En el cementerio con Jorah [Quest]
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En el cementerio con Jorah [Quest]
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Jorah, cómo se conocía en el cementerio que se encontraba en afueras de la ciudad de Lunargenta, desde hace tiempo el trabajo empezó a abundarle, con víctimas asesinadas. Él resguardaba durante las noches a los muertos, y contrataba a la gente por unos aeros para velar por las almas en penas.
En un atardecer, su amada esposa había sido la nueva victima. Al atardecer siguiente la enterró el mismo. Tenía las mismas heridas que todas las victimas. Había dejado un cartel en la taberna de que necesitaba ayuda para su investigación. Todas las victimas tenían una rosa sobre el pecho, y los ojos vendados, según él describía en la nota.
*Seré extremadamente estricto en cuanto a las 24hs.
*No se debe estar participando en otra quest.
*No debe estar participando en duelo/entrenamiento.
*Si se abandona la quest, habrá consecuencia que afecte al personaje.
*Se debe notificar si no se responderá dentro de las 24hs en la quest.
*NO puede estar participando en otra misión con otra cuenta por las obvias razones de que otros usuarios deben tener la oportunidad de entrar a la misión.
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- PNJ`s:
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- El guardia del cementerio:
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Jorah, cómo se conocía en el cementerio que se encontraba en afueras de la ciudad de Lunargenta, desde hace tiempo el trabajo empezó a abundarle, con víctimas asesinadas. Él resguardaba durante las noches a los muertos, y contrataba a la gente por unos aeros para velar por las almas en penas.
En un atardecer, su amada esposa había sido la nueva victima. Al atardecer siguiente la enterró el mismo. Tenía las mismas heridas que todas las victimas. Había dejado un cartel en la taberna de que necesitaba ayuda para su investigación. Todas las victimas tenían una rosa sobre el pecho, y los ojos vendados, según él describía en la nota.
"Jorah, el que vela por tus antepasados
Mi esposa ha fallecido a manos del Asesino de las Rosas, a quienes deja en su pecho, junto con una venda en los ojos y unas heridas, que siempre son las mismas. La próxima victima puedes ser tú. Necesito de vuestra ayuda. Quien esté interesado, me encontrará en la entrada del cementerio a la media noche "
Mi esposa ha fallecido a manos del Asesino de las Rosas, a quienes deja en su pecho, junto con una venda en los ojos y unas heridas, que siempre son las mismas. La próxima victima puedes ser tú. Necesito de vuestra ayuda. Quien esté interesado, me encontrará en la entrada del cementerio a la media noche "
- Cementerio:
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*Seré extremadamente estricto en cuanto a las 24hs.
*No se debe estar participando en otra quest.
*No debe estar participando en duelo/entrenamiento.
*Si se abandona la quest, habrá consecuencia que afecte al personaje.
*Se debe notificar si no se responderá dentro de las 24hs en la quest.
*NO puede estar participando en otra misión con otra cuenta por las obvias razones de que otros usuarios deben tener la oportunidad de entrar a la misión.
Última edición por Master2 el Lun Jun 09 2014, 23:15, editado 1 vez
Ansur
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Re: En el cementerio con Jorah [Quest]
Durante toda la semana habían sido asolados por tormentas y lluvia en aquella zona. Los recuerdos de la batalla del castillo también caían sobre la mente de Ébano como en una tormenta.
Ya habían pasado bastantes días, más de una semana, y llevaba un tiempo en la ciudad alojada. Había querido abandonar por unos días el castillo de Arathon para internarse en el corazón de la ciudad y poner atención a posibles rumores que le fuesen de utilidad para encontrar a su familia. No sabía si permanecían en su hogar, e iría pronto a comprobarlo, pero de igual modo, quería saber siempre, cuanto más, mejor.
De modo que un atardecer bajó las escaleras de la posada donde estaba alojada unos días y salió por ahí. Encontró una taberna y entró a tomar algo y preguntar al tabernero por movimientos inusuales por allí cerca. Fue entonces cuando vio el cartel sobre un poste de madera en el interior de salón. Se acercó sorteando mesas y sillas y leyó la nota.
"Asesinatos.. Rosas.. ¿Vendas..? Interesante... Esto sí que es inusual.." pensó la chica. Y tras preguntar si podía llevarse la nota al tabernero, salió por la puerta con el papel en la mano. "No queremos gente rara que se acerque a esos sitios... O que tenga que ver con esa gente y esos asesinatos. Llévatela, y que no vuelva.", le había dicho el tabernero.
Era aquella misma noche. De modo que se encaminó hacia las afueras, hacia el cementerio, esperando ver a alguien allí. Había cesado de llover hacía unas horas, y el camino de tierra que se desviaba de la ciudad, pasaba por una pequeña arboleda, para desembocar en una amplia reja de hierro forjado, estaba cubierto de hojas empapadas. La tierra estaba húmeda, se podía oler mucho mejor que de costumbre por los restos de agua, y jirones de niebla rodeaban los últimos árboles y la parte inferior de las rejas.
Cuando Ébano se detuvo, a unos metros de la entrada, pudo vislumbrar a la luz de la Luna otra figura. Alta, corpulenta, pero desde allí no podía verla bien... Se frotó los brazos cubiertos de cuero, como todo su cuerpo y cubrió con la capa el escote que quedaba en su pecho, todo en cuero. Se decidió por aquello como algo recio, a modo de una pseudo coraza. Había aprendido que no sabía que podría encontrar...
El tacón de sus botas altas se hundía en la tierra mojada, hasta que llegó a la altura de la otra figura. Y cuán fue su sorpresa al girar el rostro y encontrarse con el anfitrió del castillo.... Arathon.
-Vaya. Qué sorpresa.... Arathon. -dijo con una breve inclinación de cabeza- Buenas noches. ¿Vienes por el anuncio?
Ya habían pasado bastantes días, más de una semana, y llevaba un tiempo en la ciudad alojada. Había querido abandonar por unos días el castillo de Arathon para internarse en el corazón de la ciudad y poner atención a posibles rumores que le fuesen de utilidad para encontrar a su familia. No sabía si permanecían en su hogar, e iría pronto a comprobarlo, pero de igual modo, quería saber siempre, cuanto más, mejor.
De modo que un atardecer bajó las escaleras de la posada donde estaba alojada unos días y salió por ahí. Encontró una taberna y entró a tomar algo y preguntar al tabernero por movimientos inusuales por allí cerca. Fue entonces cuando vio el cartel sobre un poste de madera en el interior de salón. Se acercó sorteando mesas y sillas y leyó la nota.
"Asesinatos.. Rosas.. ¿Vendas..? Interesante... Esto sí que es inusual.." pensó la chica. Y tras preguntar si podía llevarse la nota al tabernero, salió por la puerta con el papel en la mano. "No queremos gente rara que se acerque a esos sitios... O que tenga que ver con esa gente y esos asesinatos. Llévatela, y que no vuelva.", le había dicho el tabernero.
Era aquella misma noche. De modo que se encaminó hacia las afueras, hacia el cementerio, esperando ver a alguien allí. Había cesado de llover hacía unas horas, y el camino de tierra que se desviaba de la ciudad, pasaba por una pequeña arboleda, para desembocar en una amplia reja de hierro forjado, estaba cubierto de hojas empapadas. La tierra estaba húmeda, se podía oler mucho mejor que de costumbre por los restos de agua, y jirones de niebla rodeaban los últimos árboles y la parte inferior de las rejas.
Cuando Ébano se detuvo, a unos metros de la entrada, pudo vislumbrar a la luz de la Luna otra figura. Alta, corpulenta, pero desde allí no podía verla bien... Se frotó los brazos cubiertos de cuero, como todo su cuerpo y cubrió con la capa el escote que quedaba en su pecho, todo en cuero. Se decidió por aquello como algo recio, a modo de una pseudo coraza. Había aprendido que no sabía que podría encontrar...
El tacón de sus botas altas se hundía en la tierra mojada, hasta que llegó a la altura de la otra figura. Y cuán fue su sorpresa al girar el rostro y encontrarse con el anfitrió del castillo.... Arathon.
-Vaya. Qué sorpresa.... Arathon. -dijo con una breve inclinación de cabeza- Buenas noches. ¿Vienes por el anuncio?
Ébano
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Re: En el cementerio con Jorah [Quest]
El tiempo había pasado. Arathon al fin se sentía en su verdadero hogar. Cada vez que andaba por los pasillos a su mente venían los recuerdo de su infancia. Buenos momentos paso allí. Y esperaba que aun le quedasen mas por vivir.
Pero el castillo no estaba como lo había dejado. Lo habían descuidado mucho y necesitaba ser reparado en algunos lugares. De modo que no tuvo mas remedio que ir a la ciudad para comprar materiales. Era mediodía y no había parado de llover en todo el día. Se llevo a un par de hombres fuertes y compro materiales básicos para la construcción. Clavos,martillos, madera, etc. Compraron mucho y antes de irse hicieron una parada en una posada de por la zona. Era pequeña y apenas había personas, pero descansaron después de un par de horas comprando.
Tras pagar las bebidas se dispusieron a salir todos. Pero al pasar por un tablón vio una nota que le llamo la atención. ¿Asesino de Rosas? Que extraño todo... Aunque fuera una tontería enorme, decidió ir para ver si podía ayudar. Si, era estúpido e imprudente pero quería desentrañar el misterio por algún motivo. Así que tras mandar a los hombres de vuelta con los materiales se dirijo al cementerio.
Sabia que era a medianoche, pero aprovecho para dar una vuelta por el cementerio. Era en cierta manera macabro pasear por allí mirando las tumbas sin ningún motivo, pero lo hizo sin pensarlo mucho.
Por fin dejo de llover y la hora se acercaba. Como decía la nota, volvió a la entrada del cementerio a esperar. Espero un buen rato hasta que oyó una voz muy familiar.
Vaya Ebano. Me parece que no te podrás librar de mi.- Dijo con una sonrisa- Y si, vengo por el anuncio. No me preguntes porque he venido porque no tengo la menor idea. Simplemente lo he echo.
Pero el castillo no estaba como lo había dejado. Lo habían descuidado mucho y necesitaba ser reparado en algunos lugares. De modo que no tuvo mas remedio que ir a la ciudad para comprar materiales. Era mediodía y no había parado de llover en todo el día. Se llevo a un par de hombres fuertes y compro materiales básicos para la construcción. Clavos,martillos, madera, etc. Compraron mucho y antes de irse hicieron una parada en una posada de por la zona. Era pequeña y apenas había personas, pero descansaron después de un par de horas comprando.
Tras pagar las bebidas se dispusieron a salir todos. Pero al pasar por un tablón vio una nota que le llamo la atención. ¿Asesino de Rosas? Que extraño todo... Aunque fuera una tontería enorme, decidió ir para ver si podía ayudar. Si, era estúpido e imprudente pero quería desentrañar el misterio por algún motivo. Así que tras mandar a los hombres de vuelta con los materiales se dirijo al cementerio.
Sabia que era a medianoche, pero aprovecho para dar una vuelta por el cementerio. Era en cierta manera macabro pasear por allí mirando las tumbas sin ningún motivo, pero lo hizo sin pensarlo mucho.
Por fin dejo de llover y la hora se acercaba. Como decía la nota, volvió a la entrada del cementerio a esperar. Espero un buen rato hasta que oyó una voz muy familiar.
Vaya Ebano. Me parece que no te podrás librar de mi.- Dijo con una sonrisa- Y si, vengo por el anuncio. No me preguntes porque he venido porque no tengo la menor idea. Simplemente lo he echo.
Arathon Kaldra
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Re: En el cementerio con Jorah [Quest]
Me encontraba en una sucia taberna de las catacumbas, aun no recordaba el como había dado con ese lugar, ni porque me había decidido acudir. Quizás simplemente me daba lo mismo el lugar donde me encontrase, siempre y cuando hubiera algo de comida caliente y alguna buena bebida para acompañar. Últimamente no me había tomado el tiempo necesario para descansar y nutrirme adecuadamente, era un desastre para mi persona, pero esta ves, el rugido de mi estomago no se dejo pasar inadvertido, debía acudir a alguno de estos sitios y embutir algún delicioso y satisfactorio platillo.
Mientras comía apaciblemente, la algarabía y desastre imperaban en dicho lugar, como cualquier otro en las catacumbas, nada nuevo en realidad. A algunas mesas de la mía, había un montón de sujetos quienes se entretenían con algún estupido juego, mientras apostaban para hacerlo un poco más gratificante. Nade de eso llamo mi atención, lo que logro hacerlo fue su disparatado relato acerca de un considerable numero de muertes, atribuidas probablemente a un mismo sujeto o a un mismo grupo, puesto que su modo de operar, se repetía en cada uno de estos homicidios. Su extravagante relato llamo mi atención, me puse de pie y me acerque un poco más a ellos, para escuchar su conversación.
- Seguro ese grupo de asesinos serán los responsables. - Lo dudo, ninguno comete el error de terminar del mismo modo con sus "encargos" -Sea como sea, el encargado ha pedido ayuda, hablaba de reunirse a la media noche en la entrada del cementerio. Conversaban entre ellos. Había escuchado lo suficiente, al parecer tendría la oportunidad de indagar más en ese suceso y terminar con aquella ola de homicidios sin un aparente sentido.
Tome rumbo hacia el cementerio. Me adentre en su inquietante silencio y su envolvente penumbra, adornada por las rocas talladas que hacían como lapidas en el lugar fúnebre. Me detuve frente a la entrada para encontrarme con un par de sujetos, a uno lo había visto antes, mientras que su compañera, me era totalmente desconocida. Aquel hombre y yo habíamos tenido una charla para nada cortes anteriormente, pero pensé que quizás podríamos ponerlo de lado por el momento, pues este no era el lugar para relucir ciertas discordias, así que salude cordialmente al llegar. - Buenas noches, Dama, Caballero, algo me dice que ustedes saben sobre ciertos rumores que se extienden rápidamente.
Mientras comía apaciblemente, la algarabía y desastre imperaban en dicho lugar, como cualquier otro en las catacumbas, nada nuevo en realidad. A algunas mesas de la mía, había un montón de sujetos quienes se entretenían con algún estupido juego, mientras apostaban para hacerlo un poco más gratificante. Nade de eso llamo mi atención, lo que logro hacerlo fue su disparatado relato acerca de un considerable numero de muertes, atribuidas probablemente a un mismo sujeto o a un mismo grupo, puesto que su modo de operar, se repetía en cada uno de estos homicidios. Su extravagante relato llamo mi atención, me puse de pie y me acerque un poco más a ellos, para escuchar su conversación.
- Seguro ese grupo de asesinos serán los responsables. - Lo dudo, ninguno comete el error de terminar del mismo modo con sus "encargos" -Sea como sea, el encargado ha pedido ayuda, hablaba de reunirse a la media noche en la entrada del cementerio. Conversaban entre ellos. Había escuchado lo suficiente, al parecer tendría la oportunidad de indagar más en ese suceso y terminar con aquella ola de homicidios sin un aparente sentido.
Tome rumbo hacia el cementerio. Me adentre en su inquietante silencio y su envolvente penumbra, adornada por las rocas talladas que hacían como lapidas en el lugar fúnebre. Me detuve frente a la entrada para encontrarme con un par de sujetos, a uno lo había visto antes, mientras que su compañera, me era totalmente desconocida. Aquel hombre y yo habíamos tenido una charla para nada cortes anteriormente, pero pensé que quizás podríamos ponerlo de lado por el momento, pues este no era el lugar para relucir ciertas discordias, así que salude cordialmente al llegar. - Buenas noches, Dama, Caballero, algo me dice que ustedes saben sobre ciertos rumores que se extienden rápidamente.
Johannes
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Re: En el cementerio con Jorah [Quest]
- Jorah, el guarda que vela por los difuntos:
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Jorah apareció desde las sombras detrás de las rejas que daban la entrada al cementerio, llevando consigo una lámpara de aceite.
-Os he oído desde la casucha de vigilancia. Estaba masticando unas hojas de tabaco y contando pétalos de rosas...-habló el hombre acercándose. La luz de la luna iluminó su rostro, de piel cetrina y vestimenta oscura. Llevaba un espadón colgado a su espalda. Abrió apenas la entrada de las rejas e hizo señas para que ingresaran-Seguidme, Bienvenidos...Soy Jorah-dijo antes de voltearse y empezar a caminar por un largo sendero que llevaba a una colina, donde había una cripta a los lejos-Mientras vamos, podréis decirme vuestros nombres. Iremos adentro de allí-señaló-Allí no hace frío, no es el lugar mas agradable para conversar, pero podréis saber de qué va todo esto...Allí tengo todas las pruebas que he reunido de mis sospechosos-
Cuando cada uno se presentaran, el hombre voltearía levemente para ver quien hablaba y después se mantendría calado hasta llegar a la cripta.
- Entrada a la cripta:
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Ansur
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Re: En el cementerio con Jorah [Quest]
-No preguntaré pues, Arathon. -dijo con una sonrisa, mientras escuchaba tenues pasos acercarse. Otra figura se acercaba. ¿Sería el guarda del cementerio? Ciertamente, Ébano estaba ansiosa por saberlo. Cambiaba de un pie a otro el peso del cuerpo y observaba de reojo a Arathon. Mas cuando la figura se acercó, no resultó ser tal...
- Buenas noches, Dama, Caballero, algo me dice que ustedes saben sobre ciertos rumores que se extienden rápidamente. -dijo a modo de saludo el recién llegado. De pelo claro, casi blanco por no decir completamente y extraña vestimenta.
-Creo que sabemos tanto como tú.. -le contestó la chica.
Momentos más tarde, un hombre hizo su aparición. Excéntrico fue la palabra que cruzó por la mente de Ébano. Ladeó el rostro conforme el hombre hablaba y se acercaba. Vestimenta oscura, pelo largo y canoso. Sin embargo, fibroso y alto. Portaba una gran espada, y les invitaba a presentarse antes de guarecerse.
La chica miró a sus compañeros y comenzó a seguir a su nuevo guía.
-Se me conoce como Ébano... Jorah. Buenas noches. -le dijo con un musitado suspiro previo. Cruzó los brazos y se los frotó para transmitirse algo de calor a sí misma. Supuso que sus compañeros seguirían los pasos de Jorah..
- Buenas noches, Dama, Caballero, algo me dice que ustedes saben sobre ciertos rumores que se extienden rápidamente. -dijo a modo de saludo el recién llegado. De pelo claro, casi blanco por no decir completamente y extraña vestimenta.
-Creo que sabemos tanto como tú.. -le contestó la chica.
Momentos más tarde, un hombre hizo su aparición. Excéntrico fue la palabra que cruzó por la mente de Ébano. Ladeó el rostro conforme el hombre hablaba y se acercaba. Vestimenta oscura, pelo largo y canoso. Sin embargo, fibroso y alto. Portaba una gran espada, y les invitaba a presentarse antes de guarecerse.
La chica miró a sus compañeros y comenzó a seguir a su nuevo guía.
-Se me conoce como Ébano... Jorah. Buenas noches. -le dijo con un musitado suspiro previo. Cruzó los brazos y se los frotó para transmitirse algo de calor a sí misma. Supuso que sus compañeros seguirían los pasos de Jorah..
Ébano
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Re: En el cementerio con Jorah [Quest]
Era agradable encontrarse con alguien conocido. Sabia como era Ebano y eso le daba una tranquilidad. Si las cosas se torcían sabia que se ayudarían mutuamente. Mas no pudo decir lo mismo del otro sujeto que llego.
En un primer momento creía que era el que había solicitado la ayuda, pero se equivoco. Era ese que amenazo con vender información a los bandidos. Arathon se pregunto si de verdad lo habría echo. Aunque a juzgar por el asalto todo indicaba que no. Puede que se lo preguntase mas tarde...
Buenas noches- le respondió en tono seco.
Hablaría con el lo justo y necesario. No pensaba preguntar nada sobre el. Le importaba mas bien poco o nada. Si quería matar el tiempo conversando lo haría con Ebano, que seguro que le trataba mejor.
Observo al sujeto que acababa de llegar. Era ese tal Jorah. Se alegro de que por fin estuviera aquí, pero no se sentía muy a gusto a su lado. Era un tanto siniestro y prefería no mirarlo mucho rato seguido. Fue detrás de el como le mando.
Me llamo Arathon- Dijo sin añadir nada mas.
A medida que caminaba Arathon observaba la cripta del final. Un lugar no muy acogedor para vivir. Pero no había venido a vivir aquí. Habían venido a ayudar. O eso intentaría el...
En un primer momento creía que era el que había solicitado la ayuda, pero se equivoco. Era ese que amenazo con vender información a los bandidos. Arathon se pregunto si de verdad lo habría echo. Aunque a juzgar por el asalto todo indicaba que no. Puede que se lo preguntase mas tarde...
Buenas noches- le respondió en tono seco.
Hablaría con el lo justo y necesario. No pensaba preguntar nada sobre el. Le importaba mas bien poco o nada. Si quería matar el tiempo conversando lo haría con Ebano, que seguro que le trataba mejor.
Observo al sujeto que acababa de llegar. Era ese tal Jorah. Se alegro de que por fin estuviera aquí, pero no se sentía muy a gusto a su lado. Era un tanto siniestro y prefería no mirarlo mucho rato seguido. Fue detrás de el como le mando.
Me llamo Arathon- Dijo sin añadir nada mas.
A medida que caminaba Arathon observaba la cripta del final. Un lugar no muy acogedor para vivir. Pero no había venido a vivir aquí. Habían venido a ayudar. O eso intentaría el...
Arathon Kaldra
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Re: En el cementerio con Jorah [Quest]
Escuche las poco satisfactorias y secas respuestas del par con el que me había encontrado, al menos como lo pensé, el sujeto al que había conocido anteriormente no se mostraba hostil ante mi persona, solo indiferente, eso haría mas cómoda mi estadía junto al grupo, después de todo, la única razón por lo que había sido descortés con el, era su amiga la bruja. - Al menos ahora no esta con ella. Pensé para mi mismo. Asentí a las palabras de ambos con un sutil movimiento de mi cabeza y me cruce de brazos mientras aguardábamos por nuestro anfitrión.
No tenia idea alguna del porque habían decidido acudir ante este llamado, pero yo por mi parte, valla si tenia una motivación. Quería conocer al autor de tan macabro trabajo, cuales serian sus motivaciones e ideas o que le inspiraba a realizar dichos actos. Sea como sea, no aceptaría que ese maniático anduviera por ahí, arrebatando las vidas de posibles negocios para el gremio. Habría que terminar con "la competencia".
Algunos pasos llamaron mi atención, alguien se acercaba. Alce la mirada para ver como el hombre se aproximaba a nosotros, apenas iluminado por una vieja lámpara de aceite, hasta que la luna fue quien mostró su apariencia totalmente. Su aspecto era bastante serio y un tanto macabro, para mi opinión, un aspecto perfecto para un sepulturero, no habría esperado menos. Preste atención a lo que tenia que decir, ¿tan ruidosos habíamos sido? Me pareció un poco extraña la actividad a la que había estado dedicándose antes de nuestra llegada, pero no podría juzgar sus acciones, supongo que en este sitio no habría mucho que hacer y estar rodeado por mero silencio, cualquier sonido habría de llamar su atención.
- Buenas noches buen señor. Jorah se puso en marcha, en dirección hacia una colina, donde arriba se erguía una cripta. Mis compañeros comenzaron a seguir a nuestro anfitrión y yo hice lo mismo. - Nada como la ultima morada, ¿cierto Jorah? Dije en tono de broma. - Mi nombre es Johannes, encantado. Mientras avanzábamos miraba el panorama a mi alrededor, lo disfrutaba de una forma peculiar.
No tenia idea alguna del porque habían decidido acudir ante este llamado, pero yo por mi parte, valla si tenia una motivación. Quería conocer al autor de tan macabro trabajo, cuales serian sus motivaciones e ideas o que le inspiraba a realizar dichos actos. Sea como sea, no aceptaría que ese maniático anduviera por ahí, arrebatando las vidas de posibles negocios para el gremio. Habría que terminar con "la competencia".
Algunos pasos llamaron mi atención, alguien se acercaba. Alce la mirada para ver como el hombre se aproximaba a nosotros, apenas iluminado por una vieja lámpara de aceite, hasta que la luna fue quien mostró su apariencia totalmente. Su aspecto era bastante serio y un tanto macabro, para mi opinión, un aspecto perfecto para un sepulturero, no habría esperado menos. Preste atención a lo que tenia que decir, ¿tan ruidosos habíamos sido? Me pareció un poco extraña la actividad a la que había estado dedicándose antes de nuestra llegada, pero no podría juzgar sus acciones, supongo que en este sitio no habría mucho que hacer y estar rodeado por mero silencio, cualquier sonido habría de llamar su atención.
- Buenas noches buen señor. Jorah se puso en marcha, en dirección hacia una colina, donde arriba se erguía una cripta. Mis compañeros comenzaron a seguir a nuestro anfitrión y yo hice lo mismo. - Nada como la ultima morada, ¿cierto Jorah? Dije en tono de broma. - Mi nombre es Johannes, encantado. Mientras avanzábamos miraba el panorama a mi alrededor, lo disfrutaba de una forma peculiar.
Johannes
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Re: En el cementerio con Jorah [Quest]
El hombre siguió andando, pero ignoró los comentarios que no fueran los nombres de los sujetos. Al llegar a la cripta, abrió con fuerza la puerta de madeja hacia adentro e ingresó adentro sin importarle los modales.
-Debéis decirme si alguno es brujo, vampiro, dragón. Es es esencial para la investigación. Es probable que debáis ir en busca de información acorde a los datos que he conseguido reunir-
El interior del lugar no estaba muy cálido como tal vez hubieran esperado. Sólo había una chimenea pequeña construida en un rincón, unas mesas con varias cajas, pergaminos y tinteros empolvados con el tiempo, pero las huellas marcaban los objetos tenían uso.
-Cerrad la puerta después de entrar. Hace mucho frío afuera-gruñó y dejó su lámpara de aceite sobre una tumba cerrada, donde habían migas de pan y restos de comida, la segunda fuente de iluminación después de la chimenea.
Alrededor habían varias tumbas, cajones y un leve olor a putrefacción, pero que se podía convivir con ello un rato. En el centro del lugar, ademas de la tumba cerrada, a ambos lados de ésta, habían otras dos que no estaban selladas, pero sobre ésta,un par de cajas de madera con rosas marchitas. Varios pétalos se desparramaban por el suelo tambien. Jorah levanto la tapa de uno de los cajas que había en la mesa y tomó un libro de anotaciones, y lo abrió en las últimas páginas, invitando a los viajeros a mirar.
-Todos los viernes llega el cadáver de una víctima por el misterioso asesino. Todas las victimas no tienen una edad en común, ni raza, pero no he visto bestias ni biocibernéticos en esto. Tampoco he observado diferencia físicas, por lo que aparentemente el asesino mata a gusto. Alguna relación habrá entre las victimas, y es lo que no he podido averiguar. Habría que descubrir y salvar a la próxima victima, o bien, descubrir al asesino, que sería mucho mejor-
Dejó los pergaminos, y se acercó a la tumba de la izquierda, donde abrió la tapa de madera que la sellaba, dejando al descubierto un cuerpo reciente. Su piel y carne estaban consumidas.
-Helene Delmont, falleció hace dos viernes y como el resto de las víctimas, no tenía sus ojos, ni sus dientes. Tampoco su corazón. Sólo una rosa en su pecho, y vendas de seda donde debieran los ojos-explicó señalando cada parte del cuerpo que mencionaba a medida que hablaba. Sin esperar respuesta, se dirigió al cajón del lado derecho, omitiendo el del medio. El cuerpo era de un hombre-Helber Irrades. Murió hace tres viernes. Las mismas heridas que la mujer, vendas y rosa. Es de la clase alta tambien como Helene. Si deseais ayudar, ir a Lunargenta o donde crean necesario para investigar en relación a estos crímenes. Averiguen cuanto puedan, tanto del asesino como de las víctimas. Seguro sabréis a qué lugares acudir-
Jorah esperó a que se marcharan, pero no volvió a decir una palabra.
-Debéis decirme si alguno es brujo, vampiro, dragón. Es es esencial para la investigación. Es probable que debáis ir en busca de información acorde a los datos que he conseguido reunir-
El interior del lugar no estaba muy cálido como tal vez hubieran esperado. Sólo había una chimenea pequeña construida en un rincón, unas mesas con varias cajas, pergaminos y tinteros empolvados con el tiempo, pero las huellas marcaban los objetos tenían uso.
-Cerrad la puerta después de entrar. Hace mucho frío afuera-gruñó y dejó su lámpara de aceite sobre una tumba cerrada, donde habían migas de pan y restos de comida, la segunda fuente de iluminación después de la chimenea.
Alrededor habían varias tumbas, cajones y un leve olor a putrefacción, pero que se podía convivir con ello un rato. En el centro del lugar, ademas de la tumba cerrada, a ambos lados de ésta, habían otras dos que no estaban selladas, pero sobre ésta,un par de cajas de madera con rosas marchitas. Varios pétalos se desparramaban por el suelo tambien. Jorah levanto la tapa de uno de los cajas que había en la mesa y tomó un libro de anotaciones, y lo abrió en las últimas páginas, invitando a los viajeros a mirar.
-Todos los viernes llega el cadáver de una víctima por el misterioso asesino. Todas las victimas no tienen una edad en común, ni raza, pero no he visto bestias ni biocibernéticos en esto. Tampoco he observado diferencia físicas, por lo que aparentemente el asesino mata a gusto. Alguna relación habrá entre las victimas, y es lo que no he podido averiguar. Habría que descubrir y salvar a la próxima victima, o bien, descubrir al asesino, que sería mucho mejor-
Dejó los pergaminos, y se acercó a la tumba de la izquierda, donde abrió la tapa de madera que la sellaba, dejando al descubierto un cuerpo reciente. Su piel y carne estaban consumidas.
-Helene Delmont, falleció hace dos viernes y como el resto de las víctimas, no tenía sus ojos, ni sus dientes. Tampoco su corazón. Sólo una rosa en su pecho, y vendas de seda donde debieran los ojos-explicó señalando cada parte del cuerpo que mencionaba a medida que hablaba. Sin esperar respuesta, se dirigió al cajón del lado derecho, omitiendo el del medio. El cuerpo era de un hombre-Helber Irrades. Murió hace tres viernes. Las mismas heridas que la mujer, vendas y rosa. Es de la clase alta tambien como Helene. Si deseais ayudar, ir a Lunargenta o donde crean necesario para investigar en relación a estos crímenes. Averiguen cuanto puedan, tanto del asesino como de las víctimas. Seguro sabréis a qué lugares acudir-
Jorah esperó a que se marcharan, pero no volvió a decir una palabra.
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Off rol: como ven, es una misión de investigación. Organicen para iniciar/abrir post con el orden de Ébano, Arathorm y Johannes donde crean que puedan reunir datos. Aprovechen los datos que les he dado con Jorah. La misión durará de acuerdo al desarrollo de investigación que hagan. Hagan uso del chat box para organizarse. Saludos.Ansur
Master
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Re: En el cementerio con Jorah [Quest]
Escuchó presentarse a sus compañeros. "De modo que Johannes..." -pensó ella cuando se presentó aquel individuo.
Siguió a Jorah hasta el interior de una cripta muy húmeda. Supuso por la cantidad de tumbas que allí había, que además de ser el lugar donde se embalsamaba a los muertos, era donde el vigilante había estado examinando los cadáveres.
La chica miraba de reojo a sus compañeros, y no medió palabra mientras Jorah se explicaba. Les pedía indicaciones sobre su raza, y les mostró dos de los cadáveres, brindádoles la información que había recavado.
El hedor de la podredumbre comenzaba a hacerse muy poco soportable cuando el hombres les dijo que deberían buscar información sobre los crímenes y el asesino, para ayudar. Ébano asintió con la mirada seria y se cruzó de brazos.
-Ah.. como has pedido que indiquemos, soy vampiresa. -dijo mirando a sus compañeros y al sepulturero uno a uno.- Espero que podamos ayudar.. -dijo con un gesto de asentimiento mirando a Jorah. Se había quedado con los datos en su cabeza, no le supuso demasiado problema, pues tiempo atrás había trabajado casi del mismo modo. Luego se dirigió a sus compañeros.- Os espero fuera.
Y dicho esto, salió de aquella cripta húmeda y oscura. Deberían organizarse bien para encontrar la información que se precisaba..
---------------
Off: no sé exactamente si debía contestar al post, aunque supuse que sí por preguntar Jorah por las razas. Nos organizaremos como dices, ^^ saludos~
Siguió a Jorah hasta el interior de una cripta muy húmeda. Supuso por la cantidad de tumbas que allí había, que además de ser el lugar donde se embalsamaba a los muertos, era donde el vigilante había estado examinando los cadáveres.
La chica miraba de reojo a sus compañeros, y no medió palabra mientras Jorah se explicaba. Les pedía indicaciones sobre su raza, y les mostró dos de los cadáveres, brindádoles la información que había recavado.
El hedor de la podredumbre comenzaba a hacerse muy poco soportable cuando el hombres les dijo que deberían buscar información sobre los crímenes y el asesino, para ayudar. Ébano asintió con la mirada seria y se cruzó de brazos.
-Ah.. como has pedido que indiquemos, soy vampiresa. -dijo mirando a sus compañeros y al sepulturero uno a uno.- Espero que podamos ayudar.. -dijo con un gesto de asentimiento mirando a Jorah. Se había quedado con los datos en su cabeza, no le supuso demasiado problema, pues tiempo atrás había trabajado casi del mismo modo. Luego se dirigió a sus compañeros.- Os espero fuera.
Y dicho esto, salió de aquella cripta húmeda y oscura. Deberían organizarse bien para encontrar la información que se precisaba..
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Off: no sé exactamente si debía contestar al post, aunque supuse que sí por preguntar Jorah por las razas. Nos organizaremos como dices, ^^ saludos~
Ébano
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Re: En el cementerio con Jorah [Quest]
Entraron en la cripta tan siniestra donde Jorah parecía estar mejor. Miro lo que había dentro y no pudo evitar hacer una mueca de asco. Escucho lo que dijo acerca de los muertos. Parecía mostrar un patrón concreto. Lo que le hacia pensar que lo mas seguro es que fuera un buen asesinado y matara por el simple placer de hacerlo.
Si, yo soy un brujo pero no veo en que puede influir en todo esto- Afirmo Arathon- Y veremos que podemos hacer...
Vio como Ebano salia fuera. Arathon echo un rápido vistazo antes de salir hacia afuera. Un personaje un tanto peculiar les había pedido esto. Y mas peculiar era el lugar. ¿Pero, que importaba?
Y sin mas se marcho de la cripta pensando en como podrían encontrar al asesino
Si, yo soy un brujo pero no veo en que puede influir en todo esto- Afirmo Arathon- Y veremos que podemos hacer...
Vio como Ebano salia fuera. Arathon echo un rápido vistazo antes de salir hacia afuera. Un personaje un tanto peculiar les había pedido esto. Y mas peculiar era el lugar. ¿Pero, que importaba?
Y sin mas se marcho de la cripta pensando en como podrían encontrar al asesino
Arathon Kaldra
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Re: En el cementerio con Jorah [Quest]
Finalmente llegamos hasta donde Jorah nos había guiado. Me mantuve en silencio mientras la curiosidad crecía dentro de mi. Al ingresar, eche un rápido vistazo al descuidado lugar, sin dudas no era un lugar muy agradable pero seguro que Jorah ya estaría acostumbrado a este tipo de sitios. Escuche la extraña y curiosa pregunta de nuestro anfitrión, preguntándome, - ¿Realmente es necesario? - No pertenezco a ninguna de esas razas... Dije seria y directamente sin agregar mas, no creí necesario nombrar mi raza pues no vi relevancia en mi caso.
El olor a putrefacción y otros elementos se mezclaban en el aire, no fue mucho de mi desagrado ya que tenia la nariz tapada con la bufanda aunque el aroma podía atravesarla un poco. Cuando Jorah saco ese peculiar libro con anotaciones, me aproxime rápidamente hacia el y lo escuche con suma atención. - Ni bestias ni Biociberneticos... Ninguna fijación por sexo y apariencia física. Me acerque para ver los cadáveres con detenimiento. Como nuestro anfitrión menciono, no había mas señas del asesino, el par de cuerpos se relacionaban al poseer esa rosa y aquel trozo de seda cubriendo sus ojos. Una relación mas surgió entre ambas, ambas pertenecían a la clase alta. Jorah no dijo mas al respecto, aunque nos había dado un buen comienzo aun era muy poco para siquiera comenzar a sacar conjeturas, pero al menos tendríamos una idea de por donde comenzar con las averiguaciones.
Asentí a las palabras del hombre y atravesé la vieja puerta para reunirme con mis nuevos compañeros. - Bien, ahora estamos juntos en esto, creo que debemos llegar a un acuerdo y todo debería marchar mejor. Dije al par en un tono amable y serio, debíamos comenzar a planear nuestros movimientos.
El olor a putrefacción y otros elementos se mezclaban en el aire, no fue mucho de mi desagrado ya que tenia la nariz tapada con la bufanda aunque el aroma podía atravesarla un poco. Cuando Jorah saco ese peculiar libro con anotaciones, me aproxime rápidamente hacia el y lo escuche con suma atención. - Ni bestias ni Biociberneticos... Ninguna fijación por sexo y apariencia física. Me acerque para ver los cadáveres con detenimiento. Como nuestro anfitrión menciono, no había mas señas del asesino, el par de cuerpos se relacionaban al poseer esa rosa y aquel trozo de seda cubriendo sus ojos. Una relación mas surgió entre ambas, ambas pertenecían a la clase alta. Jorah no dijo mas al respecto, aunque nos había dado un buen comienzo aun era muy poco para siquiera comenzar a sacar conjeturas, pero al menos tendríamos una idea de por donde comenzar con las averiguaciones.
Asentí a las palabras del hombre y atravesé la vieja puerta para reunirme con mis nuevos compañeros. - Bien, ahora estamos juntos en esto, creo que debemos llegar a un acuerdo y todo debería marchar mejor. Dije al par en un tono amable y serio, debíamos comenzar a planear nuestros movimientos.
Johannes
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Re: En el cementerio con Jorah [Quest]
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Re: En el cementerio con Jorah [Quest]
Johannes viene de acá: [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
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Re: En el cementerio con Jorah [Quest]
- Jorah, el guardia del cementerio:
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- Tumbas:
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La cripta estaba cerrada, pero detrás de ésta, en el jardín de descanso de la alta clase, se encontraba el guarda, terminando de sellar una tumba con una pala. Tenía un pié sobre esta y el otro un paso más atrás. Apoyó algo cansado ambas manos sobre el palo, dejando encorvar levemente el peso de sus brazos y espalda. Observó a quien se dirigía y dibujó una sonrisa en sus labios, contento de ver al humano peliblanco. Soltó una mano y la agitó al aire llamando la atención al investigador.
Con algo de pereza hundió con el pié la pala sobre la tumba y sacudiéndose las manos llenas de tierra , caminó al encuentro del hombre. Su semblante estaba serio.
-Que bueno que has venido ahora, Johannes. Horas antes no me hubieras encontrado, y pronto he de irme también. ¿Ya habéis descubierto al asesino?-preguntaría con un dejo de intriga parándose frente a él.
Sus ojos eran inexpresivos, y aunque dibujaba una leve sonrisa en su labios por alguna mera simpatía, los músculos de su rostro parecían tensos. Llevaba consigo un fardo húmedo y varias rosas grandes que sobresalían para no marchitarse dentro.
Llovía, y sus botas estaban llenas de lodo, como la parte inferior de su pantalón, y el saco negro empapado. Su cabello largo y lacio, chorreaba agua y no parecía importarle. De un momento a otro, su semblante pasó a la total frialdad y espetó:
-¿Y la mujer vampira que estaba contigo?-
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Re: En el cementerio con Jorah [Quest]
Había sido un camino un poco largo desde los cuarteles hasta el cementerio. Hacia un rato que la lluvia había cesado. Las oscuras nubes mantenían su posición en el cielo oscureciendo el páramo. El olor a hierva y tierra mojada invadía el aire refrescando mis pulmones con su fabuloso aroma. Me detuve por un momento al llegar a la entrada del cementerio. Alce la vista y le observe por un rato. Sus húmedas y frías lapidas se erguían a través de todo el campo y compartían panorama con algunos árboles secos y retorcidos. Algunas flores frescas, aunque en su mayoría secas, adornaban la piedra grisácea y mantenían un ambiente de melancolía.
Me abrí paso sobre el empedrado camino que serpenteaba a través de un gran numero de lapidas con tristes y mudos epitafios tallados en su superficie, acompañados por los respectivos nombres de aquellas personas que ya no habitaban el mundo de los vivos. En poco tiempo llegue hasta la cripta donde, Jorah y mis compañeros, nos habíamos visto por ultima vez. Note que la cripta se encontraba cerrada y muy probablemente nadie con vida se encontraba en su interior. Camine algunos pasos lejos de la cripta y voltee en distintas direcciones para intentar buscar a Jorah en las inmediaciones. El cielo rugía en el horizonte y el fuerte olor a fango fresco comenzaba a hacer presencia en la atmósfera.
Finalmente había podido encontrar al hombre por el que había acudido hasta aquí. El también noto mi presencia y saludo con un leve movimiento de su mano. Correspondí a su saludo con uno propio y espere con paciencia hasta que se acerco hasta mi. - Saludos. Dije para consentir sus palabras. - Entonces he venido en el momento adecuado. Dije con un tono serio mientras observaba de arriba hacia abajo su intranquilizante y descuidado aspecto. Aquel cabello en cascada empapado que caía por su cabeza, su inexpresiva mirada y el deprimente estado de sus ropas, adornado por aquella gruesa capa de fango en su calzado y sus pies.
- Lamento decirle que aun no atrapamos al culpable, pero continuamos arduamente en ese labor... Dije torciendo un poco los labios. El hombre pregunto por la señorita Ebano, aunque antes de responder, quizás tendría algunas otras preguntas. - ¿Acaso eso importa? Dije mirándolo a los ojos. Después de un breve instante de silencio, desvié mi mirada y sacudí el agua de mi cabello. - Ella debía encargarse de otros labores. Ahora que lo menciona, ¿porque pregunto precisamente por nuestras razas? hasta ahora no he podido explicármelo... Comencé a caminar en pasos pequeños, divagaba en mi mente mientras esperaba por alguna explicación de su parte.
Algunos cuervos se posaban sobre los adornos de las lapidas y cantaban su mal augurio sobre el llegar de la noche. - ¿Se puede saber a donde disponía a dirigirse antes de mi llegada? Pregunte con un tono tranquilo mientras giraba mi vista hacia él. - Hay algo que me inquieta, buen señor... Es sobre ese montón de rosas que posee. ¿Es usted quien las coloca sobre los cuerpos? No es que intente insinuar nada pero vera... durante toda la investigación he aprendido que todo puede tratarse de meras apariencias. ¿Esta usted de acuerdo con eso? Lleve mis brazos al frente y los cruce contra mi pecho. Detuve mi marcha en seco y me postre frente a él mientras observaba su rostro en busca de algún gesto.
Me abrí paso sobre el empedrado camino que serpenteaba a través de un gran numero de lapidas con tristes y mudos epitafios tallados en su superficie, acompañados por los respectivos nombres de aquellas personas que ya no habitaban el mundo de los vivos. En poco tiempo llegue hasta la cripta donde, Jorah y mis compañeros, nos habíamos visto por ultima vez. Note que la cripta se encontraba cerrada y muy probablemente nadie con vida se encontraba en su interior. Camine algunos pasos lejos de la cripta y voltee en distintas direcciones para intentar buscar a Jorah en las inmediaciones. El cielo rugía en el horizonte y el fuerte olor a fango fresco comenzaba a hacer presencia en la atmósfera.
Finalmente había podido encontrar al hombre por el que había acudido hasta aquí. El también noto mi presencia y saludo con un leve movimiento de su mano. Correspondí a su saludo con uno propio y espere con paciencia hasta que se acerco hasta mi. - Saludos. Dije para consentir sus palabras. - Entonces he venido en el momento adecuado. Dije con un tono serio mientras observaba de arriba hacia abajo su intranquilizante y descuidado aspecto. Aquel cabello en cascada empapado que caía por su cabeza, su inexpresiva mirada y el deprimente estado de sus ropas, adornado por aquella gruesa capa de fango en su calzado y sus pies.
- Lamento decirle que aun no atrapamos al culpable, pero continuamos arduamente en ese labor... Dije torciendo un poco los labios. El hombre pregunto por la señorita Ebano, aunque antes de responder, quizás tendría algunas otras preguntas. - ¿Acaso eso importa? Dije mirándolo a los ojos. Después de un breve instante de silencio, desvié mi mirada y sacudí el agua de mi cabello. - Ella debía encargarse de otros labores. Ahora que lo menciona, ¿porque pregunto precisamente por nuestras razas? hasta ahora no he podido explicármelo... Comencé a caminar en pasos pequeños, divagaba en mi mente mientras esperaba por alguna explicación de su parte.
Algunos cuervos se posaban sobre los adornos de las lapidas y cantaban su mal augurio sobre el llegar de la noche. - ¿Se puede saber a donde disponía a dirigirse antes de mi llegada? Pregunte con un tono tranquilo mientras giraba mi vista hacia él. - Hay algo que me inquieta, buen señor... Es sobre ese montón de rosas que posee. ¿Es usted quien las coloca sobre los cuerpos? No es que intente insinuar nada pero vera... durante toda la investigación he aprendido que todo puede tratarse de meras apariencias. ¿Esta usted de acuerdo con eso? Lleve mis brazos al frente y los cruce contra mi pecho. Detuve mi marcha en seco y me postre frente a él mientras observaba su rostro en busca de algún gesto.
Johannes
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Re: En el cementerio con Jorah [Quest]
Jorah entrecerró los ojos mirando a Johannes con su respuesta sobre Ébano. Pero no dijo nada, como si no le importara y lo siguió mientras emprendían el camino hacia la cripta, pasando por un sendero estrecho entre tumbas.
-Pensé que a ella le interesaba saber quién era el asesino-comentó retrasando un poco sus pasos, dejando que Johannes fuera adelantándose un poco. Los cuervos, a pesar de la lluvia, se posaron en las lápidas, haciendo oír su cántico escalofriante.
- Hay algo que me inquieta, buen señor... -
-Pregunta...-
-Es sobre ese montón de rosas que posee. ¿Es usted quien las coloca sobre los cuerpos? No es que intente insinuar nada pero vera... durante toda la investigación he aprendido que todo puede tratarse de meras apariencias. ¿Esta usted de acuerdo con eso?-
Detuvo sus pasos al tiempo que Joahannes lo enfrentaba cruzándose de brazos. Lo miró con algo de incredulidad, pero los músculos de su rostro mostraban tensión.
-¿Si yo coloco las rosas a los cuerpos? ¿Crees que sería capaz de haber asesinado a mi propia familia?-preguntó con el semblante frío y una mirada de odio-En cuanto a las apariencias-habló con voz queda-Estoy de acuerdo, en absoluto-giró su cintura a al costado donde el fardo para poder sacar un par de rosas desde los tallos. Sus guantes de cuero negro se quedaron con hojas de las rosas y algunas espinas pegadas. El olor de las rosas desprendía un aroma fuerte,delas mismas. Puso las rosas frente al hombre con un golpe seco, y se las tendió y si no las agarraba las dejaría caer al fango.
Se giraría dándole la espalda y adelantó los pasos para apresurar el camino hacia la cripta.
-Debo ir a buscar algo a la cripta antes de retirarme a la ciudad. Tengo asuntos que atender, lo mismo que antes de que tú llegaras. ¿Acaso importa?-repitió la pregunta que Johannes le había evadido.
-Pensé que a ella le interesaba saber quién era el asesino-comentó retrasando un poco sus pasos, dejando que Johannes fuera adelantándose un poco. Los cuervos, a pesar de la lluvia, se posaron en las lápidas, haciendo oír su cántico escalofriante.
- Hay algo que me inquieta, buen señor... -
-Pregunta...-
-Es sobre ese montón de rosas que posee. ¿Es usted quien las coloca sobre los cuerpos? No es que intente insinuar nada pero vera... durante toda la investigación he aprendido que todo puede tratarse de meras apariencias. ¿Esta usted de acuerdo con eso?-
Detuvo sus pasos al tiempo que Joahannes lo enfrentaba cruzándose de brazos. Lo miró con algo de incredulidad, pero los músculos de su rostro mostraban tensión.
-¿Si yo coloco las rosas a los cuerpos? ¿Crees que sería capaz de haber asesinado a mi propia familia?-preguntó con el semblante frío y una mirada de odio-En cuanto a las apariencias-habló con voz queda-Estoy de acuerdo, en absoluto-giró su cintura a al costado donde el fardo para poder sacar un par de rosas desde los tallos. Sus guantes de cuero negro se quedaron con hojas de las rosas y algunas espinas pegadas. El olor de las rosas desprendía un aroma fuerte,delas mismas. Puso las rosas frente al hombre con un golpe seco, y se las tendió y si no las agarraba las dejaría caer al fango.
Se giraría dándole la espalda y adelantó los pasos para apresurar el camino hacia la cripta.
-Debo ir a buscar algo a la cripta antes de retirarme a la ciudad. Tengo asuntos que atender, lo mismo que antes de que tú llegaras. ¿Acaso importa?-repitió la pregunta que Johannes le había evadido.
Ansur
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Re: En el cementerio con Jorah [Quest]
La lluvia reanudo su curso y aunque no era nada molesto, la temperatura descendía rápidamente y el frío comenzaba a sentirse. Acompañe a mi anfitrión a través del angosto camino en el cementerio para dirigirnos nuevamente hacia la cripta. Finalmente notaba algunos gestos en el rostro de Jorah, aunque estos no fuesen para nada reconfortantes. Era claro que mis palabras le hacían sentir incomodo y probablemente mi pregunta le habia ofendido súbitamente.
Quizás había cometido el error de comportarme de aquella forma tan tosca, pero después de todo lo que habíamos pasado la señorita Ebano y yo. Cualquier cosa podría pasar luego. Como había sido todo, no me habría sorprendido si algún loco apareciera de cualquier lugar e intentara atacar a Jorah, o encontrar algún hecho escalofriante que lo apuntara como culpable. Debía ser paciente y aligerar un poco el tono de mi voz. Jale el fresco aire en mis pulmones, intente tomar el control y conservar la calma total.
- Como he dicho, no es mi intención insinuar nada. Dije con una fria mirada hacia sus ojos. - Es preciso que comprenda mi punto de vista... En esta tarea, hemos cometido errores irreparables y todo por dejarnos llevar ante las apariencias... Mi vista se poso en la nada por algunos segundos, mientras intentaba articular apropiadamente mis palabras. Tome un poco de aire y lamí tenuemente mis labios para reanudar mi charla. - No quiero ser grosero, pero debemos recopilar toda la información necesaria antes de volver a sacar conclusiones y cometer otro error.
- Le contare por lo que hemos pasado... Quizás si le relataba todos los sucesos y las nuevas pistas que habíamos encontrado, desde que él había comenzado con la tarea, eso le daría algo de entusiasmo por cooperar para nosotros e incluso tal vez, él viera algo en donde nosotros no pudimos hacerlo. Luego de algunos momentos, había terminado de contar con sumo detalle cada suceso en la misión. ... Así que, aun hay algunas piezas que no terminan por encajar, Aunque creemos que el asesino esta muy cerca.
Jorah parecía ignorar mis palabras, puesto que dio media vuelta y se apresuro hacia la cripta. Suspire en un tono casi inaudible y seguí sus pasos, probablemente a costa suya. Los cuervos en las lapidas batieron sus alas con fuerza, produciendo un alto sonido y se precipitaron hacia el cielo. - Esa es la razón de mis palabras y el motivo por el que he venido hasta aquí. No espero que me disculpe, solo que me entienda y decida ayudarme... después de todo, usted también quería atrapar al culpable ¿cierto? Esto nos acercara mas a su captura. Asegure para él con un tono tranquilo y una mirada sumamente decisiva.
Quizás había cometido el error de comportarme de aquella forma tan tosca, pero después de todo lo que habíamos pasado la señorita Ebano y yo. Cualquier cosa podría pasar luego. Como había sido todo, no me habría sorprendido si algún loco apareciera de cualquier lugar e intentara atacar a Jorah, o encontrar algún hecho escalofriante que lo apuntara como culpable. Debía ser paciente y aligerar un poco el tono de mi voz. Jale el fresco aire en mis pulmones, intente tomar el control y conservar la calma total.
- Como he dicho, no es mi intención insinuar nada. Dije con una fria mirada hacia sus ojos. - Es preciso que comprenda mi punto de vista... En esta tarea, hemos cometido errores irreparables y todo por dejarnos llevar ante las apariencias... Mi vista se poso en la nada por algunos segundos, mientras intentaba articular apropiadamente mis palabras. Tome un poco de aire y lamí tenuemente mis labios para reanudar mi charla. - No quiero ser grosero, pero debemos recopilar toda la información necesaria antes de volver a sacar conclusiones y cometer otro error.
- Le contare por lo que hemos pasado... Quizás si le relataba todos los sucesos y las nuevas pistas que habíamos encontrado, desde que él había comenzado con la tarea, eso le daría algo de entusiasmo por cooperar para nosotros e incluso tal vez, él viera algo en donde nosotros no pudimos hacerlo. Luego de algunos momentos, había terminado de contar con sumo detalle cada suceso en la misión. ... Así que, aun hay algunas piezas que no terminan por encajar, Aunque creemos que el asesino esta muy cerca.
Jorah parecía ignorar mis palabras, puesto que dio media vuelta y se apresuro hacia la cripta. Suspire en un tono casi inaudible y seguí sus pasos, probablemente a costa suya. Los cuervos en las lapidas batieron sus alas con fuerza, produciendo un alto sonido y se precipitaron hacia el cielo. - Esa es la razón de mis palabras y el motivo por el que he venido hasta aquí. No espero que me disculpe, solo que me entienda y decida ayudarme... después de todo, usted también quería atrapar al culpable ¿cierto? Esto nos acercara mas a su captura. Asegure para él con un tono tranquilo y una mirada sumamente decisiva.
Johannes
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Re: En el cementerio con Jorah [Quest]
Jorah escuchó las palabras de Johannes, y procuró voltear su rostro mientras se mantenía delante, por el camino que iba hasta.hasta la cripta. Quizá pareciese que había ignorado al humano, pero no lo hizo.
-¿Ian Dilimoris, El forense, su hijo muerto, el elfo Finrond, no son los asesinos, aún teniendo las rosas?A todos les gustan las rosas hoy en día, ¿Pero quienes están más cerca de las víctimas? ¿Qué pruebas hay de que hayan matado a esos inocentes y a mi mujer? ¿Quién más cerca de las víctimas...-silenció unos muy breves instantes-...han estado?-
Llevó las manos a su fardo y empezó a buscar algo, pensativo. Su capa negra se arrastraba sobre sus talones por el peso del agua y su pelo gris largo caía sobre sus hombros, chorreantes de agua.
Cuando llegaran a la cripta, el hombre se tomaría su tiempo para abrir la puerta, y cuando lo consiguiera, esperaría que el humano pasara primero.Ya no parecía tener apuro por marcharse a donde dijo supuestamente que debía ir.
Pista: ¿quien es el asesino?
-¿Ian Dilimoris, El forense, su hijo muerto, el elfo Finrond, no son los asesinos, aún teniendo las rosas?A todos les gustan las rosas hoy en día, ¿Pero quienes están más cerca de las víctimas? ¿Qué pruebas hay de que hayan matado a esos inocentes y a mi mujer? ¿Quién más cerca de las víctimas...-silenció unos muy breves instantes-...han estado?-
Llevó las manos a su fardo y empezó a buscar algo, pensativo. Su capa negra se arrastraba sobre sus talones por el peso del agua y su pelo gris largo caía sobre sus hombros, chorreantes de agua.
Cuando llegaran a la cripta, el hombre se tomaría su tiempo para abrir la puerta, y cuando lo consiguiera, esperaría que el humano pasara primero.Ya no parecía tener apuro por marcharse a donde dijo supuestamente que debía ir.
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Sé que el post ha sido breve, pero cuenta con los elementos suficientes para que puedas dar tu desarrollo. Pista: ¿quien es el asesino?
Ansur
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Re: En el cementerio con Jorah [Quest]
Continué caminando tranquilamente, aunque algo impaciente, por el camino hasta la cripta, siguiendo de cerca a Jorah, quien a pesar de todo, parecía mostrar algo de interés finalmente hacia mi relato. Escuche con atención lo que tenia que decir al respecto. Al principio parecía no aportar nada de interés o valor hacia la investigación, pero luego parecía estar insinuando algo. - ¿Quien mas cerca de las victimas? Repetí su pregunta en mi mente.
Pronto llegaríamos hasta la cripta, pero esa pregunta no dejaba de dar vueltas en mi cabeza. Me detuve por algunos momentos antes de continuar, baje la cabeza e intente pensar nuevamente en todo lo ocurrido. Mi mente se lleno con todas aquellas frases que nos habían dicho anteriormente. - "Los han engañado"... "deben ver mas allá"... Todas y cada una aparecían frente a mi velozmente mientras por fin parecían tener algún sentido. - Alguien cerca de las victimas... ¿Heral..? No, el no puede ser.
Jorah se tomaba el tiempo para abrir la puerta de la cripta y una vez que lo hizo, reaccione nuevamente para aproximarme hasta él. Mire una vez mas el panorama en el silencioso y macabro cementerio. Las nubes grises que surcaban el cielo y regaban la fértil tierra con su lluvia. Los oscurecidos troncos de los árboles secos y retorcidos y cada lapida muda que llenaba el campo con sus cadáveres pertenecientes al olvido y algunos más a la nostalgia.
Al parecer el hombre tenia algo mas que decirme o mostrarme, pero lo haría en el interior de la cripta. Se detuvo frente a la puerta, esperando que yo ingresara primero. Me tome un instante frente a él para ver su frío rostro y como el agua se escurría entre sus grises cabellos. Entrecerré un poco los ojos y me dispuso a entrar en la cripta. De repente, como un fuerte y veloz golpe a mi rostro, todo parecía esclarecerse. - Claro... Quien mas cerca de las victimas... Dije en un tono bajo y serio. Gire para ver a Jorah quien ingresaba en el lugar. - Ahora que lo recuerdo... Usted nunca negó o afirmo haber matado a su familia.
Lenta y cuidadosamente, lleve mi mano hasta mi espalda, con la intención de ocultar mis intenciones por tomar el mango de una de mis dagas. - Quien más cerca de las victimas que usted, ¿cierto? Pose mi mirada en sus ojos bajo un semblante acusador. No le perdería ni un segundo de vista. Ahora todo parecía mas claro. Podría hacer mis conclusiones y finalmente alzar mi dedo para apuntar a el culpable. - Lo diré una sola vez... Es usted el asesino. ¿Cierto? Me sentí algo nervioso ante mis palabras. Si realmente se trataba de él, entonces seguramente no me haría las cosas para nada fáciles.
Pronto llegaríamos hasta la cripta, pero esa pregunta no dejaba de dar vueltas en mi cabeza. Me detuve por algunos momentos antes de continuar, baje la cabeza e intente pensar nuevamente en todo lo ocurrido. Mi mente se lleno con todas aquellas frases que nos habían dicho anteriormente. - "Los han engañado"... "deben ver mas allá"... Todas y cada una aparecían frente a mi velozmente mientras por fin parecían tener algún sentido. - Alguien cerca de las victimas... ¿Heral..? No, el no puede ser.
Jorah se tomaba el tiempo para abrir la puerta de la cripta y una vez que lo hizo, reaccione nuevamente para aproximarme hasta él. Mire una vez mas el panorama en el silencioso y macabro cementerio. Las nubes grises que surcaban el cielo y regaban la fértil tierra con su lluvia. Los oscurecidos troncos de los árboles secos y retorcidos y cada lapida muda que llenaba el campo con sus cadáveres pertenecientes al olvido y algunos más a la nostalgia.
Al parecer el hombre tenia algo mas que decirme o mostrarme, pero lo haría en el interior de la cripta. Se detuvo frente a la puerta, esperando que yo ingresara primero. Me tome un instante frente a él para ver su frío rostro y como el agua se escurría entre sus grises cabellos. Entrecerré un poco los ojos y me dispuso a entrar en la cripta. De repente, como un fuerte y veloz golpe a mi rostro, todo parecía esclarecerse. - Claro... Quien mas cerca de las victimas... Dije en un tono bajo y serio. Gire para ver a Jorah quien ingresaba en el lugar. - Ahora que lo recuerdo... Usted nunca negó o afirmo haber matado a su familia.
Lenta y cuidadosamente, lleve mi mano hasta mi espalda, con la intención de ocultar mis intenciones por tomar el mango de una de mis dagas. - Quien más cerca de las victimas que usted, ¿cierto? Pose mi mirada en sus ojos bajo un semblante acusador. No le perdería ni un segundo de vista. Ahora todo parecía mas claro. Podría hacer mis conclusiones y finalmente alzar mi dedo para apuntar a el culpable. - Lo diré una sola vez... Es usted el asesino. ¿Cierto? Me sentí algo nervioso ante mis palabras. Si realmente se trataba de él, entonces seguramente no me haría las cosas para nada fáciles.
Johannes
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Re: En el cementerio con Jorah [Quest]
Jorah ingresó al interior de la cripta y con aire tranquil cerró la puerta, y se dirigió hasta una mesa donde habían varios pergaminos que comenzó a rebuscar en ello, sin responder a las preguntas del hombre. Sacó la mano de su bardo, habiendo encontrado lo que había estado buscando.
-Tienes razón, nunca afirme y negué Johannes. Saber que razas eran me ayudaba a mi realmente-se volteó con los pergaminos en ambos manos, pero los dejó con una sonrisa, satisfecho y tiró una bomba de humo en medio de los dos.
-Yo soy el asesino-se escuchó en un susurro irónico.
Todo quedó a oscuras y la fuerza de la explosión en esa habitación los expulsó a ambos a cada extremo. La bomba contenía un extraño somnífero, pero Jorah había sacado un pañuelo, con el que se cubrió nariz y boca. Sin embargo esa pañoleta tenía una sustancia que resultaba como una especie de protección ante a inhalación del humo.
Cuando el humo se disipó, Johannes debiera estar inconsciente. Jorah se sentía medio adormecido tambíen, pero podía resistir y recuperarse para lograr su cometido.
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*Pócima que simula la muerte.
*Alucinógeno en alta dosis.
Johannes, te encuentras encadenado a una mesa en el sótano de la cripta, lugar donde son depositados los cuerpos que no han sido identificados. Te han inyectado un alucinógeno y una pócima que simula tu muerte, pero puedes escuchar aún lo que hay a tu alrededor, pero no sienes tu cuerpo y apenas puedes abrir los ojos. No por mucho tiempo, y en breve quedarás completamente inconsciente. Tienes el torso desnudo, tus manos y pies encadenados a cada extremo de una mesa de piedra, con marcas de sangre, así como en el suelo. Aun tienes algo de fuerza para poder susurrar.
Puedes ver a Jorah con un delantal que blanco debiera ser, sin embargo está cubierto con sangre seca, al igual que sus guantes. El hombre se ha despojado de su oscuro abrigo, y posee una camisa blanca.
Hay una puerta trampa a un costado de esa sala y una escalera de pié, pero Jorah te ha lanzado desde arriba después de haber quedado inconsciente con el humo.
Jorah sostiene una rosa en ss manos y la pone frente a tus ojos con una sonrisa victoriosa.
-Esta rosa es para ti. Lo de saber tu raza era para ver qué tan fuerte debía ser la dosis que debía inyectarte con unos dardos que te he puesto despues de arrojarte desde este techo que ves sobre ti. Tienes un tobillo fracturado que no sientes ni sentirás por el veneno. Alucinarás el infierno antes de ingresar a él-diría depositando la flor sobre el abdomen del humano-Maté a mi propia esposa, después de haber matado a la hermana de un soldado malnacido, y todos... tenían una relación social. Si hubieses preguntado a las casas de los familiares, tal vez hubieras sobrevivido.¿Qué relación tienen? ¿Porqué hago todo esto? Te lo diré en el infierno...-
Se volteó para buscar en una mesita un cuchillo, y una vez tomado voltea hacia Joahnnes y empieza a acercarse.
-No dejaré que quedes inconsciente por la droga, no sin antes que dejes de ver en cuanto saque tus ojos- En la otra mano, muestra una herramienta un poco curva, parecida a una cuchara-No sentirás dolor, descuida...-
-Tienes razón, nunca afirme y negué Johannes. Saber que razas eran me ayudaba a mi realmente-se volteó con los pergaminos en ambos manos, pero los dejó con una sonrisa, satisfecho y tiró una bomba de humo en medio de los dos.
-Yo soy el asesino-se escuchó en un susurro irónico.
Todo quedó a oscuras y la fuerza de la explosión en esa habitación los expulsó a ambos a cada extremo. La bomba contenía un extraño somnífero, pero Jorah había sacado un pañuelo, con el que se cubrió nariz y boca. Sin embargo esa pañoleta tenía una sustancia que resultaba como una especie de protección ante a inhalación del humo.
Cuando el humo se disipó, Johannes debiera estar inconsciente. Jorah se sentía medio adormecido tambíen, pero podía resistir y recuperarse para lograr su cometido.
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*Pócima que simula la muerte.
*Alucinógeno en alta dosis.
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Omitir la ventana del final. Lugar iluminado con antorchas. Hay estantes y pilas de ataúdes a los costados.Johannes, te encuentras encadenado a una mesa en el sótano de la cripta, lugar donde son depositados los cuerpos que no han sido identificados. Te han inyectado un alucinógeno y una pócima que simula tu muerte, pero puedes escuchar aún lo que hay a tu alrededor, pero no sienes tu cuerpo y apenas puedes abrir los ojos. No por mucho tiempo, y en breve quedarás completamente inconsciente. Tienes el torso desnudo, tus manos y pies encadenados a cada extremo de una mesa de piedra, con marcas de sangre, así como en el suelo. Aun tienes algo de fuerza para poder susurrar.
Puedes ver a Jorah con un delantal que blanco debiera ser, sin embargo está cubierto con sangre seca, al igual que sus guantes. El hombre se ha despojado de su oscuro abrigo, y posee una camisa blanca.
Hay una puerta trampa a un costado de esa sala y una escalera de pié, pero Jorah te ha lanzado desde arriba después de haber quedado inconsciente con el humo.
Jorah sostiene una rosa en ss manos y la pone frente a tus ojos con una sonrisa victoriosa.
-Esta rosa es para ti. Lo de saber tu raza era para ver qué tan fuerte debía ser la dosis que debía inyectarte con unos dardos que te he puesto despues de arrojarte desde este techo que ves sobre ti. Tienes un tobillo fracturado que no sientes ni sentirás por el veneno. Alucinarás el infierno antes de ingresar a él-diría depositando la flor sobre el abdomen del humano-Maté a mi propia esposa, después de haber matado a la hermana de un soldado malnacido, y todos... tenían una relación social. Si hubieses preguntado a las casas de los familiares, tal vez hubieras sobrevivido.¿Qué relación tienen? ¿Porqué hago todo esto? Te lo diré en el infierno...-
Se volteó para buscar en una mesita un cuchillo, y una vez tomado voltea hacia Joahnnes y empieza a acercarse.
-No dejaré que quedes inconsciente por la droga, no sin antes que dejes de ver en cuanto saque tus ojos- En la otra mano, muestra una herramienta un poco curva, parecida a una cuchara-No sentirás dolor, descuida...-
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Off rol: falta poco para la media noche. Johannes, has estado inconsciente hasta esa hora, y poco antes de que despertaras, producto del alucinógeno que comienza a hacer efecto sobre ti, te ha inyectado los venenos. Ébano puede tomar decisión sobre lo que hará y continuar acá y decidir que hará con Isell Ansur
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Re: En el cementerio con Jorah [Quest]
La tarde entraba ya, y Ébano no paraba de correr, todo lo que sus piernas le permitían. Las botas chapoteaban en el agua y el lodo de las calles, y la lluvia había cesado, amenazando con dejar paso al Sol.
Sentía la respiración acelerada, el corazón palpitaba veloz, y se sentía lívida, intuyendo lo peor, algo en ella le decía que tenía que correr. No sabía si el guardia o la muchacha la seguían, pero poco importaba ahora. Y el Sol, amenazante.
No tuvo más remedio que esperar al anochecer adentro de un local de costura, cuya anciana dueña por suerte no se molestó.
Tan pronto como estuvo segura de que el Sol no sería un peligro, salió afuera. El olor a lluvia era patente y echó a correr, con la noche ahora sobre los hombros e implorando interiormente que no fuese demasiado tarde. Se sentía cansada y muy nerviosa, salió de la ciudad callejeando, se tropezó varias veces, y tiró varias cajas por ahí, pero no cesó en su carrera. El corazón casi en la garganta y las piernas entumecidas, pero al cabo de unas horas, pudo divisar el cementerio allá, lejos.
Multitud de pensamientos invadían su mente, y cada uno peor que el anterior. Desenfundó una de sus dagas conforme se acercaba, porque no vio nada, y aquello era extremadamente raro. O mejor dicho, extremadamente malo, porque sabía que Johannes había ido hacia el cementerio horas antes.
Pasó la verja y cuidó sus pasos para no hacer ruido, calmó su respiración y miró alrededor, haciendo caso de cada detalle para no perderlo, y de cada sonido. Se internó en la cripta, que encontró medio abierta, y se pegó a una pared nada más entrar. Guardó extremo silencio y abrió bien los sentidos.
Humedad. Penumbra. Olor a sangre. Pisadas, lejanas.
Una voz. Y no era la de Johannes..
Maldijo para sí misma y vio que se abría una hueco en el suelo cuando sus ojos ya se acostumbraron del todo a la oscuridad. Miró a ambos lados, y decidió lanzarse dentro. Eran dos, esperaba, contra uno. Lamentaba seriamente haberse apartado de cuantos la habían ayudado aquellos días en Lunargenta y también en el castillo..
Agudizó bien el oído.
- ...matado a la hermana de un soldado malnacido, y todos... tenían una relación social. Si hubieses preguntado a las casas de los familiares, tal vez hubieras sobrevivido.¿Qué relación tienen? ¿Porqué hago todo esto? Te lo diré en el infierno... -pudo escuchar decir a Jorah.
Abrió mucho los ojos y corrió hacia la abertura, saltó y cayó, flexionando las rodillas, sintiendo sin embargo todo el peso por la reciente caminada y las piernas aún algo entumecidas. Pero alerta.
-Quieto. No sé que pretendes, pero se ha terminado el juego, necio. -dijo con la voz fría y el semblante lívido y serio. Se situó a un lado de él y se acercó a donde estaba Johannes. No había querido mirar hasta ahora, temiendo lo peor. Pero aún estaba vivo, aún podía moverse levemente, parecía, y estaba consciente. Los ataúdes se apilaban alrededor, Jorah tenía un delantal manchado de sangre y amenazantes herramientas en sus manos. Espeluznantes. A un rincón pudo disipar las ropas de Johannes y supuso que sus pertenencias así como su espada.
Devolvió la mirada a Jorah, a los ojos, y sintió erizarse entera, y los colmillos creciendo en su boca poco a poco. -Deja esas herramientas. En el suelo. -dijo mirandolo, ladeando el mentón. No esperaba que obedeciese, pero debía probar. Esperaba que Heral y los guardias se preocupasen y acudiesen en su busca, fuese o no demasiado tarde.
Sentía la respiración acelerada, el corazón palpitaba veloz, y se sentía lívida, intuyendo lo peor, algo en ella le decía que tenía que correr. No sabía si el guardia o la muchacha la seguían, pero poco importaba ahora. Y el Sol, amenazante.
No tuvo más remedio que esperar al anochecer adentro de un local de costura, cuya anciana dueña por suerte no se molestó.
Tan pronto como estuvo segura de que el Sol no sería un peligro, salió afuera. El olor a lluvia era patente y echó a correr, con la noche ahora sobre los hombros e implorando interiormente que no fuese demasiado tarde. Se sentía cansada y muy nerviosa, salió de la ciudad callejeando, se tropezó varias veces, y tiró varias cajas por ahí, pero no cesó en su carrera. El corazón casi en la garganta y las piernas entumecidas, pero al cabo de unas horas, pudo divisar el cementerio allá, lejos.
Multitud de pensamientos invadían su mente, y cada uno peor que el anterior. Desenfundó una de sus dagas conforme se acercaba, porque no vio nada, y aquello era extremadamente raro. O mejor dicho, extremadamente malo, porque sabía que Johannes había ido hacia el cementerio horas antes.
Pasó la verja y cuidó sus pasos para no hacer ruido, calmó su respiración y miró alrededor, haciendo caso de cada detalle para no perderlo, y de cada sonido. Se internó en la cripta, que encontró medio abierta, y se pegó a una pared nada más entrar. Guardó extremo silencio y abrió bien los sentidos.
Humedad. Penumbra. Olor a sangre. Pisadas, lejanas.
Una voz. Y no era la de Johannes..
Maldijo para sí misma y vio que se abría una hueco en el suelo cuando sus ojos ya se acostumbraron del todo a la oscuridad. Miró a ambos lados, y decidió lanzarse dentro. Eran dos, esperaba, contra uno. Lamentaba seriamente haberse apartado de cuantos la habían ayudado aquellos días en Lunargenta y también en el castillo..
Agudizó bien el oído.
- ...matado a la hermana de un soldado malnacido, y todos... tenían una relación social. Si hubieses preguntado a las casas de los familiares, tal vez hubieras sobrevivido.¿Qué relación tienen? ¿Porqué hago todo esto? Te lo diré en el infierno... -pudo escuchar decir a Jorah.
Abrió mucho los ojos y corrió hacia la abertura, saltó y cayó, flexionando las rodillas, sintiendo sin embargo todo el peso por la reciente caminada y las piernas aún algo entumecidas. Pero alerta.
-Quieto. No sé que pretendes, pero se ha terminado el juego, necio. -dijo con la voz fría y el semblante lívido y serio. Se situó a un lado de él y se acercó a donde estaba Johannes. No había querido mirar hasta ahora, temiendo lo peor. Pero aún estaba vivo, aún podía moverse levemente, parecía, y estaba consciente. Los ataúdes se apilaban alrededor, Jorah tenía un delantal manchado de sangre y amenazantes herramientas en sus manos. Espeluznantes. A un rincón pudo disipar las ropas de Johannes y supuso que sus pertenencias así como su espada.
Devolvió la mirada a Jorah, a los ojos, y sintió erizarse entera, y los colmillos creciendo en su boca poco a poco. -Deja esas herramientas. En el suelo. -dijo mirandolo, ladeando el mentón. No esperaba que obedeciese, pero debía probar. Esperaba que Heral y los guardias se preocupasen y acudiesen en su busca, fuese o no demasiado tarde.
Ébano
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Re: En el cementerio con Jorah [Quest]
Estaba preparado para un posible ataque. Probablemente si sacaba algún arma e intentaba combatir contra mi en un frente a frente, lo superaría con facilidad debido a mis capacidades en la lucha. Sin embargo, nunca imagine que el sujeto podría llegar a realizar alguna sucia jugada. Jorah giro para mostrar una desagradable sonrisa y sus macabras intenciones. Pude ver un oscuro y pequeño objeto en su mano. Intente reaccionar rápidamente pero me había tomado por sorpresa. Pude desenfundar mi daga, pero cuando intente avanzar hacia él, arrojo el objeto y este hizo explosión haciéndome retroceder hasta el muro.
- Maldito! Lleve mi mano hasta mi rostro e intente cubrir mi nariz y boca con mi bufanda roja, pero el humo era demasiado espeso y viciado. El efecto de la bomba comenzaba a hacer efecto en mi cuerpo. Avance algunos pasos a tientas, intentando encontrar al infeliz entre el humo pero no lo lograría. Mi visión comenzaba a nublarse y mis piernas empezaban a tambalearse sin equilibrio. En algunos segundos, no pude dar ni un paso más. Mi daga callo al suelo pues no podía continuar sosteniéndola. Caí al suelo irremediablemente y todo se apago de repente.
Después de algún tiempo, pude escuchar algunos sonidos a mi alrededor. No tenia ni la remota idea de cuanto tiempo había pasado o si aun continuaba en aquella cripta. Intente mover mis manos y pies pero me fue imposible siquiera sentir algo. Ni dolor, ni frío, nada. Sentía una terrible desesperación pues podría jurar que me ahogaba en el interior de un estanque y aunque intentara jalar todo el aire posible para llenar mis pulmones, no estaba seguro si realmente podría controlar mi respiración. Mis parpados temblaron sutilmente antes de que pudiera abrirlos. Cuando pude hacerlo, pude ver una conocida silueta frente a mi. Algunas luces brillaban, iluminando tenuemente el lugar, probablemente algunas antorchas. Mis ojos lucharon por enfocar. Frente a mi estaba Jorah, con una siniestra mirada y una rosa en sus manos.
El hombre comenzó a hablar. Me costaba mucho poner atención a sus palabras y mantenerme consiente. Sus palabras parecían provenir de alguna caverna adornada por un profundo y lejano eco. Giro para buscar algo y regreso con un afilado cuchillo y una extraña y perturbadora herramienta curvada. Una vez más intente moverme. Debía hacer algo para evitarlo, pero todo era inútil. Mi cuerpo no respondía y apenas si podía mantener mis ojos abiertos. - Un asesino terminara con mi vida... Maldita ironía. Pensé mientras cerraba los ojos. Ahora solo había una esperanza. Que la señorita Ebano se diera cuenta del culpable y viniera a buscarme con algo de ayuda aunque, quizás no llegaría a tiempo.
Sin previo aviso, escuche otro sonido al otro lado de la habitación. Intente prestar atención para enterarme a que se debía y pude reconocer la silueta de una nueva presencia. Su ropa, su rubio cabello. Se trataba de la señorita Ebano. Busque por la presencia de alguien más pero al parecer había venido sola hasta aquí. Esto me puso muy nervioso ya que probablemente necesitaría ayuda. Ahora temía por su seguridad. Intente abrir mis labios y pronunciar débilmente algunas palabras. - Cu... Cuidado. Humo... Venenos... No le des la oportunidad. Huye... y ve por ayuda. Fue todo lo que pude decir. Aun si yo moría sobre esa mesa de piedra, quería que Ebano se salvara y atrapara a ese bastardo por cualquier medio.
- Maldito! Lleve mi mano hasta mi rostro e intente cubrir mi nariz y boca con mi bufanda roja, pero el humo era demasiado espeso y viciado. El efecto de la bomba comenzaba a hacer efecto en mi cuerpo. Avance algunos pasos a tientas, intentando encontrar al infeliz entre el humo pero no lo lograría. Mi visión comenzaba a nublarse y mis piernas empezaban a tambalearse sin equilibrio. En algunos segundos, no pude dar ni un paso más. Mi daga callo al suelo pues no podía continuar sosteniéndola. Caí al suelo irremediablemente y todo se apago de repente.
Después de algún tiempo, pude escuchar algunos sonidos a mi alrededor. No tenia ni la remota idea de cuanto tiempo había pasado o si aun continuaba en aquella cripta. Intente mover mis manos y pies pero me fue imposible siquiera sentir algo. Ni dolor, ni frío, nada. Sentía una terrible desesperación pues podría jurar que me ahogaba en el interior de un estanque y aunque intentara jalar todo el aire posible para llenar mis pulmones, no estaba seguro si realmente podría controlar mi respiración. Mis parpados temblaron sutilmente antes de que pudiera abrirlos. Cuando pude hacerlo, pude ver una conocida silueta frente a mi. Algunas luces brillaban, iluminando tenuemente el lugar, probablemente algunas antorchas. Mis ojos lucharon por enfocar. Frente a mi estaba Jorah, con una siniestra mirada y una rosa en sus manos.
El hombre comenzó a hablar. Me costaba mucho poner atención a sus palabras y mantenerme consiente. Sus palabras parecían provenir de alguna caverna adornada por un profundo y lejano eco. Giro para buscar algo y regreso con un afilado cuchillo y una extraña y perturbadora herramienta curvada. Una vez más intente moverme. Debía hacer algo para evitarlo, pero todo era inútil. Mi cuerpo no respondía y apenas si podía mantener mis ojos abiertos. - Un asesino terminara con mi vida... Maldita ironía. Pensé mientras cerraba los ojos. Ahora solo había una esperanza. Que la señorita Ebano se diera cuenta del culpable y viniera a buscarme con algo de ayuda aunque, quizás no llegaría a tiempo.
Sin previo aviso, escuche otro sonido al otro lado de la habitación. Intente prestar atención para enterarme a que se debía y pude reconocer la silueta de una nueva presencia. Su ropa, su rubio cabello. Se trataba de la señorita Ebano. Busque por la presencia de alguien más pero al parecer había venido sola hasta aquí. Esto me puso muy nervioso ya que probablemente necesitaría ayuda. Ahora temía por su seguridad. Intente abrir mis labios y pronunciar débilmente algunas palabras. - Cu... Cuidado. Humo... Venenos... No le des la oportunidad. Huye... y ve por ayuda. Fue todo lo que pude decir. Aun si yo moría sobre esa mesa de piedra, quería que Ebano se salvara y atrapara a ese bastardo por cualquier medio.
Johannes
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Re: En el cementerio con Jorah [Quest]
Se giró tras oír que alguien saltaba de la trampilla de arriba. Se reprochó para adentros su descuido y de que por su apuro, se había olvidado de dejar todo listo arriba.
-El señor Johannes ha dicho que usted tenía otros asuntos...-respondió a la mujer irguiéndose en su postura y enfrentándola. Giró levemente su cabeza señalando al humano y dijo-El hombre ya está muerto-volvió a mirarla-Admito que has investigado bien, y el asesino soy yo. Pero el juego no puede seguir si yo acabo, y encontrar dos víctimas en una noche es algo grandioso. ¿No crees?-
Jorah aún tenía las herramientas en sus manos, y sonrió jactándose de la mujer. Comenzó a avanzar hacia ella con paso decidido. Sabía pelear, y estaba preparado para los encantos de los vampiros. Entrecerraba los ojos por si Ébano quería atacarlo. Detrás de ella, habían ataúdes y una antorcha sobre la pared, que el hombre miró por encima del hombro de ella y que si se giraba, no dudaría en atacarla.
Johannes pierdes el sentido, y como dicho respecto a los venenos, tu cuerpo queda en un estado como si estuvieras muerto. Puedes tener alucinaciones y soñar pesadillas pero si no consigues un tratamiento, el efecto de ambos venenos son como contradictorios y te matarían por colapso.
De pronto, hombres a caballo se escucharon por encima del lugar y gritos con órdenes de que ingresaran. Jorah miró furioso hacia el techo y miró con odio a la mujer.
-¡Los has traído maldita! ¡Ha de morir tu compañero, y tú también!-se abalanzó contra la mujer. Los soldados aún no ingresaban a la cripta, pero estaban al caer.
-El señor Johannes ha dicho que usted tenía otros asuntos...-respondió a la mujer irguiéndose en su postura y enfrentándola. Giró levemente su cabeza señalando al humano y dijo-El hombre ya está muerto-volvió a mirarla-Admito que has investigado bien, y el asesino soy yo. Pero el juego no puede seguir si yo acabo, y encontrar dos víctimas en una noche es algo grandioso. ¿No crees?-
Jorah aún tenía las herramientas en sus manos, y sonrió jactándose de la mujer. Comenzó a avanzar hacia ella con paso decidido. Sabía pelear, y estaba preparado para los encantos de los vampiros. Entrecerraba los ojos por si Ébano quería atacarlo. Detrás de ella, habían ataúdes y una antorcha sobre la pared, que el hombre miró por encima del hombro de ella y que si se giraba, no dudaría en atacarla.
Johannes pierdes el sentido, y como dicho respecto a los venenos, tu cuerpo queda en un estado como si estuvieras muerto. Puedes tener alucinaciones y soñar pesadillas pero si no consigues un tratamiento, el efecto de ambos venenos son como contradictorios y te matarían por colapso.
De pronto, hombres a caballo se escucharon por encima del lugar y gritos con órdenes de que ingresaran. Jorah miró furioso hacia el techo y miró con odio a la mujer.
-¡Los has traído maldita! ¡Ha de morir tu compañero, y tú también!-se abalanzó contra la mujer. Los soldados aún no ingresaban a la cripta, pero estaban al caer.
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Pista: Ébano, vence a Jorah con las habilidades que tengas. Heral está cerca. Úsalo para entrar con sus hombres a la cripta si deseas y rescata a Johannes, aunque tu vampira lo notará muertoAnsur
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Re: En el cementerio con Jorah [Quest]
Jorah se volvió hacia ella con el gesto notablemente molesto y amargo. Normal, supuso Ébano, que por haber dejado abierta la trampilla que daba al sótano.
Lo miró fijamente, a los ojos, no quería mostrar debilidad, a pesar del frío y del entumecimiento, necesitaba que su cuerpo respondiese a la alerta por la inminente pelea.
-El señor Johannes ha dicho que usted tenía otros asuntos... -dijo irguiéndose en toda su estatura. -Errada elección por mi parte. -dijo ella, mientras escuchaba a Johannes murmurar algo. Ladeó el rostro hacia su compañero sin quitar los ojos de Jorah, y pudo distinguir entre sus jadeos y su voz entre cortada las palabras veneno, ayuda.... Estaba mal. Y Jorah no tardó en confirmárselo.
-El hombre ya está muerto. Admito que has investigado bien, y el asesino soy yo. Pero el juego no puede seguir si yo acabo, y encontrar dos víctimas en una noche es algo grandioso. ¿No crees?
Sentía la respiración acelerada, retraía los músculos de la cara, sintiendo la sangre hervir, acumulandose y preparandose para saltar en cualquier momento. La parte más primitiva de ella se hacía patente y apartaba a la chica. Ébano se habría paso a través de Ireth.
Retrocedió unos pasos, y fue consciete entonces del aroma a brea, aceites, y calor. Antorchas. Fuego. Peligro. Abrió mucho los ojos y desenfundó la otra daga, empuñando ambas, separó las piernas y flexionó rodillas. Sus ojos se tornaron rojos y, cuando iba a tomar pie ella en el ataque..
Ruidos. Caballos. Gritos.
Al otro lado, Heral llegaba con tres de sus hombres, maldiciendo a la vampiresa por salir corriendo, al frío nocturno, y al maldito asesino que tanto lío estaba creando.
Llegó precipitadamente y descabalgaron:
-¡Vayan a inspeccionar fuera ustedes dos! Tu y yo dentro. ¡Vamos! ¡No puede escaparse ese cabrón!
La desconcentraron, miró un momento hacia arriba y en menos de un segundo, Jorah maldecía y la miraba con un odio profundo.
-¡Los has traído maldita! ¡Ha de morir tu compañero, y tú también! - decía. Lo miró de nuevo, le sonrió salvajemente y se dejó llevar. -Ahhh no, no lo creo. No hoy. -contestó.
Y con una risa salvaje, siseó y corrió hacia él, con los ojos reluciendo en color rojo, saltó, abalanzándose sobre él e intentando bloquear sus manos contra el suelo. Habían caído. Ella abría la boca mostrando los afilados colmillos. La rosa se resbaló y ella la agarró, dejándola a un lado.
Heral entraba apresuradamente dentro, y miraba alrededor frenéticamente, los ojos aún no se acostumbraban a la luz en penumbra.
Ébano trataría de arrebatarle las herramientas, sobre él. Forcejeaban, sentía al hombre, grande y fornido, que intentaba sujetarla de las muñecas a la misma vez, por lo que ella pensó que tal vez se las rompería. -¡¡¡Heral!!! ¡Abajo, rápido, necesito ayu..! -el sepulturero logró zafarse de una mano y le tapó la boca fuertemente, agarrando su rostro y girándolo prácticamente de tal manera que ella se vio obligada a ceder, para no perecer desnucada.
El guardia escuchó el grito y salió, indicando a su compañero que entrase y mientras, él avisó a los otros dos guardias. Uno de ellos saltó dentro, y localizó en cuanto pudo la encimera con Johannes encima, y seguidamente a la chica bajo el sepulturero, que amenazaba con acabar con ella, con la mano y un cortante instrumento en alto.
Ébano trató de elevar su cuerpo, de dar varios golpes, intentos de zafarse y, justo cuando pensó que sería imposible, liberó un brazo y atizó un golpe de puño en la mandíbula del hombre, provocando que se retirase levemente, ella se medio incorporó. -¡¡Necio, desata a mi compañero!! -el guardia se dirigió a Johannes y lo miraba extrañado pensando que, de nada servía aquello estando muerto. Pero como fuese, Ébano se negaba a dejarle allí, qué menos que darle sepultura digna..
Heral saltó dentro seguidamente, y ella lo miró de forma acusadora y luego a Johannes indicandole que ayudara, mientras aún agarraba los antebrazos del sepulturero que la miraba con ojos desorbitados y rabia. La chica profirió un chillido y consiguió acercarse a su cuello lo suficiente como para clavar sus dientes, romper la piel, dejando dos orificios y dejando salir la sangre.
Estaba ofuscada mirando su obra, su nueva matanza, el charco de sangre y los ojos del hombre, mirandola con odio. Ella abrió la boca en media sonrisa, sientiendo cálida la boca y clavó una daga por su espalda, en su corazón.
Y de pronto se hizo el silencio.
Un guardia la observaba atemorizado, el otro estaba observando todo el lugar asombrado por los ataúdes, a Johannes... Johannes. Ébano lo miró, observó cómo Heral le desataba muñecas y el otro guardia, tobillos. No podía ser verdad....
Por el rabillo del ojo vio cómo dos guardias recolocaban la escalera de mano. Sentía su respiración de nuevo asentarse y volver a la normalidad, enfocó la vista y miró a Heral.
-Coge sus cosas. -dijo refiriendose a Johannes.
No quería hablar de aquello, ni de aquello ni de nada. Había estado fuera de sí, había matado y no le gustaba. Había perdido a su compañero, y todo por haber tenido una estúpida suposición y haber errado al principio en su elección.. Centró la vista y el rumbo. Se agachó al suelo y cogió la rosa, la apretó, dejando hilillos de sangre y dejando caer los pétalos sobre el cadáver del sepulturero. Avanzó hasta Johannes y pasó un brazo por debajo de su cabeza y lo echó a un hombro, con el semblante serio, se dirigió a la escalera.
Estaba frío. Subió como pudo, haciendo caso omiso de los resentidos músculos y al llegar arriba, salió al umbral y lo tumbó sobre una capa de uno de los guardias que estaba sobre un caballo, y se quedó allí, esperando a que saliese Heral para hablar de.. de no sabía qué.
Lo miró fijamente, a los ojos, no quería mostrar debilidad, a pesar del frío y del entumecimiento, necesitaba que su cuerpo respondiese a la alerta por la inminente pelea.
-El señor Johannes ha dicho que usted tenía otros asuntos... -dijo irguiéndose en toda su estatura. -Errada elección por mi parte. -dijo ella, mientras escuchaba a Johannes murmurar algo. Ladeó el rostro hacia su compañero sin quitar los ojos de Jorah, y pudo distinguir entre sus jadeos y su voz entre cortada las palabras veneno, ayuda.... Estaba mal. Y Jorah no tardó en confirmárselo.
-El hombre ya está muerto. Admito que has investigado bien, y el asesino soy yo. Pero el juego no puede seguir si yo acabo, y encontrar dos víctimas en una noche es algo grandioso. ¿No crees?
Sentía la respiración acelerada, retraía los músculos de la cara, sintiendo la sangre hervir, acumulandose y preparandose para saltar en cualquier momento. La parte más primitiva de ella se hacía patente y apartaba a la chica. Ébano se habría paso a través de Ireth.
Retrocedió unos pasos, y fue consciete entonces del aroma a brea, aceites, y calor. Antorchas. Fuego. Peligro. Abrió mucho los ojos y desenfundó la otra daga, empuñando ambas, separó las piernas y flexionó rodillas. Sus ojos se tornaron rojos y, cuando iba a tomar pie ella en el ataque..
Ruidos. Caballos. Gritos.
Al otro lado, Heral llegaba con tres de sus hombres, maldiciendo a la vampiresa por salir corriendo, al frío nocturno, y al maldito asesino que tanto lío estaba creando.
Llegó precipitadamente y descabalgaron:
-¡Vayan a inspeccionar fuera ustedes dos! Tu y yo dentro. ¡Vamos! ¡No puede escaparse ese cabrón!
La desconcentraron, miró un momento hacia arriba y en menos de un segundo, Jorah maldecía y la miraba con un odio profundo.
-¡Los has traído maldita! ¡Ha de morir tu compañero, y tú también! - decía. Lo miró de nuevo, le sonrió salvajemente y se dejó llevar. -Ahhh no, no lo creo. No hoy. -contestó.
Y con una risa salvaje, siseó y corrió hacia él, con los ojos reluciendo en color rojo, saltó, abalanzándose sobre él e intentando bloquear sus manos contra el suelo. Habían caído. Ella abría la boca mostrando los afilados colmillos. La rosa se resbaló y ella la agarró, dejándola a un lado.
Heral entraba apresuradamente dentro, y miraba alrededor frenéticamente, los ojos aún no se acostumbraban a la luz en penumbra.
Ébano trataría de arrebatarle las herramientas, sobre él. Forcejeaban, sentía al hombre, grande y fornido, que intentaba sujetarla de las muñecas a la misma vez, por lo que ella pensó que tal vez se las rompería. -¡¡¡Heral!!! ¡Abajo, rápido, necesito ayu..! -el sepulturero logró zafarse de una mano y le tapó la boca fuertemente, agarrando su rostro y girándolo prácticamente de tal manera que ella se vio obligada a ceder, para no perecer desnucada.
El guardia escuchó el grito y salió, indicando a su compañero que entrase y mientras, él avisó a los otros dos guardias. Uno de ellos saltó dentro, y localizó en cuanto pudo la encimera con Johannes encima, y seguidamente a la chica bajo el sepulturero, que amenazaba con acabar con ella, con la mano y un cortante instrumento en alto.
Ébano trató de elevar su cuerpo, de dar varios golpes, intentos de zafarse y, justo cuando pensó que sería imposible, liberó un brazo y atizó un golpe de puño en la mandíbula del hombre, provocando que se retirase levemente, ella se medio incorporó. -¡¡Necio, desata a mi compañero!! -el guardia se dirigió a Johannes y lo miraba extrañado pensando que, de nada servía aquello estando muerto. Pero como fuese, Ébano se negaba a dejarle allí, qué menos que darle sepultura digna..
Heral saltó dentro seguidamente, y ella lo miró de forma acusadora y luego a Johannes indicandole que ayudara, mientras aún agarraba los antebrazos del sepulturero que la miraba con ojos desorbitados y rabia. La chica profirió un chillido y consiguió acercarse a su cuello lo suficiente como para clavar sus dientes, romper la piel, dejando dos orificios y dejando salir la sangre.
Estaba ofuscada mirando su obra, su nueva matanza, el charco de sangre y los ojos del hombre, mirandola con odio. Ella abrió la boca en media sonrisa, sientiendo cálida la boca y clavó una daga por su espalda, en su corazón.
Y de pronto se hizo el silencio.
Un guardia la observaba atemorizado, el otro estaba observando todo el lugar asombrado por los ataúdes, a Johannes... Johannes. Ébano lo miró, observó cómo Heral le desataba muñecas y el otro guardia, tobillos. No podía ser verdad....
Por el rabillo del ojo vio cómo dos guardias recolocaban la escalera de mano. Sentía su respiración de nuevo asentarse y volver a la normalidad, enfocó la vista y miró a Heral.
-Coge sus cosas. -dijo refiriendose a Johannes.
No quería hablar de aquello, ni de aquello ni de nada. Había estado fuera de sí, había matado y no le gustaba. Había perdido a su compañero, y todo por haber tenido una estúpida suposición y haber errado al principio en su elección.. Centró la vista y el rumbo. Se agachó al suelo y cogió la rosa, la apretó, dejando hilillos de sangre y dejando caer los pétalos sobre el cadáver del sepulturero. Avanzó hasta Johannes y pasó un brazo por debajo de su cabeza y lo echó a un hombro, con el semblante serio, se dirigió a la escalera.
Estaba frío. Subió como pudo, haciendo caso omiso de los resentidos músculos y al llegar arriba, salió al umbral y lo tumbó sobre una capa de uno de los guardias que estaba sobre un caballo, y se quedó allí, esperando a que saliese Heral para hablar de.. de no sabía qué.
Ébano
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