Recuperando el control. (Continuacion de La Calma antes de la Tempestad.) (+18)
Aerandir :: Península de Verisar. :: Lunargenta :: Negocios
Página 2 de 2. • Comparte
Página 2 de 2. • 1, 2
Re: Recuperando el control. (Continuacion de La Calma antes de la Tempestad.) (+18)
El potro estaba como loco, iba a hacer el amor por primera vez con una hembra, ¡y vaya hembra!, justo empieza a sentir que su miembro entraba en aquel lugar estrecho, húmedo y caliente, cuando un brusco tirón lo echa de espaldas sobre la cama. Antes de tener tiempo para reaccionar siente como Wood, de nuevo en su forma de licántropo, se le pone encima inmovilizándolo con las rodillas impidiendo cualquier posibilidad de escape. El ecutauro la mira un poco intimidado, sumiso con las orejas equinas de nuevo echada hacia atrás, la ve erguirse sobre él, sobre su miembro y como lo toma con firmeza con una de sus manos y lo dirige a su sexo y como empieza a descender. El joven potro relincha de placer, sintiendo aquellas paredes, cálidas, húmedas y firmes, ir abarcando su miembro. El potro resopla y medio relincha excitado y sumiso, mientras la mira suplicante para que empezara a montarlo como un potro salvaje. Estiraba el hocico hacia ella, en busca de algún mimo o beso que le indicara que estaba siendo un buen potro.
Cuando ella empieza mover salvajemente sus caderas y su cuerpo, el potro empieza a dar relinchitos de placer, sumisos y agudos, mientras sus manos iban de las caderas de la licántropo a sus pechos, los cuales masajea y pellizca los pezones con cierta fuerza, para volver a bajar a las caderas, y acariciar el vientre de la hembra, que se veía ligeramente abultado por el miembro equino que tenía en su interior. Siente como los abrasadores fluidos de la licántropo bañaba su miembro, resbalando al exterior entre su miembro y los labios vaginales de la hembra. Los viscosos fluidos resbalaban por las ingles y los testículos del potro, al moverse Wood sobre el de aquella manera loca y salvaje, se producía un obsceno sonido húmedo al entrechocar sus sexos al llegar al tope.
El potro estaba llegando a su límite, resoplaba con fuerza, resollando por los hollares, apretaba los dientes y sacudía la cabeza y la cola, luchando por aguantar y alargar aquello todo lo posible. Cuando ella empieza a bajar el ritmo, el potro lo agradece interiormente, pues su glande ya estaba bien hinchado dentro de ella. La licántropo puede notar aquel hinchazón del glande en sus entrañas, como si quisiera bloquear el semen en su interior una vez eyaculara.
-No... no voy a poder aguantar mucho más….- Dice el potrito sumiso y culpable, pues suponía que su hembra, aguantara más, pero era joven, de sangre caliente he inexperto.
Debido a la excitación el potro no había sido consciente del mordisco que antes le había proporcionado en el cuello, ni lo era tampoco cuando ella le clava las garras en los costados, pero lo hizo sangrar un poco, tanto las garras como los colmillos de la licántropo le dejarían marcas que lo señalarían como de su propiedad. El potro intentaba moverse, alzando las caderas para penetrarla más profundamente, mientras las manos de él masajeaban sus muslos, los pechos y buscaban el rostro de ella para robarle lujuriosos besos y unir sus lenguas. Apenas un minuto después de las palabras de disculpa del potro, este no aguanta más, aferra a la hembra pos las caderas, bajándola totalmente, intentando profundizar todo lo posible con una última penetración, empieza apretando los dientes, pero poco a poco sus dientes van cediendo y termina lanzando un intenso relincho de placer, sacudiendo todo su cuerpo, sacudiéndose con pequeños espasmos su cola, al menos cuatro veces, lo que implicaba cuatro chorros de cálido y ardiente semen que llenan las entrañas de la loba. Tras aquel intenso orgasmo, el potro queda rendido, acariciando suavemente con sus manos las piernas de ella, cerrando los ojos con respiración entrecortada, su miembro o iba, poco a poco, perdiendo erección y dureza dentro de ella. Abre los ojos mirándola preocupado de si había conseguido complacer a su hembra.
Cuando ella empieza mover salvajemente sus caderas y su cuerpo, el potro empieza a dar relinchitos de placer, sumisos y agudos, mientras sus manos iban de las caderas de la licántropo a sus pechos, los cuales masajea y pellizca los pezones con cierta fuerza, para volver a bajar a las caderas, y acariciar el vientre de la hembra, que se veía ligeramente abultado por el miembro equino que tenía en su interior. Siente como los abrasadores fluidos de la licántropo bañaba su miembro, resbalando al exterior entre su miembro y los labios vaginales de la hembra. Los viscosos fluidos resbalaban por las ingles y los testículos del potro, al moverse Wood sobre el de aquella manera loca y salvaje, se producía un obsceno sonido húmedo al entrechocar sus sexos al llegar al tope.
El potro estaba llegando a su límite, resoplaba con fuerza, resollando por los hollares, apretaba los dientes y sacudía la cabeza y la cola, luchando por aguantar y alargar aquello todo lo posible. Cuando ella empieza a bajar el ritmo, el potro lo agradece interiormente, pues su glande ya estaba bien hinchado dentro de ella. La licántropo puede notar aquel hinchazón del glande en sus entrañas, como si quisiera bloquear el semen en su interior una vez eyaculara.
-No... no voy a poder aguantar mucho más….- Dice el potrito sumiso y culpable, pues suponía que su hembra, aguantara más, pero era joven, de sangre caliente he inexperto.
Debido a la excitación el potro no había sido consciente del mordisco que antes le había proporcionado en el cuello, ni lo era tampoco cuando ella le clava las garras en los costados, pero lo hizo sangrar un poco, tanto las garras como los colmillos de la licántropo le dejarían marcas que lo señalarían como de su propiedad. El potro intentaba moverse, alzando las caderas para penetrarla más profundamente, mientras las manos de él masajeaban sus muslos, los pechos y buscaban el rostro de ella para robarle lujuriosos besos y unir sus lenguas. Apenas un minuto después de las palabras de disculpa del potro, este no aguanta más, aferra a la hembra pos las caderas, bajándola totalmente, intentando profundizar todo lo posible con una última penetración, empieza apretando los dientes, pero poco a poco sus dientes van cediendo y termina lanzando un intenso relincho de placer, sacudiendo todo su cuerpo, sacudiéndose con pequeños espasmos su cola, al menos cuatro veces, lo que implicaba cuatro chorros de cálido y ardiente semen que llenan las entrañas de la loba. Tras aquel intenso orgasmo, el potro queda rendido, acariciando suavemente con sus manos las piernas de ella, cerrando los ojos con respiración entrecortada, su miembro o iba, poco a poco, perdiendo erección y dureza dentro de ella. Abre los ojos mirándola preocupado de si había conseguido complacer a su hembra.
Kida Escamarubí
Experto
Experto
Cantidad de envíos : : 126
Nivel de PJ : : 0
Re: Recuperando el control. (Continuacion de La Calma antes de la Tempestad.) (+18)
Cuando él se estiraba para que le besara, me hacía de rogar. En algunos momentos por simple maldad, disfrutaba ver esa expresión de él, en otros, porque estaba demasiado concentrada en mi propio disfrute. Le observaba sufrir resistiendo la tentación de liberar su placer, y eso me llevaba cada vez más al límite. Cuando por fin admitió que no podría resistir más, esbocé una sonrisa entre cómplice y sabia. Lo había notado y el movimiento involuntario de su miembro dentro de mí hacían que comenzara a tener la sensación de que estaba a punto de acabar también.
Él comprendió mi indirecta perfectamente, ¡vaya que si era un muy buen alumno! Comenzó a moverse bajo mis restrictivas piernas, masajeando partes que habían estado vírgenes por mucho tiempo. Dejé escapar una serie de gemidos de placer mientras me dejaba llevar por sus movimientos y sentía sus caricias sobre mi profuso pelaje. Llegó el momento en el que mi cuerpo parecía anestesiado por aquél interminable orgasmo, instantes más tarde, el mismo Philip me tomó por primera vez en la noche de una forma violenta y restrictiva que más que desconcertarme ahondó el momento de placer.
Sentía como sus exteriores dentro de mí se movían de forma errática y pronto lo comprobé. Escuché los dientes de él rechinar fuertemente y no solamente su interior parecía hervir dentro de mí, sino que por fuera él temblaba como una hoja de papel, moviendo su cola y al son de unos espasmos invisibles. Ahogué un último gemido de placer entre los suyos y me dejé caer cuando éste cerró los ojos rendido ante el cansancio y el placer. Me acurruqué sobre su pecho, boca abajo mientras sentía el frenético pulsar de su corazón además de que su instrumento de masculinidad se iba perdiendo de mis adentros.
Una vez que estuvo fuera, volví por última vez a mi forma humana, aún recuperándome de la locura de esa noche. Sentí su mirada en mi cuello y me levanté algo perezosa para mirarle. Le respondí a su pregunta implícita con un tono cansino Ha sido el mejor polvo que he tenido en mucho tiempo. Me arrebujé nuevamente en ese lugar, con mi cabeza entre su pecho y cuello, sintiendo un ligero olor a sangre.
Siento… la brusquedad le susurré rindiéndome al cansancio entre sus brazos cálidos.
Él comprendió mi indirecta perfectamente, ¡vaya que si era un muy buen alumno! Comenzó a moverse bajo mis restrictivas piernas, masajeando partes que habían estado vírgenes por mucho tiempo. Dejé escapar una serie de gemidos de placer mientras me dejaba llevar por sus movimientos y sentía sus caricias sobre mi profuso pelaje. Llegó el momento en el que mi cuerpo parecía anestesiado por aquél interminable orgasmo, instantes más tarde, el mismo Philip me tomó por primera vez en la noche de una forma violenta y restrictiva que más que desconcertarme ahondó el momento de placer.
Sentía como sus exteriores dentro de mí se movían de forma errática y pronto lo comprobé. Escuché los dientes de él rechinar fuertemente y no solamente su interior parecía hervir dentro de mí, sino que por fuera él temblaba como una hoja de papel, moviendo su cola y al son de unos espasmos invisibles. Ahogué un último gemido de placer entre los suyos y me dejé caer cuando éste cerró los ojos rendido ante el cansancio y el placer. Me acurruqué sobre su pecho, boca abajo mientras sentía el frenético pulsar de su corazón además de que su instrumento de masculinidad se iba perdiendo de mis adentros.
Una vez que estuvo fuera, volví por última vez a mi forma humana, aún recuperándome de la locura de esa noche. Sentí su mirada en mi cuello y me levanté algo perezosa para mirarle. Le respondí a su pregunta implícita con un tono cansino Ha sido el mejor polvo que he tenido en mucho tiempo. Me arrebujé nuevamente en ese lugar, con mi cabeza entre su pecho y cuello, sintiendo un ligero olor a sangre.
Siento… la brusquedad le susurré rindiéndome al cansancio entre sus brazos cálidos.
Woodpecker
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 838
Nivel de PJ : : 6
Re: Recuperando el control. (Continuacion de La Calma antes de la Tempestad.) (+18)
El potro sentía su miembro un poco magullado, debido a la presión y a la fuerza del sexo de la licántropo y a lo salvajemente que lo había cabalgado al principio. Pero estaba tan complacido y satisfecho, que no le presta demasiada atención a aquello, pensando que sería lo normal. Lo que si notaba eran las marcas de las garras en sus costados, las cuales palpa con cuidado y nota los dedos húmedos por la sangre, y luego llevándose la mano a la marca de dientes del cuello donde también tenía un poco de sangre. El potro se estremece, siseando suave para que ella no lo notara preocupado por aquello. Siente como su miembro se desliza suavemente del interior de la hembra, tenía todo el miembro, los testículos e ingles llenas de fluidos, pero la verdad sentía tal flojera en las piernas que dudaba que pudiera levantarse he ir al baño para asearse.
Sentía la respiración agitada y el rápido palpitar del corazón de Wood contra su pecho, la permite deslizarse a un lado, quitándose de encima de él. El ecutauro la abraza, estrechándole contra sí mismo y besándole el cabello, toma una manta y la usa para taparse a los dos, pues después de tan pasionales momentos, el cuerpo empezaba a enfriarse rápidamente.
-Me alegra haberte complacido…- dice el contento, con una sonrisa orgullosa pero cansada, mientras busca los labios de ella, para besarse y unir sus lenguas, pero de forma suave y cariñosa.-No te preocupes…-Le dice el quitándole importancia a lo del mordisco y las garras.- Quizás deba curarlos…- Se vuelve un momento y coge algo de un cajón de una pequeña y destartalada mesilla, era un ungüento de hierbas y el se lo aplica en las heridas.- Ayudara a prevenir infección…- Le explica tras dejar el ungüento de nuevo en el cajón.- Mereció la pena, llevare con orgullo mis “heridas de guerra”.- Ríe un tanto travieso mientras la abrazaba contra él, no parece importarle que ella volviera a cambiar de forma.- Estoy agotado… deberíamos dormir, mañana será un día largo…- Dice cerrando los ojos y suspirando, mientras la dejaba apoyarse contra él. El Ecutauro se quedaría pronto dormido, con una respiración tranquila y regular.
Sentía la respiración agitada y el rápido palpitar del corazón de Wood contra su pecho, la permite deslizarse a un lado, quitándose de encima de él. El ecutauro la abraza, estrechándole contra sí mismo y besándole el cabello, toma una manta y la usa para taparse a los dos, pues después de tan pasionales momentos, el cuerpo empezaba a enfriarse rápidamente.
-Me alegra haberte complacido…- dice el contento, con una sonrisa orgullosa pero cansada, mientras busca los labios de ella, para besarse y unir sus lenguas, pero de forma suave y cariñosa.-No te preocupes…-Le dice el quitándole importancia a lo del mordisco y las garras.- Quizás deba curarlos…- Se vuelve un momento y coge algo de un cajón de una pequeña y destartalada mesilla, era un ungüento de hierbas y el se lo aplica en las heridas.- Ayudara a prevenir infección…- Le explica tras dejar el ungüento de nuevo en el cajón.- Mereció la pena, llevare con orgullo mis “heridas de guerra”.- Ríe un tanto travieso mientras la abrazaba contra él, no parece importarle que ella volviera a cambiar de forma.- Estoy agotado… deberíamos dormir, mañana será un día largo…- Dice cerrando los ojos y suspirando, mientras la dejaba apoyarse contra él. El Ecutauro se quedaría pronto dormido, con una respiración tranquila y regular.
Kida Escamarubí
Experto
Experto
Cantidad de envíos : : 126
Nivel de PJ : : 0
Re: Recuperando el control. (Continuacion de La Calma antes de la Tempestad.) (+18)
Desperté desorientada, sin saber en dónde me encontraba, entre unos brazos fuertes y una cama mullida. Una corriente de adrenalina recorrió mi cuerpo por unos instantes mientras recordaba qué hacía allí. Las memorias de aquella noche loca me invadieron con presteza y pocos segundos después, estaba yo sonrojada, aunque nada avergonzada por lo que había pasado. Salí con tiento de la prisión de las extremidades del potro y cuando estuve fuera del lecho me acerqué para mirarle dormir. Seguro tenía el sueño pesado… tuve que poner mi mano sobre su hocico para ver si realmente estaba vivo, y después de comprobarlo decidí que era tiempo para un buen baño.
Recorrí la pequeña y confortable casa del joven y me reí de la idea irónica de una yo haciendo tareas de hogar. Sacudí la cabeza para borrar ese pensamiento de mi mente y entré al baño. Allí había una rudimentaria tina conectada a una estufa. Enarqué una ceja pensando que el jovenzuelo tenía unos cuantos lujos y me dispuse a prender el fuego y llenar de agua el lugar.
Cuando todo estuvo listo, escalé la cama desde los pies del ecutauro y me arrastré sigilosamente sobre él para atacarle a besos y suaves mordidas. Buenos días… mi potro salvaje le dije en una voz sensual mientras le observaba despertar. Como vi que el trámite le costaba un poco, decidí ayudarle des cosquillándole la entrepierna. Vamos… vamos… fuiste tú quien dijo que hoy sería un día largo… le susurré mientras me sentaba sobre él, tal cual la primera posición en la que habíamos hecho esas cosas traviesas. Le robé un beso y corrí hacia la tina.
Recorrí la pequeña y confortable casa del joven y me reí de la idea irónica de una yo haciendo tareas de hogar. Sacudí la cabeza para borrar ese pensamiento de mi mente y entré al baño. Allí había una rudimentaria tina conectada a una estufa. Enarqué una ceja pensando que el jovenzuelo tenía unos cuantos lujos y me dispuse a prender el fuego y llenar de agua el lugar.
Cuando todo estuvo listo, escalé la cama desde los pies del ecutauro y me arrastré sigilosamente sobre él para atacarle a besos y suaves mordidas. Buenos días… mi potro salvaje le dije en una voz sensual mientras le observaba despertar. Como vi que el trámite le costaba un poco, decidí ayudarle des cosquillándole la entrepierna. Vamos… vamos… fuiste tú quien dijo que hoy sería un día largo… le susurré mientras me sentaba sobre él, tal cual la primera posición en la que habíamos hecho esas cosas traviesas. Le robé un beso y corrí hacia la tina.
Woodpecker
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 838
Nivel de PJ : : 6
Re: Recuperando el control. (Continuacion de La Calma antes de la Tempestad.) (+18)
Fue quizás una de las noches en la que mejor había dormido desde que había sido arrancado contra su voluntad de su hogar entre los ecutauros. Apenas empieza a despertarse le vienen la fragancia y el tacto del cuerpo desnudo de Wood contra el suyo, eso lo reconforta y le hacen rememorar lo que habían hecho la noche anterior…Siente un cosquilleo por todo el cuerpo. Había sentido como ella se había levantado hacia unos minutos, pero al momento se queda profundamente dormido. Cuando vuelve a ser consciente de algo, las brumas del sueño aun le mantenían la mente adormilada y brumosa, siente los besos de ella, dulces, cariñosos y como lo estimulaba para despertarlo. El potro le devuelve los besos, despertándose rápidamente con las atenciones de ella, uniendo los labios de su hocico con los de ella, sus manos acarician la espalda de ella, cariñoso estrujando el cuerpo de ella con suavidad contra el de él.
-Buenos días…-Responde el con una sonrisa agradable y cariñosa, le piel oscura del hocico se le sonroja cuando escucha lo de potro salvaje.- Bueno, ya no tan salvaje… ayer me distes una buena clase de doma…-Dice pícaro guiñándole un ojo mientras alzaba el hocico, le empieza a besar y lamer el cuello con suavidad, no con intenciones de ir a más, solo para demostrarle su cariño.
Siente una de las manos de ella, deslizarse por su estómago, hacia su vientre, y suelta un quejidito suave al sentir las manos de ella acariciándole entre las piernas, masajeándole los testículos y la funda de piel por la que salía el pene. Aquello le sorprende un poco, era algo nuevo y novedoso para él, que alguien le tocara con tanta familiaridad una zona que hasta hacia solo un día había sido tan íntima y personal. No sabía si era algo propio de Wood o si era natural en las licántropos mostrar aquella forma de caricias intimas de forma tan natural. Se estremece y le besa con más fuerza el cuello, le gustaba, aquello le gustaba mucho. Luego ve y siente como se coloca encima de él, a horcajadas, sobre la zona de su sexo, le acaricia los muslos y las caderas mientras su respiración se agita, era inevitable empezar a excitarse con aquello, y su miembro no tarda en empezar a salir de su escondite y rozar el cuerpo y/o el sexo de ella durante el proceso de salir de su lugar.
-Si… eso dije, ¿verdad? –Sonríe excitado y travieso, justo cuando pensaba que iban a hacer el amor de forma salvaje como la noche anterior, ella le roba un beso y sale corriendo hacia la tina del baño, él se queda un poco desconcertado, aun excitado y sintiendo su sangre caliente, pero entonces una idea surge en su mente, ¿estaría jugando con él?, ¿acaso lo había provocado a propósito para que él fuera a buscarla?.
Se estremece por la idea de aquel juego, más propio quizás de una ecutaura, pero igualmente evidente en la hembra licántropo, se levanta de la cama, con su miembro equino rosa y negro colgando y balanceándose, semi erecto. Nada más entrar la busca con la mirada y se dirige hacia ella, resoplando suave y nervioso, por la excitación que ella le había provocado.
-Ojala todos los días pudiera tener un despertar tan placentero…- Le dice el mientras se mete en el agua, junto a la mujer, mirándola con ardiente deseo, mientras su miembro iba poco a poco cogiendo más erección, en pocos segundos estaría duro y erecto, deseoso de que ella hubiera seguido con aquel juego de despertarlo.
-Buenos días…-Responde el con una sonrisa agradable y cariñosa, le piel oscura del hocico se le sonroja cuando escucha lo de potro salvaje.- Bueno, ya no tan salvaje… ayer me distes una buena clase de doma…-Dice pícaro guiñándole un ojo mientras alzaba el hocico, le empieza a besar y lamer el cuello con suavidad, no con intenciones de ir a más, solo para demostrarle su cariño.
Siente una de las manos de ella, deslizarse por su estómago, hacia su vientre, y suelta un quejidito suave al sentir las manos de ella acariciándole entre las piernas, masajeándole los testículos y la funda de piel por la que salía el pene. Aquello le sorprende un poco, era algo nuevo y novedoso para él, que alguien le tocara con tanta familiaridad una zona que hasta hacia solo un día había sido tan íntima y personal. No sabía si era algo propio de Wood o si era natural en las licántropos mostrar aquella forma de caricias intimas de forma tan natural. Se estremece y le besa con más fuerza el cuello, le gustaba, aquello le gustaba mucho. Luego ve y siente como se coloca encima de él, a horcajadas, sobre la zona de su sexo, le acaricia los muslos y las caderas mientras su respiración se agita, era inevitable empezar a excitarse con aquello, y su miembro no tarda en empezar a salir de su escondite y rozar el cuerpo y/o el sexo de ella durante el proceso de salir de su lugar.
-Si… eso dije, ¿verdad? –Sonríe excitado y travieso, justo cuando pensaba que iban a hacer el amor de forma salvaje como la noche anterior, ella le roba un beso y sale corriendo hacia la tina del baño, él se queda un poco desconcertado, aun excitado y sintiendo su sangre caliente, pero entonces una idea surge en su mente, ¿estaría jugando con él?, ¿acaso lo había provocado a propósito para que él fuera a buscarla?.
Se estremece por la idea de aquel juego, más propio quizás de una ecutaura, pero igualmente evidente en la hembra licántropo, se levanta de la cama, con su miembro equino rosa y negro colgando y balanceándose, semi erecto. Nada más entrar la busca con la mirada y se dirige hacia ella, resoplando suave y nervioso, por la excitación que ella le había provocado.
-Ojala todos los días pudiera tener un despertar tan placentero…- Le dice el mientras se mete en el agua, junto a la mujer, mirándola con ardiente deseo, mientras su miembro iba poco a poco cogiendo más erección, en pocos segundos estaría duro y erecto, deseoso de que ella hubiera seguido con aquel juego de despertarlo.
Kida Escamarubí
Experto
Experto
Cantidad de envíos : : 126
Nivel de PJ : : 0
Re: Recuperando el control. (Continuacion de La Calma antes de la Tempestad.) (+18)
Era genial ver las reacciones del jovenzuelo ante mis tentaciones; al parecer había resultado un dulce despertar… y no estuvo nada mal el recibimiento que me había dado. “mmm… un potro domado…” pensé mientras le esperaba en la ducha “Veremos qué tal se porta hoy entonces”. Le vi entrar resoplando bastante fuerte en la habitación, parecía un potro salvaje queriendo envestirme y la idea me agradó. Le observé de pies a cabeza concienzudamente mientras me levantaba de la tina con el agua chorreando por mi cuerpo y me apoyaba contra sus paredes de madera.
Philip se metió conmigo al agua provocando suaves olas redondeadas que golpeaban en cámara lenta mi cuerpo sonrosado. Vi como el deseo no solo se reflejaba en sus ojos y entre sus piernas, sino también en el resto de su ser. Podría ser cada día de nuestras vidas le dije mientras me aproximaba a él con parsimonia y sensualidad. Le hice sentarse y el agua le dio hasta poco más abajo del torso. Tomé una barra de jabón que había a un lado y lo unté en mis manos para luego tomar el miembro del potro para comenzar a “lavarlo” con picadía.
Mientras hacía esto, le besé los labios con suavidad y cuando acabé, rematé con una leve mordida. Cuando él hacía gesto de querer aprisionarme con sus manos, yo me resbalaba con ayuda del agua y continuaba tocando y enjabonando partes de él, partes eróticas de él. Le rodee dentro de la tina una vez que terminé de esparcir el jabón en su cuerpo y finalmente me puse frente a él.
Tch, no tocarás nada aquí hasta que ese cuerpazo esté libre de impurezas dije con tono firme y haciéndome la mala. Me sumergí y comencé a limpiarme de modo que él viera todo lo que en ese preciso instante no podría tocar. Philip ¿has visto como un caballo monta a una yegua? le pregunté cuando estaba terminando con migo misma. Aunque había despertado con muchas ganas de tener sexo, esa idea hizo que esta piel maleable y exitable comenzara a mostrar signos avanzados de deseo.
Philip se metió conmigo al agua provocando suaves olas redondeadas que golpeaban en cámara lenta mi cuerpo sonrosado. Vi como el deseo no solo se reflejaba en sus ojos y entre sus piernas, sino también en el resto de su ser. Podría ser cada día de nuestras vidas le dije mientras me aproximaba a él con parsimonia y sensualidad. Le hice sentarse y el agua le dio hasta poco más abajo del torso. Tomé una barra de jabón que había a un lado y lo unté en mis manos para luego tomar el miembro del potro para comenzar a “lavarlo” con picadía.
Mientras hacía esto, le besé los labios con suavidad y cuando acabé, rematé con una leve mordida. Cuando él hacía gesto de querer aprisionarme con sus manos, yo me resbalaba con ayuda del agua y continuaba tocando y enjabonando partes de él, partes eróticas de él. Le rodee dentro de la tina una vez que terminé de esparcir el jabón en su cuerpo y finalmente me puse frente a él.
Tch, no tocarás nada aquí hasta que ese cuerpazo esté libre de impurezas dije con tono firme y haciéndome la mala. Me sumergí y comencé a limpiarme de modo que él viera todo lo que en ese preciso instante no podría tocar. Philip ¿has visto como un caballo monta a una yegua? le pregunté cuando estaba terminando con migo misma. Aunque había despertado con muchas ganas de tener sexo, esa idea hizo que esta piel maleable y exitable comenzara a mostrar signos avanzados de deseo.
Woodpecker
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 838
Nivel de PJ : : 6
Re: Recuperando el control. (Continuacion de La Calma antes de la Tempestad.) (+18)
El observa el cuerpo sensual y provocativo de la mujer, como el agua bajaba en pequeños hilos serpenteantes por su cuerpo de piel suave y desnuda, dejando cientos de pequeñas gotas de agua, entre el vapor del agua caliente la mujer parecía una diosa. El potro agacha las orejas, sumiso y obediente cuando ella se acerca a él y lo hace sentarse en un escalón dentro del agua, la observa coger la pastilla de jabón y tras untarse las manos, toma sin ningún pudor su miembro duro y erecto, el emite un relinchido bajo y agudo, como el de un potrillo algo asustado o intimidado, jadea entre resoplidos nerviosos, mientras con ojos suplicantes y las orejitas aun gachas, le permite hacerle aquello, acerca su hocico a los labios de ella buscando un beso, unir sus lenguas he intercambiar saliva.
-¿To…todos los días?- Pregunta con la boca seca, mientras resoplaba y suspiraba excitado mientras intentaba controlar sus instintos y abalanzarse sobre ella para poseerla, pero temía a la depredadora que había en ella, y si no se mostraba sumiso, ella lo castigaría y le enseñaría que era la que mandaba.-¿ Me… despertarías y me “lavarías” como hoy?.- pregunta mientras ella le correspondía a sus suplicas con un intenso beso, notando como antes de separarse le mordía el belfo superior del hocico.
El intenta tomarla un par de veces por la cintura, para que se pusiera sobre él y sentarla contra su cuerpo y sentirse dentro de aquel cuerpo sensual y voluptuoso. Siente como ella lo sigue lavando como si fuera un bebe, sintiendo las manos jabonosas de ella por sus testículos o incluso bajo su cola, tocando unas zonas excitantes y erógenas que lo hacían relinchar excitado y que su miembro palpitara con fuerza, expulsando pre seminal en gotitas que resbalaban por su miembro. Se siente como una presa, intimidado y sumiso cuando ella termina de enjabonarle aquellas zonas y lo rodea, como un lobo acechando a su presa.
-Oh, ¿im…impurezas?-Pregunta el potro algo confuso, sin saber muy bien a lo que ella se refería, entonces baja la vista hacia su miembro y se pone muy rojo, ¿realmente le estaba pidiendo ella que hiciera lo que él pensaba.
Poniéndose rojo como un tomate lleva una de sus manos a su miembro de piel rosada y negra, empezando a masturbarse delante de ella, su mano subía y bajaba por aquel falo equino, estimulándose el glande con el pulgar, haciendo circulitos antes de volver a bajar la mano. ¿Por qué se sentía tan incómodo?¿Por qué le resultaba tan difícil hacer aquello delante de la licántropo? Masturbarse no era algo nuevo para él, lo llevaba haciendo desde hace tiempo, pero entonces se da cuenta, nunca se había masturbado delante de una chica, aquel gesto siempre había sido íntimo y secreto y en solo un par de ocasiones lo hico en compañía de otros ecutauros de su edad mientras compartían impresiones he ideas de las hermosas hembras ecutauras. Mantiene la vista gacha, avergonzado y sumiso, mientras esperaba que fuera aquello a lo que ella se refería con eliminar las impurezas antes de poder tocarla.
-S...si, lo he visto…- Responde el afirmativamente, alzando por primera vez los ojos desde que había empezado a tocarse a sí mismo, él la miraba jadeante y con suplica, bien para que le ordenara parar o bien para que ella hiciera algo más que solo mirarle.
Él se sorprende un poco, al ver que ella en vez de mirarle con atención, se había estado lavando el cuerpo, mirándole de vez en cuando, como si lo que estaba haciendo el potro delante de ella fuera lo más natural del mundo… y quizás lo fuera, pero el joven ecutauro aún no estaba acostumbrado. Se siente a punto de llegar a su climas, mirando como ella se lavaba aquel cuerpo, pecaminoso y sensual, un cuerpo que a él le estaba negado tocar, el aumenta el ritmo de su masturbación, pensando que cuanto antes terminara de demostrarle a ella que había acabado con sus impurezas, antes le permitiría tocar y saborear aquel cuerpo que ella le mostraba.
Kida Escamarubí
Experto
Experto
Cantidad de envíos : : 126
Nivel de PJ : : 0
Re: Recuperando el control. (Continuacion de La Calma antes de la Tempestad.) (+18)
“Niños…” pensé al terminar de lavarme después de observarle hacer y deshacer a su antojo. Me acerqué a él, notándolo sumiso y algo avergonzado por lo que estaba haciendo. Realmente creía que yo le había dicho que hiciera eso… Me arrodillé frente a él para verle con más detalle antes de que terminara. Tocaba mis senos y los masajeaba, comenzaban a dolerme de tan excitados que estaban... hasta que se me courrió algo beneficioso para los dos.
Puse el pene de Philip entre mis pechos y le ayudé a masturbarse con ellos, mientras que con mi mano libre comenzaba a tocarme yo también. Cuando terminó, un gran chorro de esperma se diluyó como pequeños ríos de leche dentro del agua. Negué con la cabeza y antes de que él terminara de eyacular, posé mi lengua sobre su miembro y se lo lamí y chupé, recibiendo sus humores. Al terminar, me limpié la comisura de los labios con el antebrazo No hay que desperdiciar… le susurré antes de sentarme sobre una de sus piernas y apretarlas con las mías, sintiendo una leve oleada de placer. Tomé sus manos e hice que me rodeara con una y con la otra que masajeara mis pechos.
Cada día podría ser igual o mejor que hoy le dije con una sonrisa torcida mientras me acercaba a su hocico para besarle Quiero ser tu potra solté al aire con despreocupación al tiempo que le abrazaba y quitaba restos de jabón. Y… las impurezas, mi corazón, era el resto del jabón que tienes por aquí reí por lo alto y escuché mi propio eco, mientras me volvía a perder en sus cuidados. hazme sentir lo que las mujeres de tu manada le dije con los ojos llenos de deseo, dispuesta a dejarle hacer para ver hasta dónde podría llegar su pervertida imaginación…
Puse el pene de Philip entre mis pechos y le ayudé a masturbarse con ellos, mientras que con mi mano libre comenzaba a tocarme yo también. Cuando terminó, un gran chorro de esperma se diluyó como pequeños ríos de leche dentro del agua. Negué con la cabeza y antes de que él terminara de eyacular, posé mi lengua sobre su miembro y se lo lamí y chupé, recibiendo sus humores. Al terminar, me limpié la comisura de los labios con el antebrazo No hay que desperdiciar… le susurré antes de sentarme sobre una de sus piernas y apretarlas con las mías, sintiendo una leve oleada de placer. Tomé sus manos e hice que me rodeara con una y con la otra que masajeara mis pechos.
Cada día podría ser igual o mejor que hoy le dije con una sonrisa torcida mientras me acercaba a su hocico para besarle Quiero ser tu potra solté al aire con despreocupación al tiempo que le abrazaba y quitaba restos de jabón. Y… las impurezas, mi corazón, era el resto del jabón que tienes por aquí reí por lo alto y escuché mi propio eco, mientras me volvía a perder en sus cuidados. hazme sentir lo que las mujeres de tu manada le dije con los ojos llenos de deseo, dispuesta a dejarle hacer para ver hasta dónde podría llegar su pervertida imaginación…
Woodpecker
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 838
Nivel de PJ : : 6
Re: Recuperando el control. (Continuacion de La Calma antes de la Tempestad.) (+18)
El potro se pone aún más rojo, por alguna razón lo había empezado a excitar mucho que ella lo mirase de aquella forma mientras se masturbaba, la observa acercarse a él, ve como se arrodilla poniéndose entre sus piernas, tan cerca, que sentía el calor de su cuerpo contra el suyo y el calor de su aliento en su miembro, ve como ella también se tocaba, excitada se masajeaba los pechos, entonces hace algo que al potro nunca se le hubiera ocurrido, toma su miembro duro y erecto, con el glande hinchado a punto de correrse y empieza a masturbarlo con los pechos, dejándose hacer, lanza un relincho de placer al techo, apenas tarda unos segundos en correrse y la sensación de los pechos cálidos y suaves de ella, había sido ya demasiado. El potro se corre, expulsando una gran cantidad de cálido semen, al estar ella tan cerca el líquido podría caer sobre su rostro y sus pechos, pero ella parece evitarlo echándose hacia delante y chupando su hinchado glande, bebiendo grandes tragos de semen, aquello vuelve loco al potro, el cual mueve un poco las caderas por instinto, aunque no consigue nada.
-E…eso a sido increíble, me gustó mucho la sensación…-Dice el potro jadeando suave, se pone rojo por lo que le dice ella de que no había que desperdiciar nada, aquello lo pone como loco, encontraba realmente morboso que a ella le gustaba beberse su semen.
Deja que se coloque sobre él, sintiendo su cuerpo ardiente y suave contra su fino pelaje equino, siente como ella aprieta sus piernas, como sujetándolo y empieza amover las caderas, frotándose contra él, eso lo estimula y excita, aunque su miembro de momento había perdido erección y dureza y había quedado reposando sobre sus piernas. Él se deja guiar las manos por ella, con una la rodea por la cintura y la otra la lleva a aquellos increíbles pechos, el los estruja suavemente con las manos, y rápidamente lleva su hocico a ellos, frotando su hocico equino, lamiéndole los pezones y metiéndoselos en la boca, chupando como un potrillo que mamara de su madre, para luego rozarlo con la puntita de la lengua y apretarlo entre los dientes con cuidado, su otra mano le acariciaba la espalda y bajaba hacia su trasero, metiéndose entre este intentando llegar al sexo de ella pasando por su ano.
-Me…me gustaría poder hacer esto todos los días… será una dura doma… -ríe bajito y excitado mientras seguía explorando y disfrutando del cuerpo humano de la mujer. Él se sorprende un poco, con un ligero sobresalto cuando ella le pide, casi exigiéndole, que quería ser su potra, cuando le explica lo del jabón se pone muy rojo. - Lo…lo siento… entendí lo otro…-Alza la mirada hacia ella con decisión. - Muy bien, te hare mi potra, pero tú eres mi yegua alpha, no una potra, tu mandas.- Le dice con una sonrisa mientras se levanta, haciendo que ella también se levante. La toma en brazos y la lleva hacia la cama.- Ponte a cuatro patas.- Le indica mientras la hace tomar aquella postura.
Entonces él se gira va a un armado y toma unas tiras de cuero, usa una de las tiras largas de cuero para atarle las manos, dejándole suficiente separación para que pudiera mantenerlas apoyadas sobre la cama, y lleva cada extremo de las cuerdas, una al cabecero de la cama y otra a la parte de los pies y lo ata a las bolas que adornaban las esquinas, le deja suficiente holgura en las ataduras por si se transformaba en licántropo, siguiera atada y no rompiera el cuero. Luego con otra larga tira de cuero, le ata también los tobillos, de forma que no pudiera juntarlos ni moverlos.
-Eso solo por seguridad, eres una “potra” muy peligrosa y obstinada, si cambiar a tu forma lupina, podrías volverte agresiva y no quisiera que me hicieras daño sin querer… es por la seguridad de los dos… -Dice mientras acerca su hocico a los labios de ella, le da un largo beso uniendo sus lenguas y luego la rodea dirigiéndose hacia la parte trasera, la había colocado a lo ancho de la cama, para que el trasero de ella quedara cerca del borde, siente las manos de él, recorriéndole la espalda, bajando hacia su pechos, pellizcándole los pezones y luego sus manos se dirigen hacia su sexo, metiendo dos dedos de forma algo brusca , empezando a masturbarla, mientras se echaba encima de ella, haciendo que la mujer notara su peso sobre la espalda.
-Muy bien… voy a prepararte…- Dice mientras se retira de la espalda de ella, sacando sus dedos y arrodillándose en el suelo, mete el hocico entre los muslos de ella, su larga lengua equina, húmeda y caliente, empieza a lamerle el sexo a ella, mientras uno de los dedos de él, estimulaba el clítoris de ella en círculos cuando no era la lengua de él la que lo estimulaba.
-E…eso a sido increíble, me gustó mucho la sensación…-Dice el potro jadeando suave, se pone rojo por lo que le dice ella de que no había que desperdiciar nada, aquello lo pone como loco, encontraba realmente morboso que a ella le gustaba beberse su semen.
Deja que se coloque sobre él, sintiendo su cuerpo ardiente y suave contra su fino pelaje equino, siente como ella aprieta sus piernas, como sujetándolo y empieza amover las caderas, frotándose contra él, eso lo estimula y excita, aunque su miembro de momento había perdido erección y dureza y había quedado reposando sobre sus piernas. Él se deja guiar las manos por ella, con una la rodea por la cintura y la otra la lleva a aquellos increíbles pechos, el los estruja suavemente con las manos, y rápidamente lleva su hocico a ellos, frotando su hocico equino, lamiéndole los pezones y metiéndoselos en la boca, chupando como un potrillo que mamara de su madre, para luego rozarlo con la puntita de la lengua y apretarlo entre los dientes con cuidado, su otra mano le acariciaba la espalda y bajaba hacia su trasero, metiéndose entre este intentando llegar al sexo de ella pasando por su ano.
-Me…me gustaría poder hacer esto todos los días… será una dura doma… -ríe bajito y excitado mientras seguía explorando y disfrutando del cuerpo humano de la mujer. Él se sorprende un poco, con un ligero sobresalto cuando ella le pide, casi exigiéndole, que quería ser su potra, cuando le explica lo del jabón se pone muy rojo. - Lo…lo siento… entendí lo otro…-Alza la mirada hacia ella con decisión. - Muy bien, te hare mi potra, pero tú eres mi yegua alpha, no una potra, tu mandas.- Le dice con una sonrisa mientras se levanta, haciendo que ella también se levante. La toma en brazos y la lleva hacia la cama.- Ponte a cuatro patas.- Le indica mientras la hace tomar aquella postura.
Entonces él se gira va a un armado y toma unas tiras de cuero, usa una de las tiras largas de cuero para atarle las manos, dejándole suficiente separación para que pudiera mantenerlas apoyadas sobre la cama, y lleva cada extremo de las cuerdas, una al cabecero de la cama y otra a la parte de los pies y lo ata a las bolas que adornaban las esquinas, le deja suficiente holgura en las ataduras por si se transformaba en licántropo, siguiera atada y no rompiera el cuero. Luego con otra larga tira de cuero, le ata también los tobillos, de forma que no pudiera juntarlos ni moverlos.
-Eso solo por seguridad, eres una “potra” muy peligrosa y obstinada, si cambiar a tu forma lupina, podrías volverte agresiva y no quisiera que me hicieras daño sin querer… es por la seguridad de los dos… -Dice mientras acerca su hocico a los labios de ella, le da un largo beso uniendo sus lenguas y luego la rodea dirigiéndose hacia la parte trasera, la había colocado a lo ancho de la cama, para que el trasero de ella quedara cerca del borde, siente las manos de él, recorriéndole la espalda, bajando hacia su pechos, pellizcándole los pezones y luego sus manos se dirigen hacia su sexo, metiendo dos dedos de forma algo brusca , empezando a masturbarla, mientras se echaba encima de ella, haciendo que la mujer notara su peso sobre la espalda.
-Muy bien… voy a prepararte…- Dice mientras se retira de la espalda de ella, sacando sus dedos y arrodillándose en el suelo, mete el hocico entre los muslos de ella, su larga lengua equina, húmeda y caliente, empieza a lamerle el sexo a ella, mientras uno de los dedos de él, estimulaba el clítoris de ella en círculos cuando no era la lengua de él la que lo estimulaba.
Kida Escamarubí
Experto
Experto
Cantidad de envíos : : 126
Nivel de PJ : : 0
Re: Recuperando el control. (Continuacion de La Calma antes de la Tempestad.) (+18)
Unos suaves gruñidos brotaron de mi garganta sin que me percatara de ello hasta que estuvieron rondando el aire. Ese potro seguro ya sabía perfectamente lo que estaba haciendo y hacía un excelente uso de su boca y lengua para satisfacerme. Si hubiera tenido leche, hubiera succionado hasta la última gota del ímpetu con que lo hacía. Se me había puesto la piel de gallina por las sensaciones que estaba recibiendo del ecutauro y no podía esperar a que me hiciera suya nuevamente. La sangre me hirvió cuando creí que usaría sus dedos para hacerme llegar, pero al final decidió acceder a mi petición egoísta y llevarme hasta la cama.
Aunque parezca mentira, era la primera vez que alguien me tomaba en sus brazos como lo hizo él, lo que me produjo muchos sentimientos encontrados y una especie de sumisión implícita. ¿Qué estaría tramando? No era capaz de leer su mente y el deseo que quemaba mi piel no dejara que pensara con linealidad. Su cuerpo que al principio me llamaba la atención ahora era lo que más deseaba en el mundo y en cierta forma, me alegraba haberle dejado las marcas visibles en su cuerpo. Se había convertido de mi propiedad y pobre del que osara meterse con él.
Philip hizo que me pusiera en cuatro patas sobre la cama, cosa que hice con apremio. Pero lo que no me esperaba eran las correas de cuero. Vaya que eres sádico, no esperaba algo así de ti le dije mientras veía cómo el me ataba cuidadosamente, primero de las manos, y luego de las piernas. Le escuché decir que era por seguridad y no pude evitar morderme el labio inferior Lo sabía, te he asustado dije en un tono mortecino, haciendo que mi aura comenzara a volverse un poco oscura.
Sentí como las suaves manos del potro comenzaban a recorrer la piel desnuda y ardiente de mi espalda, bajando hacia mis pechos que parecían querer explotar y luego, sin avisos, sus dedos penetrándome de forma rápida y violenta. Dejé escapar un grito por lo bajo, mientras me movía en la medida de lo posible dentro de mis ataduras. Al principio me sobresaltó la brusquedad, pero luego, me gustó. Sentía placer en aquellos lugares donde él me tocaba con sus dedos. Quería que entrara más profundo, por lo que me revolvía en las sogas en las que él me había aprisionado. Me mordía y agachaba la cabeza con lascivia y deseo. Sentía que no lo resistiría más, todo mi cuerpo se movía con deseo y esperaba que él atacase.
Cuando sentí que su peso se levantaba de mi espalda, no supe qué pensar hasta que habló. ¿Prepararme? Me pregunté mientras intentaba mirar lo que él hacía allí atrás, aunque no fue necesario porque pronto sentí la suave piel de su hocico entre mis piernas y su lengua penetrando lo más profundo en mí. Dejé escapar una especie de alarido que terminó con la frase [b]Haaa… ay Philiph, no lo resisto más, no… y después de eso, mi mente quedó en blanco por unos momentos hasta que una nueva visión acaparó mi vista.
Aullé de placer al sentirle estimular mis zonas más sensibles al tiempo que luchaba por deshacer mis ataduras. La cama se movía con cierta violencia, pero no pude lograr mi cometido. Quería destrozar, volver a poner al potro en estado sumiso, hacerlo mío, morderlo y lastimar su piel al tiempo que sentía estar siendo penetrada.
Gruñí y mordí el acolchado con impaciencia y deseo.
Aunque parezca mentira, era la primera vez que alguien me tomaba en sus brazos como lo hizo él, lo que me produjo muchos sentimientos encontrados y una especie de sumisión implícita. ¿Qué estaría tramando? No era capaz de leer su mente y el deseo que quemaba mi piel no dejara que pensara con linealidad. Su cuerpo que al principio me llamaba la atención ahora era lo que más deseaba en el mundo y en cierta forma, me alegraba haberle dejado las marcas visibles en su cuerpo. Se había convertido de mi propiedad y pobre del que osara meterse con él.
Philip hizo que me pusiera en cuatro patas sobre la cama, cosa que hice con apremio. Pero lo que no me esperaba eran las correas de cuero. Vaya que eres sádico, no esperaba algo así de ti le dije mientras veía cómo el me ataba cuidadosamente, primero de las manos, y luego de las piernas. Le escuché decir que era por seguridad y no pude evitar morderme el labio inferior Lo sabía, te he asustado dije en un tono mortecino, haciendo que mi aura comenzara a volverse un poco oscura.
Sentí como las suaves manos del potro comenzaban a recorrer la piel desnuda y ardiente de mi espalda, bajando hacia mis pechos que parecían querer explotar y luego, sin avisos, sus dedos penetrándome de forma rápida y violenta. Dejé escapar un grito por lo bajo, mientras me movía en la medida de lo posible dentro de mis ataduras. Al principio me sobresaltó la brusquedad, pero luego, me gustó. Sentía placer en aquellos lugares donde él me tocaba con sus dedos. Quería que entrara más profundo, por lo que me revolvía en las sogas en las que él me había aprisionado. Me mordía y agachaba la cabeza con lascivia y deseo. Sentía que no lo resistiría más, todo mi cuerpo se movía con deseo y esperaba que él atacase.
Cuando sentí que su peso se levantaba de mi espalda, no supe qué pensar hasta que habló. ¿Prepararme? Me pregunté mientras intentaba mirar lo que él hacía allí atrás, aunque no fue necesario porque pronto sentí la suave piel de su hocico entre mis piernas y su lengua penetrando lo más profundo en mí. Dejé escapar una especie de alarido que terminó con la frase [b]Haaa… ay Philiph, no lo resisto más, no… y después de eso, mi mente quedó en blanco por unos momentos hasta que una nueva visión acaparó mi vista.
Aullé de placer al sentirle estimular mis zonas más sensibles al tiempo que luchaba por deshacer mis ataduras. La cama se movía con cierta violencia, pero no pude lograr mi cometido. Quería destrozar, volver a poner al potro en estado sumiso, hacerlo mío, morderlo y lastimar su piel al tiempo que sentía estar siendo penetrada.
Gruñí y mordí el acolchado con impaciencia y deseo.
Woodpecker
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 838
Nivel de PJ : : 6
Re: Recuperando el control. (Continuacion de La Calma antes de la Tempestad.) (+18)
-No soy sádico, solo quiero prevenir incidentes.- Le responde a la mujer antes de seguir con todo aquello.- No me has asustado, solo… intimidado un poquito, no es lo mismo.
El potro ya no habla mas, se dedica en cuerpo y alma a ella, recorriéndole primero el cuerpo como lo hico y luego centrarse en su sexo, los dedos de él dejaban ni un momento su clítoris, usando la mano libre para penetrarla con dos dedos acompañado de su lengua la cual explora todo los recovecos del sexo húmedo y ardiente de ella, la mujer lo puede escuchar jadear y resoplar excitado, disfrutaba bebiendo aquellos fluidos viscosos. Apretaba el clítoris entre los labios y lo chupaba y succionaba, como había hecho con el pezón de ella, puede que a la hembra le doliera aquello o puede que le gustara, pero a él parecía encantarle provocarle aquella sensación. El potro reía suave y excitado, contento de provocar aquellos gemidos, sensaciones y suplicas a su hembra, él se esforzaba en lo que hacía, procurando darle todo el placer posible, y no dejándose tentar por las palabras de ella de que quería sentirlo, de que no aguantaba más, quería hacer que se corriera, que llegar a su orgasmo, solo entonces se detendría. En el proceso, el potro ve como ella se transforma en su forma lupina, aullando y gruñendo con intensidad, pero estaba bien atada y el potro lo sabía, penetra repetidas veces la vagina de de la licántropo hasta que ella estallara en el orgasmo, una vez lo consigue, se aparta, poniéndose en pie, con su hocico y manos chorreando fluidos cálidos y viscosos.
-Vaya, ¿la lobita está enfadada? Ummm creo que esta potrita necesita una buena lección…- Dice el potro mientras da una fuerte cachetada en el trasero de la loba. - Se una cachorrita buena o te castigare…. Debería dejarte ahí atada, hasta que fueras una buena cachorrita… -Dice pasándose la lengua por los labios.
Mientras, acariciaba la espalda de ella, acariciándole los costados, poniéndose sobre ella de nuevo, pegando el pecho a la espalda de ella, con una mano se apoya y con la otra le masajea un pecho y le pellizca el pezón.Su miembro duro y erecto de nuevo, se cuela entre los muslos de ella, empezando a mover las caderas frotando el falo por los labios vaginales húmedos y calientes de la licántropo.
- Ahora tu eres mi cachorra, mi potrita… suplícalo… como una buena lobita… ¿Qué quieres que haga? ¿Quieres sentirme dentro de ti? Estoy pensando que esa idea de dejarte aquí atada y sola unas horas estaría bien… -El potro había dejado ir su imaginación, ella le había pedido que fuera dominante, que fuera el que “mandaba” y el potro se había metido bien en su papel, para que ella estuviera orgullosa de él. –Solo hay una regla… no puedes gruñir fuerte o ahuyar… solo gimotear o pedirlo con tu cuerpo lo que quieres que haga…-Las manos entran al campo de visión de la licántropo, el potro, mete el hocico de ella en un lazo de cuero, el cual ajusta y ata firmemente, pero con cuidado de no hacerle daño y que pudiera respirar. - Ahora ya puedes pedirlo, ¿Qué quieres que haga?.- Pregunta mientras sigue frotando su miembro duro, cálido y palpitante por el sexo húmedo y cálido de ella.
El potro ya no habla mas, se dedica en cuerpo y alma a ella, recorriéndole primero el cuerpo como lo hico y luego centrarse en su sexo, los dedos de él dejaban ni un momento su clítoris, usando la mano libre para penetrarla con dos dedos acompañado de su lengua la cual explora todo los recovecos del sexo húmedo y ardiente de ella, la mujer lo puede escuchar jadear y resoplar excitado, disfrutaba bebiendo aquellos fluidos viscosos. Apretaba el clítoris entre los labios y lo chupaba y succionaba, como había hecho con el pezón de ella, puede que a la hembra le doliera aquello o puede que le gustara, pero a él parecía encantarle provocarle aquella sensación. El potro reía suave y excitado, contento de provocar aquellos gemidos, sensaciones y suplicas a su hembra, él se esforzaba en lo que hacía, procurando darle todo el placer posible, y no dejándose tentar por las palabras de ella de que quería sentirlo, de que no aguantaba más, quería hacer que se corriera, que llegar a su orgasmo, solo entonces se detendría. En el proceso, el potro ve como ella se transforma en su forma lupina, aullando y gruñendo con intensidad, pero estaba bien atada y el potro lo sabía, penetra repetidas veces la vagina de de la licántropo hasta que ella estallara en el orgasmo, una vez lo consigue, se aparta, poniéndose en pie, con su hocico y manos chorreando fluidos cálidos y viscosos.
-Vaya, ¿la lobita está enfadada? Ummm creo que esta potrita necesita una buena lección…- Dice el potro mientras da una fuerte cachetada en el trasero de la loba. - Se una cachorrita buena o te castigare…. Debería dejarte ahí atada, hasta que fueras una buena cachorrita… -Dice pasándose la lengua por los labios.
Mientras, acariciaba la espalda de ella, acariciándole los costados, poniéndose sobre ella de nuevo, pegando el pecho a la espalda de ella, con una mano se apoya y con la otra le masajea un pecho y le pellizca el pezón.Su miembro duro y erecto de nuevo, se cuela entre los muslos de ella, empezando a mover las caderas frotando el falo por los labios vaginales húmedos y calientes de la licántropo.
- Ahora tu eres mi cachorra, mi potrita… suplícalo… como una buena lobita… ¿Qué quieres que haga? ¿Quieres sentirme dentro de ti? Estoy pensando que esa idea de dejarte aquí atada y sola unas horas estaría bien… -El potro había dejado ir su imaginación, ella le había pedido que fuera dominante, que fuera el que “mandaba” y el potro se había metido bien en su papel, para que ella estuviera orgullosa de él. –Solo hay una regla… no puedes gruñir fuerte o ahuyar… solo gimotear o pedirlo con tu cuerpo lo que quieres que haga…-Las manos entran al campo de visión de la licántropo, el potro, mete el hocico de ella en un lazo de cuero, el cual ajusta y ata firmemente, pero con cuidado de no hacerle daño y que pudiera respirar. - Ahora ya puedes pedirlo, ¿Qué quieres que haga?.- Pregunta mientras sigue frotando su miembro duro, cálido y palpitante por el sexo húmedo y cálido de ella.
Kida Escamarubí
Experto
Experto
Cantidad de envíos : : 126
Nivel de PJ : : 0
Re: Recuperando el control. (Continuacion de La Calma antes de la Tempestad.) (+18)
Un Philip desconocido y dominante alcanzó mis lugares más íntimos y llenos de deseo. Acariciaba y atacaba mis pechos, vientre, caderas y… vagina sin tregua. No podía hacer más que gruñir, revoleando mi cola y forcejear en vano sobre mis ataduras. Cuando apretaba el clítoris tenía una sensación constrictiva y un poco dolorosa que recordaría comentarle en el futuro, aunque no me hacía daño y a intervalos destapaba una nueva oleada de deseo.
El potro entró en mí repetidas veces con sus dedos y legua hasta que no pude soportarlo más y en un último arranque, tensé mis caderas y sentí como mi cola se estiraba antes de que el orgasmo terminara. Por unos momentos sentí como el placer enviaba fuertes corrientes eléctricas a mis restrictas articulaciones. Gemí del placer y relajé cuanto pude mi cuerpo. Un poco más tranquila escuché las palabas del joven.
¿Enfadada? Si hubiera podido enarcar mis cejas, él hubiera notado que me sentía de maravilla. ¿Dejarme atada? Mmm… eso si podría llegar a cabrearme un poco. Por lo pronto pensaba en que la transformación del potrillo no había sido tan mala y esperaba mi pronta liberación, pero cuál fue mi sorpresa al ver que eso aún no estaba en sus planes… Sentí como el peso de él recaía sobre mí como lo habría hecho al principio y resoplé con un poco de enfado. Estaba un poco cansada de estar en esa posición y sobre todo después de haber llegado a mi punto máximo, pero él estaba allí, jugando con su miembro en mi entrepierna.
Las palabras de Philip fueron un tanto duras ¿realmente quería castigarme? ¿reglas? Vi las manos de él frente a mi hocico y creí que eran para liberarme pero nuevamente me sorprendí, lo que quería hacer era continuar restringiéndome. No me faltaban ganas de morderle, pero las contuve con medido recelo. No entendía cómo él podría entender mis peticiones, pero lo intenté.
En el entretiempo mientras él me ataba y hablaba, mi deseo había vuelto a subir. “No sabes pequeñín que las hembras somos poli orgásmicas? Yo te enseñaré….” pensé para mis adentros orgullosamente mientras agachaba mis orejas a un punto en el cual jamás habían llegado. De hecho, esta era la primera vez que actuaba sumisa para alguien. Bajé mi cola con mucha dificultad y destensé lo máximo posible mis músculos. Como la cereza que adorna la torta, dejé escapar unos muy agudos y casi sordos gimoteos, cual un cachorro perdido.
El potro entró en mí repetidas veces con sus dedos y legua hasta que no pude soportarlo más y en un último arranque, tensé mis caderas y sentí como mi cola se estiraba antes de que el orgasmo terminara. Por unos momentos sentí como el placer enviaba fuertes corrientes eléctricas a mis restrictas articulaciones. Gemí del placer y relajé cuanto pude mi cuerpo. Un poco más tranquila escuché las palabas del joven.
¿Enfadada? Si hubiera podido enarcar mis cejas, él hubiera notado que me sentía de maravilla. ¿Dejarme atada? Mmm… eso si podría llegar a cabrearme un poco. Por lo pronto pensaba en que la transformación del potrillo no había sido tan mala y esperaba mi pronta liberación, pero cuál fue mi sorpresa al ver que eso aún no estaba en sus planes… Sentí como el peso de él recaía sobre mí como lo habría hecho al principio y resoplé con un poco de enfado. Estaba un poco cansada de estar en esa posición y sobre todo después de haber llegado a mi punto máximo, pero él estaba allí, jugando con su miembro en mi entrepierna.
Las palabras de Philip fueron un tanto duras ¿realmente quería castigarme? ¿reglas? Vi las manos de él frente a mi hocico y creí que eran para liberarme pero nuevamente me sorprendí, lo que quería hacer era continuar restringiéndome. No me faltaban ganas de morderle, pero las contuve con medido recelo. No entendía cómo él podría entender mis peticiones, pero lo intenté.
En el entretiempo mientras él me ataba y hablaba, mi deseo había vuelto a subir. “No sabes pequeñín que las hembras somos poli orgásmicas? Yo te enseñaré….” pensé para mis adentros orgullosamente mientras agachaba mis orejas a un punto en el cual jamás habían llegado. De hecho, esta era la primera vez que actuaba sumisa para alguien. Bajé mi cola con mucha dificultad y destensé lo máximo posible mis músculos. Como la cereza que adorna la torta, dejé escapar unos muy agudos y casi sordos gimoteos, cual un cachorro perdido.
Woodpecker
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 838
Nivel de PJ : : 6
Re: Recuperando el control. (Continuacion de La Calma antes de la Tempestad.) (+18)
El ríe suave, mientras aun sobre ella, frotando su duro miembro contra su sexo, humedeciéndolo con sus fluidos, le acariciaba los pechos y le besaba el cuello, mordiéndole el ahora, pero sin atreverse a hacerle daño, solo mostrándose posesivo y dominante. Cuando ella agacha las orejitas y gimotea el potro jadea complacido y le besa más intensamente el cuello y apretaba uno de sus pechos, apretando también el duro pezón.
-Muy bien, buena cachorrita, ahora atenderé tu petición y te montare como hacen los caballos con sus yeguas.- Él era ajeno a que una vez aquello acabara, tendría que soltar a la licántropo, y esta podía tomar represalias.
Pero ahora no pensaba en eso, se limita a seguir en su papel de macho dominante, se retira de la espalda de ella, quedando de pie ante la magnífica vista del trasero de ella, con la cola moviéndose inquieta, le acaricia las caderas y tomando su miembro lo dirige al jugoso y cálido sexo de la licántropo, frota su glande, blando, cálido y suave contra la entrada, lo frota unos segundos, para estimularla y hacer que ella suplicara mas, solo entonces procede a la penetración, da un empujoncito firme pero corto, lo justo para penetrarla con el glande y un poco del duro falo, él no se dejaba llevar por la locura, y sabía que una penetración brusca podía hacerle mucho daño a Wood. La penetra poco a poco, deslizando su miembro dentro de ella , entrando y volviendo a salir repetidamente, haciendo que el sexo de ella se fuera amoldando, tras unos largos segundos, el potro emite un relinchito de satisfacción, al sentir que su miembro estaba totalmente dentro de ella, pegado su pubis al trasero de la loba. La toma de la cola una vez , se la acaricia y tira suave de ella.
-Que cola más bonita tienes.- dice acariciándosela unas cuantas veces más, dándole un suave tirón hacia él, para asegurarse de la sumisión de ella.
Tras unos segundos con aquel juego, la toma con firmeza de las caderas y empieza a moverse, su miembro empieza a entrar y salir de ella, provocando un sonido húmedo y obsceno, mientras el potro relinchaba de placer, jadeando entrecortadamente, aquella postura no dura mucho y decide echarse sobre ella, apoyando un pie en el suelo, una rodilla en la cama, y apoyar una mano en la cama al lado o por delante de ella, mientras que la otra va a los pechos de la licántropo, pellizcándole los pezones y masajeándole los turgentes pechos, sus labios equinos le besaban a ella el cuello, los hombros y la espalda, mientras se movía despacio y suave, para que ella disfrutara.
-Muy bien, buena cachorrita, ahora atenderé tu petición y te montare como hacen los caballos con sus yeguas.- Él era ajeno a que una vez aquello acabara, tendría que soltar a la licántropo, y esta podía tomar represalias.
Pero ahora no pensaba en eso, se limita a seguir en su papel de macho dominante, se retira de la espalda de ella, quedando de pie ante la magnífica vista del trasero de ella, con la cola moviéndose inquieta, le acaricia las caderas y tomando su miembro lo dirige al jugoso y cálido sexo de la licántropo, frota su glande, blando, cálido y suave contra la entrada, lo frota unos segundos, para estimularla y hacer que ella suplicara mas, solo entonces procede a la penetración, da un empujoncito firme pero corto, lo justo para penetrarla con el glande y un poco del duro falo, él no se dejaba llevar por la locura, y sabía que una penetración brusca podía hacerle mucho daño a Wood. La penetra poco a poco, deslizando su miembro dentro de ella , entrando y volviendo a salir repetidamente, haciendo que el sexo de ella se fuera amoldando, tras unos largos segundos, el potro emite un relinchito de satisfacción, al sentir que su miembro estaba totalmente dentro de ella, pegado su pubis al trasero de la loba. La toma de la cola una vez , se la acaricia y tira suave de ella.
-Que cola más bonita tienes.- dice acariciándosela unas cuantas veces más, dándole un suave tirón hacia él, para asegurarse de la sumisión de ella.
Tras unos segundos con aquel juego, la toma con firmeza de las caderas y empieza a moverse, su miembro empieza a entrar y salir de ella, provocando un sonido húmedo y obsceno, mientras el potro relinchaba de placer, jadeando entrecortadamente, aquella postura no dura mucho y decide echarse sobre ella, apoyando un pie en el suelo, una rodilla en la cama, y apoyar una mano en la cama al lado o por delante de ella, mientras que la otra va a los pechos de la licántropo, pellizcándole los pezones y masajeándole los turgentes pechos, sus labios equinos le besaban a ella el cuello, los hombros y la espalda, mientras se movía despacio y suave, para que ella disfrutara.
Kida Escamarubí
Experto
Experto
Cantidad de envíos : : 126
Nivel de PJ : : 0
Re: Recuperando el control. (Continuacion de La Calma antes de la Tempestad.) (+18)
El potro se mostró satisfecho por mi reacción e internamente le hice un par de cruces. Me prometí que me lo pagaría en algún momento más aquí o más allá… pero por mientras, disfrutaría del espectáculo. Dejé escapar un bajo sollozo cuando me apretó el pezón y se abalanzó sobre mí para un nuevo ataque.
Me hubiera gustado verle la expresión cuando dijo lo de montarme, apostaría que no lo hubiera dicho con tanta decisión o franqueza de tenerme libre cerca de él. Tragué saliva y me preparé para recibirlo. Cuando sentí su masculinidad en mis labios, se me aflojaron los brazos y mis pechos rozaron las sábanas contra las que comencé a restregarme casi por instinto. Él comenzó a penetrar lentamente, yo quería que lo hiciera más salvajemente, pero estaba a su merced y tenía que comportarme como su potranca… una tierna herbívora, por lo que me dejé montar pasivamente, dejando escapar bajos gimoteos.
Philip dio un bajo relincho y si hubiera sido una yegua hubiera hecho lo mismo, aunque como era una loba lo que podría haber hecho era aullar… aunque no podía. Mis fauces estaban cerradas y sin posibilidad a poder emitir un sonido fuera de un gruñido o un gimoteo… sin querer se me escapó un gruñido feral, de lo que pronto me arrepentí, pero no estuve mucho tiempo pensando en eso ya que mi amante tenía todo su instrumento metido en mí.
Sus palabras me tomaron por sorpresa, me hubiera gustado patearle, pero dado el caso me conformé con tirar un corcovo, que, en la situación en la que me encontraba se sintió muy bien, Sin querer, había dado con el clavo del que podría hacer uso…pero pronto Philip me tomó por las caderas y comenzó a entrar y salir de mí con bríos y fuerza. Estaba sin aliento sintiendo sus movimientos como para poder hacer más nada, por lo que me resistí sólo no necesario como para mantener el placer.
Finalmente, él se echó sobre mí, masajeándome y bajando la frecuencia con la que se movía. Me hubiera gustado abrazarle o corresponderle, quería que continuara y acabara de una vez. Le deseaba con más ímpetu y sentía que estaba por terminar nuevamente en esa mañana. Comencé a rogar con mi cuerpo para que volviera al ritmo anterior.
Me hubiera gustado verle la expresión cuando dijo lo de montarme, apostaría que no lo hubiera dicho con tanta decisión o franqueza de tenerme libre cerca de él. Tragué saliva y me preparé para recibirlo. Cuando sentí su masculinidad en mis labios, se me aflojaron los brazos y mis pechos rozaron las sábanas contra las que comencé a restregarme casi por instinto. Él comenzó a penetrar lentamente, yo quería que lo hiciera más salvajemente, pero estaba a su merced y tenía que comportarme como su potranca… una tierna herbívora, por lo que me dejé montar pasivamente, dejando escapar bajos gimoteos.
Philip dio un bajo relincho y si hubiera sido una yegua hubiera hecho lo mismo, aunque como era una loba lo que podría haber hecho era aullar… aunque no podía. Mis fauces estaban cerradas y sin posibilidad a poder emitir un sonido fuera de un gruñido o un gimoteo… sin querer se me escapó un gruñido feral, de lo que pronto me arrepentí, pero no estuve mucho tiempo pensando en eso ya que mi amante tenía todo su instrumento metido en mí.
Sus palabras me tomaron por sorpresa, me hubiera gustado patearle, pero dado el caso me conformé con tirar un corcovo, que, en la situación en la que me encontraba se sintió muy bien, Sin querer, había dado con el clavo del que podría hacer uso…pero pronto Philip me tomó por las caderas y comenzó a entrar y salir de mí con bríos y fuerza. Estaba sin aliento sintiendo sus movimientos como para poder hacer más nada, por lo que me resistí sólo no necesario como para mantener el placer.
Finalmente, él se echó sobre mí, masajeándome y bajando la frecuencia con la que se movía. Me hubiera gustado abrazarle o corresponderle, quería que continuara y acabara de una vez. Le deseaba con más ímpetu y sentía que estaba por terminar nuevamente en esa mañana. Comencé a rogar con mi cuerpo para que volviera al ritmo anterior.
Woodpecker
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 838
Nivel de PJ : : 6
Re: Recuperando el control. (Continuacion de La Calma antes de la Tempestad.) (+18)
El seguía moviéndose, lento pero intenso, empujando hasta el fondo, su miembro duro y caliente palpitaba dentro de ella, hinchándose el glande señal de que el momento del orgasmo del potro estaba más cercano cada vez. El la disfrutaba, le besaba el cuello, le mordisqueaba el hombro y a nuca, sometiéndola como haría un caballo con su yegua. Cuando la escucha gruñir fuerte, como si protestara de forma dominante, el pellizca uno de sus pezones con cierta fuerza, como si la castigara.
-No, no cachorrita mala… eso no.- Le dice riendo excitado, posesivo mientras movía las caderas, envistiéndola con lujuria.
Cuando nota el cuerpo de ella lujurioso y caliente pedirle más, algo más, él lo entiende, notaba como ella echaba el trasero hacia atrás, empujando hacia el cada vez que la penetraba.
-Muy bien, muy bien… ahora veras…- dice con una risa excitada y algo maligna.
Aparta el pecho de la espalda de ella, volviendo a apoyar los dos pies en el suelo, colocado tras ella y sin sacar su miembro del sexo ardiente y húmedo de la loba, la toma con firmeza de las caderas, entonces va sacando lentamente su miembro duro y palpitante hasta la mitad, empujando con las manos a ella hacia delante, entonces se mantiene así, unos segundos, aca4riciandole las caderas con las manos, relamiéndose los labios mirándole lujurioso… y sin aviso embiste con fuerza, penetrándola por completo mientras la atrae hacia él con las manos que tenía en sus caderas, y empieza a ritmo frenético penetrándole de aquella forma salvaje y despiadada, su miembro provoca un fuerte sonido húmedo y viscoso al entrar y salir a aquella velocidad de ella, los fluidos viscosos de ella se quedaba uniendo sus cuervos en hilillos cuando él se separaba y cubría sus testículos y resbalaban por sus muslos. El potro empieza a resoplar con fuerza a los pocos segundos, empezando a emitir agudos relinchos de placer. Entonces se para bruscamente cuando su glande esta tan hinchado que no podía sacarlo del interior de la loba, con aquella ultima embestida, sus cuerpos quedan totalmente pegados, y el miembro del potro empieza a expulsar chorros y chorros de semen ardiente en las entrañas de la licántropo, a él se le escapa un fuerte relincho, pero no es agudo y sumiso, si no, potente y dominante, haciéndole saber que la había hecho suya. Tras unos largos segundos, el cuerpo tembloroso y agotado del potro empieza a separarse del de la licántropo, su miembro sale con un ligero sonido de succión, saliendo una cascada de semen y fluidos del sexo de ella. El potro se sienta en la cama, con piernas temblorosas y empieza a liberarla despacio, soltándole primero la correa del hocico y luego la de manos y pies.
-¿Lo… lo hice bien?.- Pregunta de nuevo con su voz tranquila y sumisa, respirando jadeante, mientras su miembro reposaba cubierto de fluidos entre sus piernas. Al parecer al haberla soltado, el potro dominante y agresivo había desaparecido y era el Philip de siempre.
-No, no cachorrita mala… eso no.- Le dice riendo excitado, posesivo mientras movía las caderas, envistiéndola con lujuria.
Cuando nota el cuerpo de ella lujurioso y caliente pedirle más, algo más, él lo entiende, notaba como ella echaba el trasero hacia atrás, empujando hacia el cada vez que la penetraba.
-Muy bien, muy bien… ahora veras…- dice con una risa excitada y algo maligna.
Aparta el pecho de la espalda de ella, volviendo a apoyar los dos pies en el suelo, colocado tras ella y sin sacar su miembro del sexo ardiente y húmedo de la loba, la toma con firmeza de las caderas, entonces va sacando lentamente su miembro duro y palpitante hasta la mitad, empujando con las manos a ella hacia delante, entonces se mantiene así, unos segundos, aca4riciandole las caderas con las manos, relamiéndose los labios mirándole lujurioso… y sin aviso embiste con fuerza, penetrándola por completo mientras la atrae hacia él con las manos que tenía en sus caderas, y empieza a ritmo frenético penetrándole de aquella forma salvaje y despiadada, su miembro provoca un fuerte sonido húmedo y viscoso al entrar y salir a aquella velocidad de ella, los fluidos viscosos de ella se quedaba uniendo sus cuervos en hilillos cuando él se separaba y cubría sus testículos y resbalaban por sus muslos. El potro empieza a resoplar con fuerza a los pocos segundos, empezando a emitir agudos relinchos de placer. Entonces se para bruscamente cuando su glande esta tan hinchado que no podía sacarlo del interior de la loba, con aquella ultima embestida, sus cuerpos quedan totalmente pegados, y el miembro del potro empieza a expulsar chorros y chorros de semen ardiente en las entrañas de la licántropo, a él se le escapa un fuerte relincho, pero no es agudo y sumiso, si no, potente y dominante, haciéndole saber que la había hecho suya. Tras unos largos segundos, el cuerpo tembloroso y agotado del potro empieza a separarse del de la licántropo, su miembro sale con un ligero sonido de succión, saliendo una cascada de semen y fluidos del sexo de ella. El potro se sienta en la cama, con piernas temblorosas y empieza a liberarla despacio, soltándole primero la correa del hocico y luego la de manos y pies.
-¿Lo… lo hice bien?.- Pregunta de nuevo con su voz tranquila y sumisa, respirando jadeante, mientras su miembro reposaba cubierto de fluidos entre sus piernas. Al parecer al haberla soltado, el potro dominante y agresivo había desaparecido y era el Philip de siempre.
Kida Escamarubí
Experto
Experto
Cantidad de envíos : : 126
Nivel de PJ : : 0
Re: Recuperando el control. (Continuacion de La Calma antes de la Tempestad.) (+18)
Sin dudas violar sus reglas fue una mala idea, ya que cuando tuvo la oportunidad me dio un pellizco que me recordaría no volver a llevarle la contraria. Sus palabras fueron decisivas y no pude protestar, no estaba en posición para hacerlo. Disfrutar de él era un placer exquisito que estaba pagando con creces.
Él dijo que “ya vería” pero en realidad se apartó de mi por unos instantes y llegué a creer que era una nueva técnica para hacerme sufrir a su manera… pero luego embistió con fuerza, con tanta fuerza que creí que me desencajaría algo, pero finalmente le tomé el gusto y no pude evitar que un delgado hilillo e baba bajara por la comisura de los labios sin ser capaz de controlar más nada. Sólo era capaz de sentir, sentir su hombría entrar y salir de ella y hacerla suya. Escuchaba los sonidos que ambos producían… o más bien que él producía al controlar la situación y eso me llevaba un paso más cerca del placer infinito y a la vez efímero.
Pude prever su última embestida, pero no esperaba que fuese tan salvaje y que quedáramos así de pegados. Eso sólo me había ocurrido con un hombre… un hombre que estaba muerto y enterrado bajos los mismos bosques del Este… y era un licántropo, otro predador…
Sentí las contracciones de Philip y luego la presión de su esperma mientras yo misma, alcanzaba la plenitud, echada sobre mi pecho y con las piernas cansadas. Él reverberó del placer y relinchó como nunca lo había escuchado antes. De modo que tenía ese lado también… sentí que volvía a temblar y cómo la presión de él comenzaba a ceder al igual que el peso de su cuerpo sobre mí.
Philip se sentó en la cama y aún tembloroso pero presto se dispuso a liberarme, primero mi cabeza, luego mis extremidades. Por mi parte, me mantenía quieta y lo más sumisa posible, aunque ya no había lugar para dos sumisos…Me preguntó si lo había hecho bien, lo cual fingí meditar por unos momentos mientras flexionaba mis articulaciones y abría y cerraba la boca. Me sobé las muñecas y las piernas unas cuantas veces, pero luego lo dejé porque el dolor era demasiado.
Pensé en pegarle y morderle en su punto más débil, pero supuse que luego me arrepentiría, por lo que haciendo acoplo de mis últimas fuerzas le di un puñetazo en el estómago que probablemente le dejaría sin aliento por un buen tiempo. Entonces volví a mi piel humana, caminé hacia la mesa con las frutas y tomé la cesta que las contenía.
Esperé pacientemente a que acabara esa especie de berrinche y luego puse la fruta a sus pies, dándole una gran mordida a una manzana verde. Has estado hosco, bruto y malvado le espeté. Pero luego solté la manzana y me acurruqué en su cuerpo abrazándole. …sin embargo me ha gustado mucho le susurré poniendo mi cabeza entre su cuello y pecho. Debiste esforzarte mucho, ¿no? le pregunté dulcemente mientras analizaba una de las quemaduras en mis manos y le besaba con infinito amor.
Él dijo que “ya vería” pero en realidad se apartó de mi por unos instantes y llegué a creer que era una nueva técnica para hacerme sufrir a su manera… pero luego embistió con fuerza, con tanta fuerza que creí que me desencajaría algo, pero finalmente le tomé el gusto y no pude evitar que un delgado hilillo e baba bajara por la comisura de los labios sin ser capaz de controlar más nada. Sólo era capaz de sentir, sentir su hombría entrar y salir de ella y hacerla suya. Escuchaba los sonidos que ambos producían… o más bien que él producía al controlar la situación y eso me llevaba un paso más cerca del placer infinito y a la vez efímero.
Pude prever su última embestida, pero no esperaba que fuese tan salvaje y que quedáramos así de pegados. Eso sólo me había ocurrido con un hombre… un hombre que estaba muerto y enterrado bajos los mismos bosques del Este… y era un licántropo, otro predador…
Sentí las contracciones de Philip y luego la presión de su esperma mientras yo misma, alcanzaba la plenitud, echada sobre mi pecho y con las piernas cansadas. Él reverberó del placer y relinchó como nunca lo había escuchado antes. De modo que tenía ese lado también… sentí que volvía a temblar y cómo la presión de él comenzaba a ceder al igual que el peso de su cuerpo sobre mí.
Philip se sentó en la cama y aún tembloroso pero presto se dispuso a liberarme, primero mi cabeza, luego mis extremidades. Por mi parte, me mantenía quieta y lo más sumisa posible, aunque ya no había lugar para dos sumisos…Me preguntó si lo había hecho bien, lo cual fingí meditar por unos momentos mientras flexionaba mis articulaciones y abría y cerraba la boca. Me sobé las muñecas y las piernas unas cuantas veces, pero luego lo dejé porque el dolor era demasiado.
Pensé en pegarle y morderle en su punto más débil, pero supuse que luego me arrepentiría, por lo que haciendo acoplo de mis últimas fuerzas le di un puñetazo en el estómago que probablemente le dejaría sin aliento por un buen tiempo. Entonces volví a mi piel humana, caminé hacia la mesa con las frutas y tomé la cesta que las contenía.
Esperé pacientemente a que acabara esa especie de berrinche y luego puse la fruta a sus pies, dándole una gran mordida a una manzana verde. Has estado hosco, bruto y malvado le espeté. Pero luego solté la manzana y me acurruqué en su cuerpo abrazándole. …sin embargo me ha gustado mucho le susurré poniendo mi cabeza entre su cuello y pecho. Debiste esforzarte mucho, ¿no? le pregunté dulcemente mientras analizaba una de las quemaduras en mis manos y le besaba con infinito amor.
Woodpecker
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 838
Nivel de PJ : : 6
Re: Recuperando el control. (Continuacion de La Calma antes de la Tempestad.) (+18)
El potro que estaba sentado, con su miembro ya guardado en su lugar, recibe el puñetazo, lo pilla totalmente desprevenido y lanza un relincho de dolor, sintiendo como el aire sale de sus pulmones y cae en la cama, encogido y sujetándose el estómago, jadeando y tosiendo por la falta de aire, ¿Qué es lo que había hecho mal? ¿Por qué le había pegado de aquella forma Wood? La siente moverse por la habitación, para luego volver a la cama con el cuenco de frutas que había sobre la mesa, el alza la mirada, con los ojos húmedos y preocupados.
-Lo…lo siento, no volveré a hacerlo… siento mucho si te hice daño, no era mi intención Wood…- Dice el potro dolorido, frotándose el estómago, de nuevo se mostraba sumiso y obediente, con las orejitas gachas y mirada culpable. Cuando ella lo abraza se encoge algo asustado pensado que le iba a pegar de nuevo, pero al ver que solo lo abrazaba, le devuelve el abrazo confuso y totalmente desorientado.
-Me alegro de que te haya gustado..-dice inseguro, con la cabeza ligeramente ladeada, mientras sus brazos la estrechan contra él, frotándole los brazos. –S…si… la verdad es que me tuve que esforzar, me resulto un poco raro actuar de esa forma…- El potro permanece abrazado a ella, hasta que recupera el aliento y vuelve a sentir las piernas. Se levanta de la cama frotándose un poco el estómago. - Voy a asearme. –Le indica yendo al baño.
Tras asearse el mismo, pues si permitía que la mujer volviera a “lavarlo” volverían de nuevo a las travesuras. Tras asearse el potro desayuna con ella, entre caricias y suaves besos, por lo que él va cogiendo de nuevo la confianza. Tras descansar un poco, el potro sale fuera, con su taparrabos, camisa y chaleco de cuero. Una vez en la calle, el caminaría junto a la mujer, pasándole la mano por la cintura con cariño, esperando ver si ella consentía aquellas muestras de afecto en público. Aquel día podrían descubrir por fin el nombre del capitán del barco, que trajo a Philip de su hogar a aquella ciudad de humanos.
-Lo…lo siento, no volveré a hacerlo… siento mucho si te hice daño, no era mi intención Wood…- Dice el potro dolorido, frotándose el estómago, de nuevo se mostraba sumiso y obediente, con las orejitas gachas y mirada culpable. Cuando ella lo abraza se encoge algo asustado pensado que le iba a pegar de nuevo, pero al ver que solo lo abrazaba, le devuelve el abrazo confuso y totalmente desorientado.
-Me alegro de que te haya gustado..-dice inseguro, con la cabeza ligeramente ladeada, mientras sus brazos la estrechan contra él, frotándole los brazos. –S…si… la verdad es que me tuve que esforzar, me resulto un poco raro actuar de esa forma…- El potro permanece abrazado a ella, hasta que recupera el aliento y vuelve a sentir las piernas. Se levanta de la cama frotándose un poco el estómago. - Voy a asearme. –Le indica yendo al baño.
Tras asearse el mismo, pues si permitía que la mujer volviera a “lavarlo” volverían de nuevo a las travesuras. Tras asearse el potro desayuna con ella, entre caricias y suaves besos, por lo que él va cogiendo de nuevo la confianza. Tras descansar un poco, el potro sale fuera, con su taparrabos, camisa y chaleco de cuero. Una vez en la calle, el caminaría junto a la mujer, pasándole la mano por la cintura con cariño, esperando ver si ella consentía aquellas muestras de afecto en público. Aquel día podrían descubrir por fin el nombre del capitán del barco, que trajo a Philip de su hogar a aquella ciudad de humanos.
Kida Escamarubí
Experto
Experto
Cantidad de envíos : : 126
Nivel de PJ : : 0
Re: Recuperando el control. (Continuacion de La Calma antes de la Tempestad.) (+18)
La reacción de Philip a mi violencia fue completamente previsible y me alegré por ello. No solo quería sacar mi furia descontrolada de dentro y no cogerle un poco de apatía, sino que además, quería tantear el terreno con él. Estaba pensando seriamente en convertirle en mi pareja estable…
Mientras le veía ir al baño me recosté sobre la cama y observé su fisonomía. Me mordí el labio interior y no pude evitar dar un bajo gruñido y estallar a carcajadas que traté de acallar con una almohada. Si alguien me hubiera visto, pensaría que me había vuelto loca. No, mejor dicho, que volvía a mi locura. Más adelante, le alcancé en la ducha, pero no me permitió que le ayudara. ¿Estaría enojadito conmigo? Puse mi cabeza de lado mientras intentaba no pensar en ello y terminé el aseo rápidamente, como un trámite más que había que hacerse.
Cuando salí, Philip ya estaba vestido y listo para partir, aunque nos tomamos nuestro tiempo para desayunar. Eso de ser muy… expresiva no era lo mio, pero después de mi arranque de ira me di cuenta que me había pasado y que a él le gustaba que lo mimaran y premiaran. Traté de tomar una nota mental de ello e intenté ser lo más cálida posible. Cosa que logré hasta cierto punto, aunque no estaba segura de cuán efectivo habría sido. Cada vez que el potro se acercaba a mí procuré mimarlo, acariciar su suave pelo o besarlo. ¡Era algo tan extraño para mí!
Me sorprendió de sobremanera que al salir a la calle Philip pasara suavemente su mano por sobre mi cintura. Le miré un poco desconcertada, pensando que quizás el potro pecaminoso y malvado con mi pobre cuerpo estaba volviendo a resurgir, pero afortunadamente me encontré con el sumiso y querido amante de la noche anterior. Acaricié su mano y le di un beso en la comisura de los labios. Si haces esto en la calle la gente se dará cuenta de que eres mi pareja. Que me tomes por la cintura, aquí denota posesividad le advertí mirando sus cálidos ojos que parecían un poco desalineados.
No me preocupaba mucho por donde pisaba ya que confiaba en que el ecutauro me protegería ¿Te estás sonrojando?...Sí, apuesto a que lo estás haciendo! le dije entre bromas. Debes de saber algo le dije un poco seca No soy buena Philip, he hecho cosas muy malas en la vida que no se si algún día pueda reparar ni volver a repetir. Soy una hija de la luna y la naturaleza y… muchas veces me dejo llevar. Como hoy en la mañana agaché un poco mi cabeza y volví a mirarle pero por sobre todo soy territorial. Después de hablar con Julien te daré la oportunidad de dejarme, pero si no la tomas, debes de saber que me pertenecerás.
…Todo tu ser será mio y no tendrás ojos para otra hembra o te los quitaré le dije arrugando la nariz y frunciendo el ceño.
Para ese entonces ya estábamos pasando por la posada en la que solía pasar las noches y Chy salió a nuestro alcance, acurrucándose en mí. Le acaricié sin pronunciar palabra y continuamos nuestro camino. Había dejado mis hachas allí y tendría que regresar. Bien a despedirme de todos para decir que ahora tenía un… “hogar” o bien para continuar durmiendo allí. Nuestra próxima parada, era definitivamente la tienda de Julien.
Mientras le veía ir al baño me recosté sobre la cama y observé su fisonomía. Me mordí el labio interior y no pude evitar dar un bajo gruñido y estallar a carcajadas que traté de acallar con una almohada. Si alguien me hubiera visto, pensaría que me había vuelto loca. No, mejor dicho, que volvía a mi locura. Más adelante, le alcancé en la ducha, pero no me permitió que le ayudara. ¿Estaría enojadito conmigo? Puse mi cabeza de lado mientras intentaba no pensar en ello y terminé el aseo rápidamente, como un trámite más que había que hacerse.
Cuando salí, Philip ya estaba vestido y listo para partir, aunque nos tomamos nuestro tiempo para desayunar. Eso de ser muy… expresiva no era lo mio, pero después de mi arranque de ira me di cuenta que me había pasado y que a él le gustaba que lo mimaran y premiaran. Traté de tomar una nota mental de ello e intenté ser lo más cálida posible. Cosa que logré hasta cierto punto, aunque no estaba segura de cuán efectivo habría sido. Cada vez que el potro se acercaba a mí procuré mimarlo, acariciar su suave pelo o besarlo. ¡Era algo tan extraño para mí!
Me sorprendió de sobremanera que al salir a la calle Philip pasara suavemente su mano por sobre mi cintura. Le miré un poco desconcertada, pensando que quizás el potro pecaminoso y malvado con mi pobre cuerpo estaba volviendo a resurgir, pero afortunadamente me encontré con el sumiso y querido amante de la noche anterior. Acaricié su mano y le di un beso en la comisura de los labios. Si haces esto en la calle la gente se dará cuenta de que eres mi pareja. Que me tomes por la cintura, aquí denota posesividad le advertí mirando sus cálidos ojos que parecían un poco desalineados.
No me preocupaba mucho por donde pisaba ya que confiaba en que el ecutauro me protegería ¿Te estás sonrojando?...Sí, apuesto a que lo estás haciendo! le dije entre bromas. Debes de saber algo le dije un poco seca No soy buena Philip, he hecho cosas muy malas en la vida que no se si algún día pueda reparar ni volver a repetir. Soy una hija de la luna y la naturaleza y… muchas veces me dejo llevar. Como hoy en la mañana agaché un poco mi cabeza y volví a mirarle pero por sobre todo soy territorial. Después de hablar con Julien te daré la oportunidad de dejarme, pero si no la tomas, debes de saber que me pertenecerás.
…Todo tu ser será mio y no tendrás ojos para otra hembra o te los quitaré le dije arrugando la nariz y frunciendo el ceño.
Para ese entonces ya estábamos pasando por la posada en la que solía pasar las noches y Chy salió a nuestro alcance, acurrucándose en mí. Le acaricié sin pronunciar palabra y continuamos nuestro camino. Había dejado mis hachas allí y tendría que regresar. Bien a despedirme de todos para decir que ahora tenía un… “hogar” o bien para continuar durmiendo allí. Nuestra próxima parada, era definitivamente la tienda de Julien.
Woodpecker
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 838
Nivel de PJ : : 6
Contenido patrocinado
Página 2 de 2. • 1, 2
Temas similares
» Tras la tempestad llega la calma [Libre][Interpretativo][1/1][CERRADO]
» Recuperando lo perdido [Interpretativo] [Libre] [4/4]
» Recuperando el orgullo [Evento Objetos del 19]
» [Cerrado] Recuperando al Dorado [Interpretativo-Libre]
» Tempestad | Cohen
» Recuperando lo perdido [Interpretativo] [Libre] [4/4]
» Recuperando el orgullo [Evento Objetos del 19]
» [Cerrado] Recuperando al Dorado [Interpretativo-Libre]
» Tempestad | Cohen
Aerandir :: Península de Verisar. :: Lunargenta :: Negocios
Página 2 de 2.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Ayer a las 21:35 por Cohen
» El retorno del vampiro [Evento Sacrestic]
Ayer a las 21:14 por Ingela
» El vampiro contraataca [Evento Sacrestic]
Ayer a las 20:55 por Aylizz Wendell
» Entre Sombras y Acero [LIBRE][NOCHE]
Ayer a las 20:16 por Seraphine Valaryon
» Días de tormenta + 18 [Privado]
Ayer a las 16:30 por Iori Li
» Laboratorio Harker [Alquimia+Ingeniería]
Miér Nov 20 2024, 19:13 por Zelas Hazelmere
» Pócimas y Tragos: La Guerra de la Calle Burbuja [Interpretativo] [Libre]
Miér Nov 20 2024, 16:18 por Mina Harker
» La Procesión de los Skógargandr [Evento Samhain (Halloween)]
Mar Nov 19 2024, 22:49 por Eltrant Tale
» [Zona de culto] Altar de las Runas de los Baldíos
Lun Nov 18 2024, 12:29 por Tyr
» Susurros desde el pasado | Amice H.
Lun Nov 18 2024, 04:12 por Amice M. Hidalgo
» [Zona de culto] Iglesia del único Dios
Sáb Nov 16 2024, 21:38 por Tyr
» Enjoy the Silence 4.0 {Élite]
Miér Nov 13 2024, 20:01 por Nana
» Vampiros, Gomejos, piernas para qué las tengo. [Privado]
Mar Nov 12 2024, 04:51 por Tyr
» Derecho Aerandiano [Libre]
Dom Nov 10 2024, 13:36 por Tyr
» Propaganda Peligrosa - Priv. Zagreus - (Trabajo / Noche)
Vie Nov 08 2024, 18:40 por Lukas