[Trabajo] Una noche en el cementerio [Bio + Ghabriel]
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[Trabajo] Una noche en el cementerio [Bio + Ghabriel]
Y aquí estaba, sentado sobre una vieja y polvorosa tumba que casi de desmoronaba de antigua, que lugar tan repugnante y lúgubre, habían pasado un par de horas y aún no había nada de acción, de seguir así, el mayor riesgo al que podría enfrentarme sería morir de aburrimiento, sin embargo, tenía muy buenas expectativas por la forma en que se me había detallado el trabajo, hacía pocos días, había muerto un humano adinerado, no sabía quién era y la verdad, poco me importaba, pero al enterrarlo, se había usado un ataúd de oro con ostentosos diamantes ornamentando los extremos, ya con eso era bastante valioso, pero además habían escrito el apellido de aquel hombre con pequeños rubís de color escarlata, era demasiada tentación junta, el rumor se esparció con tal prisa y descuido, que poco a poco se le fueron agregando más detalles exagerados a la historia, a estas alturas, ni siquiera sé si conozco la versión correcta o fui víctima de una de esas exageraciones, sea cual fuere el caso, se habían visto algunos bandidos rondando la noche anterior, mi trabajo era custodiar el lugar y evitar que alguien se hiciera rico de una manera tan fácil.
Y aquí estaba, sentado sobre una vieja y polvorosa tumba que casi de desmoronaba de antigua, ni un alma, ni un ruido, un profundo y ensordecedor silencio saturaba todo el lugar - ¡¡Moriré de aburrimiento!! - grité mientras me levantaba para al menos caminar un poco y evitar quedarme dormido, esperaba recibir un eco para al menos sentirme acompañado pero no hubo tal cosa, solo mis pasos hacían ruido en mi recorrido a través del solitario lugar, al final, opté por tomar una pequeña rama y dedicarme a hacer dibujos en el suelo arenoso.
De pronto, a lo lejos, escuché algunos pasos acercarse, parecía ser un solo individuo, tal vez un bandido que exploraba el lugar para luego llamar a sus compañeros y atacar en grupo, tal vez mi grito de hace rato había delatado mi presencia, sin embargo, me había movido un poco y ya no me encontraba en la misma posición, por lo que ya no sería tan sencillo ubicarme, me alejé sigilosamente hasta ocultarme en la sombra de una pequeña tumba hasta poder detallar al sujeto que se acercaba, sujeté las dagas que tenía guardadas en la espalda aunque sin sacarlas, y esperé acechante a que terminara de salir esa silueta que se dibujaba entre la bruma...
Y aquí estaba, sentado sobre una vieja y polvorosa tumba que casi de desmoronaba de antigua, ni un alma, ni un ruido, un profundo y ensordecedor silencio saturaba todo el lugar - ¡¡Moriré de aburrimiento!! - grité mientras me levantaba para al menos caminar un poco y evitar quedarme dormido, esperaba recibir un eco para al menos sentirme acompañado pero no hubo tal cosa, solo mis pasos hacían ruido en mi recorrido a través del solitario lugar, al final, opté por tomar una pequeña rama y dedicarme a hacer dibujos en el suelo arenoso.
De pronto, a lo lejos, escuché algunos pasos acercarse, parecía ser un solo individuo, tal vez un bandido que exploraba el lugar para luego llamar a sus compañeros y atacar en grupo, tal vez mi grito de hace rato había delatado mi presencia, sin embargo, me había movido un poco y ya no me encontraba en la misma posición, por lo que ya no sería tan sencillo ubicarme, me alejé sigilosamente hasta ocultarme en la sombra de una pequeña tumba hasta poder detallar al sujeto que se acercaba, sujeté las dagas que tenía guardadas en la espalda aunque sin sacarlas, y esperé acechante a que terminara de salir esa silueta que se dibujaba entre la bruma...
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Re: [Trabajo] Una noche en el cementerio [Bio + Ghabriel]
Caminaba con pesadez por los pasillos del cementerio que se formaban por las tumbas. Cada dos o tres pasos resoplaba con fuerza disgustado por estar allí. Preferiría estar en la posada estrella escuchando a los músicos, tomando y riéndose con completos extraños. Suspiró al imaginarse qué debía estar pasando sin su presencia en la posada. Pero, debido a esa vida de despilfarro que había estado llevando hasta ese momento, su bolsa de dinero estaba notablemente más ligera. Por lo tanto no había tenido más opción que buscar un trabajo si quería permanecer en la ciudad y no volver tan rápido a los peligrosos caminos de Aerandir.
Lunargenta era un lugar con muchas oportunidades para quien deseara trabajar. Incluso parecía que había más trabajos que personas en la ciudad. Sin embargo ninguno parecía adecuado para él. Cuando parecía que debía juntar sus cosas escuchó a un grupo de hombres hablando entre sí. Aparentemente un noble había fallecido trágicamente hace poco y su familia no había escatimado en gastos cuando decidieron enterrarlo. Los detalles del entierro eran irreales: ataúd de oro, incrustaciones de diamantes y de rubís. ¡Nadie podía tener tanto dinero! Ghabriel no hubiera creido la historia de esos hombres si él mismo no hubiera visto la ceremonia que la familia organizó en un salón del centro de Lunargenta. Las damas, que vestían ostentosos vestidos de luto, bebían champaña de unos vasos de cristal con pequeños diamantes en los bordes y los hombres guiaban a los sirvientes para que decoraran la sala con las enormes coronas que habían mandado (si su visión no le había fallado, una de las coronas había sido enviada por el rey). Las coronas no le permitían que viera el ataúd, pero uno de esos hombres, quien había sido un fiel sirviente del noble durante años, juraba que todo era cierto. Muchos otros hombres escuchaban la historia con interés, por esa razón no era sorprendente que se buscara alguien que vigilara el cementerio por la noches. Al parecer, un grupo de bandidos había intentado profanar la tumba la noche anterior. Si no ofrecieran tanto dinero por el puesto de vigilante, él mismo hubiera intentado robar el ataúd.
Se sentó en una tumba y escondió el rostro ente sus manos para contener un grito de exasperación y aburrimiento. Ya habían pasado horas desde el anochecer y todavía no había rastro de bandidos ni de otro ser vivo. Aún si hubiera alguien, hubiera sido difícil distinguirlo dado que la noche se estaba inundando de espesa niebla. ¿Se podría morir de aburrimiento? Al menos si moría ya estaba en el cementerio. Ojala los bandidos aparecieran pronto. No les tenía miedo en absoluto y, en ese momento, prefería pelear antes de quedarse sumido es ese eterno aburrimiento.
¡¡Moriré de aburrimiento!!
¿Realmente había gritado que estaba aburrido? No, no estaba tan metido en el estupor como para no darse cuenta de que había gritado. Alguien más estaba allí. Sin pensarlo desenvaino sus espadas y camino había donde creía que había provenido el grito. Intentaba no correr para no alertar a quien fuera que estaba allí, pero la adrenalina lo obligaba a acelerar el paso.
— ¿Quién está ahí? — le gritó a un bulto con forma de persona que logró distinguir entre la niebla. Esperaba que fuera una persona y no una tumba; sería muy vergonzoso.
Lunargenta era un lugar con muchas oportunidades para quien deseara trabajar. Incluso parecía que había más trabajos que personas en la ciudad. Sin embargo ninguno parecía adecuado para él. Cuando parecía que debía juntar sus cosas escuchó a un grupo de hombres hablando entre sí. Aparentemente un noble había fallecido trágicamente hace poco y su familia no había escatimado en gastos cuando decidieron enterrarlo. Los detalles del entierro eran irreales: ataúd de oro, incrustaciones de diamantes y de rubís. ¡Nadie podía tener tanto dinero! Ghabriel no hubiera creido la historia de esos hombres si él mismo no hubiera visto la ceremonia que la familia organizó en un salón del centro de Lunargenta. Las damas, que vestían ostentosos vestidos de luto, bebían champaña de unos vasos de cristal con pequeños diamantes en los bordes y los hombres guiaban a los sirvientes para que decoraran la sala con las enormes coronas que habían mandado (si su visión no le había fallado, una de las coronas había sido enviada por el rey). Las coronas no le permitían que viera el ataúd, pero uno de esos hombres, quien había sido un fiel sirviente del noble durante años, juraba que todo era cierto. Muchos otros hombres escuchaban la historia con interés, por esa razón no era sorprendente que se buscara alguien que vigilara el cementerio por la noches. Al parecer, un grupo de bandidos había intentado profanar la tumba la noche anterior. Si no ofrecieran tanto dinero por el puesto de vigilante, él mismo hubiera intentado robar el ataúd.
Se sentó en una tumba y escondió el rostro ente sus manos para contener un grito de exasperación y aburrimiento. Ya habían pasado horas desde el anochecer y todavía no había rastro de bandidos ni de otro ser vivo. Aún si hubiera alguien, hubiera sido difícil distinguirlo dado que la noche se estaba inundando de espesa niebla. ¿Se podría morir de aburrimiento? Al menos si moría ya estaba en el cementerio. Ojala los bandidos aparecieran pronto. No les tenía miedo en absoluto y, en ese momento, prefería pelear antes de quedarse sumido es ese eterno aburrimiento.
¡¡Moriré de aburrimiento!!
¿Realmente había gritado que estaba aburrido? No, no estaba tan metido en el estupor como para no darse cuenta de que había gritado. Alguien más estaba allí. Sin pensarlo desenvaino sus espadas y camino había donde creía que había provenido el grito. Intentaba no correr para no alertar a quien fuera que estaba allí, pero la adrenalina lo obligaba a acelerar el paso.
— ¿Quién está ahí? — le gritó a un bulto con forma de persona que logró distinguir entre la niebla. Esperaba que fuera una persona y no una tumba; sería muy vergonzoso.
Ghabriel
Experto
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Re: [Trabajo] Una noche en el cementerio [Bio + Ghabriel]
De entre las tumbas aparecía una figura que se acercaba a través de la espesa niebla, llevé mis manos a la parte baja de mi espalda para tomar mis dagas y me preparé para un asalto rápido, sigiloso y efectivo, de pronto, una voz conocida apareció - ¿Quién está ahí? - no lograba recordar a quién pertenecía esa voz, pero sí recordaba haberla oído, así que decidí acercarme a verificar antes de atacar, al estar más cerca pude al fin saber de quién se trataba - ¿Qué haces aquí? ¿ahora desentierras tumbas para robar sus joyas? - escuché su respuesta, pero al cabo de unos segundos acabé por interrumpirlo - ssshhh, espera - le dije mientras hice un gesto con la mano para agacharnos y ocultarnos, algo se acercaba, tal vez era tiempo de justificar el sueldo, sin embargo, no venían en nuestra dirección, pasaron de largo sin vernos pues al parecer, hoy sí sabían exactamente a dónde ir, me pasó por la mente dejar que llegaran al ataúd en la tumba correcta, y tras eliminarlos, quedarme con el botín, sin embargo, la llegada de Ghabriel alteraba un poco mis planes, sin embargo, no podía decirle nada, dado que él también estaba cuidando tumbas, tendría que enfrentarme a él para poder quedarme con todo, pero a fin de cuentas, desde el principio ese ataúd era una locura, si no lo robaban esta noche, lo seguirían intentando, una y otra vez, por lo tanto, una solución sería cambiar el ataúd por uno normal, sin embargo, el rumor se había extendido mucho, y sacarían cada ataúd del cementerio sin encontrar nada, la mejor solución que se me podía ocurrir, era inventar un rumor peor que el actual, algo tan terrorífico que pudiera mantener a todos alejados del preciado ataúd.
Si lográbamos armar una buena emboscada, en lugar de matarlos a todos y tener que enfrentar a nuevos bandidos cada día, mejor los asustaríamos para que esparcieran el rumor de que el cementerio estaba maldito, pensaba todo aquello mientras se alejaban en la dirección que estaban convencidos, que era la correcta, eran al rededor de 15 o 20, pero no muy listos, y al parecer bastante asustadizos, pues sus mismas pisadas a veces los asustaban al romper las ramas secas que reposaban en el piso - Hay que asustarlos - le dije a Ghabriel en voz baja - Pero primero debemos seguirlos que decidan estarse quietos, y entonces, los dividiremos, y uno a uno los iremos desapareciendo - algunos eran muy asustadizos, mientras otros parecían más incrédulos, lo mejor, era eliminar a los que eran difíciles de asustar, y dejar a los asustadizos que seguramente exagerarían al contar el rumor, los seguimos a cierta distancia mientras caminaban hacia su destino...
Si lográbamos armar una buena emboscada, en lugar de matarlos a todos y tener que enfrentar a nuevos bandidos cada día, mejor los asustaríamos para que esparcieran el rumor de que el cementerio estaba maldito, pensaba todo aquello mientras se alejaban en la dirección que estaban convencidos, que era la correcta, eran al rededor de 15 o 20, pero no muy listos, y al parecer bastante asustadizos, pues sus mismas pisadas a veces los asustaban al romper las ramas secas que reposaban en el piso - Hay que asustarlos - le dije a Ghabriel en voz baja - Pero primero debemos seguirlos que decidan estarse quietos, y entonces, los dividiremos, y uno a uno los iremos desapareciendo - algunos eran muy asustadizos, mientras otros parecían más incrédulos, lo mejor, era eliminar a los que eran difíciles de asustar, y dejar a los asustadizos que seguramente exagerarían al contar el rumor, los seguimos a cierta distancia mientras caminaban hacia su destino...
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Re: [Trabajo] Una noche en el cementerio [Bio + Ghabriel]
La figura se acercaba despacio hacia él; no parecía una amenaza, pero la experiencia le había enseñado que nunca debía fiarse de nadie. Se preparó para atacar con una espada a cada lado de su cuerpo cuando le pareció reconocer el rostro que se asomaba en la niebla. Un hombre pálido de cabellos negros lo miraba extrañado a sólo un par de metros. Por alguna razón los músculos del cuerpo se le tensaron automáticamente al verlo.
— ¿Qué haces aquí? ¿Ahora desentierras tumbas para robar sus joyas?—bajó la espadas al reconocer al hombre. Se trataba de Bio, el hombre que había salvado de un grupo de trolls. Con razón su cuerpo había reaccionado de esa forma con sólo verlo; a pesar que habían pasado varios meses desde su encuentro, no olvidaba lo que había pasado en la montaña, especialmente el hecho de que Bio lo había arrojado como si fuera una bolsa.
— ¿Qué haces tú aquí?— apoyó la espalda en una lápida algo más relajado ahora—Sera mejor que no pienses en robar algo porque esta noche…—quería explicar que esa noche estaba encargado de proteger las tumbas del lugar y que no lo perdería de vista ni por un segundo, cuando Bio lo interrumpió. ¿Quién se creía para decirle que se callara? Le hubiera contestado bruscamente que el que debía callarse era él y que era mejor que se largara de allí si no hubiera visto por el rabillo del ojo un brillo en la neblina. Se giró y vio una gran mancha anaranjada esfumada por la niebla que avanzaba por entre las tumbas. Sin duda eran los bandidos. Se agachó junto a su compañero y esperó allí escondido a que pasaran. Pasaron varios segundos y todavía no se acercaban a ellos. Miró a Bio tratando de buscar alguna señal de que supiera que sucedía, pero su rostro era implacable. Levantó la cabeza sobre una de la tumbas y el resplandor se había alejado considerablemente de ellos. Ya debían haber adivinado dónde estaba la tumba.
—Hay que asustarlos—decía Bio en voz baja. Esta vez parecía que él seguiría los planes del hombre. A pesar de que eso le pesaba a su orgullo, era un alivio dado que la niebla no le permitía distinguir siquiera la cantidad de bandidos que había —.Pero primero debemos seguirlos que decidan estarse quietos, y entonces, los dividiremos, y uno a uno los iremos desapareciendo.
No parecía un mal plan. El joven brujo se levantó sin decir una palabra se sacudió los pantalones y se adentró en la niebla en dirección a los bandidos. La idea era caminar cerca de ellos por los costados a la vez que arrastraba las espadas por el suelo y por las tumbas. Al principio no parecían alertados por el sonido metálico contra las piedras hasta que uno de los hombres se detuvo en seco y comenzó a mirar en todas direcciones.
— ¿Escuchan eso?— preguntaba una voz ronca inundada de miedo. El resto de la masa de hombres se detuvo, pero no decían una palabra.
— ¿Qué haces aquí? ¿Ahora desentierras tumbas para robar sus joyas?—bajó la espadas al reconocer al hombre. Se trataba de Bio, el hombre que había salvado de un grupo de trolls. Con razón su cuerpo había reaccionado de esa forma con sólo verlo; a pesar que habían pasado varios meses desde su encuentro, no olvidaba lo que había pasado en la montaña, especialmente el hecho de que Bio lo había arrojado como si fuera una bolsa.
— ¿Qué haces tú aquí?— apoyó la espalda en una lápida algo más relajado ahora—Sera mejor que no pienses en robar algo porque esta noche…—quería explicar que esa noche estaba encargado de proteger las tumbas del lugar y que no lo perdería de vista ni por un segundo, cuando Bio lo interrumpió. ¿Quién se creía para decirle que se callara? Le hubiera contestado bruscamente que el que debía callarse era él y que era mejor que se largara de allí si no hubiera visto por el rabillo del ojo un brillo en la neblina. Se giró y vio una gran mancha anaranjada esfumada por la niebla que avanzaba por entre las tumbas. Sin duda eran los bandidos. Se agachó junto a su compañero y esperó allí escondido a que pasaran. Pasaron varios segundos y todavía no se acercaban a ellos. Miró a Bio tratando de buscar alguna señal de que supiera que sucedía, pero su rostro era implacable. Levantó la cabeza sobre una de la tumbas y el resplandor se había alejado considerablemente de ellos. Ya debían haber adivinado dónde estaba la tumba.
—Hay que asustarlos—decía Bio en voz baja. Esta vez parecía que él seguiría los planes del hombre. A pesar de que eso le pesaba a su orgullo, era un alivio dado que la niebla no le permitía distinguir siquiera la cantidad de bandidos que había —.Pero primero debemos seguirlos que decidan estarse quietos, y entonces, los dividiremos, y uno a uno los iremos desapareciendo.
No parecía un mal plan. El joven brujo se levantó sin decir una palabra se sacudió los pantalones y se adentró en la niebla en dirección a los bandidos. La idea era caminar cerca de ellos por los costados a la vez que arrastraba las espadas por el suelo y por las tumbas. Al principio no parecían alertados por el sonido metálico contra las piedras hasta que uno de los hombres se detuvo en seco y comenzó a mirar en todas direcciones.
— ¿Escuchan eso?— preguntaba una voz ronca inundada de miedo. El resto de la masa de hombres se detuvo, pero no decían una palabra.
Ghabriel
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Re: [Trabajo] Una noche en el cementerio [Bio + Ghabriel]
Ghabriel se levantó aparentemente sin hacer caso a mis palabras, caminaba relativamente cerca de los bandidos aunque sin dejarse ver, arrastrando sus espadas por el suelo - Ese idiota - pensé al principio, pero luego presté atención al terrorífico sonido de las espadas arrastradas por el suelo y las expresiones de desconcierto de aquellos hombres - Es brillante - pensé luego, al tiempo que me apresuraba en llegar silenciosamente el lado contrario - ¿Escuchan eso? - dijo uno de los bandidos y se detuvo mirando en todas direcciones, tomé algunas pequeñas ramas que estaban regadas por el piso y lacé un par de ellas en direcciones diferentes, una hacia la derecha, tras unos segundos, lancé otra hacia la izquierda, los bandidos comenzaban a alterarse, estaban comenzando a imaginar cosas, y ahora, mi suerte no podía ser más perfecta, una pequeña alimaña merodeaba cerca de donde yo estaba, así que velozmente, aunque con algo de asco, la levanté con una mano y la arrojé en dirección a donde estaban los bandidos, cayendo directamente sobre la cabeza de uno de ellos que gritó como niña asustada sacudiéndose la cabeza - ¡Alimañas voladoras, es obra del demonio! - gritaba al tiempo que se lanzaba al piso - ¡Quítenmela, quítenmela! - Seguía gritando aunque la alimaña ya se encontraba lejos, por la neblina, los otros no habían alcanzado a ver en detalle lo que había sucedido, la versión oficial hasta ahora, era que estaban rodeados por alguna especie de alimañas voladoras.
De mi lado, el destino me sonreía y el plan se estaba tornando fácilmente realizable, hasta que uno de los hombres que parecía ser el líder gritó fingiendo no estar asustado - Montón de cobardes, no existe tal cosa como alimañas voladoras - Si ese era el líder, entonces era la clave para doblegar al resto del grupo, sin su líder serían más vulnerables, sin embargo, unos cuantos sustos no estarían de más, al menos mientras pensaba en un plan para deshacernos del líder, los hombres, aunque temerosos aún, continuaron caminando un poco más, hasta llegar a un lugar con varias tumbas abiertas, habían estado buscando la noche anterior, y ahora continuarían donde se quedaron, me acerqué de prisa hacia una de las tumbas abiertas coloqué a uno de los cadáveres en posición sentado, luego volví a esconderme, uno de los hombres volteó y al ver al cadáver sentado corrió gritando despavorido hacia su compañero más cercano que sin saber por qué, comenzó también a gritar y luego, como en una reacción en cadena estaban todos dando gritos aunque no sabían exactamente por qué gritaban, corrían y se tropezaban unos a otros mientras vociferaban - Los muertos están furiosos porque profanamos su descanso - hasta ahora, todo iba saliendo mejor de lo que hubiese podido planear, hasta que el líder les gritó furioso - Ningunos muertos, idiotas, hay alguien más acá jugando con nosotros, hay que encontrarlo - levantó su vista hacia donde Ghabriel había hecho ruido con sus espadas y lo señaló, pero al ver que todos estaban aterrados y nadie se atrevía a investigar, decidió ir por sí mismo en esa dirección...
De mi lado, el destino me sonreía y el plan se estaba tornando fácilmente realizable, hasta que uno de los hombres que parecía ser el líder gritó fingiendo no estar asustado - Montón de cobardes, no existe tal cosa como alimañas voladoras - Si ese era el líder, entonces era la clave para doblegar al resto del grupo, sin su líder serían más vulnerables, sin embargo, unos cuantos sustos no estarían de más, al menos mientras pensaba en un plan para deshacernos del líder, los hombres, aunque temerosos aún, continuaron caminando un poco más, hasta llegar a un lugar con varias tumbas abiertas, habían estado buscando la noche anterior, y ahora continuarían donde se quedaron, me acerqué de prisa hacia una de las tumbas abiertas coloqué a uno de los cadáveres en posición sentado, luego volví a esconderme, uno de los hombres volteó y al ver al cadáver sentado corrió gritando despavorido hacia su compañero más cercano que sin saber por qué, comenzó también a gritar y luego, como en una reacción en cadena estaban todos dando gritos aunque no sabían exactamente por qué gritaban, corrían y se tropezaban unos a otros mientras vociferaban - Los muertos están furiosos porque profanamos su descanso - hasta ahora, todo iba saliendo mejor de lo que hubiese podido planear, hasta que el líder les gritó furioso - Ningunos muertos, idiotas, hay alguien más acá jugando con nosotros, hay que encontrarlo - levantó su vista hacia donde Ghabriel había hecho ruido con sus espadas y lo señaló, pero al ver que todos estaban aterrados y nadie se atrevía a investigar, decidió ir por sí mismo en esa dirección...
Bio
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Re: [Trabajo] Una noche en el cementerio [Bio + Ghabriel]
Bio se había puesto en marcha también. Ahora los bandidos estaban doblemente asustados. Parecía difícil creer que un grupo de adultos se asustara tan rápido por un ruido metálico y un par de rocas rodando a la lejanía. Pero, al fin y al cabo, se trataba de simples humanos que perdían cualquier capacidad de raciocinio si se los enfrentaba a elementos que no conocieran. Lo más seguro es que se tratase de un grupo de ladronzuelos que solo conocían el robo armado lleno de violencia física y sin plan alguno. Si sólo él hubiera sido más ágil que esos payasos para reunir un grupo, seguramente el ataúd ya estaría lejos de ese lugar. Con un plan robarse el tesoro no sería difícil, sobre todo si se tomaba en cuenta que la seguridad del lugar se conformaba de los dos primeros voluntarios que aparecieron.
— ¡Alimañas voladoras, es obra del demonio! ¡Quítenmela, quítenmela!—gritaba uno de los hombres. Lo más seguro era que Bio le hubiese tirado con algún animal rastrero. Le hubiera encantado ver la expresión de aquel bandido asustado acudiéndose para todos lados, pero la niebla no le permitía ver más que una porción del resplandor temblando. Aun así, al joven se le escapó una pequeña risa ante aquel simple grito lleno de cobardía.
—Montón de cobardes, no existe tal cosa como alimañas voladoras—Gritó una voz que, a diferencia del resto, no denotaba ninguna clase de temor ni cobardía. Debía de tratarse del líder del grupo. Su voz era grave y revotaba por todo el cementerio. El resto del grupo cayó y siguieron caminando como si nada hubiera pasado. Si querían que el plan funcionase primero tendrían que eliminar al líder. Ghabriel siguió al grupo desde una distancia segura y continuó arrastrando las espadas por el suelo. Ésta vez, sólo se escuchaban unos pequeños susurros desde el grupo. Al parecer le temían más a su líder que a un fantasma o a un asesino.
Un grito que rozaba el tono agudo de una mujer rompió el silencio del lugar y, esta vez, no logró evitar que se le escapara una risa burlona. —Los muertos están furiosos porque profanamos su descanso— quien hablaba estaba notablemente asustado, su voz temblaba. Bio estaba haciendo bien su trabajo, había logrado romper el miedo que tenían hacia su líder.
Una luz se partió del resto del grupo y comenzó a dirigirse hacia su dirección. — Ningunos muertos, idiotas, hay alguien más acá jugando con nosotros, hay que encontrarlo—El líder se acercaba a él.
Corrió para esconderse detrás de una tumba grande que había cruzado, pero la niebla apenas le permitía ver por donde iba. Cuando caminaba despacio, como lo había hecho hasta el momento, tanteaba con los pies el camino y de esa forma evitaba cualquier obstáculo, esa tarea se volvió imposible una vez que empezó a correr y tropezó inevitablemente con una roca en su camino.
—Te encontré, idiota— Un hombre musculoso y con varias cicatrices en el rostro estaba parado a su lado sosteniendo una pala por sobre su cabeza. La pala golpeo justo al lado suyo, no logró golpearlo por sólo unos centímetros. Al parecer la niebla tampoco le permitía ver bien a pesar de su antorcha. Ghabriel tomó un puñado de tierra y se lo arrojó a los ojos. El bandido se tapó el rostro con las manos soltando la pala y la antorcha, pero ya era muy tarde gran parte de la tierra le había entrado en los ojos. El joven aprovechó la distracción para levantarse y esconderse detrás de una lápida. —Te voy a atrapar, mal nacido— El bandido los buscaba a ciegas y chocaba contra las tumbas. Esta era el momento perfecto para acabar con él.
Salió de su escondite y se posicionó detrás de él. Era muy gracioso ver a un hombre de ese tamaño golpearse y tropezar de esa forma. Pero ese no era el momento para detenerse a disfrutar un espectáculo cómico-ridículo. Tomó una roca del suelo y lo golpeo en la nuca con toda su fuerza noqueándolo. Ahora bien, podría matarlo o simplemente dejarlo allí tirado en inconsciente, pero estaba seguro que no lo había golpeado tan fuerte y que se levantaría al cabo de unos segundos. Debía matarlo, pero no aun… le podría servir vivo un rato más. Levantó una de las espadas por sobre su cabeza y se la clavó en la mano derecha; en el cementerio retumbó el grito de dolor y el aire se llenó de olor a sangre. Se sentó sobre el bandido para que no se levantara y volvió a clavarle la espada.
— ¡Alimañas voladoras, es obra del demonio! ¡Quítenmela, quítenmela!—gritaba uno de los hombres. Lo más seguro era que Bio le hubiese tirado con algún animal rastrero. Le hubiera encantado ver la expresión de aquel bandido asustado acudiéndose para todos lados, pero la niebla no le permitía ver más que una porción del resplandor temblando. Aun así, al joven se le escapó una pequeña risa ante aquel simple grito lleno de cobardía.
—Montón de cobardes, no existe tal cosa como alimañas voladoras—Gritó una voz que, a diferencia del resto, no denotaba ninguna clase de temor ni cobardía. Debía de tratarse del líder del grupo. Su voz era grave y revotaba por todo el cementerio. El resto del grupo cayó y siguieron caminando como si nada hubiera pasado. Si querían que el plan funcionase primero tendrían que eliminar al líder. Ghabriel siguió al grupo desde una distancia segura y continuó arrastrando las espadas por el suelo. Ésta vez, sólo se escuchaban unos pequeños susurros desde el grupo. Al parecer le temían más a su líder que a un fantasma o a un asesino.
Un grito que rozaba el tono agudo de una mujer rompió el silencio del lugar y, esta vez, no logró evitar que se le escapara una risa burlona. —Los muertos están furiosos porque profanamos su descanso— quien hablaba estaba notablemente asustado, su voz temblaba. Bio estaba haciendo bien su trabajo, había logrado romper el miedo que tenían hacia su líder.
Una luz se partió del resto del grupo y comenzó a dirigirse hacia su dirección. — Ningunos muertos, idiotas, hay alguien más acá jugando con nosotros, hay que encontrarlo—El líder se acercaba a él.
Corrió para esconderse detrás de una tumba grande que había cruzado, pero la niebla apenas le permitía ver por donde iba. Cuando caminaba despacio, como lo había hecho hasta el momento, tanteaba con los pies el camino y de esa forma evitaba cualquier obstáculo, esa tarea se volvió imposible una vez que empezó a correr y tropezó inevitablemente con una roca en su camino.
—Te encontré, idiota— Un hombre musculoso y con varias cicatrices en el rostro estaba parado a su lado sosteniendo una pala por sobre su cabeza. La pala golpeo justo al lado suyo, no logró golpearlo por sólo unos centímetros. Al parecer la niebla tampoco le permitía ver bien a pesar de su antorcha. Ghabriel tomó un puñado de tierra y se lo arrojó a los ojos. El bandido se tapó el rostro con las manos soltando la pala y la antorcha, pero ya era muy tarde gran parte de la tierra le había entrado en los ojos. El joven aprovechó la distracción para levantarse y esconderse detrás de una lápida. —Te voy a atrapar, mal nacido— El bandido los buscaba a ciegas y chocaba contra las tumbas. Esta era el momento perfecto para acabar con él.
Salió de su escondite y se posicionó detrás de él. Era muy gracioso ver a un hombre de ese tamaño golpearse y tropezar de esa forma. Pero ese no era el momento para detenerse a disfrutar un espectáculo cómico-ridículo. Tomó una roca del suelo y lo golpeo en la nuca con toda su fuerza noqueándolo. Ahora bien, podría matarlo o simplemente dejarlo allí tirado en inconsciente, pero estaba seguro que no lo había golpeado tan fuerte y que se levantaría al cabo de unos segundos. Debía matarlo, pero no aun… le podría servir vivo un rato más. Levantó una de las espadas por sobre su cabeza y se la clavó en la mano derecha; en el cementerio retumbó el grito de dolor y el aire se llenó de olor a sangre. Se sentó sobre el bandido para que no se levantara y volvió a clavarle la espada.
Ghabriel
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Re: [Trabajo] Una noche en el cementerio [Bio + Ghabriel]
Todo marchaba de acuerdo al plan, aunque en realidad no había un plan, pero la improvisación iba bastante bien, sin embargo, aquel sujeto se acercaba peligrosamente hacia el lugar donde estaba Ghabriel, aunque, seguramente el pequeño brujo lograría salir bien librado, volví mi vista al resto de los bandidos que se habían quedado completamente indefensos, totalmente aterrados, en espera del acto de valor que mostraría su gallardo líder, sin embargo, se perdió entre la niebla sin que pudieran ver nada más, tras un prolongado silencio se escucharon algunos gritos de furia, que desencadenaron clamores de batalla de parte de los bandidos apoyando a su líder, aunque no alcanzaban a ver lo que sucedía, siguieron unos cuantos golpes, y tras un último golpe seco, un silencio aún más largo se hizo dueño del lugar, los bandidos se miraban unos a otros sin saber qué hacer, esperando que en algún momento su líder emergiera victorioso...
El momento me habría permitido planear infinidad de acciones, sin embargo, no sabía cuanto tiempo duraría ese estado de coma emocional, me dirigí a una de las tumbas abiertas y arranque las esqueléticas manos de un cadáver, me acerqué a los bandidos tanto como pude hasta estar a solo un par de metros, escondido tras una lápida cercana, sostuve una de las manos que había arrancado al cadáver y la arrojé delicadamente en dirección hacia el hombro de uno de los bandidos, lo suficientemente suave como para que pudiera quedarse sostenida en ese lugar, el bandido al sentir algo en su hombro quedó completamente paralizado, dirigió una de sus manos hasta su hombro muy despacio hasta comenzar a rozar los huesudos y fríos dedos del cadáver con las yemas de sus temblorosos dedos, tras ello, su cabeza comenzó a girar muy despacio en dirección a su hombro a un ritmo que parecía ser eterno, finalmente su mirada alcanzó a confirmar lo que le sugerían sus dedos, era la mano de un muerto, pegada en su hombro, tomó aire casi hasta explotar sus pulmones para luego soltar un grito espeluznante mientras se sacudía con vehemencia, la mano cadavérica que llevaba anclada en su hombro, estaba a punto de explotar de la risa cuando otro grito proveniente de la ubicación de Ghabriel, desgarró el aire y terminó de inundar de agobiante espanto los espíritus de aquellos temerosos bandidos, algunos intentaron ir en dirección al lugar de donde provenía el grito, pero un segundo grito mermó la fuerza de sus piernas, apenas podían moverse y se mantenían estáticos con su respiración exageradamente acelerada.
Una voz tenue brotó de entre ellos - Les dije que no debíamos venir - dijo aquel gordito que por ningún lado tenía la constitución de un guerrero, ni la astucia de un ladrón - A los muertos no les gusta ser perturbados - siguió diciendo, ahora un poco más fuerte, se acercó al más próximo de sus compañeros tomándolo por los hombros y agitándolo fuertemente - Debemos salir de aquí, o devorarán nuestras almas en venganza - vociferaba mientras los miraba a todos, el personaje me resultaba bastante patético, sin embargo su actitud resultaba completamente idónea a favor de nuestro plan, si Ghabriel había logrado neutralizar al líder, solo era cuestión de tiempo para que el grupo comenzara a desmoronarse emocionalmente.
Desde donde estaba, escondido tras una tumba, estrellé levemente las hojas de mis dagas produciendo un sonido leve, pero penetrantemente agudo que seguro resultaría también perturbador para el aterrado grupo, ahora ya no solo miraban en la dirección donde estaba Ghabriel, a donde había ido su líder, sino que algunos volteaban hacia mi dirección intentando ver algo que sirviera para aminorar su estado de pánico, pero el buscar sin encontrar nada que ver les infundía más terror, se sentían desorientados, perdidos, indefensos, asustados, sus espíritus estaban completamente doblegados...
El momento me habría permitido planear infinidad de acciones, sin embargo, no sabía cuanto tiempo duraría ese estado de coma emocional, me dirigí a una de las tumbas abiertas y arranque las esqueléticas manos de un cadáver, me acerqué a los bandidos tanto como pude hasta estar a solo un par de metros, escondido tras una lápida cercana, sostuve una de las manos que había arrancado al cadáver y la arrojé delicadamente en dirección hacia el hombro de uno de los bandidos, lo suficientemente suave como para que pudiera quedarse sostenida en ese lugar, el bandido al sentir algo en su hombro quedó completamente paralizado, dirigió una de sus manos hasta su hombro muy despacio hasta comenzar a rozar los huesudos y fríos dedos del cadáver con las yemas de sus temblorosos dedos, tras ello, su cabeza comenzó a girar muy despacio en dirección a su hombro a un ritmo que parecía ser eterno, finalmente su mirada alcanzó a confirmar lo que le sugerían sus dedos, era la mano de un muerto, pegada en su hombro, tomó aire casi hasta explotar sus pulmones para luego soltar un grito espeluznante mientras se sacudía con vehemencia, la mano cadavérica que llevaba anclada en su hombro, estaba a punto de explotar de la risa cuando otro grito proveniente de la ubicación de Ghabriel, desgarró el aire y terminó de inundar de agobiante espanto los espíritus de aquellos temerosos bandidos, algunos intentaron ir en dirección al lugar de donde provenía el grito, pero un segundo grito mermó la fuerza de sus piernas, apenas podían moverse y se mantenían estáticos con su respiración exageradamente acelerada.
Una voz tenue brotó de entre ellos - Les dije que no debíamos venir - dijo aquel gordito que por ningún lado tenía la constitución de un guerrero, ni la astucia de un ladrón - A los muertos no les gusta ser perturbados - siguió diciendo, ahora un poco más fuerte, se acercó al más próximo de sus compañeros tomándolo por los hombros y agitándolo fuertemente - Debemos salir de aquí, o devorarán nuestras almas en venganza - vociferaba mientras los miraba a todos, el personaje me resultaba bastante patético, sin embargo su actitud resultaba completamente idónea a favor de nuestro plan, si Ghabriel había logrado neutralizar al líder, solo era cuestión de tiempo para que el grupo comenzara a desmoronarse emocionalmente.
Desde donde estaba, escondido tras una tumba, estrellé levemente las hojas de mis dagas produciendo un sonido leve, pero penetrantemente agudo que seguro resultaría también perturbador para el aterrado grupo, ahora ya no solo miraban en la dirección donde estaba Ghabriel, a donde había ido su líder, sino que algunos volteaban hacia mi dirección intentando ver algo que sirviera para aminorar su estado de pánico, pero el buscar sin encontrar nada que ver les infundía más terror, se sentían desorientados, perdidos, indefensos, asustados, sus espíritus estaban completamente doblegados...
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Re: [Trabajo] Una noche en el cementerio [Bio + Ghabriel]
No podía saber qué estaba haciendo Bio, pero por los gritos de los bandidos le daban una idea. Él por su parte contribuía a mantener la atmósfera haciendo que su líder gritara cada vez que le clavaba la espada en el brazo, la mano o las piernas. A este paso los ladrones saldrían corriendo en cuestión de minutos y esparcirían la historia del cementerio embrujado por distintos rincones de Aerandir. Eso alejaría a algunos ladrones, pero no a todos. Un ladrón experimentado pensaría que todo fue obra de alguna persona también interesada en el tesoro y, sin dudarlo, se adentraría en el cementerio fuertemente armado para hacerle frente a quien estuviera cuidando el lugar esa noche. Si realmente querían evitar que más bandidos profanasen el cementerio, debían achicar el grupo que iba a volver a contar la historia. De esa forma la idea de que el lugar estaba maldito ganaría más fuerza.
Se levantó y clavó por última vez la espada en la columna del líder. Un grito desgarrador retumbo en todo el cementerio y el cuerpo del bandido quedó inerte en el suelo. Corrió lo más silencioso que pudo hasta la salida más cercana del cementerio. La reja metálica doble de más de dos metros estaba abierta de par en par. Ghabriel apoyo la espalda en una de las puertas y empujó con todo el peso de su cuerpo; la puerta chilló llena de óxido. Repitió la acción en la otra puerta la que chilló aún más fuerte hasta impactar con la otra como si estuviera enojada por el contacto. Se cortó la mano con la hoja de una de las espadas para llenar de sangre la cadena que usó para cerrar la salida. Luego, guiado por el resplandor de las antorchas, volvió al grupo de bandidos.
Se escondió detrás de una lápida cerca del grupo. A pesar de que su líder no volvía, seguían caminando. Ahora que estaba más cerca, vio que el grupo constaba de alrededor de quince hombres. Si esa cantidad volvía de un cementerio embrujado, la historia no sería muy creíble.
Uno de los bandidos había quedado algo resagado del grupo. No era muy fornido, apenas un poco más musculoso que él. Caminaba mirando al suelo sin prestar a lo que sus compañeros comentaban sobre lo que ocurría a su alrededor. Ghabriel esperó a que el grupo pasara para ponerse en acción. Se colocó detrás del hombre escondiéndose entre la niebla y lo golpeó en la nuca. Antes de que los otros se dieran cuenta qué había pasado, el joven tomó una de sus espadas y se la hundió en el pecho a su víctima.
―¿Qué fue eso? ¿Dónde está Coot?― Preguntó uno de los hombres. El grupo se dio vuelta y encontraron el cuerpo sin vida de su compañero. Ghabriel había logrado salir de la escena unos segundos antes y ahora estaba nuevamente escondido detrás de una tumba.
Se levantó y clavó por última vez la espada en la columna del líder. Un grito desgarrador retumbo en todo el cementerio y el cuerpo del bandido quedó inerte en el suelo. Corrió lo más silencioso que pudo hasta la salida más cercana del cementerio. La reja metálica doble de más de dos metros estaba abierta de par en par. Ghabriel apoyo la espalda en una de las puertas y empujó con todo el peso de su cuerpo; la puerta chilló llena de óxido. Repitió la acción en la otra puerta la que chilló aún más fuerte hasta impactar con la otra como si estuviera enojada por el contacto. Se cortó la mano con la hoja de una de las espadas para llenar de sangre la cadena que usó para cerrar la salida. Luego, guiado por el resplandor de las antorchas, volvió al grupo de bandidos.
Se escondió detrás de una lápida cerca del grupo. A pesar de que su líder no volvía, seguían caminando. Ahora que estaba más cerca, vio que el grupo constaba de alrededor de quince hombres. Si esa cantidad volvía de un cementerio embrujado, la historia no sería muy creíble.
Uno de los bandidos había quedado algo resagado del grupo. No era muy fornido, apenas un poco más musculoso que él. Caminaba mirando al suelo sin prestar a lo que sus compañeros comentaban sobre lo que ocurría a su alrededor. Ghabriel esperó a que el grupo pasara para ponerse en acción. Se colocó detrás del hombre escondiéndose entre la niebla y lo golpeó en la nuca. Antes de que los otros se dieran cuenta qué había pasado, el joven tomó una de sus espadas y se la hundió en el pecho a su víctima.
―¿Qué fue eso? ¿Dónde está Coot?― Preguntó uno de los hombres. El grupo se dio vuelta y encontraron el cuerpo sin vida de su compañero. Ghabriel había logrado salir de la escena unos segundos antes y ahora estaba nuevamente escondido detrás de una tumba.
Ghabriel
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Re: [Trabajo] Una noche en el cementerio [Bio + Ghabriel]
Caminaron por unos instantes, tal vez por seguridad, tal vez por miedo, lo cierto es que preferían mantenerse en movimiento, el silencio, apenas interrumpido por sus pasos temerosos en la húmeda tierra, fue bruscamente interrumpido cuando encontraron el cuerpo sin vida de uno de ellos - ¡¡Ya vienen por nosotros!! - gritó uno de ellos mientras el resto de hombres se disgregaron esparciéndose en diferentes direcciones en busca de algo, que no tenían idea de lo que pudiera ser, no podían permitirse más bajas, y algo muy extraño estaba sucediendo en ese lugar, el jefe no había vuelto, eso los dejaba aún más desorientados, sin embargo, temblorosos y asustados, sacaron un poco de valor para alejarse unos de otros en busca del enemigo invisible que los acechaba, con tanta nieve, apenas podrían verse unos a otros si lograban seguir la luz de sus antorchas, aunque, no todos traían antorchas, apenas 4 de todos los hombres traían antorchas, por lo que si lográbamos deshacernos de ellos, quedaría completamente anulado su único método para reagruparse.
Trepé hasta lo alto de una tumba, tal vez de algún adinerado, porque estaba muy decorada, y desde arriba intentaba ver a todos, o al menos hasta donde me llegaba la vista, podía seguir a los pocos que llevaban antorchas, uno de ellos, se encontraba relativamente cerca de mí, sostenía en sus temblorosas manos, la antorcha en el lado izquierdo, y una torpe y graciosa miniespada en el lado derecho, sentí pena por lo poco desafiantes que habían resultado ser estos oponentes, pero el trabajo debía ser realizado, me acerqué sigilosamente hasta una distancia prudente y cuando su ángulo de visión me permitió acercarme de forma segura, salté sobre él y juntando los puños logré golpear su cabeza en sentido vertical hacía abajo, su cuello emitió un ruido bastante fuerte, aunque no estaba roto, aún no, sin embargo, el golpe lo había dejado mareado por unos segundos, mientras se tambaleaba intentando no caerse le quité su antorcha y la metí bajo su ropa por la espalda, cuando alcanzó a reaccionar, las llamas estaban consumiendo parte de su ropa y se extendían rápidamente por su ropa y su piel - ¡¡Me quemo !! - gritó aterrado mientras se convertía en una bola de fuego ambulante, corría había sus compañeros buscando ayuda pero todos se alejaban de él, se lanzó al piso y trató de rodar para apagarse con la arena, pero su piel había sufrido graves quemaduras, y el más mínimo roce con cualquier superficie le causaba un dolor impresionante, algunos de sus compañeros se quitaron sus camisas y lo azotaban con ellas para intentar apagarlo, no funcionaba al principio, aunque al cabo de un rato las llamas fueron cediendo, tal vez por los esfuerzos de sus compañeros, o tal vez porque no quedaba material combustible, la ropa había desaparecido completamente y su cuerpo era tan solo un despojo con algunos rastros de piel rostizada - Hay... hay un... - Dijo con voz entre cortada - ahí hay un... - Intentó de nuevo pero sus fuerzas lo habían abandonado - Es un castigo de los dioses - Gritó el gordito supersticioso, ese gordito debía sobrevivir, su forma exagerada de relatar los acontecimientos era la ideal para esparcir el rumor, su miedo era lo único que hasta ahora aseguraba su supervivencia.
Habíamos eliminado algunos, sin embargo aún quedaban muchos, y todavía tres de ellos traían antorchas, si eliminábamos a esos tres, les resultaría muy difícil a todos los otros, reagruparse en caso de alguna emergencia, y sería sumamente fácil eliminar gran parte del grupo al sorprenderlos solos e indefensos...
Trepé hasta lo alto de una tumba, tal vez de algún adinerado, porque estaba muy decorada, y desde arriba intentaba ver a todos, o al menos hasta donde me llegaba la vista, podía seguir a los pocos que llevaban antorchas, uno de ellos, se encontraba relativamente cerca de mí, sostenía en sus temblorosas manos, la antorcha en el lado izquierdo, y una torpe y graciosa miniespada en el lado derecho, sentí pena por lo poco desafiantes que habían resultado ser estos oponentes, pero el trabajo debía ser realizado, me acerqué sigilosamente hasta una distancia prudente y cuando su ángulo de visión me permitió acercarme de forma segura, salté sobre él y juntando los puños logré golpear su cabeza en sentido vertical hacía abajo, su cuello emitió un ruido bastante fuerte, aunque no estaba roto, aún no, sin embargo, el golpe lo había dejado mareado por unos segundos, mientras se tambaleaba intentando no caerse le quité su antorcha y la metí bajo su ropa por la espalda, cuando alcanzó a reaccionar, las llamas estaban consumiendo parte de su ropa y se extendían rápidamente por su ropa y su piel - ¡¡Me quemo !! - gritó aterrado mientras se convertía en una bola de fuego ambulante, corría había sus compañeros buscando ayuda pero todos se alejaban de él, se lanzó al piso y trató de rodar para apagarse con la arena, pero su piel había sufrido graves quemaduras, y el más mínimo roce con cualquier superficie le causaba un dolor impresionante, algunos de sus compañeros se quitaron sus camisas y lo azotaban con ellas para intentar apagarlo, no funcionaba al principio, aunque al cabo de un rato las llamas fueron cediendo, tal vez por los esfuerzos de sus compañeros, o tal vez porque no quedaba material combustible, la ropa había desaparecido completamente y su cuerpo era tan solo un despojo con algunos rastros de piel rostizada - Hay... hay un... - Dijo con voz entre cortada - ahí hay un... - Intentó de nuevo pero sus fuerzas lo habían abandonado - Es un castigo de los dioses - Gritó el gordito supersticioso, ese gordito debía sobrevivir, su forma exagerada de relatar los acontecimientos era la ideal para esparcir el rumor, su miedo era lo único que hasta ahora aseguraba su supervivencia.
Habíamos eliminado algunos, sin embargo aún quedaban muchos, y todavía tres de ellos traían antorchas, si eliminábamos a esos tres, les resultaría muy difícil a todos los otros, reagruparse en caso de alguna emergencia, y sería sumamente fácil eliminar gran parte del grupo al sorprenderlos solos e indefensos...
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Re: [Trabajo] Una noche en el cementerio [Bio + Ghabriel]
— ¿Qué vamos a hacer?—preguntó uno de los hombres arrodillado al lado de su compañero incinarado— ¡El jefe no volvió y ya perdimos a dos! —se levantó y agarro a un hombre alto y bardudo del pecho y lo comenzó a sacudir— ¡Yo no firme para esto! ¡Se suponía que iba a ser fácil!—su voz estaba llena de desesperación y por lo que lograba escuchar estaba al borde del llanto.
— ¡Basta, idiota!—se escuchó un golpe seco contra el suelo—El jefe tiene razón. Acá hay alguien y lo tenemos que encontrar—Al parecer este hombre ocuparía el lugar del líder. La niebla no le permitía ver más que su silueta, pero el resplandor de la llamas le dejaba observar un pequeño brillo al ras del suelo. El mago trago saliva. Podía tratarse de una pala como la que tenía el anterior líder o de una espada de dos manos. Un sonido metálico confirmo sus miedos. Se escucharon pasos apresurados, alguien que gemía un golpe contra una piedra. —Ahora escuchenme o le abro la garganta a este. Tenemos un trabajo y no nos vamos a ir porque ustedes, montón de mujercitos, tienen miedo de defenderse. Agarren sus armas, para algo las tienen, y si ven algo atacan—por lo que pudo escuchar luego todos desenvainaron espadas—.Ahora caminen. Falta poco.
El grupo se movió y Ghabriel esperó a que se alejaran un poco. Se había complicado un poco el trabajo. Sólo un poco, nada que no pudieran resolver. El joven volvió a donde había dejado el cuerpo del antiguo líder y lo giró. El hombre lo veía con una expresión vacía. Con una de las espadas le abrió la camisa.
El funeral del noble había sido espectacular y el joven había tenido la oportunidad de observar varios detalles de la celebración. Uno en particular se le había grabado en el cerebro. Cada invitado llevaba en, alguna pieza de joyería, el símbolo de la familia. Se sentó sobre el cuerpo, cerró los ojos e intento recordar cada detalle del dibujo. Abrió los ojos, respiró hondo y se puso a trabajar.
— ¡Basta, idiota!—se escuchó un golpe seco contra el suelo—El jefe tiene razón. Acá hay alguien y lo tenemos que encontrar—Al parecer este hombre ocuparía el lugar del líder. La niebla no le permitía ver más que su silueta, pero el resplandor de la llamas le dejaba observar un pequeño brillo al ras del suelo. El mago trago saliva. Podía tratarse de una pala como la que tenía el anterior líder o de una espada de dos manos. Un sonido metálico confirmo sus miedos. Se escucharon pasos apresurados, alguien que gemía un golpe contra una piedra. —Ahora escuchenme o le abro la garganta a este. Tenemos un trabajo y no nos vamos a ir porque ustedes, montón de mujercitos, tienen miedo de defenderse. Agarren sus armas, para algo las tienen, y si ven algo atacan—por lo que pudo escuchar luego todos desenvainaron espadas—.Ahora caminen. Falta poco.
El grupo se movió y Ghabriel esperó a que se alejaran un poco. Se había complicado un poco el trabajo. Sólo un poco, nada que no pudieran resolver. El joven volvió a donde había dejado el cuerpo del antiguo líder y lo giró. El hombre lo veía con una expresión vacía. Con una de las espadas le abrió la camisa.
El funeral del noble había sido espectacular y el joven había tenido la oportunidad de observar varios detalles de la celebración. Uno en particular se le había grabado en el cerebro. Cada invitado llevaba en, alguna pieza de joyería, el símbolo de la familia. Se sentó sobre el cuerpo, cerró los ojos e intento recordar cada detalle del dibujo. Abrió los ojos, respiró hondo y se puso a trabajar.
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El nuevo líder encabezaba el grupo. Cada vez que uno de los hombres chillaba o intentaba hacer un comentario, golpeaba la espada con fuerza contra el suelo para callarlo. Caminaban lento y avanzaban sólo un paso a la vez verificando cada centímetro del camino. Cada vez que escuchaban un sonido dos hombres se alejaban del grupo, uno con una antorcha y el otro con una espada, y el resto de los esperaba hasta que volvieran. Si seguían a este paso ya no más tendrían bajas.
Más adelante en el camino vieron un bulto que obstruía el paso. El líder hizo un gesto para que el resto se detuviera y avanzó solo. Un hombre quiso acompañarlo, pero el golpe de la espada contra el suelo lo envió devuelta con el grupo. Caminó unos pasos, alumbró con su antorcha y quedó petrificado.
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Ghabriel escuchó toda la escena sentado detrás de una tumba. Aquel hombre había soltado la espada al ver a su antiguo líder en el suelo con la insignia del noble muerto grabada en su pecho. Los otros hombres se acercaron cuando escucharon el sonido de la espada rebotando contra el suelo del cementerio. Durante unos minutos, sólo se escuchaban las respiraciones agitadas de los bandidos. Sin mediar palabra alguna, el grupo se comenzó a dividir. Los hombres corrían en todas las direcciones, algunos de dos o tres y otros solos. Unicamente, permaneció el hombre barbudo petrificado.
El joven permaneció detrás de la tumba. Sabía que ese era el momento de acabar con aquel hombre, pero el sólo pensar en levantarse lo fatigaba. El cuerpo le pesaba de haber tenido que arrastrar el cuerpo sin vida de su primer víctima. Mientras lo arrastraba, se arrepentía de no haber elegido al otro hombre que era algo más pequeño, pero luego se obligaba a callar esos pensamientos. Encontrar al líder en el suelo tendría un efecto más aterrador sobre los bandidos. Obviamente. El dibujo no le había quedado tan mal. No era artista—No, esa era Alice—, pero el efecto había sido el deseado.
Se levantó y estiró los músculos de las piernas y los brazos. Él se encargaría de este. Bio era más rápido y ágil y podría atrapar al resto. Después de todo, la salida estaba cerrada y no podrían escapar.
Ghabriel
Experto
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Re: [Trabajo] Una noche en el cementerio [Bio + Ghabriel]
Uno de los hombres del grupo, de gran tamaño y al parecer, gran fuerza, se levantó para llenar el vacío de poder que había dejado la ausencia del jefe, su actitud intimidante los mantenía obedientes, pero eso no les daba valor; aquellos pobres hombres estaban tan asustados que resultaba sumamente gracioso arrojar cualquier objeto hasta algún punto lejano con el fin de asustarlos, un par de ellos se acercaban a inspeccionar cada lugar y luego regresaban con rostros de angustiante calma, sin embargo, en un punto del camino, el nuevo líder se detuvo frente a un cuerpo que reposaba tirado en el piso, soltó su gran espada que cayó al piso bruscamente, el resto del grupo quedó sumido en una completa y total expectativa, un par de hombres se acercaron y al ver al otro en el piso con ese sangriento dibujo en el pecho gritaron aterrados - ¡¡Es el jefe, mataron al jefe, ahora nos tocará a nosotros... Está maldito, el cementerio está maldito!! - uno de los hombres intentó tomar el brazo del que permanecía petrificado pero fue inútil, no lograba moverlo ni un centímetro, estaba a punto de largarse a correr junto a su otro compañero cuando la mano de aquel hombre enorme lo sujetó con fuerza por el cuello como su fuera un simple pedazo de tela, estaba completamente furioso, indignado, frustrado, a tal grado que ni siquiera notaba que estaba estrangulando a su propio compañero de grupo, cayó de rodillas apoyando su mano sobre el cuello de su pobre víctima que tras un fuerte sonido de huesos rotos acabó tendido en el piso, un grito desgarrador invadió todo el lugar mientras tomaba de nuevo su espada y se levantaba lleno de ira agitándola en todas direcciones.
Al parecer, ese gran hombre era el encargado de cuidar al jefe, pero más que eso, eran amigos, por lo que verlo muerto le había dejado completamente ciego de ira, algunos del grupo intentaron acercarse pero casi fueron cortados por la gran espada que giraba en todas direcciones - ¡¡Está poseido!! - Gritó el hombre gordito - ¡¡Nos matará a todos!! - esas palabras, ligadas a la furia en que se encontraba el gigante hicieron que todos creyeran con gran facilidad en aquel disparatado argumento, corrían en todas direcciones buscando la salida, por ahora, ese sujeto con su gran espada parecía ser algo muy complicado, preferí ir tras los otros que serían más fáciles de dominar, aunque, a este paso, tal vez no haría falta mi intervención, corrían tan rápido y tan aterrados que cuando venían obstáculos no les alcanzaba el tiempo para reaccionar y desviarse o detenerse, se estrellaban contra las tumbas y caían al suelo, pero inmediatamente se levantaban para continuar su camino hacia la salida, aproveché la confusión del momento para eliminar a un par de ellos con cortes precisos en el cuello, aparecía de entre la espesa niebla y tras cortar y desangrar volvía a esconderme, quedaban cada vez menos de ellos, el grupo que corría se hacía cada vez menor mientras el camino iba quedando lleno de cuerpos de bandidos desangrados, uno a uno, cada bandido que caía soltaba un grito de dolor angustiante que aumentaba el pánico entre sus compañeros, finalmente, llegaron a la entrada - ¡¡Estamos atrapados!! Gritó uno de ellos - ¡¡Vamos a morir todos!! - Exclamó otro, sin embargo, un par de ellos comenzaron a trepar sobre la puerta del cementerio mientras otros intentaban sin éxito, subir por las paredes cercanas a la entrada, sin duda alguna, la única opción viable era subir por las rejas de la puerta como aquellos dos primeros, sin embargo, cada uno quería ser el próximo en salir, y halaban a sus compañeros por los pies para lanzarlos al piso y subir ellos en su lugar, dos de los bandidos lograron saltar hacia afuera, aunque al caer uno de ellos acabó un una pierna rota y se alejaba entre caminando y gritando de dolor, dentro, apenas 4 bandidos habían quedado, intentaban subir pero era en vano, finalmente, uno de ellos fue lo suficientemente rápido como para lograr subir, pero al ver que estaba muy cerca de saltar la reja, tomé una de mis dagas y la arrojé con todas mis fuerzas atravesándole la cabeza, un silencio invadió el lugar mientras sus compañeros lo veían caer lentamente desde lo alto de la puerta.
Estaba completamente distraídos, el momento era ahora, corrí directamente hasta el gordito asustadizo, que jamás habría alcanzado a trepar por esa reja y tras un fuerte salto lo ataqué desde atrás con el codo impactando su cuello, cayó al piso completamente desmayado, ahora solo necesitaba encargarme de los otros dos que evidentemente ya me habían visto, si queríamos que el plan funcionara, debían pensar que el lugar estaba maldito, y no que un asesino los había asesinado a todos, asomé mis colmillos con el único propósito de intimidarlos y antes que pudieran reaccionar avancé hacia uno de ellos incrustando mi daga en su abdomen y moviéndola luego hacia el lado derecho, sus vísceras comenzaron a salir lentamente mientras el otro sujeto miraba aterrado, sin que fuera capaz de reaccionar avancé hacia él sosteniendo mi daga que luego enterré en su cabeza desde su barbilla hacia arriba, saqué mi daga y la limpié, caminé hacia el otro bandido que había caído desde lo alto de la puerta y recuperé mi otra daga, estaba un poco agotado, pero aún faltaba mucho por hacer, debía limpiar el terreno y preparar todo para cuando despertara el gordito, su primera impresión al despertar debía ser algo perturbador, traumático, espeluznante...
Al parecer, ese gran hombre era el encargado de cuidar al jefe, pero más que eso, eran amigos, por lo que verlo muerto le había dejado completamente ciego de ira, algunos del grupo intentaron acercarse pero casi fueron cortados por la gran espada que giraba en todas direcciones - ¡¡Está poseido!! - Gritó el hombre gordito - ¡¡Nos matará a todos!! - esas palabras, ligadas a la furia en que se encontraba el gigante hicieron que todos creyeran con gran facilidad en aquel disparatado argumento, corrían en todas direcciones buscando la salida, por ahora, ese sujeto con su gran espada parecía ser algo muy complicado, preferí ir tras los otros que serían más fáciles de dominar, aunque, a este paso, tal vez no haría falta mi intervención, corrían tan rápido y tan aterrados que cuando venían obstáculos no les alcanzaba el tiempo para reaccionar y desviarse o detenerse, se estrellaban contra las tumbas y caían al suelo, pero inmediatamente se levantaban para continuar su camino hacia la salida, aproveché la confusión del momento para eliminar a un par de ellos con cortes precisos en el cuello, aparecía de entre la espesa niebla y tras cortar y desangrar volvía a esconderme, quedaban cada vez menos de ellos, el grupo que corría se hacía cada vez menor mientras el camino iba quedando lleno de cuerpos de bandidos desangrados, uno a uno, cada bandido que caía soltaba un grito de dolor angustiante que aumentaba el pánico entre sus compañeros, finalmente, llegaron a la entrada - ¡¡Estamos atrapados!! Gritó uno de ellos - ¡¡Vamos a morir todos!! - Exclamó otro, sin embargo, un par de ellos comenzaron a trepar sobre la puerta del cementerio mientras otros intentaban sin éxito, subir por las paredes cercanas a la entrada, sin duda alguna, la única opción viable era subir por las rejas de la puerta como aquellos dos primeros, sin embargo, cada uno quería ser el próximo en salir, y halaban a sus compañeros por los pies para lanzarlos al piso y subir ellos en su lugar, dos de los bandidos lograron saltar hacia afuera, aunque al caer uno de ellos acabó un una pierna rota y se alejaba entre caminando y gritando de dolor, dentro, apenas 4 bandidos habían quedado, intentaban subir pero era en vano, finalmente, uno de ellos fue lo suficientemente rápido como para lograr subir, pero al ver que estaba muy cerca de saltar la reja, tomé una de mis dagas y la arrojé con todas mis fuerzas atravesándole la cabeza, un silencio invadió el lugar mientras sus compañeros lo veían caer lentamente desde lo alto de la puerta.
Estaba completamente distraídos, el momento era ahora, corrí directamente hasta el gordito asustadizo, que jamás habría alcanzado a trepar por esa reja y tras un fuerte salto lo ataqué desde atrás con el codo impactando su cuello, cayó al piso completamente desmayado, ahora solo necesitaba encargarme de los otros dos que evidentemente ya me habían visto, si queríamos que el plan funcionara, debían pensar que el lugar estaba maldito, y no que un asesino los había asesinado a todos, asomé mis colmillos con el único propósito de intimidarlos y antes que pudieran reaccionar avancé hacia uno de ellos incrustando mi daga en su abdomen y moviéndola luego hacia el lado derecho, sus vísceras comenzaron a salir lentamente mientras el otro sujeto miraba aterrado, sin que fuera capaz de reaccionar avancé hacia él sosteniendo mi daga que luego enterré en su cabeza desde su barbilla hacia arriba, saqué mi daga y la limpié, caminé hacia el otro bandido que había caído desde lo alto de la puerta y recuperé mi otra daga, estaba un poco agotado, pero aún faltaba mucho por hacer, debía limpiar el terreno y preparar todo para cuando despertara el gordito, su primera impresión al despertar debía ser algo perturbador, traumático, espeluznante...
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Re: [Trabajo] Una noche en el cementerio [Bio + Ghabriel]
El efecto que tuvo el cuerpo del líder sobre el grupo fue mucho más efectivo del que él había esperado. Sólo hubo un pequeño detalle que no había previsto: la ira del hombre fornido. Cuando uno de los bandidos se acercó a él, lo sujetó por el cuello con una fuerza inhumana. No parecía darse cuenta qué estaba haciendo. Su compañero pataleaba e intentaba con todas sus fuerzas apartar el brazo de su cuello. Pero todo fue en vano. Pronto el hombre dejó de moverse y los brazos cayeron inertes a su lado.
Tras unos eternos segundos de silencio sepulcral, el hombre se levantó y comenzó a lanzar golpes con su espada en todas las direcciones. Los que estaban cerca lograron evadir los golpes y se adentraron aterrorizados en el cementerio. El líder, lleno de ira y confusión, salió en caza de sus compañeros.
Ghabriel lo seguía a unos pasos de distancia, utilizaba las tumbas y la niebla como escondite. Claramente, la sed de venganza de aquel sujeto lo había segado. En una sección del cementerio, las tumbas formaban un círculo perfecto y en medio había una estatua de un hombre arrodillado como si les estuviera rezando a los dioses. Allí descansaban políticos y personas que en vida habían demostrado lealtad al rey. El hombre corrió hacia la estatua con las manos hacia el costado derecho sosteniendo la espada al tiempo que lanzaba un grito de guerra. Un fuerte estruendo metálico nació del golpe contra la estatua y la fuerza lanzó al hombre hacia el piso. Se volvió a levantar aún más furioso y empezó a golpear la base de la estatua. Sólo diez golpes bastaron para que callera pesadamente al suelo.
El brujo observaba la escena desde atrás de una de las tumbas. Una ráfaga de viento irrumpió en el lugar y la niebla desapareció unos instantes, suficientes para que el hombre lo viera y para que él pudiera observarlo detenidamente. Lo que antes había visto como barba, en realidad, se trataba de un pelaje que se extendía por sus brazos, piernas y pechos. De la parte superior de la cabeza se asomaban dos orejas puntiagudas por entre la espesa melena rojiza. Una sonrisa victoriosa se le dibujo en el rostro del hombre-bestia lo que se dejaran ver una serie de afilados colmillos.
La niebla regresó y la batalla comenzó.
Las espadas se encontraron en mitad de camino produciendo un fuerte golpe metálico. El hombre-bestia había levantado la espada sobre su cabeza y ahora apoyaba todo el peso de su cuerpo sobre las dos espadas cruzadas del mago. Por más que intentara, el mago ni siquiera igualaba en fuerza a su contrincante y se dejó caer al suelo tirándose hacia un costado para evitar el espadazo. La pesada espada se clavó en la suave tierra, pero nada podía detener la furia del hombre. Con un movimiento brusco sacó la espada y embistió contra el joven quien rodó sobre su hombro derecho para evitar el golpe. Por varios minutos, la batalla sólo consintió en una serie de golpes certeros hacia Ghabriel y él esquivándolos en el último segundo. Si continuaba con ese ritmo, el cuerpo le fallaría pronto y lo acabaría con un simple golpe. Tenía que encontrar la manera de escaparse para pensar lo que parecía difícil ya que su contrincante no le daba respiro. Necesitaba ayuda.
Tras unos eternos segundos de silencio sepulcral, el hombre se levantó y comenzó a lanzar golpes con su espada en todas las direcciones. Los que estaban cerca lograron evadir los golpes y se adentraron aterrorizados en el cementerio. El líder, lleno de ira y confusión, salió en caza de sus compañeros.
Ghabriel lo seguía a unos pasos de distancia, utilizaba las tumbas y la niebla como escondite. Claramente, la sed de venganza de aquel sujeto lo había segado. En una sección del cementerio, las tumbas formaban un círculo perfecto y en medio había una estatua de un hombre arrodillado como si les estuviera rezando a los dioses. Allí descansaban políticos y personas que en vida habían demostrado lealtad al rey. El hombre corrió hacia la estatua con las manos hacia el costado derecho sosteniendo la espada al tiempo que lanzaba un grito de guerra. Un fuerte estruendo metálico nació del golpe contra la estatua y la fuerza lanzó al hombre hacia el piso. Se volvió a levantar aún más furioso y empezó a golpear la base de la estatua. Sólo diez golpes bastaron para que callera pesadamente al suelo.
El brujo observaba la escena desde atrás de una de las tumbas. Una ráfaga de viento irrumpió en el lugar y la niebla desapareció unos instantes, suficientes para que el hombre lo viera y para que él pudiera observarlo detenidamente. Lo que antes había visto como barba, en realidad, se trataba de un pelaje que se extendía por sus brazos, piernas y pechos. De la parte superior de la cabeza se asomaban dos orejas puntiagudas por entre la espesa melena rojiza. Una sonrisa victoriosa se le dibujo en el rostro del hombre-bestia lo que se dejaran ver una serie de afilados colmillos.
La niebla regresó y la batalla comenzó.
Las espadas se encontraron en mitad de camino produciendo un fuerte golpe metálico. El hombre-bestia había levantado la espada sobre su cabeza y ahora apoyaba todo el peso de su cuerpo sobre las dos espadas cruzadas del mago. Por más que intentara, el mago ni siquiera igualaba en fuerza a su contrincante y se dejó caer al suelo tirándose hacia un costado para evitar el espadazo. La pesada espada se clavó en la suave tierra, pero nada podía detener la furia del hombre. Con un movimiento brusco sacó la espada y embistió contra el joven quien rodó sobre su hombro derecho para evitar el golpe. Por varios minutos, la batalla sólo consintió en una serie de golpes certeros hacia Ghabriel y él esquivándolos en el último segundo. Si continuaba con ese ritmo, el cuerpo le fallaría pronto y lo acabaría con un simple golpe. Tenía que encontrar la manera de escaparse para pensar lo que parecía difícil ya que su contrincante no le daba respiro. Necesitaba ayuda.
Ghabriel
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Re: [Trabajo] Una noche en el cementerio [Bio + Ghabriel]
El trabajo estaba casi realizado, o al menos eso pensaba, arrastré el cuerpo del hombrecito gordo que seguía desmallado y coloqué la cabeza decapitada de uno de los hombres junto a él, eso le daría un fuerte susto al despertar, luego, esparcí sobre su cuerpo un poco de la sangre de sus compañeros, acto seguido arrastré los cuerpos hasta una fosa cercana y comencé a lanzarlos, los iba depositando unos tras otros, algunos, que parecían estar vivos, o aún agonizando, los golpeaba fuerte en la cabeza para aturdirlos y los lanzaba de igual manera, habían pasado varios días desde la última vez que me alimenté, así que algunos cuerpos, de los que aún brotaba un poco de sangre fresca, me sirvieron de alimento, al cabo de unos minutos, ya no quedaba ningún cuerpo regado por el lugar, así que regresé a ver cómo le había ido a Ghabriel.
Aquellos fuertes golpes llamaron mi atención y me sirvieron para orientarme acerca del lugar a donde debía ir, sonaban como fuertes impactos de metal contra piedra, luego, se oyó caer un cuerpo grande y pesado, creí que era el grandulón, sin embargo el peso de quien había caído parecía demasiado grande, aceleré el paso lentamente hasta llegar a un gran círculo formado por varias tumbas, una gran estatua permanecía tirada en el piso, y junto a ella, ese colosal guerrero intentaba desesperadamente golpear aquella pequeña cosa que con más gracia que velocidad, lograba evitar los golpes de la poderosa espada, pero, qué veo, esa pequeña cosa era Ghabriel, me costaba creer que el pequeño chico tenía suficiente valor como para querer enfrentar solo a aquel hombre, bastante grande para ser un hombre común, sin embargo, al detallarlo, comenzé a ver detalles que antes había ignorado, hasta donde la niebla me dejaba ver, parecía un hombre-bestia, ahora varias cosas tenían sentido, entre ellas la fuerza descomunal que había mostrado antes.
Me senté sobre una de las tumbas a ver cómo se desarrollaban los eventos, evitaba intervenir porque tenía absoluta confianza en las habilidades del pequeño brujo y estaba seguro que... bueno, en realidad disfrutaba verlo en apuros, tal vez por viejos rencores no olvidados, sin embargo, la situación comenzó a ponerse tensa, los golpes pasaban cada vez más cerca y eran más difíciles de evitar, además, por el tamaño de la espada y la fuerza con que ese hombre-bestia la agitaba, bastaría un solo golpe para pulverizar el pequeño cuerpo de Ghabriel, me levanté de prisa y avancé hacia aquel enorme adversario, corrí tan fuerte como pude y salté para dar una patada voladora en la espalda a aquel titan, sin embargo, mi poderosa patada apenas lo movió un paso hacia adelante, no tardó en recuperar el equilibrio y cuando me di cuenta ya lo tenía frente a mí observándome furioso y desafiante - Rayos... - Murmuré mientras tomaba mis dagas, avancé hacia él intentando clavar ambas dagas en su pecho, pero fue en vano, llevaba una especie de armadura que mis dagas no pudieron atravesar, cuando alcancé a reaccionar, su gigantesca espada venía directo hacia mi cuerpo, reaccioné más por instinto y reflejos que por destreza y habilidad dando un fuerte salto hacia atrás que apenas me permitió evadir el golpe, éste no era un adversario cualquiera como los otros, me parecía incluso más peligroso que los trolls de la montaña - ¡¡Enanos malditos!! ¡¡Cómo pudieron matarlo!! - Gritaba el hombre-bestia mientras lanzaba espadazos intentando alcanzarme, esto no era lo que había planeado, me encontraba justo en la misma situación en la que antes estaba Ghabriel y que tan graciosa me había parecido, pero ya no era divertida, nada divertida.
Mientras me agachaba para evitar uno de sus golpes de espada, pude notar que la armadura estaba destinada a su pecho y espalda, dejando sus extremidades vulnerables, sus brazos llevaban unos resistentes guantes con láminas de metal que servirían no solo para atacar, sino también como defensa, sus pies acababan en unas poderosas botas, pero a la altura de los muslos estaba completamente descubierto, si lograba cortar sus muslos le restaría velocidad y equilibrio, lo cual nos daría tiempo de pensar en una forma de neutralizarlo, retrocedí un poco esperándolo a veces para que se acercara más, hasta que finalmente pude ver un espacio por donde escabullirme, di un par de volteretas en el piso hasta quedar casi detrás de él, hice un par de cortes en su muslo derecho y salté hacía atrás para evitar el espadazo que se acercaba, repetí el proceso para hacer otro par de cortes en su mulso izquierdo, no mostraba signos de dolor, así que incrusté fuertemente una daga en el mismo muslo y la giré desgarrando todo por dentro, siguió sin mostrar signos de dolor, pero perdió un poco el equilibrio hasta que volvió a poder mantenerse en pie, cada vez que pisaba la sangre escapaba por las heridas en sus muslos, ya no era tan rápido como antes y sus golpes de espada llevaban menos precisión, me alejé un poco para asegurarme de evadir sus ataques, aunque ya también me estaba cansando, había que actuar de prisa y neutralizarlo antes de quedar sin fuerzas, pero esa coraza en su pecho resultaba ser un gran problema, el otro punto débil que le quedaba era la cabeza, si pudiera alcanzar su cabeza sería su fin, pero era mucho más alto que yo, y de su pecho para arriba, resultaría casi imposible lograr sortear los espadazos que dejaba escapar en diferentes direcciones, era tiempo de improvisar un plan, - (Si pudiera lanzar a Ghabriel hacia la cabeza del hombre-bestia, por encima de los espadazos...) - pensé con un poco de malicia, aunque seguro no se ofrecería voluntariamente, a no ser que se le ocurriera otro plan antes, mi estrategia sería esa, me acerqué un poco a donde estaba el brujo para esperar el momento en que se descuidara, aunque por mi cara de malicia, seguro estaría muy pendiente tanto de mí como del hombre-bestia.
Aquellos fuertes golpes llamaron mi atención y me sirvieron para orientarme acerca del lugar a donde debía ir, sonaban como fuertes impactos de metal contra piedra, luego, se oyó caer un cuerpo grande y pesado, creí que era el grandulón, sin embargo el peso de quien había caído parecía demasiado grande, aceleré el paso lentamente hasta llegar a un gran círculo formado por varias tumbas, una gran estatua permanecía tirada en el piso, y junto a ella, ese colosal guerrero intentaba desesperadamente golpear aquella pequeña cosa que con más gracia que velocidad, lograba evitar los golpes de la poderosa espada, pero, qué veo, esa pequeña cosa era Ghabriel, me costaba creer que el pequeño chico tenía suficiente valor como para querer enfrentar solo a aquel hombre, bastante grande para ser un hombre común, sin embargo, al detallarlo, comenzé a ver detalles que antes había ignorado, hasta donde la niebla me dejaba ver, parecía un hombre-bestia, ahora varias cosas tenían sentido, entre ellas la fuerza descomunal que había mostrado antes.
Me senté sobre una de las tumbas a ver cómo se desarrollaban los eventos, evitaba intervenir porque tenía absoluta confianza en las habilidades del pequeño brujo y estaba seguro que... bueno, en realidad disfrutaba verlo en apuros, tal vez por viejos rencores no olvidados, sin embargo, la situación comenzó a ponerse tensa, los golpes pasaban cada vez más cerca y eran más difíciles de evitar, además, por el tamaño de la espada y la fuerza con que ese hombre-bestia la agitaba, bastaría un solo golpe para pulverizar el pequeño cuerpo de Ghabriel, me levanté de prisa y avancé hacia aquel enorme adversario, corrí tan fuerte como pude y salté para dar una patada voladora en la espalda a aquel titan, sin embargo, mi poderosa patada apenas lo movió un paso hacia adelante, no tardó en recuperar el equilibrio y cuando me di cuenta ya lo tenía frente a mí observándome furioso y desafiante - Rayos... - Murmuré mientras tomaba mis dagas, avancé hacia él intentando clavar ambas dagas en su pecho, pero fue en vano, llevaba una especie de armadura que mis dagas no pudieron atravesar, cuando alcancé a reaccionar, su gigantesca espada venía directo hacia mi cuerpo, reaccioné más por instinto y reflejos que por destreza y habilidad dando un fuerte salto hacia atrás que apenas me permitió evadir el golpe, éste no era un adversario cualquiera como los otros, me parecía incluso más peligroso que los trolls de la montaña - ¡¡Enanos malditos!! ¡¡Cómo pudieron matarlo!! - Gritaba el hombre-bestia mientras lanzaba espadazos intentando alcanzarme, esto no era lo que había planeado, me encontraba justo en la misma situación en la que antes estaba Ghabriel y que tan graciosa me había parecido, pero ya no era divertida, nada divertida.
Mientras me agachaba para evitar uno de sus golpes de espada, pude notar que la armadura estaba destinada a su pecho y espalda, dejando sus extremidades vulnerables, sus brazos llevaban unos resistentes guantes con láminas de metal que servirían no solo para atacar, sino también como defensa, sus pies acababan en unas poderosas botas, pero a la altura de los muslos estaba completamente descubierto, si lograba cortar sus muslos le restaría velocidad y equilibrio, lo cual nos daría tiempo de pensar en una forma de neutralizarlo, retrocedí un poco esperándolo a veces para que se acercara más, hasta que finalmente pude ver un espacio por donde escabullirme, di un par de volteretas en el piso hasta quedar casi detrás de él, hice un par de cortes en su muslo derecho y salté hacía atrás para evitar el espadazo que se acercaba, repetí el proceso para hacer otro par de cortes en su mulso izquierdo, no mostraba signos de dolor, así que incrusté fuertemente una daga en el mismo muslo y la giré desgarrando todo por dentro, siguió sin mostrar signos de dolor, pero perdió un poco el equilibrio hasta que volvió a poder mantenerse en pie, cada vez que pisaba la sangre escapaba por las heridas en sus muslos, ya no era tan rápido como antes y sus golpes de espada llevaban menos precisión, me alejé un poco para asegurarme de evadir sus ataques, aunque ya también me estaba cansando, había que actuar de prisa y neutralizarlo antes de quedar sin fuerzas, pero esa coraza en su pecho resultaba ser un gran problema, el otro punto débil que le quedaba era la cabeza, si pudiera alcanzar su cabeza sería su fin, pero era mucho más alto que yo, y de su pecho para arriba, resultaría casi imposible lograr sortear los espadazos que dejaba escapar en diferentes direcciones, era tiempo de improvisar un plan, - (Si pudiera lanzar a Ghabriel hacia la cabeza del hombre-bestia, por encima de los espadazos...) - pensé con un poco de malicia, aunque seguro no se ofrecería voluntariamente, a no ser que se le ocurriera otro plan antes, mi estrategia sería esa, me acerqué un poco a donde estaba el brujo para esperar el momento en que se descuidara, aunque por mi cara de malicia, seguro estaría muy pendiente tanto de mí como del hombre-bestia.
Última edición por Bio el Dom Mar 08 2015, 05:27, editado 1 vez
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Re: [Trabajo] Una noche en el cementerio [Bio + Ghabriel]
El brazo le dolía. Las piernas le pesaban. Y ya estaba mareado después de tanos giros. No podría seguir con ese ritmo. Desde el suelo, reducido a un pequeño cuerpo sudado y débil, vio venir en cámara lenta el espadazo que seguramente acabaría con él. Cerró los ojos y esperó el golpe. Esperó, pero no sentía nada. Quizás uno no sentía nada cuando moría. Quizás la idea del sufrimiento antes de la muerte era sólo una idea de los vivos. O quizás el golpe le había partido el cráneo y, por esa razón, no había sentido nada.
¿Realmente estaba muerto? Eso no podía ser. Aun sentía el corazón latiendo con fuerza en el pecho y los pulmones que respiraban con agitación. Abrió un ojo temeroso de lo que podría encontrar. Una oscuridad neblinosa le dio la bienvenida. Estaba vivo. Eso tenía que ser el cementerio. Abrió el otro ojo y se levantó con dificultad apoyando el peso del cuerpo en una de las piernas y reclinándose en una tumba. ¿Qué había pasado? ¿Dónde estaba el hombre-bestia? Buscó con la mirada y distinguió dos figuras borrosas entre la niebla: una que bordeaba el gigantismo y la otra diminuta en comparación. La diminuta se fusionaba con la otra y luego se alejaba varias veces. Se acercó, ahora con más fuerza, hacia las figuras. Bio estaba luchando contra la bestia. Un rápido escaneo logró que comprendiera que estaba haciendo su compañero. El hombre-bestia usaba una gruesa armadura de metal que le cubría el pecho, unos guantes de cuero que le protegían los brazos y unas botas que convertirían cualquier ataque en una simple caricia. Sólo una parte estaba vulnerable: sus muslos y Bio se había percatado. Evadía los espadazos con una agilidad envidiable y, ante la primer oportunidad, lanzaba un ataque contra los muslos.
El hombre levantó la espada y Ghabriel notó otra vulnerabilidad aún más pequeña. Las axilas no tenían protección. Corrió a toda velocidad hacia la bestia. Faltaba poco. Tenía que utilizar las fuerzas que le quedaban ahora. Entró por la espalda del hombre, saltó sobre Bio que estaba masacrando las piernas de su contrincante y realizó un corte en la axila poco profundo. No tenía fuerzas para hacerle una herida de más gravedad. Pero lo que importaba era la constancia.
El hombre-bestia estaba desconcertado. No podía contraatacar frente a dos focos de agresión. Bio atacaba por debajo y Ghabriel por arriba. Su velocidad se iba reduciendo y sus golpes eran menos precisos. Cada vez que el brujo cortaba por debajo de sus brazos, dejaba caer pesadamente la espada al suelo, pero sin soltarla.
Ghabriel se apartó y se quedó a una distancia prudente a observar la situación. El suelo era escarlata ahora. Ghabriel se inspecciono y se dio cuenta que sus manos, cabellos y ropa se habían teñido del mismo color. El hombre no debía tener mucha más resistencia. Bio debió haberle hecho un daño considerable, ya que, la bestia soltó un rugido desgarrador. Ya no se oían gritos, sino rugidos.
Bio escapó y se colocó a su lado justo a tiempo. Los ojos del hombre perdieron todo brillo y sus pupilas crecieron hasta no dejar que se vea el blanco siquiera en las esquinas. Volvió lanzar un rugido que sintió como retumba por su cuerpo. Soltó la espada y comenzó a golpear el suelo con los puños. Volvió a tomar la espada y comenzó a romper a espadazos las tumbas que los rodeaban.
Ghabriel miró a Bio y notó que en sus ojos había un brillo que denotaba un poco de malicia. Ciertamente, estaba agradecido de que acudiera en su ayuda, pero esa mirada lo ponía nervioso. Volvió a mirar hacia el ahora más bestia que hombre quien estaba hundido en frenezi. Su estrategia anterior ya no serviría. Si intentaban acercarse terminarían aplastados por la espada o por una de esas gigantes manos. Por el momento, se había olvidado de ellos, por lo que tenía unos segundos para pensar en su próximo movimiento.
Ya estaba. Ya sabía lo que iba a hacer. Era peligroso desde luego, pero si actuaban rápido sería el fin de la batalla. Giro la cabeza lentamente y le dedico a Bio una gran sonrisa macabra. Se acercó a él y acercó mucho el rostro a él.
—Perdón—le dijo susurrándole al oído sin poder evitar que se le escapara una risa.
Dio un paso hacia atrás, apoyó los brazos en una tumba y lo pateó con fuerza en la espalda a Bio. Salió volando hacia la bestia que lo vio enseguida y lo atacó sin dudarlo. El mago no logró ver cómo hizo Bio para evitar el golpe de la espada (Ojala lo haya esquivado), pero sí logró sentir el sonido y las vibraciones de la espada que había golpeado contra el suelo de piedra. Ghabriel corrió y trepó por el brazo de la bestia. Dejó caer una de las espadas para usar esa mano libre para agarrarse del pelaje. No era una tarea fácil, el brazo estaba sudado y varios hilos de sangre descendían hasta la mano. Además la bestia se movía para cazar a Bio. Con gran esfuerzo, llegó hasta la cabeza el hombre. Clavó la única espada que le quedaba en su nuca. El hombre se seguía moviendo. ¿Qué clase de monstruo era? Usando la espada para agarrarse, pasó la pierna izquierda por sobre sus hombros y se sentó allí. Colocó ambas manos sobre el mango de la espada y empujó con toda la fuerza del cuerpo.
¿Realmente estaba muerto? Eso no podía ser. Aun sentía el corazón latiendo con fuerza en el pecho y los pulmones que respiraban con agitación. Abrió un ojo temeroso de lo que podría encontrar. Una oscuridad neblinosa le dio la bienvenida. Estaba vivo. Eso tenía que ser el cementerio. Abrió el otro ojo y se levantó con dificultad apoyando el peso del cuerpo en una de las piernas y reclinándose en una tumba. ¿Qué había pasado? ¿Dónde estaba el hombre-bestia? Buscó con la mirada y distinguió dos figuras borrosas entre la niebla: una que bordeaba el gigantismo y la otra diminuta en comparación. La diminuta se fusionaba con la otra y luego se alejaba varias veces. Se acercó, ahora con más fuerza, hacia las figuras. Bio estaba luchando contra la bestia. Un rápido escaneo logró que comprendiera que estaba haciendo su compañero. El hombre-bestia usaba una gruesa armadura de metal que le cubría el pecho, unos guantes de cuero que le protegían los brazos y unas botas que convertirían cualquier ataque en una simple caricia. Sólo una parte estaba vulnerable: sus muslos y Bio se había percatado. Evadía los espadazos con una agilidad envidiable y, ante la primer oportunidad, lanzaba un ataque contra los muslos.
El hombre levantó la espada y Ghabriel notó otra vulnerabilidad aún más pequeña. Las axilas no tenían protección. Corrió a toda velocidad hacia la bestia. Faltaba poco. Tenía que utilizar las fuerzas que le quedaban ahora. Entró por la espalda del hombre, saltó sobre Bio que estaba masacrando las piernas de su contrincante y realizó un corte en la axila poco profundo. No tenía fuerzas para hacerle una herida de más gravedad. Pero lo que importaba era la constancia.
El hombre-bestia estaba desconcertado. No podía contraatacar frente a dos focos de agresión. Bio atacaba por debajo y Ghabriel por arriba. Su velocidad se iba reduciendo y sus golpes eran menos precisos. Cada vez que el brujo cortaba por debajo de sus brazos, dejaba caer pesadamente la espada al suelo, pero sin soltarla.
Ghabriel se apartó y se quedó a una distancia prudente a observar la situación. El suelo era escarlata ahora. Ghabriel se inspecciono y se dio cuenta que sus manos, cabellos y ropa se habían teñido del mismo color. El hombre no debía tener mucha más resistencia. Bio debió haberle hecho un daño considerable, ya que, la bestia soltó un rugido desgarrador. Ya no se oían gritos, sino rugidos.
Bio escapó y se colocó a su lado justo a tiempo. Los ojos del hombre perdieron todo brillo y sus pupilas crecieron hasta no dejar que se vea el blanco siquiera en las esquinas. Volvió lanzar un rugido que sintió como retumba por su cuerpo. Soltó la espada y comenzó a golpear el suelo con los puños. Volvió a tomar la espada y comenzó a romper a espadazos las tumbas que los rodeaban.
Ghabriel miró a Bio y notó que en sus ojos había un brillo que denotaba un poco de malicia. Ciertamente, estaba agradecido de que acudiera en su ayuda, pero esa mirada lo ponía nervioso. Volvió a mirar hacia el ahora más bestia que hombre quien estaba hundido en frenezi. Su estrategia anterior ya no serviría. Si intentaban acercarse terminarían aplastados por la espada o por una de esas gigantes manos. Por el momento, se había olvidado de ellos, por lo que tenía unos segundos para pensar en su próximo movimiento.
Ya estaba. Ya sabía lo que iba a hacer. Era peligroso desde luego, pero si actuaban rápido sería el fin de la batalla. Giro la cabeza lentamente y le dedico a Bio una gran sonrisa macabra. Se acercó a él y acercó mucho el rostro a él.
—Perdón—le dijo susurrándole al oído sin poder evitar que se le escapara una risa.
Dio un paso hacia atrás, apoyó los brazos en una tumba y lo pateó con fuerza en la espalda a Bio. Salió volando hacia la bestia que lo vio enseguida y lo atacó sin dudarlo. El mago no logró ver cómo hizo Bio para evitar el golpe de la espada (Ojala lo haya esquivado), pero sí logró sentir el sonido y las vibraciones de la espada que había golpeado contra el suelo de piedra. Ghabriel corrió y trepó por el brazo de la bestia. Dejó caer una de las espadas para usar esa mano libre para agarrarse del pelaje. No era una tarea fácil, el brazo estaba sudado y varios hilos de sangre descendían hasta la mano. Además la bestia se movía para cazar a Bio. Con gran esfuerzo, llegó hasta la cabeza el hombre. Clavó la única espada que le quedaba en su nuca. El hombre se seguía moviendo. ¿Qué clase de monstruo era? Usando la espada para agarrarse, pasó la pierna izquierda por sobre sus hombros y se sentó allí. Colocó ambas manos sobre el mango de la espada y empujó con toda la fuerza del cuerpo.
Ghabriel
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Re: [Trabajo] Una noche en el cementerio [Bio + Ghabriel]
La sangre que danzaba en el aire esparciéndose por todos los rincones resultaba ser un excelente festín, mis manos y brazos estaban bañados en ese líquido viscoso lo cual inevitablemente comenzaba a levantarme el apetito, hacía días que no me alimentaba de nada, y ver tanta sangre ahora había tenido un efecto psicológico notable, deslizaba mi lengua por mis manos para probar la sangre, hasta que finalmente había llegado el momento de finalizarlo, estaba completamente enceguecido de furia, cualquier intento de acercarse habría resultado suicida, busqué a Ghabriel para arrojarlo al menos como distracción, pero cuando lo encontré estaba susurrándome - Perdón - No endentía lo que debía perdonar pero antes que pudiera reaccionar sentí los pies del pequeño brujo empujándome violentamente hacia adelante, junto de frente hacia el encolerizado hombre bestia, que confiado de atinar levantaba su espada para dejarla caer sobre mí con todas sus fuerzas, efectivamente, apenas acabó de subirla, la dejó caer con tal brutalidad que el impacto contra el suelo hizo estremecer la tierra, yo afortunadamente logré estirar mi pierna buscando el suelo y saltar a un lado girando un par de veces mi cuerpo en el suelo, me levanté un poco desorientado pero me guié por el ruido que había el agotado grandulón.
El agotamiento era tal que le costaba volver a subir la espada que del fuerte impacto se había enterrado ligeramente en el piso, observaba la escena cuando vi la silueta de Ghabriel corriendo de prisa por el ensangrentado brazo del hombre-bestia hasta llegar a su cabeza, finalizó asestando golpes letales y precisos, y aunque estaba completamente derrotado se resisitía a dejarse caer, era sin duda un enemigo formidable, finalmente Ghabriel hundió la espada que le quedaba en sus manos, directamente en el cuello del grandulón, el enorme cuerpo se detuvo unos segundos como si simplemente lo hubieran apagado, sus brazos quedaron colgando como cuerdas al viento, el resto del cuerpo se desplomó luego cayendo sobre sus rodillas hasta que finalmente, me acerqué de prisa y empujé el tambaleante cuerpo hacia atrás para que cayera justo encima de Ghabriel, me alejé un poco para ver con malicia como acababa la situación, en condiciones normales, Ghabriel podría reaccionar de prisa y saltar para salir de su posición y evitar caer aplastado por el cuerpo del hombre-bestia, pero el agotamiento hacía que resultara impredecible el desenlace, sin embargo, antes que pudiera ver la caída, un extraño ruido llamó mi atención y decidí girar mi cuerpo en dirección contraria.
Había escuchado algunos pasos cercanos, aunque no parecían ser pasos de bandido, había algo más ahí, tomé mis dagas y me puse en guardia ante cualquier otra cosa que apareciera, aunque no veía nada, los pasos seguían sonando - Deja de descansar y ven acá, que aún no terminamos - le dije a Ghabriel mientras me mantenía atento a lo que pudiera salir de ahí...
El agotamiento era tal que le costaba volver a subir la espada que del fuerte impacto se había enterrado ligeramente en el piso, observaba la escena cuando vi la silueta de Ghabriel corriendo de prisa por el ensangrentado brazo del hombre-bestia hasta llegar a su cabeza, finalizó asestando golpes letales y precisos, y aunque estaba completamente derrotado se resisitía a dejarse caer, era sin duda un enemigo formidable, finalmente Ghabriel hundió la espada que le quedaba en sus manos, directamente en el cuello del grandulón, el enorme cuerpo se detuvo unos segundos como si simplemente lo hubieran apagado, sus brazos quedaron colgando como cuerdas al viento, el resto del cuerpo se desplomó luego cayendo sobre sus rodillas hasta que finalmente, me acerqué de prisa y empujé el tambaleante cuerpo hacia atrás para que cayera justo encima de Ghabriel, me alejé un poco para ver con malicia como acababa la situación, en condiciones normales, Ghabriel podría reaccionar de prisa y saltar para salir de su posición y evitar caer aplastado por el cuerpo del hombre-bestia, pero el agotamiento hacía que resultara impredecible el desenlace, sin embargo, antes que pudiera ver la caída, un extraño ruido llamó mi atención y decidí girar mi cuerpo en dirección contraria.
Había escuchado algunos pasos cercanos, aunque no parecían ser pasos de bandido, había algo más ahí, tomé mis dagas y me puse en guardia ante cualquier otra cosa que apareciera, aunque no veía nada, los pasos seguían sonando - Deja de descansar y ven acá, que aún no terminamos - le dije a Ghabriel mientras me mantenía atento a lo que pudiera salir de ahí...
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Re: [Trabajo] Una noche en el cementerio [Bio + Ghabriel]
El cuerpo de la bestia se tambaleo primero hacia delate luego hacia atrás. Ya había terminado con él y era momento de bajarse antes de que ese pesado cuerpo le cayera encima. Cruzó la pierna derecha por el hombro de la bestia y colocó los brazos alrededor del cuello para bajar por el pecho y apoyar los pies suavemente sobre el frio suelo del cementerio. Antes de que si quiera comenzara a bajar, el cuerpo del hombre se tambaleo pronunciadamente hacia atrás y cayó pesadamente al suelo. La fuerza del golpe le convirtió los brazos en gelatina sin fuerza y salió disparado de arriba del cuerpo. La cabeza rebotó contra el suelo y por varios instantes perdió el conocimiento y lo único que sentía era una quemazón que le nacía desde los dedos de la pierna izquierda y que se le extendía hasta la rodilla. Apoyó ambos brazos, que todavía temblaban, y se levantó. Una hoja metálica emergía de la frente del hombre y varios hilos de sangre resbalaban por su rostro manchando de escarlata aquel pelaje naranja brilloso. Bajó la vista y reconoció con horror la fuente de la quemazón. Haber puesto los brazos en ese cuello peludo y haber cruzado la pierna derecha, había salvado esas extremidades del golpe, pero su pierna izquierda no había sido tan afortunada. El cuerpo inerte, peludo y aparatoso del hombre-bestia reposaba pacíficamente sobre su pie izquierdo.
Con la pierna derecha, empujó el pesado cuerpo y de la quemazón brotaban finos hilos dolorosos que corrían por toda su pierna. Luego de dos patadas, logró liberar el pie, pero no se atrevió a verlo. Se arrastró por su espalda hasta el cuerpo de la bestia. Le revisó desde las piernas y hasta el pecho en busca de algo que le pudiera servir. En la cintura encontró una cantimplora de piel. Se estiró torpemente y la soltó del cinturón que la sostenía. La levantó y se volvió a sentar. Aquel cuerpo era cómodo, por lo que decidió no moverse de ahí hasta que el dolor en el pie aminara. Abrió la cantimplora y bebió un largo sorbo sin pensar de qué clase de líquido se trataba. Por suerte era agua. Bebió dos tragos más y lanzó un suspiro de satisfacción.
— ¡No molestes!—Le respondió a Bio—Descansemos un poco. Luego nos encargamos de los cuerpos. —Volvió a beber.
Con la pierna derecha, empujó el pesado cuerpo y de la quemazón brotaban finos hilos dolorosos que corrían por toda su pierna. Luego de dos patadas, logró liberar el pie, pero no se atrevió a verlo. Se arrastró por su espalda hasta el cuerpo de la bestia. Le revisó desde las piernas y hasta el pecho en busca de algo que le pudiera servir. En la cintura encontró una cantimplora de piel. Se estiró torpemente y la soltó del cinturón que la sostenía. La levantó y se volvió a sentar. Aquel cuerpo era cómodo, por lo que decidió no moverse de ahí hasta que el dolor en el pie aminara. Abrió la cantimplora y bebió un largo sorbo sin pensar de qué clase de líquido se trataba. Por suerte era agua. Bebió dos tragos más y lanzó un suspiro de satisfacción.
— ¡No molestes!—Le respondió a Bio—Descansemos un poco. Luego nos encargamos de los cuerpos. —Volvió a beber.
Ghabriel
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Re: [Trabajo] Una noche en el cementerio [Bio + Ghabriel]
Algo se movía tras los arbustos, algo pequeño al parecer, me invadía la curiosidad, pero estaba bastante agotado como para ir y reaccionar ante alguna sorpresa inesperada, por lo cual preferí volver la vista a donde estaba Ghabriel haciendo de perezoso - ¡No molestes! - me dijo un poco enojado. tal vez consigo mismo por no saltar a tiempo, tenía un pie herido y aunque se veía espantoso preferí decirle - No es nada, apenas un rasguño, levántate y anda - pero mis palabras parecían haber rebotado en sus oídos y volver a salir como si nada, tras unos instantes, acabó por decir - Descansemos un poco. Luego nos encargamos de los cuerpos. - Volvió a descansar mientras bebía un poco de, bueno, de lo que sea que había en esa botella que había robado al cadáver de hombre bestia, me acerqué lentamente y le di una leve patada a su pie herido a ver si le dolía pero creo que no fue muy buena idea, su reacción me hizo entender que no le había parecido nada graciosa mi manera de examinarlo - Si quieres puedo cortarlo, y no dolerá más - le dije en tono de sarcasmo mientras me alejaba unos pasos hasta una tumba cercana, o al menos, lo que quedaba de ella, me senté encima y seguí observando los alrededores.
Comencé a hacer conteo, la cantidad de bandidos, y los lugares donde habían sido abatidos, en un par de horas amanecería, debíamos terminar antes, el poético despuntar el alba y sus primeros halos de luz, no me despertaban ningún interés, así que antes de ese tiempo debíamos haber desaparecido a todos los cadáveres y dejado el cementerio completamente limpio, sin embargo, el hombre-bestia había destruido algunas de las tumbas, lo cual posiblemente reduciría la paga, que de paso era bastante mala para todo lo que nos había tocado hacer - (Debemos...) - pensé al levantarme pero luego me interrumpí al mirar a Ghabriel holgazaneando y corregí - (Debo reparar algunas tumbas) - caminé hacia los cadáveres cercanos y los arrastré hacia una fosa, igual que había hecho con los de la entrada, sin embargo, los pasos entre los arbustos seguían sonando, lo cual me resultaba bastante irritante, creí que era algún bandido asustado que se escondía entre los arbustos, aunque en mi conteo, deberían estar todos eliminados o lejos de ahí, volví a donde se encontraba Ghabriel y me agaché a unos pasos de distancia - Te digo que hay algo ahí - Tomé una piedra del piso y la lancé mientras señalaba la dirección - Justo ahí - la piedra rebotó contra el arbusto como si hubiese impactado contra un cuerpo entre los arbustos, las pequeñas ramas se sacudieron - ¿Un arbusto viviente? - Pregunté extrañado ante tal situación, pero luego resultó ser una pequeña bestia que fácilmente cualquiera podría confundir con un arbusto, parecía ser normalmente inofensivo... Normalmente... Pero a nadie le gusta que le arrojen piedras a la cabeza, eso pone de mal humor a cualquiera, caminé lentamente hacia el cuerpo del hombre-bestia y le corté un dedo con mis dagas, lo tomé y se lo arrojé al pequeño animal pero mi endemoniada puntería había terminado de empeorar la situación, intentaba ponerlo cerca de su boca para que intentara comerlo, pero le había incrustado el dedo justo en el ojo izquierdo, lo cual le había elevado su nivel de furia y enojo, di un par de pasos hasta donde estaba Ghabriel - Creo que ya lo hiciste enojar - le dije mientras buscaba algo con lo que nos pudiera defender a ambos, y no mis dagas que apenas y me podrían defender a mí - Acepto sugerencias - Le dije a Ghabriel mientras fijaba la vista en aquél pequeño y extraño animal.
Comencé a hacer conteo, la cantidad de bandidos, y los lugares donde habían sido abatidos, en un par de horas amanecería, debíamos terminar antes, el poético despuntar el alba y sus primeros halos de luz, no me despertaban ningún interés, así que antes de ese tiempo debíamos haber desaparecido a todos los cadáveres y dejado el cementerio completamente limpio, sin embargo, el hombre-bestia había destruido algunas de las tumbas, lo cual posiblemente reduciría la paga, que de paso era bastante mala para todo lo que nos había tocado hacer - (Debemos...) - pensé al levantarme pero luego me interrumpí al mirar a Ghabriel holgazaneando y corregí - (Debo reparar algunas tumbas) - caminé hacia los cadáveres cercanos y los arrastré hacia una fosa, igual que había hecho con los de la entrada, sin embargo, los pasos entre los arbustos seguían sonando, lo cual me resultaba bastante irritante, creí que era algún bandido asustado que se escondía entre los arbustos, aunque en mi conteo, deberían estar todos eliminados o lejos de ahí, volví a donde se encontraba Ghabriel y me agaché a unos pasos de distancia - Te digo que hay algo ahí - Tomé una piedra del piso y la lancé mientras señalaba la dirección - Justo ahí - la piedra rebotó contra el arbusto como si hubiese impactado contra un cuerpo entre los arbustos, las pequeñas ramas se sacudieron - ¿Un arbusto viviente? - Pregunté extrañado ante tal situación, pero luego resultó ser una pequeña bestia que fácilmente cualquiera podría confundir con un arbusto, parecía ser normalmente inofensivo... Normalmente... Pero a nadie le gusta que le arrojen piedras a la cabeza, eso pone de mal humor a cualquiera, caminé lentamente hacia el cuerpo del hombre-bestia y le corté un dedo con mis dagas, lo tomé y se lo arrojé al pequeño animal pero mi endemoniada puntería había terminado de empeorar la situación, intentaba ponerlo cerca de su boca para que intentara comerlo, pero le había incrustado el dedo justo en el ojo izquierdo, lo cual le había elevado su nivel de furia y enojo, di un par de pasos hasta donde estaba Ghabriel - Creo que ya lo hiciste enojar - le dije mientras buscaba algo con lo que nos pudiera defender a ambos, y no mis dagas que apenas y me podrían defender a mí - Acepto sugerencias - Le dije a Ghabriel mientras fijaba la vista en aquél pequeño y extraño animal.
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Offrol: El animal que apareció es un Scrunt, Información [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]Última edición por Bio el Lun Mar 23 2015, 18:09, editado 1 vez
Bio
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Re: [Trabajo] Una noche en el cementerio [Bio + Ghabriel]
El animal se acercaba acechante y Ghabriel por ahora no resultaba de gran ayuda, su pierna no le permitiría llegar a hacer algo útil, por lo que preferí llamar la atención de animal y tratar de alejarme un poco - ¡Eh, tonto animal! - Le gritaba mientras daba pasos lentos en dirección opuesta a donde se encontraba Ghabriel, tomé un par de piedras del piso y comencé a alejarme mientras la arrojaba contra el animal; el plan había comenzado a funcionar, el animal me seguía, pero ¿ahora qué? Comencé a correr cuando el animal hizo lo mismo y al cabo de un rato nos habíamos alejado de Ghabriel; el animal me observaba desafiante, ya con sus dos ojos en buen estado, no quería ser su cena, entonces vino a mi mente una gran idea para deshacerme de él - ¡Cena! Eso es - Recordé con malicia que en la entrada del cementerio había dejado a un bandido que con suerte todavía debía estar ahí desmayado, no parecía tan fuerte para recuperarse tan pronto y tampoco había pasado tanto tiempo, definitivamente debía estar ahí, corrí llamando la atención del animal, esperándolo cuando se quedaba rezagado y tentándolo cuando perdía el interés.
Finalmente logramos llegar muy cerca de la entrada al cementerio y el bandido para mi sorpresa se estaba despertando apenas, comenzaba a mover sus brazos y abría lentamente sus ojos, debía actuar rápido y ponerlo a la vista del animal pero al mismo tiempo debía evitar ser visto, me oculté tras unos arbustos cercanos y provoqué al animal tanto como pude, tendría solo una oportunidad de hacer esto y no quedaba espacio para margen de error, si fallaba... No, no, no, definitivamente fallar no era una opción, el animal emprendió su carrera hacia mí que con las piernas un poco flexionadas y las manos hacia adelante, lo esperé hasta el momento justo; cuando saltó sobre mí me moví hacia un lado y sujeté su cuello con ambas manos, la velocidad que traía me ayudó a hacerlo girar conmigo y finalmente lo arrojé aprovechando la fuerza centrífuga, caí al piso por la fuerza del empujón y el poco equilibrio que me había quedado, pero desde el piso, lo escuché caer cerca del bandido que ya comenzaba a dar gritos de pánico y terror, regresé a donde estaba Ghabriel sin preocuparme ya del animal, con ese bandido debería tener suficiente para saciar su hambre al menos hasta habernos largado, volví a donde se encontraba Ghabriel y completamente exhausto me lanzé al piso junto a él - Odio los cementerios - Dije mientras extendía mis piernas y me recostaba para descansar; al parecer, era todo, habíamos terminado, solo restaba esperar a que llegara el empleador y recibir nuestro pago, aunque sería demasiado poco para todo lo que habíamos tenido que hacer...
Finalmente logramos llegar muy cerca de la entrada al cementerio y el bandido para mi sorpresa se estaba despertando apenas, comenzaba a mover sus brazos y abría lentamente sus ojos, debía actuar rápido y ponerlo a la vista del animal pero al mismo tiempo debía evitar ser visto, me oculté tras unos arbustos cercanos y provoqué al animal tanto como pude, tendría solo una oportunidad de hacer esto y no quedaba espacio para margen de error, si fallaba... No, no, no, definitivamente fallar no era una opción, el animal emprendió su carrera hacia mí que con las piernas un poco flexionadas y las manos hacia adelante, lo esperé hasta el momento justo; cuando saltó sobre mí me moví hacia un lado y sujeté su cuello con ambas manos, la velocidad que traía me ayudó a hacerlo girar conmigo y finalmente lo arrojé aprovechando la fuerza centrífuga, caí al piso por la fuerza del empujón y el poco equilibrio que me había quedado, pero desde el piso, lo escuché caer cerca del bandido que ya comenzaba a dar gritos de pánico y terror, regresé a donde estaba Ghabriel sin preocuparme ya del animal, con ese bandido debería tener suficiente para saciar su hambre al menos hasta habernos largado, volví a donde se encontraba Ghabriel y completamente exhausto me lanzé al piso junto a él - Odio los cementerios - Dije mientras extendía mis piernas y me recostaba para descansar; al parecer, era todo, habíamos terminado, solo restaba esperar a que llegara el empleador y recibir nuestro pago, aunque sería demasiado poco para todo lo que habíamos tenido que hacer...
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Offrol: Fui autorizado a saltar el turno de Ghabriel para acabar mi parte del trabajo =)Bio
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Re: [Trabajo] Una noche en el cementerio [Bio + Ghabriel]
Una trama original y bien llevada que siempre mantiene al lector cautivo.
Se entretejen situaciones inteligentes e hilarantes que más de una vez me tuvieron al borde de la risa. También fue muy interesante ver la dualidad de sus respectivos personajes.
Bio, tu humor negro es muy bueno, la falta de ética y amoralidad de tu personaje han sido la cereza de la torta.
Es una pena que Ghabriel no haya finalizado el tema ya que tenían algo muy bueno en marcha, solo faltaba el broche de oro y quizás el uso de las habilidades pasivas. Dada la petición de Bio y que solamente te faltaba un post, Ghabriel podrás terminar el trabajo si pides a un master que reabra el tema para poner tu final y deshacerte de un modo definitivo de la bestia. Por más que hagas uso de tu habilidad pasiva no se te puntuará por ello como penalización por dejar a tu compañero tirado.
Puntualización para Bio: te he seguido en algunos temas o posts aleatorios, me gusta tu narrativa y también el personaje que tienes; sin embargo tienes que tener cuidado con no caer en el metarol, no debes manejar directa o indirectamente a tus compañeros –ni adelantarte a las acciones- como tampoco ser juez de una acción a no ser que sea previamente acordada y puesta en un off.
Finalizados los comentarios, paso a dejar las recompensas*:
10 puntos de experiencia base+ 10 puntos por buen desarrollo= 20 puntos de experiencia
250 aeros.
Nota*: Ghabriel solamente podrá pedirlos una vez que finalice el trabajo.
Nota2: Deberás pedir los puntos en el apartado correspondiente. Se entretejen situaciones inteligentes e hilarantes que más de una vez me tuvieron al borde de la risa. También fue muy interesante ver la dualidad de sus respectivos personajes.
Bio, tu humor negro es muy bueno, la falta de ética y amoralidad de tu personaje han sido la cereza de la torta.
Es una pena que Ghabriel no haya finalizado el tema ya que tenían algo muy bueno en marcha, solo faltaba el broche de oro y quizás el uso de las habilidades pasivas. Dada la petición de Bio y que solamente te faltaba un post, Ghabriel podrás terminar el trabajo si pides a un master que reabra el tema para poner tu final y deshacerte de un modo definitivo de la bestia. Por más que hagas uso de tu habilidad pasiva no se te puntuará por ello como penalización por dejar a tu compañero tirado.
Puntualización para Bio: te he seguido en algunos temas o posts aleatorios, me gusta tu narrativa y también el personaje que tienes; sin embargo tienes que tener cuidado con no caer en el metarol, no debes manejar directa o indirectamente a tus compañeros –ni adelantarte a las acciones- como tampoco ser juez de una acción a no ser que sea previamente acordada y puesta en un off.
Finalizados los comentarios, paso a dejar las recompensas*:
10 puntos de experiencia base+ 10 puntos por buen desarrollo= 20 puntos de experiencia
250 aeros.
Nota*: Ghabriel solamente podrá pedirlos una vez que finalice el trabajo.
Thorn
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Re: [Trabajo] Una noche en el cementerio [Bio + Ghabriel]
Reabierto para que Ghabriel pueda finalizar el trabajo.
Thorn
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