Misión Doma al caballo salvaje [Quest Kaala-Wood]
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Misión Doma al caballo salvaje [Quest Kaala-Wood]
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Off: Spark Adams, como no has escrito sobre participar en la misión, entonces designé a Kaala, pero si aun estar interesada en una quest, armo una nueva. Saludos.
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Posteo:
1-Nafen
2-Kaala
Se ha visto a un caballo salvaje por las afueras de la ciudad de Lunargenta, es un pura sangre salvaje, y es muy veloz. Quien sea capaz de domarlo, se llevará al animal más una recompensa de 500 Aeros. Se encuentra en la entrada de la ciudad, y ha dejado a cargo a uno de sus peones, ya que su padre está muy enfermo. En las tabernas ya se ha oído el rumor del animal. Solo deben presentarse ante Erick, el domador, y pedirle las instrucciones. Siempre va acompañado con su fiel caballo de color marrón claro.
Off: Spark Adams, como no has escrito sobre participar en la misión, entonces designé a Kaala, pero si aun estar interesada en una quest, armo una nueva. Saludos.
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Ficha: [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
Raza: Cualquiera.
Nivel: a decidir.
Participantes: hasta 2 personajes.
Recompensa:
20 de exp Nivel 0
17 de exp Nivel 1
+500 aeros
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1-Nafen
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Se ha visto a un caballo salvaje por las afueras de la ciudad de Lunargenta, es un pura sangre salvaje, y es muy veloz. Quien sea capaz de domarlo, se llevará al animal más una recompensa de 500 Aeros. Se encuentra en la entrada de la ciudad, y ha dejado a cargo a uno de sus peones, ya que su padre está muy enfermo. En las tabernas ya se ha oído el rumor del animal. Solo deben presentarse ante Erick, el domador, y pedirle las instrucciones. Siempre va acompañado con su fiel caballo de color marrón claro.
Última edición por Master2 el Jue 6 Mar 2014 - 13:13, editado 1 vez
Ansur
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Re: Misión Doma al caballo salvaje [Quest Kaala-Wood]
Un par de semanas habían pasado desde que salí del Laboratorio de la Dra. Hyre, durante los primeros días sufrí varios dolores de cabeza y musculares, producto de una exigencia superior a la que mi cuerpo podía soportar, sin embargo ahora estaba recuperado totalmente. Sí, me había recuperado y demás, pero los aeros no abundaban en mi bolsillo; había sobrevivido hasta entonces utilizando viejos ahorros en adición a lo ganado en la Base de los Bio, aunque ese dinero desapareció con facilidad.
Ahora me encontraba en busca de trabajo, frecuentaba tabernas y bares conocidos por los varios empleadores que allí se paseaban. Realicé algunas labores, pero nada que me diese más de 200 aeros hasta oír el rumor de un peón que necesitaba su caballo fuese domado, y la mejor parte: la paga era del doble de lo que acostumbraba recibir. Si bien no era una cantidad demasiado grande o numerosa, era suficiente como para sostenerme con más libertad, así que caminé al encuentro de este chico apenas me enteré de su anuncio, procurando que nadie más tomara el puesto.
Al llegar a las Afueras de la Ciudad y buscar durante unos minutos me hallé parado frente a un joven de cabello ondulado junto a su caballo color marrón. Me acerqué a él pisando el suelo con fuerza para que notara mi presencia, ya que se veía un poco entretenido en lo que sea que estaba haciendo. - Hola. Vengo por el trabajo, para domar al caballo. - Ese día estaba un poco serio, algo que se podía notar en mi expresión facial y mi tono de voz. Una vez el respondió, le dije - Dime dónde está el equino y algún dato extra que deba saber al respecto, si es que hay alguno. Es todo lo que necesito. - Era costumbre para mí ir a un paso acelerado. Quizás otras personas habrían esperado un poco para iniciar la tarea, pero quería acabar con esto rápidamente.
Ahora me encontraba en busca de trabajo, frecuentaba tabernas y bares conocidos por los varios empleadores que allí se paseaban. Realicé algunas labores, pero nada que me diese más de 200 aeros hasta oír el rumor de un peón que necesitaba su caballo fuese domado, y la mejor parte: la paga era del doble de lo que acostumbraba recibir. Si bien no era una cantidad demasiado grande o numerosa, era suficiente como para sostenerme con más libertad, así que caminé al encuentro de este chico apenas me enteré de su anuncio, procurando que nadie más tomara el puesto.
Al llegar a las Afueras de la Ciudad y buscar durante unos minutos me hallé parado frente a un joven de cabello ondulado junto a su caballo color marrón. Me acerqué a él pisando el suelo con fuerza para que notara mi presencia, ya que se veía un poco entretenido en lo que sea que estaba haciendo. - Hola. Vengo por el trabajo, para domar al caballo. - Ese día estaba un poco serio, algo que se podía notar en mi expresión facial y mi tono de voz. Una vez el respondió, le dije - Dime dónde está el equino y algún dato extra que deba saber al respecto, si es que hay alguno. Es todo lo que necesito. - Era costumbre para mí ir a un paso acelerado. Quizás otras personas habrían esperado un poco para iniciar la tarea, pero quería acabar con esto rápidamente.
Nafen
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Re: Misión Doma al caballo salvaje [Quest Kaala-Wood]
Los tiempos felices junto a Sydara en la playa habían pasado ya, pero habían pasado con felicidad, a pesar de los problemas que surgieron en el camino. También había logrado llegar hasta la Arboleda Madre, un lugar cuanto menos maravilloso y mágico, y estaba feliz de tener algunas pocas flores de Namarië conmigo. Incluso la maldición que supuéstamente sufría parecía estar en calma. Todo era incluso extrañamente bonito. Demasiado...
Mi camino continuaba y justamente había llegado a los territorios humanos, a las afueras de la ciudad principal. Era poco más de la mañana y el cielo, a pesar de albergar alguna que otra nube esponjosa, estaba limpio y luminoso. Lo cierto era que desconocía a donde me llevarían los pies, pero por el momento tenía pensado regresar a los bosques del este, y para ello esta era una parada casi inevitables, como los recuerdos que me traían estas tierras...
- ¿Eh, habrá sido capturado ya el caballo ese? El negro que corretea por aquí. -
- ¿Caballo? Ah, claro, te refieres a ese caballo, el negro, ¿verdad? Pues no tengo ni idea... -
- Escuché que armó grandes destrozos en el jardín de los Morrimort el otro día. ¡Es el demonio! -
- Vaya, ¿enserio? Esa bestia es sin duda un problema... Hasta he oído que el loco del establo, el hijo, quiere domar al animal, si es que puede ser nombrado así... -
- Esto... Perdonad... - No era costumbre en mí, pero debía de admitir que la historia me dio curiosidad y tuve el presentimiento de que podría ayudar, así que me acerqué algo insegura a preguntar. Además de que me gustaría probar "la pócima" una vez más, y esta parecía una buena oportunidad.
Al fin había llegado al lugar indicado, o eso creí, pues vi a un joven de cabello ondulado con el color de la paja, tal y como me lo habían descrito, e igual que me comentaron, estaba subido sobre un caballo, como siempre solía hacer. Me acerqué con timidez a él y al hombre que estaba con él, aún algo ansiosa por encontrarme con la gente en general, pero realmente quería ayudar, tanto a las personas como al animal.
- Disculpe... Quería preguntar por el caballo... -
Off Rol: Siento la tardanza, no me había percatado de que la misión ya había empezado. Seré puntual de ahora en adelante :))) )
Mi camino continuaba y justamente había llegado a los territorios humanos, a las afueras de la ciudad principal. Era poco más de la mañana y el cielo, a pesar de albergar alguna que otra nube esponjosa, estaba limpio y luminoso. Lo cierto era que desconocía a donde me llevarían los pies, pero por el momento tenía pensado regresar a los bosques del este, y para ello esta era una parada casi inevitables, como los recuerdos que me traían estas tierras...
- ¿Eh, habrá sido capturado ya el caballo ese? El negro que corretea por aquí. -
- ¿Caballo? Ah, claro, te refieres a ese caballo, el negro, ¿verdad? Pues no tengo ni idea... -
- Escuché que armó grandes destrozos en el jardín de los Morrimort el otro día. ¡Es el demonio! -
- Vaya, ¿enserio? Esa bestia es sin duda un problema... Hasta he oído que el loco del establo, el hijo, quiere domar al animal, si es que puede ser nombrado así... -
- Esto... Perdonad... - No era costumbre en mí, pero debía de admitir que la historia me dio curiosidad y tuve el presentimiento de que podría ayudar, así que me acerqué algo insegura a preguntar. Además de que me gustaría probar "la pócima" una vez más, y esta parecía una buena oportunidad.
Al fin había llegado al lugar indicado, o eso creí, pues vi a un joven de cabello ondulado con el color de la paja, tal y como me lo habían descrito, e igual que me comentaron, estaba subido sobre un caballo, como siempre solía hacer. Me acerqué con timidez a él y al hombre que estaba con él, aún algo ansiosa por encontrarme con la gente en general, pero realmente quería ayudar, tanto a las personas como al animal.
- Disculpe... Quería preguntar por el caballo... -
Off Rol: Siento la tardanza, no me había percatado de que la misión ya había empezado. Seré puntual de ahora en adelante :))) )
Kaala
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Re: Misión Doma al caballo salvaje [Quest Kaala-Wood]
-Erick Meilbaded-se presentó el joven que estaba montado sobre el caballo, y bajó con gran agilidad y de forma prolija para saludar a dos valientes domadores. A Nafen, le tomó la mano y la estrechó, en tanto a Kaala, tomó la mano de ella y dio un suave beso sobre el dorso y sonrió mirándola a los ojos, solo con amabilidad.
Retrocedió un paso y dijo.
-Regreso en un momento, os acompañaré al bosque-marchó hacia el establo, donde saltó por la cerca de madera donde estaban otros mas, y buscó un potrillo de color negro, al que sacó con unas riendas por la puerta poco después. El animal era pequeño, y no parecía estar muy feliz. Extrañaba a la madre de seguro.
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-Su cría atraerá a Relámpago… sé que es hembra, pero no hay otro nombre que se le pueda dar con lo veloz y fantástica que es-se justificó poniéndose a la par de su caballo marrón, y tomando las riendas. Señaló el camino que había hacia adelante, en la entrada de la ciudad y mas allá el del bosque.
-¡Andando! ¡Por las dudas prepárense! No estoy seguro si Relámpago nos querrá atacar, ¡ah! Y tomen esos fardos, seguro los necesitarán. Uno lleva látigos y sogas y el otro la montura. Deberán colocárselos. Les sugiero no intentar nada raro. Estos salvajes se doman a lo natural, como mínimo, habilidades de propias razas. Suerte que no hay elfos acá… esos tienen buena relación con la naturaleza y en un fiz y faz ya lo han domado…-rió esperando que sus domadores tomaran los fardos y lo siguieran rumbo al bosque de afueras de la ciudad.
Media hora más tarde, o un poco más, llegaron a las profundidades del bosque y no habían tenido noticia alguna de Relámpago. Pero había una extraña neblina en el aire, o quizá solo fuera por la espesura misma de la flora.
-Bien, supongo que en algún momento vendrá ese caballo… Hoy lo tenemos que domar-sonrió el joven Erik, y recordó que los viajeros no se había presentado aún. El pequeño portillo relinchó y se colocó al lado del caballo marrón mientras él observaba el entorno. Habían muchas ramas peligrosas, y sin embargo por acá ese animal corría veloz. Advirtió una mancha oscura corriendo a lo lejos y exclamó.
-Les convendrá trabajar en equipo...¡Por Relámpago!-apremió a ir detrás de él.
Retrocedió un paso y dijo.
-Regreso en un momento, os acompañaré al bosque-marchó hacia el establo, donde saltó por la cerca de madera donde estaban otros mas, y buscó un potrillo de color negro, al que sacó con unas riendas por la puerta poco después. El animal era pequeño, y no parecía estar muy feliz. Extrañaba a la madre de seguro.
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-Su cría atraerá a Relámpago… sé que es hembra, pero no hay otro nombre que se le pueda dar con lo veloz y fantástica que es-se justificó poniéndose a la par de su caballo marrón, y tomando las riendas. Señaló el camino que había hacia adelante, en la entrada de la ciudad y mas allá el del bosque.
-¡Andando! ¡Por las dudas prepárense! No estoy seguro si Relámpago nos querrá atacar, ¡ah! Y tomen esos fardos, seguro los necesitarán. Uno lleva látigos y sogas y el otro la montura. Deberán colocárselos. Les sugiero no intentar nada raro. Estos salvajes se doman a lo natural, como mínimo, habilidades de propias razas. Suerte que no hay elfos acá… esos tienen buena relación con la naturaleza y en un fiz y faz ya lo han domado…-rió esperando que sus domadores tomaran los fardos y lo siguieran rumbo al bosque de afueras de la ciudad.
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Media hora más tarde, o un poco más, llegaron a las profundidades del bosque y no habían tenido noticia alguna de Relámpago. Pero había una extraña neblina en el aire, o quizá solo fuera por la espesura misma de la flora.
-Bien, supongo que en algún momento vendrá ese caballo… Hoy lo tenemos que domar-sonrió el joven Erik, y recordó que los viajeros no se había presentado aún. El pequeño portillo relinchó y se colocó al lado del caballo marrón mientras él observaba el entorno. Habían muchas ramas peligrosas, y sin embargo por acá ese animal corría veloz. Advirtió una mancha oscura corriendo a lo lejos y exclamó.
-Les convendrá trabajar en equipo...¡Por Relámpago!-apremió a ir detrás de él.
Ansur
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Re: Misión Doma al caballo salvaje [Quest Kaala-Wood]
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Nafen, Misión fallida.
Por lo tanto queda una vacante en el rol, y quien ingrese posteará despues de Kaala.
Por lo tanto queda una vacante en el rol, y quien ingrese posteará despues de Kaala.
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Ansur
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Re: Misión Doma al caballo salvaje [Quest Kaala-Wood]
El que el joven humano tomase mi mano me sorprendió, pues no estaba acostumbrada a ninguna clase de contacto, y este en especial me pareció excesivo, pero aún así no me aparté, pues la gente que había observado haciendo lo mismo no lo hacía. Me quedé callada, pues pocos segundos después el hombre de cabellos como el trigo se fue prometiendo su regreso, dejándome a solas con el hombre con el que estaba desde un inicio. Lo miré de reojo, tratando en que no se notase que tenía curiosidad por saber quién era o qué hacía ahí, pero aún así no me atreví a decir nada. Solo quedó el silencio, y cuando tuvimos que emprender la parcha el de cabello plateado no nos acompañó.
Ya hacía un buen rato que caminábamos por los bosques de tierras del rey. Yo había aceptado el coger ambos fardos, pues aunque pareciesen pesados no eran realmente ningún problema para mí; después de todo, algo más de fuerza que una humana tenía. Además me alegraba de que fuesen cuerdas y látigos los que íbamos a usar, pues con el látigo al menos tenía experiencia, aunque aún así decidiese usar el que el domador de caballos me dio en vez del que tenia en mi cinturón, pues podría ser especial para estas situaciones. También iba ojeando de vez en cuando al potrillo que llevábamos con nosotros como "cebo". Lo cierto es que me sabía mal por él, pues se veía pequeño y sus patas se tambaleaban un poco con la marcha, pero yo no sabía nada de como domar caballos por lo que si eso era lo normal no podía objetar nada al respecto... Además de que por mi naturaleza el animal no sería más que un jugoso almuerzo, por muy tierno que fuese.
Al poco rato, entre la espesa niebla, se pudieron oír a lo lejos unos sonidos retumbantes, como si fuesen pezuñas chocando con dureza contra el suelo. Miré en esa dirección, con los oídos bien atentos, y poco después note que Erick, como dijo llamarse, lo oyó también. Gritó y salió en aquella dirección, por suelo y acompañado por su caballo y el pequeño potrillo, dejándome a mí algo atrasada, pero reaccioné y rápidamente inicié la carrera, de momento en mi forma humana, colocándome a su lado.
Las palabras del joven me hicieron recordar a Sydara, y me hicieron pensar en lo sencillo que sería para él. Después de todo, esta situación era muy parecida a la que vivimos no mucho tiempo atrás. Tal vez deberíamos haber concretado una estrategia antes de zambullirnos a la acción de cabeza, pero ya era tarde para eso. Si la situación empeoraba usaría la pócima, y si eso no funcionaba, no me quedaría otra que usar mis colmillos. - Confía en mí. -
Ya hacía un buen rato que caminábamos por los bosques de tierras del rey. Yo había aceptado el coger ambos fardos, pues aunque pareciesen pesados no eran realmente ningún problema para mí; después de todo, algo más de fuerza que una humana tenía. Además me alegraba de que fuesen cuerdas y látigos los que íbamos a usar, pues con el látigo al menos tenía experiencia, aunque aún así decidiese usar el que el domador de caballos me dio en vez del que tenia en mi cinturón, pues podría ser especial para estas situaciones. También iba ojeando de vez en cuando al potrillo que llevábamos con nosotros como "cebo". Lo cierto es que me sabía mal por él, pues se veía pequeño y sus patas se tambaleaban un poco con la marcha, pero yo no sabía nada de como domar caballos por lo que si eso era lo normal no podía objetar nada al respecto... Además de que por mi naturaleza el animal no sería más que un jugoso almuerzo, por muy tierno que fuese.
Al poco rato, entre la espesa niebla, se pudieron oír a lo lejos unos sonidos retumbantes, como si fuesen pezuñas chocando con dureza contra el suelo. Miré en esa dirección, con los oídos bien atentos, y poco después note que Erick, como dijo llamarse, lo oyó también. Gritó y salió en aquella dirección, por suelo y acompañado por su caballo y el pequeño potrillo, dejándome a mí algo atrasada, pero reaccioné y rápidamente inicié la carrera, de momento en mi forma humana, colocándome a su lado.
Las palabras del joven me hicieron recordar a Sydara, y me hicieron pensar en lo sencillo que sería para él. Después de todo, esta situación era muy parecida a la que vivimos no mucho tiempo atrás. Tal vez deberíamos haber concretado una estrategia antes de zambullirnos a la acción de cabeza, pero ya era tarde para eso. Si la situación empeoraba usaría la pócima, y si eso no funcionaba, no me quedaría otra que usar mis colmillos. - Confía en mí. -
Kaala
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Re: Misión Doma al caballo salvaje [Quest Kaala-Wood]
“A caballo regalado no se le mira el pelo” dicen por ahí… Suspiré profundamente pensando en ese dicho cuando un joven humano me invitó con un trago en aquella taberna.
¿Una bella flor forastera ha sido arriada a esta pequeña taberna? dijo él aproximándose lentamente con una jarra de cerveza en la mano.
Nunca se sabe lo que puede traer el viento dije encogiéndome de hombros mientras me giraba para tomar de las manos del tabernero la cerveza invitada.
Me gusta como piensas dijo él casi en un susurro para luego falsearme una sonrisa. Lo que yo le devolví con un pantallaza completo de mis prominentes colmillos lobunos. Él se quedó tenso unos instantes y un silencio molesto se apoderó del poco espacio que había quedado entre los dos.
Una mujer como tú tiene que tener un por qué en estos lugares, ¿no es así? preguntó con acento preocupado. Esta vez sonreí para mis adentros, al fin algo de razón y coherencia le estaban entrando al chico en la cabeza.
No te preocupes, sólo estoy de paso
El trago se había pasado rápido, me disponía a marcharme cuando él nuevamente salió a mi encuentro. ¿Te han pagado para capturar a Relámpago? Le miré un poco indecisa y luego asentí, aunque no estaba muy segura de lo que hablaba. Creo que se trataba de una extraña yegua del lugar. Lo único que quería hacer era alejarme de ese joven por el momento, ya que parecía gustarle acaparar la atención. Cuando me alejé –rápidamente, más bien huyendo- me pareció verle hablando con otro grupo de humanos con gestos exagerados y señalando mi posición.
Al verme sola suspiré profundamente y pensé en encaminarme hacia el bosque cuando recordé que Chy debía de andar aún rondado esa pequeña villa o ciudad… o lo que fuese. Decidí entonces volver al poblado y como no tenía nada mejor que hacer mientras buscaba al ave, comencé a interactuar “amablemente” con los humanos de la zona. No quería comenzar a ser perseguida o rezongada, por lo que actué como una humana ordinaria, y aprovechando que el tema de conversación era “Relámpago” me empapé más en el tema.
Antes de que terminara la mañana, había decidido encontrar a aquel extraño domador de caballos llamado "Erik" para embarcarme en una de sus famosas aventuras.Pero lo que jamás hubiera esperado era encontrarme a Nafen por aquellos lugares. ¿Extraño, no? En realidad yo no le había encontrado. Había sido ese halcón astuto; y le había seguido a los lindes del bosque.
¿Seguirle? ¿Estás seguro pajarraco? Creo que cuando nos descubra, se enojará con nosotros y terminaremos estampados contra alguno de esos grandes árboles. Pero ni el ave, ni el tiempo se hicieron de rogar y cuando quise acordar estaba metida en todo ese embrollo.
Al parecer él también había decidido atrapar a ese animal. ¿Qué tendría de especial? Me rascaba la cabeza con mis hachas mientras pensaba cuando vi que el joven de a caballo daba un par de instrucciones al brujo y una muchacha que parecía no estar hecha para todo eso. Instintivamente me dieron ganas de protegerla, aparentaba fragilidad y demasiada juventud, aunque ¿quién era yo para juzgar? Aún más, desde esa distancia.
El pequeño potranco que estaba agarrado por quién asumí era Erik no cesaba de relinchar. Esto no se ve bien señor Chy….
Fue entonces que decidí tomar acción. La neblina comenzaba a difuminarse en los alrededores, aunque no sabía qué tipo de presagios traería… esas cosas algunas veces se iban y otras aparentaban irse, para luego cerrarse como una noche obscura de día.
Cuando llegué a la “reunión” Nafen había desaparecido. Miré descaradamente a los lados y luego tomé la palabra un poco desorientada. Vaya que Aerandir es pequeño, había creido estar siguiendo a un viejo conocido y ahora estoy frente a quién apuesto que es Erik y a… miré a la joven con un poco de curiosidad, aunque intenté no ser demasiado invasiva. Tenía los ojos del color de la pradera y eso, me traía muchos recuerdos. Huí de su mirada y posé mi vista en el pequeño lloringón.
Mi nombre es Wood y estoy interesada en ayudarles. Quería extender mi mano para acallar a la pequeña cría de caballo, pero no me areví. Muchas veces sus dueños se ponen un poco reticentes y era una de las pocas cosas que no deseaba: ganar una enemistad antes de tiempo.
¿Una bella flor forastera ha sido arriada a esta pequeña taberna? dijo él aproximándose lentamente con una jarra de cerveza en la mano.
Nunca se sabe lo que puede traer el viento dije encogiéndome de hombros mientras me giraba para tomar de las manos del tabernero la cerveza invitada.
Me gusta como piensas dijo él casi en un susurro para luego falsearme una sonrisa. Lo que yo le devolví con un pantallaza completo de mis prominentes colmillos lobunos. Él se quedó tenso unos instantes y un silencio molesto se apoderó del poco espacio que había quedado entre los dos.
Una mujer como tú tiene que tener un por qué en estos lugares, ¿no es así? preguntó con acento preocupado. Esta vez sonreí para mis adentros, al fin algo de razón y coherencia le estaban entrando al chico en la cabeza.
No te preocupes, sólo estoy de paso
El trago se había pasado rápido, me disponía a marcharme cuando él nuevamente salió a mi encuentro. ¿Te han pagado para capturar a Relámpago? Le miré un poco indecisa y luego asentí, aunque no estaba muy segura de lo que hablaba. Creo que se trataba de una extraña yegua del lugar. Lo único que quería hacer era alejarme de ese joven por el momento, ya que parecía gustarle acaparar la atención. Cuando me alejé –rápidamente, más bien huyendo- me pareció verle hablando con otro grupo de humanos con gestos exagerados y señalando mi posición.
Al verme sola suspiré profundamente y pensé en encaminarme hacia el bosque cuando recordé que Chy debía de andar aún rondado esa pequeña villa o ciudad… o lo que fuese. Decidí entonces volver al poblado y como no tenía nada mejor que hacer mientras buscaba al ave, comencé a interactuar “amablemente” con los humanos de la zona. No quería comenzar a ser perseguida o rezongada, por lo que actué como una humana ordinaria, y aprovechando que el tema de conversación era “Relámpago” me empapé más en el tema.
Antes de que terminara la mañana, había decidido encontrar a aquel extraño domador de caballos llamado "Erik" para embarcarme en una de sus famosas aventuras.Pero lo que jamás hubiera esperado era encontrarme a Nafen por aquellos lugares. ¿Extraño, no? En realidad yo no le había encontrado. Había sido ese halcón astuto; y le había seguido a los lindes del bosque.
¿Seguirle? ¿Estás seguro pajarraco? Creo que cuando nos descubra, se enojará con nosotros y terminaremos estampados contra alguno de esos grandes árboles. Pero ni el ave, ni el tiempo se hicieron de rogar y cuando quise acordar estaba metida en todo ese embrollo.
Al parecer él también había decidido atrapar a ese animal. ¿Qué tendría de especial? Me rascaba la cabeza con mis hachas mientras pensaba cuando vi que el joven de a caballo daba un par de instrucciones al brujo y una muchacha que parecía no estar hecha para todo eso. Instintivamente me dieron ganas de protegerla, aparentaba fragilidad y demasiada juventud, aunque ¿quién era yo para juzgar? Aún más, desde esa distancia.
El pequeño potranco que estaba agarrado por quién asumí era Erik no cesaba de relinchar. Esto no se ve bien señor Chy….
Fue entonces que decidí tomar acción. La neblina comenzaba a difuminarse en los alrededores, aunque no sabía qué tipo de presagios traería… esas cosas algunas veces se iban y otras aparentaban irse, para luego cerrarse como una noche obscura de día.
Cuando llegué a la “reunión” Nafen había desaparecido. Miré descaradamente a los lados y luego tomé la palabra un poco desorientada. Vaya que Aerandir es pequeño, había creido estar siguiendo a un viejo conocido y ahora estoy frente a quién apuesto que es Erik y a… miré a la joven con un poco de curiosidad, aunque intenté no ser demasiado invasiva. Tenía los ojos del color de la pradera y eso, me traía muchos recuerdos. Huí de su mirada y posé mi vista en el pequeño lloringón.
Mi nombre es Wood y estoy interesada en ayudarles. Quería extender mi mano para acallar a la pequeña cría de caballo, pero no me areví. Muchas veces sus dueños se ponen un poco reticentes y era una de las pocas cosas que no deseaba: ganar una enemistad antes de tiempo.
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Re: Misión Doma al caballo salvaje [Quest Kaala-Wood]
Nafen se había retrasado demasiado, pero Kaala, Erick y los caballos estaban fuera de su vista. Por desgracia a la salida de la ciudad, había unos bandidos observando todo movimiento y se ocultaron detrás de los árboles, para cuando pasara él, se abalanzaran con golpes de puño y un palo que le dio uno en su cabeza. Cayó inconsciente con una herida sangrante y dos de atrás trajeron un carromato donde lo llevarían a Parte Oeste del Lago, muy lejos de Lunargenta, en reinos del Oeste. Despertaría en una celda de allí. Por más que hubiera querido resistirse, no hubiera podido, pues los malhechores fueron más rápidos que él y lo superaban en gran número. Sus armas la tendría un sujeto al que apodaban “Ojos de asesino”.
Erick saludó a la recién llegada cuando Kaala marchaba en busca de Relámpago mientras él se mantenía junto al potrillo y a su caballo. Dejó que ella se presentara y a él no le hizo falta, pues todos lo conocían.
-Un gusto señorita Wood-dijo Erick con una sonrisa amable pero que mostraba preocupación detrás en sus ojos por lo que dijo-SI estas interesada, empezad ahora y capturen a Relámpago-dijo apremiante.
El caballo de un hermoso pelaje negro y brillante, galopaba en circulo en torno a todos ellos, que querían tenderles una trampa para cazarla. Relinchaba y golpeaba el suelo con sus patas delanteras. Era muy veloz, y mantenía un círculo muy amplio.
Erick saludó a la recién llegada cuando Kaala marchaba en busca de Relámpago mientras él se mantenía junto al potrillo y a su caballo. Dejó que ella se presentara y a él no le hizo falta, pues todos lo conocían.
-Un gusto señorita Wood-dijo Erick con una sonrisa amable pero que mostraba preocupación detrás en sus ojos por lo que dijo-SI estas interesada, empezad ahora y capturen a Relámpago-dijo apremiante.
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El caballo de un hermoso pelaje negro y brillante, galopaba en circulo en torno a todos ellos, que querían tenderles una trampa para cazarla. Relinchaba y golpeaba el suelo con sus patas delanteras. Era muy veloz, y mantenía un círculo muy amplio.
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Pista: busca un modo de atrapar al caballo usando las cuerdas que hay en uno de los fardos.Ansur
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Re: Misión Doma al caballo salvaje [Quest Kaala-Wood]
Sabía que había algo que se me había olvidado, y así era; presentarme dando a conocer mi nombre. Eso me lo indicó la joven que al fin había decidido a acercarse, porque mi olfato me anunció segundos antes de que era licántropa como yo y de que nos había estado observando. Pero claro, estaba tan distraída, a la vez que emocionada con la presencia de Relámpago, que no reaccioné de mejor forma que dando un pequeño traspié tratando de dar el paso hacia atrás que me separaba de los demás.
- Ah... Esto... Yo soy Kaala. - mencioné con una voz algo quebradiza, hacia ambos, bajando luego la vista hacia el suelo. Cualquiera pensaría que después de las cosas que pasé, me habría acostumbrado ya a tratar con las personas, pero no, al parecer lo que fue durante años no se arreglaría con tan solo un par de días. Aún era muy débil en ese aspecto... Pero no pensaba rendirme sin luchar! O eso me gustaría pensar, porque al instante de ver a la muchacha me quedé embobada mirando su maravilloso cabello verdoso, con las ansias que tenía de palpar todo lo nuevo, aunque el sonido del caballo a nuestro alrededor me despertó del ensoñamiento.
Traté de guardarme las emociones para después, pues no era el momento ahora. Me esforcé por transmitir seriedad y confianza y seguí con la mirada la mancha negra que recorría en círculos nuestra posición, esquivando árboles con total facilidad. - Es increíble... - comenté distraída. Miré las bolsas una vez más y saqué de ellas las sogas y los látigos, repartiéndolos de forma equivalente, y algo avergonzada, con la joven que iba a ser mi compañera.
Inicialmente pensé en atar las cuerdas a los árboles para crear obstáculos para el animal, pero de nada serviría, pues los saltaría sin problemas. ¿Tal vez haciendo una especie de red? Era demasiado rápido... ¿Y si...? No, tampoco. Pero debía de haber alguna forma... Miré a los demás algo insegura. - Debe de haber alguna forma... Primer... Primero deberíamos hacerlo parar... - No sería fácil, pero seguro que había algún modo. ¿Tal vez usando al potrillo? ¿Pero cómo? Ya estaba ahí y aún así la madre no se acercaba... Entonces se me iluminaron los ojos; se me había ocurrido algo. Pero no, tampoco funcionaría. En su lugar, probaría con otra cosa que, bueno, que tal vez no fuese tan eficaz, pero algo era algo.
- Eeeh...~ Relámpago...~ ¿Podríamos hablar un segundo? Por favor...~ - Sin poción ni magia alguna, solo con la buena intención, traté de llamar la atención de la bestia agitando mi mano en el aire.
- Ah... Esto... Yo soy Kaala. - mencioné con una voz algo quebradiza, hacia ambos, bajando luego la vista hacia el suelo. Cualquiera pensaría que después de las cosas que pasé, me habría acostumbrado ya a tratar con las personas, pero no, al parecer lo que fue durante años no se arreglaría con tan solo un par de días. Aún era muy débil en ese aspecto... Pero no pensaba rendirme sin luchar! O eso me gustaría pensar, porque al instante de ver a la muchacha me quedé embobada mirando su maravilloso cabello verdoso, con las ansias que tenía de palpar todo lo nuevo, aunque el sonido del caballo a nuestro alrededor me despertó del ensoñamiento.
Traté de guardarme las emociones para después, pues no era el momento ahora. Me esforcé por transmitir seriedad y confianza y seguí con la mirada la mancha negra que recorría en círculos nuestra posición, esquivando árboles con total facilidad. - Es increíble... - comenté distraída. Miré las bolsas una vez más y saqué de ellas las sogas y los látigos, repartiéndolos de forma equivalente, y algo avergonzada, con la joven que iba a ser mi compañera.
Inicialmente pensé en atar las cuerdas a los árboles para crear obstáculos para el animal, pero de nada serviría, pues los saltaría sin problemas. ¿Tal vez haciendo una especie de red? Era demasiado rápido... ¿Y si...? No, tampoco. Pero debía de haber alguna forma... Miré a los demás algo insegura. - Debe de haber alguna forma... Primer... Primero deberíamos hacerlo parar... - No sería fácil, pero seguro que había algún modo. ¿Tal vez usando al potrillo? ¿Pero cómo? Ya estaba ahí y aún así la madre no se acercaba... Entonces se me iluminaron los ojos; se me había ocurrido algo. Pero no, tampoco funcionaría. En su lugar, probaría con otra cosa que, bueno, que tal vez no fuese tan eficaz, pero algo era algo.
- Eeeh...~ Relámpago...~ ¿Podríamos hablar un segundo? Por favor...~ - Sin poción ni magia alguna, solo con la buena intención, traté de llamar la atención de la bestia agitando mi mano en el aire.
Kaala
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Re: Misión Doma al caballo salvaje [Quest Kaala-Wood]
El apremio era más fuerte que las formalidades, por lo que con una amplísima sonrisa puse manos a la obra. Me tropecé con un gran fardo a mis pies y a su costado otro; no pude evitar darles una patada refleja, pero enseguida miré al humano con un gesto apologético y me agaché a ver qué contenían: uno llevaba varias sogas y arreos, además de un largo látigo. El otro una montura, enarqué una ceja y observé mi alrededor… esto se iba a poner interesante. Me sentía como toda una chica silvestre, me carcajee para mis adentros por unos instantes y luego me puse seria, la cosa no estaba para juegos.
La joven que se presentó como Kaala se mostró ligeramente torpe al tropezar... ¿con el aire? No estaba en mi andar cuidando cachorros ni convalecientes, pero su naturaleza me atraía. Si mi olfato no me engañaba, debía ser mucho más fuerte de lo que aparentaba en esa fina y bella piel humana. Me observó durante unos instantes y le devolví la mirada con la cabeza para un lado sin comprender muy bien la situación ¿estaba siendo sutil cuando marcaba su territorio o era en verdad por naturaleza amable?.
Los encuentros con otros seres de mi raza no me daban un buen precedente. Suspiré y levanté mi cabeza cuando escuché aquél magnífico compás acercándose. La yegua estaba trazando círculos alrededor de los presentes; en cierta forma parecía uno de nosotros, fiera, acechando y buscando algún punto débil al cual atacar, en este caso, por donde acercarse para recuperar a aquél potrillo.
“Es increíble” dijo la joven maravillada por aquél animal. Estaba comenzando a pensar que quizá se trataba de un espíritu amable después de todo. Claro que yo estaba casi en la misma posición que ella con respecto a cómo me sentía al ver a ese poder ir de aquí para allá, pero dudo que dejaría que eso se mostrase en el exterior. Le sonreí en señal de agradecimiento cuando me dio mi porción para atrapar a aquella furia y pensé que si lograba atraparla, ése se convertiría en su nombre.
Furia… creo que le quedaría mejor que Relámpago dije sin levantar mucho el tono, el potrinco había comenzado a tranquilizarse y no quería volver a ponerle tenso. ¿Hacerla parar? enarqué una ceja y respiré profundamente un par de veces para no reaccionar externamente de una forma que hiriera a Kaala, aunque en realidad quería darle un zape. No creo que podamos… observa con más detenimiento… Pensaba decirle que no podría, que ella estaba como nosotras cuando cambiamos de piel, pero ella –Kaala- salió por la vida campante agitando sus manos y diciéndole al animal que si podían hablar.
Llevé una mano al aire y la estampé con fuerza sobre mi cabeza. Eso no funcionaría, es más, se estaba poniendo directo en su camino, lo más fácil es que ese animal, en aquél estado de nervios y enojo en el que se encontraba por estar separada de su cría deseara pasarle por encima –como mínimo- también podría querer morderle o patearle, o…
Tomé una soga e hice rápidamente una enlazada pequeña en ella, como estábamos entre árboles no podía hacer una más grande y abarcativa. Si ese animal pensaba en hacerle daño a esa joven, terminaría atrapada o cuando menos atacada por mi látigo. Un segundo curso de acción posible es que huyera de ella, pero estaba segura de que retornaría a su preciado círculo, por lo que le esperaría para atraparla con la soga cuando pasara cerca de mí. Bueno, al menos eso esperaba.
Tenía la seguridad de que podría pegarle con el látigo si se acercaba –me lo había colgado desenrollado en mi hombro izquierdo para hacer uso de él rápidamente si era necesario- dañar siempre había resultado sencillo para mí. Pero, no era demasiado buena enlazando y hacía mucho tiempo que no lo practicaba, además de que nunca había pasado del sesenta por ciento de aciertos. En ese momento, bajo la tensión y aquél animal moviéndose de esa manera era mucho más difícil. Sobre todo si tenía en cuenta que muchos otros ya habían intentado atraparle… ¿a qué me estaba enfrentando realmente?
La joven que se presentó como Kaala se mostró ligeramente torpe al tropezar... ¿con el aire? No estaba en mi andar cuidando cachorros ni convalecientes, pero su naturaleza me atraía. Si mi olfato no me engañaba, debía ser mucho más fuerte de lo que aparentaba en esa fina y bella piel humana. Me observó durante unos instantes y le devolví la mirada con la cabeza para un lado sin comprender muy bien la situación ¿estaba siendo sutil cuando marcaba su territorio o era en verdad por naturaleza amable?.
Los encuentros con otros seres de mi raza no me daban un buen precedente. Suspiré y levanté mi cabeza cuando escuché aquél magnífico compás acercándose. La yegua estaba trazando círculos alrededor de los presentes; en cierta forma parecía uno de nosotros, fiera, acechando y buscando algún punto débil al cual atacar, en este caso, por donde acercarse para recuperar a aquél potrillo.
“Es increíble” dijo la joven maravillada por aquél animal. Estaba comenzando a pensar que quizá se trataba de un espíritu amable después de todo. Claro que yo estaba casi en la misma posición que ella con respecto a cómo me sentía al ver a ese poder ir de aquí para allá, pero dudo que dejaría que eso se mostrase en el exterior. Le sonreí en señal de agradecimiento cuando me dio mi porción para atrapar a aquella furia y pensé que si lograba atraparla, ése se convertiría en su nombre.
Furia… creo que le quedaría mejor que Relámpago dije sin levantar mucho el tono, el potrinco había comenzado a tranquilizarse y no quería volver a ponerle tenso. ¿Hacerla parar? enarqué una ceja y respiré profundamente un par de veces para no reaccionar externamente de una forma que hiriera a Kaala, aunque en realidad quería darle un zape. No creo que podamos… observa con más detenimiento… Pensaba decirle que no podría, que ella estaba como nosotras cuando cambiamos de piel, pero ella –Kaala- salió por la vida campante agitando sus manos y diciéndole al animal que si podían hablar.
Llevé una mano al aire y la estampé con fuerza sobre mi cabeza. Eso no funcionaría, es más, se estaba poniendo directo en su camino, lo más fácil es que ese animal, en aquél estado de nervios y enojo en el que se encontraba por estar separada de su cría deseara pasarle por encima –como mínimo- también podría querer morderle o patearle, o…
Tomé una soga e hice rápidamente una enlazada pequeña en ella, como estábamos entre árboles no podía hacer una más grande y abarcativa. Si ese animal pensaba en hacerle daño a esa joven, terminaría atrapada o cuando menos atacada por mi látigo. Un segundo curso de acción posible es que huyera de ella, pero estaba segura de que retornaría a su preciado círculo, por lo que le esperaría para atraparla con la soga cuando pasara cerca de mí. Bueno, al menos eso esperaba.
Tenía la seguridad de que podría pegarle con el látigo si se acercaba –me lo había colgado desenrollado en mi hombro izquierdo para hacer uso de él rápidamente si era necesario- dañar siempre había resultado sencillo para mí. Pero, no era demasiado buena enlazando y hacía mucho tiempo que no lo practicaba, además de que nunca había pasado del sesenta por ciento de aciertos. En ese momento, bajo la tensión y aquél animal moviéndose de esa manera era mucho más difícil. Sobre todo si tenía en cuenta que muchos otros ya habían intentado atraparle… ¿a qué me estaba enfrentando realmente?
Woodpecker
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Re: Misión Doma al caballo salvaje [Quest Kaala-Wood]
El potrillo comenzó a ponerse nervioso al ver a su madre, y Erick tuvo que sentarse junto a él y llevarlo hacia su pecho sujetándolo con fuerza para que no intentara escaparse. En tanto que la madre, obligó a Kaala a agacharse, porque le saltó por encima y continuó en su círculo a todo galope, relinchando y saltando para luego golpear con fuerza la tierra.
Pero se detuvo para observar a Wood, fijando toda su atención en ella y el látigo. El animal tensó su postura y una de sus patas empezó a preparar batalla como un toro, dispuesta a desafiar el reto de la licántropa y pronto se fue a balanzar contra ella, y cuando ellátigo rodeó su cuello, ésta se irguió sobre sus patas y se dispuso a acabar con ella. Quien quis oayudar a Kaala, ahora estaba en problema, y el papel se invertía.
-¡Cuidado! ¡Esta bestia a matado a muchos! ¡Actuad rápido!-gritó la voz de Erick.
Pero se detuvo para observar a Wood, fijando toda su atención en ella y el látigo. El animal tensó su postura y una de sus patas empezó a preparar batalla como un toro, dispuesta a desafiar el reto de la licántropa y pronto se fue a balanzar contra ella, y cuando ellátigo rodeó su cuello, ésta se irguió sobre sus patas y se dispuso a acabar con ella. Quien quis oayudar a Kaala, ahora estaba en problema, y el papel se invertía.
-¡Cuidado! ¡Esta bestia a matado a muchos! ¡Actuad rápido!-gritó la voz de Erick.
Ansur
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Re: Misión Doma al caballo salvaje [Quest Kaala-Wood]
Solo me había alejado del grupo un par de pasos, pero de la nada el animal empezó a correr hacia mí y tuve la impresión de que me embestiría, pero no fue así. Mis instintos más básicos, los que tantas veces me habían salvado en el bosque, volvieron a hacerlo una vez más pegando mi cuerpo al suelo y haciéndolo rodar hacia un costado. Al parecer la joven licántropa, Wood, no se equivocaba al decir que sería una cosa casi imposible el hacerle parar. Levanté mi cuerpo del suelo casi tan rápido como la mirada, y esta se fijó en que la yegua iba dirigida hacia Wood esta vez, enfrentándolas a ambas en un tira y afloja, pero el caballo enfurecido fue el ganador y una vez más, amenazante, se disponía a atacar.
Ahí estaba otra vez... Mi otro yo, el lobo dormido en mí. Mi mirada oscureció borrando todo rastro de mi yo amable, dejando paso a un lado más práctico, el que lucha por mantener la vida. Agarré el largo látigo, algo más incluso que el mío propio, y en un par de segundes tuve que pensar en un plan a seguir. Si no me equivocaba fue la soga que la loba sostenía en manos la que hizo enfurecer aún más a la bestia, por lo que no sabría decir si era o no una buena idea tratar de usar lo que muchos antes usaron y fallaron en el intento, pero de momento lo dejaría de lado. También podría transformarme, pero ¿no pondría eso en aún mayor alerta a la madre de la cría? Con un depredador cerca con mayor ímpetu querría proteger a su pequeño... No. Eso lo dejaría como última opción, al igual que la pócima, pues ahora no tendría tiempo siquiera de hacer efecto.
- ¡Eh, tu! - grité amenazante esta vez, pero no surgió efecto, pues el animal parecía literalmente enloquecido. Pero tal vez eso fuese incluso mejor, pues me daba el ataque sorpresa que necesitaba.
Con el látigo en la mano di tres grandes y rápidos pasos en su dirección y lo azoté en el aire para que terminase enredado en una de las patas del animal, en la trasera, dejando ver además una fina línea de sangre en ella. Lo cierto es que no estaba a favor de herirlo en ninguno de los sentidos, pero si como dije queríamos hacerle parar, nuestro objetivo principal debería ser justo ese, las patas de la bestia. Además, ahora eran nuestras vidas las que estaban en juego. - ¡Las patas! ¡Para detenerla debemos detener sus patas primero! - grité hacia la chica con voz decidida, a la vez que algo fría, sin los cálidos sentimientos que solía transmitir. Ahora lo importante era sobrevivir.
A la vez que informé a gritos de mi idea a mi compañera corrí hacia el árbol más cercano a mí, saltando sobre un baja y gruesa rama, y como pude empecé a anudar el látigo a esta. No sabía si funcionaría. Tal vez se rompiese el cuero del látigo, o incluso podría llegar a desenredarse de su pata, o tal vez fuese el árbol el que acabase quebrado, pero confiaba en mis largos años de práctica con esta clase de armas y esperé que no pasase nada de eso. Además me reconfortó saber que la altura a la que me encontraba sumaba un punto más a mi defensa contra el animal. Esperaba que con esto la loba tuviese tiempo de reaccionar.
Ahí estaba otra vez... Mi otro yo, el lobo dormido en mí. Mi mirada oscureció borrando todo rastro de mi yo amable, dejando paso a un lado más práctico, el que lucha por mantener la vida. Agarré el largo látigo, algo más incluso que el mío propio, y en un par de segundes tuve que pensar en un plan a seguir. Si no me equivocaba fue la soga que la loba sostenía en manos la que hizo enfurecer aún más a la bestia, por lo que no sabría decir si era o no una buena idea tratar de usar lo que muchos antes usaron y fallaron en el intento, pero de momento lo dejaría de lado. También podría transformarme, pero ¿no pondría eso en aún mayor alerta a la madre de la cría? Con un depredador cerca con mayor ímpetu querría proteger a su pequeño... No. Eso lo dejaría como última opción, al igual que la pócima, pues ahora no tendría tiempo siquiera de hacer efecto.
- ¡Eh, tu! - grité amenazante esta vez, pero no surgió efecto, pues el animal parecía literalmente enloquecido. Pero tal vez eso fuese incluso mejor, pues me daba el ataque sorpresa que necesitaba.
Con el látigo en la mano di tres grandes y rápidos pasos en su dirección y lo azoté en el aire para que terminase enredado en una de las patas del animal, en la trasera, dejando ver además una fina línea de sangre en ella. Lo cierto es que no estaba a favor de herirlo en ninguno de los sentidos, pero si como dije queríamos hacerle parar, nuestro objetivo principal debería ser justo ese, las patas de la bestia. Además, ahora eran nuestras vidas las que estaban en juego. - ¡Las patas! ¡Para detenerla debemos detener sus patas primero! - grité hacia la chica con voz decidida, a la vez que algo fría, sin los cálidos sentimientos que solía transmitir. Ahora lo importante era sobrevivir.
A la vez que informé a gritos de mi idea a mi compañera corrí hacia el árbol más cercano a mí, saltando sobre un baja y gruesa rama, y como pude empecé a anudar el látigo a esta. No sabía si funcionaría. Tal vez se rompiese el cuero del látigo, o incluso podría llegar a desenredarse de su pata, o tal vez fuese el árbol el que acabase quebrado, pero confiaba en mis largos años de práctica con esta clase de armas y esperé que no pasase nada de eso. Además me reconfortó saber que la altura a la que me encontraba sumaba un punto más a mi defensa contra el animal. Esperaba que con esto la loba tuviese tiempo de reaccionar.
Kaala
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Re: Misión Doma al caballo salvaje [Quest Kaala-Wood]
Di medio suspiro de alivio cuando Kaala se tiró al suelo. Medio porque cuando pasó el peligro para ella comenzó el mio. Parecía que la pequeña y dulce Relámpago –alias Furia- se había enojado por verme armada con aquel lazo, ¿o era quizás por el látigo?. La parte buena, fue que pude atraparla del cuello. El lugar más seguro para ambas. La parte mala era que ahora se disponía a envestirme. Esta vez, no pude hacer más que carcajearme alto y profundo. Era un desafío y ¡claro que lo aceptaría! Ambas éramos bestias salvajes y quería medir nuestras fuerzas.
Erik intervino advirtiéndonos que tuviéramos cuidado ya que Furia había matado a muchos ya. ¿Tendría un historial como el mío? La última opción era transformarme. Eso siempre alertaba a los caballos y les asustaba, aunque estaba segura de que esa yegua era más inteligente, intrépida y bravía que muchos otros guerreros que había enfrentado en el pasado. Una combatiente digna. Probablemente de transformarme, me trataría de la misma forma. Me alegraba que no tuviera manos para sostener una espada o cuernos, porque de ser así estaría ya ensartada.
La bestia se paró de manos dispuesta a atacarme y Kaala –una Kaala más impetuosa y descarnada- le atrapó una de las patas hiriéndola. En realidad eso no me hizo muy feliz. Desde donde estaba podía olfatear la sangre del animal. Sin duda, eso era una ayuda, pero divergía de mis planes de pelear con ella. Desde hacía tiempo, observaba caballos y su interacción con los hombres, envidiándoles por poder tener esa relación tan cordial y cómo, muchos humanos apostaban sus vidas para amansar a los más salvajes y embravuconados. Y había aprendido solo una cosa: los caballos están más vulnerables cuando están en dos patas. Probablemente si la chica licántropo se hubiera percatado de ello hubiera podido tirarle al suelo, aunque parece que prefirió atarle a un árbol.
La idea de atacar sus patas era interesante, pero no satisfactoria para mí. Al parecer no eramos capaces de ponernos de acuerdo en una cosa tan sencilla como atrapar a un animal salvaje. Probablemente Kaala tenía un carácter más fuerte del que juzgué –y bastante más que el mío en el momento-. La intervención de la joven fue suficiente para hacer que el ataque de la potra se divergiera y le pegase a un árbol cercano con sus manos.
Ahora tienes tres patas querida ¿Qué piensas hacer? le dije mientras le daba un poco de cuerda y me movía a uno de sus lados para luego darle un buen tirón del pescuezo que la giró en el aire hacia atrás quedando momentáneamente aturdida. Me preocupaba que pudiera romperse la pata si una de ellas tiraba mal, pero no podía hacer nada al respecto. Miré a la chica sobre el árbol y le aventé con toda la fuerza que pude el látigo que me sobraba. No pensaba usarlo mientras tuviera al animal agarrado por el pescuezo.
Si la aprovechamos ¡quizá podamos asirla a ese árbol para retenerla! le grité a la chica.
La idea primordial a seguir si todo salía bien, aunque sujeta a modificaciones claro está, era “pasarla” por un tronco lo suficientemente fuerte como para resistir la fuerza de ella y acercarla a mí lo más posible. Luego de eso, Kaala o yo tendríamos que embozalarla y empezar a amanzarle. Demostrarle que no queríamos hacerle daño…una vez, por supuesto, que viera que no podía dañarnos. Era una tarea complicada.
Erik intervino advirtiéndonos que tuviéramos cuidado ya que Furia había matado a muchos ya. ¿Tendría un historial como el mío? La última opción era transformarme. Eso siempre alertaba a los caballos y les asustaba, aunque estaba segura de que esa yegua era más inteligente, intrépida y bravía que muchos otros guerreros que había enfrentado en el pasado. Una combatiente digna. Probablemente de transformarme, me trataría de la misma forma. Me alegraba que no tuviera manos para sostener una espada o cuernos, porque de ser así estaría ya ensartada.
La bestia se paró de manos dispuesta a atacarme y Kaala –una Kaala más impetuosa y descarnada- le atrapó una de las patas hiriéndola. En realidad eso no me hizo muy feliz. Desde donde estaba podía olfatear la sangre del animal. Sin duda, eso era una ayuda, pero divergía de mis planes de pelear con ella. Desde hacía tiempo, observaba caballos y su interacción con los hombres, envidiándoles por poder tener esa relación tan cordial y cómo, muchos humanos apostaban sus vidas para amansar a los más salvajes y embravuconados. Y había aprendido solo una cosa: los caballos están más vulnerables cuando están en dos patas. Probablemente si la chica licántropo se hubiera percatado de ello hubiera podido tirarle al suelo, aunque parece que prefirió atarle a un árbol.
La idea de atacar sus patas era interesante, pero no satisfactoria para mí. Al parecer no eramos capaces de ponernos de acuerdo en una cosa tan sencilla como atrapar a un animal salvaje. Probablemente Kaala tenía un carácter más fuerte del que juzgué –y bastante más que el mío en el momento-. La intervención de la joven fue suficiente para hacer que el ataque de la potra se divergiera y le pegase a un árbol cercano con sus manos.
Ahora tienes tres patas querida ¿Qué piensas hacer? le dije mientras le daba un poco de cuerda y me movía a uno de sus lados para luego darle un buen tirón del pescuezo que la giró en el aire hacia atrás quedando momentáneamente aturdida. Me preocupaba que pudiera romperse la pata si una de ellas tiraba mal, pero no podía hacer nada al respecto. Miré a la chica sobre el árbol y le aventé con toda la fuerza que pude el látigo que me sobraba. No pensaba usarlo mientras tuviera al animal agarrado por el pescuezo.
Si la aprovechamos ¡quizá podamos asirla a ese árbol para retenerla! le grité a la chica.
La idea primordial a seguir si todo salía bien, aunque sujeta a modificaciones claro está, era “pasarla” por un tronco lo suficientemente fuerte como para resistir la fuerza de ella y acercarla a mí lo más posible. Luego de eso, Kaala o yo tendríamos que embozalarla y empezar a amanzarle. Demostrarle que no queríamos hacerle daño…una vez, por supuesto, que viera que no podía dañarnos. Era una tarea complicada.
Woodpecker
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Re: Misión Doma al caballo salvaje [Quest Kaala-Wood]
El animal tragó de erguirse de nuevo sobre sus patas, atado al árbol. Erick se vio sorprendido, pues no esperaba que usaran los látigos de esa forma y dio un grito eufórico.
-¡Muy bien!-Queda que alguna de las dos lo dome ahora y la otra suelte la cuerda. ¡Quien la dome, se la llevará consigo!-exclamó el joven contento de que la tuvieran acorralada a la madre del potrillo.
Relámpago soltaba bufidos y forcejeaba aún. Quedaba por ponerle el asiento, las riendas y empezar la doma. ¿Quién estaría dispuesta a correr ese riesgo? Se tendrían que poner de acuerdo la muchachas.
Empezaba a refrescar la tarde, y una neblina venía de lo lejos. Las nubes se habían cerrado cubriendo todo de un color grisáceo. ¿Cuánto tiempo habría pasado desde que vieron los rayos del sol? Habría que apresurarse, pues estos climas no aseguraban nada bueno. Siempre que esa neblina se cerraba, siempre se encontraban restos humanos tirados por algún lado y se rumoreaba de jinetes oscuros o demonios. Se podía sentir un escalofrió terrible de solo imaginar esas criaturas. Ahora la atención estaba en intentar domar a Relámpago.
Off rol: Si ambas quieren domar a Relámpago, el próximo rol será en el Chat Box o si se ponen de acuerdo, posteeen directamente. Charlenlo. Les daré 24hs. Saludos.
-¡Muy bien!-Queda que alguna de las dos lo dome ahora y la otra suelte la cuerda. ¡Quien la dome, se la llevará consigo!-exclamó el joven contento de que la tuvieran acorralada a la madre del potrillo.
Relámpago soltaba bufidos y forcejeaba aún. Quedaba por ponerle el asiento, las riendas y empezar la doma. ¿Quién estaría dispuesta a correr ese riesgo? Se tendrían que poner de acuerdo la muchachas.
Empezaba a refrescar la tarde, y una neblina venía de lo lejos. Las nubes se habían cerrado cubriendo todo de un color grisáceo. ¿Cuánto tiempo habría pasado desde que vieron los rayos del sol? Habría que apresurarse, pues estos climas no aseguraban nada bueno. Siempre que esa neblina se cerraba, siempre se encontraban restos humanos tirados por algún lado y se rumoreaba de jinetes oscuros o demonios. Se podía sentir un escalofrió terrible de solo imaginar esas criaturas. Ahora la atención estaba en intentar domar a Relámpago.
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Ansur
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Re: Misión Doma al caballo salvaje [Quest Kaala-Wood]
Agarré el látigo al vuelo, agradeciendo a mi compañera por habérmelo alcanzado. Lo cierto es que era de gran ayuda la valentía que esta mostraba, pues sus logros con el animal habían sido más que impresionantes, y el trabajo parecía estar casi acabado, parecía.
Bajé del árbol aprovechando que la bestia estaba más o menos tranquila y como pude me dirigí al lado contrario. Una vez ahí, antes de que volviese a enloquecer, hice lo mismo que la vez primera, pero con la soga, y con un ágil movimiento enrollé una punta a su cuello, lo que tal vez podría ser útil más adelante, atando el extremo de mis manos a un árbol en la otra punta del en el que estaba atada la pata del animal, impidiendo así que saltase o se moviese del sitio, pues ambas cuerdas estaban tensas.
- ¿Y ahora...? - Esperaba que el joven domador nos aconsejara qué debíamos hacer a continuación, pues no sabía realmente mucho sobre caballos, pero más o menos supuse lo que faltaba por hacer. - Bueno... Wood, si puedes podrías ensillar al caballo. Yo vigilaré que no se suelte. - dije en voz suficientemente alta para que me oyese. Aún mantenía mi otro yo, centrado en la supervivencia, pero poco a poco iba regresando a ser la del principio. No la conocía, pero tenía la impresión de que seguro sería capaz de hacerlo, y eso me tranquilizaba.
(Off rol: Siento la tardanza, como ya dije por MP, y espero que estén todos conformes con esta decisión, sino puedo modificar. :)) )
Bajé del árbol aprovechando que la bestia estaba más o menos tranquila y como pude me dirigí al lado contrario. Una vez ahí, antes de que volviese a enloquecer, hice lo mismo que la vez primera, pero con la soga, y con un ágil movimiento enrollé una punta a su cuello, lo que tal vez podría ser útil más adelante, atando el extremo de mis manos a un árbol en la otra punta del en el que estaba atada la pata del animal, impidiendo así que saltase o se moviese del sitio, pues ambas cuerdas estaban tensas.
- ¿Y ahora...? - Esperaba que el joven domador nos aconsejara qué debíamos hacer a continuación, pues no sabía realmente mucho sobre caballos, pero más o menos supuse lo que faltaba por hacer. - Bueno... Wood, si puedes podrías ensillar al caballo. Yo vigilaré que no se suelte. - dije en voz suficientemente alta para que me oyese. Aún mantenía mi otro yo, centrado en la supervivencia, pero poco a poco iba regresando a ser la del principio. No la conocía, pero tenía la impresión de que seguro sería capaz de hacerlo, y eso me tranquilizaba.
(Off rol: Siento la tardanza, como ya dije por MP, y espero que estén todos conformes con esta decisión, sino puedo modificar. :)) )
Kaala
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Re: Misión Doma al caballo salvaje [Quest Kaala-Wood]
Kaala se las arregló para asegurar al furibundo animal que lentamente comenzaba a amanzarse, quizás por el aburrimiento, quizás porque no veía una forma de escapar. Escuché las palabras de ella y asentí.
Fui al costado de Erik y tomé la silla y la brida. Cuando me acerqué al animal con el gran bulto dio un salto e intentó patearme, pero las maniobras de Kaala al principio impidieron que el animal me dañara. Ambas, la yegua y la loba, estaban atentas de todo y eso me dio un poco de gracia. Antes de ponerle la montura encima, me acerqué a Furia y comencé a acariciarle. Al principio, ella intentó patearme pero como volvió a ver que no podría se resignó y desconfiada empezó a temblar bajo mis caricias.
Recorrí todo su cuerpo por ambos lados, eso me tomó un par de minutos al cabo de los cuales la potra estaba más tranquila y receptiva. Lo siguiente, fue ponerle la montura con precaución. Al ver ese objeto extraño volvió a desconfiar un poco de mí, pero se mostró ligeramente más tranquila que al principio. Yo no dejaba de susurrarle palabras bonitas a ella y a Kaala. Tranquila bonita… ¿ves? Esto no te hará daño….
Cuando llegó la hora de ajustar la cincha de la silla la yegua resopló y tiró un manotazo al aire. Me sorprendió que no hiciera un berrinche mayor. Sonreí de costado y proseguí a ponerle la brida. Luego ensayé lentamente el subir y bajar de ella con el animal aún atado. Quería que me viera bien de todos los ángulos posibles antes de librarla de las sogas.
El aire comenzaba a enfriarse y el tiempo se acababa. El lugar era famoso por los disturbios nocturnos que estaban ocurriendo en los últimos tiempos y nuevamente me sorprendí de la valentía de aquél animal para permanecer en los alrededores. Finalmente me monté sobre ella, agarré fuertemente las riendas con una mano y alcé la otra.
Kaala, quiero que le sueltes las patas y luego le quites la soga del pescuezo. Vamos a ver quién gana esta pequeña batalla le dije con una voz temblorosa. Era la tercer vez que montaba un caballo –aunque no otras cosas- y sólo tenía la confianza suficiente en mí como para mantenerme sobre ella… Conocía los básicos y la postura que debía mantener. Acaricié con la mano libre el pescuezo del animal para tranquilizarlo y esperé ansiosa que la chica hiciera lo que le pedí.
Fui al costado de Erik y tomé la silla y la brida. Cuando me acerqué al animal con el gran bulto dio un salto e intentó patearme, pero las maniobras de Kaala al principio impidieron que el animal me dañara. Ambas, la yegua y la loba, estaban atentas de todo y eso me dio un poco de gracia. Antes de ponerle la montura encima, me acerqué a Furia y comencé a acariciarle. Al principio, ella intentó patearme pero como volvió a ver que no podría se resignó y desconfiada empezó a temblar bajo mis caricias.
Recorrí todo su cuerpo por ambos lados, eso me tomó un par de minutos al cabo de los cuales la potra estaba más tranquila y receptiva. Lo siguiente, fue ponerle la montura con precaución. Al ver ese objeto extraño volvió a desconfiar un poco de mí, pero se mostró ligeramente más tranquila que al principio. Yo no dejaba de susurrarle palabras bonitas a ella y a Kaala. Tranquila bonita… ¿ves? Esto no te hará daño….
Cuando llegó la hora de ajustar la cincha de la silla la yegua resopló y tiró un manotazo al aire. Me sorprendió que no hiciera un berrinche mayor. Sonreí de costado y proseguí a ponerle la brida. Luego ensayé lentamente el subir y bajar de ella con el animal aún atado. Quería que me viera bien de todos los ángulos posibles antes de librarla de las sogas.
El aire comenzaba a enfriarse y el tiempo se acababa. El lugar era famoso por los disturbios nocturnos que estaban ocurriendo en los últimos tiempos y nuevamente me sorprendí de la valentía de aquél animal para permanecer en los alrededores. Finalmente me monté sobre ella, agarré fuertemente las riendas con una mano y alcé la otra.
Kaala, quiero que le sueltes las patas y luego le quites la soga del pescuezo. Vamos a ver quién gana esta pequeña batalla le dije con una voz temblorosa. Era la tercer vez que montaba un caballo –aunque no otras cosas- y sólo tenía la confianza suficiente en mí como para mantenerme sobre ella… Conocía los básicos y la postura que debía mantener. Acaricié con la mano libre el pescuezo del animal para tranquilizarlo y esperé ansiosa que la chica hiciera lo que le pedí.
Woodpecker
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Re: Misión Doma al caballo salvaje [Quest Kaala-Wood]
Una vez que Kaala soltara a Relámpago-Furia, la bestia volvería a encabritarse, irguiéndose sobre sus patas, saltando de nuevo con todo su peso sobre las patas delanteras, clavándolas con furia en la tierra. Wood debería esforzarse mucho con las retorcidas del animal intentando derribarla de su lomo, y también tenía la vista en Kaala, a quien entre saltos y berrinche se dirigía a ella también para atacarla. Sin embargo, a quien le centraba más en su atención, era quien estaba montada sobre ella.
El potro, por su lado, empezó a ponerse aún más nervioso y quería escapar de las manos de Erick y éste se vio sorprendido porque su caballo también empezaba a moverse, asustado por la oscuridad que se avecinaba a lo lejos.
Saltos, golpes, corridas en círculos de nuevos, y Wood debía resistir y Kaala ir escabulléndose para no morir bajo Furia con ira. Relinchaba y no parecía cansarse nunca. Sólo Wood sabía si resistiría, según su fuerza física e interna.
-¡Maldición-se escuchó exclamar a Erick, sacudiendo sus manos manchadas de sangre. Entre forcejeos, el potrillo le había enredado las riendas en las manos del joven y entre tironeos, le había producido unos cortes en las manos. A lo lejos se pudo escuchar el ruido de unos cascos de caballo que venía a todo galope.
El potro, por su lado, empezó a ponerse aún más nervioso y quería escapar de las manos de Erick y éste se vio sorprendido porque su caballo también empezaba a moverse, asustado por la oscuridad que se avecinaba a lo lejos.
Saltos, golpes, corridas en círculos de nuevos, y Wood debía resistir y Kaala ir escabulléndose para no morir bajo Furia con ira. Relinchaba y no parecía cansarse nunca. Sólo Wood sabía si resistiría, según su fuerza física e interna.
-¡Maldición-se escuchó exclamar a Erick, sacudiendo sus manos manchadas de sangre. Entre forcejeos, el potrillo le había enredado las riendas en las manos del joven y entre tironeos, le había producido unos cortes en las manos. A lo lejos se pudo escuchar el ruido de unos cascos de caballo que venía a todo galope.
Ansur
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Re: Misión Doma al caballo salvaje [Quest Kaala-Wood]
Me alegró ver el cuidado con el que Wood procedía, siempre con movimientos suaves y tranquilos, para que el animal se acostumbrase a su presencia y a lo que era más importante, el contacto. Por ello mismo, y después de un par de ensayos, asentí a sus palabras de soltar a la yegua de las cuerdas que la tenían atada, para probar avanzar un poco más en la domación.
Muy despacio solté el látigo de su pata trasera, tirando de él de tal forma que, sin causarle más daño, se desenrollara con facilidad. Entonces volví a dar la vuelta y el animal parecía seguir estando tranquilo, todo gracias a la licántropa montada sobre él, y solté la soga del árbol, pero decidí que tal vez sería buena idea mantenerla a su cuello por si debíamos agarrarla de ella más adelante, pues uno nunca sabía.
En cuanto la bestia notó su liberación, cambió radicalmente, como si hasta ahora solo hubiese estado fingiendo, y comenzó de nuevo a dar unos increíbles saltos "endemoniados". No pude evitar gritar. - ¿¡Wood, todo bien?! - La joven estaba en un tremendo peligro subida a lomos del animal, pero no era la única, pues aprovechando sus potentes movimientos para deshacerse de Wood, también trató de embestirme y aplastarme bajo su inmenso cuerpo, obligándome a centrarme en esquivar, y en nada más.
En uno de esos preciados descansos que me daba el caballo, y se dirigía a embestir el aire y no a mí, noté el aroma de la sangre en el aire, y de seguro mi compañera lo notaría también. Miré en la dirección en la que me indicó mi nariz y pude ver que Relámpago no era el único caballo que estaba alterado; como si algo oscuro se acercase...
- ¿Estás bien? - le pregunté al joven, mientras inspeccionaba su herida y decidía qué podría hacer con ella para ayudar. Finalmente decidí coger un trozo de tela y atársela con fuerza, para que, de momento, al menos dejase de sangrar. No teníamos tiempo... Wood seguía en peligro, Relámpago seguía enloquecida y el sonido de más caballos se acercaba a nosotros. - Dime... ¿Has llamado a alguien más a este lugar...? - Si no fuese así, podría ser cualquier cosa, y no estaba segura de que fuese una cosa que fuese a gustarnos. Al menos por el olor no parecían ser muchos los que iban a llegar.
Muy despacio solté el látigo de su pata trasera, tirando de él de tal forma que, sin causarle más daño, se desenrollara con facilidad. Entonces volví a dar la vuelta y el animal parecía seguir estando tranquilo, todo gracias a la licántropa montada sobre él, y solté la soga del árbol, pero decidí que tal vez sería buena idea mantenerla a su cuello por si debíamos agarrarla de ella más adelante, pues uno nunca sabía.
En cuanto la bestia notó su liberación, cambió radicalmente, como si hasta ahora solo hubiese estado fingiendo, y comenzó de nuevo a dar unos increíbles saltos "endemoniados". No pude evitar gritar. - ¿¡Wood, todo bien?! - La joven estaba en un tremendo peligro subida a lomos del animal, pero no era la única, pues aprovechando sus potentes movimientos para deshacerse de Wood, también trató de embestirme y aplastarme bajo su inmenso cuerpo, obligándome a centrarme en esquivar, y en nada más.
En uno de esos preciados descansos que me daba el caballo, y se dirigía a embestir el aire y no a mí, noté el aroma de la sangre en el aire, y de seguro mi compañera lo notaría también. Miré en la dirección en la que me indicó mi nariz y pude ver que Relámpago no era el único caballo que estaba alterado; como si algo oscuro se acercase...
- ¿Estás bien? - le pregunté al joven, mientras inspeccionaba su herida y decidía qué podría hacer con ella para ayudar. Finalmente decidí coger un trozo de tela y atársela con fuerza, para que, de momento, al menos dejase de sangrar. No teníamos tiempo... Wood seguía en peligro, Relámpago seguía enloquecida y el sonido de más caballos se acercaba a nosotros. - Dime... ¿Has llamado a alguien más a este lugar...? - Si no fuese así, podría ser cualquier cosa, y no estaba segura de que fuese una cosa que fuese a gustarnos. Al menos por el olor no parecían ser muchos los que iban a llegar.
Kaala
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Re: Misión Doma al caballo salvaje [Quest Kaala-Wood]
Todo fue tan rápido que cuando quise darme cuenta estaba casi por volar por los aires. Si no hubiera sido por las palabras de Kaala, probablemente Furia se hubiera desecho de mi en cuestión de nada. Seguro subestimé la potencia de aquél fiero animal. Esquivaba ramas y trataba de mantenerme en equilibrio sobre un suelo movible y dinámico. Más de una vez me vi tentada a transformarme, o dejar que mi lado salvaje se hiciera de la fuerza, pero no lo permití. Yo Feith Greenwood sería quien ganara el derecho de llamarse la domadora de la famosa Relámpago.
Pero mis aspiraciones no iban mucho con la realidad, una en la que yo luchaba con todas mis fuerzas por mantenerme sobre el lomo de la yegua, mientras que Kaala tenía que esquivar golpes y arcadas. Vi que la joven olfateó algo en el aire, pero estaba demasiado concentrada en no caer como para notarlo hasta que lo vi. Erik estaba sangrando. No era profuso, pero lo suficiente como para encabritarme yo.
Entonces, hice acopio de una fuerza que no creía tener. ¿Adrenalina quizás? Apreté mis piernas en los ijares del eojado animal, lo que hizo que rompiera la concentración de éste. Entonces agarré con ambas manos las riendas y jalé con toda mi fuerza. Por unos momentos sentí que estaba tomando el control, hasta que fue evidente la el sonido de caballos acercándose. El aire se había vuelto frío y siniestro. Para entonces, Kaala había acabado de vendarle la mano al humano y Furia tenía su atención divergida entre su potranco o correr. Parecía que poco le importaba yo sobre su lomo, ella tenía sus propias prioridades.
Se dice que se necesita una prueba de confianza en esos casos. ¿Qué mejor que esa?
Erik, ¡no es tiempo para tonterías! Suelta al potrillo y probemos de qué están hechas las patas de esta caballada le grité convencida de que en la huida de eso que se acercaba sería capaz de poder terminar con la doma. Mucho más si el pequeño estaba cerca de la madre.
Ahora sólo me preocupaba que todos saliéramos de allí con vida.
Pero mis aspiraciones no iban mucho con la realidad, una en la que yo luchaba con todas mis fuerzas por mantenerme sobre el lomo de la yegua, mientras que Kaala tenía que esquivar golpes y arcadas. Vi que la joven olfateó algo en el aire, pero estaba demasiado concentrada en no caer como para notarlo hasta que lo vi. Erik estaba sangrando. No era profuso, pero lo suficiente como para encabritarme yo.
Entonces, hice acopio de una fuerza que no creía tener. ¿Adrenalina quizás? Apreté mis piernas en los ijares del eojado animal, lo que hizo que rompiera la concentración de éste. Entonces agarré con ambas manos las riendas y jalé con toda mi fuerza. Por unos momentos sentí que estaba tomando el control, hasta que fue evidente la el sonido de caballos acercándose. El aire se había vuelto frío y siniestro. Para entonces, Kaala había acabado de vendarle la mano al humano y Furia tenía su atención divergida entre su potranco o correr. Parecía que poco le importaba yo sobre su lomo, ella tenía sus propias prioridades.
Se dice que se necesita una prueba de confianza en esos casos. ¿Qué mejor que esa?
Erik, ¡no es tiempo para tonterías! Suelta al potrillo y probemos de qué están hechas las patas de esta caballada le grité convencida de que en la huida de eso que se acercaba sería capaz de poder terminar con la doma. Mucho más si el pequeño estaba cerca de la madre.
Ahora sólo me preocupaba que todos saliéramos de allí con vida.
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Re: Misión Doma al caballo salvaje [Quest Kaala-Wood]
-¡No te preocupes muchacha, no es nada!-djo Erick y volvió la atención a Wood y Relámpago-Furia. Al oir las palabras de ella, soltó al potrillo que corrió a su madre, aún furiosa pero ella empezó a saltar tratando de derribar a su jinete.
Las fuerzas de Wood cedieron en algun momento, contra el poder de la pura sangre. Se irgió sobre sus patas traseras una vez más y la derribó hacia atrás haciendola chocar contra un árbol para luego salir a todo galope perdiendose entre los árboles junto con la cría.
Un jinete se dirigó a Erick que estuvo a punto de correr hacia Wood por si se había hecho daño, aunque ella solo tendría un fuerte dolor de espalda, rasguños y magulladuras.
-Muchacho, eres ¿Erick?, traigo mensajes desde tu casa-informó el hombre, que llevaba bigotes y barba prolijamente afeitados. Llevaba una capa con un broche que solian usar los mensajeros. El joven se olvidó poir momento del caballo y su cría, reconociendo al hombre.
-Si, soy yo-respondió el joven y el hombre otro hizo una leve reverencia. Su expresión no aseguraba nada bueno y el clima de la tormenta que se avecinaba no mejoraba mucho las cosas.
-Tu padre ha muerto, lo lamento mucho joven-Erick no djo nada, solo asintió y retrocedió unos pasos con un suspiro, como si ya hubiera sabido que en cualquier momento eso ocurriría.
Relámpago-Furia apareció por detrás del arbol galopando tranquila hasta Wood. Parecía totalmente cambiada. El potrillo estaba a un costado de él, feliz por estar de regreso con su madre. Habia conseguido domarla.
-Debemos regresar...-avisó Erick viendo como el mensajero se marchaba.Su expresión era tranquila, pero demasiado seria, diferente a la simpatía que había tenido antes. Pero dibujó una sonrisa amable al ver a los animales junto a las dos jóvenes y agregó tomando las riendas de su caballo para emprender el viaje de regreso-Relámpago estará en el establo junto con la cría hasta que crezca. Llevan una conexión de madre-hijo. Pero pueden ir todos los días a entrenarse- se acercó a ambas jóvenes trayendo consigo a su caballo. Miró a Wood-Muchacha, has conseguido domarla, puedes llamarla como desees, felicidades-Dirigió la mirada a Kaala-Y tu, seguramente la madre no estará en contra de que cuides de su hijo... Ahora regresemos. Tengo mucho que hacer en casa-
Se acercó y acarició el hocico de Relámpago, que se había apegado a Wood y no deseaba apartarse de su lado. Algo había hecho para que tuviera esa reacción. Los animales eran sabios, solo ellos sabían el porqué de sus acciones y actitudes. El potrillo relinchó, siempre permaneciendo junto a la madre.
Se volteó dispuesto a emprender el viaje de regreso junto a las jóvenes, y los caballos.
Cuando regresaron al establo dentro de Lunargenta, Erick se mantuvo callado durante todo el camino, pero dejó que als muchachas esperaran e ingresaran a los animales dentro del corral junto a los otros y les dieran la ubicación deseada, donde sería que fueran a buscarlos para cuando fuera a entrenar. Rato despues, cuando las primeras gotas de lluvia dieron inicio a la tormenta, Erick regresó con la recompensa y dijo con amabilidad y una sonrisa.
-Muchachas, Wood, el caballo es tuyo, y el potrillo, te corresponde a tí Kaala, pero prometí una recompensa de aeros, y acá la tienes-dijo ahora mirando a la licántropoa y entregádole una bolsa co los aeros.
¡Misión finalizada con exito!
Para cada una, 20 puntos de experiencia.
Wood: Relámpago-Furia con 1 habilidad+500 aeros.
Kaala: Potrillo con 3 habilidades a entrenar.
Nota: Wood, para determinar la habildiad de tu caballo, debes realizar un tema con 5 post entrenando a tu caballo.
Kaala: para determinar las habilidades de tu caballo, debes realizar un tema para cada una con 3 post.
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Las fuerzas de Wood cedieron en algun momento, contra el poder de la pura sangre. Se irgió sobre sus patas traseras una vez más y la derribó hacia atrás haciendola chocar contra un árbol para luego salir a todo galope perdiendose entre los árboles junto con la cría.
Un jinete se dirigó a Erick que estuvo a punto de correr hacia Wood por si se había hecho daño, aunque ella solo tendría un fuerte dolor de espalda, rasguños y magulladuras.
-Muchacho, eres ¿Erick?, traigo mensajes desde tu casa-informó el hombre, que llevaba bigotes y barba prolijamente afeitados. Llevaba una capa con un broche que solian usar los mensajeros. El joven se olvidó poir momento del caballo y su cría, reconociendo al hombre.
-Si, soy yo-respondió el joven y el hombre otro hizo una leve reverencia. Su expresión no aseguraba nada bueno y el clima de la tormenta que se avecinaba no mejoraba mucho las cosas.
-Tu padre ha muerto, lo lamento mucho joven-Erick no djo nada, solo asintió y retrocedió unos pasos con un suspiro, como si ya hubiera sabido que en cualquier momento eso ocurriría.
Relámpago-Furia apareció por detrás del arbol galopando tranquila hasta Wood. Parecía totalmente cambiada. El potrillo estaba a un costado de él, feliz por estar de regreso con su madre. Habia conseguido domarla.
-Debemos regresar...-avisó Erick viendo como el mensajero se marchaba.Su expresión era tranquila, pero demasiado seria, diferente a la simpatía que había tenido antes. Pero dibujó una sonrisa amable al ver a los animales junto a las dos jóvenes y agregó tomando las riendas de su caballo para emprender el viaje de regreso-Relámpago estará en el establo junto con la cría hasta que crezca. Llevan una conexión de madre-hijo. Pero pueden ir todos los días a entrenarse- se acercó a ambas jóvenes trayendo consigo a su caballo. Miró a Wood-Muchacha, has conseguido domarla, puedes llamarla como desees, felicidades-Dirigió la mirada a Kaala-Y tu, seguramente la madre no estará en contra de que cuides de su hijo... Ahora regresemos. Tengo mucho que hacer en casa-
Se acercó y acarició el hocico de Relámpago, que se había apegado a Wood y no deseaba apartarse de su lado. Algo había hecho para que tuviera esa reacción. Los animales eran sabios, solo ellos sabían el porqué de sus acciones y actitudes. El potrillo relinchó, siempre permaneciendo junto a la madre.
Se volteó dispuesto a emprender el viaje de regreso junto a las jóvenes, y los caballos.
Cuando regresaron al establo dentro de Lunargenta, Erick se mantuvo callado durante todo el camino, pero dejó que als muchachas esperaran e ingresaran a los animales dentro del corral junto a los otros y les dieran la ubicación deseada, donde sería que fueran a buscarlos para cuando fuera a entrenar. Rato despues, cuando las primeras gotas de lluvia dieron inicio a la tormenta, Erick regresó con la recompensa y dijo con amabilidad y una sonrisa.
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Ansur
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