Los jinetes y una reliquia especial [-Quest-]

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Reglas:
*No estar participando en una quest.
*Tener al menos 10 post en roles.
*Notificar en caso de no poder psotear dentro de las 24hs, de lo contrario habrá penalización.
* Quien abandone la misión, tendrá consecuencias irreversibles para el personaje.

Es de tarde, el cielo está anaranjado, pero algo extraño hay en él. Se puede ver humo saliendo a lo lejos detrás de unos árboles, sobre los claros del bosque, donde unas granjas estupendas tenían lugar. A lo lejos podía verse una casa en llamas, y perdiéndose a la vista, al menos unos 6 o 8 jinetes vestidos de capuchas negras, llevando algo, pero por la distancia no se podía ver de qué se trataba, además que iban algo amontonados.

Había un sendero largo que desde la casa llegaba al camino principal del bosque, y una anciana ayudándose con un bastón gritaba auxilio a todo pulmón, tratando de llegar, e iba a mitad del camino. Se encontraba muy angustiada.



Anciana

Spoiler:

Mi vida en estos momentos era poca cosa, viajando por los lugares que podía para investigar y aprender, ya que no tenía ningun lugar al que pertenecía en esos momentos, un lugar al que podría llamar en algún momento hogar. No sabía cuando podía aparecer, pero sabía perfectamente que una vez encontrado, uno lucharía con lo que pudiese para defenderlo, y haría cualquier cosa para ello, incluso pedir ayuda a gente extraña para poder hacerlo. De todas formas, uno apenas tenía tiempo, exceptuando cuando requería buscar trabajo como mercenario para sacar algo de dinero con lo que vivir, algo que siempre me sorprendía, ya que muchas veces la comida se cazaba, pero acababa siendo vendida a mercaderes avariciosos de ese dinero, con lo cual era todo un ciclo de avaricia que no llegaba nunca a su fin, pero ahora ese era el mundo en el que tenía que vivir, y con eso, seguir adelante con las consecuencias de eso.

Sin embargo, mientras caminaba al atardecer, vi como salía de entre los árboles humo, en dirección hacia donde estaban las granjas situadas, a la vez que veía como unas figuras sospechosas de ropas negras, se iban montadas a caballo entre prisas. Decidí empezar a correr hacia donde surgía el humo, para averiguar que era lo que ocurría, ya que quizás alguien necesitase ayuda para salir del aprieto, aunque mi velocidad no era precisamente grande debido a mi armadura, que me protegía de los posibles ataques, lo cual en los combates venía bastante bien para mantenerme en un estado sano.

Al llegar, logré ver lo que ocurría: Un incendio, posiblemente provocado por esas figuras sospechosas, apartando del hecho de que una anciana con un bastón gritaba auxilio a pleno pulmón, algo bastante sorprendente teniendo en cuenta su edad. Me acerqué a ella, para tratar de hablar con ella y de tranquilizarla para que pudiese contarme lo que había ocurrido exactamente, y ver si sabía algo que pudiese ayudarme a lograr ayudarla de la forma mas eficaz posible. - Señora, tranquilicese y trate de decirme en que puedo ayudar, y si hay alguien mas dentro que necesite auxilio. - Dije de forma tranquilizadora, mientras prestaba atención al fuego, en busca de una forma de entrar si era necesario, para rescatar a las posibles personas que estuviesen dentro de forma rápida. Todo hogar era un santuario para las personas, y si un lugar así era profanado, era necesario proporcionar un castigo para los que lo profanen.

Estaba buscando un lugar donde pasar la noche, teng entendido que cerca de aqui hay un pequeño poblado, quiza haya una posada, e incluso puede que un gentil aldeano me de cobijo en su propia casa, no seria la primera vez, la gente en Aerandir era muy diferente, habia tantos bandidos como bondadosos, al menos, esa era mi vision.

Diviso humo negro en el cielo, parece ser un incendio, me doy prisa, pero el cansancio y la armadura no me permiten correr, diviso que el fuego proviene del poblado hacia el que me dirigia, y como unas sombras montadas a caballo se alejaba, alli habia un enorme felino humanoide consolando a una indefensa anciana, quiza pueda aprovecharme de la situacion, si ayudo a aquella anciana a apagar el fuego, si es su granja, puede que me de viveres y cobijo esta noche.

Me acerco a ellos y pregunto -¿Ha pasado algo? Si hay algo en lo que pueda ayudar, estoy dispuesto. Si es acerca de los jinetes, sera dificil perseguirles, este Hombre-Bestia tambien lleva una enorme armadura, y no creo que pueda correr mucho mas que yo, espero sereno a que la mujer pueda hablar, y contarnos en que podemos ayudar.

La señora sollozó y no pudo hablar frente a los dos viajeros que trataron de tranquilizarla. Estaba muy alterada. Miraba y señalaba angustiada en dirección a la casa que estaba ardiendo en llamas.
-Mi hijo está en esa casa, se los llevaron ellos dos, los jinetes, vayan por ellos. Hay dos caballos en mi establo, pero por favor, salvad y llevadlos lejos de los asesinos-dijo con la voz firme cuando se calmó, pero las lágrimas no dejaban de correr por sus mejillas. Al volver a mirar hacia la casa, se le quebró la voz-No me importaba si destruían la casa, tenemos dinero y una casa en Lunargenta. Han matado a mi hijo...-sollozó pero volvió a tratar de hablar, primero entre balbuceos-Sigan a esos asesinos, y sálvenlos, y cuando lo hayan conseguido, hablad con el guardia de la cicatriz que custodia las entradas, él dirá que hacer. Por favor...-suplicó.

Unos peones venían de lo lejos a donde estaban. La mujer tendría ayuda, otros llevaban baldes de agua para tratar de apagar el incendio. A un lado había un molino, detrás un almacén y más cercano, el establo. Era una granja de gente adinerada.

Una vez que los viajeros tomaran cada uno un caballo, la anciana atendida por su gente, podrían ponerse en marcha tras los misteriosos jinetes encapuchados, quienes se dirigían por el camino principal del bosque en dirección a unas montañas de vegetación espesa.

Mientras yo trataba de atender a aquella anciana, otro hombre mas apareció, igualmente queriendo ayudarla. Sin embargo, las noticias que recibimos no fueron buenas, siendo que dentro estaba su hijo, calcinado por las llamas, y las figuras sospechosas habían salido corriendo, secuestrando a sus niños. Eso era el crimen mas imperdonable que podía concebir, por lo que mi deber en estos momentos era ayudarla a rescatar a esos niños. Ella nos dijo de coger los caballos, y por un momento dudé en hacerlo, ya que la casa estaba quemándose y podía haber mas incidencias, pero pronto llegó mas gente, dispuesta a encargarse del incendio, por lo que ya no tenía dudas de coger el caballo y empezar a cabalgar a por los sospechosos.

- No se preocupe, me encargaré de salvarlos. - Dije seriamente, antes de coger el caballo del establo, y empezar a cabalgar a máxima velocidad hacia donde se dirigían esas personas. Seguramente llevarían bastante ventaja, pero se les podía seguir lo suficiente como para no perderlos. El camino que cogían era hacia las montañas, por lo que debía tratar de cogerlos antes de que penetrasen en ellas, ya que posiblemente allí tuviesen su guarida, lo cual nos pondría en desventaja estratégica contra ellos si llegaba el caso.

- Tsk... no les voy a dejar escapar, pero va a ser complicado... - Dije para mi mismo, viendo como la montaña a la que se dirigían tenia una espesa vegetación, lo cual para mi espadón, era algo dificil usarlo para combatir, ya que podía encallarse en cualquier tronco de arbol que se presentase por el camino, asi que mi oportunidad venía si lograba alcanzar algún sitio con una buena maniobrabilidad para poder combatir de forma eficaz, apartando del hecho de tratar de salvar a los secuestrados.

Cuando habla la anciana dice que su hijo esta en la casa en llamas, pienso en entrar rapidamente y salvarle, pero veo las enormes llamas, ademas que la anciana dice acto seguido que ha muerto, pero tambien menciona un secuestro a manos de aquellos jinetes tan sospechosos. Viene gente a apagar el fuego y a ayudar a la anciana, podre ayudar a el otro hombre con la mision de recuperar a los secuestrados.

Le imito, cojiendo el caballo prestado, y cabalgando lo mas rapido posible, se han adentrado en la maleza de la montaña a la lejania, intento labiar con el que ahora sera mi compañero en batalla, mas que nada, por educacion. -Soy Rajkar, pero me conocen por El Portador de Honor. Me presento, aun sin quitar la vista de la ruta que seguimos, a pesar de la tension del momento, no esta mal una presentacion rapida.

Me limitaba a seguir a aquel Hombre-Bestia, Felino para ser exactos, lleva una armadura pesada, que parece recia, pero eso habra que comprobarlo en la batalla, parece tener mucha fuerza, pero con esa armadura, y tal mandoble, sera muy lento, suerte que la mia es algo mas ligera, a pesar de su aspecto.

Había huellas de los jinetes, pero deberían apresurarse porque se venía una tormenta y el agua podría borrarlas. Ya se podía sentir el viento que indicaba la llegada del aguacero.

El tiempo pasaba y pronto anochecería también, otra desventaja para los viajeros, pero mientras galopaban, podrían notar un brillo poco normal que podría confundirse con una piedra, pero llamaría la atención si iban mirando con cautela el paisaje que tendían enfrente. Sobre una orilla del camino, en medio de unas raíces gruesas que sobresalían, había un brazalete de plata, donde por fuera tenía grabado un mensaje escrito en lengua extraña. Habían unos símbolos también, que representaban el sol y otro la luna. Estaba algo descuidado. Podría ser una pista de quienes buscaban o de quienes se trataban los jinetes.

Mientras galopaba, pronto me alcanzó el hombre que estaba a mi lado que había ido a socorrer a la anciana, presentándose como Rajkar, apartando el hecho de que se hizo llamar el portador del honor. No sabía por qué le pusieron ese sobrenombre, pero esperaba que no fuese solo de adorno, lo cual podría fastidiar. - Mientras hagas honor a eso, no tendré problemas. - Dije por respuesta, sin dejar que el caballo bajase la velocidad de persecución, ya que no quería evitar que se hiciese de noche, ni tampoco que lloviese de repente, lo cual entorpecería nuestra labor a mas no poder, lo cual no quería.

Sin embargo, lo que no me esperaba es que algo brillase en el camino, siendo una especie de brazalete con un idioma extraño, apartando del hecho de los símbolos que portaba. Quizás fuese una reliquia de la familia que hubiesen robado de la casa, por lo que la familia le gustaría recuperarlo, asi que me dirigí hacia allí, pero antes, decidí intentar hacer que Rajkar siguiese las huellas, para evitar perder el rastro. - Sigue las huellas, apenas tardaré un minuto. - Dije sencillamente acercándome unos segundos, para tratar de cogerlo inmediatamente y volver al caballo, para proseguir la persecución para poder hacer el rescate, y poder alcanzar a Rajkar, ya que no quería que le pillasen en una emboscada. Definitivamente, ibamos a tener una ardua tarea por delante, pero quizás ese brazalete podía llegar a ser útil en algunos momentos, ya que normalmente, las reliquias familiares podían tener el poder de ser de ayuda en los momentos claves para ayudar a sus familias, o al menos eso quería creer yo.

El Felino parecia ser bastante arisco, supongo que seria por estar concentrado en su mision, ni siquiera ha dicho su nombre, mas vale que me calle y no le haga enfadar mas, no quiero problemas con la poca convivencia que tendremos.

El Felino se frena, parece haber visto algo,similar a algun tipo de joya, me manda a seguir por el camino.
-Entendido. contesto, siento curiosidad por saber que es lo que coje, pero no tenemos tiempo, perderemos el rastro, asique asiento y sigo hacia delante, despues le preguntare que es,  no creo que sea relevante, ya que ya tienen lo que querian, aunque quizas uno de los ñiños fue mas espabilado y lo tiro para que pudiesemos seguir el rastro, quien sabe.

Sigo por el camino, he perdido de vista al Felino, espero que se de prisa, va a empezar a diluviar, y mejor que este no pierda el rastro

Grothnack tomó el brazalete, mientras Rajkar continuó el camino, sin embargo ambos terminaron encontrándose de nuevo al breve rato.

Comenzaba caer las primeras gotas de lluvia cuando salían de frondoso bosque, hacia las primeras colinas y los árboles ya no eran tan espesos. Un camino se abría hacia uno de los lados, dirigiéndose al terreno de un lo que parecía un valle, y un pequeño río, donde podía verse una casa de madera y dos caballos, y a dos sujetos ingresando adentro, quitándose las capuchas, pero no se les podía ver el rostro desde la distancia que estaban.

¿Seguirían el camino, o irían a investigar esa casa por alguna pista de donde habían ido los otros jinetes con sus víctimas?

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Off rol: Siento la tardanza, me ocupé de terminar otras quest y me olvidé completamente de esta. Mil disculpas.

Mi caballo iba a bastante velocidad, logrando que alcanzase a mi compañero de la misión de ayuda, y parecía que la lluvia iba empezando, aunque los arboles iban dejando de ser tan numerosos, pudiendo favorecernos a la larga en un combate. Sin embargo, no sabía que hacer cuando terminase de salir la lluvia, ya que eso provocaría que las huellas se perdiesen, y por tanto, el rastro. Entonces, vi una casa cerca del valle, siendo posiblemente que tuviese alguna pista que nos pudiese ayudar a la hora de encontrar a los bandidos, pero era posible que si no siguiesemos el rastro ahora, no pudiesemos seguirlo después, apartando del hecho de que mi aspecto no era bien dado a las partes sociales.

- Rajkar, ve a esa casa de allí para tratar de averiguar algo. No soy bien dado a las situaciones sociales. Y soy Grothnack, siento no haberme presentado antes. - Dije seriamente, mientras seguía cabalgando para seguir el rastro sin perder el tiempo. También tenía que tener cuidado por si había algunas emboscadas por el camino, aunque seguramente tuviesen mas prisa en llevar a los secuestrados a su campamento que para tender las emboscadas por el camino, pero uno nunca podía descuidarse en cuestión de trampas para evitar perseguidores.Tan solo esperaba que Rajkar pudiese sacar algo en claro de aquella casa en la que estaban entrando dos personas de las cuales uno no podía ver sus rostros, y si eran peligrosos, seguramente Rajkar pudiese defenderse en esos casos, aunque era algo que no sabía del todo.

Divisamos una casa, Grothnack me mando a preguntar acerca de nuestra mision, alegando que no era bueno en las relaciones sociales, la verdad, es que tampoco es mi punto fuerte, pero por no discutir, me dirigí hacia el interior, esperando descubrir algo acerca de aquellos jinetes.

-Procurare no tardar, si hay alguna emboscada te la comeras de lleno, se precavido. Le avise, ya que habia visto muchos hombres creerse dioses, y esperar vencer a una superioridad numerica considerable. Con tragico final, claro esta.

Ate el caballo y me dispuse a entrar, vi como Gothnack se alejaba, supongo que para seguir el rastro y no perder a nuestro enemigos, ¿Que tramaran estos tipos? No me trae buena espina esta casa tampoco, a saber que me depara en ella, pense.
En fin, ya no hay vuelta atras...

Grothnack podría ver al resto de los jinetes siguiendo camino hacia las colinas, perdiéndose casi. En tanto que Rajkar, al dirigirse a la casa, una joven saldría por la puerta de entrada y vería al viajero.

Spoiler:

-Buenas tardes, ¿puedo ayudarle en algo señor?-preguntó la joven pelirroja. Vestía de una manera muy sensual y provocativa.

(En la imagen se puede ver el aspecto de cómo estaba la muchacha)

De adentro se escuchó un grito.
-¡No estamos para nadie mujer, haz que se largue!-

Uno de los jinetes se detuvo al notar que alguien los seguía, y tomó un arco y una flecha y lanzó hacia el hombre bestia, hiriéndolo en un brazo. Restaba saber si ahora tenía veneno. El sujeto volvió a tomar el camino. Si Grothnack gritaba lo suficiente para saber que estaba en peligro, Rajkar podría acudir, o ver desde la distancia que algo no andaba bien.

-Bien hombre, ya has oído... pero dime rápido lo que necesitas sino tendrás que largarte...-habló la muchacha apoyándose contra el marco de la puerta.

De adentro se podìa oir ruidos de muebles, corridas, armas...

Mientras cabalgaba, vi como Rajkar se desplazaba hacia la casa, tal y como le dije, para que pudiese investigar como iba la cosa. Sin embargo, mientras miraba como se iba, no noté que venía hacia mi, una flecha disparada por uno de los perseguidores. No pude llegar a esquivarla, dándome en mi brazo izquierdo. Sin dejar de galopar, cogí con mi otra mano la flecha y la extraje de forma rápida, viendo como salía la sangre de mi brazo. La herida dolía bastante, y tendría que ver si tenía veneno dentro luego, pero no tenía que perder el rastro, aunque me doliese bastante el brazo. Eso afectaría a la hora de emplear mi espadón, pero mi brazo diestro estaba bien, por lo que todavía podría luchar de forma efectiva mientras tuviese ayuda de Rajkar, asi que tendría que llamarle, por lo que cogí aire, preparándome para lo que iba a hacer.

- ¡Rajkar, ven aquí de inmediato, veo a uno de los perseguidores! - Grité con fuerza, mientras perseguía a aquel que me disparó, pero esta vez atento a posibles flechas disparadas por el arquero. El haberme dado a caballo indicaba que tenía cierto entrenamiento con el arco y sabía montar bien a caballo, por lo que podría ser bastante mas dificil combatirlo, ya que quizás no nos enfrentábamos a unos bandidos cualquiera, debido a que podian poseer un entrenamiento fuera de lo norma por regla general. Solo esperaba que apareciese Rajkar para apoyarme en la batalla que parecía estar desencadenándose a unas altas velocidades, mientras los caballos aguantasen, aunque también tenía que estar preparado para posibles trampas extra, pero no iba a dejar que se escapasen con los secuestrados.

En el interior de la casa parecia haber un toro desbocado, el ruido era muy estrepitoso.
Salio una mujer a recibirme, preguntandome si necesitaba algo, pero rapidamente una voz la llamaba desde el interior, ¿Que rayos estaba pasando? Parecia que tenian prisa, mas la persona del interior que la atractiva chica que tenia enfrente, ¿Tendrian algo que ver con los jinetes? Lo dudaba, pero no se podia descartar esa posibilidad. Me despuse a preguntarle por aquellos extraños secuestradores, pero se oyo un grito desde donde Gothnack se habia dirigido, era casi inaudible, pero pude entenderlo "- ¡Rajkar, ven aquí de inmediato, veo a uno de los perseguidores!" consegui oir.
Me arme y salte al caballo, siguiendo el rastro y acelerando lo mas posible.

- Perdone señorita, pero me reclaman. dije, antes de emprender mi camino atoda velocidad.

En cuanto los viajeros volvieron a juntarse y alinear su velocidad, una flecha pasó en medio de ambos. La herida de Rajkar sangraba bastante, y el tiempo apremiaba. Los caballos de esos encapuchados eran muy veloces, estaban bien entrenados y cuando la tormenta se desató los perdieron de vista.

Pero el dragón y el hombre felino, no podían darse por vencidos aún, llegaron a las montañas y deberían comenzar a escalar. EL que estaba herido podría pausar un poco. Podían ver huellas de barro mientras suban rocas, y terreno. Tuvieron que dejar sus caballos atados a unos árboles antes de empezar a hacerla subida.
En el trayecto, podrían ver varios mensajes grabados en paredes de piedra, la misma simbología que el brazalete que habían encontrado. No los iban a entender, pero quizá podían conjeturar ya sobre quienes se trataban los maleantes.

Habían varios caminos en esas montañas, pero sólo un sendero marcado con esos extraños mensajes podría guiarlos. En un momento ese camino parecía ser único, y visto desde arriba, podría parecer que caminaban entre una grieta de la tierra muy profunda. Una caída de esa altura era mortal. De esas paredes comenzaron a ocurrir aludes de barro y desprendimiento de rocas, y por detrás el camino se les cerró y no tendrían otra opción que seguir ese camino.

Ya era muy de noche cuando un grito desgarrador se mezcló entre el sonido de la lluvia y derrumbes, un grito de mujer.

Rajkar me escuchó, logrando unirse a la persecución, pero con la llegada de la lluvia y mi herida, les perdimos por poco. No me gustaba eso, pero habíamos llegado a una montaña, que tendría que escalar para seguirles, pero con mi herida eso me iba a costar bastante, ya que notaba como la sangre no paraba de gotear por mi brazo, asi que decidí pausarme unos momentos, para coger un trozo de tela que tenía y romperlo, para envolver mi brazo herido a modo de vendaje, y apretar, para así evitar que la herida pudiese ser peor para mi hasta que llegase a un sitio donde me lo curasen. Después de que me atendiese la herida, llegamos a un punto donde los caballos no podían seguir la cuesta de la montaña, por lo que lo dejé atado a un arbol, antes de proseguir a pie la marcha en mitad de la tormenta que teníamos Rajkar y yo encima.

- En cuanto pille a esos secuestradores, se van a enterar por dispararme una flecha y obligarme a ir por todo eso. - Dije enfadado, mientras seguía la subida sin descanso, para después encontrar tallado en la piedra una especie de símbolos que eran iguales que los del brazalete, lo cual indicaba que quizás íbamos por el buen camino después de todo, gracias a un despiste de los secuestradores. - Rajkar, si seguimos esas marcas, creo que podremos llegar a donde los secuestradores. Quizás sean unos bandidos bastante organizados, o una tribu, pero esta claro que vamos a tener que ir con cuidado. - Dije seriamente, para después seguir la escalada con cuidado, siguiendo los símbolos para tratar de ir por el buen camino. Finalmente, parecía que ibamos por una grieta bastante profunda, y cuya caida podía ser mortal si no teníamos cuidado, cuando se nos cerró el paso con un alud de barro, haciendo un camino único por el que seguir. - Me temo que tendremos que buscar un camino de salida distinto. - Dije, observando como se había tapado el camino, para después seguir, siendo de noche y cada vez entrando mas el manto nocturno. Entonces, un grito de mujer desgarrador rompió el silencio de la noche, símbolo de que debíamos darnos mas prisa para poder rescatar a los secuestrados del incendio. - Demonos prisa Rajkar. - Dije, tratando de ir con cuidado, pero a su vez lo más deprisa que podía, a la vez que sacaba mi mandoble para poder defenderme de posibles ataques. No iban a dejarnos rescatar a los secuestrados sin luchar...

Un alud provocó que Grothnack perdiera de vista a Rajkar, estaba en él si ir a buscarlo o no, aunque si regresaba corría riesgo de ser aplastado por las rocas que se desprendían de lo alto de las montañas.

Cuando el hombre bestia avanzara un buen tramo, podría ver el cuero de una mujer tirada en medio del camino, degollada, en una bifurcación que se formaba. Las huellas seguían hacia la derecha. Los símbolos extraños continuaban. A la mitad de este había un árbol donde su tronco estaba tallado con mas símbolos, y cerca de éste, una cueva profunda hacia dentro de la montaña. Había un anciano sentado en la entrada, pero desarmado y parecía que era no vidente. Tarareaba una canción y tenía un turbante en su cabeza que ocultaba la mayor parte de su rostro.

Si Grothnack se acercaba, éste diría.
-Los dioses te saluden... Sé que buscas algo, ¿pero sabes de quienes se trata? Si es así, te dejaré pasar, si no lo sabes, puedes ingresar de nuevo, pero no garantizo que salgas con vida. Responde ahora, además de unos jinetes secuestradores, ¿sabes quienes son, de que raza?-

Mientras caminaba con cuidado, de repente hubo un alud que provocó que perdiera de vista a Rajkar, pero sabía que tendría que seguir sin él, ya que si retrocedía podía acabar aplastado por las rocas que iban cayendo de lo alto de las montañas, asi que sin decir nada seguí caminando, tan solo pensando en si Rajkar había logrado evitar las rocas y seguía vivo para poder replegarse y tratar de alcanzarme de forma rápida. A medida que iba hacia adelante, llegué a una parte donde veía un cuerpo de mujer tirada en el suelo, totalmente degollada y ofreciendo una visión bastante desagradable. Estaba claro que había llegado demasiado tarde, pero ahora solo quedaba el encontrar a los que habían hecho eso, y eliminarlos, aunque había encontrado algunas huellas que seguramente me permitirían llegar a donde estaban los secuestradores. Entonces, llegué a un arbol que estaba tallado con los mismos símbolos de las paredes y el brazalete, junto a una cueva donde posiblemente estuviesen los secuestradores, pero también estaba una persona bastante rara, ya que llevaba un turbante y tarareaba una canción extraña, aunque quizás supiese algo de los secuestradores que pudiese serme de ayuda, pero cuando le iba a saludar, me respondió con unas preguntas extrañas, pero si no respondía bien quizás no pudiese salir de ahí de forma segura.

- No se de que raza son, no llegué a verles del todo, ya que se cubrían. Lo único que sé son sus actos, y necesito al menos saber el motivo para poder hacer un juicio justo, sobre todo por la anciana que sufrió el ataque y perdió a su hijo. Aparte, a uno de los asaltantes, se le cayó este brazalete, por lo que también debería devolvérselo. - Dije seriamente, mostrándole el brazalete y siendo sincero. Sabía que no podía saber la respuesta, pero al menos si podía tratar de establecer mis intenciones, aparte de que tenía que tratar de llegar al fondo de todo esto, ya que con esa pregunta quizás hubiese algo mas que mereciera ser descubierto, y que podría llegar a ocasionar que ambas partes tuviesen la paz que se mereciesen. Todo era cuestion de indagar, y de tratar de hacer que la persona del turbante pudiese cooperar conmigo para encontrar la mejor manera de solucionarlo.

El anciano que se sentaba sobre una roca, y apoyaba sus manos en un bastón, asintió con la cabeza al escuchar las palabras del hombre.
-Imagino que habrás notado los símbolos, runas y grabados en tu viaje hasta las entrañas de estas montañas. Seguro que sabes de quienes se tratan, puedes hacerlo. El brazalete es tuyo ahora, obsérvalo, y piensa en el viaje. Puedo notar que tu respiración señala dolor, y que además del olor de tierra húmeda, hay olor a sangre. ¿Estás muy herido?-el hombre sonrió, como si hubiera visto una oportunidad de algo-Escuché el galope de tu caballo mucho rato antes de que llegaras… Temo que no puedo dejarte entrar, a menos que quieras morir dentro. Dime a quienes buscas y podré darte paso. Piensa y recuerda-

El anciano tenía los ojos blancos, y daba impresión de verlo directamente. No parecía tener malas intensiones. Se acomodó su abrigo sobre la espalda encorvada y procuró que el turbante se mantuviera en su cabeza.

El anciano al parecer, no iba a atacarme ni a dejarme entrar en la cueva a menos que respondiese adecuadamente las preguntas que hiciese, aunque seguía insistiendo en que si entraba sin responder sus preguntas, podía llegar a morir dentro. Parecía una especie de guardían de la cueva, siendo dentro quizás algún gran peligro que solo él era capaz de domar, pero que podría llegar a ser muy importante en el futuro. También mencionó que el brazalete ahora era mio, junto con la pregunta de si estaba muy herido. Sus ojos parecían ciegos, pero sus otros sentidos eran muy agudos, ya que según él, había sido capaz de escuchar los caballos llegando a donde estábamos ahora desde hacia bastante tiempo, junto con el olor a la sangre y a la tierra humeda. Miré el brazalete para revisar de nuevo los símbolos del sol y la luna, siendo posiblemente algunas razas posibles, pero solo podía tratar de divagar en la raza que podrían ser.

- Solo me hirieron en un brazo con una flecha, por suerte no parece que tenga veneno. En cuanto quienes son... según los símbolos creo que podrían llegar a ser unos brujos, aunque también podrían llegar a ser unos licántropos o incluso elfos, a pesar de que dudo que unos elfos vivan en este sitio y que hiciesen un secuestro. - Dije tratando de adivinar la raza a través de los símbolos, aunque no estaba seguro de si había logrado adivinarlo. También miré la herida, para saber si debería tratar de cambiar el vendaje para evitar que provoque mas problemas a largo plazo, aunque todavía podía llegar a soportar la herida y el dolor. Solo esperaba que después pudiese tratar de encontrar un médico para poder curarme la herida, junto con tratar de ver si mis razonamientos eran algo acertadas con eso.

El anciano sonrió cuando mencionó la palabra brujo, una risa irónica, pero restó importancia a cuando dijo Licántropos y Elfos. Respondió tranquilamente.
-Un brujo es ciego, que se cree que puede usar la energía de la vida para dominar a quien le da la gana-el anciano resopló, tal vez recordando hechos de su vida en antaño. -Varias razas usan símbolos para dejar mensajes, pero, no importa. Déjame tocar tu herida-el hombre tendió su brazo y tanteó hasta tocar la muñeca del hombre bestia, y palpó hasta donde la herida y asintió.

-Ha sido muy precisa la herida, no han querido matarte, pero si hubiesen querido, ya no estarías vivo, pero quizá pueda ayudarte-soltó el brazo del viajero y llevó sus manos hacia el turbante otra vez, asegurándose que no se hubiera movido.

Off rol: Los post son cortos, con lo justo y necesario para que puedas realizar tu desarrollo.

Cuando mencioné las razas, sobre todo la del brujo, hizo una risa irónica, para después responder tranquilamente, diciendo que un brujo era ciego ya que se creía que podía usar la energía de la vida para dominar a quien quería. Después mencionó que varias razas usaban los símbolos para los mensajes, y después pidió que le dejase tocar la herida. Me acerqué, y le dejé que tocase mi brazo, para que empezase a tantear desde mi muñeca hasta llegar a la herida, y después afirmó que la herida había sido certera, ya que no habían querido matarme, y que podría ayudarme, a la vez que se ajustaba el turbante para evitar que se cayese. No lograba entender del todo a aquel hombre, pero quizás fuese cierto que pudiese ayudarme.

- ¿Por qué no habrán querido matarme? Sabían que les perseguía para recuperar a los secuestrados, pero aun así, no quisieron matarme. Sin embargo, una mujer fue degollada, sinceramente no logro entender lo que tratan de hacer. - Dije tratando de razonar, pero sin llegar a alguna conclusión válida. Quizás solo necesitasen disuadirme, o algo parecido, pero no parecía terminar del todo ya que habían dejado un brazalete en el camino, aunque también podría ser que se lo habían dejado por accidente. No terminaba de llegar a entender del todo la situación, y se hacía mas raro por momentos, pero si ese hombre estaba dispuesto a ayudar, iba a hacerle caso de momento.

- ¿Cómo acabo usted aquí? Aparte, ¿cual es su nombre? Soy Grothnack, por cierto. - Dije, tratando de saber algo mas de aquel hombre que parecía ser el guardían del lugar, apartando del hecho de que quería ayudarme, quizás en arrepentimiento por sus hechos pasados o algo parecido, debido a sus palabras anteriores que se antojaban ser hechos del pasado, asi que quizás entendiendole mejor, pudiese llegar a cooperar con él del todo, y también ayudarle si podía.

El hombre bestia contó lo ocurrido y se presentó con el nombre de Grothnack, y volvió a asentir con la cabeza, pero cuando empezó a preguntar por él, no pareció tener muchas ganas de responder. Pero dijo finalmente.
-Sí, suelen hacer eso, pero han traído dentro de la cueva a alguien más con ellos. Pero no algo que nos incumba a ambos ahora. Los brujos no merecen vivir en esta tierra. Yo vivo acá desde hace 126 años, y el resto no importa, pero he tenido una muy larga vida. Dime, ¿ya sabes de qué raza son lo que buscas?El tiempo apremia si vas por ellos, o por el que será sacrificado a su Diosa, pero será mejor que no nos entrometamos en ello, que hagan su trabajo tranquilo-
Al hablar se le desajustó una soga que ataba su turbante, pero al darse cuenta, la volvió a acomodar refunfuñando para sí mismo.

Al parecer mis preguntas no fueron muy bien recibidas, pero al menos respondió, a la vez que volviéndome a la realidad de que si no me daba prisa, los secuestrados podrían llegar a morir en cualquier momento, pero seguía sin terminar de decidir la raza que buscaba, aunque si analizaba mejor las palabras, quizás se refiriese a los brujos, ya que según él, no merecían estar en la tierra donde pisábamos, junto con que decía de que el sacrificio iba a ser a una diosa, por lo que quizás fuesen los brujos los que fuesen culpables de eso, aparte de que así se justificaría la gran puntería que habían tenido para darme en el brazo de forma limpia sin llegar a tentar contra mi vida, por lo que seguramente sería la raza que andaba buscando al fin y al cabo.

- Cierto... creo que la raza que busco son brujos. No estoy del todo seguro, pero son lo que mas creo que se acerca. - Dije seriamente, mientras miraba algo la cueva, sin saber que posibilidades había dentro que pudiese llegar a ser peligroso, pero solo esperaba que mi respuesta fuese la acertada, ya que si no, tendría que tratar de llegar a entrar de la forma peligrosa, y de esa forma seguramente tendría que afrontar al verdadero guardían de la cueva para rescatar a los que estaban dentro, y eso era algo que no quería hacer del todo.