Los niños nunca duermen [Trabajo espía][Bio+Alanna][Finalizado]
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Los niños nunca duermen [Trabajo espía][Bio+Alanna][Finalizado]
Tras mi reencuentro con Eltrant, y lo vivido con los licantropos, volví rauda a Lunargenta, debía informar de ese psicópata que me había encontrado en el bosque, la guardia que aun estaba en movimiento se encargarían de él. Antes de ir al palacio pasé por mi casa para asearme y ponerme ropa más adecuada para visitar el palacio, esos vestidos... odiaba esos vestidos, pero si aparecía así vestida me tirarían a un callejón. Ya arreglada fui a saludar al teniente y su mujer, debía cumplir con mi posición de "hija" con ellos y tras una breve charla me apresuré al castillo, entré sin problemas, ni siquiera me hizo falta enseñar la placa, eramos pocas las mujeres que formábamos parte del cuerpo, y yo, aunque retirada, seguía sintiéndome parte de ellos.
Crucé la sala y fui a hablar con el general, no pedí cita ni llamé a la puerta, simplemente entré:
- ¡Mi capitán!- grité dándole un buen susto al hombre que se levantó y con una sonrisa vino a darme un abrazo.
- Vaya, has decidido volver con nosotros Gata, nos eras de mucha ayuda.- sonrió separándose de mi.
- Mucho me temo que no, vengo a informar de un licantropo que se ha vuelto loco en la parte este del lago, se refugia en una cueva llena de flores junto a un cadáver maltrecho.- Expliqué sabiendo que parecía una locura- me enfrenté a él junto a un elfa, un mago y un viejo amigo, el mago es apenas un niño, todos ellos deberían ser recompensados.- expliqué, ellos habían sido realmente valerosos sin ser ese siquiera su trabajo.
- Tomaré nota, pero no se cuando podremos actuar, tenemos entre manos un buen problema.- dijo el hombre de barba blanca apollado en la mesa.- verás- suspiró- el orfanato, sabes que después de que la vieja esa muriese fue cerrado, y los niños reorganizados y mandados a otros lugares.
- Si, también se que volvió a reabrirse hace 1 año para poder reagrupar nuevos niños a causa de la sobre-población de los refugios infantiles de otros lugares- asentí sin entender donde quería llegar.
- Quien ha tomado el mando... sospechamos que trafica con los pequeños, y necesitamos infiltrar a alguien, pero nos conocen a todos.
- No a todos- dije cerrando los puños con fuerza.- Yo me fui hace dos años, solo vuelvo de vez en cuando, es imposible que me conozcan.
- Pero no eres guarda.- reprochó.
- Tu me lo dijiste, quien ha sido guardia una vez, lo es siempre.- sonreí.
- Muy bien, en ese caso, te encargo una misión. A cambio nosotros tomaremos medidas contra el licantropo del este.
- Deme instrucciones.- pedí poniéndome firme, volviendo a mis días de instrucción.
Me pasó un papel y me alejé del despacho, una vez en casa, lo observé y leí:
"Misión:
Espionaje en el orfanato:
Quien sea que la haya tomado, necesitamos que seas invisible, debes lograr pruebas del tráfico para que podamos actuar. De momento solo sabemos dos cosas. 1- Los niños desaparecen de noche. 2- El orfanato lo maneja un hombre, adjuntamos un retrato.
El hombre es peligroso y obsceno, tememos que les haga daño a los niños, debe ser rápido.
Mucha suerte."
Miré la imagen asqueada con la situación. Era un hombre elegante, bien peinado, usaba gafas y tenía una sonrisa amable, nadie diría a primera vista que pudiese cometer crimenes a esa magnitud. Pero claro, nadie diría nunca que alguien es malvado con un aspecto pulcro.
Volví a cambiarme, no con mis andrajos, pero si algo más cómodo, y escribí una carta de recomendación, mi papel, una joven en busca de empleo.
Salí directamente hacia el orfanato, era un camino que me conocía demasiado bien, el mero hecho de acercarme hacía que se me cortase la respiración y me pesara el pecho, pensé que jamás debería volver a ese lugar horrible, pero parecía mi sino, debía volver a ayudar a los niños, en el mismo lugar en el que lo había hecho por primera vez. Si tenía la oportunidad haría explotar ese lugar maldito en pedazos.
Mis tacones resonaron cuando me paré frente a la puerta, cambié mi semblante a una sonrisa dulce, aunque por dentro quería arrancar algo, y llamé. Una niña me abrió la puerta, asustada:
- Hola, me llamo Lisa- mentí- Lisa Merlow, ¿puedes llevarme con el gerente?- pedí dulcemente, la niña estaba bastante cuidada, no parecía que tuviese carencias, pero sus ojos... esos ojos asustados, dolidos, y algo más...- Gracias pequeña- le dije cuando estuve frente a la puerta de un despacho que conocía demasiado bien.
Llamé y me dejaron pasar, el tipo era igual que en la imagen, primero se sorprendió al verme, luego sonrió y se le dilataron las aletas de la nariz, asqueroso.... No me costó mucho convencerlo de que sería buena idea que trabajase allí, parecía más interesado en mi escote que en mis palabras. Salí de allí para "instalarme", según mi explicación, yo era una estudiante que buscaba ganar puntos con el rector de la escuela superior a la que quería acceder. Bien, en cuanto viese la oportunidad, me pondría manos a la obra.
Crucé la sala y fui a hablar con el general, no pedí cita ni llamé a la puerta, simplemente entré:
- ¡Mi capitán!- grité dándole un buen susto al hombre que se levantó y con una sonrisa vino a darme un abrazo.
- Vaya, has decidido volver con nosotros Gata, nos eras de mucha ayuda.- sonrió separándose de mi.
- Mucho me temo que no, vengo a informar de un licantropo que se ha vuelto loco en la parte este del lago, se refugia en una cueva llena de flores junto a un cadáver maltrecho.- Expliqué sabiendo que parecía una locura- me enfrenté a él junto a un elfa, un mago y un viejo amigo, el mago es apenas un niño, todos ellos deberían ser recompensados.- expliqué, ellos habían sido realmente valerosos sin ser ese siquiera su trabajo.
- Tomaré nota, pero no se cuando podremos actuar, tenemos entre manos un buen problema.- dijo el hombre de barba blanca apollado en la mesa.- verás- suspiró- el orfanato, sabes que después de que la vieja esa muriese fue cerrado, y los niños reorganizados y mandados a otros lugares.
- Si, también se que volvió a reabrirse hace 1 año para poder reagrupar nuevos niños a causa de la sobre-población de los refugios infantiles de otros lugares- asentí sin entender donde quería llegar.
- Quien ha tomado el mando... sospechamos que trafica con los pequeños, y necesitamos infiltrar a alguien, pero nos conocen a todos.
- No a todos- dije cerrando los puños con fuerza.- Yo me fui hace dos años, solo vuelvo de vez en cuando, es imposible que me conozcan.
- Pero no eres guarda.- reprochó.
- Tu me lo dijiste, quien ha sido guardia una vez, lo es siempre.- sonreí.
- Muy bien, en ese caso, te encargo una misión. A cambio nosotros tomaremos medidas contra el licantropo del este.
- Deme instrucciones.- pedí poniéndome firme, volviendo a mis días de instrucción.
Me pasó un papel y me alejé del despacho, una vez en casa, lo observé y leí:
"Misión:
Espionaje en el orfanato:
Quien sea que la haya tomado, necesitamos que seas invisible, debes lograr pruebas del tráfico para que podamos actuar. De momento solo sabemos dos cosas. 1- Los niños desaparecen de noche. 2- El orfanato lo maneja un hombre, adjuntamos un retrato.
El hombre es peligroso y obsceno, tememos que les haga daño a los niños, debe ser rápido.
Mucha suerte."
Miré la imagen asqueada con la situación. Era un hombre elegante, bien peinado, usaba gafas y tenía una sonrisa amable, nadie diría a primera vista que pudiese cometer crimenes a esa magnitud. Pero claro, nadie diría nunca que alguien es malvado con un aspecto pulcro.
Volví a cambiarme, no con mis andrajos, pero si algo más cómodo, y escribí una carta de recomendación, mi papel, una joven en busca de empleo.
Salí directamente hacia el orfanato, era un camino que me conocía demasiado bien, el mero hecho de acercarme hacía que se me cortase la respiración y me pesara el pecho, pensé que jamás debería volver a ese lugar horrible, pero parecía mi sino, debía volver a ayudar a los niños, en el mismo lugar en el que lo había hecho por primera vez. Si tenía la oportunidad haría explotar ese lugar maldito en pedazos.
Mis tacones resonaron cuando me paré frente a la puerta, cambié mi semblante a una sonrisa dulce, aunque por dentro quería arrancar algo, y llamé. Una niña me abrió la puerta, asustada:
- Hola, me llamo Lisa- mentí- Lisa Merlow, ¿puedes llevarme con el gerente?- pedí dulcemente, la niña estaba bastante cuidada, no parecía que tuviese carencias, pero sus ojos... esos ojos asustados, dolidos, y algo más...- Gracias pequeña- le dije cuando estuve frente a la puerta de un despacho que conocía demasiado bien.
Llamé y me dejaron pasar, el tipo era igual que en la imagen, primero se sorprendió al verme, luego sonrió y se le dilataron las aletas de la nariz, asqueroso.... No me costó mucho convencerlo de que sería buena idea que trabajase allí, parecía más interesado en mi escote que en mis palabras. Salí de allí para "instalarme", según mi explicación, yo era una estudiante que buscaba ganar puntos con el rector de la escuela superior a la que quería acceder. Bien, en cuanto viese la oportunidad, me pondría manos a la obra.
Última edición por Alanna Delteria el Jue Abr 09 2015, 23:34, editado 1 vez
Alanna Delteria
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Re: Los niños nunca duermen [Trabajo espía][Bio+Alanna][Finalizado]
El fuerte golpe retumbó en la habitación - ¿Crees que puedes engañarnos sin que haya consecuencias? Vampiro estúpido - Gritaba el guardia completamente furioso mientras preparaba un nuevo golpe, sin embargo, fue interrumpido por el abrir de la puerta de la sala de interrogación - ¡Alto! Es suficiente - Dijo aquel hombre con autoridad - Pero señor - Dijo el guardia intentando excusarse para continuar pero fue nuevamente interrumpido - Este hombre, nos ofreció su ayuda en el carnaval, alguien con sus habilidades, nos sería de gran ayuda, lamentablemente, es un vampiro - El hombre, al parecer, de alto rango me observaba detalladamente.
Al final, Geist tenía razón, ayudar a los chicos buenos no era una buena idea, los buenos solían ser más idiotas, al final, se descubrieron las mentiras que dije en el carnaval para liberar a Geist, y aunque habría podido escapar acabando con algunos guardias, ya casi amanecía, y siendo vampiro, huir durante el día no era una buena opción, dejé que me aprendieran para tener al menos un techo donde refugiarme durante este largo día, y así había acabado acá, atrapado e interrogado por la guardia real, acusado de cualquier cantidad de estupideces que solo a ellos se le podrían ocurrir, y al final, después de insultarme de tantas maneras, me ofrecían la posibilidad de unirme a la guardia real, para luego rechazarme por ser vampiro, sin darme tiempo siquiera de expresar mi rechazo, era bastante indignante.
El hombre levantó su brazo derecho y bastó solo eso para que nos dejaran solos - He visto lo que puedes hacer - Mencionó en voz un poco baja mientras se posaba en una silla frente a mí, yo me encontraba atado a una silla de manos y pies, por lo que se acercaba tranquilamente, aunque, no parecía temerme como los demás, tal vez a él le parecía menos monstruo - Necesito que hagas un trabajo para nosotros - Continuó diciendo mientras yo levantaba una ceja lleno de intriga - Es un trabajo sencillo, pero no quiero enviar a ninguno de mis hombres - La idea no terminaba de gustarme, ese hombre en particular no me generaba desconfianza, pero la situación sí me resultaba extraña - Dijiste ser espía, pues, es justo lo que necesito que seas, si aceptas hacer esta misión para mí, al terminar podrás irte - Hasta ahora me parecía una buena oferta - ¿Y qué impedirá que me vaya cuando me dejen salir a la misión? - Pregunté un poco intrigado, algún seguro debían tener para evitar que me fuera - No te irás, lo veo en tus ojos, pero como precaución, vamos a retener tus pertenencias, y te serán entregadas cuando acabes el trabajo - Mis pertenencias no eran muchas, apenas unos aeros, las dagas y otras cosas con valor sentimental, acepté a regañadientes, podría escapar, pero si quería volver a Lunargenta, lo mejor era evitar tener una mala relación con la guardia - Dime ¿Qué necesitas que haga? - Pregunté de mala gana, a lo que me respondió en voz baja mientras me guardaba una pequeña nota en un bolsillo de mi camisa - Acá tienes lo que debes saber, léelo al salir de acá y luego destrúyelo, es una misión no oficial y en caso de complicaciones negaremos toda vinculación contigo, puede haber más en juego de lo que pensamos - Se retiró hasta la puerta y llamó a los guardias para que me desataran y me llevaran hasta la salida del cuartel.
Salí casi a empujones de los guardias, me alejé despacio hasta un rincón lejano, había pasado todo el día encerrado en el cuartel, la noche llegaba de nuevo y el trabajo debía ser ejecutado esta misma noche, tomé la nota y tras asegurarme de que nadie me observaba la leí:
Misión de espionaje
Lugar: Orfanato
Objetivos: 1. Encontrar pruebas del tráfico de niños. 2. Encontrar posibles efectivos de la guardia real, implicados en las operaciones de tráfico de niños.
Parámetros: Es una misión de espionaje, no de asesinato, debes ser cauteloso, debemos capturar a todos los implicados; y los muertos no nos servirán para obtener información, confesiones, cómplices o clientes.
Tras unos instantes, apreté el papel con fuerza, tráfico de niños, sonaba horrible, tendría que contenerme mucho para no matar a los culpables, arrojé el papel a una pequeña antorcha en el camino y tras asegurarme que ardía completamente, corrí de prisa hacia el orfanato para iniciar mi misión.
Al final, Geist tenía razón, ayudar a los chicos buenos no era una buena idea, los buenos solían ser más idiotas, al final, se descubrieron las mentiras que dije en el carnaval para liberar a Geist, y aunque habría podido escapar acabando con algunos guardias, ya casi amanecía, y siendo vampiro, huir durante el día no era una buena opción, dejé que me aprendieran para tener al menos un techo donde refugiarme durante este largo día, y así había acabado acá, atrapado e interrogado por la guardia real, acusado de cualquier cantidad de estupideces que solo a ellos se le podrían ocurrir, y al final, después de insultarme de tantas maneras, me ofrecían la posibilidad de unirme a la guardia real, para luego rechazarme por ser vampiro, sin darme tiempo siquiera de expresar mi rechazo, era bastante indignante.
El hombre levantó su brazo derecho y bastó solo eso para que nos dejaran solos - He visto lo que puedes hacer - Mencionó en voz un poco baja mientras se posaba en una silla frente a mí, yo me encontraba atado a una silla de manos y pies, por lo que se acercaba tranquilamente, aunque, no parecía temerme como los demás, tal vez a él le parecía menos monstruo - Necesito que hagas un trabajo para nosotros - Continuó diciendo mientras yo levantaba una ceja lleno de intriga - Es un trabajo sencillo, pero no quiero enviar a ninguno de mis hombres - La idea no terminaba de gustarme, ese hombre en particular no me generaba desconfianza, pero la situación sí me resultaba extraña - Dijiste ser espía, pues, es justo lo que necesito que seas, si aceptas hacer esta misión para mí, al terminar podrás irte - Hasta ahora me parecía una buena oferta - ¿Y qué impedirá que me vaya cuando me dejen salir a la misión? - Pregunté un poco intrigado, algún seguro debían tener para evitar que me fuera - No te irás, lo veo en tus ojos, pero como precaución, vamos a retener tus pertenencias, y te serán entregadas cuando acabes el trabajo - Mis pertenencias no eran muchas, apenas unos aeros, las dagas y otras cosas con valor sentimental, acepté a regañadientes, podría escapar, pero si quería volver a Lunargenta, lo mejor era evitar tener una mala relación con la guardia - Dime ¿Qué necesitas que haga? - Pregunté de mala gana, a lo que me respondió en voz baja mientras me guardaba una pequeña nota en un bolsillo de mi camisa - Acá tienes lo que debes saber, léelo al salir de acá y luego destrúyelo, es una misión no oficial y en caso de complicaciones negaremos toda vinculación contigo, puede haber más en juego de lo que pensamos - Se retiró hasta la puerta y llamó a los guardias para que me desataran y me llevaran hasta la salida del cuartel.
Salí casi a empujones de los guardias, me alejé despacio hasta un rincón lejano, había pasado todo el día encerrado en el cuartel, la noche llegaba de nuevo y el trabajo debía ser ejecutado esta misma noche, tomé la nota y tras asegurarme de que nadie me observaba la leí:
Misión de espionaje
Lugar: Orfanato
Objetivos: 1. Encontrar pruebas del tráfico de niños. 2. Encontrar posibles efectivos de la guardia real, implicados en las operaciones de tráfico de niños.
Parámetros: Es una misión de espionaje, no de asesinato, debes ser cauteloso, debemos capturar a todos los implicados; y los muertos no nos servirán para obtener información, confesiones, cómplices o clientes.
Tras unos instantes, apreté el papel con fuerza, tráfico de niños, sonaba horrible, tendría que contenerme mucho para no matar a los culpables, arrojé el papel a una pequeña antorcha en el camino y tras asegurarme que ardía completamente, corrí de prisa hacia el orfanato para iniciar mi misión.
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Re: Los niños nunca duermen [Trabajo espía][Bio+Alanna][Finalizado]
Al salir del despacho borré mi sonrisa con un suspiro, que asco ti tío, parecía muy formal, pero estaba claro que no lo era para nada, con ese tipo de miradas, podría acusarlo de acoso sexual... a un en la puerta vi a unos niños escondidos tras una esquina, les saludé sonriendo, pero ellos, asustados, salieron corriendo con ojos llorosos. Estaba claro, algo pasaba ahí.
Fui a dejar mi bolsa en un cuarto, el tipo, que se llamaba Charles, me había dicho que cogiese el que quisiera, así que tomé el que más cerca estaba del cuarto de los niños, sería más fácil vigilarlos así. Los cuartos no habían cambiado en nada, estrechos, polvorientos, un simple camastro y un armario decoraban el cuarto sin ventanas, era peor que una prisión... y peor que estar solo en el exterior, en la ciudad, y sobretodo allí dentro, me veía obligada a dejar las armas en casa, solo llevaba mis dagas escondidas bajo las falda, allí si me descubrían con ellas, muy posiblemente me vería en una situación complicada.
Salí de allí dejando mi bolsa con calma, no había cogido ni la misión, ni la espada o el arco, ni tampoco mi insignia, todo efecto personal, estaba en mi casa. Los pasillos estaban desiertos, no se escuchaban pequeños pasos corriendo, ni risas, ni sonido de juguetes, ni nada... Solo viento, viento frío y mis pasos resonando por la inmensidad de los corredores de techos altos y ventanales enormes, al menos no estaban rotos como cuando yo era pequeña.
Llegué a lo que, cuando yo era niña. era la sala común, llamé, y se escucharon susurros y pasos corriendo. Al final del pasillo, Charles se acercaba con una sonrisa de suficiencia:
- Ya que has encontrado la sala tu sola, te los presentaré.- y tras esto, entró con un fuerte golpe.- ¡Vosotros, panda de basura! ¡Vais a tener una nueva maestra aquí, tratadla bien!- tras eso hizo e gesto de que se quitaba el sombrero ante mi, y salió cerrando la puerta.
- Niños- dije con suavidad, basura, ¡Los había llamado basura! ¡él si que era basura!- Mi nombre es Lisa Merlow, y vengo a ayudaros,- confesé mi plan a medias, pero no creía que ellos pudieran entenderlo- Espero que nos llevemos bien, yo también soy huerfana, como vosotros, así que os entiendo- más de lo que ellos creían- porque no empezamos presentándonos, me gustaría conoceros a todos- sonreí sentándome en el suelo- no hace fata que conmigo seáis tan formales, podéis sentaros en el suelo, saltar pos los sillones o bailar sobre las mesas cuando yo esté delante.-Ningún niño reaccionó, seguían en filas, sin romper posiciones. con un suspiro, me aparté el pelo de la frente y empecé a preguntar- Tu, la chiquilla de las trenzas, si, tu, la que parece una naranja- por primera vez, escuché un par de risas contenidas- dime como te llamas. Por favor- pedí, esos chiquillos estaban creciendo con miedo, necesitaban gestos de amabilidad a su alrededor, necesitaban tener la oportunidad de ser niños.
- U...usted lo ha dicho señora, me llamo Orange.-
- Vaya, debo ser adivina, pero por favor, para todos, llamadme Lisa, no señora, ¿si? Quiero que seamos amigos.- Ojos sorprendidos, estaba claro, no se si traficarían con ellos, pero los maltrataban, seguro.... intenté con todas mis fuerzas aguantar la rabia, si no iría corriendo al despacho de ese tipo y le clavaría una de mis dagas en el cuello...
Solo con las presentaciones tardamos todo el día, debía haber unos 60 niños, y me tuve que aprender todos sus nombres y algunos detalles sobre ellos, eran adorables, dulces y cariñosos, pero tenían tanto miedo, demasiados recuerdos para mi en ese lugar, debía ayudarles pronto, ellos no debían permanecer en esa situación y yo no podía seguir empapándome de ese fango, cada paso que daba por ese internado para huérfanos me reabría la herida.
La noche llegó pronto, los niños empezaban a tomar confianza, al parecer el tipo ese les había puesto números, no nombres, eso más que un orfanato, parecía un campo de concentración...
Fui a cenar, una cena enorme solo para dos personas, sobró muchísimo, pero el tipo ordenó a una señora mayor de aspecto áspero que lo tirase.
- ¿Qué cenan los niños?- pregunté con cara y voz relajadas mientras me clavaba las uñas.
- Am... algo cenarán, estoy seguro- sonrió el hombre fingiendo amabilidad.
- Disculpe, ¿podría no tirar la comida?- pedí a la gruesa mujerrubia, que me miró con asco- es que verá, soy sonámbula, y cuando me despierto por la noche es para comer.- ya esta tenía excusa para salir por la noche, si me encontraban solo debía hacerme la dormida y también podría llevarles la comida, la gran parte de platos intactos, a los niños.
En mi dormitorio, me tumbé en la polvorienta cama, tras ponerme un pantalón negro y una camiseta del mismo color, sabía por experiencia que ese lugar era tan oscuro que esa opción era la mejor, y en silencio salí siguiendo un sonido de pasos. ¿Ya se llevaban a los pequeños?
Fui a dejar mi bolsa en un cuarto, el tipo, que se llamaba Charles, me había dicho que cogiese el que quisiera, así que tomé el que más cerca estaba del cuarto de los niños, sería más fácil vigilarlos así. Los cuartos no habían cambiado en nada, estrechos, polvorientos, un simple camastro y un armario decoraban el cuarto sin ventanas, era peor que una prisión... y peor que estar solo en el exterior, en la ciudad, y sobretodo allí dentro, me veía obligada a dejar las armas en casa, solo llevaba mis dagas escondidas bajo las falda, allí si me descubrían con ellas, muy posiblemente me vería en una situación complicada.
Salí de allí dejando mi bolsa con calma, no había cogido ni la misión, ni la espada o el arco, ni tampoco mi insignia, todo efecto personal, estaba en mi casa. Los pasillos estaban desiertos, no se escuchaban pequeños pasos corriendo, ni risas, ni sonido de juguetes, ni nada... Solo viento, viento frío y mis pasos resonando por la inmensidad de los corredores de techos altos y ventanales enormes, al menos no estaban rotos como cuando yo era pequeña.
Llegué a lo que, cuando yo era niña. era la sala común, llamé, y se escucharon susurros y pasos corriendo. Al final del pasillo, Charles se acercaba con una sonrisa de suficiencia:
- Ya que has encontrado la sala tu sola, te los presentaré.- y tras esto, entró con un fuerte golpe.- ¡Vosotros, panda de basura! ¡Vais a tener una nueva maestra aquí, tratadla bien!- tras eso hizo e gesto de que se quitaba el sombrero ante mi, y salió cerrando la puerta.
- Niños- dije con suavidad, basura, ¡Los había llamado basura! ¡él si que era basura!- Mi nombre es Lisa Merlow, y vengo a ayudaros,- confesé mi plan a medias, pero no creía que ellos pudieran entenderlo- Espero que nos llevemos bien, yo también soy huerfana, como vosotros, así que os entiendo- más de lo que ellos creían- porque no empezamos presentándonos, me gustaría conoceros a todos- sonreí sentándome en el suelo- no hace fata que conmigo seáis tan formales, podéis sentaros en el suelo, saltar pos los sillones o bailar sobre las mesas cuando yo esté delante.-Ningún niño reaccionó, seguían en filas, sin romper posiciones. con un suspiro, me aparté el pelo de la frente y empecé a preguntar- Tu, la chiquilla de las trenzas, si, tu, la que parece una naranja- por primera vez, escuché un par de risas contenidas- dime como te llamas. Por favor- pedí, esos chiquillos estaban creciendo con miedo, necesitaban gestos de amabilidad a su alrededor, necesitaban tener la oportunidad de ser niños.
- U...usted lo ha dicho señora, me llamo Orange.-
- Vaya, debo ser adivina, pero por favor, para todos, llamadme Lisa, no señora, ¿si? Quiero que seamos amigos.- Ojos sorprendidos, estaba claro, no se si traficarían con ellos, pero los maltrataban, seguro.... intenté con todas mis fuerzas aguantar la rabia, si no iría corriendo al despacho de ese tipo y le clavaría una de mis dagas en el cuello...
Solo con las presentaciones tardamos todo el día, debía haber unos 60 niños, y me tuve que aprender todos sus nombres y algunos detalles sobre ellos, eran adorables, dulces y cariñosos, pero tenían tanto miedo, demasiados recuerdos para mi en ese lugar, debía ayudarles pronto, ellos no debían permanecer en esa situación y yo no podía seguir empapándome de ese fango, cada paso que daba por ese internado para huérfanos me reabría la herida.
La noche llegó pronto, los niños empezaban a tomar confianza, al parecer el tipo ese les había puesto números, no nombres, eso más que un orfanato, parecía un campo de concentración...
Fui a cenar, una cena enorme solo para dos personas, sobró muchísimo, pero el tipo ordenó a una señora mayor de aspecto áspero que lo tirase.
- ¿Qué cenan los niños?- pregunté con cara y voz relajadas mientras me clavaba las uñas.
- Am... algo cenarán, estoy seguro- sonrió el hombre fingiendo amabilidad.
- Disculpe, ¿podría no tirar la comida?- pedí a la gruesa mujerrubia, que me miró con asco- es que verá, soy sonámbula, y cuando me despierto por la noche es para comer.- ya esta tenía excusa para salir por la noche, si me encontraban solo debía hacerme la dormida y también podría llevarles la comida, la gran parte de platos intactos, a los niños.
En mi dormitorio, me tumbé en la polvorienta cama, tras ponerme un pantalón negro y una camiseta del mismo color, sabía por experiencia que ese lugar era tan oscuro que esa opción era la mejor, y en silencio salí siguiendo un sonido de pasos. ¿Ya se llevaban a los pequeños?
Última edición por Alanna Delteria el Jue Abr 09 2015, 14:28, editado 1 vez
Alanna Delteria
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Re: Los niños nunca duermen [Trabajo espía][Bio+Alanna][Finalizado]
Caminé de prisa hasta encontrarme frente al orfanato, la noche había caído al fin y las sombras de la noche me serían de gran ayuda para infiltrarme, lo primero sería el trabajo de reconocimiento, aunque ser espía no era mi pasatiempo favorito, la investigación y el sigilo sí formaban parte de mis habilidades, dediqué los primeros instantes a examinar el entorno, el lugar tenía una entrada principal bastante visible, pero dada la cantidad de personas que transitaban el lugar, todo acto ilegal resultaba un gran riesgo por esa vía, inncluso si se realizaba durante la noche, por otro lado, los niños no se dejarían llevar por la fuerza a menos que estuvieran inconscientes... O muy asustados, y en el segundo caso sería un gran riesgo que alguno gritara o corriera, lo cual me daba a suponer que existía una segunda vía.
Di una vuelta por el lugar sin encontrar nada sospechoso, si no habían más salidas que la principal, debía haber otro modo, entonces recordé - (¡¡Las Catacumbas!!) - Tal vez dentro del orfanato existía algún acceso hacia los niveles subterráneos de la ciudad de Lunargenta, un lugar lleno de la peor escoria, donde seguramente habría más de un cliente para el tráfico de niños, era tan solo una suposición hasta ahora, pero no se me ocurría ninguna otra manera de ejecutar las ventas de niños sin que alguno pudiera dar alguna "sorpresa" y poner en riesgo la operación.
Los muros no eran muy altos, no sería difícil trepar y saltarlos, me apoyé a la pared unos instantes para tratar de escuchar algún indicio de vigilancia, pero fue en vano, no se escuchaba un alma, así que tras retroceder unos pasos y observar a ambos lados de la calle, tomé distancia y emprendí una rápida carrera hacia la pared, salté, coloqué un pie sobre la pared y lo usé para empujarme más arriba hasta alcanzar la cima con mis manos, me impulsé con las piernas mientras me sostenía con las manos para terminar de subir, tras ojear el lugar me dejé caer en lo que parecía ser un pequeño y olvidado parque, tal vez de antaño había sido un buen lugar para jugar, pero ahora solo quedaban restos de lo que una vez fue, el evidente deterioro del lugar delataba la falta de interés de los encargados, por el bienestar de los niños, entre más concluisiones sacaba, más asco y repulsión sentía hacia los sujetos a cargo del lugar y sus nefastas operaciones.
La escasa luz de una habitación cercana llamó mi atención, un par de sombras parecían discutir acerca de algo, me acerqué con cuidado para intentar escuchar lo que estaban diciendo, tal vez podría obtener alguna pista de lo que sucedía en aquel lugar, o lo que podría suceder esa noche - Te dije que tuvieras todo listo, y ahora, tendremos que hacer todo de prisa - Escuché decir dentro de la habitación - Espero que sea la última vez que me haces esto, tengo demasiado en riesgo en este negocio como para soportar tu incompenencia, si no puedes con el trabajo, encontraré a alguien que sí pueda hacerlo - Definitivamente sucedería algo, y sus errores de planificación era algo que podría aprovechar, pero ¿quienes eran esos hombres? Surgían cada vez más preguntas y las respuestas tardaban en llegar...
Di una vuelta por el lugar sin encontrar nada sospechoso, si no habían más salidas que la principal, debía haber otro modo, entonces recordé - (¡¡Las Catacumbas!!) - Tal vez dentro del orfanato existía algún acceso hacia los niveles subterráneos de la ciudad de Lunargenta, un lugar lleno de la peor escoria, donde seguramente habría más de un cliente para el tráfico de niños, era tan solo una suposición hasta ahora, pero no se me ocurría ninguna otra manera de ejecutar las ventas de niños sin que alguno pudiera dar alguna "sorpresa" y poner en riesgo la operación.
Los muros no eran muy altos, no sería difícil trepar y saltarlos, me apoyé a la pared unos instantes para tratar de escuchar algún indicio de vigilancia, pero fue en vano, no se escuchaba un alma, así que tras retroceder unos pasos y observar a ambos lados de la calle, tomé distancia y emprendí una rápida carrera hacia la pared, salté, coloqué un pie sobre la pared y lo usé para empujarme más arriba hasta alcanzar la cima con mis manos, me impulsé con las piernas mientras me sostenía con las manos para terminar de subir, tras ojear el lugar me dejé caer en lo que parecía ser un pequeño y olvidado parque, tal vez de antaño había sido un buen lugar para jugar, pero ahora solo quedaban restos de lo que una vez fue, el evidente deterioro del lugar delataba la falta de interés de los encargados, por el bienestar de los niños, entre más concluisiones sacaba, más asco y repulsión sentía hacia los sujetos a cargo del lugar y sus nefastas operaciones.
La escasa luz de una habitación cercana llamó mi atención, un par de sombras parecían discutir acerca de algo, me acerqué con cuidado para intentar escuchar lo que estaban diciendo, tal vez podría obtener alguna pista de lo que sucedía en aquel lugar, o lo que podría suceder esa noche - Te dije que tuvieras todo listo, y ahora, tendremos que hacer todo de prisa - Escuché decir dentro de la habitación - Espero que sea la última vez que me haces esto, tengo demasiado en riesgo en este negocio como para soportar tu incompenencia, si no puedes con el trabajo, encontraré a alguien que sí pueda hacerlo - Definitivamente sucedería algo, y sus errores de planificación era algo que podría aprovechar, pero ¿quienes eran esos hombres? Surgían cada vez más preguntas y las respuestas tardaban en llegar...
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Re: Los niños nunca duermen [Trabajo espía][Bio+Alanna][Finalizado]
Seguí el sonido de pasos a una distancia prudente, oculta entre las sombras, até mi pelo, debía prepararme. Llegué a un cuarto donde los pasos se detenían y se oían voces:
-Te dije que lo tuvieras todo listo, y ahora, tendremos que hacerlo todo de prisa - Escuché decir dentro de la habitación - Espero que sea la última vez que me haces esto, tengo demasiado en riesgo en este negocio como para soportar tu incompetencia, si no puedes con el trabajo, encontraré a alguien que sí pueda hacerlo - Era la voz de Charles, sin duda, era él.
Me aparté de la puerta y me escondí tras una esquina en cuanto sentí que pasos se acercaban a la puerta. Sinceramente, no se que demonios toqué pero de pronto la pared se abrió, abrir no sería la palabra, la pared giró, hacia arriba, y acabé cayendo al otro lado quedándome encerrada en una sala oscura que parecía carente de todo mobiliario. Chasqueé la lengua, era una trampa.... seguramente a la mañana abrirían y me encontrarían allí, y adiós a mi tapadera. Pero si había entrado, debía poder salir...
- Recuerda, dentro de una hora lleva a esas dos niñas a la parte trasera, ten cuidado cuando pases por allí, hay una chica que ha venido interna, no la despiertes, y si te ve... ya sabes, al camión con los niños, no parece muy fuerte, es solo una joven idiota- Escuché decir al tipo que llevaba el orfanato, así que solo soy una idiota... matarlo no, porque no me dejaban, pero tres hostias si pensaba darle, dos por los niños y una por mi, ese tipo no iba a librarse de ellas.
En cuanto se alejaron del pasillo comencé a palpar las paredes, debía haber algo. Andando, tropecé con una cuerda, y la cogí, no sabía que hacer con ella, pero de algo me serviría. El lugar era estrecho, no había cajas ni mesas ni nada más que esa cuerda. Tenía que darme prisa para salir de allí, si me dejaba coger... ya lo tendría. Me senté sin saber que hacer y comencé a jugar con la cuerda. Le di a algo que sobresalía, y la cuerda me cayó a la cabeza me quejé en silencio y me levanté, forcé la vista para, entre sombras, ver una especie de palanca, ¡sí, ese era el mecanismo!, hice un nudo en la cuerda y la lancé, tardé tres intentos en alcanzar la palanca, pero cuando la tuve enganchada tiré de la cuerda y la puerta se alzó un poco, era a penas un metro lo que se había alzado, pero no necesitaba más, fortuna ser pequeña. Era un sitió alto, pero llegaba con las manos. Me cogí de una piedra que sobre salía, y con todas mis fuerzas subí mi torso, ya estaba fuera.
Los pasos se habían ido hacia lo que eran los cuartos de los niños. Cerré la pared y corrí hacia los cuartos, tan obcecada iba que tropecé con algo blando, una espalda, saqué mis dagas, poniéndome en guardia, ya la había liado. Fue entonces cuando me di cuenta de que había salido al exterior, los escondrijos de ese caseron nunca dejarían de sorprenderme, vi la cara de mi adversario, era el vampiro de Ulmer, con quien había luchado contra el licántropo.
- ¿Qué haces aquí?- Susurré- ¿Qué les estas haciendo a los niños?- Estaba enfadada, pero tampoco podía asegurar que fuese él. Por eso, por si acaso, mejor susurrar.
-Te dije que lo tuvieras todo listo, y ahora, tendremos que hacerlo todo de prisa - Escuché decir dentro de la habitación - Espero que sea la última vez que me haces esto, tengo demasiado en riesgo en este negocio como para soportar tu incompetencia, si no puedes con el trabajo, encontraré a alguien que sí pueda hacerlo - Era la voz de Charles, sin duda, era él.
Me aparté de la puerta y me escondí tras una esquina en cuanto sentí que pasos se acercaban a la puerta. Sinceramente, no se que demonios toqué pero de pronto la pared se abrió, abrir no sería la palabra, la pared giró, hacia arriba, y acabé cayendo al otro lado quedándome encerrada en una sala oscura que parecía carente de todo mobiliario. Chasqueé la lengua, era una trampa.... seguramente a la mañana abrirían y me encontrarían allí, y adiós a mi tapadera. Pero si había entrado, debía poder salir...
- Recuerda, dentro de una hora lleva a esas dos niñas a la parte trasera, ten cuidado cuando pases por allí, hay una chica que ha venido interna, no la despiertes, y si te ve... ya sabes, al camión con los niños, no parece muy fuerte, es solo una joven idiota- Escuché decir al tipo que llevaba el orfanato, así que solo soy una idiota... matarlo no, porque no me dejaban, pero tres hostias si pensaba darle, dos por los niños y una por mi, ese tipo no iba a librarse de ellas.
En cuanto se alejaron del pasillo comencé a palpar las paredes, debía haber algo. Andando, tropecé con una cuerda, y la cogí, no sabía que hacer con ella, pero de algo me serviría. El lugar era estrecho, no había cajas ni mesas ni nada más que esa cuerda. Tenía que darme prisa para salir de allí, si me dejaba coger... ya lo tendría. Me senté sin saber que hacer y comencé a jugar con la cuerda. Le di a algo que sobresalía, y la cuerda me cayó a la cabeza me quejé en silencio y me levanté, forcé la vista para, entre sombras, ver una especie de palanca, ¡sí, ese era el mecanismo!, hice un nudo en la cuerda y la lancé, tardé tres intentos en alcanzar la palanca, pero cuando la tuve enganchada tiré de la cuerda y la puerta se alzó un poco, era a penas un metro lo que se había alzado, pero no necesitaba más, fortuna ser pequeña. Era un sitió alto, pero llegaba con las manos. Me cogí de una piedra que sobre salía, y con todas mis fuerzas subí mi torso, ya estaba fuera.
Los pasos se habían ido hacia lo que eran los cuartos de los niños. Cerré la pared y corrí hacia los cuartos, tan obcecada iba que tropecé con algo blando, una espalda, saqué mis dagas, poniéndome en guardia, ya la había liado. Fue entonces cuando me di cuenta de que había salido al exterior, los escondrijos de ese caseron nunca dejarían de sorprenderme, vi la cara de mi adversario, era el vampiro de Ulmer, con quien había luchado contra el licántropo.
- ¿Qué haces aquí?- Susurré- ¿Qué les estas haciendo a los niños?- Estaba enfadada, pero tampoco podía asegurar que fuese él. Por eso, por si acaso, mejor susurrar.
- off-rol:
- Sinceramente, no se si esto cuenta para subir nivel en trampas y venenos porque parece que escapa por pura suerte, pero por si acaso, lo he marcado en rojo, al igual que el peligro de ser descubierta si no logra salir del cuartucho.
Última edición por Alanna Delteria el Jue Abr 09 2015, 14:35, editado 3 veces
Alanna Delteria
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Re: Los niños nunca duermen [Trabajo espía][Bio+Alanna][Finalizado]
La discusión se calmó un poco mientras uno de ellos decía - Recuerda, dentro de una hora lleva a esas dos niñas a la parte trasera, ten cuidado cuando pases por allí, hay una chica que ha venido interna, no la despiertes, y si te ve... ya sabes, al camión con los niños, no parece muy fuerte, es solo una joven idiota - Era una gran pista, definitivamente intentarían algo, y sabía donde, o al menos tenía una idea, pero en la parte de atrás no había visto ninguna salida hacia la calle, incluso, ni siquiera veía manera de entrar al edificio del orfanato por alguna puerta trasera, me incomodaba ahogarme entre tantas interrogantes, las preguntas se multiplicaban a cada rato y aunque había logrado algunas pistas, seguía sin tener ninguna respuesta concreta, definitivamente era muy mal espía.
La puerta se cerró violentamente, al parecer alguien estaba muy molesto ahí dentro - Problemas en el paraiso - Susurré para mí mismo, intenté asomarme por la ventana pero casi soy descubierto en el acto cuando el que había quedado ahí dentro, se acercó a dejar caer la cortina, un rápido reflejo me llevó a retroceder y quedarme con la espalda pegada a la pared, pasé unos instantes completamente inmóvil, luego de eso, intenté buscar la manera de entrar al edificio, debía haber una forma, tal vez por una de las ventanas del piso superior, caminaba hacia atrás con la vista fijada en las ventanas, esperando que alguna estuviera abierta, cuando algo inesperado se estrelló contra mi espalda - (Me han atrapado, adiós al sigilo) - Pensé mientras me giraba de prisa llevando mi mano izquierda a la altura del cuello de quien fuera que estuviese ahí, aunque sus manos habían sido veloces para sacar sus dagas, la vi, era ella, la chica de Ulmer, si no recordaba mal, estaba relacionada con la guardia real, la observé bien para asegurarme que mi memoria no me fallara - Joven e idiota, estoy seguro que hablaban de ti - Comenté a modo de saludo irritante seguido de una leve sonrisa - Estoy obligado en una misión especial - Intenté explicarle - Hay que detener a estos malditos - Antes que me respondiera me adelanté y la interrumpí - Sssshhh - Algunos ruidos dentro de la casa delataban el inicio de la operación, y aún no tenía claro por dónde sacarían a los niños - ¿Cómo llegaste aquí? Alessa - Le pregunté casi susurrando, pues dudaba que hubiera saltado el muro como yo, y no veía ninguna entrada cercana al edificio del orfanato, tal vez ella era mejor espía que yo y sabía más de lo que aparentaba...
La puerta se cerró violentamente, al parecer alguien estaba muy molesto ahí dentro - Problemas en el paraiso - Susurré para mí mismo, intenté asomarme por la ventana pero casi soy descubierto en el acto cuando el que había quedado ahí dentro, se acercó a dejar caer la cortina, un rápido reflejo me llevó a retroceder y quedarme con la espalda pegada a la pared, pasé unos instantes completamente inmóvil, luego de eso, intenté buscar la manera de entrar al edificio, debía haber una forma, tal vez por una de las ventanas del piso superior, caminaba hacia atrás con la vista fijada en las ventanas, esperando que alguna estuviera abierta, cuando algo inesperado se estrelló contra mi espalda - (Me han atrapado, adiós al sigilo) - Pensé mientras me giraba de prisa llevando mi mano izquierda a la altura del cuello de quien fuera que estuviese ahí, aunque sus manos habían sido veloces para sacar sus dagas, la vi, era ella, la chica de Ulmer, si no recordaba mal, estaba relacionada con la guardia real, la observé bien para asegurarme que mi memoria no me fallara - Joven e idiota, estoy seguro que hablaban de ti - Comenté a modo de saludo irritante seguido de una leve sonrisa - Estoy obligado en una misión especial - Intenté explicarle - Hay que detener a estos malditos - Antes que me respondiera me adelanté y la interrumpí - Sssshhh - Algunos ruidos dentro de la casa delataban el inicio de la operación, y aún no tenía claro por dónde sacarían a los niños - ¿Cómo llegaste aquí? Alessa - Le pregunté casi susurrando, pues dudaba que hubiera saltado el muro como yo, y no veía ninguna entrada cercana al edificio del orfanato, tal vez ella era mejor espía que yo y sabía más de lo que aparentaba...
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Re: Los niños nunca duermen [Trabajo espía][Bio+Alanna][Finalizado]
Guardé silencio, parecía que iba obligado, y no precisamente para atentar contra los niños, di un suspiro y guarde mis dagas:
- Soy una antigua guardia, sigo haciendo mandatos de vez en cuando, como favores especiales, me ha mandado el teniente, sabe que esto, para mi es personal, y no soy Alessa, soy Alanna- sonreí algo relajada, aunque no podíamos perder tiempo.- Tu no me dijiste tu nombre, por cierto, aunque ahora no es momento de charla, si estás aquí para lo mismo que yo... y aunque no me hace gracia, ven conmigo. En lugar de quedarnos aquí como pasmarotes detengamos a esos cerdos.- dije empezando a andar por el jardín en silencio.- Sígueme, se como entrar.
Me apresuré a rodear el edificio, mis pasos, ligeros, no hacía ruido ni tampoco dejaban huellas. Pase frente a los columpios, esos columpios que nunca se habían usado, y giré en la siguiente esquina, allí, un enorme árbol tapaba un pequeño hueco entre el jardín y la pared, me colé por uno de los costados del enorme árbol y me agaché en el suelo, comencé a quitar hojas y tierra y allí estaba... La salida "secreta", que usábamos los huérfanos cuando yo era niña para salir a escondidas y poder buscar algo de comer o trabajo. Estiré del asa y abrí la puerta, era pequeña, aunque yo seguía cabiendo, y esperaba que el vampiro también, no me gustaba compartir esto, lo sentía como una cruzada personal, pero aun así era lo bastante inteligente como para saber que era muy probable que necesitase ayuda. Me senté en el frío y sucio suelo y tanteé en busca de la escalera, si en ese entonces estaba oxidada, ahora debía ser aun peor, pero no tenía más remedio:
- Ten cuidado al bajar, la escalera es delgada y esta oxidada. Cuando entres, cierra la puerta.- Susurré.
Comencé a bajar apresuradamente, cuando estaba por tocar suelo uno de los últimos peldaños cedió, no hizo demasiado ruido, pero el suficiente como para alterarme. Salté a cuatro escalones de distancia, mejor no arriesgarse. Miré hacia arriba esperando al vampiro, y al verlo aproveché la luz para comprobar el estado de todo. Ese sótano... seguía intacto, como la última vez, di un suspiro triste, era lógico que no lo conociesen, la entrada estaba en el segundo piso, en las duchas del baño de chicas, la que siempre estaba rota tenía un enorme azulejo suelto, y tras él, primero debías bajar unas escaleras roñosas, luego atravesar un pasadizo angosto y, finalmente, bajar unos enormes peldaños de madera que crujían a cada paso y podían venirse a bajo. Ojala nunca hubiese hecho falta ese pasaje. Desperté de mi ensoñación y me acerqué a la pared que se abría, por desgracia aun recordaba ese lugar como si me hubiese marchado ayer... Presioné la piedra de la octava fila, columna sexta y con un pequeño quejido se abrió la puerta.
- Por aquí, sígueme, ten cuidado y no hagas ruido alguno, vamos a sacar de aquí a los niños sin que esos zopencos sepan nada. No hay mejores pruebas que los mismos niños. Los he conocido hoy, pero estoy segura de que testificarán, lo se.- me giré a mirar al chico- No hay nada de luz, nada de nada, es más oscuro que las catacumbas, tu vista en la oscuridad es mejor que la mía, pero soy yo quien conoce este sitio- confesé algo alicaída- si no ves nada, y necesitas algo de guía cógete de mi cinturón. Vamos, tenemos que darnos prisa- apresuré al chico señalando mi cinto.
Comencé a subir las escaleras, con cuidado, seguían igual de sueltas que la última vez... puse una mano en la pared y seguí el camino.
- Soy una antigua guardia, sigo haciendo mandatos de vez en cuando, como favores especiales, me ha mandado el teniente, sabe que esto, para mi es personal, y no soy Alessa, soy Alanna- sonreí algo relajada, aunque no podíamos perder tiempo.- Tu no me dijiste tu nombre, por cierto, aunque ahora no es momento de charla, si estás aquí para lo mismo que yo... y aunque no me hace gracia, ven conmigo. En lugar de quedarnos aquí como pasmarotes detengamos a esos cerdos.- dije empezando a andar por el jardín en silencio.- Sígueme, se como entrar.
Me apresuré a rodear el edificio, mis pasos, ligeros, no hacía ruido ni tampoco dejaban huellas. Pase frente a los columpios, esos columpios que nunca se habían usado, y giré en la siguiente esquina, allí, un enorme árbol tapaba un pequeño hueco entre el jardín y la pared, me colé por uno de los costados del enorme árbol y me agaché en el suelo, comencé a quitar hojas y tierra y allí estaba... La salida "secreta", que usábamos los huérfanos cuando yo era niña para salir a escondidas y poder buscar algo de comer o trabajo. Estiré del asa y abrí la puerta, era pequeña, aunque yo seguía cabiendo, y esperaba que el vampiro también, no me gustaba compartir esto, lo sentía como una cruzada personal, pero aun así era lo bastante inteligente como para saber que era muy probable que necesitase ayuda. Me senté en el frío y sucio suelo y tanteé en busca de la escalera, si en ese entonces estaba oxidada, ahora debía ser aun peor, pero no tenía más remedio:
- Ten cuidado al bajar, la escalera es delgada y esta oxidada. Cuando entres, cierra la puerta.- Susurré.
Comencé a bajar apresuradamente, cuando estaba por tocar suelo uno de los últimos peldaños cedió, no hizo demasiado ruido, pero el suficiente como para alterarme. Salté a cuatro escalones de distancia, mejor no arriesgarse. Miré hacia arriba esperando al vampiro, y al verlo aproveché la luz para comprobar el estado de todo. Ese sótano... seguía intacto, como la última vez, di un suspiro triste, era lógico que no lo conociesen, la entrada estaba en el segundo piso, en las duchas del baño de chicas, la que siempre estaba rota tenía un enorme azulejo suelto, y tras él, primero debías bajar unas escaleras roñosas, luego atravesar un pasadizo angosto y, finalmente, bajar unos enormes peldaños de madera que crujían a cada paso y podían venirse a bajo. Ojala nunca hubiese hecho falta ese pasaje. Desperté de mi ensoñación y me acerqué a la pared que se abría, por desgracia aun recordaba ese lugar como si me hubiese marchado ayer... Presioné la piedra de la octava fila, columna sexta y con un pequeño quejido se abrió la puerta.
- Por aquí, sígueme, ten cuidado y no hagas ruido alguno, vamos a sacar de aquí a los niños sin que esos zopencos sepan nada. No hay mejores pruebas que los mismos niños. Los he conocido hoy, pero estoy segura de que testificarán, lo se.- me giré a mirar al chico- No hay nada de luz, nada de nada, es más oscuro que las catacumbas, tu vista en la oscuridad es mejor que la mía, pero soy yo quien conoce este sitio- confesé algo alicaída- si no ves nada, y necesitas algo de guía cógete de mi cinturón. Vamos, tenemos que darnos prisa- apresuré al chico señalando mi cinto.
Comencé a subir las escaleras, con cuidado, seguían igual de sueltas que la última vez... puse una mano en la pared y seguí el camino.
Alanna Delteria
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Re: Los niños nunca duermen [Trabajo espía][Bio+Alanna][Finalizado]
La chica bajó sus dagas y me respondió entre susurros - Soy una antigua guardia, sigo haciendo mandatos de vez en cuando, como favores especiales, me ha mandado el teniente, sabe que esto, para mi es personal, y no soy Alessa, soy Alanna - Dijo con una sonrisa, aunque se veía bastante preocupada por la situación de los niños, se hacía evidente la preocupación en su rostro - Tu no me dijiste tu nombre, por cierto, aunque ahora no es momento de charla, si estás aquí para lo mismo que yo... y aunque no me hace gracia, ven conmigo. En lugar de quedarnos aquí como pasmarotes detengamos a esos cerdos.- Tras decir eso comenzó a caminar por el jardín que parecía conocer perfectamente - Me llaman Bio, aunque no soy un bio, siempre me confunden con esas cosas - Murmuré entre dientes antes de ser interrumpido - Sígueme, se como entrar - Dijo con tal certeza de saber a donde iba, que me convenció de seguirla.
Caminamos hasta un árbol que ocultaba un hueco entre el jardín y la pared, bastante ingenioso aunque no muy elaborado, parecía ser cosa de niños, tras escarbar un rato como un cachorro la chica logró abrir una pequeña entrada, abrió la puerta de ese pequeño conducto y entró con relativa facilidad, por mi parte, me tocaría contorsionarme un poco para lograr pasar por ahí, se mantuvo en silencio mientras hacía su solemne ritual de entrada, observé un rato el pequeño conducto pensando aún de qué manera aventurarme a entrar ahí - Cuando entres, cierra la puerta - La escuché decir, ahora era más difícil, además de el sacrificio que haría para entrar, debía torcerme para cerrar la puerta, decidí entrar primero los pies, luego las piernas buscando encontrar donde posarme ahí dentro, a partir de la cintura comencé a sentirme apretado y finalmente en el pecho, me tocó levantar los brazos para poder pasar, ya que tenía los brazos extendidos, aproveché de cerrar la pequeña puerta.
Estaba oscuro, afortunadamente me había habituado a andar en la oscuridad, seguí su silueta en las sombras mientras bajaba por aquellas viejas escaleras, en cada paso sentía que se iba a desplomar, no sé si lo presentía o lo deseaba, pero al final un escalón cedió, un instante de silencio llenó el lugar hasta que finalmente decidió continuar, yo lo hice luego de la misma forma, avancé hasta el que había cedido y salté desde ahí al piso para evitar alguna sorpresa luego, finalmente llegamos a una pared, parecía no haber salida pero ella presionó una piedra y se abrió una puerta, ese lugar tenía más cosas extrañas de las que había imaginado, pero eso definitivamente no podría ser creado por niños, tal vez el edificio tenía otra finalidad antes, y luego los niños descubrieron sus pasajes.
Aún estaba pasmado de la impresión cuando me dijo - Por aquí, sígueme, ten cuidado y no hagas ruido alguno, vamos a sacar de aquí a los niños sin que esos zopencos sepan nada. No hay mejores pruebas que los mismos niños. Los he conocido hoy, pero estoy segura de que testificarán, lo sé - Me quedé pensando en su respuesta hasta que me desperté de mis pensamientos - Si no ves nada, y necesitas algo de guía cógete de mi cinturón. Vamos, tenemos que darnos prisa - Efectivamente cogí si cinturón, pero no para guiarme, sino para detenerla - El testimonio de los chicos podría no ser suficiente, me han dicho que puede haber efectivos de la guardia implicados en esto, en tal caso, necesitamos pruebas para incriminar a todos, y no solo a quien los niños puedan acusar, pues a fin de cuentas, sería la palabra de los niños, contra las influencias políticas o militares de los implicados - Solté su cinturón - Puedes ir por los niños, pero antes, dime como llegar a la oficina del encargado del orfanato, ahí podría encontrar algo de evidencia para apoyar el testimonio de los niños - Subí tras ella por las rechinantes escaleras esperando sus indicaciones.
Caminamos hasta un árbol que ocultaba un hueco entre el jardín y la pared, bastante ingenioso aunque no muy elaborado, parecía ser cosa de niños, tras escarbar un rato como un cachorro la chica logró abrir una pequeña entrada, abrió la puerta de ese pequeño conducto y entró con relativa facilidad, por mi parte, me tocaría contorsionarme un poco para lograr pasar por ahí, se mantuvo en silencio mientras hacía su solemne ritual de entrada, observé un rato el pequeño conducto pensando aún de qué manera aventurarme a entrar ahí - Cuando entres, cierra la puerta - La escuché decir, ahora era más difícil, además de el sacrificio que haría para entrar, debía torcerme para cerrar la puerta, decidí entrar primero los pies, luego las piernas buscando encontrar donde posarme ahí dentro, a partir de la cintura comencé a sentirme apretado y finalmente en el pecho, me tocó levantar los brazos para poder pasar, ya que tenía los brazos extendidos, aproveché de cerrar la pequeña puerta.
Estaba oscuro, afortunadamente me había habituado a andar en la oscuridad, seguí su silueta en las sombras mientras bajaba por aquellas viejas escaleras, en cada paso sentía que se iba a desplomar, no sé si lo presentía o lo deseaba, pero al final un escalón cedió, un instante de silencio llenó el lugar hasta que finalmente decidió continuar, yo lo hice luego de la misma forma, avancé hasta el que había cedido y salté desde ahí al piso para evitar alguna sorpresa luego, finalmente llegamos a una pared, parecía no haber salida pero ella presionó una piedra y se abrió una puerta, ese lugar tenía más cosas extrañas de las que había imaginado, pero eso definitivamente no podría ser creado por niños, tal vez el edificio tenía otra finalidad antes, y luego los niños descubrieron sus pasajes.
Aún estaba pasmado de la impresión cuando me dijo - Por aquí, sígueme, ten cuidado y no hagas ruido alguno, vamos a sacar de aquí a los niños sin que esos zopencos sepan nada. No hay mejores pruebas que los mismos niños. Los he conocido hoy, pero estoy segura de que testificarán, lo sé - Me quedé pensando en su respuesta hasta que me desperté de mis pensamientos - Si no ves nada, y necesitas algo de guía cógete de mi cinturón. Vamos, tenemos que darnos prisa - Efectivamente cogí si cinturón, pero no para guiarme, sino para detenerla - El testimonio de los chicos podría no ser suficiente, me han dicho que puede haber efectivos de la guardia implicados en esto, en tal caso, necesitamos pruebas para incriminar a todos, y no solo a quien los niños puedan acusar, pues a fin de cuentas, sería la palabra de los niños, contra las influencias políticas o militares de los implicados - Solté su cinturón - Puedes ir por los niños, pero antes, dime como llegar a la oficina del encargado del orfanato, ahí podría encontrar algo de evidencia para apoyar el testimonio de los niños - Subí tras ella por las rechinantes escaleras esperando sus indicaciones.
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Re: Los niños nunca duermen [Trabajo espía][Bio+Alanna][Finalizado]
- ¿Gente de la guardia implicada?- pregunté girándome a mirarlo- No he oído nada de eso, explícamelo mientras subimos las escaleras, por favor, necesito toda la información posible, no pienso permitir que en este sitio vuelvan a herir a los niños como lo hacían antes.
Me giré y seguí subiendo las escaleras, la puerta se cerró a nuestras espaldas dejándonos en completa penumbra, los crujidos se habían vuelto más fuertes con los años, me mordía el labio nerviosa, debía parar o me sangraría. Las escaleras se empezaron a volver estrechas, estábamos cerca del pasaje. Me puse de costado para poder avanzar y se lo advertí a Bio, pronto sentí que estaba en el túnel. Finalmente, llegamos a un pequeño recinto cuadrado, allí estaban las escaleras. Empecé a subir poniendo mis pies en los lados de los barrotes, no quería que volviese a venirse a bajo y subí despacio, llegué al final y abrí un poco el azulejo, miré por la rendija que había abierto y, tras comprobar que no había nadie, salí de allí, me senté primero en el frío y sucio suelo y luego me levanté. Me quité el polvo y esperé al que de nuevo, era mi compañero.
- Tu ve hacia la izquierda y gira a la derecha en el tercer pasillo, la 4º puerta, es la que buscas, yo iré a ver a los niños e intentaré llegar a la oficina, en 15 minutos nos vemos aquí, tengamos lo que tengamos.- propuse para, al instante, salir corriendo.
Torcí a la derecha y vi a dos hombres cerca de los cuartos, maldición, debía entrar al que se le había asignado a mi tapadera... si me veían sospecharían, y eso haría que toda la misión se fuese al traste, por no hablar de mi cuello y el de los pequeños,miré a la cornisa de madera, era ancha, y baja, podía ir por allí. Usando el alfeizar como apoyo subí y avancé gateando, pronto estuve en la puerta, entré dejándome caer en silencio y me tapé con las sabanas, permanecí quieta un corto tiempo que se me hizo eterno, pude escuchar como los tipos entraban comprobaban que dormía profundamente y salían de allí en busca de pequeños, ahora era la mía, cogí un candelabro, y abrí el armario para sacar unas cadenas de metal usadas para las lamparas que colgaban del techo, esos se enteraban.
Salí del cuarto en silencio y mientras andaban por el pasillo les aticé con el candelabro haciéndolos perder el conocimiento, os arrastré a cada uno a un cuarto cerrado, no les permitiría poder urdir nada juntos, los até con las cadenas a las camas y les puse almohadones en la boca para que no hablasen.
Cerré las puertas y las atranqué, luego fui a revisar a los niños, estaban todos, y parecían dormir tranquilos, aliviada, me aparté el pelo de la cara y me dirigí al despacho. Volví a entrar en el baño y justo junto la puerta abrí la puerta del armarito, entré y cerré a mis espaldas, estiré del colgador y se abrió la pared, entré a gatas y poco a poco llegué al despacho, no entré, me quede escondida tras el espejo, viendo como Charles hablaba con un hombre uniformado. Maldición, era cierto, había al menos, un guardia implicado, cuando se giró hacia el espejo le pude ver la cara, era Lenin, uno de los que habían tomado el examen conmigo, aunque nunca me cayó bien, ni confié en el, demasiado pretencioso y creído, ahora sabía que había hecho bien al no confiar en él.
Se acercaba el momento de encontrarme con Bio, pero ahora no podía moverme, solo respirar ya era peligroso, podrían descubrirme con facilidad, y con el odio que ese tipo sentía hacia mi raro sería que no me matase al instante, debía esperar a que se apartase del espejo.
Me giré y seguí subiendo las escaleras, la puerta se cerró a nuestras espaldas dejándonos en completa penumbra, los crujidos se habían vuelto más fuertes con los años, me mordía el labio nerviosa, debía parar o me sangraría. Las escaleras se empezaron a volver estrechas, estábamos cerca del pasaje. Me puse de costado para poder avanzar y se lo advertí a Bio, pronto sentí que estaba en el túnel. Finalmente, llegamos a un pequeño recinto cuadrado, allí estaban las escaleras. Empecé a subir poniendo mis pies en los lados de los barrotes, no quería que volviese a venirse a bajo y subí despacio, llegué al final y abrí un poco el azulejo, miré por la rendija que había abierto y, tras comprobar que no había nadie, salí de allí, me senté primero en el frío y sucio suelo y luego me levanté. Me quité el polvo y esperé al que de nuevo, era mi compañero.
- Tu ve hacia la izquierda y gira a la derecha en el tercer pasillo, la 4º puerta, es la que buscas, yo iré a ver a los niños e intentaré llegar a la oficina, en 15 minutos nos vemos aquí, tengamos lo que tengamos.- propuse para, al instante, salir corriendo.
Torcí a la derecha y vi a dos hombres cerca de los cuartos, maldición, debía entrar al que se le había asignado a mi tapadera... si me veían sospecharían, y eso haría que toda la misión se fuese al traste, por no hablar de mi cuello y el de los pequeños,miré a la cornisa de madera, era ancha, y baja, podía ir por allí. Usando el alfeizar como apoyo subí y avancé gateando, pronto estuve en la puerta, entré dejándome caer en silencio y me tapé con las sabanas, permanecí quieta un corto tiempo que se me hizo eterno, pude escuchar como los tipos entraban comprobaban que dormía profundamente y salían de allí en busca de pequeños, ahora era la mía, cogí un candelabro, y abrí el armario para sacar unas cadenas de metal usadas para las lamparas que colgaban del techo, esos se enteraban.
Salí del cuarto en silencio y mientras andaban por el pasillo les aticé con el candelabro haciéndolos perder el conocimiento, os arrastré a cada uno a un cuarto cerrado, no les permitiría poder urdir nada juntos, los até con las cadenas a las camas y les puse almohadones en la boca para que no hablasen.
Cerré las puertas y las atranqué, luego fui a revisar a los niños, estaban todos, y parecían dormir tranquilos, aliviada, me aparté el pelo de la cara y me dirigí al despacho. Volví a entrar en el baño y justo junto la puerta abrí la puerta del armarito, entré y cerré a mis espaldas, estiré del colgador y se abrió la pared, entré a gatas y poco a poco llegué al despacho, no entré, me quede escondida tras el espejo, viendo como Charles hablaba con un hombre uniformado. Maldición, era cierto, había al menos, un guardia implicado, cuando se giró hacia el espejo le pude ver la cara, era Lenin, uno de los que habían tomado el examen conmigo, aunque nunca me cayó bien, ni confié en el, demasiado pretencioso y creído, ahora sabía que había hecho bien al no confiar en él.
Se acercaba el momento de encontrarme con Bio, pero ahora no podía moverme, solo respirar ya era peligroso, podrían descubrirme con facilidad, y con el odio que ese tipo sentía hacia mi raro sería que no me matase al instante, debía esperar a que se apartase del espejo.
- off rol:
- Lo rojo es el peligro de la misión y en otro post el uso de mi habilidad de trampas y venenos
Última edición por Alanna Delteria el Jue Abr 09 2015, 14:46, editado 3 veces
Alanna Delteria
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Re: Los niños nunca duermen [Trabajo espía][Bio+Alanna][Finalizado]
Su reacción a mis palabras no se hizo esperar - ¿Gente de la guardia implicada? - me preguntó con algo de indignación - No he oído nada de eso... Necesito toda la información posible, no pienso permitir que en este sitio vuelvan a herir a los niños como o hacían antes. - El asunto parecía afectarle de un modo muy personal, seguramente había estado vinculada de alguna forma a ese lugar, aunque por ahora no me parecía conveniente preguntar - Hay más intereses en esto de los que imaginas Elianna, gente influyente con bajas pasiones - Le dije con un poco de rabia, aunque había sido obligado a realizar la misión, la causa me parecía completamente justa, y debía hacer lo correcto.
Atravesamos un calvario de pasajes oscuros y pequeños, teniendo que caminar de lado en algunos segmentos, hasta que finalmente logramos llegar al punto en que nos separábamos de nuevo - Tu ve hacia la izquierda y gira a la derecha en el tercer pasillo, la 4º puerta, es la que buscas, yo iré a ver a los niños e intentaré llegar a la oficina, en 15 minutos nos vemos aquí, tengamos lo que tengamos.- Me dijo antes de salir corriendo y dejarme preguntándome cuántos cruces a la izquierda y cuántos a la derecha, me llevé las manos a la cabeza mientras veía su silueta perderse entre pasillos.
Caminé en la dirección indicada al menos hasta donde recordaba, caminé a la izquierda 4 pasillos y a la cuarta puerta encontré el baño de niñas, mi instinto me decía que ese no era el lugar, pero abrí la puerta de todos modos para asegurarme, el olor me hizo salir de prisa y busqué en el pasillo anterior, afortunadamente no había nadie cerca, tal vez estaban ocupados en otro lugar, me detuve por unos instantes a pensar - Espero que la chica esté bien - Susurré para mí mismo mientras al fin encontraba la cuarta puerta del tercer pasillo, la puerta, al igual que gran parte del edificio, estaba en pésimo estado, por lo que no fue difícil abrirla, encontré un escritorio con algunas "Órdenes de entrega" eso podría resultar bastante útil, sin embargo, escuché unos pasos que se acercaban hacia la puerta, por lo que me escondí de prisa bajo el tosco escritorio, sin embargo, quien sea que haya sido, no terminó de entrar, lo que me dio tiempo de salir y acercarme a la ventana para usar la poca luz que entraba y husmear entre los nombres de los clientes, había una entrega marcada para esta noche, pero había más de un cliente en la lista, era necesario ese documento para atraparlos a todos, a todos ellos.
Caminé hasta la puerta de la habitación pero noté que habían pasos afuera, el lugar se había vuelto de pronto concurrido, por ahora, no podría llegar a reunirme con Alienna, primero, tendría que esperar o encargarme de aquellos sujetos.
Atravesamos un calvario de pasajes oscuros y pequeños, teniendo que caminar de lado en algunos segmentos, hasta que finalmente logramos llegar al punto en que nos separábamos de nuevo - Tu ve hacia la izquierda y gira a la derecha en el tercer pasillo, la 4º puerta, es la que buscas, yo iré a ver a los niños e intentaré llegar a la oficina, en 15 minutos nos vemos aquí, tengamos lo que tengamos.- Me dijo antes de salir corriendo y dejarme preguntándome cuántos cruces a la izquierda y cuántos a la derecha, me llevé las manos a la cabeza mientras veía su silueta perderse entre pasillos.
Caminé en la dirección indicada al menos hasta donde recordaba, caminé a la izquierda 4 pasillos y a la cuarta puerta encontré el baño de niñas, mi instinto me decía que ese no era el lugar, pero abrí la puerta de todos modos para asegurarme, el olor me hizo salir de prisa y busqué en el pasillo anterior, afortunadamente no había nadie cerca, tal vez estaban ocupados en otro lugar, me detuve por unos instantes a pensar - Espero que la chica esté bien - Susurré para mí mismo mientras al fin encontraba la cuarta puerta del tercer pasillo, la puerta, al igual que gran parte del edificio, estaba en pésimo estado, por lo que no fue difícil abrirla, encontré un escritorio con algunas "Órdenes de entrega" eso podría resultar bastante útil, sin embargo, escuché unos pasos que se acercaban hacia la puerta, por lo que me escondí de prisa bajo el tosco escritorio, sin embargo, quien sea que haya sido, no terminó de entrar, lo que me dio tiempo de salir y acercarme a la ventana para usar la poca luz que entraba y husmear entre los nombres de los clientes, había una entrega marcada para esta noche, pero había más de un cliente en la lista, era necesario ese documento para atraparlos a todos, a todos ellos.
Caminé hasta la puerta de la habitación pero noté que habían pasos afuera, el lugar se había vuelto de pronto concurrido, por ahora, no podría llegar a reunirme con Alienna, primero, tendría que esperar o encargarme de aquellos sujetos.
Bio
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Re: Los niños nunca duermen [Trabajo espía][Bio+Alanna][Finalizado]
Lenin se alejo del espejo, sonriendo a su propio reflejo, tuve que reprimir un sonido de desprecio, siempre estaba tan orgulloso de si mismo... Charles rebuscaba entre los papeles de su escritorio, parecía que buscaba algo:
- No encuentro los papeles de entrega- Protestó el hombre de gafas.
- Seguramente te los dejaste en la cocina cuando fuiste a cenar, siempre te los llevas a todos lados- aseguró Lenin quitandole importancia, era práctico que Lenin estuviese tan seguro de si mismo, eso hacía que pensara que incluso la gente de su elección era la adecuada.
- No, esta vez los he dejado aqui, por la chica nueva.- aseguró el hombre.
-¿Seguro? igual los has puesto en tu chaqueta y al bajar se te han caído,¿por qué no vamos a mirarlo?- propuso el traidor.
- Si, seguramente será eso- tras su respuesta, salieron del cuarto cerrando la puerta de madera maciza.
Salí del espejo en silencio, y me acerqué al escritorio en busca de pistas. Si no recordaba mal en ese escritorio había un compartimento oculto, la vieja guardaba allí los nombres de los posibles padres adoptivos, y solo daba a los niños que no le servían para trabajar. Me tumbe bajo el escritorio mirando hacia arriba, allí estaba una combinación de 4 letras, no tenía ni idea de cual podía ser en ese momento, en mis tiempos, era food, solo podía forzarla. Tomé uno de mis ganchos y lo doblé, solo debía desatornillar el sistema. Me costó un poco, pero finalmente lo conseguí, los papeles cayeron por un lado, ya lo tenía, volví a dejar el cajón en su sitio y recogiendo los papeles los puse sobre la mesa y me levanté para ojearlos.
Solo había tres cosas, dos listas una con nombres, una de ellas, era la de los niños, y estaban selladas con el cuño del orfanato y dos firmas, la del idiota de Lenin y la de Charles. El otro papel era un contrato, lo leí con prisas, no era de compraventa, sino de colaboración y confidencialidad, lo explicaba todo con pelos y señales, y la firma de bajo... era la de Lenin. Los tenía cogidos por los mismísimos. No podía evitar la sonrisa mientras me mordía el labio. Se escuchaban pasos acercarse, me aparté el pelo de la cara, recogí los papeles y volví al espejo, cerré con suavidad justo a tiempo para oír como se abría la puerta y me alejé rápidamente. Ya lo tenía.
Llegué de nuevo al baño, debían haber pasado ya los 15 minutos, pero Bio no estaba ahí. Esperaría cinco minutos y luego me iría a ver a los niños si no había llegado. Esto se solucionaría pronto, y los implicados lo pagarían con creces. Revisé las listas una vez más, mucho de los nombres de los pequeños estaban tachados, ojala tuviera los aranceles de entrega...
- No encuentro los papeles de entrega- Protestó el hombre de gafas.
- Seguramente te los dejaste en la cocina cuando fuiste a cenar, siempre te los llevas a todos lados- aseguró Lenin quitandole importancia, era práctico que Lenin estuviese tan seguro de si mismo, eso hacía que pensara que incluso la gente de su elección era la adecuada.
- No, esta vez los he dejado aqui, por la chica nueva.- aseguró el hombre.
-¿Seguro? igual los has puesto en tu chaqueta y al bajar se te han caído,¿por qué no vamos a mirarlo?- propuso el traidor.
- Si, seguramente será eso- tras su respuesta, salieron del cuarto cerrando la puerta de madera maciza.
Salí del espejo en silencio, y me acerqué al escritorio en busca de pistas. Si no recordaba mal en ese escritorio había un compartimento oculto, la vieja guardaba allí los nombres de los posibles padres adoptivos, y solo daba a los niños que no le servían para trabajar. Me tumbe bajo el escritorio mirando hacia arriba, allí estaba una combinación de 4 letras, no tenía ni idea de cual podía ser en ese momento, en mis tiempos, era food, solo podía forzarla. Tomé uno de mis ganchos y lo doblé, solo debía desatornillar el sistema. Me costó un poco, pero finalmente lo conseguí, los papeles cayeron por un lado, ya lo tenía, volví a dejar el cajón en su sitio y recogiendo los papeles los puse sobre la mesa y me levanté para ojearlos.
Solo había tres cosas, dos listas una con nombres, una de ellas, era la de los niños, y estaban selladas con el cuño del orfanato y dos firmas, la del idiota de Lenin y la de Charles. El otro papel era un contrato, lo leí con prisas, no era de compraventa, sino de colaboración y confidencialidad, lo explicaba todo con pelos y señales, y la firma de bajo... era la de Lenin. Los tenía cogidos por los mismísimos. No podía evitar la sonrisa mientras me mordía el labio. Se escuchaban pasos acercarse, me aparté el pelo de la cara, recogí los papeles y volví al espejo, cerré con suavidad justo a tiempo para oír como se abría la puerta y me alejé rápidamente. Ya lo tenía.
Llegué de nuevo al baño, debían haber pasado ya los 15 minutos, pero Bio no estaba ahí. Esperaría cinco minutos y luego me iría a ver a los niños si no había llegado. Esto se solucionaría pronto, y los implicados lo pagarían con creces. Revisé las listas una vez más, mucho de los nombres de los pequeños estaban tachados, ojala tuviera los aranceles de entrega...
Última edición por Alanna Delteria el Jue Abr 09 2015, 14:53, editado 1 vez
Alanna Delteria
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Re: Los niños nunca duermen [Trabajo espía][Bio+Alanna][Finalizado]
Esperé junto a la puerta a que los pasos se alejaran, pero el tiempo pasaba de prisa y parecía muy entretenidos, hablaban de gastar dinero en bebidas y mujeres, eran varios, y su risa delataba su evidente estupidez, por sus voces, podía identificar al menos a tres sujetos, no era una operación de muchas personas, pero tampoco podría hacerla un par de hombres, uno de ellos se alejó de prisa, ahora solo quedaban dos de ellos, abrí la puerta lentamente para asomarme pero el rechinar de la puerta los puso en alerta y caminaron hacia la habitación donde me encontraba - Odio las puertas - Murmuré para mí mismo mientras escuchaba sus pasos acercarse, me escondí tras la puerta a esperar y afortunadamente uno de ellos entró primero, la poca luz hizo dificil que lograra ubicarme a tiempo y a la primera oportunidad lo halé por el brazo y di un golpe en el cuello junto debajo de la barbilla, lo que le hizo quedar sin posibilidad de gritar por unos segundos, tras un rodillazo a su estómago que lo hizo caer de rodillas le di un fuerte golpe en la barbilla que lo hizo quedar inconsciente, sin embargo, los sonidos alertaron al otro sujeto que en vez de entrar con cuidado pateo la puerta para abrirla completamente, se puso en alerta al ver en el piso el cuerpo del otro sujeto e intentó correr a buscar ayuda, reaccioné de prisa y me lancé sobre él llevándolo al piso y clavando mis colmillos en su brazo, que fue lo primero que encontré para morder, me costó contenerme para no matarlo, pues tenía tiempo sin alimentarme, sentir el fluído de la sangre al fin en mi boca de nuevo casi me hace entrar en frenesí, pero logré detenerme a tiempo y tras recuperar el control de mí mismo, respiré agitado, esperaba arrastrarlo hasta la habitación para dejarlo escondido cuando otro sujeto apareció detrás de mí - Los has matado, maldito monstruo - Me gritó delatando su presencia, di una voltereta en el piso para quedar de frente hacia él, me habían descubierto, ahora estaba en peligro no solo mi vida, sino también la misión entera, cualquier alerta los haría detener la operación de esta noche.
Me encontraba completamente desarmado y el sujeto tenía una espada, en otras circunstancias habría resultado muy difícil, pero el pasillo era algo estrecho como para que pudiera manejar la larga espada con libertad, me acerqué de prisa mientras levantaba su espada para dar un golpe vertical hacia abajo que logré evadir echándome a un lado al costo de estrellarme contra la páred, reaccioné a tiempo para ver acercarse un nuevo corte de espada, esta vez en sentido horizontal teniendo como mira mi cuello, me agaché de prisa y tras oír que la espada quedaba incrustada en la pared me levanté de prisa y apunté un certero golpe a su cuello para hacerlo guardar silencio, un golpe preciso a la boca de su estómago bastó para hacerlo caer y finalmente acabé colocándome detrás de él, rodeando su cuello con mi brazo derecho hasta hacerlo perder el conocimiento por asfixia, arrastré todos los cuerpos hacia la habitación y me fui al punto de reunión a reunirme con Alanna, aunque ya habían pasado más de los 15 minutos previsto, esperaba poder llegar a tiempo para iniciar la segunda fase del plan que sería sacar a los niños.
Aunque tarde, conseguí llegar, y afortunadamente la chica aún me esperaba - ¿Cómo te fue? - Le pregunté en voz baja mientras intentaba recuperar el aliento recostado a la pared.
Me encontraba completamente desarmado y el sujeto tenía una espada, en otras circunstancias habría resultado muy difícil, pero el pasillo era algo estrecho como para que pudiera manejar la larga espada con libertad, me acerqué de prisa mientras levantaba su espada para dar un golpe vertical hacia abajo que logré evadir echándome a un lado al costo de estrellarme contra la páred, reaccioné a tiempo para ver acercarse un nuevo corte de espada, esta vez en sentido horizontal teniendo como mira mi cuello, me agaché de prisa y tras oír que la espada quedaba incrustada en la pared me levanté de prisa y apunté un certero golpe a su cuello para hacerlo guardar silencio, un golpe preciso a la boca de su estómago bastó para hacerlo caer y finalmente acabé colocándome detrás de él, rodeando su cuello con mi brazo derecho hasta hacerlo perder el conocimiento por asfixia, arrastré todos los cuerpos hacia la habitación y me fui al punto de reunión a reunirme con Alanna, aunque ya habían pasado más de los 15 minutos previsto, esperaba poder llegar a tiempo para iniciar la segunda fase del plan que sería sacar a los niños.
Aunque tarde, conseguí llegar, y afortunadamente la chica aún me esperaba - ¿Cómo te fue? - Le pregunté en voz baja mientras intentaba recuperar el aliento recostado a la pared.
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Off: He subrayado lo referente a la complicación de la misión, me descubren y está en riesgo mi vida.Bio
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Re: Los niños nunca duermen [Trabajo espía][Bio+Alanna][Finalizado]
-¿Cómo te fue?- me preguntó Bio al llegar, intentando recuperar el aliento.
- He conseguido la lista de implicados, un contrato de confidencialidad y la lista de niños. Tenías razón, hay una persona de la guardia implicada. No estaban los aranceles. Eso y... ah, hay dos hombres con la cabeza sangrando atados con cadenas, y almohadones en unos dormitorios.- sonreí, sonaba a tal locura que me hacía gracia.- ¿A ti cómo te ha ido?- Le pregunté recuperando mi seriedad, no era momento de risas.
Cuando tuve su información pensé que lo correcto sería sacar de allí a los niños, era momento de capturar a esos tipos para poder salir de allí y llevárselo todo al coronel, y así se lo expliqué al chico:
- Los sacaremos por el pasillo que hemos usado para entrar, necesito tu ayuda para hacerlo, porque yo he de distraer a los cabecillas, luego tenemos dos opciones, o capturar a los idiotas de Lenin y Charles y los llevamos a la carcel nosotros mismos, o llevamos los informes al coronel, él no esta metido en esto, puedo jurártelo, pongo mi mano en juego. Por favor, tenemos que terminar con esto. Tu ahora conoces el camino de salida, y yo se como usar los escondrijos de este sitio para despistarlos, no podrán cogerme, y tu podrás poner a salvo a los niños, llévalos a Backery street, el número 18, es mi casa, y avisa al coronel, que mande allí al teniente, por favor, toma, te llevarás todos los documentos y los dejarás con el teniente, dile tu nombre y que vas de mi parte.- le pedí mientras le entregaba los documentos que yo había conseguido.
Realmente esperaba que accediese, no tardaría más de 15 minutos en llegar a mi casa, llamar al Coronel y volver, pero antes debía acompañarle a por los niños, a mi ya me conocían y si les explicaba un poco la situación, estaba convencida de que entenderían y serían completamente obedientes:
-Vamos- Dije antes de salir hacia los dormitorios,
Corrí en silencio por el pasillo empedrado cuando escuché los pasos de dos personas, y le hice una señal a Bio para que saliésemos por la ventana a la cornisa de la fachada, salí rauda y di unos cuantos pasos de lado intentando no mirar hacia abajo, di gracias por que no soplase nada de viento, así las cortinas no se moverían. Cuando los pasos se fueron indiqué al chico que volviese dentro, yo le seguí, y continué avanzando por el pasillo, al llegar a la primera puerta entré y desperté a los pequeños con suavidad, indicándoles que guardasen silencio y me siguieran, extrañados todos me hicieron caso, había dos niños de apenas 2 años, a uno me tocó llevarlo de la mano y al otro en brazos, se me rompía el corazón al ver a los niños así. Fuimos hasta la sala común sin mayor problema y cerré la puerta, era hora de hablar:
- Niños, por favor, escuchadme bien,- pedí en susurros- mi nombre no es Lisa Merlow, soy Alanna Delteria, miembro de la guardia de Lunargenta y he venido a ayudaros, este de aquí es mi amigo, Bio, él os sacará de aquí, ireis a mi casa y allí acudirá el coronel de la guardia, es mi padre, allí estaréis seguros. Necesito que estéis en silencio y que cuidéis unos de otros, esto se ha acabado, os prometí que venía a ayudaros, y para eso estoy aquí.
- ¿De veras vas a ayudarnos? Todos los adultos nos mienten, nos dicen que quieren ser nuestros amigos y luego... luego nos venden, ya se han llevado a Sam, a Lucy, a Clara y a Dex.- Protestó un pequeño con aspecto asustado.
- Lo se, los humanos podemos llegar a ser la peor plaga de todas- dije con tristeza, arrodillándome en el suelo- Vampiros, licantropos, pueden actuar por instinto, nosotros no tenemos excusa para ser crueles, lo se perfectamente, porque yo he estado donde estáis vosotros, he pasado el mismo frío y la misma hambre, me han golpeado por no ser del agrado de quien quería usarme, y nadie vino a protegerme, era a penas de tu edad, Orange, solo era una niña que quería jugar y aprender, pero no pude, por eso he venido aquí, porque ser huérfano no implica que no tengas derecho a que te quieran, vosotros debéis ser niños, os merecéis que os den el cariño que le dan a cualquier otro chiquillo, ese que yo no pude tener, hoy estoy aquí para daros la oportunidad que a mi no me dieron. Así que por favor- pedí intentando no llorar, llevaba años sin derramar una sola lágrima y no iba a empezar ahora- por favor, confiad en mi, salid de aquí y poneos a salvo, este chico y yo acabaremos con vuestra pesadilla. Por favor, haced caso a lo que este hombre os diga y escapad. Todo habrá terminado para la salida del sol. Os doy mi palabra.
Los niños parecieron convencerse, mi pasado no era algo de lo que me gustase hablar, y menos delante de extraños, pero lo primero eran los niños y debían saber que entendía lo que sentían en ese momento y que realmente quería ayudarlos, los niños que crecen así no confían en nadie, pero explicándoles mi historia, había logrado que confiasen en mi. Veía una increible resolución de escapar. llena de agradecimiento, lo había logrado, pensaban acatar las ordenes de Bio para escapar.
- He conseguido la lista de implicados, un contrato de confidencialidad y la lista de niños. Tenías razón, hay una persona de la guardia implicada. No estaban los aranceles. Eso y... ah, hay dos hombres con la cabeza sangrando atados con cadenas, y almohadones en unos dormitorios.- sonreí, sonaba a tal locura que me hacía gracia.- ¿A ti cómo te ha ido?- Le pregunté recuperando mi seriedad, no era momento de risas.
Cuando tuve su información pensé que lo correcto sería sacar de allí a los niños, era momento de capturar a esos tipos para poder salir de allí y llevárselo todo al coronel, y así se lo expliqué al chico:
- Los sacaremos por el pasillo que hemos usado para entrar, necesito tu ayuda para hacerlo, porque yo he de distraer a los cabecillas, luego tenemos dos opciones, o capturar a los idiotas de Lenin y Charles y los llevamos a la carcel nosotros mismos, o llevamos los informes al coronel, él no esta metido en esto, puedo jurártelo, pongo mi mano en juego. Por favor, tenemos que terminar con esto. Tu ahora conoces el camino de salida, y yo se como usar los escondrijos de este sitio para despistarlos, no podrán cogerme, y tu podrás poner a salvo a los niños, llévalos a Backery street, el número 18, es mi casa, y avisa al coronel, que mande allí al teniente, por favor, toma, te llevarás todos los documentos y los dejarás con el teniente, dile tu nombre y que vas de mi parte.- le pedí mientras le entregaba los documentos que yo había conseguido.
Realmente esperaba que accediese, no tardaría más de 15 minutos en llegar a mi casa, llamar al Coronel y volver, pero antes debía acompañarle a por los niños, a mi ya me conocían y si les explicaba un poco la situación, estaba convencida de que entenderían y serían completamente obedientes:
-Vamos- Dije antes de salir hacia los dormitorios,
Corrí en silencio por el pasillo empedrado cuando escuché los pasos de dos personas, y le hice una señal a Bio para que saliésemos por la ventana a la cornisa de la fachada, salí rauda y di unos cuantos pasos de lado intentando no mirar hacia abajo, di gracias por que no soplase nada de viento, así las cortinas no se moverían. Cuando los pasos se fueron indiqué al chico que volviese dentro, yo le seguí, y continué avanzando por el pasillo, al llegar a la primera puerta entré y desperté a los pequeños con suavidad, indicándoles que guardasen silencio y me siguieran, extrañados todos me hicieron caso, había dos niños de apenas 2 años, a uno me tocó llevarlo de la mano y al otro en brazos, se me rompía el corazón al ver a los niños así. Fuimos hasta la sala común sin mayor problema y cerré la puerta, era hora de hablar:
- Niños, por favor, escuchadme bien,- pedí en susurros- mi nombre no es Lisa Merlow, soy Alanna Delteria, miembro de la guardia de Lunargenta y he venido a ayudaros, este de aquí es mi amigo, Bio, él os sacará de aquí, ireis a mi casa y allí acudirá el coronel de la guardia, es mi padre, allí estaréis seguros. Necesito que estéis en silencio y que cuidéis unos de otros, esto se ha acabado, os prometí que venía a ayudaros, y para eso estoy aquí.
- ¿De veras vas a ayudarnos? Todos los adultos nos mienten, nos dicen que quieren ser nuestros amigos y luego... luego nos venden, ya se han llevado a Sam, a Lucy, a Clara y a Dex.- Protestó un pequeño con aspecto asustado.
- Lo se, los humanos podemos llegar a ser la peor plaga de todas- dije con tristeza, arrodillándome en el suelo- Vampiros, licantropos, pueden actuar por instinto, nosotros no tenemos excusa para ser crueles, lo se perfectamente, porque yo he estado donde estáis vosotros, he pasado el mismo frío y la misma hambre, me han golpeado por no ser del agrado de quien quería usarme, y nadie vino a protegerme, era a penas de tu edad, Orange, solo era una niña que quería jugar y aprender, pero no pude, por eso he venido aquí, porque ser huérfano no implica que no tengas derecho a que te quieran, vosotros debéis ser niños, os merecéis que os den el cariño que le dan a cualquier otro chiquillo, ese que yo no pude tener, hoy estoy aquí para daros la oportunidad que a mi no me dieron. Así que por favor- pedí intentando no llorar, llevaba años sin derramar una sola lágrima y no iba a empezar ahora- por favor, confiad en mi, salid de aquí y poneos a salvo, este chico y yo acabaremos con vuestra pesadilla. Por favor, haced caso a lo que este hombre os diga y escapad. Todo habrá terminado para la salida del sol. Os doy mi palabra.
Los niños parecieron convencerse, mi pasado no era algo de lo que me gustase hablar, y menos delante de extraños, pero lo primero eran los niños y debían saber que entendía lo que sentían en ese momento y que realmente quería ayudarlos, los niños que crecen así no confían en nadie, pero explicándoles mi historia, había logrado que confiasen en mi. Veía una increible resolución de escapar. llena de agradecimiento, lo había logrado, pensaban acatar las ordenes de Bio para escapar.
Última edición por Alanna Delteria el Vie Abr 10 2015, 08:51, editado 2 veces
Alanna Delteria
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Re: Los niños nunca duermen [Trabajo espía][Bio+Alanna][Finalizado]
Terminé de recuperar el aliento mientras la escuchaba hablar, definitivamente este trabajo era muy importante para ella, era personal, por lo que iba a dar su mayor esfuerzo, y por la ayuda que me había ofrecido en Ulmer, yo también haría mi mejor esfuerzo, se dio cuenta ella misma que habían guardias implicados, tenía que ser un muy buen negocio para lograr sobornar a los guardias, su aventura me sonaba asombrosa, incluso, me imaginé por un instante su batalla, pero ella no dejaba de parecerme graciosa y adorable - Yo conseguí esto - Respondí mientras extendía la mano entregándole el documento que había encontrado, y que junto a los suyos, serían evidencia suficiente para atrapar a estos desgraciados.
Sus palabras siguientes me llenaron de desconcierto, el sacar a los niños era algo para lo que estaba preparado, pero, aquella pequeña oración había retumbado en mi subconciente - y tu podrás poner a salvo a los niños - Quedé unos instantes en shock emocional mientras mi mente seguía ahogada con aquellas palabras - (poner a salvo a los niños... poner a salvo a los niños... poner a salvo a los niños...) - Era realmente indignante - (Es que... ¿Parezco niñera?, serían demasiados niños) - Pensaba mientras seguía atormentado en mi cabeza - (Poner a salvo a los niños, poner a salvo a los niños) - Me costó un poco reaccionar a eso pero al final pude lograrlo - (poner a salvo a los niños) - Pensé de nuevo, pero moví mi cabeza a los lados para apartar ese horrible pensamiento de mi cabeza, aunque no conocía su casa, sí conocía la dirección, y no estaba lejos de ahí, ir con los niños podría ser lento, pero de regreso llegaría en apenas unos minutos.
Seguí a la chica por donde iba hasta que unos pasos nos hicieron salir por la ventana, mientras estaba sujetado intentando no caerme seguía pensando - (poner a salvo a los niños... poner a salvo a los niños...) - Tenía que estar loca, o muy desesperada, es que, ¿poner a salvo a los niños? ¿Yo? volvimos adentro y tras unos instantes logramos llegar a la habitación, ver ese montón de pequeños roedores antropomorfos me trajo a la mente de nuevo aquella perturbadora oración - (poner a salvo a los niños) - Tenía que ser algún tipo de karma por mis fechorías pasadas, me quedé atrás mientras ella explicaba la situación a los niños, pensaba en - (poner a salvo a los niños, yo, niños, a salvo, conmigo) - Su charla era bastante conmovedora y convincente, pero yo seguía atorado en esa frase hasta que uno de los niños dijo asustado - ¿De veras vas a ayudarnos? Todos los adultos nos mienten, nos dicen que quieren ser nuestros amigos y luego... luego nos venden, ya se han llevado a Sam, a Lucy, a Clara y a Dex.- Su forma de decirlo, más que lo que había dicho, me hizo sentir mucha pena, y tras las últimas palabras de la chica - Por favor, confiad en mi, salid de aquí y poneos a salvo, este chico y yo acabaremos con vuestra pesadilla. Por favor, haced caso a lo que este hombre os diga y escapad. Todo habrá terminado para la salida del sol. Os doy mi palabra. - Acabé de prepararme psicológicamente para lo que vendría, no sería nada sencillo, estaba a punto de protestar por aquello de llevar a tantos niños, pero uno pequeño de ellos tomó mi mano asustado y al verlo fui incapaz de negarme - Yo los pondré a salvo - Dije con plena seguridad de que lo lograría.
Tomé en mis brazos al más pequeño mientras llevaba al otro de la mano - Seguirán cada indicación si quieren salir bien de acá sin que nadie salga lastimado, todos se tomarán de las manos para asegurar que vayamos todos juntos y si alguno se suelta por alguna razón, halen la mano del que sigue hasta llegar a mí, yo no dejaré que nadie les haga daño - Dejé a la humana en la habitación mientras me asomaba al pasillo esperando que no hubiese nadie por el camino, y tras decirle a los niños que debían ir en silencio, partimos a nuestro destino dejando atrás a la rubia.
Sus palabras siguientes me llenaron de desconcierto, el sacar a los niños era algo para lo que estaba preparado, pero, aquella pequeña oración había retumbado en mi subconciente - y tu podrás poner a salvo a los niños - Quedé unos instantes en shock emocional mientras mi mente seguía ahogada con aquellas palabras - (poner a salvo a los niños... poner a salvo a los niños... poner a salvo a los niños...) - Era realmente indignante - (Es que... ¿Parezco niñera?, serían demasiados niños) - Pensaba mientras seguía atormentado en mi cabeza - (Poner a salvo a los niños, poner a salvo a los niños) - Me costó un poco reaccionar a eso pero al final pude lograrlo - (poner a salvo a los niños) - Pensé de nuevo, pero moví mi cabeza a los lados para apartar ese horrible pensamiento de mi cabeza, aunque no conocía su casa, sí conocía la dirección, y no estaba lejos de ahí, ir con los niños podría ser lento, pero de regreso llegaría en apenas unos minutos.
Seguí a la chica por donde iba hasta que unos pasos nos hicieron salir por la ventana, mientras estaba sujetado intentando no caerme seguía pensando - (poner a salvo a los niños... poner a salvo a los niños...) - Tenía que estar loca, o muy desesperada, es que, ¿poner a salvo a los niños? ¿Yo? volvimos adentro y tras unos instantes logramos llegar a la habitación, ver ese montón de pequeños roedores antropomorfos me trajo a la mente de nuevo aquella perturbadora oración - (poner a salvo a los niños) - Tenía que ser algún tipo de karma por mis fechorías pasadas, me quedé atrás mientras ella explicaba la situación a los niños, pensaba en - (poner a salvo a los niños, yo, niños, a salvo, conmigo) - Su charla era bastante conmovedora y convincente, pero yo seguía atorado en esa frase hasta que uno de los niños dijo asustado - ¿De veras vas a ayudarnos? Todos los adultos nos mienten, nos dicen que quieren ser nuestros amigos y luego... luego nos venden, ya se han llevado a Sam, a Lucy, a Clara y a Dex.- Su forma de decirlo, más que lo que había dicho, me hizo sentir mucha pena, y tras las últimas palabras de la chica - Por favor, confiad en mi, salid de aquí y poneos a salvo, este chico y yo acabaremos con vuestra pesadilla. Por favor, haced caso a lo que este hombre os diga y escapad. Todo habrá terminado para la salida del sol. Os doy mi palabra. - Acabé de prepararme psicológicamente para lo que vendría, no sería nada sencillo, estaba a punto de protestar por aquello de llevar a tantos niños, pero uno pequeño de ellos tomó mi mano asustado y al verlo fui incapaz de negarme - Yo los pondré a salvo - Dije con plena seguridad de que lo lograría.
Tomé en mis brazos al más pequeño mientras llevaba al otro de la mano - Seguirán cada indicación si quieren salir bien de acá sin que nadie salga lastimado, todos se tomarán de las manos para asegurar que vayamos todos juntos y si alguno se suelta por alguna razón, halen la mano del que sigue hasta llegar a mí, yo no dejaré que nadie les haga daño - Dejé a la humana en la habitación mientras me asomaba al pasillo esperando que no hubiese nadie por el camino, y tras decirle a los niños que debían ir en silencio, partimos a nuestro destino dejando atrás a la rubia.
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Re: Los niños nunca duermen [Trabajo espía][Bio+Alanna][Finalizado]
Detuve a Bio un momento, antes de que saliese y le dije, intentando contener el cúmulo de emociones que tenía encontradas:
- Gracias- con esa única palabra vi salir a los pequeños detrás del vampiro, esa imagen me hizo sonreír un poco La pata y sus patitos pensé mordiéndome el labio aguantándome la risa.
Cuando el último niño salió me dirigí hacia el despacho y esperé en la puerta, no iba a hacerles salir sin necesidad, sería una estupidez de mi parte. Pasaron unos 10 minutos hasta que se escucharon voces cerca de la puerta preguntándose por qué estaba todo tan tranquilo. Me aparté unos metros para poder salir corriendo tras llamar su atención, adiós discreción, hola peligro. Se abrió la puerta con un sonoro gruñido de bisagras y los dos hombres salieron extrañados:
- ¡Hey chicos! ¡Yuhu!- Dije con voz divertida saludando con los dedos para llamar su atención- ¿qué tal? ¿Todo bien?.
- ¡Lisa!- grito Charles.
- ¿Qué Lisa, Imbecil? ¡Esa es Alanna Delteria, una de las personas que más nota sacó en el examen de admisión a la guardia!- Gritó Lenin lleno de furia.
- ¿Qu... qué? pe... pero... me dijo que era... estudiante.. y... y escote y...- empezó a balbucear el de gafas.
- ¿Qué estudiante? ¡Esta es más lista que las arañas! ¿Es que acaso no has oido hablar de "La gata"'?- pregunto, mientras yo miraba, feliz de la vida, como perdían el tiempo charlando.
- Cla...claro, la guardia esa, invisible y agil... ha atrapado a más de 20 criminales en menos de 2 años....- parecía nervioso.
- ¡Pues es ella, imbecil!- Le gritó el guardia al otro.
- Chicos.... ¿me vais a tener esperando mucho más tiempo?- dije como si fuese una niña que esperaba un juguete- Pensaba que os interesarían unos papeles que he cogido del cajón secreto de debajo del escritorio- confesé sabiendo que los papeles estaban a salvo, en manos de Bio.
- ¿Qué?- Ahora si estaban asustados y me prestaban total atención.
- Lo dicho, dentro del escritorio, un cajón oculto bajo la mesa, con una combinación de cuatro letras, y tres papeles dentro, en los que figuran vuestros nombres y firmas, supongo que os interesará recuperarlos, ¿no?- Les sonreí de forma pícara, se acababan de meter en mi red.
- ¡A por ella!- Gritó Charles empezando a correr.
Di la vuelta y empecé mi huida justo hacia el lado contrario de la salida, mi objetivo era la terraza, los dejaría allí encerrados. Era difícil lograr que me siguieran, ya que el gafotas no es que fuese muy deportista, y el capullo del guardia, si, capullo, no soy de decir palabrotas, pero ese tipo se las merecía, era un sinvergüenza que como poco debía ser ahorcado, era demasiado pesado, si había entrado a la guardia era por fuerza, no por agilidad, y en una persecución, estábamos en mi zona de confort, un enfrentamiento cuerpo a cuerpo sería otro cantar.
Giramos las dos primeras esquinas y logré llegar a las escaleras, bien, todo iba viento en popa, a toda vela. Cogiéndome de la barandilla de arriba subí saltando y les miré desde arriba:
- Por esto, me llaman gata- les expliqué sonriendo con satisfacción para, al instante, seguir corriendo.
Subí con relativa facilidad mientras los otros dos resoplaban como perros cansados, pero tenían sonrisas satisfechas, pensaban que podrían conmigo, ya solo quedaban escaleras hasta la terraza, llegué bastante antes que ellos, tenía que preparar un mecanismo para atrancar la puerta. Tomé rápidamente un muelle de entre todos los restos de materiales que había antes de entrar a la terraza y a él enganché dos tubos de metal, lo coloqué arriba entre la puerta y la pared, y puse un tope en el muelle, una vez se cerrar no volvería a abrirse.
Justo a tiempo, en cuanto terminé llegaron los dos hombres, sudando a mares, entré a la terraza, rápidamente, con esa altura, de 5 pisos, era imposible que se planteasen la locura que yo iba a hacer. Como había previsto, tan seguros de si mismos estaban, que cerraron la puerta:
- Estas atrapada, Gata, ríndete o muere. - amenazó Lenin.
- ¡Antes que rendirme ante un traidor, prefiero la segunda opción!- le grité retrocediendo, estaba segura de que ellos pensaban que tenía miedo- ¿Cómo has podido hacer esto? ¿Desde cuando eres tan ruin como para hacer daño a los niños? ¡Son las personas como tu las que dan mala fama a la guardia!
- ¡Es por culpa de los que sois como tu!- dijo con una frase mal pronunciada y de forma inconexa, el tipo ya ni sabía hablar- siempre tan bueno y perfectos, nunca os alcanzaría, pero colaborando con este memo... podía ser alguien, ganar dinero y luego aparecer como el salvador, pero una vez más, ¡llegas tu y lo estropeas todo!- protesto como un crió quejica.
- Eres tu quien se estropea solo, yo no volveré a ser tu impedimento.- Estaba en la barandilla, abrí los brazos y me dejé caer de espaldas.
Si he calculado bien debo cogerme justo.... ¡ahora! pensé mientras estiraba el brazo y lograba cogerme de un mástil del que debería hondear una bandera. Bien, estaba a salvo, me dolería un poco el hombro, pero nada más. subí mi cuerpo hasta la bandera mientras escuchaba, divertida, como intentaban abrir la puerta, sin éxito. Vi a Bio en la entrada y le saludé con los brazos, bien, los niños estaban a salvo. Era momento de volver a entrar para subir hasta la puerta de la terraza, estaba bien atrancada, pero más valía prevenir que curar. Allí estaban golpeando la puerta y discutiendo acerca de como demonios podía haber pasado algo así. me apoyé para hacer más peso mientras me reía, estaban acabados. Pronto llegarían los refuerzos.
- Gracias- con esa única palabra vi salir a los pequeños detrás del vampiro, esa imagen me hizo sonreír un poco La pata y sus patitos pensé mordiéndome el labio aguantándome la risa.
Cuando el último niño salió me dirigí hacia el despacho y esperé en la puerta, no iba a hacerles salir sin necesidad, sería una estupidez de mi parte. Pasaron unos 10 minutos hasta que se escucharon voces cerca de la puerta preguntándose por qué estaba todo tan tranquilo. Me aparté unos metros para poder salir corriendo tras llamar su atención, adiós discreción, hola peligro. Se abrió la puerta con un sonoro gruñido de bisagras y los dos hombres salieron extrañados:
- ¡Hey chicos! ¡Yuhu!- Dije con voz divertida saludando con los dedos para llamar su atención- ¿qué tal? ¿Todo bien?.
- ¡Lisa!- grito Charles.
- ¿Qué Lisa, Imbecil? ¡Esa es Alanna Delteria, una de las personas que más nota sacó en el examen de admisión a la guardia!- Gritó Lenin lleno de furia.
- ¿Qu... qué? pe... pero... me dijo que era... estudiante.. y... y escote y...- empezó a balbucear el de gafas.
- ¿Qué estudiante? ¡Esta es más lista que las arañas! ¿Es que acaso no has oido hablar de "La gata"'?- pregunto, mientras yo miraba, feliz de la vida, como perdían el tiempo charlando.
- Cla...claro, la guardia esa, invisible y agil... ha atrapado a más de 20 criminales en menos de 2 años....- parecía nervioso.
- ¡Pues es ella, imbecil!- Le gritó el guardia al otro.
- Chicos.... ¿me vais a tener esperando mucho más tiempo?- dije como si fuese una niña que esperaba un juguete- Pensaba que os interesarían unos papeles que he cogido del cajón secreto de debajo del escritorio- confesé sabiendo que los papeles estaban a salvo, en manos de Bio.
- ¿Qué?- Ahora si estaban asustados y me prestaban total atención.
- Lo dicho, dentro del escritorio, un cajón oculto bajo la mesa, con una combinación de cuatro letras, y tres papeles dentro, en los que figuran vuestros nombres y firmas, supongo que os interesará recuperarlos, ¿no?- Les sonreí de forma pícara, se acababan de meter en mi red.
- ¡A por ella!- Gritó Charles empezando a correr.
Di la vuelta y empecé mi huida justo hacia el lado contrario de la salida, mi objetivo era la terraza, los dejaría allí encerrados. Era difícil lograr que me siguieran, ya que el gafotas no es que fuese muy deportista, y el capullo del guardia, si, capullo, no soy de decir palabrotas, pero ese tipo se las merecía, era un sinvergüenza que como poco debía ser ahorcado, era demasiado pesado, si había entrado a la guardia era por fuerza, no por agilidad, y en una persecución, estábamos en mi zona de confort, un enfrentamiento cuerpo a cuerpo sería otro cantar.
Giramos las dos primeras esquinas y logré llegar a las escaleras, bien, todo iba viento en popa, a toda vela. Cogiéndome de la barandilla de arriba subí saltando y les miré desde arriba:
- Por esto, me llaman gata- les expliqué sonriendo con satisfacción para, al instante, seguir corriendo.
Subí con relativa facilidad mientras los otros dos resoplaban como perros cansados, pero tenían sonrisas satisfechas, pensaban que podrían conmigo, ya solo quedaban escaleras hasta la terraza, llegué bastante antes que ellos, tenía que preparar un mecanismo para atrancar la puerta. Tomé rápidamente un muelle de entre todos los restos de materiales que había antes de entrar a la terraza y a él enganché dos tubos de metal, lo coloqué arriba entre la puerta y la pared, y puse un tope en el muelle, una vez se cerrar no volvería a abrirse.
Justo a tiempo, en cuanto terminé llegaron los dos hombres, sudando a mares, entré a la terraza, rápidamente, con esa altura, de 5 pisos, era imposible que se planteasen la locura que yo iba a hacer. Como había previsto, tan seguros de si mismos estaban, que cerraron la puerta:
- Estas atrapada, Gata, ríndete o muere. - amenazó Lenin.
- ¡Antes que rendirme ante un traidor, prefiero la segunda opción!- le grité retrocediendo, estaba segura de que ellos pensaban que tenía miedo- ¿Cómo has podido hacer esto? ¿Desde cuando eres tan ruin como para hacer daño a los niños? ¡Son las personas como tu las que dan mala fama a la guardia!
- ¡Es por culpa de los que sois como tu!- dijo con una frase mal pronunciada y de forma inconexa, el tipo ya ni sabía hablar- siempre tan bueno y perfectos, nunca os alcanzaría, pero colaborando con este memo... podía ser alguien, ganar dinero y luego aparecer como el salvador, pero una vez más, ¡llegas tu y lo estropeas todo!- protesto como un crió quejica.
- Eres tu quien se estropea solo, yo no volveré a ser tu impedimento.- Estaba en la barandilla, abrí los brazos y me dejé caer de espaldas.
Si he calculado bien debo cogerme justo.... ¡ahora! pensé mientras estiraba el brazo y lograba cogerme de un mástil del que debería hondear una bandera. Bien, estaba a salvo, me dolería un poco el hombro, pero nada más. subí mi cuerpo hasta la bandera mientras escuchaba, divertida, como intentaban abrir la puerta, sin éxito. Vi a Bio en la entrada y le saludé con los brazos, bien, los niños estaban a salvo. Era momento de volver a entrar para subir hasta la puerta de la terraza, estaba bien atrancada, pero más valía prevenir que curar. Allí estaban golpeando la puerta y discutiendo acerca de como demonios podía haber pasado algo así. me apoyé para hacer más peso mientras me reía, estaban acabados. Pronto llegarían los refuerzos.
- off rol:
- Uso de la habilidad de trampas y venenos.
Última edición por Alanna Delteria el Vie Abr 10 2015, 08:53, editado 2 veces
Alanna Delteria
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Re: Los niños nunca duermen [Trabajo espía][Bio+Alanna][Finalizado]
Me separé de la chica llevando conmigo una cola de pequeños engendros, uno tras otro tomados de las manos mientras yo llevaba a uno cargado en mi brazo derecho, otro tomado de la mano izquierda y los documentos bajo el brazo derecho apretados fuertemente para evitar que se calleran, así acabé como niñera de este montón de enquencles, y ni siquiera sabía lo que significaba esa palabra, afortunadamente el camino de encontraba bastante despejado, y aunque por el susto algunos niños se tropezaban y caían durante el camino, los esperábamos a que se levantaran y seguían de prisa, al estar cerca del baño envié al primero de ellos hacia la puerta y me quedé atrás a hacer un chequeo de que todo estuviera bien hasta el final, hasta ahora parecían estar todos completos, no me faltaba ninguno pero el que llevaba en mi brazo comenzaba a hacer ruido de llanto - ¡¡No puede ser, odio a los niños!! - Exclamé en voz baja mientras intentaba hacerle caras de malvado para hacer que se quedara callado pero eso solo hizo acrecentar su ruidoso llanto, intenté cerrarle la boca con una mano pero me mordió, a mí - Pequeño engendro - Susurré en voz baja mientras intentaba sacar mi dedo de su boca, pero todo era en vano, no me soltaba y de paso comenzaba a llorar, retiré al fin mi dedo y el impulso de la mano me hizo dar contra la pared, lo cual, lo hizo reír, y al cabo de unos instantes se quedó tranquilo.
Llegamos al fin al lugar donde podríamos comenzar a salir del edificio, si había sido difícil entrar para dos adultos, más lo sería para los niños, hice que todos entraran y me esperaran al llegar abajo, el problema realmente era esa peligrosa escalera que amenazaba con caerse en cualquier momento, dejé con otro, al pequeño que llevaba en mis brazos para asegurar el estado de la escalera, la mayoría de los escalones eran seguros, mientras que los inseguros los pisé con fuerza para acabar de derribarlos, así los niños no pisarían nada en falso, tomé de nuevo al pequeño en mis brazos y subí hasta encontrarme con el siguiente problema, esa salida era muy estrecha, empujé la puerta un par de veces hasta hacerla ceder, luego la abrí procurando no hacer ruido, tras asomarme y asegurarme de que no hubiera nadie cerca, hice salir a los más grandes y que estos ayudaran a los más pequeños mientras yo me aseguraba de que nadie nos siguiera.
Logramos salir al fin, y nos encontramos con un último problema, el muro era demasiado alto, los niños no lograrían subir, observé a los lados hasta encontrar algo que serviría, junté algunas cajas para improvisar una escalera, luego, me encargaría de esperarlos del otro lado y hacer que saltaran hacia mí, no sería nada sencillo pero al menos parecía confiar en mí - Deben ser valientes chicos, al subir, deberán saltar hacia mí en el otro lado, yo no los dejaré caer - les dije al tiempo que el pequeño en mis brazos apartaba mi camisa buscando mi pecho - Lo lamento pequeño, no tengo lo que buscas - Le dije en tono gracioso mientras subía con él por la improvisada escalera y saltaba al otro lado, los más grandes me siguieron primero, y sin mucho problema se dejaron caer, les dí al pequeño que llevaba en los brazos mientras intentaba atrapar a los otros, algunos se lanzaban como si fuera un juego, otros tardaban un poco más, finalmente saltaron casi todos, pero me faltaba uno, tomé impulso y salté hasta llegar a la cima de la pared y vi al pequeño sentado en el piso del otro lado - Tengo miedo - Me dijo completamente aterrado - No está mal tener miedo, todos lo tenemos alguna vez - Le dije para intentar calmarlo - ¿Tú tienes miedo? - Me preguntó el pequeño - Claro que sí - Le dije mientras tomaba su mano - Ser valiente no significa no tener miedo, sino saber enfrentar ese miedo para ayudar a quienes te importan - Antes que el pequeño pudiera terminar de sonreir lo tomé en mis brazos para llevarlo al otro lado, mientras subíamos, la risa del pequeño me hizo voltear y ver a la rubia colgada a lo alto - Siempre sospeché que era mitad mono - Le dije al pequeño y reímos juntos antes de saltar al otro lado.
Ahora estábamos todos completos y afuera, solo necesitaba llevarlos al lugar indicado junto a los documentos y volver por si la chica-mono necesitaba algo...
Llegamos al fin al lugar donde podríamos comenzar a salir del edificio, si había sido difícil entrar para dos adultos, más lo sería para los niños, hice que todos entraran y me esperaran al llegar abajo, el problema realmente era esa peligrosa escalera que amenazaba con caerse en cualquier momento, dejé con otro, al pequeño que llevaba en mis brazos para asegurar el estado de la escalera, la mayoría de los escalones eran seguros, mientras que los inseguros los pisé con fuerza para acabar de derribarlos, así los niños no pisarían nada en falso, tomé de nuevo al pequeño en mis brazos y subí hasta encontrarme con el siguiente problema, esa salida era muy estrecha, empujé la puerta un par de veces hasta hacerla ceder, luego la abrí procurando no hacer ruido, tras asomarme y asegurarme de que no hubiera nadie cerca, hice salir a los más grandes y que estos ayudaran a los más pequeños mientras yo me aseguraba de que nadie nos siguiera.
Logramos salir al fin, y nos encontramos con un último problema, el muro era demasiado alto, los niños no lograrían subir, observé a los lados hasta encontrar algo que serviría, junté algunas cajas para improvisar una escalera, luego, me encargaría de esperarlos del otro lado y hacer que saltaran hacia mí, no sería nada sencillo pero al menos parecía confiar en mí - Deben ser valientes chicos, al subir, deberán saltar hacia mí en el otro lado, yo no los dejaré caer - les dije al tiempo que el pequeño en mis brazos apartaba mi camisa buscando mi pecho - Lo lamento pequeño, no tengo lo que buscas - Le dije en tono gracioso mientras subía con él por la improvisada escalera y saltaba al otro lado, los más grandes me siguieron primero, y sin mucho problema se dejaron caer, les dí al pequeño que llevaba en los brazos mientras intentaba atrapar a los otros, algunos se lanzaban como si fuera un juego, otros tardaban un poco más, finalmente saltaron casi todos, pero me faltaba uno, tomé impulso y salté hasta llegar a la cima de la pared y vi al pequeño sentado en el piso del otro lado - Tengo miedo - Me dijo completamente aterrado - No está mal tener miedo, todos lo tenemos alguna vez - Le dije para intentar calmarlo - ¿Tú tienes miedo? - Me preguntó el pequeño - Claro que sí - Le dije mientras tomaba su mano - Ser valiente no significa no tener miedo, sino saber enfrentar ese miedo para ayudar a quienes te importan - Antes que el pequeño pudiera terminar de sonreir lo tomé en mis brazos para llevarlo al otro lado, mientras subíamos, la risa del pequeño me hizo voltear y ver a la rubia colgada a lo alto - Siempre sospeché que era mitad mono - Le dije al pequeño y reímos juntos antes de saltar al otro lado.
Ahora estábamos todos completos y afuera, solo necesitaba llevarlos al lugar indicado junto a los documentos y volver por si la chica-mono necesitaba algo...
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Re: Los niños nunca duermen [Trabajo espía][Bio+Alanna][Finalizado]
Cogí varios objetos para atrancar la puerta y disfruté en silencio de la discusión de los hombres que no sabían si intentar derribar la puerta o dedicarse a matarse entre ellos.
- Dejad de intentarlo, es demasiado tarde, los papeles ya deben estar sobre la mesa del coronel, aunque me hagáis daño, aunque escapéis, estáis perdidos.- así que ahorrad fuerzas para soportar los interrogatorios, he oído que son bastante crudos.- comenté haciendolos retroceder y quedarse quietos.
Me moví de allí, y fui a comprobar que todo estaba vacío, en cuanto todo el mundo estuviera fuera, destrozaría ese sitio, el lugar debía desaparecer, parecía estar destinado a que los niños sufrieran entre esas paredes. Recorrí todos los dormitorios hasta que llegué al que fue el mío. Me acerqué a la tercera cama por la izquierda y me senté en ella. Era todo demasiado igual... Me levanté y miré bajo la cama, alcé la cuarta baldosa junto a la pared, y allí estaba, ese viejo dibujo que me regaló mi hermanita y que hasta el día en que abandoné el orfanato había llevado encima. Lo cogí y lo guardé, estaba doblado y algo se fue al suelo de entre sus dobleces. Lo cierto es que nunca había abierto ese papel, y ver una nota escrita con la torpe letra de mi hermanita me pilló por sorpresa, volví a sentarme en la cama y la leí intentando entender los torpes trazos:
A mi querida hermanita Ali.
El señor que me ha "adoptado" es papi, dijo que solo podía llevarse a una, y que tu podías cuidarte sola, que siempre has sabido cuidarte, pero que yo no, porque soy pequeña. Me molesta que piense que tu eres mejor que yo, porque parece que a ti te quiere más. Lo que quería decir es que papi se ha vuelto a casar, se enteró de la muerte de mamá y se casó, porque quería que tuviésemos mami, pero como el trabajo de papi es tan feo, no me han querido decir lo que es, dicen que es mejor que solo vaya yo, que tu seguro que le harias sentir mal a papi porque dice que tu eres muy buena y responsable. Papi me pidió que no te lo contara, porque dice que es mejor que no sepa que te quiere, pero es bonito saber que te quieren, también me ha dicho que sabe que un día lo detendrás, y que entonces estará aun más or... orguzo... bueno, que estará muy contento o algo así. Espero que nos encontremos pronto Ali. Papa dice que nos encontraremos pronto y seremos todos felices, como en los cuentos de hadas.
Yo te quiero Ali, te quiero mucho. Nos vemos pronto.
Di un suspiro mordiéndome el labio y me aparté el peo de la cara doblando la carta y mirando al techo, ahora si, ahora si que tenía muchísimas ganas de echarme a llorar, hasta el punto de no poder retener una lágrima delatora que resbaló por mi mejilla y terminó por caer sobre las letras, que ahora, además de torpes estaban mojadas y algo emborronadas. Oh, vaya pensé mientras más lágrimas se escapaban de mis ojos. Tardé un minuto en calmarme y dejar de lagrimear. Tiré aire con fuerza y me sequé la cara con la muñeca, tapada por la camiseta. Me levanté y guarde la carta, ya estaba bien, demasiadas emociones en un solo día para mi pequeña cabecita. Algo más tranquila salí al pasillo y avancé hasta las escaleras pasando mis dedos por el marco de las ventanas. Por una de ellas vi a Bio acercarse, seguido por el teniente y varios miembros de la guardia y bajé a recibirlos. Por fin se acababa todo. Bajé corriendo y me presenté frente al teniente con un saludo militar, rezaba por que no se notasen las marcas de lágrimas.
- Los sujetos están, dos en los cuartos tercero y quinto del primer piso cuando giras a la izquierda, y los principales culpables están allí encerrados en la terraza, sin forma de escapar, soltando maldiciones sobre mi y todos mis antepasados- comenté sonriendo por el trabajo bien hecho. Cuando pasaron de largo, para ir a por los culpables, di un suspiro de alivio.
- Dejad de intentarlo, es demasiado tarde, los papeles ya deben estar sobre la mesa del coronel, aunque me hagáis daño, aunque escapéis, estáis perdidos.- así que ahorrad fuerzas para soportar los interrogatorios, he oído que son bastante crudos.- comenté haciendolos retroceder y quedarse quietos.
Me moví de allí, y fui a comprobar que todo estaba vacío, en cuanto todo el mundo estuviera fuera, destrozaría ese sitio, el lugar debía desaparecer, parecía estar destinado a que los niños sufrieran entre esas paredes. Recorrí todos los dormitorios hasta que llegué al que fue el mío. Me acerqué a la tercera cama por la izquierda y me senté en ella. Era todo demasiado igual... Me levanté y miré bajo la cama, alcé la cuarta baldosa junto a la pared, y allí estaba, ese viejo dibujo que me regaló mi hermanita y que hasta el día en que abandoné el orfanato había llevado encima. Lo cogí y lo guardé, estaba doblado y algo se fue al suelo de entre sus dobleces. Lo cierto es que nunca había abierto ese papel, y ver una nota escrita con la torpe letra de mi hermanita me pilló por sorpresa, volví a sentarme en la cama y la leí intentando entender los torpes trazos:
A mi querida hermanita Ali.
El señor que me ha "adoptado" es papi, dijo que solo podía llevarse a una, y que tu podías cuidarte sola, que siempre has sabido cuidarte, pero que yo no, porque soy pequeña. Me molesta que piense que tu eres mejor que yo, porque parece que a ti te quiere más. Lo que quería decir es que papi se ha vuelto a casar, se enteró de la muerte de mamá y se casó, porque quería que tuviésemos mami, pero como el trabajo de papi es tan feo, no me han querido decir lo que es, dicen que es mejor que solo vaya yo, que tu seguro que le harias sentir mal a papi porque dice que tu eres muy buena y responsable. Papi me pidió que no te lo contara, porque dice que es mejor que no sepa que te quiere, pero es bonito saber que te quieren, también me ha dicho que sabe que un día lo detendrás, y que entonces estará aun más or... orguzo... bueno, que estará muy contento o algo así. Espero que nos encontremos pronto Ali. Papa dice que nos encontraremos pronto y seremos todos felices, como en los cuentos de hadas.
Yo te quiero Ali, te quiero mucho. Nos vemos pronto.
Di un suspiro mordiéndome el labio y me aparté el peo de la cara doblando la carta y mirando al techo, ahora si, ahora si que tenía muchísimas ganas de echarme a llorar, hasta el punto de no poder retener una lágrima delatora que resbaló por mi mejilla y terminó por caer sobre las letras, que ahora, además de torpes estaban mojadas y algo emborronadas. Oh, vaya pensé mientras más lágrimas se escapaban de mis ojos. Tardé un minuto en calmarme y dejar de lagrimear. Tiré aire con fuerza y me sequé la cara con la muñeca, tapada por la camiseta. Me levanté y guarde la carta, ya estaba bien, demasiadas emociones en un solo día para mi pequeña cabecita. Algo más tranquila salí al pasillo y avancé hasta las escaleras pasando mis dedos por el marco de las ventanas. Por una de ellas vi a Bio acercarse, seguido por el teniente y varios miembros de la guardia y bajé a recibirlos. Por fin se acababa todo. Bajé corriendo y me presenté frente al teniente con un saludo militar, rezaba por que no se notasen las marcas de lágrimas.
- Los sujetos están, dos en los cuartos tercero y quinto del primer piso cuando giras a la izquierda, y los principales culpables están allí encerrados en la terraza, sin forma de escapar, soltando maldiciones sobre mi y todos mis antepasados- comenté sonriendo por el trabajo bien hecho. Cuando pasaron de largo, para ir a por los culpables, di un suspiro de alivio.
Última edición por Alanna Delteria el Vie Abr 10 2015, 08:54, editado 1 vez
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Re: Los niños nunca duermen [Trabajo espía][Bio+Alanna][Finalizado]
Caminé tan rápido como los niños podían intentando llegar de prisa a la casa indicada, sin embargo, mi camino fue cortado por algunos guardias, eso podría ser un problema, pues yo no tenía relación alguna con la guardia real y mi trabajo era una misión no oficial, intenté explicar la situación pero inmediatamente uno de los guardias se lanzó sobre mi casi golpeando con su espada al niño que llevaba en mis brazos, me coloqué frente a mi pequeña pandilla para enfrentar a todos si era necesario, pero al coronel apareció para interrumpir las acciones - Controle a sus hombres o acabarán todos muertos - Le dije mientras caminaba hacia él; varias espadas saltaron directo a mi cuello para cortar mi camino pero el coronel por fin habló - Bajen sus armas, es un aliado - Los hombres se miraron unos a otros extrañados por tal situación, pero al final, acabaron por bajar sus armas - Debo llevar a los niños a un lugar seguro - Le dije mientras mantenía la vista en todos aquellos jóvenes e inexpertos nuevos guardias que parecían indignados por recibir la ayuda de un desconocido - Atiendan a los niños y llévenlos al cuartel - Dijo el coronel con voz de mando pero alcancé a interrumpirlo - No, por favor, no es seguro ahí, gente en la que confías podría estar implicada en esto - Le dije sin apartar la vista de aquellos hombres - He leído cosas extrañas en estos documentos, los niños irán a casa de Alenia - El coronel me miró intrigado sin tener idea de quién hablaba, luego él y yo nos fuimos con los chicos mientras dejábamos atrás a los guardias, prefería mantener cierta confidencialidad en todo esto, al llegar a la casa recordé que la chica no me había dado llaves, así que abrí la puerta de una patada, ya luego la guardia le repondría eso, no tenía tiempo para pensar, entramos a los niños y los dejamos ahí, coloqué los documentos sobre una mesa exponiendo el caso al coronel, mientras estábamos revisando llegó un teniente un poco alarmado por la situación, pero rápidamente lo pusimos al tanto, sin embargo uno de los documentos consiguió llamar mi atención, en él había una frase que decía "Initiationis ritus" sabía que había visto eso en algún lugar, tardé unos instantes en descifrarlo, era un lenguaje antiguo solo usado por los más viejos vampiros, y significaba, Rito de Iniciación, la situación podría ser peor de lo que imaginábamos, si eso era como lo imaginaba, los niños estarían en grave peligro, podrían haber sido negociados para ser sacrificados en ritos vampíricos - No hay tiempo que perder, la chica puede estar en peligro - Dije al coronel y al teniente mientras salía corriendo de prisa hacia el orfanato nuevamente.
Tanto el teniente como el coronel corrieron tras de mí pero alerté para que al menos uno de ellos se quedara a cuidar a los niños, no confiaba en los guardias, por lo que el coronel decidió quedarse mientras el teniente intentó seguirme el ritmo junto a algunos guardias - ¿Qué sucede? ¿A qué nos enfrentamos? - me preguntó el teniente un poco nervioso - Podría haber algún vampiro implicado - Le dije en tono no muy alto - Estos hombres que dirigen la operación podrían ser simples títeres sin haberse dado cuenta - Al fin logramos llegar al lugar, el sonido metálico de las armaduras de los soldados nos habría delatado desde lejos, por lo que al llegar, no me extrañó que la chica nos recibiera - Los sujetos están, dos en los cuartos tercero y quinto del primer piso cuando giras a la izquierda, y los principales culpables están allí encerrados en la terraza, sin forma de escapar, soltando maldiciones sobre mi y todos mis antepasados - Dijo mientras intentaba quedarse atrás, pero la tomé por una mano para llevarla conmigo hacia adentro - Tus chicos están a salvo, pero esto aún no acaba, hay más cosas en juego de las que pensábamos, y si es lo que creo que es, los guardias podrían no ser suficientes para lo que van a enfrentar - Le dije con preocupación mientras la halaba conmigo hacia adentro del lugar.
Tanto el teniente como el coronel corrieron tras de mí pero alerté para que al menos uno de ellos se quedara a cuidar a los niños, no confiaba en los guardias, por lo que el coronel decidió quedarse mientras el teniente intentó seguirme el ritmo junto a algunos guardias - ¿Qué sucede? ¿A qué nos enfrentamos? - me preguntó el teniente un poco nervioso - Podría haber algún vampiro implicado - Le dije en tono no muy alto - Estos hombres que dirigen la operación podrían ser simples títeres sin haberse dado cuenta - Al fin logramos llegar al lugar, el sonido metálico de las armaduras de los soldados nos habría delatado desde lejos, por lo que al llegar, no me extrañó que la chica nos recibiera - Los sujetos están, dos en los cuartos tercero y quinto del primer piso cuando giras a la izquierda, y los principales culpables están allí encerrados en la terraza, sin forma de escapar, soltando maldiciones sobre mi y todos mis antepasados - Dijo mientras intentaba quedarse atrás, pero la tomé por una mano para llevarla conmigo hacia adentro - Tus chicos están a salvo, pero esto aún no acaba, hay más cosas en juego de las que pensábamos, y si es lo que creo que es, los guardias podrían no ser suficientes para lo que van a enfrentar - Le dije con preocupación mientras la halaba conmigo hacia adentro del lugar.
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Off: He subrayado el uso de mi habilidad pasiva (Conocimiento Antiguo: Lenguas)Bio
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Re: Los niños nunca duermen [Trabajo espía][Bio+Alanna][Finalizado]
Bio me tomó de la mano arrastrandome hacia adentro sin que yo lograse entender nada.
- ¿Que está pasando? ¿Cómo que no ha acabado? Hemos atrapado a los culpables, ¿se puede saber que me he perdido?- Pregunté seriamente desconcertada.
Seguí a los guardas y al teniente, que se dirigían a quién sabe dónde. De pronto se detuvieron y se giraron a mirarme con una seriedad que me sorprendió, ¿qué estaba perdiéndome?
- Tu viviste aquí, conoces todos los recovecos de este sitio, dinos, ¿dónde podría esconderse un vampiro durante el día?
- ¿Vampiro? pu... pues... supongo que... en alguno de los pasillos que llevan al segundo sótano.- Dije pensando, además el amanecer no podía estar ya muy lejano.- Seguidme, si no recuerdo mal, es por aquí.
- Vosotros mientras id a por los que están encerrados e id a interrogarlos, no seáis clementes- Ordenó el teniente a unos cuantos guardias.
Empezaron a seguirme, lo cierto es que solo había bajado una vez al segundo sótano, y me había asustado tanto que no había vuelto, incluso intenté olvidar como llegar, pero, por desgracia, no pude. Con un suspiro me aparté el pelo de la cara e inicié una marcha dudosa hacia la cocina. Al entrar no vi a nadie, me acerqué a los fogones y los encendí todos, luego, al horno de leña, metí la mano y presioné la piedra del fondo, los fogones se apagaron, la pared se abrió.
Al entrar al amplio y frío pasillo tomé una antorcha encendida para ver el camino, era todo recto, cuesta abajo. El silencio nos recorría a todos, cuando llegué a la puerta de madera recordaba perfectamente el aspecto de ese lugar, aunque le llamé el segundo sótano, lo cierto es que no lo era, era una sala llena de madera con un altar ensangrentado en el centro, recuerdo haberme acercado y notar la sangre seca, pero me asustó tanto el lugar.... que no volví allí, hasta ese momento. Sacando una de mis dagas abrí la puerta con una patada. Lo que vi me dejó patidifusa.
La cocinera rubia tenía en sus brazos a un chiquillo de unos 10 años que no se movía, su ropa estaba empapada y el cuello del niño, aun cubierto de sangre, se veía desgarrado. A pesar de mis años de entrenamiento esa imagen fue demasiado para mi, me caí al suelo sin soltar mi daga, pero la pira resbaló hacia la madera y el polvo que se había seguido acumulando durante años, eso fue como el estallar de una bomba, el fuego prendió al instante, y yo era incapaz de moverme. Debíamos cerrar la puerta, dejar que esa cosa se quemase allí, logré levantarme y cerrar de golpe, pero el fuego terminaría por alcanzarnos, el edificio tenía vigas de madera, debíamos salir de allí, pero las piernas ya no me reaccionaban más. Miré al vampiro, desesperada, no podía permitir que el teniente me viera así, no me volvería a dejar hacer ninguna misión.
- ¿Que está pasando? ¿Cómo que no ha acabado? Hemos atrapado a los culpables, ¿se puede saber que me he perdido?- Pregunté seriamente desconcertada.
Seguí a los guardas y al teniente, que se dirigían a quién sabe dónde. De pronto se detuvieron y se giraron a mirarme con una seriedad que me sorprendió, ¿qué estaba perdiéndome?
- Tu viviste aquí, conoces todos los recovecos de este sitio, dinos, ¿dónde podría esconderse un vampiro durante el día?
- ¿Vampiro? pu... pues... supongo que... en alguno de los pasillos que llevan al segundo sótano.- Dije pensando, además el amanecer no podía estar ya muy lejano.- Seguidme, si no recuerdo mal, es por aquí.
- Vosotros mientras id a por los que están encerrados e id a interrogarlos, no seáis clementes- Ordenó el teniente a unos cuantos guardias.
Empezaron a seguirme, lo cierto es que solo había bajado una vez al segundo sótano, y me había asustado tanto que no había vuelto, incluso intenté olvidar como llegar, pero, por desgracia, no pude. Con un suspiro me aparté el pelo de la cara e inicié una marcha dudosa hacia la cocina. Al entrar no vi a nadie, me acerqué a los fogones y los encendí todos, luego, al horno de leña, metí la mano y presioné la piedra del fondo, los fogones se apagaron, la pared se abrió.
Al entrar al amplio y frío pasillo tomé una antorcha encendida para ver el camino, era todo recto, cuesta abajo. El silencio nos recorría a todos, cuando llegué a la puerta de madera recordaba perfectamente el aspecto de ese lugar, aunque le llamé el segundo sótano, lo cierto es que no lo era, era una sala llena de madera con un altar ensangrentado en el centro, recuerdo haberme acercado y notar la sangre seca, pero me asustó tanto el lugar.... que no volví allí, hasta ese momento. Sacando una de mis dagas abrí la puerta con una patada. Lo que vi me dejó patidifusa.
La cocinera rubia tenía en sus brazos a un chiquillo de unos 10 años que no se movía, su ropa estaba empapada y el cuello del niño, aun cubierto de sangre, se veía desgarrado. A pesar de mis años de entrenamiento esa imagen fue demasiado para mi, me caí al suelo sin soltar mi daga, pero la pira resbaló hacia la madera y el polvo que se había seguido acumulando durante años, eso fue como el estallar de una bomba, el fuego prendió al instante, y yo era incapaz de moverme. Debíamos cerrar la puerta, dejar que esa cosa se quemase allí, logré levantarme y cerrar de golpe, pero el fuego terminaría por alcanzarnos, el edificio tenía vigas de madera, debíamos salir de allí, pero las piernas ya no me reaccionaban más. Miré al vampiro, desesperada, no podía permitir que el teniente me viera así, no me volvería a dejar hacer ninguna misión.
Última edición por Alanna Delteria el Vie Abr 10 2015, 08:59, editado 1 vez
Alanna Delteria
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Re: Los niños nunca duermen [Trabajo espía][Bio+Alanna][Finalizado]
Tras tomar a la chica del brazo nos adentramos en el orfanato, algunos guardias fueron a donde se encontraban los sujetos para arrestarlos, pero otros siguieron la intuición de la chica que nos llevaba a donde creía que podría estar el vampiro, bajaba un poco indignado, ese tipo de cosas realmente justificaban el odio que los humanos sentían hacia todos los vampiros, incluyéndome a mí, éramos seres realmente bajos e insencibles, el camino no era largo, pero tampoco se podía avanzar de prisa, era muy poco espacio, así que la chica y yo fuimos los primeros en bajar.
Lo que encontramos fue una gran sorpresa hasta para mí, el lugar parecía haber sido el centro de varios rituales, a saber cuántos niños habían ya caído en eso, la sala estaba empapada de sangre por todos lados como si la desparramaran intencionalmente y al fondo, aquella fea mujer, jamás en la vida había visto una cosa tan espantosa, era extremadamente desagradable a la vista, tal vez porque estaba llena de sangre, o tal vez porque simplemente era fea, pero de momento nos había dejado en shock.
Mi compañera dejó caer su pira que en poco tiempo comenzó a prender en fuego todo el lugar - ¡¡Atrás!! Busquen ayuda para apagar esto - Le dije a los guardias que apenas venían bajando mientras intentaba solucionar la situación, la chica estaba en shock, no conseguía moverse, pero la vampira se acercaba a nosotros, el fuego, no era mi mejor aliado, pero seguro tampoco lo era de ella, tampoco parecía ser muy hábil, era ese tipo de vampiros que se aprovechan solo de los débiles, por lo que no fue difícil empujarla hacia atrás con una fuerte patada, rompí una silla que tenía cerca para improvisar una estaca de madera que acabé clavando en su pecho hasta atravezarla y dejarla grapada a la mesa ritual que estaba tras ella, intentaba en vano zafarse pero la estaca estaba muy bien clavada - Ellos se enterarán de esto, ustedes nunca estarán a salvo - Gritaba la grotesca vampira mientras las llamas comenzaban a rodear sus piernas hasta lograr cubrirle todo el cuerpo.
Tras de mí, mi compañera seguía sin poder reaccionar, por lo que tras acercarme lentamente y mirarla a los ojos con indeleble ternura, le di una fuerte cachetada para hacerla entrar en razón, debería bastar eso para hacerla reaccionar, pero mientras se levantaba le di otra, porque ser precavidos no está de más, y tras tomarla de nuevo de la mano la halé para que saliéramos del lugar mientras algunos guardias entrarían luego para tratar de sofocar las llamas, para ese entonces, ya solo quedarían cenizas de la sádica vampira y la historia tendría, al menos por ahora, un final feliz.
Al salir, encontré al teniente y le exigí cumplir su parte del trato - He hecho el trabajo que me asignaron, ahora quiero mis cosas, y mi libertad para largarme de este lugar - Mientras esperaba su respuesta dirigí la vista hacia mi compañera y le dije mientras le extendía la mano en señal de amistad - Ha sido grato volverte a ver, y jamás olvidaré tu nombre, Eliana - Tras eso, volví la vista al teniente quien había enviado a uno de sus hombres a buscar y entregarme mis cosas, solo me restaba esperar a que todo acabara y partir por fin hacia Beltrexus...
Lo que encontramos fue una gran sorpresa hasta para mí, el lugar parecía haber sido el centro de varios rituales, a saber cuántos niños habían ya caído en eso, la sala estaba empapada de sangre por todos lados como si la desparramaran intencionalmente y al fondo, aquella fea mujer, jamás en la vida había visto una cosa tan espantosa, era extremadamente desagradable a la vista, tal vez porque estaba llena de sangre, o tal vez porque simplemente era fea, pero de momento nos había dejado en shock.
Mi compañera dejó caer su pira que en poco tiempo comenzó a prender en fuego todo el lugar - ¡¡Atrás!! Busquen ayuda para apagar esto - Le dije a los guardias que apenas venían bajando mientras intentaba solucionar la situación, la chica estaba en shock, no conseguía moverse, pero la vampira se acercaba a nosotros, el fuego, no era mi mejor aliado, pero seguro tampoco lo era de ella, tampoco parecía ser muy hábil, era ese tipo de vampiros que se aprovechan solo de los débiles, por lo que no fue difícil empujarla hacia atrás con una fuerte patada, rompí una silla que tenía cerca para improvisar una estaca de madera que acabé clavando en su pecho hasta atravezarla y dejarla grapada a la mesa ritual que estaba tras ella, intentaba en vano zafarse pero la estaca estaba muy bien clavada - Ellos se enterarán de esto, ustedes nunca estarán a salvo - Gritaba la grotesca vampira mientras las llamas comenzaban a rodear sus piernas hasta lograr cubrirle todo el cuerpo.
Tras de mí, mi compañera seguía sin poder reaccionar, por lo que tras acercarme lentamente y mirarla a los ojos con indeleble ternura, le di una fuerte cachetada para hacerla entrar en razón, debería bastar eso para hacerla reaccionar, pero mientras se levantaba le di otra, porque ser precavidos no está de más, y tras tomarla de nuevo de la mano la halé para que saliéramos del lugar mientras algunos guardias entrarían luego para tratar de sofocar las llamas, para ese entonces, ya solo quedarían cenizas de la sádica vampira y la historia tendría, al menos por ahora, un final feliz.
Al salir, encontré al teniente y le exigí cumplir su parte del trato - He hecho el trabajo que me asignaron, ahora quiero mis cosas, y mi libertad para largarme de este lugar - Mientras esperaba su respuesta dirigí la vista hacia mi compañera y le dije mientras le extendía la mano en señal de amistad - Ha sido grato volverte a ver, y jamás olvidaré tu nombre, Eliana - Tras eso, volví la vista al teniente quien había enviado a uno de sus hombres a buscar y entregarme mis cosas, solo me restaba esperar a que todo acabara y partir por fin hacia Beltrexus...
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Re: Los niños nunca duermen [Trabajo espía][Bio+Alanna][Finalizado]
Salimos de allí tras las dos bofetadas que me propinó Bio. Esquivamos bigas que caían, el calor del fuego empezaba a llegarnos por la espalda, ese edificio iba a arder. Salimos fuera y Bio se fue a hablar con el teniente, que accedió a su partida, mientras, yo, me dediqué a observar arder el orfanato. En cierta forma, y aun con la escena que acababa de ver, el ver como ese lugar se reducía a cenizas le resulto liberador, allí se reunían algunos de sus peores recuerdos de infancia, y ahora, se reducían a cenizas junto al edificio, ese lugar maldito, donde tantos pequeños habían sufrido, por fin iba a desaparecer del mapa.
Bio se acercó a mi para despedirse con un apretón de manos:
- Gracias por tu ayuda- le sonreí- espero que después de esto nos consideremos amigos.- Tras eso me alejé para dejar paso a los bomberos.
Fui al cuartel junto a teniente, prometió buscar hogar a los niños, no más orfanatos para ellos, y, hasta entonces, se quedarían en una casa que él mismo tenía y usaba para sus vacaciones. Se lo agradecí y fui a casa. Los niños ya no estaban allí pero me habían dejado cartas y dibujos dándome las gracias. Sonreí para mi misma, la puerta estaba rota, podrían haber usado la llave de debajo del felpudo para abrir, pero bueno, ya estaba hecho, el coronel me dejó una nota indicándome que la arreglaría mañana, que esa noche fuese a dormir a casa. Sonreí y cogí mi bolsa, después de descansar retomaría mi viaje.
Bio se acercó a mi para despedirse con un apretón de manos:
- Gracias por tu ayuda- le sonreí- espero que después de esto nos consideremos amigos.- Tras eso me alejé para dejar paso a los bomberos.
Fui al cuartel junto a teniente, prometió buscar hogar a los niños, no más orfanatos para ellos, y, hasta entonces, se quedarían en una casa que él mismo tenía y usaba para sus vacaciones. Se lo agradecí y fui a casa. Los niños ya no estaban allí pero me habían dejado cartas y dibujos dándome las gracias. Sonreí para mi misma, la puerta estaba rota, podrían haber usado la llave de debajo del felpudo para abrir, pero bueno, ya estaba hecho, el coronel me dejó una nota indicándome que la arreglaría mañana, que esa noche fuese a dormir a casa. Sonreí y cogí mi bolsa, después de descansar retomaría mi viaje.
Alanna Delteria
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Re: Los niños nunca duermen [Trabajo espía][Bio+Alanna][Finalizado]
Recompensas
+3 puntos de experiencia para sus respectivas habilidades pasivas
+ 10 puntos de experiencia básicos+ 10 puntos por buen desarrollo= 20 puntos de experiencia
+ 400 aeros
Me gustaron especialmente los últimos dos posts de la página uno y todo el desarrollo de la segunda. Muy buen trabajo.
Nota: No olviden pedir sus puntos en los respectivos apartados.
Thorn
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