[ENIGMA] La Constelación

El anciano señala en el lago una serie de estrellas que tienen ésta forma:

Constelación:

El joven cazador de Sandorai había oído hablar de la belleza de los parajes de los reinos del Oeste, pero, sin duda alguna, una parada obligada era el Lago de la Luna. Según contaban, sus aguas calmas eran tan hermosas por la noche que algunos habían perdido la noción del tiempo observándolas.

Aquella noche era particularmente agradable, la brisa nocturna era fresca y Noctis volaba planeando sobre las corrientes de aire mientras que Tarken caminaba reconfortado bajo la luz de la luna. Sus pasos se volvieron quizá más lentos pues disfrutaba sobremanera con aquel paisaje y tenía la intención de contemplarlo en todo su esplendor. Sin embargo, al cabo de un buen rato, el joven cazador semielfo llegó a lo que parecía ser el gran lago del cual había oído hablar, mas la figura de un hombre, un anciano en realidad, hizo que Tarken se detuviera a observarlo un instante antes de continuar su marcha.

Tras un instante, Tarken se dio cuenta de que aquel hombre era inofensivo, apenas se movía de la orilla del lago y no cesaba de contemplar su superficie observando en ella las estrellas. El joven semielfo se acercó esperando no asustar al anciano o algo similar y, con voz suave, le preguntó acerca de su estancia allí. El anciano, se volvió hacia el cazador y exclamó con voz algo ajada por la edad:

- Buenas noches forastero, soy Hohen Ranfield, un astrónomo... y me gusta este lugar, desde hace siglos ha sido el indicado para los de nuestro oficio, solo hace falta mirar las aguas calmas y lo que reflejan para darse cuenta. Ya no hay muchos como yo, y pocos conocen este lugar, pues unos son de Lunargenta, otros de Dundarak y no se atreven a venir... la cuestión es que es necesario promover el conocimiento entre la gente, pero solo entre la gente digna, por eso te plantearé un reto, si descubres el nombre de la constelación secreta que te enseñaré, te enseñaré dos más y su ubicación.-

Tarken se giró para mirar la superficie del lago y el dibujo que hacía el anciano uniendo el reflejo de las estrellas en el aire. El joven cazador se llevó la mano al mentón y sonrió pues sabía de sobra de que constelación se trataba:

-Verá, soy conocedor de todas las criaturas aladas anciano y esta cadena de estrellas que me muestra aquí no puede ser otra sino Pegaso, el caballo alado, maese Ranfield.-