El Grimorio perdido [Interpretativo - Libre] [Cerrado]
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El Grimorio perdido [Interpretativo - Libre] [Cerrado]
La helada noche dejaba caer sus silenciosas lágrimas sobre los tejados de Lunargenta, las calles desiertas comenzaban a dejar ver algunas personas caminando en ellas, la mayoría, apresuradas ante la inminente lluvia, cielo gris, nubes oscuras, aunque la noche terminaba, el sol parecía negarse a salir, al igual que las pocas personas que se asomaban por las ventanas de sus modestas casas parecían hipnotizabas por las delicadas gotas que al caer parecían hacer sonar una etérea sinfonía.
Después de su escape de Beltrexus, el joven elfo había conseguido infiltrarse en un barco con destino a cualquier lugar, dicho barco le había llevado nada menos que a la ciudad de los humanos, había crecido mucho desde la última visita del ahora forastero, caminó despacio por las húmedas calles mientras las personas se escondían al verlo acercarse, tal vez las orejas lo hacían alguien singular, de pronto, la luvia se hizo más fuerte, y los escasos rincones no eran suficientes para cubrirse, finalmente consiguió entrar a un pequeño local aunque sin tener idea alguna de qué tipo de antro pudiera tratarse, parecía algún tipo de restaurant, o bar, o ambos a la vez, no le importaba mucho, solo necesitaba un lugar donde pasar la lluvia, se acercó a una mesa lejos de las ventanas, pues aún lo invadía su dosis de paranoia, y se dedicó a escuchar lo que estaba diciendo aquel anciano al que apenas dejaban hablar - Les juro que es cierto - Decía en voz alta intentando convencer a los presentes, la puerta se abrió varias veces, pero nadie se acercaba a la barra a pedir nada, tal vez todos venían escapando de la lluvia - El libro contiene saberes tan impresionantes, que cualquiera que lo poseyera alcanzaría un poder inimaginable - La cara del elfo se giró de inmediato hacia el anciano, aunque la cantidad de gente que lo rodeaba no le permitió ver el aspecto del anciano, la figura que tenía era la que se había imaginado solo en base a la voz que escuchaba - Lamentablemente nadie sabe dónde está el libro, desapareció misteriosamente, y aquellos que han intentado buscarlo han desaparecido en el intento - Un golpe a una de las mesas silenció al anciano por unos instantes, seguido de una áspera voz - Patrañas, anciano, solo patrañas - Dijo aquel grandulón que no terminaba de creer una palabra de lo que relataba el anciano, al parecer, llevaban rato en esa discusión, así que el elfo no había logrado escuchar la información entera - Pueden ignorar mis palabras, pero si buscan en libros de historia o escuchan los relatos de otros ancianos, encontrarán pruebas de que lo que digo es cierto - Diría el anciano antes de salir de aquel lugar dejando solo a un montón de personas riendo ante las tonterías que proclamaba aquel anciano - Todos los días viene con la misma historia - Dijo alguien en una mesa junto a Destino, aunque el elfo no le respondió nada, se limitó a permanecer unos instantes pensando en aquellas palabras, un gran poder a quien obtuviera ese libro, era una gran tentación.
El viejo saldría a pregonar la misma historia a toda voz hasta perderse en las calles del pueblo.
Después de su escape de Beltrexus, el joven elfo había conseguido infiltrarse en un barco con destino a cualquier lugar, dicho barco le había llevado nada menos que a la ciudad de los humanos, había crecido mucho desde la última visita del ahora forastero, caminó despacio por las húmedas calles mientras las personas se escondían al verlo acercarse, tal vez las orejas lo hacían alguien singular, de pronto, la luvia se hizo más fuerte, y los escasos rincones no eran suficientes para cubrirse, finalmente consiguió entrar a un pequeño local aunque sin tener idea alguna de qué tipo de antro pudiera tratarse, parecía algún tipo de restaurant, o bar, o ambos a la vez, no le importaba mucho, solo necesitaba un lugar donde pasar la lluvia, se acercó a una mesa lejos de las ventanas, pues aún lo invadía su dosis de paranoia, y se dedicó a escuchar lo que estaba diciendo aquel anciano al que apenas dejaban hablar - Les juro que es cierto - Decía en voz alta intentando convencer a los presentes, la puerta se abrió varias veces, pero nadie se acercaba a la barra a pedir nada, tal vez todos venían escapando de la lluvia - El libro contiene saberes tan impresionantes, que cualquiera que lo poseyera alcanzaría un poder inimaginable - La cara del elfo se giró de inmediato hacia el anciano, aunque la cantidad de gente que lo rodeaba no le permitió ver el aspecto del anciano, la figura que tenía era la que se había imaginado solo en base a la voz que escuchaba - Lamentablemente nadie sabe dónde está el libro, desapareció misteriosamente, y aquellos que han intentado buscarlo han desaparecido en el intento - Un golpe a una de las mesas silenció al anciano por unos instantes, seguido de una áspera voz - Patrañas, anciano, solo patrañas - Dijo aquel grandulón que no terminaba de creer una palabra de lo que relataba el anciano, al parecer, llevaban rato en esa discusión, así que el elfo no había logrado escuchar la información entera - Pueden ignorar mis palabras, pero si buscan en libros de historia o escuchan los relatos de otros ancianos, encontrarán pruebas de que lo que digo es cierto - Diría el anciano antes de salir de aquel lugar dejando solo a un montón de personas riendo ante las tonterías que proclamaba aquel anciano - Todos los días viene con la misma historia - Dijo alguien en una mesa junto a Destino, aunque el elfo no le respondió nada, se limitó a permanecer unos instantes pensando en aquellas palabras, un gran poder a quien obtuviera ese libro, era una gran tentación.
El viejo saldría a pregonar la misma historia a toda voz hasta perderse en las calles del pueblo.
Última edición por Destino el Miér Jun 03 2015, 04:29, editado 2 veces
Destino
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Re: El Grimorio perdido [Interpretativo - Libre] [Cerrado]
- De nuevo en Lunargenta. - pensó para sí la de ojos verdes nada más cruzar los muros de la ciudad, al tiempo que soltaba un leve suspiro. El largo viaje a las tierras del norte había terminado con un resultado realmente positivo, ya que los hermanos habían encontrado a su madre y la habían convencido para que regresase con ellos a la civilización, pero sin duda de lo que más se alegraba la bruja en aquel momento era de que hubiesen llegado antes de que la lluvia que anunciaban las oscuras nubes empezase a caerles encima.
Espoleó a su montura y avanzó a paso ligero por las adoquinadas calles, que por suerte no habían cambiado mucho desde la última vez que estuvo allí, hecho que le facilitaría el encontrar el camino hacia la posada en que solía hospedarse. Fenrir, su nuevo compañero y peludo amigo, se había acomodado en la silla de montar justo delante de ella y estaba envuelto por su capa, como barrera contra el notable frío que empezaba a adueñarse del lugar.
El cachorro se revolvió hasta conseguir sacar la cabeza por fuera de la tela, para mirar con curiosidad la nueva ciudad a la que llegaban, que era bastante más grande que los poblados y asentamientos a los que estaba acostumbrado. - Lo siento amigo, aquí no podrás correr libremente, te perderías. - musitó la maga, mientras enfilaba una calle secundaria que llevaba directamente a la posada.
Reconoció el cartel de inmediato, detuvo al caballo y desmontó frente a la puerta, antes de tomar al perro y dejarlo con cuidado en el suelo, confiando en que a pesar del nuevo ambiente siguiese mostrándose tan obediente como solía hacer. Y en efecto, Fenrir se limitó a olisquear el aire unos instantes antes de volver a centrar su atención en la maga, que ya se dirigía a los establos para dejar a Sombra en un lugar resguardado.
Las oscuras nubes pronto dieron paso al agua que anunciaban, al principio en forma de una fina lluvia, pero que pronto se volvió copiosa, con lo que los escasos transeúntes que aún quedaban en las calles se apresuraron a buscar algún tipo de refugio cercano. Elen observó absorta la forma en que caía durante unos minutos desde la entrada del establo, antes de agacharse para tomar al cachorro y meterlo dentro de su capa, para acto seguido encaminarse rápidamente hasta la puerta de la posada.
Se acercó a la tabernera del local, y tras cruzar unas breves palabras, pagó por una habitación y subió las escaleras, sin prestar mucha atención a los presentes, que probablemente habían ido a parar allí huyendo de la lluvia. Depositó sus pertenencias sobre la modesta mesa, mientras su peludo compañero inspeccionaba la habitación con curiosidad hasta encontrar un rincón de su agrado para descansar, en el que hizo un ovillo.
La de ojos verdes sonrió levemente al verlo y buscó entre las alforjas para echarle algo de abrigo por encima, pero no tardó en darse cuenta de que se había dejado algunas cosas colgadas de la silla de montar, tendría que volver a buscarlas. Dejó escapar un suspiro y abandonó la estancia para dirigirse al establo nuevamente, ésta vez deteniéndose a observar por unos segundos como buena parte de los clientes se habían reunido en torno a un anciano, al que apenas dejaban hablar.
Lo único que pudo escuchar de aquel hombre antes de salir de la posada fue algo sobre un libro que había desaparecido misteriosamente, así que no le dio demasiada importancia, podía tratarse de un simple robo. Avanzó bajo la lluvia sin prisas, ya que aquella sensación que le producía al caer sobre ella no le molestaba, sino todo lo contrario, le parecía en cierto modo relajante. - Un poco de agua no mata a nadie…- musitó en un tono apenas audible, al tiempo que llegaba a la entrada del establo y se acercaba a Sombra.
Una vez recuperadas el resto de sus cosas, giró sobre sus talones y volvió sobre sus pasos, pero no se dirigió directamente al interior, ya que una extraña escena estaba teniendo lugar a pocos metros de donde se encontraba. El anciano había salido de la taberna para seguir pregonando sobre aquel libro desaparecido en las calles, donde los transeúntes se mostraban mucho más reacios a escucharlo.
Por ello la maga no se extrañó al ver que uno de los jóvenes a los que se había acercado terminaba empujándolo y llamándolo viejo loco, antes de alejarse entre risas dejando al anciano en el mojado suelo. - No te metas en temas ajenos…- se dijo mentalmente, pero no pudo evitarlo. Utilizando el agua como elemento conductor, dirigió una chispa hacia el charco por el que pasaba el muchacho, provocándole un leve calambre a modo de llamada de atención.
La bruja se acercó al anciano para tenderle la mano y ayudarlo a levantarse, justo antes de cruzar una fría mirada con el chico, que se había girado creyendo que el loco le había hecho aquello. No intentó nada, quizá porque ahora estaba en desventaja numérica, o quizá porque no se explicaba del todo lo que había pasado, gruñó por lo bajo y siguió su camino, perdiéndose entre los callejones de la ciudad.
- Tenga más cuidado al acercarse a un extraño, a veces pueden ser muy maleducados. - dijo la de cabellos cenicientos, apartándose un húmedo mechón del rostro. - Gracias. - respondió el hombre, que pronto quedaría calado hasta los huesos si no buscaba un lugar donde refugiarse. - Debería volver a la taberna, tiene las ropas empapadas y la lluvia no parece que vaya a amainar hasta dentro de un buen rato. - sugirió, tras echar un leve vistazo a los negros nubarrones que se cernían sobre Lunargenta.
- Nadie cree mis palabras, pero lo que digo del libro es cierto, contiene un poder más allá de lo imaginable. - comenzó a hablar el anciano, sin prestar atención a lo que la de ojos verdes le había dicho. - Tú eres bruja, he visto lo que has hecho… seguro que sabrás algo acerca de grimorios y tomos mágicos, aunque este al que me refiero es sin duda mucho más interesante y difícil de encontrar que ninguno que hayas podido ver. - prosiguió, consiguiendo despertar cierta curiosidad en ella.
- Contadme más acerca de ese libro, pero no aquí, en la taberna se estará mejor. - Elen inició la marcha sin esperar respuesta del viejo, si decidía seguirla y explicarle la historia de aquel grimorio ella escucharía con atención e intentaría descubrir si podía haber algo de cierto en ella.
Espoleó a su montura y avanzó a paso ligero por las adoquinadas calles, que por suerte no habían cambiado mucho desde la última vez que estuvo allí, hecho que le facilitaría el encontrar el camino hacia la posada en que solía hospedarse. Fenrir, su nuevo compañero y peludo amigo, se había acomodado en la silla de montar justo delante de ella y estaba envuelto por su capa, como barrera contra el notable frío que empezaba a adueñarse del lugar.
El cachorro se revolvió hasta conseguir sacar la cabeza por fuera de la tela, para mirar con curiosidad la nueva ciudad a la que llegaban, que era bastante más grande que los poblados y asentamientos a los que estaba acostumbrado. - Lo siento amigo, aquí no podrás correr libremente, te perderías. - musitó la maga, mientras enfilaba una calle secundaria que llevaba directamente a la posada.
Reconoció el cartel de inmediato, detuvo al caballo y desmontó frente a la puerta, antes de tomar al perro y dejarlo con cuidado en el suelo, confiando en que a pesar del nuevo ambiente siguiese mostrándose tan obediente como solía hacer. Y en efecto, Fenrir se limitó a olisquear el aire unos instantes antes de volver a centrar su atención en la maga, que ya se dirigía a los establos para dejar a Sombra en un lugar resguardado.
Las oscuras nubes pronto dieron paso al agua que anunciaban, al principio en forma de una fina lluvia, pero que pronto se volvió copiosa, con lo que los escasos transeúntes que aún quedaban en las calles se apresuraron a buscar algún tipo de refugio cercano. Elen observó absorta la forma en que caía durante unos minutos desde la entrada del establo, antes de agacharse para tomar al cachorro y meterlo dentro de su capa, para acto seguido encaminarse rápidamente hasta la puerta de la posada.
Se acercó a la tabernera del local, y tras cruzar unas breves palabras, pagó por una habitación y subió las escaleras, sin prestar mucha atención a los presentes, que probablemente habían ido a parar allí huyendo de la lluvia. Depositó sus pertenencias sobre la modesta mesa, mientras su peludo compañero inspeccionaba la habitación con curiosidad hasta encontrar un rincón de su agrado para descansar, en el que hizo un ovillo.
La de ojos verdes sonrió levemente al verlo y buscó entre las alforjas para echarle algo de abrigo por encima, pero no tardó en darse cuenta de que se había dejado algunas cosas colgadas de la silla de montar, tendría que volver a buscarlas. Dejó escapar un suspiro y abandonó la estancia para dirigirse al establo nuevamente, ésta vez deteniéndose a observar por unos segundos como buena parte de los clientes se habían reunido en torno a un anciano, al que apenas dejaban hablar.
Lo único que pudo escuchar de aquel hombre antes de salir de la posada fue algo sobre un libro que había desaparecido misteriosamente, así que no le dio demasiada importancia, podía tratarse de un simple robo. Avanzó bajo la lluvia sin prisas, ya que aquella sensación que le producía al caer sobre ella no le molestaba, sino todo lo contrario, le parecía en cierto modo relajante. - Un poco de agua no mata a nadie…- musitó en un tono apenas audible, al tiempo que llegaba a la entrada del establo y se acercaba a Sombra.
Una vez recuperadas el resto de sus cosas, giró sobre sus talones y volvió sobre sus pasos, pero no se dirigió directamente al interior, ya que una extraña escena estaba teniendo lugar a pocos metros de donde se encontraba. El anciano había salido de la taberna para seguir pregonando sobre aquel libro desaparecido en las calles, donde los transeúntes se mostraban mucho más reacios a escucharlo.
Por ello la maga no se extrañó al ver que uno de los jóvenes a los que se había acercado terminaba empujándolo y llamándolo viejo loco, antes de alejarse entre risas dejando al anciano en el mojado suelo. - No te metas en temas ajenos…- se dijo mentalmente, pero no pudo evitarlo. Utilizando el agua como elemento conductor, dirigió una chispa hacia el charco por el que pasaba el muchacho, provocándole un leve calambre a modo de llamada de atención.
La bruja se acercó al anciano para tenderle la mano y ayudarlo a levantarse, justo antes de cruzar una fría mirada con el chico, que se había girado creyendo que el loco le había hecho aquello. No intentó nada, quizá porque ahora estaba en desventaja numérica, o quizá porque no se explicaba del todo lo que había pasado, gruñó por lo bajo y siguió su camino, perdiéndose entre los callejones de la ciudad.
- Tenga más cuidado al acercarse a un extraño, a veces pueden ser muy maleducados. - dijo la de cabellos cenicientos, apartándose un húmedo mechón del rostro. - Gracias. - respondió el hombre, que pronto quedaría calado hasta los huesos si no buscaba un lugar donde refugiarse. - Debería volver a la taberna, tiene las ropas empapadas y la lluvia no parece que vaya a amainar hasta dentro de un buen rato. - sugirió, tras echar un leve vistazo a los negros nubarrones que se cernían sobre Lunargenta.
- Nadie cree mis palabras, pero lo que digo del libro es cierto, contiene un poder más allá de lo imaginable. - comenzó a hablar el anciano, sin prestar atención a lo que la de ojos verdes le había dicho. - Tú eres bruja, he visto lo que has hecho… seguro que sabrás algo acerca de grimorios y tomos mágicos, aunque este al que me refiero es sin duda mucho más interesante y difícil de encontrar que ninguno que hayas podido ver. - prosiguió, consiguiendo despertar cierta curiosidad en ella.
- Contadme más acerca de ese libro, pero no aquí, en la taberna se estará mejor. - Elen inició la marcha sin esperar respuesta del viejo, si decidía seguirla y explicarle la historia de aquel grimorio ella escucharía con atención e intentaría descubrir si podía haber algo de cierto en ella.
Elen Calhoun
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Re: El Grimorio perdido [Interpretativo - Libre] [Cerrado]
Geralt se encontraba en Lunargenta, como siempre, pero concretamente en un taberna de mala muerte donde dormir era increíblemente barato. Y eso era lo que pensaba hacer durante todo el día, puesto que la lluvia dificultaba sus actividades habituales. No es que no le gustara, pero un brujo de fuego mojado era como... bueno, cualquier cosa en llamas mojada, prácticamente incapaz de producir fuego.
Pero no todo eran malas noticias, la comida era sorprendentemente decente y el peliblanco se estaba entreteniendo dándole trozos de tocino a sus dos lobos, que estaban sentados debajo de la mesa. Dudaba que un par de cachorros incomodaran al resto de clientes, pero esos cachorros crecían, por lo que era mejor que se acostumbraran desde pequeños a comportarse...
Debido a esos sobornos educativos, el brujo no presto atención al relato del anciano hasta casi el final. "Saberes impresionantes", "desaparecido misteriosamente" sonaba a patraña, pero, era tentador... ¿Que brujo en su sano juicio no intentaría buscar algo tan prometedor? Al fin y al cabo, había conocido brujos con extraños poderes, como lanzar maldiciones o petrificar cosas, y estaba completamente seguro de que eso no lo habían aprendido en sus años en la academia, por lo que tenia que haber algo o alguien de lo cual podía aprenderse. Tenia que intentar buscar el libro por lo menos, aunque solo fuera para copiarlo y luego venderlo.
Auch, Loki, no muerdas no le hizo falta mirar, sabia perfectamente que el negro se había enfadado por dejar de recibir comida, aunque, la verdad, ya no quedaba. Y, cuando se giro para preguntarle más cosas sobre el libro al anciano, se había esfumado.
¿Donde te has...? se había levantado de su asiento, para ver mejor, pero no conseguía ver donde... Ah, allí estaba. Estaba seguro de que no sabría casi nada, pero por probar...
Pero no todo eran malas noticias, la comida era sorprendentemente decente y el peliblanco se estaba entreteniendo dándole trozos de tocino a sus dos lobos, que estaban sentados debajo de la mesa. Dudaba que un par de cachorros incomodaran al resto de clientes, pero esos cachorros crecían, por lo que era mejor que se acostumbraran desde pequeños a comportarse...
Debido a esos sobornos educativos, el brujo no presto atención al relato del anciano hasta casi el final. "Saberes impresionantes", "desaparecido misteriosamente" sonaba a patraña, pero, era tentador... ¿Que brujo en su sano juicio no intentaría buscar algo tan prometedor? Al fin y al cabo, había conocido brujos con extraños poderes, como lanzar maldiciones o petrificar cosas, y estaba completamente seguro de que eso no lo habían aprendido en sus años en la academia, por lo que tenia que haber algo o alguien de lo cual podía aprenderse. Tenia que intentar buscar el libro por lo menos, aunque solo fuera para copiarlo y luego venderlo.
Auch, Loki, no muerdas no le hizo falta mirar, sabia perfectamente que el negro se había enfadado por dejar de recibir comida, aunque, la verdad, ya no quedaba. Y, cuando se giro para preguntarle más cosas sobre el libro al anciano, se había esfumado.
¿Donde te has...? se había levantado de su asiento, para ver mejor, pero no conseguía ver donde... Ah, allí estaba. Estaba seguro de que no sabría casi nada, pero por probar...
Geralt
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Re: El Grimorio perdido [Interpretativo - Libre] [Cerrado]
Con la salida del anciano el lugar quedó saturado en un incómodo silencio, algunos de los presentes se miraban unos a otros mientras otros murmuraban en voz baja acerca del tema, aunque no lo admitían, seguro a más de uno le había interesado la historia, pero no lo admitirían - Son solo patrañas de un viejo loco, solo eso y nada más - Dijo en voz alta el grandulón que se encontraba en la mesa de más al fondo - Solo un idiota le prestaría atención a semejantes tonterías - Dijo el mismo mientras se levantaba de su mesa y se dirigía a la salida - La comida de hoy está horrible - Agregó mientras dejaba sobre la barra unos cuantos aeros y salía del lugar - Nadie te obliga a comer aquí Tancar, siempre dices lo mismo para no pagar - Refutaría una mujer aunque demasiado tarde, pues el sujeto ya había salido en ese momento.
Destino permaneció inmutable mientras se desarrollaban dichos acontecimientos, en su mente solo deambulaba la idea de recuperar sus poderes de cualquier manera, a cualquier precio, saberse tan débil lo hacía sentir asco por su propia existencia, un oprobio de sí mismo, las personas que lo rodeaban no le parecían una amenaza, pero ese hombre de cabello blanco olía demasiado a magia, el elfo podía sentirlo, tal vez alguien que lo había seguido desde Beltrexus, así que lo mejor sería salir de ese lugar.
Al estar cerca de la puerta logró escuchar parte de una conversación que se llevaba a cabo fuera de ese lugar - Tú eres bruja, he visto lo que has hecho… seguro que sabrás algo acerca de grimorios y tomos mágicos, aunque este al que me refiero es sin duda mucho más interesante y difícil de encontrar que ninguno que hayas podido ver - Eso era justo lo que faltaba, más brujos, tenía que ser una broma, el elfo evitó abrir la puerta y se quedó recostado a la pared cerca de la ventana, peligrosamente cerca del sujeto de blancos cabellos quien con algo de cercanía seguro también lograría escuchar lo que hablaba el anciano afuera, pues su tono de voz era un tanto exagerado - Contadme más acerca de ese libro, pero no aquí, en la taberna se estará mejor - Dijo la bruja pero fue bruscamente interrumpida - ¡¡No!! - Exclamó el anciano - Ese lugar es un nido de ingratos, te diré esto solo a ti, porque me has ayudado, encontrarás respuestas en la Mansión Redstone, en los límites de Lunargenta - Tras decir esto el viejo caminó de prisa saltando graciosamente sobre algunos charcos hasta perderse entre los callejones de la ciudad.
El elfo había escuchado todo, y pensaba sacar ventaja, miró al sujeto de cabello blanco esperando que no hubiese escuchado pero era bastante difícil, el anciano hablaba a gritos como si lo estrujaran - El azar favorece a una mente preparada - Dijo justo antes de salir disparado atravesando la puerta y casi tropezando a la bruja en su carrera, sin embargo no se detuvo a disculparse, no era momento para ser amable, y ella también podría estar tras su cabeza, así que lo mejor sería alejarse del lugar - Mansión Redstone - Murmuró Destino al verse perdido, pues no tenía ni idea de donde podría estar ubicada dicha mansión, hasta al fondo de un lúgubre callejón pudo observar aquella tétrica construcción, parecía estar abandonada hacía ya varias décadas, no parecía difícil entrar, sin embargo, había algo en el aire que no era normal, un extraño y agobiante olor a magia que seguramente no cualquiera podría percibir, era destilado desde cada esquina de aquel inquietante lugar.
La gran entrada principal estaba rigurosamente cerrada y Destino no tenía la fuerza suficiente siquiera para imaginar derribarla, así que le tocaría buscar otro método de entrada...
Destino permaneció inmutable mientras se desarrollaban dichos acontecimientos, en su mente solo deambulaba la idea de recuperar sus poderes de cualquier manera, a cualquier precio, saberse tan débil lo hacía sentir asco por su propia existencia, un oprobio de sí mismo, las personas que lo rodeaban no le parecían una amenaza, pero ese hombre de cabello blanco olía demasiado a magia, el elfo podía sentirlo, tal vez alguien que lo había seguido desde Beltrexus, así que lo mejor sería salir de ese lugar.
Al estar cerca de la puerta logró escuchar parte de una conversación que se llevaba a cabo fuera de ese lugar - Tú eres bruja, he visto lo que has hecho… seguro que sabrás algo acerca de grimorios y tomos mágicos, aunque este al que me refiero es sin duda mucho más interesante y difícil de encontrar que ninguno que hayas podido ver - Eso era justo lo que faltaba, más brujos, tenía que ser una broma, el elfo evitó abrir la puerta y se quedó recostado a la pared cerca de la ventana, peligrosamente cerca del sujeto de blancos cabellos quien con algo de cercanía seguro también lograría escuchar lo que hablaba el anciano afuera, pues su tono de voz era un tanto exagerado - Contadme más acerca de ese libro, pero no aquí, en la taberna se estará mejor - Dijo la bruja pero fue bruscamente interrumpida - ¡¡No!! - Exclamó el anciano - Ese lugar es un nido de ingratos, te diré esto solo a ti, porque me has ayudado, encontrarás respuestas en la Mansión Redstone, en los límites de Lunargenta - Tras decir esto el viejo caminó de prisa saltando graciosamente sobre algunos charcos hasta perderse entre los callejones de la ciudad.
El elfo había escuchado todo, y pensaba sacar ventaja, miró al sujeto de cabello blanco esperando que no hubiese escuchado pero era bastante difícil, el anciano hablaba a gritos como si lo estrujaran - El azar favorece a una mente preparada - Dijo justo antes de salir disparado atravesando la puerta y casi tropezando a la bruja en su carrera, sin embargo no se detuvo a disculparse, no era momento para ser amable, y ella también podría estar tras su cabeza, así que lo mejor sería alejarse del lugar - Mansión Redstone - Murmuró Destino al verse perdido, pues no tenía ni idea de donde podría estar ubicada dicha mansión, hasta al fondo de un lúgubre callejón pudo observar aquella tétrica construcción, parecía estar abandonada hacía ya varias décadas, no parecía difícil entrar, sin embargo, había algo en el aire que no era normal, un extraño y agobiante olor a magia que seguramente no cualquiera podría percibir, era destilado desde cada esquina de aquel inquietante lugar.
La gran entrada principal estaba rigurosamente cerrada y Destino no tenía la fuerza suficiente siquiera para imaginar derribarla, así que le tocaría buscar otro método de entrada...
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Off: Notas de interés
1. El siguiente post se tratará solo de su llegada a la mansión, no será fácil entrar.
2. Elen ha ayudado al anciano, eso le garantiza su entrada y al llegar, la puerta principal se abrirá solo para ella.
3. Geralt y Destino deberán encontrar otra manera de entrar (Túnel, Pasadizo, Puerta secreta, Drenaje, Ventana)
Destino
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Re: El Grimorio perdido [Interpretativo - Libre] [Cerrado]
El anciano de inmediato se negó en rotundo a volver al interior de la taberna, por el poco amable trato que había recibido de algunos de los clientes, pero en agradecimiento por su ayuda, reveló a la bruja el lugar donde podría encontrar la información que buscaba acerca de aquel poderoso libro. Elen lo siguió con la mirada mientras se alejaba dando saltitos sobre los charcos, como si no le importase en absoluto el tener las ropas empapadas ni el riesgo a enfermar por ello.
Comenzó a girarse para volver a la posada y tomar algunas cosas de su habitación antes de salir a buscar aquella mansión, pero se vio obligada a retroceder para evitar a una figura que salía a toda prisa del local, y que a punto estuvo de tropezar con ella. En aquel momento no le dio más importancia, apenas pudo ver los rasgos del sujeto antes de que se perdiese entre las calles, así que siguió su camino y subió al cuarto que había alquilado.
No llevaría mucho consigo, solo la daga y la bolsa de cuero en que guardaba algunas hierbas y parte del dinero que había ido ganando durante los últimos años, junto con algunos objetos de propiedades especiales que siempre venía bien tener a mano, por si acaso. Las espadas llamaban mucho la atención y hacían que resultase más complicado confiar en ella, así que decidió dejarlas allí de momento, aunque si la historia del grimorio era cierta y se animaba a ir tras él, volvería a buscarlas.
Abandonó la posada y caminó bajo la lluvia hasta los límites de la ciudad, justo donde el anciano le había dicho que se encontraba la Mansión Redstone, cuyo nombre no le sonaba a pesar de haber vivido un año en Lunargenta tiempo atrás. Se equivocó de camino en un par de ocasiones, terminando en callejones sin salida bastante semejantes al de aquella noche en que la maldición había llegado hasta ella, detalle que le hizo sentir un escalofrío.
Finalmente tras dar un par de vueltas encontró lo que buscaba, una antigua y tétrica edificación que daba la impresión de llevar abandonada muchos años, pero en cuyo interior debía haber alguien, por la extraña aura mágica que la envolvía. Para la bruja no resultó una sorpresa, teniendo en cuenta las características del objeto que la había traído hasta allí, así que se acercó a la puerta principal, que parecía estar cerrada.
Sin embargo, y para su sorpresa, la entrada se abrió al poco de que la de ojos verdes llegase ante ella, permitiéndole el paso al interior de la mansión con un chirriante sonido. La hechicera esperó unos instantes antes de cruzar el umbral y encontrarse en un largo pasillo poco iluminado, en el que se vio obligada a echar mano a su eléctrico elemento para crear una esfera de luz que le sirviese de guía.
- ¿Hola? ¿Hay alguien aquí? - preguntó mientras la puerta se cerraba tras ella, del mismo misterioso modo con que se había abierto. Una débil y oscilante luz, como la que creaban las velas y candelabros, llamó su atención desde la sala que se encontraba al final del pasillo, tomó aire y avanzó en aquella dirección, esperando encontrar al anciano para que le explicase los detalles de aquel grimorio desaparecido.
Comenzó a girarse para volver a la posada y tomar algunas cosas de su habitación antes de salir a buscar aquella mansión, pero se vio obligada a retroceder para evitar a una figura que salía a toda prisa del local, y que a punto estuvo de tropezar con ella. En aquel momento no le dio más importancia, apenas pudo ver los rasgos del sujeto antes de que se perdiese entre las calles, así que siguió su camino y subió al cuarto que había alquilado.
No llevaría mucho consigo, solo la daga y la bolsa de cuero en que guardaba algunas hierbas y parte del dinero que había ido ganando durante los últimos años, junto con algunos objetos de propiedades especiales que siempre venía bien tener a mano, por si acaso. Las espadas llamaban mucho la atención y hacían que resultase más complicado confiar en ella, así que decidió dejarlas allí de momento, aunque si la historia del grimorio era cierta y se animaba a ir tras él, volvería a buscarlas.
Abandonó la posada y caminó bajo la lluvia hasta los límites de la ciudad, justo donde el anciano le había dicho que se encontraba la Mansión Redstone, cuyo nombre no le sonaba a pesar de haber vivido un año en Lunargenta tiempo atrás. Se equivocó de camino en un par de ocasiones, terminando en callejones sin salida bastante semejantes al de aquella noche en que la maldición había llegado hasta ella, detalle que le hizo sentir un escalofrío.
Finalmente tras dar un par de vueltas encontró lo que buscaba, una antigua y tétrica edificación que daba la impresión de llevar abandonada muchos años, pero en cuyo interior debía haber alguien, por la extraña aura mágica que la envolvía. Para la bruja no resultó una sorpresa, teniendo en cuenta las características del objeto que la había traído hasta allí, así que se acercó a la puerta principal, que parecía estar cerrada.
Sin embargo, y para su sorpresa, la entrada se abrió al poco de que la de ojos verdes llegase ante ella, permitiéndole el paso al interior de la mansión con un chirriante sonido. La hechicera esperó unos instantes antes de cruzar el umbral y encontrarse en un largo pasillo poco iluminado, en el que se vio obligada a echar mano a su eléctrico elemento para crear una esfera de luz que le sirviese de guía.
- ¿Hola? ¿Hay alguien aquí? - preguntó mientras la puerta se cerraba tras ella, del mismo misterioso modo con que se había abierto. Una débil y oscilante luz, como la que creaban las velas y candelabros, llamó su atención desde la sala que se encontraba al final del pasillo, tomó aire y avanzó en aquella dirección, esperando encontrar al anciano para que le explicase los detalles de aquel grimorio desaparecido.
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Re: El Grimorio perdido [Interpretativo - Libre] [Cerrado]
El tipo había salido por la puerta, y Geralt fue detrás suyo, pero se topo con un elfo que lo miraba raro. No raro como todos los elfos, comparándolo con una ardilla o algo así, raro de verdad. Y a juzgar por la siguiente frase que pronuncio, también estaba interesado en el libro.
¿Azar? por esas cosas perdieron la guerra... Pero el tipo ya se había ido, corriendo como una liebre, como si unos pocos segundos le dieran alguna ventaja palpable en algo que llevaba perdido décadas... El también había oído a donde debía dirigirse, la mansión Redstone, a las afueras como la mayoría de las mansiones. El brujo tardo apenas cinco minutos en encontrar a alguien que le indicara el camino, usando una mezcla de su encanto personal y el de sus adorables bolas de pelo. Ya se conocía la ciudad, así que en cuando supo donde tenia que buscar, no tuvo el mas mínimo problema para ir a paso rápido, con Loki y Freya trotando detrás suyo.
Pero lo que le advirtió que habían llegado no fue la casa abandonada, que en un principio no identifico con la mansión, sino el súbito gruñir de sus lobos. Eran un par de cachorros tranquilos, que se habían comportado perfectamente incluso ante un trasgo, ahora tenían el lomo erizado y enseñaban los dientes. La causa estuvo clara en cuando su corazón se tranquilizo, de esa casa emanaba magia, de la espectacular, por lo que esa debía ser. Ahora quedaba un pequeño detalle, entrar, sutilmente, puesto que fundir o quemar esa enorme puerta de entrada sonaba muy cansado. El brujo giro por la izquierda, examinando la casa. Todo rico que se precie tenia un pasadizo secreto, o por lo menos una entrada secundaria, por si venia una turba de plebeyos con antorchas, pero no tenia tiempo para buscarlas, así que opto por la opción tradicional, una ventana a pie de calle, lo suficientemente baja como para que pudiera escalar sin ponerse en ridículo y lo suficientemente alejada de ojos curiosos como para que no llamaran a la guardia.
Y... estaba cerrada, pero eso no era un problema para alguien con tanta chispa como el. Romper una ventana estaba mal, no solo por la destrucción de propiedad ajena, sino porque hacia un ruido enorme. Pero el vidrio tenia cierta cualidad especial, al calentarse, se deformaba gracias a la gravedad, sin llegar a fundirse, por lo que al brujo le falto pasar un dedo alrededor del marco superior, izquierdo y derecho, para agarrar el rectángulo de vidrio y extraerlo repitiendo el proceso con la parte inferior. Sigiloso como una sombra, si me vieran los de la academia...
Después de darles unas palmaditas a sus lobos por no ladrar durante el proceso, los metió dentro y luego se introdujo el. Estaba algo oscuro, así que conjuro una llamita Loki, busca ordeno al negro. Así seria más rápido.
¿Azar? por esas cosas perdieron la guerra... Pero el tipo ya se había ido, corriendo como una liebre, como si unos pocos segundos le dieran alguna ventaja palpable en algo que llevaba perdido décadas... El también había oído a donde debía dirigirse, la mansión Redstone, a las afueras como la mayoría de las mansiones. El brujo tardo apenas cinco minutos en encontrar a alguien que le indicara el camino, usando una mezcla de su encanto personal y el de sus adorables bolas de pelo. Ya se conocía la ciudad, así que en cuando supo donde tenia que buscar, no tuvo el mas mínimo problema para ir a paso rápido, con Loki y Freya trotando detrás suyo.
Pero lo que le advirtió que habían llegado no fue la casa abandonada, que en un principio no identifico con la mansión, sino el súbito gruñir de sus lobos. Eran un par de cachorros tranquilos, que se habían comportado perfectamente incluso ante un trasgo, ahora tenían el lomo erizado y enseñaban los dientes. La causa estuvo clara en cuando su corazón se tranquilizo, de esa casa emanaba magia, de la espectacular, por lo que esa debía ser. Ahora quedaba un pequeño detalle, entrar, sutilmente, puesto que fundir o quemar esa enorme puerta de entrada sonaba muy cansado. El brujo giro por la izquierda, examinando la casa. Todo rico que se precie tenia un pasadizo secreto, o por lo menos una entrada secundaria, por si venia una turba de plebeyos con antorchas, pero no tenia tiempo para buscarlas, así que opto por la opción tradicional, una ventana a pie de calle, lo suficientemente baja como para que pudiera escalar sin ponerse en ridículo y lo suficientemente alejada de ojos curiosos como para que no llamaran a la guardia.
Y... estaba cerrada, pero eso no era un problema para alguien con tanta chispa como el. Romper una ventana estaba mal, no solo por la destrucción de propiedad ajena, sino porque hacia un ruido enorme. Pero el vidrio tenia cierta cualidad especial, al calentarse, se deformaba gracias a la gravedad, sin llegar a fundirse, por lo que al brujo le falto pasar un dedo alrededor del marco superior, izquierdo y derecho, para agarrar el rectángulo de vidrio y extraerlo repitiendo el proceso con la parte inferior. Sigiloso como una sombra, si me vieran los de la academia...
Después de darles unas palmaditas a sus lobos por no ladrar durante el proceso, los metió dentro y luego se introdujo el. Estaba algo oscuro, así que conjuro una llamita Loki, busca ordeno al negro. Así seria más rápido.
Geralt
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Re: El Grimorio perdido [Interpretativo - Libre] [Cerrado]
La extraña mansión parecía estar herméticamente cerrada, no solo físicamente, sino porque además la extraña energía parecía empujarlo hacia afuera, no se parecía a nada que el elfo hubiera sentido antes, y ni siquiera estaba dentro, recorrió los alrededores de la casa en busca de alguna entrada posible pero era en vano, aunque finalmente encontró la solución, una de las ventanas no tenía vidrio, al parecer se había roto hace tiempo y solo le habían puesto unas barras de madera en forma de equis para evitar que entraran por ella, Destino se trepó en la ventana y tras sujetarse del marco superior comenzó a patear las esquinas de las barras para hacerlas ceder, no era una tarea fácil, los elfos no se caracterizan por su fuerza, pero con algo de tiempo y constancia al final pido conseguirlo, aunque al caer al suelo las barras de madera, repartieron un sonido con ecos que viajarían seguramente por toda la casa - Adiós al sigilo - Murmuró el joven mientras se lanzaba hacia adentro de la extraña edificación, la presión de la magia concentrada era tal que a ratos parecía asfixiar al elfo, pero sabía que todo estaba en su mente.
Intentando mantenerse calmado recorrió algunos pasillos, el objetivo era llegar desde adentro a la puerta principal, desde ahí su intuición lo llevaría por el camino correcto, sin embargo, antes de llegar lo detuvo el tosco sonido de una rechinante vieja puerta, posteriormente el oscuro pasillo se iluminó por una pequeña esfera de luz en las manos de la intrusa - No puede ser, me han seguido - Susurró el paranoico elfo para sí mismo al ver entrar a la mansión a la joven bruja que antes casi había tropezado, eso haría todo más difícil, ¿Vendría a cazarlo a él o vendría a buscar el libro? Lo mejor era no averiguarlo y tratar de obtener el libro antes.
Destino se desvió de su camino intentando evitar a la bruja pero ignoraba que no eran los únicos en la mansión, caminaba hacia atrás manteniendo la mirada vigilante sobre el lento caminar de la bruja cuando sintió algunos pasos tras él, volteó de prisa para descubrir lo que era pero no había nada, o al menos nada arriba, al tratar de dar un paso acabó pisando a un pequeño animalejo el cual hizo un sonido que se escucharía por toda la mansión, al bajar la vista y detallar al animal mientras apartaba el pie, pudo recordar haber notado un ejemplar similar antes, junto al hombre de cabellos blancos, si el animal estaba acá, entonces ese hombre también, ahora estaba completamente atrapado, tras él, la bruja, frente a él, seguro aparecería de inmediato el otro sujeto, no quedaba más remedio que enfrentar a alguno, se alejó despacio hasta haber hecho suficiente distancia con respecto al animalejo y se internó a través de la primera puerta que pudo encontrar abierta, se descubrió entonces en un extraño y largo pasillo donde al final se podía ver una oscilante luz que se balanceaba lentamente como invitando a seguirla, la luz lo dejó casi hipnotizado al punto que olvidó cerrar la puerta, por lo que el pequeño lobo podría seguirlo sin dudas.
Avanzó de forma casi automática hasta llegar muy cerca de la luz, era una sala completamente circular con un pequeño candelabro en el centro, tres pasillos llevaban a la sala mientras al otro lado, tres puertas grandes cortaban el camino, sorpresivamente el tercer pasillo que llevaba a la sala se cerró por una puerta corrediza que lo dejaría sin manera alguna de escapar, ahora solo quedaba el pasillo por donde había llegado, donde seguro encontraría al dueño de los lobos, y el otro pasillo por donde seguro venía la bruja, retrocedió unos pasos y se preparó para enfrentar al que llegara primero, aunque en este momento, los brujos le resultaban menos amenazantes que la mansión en sí misma, tal vez haber entrado sin la información suficiente era un error, tal vez debía saber más antes de tomar el riesgo, pero ya era demasiado tarde para pensar en ello, sentía que los otros invasores se acercaban...
Intentando mantenerse calmado recorrió algunos pasillos, el objetivo era llegar desde adentro a la puerta principal, desde ahí su intuición lo llevaría por el camino correcto, sin embargo, antes de llegar lo detuvo el tosco sonido de una rechinante vieja puerta, posteriormente el oscuro pasillo se iluminó por una pequeña esfera de luz en las manos de la intrusa - No puede ser, me han seguido - Susurró el paranoico elfo para sí mismo al ver entrar a la mansión a la joven bruja que antes casi había tropezado, eso haría todo más difícil, ¿Vendría a cazarlo a él o vendría a buscar el libro? Lo mejor era no averiguarlo y tratar de obtener el libro antes.
Destino se desvió de su camino intentando evitar a la bruja pero ignoraba que no eran los únicos en la mansión, caminaba hacia atrás manteniendo la mirada vigilante sobre el lento caminar de la bruja cuando sintió algunos pasos tras él, volteó de prisa para descubrir lo que era pero no había nada, o al menos nada arriba, al tratar de dar un paso acabó pisando a un pequeño animalejo el cual hizo un sonido que se escucharía por toda la mansión, al bajar la vista y detallar al animal mientras apartaba el pie, pudo recordar haber notado un ejemplar similar antes, junto al hombre de cabellos blancos, si el animal estaba acá, entonces ese hombre también, ahora estaba completamente atrapado, tras él, la bruja, frente a él, seguro aparecería de inmediato el otro sujeto, no quedaba más remedio que enfrentar a alguno, se alejó despacio hasta haber hecho suficiente distancia con respecto al animalejo y se internó a través de la primera puerta que pudo encontrar abierta, se descubrió entonces en un extraño y largo pasillo donde al final se podía ver una oscilante luz que se balanceaba lentamente como invitando a seguirla, la luz lo dejó casi hipnotizado al punto que olvidó cerrar la puerta, por lo que el pequeño lobo podría seguirlo sin dudas.
Avanzó de forma casi automática hasta llegar muy cerca de la luz, era una sala completamente circular con un pequeño candelabro en el centro, tres pasillos llevaban a la sala mientras al otro lado, tres puertas grandes cortaban el camino, sorpresivamente el tercer pasillo que llevaba a la sala se cerró por una puerta corrediza que lo dejaría sin manera alguna de escapar, ahora solo quedaba el pasillo por donde había llegado, donde seguro encontraría al dueño de los lobos, y el otro pasillo por donde seguro venía la bruja, retrocedió unos pasos y se preparó para enfrentar al que llegara primero, aunque en este momento, los brujos le resultaban menos amenazantes que la mansión en sí misma, tal vez haber entrado sin la información suficiente era un error, tal vez debía saber más antes de tomar el riesgo, pero ya era demasiado tarde para pensar en ello, sentía que los otros invasores se acercaban...
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Off: Si deciden dejarse guiar por la hipnotizante luz del pasillo, al final encontrarán al elfo y el pasillo por donde entren se cerrará de forma similar al primero, dejándolos atrapados.
Destino
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Re: El Grimorio perdido [Interpretativo - Libre] [Cerrado]
La bruja se detuvo repentinamente al atisbar el contorno de una silueta no muy lejos de donde se encontraba, pero en cuestión de un pestañeo la figura dejó de estar donde la había visto para desaparecer a través de otro corredor, así que no pudo estar segura de sí era real o simplemente había sido idea suya. ¿Podía aquella casa estar jugando con su mente? No sería raro que la magia del lugar fuese capaz de crear ilusiones, para engañar a los intrusos o espantarlos, pero por alguna razón la luz seguía atrayéndola.
Un aullido de dolor, propio de alguna criatura no demasiado grande por lo agudo del sonido, se propagó a través de todas las estancias, alertándola de que no estaba sola. Su cuerpo se tensó de inmediato ante aquella idea, pero a pesar de ello siguió avanzando hacia adelante, aunque visiblemente más inquieta y atenta a cualquier nuevo ruido que pudiese delatar la posición del individuo que había visto anteriormente.
Aguzó el oído y pudo escuchar algunos pasos, que se dirigían hacia la sala en que estaba la luz y una vez allí se detenían, algo se deslizó con el característico sonido de una puerta, para luego dar paso a un profundo silencio. ¿Habría desde allí algún pasadizo secreto o algo semejante? Tendría que seguir avanzando para comprobarlo. Tras pensarlo durante unos segundos apagó la esfera de energía, para evitar con ello que cualquier extraño pudiese verla llegar y tener el factor sorpresa de su parte, al menos de momento.
Caminó lentamente hacia la sala, teniendo sumo cuidado para que sus pasos no hicieran el menor ruido mientras se acercaba, pero de poco le valdría en cuanto entrase en la estancia. Con la vista aún clavada en el candelabro, no reparó en la presencia del elfo hasta que el pasillo por el que había llegado se cerró de repente, a lo que reaccionó de forma instintiva girándose y apoyando ambas manos sobre la puerta que ahora la dejaba encerrada con aquel desconocido.
Lo observó por el rabillo del ojo durante un momento antes de volverse hacia él, mientras trataba de buscar en su apariencia y postura alguna pista que le permitiese determinar si podía ser un peligro para ella o no. Elen no guardaba ningún tipo de sentimiento negativo hacia los miembros de aquella raza que tanto habían combatido contra los suyos, ya que creía firmemente que mantener aquel odio entre brujos y elfos después de tanto tiempo tras el final de la guerra no servía de nada, ni ayudaba a progresar a ninguna de las dos razas.
Así pues levantó las manos de modo que el hombre pudiese verlas con claridad, adoptando una postura tranquila, con la que esperaba no ser considerada una amenaza. - No quiero problemas, he venido a investigar sobre un libro y cuando obtenga la información que busco me iré por donde he venido... Bueno, si la mansión me lo permite… - dijo con voz suave, antes de soltar un leve suspiro y reparar en que aún quedaba una salida, un tercer pasillo por el que quizá podría abandonar la sala en cuanto encontrase lo que andaba buscando.
- ¿Sois vos el que debe darme los detalles acerca del grimorio? la verdad es que esperaba encontrar al anciano...- añadió, mientras volvía a posar la vista sobre el elfo para tener controlados sus movimientos y que no pudiese atacarla sorpresivamente, ella no quería meterse en un enfrentamiento, pero si el extraño intentaba hacerle daño se defendería, eso estaba claro.
Un aullido de dolor, propio de alguna criatura no demasiado grande por lo agudo del sonido, se propagó a través de todas las estancias, alertándola de que no estaba sola. Su cuerpo se tensó de inmediato ante aquella idea, pero a pesar de ello siguió avanzando hacia adelante, aunque visiblemente más inquieta y atenta a cualquier nuevo ruido que pudiese delatar la posición del individuo que había visto anteriormente.
Aguzó el oído y pudo escuchar algunos pasos, que se dirigían hacia la sala en que estaba la luz y una vez allí se detenían, algo se deslizó con el característico sonido de una puerta, para luego dar paso a un profundo silencio. ¿Habría desde allí algún pasadizo secreto o algo semejante? Tendría que seguir avanzando para comprobarlo. Tras pensarlo durante unos segundos apagó la esfera de energía, para evitar con ello que cualquier extraño pudiese verla llegar y tener el factor sorpresa de su parte, al menos de momento.
Caminó lentamente hacia la sala, teniendo sumo cuidado para que sus pasos no hicieran el menor ruido mientras se acercaba, pero de poco le valdría en cuanto entrase en la estancia. Con la vista aún clavada en el candelabro, no reparó en la presencia del elfo hasta que el pasillo por el que había llegado se cerró de repente, a lo que reaccionó de forma instintiva girándose y apoyando ambas manos sobre la puerta que ahora la dejaba encerrada con aquel desconocido.
Lo observó por el rabillo del ojo durante un momento antes de volverse hacia él, mientras trataba de buscar en su apariencia y postura alguna pista que le permitiese determinar si podía ser un peligro para ella o no. Elen no guardaba ningún tipo de sentimiento negativo hacia los miembros de aquella raza que tanto habían combatido contra los suyos, ya que creía firmemente que mantener aquel odio entre brujos y elfos después de tanto tiempo tras el final de la guerra no servía de nada, ni ayudaba a progresar a ninguna de las dos razas.
Así pues levantó las manos de modo que el hombre pudiese verlas con claridad, adoptando una postura tranquila, con la que esperaba no ser considerada una amenaza. - No quiero problemas, he venido a investigar sobre un libro y cuando obtenga la información que busco me iré por donde he venido... Bueno, si la mansión me lo permite… - dijo con voz suave, antes de soltar un leve suspiro y reparar en que aún quedaba una salida, un tercer pasillo por el que quizá podría abandonar la sala en cuanto encontrase lo que andaba buscando.
- ¿Sois vos el que debe darme los detalles acerca del grimorio? la verdad es que esperaba encontrar al anciano...- añadió, mientras volvía a posar la vista sobre el elfo para tener controlados sus movimientos y que no pudiese atacarla sorpresivamente, ella no quería meterse en un enfrentamiento, pero si el extraño intentaba hacerle daño se defendería, eso estaba claro.
Elen Calhoun
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Re: El Grimorio perdido [Interpretativo - Libre] [Cerrado]
Su negro lobo empezó a trotar tranquilamente en la oscuridad, dejando tras de si poco más que el sonido de arañazos sobre el suelo gracias a su color. No le había dicho que tenia que buscar, pero era un lobo listo, seguro que encontraba el rastro de alguien y lo seguía. El brujo fue tras de el, siguiendo el sonido que hacia, acompañado de su pequeña llama, que le confería un aspecto fantasmagórico bastante chulo, pero su aspecto importo más bien poco en cuando oyó ese lastimoso quejido, que solo podía ser de Loki.
El brujo salio a la carrera hacia la siguiente sala, de donde procedía el ruido, con su llama oscilando por culpa del súbito movimiento, solo para encontrarse a una sombra fugitiva, demasiado lejos para ser calcinada por su insolencia. ¿Estas bien? enfoco al lobo. No tenia sangre, y se lamia la pata, pero la apoyaba sin problemas aparentes. Puede que no calcinara al culpable, no tanto. En cualquier caso, eso ahora no era importante, antes de castigarle, tenia que encontrarlo.
Y cuando el brujo se acerco hacia donde Loki estaba mirando con malicia, encontró una puerta, abierta. Demasiado fácil... Pero valía la pena mirar, algo le impulsaba a entrar. Era esa luz, esa luz era rara, un fuego normal no bailaba así... Más que por ese extraño efecto atrayente, el brujo se acerco por pura curiosidad científica, pisando con mucho cuidado, puesto que si hubiese sido el, habría puesto un enorme agujero en el suelo para que cayeran los pardillos.
Por suerte, ni el era un pardillo, ni había un agujero en el suelo, pero en esa sala lo que si había eran dos personas, una mujer de cabellos blancos y un tipo que reconoció como ese pirado del azar. El pasadizo por el que había entrado se cerro detrás de el, pero no se dio cuenta, tenia su atención centrada en como Loki le gruñía al elfo.
Vaya... parece que he encontrado al culpable fue lo único dijo, fríamente, mientras creaba una llama en su mano.
El brujo salio a la carrera hacia la siguiente sala, de donde procedía el ruido, con su llama oscilando por culpa del súbito movimiento, solo para encontrarse a una sombra fugitiva, demasiado lejos para ser calcinada por su insolencia. ¿Estas bien? enfoco al lobo. No tenia sangre, y se lamia la pata, pero la apoyaba sin problemas aparentes. Puede que no calcinara al culpable, no tanto. En cualquier caso, eso ahora no era importante, antes de castigarle, tenia que encontrarlo.
Y cuando el brujo se acerco hacia donde Loki estaba mirando con malicia, encontró una puerta, abierta. Demasiado fácil... Pero valía la pena mirar, algo le impulsaba a entrar. Era esa luz, esa luz era rara, un fuego normal no bailaba así... Más que por ese extraño efecto atrayente, el brujo se acerco por pura curiosidad científica, pisando con mucho cuidado, puesto que si hubiese sido el, habría puesto un enorme agujero en el suelo para que cayeran los pardillos.
Por suerte, ni el era un pardillo, ni había un agujero en el suelo, pero en esa sala lo que si había eran dos personas, una mujer de cabellos blancos y un tipo que reconoció como ese pirado del azar. El pasadizo por el que había entrado se cerro detrás de el, pero no se dio cuenta, tenia su atención centrada en como Loki le gruñía al elfo.
Vaya... parece que he encontrado al culpable fue lo único dijo, fríamente, mientras creaba una llama en su mano.
Geralt
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Re: El Grimorio perdido [Interpretativo - Libre] [Cerrado]
La situación se hacía más tensa a cada instante, la habitación parecía hacer un extraño sonido, como quejidos, lamentos, aunque era difícil de percibir, sería necesario un silencio absoluto y eso fue imposible tras la entrada de aquella mujer, lo cual desencadenó que se cerrara tras ella la segunda puerta, Destino se puso en guardia al instante, aunque la bruja levantó sus manos y se expresó con calma - No quiero problemas, he venido a investigar sobre un libro y cuando obtenga la información que busco me iré por donde he venido... Bueno, si la mansión me lo permite… - El elfo la observó unos instantes con algo de desconfianza antes de bajar la guardia – Destino tampoco quiere problemas, Destino solo piensa que no fue buena idea venir a este lugar – Expresó el joven con algo de desconfianza no solo hacia la mujer, sino hacia todo lo que le rodeaba.
Recorrió la sala deslizando sus dedos por las paredes hasta que la chica lo interrumpió de nuevo - ¿Sois vos el que debe darme los detalles acerca del grimorio? la verdad es que esperaba encontrar al anciano – Destino le respondió sin voltear a mirarla mientras seguía deslizando los dedos por la pared – Me temo que Destino sabe tanto o menos que tú acerca del libro… - Tras esto fue interrumpido por la entrada de un tercer sujeto, tras el cual se cerró la puerta restante aunque pareció no importarle, el lobo le gruñía al elfo agresivamente, aunque luego notaría que era la menor de las amenazas - Vaya... parece que he encontrado al culpable – Dijo el nuevo brujo mientras creaba una llama en su mano.
A punto estaba el elfo de ponerse en guardia ante la amenaza cuando la llama que los había atraído se hizo más grande y fuerte llamando la atención de los presentes, un fuerte brillo se apoderó de la sala eliminando la visibilidad, al recuperar la vista, Destino se encontró solo, en la misma sala, pero los otros ya no parecían estar ahí, sin embargo todo lo demás permanecía exactamente igual, a excepción de las tres puerta donde una de ellas se veía ahora entreabierta, sobre las puertas habían aparecido símbolos, un rayo a la izquierda, una esfera de fuego a la derecha y una esfera blanca en la puerta del centro – La senda del espíritu – Murmuró el elfo antes de dirigirse a ella, fuera una trampa o no, realmente no había más opción, era el único camino a seguir.
Al entrar a la puerta, ésta se cerró tras él – De nuevo atrapado – Dijo el chico al iniciar su camino, no sabía dónde estaba, o si estaba despierto, parecía un gran terreno donde se llevaría a cabo una batalla, una batalla de magia, a sus lados, druidas y brujos luchaban en completa desventaja para los de su raza, los cuales veía caer masacrados unos tras otros, los ojos del elfo se abrieron por completo ante semejante masacre – ¡¡Nooooooo!! – Gritó mientras llevaba las manos a su cara para cubrir sus ojos y caer de rodillas al piso, luego se levantó lleno de ira para atacar a los brujos que tenía cerca pero no lograba impactarlos, atravesaba sus cuerpos como meras ilusiones, sin embargo el elfo no dejaba de intentar atacarlos dejando escapar algunas lágrimas de rabia y frustración en su intento, luego intentó correr hacia los druidas heridos para tratar de sanarlos pero estos explotaban convirtiéndose en diminutas chispas brillantes al contacto con su mano, Destino miraba sus manos y se sentía lleno de impotencia, la arrogancia que lo caracterizaba parecía haber salido toda junto a sus lágrimas de desesperación hasta que finalmente se dejó caer de rodillas al piso murmurando – No puede ser real, nada de esto puede ser real – Intentó calmar sus emociones que se encontraban increíblemente alteradas para tratar de ver la situación con claridad, respiraba profundamente una y otra vez con los ojos cerrados mientras seguía escuchando el sonido de aquella salvaje batalla hasta que lentamente fueron desapareciendo los sonidos…
Recorrió la sala deslizando sus dedos por las paredes hasta que la chica lo interrumpió de nuevo - ¿Sois vos el que debe darme los detalles acerca del grimorio? la verdad es que esperaba encontrar al anciano – Destino le respondió sin voltear a mirarla mientras seguía deslizando los dedos por la pared – Me temo que Destino sabe tanto o menos que tú acerca del libro… - Tras esto fue interrumpido por la entrada de un tercer sujeto, tras el cual se cerró la puerta restante aunque pareció no importarle, el lobo le gruñía al elfo agresivamente, aunque luego notaría que era la menor de las amenazas - Vaya... parece que he encontrado al culpable – Dijo el nuevo brujo mientras creaba una llama en su mano.
A punto estaba el elfo de ponerse en guardia ante la amenaza cuando la llama que los había atraído se hizo más grande y fuerte llamando la atención de los presentes, un fuerte brillo se apoderó de la sala eliminando la visibilidad, al recuperar la vista, Destino se encontró solo, en la misma sala, pero los otros ya no parecían estar ahí, sin embargo todo lo demás permanecía exactamente igual, a excepción de las tres puerta donde una de ellas se veía ahora entreabierta, sobre las puertas habían aparecido símbolos, un rayo a la izquierda, una esfera de fuego a la derecha y una esfera blanca en la puerta del centro – La senda del espíritu – Murmuró el elfo antes de dirigirse a ella, fuera una trampa o no, realmente no había más opción, era el único camino a seguir.
Al entrar a la puerta, ésta se cerró tras él – De nuevo atrapado – Dijo el chico al iniciar su camino, no sabía dónde estaba, o si estaba despierto, parecía un gran terreno donde se llevaría a cabo una batalla, una batalla de magia, a sus lados, druidas y brujos luchaban en completa desventaja para los de su raza, los cuales veía caer masacrados unos tras otros, los ojos del elfo se abrieron por completo ante semejante masacre – ¡¡Nooooooo!! – Gritó mientras llevaba las manos a su cara para cubrir sus ojos y caer de rodillas al piso, luego se levantó lleno de ira para atacar a los brujos que tenía cerca pero no lograba impactarlos, atravesaba sus cuerpos como meras ilusiones, sin embargo el elfo no dejaba de intentar atacarlos dejando escapar algunas lágrimas de rabia y frustración en su intento, luego intentó correr hacia los druidas heridos para tratar de sanarlos pero estos explotaban convirtiéndose en diminutas chispas brillantes al contacto con su mano, Destino miraba sus manos y se sentía lleno de impotencia, la arrogancia que lo caracterizaba parecía haber salido toda junto a sus lágrimas de desesperación hasta que finalmente se dejó caer de rodillas al piso murmurando – No puede ser real, nada de esto puede ser real – Intentó calmar sus emociones que se encontraban increíblemente alteradas para tratar de ver la situación con claridad, respiraba profundamente una y otra vez con los ojos cerrados mientras seguía escuchando el sonido de aquella salvaje batalla hasta que lentamente fueron desapareciendo los sonidos…
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Off: Lo que ocurre ahora es una ilusión, Geralt y Elen siguen en la misma sala con la llama, pero no pueden verse, cada uno verá entreabierta solo la puerta que le corresponde de acuerdo a su elemento, al entrar, serán expuestos a sus peores temores o traumas de su pasado llevando a sus personajes a sus límites de resistencia mental… Suerte.Destino
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Re: El Grimorio perdido [Interpretativo - Libre] [Cerrado]
Elen se tranquilizó al escuchar las palabras del elfo, que tampoco quería tener problemas, y que al parecer solo empezaba a pensar que había sido mala idea acudir a aquella mansión, pensamiento que ella empezaba a compartir tras ver cómo iban quedando atrapados en la sala. Por desgracia no se trataba del informante que buscaba, así que tendría que seguir recorriendo las diferentes estancias de la vivienda hasta hallar a quien pudiese darle detalles más concretos del libro.
Sin embargo no tuvo ocasión de hacerlo, de hecho ni siquiera había empezado a moverse hacia el último pasillo abierto cuando por el entraron un hombre peliblanco y un par de cachorros de lobo. Todo empezó a cobrar sentido al ver la forma en que uno de los pequeños gruñía al elfo, dando una leve idea a la de ojos verdes sobre cuál había sido el motivo del agudo aullido que había escuchado poco antes.
Y tal como habían hecho las otras dos, la tercera entrada también se cerró repentinamente justo detrás de los recién llegados, dejándolos a todos atrapados en la habitación, que solo contaba con unas puertas aparentemente cerradas al otro extremo. ¿Acaso todo aquello no era más que una trampa?, una hábil estratagema del anciano para capturar a curiosos o interesados en la magia, podría tener sentido. Pero había algo que no cuadraba en aquella teoría, ¿qué podía sacar de ellos?
La llama que los había atraído hasta la sala se hizo más grande e intensa, llamando así la atención de todos, para acto seguido inundar el cuarto con un fuerte brillo y cegarlos momentáneamente. La de cabellos cenicientos estaba bastante acostumbrada al fulgor que desprendía su elemento, por lo que no tardó mucho en recuperar la visibilidad y encontrarse sola en la misma habitación. Frunció el ceño confundida por aquel nuevo misterio, antes de dirigir la vista hacia los símbolos que había sobre las puertas y cruzar la que estaba bajo el rayo, su elemento.
De repente no había absolutamente nada a su alrededor, como si de un momento a otro hubiese quedado completamente sumida en las tinieblas, pero pronto eso cambió, a peor. Sintió como un frío sobrenatural envolvía su cuerpo, clavándose como cuchillas en su piel, pero era incapaz de moverse. Un escalofrío recorrió su espalda al notar la gélida respiración del jinete en la nuca, cerró los ojos con fuerza y se dijo mentalmente una y otra vez que debía mantenerse calmada, solo así podría mantenerlos a raya. Pero en aquella ocasión eso no la ayudaría.
- ¿No nos echas de menos Elen? Llevas mucho tiempo evadiéndonos y eso no está nada bien, abre los ojos, quiero que veas algo…- la bruja hizo caso omiso a lo que la sombra decía, pero a través de sus cerrados párpados pudo notar como algo brillante comenzaba a extenderse, antes de que el frío fuese reemplazado por un calor abrasador y el silencio por gritos de dolor y llamadas de auxilio.
Conocía de sobra aquello, los jinetes siempre le mostraban sus brutales masacres y carnicerías en las pesadillas, pero en cierto modo se había vuelto inmune a aquellas visiones con el tiempo, pues tras verlas tantas veces se había insensibilizado ante la muerte. Aun así decidió no mirar, hasta que las voces comenzaron a resultarle terriblemente familiares. La peor escena posible se mostró ante sus ojos, al ver que aquellos a los que mataban y mutilaban ya no eran los extraños que siempre le mostraban, sino todas y cada una de las personas a las que apreciaba.
El fuego consumía sus cuerpos lentamente, alargando su sufrimiento para que la maga tuviese que ser testigo de ello, sin poder hacer nada al respecto. Apretó los dientes con rabia mientras veía morir a su hermano a manos de aquellos desgraciados espectros, que disfrutaban del dolor ajeno y se regodeaban en su cruenta obra. No debía caer en su juego, tenía que mantenerse lo más tranquila posible o ellos volverían a tener el control de la situación, pero hacerlo resultaba mucho más difícil cuando eran sus familiares y seres queridos los que sufrían.
Y a pesar de que todo fuese mentira, de que los jinetes no hubiesen podido dañar aún a más gente, la hechicera sabía que aquella horrible visión podía llegar a ser una realidad si no se les detenía a tiempo, si se les permitía hallar la forma de abandonar el plano en que se encontraban para llegar al suyo y sembrar el caos a su paso, lo que supondría el fin. La rabia comenzó a dominar su cuerpo con rapidez, permitiéndole poco a poco empezar a moverse hacia el trono de huesos sobre el que siempre la esperaba la muerte en su forma de sombra, aunque esta vez no estaba sola.
Tenía a su madre, pálida, ojerosa y sin voluntad, reducida a ser una simple esclava del mal, con la que divertirse y a la que manejar como si de una vulgar marioneta se tratase. Yennefer estaba semidesnuda y tenía la mirada perdida en un punto lejano, mientras su amo sostenía la cadena que le rodeaba el cuello y acercaba sus esqueléticos dedos a su rostro. - ¡No la toques! - gritó la bruja a pleno pulmón, sintiendo como la sangre le hervía en las venas y le resultaba imposible calmarse.
- Elen… me alegra verte de nuevo, tu madre te echaba de menos…- dijo con frialdad, al tiempo que acariciaba los negros cabellos como ala de cuervo de su prisionera. - ¡Aparta tus sucias manos de ella! - volvió a gritar, avanzando hacia ellos y dejando que la electricidad la envolviese cada vez más, hasta apoderarse de todo su cuerpo. La muerte tiró de la cadena con que la controlaba, consiguiendo que el frágil y consumido cuerpo de su madre, marcado por las múltiples heridas que le habían hecho, se hiciera pedazos.
- Sabes bien que no la quiero a ella, pero llevo demasiado tiempo esperando a que decidas entregarte a las sombras Elen, si no lo haces pronto me veré obligado a darte ciertos incentivos, como el arrebatarte todo cuanto quieres. - La joven ya no podía soportar aquella visión, había padecido bastante durante los últimos años por culpa de la maldición y no estaba dispuesta a permitir que los jinetes dañasen a su familia, de ningún modo.
- ¡Maldita criatura! ¡Acabaré contigo aunque sea lo último que haga! - gritó mientras se abalanzaba envuelta en rayos contra la sombra, deseando con todas sus fuerzas destrozarla. Pero eso no ocurrió, traspasó sin más al espectro y quedó de rodillas sobre el suelo, con los ojos empañados en lágrimas de la impotencia. Debía buscar el modo de acabar con todo aquello, pero por el momento solo podía cubrirse los oídos para dejar de escucharlos, hasta que los jinetes dejaron de llamarla.
Sin embargo no tuvo ocasión de hacerlo, de hecho ni siquiera había empezado a moverse hacia el último pasillo abierto cuando por el entraron un hombre peliblanco y un par de cachorros de lobo. Todo empezó a cobrar sentido al ver la forma en que uno de los pequeños gruñía al elfo, dando una leve idea a la de ojos verdes sobre cuál había sido el motivo del agudo aullido que había escuchado poco antes.
Y tal como habían hecho las otras dos, la tercera entrada también se cerró repentinamente justo detrás de los recién llegados, dejándolos a todos atrapados en la habitación, que solo contaba con unas puertas aparentemente cerradas al otro extremo. ¿Acaso todo aquello no era más que una trampa?, una hábil estratagema del anciano para capturar a curiosos o interesados en la magia, podría tener sentido. Pero había algo que no cuadraba en aquella teoría, ¿qué podía sacar de ellos?
La llama que los había atraído hasta la sala se hizo más grande e intensa, llamando así la atención de todos, para acto seguido inundar el cuarto con un fuerte brillo y cegarlos momentáneamente. La de cabellos cenicientos estaba bastante acostumbrada al fulgor que desprendía su elemento, por lo que no tardó mucho en recuperar la visibilidad y encontrarse sola en la misma habitación. Frunció el ceño confundida por aquel nuevo misterio, antes de dirigir la vista hacia los símbolos que había sobre las puertas y cruzar la que estaba bajo el rayo, su elemento.
De repente no había absolutamente nada a su alrededor, como si de un momento a otro hubiese quedado completamente sumida en las tinieblas, pero pronto eso cambió, a peor. Sintió como un frío sobrenatural envolvía su cuerpo, clavándose como cuchillas en su piel, pero era incapaz de moverse. Un escalofrío recorrió su espalda al notar la gélida respiración del jinete en la nuca, cerró los ojos con fuerza y se dijo mentalmente una y otra vez que debía mantenerse calmada, solo así podría mantenerlos a raya. Pero en aquella ocasión eso no la ayudaría.
- ¿No nos echas de menos Elen? Llevas mucho tiempo evadiéndonos y eso no está nada bien, abre los ojos, quiero que veas algo…- la bruja hizo caso omiso a lo que la sombra decía, pero a través de sus cerrados párpados pudo notar como algo brillante comenzaba a extenderse, antes de que el frío fuese reemplazado por un calor abrasador y el silencio por gritos de dolor y llamadas de auxilio.
Conocía de sobra aquello, los jinetes siempre le mostraban sus brutales masacres y carnicerías en las pesadillas, pero en cierto modo se había vuelto inmune a aquellas visiones con el tiempo, pues tras verlas tantas veces se había insensibilizado ante la muerte. Aun así decidió no mirar, hasta que las voces comenzaron a resultarle terriblemente familiares. La peor escena posible se mostró ante sus ojos, al ver que aquellos a los que mataban y mutilaban ya no eran los extraños que siempre le mostraban, sino todas y cada una de las personas a las que apreciaba.
El fuego consumía sus cuerpos lentamente, alargando su sufrimiento para que la maga tuviese que ser testigo de ello, sin poder hacer nada al respecto. Apretó los dientes con rabia mientras veía morir a su hermano a manos de aquellos desgraciados espectros, que disfrutaban del dolor ajeno y se regodeaban en su cruenta obra. No debía caer en su juego, tenía que mantenerse lo más tranquila posible o ellos volverían a tener el control de la situación, pero hacerlo resultaba mucho más difícil cuando eran sus familiares y seres queridos los que sufrían.
Y a pesar de que todo fuese mentira, de que los jinetes no hubiesen podido dañar aún a más gente, la hechicera sabía que aquella horrible visión podía llegar a ser una realidad si no se les detenía a tiempo, si se les permitía hallar la forma de abandonar el plano en que se encontraban para llegar al suyo y sembrar el caos a su paso, lo que supondría el fin. La rabia comenzó a dominar su cuerpo con rapidez, permitiéndole poco a poco empezar a moverse hacia el trono de huesos sobre el que siempre la esperaba la muerte en su forma de sombra, aunque esta vez no estaba sola.
Tenía a su madre, pálida, ojerosa y sin voluntad, reducida a ser una simple esclava del mal, con la que divertirse y a la que manejar como si de una vulgar marioneta se tratase. Yennefer estaba semidesnuda y tenía la mirada perdida en un punto lejano, mientras su amo sostenía la cadena que le rodeaba el cuello y acercaba sus esqueléticos dedos a su rostro. - ¡No la toques! - gritó la bruja a pleno pulmón, sintiendo como la sangre le hervía en las venas y le resultaba imposible calmarse.
- Elen… me alegra verte de nuevo, tu madre te echaba de menos…- dijo con frialdad, al tiempo que acariciaba los negros cabellos como ala de cuervo de su prisionera. - ¡Aparta tus sucias manos de ella! - volvió a gritar, avanzando hacia ellos y dejando que la electricidad la envolviese cada vez más, hasta apoderarse de todo su cuerpo. La muerte tiró de la cadena con que la controlaba, consiguiendo que el frágil y consumido cuerpo de su madre, marcado por las múltiples heridas que le habían hecho, se hiciera pedazos.
- Sabes bien que no la quiero a ella, pero llevo demasiado tiempo esperando a que decidas entregarte a las sombras Elen, si no lo haces pronto me veré obligado a darte ciertos incentivos, como el arrebatarte todo cuanto quieres. - La joven ya no podía soportar aquella visión, había padecido bastante durante los últimos años por culpa de la maldición y no estaba dispuesta a permitir que los jinetes dañasen a su familia, de ningún modo.
- ¡Maldita criatura! ¡Acabaré contigo aunque sea lo último que haga! - gritó mientras se abalanzaba envuelta en rayos contra la sombra, deseando con todas sus fuerzas destrozarla. Pero eso no ocurrió, traspasó sin más al espectro y quedó de rodillas sobre el suelo, con los ojos empañados en lágrimas de la impotencia. Debía buscar el modo de acabar con todo aquello, pero por el momento solo podía cubrirse los oídos para dejar de escucharlos, hasta que los jinetes dejaron de llamarla.
Elen Calhoun
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Re: El Grimorio perdido [Interpretativo - Libre] [Cerrado]
Antes de poder chamuscar a ese elfo raro o de hablarle a la peliblanca, esa llama tan curiosa lo cegó. Algún truco raro de magia elfica, seguro, en cuando recuperara la visión se lo iba a... Y de repente estaba solo en esa misma sala, curioso.Y aun más curioso era el hecho de que la puerta con el símbolo de la llama estaba abierto.
Es como si esa llama me... llamara que chiste más horrible, casi espero que le cayera un rayo, pero eso no pasaría, estaba a cubierto. Sin más dilación, el brujo entro.
Y en cuando la puerta se cerro tras de si y sus cachorros, se vio envuelto de trigo. Se había metido de alguna manera en medio de un campo de trigo, con las espigas rozándole las manos, a punto de ser cosechadas. Siguió avanzando, bajo los potentes rayos del sol, hasta oler algo familiar, el estofado de su madre. Estaba en las islas, en casa. Eso debería haberle parecido raro, pero en ese momento estaba demasiado ocupado corriendo hacia la cabaña que había identificado como su casa.
Pero había vuelto solo para que la historia se repitiera, en cuando abrió la puerta, le inundo el olor a miedo, sangre y otros fluidos. La ultima vez había vomitado todo lo que tenia dentro durante casi un cuarto de hora antes de darse cuenta de la situación, pero se había insensibilizado a la muerte con los años, por lo que eso acelero las cosas, haciendo que el asco dejara paso a la pena posterior. Su padre y su madre, asesinados, el brujo no pudo hacer nada más que caer de rodillas, con lagrimas en los ojos. De nada sirvió el consuelo de Loki y Freya, que le golpeaban suavemente con los morros.
En el pasado, le costo casi un mes de sollozos y escasas comidas para que diera el siguiente paso, pero una risotada a sus espaldas volvió a darle un empujoncito. Si no hubiera estado cegado por la ira, con la sed de venganza ardiéndole en las venas, por el ardiente fuego en su mente comparable al de un enorme infierno llameante, se habría dado cuenta que la cara de ese hombre de pelos negros era demasiado genérica. Sus ojos, nariz, orejas y boca no parecían ser parte de la misma cara, eran un recorte de varias personas, provocado seguramente por el desconocimiento de la cara del autor real. Pero en vez de ese profundo pensamiento, de su interior salio una llamarada.
Al menos esa era la idea, puesto que de su mano extendida apenas salio algo más grande que la llama de una vela. El brujo volvió a probarlo, con el mismo resultado. El siguiente paso fue usar la telequinesis, aunque ni siquiera pudo levantar un triste pedrusco. Pero por lo menos su espada seguía allí, el rugoso tacto de la empuñadura lo tranquilizo mientras la desenvainaba, aunque sus movimientos eran torpes y poco elegantes y solo consiguió que su enemigo riera aun más, indemne. Pero dos sonidos le sacaron de su ensimismamiento, dos gemidos de dolor procedentes de sus lobos, que se estaban convirtiendo poco a poco en piedra.
Eso rompió algo en el interior del brujo. Quería a esas bolas de pelo, hacia poco que los tenia, pero ya eran su familia, su única familia, todo lo que le quedaba en ese mundo, no toleraría perder a nadie más, aunque tuviese que abrirse las venas y usar su sangre como combustible. La llama en su interior ya no era un infierno desatado, vengativo, ahora era una simple vela, firme, calmada, brillante y, al mismo tiempo, negra como la más oscura noche.
Es como si esa llama me... llamara que chiste más horrible, casi espero que le cayera un rayo, pero eso no pasaría, estaba a cubierto. Sin más dilación, el brujo entro.
Y en cuando la puerta se cerro tras de si y sus cachorros, se vio envuelto de trigo. Se había metido de alguna manera en medio de un campo de trigo, con las espigas rozándole las manos, a punto de ser cosechadas. Siguió avanzando, bajo los potentes rayos del sol, hasta oler algo familiar, el estofado de su madre. Estaba en las islas, en casa. Eso debería haberle parecido raro, pero en ese momento estaba demasiado ocupado corriendo hacia la cabaña que había identificado como su casa.
Pero había vuelto solo para que la historia se repitiera, en cuando abrió la puerta, le inundo el olor a miedo, sangre y otros fluidos. La ultima vez había vomitado todo lo que tenia dentro durante casi un cuarto de hora antes de darse cuenta de la situación, pero se había insensibilizado a la muerte con los años, por lo que eso acelero las cosas, haciendo que el asco dejara paso a la pena posterior. Su padre y su madre, asesinados, el brujo no pudo hacer nada más que caer de rodillas, con lagrimas en los ojos. De nada sirvió el consuelo de Loki y Freya, que le golpeaban suavemente con los morros.
En el pasado, le costo casi un mes de sollozos y escasas comidas para que diera el siguiente paso, pero una risotada a sus espaldas volvió a darle un empujoncito. Si no hubiera estado cegado por la ira, con la sed de venganza ardiéndole en las venas, por el ardiente fuego en su mente comparable al de un enorme infierno llameante, se habría dado cuenta que la cara de ese hombre de pelos negros era demasiado genérica. Sus ojos, nariz, orejas y boca no parecían ser parte de la misma cara, eran un recorte de varias personas, provocado seguramente por el desconocimiento de la cara del autor real. Pero en vez de ese profundo pensamiento, de su interior salio una llamarada.
Al menos esa era la idea, puesto que de su mano extendida apenas salio algo más grande que la llama de una vela. El brujo volvió a probarlo, con el mismo resultado. El siguiente paso fue usar la telequinesis, aunque ni siquiera pudo levantar un triste pedrusco. Pero por lo menos su espada seguía allí, el rugoso tacto de la empuñadura lo tranquilizo mientras la desenvainaba, aunque sus movimientos eran torpes y poco elegantes y solo consiguió que su enemigo riera aun más, indemne. Pero dos sonidos le sacaron de su ensimismamiento, dos gemidos de dolor procedentes de sus lobos, que se estaban convirtiendo poco a poco en piedra.
Eso rompió algo en el interior del brujo. Quería a esas bolas de pelo, hacia poco que los tenia, pero ya eran su familia, su única familia, todo lo que le quedaba en ese mundo, no toleraría perder a nadie más, aunque tuviese que abrirse las venas y usar su sangre como combustible. La llama en su interior ya no era un infierno desatado, vengativo, ahora era una simple vela, firme, calmada, brillante y, al mismo tiempo, negra como la más oscura noche.
Geralt
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Re: El Grimorio perdido [Interpretativo - Libre] [Cerrado]
Finalmente el ensordecedor silencio de la soledad llenó los oídos del elfo quien se descubrió al abrir los ojos, en una sala circular completamente oscura, que lentamente se iba iluminando, había algo extraño en ese lugar, el ambiente ya no se sentía pesado como en el resto de la mansión, más bien parecía un lugar donde no existía la magia; pudo ver a su alrededor a la mujer y el sujeto de cabello blanco a quienes había visto en la otra sala, sus caras mostraban síntomas de desesperación y cansancio, pero frente a ellos había algo más importante que cualquier cosa, tenía la ventaja de haberse recuperado primero, los otros parecían aún estar en shock o superando el momento, así que se levantó y caminó hacia el centro de la sala donde, sobre un pequeño altar se encontraba un extraño libro negro del cual emanaba un extraño vapor de un color violeta, la curiosidad del elfo le llevó a caminar de prisa hacia el libro que se encontraba rodeado de unas pequeñas pero resistentes cadenas que no le permitirían retirarlo, frente al altar, había un pequeño frasco vacío junto a otros 5 de diferentes colores, amarillo, azul, rojo, negro y blanco, mientras que sobre el altar había una esfera de color verde oscuro, la respuesta parecía sencilla, juntar colores en el frasco vacío hasta obtener el mismo que se veía en el altar, no era nada seguro, pero debía intentarlo antes que los otros se lo evitaran, pues ya comenzaban a despertar.
Destino se dio prisa en mezclar los líquidos fallando por ello un par de veces, debía mezclar la cantidad correcta de amarillo y azul hasta lograr el verde, y posteriormente agregar pizcas de negro para oscurecer la mezcla, finalmente lo consiguió, una luz se parpadeó en el altar mientras el pequeño frasco con la mezcla del color indicado se mostraba tentadora para tomarla, pero ¿ahora qué? Destino la levantó y la olió y se hizo una idea de lo que era, dejó caer unas gotas sobre la cadena que sujetaba al libro y esta comenzó a ser corroída por la sustancia que acabó siendo algún tipo de ácido, sabiendo la respuesta se apresuró a derretir todas las cadenas hasta liberar el libro y tomarlo de prisa antes que los otros terminaran de levantarse.
Sin embargo, al poner sus manos en el grimorio, el vapor violeta se expandió en el aire alrededor de su cuerpo y tras girar un par de veces entró a su pecho, los ojos del elfo se tornaron rojos y su voz se hizo más gruesa - SOY LIBRE - Exclamó para luego soltar una fuerte risa - YA NO NECESITARÉ MÁS CUERPOS PARA PROBAR, HE ENCONTRADO EL INDICADO - Dijo en voz alta mientras se lanzaba al ataque, primero iría contra la mujer de cabellos blancos al ser la primera en reaccionar, al comienzo lanzaría un golpe a su rostro intentando impactarla, aunque el espíritu aún no tenía completo control del cuerpo del elfo, por lo que no sería difícil evadirlo, sin embargo, al pasar el tiempo iría adquiriendo mayor control y sería imparable si no lo detenían rápido…
Destino se dio prisa en mezclar los líquidos fallando por ello un par de veces, debía mezclar la cantidad correcta de amarillo y azul hasta lograr el verde, y posteriormente agregar pizcas de negro para oscurecer la mezcla, finalmente lo consiguió, una luz se parpadeó en el altar mientras el pequeño frasco con la mezcla del color indicado se mostraba tentadora para tomarla, pero ¿ahora qué? Destino la levantó y la olió y se hizo una idea de lo que era, dejó caer unas gotas sobre la cadena que sujetaba al libro y esta comenzó a ser corroída por la sustancia que acabó siendo algún tipo de ácido, sabiendo la respuesta se apresuró a derretir todas las cadenas hasta liberar el libro y tomarlo de prisa antes que los otros terminaran de levantarse.
Sin embargo, al poner sus manos en el grimorio, el vapor violeta se expandió en el aire alrededor de su cuerpo y tras girar un par de veces entró a su pecho, los ojos del elfo se tornaron rojos y su voz se hizo más gruesa - SOY LIBRE - Exclamó para luego soltar una fuerte risa - YA NO NECESITARÉ MÁS CUERPOS PARA PROBAR, HE ENCONTRADO EL INDICADO - Dijo en voz alta mientras se lanzaba al ataque, primero iría contra la mujer de cabellos blancos al ser la primera en reaccionar, al comienzo lanzaría un golpe a su rostro intentando impactarla, aunque el espíritu aún no tenía completo control del cuerpo del elfo, por lo que no sería difícil evadirlo, sin embargo, al pasar el tiempo iría adquiriendo mayor control y sería imparable si no lo detenían rápido…
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Off: Notas.1. En esta sala no se puede usar magia, disponen solo de sus habilidades pasivas y físicas.
2. Arcanos, aunque sea un tipo de magia, se puede realizar de forma moderada.
3. Solo Geralt por su pasiva, puede manipular el libro y tratar de volver a encerrar al espíritu.
4. Elen, dejo a mi personaje a tu criterio si deseas moverlo, básicamente te ataca cuerpo a cuerpo, puedes golpearlo cuanto desees para defenderte, ya luego podrías usar alquimia para preparar alguna poción sanadora.
Destino
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Re: El Grimorio perdido [Interpretativo - Libre] [Cerrado]
Tras unos instantes, que para ella resultaron eternos, las voces de las sombras se acallaron, dando paso a un profundo silencio, mientras la terrible escena se desdibujaba ante sus ojos, para poco después devolverla a la sala en que había estado hasta hacía bien poco. Se enjugó las lágrimas y miró a su alrededor, sin terminar de entender por qué la mansión estaba haciéndoles pasar por eso, ya que por las expresiones de los otros presentes quedaba claro que no había sido la única en tener una negativa vivencia.
El elfo fue el primero en recuperarse, se levantó y avanzó con rapidez hacia el centro de la sala, en que ahora se encontraba un altar sobre el que descansaba el grimorio, envuelto con una resistente cadena. La bruja trataba de relajar su respiración, que se había agitado bastante por culpa de la terrible visión, con lo que no vigiló lo que hacía Destino, hasta que escucho el metálico sonido que indicaba la liberación del mágico libro.
De inmediato alzó la vista y se levantó, justo a tiempo de ver como un humo violeta se extendía alrededor del elfo y giraba en torno a su cuerpo, para acto seguido introducirse en su pecho, de una forma muy similar a la que había usado la maldición para entrar en ella, eso no podía ser bueno. Siempre se debía tener cuidado al manipular un objeto mágico de efecto desconocido, pero al parecer el extraño no había tenido eso en cuenta y ahora esa imprudencia les traería problemas.
- No, poseídos otra vez no…- alcanzó a decir, tras escuchar cómo la voz le cambiaba hasta volverse más grave y el color de sus ojos tornaba hasta adoptar un tono rojizo. Por alguna razón centró su atención en ella antes que en el otro peliblanco, pasando al ataque con un golpe dirigido a su rostro, que no llego a impactar en el objetivo gracias a la falta de control sobre su nuevo cuerpo.
Elen evadió el golpe y retrocedió para poner algo de distancia entre ellos, ya había visto algo semejante en la llanura y el recipiente no tenía culpa de nada, pero para detener lo que tenía en su interior se vería obligada a reducirlo. Levantó una mano en su dirección y trató de usar su eléctrico elemento para aturdirlo, pero la sorpresa y confusión se adueñaron de su expresión al darse cuenta de que no podía hacer magia, la maldita sala no se lo permitía.
Repitió la acción un par de veces, pero sin ningún cambio en el resultado, cosa que la hizo sentir débil y consiguió preocuparla, por lo acostumbrada que estaba a salir de los apuros utilizando sus poderes. Esquivó un nuevo ataque del poseído al tiempo que sacaba la daga de su funda, aunque no deseaba dañarlo de gravedad. - Detente, no quiero hacerte daño. - habló, tratando más de comunicarse con lo que pudiese quedar del verdadero dueño en el interior, pero sabía que era complicado resistirse a una posesión.
- ¡Eh despierta! Necesito un poco de ayuda. - añadió al pasar cerca del peliblanco, que aún no había terminado de reaccionar ante lo que la sala le hubiese mostrado. Destino volvió a lanzar un golpe contra ella, ésta vez orientado hacia el brazo con que sostenía el arma, así que tuvo que reaccionar para defenderse. Sin embargo no usó la daga, ya prefería no abrirle una herida, así que optó por echar mano a uno de los candelabros y arrojárselo, lo que le obligó a cubrirse el rostro, recibiendo el daño por quemaduras en la palma de la mano más adelantada.
Aquello dolería, pero sería más fácil de curar que un corte y una vez tratado no dejaría marca, además de evitar con ello la pérdida de sangre innecesaria. Sin embargo, el espíritu siguió avanzando hacia ella, haciendo poco caso al daño que acababa de recibir para volver a intentar golpearla. Y a la tercera lo consiguió, asestándole un contundente puñetazo en el costado, mientras a la de cabellos cenicientos no le quedaba más remedio que defenderse con el filo de su afilada daga.
No la hundió en su piel, se limitó a hacerle un corte superficial a la altura del pecho y volvió a retroceder, poniendo tanta distancia con el poseído como le fue posible. Desvió la vista hacia el tercero en discordia, en busca de un poco de ayuda para que entre ambos consiguieran reducir al elfo y hallar la manera de sacar aquel espíritu de su interior, luego ella se ocuparía de curar sus heridas con las hierbas y pócimas que llevaba en la bolsa de cuero.
Off: Te he cortado un poquito pero tranquilo, en cuanto te trate no quedará ni huella de la herida xD
El elfo fue el primero en recuperarse, se levantó y avanzó con rapidez hacia el centro de la sala, en que ahora se encontraba un altar sobre el que descansaba el grimorio, envuelto con una resistente cadena. La bruja trataba de relajar su respiración, que se había agitado bastante por culpa de la terrible visión, con lo que no vigiló lo que hacía Destino, hasta que escucho el metálico sonido que indicaba la liberación del mágico libro.
De inmediato alzó la vista y se levantó, justo a tiempo de ver como un humo violeta se extendía alrededor del elfo y giraba en torno a su cuerpo, para acto seguido introducirse en su pecho, de una forma muy similar a la que había usado la maldición para entrar en ella, eso no podía ser bueno. Siempre se debía tener cuidado al manipular un objeto mágico de efecto desconocido, pero al parecer el extraño no había tenido eso en cuenta y ahora esa imprudencia les traería problemas.
- No, poseídos otra vez no…- alcanzó a decir, tras escuchar cómo la voz le cambiaba hasta volverse más grave y el color de sus ojos tornaba hasta adoptar un tono rojizo. Por alguna razón centró su atención en ella antes que en el otro peliblanco, pasando al ataque con un golpe dirigido a su rostro, que no llego a impactar en el objetivo gracias a la falta de control sobre su nuevo cuerpo.
Elen evadió el golpe y retrocedió para poner algo de distancia entre ellos, ya había visto algo semejante en la llanura y el recipiente no tenía culpa de nada, pero para detener lo que tenía en su interior se vería obligada a reducirlo. Levantó una mano en su dirección y trató de usar su eléctrico elemento para aturdirlo, pero la sorpresa y confusión se adueñaron de su expresión al darse cuenta de que no podía hacer magia, la maldita sala no se lo permitía.
Repitió la acción un par de veces, pero sin ningún cambio en el resultado, cosa que la hizo sentir débil y consiguió preocuparla, por lo acostumbrada que estaba a salir de los apuros utilizando sus poderes. Esquivó un nuevo ataque del poseído al tiempo que sacaba la daga de su funda, aunque no deseaba dañarlo de gravedad. - Detente, no quiero hacerte daño. - habló, tratando más de comunicarse con lo que pudiese quedar del verdadero dueño en el interior, pero sabía que era complicado resistirse a una posesión.
- ¡Eh despierta! Necesito un poco de ayuda. - añadió al pasar cerca del peliblanco, que aún no había terminado de reaccionar ante lo que la sala le hubiese mostrado. Destino volvió a lanzar un golpe contra ella, ésta vez orientado hacia el brazo con que sostenía el arma, así que tuvo que reaccionar para defenderse. Sin embargo no usó la daga, ya prefería no abrirle una herida, así que optó por echar mano a uno de los candelabros y arrojárselo, lo que le obligó a cubrirse el rostro, recibiendo el daño por quemaduras en la palma de la mano más adelantada.
Aquello dolería, pero sería más fácil de curar que un corte y una vez tratado no dejaría marca, además de evitar con ello la pérdida de sangre innecesaria. Sin embargo, el espíritu siguió avanzando hacia ella, haciendo poco caso al daño que acababa de recibir para volver a intentar golpearla. Y a la tercera lo consiguió, asestándole un contundente puñetazo en el costado, mientras a la de cabellos cenicientos no le quedaba más remedio que defenderse con el filo de su afilada daga.
No la hundió en su piel, se limitó a hacerle un corte superficial a la altura del pecho y volvió a retroceder, poniendo tanta distancia con el poseído como le fue posible. Desvió la vista hacia el tercero en discordia, en busca de un poco de ayuda para que entre ambos consiguieran reducir al elfo y hallar la manera de sacar aquel espíritu de su interior, luego ella se ocuparía de curar sus heridas con las hierbas y pócimas que llevaba en la bolsa de cuero.
Off: Te he cortado un poquito pero tranquilo, en cuanto te trate no quedará ni huella de la herida xD
Elen Calhoun
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Re: El Grimorio perdido [Interpretativo - Libre] [Cerrado]
El brujo recobro la conciencia, no tan rápido como el abraza arboles, pero si tanto como su compañera peliblanca, justo a tiempo de ver como ese elfo era poseído. Error de novato, por eso perdieron la guerra. Sin embargo, gracias a que el elfo no suponía un peligro inmediato, tuvo tiempo de ordenar sus pensamientos, de calmar sus latidos. Lo primero que intento fue calcinarlo, pero por más que se esforzaba, nada salia, su poder mágico se diluía de alguna manera en esa sala, eso era curioso, peligrosamente curioso.
Pero la peliblanca lo saco de su ensimismamiento. SI no podía calcinarlo, volvería a meterlo en el libro, y si de paso metía al elfo, bueno, mala suerte, eran daños colaterales. Geralt avanzo hacia el grimorio, era sorprendentemente suave, tenia que descubrir de donde habían sacado el cuero del encuadernado. Un momento, eso era una oreja, una oreja humana. Oh. Oyó un ruido procedente de la pelea. Si, ya voy... pesados Aunque, la verdad, allí había cosas muy interesantes, petrificación, maldiciones, control mental, incluso había una cosa para lanzar un pedazo de cielo. Eso de lanzar un meteorito sonaba glorioso... Se lo llevaría a casa, pero primero tenia que probarlo, para asegurarse de que funcionaba y que hacia lo que decía, a ser posible en alguien que no tuviera nada que perder, como el elfo.
Cada pagina representaba un conjuro diferente, por lo que solo tenia que encontrar la palabra exorcismo. Pero no la conocía en arcano, mierda. En su lugar, busco sinónimos, "expulsar al mal", "sellado" o "espíritu", hasta que al final encontró unos cuantos, de esos, escogió el que no necesitaba ingredientes raros, hasta quedarse solo con uno.
"Flecha sacra de sellado de Silvanas" Al parecer era un conjuro escrito, solo tenia que tener un papel con las runas adecuadas y decir unas frases, podía hacer eso, perfectamente. El brujo se arranco una manga, formando una especie de venda, extendió la mano sobre ella y empezó a quemar las runas sobre la tela, con mucho cuidado. Conocía la forma básica de la runa principal, era algo así como "sello", pero había por lo menos dos docenas de filigranas desconocidas para el, cada una de las cuales variaba el efecto de la principal, puede que incluso lo invirtiera. Habría necesitado una semana entera para entender su significado por separado, todas juntas... le tomaría meses. Eso hacia que el conjuro pudiera desde expulsar el espíritu a convertir el elfo en una ardilla gigante. Pero bueno, ya estaba, era hora de canturrear.
EH, ELFO CHALADO
Βασίλεια της γης, τραγουδούν εις ημάς,
Έπαινοι για τον Δράκο
που μεταφέρουν πάνω από τον ουρανό
του ουρανού προς την Ανατολή.
Ιδού, στέλνει πίσω τη δική του φωνή,
η φωνή της Αρετής.
Σας εξορκίζω, κάθε ακάθαρτο πνεύμα,
κάθε σκοτεινή δύναμη, κάθε εισβολή
της καταραμένης αντιπάλου, κάθε λεγεώνα,
κάθε εκκλησίασμα και το κακό αίρεση.
Έτσι, καταραμένο πνεύμα
και όλο το κακό λεγεώνα, σας εξορκίζουμε.
Σταματάμε για να εξαπατήσει τα ανθρώπινα πλάσματα,
και να δώσει σε αυτούς το δηλητήριο του αιώνια απώλεια.
Αυτό ... οι εχθροί του αγαπημένου παιδιών σας
Σας ζητάμε να μας ακούσει!
El trozo de tela con las inscripciones estallo en llamas verdosas, provocando la aparición de el cansancio asociado, hiciera lo que hiciera eso, había funcionado. Solo tenia que esperar tranquilamente a ver el efecto y estaría lanzando meteoritos y petrificando personas en un santiamén. Seria glorioso... No pudo evitar reír a carcajadas, aun con el libro en la mano, pero su risa histérica fue interrumpida por una verdad absoluta.
Toda magia poderosa tiene un precio.
El peliblanco se doblo sobre si mismo, arrodillándose sobre el suelo y tosiendo sangre a borbollones. Dolía, horrores, pero solo tenia que hacerse un poco más fuerte y podría aguantar sin prob... La sangre de su cuerpo discrepo volviendo a salir por su boca.
Pero la peliblanca lo saco de su ensimismamiento. SI no podía calcinarlo, volvería a meterlo en el libro, y si de paso metía al elfo, bueno, mala suerte, eran daños colaterales. Geralt avanzo hacia el grimorio, era sorprendentemente suave, tenia que descubrir de donde habían sacado el cuero del encuadernado. Un momento, eso era una oreja, una oreja humana. Oh. Oyó un ruido procedente de la pelea. Si, ya voy... pesados Aunque, la verdad, allí había cosas muy interesantes, petrificación, maldiciones, control mental, incluso había una cosa para lanzar un pedazo de cielo. Eso de lanzar un meteorito sonaba glorioso... Se lo llevaría a casa, pero primero tenia que probarlo, para asegurarse de que funcionaba y que hacia lo que decía, a ser posible en alguien que no tuviera nada que perder, como el elfo.
Cada pagina representaba un conjuro diferente, por lo que solo tenia que encontrar la palabra exorcismo. Pero no la conocía en arcano, mierda. En su lugar, busco sinónimos, "expulsar al mal", "sellado" o "espíritu", hasta que al final encontró unos cuantos, de esos, escogió el que no necesitaba ingredientes raros, hasta quedarse solo con uno.
"Flecha sacra de sellado de Silvanas" Al parecer era un conjuro escrito, solo tenia que tener un papel con las runas adecuadas y decir unas frases, podía hacer eso, perfectamente. El brujo se arranco una manga, formando una especie de venda, extendió la mano sobre ella y empezó a quemar las runas sobre la tela, con mucho cuidado. Conocía la forma básica de la runa principal, era algo así como "sello", pero había por lo menos dos docenas de filigranas desconocidas para el, cada una de las cuales variaba el efecto de la principal, puede que incluso lo invirtiera. Habría necesitado una semana entera para entender su significado por separado, todas juntas... le tomaría meses. Eso hacia que el conjuro pudiera desde expulsar el espíritu a convertir el elfo en una ardilla gigante. Pero bueno, ya estaba, era hora de canturrear.
EH, ELFO CHALADO
Βασίλεια της γης, τραγουδούν εις ημάς,
Έπαινοι για τον Δράκο
που μεταφέρουν πάνω από τον ουρανό
του ουρανού προς την Ανατολή.
Ιδού, στέλνει πίσω τη δική του φωνή,
η φωνή της Αρετής.
Σας εξορκίζω, κάθε ακάθαρτο πνεύμα,
κάθε σκοτεινή δύναμη, κάθε εισβολή
της καταραμένης αντιπάλου, κάθε λεγεώνα,
κάθε εκκλησίασμα και το κακό αίρεση.
Έτσι, καταραμένο πνεύμα
και όλο το κακό λεγεώνα, σας εξορκίζουμε.
Σταματάμε για να εξαπατήσει τα ανθρώπινα πλάσματα,
και να δώσει σε αυτούς το δηλητήριο του αιώνια απώλεια.
Αυτό ... οι εχθροί του αγαπημένου παιδιών σας
Σας ζητάμε να μας ακούσει!
El trozo de tela con las inscripciones estallo en llamas verdosas, provocando la aparición de el cansancio asociado, hiciera lo que hiciera eso, había funcionado. Solo tenia que esperar tranquilamente a ver el efecto y estaría lanzando meteoritos y petrificando personas en un santiamén. Seria glorioso... No pudo evitar reír a carcajadas, aun con el libro en la mano, pero su risa histérica fue interrumpida por una verdad absoluta.
Toda magia poderosa tiene un precio.
El peliblanco se doblo sobre si mismo, arrodillándose sobre el suelo y tosiendo sangre a borbollones. Dolía, horrores, pero solo tenia que hacerse un poco más fuerte y podría aguantar sin prob... La sangre de su cuerpo discrepo volviendo a salir por su boca.
Geralt
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Re: El Grimorio perdido [Interpretativo - Libre] [Cerrado]
Todo se había oscurecido para el elfo tras el contacto con el libro, nada, ni una luz, un sonido, nada que pudiera recordar, tan solo el eco desnudo de voces ausentes destellando y apagándose en la lejanía, hasta que finalmente consiguió despertar, su cuerpo estaba lastimado, pero no sentía dolor, al menos no aún, se había detenido durante un ataque a la bruja, pero ¿Por qué la atacaba? ¿Qué había sucedido? Intentaba moverse pero no le era posible, como si estuviera atado de alguna manera, una voz que no era suya emergía de su garganta mientras el otro brujo parecía conjurar un extraño hechizo - NOOOOOOOOO - gritó con esa extraña voz mientras emprendía una vertiginosa carrera hacia el brujo pero no alcanzó a llegar pues fue más rápido el peliblanco y terminó de leer su extraño hechizo, el cuerpo de Destino quedó suspendido en el aire unos instantes mientras ese extraño vapor comenzaba a salir de su cuerpo soltando un desgarrador sonido, mitad grito, mitad rugido hasta que finalmente cayó al piso completamente sin fuerzas.
Permaneció un rato de rodillas intentando recuperar sus fuerzas pero antes apareció el dolor, había sufrido algunos daños, pero no parecía ser la única víctima del libro, el brujo comenzó de pronto a escupir sangre como si lo desgarraran por dentro, aunque el brujo no era el único desangrándose, Destino pronto sentiría más fuerte el ardor en su pecho, llevando sus manos a la herida para tratar de detenerla, pero no funcionaría, finalmente se dejó caer de espaldas al piso completamente adolorido y exhausto.
Observaba con detenimiento el techo de la habitación, concentrado en esas extrañas marcas con formas de runas que lentamente, una a una comenzaban a desaparecer, era casi imperceptible a no ser que se prestara mucha atención a ello, aunque el elfo no tenía ni la más remota idea de lo que eso pudiera significar - Hay que salir de aquí, pronto - Fue lo único que alcanzó a decir antes de cerrar los ojos completamente vencido por el agotamiento
Permaneció un rato de rodillas intentando recuperar sus fuerzas pero antes apareció el dolor, había sufrido algunos daños, pero no parecía ser la única víctima del libro, el brujo comenzó de pronto a escupir sangre como si lo desgarraran por dentro, aunque el brujo no era el único desangrándose, Destino pronto sentiría más fuerte el ardor en su pecho, llevando sus manos a la herida para tratar de detenerla, pero no funcionaría, finalmente se dejó caer de espaldas al piso completamente adolorido y exhausto.
Observaba con detenimiento el techo de la habitación, concentrado en esas extrañas marcas con formas de runas que lentamente, una a una comenzaban a desaparecer, era casi imperceptible a no ser que se prestara mucha atención a ello, aunque el elfo no tenía ni la más remota idea de lo que eso pudiera significar - Hay que salir de aquí, pronto - Fue lo único que alcanzó a decir antes de cerrar los ojos completamente vencido por el agotamiento
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Off: El ojo de la tormenta.Un respiro para recuperar fuerzas, dejar de escupir sangre, sanar al elfo herido...
Lo peor está por venir...
Destino
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Re: El Grimorio perdido [Interpretativo - Libre] [Cerrado]
Finalmente el peliblanco acudió en su ayuda, acercándose al tomo y utilizando sus conocimientos de arcano para devolver al espíritu a donde le correspondía estar, pero el uso de la poderosa magia que contenía el libro terminó pasándole factura. Se dobló de dolor y comenzó a toser sangre de manera incontrolada, mientras el elfo se desplomaba sobre el suelo sin fuerzas tras ser liberado del intruso.
Pero a pesar de que lo hubiese conseguido, el grimorio seguía siendo un peligro para los tres, debían destruirlo cuanto antes. Por la mente de la bruja pasó la idea de arrojarlo junto a las encendidas velas del candelabro que yacía en el suelo, para que de ese modo el fuego se ocupase de quemarlo y terminar con toda aquella historia, pero se sentía ligeramente culpable por los daños que había causado a Destino en defensa propia, así que decidió ayudar a los dos hombres a reponerse y dejar para después la destrucción del tomo.
Guardó la daga al tiempo que se arrodillaba junto al elfo, para acto seguido abrir la bolsa en que solía llevar las hierbas y sacar un mortero, un par de frascos de pociones que ella misma había fabricado y unas vendas. Primero se encargaría del corte abierto, para que dejase de sangrar y cicatrizase lo antes posible, luego trataría la quemadura e intentaría dar algún brebaje curativo al peliblanco para que dejase de toser.
Rebuscó entre los frascos hasta dar con una infusión de Inhibis, que repartió a medias entre el mortero y la herida del pecho, antes de devolver el recipiente vacío al interior de su bolsa. - Esto te escocerá, pero intenta no moverte. - dijo al herido, sabiendo que las propiedades calmantes del Inhibis tardarían un poco en hacerle efecto, mientras echaba mano a otro tarro mucho más pequeño, en que conservaba un poco de la sustancia que segregaban las rosas sangrantes.
Tomó un poco y lo extendió sobre el corte con tanta delicadeza como le fue posible, antes de volver a cerrarlo y rodear el cuerpo del elfo para tratarle la mano. La herida se cerraría enseguida y no quedaría ni siquiera marca de su existencia, era lo bueno que tenía tratar con rapidez y utilizar aquella sustancia. Extrajo una pequeña espiga de Kortinque y se valió de la daga para hacerle un corte, de modo que la savia empezara a salir y cayese en el mortero, mezclándose con la infusión.
Esperó unos segundos hasta que se combinasen y procedió a colocar la pastosa mezcla sobre la quemadura, vendó la mano con cuidado y se levantó a toda prisa para acudir junto al otro, aunque aún no tenía claro qué debía darle. Su problema era más complicado de determinar, así que tras dar un par de vueltas a las posibilidades decidió buscar entre los frascos que tenía, hasta dar con una pócima que había elaborado hacía poco y que parecía ser la más adecuada.
- Toma, bébete esto rápido. - dijo con voz apremiante, en parte por su estado y por el grimorio, que parecía estar a punto de volver a darles problemas. Le tendió una poción echa a base de té de Acruire agria y bayas de Neien, que en teoría tendría que servir para sanar y además ayudar a levantar las defensas del enfermo, cosa que no le vendría mal tampoco. Una vez hecho aquello recogió sus cosas e intentó comprobar que ambos empezaran a sentirse algo mejor, antes de volver a centrar su atención sobre el libro.
Pero a pesar de que lo hubiese conseguido, el grimorio seguía siendo un peligro para los tres, debían destruirlo cuanto antes. Por la mente de la bruja pasó la idea de arrojarlo junto a las encendidas velas del candelabro que yacía en el suelo, para que de ese modo el fuego se ocupase de quemarlo y terminar con toda aquella historia, pero se sentía ligeramente culpable por los daños que había causado a Destino en defensa propia, así que decidió ayudar a los dos hombres a reponerse y dejar para después la destrucción del tomo.
Guardó la daga al tiempo que se arrodillaba junto al elfo, para acto seguido abrir la bolsa en que solía llevar las hierbas y sacar un mortero, un par de frascos de pociones que ella misma había fabricado y unas vendas. Primero se encargaría del corte abierto, para que dejase de sangrar y cicatrizase lo antes posible, luego trataría la quemadura e intentaría dar algún brebaje curativo al peliblanco para que dejase de toser.
Rebuscó entre los frascos hasta dar con una infusión de Inhibis, que repartió a medias entre el mortero y la herida del pecho, antes de devolver el recipiente vacío al interior de su bolsa. - Esto te escocerá, pero intenta no moverte. - dijo al herido, sabiendo que las propiedades calmantes del Inhibis tardarían un poco en hacerle efecto, mientras echaba mano a otro tarro mucho más pequeño, en que conservaba un poco de la sustancia que segregaban las rosas sangrantes.
Tomó un poco y lo extendió sobre el corte con tanta delicadeza como le fue posible, antes de volver a cerrarlo y rodear el cuerpo del elfo para tratarle la mano. La herida se cerraría enseguida y no quedaría ni siquiera marca de su existencia, era lo bueno que tenía tratar con rapidez y utilizar aquella sustancia. Extrajo una pequeña espiga de Kortinque y se valió de la daga para hacerle un corte, de modo que la savia empezara a salir y cayese en el mortero, mezclándose con la infusión.
Esperó unos segundos hasta que se combinasen y procedió a colocar la pastosa mezcla sobre la quemadura, vendó la mano con cuidado y se levantó a toda prisa para acudir junto al otro, aunque aún no tenía claro qué debía darle. Su problema era más complicado de determinar, así que tras dar un par de vueltas a las posibilidades decidió buscar entre los frascos que tenía, hasta dar con una pócima que había elaborado hacía poco y que parecía ser la más adecuada.
- Toma, bébete esto rápido. - dijo con voz apremiante, en parte por su estado y por el grimorio, que parecía estar a punto de volver a darles problemas. Le tendió una poción echa a base de té de Acruire agria y bayas de Neien, que en teoría tendría que servir para sanar y además ayudar a levantar las defensas del enfermo, cosa que no le vendría mal tampoco. Una vez hecho aquello recogió sus cosas e intentó comprobar que ambos empezaran a sentirse algo mejor, antes de volver a centrar su atención sobre el libro.
Elen Calhoun
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Re: El Grimorio perdido [Interpretativo - Libre] [Cerrado]
El sangrado habia parado, eso era bueno, pero el dolor en su estomago seguía allí, lo que era muy malo. En cualquier caso, podía moverse de manera aceptable, algo era algo.
Su maravilloso conjuro había funcionado, lo suficientemente rápido como para que ese elfo poseído no se lanzara contra el. Seguro que ha sido una experiencia inolvidable... los elfos no aguantaban nada, por eso habían perdido la guerra, estaba seguro de que el habría aguantado mucho mejor a la cosa esa que había salido del libro. ¿Me lo he cargado? Porque esa cosa gaseosa podría seguir por aquí, y os aseguro de que no pienso repetirlo Se tapo la nariz con la manga de manera instintiva, como si eso fuera a protegerle de un fantasma cabreado.
No tenían mucho que hacer ahora, solo tenían que decidir que hacer con ese libro, como repartirselo. Porque no iban a quemarlo, ese libro era demasiado espectacular, podía lanzar meteoritos con el, METEORITOS. Como volviera con el a las islas lo coronarían rey. Rey brujo... sonaba bien...
El peliblanco se acerco el libro al pecho de manera instintiva en cuando Elen se acerco. ¿Ese libro siempre había tenido esa agradable temperatura? Era como estar abrazando a un cachorrillo. Acepto la poción agradecido, la destapo y la olisqueo un poco. Olía mal, como toda poción y sabría aun peor, seguro. Efectivamente, no se equivoco.
Loki, Freya, venid aquí sus cachorros estaban a por lo menos cinco metros de el, sentados, y no se movieron ni un ápice. Eso era raro.
Su maravilloso conjuro había funcionado, lo suficientemente rápido como para que ese elfo poseído no se lanzara contra el. Seguro que ha sido una experiencia inolvidable... los elfos no aguantaban nada, por eso habían perdido la guerra, estaba seguro de que el habría aguantado mucho mejor a la cosa esa que había salido del libro. ¿Me lo he cargado? Porque esa cosa gaseosa podría seguir por aquí, y os aseguro de que no pienso repetirlo Se tapo la nariz con la manga de manera instintiva, como si eso fuera a protegerle de un fantasma cabreado.
No tenían mucho que hacer ahora, solo tenían que decidir que hacer con ese libro, como repartirselo. Porque no iban a quemarlo, ese libro era demasiado espectacular, podía lanzar meteoritos con el, METEORITOS. Como volviera con el a las islas lo coronarían rey. Rey brujo... sonaba bien...
El peliblanco se acerco el libro al pecho de manera instintiva en cuando Elen se acerco. ¿Ese libro siempre había tenido esa agradable temperatura? Era como estar abrazando a un cachorrillo. Acepto la poción agradecido, la destapo y la olisqueo un poco. Olía mal, como toda poción y sabría aun peor, seguro. Efectivamente, no se equivoco.
Loki, Freya, venid aquí sus cachorros estaban a por lo menos cinco metros de el, sentados, y no se movieron ni un ápice. Eso era raro.
Geralt
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Re: El Grimorio perdido [Interpretativo - Libre] [Cerrado]
El viento sigiloso se deslizaba susurrando palabras inentendibles, aunque al cabo de un rato irían cobrando sentido, no sentía más que el dolor en su cuerpo casi inmóvil, hasta que finalmente pudo sentir la cercanía de aquella mujer, aquella bruja por alguna razón intentaba ayudarle, pero, era una bruja ¿Por qué le ayudaría? Aunque cuestionarla sería en vano, no disponía de suficiente fuerza como para evitar que ella hiciera lo que quisiera, las suaves manos de la bruja ya lo hacían sentir mejor, seguía sin fuerzas, pero el dolor se apagaba lentamente.
Finalmente la bruja fue tras el otro sujeto quien parecía estar sufriendo un gran dolor, destino, aunque recuperaba sus energías, seguía observando como las runas en el techo se apagaban hasta quedar muy pocas - Hay que salir de este lugar - Dijo mientras intentaba levantarse lentamente apuntando con su mano hacia las runas que se extinguían hasta que no quedó ninguna.
Finalmente se abrió una puerta tras ellos por donde entraron dos figuras - Esto no ha salido según lo planeado, pero el resultado ha sido interesante - Diría el anciano, Destino lo reconoció de inmediato, era el mismo que les había relatado el rumor del libro ¿Habían sido engañados? Esto definitivamente no era nada bueno - Debían matarse entre ustedes y ahorrarnos el trabajo, aunque no será difícil hacer ese trabajo por ustedes ¿Tú qué crees Tancar? - Preguntó el anciano al otro sujeto que también era un rostro familiar, el sujeto gruñón que acusaba al viejo de mentiroso y loco, todo había sido un teatro para atrapar incautos, o algo más.
Mientras señalaba a Elen el anciano dijo con tono de decepción - Tenía grandes esperanzas en ti muchacha, pero me temo que he encontrado un mejor candidato - Luego señaló a Destino - Tú podrías ser una herramienta utilizable y desechable, tu cuerpo es débil... Por eso perdieron la guerra - Y finalmente pondría sus ojos en el brujo de cabellos bancos - Pero este caballero ha sido la gran sorpresa - El anciano caminó despacio hacia el brujo mientras ordenaba - Acaba con los otros Tancar, ninguno de ellos me servirá, he encontrado el candidato para ser mi nuevo cuerpo - Dijo mientras enfocaba toda su atención en el brujo - Sé que deseas ese poder, lo veo en tus ojos, yo te ofrezco ese poder y a cambio solo te pido tu cuerpo, éste que tengo ya está marchito y no soporta mucho poder, pero tú has conseguido dominar el libro - El anciano seguiría acercándose al brujo mientras levantaba sus manos y hacía que una misteriosa fuerza empujara a la chica para alejarla del brujo.
Por otra parte, el enorme Tancar se acercaría al elfo con el fin de acabarlo aprovechando que estaba débil, sin embargo, algo ventajoso había sucedido por fin, con la desaparición de la última runa misteriosa en el techo de la habitación, Destino sintió fluyendo de nuevo libremente el mana en toda la habitación, seguramente los otros brujos también lo sentirían, su magia por fin habría regresado y podrían usarla a su antojo.
Destino se apartó de prisa retrocediendo casi hasta donde estaba la chica, más al notarla decidió avanzar, no permitiría que se acercara a la chica que lo había ayudado - Destino no te permitirá acercarte a ella - Dijo totalmente decidido a evitar que el grandulón llegara a pasar, aunque a Tancar parecía importarle muy poco, por lo que avanzó ignorándolo por completo, con un solo brazo apartó al elfo pero este usó su guante para encajar las pequeñas garras en el brazo del grandote esperando detenerlo con dolor, y aunque efectivamente el daño estaba hecho, el hombre no mostraba rastros de dolor alguno, sacudió su brazo logrando deshacerse del aún débil elfopara continuar su camino hacia la mujer, pero Destino no se rendía y continuaba atacando aunque sus golpes resultaban poco menos que cosquillas para el coloso, hacía falta algo más contundente y una vez que acabaran con éste, quedaría el anciano que sin duda tendría más de una sorpresa.
Finalmente la bruja fue tras el otro sujeto quien parecía estar sufriendo un gran dolor, destino, aunque recuperaba sus energías, seguía observando como las runas en el techo se apagaban hasta quedar muy pocas - Hay que salir de este lugar - Dijo mientras intentaba levantarse lentamente apuntando con su mano hacia las runas que se extinguían hasta que no quedó ninguna.
Finalmente se abrió una puerta tras ellos por donde entraron dos figuras - Esto no ha salido según lo planeado, pero el resultado ha sido interesante - Diría el anciano, Destino lo reconoció de inmediato, era el mismo que les había relatado el rumor del libro ¿Habían sido engañados? Esto definitivamente no era nada bueno - Debían matarse entre ustedes y ahorrarnos el trabajo, aunque no será difícil hacer ese trabajo por ustedes ¿Tú qué crees Tancar? - Preguntó el anciano al otro sujeto que también era un rostro familiar, el sujeto gruñón que acusaba al viejo de mentiroso y loco, todo había sido un teatro para atrapar incautos, o algo más.
Mientras señalaba a Elen el anciano dijo con tono de decepción - Tenía grandes esperanzas en ti muchacha, pero me temo que he encontrado un mejor candidato - Luego señaló a Destino - Tú podrías ser una herramienta utilizable y desechable, tu cuerpo es débil... Por eso perdieron la guerra - Y finalmente pondría sus ojos en el brujo de cabellos bancos - Pero este caballero ha sido la gran sorpresa - El anciano caminó despacio hacia el brujo mientras ordenaba - Acaba con los otros Tancar, ninguno de ellos me servirá, he encontrado el candidato para ser mi nuevo cuerpo - Dijo mientras enfocaba toda su atención en el brujo - Sé que deseas ese poder, lo veo en tus ojos, yo te ofrezco ese poder y a cambio solo te pido tu cuerpo, éste que tengo ya está marchito y no soporta mucho poder, pero tú has conseguido dominar el libro - El anciano seguiría acercándose al brujo mientras levantaba sus manos y hacía que una misteriosa fuerza empujara a la chica para alejarla del brujo.
Por otra parte, el enorme Tancar se acercaría al elfo con el fin de acabarlo aprovechando que estaba débil, sin embargo, algo ventajoso había sucedido por fin, con la desaparición de la última runa misteriosa en el techo de la habitación, Destino sintió fluyendo de nuevo libremente el mana en toda la habitación, seguramente los otros brujos también lo sentirían, su magia por fin habría regresado y podrían usarla a su antojo.
Destino se apartó de prisa retrocediendo casi hasta donde estaba la chica, más al notarla decidió avanzar, no permitiría que se acercara a la chica que lo había ayudado - Destino no te permitirá acercarte a ella - Dijo totalmente decidido a evitar que el grandulón llegara a pasar, aunque a Tancar parecía importarle muy poco, por lo que avanzó ignorándolo por completo, con un solo brazo apartó al elfo pero este usó su guante para encajar las pequeñas garras en el brazo del grandote esperando detenerlo con dolor, y aunque efectivamente el daño estaba hecho, el hombre no mostraba rastros de dolor alguno, sacudió su brazo logrando deshacerse del aún débil elfopara continuar su camino hacia la mujer, pero Destino no se rendía y continuaba atacando aunque sus golpes resultaban poco menos que cosquillas para el coloso, hacía falta algo más contundente y una vez que acabaran con éste, quedaría el anciano que sin duda tendría más de una sorpresa.
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Off: DesenlaceLa magia ha vuelto, eso les facilitará derrotar a los adversarios.
Tancar no siente dolor, pero eso no significa que no sufra daños.
Cuidado al atacar al anciano con magia elemental, podría reflejarla hacia su origen.
Diviértanse =)
Destino
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Re: El Grimorio perdido [Interpretativo - Libre] [Cerrado]
Elen no pudo evitar fruncir el ceño al ver como el peliblanco estrechaba el libro contra su pecho de forma posesiva, el grimorio ya había demostrado sobradamente lo peligroso que podía llegar a ser cuando lo manipulaban, debía ser destruido y éste no era un punto negociable. Incluso los cachorros de lobo sabían que algo estaba mal, algo en su instinto los mantenía lejos de su amo, a pesar de que el brujo los hubiese llamado.
La de ojos verdes se disponía a sugerir que lo quemasen de inmediato, cuando la voz del elfo llamó su atención, haciendo que desviase la vista hacia el techo de la sala y se fijase en las runas que iban desapareciendo. Aquel era el motivo por el que sus poderes habían dejado de funcionar de forma repentina, habían grabado algún tipo de hechizo o encantamiento inhibidor de magia antes de que ellos llegasen, lo cual respaldaba la idea de que todo aquello era una trampa.
Casi al momento se abrió una puerta tras ellos, terminando de confirmar sus sospechas por la entrada del anciano y otro hombre, que resultó ser el que lo había tachado de loco en la taberna. Se cruzó de brazos y escuchó las palabras del viejo embustero, arrepintiéndose interiormente por haberlo ayudado antes. Todo empezaba a cobrar sentido, él los había atraído hasta allí para ponerlos a prueba y que de los tres solo quedase el más fuerte, de ese modo el espíritu ocuparía el mejor cuerpo posible.
Al verse señalada y escuchar que había depositado ciertas esperanzas en que ella fuera la vencedora no pudo mantenerse callada, chistó sonoramente y le obsequió una fría mirada. - Lo siento amigo, aquí dentro ya somos bastantes. - comentó cortante, haciendo referencia a sí misma y a los jinetes, que ya se encargaban de hacer lo posible por convertir su existencia en una continua pesadilla.
El anciano prosiguió, descartando a Destino por la debilidad de su cuerpo para luego centrarse en el tercer aspirante, que ya había probado el poder del libro y además se sentía atraído por él. Se dirigió a su compañero para ordenarle que acabase con los otros dos, antes de proponer un trato al brujo, poder a cambio de que se convirtiese en un mero recipiente para él, que le entregase su cuerpo. ¿Quién en su sano juicio aceptaría tal ofrecimiento? Para ella estaba claro, solo alguien con una mente enferma y consumida por la ambición podría hacerlo, aceptando convertirse en una marioneta por el resto de su existencia.
Pero había algo que le llamaba la atención en todo aquello, ellos ya habían visto al grimorio ocupar un cuerpo ajeno a la fuerza, ¿por qué estaba el viejo pidiéndolo en vez de tomarlo sin más? No tuvo tiempo de pensar mucho en aquella cuestión, pues una extraña fuerza la empujó lejos del peliblanco, haciendo que chocase con una de las paredes dolorosamente. Gruño por lo bajo y se irguió, a tiempo de ver como Tancar comenzaba su avance hacia el elfo, que retrocedió casi hasta donde ella se encontraba.
Al notar su presencia cambió de actitud, avanzando hacia el grandullón al tiempo que le avisaba de que no le permitiría acercarse a ella. La maga comenzó a notar un leve cosquilleo por el cuerpo, su magia había vuelto y la electricidad le recorría los brazos, deseando salir. - Justo a tiempo. - musitó, antes de ver como Tancar se deshacía de Destino y avanzaba hacia su posición, a pesar de los golpes que el elfo le propinaba en un intento por retenerlo. Parecía que el tipo no notaba el dolor, pero lo que ella estaba a punto de soltarle sí que lo notaría, todos sus nervios se sacudirían con la descarga que ya preparaba para soltarle.
Concentró la energía en ambas manos y la dirigió en una ráfaga de tres ataques hacia su pecho, buscando aturdirlo a pesar de su tamaño y resistencia, para luego acercarse y rematar la faena, aplicándole la electricidad directamente. Tancar aguantaba más de lo que ella hubiese querido, con lo que llegó hasta donde se encontraba y levantó el puño para golpearla, pero justo entonces su fuerza flaqueó, lo suficiente para que la hechicera le colocase la mano en el cuello y liberase su elemento.
Un hombre normal caía inconsciente a los pocos segundos, pero aquel no era como los demás, la sujetó por la muñeca y la miró de forma enfermiza, disfrutando del miedo que empezaba a dibujarse en su rostro. Elen no tenía alternativas mientras la sujetase, solo podía limitarse a aumentar la electricidad que le aplicaba y esperar que alguien la ayudase, antes de que aquel bruto intentase atacarla de nuevo.
La de ojos verdes se disponía a sugerir que lo quemasen de inmediato, cuando la voz del elfo llamó su atención, haciendo que desviase la vista hacia el techo de la sala y se fijase en las runas que iban desapareciendo. Aquel era el motivo por el que sus poderes habían dejado de funcionar de forma repentina, habían grabado algún tipo de hechizo o encantamiento inhibidor de magia antes de que ellos llegasen, lo cual respaldaba la idea de que todo aquello era una trampa.
Casi al momento se abrió una puerta tras ellos, terminando de confirmar sus sospechas por la entrada del anciano y otro hombre, que resultó ser el que lo había tachado de loco en la taberna. Se cruzó de brazos y escuchó las palabras del viejo embustero, arrepintiéndose interiormente por haberlo ayudado antes. Todo empezaba a cobrar sentido, él los había atraído hasta allí para ponerlos a prueba y que de los tres solo quedase el más fuerte, de ese modo el espíritu ocuparía el mejor cuerpo posible.
Al verse señalada y escuchar que había depositado ciertas esperanzas en que ella fuera la vencedora no pudo mantenerse callada, chistó sonoramente y le obsequió una fría mirada. - Lo siento amigo, aquí dentro ya somos bastantes. - comentó cortante, haciendo referencia a sí misma y a los jinetes, que ya se encargaban de hacer lo posible por convertir su existencia en una continua pesadilla.
El anciano prosiguió, descartando a Destino por la debilidad de su cuerpo para luego centrarse en el tercer aspirante, que ya había probado el poder del libro y además se sentía atraído por él. Se dirigió a su compañero para ordenarle que acabase con los otros dos, antes de proponer un trato al brujo, poder a cambio de que se convirtiese en un mero recipiente para él, que le entregase su cuerpo. ¿Quién en su sano juicio aceptaría tal ofrecimiento? Para ella estaba claro, solo alguien con una mente enferma y consumida por la ambición podría hacerlo, aceptando convertirse en una marioneta por el resto de su existencia.
Pero había algo que le llamaba la atención en todo aquello, ellos ya habían visto al grimorio ocupar un cuerpo ajeno a la fuerza, ¿por qué estaba el viejo pidiéndolo en vez de tomarlo sin más? No tuvo tiempo de pensar mucho en aquella cuestión, pues una extraña fuerza la empujó lejos del peliblanco, haciendo que chocase con una de las paredes dolorosamente. Gruño por lo bajo y se irguió, a tiempo de ver como Tancar comenzaba su avance hacia el elfo, que retrocedió casi hasta donde ella se encontraba.
Al notar su presencia cambió de actitud, avanzando hacia el grandullón al tiempo que le avisaba de que no le permitiría acercarse a ella. La maga comenzó a notar un leve cosquilleo por el cuerpo, su magia había vuelto y la electricidad le recorría los brazos, deseando salir. - Justo a tiempo. - musitó, antes de ver como Tancar se deshacía de Destino y avanzaba hacia su posición, a pesar de los golpes que el elfo le propinaba en un intento por retenerlo. Parecía que el tipo no notaba el dolor, pero lo que ella estaba a punto de soltarle sí que lo notaría, todos sus nervios se sacudirían con la descarga que ya preparaba para soltarle.
Concentró la energía en ambas manos y la dirigió en una ráfaga de tres ataques hacia su pecho, buscando aturdirlo a pesar de su tamaño y resistencia, para luego acercarse y rematar la faena, aplicándole la electricidad directamente. Tancar aguantaba más de lo que ella hubiese querido, con lo que llegó hasta donde se encontraba y levantó el puño para golpearla, pero justo entonces su fuerza flaqueó, lo suficiente para que la hechicera le colocase la mano en el cuello y liberase su elemento.
Un hombre normal caía inconsciente a los pocos segundos, pero aquel no era como los demás, la sujetó por la muñeca y la miró de forma enfermiza, disfrutando del miedo que empezaba a dibujarse en su rostro. Elen no tenía alternativas mientras la sujetase, solo podía limitarse a aumentar la electricidad que le aplicaba y esperar que alguien la ayudase, antes de que aquel bruto intentase atacarla de nuevo.
Elen Calhoun
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Re: El Grimorio perdido [Interpretativo - Libre] [Cerrado]
Justo cuando empezaba a notar el ardor de la poción haciendo efecto en sus entrañas, una puerta se abrió, dejando paso a ese viejo de la taberna y a otro tipo. Al parecer, deberían haberse matado, pero la ultima vez que miro, no lo habían hecho. Aunque, sonaba a mucho trabajo, ¿Que tipo de persona iba predicando de taberna en taberna con la esperanza de atraer a tres pringados y que se mataran entre ellos? Un idiota seguramente, desde luego, no un emprendedor como el.
Luego paso a hablar con todos los integrantes del grupo, la brujita no lo había hecho mal, el elfo... bueno, ese anciano hablaba igual que el, eso era un punto a favor, pero lo siguiente, fue una proposición sorprendente. No solo por aumentar un poco más su ya hinchado ego, que amenazaba con explotar, sino por la oferta de hospedar a un espíritu, su espíritu.
Un hombre, seguramente un brujo, le ofrecía poder casi ilimitado a cambio de sumisión, pero no se trataba de adorar a un dragón oscuro perdido por alguna montaña, implicaba una posesión constante. Pero... ¿Porque lo pedía? Acababa de ver una posesión involuntaria. Geralt no se hacia ilusiones, la posibilidad de aceptar solo para que lo poseyera, traicionarlo y quedarse con su poder era bastante baja, no era tan poderoso, aun, y no tenia tiempo de tomar lecciones sobre lucha de mentes o resistencia a la posesión de cuerpos, por lo que solo había dos opciones: aceptar o negarse.
¿De verdad? Ya habrás visto lo que me ha pasado había dejado el libro en el suelo, muy a su pesar, había juntado las manos en el charco de su propia sangre y estaba dejando caer lentamente un chorro al suelo con su mano izquierda, para atraer la atención del hombre hacia el liquido escarlata. La magia había vuelto, notaba sus llamas en su mente, brillantes, empujando el poder a través de sus venas, calentando su sangre, pero no la que seguía en su cuerpo. ¿Estas completamente seguro? Podrías morir, Podríamos morir
Solo tengo una única pregunta. ¿Porque crees que voy a compartirlo? cruzo su mano izquierda de lado a lado, lanzando un chorro de sangre hirviendo directo a los ojos del anciano, chuto el libro hacia atrás con un más que decente golpe de talón e invoco un torrente de llamas con la mano libre. Solo había un único motivo por el cual no había aceptado. Podría jurar obediencia eterna a cambio de un poder lo suficientemente grande, sin pestañear, ya fuera al dragón Oscuro o al de Luz, joder, incluso a una ardilla. Pero no lo haría ante alguien que consideraba un inútil de moralidad dudosa. No se pasaría los próximos cincuenta años cumpliendo los caprichos de un pringado que había acumulado tantísimo poder y no lo había usado para reinar o por lo menos para hacerse un nombre ese supuesto mago que se paseaba por tabernas seguramente había encontrado el libro de casualidad, por eso no podía usarlo y lo necesitaba a un brujo que pudiera usarlo. Bueno, pues mala suerte, el no necesitaba un parásito en su mente.
Luego paso a hablar con todos los integrantes del grupo, la brujita no lo había hecho mal, el elfo... bueno, ese anciano hablaba igual que el, eso era un punto a favor, pero lo siguiente, fue una proposición sorprendente. No solo por aumentar un poco más su ya hinchado ego, que amenazaba con explotar, sino por la oferta de hospedar a un espíritu, su espíritu.
Un hombre, seguramente un brujo, le ofrecía poder casi ilimitado a cambio de sumisión, pero no se trataba de adorar a un dragón oscuro perdido por alguna montaña, implicaba una posesión constante. Pero... ¿Porque lo pedía? Acababa de ver una posesión involuntaria. Geralt no se hacia ilusiones, la posibilidad de aceptar solo para que lo poseyera, traicionarlo y quedarse con su poder era bastante baja, no era tan poderoso, aun, y no tenia tiempo de tomar lecciones sobre lucha de mentes o resistencia a la posesión de cuerpos, por lo que solo había dos opciones: aceptar o negarse.
¿De verdad? Ya habrás visto lo que me ha pasado había dejado el libro en el suelo, muy a su pesar, había juntado las manos en el charco de su propia sangre y estaba dejando caer lentamente un chorro al suelo con su mano izquierda, para atraer la atención del hombre hacia el liquido escarlata. La magia había vuelto, notaba sus llamas en su mente, brillantes, empujando el poder a través de sus venas, calentando su sangre, pero no la que seguía en su cuerpo. ¿Estas completamente seguro? Podrías morir, Podríamos morir
Solo tengo una única pregunta. ¿Porque crees que voy a compartirlo? cruzo su mano izquierda de lado a lado, lanzando un chorro de sangre hirviendo directo a los ojos del anciano, chuto el libro hacia atrás con un más que decente golpe de talón e invoco un torrente de llamas con la mano libre. Solo había un único motivo por el cual no había aceptado. Podría jurar obediencia eterna a cambio de un poder lo suficientemente grande, sin pestañear, ya fuera al dragón Oscuro o al de Luz, joder, incluso a una ardilla. Pero no lo haría ante alguien que consideraba un inútil de moralidad dudosa. No se pasaría los próximos cincuenta años cumpliendo los caprichos de un pringado que había acumulado tantísimo poder y no lo había usado para reinar o por lo menos para hacerse un nombre ese supuesto mago que se paseaba por tabernas seguramente había encontrado el libro de casualidad, por eso no podía usarlo y lo necesitaba a un brujo que pudiera usarlo. Bueno, pues mala suerte, el no necesitaba un parásito en su mente.
Geralt
Honorable
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Re: El Grimorio perdido [Interpretativo - Libre] [Cerrado]
Hasta ahora los intentos del elfo por detener al grandulón habían sido en vano, i finalmente había conseguido llegar a donde se encontraba la mujer, alcanzando a sujetarla mientras ésta le descargaba varias ráfagas de electricidad, sin embargo, esto no era suficiente, Destino se acercó aprovechando que Tancar estaba distraído con la mujer y dirigió su guante izquierdo con las garras directamente al costado del enorme sujeto, y aunque había conseguido atravesarlo, no alcanzaba a ver ningún rastro de dolor, aunque al menos tenía una gran herida, lo que le dio a elfo una gran idea, avanzó de prisa hasta colocarse detrás de la bruja y tocando su hombro, intentaría canalizar el mana en el ambiente para otorgar al menos un instante, una mayor cantidad de poder a la mujer para darle una descarga tan grande al sujeto que sin duda no lograría resistirla.
Por otra parte, el brujo peliblanco se negaba a soltar el libro mientras el anciano le seguía tratando de convencer, en una posesión involuntaria los cuerpos oponían resistencia, por lo que resultaba más difícil controlarlo, pero si ese hombre se entregaba voluntariamente, se lograría un poder mayor - Estos cuerpos se marchitan muy rápido - Dijo el anciano mientras se acercaba al brujo pero fue sorprendido por una ingeniosa estrategia el peliblanco, no solo se había apartado del libro, sino que además había lanzado un poco de sangre caliente sobre la humanidad del viejo, y aunque reaccionó de prisa para usar su telequinesis y apartar el ataque hacia los lados, un poco de ello cayó sobre su cuerpo causándole leves molestias, ahora sí se pondría furioso - No me hagas dañar tu cuerpo - Dijo el anciano mientras creaba una pequeña esfera de fuego en cada mano y comenzaba a correr hacia el peliblanco - ¿Crees que sabes usar el fuego? Yo te enseñaré a usarlo - Dijo finamente el anciano al tiempo que juntaba las pequeñas esferas de fuego en sus manos y formaba una más grande que luego lanzaría hacia el peliblanco.
Por otra parte, el brujo peliblanco se negaba a soltar el libro mientras el anciano le seguía tratando de convencer, en una posesión involuntaria los cuerpos oponían resistencia, por lo que resultaba más difícil controlarlo, pero si ese hombre se entregaba voluntariamente, se lograría un poder mayor - Estos cuerpos se marchitan muy rápido - Dijo el anciano mientras se acercaba al brujo pero fue sorprendido por una ingeniosa estrategia el peliblanco, no solo se había apartado del libro, sino que además había lanzado un poco de sangre caliente sobre la humanidad del viejo, y aunque reaccionó de prisa para usar su telequinesis y apartar el ataque hacia los lados, un poco de ello cayó sobre su cuerpo causándole leves molestias, ahora sí se pondría furioso - No me hagas dañar tu cuerpo - Dijo el anciano mientras creaba una pequeña esfera de fuego en cada mano y comenzaba a correr hacia el peliblanco - ¿Crees que sabes usar el fuego? Yo te enseñaré a usarlo - Dijo finamente el anciano al tiempo que juntaba las pequeñas esferas de fuego en sus manos y formaba una más grande que luego lanzaría hacia el peliblanco.
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Off: Siéntanse libres de usar y mover al anciano y el grandulón,Tancar ya no resistiría una descarga eléctrica más fuerte, su fin está cerca.
Para vencer al anciano hará falta un poco más...
Destino
Maestro de las Mil Espadas
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Re: El Grimorio perdido [Interpretativo - Libre] [Cerrado]
La de cabellos cenicientos intentó tomar la daga del cinturón con la mano que aún le quedaba libre, pero con la zurda no tenía la misma destreza que con la diestra, así que tardó un poco en hacerse con ella, y una vez conseguido solo pudo limitarse a hundirla en el vientre de aquel hombre, para usar el metal luego como conductor de su elemento y enviarlo directamente a su interior.
Pero antes de que pudiera hacerlo Destino acudió en su ayuda, clavando su guante de afiladas garras en uno de los costados de Tancar, y abriéndole así otra herida considerable. Sin embargo el grandullón parecía no sentir absolutamente nada, ¿cómo podía ser posible? cualquier persona que hubiese recibidos esos daños estaría gritando de dolor o desplomándose sobre el suelo, y en cambio él seguía en pie como si no pasara nada.
Entonces el elfo se colocó tras ella y tocó su hombro, con lo que de inmediato la bruja notó un aumento en su poder, no sabía cómo lo estaba haciendo, pero sin duda aprovecharía el momento para terminar de una vez por todas con aquel matón. Permitió que la electricidad le recorriese ambos brazos con intensidad, dirigiéndola hacia el cuello y la daga, que llevaría la corriente directamente a sus entrañas.
No importaba lo fuerte que fuese el individuo, todo su interior reventaría ante aquella energía, cobrándose su vida. A Elen no le gustaba matar, mucho menos utilizar su elemento de aquel modo, pero era una situación fuera de lo común, en que si no actuaba serían ellos los que acabasen muertos. La expresión de Tancar cambió al recibir el ataque, mostrando por primera vez algo de preocupación y temor, le había llegado la hora y lo sabía, no podía hacer ya nada para salvarse.
La electricidad cumplió su cometido, destrozándolo por dentro y consiguiendo que perdiese las fuerzas, cayendo pesadamente de espaldas sobre el suelo, donde aún seguiría respirando por unos segundos antes de quedar inerte y con la vista perdida. La joven respiró agitada, la magia también consumía sus energías, y tras haber usado tanta para abatirlo, empezó a sentirse algo débil.
Avanzó como pudo hacia el cuerpo y recuperó su daga, antes de girarse hacia el elfo. - Gracias. - musitó, para luego centrar su atención en lo que estaba pasando con el peliblanco y el anciano. El brujo sin duda quería el grimorio, pero no estaba dispuesto a entregarse como recipiente para el espíritu, así que había optado por tratar de herir al viejo, lo que había conseguido enfadarlo bastante.
El tomo descansaba sobre el suelo, pero estaba demasiado lejos de ella como para que pudiese tomarlo y destruirlo, aunque visto lo visto no sabía si aquello serviría de mucho, quizá era mejor idea hacer uso de él para encerrar al espíritu dentro y luego quemarlo, impidiéndole de ese modo volver a dañar a nadie más. El molesto anciano estaba creando una esfera de fuego para lanzarla contra el mago, así que la de ojos verdes decidió actuar desde una posición en que no pudiese verla.
Observó su daga y se concentró, para hacerla levitar y moverla con su telequinesis, enviándola contra la espalda del viejo tan rápido como le fue posible.
Pero antes de que pudiera hacerlo Destino acudió en su ayuda, clavando su guante de afiladas garras en uno de los costados de Tancar, y abriéndole así otra herida considerable. Sin embargo el grandullón parecía no sentir absolutamente nada, ¿cómo podía ser posible? cualquier persona que hubiese recibidos esos daños estaría gritando de dolor o desplomándose sobre el suelo, y en cambio él seguía en pie como si no pasara nada.
Entonces el elfo se colocó tras ella y tocó su hombro, con lo que de inmediato la bruja notó un aumento en su poder, no sabía cómo lo estaba haciendo, pero sin duda aprovecharía el momento para terminar de una vez por todas con aquel matón. Permitió que la electricidad le recorriese ambos brazos con intensidad, dirigiéndola hacia el cuello y la daga, que llevaría la corriente directamente a sus entrañas.
No importaba lo fuerte que fuese el individuo, todo su interior reventaría ante aquella energía, cobrándose su vida. A Elen no le gustaba matar, mucho menos utilizar su elemento de aquel modo, pero era una situación fuera de lo común, en que si no actuaba serían ellos los que acabasen muertos. La expresión de Tancar cambió al recibir el ataque, mostrando por primera vez algo de preocupación y temor, le había llegado la hora y lo sabía, no podía hacer ya nada para salvarse.
La electricidad cumplió su cometido, destrozándolo por dentro y consiguiendo que perdiese las fuerzas, cayendo pesadamente de espaldas sobre el suelo, donde aún seguiría respirando por unos segundos antes de quedar inerte y con la vista perdida. La joven respiró agitada, la magia también consumía sus energías, y tras haber usado tanta para abatirlo, empezó a sentirse algo débil.
Avanzó como pudo hacia el cuerpo y recuperó su daga, antes de girarse hacia el elfo. - Gracias. - musitó, para luego centrar su atención en lo que estaba pasando con el peliblanco y el anciano. El brujo sin duda quería el grimorio, pero no estaba dispuesto a entregarse como recipiente para el espíritu, así que había optado por tratar de herir al viejo, lo que había conseguido enfadarlo bastante.
El tomo descansaba sobre el suelo, pero estaba demasiado lejos de ella como para que pudiese tomarlo y destruirlo, aunque visto lo visto no sabía si aquello serviría de mucho, quizá era mejor idea hacer uso de él para encerrar al espíritu dentro y luego quemarlo, impidiéndole de ese modo volver a dañar a nadie más. El molesto anciano estaba creando una esfera de fuego para lanzarla contra el mago, así que la de ojos verdes decidió actuar desde una posición en que no pudiese verla.
Observó su daga y se concentró, para hacerla levitar y moverla con su telequinesis, enviándola contra la espalda del viejo tan rápido como le fue posible.
Elen Calhoun
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Re: El Grimorio perdido [Interpretativo - Libre] [Cerrado]
No dañaras mi cuerpo, nunca podrías. soltó el brujo con un bufido de superioridad. Luego vio esas dos bolas de fuego. Nada mal... puede que estuviera en problemas. El brujo se lanzo al suelo, rodando mientras evitaba el proyectil ígneo. Mientras se levantaba, saco su espada, casi por instinto y le lanzo un cuchillo al viejo, con ayuda de su telequinesis, por supuesto.
Necesitaras algo más su cuchillo se desvió en el aire. Odiaba a ese tipejo...
¿Y algo más grande? Usando su espada como una simple palanca, el brujo arranco una baldosa del suelo y repitió el proceso. Ocurrió exactamente lo mismo, pero se había lanzado detrás de su proyectil y justo cuando este fue desviado, lanzo un chorro de llamas que fue igualado con otro por parte de su rival.
¿Eso es todo? no pretendía ganarlo en un duelo de resistencia mágica, no era su estilo, necesitaba algo más sutil, algo contra lo que no pudiera prepararse con esa maldita telequinesis. Un movimiento a su izquierda le ayudo a no ser calcinado, pero el brujo salto hacia atrás, evitando el combate, posicionándose de lado, con su mano izquierda detrás y la espada al frente, como un duelista.
Puede que la imagen de un brujo allí, de lado, evitando bolas de fuego pareciera algo ridícula para el anciano, pero no había enloquecido, aun, lo que estaba haciendo era quemar runas en su capa, como si estuviera marcando una vaca, de manera disimulada. Por suerte, era negra, por lo que las marcas no se notaban si no las buscabas. En toda su capa cabrían unas quince, y su plan funcionaria con unas siete, siempre que estuvieran adecuadamente repartidas.
Bien, se acabo, ha llegado tu hora anciano dijo en tono serio. Quedaba una. El peliblanco se lanzo a la carrera, directo contra el viejo y le lanzo un torrente de fuego. Su oponente contraataco como había esperado, con un conjuro similar, y entonces Geralt aparto la mano, apagando sus propias llamas y marcando la ultima de las runas justo antes de que el fuego le engullera.
Ασπίδα una única palabra, que se oyó claramente por toda la sala, seguida de un resplandor luminoso que recubrió todo su cuerpo, protegiéndolo y haciéndole destacar por encima del naranja de las llamas que lo engullían, un resplandor que destaco casi tanto como el de su espada, que rebano la garganta del viejo con un corte limpio.
No me has enseñado nada se limito a decir mientras su rival moría emitiendo un gorjeo. Había sido espectacular, pero ahora que la adrenalina empezaba a bajar, se dio cuenta de que sus piernas estaban en llamas, por lo que se vio obligado a rodar por el suelo, perdiendo gran parte del encanto antes ganado.
Necesitaras algo más su cuchillo se desvió en el aire. Odiaba a ese tipejo...
¿Y algo más grande? Usando su espada como una simple palanca, el brujo arranco una baldosa del suelo y repitió el proceso. Ocurrió exactamente lo mismo, pero se había lanzado detrás de su proyectil y justo cuando este fue desviado, lanzo un chorro de llamas que fue igualado con otro por parte de su rival.
¿Eso es todo? no pretendía ganarlo en un duelo de resistencia mágica, no era su estilo, necesitaba algo más sutil, algo contra lo que no pudiera prepararse con esa maldita telequinesis. Un movimiento a su izquierda le ayudo a no ser calcinado, pero el brujo salto hacia atrás, evitando el combate, posicionándose de lado, con su mano izquierda detrás y la espada al frente, como un duelista.
Puede que la imagen de un brujo allí, de lado, evitando bolas de fuego pareciera algo ridícula para el anciano, pero no había enloquecido, aun, lo que estaba haciendo era quemar runas en su capa, como si estuviera marcando una vaca, de manera disimulada. Por suerte, era negra, por lo que las marcas no se notaban si no las buscabas. En toda su capa cabrían unas quince, y su plan funcionaria con unas siete, siempre que estuvieran adecuadamente repartidas.
Bien, se acabo, ha llegado tu hora anciano dijo en tono serio. Quedaba una. El peliblanco se lanzo a la carrera, directo contra el viejo y le lanzo un torrente de fuego. Su oponente contraataco como había esperado, con un conjuro similar, y entonces Geralt aparto la mano, apagando sus propias llamas y marcando la ultima de las runas justo antes de que el fuego le engullera.
Ασπίδα una única palabra, que se oyó claramente por toda la sala, seguida de un resplandor luminoso que recubrió todo su cuerpo, protegiéndolo y haciéndole destacar por encima del naranja de las llamas que lo engullían, un resplandor que destaco casi tanto como el de su espada, que rebano la garganta del viejo con un corte limpio.
No me has enseñado nada se limito a decir mientras su rival moría emitiendo un gorjeo. Había sido espectacular, pero ahora que la adrenalina empezaba a bajar, se dio cuenta de que sus piernas estaban en llamas, por lo que se vio obligado a rodar por el suelo, perdiendo gran parte del encanto antes ganado.
Geralt
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Re: El Grimorio perdido [Interpretativo - Libre] [Cerrado]
Destino se concentraba en ayudar a la joven bruja que hizo justo lo necesario para garantizas la supervivencia de ambos, finalmente el grandulón cayó al piso con severas heridas por todo su cuerpo, sin mencionar las que seguramente la electricidad le había causado por dentro de su cuerpo, finalmente su vida se extinguió completamente, quedando solo el anciano que en apariencia era débil, pero el poder que mantenía escondido resultaba difícil de vencer.
El elfo y la bruja se concentraron en lo que pasaba con los otros sujetos - Destino ha saldado su deuda contigo - Susurró Destino a la bruja con una leve pero sincera sonrisa mientras se concentraban en observar la batalla de los brujos, el brujo peliblanco intentaba lanzar diversos ataques pero todos acababan siendo desviados por el anciano, incluso arrancó un pedazo del suelo para lanzarlo pero este fue desviado, por su parte la chica intentó ayudar con su daga pero ésta no llegaría muy lejos, pues la telequinesis del viejo era bastante efectiva para defenderse y usando en mismo trozo de piedra del suelo que antes había desviado, consiguió bloquear la daga de la bruja - Ya les llegará su turno, insensatos - Dijo el viejo mientras levantaba una mano y una extraña fuerza invisible empujaba hacia atrás al elfo y su compañera para alejarlos de la batalla arcana.
Destino fue retrocedido un par de metros y casi cae al piso pero consiguió mantenerse de pie, la batalla entre los brujos resultaba espectacular, una lucha que el joven peliblanco no podía ganar con poder, pues era superado en ese aspecto, pero sin duda alguna podría lograr con ingenio, comenzó quemando su capa ¿Por qué? Resultaba bastante absurdo, pero al final todo tuvo sentido, realizó una extraña técnica que le permitió acabar con la batalla... ¿O no?
El viejo, con la garganta destruida se resistía a dejar de moverse en el suelo, estaba muerto, su mirada perdida delataba la falta de vida en su interior, sin embargo, su cuerpo intentaba levantarse - ¡¡El libro!! - Gritó Destino - Debe ser destruido - Mientras lo señalaba con la mano y miraba a la bruja esperando convencerla, el elfo podía sentir un extraño vínculo mágico entre el libro y el anciano, por lo que el cuerpo del viejo no estaría completamente muerto hasta destruir el libro, el cual comenzaba lentamente a flotar en el aire, eso no era nada normal, ese libro era demasiado peligroso por sí solo, Destino intentó acercarse pero la misma extraña fuerza de antes lo empujaba de regreso para no dejar que se acercara al libro, así que en lugar de eso llevó la mano a su espalda y tomó la espada que hasta ahora no había utilizado, tras girarla un par de veces la arrojó directamente hacia el libro con el fin de impactarlo y atravesarlo...
El elfo y la bruja se concentraron en lo que pasaba con los otros sujetos - Destino ha saldado su deuda contigo - Susurró Destino a la bruja con una leve pero sincera sonrisa mientras se concentraban en observar la batalla de los brujos, el brujo peliblanco intentaba lanzar diversos ataques pero todos acababan siendo desviados por el anciano, incluso arrancó un pedazo del suelo para lanzarlo pero este fue desviado, por su parte la chica intentó ayudar con su daga pero ésta no llegaría muy lejos, pues la telequinesis del viejo era bastante efectiva para defenderse y usando en mismo trozo de piedra del suelo que antes había desviado, consiguió bloquear la daga de la bruja - Ya les llegará su turno, insensatos - Dijo el viejo mientras levantaba una mano y una extraña fuerza invisible empujaba hacia atrás al elfo y su compañera para alejarlos de la batalla arcana.
Destino fue retrocedido un par de metros y casi cae al piso pero consiguió mantenerse de pie, la batalla entre los brujos resultaba espectacular, una lucha que el joven peliblanco no podía ganar con poder, pues era superado en ese aspecto, pero sin duda alguna podría lograr con ingenio, comenzó quemando su capa ¿Por qué? Resultaba bastante absurdo, pero al final todo tuvo sentido, realizó una extraña técnica que le permitió acabar con la batalla... ¿O no?
El viejo, con la garganta destruida se resistía a dejar de moverse en el suelo, estaba muerto, su mirada perdida delataba la falta de vida en su interior, sin embargo, su cuerpo intentaba levantarse - ¡¡El libro!! - Gritó Destino - Debe ser destruido - Mientras lo señalaba con la mano y miraba a la bruja esperando convencerla, el elfo podía sentir un extraño vínculo mágico entre el libro y el anciano, por lo que el cuerpo del viejo no estaría completamente muerto hasta destruir el libro, el cual comenzaba lentamente a flotar en el aire, eso no era nada normal, ese libro era demasiado peligroso por sí solo, Destino intentó acercarse pero la misma extraña fuerza de antes lo empujaba de regreso para no dejar que se acercara al libro, así que en lugar de eso llevó la mano a su espalda y tomó la espada que hasta ahora no había utilizado, tras girarla un par de veces la arrojó directamente hacia el libro con el fin de impactarlo y atravesarlo...
______________________________________________
Off: El momento más triste de todo el post, la destrucción del fulano libro...Un ataque en conjunto, espada+rayo+fuego sería un final épico
Destino
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