Ser lo que se quiere ser. [Interpretativo, Libre] [CERRADO]
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Ser lo que se quiere ser. [Interpretativo, Libre] [CERRADO]
Una mañana fría, el Sol bloqueado por las nubes norteñas que danzan sutilmente por la acción del viento, deteniendo por un instante la nevada, permitiendo una vista clara en el paisaje. En la punta Oeste, donde Dundarak se comunica con el sendero hacia el Lago Helado, se divisa un hombre con túnica negra que observa en silencio.
"Dundarak". Dijo Athos en su mente con cierto aire de tristeza, apreciando con mucha observancia cada detalle de la nevada ciudad.
Le resultaba un lugar sumamente bello, tanto por la estética atractiva como por el aire y la energía que se sentía. Los vientos helados refrescaban con sus caricias el cuerpo y alma de Athos, otorgándole una calma aún más profunda y una reflexión mucho más centrada. Con ese temple de serenidad, analizaba conmovido los rasgos de su pueblo natal, con sumo aprecio que para él se traducía en respeto y agradecimiento.
—Dundarak. —Repitió, esta vez con un susurro animado, figurando una sonrisa en su rostro poco marcada pero apreciable a simple vista.
A pesar de que ya había visitado Dundarak en el pasado —durante su infancia y adolescencia—, por primera vez lo hacía sintiéndose libre. Ya no le preocupaba perder el control de su consciencia por un ridículo aumento de temperatura, tampoco le mortificaba lastimar a alguien más en ese frenesí de calor. Era excelente poder transitar con los demás en paz, convivir en armonía, disfrutar una deliciosa bebida caliente con un dulce pan. Las cosas estaban como debían de estar.
No por capricho había pensado en beber y comer algo, realmente su estómago le pedía alimento. Y ya que era desayuno, sería algo relativamente ligero y libre de carne. El día anterior lo había pasado con su familia, el mismo día en que regresó de su viaje de meditación, y había comido una cierta variedad exquisita de comidas, y con esa 'variedad' en mente pretendía vivir hoy. Por lo tanto, lo que fuera a comer ahora sería distinto a lo de ayer.
"Tal vez algún cocinero de aquí prepare una linda ensalada". Parecía buena idea, y al añadirle un agua caliente parecía una mejor idea. Así que ansioso por hacerlo, estaba encaminándose hacia algún lugar donde sirviera comidas. O mejor dicho, estaba a punto de hacerlo, cuando un sonido atrajo su atención, volteando a la derecha. Fue un giro instintivo, ganándole su cuerpo al pensamiento, reaccionando antes de saber qué era ese sonido. Pudo ser una piedrita rodando o una horrible explosión.
"Dundarak". Dijo Athos en su mente con cierto aire de tristeza, apreciando con mucha observancia cada detalle de la nevada ciudad.
Le resultaba un lugar sumamente bello, tanto por la estética atractiva como por el aire y la energía que se sentía. Los vientos helados refrescaban con sus caricias el cuerpo y alma de Athos, otorgándole una calma aún más profunda y una reflexión mucho más centrada. Con ese temple de serenidad, analizaba conmovido los rasgos de su pueblo natal, con sumo aprecio que para él se traducía en respeto y agradecimiento.
—Dundarak. —Repitió, esta vez con un susurro animado, figurando una sonrisa en su rostro poco marcada pero apreciable a simple vista.
A pesar de que ya había visitado Dundarak en el pasado —durante su infancia y adolescencia—, por primera vez lo hacía sintiéndose libre. Ya no le preocupaba perder el control de su consciencia por un ridículo aumento de temperatura, tampoco le mortificaba lastimar a alguien más en ese frenesí de calor. Era excelente poder transitar con los demás en paz, convivir en armonía, disfrutar una deliciosa bebida caliente con un dulce pan. Las cosas estaban como debían de estar.
No por capricho había pensado en beber y comer algo, realmente su estómago le pedía alimento. Y ya que era desayuno, sería algo relativamente ligero y libre de carne. El día anterior lo había pasado con su familia, el mismo día en que regresó de su viaje de meditación, y había comido una cierta variedad exquisita de comidas, y con esa 'variedad' en mente pretendía vivir hoy. Por lo tanto, lo que fuera a comer ahora sería distinto a lo de ayer.
"Tal vez algún cocinero de aquí prepare una linda ensalada". Parecía buena idea, y al añadirle un agua caliente parecía una mejor idea. Así que ansioso por hacerlo, estaba encaminándose hacia algún lugar donde sirviera comidas. O mejor dicho, estaba a punto de hacerlo, cuando un sonido atrajo su atención, volteando a la derecha. Fue un giro instintivo, ganándole su cuerpo al pensamiento, reaccionando antes de saber qué era ese sonido. Pudo ser una piedrita rodando o una horrible explosión.
Última edición por Athos el Dom 7 Dic 2014 - 23:15, editado 1 vez
Athos
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Re: Ser lo que se quiere ser. [Interpretativo, Libre] [CERRADO]
Después de la creación de Ulmer y nada que hacer en el gremio decidí tomarme un tiempo para mí. Llevaba ya bastante con ganas de disfrutar con Furia y Chy, con quienes no pasaba tiempo de calidad desde hacía ya bastante. Decidimos encaminarnos hacia el Norte y cuando quise darme cuenta ya pisábamos las gélidas capas de nieve de las tierras de los Reinos del Norte.
Ese manto blanco no era nada especial para mí, no era la primera vez que me aventuraba a esas tierras, pero me pareció muy graciosa la forma en la que reaccionó mi montura ante el contacto con la nieve y dado que no teníamos nada mejor que hacer, decidí que no estaría nada mal vagar un poco por las tierras de los dragones. Hacía poco había conocido a uno muy interesante y no estaría mal volver a cruzar caminos con él nuevamente. ¿Quién lo supiera? Tal vez podría encontrarme con algo que captara mi ojo por algún tiempo.
Los días no eran tan aburridos comparados con experiencias anteriores en ese paraje, ese par de animales que tanto adoraba eran capaces de hacerme disfrutar incluso de un lugar tan insulso como ese. Algún pastito por aquí algún animalillo por allá nos garantizaban nuestra supervivencia; y por más difícil que pareciera, más aquí o más allá íbamos sacando renovadas energías para continauar con una exploración que al principio parecía futil.
Continuamos caminando, la nieve cada vez se hacía más profunda, por lo que decidí seguir a pie; Furia me seguía muy de cerca y quizás por esa misma razón no vi la necesidad de ocupar mi forma de bestia. Cuando lo hacía tensaba a esa yegua que tanto quería y tampoco podía hablar. Vaya mierda… de todas formas, siempre he sospechado que cualquier caballo tiene los sentidos más agudos que yo en cualquiera de mis pieles… y siempre me he preguntado si era porque se sentían en constante amenaza por ser unos simples herbívoros…
Me encontraba yo pensando en suma concentración en esas cosas, y como solía pasar cuando deliberaba acerca de algo, perdí la noción de lo que sucedía a mi alrededor hasta que Chy me picoteó la espalda. Entonces noté que Furia estaba clavada en el suelo, con las orejas paradas hacia adelante, manteniendo su mirada fija en un punto en el horizonte, olfateando el aire y resoplando al punto de utilizar toda su capacidad. Entonces miré al frente y divisé un punto negro en medio de la nieve.
Genial susurré, azuzando a ambos animales y redirigiendo nuestro rumbo a lo único que parecía vivo en los alrededores. Comencé entonces a entonar la canción que siempre me había acompañado.
Ya mas cerca de mi objetivo, algo me dijo que tenía que hacerme ver o demostrar mi presencia. Quién estaba a no más de diez metros de mí era un hombre, podía darme cuenta que era un dragón por la esencia que emanaba, era demasiado característica; mucho más por la región en la que nos encontrábamos. Fue así, que sin dejar de cantar, patee un pedrusco hacia sus pies con bastante fuerza.
Se volteó rápidamente hacia mi y no supe como interpretar lo que estaba viendo. Ha casi grité a modo de saludo mientras levantaba mi mano derecha y mostraba que la otra estaba desarmada, aunque mis hachas colgaban de mi cintura, no quería aparentar ser más vil de lo que en realidad era.
Ese manto blanco no era nada especial para mí, no era la primera vez que me aventuraba a esas tierras, pero me pareció muy graciosa la forma en la que reaccionó mi montura ante el contacto con la nieve y dado que no teníamos nada mejor que hacer, decidí que no estaría nada mal vagar un poco por las tierras de los dragones. Hacía poco había conocido a uno muy interesante y no estaría mal volver a cruzar caminos con él nuevamente. ¿Quién lo supiera? Tal vez podría encontrarme con algo que captara mi ojo por algún tiempo.
Los días no eran tan aburridos comparados con experiencias anteriores en ese paraje, ese par de animales que tanto adoraba eran capaces de hacerme disfrutar incluso de un lugar tan insulso como ese. Algún pastito por aquí algún animalillo por allá nos garantizaban nuestra supervivencia; y por más difícil que pareciera, más aquí o más allá íbamos sacando renovadas energías para continauar con una exploración que al principio parecía futil.
Continuamos caminando, la nieve cada vez se hacía más profunda, por lo que decidí seguir a pie; Furia me seguía muy de cerca y quizás por esa misma razón no vi la necesidad de ocupar mi forma de bestia. Cuando lo hacía tensaba a esa yegua que tanto quería y tampoco podía hablar. Vaya mierda… de todas formas, siempre he sospechado que cualquier caballo tiene los sentidos más agudos que yo en cualquiera de mis pieles… y siempre me he preguntado si era porque se sentían en constante amenaza por ser unos simples herbívoros…
Me encontraba yo pensando en suma concentración en esas cosas, y como solía pasar cuando deliberaba acerca de algo, perdí la noción de lo que sucedía a mi alrededor hasta que Chy me picoteó la espalda. Entonces noté que Furia estaba clavada en el suelo, con las orejas paradas hacia adelante, manteniendo su mirada fija en un punto en el horizonte, olfateando el aire y resoplando al punto de utilizar toda su capacidad. Entonces miré al frente y divisé un punto negro en medio de la nieve.
Genial susurré, azuzando a ambos animales y redirigiendo nuestro rumbo a lo único que parecía vivo en los alrededores. Comencé entonces a entonar la canción que siempre me había acompañado.
One mischievous little woodpecker
Another day, pecking your holes
Ruining the woods, tree wrecker
The angry old forest god turned your poor beak into a poison knife
Poor little wood pecker, your nesting holes are all tainted
Your food with toxins rife
Another day, pecking your holes
Ruining the woods, tree wrecker
The angry old forest god turned your poor beak into a poison knife
Poor little wood pecker, your nesting holes are all tainted
Your food with toxins rife
Ya mas cerca de mi objetivo, algo me dijo que tenía que hacerme ver o demostrar mi presencia. Quién estaba a no más de diez metros de mí era un hombre, podía darme cuenta que era un dragón por la esencia que emanaba, era demasiado característica; mucho más por la región en la que nos encontrábamos. Fue así, que sin dejar de cantar, patee un pedrusco hacia sus pies con bastante fuerza.
Se volteó rápidamente hacia mi y no supe como interpretar lo que estaba viendo. Ha casi grité a modo de saludo mientras levantaba mi mano derecha y mostraba que la otra estaba desarmada, aunque mis hachas colgaban de mi cintura, no quería aparentar ser más vil de lo que en realidad era.
Woodpecker
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Re: Ser lo que se quiere ser. [Interpretativo, Libre] [CERRADO]
Efectivamente era una piedrita que rodaba con rapidez hacia sus pies. Rodaba, girada, saltaba por el terreno. Vio la roquita con tanta curiosidad aproximarse a su pierna, siguiéndola con la vista con una sonrisa mental, no en los labios, sino en sus pensamientos. Permitió que la piedra golpeara su pierna y después elevando la vista para identificar al responsable. O a la responsable, mejor dicho.
Tenía una complexión delgada, juvenil y muy atlética. Le llamó la atención verla con pelo gris y corto, algo que le parecía inusual entre las personas y aún más entre las mujeres. Se preguntaba si había un motivo especial para ello, o si simplemente así era su aspecto natural. En cualquier caso, ésa se había convertido en una pregunta que podría o no hacerle en algún momento.
Observó su amistoso saludo, y rápidamente comprendió que estaba lejos de representar una amenaza. Ciertamente podía equivocarse, quizá se trataba de una artimaña para engañarlo. Pero, si realmente quisiera ocasionarle daño, no hubiese llamado su atención, ¿verdad? "Quizá le guste jugar con sus víctimas". Y ésa era una idea exquisita, ¿cómo una persona jugaría con otra, por qué, cómo planearía quitarle la vida o qué tipo de prejuicio le haría? Otra duda que le gustaría ver complacida.
—Saludos. —Levantó su mano derecha e hizo un gesto amistoso—. ¿Disfrutando de esta linda mañana? —Usó una voz tranquila bastante natural. Al mismo tiempo fue notando otros detalles, como las hachas que colgaban de su cintura. "Será una aventurera". En el mejor de los casos, podría conversar sobre sus aventuras en otros reinos. Athos sólo conocía los exteriores por lo que había leído, así que saber más sobre Aerandir sería muy interesante.
Cuando lo dijo no lo tomó en cuenta, pero justo después de hacerlo se dio cuenta que su pregunta podría tomarse de mala manera. Es decir, hacía frío y el terreno podía ser dificultoso para una aventurera que viajaba sobre la nieve. Quería corregir su cuestión, mas ya no cabía lugar para ello.
Tenía una complexión delgada, juvenil y muy atlética. Le llamó la atención verla con pelo gris y corto, algo que le parecía inusual entre las personas y aún más entre las mujeres. Se preguntaba si había un motivo especial para ello, o si simplemente así era su aspecto natural. En cualquier caso, ésa se había convertido en una pregunta que podría o no hacerle en algún momento.
Observó su amistoso saludo, y rápidamente comprendió que estaba lejos de representar una amenaza. Ciertamente podía equivocarse, quizá se trataba de una artimaña para engañarlo. Pero, si realmente quisiera ocasionarle daño, no hubiese llamado su atención, ¿verdad? "Quizá le guste jugar con sus víctimas". Y ésa era una idea exquisita, ¿cómo una persona jugaría con otra, por qué, cómo planearía quitarle la vida o qué tipo de prejuicio le haría? Otra duda que le gustaría ver complacida.
—Saludos. —Levantó su mano derecha e hizo un gesto amistoso—. ¿Disfrutando de esta linda mañana? —Usó una voz tranquila bastante natural. Al mismo tiempo fue notando otros detalles, como las hachas que colgaban de su cintura. "Será una aventurera". En el mejor de los casos, podría conversar sobre sus aventuras en otros reinos. Athos sólo conocía los exteriores por lo que había leído, así que saber más sobre Aerandir sería muy interesante.
Cuando lo dijo no lo tomó en cuenta, pero justo después de hacerlo se dio cuenta que su pregunta podría tomarse de mala manera. Es decir, hacía frío y el terreno podía ser dificultoso para una aventurera que viajaba sobre la nieve. Quería corregir su cuestión, mas ya no cabía lugar para ello.
Athos
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Re: Ser lo que se quiere ser. [Interpretativo, Libre] [CERRADO]
Su mirada era indescifrable y poseía algo que me llamaba mucho la atención. Podría decirse que era una especie de energía que despertaba mi infancia temprana cuando aún la pura inocencia no se había manchado de negro y carmesí. Sus rasgos no eran exactamente los naturales de toda la población. En el pasado ya me había topado con algunas personas así, aunque jamás les había cuestionado su origen o el porqué de su apariencia.
“Saludos” respondió y al igual que yo levantó una mano, con esto sentí que pude establecer decentemente su estatura pese a la ropa que traía puesta. No era mucho más grande que yo y era educadamente civilizado o civilizadamente educado? Bha. Un trabajo menos. Furia puso su hocico en mi espalda y me empujó fuertemente hacia adelante. Me tomó trabajo no caer, pero finalmente trastabillé cayendo cerca de sus pies. Entonces la yegua hizo resonar su hocico, como burlándose de mí.
“¿Disfrutando de esta linda mañana?” preguntó con una voz ciertamente jovial, primero levanté la cabeza, segundo le miré seriamente, escrutándole, tercero me enderecé y cuarto me largué a reír. La risa era imparable, algunas lágrimas nublaron mi visión y por unos momentos tuve que llevar mis manos a mi estómago para poder contener las arcadas que me producía la risa. Después de un par de minutos, fui capaz de controlar decentemente mi cuerpo, entonces me puse lo más derecha posible y le miré con una sonrisa.
Digamos que es una mañana soleada, eso es bueno y como a perdí la sensibilidad en mi trasero no es tan malo le dije haciendo una mueca entre risitas. Parece que hice una pequeña pausa para pensar la forma de dirigirme a él. Los dragones eran tan… ornamentales, llenos de petardos e inconvenientes por todo, aunque este parecía joven y no enojado por la tan llamada “falta de educación” por ese ataque poco menos que convulsamente esquizofrénico.
Lo iba a presionar un poco, siempre podía echarme para atrás; tú si disfrutas de la mañana aseguré mirando a los alrededores ¿Desde o hacia Dundarak? cuestioné sin pelos en la lengua ciertamente por como estaba ubicado supuse que iba hacia allí, pero bueno… por algo habría que comenzar una comunicación. Eché mi mano al frente, esperando a que me la estrechase. Soy una desconocida que quiere hacer conocidos a la que le dicen Wood. Espero que sea un placer conocerle y que no considere mi presencia un estorbo finalicé con un guiño y una sonrisa.
Después de todo, de una forma o de otra ese hombre había hecho de mi mañana… no, de la mañana de los últimos días todo un evento. Y si quería lucha, lucha tendría, aunque la verdad preferiría calentar mi sangre de otra forma, como por ejemplo en una ducha caliente o al menos un establo con heno.
“Saludos” respondió y al igual que yo levantó una mano, con esto sentí que pude establecer decentemente su estatura pese a la ropa que traía puesta. No era mucho más grande que yo y era educadamente civilizado o civilizadamente educado? Bha. Un trabajo menos. Furia puso su hocico en mi espalda y me empujó fuertemente hacia adelante. Me tomó trabajo no caer, pero finalmente trastabillé cayendo cerca de sus pies. Entonces la yegua hizo resonar su hocico, como burlándose de mí.
“¿Disfrutando de esta linda mañana?” preguntó con una voz ciertamente jovial, primero levanté la cabeza, segundo le miré seriamente, escrutándole, tercero me enderecé y cuarto me largué a reír. La risa era imparable, algunas lágrimas nublaron mi visión y por unos momentos tuve que llevar mis manos a mi estómago para poder contener las arcadas que me producía la risa. Después de un par de minutos, fui capaz de controlar decentemente mi cuerpo, entonces me puse lo más derecha posible y le miré con una sonrisa.
Digamos que es una mañana soleada, eso es bueno y como a perdí la sensibilidad en mi trasero no es tan malo le dije haciendo una mueca entre risitas. Parece que hice una pequeña pausa para pensar la forma de dirigirme a él. Los dragones eran tan… ornamentales, llenos de petardos e inconvenientes por todo, aunque este parecía joven y no enojado por la tan llamada “falta de educación” por ese ataque poco menos que convulsamente esquizofrénico.
Lo iba a presionar un poco, siempre podía echarme para atrás; tú si disfrutas de la mañana aseguré mirando a los alrededores ¿Desde o hacia Dundarak? cuestioné sin pelos en la lengua ciertamente por como estaba ubicado supuse que iba hacia allí, pero bueno… por algo habría que comenzar una comunicación. Eché mi mano al frente, esperando a que me la estrechase. Soy una desconocida que quiere hacer conocidos a la que le dicen Wood. Espero que sea un placer conocerle y que no considere mi presencia un estorbo finalicé con un guiño y una sonrisa.
Después de todo, de una forma o de otra ese hombre había hecho de mi mañana… no, de la mañana de los últimos días todo un evento. Y si quería lucha, lucha tendría, aunque la verdad preferiría calentar mi sangre de otra forma, como por ejemplo en una ducha caliente o al menos un establo con heno.
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Re: Ser lo que se quiere ser. [Interpretativo, Libre] [CERRADO]
El caballo negro era todo un caso. Athos le había visto con un simple animal de viaje, uno que la mujer usaba para trasladarse y ya, sin embargo su 'leve' empujón reflejaba una gran confianza entre ambos, muchísimos años cargaban ambos detrás. El dragón comenzó a verlos más como buenos amigos, de esos a los que les puedes contar lo que sea, a los que les puedes hacer lo que sea y sin importar qué, el lazo de amistad se hará más fuerte con cada experiencia agradable o desagradable. No eran simples compañeros de viaje, ni un animal con su ama, de verdad que era algo más.
No cabía lugar para ello porque ella misma había montado una escena tan peculiar, tan amena, tan enérgica que era imposible intervenir. La dama reía intensamente, carcajeaba sin guardarse aliento, desternillándose a más no poder. Y su emoción de júbilo era casi contagiosa. Athos estaría riendo o al menos sonriendo con ella a no ser de que él ignoraba por completo lo que sucedía. Recapituló un poco.
Primero había caído y rodado hasta quedar cerca de él. Aquello preocupó un poco al caballero, mas no parecía haber razón por la cual acudir a su auxilio, se veía muy bien y con ese cuerpo joven difícilmente se lastimaría. Así que podía descartar ese momento, había pasado y nada influenciaba con el presente.
En seguida habían tenido un cruce de miradas. Entre ambos se habían examinado, cada uno con su propio estilo de visión, aunque similares entre sí. Ella seria y bien concentrada en lo que veía, él neutral —casi serio— y completamente intrigado por la joven delante, así que estaba concentrado. Sin embargo, por más que había clavado sus orbes en ella y averiguar lo más posible, no comprendía de dónde había llegado esa risa, no entendía qué le había hecho detonar. "¿Fue algo que dije?"
Mientras él intentaba hallar la razón para esa gala cómica, ella se tranquilizaba y reincorporaba.
Inclinó su cabeza a las primeras palabras que oyó. Exactamente, ¿qué quería decir? No estaba soleado, aun siendo que sí les acompañaba el Sol tenuemente. "Eso es sarcasmo". Siempre se liaba con las ironías. Además, ¿cómo es que había perdido su sensibilidad en los glúteos? ¿Y cómo eso era bueno? Era algo terrible que no pudiera percibir. Pero quizá era inútil tomarlo con seriedad viniendo de alguien que hace un segundo estallaba en sonrisas y ahora articulaba un gesto de comedia.
Se inquietó por un instante por la pausa que había hecho, como imaginando que diría una horrible noticia o un severo anuncio. "Esta chica ya me hizo experimentar cuatro sensaciones en un par de minutos... ¡Cinco!" Era un simple y cálido comentario el que otorgaba y muy certero—. Adoro las mañanas. —Dijo rápido, con ánimo—. Aunque no lo suficiente para no ansiar la tarde y luego la noche. —Simplemente quería decir que todo los momentos del día eran agradables; más que eso, deseaba conocer su punto de vista al respecto.
—Ambos. —Le respondió con una leve media sonrisa bien guardada. Él sabía a qué se refería con esa pregunta, pero no había evitado profundizar en los detalles—. Vengo de Dundarak, porque ahí nací. Pero ahora me dirijo a ella. —Quiso explicarle con la mayor simplicidad posible. En cualquier caso, seguramente ella lo podía suponer sin problema.
Acercó su mano a la de ella y la apretó. No con fuerza de hombre, sino con delicadeza de caballero que saluda; no como saludando a alguien frágil, sino saludando a una mujer vigorosa. Wood emanaba tanta potencia y merecía ser tratada por esa naturaleza briosa. No obstante, notó un detalle que le pareció muy singular. El guiñó y la sonrisa, aunque por sí solos eran
algo que consideraba normal, en realidad tenía su cualidad atrayente. De nuevo se preguntaba por qué lo hacía y qué motivos tenía.
Su introducción estaba igual de cerca de ser fascinante. Le agradaba que estuviera inclinada a conocer gente, ¡porque él también quería conocer!, más si eran extranjeros, ¡más si eran aventureros! Dibujó con sus labios una gesto más marcado y complacido, mientras que sus ojos se iluminaban con un destello alegre. Pese a ello, conservaba un temple de cierta moderación.
—Soy Athos. Y está lejos tanto de estorbarme como de agradarme. Realmente la veo como una persona estupenda y muy interesante. De verdad que es un genuino placer encontrarme con alguien como usted. —Hizo una leve pausa para observar al corcel detrás—. Y permítame elogiar esa amistad que tiene con su compañero. Muy espléndida. ¿Siempre están juntos?
¿Qué más podía decirle? Él no quería hablar, él quería escuchar sus historias y sus relatos en otras tierras.
No cabía lugar para ello porque ella misma había montado una escena tan peculiar, tan amena, tan enérgica que era imposible intervenir. La dama reía intensamente, carcajeaba sin guardarse aliento, desternillándose a más no poder. Y su emoción de júbilo era casi contagiosa. Athos estaría riendo o al menos sonriendo con ella a no ser de que él ignoraba por completo lo que sucedía. Recapituló un poco.
Primero había caído y rodado hasta quedar cerca de él. Aquello preocupó un poco al caballero, mas no parecía haber razón por la cual acudir a su auxilio, se veía muy bien y con ese cuerpo joven difícilmente se lastimaría. Así que podía descartar ese momento, había pasado y nada influenciaba con el presente.
En seguida habían tenido un cruce de miradas. Entre ambos se habían examinado, cada uno con su propio estilo de visión, aunque similares entre sí. Ella seria y bien concentrada en lo que veía, él neutral —casi serio— y completamente intrigado por la joven delante, así que estaba concentrado. Sin embargo, por más que había clavado sus orbes en ella y averiguar lo más posible, no comprendía de dónde había llegado esa risa, no entendía qué le había hecho detonar. "¿Fue algo que dije?"
Mientras él intentaba hallar la razón para esa gala cómica, ella se tranquilizaba y reincorporaba.
Inclinó su cabeza a las primeras palabras que oyó. Exactamente, ¿qué quería decir? No estaba soleado, aun siendo que sí les acompañaba el Sol tenuemente. "Eso es sarcasmo". Siempre se liaba con las ironías. Además, ¿cómo es que había perdido su sensibilidad en los glúteos? ¿Y cómo eso era bueno? Era algo terrible que no pudiera percibir. Pero quizá era inútil tomarlo con seriedad viniendo de alguien que hace un segundo estallaba en sonrisas y ahora articulaba un gesto de comedia.
Se inquietó por un instante por la pausa que había hecho, como imaginando que diría una horrible noticia o un severo anuncio. "Esta chica ya me hizo experimentar cuatro sensaciones en un par de minutos... ¡Cinco!" Era un simple y cálido comentario el que otorgaba y muy certero—. Adoro las mañanas. —Dijo rápido, con ánimo—. Aunque no lo suficiente para no ansiar la tarde y luego la noche. —Simplemente quería decir que todo los momentos del día eran agradables; más que eso, deseaba conocer su punto de vista al respecto.
—Ambos. —Le respondió con una leve media sonrisa bien guardada. Él sabía a qué se refería con esa pregunta, pero no había evitado profundizar en los detalles—. Vengo de Dundarak, porque ahí nací. Pero ahora me dirijo a ella. —Quiso explicarle con la mayor simplicidad posible. En cualquier caso, seguramente ella lo podía suponer sin problema.
Acercó su mano a la de ella y la apretó. No con fuerza de hombre, sino con delicadeza de caballero que saluda; no como saludando a alguien frágil, sino saludando a una mujer vigorosa. Wood emanaba tanta potencia y merecía ser tratada por esa naturaleza briosa. No obstante, notó un detalle que le pareció muy singular. El guiñó y la sonrisa, aunque por sí solos eran
algo que consideraba normal, en realidad tenía su cualidad atrayente. De nuevo se preguntaba por qué lo hacía y qué motivos tenía.
Su introducción estaba igual de cerca de ser fascinante. Le agradaba que estuviera inclinada a conocer gente, ¡porque él también quería conocer!, más si eran extranjeros, ¡más si eran aventureros! Dibujó con sus labios una gesto más marcado y complacido, mientras que sus ojos se iluminaban con un destello alegre. Pese a ello, conservaba un temple de cierta moderación.
—Soy Athos. Y está lejos tanto de estorbarme como de agradarme. Realmente la veo como una persona estupenda y muy interesante. De verdad que es un genuino placer encontrarme con alguien como usted. —Hizo una leve pausa para observar al corcel detrás—. Y permítame elogiar esa amistad que tiene con su compañero. Muy espléndida. ¿Siempre están juntos?
¿Qué más podía decirle? Él no quería hablar, él quería escuchar sus historias y sus relatos en otras tierras.
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Re: Ser lo que se quiere ser. [Interpretativo, Libre] [CERRADO]
La carencia de reacciones del que me enteré se llamaba Athos, me hacía querer observarle más y quizás picarle con alguna vara o algo para ver hasta qué punto sus ojos eran observadoramente buenos. ¿Tendría paciencia infinita? Francamente era un dragón fuera de lo normal y si me pegaba lo suficiente a él probablemente le encontraría su detalle, es decir, eso que lo hace más normal. Era como… demasiado bueno para ser cierto y no creía que me estuviera poniendo tan vieja como para que mi olfato me mintiese.
Sentía que ahí había chamuyo, demasiadas buenas vibras para un dragón, demasiadas. ¿Quizás los tiempos estaban cambiando? Enarqué una ceja ante el pensamiento y le escuché hablar con atención. Le gustaba la mañana, la tarde y la noche, entonces… ¿no le gustaba nada?. Mi cabeza se hizo un lío, y se terminó haciendo pelotas cuando respondió “Ambos” ya… eso era demasiado. “¿Estará cuerdo?” me pregunté, buscando en el aire con poco disimulo la figura de mi halcón.
Después del saludo, sus ojos parecían brillar. “¿Maldad pura o simple fascinación?” me pregunté, aunque ya había descartado eso de la chaveta perdida, básicamente porque ese tipo de respuestas eran las que daban las gentes de este tipo de lugares. Me pareció muy raro que no hiciera ningún comentario acerca de mi (in)sensibilidad… Agucé la vista y me acerqué un poco para mirarle mejor.
Terminó de responder en su presentación; parecía realmente alegre por habernos cruzado en el camino. Definitivamente era la primera persona que me recibía de esa manera y no supe como tomarlo; pero no por ello sesgué mi comportamiento. Juraría que vi una sonrisa en este dragón aseguré volviendo a mi lugar y cruzándome de brazos, pero entonces me llevé una mano a la boca, sabiendo que se me había pasado la mano. Muy pocas razas en Aerandir eran capaces de decir rápidamente la naturaleza de algo solo a través de su olfato.
Por primera vez desde este encuentro observé al hombre frente a mí con cierto recelo, esperando que mostrara signos de violencia, enojo, intimidación o desprecio. Los licántropos no solíamos ser muy bien recibidos por el resto de las razas… Fingí dejar pasar mi comentario, como si hubiese sido la cosa más natural del mundo y respondí a su pregunta, levantando la diestra muy en alto y echando hacia atrás la siniestra.
Pronto, un borrón oscuro cortó el aire a gran velocidad, rodeándome para finalmente posarse delicadamente sobre mi derecha, mientras que a la izquierda acudía la yegua. Siempre estamos juntos, incluso en la mayoría de mis trabajos aseveré acariciando su brillante pelaje negro al tiempo que llevaba el halcón hacia mi nariz para concentrarme en la esencia de sus plumas Este es Chy, mi primer acompañante, llevamos más de dos años juntos y ella dije haciendo una pausa para besar el hocico de Furia es Furia, llevamos más de un año juntas. Ella solía ser un problema en las afueras de Lunargenta… pero nos hicimos amigas, es como dicen, “siempre hay un roto para un descosido” después de eso, ambas mejoramos.
De alguna forma, ese hombre me había hecho hablar más de lo que usualmente hago en un mes, aunque no me sentía del todo mal por ello. Hice a un lado a los animales con cuidado ¿Tienes alguna compañía Athos? Me pareció verte parado solo aquí… y estoy buscando algún lecho decente. ¿Qué dices, vamos juntos? pregunté, aún un poco precavida por su reacción acerca de mi naturaleza.
Sentía que ahí había chamuyo, demasiadas buenas vibras para un dragón, demasiadas. ¿Quizás los tiempos estaban cambiando? Enarqué una ceja ante el pensamiento y le escuché hablar con atención. Le gustaba la mañana, la tarde y la noche, entonces… ¿no le gustaba nada?. Mi cabeza se hizo un lío, y se terminó haciendo pelotas cuando respondió “Ambos” ya… eso era demasiado. “¿Estará cuerdo?” me pregunté, buscando en el aire con poco disimulo la figura de mi halcón.
Después del saludo, sus ojos parecían brillar. “¿Maldad pura o simple fascinación?” me pregunté, aunque ya había descartado eso de la chaveta perdida, básicamente porque ese tipo de respuestas eran las que daban las gentes de este tipo de lugares. Me pareció muy raro que no hiciera ningún comentario acerca de mi (in)sensibilidad… Agucé la vista y me acerqué un poco para mirarle mejor.
Terminó de responder en su presentación; parecía realmente alegre por habernos cruzado en el camino. Definitivamente era la primera persona que me recibía de esa manera y no supe como tomarlo; pero no por ello sesgué mi comportamiento. Juraría que vi una sonrisa en este dragón aseguré volviendo a mi lugar y cruzándome de brazos, pero entonces me llevé una mano a la boca, sabiendo que se me había pasado la mano. Muy pocas razas en Aerandir eran capaces de decir rápidamente la naturaleza de algo solo a través de su olfato.
Por primera vez desde este encuentro observé al hombre frente a mí con cierto recelo, esperando que mostrara signos de violencia, enojo, intimidación o desprecio. Los licántropos no solíamos ser muy bien recibidos por el resto de las razas… Fingí dejar pasar mi comentario, como si hubiese sido la cosa más natural del mundo y respondí a su pregunta, levantando la diestra muy en alto y echando hacia atrás la siniestra.
Pronto, un borrón oscuro cortó el aire a gran velocidad, rodeándome para finalmente posarse delicadamente sobre mi derecha, mientras que a la izquierda acudía la yegua. Siempre estamos juntos, incluso en la mayoría de mis trabajos aseveré acariciando su brillante pelaje negro al tiempo que llevaba el halcón hacia mi nariz para concentrarme en la esencia de sus plumas Este es Chy, mi primer acompañante, llevamos más de dos años juntos y ella dije haciendo una pausa para besar el hocico de Furia es Furia, llevamos más de un año juntas. Ella solía ser un problema en las afueras de Lunargenta… pero nos hicimos amigas, es como dicen, “siempre hay un roto para un descosido” después de eso, ambas mejoramos.
De alguna forma, ese hombre me había hecho hablar más de lo que usualmente hago en un mes, aunque no me sentía del todo mal por ello. Hice a un lado a los animales con cuidado ¿Tienes alguna compañía Athos? Me pareció verte parado solo aquí… y estoy buscando algún lecho decente. ¿Qué dices, vamos juntos? pregunté, aún un poco precavida por su reacción acerca de mi naturaleza.
Woodpecker
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Re: Ser lo que se quiere ser. [Interpretativo, Libre] [CERRADO]
Alzó la mirada junto con Wood, y buscaba. No sabía qué buscaba en ese cielo nublado, entras las ramas, por el aire. Pero buscaba aún así. Quizá esperaba ver un ángel bajar y lucir sus majestuosas alas, o la formación de una intensa tormenta que rompería el firmamento con sus truenos y rayos, creando un festival de luces hermosas y destructivas. No sabía qué buscaba, mas sabía que era algo importante por la expresión interesada de la peligris. "Tal vez busca algo que no puede ser percibido con los ojos", y ahí iba de nuevo, apartándose de los sentidos convencionales, buscando respuestas intangibles, recordando la filosofía de su maestro.
De regreso con ella, es decir, una vez que la volvió a enfocar, amplió su sonrisa al escuchar su comentario. Sabía a qué se refería; o cuando menos, creía estar muy seguro a qué se refería. "No son las mejores sonrisas del mundo". Era verdad que sus gestos no siempre eran muy expresivos, debido a que la mayoría del tiempo estaba con su natural rostro calmado, se le complicaba colocar un aspecto que reflejara lo que sentía en realidad. Pero qué se le iba a hacer, salvo practicar ademanes.
Asintió levemente con la cabeza, y con el mismo sigilo empleado anteriormente, casi musitó—: Su juramento es correcto. He sonreído. —Y aun estaba, y seguramente hubiese seguido de no ser por ese repentino acto. No comprendía porqué sus manos ahora yacían sobre su boca. ¿Qué quería cubrir? ¿Un bostezo, quizá? ¿Sintió un insecto sobre sus labios? Athos nada había visto, pero así como la confusión se creó, se fue y parecía que ese instante quedaría sólo en las memorias como una ilusión.
¡Y justo! Pues aquí venía un fantástico espectáculo.
Un ave de rapiña se postro sobre su antebrazo, parándose imponente y con un aire solemne que casi parecía tratarse de un ser divino. Su vista era atenta y aguda, muy activa, siempre escaneando con marcial vigilancia. Su pecho alzado con orgullo, y con razón sentía ese orgullo, se sentía su capacidad innata de caza con sólo verlo y se confirmaba cuando alzaba vuelo con sus alas grandiosas e impecables. Sus garras afiladas que prensaban parecían respetar la salud física de Wood, pues aunque se erguía con firmeza, también lo hacía con suavidad. Eso o la señorita tenía un brazo sólido—. Un honor, Chy. —Hizo una ligerísima reverencia.
Estando más cerca, veía a la yegua con total claridad. Recia y hermosa. Su color noche era hipnótico y sus ojos vivos contaban una vida llena de hazañas. Y sin embargo, gozaba de cierta cualidad impetuosamente alegre. Ya se había demostrado su actitud juguetona y quizá por eso el dragón podía vislumbrarla mejor estando a un respiro de distancia—. Furia. —Repitió el ademán de saludo—. Encantado.
Pero entre sus observaciones encantadas y su escucha atenta, se dio el lujo de hacer una tercera tarea. Le parecía increíble que hayan formado un vínculo tan bello en tan poco tiempo. Cierto que dos años es toda una vida, sin embargo, lucían conocerse por mucho más tiempo. Y al comparar sus meditaciones y sus progresos que le costaron toda su juventud, aun más increíble le parecía que ya fueran tan unidos. Verdaderamente era un trío establecido por el destino. Y se conmovía imaginándolas desbordándose por el camino de la rectitud, viviendo en la oscuridad con tristezas, para luego encontrarse y complementarse, recobrando la alegría. "Eso es... lindo".
Negó con la cabeza—. Caminaba solo hasta que los vientos nos unieron. —Mantenía esa sutil sonrisa—. Y aun si una ocupación me entretuviera, la rechazaría de inmediato. Así que juntemos nuestros pasos y consigamos el mejor de los hospedajes. —Hizo una señal para que se aproximara y recorrieran el mismo sendero que llevaba a Dundarak, dando un paso a un lado para darle espacio—. Y en el camino, ¿le molestaría si me cuenta qué le trae al Reino del Norte? Toda mi vida he estado aquí, y conozco lo que tiene para ofrecer, mas me intriga qué razón podría atraer a una aventurera hasta estas tierras heladas. —Su tono era sincero y humilde, pero igual de curioso. No, justamente la curiosidad era el factor más grande en sus palabras.
De regreso con ella, es decir, una vez que la volvió a enfocar, amplió su sonrisa al escuchar su comentario. Sabía a qué se refería; o cuando menos, creía estar muy seguro a qué se refería. "No son las mejores sonrisas del mundo". Era verdad que sus gestos no siempre eran muy expresivos, debido a que la mayoría del tiempo estaba con su natural rostro calmado, se le complicaba colocar un aspecto que reflejara lo que sentía en realidad. Pero qué se le iba a hacer, salvo practicar ademanes.
Asintió levemente con la cabeza, y con el mismo sigilo empleado anteriormente, casi musitó—: Su juramento es correcto. He sonreído. —Y aun estaba, y seguramente hubiese seguido de no ser por ese repentino acto. No comprendía porqué sus manos ahora yacían sobre su boca. ¿Qué quería cubrir? ¿Un bostezo, quizá? ¿Sintió un insecto sobre sus labios? Athos nada había visto, pero así como la confusión se creó, se fue y parecía que ese instante quedaría sólo en las memorias como una ilusión.
¡Y justo! Pues aquí venía un fantástico espectáculo.
Un ave de rapiña se postro sobre su antebrazo, parándose imponente y con un aire solemne que casi parecía tratarse de un ser divino. Su vista era atenta y aguda, muy activa, siempre escaneando con marcial vigilancia. Su pecho alzado con orgullo, y con razón sentía ese orgullo, se sentía su capacidad innata de caza con sólo verlo y se confirmaba cuando alzaba vuelo con sus alas grandiosas e impecables. Sus garras afiladas que prensaban parecían respetar la salud física de Wood, pues aunque se erguía con firmeza, también lo hacía con suavidad. Eso o la señorita tenía un brazo sólido—. Un honor, Chy. —Hizo una ligerísima reverencia.
Estando más cerca, veía a la yegua con total claridad. Recia y hermosa. Su color noche era hipnótico y sus ojos vivos contaban una vida llena de hazañas. Y sin embargo, gozaba de cierta cualidad impetuosamente alegre. Ya se había demostrado su actitud juguetona y quizá por eso el dragón podía vislumbrarla mejor estando a un respiro de distancia—. Furia. —Repitió el ademán de saludo—. Encantado.
Pero entre sus observaciones encantadas y su escucha atenta, se dio el lujo de hacer una tercera tarea. Le parecía increíble que hayan formado un vínculo tan bello en tan poco tiempo. Cierto que dos años es toda una vida, sin embargo, lucían conocerse por mucho más tiempo. Y al comparar sus meditaciones y sus progresos que le costaron toda su juventud, aun más increíble le parecía que ya fueran tan unidos. Verdaderamente era un trío establecido por el destino. Y se conmovía imaginándolas desbordándose por el camino de la rectitud, viviendo en la oscuridad con tristezas, para luego encontrarse y complementarse, recobrando la alegría. "Eso es... lindo".
Negó con la cabeza—. Caminaba solo hasta que los vientos nos unieron. —Mantenía esa sutil sonrisa—. Y aun si una ocupación me entretuviera, la rechazaría de inmediato. Así que juntemos nuestros pasos y consigamos el mejor de los hospedajes. —Hizo una señal para que se aproximara y recorrieran el mismo sendero que llevaba a Dundarak, dando un paso a un lado para darle espacio—. Y en el camino, ¿le molestaría si me cuenta qué le trae al Reino del Norte? Toda mi vida he estado aquí, y conozco lo que tiene para ofrecer, mas me intriga qué razón podría atraer a una aventurera hasta estas tierras heladas. —Su tono era sincero y humilde, pero igual de curioso. No, justamente la curiosidad era el factor más grande en sus palabras.
Athos
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Re: Ser lo que se quiere ser. [Interpretativo, Libre] [CERRADO]
Athos saludó a mis compañeros y no pude más que sentirme completamente llena y casi feliz por ese hecho. El joven mantenía esa postura sencilla y aquél amago de sonrisa que comenzaba a caerme bien. Aunque no era una expresión al cien por ciento, parecía que era lo mejor que podía hacer ese joven. Con esas palabras que me hacían pensar dos veces lo que quería transmitirme, aceptó mi invitación para ir juntos hacia el poblado de los dragones.
Tiene que ser una broma… comenté cuando escuché que había pasado toda su vida en ese lugar. Pero luego leí la situación y el carácter que hasta entonces había demostrado Athos y suspiré. Supongo que no jejeje me respondí a mi misma, apreciando el lugar que me había dejado mientras caminábamos hacia nuestro destino.
Recorro Aerandir. Simplemente eso. Tengo un trabajo en Lunargenta, pero no es la gran cosa. Solía ser una chica mala, aún creo que lo soy, pero estoy tratando de mejorar eso… tenía el gesto fruncido al recordar peleas y algunos asesinatos cometidos por mi propia mano Soy… digamos que bastante pasional, aunque puedo dar fe de que realmente he mejorado en eso una sonrisa sincera en mis labios se dibujó mostrándome lo tenso que había estado mi rostro mientras hablaba.
Cuando me aburro de un lugar, simplemente salgo hacia otro. No poseo más de lo que ves, por lo que no es difícil arrancar para cualquier lado le informé. El reino del Norte me trae buenos recuerdos con algunos viejos amigos. Por alguna razón, cada vez que vengo aquí me llevo un importante tesoro llevé las manos a mi pecho, por raro que pareciese sentía que mi corazón se saldría. Miré al joven que iba a mi lado con cierta fascinación. ¿Sería él el que me estaba provocando eso?
Y ahora que he llegado hasta aquí, quiero conocer Dundarak. No me vendría mal un guía… insinué mientras me detenía por unos momentos para que Furia nos alcanzara, entonces saqué de las alforjas algunas manzanas. Frutas casi congeladas son todo lo que tengo para pagar. Nuevamente la sonrisa a flor de labios. Sí, probablemente me estaba poniendo vieja y ablandando…
¿Y tú por qué no has salido de estos reinos? Realmente es un dolor de cabeza estar todo el tiempo en este frío… apunté, sobre todo porque ni Furia, ni Chy ni yo nos habíamos preparado para ese clima tan inhóspito y el frío nos tenía en bastante mala forma. Ni hablar de siempre ver las mismas caras. ¿Es que no sientes la necesidad de patear traseros de vez en cuando? pregunté asombrada. Creo que me aburriría de buscar pelea siempre con las mismas personas
Tiene que ser una broma… comenté cuando escuché que había pasado toda su vida en ese lugar. Pero luego leí la situación y el carácter que hasta entonces había demostrado Athos y suspiré. Supongo que no jejeje me respondí a mi misma, apreciando el lugar que me había dejado mientras caminábamos hacia nuestro destino.
Recorro Aerandir. Simplemente eso. Tengo un trabajo en Lunargenta, pero no es la gran cosa. Solía ser una chica mala, aún creo que lo soy, pero estoy tratando de mejorar eso… tenía el gesto fruncido al recordar peleas y algunos asesinatos cometidos por mi propia mano Soy… digamos que bastante pasional, aunque puedo dar fe de que realmente he mejorado en eso una sonrisa sincera en mis labios se dibujó mostrándome lo tenso que había estado mi rostro mientras hablaba.
Cuando me aburro de un lugar, simplemente salgo hacia otro. No poseo más de lo que ves, por lo que no es difícil arrancar para cualquier lado le informé. El reino del Norte me trae buenos recuerdos con algunos viejos amigos. Por alguna razón, cada vez que vengo aquí me llevo un importante tesoro llevé las manos a mi pecho, por raro que pareciese sentía que mi corazón se saldría. Miré al joven que iba a mi lado con cierta fascinación. ¿Sería él el que me estaba provocando eso?
Y ahora que he llegado hasta aquí, quiero conocer Dundarak. No me vendría mal un guía… insinué mientras me detenía por unos momentos para que Furia nos alcanzara, entonces saqué de las alforjas algunas manzanas. Frutas casi congeladas son todo lo que tengo para pagar. Nuevamente la sonrisa a flor de labios. Sí, probablemente me estaba poniendo vieja y ablandando…
¿Y tú por qué no has salido de estos reinos? Realmente es un dolor de cabeza estar todo el tiempo en este frío… apunté, sobre todo porque ni Furia, ni Chy ni yo nos habíamos preparado para ese clima tan inhóspito y el frío nos tenía en bastante mala forma. Ni hablar de siempre ver las mismas caras. ¿Es que no sientes la necesidad de patear traseros de vez en cuando? pregunté asombrada. Creo que me aburriría de buscar pelea siempre con las mismas personas
Woodpecker
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Re: Ser lo que se quiere ser. [Interpretativo, Libre] [CERRADO]
La escuchó del todo, poniendo la mayor de las atenciones a sus palabras. Y por cada oración, Athos formaba diferentes ideas, variadas interpretaciones, volviendo a bosquejar situaciones en las que pudo o no haber estado su interlocutora, evaluando la clase de sentimiento y sinfonía le dedicaba a lo que decía, de forma que fuera posible deducir lo que había más allá de lo evidente. Aunque estaba consciente de que sólo serían obras de su imaginación no necesariamente ligadas a la verdad, consideraba útil prejuzgar con tal de llegar a una certera conclusión posteriormente. Daba igual, realmente le era imposible no hacerlo. Se veía reflejado en Wood.
"Recorrer es simple, mas no una simpleza". Él mismo se emocionaba con la libertad que ella poseía, contento estaba porque le daba un excelente uso. Explorar Aerandir debía ser lo más sobresaliente y digno que podía hacerse. Bien sólo pensaba así porque ahora mismo era su sueño, uno que tuvo frustrado en el pasado por estar encadenado, ahora estando al alcance. Y se emocionaba. Se emocionaba tanto.
"Otra alma que sobrellevaba una gran carga, dominando su oscuridad". Llegaron a su mente los recuerdos de una vida de caos y desorden, de gran angustia y pesar. Simpatizaba más con la dama, aun sin saber los detalles de su historia, creía que la entendía y sentía que ella lo entendería a él. Mas no era justificación suficiente. "Los momentos tristes deben guardarse en silencio, donde no puedan dañar más".
Cuando miró las frutas se enterneció. Ahora mismo no podía hacer algo por ella, pero ya tenía planeado compensar eso. "No creo que le moleste que yo invite su desayuno". Cargaba justo para pagar su comida, pero podía comprar lo de ella y si sobraba entonces satisfacer su hambre. "Vamos, que no moriré de hambre".
Sonrió diferente cuando le oyó inquirir, acomodando un gesto que parecía retener un suspiro—. No he salido antes porque sería una imprudencia. —Quería ser lo más reservado posible sin decir mentira alguna, hecho que le resultaba complicado—. No siempre tuve este control. Mi mente con frecuencia se inclinaba a deseos de destrucción. Así que me aislé de todo por muchos años, hasta ahora. —Colocó una sonrisa placentera—. Con mis emociones bajo control, soy por fin libre de ir a donde quiera sin el temor de dañar a alguien. Planeo irme cuando me haya despedido de todos aquí. —Elevó un poco la vista, preguntándose si había una mejor forma de contar su tragedia sin sonar tan... trágico.
—Y en realidad, no soy alguien que busque pelea. —Aclaró un poco su garganta, más a modo de pausa que como necesidad—. Comprendo que hay personas que se divierten haciéndolo. Pero yo no comparto ese divertimiento. —Sonrió irónico—. Aunque precisamente fue el entrenamiento de combate el que me ayudó a domar mi furia. —Se encogió de hombros, como queriendo restarle importancia—. Igual sería incapaz de pelear con alguien, aún tratándose de un juego.
De repente su mirada chispeó, cayendo en cuenta de algo—. Entonces ha visitado el Norte antes, ¿no es así? Y ha conocido gente. —Miró rápidamente hacia abajo, creyendo haber visto algo, resultando ser nada—. ¿Sabe en donde se encuentran? Si desea, podríamos ir a visitarles. —Esperaba no haber sonado demasiado entrometido, aunque le parecía una propuesta bastante inocente y amigable. "Porque saludar a unos amigos nunca está de más".
"Recorrer es simple, mas no una simpleza". Él mismo se emocionaba con la libertad que ella poseía, contento estaba porque le daba un excelente uso. Explorar Aerandir debía ser lo más sobresaliente y digno que podía hacerse. Bien sólo pensaba así porque ahora mismo era su sueño, uno que tuvo frustrado en el pasado por estar encadenado, ahora estando al alcance. Y se emocionaba. Se emocionaba tanto.
"Otra alma que sobrellevaba una gran carga, dominando su oscuridad". Llegaron a su mente los recuerdos de una vida de caos y desorden, de gran angustia y pesar. Simpatizaba más con la dama, aun sin saber los detalles de su historia, creía que la entendía y sentía que ella lo entendería a él. Mas no era justificación suficiente. "Los momentos tristes deben guardarse en silencio, donde no puedan dañar más".
Cuando miró las frutas se enterneció. Ahora mismo no podía hacer algo por ella, pero ya tenía planeado compensar eso. "No creo que le moleste que yo invite su desayuno". Cargaba justo para pagar su comida, pero podía comprar lo de ella y si sobraba entonces satisfacer su hambre. "Vamos, que no moriré de hambre".
Sonrió diferente cuando le oyó inquirir, acomodando un gesto que parecía retener un suspiro—. No he salido antes porque sería una imprudencia. —Quería ser lo más reservado posible sin decir mentira alguna, hecho que le resultaba complicado—. No siempre tuve este control. Mi mente con frecuencia se inclinaba a deseos de destrucción. Así que me aislé de todo por muchos años, hasta ahora. —Colocó una sonrisa placentera—. Con mis emociones bajo control, soy por fin libre de ir a donde quiera sin el temor de dañar a alguien. Planeo irme cuando me haya despedido de todos aquí. —Elevó un poco la vista, preguntándose si había una mejor forma de contar su tragedia sin sonar tan... trágico.
—Y en realidad, no soy alguien que busque pelea. —Aclaró un poco su garganta, más a modo de pausa que como necesidad—. Comprendo que hay personas que se divierten haciéndolo. Pero yo no comparto ese divertimiento. —Sonrió irónico—. Aunque precisamente fue el entrenamiento de combate el que me ayudó a domar mi furia. —Se encogió de hombros, como queriendo restarle importancia—. Igual sería incapaz de pelear con alguien, aún tratándose de un juego.
De repente su mirada chispeó, cayendo en cuenta de algo—. Entonces ha visitado el Norte antes, ¿no es así? Y ha conocido gente. —Miró rápidamente hacia abajo, creyendo haber visto algo, resultando ser nada—. ¿Sabe en donde se encuentran? Si desea, podríamos ir a visitarles. —Esperaba no haber sonado demasiado entrometido, aunque le parecía una propuesta bastante inocente y amigable. "Porque saludar a unos amigos nunca está de más".
Athos
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Re: Ser lo que se quiere ser. [Interpretativo, Libre] [CERRADO]
“Dah” después de todo si era un dragón hablando de imprudencias y todas esas cosas. Pareció no importarle mi ofrecimiento de manzana, por lo que le di una a Furia y me comí la otra en un tris tras, después de todo, ya no había necesidad por lo que guardar reservas. Me chupaba los dedos sonoramente mientras continuaba escuchando con atención el relato de Athos. “No lo encuentro tan siniestro… pero dicen que estos tipos así que parecen serenitos son bravos” pensé mientras le daba otra mirada, tratando de verlo en llamas o algo así, más no me lo podía imaginar con otra expresión distinta a la de la cuidada sonrisa serena.
Despedirse… repetí un poco ausente, mientras sacaba un par de setas del mismo morral. Le di una mordida a una y le extendí otra al joven. Ahora hablaba acerca de no divertirse mientras se pelea. ¡Eres el tercer dragón que me dice lo mismo! mascullé en confianza, con la boca medio llena de la siguiente mordida.
Tragué rápidamente lo que tenía en el buche cuando mencionó mis otros viajes a esta región. Me ponía un poco nerviosa que se tocaran temas del pasado, era como una defensa natural de mi organismo. Por suerte solo se trataba de mera curiosidad. Le sonreí amigablemente, pensando en mis viejos compañeros de viaje: Johannes, Jillian, Kaymi, Brood, Nix, Sydara, Daracan, la vampiresa de porcelana con su dragón de mascota y muchos otros personajes que de vez en cuando, al recordarlos de tiempo en tiempo, me provocaban nostalgia.
Todos ellos fueron compañeros de paso mi querido Athos, como probablemente lo serás tú. No conozco el hogar de quienes eran naturales de aquí, solo ciertas circunstancias unieron nuestras armas… y ya llevo un buen tiempo que no se de varios de ellos. No podría mencionar tampoco que la mayoría eran personas raras y muchas veces buscadas por autoridades de distintas regiones, que eran asesinos o personajes importantes… ese tipo de cosas era difícil de explicar, mucho más para alguien que no había dejado la influencia de los dragones almidonados y orgullosos… quizá en el futuro.
[b]De todas formas, si conociera su localización probablemente tampoco iría a importunar su paz, creo que solo me alegro de haber cruzado caminos y no armas con ellos aseguré con total convicción. Entonces, recordé lo que había dicho Athos al principio, ¿Cuál será tu primer destino Athos? ¿Irás volando? pregunté con cierta fascinación ante la idea. No quería perderme el espectáculo de un dragón suelto en el mundo, no, que va, un dragón inocente de las triquiñuelas de los humanos y otras razas… no quería imaginarlo, deseaba fervientemente verlo.
____________________
Off: las setas son un premio de una quest, se pueden encontrar en mi inventario pinchando en el siguiente [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]. Para conocer su efecto, debe de postear el master Othel
Despedirse… repetí un poco ausente, mientras sacaba un par de setas del mismo morral. Le di una mordida a una y le extendí otra al joven. Ahora hablaba acerca de no divertirse mientras se pelea. ¡Eres el tercer dragón que me dice lo mismo! mascullé en confianza, con la boca medio llena de la siguiente mordida.
Tragué rápidamente lo que tenía en el buche cuando mencionó mis otros viajes a esta región. Me ponía un poco nerviosa que se tocaran temas del pasado, era como una defensa natural de mi organismo. Por suerte solo se trataba de mera curiosidad. Le sonreí amigablemente, pensando en mis viejos compañeros de viaje: Johannes, Jillian, Kaymi, Brood, Nix, Sydara, Daracan, la vampiresa de porcelana con su dragón de mascota y muchos otros personajes que de vez en cuando, al recordarlos de tiempo en tiempo, me provocaban nostalgia.
Todos ellos fueron compañeros de paso mi querido Athos, como probablemente lo serás tú. No conozco el hogar de quienes eran naturales de aquí, solo ciertas circunstancias unieron nuestras armas… y ya llevo un buen tiempo que no se de varios de ellos. No podría mencionar tampoco que la mayoría eran personas raras y muchas veces buscadas por autoridades de distintas regiones, que eran asesinos o personajes importantes… ese tipo de cosas era difícil de explicar, mucho más para alguien que no había dejado la influencia de los dragones almidonados y orgullosos… quizá en el futuro.
[b]De todas formas, si conociera su localización probablemente tampoco iría a importunar su paz, creo que solo me alegro de haber cruzado caminos y no armas con ellos aseguré con total convicción. Entonces, recordé lo que había dicho Athos al principio, ¿Cuál será tu primer destino Athos? ¿Irás volando? pregunté con cierta fascinación ante la idea. No quería perderme el espectáculo de un dragón suelto en el mundo, no, que va, un dragón inocente de las triquiñuelas de los humanos y otras razas… no quería imaginarlo, deseaba fervientemente verlo.
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Woodpecker
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Re: Ser lo que se quiere ser. [Interpretativo, Libre] [CERRADO]
Cuando extendió los hongos hacia Athos éste había lanzado una mirada curiosa. No eran exactamente atractivos, pero al ser algo que el caballero jamás había visto, se sentía atraído hacia ellos por su particular figura. Sin embargo, no podía aceptarlos. La chica a penas si tenía algo que comer, según juicio de Athos, así que se sentiría muy mal quitarle cualquier cosa, aun si lo ofrecía. "Está siendo cortés, eso es lindo. Otra razón para no aceptar". Sí, quizá también era una descortesía decir que no, mas era por su bien.
Le contentaba saber que él no era el único que evitaba el tema del combate, sobre todo si los demás que concordaban con su filosofía eran también dragones. Eso era por demás estupendo. Quizá pronto todos podrían pensar de la misma forma algún día y así poder traer paz. "Ah, es sólo un torpe sueño". La naturaleza de los seres vivos siempre provocaba un conflicto entre ellos, de una u otra forma encontrarían la manera de envolverse en la oscuridad por más luz que exista. "Bah". Tampoco significaba que lo intentaría, ¿verdad?
Se concentró tanto en esos pensamientos que no reconoció la forma particular que ahora Wood le hablaba, con la boca casi repleta de comida. Y aun si lo hubiera hecho, poca importancia le daría. Muchos decían que eso era mal educado, ¿pero cuál era el problema? Es sólo comida masticada, sólo porque cambio de apariencia y posición no significa que perdiera su esencia.
Oía y se complacía. No era la primera que las palabras de la señorita concordaran con las ideas que el dragón tenía en mente, y eso le hacía ganar cierta empatía hacia ella. Se podía notar que movía la cabeza afirmativa a cada oración que la dama daba. Aún así, le causaba cierto desánimo que ella optara por no volver a encontrarse con sus amigos. "O conocidos". Estaba en su derecho, por supuesto, ¿pero cuánto problema podía ser decir un hola? ¿Acaso no se habían despedido exactamente de la mejor manera? Tal vez temía evitar una especie de conflicto, y para alguien que admita que le agrada pelear, eso decía mucho.
Sonrió divertido a la propuesta que le daban—. Suena divertido, ¿verdad? Volar libre hasta un destino. —Había doble sentido en sus palabras, tratando de decir 'alcanzar lo que la suerte tiene preparado para ti'. Literalmente, 'ir a tu destino'. Pero luego negó con la cabeza—. No se trata de quedar satisfecho sólo con llegar, considero más importante disfrutar de las maravillas que el camino tiene que ofrecer. —Hablaba con cierta solemnidad, y aunque aún parecía conservar esa sonrisa, su temple era serio—. Además, me parece simbólicamente incorrecto pasar volando por encima de los demás. No soy mejor que otros y no tengo derecho a sobrevolarlos. —Aquello lo dijo sin gesto ameno, luciendo completamente rígido.
—Respecto a donde iré... —Volvió a serenarse, regresando a su clásica neutralidad y jugando con sus ojos, pasando la mirada de un lado otro, pensando en cómo responder—. No hay un rumbo que me llame más la atención. Así que escucharé al viento y dejaré que éste me guíe, ya sea a Lunargenta o a Beltrexus. —Por decir algunas ciudades—. No es importante el destino, como dije. Mi interés yace en simplemente viajar. —Terminó sentenciando con una sonrisa de conformidad.
De repente se encogió de hombros—. Aunque, tomando en cuenta que los vientos nos unieron. Bien podríamos partir juntos. —Rió un poco, no por la propuesta que hacía, sino por lo siguiente que diría—: Sirve que contradigo su suposición, señorita. Aunque es verdad que eventualmente terminemos separados, no significa que sólo sea un compañero de paso. —Le lanzó una mirada nueva, una desafiante y provocativa, como si estuviera tratando de contradecir las ideas de Wood.
La verdad es que era un mero juego, daba igual lo que pasara después. "Disfruto su compañía, sí. Pero estar con ella significa que no estoy en otro lugar, con alguien más, quizá disfrutando de otra manera". No lo sabía, claro, y por eso mismo no le daba importancia. Apreciaba el ahora y aceptaría el después, sea cual fuese.
Le contentaba saber que él no era el único que evitaba el tema del combate, sobre todo si los demás que concordaban con su filosofía eran también dragones. Eso era por demás estupendo. Quizá pronto todos podrían pensar de la misma forma algún día y así poder traer paz. "Ah, es sólo un torpe sueño". La naturaleza de los seres vivos siempre provocaba un conflicto entre ellos, de una u otra forma encontrarían la manera de envolverse en la oscuridad por más luz que exista. "Bah". Tampoco significaba que lo intentaría, ¿verdad?
Se concentró tanto en esos pensamientos que no reconoció la forma particular que ahora Wood le hablaba, con la boca casi repleta de comida. Y aun si lo hubiera hecho, poca importancia le daría. Muchos decían que eso era mal educado, ¿pero cuál era el problema? Es sólo comida masticada, sólo porque cambio de apariencia y posición no significa que perdiera su esencia.
Oía y se complacía. No era la primera que las palabras de la señorita concordaran con las ideas que el dragón tenía en mente, y eso le hacía ganar cierta empatía hacia ella. Se podía notar que movía la cabeza afirmativa a cada oración que la dama daba. Aún así, le causaba cierto desánimo que ella optara por no volver a encontrarse con sus amigos. "O conocidos". Estaba en su derecho, por supuesto, ¿pero cuánto problema podía ser decir un hola? ¿Acaso no se habían despedido exactamente de la mejor manera? Tal vez temía evitar una especie de conflicto, y para alguien que admita que le agrada pelear, eso decía mucho.
Sonrió divertido a la propuesta que le daban—. Suena divertido, ¿verdad? Volar libre hasta un destino. —Había doble sentido en sus palabras, tratando de decir 'alcanzar lo que la suerte tiene preparado para ti'. Literalmente, 'ir a tu destino'. Pero luego negó con la cabeza—. No se trata de quedar satisfecho sólo con llegar, considero más importante disfrutar de las maravillas que el camino tiene que ofrecer. —Hablaba con cierta solemnidad, y aunque aún parecía conservar esa sonrisa, su temple era serio—. Además, me parece simbólicamente incorrecto pasar volando por encima de los demás. No soy mejor que otros y no tengo derecho a sobrevolarlos. —Aquello lo dijo sin gesto ameno, luciendo completamente rígido.
—Respecto a donde iré... —Volvió a serenarse, regresando a su clásica neutralidad y jugando con sus ojos, pasando la mirada de un lado otro, pensando en cómo responder—. No hay un rumbo que me llame más la atención. Así que escucharé al viento y dejaré que éste me guíe, ya sea a Lunargenta o a Beltrexus. —Por decir algunas ciudades—. No es importante el destino, como dije. Mi interés yace en simplemente viajar. —Terminó sentenciando con una sonrisa de conformidad.
De repente se encogió de hombros—. Aunque, tomando en cuenta que los vientos nos unieron. Bien podríamos partir juntos. —Rió un poco, no por la propuesta que hacía, sino por lo siguiente que diría—: Sirve que contradigo su suposición, señorita. Aunque es verdad que eventualmente terminemos separados, no significa que sólo sea un compañero de paso. —Le lanzó una mirada nueva, una desafiante y provocativa, como si estuviera tratando de contradecir las ideas de Wood.
La verdad es que era un mero juego, daba igual lo que pasara después. "Disfruto su compañía, sí. Pero estar con ella significa que no estoy en otro lugar, con alguien más, quizá disfrutando de otra manera". No lo sabía, claro, y por eso mismo no le daba importancia. Apreciaba el ahora y aceptaría el después, sea cual fuese.
Athos
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Re: Ser lo que se quiere ser. [Interpretativo, Libre] [CERRADO]
El consejo del Chat Box ha elegido y esta ha sido la decisión final:
"Acabas de provocar que Woodpeker sufra de alucinaciones, felicidades!" - "Bien, Woodpeker verá a un joven pelirrojo en kilt, tocando la gaita, rodeado de unicornios y cerdos rosa. Muchas gracias por la colaboración. Espero que Woodpeker esté contenta."
IMPORTANTE: Con lo anterior queda claro cual será la alucinación, pero se libre de añadirle más cosas si así lo deseas. En el siguiente post el efecto de la alucinación será muy potente, mientras que en el siguiente a ese solo efímero, hasta llegar a desaparecer y volver a la realidad.
A continuación encontrarás un registro del chat. Ninguno de los mensajes fue eliminado, por lo que encontrarás algunos que no tengan que ver con el rol. Espero que estés satisfecha, cualquier duda bastará con que me envíes un MP. Suerte ;))
P.D: No olvides mencionar en el Registro de Objetos Master la utilización del objeto. Ahora te quedan 2 setas.
"Acabas de provocar que Woodpeker sufra de alucinaciones, felicidades!" - "Bien, Woodpeker verá a un joven pelirrojo en kilt, tocando la gaita, rodeado de unicornios y cerdos rosa. Muchas gracias por la colaboración. Espero que Woodpeker esté contenta."
IMPORTANTE: Con lo anterior queda claro cual será la alucinación, pero se libre de añadirle más cosas si así lo deseas. En el siguiente post el efecto de la alucinación será muy potente, mientras que en el siguiente a ese solo efímero, hasta llegar a desaparecer y volver a la realidad.
A continuación encontrarás un registro del chat. Ninguno de los mensajes fue eliminado, por lo que encontrarás algunos que no tengan que ver con el rol. Espero que estés satisfecha, cualquier duda bastará con que me envíes un MP. Suerte ;))
- Chat:
- [02:02:34] Othel : Saludos a todos, espero que estéis teniendo una buena noche.
[02:02:36] Amaranth : oh soy la unica mujer entiendo
[02:02:44] Amaranth : Hi Othel
[02:02:51] Replica : hablemos de tetas, pechos grandes y pequeños, libres domingos y domingas!
[02:02:52] Wallace Mcgregor : ¬¬ yo tmb lo soy
[02:02:54] Sakun : Claro que si mi master favorito
[02:03:14] Vincent Calhoun : No mire el chat señor dios
[02:03:16] Vincent Calhoun : xD
[02:03:17] Amaranth : jpersonajes cari
[02:03:20] Othel : Tengo una petición para vosotros, necesitaría a un voluntario para escoger una de entre 3 opciones, sería solo un segundo, alguien que se ofrezca?
[02:03:31] Wallace Mcgregor : yo
[02:03:33] Sakun : yo
[02:03:42] Wallace Mcgregor : YO
[02:03:44] Vincent Calhoun : Wallace ofrece su ojo
[02:03:44] Sakun : YOO
[02:03:47] Sakun : xD
[02:03:52] Wallace Mcgregor : YOOOOO
[02:03:53] Amaranth : ¬¬ vincent
[02:03:57] Amaranth : sakun ofrece su....
[02:03:58] Othel : Bueno, ya que Wallace fue el primero hará los honores.
[02:04:00] Sakun : Wall apuesta su ojo y su gaita escocesa
[02:04:08] Vincent Calhoun : jefe yo voto por ti
[02:04:11] Replica : y su kilt
[02:04:19] Sakun : Silencio vampira con buena pechonalidad
[02:04:21] Wallace Mcgregor : Dime Othel [sak muy buen aesa xDDD]
[02:04:24] Sakun : personalidad*
[02:04:26] Amaranth : :/
[02:04:35] Othel : De ti depende el futuro de uno de los personajes, así que escoge sabiamente: R, A o P? Elige una porfavor :))
[02:04:50] Sakun : UN RAP NIGGAS
[02:04:51] Wallace Mcgregor : la A
[02:04:58] Replica : eso suena chungo
[02:05:04] Replica : RAP BATTLE
[02:05:05] Sakun : u.u morirá Amaranth
[02:05:15] Wallace Mcgregor : callos xD
[02:05:20] Wallace Mcgregor : callaos*
[02:05:23] Amaranth : ¬¬
[02:05:28] Othel : Acabas de provocar que Woodpeker sufra de alucinaciones, felicidades!
[02:05:30] Wallace Mcgregor : Othel podre saber en que he ayudado?x D
[02:05:34] Wallace Mcgregor : MIERDA XD
[02:05:37] Wallace Mcgregor : JAJAJAJAJA
[02:05:40] Wallace Mcgregor : PUEDO SALIR YO EN ELLAS?
[02:05:41] Sakun : YOU MOTHEFUCKER
[02:05:54] Replica : con kilt
[02:05:54] Vincent Calhoun : hala
[02:05:56] Amaranth : vera unicornios y cerdos color rosa
[02:05:56] Sakun : qué hiciste Wall xD
[02:05:59] Vincent Calhoun : que me van a escoñar
[02:06:03] Sakun : Wood es tan genial
[02:06:09] Wallace Mcgregor : JAJAJAJ
[02:06:11] Wallace Mcgregor : me
[02:06:14] Replica : POR FAVOR, OTHEL, QUE SALGA WALL CON KILT TOCANDO LA GAITA EN ESA ALUCINACIÓN
[02:06:14] Wallace Mcgregor : me no puedoadas
[02:06:17] Wallace Mcgregor : me parto xd
[02:06:22] Othel : Gracias Amarath, eso será lo que verá
[02:06:22] Sakun : Si supiese de esto Paul ya te asesinaría (?)
[02:06:27] Amaranth : jajaaa
[02:06:28] Wallace Mcgregor : PLEASE
[02:06:39] Amaranth : por nada Othel :*
[02:06:43] Sakun : Siiiii
[02:06:53] Vincent Calhoun : esos delirios parecen un tripi
[02:06:55] Wallace Mcgregor : jajajaj xDDD
[02:07:02] Amaranth : jjaaajaaa
[02:07:04] Wallace Mcgregor : othel!
[02:07:04] Replica : uis, Ama, nos hemos cambiado de cuerpo y no me he enterado?
[02:07:07] Wallace Mcgregor : antes de irte
[02:07:09] Replica : xDD
[02:07:12] Wallace Mcgregor : leiste mi sugerencia?
[02:07:16] Othel : Wallace, conoce Woodpeker tu personaje on-rol?
[02:07:28] Sakun : Oh espera Othel
[02:07:30] Sakun : que sea Paul xD
[02:07:32] Wallace Mcgregor : no..pero quien no conoce al guapo de wall ? (?)
[02:07:35] * Replica se mira la pechonalidad ahora que puede (?)
[02:07:46] Sakun : Que salga Paul en su alucinación
[02:07:54] Vincent Calhoun : LOL
[02:07:57] Amaranth : que se siente Replica?
[02:07:59] Wallace Mcgregor : vestido de porno-xaxa
[02:08:01] Vincent Calhoun : juuuuuuuuuas
[02:08:07] Amaranth : xoxo
[02:08:11] Vincent Calhoun : se debe sentir en la gloria
[02:08:14] Wallace Mcgregor : XDD
[02:08:17] Wallace Mcgregor : ui ama que has dicho
[02:08:18] Wallace Mcgregor : vamos al lecho
[02:08:28] Replica : nah, todos los días siento las mías propias
[02:08:34] Replica : en vida real es mejor
[02:08:54] Othel : Bien, Woodpeker verá a un joven pelirrojo en kilt, tocando la gaita, rodeado de unicornios y cerdos rosa. Muchas gracias por la colaboración. Espero que Woodpeker esté contenta.
[02:08:55] Vincent Calhoun : claro
[02:08:55] Amaranth : :P
[02:09:00] Vincent Calhoun : no he dicho lo contrario jaja
[02:09:07] Sakun : xD
[02:09:07] Wallace Mcgregor : Dioses xD
[02:09:08] Amaranth : nos matara uno por uno
[02:09:13] Wallace Mcgregor : Othel eres genial xD
[02:09:23] Amaranth : we love u othel
[02:09:23] Wallace Mcgregor : espera! has leido lo mio Oth?
[02:09:32] Othel : Y Wallace, aún no he tenido la oportunidad, pero seguro lo haré. Gracias por la ayuda y no os olvidéis de echarle un vistazo al evento de Halloween https://aerandir.foroes.org/t4220-halloween-a-la-vuelta-de-la-esquina?highlight=halloween ;)
[02:09:44] Wallace Mcgregor : recuerda Othel:
[02:09:48] Othel : El chat será copiado y reportado a la afectada.
[02:09:48] Wallace Mcgregor : que sea guapeton
[02:09:52] Wallace Mcgregor : y con accento
[02:09:58] Amaranth : quiero a wall disfrazado
[02:09:59] Wallace Mcgregor : ostras xDDD
[02:10:03] Wallace Mcgregor : vamos a morir xD
[02:10:12] Amaranth : si
[02:10:24] * Wallace Mcgregor se quita la ropa y se pone su kilt.- asi?
[02:10:33] Amaranth : siiiiiiii
[02:10:58] Amaranth : tengo una fantasia tmb
[02:10:58] Replica : Othel, no seas traidor, esto tiene que ser voto secreto
[02:11:05] Replica : como las elecciones
[02:11:08] Replica : (?)
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Othel
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Re: Ser lo que se quiere ser. [Interpretativo, Libre] [CERRADO]
Aseveré con la cabeza, la idea de volar era bastante tentadora, pero correr a lomos de Furia no lo cambiaría por nada. Le dirigí una sonrisa torcida y continué escuchando mientras mascaba los últimos resquicios de la comida. Escuchaba todo lo que él decía, algo sobre las maravillas del camino y demases, pero pronto su voz se volvió lejana en mi cabeza, era como un eco que quería traer desde atrás, pero algo lo impedía. Sólo sentía calor, no, era más bien como un incendio proveniente desde el rincón más lejano de mi estómago, que tomaba vida en mis venas y hacía que se me hiciera la boca agua.
Amargo dije sin pensarlo. Al carecer de agua, súbitamente me tiré al suelo y comencé a echarme nieve a la boca. Mi cuerpo estaba actuando prácticamente por sí mismo. No era mi intención ignorar a Athos, pero sentía que algo andaba profundamente mal conmigo y esa estúpida seta de ese estúpido pantano. Creo que estaba mala aseguré con la boca llena cuando aún estaba en cuatro patas y las manos congelándose con y entre nieve.
…¿Juntos? ¡Juntos! exclamé, poniéndome en pie de un salto. Hacía ya mucho que no tenía esas ganas de probar cosas nuevas con nadie. Entonces me di cuenta que mi vida se había estado apagando desde hacía ya bastante tiempo; no recordaba la última vez que hice nada por real placer. Fue en ese momento en el que me iluminé y me vino a la mente la idea de probar cosas nuevas junto con Athos y los chicos. Sonreí de lado, mientras urdía mi plan. En él parecía haber algún tipo de fuego y las palabras que le siguieron me parecieron de lo más geniales.
¿Si no piensas ser un compañero de paso serás mi consorte? pregunté directamente, tirando una bomba de gran tamaño. Mis interiores se reían a más no poder, pero eso pronto se acabaría. Más pronto que tarde comencé a escuchar unos extraños sonidos, era como si el viento llorara. Observé a mis tres acompañantes, pero parecían inmunes a lo que estaba sucediendo. Me llevé ambas manos a cada lado de la cabeza, para tapar mis oídos pero eso no se detenía.
A mi alrededor comenzaron a flotar gordos y deliciosos cerdos rosa. Pestañee un par de veces, fijé mi vista. No volaban solo porque no tenían alas, levitaban a mi alrededor. Esos grandes y jugosos trozos de tocino parecían querer tentarme. Olvidé los gemidos del viento y traté disimuladamente de atrapar a uno de esos magníficos y rechonchos ejemplares, pero parecía leerme la mente. Siempre estaban un paso más adelantados que yo. Pronto perdí los estribos y dejé que mi lado feral saliera a la luz. Ya no me importaba qué pasara con mis acompañantes, sólo atrapar la cena.
Grrr aaarrr raaawrr arrr traté de hablar, pero las palabras me eran negadas y los sonidos sólo parecían ser gruñidos de una bestia enojada. Entonces miré a Athos que parecía algo desconcertado y señalé a los cerdos en el aire. Suspiré y negando con la cabeza intenté darles caza nuevamente, sólo para esta vez caer de espaldas en el suelo cuando un gran caballo blanco con un cuerno en la mitad de la frente se puso frente a mí cortándome el paso.
Ese animal era raro, tenía como una barba bajo su boca y nuevamente parecía leer lo que yo estaba pensando que era algo como “Te atraparé y venderé en el mercado negro jejejeje”. Ahora en mi mente solamente habían aeros cantantes y sonantes. Pero en la mitad de la sesión, apareció nuevamente ese sonido desgarrador. “¿Qué tipo de tortura es esta?” me preguntaba yo, cuando vi la fuente de ese tétrico sonido.
Se trataba de un hombre barbudo en faldas. “Travestido” dije para mi misma, mientras me detenía por unos segundos, con la cabeza de lado, una oreja parada y la otra caída. Levanté mi hocico para olfatear el aire, pero no había nada, ni siquiera la esencia de los puercos. Creí que la nieve que había tragado me había nublado algunos sentidos, por lo que no me preocupé. Volví a mirar al hombre. Era corpulento, su cabello y ropajes del color de las llamas sobresalían en la distancia y también esa gran alforja redonda y pachoncita que al apretarla e inflarla se quejaba de esa forma…
Necesitaba comunicarme con Athos y planear una estrategia ofensiva. Fuere como fuere, teníamos que rescatar la cosa que se quejaba de esa manera en manos de ese desconocido.
______________________________
Off: Siento que me extendí demasiado, gomen ^^’’. Notas: 1. Wood está vestida con un vestido que se adapta a la transformación; 2. Al finalizar el post, vuelvo a mi forma humana ^^; 3. Malditos todos los de la chat, me las pagaran¡! (nha, gracias chicos, espero estar dándole un buen uso a su ensalada de ideas xD)
Amargo dije sin pensarlo. Al carecer de agua, súbitamente me tiré al suelo y comencé a echarme nieve a la boca. Mi cuerpo estaba actuando prácticamente por sí mismo. No era mi intención ignorar a Athos, pero sentía que algo andaba profundamente mal conmigo y esa estúpida seta de ese estúpido pantano. Creo que estaba mala aseguré con la boca llena cuando aún estaba en cuatro patas y las manos congelándose con y entre nieve.
…¿Juntos? ¡Juntos! exclamé, poniéndome en pie de un salto. Hacía ya mucho que no tenía esas ganas de probar cosas nuevas con nadie. Entonces me di cuenta que mi vida se había estado apagando desde hacía ya bastante tiempo; no recordaba la última vez que hice nada por real placer. Fue en ese momento en el que me iluminé y me vino a la mente la idea de probar cosas nuevas junto con Athos y los chicos. Sonreí de lado, mientras urdía mi plan. En él parecía haber algún tipo de fuego y las palabras que le siguieron me parecieron de lo más geniales.
¿Si no piensas ser un compañero de paso serás mi consorte? pregunté directamente, tirando una bomba de gran tamaño. Mis interiores se reían a más no poder, pero eso pronto se acabaría. Más pronto que tarde comencé a escuchar unos extraños sonidos, era como si el viento llorara. Observé a mis tres acompañantes, pero parecían inmunes a lo que estaba sucediendo. Me llevé ambas manos a cada lado de la cabeza, para tapar mis oídos pero eso no se detenía.
A mi alrededor comenzaron a flotar gordos y deliciosos cerdos rosa. Pestañee un par de veces, fijé mi vista. No volaban solo porque no tenían alas, levitaban a mi alrededor. Esos grandes y jugosos trozos de tocino parecían querer tentarme. Olvidé los gemidos del viento y traté disimuladamente de atrapar a uno de esos magníficos y rechonchos ejemplares, pero parecía leerme la mente. Siempre estaban un paso más adelantados que yo. Pronto perdí los estribos y dejé que mi lado feral saliera a la luz. Ya no me importaba qué pasara con mis acompañantes, sólo atrapar la cena.
Grrr aaarrr raaawrr arrr traté de hablar, pero las palabras me eran negadas y los sonidos sólo parecían ser gruñidos de una bestia enojada. Entonces miré a Athos que parecía algo desconcertado y señalé a los cerdos en el aire. Suspiré y negando con la cabeza intenté darles caza nuevamente, sólo para esta vez caer de espaldas en el suelo cuando un gran caballo blanco con un cuerno en la mitad de la frente se puso frente a mí cortándome el paso.
Ese animal era raro, tenía como una barba bajo su boca y nuevamente parecía leer lo que yo estaba pensando que era algo como “Te atraparé y venderé en el mercado negro jejejeje”. Ahora en mi mente solamente habían aeros cantantes y sonantes. Pero en la mitad de la sesión, apareció nuevamente ese sonido desgarrador. “¿Qué tipo de tortura es esta?” me preguntaba yo, cuando vi la fuente de ese tétrico sonido.
Se trataba de un hombre barbudo en faldas. “Travestido” dije para mi misma, mientras me detenía por unos segundos, con la cabeza de lado, una oreja parada y la otra caída. Levanté mi hocico para olfatear el aire, pero no había nada, ni siquiera la esencia de los puercos. Creí que la nieve que había tragado me había nublado algunos sentidos, por lo que no me preocupé. Volví a mirar al hombre. Era corpulento, su cabello y ropajes del color de las llamas sobresalían en la distancia y también esa gran alforja redonda y pachoncita que al apretarla e inflarla se quejaba de esa forma…
Necesitaba comunicarme con Athos y planear una estrategia ofensiva. Fuere como fuere, teníamos que rescatar la cosa que se quejaba de esa manera en manos de ese desconocido.
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Off: Siento que me extendí demasiado, gomen ^^’’. Notas: 1. Wood está vestida con un vestido que se adapta a la transformación; 2. Al finalizar el post, vuelvo a mi forma humana ^^; 3. Malditos todos los de la chat, me las pagaran¡! (nha, gracias chicos, espero estar dándole un buen uso a su ensalada de ideas xD)
Woodpecker
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Re: Ser lo que se quiere ser. [Interpretativo, Libre] [CERRADO]
Su atención fue atraída súbitamente hacia ella. Era obvio que algo tenía que decir, sobre todo ella, quien parecía una persona muy animada a la que le gustaba conversar e incluso bromear. Sin embargo, quedó definitivamente desconcertado por un instante lo que había dicho. "¿Amargo?" Trató de darle un significado, y ya que lo había dicho justo después de que él había hablado, seguramente lo decía por alguna palabra de Athos. "¿Querrá decir que mi propuesta es 'amarga', desagradable?" Antes de entrar en más suposiciones, ella misma lo confirmo. Nada tenía que ver con sus palabras, sino con el alimento.
—Oh. Lo lamento... —Dijo en voz baja, no sabiendo qué más decir. Más que eso, estaba sorprendido por lo que veía. ¿Tan amargo estaba, tanto daño le estaba haciendo ese hongo? Claramente la nieve helaría tanto su boca que la sensación se iría, sin embargo, ¿era suficiente, era el sabor lo único que tratar? Comenzó a temer que el vegetal estuviera más que 'malo', temía que fuese venenoso como popularmente se les identifica—. ¿Desea que... —Iba a proponer algo, como ir a buscar algo dulce o agua limpia, aún no estaba seguro lo que propondría, mas no por eso detuvo. Ella le interrumpió.
Había repetido lo que había dicho en su oración pasada, retomando el tema de viajar a la par—. Sí, juntos. Si lo desea. —Se encogió de hombros, tratando de darle a entender que nada malo sucedería si negaba su propuesta. Después de todo, recién se habían presentado, poco se conocían, aunque mucho se conocían. Era algo curioso. Hacía unos minutos que se encontraron, pero ya habían intercambiado un par de... "¿detalles?" De nuevo, era interrumpido.
Le sonrió divertido, tomando su pregunta como una broma—. Claro, y de paso construimos una linda cabaña al lado del lago. —Dijo lo primero que vino a su mente, tratando de seguir la bufonada. Aunque de inmediato se sintió un poco deprimido, pensando que no había hecho mucha gracia su comentario. Siempre se esforzaba de hacer reír a los demás, pero sus padres y hermana poco se reían cuando hacía un chiste, como si no compartieran su sentido del humor o como si fuera un insípido sin sentido del humor. Mas no se rendía, siempre trataba usar material nuevo.
Dejando eso de lado, sus ojos eran espectadores de algo que comenzaba a convertirse en una locura. Primero había pasado su vista alrededor, entre viendo a Furia, Chy y a Athos. Eso era... normal, aunque inesperado. ¿Qué deseaba encontrar, algo había perdido? Había intentado seguir su mirada, también tratando de hallar lo que buscaba. Pero nada. Luego comenzó a preocuparse cuando Wood se tapó las orejas con tal fuerza que parecía estar sufriendo algún ataque—. ¿Todo bien? —Se acercó a ella, queriendo poner su mano en el hombro para transmitirle confianza, aunque deteniéndose pensando que invadiría su espacio personal.
Definitivamente algo no estaba bien. Saltaba y parecía querer alcanzar algo en el aire. Parecía una niña jugando con una hoja que flotaba. Pronto su compañera dejaría su apariencia humana, pasando a ser una figura canina. Era mitad lobo. "Quién lo diría". Se sentía entre sorprendido y fascinado, entre desconcertado y emocionado. Era la primera vez que estaba con una licántropa y era toda una experiencia. Pero no podía dejarse dominar por ese sentimiento, algo estaba mal.
Lanzó unos gruñidos mirando al mitad dragón, luego señalando con la cabeza hacia los árboles—. ¿Quiere que la siga? —Dijo incrédulo, luego agitando su cabeza. "Qué ridículo". Se regañó por olvidar que hace poco ella había ingerido un vegetal potencialmente tóxico—. Creo que... —No tenía caso seguir, ya había saltado hacia las ramas, cayendo sobre la nieve. Se acercó con cautela a ella, no dejando de contemplar su figura peluda y corpulenta, muy potente y ágil. "Fascinante".
—Disculpe mi perplejidad, de verdad que no la comprendo. —Forzaba un tono tranquilo, ocultando su emoción y confusión. Era inútil, parecía que no podía escucharle. Dio algunos pasos, mirando algo inespecífico, elevando su hocico y tratando percibir algún aroma—. ¿Tiene un rastro? —Puso de nuevo una sonrisa, ahora nerviosa y aún cómica—. ¿Quiere ir de cacería? —No hablaba en serio, mas ella parecía estar muy enfocada en ello. "Supongo". Realmente no podía interpretar su rostro, jamás había visto algo así.
—¿Qué le parece si se tranquiliza un poco y volvemos a conversar? —Puso su mano zurda detrás de ella, acariciando su pelaje. Por alguna razón, verla de esa forma le traía el instinto de darle una caricia como cuando se trata de domar a un cachorro. Era una comparación terrible, pero quizá funcionaría para relajarla—. ¿Señorita Wood, sí me escucha? —Musitó temeroso.
—Oh. Lo lamento... —Dijo en voz baja, no sabiendo qué más decir. Más que eso, estaba sorprendido por lo que veía. ¿Tan amargo estaba, tanto daño le estaba haciendo ese hongo? Claramente la nieve helaría tanto su boca que la sensación se iría, sin embargo, ¿era suficiente, era el sabor lo único que tratar? Comenzó a temer que el vegetal estuviera más que 'malo', temía que fuese venenoso como popularmente se les identifica—. ¿Desea que... —Iba a proponer algo, como ir a buscar algo dulce o agua limpia, aún no estaba seguro lo que propondría, mas no por eso detuvo. Ella le interrumpió.
Había repetido lo que había dicho en su oración pasada, retomando el tema de viajar a la par—. Sí, juntos. Si lo desea. —Se encogió de hombros, tratando de darle a entender que nada malo sucedería si negaba su propuesta. Después de todo, recién se habían presentado, poco se conocían, aunque mucho se conocían. Era algo curioso. Hacía unos minutos que se encontraron, pero ya habían intercambiado un par de... "¿detalles?" De nuevo, era interrumpido.
Le sonrió divertido, tomando su pregunta como una broma—. Claro, y de paso construimos una linda cabaña al lado del lago. —Dijo lo primero que vino a su mente, tratando de seguir la bufonada. Aunque de inmediato se sintió un poco deprimido, pensando que no había hecho mucha gracia su comentario. Siempre se esforzaba de hacer reír a los demás, pero sus padres y hermana poco se reían cuando hacía un chiste, como si no compartieran su sentido del humor o como si fuera un insípido sin sentido del humor. Mas no se rendía, siempre trataba usar material nuevo.
Dejando eso de lado, sus ojos eran espectadores de algo que comenzaba a convertirse en una locura. Primero había pasado su vista alrededor, entre viendo a Furia, Chy y a Athos. Eso era... normal, aunque inesperado. ¿Qué deseaba encontrar, algo había perdido? Había intentado seguir su mirada, también tratando de hallar lo que buscaba. Pero nada. Luego comenzó a preocuparse cuando Wood se tapó las orejas con tal fuerza que parecía estar sufriendo algún ataque—. ¿Todo bien? —Se acercó a ella, queriendo poner su mano en el hombro para transmitirle confianza, aunque deteniéndose pensando que invadiría su espacio personal.
Definitivamente algo no estaba bien. Saltaba y parecía querer alcanzar algo en el aire. Parecía una niña jugando con una hoja que flotaba. Pronto su compañera dejaría su apariencia humana, pasando a ser una figura canina. Era mitad lobo. "Quién lo diría". Se sentía entre sorprendido y fascinado, entre desconcertado y emocionado. Era la primera vez que estaba con una licántropa y era toda una experiencia. Pero no podía dejarse dominar por ese sentimiento, algo estaba mal.
Lanzó unos gruñidos mirando al mitad dragón, luego señalando con la cabeza hacia los árboles—. ¿Quiere que la siga? —Dijo incrédulo, luego agitando su cabeza. "Qué ridículo". Se regañó por olvidar que hace poco ella había ingerido un vegetal potencialmente tóxico—. Creo que... —No tenía caso seguir, ya había saltado hacia las ramas, cayendo sobre la nieve. Se acercó con cautela a ella, no dejando de contemplar su figura peluda y corpulenta, muy potente y ágil. "Fascinante".
—Disculpe mi perplejidad, de verdad que no la comprendo. —Forzaba un tono tranquilo, ocultando su emoción y confusión. Era inútil, parecía que no podía escucharle. Dio algunos pasos, mirando algo inespecífico, elevando su hocico y tratando percibir algún aroma—. ¿Tiene un rastro? —Puso de nuevo una sonrisa, ahora nerviosa y aún cómica—. ¿Quiere ir de cacería? —No hablaba en serio, mas ella parecía estar muy enfocada en ello. "Supongo". Realmente no podía interpretar su rostro, jamás había visto algo así.
—¿Qué le parece si se tranquiliza un poco y volvemos a conversar? —Puso su mano zurda detrás de ella, acariciando su pelaje. Por alguna razón, verla de esa forma le traía el instinto de darle una caricia como cuando se trata de domar a un cachorro. Era una comparación terrible, pero quizá funcionaría para relajarla—. ¿Señorita Wood, sí me escucha? —Musitó temeroso.
Athos
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Re: Ser lo que se quiere ser. [Interpretativo, Libre] [CERRADO]
Huuuuf hufff no dejaba de resoplar mientras el aire entraba y salía con dificultad de mi organismo . Sentí su cálida mano deslizarse por sobre mi pelaje. Que pudiera recordar, él era la primer persona que por su propia voluntad se animaba a tocar la bestia que llevaba dentro. Estaba también Philip, pero él era una especie de esclavo-enamorado-amante y no podía ser tomado en cuenta para esa cuestión, además él no lo había hecho con ese no se qué que me hizo paralizar al instante.
“¿Sí me escucha?” fueron las últimas palabras que él pronunció antes de que volviera a mi forma humana. La mano que antes había estado en mi espalda ahora se encontraba a una distancia importante de mí. Me encontraba ahora en el suelo, echada sobre la arena con las piernas hacia un lado. ¡Vaya! Woooow jajaja fue lo primero que pude decir.
Eso fue peligroso Athos, no supe qué hacer cuando me acariciaste. Le confesé frunciendo el ceño ante el oscuro pensamiento. En fin. ¿No ves a ese tipo tocando esa cosa que chilla horriblemente? Hay algo mal con él le dije señalando un punto medianamente cercano en el horizonte.
Pelo rojo, faldas rojas, musculoso. Apariencia humana, apuntaba y volvía a apuntar, como queriendo picar con mi dedo índice esa figura en la lejanía. Si Athos no podía verlo, es que ¿volvía a recaer en la locura?. Las fuerzas me abandonaron y dejé escapar un hondo suspiro. Agaché la cabeza y me volví hacia el dragón con los dientes apretados. Tienes que verlo le dije impotente, percibiendo que de a ratos los puercos desaparecían y la figura blanca de ese ser que parecía un caballo de pronto de perdía entre la nieve.
¿A los puercos tampoco? le pregunté con cierta obsesión enfermiza. Creí que ya había pasado todo esto… afirmé, cerrando un puño y golpeándolo fuertemente contra la helada nieve. Maldición. Espeté enojada, levantando la cabeza para ver aún a aquella figura a la lejanía. Agarré con ambas manos un puñado de nieve y me los restregué en el rostro para luego golpearme la cabeza sobre las orejas. No podía estar ocurriendo de nuevo…
“¿Sí me escucha?” fueron las últimas palabras que él pronunció antes de que volviera a mi forma humana. La mano que antes había estado en mi espalda ahora se encontraba a una distancia importante de mí. Me encontraba ahora en el suelo, echada sobre la arena con las piernas hacia un lado. ¡Vaya! Woooow jajaja fue lo primero que pude decir.
Eso fue peligroso Athos, no supe qué hacer cuando me acariciaste. Le confesé frunciendo el ceño ante el oscuro pensamiento. En fin. ¿No ves a ese tipo tocando esa cosa que chilla horriblemente? Hay algo mal con él le dije señalando un punto medianamente cercano en el horizonte.
Pelo rojo, faldas rojas, musculoso. Apariencia humana, apuntaba y volvía a apuntar, como queriendo picar con mi dedo índice esa figura en la lejanía. Si Athos no podía verlo, es que ¿volvía a recaer en la locura?. Las fuerzas me abandonaron y dejé escapar un hondo suspiro. Agaché la cabeza y me volví hacia el dragón con los dientes apretados. Tienes que verlo le dije impotente, percibiendo que de a ratos los puercos desaparecían y la figura blanca de ese ser que parecía un caballo de pronto de perdía entre la nieve.
¿A los puercos tampoco? le pregunté con cierta obsesión enfermiza. Creí que ya había pasado todo esto… afirmé, cerrando un puño y golpeándolo fuertemente contra la helada nieve. Maldición. Espeté enojada, levantando la cabeza para ver aún a aquella figura a la lejanía. Agarré con ambas manos un puñado de nieve y me los restregué en el rostro para luego golpearme la cabeza sobre las orejas. No podía estar ocurriendo de nuevo…
Woodpecker
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Re: Ser lo que se quiere ser. [Interpretativo, Libre] [CERRADO]
Tal vez le escucha, o tal vez no. Se necesitaban más que soplidos para saberlo. No obstante, Athos quería creer que sus palabras sí llegaban hasta la consciencia de la licántropa, y con justa razón, ya que sus soplidos habían tomado una forma diferente justo después de que le había preguntado, justo después de que había puesto su mano encima de ella. "O fue la mejor decisión o la peor decisión". Siendo más imaginativos, esa respiración pudo estar representado divergencia o rechazo ante su gesto.
Entretanto que se discutía sobre dejar su palma sobre su pelaje o no, Wood regresó a su forma natural. "¿O acaso su forma natural será la de una loba*? ¿O ambas forman parte de su naturaleza?" Para él mismo era sencillo describirse, porque aun cuando había nacido en forma humana, la esencia de dragón la llevaba desde su primer respiro, por lo tanto su naturaleza era tanto humana como dracónica, aunque esta última era dominante. Debería presentar su duda en el momento oportuno. Era una pregunta que llevaría a la lista, que parecía inflarse a cada instante, pronto tendría toda una entrevista sobre su vida.
Alejó su mano de ella. De nuevo caía en cuenta que era muy diferente lo que sentía cuando la veía como una 'bestia' y cuando estaba como una persona. Tal vez era una idea que debía reconstruir, después de todo su figuraba no cambiaba quién era realmente en el interior. "Wood, la intrépida exploradora". Ni la conocía del todo y ya le había dado un título. Algo le decía que se lo merecía del todo.
Le volvía a sonreír. Era poco expresivo, pero una vez que comenzaba a entrar en el ambiente sentía menos presión a la hora de liberar sus discretos gestos. Y es que era entre cómico y agradable verla más serena, incluso bufando y riendo. La verdad es que encontraba sumamente placentero percibir esa extraña energía que la dama emanaba. No exactamente energía, en realidad su forma de ser, la de no parecer preocuparse por lo demás y siempre poner buena cara a todo accionaba gratos pensares en Athos. Era relajante.
No comprendió del todo la oración que utilizó, pero no queriendo interrumpirle no le interrogó. "¿Peligroso porque pudo asustarse y regresarme una zarpada, tal vez?" Eran clásicas las historias de los niños que tocaban un perro poco domesticado y recibían un mordisco. Por poco y Komar sería ese niño. No lo fue, y agradecía por eso.
Lentamente volteó siguiendo la señal de la joven. Sintió una especie de escalofrío recorrer su vértebra, similar a la que se siente al recibir una noticia inquietante. Estaba realmente estupefacto por lo que había oído y no sabría cómo reaccionar si llegara a ver a ese hombre que mencionaba. Peor aún, ¿qué debería decir si no lo veía? La verdad, claro... ¿y cómo?
—No. —Sentenció en seco, revisando con más detenimiento por si estaba oculto en algún lugar, pero era inútil, alguien con la descripción que le daba debería de ser fácil de percibir. Si no lo veía era porque no estaba ahí, irremediablemente indicando que uno de los dos alucinaba. "¿Y quién comió el hongo misterioso?" Era una pena, se sentía terrible y responsable. Debió decir algo en ese momento, si no hubiese estado pensando en lo que fuera que estaba pensando en ese instante, hubiera comentado la forma exótica del vegetal, quizá evitando el alboroto, evitándole el espejismo.
—Discúlpeme, no le veo. —Repitió con cierta pena, volviendo su vista a ella. Le costaba aceptarlo, pero parecía un poco lunática señalando con tanto furor impetuoso. Era casi triste verla de esa manera, envuelta en una ilusión. Y quién sabe si mejoraría o empeoraría. La toxina de la seta había actuado bastante rápido, con suerte se iría tan pronto como vino, o no. Lo único que se le ocurría en ese momento era hacerle entrar en razón, quizá si le ayudaba a discernir entre lo real y lo irreal sería capaz de controlarse.
"¿Puercos?" Se vio interceptado de nueva cuenta, obligado a retener sus palabras y pasar su vista a su derredor. Nada. Cero puercos. ¿Acaso a ellos trataba de atrapar? Pero si los cerdos no vuelan o flotan, ¿por qué saltaba entonces? Seguramente había una tercera alucinación, o cuarta. Quién sabe—. Tampoco los veo, señorita. Perdóneme. —No podía contenerse más, debía hacer algo por esa pobre mujer que parecía sufrir mucho, sobre todo porque parecía atribuir su desgracia a algo del pasado. "No sé si tenga razón, pero estoy cierto que ese hongo no fue saludable".
Con tranquilidad —ojalá contagiosa— se acercó a ella y se puso de cuclillas a su lado y suavemente sujetó sus muñecas. Creía que si no la detenía terminaría moliéndose el cráneo. Posteriormente usó toda su calma para articular lo siguiente—: No se frustre por lo que no pudo hacerse, alégrese por lo que ahora es. Las imágenes en su cabeza no podrán dañarla, si comprende que son una vaga mentira. Y el pasado tampoco arruinará su presente, porque es tan lejano y pesado que jamás le alcanzará. —Intentaba darle una sonrisa de confianza, acto difícil con su actual temple adusto—. Le aseguro que ahora está a salvo. Sin embargo, debe hacer un esfuerzo para captar la realidad. Es bastante probable que esa seta le esté haciendo alucinar. ¿Entiende lo que le digo? Debe luchar contra sus efectos y enfocar sus fuerzas para ganar, no derrotarse a sí misma.
—Amiga Wood. —Cambió a un tono severo y grave, tratando de que fuera claro la importancia de lo que diría—. Rechace las ilusiones y el oscuro pasado. Recupere el control. —Sin más que decirle, la soltó con la misma gentileza y retrocedió un poco para darle el espacio que necesitara, aunque listo para intervenir.
*sé que no tiene forma de loba convencional, pero no vino otra palabra para describirle...
Entretanto que se discutía sobre dejar su palma sobre su pelaje o no, Wood regresó a su forma natural. "¿O acaso su forma natural será la de una loba*? ¿O ambas forman parte de su naturaleza?" Para él mismo era sencillo describirse, porque aun cuando había nacido en forma humana, la esencia de dragón la llevaba desde su primer respiro, por lo tanto su naturaleza era tanto humana como dracónica, aunque esta última era dominante. Debería presentar su duda en el momento oportuno. Era una pregunta que llevaría a la lista, que parecía inflarse a cada instante, pronto tendría toda una entrevista sobre su vida.
Alejó su mano de ella. De nuevo caía en cuenta que era muy diferente lo que sentía cuando la veía como una 'bestia' y cuando estaba como una persona. Tal vez era una idea que debía reconstruir, después de todo su figuraba no cambiaba quién era realmente en el interior. "Wood, la intrépida exploradora". Ni la conocía del todo y ya le había dado un título. Algo le decía que se lo merecía del todo.
Le volvía a sonreír. Era poco expresivo, pero una vez que comenzaba a entrar en el ambiente sentía menos presión a la hora de liberar sus discretos gestos. Y es que era entre cómico y agradable verla más serena, incluso bufando y riendo. La verdad es que encontraba sumamente placentero percibir esa extraña energía que la dama emanaba. No exactamente energía, en realidad su forma de ser, la de no parecer preocuparse por lo demás y siempre poner buena cara a todo accionaba gratos pensares en Athos. Era relajante.
No comprendió del todo la oración que utilizó, pero no queriendo interrumpirle no le interrogó. "¿Peligroso porque pudo asustarse y regresarme una zarpada, tal vez?" Eran clásicas las historias de los niños que tocaban un perro poco domesticado y recibían un mordisco. Por poco y Komar sería ese niño. No lo fue, y agradecía por eso.
Lentamente volteó siguiendo la señal de la joven. Sintió una especie de escalofrío recorrer su vértebra, similar a la que se siente al recibir una noticia inquietante. Estaba realmente estupefacto por lo que había oído y no sabría cómo reaccionar si llegara a ver a ese hombre que mencionaba. Peor aún, ¿qué debería decir si no lo veía? La verdad, claro... ¿y cómo?
—No. —Sentenció en seco, revisando con más detenimiento por si estaba oculto en algún lugar, pero era inútil, alguien con la descripción que le daba debería de ser fácil de percibir. Si no lo veía era porque no estaba ahí, irremediablemente indicando que uno de los dos alucinaba. "¿Y quién comió el hongo misterioso?" Era una pena, se sentía terrible y responsable. Debió decir algo en ese momento, si no hubiese estado pensando en lo que fuera que estaba pensando en ese instante, hubiera comentado la forma exótica del vegetal, quizá evitando el alboroto, evitándole el espejismo.
—Discúlpeme, no le veo. —Repitió con cierta pena, volviendo su vista a ella. Le costaba aceptarlo, pero parecía un poco lunática señalando con tanto furor impetuoso. Era casi triste verla de esa manera, envuelta en una ilusión. Y quién sabe si mejoraría o empeoraría. La toxina de la seta había actuado bastante rápido, con suerte se iría tan pronto como vino, o no. Lo único que se le ocurría en ese momento era hacerle entrar en razón, quizá si le ayudaba a discernir entre lo real y lo irreal sería capaz de controlarse.
"¿Puercos?" Se vio interceptado de nueva cuenta, obligado a retener sus palabras y pasar su vista a su derredor. Nada. Cero puercos. ¿Acaso a ellos trataba de atrapar? Pero si los cerdos no vuelan o flotan, ¿por qué saltaba entonces? Seguramente había una tercera alucinación, o cuarta. Quién sabe—. Tampoco los veo, señorita. Perdóneme. —No podía contenerse más, debía hacer algo por esa pobre mujer que parecía sufrir mucho, sobre todo porque parecía atribuir su desgracia a algo del pasado. "No sé si tenga razón, pero estoy cierto que ese hongo no fue saludable".
Con tranquilidad —ojalá contagiosa— se acercó a ella y se puso de cuclillas a su lado y suavemente sujetó sus muñecas. Creía que si no la detenía terminaría moliéndose el cráneo. Posteriormente usó toda su calma para articular lo siguiente—: No se frustre por lo que no pudo hacerse, alégrese por lo que ahora es. Las imágenes en su cabeza no podrán dañarla, si comprende que son una vaga mentira. Y el pasado tampoco arruinará su presente, porque es tan lejano y pesado que jamás le alcanzará. —Intentaba darle una sonrisa de confianza, acto difícil con su actual temple adusto—. Le aseguro que ahora está a salvo. Sin embargo, debe hacer un esfuerzo para captar la realidad. Es bastante probable que esa seta le esté haciendo alucinar. ¿Entiende lo que le digo? Debe luchar contra sus efectos y enfocar sus fuerzas para ganar, no derrotarse a sí misma.
—Amiga Wood. —Cambió a un tono severo y grave, tratando de que fuera claro la importancia de lo que diría—. Rechace las ilusiones y el oscuro pasado. Recupere el control. —Sin más que decirle, la soltó con la misma gentileza y retrocedió un poco para darle el espacio que necesitara, aunque listo para intervenir.
*sé que no tiene forma de loba convencional, pero no vino otra palabra para describirle...
Athos
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Re: Ser lo que se quiere ser. [Interpretativo, Libre] [CERRADO]
Él tomó con delicadeza mis manos, al principio no me di cuenta de eso debido a que la piel de mis extremidades estaba adormecida debido al frío, pero cuando intenté volver a golpearme me di cuenta que no había más dolor, entonces levanté la cabeza y vi lo que sucedía, luego, unos momentos después, cuando ya llevaba un rato así, fui capaz de sentir la tibieza de su agarre. Puse la cabeza de lado, tratando de comprender lo que sucedía, lo que él decía…
Athos parecía más expresivo, ¿o era yo quién se lo estaba imaginando? ¿Era ese hombre real? Furia y Chy debían serlo, llevaban ya mucho tiempo conmigo. Busqué llevarme una mano a la frente, la cabeza comenzaba a dolerme bastante, pero las manos de él eran un poco inquietantes, parecía determinado a no dejar que siguiera haciéndome daño. Reí con desgana, él se estaba disculpando por algo que yo padecía. Volvía reír sin querer hacerlo realmente, eso era la única reacción que tenía en ese momento para aquello que estaba sucediendo. Todo mi mundo se estaba poniendo de cabeza.
¿Vaga mentira? repetí, levantando mi vista del suelo, silenciando aquellos sonidos repetitivos y exasperantes que habían salido momentos atrás de mi garganta. Ahora mi atención se enfocaba sólo en él, en su cuello, en el movimiento que hacía al hablar con esas leves vibraciones sobre la delgada capa de piel, en sus labios y sus palabras. ¿Seta? bajé mi mirada para pensar en eso que decía. Tenía cierta lógica… pero en el pasado ya había alucinado cosas que se escuchaban y veían muy pero muy reales. Aún desconfiaba de él.
Su cambio de tono hizo que me sobresaltara, la denominación y clasificación de mi persona hacia él fueron como una especie de chasquido mental. Me pidió recuperar el control y rechazar el pasado. ¿Cómo hacer eso? pregunté, viéndolo alejarse sutilmente de mí. Miré a los alrededores, el extraño caballo con ese cuerno extraño había desaparecido y los puercos también. Sólo quedaba aquél tipo que se acercaba peligrosamente a nosotros con una expresión indescifrable. Ahora que estaba más cerca podían notarse incontables cicatrices así como la ausencia de un ojo.
En ese momento mi mente no dejaba de fantasear, de calcular, de cuestionarse… de delirar. Quería aferrarme a sus palabras, a todo su ser, pero ¿y si también era un divague de mi mente insana? No tenía forma de saberlo, sin embargo si él no era real, sería la ilusión más sana que había tenido hasta el momento, por lo que decidí aferrarme a ella. Lentamente me incorporé, tenía frío, ahora que mi circulación volvía a activarse podía notarlo. Pero antes que mi cuerpo estaba él allí, frente a mí.
No dejaba de verle a los ojos, tratando de ignorar la figura rojiza que se acercaba a nosotros por mi espalda. Tendí mis manos hacia él y lentamente acaricié su rostro. Su piel era más suave de lo que aparentaba y estaba caliente, al menos tanto como podrían sentirlo mis dedos congelados. Tú no eres una ilusión, ¿verdad Athos? pregunté, mi voz estaba algo quebrada, no sonaba igual que lo había hecho momentos atrás.
Sin derecho a réplicas le abracé, su indumentaria era molesta e incluso picaba. Sonreí mientras me apartaba de él Hueles a tierra húmeda y sol le informé y tomando suavemente su mano izquierda la llevé a mi rostro y le mordí suavemente la coyuntura del dedo índice. Lo siento, quería comprobar si… bueno, ya sabes me disculpé en voz baja, algo más calmada. Liberé su mano y me aparté un paso hacia Furia. Quería evitar volverme para ver si la ilusión estaba allí o había desaparecido. Lo siento… volví a repetir, indecisa, sin saber si montar a lomos de Furia y huir o quedarme en ese lugar seguro a su lado.
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Off: Si crees que me pasé en algo, edito ^^
Athos parecía más expresivo, ¿o era yo quién se lo estaba imaginando? ¿Era ese hombre real? Furia y Chy debían serlo, llevaban ya mucho tiempo conmigo. Busqué llevarme una mano a la frente, la cabeza comenzaba a dolerme bastante, pero las manos de él eran un poco inquietantes, parecía determinado a no dejar que siguiera haciéndome daño. Reí con desgana, él se estaba disculpando por algo que yo padecía. Volvía reír sin querer hacerlo realmente, eso era la única reacción que tenía en ese momento para aquello que estaba sucediendo. Todo mi mundo se estaba poniendo de cabeza.
¿Vaga mentira? repetí, levantando mi vista del suelo, silenciando aquellos sonidos repetitivos y exasperantes que habían salido momentos atrás de mi garganta. Ahora mi atención se enfocaba sólo en él, en su cuello, en el movimiento que hacía al hablar con esas leves vibraciones sobre la delgada capa de piel, en sus labios y sus palabras. ¿Seta? bajé mi mirada para pensar en eso que decía. Tenía cierta lógica… pero en el pasado ya había alucinado cosas que se escuchaban y veían muy pero muy reales. Aún desconfiaba de él.
Su cambio de tono hizo que me sobresaltara, la denominación y clasificación de mi persona hacia él fueron como una especie de chasquido mental. Me pidió recuperar el control y rechazar el pasado. ¿Cómo hacer eso? pregunté, viéndolo alejarse sutilmente de mí. Miré a los alrededores, el extraño caballo con ese cuerno extraño había desaparecido y los puercos también. Sólo quedaba aquél tipo que se acercaba peligrosamente a nosotros con una expresión indescifrable. Ahora que estaba más cerca podían notarse incontables cicatrices así como la ausencia de un ojo.
En ese momento mi mente no dejaba de fantasear, de calcular, de cuestionarse… de delirar. Quería aferrarme a sus palabras, a todo su ser, pero ¿y si también era un divague de mi mente insana? No tenía forma de saberlo, sin embargo si él no era real, sería la ilusión más sana que había tenido hasta el momento, por lo que decidí aferrarme a ella. Lentamente me incorporé, tenía frío, ahora que mi circulación volvía a activarse podía notarlo. Pero antes que mi cuerpo estaba él allí, frente a mí.
No dejaba de verle a los ojos, tratando de ignorar la figura rojiza que se acercaba a nosotros por mi espalda. Tendí mis manos hacia él y lentamente acaricié su rostro. Su piel era más suave de lo que aparentaba y estaba caliente, al menos tanto como podrían sentirlo mis dedos congelados. Tú no eres una ilusión, ¿verdad Athos? pregunté, mi voz estaba algo quebrada, no sonaba igual que lo había hecho momentos atrás.
Sin derecho a réplicas le abracé, su indumentaria era molesta e incluso picaba. Sonreí mientras me apartaba de él Hueles a tierra húmeda y sol le informé y tomando suavemente su mano izquierda la llevé a mi rostro y le mordí suavemente la coyuntura del dedo índice. Lo siento, quería comprobar si… bueno, ya sabes me disculpé en voz baja, algo más calmada. Liberé su mano y me aparté un paso hacia Furia. Quería evitar volverme para ver si la ilusión estaba allí o había desaparecido. Lo siento… volví a repetir, indecisa, sin saber si montar a lomos de Furia y huir o quedarme en ese lugar seguro a su lado.
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Re: Ser lo que se quiere ser. [Interpretativo, Libre] [CERRADO]
"Pobre muchacha". Sentía tanta compasión por ella, y un ferviente deseo por ayudarla con todas sus fuerzas. ¿Pero qué podía hacer, qué podía decirle? Si ese hongo realmente le estaba haciendo ese daño, ¿cómo se lo sacaría de su cuerpo? No tenía el conocimiento suficiente para tratar esos tipos de venenos, a lo mucho podía darle alguna hierba o agua, ¿mas qué garantizaba que sería algo útil? Y si acaso era algo más, ¿qué podía decirle para hacerla sentir bien si a penas la conocía? Por más que imaginara su situación pasada, por más comprensión que hubiera entre ambos, la verdad era que no se entendían mutuamente, no sabían lo que había pasado.
"Creí que ya había pasado todo esto", repitió con dolor en su mente. Justo eso es lo que ella había dicho, ¿pero qué significaba? ¿La locura? ¿Antes no tenía control sobre su transformación, sobre sus propios pensamientos? De ser así, sí iba a poder ayudarla mejor, porque él había pasado por eso. No obstante... "Me llevó años dominarlo, me tomó centenas de entrenamientos, millares de palabras". ¿Cómo podría dar solución a un problema en sólo un minuto.
Athos sentía la mirada perdida y confundida de su acompañante, tratando de penetrar a través de ella y observar los minúsculos detalles que esos ojos ocultaban, tratando de llegar a su psiquis y de alguna forma saber lo que estaba pensando. De esa forma sería más sencillo decirle lo que necesitaba oír. Pero era difícil, aún no dominaba las mismas técnicas que su maestro, aún no tenía esa infinita sabiduría, ni esa manera poética al hablar. Carecía de tanto para ayudar a los demás, y ahora se daba cuenta que no era sencillo traer paz a otros.
Tal vez cometía un error al intentar tratarla como a él se le había tratado. La veía y se reflejaba en ella, y hablaba pensando que le hablaba al joven Athos de veinte y quince años. Era incorrecto. "No todos somos iguales, todos requerimos de consejos diferentes". Entonces, ¿qué necesitaba Wood?
Cuando comprendió que se estaba acercando hacia él, su reflejo de combate le hizo dar un paso atrás, pero su sentido de protección lo mantuvo firme, permitiendo que la señorita hiciera lo que tuviera que hacer, con la esperanza de que eso le ayudaría de alguna manera—. No dude de mi existencia. Sé que soy diminuto, mas le aseguro ser muy real. —Contestó con cierta monotonía, con un tono seco y sin sabor, un poco desconcertado por la acción de la dama.
"¿Qué es un abrazo?" Se preguntó incrédulo al sentir los brazos femeninos rodearle. "¿Es aferrarse a algo que aprecias, sostener lo que más quieres, una transmisión de sentimientos?" Sea lo que sea, y fuera el significado que tuviera para Wood, esperaba que le hiciera sentir mejor. Aunque debía admitir que prefería ser abrazado que mordido, aun así todo aquello fue fascinante. "Tal vez su instinto salvaje le hizo hacerlo". No conocía mucho de licántropos, sólo tenía hipótesis.
—No la disculparé, porque no ha hecho algo malo. —Mantuvo su voz sobria, tratando de encontrar el tono correcto a emplear. Mientras que ella comenzaba a encaminarse con Furia, seguramente buscando la protección de una amiga más confiable, porque era muy ilógico tratar de depender de un desconocido. "Bah". Chasqueó sus dedos y tomó una decisión. "En esta vida todos somos hermanos. Es mi deber velar por mi familia".
Se mantuvo cerca de ella—. ¿Ya planea irse, señorita? —Musitó curioso—. Aún debemos ir a compartir el desayuno. —Sonrió divertido—. Y no olvide la casita del lago. —"Qué tontería". Sólo había dicho aquello con comedia porque quería estar seguro de lo que diría a continuación, lo que realmente quería decirle. Ella no quería recordar, al contrario, parecía desear alejarse del pasado. Se acercó más y puso una mano sobre su hombro, y guardo silenció un instante, queriendo hacerle entender que estaba ahí de verdad.
—No tiene que mirar atrás. Allá sólo hay dolor y oscuridad. Alce la mirada y aprecie lo que tiene ahora. Furia y Chy le quieren mucho y la seguirán por siempre. El brillante Sol iluminará su camino y la Luna le acompañará en las tinieblas. —Su voz tomaba un sentido tranquilo y sincero, casi cariñoso y de mucho respeto—. Yo la miro y observo a una gran mujer deseosa de aventuras, con el sueño de alcanzar las estrellas. No pierda ese grandioso espíritu, ni esas sorprendentes fuerzas. Usted posee un poder que es más grande que todo, utilícelo y honre su potencia. —Le dedicó una sonrisa calmada—. No se pierda en la confusión ni se entregue a las ilusiones, no es digno de alguien como usted, amiga Wood.
Apartó lentamente su mano de ella, dándole de nuevo su espacio, permitiéndole que siguiera, si es que era su plan partir. "¿Qué hará ahora?" Ya le había sorprendido varias veces, a cada segundo, seguramente en el siguiente instante diría o haría algo impresionante. Si de verdad sus caminos llegaran a separarse, eso sería lo que más extrañaría: su espontaneidad. "Aunque... no haya sido su voluntad".
OFF: Como dijo Athos, nada malo has hecho. Está genial, chica~"Creí que ya había pasado todo esto", repitió con dolor en su mente. Justo eso es lo que ella había dicho, ¿pero qué significaba? ¿La locura? ¿Antes no tenía control sobre su transformación, sobre sus propios pensamientos? De ser así, sí iba a poder ayudarla mejor, porque él había pasado por eso. No obstante... "Me llevó años dominarlo, me tomó centenas de entrenamientos, millares de palabras". ¿Cómo podría dar solución a un problema en sólo un minuto.
Athos sentía la mirada perdida y confundida de su acompañante, tratando de penetrar a través de ella y observar los minúsculos detalles que esos ojos ocultaban, tratando de llegar a su psiquis y de alguna forma saber lo que estaba pensando. De esa forma sería más sencillo decirle lo que necesitaba oír. Pero era difícil, aún no dominaba las mismas técnicas que su maestro, aún no tenía esa infinita sabiduría, ni esa manera poética al hablar. Carecía de tanto para ayudar a los demás, y ahora se daba cuenta que no era sencillo traer paz a otros.
Tal vez cometía un error al intentar tratarla como a él se le había tratado. La veía y se reflejaba en ella, y hablaba pensando que le hablaba al joven Athos de veinte y quince años. Era incorrecto. "No todos somos iguales, todos requerimos de consejos diferentes". Entonces, ¿qué necesitaba Wood?
Cuando comprendió que se estaba acercando hacia él, su reflejo de combate le hizo dar un paso atrás, pero su sentido de protección lo mantuvo firme, permitiendo que la señorita hiciera lo que tuviera que hacer, con la esperanza de que eso le ayudaría de alguna manera—. No dude de mi existencia. Sé que soy diminuto, mas le aseguro ser muy real. —Contestó con cierta monotonía, con un tono seco y sin sabor, un poco desconcertado por la acción de la dama.
"¿Qué es un abrazo?" Se preguntó incrédulo al sentir los brazos femeninos rodearle. "¿Es aferrarse a algo que aprecias, sostener lo que más quieres, una transmisión de sentimientos?" Sea lo que sea, y fuera el significado que tuviera para Wood, esperaba que le hiciera sentir mejor. Aunque debía admitir que prefería ser abrazado que mordido, aun así todo aquello fue fascinante. "Tal vez su instinto salvaje le hizo hacerlo". No conocía mucho de licántropos, sólo tenía hipótesis.
—No la disculparé, porque no ha hecho algo malo. —Mantuvo su voz sobria, tratando de encontrar el tono correcto a emplear. Mientras que ella comenzaba a encaminarse con Furia, seguramente buscando la protección de una amiga más confiable, porque era muy ilógico tratar de depender de un desconocido. "Bah". Chasqueó sus dedos y tomó una decisión. "En esta vida todos somos hermanos. Es mi deber velar por mi familia".
Se mantuvo cerca de ella—. ¿Ya planea irse, señorita? —Musitó curioso—. Aún debemos ir a compartir el desayuno. —Sonrió divertido—. Y no olvide la casita del lago. —"Qué tontería". Sólo había dicho aquello con comedia porque quería estar seguro de lo que diría a continuación, lo que realmente quería decirle. Ella no quería recordar, al contrario, parecía desear alejarse del pasado. Se acercó más y puso una mano sobre su hombro, y guardo silenció un instante, queriendo hacerle entender que estaba ahí de verdad.
—No tiene que mirar atrás. Allá sólo hay dolor y oscuridad. Alce la mirada y aprecie lo que tiene ahora. Furia y Chy le quieren mucho y la seguirán por siempre. El brillante Sol iluminará su camino y la Luna le acompañará en las tinieblas. —Su voz tomaba un sentido tranquilo y sincero, casi cariñoso y de mucho respeto—. Yo la miro y observo a una gran mujer deseosa de aventuras, con el sueño de alcanzar las estrellas. No pierda ese grandioso espíritu, ni esas sorprendentes fuerzas. Usted posee un poder que es más grande que todo, utilícelo y honre su potencia. —Le dedicó una sonrisa calmada—. No se pierda en la confusión ni se entregue a las ilusiones, no es digno de alguien como usted, amiga Wood.
Apartó lentamente su mano de ella, dándole de nuevo su espacio, permitiéndole que siguiera, si es que era su plan partir. "¿Qué hará ahora?" Ya le había sorprendido varias veces, a cada segundo, seguramente en el siguiente instante diría o haría algo impresionante. Si de verdad sus caminos llegaran a separarse, eso sería lo que más extrañaría: su espontaneidad. "Aunque... no haya sido su voluntad".
Athos
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Re: Ser lo que se quiere ser. [Interpretativo, Libre] [CERRADO]
Cuando Athos dijo que no me disculparía, simplemente agaché la cabeza y sonreí de lado. Esperaba que dijera algo así y estaba preparada para partir, más jamás hubiera sospechado que escucharía tales palabras de él. Después de que chasqueó sus dedos –de una forma casi que profesional- me hizo reflexionar con sus palabras, diría que había cierta dulzura en el tono de su voz y que sus ojos se habían ablandado bastante desde la primera vez que le vi, o al menos, esa fue mi impresión.
Una especie de alegría velada comenzó a desbordar mi corazón, pero no quise dejar que sus halagadoras palabras me atravesaran como si fuese una cachorra inexperta, pero ¡vaya que me sorprendió cuando sacó a la luz de nuevo lo de la casa del lago! Negué en silencio, con una sonrisa a flor de labios mientras le escuchaba. Él había posado suavemente su mano en uno de mis hombros y Furia, quién se había acercado ahora a mi lado, se mantenía con su pescuezo recostado sobre el otro de mis hombros, prestándome su calor y olfateando a nuestro compañero.
Las palabras que conformaron el nuevo discurso del dragón estaban cargadas de esperanza y luz. Fruncí ligeramente el ceño mientras le escuchaba, no estaba del todo de acuerdo con sus palabras. Yo no era alguien así, la oscuridad había guiado mis pasos, estaba maldita y sabía que nunca debí de haber nacido, sabía que con cada respiro que daba probablemente aumentaban las oportunidades de que en el futuro le hiciera daño a él o a alguien más, pero era débil. Mi carne y mi mente siempre lo habían sido y por eso estaba allí y en ese lugar. De haber tenido esas fuerzas de las que él hablaba… de haber sido digna de la vida que se me otorgó, probablemente ya sería comida de gusanos.
Él se apartó nuevamente de mí. El lugar en donde había estado reposando su mano permanecía cálido, allí se posó Chy tras un nuevo vuelo rasante. Negué con la cabeza y le sonreí de lado. Mi sol está eclipsado y la luna siempre es nueva para mí. Las estrellas eran mis esperanzas cuando no era más que una buena niña, pero ahora… miré el cielo buscando las palabras adecuadas las cosas son diferentes Athos..
Respiré profundamente y dejé salir el aire ruidosamente a través de mis labios. ¡Pero es cierto que no dejaré que ese maldito cabrón en faldas me asuste, sea una visión o no! de alguna forma me sentía mejor y grité aquellas palabras como si fuesen mi último epitafio. Casi arranqué del suelo una cantidad considerable de nieve, mi brazo derecho era el de mi forma licántropa mientras que el resto de mi cuerpo era completamente humano.
Creo que no le había mostrado a muchos este brazo le dije con un tono de voz neutral mientras le extendía la mano con una bola de nieve. Juguemos un momento ¿si? le propuse mirando sus grandes ojos.
Si le pegas en la frente a ese tipo que nos observa dije en voz medio baja, señalando por encima de su hombro hacia el sur-este iré a desayunar, a la casa del lago y te acompañaré a donde quieras, aunque nunca he estado en Beltrexus esta vez le miré de lado, cotejando los pros y contras de ir a un lugar desconocido con una raza que no me caía del todo bien.
Antes de que lo hagas, debes de saber que no soy tan buena como lo imaginas. He hecho cosas terribles y no quedarán en mi pasado le miraba directamente a los ojos, era una advertencia. De lo contrario, si no le aciertas, subiré a lomos de Furia y procuraré que seas uno más de mis conocidos con los que crucé caminos y no armas. Le guiñé un ojo y miré la bola de nieve en la palma de mi mano. Estaba comenzando a derretirse lentamente.
Una especie de alegría velada comenzó a desbordar mi corazón, pero no quise dejar que sus halagadoras palabras me atravesaran como si fuese una cachorra inexperta, pero ¡vaya que me sorprendió cuando sacó a la luz de nuevo lo de la casa del lago! Negué en silencio, con una sonrisa a flor de labios mientras le escuchaba. Él había posado suavemente su mano en uno de mis hombros y Furia, quién se había acercado ahora a mi lado, se mantenía con su pescuezo recostado sobre el otro de mis hombros, prestándome su calor y olfateando a nuestro compañero.
Las palabras que conformaron el nuevo discurso del dragón estaban cargadas de esperanza y luz. Fruncí ligeramente el ceño mientras le escuchaba, no estaba del todo de acuerdo con sus palabras. Yo no era alguien así, la oscuridad había guiado mis pasos, estaba maldita y sabía que nunca debí de haber nacido, sabía que con cada respiro que daba probablemente aumentaban las oportunidades de que en el futuro le hiciera daño a él o a alguien más, pero era débil. Mi carne y mi mente siempre lo habían sido y por eso estaba allí y en ese lugar. De haber tenido esas fuerzas de las que él hablaba… de haber sido digna de la vida que se me otorgó, probablemente ya sería comida de gusanos.
Él se apartó nuevamente de mí. El lugar en donde había estado reposando su mano permanecía cálido, allí se posó Chy tras un nuevo vuelo rasante. Negué con la cabeza y le sonreí de lado. Mi sol está eclipsado y la luna siempre es nueva para mí. Las estrellas eran mis esperanzas cuando no era más que una buena niña, pero ahora… miré el cielo buscando las palabras adecuadas las cosas son diferentes Athos..
Respiré profundamente y dejé salir el aire ruidosamente a través de mis labios. ¡Pero es cierto que no dejaré que ese maldito cabrón en faldas me asuste, sea una visión o no! de alguna forma me sentía mejor y grité aquellas palabras como si fuesen mi último epitafio. Casi arranqué del suelo una cantidad considerable de nieve, mi brazo derecho era el de mi forma licántropa mientras que el resto de mi cuerpo era completamente humano.
Creo que no le había mostrado a muchos este brazo le dije con un tono de voz neutral mientras le extendía la mano con una bola de nieve. Juguemos un momento ¿si? le propuse mirando sus grandes ojos.
Si le pegas en la frente a ese tipo que nos observa dije en voz medio baja, señalando por encima de su hombro hacia el sur-este iré a desayunar, a la casa del lago y te acompañaré a donde quieras, aunque nunca he estado en Beltrexus esta vez le miré de lado, cotejando los pros y contras de ir a un lugar desconocido con una raza que no me caía del todo bien.
Antes de que lo hagas, debes de saber que no soy tan buena como lo imaginas. He hecho cosas terribles y no quedarán en mi pasado le miraba directamente a los ojos, era una advertencia. De lo contrario, si no le aciertas, subiré a lomos de Furia y procuraré que seas uno más de mis conocidos con los que crucé caminos y no armas. Le guiñé un ojo y miré la bola de nieve en la palma de mi mano. Estaba comenzando a derretirse lentamente.
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Re: Ser lo que se quiere ser. [Interpretativo, Libre] [CERRADO]
El escenario parecía empezar a cobrar una esencia un poco más normal. Cuando menos, Wood ya articulaba oraciones más complejas y ofrecía gestos menos lúgubres y deprimentes. Era realmente reconfortante para él no tener que verla en esa especie de estado perturbado. Quizá los efectos del vegetal habían quedado atrás, ya sea porque eso es lo que duraba o porque el metabolismo de un licántropo era tan activo que eliminaba con facilidad las toxinas. Sea como sea, ya era más fácil mirarla sin tener que preocuparse por ella.
Sentía las respiraciones de Furia, muy profundas y perspicaces. Le resultaba bastante obvio que estaba olfateando para conocerle mejor, aunque ignoraba qué clase de conclusiones obtendría a partir de su olor a 'humedad y sol'. "Hmm". Algo extraño había en eso, jamás le habían dicho que tenía esa esencia. Realmente, nadie hablaba de los olores de otros, ¿sería que al tener un olfato mejor al de un ser humano promedio se basaba en éste para familiarizarse con los que le rodeaban. También estaba Chy, la majestuosa ave, analizando con sus agudos ojos. Athos se sentía honrado con tanta atención. "Me pregunto qué cosas nos podrían decir".
"¿Y qué tan diferentes?" Se preguntaba con infinita curiosidad, reteniéndose solamente porque ya estaba indagando demasiado, hasta él sabía cuándo detenerse. De hecho, si ella quisiera hablar de eso, lo hubiese comentado en la misma oración, pero si lo había dejado hasta ahí, era porque hasta ahí lo quería dejar. Además, muy fiel a su dinámica, su falta de pausa evitaba que Athos dijera algo en medio. Interrumpir era algo que veía terriblemente mal. Muy mal.
Aun así, eso no evito que hiciera sus propias conclusiones. "Sol eclipsado". Suponía que se refería a una vida de tinieblas. Ya que no estaba literalmente en la oscuridad, debía referirse a sí misma. Y cuando alguien dice estar en las sombras, usualmente significa que anda sin un rumbo específico o que el camino que sigue está lleno de maldad y miseria. Ambos casos eran horribles.
"Luna nueva". ¿Quizá daba a entender que no había constancia en su vida, que siempre debía estar en movimiento, conociendo gente y diciéndoles adiós? "Eso no suena tan mal". Así es como funciona el mundo, después de todo, y entristecerse por eso era algo absurdo. Bien podría decirle algo al respecto, aunque tal vez lo había malinterpretado. No había mucho que reflexionar respecto a sus esperanzas de niña. Lo típico era que tenía sus sueños y se desmoronaron.
Sonrió ante su afirmación. Era más que gracioso que siguiera empeñada en confrontar a ese extraño espejismo. Era mucho más que eso. Era algo complicado de explicar. Era como si Athos pudiera sentir la determinación de la joven, quien estaba firme al querer vengarse, o simplemente cobrar cuentas, sobre todo porque se trataba de algo irreal. "Me pregunto cómo lo hará". Comenzaba a entretenerse de nuevo con sus curiosos actos. Y pronto lo disfrutaría más.
Alzó ambas cejas —queriendo levantar sólo una— por la impresión al verla recoger la nieve. Primero pensando que volvería a llenarse la boca con la escarcha, botando la idea de inmediato porque era ridículo. Luego imaginando que la usaría para lanzarla, esperando que fuese a ese 'cabrón en faldas'. Sobre todo, se sentía impresionado al ver su semi-transformación. "Fascinante". No sabía que era posible hacer una metamorfosis parcial, eso debía significar un gran control de su parte.
Estaba sin palabras por la gratitud que sentía. Sonaba muy lógico que no permitiera a cualquier verla de esa forma, y tomando en cuenta que hace poco ni sabían que existía el otro, más halagado se sentía. ¡Y más cuando le propuso jugar! Un sentimiento de felicidad le llenaba, ya que el caballero asociaba los juegos con rituales de amistad; es decir que sólo se hacían entre buenos conocidos. Aceptaría de inmediato. "¿Pero qué clase de juego?"
Las condiciones estaban hechas, y aunque parecía imposible para él acertar, no rechazaría la propuesta. Además, ya le había indicado la dirección, y eso era lo único que necesitaba, ¿no? Daba igual, porque era un juego, y un juego no necesariamente tenía que tener sentido; de hecho, eso lo hacía más divertido. "Qué creativa es". Estaba a punto de decirle que lo haría, pero ella misma agregó algo más.
Le sonrió de medio lado—. Señorita Wood, yo tampoco soy una buena persona. —Lentamente fue elevando su diestra para tomar la nieve que le ofrecía—. Estoy en una constante lucha contra mi naturaleza destructiva. —Deslizó sus dedos por los cálidos vellos de la palma licántropa, recogiendo la mayor cantidad de nieve que pudo. Realmente no quería hacer eso por respeto a ella, pero es que sentía mucha curiosidad por saber cómo se sentiría, a pesar de que hace un momento ya lo había hecho—. Y planeo ganar la batalla, así como planeo ganar este juego. —Se dio la media vuelta, sosteniendo ese amplio gesto de divertimiento y seguridad— ¿Sabe por qué? —Giró su cabeza un poco hacia ella—. Porque no se trata de lo somos en verdad, sino de lo que queremos ser.
Dio unos pasos siguiendo la señal que le había dado. Creyendo estar viendo al lugar correcto, inhaló profundamente y se quedó quieto, meditando al respecto. "Si yo fuera un cabrón con faldas, dónde estaría". Wood había mencionado que estaba tocando un instrumento. "¿Qué era? Arpa, creo". Malísima su memoria. Pero sí recordaba algo, la manera en la que señalaba con aquel ímpetu inexplicable. Lo recuerda, porque cuando trató de identificar al hombre sólo veía un árbol. "Entonces ahí está", suponía. Tal vez estaría recargado en él, o no. "Bah". Peor sería no intentarlo.
Se perfiló para tirar. Alzó su rodilla izquierda hasta la cintura, dándose comodidad y espacio para rotar y lanzar. Sostuvo la bola blanca con sus dos manos y fijó su vista en la nada. "No se trata de lo que es, sino de lo que queremos que sea". Sólo veía un árbol, nieve y hojas, nada. Pero él quería ver a un hombre tocando música, con falda, y lo vería. Ocurrió en un instante. Muy velozmente bajó su pierna izquierda y ayudándose con todo su cuerpo extendió su brazo y arrojó con rapidez. La esfera se estrelló en el árbol, esparciéndose por todos lados.
"¿Le di?" Retomó su postura erguida, viendo con seriedad hacia enfrente, esperando a que Wood dijera algo. Realmente quería seguir un rato más con ella, era muy entretenido, sin mencionar lo útil que sería. "Jamás he explorado más allá de aquí, ella sería una excelente guía y mejor compañía". Asimismo estaba el pensamiento de querer cuidarla y ayudarle a superar su pasado, así como su Maestro le había ayudado. Athos sólo era un hombre que se esforzaba por mantenerse bajo control, un hijo de monjes... Mas él quería ser más que eso.
Sentía las respiraciones de Furia, muy profundas y perspicaces. Le resultaba bastante obvio que estaba olfateando para conocerle mejor, aunque ignoraba qué clase de conclusiones obtendría a partir de su olor a 'humedad y sol'. "Hmm". Algo extraño había en eso, jamás le habían dicho que tenía esa esencia. Realmente, nadie hablaba de los olores de otros, ¿sería que al tener un olfato mejor al de un ser humano promedio se basaba en éste para familiarizarse con los que le rodeaban. También estaba Chy, la majestuosa ave, analizando con sus agudos ojos. Athos se sentía honrado con tanta atención. "Me pregunto qué cosas nos podrían decir".
"¿Y qué tan diferentes?" Se preguntaba con infinita curiosidad, reteniéndose solamente porque ya estaba indagando demasiado, hasta él sabía cuándo detenerse. De hecho, si ella quisiera hablar de eso, lo hubiese comentado en la misma oración, pero si lo había dejado hasta ahí, era porque hasta ahí lo quería dejar. Además, muy fiel a su dinámica, su falta de pausa evitaba que Athos dijera algo en medio. Interrumpir era algo que veía terriblemente mal. Muy mal.
Aun así, eso no evito que hiciera sus propias conclusiones. "Sol eclipsado". Suponía que se refería a una vida de tinieblas. Ya que no estaba literalmente en la oscuridad, debía referirse a sí misma. Y cuando alguien dice estar en las sombras, usualmente significa que anda sin un rumbo específico o que el camino que sigue está lleno de maldad y miseria. Ambos casos eran horribles.
"Luna nueva". ¿Quizá daba a entender que no había constancia en su vida, que siempre debía estar en movimiento, conociendo gente y diciéndoles adiós? "Eso no suena tan mal". Así es como funciona el mundo, después de todo, y entristecerse por eso era algo absurdo. Bien podría decirle algo al respecto, aunque tal vez lo había malinterpretado. No había mucho que reflexionar respecto a sus esperanzas de niña. Lo típico era que tenía sus sueños y se desmoronaron.
Sonrió ante su afirmación. Era más que gracioso que siguiera empeñada en confrontar a ese extraño espejismo. Era mucho más que eso. Era algo complicado de explicar. Era como si Athos pudiera sentir la determinación de la joven, quien estaba firme al querer vengarse, o simplemente cobrar cuentas, sobre todo porque se trataba de algo irreal. "Me pregunto cómo lo hará". Comenzaba a entretenerse de nuevo con sus curiosos actos. Y pronto lo disfrutaría más.
Alzó ambas cejas —queriendo levantar sólo una— por la impresión al verla recoger la nieve. Primero pensando que volvería a llenarse la boca con la escarcha, botando la idea de inmediato porque era ridículo. Luego imaginando que la usaría para lanzarla, esperando que fuese a ese 'cabrón en faldas'. Sobre todo, se sentía impresionado al ver su semi-transformación. "Fascinante". No sabía que era posible hacer una metamorfosis parcial, eso debía significar un gran control de su parte.
Estaba sin palabras por la gratitud que sentía. Sonaba muy lógico que no permitiera a cualquier verla de esa forma, y tomando en cuenta que hace poco ni sabían que existía el otro, más halagado se sentía. ¡Y más cuando le propuso jugar! Un sentimiento de felicidad le llenaba, ya que el caballero asociaba los juegos con rituales de amistad; es decir que sólo se hacían entre buenos conocidos. Aceptaría de inmediato. "¿Pero qué clase de juego?"
Las condiciones estaban hechas, y aunque parecía imposible para él acertar, no rechazaría la propuesta. Además, ya le había indicado la dirección, y eso era lo único que necesitaba, ¿no? Daba igual, porque era un juego, y un juego no necesariamente tenía que tener sentido; de hecho, eso lo hacía más divertido. "Qué creativa es". Estaba a punto de decirle que lo haría, pero ella misma agregó algo más.
Le sonrió de medio lado—. Señorita Wood, yo tampoco soy una buena persona. —Lentamente fue elevando su diestra para tomar la nieve que le ofrecía—. Estoy en una constante lucha contra mi naturaleza destructiva. —Deslizó sus dedos por los cálidos vellos de la palma licántropa, recogiendo la mayor cantidad de nieve que pudo. Realmente no quería hacer eso por respeto a ella, pero es que sentía mucha curiosidad por saber cómo se sentiría, a pesar de que hace un momento ya lo había hecho—. Y planeo ganar la batalla, así como planeo ganar este juego. —Se dio la media vuelta, sosteniendo ese amplio gesto de divertimiento y seguridad— ¿Sabe por qué? —Giró su cabeza un poco hacia ella—. Porque no se trata de lo somos en verdad, sino de lo que queremos ser.
Dio unos pasos siguiendo la señal que le había dado. Creyendo estar viendo al lugar correcto, inhaló profundamente y se quedó quieto, meditando al respecto. "Si yo fuera un cabrón con faldas, dónde estaría". Wood había mencionado que estaba tocando un instrumento. "¿Qué era? Arpa, creo". Malísima su memoria. Pero sí recordaba algo, la manera en la que señalaba con aquel ímpetu inexplicable. Lo recuerda, porque cuando trató de identificar al hombre sólo veía un árbol. "Entonces ahí está", suponía. Tal vez estaría recargado en él, o no. "Bah". Peor sería no intentarlo.
Se perfiló para tirar. Alzó su rodilla izquierda hasta la cintura, dándose comodidad y espacio para rotar y lanzar. Sostuvo la bola blanca con sus dos manos y fijó su vista en la nada. "No se trata de lo que es, sino de lo que queremos que sea". Sólo veía un árbol, nieve y hojas, nada. Pero él quería ver a un hombre tocando música, con falda, y lo vería. Ocurrió en un instante. Muy velozmente bajó su pierna izquierda y ayudándose con todo su cuerpo extendió su brazo y arrojó con rapidez. La esfera se estrelló en el árbol, esparciéndose por todos lados.
"¿Le di?" Retomó su postura erguida, viendo con seriedad hacia enfrente, esperando a que Wood dijera algo. Realmente quería seguir un rato más con ella, era muy entretenido, sin mencionar lo útil que sería. "Jamás he explorado más allá de aquí, ella sería una excelente guía y mejor compañía". Asimismo estaba el pensamiento de querer cuidarla y ayudarle a superar su pasado, así como su Maestro le había ayudado. Athos sólo era un hombre que se esforzaba por mantenerse bajo control, un hijo de monjes... Mas él quería ser más que eso.
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Re: Ser lo que se quiere ser. [Interpretativo, Libre] [CERRADO]
Debo confesar que me sorprendió escucharle decir que su persona tampoco era tan buena, me costó mucho poner una cara de póker, no sabía si reír o apartar mi mirada. Ese Athos no podía ser malo, no al grado que yo lo había sido. “¿O sí?”. Pronto mis pensamientos fueron esparcidos como si se trataran de una delgada estela de humo frente a las potentes alas de mi halcón. Con la suavidad que le caracterizaba y envolvía, ese hombre frente a mí tomó la nieve sin titubear, sin poner una expresión asqueada frente a aquella semi-transformación.
Le observé entre admirada y atontada, “¿hasta qué punto sería tan condescendiente y me seguiría la corriente?” incliné mi cabeza de lado, una acción estúpida debo aceptarlo, pero era como si las ideas me entraran mejor con una oreja para arriba, se me facilitaba eso a lo que la mayoría le gustaba llamar “pensar”. Y nuevamente me tomó desprevenida cuando me preguntó el “por qué” “¿El porqué de qué o qué?” le pregunté a mis confusos interiores mientras trataba de hacer memoria infructuosamente de esos momentos en los que estás en blanco. Negué apenas con la cabeza y el prosiguió.
¿Quién quiero ser? repetí en voz baja, observándole perdida, perdida en él, sus actos, sus dichos y perdida en mí. Si mi mundo hubiese sido diferente, probablemente me hubiera gustado que él fuese mi maestro o mi amor platónico. Reí para mis adentros mientras me imaginaba como una simple aldeana llevando una vida pacífica y e ignorante… ignorante de todas las cosas malas que pueden llegar a haber en el mundo. Este día había sido completamente una locura y este hombre dragón no dejaba de remover en mí mi más tierno pasado. ¿Quizás por eso sentía la necesidad de estar con él?
Miré con suma atención y en detalle su preparación para tirar, el análisis que le daba a todo eso y sobre todo aquél tacto. Aquella bola de nieve salió despedida a tal velocidad y fuerza que de no ser hielo probablemente se hubiera prendido fuego por la fricción del aire. Se estampó contra un árbol de follaje ralo y medio seco, el que se balanceó, deshaciéndose del poco hielo suelto que tenía encima. Fruncí el ceño mientras le miraba desde sus espaldas.
Jajajaja reí en voz alta mientras me acercaba a él por la izquierda y posaba mi diestra sobre su hombro derecho. Era más fortachón de lo que parecía a primera vista, eso debía reconocérselo. Su tiro había sido completamente a ciegas, alguien como él no podría haberle errado por tanto y tanta distancia a un hombre tan llamativo que se encontraba a pocos pasos de nosotros. La esfera le había pasado como a un metro de su posición y éste ni había tenido que moverse, pero eso probablemente era lo que yo necesitaba. Athos definitivamente no lo veía y tomó todas las oportunidades para ayudarme.
Le empujé con la cabeza suavemente y me aparté de él para ponernos frente a frente. Ese cabronazo ha desaparecido. La misión “ataca al desconocido” ha finalizado con éxito, sentía que eso no era suficiente, probablemente él estaba esperando saber si le había dado o no. Pese a que en realidad no le dio- debía aceptar que era imposible porque no tenía cuerpo y eso- significativamente lo había hecho, asi que no me sentí mal cuando le mentí.
Le has partido la frente sonreí, le tendí la mano pero luego me arrepentí y de un salto besé su mejilla Gracias por jugar conmigo dije, volviendo a guiñarle un ojo Ahora, partamos a ¡lacasadellago! Ah… hice una leve pausa y fingí toser A comer me rectifiqué, levantando un puño hacia el cielo con fuerza y decisión.Mi barriga comenzaba a rugir como un animal salvaje, lo que me hizo volver a sonreír, sin pena le miré a los ojos y señalé la ciudad de los Dragones.Espero que en esos lares estén preparados para este grupo advertí poco menos que cantando.
Le observé entre admirada y atontada, “¿hasta qué punto sería tan condescendiente y me seguiría la corriente?” incliné mi cabeza de lado, una acción estúpida debo aceptarlo, pero era como si las ideas me entraran mejor con una oreja para arriba, se me facilitaba eso a lo que la mayoría le gustaba llamar “pensar”. Y nuevamente me tomó desprevenida cuando me preguntó el “por qué” “¿El porqué de qué o qué?” le pregunté a mis confusos interiores mientras trataba de hacer memoria infructuosamente de esos momentos en los que estás en blanco. Negué apenas con la cabeza y el prosiguió.
¿Quién quiero ser? repetí en voz baja, observándole perdida, perdida en él, sus actos, sus dichos y perdida en mí. Si mi mundo hubiese sido diferente, probablemente me hubiera gustado que él fuese mi maestro o mi amor platónico. Reí para mis adentros mientras me imaginaba como una simple aldeana llevando una vida pacífica y e ignorante… ignorante de todas las cosas malas que pueden llegar a haber en el mundo. Este día había sido completamente una locura y este hombre dragón no dejaba de remover en mí mi más tierno pasado. ¿Quizás por eso sentía la necesidad de estar con él?
Miré con suma atención y en detalle su preparación para tirar, el análisis que le daba a todo eso y sobre todo aquél tacto. Aquella bola de nieve salió despedida a tal velocidad y fuerza que de no ser hielo probablemente se hubiera prendido fuego por la fricción del aire. Se estampó contra un árbol de follaje ralo y medio seco, el que se balanceó, deshaciéndose del poco hielo suelto que tenía encima. Fruncí el ceño mientras le miraba desde sus espaldas.
Jajajaja reí en voz alta mientras me acercaba a él por la izquierda y posaba mi diestra sobre su hombro derecho. Era más fortachón de lo que parecía a primera vista, eso debía reconocérselo. Su tiro había sido completamente a ciegas, alguien como él no podría haberle errado por tanto y tanta distancia a un hombre tan llamativo que se encontraba a pocos pasos de nosotros. La esfera le había pasado como a un metro de su posición y éste ni había tenido que moverse, pero eso probablemente era lo que yo necesitaba. Athos definitivamente no lo veía y tomó todas las oportunidades para ayudarme.
Le empujé con la cabeza suavemente y me aparté de él para ponernos frente a frente. Ese cabronazo ha desaparecido. La misión “ataca al desconocido” ha finalizado con éxito, sentía que eso no era suficiente, probablemente él estaba esperando saber si le había dado o no. Pese a que en realidad no le dio- debía aceptar que era imposible porque no tenía cuerpo y eso- significativamente lo había hecho, asi que no me sentí mal cuando le mentí.
Le has partido la frente sonreí, le tendí la mano pero luego me arrepentí y de un salto besé su mejilla Gracias por jugar conmigo dije, volviendo a guiñarle un ojo Ahora, partamos a ¡lacasadellago! Ah… hice una leve pausa y fingí toser A comer me rectifiqué, levantando un puño hacia el cielo con fuerza y decisión.Mi barriga comenzaba a rugir como un animal salvaje, lo que me hizo volver a sonreír, sin pena le miré a los ojos y señalé la ciudad de los Dragones.Espero que en esos lares estén preparados para este grupo advertí poco menos que cantando.
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Re: Ser lo que se quiere ser. [Interpretativo, Libre] [CERRADO]
La escuchó reír. Era una gran carcajada, muy contagiosa y llena de vida. Y su volumen se ampliaba, sintiendo que se acercaba. Sin embargo, ¿qué significaba? "O acerté o fallé del todo". Porque si no era una cosa, tenía que ser inevitablemente otra, ¿no? Bien podía estar burlándose porque había errado, ya sea por mucho o por poco, alguien como ella seguramente reiría en cualquier nivel. "Si sólo me faltó un centímetro, sería gracioso; si me faltaron tres metros, también sería gracioso". O bien, pudo haber dado en el blanco y la carcajada era de felicidad, ¡de victoria!
Sintió sus delgados dedos sobre su articulación glenohumeral. Lo percibió como un tacto compasivo, de angustia, como la que se le da a alguien cuando recibirá malas nuevas. "Qué lástima". No estaba deprimido, pero definitivamente no estaba contento. Ahora debían partir y despedirse para verse en quién sabe cuánto tiempo. "Y así, el ciclo se repetirá". Al menos habían pasado un estupendo momento juntos, con un toque de confusión y espejismo. Unos grandiosos veinte minutos, sí que sí.
Posteriormente, sintió otro toque. Era curioso, no el de una palma o puño, ni siquiera el de una patada, más parecía un objeto esférico que le rechazaba, haciéndole girar hasta quedar frente a Wood. No fue un empujón fuerte, apenas era un roce, mas dejó llevarse por ese impulso. Postró su vista sosegada sobre ella, conservado la sonrisa que le provocó su risa. "Éxito", repitió y su su gesto se enfatizó. El éxito era bueno, ¿no? Significaba que lo había logrado, ¿cierto? Seguiría juntos, ¿correcto?
No tardó en afirmarlo, aunque de tal forma que Athos se sintió conmovido. "Oh. Lo siento. No pretendía partirle la frente". Eso era lo que quería decir, pero se distrajo al ver el brazo extendido de la joven. Debía corresponder, tanto por cortesía como símbolo de amistad. Preparó su propia extremidad para acercarla, incluso imaginando sus manos juntas. Ah, pero no sería así de sencillo, parecía que la 'simpleza' no estaba en ella, quien siempre lograba agregarle un toque de particularidad.
Y sí que fue algo muy singular. Inesperado. Hasta agradable. "Es muy amistosa". ¿Pero qué significaba ese gesto? Si un apretón de manos era amistoso por sí sólo, ¿qué era representaba un beso en la mejilla? "¿Confianza, agradecimiento, afecto?" Sabía que muchas personas usaban ese acto para saludarse y despedirse, mas esto no era ni lo uno ni lo otro. "Bah. No es que el mundo se vaya a acabar". Era mera curiosidad, aunque una parte de él se inquietaba al respecto. Sólo dio una reverencia en respuesta, sin despojarse de la sonrisa.
—Sí, a comer. —Levantó el índice para resaltar. Ahora que venía de su parte, y tomando en cuenta la acción anterior, creía que tal vez la idea del lago estaría alejándose de la comedia. O no. Aún era gracioso, mas dejaría de mencionarlo para evitar futuros malentendidos. Además, tenía ya más cosas en las que pensar, como en la nutrición de su acompañante, a quien podía oír sufrir —poco y tenue, pero oía.
—Estoy seguro que algún lugar encontraremos. —Afirmó confiado—. Hay cierto turismo en la ciudad, así que deben estar acostumbrados a recibir diversos clientes. —Se encogió de hombros—. Aunque he de admitir que es usted muy especial. Dudo que haya alguien como usted. —Ya estaba por reanudar el camino hacia Dundarak, cuando frenó súbitamente—. Por cierto. Evitemos esos hongos, ¿vale? —La vio con severidad—. Por más hambre que tenga, no creo que valgan la pena. —Dicho eso, reanudó sus pasos, regresando al sendero principal, esperando a que Wood se pusiera a su par, seguida de Furia y Chy, claro.
Estaba consciente que había evadido algunos comentarios, guardándose los propios. Por ejemplo, no dijo lo grato que había sido jugar con ella, ni la preocupación que había sentido. Sucedía que habían pasado tantas cosas que esperaría a que las mentes se calmaran y recuperaran su neutralidad, alejándose de la euforia del momento. "Así seremos más objetivos".
Sintió sus delgados dedos sobre su articulación glenohumeral. Lo percibió como un tacto compasivo, de angustia, como la que se le da a alguien cuando recibirá malas nuevas. "Qué lástima". No estaba deprimido, pero definitivamente no estaba contento. Ahora debían partir y despedirse para verse en quién sabe cuánto tiempo. "Y así, el ciclo se repetirá". Al menos habían pasado un estupendo momento juntos, con un toque de confusión y espejismo. Unos grandiosos veinte minutos, sí que sí.
Posteriormente, sintió otro toque. Era curioso, no el de una palma o puño, ni siquiera el de una patada, más parecía un objeto esférico que le rechazaba, haciéndole girar hasta quedar frente a Wood. No fue un empujón fuerte, apenas era un roce, mas dejó llevarse por ese impulso. Postró su vista sosegada sobre ella, conservado la sonrisa que le provocó su risa. "Éxito", repitió y su su gesto se enfatizó. El éxito era bueno, ¿no? Significaba que lo había logrado, ¿cierto? Seguiría juntos, ¿correcto?
No tardó en afirmarlo, aunque de tal forma que Athos se sintió conmovido. "Oh. Lo siento. No pretendía partirle la frente". Eso era lo que quería decir, pero se distrajo al ver el brazo extendido de la joven. Debía corresponder, tanto por cortesía como símbolo de amistad. Preparó su propia extremidad para acercarla, incluso imaginando sus manos juntas. Ah, pero no sería así de sencillo, parecía que la 'simpleza' no estaba en ella, quien siempre lograba agregarle un toque de particularidad.
Y sí que fue algo muy singular. Inesperado. Hasta agradable. "Es muy amistosa". ¿Pero qué significaba ese gesto? Si un apretón de manos era amistoso por sí sólo, ¿qué era representaba un beso en la mejilla? "¿Confianza, agradecimiento, afecto?" Sabía que muchas personas usaban ese acto para saludarse y despedirse, mas esto no era ni lo uno ni lo otro. "Bah. No es que el mundo se vaya a acabar". Era mera curiosidad, aunque una parte de él se inquietaba al respecto. Sólo dio una reverencia en respuesta, sin despojarse de la sonrisa.
—Sí, a comer. —Levantó el índice para resaltar. Ahora que venía de su parte, y tomando en cuenta la acción anterior, creía que tal vez la idea del lago estaría alejándose de la comedia. O no. Aún era gracioso, mas dejaría de mencionarlo para evitar futuros malentendidos. Además, tenía ya más cosas en las que pensar, como en la nutrición de su acompañante, a quien podía oír sufrir —poco y tenue, pero oía.
—Estoy seguro que algún lugar encontraremos. —Afirmó confiado—. Hay cierto turismo en la ciudad, así que deben estar acostumbrados a recibir diversos clientes. —Se encogió de hombros—. Aunque he de admitir que es usted muy especial. Dudo que haya alguien como usted. —Ya estaba por reanudar el camino hacia Dundarak, cuando frenó súbitamente—. Por cierto. Evitemos esos hongos, ¿vale? —La vio con severidad—. Por más hambre que tenga, no creo que valgan la pena. —Dicho eso, reanudó sus pasos, regresando al sendero principal, esperando a que Wood se pusiera a su par, seguida de Furia y Chy, claro.
Estaba consciente que había evadido algunos comentarios, guardándose los propios. Por ejemplo, no dijo lo grato que había sido jugar con ella, ni la preocupación que había sentido. Sucedía que habían pasado tantas cosas que esperaría a que las mentes se calmaran y recuperaran su neutralidad, alejándose de la euforia del momento. "Así seremos más objetivos".
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Re: Ser lo que se quiere ser. [Interpretativo, Libre] [CERRADO]
Athos parecía estar de acuerdo con la idea de comer, sonreí y busqué posicionarme a su lado hasta llegar a la ciudad, pero él se detuvo de un momento a otro, parecía preocupado por lo que olfatee intranquila el aire, era un acto reflejo de momentos de peligro, sólo para sentir… nada. Me mordí la lengua, si seguía riendo de esa forma mi cara quedaría como un molde y no quería eso. Asentí. No mas setas le aseguré, levantando mi mano derecha y poniéndola sobre mi corazón. Al menos no mientras haya comida me quejé. Sabía que probablemente no le gustaría mi respuesta, pero a veces prefería tener algunos arranques por toxinas, que tenerlos por mal humor debido a falta de alimento.
Dio en el blanco “Por más hambre que tenga”… suspiré Está bien, está bien. Lo intentaré odiaba hacer promesas, esas eran las palabras más aseguradoras que podrían salir de mi boca, al menos en el presente. El continuó su camino lentamente, y por mi parte, me puse a su lado, los animales nos seguían de cerca.
¿Sabes Athos? comencé a decir con la voz queda mientras veía hacia el horizonte. Las grandes puertas de la ciudad cada vez se acercaban más a nosotros. Alguna vez fui humana medité unos instantes. No quería dar versiones largas de los hechos, ni nada por el estilo Hay cosas que echo de menos de aquella vida, de mi niñez. Pero lo bueno que tiene ser un licántropo es la libertad. No solo poder ir donde quiera y ser capaz de defenderme, sino la de tratar como iguales a muchos seres. Aunque lo mejor de todo es poder llevarme a la boca casi cualquier cosa. No te haces una idea de todo lo que he comido le aseguré. Ahora no podía ocultar mi gran sonrisa al recordar cosas muy bizarras.
No fue hasta hace poco que comencé a probar esas cosas cocidas, al principio el gusto no estaba bien. Es decir, la carne sabe mejor cruda, pero entiendo que al resto le gusta asada… cosas así. Fruncí el ceño y arrugué la nariz. Esa era una de las cosas que aún no podía comprender. Lo que trato de decir es que, aunque no coma esas setas, seguro encontraré algo quizás más peligroso. Un fuerte viento nos envolvió, ya estábamos casi en la entrada al lugar.
Lo siento, no puedo cambiar eso le dije con cierto pesar. Me mantuve en silencio, esperando. Probablemente tendría algo que agregar a mis palabras antes de que traspasáramos a su territorio, al de su familia. La ciudad de los Dragones.
Dio en el blanco “Por más hambre que tenga”… suspiré Está bien, está bien. Lo intentaré odiaba hacer promesas, esas eran las palabras más aseguradoras que podrían salir de mi boca, al menos en el presente. El continuó su camino lentamente, y por mi parte, me puse a su lado, los animales nos seguían de cerca.
¿Sabes Athos? comencé a decir con la voz queda mientras veía hacia el horizonte. Las grandes puertas de la ciudad cada vez se acercaban más a nosotros. Alguna vez fui humana medité unos instantes. No quería dar versiones largas de los hechos, ni nada por el estilo Hay cosas que echo de menos de aquella vida, de mi niñez. Pero lo bueno que tiene ser un licántropo es la libertad. No solo poder ir donde quiera y ser capaz de defenderme, sino la de tratar como iguales a muchos seres. Aunque lo mejor de todo es poder llevarme a la boca casi cualquier cosa. No te haces una idea de todo lo que he comido le aseguré. Ahora no podía ocultar mi gran sonrisa al recordar cosas muy bizarras.
No fue hasta hace poco que comencé a probar esas cosas cocidas, al principio el gusto no estaba bien. Es decir, la carne sabe mejor cruda, pero entiendo que al resto le gusta asada… cosas así. Fruncí el ceño y arrugué la nariz. Esa era una de las cosas que aún no podía comprender. Lo que trato de decir es que, aunque no coma esas setas, seguro encontraré algo quizás más peligroso. Un fuerte viento nos envolvió, ya estábamos casi en la entrada al lugar.
Lo siento, no puedo cambiar eso le dije con cierto pesar. Me mantuve en silencio, esperando. Probablemente tendría algo que agregar a mis palabras antes de que traspasáramos a su territorio, al de su familia. La ciudad de los Dragones.
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Re: Ser lo que se quiere ser. [Interpretativo, Libre] [CERRADO]
—Intentar es bueno. —Sí que lo era. El intentar significaba que había interés, un deseo por lograr completar algo. Es decir que haría un esfuerzo para alejarse de los hongos, y por su bien debía mantener esa idea muy presente. Además, Athos estaba muy seguro que esa forma de hablar ocultaba detrás un inmenso sentimiento. "Bah, no así de grande". Pero sí había más detrás de esa simple afirmación. "Supongo". Claro, así es como le gustaría interpretarlo.
Los pasos del dragón estaban acostumbrados a andar sobre la nieve, tanto que había practicado diferentes formas de caminar con tal de no usar mucha energía y lograr la mayor comodidad. Por regla general, era mejor pisar con suavidad y no apoyarse demasiado sobre el pie, evitando sumirse demasiado, deslizando el otro para volver a pisar, y repetir. Aunque no siempre era necesario, como en ese momento en el que la nieve no cubría tanta altura, así que bastaba con andar sólo ligero, sin levantar tanto las rodillas y sin estresar su cuerpo, adoptando un estilo muy pasivo. Eso combinado con el viento fresco le hacían sentir muy tranquilo.
"No lo sé, pero lo sabré". Le gustaba esa pregunta para iniciar un diálogo informativo, porque hacía reflexionar al oyente sobre lo que sabe y no sabe, haciéndole aceptar su ignorancia para abrirse al conocimiento próximo. Y Athos estaba ansioso por saber más, o incluso afirmar conocimiento. Pero viniendo de alguien como ella, fijo que sería material inédito. Concentró todos sus pensamientos y sentidos para escuchar a Wood.
Sus palabras le hacían pensar varias cosas, entre ellas... "Gracioso". Era muy curioso que de repente se pusiera a detallar su nutrición. Casi parecía que no quería hablar de lo anterior y que lo había comentado como un descuido, así que decía algo más para dejar el tema de lado. O no. Estaba sacando conclusiones demasiado prontas, más justo sería dejarla acabar para entonces forjar un juicio al respecto, con todos los datos que estuviera dispuesta a compartir.
—Comprendo... —Susurró en voz baja, aunque asegurándose de ser escuchado. Sólo una palabra, luego guardó un silencio profundo, que a pesar de no durar más de cinco segundos, hasta a él le pareció eterno. Quería pensar bien lo que diría. Debía ser algo adecuado para expresar lo que pensaba realmente, dando una opinión certera, sin dar lugar a la ambigüedad, porque bien era posible que fuera malinterpretado, algo que sería terrible, aún con una amiga.
—Hmm... —Cerró los ojos un instante, sin detenerse o cambiar su serio rostro, al abrir sus párpados también comenzó a hablar—. Los alimentos se cocinan para poder digerirlos mejor. No todos tienen un estómago tan potente como el suyo. Por lo tanto, no creo necesario que deba seguir los mismos hábitos alimenticios de los demás. Todos somos diferentes a los demás, es absurdo seguir cada una de las costumbres, porque alguna no se adaptará correctamente. Si tenemos eso en mente... —Quiso hacer una pausa, no por necesidad, sino para permitir que sus vocablos fueran interpretados.
—Será inevitable que no busque formas para remplazar esas costumbres. —Estaban bastante cerca del territorio interno de la ciudad, así que disminuyó su velocidad, tratando de llegar al mismo tiempo que cuando acabara—. Y al buscar cosas nuevas, eventualmente se encontraría con algo peligroso. Las setas, por ejemplo. Y eso está bien, porque tomar esas decisiones la hacen quien son. Con cada aventura y nueva experiencia, construye su sendero. No creo que sea correcto pedirle que cambie, ni si quiera es mi deseo. —Negó con la cabeza, sonriendo de medio lado y deteniéndose justo al inicio de Dundarak.
Giró su cabeza para contemplar a su interlocutora. No había puesto atención a que era más alta que él. Lo sabía, era claro, pero no le había dado importancia—. Sólo le ruego que tenga cuidado, ¿vale? Si ve una seta extraña, estúdiela antes de comerla. Si observa una cueva, no se lance hacia adentro sin antes tener una pizca de seguridad. ¿Comprende? Ser cuidadoso no consiste en ser cobarde y huir de la emoción, sino afrontar la emoción con inteligencia. Y eso se logra controlando los impulsos, no actuar espontáneamente porque nuestro corazón nos lo ordena. ¿Me entiende? —Le dio una mirada cordial, pidiéndole que desglosara sus palabras.
—No digo que ignore a su corazón, claro. Somos un conjunto de esencias trabajando al unisono. El corazón valiente que ama, la mente astuta que planea, los brazos fuertes que sujetan, el estómago insaciable que nutre. Si reconoce todos los factores que le unen y entiende las funciones que realizan, vivirá adecuadamente. —Completó la sonrisa, reanudando su paso, viendo los alrededores.
Podía decirle varias cosas más, mas creía que sería mejor que ella misma llegara a sus propias conclusiones, de esa manera la comprensión sería más profunda y duradera, con un mayor significado. Si sólo se ponía a escuchar sin pensar, a nada llegaría. Además... no le agradaba del todo hablar demasiado.
Los pasos del dragón estaban acostumbrados a andar sobre la nieve, tanto que había practicado diferentes formas de caminar con tal de no usar mucha energía y lograr la mayor comodidad. Por regla general, era mejor pisar con suavidad y no apoyarse demasiado sobre el pie, evitando sumirse demasiado, deslizando el otro para volver a pisar, y repetir. Aunque no siempre era necesario, como en ese momento en el que la nieve no cubría tanta altura, así que bastaba con andar sólo ligero, sin levantar tanto las rodillas y sin estresar su cuerpo, adoptando un estilo muy pasivo. Eso combinado con el viento fresco le hacían sentir muy tranquilo.
"No lo sé, pero lo sabré". Le gustaba esa pregunta para iniciar un diálogo informativo, porque hacía reflexionar al oyente sobre lo que sabe y no sabe, haciéndole aceptar su ignorancia para abrirse al conocimiento próximo. Y Athos estaba ansioso por saber más, o incluso afirmar conocimiento. Pero viniendo de alguien como ella, fijo que sería material inédito. Concentró todos sus pensamientos y sentidos para escuchar a Wood.
Sus palabras le hacían pensar varias cosas, entre ellas... "Gracioso". Era muy curioso que de repente se pusiera a detallar su nutrición. Casi parecía que no quería hablar de lo anterior y que lo había comentado como un descuido, así que decía algo más para dejar el tema de lado. O no. Estaba sacando conclusiones demasiado prontas, más justo sería dejarla acabar para entonces forjar un juicio al respecto, con todos los datos que estuviera dispuesta a compartir.
—Comprendo... —Susurró en voz baja, aunque asegurándose de ser escuchado. Sólo una palabra, luego guardó un silencio profundo, que a pesar de no durar más de cinco segundos, hasta a él le pareció eterno. Quería pensar bien lo que diría. Debía ser algo adecuado para expresar lo que pensaba realmente, dando una opinión certera, sin dar lugar a la ambigüedad, porque bien era posible que fuera malinterpretado, algo que sería terrible, aún con una amiga.
—Hmm... —Cerró los ojos un instante, sin detenerse o cambiar su serio rostro, al abrir sus párpados también comenzó a hablar—. Los alimentos se cocinan para poder digerirlos mejor. No todos tienen un estómago tan potente como el suyo. Por lo tanto, no creo necesario que deba seguir los mismos hábitos alimenticios de los demás. Todos somos diferentes a los demás, es absurdo seguir cada una de las costumbres, porque alguna no se adaptará correctamente. Si tenemos eso en mente... —Quiso hacer una pausa, no por necesidad, sino para permitir que sus vocablos fueran interpretados.
—Será inevitable que no busque formas para remplazar esas costumbres. —Estaban bastante cerca del territorio interno de la ciudad, así que disminuyó su velocidad, tratando de llegar al mismo tiempo que cuando acabara—. Y al buscar cosas nuevas, eventualmente se encontraría con algo peligroso. Las setas, por ejemplo. Y eso está bien, porque tomar esas decisiones la hacen quien son. Con cada aventura y nueva experiencia, construye su sendero. No creo que sea correcto pedirle que cambie, ni si quiera es mi deseo. —Negó con la cabeza, sonriendo de medio lado y deteniéndose justo al inicio de Dundarak.
Giró su cabeza para contemplar a su interlocutora. No había puesto atención a que era más alta que él. Lo sabía, era claro, pero no le había dado importancia—. Sólo le ruego que tenga cuidado, ¿vale? Si ve una seta extraña, estúdiela antes de comerla. Si observa una cueva, no se lance hacia adentro sin antes tener una pizca de seguridad. ¿Comprende? Ser cuidadoso no consiste en ser cobarde y huir de la emoción, sino afrontar la emoción con inteligencia. Y eso se logra controlando los impulsos, no actuar espontáneamente porque nuestro corazón nos lo ordena. ¿Me entiende? —Le dio una mirada cordial, pidiéndole que desglosara sus palabras.
—No digo que ignore a su corazón, claro. Somos un conjunto de esencias trabajando al unisono. El corazón valiente que ama, la mente astuta que planea, los brazos fuertes que sujetan, el estómago insaciable que nutre. Si reconoce todos los factores que le unen y entiende las funciones que realizan, vivirá adecuadamente. —Completó la sonrisa, reanudando su paso, viendo los alrededores.
Podía decirle varias cosas más, mas creía que sería mejor que ella misma llegara a sus propias conclusiones, de esa manera la comprensión sería más profunda y duradera, con un mayor significado. Si sólo se ponía a escuchar sin pensar, a nada llegaría. Además... no le agradaba del todo hablar demasiado.
Athos
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Re: Ser lo que se quiere ser. [Interpretativo, Libre] [CERRADO]
Iba con el aliento entrecortado siguiendo a Athos, claro que no me quedaría para atrás, pero su forma de andar en la nieve era mucho mejor que la mía quién a cada rato tropezaba con todo, sin contar con que ya llevaba demasiado tiempo entre tanta nieve y mi cuerpo estaba llegando a su límite. Ese hombre me dio una muy buena explicación acerca de por qué se cocinaba la comida y quedé con la mandíbula abierta –casi se me congelan las babas- era la primera vez que ponían en evidencia algo tan básico y que no me había detenido a pensar. Sopesé con mi cabeza las opciones que habían y saqué el labio inferior afirmando las palabras de él con mi cabeza.
Ambos nos detuvimos frente a las grandes puertas de la ciudad. No era como Lunargenta, lugar de los humanos, era magnífica, imponente, amplia. Comprendo, entiendo le repetí cuando me preguntó. Me sentía como cuando mi mamá aún estaba viva y me regañaba o enseñaba cosas que a estas alturas recién volvía a recordar. Athos era demasiado bueno y que él dijese ser malo era prueba de ello. La inteligencia no era algo que me caracterizaba, pero tenía que aceptar que era lógico lo que él decía. Me estaba sintiendo completamente domada y eso me llenaba de curiosidad. Era raro. Muy raro.
Para cuando terminó de hablarme, tenía un lío en la cabeza. Cuando me miró me tomó desprevenida, con ambas manos en mi pelo y éste todo revuelto. Le sonreí de lado, no podía hacer otra cosa y luego desvié mi mirada junto con él hacia la ciudad que nos rodeaba. Era algo imponente, cien o mil veces más voluminoso y llamativo que las jóvenes y austeras casas de Ulmer. Me mantuve un buen rato en silencio. Olía a dragón en todos lados y era raro una esencia diferente. Sentía que las miradas matadoras iban dirigidas a mí y mi montura. “Espero que no piensen que maltrato a Furia por traerla aquí” pensé preocupada, tratando de comprender la forma en que funcionaba esa complicada mente de los naturales de allí.
mmm no muy lejos hacia el sur- sudeste hay alguien que está cocinando carne y también huele a alcohol. ¿Es una taberna o posada? pregunté. Si tienes que despedirte de alguien, puedes dejarme en algún lugar en donde no me quieran linchar. Trataré de no hacer nada raro y partiré cuando todos estemos bien comidos y preparados sentencié. Ahora que nos encontrábamos en un lugar habitado, Athos probablemente prefiriese un poco de paz y normalidad. Cosas que no tendría conmigo.
Ambos nos detuvimos frente a las grandes puertas de la ciudad. No era como Lunargenta, lugar de los humanos, era magnífica, imponente, amplia. Comprendo, entiendo le repetí cuando me preguntó. Me sentía como cuando mi mamá aún estaba viva y me regañaba o enseñaba cosas que a estas alturas recién volvía a recordar. Athos era demasiado bueno y que él dijese ser malo era prueba de ello. La inteligencia no era algo que me caracterizaba, pero tenía que aceptar que era lógico lo que él decía. Me estaba sintiendo completamente domada y eso me llenaba de curiosidad. Era raro. Muy raro.
Para cuando terminó de hablarme, tenía un lío en la cabeza. Cuando me miró me tomó desprevenida, con ambas manos en mi pelo y éste todo revuelto. Le sonreí de lado, no podía hacer otra cosa y luego desvié mi mirada junto con él hacia la ciudad que nos rodeaba. Era algo imponente, cien o mil veces más voluminoso y llamativo que las jóvenes y austeras casas de Ulmer. Me mantuve un buen rato en silencio. Olía a dragón en todos lados y era raro una esencia diferente. Sentía que las miradas matadoras iban dirigidas a mí y mi montura. “Espero que no piensen que maltrato a Furia por traerla aquí” pensé preocupada, tratando de comprender la forma en que funcionaba esa complicada mente de los naturales de allí.
mmm no muy lejos hacia el sur- sudeste hay alguien que está cocinando carne y también huele a alcohol. ¿Es una taberna o posada? pregunté. Si tienes que despedirte de alguien, puedes dejarme en algún lugar en donde no me quieran linchar. Trataré de no hacer nada raro y partiré cuando todos estemos bien comidos y preparados sentencié. Ahora que nos encontrábamos en un lugar habitado, Athos probablemente prefiriese un poco de paz y normalidad. Cosas que no tendría conmigo.
Woodpecker
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