraban. En su cabeza, tenía la certitud de que no iba a ser bienvenida durante algún tiempo en Lunargenta teniendo en cuenta las miradas de recelo que la mayoría de los hombres y hombres bestia que había ido encontrando en su paso fuera de Dorlind. No estaba segura qué había pasado exactamente, pero el odio generalizado era perceptible. No tenía tiempo para aquello, por supuesto.
Ahora estaba más preocupada en no desfallecer tras tres pasos fuera del carromato.
Axel tomó la delantera y se acercó al hombre pequeño y azul que custodiaba la puerta de entrada a la casa. Una mezcla de sonidos nasales inundó el espacio entre las dos figuras y Caoimhe y Hugo. Estos pasaron a hacerse chasquidos a la par que la conversación se convertía en un intercambio, el hombre bestia interrumpiendo aquí y allá la conversación de Axel, lo que denotaba de manera perceptible un sonido sordo en sus cuerdas vocales, ahogando el aire que había tomado para elaborar aquellos sonidos complejos.
Finalmente, la criatura rojiza se inclinó para mirar a Hugo y Caoimhe y la sorpresa e urgencia inundó su cara antes de decirle algo a Axel, de nuevo en su lengua materna. Acto seguido realizó dos movimientos en diagonal con su cara lo que pareció significar un asentimiento teniendo en cuenta la perceptible felicidad en Axel.
Este se acercó a ambos y les informó del curso de acciones.
-Cree que puede ayudaros.- dijo Axel confirmando la conversación que había mantenido con el hombre azul-... Al menos de manera parcial- añadió mirando a Caoimhe. La chica se movió a un lado su cabeza inundada por un dolor ensordecedor que la imposibilitó de cuestionarse cualquier otra posibilidad de actuación.-
Hugo comenzó a caminar y tras el la chica.
-Gatito,- dijo Axel siguiéndolos- No sois los únicos- dijo. El tigre entró en tensión- Y una de las reglas es que no se aceptan las peleas.- Hugo gruñó en una mezcla de risa y obviedad. Axel le agarró el brazo con seriedad- No estoy bromeando- dijo-
-Veré qué puedo hacer- dijo Hugo, sus últimas palabras más bien un balbuceo reprimiendo ganas de vomitar.
Axel se agarró a la chica ambos caminando tras los pasos del tal Da wae Ébola.
-Creo que había olvidado cuánto me benefician tus habilidades burocráticas en temas de índole vinculante- dijo la vampiresa- De hecho... no se cuándo decidí llevar a Hugo a todas partes en vez de a ti- añadió.
Hugo se giró herido por sus palabras e incrédulo
-Yo soy más guapo- dijo, su voz de nuevo a punto de ocultar el vómito. Los tres sonrieron mientras finalmente entraban en la casa.
La sala principal los acogió en una atmósfera relajada pero oscura. Apenas se podía vislumbrar el centro de aquella habitación. dejando las esquinas en total oscuridad. El echo del entorno externo parecía resonar de manera enaltecida en aquella habitación: Los sonidos propios de la noche inundando los oídos de los presentes. El vuelo de algún que otro pájaro sintiéndose cercano en una inmensidad que todos sabían, estaba contenida en cuatro paredes.
El suelo de la sala, que en un principio pareció una moqueta gruesa y almohadillada no era más que una composición de musgo y césped que silenciaba los pasos de aquellos que la pisaban. La puerta principal que comunicaba con aquella antesala en la casona que los había recibido indicaba que los dueños de aquella morada no eran muy altos, pues apenas si se elevaba un máximo de 1.60 del suelo. Al rededor de la hoja, un conjunto de runas curtidas en la madera indicaban 'protección, guardián y sabiduria' como un prólogo a la persona que se encontraba tras ella.
-Yo busco Tita Melinoe- La figura rojiza se giró por vez primera dirigiéndose a ellos pero también de alguna manera a la sala oscura a su alrededor. Caoimhe entendió entonces que no estaban solos y su estado despreocupado hasta entonces se tensó intentando adivinar las figuras que como ella habían venido a buscar la ayuda de aquella anciana. - Población espera aquí. No toque casa. No pelea. No cantan.- añadió
-Tsé... como si alguien se animase a cantar en este ambiente lúgubre- djo Hugo en un susurro.
-Te sorprendería saber la actitud de muchos hombres pájaro ante la ansiedad de lo desconocido. Creo que hay una especie autóctona en la llanura nevada que...
Caoimhe se deshizo del agarre de Axel en un intento de mermar el dolor de cabeza que se incrementaba con la voz de ambos. Se alejó de manera parcial de ambos perdiéndose en la oscuridad de la sala aún recelosa de aquellas figuras que podrían estar escondiéndose en la oscuridad y que, quizás como ella, se encontrasen en un momento de vulnerabilidad.
Caoimhe
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Re: Calma, se va a estabilizar [Libre] [Noche] [Vigilado]
Al parecer la curandera estaba ocupada atendiendo a alguien, por lo que debía esperar en una sala oscura adornada de cachivaches y objetos pintorescos. Elementos rúnicos propios de un druida del bosque adornaban paredes y estanterías junto a delicadas figuras parecidas a muñecas que decoraban la estancia iluminada por un par de antorchas y algunas luciérnagas que grácilmente se desplazaban por los espacios.
Absorto en mis pensamientos procurando contener el malestar, sentí como alguien tomaba asiento a mi costado. Giré lentamente hasta ver al rubio que de inmediato me dirigió la palabra. El destino era caprichoso y ciertamente las probabilidades asomaban coincidencias ofreciendo una mueca grotesca. Días atrás, Zelas había combatido a Amir en un intento fútil de quitarle el cuenco, por lo que asumir que era un posible enemigo resultaba lógico.
Señor Cosme Fulanito. - dije acomodándome en el asiento para recobrar una pose erguida que no evidenciara el malestar que había acrecentado con la llegada del rubio. - Veo que has estado ocupado últimamente. ¿Qué ha sido de la vida de tu buen amigo V? - comenté con una media sonrisa sarcástica.
La última imagen que tenía del elfo silencioso de gran armadura fue durante el asalto a la Dark Order, donde el rubio había acompañado a los números altos, incluyendo a V, a través de un portal. Nunca había sabido los motivos, aunque tenía muchas hipótesis al respecto, no obstante, el resto de mercenarios lo habían catalogado como un traicionero. Sobre todo por no haber pagado la recompensa acordada en un trabajo tan complejo.
He oído varios rumores sobre la Dark Order - dije sosteniendo la idea de que el no elfo no me reconocería sin la máscara. Mis habilidades eran únicas, pero Zelas durante toda la contienda había estado ausente. - Asumo que sabrás algo sobre ellos…
Sin embargo, la conversación quedó en el aire cuando algo gigantesco intentaba entrar por la puerta. Ya a mí me había tocado agacharme para poder ingresar a la cabaña, pero aquella criatura colosal tuvo que ser empujada.
Lukas, gordo. - repetía una y otra vez el pequeño sirviente rojo mientras empujaba por la espalda a la tortuga.
No tenía fuerzas para ayudar nuevamente a la bestia. Era prácticamente imposible que entrara por aquel marco. Quizás si se metiera en su caparazón, pero no tenía intenciones de levantarme, por alguna razón el malestar solo aumentaba.
Mientras resolvían el asunto de la tortuga, miré la habitación que se supone estaba la curandera. Algunos ruidos se deslizaban bajo la puerta de madera. Un olor fuerte a azafrán y clavos recorría la habitación. Poco a poco los olores mutaban, incienso, petricor, madera y luego cuero.
Al retomar la escena bizarra que se libraba entre el Da Wae y Lukas, todo terminó de resolverse cuando el guardián exclamó - Yo usar lanza en tu cola si no entrar. No ser pelea, ser ayuda.
Y casi por acto de magia, el hombre tortuga logró entrar sin tener que emplear la alternativa del hombre rojo. - Saludos, Lukas…
Más personas fueron incorporándose a la habitación, aunque preferían mantenerse charlando entre ellos y no acompañarnos. - Zelas, te presento a Lukas. Capaz lo recuerdas de D'Orlind Ûr, estaba volteado por causa de la explosión... Tú - dije mirando al rubio - tuviste algo que ver con eso, ¿no?
Absorto en mis pensamientos procurando contener el malestar, sentí como alguien tomaba asiento a mi costado. Giré lentamente hasta ver al rubio que de inmediato me dirigió la palabra. El destino era caprichoso y ciertamente las probabilidades asomaban coincidencias ofreciendo una mueca grotesca. Días atrás, Zelas había combatido a Amir en un intento fútil de quitarle el cuenco, por lo que asumir que era un posible enemigo resultaba lógico.
Señor Cosme Fulanito. - dije acomodándome en el asiento para recobrar una pose erguida que no evidenciara el malestar que había acrecentado con la llegada del rubio. - Veo que has estado ocupado últimamente. ¿Qué ha sido de la vida de tu buen amigo V? - comenté con una media sonrisa sarcástica.
La última imagen que tenía del elfo silencioso de gran armadura fue durante el asalto a la Dark Order, donde el rubio había acompañado a los números altos, incluyendo a V, a través de un portal. Nunca había sabido los motivos, aunque tenía muchas hipótesis al respecto, no obstante, el resto de mercenarios lo habían catalogado como un traicionero. Sobre todo por no haber pagado la recompensa acordada en un trabajo tan complejo.
He oído varios rumores sobre la Dark Order - dije sosteniendo la idea de que el no elfo no me reconocería sin la máscara. Mis habilidades eran únicas, pero Zelas durante toda la contienda había estado ausente. - Asumo que sabrás algo sobre ellos…
Sin embargo, la conversación quedó en el aire cuando algo gigantesco intentaba entrar por la puerta. Ya a mí me había tocado agacharme para poder ingresar a la cabaña, pero aquella criatura colosal tuvo que ser empujada.
Lukas, gordo. - repetía una y otra vez el pequeño sirviente rojo mientras empujaba por la espalda a la tortuga.
No tenía fuerzas para ayudar nuevamente a la bestia. Era prácticamente imposible que entrara por aquel marco. Quizás si se metiera en su caparazón, pero no tenía intenciones de levantarme, por alguna razón el malestar solo aumentaba.
Mientras resolvían el asunto de la tortuga, miré la habitación que se supone estaba la curandera. Algunos ruidos se deslizaban bajo la puerta de madera. Un olor fuerte a azafrán y clavos recorría la habitación. Poco a poco los olores mutaban, incienso, petricor, madera y luego cuero.
Al retomar la escena bizarra que se libraba entre el Da Wae y Lukas, todo terminó de resolverse cuando el guardián exclamó - Yo usar lanza en tu cola si no entrar. No ser pelea, ser ayuda.
Y casi por acto de magia, el hombre tortuga logró entrar sin tener que emplear la alternativa del hombre rojo. - Saludos, Lukas…
Más personas fueron incorporándose a la habitación, aunque preferían mantenerse charlando entre ellos y no acompañarnos. - Zelas, te presento a Lukas. Capaz lo recuerdas de D'Orlind Ûr, estaba volteado por causa de la explosión... Tú - dije mirando al rubio - tuviste algo que ver con eso, ¿no?
Zagreus
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Re: Calma, se va a estabilizar [Libre] [Noche] [Vigilado]
Zelas sonrió al escuchar uno de sus tantos nombres inventados sin nada de esfuerzo -Señor Zagreus Markov... No puedes culparme, si hubieras enojado a la gente que enoje yo también cambiarias tu nombre cada vez que te lo preguntan- respondería ante aquel saludo, las palabras que le siguieron le trajeron un mal recuerdo, sin embargo, su rostro no cambio en lo absoluto.
-Mucha vida no le quedo cuando hice rodar su cabeza, digamos que descubrí que era mas cercano a mi de lo que pensaba- diría mientras se hurgaba la nariz con el dedo meñique, recordando lo acontecido en la arena después de engañarlos a todos en la isla, aquella apuesta casi le había costado demasiado caro, y sabia que aquello era un error que no volvería a cometer. La pregunta del peliblanco le llamo la atención, en especial porque estaba seguro de que le había mandado una invitación a el y este no había asistido al ataque que había planeado.
-Vaya, ¿ahora si te interesa eh?, yo te ofrecí un trabajo relacionado con ellos y no lo aceptaste- diría cuando finalmente consiguió quitar el moco que le molestaba, ante lo cual hizo una bolita del mismo y lo tiro, sentenciando ahí el asunto que aun tenia pendiente con la Dark Order.
Fue en ese momento que una tortuga gigante?, no, era un hombre bestia, uno de los mas apegados a su lado bestial luchaba por entrar al lugar, y después de unas cuantas amenazas, finalmente logro adentrarse en la cabaña. Zagreus lo presento como Lukas, y Zelas, siendo la clase que persona que era, solo realizo un gesto con su mano a modo de saludo, cuando Zagreus trato de responsabilizarle, -Para nada, habia mucha gente y yo solo aparecí justo para recibir el impacto, pero si tuviera que responsabilizar a alguien... El otro elfo que había allí, Nousis, de seguro el tiene la culpa... No tengo pruebas pero tampoco dudas, ¿Qué planean hacer con el cuenco?, tu amigo tuvo suerte, no te preocupes no iré a buscarle, se asumir cuando perdí, solo tengo curiosidad- preguntaría el no-elfo mientras veía como aquella consulta se iba llenando.
-Mucha vida no le quedo cuando hice rodar su cabeza, digamos que descubrí que era mas cercano a mi de lo que pensaba- diría mientras se hurgaba la nariz con el dedo meñique, recordando lo acontecido en la arena después de engañarlos a todos en la isla, aquella apuesta casi le había costado demasiado caro, y sabia que aquello era un error que no volvería a cometer. La pregunta del peliblanco le llamo la atención, en especial porque estaba seguro de que le había mandado una invitación a el y este no había asistido al ataque que había planeado.
-Vaya, ¿ahora si te interesa eh?, yo te ofrecí un trabajo relacionado con ellos y no lo aceptaste- diría cuando finalmente consiguió quitar el moco que le molestaba, ante lo cual hizo una bolita del mismo y lo tiro, sentenciando ahí el asunto que aun tenia pendiente con la Dark Order.
Fue en ese momento que una tortuga gigante?, no, era un hombre bestia, uno de los mas apegados a su lado bestial luchaba por entrar al lugar, y después de unas cuantas amenazas, finalmente logro adentrarse en la cabaña. Zagreus lo presento como Lukas, y Zelas, siendo la clase que persona que era, solo realizo un gesto con su mano a modo de saludo, cuando Zagreus trato de responsabilizarle, -Para nada, habia mucha gente y yo solo aparecí justo para recibir el impacto, pero si tuviera que responsabilizar a alguien... El otro elfo que había allí, Nousis, de seguro el tiene la culpa... No tengo pruebas pero tampoco dudas, ¿Qué planean hacer con el cuenco?, tu amigo tuvo suerte, no te preocupes no iré a buscarle, se asumir cuando perdí, solo tengo curiosidad- preguntaría el no-elfo mientras veía como aquella consulta se iba llenando.
- Maldición:
- Miasma expansiva Ronda 2/5
Aunque pareces haberte recuperado por completo de la explosión de éter, una pequeña esquirla helada, aparentemente inofensiva, se ha alojado dentro de ti. La buena noticia es que, gracias a ella, en tu próximo tema, los hechizos relacionados con ilusiones, ofuscación o influencia mental en general no tendrán efecto sobre ti. La mala noticia es que la esquirla está continuamente alimentándose del éter a tu alrededor y, al no poder crecer indefinidamente dentro de tu cuerpo, acabará por estallar, liberando el éter acumulado en una miasma que se expandirá en un radio de tres metros a tu alrededor. Tú recibes una herida moderada por la explosión de la esquirla y quien se encuentre en el área expansiva (incluyéndote a ti) experimentará los efectos adversos que ya conoces (náuseas, dolor de cabeza y dificultad para respirar), entorpeciendo sus acciones durante las dos rondas siguientes. La explosión de la esquirla deberá producirse, como muy tarde, en la quinta ronda de tu próximo tema. Si se trata de un tema corto (como un Desafío) y no llega a detonarse, se detonará en el siguiente tema (deberás restar a las 5 rondas máximas el número de rondas que tuviera ese primer tema). El efecto positivo también se trasladaría al siguiente tema, pero desaparecerá una vez que se detone la esquirla. Si dos o más personajes infectados se encuentran juntos, la explosión de una esquirla detonará automáticamente las de los demás, aumentando proporcionalmente los efectos adversos de la miasma.
Zelas Hazelmere
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Re: Calma, se va a estabilizar [Libre] [Noche] [Vigilado]
Noche
Bosques del Oeste
Choza de Tita Melinoe
con Zagreus, Zelas y Caoimhe
Calma, se va a estabilizar
Calma, se va a estabilizar
El pequeño Da Wae Ebolá era rápido, subía velozmente la colina rumbo a la choza de Tita Melínoe, a Lukas le costaba trabajo ir tan rápido, ya era relativamente lento estando sano y ahora estaba lejos de serlo, cada día sentía más dolores y molestias, cada día le costaba más caminar sin vomitar, que decir de los dolores físicos que le impedían incluso entrenar, si Tita Melínoe no podía salvarlo no sabía que haría con su vida.
Llegar a la choza solo fue el primer problema, la puerta estaba hecha para gente de una talla mucho más delgada que la que tenía Lukas, este trato de entrar, pero el marco de la puerta era demasiado pequeño para la gran envergadura de su cuerpo. –Lukas, GORDO – grito Da Wae Ebolá, Lukas lo miro enojado. – ¡Hey! Eso no está bien – dijo sintiéndose ofendido mientras el pequeño de cuerpo rojo corría entre la choza y el exterior saliendo por una de las ventanas. –GORDO. GORDO. LUKAS GORDO. – gritaba tratando de empujarlo. –No estoy gordo, solo soy de huesos anchos – trato de defenderse la tortuga que se empezaba a sentir mal consigo misma – A ti nadie te anda diciendo enano, maldita rata discriminadora.
El pequeño ser rojo desapareció y Lukas trato con fuerza de entrar, si estuviera en pleno uso de sus capacidades podría solo tomar carrera y abrir un poco la entrada, aunque no sabía si atacar la choza entraba en la lista de peleas. La gran tortuga azul pensaba en eso cuando sintió el frio del metal tocando una de sus piernas – Yo usar lanza en tu cola si no entrar. No ser pelea, ser ayuda. – dijo amenazadoramente. - ¿Cómo carajos no va a ser pelea? Eres un ser miserable – dijo poniéndose de lado, al diablo lo de las peleas, iba a tomar a ese pequeñuelo e iba a enseñarle a respetarle. –Entrar – dijo, Lukas miro al marco de la puerta y se dio cuenta que podía entrar de lado.
Ya dentro de la casa se libró del enano discriminador y se topó con el hombre de cabello blanco que podía hacer espadas con sangre, estaba conversando con un hombre de rubios cabellos que lo saludo con un simple gesto de las manos. –Zagreus, gusto en verte nuevamente – dijo Lukas sintiendo como se le revolvía el estómago. - ¿Tú también estas mal? Desde que la torre colapso que vengo sintiéndome pésimo – dijo antes de mirar al hombre rubio. –Lukas para servirle buen señor – dijo haciendo una reverencia, sin embargo, esto fue demasiado para su estómago por lo que vomito entre el rubio y el peliblanco.
-Gordo y Sucio. GORDO Y SUCIO – exclamo Da Wae Ebolá, Lukas ya estaba harto del enano rojo, trato de ver donde estaba cuando noto varias runas grabadas en el techo de la choza, no sabía que significaban, pero no podía ser nada bueno. Lukas empezó a marearse nuevamente, trato de caminar lejos pero casi pierde el equilibrio, de no ser por una mujer que había llegado con el enano se habría caído, aunque sin quererlo había tenido que usarla de punto de apoyo.
-Mil perdones por mi torpeza señorita, estos días estoy siendo algo inútil – dijo Lukas cuando un sonido fuerte empezó a sonar, las luces se apagaron y un viento gélido inundo la choza. –Yo decir NO PELEAS. Lukas Pelear. Lukas romper regla.
- ¿Qué? No he peleado, solo me tropecé y por casualidad me apoyé en la señorita, no fue a propósito – dijo Lukas viendo como el pequeño ya no era tan pequeño, podía jurar que había crecido hasta ser tres veces de su tamaño. –YO DECIR NO PELEAR. LUKAS ROMPER REGLA.
-Mierda – dijo la tortuga, solo se había afirmado en la mujer para no caer, pero sentía que no podría explicarle eso a Da Wae Ebolá.
Llegar a la choza solo fue el primer problema, la puerta estaba hecha para gente de una talla mucho más delgada que la que tenía Lukas, este trato de entrar, pero el marco de la puerta era demasiado pequeño para la gran envergadura de su cuerpo. –Lukas, GORDO – grito Da Wae Ebolá, Lukas lo miro enojado. – ¡Hey! Eso no está bien – dijo sintiéndose ofendido mientras el pequeño de cuerpo rojo corría entre la choza y el exterior saliendo por una de las ventanas. –GORDO. GORDO. LUKAS GORDO. – gritaba tratando de empujarlo. –No estoy gordo, solo soy de huesos anchos – trato de defenderse la tortuga que se empezaba a sentir mal consigo misma – A ti nadie te anda diciendo enano, maldita rata discriminadora.
El pequeño ser rojo desapareció y Lukas trato con fuerza de entrar, si estuviera en pleno uso de sus capacidades podría solo tomar carrera y abrir un poco la entrada, aunque no sabía si atacar la choza entraba en la lista de peleas. La gran tortuga azul pensaba en eso cuando sintió el frio del metal tocando una de sus piernas – Yo usar lanza en tu cola si no entrar. No ser pelea, ser ayuda. – dijo amenazadoramente. - ¿Cómo carajos no va a ser pelea? Eres un ser miserable – dijo poniéndose de lado, al diablo lo de las peleas, iba a tomar a ese pequeñuelo e iba a enseñarle a respetarle. –Entrar – dijo, Lukas miro al marco de la puerta y se dio cuenta que podía entrar de lado.
Ya dentro de la casa se libró del enano discriminador y se topó con el hombre de cabello blanco que podía hacer espadas con sangre, estaba conversando con un hombre de rubios cabellos que lo saludo con un simple gesto de las manos. –Zagreus, gusto en verte nuevamente – dijo Lukas sintiendo como se le revolvía el estómago. - ¿Tú también estas mal? Desde que la torre colapso que vengo sintiéndome pésimo – dijo antes de mirar al hombre rubio. –Lukas para servirle buen señor – dijo haciendo una reverencia, sin embargo, esto fue demasiado para su estómago por lo que vomito entre el rubio y el peliblanco.
-Gordo y Sucio. GORDO Y SUCIO – exclamo Da Wae Ebolá, Lukas ya estaba harto del enano rojo, trato de ver donde estaba cuando noto varias runas grabadas en el techo de la choza, no sabía que significaban, pero no podía ser nada bueno. Lukas empezó a marearse nuevamente, trato de caminar lejos pero casi pierde el equilibrio, de no ser por una mujer que había llegado con el enano se habría caído, aunque sin quererlo había tenido que usarla de punto de apoyo.
-Mil perdones por mi torpeza señorita, estos días estoy siendo algo inútil – dijo Lukas cuando un sonido fuerte empezó a sonar, las luces se apagaron y un viento gélido inundo la choza. –Yo decir NO PELEAS. Lukas Pelear. Lukas romper regla.
- ¿Qué? No he peleado, solo me tropecé y por casualidad me apoyé en la señorita, no fue a propósito – dijo Lukas viendo como el pequeño ya no era tan pequeño, podía jurar que había crecido hasta ser tres veces de su tamaño. –YO DECIR NO PELEAR. LUKAS ROMPER REGLA.
-Mierda – dijo la tortuga, solo se había afirmado en la mujer para no caer, pero sentía que no podría explicarle eso a Da Wae Ebolá.
- Maldicion:
- Miasma expansiva Ronda 2/5
Aunque pareces haberte recuperado por completo de la explosión de éter, una pequeña esquirla helada, aparentemente inofensiva, se ha alojado dentro de ti. La buena noticia es que, gracias a ella, en tu próximo tema, los hechizos relacionados con ilusiones, ofuscación o influencia mental en general no tendrán efecto sobre ti. La mala noticia es que la esquirla está continuamente alimentándose del éter a tu alrededor y, al no poder crecer indefinidamente dentro de tu cuerpo, acabará por estallar, liberando el éter acumulado en una miasma que se expandirá en un radio de tres metros a tu alrededor. Tú recibes una herida moderada por la explosión de la esquirla y quien se encuentre en el área expansiva (incluyéndote a ti) experimentará los efectos adversos que ya conoces (náuseas, dolor de cabeza y dificultad para respirar), entorpeciendo sus acciones durante las dos rondas siguientes. La explosión de la esquirla deberá producirse, como muy tarde, en la quinta ronda de tu próximo tema. Si se trata de un tema corto (como un Desafío) y no llega a detonarse, se detonará en el siguiente tema (deberás restar a las 5 rondas máximas el número de rondas que tuviera ese primer tema). El efecto positivo también se trasladaría al siguiente tema, pero desaparecerá una vez que se detone la esquirla. Si dos o más personajes infectados se encuentran juntos, la explosión de una esquirla detonará automáticamente las de los demás, aumentando proporcionalmente los efectos adversos de la miasma.
Lukas
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Re: Calma, se va a estabilizar [Libre] [Noche] [Vigilado]
Las paredes de la estancia rodeaban la oscuridad con la que se había mezclado Caoimhe. Surcadas sobre las mismas, como si de guirnaldas decorativas se tratasen, aquel lugar estaba lleno de pequeñas lianas sobre las cuales colgaban pequeños botes perfectamente acomodados en los resquicios de la madera y ladrillo que componía la sala.
La vampiresa escuchó las voces sordas de aquellos con los que compartía la sala, pero su curiosidad estaba ahora enfocada en aquel lugar, y el mal que la inundaba parecía no dar tregua haciendo que se tambalease sobre sus pies con solo un movimiento a modo de paso.
De pronto, el vaivén de sus pisadas perdió de manera considerable el equilibrio y el peso de un cuerpo tangible se apoyó sobre su hombro. Lo que sea que fuese que se apoyó en ella la hizo agarrarse a una de las lianas a su alrededor para no caer. Oyó su voz disculparse, como si de un sueño lejano se tratase.
-No te preocupes creo que todos aquí estamos teniendo dificultades para...- comenzó a decir la chica, recomponiendo su posición. La voz gritona del hombrecillo rojo que les había guiado hasta aquel lugar comenzó una reprimenda que silenció el hilo de su voz. El hombre tortuga intentó acallar sus afirmaciones asegurando que no estaban peleando. En cualquier otra situación quizás hubiese incitado al caos mismo que aquella posición revelaba y de hecho, haber instigado una reacción desfavorable para aquel desconocido. Pero el hombre parecía honesto, y quizás empatizó de sobremanera considerando que compartían el mismo mal.
-No ha peleado conmigo- dijo finalmente Caoimhe- Abre los ojos- le isntó al hombrecillo- Este hombre mide casi el doble que yo. Pesa posiblemente más del triple. ¿Crees que si hubiese querido iniciar una pelea... aún seguiría de pie?- añadió.
El hombrecillo rojo la miró con dudas que parecían haberse aplacado. Por supuesto, Caoimhe guardaba siempre un as bajo su manga y no solo de fuerza bruta se basaba una pelea, pero aquello pareció surtir efecto y el hombre finalmente marchó tras la puerta de runas. Custodiando la llegada de quien sea que fuese que esperaban.
-Fascinante, ¿Cierto?- dijo la vampiresa dirigiéndose al hombre tortuga mientras recorría con una de sus manos una de las lianas que colgaban del techo- Inevitablemente estamos expuestos a hechizos y conjuros complejos... y...- Caoimhe alcanzó con su mano uno de los botecitos que colgaban de la liana - a veces lo más simple puede hacernos sentir... frágiles- añadió.
Le dió un pequeño toquecito con la parte de metal de su guantelete. El tarro dejó escapar un sonido metálico y tras varios segundos un haz de luz iluminó la sala durante varios pulsos. Como si de un sonar se tratase.
La presencia de la luz reveló por fin al resto de personas con las que compartía aquella habitación. Tan solo había coincidido con Zelas en una ocasión anterior- aparte de cuando le ayudó a despoblar una isla en medio del mar- El cansancio de su rostro le recordaba tanto al suyo propio que comenzó a entender que no era casualidad que todos hubiesen sido congregados en aquel lugar.
A su lado, la figura de alguien mucho más conocido y a la vez un extraño captó la atención de Caoimhe. Sus ojos solo necesitaron cruzarse una sola vez en el pulsar de la luz de aquel misterioso objeto, con la luz propia que irradiaba la mirada de Zagreus. Pero ello bastó para confirmar que debía salir de allí lo antes posible. Cuanto antes mejor. Aquella mirada tan solo significaba problemas. Y ella ya venía atesorando unos cuantos.
-Se ve que las habladurías del bosque son cuanto menos parcialmente ciertas- dijo Caoimhe dirigiéndose a ambos Zelas y Zagreus pero sin enfocar su mirada desigual en ninguno en particular. Calmó su discurso, una ola de cansancio inundándola lo suficiente como para buscar con las manos el apoyo de alguna de las estanterías. Casi notaba el juicio de Axel en su nuca. Pero aquello no tenía nada que ver con sus elecciones dietarias. ¿Todos se encontraban igual, cierto? Tragó saliva. La sed de pronto contestando su pregunta.
-Pobressss almassss en pena- Una voz casi etérea interrumpió el silencio parcial. El eco de la misma gravitaba desde y hasta el centro de la sala, las paredes almohadillando las ondas sonoras y haciendo mucho más difícil identificar de dónde llegaba aquel timbre. La ilusión de un susurro en los oídos recreándose en todos los presentes- Y aún assssssssssí lo sssssssuficiente llenossssssss de vida para intentar encontrarme- El acento sonoro de aquella voz femenina se hizo más presente. Las consonantes en sus palabras encadenándose las unas con las otras como si de un solo sonido se tratase.
Una ténue luz se filtró en los cientos de botecitos que colgaban de las lianas, iluminando al fin la sala con cientos de colores de manera ténue. La pulsatilidad inicial que había accionado el roce de la mano de Caoimhe manteniéndose en la vista de aquellos que ocupaban el habitáculo.
-Todossssss y cada uno de vosssssssotrosssssss teneisssssss un motivo unico para essssssstar aquí- comenzó de nuevo a hablar la mujer.
Su estatura menuda, menos de 1.50 parecía con el musgo del suelo de su habitación. Su túnica color azulada se tambaleaba bajo sus manos, revelando el pelaje mismo que caracterizaba a los de su especie. Sus orejas de conejo colgaban de manera adecentada a ambos lados de su cara dando la impresión de un cabello blanco y desordenado. Su pequeña nariz se movía de manera nerviosa al hablar haciendo que sus bigotes diesen la expresión de concentración que confirmaban sus ojos enormes tuviese sentido.
-Fortuna... Guerra... Victoria... Derrota... Dessssssssssamor... - dijo la mujer haciendo un leve aspaviento con un bastón que portaba en su mano derecha- Si habeissssss venido busssssscando resssssspuesssssstasssss a alguno de essssssssso... Marchaosssssss por donde vinisssssssteissssssss. No ssssssssere yo quien ossssss ssssssssalve en essssssssta ocassssssión- añadió. - El ressssssssssto.... veamossssssssssss sssssssssi tenemosssssss suerte.
La ola paulatina de la luz que los iluminaba había conseguido de alguna manera anclarse a aquello que Caoimhe llevaba notando bajo su pecho desde D'orlind Ur. Con cada fugacidad, el malestar que llevaba incubando parecía hacerse más presente en su interior y para cuando la mujer terminó de hablar estaba casi segura, a pesar de lo ridículo que sonase aquel pensamiento, que todas las luces de aquella sala vivían en ella. Y ella era parte de todas aquellas luces.
La mujer interrumpió su pensamiento sin previo aviso. Su rostro cercano al propio de Caoimhe. Sus ojos cerrados y la nariz y bigotes de la curandera lo suficientemente cerca como para rozar su cabello. Las manos de la mujer conejo se movían de manera rápida entre las estanterías aquí y allá agarrando utensilios e ingredientes. Sus acciones se paraban de cuando en cuando para acercarse a alguno de los integrantes y actuar de manera consecuente buscando según que herramienta o componente.
-Oh- sus pasos se pararon en seco y su gesto afable se tensó en uno algo molesto- Sssssssssolo almasssssss en pena en essssssssste habitáculo- dijo sus ojos clavados en Axel.
-Yo he venido acompañando a mi señora no creo que sea necesario que...
-Sssssssssssolo almasssss en pena- dijo de nuevo- No mar en calma- añadió.
Axel dirigió una mirada a Caoimhe quien le hizo un gesto de afirmación. Acto seguido se despidió de Hugo y dejó la sala.
-Ah.... mucho massssss fresssssco- dijo entonces la mujer y continuó con sus quehaceres- Muchaaasssssss posssssssibilidadesssssss- añadió tras un rato trabajando- Porque ninguno essssss el missssssmo. Tenemosssssss Ambición. Miedo. Sssssssssoledad, Odio, sssssoberbia. Mucha dinamita..- dijo finalmente mirando a un punto en concreto del techo que los rodeaba.
Caoimhe entendió a medias aquello que la mujer describía y a medida que realizaba distintas pociones, la confianza que tenía en ella iba menguando. Su cabeza parecía querer partirse y aquella mujer tan solo la estaba llenando de dudas. Miró a su alrededor ¿Pensarían lo mismo el resto? ¿Estaban dispuestos a confiar en aquella desconocida que balbuceaba cosas sin sentido?
-NO- gritó de pronto la mujer. Su rostro ahora muy cerca de Caoimhe surcado de furia- NO DUDASSSSSSSSSS.- Gritó de nuevo, como si hubiese estado leyendo su mente- Essssssstásssssss aquí. Ahora esssssssscucha- dijo
Hubo un silencio largo y la mujer volvió a hablar.
-Ahora... uno por uno. Necessssssssito que dejéissssss aquí algo de lo que necesssssssiteissssss dessssssprenderssssssssse. Afrontar. Olvidar- dijo- Todosssssssss oyen- añadió.
Caoimhe cruzó sus brazos en una señal inequívoca de que había perdido la confianza en aquella mujer.
-Cuando todossssss beben. Todossssss dicen.... Todosssssss ven. - volvió a repetir otorgando a cada uno un vasito con un líquido oscuro.
Hugo miró a todos lados, entendiendo que quizás él debería ir primero.
Sorbió de aquel líquido de manera decidida. Su garganta se inundó de un sabor insulso en un momento hasta que... finalmente sus papilas gustativas encontraron la asociación de su sabor preferido en aquella poción. Lo tomó entonces de manera apresurada.
Unos segundos pasaron y la expresión del tigre cambio. El silencio se hizo presente.
-Envidia- dijo finalmente.
Con su última sílaba la sala se llenó de lo que parecía una pompa enorme que rodeó a los presentes. Un conjunto de imagenes aparecieron aquí y allá y Caoimhe comenzó a entender que no se encontraba ya en su propia mente.
La calidez que la envolvió la recordaba a las noches en vela jugando a las cartas con Hugo. El olor a hierba recién cortada en sus garras. Las imágenes frente a ella, sin embargo mostraban a una versión de Hugo muy diferente a la que conocía: Algo más bajito, menos fuerte, mas indeciso. Reconoció las escenas que se presentaban frente a ella porque había vivido la mayoría... pero no tuvo idea del impacto que aquellos momentos habían supuesto un impacto para el hombre tigre.
Algunos mostraban a Hugo de pequeño. Solo y usado en el circo frente a una familia con una felicidad exagerada. Otros a ella misma y Axel, en actitudes ciertamente demasiado cercanas. Otras a guerreros con los que habían compartido batallas, todos más enaltecidos que el propio tigre.
Caoimhe entendió entonces a que se refería la mujer.
Cuando las visiones acabaron, Hugo dejó su vaso al lado y buscó la mano de Caoimhe quien acarició su mejilla con torpeza.
-Ssssssiguiente- dijo la mujer aparentemente mucho más contenta.
La vampiresa escuchó las voces sordas de aquellos con los que compartía la sala, pero su curiosidad estaba ahora enfocada en aquel lugar, y el mal que la inundaba parecía no dar tregua haciendo que se tambalease sobre sus pies con solo un movimiento a modo de paso.
De pronto, el vaivén de sus pisadas perdió de manera considerable el equilibrio y el peso de un cuerpo tangible se apoyó sobre su hombro. Lo que sea que fuese que se apoyó en ella la hizo agarrarse a una de las lianas a su alrededor para no caer. Oyó su voz disculparse, como si de un sueño lejano se tratase.
-No te preocupes creo que todos aquí estamos teniendo dificultades para...- comenzó a decir la chica, recomponiendo su posición. La voz gritona del hombrecillo rojo que les había guiado hasta aquel lugar comenzó una reprimenda que silenció el hilo de su voz. El hombre tortuga intentó acallar sus afirmaciones asegurando que no estaban peleando. En cualquier otra situación quizás hubiese incitado al caos mismo que aquella posición revelaba y de hecho, haber instigado una reacción desfavorable para aquel desconocido. Pero el hombre parecía honesto, y quizás empatizó de sobremanera considerando que compartían el mismo mal.
-No ha peleado conmigo- dijo finalmente Caoimhe- Abre los ojos- le isntó al hombrecillo- Este hombre mide casi el doble que yo. Pesa posiblemente más del triple. ¿Crees que si hubiese querido iniciar una pelea... aún seguiría de pie?- añadió.
El hombrecillo rojo la miró con dudas que parecían haberse aplacado. Por supuesto, Caoimhe guardaba siempre un as bajo su manga y no solo de fuerza bruta se basaba una pelea, pero aquello pareció surtir efecto y el hombre finalmente marchó tras la puerta de runas. Custodiando la llegada de quien sea que fuese que esperaban.
-Fascinante, ¿Cierto?- dijo la vampiresa dirigiéndose al hombre tortuga mientras recorría con una de sus manos una de las lianas que colgaban del techo- Inevitablemente estamos expuestos a hechizos y conjuros complejos... y...- Caoimhe alcanzó con su mano uno de los botecitos que colgaban de la liana - a veces lo más simple puede hacernos sentir... frágiles- añadió.
Le dió un pequeño toquecito con la parte de metal de su guantelete. El tarro dejó escapar un sonido metálico y tras varios segundos un haz de luz iluminó la sala durante varios pulsos. Como si de un sonar se tratase.
La presencia de la luz reveló por fin al resto de personas con las que compartía aquella habitación. Tan solo había coincidido con Zelas en una ocasión anterior- aparte de cuando le ayudó a despoblar una isla en medio del mar- El cansancio de su rostro le recordaba tanto al suyo propio que comenzó a entender que no era casualidad que todos hubiesen sido congregados en aquel lugar.
A su lado, la figura de alguien mucho más conocido y a la vez un extraño captó la atención de Caoimhe. Sus ojos solo necesitaron cruzarse una sola vez en el pulsar de la luz de aquel misterioso objeto, con la luz propia que irradiaba la mirada de Zagreus. Pero ello bastó para confirmar que debía salir de allí lo antes posible. Cuanto antes mejor. Aquella mirada tan solo significaba problemas. Y ella ya venía atesorando unos cuantos.
-Se ve que las habladurías del bosque son cuanto menos parcialmente ciertas- dijo Caoimhe dirigiéndose a ambos Zelas y Zagreus pero sin enfocar su mirada desigual en ninguno en particular. Calmó su discurso, una ola de cansancio inundándola lo suficiente como para buscar con las manos el apoyo de alguna de las estanterías. Casi notaba el juicio de Axel en su nuca. Pero aquello no tenía nada que ver con sus elecciones dietarias. ¿Todos se encontraban igual, cierto? Tragó saliva. La sed de pronto contestando su pregunta.
-Pobressss almassss en pena- Una voz casi etérea interrumpió el silencio parcial. El eco de la misma gravitaba desde y hasta el centro de la sala, las paredes almohadillando las ondas sonoras y haciendo mucho más difícil identificar de dónde llegaba aquel timbre. La ilusión de un susurro en los oídos recreándose en todos los presentes- Y aún assssssssssí lo sssssssuficiente llenossssssss de vida para intentar encontrarme- El acento sonoro de aquella voz femenina se hizo más presente. Las consonantes en sus palabras encadenándose las unas con las otras como si de un solo sonido se tratase.
Una ténue luz se filtró en los cientos de botecitos que colgaban de las lianas, iluminando al fin la sala con cientos de colores de manera ténue. La pulsatilidad inicial que había accionado el roce de la mano de Caoimhe manteniéndose en la vista de aquellos que ocupaban el habitáculo.
-Todossssss y cada uno de vosssssssotrosssssss teneisssssss un motivo unico para essssssstar aquí- comenzó de nuevo a hablar la mujer.
Su estatura menuda, menos de 1.50 parecía con el musgo del suelo de su habitación. Su túnica color azulada se tambaleaba bajo sus manos, revelando el pelaje mismo que caracterizaba a los de su especie. Sus orejas de conejo colgaban de manera adecentada a ambos lados de su cara dando la impresión de un cabello blanco y desordenado. Su pequeña nariz se movía de manera nerviosa al hablar haciendo que sus bigotes diesen la expresión de concentración que confirmaban sus ojos enormes tuviese sentido.
-Fortuna... Guerra... Victoria... Derrota... Dessssssssssamor... - dijo la mujer haciendo un leve aspaviento con un bastón que portaba en su mano derecha- Si habeissssss venido busssssscando resssssspuesssssstasssss a alguno de essssssssso... Marchaosssssss por donde vinisssssssteissssssss. No ssssssssere yo quien ossssss ssssssssalve en essssssssta ocassssssión- añadió. - El ressssssssssto.... veamossssssssssss sssssssssi tenemosssssss suerte.
La ola paulatina de la luz que los iluminaba había conseguido de alguna manera anclarse a aquello que Caoimhe llevaba notando bajo su pecho desde D'orlind Ur. Con cada fugacidad, el malestar que llevaba incubando parecía hacerse más presente en su interior y para cuando la mujer terminó de hablar estaba casi segura, a pesar de lo ridículo que sonase aquel pensamiento, que todas las luces de aquella sala vivían en ella. Y ella era parte de todas aquellas luces.
La mujer interrumpió su pensamiento sin previo aviso. Su rostro cercano al propio de Caoimhe. Sus ojos cerrados y la nariz y bigotes de la curandera lo suficientemente cerca como para rozar su cabello. Las manos de la mujer conejo se movían de manera rápida entre las estanterías aquí y allá agarrando utensilios e ingredientes. Sus acciones se paraban de cuando en cuando para acercarse a alguno de los integrantes y actuar de manera consecuente buscando según que herramienta o componente.
-Oh- sus pasos se pararon en seco y su gesto afable se tensó en uno algo molesto- Sssssssssolo almasssssss en pena en essssssssste habitáculo- dijo sus ojos clavados en Axel.
-Yo he venido acompañando a mi señora no creo que sea necesario que...
-Sssssssssssolo almasssss en pena- dijo de nuevo- No mar en calma- añadió.
Axel dirigió una mirada a Caoimhe quien le hizo un gesto de afirmación. Acto seguido se despidió de Hugo y dejó la sala.
-Ah.... mucho massssss fresssssco- dijo entonces la mujer y continuó con sus quehaceres- Muchaaasssssss posssssssibilidadesssssss- añadió tras un rato trabajando- Porque ninguno essssss el missssssmo. Tenemosssssss Ambición. Miedo. Sssssssssoledad, Odio, sssssoberbia. Mucha dinamita..- dijo finalmente mirando a un punto en concreto del techo que los rodeaba.
Caoimhe entendió a medias aquello que la mujer describía y a medida que realizaba distintas pociones, la confianza que tenía en ella iba menguando. Su cabeza parecía querer partirse y aquella mujer tan solo la estaba llenando de dudas. Miró a su alrededor ¿Pensarían lo mismo el resto? ¿Estaban dispuestos a confiar en aquella desconocida que balbuceaba cosas sin sentido?
-NO- gritó de pronto la mujer. Su rostro ahora muy cerca de Caoimhe surcado de furia- NO DUDASSSSSSSSSS.- Gritó de nuevo, como si hubiese estado leyendo su mente- Essssssstásssssss aquí. Ahora esssssssscucha- dijo
Hubo un silencio largo y la mujer volvió a hablar.
-Ahora... uno por uno. Necessssssssito que dejéissssss aquí algo de lo que necesssssssiteissssss dessssssprenderssssssssse. Afrontar. Olvidar- dijo- Todosssssssss oyen- añadió.
Caoimhe cruzó sus brazos en una señal inequívoca de que había perdido la confianza en aquella mujer.
-Cuando todossssss beben. Todossssss dicen.... Todosssssss ven. - volvió a repetir otorgando a cada uno un vasito con un líquido oscuro.
Hugo miró a todos lados, entendiendo que quizás él debería ir primero.
Sorbió de aquel líquido de manera decidida. Su garganta se inundó de un sabor insulso en un momento hasta que... finalmente sus papilas gustativas encontraron la asociación de su sabor preferido en aquella poción. Lo tomó entonces de manera apresurada.
Unos segundos pasaron y la expresión del tigre cambio. El silencio se hizo presente.
-Envidia- dijo finalmente.
Con su última sílaba la sala se llenó de lo que parecía una pompa enorme que rodeó a los presentes. Un conjunto de imagenes aparecieron aquí y allá y Caoimhe comenzó a entender que no se encontraba ya en su propia mente.
La calidez que la envolvió la recordaba a las noches en vela jugando a las cartas con Hugo. El olor a hierba recién cortada en sus garras. Las imágenes frente a ella, sin embargo mostraban a una versión de Hugo muy diferente a la que conocía: Algo más bajito, menos fuerte, mas indeciso. Reconoció las escenas que se presentaban frente a ella porque había vivido la mayoría... pero no tuvo idea del impacto que aquellos momentos habían supuesto un impacto para el hombre tigre.
Algunos mostraban a Hugo de pequeño. Solo y usado en el circo frente a una familia con una felicidad exagerada. Otros a ella misma y Axel, en actitudes ciertamente demasiado cercanas. Otras a guerreros con los que habían compartido batallas, todos más enaltecidos que el propio tigre.
Caoimhe entendió entonces a que se refería la mujer.
Cuando las visiones acabaron, Hugo dejó su vaso al lado y buscó la mano de Caoimhe quien acarició su mejilla con torpeza.
-Ssssssiguiente- dijo la mujer aparentemente mucho más contenta.
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Caoimhe
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Re: Calma, se va a estabilizar [Libre] [Noche] [Vigilado]
Las palabras del rubio retumbaron en mis oídos. La simple idea de pensar que el gran V estuviera muerto no tenía sentido, era un guerrero excepcional, prácticamente invencible. No comprendía como Zelas habría sido capaz de esa hazaña, pero sabía que no era mentira. Zelas podría ser embustero, embaucador y un mentiroso, pero nunca un bailarín profesional de estampie. Por lo que sabía que el silente elfo de armadura pesada ya no estaría entre nosotros.
Sin duda una pena lo de V, era un rival admirable. - dije con un tono serio que confirmaba la estima que sentía por aquel viejo aliado en el mundo de espejos. El rubio continuó destacando su indignación por mi supuesta ausencia en la misión suicida. Aún mantenía mi interés por la Dark Order, o lo que quedaba de ellos, pero con aquel resultado en donde Zelas había ¨estafado¨ a los mercenarios, era mejor mantener cierta distancia de sus planes.
Durante ese tiempo tenía algunas dificultades personales. - dije en relación con mi etapa como prófugo de la ley por la sentencia de Belov, que para fortuna mía pareció no ser tomado tan en serio por la guardia de Verisar tras los eventos (y mi desaparición en una realidad alterna) -. Bueno, si en un futuro tienes noticias de tus amigos me podrías decir, aunque tendrías que asegurarme que no terminaría como tu socio Percival en la subasta. Al parecer, ser aliado tuyo no parece ser una buena elección. - dije con un desdén agresivo. Metiendo el dedo en la llaga de un héroe herido por no poder ser capaz de salvar a sus amigos, ya que las dos veces que me había topado con Zelas, el rubio había perdido más de lo que habría ganado.
Lukas se había incorporado a la conversación con su presentación. Sin embargo, su malestar y torpeza terminó haciendo que vomitara entre nuestros asientos, interrumpiendo mi respuesta sobre el cuenco. Seguido, se tropezó con una mujer. Haciendo que el guardián rojo se alarmara y la situación se volviera tensa en un instante.
La cuestión escaló y la mujer, que reconocí enseguida, intentó calmar al buen Da Wae. La tensión en el ambiente a la par del malestar que se hacía insoportable fue disipado con el siseo de una voz chillona. Una figura regordeta y peluda se asomó en la sala. No me había percatado de su presencia, pero rápidamente tomó el protagonismo en la habitación con un espectáculo de luces que acompañan un discurso atorrante y a la vez críptico.
Una sarta de tonterías naturalistas de una anciana delirante. Pronto nos dio una bebida que debíamos tomar, pero no confiaba en sus palabras, no pretendía seguir su juego.
Señora gomejo, disculpe pero… - mi discurso fue interrumpido por la mujer que rápidamente se paró recta delante mío.
Sssssssoy un Conejo, y para ti y el resssssto sssssoy Melinoé. Tita por cariño. ¿Cómo te atrevessss a compararme con un sssssimple gomejo? essasss criaturasss torpesss sssin cerebro, sssolo ssssirven para ssser golpeadassss y para sssssatisfacer a algún perverssssso con mucha creatividad. ¡Yo no sssssoy un gomejo y sssi vuelvessss a confundirte conmigo morirásssss con tu maldición!
Bueno, disculpe mi ofensa - dije levantándome y tirando el elixir al suelo. - No vine para hablar de espíritus y mi orgullo, o ver un tigre durante su viaje astral a la envidia. Qué patético. - dije intercambiando una mirada con la prestamista de Beltrexus y su cómplice.
Sin embargo, una sacudida me obligó a sentarme nuevamente. Una presión me obligaba a mantenerme inmóvil, el dolor era insostenible y mis venas retumbaban. - Aghhrr, nada de pociones de prueba, quítame esta maldición ya. Si el resto quiere el placebo, que lo haga, pero yo no estoy de humor para estupideces.
- y acto seguido arrojé una bolsa al suelo con decenas de monedas de oro.Sin duda una pena lo de V, era un rival admirable. - dije con un tono serio que confirmaba la estima que sentía por aquel viejo aliado en el mundo de espejos. El rubio continuó destacando su indignación por mi supuesta ausencia en la misión suicida. Aún mantenía mi interés por la Dark Order, o lo que quedaba de ellos, pero con aquel resultado en donde Zelas había ¨estafado¨ a los mercenarios, era mejor mantener cierta distancia de sus planes.
Durante ese tiempo tenía algunas dificultades personales. - dije en relación con mi etapa como prófugo de la ley por la sentencia de Belov, que para fortuna mía pareció no ser tomado tan en serio por la guardia de Verisar tras los eventos (y mi desaparición en una realidad alterna) -. Bueno, si en un futuro tienes noticias de tus amigos me podrías decir, aunque tendrías que asegurarme que no terminaría como tu socio Percival en la subasta. Al parecer, ser aliado tuyo no parece ser una buena elección. - dije con un desdén agresivo. Metiendo el dedo en la llaga de un héroe herido por no poder ser capaz de salvar a sus amigos, ya que las dos veces que me había topado con Zelas, el rubio había perdido más de lo que habría ganado.
Lukas se había incorporado a la conversación con su presentación. Sin embargo, su malestar y torpeza terminó haciendo que vomitara entre nuestros asientos, interrumpiendo mi respuesta sobre el cuenco. Seguido, se tropezó con una mujer. Haciendo que el guardián rojo se alarmara y la situación se volviera tensa en un instante.
La cuestión escaló y la mujer, que reconocí enseguida, intentó calmar al buen Da Wae. La tensión en el ambiente a la par del malestar que se hacía insoportable fue disipado con el siseo de una voz chillona. Una figura regordeta y peluda se asomó en la sala. No me había percatado de su presencia, pero rápidamente tomó el protagonismo en la habitación con un espectáculo de luces que acompañan un discurso atorrante y a la vez críptico.
Una sarta de tonterías naturalistas de una anciana delirante. Pronto nos dio una bebida que debíamos tomar, pero no confiaba en sus palabras, no pretendía seguir su juego.
Señora gomejo, disculpe pero… - mi discurso fue interrumpido por la mujer que rápidamente se paró recta delante mío.
Sssssssoy un Conejo, y para ti y el resssssto sssssoy Melinoé. Tita por cariño. ¿Cómo te atrevessss a compararme con un sssssimple gomejo? essasss criaturasss torpesss sssin cerebro, sssolo ssssirven para ssser golpeadassss y para sssssatisfacer a algún perverssssso con mucha creatividad. ¡Yo no sssssoy un gomejo y sssi vuelvessss a confundirte conmigo morirásssss con tu maldición!
Bueno, disculpe mi ofensa - dije levantándome y tirando el elixir al suelo. - No vine para hablar de espíritus y mi orgullo, o ver un tigre durante su viaje astral a la envidia. Qué patético. - dije intercambiando una mirada con la prestamista de Beltrexus y su cómplice.
Sin embargo, una sacudida me obligó a sentarme nuevamente. Una presión me obligaba a mantenerme inmóvil, el dolor era insostenible y mis venas retumbaban. - Aghhrr, nada de pociones de prueba, quítame esta maldición ya. Si el resto quiere el placebo, que lo haga, pero yo no estoy de humor para estupideces.
Zagreus
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Re: Calma, se va a estabilizar [Libre] [Noche] [Vigilado]
-Lo único que lamento de V es que no sufrió lo suficiente- señalaría Zelas, algo indiferente sobre la situación y ocultando cualquier dato relevante sobre su vinculo con el ex numero 12 de la Dark Order, sin embargo, las palabras que mencionaría el vampiro sobre el porque no estuvo presente fueron algo tibias, no así lo fue el comentario que le siguió después de su excusa, la intencionalidad de traer a Percival fue evidente, pero Zelas no mordería el anzuelo.
-Percival fue solo una victima mas de la cobardía de V, por suerte esa deuda se cobro, así que no te preocupes, si te hace sentir mejor, ninguno de los que me acompaño a esa isla murió, y en el caso que no lograra proteger a mis amigos, ten por seguro que los vengaría. La mejor parte de tenerme de aliado es que me tienen de aliado, no conozco a nadie mas que haya logrado desbandar a una organización criminal del calibre de la Dark Order en una noche.- respondió el rubio desplegando aquella vanidad que le caracterizaba, esa mascara que sabia utilizar tan bien.
La incorporación de aquella enorme tortuga que se había identificado como Lukas ayudo a cambiar la conversación que mantenía con Zagreus, pero también le dio la chance de devolverle el favor al vampiro, mas por reflejos que por otra cosa, y es que cuando la tortuga gigante vomito, Zelas y la forma en la estaba sentado, con uno de sus tobillos apoyado sobre una de sus rodillas, generando una especie de 4 con sus piernas, la planta del pie de Zelas estaba justo apuntando a la dirección donde estaba el asiento vacío entre el y vampiro, entonces por un acto reflejo, dejo salir una leve explosión de éter(1), el cual no era visible para nadie que no pudiera percibir o ver el flujo del éter, no fue lo suficientemente fuerte para mover al no-elfo, pero si lo fue para empujar el vomito hacia el vampiro y sus ropas.
El hecho de que la tortuga Lukas ni siquiera se disculpara y terminara apoyándose en otra alma atormentada y enferma del lugar hizo que el rubio se pusiera a reír por aquel circo que se estaba montando -jajajaja, por lo que veo, ser tu parece ser peor que ser mi aliado- diría el rubio, aun riendo por la situación.
Lukas fue reprendido pero la mujer a la que uso de bastón de apoyo salió en su defensa, recordaba su rostro, mas no podía ubicar de adonde o cuando, entonces ella se acerco a ellos y menciono algo sobre las habladurías del bosque, entonces todo comenzó a tener sentido, ella había estado en la explosión, pero también recordó haberla visto en la isla, ella había luchado junto a Mera y Rauko -Solo si se dicen cosas buenas, si te contaron algo malo de mi probablemente sea mentira(?)- le respondería a la mujer con la mirada perdida. Cada uno de los presentes allí parecía tener una molestia diferente y por lo visto tenia el mismo origen, no parecía ser casualidad que todos los enfermos parecían haber estado en la explosión del bosque.
Después ocurrió algo extraño entre una señora conejo y el tigre con el que había ayudado a limpiar el camino hacia la caravana, a todos se les entrego un cuenco pequeño con el mismo liquido que hizo que el tigre se drogara y Zagreus lo arrojo al piso y exigió una cura, ahora Zelas parecía ser el único que seguía fingiendo que no estaba tan mal como se sentía, y seguiría actuando de esa forma hasta que supiera bien que era lo que estaba ocurriendo.
El rubio no bebería aquel liquido raro hasta saber bien que era, pero tampoco se pondría prepotente, de momento se mantenía como un observador mas y dejaba que las cosas transcurrieran hasta que fuera su turno de hacer las preguntas.
OFF: habilidades usadas y cosas
1_ Vuelo Fulgido
-Percival fue solo una victima mas de la cobardía de V, por suerte esa deuda se cobro, así que no te preocupes, si te hace sentir mejor, ninguno de los que me acompaño a esa isla murió, y en el caso que no lograra proteger a mis amigos, ten por seguro que los vengaría. La mejor parte de tenerme de aliado es que me tienen de aliado, no conozco a nadie mas que haya logrado desbandar a una organización criminal del calibre de la Dark Order en una noche.- respondió el rubio desplegando aquella vanidad que le caracterizaba, esa mascara que sabia utilizar tan bien.
La incorporación de aquella enorme tortuga que se había identificado como Lukas ayudo a cambiar la conversación que mantenía con Zagreus, pero también le dio la chance de devolverle el favor al vampiro, mas por reflejos que por otra cosa, y es que cuando la tortuga gigante vomito, Zelas y la forma en la estaba sentado, con uno de sus tobillos apoyado sobre una de sus rodillas, generando una especie de 4 con sus piernas, la planta del pie de Zelas estaba justo apuntando a la dirección donde estaba el asiento vacío entre el y vampiro, entonces por un acto reflejo, dejo salir una leve explosión de éter(1), el cual no era visible para nadie que no pudiera percibir o ver el flujo del éter, no fue lo suficientemente fuerte para mover al no-elfo, pero si lo fue para empujar el vomito hacia el vampiro y sus ropas.
El hecho de que la tortuga Lukas ni siquiera se disculpara y terminara apoyándose en otra alma atormentada y enferma del lugar hizo que el rubio se pusiera a reír por aquel circo que se estaba montando -jajajaja, por lo que veo, ser tu parece ser peor que ser mi aliado- diría el rubio, aun riendo por la situación.
Lukas fue reprendido pero la mujer a la que uso de bastón de apoyo salió en su defensa, recordaba su rostro, mas no podía ubicar de adonde o cuando, entonces ella se acerco a ellos y menciono algo sobre las habladurías del bosque, entonces todo comenzó a tener sentido, ella había estado en la explosión, pero también recordó haberla visto en la isla, ella había luchado junto a Mera y Rauko -Solo si se dicen cosas buenas, si te contaron algo malo de mi probablemente sea mentira(?)- le respondería a la mujer con la mirada perdida. Cada uno de los presentes allí parecía tener una molestia diferente y por lo visto tenia el mismo origen, no parecía ser casualidad que todos los enfermos parecían haber estado en la explosión del bosque.
Después ocurrió algo extraño entre una señora conejo y el tigre con el que había ayudado a limpiar el camino hacia la caravana, a todos se les entrego un cuenco pequeño con el mismo liquido que hizo que el tigre se drogara y Zagreus lo arrojo al piso y exigió una cura, ahora Zelas parecía ser el único que seguía fingiendo que no estaba tan mal como se sentía, y seguiría actuando de esa forma hasta que supiera bien que era lo que estaba ocurriendo.
El rubio no bebería aquel liquido raro hasta saber bien que era, pero tampoco se pondría prepotente, de momento se mantenía como un observador mas y dejaba que las cosas transcurrieran hasta que fuera su turno de hacer las preguntas.
OFF: habilidades usadas y cosas
1_ Vuelo Fulgido
- Maldición:
- Miasma expansiva Ronda 3/5
Aunque pareces haberte recuperado por completo de la explosión de éter, una pequeña esquirla helada, aparentemente inofensiva, se ha alojado dentro de ti. La buena noticia es que, gracias a ella, en tu próximo tema, los hechizos relacionados con ilusiones, ofuscación o influencia mental en general no tendrán efecto sobre ti. La mala noticia es que la esquirla está continuamente alimentándose del éter a tu alrededor y, al no poder crecer indefinidamente dentro de tu cuerpo, acabará por estallar, liberando el éter acumulado en una miasma que se expandirá en un radio de tres metros a tu alrededor. Tú recibes una herida moderada por la explosión de la esquirla y quien se encuentre en el área expansiva (incluyéndote a ti) experimentará los efectos adversos que ya conoces (náuseas, dolor de cabeza y dificultad para respirar), entorpeciendo sus acciones durante las dos rondas siguientes. La explosión de la esquirla deberá producirse, como muy tarde, en la quinta ronda de tu próximo tema. Si se trata de un tema corto (como un Desafío) y no llega a detonarse, se detonará en el siguiente tema (deberás restar a las 5 rondas máximas el número de rondas que tuviera ese primer tema). El efecto positivo también se trasladaría al siguiente tema, pero desaparecerá una vez que se detone la esquirla. Si dos o más personajes infectados se encuentran juntos, la explosión de una esquirla detonará automáticamente las de los demás, aumentando proporcionalmente los efectos adversos de la miasma.
Zelas Hazelmere
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Re: Calma, se va a estabilizar [Libre] [Noche] [Vigilado]
OFFROL: para que no se confundan los dialogos de Tita Melinoe y Lukas (creo que usan el mismo color o sino uno muy parecido) a partir de este post los dialogos de Lukas seran en moradito durante este tema.
Noche
Bosques del Oeste
Choza de Tita Melinoe
con Zagreus, Zelas y Caoimhe
Calma, se va a Estabilizar
Calma, se va a Estabilizar
Lukas estaba en problemas, el pequeño ser rojizo estaba a punto de convertir al hombre bestia en sopa de tortuga cuando la mujer con quien había tenido el percance intervino, hablando en su nombre y calmando a Da Wae Ebolá, Lukas se acercó a ella cuando todo se hubo calmado y el pequeño guardián había ido tras la puerta. Antes de que pudiera decir una palabra la mujer toco un pequeño botecito colgante de una de las lianas y empezó a hablarle sobre la magia presente en ese lugar.
-Gracias por haberme ayudado y perdóname nuevamente por el percance – dijo antes de ver como el tarro empezaba a brillar iluminando el lugar. –Esto es asombroso, he visto magia antes pero siempre me maravilla verla en acción – dijo mirando embobado antes de que la pálida mujer se moviera a donde el hombre rubio y el de cabello blanco estaban.
-Me pregunto qué clase de peligros se dispararían si realmente hubiera una pelea aquí – se preguntó Lukas cuando apareció una mujer conejo escoltada por Da Wae Ebolá, esta empezó a dar un discurso siseando y entregándole a todos unos cuencos con un líquido extraño, la tortuga la olio y le dio mala espina. –Esto no puede estar bien – susurro viendo como el tigre bebía y empezaba una serie de imágenes astrales, Lukas empezó a creer más en la mujer conejo, aunque no estaba seguro de si quería que todos los presentes descubrieran sus más oscuros traumas.
La gran tortuga se debatía sobre qué hacer cuando Zagreus, el hombre que había conocido poco antes de subir la torre de la infamia, empezó a cuestionar a la mujer conejo, la tortuga temía por el peliblanco, poco a poco se hacía más cercano a él, cuando arrojo una bolsa con monedas vio la cara de la mujer a quien habían todos venido a ver poniéndose roja de furia - ¿COMO TE ATREVESSSSS? ¿CREESSSSSS QUE SSSSSOY UNA MERCENARIA MASSSSSSS A QUIEN PUEDESSSSS COMPRAR? – dijo levantándose, igual que el hombrecillo rojo cuando había perdido los estribos la mujer conejo parecía como si estuviera creciendo mientras hablaba. –SSSSSSOY TITA MELINOE, NO UNA SSSSSSSACERDOTIZZZZA DE CUARTA, DEBESSSSSSS TENER MASSSSSS RESSSSSPETO ANTE MI NIÑO – estaba furiosa, la tortuga temió por el destino de todos los que estaban en la choza, según su experiencia no era bueno tentar a la suerte y mucho menos a la magia.
-Discúlpenme – dijo Lukas con algo de temor. –Zagreus, sé que no nos conocemos hace mucho, pero si te sientes tan mal como me siento yo tal vez no deberíamos ofender a la dama aquí presente – dijo Lukas viendo el líquido extraño, seguía sin convencerse de tomarlo, pero ya había dado un paso, no debía flaquear ahora. –Si te sientes más cómodo estoy dispuesto a dar el primer paso, a tu salud Zag – dijo levantando el cuenco y mirando a su alrededor. –Y a la de ustedes, señor rubio, señorita salvadora y don tigre envidioso – dijo antes de cerrar sus ojos, su mano le temblaba.
-No temassssss. Bebe y encontrarasssss lo que busssssscasssssss – las palabras de Tita Melínoe le dieron la impulso que necesitaba, bebió todo de un santiamén sintiendo un sabor a sopa de carne, su comida favorita, fue entonces cuando su mente empezó a hacer conexiones, miro a su alrededor y dijo –Soledad.
Tal como había pasado con el tigre un montón de imágenes brotaron de la nada, esta vez relacionadas con Lukas. Vio a Chayanne, su viejo amigo quien había muerto, abrazándolo y marchándose, esa había sido la última vez que lo había visto con vida. Vio a múltiples amigos y aliados y como siempre ellos estaban más atados a otras personas en vez de a él, cada persona cercana que había perdido o lo había abandonado empezaron a aparecer ante él y luego de que se esfumaban la tortuga se hacía cada vez más pequeña, finalmente vio a Cohen, Peter, Akanke y Sein, el grupo que había conocido y con quien se había hecho amigo en Mur’ko, vio como Peter y Cohen se tomaban la mano, como Akanke y Sein se abrazaban y él estaba solo, siempre solo, esa era su maldición. Lukas dejó caer su caparazón sentándose en el piso mientras su cuerpo temblaba, esperaba que después de esto al menos Tita Melínoe pudiera ayudarle.
-Gracias por haberme ayudado y perdóname nuevamente por el percance – dijo antes de ver como el tarro empezaba a brillar iluminando el lugar. –Esto es asombroso, he visto magia antes pero siempre me maravilla verla en acción – dijo mirando embobado antes de que la pálida mujer se moviera a donde el hombre rubio y el de cabello blanco estaban.
-Me pregunto qué clase de peligros se dispararían si realmente hubiera una pelea aquí – se preguntó Lukas cuando apareció una mujer conejo escoltada por Da Wae Ebolá, esta empezó a dar un discurso siseando y entregándole a todos unos cuencos con un líquido extraño, la tortuga la olio y le dio mala espina. –Esto no puede estar bien – susurro viendo como el tigre bebía y empezaba una serie de imágenes astrales, Lukas empezó a creer más en la mujer conejo, aunque no estaba seguro de si quería que todos los presentes descubrieran sus más oscuros traumas.
La gran tortuga se debatía sobre qué hacer cuando Zagreus, el hombre que había conocido poco antes de subir la torre de la infamia, empezó a cuestionar a la mujer conejo, la tortuga temía por el peliblanco, poco a poco se hacía más cercano a él, cuando arrojo una bolsa con monedas vio la cara de la mujer a quien habían todos venido a ver poniéndose roja de furia - ¿COMO TE ATREVESSSSS? ¿CREESSSSSS QUE SSSSSOY UNA MERCENARIA MASSSSSSS A QUIEN PUEDESSSSS COMPRAR? – dijo levantándose, igual que el hombrecillo rojo cuando había perdido los estribos la mujer conejo parecía como si estuviera creciendo mientras hablaba. –SSSSSSOY TITA MELINOE, NO UNA SSSSSSSACERDOTIZZZZA DE CUARTA, DEBESSSSSSS TENER MASSSSSS RESSSSSPETO ANTE MI NIÑO – estaba furiosa, la tortuga temió por el destino de todos los que estaban en la choza, según su experiencia no era bueno tentar a la suerte y mucho menos a la magia.
-Discúlpenme – dijo Lukas con algo de temor. –Zagreus, sé que no nos conocemos hace mucho, pero si te sientes tan mal como me siento yo tal vez no deberíamos ofender a la dama aquí presente – dijo Lukas viendo el líquido extraño, seguía sin convencerse de tomarlo, pero ya había dado un paso, no debía flaquear ahora. –Si te sientes más cómodo estoy dispuesto a dar el primer paso, a tu salud Zag – dijo levantando el cuenco y mirando a su alrededor. –Y a la de ustedes, señor rubio, señorita salvadora y don tigre envidioso – dijo antes de cerrar sus ojos, su mano le temblaba.
-No temassssss. Bebe y encontrarasssss lo que busssssscasssssss – las palabras de Tita Melínoe le dieron la impulso que necesitaba, bebió todo de un santiamén sintiendo un sabor a sopa de carne, su comida favorita, fue entonces cuando su mente empezó a hacer conexiones, miro a su alrededor y dijo –Soledad.
Tal como había pasado con el tigre un montón de imágenes brotaron de la nada, esta vez relacionadas con Lukas. Vio a Chayanne, su viejo amigo quien había muerto, abrazándolo y marchándose, esa había sido la última vez que lo había visto con vida. Vio a múltiples amigos y aliados y como siempre ellos estaban más atados a otras personas en vez de a él, cada persona cercana que había perdido o lo había abandonado empezaron a aparecer ante él y luego de que se esfumaban la tortuga se hacía cada vez más pequeña, finalmente vio a Cohen, Peter, Akanke y Sein, el grupo que había conocido y con quien se había hecho amigo en Mur’ko, vio como Peter y Cohen se tomaban la mano, como Akanke y Sein se abrazaban y él estaba solo, siempre solo, esa era su maldición. Lukas dejó caer su caparazón sentándose en el piso mientras su cuerpo temblaba, esperaba que después de esto al menos Tita Melínoe pudiera ayudarle.
- Maldicion:
- Miasma expansiva Ronda 3/5
Aunque pareces haberte recuperado por completo de la explosión de éter, una pequeña esquirla helada, aparentemente inofensiva, se ha alojado dentro de ti. La buena noticia es que, gracias a ella, en tu próximo tema, los hechizos relacionados con ilusiones, ofuscación o influencia mental en general no tendrán efecto sobre ti. La mala noticia es que la esquirla está continuamente alimentándose del éter a tu alrededor y, al no poder crecer indefinidamente dentro de tu cuerpo, acabará por estallar, liberando el éter acumulado en una miasma que se expandirá en un radio de tres metros a tu alrededor. Tú recibes una herida moderada por la explosión de la esquirla y quien se encuentre en el área expansiva (incluyéndote a ti) experimentará los efectos adversos que ya conoces (náuseas, dolor de cabeza y dificultad para respirar), entorpeciendo sus acciones durante las dos rondas siguientes. La explosión de la esquirla deberá producirse, como muy tarde, en la quinta ronda de tu próximo tema. Si se trata de un tema corto (como un Desafío) y no llega a detonarse, se detonará en el siguiente tema (deberás restar a las 5 rondas máximas el número de rondas que tuviera ese primer tema). El efecto positivo también se trasladaría al siguiente tema, pero desaparecerá una vez que se detone la esquirla. Si dos o más personajes infectados se encuentran juntos, la explosión de una esquirla detonará automáticamente las de los demás, aumentando proporcionalmente los efectos adversos de la miasma.
Lukas
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Re: Calma, se va a estabilizar [Libre] [Noche] [Vigilado]
Tita Melinoe estaba furiosa. Su gesto impasible de conejo peludo y agradable se había ido tornando furioso a medida que los allí presentes evitaban obedecer las órdenes exactas que ella había establecido. Por supuesto, aquello no era sumamente perceptible pues la mayor parte de su expresión estaba camuflada por pelo. Tan solo su frente pareció fruncirse de manera dramática cuando Zelas también se abstuvo de probar su poción.
La mujer cruzó los brazos, algo en la mente de Caoimhe se agudizó al entender que quizás aquella bola de pelo no era tan inocente como su aspecto inicial parecía indicar. Lukas inició en aquel momento una serie de argumentos que buscaban convencer a aquellos que compartían cabaña con ellos. La tortuga gigante finalmente siguió los pasos de Hugo y compartió una serie de imágenes personales que se relacionaban con la palabra 'Soledad'. Por supuesto Caoimhe no entendió quienes componían aquellos recuerdos, pero apreció la vulnerabilidad que se entrelazaban con los mismos. Y cuando terminaron, miró a Lukas con una visión distinta, un nuevo matiz a la grandeza de su tamaño y torpeza que había mostrado.
Quizás fue la combinación de los vapores de aquellas pociones a su alrededor, o el hecho de que su cabeza iba a estallarle, pero Caoimhe se acercó un poco a aquella tortuga, lo suficiente como para notar que su cuerpo temblaba.
-Calma- le dijo casi en un susurro y posó una mano en su hombro- La... soledad es a menudo tan solo una percepción. No te imaginas lo que a menudo me cuesta encontrarme realmente sola... es como una maldición que..- tanta conversación la estaba cansando, y aquella mentira no parecía salir muy bien de sus labios- Estoy segura que... bueno... tus amigos aquí están dispuesto a hacer que eso cambie- Concluyó dirigiendo esas palabras a Zelas y Zagreus.
-Dessssssssssagracecidosssssssss- Tita Melinoe interrumpió sus palabras agitando su bastón de manera molesta-No reconoceríais vuestra salvación aunque os la pusiesen en bandeja de oro-
La mujer apartó de un manotazo a Caoimhe y se acercó a consolar a Lukas. La vampiresa dirigió una mirada a Hugo quién alzó los hombros contrariado. Su aspecto parecía haber mejorado un poco.
-Tranquilo. compañero encapsulado. Tu valentía ya te ha salvado. Mi poderesssssss me dicen que no tendrássssssss que hacer nada másssssss para que tus malessssssss se vayan, pero tu salud dependerá de estosssssss que te rodean..
Alzó su bastón en un movimiento circular y en el centro de la sala un haz de luz redondeado apareció de la nada. La esfera de color dorado intenso pulsaba de manera sutil, y Caoimhe entendió que aquellas pulsaciones eran las mismas que había estado notando en la opresión de su pecho, como si la luz y energía de aquella esfera estuviese ligada a su propia maldición.
-Frente a ustedessssss tenéissss vuestra dolencia.Tranquilos- dijo dirigiéndose a los vampiros- No es luz solar, pues no tenéisssss que temerle. Al menossss no aún. Podéissssss llamarla egoismo... ambición... Ossssss lo dejo a vuestra elección. Como habeissssss desestimado el camino fácil a vuestra salvación... ahora debéisssssss fundiosssss en el abrazo de la missssssma.
La mujer comenzó a caminar alrededor de la esfera realizando aspavientos aquí y allá como en una danza infinita.
-Esta esfera se nutre de todo lo malvado del universo- continuó- Y tan solo la bondad la apacigua- añadió.- De vosotrosssssss dependerá volveros incandesssssscentessssss con el fuego de lo malo de vuestra maldición... o ssssssalir ilesossssss y en bondad.
-Lassssss reglassssss son sssssssssimples.- dijo la mujer- Una pregunta, debe tener una respuesta... podéisssss nominar a quien queréissssss que responda... Si la respuesta constituye una verdad, la esfera frente a vosotros se apaciguará y vuestros síntomas mejorarán..., una mentira y la esfera lo sabrá. El fuego de la maldición se encenderá y bueno.... veremosssssss-dijo la mujer fijándose en Zelas. - Lo interesssssante es... sin embargo, que sssssssssi alguien conoce la verdad a una mentira establecida..., quizásssssss pueda solventar el 'error" arrojando la verdad que ocultaba la misssssma.
-Como ssssssssse que soissssss tímidosssssssss, comenzaré preguntando yo.... SSSSSi pudiessssssseisssss retroceder y enmendar vuestrasssss acciones que os llevaron a essssssta maldición.... ¿Lo haríais?
-----
Off:
Como vi que la primera dinámica no fue muy aceptada.. propongo otra. La explicación está en el post. La idea es que como sabemos que en la ronda 5 explotamos, tenemos que quizás hacer preguntas que inciten a mentir, o simplemente buscar excusas para que nuestros personajes mientan on rol.
Si no os apetece esta dinámica, avisen y podemos cambiar.
La mujer cruzó los brazos, algo en la mente de Caoimhe se agudizó al entender que quizás aquella bola de pelo no era tan inocente como su aspecto inicial parecía indicar. Lukas inició en aquel momento una serie de argumentos que buscaban convencer a aquellos que compartían cabaña con ellos. La tortuga gigante finalmente siguió los pasos de Hugo y compartió una serie de imágenes personales que se relacionaban con la palabra 'Soledad'. Por supuesto Caoimhe no entendió quienes componían aquellos recuerdos, pero apreció la vulnerabilidad que se entrelazaban con los mismos. Y cuando terminaron, miró a Lukas con una visión distinta, un nuevo matiz a la grandeza de su tamaño y torpeza que había mostrado.
Quizás fue la combinación de los vapores de aquellas pociones a su alrededor, o el hecho de que su cabeza iba a estallarle, pero Caoimhe se acercó un poco a aquella tortuga, lo suficiente como para notar que su cuerpo temblaba.
-Calma- le dijo casi en un susurro y posó una mano en su hombro- La... soledad es a menudo tan solo una percepción. No te imaginas lo que a menudo me cuesta encontrarme realmente sola... es como una maldición que..- tanta conversación la estaba cansando, y aquella mentira no parecía salir muy bien de sus labios- Estoy segura que... bueno... tus amigos aquí están dispuesto a hacer que eso cambie- Concluyó dirigiendo esas palabras a Zelas y Zagreus.
-Dessssssssssagracecidosssssssss- Tita Melinoe interrumpió sus palabras agitando su bastón de manera molesta-No reconoceríais vuestra salvación aunque os la pusiesen en bandeja de oro-
La mujer apartó de un manotazo a Caoimhe y se acercó a consolar a Lukas. La vampiresa dirigió una mirada a Hugo quién alzó los hombros contrariado. Su aspecto parecía haber mejorado un poco.
-Tranquilo. compañero encapsulado. Tu valentía ya te ha salvado. Mi poderesssssss me dicen que no tendrássssssss que hacer nada másssssss para que tus malessssssss se vayan, pero tu salud dependerá de estosssssss que te rodean..
Alzó su bastón en un movimiento circular y en el centro de la sala un haz de luz redondeado apareció de la nada. La esfera de color dorado intenso pulsaba de manera sutil, y Caoimhe entendió que aquellas pulsaciones eran las mismas que había estado notando en la opresión de su pecho, como si la luz y energía de aquella esfera estuviese ligada a su propia maldición.
-Frente a ustedessssss tenéissss vuestra dolencia.Tranquilos- dijo dirigiéndose a los vampiros- No es luz solar, pues no tenéisssss que temerle. Al menossss no aún. Podéissssss llamarla egoismo... ambición... Ossssss lo dejo a vuestra elección. Como habeissssss desestimado el camino fácil a vuestra salvación... ahora debéisssssss fundiosssss en el abrazo de la missssssma.
La mujer comenzó a caminar alrededor de la esfera realizando aspavientos aquí y allá como en una danza infinita.
-Esta esfera se nutre de todo lo malvado del universo- continuó- Y tan solo la bondad la apacigua- añadió.- De vosotrosssssss dependerá volveros incandesssssscentessssss con el fuego de lo malo de vuestra maldición... o ssssssalir ilesossssss y en bondad.
-Lassssss reglassssss son sssssssssimples.- dijo la mujer- Una pregunta, debe tener una respuesta... podéisssss nominar a quien queréissssss que responda... Si la respuesta constituye una verdad, la esfera frente a vosotros se apaciguará y vuestros síntomas mejorarán..., una mentira y la esfera lo sabrá. El fuego de la maldición se encenderá y bueno.... veremosssssss-dijo la mujer fijándose en Zelas. - Lo interesssssante es... sin embargo, que sssssssssi alguien conoce la verdad a una mentira establecida..., quizásssssss pueda solventar el 'error" arrojando la verdad que ocultaba la misssssma.
-Como ssssssssse que soissssss tímidosssssssss, comenzaré preguntando yo.... SSSSSi pudiessssssseisssss retroceder y enmendar vuestrasssss acciones que os llevaron a essssssta maldición.... ¿Lo haríais?
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Como vi que la primera dinámica no fue muy aceptada.. propongo otra. La explicación está en el post. La idea es que como sabemos que en la ronda 5 explotamos, tenemos que quizás hacer preguntas que inciten a mentir, o simplemente buscar excusas para que nuestros personajes mientan on rol.
Si no os apetece esta dinámica, avisen y podemos cambiar.
Caoimhe
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Re: Calma, se va a estabilizar [Libre] [Noche] [Vigilado]
No pretendía ofender a la coneja, pero estaba cansado del malestar que solo aumentaba. Tanta parafernalia y rituales sin fundamentos eran absurdos. Y para colmo, los hombres bestias en aquella habitación parecían confirmar que los animales tienen menos neuronas, puesto que tanto el tigre como la tortuga participaban en el circo.
La anciana siguió haciendo alarde de sus poderes, generando algo que según ella podría ser nuestro mal. Las sandeces de la druida solo me molestaban. Y que Lukas y Caoimhe se mostraron conformes solo me hacía retractarme de haber elegido aquel sitio para sanar. Una muerte dolorosa, rodeado de inútiles, sin duda un destino injusto.
Tita Melínoe preguntó, la esfera se sacudía como si estuviera hirviendo en sus adentros. Sabía el origen de mi estado, era causa de aquella explosión de éter que afectaba a magos y elfos. El haber estado tan cerca y recibir aquella onda de choque directamente me había envenenado incluso siendo un ser de éter maldito.
Maldita magia, maldito cuenco, maldita ciudad de las bestias. - pensaba entre mi malestar. Sudaba en exceso, sentía escalofríos y hormigueos en las falanges. Un torbellino de mareos y dolor me invadía todo el cuerpo, ¿y aquella mujer quería conversar?
No, maldita sea, no me arrepiento de intentar ayudar a las bestias a conseguir sus tierras. - dije cabizbajo, cansado, irritado, incluso el hecho de tener mis prendas impregnadas de vómito pasaba a segundo plano. Ya no podía siquiera sostenerme en pie, el malestar aumentaba con cada segundo.
No me importaba si era una mentira o una verdad, ya mis piernas no daban más. Mis rodillas flaquearon y me obligaron a arrodillarme. El mamífero rojo se aproximó para sostenerme, pero ya era muy tarde, sentía una presión en mi pecho, la esfera mágica soltaba haces de luz. Ya no aguantaba más.
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Off
En el próximo turno viene la inevitable explosión, agárrense.
La anciana siguió haciendo alarde de sus poderes, generando algo que según ella podría ser nuestro mal. Las sandeces de la druida solo me molestaban. Y que Lukas y Caoimhe se mostraron conformes solo me hacía retractarme de haber elegido aquel sitio para sanar. Una muerte dolorosa, rodeado de inútiles, sin duda un destino injusto.
Tita Melínoe preguntó, la esfera se sacudía como si estuviera hirviendo en sus adentros. Sabía el origen de mi estado, era causa de aquella explosión de éter que afectaba a magos y elfos. El haber estado tan cerca y recibir aquella onda de choque directamente me había envenenado incluso siendo un ser de éter maldito.
Maldita magia, maldito cuenco, maldita ciudad de las bestias. - pensaba entre mi malestar. Sudaba en exceso, sentía escalofríos y hormigueos en las falanges. Un torbellino de mareos y dolor me invadía todo el cuerpo, ¿y aquella mujer quería conversar?
No, maldita sea, no me arrepiento de intentar ayudar a las bestias a conseguir sus tierras. - dije cabizbajo, cansado, irritado, incluso el hecho de tener mis prendas impregnadas de vómito pasaba a segundo plano. Ya no podía siquiera sostenerme en pie, el malestar aumentaba con cada segundo.
No me importaba si era una mentira o una verdad, ya mis piernas no daban más. Mis rodillas flaquearon y me obligaron a arrodillarme. El mamífero rojo se aproximó para sostenerme, pero ya era muy tarde, sentía una presión en mi pecho, la esfera mágica soltaba haces de luz. Ya no aguantaba más.
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En el próximo turno viene la inevitable explosión, agárrense.
- Y se murió:
Zagreus
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Re: Calma, se va a estabilizar [Libre] [Noche] [Vigilado]
Aquello era extraño, el no-elfo sabia de primera mano que si algo era muy bueno para ser verdad, probablemente no era verdad, las soluciones que ofrecía Tita Melinoe eran demasiado convenientes, primero una droga extraña y después un orbe... Y que rayos le pasaba en la boca para pronunciar tantas eses.
Zelas miro de reojo el lugar en donde se encontraban, algo le hacia sentir incomodo en aquel lugar pero no sabia reconocer por que, fue entonces que aquella otra alma atormentada que estaba con ellos le hablo, le tomo un tiempo recordar donde la había visto, pero eventualmente lo hizo, la conoció jugando a las cartas, además ella había estado en la isla cuando habían atacado a la Dark Order y también en el templo donde había explotado aquella columna.
-Estoy segura que... bueno... tus amigos aquí están dispuesto a hacer que eso cambie- diría la mujer mientras consolaba a la enorme tortuga.
-Oh yo no soy su amigo, ni siquiera lo conozco- respondería el rubio encogiéndose de hombros, -Por cierto ya es la cuarta vez que te veo y cada vez estas mas pálida, ¿si te llega a pasar algo que le digo al tigre envidioso que te acompaña?- preguntaría el rubio, cuando Tita Melinoe volvía a plantear lo que parecía ser una salida a las dolencias de todos.
El no-elfo sintió un agudo dolor en su abdomen, como si alguien le hubiera apuñalado pero desde adentro, sus ojos se abrieron como platos y su respiración se altero, Zelas comenzó a respirar agitadamente, cuando Tita Melinoe se acerco a el, Zelas trato de disimular lo mas que pudo, sin embargo, la mirada que ella le dirigía le daba a entender que no la estaba engañando.
Ante la pregunta que Tita Melinoe había planteado, Zagreus proporciono una respuesta, entonces el rubio tomo la palabra y pregunto sin vergüenza alguna -He notado que cargas unas eses mas que otras, en un principio pensé que era un problema de lingüística pero conforme te he escuchado he notado que puedes hablar bien, como que se te olvida el acento a veces, ¿Qué estas ocultando? y no vayas a mentirnos, que la bondad puede significar muchas cosas dependiendo de a quien le preguntes-
Tanto Tita Melinoe como algunos de los pequeños guardias rojos quedaron boquiabiertos por unos segundos antes de volver a cerrar sus bocas, habían recibido a uno que otro maleducado pero el rubio se había llevado el premio a la falta de respeto mas grande que había recibido hasta ese momento.
OFF:
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Zelas miro de reojo el lugar en donde se encontraban, algo le hacia sentir incomodo en aquel lugar pero no sabia reconocer por que, fue entonces que aquella otra alma atormentada que estaba con ellos le hablo, le tomo un tiempo recordar donde la había visto, pero eventualmente lo hizo, la conoció jugando a las cartas, además ella había estado en la isla cuando habían atacado a la Dark Order y también en el templo donde había explotado aquella columna.
-Estoy segura que... bueno... tus amigos aquí están dispuesto a hacer que eso cambie- diría la mujer mientras consolaba a la enorme tortuga.
-Oh yo no soy su amigo, ni siquiera lo conozco- respondería el rubio encogiéndose de hombros, -Por cierto ya es la cuarta vez que te veo y cada vez estas mas pálida, ¿si te llega a pasar algo que le digo al tigre envidioso que te acompaña?- preguntaría el rubio, cuando Tita Melinoe volvía a plantear lo que parecía ser una salida a las dolencias de todos.
El no-elfo sintió un agudo dolor en su abdomen, como si alguien le hubiera apuñalado pero desde adentro, sus ojos se abrieron como platos y su respiración se altero, Zelas comenzó a respirar agitadamente, cuando Tita Melinoe se acerco a el, Zelas trato de disimular lo mas que pudo, sin embargo, la mirada que ella le dirigía le daba a entender que no la estaba engañando.
Ante la pregunta que Tita Melinoe había planteado, Zagreus proporciono una respuesta, entonces el rubio tomo la palabra y pregunto sin vergüenza alguna -He notado que cargas unas eses mas que otras, en un principio pensé que era un problema de lingüística pero conforme te he escuchado he notado que puedes hablar bien, como que se te olvida el acento a veces, ¿Qué estas ocultando? y no vayas a mentirnos, que la bondad puede significar muchas cosas dependiendo de a quien le preguntes-
Tanto Tita Melinoe como algunos de los pequeños guardias rojos quedaron boquiabiertos por unos segundos antes de volver a cerrar sus bocas, habían recibido a uno que otro maleducado pero el rubio se había llevado el premio a la falta de respeto mas grande que había recibido hasta ese momento.
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- Maldición:
- Miasma expansiva Ronda 4/5
Aunque pareces haberte recuperado por completo de la explosión de éter, una pequeña esquirla helada, aparentemente inofensiva, se ha alojado dentro de ti. La buena noticia es que, gracias a ella, en tu próximo tema, los hechizos relacionados con ilusiones, ofuscación o influencia mental en general no tendrán efecto sobre ti. La mala noticia es que la esquirla está continuamente alimentándose del éter a tu alrededor y, al no poder crecer indefinidamente dentro de tu cuerpo, acabará por estallar, liberando el éter acumulado en una miasma que se expandirá en un radio de tres metros a tu alrededor. Tú recibes una herida moderada por la explosión de la esquirla y quien se encuentre en el área expansiva (incluyéndote a ti) experimentará los efectos adversos que ya conoces (náuseas, dolor de cabeza y dificultad para respirar), entorpeciendo sus acciones durante las dos rondas siguientes. La explosión de la esquirla deberá producirse, como muy tarde, en la quinta ronda de tu próximo tema. Si se trata de un tema corto (como un Desafío) y no llega a detonarse, se detonará en el siguiente tema (deberás restar a las 5 rondas máximas el número de rondas que tuviera ese primer tema). El efecto positivo también se trasladaría al siguiente tema, pero desaparecerá una vez que se detone la esquirla. Si dos o más personajes infectados se encuentran juntos, la explosión de una esquirla detonará automáticamente las de los demás, aumentando proporcionalmente los efectos adversos de la miasma.
Zelas Hazelmere
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Re: Calma, se va a estabilizar [Libre] [Noche] [Vigilado]
Noche
Choza de Tita Melinoe
Bosques del Oeste
con Zagreus, Zelas & Caoimhe
Calma, Se Va A Estabilizar
Calma, Se Va A Estabilizar
La atmosfera en la choza de Tita Melínoe estaba cargada de tensión, Lukas trato de controlarse, pero sus músculos temblaban en espasmos dolorosos, la mujer pálida se acercó a decirle unas palabras de aliento lo que le hizo sentir un poco mejor respecto antes de que Tita Melínoe se acercara al Tortugo mientras el rubio decía que no era su amigo, algo claro pues no recordaba haberlo visto antes en su vida.
-Tranquilo. compañero encapsulado. Tu valentía ya te ha salvado. – dijo Tita Melínoe, Lukas trato de levantarse, aunque los dolores que sentía en su cuerpo no se iban. –Hice lo que pedían, ¿por qué es que me siento peor? ¿No debería haber empezado a mejorar? – pregunto mientras la sanadora lo miraba con dureza. -Mi poderesssssss me dicen que no tendrássssssss que hacer nada másssssss para que tus malessssssss se vayan, pero tu salud dependerá de estosssssss que te rodean… - lo que la sanadora decía no hacía sentir para nada bien a Lukas. –Si mi única esperanza son los demás entonces siento que estoy totalmente perdido – susurro tratando nuevamente de ponerse de pie mientras un orbe de luz empezaba a crecer hasta volverse una gran esfera, la tortuga miraba mientras la druida hablaba y criticaba al grupo, ante la pregunta Lukas empezó a dudar de las intenciones de la coneja, ¿Cómo él iba a arrepentirse de haber participado en la recuperación de la tierra prometida a los hombres y mujeres bestia?
Zagreus dijo lo que Lukas pensaba, que no se arrepentía. D’Orlind Ûr era por derecho el lugar de los bestiales, no podían arrepentirse y el gran azul alzaría su voz…una vez que pudiera levantarse. La esfera, sin embargo, no parecía estar de acuerdo, mientras que el pálido peliblanco había respondido Lukas había visto como se hacía más grande y una carga de estática empezaba a rodearla. En ese momento el rubio empezó a reprocharle a la coneja quien estaba boquiabierta, sus guardias también miraban con cara de enfado, como si fueran a lanzarse sobre el hombre rubio en cualquier momento.
-Recuerden que la regla es que no se puede pelear – dijo Lukas, recordándoles lo que les habían dicho al comienzo, aunque al momento en que lo dijo supo que era lo peor que podría haber dicho.
-INSSSSSENSSSSSATOSSSSSS. – grito la coneja druida sanadora. –SSSSSSSSON UN MONTON DE DESSSSSSAGRADECIDOS E INSSSSSENSSSSATOSSSS Y NO MERECEN NI UNA PIZCA DE LA AYUDA QUE TITA MELINOE PUEDE OFRECER – grito, a cada segundo que pasaba la esfera crecía aún más, esto no era para nada bueno. La esfera finalmente termino de crecer en el momento en que Tita empezó a reír como una verdadera lunática. –USSSSTEDESSS LO PIDIERON, NO SSSSSE MERECEN MISSSS SSSSSERVICIOS, SSSSE MERECEN SSSSUFRIR Y SSSSSSUFRIRAN UN DOLOR MASSSS GRANDE DEL QUE HAN SSSSSENTIDO HASSSSTA AHORA – sentencio la coneja, Lukas tembló nuevamente, esta vez de miedo, a pesar de saber que podía aplastar y liquidar físicamente fácilmente a la coneja sentía que esta podría con todos los presentes en un abrir y cerrar de ojos.
-Tranquilo. compañero encapsulado. Tu valentía ya te ha salvado. – dijo Tita Melínoe, Lukas trato de levantarse, aunque los dolores que sentía en su cuerpo no se iban. –Hice lo que pedían, ¿por qué es que me siento peor? ¿No debería haber empezado a mejorar? – pregunto mientras la sanadora lo miraba con dureza. -Mi poderesssssss me dicen que no tendrássssssss que hacer nada másssssss para que tus malessssssss se vayan, pero tu salud dependerá de estosssssss que te rodean… - lo que la sanadora decía no hacía sentir para nada bien a Lukas. –Si mi única esperanza son los demás entonces siento que estoy totalmente perdido – susurro tratando nuevamente de ponerse de pie mientras un orbe de luz empezaba a crecer hasta volverse una gran esfera, la tortuga miraba mientras la druida hablaba y criticaba al grupo, ante la pregunta Lukas empezó a dudar de las intenciones de la coneja, ¿Cómo él iba a arrepentirse de haber participado en la recuperación de la tierra prometida a los hombres y mujeres bestia?
Zagreus dijo lo que Lukas pensaba, que no se arrepentía. D’Orlind Ûr era por derecho el lugar de los bestiales, no podían arrepentirse y el gran azul alzaría su voz…una vez que pudiera levantarse. La esfera, sin embargo, no parecía estar de acuerdo, mientras que el pálido peliblanco había respondido Lukas había visto como se hacía más grande y una carga de estática empezaba a rodearla. En ese momento el rubio empezó a reprocharle a la coneja quien estaba boquiabierta, sus guardias también miraban con cara de enfado, como si fueran a lanzarse sobre el hombre rubio en cualquier momento.
-Recuerden que la regla es que no se puede pelear – dijo Lukas, recordándoles lo que les habían dicho al comienzo, aunque al momento en que lo dijo supo que era lo peor que podría haber dicho.
-INSSSSSENSSSSSATOSSSSSS. – grito la coneja druida sanadora. –SSSSSSSSON UN MONTON DE DESSSSSSAGRADECIDOS E INSSSSSENSSSSATOSSSS Y NO MERECEN NI UNA PIZCA DE LA AYUDA QUE TITA MELINOE PUEDE OFRECER – grito, a cada segundo que pasaba la esfera crecía aún más, esto no era para nada bueno. La esfera finalmente termino de crecer en el momento en que Tita empezó a reír como una verdadera lunática. –USSSSTEDESSS LO PIDIERON, NO SSSSSE MERECEN MISSSS SSSSSERVICIOS, SSSSE MERECEN SSSSUFRIR Y SSSSSSUFRIRAN UN DOLOR MASSSS GRANDE DEL QUE HAN SSSSSENTIDO HASSSSTA AHORA – sentencio la coneja, Lukas tembló nuevamente, esta vez de miedo, a pesar de saber que podía aplastar y liquidar físicamente fácilmente a la coneja sentía que esta podría con todos los presentes en un abrir y cerrar de ojos.
Lukas
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Re: Calma, se va a estabilizar [Libre] [Noche] [Vigilado]
La quietud comenzaba a molestarla.
Caoimhe tenía la prisa de alguien que viaja con un equipaje robado y a medida que la mujer conejo alzaba al aire amenazas vacías, Hugo la miró de reojo buscando en ella quizás alguna señal de que había oido demasiado.
Por supuesto, eso es lo que se esperaba de ella: No era la primera vez que se asomaba al caos y decidía continuar bordeándolo tan solo para dejarlo tras ella. Su última excursión Rume con Tarek le había demostrado que quizás a veces era divertido jugar a según que juegos en compañía de otros. ¿Pero acaso había alguien digno de ser salvado allí?
La expresión consternada de Lukas quizás representaba la misma pregunta que ella en sus ojos, de una manera menos sutil dadas las palabras de la mujer conejo.
Zelas interrumpió su pensamiento, recordándole que no solo tenía que preocuparse de la maldición, sino que de hecho la sed se agolpaba en su garganta como un mal menos que había ignorado de manera paciente hasta aquel momento y que sin embargo, era posiblemente casi tan inminente como aquella esfera frente a ellos.
-Tan solo puedo pedirle a Anar que en nuestro quinto encuentro me encuentres más de tu agrado- dijo con una sonrisa maliciosa que se vio interrumpida por el sentimiento de malestar en su bajo vientre
El vampiro en la oscuridad volvió a bufar. Palabras sin sentido para ella, por supuesto. Todo lo que tuviese que decir en aquel momento no era más que polvo en la suela de sus zapatos, pero... por alguna razón el brillo de la esfera frente a ellos pareció incendiarse cuando el hombre pronunciaba casi las misma palabras que había elegido esbozar Lukas.
Ciertamente, con una connotación bastante menos altruísta.
Volvió a cruzar la mirada con Hugo, esta vez un destello fugaz de malicia se posaba en sus ojos, cansados.
-Kee...- comenzó a decir el hombre tigre, casi intuyendo lo que estaba a punto de pasar.
- Aw... me alegro tanto de justo estar aquí con vosotros. Hasta en las situaciones más escabrosas debemos aprender a hacer amigos ¿cierto?- dijo con una risa nerviosa poco característica de la chica-No hay nada que me guste más que sentirme atrapada en el medio de un grupo de desconocidos. Me apena mucho, sin embargo que te hayas manchado de vómito los zapatos- dijo mirando de soslayo a Zagreus.- La esfera latió de manera plausible, el brillo de la misma indicando que su contenido había comenzado a agitarse- Me parece adorable que Lukas tenga un alma caritativa como para no arrepentirse de sus acciones en Dorlind-
La esfera emitió de nuevo un resplandor aumentando su tamaño de manera considerable.
-Keeeeeva- dijo Hugo con tono de advertencia. Se alzó de donde estaba sentado intentando posicionarse frente Caoimhe y la misma-
-Verdaderamente me gustaría conocer y aprender todo lo posible de ti. Zelas. Soy una acérrima defensora de la la cooperación entre razas... cualquiera que sea la tuya- dijo alejándose de Hugo, evitando su agarre.
La esfera volvió a hincharse con un latido aún más sonoro en su interior.
-Cuando era niño pensaba que era simplemente un tigre y no aprendí a hablar hasta la edad adulta- dijo Hugo, mirando a la vampiresa con los ojos muy abiertos. La esfera se calmó menguando algo.
La chica enfocó su mirada en él ¿Qué hacía? ¿Es que acaso no había leído la estancia? El ego de los allí presentes era tan denso que tenían suerte de seguir respirando. Aquella maldición necesitaba liberarse tan solo de una manera.
-La mayor parte de las personas de esta sala estarían dispuestos a ayudar al otro en una situación de necesidad- dijo sonriendo a Hugo. La esfera se hizo más grande. Su tamaño casi ocupando la sala por completo y haciendo que ella misma se reposicionase en uno de los rincones. Necesitaba que la dejase hacer.
Melinae se apresuró a subir sobre una columna de libros a uno de los lados de la cabaña. El pulso entre el camino inócuo y la destrucción en la cura parecía divertirla. Ignoró el comentario de Zelas, afligida porque cuestionase su acento, sin embargo.
-Para- dijo Hugo algo aplastado por el haz de luz que parecía haber captado el resto de la luminosidad de la sala- Caoimhe piensa que ignorando sus anhelos estos desaparecerán.- la voz de Hugo se hizo firme. Aquello molestó a la vampiresa quien se movió con rapidez evitando de nuevo que la agarrase.
-Odio verme envuelta en el caos de las vidas ajenas. Me arrepiento muchísimo de haber involucrado a un... conocido en las habladurías que llevaron a las peleas en Dorlind. No veo la hora de reencontrarme con Vrykolakas. No disfruté viendo como la secta de Lunargenta casi acaba con la vida de Nousis Indirel.- Caoimhe continuó recitando mentiras como si aquel fuese su segundo lenguaje.
La esfera se llenó de luz hasta aprisionar a las distintas figuras que habitaban la sala. La vampiresa misma tenía sus mejillas posadas entre la pared y la luz punzante de aquel objeto que había tomado la sala por completo.
-Si no paras, te juro que esta es la última vez que te acompaño a...- Las palabras de Hugo quedaron ocultas por otro pequeño crecimiento de aquella bomba de relojería.
Caoimhe miró entonces a un punto en cuestión del lugar y cerrando los ojos, como si supiese qué se avecinaba, susurró.
- Su caos no me pertenece- susurró
Un haz de luz cegadora se hizo con la habitación que quedó, por un segundo en silencio completo
Caoimhe tenía la prisa de alguien que viaja con un equipaje robado y a medida que la mujer conejo alzaba al aire amenazas vacías, Hugo la miró de reojo buscando en ella quizás alguna señal de que había oido demasiado.
Por supuesto, eso es lo que se esperaba de ella: No era la primera vez que se asomaba al caos y decidía continuar bordeándolo tan solo para dejarlo tras ella. Su última excursión Rume con Tarek le había demostrado que quizás a veces era divertido jugar a según que juegos en compañía de otros. ¿Pero acaso había alguien digno de ser salvado allí?
La expresión consternada de Lukas quizás representaba la misma pregunta que ella en sus ojos, de una manera menos sutil dadas las palabras de la mujer conejo.
Zelas interrumpió su pensamiento, recordándole que no solo tenía que preocuparse de la maldición, sino que de hecho la sed se agolpaba en su garganta como un mal menos que había ignorado de manera paciente hasta aquel momento y que sin embargo, era posiblemente casi tan inminente como aquella esfera frente a ellos.
-Tan solo puedo pedirle a Anar que en nuestro quinto encuentro me encuentres más de tu agrado- dijo con una sonrisa maliciosa que se vio interrumpida por el sentimiento de malestar en su bajo vientre
El vampiro en la oscuridad volvió a bufar. Palabras sin sentido para ella, por supuesto. Todo lo que tuviese que decir en aquel momento no era más que polvo en la suela de sus zapatos, pero... por alguna razón el brillo de la esfera frente a ellos pareció incendiarse cuando el hombre pronunciaba casi las misma palabras que había elegido esbozar Lukas.
Ciertamente, con una connotación bastante menos altruísta.
Volvió a cruzar la mirada con Hugo, esta vez un destello fugaz de malicia se posaba en sus ojos, cansados.
-Kee...- comenzó a decir el hombre tigre, casi intuyendo lo que estaba a punto de pasar.
- Aw... me alegro tanto de justo estar aquí con vosotros. Hasta en las situaciones más escabrosas debemos aprender a hacer amigos ¿cierto?- dijo con una risa nerviosa poco característica de la chica-No hay nada que me guste más que sentirme atrapada en el medio de un grupo de desconocidos. Me apena mucho, sin embargo que te hayas manchado de vómito los zapatos- dijo mirando de soslayo a Zagreus.- La esfera latió de manera plausible, el brillo de la misma indicando que su contenido había comenzado a agitarse- Me parece adorable que Lukas tenga un alma caritativa como para no arrepentirse de sus acciones en Dorlind-
La esfera emitió de nuevo un resplandor aumentando su tamaño de manera considerable.
-Keeeeeva- dijo Hugo con tono de advertencia. Se alzó de donde estaba sentado intentando posicionarse frente Caoimhe y la misma-
-Verdaderamente me gustaría conocer y aprender todo lo posible de ti. Zelas. Soy una acérrima defensora de la la cooperación entre razas... cualquiera que sea la tuya- dijo alejándose de Hugo, evitando su agarre.
La esfera volvió a hincharse con un latido aún más sonoro en su interior.
-Cuando era niño pensaba que era simplemente un tigre y no aprendí a hablar hasta la edad adulta- dijo Hugo, mirando a la vampiresa con los ojos muy abiertos. La esfera se calmó menguando algo.
La chica enfocó su mirada en él ¿Qué hacía? ¿Es que acaso no había leído la estancia? El ego de los allí presentes era tan denso que tenían suerte de seguir respirando. Aquella maldición necesitaba liberarse tan solo de una manera.
-La mayor parte de las personas de esta sala estarían dispuestos a ayudar al otro en una situación de necesidad- dijo sonriendo a Hugo. La esfera se hizo más grande. Su tamaño casi ocupando la sala por completo y haciendo que ella misma se reposicionase en uno de los rincones. Necesitaba que la dejase hacer.
Melinae se apresuró a subir sobre una columna de libros a uno de los lados de la cabaña. El pulso entre el camino inócuo y la destrucción en la cura parecía divertirla. Ignoró el comentario de Zelas, afligida porque cuestionase su acento, sin embargo.
-Para- dijo Hugo algo aplastado por el haz de luz que parecía haber captado el resto de la luminosidad de la sala- Caoimhe piensa que ignorando sus anhelos estos desaparecerán.- la voz de Hugo se hizo firme. Aquello molestó a la vampiresa quien se movió con rapidez evitando de nuevo que la agarrase.
-Odio verme envuelta en el caos de las vidas ajenas. Me arrepiento muchísimo de haber involucrado a un... conocido en las habladurías que llevaron a las peleas en Dorlind. No veo la hora de reencontrarme con Vrykolakas. No disfruté viendo como la secta de Lunargenta casi acaba con la vida de Nousis Indirel.- Caoimhe continuó recitando mentiras como si aquel fuese su segundo lenguaje.
La esfera se llenó de luz hasta aprisionar a las distintas figuras que habitaban la sala. La vampiresa misma tenía sus mejillas posadas entre la pared y la luz punzante de aquel objeto que había tomado la sala por completo.
-Si no paras, te juro que esta es la última vez que te acompaño a...- Las palabras de Hugo quedaron ocultas por otro pequeño crecimiento de aquella bomba de relojería.
Caoimhe miró entonces a un punto en cuestión del lugar y cerrando los ojos, como si supiese qué se avecinaba, susurró.
- Su caos no me pertenece- susurró
Un haz de luz cegadora se hizo con la habitación que quedó, por un segundo en silencio completo
[Off]
- Perdón por el retraso (?):
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Caoimhe
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Re: Calma, se va a estabilizar [Libre] [Noche] [Vigilado]
La tensión y el malestar en aquella cabaña aumentaba. Zelas insistió en ser impertinente e incluso la tortuga empezaba a cuestionar si su “cooperación” sería inútil con la curandera que poco a poco empezaba a perder su máscara de conejita buena.
Mis sentidos empezaban a nublarse y el brillo de aquella esfera de éter aumentaba. La estancia se hacía pequeña y todos nos veíamos obligados a retroceder hacia las paredes de madera. Los artefactos y objetos que guindaban entre lianas revoloteaban por el aire repelidos por la presión de aquella masa brillante. Tita se veía irritada, su morada había sido invadida por un grupo de irresponsables que terminarían arruinando todo.
A la distancia escuchaba a la vampiresa murmurando, ya mis oídos se confundían y mis fuerzas estaban concentradas en no perder el conocimiento. No obstante, con cada frase de la prestamista la esfera se agitaba al igual que Melínoe.
Ya… bast… - intentaba silenciar a Caoimhe en un volumen que ni el rubio a mi lado sería capaz de oír.
La esfera ya no era posible de contener e incluso la druida conejo reflejaba la desesperación más grande. Luego, la nada.
Una luz brillante se extendió por todo el espacio. Todo era blanco, como si me reencontrara con el sol en un silencio infinito. Un silencio tan denso que era capaz de atravesar cualquier ruido. Un silencio profundo y ancho como el final del otoño. Era grande y pesado como una gran roca alisada por la erosión de las aguas de un río. Era un sonido paciente e impasible como el de las flores cortadas; el silencio de un hombre que espera la muerte.
Ya no era capaz de sentir y la realidad parecía haberse detenido hace eones. Sin embargo, una voz extraña, pero a la vez conocida, apareció entre la nada abatiendo el silencio.
Si matas a gente tú debes ser asesinado… - sentenció la voz de la criatura roja que había perdido todo acento. Su voz resonaba entre las paredes invisibles de aquel espacio en blanco que parecía eterno. Aquella figura parecía estar cansada de nuestros pecados, de nuestra maldición. La consecuencia de la explosión de magia días atrás era la razón de nuestra desgracia, todos los síntomas eran culpa de aquellas esquirlas. Sin embargo, esto era más grande que solo un capricho de D'Orlind Ûr, el destino nos había llevado a aquel lugar para algo incluso más complejo y definitorio.
El odio provoca esta causa y este efecto…
Todos ustedes piensan que tienen los papeles principales en este mundo… y no lo piensan dos veces en matar.
Sientan el dolor
Contemplen el dolor
Acepten el dolor
Conozcan el dolor
No entendía aquellas acusaciones que parecían ser la obra de un juicio divino. ¿Acaso había muerto y debía enfrentar mis pecados? Todos mis anhelos se habían esfumado sin haber logrado alcanzar mi objetivo de poder. Era posible que mi ambición me hubiese superado…
La voz continuaba solemne entre aquel destello mágico que parecía ser infinito. - Aquel que no conoce el dolor no tiene posibilidad de entender la verdadera paz.
Yo nunca perdonaré el dolor que tú has causado Zagreus Markov. - y el discurso resonaba entre acusaciones… Zelas Hazelmere… Lu-K-5… Caoimhe Syrah… Hugeseich O'chon… Melínoe Dandelion…
Y ahora… este mundo conocerá el dolor.
Aquel haz de luz desapareció. La nada, la paz, el silencio y la voz del ser rojo. Todo se esfumó y la magia barrió aquella cabaña. Mi cuerpo, la esquirla dentro de mi que quemaba como el infierno, la esfera de éter, todo en una orquesta de destrucción... detonó.
_____________________Mis sentidos empezaban a nublarse y el brillo de aquella esfera de éter aumentaba. La estancia se hacía pequeña y todos nos veíamos obligados a retroceder hacia las paredes de madera. Los artefactos y objetos que guindaban entre lianas revoloteaban por el aire repelidos por la presión de aquella masa brillante. Tita se veía irritada, su morada había sido invadida por un grupo de irresponsables que terminarían arruinando todo.
A la distancia escuchaba a la vampiresa murmurando, ya mis oídos se confundían y mis fuerzas estaban concentradas en no perder el conocimiento. No obstante, con cada frase de la prestamista la esfera se agitaba al igual que Melínoe.
Ya… bast… - intentaba silenciar a Caoimhe en un volumen que ni el rubio a mi lado sería capaz de oír.
La esfera ya no era posible de contener e incluso la druida conejo reflejaba la desesperación más grande. Luego, la nada.
Una luz brillante se extendió por todo el espacio. Todo era blanco, como si me reencontrara con el sol en un silencio infinito. Un silencio tan denso que era capaz de atravesar cualquier ruido. Un silencio profundo y ancho como el final del otoño. Era grande y pesado como una gran roca alisada por la erosión de las aguas de un río. Era un sonido paciente e impasible como el de las flores cortadas; el silencio de un hombre que espera la muerte.
Ya no era capaz de sentir y la realidad parecía haberse detenido hace eones. Sin embargo, una voz extraña, pero a la vez conocida, apareció entre la nada abatiendo el silencio.
Si matas a gente tú debes ser asesinado… - sentenció la voz de la criatura roja que había perdido todo acento. Su voz resonaba entre las paredes invisibles de aquel espacio en blanco que parecía eterno. Aquella figura parecía estar cansada de nuestros pecados, de nuestra maldición. La consecuencia de la explosión de magia días atrás era la razón de nuestra desgracia, todos los síntomas eran culpa de aquellas esquirlas. Sin embargo, esto era más grande que solo un capricho de D'Orlind Ûr, el destino nos había llevado a aquel lugar para algo incluso más complejo y definitorio.
El odio provoca esta causa y este efecto…
Todos ustedes piensan que tienen los papeles principales en este mundo… y no lo piensan dos veces en matar.
Sientan el dolor
Contemplen el dolor
Acepten el dolor
Conozcan el dolor
No entendía aquellas acusaciones que parecían ser la obra de un juicio divino. ¿Acaso había muerto y debía enfrentar mis pecados? Todos mis anhelos se habían esfumado sin haber logrado alcanzar mi objetivo de poder. Era posible que mi ambición me hubiese superado…
La voz continuaba solemne entre aquel destello mágico que parecía ser infinito. - Aquel que no conoce el dolor no tiene posibilidad de entender la verdadera paz.
Yo nunca perdonaré el dolor que tú has causado Zagreus Markov. - y el discurso resonaba entre acusaciones… Zelas Hazelmere… Lu-K-5… Caoimhe Syrah… Hugeseich O'chon… Melínoe Dandelion…
Y ahora… este mundo conocerá el dolor.
Aquel haz de luz desapareció. La nada, la paz, el silencio y la voz del ser rojo. Todo se esfumó y la magia barrió aquella cabaña. Mi cuerpo, la esquirla dentro de mi que quemaba como el infierno, la esfera de éter, todo en una orquesta de destrucción... detonó.
Off
Se activa Maldición= Miasma expansiva
Aunque pareces haberte recuperado por completo de la explosión de éter, una pequeña esquirla helada, aparentemente inofensiva, se ha alojado dentro de ti. La buena noticia es que, gracias a ella, en tu próximo tema, los hechizos relacionados con ilusiones, ofuscación o influencia mental en general no tendrán efecto sobre ti. La mala noticia es que la esquirla está continuamente alimentándose del éter a tu alrededor y, al no poder crecer indefinidamente dentro de tu cuerpo, acabará por estallar, liberando el éter acumulado en una miasma que se expandirá en un radio de tres metros a tu alrededor. Tú recibes una herida moderada por la explosión de la esquirla y quien se encuentre en el área expansiva (incluyéndote a ti) experimentará los efectos adversos que ya conoces (náuseas, dolor de cabeza y dificultad para respirar), entorpeciendo sus acciones durante las dos rondas siguientes. La explosión de la esquirla deberá producirse, como muy tarde, en la quinta ronda de tu próximo tema. Si se trata de un tema corto (como un Desafío) y no llega a detonarse, se detonará en el siguiente tema (deberás restar a las 5 rondas máximas el número de rondas que tuviera ese primer tema). El efecto positivo también se trasladaría al siguiente tema, pero desaparecerá una vez que se detone la esquirla. Si dos o más personajes infectados se encuentran juntos, la explosión de una esquirla detonará automáticamente las de los demás, aumentando proporcionalmente los efectos adversos de la miasma.
Zagreus
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Re: Calma, se va a estabilizar [Libre] [Noche] [Vigilado]
La esfera seguía creciendo conforme Cao iba mintiendo frente a todos, Hugo trataba de contener a Cao sin éxito, Tita Melinoe retomaba y soltaba el acento a momentos, Lukas se encontraba perdido y con un vacío indescriptible(?) y Zagreus, el se veía muy cabreado.
-Bueno esto fue una perdida de tiempo, iré a buscar a alguien que si pueda ayudarme- señalaría el rubio mientras se alejaba hacia la puerta, había sido lo suficientemente precavido para quedar no tan lejos de la entrada y ahora que había una enorme esfera bloqueando parte de la estancia.
El dolor en su abdomen iba aumentando considerablemente conforme se movía, al llegar a la puerta el pequeño de color rojo puso su lanza bloqueando la puerta -¿En que momento fuiste a buscar una lanza?- preguntaría el no-elfo confundido, con cuidado con una de sus manos aparto la lanza de la entrada y al momento otra se interpuso en su lugar, aquello hizo que Zelas alzara una ceja y al observar hacia abajo había otro pequeño de color rojo.
-Saben, están haciendo que eso de no pelear se haga complicado, si me disculpan quiero retirarme y como otro de ustedes ponga una lanza delante mío, me temo que tendré que hacer algo al respecto- señalaría, cuando fue a mover la otra lanza con su mano libre, noto como el brillo detrás de el aumentaba. Cuando se volteo, todo había desaparecido.
Zelas se encontraba en un espacio blanco, completamente silencioso y vacío. "Si tuviera un aero por cada vez que he sido transportado a un lugar blanco y vacío en contra de mi voluntad, tendría 2, lo cual no es mucho pero es raro que haya ocurrido 2 veces." pensó el rubio para si mismo cuando escucho la voz del pequeñín rojo resonando en el lugar.
-Si matas a gente tú debes ser asesinado…-
-Y he muerto mas veces de las que me gustaría reconocer-
La voz se detuvo por un momento, claramente no esperaba una respuesta, pero después de unos momentos retomo su discurso.
-El odio provoca esta causa y este efecto…-
-Busca a otro para dar lecciones no solicitadas- respondería de nuevo el rubio mientras comenzaba a hurgar en sus bolsillos para salir de aquel lugar, ignorando el monologo que sonaba de fondo.
Los objetos, habilidades, vivencias y muertes que Zelas había experimentado a lo largo de su vida le habían dado una libertad que difícilmente podían tener los demás, saco su orbe y al acercar la mano a este, saco de su arsenal la espada mas ridículamente grande posible que tenia en ese momento. Acto seguido, guardo su orbe y cuando llevo la mano al bolsillo de la llave, algo ocurrió.
De nuevo había vuelto a la cabaña, salvo que ahora se encontraba mirando a Zagreus y a los demás en vez de estar volteado hacia la puerta de salida, vio como parte de Zagreus explotaba, y sintiendo la reacción mágica que ocurría en su cuerpo, suspiro resignado. -Mierda- dijo al momento que parte de su abdomen explotaba.
La onda expansiva combinada hizo que tanto el como su espada ridículamente grande salieran expulsados violentamente de la cabaña.
OFF:
-Bueno esto fue una perdida de tiempo, iré a buscar a alguien que si pueda ayudarme- señalaría el rubio mientras se alejaba hacia la puerta, había sido lo suficientemente precavido para quedar no tan lejos de la entrada y ahora que había una enorme esfera bloqueando parte de la estancia.
El dolor en su abdomen iba aumentando considerablemente conforme se movía, al llegar a la puerta el pequeño de color rojo puso su lanza bloqueando la puerta -¿En que momento fuiste a buscar una lanza?- preguntaría el no-elfo confundido, con cuidado con una de sus manos aparto la lanza de la entrada y al momento otra se interpuso en su lugar, aquello hizo que Zelas alzara una ceja y al observar hacia abajo había otro pequeño de color rojo.
-Saben, están haciendo que eso de no pelear se haga complicado, si me disculpan quiero retirarme y como otro de ustedes ponga una lanza delante mío, me temo que tendré que hacer algo al respecto- señalaría, cuando fue a mover la otra lanza con su mano libre, noto como el brillo detrás de el aumentaba. Cuando se volteo, todo había desaparecido.
Zelas se encontraba en un espacio blanco, completamente silencioso y vacío. "Si tuviera un aero por cada vez que he sido transportado a un lugar blanco y vacío en contra de mi voluntad, tendría 2, lo cual no es mucho pero es raro que haya ocurrido 2 veces." pensó el rubio para si mismo cuando escucho la voz del pequeñín rojo resonando en el lugar.
-Si matas a gente tú debes ser asesinado…-
-Y he muerto mas veces de las que me gustaría reconocer-
La voz se detuvo por un momento, claramente no esperaba una respuesta, pero después de unos momentos retomo su discurso.
-El odio provoca esta causa y este efecto…-
-Busca a otro para dar lecciones no solicitadas- respondería de nuevo el rubio mientras comenzaba a hurgar en sus bolsillos para salir de aquel lugar, ignorando el monologo que sonaba de fondo.
Los objetos, habilidades, vivencias y muertes que Zelas había experimentado a lo largo de su vida le habían dado una libertad que difícilmente podían tener los demás, saco su orbe y al acercar la mano a este, saco de su arsenal la espada mas ridículamente grande posible que tenia en ese momento. Acto seguido, guardo su orbe y cuando llevo la mano al bolsillo de la llave, algo ocurrió.
De nuevo había vuelto a la cabaña, salvo que ahora se encontraba mirando a Zagreus y a los demás en vez de estar volteado hacia la puerta de salida, vio como parte de Zagreus explotaba, y sintiendo la reacción mágica que ocurría en su cuerpo, suspiro resignado. -Mierda- dijo al momento que parte de su abdomen explotaba.
La onda expansiva combinada hizo que tanto el como su espada ridículamente grande salieran expulsados violentamente de la cabaña.
OFF:
- Maldición:
- Miasma expansiva Ronda 5/5
Aunque pareces haberte recuperado por completo de la explosión de éter, una pequeña esquirla helada, aparentemente inofensiva, se ha alojado dentro de ti. La buena noticia es que, gracias a ella, en tu próximo tema, los hechizos relacionados con ilusiones, ofuscación o influencia mental en general no tendrán efecto sobre ti. La mala noticia es que la esquirla está continuamente alimentándose del éter a tu alrededor y, al no poder crecer indefinidamente dentro de tu cuerpo, acabará por estallar, liberando el éter acumulado en una miasma que se expandirá en un radio de tres metros a tu alrededor. Tú recibes una herida moderada por la explosión de la esquirla y quien se encuentre en el área expansiva (incluyéndote a ti) experimentará los efectos adversos que ya conoces (náuseas, dolor de cabeza y dificultad para respirar), entorpeciendo sus acciones durante las dos rondas siguientes. La explosión de la esquirla deberá producirse, como muy tarde, en la quinta ronda de tu próximo tema. Si se trata de un tema corto (como un Desafío) y no llega a detonarse, se detonará en el siguiente tema (deberás restar a las 5 rondas máximas el número de rondas que tuviera ese primer tema). El efecto positivo también se trasladaría al siguiente tema, pero desaparecerá una vez que se detone la esquirla. Si dos o más personajes infectados se encuentran juntos, la explosión de una esquirla detonará automáticamente las de los demás, aumentando proporcionalmente los efectos adversos de la miasma.
Zelas Hazelmere
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Re: Calma, se va a estabilizar [Libre] [Noche] [Vigilado]
Noche
Choza de Tita Melinoe
Bosques del Oeste
con Zagreus, Zelas & Caoimhe
Calma, Se Va A Estabilizar
Calma, Se Va A Estabilizar
Lukas yacía sentado en un rincón viendo como todos discutían, como la coneja bruja Tita Melínoe los amenazaba y como la vampiresa y su tigre tenían un duelo de ironías que no hacia más que hacer crecer la bola brillante que cada vez se hacía más y más grande llenando poco a poco la habitación.
El hombre rubio trato de irse, pero el pequeño rojo se puso con una lanza a bloquearle el paso, Lukas pensaba en que eran un montón de hipócritas, diciendo que no debían pelear, pero provocándolos a cada momento. –Oye déjalo salir, si quiere irse nadie puede obligarlo a quedarse. – dijo tratando de ponerse de pie, le dolía todo y sentía su cuerpo pulsando cada vez que la bola de energía crecía. –Eso es raro, oye Tita, ¿ese orbe está conectado con nuestros síntomas? – pregunto Lukas, aunque no tuvo respuesta pues una luz blanca inundo todo, luego vino la nada.
- ¿Dónde estamos? – pregunto Lukas, se vio flotando en un espacio totalmente blanco e inmaculado, donde términos como tiempo o espacio no tenían ningún tipo de valor. El dolor se había detenido y el gran tortugo azul agradeció estar en ese lugar. –No sé si estoy muerto, pero si la muerte es esto podría quedarme feliz – dijo flotando sin rumbo, pero feliz.
-Si matas a gente tú debes ser asesinado
Una voz grave lleno toda la nada, Lukas miro a su alrededor y vio un ser rojo que crecía poco a poco, se veía amenazante y peligroso, Lukas sintió como su corazón se aceleraba ante la presencia de este ser.
-El odio provoca esta causa y este efecto. Todos ustedes piensan que tienen los papeles principales en este mundo… y no lo piensan dos veces en matar.
-Yo no mato por placer, solo en defensa mía y de la justicia, no me metas en el mismo saco que a los demás.
Sientan el dolor
Contemplen el dolor
Acepten el dolor
Conozcan el dolor
-Dolor esto, dolor aquello. ¿Quién te crees que eres para venir a juzgarnos?
-Aquel que no conoce el dolor no tiene posibilidad de entender la verdadera paz. Lu-K-5 no eres más que un experimento mal hecho. Crees ser un héroe, pero solo has causado ruina en todos quienes te han conocido. No eres más que un ser secundario queriendo llamar la atención.
Lukas sintió rabia, estaba siendo juzgado muy duramente cuando el había hecho muchas cosas buenas, sin embargo, las palabras del ente rojo se sentían como hierro caliente en contacto con la piel desnuda. Calaban hondo y hacían que el tortugo dudara de sí mismo y de todas sus obras pasadas.
-Si quieres juzgarme sin haber estado en mis zapatos pues adelante, cada decisión que tome lo hice de acuerdo a las circunstancias que me rodeaban, vete al infierno si crees que eres moralmente superior.
-Y ahora… este mundo conocerá el dolor.
Sentencia. Eso era lo que el ser rojo había hecho y ahora el vacío blanco infinito se movía y desaparecía, Lukas cayó al piso de cara y se vio nuevamente en la cabaña de Tita Melínoe quien miraba con miedo al grupo. - ¿Qué han hecho inssssenssssatosssss?
Zagreus fue el primero, algo en el detono haciendo que el abdomen del rubio detonara al contacto, Lukas sentía como algo en su pierna ardía como el infierno y se sincronizaba con la onda expansiva, tuvo miedo y entonces simplemente exploto.
El hombre rubio trato de irse, pero el pequeño rojo se puso con una lanza a bloquearle el paso, Lukas pensaba en que eran un montón de hipócritas, diciendo que no debían pelear, pero provocándolos a cada momento. –Oye déjalo salir, si quiere irse nadie puede obligarlo a quedarse. – dijo tratando de ponerse de pie, le dolía todo y sentía su cuerpo pulsando cada vez que la bola de energía crecía. –Eso es raro, oye Tita, ¿ese orbe está conectado con nuestros síntomas? – pregunto Lukas, aunque no tuvo respuesta pues una luz blanca inundo todo, luego vino la nada.
- ¿Dónde estamos? – pregunto Lukas, se vio flotando en un espacio totalmente blanco e inmaculado, donde términos como tiempo o espacio no tenían ningún tipo de valor. El dolor se había detenido y el gran tortugo azul agradeció estar en ese lugar. –No sé si estoy muerto, pero si la muerte es esto podría quedarme feliz – dijo flotando sin rumbo, pero feliz.
-Si matas a gente tú debes ser asesinado
Una voz grave lleno toda la nada, Lukas miro a su alrededor y vio un ser rojo que crecía poco a poco, se veía amenazante y peligroso, Lukas sintió como su corazón se aceleraba ante la presencia de este ser.
-El odio provoca esta causa y este efecto. Todos ustedes piensan que tienen los papeles principales en este mundo… y no lo piensan dos veces en matar.
-Yo no mato por placer, solo en defensa mía y de la justicia, no me metas en el mismo saco que a los demás.
Sientan el dolor
Contemplen el dolor
Acepten el dolor
Conozcan el dolor
-Dolor esto, dolor aquello. ¿Quién te crees que eres para venir a juzgarnos?
-Aquel que no conoce el dolor no tiene posibilidad de entender la verdadera paz. Lu-K-5 no eres más que un experimento mal hecho. Crees ser un héroe, pero solo has causado ruina en todos quienes te han conocido. No eres más que un ser secundario queriendo llamar la atención.
Lukas sintió rabia, estaba siendo juzgado muy duramente cuando el había hecho muchas cosas buenas, sin embargo, las palabras del ente rojo se sentían como hierro caliente en contacto con la piel desnuda. Calaban hondo y hacían que el tortugo dudara de sí mismo y de todas sus obras pasadas.
-Si quieres juzgarme sin haber estado en mis zapatos pues adelante, cada decisión que tome lo hice de acuerdo a las circunstancias que me rodeaban, vete al infierno si crees que eres moralmente superior.
-Y ahora… este mundo conocerá el dolor.
Sentencia. Eso era lo que el ser rojo había hecho y ahora el vacío blanco infinito se movía y desaparecía, Lukas cayó al piso de cara y se vio nuevamente en la cabaña de Tita Melínoe quien miraba con miedo al grupo. - ¿Qué han hecho inssssenssssatosssss?
Zagreus fue el primero, algo en el detono haciendo que el abdomen del rubio detonara al contacto, Lukas sentía como algo en su pierna ardía como el infierno y se sincronizaba con la onda expansiva, tuvo miedo y entonces simplemente exploto.
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Miasma expansiva Ronda 5/5
Aunque pareces haberte recuperado por completo de la explosión de éter, una pequeña esquirla helada, aparentemente inofensiva, se ha alojado dentro de ti. La buena noticia es que, gracias a ella, en tu próximo tema, los hechizos relacionados con ilusiones, ofuscación o influencia mental en general no tendrán efecto sobre ti. La mala noticia es que la esquirla está continuamente alimentándose del éter a tu alrededor y, al no poder crecer indefinidamente dentro de tu cuerpo, acabará por estallar, liberando el éter acumulado en una miasma que se expandirá en un radio de tres metros a tu alrededor. Tú recibes una herida moderada por la explosión de la esquirla y quien se encuentre en el área expansiva (incluyéndote a ti) experimentará los efectos adversos que ya conoces (náuseas, dolor de cabeza y dificultad para respirar), entorpeciendo sus acciones durante las dos rondas siguientes. La explosión de la esquirla deberá producirse, como muy tarde, en la quinta ronda de tu próximo tema. Si se trata de un tema corto (como un Desafío) y no llega a detonarse, se detonará en el siguiente tema (deberás restar a las 5 rondas máximas el número de rondas que tuviera ese primer tema). El efecto positivo también se trasladaría al siguiente tema, pero desaparecerá una vez que se detone la esquirla. Si dos o más personajes infectados se encuentran juntos, la explosión de una esquirla detonará automáticamente las de los demás, aumentando proporcionalmente los efectos adversos de la miasma.
Lukas
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Re: Calma, se va a estabilizar [Libre] [Noche] [Vigilado]
La sensación inequívoca de que había cruzado una línea invisible se apoderó del escaso espacio entre la vampiresa y la esfera que había ido creciendo con sus mentiras. La mirada limitada de la chica se enfocaba en Hugo, a su lado. Su expresión preocupada denotaba la alarma que de pronto se extendió por la sala.
Y luego la luz: Comenzó evaporándose del centro mismo de aquella esfera, y su efecto encadenado, como el de la caída de una baraja de naipes ordenada e imparable, se extendió sobre Zagreus primero, luego Zelas, Lukas y Hugo y finalmente, ella misma.
Los escasos segundos en los que la esquirla que había estado alojada de manera silenciosa en su pecho tardó en accionarse fueron eternos. Una vida misma se alojó entre el momento en el que la vampiresa vio cómo su secuaz se convertía en un haz de luz hasta que ella misma sintió que su cuerpo se desvanecía en mil pedazos… y aun así algo en ella se seguía sintiendo entero. Sintió miedo por un segundo, el tiempo suficiente como para comprender que no había miedo demasiado denso como para parar aquel proceso.
La esquirla dentro de ella dejó entonces de acompasar sus propios latidos para simplemente emanciparse en un único estallido sordo que la hizo, al fin, incandescente.
Y luego todo fue nada.
Una nada que Caoimhe no entendió que ansiaba hasta el momento en el que la luz al fin la cegó. El brillo mismo se hizo con ella y la oscuridad que se había alojado en su pecho desde hacía años quedó reducida a ceniza.
Se sentía extraño. Imposible. Impensable y aun así… extrañamente simple. Como si lo que había estado ansiando en secreto durante los momentos en los que no se sentía, ella misma hubiese finalmente ocurrido, y el vacío que dejó en su centro aquella esquirla esperase tan solo ser llenado por nuevas oportunidades.
Por algún motivo veía. Pero en su rostro tan solo había rayos de luz brillante. Y el mismo sol parecía posicionarse ante ella. La extensión misma de la explosión que la rodeaba posiblemente estaba creando destrucción alrededor de aquellos con los que compartía la sala. Pero ella quería ser Ícaro. Ansiaba sobre todas las cosas dejarse quemar por el sol mismo que la saludaba de manera irónica entre aquel estropicio.
Una voz lejana interrumpió aquello en lo que estaba sumida. Aquella voz, parcialmente conocida, comenzaba a atraerla de vuelta a su consciencia. Apartando de alguna manera aquella luz que estaba disfrutando. Se molestó: ¿Quién osaba interrumpir aquel proceso casi sagrado? ¿A qué estúpido ser se le habría ocurrido anclarla con su voz a algo tan efímero como regresar a su estado apagado?
Sientan el dolor
Contemplen el dolor
Acepten el dolor
Conozcan el dolor
¿Dolor? ¿Acaso alguien se creía tan extraño e inexperto a aquella sensación como para asegurar que era aquello lo que estaba sintiendo? Acalló aquella molesta cancioncilla, descubriendo ante si como su ropa, la cabaña frente a ellos, los compañeros con los que había compartido estancia se consumían por el fuego de aquella explosión. Todo reducido a ruinas tras el estallido encadenado de sus cuerpos.
Suspiró llenando su pecho con la luz incandescente que la inundaba.
¿Quién hubiese dicho que tan solo en el desastre perfecto del estallar en su propio caos, encontraría, al fin, su paz?
Y luego la luz: Comenzó evaporándose del centro mismo de aquella esfera, y su efecto encadenado, como el de la caída de una baraja de naipes ordenada e imparable, se extendió sobre Zagreus primero, luego Zelas, Lukas y Hugo y finalmente, ella misma.
Los escasos segundos en los que la esquirla que había estado alojada de manera silenciosa en su pecho tardó en accionarse fueron eternos. Una vida misma se alojó entre el momento en el que la vampiresa vio cómo su secuaz se convertía en un haz de luz hasta que ella misma sintió que su cuerpo se desvanecía en mil pedazos… y aun así algo en ella se seguía sintiendo entero. Sintió miedo por un segundo, el tiempo suficiente como para comprender que no había miedo demasiado denso como para parar aquel proceso.
La esquirla dentro de ella dejó entonces de acompasar sus propios latidos para simplemente emanciparse en un único estallido sordo que la hizo, al fin, incandescente.
Y luego todo fue nada.
Una nada que Caoimhe no entendió que ansiaba hasta el momento en el que la luz al fin la cegó. El brillo mismo se hizo con ella y la oscuridad que se había alojado en su pecho desde hacía años quedó reducida a ceniza.
Se sentía extraño. Imposible. Impensable y aun así… extrañamente simple. Como si lo que había estado ansiando en secreto durante los momentos en los que no se sentía, ella misma hubiese finalmente ocurrido, y el vacío que dejó en su centro aquella esquirla esperase tan solo ser llenado por nuevas oportunidades.
Por algún motivo veía. Pero en su rostro tan solo había rayos de luz brillante. Y el mismo sol parecía posicionarse ante ella. La extensión misma de la explosión que la rodeaba posiblemente estaba creando destrucción alrededor de aquellos con los que compartía la sala. Pero ella quería ser Ícaro. Ansiaba sobre todas las cosas dejarse quemar por el sol mismo que la saludaba de manera irónica entre aquel estropicio.
Una voz lejana interrumpió aquello en lo que estaba sumida. Aquella voz, parcialmente conocida, comenzaba a atraerla de vuelta a su consciencia. Apartando de alguna manera aquella luz que estaba disfrutando. Se molestó: ¿Quién osaba interrumpir aquel proceso casi sagrado? ¿A qué estúpido ser se le habría ocurrido anclarla con su voz a algo tan efímero como regresar a su estado apagado?
Sientan el dolor
Contemplen el dolor
Acepten el dolor
Conozcan el dolor
¿Dolor? ¿Acaso alguien se creía tan extraño e inexperto a aquella sensación como para asegurar que era aquello lo que estaba sintiendo? Acalló aquella molesta cancioncilla, descubriendo ante si como su ropa, la cabaña frente a ellos, los compañeros con los que había compartido estancia se consumían por el fuego de aquella explosión. Todo reducido a ruinas tras el estallido encadenado de sus cuerpos.
Suspiró llenando su pecho con la luz incandescente que la inundaba.
¿Quién hubiese dicho que tan solo en el desastre perfecto del estallar en su propio caos, encontraría, al fin, su paz?
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Off:
- Maldición:
Miasma expansiva Ronda 5/5
Aunque pareces haberte recuperado por completo de la explosión de éter, una pequeña esquirla helada, aparentemente inofensiva, se ha alojado dentro de ti. La buena noticia es que, gracias a ella, en tu próximo tema, los hechizos relacionados con ilusiones, ofuscación o influencia mental en general no tendrán efecto sobre ti. La mala noticia es que la esquirla está continuamente alimentándose del éter a tu alrededor y, al no poder crecer indefinidamente dentro de tu cuerpo, acabará por estallar, liberando el éter acumulado en una miasma que se expandirá en un radio de tres metros a tu alrededor. Tú recibes una herida moderada por la explosión de la esquirla y quien se encuentre en el área expansiva (incluyéndote a ti) experimentará los efectos adversos que ya conoces (náuseas, dolor de cabeza y dificultad para respirar), entorpeciendo sus acciones durante las dos rondas siguientes. La explosión de la esquirla deberá producirse, como muy tarde, en la quinta ronda de tu próximo tema. Si se trata de un tema corto (como un Desafío) y no llega a detonarse, se detonará en el siguiente tema (deberás restar a las 5 rondas máximas el número de rondas que tuviera ese primer tema). El efecto positivo también se trasladaría al siguiente tema, pero desaparecerá una vez que se detone la esquirla. Si dos o más personajes infectados se encuentran juntos, la explosión de una esquirla detonará automáticamente las de los demás, aumentando proporcionalmente los efectos adversos de la miasma.
Caoimhe
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Re: Calma, se va a estabilizar [Libre] [Noche] [Vigilado]
La reacción en cadena causó una onda expansiva que borró la cabaña de la faz de la tierra. En al menos un kilómetro a la redonda, todo el bosque fue eliminado. Todos los árboles habían sido calcinados ante el sacudón que arrancó de raíz incluso a los pinos más cercanos. Ni el más robusto de los arces centenarios aguantó la arremetida de la explosión, dejando un cráter baldío, un cementerio. Toda la fauna fue aniquilada sin darse cuenta, el rugido de la explosión llegó segundos después cuando todo rastro de alma había sido arrancado de todos los seres vivos alrededor.
La tierra desolada emanaba un éter corrupto en el aire. Cualquiera que fuese la cosa que teníamos adentro había colisionado junto a la magia de la druida y quien sabe que otra fuerza divina. Una vorágine que terminó detonado la mayor explosión que jamás había visto el continente, solo equiparada con las leyendas de las guerras titánicas de los dragones primigenios hace eones o el impacto de un meteorito. Éramos el epicentro de la destrucción.
Serían incalculable las vidas que se habían perdido de animales e inclusive algún incauto que estuviera en el bosque. Aerandir especularía las causas con horror de lo que había sucedido en la choza de la Tita Melínoe.
Sin embargo, la muerte era quisquillosa. De algún modo que no comprendía, mis ojos lograron ver el cielo estrellado, más brillante de lo que lo había visto jamás. En silencio intenté girar mis ojos, puesto que mis músculos no querían obedecer. Escombros cubrían parte de mi cuerpo que parecía completo a pesar de haber sido una ojiva mágica de destrucción masiva. No tenía respuestas, pero el dolor era tan alto que ni siquiera mis nervios eran capaces de procesarlo. No sentía absolutamente nada, pero mi cuerpo estaba hecho añicos.
Los huesos de una figura regordeta a unos pocos metros confirmaban que se trataba del cadáver de la bruja conejo. Todo rastro de sangre parecía haberse evaporado dejando una sombra negra en el suelo con la silueta de la mujer estafadora. Por otro lado, sorpresivamente, el resto estaba en las mismas condiciones que yo.
¿Por qué no habíamos muerto? - dije para mis adentros sin la posibilidad siquiera de abrir mi boca.
El rugido de una montaña rompió el silencio sepulcral. Una maraña de humo y horror se fue formando en un torbellino que se elevaba al cielo. El terror cobraba forma como avatar de la justicia.
Ustedes - resonó una voz de ultratumba que agitaba cada hueso de mi ser. Un tono grave superpuesto en una voz ya conocida. Era aquel guardia con el acento chistoso, aquel que había hablado durante la nada absoluta. Y lo peor era aquel fondo como cacofonía de ultratumba con sonidos de chasquidos de lengua.
Han actuado por carpincho, orgullo, dinero o una falsa moral. Son culpables - la bestia colosal se alzaba con la altura de una montaña, Un monstruo capaz de destruir ciudades y detonar el fin de todo.
No morirán hasta que yo así lo indique, no morirán si yo no lo quiero así, no morirán hasta que conozcan el verdadero dolor. - La bestia se alzó mirándonos con desprecio, inmóviles, frágiles y completamente destrozados. Levantó su lanza que también producto de una magia incomprensible incluso para los catedráticos de Hekshold, era colosal y resonaba con un poder abismal. El avatar empezó a canalizar una especie de energía en su arma divina.
Argh… - poco a poco retoma la posibilidad de hablar, pero mis heridas profundas apenas me dejaban mover los dedos de manera sutil y sumamente dolorosa.
De-Debemos… - el simple hecho de hablar se sentía como un maratón, una osadía contra la muerte. El simple hecho de poder voltear a los otros caídos se convertía en un desafío inhumano . - eliminar esta criatura… Tengo un par de pociones para aliviar las heridas, pero apenas servirán para intentar sobrevivir y escapar. Aunque dudo que el guardián desee que salgamos de aquí con vida. Resalté con frustración y evidente dolor.
El hombre bajó su lanza y la clavó contra el suelo desolado con vehemencia anunciando - ¡Castigo Divino!
Los huesos de aquella mujer conejo brillaron con un color rojo intenso y se evaporaron en una pequeña explosión de humo que rápidamente fue tragado por el viento.
Esa charlatana, trabajé con ella para darle la oportunidad de redimirse... Insistí en que no peleara, pero su odio a los gomejos y su pasado oscuro…
Ugh... - con un quejido la sangre se escapó de mi boca cubriendo mi mentón de rojo. - Debemos movernos. - grité como pude mientras con movimientos lentos la bestia se preparaba para arremeter nuevamente.
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La tierra desolada emanaba un éter corrupto en el aire. Cualquiera que fuese la cosa que teníamos adentro había colisionado junto a la magia de la druida y quien sabe que otra fuerza divina. Una vorágine que terminó detonado la mayor explosión que jamás había visto el continente, solo equiparada con las leyendas de las guerras titánicas de los dragones primigenios hace eones o el impacto de un meteorito. Éramos el epicentro de la destrucción.
Serían incalculable las vidas que se habían perdido de animales e inclusive algún incauto que estuviera en el bosque. Aerandir especularía las causas con horror de lo que había sucedido en la choza de la Tita Melínoe.
Sin embargo, la muerte era quisquillosa. De algún modo que no comprendía, mis ojos lograron ver el cielo estrellado, más brillante de lo que lo había visto jamás. En silencio intenté girar mis ojos, puesto que mis músculos no querían obedecer. Escombros cubrían parte de mi cuerpo que parecía completo a pesar de haber sido una ojiva mágica de destrucción masiva. No tenía respuestas, pero el dolor era tan alto que ni siquiera mis nervios eran capaces de procesarlo. No sentía absolutamente nada, pero mi cuerpo estaba hecho añicos.
Los huesos de una figura regordeta a unos pocos metros confirmaban que se trataba del cadáver de la bruja conejo. Todo rastro de sangre parecía haberse evaporado dejando una sombra negra en el suelo con la silueta de la mujer estafadora. Por otro lado, sorpresivamente, el resto estaba en las mismas condiciones que yo.
El rugido de una montaña rompió el silencio sepulcral. Una maraña de humo y horror se fue formando en un torbellino que se elevaba al cielo. El terror cobraba forma como avatar de la justicia.
Ustedes - resonó una voz de ultratumba que agitaba cada hueso de mi ser. Un tono grave superpuesto en una voz ya conocida. Era aquel guardia con el acento chistoso, aquel que había hablado durante la nada absoluta. Y lo peor era aquel fondo como cacofonía de ultratumba con sonidos de chasquidos de lengua.
Han actuado por carpincho, orgullo, dinero o una falsa moral. Son culpables - la bestia colosal se alzaba con la altura de una montaña, Un monstruo capaz de destruir ciudades y detonar el fin de todo.
- Da Wae Ebolá, Avatar del Castigo Divino:
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No morirán hasta que yo así lo indique, no morirán si yo no lo quiero así, no morirán hasta que conozcan el verdadero dolor. - La bestia se alzó mirándonos con desprecio, inmóviles, frágiles y completamente destrozados. Levantó su lanza que también producto de una magia incomprensible incluso para los catedráticos de Hekshold, era colosal y resonaba con un poder abismal. El avatar empezó a canalizar una especie de energía en su arma divina.
Argh… - poco a poco retoma la posibilidad de hablar, pero mis heridas profundas apenas me dejaban mover los dedos de manera sutil y sumamente dolorosa.
De-Debemos… - el simple hecho de hablar se sentía como un maratón, una osadía contra la muerte. El simple hecho de poder voltear a los otros caídos se convertía en un desafío inhumano . - eliminar esta criatura… Tengo un par de pociones para aliviar las heridas, pero apenas servirán para intentar sobrevivir y escapar. Aunque dudo que el guardián desee que salgamos de aquí con vida. Resalté con frustración y evidente dolor.
El hombre bajó su lanza y la clavó contra el suelo desolado con vehemencia anunciando - ¡Castigo Divino!
Los huesos de aquella mujer conejo brillaron con un color rojo intenso y se evaporaron en una pequeña explosión de humo que rápidamente fue tragado por el viento.
Esa charlatana, trabajé con ella para darle la oportunidad de redimirse... Insistí en que no peleara, pero su odio a los gomejos y su pasado oscuro…
Ugh... - con un quejido la sangre se escapó de mi boca cubriendo mi mentón de rojo. - Debemos movernos. - grité como pude mientras con movimientos lentos la bestia se preparaba para arremeter nuevamente.
Off
Tal como estipula la maldición, la consecuencia de nuestra explosión implica heridas moderadas y los efectos secundarios por dos turnos. Ya que hay un efecto en cadena, asumo que se acumula. Yo creo que nos morimos, no entiendo para que me meto en temas con Zelas...pero bueno, tengo unas pociones que curan un poco, así que si desean pueden intentar tomarlas ¿Creen que pueden matar un avatar de la justicia?
Al ser un tema vigilado y por la implicación de la maldición master, solicito que los bosques en el oeste tengan este cráter gigante y que en D’Orlind Ûr se hable del misterioso accidente.
Zagreus
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Re: Calma, se va a estabilizar [Libre] [Noche] [Vigilado]
Sentía un pitido en sus oídos, su cuerpo pesaba y el mismo malestar que había sentido en en templo del bosque le hizo girarse en el piso para vomitar algo de sangre, ni bien hizo eso, el dolor en su abdomen le hizo notar la falta de una parte de este, el rubio busco con dificultad entre sus ropas y encontró un pequeño vial del cual bebió rápidamente viendo como el tejido y los órganos comenzaban a regenerarse(1).
Zelas se quedo tendido en el piso tratando de que el mundo dejara de girar tan rapido, un extraño sonido el cual fue acompañado por una voz de ultratumba hizo que el no-elfo apenas y volteara la cabeza, debía dejar que la poción siguiera haciendo efecto.
No morirán hasta que yo así lo indique, no morirán si yo no lo quiero así, no morirán hasta que conozcan el verdadero dolor.
Cuando vio que ya tenia una capa de musculo en el abdomen se puso de pie con dificultad, adolorido y sintiendo como si se quemara debido a las corrientes de aire que se estaban formando observo a la enorme creatura que yacía frente a ellos, el pensamiento inicial era abrir un portal e irse de allí de inmediato, sin embargo, Zelas no era alguien que fuera movido por el miedo.
-Asegúrate de estar en condiciones antes de hacer cualquier cosa, bebe una de esas pociones tú- el rubio haría un gesto con su mano y la espada ridículamente grande volvió girando hacia el(2) -Ya he acabado con creaturas que solían llamarse dioses... Comprare algo de tiempo, ayuda a los demás, ve si están en condiciones y únanse a la batalla... O huyan, la verdad ya no me importa, estoy cabreado- señalaría el no-elfo al momento que buscaba algo mas cosas en sus bolsillos.
Primero saco un pequeño trozo de pergamino el cual aplasto con su mano sintiendo rápidamente como su cuerpo se recuperaba de la pesadez que sentía(3). Después saco una cosa de la cual todavía no sabia que utilidad tenia, una pequeña bolita de pétalos a la cual le dio un mordisco(4.1), tenia un buen sabor, similar a algo que a Zelas le parecía una buena ultima comida, el dolor se disipaba al tiempo que la capa de piel terminaba de cubrir su abdomen, guardo el resto de la bolita de pétalos y apunto con su enorme espada a la creatura.
-HEY! APRENDERAS POR LAS MALAS QUE NADIE ME DICE QUE HACER- habiendo llamado la atención de la creatura, Zelas cargo a toda velocidad preparando su espada para realizar un corte en una de sus piernas, sin embargo, debido a su condición, no fue capaz de notar como la carga que pensaba estaba realizando en línea recta, en realidad estaba siendo en diagonal, debido a sus nauseas el rubio apenas pudo interceptar la enorme lanza la cual le envió a el y su enorme espada de lleno contra un árbol.
OFF: habilidades y cosas usadas
1_Poción de Salud [Elixir, Limitado, 1 Uso] Sana hasta 2 heridas moderadas o leves en pocos segundos
2_Habilidad de nivel 0: Retorno:(Impulso) [Pasiva] Al principio de una pelea recubre el pomo de sus armas con éter, permitiéndole con un leve gesto de manos hacer que las armas vuelvan a el en cualquier momento de la pelea, (no puede alterar el curso de estas una vez las lanza, solo puede hacer que vuelvan hacia el.)
3_Runa Levitasis: [Pergamino, Limitado, 1 Uso] Al aplastarla sobre la mano, dicha persona se vuelve considerablemente más ligera: da saltos más altos y de mayor longitud y no sufrirá daño de caída. El efecto dura 2 turnos.
4.1_Bolita de pétalos biusificados [2 cargas]: Deberás comerla y tendrá el sabor que desees. En la siguiente vez que seas dañado por un enemigo, creará una copia de ti capaz de unirse a la lucha. La copia podrá usar tus habilidades, pero consumiendo los usos de las tuyas. También compartirán el daño y, en vez de dolor, sentirán placer que nuble el juicio. Dura un turno. ---> primera carga utilizada.
El efecto de la bolita de pétalos se vera en el siguiente turno, así que ahí aparecerá un segundo Zelas con el cual compartiremos todo(?)
Zelas se quedo tendido en el piso tratando de que el mundo dejara de girar tan rapido, un extraño sonido el cual fue acompañado por una voz de ultratumba hizo que el no-elfo apenas y volteara la cabeza, debía dejar que la poción siguiera haciendo efecto.
No morirán hasta que yo así lo indique, no morirán si yo no lo quiero así, no morirán hasta que conozcan el verdadero dolor.
Cuando vio que ya tenia una capa de musculo en el abdomen se puso de pie con dificultad, adolorido y sintiendo como si se quemara debido a las corrientes de aire que se estaban formando observo a la enorme creatura que yacía frente a ellos, el pensamiento inicial era abrir un portal e irse de allí de inmediato, sin embargo, Zelas no era alguien que fuera movido por el miedo.
-Asegúrate de estar en condiciones antes de hacer cualquier cosa, bebe una de esas pociones tú- el rubio haría un gesto con su mano y la espada ridículamente grande volvió girando hacia el(2) -Ya he acabado con creaturas que solían llamarse dioses... Comprare algo de tiempo, ayuda a los demás, ve si están en condiciones y únanse a la batalla... O huyan, la verdad ya no me importa, estoy cabreado- señalaría el no-elfo al momento que buscaba algo mas cosas en sus bolsillos.
Primero saco un pequeño trozo de pergamino el cual aplasto con su mano sintiendo rápidamente como su cuerpo se recuperaba de la pesadez que sentía(3). Después saco una cosa de la cual todavía no sabia que utilidad tenia, una pequeña bolita de pétalos a la cual le dio un mordisco(4.1), tenia un buen sabor, similar a algo que a Zelas le parecía una buena ultima comida, el dolor se disipaba al tiempo que la capa de piel terminaba de cubrir su abdomen, guardo el resto de la bolita de pétalos y apunto con su enorme espada a la creatura.
-HEY! APRENDERAS POR LAS MALAS QUE NADIE ME DICE QUE HACER- habiendo llamado la atención de la creatura, Zelas cargo a toda velocidad preparando su espada para realizar un corte en una de sus piernas, sin embargo, debido a su condición, no fue capaz de notar como la carga que pensaba estaba realizando en línea recta, en realidad estaba siendo en diagonal, debido a sus nauseas el rubio apenas pudo interceptar la enorme lanza la cual le envió a el y su enorme espada de lleno contra un árbol.
OFF: habilidades y cosas usadas
1_Poción de Salud [Elixir, Limitado, 1 Uso] Sana hasta 2 heridas moderadas o leves en pocos segundos
2_Habilidad de nivel 0: Retorno:(Impulso) [Pasiva] Al principio de una pelea recubre el pomo de sus armas con éter, permitiéndole con un leve gesto de manos hacer que las armas vuelvan a el en cualquier momento de la pelea, (no puede alterar el curso de estas una vez las lanza, solo puede hacer que vuelvan hacia el.)
3_Runa Levitasis: [Pergamino, Limitado, 1 Uso] Al aplastarla sobre la mano, dicha persona se vuelve considerablemente más ligera: da saltos más altos y de mayor longitud y no sufrirá daño de caída. El efecto dura 2 turnos.
4.1_Bolita de pétalos biusificados [2 cargas]: Deberás comerla y tendrá el sabor que desees. En la siguiente vez que seas dañado por un enemigo, creará una copia de ti capaz de unirse a la lucha. La copia podrá usar tus habilidades, pero consumiendo los usos de las tuyas. También compartirán el daño y, en vez de dolor, sentirán placer que nuble el juicio. Dura un turno. ---> primera carga utilizada.
El efecto de la bolita de pétalos se vera en el siguiente turno, así que ahí aparecerá un segundo Zelas con el cual compartiremos todo(?)
Zelas Hazelmere
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Re: Calma, se va a estabilizar [Libre] [Noche] [Vigilado]
Calma, se va a estabilizarcon Zagreus, Zelas y Caoimhe
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Calma. Se respiraba una calma, una paz y un silencio a esas horas de la noche por los alrededores de la cabaña de Tita Melínoe, todo estaba tranquilo hasta que en un segundo la muerte arremetió con todo a su paso. Un segundo en que el aire se cortó y un estruendo rompió el sonido, todo lo vivo a un kilómetro a la redonda solo pudo ver un segundo de la luz más brillante nunca antes apreciada y luego ya no había nada más que muerte y desolación, toda vegetación y fauna fueron erradicadas totalmente de la faz de esas tierras.
Lukas yacía boca abajo, sus oídos pitaban y sus músculos estaban contraídos, agarrotados y adoloridos. Sentía náuseas y un enorme mareo que le impedía ponerse de pie, pues todo se le daba vueltas mientras la tierra se sacudía y una enorme y roja criatura aparecía, o tal vez siempre estuvo escondida y ahora salía a la luz de la luna. Lukas lo observo por el rabillo del ojo, era grande como una montaña, fibroso como un buen trozo de carne y rojo como las llamas del infierno.
-No morirán hasta que yo así lo indique, no morirán si yo no lo quiero así, no morirán hasta que conozcan el verdadero dolor. – exclamo el poderoso ser rojo, era imponente y se veía como si quisiera torturarlos, hacerlos sufrir lentamente. No solo quería muerte, sino que quería disfrutar del sufrimiento del variopinto grupo de extraños maldecidos por la misma enfermedad.
-Manos te van a faltar para pelármela – dijo Lukas poniéndose de pie, toda su vida había entrenado a diario, preparándose para estar siempre listo para las batallas, y ahora era el tiempo de demostrar su valentía, sin embargo, los síntomas persistían y un enorme mareo le hizo tambalearse y casi caer nuevamente. –Maldición, asi no podre pelear bien – dijo tratando de ponerse recto, necesitaba estar firme para poder combatir, pero el vértigo que sentía le daba vuelta todo. En ese momento el rubio se lanzó con su espada exageradamente grande, Lukas vio cómo su ataque fue insatisfactorio y termino repelido por la bestia. –No podremos contra el solos, tenemos que unirnos si queremos tener una oportunidad – exclamo la tortuga, tal vez estando todos en óptimas condiciones podrían contra la bestia en un uno contra uno, pero si todos los demás sentían el mismo malestar de Lukas entonces la única alternativa que tenían era unirse en equipo o perecer.
Lukas yacía boca abajo, sus oídos pitaban y sus músculos estaban contraídos, agarrotados y adoloridos. Sentía náuseas y un enorme mareo que le impedía ponerse de pie, pues todo se le daba vueltas mientras la tierra se sacudía y una enorme y roja criatura aparecía, o tal vez siempre estuvo escondida y ahora salía a la luz de la luna. Lukas lo observo por el rabillo del ojo, era grande como una montaña, fibroso como un buen trozo de carne y rojo como las llamas del infierno.
-No morirán hasta que yo así lo indique, no morirán si yo no lo quiero así, no morirán hasta que conozcan el verdadero dolor. – exclamo el poderoso ser rojo, era imponente y se veía como si quisiera torturarlos, hacerlos sufrir lentamente. No solo quería muerte, sino que quería disfrutar del sufrimiento del variopinto grupo de extraños maldecidos por la misma enfermedad.
-Manos te van a faltar para pelármela – dijo Lukas poniéndose de pie, toda su vida había entrenado a diario, preparándose para estar siempre listo para las batallas, y ahora era el tiempo de demostrar su valentía, sin embargo, los síntomas persistían y un enorme mareo le hizo tambalearse y casi caer nuevamente. –Maldición, asi no podre pelear bien – dijo tratando de ponerse recto, necesitaba estar firme para poder combatir, pero el vértigo que sentía le daba vuelta todo. En ese momento el rubio se lanzó con su espada exageradamente grande, Lukas vio cómo su ataque fue insatisfactorio y termino repelido por la bestia. –No podremos contra el solos, tenemos que unirnos si queremos tener una oportunidad – exclamo la tortuga, tal vez estando todos en óptimas condiciones podrían contra la bestia en un uno contra uno, pero si todos los demás sentían el mismo malestar de Lukas entonces la única alternativa que tenían era unirse en equipo o perecer.
Lukas
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