Cena fácil [libre][CERRADO]
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Cena fácil [libre][CERRADO]
El día iba tocando a su fin, la luz ya era menos intensa y cada vez todo se ensombrecía mas, era el momento perfecto para que la vampira saliese de su escondite en el hueco del tronco de un árbol. El ambiente era húmedo y fresco, era la noche perfecta.
En los bosques siempre había encontrado algún grupo de ladrones o bandidos, y ahora que caía la noche y ellos iban a dormir, ella podía dar por comenzada su caza. Estando en un bosque tenía escondrijos de sobra, por lo que decidió esconder su capa en el hueco del árbol con la intención de recuperarla al amanecer de que volviese a ocultarse.
Lyemin comenzó a caminar sin rumbo, topándose con algún animalillo nocturno, que al igual que ella aprovecharía la noche para alimentarse. Sonrió al verlos, y pensar que hace poco mas de un siglo ella también había tenido que cazar y alimentarse de animales...y ahora solo necesitaba una cosa, sangre. Sangre que olía cada vez mas cerca.
Los bandidos dormían alrededor de una pequeña hoguera, la joven bufó por lo bajo escondida tras unos arbustos, odiaba el fuego. Tenía la comida tan cerca y tan lejos a la vez...Eso la desesperaba, pero sabía que tarde o temprano, alguno de ellos caería. Eran solo tres hombres, algo robustos y sucios, pero estaba segura que serían fáciles de engañar.
La clave estaba en separarlos, si despertaba primero a uno, podía engatusarlo, y nada mas lo pensó comenzó a moverse, se acercó a los arbustos mas cercanos a uno de ellos, y cogiendo una piedrecita del suelo, se la lanzó. El hombre era indudablemente grande, calvo, y con varias cicatrices en la cara, desde luego no era un tipo legal, nadie le echaría en falta.
Los ronquidos del calvo cesaron y se revolvió un poco cuando la piedrecita le dio en el brazo, gruñendo e incorporándose para ver que narices lo había despertado, su gesto era malhumorado. Su cara cambió cuando vio a la joven entre los arbustos, sonriendo de forma seductora. Esta colocó un dedo sobre sus propios labios para indicarle que no hiciese ruido mientras con la otra mano le invitaba a acercarse.
El pobre imbécil no lo dudo, con una sonrisa socarrona se acercó a ella, que poco a poco retrocedía hasta las sombras.
- Ven aquí pequeña...no huyas que no voy a hacerte daño- Era obvio que mentía, seguramente ya había forzado a alguna que otra mujer antes, pero la vampira no cambió su sonrisa, y cuando ya estaban algo mas lejos de los otros dos se detuvo y le dejo acercarse mas.
- Me he separado de mis amigos y me he perdido...- Su voz sonaba melosa mientras extinguía la distancia que la separaba del hombre - Me pregunto si un hombre tan fuerte como tu...podría hacerme compañía.- Sus ojos grises brillaron en la oscuridad antes de que ese pobre idiota la agarrase de las caderas y la pegase a el.
-yo te voy a hacer mucha comp- Y antes de que terminase, la joven ya había logrado morderle el cuello, estaba paralizado y su sangre comenzaba a salir a borbotones mientras caían de rodillas.
No podía dejar de beber, la sangre escapaba por las comisuras de sus labios mientras se centraba únicamente en comer.
En los bosques siempre había encontrado algún grupo de ladrones o bandidos, y ahora que caía la noche y ellos iban a dormir, ella podía dar por comenzada su caza. Estando en un bosque tenía escondrijos de sobra, por lo que decidió esconder su capa en el hueco del árbol con la intención de recuperarla al amanecer de que volviese a ocultarse.
Lyemin comenzó a caminar sin rumbo, topándose con algún animalillo nocturno, que al igual que ella aprovecharía la noche para alimentarse. Sonrió al verlos, y pensar que hace poco mas de un siglo ella también había tenido que cazar y alimentarse de animales...y ahora solo necesitaba una cosa, sangre. Sangre que olía cada vez mas cerca.
Los bandidos dormían alrededor de una pequeña hoguera, la joven bufó por lo bajo escondida tras unos arbustos, odiaba el fuego. Tenía la comida tan cerca y tan lejos a la vez...Eso la desesperaba, pero sabía que tarde o temprano, alguno de ellos caería. Eran solo tres hombres, algo robustos y sucios, pero estaba segura que serían fáciles de engañar.
La clave estaba en separarlos, si despertaba primero a uno, podía engatusarlo, y nada mas lo pensó comenzó a moverse, se acercó a los arbustos mas cercanos a uno de ellos, y cogiendo una piedrecita del suelo, se la lanzó. El hombre era indudablemente grande, calvo, y con varias cicatrices en la cara, desde luego no era un tipo legal, nadie le echaría en falta.
Los ronquidos del calvo cesaron y se revolvió un poco cuando la piedrecita le dio en el brazo, gruñendo e incorporándose para ver que narices lo había despertado, su gesto era malhumorado. Su cara cambió cuando vio a la joven entre los arbustos, sonriendo de forma seductora. Esta colocó un dedo sobre sus propios labios para indicarle que no hiciese ruido mientras con la otra mano le invitaba a acercarse.
El pobre imbécil no lo dudo, con una sonrisa socarrona se acercó a ella, que poco a poco retrocedía hasta las sombras.
- Ven aquí pequeña...no huyas que no voy a hacerte daño- Era obvio que mentía, seguramente ya había forzado a alguna que otra mujer antes, pero la vampira no cambió su sonrisa, y cuando ya estaban algo mas lejos de los otros dos se detuvo y le dejo acercarse mas.
- Me he separado de mis amigos y me he perdido...- Su voz sonaba melosa mientras extinguía la distancia que la separaba del hombre - Me pregunto si un hombre tan fuerte como tu...podría hacerme compañía.- Sus ojos grises brillaron en la oscuridad antes de que ese pobre idiota la agarrase de las caderas y la pegase a el.
-yo te voy a hacer mucha comp- Y antes de que terminase, la joven ya había logrado morderle el cuello, estaba paralizado y su sangre comenzaba a salir a borbotones mientras caían de rodillas.
No podía dejar de beber, la sangre escapaba por las comisuras de sus labios mientras se centraba únicamente en comer.
Última edición por Lyemin el Sáb 16 Mayo 2015 - 12:45, editado 1 vez
Lyemin
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Re: Cena fácil [libre][CERRADO]
Hace tiempo que ha oscurecido y no me he dado ni cuenta. ¿Cómo podría haberme quedado dormido? A estas horas no habrá ningún barco que me lleve de nuevo a Luargenta. No me queda otro remedio que quedarme un día más en esta isla. La cuestión es dónde pasar la noche. No podría que darme a dormir entre las palmaras, en sueños podría resbalabar y caer, lo más lógico sería buscar un árbol de amplias ramas en las que acomodarme. Creo recordar que en el centro de la isla hay un pequeño bosque. Seguro que allí encuentro algún árbol de mi agrado.
Queda poco para llegar a lo más profundo del bosque cuando oigo las voces de unos hombres. Seguramente sean alguna clase de bandidos. Son bastante comúnes. Montan sus tiendas ocultos en los bosques con el fin de asaltar al primer viajero perdido que se encuentren. En estas ocasiones agradezco mis largas orejas. No hay bandido que me pueda asaltar desadvertido. Me muevo sigilosamente entre los arbusto, escondido de esos hombres cuando de pronto veo una joven morena. Parece la presa perfecta para esos asquerosos hombres. Debería hacer algo antes que la pobre chica acabe siendo violada.
Uno de los hombres se acerca poco a poco a la joven. Parece que se vaya a sacar el rabo en cualquier momento. Esa clase de hombres son todos iguales. Seguro que se estará preguntándose si matarla y violarla o violarla y matarla. En seguida, cargo una flecha en el arco y me dispongo a dispararle. Estoy a punto de disparar cuando, de pronto, la la chica empieza a morder el cuello de su acosador. En ese corto periodo de tiempo los otros bandidos se dan cuenta de que su compañero ha muerto por culpa de una aparente inocente muchacha.
-Monstruo. Monstruo.- Les oigo gritar. A mí no me parece un monstruo, más bien me parece que ha hecho un favor a la humanidad matando a uno de esos tipos. Antes de ellos se avalancen hacia ella me dispongo a poner mi granito de arena. Disparo la flecha que todavía mantengo cargada con tal precisión que atraviesa la cabeza de uno de los dos bandidos que quedan.
-Estas atrapado.- Digo mientras salgo de mi escondite con otra flecha cargada. -No tienes donde huir.- Mientras hablo con el bandido le hago una seña con la cabeza a la joven. Por lo que he oído en historias y leyendas, los vampiros se alimentan de la sangre de las personas mordiéndolas como lo hizo ella. Tal vez quiera continuar su festín.
Queda poco para llegar a lo más profundo del bosque cuando oigo las voces de unos hombres. Seguramente sean alguna clase de bandidos. Son bastante comúnes. Montan sus tiendas ocultos en los bosques con el fin de asaltar al primer viajero perdido que se encuentren. En estas ocasiones agradezco mis largas orejas. No hay bandido que me pueda asaltar desadvertido. Me muevo sigilosamente entre los arbusto, escondido de esos hombres cuando de pronto veo una joven morena. Parece la presa perfecta para esos asquerosos hombres. Debería hacer algo antes que la pobre chica acabe siendo violada.
Uno de los hombres se acerca poco a poco a la joven. Parece que se vaya a sacar el rabo en cualquier momento. Esa clase de hombres son todos iguales. Seguro que se estará preguntándose si matarla y violarla o violarla y matarla. En seguida, cargo una flecha en el arco y me dispongo a dispararle. Estoy a punto de disparar cuando, de pronto, la la chica empieza a morder el cuello de su acosador. En ese corto periodo de tiempo los otros bandidos se dan cuenta de que su compañero ha muerto por culpa de una aparente inocente muchacha.
-Monstruo. Monstruo.- Les oigo gritar. A mí no me parece un monstruo, más bien me parece que ha hecho un favor a la humanidad matando a uno de esos tipos. Antes de ellos se avalancen hacia ella me dispongo a poner mi granito de arena. Disparo la flecha que todavía mantengo cargada con tal precisión que atraviesa la cabeza de uno de los dos bandidos que quedan.
-Estas atrapado.- Digo mientras salgo de mi escondite con otra flecha cargada. -No tienes donde huir.- Mientras hablo con el bandido le hago una seña con la cabeza a la joven. Por lo que he oído en historias y leyendas, los vampiros se alimentan de la sangre de las personas mordiéndolas como lo hizo ella. Tal vez quiera continuar su festín.
Sarez
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Re: Cena fácil [libre][CERRADO]
La joven estaba inmersa en su comida cuando el ruido entre los arbustos cortó todo goce. Los otros dos hombres se había despertado y la gritaban "monstruo", eso la enfado, y dejando el cadáver casi seco en el suelo se levantó enseñando los colmillos, pero justo cuando uno se aproximaba a ella para atacarla, una flecha atravesó su cabeza.
La joven se dirigió en todas las direcciones tratando de averiguar de donde había salido la flecha, y si sería fuego amigo u otro ser del que encargarse. De la maleza un elfo con un arco surgió apuntando al hombre que quedaba en pie, me hizo un gesto para que prosiguiera y le devolví una mirada extrañada.
-¿Como quieres que me lo coma a el también? Acaso parezco tener un hambre tan voraz?- Y dicho esto, con suma rapidez sacó una de sus dagas del cinturón y lo lanzo al pobre diablo, atravesándole el cuello y haciendo que se desplomase de rodillas. Una vez lo vio caído se acercó y recuperó el cuchillo, tras limpiar la sangre con un par de lametones lo guardó y se giró hacia el extraño elfo.
- Bueno, y tu que hacías espiándome mientras ceno?-Se cruzó de brazos mientras miraba con cierta desconfianza al recién llegado, era cierto que la había tratado de salvar de esos hombres creyendo que estaba en peligro, pero eso no implicaba que no fuese por beneficio propio.
-Un extraño que surge de entre los árboles, de noche y armado es algo un tanto peculiar...
La joven se dirigió en todas las direcciones tratando de averiguar de donde había salido la flecha, y si sería fuego amigo u otro ser del que encargarse. De la maleza un elfo con un arco surgió apuntando al hombre que quedaba en pie, me hizo un gesto para que prosiguiera y le devolví una mirada extrañada.
-¿Como quieres que me lo coma a el también? Acaso parezco tener un hambre tan voraz?- Y dicho esto, con suma rapidez sacó una de sus dagas del cinturón y lo lanzo al pobre diablo, atravesándole el cuello y haciendo que se desplomase de rodillas. Una vez lo vio caído se acercó y recuperó el cuchillo, tras limpiar la sangre con un par de lametones lo guardó y se giró hacia el extraño elfo.
- Bueno, y tu que hacías espiándome mientras ceno?-Se cruzó de brazos mientras miraba con cierta desconfianza al recién llegado, era cierto que la había tratado de salvar de esos hombres creyendo que estaba en peligro, pero eso no implicaba que no fuese por beneficio propio.
-Un extraño que surge de entre los árboles, de noche y armado es algo un tanto peculiar...
Lyemin
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Re: Cena fácil [libre][CERRADO]
Desde un principio estaba equivocado. No era la joven quién estaba en peligro, eran esos pobres diablos. Haber conocido tanta gente extraña estos últimos días hace que no me extrañe al ver como la chica mata al último hombre. Me sorprende que me haya preguntado que cómo se comería al otro hombre. Es una vampira, ya no tengo dudas al respecto. Todas las historias que he oído dicen que los vampiros son criaturas infames con una insaciables sed de sangre. –Pensé que es lo que hacéis vosotros. Eres una vampiresa.- Digo como si fuera algo tan obvio como que el mar es azul.
Yo no la estaba espiando. Tan solo buscaba algo para cobijarme y de pronto vi como la amenazaban. ¿Se lo creería? Lo dudo mucho. Nadie nunca se ha creído una palabra de lo que he dicho, sea verdad o mentira. ¿Por qué iba a empezar a creerme ella? Tal vez, las leyendas exageraron con lo de la “sed insaciable” pero, ¿quién puede asegurar que no exageran con lo de “infames criaturas”? Es mejor que sea cuidadoso con lo que digo. – Intentaba salvarte. Aunque veo que no te hacía falta.- Señalo con la cabeza al cadáver de esos tipos.
En cierto modo estoy tranquilo. No me asusta haberme encontrado con una vampiresa como ella. Ya estoy acostumbrado a encontrarme cosas raras por los bosques, desde hombres toro hasta mujeres pez, pasando por licántropos. Si ninguno de ellos ha hecho intención de matarme, estoy seguro que la vampira no lo iba a hacer. Me vuelvo a colgar a Vientoatroz sobre la espalda y me dirijo a uno de los cadáveres para recoger mi flecha, mientras no se rompa siempre la podría volver a utilizar. Es eso que los humanos llaman reciclar. -¿Y bien? ¿No me vas a dar las gracias?- Pregunto con la misma sonrisa pícara que hace una rato la joven hizo a uno de esos hombres. No espero que me diera nada, pero que menos que decirme “gracias.
Yo no la estaba espiando. Tan solo buscaba algo para cobijarme y de pronto vi como la amenazaban. ¿Se lo creería? Lo dudo mucho. Nadie nunca se ha creído una palabra de lo que he dicho, sea verdad o mentira. ¿Por qué iba a empezar a creerme ella? Tal vez, las leyendas exageraron con lo de la “sed insaciable” pero, ¿quién puede asegurar que no exageran con lo de “infames criaturas”? Es mejor que sea cuidadoso con lo que digo. – Intentaba salvarte. Aunque veo que no te hacía falta.- Señalo con la cabeza al cadáver de esos tipos.
En cierto modo estoy tranquilo. No me asusta haberme encontrado con una vampiresa como ella. Ya estoy acostumbrado a encontrarme cosas raras por los bosques, desde hombres toro hasta mujeres pez, pasando por licántropos. Si ninguno de ellos ha hecho intención de matarme, estoy seguro que la vampira no lo iba a hacer. Me vuelvo a colgar a Vientoatroz sobre la espalda y me dirijo a uno de los cadáveres para recoger mi flecha, mientras no se rompa siempre la podría volver a utilizar. Es eso que los humanos llaman reciclar. -¿Y bien? ¿No me vas a dar las gracias?- Pregunto con la misma sonrisa pícara que hace una rato la joven hizo a uno de esos hombres. No espero que me diera nada, pero que menos que decirme “gracias.
Sarez
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Re: Cena fácil [libre][CERRADO]
Miró al extraño con cierta desconfianza mientras revisaba los cuerpos ahora inertes en busca de algún tipo de objeto de valor. Tuvo suerte, dio con unas cuantas monedas y las guardó en su bolsa mientras escuchaba a aquel elfo. Lo cierto es que aquella generalización la molestó un poco, y cruzando las manos sobre su pecho con gesto aireado respondió con tono mordaz.
- Si, soy vampiresa, pero eso no implica que me coma a todo aquel que encuentre, no soy un pozo sin fondo - Su sonrisa orgullosa se ensanchó al escuchar que trataba de salvarla - Ya, así que vagas por el bosque buscando damiselas que rescatar? - Comenzaba a divertirse, alzó una ceja con gesto inquisitivo y se acercó un poco a el, examinándolo sin ningún disimulo.
- Y tu eres...- Dejó la pregunta en el aire, ¿realmente tenía algo que agradecer? Un desconocido que espía a las mujeres de noche para salvarlas resultaba un tanto inquietante, pero tampoco es que le tuviese miedo, a esa distancia, si trataba de cargar su arco de nuevo a ella le daba tiempo de clavarle una de sus dagas en el cuello.
Dejó caer sus brazos de su pecho para apoyar sus manos en la cintura, con los brazos en jarra mientras esperaba una respuesta. Pero aquella sonrisa la desconcertó un poco, lo miró extrañada, ¿acaso trataba usar esa sonrisa para seducirla? ¿a ella? Una vampiresa para la cual aquel juego era el pan de cada día.
-Y borra esa sonrisita, con otras igual, pero conmigo no funcionará-
- Si, soy vampiresa, pero eso no implica que me coma a todo aquel que encuentre, no soy un pozo sin fondo - Su sonrisa orgullosa se ensanchó al escuchar que trataba de salvarla - Ya, así que vagas por el bosque buscando damiselas que rescatar? - Comenzaba a divertirse, alzó una ceja con gesto inquisitivo y se acercó un poco a el, examinándolo sin ningún disimulo.
- Y tu eres...- Dejó la pregunta en el aire, ¿realmente tenía algo que agradecer? Un desconocido que espía a las mujeres de noche para salvarlas resultaba un tanto inquietante, pero tampoco es que le tuviese miedo, a esa distancia, si trataba de cargar su arco de nuevo a ella le daba tiempo de clavarle una de sus dagas en el cuello.
Dejó caer sus brazos de su pecho para apoyar sus manos en la cintura, con los brazos en jarra mientras esperaba una respuesta. Pero aquella sonrisa la desconcertó un poco, lo miró extrañada, ¿acaso trataba usar esa sonrisa para seducirla? ¿a ella? Una vampiresa para la cual aquel juego era el pan de cada día.
-Y borra esa sonrisita, con otras igual, pero conmigo no funcionará-
Lyemin
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Re: Cena fácil [libre][CERRADO]
Me recuerda a un perro callejero. Mató a aquellos hombres a sangre fría para luego saquear a los cadáveres en busca de algo de valor. Es rastrero. Aunque no es peor de lo que la iban a hacer si hubieran tenido la más mínima oportunidad. Entonces, ¿está bien robar a unos muertos? Mientras saco mi flecha del cadáver me fijo que en su mano derecha sostenía algo valor. Un reloj de bolsillo, y parece de oro. Debe de ser valioso. Procurando que no me viera la vampiresa, lo cojo y me lo guardo en la manga. Si no lo cojo yo, lo cogería ella.
-Algo así.- Si cambias la palabra “damiselas” por “cobijos” y “rescatar” por “dormir” es tal cual lo que estoy haciendo. –Y yo soy un elfo.- Digo emulando las palabras que ella deja en el aire. Me sorprende que haga esa pregunta pues, según decían, los vampiros suelen tener una visión muy clara en la oscuridad y mis orejas no es un simple detalle sin importancia. -Qué raro. Suele funcionar. – Digo sarcástico sin entender qué es exactamente lo que suele funcionar.
Con todo el disimulo que me fue posible, saco me saco de la manga el reloj de bolsillo. Es oro auténtico. Si me muevo bien podría sacar mucho dinero con esto. Pero no es el precio del reloj lo que me más me llama la atención sino su valor personal. “Por la nueva niña que está por nacer”. Pone en una inscripción en el reverso. –Era padre.- Digo en un susurro conteniéndome la rabia. Sé lo duro que es criarse sin padre. Yo nunca tuve uno y gracias a eso me convertí en un paria, y ahora, esa niña está predestinada a vivir en la más absoluta de las soledades, igual que yo.
-¿Por qué le hemos matado?- Lanzo la pregunta al aire con cierto rencor hacia la vampiresa. Ellos eran unos bandidos y unos violadores, pero también eran padres, por lo menos uno de ellos. –¡No tenías derecho a matarles!- Si ella no hubiera aparecido no hubiera hecho el menor caso a los bandidos. Era su culpa no la mía. -¿¡Por qué lo hiciste?!- Pregunto a pesar de saber perfectamente la respuesta.
-Algo así.- Si cambias la palabra “damiselas” por “cobijos” y “rescatar” por “dormir” es tal cual lo que estoy haciendo. –Y yo soy un elfo.- Digo emulando las palabras que ella deja en el aire. Me sorprende que haga esa pregunta pues, según decían, los vampiros suelen tener una visión muy clara en la oscuridad y mis orejas no es un simple detalle sin importancia. -Qué raro. Suele funcionar. – Digo sarcástico sin entender qué es exactamente lo que suele funcionar.
Con todo el disimulo que me fue posible, saco me saco de la manga el reloj de bolsillo. Es oro auténtico. Si me muevo bien podría sacar mucho dinero con esto. Pero no es el precio del reloj lo que me más me llama la atención sino su valor personal. “Por la nueva niña que está por nacer”. Pone en una inscripción en el reverso. –Era padre.- Digo en un susurro conteniéndome la rabia. Sé lo duro que es criarse sin padre. Yo nunca tuve uno y gracias a eso me convertí en un paria, y ahora, esa niña está predestinada a vivir en la más absoluta de las soledades, igual que yo.
-¿Por qué le hemos matado?- Lanzo la pregunta al aire con cierto rencor hacia la vampiresa. Ellos eran unos bandidos y unos violadores, pero también eran padres, por lo menos uno de ellos. –¡No tenías derecho a matarles!- Si ella no hubiera aparecido no hubiera hecho el menor caso a los bandidos. Era su culpa no la mía. -¿¡Por qué lo hiciste?!- Pregunto a pesar de saber perfectamente la respuesta.
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Re: Cena fácil [libre][CERRADO]
Hacía un rato que había dejado de prestarle atención, hasta que pudo oir aquellas palabras, mas que por lo que dijo fue por como lo dijo. La joven se volteó hacia el con rostro serio y le dedicó la mas fría de sus miradas. Le estaba culpando a ella de matarlos, ella que solo necesitaba matar a uno por supervivencia, que habría huido antes de que los otros dos pudiesen alcanzarla, habiendo disparado la flecha el, y habiéndole ofrecido al otro para que esta se alimentara.
Aquello la enfureció de sobremanera, por lo que se acercó al elfo y lo encaró para ponerlo en su sitio con tono duro - ¿Y me lo preguntas a mi? Yo solo necesitaba alimentarme, de uno, tu mataste al otro y después pensabas dejar al otro vivo para que yo me alimentase de e y lo matase. Como ya te he explicado, no tenía ninguna necesidad de matar a nadie mas. - Su mirada era fría, no le gustaba que la tratasen así.
Algo llamó la atención de la joven, algo en la mano del elfo que sabía a ciencia cierta que no era suyo, demasiado ostentoso para pertenecerle a el. Con un gesto rápido se lo arrebató y lo examino. El reloj tenía u grabado, el cual arrancó una cínica sonrisa de sus labios.
- Me pregunto a quien se lo robó este desgraciado...y de ser suyo, que hacía aquí robando o haciendo cosas peores, en lugar de estar con su hija- El asco que aquel ser había despertado en ella afloró en su cara, arrugando la nariz y haciendo una extraña mueca con la boca. Le tendió el reloj de nuevo al elfo, con asco, como si no quisiese que ese objeto pasase mas tiempo en contacto con ella.
- No tenía derecho a matarles...- se carcajeo de aquella frase - Me debo a mi supervivencia, matar un humano de vez en cuando me mantiene viva, no me verás matando mujeres o niños, ni atacar a ancianos o enfermos, pero a aquellos que no temen en herir a otros no tengo reparos en desangrarlos.- Le dio la espalda al elfo y miró los cuerpos ya sin vida.
-Si no hubieses aparecido, no habría habido daños colaterales. No busques culpar a otros, solo los desgraciados lo hacen.
Aquello la enfureció de sobremanera, por lo que se acercó al elfo y lo encaró para ponerlo en su sitio con tono duro - ¿Y me lo preguntas a mi? Yo solo necesitaba alimentarme, de uno, tu mataste al otro y después pensabas dejar al otro vivo para que yo me alimentase de e y lo matase. Como ya te he explicado, no tenía ninguna necesidad de matar a nadie mas. - Su mirada era fría, no le gustaba que la tratasen así.
Algo llamó la atención de la joven, algo en la mano del elfo que sabía a ciencia cierta que no era suyo, demasiado ostentoso para pertenecerle a el. Con un gesto rápido se lo arrebató y lo examino. El reloj tenía u grabado, el cual arrancó una cínica sonrisa de sus labios.
- Me pregunto a quien se lo robó este desgraciado...y de ser suyo, que hacía aquí robando o haciendo cosas peores, en lugar de estar con su hija- El asco que aquel ser había despertado en ella afloró en su cara, arrugando la nariz y haciendo una extraña mueca con la boca. Le tendió el reloj de nuevo al elfo, con asco, como si no quisiese que ese objeto pasase mas tiempo en contacto con ella.
- No tenía derecho a matarles...- se carcajeo de aquella frase - Me debo a mi supervivencia, matar un humano de vez en cuando me mantiene viva, no me verás matando mujeres o niños, ni atacar a ancianos o enfermos, pero a aquellos que no temen en herir a otros no tengo reparos en desangrarlos.- Le dio la espalda al elfo y miró los cuerpos ya sin vida.
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Re: Cena fácil [libre][CERRADO]
Realmente si había ido hasta aquellas tierras, había sido por una única razón. Conocer la tierra del a que, según tenía entendido, procedía Wallace. Quería conocer todo aquel lugar, en el que imagine que habría gran cantidad de magia rebosando por cada rincón. Desde Lunargenta había tomado un barco en dirección a las islas Illidenses. Después de haber pasado por varias situaciones de lo más nuevas para mí, estando con Wallace había descubierto lo que era la magia. Tiempo atrás, había llegado a asistir a una fiesta en el castillo, viendo que había criaturas que jamás había imaginado que existirían. Y mis ansias por explorar el mundo, no habían hecho más que avivarse. Había sido previamente informada en la ciudad, de que un barco partiría hacia aquellas tierras, y por un precio no mu exagerado. Aquello había sido el detonante en mi decisión, tomando parte de las monedas con las que contaba en aquel momento, y decidiéndome finalmente por viajar.
No sabía realmente si Wallace pertenecía a aquellas tierras, pero sí que sabía que en ellas se encontraba aquella ciudad cuyo nombre siempre erraba. Beltrexus, pero al que siempre llamaba equivocadamente “Berberechus”. Al fin y al cabo Magabuzi, muchacha que había conocido durante mis primeros días en Lunargenta, me había hecho saber que marcharía hacia esa dirección, para explotar sus habilidades mágicas, ya que se suponía que en aquel lugar había gran cantidad de gente con el don. Y tal y como dije, aquello era totalmente nuevo para mí, y no quería más que “conocer”. Al fin y al cabo había sido una de las razones por las cuales en el pasado había acabado decidiendo marcharme de mi casa para recorrer el mundo, allá hacia donde el destino me condujera. Y en aquel momento, mi destino me había conducido hasta las islas illidenses. No era debido a que envidara el don con el que Wallace y muchas otras personas contaban, era pura y únicamente para descubrir más sobre ese don, y saber que criaturas aguardaban más allá del mar.
El trayecto había sido duro, pues la tormenta nos había tomado desprevenidos durante el viaje, y las velas del navío habían quedado completamente destruidas, por lo que tuvieron que construir unas nuevas en mitad del viaje. Aquello nos retrasó mucho más de lo esperado, pero una vez las nuevas velas fueron alzadas, el viaje transcurrió sereno y agradable. Una vez llegamos, el navío se quedó en la costa del fragmento de tierra más amplio que formaba parte de las islas illidenses. Una vez allí, trate de familiarizarme con el entorno. En un primer momento, no me pareció demasiado distinto a lo que ya había visto en el pasado, pero la gente, la gente sí que era distinta. Había visto gente de razas que tan solo había llegado a ver, tal vez, en aquella fiesta que había sido organizada en la ciudad de Lunargenta. Conocí a un tal Larguth, que me acompaño por aquellas tierras, guiándome y hablándome brevemente de ellas, al menos cuanto sabia. Llegamos hasta un amplio bosque, que e apariencia debía ser realmente extensa. Allí finalizaba la ayuda de Larguth, como mi guía en aquellas tierras todavía desconocidas para mí.
—Fin del trayecto, me temo —había dicho el hombre que me había conducido hasta aquella zona—. Espero que te lleves una buena impresión de este lugar. Tus monedas no me han venido nada mal, debo decir —me sonrió y se dispuso a marcharse.
Así pues baje de la montura en la que había estado cabalgando Larguth, conmigo justo detrás de él, y empecé a andar entre los árboles, observando el entorno con curiosidad. En la península todavía no había visto un bosque tan grande, tan “vivo”. Pero me retuve en el momento en el que vislumbre unos cuerpos tendidos en el suelo, muertos. Y justo al lado de estos cuerpos, dos personas. Pensé que serían asesinos, humanos ladrones o bandidos que moraban por aquel bosque asaltando a cualquier pobre individuo que en su mala fortuna se hubiera cruzado por su camino. Me mantuve detrás de un árbol, observándolos, parecía que estaban discutiendo por alguna razón.
No sabía realmente si Wallace pertenecía a aquellas tierras, pero sí que sabía que en ellas se encontraba aquella ciudad cuyo nombre siempre erraba. Beltrexus, pero al que siempre llamaba equivocadamente “Berberechus”. Al fin y al cabo Magabuzi, muchacha que había conocido durante mis primeros días en Lunargenta, me había hecho saber que marcharía hacia esa dirección, para explotar sus habilidades mágicas, ya que se suponía que en aquel lugar había gran cantidad de gente con el don. Y tal y como dije, aquello era totalmente nuevo para mí, y no quería más que “conocer”. Al fin y al cabo había sido una de las razones por las cuales en el pasado había acabado decidiendo marcharme de mi casa para recorrer el mundo, allá hacia donde el destino me condujera. Y en aquel momento, mi destino me había conducido hasta las islas illidenses. No era debido a que envidara el don con el que Wallace y muchas otras personas contaban, era pura y únicamente para descubrir más sobre ese don, y saber que criaturas aguardaban más allá del mar.
El trayecto había sido duro, pues la tormenta nos había tomado desprevenidos durante el viaje, y las velas del navío habían quedado completamente destruidas, por lo que tuvieron que construir unas nuevas en mitad del viaje. Aquello nos retrasó mucho más de lo esperado, pero una vez las nuevas velas fueron alzadas, el viaje transcurrió sereno y agradable. Una vez llegamos, el navío se quedó en la costa del fragmento de tierra más amplio que formaba parte de las islas illidenses. Una vez allí, trate de familiarizarme con el entorno. En un primer momento, no me pareció demasiado distinto a lo que ya había visto en el pasado, pero la gente, la gente sí que era distinta. Había visto gente de razas que tan solo había llegado a ver, tal vez, en aquella fiesta que había sido organizada en la ciudad de Lunargenta. Conocí a un tal Larguth, que me acompaño por aquellas tierras, guiándome y hablándome brevemente de ellas, al menos cuanto sabia. Llegamos hasta un amplio bosque, que e apariencia debía ser realmente extensa. Allí finalizaba la ayuda de Larguth, como mi guía en aquellas tierras todavía desconocidas para mí.
—Fin del trayecto, me temo —había dicho el hombre que me había conducido hasta aquella zona—. Espero que te lleves una buena impresión de este lugar. Tus monedas no me han venido nada mal, debo decir —me sonrió y se dispuso a marcharse.
Así pues baje de la montura en la que había estado cabalgando Larguth, conmigo justo detrás de él, y empecé a andar entre los árboles, observando el entorno con curiosidad. En la península todavía no había visto un bosque tan grande, tan “vivo”. Pero me retuve en el momento en el que vislumbre unos cuerpos tendidos en el suelo, muertos. Y justo al lado de estos cuerpos, dos personas. Pensé que serían asesinos, humanos ladrones o bandidos que moraban por aquel bosque asaltando a cualquier pobre individuo que en su mala fortuna se hubiera cruzado por su camino. Me mantuve detrás de un árbol, observándolos, parecía que estaban discutiendo por alguna razón.
Karalynn Fjelstad
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Re: Cena fácil [libre][CERRADO]
Mi paso por Lunargenta había sido bastante breve, apenas me había servido para ganar algunos aeros, que a fin de cuentas no me servían de mucho, dormía en cualquier rincón y la comida caminaba siempre hacia mí, tomaba lo necesario sin llamar la atención, de ayudar al chico en Ulmer había conseguido un pequeño peluche de pulpo que traía colgado de la cintura, intentaba ocultarlo con mi camisa negra, a fin de cuentas, un malvado vampiro con un peluche colgado en su cintura no era algo que fuera a inspirar mucho respeto, sin embargo, ahí estaba, gracias a un hombre al que ayudé, y no porque quisiera hacerlo, había conseguido un pasaje en barco, y ningún lugar sería mejor que un bosque donde se respiraba magia, y no es que me agradara estar rodeado de brujos, pero si mi pequeña Magazubi había decidido dejar nuestro bosque y viajar a algún lugar, sin duda alguna sería el bosque de las Islas Liliputenses, nunca podía recordar ese gracioso nombre, el viaje en barco fue bastante desastroso, aunque con la suerte que me acompaña, estaba acostumbrado a ese tipo de eventos desafortunados, seguramente era mi mala suerte la que perjudicaba a todos, si me echaban al agua, saldría un gran pez a tragarme, y luego me vomitaría por indigestión, luego de andar a la deriva durante un rato, lograron improvisar unas velas temporales que apenas sirvieron para llegar a tierra, entre los pasajeros, había mucho bicho raro, incluyéndome, supongo.
Apenas tocamos tierra salté al puerto y me adentré en la ciudad, debía llegar al bosque, si tenía suerte, lograría ver a mi pequeña princesa, al menos de lejos, sin que notara que yo estaba ahí, no quería ponerla en peligro de ninguna manera, así que sería una visita secreta.
Me adentré en el bosque, mi paso por Beltrexus fue completamente efímero y fugaz, este lugar me traía pésimos recuerdos, así que entre menos tiempo estuviera ahí, mejor sería, el frondoso bosque parecía aguardar mi llegada, a pesar del tiempo muchas cosas permanecían justo como las recordaba, y la noche susurraba en silencio suaves tonadas de recuerdos amargos.
Caminaba sigilosamente como de costumbre, con esa absurda paranoia de que me estaban observando, me detuve un instante y logré escuchar una tenue conversación, intenté acercarme un poco más y logré ver a lo lejos a un par de individuos que parecían discutir, junto a ellos, algunos cuerpos tendidos en el piso daban evidencia de alguna batalla, bastante breve por cierto, pero de golpes y aciertos muy efectivos, en este lugar plagado de brujos, lo mejor era mantenerme sin ser visto, por lo que intenté rodearlos sin que llegaran a notar mi presencia, caminaba a escondidas, en completo silencio manteniendo la vista en aquellos dos sujetos que discutían cuando de pronto mi mano derecha, que iba delante para evitar estrellarme contra algo, acabó posada en una superficie suave, demasiado suave como para ser un árbol, giré mi cara para ver lo que era y vi con espanto que mi mano se había posado justo en el pecho de aquella joven rubia, retiré la mano de prisa y di un par de pasos hacia atrás tropezando con una rama y cayendo de bruces sobre un pequeño charco de donde habían salido huyendo todo tipo de pequeños y babosos animalitos, intenté levantarme de prisa pero mi cabeza fue directo a otra rama que acabó por romperse, a estas alturas, había hecho suficiente ruido como para que me escucharan incluso en el poblado abandonado, así que todo intento de sigilo era en vano, seguramente me habían descubierto no solo a mí, sino también a la rubia de pechos suaves...
Apenas tocamos tierra salté al puerto y me adentré en la ciudad, debía llegar al bosque, si tenía suerte, lograría ver a mi pequeña princesa, al menos de lejos, sin que notara que yo estaba ahí, no quería ponerla en peligro de ninguna manera, así que sería una visita secreta.
Me adentré en el bosque, mi paso por Beltrexus fue completamente efímero y fugaz, este lugar me traía pésimos recuerdos, así que entre menos tiempo estuviera ahí, mejor sería, el frondoso bosque parecía aguardar mi llegada, a pesar del tiempo muchas cosas permanecían justo como las recordaba, y la noche susurraba en silencio suaves tonadas de recuerdos amargos.
Caminaba sigilosamente como de costumbre, con esa absurda paranoia de que me estaban observando, me detuve un instante y logré escuchar una tenue conversación, intenté acercarme un poco más y logré ver a lo lejos a un par de individuos que parecían discutir, junto a ellos, algunos cuerpos tendidos en el piso daban evidencia de alguna batalla, bastante breve por cierto, pero de golpes y aciertos muy efectivos, en este lugar plagado de brujos, lo mejor era mantenerme sin ser visto, por lo que intenté rodearlos sin que llegaran a notar mi presencia, caminaba a escondidas, en completo silencio manteniendo la vista en aquellos dos sujetos que discutían cuando de pronto mi mano derecha, que iba delante para evitar estrellarme contra algo, acabó posada en una superficie suave, demasiado suave como para ser un árbol, giré mi cara para ver lo que era y vi con espanto que mi mano se había posado justo en el pecho de aquella joven rubia, retiré la mano de prisa y di un par de pasos hacia atrás tropezando con una rama y cayendo de bruces sobre un pequeño charco de donde habían salido huyendo todo tipo de pequeños y babosos animalitos, intenté levantarme de prisa pero mi cabeza fue directo a otra rama que acabó por romperse, a estas alturas, había hecho suficiente ruido como para que me escucharan incluso en el poblado abandonado, así que todo intento de sigilo era en vano, seguramente me habían descubierto no solo a mí, sino también a la rubia de pechos suaves...
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Última edición por Bio el Vie 6 Mar 2015 - 19:14, editado 5 veces
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Re: Cena fácil [libre][CERRADO]
Estando centrada en averiguar los motivos de la disputa que estaban teniendo aquellos individuos, no dejé de preguntarme por qué habrían acabado con aquellas personas que ahora reposaban sobre el suelo, como cuerpos vacíos de emociones, completamente muertos. No estaba nerviosa, sin embargo… Si había sobrevivido a lo que me había envuelto en la mina cuando había marchado allí junto con Wallace, aquí no tenía por qué sucederme nada.
Pero aun así, sentía una sensación extraña, como una señal de alerta que provenía de mi propio ser. Permanecí allí, escondida justo detrás del árbol y continué observándolos. Pero se movían, y cambiaron de posición, perdiéndose para mi vista. Así que me acerqué un poco más, tratando de andar con pasos lentos y silenciosos, para no llamarles la atención. Al fin y al cabo, no quería incluirme en aquella disputa entre ambos, o verme envuelta en cualquier conflicto nada más pisara aquellas tierras que todavía me eran desconocidas.
Escuché unos pasos en la cercanía, alguien más había, a parte de aquellos dos. Aunque no supe muy bien de dónde procedían aquellas pisadas, y solo las sentí por un momento. Volví la vista nuevamente a los dos individuos que había encontrado en un principio y me quedé mirándolos con completo detenimiento. Había algo en la chica que me resultaba extraño, algo no estaba bien en ella… Y antes de que pudiera parar y pensar en qué de ella me provocaba aquel pensamiento, noté cómo una mano se posaba sobre mi pecho. En una situación normal habría reaccionado inmediatamente con un escándalo incomparable, pero fue la perplejidad la que hizo que mirase al individuo de quien procedía aquella mano, y lo observara con incomprensión. Luego, de repente, pegó un bote y cayó sobre un charco, causando un gran ruido. Si todavía yo pretendía pasar desapercibida ante los dos que habían estado discutiendo durante mi llegada, ya podía olvidarme de toda discreción. Una vez vi cómo aquel hombre cayó al charco, pensé en la situación. Me acababa de tocar un pecho. ¡¡Me acababa de tocar un pecho!! De repente olvidé a los otros dos por completo, y me centré en eso.
-¡¿Pero quién te crees que eres?! -grité con furia-. ¡¿Quién te ha dado permiso alguno de tocar esto?! -grité mucho más alto aun. Toda discreción, había ya desaparecido más que por completo, si eso era posible-. ¡¡Agradece que estoy cansada por el viaje, de lo contrario te molería a hachazos!!
Fruncí el ceño, y mostré una clara expresión de pura furia.
Pero aun así, sentía una sensación extraña, como una señal de alerta que provenía de mi propio ser. Permanecí allí, escondida justo detrás del árbol y continué observándolos. Pero se movían, y cambiaron de posición, perdiéndose para mi vista. Así que me acerqué un poco más, tratando de andar con pasos lentos y silenciosos, para no llamarles la atención. Al fin y al cabo, no quería incluirme en aquella disputa entre ambos, o verme envuelta en cualquier conflicto nada más pisara aquellas tierras que todavía me eran desconocidas.
Escuché unos pasos en la cercanía, alguien más había, a parte de aquellos dos. Aunque no supe muy bien de dónde procedían aquellas pisadas, y solo las sentí por un momento. Volví la vista nuevamente a los dos individuos que había encontrado en un principio y me quedé mirándolos con completo detenimiento. Había algo en la chica que me resultaba extraño, algo no estaba bien en ella… Y antes de que pudiera parar y pensar en qué de ella me provocaba aquel pensamiento, noté cómo una mano se posaba sobre mi pecho. En una situación normal habría reaccionado inmediatamente con un escándalo incomparable, pero fue la perplejidad la que hizo que mirase al individuo de quien procedía aquella mano, y lo observara con incomprensión. Luego, de repente, pegó un bote y cayó sobre un charco, causando un gran ruido. Si todavía yo pretendía pasar desapercibida ante los dos que habían estado discutiendo durante mi llegada, ya podía olvidarme de toda discreción. Una vez vi cómo aquel hombre cayó al charco, pensé en la situación. Me acababa de tocar un pecho. ¡¡Me acababa de tocar un pecho!! De repente olvidé a los otros dos por completo, y me centré en eso.
-¡¿Pero quién te crees que eres?! -grité con furia-. ¡¿Quién te ha dado permiso alguno de tocar esto?! -grité mucho más alto aun. Toda discreción, había ya desaparecido más que por completo, si eso era posible-. ¡¡Agradece que estoy cansada por el viaje, de lo contrario te molería a hachazos!!
Fruncí el ceño, y mostré una clara expresión de pura furia.
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Re: Cena fácil [libre][CERRADO]
Está mintiendo. La muerte de esas personas es cosa de ella. Si no fuera por mí ahora mismo la estarían violando entre los tres a la vez. Bueno, eso sería lo que ocurriría si ella fuera la dulce humana que aparenta ser. Lo que en verdad ocurriría es que la mataran justo en el momento en que mató al primer humano. De todas formas, esos hombres eran padres, tenían familia, gente que al encontrarlos muertos la mañana siguiente lloraran su perdida. Y todo por su culpa, no la mía. No debí menospreciar las viejas leyendas, ellas nunca mienten. A veces exageran, pero no mienten.
-Mientes. Si yo no hubiera aparecido tú serias la muerta.- Digo con rabia. - Devuélvemelo, no te pertenece.- Le digo arrancándole el reloj de entre sus manos. –Se lo devolveré a su familia.- Hablo con total seguridad pese a no tener ni la menor idea por dónde empezar a buscar a su hija.
De entre los árboles se oye el sonido de alguien cayéndose. Sea quién sea nos está espiando. Me giro rápidamente hacia donde había escuchado el sonido y cargo una flecha en el carcaj. Estoy a punto de disparar, pero no lo hago por miedo a que sea otro de esos hombres. De ser así le explicaré que todo fue culpa de la vampiresa, y como prueba le enseñaré el reloj que todavía sostengo en la mano al mismo tiempo que sostengo a Vientoatroz. Por un lado, me incomoda dejar a la vampira a mi espalda, pero por otro temo que el peligro que nos guarde de entre los árboles sea peor.
–Muéstrate.- Digo en voz alta esperando a que quien nos esté espiando de la cara.
No tengo que esperar demasiado, pues prácticamente al momento se oye la respuesta a gritos de una joven mujer. No hay que ser un genio para saber que está furiosa. Habla de no tocar cierta cosa, está enfadada por eso. ¿Habla del reloj? No puede ser otra cosa. Nervioso me pongo en la peor situación. Me imagino que la joven es la hija del hombre que acababa de matar que está buscando venganza. - ¡Muéstrate primero y te daré el reloj! Antes no.- A pesar de estar nervioso hablo con total seguridad sin temblar lo más mínimo. Como arquero, tuve que aprender al largo de los años, que mi vida depende de la firmeza de mis manos y de la certeza de mis tiros.
-Mientes. Si yo no hubiera aparecido tú serias la muerta.- Digo con rabia. - Devuélvemelo, no te pertenece.- Le digo arrancándole el reloj de entre sus manos. –Se lo devolveré a su familia.- Hablo con total seguridad pese a no tener ni la menor idea por dónde empezar a buscar a su hija.
De entre los árboles se oye el sonido de alguien cayéndose. Sea quién sea nos está espiando. Me giro rápidamente hacia donde había escuchado el sonido y cargo una flecha en el carcaj. Estoy a punto de disparar, pero no lo hago por miedo a que sea otro de esos hombres. De ser así le explicaré que todo fue culpa de la vampiresa, y como prueba le enseñaré el reloj que todavía sostengo en la mano al mismo tiempo que sostengo a Vientoatroz. Por un lado, me incomoda dejar a la vampira a mi espalda, pero por otro temo que el peligro que nos guarde de entre los árboles sea peor.
–Muéstrate.- Digo en voz alta esperando a que quien nos esté espiando de la cara.
No tengo que esperar demasiado, pues prácticamente al momento se oye la respuesta a gritos de una joven mujer. No hay que ser un genio para saber que está furiosa. Habla de no tocar cierta cosa, está enfadada por eso. ¿Habla del reloj? No puede ser otra cosa. Nervioso me pongo en la peor situación. Me imagino que la joven es la hija del hombre que acababa de matar que está buscando venganza. - ¡Muéstrate primero y te daré el reloj! Antes no.- A pesar de estar nervioso hablo con total seguridad sin temblar lo más mínimo. Como arquero, tuve que aprender al largo de los años, que mi vida depende de la firmeza de mis manos y de la certeza de mis tiros.
Última edición por Sarez el Dom 8 Mar 2015 - 14:49, editado 1 vez
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Re: Cena fácil [libre][CERRADO]
Apretó los dientes cuando este le arrebató el reloj de malas maneras y lo fulminó con la mirada, ¿pero quien se creía que era? ¿acaso sabía con quien hablaba? Trató de hablar tranquila, pero las palabras salían a todo volumen de su boca sin freno ni vergüenza.
-¿Muerta? - Se carcajeó a todo volumen - Soy mas rápida y fuerte que ellos, ya diferencia de ellos, yo me muevo en las sombras, terreno que desconocen. Me dan la risa los estúpidos que como tu se piensan que metiéndose donde no les llaman hacen bien a alguien- La parte de devolver el reloj la hizo reirse aún mas, con malicia y disfrutando - ¿Si? ¿Vas a devolvérselo? A quien! Seguramente fuese robado, y unos hombres así no se merecen una familia, o mejor, una familia no se merece un lastre así.
Aquel maldito abraza árboles cada vez la enfurecía mas. Pero un extraño sonido la sacó de su enfado, librando a este de una posible pelea. El grito de una mujer furiosa venía de entre los árboles, cerca, por lo que supuso habría mas asaltantes. Podía estar en peligro, y ese tipo de gente no le gustaba. Así que, desenfundando la daga de su bota y sosteniendo con la otra mano dos cuchillos arrojadizos, se volvió hacia los árboles avanzando e ignorando al elfo.
- Serás idiota...¿a quien pretendes dar nada? - Le espetó al elfo sin dignarse a mirarlo.
- Seas quien seas, si estas causando problemas a la joven te mataré- dijo mostrando una feroz sonrisa que dejaba ver sus colmillos. Aquel estúpido la había sacado de sus casillas, y ahora pensaba apaciguarse con cualquiera que viese hacer mal.
-¿Muerta? - Se carcajeó a todo volumen - Soy mas rápida y fuerte que ellos, ya diferencia de ellos, yo me muevo en las sombras, terreno que desconocen. Me dan la risa los estúpidos que como tu se piensan que metiéndose donde no les llaman hacen bien a alguien- La parte de devolver el reloj la hizo reirse aún mas, con malicia y disfrutando - ¿Si? ¿Vas a devolvérselo? A quien! Seguramente fuese robado, y unos hombres así no se merecen una familia, o mejor, una familia no se merece un lastre así.
Aquel maldito abraza árboles cada vez la enfurecía mas. Pero un extraño sonido la sacó de su enfado, librando a este de una posible pelea. El grito de una mujer furiosa venía de entre los árboles, cerca, por lo que supuso habría mas asaltantes. Podía estar en peligro, y ese tipo de gente no le gustaba. Así que, desenfundando la daga de su bota y sosteniendo con la otra mano dos cuchillos arrojadizos, se volvió hacia los árboles avanzando e ignorando al elfo.
- Serás idiota...¿a quien pretendes dar nada? - Le espetó al elfo sin dignarse a mirarlo.
- Seas quien seas, si estas causando problemas a la joven te mataré- dijo mostrando una feroz sonrisa que dejaba ver sus colmillos. Aquel estúpido la había sacado de sus casillas, y ahora pensaba apaciguarse con cualquiera que viese hacer mal.
Lyemin
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Re: Cena fácil [libre][CERRADO]
La situación había resultado ser bastante embarazosa, habría preferido que mi mano cayera en cualquier otro lugar, pero no ahí, la pequeña joven, aunque no reaccinó al principio, había tenido una reacción tardía que había acabado con toda posibilidad de pasar inadvertido, su voz se hacía cada vez más fuerte mientras mi mirada dejaba de atenderla y se iba hacia un lado, a donde estaban los otros sujetos que entre mi apartosa caída y los gritos de la chica rubia, ya debían saber que andábamos por acá, sin embargo, no sabíamos sus intenciones, o al menos, yo no las sabía, la chica vociferaba su enojo casi a gritos mientras yo intentaba hacerle señales con mi mano para que bajara la voz pero todo intento resultaba ser en vano - ¡¡Agradece que estoy cansada por el viaje, de lo contrario te molería a hachazos!! - fue lo último que le oí decir antes de hastiarme y decirle - ya, disculpa, ahora cállate o harás que nos maten - al parecer, esto podría hacerla enojar más aún, pero me estaba desesperando, tampoco es que hubiera disfrutado tocarle nada, fue un mero accidente
Me agaché para acercarme entre los arbustos a los otros sujetos mientras los escuchaba seguir peleando, - ¡Muéstrate primero y te daré el reloj! Antes no.- Escuché decir al sujeto del arco, pero - (¿qué reloj? ¿De qué rayos habla?) - Pensaba, no entendía nada de lo que decía, seguro era algún tipo de enfermedad mental, los asesinos suelen padecer extrañas enfermedades mentales, pero esa otra chica con que andaba, por el carácter parecía ser su jefa, una jefa gruñona y loca - Seas quien seas, si estas causando problemas a la joven te mataré - tras dar un vistazo a la joven rubia y asegurarme de que se mantenía oculta, decidí levantarme con las manos en alto - Ya está, me han descubierto, he sido yo, no hay nadie más acá - Caminé un poco más hacia ellos manteniendo cierta distancia - Es que cuando me asusto grito como niña, es un mal de familia, supongo - Intentaba ocultar a la rubia para que pudiera mantenerse a salvo o huír en caso que estos dementes intentaran asesinarme, al menos podría detenerlos por unos instantes.
Observaba detalladamente a ambos personajes, pensaba en posibles maneras de evadirlos o en el peor de los casos, intentar neutralizarlos, aunque intentaba despistarlos aparentando ser solo algún hombrecito perdido en el bosque, habían acabado con aquellos sujetos que reposaban tirados en el piso, y no mostraban ni un rasguño, eso los hacía seres de cuidado, o tal vez eran simples bandidos, que encontraron cuerpos muertos y aprovechaban de saquearlos, ambas cosas eran posibles, así que era mejor actuar con precaución - Solo me he perdido, ¿pueden indicarme dónde estoy? - les dije mientras bajé lentamente mis manos hasta colocarlas a una corta distancia de las dagas que llevaba escondidas en la parte inferior de mi espalda, en caso de emergencia.
Me agaché para acercarme entre los arbustos a los otros sujetos mientras los escuchaba seguir peleando, - ¡Muéstrate primero y te daré el reloj! Antes no.- Escuché decir al sujeto del arco, pero - (¿qué reloj? ¿De qué rayos habla?) - Pensaba, no entendía nada de lo que decía, seguro era algún tipo de enfermedad mental, los asesinos suelen padecer extrañas enfermedades mentales, pero esa otra chica con que andaba, por el carácter parecía ser su jefa, una jefa gruñona y loca - Seas quien seas, si estas causando problemas a la joven te mataré - tras dar un vistazo a la joven rubia y asegurarme de que se mantenía oculta, decidí levantarme con las manos en alto - Ya está, me han descubierto, he sido yo, no hay nadie más acá - Caminé un poco más hacia ellos manteniendo cierta distancia - Es que cuando me asusto grito como niña, es un mal de familia, supongo - Intentaba ocultar a la rubia para que pudiera mantenerse a salvo o huír en caso que estos dementes intentaran asesinarme, al menos podría detenerlos por unos instantes.
Observaba detalladamente a ambos personajes, pensaba en posibles maneras de evadirlos o en el peor de los casos, intentar neutralizarlos, aunque intentaba despistarlos aparentando ser solo algún hombrecito perdido en el bosque, habían acabado con aquellos sujetos que reposaban tirados en el piso, y no mostraban ni un rasguño, eso los hacía seres de cuidado, o tal vez eran simples bandidos, que encontraron cuerpos muertos y aprovechaban de saquearlos, ambas cosas eran posibles, así que era mejor actuar con precaución - Solo me he perdido, ¿pueden indicarme dónde estoy? - les dije mientras bajé lentamente mis manos hasta colocarlas a una corta distancia de las dagas que llevaba escondidas en la parte inferior de mi espalda, en caso de emergencia.
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Re: Cena fácil [libre][CERRADO]
Me mantuve molesta, con la mirada firme y dura. No me había gustado lo más mínimo que aquel hombre desconocido hubiera hecho aquello. Podría haber tenido la mínima decencia de disculparse, pero no, además de causar ruido desde un principio -causa por la cual después no me importó hacer más ruido todavía a gritos, aunque en principio no me hubiera dado cuenta por centrarme en su ofensa-, me mandaba a callar y ni dejaba escapar un humilde “lo lamento”.
Después de mandarme a callar, quise decirle algo, pero teniendo presente que el muchacho probablemente permanecería en la cercanía un rato más, pensé más prudente dejar que lo mataran aquellos dos una vez interfiriera en la conversación que estaban manteniendo ambos. Y en el caso de que no le causaran ningún daño, ya le dispararía una flecha certera en el pecho. Sonreí ante aquel pensamiento, Wallace me había hecho entrega de aquel precioso arco y había confiado en que progresaría con el tiempo. Y ya lo había hecho, tras los primeros días de utilizarlo. Traté de sacudir entonces mis pensamientos, para evitar pensar en matar a nadie. Al fin y al cabo, lo que había hecho el chico, no era grave. No demasiado grave, por lo menos… Bueno, sentía que tenía bastante gravedad para mí, pero estaba segura de que a Wallace no le habría gustado que matase al primero que, por accidente o no, me tocase.
Los dos individuos que había más allá, mencionaron algo respecto a un reloj. Sinceramente, no comprendí en absoluto a qué se referían. Concretamente, fue el hombre, un muchacho de orejas alargadas, quien me ofreció entregar un reloj. Sonreí, pues no comprendía pero tan solo estaba ofreciendo algo, así por las buenas.
“Dile que te lo de” traté de decirle en un susurro al muchacho por quien en aquel momento sentía extrema furia. ¿Qué mejor forma de no meternos en problemas, que siguiendo la corriente? Era mejor recibir un reloj que nos ofrecían de buen grado, antes que salir y hacer saber que no hacíamos más que espiar…
Pero éste salió, mostrándose ante los otros dos desconocidos, y fingiendo que… mi grito procedía de él. Bueno, tuve que reconocer que aquel había sido un gesto amable, y en parte podría curar parte del mal causado. Sí, en efecto, para mí el hecho de que me tocase había sido un acto absoluto de deshonestidad y ofensa, y no tardaría en olvidarlo aun habiéndose tratado de un error. Pero aquel hecho, de descubrirse y hacerse pasar por mí, rebajó un poco mis ardientes humos. En ese momento, aproveché para moverme ágilmente entre los árboles, situándome en una zona distinta a aquella en la que el desconocido se hallaba, para observarlos con mayor atención. Tal vez lo mejor era distraerlos, atraer su atención de alguna forma, y así no harían daño al chico. Ya no quería causarle daño alguno al hombre que me había causado aquel momento tan embarazoso. Suficiente era que pagara ridiculizándose a sí mismo simulando que mi grito, claramente femenino, procedía de él. Así pues me situé algo más lejos, a unos metros de distancia. Vi una ardilla revolotear por los alrededores. Era bellísima, y tremendamente adorable. Tomé una flecha con mis manos y atravesé su carne, matándola al instante. Entonces tensé el arco con la flecha, que estaba clavada en la ardilla, y apunté. A lo mejor si veían una ardilla muerta volando, volverían la vista y el chico podría escapar. Aunque en parte, hice aquello solo por curiosidad, para ver qué reacción mostrarían.
Después de mandarme a callar, quise decirle algo, pero teniendo presente que el muchacho probablemente permanecería en la cercanía un rato más, pensé más prudente dejar que lo mataran aquellos dos una vez interfiriera en la conversación que estaban manteniendo ambos. Y en el caso de que no le causaran ningún daño, ya le dispararía una flecha certera en el pecho. Sonreí ante aquel pensamiento, Wallace me había hecho entrega de aquel precioso arco y había confiado en que progresaría con el tiempo. Y ya lo había hecho, tras los primeros días de utilizarlo. Traté de sacudir entonces mis pensamientos, para evitar pensar en matar a nadie. Al fin y al cabo, lo que había hecho el chico, no era grave. No demasiado grave, por lo menos… Bueno, sentía que tenía bastante gravedad para mí, pero estaba segura de que a Wallace no le habría gustado que matase al primero que, por accidente o no, me tocase.
Los dos individuos que había más allá, mencionaron algo respecto a un reloj. Sinceramente, no comprendí en absoluto a qué se referían. Concretamente, fue el hombre, un muchacho de orejas alargadas, quien me ofreció entregar un reloj. Sonreí, pues no comprendía pero tan solo estaba ofreciendo algo, así por las buenas.
“Dile que te lo de” traté de decirle en un susurro al muchacho por quien en aquel momento sentía extrema furia. ¿Qué mejor forma de no meternos en problemas, que siguiendo la corriente? Era mejor recibir un reloj que nos ofrecían de buen grado, antes que salir y hacer saber que no hacíamos más que espiar…
Pero éste salió, mostrándose ante los otros dos desconocidos, y fingiendo que… mi grito procedía de él. Bueno, tuve que reconocer que aquel había sido un gesto amable, y en parte podría curar parte del mal causado. Sí, en efecto, para mí el hecho de que me tocase había sido un acto absoluto de deshonestidad y ofensa, y no tardaría en olvidarlo aun habiéndose tratado de un error. Pero aquel hecho, de descubrirse y hacerse pasar por mí, rebajó un poco mis ardientes humos. En ese momento, aproveché para moverme ágilmente entre los árboles, situándome en una zona distinta a aquella en la que el desconocido se hallaba, para observarlos con mayor atención. Tal vez lo mejor era distraerlos, atraer su atención de alguna forma, y así no harían daño al chico. Ya no quería causarle daño alguno al hombre que me había causado aquel momento tan embarazoso. Suficiente era que pagara ridiculizándose a sí mismo simulando que mi grito, claramente femenino, procedía de él. Así pues me situé algo más lejos, a unos metros de distancia. Vi una ardilla revolotear por los alrededores. Era bellísima, y tremendamente adorable. Tomé una flecha con mis manos y atravesé su carne, matándola al instante. Entonces tensé el arco con la flecha, que estaba clavada en la ardilla, y apunté. A lo mejor si veían una ardilla muerta volando, volverían la vista y el chico podría escapar. Aunque en parte, hice aquello solo por curiosidad, para ver qué reacción mostrarían.
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Re: Cena fácil [libre][CERRADO]
Ignoro por completo a la vampiresa, lo que no quiere decir que no la esté escuchando, solo que prefiero no hacerlo. No es nada agradable tener a mi espalda una vampira insultándome mientras una mujer escondida entre unos matorrales me amenaza con su hacha. Sigo con la flecha tensada en el arco ojo avizor a cualquier peligro que pueda suceder. Tengo fe de que, sea quien sea esa mujer, por mucho que nos amenaza, no nos matará. Ya podríamos estar muerto desde hace rato. Con los gritos que pega la vampira no dudo que cualquier criatura con una pizca de oído nos ha escuchado discutir. Un ataque sorpresa siempre es la mejor para matar a alguien por la espalda. Nos podría haber matado igual que, por desgracia, yo maté a su padre solo por salvar a lo que parecía una inocente muchacha; vista más de cerca es de todo menos inocente.
Entre los arbusto no es una mujer lo que al final aparece, es un hombre, y tampoco tiene un hacha en sus manos más, lo que tiene una especie de peluche de pulpo o calamar de color rosa. -¿Qué clase de broma es está?- Pregunto en voz alta sin esperar ninguna respuesta. No me creo ni una sola palabra de la que está diciendo el extraño hombre. Creo que me puedo fiar más de la vampiresa que de él. –No.- Le contesto de manera tosca.
La situación se ha vuelto demasiado absurda y cada vez va a peor. Lo veo venir. ¿Por qué al principio nos amenaza con matarnos y luego nos pide ayuda? No tiene sentido. No me gusta. Con una mano, tenso todo lo que puedo la flecha, parece que podría estallar en cualquier momento; mientras con la otra mano sujeto con fuerza el arco y la cadena del reloj. –Es una trampa.- Digo en voz baja para asegurarme que solo me oiga la vampiresa. –No está solo.- Tan solo es una sospecha, sin embargo lo digo seguro de mí mismo como si la sola presencia de aquel extraño sea motivo suficiente para poder demostrar que todo es una trampa.
Entre los arbusto no es una mujer lo que al final aparece, es un hombre, y tampoco tiene un hacha en sus manos más, lo que tiene una especie de peluche de pulpo o calamar de color rosa. -¿Qué clase de broma es está?- Pregunto en voz alta sin esperar ninguna respuesta. No me creo ni una sola palabra de la que está diciendo el extraño hombre. Creo que me puedo fiar más de la vampiresa que de él. –No.- Le contesto de manera tosca.
La situación se ha vuelto demasiado absurda y cada vez va a peor. Lo veo venir. ¿Por qué al principio nos amenaza con matarnos y luego nos pide ayuda? No tiene sentido. No me gusta. Con una mano, tenso todo lo que puedo la flecha, parece que podría estallar en cualquier momento; mientras con la otra mano sujeto con fuerza el arco y la cadena del reloj. –Es una trampa.- Digo en voz baja para asegurarme que solo me oiga la vampiresa. –No está solo.- Tan solo es una sospecha, sin embargo lo digo seguro de mí mismo como si la sola presencia de aquel extraño sea motivo suficiente para poder demostrar que todo es una trampa.
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Re: Cena fácil [libre][CERRADO]
La vampira no podía creer lo que ocurría, ¿acaso habían sacado a pasear a todos los locos por el mismo bosque a la misma hora? Tuvo que reprimir el darse de cabezazos contra una pared exasperada cuando vio salir a aquel tipejo de entre los árboles. Lo peor es que podía olerle, olía su sangre que era casi idéntica a la suya propia, otro vampiro, y no creía que pudiese haber un vampiro mas patético. O era un chillón, o un pésimo mentiroso, negó con la cabeza mientras lo miraba con desdén antes de acercarse alo a el.
- Perdido vas a estar si te crees que me engañas- arrugó la nariz molesta mientras lo examinaba. No parecía una amenaza, he hecho estaba casi segura de poder darle una paliza, solo por ser así de molesto. El elfo se ponía cada vez mas tenso y ella cada vez mas cabreada por todo aquel lío.
"Si ese idiota no hubiese intervenido, habría cenado y me habría largado...ahora estoy rodeada de idiotas" pensó para si mientras suspiraba y miraba a la oscuridad en busca de alguien.
- Vale! Ya me harté de juegos! Sal y muele a hachazos al idiota este como dijiste- guardó su daga en la bota, mas seguía con otra en la mano por si acaso.
- Y tu! Abraza árboles!- gritó molesta dirigiéndose al elfo- Ya tienes nuevos amigos a los que molestar, así que me largo!- Y dicho esto, se encaminó hacia lo árboles, refunfuñando para si mientras se añejaba.
-Será tarado...si no hubiese molestado...¿quien se cree que es?...yo no necesito ayuda, ni tampoco ser juzgada- aquello le recordó algo que le había omitido antes al elfo, así que mientras se alejaba, se giró y con una maliciosa sonrisa le gritó - Ah! Buena suerte con ese vampiro - no sabía a cual de los dos había fastidiado mas revelándolo, pero le di igual, se carcajeó mientras se alejaba.
- Perdido vas a estar si te crees que me engañas- arrugó la nariz molesta mientras lo examinaba. No parecía una amenaza, he hecho estaba casi segura de poder darle una paliza, solo por ser así de molesto. El elfo se ponía cada vez mas tenso y ella cada vez mas cabreada por todo aquel lío.
"Si ese idiota no hubiese intervenido, habría cenado y me habría largado...ahora estoy rodeada de idiotas" pensó para si mientras suspiraba y miraba a la oscuridad en busca de alguien.
- Vale! Ya me harté de juegos! Sal y muele a hachazos al idiota este como dijiste- guardó su daga en la bota, mas seguía con otra en la mano por si acaso.
- Y tu! Abraza árboles!- gritó molesta dirigiéndose al elfo- Ya tienes nuevos amigos a los que molestar, así que me largo!- Y dicho esto, se encaminó hacia lo árboles, refunfuñando para si mientras se añejaba.
-Será tarado...si no hubiese molestado...¿quien se cree que es?...yo no necesito ayuda, ni tampoco ser juzgada- aquello le recordó algo que le había omitido antes al elfo, así que mientras se alejaba, se giró y con una maliciosa sonrisa le gritó - Ah! Buena suerte con ese vampiro - no sabía a cual de los dos había fastidiado mas revelándolo, pero le di igual, se carcajeó mientras se alejaba.
Lyemin
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Re: Cena fácil [libre][CERRADO]
En cuanto la mujer se marcho, salí de entre los arboles acercándome levemente a Bio . Le agradecí en un silenciosos susurro, y observe con detenimiento al otro hombre, que mantenía sobre sus manos un arco, preparado para disparar. Yo también tenia el mio, con una flecha en este y apuntándole. “Bueno , por lo menos han dejado de discutir” fue lo primero que pensé. Y aun estando en aquella posición tan hostil, no parecía que tuvieran la necesidad de atacarnos por ninguna razón.
- No queremos pelear -dije entonces-. Ni siquiera conozco a este -señale con el dedo a Bio-. Acabo de verlo por esta zona observando como tu y la otra mujer estabais discutiendo. Acabo de llegar a esta zona y lo primero que he visto ha sido a vosotros dos fraseos hostiles entre vosotros. Y … por cierto… pero que demonios… por que tus orejas son… -pregunte una vez pude observar con mas detenimiento al desconocido.
Continuaba teniendo mi arco en alto, con la flecha en este, preparada para disparar si este lo hacia. Un gesto tan sencillo como dejar escapar la flecha en el caso de que este hiciera lo mismo. Pese a que no llevaba mucho tiempo utilizando el arco, lo haría sin dudarlo si lo creía necesario, tal y como Wallace me había enseñado. Mi voz todavía era poco amable, algo grave -esto fue forzado, aunque apenas notable- y observaba al desconocido con el ceño fruncido.
- Quiero saber donde estoy -exigí en seguida-. Que lagar es este, y… qué eres tu. ¿Es este lugar Berberechus? -pregunte, haciendo referencia realmente a Beltrexus.
Volví la vista hacia Bio para saber que era lo que estaba haciendo el en aquel preciso instante, mientras yo trataba de dialogar pacíficamente con el desconocido. Esperaba que me respondiera. El guia con el que había marchado hasta aquel lugar, solamente me había hablado de la capital, así que era lo único que conocía de aquellas tierras.
- No queremos pelear -dije entonces-. Ni siquiera conozco a este -señale con el dedo a Bio-. Acabo de verlo por esta zona observando como tu y la otra mujer estabais discutiendo. Acabo de llegar a esta zona y lo primero que he visto ha sido a vosotros dos fraseos hostiles entre vosotros. Y … por cierto… pero que demonios… por que tus orejas son… -pregunte una vez pude observar con mas detenimiento al desconocido.
Continuaba teniendo mi arco en alto, con la flecha en este, preparada para disparar si este lo hacia. Un gesto tan sencillo como dejar escapar la flecha en el caso de que este hiciera lo mismo. Pese a que no llevaba mucho tiempo utilizando el arco, lo haría sin dudarlo si lo creía necesario, tal y como Wallace me había enseñado. Mi voz todavía era poco amable, algo grave -esto fue forzado, aunque apenas notable- y observaba al desconocido con el ceño fruncido.
- Quiero saber donde estoy -exigí en seguida-. Que lagar es este, y… qué eres tu. ¿Es este lugar Berberechus? -pregunte, haciendo referencia realmente a Beltrexus.
Volví la vista hacia Bio para saber que era lo que estaba haciendo el en aquel preciso instante, mientras yo trataba de dialogar pacíficamente con el desconocido. Esperaba que me respondiera. El guia con el que había marchado hasta aquel lugar, solamente me había hablado de la capital, así que era lo único que conocía de aquellas tierras.
Karalynn Fjelstad
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Re: Cena fácil [libre][CERRADO]
Por un instante habíamos quedado en silencio, hasta que el sujeto del arco rompió el inmutable silencio que nos arropaba - ¿Qué clase de broma es esta? - preguntó de forma hostil, y es que sí, en realidad, mi excusa había resultado muy poco creíble, yo jamás habría creído en semejante disparate, observé con detenimiento mi situación hasta darme cuenta que llevaba en la mano el ridículo peluche, por lo que en un suave movimiento lo llevé a mi cintura donde logré atarlo nuevamente, el sujeto parecía estar completamente confundido, incluso, perturbado, y eso no era nada bueno, si no se calmaba acabaría por dejar salir esa flecha que apenas lograba sujetar, por si la situación no fuera del todo extraña, algo en el cielo llamó mi atención unos segundos el aire fue atravesado por una... ¿Flecha? ¡¡No!, ¿una flecha con una ardilla? ¿En qué tipo de loca situación había terminado metido? - (Es el peluche, hay algo malo con ese peluche) - Pensé mientras veía la flecha que los otros, uno por asustado, y la otra por gruñona, no habían notado pasar... Por otro lado, la chica se acercaba de forma agresiva mientras comenzaba dejar salir su voz - Perdido vas a estar si te crees que me engañas- Exclamó con algo de ira en su mirada, tampoco parecía haberme creído, seguro era por el peluche, me daba muy mal aspecto - ¡Vale! ¡Ya me harté de juegos! Sal y muele a hachazos al idiota este como dijiste - Continuó hablando a gritos, sabía perfectamente que había una mujer ahí, pero, yo ya esperaba que hubiera huido y estuviera ya lejos de acá - ¡Y tu! ¡Abraza árboles!... ¡Ya tienes nuevos amigos a los que molestar, así que me largo! - No se llevaban nada bien al parecer - (¿Abraza árboles?) - Pensé mientras contenía la risa, no era momento para reír, pero la situación me presionaba constantemente a hacerlo, la chica con mal carácter dirigió unas palabras al sujeto del arco y luego se alejó lentamente como intentando escapar, no sin antes decir con malicia - ¡Ah! Buena suerte con ese vampiro - Su declaración, su molesta voz, su tono de malicia, todo, en conjunto, me había resultado realmente irritante, giré mi cara hacia ella con una mirada asesina capaz de incendiar todo el bosque, ¿Con qué derecho?, la situación se tornaría mucho más hostil, los vampiros no tenemos buena fama, y menos durante la noche, apreté los puños lleno de ira por lo molesta que me había resultado aquella declaración y volví mi vista al tipo extraño esperando su reacción ante esta revelación, seguro soltaría la flecha sin dudar, pensando que me lo iba a querer comer, porque todos imaginan que los vampiros somos solo máquinas de comer...
La tensión aumentaba drásticamente, estaba a punto de acudir a las dagas que llevaba en mi espalda para desarmar al sujeto cuando de pronto la voz de la chica rubia apareció cerca de mí - No queremos pelear - Volví mi vista hacia ella para ver como me señalaba manifestando no conocerme, aunque, parecía estar de mi lado, seguro su rostro sereno podría tranquilizar al - (Elfo, esa cosa es un elfo) - ahora podía entender lo de abrazar a los árboles - Es un elfo - Dije en voz baja mientras caminaba lentamente hacia la chica rubia - Por eso sus orejas son de esa forma - Expliqué en el mismo tono de voz baja sin quitar la vista del sujeto que en cualquier momento se iba a quedar sin fuerzas para sostener esa cuerda y acabaría por soltar la flecha causando un accidente - Y tú... - Continué hablando a la joven rubia - Deberías estar lejos ya, debías escapar - me ubiqué cerca de la chica para evitar que le sucediera algo en caso de que el elfo soltara la flecha por accidente, dado que obviamente no quería hacerlo, si lo quisiera, ya habría disparado - ¡¡Baja eso o vas a hacerte daño!! - Le dije al elfo cambiando mi actitud por una más seria, aunque sin llegar a ser hostil.
La tensión aumentaba drásticamente, estaba a punto de acudir a las dagas que llevaba en mi espalda para desarmar al sujeto cuando de pronto la voz de la chica rubia apareció cerca de mí - No queremos pelear - Volví mi vista hacia ella para ver como me señalaba manifestando no conocerme, aunque, parecía estar de mi lado, seguro su rostro sereno podría tranquilizar al - (Elfo, esa cosa es un elfo) - ahora podía entender lo de abrazar a los árboles - Es un elfo - Dije en voz baja mientras caminaba lentamente hacia la chica rubia - Por eso sus orejas son de esa forma - Expliqué en el mismo tono de voz baja sin quitar la vista del sujeto que en cualquier momento se iba a quedar sin fuerzas para sostener esa cuerda y acabaría por soltar la flecha causando un accidente - Y tú... - Continué hablando a la joven rubia - Deberías estar lejos ya, debías escapar - me ubiqué cerca de la chica para evitar que le sucediera algo en caso de que el elfo soltara la flecha por accidente, dado que obviamente no quería hacerlo, si lo quisiera, ya habría disparado - ¡¡Baja eso o vas a hacerte daño!! - Le dije al elfo cambiando mi actitud por una más seria, aunque sin llegar a ser hostil.
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Re: Cena fácil [libre][CERRADO]
La noche se está volviendo más loca por momentos. Intento recordar, paso a paso, cada movimiento que he hecho para llegar hasta tal punto. Yo. Que tan solo quería dormir plácidamente sobre la copa de algún abeto, ahora estoy rodeado de vampiros. Al final resulta que el hombre armado con su peluche rosa también es un vampiro. ¿Y quién sabe? Lo más probable es que la nueva joven que acaba de salir de su escondite también lo sea. Ahora entiendo eso de “nuevos amigos”, seguro que ella ha visto, olido o cualquier cosa que hagan los de su especie a mis “nuevos amigos”.
Todo se ha vuelto demasiado complicado. Cuando se va la vampira, la chica es quien habla primero. Pese a ir armada y estar apuntándome con su arco al igual que yo le apunto con Vientoatroz, habla de forma pausada y tranquila. Eso me gusta. Después de la discusión que acabada de tener con la vampiresa necesitaba algo así. Pensándolo bien ellas son totalmente opuestas, no solo físicamente, sino que también en la tonalidad de sus voces también.
La joven baja su arma con la intención de que yo también baje la mía. Sin embargo no podía está demasiado tensa. No puedo bajar el arco al suelo y soltar la flecha, debo disparar, de no ser así la sobretensión acumulada hará que me saqué un ojo con el retroceso de la cuerda. Por mucho que me duela aceptarlo, debo hacer caso al vampiro. Disparo mi flecha en la dirección en que se ha ido la vampiresa. Quisiera decir que he disparo a esa dirección como podría haber disparado en cualquier otra, pero en realidad, lo hice por vengarme de la vampiresa.
-No conozco ese lugar.- Contesto a la segunda pregunta de la joven. –En verdad, no conozco el nombre de ningún lugar. Pero se de una ciudad, no muy lejos de aquí. Y mis orejas son así porque soy un elfo.- Esta última frase la digo más lenta, de forma que cada palabra quede perfectamente detallada.
Todo se ha vuelto demasiado complicado. Cuando se va la vampira, la chica es quien habla primero. Pese a ir armada y estar apuntándome con su arco al igual que yo le apunto con Vientoatroz, habla de forma pausada y tranquila. Eso me gusta. Después de la discusión que acabada de tener con la vampiresa necesitaba algo así. Pensándolo bien ellas son totalmente opuestas, no solo físicamente, sino que también en la tonalidad de sus voces también.
La joven baja su arma con la intención de que yo también baje la mía. Sin embargo no podía está demasiado tensa. No puedo bajar el arco al suelo y soltar la flecha, debo disparar, de no ser así la sobretensión acumulada hará que me saqué un ojo con el retroceso de la cuerda. Por mucho que me duela aceptarlo, debo hacer caso al vampiro. Disparo mi flecha en la dirección en que se ha ido la vampiresa. Quisiera decir que he disparo a esa dirección como podría haber disparado en cualquier otra, pero en realidad, lo hice por vengarme de la vampiresa.
-No conozco ese lugar.- Contesto a la segunda pregunta de la joven. –En verdad, no conozco el nombre de ningún lugar. Pero se de una ciudad, no muy lejos de aquí. Y mis orejas son así porque soy un elfo.- Esta última frase la digo más lenta, de forma que cada palabra quede perfectamente detallada.
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Re: Cena fácil [libre][CERRADO]
Ya no prestaba atención, a medida que se alejaba las voces de la conversación se apagaban. Que si no eran de ahí, que si solo estaban de paso...bah. La vampira torció el gesto desagradada por la multitud que se había reunido en el bosque. No es que ella fuese mala ni los odiase...solo no acostumbraba a la compañía, y menos en tal cantidad o tan molesta como lo era el elfo.
Y hablando del elfo. Una flecha pasó silbando junto a ella, haciéndola detenerse en seco para ver como se clavaba en un árbol próximo. Apretó los dientes gruñendo y cerró los puños con fuerza. -Maldito bastardo....- Dijo dejando salir el aire entre sus dientes. A grandes zancadas, se acercó al árbol y tomó la flecha, y con el mismo tipo de pisada fuerte y rápida, se giró para caminar de nuevo hacia donde estos se encontraban, dirigiendo una mirada asesina al elfo hasta que lo tubo a menos de medio metro.
Tomó la flecha con ambas manos y la alzó ante los ojos del elfo, pártiendola en dos y tirando ambos fragmentos al suelo para después pisarlos. Igual estaba siendo descortés, pero en esos momentos no estaba para entablar conversación con los dos nuevos recien llegados. Solo quería hacer una cosa, y no se contuvo.
Con un gesto rápido y cargando todo su enfado, lanzó un puñetazo a la mandíbula del elfo, haciéndolo retroceder.
- Maldito imbecil!- fue todo lo que alcanzó a gritar. Respiró hondo, se sentía mejor incluso ahora que había descargado la rabia que ese elfo le despertaba. Aún respirando hondo se giró hacia los dos desconocidos. Con una sonrisa algo forzada, pero mas calmada que antes.
- Bueno, esta claro que ninguno sabemos donde estamos- Agitó un poco la mano dolorida por el golpe mientras hacía una mueca de dolor mirándola. - Pero si la ciudad esta cerca, os aconsejo ir sin el orejas - señaló al alfo, cada vez le tenía mas mania - Es muy problematico y molesto, y os meterá en lios como me ha hecho a mi. - Mientras hablaba los examinaba sin disimulo alguno. Al vampiro ya lo había visto antes, y mantenía su idea de que no era amenaza para ella, y la mujer...humana, olía su sangre. Lo poco que les había oido mientras e marchaba no parecía mentira, aún así alzo una ceja observándolos dudosa.
Y hablando del elfo. Una flecha pasó silbando junto a ella, haciéndola detenerse en seco para ver como se clavaba en un árbol próximo. Apretó los dientes gruñendo y cerró los puños con fuerza. -Maldito bastardo....- Dijo dejando salir el aire entre sus dientes. A grandes zancadas, se acercó al árbol y tomó la flecha, y con el mismo tipo de pisada fuerte y rápida, se giró para caminar de nuevo hacia donde estos se encontraban, dirigiendo una mirada asesina al elfo hasta que lo tubo a menos de medio metro.
Tomó la flecha con ambas manos y la alzó ante los ojos del elfo, pártiendola en dos y tirando ambos fragmentos al suelo para después pisarlos. Igual estaba siendo descortés, pero en esos momentos no estaba para entablar conversación con los dos nuevos recien llegados. Solo quería hacer una cosa, y no se contuvo.
Con un gesto rápido y cargando todo su enfado, lanzó un puñetazo a la mandíbula del elfo, haciéndolo retroceder.
- Maldito imbecil!- fue todo lo que alcanzó a gritar. Respiró hondo, se sentía mejor incluso ahora que había descargado la rabia que ese elfo le despertaba. Aún respirando hondo se giró hacia los dos desconocidos. Con una sonrisa algo forzada, pero mas calmada que antes.
- Bueno, esta claro que ninguno sabemos donde estamos- Agitó un poco la mano dolorida por el golpe mientras hacía una mueca de dolor mirándola. - Pero si la ciudad esta cerca, os aconsejo ir sin el orejas - señaló al alfo, cada vez le tenía mas mania - Es muy problematico y molesto, y os meterá en lios como me ha hecho a mi. - Mientras hablaba los examinaba sin disimulo alguno. Al vampiro ya lo había visto antes, y mantenía su idea de que no era amenaza para ella, y la mujer...humana, olía su sangre. Lo poco que les había oido mientras e marchaba no parecía mentira, aún así alzo una ceja observándolos dudosa.
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Re: Cena fácil [libre][CERRADO]
El elfo mantenía su flecha apuntando, aunque realmente no apuntaba a nadie, y era justo eso lo que me preocupaba, en cualquier momento la flecha saldría disparada hacia alguien, esperaba que no hacia mí, la tensión en el aire era demasiada, la vampiresa estaba realmente furiosa, tal vez dejarla ir habría sido lo mejor, pero no, el elfo comenzaba a resultar irritante hasta para mí, en cierto modo comprendía el odio que provocaba en aquella vampiresa, que de hecho, también me parecía bastante irritante, la expresión "suerte con ese vampiro", se mantenía resonando en mi mente como un eco perdido en el silencio, irritantes ambos, me mantenía esperando la menor oportunidad para desaparecer, ese no era un lugar seguro para nadie, esa flecha lo volvía demasiado inseguro.
No pasó mucho tiempo hasta que el elfo, intencionalmente o no, era lo de menos, dejó ir la flecha, el momento parecía ir en cámara lenta, aquella pequeña flecha surcar el aire hasta pasar cerca de la vampiresa y estrellarse contra el árbol, y luego, la reacción de ella ante dicha agresión, se le salía el odio por los poros, era demasiado evidente, se acercó de nuevo con tal furia que hice cuanto pude para apartarme de su camino, lo más lejos posible, el elfo apenas alcanzó a decir un par de cosas, que al igual que nosotros no sabía donde estaba, y que era un elfo, casi ni había terminado de hablar cuando la vampiresa terminó de llegar hasta él, la escena se volvía cada vez más tensa mientras yo daba pequeños pasos hacia la joven rubia y le daba pequeños empujonsitos dándole a entender que era el momento de escapar, ahora que estaban distraídos de nuevo, sin embargo, no pasó mucho tiempo hasta que la vampiresa volvió hacia nosotros, sin embargo, al parecer ahora toda su ira estaba dirigida y minuciosamente enfocada en el elfo, lo cual nos daba un poco de tranquilidad - Entiendo, ir sin el orejas - Respondí intentando no reírme para no entrar en conflicto con el elfo, pero manifestando cierta empatía con la vampiresa, el tipo era irritante, aunque ella también, y por otro lado, la rubia gritona, aunque estaba un poco más calmada era solo cuestión de tiempo antes que recordara lo que yo había hecho.
Me alejé lentamente de la rubia, entendiendo que ya la vampiresa no quería hacerle daño, y también porque mi instinto de supervivencia me decía que estar cerca de ella no era una buena idea, un paso tras otro me fui alejando lentamente esperando algún descuido de todos para poder huir de aquel horrible lugar lleno de personas extrañas...
No pasó mucho tiempo hasta que el elfo, intencionalmente o no, era lo de menos, dejó ir la flecha, el momento parecía ir en cámara lenta, aquella pequeña flecha surcar el aire hasta pasar cerca de la vampiresa y estrellarse contra el árbol, y luego, la reacción de ella ante dicha agresión, se le salía el odio por los poros, era demasiado evidente, se acercó de nuevo con tal furia que hice cuanto pude para apartarme de su camino, lo más lejos posible, el elfo apenas alcanzó a decir un par de cosas, que al igual que nosotros no sabía donde estaba, y que era un elfo, casi ni había terminado de hablar cuando la vampiresa terminó de llegar hasta él, la escena se volvía cada vez más tensa mientras yo daba pequeños pasos hacia la joven rubia y le daba pequeños empujonsitos dándole a entender que era el momento de escapar, ahora que estaban distraídos de nuevo, sin embargo, no pasó mucho tiempo hasta que la vampiresa volvió hacia nosotros, sin embargo, al parecer ahora toda su ira estaba dirigida y minuciosamente enfocada en el elfo, lo cual nos daba un poco de tranquilidad - Entiendo, ir sin el orejas - Respondí intentando no reírme para no entrar en conflicto con el elfo, pero manifestando cierta empatía con la vampiresa, el tipo era irritante, aunque ella también, y por otro lado, la rubia gritona, aunque estaba un poco más calmada era solo cuestión de tiempo antes que recordara lo que yo había hecho.
Me alejé lentamente de la rubia, entendiendo que ya la vampiresa no quería hacerle daño, y también porque mi instinto de supervivencia me decía que estar cerca de ella no era una buena idea, un paso tras otro me fui alejando lentamente esperando algún descuido de todos para poder huir de aquel horrible lugar lleno de personas extrañas...
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Re: Cena fácil [libre][CERRADO]
El elfo tenía que deshacerse de la flecha que había estado en su arco tenso, así que apuntó en dirección a donde ha habido una mujer con la que había estado discutiendo anteriormente y la dejó escapar volando por el aire en dirección a aquella mujer. Luego se dirigió a mí y me respondió aquello que le había preguntado, haciéndome saber que él desconocía la ciudad a la que yo me refería y el lugar en el que nosotros nos encontrábamos.
-Resulta que encuentro un par de personas y ninguna de ellas resulta ser de este lugar. ¿y dónde se encuentra esa ciudad si es que sabes de ella? –le pregunté finalmente al elfo.
Entonces la mujer de antes volvió hasta nosotros nuevamente, quejándose. Aquella situación estaba volviéndose de lo más cómica, jamás habría imaginado que encontraría aquellos sujetos, tan distintos entre sí, y de una forma tan aleatoria. De hecho cada uno de ellos tenía sus propias características personales, sin tener presente por ejemplo, las orejas del elfo. O la palidez de la muchacha, que parecía sobrenatural. Pero esas personas eran las únicas que me encontrado por el momento en aquella tierra, y por lo tanto, tiene que tratar de resultar más amable, para que estas personas me hicieran la visita aquellas islas un poco más llevadera.
Observé cómo el muchacho que en un principio se había delatado a sí mismo para que yo no fuera quien llamará la atención, se iba alejando poco a poco de mí, y aunque en un principio no comprendí el por qué me di cuenta de que parecía tener miedo de causarme algún mal. A lo mejor también era un elfo rabioso como aquel que se había dirigido a mi antes.
-¿Y qué es lo que hacéis los elfos, y cuál es la razón de que estáis aquí vosotros? –les pregunté, pues no había encontrado todavía a nadie que perteneciera de verdad a aquel sitio, y en lugar de eso a tres personas que estaban allí por razones desconocidas para mí. Yo tan sólo había ido hasta allí para explorar el lugar al que pertenecían los brujos, una tierra de la que más había oído hablar de boca de aquellos seres sobrenaturales. Por aquel entonces todavía me quedaba mucho que aprender sobre el mundo, y los seres que lo habitaban.
-Resulta que encuentro un par de personas y ninguna de ellas resulta ser de este lugar. ¿y dónde se encuentra esa ciudad si es que sabes de ella? –le pregunté finalmente al elfo.
Entonces la mujer de antes volvió hasta nosotros nuevamente, quejándose. Aquella situación estaba volviéndose de lo más cómica, jamás habría imaginado que encontraría aquellos sujetos, tan distintos entre sí, y de una forma tan aleatoria. De hecho cada uno de ellos tenía sus propias características personales, sin tener presente por ejemplo, las orejas del elfo. O la palidez de la muchacha, que parecía sobrenatural. Pero esas personas eran las únicas que me encontrado por el momento en aquella tierra, y por lo tanto, tiene que tratar de resultar más amable, para que estas personas me hicieran la visita aquellas islas un poco más llevadera.
Observé cómo el muchacho que en un principio se había delatado a sí mismo para que yo no fuera quien llamará la atención, se iba alejando poco a poco de mí, y aunque en un principio no comprendí el por qué me di cuenta de que parecía tener miedo de causarme algún mal. A lo mejor también era un elfo rabioso como aquel que se había dirigido a mi antes.
-¿Y qué es lo que hacéis los elfos, y cuál es la razón de que estáis aquí vosotros? –les pregunté, pues no había encontrado todavía a nadie que perteneciera de verdad a aquel sitio, y en lugar de eso a tres personas que estaban allí por razones desconocidas para mí. Yo tan sólo había ido hasta allí para explorar el lugar al que pertenecían los brujos, una tierra de la que más había oído hablar de boca de aquellos seres sobrenaturales. Por aquel entonces todavía me quedaba mucho que aprender sobre el mundo, y los seres que lo habitaban.
Karalynn Fjelstad
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Re: Cena fácil [libre][CERRADO]
Miro al cielo en busca de la estrella grande brillante. De noche esa estrella es la mejor guía que tenemos para encontrar el camino a casa, si la encontrase le podría decir hacía dónde está la ciudad. Los elfos tenemos una palabra para definirla, pero la olvidé hace tiempo, los humanos la llaman Polar. Algo me hace parar de buscar la estrella, y no es nada más simple que una palabra que escucho no muy lejos de donde me encuentro. Una palabra marcada por el odio y el resentimiento. Una palabra que desde el día que nací siempre me ha definido. Y una palabra que ya he escuchado demasiadas veces. Bastardo. Siento como esa palabra me persigue allá donde vaya. Aun tras haber sido desterrado de mi hogar y huir al bosque, la palabra me encontró, solo que ha cambiado de dueños. Ya no son mis propios compañeros de raza, es una vampiresa quien me llama bastardo. Coge mi flecha, la misma que la había disparado, la misma que la había disparado tan solo un par de minutos antes, y la rompe delante de mí. Me quedo totalmente inmóvil. No sé cómo reaccionar. Tengo miedo. He visto como mató a aquellos hombres a sangre fría y ahora iba a matarme a mí.
Por una milésima de segundo me olvido de las otras dos personas, el otro vampiro y la joven humana. No porque no quiera prestarles atención, sino porque no puedo. Siento como si no pudiera apartar mi mirada de los ojos de la vampiresa. En ellos veo el rencor y la ira que siente hacía mí. ¿Por qué? Soy yo quien debería estar enfadado, no ella. Desde un principio la ha tomado conmigo. ÉL único crimen que he cometido esta noche esta noche es de matar al bandido que estaba a punto de matarla. A ELLA. ¿Y me lo agradece así? Provocándome. Ya estoy harto de ella. Me contengo las ganas de golpearla. Aprieto tanto los puños que noto las venas de las manos inflarse. Debo aguantar un poco más, con un poco de suerte se irá y me dejará tranquilo como antes. Tan solo quiero estar tranquilo. Solo eso.
No debí contenerme tanto pues, al contrario de lo que pensaba, es ella quien me golpea tal puñetazo que me hace tambalearme y retroceder de mi posición. Miro a los “nuevos amigos”, como los definió la vampiresa, el vampiro parece tener una lucha interna por aguantarse la risa y la joven humana seguramente todavía esté esperando mi respuesta. –Polar.- Digo finalmente señalando a la estrella. Esa es mi prioridad, ahora le toca el turno a la vampiresa. Toda la ira que había contenido hasta el momento la suelto en forma de puñetazo directo en el estomago.
-No conozco ningún otro elfo.- Aquella joven es un mar de preguntas. No entiendo por qué muestra tanto interés en mí. No soy nadie. La vampiresa me lo recordó con esa maldita palabra. Soy un bastardo no tengo derecho a nada. Paso la mano recorriendo la cicatriz del ojo. –No puedo saber nada de los elfos.- Recuerdos pasados, y no precisamente agradables, se avivan a cada tramo de la cicatriz que recorro. –Soy un bastardo. Me desterraron por un crimen que no cometí.- Antes que la joven vuelva a preguntar, me adelanto y le contesto a todas las posibles preguntas que me podría haber hecho.
Por una milésima de segundo me olvido de las otras dos personas, el otro vampiro y la joven humana. No porque no quiera prestarles atención, sino porque no puedo. Siento como si no pudiera apartar mi mirada de los ojos de la vampiresa. En ellos veo el rencor y la ira que siente hacía mí. ¿Por qué? Soy yo quien debería estar enfadado, no ella. Desde un principio la ha tomado conmigo. ÉL único crimen que he cometido esta noche esta noche es de matar al bandido que estaba a punto de matarla. A ELLA. ¿Y me lo agradece así? Provocándome. Ya estoy harto de ella. Me contengo las ganas de golpearla. Aprieto tanto los puños que noto las venas de las manos inflarse. Debo aguantar un poco más, con un poco de suerte se irá y me dejará tranquilo como antes. Tan solo quiero estar tranquilo. Solo eso.
No debí contenerme tanto pues, al contrario de lo que pensaba, es ella quien me golpea tal puñetazo que me hace tambalearme y retroceder de mi posición. Miro a los “nuevos amigos”, como los definió la vampiresa, el vampiro parece tener una lucha interna por aguantarse la risa y la joven humana seguramente todavía esté esperando mi respuesta. –Polar.- Digo finalmente señalando a la estrella. Esa es mi prioridad, ahora le toca el turno a la vampiresa. Toda la ira que había contenido hasta el momento la suelto en forma de puñetazo directo en el estomago.
-No conozco ningún otro elfo.- Aquella joven es un mar de preguntas. No entiendo por qué muestra tanto interés en mí. No soy nadie. La vampiresa me lo recordó con esa maldita palabra. Soy un bastardo no tengo derecho a nada. Paso la mano recorriendo la cicatriz del ojo. –No puedo saber nada de los elfos.- Recuerdos pasados, y no precisamente agradables, se avivan a cada tramo de la cicatriz que recorro. –Soy un bastardo. Me desterraron por un crimen que no cometí.- Antes que la joven vuelva a preguntar, me adelanto y le contesto a todas las posibles preguntas que me podría haber hecho.
Sarez
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Re: Cena fácil [libre][CERRADO]
– Un bastardo… –dijo únicamente Karalynn, sin apartar la vista del elfo. Lo miraba con extrema curiosidad. Se preguntaba sobre qué habilidades tendría, qué diferencia real existiría entre un humano y un elfo. Tal vez algún día lo sabría, pero tener como referencia una única persona, o bueno, “elfo”, era una forma poco racional de obtener conclusiones sobre las características de aquellos seres–. Bueno, tú no eres quien decide eso… ¡Qué intolerante es tu gente! –dijo Karalynn. Y por primera vez, sintió un ápice de desprecio hacia los elfos. Y también se abrió paso un sentimiento de lástima por aquel muchacho, el elfo–. Lamento mucho que este encuentro no haya sido demasiado fortuito desde un inicio. Pero eso podemos cambiarlo fácilmente.
Continuaba sin saber dónde se encontraba exactamente, pese a las referencias geográficas que le hubieran dado. Realmente, no le dieron exactamente referencias, pero sí algunos nombres, de lugares cercanos a donde se hallaban. Tal vez debía haberle pagado unas monedas más, pensó Karalynn, al guía para que este la informara mínimamente sobre a dónde podía marchar. Luego dirigió la mirada hacia Bio, pero continuó hablando a todos.
– He oído que defendiste a la mujer de unos… ¿bandidos? Como sea, en el caso de que haya más de esas personas, lo mejor sería que nos marchásemos de aquí –mencionó ella. Luego volvió nuevamente la mirada hacia el elfo; únicamente porque todavía no sabía que Bio era un vampiro, ni que la otra mujer fuera una vampira… les notaba algo distinto, algo no-humano, sin embargo no sabía que ellos no fueran humanos. En cambio el elfo… él mismo le había hecho saber que era otra criatura, y si no lo hubiera dicho, sus orejas lo habrían delatado, de todos modos. Por eso Lynn no podía evitar mirarlo con extremada curiosidad.
Escuchó el repentino gruñido de un oso. El gruñido grave de una criatura, que aunque Lynn no supo identificarla, supuso que se trataría de un oso por su semejanza. Tenía el arco sobre la espalda, ahora, y estaba aun así atenta por si aparecía tal criatura. Aunque sabía que si de verdad fuera un ser peligroso, el elfo y el otro muchacho se pondrían en guardia al instante. Aun no era consciente de que lo más probable era que esos hombres hubieran tenido que enfrentarse a cosas mucho más peligrosas que un “simple” oso.
Continuaba sin saber dónde se encontraba exactamente, pese a las referencias geográficas que le hubieran dado. Realmente, no le dieron exactamente referencias, pero sí algunos nombres, de lugares cercanos a donde se hallaban. Tal vez debía haberle pagado unas monedas más, pensó Karalynn, al guía para que este la informara mínimamente sobre a dónde podía marchar. Luego dirigió la mirada hacia Bio, pero continuó hablando a todos.
– He oído que defendiste a la mujer de unos… ¿bandidos? Como sea, en el caso de que haya más de esas personas, lo mejor sería que nos marchásemos de aquí –mencionó ella. Luego volvió nuevamente la mirada hacia el elfo; únicamente porque todavía no sabía que Bio era un vampiro, ni que la otra mujer fuera una vampira… les notaba algo distinto, algo no-humano, sin embargo no sabía que ellos no fueran humanos. En cambio el elfo… él mismo le había hecho saber que era otra criatura, y si no lo hubiera dicho, sus orejas lo habrían delatado, de todos modos. Por eso Lynn no podía evitar mirarlo con extremada curiosidad.
Escuchó el repentino gruñido de un oso. El gruñido grave de una criatura, que aunque Lynn no supo identificarla, supuso que se trataría de un oso por su semejanza. Tenía el arco sobre la espalda, ahora, y estaba aun así atenta por si aparecía tal criatura. Aunque sabía que si de verdad fuera un ser peligroso, el elfo y el otro muchacho se pondrían en guardia al instante. Aun no era consciente de que lo más probable era que esos hombres hubieran tenido que enfrentarse a cosas mucho más peligrosas que un “simple” oso.
Karalynn Fjelstad
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Re: Cena fácil [libre][CERRADO]
El impacto en su estómago le cortó el aire unos segundos mientras caía al suelo. No fue consciente de nada mas, ni del otro vampiro aguantandose la risa, ni de la extraña humana, a su mente solo volvieron las horas anteriores, una rápida sucesión de lo ocurrido hasta llegar a ese punto. Su respiración se cortó unos instantes, hasta que notó el suelo.
Cayó de culo, pero lejos de darle importancia, ella solo abrazaba su dolorido abdomen, escuchaba las palabras de los demás con la vista fija en el suelo sin prestar especial atención, hasta escuchar las palabras del elfo. Así que un bastardo...No, aquello no despertaba la menor lástima en la joven, cada uno tenía su vida y su historia y ella, aún recordaba muy bien la suya propia.
Se levantó torpemente tosiendo, pero su tos se mezclo con risa al escuchar a la humana.
- Si, pobrecito, despreciado por los de su especie - No trató de ocultar el desdén en su tono¿Que sabía el de desprecio? Los de su raza eran cazados y repudiados allí a donde iban, como si todos eligiesen convertirse en aquello, o como si pudiesen elegir la fruta como alimento.
Al escuchar lo de que la estaba protegiendo...¿el a ella? Apretó los dientes mostrando sus afilados colmillos a la joven - Como si yo necesitase protección de nadie...- Su tono sonó mas brusco de lo que debía, ya que la joven no la había hecho nada, pero el dolor y el enfado escapaban ya por sus poros. Solo logró olvidarlo cuando el sonido de un animal interrumpió la relativa calma del bosque.
A pesar de que podía equivocarse por el sonido del animal, el olor de la sangre nunca mentía, estaba claro que se trataba de un oso, y de gran tamaño. Sosteniendose el vientre aún con una mano sacó uno de sus cuchillos. La verdad, si eran atacados por semejante animal se defendería, pero si atacaba al elfo no pensaba ayudarle...en realidad si lo haría, no le gustaba tanto la muerte gratuita, ya había habido bastantes aquella noche.
El sonido de unas zarpas contra el tronco de un árbol, un sonoro golpe sonó a unos metros detrás de donde el otro vampiro se encontraba, pero la espesura del bosque aún no permitía ver con claridad.
Cayó de culo, pero lejos de darle importancia, ella solo abrazaba su dolorido abdomen, escuchaba las palabras de los demás con la vista fija en el suelo sin prestar especial atención, hasta escuchar las palabras del elfo. Así que un bastardo...No, aquello no despertaba la menor lástima en la joven, cada uno tenía su vida y su historia y ella, aún recordaba muy bien la suya propia.
Se levantó torpemente tosiendo, pero su tos se mezclo con risa al escuchar a la humana.
- Si, pobrecito, despreciado por los de su especie - No trató de ocultar el desdén en su tono¿Que sabía el de desprecio? Los de su raza eran cazados y repudiados allí a donde iban, como si todos eligiesen convertirse en aquello, o como si pudiesen elegir la fruta como alimento.
Al escuchar lo de que la estaba protegiendo...¿el a ella? Apretó los dientes mostrando sus afilados colmillos a la joven - Como si yo necesitase protección de nadie...- Su tono sonó mas brusco de lo que debía, ya que la joven no la había hecho nada, pero el dolor y el enfado escapaban ya por sus poros. Solo logró olvidarlo cuando el sonido de un animal interrumpió la relativa calma del bosque.
A pesar de que podía equivocarse por el sonido del animal, el olor de la sangre nunca mentía, estaba claro que se trataba de un oso, y de gran tamaño. Sosteniendose el vientre aún con una mano sacó uno de sus cuchillos. La verdad, si eran atacados por semejante animal se defendería, pero si atacaba al elfo no pensaba ayudarle...en realidad si lo haría, no le gustaba tanto la muerte gratuita, ya había habido bastantes aquella noche.
El sonido de unas zarpas contra el tronco de un árbol, un sonoro golpe sonó a unos metros detrás de donde el otro vampiro se encontraba, pero la espesura del bosque aún no permitía ver con claridad.
- OFFROL:
- LO SIENTO!!! no se por que, estaba convencida de que aún faltaba Sarez, y al final han pasado los días y me olvidé, lo siento muchisimo por haberlo dejado tan parado. Y gracias Kara, si no llegas a postear ni me habría dado cuenta
Lyemin
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