[QUEST][Tantrum Teatrum]

Su exclamación y posterior reacción, mirando al suelo sorpredieron a Ébano, que por algún motivo había pensado que Todd habría reparado en la condición de la chica... La expresión que mantenía era rara, ¿esperaba el hombre acaso de ella algún tipo de indefensa? ¿Entorpecía sus planes el hecho de ser vampiresa..? Es más, ¿tenía planes y le había contado a ella la verdad? Sí, ella confiaba en gran medida en él, comparando con el resto, pero... Seguía sin saber toda la verdad y por tanto, sin terminar de confiar.

No conozco a esa niña desaparecida, pero esta compañía está maldita. Varios podrán parecer normales, pero en realidad sus corazones son tan negros como el del mismo dragón prohibido. -le decía él. Ella asintió lentamente.- Entiendo... De modo que se resume en un entramado de intriga y mentiras. Y papeles que interpreta cada uno... ¿no? Qué irónico..

Usted parece razonable, creí que podría ayudarme a desenmascarar al culpable, si es que hay uno esta vez. Sacrestic es por lejos el lugar más extraño al que he pisado y las mañas de todos han cambiado. Pero me temo que le he puesto en peligro. El hecho de que Frobbis la echara directamente es porque probablemente usted esté en la mira de Albert o de alguien más. Ese chico es todo un mentiroso, pero probablemente el más confiable. Tengo que sacarla de aquí, esto se está yendo de las manos… -y aquello terminó por dejarla sin palabras momentáneamente. Más preguntas se agolpaban en su mente, pero algo, algo no iba bien.

Él parecía cada vez más nervioso.. ¿Por qué? -se preguntaba ella. "En el punto de mira". Esa frase flotaba en su cabeza todo el tiempo.
Tanto, que apenas percibió los murmullos de él, fácilmente audibles para ella, pero, ocupada en trazar teorías.. Un "salir" alcanzó a escuchar, también un "rápido"....

*Toc - toc - toc - toc* Ébano volvió la cabeza bruscamente. Golpes apresurados en la puerta. Se enderezó de golpe y se centró. Se abrió la puerta.. Uno de los muchachos, el del cabello de fuego, estaba afuera con expresión seria.

Francis, ella es la señorita Ebano, Ebano, él es Francis. -ella inclinó la cabeza ante el joven- Buenas noches, chico.

Tenemos una situación con Mika y la chica recién llegada. -anunció el recién llegado.

Puede creerme o no, depende de usted señorita. -le dijo Todd a ella finalmente. Un problema con Alessa. No le extrañaba... Tal vez todo fuese peligroso realmente. Ante lo cual, por mucha defensa de la que dispusiese..No dejaban de ser buenos en el arte del engaño y además, mayores en número. Ébano tragó y suspiró mirando a ambos. Puso los ojos en blanco y miró a Todd:

Está bien.. Está bien, te creo. Pero quiero respuestas. A dónde me llevas, tus sospechas, sin guardarte nada.., y qué será de mis compañeros, aunque.... poco me importan, si os soy sincera. Lo que más me intriga es... ¿por qué estoy en el punto de mira de Albert, o de quien? ¿Y que supone eso para mi? -dijo ella, recordando las palabras de él, las primeras que le dedicó... Frunció el ceño y se posicionó junto a Todd, dispuesta a seguirle.

No le gustaba abandonar a nadie, aunque por otro lado, se sentía insegura allí, salir.. Era la mejor opción, pero con respuestas. Tal vez el mismo Todd estuviese mintiendo y todo fuese al contrario, o tal vez dijese la verdad o... A saber. Decidió dejarse guiar para obtener respuestas.

Off rol: Paul, no lo tomes a mal, pero Éb apenas conoce a paul, y no va a arriesgarse teniendo tantas dudas y siendo todo tan raro... De modo que me decanto por la opción de no ayudar.

PD: perdonad que me haya quedado corto :/

Off: No te preocupes Éb ^^

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No sabía si odiar al chico o entender la rebeldía de su edad, sabía que no sería fácil tener modales estando con ese teatro tan loco y lleno de varios problemas, no me sorprende que tengan muchos problemas, sin ofender. Estaba completamente perdido y quería hacer algo, no sé, bailar o jugar con mi espada. Hice lo ultimo, me dispuse a usar mi espada, para practicar, haciendo cortes verticales y horizontales, resonando el filo de la arma. El ardiente deseo de escaparme era horrible, no me gustaba estar encerrado, prefería estar absorbiendo el cuello de una chica virgen, creo que sería más rico y aún más delicioso. No podía pensar en ello y derramar saliva, parecía una bestia, así de asquerosa como los licántropos.

Aunque había probado la sangre del niño ese y pude controlarme para no beber más, necesitaba seguir alimentándome, mi estómago rugía fuertemente, queriendo salir de mi cuerpo a morder a quién sea. Enterré la espada en el suelo y volví a acostarme, con mis manos en la nuca, teniendo un mal presentimiento. Esperaba que aparecieran 10 chicas para poder morderlas y alimentarme con su sangre. Normalmente lo que quiero, lo tengo, siempre he tenido el pensamiento de no rendirse si aún no tienes lo que quieres.

-Joder, quiero hacer algo. No sé, romper el techo e irme por ahí... No tardaré en ponerme modo monstruo y querer arrasar con la vida.-Hablé hacia si mismo, tratando de que apareciera alguna respuesta reconfortante o algo parecido. Para más colmo, no había traído la jarra de vino que dejé en el tejado, la vez que me dormí allí, seguro ya se la habrán tomado esos sucios vampiros carroñeros.

100 años completos sin envejecer... Eso era lo bueno de transformarse y aumentar la escucha, rapidez e incluso el olfato aunque no supera a otra razas. Me senté en el colchón de nuevo y comencé a rasguñar como un gato, esperando a que sucediera algo, estaba ansioso y aburrido, simplemente aburrido. Quería que el chico volviera para otro combate, al menos me entretendría un rato, no estaría mal que lo hiciera.

Cuando menos pensé, casi pego un salto al ver que la puerta había caído junto con una señora de aspecto obeso. Yo quedé atónito y levanté una ceja, ya que recordaba, había escuchado que fuera estaba llamado a un tal Albert, Todd y Calos. Yo sonreí un poco y preparé mis colmillos, no sabía si morderla o no, en si no me importaba mucho.

Habló que iba a ser la enfermera. Margot, ese era su nombre, yo asentí con la cabeza y me acomodé en la cama, cruzando mis brazos y mirándola de manera interesante. -No lo sé señorita... Igualmente agradecería su hospitalidad.-Hablé desafiante y coqueto, nunca había un no en mi, siempre afirmaba en absolutamente todo.

No tenía más opciones que dejarse llevar dentro de aquel recinto, del cual solo sabía que había secretos, bastantes secretos y tal vez, probablemente peliagudos. Se jugaba el cuello además a que cada uno no era realmente lo que aparentaba aunque, bueno, aquello ya se lo habían dicho.

El recién llegado Francis y Todd estuvieron dialogando, él la sacó de la habitación pero, ante la advrtencia del chico, la llevó deprisa, veloz fuera de allí. El Sol. Salía el Sol. "Mierda... Siempre igual..." -pensaba para si. "Meche, me llevan con Meche" -se repetía en la cabeza mientras trataba de ser todo lo sigilosa posible.

Atravesaban los pasillos, uno tras otro, rápidamente, a contra reloj por la salida del astro... El exterior. Ébano agachó la cabeza ante el instinto en el exterior y corrió, pegada a las paredes con Todd, siguiendole.

Un carromato. En los establos... Entraron. Y no supo muy bien qué pensar. Había estado todo el camino callada pero, aquello empezaba a ser demasiado... Surrealista. "Estás en una maldita compañia de teatro.. ¿qué esperabas?"

Una persona se cubría rápidamente con las sábanas. Frunció el ceño. Aquel rostro le era familiar.. extrañamente familiar.

Exijo una explicación. Espero que no quieras que…

¡No! Como crees… La señorita Ebano tiene que ser escondida de momento, si no dices nada, te ayudaré con tu escape en la siguiente ciudad…

Es un trato. -dijo por último el tal Meche, señalandola con un cuchillo, ante lo que alzó una ceja.

¿Escape? ¿Ayudar? Todo esto es muy raro, ¿sabéis? -dijo sin poder contenerse mucho. Levantó las manos en señal de tranquilidad, ante el gesto del cuchillo. No quería llevarse mal con nadie, menos con quien parecía dispuesto a ayudarla. Y no paraba de mirar el rostro de aquel .... de aquel muchacho.. Ladeó la cabeza mirándolo.

Señorita Ebano, estar en la mira de alguien en esta compañía no es nada bueno. Cosas malas pueden sucederle. Al principio deseaba que usted se uniera a nosotros para que me ayudara en…eso, pero ustedes parece que llaman demasiado la atención. Por ahora está a salvo con este chico, pero no baje la guardia, generalmente es tan holgazán que vienen otros a buscarle. Tenga especial cuidado con Calos y Mika. -le indicó Todd, asintió lentamente ante sus palabras.

Te vas... -dijo con un suspiro. No confiaba en más nadie, y ni siquiera sabía si podía hacerlo. Parecía que tendría que confiar también en Meche- Mika y Calos.. Bien, lo tendré en cuenta. Se supone que no estoy aquí... -dijo, recordando sus rostros y dando algunos pasos en la pequeña estancia.

Cuando Todd se fue, se dio la vuelta, mirando a su improvisado anfitrió y se sentó en una silla que había en un rincón. A un lado, un saco con algunas frutas en la mesa, un arcón y cajones, supuso ella para objetos personales y ropa, y al otro lado, el catre, encajado en la pared, junto a una pequeña mesita. Tres lámparas de aceite daban color a la estancia, de tonos ambarinos, titilantes por la luz de las velas que pronto dejarían de ser necesarios. Le preocupaban la ventana y la puerta...

Eh, en los cajones de allí hay unas frazadas. Puedes acostarte en la hamaca que cuelga de aquél rincón. Y no trates de acercarte a mí, he vivido con vampiros toda mi vida y no me tiembla el pulso para matarles. Esto es un negocio entre Todd y yo, no te entrometas. -lo miró escrutandolo. Era hostil...

Oye, mira. No estoy aquí por gusto. Me han encargado.. algo, y debo cumplir con ello, aprecio mi cuello intacto tal y como está. Y no te preocupes, ya sé, soy un monstruo y todas esas mierdas, descuida. No deseo entrometerme, no... no mientras no vaya conmigo. Solo deseo cubrirme durante el día. -le dijo mirandolo con frialdad, no pudo evitar serlo con aquella actitud hacia ella.

"Vaya.... tiene el caracter tan irascible como cualquier mujer..." -pensó mientras se dirigía a un cajón, rebuscaba y sacaba unos paños que echarse por encima a modo de capa, se sentó en la silla, a un lado mientras miraba a... a... Abrió mucho los ojos en dirección a Meche y seguidamente al suelo. "Como cualquier... mujer.... ¿Podría ser.. ella...? Estaría viva... No te precipites, Ébano.." -pensó de pronto. Recompuso el semblante y decidió tantear el terreno. Esa frente... Ese.. tono de pelo. La forma de los ojos. Igual a los de aquel dibujo...

Dime, ¿Te he visto antes? Me resultas familiar, ¿Sabes? -le dijo a Meche, con amplia sonrisa hacia él. Quería algo.. un indicio más.. Estaba casi segura de que era ella... Paloma.

Comencé a sospechar de la señora que había entrado allí. No sabía sus intenciones ni mucho menos lo que en verdad haría, seguro tenía pensadas otras cosas que las normales. El calor me estaba asando  dado que el cuarto no era tan abierto qué digamos, las ventanas cerradas hacían que el lugar estuviera bastante tibio. Aún seguía sin entender pero esa mirada rápidamente la reconocí, algo parecida a cuando quieres algo... Y lo anhelas... Vi que sus ojos brillaban y eso me hacía sentir algo inseguro. Mis colmillos se agradaban mucho más y me dispuse a ver su cuello, desde lejos se podía sentir el exquisito olor de la sangre.

-*Hmmmm una mordidita estaría bien...*-Pensé sonriendo, acariciándome el mentón y lamiéndome un poco los labios, manteniendo humedecida esa parte. Casi mi boca salivaba en tan solo pensar en ese líquido carmesí que quizá iba a reposar en mi boca... Casi estaba a punto de sudar aunque no me gustaba mucho hacerlo dado que no se veía algo tan provocativo... Excepto en otras circunstancias.

Seguí viéndole pero entre más se acercaba, noté algo y fui un estúpido al no verlo antes. Margot era una mujer muy obesa y sería muy difícil clavar mis colmillos allí... Más por la "grasa" que contendría allí... Terminaría absorbiendo otra cosa. Dejé de salivar y simplemente seguí viéndola sin perder esas mirada interesante que siempre llevo. Mis uñas jugaban entre si, notándose demasiado afiladas. Por un centímetro casi me corto con una de ella pero alcancé a mantenerme bien y a notar que estuve a punto de herirme. -*¿Y como se supone que muerda a esta mujer...?*-Volví a preguntarme en mi mente mientras veía que se acercaba, algo me quería hacer y era algo normal, en pocas palabras, lo que siempre hacía.

La incomodidad que tenía era enorme... Me sentía algo raro y sin mordida, no me gustaba tener algo o al menos ¿cómo iba a recuperar fuerzas si apenas pude probar un poco del chico rebelde ese?. Casi estaba a punto de estallar mi cabeza tratando de pensar en alguna idea para evadir lo que sucedía. En verdad aún pensaba en otras cosas y ni siquiera se me pasaba por la mente algo que me sirviera... Solo tonterías.

Vi mi espada y pensé en asesinarla pero no... Me metería en un gran problema, no me gustaría estar en problemas con ellos quienes me ofrecieron una posada. Ella preguntó sobre qué hacía en la habitación del muchacho, yo con serenidad le respondí. -Hmmm de turista pienso yo... Espero que se lleven bien, aunque solo conozca una de ellas.-Dije en tono tranquilo.

Me ofreció un poco de ron luego de haber revuelto cajones y encontrado algunas vendas. Tomé la botella y bebí un trago exactamente para luego devolvérsela. Debía aceptarlo, estaba deliciosa y eso calmaba mi sed. Vi que algo iba a hacer con ello y cuando menos pensé, comenzó a hacer arder mi herida, haciendo que tenga un gesto de dolor. -AAH...-Me quejé para luego sentir sus pechos en mi rostro, dado que me abrazó... Mis instintos querían despertar y sonreí muy coqueto. Dijo que me iba a curar a lo que simplemente callé.

Habló de nuevo, diciéndome que me curaría a lo que asenté y respondí a su pregunta de mi nombre... -Paul Thomas señorita... -Susurré audible solamente para los dos. Vi que me dejó un poco de espacio pero luego llevo sus manos a mis pantalones, tratando de quitarlos... Quería ver mi "herida" según ella, notaba perversión en su rostro. Yo no sabía qué hacer... O dejarme llevar o simplemente quedarme quieto.

Sin más preámbulo, le tomé de las manos y la llevé, estampando su cuerpo contra una pared siendo algo brusco... Pero así soy yo. -Un momento...-Volví a susurrar ya en su oído y pegué completamente mi cuerpo con el de ella. Le lamí el lóbulo de la oreja lentamente. -Nunca dejaría que comenzaras tu primero...-Fui hacia su mejilla y le pasé un poco mi lengua para luego separarme de ella. Dejé que respirara un poco y le miré, arqueando una ceja. -Dime primero ¿qué tienes pensado?... ¿Acaso tramas algo?...-

No lo creo -le dijo Meche.

Ébano esbozó una sonrisa, a la cual no acompañaban sus ojos y la miró- Claro.. Debe ser que tienes un rostro muy común..

Y si fuera así, no sería bueno que recordase este rostro. Le traerá desgracias. -volvió a decirle. Ébano frunció el ceño y se incorporó, se apoyó en la pared y miró las cortinas pensativamente. Esperaba que todo saliese bien, aunque en el fondo sabía que era casi imposible que todo terminase sin problemas...

Meche se tapaba, y su voz era extraña. Definitivamente, aquel cambio de voz extraño, como de alguien que se da cuenta de su error, añadido a las prisas por cubrirse... Hacían a Ébano pensar cada vez más que aquel chico, era en realidad Paloma.

Me vestiré ahora y haré un poco de tiempo para que nadie sospeche, si me entero que te has robado algo en lo que me voy, haré que te arrepientas.

Me alimento de sangre, no robo cosas ...chico.. -dijo ella suspicaz. Le habría gustado poder responderle, y entablar una conversación, impedirle que se fuera y probablemente terminar pronto con todo aquello, pero no, parecía que nada sería posible como deseaba aquella noche.

Por prisas, nervios, o cualquier motivo del impostor Meche, olvidó cubrirse el rostro cuando se levantó, miró a la chica y el rubor acudió a sus mejillas antes de caer redonda al suelo, desmayarse, y dar la certeza a la vampiresa que la miraba anonadada, de que Meche era en realidad Paloma

¡Eh! ¡Oye! -se adelantó hacia la muchacha de golpe, se arrodilló a su lado y la cogió del rostro- Oh, vamos joder, has estado aquí todo este tiempo... ¡Reacciona! -decía medio en voz baja por medio a que se la escuchase, algo que sospechaba, no traería buenas noticias. Llevaba una camisa sencilla de lino y unos pantalones muy anchos, estaba prácticamente a medio vestir y aquello no pintaba nada bien.

Venga.. Vamos... -dio golpecitos en su rostro, la zarandeó, pero pasaba el tiempo y nada ocurría. ¡Oh.. Joder! -se incorporó soplando entre dientes con rabia y miró por la habitación sin saber qué hacer. Reparó en la jarra de agua de la jofaina. Abrió mucho los ojos y fue hasta ella para cogerla y volver hasta Paloma.. Y vertir el agua sobre su rostro, esperando que aquello la despertase.

Se despertó tosiendo, Ébano la miró con ojos apremiantes y expresión angustiada: alguien se acercaba por el camino, silbando, y no tardó en llegar a la puerta y llamar incesante durante unos segundos, y Paloma aun estaba recuperando el aliento.

¡Un momento! -dijo tratando de simular voz ronca y medio audible, suplicando a los dioses que resultase el engaño.

¡Hay que hacer algo..! -le dijo a Paloma casi sin sonido, para no ser escuchada, atenta a cualquier señal de la chica. Tendría que esconderse o fingir que era su.. ¿mensajera? ¿Amiga casual? ¿Ligue de una noche? ¿Una pelea? ¿Familia...? De cualquier modo todo sería muy raro. Realmente, no sabía qué podría pasar, ni de qué se ocultaban, ni por qué motivo horrible... Pero su instinto era ese, y le decía que debía actuar así, su instinto, y el resto de integrantes con quienes había tratado. ¿Qué ocurriría ahora..?


Off: me tomé la libertad de despertar así a Paloma, pero si no es correcto, únicamente omitid eso, el trato seria igual: imitaria la voz, esperaría a que entrase alguien o a que despertase la chica.. ¡Cualquier cosa, mp! Saludos~

Estaba completamente inseguro de esto, no sabía si dejarme llevar o simplemente dejarme interrogar por la señora. La verdad no sabía qué hacer ante todo esto, dado que me sentía algo perdido como siempre o todas las veces. Tenía una sensación demasiado rara como la de no saber qué hacer en ese instante. ¿acaso Margot tenía ganas de hacerme algo a mi?. No entendía muy bien lo que pasaba aunque ya había experimentado estos muchas veces... Si le seguía el juego, quizá podríamos terminar en otras cosas y me desviaría en lo que en verdad debería estar haciendo.

-Responde... Y si quieres, seguimos...-Hablé en tono susurrado, muy cerca de ella, viéndola casi de forma interrogada, esperando a que me dijera rápido. No era normal esto, en pocas palabras, nada era normal en esos momentos. Mis venas se hinchaban de la calor y mi rostro se enrojecía... El lugar era demasiado cerrado y los dos cuerpos juntos era aún peor en ese instante.

Ella al parecer me quiso transmitir que no tramaba nada dado que cuestionó mis palabras cuando dije "¿Tramas algo?". Yo quedé un poco atónito y me dediqué a escucharla sin decir alguna palabra. Habló que hacía tiempo que no la trataban así, algo que me hizo arquear la ceja y me hizo alejarme un poco para cruzarme de brazos y mirarla, trataba de comportarse sensual y por mi no había ningún problema.

He sido un vampiro soltero a quién no le importa tener relaciones con alguien, sea de aspecto feo o lindo, nunca rechazaba a una mujer... Para mi, todas son hermosas y merecen ser elogiadas. Margot parecía muy maquillada pero igual, parecía de buen aspecto.

No entendía nada... Dijo que disfrutaría de mi antes de que vengan a... Terminarme... ¿A qué se refería con eso?... Su noche se había arruinado y la mía de alguna forma también. Si ella se refería a que vendrían a atacarme, entonces debía salir o algo antes de que me hiciesen alguna cosa.

-Hmmmm...-Murmuré, pesando y acariciándome el mentón, aún esperaba que me dijese lo que en verdad quería. Se notaba en sus ojos y en su forma de mirarme, ella necesitaba algo de mi que no podía reprimir y yo... Quería correr de allí. Me manifestó que ella quería un beso, casi haciendo un berrinche, queriendo besarme o así se veía. Yo quedé perplejo aún sabiendo la respuesta y debía escoger, ya el sol aparecía pero necesitaba tomar un camino de los dos. O quedarme y cumplir su deseo o... Sobrevivir y escapar sin arriesgarme.

Lo pensé muy bien y lo decidí... Nunca dejaría a una mujer sin darle lo que quiere... Omití su aspecto y todo para darle un suave y lento beso, repasando mis labios por los de ella. No tuve noción del tiempo ni cuánto duré haciéndolo pero pensé que estaba en peligro, así que no me fui ni nada por el estilo... Solamente me quedé correspondiendo aquel contacto de labios.

Off: Si... Paul está loco xD

La ahora más clara que nunca muchacha, la instó a meterse en la cama rápidamente mientras se cubría el pelo y con una camisa. Ébano hizo caso, sin rechistar. En medio de toda aquella locura, sospechaba que si erraba en sus acciones terminaría por pagarlo y caro.

Se introdujo en la cama mirando el rostro estresado de Paloma y se tapó suficientemente como para no poder distinguirse quien era, y al tiempo que su improvisada anfitriona abría la puerta.

Alguien entró rapidamente. Preguntaban por ella, la tomaban por el ligue de Meche. "Bueno, creíble..." -pensó para si. Querían verla. ¡Otra voz! Alguien se interpuso. Tres personas había allí, y Ébano se sentía tremendamente expuesta. En cualquier momento alguien podía moverse bruscamente y tirar de la manta, nunca mejor dicho.

Trató de no hacer ni un ruido al respirar y esperó a que todo pasase. Trató también de quedarse con todos los nombres posibles. Josy, Calos... Mathias había entrado primero. Por todos los dioses... La mente de Ébano era un jaleo de nombres, aunque trataba de hacerse una idea, necesitaría respuestas.

Cuando se cerró la puerta finalmente. Escuchó un suspiro y la voz de Paloma de nuevo:

-Ya puedes destaparte.

Suspiró y se sentó en la cama, quitando las sábanas y se incorporó con los ojos muy abiertos, hasta acercarse a la muchacha.

Por todos los dioses.. ¿Qué ha sido eso?

Supongo que hay muchas cosas que quieres escuchar…Probablemente hayas visto mi rostro en la ciudad. Soy esa Paloma que está desaparecida. Me cansé de este lugar y pensé fugarme al circo pero terminé en medio de este teatro de locos. Siempre creí que cualquier cosa era mejor que Sacrestic. Esas poses finjidas, el arduo entrenamiento… pero finalmente todo pagó su resultado y deseo cualquier cosa menos estar aquí. No he escapado aún porque temo que ese par de locos pueda rastrearme y matar a mi familia si me encuentran, por lo que pensaba escapar en nuestro siguiente destino. Vagar un poco y retornar. -le explicó.

Ahora, escuchándola, Ébano pudo observarla bien. Aparentaba cansancio, delgadez y muestras de estrés, probablemente por su fingida apariencia.

Si algo he aprendido es que Todd y Francis están bien, Josy y Mathias rayan con lo insano, pero el resto…
Ébano abrió mucho los ojos ante aquello. ¿Qué significaba...?

¿Quieres decirme que el resto está.. loco? ¿Completamente? Todd me advirtió de esto, pero me dijo que estábamos en peligro. No sé de Alessa y de Paul.. Y ese chico en la cena.. me dijo que no le caigo bien. Pero el resto ha desaparecido... Paloma. -dijo repentinamente mirandola a los ojos- Te ayudaré a salir si me ayudas a desenmascarar todo esto con el pueblo. O mínimamente.. Si me ayudas tú a salir de aquí a mi.

¿Qué crees que ocurre con... los demás..? ¿Crees que traen algo entre manos? -dijo tras una pausa, ávida de información. Miraba a la puerta nerviosamente. Empezaba a pensar que los demás vendrían pronto, pues la situación no había sido muy clara.- ¿Y qué ocurre con esos.. chicos que han venido antes? -le comentó con el rostro extrañado-. Beber, no será bueno para huir. Necesitamos la mente despierta. Y tiempo. Tiempo en que no te busquen... Podremos salir e internarnos en el bosque. Y después, perdernos. Conozco lugares seguros.

* * *

¡Quest finalizada con éxito!

• Ambos reciben 800 aeros (le sumé doscientos por las molestias de los atrasos causadas por mi parte)

• También reciben:

Ebano nivel2: 8 puntos base+15 por buen desarrollo= 23 puntos!

Paul nivel0 (al empezar la quest), 9 puntos base+ 10 por buen desarrollo (penalizo más que nada tú problema con los tiempos)=19 puntos!

• Objetos: Ambos encuentran un huevo. Pueden tomarlo o no. Si o mantienen, al cabo de dos roles finalizados a partir de ahora, se abrirá (claro que tienen que cuidarlo) y descubrirán a qué criatura pertenece.

Huevo1:

Huevo2:

Además, en el próximo hilo que abran, deberán decir en la extensión que deseen, cómo escaparon de las garras del Tantrum Teatrum. Ebano, si lo deseas, puedes quedarte con Paloma.

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