El ladrón de zanahorias. (QUEST)

Al llegar a la puerta de la casa de Melo, esta salio rápido preguntando que había sido todo el ruido en el lugar, estuve a punto de decirlo hasta que el elfo se adelanto a mis palabras, presentando al que era el pequeño ladrón de zanahorias.


Pero antes de que Melo pudiera siquiera contestar a mi sugerencia comencé a hablar nuevamente para intentar darle una nueva vida al pequeño.

Después de escuchar a ambos, Melo se cruzó de brazos mientras observaba al pequeño el que, a su vez, contemplaba al mago que le había dejado en el suelo frente a ella con una mirada sorprendida. El niño pareció entristecerse ante sus palabras, tal vez por el arrepentimiento que sentía por sus actos. Entonces doblo ambas orejas hacia abajo de forma graciosa y observó suplicante a la mujer. - Hmmm... Así que tú robabas en mis cultivos... ¿Y ahora pretendes quedarte como mi aprendiz? - el niño apartó la mirada desilusionado. - Dime, ¿cómo estuvieron las zanahorias? ¿Te gustaron? - El pequeño la miró extrañado, pensando que pretendía regañarlo y reprochárselo aún más, pero al notar una leve sonrisa en Melo respondió tímidamente. - Sí... Son deliciosas... -

Melo empezó a reír. - ¡Así que fue un niño después de todo! ¡Y encima uno tan peculiar! - Palpó una de las orejas de la criatura, poniéndolo algo nervioso, pero después pasó a acariciarle la cabeza. - No solo podrás quedarte conmigo, sino que deberás hacerlo. Como pago por lo que hiciste tendrás que ayudarme. También vivirás conmigo y te enseñaré todo lo que quieras aprender, y cuando tu pena sea cumplida, podrás elegir por ti mismo. ¡No aceptaré un no por respuesta! - El rostro cansado y malhumorado de la mujer pasó a uno amable y sonriente, el cual contagió también al pequeño niño-conejo, el cual asintió enérgicamente.

El nuevo aprendiz de Melo corrió tras ella buscando la protección de su nueva madre, olvidando por completo el dolor de su pierna, y esta sonrió satisfecha a los viajeros que la habían ayudado. - Bien, ¡al final habéis cumplido de un modo u otro! - Se retiró al interior de su casa trayendo de regreso un gran saco para cada uno. - Aquí está lo prometido, y no aceptaré negación alguna. - Los entregó alegremente y concluyó. - Si queréis pasar aquí el resto de la noche sois bienvenidos. Tampoco dudéis en venir a visitarnos cuando queráis, ¡os daré más zanahorias! -

Tiempo después, ambos siguieron viviendo feliz y plácidamente en la granja del bosque.



Recompensa: Cada uno recibe; 1 saco de zanahorias y otras verduras para comer por 3 días + 40 Aeros + 15 p. de experiencia (13 + 2 adicionales) + alojamiento gratis en el bosque de las islas Illidenses.

Los puntos serán entregados cuanto antes por una moderadora.
Un post más cada uno y se da por cerrado, felicidades y espero volver a veros pronto a ambos.

Melo estuvo de acuerdo con lo de dejar al joven como ayudante y aprendiz, lo que me hacia sentir satisfecho, mire al joven y solo le sonreí al saber que Melo había aceptado, pronto el elfo paso a mi lado y dijo algo a lo que no preste mucha atención pues ayudar extraños era parte de mi, sabia que de algún modo podía parecer estúpido pero mi maestro me había enseñado a ayudar siempre a otros, luego de pasar a mi lado, el elfo procedió a sanar al joven con sus habilidades.

Luego de terminar con la tarea encomendada, me dispuse a partir, y a pesar de lo dicho a Melo, esta decidió pagarme de igual manera con una saco de zanahorias y uno de vegetales más dinero adicional, aquello era mas de lo que podía pedir por una tarea como esa pero ella había dicho que no aceptaría un no como respuesta, por lo que decidí tomarlo. Antes de marcharme me despedí de Melo y del joven para partir junto a Cass en la búsqueda que debía continuar, la de mi maestro.