Un mal sitio para dormir [Libre-interpretativo][Cerrado]

Hacía un par de meses que Eirik estaba exiliado, caminaba sin nada que hacer por el bosque, sin nada encima aparte de sus ropas y algunas de sus pertenecías, Eirik iba sobreviviendo sin demasiado esfuerzo. Era tan buen rastreador como cazador, así que comida no le faltaba.

Ahora mismo estaba siguiendo el rastro de un venado al que llevaba media hora vigilando con cuidado de que el cérvido no se diese cuenta de que estaba ahí, apuntó con su ballesta…

Para ser sinceros sí que tenía un problema, y uno bastante grande…

Se preparó para disparar y cayó al suelo profundamente dormido. El venado al escuchar la caída escapó. Básicamente Eirik desde hacía un tiempo padecía una extraña dolencia que en Aerandir era conocida como el “síndrome de Morfeo”, este síndrome provocaba que Eirik  pudiera caer dormido en cualquier momento, en ocasiones sin ni siquiera darse cuenta independientemente de la situación o lo que estuviese haciendo. Era sencillamente algo así como una especie de mecanismo que saltaba normalmente en los momentos más inoportunos “desactivando” al licántropo que quedaba profundamente dormido, en ocasiones durante minutos, otras veces durante horas. Era imprevisible, además de otros incomodos efectos secundarios como cataplejías ante emociones muy fuertes o interrupciones del sueño nocturno entre otras, por no mencionar que hacía que Eirik pareciese perpetuamente adormecido, pero es que el pobre estaba siempre muerto de sueño.

Eirik fue adoptado de niño por una familia de licántropos, y según lo poco que había tenido la ocasión de investigar, aquella enfermedad era un “regalo” de los humanos que abandonaron de manera abyecta al niño enfermizo que fue antes de que su familia lo encontrase. Sí, era muy consciente de que una vez fue humano, que una vez tuvo nos padres humanos, pero no recordaba nada de aquellos tiempos y tampoco tenía interés en recordar a una personas que habían renunciado a él, por lo que como familia solo reconoció a Brynjolf y a Bruny, los licántropos que lo adoptaron, transformaron y criaron.

Desgraciadamente ellos habían muerto hacía años, y no quedaba nadie a quien pudiese llamar familia, pensó que tenía amigos, pero había sido exiliado por ellos hacía unos meses. Así que sí, podía afirmar sin miedo a equivocarse que estaba solo.

Tampoco le suponía problema, no era muy sociable. De hecho por todo lo que le había sucedido últimamente se había vuelto aún más introvertido y de hecho juraría que no sabría tratar con alguien, pues no se veía capaz de confiar en nadie y menos con una debilidad tan evidente como caer dormido en cualquier parte, una debilidad por la que había sido abandonado a su suerte dos veces.
 
Después de cerca de un cuarto de hora Eirik por fin despertó, como siempre se sentía algo desorientado por lo que miró a los lados, como siempre y por suerte no detectaba peligro, se rascó la cabeza desdeñosamente y procedió a levantarse, sin demasiado cuidado recogió la ballesta del suelo y volvió a ponerse en busca de alguna pista que lo llevase a por otra presa. Al menos empezaba a acostumbrarse a convivir con aquella enfermedad.
 
Y como si nada trepó a un árbol, por el simple hecho de hacerlo, pues olía que a pesar de estar fuera de época en las ramas más altas de la copa había manzanas, no las veía pero las olía y eso era suficiente. Una vez arriba se acomodó en las gruesas ramas y recogió una de las deliciosas manzanas, afortunadamente estaban maduras, al quedar resguardadas de pájaros o roedores estas eran gordas y jugosas. Contento por el descubrimiento Eirik se llevó la fruta a la boca dándole un fuerte bocado, la fruta crujió bajo sus dientes y se le lleno la boca con el dulce zumo de la fruta, procediendo a comérsela apaciblemente.

Apoyó su espalda en el tronco, flexionó una rodilla y apoyó su brazo en ella, mientras sostenía con la mano la manzana a la que le iba dando bocados. Con la otra mano se frotó el ojo izquierdo, de nuevo volvía a intentar apoderarse de él, echó su cabeza hacia atrás apoyándola en el tronco, tragó el trozo de manzana y suspiró pensando cuando tardaría en darle otro ataque de sueño.

Se terminó la manzana y en ese momento se puso en tensión, su olfato detectaba a alguien y un chasquido de una rama rompiéndose en el suelo le confirmaba de que se acercaba alguien, escuchó como se acercaba al árbol. Tragó el ultimo trozo de manzana y frunció el ceño, recogió su ballesta y aprovechando que estaba cobijado por el espeso follaje del manzano se preparó a atacar, sin embargo no le dio tiempo a hacer nada, de hecho ni siquiera alcanzó a ver de quien se trataban, pues de nuevo “el síndrome de Morfeo” volvió a hacer de las suyas y quedó profundamente dormido, perdiendo el equilibrio y cayendo del árbol, por suerte el pie se le enredó en una de las ramas y sencillamente quedó durmiendo colgando boca abajo a merced de cualquiera.

Notó un golpe en la frente, entre abrió los ojos y confundido se encontró colgando boca abajo, y a unos metros de él un humano lo miraba fijamente

<< Genial… >>pensó con sarcasmo, pues ya era suficientemente vergonzoso estar en aquella situación como para ser descubierto en una posición tan vulnerable y por un humano nada menos, con lo que los aborrecía…
 
-¿Estas bien? –preguntó el humano arqueando las cejas, Eirik lo examinó atentamente, era un hombre de estatura media de un aspecto muy peculiar.
 
<<¿Y ese nido de pájaros que tiene en la cabeza? >>gruñó para sí al ver su peinado y ese pelo tan blanco, luego se fijó en la ropa<< ¿Y de que va disfrazado? , payaso...>>siguió preguntándose  mientras intercambiaban miradas incomodas durante cerca de medio minuto
 

-¿Qué quieres? –gruñó el lobo con apatía y desconfianza  sin apartar la vista del humano, al que miraba de forma desafiante, volvió a estudiar el terreno, no solo su ballesta había caído al suelo, si no también su hacha de guerra, luego miró hacia arriba y vio la manera de la que se había quedado colgando, flexionándose simplemente no llegaría, si al menos tuviese su hacha, podría usarla para engancharla en la rama y ayudarse a alcanzar su tobillo para salir de aquel aprieto. Suspiró de ninguna de las maneras llegaría él solo a alcanzar el hacha del suelo, así que miró el humano-. He, Pásame eso –pidió señalando el hacha, esperó unos segundos y luego soltó un gruñido contrariado-. ¡No te quedes ahí mirándome como un memo y dame el hacha de una pu…! –no terminó la frase, pues sin darse cuenta volvió a dormirse. Esta vez fue durante un par de minutos nada más, pues cuando los ataques le daban tan seguidos no solía permanecer dormido demasiado tiempo. Volvió a repetir el proceso, miró confundido durante unos segundos a su alrededor y después al humano, frunció el ceño aparentemente molesto por el simple y llano hecho de que aquel humano de aspecto extraño siguiese ahí-. ¿Qué…? ¿Qué estaba diciendo…? –Se preguntó, de nuevo reparó en que estaba boca abajo y de nuevo recobró el hilo de lo que estaba diciendo-. ¡Ah sí! Pásame el hacha ¿Quieres? – recobró el hilo de lo que decía en el mismo tono inexpresivo.

-¿Especial? Y una mierda… Una putada, eso es lo que es –gruñó Eirik al escuchar la deducción de aquel tipo mientras se sentaba sobre una roca a observarle, dándole una especie de sermón sobre ser amable-. ¿Sabes qué? Me da igual, quédate ahí sentado, ya me bajaré solo –aseguró irritado y flexionándose para intentar agarrar la rama-. No necesito ayuda de ningún humano para bajar –pero resbaló y volvió a quedar colgado balanceándose hasta golpearse contra el tronco del árbol-.¡Auch! –se quejó frotándose la cabeza e intentando alcanzar de nuevo la rama, cuando escuchó la voz del desconocido que parecía estar divirtiéndose con su contratiempo

- Es tu día de suerte, yo no haría algo así, al menos no a un extraño. Te ayudare a bajar. –aseguró y el licántropo lo fulminó con la mirada, sabía muy bien lo poco fiables que eran lo humanos a pesar que hasta el momento nunca había tenido que tratar directamente con uno, pero no importaba, eran así y punto.


Con un golpe seco y certero de sus armas, el desconocido cortó la rama que aprisionaba su pie, haciendo que Eirik cayese de cabeza al suelo dándose un buen porrazo, tras esto se incorporó frotándose de nuevo la cabeza y dirigiéndole una mirada malhumorada al humano



-Podrías haber ido con un poco más de… -se durmió mientras hablaba, otra vez y no solo eso si no que además le cayó una manzana sobre la cabeza haciendo que acabase de nuevo tumbado en el suelo, esta vez el ataque de sueño duró cerca de tres minutos, tras los que despertó-. …Cuidado, casi me partes la cabeza ¿Sabes? –Terminó de gruñir como si nada, tras varios segundos de un silencio tenso y ominoso fue consciente de la situación-. He vuelto a dormirme ¿Verdad? –Preguntó sin entusiasmo sabiendo de antemano la respuesta, dicho esto mascullo una maldición entre dientes y se levantó procediendo a recoger sus cosas sin hacer más caso que eso al humano-. ¿Qué miras? –gruñó, no por antipatía si no por costumbre cuando acabó de recoger sus cosas y vio al humano aún allí, empezaba a ponerle nervioso.

- ¿Esto es en serio? ¿Vas por ahí quedándote dormido? y aun así subiste al árbol...- comentó el humano sin malicia alguna aparente, sin embargo el licántropo tenía un carácter complicado y bastante desconfiado por lo que no supo interpretar la intención de aquel comentario.

-¿Insinúas algo? –respondió con otra pregunta en un tono suave pero al mismo tiempo brusco, una brusquedad que realmente no había buscado emplear. Frunció el ceño, no es que Eirik fuese una persona agresiva, al contrario su condición lo había transformado en un ser muy tranquilo que se limitaba a vagar de aquí para allá adormecido, sin ningún objetivo en concreto, salvo vivir tranquilamente.

Pero llevaba tanto tiempo solo que le ponía nervioso el mero contacto con otra persona. Y más siendo un humano, nunca le habían gustado y nunca lo harían. El humano  guardó silencio ante la pregunta inquisitiva del licántropo, definitivamente sí, había sonado demasiado violento. Otro silencio volvió a formarse entre ambos que no dejaron de mirarse, el humano de forma inquisitiva y el licántropo tenso.

- Me has llamado humano. Solo alguien que no lo es puede llamarlos así ¿cierto? -Preguntó y rompiendo el tenso silencio con una media sonrisa, que para Eirik era de intenciones dudosas-. Tengo algo de curiosidad hombre murciélago. ¿Cómo es que viajas solo con esa condición tuya? es decir, podría ser realmente peligroso hacerlo.  –observó con un tono más suave, posiblemente para no irritar al licántropo. Eirik tras un breve silencio alzó las cejas y miró de reojo a otro lado, posiblemente pensando en cómo hacerlo para no sonar tan violento, luego lo miró medio adormilado y se encogió de hombros en una expresión en la que claramente se veía que  aunque desconfiaba, no le desagradaba del todo la idea de hablar con alguien. Se acercó un par de pasos al humano mientras decía:

-Lo sé… -comenzó a decir parándose a unos escasos metros, tampoco iba a confiarse, volvió a encogerse de hombros con pasividad-. He vivido toda… -desvió un momento la mirada y levantó las cejas-. Bueno, casi toda… -se corrigió y volvió a centrar su atención en el humano-. …Mi vida en esta  Arboleda, me la conozco como nadie –comentó desenfadadamente sin mostrar en ningún momento soberbia alguna, luego frunció los labios-. Nunca me ha pasado nada malo por lo que no me importa estar solo –confesó sin más, luego bostezó-. Y tampoco es que tenga nadie así que… -asumió conformista, luego se frotó el ojo izquierdo muerto de sueño. Aunque para él era normal, pues ese era su estado natural, Eirik ya ni siquiera recordaba lo que era estar desvelado  tampoco le importaba demasiado, pues con el pasado que acarreaba a sus espaldas suficiente tenía con seguir vivo.

Tras frotarse los ojos y un instante en el que pensó que volvería a dormirse, miró de nuevo al humano

- Aunque últimamente, estoy pensando en largarme. Ver otros lugares –aseguró un poco más despejado y se sentó, seguía lejos del humano, pero al menos se había acercado un poco.  Acto seguido se rascó la cabeza de forma descuidada, haciendo que de su pelo cayesen un par de ramas secas y unas cuantas hojas que se le habían quedado pegadas al pelo, cuando cayó del árbol-. Lo malo es que no sé por dónde empezar... Si voy hacia el oeste acabare en el territorio de los vampiros –se cruzó de brazos malhumorado-. ¡Y ni loco quiero pasearme entre chupasangres! –Gruñó con rabia, después frunció de nuevo el ceño y miró de reojo a un lado-. La otra opción sería ir hacia Verisar, a Lunargenta, allí acabaría entre humanos… -arrugó un poco la nariz en expresión de rechazo-. No sé qué es peor… - refunfuñó más para sí que para el otro humano, sin embargo el tono era lo bastante alto como para que le hubiese oído, aunque a Eirik le daba igual.

El humano se acomodó sobre una roca a escuchar la explicación de Eirik, el cual no tenía muy claro el por qué estaba respondiéndole, medio dormido sencillamente supuso que llevaba demasiado tiempo sin hablar con nadie y por eso ahora estaba aprovechando la oportunidad.

-¿Lo peor? –preguntó el humano del nido de pájaros en la cabeza de forma retorica al mismo tiempo que tomaba un palo que había en el suelo, Eirik lo miró con desconfianza y acomodando la ballesta sobre su hombro, seguía sin tener muy claras las intenciones de aquel sujeto-. Si deseas dejar este bosque, déjame darte algunos consejos mi amigo… -al parecer quería explicarle algo al mismo tiempo que dibujaba un mapa-.Como dices… -no llegó a escuchar nada más, Erik cerró un momento los ojos para parpadear pero aquel “parpadeó”duró cerca de cinco minutos.

Cuando despertó de nuevo miró con cara de palo a su alrededor y se acomodó un poco inquieto, miró al humano ocultando algo de vergüenza-. Creo sin lugar a dudas que tu mejor comienzo sería en Lunargenta. Creerás que los humanos son odiosos y ciertamente algunos lo son, yo mismo odio muchas de sus costumbres… - el licántropo se encogió de hombros al ver que el humano había seguido hablando, parecía que ni se había dado cuenta de su pequeña “ausencia”.

En ese momento se acercó y miró con curiosidad el dibujo que había comenzado antes de quedarse dormido, ahora tenía la forma de algo así como un mapa. Parecía una patata en verdad, pero dada la temática de la conversación, Eirik no tardó mucho en deducir de lo que hablaba

-. Aquella ciudad de humanos recibe muy bien a todo tipo de especies… - Eirik se acercó un poco más a él de manera cautelosa para ver el mapa improvisado y de paso ver si lograba recobrar del todo el hilo de la conversación-. Siempre y cuando no causes problemas…-

<< ¿Problemas? ¿Qué voy a hacer dormirme sobre ellos? >>pensó de manera irónica acercándose un poco más al humano quedando sentado justo en frente de él, separados solamente por el mapa dibujado en el suelo

-. … Y estoy seguro de que si abres tu mente, podrías aprender cosas maravillosas de cada una de las razas. Al menos es lo que yo intentó –finalizó, alzando la mirada para verle fijamente a los ojos, ante esta acción Eirik, dio un pequeño respingo y se tensó incómodo. Definitivamente el contacto con otras personas no era lo suyo. No dijo nada, sencillamente se limitó a cambiar su adormilada mirada curiosa por una desafiante, más por costumbre que otra cosa. Al parecer aquel hombre no le dio demasiada importancia a su actitud arisca y siguió hablando. Por lo que decía parecía querer ayudarle por algún propósito que el mismo licántropo no sabría decir ya que el humano finalizo su explicación, de la cual Eirik solo había estado atento a la mitad con un-. Aunque si me permites decirlo, te vendría bien alguna compañía. No quiero ofenderte pero, fuera de este bosque las cosas son muy distintas.-tras esta afirmación se hizo otro tenso silencio de varios segundos, tras los cuales Eirik asintió lentamente y se levantó o lo intentó pues volvió a quedarse dormido. Esta vez fue durante cerca de media hora.


De nuevo vio aquel bosque, de nuevo el frio helador y otra vez los zarzales lo aprisionaban y se clavaban en su pequeño y débil cuerpo. Sintió como el gélido viento nocturno se colaba por cada fibra de su ser, como la vida estaba a punto de abandonar su cuerpo. Y de nuevo en medio de la nada aparecieron dos enormes lobos…


Cuando despertó lo hizo incorporándose de golpe, casi de un salto sobresaltado. De nuevo una pesadilla que había olvidado en el mismo momentos que abrió los ojos. Esta vez se sintió más confundido que las veces anteriores, pálido y completamente desubicado volvió a mirar a su alrededor, por suerte de nuevo estaba solo aquel humano. Suspiró y soltó un largo bostezo tapándose la boca con la malo, luego se rascó la cabeza

-¿Qué iba a decir? –preguntó para sí intentando recobrar el hilo de la conversación con aire ausente. Se hizo otro silencio incomodo en el que por la cara de su interlocutor comprendió que esta vez la “siesta” había sido de las largas-. ¿Cuánto ha durado esta vez? –miró al cielo en busca del sol y por su posición más o menos dedujo que había pasado media hora-. No ha sido tanto como pensaba… -comentó adormilado. Acto seguido volvió a centrar su atención en el humano-. ¿Por dónde íbamos? Ah sí… ¿A dónde te diriges? –le preguntó para ganar algo de tiempo, pues realmente no recordaba de qué demonios estaba hablando antes de dormirse.

Escuchó todo lo que el desconocido tenía que decirle mientras se levantaba, Eirik hizo lo mismo con parsimonia y con su característico aire adormilado.  Se sacudió un poco la ropa y se cruzó de brazos, había algo en la oferta del humano que no acababa de gustarle. Le había ofrecido acompañarlo hasta fuera del bosque, pero en un tono que a pesar de que posiblemente no lo había hecho con mala intención, al licántropo le sentó como si lo tratasen como a un niño pequeño que no sabe cuidarse por sí mismo y por nada más y nada menos que por la arboleda que siempre había sido su hogar. Se lo quedó mirando con expresión ambigua mientras terminaba de sacudirse el polvo, no iba a enfurecerse. Era consciente de que aquel tono posiblemente había sido cosa suya ya que era un hombre bastante susceptible con según qué temas.

-No necesito ayuda de nadie en este bosque –respondió en un tono más antipático del que quiso emplear en realidad, así que se limitó a encogerse de hombros y señalar el sur-. Si voy hacía el sur llegaré antes, pero me daré de narices con el Pantano misterioso y al ser verano, lo más seguro es que venga un gigante de roca a saludarme… -comenzó a decir en un tono ligeramente airado, acto seguido hacia el Este-. Por allí, rodearas el pantano y entrarás en el territorio de los Bio Ciborgs,  pensarás que es el camino más seguro. Y tal vez lo sea para ti que eres humano. –Siguió explicando arqueando las cejas con suficiencia y cruzándose de brazos-. En cambio por el oeste…-no terminó la frase, pues se quedó dormido de pie. Tal y como estaba. Pasaron esta vez cerca de dos minutos-.  …Para llegar hay que atravesar la Cueva del rio y bordear el pantano por la orilla de Tymmer… -continuó como si nada, pues al haber sido un lapso de tiempo tan corto, Eirik ni siquiera se había enterado de que se había “ido a limbo” -. Esa zona está plagada de Dríopes, pero estoy acostumbrado a encontrármelos y no me darán problemas a menos que yo les dé un motivo –aseguró convencido de lo que decía, luego dio un largo bostezo y se desperezó de manera desenfadada, para adoptar de nuevo su expresión adormecida y ausente-. Como mucho me encontrare algún grupo de trasgos, pero no gran cosa… Y que no te engañe que me vaya durmiendo cada dos por tres. En combate no estoy tan jodido como podrías pensar ¿Sabes?  -continuó rascándose la cabeza con expresión abstraída, al mismo tiempo que una suave brisita se pasaba por el bosque levantando algunas hojas del suelo y haciendo que por un momento Eirik se viese tentado de cobijarse bajo la sombra de un árbol a hacer la siesta, de no ser porque estaba tratando con un humano.

Apaciblemente volvió a prestar su atención a su ocasional compañero de charla

-Además, si voy a Lunargenta,  me vendrá bien darme una vuelta más larga para recoger unas cuantas cristalidas… -comentó dando unas palmadas a un saquillo que llevaba atado al cinto-. El irme de aquí no es algo que se me haya ocurrido de un día para el otro, si no lo he hecho en estos meses ha sido porque quería asegurarme de no ir con lo puesto, no soy idiota. –Desató el susodicho saquillo y sacó una esfera de un hermoso y brillante cristal morado-. He estado recogiendo esto.  Aquí hay muchas si sabes dónde buscar y  sé que pagan bien, siempre y cuando tengas el suficiente cuidado al recogerlas –respondió mostrándosela al humano-. Aunque no entiendo por qué pagar tanto por el capullo de una jodida oruga –finalizó en algo parecido a una broma y lanzándosela al humano para que cogiese en el aire aquella pieza prácticamente intacta-. He recogido unas treinta y todas están en ese estado. No sé cuánto me pagarán pero ya me he aburrido. –aseguró sin más, acto seguido se encogió de hombros-. Igual que sé que  para cualquiera, mi condición sería un engorro y es una autentica putada. Pero eso no significa que tenga que estar vigilado como un bebé o que no pueda hacer mi vida como a mí me dé la gana –volvió a atar el saquillo de las cristalidas a su cinto-. No me considero alguien especialmente inteligente, pero se cuidarme solo. –aseguró de forma tajante y gruñona sin tener la menor intención de discutir, más bien estaba algo molesto por que presentía que aquel humano tenía el mismo tipo de prejuicios por los que lo expulsaron de su manada.

De pronto escucháis un sonido metálico que proviene de los arbustos, y una voz muy hueca que parece distorsionarse con los árboles. Pitidos y algunas luces, todo es demasiado confuso... hasta que veis aparecer la carcasa robótica de un bio-cibernético extraviado entre los matorrales, totalmente destrozado y emitiendo chispas como si sufriera numerosos cortocircuitos. No parece haberse percatado de vuestra presencia hasta que giró la cabeza en vuestra dirección.

- ObJeTIVos LoCALIzaDoS... ¡bip!... iniCIAnDO prOceDimiENTo dE aNáLISis... ¡bip!...

Escucháis ruidos y más ruidos. Los circuitos dañados del robot chirrían incesantes, y de pronto todas sus luces se encienden en color rojo.

- objETIVOs idenTIFIcAdOS... ESTadO de AmeNAZA mÁxima... ¡bip!... UNIdaD RF-85 INIcianDO pRoceSO DE DEStrucCIÓN INMEdiaTA.

Entonces escucháis un ruido de cuchillas y veis cómo el robot ha sacado lo que parecen unas garras de metal muy afiladas, y por su constitución parecía bastante ágil y rápido. ¿Qué hacía una máquina como aquella perdida en mitad del bosque? Estaba totalmente descontrolada, y su mal funcionamiento no indicaba resultados nada buenos.

Spoiler:

OFFROL: Éste es un post de intervención única, lo que significa que no volveré a postear a menos que vosotros me lo pidáis o yo lo considere necesario. He querido poneros una situación para animar un poco el contenido de vuestro post ^^ Podéis manejar como queráis al robot, pero si os acercáis demasiado puede que os electrocute, y si tratáis de huir os perseguirá sin descanso. ¡Suerte!

Escuchó lo que le respondía el humano. Parecía molesto, no es que Eirik hubiese pretendido ser antipático ni nada pero era muy orgulloso y que alguien cuestionara si podía valerse por sí mismo o no, le había molestado. Oyó como el humano llegaba a la evidente conclusión de que se trataba de un licántropo. No pudo evitar enervarse cuando el mismo le preguntó si pertenecía a alguna manada, arqueó las cejas y se cruzó de brazos cuando el individuo afirmó que muchos de los clanes de lobos estarían encantados en poner las garras en su cuello para acto seguido preguntar en un tono ambiguo si él pertenecía a alguna. Erik tan solo o miró ligeramente amenazante, no le gustaba el tono que el humano empleaba y a intimidante no lo vencía nadie

-¿Y si lo hiciera qué? –respondió con otra pregunta en tono amenazador, pero acto seguid suspiró y aquel instante de amenaza se desvaneció con la misma facilidad que había venido, adoptando de nuevo su semblante adormilado y desenfadado, se encogió de hombros-. No importa, digamos que estas de suerte, porque aunque lo fui ya no le debo lealtad a manada alguna. –comentó haciendo un gesto desenfadado con la mano. Estaba diciendo la verdad, lo habían exiliado por su “pequeño trastorno del sueño” y como tampoco tenía a nadie, muy poco le importaba ya lo que hicieran o dejasen de hacer sus antiguos compañeros, solo sabía que si alguna vez se cruzaba con alguno de la que fue su anterior manada, tendrían que acabar peleando.

Miró de reojo a otro lado distraído

-Y tú me has ayudado, así que me guste o no, te debo una –asumió sin ganas, luego se rascó perezosamente detrás de la cabeza volviendo a fijar su vista en el humano-. Así que si lo que necesitas es llegar a la frontera del bosque puedo ayu… - no terminó la frase pues se envaró atento y mirando a algún lugar sin determinar detrás del humano, frunció el ceño.

Olfateaba que se acercaba a algo que olía a goma quemada y circuitos chamuscados << ¿Un bio-cibernetico? ¿Qué hace tan lejos de su territorio? >>dedujo por aquel olor artificial y pestilente, preparó su ballesta y apuntó esperando que el intruso apareciese-. Se acerca algo –aseguró con severidad al ver la expresión del humano. Eirik dedujo que tal vez se había pensado para atacarle, segundos después empezó a escuchar sonidos de algo metálico, lo que confirmó que su teoría no estaba equivocada. Poco después de entre unos matorrales apareció una extraña máquina-. Genial… Un montón de chatarra estropeada… -refunfuñó Eirik al ver aquel aparato que precariamente imitaba la forma humana, moviéndose a trompicones y espasmos eléctricos, ya que la pequeña columna vertebral que lo sostenía era demasiado delgada, pero eso no le preocupaba, tampoco le preocupaba aquella cabeza rectangular con un solo ojito de color rojo, ni siquiera lo hacían aquellas patuchas que parecían estar compuestas únicamente por rodillas, lo que inquietaba a Eirik eran aquella uñas largas y afiladas como cuchillas que rezumaban electricidad. El sentido común se encargó de informarle que acercarse no sería una buena idea.

Así que por el momento observó a ver que hacía aquella cosa

- objETIVOs idenTIFIcAdOS... ESTadO de AmeNAZA mÁxima... ¡bip!... UNIdaD RF-85 INIcianDO pRoceSO DE DEStrucCIÓN INMEdiaTA.

-Y una mierda… -murmuró Eirik con incredulidad maldiciendo su mala suerte, pues sí, al parecer le iba a tocar pelear contra aquella cosa.

El robot no reaccionó a la pregunta que le formuló el muchacho peliblanco, pues el circuito que le permitía reconocer y analizar voces humanas estaba más que quemado. Podrían intentar dialogar con él, pero no obtendrían ninguna respuesta lógica por su parte. ¿O quizás sí?... Parecía además tratarse de un prototipo bastante anticuado y prehistórico en comparación a otros bios más actuales, pues éste simplemente daba la impresión de ser una máquina creada para un fin en concreto sin capacidad de razonamiento propio. Puede que, dada su antugüedad, su dueño o creador lo hubiese descartado como simple chatarra, y éste pudo haberse reactivado automáticamente tiempo después. Quién sabe por cuántos años habrá estado vagando por el mundo...

- iNICianDO prOToCOlo dE aTaQUE... cOManDO aLFa K-23, eJECUtanDo... ¡bip!... sE ProCeDe a La aNiQUILAciÓN DeL ObJeTIVO...

Fue cuestión de un instante. El robot inició el ataque avanzando rápidamente hacia el humano soltando un primer zarpazo en su dirección, pero éste consiguió esquivar las garras en el último segundo, logrando que el brazo del bio sólo cortase el aire. No obstante, fue tal el impulso, que al errar el golpe el brazo continuó su recorrido con tanta potencia que la delgada columna vertebral del robot hizo un giro completo de 360º, prácticamente igual que lo haría el cuello de un búho. El movimiento fue tan brusco que saltaron varios engranajes y tuercas mientras el robot sufría severas convulsiones eléctricas, y las chispas hacía que fuese casi imposible acercarse a él.

- fALLo eN EL sIsTEMA,.. FaLlO EN eL SisTEmA... fALl... O... eN... L... sSs... teM...aaaaa...

Tras una serie de espasmos, las luces del robot se apagaron y éste se quedó completamente quieto. ¿Había acabado? ¿Se había roto definitivamente? Todo parecía indicar que así había sido. Transcurren unos segundos de calma, y entonces observáis cómo dos cilindros metálicos caen al suelo y ruedan a vuestros pies. ¿Otra de las muchas piezas sueltas? Al parecer no, pues os dais cuenta que en verdad son dos bombas de luz que no tardan en estallar. Y en medio de toda aquella luz cegadora, escucháis cómo el robot vuelve a reactivarse.

- ReCUpeRaciÓN dE DaTOS sATIsFACtorRIA... aUMEnTandO lA POtenCIA a GraDO 6... ¡bip, bip!...

En cosa de segundos y aprovechando la desorientación causada por las bombas de luz, el robot descontrolado se cernía sobre el licántropo con ambas garras puestas en posición de ataque. Al parecer os iba a costar algo de sudor deshaceros de él...

- Esta cosa... ¿Realmente quiere atacarnos? –preguntó el humano, Eirik no dijo nada, sencillamente observó expectante sin dejar de apuntar a aquella criatura con el arma mientras notaba como se le volvían a cerrar los ojos

<<  Mierda… Ahora no… >>maldijo forzándose a permanecer despierto, intento que el robot aprovechó para atacar al humano del nido de pájaros en la cabeza con un fuerte arañazo, por suerte este lo esquivo.

. - Al parecer tenemos problemas hombre murciélago  - aseguró el humano, Eirik soltó un gruñido

-No me digas… -respondió de forma  cascarrabias al mismo tiempo que el  Bio- cibernético se retorció sobre sí mismo de tal forma que parecía estar poseído, haciendo sonidos chirriantes, a la vez que varias piezas y tuercas caían al suelo, formando un auténtico alboroto junto al mensaje de “fallo del sistema” y un montón de lucecitas se encendía y apagaban sin parar hasta que finalmente la maquina calló desplomada en el suelo y se apagaron todas las luces.

-¿Pero qué coño…? –comenzó a preguntar Eirik, bajando el arma lentamente y achicando los ojos en una expresión entre pasmado e incrédulo, preguntándose si alguien podía explicarle lo que acababa de pasar. Miró con desconfianza el montón de chatarra en el suelo y se mordisqueó el interior de la mejilla derecha con nerviosismo, luego miró de reojo al humano para comprobar si este estaba tan estupefacto como él mismo. El licántropo abrió la boca para decirle algo al humano de cabello blanco y esponjoso cuando un “click” llamó su atención, miró con huroneo hacia la máquina y vio como de ella salían rodando dos cilindros, uno hacia el humano disfrazado y otro hacia él mismo, el lobo ladeó un poco la cabeza, achicó los ojos, arrugó un poco la nariz y frunció los labios en una mueca de extrañeza, algo no le olía del todo bien.

No iba equivocado, pues para cuando se dio cuenta, aquellos cilindros que en realidad eran bombas de luz estallaron

-¡Joder! –exclamó Eirik apartándose y apretando los ojos mientras se los frotaba confundido por la ceguera que aquella luz había provocado al mismo tiempo que escuchaba a la maquina informar sobre su recuperación del sistema. Sin querer le dio la espalda a su enemigo, ya que seguía distraído frotándose los ojos y confundido por el haz de luz. Cosa que el Bio-cibernetico aprovechó para lanzarse sobre él con las garras extendidas dispuesto a atacar.

Por suerte para Eirik, esta vez el “síndrome de Morfeo” lo ayudó a esquivar el ataque, pues en ese momento en el que estaba tan expuesto e inofensivo cayó profundamente dormido, por lo que la maquina falló su ataque y acabó estampada contra el tronco de un árbol al que se le quedaron clavadas las garras, mientras el licántropo dormía plácidamente en el suelo durante cerca de minuto y medio. Minuto y medio que la maquina tardó en desclavar sus uñas del árbol.

Abrió rápidamente los ojos y se incorporó gritando;

-¡Será hijo de puta! –Exclamó justo antes de levantarse, una vez en pie, al parecer el propio Eirik esta vez no fue consciente de su desfallecimiento.  

El robot que ya estaba desenganchado del árbol se volteó, Eirik sacó su hacha de una mano y se preparó para el ataque-. Te voy a convertir en un montón de chatarra… -aseguró con rabia esperando el ataque de la máquina, que no tardó en correr de nuevo hacia él con los brazos extendidos y  menado los dedos como si de anguilas eléctricas y chisporroteantes se tratasen con intención de atacarlo, Eirik lo esquivó, y lo golpeó con el hacha en uno de sus brazos.

Cortando algunos cables y haciendo que soltase varias chispas por lo que tuvo que apartarse rápidamente,  fue lo bastante veloz para quedar tras la máquina y darle una patada en aquella ridícula columna vertebral haciendo que cayese al suelo.

El robot sufrió un divertido tropezón cuando el licántropo cayó a plomo al suelo cual saco de patatas. La máquina, tras trastabillar descontrolada, fue a empotrarse contra el tronco de un árbol donde una de sus garras quedó incrustada en la corteza. Se debatió durante algún tiempo y tiró con fuerzas sin conseguir despegarse, y aquello otorgó algunos segundos de ventaja a los aventureros para reponerse del haz cegador causado por las bombas.

Transcurridos algunos segundos, el robot jaló tan fuerte que se arrancó de cuajo el brazo metálico, quedando éste aún incrustado en la corteza. Las chispas metálicas que saltaron de los cables fueron incluso mayores, y aún desprovisto de una de sus extremidades no cesó en su propósito. Se abalanzó de nuevo contra el licántropo, pero éste le atizó un buen golpe con el hacha para luego empujarlo de una patada. A punto estuvo de caer encima del humano, pero éste fue rápido en apartarse. El bio finalmente acabó tirado en el suelo.

Por desgracia, su velocidad de reacción le hizo alargar los brazos (el brazo, al menos el único que le quedaba intacto) de manera casi inmediata, con la intención de agarrar el tobillo más cercano. Uno de sus cables sueltos rozó la pierna del licántropo, posiblemente ocasionándole una descarga de varios voltios que le dejaría atolondrado, pero sin llegar a resultar mortal. Pero era su garra la que planteaba un mayor problema, pues ésta se cerró en torno al tobillo del humano tal como si fuera un grillete de acero. Y desde luego, no planeaba soltarlo.

- quEDa usTed-teD deteNIDO, ti-TiENE deREchOoo a guarDdARrr siLEeNci-ciO, ToDO lO qUee diGA pUedE ser UsA-usADOo en Su CoNTra en UN tri-TRi-TribUn... ¡bip! -pareció cambiar el chip de voz- oBJEtivO alCaNzado, cÓDigo roJO, aCTIvanDO pROCesO de auToDesTRUCciÓN eN 10... 9... 8... 7...

No hacía falta ser muy inteligente para saber que "autodestrucción" en una máquina significaba ejecutar una explosión. ¿Se llevaría al humano consigo, o salvarían el pellejo en el último segundo?

- Idiota! ¿Intentas matarme?! -exclamó el humano con el nido de pájaros en la cabeza, ya que por poco el Bio le había caído encima

-¡Claro no tengo nada mejor que hacer! –exclamó de manera sarcástica dando a entender que solo se había querido quitar de encima al trasto, que cayó medio desmadejado al suelo. No sin antes darle un calambrazo en la pierna a Eirik con uno de sus cables sueltos-. ¡Ah! ¡Cabron! – se quejó el licántropo cayendo al suelo y retorciéndose de dolor con el cabello totalmente tieso tras la descarga de voltios, la pierna se le había quedado dormida y un corriente eléctrico muy doloroso y desagradable le recorría el cuerpo. Al mismo tiempo que la maquina se aferraba al tobillo del humano-. ¡Pero no dejes que te coja pedazo de imbécil! –chilló con incredulidad a la par que preocupación, pues con todo el cuerpo enrampado aún no podía moverse más que para apretar los puños aferrándose a un montón de hierba y arrancándola a causa del dolor.

- quEDa usTed-teD deteNIDO, ti-TiENE deREchOoo a guarDdARrr siLEeNci-ciO, ToDO lO qUee diGA pUedE ser UsA-usADOo en Su CoNTra en UN tri-TRi-TribUn... ¡bip! -pareció cambiar el chip de voz-oBJEtivO alCaNzado, cÓDigo roJO, aCTIvanDO pROCesO de auToDesTRUCciÓN eN 10... 9... 8... 7... –comenzó a recitar la máquina de manera impersonal aferrada al tobillo del extraño individuo. Eirik intentó ponerse en pie, pero esa pierna volvió a darle otro doloroso tirón junto al entumecimiento de todo su cuerpo.

-¡Joder! –Se quejó pues el calambre le recorría el organismo entero-. Maldito cacharro toca pelotas… -refunfuñó mientras alcanzaba su hacha con dificultad, acto seguido logró ponerse en pie entre temblores, debilitado por aquel terrible corriente eléctrico.

Entre las convulsiones por la descarga, inauditamente Eirik volvió a dormirse, no sin antes lanzar el hacha con la suficiente fuerza y precisión como para amputar la mano mecánica que apresaba el tobillo del humano para que al menos de esta forma pudiese escapar. Después de esto cayó como un peso muerto al suelo, golpeándose violentamente contra el suelo y mordiéndose de manera inconsciente el labio inferior al cual le salió una herida de la que fluía un pequeño hilillo de sangre. Esta vez la “siesta” se preveía larga.

- ...6... 5... 4... 3... 2... 1... ¡¡bip... bip.... bip... bipbipbipbiiiiiiiip!!!...

Pffffiiiuuuuu...

Tras una agónica cuenta atrás, un extraño silbido emanó del cuerpo de la mecánica criatura y un humillo blanco salió despedido como si se tratara de un eructo interno proveniente de los circuitos quemados. Y ya está, sin más. El cuerpo desconectado del robot permaneció inmóvil durante varios segundos, sin causar explosiones de ningún tipo. Entonces, y por segunda vez, volvió a activarse y a convulsionarse hasta ponerse de pie. Se sacudió un par de veces y pareció mirar alrededor analizando y buscando anomalías. El humano se había llevado al licántropo consigo y ambos se habían escondido detrás del tronco de un árbol, por lo que el robot no fue capaz de detectarlos. Lo que sí detectó fue un inocente conejillo que saltaba entre los arbustos.

- ObJeTIVo LoCALIzaDo... ¡bip!... iniCIAnDO prOceDimiENTo dE aNáLISis... ¡bip!... -repitió.

Y con la misma, el robot se internó de nuevo en la maleza en busca del precioso conejo blanco, pese a carecer prácticamente de sus dos extremidades superiores. Sus pitidos empezaron a ser cada vez más tenues, hasta que finalmente desapareció de la visión de los hombres.



OFFROL: Hasta aquí llegó mi intervención, espero que os haya gustado ^^

Dos horas y media después, Eirik salió al fin de aquel sueño tan profundo. Miró a su alrededor.

Ahora se encontraba escondido entre unos árboles, frente a él y de espaldas estaba el humano del nido de pájaros en la cabeza, parecía mirar inquieto y con cautela hacia una dirección. En ese momento, el licántropo recordó que hasta hacía poco estaban peleando contra un bio ciborg. Lo último que recordaba era que aquella maquina le había dado un calambrazo terrible y que había atrapado al humano, sabía que le había lanzado el hacha para cortarle la mano al montón de chatarra pero realmente Eirik no había llegado a ver si ni tan siquiera había acertado el tiro. Se incorporó quedando sentado y se frotó la frente cerrando los ojos con fuerza

<< Esto es peor que una resaca… >>asumió para su desgracia notando un punzante dolor, se sentía como si le estuviesen dando martillazos en el cráneo, apartó la mano y entreabrió los ojos mirando de soslayo al humano, el cual no parecía haberse percatado de que había vuelto a la consciencia. Al no había fallado su tiro y el sujeto extraño se había salvado ayudándolo de paso a él. Eirik alzó las cejas, le parecía extraño, siendo humano lo lógico hubiese sido que lo dejase allí tirado a su suerte, al fin y al cabo así se comportaban. Meneó la cabeza, realmente no le extrañó, el hombre con el nido de pájaros en la cabeza ya de por sí era raro.

Volviendo al tema del robot, no le hacía falta hacer uso de su refinado olfato para saber que la maquina no había estallado, sin embargo tampoco la olía y la escuchaba, pero muy lejana, cada vez más hasta que se perdió en la distancia.  Se levantó sigilosamente, fue silencioso en verdad más por costumbre que por otra cosa y se acercó al humano que seguía de espaldas a él
-¿Se ha ido ese montón de chatarra? –preguntó en un tono sosegado, de nuevo había adoptado su característico semblante medio adormecido, rozando engañosamente la docilidad. Acto seguido se desperezó, se tapó la boca para bostezar y salió de entre los matorrales dirigiéndose al punto de inicio-. Mejor…Estúpidos trozos de hojalata que no sirven ni para esconderse… -masculló entre dientes recogiendo sus pertenencias del suelo, alzó las cejas al encontrar una manzana que había caído cuando el enemigo chocó contra el árbol y ni corto ni perezoso la recogió-. En fin… -continuó al tiempo que frotaba la fruta contra su ropa con aire medio ausente-. Yo me largo de aquí –aseguró dándole un mordisco a la manzana y dándose la vuelta al mismo tiempo que empezaba a caminar con la ballesta sobre el hombro. Pero se detuvo un momento y miró al humano por encima de su hombro-. Nos vemos –se despidió en tono afable, tan amistoso que incluso parecía rozar la simpatía.



off-rol: La idea es que hagas un ultimo post y cerramos, creo que es mejor no alargarlo más, ademas así sin saber nombres ni nada sería gracioso si Eirik y tu pj se volviesen a encontrar sería algo del tipo: -¡Hola hombre murciélago! - -¡Hola humano raro! - xD